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LA PERSEVERANCIA

Perseverar es un principio del reino de Dios, el nos manda a ser contantes y no desmallar nunca.

Comúnmente somos muy fáciles para abandonar las cosas que emprendemos, la mayoría de las
veces apenas se nos presentan los inconvenientes ya nos damos por rendidos.

Dios quiere enseñarnos que esa no es la forma de enfrentar la vida y menos en el caminar
cristiano. Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y salvador todo cambia y una de esas
cosas es que debemos poner en práctica la perseverancia.

La biblia declara que el camino de la salvación es muy angosto, yo diría que hay que entrar y
caminar de perfil o de costado para poder entrar de lo angosto que es este camino, eso quiere
decir que se van a presentar muchos inconvenientes:”En el mundo tendréis aflicción …” declara la
palabra de Dios, ósea que para llegar a la salvación hay que pasar un campo minado , o correr una
maratón con obstáculos, el camino no es fácil por eso Dios nos llama a perseverar hasta el fin.
Miren como lo dice su palabra:

“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este
será salvo”. Mt: 1022.

También encontramos estas palabras en Mateo 24:13, Apocalipsis 2:7, Marcos 13:13. Este énfasis
de Dios en la perseverancia para lograr la salvación tiene su sentido porque el enemigo anda como
león rugiente buscando a quien devorar, el trabajo constante del tentador es hacer que perdamos
este galardón, que nos apartemos de Dios, por eso hay que no solo estar atentos ante las trampas
del Diablo sino ser constantes, ser perseverantes. Por eso el Señor Jesús nos manda a edificar
nuestra vida sobre la roca que es su palabra que es nuestro fundamento, nuestra fuerza y apoyo
para cuando lleguen los momentos difíciles. Estando firmes sobre su palabra pueden venir los
problemas que sean, las tormentas más duras y esa palabra nos ayudara a estar firmes, nos hará
perseverar hasta el fin.

Otro aspecto que el Señor nos manda a ser perseverantes es en la oración. A menudo somos muy
indisciplinados en la oración, tomamos un tema para orar y cuando vemos que la respuesta no
llega en el tiempo que queremos abandonamos la oración, muchos dicen_ Esto no era la voluntad
de Dios_ así no funciona el reino, cuando Dios coloca una causa para orar en nuestro corazón es
para que oremos constantemente, todos los días hasta que veamos cumplida nuestra petición.

Jesús nos dejo una parábola sobre la oración perseverante; conto sobre una viuda que le pidió
justicia a un juez por mucho tiempo hasta que el juez se canso y le hizo justicia. El pasaje lo
encontramos en Lucas capitulo 18:1-8.

Los versos seis y siete dicen: “Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no
hará justicia a sus escogidos, que claman a el día y noche? ¿Se tardara en responderles?
Esta parábola de la viuda perseverante nos enseña que debemos orar siempre hasta que Cristo
regrese. Dios desea que clamemos a El día y noche sin desmallar hasta lograr que se cumpla la
promesa.

La forma en que debemos perseverar en oración la encontramos en el evangelio de Mateo.

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallareis, llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su
hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre
que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:7-11

He escuchado muchos religiosos decir que a Dios no se le pide nada, eso es todo lo contrario de lo
que la biblia nos enseña. Lo que vemos en estos dos pasajes tanto de Lucas como de Mateo es que
debemos ser perseverantes en la oración, los verbos, Pedid, llamad y buscad del pasaje descrito en
Mateo, están en imperativo y en presente lo que quiere decir que es una orden pedir, llamar, y
buscar siempre.

Dios como nuestro Padre, desea que siempre le pidamos todo aquello que necesitamos, que
nunca nos cansemos de buscarlo en oración perseverante, porque El no solo nos escucha sino que
nos responde las oraciones.

Un punto importante en el que también debemos ser perseverantes, es en la meditación de la


palabra de Dios.

La mayoría de los cristianos somos ignorantes de la palabra de Dios. Esto tiene sus consecuencias,
si no leemos y meditamos con perseverancia las escrituras, no conocemos a Dios, nuestra fe es
muy débil porque la fe viene del oír el mensaje de la palabra de Dios. La escritura nos dice muy
claramente que el pueblo de Dios perece por falta del conocimiento de la palabra de Dios.

Las iglesias estén llenas de personas que solo toman la biblia los domingos para ir al culto, y el
resto de la semana ni se acuerdan de que existe. Estos cristianos son muy débiles en la fe por
cuanto no conocen las promesas de Dios para su vida, no tienen las fuerzas para soportar las
tempestades, ni para resistir las tentaciones cuando estas se presentan. En fin son presa fácil para
caer en las garras del enemigo.

Si usted es un creyente en Dios, no se conforme con la palabra que le da el pastor domingo a


domingo, busque usted su alimento todos los días con el mismo interés que alimenta su cuerpo
tres veces por día. La palabra de Dios es eso: pan de vida para el espíritu.

El Salmo numero uno nos da el testimonio de los frutos que nos deja el ser perseverantes en
meditar la palabra de Dios.

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;


Sino que en la ley de Jehová esta su delicia,

Y en su ley medita de día y de noche.

Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperara”.

La meditación en la palabra de Dios dice aquí en este salmo que debe ser de día y de noche,
constante y perseverante para que seamos como un árbol plantado junto a un rio, dando mucho
fruto y prosperando en todo lo que hagamos.

Otro Salmo el ciento diecinueve dice que la palabra es lámpara y luz en nuestro camino, es una
guía que nos conduce en medio de la oscuridad. ¿Si no tenemos esa lámpara, esa luz, esa guía
para el camino? ¿Quién o qué nos guiara en medio de esta generación perversa y pecadora?

Jesús el hijo de Dios se defendió de la tentación en el desierto con la palabra, si él la necesito


nosotros con más razón debemos ser contantes en leer y meditar las escrituras.

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