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TÍTULO DEL RELATO: Mateo y el Mar

NOMBRE COMPLETO DEL PARTICIPANTE: Joel Hernández González

EDAD: 17

DOMICILIO PARTICULAR: Calle: Flor de membrillo #09 colonia: El girasol.

Lázaro Cárdenas Michoacán cd 60985

CORREO ELECTRÓNICO: jh612519@gmail.com

NÚMERO TELEFÓNICO PERSONAL: 7531155858

NÚMERO TELEFÓNICO DE UN FAMILIAR CERCANO: 7531672744


Mateo y el Mar

Había una vez, en un remoto pueblo costero, un joven pescador llamado Mateo, que su vida

giraba en torno al mar. Cada mañana remaba en su pequeña barca mar adentro con la

esperanza de una pesca abundante ya que era su forma de sustento. Sin embargo, un día,

antes de irse a pescar, se percató de que había unas cuantas basuritas plásticas regadas por

la orilla del mar aunque las recogió no le dio demasiada importancia aunque vaya sorpresa

descubrió cuando ya estaba mar adentro pescando, se percató de que lo único que había

pescado eran botellas y bolsas plásticas, al regresar a la orilla, se encontró con más desechos

plásticos.

Inquieto por la salud de su querido océano, Mateo decidió tomar cartas en el asunto.

Comenzó a limpiar las playas con la ayuda de los niños del pueblo, enseñándoles la

importancia de preservar la naturaleza. Sin embargo, cada plástico recogido y cada envase

reciclado no era ni una pequeña parte de la basura que recibía su playa día a día.

Un día, mientras pescaba, encontró una tortuga marina atrapada en una red de pesca.

Luchó durante horas para liberarla y observando cómo el animal, una vez liberado, nadaba

ágilmente hacia el horizonte. Este evento marcó un punto de inflexión en la conciencia de

Mateo. Se dio cuenta de que el mar no solo era su fuente de sustento, sino también un

ecosistema complejo que requería protección.

Y aunque decidió reunir a los pescadores del pueblo para que juntos establecieran un

programa de pesca sostenible que respetaba los ciclos naturales de reproducción y permitía

que las especies marinas se recuperaran. La presencia de desechos en los mares era
desgarradora. A medida que se sumergía más en la limpieza de la playa, descubrió que una

gran parte de la basura provenía de fábricas y barcos cercanos que vertían sus residuos

directamente al mar. Sorprendido y consternado por la magnitud del problema, decidió

abordar el problema de raíz.

Mateo se embarcó en una campaña de sensibilización dirigida a las empresas locales,

destacando el impacto devastador de la contaminación marina en la vida marina y en la

salud de la comunidad. A pesar de sus incansables esfuerzos por concienciar a las empresas

locales, algunas de ellas continuaron vertiendo desechos al mar, lo que le causó una

profunda tristeza. Aunque la situación no se resolvió por completo, Mateo y su comunidad

lograron despertar la conciencia de más personas en el pueblo.

Con la ayuda de voluntarios y jóvenes comprometidos, Mateo amplió su campaña de

limpieza de playas y promovió una cultura de responsabilidad ecológica en la comunidad. A

pesar de la persistencia de la contaminación, vio cómo la comunidad se unía para proteger

el mar y su vida marina. Aunque la batalla aún no estaba ganada, la solidaridad y la

determinación de la gente le dieron esperanza de un futuro más limpio y sostenible.

Aunque algunas empresas no cambiaron sus prácticas de inmediato, la labor incansable de

Mateo ganaba impulso convirtiéndose en un modelo a seguir para otros pueblos costeros

en la región. Pronto, su enfoque integral para abordar la contaminación marina se convirtió

en un caso de estudio para organizaciones ambientales y académicas que buscaban replicar

su éxito en otras comunidades costeras.


Así fue que atrajo la atención de organizaciones ambientales a nivel regional. Gracias a su

compromiso y su habilidad para movilizar a la comunidad, logró establecer una asociación

con un grupo de científicos marinos y expertos en conservación. Juntos, crearon un

programa de monitoreo de la salud marina que recopilaba datos cruciales sobre la calidad

del agua y la biodiversidad marina en la región.

El programa no solo ayudó a identificar las áreas más afectadas por la contaminación, sino

que también generó evidencia científica sólida que respaldaba las demandas de Mateo

sobre la necesidad de una acción urgente. Con el respaldo de la evidencia recopilada, Mateo

y su equipo se acercaron a las autoridades locales para presionar por regulaciones más

estrictas en cuanto al vertido de desechos industriales y medidas de protección marina.

Su persistencia y el apoyo de la comunidad finalmente dieron frutos cuando las autoridades

implementaron regulaciones más rigurosas para controlar la contaminación marina. Se

formaron comités locales de vigilancia ambiental que supervisaban de cerca las actividades

de las empresas y los barcos en la región. Estos comités tenían el poder de imponer

sanciones a aquellos que violaban las regulaciones y de implementar políticas de limpieza

más estrictas en las playas.

Con el tiempo, Mateo y su equipo lograron reducir significativamente la cantidad de

desechos que llegaban a las playas y al mar. La vida marina comenzó a mostrar signos de

recuperación y la comunidad se enorgullecía de los logros que habían alcanzado juntos.

Mateo se convirtió en un símbolo de esperanza.


Recordaron a todos que la protección del mar y la vida marina requería un esfuerzo

conjunto y continuo, y que cada pequeña acción importaba, incluso en medio de

desafíos persistentes.

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