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AMNESIA

Autor: Amado Nervo

Versión del guion: Ruth Gisela Vidal Sánchez

PERSONAJES:

• Pablo: Esposo de Luisa/Blanca


• Luisa/Blanca: Esposa del Pablo.

Escena 1

(Entra Pablo enfrente de la casa de campo)


Pablo: Me enamoré perdidamente de una mujer que no me convenía -ni a mi ni a nadie-,
pero que quizá nadie pudo haber amado más que yo.

Pablo: Soporté su mal carácter hasta donde existió... sí, hasta que existió, pues Luisa dejó
de existir.

Pablo: Luisa, una mujer de tal hermosura que hizo que valiera la pena soportar por dos
penosos años la convivencia con ella, que me arruinaba económica, física y moralmente

Pablo: Pero... tras el parto para dar a luz a nuestra niña sufrió una hemorragia severa, se
salvó por milagro, pero quedó en un estado de debilidad tan grande
que un mes después apenas sí podía penosamente andar., seguida de una
anemia cerebral que finalmente vino a causar daños en su memoria.

Pablo: Llegó lo esperado con angustia: la amnesia completa. El alma de


Luisa Núñez: aquella alma frívola, locuela, mariposeante, cruel a veces… ya
no existía.
Pablo: Hasta que vino a nacer una nueva mujer, a la que llamé amablemente Blanca.
Blanca era, en definitiva, la persona opuesta a Luisa; terminó siendo la respuesta a mis
plegarias, a quien pude re-educarla como si se tratara de una niña a su más noble parecer.

Pablo: varias veces, con disculpable egoísmo, había yo sentido, el miedo, el


pánico ante la posibilidad de que «Luisa» recobrase sus potencias.
Escena 2
(Plaza San Pablo)
Blanca: una sensación muy extraña. Me ha parecido en un momento
dado, con claridad como de relámpago, muy penosa, que esta plaza la
había yo visto, contigo, como en Venecia…

Blanca: Tal vez son recuerdos de vidas anteriores…como tú has dicho antes ¡Quién
sabe si tú y yo nos amamos ya en otra vida,

Blanca: Debimos entonces amarnos mucho, ¿verdad? puesto que nuestro amor
ha durado hasta hoy… y aun ha crecido...

Blanca: (con un acento de verdadera angustia y desolación) ¡Pablo, yo ya


he visto esto, seguramente contigo!

Blanca: Pablo, no es una ilusión; yo he visto esto… yo he estado aquí. ¡Quién


soy yo, Pablo! Tengo miedo… ¡Quién soy yo!

Escena 3

Pablo: Volvimos a nuestro rinconcito campestre. Y fue ahí que comprendí que
ya no era Blanca, sino Luisa quien me llamaba

Luisa: ¡Pablo! ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué jardín,
¿qué árboles son éstos?… Vamos, habla, ¿por qué no respondes?
Luisa: (Mira a niña en su regazo) ¡Por Dios! ¡Hija mía! ¡Hija mía! ¡Hija mí... (Colapsa)

Escena 4
Pablo: En mi egoísmo, casi me hubiera alegrado de que aquellos
comienzos de lozanía remitiesen, y con la debilidad y la anterior languidez,
mi Blanca siguiese existiendo y no asomara, entre relámpagos de horrible
lucidez, la Luisa torturadora.

Pablo: (Mira luisa en cama) ¿Pero acaso no era mejor esto que su
desvanecimiento irremediable para ceder su puesto a Luisa? A lo menos
ahora moría amándome, dejándome el más santo y perfumado recuerdo.
Pablo: Temo equivocarme y esperé con infinita angustia que se abriesen
aquellos labios descoloridos, que iba ya a sellar la eternidad.

Blanca: Pablo, mi Pablo

Pablo: ¿Me quieres? ¿Eres siempre mi «Blanca», la «Blanca» de mi


corazón?

Blanca: Siempre tu Blanca...siempre, si… em… pre. (Muere)

FIN

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