Está en la página 1de 4

VIA CRUCIS (libro)

A la veracidad se oponen, sobre todo, la Voces relacionadas: Apostolado; Caridad; Fide-


simulación, la hipocresía, la ironía, los lidad; Fortaleza; Justicia; Medios de comunica-
atentados contra la fama del prójimo y la ción social; Sinceridad.
mentira.
Bibliografía: AD, 82-83; C, 394-398; S, 567-
San Josemaría previene especial-
607; Aurelio Fernández, Diccionario de Teología
mente contra dos manifestaciones, des- Moral, Burgos, Monte Carmelo, 2004, pp. 1404-
graciadamente bastante extendidas, de 1410; Jesús García López, La verdad. Tomás de
la mentira. La primera consiste en no dar Aquino, Pamplona, Servicio de Publicaciones
importancia a las pequeñas mentiras, a las de la Universidad de Navarra, 1996.
que a veces se califica incluso de “piado-
Tomás TRIGO
sas”: “No puedo creer en tu veracidad, si
no sientes desazón, ¡y desazón molesta!,
ante la mentira más pequeña e inocua, que
nada tiene de pequeña ni de inocua, por- VIA CRUCIS (libro)
que es ofensa a Dios” (S, 577). La segunda
consiste en decir la verdad a medias, por 1. Historia del libro. 2. Contenido. 3. Diná-
cobardía o falta de sencillez: “De acuerdo, mica interna. 4. Estilo literario. 5. Difusión.
dices la verdad «casi» por entero... Luego
Via Crucis, de san Josemaría Escrivá
no eres veraz” (S, 330). “Dices una verdad de Balaguer, fue publicado en Madrid por
a medias, con tantas posibles interpreta- la Editorial Rialp, en 1981, seis años des-
ciones, que puede calificarse de... menti- pués de la muerte de su autor, con prólogo
ra” (S, 602). de Álvaro del Portillo, su sucesor al frente
En muchos lugares de sus escritos, san del Opus Dei.
Josemaría se refiere también a los atenta-
dos contra la fama del prójimo –la difama- 1. Historia del libro
ción y la calumnia–, y nos proporciona un
En una primera versión algo distinta de
criterio tan sencillo como eficaz para evitar
la definitiva, Via Crucis había sido publica-
esos pecados: “No hagas crítica negativa:
do entre 1960 y 1962 en Obras, una revista
cuando no puedas alabar, cállate” (C, 443;
para miembros y cooperadores del Opus
cfr. S, 902). Y recuerda que nada justifica
Dei que se confecciona en Roma y que lle-
el recurrir a la mentira encaminada a dañar ga a todo el mundo (cfr. Illanes, 2009, pp.
al prójimo; obrar así es propio de personas 272-273). Sobre aquel primer texto, que
falsas y “de cobardes” (cfr. S, 905). san Josemaría pronto descartó difundir
Por último, cabe señalar una dimen- por juzgarlo demasiado largo, trabajó con
sión de la veracidad sobre la que san Jose- el objeto de pulirlo y acortarlo. Sin embar-
maría ha insistido frecuentemente en sus go, san Josemaría murió en 1975 sin haber
enseñanzas: la sencillez. Es el acuerdo en- llegado a un texto definitivo.
tre las íntimas intenciones de la persona y Pasados unos años, Álvaro del Portillo
su expresión y realización. San Josemaría decidió publicar como libro esas conside-
la considera como “la sal de la perfección” raciones sobre el via crucis, con las modi-
(C, 305), virtud indispensable para ser niño ficaciones introducidas por san Josemaría
delante de Dios (cfr. C, 868), que hace al o derivadas de sus indicaciones. Además,
hombre capaz de recibir el mensaje de a continuación de cada una de las cator-
Cristo (cfr. AD, 90); una virtud que ha de ce estaciones tradicionales del via crucis
ejercitarse de modo especial en la direc- añadió cinco “puntos de meditación”:
ción espiritual para manifestar las propias textos para la oración personal tomados
miserias (cfr. C, 932). de la predicación oral de san Josemaría o

1253

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


VIA CRUCIS (libro)

de otras consideraciones suyas recogidas los flamencos Léon-Louis Hendrix y Frans


por escrito. Vinck, autores del sugestivo via crucis de la
catedral de Amberes (1866); y otros actua-
2. Contenido les, como la germano-holandesa Gertrud
Januszewski, el español Simón Berasaluce
Via Crucis se presenta como un libro o el italiano Romano Cosci.
compuesto por los comentarios a las ca-
torce estaciones del via crucis, tradicio-
nales desde los siglos XVII y XVIII, que 3. Dinámica interna
ocupan dos o tres páginas cada uno; los Analizando los comentarios de san
puntos de meditación, que vienen a conti- Josemaría a las estaciones del via crucis,
nuación y que llenan otras dos o tres pági- se reconoce un esquema unitario, aunque
nas; y, antes de cada estación, en página no inalterable, de progresiva interioriza-
exenta, el nombre de la estación y una re- ción: normalmente san Josemaría arran-
presentación artística de la correspondien- ca con unas pinceladas de contexto que
te escena. describen –desde fuera, por así decir– los
Al comienzo del libro, como texto in- hechos, lo que sucedió; a continuación
troductivo y en página aparte, se incluyen presenta un primer plano del protagonista
unas palabras de san Josemaría de encen- del drama, Jesucristo, y subraya sus sen-
dida espiritualidad que ponen directamen- timientos íntimos; por último, dirige la mi-
te al lector en oración: “Señor mío y Dios rada a sí mismo y al lector del libro, “tú y
mío, bajo la mirada amorosa de nuestra yo”, dos amigos de Jesucristo moralmen-
Madre, nos disponemos a acompañarte te obligados a identificarse con sus sen-
por el camino de dolor, que fue precio de timientos. En el paso de Jesucristo a “tú
nuestro rescate. Queremos sufrir todo lo y yo” se hace presente a veces la Virgen:
que Tú sufriste, ofrecerte nuestro pobre sobre todo en las últimas escenas, tras la
corazón, contrito, porque eres inocente y muerte de Jesús.
vas a morir por nosotros, que somos los El comentario a la primera estación,
únicos culpables. Madre mía, Virgen do- por ejemplo, comienza así: “Han pasado
lorosa, ayúdame a revivir aquellas horas ya las diez de la mañana. El proceso está
amargas que tu Hijo quiso pasar en la llegando a su fin. No ha habido pruebas
tierra, para que nosotros, hechos de un concluyentes. El juez sabe que sus enemi-
puñado de lodo, viviésemos al fin in liber- gos se lo han entregado por envidia...”. La
tatem gloriæ filiorum Dei, en la libertad y relación de los acontecimientos prosigue
gloria de los hijos de Dios”. en ese mismo tono, linealmente, hasta el
El texto está precedido por el prólogo momento de la condena a muerte del acu-
de Álvaro del Portillo, que da algunos ­datos sado: “Y después de haber hecho azotar a
sobre la historia del texto y, sobre todo, sub­ Jesús, lo entrega para que lo crucifiquen.
raya su profundo sentido espiritual como Se hace el silencio en aquellas gargantas
guía a la meditación de la Pasión de Cristo. embravecidas y posesas. Como si Dios es-
Las ilustraciones de la primera edición tuviese ya vencido”.
española (1981) fueron las del via crucis de A partir de este momento, el lector es
la iglesia de San Polo, de Venecia, reali- introducido en los sentimientos de Cristo:
zado por Giandomenico Tiepolo en 1747. “Jesús está solo. Quedan lejanos aquellos
En ediciones posteriores del libro han sido días en que la palabra del Hombre-Dios po-
reproducidas también representaciones nía luz y esperanza en los corazones, aque-
del via crucis de otros artistas: antiguos llas largas procesiones de enfermos que
unos, como Vicente López (1772-1850), eran curados, los clamores triunfales de Je-
Johann Friedrich Overbeck (1789-1869) o rusalén...”. El comentario termina apelando

1254

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


VIAJES APOSTÓLICOS

a los sentimientos del lector y del propio proceso gradual, hasta su práctica desapa-
autor: “¡Si los hombres hubieran querido rición en los compases finales del drama–,
dar otro curso al amor de Dios! ¡Si tú y yo demuestra una gran eficacia comunicativa.
hubiésemos conocido el día del Señor!”.
Comparándolo con Santo Rosario 5. Difusión
(1934), otro libro de san Josemaría cons- Desde su salida en 1981, de Via Crucis
truido a partir de una concreta devoción se han publicado medio millón de ejempla-
cristiana y para ayudar a vivirla, se puede res en veintiséis idiomas. A poca distancia
decir que en Via Crucis el paso desde lo de la primera edición española vieron la
exterior a lo interior es más gradual. En luz las traducciones portuguesa, alemana,
Santo Rosario, el lector y el autor (“tú y italiana, japonesa, francesa, inglesa y neer-
yo”) aparecen a menudo en las escenas landesa. Después de 1985, Via Crucis fue
ya desde el primer momento y son inter- traducido al catalán y al croata, y en los
pelados continuamente; en cambio en Via
años noventa al chino, al polaco, al ruso
Crucis, como se ha dicho, son convocados
y a otros idiomas más minoritarios (checo,
sólo al final de cada estación.
finés, eslovaco, lituano y sueco). En la pri-
Los puntos de meditación desarrollan mera década del nuevo siglo, el Via Crucis
algunas ideas ya aparecidas en el comen- de san Josemaría ha seguido publicándo-
tario a la estación o introducen en otros as- se en nuevos idiomas: árabe, húngaro, es-
pectos de la Pasión, siempre relacionados loveno, estonio, armenio, gallego, euskera
con la escena que se contempla. y malayalam.

4. Estilo literario Voces relacionadas: Escritos de san Josemaría:


Descripción de conjunto.
Tratándose de un libro escrito para re-
zar, más que para leer, no hay en Via Cru-
Bibliografía: Cornelio Fabro, “Via Crucis: la
cis, comenta Ibáñez Langlois, “ningún afán «contemporaneidad» del cristiano con Cristo”,
literario programático –nada, digamos, que en Miguel Ángel Garrido Gallardo (coord.), La
se asemeje a Figuras de la Pasión del Se- obra literaria de Josemaría Escrivá, Pamplona,
ñor de Gabriel Miró–, sino sólo un talento EUNSA, 2002, pp. 175-187; José Miguel Ibáñez
literario espontáneo y casi indeliberado Langlois, Josemaría Escrivá como escritor, Ma-
que se asume y subordina del todo a su fin drid, Rialp, 2002; José Luis Illanes, “Obra escri-
propio: expresar y facilitar la devoción por ta y predicación de san Josemaría Escrivá de
Cristo Crucificado” (Ibáñez Langlois, 2002, Balaguer”, SetD, 3 (2009), pp. 272-274; Lucas
pp. 81-82). Francisco Mateo-Seco, “Via Crucis” (recensión),
ScrTh, 13 (1981), pp. 736-738.
Es ahí, en efecto, en ese “expresar y
facilitar la devoción por Cristo crucifica- Alfredo MÉNDIZ
do”, donde se encuentra la clave no sólo
del contenido del libro, sino también de su
forma literaria. En Via Crucis, naturalmente,
hay mucha experiencia del autor: mucha VIAJES APOSTÓLICOS
devoción personal expresada. Pero esa
1. Viajes desde Burgos (1938-1939). 2. Via-
devoción personal es, a la vez, devoción jes desde Madrid por España y Portugal
participada, facilitada a los fieles, y es este (1939-1946). 3. Viajes desde Roma por Eu-
aspecto el que el autor ha privilegiado en ropa (1946-1958).
sus opciones formales. En este sentido, el
rasgo estilístico seguramente más destaca- Entendemos por viajes apostólicos, en
do de Via Crucis, su lenguaje conciso, a ve- el contexto de la historia de san Josemaría
ces sincopado, sin apenas adjetivos –en un y del Opus Dei, los desplazamientos reali-

1255

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei


Aviso de Copyright

Cada una de las voces que se ofrecen en esta Biblioteca Virtual


forma parte del Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer y
son propiedad de la Editorial Monte Carmelo, estando protegidas
por las leyes de derecho de autor.

Biblioteca Virtual Josemaría Escrivá de Balaguer y Opus Dei

También podría gustarte