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1897-1932
TESIS
Presenta
CLAUDIA MINELLI CAMPOS GUZMÁN
Directora de tesis:
Dra. Silvia Isis Saavedra Luna
Esta investigación analiza la relación del sonido durante los primeros años del desarrollo
del espectáculo cinematográfico, a partir del caso experimentado en la ciudad de Morelia
entre los años de 1897 y 1932. Al explorar el análisis del cine más allá de su designación
primaria de silente, la tesis reconstruye temporal y socialmente los lugares de proyección
donde el espectáculo era acompañado de música en directo o a través del fonógrafo, o bien,
un narrador explicaba lo que se observaba en la pantalla.
2
Abstrac
This research analyzes the relationship of sound during the first years of the development of
the cinematographic spectacle, from the case experienced in the city of Morelia between the
years of 1897 and 1932. By exploring the analysis of cinema beyond its primary
designation of silent, the thesis reconstructs temporarily and socially the places of
projection where the show was accompanied by live music or through the phonograph, or a
narrator explained what was observed on the screen.
From the theoretical perspective of the indiciario paradigm and with a methodology
of documentary review of archival and hemerographic sources, the relationship between
sound and cinema was observed in Morelia from the beginning of the socialization of the
show, through different ways to musicalize it. When doing the theoretical review and
documents it could be seen that for the case of Moreliano was a constant practice the
combination of musical pieces with projection of cinematographers, on which the relevance
of this work is justified.
3
Índice
Agradecimientos ..................................................................................................................... 7
Introducción .......................................................................................................................... 10
4
3.3.2.-El Cine Club o Cine Ópera ............................................................................................. 82
3.3.3.-Salón París ...................................................................................................................... 88
El mundo escucha la pantalla, la transición del cine mudo al sonoro en Morelia ................ 92
Anexo I. Detalle del mapa del actual centro histórico de Morelia ..................................... 133
5
A mi madre, mujer que forjó en mí el ejemplo de fortaleza, entereza y amor
A mis hijos Rafael, Leonardo y Fátima, con todo el amor y la entrega que siempre tendrán
de mí
6
Agradecimientos
7
agradecida con la Doctora Tania Ruiz Ojeda, quien sembró en mí la pasión por los estudios
de cine en nuestra ciudad natal.
De forma efusiva, expreso mis agradecimientos a la Doctora Isis Saavedra por confiar
en mi proyecto de investigación, por haber aceptado asesorarme aún cuando llegué con
tanto enredo y dudas acerca de cómo proseguir mi tesis. Gracias por la paciencia, la
confianza, el impulso y el entusiasmo.
Agradezco también a mis compañeros de grupo con quienes no sólo compartí ese
amor por el estudio de los hechos del pasado, sino también las mieles y hieles de la vida
estudiantil universitaria: Lucero, Natalia, Margarita, Teresa, Diana, Obed, Jairo, Carolina,
José, Marco. Quedan en mi mente y corazón experiencias inolvidables que atesoro con gran
cariño.
Gracias a mi esposo David Baltazar, por creer en mí; por siempre impulsarme en los
momentos de duda; por tener la paciencia de guiarme en el proceso de construcción de este
trabajo; por la dedicación y motivación en cada uno de los pasos que emprendí para
forjarlo.
8
Finalmente, quiero agradecer a mi madre por siempre apoyar mis decisiones y
ayudarme a alcanzar mis metas; ésta, sin duda, es una de ellas. Mamá, gracias por tu
ejemplo, amor, comprensión y entrega.
9
Introducción
El nacimiento del cine suele ser, desde hace varios años, un interés de estudio desde
enfoques sociológicos, iconográficos, psicológicos, económicos, filosóficos, históricos, de
análisis cinematográficos, etcétera. Muchas son las características que llaman la atención a
estos estudiosos: la producción, recepción, conformación, distribución, comercialización y
demás fenómenos en torno a su desarrollo. Pero sin duda lo que nos sigue impactando son
sus alcances como medio de comunicación y su capacidad de servir como lenguaje
universal. Esta característica es una de las que ha permitido su permanencia en la historia,
ya que cada nación ha plasmado por medio del cine, su visión del mundo, sus fantasías,
miedos, ideales, realidades, inquietudes e incluso identidades.
Dentro de los elementos constitutivos de un film, uno de los más destacables y que
últimamente ha llamado la atención entre el conocimiento científico, es el aspecto del
sonido en el cine, desde el nacimiento de éste hasta nuestros días. Pues bien, ¿qué se puede
decir de la relación que el cine sostuvo en los primeros años de su existencia con el
sonido?1 Desde su nacimiento hasta 1927, con la sincronización entre imagen y sonido, se
le conocería como cine silente, sin embargo no se puede entender dicho término en el
estricto sentido de la palabra, ya que existen múltiples ejemplos de la presencia del sonido
en las funciones cinematográficas.
1
Según el diccionario de la Real Academia Española el sonido es: “la sensación producida en el órgano del
oído por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico como el aire.”
http://dle.rae.es/?id=YMV5Hqd. Dicha definición nos hace apoyarnos en la teoría del paisaje sonoro o medio
ambiente sónico realizada por R. Murray Schafer, el cual está formado por los distintos tipos de sonido de un
entorno determinado, esta teoría será desarrollada más adelante al momento de definir los conceptos guías de
nuestra investigación. Véase: Schafer, R. Murray, El nuevo paisaje sonoro, un manual para el maestro de
música moderno, Canadá, Ricordi, 1969.
10
explicara cuadro por cuadro lo que se veía en pantalla y en ocasiones hasta simulara las
voces de los personajes.2
Al hacer la revisión de fuentes se pudo apreciar que para el caso de Morelia fue una
práctica constante la combinación de piezas musicales con proyección de cinematógrafos y
en vista de que dicho fenómeno no ha sido estudiado, esta investigación tiene como
principal objetivo precisar la importancia que el sonido, y en particular la música que tuvo
el cine silente.
Se tomó como punto de arranque el año de 1896 por ser la fecha en que se presenta
por primera vez el cinematógrafo en Morelia, ya que desde finales del siglo XIX se observa
el interés por combinar imagen en movimiento y sonido, pues los primeros empresarios
trashumantes en casi todas las ocasiones buscaban contratar a un conjunto musical para
incluirlo en sus funciones. Así mismo ocurrió con la aparición de los primeros salones de
cine en Morelia, quienes además incluían números de baile o zarzuela principalmente.
Como fecha de cierre se toma el año de 1932 en que se proyecta por primera vez en
Morelia una película sonora de origen mexicano: “Santa”,5 realizada en 1931, dirigida por
Antonio Moreno, protagonizada por Lupita Tovar y musicalizada por Agustín Lara. A lo
2
Chion, Michel, La música en el cine, Barcelona, Paidós, 1997.
3
Era un aparato que consistía en una caja de mediano tamaño que contenía en su interior un sistema de
bobinas que arrastraban una cinta de película, la cual era reflejada con una luz hacia un cristal magnificador,
mismo que podía ser observado por una mirilla en la parte alta de la caja de madera y así apreciar la secuencia
de imagen en movimiento al hacerla funcionar mediante una manivela a un lado de la misma.
4
Chion, Michel, La música en el cine…Óp. Cit. p. 39.
5
Cinta inspirada en la novela homónima escrita por Federico Gamboa. de dicha pieza literaria se habían
realizado dos versiones cinematográficas que pertenecen al cine mudo y de las cuales se hablará con más
detalle dentro del capitulado de la investigación.
11
largo del análisis del periodo se realiza un seguimiento de la evolución de la musicalización
del cine por medio de los datos que permiten visualizar la actividad cinematográfica en
Morelia.
Dentro de la historiografía mexicana del cine existen excelentes trabajos que nos
ayudan a comprender la importancia de este en diferentes tiempos históricos. En el caso de
la etapa silente las investigaciones se enfocan en observar, analizar y señalar la influencia
que recibe del contexto, la evolución en las formas de producir, el posible impacto en el
público y su cotidianidad. Pero hasta el momento poco se ha considerado en todo ello la
influencia que el sonido tuvo en tales procesos. Es por eso que esta investigación indaga tal
elemento, por considerarlo en igualdad de importancia con otros como el argumento, la
estética, la técnica actoral, la escenografía etcétera.
12
estudios que relatan la transición del cine silente al sonoro en el caso de México, y
finalmente se exponen las investigaciones sobre historia de cine mudo.
Los dos teóricos que ayudaron a ubicar el tema de investigación dentro de las teorías
de las ciencias audiovisuales son Michel Chion y Theodor W. Adorno. El primero fue uno
de los principales defensores de la idea de que el cine y el sonido comparten una estrecha
relación desde el nacimiento del primero, ya que la música en directo sería una de las
características de las funciones de cine de la época silente; por otro lado, sostiene que
gracias a ella se puede lograr cristalizar colectivamente las reacciones del público, al captar
su atención sobre un detalle, sobre un personaje o una acción.6 Sus planteamientos serán la
guía para detectar en el caso moreliano las formas en que se presentó el sonido en las
funciones de cine.
Adorno cuenta con una teoría acerca de la importancia de la música en el cine como
producto de la cultura de masas y cómo es que ésta se ve reflejada en las artes del cine y la
música. A pesar de que no habla sobre la etapa silente del cine, su postura es realmente
muy parecida a la que desarrollaría años después Chion, acerca de enfatizar la importancia
de la sonorización en un film, pues consideraba que el análisis de las formas técnicas de
una película (guion, sonido, imagen, fotografía, entre otras) dan cuenta de determinadas
tendencias sociales, ideas y comportamientos colectivos.7
6
Chion, Michel, La música en el cine…Óp. Cit.
7
Adorno, Theodor W. El cine y la música, Madrid, Editorial Fundamentos, 2003.
8
Sánchez García, José María, (Edición facsimilar de las crónicas de) Historia del cine mexicano (1896-
1929), compilación, introducción e índices de Federico Dávalos Orozco y Carlos Arturo Flores Villela,
México, UNAM, 2013.
9
García Riera, Emilio, Historia Documental del Cine Mexicano, México, Era, 1969.
13
que forma la historia del cine en el país. Dentro de esta corriente que se denomina como
10
historia social del cine en México se encuentran autores como Aurelio de los Reyes,
Eduardo de la Vega Alfaro,11 y Ángel Miquel.12 Mención adicional de Emilio García
Riera13 y de Juan Felipe Leal14 con sus anales del cine en México.
10
De los Reyes, Aurelio, Los orígenes del cine Mexicano (1896-1900), México, FCE, 1983; Filmografía del
Cine Mudo Mexicano, Tomo I 1896-1920, México, Filmoteca de la UNAM, 1986; Filmografía del Cine Mudo
Mexicano Tomo II, 1920-1924, México, Dirección General de Actividades Cinematográficas, UNAM, 1994;
Filmografía del Cine Mudo Mexicano Tomo III, México, Dirección General de Actividades Cinematográficas,
2000; Medios Siglo de Cine en México 1896-1947, México, Trillas, 1991; Gabriel Veyre, representante de
Lumière, cartas a su madre, México, Instituto Mexicano de Cinematografía, Filmoteca de la UNAM,
Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, 1996; Cine y Sociedad en México (1896-1920),
Vol. II Bajo el mismo cielo (1920-1924), México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1994; Cine y
Sociedad en México (1896-1920), Vol. I Vivir de sueños 1896-1920, México, UNAM, Instituto de
Investigaciones Estéticas, 2000; entre muchos otros.
11
De su producción se tomarán los correspondientes a las memoria de los Coloquios de cine regional en
México, por ejemplo, De la Vega Alfaro, Eduardo, Microhistoria del cine en México, México, UNAM,
CONACULTA, IMCINE, Universidad Autónoma de Guadalajara, 2001.
12
Miquel Ángel, Los Exaltados. Antología de escritos sobre cine en periódicos y revistas de la ciudad de
México 1896-1929, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1992; Salvador Toscano, México, Universidad
de Guadalajara, Gobierno del Estado Puebla, Universidad Veracruzana, Dirección General de Actividades
Cinematográficas UNAM. 1997; Acercamientos al Cine Silente Mexicano, Cuernavaca, Universidad
Autónoma de Morelos-Facultad de Artes, 2005.
13
García Riera Emilio, Breve Historia del Cine en México, primer siglo 1897-1997, México, CONACULTA,
IMCINE, Canal 22, Universidad de Guadalajara, 1998.
14
Leal, Juan Felipe, et. al., 1895: El cine antes del cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002; 1896: El vitascopio y el cinematógrafo en México,
Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002;
1897: Los primeros exhibidores y camarógrafos nacionales, Colección Anales del Cine en México (1895-
1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002; 1899: A los Barrios y la Ciudad, Colección
Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2003; 1902: La
Magia del Cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR,
México, 2003; 1903: El Espacio Urbano del Cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2004; 1901: El Cine y la Pornografía, Colección Anales del
Cine en México (1895-1911).Segunda edición, Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2005; 1898:
Segunda parte, películas de la guerra hispanoamericana, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2006; 1900: El Cine y los Teatros, Colección Anales del
Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2003; 1901: Segunda parte, el
cine se difunde, Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR,
México, 2010.
14
Aunque da pocos datos sobre lugares del interior del país, consideramos que para el caso de
Morelia la situación era similar, debido a que en la época trashumante solían ser las mismas
compañías las que recorrían el centro de la República. Otro estudio que nos da testimonio
del cine en la misma época es el de José María Serralde Ruiz,15 donde realiza un análisis de
las formas de musicalizar al cine en los principales salones y teatros de la Ciudad de
México, desde su llegada a México y hasta 1917.
También se encuentran las investigaciones que han puesto interés en él análisis del
ámbito empresarial en cuyo relato incluyen el fenómeno de transición del cine mudo al cine
sonoro en México, como la de Federico Dávalos Orozco16 quien más nos aporta datos con
su seguimiento de la producción nacional en cuanto a cine sonoro se refiere. Del mismo es
la obra El cine mexicano: una industria cultural del siglo XX17 donde destaca la
importancia de ver al cine como un proceso de producción cultural influenciado por su
contexto y sus alcances, valores e intereses sociales.
En el mismo sentido están los trabajos de Rosario Vidal Bonifaz,18 que analiza la
industria cinematográfica en México. Otro de sus aportes es la obra Surgimiento de la
Industria Cinematográfica y el papel del Estado en México (1895-1994),19 la cual otorga un
panorama general del desarrollo empresarial del cine en México desde su nacimiento hasta
casi cumplir cien años de existencia.
15
Serralde Ruiz, José María, “Música y músicos en los cines de la ciudad de México, 1910-1917”, México,
Tesis de Licenciatura en Piano, Escuela Nacional de Música-UNAM, 2004.
16
Dávalos Orozco Federico, “La fiebre del cine sonoro 1927-1930”, Entropia e Información, Revista en
Línea del Centro de estudios de la comunicación, p. 3,
en:http://medioscomunicacaion.weebly.com/uploads/6/3/0/6/630673/fibredelcinesonoro.pdf. Consultado el 23
de marzo de 2014.
17
Dávalos Orozco Federico, “El cine mexicano: una industria cultural del siglo XX”, México, Tesis de
Maestría en Ciencias de la Comunicación, UNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2008.
18
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro y la creación de nuevas empresas fílmicas en México,
1928-1931”, México, Revista del centro de Investigación, Universidad La Salle, vol. VIII, núm. 29,enero-
julio de 2008, pp. 17 a 28. Consultado el 22 de enero de 2014 en
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34282903.
19
Vidal Bonifaz Rosario, Surgimiento de la Industria Cinematográfica y el papel del Estado en México
(1895-1994), México, Serie de la Historia, Miguel Ángel Porrúa, 2010.
20
Martínez Villa, Juana, “Fiestas Cívicas y Diversiones Publicas en Morelia, 1891-1910”, Morelia, tesis de
licenciatura en Historia, UMSNH-EH, 2002.
15
entretenimiento como fue el cine. Otra tesis de maestría en Historia es la de Tania Celina
Ruiz Ojeda,21 quien se enfoca al análisis del desarrollo del Teatro Salón Morelos, primer
salón creado exclusivamente para la presentación de espectáculos cinematográficos en
Morelia y tocando momentos claves en el desarrollo del cine. Existe el artículo Teresa
Cortes Zavala,22 que aborda la temática del cine en Michoacán, desde su llegada y
primeros años, el segundo enfocándose más a la época en que el aparato se emplea para
hacer y reproducir vistas con temáticas de la Revolución Mexicana.
Por medio del estudio de caso del cine en Morelia, se propone que dicho espectáculo,
desde la época silente, contó con la presencia del sonido, por un lado, el que provocaban los
asistentes con sus movimientos, risas, pláticas, rechiflas o expresión de emociones y
exclamaciones. Por otro, y debido al interés que siempre se mostró por dotar de sonido a las
vistas, las compañías exhibidoras se valieron mayormente de músicos para dar realce a lo
que se observaba en pantalla. Las formas más comunes fueron las orquestas clásicas,
típicas, solistas como pianistas o violinistas o cuartetos y quintetos. En algunos casos
fungían como acompañamiento musical, ya fuera por medio de piezas conocidas o con
creaciones ex profesas para las cintas.
21
Ruiz, Ojeda, Tania Celina, “La Llegada del Cinematógrafo y el Surgimiento, Evolución y Desaparición de
la Primera Sala Cinematográfica (1896-1914)”, Morelia, tesis de maestría en Historia, UMSNH-IIH, 2007.
22
Cortes Zavala, María Teresa, “Ante el ojo de la cámara. Cultura y recreación cinematográfica en
Michoacán”, en: Tzintzun, Instituto de Investigaciones Históricas-UMSNH, Morelia, no. 11, enero-junio de
1990.
16
En otros como números complementarios al realizar oberturas o entreactos. La
música también estuvo presente en la combinación de películas con otros espectáculos
como la zarzuela, el drama, la prestidigitación, los actos circenses, los couplets, entre otras
artes escénicas. Atendiendo a una costumbre de antaño en los espectáculos teatrales, la
siempre activa presencia de la melodía. Por tanto, la sonorización del cine no comenzó al
momento de la sincronización del sonido y la imagen, su antecedente proviene desde el
nacimiento del segundo.
Este trabajo se encuentra inserto en la historia del cine, enfoque teórico metodológico
que ha guiado investigaciones en diversos países desde los años setenta del siglo pasado.
Como lo refiere Aurelio de los Reyes, si bien los estudios históricos cinematográficos
conllevan una parte de historia social, es de señalar que el verdadero objetivo es la historia
del cine, enfocada a estudiar sus distintas ramas de producción, distribución, exhibición y
consumo. “El tema principal no es la sociedad ni la cotidianidad, sino el cine.”23
Por otro lado, y al contemplar que lo que se presenta aquí es un estudio regional, la
historia del cine plantea que los estudio locales tienen importancia gracias a su capacidad
de ayudar a comprender que no existe una sola realidad cuando se presenta un fenómeno
23
De Los Reyes Aurelio, Sucedió en Jalisco o Los cristeros, De cine, de cultura y aspectos de México, Cine
y Sociedad en México 1896-1930 Volumen III, México, UNAM, IIE, CONACULTA, INAH, 2013. p. 3.
24
Allan, Robert C. y Douglas Gomery, Teoría y práctica de la historia del cine, Barcelona, Mc Graw Hill,
1995, p. 21.
25
Ibíd. p. 34.
17
histórico, ya que son las particularidades las que hacen posible la manera de historiar un
aspecto que a simple vista parece estar dotado de homogeneidad.26
Sonido: de acuerdo a lo planteado por Murray Schafer, es todo aquel movimiento que
produzca vibración en el aire y pueda ser percibido por el oído humano.27 Tenemos
entonces que estos se definen de acuerdo a la capacidad de recepción de nuestro oído y al
objeto, cosa o ser vivo que lo origine. Estos sonidos son clasificados en medida de la
percepción que se tenga de ellos, así podemos clasificarlos en ruidos, música y el habla, por
ejemplo. Para las películas, y en atención a la teoría de Michel Chion, este es el valor
añadido28 a una imagen en movimiento.
Cine silente: definición que hasta el momento, los autores de la historia del cine usan
para referirse la época del cine donde se carecía de sincronización entre imagen y sonido,
aunque no adecuado, ya que, gracias a diversidad de estudio al respecto, se sabe que jamás
se careció de sonido en las proyecciones de cine.
Cine mudo: Lo consideraremos como otro termino más para definir la mencionada
época, aunque aún menos idóneo, ya que mudo denota, carente de voz humana y por ende,
posiblemente dotado de otro tipo de sonidos. Estos términos (cine mudo y cine silente) se
utilizarán indistintamente a lo largo del corpus documental, aunque habrá que dejar claro
26
Véase: Ibíd. p. 250.
27
Véase: Schafer, p. 17.
28
“Por valor añadido designamos el valor expresivo e informativo con el que un sonido enriquece a una
imagen.” Chion, Michel, La audiovisión, Barcelona, Paidós, 1993, p. 13.
Por valor añadido designamos el valor expresivo e informativo con el que un sonido enriquece una imagen
dada,
29
Véase: Schafer, p. 22.
18
que se intenta re-debatirlos y precisar la definición del fenómeno del cine en la época
anterior a la sincronización sonido/imagen.
Si bien, dentro las fuentes bibliográficas vinculadas a los primeros años del cine en
México, se encontraron muy pocas referencias en torno a la presencia de la música en las
proyecciones de cine, las fuentes primarias como los permisos otorgados a las compañías y
empresarios de cine del periodo de estudio y las notas periodísticas, fueron documentos en
los que pudieron encontrarse algunos indicios de la presencia de la música y los músicos
en las salas de cine.
30
Véase: Chion, Michel, La música en el cine…Óp. Cit. p. 65 y 66.
31
Ibid. p. 39.
32
Ginzburg, Carlo, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e Historia, Barcelona, Gedisa, 2008, p. 196.
19
Bajo la lógica desarrollada por Ginzburg -indicios o síntomas- fue posible realizar un
rastreo de sucesos que coadyuvaron al entendimiento de la dinámica forjada entre imagen
en movimiento y música en los primeros años del cine. En éste caso, el poner atención a
detalles como la mención de los nombres de músicos, la opinión o reacción del público ante
las musicalizaciones que bien podían ser de su gusto o desagrado, no llevó a conocer de
forma indirecta las maneras en que se encontraba presente la melodía en las salas de cine.
Estos detalles en los documentos fueron los múltiples indicios a los que se les dio
interpretación para llegar al verdadero objetivo, dentro de un estudio transversal que tocó la
historia de la industria de la exhibición cinematográfica, para lograr conocer la música del
cine en Morelia.
33
Esta idea que constituye la médula del paradigma indicial o sintomático, se ha venido abriendo camino en
los más variados ámbitos cognoscitivos, y ha modelado en profundidad las ciencias humanas…ciertos
mínimos indicios han sido asumidos una y otra vez como elementos reveladores de fenómenos más generales;
la visión del mundo de una clase social o de un escritor o de una sociedad entera. Ídem. p. 207.
34
Jiménez Becerra, Absalón, “Carlo Ginzburg: Reflexiones sobre el método indiciario” Esfera, volumen 2,
número 2, julio-diciembre, Bogotá, 2012, p. 22. Consultado el 3 de diciembre de 2020 en:
https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/esfera/article/view/5789
20
primordiales para el reconocimiento de los empresarios de cine en la ciudad y la ubicación
de los recintos.
Ante la necesidad de conocer las vistas de la época que sobrevienen en estos días, se
recurrió a la Filmoteca de la UNAM, y gracias al apoyo de las personas encargadas del área
de preservación, se tuvo acceso a vistas (en formato digital) de distintos orígenes, desde las
que fueron tomadas por los enviados de los Lumière, algunas vistas de los Alva, Salvador
Toscano, entre otras, hasta las primeras cintas que experimentaron con la sincronización del
sonido efectuadas por realizadores mexicanos. El último paso de la estrategia
metodológica fue la interpretación de los datos encontrados y la redacción del presente
corpus documental.
21
Capítulo Uno
A partir de la revisión de los paradigmas establecidos para las ciencias sociales durante el
periodo pre y post segunda guerra mundial, se construyeron propuestas de renovación y
planteamiento de nuevos desafíos para los investigadores. Quedó atrás el esquema
científico fijo, estructurado y sólido forjado por el Positivismo Lógico que dictaba el
camino sobre el cómo y de qué manera llegar al conocimiento.
Así fue como la historia del Mediterráneo pasó de ser un referente ontológico
caracterizado por las épicas batallas, los viriles héroes y los magnánimos gobernantes, a
35
Véase: Bloch, March, Apología para la Historia o el Oficio de Historiador, México, Fondo de Cultura
Económica, 2003; Braudel, Fernand, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II,
México, Fondo de Cultura Económica, 2016.
22
presentarse como un discurso donde las sociedades se desenvolvieron en el espacio y en el
tiempo en distintos niveles, donde las creencias, la cultura, la economía y el género, la
cotidianidad, cobraron relevancia para identificar y resignificar su pasado.
36
Kuhn, Tomás S. Estructura de las Revoluciones Científicas, México, Fondo de Cultura Económica, 2011.
37
Ricouer, Paul, Del texto a la acción. Ensayos sobre Hermenéutica, Tomo II, México, Fondo de Cultura
Económica, 2001.
23
Para el caso que nos compete, la Historia del Cine, representa un ejemplo de lo que
Hernández Sampieri define como un eje de conjunción indagatoria que permite acercarse a
distintas realidades (objetivas, subjetivas e intersubjetivas) por medio del planteamiento de
un problema.38 Muy en sintonía con el método del paradigma indiciario propuesto para las
Ciencias Sociales por Carlo Ginzburg, hoy considerado uno de los precursores de la
microhistoria. El paradigma indiciario propone “la postulación de un método interpretativo
basado en lo secundario, en los datos marginales considerados reveladores,”39 observar y
analizar los detalles que parecieran irrelevantes pero a la vez que le dotan al fenómeno
estudiado irrepetible particularidad.
La obra cumbre de Ginzburg, El Queso y los gusanos, toma como método analítico la
atención en casos individuales, reconstruibles sólo por medio de rastros, síntomas,
indicios.40 Sus objetos de estudio fueron un pequeño pueblo italiano, un molinero del siglo
XVI y su cosmogonía divergente a la que pareciera que se tenía en la época, sin embargo, a
lo largo del texto se demuestra que Menoccio era el ejemplo de una cultura que el autor
señala como “subalterna”, y que los postulados del protestantismo eran ampliamente
conocidos entre la población católica de Italia, desde muchos años antes de la publicación
de las 95 tesis de Lutero y la renovación teológica impulsada por Calvino.41 La importancia
de la obra radica en la propuesta de tomar como objeto de estudio una región y caso muy
concreto y así poder llegar a un análisis universal, de una sociedad, una época o un
fenómeno.42
38
Hernández Sampieri, Roberto, et. al., Metodología de la Investigación, México, McGrawll-Hills, 2010, pp.
26-27.
39
Ginzburg, Carlo, Mitos, Óp. Cit. p. 191.
40
Ibíd. p. 194.
41
Ginzburg, Carlo, El Queso y los Gusanos, el cosmos según un molinero del siglo XVI, Barcelona, Ediciones
Península, 2008, pp. 9-29.
42
Jiménez Becerra, Óp. Cit. p. 22.
24
ámbitos de la vida humana. En aras de construir las bases para la comprensión de la
musicalización del cine, no sólo en Morelia, sino también en distintas latitudes.
43
Lamdruschini, Patricia, “Sociabilidad y mirada cara cara según Georg Simmel” en: VIII Jornadas de
sociología de UNLP, UNLP, Argentina, 2014. en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.4645/ev.4645.pdf (Consultado el 7 de agosto de
2020).
25
fines utilitarios), no deja de ser una clara invitación al estudio de las formas musicales y de
sonorización que suelen estar presentes en el cine. Su intención es señalar que la
sonorización es el apoyo perfecto para dar realce al efecto óptico que la sola imagen en
ocasiones no suele llegar a proyectar. Por ello, su planteamiento es uno de los primeros
llamados a prestar atención al papel jugado por el sonido en la creación cinematográfica, y
en el caso de nuestra investigación, a la interpretación musical ejercida en las proyecciones
de cine.
A partir de aquel señalamiento muchas fueron las aristas que tomó el estudio del
sonido en los films, así como las regiones de interés, los directores cinematográficos, los
estilos musicales estudiados y por supuesto las épocas a lo largo de la historia del cine.
Entre estas épocas encontramos la del cine mudo o silente, conceptos que serían
ampliamente debatidos y que tuvieron como resultado obras analíticas de gran valor, tal fue
el caso de las distintas publicaciones realizadas por Michel Chion.44
El autor es uno de los principales defensores de que el cine nunca fue mudo, o carente
de sonido alguno. Su planteamiento lo basa en las diversas formas en que el sonido estuvo
presente dentro de la sala de exhibición, en el ruido que provocaban la cantidad de gente
que asistía a las exhibiciones, la presencia de la música que era tan común en los recintos
de espectáculos, y con el paso del tiempo las primeras formas de adaptación y creación
musical para los filmes presentados.
44
Chion, Michel, La audiovisión, Óp. Cit.
45
Chion, Michel, La música en el cine…Óp. Cit. p. 24.
26
A partir de los años ochenta, y más intensamente en los años noventa del siglo
pasado, en distintas partes del mundo el interés el sonido y especialmente de la música en el
cine tomó grandes alcances. Como parte de la pesquisa de fuentes bibliográficas se logró
tener el acceso a tres de ellos, en los cuales se nota una sintonía con la obra de Chion, al
señalar la importancia de la música en el cine desde el nacimiento de éste. Expliquemos
primeramente el caso de Alejandro Cuella y Carlos A. con su obra Cine y Música: el arte al
servicio del arte,46 el estudio abarca distintas épocas del cine, y entre ellas incluye a los
primeros años del mismo al cual precisan llamarle cine silente o “anacrono-cinematógrafo
audiovisual”, término acuñado a Michel Chion y que ellos refuerzan con distintos ejemplos
de formas de sonorización en las salas de cine.
Carlos Colón Perales, Fernando Infante del Rosal y Manuel Lombardo Ortega, en su
obra Historia y Teoría en la música del cine, presencias afectivas,48 incluyen dentro de sus
apartados uno dedicado a relatar las formas en que la música estaba presente en la época
muda. En dicho capítulo realizan una exposición del papel que juega la música en el cine y
sus primeras formas de ejecución en las proyecciones, además de un repaso por ejemplos
claros de música en directo, adaptación de piezas musicales clásicas o populares a la cinta,
creación de partituras para películas en específico y mención de nombres de compositores
de musicalización para los años veinte y treinta del siglo pasado.
46
Cuella, Alejandro y Carlos A., Cine y Música: el arte al servicio del arte, Valencia, Universidad
Politécnica de Valencia, 1998.
47
Jullier, Laurent, El sonido en el cine, Barcelona, Paidós, 2007.
48
Colón Perales, Carlos, Fernando Infante del Rosal y Manuel Lombardo Ortega, Historia y Teoría en la
música del cine, presencias afectivas, Sevilla, Alfar, 1997.
27
Múltiples investigaciones del tipo han surgido en distintas partes del mundo,
motivadas por desentrañar los sonidos en el cine. Se han propuesto metodologías, enfoques,
metas de estudio y los resultados derivan en aportes verdaderamente significativos. En los
últimos años México ha seguido esas tendencias; el acercamiento que hemos tenido por
medio de la historiografía del cine permite a la presente conocer algunas de ellas. Resulta
necesario, entonces, hacer una breve semblanza de las investigaciones que para este caso
han servido, no sólo a visualizar al sonido en el cine, sino a contemplar al hoy llamado
séptimo arte en su devenir histórico dentro del territorio mexicano.
Diversos son los enfoques en que los inicios del cine ha sido estudiado, entre ellos el de la
historia, la sociología, los estudios audiovisuales, la musicología, los análisis literarios, los
escritos de tipo anecdótico, las biografías y monografías de personajes icónicos, entre
muchos otros. Las obras que para esta investigación fueron las bases de apoyo en la
introducción al tema, el reconocimiento del contexto y la definición de directrices analíticas
las he dividido en 5 ejes temáticos.
49
Sánchez García, Óp. Cit.
50
García Riera, Emilio, Historia Documental Óp. Cit.
28
biográficos de actores, actrices, directores, camarógrafos, así como fichas técnicas de
muchas de las películas filmadas en México en el periodo referente a cada tomo.
En el segundo eje temático ubicaremos las obras con mayor rigor metodológico y que
fueron realizadas por Aurelio de los Reyes, Los orígenes del cine Mexicano (1896-1900),51
Filmografía del Cine Mudo Mexicano52 y sus tres volúmenes de Cine y Sociedad en
México, 1896-1930: Volumen I Vivir de sueños 1896-1920,53 Volumen II Bajo el Cielo de
México 1920-1923,54 Volumen III Sucedió en Jalisco o los Cristeros 1924-1928.55 Su
labor, que le ha llevado años de investigación, estudio, reflexiones y descubrimientos, recae
en un conjunto de obras que han sido guía para muchos estudiosos del tema, pues resulta un
extraordinario aporte para desentrañar los primeros pasos del cine en el país. Aunque se
enfoque al estudio de caso de la Ciudad de México, su obra sirve de referencia para el
contexto y al contrastarla con estudios del interior la República, resultan enriquecedores los
resultados que de ello derivan.
Como tercer eje presento una miscelánea de obras, por ser tan diversas sus temáticas,
pero como punto de unión el cine mudo en México. Obras por blas que se obtuvo el
acercamiento al conocimiento de productores, empresas realizadoras, compañías
exhibidoras y la experiencia en las regiones de México. Retomando éste último
encontramos la labor de Eduardo de la Vega Alfaro,56 y los enriquecedores productos de
sus Coloquios de “Historia del Cine Regional”, así como obras de su autoría que versan
sobre temas muy específicos de los primeros años del cine en México.57
51
De los Reyes, Aurelio, Los orígenes del cine Mexicano Óp. Cit.
52
De los Reyes Aurelio, Filmografía del Cine Mudo Mexicano, Tomo I, Óp. Cit.; Filmografía del Cine Mudo
Mexicano Tomo II, Óp. Cit.; Filmografía del Cine Mudo Mexicano Tomo III, Óp. Cit.
53
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México 1896-1930, Vol. I, Óp. Cit.
54
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México 1896-1930, Vol. II, Óp. Cit.
55
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México 1896-1930, Vol. III, Óp. Cit.
56
De su producción se tomarán los correspondientes a las memorias de los Coloquios de cine regional en
México, por ejemplo, De la Vega Alfaro, Eduardo, Microhistoria del cine en México, Óp. Cit.
57
De la Vega Alfaro, Eduardo, La vanguardia Cinematográfica Soviética (1918-1935), México,
CONACULTA, Cineteca Nacional, 2000; La aventura de Eisenstein en México, México, Cineteca Nacional,
1998; Del muro a la pantalla: S. M. Eisenstein y el arte pictórico mexicano, Toluca, Instituto Mexiquense de
Cultura, Instituto Mexicano de la Cultura, 1997.
29
periódicos y revistas de la ciudad de México 1896-1929;58 un estudio biográfico con
Salvador Toscano;59 y su compendio hemerográfico en Acercamientos al Cine Silente
Mexicano.60 Dentro de la misma temática se encuentra el trabajo Manuel González
Casanova Por la pantalla, génesis de la crítica cinematográfica en México, 1917-1919,61
un repaso tanto por el periodismo de opinión cinematográfica de la época, como una vista a
la vida cotidiana que en torno a las funciones se experimentó en aquellos años.
El cuarto eje queda integrado por obras que tiene como mira de estudio la evolución
empresarial de producción del cine en México. Destaca por ser una de las primeras la obra
58
Miquel Ángel, Los Exaltados… Óp. Cit.
59
Miquel Ángel, Salvador Toscano, Óp. Cit.
60
Miquel Ángel, Acercamientos al Cine Silente Mexicano…, Óp. Cit.
61
González Casanova, Manuel, Por la pantalla: génesis de la crítica cinematográfica en México 1917-1919,
México, Dirección General de Actividades Cinematográficas UNAM, 2000.
62
Leal, Juan Felipe, et. al., 1895: El cine antes del cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002; 1896: El vitascopio y el cinematógrafo en México,
Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002;
1897: Los primeros exhibidores y camarógrafos nacionales, Colección Anales del Cine en México (1895-
1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2002; 1899: A los Barrios y la Ciudad, Colección
Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2003; 1902: La
Magia del Cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR,
México, 2003; 1903: El Espacio Urbano del Cine, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2004; 1901: El Cine y la Pornografía, Colección Anales del
Cine en México (1895-1911).Segunda edición, Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2005; 1898:
Segunda parte, películas de la guerra hispanoamericana, Colección Anales del Cine en México (1895-1911),
Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2006; 1900: El Cine y los Teatros, Colección Anales del
Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR, México, 2003; 1901: Segunda parte, el
cine se difunde, Colección Anales del Cine en México (1895-1911), Ediciones y gráficos EÓN Y VOYEUR,
México, 2010.
30
de Luis Reyes de la Masa, El Cine Sonoro en México,63 que tiene como objetivo destacar la
labor que realizaron los primeros estudios cinematográficos para crear una industria
nacional que sirviera como embate a la masiva introducción de películas norteamericanas
en el país.
Del autor Federico Dávalos Orozco destaca el interés por el análisis de la industria
cinematográfica mexicana, en su artículo “La fiebre del cine sonoro 1927-1930”66 donde
relata la creación de los primeros filmes sonoros nacionales y los esfuerzos empresariales
que lograron hacerlos posibles. Desde otro enfoque, pero de nuevo teniendo a la industria
del cine como mira de estudio, en sus tesis de maestría titulada El cine mexicano: una
industria cultural del siglo XX.,67 presenta un análisis de la producción de cine como un
producto cultural, con influencias de contextos, ideologías e intencionalidades intrínsecas.
Para el periodo del cine mudo señala que es más correcto nombrarle la época de la proto-
industria, pues para esos años aún no se lograba una verdadera instrumentación que le
permitiese ganarse el término industria.
63
Reyes de la Maza, Luis. El cine sonoro en México, México, UNAM-IIE, 1973.
64
Vidal Bonifas, Rosario, Surgimiento de la industria cinematográfica y el papel del Estado Mexicano, 1895-
1940, México, Editorial Miguel Ángel Porrúa, 2010.
65
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro…Óp. Cit.
66
Dávalos Orozco Federico, “La fiebre del cine…” Óp. Cit. p. 3.
67
Dávalos Orozco Federico, El cine mexicano: una industria cultural…” Óp. Cit.
31
Los textos anteriormente citados son las principales fuentes de información
bibliográfica que ayudaron a visualizar, comprender y contextualizar el tema de estudio de
interés. Dentro de la composición capitular del presente trabajo resultaron ser los pilares
por los que se sostiene el conocimiento del tema y la percepción del mismo. También, a
través de su lectura concienzuda, se lograron identificar piezas importantes para detectar las
formas en que el sonido hizo presencia en las funciones de cine, principalmente en la
Ciudad de México.
Existen otros casos, como el de Aurelio de los Reyes, que dentro de los tomos ya
mencionados de Cine y Sociedad, dedica pequeños apartados para tratar el tema. Y en otros
casos ha publicado artículos68 en los que expone las formas en que los músicos y la música
se involucraban en las proyecciones de cine. La participación de pianistas, violinistas,
conjuntos musicales, cuartetos solistas, etcétera. Las formas de musicalización: piezas de
moda adaptadas a las imágenes en pantalla, conciertos y audiciones como acto
complementario, ejecución de piezas musicales como acto publicitario a las afueras del
recinto de presentación, entro algunas otras formas en las que la música estuvo presente.
68
De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México” en: Julio Estrada (Editor), La música de
México, I Historia, Periodo Nacionalista 1910-1958, México, UNAM, 1984, pp. 87-117; “La música en el
cine mudo”, Anales del Instituto de investigaciones Estéticas, Vol. XII, No. 51, México, Instituto de
Investigaciones Estéticas, UNAM, 1987, pp. 94-124.
32
presentaban en Morelia. Así mismo se podrá afirmar o descartar si es que las formas de
ejecución y algunos otros patrones del fenómeno fueron similares en la capital del país y en
la ciudad de Morelia, así mismo.
En los últimos años los trabajos de tesis de grado han sido los encargados de
explorar esa veta de estudio. Tal es el caso de la presente investigación, y en otros lugares
del interior de la República, quizás se puedan encontrar casos similares. Historias y casos
de regiones, valiosos por sus particularidades y dignos de conjugarse para hacer posibles
estudios comparativos que lleven a la creación de planteamientos y resultados aplicables a
regiones más extensas.
La historiografía moreliana cuenta mayormente con tesis de grado que tiene dentro de su
temática la historia del cine en la ciudad. Se ha abordado desde el conjunto de las
diversiones públicas en el estudio de Juana Martínez Villa,70 quien lo observa desde la
óptica de una novedad surgida en el porfiriato y que se sumaría al abanico de espectáculos
ya existentes en Morelia. Si bien, su objetivo no es el desarrollar una historia cultural,
social, o de la vida cotidiana en torno al cine, sí lo enmarca entre las formas de diversión
que en el porfiriato fueron parte de la novedad y la modernidad en la que se vio inmersa la
población moreliana. Brevemente señala momentos nodales del desarrollo de las primeras
funciones cinematográfica en la ciudad, los empresarios trashumantes más reconocidos del
69
Serralde Ruiz, José María, Música y músicos en los cines…Óp. Cit.
70
Martínez Villa, Juana, “La llegada del cinematógrafo…”, Óp.Cit.
33
periodo, y algunas notas periodísticas surgidas del interés del público por la fascinación que
causó la imagen en movimiento reflejada en la cortina blanca.
71
Ruiz, Ojeda, Tania Celina, La Llegada del Cinematógrafo y el Surgimiento, Evolución…” Óp.Cit.
72
Cortes Zavala, María Teresa, “Ante el ojo de la cámara…” Óp.Cit.; “Miguel Contreras…” Óp.Cit.
34
personajes morelianos más icónicos del cine nacional en “Miguel Contreras Torres: Las
ilusiones patrias”.73 Por otro lado, en la revista electrónica Vivomatografías realizó un
aporte a la historiografía moreliana con “Apuntes para una historia de la exhibición de
cinematógrafo en Morelia, 1890-1910”,74 relato de los primeros empresario de cine que
visitaron la ciudad, así como el seguimiento que las compañias trashumantes gozaron por
parte de la prensa local. Los dos artículos contienen datos muy valiosos para el presente
trabajo, que ayudan a reconocer el desarrollo del cine en Morelia.
Destacables también, son los aporte realizados por Magali Zavala García, con su
colaboración en el texto Esplendido Espectáculo, los teatros en Morelia Porfiriana,75 texto
perteneciente a una publicación dedicada a presentar los resultados de investigaciones
realizadas a partir del acervo documental resguardado en el Archivo Municipal de Morelia.
Magali Zavala se dedica en su texto a ubicar los principales recintos de entretenimiento de
la era porfiriana, de entre los cuales se encuentran los primeros Salones de cine en la
ciudad. Por ello ha sido de gran utilidad para ubicar los lugares en que el cine tuvo
presencia y las personas que fungieron como dueños o arrendatarios de los mismos.
73
Orozco Flores Rafael, “Miguel Contreras Torres: Las ilusiones patrias” en:
https://cinesilentemexicano.wordpress.com/2011/07/20/miguel-contreras-torres-las-ilusiones-patrias/
Publicado originalmente en el suplemento Los Centenarios de La Jornada Michoacán el 21 de junio de 2010,
pp. 3-5. (consultado el 05 de Junio de 2014).
74
Orozco Flores Rafael, “Apuntes para una historia de la exhibición de cinematógrafo en Morelia (México),
1890-1910” en: Revista Vivomatografías No. 5, Asociación de Estudio sobre Cine y Precine Silente
Latinoamericano (PRECILA), 2019, pp.126-152.
http://www.vivomatografias.com/index.php/vmfs/search/authors/view?firstName=Rafael&middleName=&las
tName=Orozco%20Flores&affiliation=Cineteca%20de%20Michoac%C3%A1n%2C%20A.%20C.%2F%20U
niversidad%20Latina%20de%20Am%C3%A9rica&country=MX. (consultado el 13 de febrero de 2020).
75
Zavala García, Magali, Esplendido espectáculo, los teatros en la Morelia Porfiriana, Morelia, Serie
Cantera Rosa, textos archivísticos, No.1, Dirección de Archivo General Histórico y Museo de la Ciudad,
Ayuntamiento de Morelia, 2012.
76
Zavala García, Magali, Vida social y urbana, un acercamiento a la historia del actual Teatro Bicentenario
Mariano Matamoros, Morelia, Archivo General Histórico y Museo de la Ciudad, Ayuntamiento de Morelia,
2011.
35
importantes para desentrañar parte del desarrollo empresarial del cine en la ciudad durante
la década de los veinte del siglo pasado.
Dicho objetivo estará encaminado a visualizar la experiencia que Morelia tuvo para
con el desarrollo de un fenómeno de alcances internacionales, el cine y sus formas de
musicalización, desde su origen hasta el parteaguas que significó la sincronización del
sonido y la imagen en la cinta. La exploración del tema, a través de la exposición de un
ejemplo particular, puede llegar a tener compatibilidad o divergencias con distintas
regiones del mundo y así, en futuras investigaciones, servir como referencia en la
construcción de planteamientos aplicables a estudios globalizantes.
36
Capítulo Dos
El antecedente más directo que podemos obtener acerca del nacimiento del cine lo
encontramos a mediados del siglo XIX, con la creación de los juguetes ópticos, basados en
el principio científico de la “persistencia retiniana”, característica de la visión humana que
permite que una rápida sucesión de imágenes inmóviles, proyectadas continuamente, sean
percibidas por el espectador como un movimiento continuado.77 Algunos de estos juguetes
fueron el taumatropo (1825), fenaquistiscopio (1832), el zootropo, el praxinoscópio, entre
otros;78 los mecanismos básicos de estos serían utilizados posteriormente tanto por el
cinematógrafo como por el kinetoscopio, aparatos que dieron paso al nacimiento del cine.
Pero sin duda, los antecedentes que parecen ser aún más cercanos a estos dos
inventos, los encontramos en los artefactos construidos en talleres de hombres de ciencia,
como elemento de apoyo en sus investigaciones. Los ejemplos más representativos son
Marey y su Fusil Fotográfico, y Eadweard J. Muybridge y sus experimentos de fotografías
en secuencia para “estudiar el movimiento del caballo”.79 La creación de sus inventos y la
difusión de los resultados de sus estudios motivaron un interés, tanto por aficionados como
77
Roman, Gubern, Historia del cine, Barcelona, Lumen, 6ta edición, 2000, p. 16.
78
El taumatropo: consistía en un disco de cartón en el que se dibujaba en cada cara una imagen, en los
extremos se colocaba un cordón para girarlo, y así dar la impresión de que las dos imágenes eran una sola.
Fenaquistiscopio: aparato que constaba de dos discos unidos por un soporte de metal a una distancia que
permitiera observar desde un disco con ranuras, al disco de enfrente que era el que contenía los dibujos en
secuencia, al hacer girar éste último, se podía observar por el primero una imagen en movimiento; el inventor
de este juguete fue Joshep Antonie Plateau. El Zootropo: invento de William George Hörner, tenía forma
cilíndrica, muy parecida a la de un tambor, solo que con una base metálica para sostenerlo y permitir el
movimiento giratorio que era la clave para la ilusión del movimiento, combinado con espejos al interior para
reflejar las imágenes directo al ojo del observador; en el interior del tambor se colocaba una cinta a manera de
círculo, que se combinaba con espejos y dibujos en escenas secuenciales, la parte exterior, el cuerpo del
tambor, se hacía girar, y en las pequeñas hendiduras que tenía, se percibía el movimiento de las imágenes en
el interior. El praxinoscópio: de la misma forma y técnica que el anterior, solo que este carecía de ranuras en
el cuerpo del tambor y las imágenes se veían por encima del tambor reflejadas en los espejos, esta pequeña
diferencia hace que las imágenes puedan ser vistas desde una distancia mayor a la del zootropo, en el cual era
imposible captar la ilusión óptica si no se acercaba el ojo a una de las ranuras.
79
Tosi Virgilio, El cine antes de Lumière, México, UNAM, 1993, p. 153.
37
por expertos a seguir experimentando sobre la imagen en movimiento y la utilidad no sólo
en el ámbito científico, sino en los ámbitos del entretenimiento.
Fue así que comenzó el cine como espectáculo, a partir de los experimentos hechos
por W. Kennedy-Lauurie Dickson, colaborador del inventor Thomas Alva Edison, quien
logró crear el Kinetoscopio, aparato inspirado en los inventos de Marey que utilizaba los
elementos fotográficos ya mencionados y la recién creada película fotosensible, obteniendo
una caja con una pequeña mirilla donde el espectador podía observar un desfile de
imágenes en secuencia con tan sólo dar vuelta a una palanca colocada en la parte lateral.80
La misma inspiración la tuvieron Louis y Auguste Lumière al crear en 1895 el
cinematógrafo, invento que era a la vez cámara, proyector o impresora; 81 y que por tanto
logró proyectar la imagen en movimiento sobre una pantalla.
Los franceses mostraron dicho aparato en diversas reuniones con científicos, pero la
primera presentación al público en general se realizó en el sótano del Grand Café el 28 de
diciembre de 1895,82 donde los asistentes pudieron apreciar vistas en las que se observaba a
personas en sus labores cotidianas. Investigaciones de los últimos años señalan que, en
aquella primera presentación se contó con la presencia de un pianista cuya identidad aún es
desconocida, pero que en funciones posteriores siguió dotando de música a las
proyecciones de los Lumière.83
Tal parece que la música se hizo necesaria desde el primer momento, quizá haya sido
por la necesidad de combatir el silencio que reinaría en el recinto, o por el contrario, para
combatir el exceso de ruido provocado por el mismo proyector, por los asistentes y las
expresiones que provocaba en el público cada imagen en la cortina blanca. Pero lo más
probablemente pudo haber sido la adopción de los modos de los espectáculos escénicos de
la época, de utilizar a la música como elemento indispensable en sus funciones. Con lo
anterior podemos afirmar que el sonido se encontraba presente al momento del nacimiento
del cine.
80
Leal, Juan Felipe, El cine antes del cine… Óp. Cit. p.31.
81
Sadoul, George…Óp. Cit. p. 10.
82
De los Reyes, Aurelio, Los orígenes del cine Mexicano…Óp. Cit. p. 120.
83
Véase. Serralde Ruíz, Óp. Cit. p. 25.
38
2.1.1.-Gabriel Veyre y Claude Ferdinand Von Bernard, enviados de los Lumière a
México
Según los reflejos de la prensa, la función resultó todo un éxito y las vistas exhibidas
se repitieron en varias ocasiones por los proyeccionistas, sin embargo no se mencionó
presencia alguna de música para acompañar o amenizar, aunque siendo una presentación
donde se congregó la élite política, seguramente hubo presencia de números musicales, ya
84
“Veyre nació el 1 de febrero de 1871 en septiembre, cerca de Lyon, la ciudad donde los hermanos Lumière
crearon el cinematógrafo; se graduó en Farmacología en 1895, asumió la responsabilidad de sostener a su
madre, tres hermanos y dos hermanas. Dejó su profesión por el cinematógrafo al enterarse que los hermanos
Lumière buscaban operadores que dieran a conocer el aparato en diversas partes del mundo, para lo cual debía
cubrir algunos requisitos: tener conocimientos de química para revelar las películas, saber fotografía para
filmar y ser capaces de enfrentar situaciones imprevisibles.” De los Reyes, Aurelio, Gabriel Veyre…, Óp. Cit.
p. 10.
85
Ídem.
86
De los Reyes Aurelio, Los orígenes del cine en México…Óp. Cit. p. 143.
87
De los Reyes Aurelio, Gabriel Veyre…Óp. Cit. p. 11.
39
fueran al momento de la proyección o para amenizar la reunión. Por otro lado, las charlas,
las risas, carcajadas, exaltaciones de sorpresa, entre otras más seguramente no faltaron.
Lamentablemente, hasta el momento no se tiene dato alguno que nos refiera si en las
funciones de los enviados de Lumière se incluyó acompañamiento musical o algún otro tipo
de número en el que esta se encontrara presente. El mismo Gabriel Veyre no hizo referencia
alguna sobre música en las funciones, en las cartas que enviaba a su madre y que hoy se
encuentran recopiladas en una obra de Aurelio de los Reyes, lo que no parece ser un caso
de omisión, sino una mera prueba de que la música no formo parte en ellas.
88
Ibid. p. 48, Carta que Gabriel Veyre dirige a su madre fechada el 16 de agosto de 1896.
89
Véase: De los Reyes, Aurelio, Gabriel Veyre…Óp. Cit. pp. 19 a 23.
40
2.1.2.-.-El kinetoscopio en México
90
Para recordar en qué consistía dicho aparato podemos decir que: Constaba de una caja de mediano tamaño
que contenía en su interior un sistema de bobinas que arrastraban una cinta de película, la cual era reflejada
con una luz hacia un cristal magnificador, el cual podía ser observado por una mirilla en la parte alta de la
caja de madera y así apreciar la secuencia de imagen en movimiento al hacerla funcionar mediante una
manivela a un lado de la misma. Véase: Juan Felipe Leal et. al.1895: El cine antes del cine…Óp. Cit. p. 29.
91
Véase: Ibíd. p. 47.
41
2.1.3.-De las diversiones públicas en México durante el porfiriato
Para el año en que llegó el invento de los franceses al país, la administración porfirista se
encontraba en un fase de crisis política debido a múltiples factores, como la falta de un
sistema realmente democrático, un autoritarismo y paternalismo fincado alrededor de la
figura presidencial, una gerontocracia que impedía la entrada de nuevas generaciones al
círculo de poder nacional y estatal. Aunado a ello, la notable desigualdad social provocada
por la dispar distribución de las riquezas y la falta de mecanismos de movilidad social en
forma ascendente.
92
González Navarro, Moisés, “El Porfiriato. La vida social”; en: Cosío Villegas, Daniel, Historia Moderna de
México, 4ta edición, México, Hermes, 1985, pp. 383-393.
93
“Como y de qué manera la gente se divierte, se ríe o se emociona socialmente”, Sánchez Manchero,
Mauricio, “Hacia una historia cultural de las diversiones públicas, estudios culturales sobre el juego, la risa y
el sobrecogimiento”, Colima, México, Estudios sobre las culturas contemporáneas, Colima, Universidad de
Colima, Diciembre 2007, volumen XIII, no. 26, consultado en: http://redalyc.uaemex.mx, p. 26 (Consultado
el 1 de mayo del 2010).
94
Los toros llegaron a ser la diversión en la que el público gastaba mayor cantidad de dinero; en más de 50
funciones se gastó en 1904 menos que en 12 corridas de toros. González Navarro…Op. Cit., p. 749.
42
peleas de gallos; la práctica de deportes como el ciclismo,95 las carreras de caballos y el
futbol.
Sin embargo cada clase social simpatizaba de forma diferente a los distintos tipos de
diversiones, los factores determinantes eran el poder adquisitivo, la carga o herencia
cultural y los gustos personales por tal o cual forma de entretenimiento. Habrá que dejar
claro que si bien existían espectáculos o formas de diversión que convocaban a todo tipo de
público, la manera de resaltar una distinción social se hacía por medio de la accesibilidad
de los costos de las localidades al interior del recinto (palcos, plateas, luneta) o bien, si el
evento era al aire libre (fiestas cívicas o religiosas) los lugares de cada clase social estaban
bien definidos. De esta práctica no escaparía el cine.
La ópera era considerada una de las artes de mayor jerarquía, para la época del
porfiriato contaba con un gran semillero de voces muy talentosas. Rubén M. Campos
menciona algunos personajes destacados por su trayectoria musical de gran éxito: como lo
fue Fanny Anitúa, cantante de ópera de éxito internacional que se presentó en los
principales teatros de la capital; Soledad Goyzuela, quien incursionó en un principio en
ópera y sus últimos años de carrera los dedicó a la zarzuela; Beatriz Franco y Elena Marín,
aunque de éxito fugaz, de gran mérito sus presentaciones; Adriana Delgado, María de la
Fraga y Rosa Palacios; María de Jesús Magaña y Rafael López; María Romero, Clara Elena
95
“…rápidamente se comenzaron a multiplicar las personas propietarias de bicicletas que paseaban por las
plazas y jardines de las zonas urbanas en la República Mexicana”, Beezley, William, “El estilo porfirista:
deportes y diversiones de fin de siglo” en: Historia Mexicana, México, Núm. 130, Oct-Dic. de 1983, p. 261;
consultado en:
http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/MRU98AT2DC1VHDB3RN98DAXA7TL
QFF.pdf. (Consultado el 13 de mayo de 2010).
43
Sánchez, María Teresa Santillán, sopranos líricos.96 Las hermanas María Luisa (soprano
dramática) y Consuelo Escobar (mezzo soprano) ambas educadas en el Conservatorio
Nacional, de amplio repertorio de ópera antigua y moderna.97
Otra de las consideradas artes de alto nivel cultural eran las orquestas sinfónicas, De
sus características hacia finales del siglo XIX y principios del XX Rubén M. Ponce nos
refiere:
Las primeras agrupaciones numerosas fueron reunidas por los maestros de capilla para las fiestas
solemnes en las catedrales más importantes y con excepciones en las misas solemnes […] no había
música orquestal profana que hiciera las ejecuciones sinfónicas en privado o en público. Las
pequeñas orquestas simplemente eran reforzadas con dobles instrumentos para que tocaran música
para baile, polkas, mazurkas, redowas [redovas], varzovinas, danzas y por excepción, a la hora de
gaudeamus, una apertura de ópera italiana de aquel tiempo, a lo que pomposamente llamábase
“sinfonía”.98
Si bien las óperas y orquestas sinfónicas eran el disfrute de las clases altas y medias
de la era porfiriana, es cierto que de entre las funciones teatrales consideradas populares, la
más exitosa era la zarzuela. El llamado género chico gozaba de una alta popularidad dentro
de todas las capas sociales en el porfiriato y aún después de la Revolución. 100
El género fue muy prolífico, y aunque siempre denotó su origen español, los autores
nacionales encontraron la manera de adaptarlo al estilo y costumbres nacionales. Su
popularidad quizás tenga origen en la combinación tan variada que podía llegara tener, al
96
Campos, Rubén M., El folklore y la música mexicana, investigación acerca de la cultura musical en
México, México, Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública, 1928, p. 220.
97
Véase: Ibíd. p. 221.
98
Ibíd. p. 207.
99
Ibíd. p. 214.
100
Moreno Rivas, Yolanda, Historia de la música popular mexicana, México, CONACULTA, 1989, p. 69.
44
canto y la música se le unía el baile, la comicidad, el drama, los diálogos y la actuación
escénica.101
En el país, muchos fueron los ejemplos de fomento a creación nacional, ya que como
pasaba con la ópera, la zarzuela considerada de “verdadera calidad” era la española. Como
embate a dicha idea, en la Ciudad de México en el Teatro María Guerrero los empresarios
Juan y Felipe Lelo de Larrea, organizaron un concurso para autores del país (1907) y con
ello adquirieron el compromiso de presentar semanalmente una zarzuela compuesta por un
autor nacional.102Y así demostrar que también en México existía zarzuela de alta calidad.
Gracias a los grandes maestros de la música el público mexicano podía deleitarse con
piezas de melodías orquestales y sus bellas composiciones de óperas, operátas, zarzuelas,
ejecuciones de vals clásicos y piezas renacentistas de inigualables virtudes, composiciones
especiales para piano, violín, arpas y demás instrumentos sinfónicos. Mientras, dentro de
los pequeños teatros, en las plazas o jacalones, además de algunas piezas retomadas de los
grandes maestros, era muy común la composición que llamaban romántica:
101
Martínez Villareal, Raúl, Memoria musical de México, Monterrey, UANL, 2011, p. 40.
102
Moreno Rivas…Óp. Cit. p. 66.
103
Ibíd. p. 13.
45
abundante público que no sólo escuchaba pasivamente, como sucede ahora, sino que
también era capaz de cantar y ejecutar algún instrumento.104
Muy populares fueron también las bandas de música, para principios del siglo XX
existía un buen número de ellas, ya fueran rurales, municipales, militares o integradas por
civiles. Eran el disfrute de las fiestas y los festejos en las calles, plazas y jardines públicos,
o en celebraciones particulares como cumpleaños, bodas, aniversarios. 105
Dentro de este contexto de artes escénicas y músicales, fue que el cine encontró su
debut. En ocasiones compitiendo deliberadamente con grandes compañías de diversiones,
en otras tantas siendo parte de las funciones y encontrando complicidad en ellas. La música
siempre presente, a continuación revisaremos las maneras en que el sonido y el cine
socializaron dentro de los primeros años de su existencia.
La capital michoacana, como el resto del país, se encontraba inmersa en los contrastes que
el proyecto modernizador porfirista impregnaba en las ciudades principales del país. En
todo el estado se hicieron obras de infraestructura propia para el desarrollo industrial, con el
fin de consolidar un territorio próspero en el que los habitantes mejoraran su calidad de
104
Ibíd. p. 14.
105
Véase: Campos Rubén M…Óp. Cit. 198 a 200.
106
Moreno Rivas,…Óp. Cit. p. 13.
46
vida, su coexistencia y convivencia social, y así mismo para que el proceso de
industrialización fuera una realidad para el territorio.
Pero a pesar de que se dotó al estado con infraestructura básica para dicho proceso
(como el ferrocarril, la inversión de capital en industrias de distintos tipos de explotación
agrícola y de recursos naturales, la introducción de líneas telegráficas, la urbanización de
cabeceras distritales, etcétera),107 Michoacán no logró punto de comparación con otras
regiones del país en las cuelas se había logrado con mayor rapidez el establecimiento de
una economía sólida y con altos índices de movilidad productiva y comercial.
107
Véase: Ochoa Serrano, Álvaro, Gerardo Sánchez Díaz, Breve Historia de Michoacán, México, El Colegio
de México, FCE, SEP, 2010, p. 164.
108
Véase: Uribe Salsa José Alfredo, Morelia: los pasos a la modernidad, Morelia, UMSNH, IIH. 1993. p.
176.
109
Hablando de los estilos arquitectónicos utilizados en la ciudad de Morelia: “…en el último tercio del siglo
XIX en Morelia de entronizó un nuevo estilo arquitectónico que vino a cambiar la epidermis de la arquitectura
civil. El estilo ecléctico presenta modalidades de épocas pasadas: neoclásico, neobarroco, neogótico,
afrancesado, Art-nouveau, y art-deco. Formas que presentan un amplio repertorio estilístico. Las fachadas de
las casas del primer cuadro de la ciudad se modificaron siguiendo la moda de la capital”. Uribe Salas, José
Alfredo, Michoacán en el siglo XIX, Cinco ensayos de Historia Económica y Social, Morelia, Instituto de
Investigaciones Históricas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1999. p. 172.
47
la inversión extranjera en la entidad,110 se introdujo al territorio nuevos ramales de vías
férreas; se permitió la explotación de recursos mineros y forestales; otorgando concesiones
para la formación de empresas eléctricas, agroindustriales y de exportación de carnes; así
como para el establecimiento de sucursales bancarias.111
Producto de los cambios que la urbanización de la ciudad provocó fue una sociedad
cada vez más estratificada de la que Álvaro Ochoa nos comenta, estaba conformada de la
siguiente manera:
110
Al respecto José Napoleón Guzmán comenta: “Su gestión se caracterizó por el gran respaldo otorgado a las
compañías extranjeras, además delineó una política agraria que favoreciera a los hacendados y por
consiguiente era contraria a los intereses de los campesinos.” Véase: Guzmán Ávila, José Napoleón,
“Michoacán en vísperas de la Revolución”, en: La Revolución en Michoacán. 1900-1926, Morelia,
Coordinación de la Investigación Científica, Departamento de Historia, Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, 1987. p. 3.
111
Sánchez Díaz, Gerardo (Coordinador), Pueblos, villas y ciudades de Michoacán en el Porfiriato, Morelia,
UMSNH, 1991, p. XV.
112
Ochoa Serrano… Óp. Cit. p. 182.
113
Martínez Villa…Óp. Cit. p. 24.
48
El público moreliano fue también afecto a otros espectáculos musicales, como la Ópera. Podría
pensarse que esta clase de funciones fueron elitistas, porque el público no estuviera preparado para
gozar de ellas, pero no fue así. Lo que ocurría era que resultaban costosas, por lo que la gente del
pueblo no asistía y muchas personas de la clase media dejaban sus acostumbradas localidades de
114
luneta para ascender a los palcos segundos, y aun a la galería.
Las audiciones musicales además de tomar parte en las diversiones de los morelianos,
también eran un buen espacio para la socialización. La prensa de la época resaltaba eventos
sociales que conllevaban audiciones musicales, principalmente en casonas de la ciudad y en
eventos políticos como conmemoraciones y hasta onomásticos del gobernador del Estado.
Los periódicos que se dedicaban exclusivamente a ello eran “Euterpe” y “Gacetilla”, sin
embargo en el “Periódico Oficial” y en “La Libertad” también era común encontrar notas
que refirieran los eventos sociales con gran entusiasmo. Otros lugares en donde había
audiciones musicales exclusivas a un sector privilegiado de la sociedad, era en fiestas de
negocios, anuncio de enlaces matrimoniales, bodas, e incluso conciertos de gala al interior
del teatro Melchor Ocampo.115
Cuando existe una monstruosidad es preciso cuidarse de ella; cuando existen tres, es forzoso
aniquilarlas. En la diversión de los toros existen el toro, los toreros, el público. El público es la peor
monstruosidad, permitir es más que hacer, el abuso va más allá… el público no piensa, y sí ciego,
frenético, con la locura de la sangre en el cráneo, zahiere, vocifera, impreca y arroja al desdichado
objeto, su cólera… una plaza de toros es un manicomio donde se encuentran los locos más
116
furiosos.
114
Tavera Alfaro, Xavier, Morelia, la vida cotidiana durante el Porfiriato, Morelia, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, Morevallado Editores, 2002, p. 65.
115
Mercado Villalobos, Alejandro, Los músicos morelianos y su espacio de actuación 1880-1911, Morelia,
Gobierno del Estado de Michoacán, Ayuntamiento de Santa Ana Maya, 2006, p.99.
116
El Centinela, Morelia, 1 de Febrero 1903, Tomo X, número 29, p. 4.
49
Con lo anterior nos queda claro que, como hoy, había diversidad de gustos y
disgustos en lo que a las formas de divertirse se refiere, pero ¿a qué se debían estos? Muy
probablemente a la condición social de cada uno de los públicos, al reflejarse en la
cotidianidad de los morelianos una desigualdad social y económica tan aguda, lo único que
provocó fue división y diversidad de formas de vida, de aficiones y repulsiones, alegrías y
sinsabores. Las formas de distracción fueron uno de los tantos lugares en donde se pudieron
observar las miedos, las filias, la idiosincrasia de una época, de una sociedad, la lucha por
sobresalir, resaltar el buen gusto y condenar el malo, y qué mejor momento que aquel en el
que el gran abanico de diversiones se abría dejando fluir infinidad de espectáculos como lo
era la diversidad de gustos en el público.
Así como en cada una de las diversiones mencionados el sonido formó parte, lo
mismo sucedería con el cine, que al momento de insertarse en ellas adoptó algunas de sus
formas y características para hacerlas propias, una de ellas fueron los modos de
acompañamiento musical.
Los inventos patentados por Edison tenían la desventaja de ser voluminosos, pesados
y por ende, difíciles de transportar, en cambio el invento de los franceses era menor en sus
dimensiones y aunque pesado, no había necesidad de cargar instrumentos adicionales para
proyectar o grabar imagen, pues como se mencionó con anterioridad, este era cámara y
proyector a la vez y su maneja resultaba más sencillo que el del kinetoscopio o el
vitascopio. Esa fue una de las razones por las que un mayor número de empresarios de
espectáculos trashumantes optó por adquirir un cinematógrafo y no un kinetoscopio.
Aurelio de los Reyes menciona que para la época existían dos tipos de empresas
cinematográficas: las que poseían teatros móviles y los que sólo contaban con el equipo de
50
proyección necesario,117 siendo estos últimos los más abundantes en México. Entre los
empresarios más destacados del periodo porfirista se encuentran Enrique Rosas, Guillermo
Becerril, Salvador Toscano, Carlos Mongrand, Enrique Moulinié y los hermanos Alva,
quienes además de proyectar, tomaban sus propias vistas, agregando poco a poco nuevos
elementos principalmente extraídos del teatro, el circo y el baile. De manera que, como se
venía haciendo con otras compañías itinerantes, el valor agregado de la música fue
indispensable en las presentaciones de los anteriores personajes.
Con el paso del tiempo este tipo de sociedades fue cada vez más común, sin embargo
las mismas duraban poco tiempo puesto que se disolvían con facilidad ya sea para formar
una sociedad propia, para cada uno de los miembros o por cuestiones financieras
desfavorables. De las mismas nos comenta Aurelio de los Reyes:
Desde el principio, aparecieron dos tipos de empresarios que podríamos calificar de mayores y
menores. Los primeros contaban con más recursos y sobre todo con aguda sensibilidad comercial
que facilitaban sus operaciones; gozaban de buena reputación, eran famosos, la prensa publicaba
con frecuencia noticias de sus actividades, se sabía qué exhibían, donde estaban, si tenían éxito o
fracasaban. Los otros eran aventureros…Y exhibían en escuelas o corrales, improvisaban asientos
120
con botes, adobes y tablas, o bien invitaban a los espectadores a llevar su propia silla.
117
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México (1896-1920), Vol. I…Óp. Cit. p. 35.
118
Véase: Ibíd. p. 38.
119
Miquel, Ángel, Salvador Toscano… Óp. Cit. p. 15.
120
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México, (1896-1920), Vol. I… Óp. Cit. p. 39.
51
Las características de una función cinematográfica (llevadas a cabo al interior de un
reciento, carpa o jacalón) eran similares a las de cualquier evento teatral. Los empresarios
se dirigían al Ayuntamiento de la localidad a la que visitaban para solicitar los permisos
correspondientes, colocaban los carteles publicitarios en lugares expresos para tal fin y
anunciaban en la prensa su espectáculo.121 El costo de entrada variaba entre 10 centavos y
tres pesos por función, dependiendo la calidad, duración y novedad de la misma. Se
ofrecían tandas de vistas en ocasiones intercaladas con bailes, piezas musicales, episodios
de zarzuela y prestidigitación.
121
Las formas más comunes para anunciar un espectáculo era por medio de los llamados “niños gritones”, que
se colocaban a las afueras del recinto o lugar de presentación y en ocasiones repartían programas de mano a
los transeúntes. Además se colocaban en los lugares establecidos por los Ayuntamientos de cada ciudad los
correspondientes carteles publicitarios. Otra forma de publicitar, muy utilizada por compañías de teatro o
circo, era realizar un desfile por las calles principales donde participaban los actores, comediantes,
malabaristas o animales que formaban parte del espectáculo. Para profundizar véase: De los Reyes Aurelio,
Tercera llamada, tercera: programas de espectáculos ilustrados por José Guadalupe Posadas, México,
Instituto Cultural de Aguas Calientes, Seminario de la Cultura Mexicana, CONACULTA, 2005, p. 38.
122
“Las películas mexicanas se habían caracterizado por su sencillez y ninguna pretensión narrativa…”Reyes,
Aurelio de los, Cine y Sociedad en México (1896-1920), Vol. I...p. 57. “Los primeros cineastas
mexicanos…se acogían a la objetividad supuesta en el cine documental: eran los hechos los que hablaban, no
ellos. Sin embargo, cabe presumir que su testimonio de la vida política y la social mexicana tendían al halago
del poder y al desconocimiento de los conflictos nacionales. García Riera,...Óp. Cit. p. 24.
123
Sadoul,…Óp. Cit. p. 21.
124
George Mélies, llamado por Charles Chaplin “el alquimista de la luz” y reconocido mundialmente por su
magnífica labor en la elaboración de gran número de vista cinematográficas, donde la ilusión y teatralidad
eran las características primordiales; su más famosa producción: Le voyage dans la lune (el Viaje a la luna) de
1902 es uno de los tantos ejemplos de sus exquisitas producciones y una de las vistas más representativas de
la época, su trabajo fue difundido ampliamente en México. Ferdinand Zecca, el productor más representativo
de la compañías Pathé Frerés, sus vistas también se apoyaban y nutría, en gran medida, de las artes teatrales,
52
lograron que sus cintas fueran de gran aceptación en la República Mexicana y en muchos
otros países.
Los primeros años del espectáculo cinematográfico en la ciudad fueron el reflejo del
nacimiento de las primeras compañías de proyección y el fenómeno de la trashumancia que
las caracterizó. De la combinación de las vistas con actos de baile, zarzuela, música y
prestidigitación, de la adaptación de los teatros de la ciudad para incluir en su estructura la
cabina de proyección, y de la diversidad de temáticas proyectadas en la pantalla.
La primera función fue realizada por el empresario Carlos Ortiz, en los bajos del
Hotel Michoacán, la cual comenzó el 18 de abril de 1897125, presentando un cinematógrafo
marca Lumière. La prensa de la época comentó acerca de las funciones lo siguiente:
“DIVERSIONES
EL CINEMATOGRAFO
Establecido en el hotel de Michoacán, dándose espectáculos cada noche con gran contentamiento
126
del público que aplaude las vistas que más le complacen.”
Probablemente Carlos Ortíz haya pertenecido a aquel grupo de avetureros que poco
conocían del negocio del espectáculo, pero que sin embargo decidieron probar suerte con la
proyección de vistas, ya que, fuera de dicha presentación, no se encontró registro de alguna
otra en lo posterior. Dentro del permiso o la publicidad no se refiere ningún
acompañamiento o acto adicional, probablemente no lo hubo. No fue así con otro tipo de
compañias que visitaron la entidad, de las cuales las más destacadas fueron las
entre sus producciones más conocidas se encuentra “La pasión de nuestro señor Jesucristo” de 1902, debido
a la amplia comercialización de las producciones Pathé, Zecca y sus creaciones fueron conocidas por el
público mexicano. Segundo de Chomón que también pertenecía a la casa Pathé Frères, primero como parte
del equipo de Meliés y después como realizador, de manera que su técnica sería muy similar a la de Méliès,
ya que el ilusionismo es una parte primordial de sus producciones, de entre las más importantes de ellas ser
encuentra “Hotel eléctrico” de 1906. Véase Sadoul…Óp. Cit. p. 16-21.
125
AHMM, Libro de Secretarías, No.338, Exp. 175.
126
La Libertad, Morelia, 20 de abril de 1897, Tomo V. Núm.16, p. 2.
53
pertenecientes a Eduard Hervert, Henrie Moulinié, Carlos Mongrand, Auguste Delamare,
los Hermanos Becerril Enrique Rosas y Carlos Stahl.
Dentro de los primeros diez años del desarrollo del cine en la ciudad hubo varios
recintos de presentación, teatros, jacalones, patios de casonas y plazas. Algunos
empresarios con el equipo apenas necesario para la proyección e improvisación de butacas
para el público, en otros caso, grandes compañías del ramo del espectáculo haciendo de sus
presentaciones un evento de gala y pomposidad de la sociedad moreliana. En el caso de los
teatros, la improvisación de espacios para colocar el proyector, dificultades de potencia
eléctrica a mitad de función, ejecución de bellas melodías interpretadas por agrupaciones
musicales propias o contratadas en la entidad y la donación de ganancias recaudadas en
algunas funciones a causas de beneficencia pública, como estrategia para ganar la simpatía
del público.
Lo anterior nos lleva a pensar al cine, en sus primeros pasos, tal cual lo afirma Rick
Altman: “el cine es siempre un invitado en casa de otros y suele adecuarse a criterios que
de ningún modo le son propios.”127 Expongamos entonces a continuación qué sucedió con
el cine al momento de su sociabilidad con la música, ¿realmente fue sólo un invitado, o se
integró a la familia de los actos teatrales de la época?
Si atendemos al concepto que utiliza Schafer Murray acerca del paisaje sonoro como el
entorno acústico al que nos exponemos día con día, entonces podemos entender que nada
127
Altman, Rick, “El ruido, la música y el silencio”, en: Brunetta, Gian Piero (Dir.), Historia mundial del
cine, (Traducción de Itziar Hernández Bodilla), Tomo 1ero. Estados Unidos, Tres Cantos, Madrid, 2011, p.
319.
54
escapa a él, cada una de nuestras actividades cotidianas contiene su propio paisaje sonoro,
con ciertas características en el ritmo, la intensidad, las variaciones etcétera; de manera que
nos familiarizamos con él y por ende lo concebimos como parte indispensable de nuestro
diario acontecer.
Por supuesto, todos aquellos sonidos fueron también percibidos en las proyecciones
de cine y el que resulta más interesante es el de la melodía: el de la música. En el cine,
aparece por la necesidad de un movimiento sonoro equivalente al movimiento visual,128 los
asistentes y la misma dinámica de los espectáculos en la época le dictarían aquella pauta,
pues los espectadores acostumbraban a sentarse en una butaca siempre para oír y para
ver.129
Entre los primeros años del desarrollo del cine las compañías trashumantes, ya fuera que
trajeran consigo a músicos para amenizar sus funciones,130 o que los contrataran en la
ciudad a la que llegaban, ofrecían además de las proyecciones, números de música. Una
orquesta, un solista o un pequeño conjunto ejecutaba piezas musicales entre tandas de vistas
128
Cuella Alejandro y Carlos A., Óp. Cit. p. 9.
129
Colón Perales Carlos, Óp. Cit. p. 31.
130
Pensamos de pronto que cada compañía de estas venía acompañada de su propia música, pero no es así,
muchas veces traían consigo un grupo de músicos, otras veces no, entonces, como señalamos antes, para
cubrir las partes musicales de las funciones, las compañías contrataban a músicos locales para este efecto, lo
que significaba un campo de trabajo, y aunque sólo un puñado de músicos, la mayoría de ellos allegados a los
afamados directores moreliano, lograban acceder a ese tipo de empleos temporales, esto no dejaba de ser una
posibilidad laboral importante. Mercado Villalobos, Alejandro…Óp. Cit. p.102.
55
que en muchas ocasiones llegaban a ser numerosas, de este modo, la ejecución musical
permitía que el manipulador de las cintas descansase entre cada número musical y se
preparara para el siguiente bloque de vistas que debía proyectar,131 tal como lo observamos
en los siguientes casos:
En los programas que otorgó al Ayuntamiento se lee que las funciones contaron con
“obertura por la orquesta” y la división entre tandas de vistas era marcada por la ejecución
de piezas musicales. En cada una de las funciones se repite el mismo patrón, aunque no se
mencionan los nombres de las mismas o la cantidad. En este caso la musicalización de las
vistas, es decir, la ejecución de melodías al momento de la proyección no fue una realidad y
es probable que al momento de que los espectadores observaron las imágenes en pantalla,
el sonido que se escuchaba era el que provocaba el asombro de ver al presidente Díaz en
pantalla y las demás vistas por demás interesantes que la compañía traía consigo.
Otro de los empresarios que solía presentar actos musicales aparte de la imagen en
movimiento era Carlos Mongrand, que visitó la entidad en 1902.133 Gracias al éxito que
obtuvo la empresa en la ciudad volvió todos los años hasta 1905,134 para mostrar las
novedades que con su cinematógrafo traía. Dicho empresario solía incluir orquestas de
música y al momento de presentar vistas utilizaba el mismo orden que usó Eduard Hervert,
obertura musical y división por tandas por medio de ejecución de piezas musicales. Los
carteles que otorgó al ayuntamiento así lo especifican, aunque no se menciona si la orquesta
tocaba al momento de hacer funcionar el cinematógrafo.
131
Véase: De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México” Óp. Cit. p. 90.
132
AHMM, Libro de Secretarías No.341, Exp. 24.
133
El Centinela, Morelia, 19 de octubre de 1902, Tomo X, núm. 14.
134
El Centinela, Morelia, 25 de junio de 1905. Tomo XII, núm. 47.
56
La empresa de Carlos Mongrand, particularmente, gozaba de una simpatía especial
entre los morelianos ya que era uno de los más importantes exhibidores de la época, sus
funciones, dotadas de calidad, novedad y creatividad le permitieron que a cualquier lugar al
que llegase se le recibiera con gran elogio y emoción por disfrutar del espectáculo que
ofrecía, y así mismo pasó en la capital michoacana.
“las vistas de la pasión que tenemos el honor de presentar a esta culta y distinguida sociedad, son
copias fieles del original tomado en Oberamer Alemania, que fue en cargado por su santidad el
135
Papa León XIII, para uso del Seminario de Roma.”
En la última función se anunciaron más de 150 vistas, ya que se repitieron todas las
presentadas a lo largo de la temporada. La prensa comentó de aquellas funciones “el
moreliano ha quedado muy complacido con esta bonita diversión”136
En octubre de 1902 de nuevo complació al público con vistas como Barba Azul,
Crisálida y Mariposa de oro, El Volcán y El Pelee de la Martinica 137. Y en agosto de 1903
presentó Gran corrida de Toros por Reverte en San Sebastián España, El Sueño de los
niños en la noche buena, Las hijas del fuego, La lucha extravagante, Honor, patria, valor y
caridad (Alegoría),… Omers, celebres rateros…La bellas del bosque durmiendo cien años,
leyenda del grandioso cuento alemán.138
135
Publicidad correspondiente al 10 y 12 de noviembre de 1901. AHMM, Fondo Independiente II, Siglo XX,
caja 2-A, Exp. 65.
136
El Centinela, Morelia, 24 de noviembre de 1901, tomo IX, núm. 19.
137
El Centinela, Morelia, 26 de octubre de 1902, tomo X, núm. 15.
138
El Centinela, Morelia, 9 de agosto de 1903, tomo XI, núm. 4.
139
Publicidad correspondiente al martes 12 de julio de 1904, AHMM, Fondo Independiente II, Siglo XX, caja
13, Exp. 90.
57
donde están las piezas destinadas para vestuario”140) y aguantar quejas “por malos olores en
el teatro”,141 la concurrencia del público no menguo.
Situación que no se repitió en las funciones ofrecidas a fines de año pues el público se
notó apático a la llegada del empresario, varias de ellas se caracterizaron por su poca
asistencia, la prensa de la ciudad trató de ayudar invitando a los morelianos a asistir a las
funciones.142
Otra de las estrategias para ganar aficionados fue filmar el acto de aniversario
luctuoso de Melchor Ocampo en la ciudad para exhibirlo en la siguiente función.
Seguramente aquella cámara que envió el empresario, capturó más que las imágenes, la
atención del público presente, por lo que a la función siguiente se disfrutó de aquella vista
en la que los morelianos se emocionaron al ver personajes y lugares de su cotidianidad. El
éxito de aquella función fue registrada por la prensa quien refirió el agrado de la
concurrencia.143 Muy probablemente aquella temporada fue la última que el empresario
ofreció en la ciudad, ya que ese mismo año, por razones de salud se retiró del negocio.144
Las múltiples presentaciones que ofreció el empresario contaron con las más diversas
vistas en la que se incluían algunas iluminadas, los más grandes logros de la época en
cuanto a argumento cinematográfico se refiere, cortometrajes extranjeros y nacionales.
Sobre todo contaba con vistas fabricadas por Georges Meliés, las incluía sin duda,
motivado por el gran éxito que estas tenían, pero también puede ser probable que por el
gusto que el empresario tenía por las artes de la prestidigitación y el ilusionismo, los
mismos que fueron utilizadas por el francés para realizar sus cintas.
Ya expuestos los casos en que la música estuvo presente como acto complementario
resulta importante destacar que, en el estricto sentido del término, la música no siempre fue
un “complemento”, sino el medio idóneo para introducir las primeras vistas dentro de un
público que gustaba de la audición de piezas musicales clásicas y que probablemente
disfrutaba más de las melodías presentadas que de los filmes proyectados. Fue un elemento
140
El Centinela, Morelia, 17de julio de 1904, tomo XI, núm. 53.
141
Ídem.
142
El Centinela, Morelia, 11 de diciembre de 1904, tomo XI, núm. 53.
143
El Centinela, Morelia, 11 de julio de 1905, tomo XII, núm. 45.
144
Partió con destino a Francia, regresó sin embargo al país, en 1907, con plan de instalarse en Guadalajara,
aunque no, que sepa, para continuar con el negocio. Miquel, Ángel, Salvador Toscano… Óp. Cit. p. 30.
58
indispensable para contar con un espectáculo de calidad y atractivo al público. Formó parte
de una complicidad y apoyo que se hizo estrictamente necesario.
Regresando al caso del Sr. Carlos Mongrand, observamos que fue de los primeros
empresarios en tocar piezas musicales junto con la vista o cinta, a esa modalidad Michel
Chion le llama “música en directo”145 que consistía en la adaptación y en ocasiones
composición de piezas musicales para las vistas. Esta última una de las modalidades menos
usadas, por lo menos para la primera década de la existencia del cine.
Ese fue el caso de Carlos Mongrand en las últimas funciones que realizó en Morelia.
Aurelio de los Reyes comenta que en 1905 el empresario contrató a la Orquesta Típica
Zacatecana dirigida por el maestro Antonio Martínez, para que lo acompañase en sus viajes
al interior de la República y amenizara las vistas que en su repertorio presentaba. Al llegar
el empresario a Morelia, la Típica ofreció la noche de su llegada una serenata en la Plaza de
Armas, por supuesto para fines propagandísticos, pero una vez iniciadas sus presentaciones,
las Orquesta tocó piezas musicales adaptadas a las escenas en pantalla, lo que le llevó a
gozar de gran éxito en todas sus funciones.148
145
Chion Michel, La música en el cine… Óp. Cit. p. 39.
146
Cuella Alejandro, Óp. Cit. p. 9.
147
Véase: Serralde Ruíz, José María… Óp. Cit. p. 73.
148
Véase: De los Reyes, Aurelio, De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México” Óp. Cit. p.
94.
59
El fonógrafo era otro de los intrumentos que los empresarios usaron prara dotar de
música al film, tal fue el caso de Auguste Delamare que en 1901 visitó Morelia.149 Aunque
en la publicidad y en el permiso concedido no aparece referencia alguna sobre la utilidad de
dicho instrumento, nos atrevemos a afirmar que sí fue usado para las funciones realzadas en
Morelia, sustentado en que para el mismo año, el empresario visitó la ciudad de Querétaro
y traía consigo un fonógrafo para hacerlo funcionar a la hora que se corría la cinta.150 Tal
vez la presencia del fonógrafo se vió opacada debido a las fallas de energía eléctrica que
sufrió el teatro Ocampo al momento de llevarse a cabo las funciones.
Cuando se hacía uso de fonógrafo la intención era grabar voces o melodías para
sincronizar la proyección de la cinta con el sonido expedido del aparato, el intento no tuvo
mucho éxito, ya que dicha sincronía muy pocas veces era posible, además de que los
sonidos y las voces eran poco apreciables por el oído del espectador debido al bullicio
existente en la sala.
A pesar de ello la gente pudo disfruar de vistas como: Un Incendio en Nueva York,
para el día 28 de enero y en el programa correspondiente al día 29 La Cenicienta151, que se
anunciaba como vista iluminada, y La exposición de París, filmada en 1900 donde
probablemente se apreciaba el Pabellón en que se representaba a México. El empresario
tenía dentro de sus costumbres regalar una función a los pequeños en edad escolar lo cual
también hizo en la ciudad de Morelia, la tarde del 7 de febrero permitió que los niños
menores de 10 años pagaran sólo medio boleto para entrar a la función que tenía como vista
principal El carnaval de París. En la función de despedida del 10 de febrero, Auguste
Delamare repitió todas las vistas de su repertorio, dejando ampliamente complacido al
público moreliano partió hacia la ciudad de Guadalajara.152
Es muy altamente probable que las funciones realizadas al interior del Teatro
Melchor Ocampo hayan sido musicalizadas, prácticamente todas ellas, por la orquesta con
la que contaba el recinto,153 la cual era dirigida por el Prof. Antonio Aulet.154 La forma en
149
AHMM, Libro de Secretarías No. 406, Exp. 135.
150
La Sombra de Arteaga, Querétaro, 20 de noviembre de 1901, año XXXV, núm. 44. p. 431.
151
Vista creada por George Meliés “en su estudio Mantreuil. sous-Bois, Francia, en 20 cuadros o escenas.”
Leal Juan Felipe, Anales del Cine en México, 1901…p. 76
152
Véase, Ibíd. p. 112.
153
AHMM, Libro de Secretarías No. 408, Exp. 259.
60
que esto se realizaba aún se desconoce, sin embargo y debido a una tradición escénica,
debió haberse parecido en gran medida a las musicalizaciones que gozaban otros
espectáculos presentados al interior del citado recinto.
Un caso muy notable fue el del empresario Enrique J. Lohse, quien se presentó en el
Teatro Ocampo y amenizó sus películas con “la Orquesta Popular No. 6.155 Dicha
participación sería uno de los primeros ejemplos dentro de la ciudad en presentar
musicalización en directo dentro de la ciudad.
A partir de 1906 en la República Mexicana, fue cada vez más común la adaptación de
piezas musicales popularmente conocidas, e incluso piezas de música clásica, para ser
ejecutadas al momento de la proyección de las cintas. Los resultados más exitosos de esta
conjunción los veremos más adelante al presentar las dinámicas del cine y la música en la
siguiente década de vida del cine tanto en Morelia como en el país.
El teatro Melchor Ocampo contaba con una cantina, la cual abría sus puertas después
de cada función, si así lo permitía el permiso concedido al empresario en cuestión. Esta
práctica fue también adoptada al momento de la visita a la ciudad de las primeras
compañías de exhibición cinematográfica. De manera que fue curiosos encontrar dentro de
154
Personaje egresado de la Academia de Música para Varones perteneciente a La Academia de Artes y
Oficios, quien hacia 1907 había formado parte de una orquesta en la que se desempeñaba como maestro de
arco. Dicha agrupación estaba dirigida por Juan B. Fuentes, maestro de boquilla Antonio Urbina y el Prof.
Eustorgio Peñaloza, Martínez Villa, Juana, “La música en Morelia en vísperas de la Revolución” en: Martínez
Ayala, Jorge Amos, Una bandolita de oro, un bandolón de cristal…Historia de la música en Michoacán,
Morelia, Morevallado Editores, Gobierno del Estado de Michoacán, 2004, p. 236.
Antonio Aulet fungió también como profesor en la Academia de Bellas Artes hacia 1919. Gutiérrez López,
Miguel Ángel, “La enseñanza de la música en Morelia en las primeras décadas del siglo XX” en: Martínez
Ayala…Óp. Cit. p. 248.
155
El Centinela, Morelia, 4 de mayo de 1902, Tomo IX, núm. 41.
61
los libros de Secretaría un expediente de 1901 (en la fechas en que se presentó Delamare)
bastante amplio sobre el arrendamiento de dicho espacio, el cual era solicitado por varias
personas al momento de presentarse alguna empresa de cine,156 lo que nos habla de una
buena convocatoria por parte de dicha diversión157 y además da testimonio de una práctica
más, adoptada por el cine de otros espectáculos teatrales anteriores.
Con base en ello es preciso señalar que en dichos eventos era común la participación
de conjuntos musicales que amenizaban las reuniones, y podían ser los mismos que
actuaban en las funciones o personas contratadas por los arrendatarios de la cantina, por
tanto, este era otro tipo de presencia de la música en el cine, como parte de una convivencia
social para los asistentes al espectáculo.
Aurelio de los Reyes nos presenta otra modalidad más, que aunque no se tiene
registro de que así haya sido para el caso de Morelia, muy probablemente fue una realidad
en la misma. Consistía en contratar conjuntos locales para los convites, bandas que
156
AHMM, Libro de Secretarías no. 406, exp. 159.
157
Al contrastar con otras solicitudes de arrendamiento donde solo hay una solicitud, y además se hace
referencia de que el espectáculo a presentar es de variedades o zarzuela; sorprende que para una función de
cine haya de tres a cinco personas disputando la concesión. AHHM, Libro de Secretarías 407, exp. 193.
158
AHMM, Libro de Secretarías No.346, Exp. 26.
159
Idem.
62
anunciaban por las calles la próxima presentación de funciones cinematográficas. “Al
compás de pasodobles y marchas era común que se acompañasen de muchachos gritones
que invitaban al público a asistir a las proyecciones.”160 Aquello era posible por medio de
desfiles en la calle principal de la cuidad de presentación, o bien a las afueras del recinto
horas antes del comienzo de la función o al momento de la venta de boletos para la misma.
Hasta aquí las formas más populares en que el cine y la música compartieron
espacios, públicos y andanzas en aproximadamente los primeros diez años de la imagen en
movimiento. Pasemos ahora a relatar en el siguiente capítulo las formas en que se
musicalizaba al cine al momento de la aparición de los primeros salones de cine en nuestro
país, época en la que el desarrollo del espectáculo cinematográfico en Morelia se suscribió.
160
Véase: De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México” Óp. Cit. p. 96.
63
Capítulo Tres
Si bien, parecía que el porfiriato significaba para el país una etapa de estabilidad política,
financiera y social, a partir de 1904 se demostró que existía inconformidad y malestar hacia
las desigualdades sociales debido a una crisis dentro del sistema gubernamental, cuya
cabeza seguía siendo el presidente Díaz. Desde ese año se vislumbró la etapa final del
régimen, en donde la inestabilidad nacional fue producto del desgaste del modelo político,
económico y social del porfiriato, que se cristalizó en una rebelión que tuvo como punto de
partida movilizaciones de contingentes antirreeleccionistas en el norte del país que exigían
la salida del General Porfirio Díaz de la presidencia del país.
64
otros argumentos de incumplimiento y abusos de autoridad, fueron los que sostuvieron a las
diversas manifestaciones en el país.
Después del nuevo triunfo de Porfirio Díaz en las elecciones presidenciales de 1910,
Madero puso en manifiesto el Plan de San Luis y el movimiento contempló el
levantamiento en armas, acción incontenible para el régimen de Díaz quien presentó su
renuncia en mayo de 1911, el cual terminó por exiliarse hacia Francia comprendiendo que
no tenía ya más cartas que le posibilitaran mantenerse en el juego de la política mexicana.
Más de treinta años logró colocarse en el poder Díaz, sostenido por la idea de que el pueblo
aún no había llegado a su madurez y necesitaba de él para poder seguir su curso.164
164
Al respecto se puede consultar un fragmento de la muy famosa entrevista de James Creelman hecha a Díaz
en el año de 1908, citada en: Paul Garner, Óp. Cit. p. 213.
65
muestra de que el modelo de democracia ficticia se limitaba a organizar las elecciones
como un acto protocolario para la ratificación de las figuras de poder que siempre quedaban
en manos de los mismos personajes de la vida política del país.
165
Véase: Mijangos Díaz, Eduardo Nomelí, La Revolución y el poder político en Michoacán 1910-1920,
Morelia, UMSNH-IIH, 1997. p. 56.
166
Miguel Silva González (1859-1916) asumió en forma interina la gubernatura. Él era un médico instruido
en Europa y pequeño propietario rural; además, dirigió el Hospital Civil, enseñó en la Escuela Médica y había
sido diputado federal suplente (1892-1894, 1900 y 1908)…Ochoa Serrano, Álvaro… Óp. Cit. p. 207.
167
Ibíd. p. 60.
168
Ibíd. p. 87.
66
3.2.-Los antiguos recintos de exhibición
Los conflictos político sociales que el país experimentaba, a raíz del levantamiento de
movimientos armados, principalmente en el norte del país, tuvieron secuelas en el resto del
territorio, en diversos ámbitos de la vida cotidiana de las personas de la época. Según
refieren algunos periódicos de la ciudad de Morelia, los suministros de alimentación y de
sustento al comercio local se vieron constantemente irrumpidos debido a la itinerante
presencia de grupos bandoleros en vías de comunicación y acceso a la entidad. Las vías de
tren, aunque en menor medida, eran interrumpidas y asaltadas por estos mismos y no sólo
el ámbito comercial se vio afectado, entre muchos otros, los espectáculos itinerantes en la
ciudad presentaron complicaciones para ejecutar sus funciones de manera fluida.
De modo que, hasta antes del estallido de la revolución armada, la constante visita de
compañías de espectáculos fue menos frecuente y encontrar un espacio idóneo de
presentación resultaba complicado. Por otra parte, el periodo de estancia llegaba ser más
largo, hasta de un año, puesto que era difícil desplazarse a otra ciudad a causa de la
inseguridad en los caminos y muchas ciudades se encontraban sitiadas o en muy malas
condiciones como para hacer explotable el negocio de las diversiones. En el caso de los
proyeccionistas, conseguir películas o vistas de novedad era muy difícil y el tema que más
atraía era el de tipo documental noticioso de los hechos de la Revolución, si la compañía no
traía consigo ese tipo de cintas, el éxito obtenido en sus funciones no resultaba tan fastuoso.
Con todo y lo dificultoso que pudo haber significado ser empresario de espectáculos
en tiempos de Revolución, Morelia gozó de una etapa muy significativa en cuanto
desarrollo de la exhibición del cine. Las primeras proyecciones de cine documental
nacional, los primeros salones de cine, el surgimiento de empresas locales de exhibición y
la cada vez más notable familiaridad que el moreliano desarrollaba con la imagen en
movimiento.
Si tomamos como punto de comparación el desarrollo del cine en la ciudad de México, nos
encontramos con que 1906 resulta ser una fecha coyuntural en el desarrollo de la historia
del cine, ya que para Aurelio de los Reyes es el año en que comienzan a multiplicarse en la
67
Ciudad de México los lugares de proyecciones de vistas,169 ya sea que estos se utilizaran
como recintos para presentar otro tipo de espectáculos, o bien, exclusivos para cine.
Una de las razones para que esto sucediera fue la instalación de agencias proveedoras
de material fílmico, tanto para realizar películas como para obtener vistas producidas en
Europa. Por consiguiente la diversión del cine se popularizó y se alejó de aquellos fines
científicos y civilizadores con que se auguraban en su nacimiento.
En poco tiempo el número de salas ascendió a 34, y se abrieron 20 más con motivo de las fiestas
del Centenario de la Independencia, en 1910. La revolución no detuvo ese crecimiento. En 1911,
solamente, otras 33 salas ofrecieron cine o cine y variedades. La llegada a la capital de contingentes
revolucionarios campesinos, como los zapatistas, y después, los de numerosos provincianos que
170
huían de la revolución, alentaron ese crecimiento.
La música que solía acompañar a las proyecciones, poco a poco pasó de ser una
ejecución de complemento (como oberturas e intermedios), a ser adaptada al movimiento
de las imágenes en pantalla. Esto por medio de piezas musicales ya existentes que se
adaptaban a las necesidades rítmicas de las escenas, por lo que el ejecutante debía
mostrarse diestro al momento de captar la secuencia musical que se requería de acuerdo a
lo reflejado en la manta blanca.
169
De los Reyes, Cine y sociedad, volumen I… Óp. Cit., p. 64.
170
García Riera, Breve Historia del cine en México…Óp. Cit., p. 28.
68
Desde los albores del siglo XX se fueron instalando en la Ciudad de México varias salitas de cine,
pero no fue sino en 1905 cuando éstas constituyeron una nueva forma de divulgación de la música
mexicana, pues muchos de los compositores fueron solicitados por las empresa […] Así dieron a
conocer composiciones suyas Miguel Lerdo de Tejada, José de Jesús Martínez, Salvador Pérez y
Abundio Martínez, entre otros. Algunos años más tarde se contrataron para este servicio a buenos
cantantes que dieron mayor atracción a este novedoso espectáculo. 171
Como en años anteriores ya se practicaba, uno de los lugares que más albergó en su
interior funciones de cine fue el Teatro Ocampo, que en el periodo de 1906 a 1908 funcionó
con regularidad, destacando dentro de sus eventos y espectáculos, la presencia de los
Hermanos Alva (de quienes hablaremos con mayor detenimiento más adelante), pues en
varias ocasiones, y alternando con compañías de variedades o teatrales, se presentaron
dentro del recinto para exhibir sus vistas y otro tipo de actos escénicos.
Dos años duró en reparación el Teatro Ocampo, y al momento de abrir sus puertas,
bajo la influencia de una razón desconocida, se consideró que el lugar debía regulársele
más estrictamente en el tipo de actividades realizadas en su interior. De modo que en
septiembre de 1910, al ser solicitado por Paulino Ramírez, en nombre de los Señores
171
Garrido, Juan S., Historia de la música popular en México, México, Editorial Extemporáneos, 1974, p. 28.
172
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 17, legajo 1, exp. 96.
69
Rosette y Aranda, para ofrecer funciones de autómatas, la respuesta fue muy contundente:
“el ayuntamiento niega el permiso, ya que el Teatro Ocampo fue remodelado para que en él
se dieran espectáculos notoriamente cultos como operas, conciertos, dramas y zarzuelas,
evitando otras diversiones vulgares como autómatas y cinematógrafo.”173
Sin embargo, poco duró aquella restricción, pues en 1911 se dio permiso al Sr. Rafael
Ramírez, quien lo solicitó por un año para exhibiciones de cinematógrafo, sin que en esa
temporada se presentase alguna otra compañía de diversiones para alternar con la suya. El
Ayuntamiento de la ciudad le dio resolución positiva pues el jefe del ramo correspondiente
consideró que el pago de la renta “podría servir para hacer reparaciones de urgente
necesidad como son el remendar el piso del patio, las butacas y parte del decorado”174
además, en vista de que el recinto había carecido de diversión alguna en meses anteriores
era necesario mantenerlo en activo.
En enero de 1915, por ejemplo, fue ocupado por los señores José García López y
Everardo Aguilar.175 En abril fue otorgado el espacio a Alfonso Aragón combinando el
cinematógrafo con variedades.176 Cuando la temporada del mencionado empresario estaba
en curso, el Sr. Enrique España solicitó al Ayuntamiento de Morelia se le concediera el
mismo espacio para ofrecer tandas de películas, el cual fue negado por dos razones: “el
referido coliseo ya se encuentra comprometido con el C. Alfonso Aragón [y además el
solicitante] es enemigo a las causas de la revolución”.177
173
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 17, legajo 2, exp. 95.
174
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 22, legajo 2, exp. 34.
175
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 30, legajo 2, Exp. 41.
176
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 30, legajo 2, Exp. 103.
177
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 30. Legajo 2, Exp. 57.
70
desordenes al interior del Ocampo. Se argumentó además que “otra empresa de cine y
variedades hizo solicitud [para ocupar el espacio en pugna] la cual se le piensa conceder
por tener más variedad que presentar”.178 Aquel empresario era Alberto Fernandini, quien
inició su temporada en junio de 1915, combinando vistas con zarzuela y variedades.179
En enero de 1916, parece que la compañía de los Hermanos Alva retornó a la ciudad
pues el Sr. R. Escandón, quien se identificó como su representante pidió se le concediera el
Teatro Ocampos “para exhibir la película cinematográfica Los Tres Mosqueteros.180Por su
parte, José Milanés se presentó en marzo exhibiendo la película Señora Mariquita.181
Mismo mes en que J. M. Mendoza Alcaraz, representante de la empresa Arana e Hijos,
arrendó el Teatro para ofrecer las siguientes películas: Muero pero mi amor no muere (8
partes), Napoleón (6 partes), Últimos días de Pompeya (8 partes), Rocambole, primera serie
(seis partes), Tigris (6 partes), Entre hombres y fieras (8 partes), Los desafíos de Max (4
partes).182
71
ejecutar sus funciones. El cine normalmente se musicalizaba por medio de la adaptación
musical a la cinta, en otras ocasiones gracias a la improvisación del ejecutante o con piezas
creadas especialmente para las películas. Esta última modalidad era muy común en la
frontera de nuestro país, dentro de los salones y teatros norteamericanos (modalidad que
también se daba en Europa, y cuyo caso en Italia fue icónico). Desde el caso del estado de
Chihuahua, Alma Monte Mayor ha logrado rescatar testimonios de la citada modalidad por
medio de la siguiente nota periodística:
Por el Salón Rosa se exhibió una hermosa vista que representa escenas del drama Tosca, y con tal
motivo el conocido pianista José María Rosas Vértiz contribuyó en mucho éxito de la película,
pues durante la exhibición nos hizo escuchar la hermosa música que el drama inspiró al maestro
Puccini. El profesor Rojas Vértiz siempre encuentra música ad-hoc aún para aquellas vistas que
carecen de composición musical.185
La anterior modalidad, podría inferirse, fue una práctica que se dio en algunos salones
de cine en Morelia, pues el cine comenzaba a volverse popular por la ejecución de música
que en las funciones había, además de los actos de variedades tan atractivos para los
asistentes. Puede ser que los mismos músicos que participaban en los actos escénicos,
musicalizaran las películas proyectadas. Por lo que es innegable el establecimiento de la
complicidad del cine y la música para estos años, y la conformación de un espectáculo
audiovisual ya bien reconocido por el público moreliano.
Si bien, el Teatro Ocampo era considerado el lugar por predilección de la clase privilegiada
en la ciudad, podemos considerar al Teatro Hidalgo como aquel que cultivaba las artes y la
cultura para el pueblo. Para los años que competen al presente capítulo se encontraba en
posesión de la Señora Guadalupe Martínez, se ubicaba en el cuartel uno, sobre la calle
Comonfort (actualmente Matamoros). En él se presentaban diversidad de espectáculos,
antiguamente se había proyectado para llevar a cabo en su interior lidias de gallos, pero con
185
Monte Mayor, Alma, “El cine silente en la ciudad de Chihuahua” en: De la Vega Alfaro, Eduardo,
Microhistoria del cine en México, Óp. Cit. p. 88. Cita extraída del periódico local: El correo de Chihuahua,
Chihuahua, 1909.
72
el paso del tiempo se fue adaptando de manera que se pudieran dar todo tipo de actos
teatrales en él.
Desde la llegada del cine fue ocupado por empresas cinematográficas, aunque
siempre bajo la sombra de las funciones del mismo tipo que se realizaban en el Ocampo.
Pues bien, esta perspectiva cambió a partir de 1910, ya que dicho recinto contó con gran
actividad, sobre todo de empresas exhibidoras, quizás haciendo contrapeso a los tipos de
espectáculos que en el Ocampo se ofrecían, los cuales eran mayormente de compañías
teatrales, de ópera o zarzuela.
Un caso muy notable fue el de Jesús García Delgado quien en diciembre de 1910
pidió en arrendamiento al Teatro Hidalgo para dar exhibiciones de cinematógrafo. El
inmueble le fue proporcionado por tres meses y su renovación dependía de la calidad y
moralidad de sus funciones. Los permisos localizados en el Ayuntamiento señalan que
contaba con algunas variedades: operata, zarzuela, género chico y grande, interpretado por
el dueto de artistas “Las Guerreritas”.186
186
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja21, legajo 1, Exp.41. Dentro de los cambios que agregó el
Ayuntamiento de la ciudad para conceder permisos de funciones cinematográficas, según se puede observar
en la documentación de la época, se lee que la Tesorería Municipal cobraba una cuota por función de tres a
cinco pesos y se hace hincapié al hecho de que las vistas que se exhiban no debían ofender la moral colectiva.
187
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja21, legajo 1, Exp.74.
188
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 22, legajo 2, Exp. 34.
73
una compañía de variedades,189 de las cuales la primera fue la presentación de “las bellas y
simpáticas artistas «Las Esmeraldas» que ejecutan piezas de canto y baile.”190 Dicha
empresa probablemente duró una larga temporada en el recinto, y siendo así, puede que sea
ella a quien se refería la siguiente nota periodística:
Cinema Teatro Hidalgo.- Magnífico ha sido el éxito de la temporada en este teatro. El público ha
concurrido en abundancia, atraído por las magníficas películas de arte […] Los números de
variedad también han gustado muchísimo “Las esmeraldas” en sus graciosos bailes y en sus
escenas de canto no han dejado qué desear. […] Para mañana lunes se prepara el suntuoso
beneficio de las simpáticas hermanas, las que se proponen poner en escena lo mejor de su
repertorio, y en el que se cantará por primera vez en esta ciudad “El Pagaré” y se bailarán varias
191
rumbas y tangos […] ¡Al cine Hidalgo todo el mundo!
Teatro Hidalgo.- Las graciosas y simpáticas “Herreritas” que tantos aplausos bien conquistados en
su teatro popular, estuvieron durante la semana pasada, trabajando su habilidad coreográfica con
toda la gracia que les caracteriza. También han sido dignas de verse las películas que allí han
192
figurado y que han agradado a los concurrentes.
189
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 26, legajo 2, Exp. 185.
190
El Centinela, Morelia, 29 de diciembre de 1912, Año XX. núm. 23, p.3.
191
El Centinela, Morelia, 5 de enero de 1913, no. 24, año XX, p. 2.
192
El Centinela, Morelia, 26 de enero de 1913, no. 27, año XX, p. 4
193
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 29, legajo 1. Exp. 30.
194
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 29, legajo 1, Exp. 67.
195
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 30, legajo 2, Exp. 18.
196
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 35, legajo 2, Exp. 8, Fojas 12 a 15.
74
la ciudad ordenó la clausura temporal del teatro para hacer reparaciones, las cuales
estuvieron listas a finales de junio del mismo año.197
Para poder darnos una idea de qué se escuchaba en los salones de espectáculos y
quienes eran los posibles ejecutores o maestros de estos, podemos remitirnos a los géneros
musicales de moda. Dentro de la música popular era común los ritmos extranjeros como la
danza habanera con ritmo característico de 6/8 y que apareció en multitud de obras
mexicanas simplemente tituladas Danza,200 cuyo ritmo era adaptable al sentimentalismo
que las canciones románticas mexicanas tenían de moda en aquel momento. En este sentido
resulta interesante la nota publicada en el periódico El Centinela (citado párrafos arriba)
cuando menciona ritmos como el tango y la rumba dentro del repertorio de las bailarinas
“Las Esmeraldas”, sin duda con un toque muy mexicano.
Así mismo y en atención a la gran popularidad que tenían los ritmos extranjeros fue
muy común también la composición y ejecución de géneros bailables como la polka de
origen checoslovaco, la mazurca y la redova polacas, el vals vienés, el schottisch o chotis, y
la galopa.201 Todos ellos, con el paso de los años y la capacidad creadora de diversos
autores, fueron adaptándose a un modo que podría denominarse como muy mexicano, tal
197
AHMM: Fondo Independiente, Siglo XX, caja 35, legajo 2, Exp. 7, Fojas 9, 10 y 19.
198
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 35, legajo 2, Exp. 7.
199
AHMM. Fondo Independiente, Siglo XX, caja 35, legajo 2, Exp. 8.
200
Moreno Rivas Yolanda, Óp. Cit., p. 15.
201
Ídem.
75
fue el caso del vals, cuyas piezas creadas en la nación eran pronto identificadas por público
extranjero y por ello le llamaron Vals Mexicano.
3.3.1.-Salón Morelos
76
mencionado recinto. Dichos empresarios fueron de gran importancia para la historia del
cine ya que su carrera no sólo se limitó a la exhibición sino que fueron también
camarógrafos. Salvador, Guillermo, Eduardo y Carlos Alva habían iniciado años atrás su
negocio del cine en la Ciudad de México con los salones Casino y María Guerrero,
ubicados en la colonia Peralvillo.206 Sin embargo, su labor como camarógrafos fue la más
destacada, sobre todo en los inicios de la Revolución Mexicana.
Este mismo año el Ayuntamiento de la ciudad decidió que el Teatro Ocampo debía
ser sujeto de una restauración y remodelación urgente, por lo que a las compañías que le
solicitaban, tuvieron que negárseles la concesión del inmueble, entre ellos a los hermanos
Alva. Probablemente, motivados por el gran éxito obtenido, los empresarios buscaron
alguna otra opción para poder seguir trabajando en la ciudad. De modo que decidieron
arrendar el Teatro Hidalgo, pero nuevamente les fue negada la petición, la respuesta del
Ayuntamiento fue que el lugar se encontraba en malas condiciones como para que en él se
pudiera llevar a cabo algún tipo de espectáculo.208
206
Ruiz Ojeda,…Óp. Cit. p. 123.
207
Ibíd. p. 96-98.
208
Ibíd. p. 115-116.
77
homónima, obra llevada a cabo por la compañía de los Hermanos Alva.209 En los siguientes
números del mismo se mantenía a la ciudadanía informada de los avances de dicha
construcción.
Aquel espacio fue contemplado como un Salón provisional en donde proyectar vistas
mientras el Ocampo reabría sus puertas.210 Finalmente:
El Teatro Salón Morelos inició su corta existencia en agosto de 1908, y fue objeto de varias
remodelaciones durante los seis años que con gran éxito se mantuvo abierto, para verse convertido
en un bello inmueble con las condiciones ideales para la proyección cinematográfica: el Salón
Morelos contaba con una cabina de proyección y distintos tipos de localidades, así como con un
211
escenario donde se alternaban presentaciones de toda clase de artistas.
La inauguración del recinto fue todo un éxito, en ella se proyectó una vista llamada
Paseo de Santa María, que retrataba aquella distintiva costumbre porfiriana donde los
pobladores de la ciudad disfrutaban de un paseo en la loma del mismo nombre, al sur de la
ciudad.
Desde un principio los empresarios se dieron a la tarea de amenizar sus funciones con
música, comenzaron acompañando sus cintas con las ejecuciones del pianista Sr. José
Deas.212 Pero esa no fue la única inclusión de números musicales en el recinto, en ocasiones
se presentaban audiciones como parte una estrategia para mantener la simpatía de los
morelianos. Muy notable fue la realizada en septiembre de 1908, ya que en una de las
funciones, además de la gran calidad de las vistas proyectadas, se elogió la ejecución de la
musicalización por piano, la cual realizó María Carmen Lemus, alumna del Internado y
Academia de Niñas de Morelia, cuya institución, junto con la Escuela Militar Porfirio Díaz
disfrutaron de la función gratuitamente.213
Meses más adelante la prensa anunció la inclusión a las funciones del “Cuarteto
Michoacano” formado por los Señores “Profesores Nieto, Aulet, Alvarado y Collado, que
por supuesto fueron saludados con aplausos estruendosos y deleitaron a la concurrencia
209
El Centinela, Morelia, 12 de julio de 1908, tomo XV, Núm. 51.
210
Véase: Ruiz Ojeda…p. 118.
211
Ibíd. p.114y 115.
212
El Centinela, Morelia, 6 de Septiembre 1908, Tomo XVI, No. 8, p. 3.
213
El Progreso Cristiano, Morelia, 4 de septiembre de 1908, tomo I, no. 29, p. 3.
78
ejecutando piezas escogidas.”214 Para octubre del mismo año se anunció la presencia de un
pianista llamado Francisco Buitrón, probablemente con anterioridad se contaba con algún
otro que no fue del agrado por lo menos de la prensa, o bien que fuera un comentario
destinado a otros recintos del ramo donde la calidad musical no era muy popular, pues
Buitrón es sentenciado como el “que sí ejecuta.”215 Por las mismas fechas, las películas
fueron combinadas con el cuadro artístico llamado “Los Cosmopolitas”, quienes ejecutaban
números de zarzuela.216
Se desconoce qué tanto tiempo duró el pianista Buitrón siendo parte de las funciones
al interior del Salón Morelos, por su parte Tania Ruíz menciona que para el año de 1909 el
Quinteto Morelos era quien amenizaba con las funciones.217 A razón de que dicho
agrupamiento musical era mencionado por la prensa todavía entre los años de 1910 y 1913,
es probable que éste alternara junto con los diversos cuadros artísticos que solían
presentarse en el Salón Morelos, como lo fueron actos de prestidigitación, números de
zarzuela, baile, canto y seguramente muchas más. Pero en la mayoría de las funciones eran
quienes dotaban del realce que sólo mediante la música se le podía dar a las vistas y en
ocasiones a los actos presentados en el lugar:
Como es de suponerse los programas de los días 1 y 2 [de noviembre] fueron rigurosamente
formados por verdaderas vistas de ARTE, así como las que van a presentarse hoy en todas las
tandas, las que reciben mayor atractivo con las preciosas piezas musicales que ejecuta el ya bien
acreditado “QUINTETO MORELOS”, en el que toman parte el popular pianista Prof. Ignacio
Bremauntz, el inteligente violinista Prof. José Rodríguez Collado y los Profs. Nieto, Guzmán y
Solorio que son quienes forman el quinteto.218
Sin duda el Salón Morelos fue el agasajo del público moreliano durante su periodo de
existencia.219 Las crónicas periodísticas no dejan de apuntar la magnífica labor de la
compañía Alva, mucho menos al presenciar espectáculos de gran magnitud, como sucedió
214
El Pueblo, Morelia, 28 de septiembre de 1908, no. 47, tomo I, p.1.
215
El Pueblo, Morelia, 9 de octubre de 1908, no. 56, Tomo I, p. 1.
216
El Centinela, Morelia, 18 de octubre de 1908, no. 14, año XVI.
217
Ruíz Ojeda,…Óp. Cit. p. 131.
218
El Centinela, Morelia, 3 de noviembre de 1912, no. 15, año XX, p. 3.
219
Un amplio y detallado seguimiento de la vida del Salón Morelos lo podemos encontrar en: Ruíz
Ojeda,…Óp. Cit.
79
en diciembre de 1912, pues probablemente con motivo de despedida del año se organizó
más que un espectáculo, una gran fiesta a beneficio de sus empleados, donde gran parte de
la sociedad moreliana se hizo partícipe. La velada resultó muy bien combinada, pues en ella
tomaron parte la renombrada Banda del Estado, la que ejecutó lo más selecto de su
repertorio, ciudadanos aficionados a las representaciones teatrales pusieron en escena la
zarzuela “La Tela de Araña”. Tomó parte también un panderista, una simpática bailarina y
lo mejor de las vistas cinematográficas del momento.220
Por otro lado se encontraban los números de variedades de entre los cuales, la
zarzuela, el baile, los cantos, las operatas y audiciones musicales (música como acto
complementario), presentaron al público moreliano las más altas novedades en su género
(muchas de ellas relacionadas con los acontecimientos y personajes de la Revolución
220
El Centinela, Morelia, 5 de enero de 1913, no. 24, año XX, p. 2.
221
El Centinela, Morelia, 12de enero de 1913, no. 25, año XX, p. 3.
222
El Centinela. Morelia, 5 de octubre de 1913, no. 12, año XXI, p. 3. Dentro de la misma crónica menciona
las películas más destacadas de las temporadas pasadas: ”La novela del Manequi”, “La Robe Rouge”,
“Revisor de Wagonce-Camas”, “Los primeros honorarios” e “Incendio en el colegio”.
80
Mexicana). Deleitando al público moreliano y de paso haciendo olvidar por breves
momentos las complicaciones de vivir en tiempos de revuelta social.
El Salón Morelos fue un lugar con gran actividad artística, que mantuvo por varios
años en esplendido entretenimiento a los asistentes, si bien la actividad como camarógrafos
de los hermanos Alva, los hizo ausentarse de la entidad por periodos largos, esto no causó
alguna desventaja para el negocio, pues si dicha situación se presentaba, quedaban a cargo
José Milanés y José Alva,223 quienes eran también muy apreciados por el público.
El Salón Morelos tuvo una vida muy corta, en 1914 el Ayuntamiento de Morelia
ordenó su demolición, dando a los empresarios quince días para cumplir lo mandado. Tania
Celina Ruiz nos refiere al respecto:
Es posible que los distintos trabajos referentes al movimiento revolucionario presentados por los
Alva no sólo en Morelia, sino en toda la República llevara a Gertrudis Sánchez a considerarlos
antirrevolucionarios, ya que no podemos olvidar el ambiente de censura que se vivía, y donde la
información no siempre era bienvenida por todos los bandos. Otro posible motivo fueron las
relaciones que los empresarios morelianos tenían dentro de la ciudad… los Alva mantenían en
Morelia la amistad de personajes que durante el periodo del Porfiriato contaron con gran aceptación
223
Ruíz Ojeda,…Óp. Cit. p. 133.
224
En el pasado habían registrado algunos de los actos más importantes del General Díaz, siendo su obra más
representativa en aquel periodo la entrevista realizada entre el mandatario de México y su homónimo
estadounidense, William Horward Taft, filmada en 1909, así como Las Fiestas del Centenario de la
Independencia en 1910. Posteriormente llevarían a cabo el registro de distintos acontecimientos relacionados
con la Revolución Mexicana224, como La Solemne entrega del cañón capturado por las fuerzas insurgentes
(1911), El Triunfal arribo del jefe de la revolución Don Francisco I. Madero (1911), Los Últimos sucesos de
Ciudad Juárez (1911), La Entrega de la bandera del 32º batallón (1911), La Insurrección de México (1911),
La Llegada de la familia del primer mártir de la revolución Aquiles Serdán (1911), Las Manifestaciones en la
capital (1911), Los Aviadores en el campo de Balbuena (1911), La Revolución orozquista224 o La revolución
en Chihuahua (1912), Sangre Hermana (1913)224 y, finalmente, La Decena trágica (1913). Ruíz
Ojeda…Óp. Cit. p. 139 y 140.
81
y poder, el aprecio que había ganado ante la sociedad moreliana les pudo convertir en ciudadanos
225
poco gratos ante los ojos del general Sánchez.
Es así como los Hermanos Alva se retiraron del negocio de la exhibición de cine en la
ciudad, sin embargo José Milanés siguió presentándose en otros recintos de la ciudad. Años
después intentaría conseguir el permiso correspondiente para la reapertura de aquel
emblemático salón de espectáculos cinematográficos, obteniendo solamente respuestas
negativas. El cometido sería logrado para la década de 1920, pero por otro empresario que
mantuvo en activo un Salón con el mismo nombre y ubicación, éste personaje fue José
Alva, el cual tuvo una gran actividad como empresario exhibidor a lo largo de la década de
los años veinte.
Seguramente, al observar el éxito que el Salón Morelos obtenía con sus espectáculos, otros
personajes se interesaron en el negocio, por lo menos este pudo haber sido el caso de José
Staufert,226 pues a finales de 1910 solicitó permiso al Ayuntamiento para poner en función
“un Salón de cine, otro de refrescos y otro para patinar”;227 en un primer momento, lo que
obtuvo fue una negativa rotunda, argumentando que ya existían espacios destinados a esos
giros, y que además la cantina no podía ser abierta por cuestiones de salud pública.
225
Ibíd. p. 149. El general Gertrudis Sánchez gobernó Michoacán de 1913 a 1915.
226
Dentro de la introducción de El libro negro del cine mexicano, Miguel Contreras Torres menciona a José
Staufert como “el súbdito del Kaiser de Alemania” en alusión a su país de origen, se desconoce cuándo fue
que llegó dicho personaje a Morelia, aunque su presencia en el negocio de exhibición comenzó alrededor de
1911, con su presentación en el Teatro Hidalgo. Su estancia significó una excelente etapa en la difusión del
cine de Europa en Morelia. Véase: Contreras Torres Miguel, El libro negro del cine mexicano, México, Sin
pie de imprenta, 1960, p. 30.
227
AHMM, Fondo Independiente, Caja 41, legajo 1, Exp. 2.
228
Ídem
82
Finalmente el recinto fue inaugurado en mayo de 1911, bajo el nombre de Cine Club,
ubicado en la 1ª calle Nacional (hoy Madero Oriente) en los números 15 y 17. En palabras
de Magali Zavala:
“La estructura del lugar era simple pues estaba organizada con gran número de butacas en el patio,
con una gran plataforma que cubría ambos extremos destinada para los asientos preferenciales y al
229
fondo un escenario donde se colocaba un telón para las proyecciones de las vistas.”
Junto con el Salón Morelos, el Cine Club fue el lugar donde los morelianos pudieron
disfrutar de infinidad de películas de moda durante el periodo, aunque suele señalarse que
el Salón Morelos era el preferido de la clase alta o las familias preponderantes en la ciudad
y el Cine Club era preferido por la clase media y baja, dicha afirmación no resulta precisa.
En vista de lo que relataba la prensa de la época podría plantearse más bien que los dos
salones se mantenían en constante competencia por ganar público y el nivel de sus
presentaciones era muy similar pues en los dos recintos se presentaban vistas de gran
novedad y el acompañamiento musical era elogiado en los dos casos.
Lo que es cierto es que, quien salía victorioso en dicha competencia era el Salón de
los Hermanos Alva, gracias a la gran simpatía que por ellos sentía el público y la constante
presentación de cuadros artísticos a parte de la presentación de películas, elementos que
poco eran presentados en el Salón del Señor Staufert.
229
Zavala García, Magali, “Esplendido espectáculo,…” Óp. Cit. p. 31.
230
El Centinela, Morelia, 18 de agosto de 1912, no.4, año XX, p. 4.
231
El Centinela, Morelia, 27 de octubre de 1912, no. 14, año XX, p. 2.
83
Después de aquella mención, la prensa no vuelva a referir nada acerca de música o
variedades en el recinto, lo que nos hace inferir que aquel pianista sería quien se encargara
de musicalizar las cintas que en el Cine Club se presentaban.
Durante los años de 1913 y 1914, gracias a las publicaciones periódicas observamos
una gran actividad en el Cine Club, y entre los hechos más notables se encuentran la
exhibición de la hoy tan famosa cinta “El Automóvil Gris” en diciembre de 1913232 y en
fechas posteriores un sinfín de vistas, de entre las cuales observamos las primeras películas
realizadas en episodios o partes, así como los primeros largometrajes de argumento y los
dramas de las llamadas divas italianas, según se puede afirmar al encontrar en la prensa la
siguiente referencia:
Muy variadas y atractivas han sido las películas exhibidas en la semana que acaba de pasar […]
Para la próxima semana se exhibirán las recientes producciones de las poderosas empresas
explotadores en cintas de cinematógrafo, Gaumond [sic.], Eclair, Italo Film y otras que llamarán la
atención.233
Si fue como afirmamos, y un solo pianista era quien se encargaba de dotar de música
a las cintas, es muy probable que la labor del artista fuera muy ardua pues podría haber
pasado horas frente a la pantalla tocando incansablemente hasta que la función terminara, la
cual podía llegar a ser de entre dos y tres horas. Ya ni pensar en las ocasiones en que se
ofrecían tandas que por un módico precio el espectador podía quedarse hasta que le
apeteciera, la llamada permanencia voluntaria, que en el Cine Club comenzó a practicarse
desde 1912234 y que lo llevó a ser muy concurrido por los moreliano, ya que se efectuaban
estrenos cada semana.235
Hablando de la ardua labor de los pianistas en los salones de cine, dentro de las notas
que reproduce Manuel González Casanova en su obra, podemos darnos una idea de lo
complicado que pudo llegar a ser su labor con el siguiente texto:
232
El Centinela, Morelia, 14 de diciembre de 1913, año XXI, núm.21, p. 3.
233
El Centinela, Morelia, 7 de diciembre de 1913, año XXI, núm.20, p. 3.
234
El Centinela, Morelia, 29 de diciembre de 1912, no. 23, año XX, p. 3.
235
El Centinela, Morelia, 25 de mayo de 1913, no. 44, año XX, p. 3.
84
LOS PIANISTAS
[…]-Cuando llegamos al cine, fresquitos, tocamos con gusto, media hora, a veces una hora, pero
surge el cansancio, la monotonía de tocar siempre lo mismo. Como pobre, no puedo comparar las
últimas novedades y me concreto a pasar al piano lo único que sé, lo que he aprendido: doce two-
steps, ocho valses, unas cuantas mazurcas, unos arreglos de óperas, algo de opereta y se acabó.
Nosotros no nos damos cuenta de la película, ¡Tenemos tan fatigadas la vista! Y eso de estar
encorvado, como un vencido, sobre el piano, sobre ese instrumento maldito que fue mi ilusión,
cuando iba al conservatorio, pero que fracasado, lo tengo ahora como el pretexto para vivir. Y las
horas brotan pavorosas para nosotros. Desde las cuatro de la tarde hasta las once de la noche ¡siente
horas continuas! […]Cuando al arte se le toma como mercancía y hay que vivir de él, ¡ah mi
amigo! el arte es implacable, vengativo, nos deja, nos abandona, y ya sin aspiración ni ilusiones
arrastramos nuestros pocos conocimientos por los cines a razón de tanto la hora. 236
La catarsis del pianista se derivó de la opinión que el periodista expresó en una nota
anterior en su columna, en ella criticaba el desempeño del músico al acompañar las
películas en pantalla, pues las calificaba de ejecuciones muy pobres que no tenían sincronía
con lo sucedido en pantalla. Para el caso del Cine Club, con el pianista que musicalizaba las
películas y las largas jornadas, puede caber la posibilidad de que su repertorio se viera
rebasado y su cansancio le llevaran a reflejar en las melodías el tedio convertido en ruido.
Pese a las dificultades que pudo haber experimentado el Cine Club, sus esfuerzos, y
los resultados de los mismos, siempre lograron estar a la altura de las expectativas del
público. Pero sin duda, bajo los años de existencia de Salón Morelos pocas veces logró
igualdad de éxito, pues se sabe que el recinto de los Alva tenía un gran prestigio entre los
236
Hipólito Seijas, “Los pianistas”, en: González Casanova, Manuel… Óp. Cit. p. 209 y 210.
237
El Centinela, Morelia, 15 de febrero de 1914, no. 30, año XXI, p. 3.
85
morelianos,238 algo muy difícil de superar para cualquier otro empresario del ramo que se
instalara en la ciudad.
Aunque el recinto era aún más tomado en cuenta que el Teatro Hidalgo, por
considerarse de mayor categoría, constantemente se encontraba bajo las exigencias de
mejora que el Ayuntamiento le ordenaba. Por ejemplo, cuando se ordenó brindar mayor
comodidad a los asistentes por medio de la instalación de ventiladores, así como otras obras
de mantenimiento. El Sr. Staufert acató la orden, y haciendo interrupciones breves en sus
funciones, logró dotar al cine de distintas mejoras que le hicieron más atractivo y cómodo
para el público.239
También en 1917 (año en que ya era llamado Cine Ópera240), se le notificó a José
Milanés que era de pronta necesidad la instalación de cuatro ventiladores en el lugar,
además de un mingitorio.241 Resulta interesante poner atención en tal hecho, ya que con él
se demuestra que la vida en la ciudad de Morelia también llegó a sufrir con los
acontecimientos revolucionarios que el país enfrentaba.
Después de aquel suceso, José Milanés reabrió el Cine Ópera en marzo de 1918, tras
haber solucionado algunos problemas de potencia de energía para poder proyectar
debidamente.242 Resulta curioso señalar que a partir de 1917 se observa un cambio en la
dinámica administrativa del reciento, pues como si se tratase de la época trashumante, el
ahora Cine Ópera intercalaba las funciones realizadas por su dueño José Staufert con
238
Véase: Ruiz, Ojeda, Óp. Cit.
239
El Centinela, Morelia, 26 de octubre de 1913, no. 14, año XXI, p. 3.
240
No se sabe por qué y desde cuándo fue llamado Cine Ópera, en vista de la ausencia hemerográfica y de
documentación oficial para los año de 1915 y 1916 resulta complicado conocer los motivos, pero si se
perciben cambios en sus formas de administración ya que se observa el vaivén de empresarios de exhibición
cinematográfica que lo arrendaban por temporadas largas.
241
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 39, legajo 1, exp. 25.
242
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 46, legajo1, exp. 6.
86
temporadas largas de empresarios del ramo, tal fue el caso de Miguel Contreras Torres,243
Agustín González,244 Elías Contreras245 y Rafael Pastor.246 En agosto del año referido
(cuando se encontraba arrendado por Agustín González) fue objeto de un escándalo, el
periódico La Opinión, compartió en primera plana a sus lectores:
El Cine Club convertido en templo de Birján daba albergue a gran número de jugadores
Al interior se jugaban náipes y hacía algunos meses fueron prohibidas las casas de juego. Se
menciona que jugaban ahí distinguidas personas. En la casa del Señor Staufert había un garito “lo
que fue antes un pórtico del Cine Club fue debidamente acondicionado y amueblado, quedando
247
convertido en un amplio salón de juego.” Hubo altas apuestas.
Puede ser que el incidente no haya ido más allá, ya que por lo menos el Ayuntamiento
no levantó acta alguna para sancionar a los empresarios. Lo que apreciamos es que el
mencionado Salón siempre estuvo involucrado en querellas con las autoridades, pues
constantemente se emitían al municipio algún tipo de petición para que se regulara con
mayor ahínco las actividades que se llevaban a cabo en el interior del Cine Club.
243
Personaje de gran importancia en la cinematografía nacional, de origen michoacano, que en estos años
iniciaba si carrera en los ámbitos del cine. Para los años mencionados se empleaba como empresario
exhibidor en la ciudad de Morelia. En su libro El libro negro del cine mexicano, él mismo afirma haber
iniciado su carrera en la exhibición cinematográfica, con el apoyo de sus hermanos en el Cine Club cuando
aún estaba a cargo del Sr. José Staufert, en 1915. Según se aprecia en las notas periodísticas morelianas, logró
tener bastante éxito en sus presentaciones. Para 1920 debutó como actor, productor y director en la cinta El
Zarco, o Los Plateados, y como veremos en algunos de los apartados del tercer capítulo, participó
activamente en la empresa de realización de cine nacional. Véase: Orozco Flores, Rafael, “Miguel Contreras
Torre: Las ilusiones patrias en: Cine Silente Mexicano, Julio Veinte, Consultado el 18 de julio de 2020 en:
https://cinesilentemexicano.wordpress.com/2011/07/20/miguel-contreras-torres-las-ilusiones-patrias/
Publicado originalmente en el suplemento Los Centenarios de La Jornada Michoacán el 21 de junio de 2010,
pp. 3-5.
244
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 46, legajo1, exp. 6.
245
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 46, legajo1, exp. 7.
246
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 46, legajo1, exp. 8.
247
La Opinión, Morelia, 29 de agosto de 1918, Tomo IV, núm. 332, portada.
87
3.3.3.-Salón París
Otro lugar dedicado al cine, que abrió sus puertas en la misma época fue el Salón París, la
solicitud corresponde a diciembre de 1915, expedida por los Sres. José Junqua, Rafael
Ynfante y José Jury. La idea inicial fue “adaptar la casa no. 7 de la calle de La Estampa
(hoy primera calle de García Obeso), para ofrecer espectáculos de variedades y cine, la
petición se inició en enero de 1916.”248 La casa pertenecía a los señores Amelia J. de P. y
Thomas Bret la cual, después de la resolución positiva por parte del Ayuntamiento, se vio
convertida en un centro de entretenimiento de gran prestigio, debido a la influencia de los
administradores del lugar, pues su origen francés llamaba la atención a los espectadores.
Su inauguración fue en mayo de 1916, y por lo menos para sus primeros meses,
ofreció (conforme al reglamento vigente) funciones gratuitas cada semana a los niños que
concurrían a la escuela con regularidad, dentro de la jurisdicción de la ciudad capital.
Uno de los empresarios que causó más impacto con la presentación de sus funciones
en el lugar, J. Trinidad León, quien además de exhibir películas, contrataba a diferentes
artistas, por ejemplo el transformista que debutó en diciembre de 1918.249 La concurrencia
del público al citado espectáculo le hizo permanecer hasta mediados de 1919 en que tuvo
problemas con el suministro de películas y la censura realizada por la Jefatura de Policía de
la ciudad250 y el Ayuntamiento, ya que al prohibir las películas policiacas afectó su
programación, por lo que pidió una especie de prórroga para seguir con sus funciones como
las tenía programadas. El Ayuntamiento sólo le concedió la exhibición de cintas en las que
el delincuente reciba un castigo por sus delitos.251
248
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, caja 32, legajo 1, exp. 2.
249
La Opinión, Morelia, 3 de diciembre de 1918, Tomo IV, año, 332, portada.
250
Durante el periodo referido Morelia, y Michoacán en general, junto con Guanajuato y Jalisco, se vieron
fuertemente azotados por grupos bandoleros que mantenían en constante tensión a la sociedad y eran el dolor
de cabeza de las autoridades policiales. Según afirmaciones de Eduardo Mijangos, el bandolerismo y saqueo
fueron una de las fuentes de ingresos que aunque ilegal, resultaba atractiva para los michoacanos, en vista de
que los tiempos de guerra agudizaban la escasez de alimentos y la pobreza orillaba a las personas a unirse a
grupos de pillaje y bandidaje. Véase Mijangos Díaz, Eduardo, “El Chavismo y los movimientos de rebelión
en Michoacán durante la Revolución” en: Tzintzun, Revista de Estudios Históricos, Morelia Instituto de
Investigaciones Históricas, UMSNH, No. 19, enero-junio 1994, pp. 105 a 128. (Lo que explica por qué se
prohibían las cintas donde ladrones no recibían castigo alguno por sus conductas antisociales, y por el
contrario se pedía se fomentaran las películas en que el bandido recibiese el castigo por sus delitos).
251
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 43. legajo 1, exp. 8; y caja 46, legajo 1, exp. 5.
88
Algo muy diferente se vivió con los dramas italianos que vieron nacer a las divas del
cine y que muchas de ellas fueron disfrutadas por el público moreliano gracias a las
funciones del Salón París en 1919. De aquellas películas se dice que impusieron moda en
varios ámbitos, sobre todo en las damas, ya que: “contemplaron en los films de Lyda
Borelli, la Bertini, la Manichelli, la Manzzani, la Quaranta, Hesperia y la Jacobini, la
elegancia de sus trajes y comenzó a generalizarse la imitación. Hasta los gestos estudiados
de las actrices fueron copiados.”252
Pero no sólo las damas de la sociedad, también las actrices mexicanas actuaban frente
a la pantalla de la misma manera que aquellas famosas divas, por lo que el público poco a
poco fue identificándolas al grado de admirarlas y considerarlas estereotipos a seguir, tal
fue el caso de Mimí Derba (quien también incursionaría en la producción cinematográfica
bajo la firma de la casa productora Azteca Films, en sociedad con Enrique Rosas), actriz de
cuyas películas fueron anunciadas en el repertorio perteneciente a Elías Contreras en su
presentación en el Teatro Ocampo en septiembre de 1918.255
252
De los Reyes, Aurelio Cine y Sociedad en México 1896-1930, Vol. I…Óp. Cit. p. 199.
253
La Opinión, Morelia, 17 de mayo de 1919, Tomo V, núm. 458, p. 4.
254
De los Reyes, Aurelio, David Ramón, et. al. Ochenta años de cine en México, UNAM, Difusión Cultural,
Filmoteca de la UNAM, 1977, p 59.
255
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 43, legajo 1, Exp. 8.
256
De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México”, Óp. Cit. p. 105.
89
partituras originales a pesar de que en México se podía comprar el tema musical de las
películas.257
Se ignora cuáles fueron las formas del acompañamiento musical en el Salón París,
pero ya que hablamos del cine italiano y su construcción de las primeras divas de la gran
pantalla, no está de más citar una entrevista realizada a un empresario de cine de la llamada
época muda, para el caso de Colombia. Nos referimos a Pedro Moreno Garzón, uno de los
tantos personajes clave para el desarrollo del espectáculo del cine en el mencionado país,
quien no dudó en referir las formas de sonorización de las cintas en el auge de las películas
italianas para el territorio latinoamericano:
Todos los contemporáneos se refieren a la buena música que interpretaban las orquestas que
amenizaban las proyecciones del salón Olympia.
-Efectivamente. Durante la proyección de las películas, los espectadores también oían la célebre
orquesta del salón Olympia, en la que tocaron músicos de la calidad del trompetista Prisciliano
Sastre. El repertorio musical era principalmente de óperas donde, naturalmente, predominaba la
italiana, la que más gustaba al público, aspecto que, me parece, contribuyó a la cultura musical de
los bogotanos, porque había que oír a la salida de la galería, a los artesanos silbando música de
Verdi, Rossini, Wagner y demás grandes compositores de ópera. Este tipo de música combinaba
muy bien con los temas pasionales, trágicos, de las películas italianas y francesas de la época. Pero
en las comedias se tocaba música más "movida", y entonces se recurría a los bambucos y pasillos
258
que animaban las comedias de Harold. Lloyd y Charles Chaplin.
LA MARCHA NUPCIAL
[…] Huye nuevamente al viejo nido, y mientras él toca el vals amoroso de Moskovsky, ella coge
un revolver y trata de castigar el momento de debilidad que tuvo en su vida, se va al balcón, desde
donde se contemplan las calles de París, y suena el disparo. Claudio Abandona el piano y apenas
tiene tiempo de recoger el último suspiro de Gracia […] cuando el título decía “Vals amoroso de
257
Ídem.
258
Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Salcedo Silva, Hernando, Crónicas del cine colombiano 1897-1950,
Colombia, Carlos Valencia Editores, 1981. Consultado el 6 de junio de 2016 en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/croci/croci10.htm
259
De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México” en: Julio Estrada…Óp. Cit. p. 103.
90
Moskovsky”, y el pianista arrancó con un danzón canallesco que estaba en contraposición de lo
expuesto con la cinta.260
260
Hipólito Seijas, “La Marcha Nupcial”, en: González Casanova, Manuel… Óp. Cit. p. 172.
91
Capítulo Cuatro
Algunos de los sucesos caóticos de aquel tiempo fueron la escasez de alimentos por
causa de una fuerte sequía, el brote de la influenza española que mermó a la población y la
primera oleada de emigrantes (los llamados braceros) hacia los Estados Unidos y la poca
capacidad que el gobierno tuvo para neutralizar a los grupos rebeldes que seguían siendo un
dolor de cabeza para la misma y un eminente peligro para la población en general.
La capital del país así como otros estados de la República mantenían una situación
muy similar. Los carrancistas establecidos en la Ciudad de México tenían sometida a la
misma en un estado de caos que no se esperaba, practicaban los mismos actos tiránicos que
provocaron la caída de su antecesor, el general Victoriano Huerta. El descontento de los
principales caudillos revolucionarios fue eminente, agudizándose en las vísperas de la
261
Véase: Mijangos Díaz, Eduardo, “El Chavismo…”, Óp. Cit. pp. 105-128.
92
sucesión presidencial en que Venustiano Carranza, pretendía imponer en el poder a Ignacio
Bonillas, acto que provocó la promulgación del Plan de Agua Prieta, emitido en el estado
de Sonora por Álvaro Obregón, el cual desconocía a Venustiano Carranza como presidente
de la nación. Tras el hecho Carranza decidió trasladar la sede del poder federal a la ciudad
de Veracruz hacia donde se dirigió junto con su familia y sus colaboradores. Al hacer una
parada de descanso en la sierra norte de Puebla, en el municipio de Tlaxcalaltongo fue
asesinado mientras dormía; el actor intelectual de aquel hecho aún se desconoce.262
262
Véase: Ochoa Serrano, Álvaro, Gerardo Sánchez Díaz, Óp. Cit. p. 191-195.
263
Véase: Guerra Manzo, Enrique, Caciquismo y orden público en Michoacán 1920-1940, México, El
Colegio de México, 2002, p. 7.
93
sindicalismo con la creación de la Confederación Revolucionaria Michoacana del Trabajo,
se apoyó a la educación principalmente en las áreas rurales y se pacificó al territorio. La
experiencia que tuvo como gobernador sirvió a Cárdenas como ensayo de algunas de sus
políticas presidenciales, “el ejido y el control de una base social agraria, así como la
política de masas serían sus características primordiales.”264
En el ámbito cotidiano, entre los años de 1917 y 1932, se pasó de temer a los grupos
de bandoleros que asechaban a Michoacán, a enfrentar los duros embates de libertad de
culto (el reforzamiento del protestantismo) contra el fuerte arraigo del catolicismo en la
entidad; el reparto de tierras que se encontraba en manos de grandes propietarios que
provocaron diversas manifestaciones tanto en la capital como al interior del estado,
fraguándose con ello una hostil convivencia social; se experimentó la introducción del
sindicalismo y las organizaciones de trabajadores, obreros, jornaleros y se hablaba de
derechos laborales. Cada vez se hacía más común en conversaciones cotidianas y escritos
de la prensa vocablos como sindicalismo, confederación de trabajadores, bolcheviquismo,
comunismo, y otros tantos términos, que hasta hacía algunos años parecían tan lejanos.
264
Ochoa Serrano, Álvaro, Gerardo Sánchez Díaz…Óp. Cit. p. 195.
265
La recién inaugurada administración federal, en busca de la uniformidad de un proceso identitario, tomó
como estandarte la cultura popular bajo la que se pretendía agrupar a todos los habitantes del territorio
mexicano, esta labor fue visible a lo largo de los años veinte, como parte del proyecto de construcción de lo
nacional. Véase: Pérez Monfort, Ricardo, Expresiones populares y estereotipos culturales en México, siglo
XIX y XX, México: CIESA-CIDHEM, 2006.
94
nacional por medio de símbolos bien interiorizados que fuesen afines a todos los rincones
del país, aún y con la diversidad cultural que el territorio tenía.
266
Monsiváis, Carlos, “Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX” en: Historia general de México,
México: EL Colegio de México, 1976, p. 322.
267
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México, 1896-1930, Vol. II…Óp. Cit. p. 1.
268
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México, Vol. III, Sucedió en Jalisco…Óp. Cit. p. 57 a 77.
269
Los temas de las películas mexicanas filmadas en la etapa 1916-1922, mismas que, de hecho, sentarían las
bases del tipo de cine que se realizaría años después. En rigor, la producción seriada de películas de
argumento prolongó, en el terreno cinematográfico, el cultivo de un arte “nacionalista” que ya tenía sus
95
de los formatos de las películas de las divas italianas, agregando a algunas de ellas paisajes
y referencias a la belleza de la nación y las costumbres populares de las regiones. Se
realizaron también producciones que resaltaban las virtudes del pasado precolombino,
basadas en personajes y leyendas de antaño que aludían a un pasado casi místico.270
Para estos años se formaron las primeras casas productoras, algunas de ellas fueron
dirigidas por Enrique Rosas, German Camus, Gonzalo Arrondo, Mimí Derba, Miguel
Contreras Torres, Adriana y Dolores Elhers,271 entre otros. Muy reconocidas producciones
resultaron de aquellas compañías, sin embargo, con la instalación de la industria
hollywoodense y su gran producción en masa el país experimentó un desmesurado y
desigual incremento en el comercio cinematográfico entre México y los Estados Unidos.272
Al mismo tiempo, por consecuencia, el cine venido de Europa sería cada vez menos
consumido por los empresarios exhibidores en el territorio.
Por otro lado, para finales de la década de los años veinte las películas sonoras
comenzaron a ser una realidad y un producto altamente atractivo para los aficionados al
cine.
El cine, como espectáculo de masas, estaba sujeto a la ley de renovación para siempre
ofrecer novedad. Dentro de ese afán podemos observar, para los años de entre 1927 y 1930,
el impulso por resolver mediante la tecnología un pendiente que se venía arrastrando desde
los inicios del cine mismo, la incorporación del sonido a la película.
96
como Kinetófono,273 sin embargo los resultados obtenidos no fueron muy atractivos para el
público, ya que se tenían dos problemas que afectaban la buena recepción del sonido:
sincronización y amplificación.
Fue a partir del invento hecho por Lee De Forest fabricado en 1906, llamado el
bulbo de vacío o tubo de vacío:
… que no sólo amplifica señales de diversas frecuencias, sino que también sirve para generarlas,
modularlas y desmoldurarlas o detectarlas. Este invento también hizo posible modular las
oscilaciones de alta frecuencia, tanto en las señales del alfabeto morse, como en la transmisión de
la voz y la música, originando la radiofonía.274
Aquel hallazgo hizo posible que muchos otros inventores hicieran un intento por
crear aparatos que pudieran sincronizar sonido con la imagen en pantalla. Algunos casos
fueron el Tri-Ergon de los alemanes Hans Voght, Joe Engl y Josseff Maslone, el Movietone
de De Case y Sponable. En el caso de México, el Sincronofonógrafo, por Indalecio Noriega
Colombres, Daniel Sada y Miguel de J. Bernal. Por su parte Lee De Forest trabajaba en el
Phonofilm, que grababa el sonido directamente a la película (sonido óptico), en una misma
película se incluía la imagen y el sonido, la primera a la izquierda y el segundo a la
derecha.275
Varias fueron las dudas en torno a la eficacia de la nueva modalidad de hacer y ver el
cine. Las películas mudas hasta el momento habían sido muy exitosas, en realidad no se
necesitaba que los personajes de las mismas utilizaran su voz para poder ser entendidos por
273
Marino Carmona, Hilda Lilia. “La llegada del cine sonoro a nuestro país y la caída del teatro mexicano,
perspectiva de El Espectador 1930”, México, UNAM-FCPS, Tesis de Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación, 2012, p. 8.
274
Dávalos Orozco Federico, “La fiebre del cine…” Óp. Cit. p. 3.
275
Véase: Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro… Óp. Cit. p. 19.
97
el espectador, existía ya un lenguaje cinematográfico bien establecido que poco necesitaba
de voces y sonidos integrados en las cinta.276
Los productores norteamericanos temían que la barrera del idioma fuese la causa del
fracaso de la nueva modalidad en el cine, sus empresas exportaban a distintas partes del
mundo sin que aquello resultara una limitante para la fuerte demanda de su producto. Los
actores, por su parte, se vieron obligados a mejorar su dicción, acento y tono de voz, muy
pocos lo lograron, lo que permitió que nuevos actores se sumaran a la industria.277
Si bien hacía falta perfeccionar la fidelidad del sonido que en la cinta se escuchaba,
aquella modalidad de hacer y apreciar el cine desplazó poco a poco al cine mudo cuya
existencia se vería terminada al inicio de los años treinta mientras que el cine sonoro
acaparó las carteleras en todo el mundo. Debido a lo anterior, las salas cinematográficas
debieron adaptarse a las nuevas tecnologías para poder proyectar las cintas parlantes y con
ello atraer al público que se mostraba curioso ante aquella novedad.
276
Véase: Reyes de la Maza, Luis. El cine sonoro en México, México, UNAM-IIE, 1973. p. 43.
277
Véase: García Riera, Emilio, Breve Historia del Cine… Óp. Cit. p. 94-95.
278
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro…Óp. Cit. p. 19
279
Si no fuera por la novedad de los números vitafónicos, cantados desde la pantalla, la película difícilmente
puede compararse con los esfuerzos de una programación estándar. El vitáfono prácticamente salva el día por
esta razón, pero aun así, la película es una decepción. Escuchar a Jolson desde la pantalla no es escucharlo
desde el escenario. Hay una gran diferencia y la reproducción metálica del vitáfono, como la del fonógrafo, es
parcialmente responsable. Dávalos Orozco… Óp. Cit. p. 8.
98
4.2.1.-Introducción del cine sonoro al país
Aquellas películas fueron llamadas cine hispano, el cual tendría mucho éxito entre el
público mexicano. Se realizaron entonces:
…una buena cantidad de cortos en castellano, con los que el sonido se experimentó a través de
canciones, declamaciones y breves sketches cómicos, en 1929 se filman los primeros largometrajes
"hispanos": Sombras habaneras, producida por el cubano René Cardona André (quien después
desarrollaría su carrera en México), realizada por el norteamericano Cliff Wheeler e interpretada
por el propio Cardona, Jacqueline Logan y Paul Ellis, y Sombras de gloria, producida por la Sono-
Art Productions, dirigida por Andrew L. Stone y protagonizada por el chileno-argentino José Bohr
280
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro… Óp. Cit. p. 19.
281
Dávalos Orozco Federico, “La fiebre del cine…” Óp. Cit. p.16.
99
Elzer (quien también haría carrera en territorio mexicano), Mona Rico (María Enriqueta
Valenzuela, mexicana) y el chileno Ricardo Callol. 282
Pero el cine hispano no sólo dio como resultado la creación de una generación de
actores mexicanos en el cine hollywoodense, sino también una de productores y directores
que en los inicios de los años treinta comenzaron a formar la industria cinematográfica en
el país.283 Tras la nueva modalidad de cine las empresas exhibidoras se vieron obligadas a
obtener las nuevas tecnologías que eran indispensables para mantener en boga su negocio.
El aparato era instalado por empresas extranjeras que instruían al manipulador de las
películas sobre el manejo del mismo, lo anterior suscitó un problema pues los técnicos
debían lidiar con la sincronía entre el disco y la imagen, lo que provocó molestias en el
público.284 Con todo y aquello el nuevo cine se perfilaba como una empresa de gran éxito
en la cual la industria estadounidense lograría monopolizar la exhibición de cine en
México, al menos para los inicios de la naciente época sonora.
100
mexicanos interesados en el arte de la cinematografía, para con ello acrecentar la
producción nacional y representar una verdadera competencia ante el cine extranjero. Sin
embargo aquellos ideales no llegaron a concretarse y la Asociación se desintegró al
siguiente año, sin que pudiera producir al menos una película.
Las cosas comenzaron a cambiar durante la transición de los años veinte a los
treinta. Desaparecida la ACM, quien se encargaría de alcanzar los objetivos diseñados sería
la Compañía Nacional Productora de Películas que realizó dos cintas mudas, la primera de
ellas titulada La Boda de Rosario melodrama campirano dirigido por Saénz de Sicilia; y
Los hijos del destino, al parecer escrito por la propia señora de Portes Gil y realizado por
Luis Lezama con el fin de hacer propaganda en favor de la campaña de prevención contra
las enfermedades venéreas.286 Pero a pesar de los esfuerzos realizados se obtuvo poco éxito.
Al tiempo en que las mencionadas cintas se realizaban en el país, otros intentos por
hacer cine mexicano (o mejor dicho por realizadores de origen mexicano) se concretaban
en distintos sitios de los Estados Unidos. El primero de ellos debió ser Guillermo Calles,
realizando en California la cinta Dios y la ley, en 1929, hablada en castellano y actuada por
mexicanos. Por su parte Miguel Contreras Torres realizó en el mismo año El águila y el
nopal, cinta que contaba la típica historia del ingenuo provinciano que se ve enredado en la
astucia y malicia del capitalino para obtener un pozo petrolero (propiedad del primero) bajo
engaños y farsas. En 1930 filmaría Soñadores de gloria, su temática era la guerra de los
españoles contra los moros.287 Las cintas mencionadas tuvieron la misma suerte que las
primeras películas norteamericanas, el valor que el público les otorgó no fue más allá del
que les proporcionaba ser películas parlantes, aunado a ellos la peculiaridad de ser
creaciones de realizadores muy reconocidos en el país.
286
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro… Óp. Cit. p. 22.
287
Véase: Riera García, Emilio, Breve historia del cine… Óp. Cit. p. 78.
101
En un gesto de lo que podría considerarse como el más puro "nacionalismo", los empresarios de la
Nacional Productora, encabezados por Juan de la Cruz Alarcón, partieron a Hollywood para
contratar a los hermanos Rodríguez Ruelas en calidad de sonidistas y a varios actores mexicanos
que habían hecho carrera en el cine "hispano" (Lupita Tovar, Ernesto Gillén), ello con el objeto de
que participaran en la producción de una versión sonora de Santa, la novela homónima de don
Federico Gamboa.288
La producción fue dirigida por Antonio Moreno, protagonizada por Lupita Tovar y
Donald Reed o Ernesto Guillen quienes habían iniciado su carrera en el cine hispano de
Hollywood. Anteriormente se había hecho una versión de la misma en la época muda,
realizándose en 1918 bajo la firma de Germán Camus, dirigida por Luis G. Peredo y
protagonizada por Elena Sánchez.289 Aquella versión planteaba el típico tríptico
cinematográfico “la pureza, el vicio y el martirio”:
La versión sonora adaptó la trama al contexto de los años treinta donde al momento
de ser deshonrada y rechazada por su familia, Santa se ve obligada a buscar su
supervivencia dentro del suburbio de la ciudad donde la única salida es la prostitución.
Práctica que la lleva a convertirse en una mujer fatal y sin escrúpulos, capaz de conquistar
los amores de un reconocido torero que en la búsqueda de alejarla de la frívola vida del
burdel, la toma como su mujer dotándola de todo aquello de lo que un día careció,
jurándole un amor verdadero. La traición que Santa le hace al Jarameño provoca que aquel
hombre, el único que hasta el momento la había tomado en serio (además de aquel pianista
ciego), la echara a la calle sin encontrar refugio en ningún lugar, pues al encontrarse
288
Vidal Bonifaz Rosario, “Los inicios del cine sonoro…p. 25.
289
Sánchez García, Óp. Cit. p. 85.
290
Riera García, Emilio, Breve historia del cine… Óp. Cit. p. 44.
102
gravemente enferma es rechazada en el burdel y teniendo que recurrir a la ayuda de su amor
incondicional Hipólito. Tras ser diagnosticada de cáncer, muere en una sala de operación.
Hipo y su lazarillo lloran el fallecimiento de aquella triste mujer que pagó los pecados
cometidos con su vida.
Siendo una película sonora, la música jugó un papel preponderante, la cual estuvo a
cargo de Agustín Lara,291 la canción que Hipólito (Carlos Orellana) hizo famosa en la
época. Si bien, desde los años veinte el cine había forjado una estrecha relación con la
música, para los años treinta, esta sería altamente explotada, con el apoyo además de la
reciente creación de la radiodifusión.
Así fue inaugurada la época del cine sonoro en México. Santa fue estrenada en el
Cine Palacio, en la Ciudad de México el 30 de marzo de 1932, teniendo buen éxito entre el
público capitalino, durando tres semanas en cartelera. Con aquel suceso aumentó el número
de realizadores de cine mexicano que hicieron posible el florecimiento de un lenguaje
cinematográfico propio.
En cuanto a la situación de los salones de cine a lo largo del país, estos se multiplicaron a
pesar del panorama adverso y depresivo que dejó la guerra. Los lugares de exhibición
seguían siendo diversos en calidad, de modo que se encontraban los majestuosos salones de
291
“En 1931 Agustín Lara estaba en su apogeo, había sido músico de prostíbulo con gran éxito en el teatro
Politeama. La música de Danzón (Fox Trots y un danzón dedicado a Santa) se tomó en cuenta porque durante
los veinte se popularizó a través de la radio, de los dancing clubs y de los concursos de baile organizados en
el Salón Rojo y en los cines Olimpia y Obrero Mundial.” De los Reyes Aurelio, Medios Siglo de Cine… Óp.
Cit. p. 122.
103
exhibición, los teatros de “medio pelo” y los centros de espectáculos para la gente del
pueblo.
El público seguía asistiendo con regularidad al cine, pues este significaba un medio
distractor de aquella realidad tan dura que sólo el conflicto bélico podía crear. En la idea de
que los tiempos de guerra deterioraron a diversos espectáculos masivos, da la impresión de
que los cines se mantuvieron como una de las principales diversiones, un espectáculo
consolidado que no se encontraba en el mismo deterioro que se podía percibir en el teatro
por ejemplo.292
Para el caso del Teatro Ocampo, antes del inicio de la década de los veinte se observó
un descontrol administrativo, ya que durante 1916 había sido administrado por el Gobierno
del Estado. Posteriormente el Ayuntamiento de Morelia pidió al entonces gobernador
Pascual Ortiz Rubio, se regresara la administración al gobierno municipal, lo cual se
realizó.293 Sin embargo con la creación de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo el teatro pasó a ser administrado por la misa en 1919294 para después ser devuelto
al Ayuntamiento de la ciudad alrededor de 1922.295 Con lo anterior podemos notar que
diversas instituciones gubernamentales se encontraban en críticos casos necesidad
financiera, y por medio de la recaudación de cuotas a cambio de permisos de uso del
inmueble, pretendían resolverlo de manera expedita.
292
De los Reyes Aurelio, Cine y Sociedad en México, Vol. III, Sucedió en Jalisco… Óp. Cit. p 101.
293
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 43, legajo 1, exp. 20.
294
AHMM, Libro de Secretarías no. 436, exp. 25.
295
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 69, legajo 1, exp. 34.
104
El recinto continuaba su dinámica habitual al presentar diversidad de espectáculos y
eventos sociales. De vez en cuando arrendado a empresarios de exhibición de películas.
Normalmente las funciones de cine iban acompañadas de variedades, como se hacía en
años anteriores; un ejemplo de ellos fue la presentación de los Sres. Rafael Pastor y
Benigno Pérez Gil en 1919,296 J. M. Mendoza Alcaráz e hijos en 1920 y 1921.297 Así como
el muy referenciado Sr. José Jury quien acompañó las cintas con las actuaciones de un
ilusionista llamado Prof. Reynald en 1922.298
A partir de 1924, bajo el arrendamiento del mismo empresario se nota una dinámica
muy parecida a la que en la Ciudad de México se acostumbraba, hablamos de la
conformación de los circuitos. Un empresario presentaba en varios cines el estreno o
presentación de una cinta, ya fuera que tuviera varios cines de su propiedad o que hiciera
acuerdos con el administrador de los mismos, o bien, los arrendara; las películas se
presentaban en horarios diferidos, pues esta resultaba ser la misma cinta y había que
llevarla de teatro en teatro para ser exhibida.
Pues bien, para principios de la citada década, Morelia fue sujeta de dicha dinámica,
no se ha encontrado el nombre exacto del circuito del empresario, pero los recintos
participantes eran el Ocampo, el Hidalgo y el México (del nacimiento de éste último
hablaremos más adelante). En ocasiones los tres teatros o salones tenían el mismo programa
de películas, en otras se presentaban ya fuera en el Ocampo o el México, estrenos
especiales sólo en esas salas.299
296
AHMM, Libro de Secretarías no. 436, exp. 25.
297
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 55, legajo 1, exp. 10. El Centinela, Morelia, 17 de abril de
1921, Época3, Núm. 28, p. 3.
298
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 69, legajo 1, exp. 34. AHMM, Fondo Independiente II,
Siglo XX, caja 77, exp. 23.
299
Orientación, Morelia, 21 de enero de 1923, Tomo II, núm. 94, portada. Orientación, Morelia, 27 de mayo
de 1923, Tomo III, núm. 190, portada. Orientación, Morelia, 3 de junio de 1923, Tomo III, Núm. 195,
portada.
105
Durante la década de los años veinte el lugar fue sujeto de constantes remodelaciones
que hoy en día ya no se conservan, pero para poder darse una idea de cómo lucía en aquel
entones podemos hacer referencia a una descripción realizada por Adán Lozano:
[…]además del barandal de madera que tenían todas las localidades, tenía un tubo que quedaba a la
altura de la boca, tal vez para seguridad de los asistentes, sobre todo si eran niños, y nosotros y toda
la gente, cuando íbamos al Ocampo y a galería, decíamos que íbamos “al masca fierro”. Este teatro
fue remodelado varias veces y su escenario era el único que estaba equipado para dar funciones de
teatro.300
Por lo que respecta al Teatro Hidalgo, como era costumbre del recinto, mayormente
fue ocupado por compañías de cine, rara vez por óperas o zarzuelas. El inmueble, aún en
los años del presente capítulo, fue considerado de mediana categoría, a pesar de que se
observa el esfuerzo por efectuar constantes remodelaciones y que el inmueble se
mantuviera en óptimas condiciones para su explotación.
Recordemos que el teatro data de mediados del siglo XIX, su deterioro también se
debía entonces a lo antiguo de su estructura. Aunado a ello, el uso rudo, a causa del
comportamiento del público que solía asistir al Hidalgo. Traemos lo anterior en atención a
una petición que el Sr. Jury hace al Ayuntamiento para que se bajara la cuota por función,
ya que el mencionado recinto “debido a su reputación, no tiene la categoría que podrá tener
otros cines de la ciudad.”301
Por ese tiempo se disponía de un salón anexo al templo de San Agustín, al que pomposamente se
conocía como Teatro Hidalgo; era un salón pobre, oscuro y mal acondicionado, y a pesar de ello
llegaban de vez en cuando compañías de comedia o zarzuela, conocidas como del género chico, que
300
Lozano Vázquez, Adán, Añoranzas de un moreliano, Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1992, p. 137.
301
AHMM, Libro de Secretarías núm. 436, exp. 25.
106
eran verdaderos sainetes, sketches con la crítica de los gobiernos, bailables, coros y, en síntesis,
variedades.302
La situación de poca asistencia al recinto pudo haber sido la principal causa por la
que se unió al circuito del Sr. Jury, con ello, comenzó a figurar más en la prensa y
seguramente la asistencia de espectadores fue más copiosa a partir de aquel momento.
Dentro del Salón París seguía la misma dinámica de exhibición, para inicios de los
años veinte el Sr. José Junqua se retiró de la administración del recinto, quedando a cargo
Jury como único propietario.303 El Salón París se incluiría a la dinámica de circuito junto
con el salón Morelos que en 1922 se reinstaló en el sitio donde hasta hace algunos años se
encontraba. El Salón París era constantemente referido en prensa, para destacar las
películas de arte que junto con otros recintos exhibía.
Se desconoce por qué causas el Salón París dejó de ser mencionado en la prensa
local, la documentación oficial para la segunda mitad de la década de los veinte, no fue
encontrada. El inmueble quedó abandonado por varios años hasta que Neif Jury retomó el
proyecto y lo reconstruyó para convertirlo en el Cine Rex,304 alrededor de los años cuarenta
del siglo pasado.
Como se mencionó en el capítulo anterior, el Cine Club no hacía muchos años que
comenzó su labor de entretenimiento en la antigua calle Primera Nacional, hoy Madero
Oriente. Como es natural en un edificio que alberga diariamente a cientos de personas, el
edificio comenzó a tener un deterioro tanto en su infraestructura como en la potencia de luz
necesaria para las proyecciones en la pantalla.305 Al inicio de la década de 1920, el recinto
funcionó con regularidad, sin embargo en octubre de 1921, por cambio de propietarios del
inmueble, ahora en manos de Porfirio Martínez y Enrique Garibay,306 se le cambió el
nombre a Cine Lux. Por casi un año el cine funcionó con regularidad, probablemente con
302
Calvillo Pérez, Samuel, Platicas de ayer y hoy, Morelia, Instituto Michoacano de Cultura, Gobierno del
Estado de Michoacán, 1999, p. 78.
303
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 62, legajo 1, exp. 5.
304
Zavala García, Magali, Teatro Bicentenario Mariano Matamoros…Óp. Cit. p. 95.
305
En febrero de 1919 el ayuntamiento suspendió las funciones por encontrarse el recinto en malas
condiciones para seguir funcionando. En marzo de 1918, José Staufert denunció fallas en el suministro de
energía eléctrica, que le provocaron problemas con el público y por ende, baja en las entradas. AHMM, Libro
de Secretarías núm. 436, exp. 25.
306
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 62, legajo 1, exp. 5.
107
ciertas bajas en la asistencia del público, de no ser así no se explicaría el motivo por el cual
pasó a ser propiedad del Sr. Gonzalo A. Ojeda a mediados de 1922.
La empresa de este nuevo centro de espectáculos abrirá el sábado doce del actual con una
temporada de exhibiciones cinematográficas morales elegantes e instructivas. pro-arte y cultura,
inaugurando dicho Salón con la hermosísima cinta de mayor renombre intitulada ”Allá en el este”.
La inauguración del teatro México será solemne. Hemos sido informados que para el día de la
inauguración será engalanado el vestíbulo y Salón con hermosos festones y guirnaldas de flores
naturales […]308
307
AHMM, Fondo Independiente siglo XX, caja 88, exp. 23.
308
La Libertad, Morelia, 13 de agosto de 1922, tomo II, núm. 77, p. 5.
309
La Libertad, Morelia, 15 de octubre de 1922, tomo II, núm. 86, p. 4.
108
Un hecho también muy notable fue el estreno de la cinta “Almas Tropicales” tomada
en playas de Veracruz y Tampico, dirigida por el Moreliano Manuel Ojeda acompañado por
Miguel Contreras Torres y María Cozzi310 de las primeras producciones nacionalistas
realizadas en el país, con intención de mejorar la imagen del mexicano y del territorio
nacional, sobre todo con miras al extranjero.
Con lo que respecta al Teatro Salón Morelos, desde 1917 el Sr. José Milanés intentó
iniciar los trámites correspondientes para su reconstrucción pues hacía algunos años había
sido demolido. Las insistencias fueron varias y ello provocó un breve debate de los
beneficios contra las razones perjudiciales que provocaría dicha reconstrucción, la
discusión terminó en negativa al solicitante.311 Probablemente en algún momento de finales
de 1920, el Sr. José Alva volvió a pedir al Ayuntamiento permiso para reconstruir el
mencionado recinto, aunque no se encontró dicho documento, sí se pudo acceder al que
autorizaba la apertura del inmueble en febrero de 1921.312
En la explanada Benito Juárez, al lado poniente de la Catedral, existió un gran salón de madera que
fue el cine Morelos, que tenía luneta y una gradería dividida por un cancel vertical de madera y de
un lado, era preferencia y del otro lado era galería, de manera que era lo mismo ir a una localidad
que otra, porque sólo era un gran cajón en donde se proyectaban películas. 313
Como fue en años anteriores, el periódico El Centinela elogiaba cada una de las
funciones que en el recinto se realizaban. Destacaba la gran asistencia del público, lo moral
y entretenidas que eran las cintas, anunciaba los estrenos, refería los horarios y en ocasiones
elogiaba la música en el Salón.
310
La Palabra, Morelia, 8 de julio de 1924,
311
AHMM, Fondo Independiente siglo XX, caja 39, legajo 1, exp. 20.
312
AHMM, Fondo Independiente siglo XX, caja 62, legajo 1, exp. 5.
313
Lozano Vázquez, Óp. Cit. p. 137.
109
Antes de que el teatro se uniera a los circuitos de cine a cargo del Sr. José Jury, en
solitario disfrutó de una buena época en que se llegaron a exhibir dramas italianos y
algunas cintas realizadas y actuadas por Miguel Contreras Torres. Las películas italianas
que se presentaron en el lugar fueron “El bracerito”, “La hija de la tormenta” 314 y “La
mujer X”.315 En junio de 1921 se presentó la película “El Caporal”316 en cuya descripción
incluye: “luchas, persecuciones, misterios, interés, jaripeos, corridas de toros, romanticismo
y una absoluta moralidad y sencillez son las características de esta producción de arte
nacional”.317 En el mismo mes se estrenó también la cinta “Alas abiertas” del director Luis
Lezama, “inspirada en la sublime novela de Alfonso Teja y Sáfre, que ha alcanzado
ruidosos triunfo en todas las exhibiciones.”318
314
El Centinela, Morelia, 29 de mayo de 1921, Época 3, núm. 34, p. 3.
315
El Centinela, Morelia, 12 de junio de 1921, Época 3, núm. 36, p. 3.
316
Primer largometraje de Miguel Contreras Torres con el que inauguró una serie de películas con marcado
simbolismo nacionalista, desde los escenarios, personajes, intertítulo y sobre todo argumentos. Véase: Orozco
Flores, Rafael, “Miguel Contreras Torres…” Óp. Cit.
317
El Centinela, Morelia, 5 de junio de 1921, Época 3, núm. 35, p. 4.
318
El Centinela, Morelia, 29 de junio de 1921, Época 3, núm. 38 p. 3.
319
La Lucha, Morelia, 31 de julio de 1927, Época I, núm. 8, p. 4.
110
Aquiles Serdán, frente al Hotel Presidente; tenía las mismas localidades que el Cine
Hidalgo y en algunas ocasiones lo utilizaban para peleas de box y lucha libre.”320
Dentro de los anuncios que en la prensa se encontraron del Cine, en un principio éste
formó parte del Circuito del Centro, y para los 1930 quizás, bajo otra denominación de
circuito que aún no se conoce el nombre, compartía programación con los Salones México
y Morelos.322 Por la descripción que nos brinda el Sr. Samuel Calvillo puede que el espacio
fuera un lugar destinado al entretenimiento del pueblo, presentando una gran cantidad de
cine norteamericano que tan común fue en la época. Junto con el Teatro Morelos y México,
el cine Universal fue de los espacios en los que se proyectaría por primera vez las películas
sonoras al inicio de los años treinta del siglo pasado.
320
Lozano Vázquez, Óp. Cit. p. 137.
321
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 126, Exp. 24.
322
Véase los números del periódico El Informador, pertenecientes a 1930: El Informador, Morelia, 20 de
febrero de 1930, Tomo I Núm. 5, p. 6. a El Informador, Morelia, 20 de febrero de 1930, Tomo I Núm. 51, p.
4.
323
Murillo, Alfonso, Anuario Cinematográfico Latinoamericano, 1946-1947, México, ACLA, 1947, p. 521.
111
comienzos de lo que en años venideros llegaría a ser toda una industria regional de
exhibición de cine en Morelia.
Como se pudo observar en el apartado anterior, dentro de las salas de cine seguía siendo
altamente popular los actos de variedades, en ocasiones como parte de las funciones
cinematográficas y en otras como actos especiales, gracias a la popularidad que llegaban a
tener ante el público.
Pero entre los actos más populares de la época se encontraba la zarzuela, un género
que ganó aún más popularidad por su capacidad creadora y de adaptación al contexto
convulso que vivía la nación. Conforme a los distintos momentos de efervescencia política,
lo que un día se conoció como zarzuela al estilo mexicano o género chico, fue
conociéndose como teatro de revista, pues la gente lo utilizaba como un medio por el cual
se informaba, de manera informal, de las circunstancias y personajes más destacables, de la
vida política y el conflicto armado. Yolanda Moreno menciona:
324
La Palabra, Morelia, 8 de Julio de 1924, Tomo II, núm. 118, p. 4.
325
AHMM, Fondo Independiente, siglo XX, caja 64, legajo 1, exp. 34.
112
Cuando se habla del teatro de revista, la mayoría de los aficionados piensa en una representación
con sketches más o menos improvisados, intercalados con una carretada de canciones. En realidad
lo que dio en llamarse “teatro de revista” abarcaba muy diferentes géneros, estilos e intenciones.
Por un lado y en un lugar preponderante se encontraba la obra de contenido político. Su crítica
sagaz, su burla despiadada que durante años sufrieron los hombres públicos mexicanos, nos da la
medida del grado de libertad de expresión y crítica o total ausencia de ella que existió durante los
diferentes gobiernos.
Los años más violentos de la Revolución no dejaron de ser glosados en revistas que, aparentando
ligereza y despreocupación, no dejaban de arriesgarse tomando partido por uno u otro bando. 326
Dentro de las funciones de cine también observamos la cada vez más común
presencia de películas norteamericanas en los programas de los distintos salones y teatros
de la ciudad, y con ello la adaptación de piezas nacionales y de otros países a la
326
Moreno Rivas Yolanda…Óp. Cit., p. 69.
327
Véase: Ibíd. p.70 y 71
113
musicalización de las películas. Aunque en muchas otras ocasiones los músicos de cine
fueron sujetos a desarrollar temas melódicos que emularan las conductas cosmopolitas que
las películas presentaban en pantalla.
De modo que, en los recintos de exhibición fue cada vez más común escuchar
géneros musicales como el corrido y la llamada “canción ranchera” (balseada), así como el
jazz estadounidense con esencia mexicana,328 y el Fox trot, los ritmos de moda en nuestro
vecino país del norte. A razón de la anterior dinámica melódica en los recintos de
exhibición Aurelio de los Reyes puntualiza: “A cambio de una producción cinematográfica
mexicana raquítica, nos encontramos con una variada y rica cantidad de obras musicales
para salón y teatro, sea zarzuela española y mexicana, revista o variedades.”329
Para los años veinte, fue indispensable contar con musicalización de películas al
menos por cuartetos o quintetos, los cuales fueron poco a poco reemplazando a las
orquestas en las funciones, incluso solistas fueron los encargados de dotar de melodías a las
cintas reflejadas en la cortina blanca. Si una orquesta se presentaba para musicalizar las
películas, esto se realizaba en el Teatro Ocampo, pues era el lugar que tenía el espacio
idóneo para que se colocaran los músicos integrantes, una de las funciones del tipo que
fueron destacadas por la prensa fue la siguiente:
328
INAH Testimonio musical de México num.51,…Y la música se volvió mexicana, México, INAH, 2010, p.
273.
329
De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México”, Óp. Cit. p. 113
114
de reconocida reputación y la orquesta del Maestro Villafuerte estrenará varias hermosísimas
piezas que de seguro serán del agrado de los asistentes. 330
Presente
Enterados de su oficio número 1737, de fecha de hoy, en el cual se nos pone en conocimiento la
falta de orquesta en las funciones cinematográficas verificadas el lunes 17 del actual, debemos
manifestarle que esas exhibiciones tuvieron verificativo en los salones Morelos y París,
regenteados por la empresa José Alva y no por nosotros como oportunamente tuvimos el honor de
ponerlo en el superior conocimiento de la H. Presidencia por medio de nuestro oficio de fecha 15
de los corrientes, cesando desde esa fecha nuestra actuación en el Teatro Salón París y reanudando
nuestras exhibiciones en los teatros Ocampo e Hidalgo desde el domingo 16 del actual, como lo
decíamos en nuestro oficio. También ponemos en conocimiento de Usted que durante las
exhibiciones del domingo 16, fueron amenizadas por una magnifica orquesta, quedando el público
que a ellas concurrió demasiado satisfecho de las selecciones que tocó durante las funciones…
18 de abril de 1922.
330
El Centauro, Morelia, 14 de octubre de 1928, tomo I, núm.11, portada.
331
AHMM, Fondo independiente, siglo XX, caja 69, legajo 1, exp. 34.
115
el caso moreliano, era realizada primordialmente por músicos de la ciudad, algunos más
destacados que otros, y en su mayoría virtuosos y apreciados por el público que tuvo la
fortuna de presenciar sus ejecuciones.
A pesar de haber sido señalado por José Jury, de no dotar de música a las funciones,
el empresario José Alva en el interior del Teatro Morelos, se esmeraba en deleitar al
público asistente con buenos y distinguidos músicos:
Muy satisfecho está el público moreliano con las hermosas, morales y artísticas películas
cinematográficas que se han exhibido en éste simpático Salón […] Sigue amenizando el
espectáculo con preciosas piezas musicales de mucho mérito, el Quinteto distinguido del Maestro
D. Ignacio Mier, el cual es muy aplaudido frecuentemente… 332
Concierto
Salón Morelos
Del virtuoso violoncelista alemán Alejandro Mauch, en el que presentaron su valiosa cooperación
la Srita. Emma Carletto y los inteligentes profesores Ignacio Mier Arriaga y Heriberto López.333
No es simplemente una película más o menos bien hecha, es todo un drama de amor y ternura
llevado a la pantalla con la sinceridad del dolor humano. Es un drama cruel pero muy humano, que
no ataca en lo más mínimo a la moral.
332
El Centinela, Morelia, 10 de abril de 1921, Época 3, núm. 28, p. 2. cabe mencionar que el Maestro Ignacio
Mier era uno de los músicos moreliano más populares de la época, lo que habla de la buena cálida que las
musicalización de las cintas.
333
El Centinela, Morelia, 19 de junio de 1921, Época 3, núm. 37, p. 3. En la misma nota se señala que hubo
poca asistencia del público.
116
El eminente guitarrista José Muñoz ejecutará la marcha nupcial [en] “Combate del 2 de abril”, en
donde el público podrá observar los clarines, tambores y el tiroteo de un combate.
Otro Salón de gran calidad en cuestión musical fue el México, quien en octubre de
1922 fue aplaudido por la prensa debido a la alta calidad en la ejecución musical del
Maestro Villafuerte, quien amenizó películas como “Amor y millones” por Pina
Menichelli, Luis Serventi, German de Senties y Sandre Salvini; y “Noviazgo eterno”
(comedia) por Bryant Washburn y Mildred Davis.336
334
El Centinela, Morelia, 12 de junio de 1921, Época 3, núm. 36, p. 3.
335
El Centauro, Morelia, 14 de octubre de 1928, tomo I, núm.11, portada.
336
La Libertad, Morelia, 15 de octubre de 1922, Tomo II, núm. 86, p. 4.
117
Allí y en ese tiempo, las películas eran silenciosas y, para atractivo de la función, un conjunto de
jóvenes adictos a la música y que tenían cada uno un instrumento, se autollamaban con el rumboso
nombre de orquesta e interpretaban algunas melodías.337
Una situación similar acontecía en el Teatro Hidalgo, según nos refiere Adán Lozano
en una crónica que realiza de los cines que frecuentaba en su juventud, cuando el público
reaccionaba de manera negativa ante las fallas de los músicos del reciento:
[…]este cine tenía tres localidades que eran: luneta, que costaba 25 centavos, preferencia que
costaba 15 centavos y galería que costaba 10 centavos. Recuerdo que tocaba un trío formado por el
piano, batería y un violín, ya que entonces el cine era mudo y había que amenizarlo y cuando
tardaban en tocar, como todos los músicos, las galerías enardecidas empezaban a gritar: ¡esos
músicos trompas de hule!, otros gritaban: ¡y los músicos toque y toque! y otro les contestaba: ¡y tu
madre de baile en baile! Otros les tiraban a los músicos para estimularlos a tocar “bolitas de leche
quemada” o “semas de pan” y a veces le pegaban al platillo o a la tambora, provocando la
carcajada y la rechifla general. 338
Como se mencionó en párrafos anteriores el género del jazz se popularizó cada vez
más gracias a las películas norteamericanas y en México, al igual que otros géneros
musicales, adoptó características propias como lo podemos intuir en la anterior referencia
pues con tres instrumentos de cuerda, claro que podían realizarse piezas de jazz, pero por
otro lado, se extraña la presencia de instrumentos de viento y percusión. En este caso se
337
Calvillo Pérez, Óp. Cit. p. 65.
338
Lozano Vázquez, Óp. Cit. p. 135-137.
339
Calvillo Pérez, Óp. Cit. p. 80.
118
realizó una adaptación del género original, a consecuencia de las limitaciones
instrumentales que el grupo musical tenía.
Apreciamos entonces que para este periodo la musicalización del cine era un
elemento interiorizado y asimilado dentro de la cultura audiovisual que se venía forjando
desde el nacimiento de la imagen en movimiento. La música formaba parte esencial en la
presentación de un film, las formas de ejecución y los géneros musicales fueron cambiando,
moldeados por el contexto de guerra y por los géneros que se encontraban de moda y que
eran dictados por influencia extranjera. El caso de Morelia nos muestra un ejemplo de todo
ello, y son referencias que pueden aplicarse a otros estudios de caso, ya sea para México o
para otro país con dinámicas similares.
Pareciera que en la ciudad de Morelia el interés por conocer las virtudes del cine sonoro se
encontraba apagado. Dentro de las notas periodísticas internacionales, se hablaba de
manera constante sobre la competencia que surgió entre distintas industrias, como lo vimos
en apartados anteriores, por realizar el aparato más idóneo para dar a conocer el cine
sonoro. En los periódicos locales la ausencia de dichos temas es notoria. No se presume con
ello un desagrado por el inminente cine sonoro, quizás una omisión más de las tantas que se
daba a diario en el trabajo periodístico.
Fue a partir de 1930 en que la fiebre del cine sonoro comenzó a brotar entre la
opinión pública, al mencionarse los esfuerzo de los empresario locales se encontraban
realizando para dotar a sus recintos del equipamiento idóneo para implementar el sistema
sonoro, que resultaba la última alta novedad en el mencionado espectáculo.
119
Al fin tendremos Vitáfono
Y será presentado naturalmente por la Empresa de Espectáculos José Jury en el cine preferido por
las familias: “Teatro México”. Las estrellas más famosas de Broadway transportadas por la magia
del film sonoro a los lugares más remotos de la tierra para que todo mundo pueda admirar su arte
interpretativo y su voz.
El Teatro México sería el primero en la ciudad en ofrecer las primeras cintas sonoras
en la ciudad. No se conoce con exactitud cómo y cuándo comenzaron las negociaciones con
la compañía que le instalaría el mencionado sistema. Lo que sí se puede notar es que fue un
proceso rápido y que las funciones de cine mudo no cesaron durante el periodo de
adaptación del recinto a la nueva modalidad.341
Cine México
VEA Y OIGA
“Tres camaradas”
Regia inauguración del cine sonoro más costoso del mundo. Oiga la pantalla del Cine México
hablar. Único cine que presentará películas habladas. 342
340
El Informador, Morelia, 6 de marzo de 1930, Tomo I, núm. 7, p. 6.
341
Los nuevos aparatos que hacían posible el cine sonoro eran: “El proyector cinematográfico que consistía
en: 1.-Sistema de proyección que proyecta sucesivamente cada imagen de la película sobre la pantalla. 2.-
Mecanismo de arrastre de la película, que imprime a ésta el movimiento adecuado, para que todas las
imágenes que la componen pasen por delante del sitema de proyección.
El equipo sonoro esta integrado por: 1.-Reproductores del sonido, que leen el sonido grabado sobre el disco o
película, traduciendolo en corriente eléctrica. 2.-Amplificadores, que aumentan considerablemente la
intensidad de las corrientes sonoras. 3.-Altavoces, que convierten las corrientes sonoras del amplificador en
sonido, difundiéndolo por toda la sala de espectáculos.” Robert Robert, Óp. Cit. p. 7.
342
El Informador, Morelia, 20 de marzo de 1930, Tomo I, núm. 9, p.6.
120
Se inauguró así la etapa del cine sonoro en la ciudad. Y como hacía algunos años el
cine hollywoodense acaparó las carteleras, ahora también el cine sonoro. Por el amplio
metraje de las películas, y probablemente la capacidad de duración en funcionamiento del
sistema sonoro, se proyectaban de una hasta tres películas por día de función, a diferencia
de años anteriores con el cine silente en que llegaban a proyectarse hasta seis o siete
películas en un día.
Pronto otros cines de la ciudad fueron dotados de sistemas sonoros al igual que el
Cine México, tal fue el caso de los teatros Morelos y Universal, quienes junto con el cine
México anunciaron en mayo de 1930 la cinta “Broadway.”343
En cuanto al Teatro Ocampo, este no pudo quedarse atrás y en diciembre del mismo
año anunció que proyectaría cine sonoro gracias a un equipo Webster [sic] Electric a partir
del siete de diciembre. La cinta inaugural fue “Civilización” con efectos sonoros, música,
conjuntos corales, prólogo y epílogo en español.345 El único teatro que aún no había
instalado sistema sonoro a su inmueble fue el teatro Hidalgo, todavía para 1931, entre su
cartelera se menciona que las películas eran mudas, lo que le significó pocas menciones en
la prensa.
343
Broadway película de 1929, dirigida por Pál Fejös, basada en la obra homónima de George Abbott y Philip
Dunning previamente estrenada en Nueva York, en 1926. Consultado el 7 de septiembre de 2020 en:
https://musicadecomedia.wordpress.com/2016/08/12/los-comienzos-del-cine-musical/
344
El Informador, Morelia, 4 de mayo de 1930, Tomo I, núm. 15, p.6.
345
El Informador, Morelia, 6 de diciembre de 1930, Tomo I, núm. 48, p.4.
121
compañías artísticas, sobre todo de teatro de revista,346 aunque bien valdría decir que aquel
tipo de funciones poco a poco fue menos común a partir de 1932.
Por los que se puede notar en las carteleras de los cines existentes en la época, estos
recibían las películas de casas productoras como Metro Goldwyn Mayer, Paramount Films,
Warner Bross, First National Producctions y Universal Pictures. El costo de las localidades
variaba según la sala de cine; mientras que en los cines Ocampo y México cobraban
regularmente 1.50 pesos por luneta, 75 centavos por palcos primeros, 30 centavos por
palcos segundos y 20 centavos por galerías; los cines Universal e Hidalgo cobraban 30
centavos luneta y 10 centavos galería, lo anterior se debía a que los primeros disfrutaban de
mayor variedad de cintas y mayor número de localidades. Dentro de esta modalidad, el cine
no tuvo muchos cambios, existieron precios accesibles para la mayoría del público, sin
embargo algunas localidades eran sólo accesibles a personas con mayor poder adquisitivo
que al resto de los morelianos.
346
En julio de 1930 se presentó en el Teatro Salón Morelos la “Compañía de Revistas Alegres Museum”. El
Informador, Morelia, 4 de julio de 1930, Tomo I, núm. 22, p.6.
122
Sternberg Salón México
Nacida para Paul I. Stein RKO-Pathé 1931 Salón Hidalgo e 4 de abril de 1932
amar Hidalgo
347
Dentro de la publicidad se anuncia que la película es muda y con escenas en technicolor. AHMM, Fondo
Independiente Siglo XX, Caja 126, Exp. 25.
123
Ciudad de Crone Pictures
ensueño
El Halcón Roy del Warner Bros 1931 Salón México 2 de agosto de 1932
siniestro Ruth
Elaboración propia con base en la cartelera contenida en: AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 126,
Exp. 25. Las casillas marcadas con color corresponden a producciones conocidas como cine hispano.
Quizás, las limitaciones de la industria nacional hacían que sólo en la capital del país
se presentaran sus producciones, además se sabe que muchas de ellas eran realizadas para
348
AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 126, Exp. 25.
349
Ídem.
124
presentarlas en el extranjero, de modo que puede ser por esas razones que a Morelia no
hayan llegado la mayoría de aquellas cintas.
Sin embargo, el cine norteamericano seguía tomando fuerza, más aún con la
presentación de cintas totalmente habladas en castellano, con actores mexicanos, latinos y
de origen español. De las actrices más destacadas se encontraban Lupe Vélez, de origen
mexicano, los morelianos pudieron disfrutar de cintas como El Prófugo y Bésame; al ser
una actriz con fama de seductora y de alto carisma en la pantalla grande, el público quedó
cautivado con las cintas que de ellas se exhibían. Del mismo modo otros actores de origen
hispano fueron favorecidos por la preferencia de los espectadores, algunos fueron el mismo
Ramón Navarro con cintas como Ben Hur, Marruecos, El nuevo día (con títulos en
español) Mata-Hari, y anteriormente señalada: El hijo de la india, El prisionero de Zenda,
y Cierto Don Juan. Virginia Fábregas con La fruta amarga y Bajo el cielo de Cuba. Lupita
Tovar en el Tenorio del harem, Al este del Borneo y Drácula. Cecilia Montalvo con Sangre
mexicana y Juan de Landa con El presidio y El proceso de Maru Dugan.350
A pesar de que en las mismas carteleras se observan todavía cintas mudas, parece que
la batalla estaba ganada, y que el acaparamiento del cine hollywoodense era todo un hecho,
no solamente en nuestro país, sino en Europa, a decir de lo anterior, la Revista Cine
Mundial publicó en 1932 el reconocimiento de su supremacía:
La gente, a juicio de la Europa continental, prefería escuchar una mala película sonora en idioma
comprensible, antes de presenciar una cinta muda por bella que fuese. En este momento crítico los
productores norteamericanos trajeron elementos artísticos e intérpretes de todos los países viejos
del mundo y organizaron compañías separadas creando estudios políglotos en Hollywood.
350
Información obtenida de: AHMM, Fondo Independiente Siglo XX, Caja 126, Exp. 25.
125
Hubo gran competencia por parte de los pequeños productores, pero su mercancía no pasó del nivel
de la mediocridad y, actualmente, estamos en presencia de un raro fenómeno: en muchos países
europeos las cintas norteamericanas a las que se les ha quitado el sonido, resultan ser más
populares y atraen más gente a taquilla que las nacionales sonoras. 351
Sin embargo, el tema resulta aún más complejo, sobre todo con las influencias del
contexto sindicalista de la época. Por aquellos años gobernaba Michoacán el Gral. Lázaro
Cárdenas, que como es sabido, implementó un buen número de decretos encaminados a
mejorar las condiciones de obreros y jornaleros en la entidad, teniendo como auspicio las
organizaciones sindicales. Las reformas pretendían, entre otras cosas, incrementar la
participación del obrero en las Juntas de Conciliación y Arbitraje y brindar exclusividad de
contratos a los sindicatos reconocidos legítimamente.352
Dentro del gremio de los trabajadores de teatros, dicha tendencia comenzó a notarse
desde 1928, cuando la Unión de tramoyistas, electricistas, manipuladores, utileros y
similares de teatro, levantaron una queja ante la Junta de Conciliación y Arbitraje contra el
empresario José Jury. Dentro del pliego petitorio se nota una tendencia a regularizar el
salario de cada uno de los trabajadores de los recintos que regenteaba el citado
empresario.353 Era de esperarse que, para la llegada del cine sonoro, tanto manipuladores
como filarmónicos se manifestasen en torno a su situación laboral, en vista de que pudo
351
Revista Cine Mundial, 1 de enero de 1932 consultada en: 4 el 21 de mayo de 2014.
352
Guerra Manzo, Enrique, Op. Cit. p. 8.
353
AHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 126, exp. 24. Como parte del plego petitorio se rescató el
siguiente fragmento: “Loa Delegados mencionados, el Sr. José Jury el asistente del Delegado de la CROM Sr.
Fidencio Resendez. Se llegó al acuerdo siguiente: Tarifas: Primera- Manipuladores.- Percibirán cinco pesos
por función dominical y ocho pesos si en los domingos, si en los domingos hay dos funciones. los días
primero de enero, cinco de mayo, jueves de corpus, diez y seis de septiembre y veinticinco de diciembre, se
consideran para el pago de salario como domingo. Las funciones de cine, se consideran mínimo de cuatro
horas treinta minutos y máximo de cuatro horas con cinco minutos, pasado este tiempo la empresa pagará el
tiempo extra a razón de un peso cincuenta centavos la hora […] 23 de noviembre de 1928.
126
haber sido afectada en menor o mayor medida por la nueva modalidad y dinámica en las
salas de cine.
Si bien no se puede afirmar que los músicos fueron totalmente excluidos de las salas
y teatro de Morelia al llegar el cine sonoro, si habrá que señalar que su participación se
limitaba a servir como acompañamiento musical a los cuadros artísticos que en dichos
recintos solían presentarse, ya fuera como complemento a las proyecciones de películas
(característica que fue cada vez menos común), o como parte de los demás espectáculos
que se llegaban a ofrecer en ellos.
Lo que si fue un hecho, es que los músicos que antes se veían como elemento
indispensable para realizar las proyecciones de cintas, ahora pasaban a ser prescindibles,
sobre todo aquellos que lo practicaban como oficio. Los músicos que ya contaban con un
prestigio social se desempeñaron en otros ámbitos como la educación y las audiciones
públicas y particulares. Pues la cultura musical seguía formando parte activa en la vida
cotidiana del moreliano, con nuevos géneros que también el cine explotaría entre sus
tramas.
Fuera de aquel contado número de músicos de renombre, aquellos a los que la fama
no llegó a favorecerles seguramente quedaron en la deriva laboral. Quizás integrándose a
otros gremios de trabajadores o como trovadores andantes complaciendo a los transeúntes
con las melodías, que irónicamente, en las salas de cine se volvían de moda.
Esta y muchas peripecias se propiciaron a la llegada del cine sonoro, como lo fue la
cuestión recaudatoria de impuestos por el Ayuntamiento. Anteriormente, en la época de
cine silente se cobraba por función un 12% de las entradas brutas. Después de la llegada del
cine sonoro las cuotas se modificaron y comenzó a cobrarse a los empresarios un 15%, lo
354
De los Reyes Aurelio, “La música para cine mudo en México”, en: Estrada, Julio…Óp. Cit. p. 1
127
que provocó disgusto entre los empresario, algunos argumentaban que por ser de segunda
calidad sus recintos y al tener que pagar aún músicos para sus cintas silenciosas el costo de
la cuota a las funciones era muy elevado, mientras que los empresarios que ofrecían cine
sonoro argumentaban que el gasto que les significó el instalar sistema sonoro a sus
inmuebles les impedía pagar tan alto porcentaje de impuesto a las funciones.355 El alegato
propició una extensa comunicación entre empresarios y funcionarios del Municipio, sin que
se pudiera bajar la cuota a ningún empresario.
La transición del cine silente al sonoro generó una serie de cambio tanto en el hábito
cotidiano de concebir al cine, como en la estructura de su conformación como diversión de
masas, en el presente texto se esbozaron algunos ejemplos y descripciones de ámbitos que
se vieron modificados ante el inminente impulso de cambio. Esperamos con ello sembrar el
interés para futuras investigaciones que logren indagar más a fondo en dichas temáticas
para tener un panorama más amplio del que aquí se presenta.
355
HHMM, Fondo Independiente, Siglo XX, caja 126, exp. 24.
128
Consideraciones finales
Fue construida por medio de lo que Carlo Ginzburg llamó indicios, síntomas,
encontrados en fuentes de la época como documentación oficial y notas periodísticas que
ayudaron a conjeturar y reconstruir las formas en que el sonido se hacía presente en las
salas de exhibición. Si bien dichas fuentes no hablan directamente de los músicos y la
música que realizaban o ejecutaban al momento de la presentación de películas, sí
mostraban puntos clave para intuir e inferir cómo, quién y de qué manera se hacía presente
la música en los salones de cine en Morelia.
129
del espectáculo cinematográfico mudo en México, por medio del análisis de la música en
los salones de cine de Morelia.
Todo ello en aras de cumplir el objetivo nodal, desentrañar cómo, de qué manera y
quién musicalizaba al cine. Dentro del mar de fuentes que se consultaron para realizar dicha
reconstrucción se pudieron localizar momentos clave para definir que, en un primer
momento, el cine fue el invitado dentro de las artes escénicas, como parte de las diversiones
de la época.
Durante esta etapa trashumante, regularmente los músicos que se presentaban en las
funciones formaban parte de la compañía con la que viajaban, aunque en algunas ocasiones
130
se buscaban músicos locales para participar en los diversos números que se presentarían.
Las compañías de mayor renombre incluso llegaron a contratar a orquestas típicas
regionales, tal fue el caso del empresario Carlos Mongrand, y es probable que de vez en
cuando se invitaran a alumnos de las escuelas de música en Morelia, como era la costumbre
de algunas compañías de ópera y zarzuela.
Para los años en que comenzaron a instalarse los primeros salones adaptados
especialmente para proyectar cine, la música fue un factor determinante para lograr mayor
éxito en las funciones, no porque se haya encontrado la manera de hacer más atractivo al
cine, sino porque éste debió adaptarse a una tradición musical que llevaba años dentro de
los espectáculos teatrales. Eventualmente el cine llevó a otro nivel la creación musical para
las cintas, tomando elementos de los ritmos, estilos y géneros de moda. Práctica que
conllevó a forjar paulatinamente los inicios de una nueva cultura audiovisual que en los
años de la época muda se encontraba en una etapa primigenia.
En los salones de los barrios, por otro lado, los músicos solían ser personas amantes
del oficio, sin una formación profesional que les hiciese destacar dentro del gremio, pero
que hacían gran impulso a la canción tradicional mexicana. También participaron algunos
jóvenes estudiantes de las artes de Euterpe, quienes se aventuraron a experimentar con la
ejecución de géneros y estilos musicales de recién creación y que comenzaban a figurar
entre las modas de la época.
Dentro de una etapa más próxima a la llegada del cine sonoro, por medio del caso
moreliano, se pudo notar el establecimiento de los cimientos de una cultura audiovisual. La
musicalización de las películas era un elemento intrínseco de la función, las composiciones,
131
improvisaciones y adaptaciones fueron las formas en que los músicos lograron dar ese
realce a las sensaciones que pretendía transmitir lo proyectado en la gran pantalla.
La asistencia al cine permitió a los morelianos, además del disfrute de las últimas
novedades del séptimo arte, el acceso a la cultura musical de la época, pues en las salas se
podían escuchar los géneros de antaño: las melodías sinfónicas, la canción romántica, los
vals, el corrido, las coplas, la canción ranchera, entre otros. De igual manera, comenzaron a
hacer presencia las influencias extranjeras como el jazz, el bolero, el danzón y el fox-trot,
ritmos que serían un rasgo muy distintivo en los inicios del cine sonoro.
132
Anexo I. Detalle del mapa del actual centro histórico de Morelia
Fragmento del mapa de la ciudad de Morelia. Localizado y digitalizado de la obra de Juan de la Torre, Bosquejo Histórico de la Ciudad de Morelia,
Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1986, p. 234.
133
Anexo II. Música y músicos en el cine de Morelia (1898-1932)
Tipo de
Lugar de
Nombre (s) agrupación, Fecha
presentación
solista, compañía
Portal Hidalgo
No identificados Terceto Octubre de 1898
número 38
Por lo menos a
Director Profesor Orquesta (se partir de 1901 y
Teatro Ocampo
Antonio Aulet desconoce el tipo) aproximadamente
hasta 1917
Septiembre de
María Carmen Lemus Pianista Salón Morelos
1908
Septiembre de
José Deas Pianista Salón Morelos
1908
Director Cristino
Herrero
Integrantes Ernesto y Cuadro artístico
Antonio García, José Salón Morelos Octubre de 1908
“Los cosmopolitas”
Hiriarte, Alfredo
Fernández y Gómez
Muñoz Muñoz
134
Collado y los Profs.
Nieto, Guzmán y
Solorio
“Las Herreritas”
No identificadas Teatro Hidalgo Enero de 1913
Teatro Popular
“Los Dorettapareja
No identificados Salón Morelos Enero de 1913
de baile
Teatro
Dirección Ignacio Mier, Salón
Integrantes no Quinteto Morelos Abril de 1921
identificados
Violín
Alejandro Mauch,
(participación Salón Morelos
Emma Carletto,
especial de Junio de 1921
Ignacio Mier Arriaga y
Alejandro Mauch
Heriberto López
)y quinteto
coupletista y
Delia Coppel Teatro México Julio de 1924
conzonetista
Las coquetas”, La
No identificados compañía japonesa Teatro México Julio de 1924
Nakakawa
135
Comercio
Maestro Villafuerte
Cuarteto de Manuel L.
Agiluz,
Concertista y
coupletista Lochica “Cuadro Estrella” Salón Morelos Octubre de 1928
Enciso,
Cantante Gloria
Marquéz.
Epigmenio Avilés
Jazz Band Torres Mes no
García Romero Cine Universal
Orquesta identificado 1927
García de León
136
Anexo III. Compañías cinematográficas presentadas en Morelia antes de la formación
de los circuitos cinematográficos 1897-1924
(Hidalgo)
137
Noviembre de Teatro Ocampo C. Carlos M. Orquesta
1901
138
Noviembre de Desconocido Tabacalera el Buen Desconocido
1905 Tono
139
Delgado
140
Variedades
141
de la Cruz Blanca)
142
Julio de 1919 Teatro Hidalgo José Jury Variedades
143
Abril de 1922 Teatro Hidalgo José Jury Orquesta
144
Fuentes
Bibliografía
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Graw Hill, 1995.
Bloch, March Apología para la Historia o el Oficio de Historiador, México, Fondo de Cultura
Económica, 2003.
Brunetta, Gian Piero (Dir.), Historia mundial del cine, (Traducción de Itziar Hernández Bodilla),
Tomo 1ero. Estados Unidos, Tres Cantos, Madrid, 2011.
Calvillo Pérez, Samuel, Platicas de ayer y hoy, Morelia, Instituto Michoacano de Cultura,
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160
Índice Onomástico
161
Ferdinand Zecca, 52 José de la Cueva, 141 41, 42, 43, 44, 45, 47, 51,
Fernando Infante, 27, 146 José Junqua, 88, 107 52, 56, 59, 60, 63, 64, 67,
film, 10, 13, 60, 91, 119, 120 José María Mendoza, 138, 68, 69, 72, 77, 81, 82, 89,
Francisco I. Madero, 39, 64, 141, 143 90, 92, 93, 94, 95, 96, 97,
81, 133 José María Sánchez García, 98, 99, 100, 103, 104, 105,
Francisco J. Múgica, 93 13, 28 108, 110, 111, 112, 114,
Francisco León de la Barra, 65 José María Serralde Ruiz, 15, 117, 118, 119, 120, 121,
funciones cinematográficas, 33 122, 123, 124, 125, 127,
10, 12, 16, 21, 63, 69, 73, José Milanés, 71, 73, 81, 82, 129, 133, 135, 145, 146,
76, 112, 114, 115 86, 109, 112, 139, 140, 147, 148, 149, 150, 151,
141, 142 152, 153, 154, 156, 157,
G
José Staufert, 73, 82, 86, 87, 158, 159, 160
Gabriel Veyre, 14, 39, 40, 52, 107, 142 Michel Chion, 10, 13, 18, 26,
147 Juan Felipe Leal, 14, 30, 41 27, 59
Gloria Marquéz, 117, 136 Juana Martínez, 8, 15, 33 Michoacán, 1, 7, 16, 34, 35,
Guadalupe Martínez, 72, 75 Jury, 88, 105, 106, 107, 108, 47, 48, 49, 53, 61, 65, 66,
Guillermo Becerril, 51 110, 111, 112, 115, 116, 76, 82, 87, 88, 92, 93, 94,
120, 126, 143, 144 106, 107, 111, 126, 136,
H 137, 145, 149, 151, 152,
L
Hernández Sampieri, 24, 149 153, 154, 155, 157, 158,
Hidalgo, 1, 7, 8, 47, 48, 62, Lázaro Cárdenas, 93, 126 159
72, 73, 74, 75, 77, 82, 86, Lelo de Larrea, 45 Miguel Contreras, 34, 35, 82,
92, 104, 105, 106, 111, Lochica Enciso, 117, 136 87, 96, 101, 109, 110, 124,
112, 115, 118, 121, 122, Lumière, 14, 21, 37, 38, 39, 142, 143, 157, 159
123, 133, 134, 135, 137, 40, 41, 53, 56, 147 Mimí Derba, 89, 96
139, 140, 141, 142, 143, Lupita Tovar, 11, 102, 125 Morelia, 1, 7, 11, 12, 15, 16,
144, 149, 151, 154 Lux, 107, 133, 143 20, 21, 23, 25, 32, 33, 34,
Hipódromo, 62, 133, 137, 139 35, 36, 43, 46, 47, 48, 49,
M 53, 56, 57, 58, 59, 60, 61,
I 62, 63, 64, 66, 67, 70, 72,
Magali Zavala, 35, 83
Ignacio Mier, 76, 116, 135 Manuel Lombardo, 27, 146 74, 76, 77, 78, 79, 80, 81,
industria, 15, 20, 31, 51, 96, Meliés, 52, 53, 58, 60 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88,
98, 100, 101, 103, 111, Metro Goldwyn Mayer, 122, 89, 91, 92, 103, 104, 105,
112, 114, 124, 126, 156 123, 124 106, 107, 108, 109, 110,
México, 7, 13, 14, 15, 17, 19, 111, 112, 115, 116, 117,
J 21, 22, 23, 24, 28, 29, 30, 119, 120, 121, 122, 125,
Jesús de la Cueva, 74, 140 31, 32, 33, 35, 37, 39, 40, 126, 127, 129, 130, 131,
132, 133, 134, 136, 137,
162
143, 144, 145, 149, 151, Pátzcuaro, 111 46, 50, 54, 55, 56, 60, 62,
153, 154, 155, 156, 157, Paulino Ramírez, 69 69, 96, 97, 98, 99, 119,
158, 159 Porfirio Díaz, 43, 56, 64, 65, 120, 126, 129, 132, 150
Morelos, 14, 64, 76, 77, 78, 78, 148
T
79, 80, 83, 107, 108, 109,
Q
110, 111, 115, 116, 121, Tania Celina Ruiz, 16, 34, 81
134, 139, 152 Querétaro, 60 Tavera Alfaro, 48, 49, 153
música, 2, 10, 11, 12, 13, 14, teatro, 30, 35, 45, 49, 51, 52,
16, 17, 18, 19, 20, 21, 24, R
55, 58, 60, 61, 69, 74, 75,
25, 26, 27, 32, 33, 38, 39, Rafael Orozco, 34 97, 103, 104, 105, 106,
40, 44, 45, 46, 51, 53, 54, Rafael Ramírez, 70, 140 108, 110, 112, 113, 114,
55, 56, 58, 59, 60, 61, 62, Ramón Navarro, 123, 124, 121, 122, 126, 127, 156
63, 68, 69, 72, 75, 76, 78, 125 Teresa Cortes Zavala, 16, 34
79, 80, 84, 89, 90, 91, 94, Rex, 107, 111 Theodor W. Adorno, 13
97, 103, 109, 112, 114, Ricouer, 23, 153 Tomas S. Kuhn, 23
115, 116, 117, 118, 119, Rosario Vidal, 15, 31 Trinidad León, 88, 142
121, 127, 129,130, 131, Rubén M. Campos, 43
132, 145, 146, 148, 149, U
Ruesga, 111
151, 152, 153, 158 Universal, 62, 110, 111, 117,
S 121, 122, 123, 124, 133,
O
Salón Morelos, 16, 34, 76, 78, 136
Ocampo, 49, 56, 58, 60, 61, 79, 81, 82, 83, 85, 109, Universidad Michoacana, 1, 7,
62, 67, 69, 70, 71, 72, 73, 116, 117, 122, 133, 134, 8, 47, 48, 92, 104, 106,
76, 77, 78, 89, 104, 105, 135, 136, 139 133, 149, 151, 154
106, 110, 114, 115, 121, Salón París, 88, 89, 90, 107,
122, 123, 124, 133, 134, V
111, 115, 133, 142, 143
135, 137, 138, 139, 140, Salvador del Río, 140 Venustiano Carranza, 65, 93
141, 142, 143 Salvador Toscano, 14, 21, 30, Victoriano Huerta, 65, 92
Olimpia, 103, 127 51, 58, 152 Villafuerte, 108, 115, 117,
Orrín, 41 Santa, 11, 49, 78, 100, 102, 135
103, 125, 151
P W
Schafer Murray, 54
Pancho Villa, 64 Segundo de Chomón, 52, 53 Warner Bross, 122
Paramount, 122, 123, 124 Soledad Goyzuela, 43
París, 39, 60, 90, 107, 110, Sonido, 1, 2, 10, 11, 12, 13, Z
115 16, 17, 18, 19, 21, 25, 26, Zitácuaro, 111
Pascual Ortiz, 92, 93, 104 27, 28, 31, 32, 36, 37, 38,
163
164