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15 de febrero, año 2008, Nace a duras penas, Waskart, sus condiciones de salud no son óptimas,

presenta problemas respiratorios, causados por una hiperreactividad bronquial, enfermedad


hereditaria, transmitida por su padre. A esto se le suma que el pequeño nació prematuro y por
cesárea, debido a muchas amenazas de aborto.

El pequeño, milagrosamente, sobrevivió. Vivió y creció junto a su familia en una casa ordinaria a las
afueras de la ciudad de Masaya. Él siempre fue un pequeño temeroso, no podía ni caminar solo,
porque su miedo hacia todo era muy grande, por consecuencia, era molestado muchísimo en su
colegio, el niño lloraba por las tardes y noches, porque no era capaz de vivir sin miedo y afrontar a las
personas que constantemente lo perturbaban.

Enero 2018

Su padre, al ver que su pequeño era demasiado vulnerable a las personas con las que se relacionaba,
decidió inscribirlo en Clases particulares de Taekwondo, un arte marcial, enfocada en el combate a
mano limpia. Waskart, quien tenía una edad de 9 años, no estaba conforme con esto, tenía miedo de
relacionarse con otras personas, con distintos ideales y le aterraba el hecho de pelear sus propias
peleas.

Su padre lo lleva a su primer entrenamiento y lo acompaña durante todo el tiempo, el pequeño,


increíblemente, se adapta muy bien al entrenamiento y tiene un desempeño excelente para ser su
primera vez, su maestro, nota algo de talento en él y se lo comunica a su padre. Al terminar la clase,
el pequeño queda enamorado de este arte, y decide mantener su aprendizaje, ya no por deseo de su
padre, si no, por él.

Waskart, continúa entrenando por meses, y conoce nuevas personas, su entrenamiento da muy
buenos resultados, el pequeño deja de ser tímido y comienza a estar seguro de sí mismo, se
relaciona mejor en entornos sociales y los constantes roces que tenía en su colegio, cesaron. Su
padre al ver esto, piensa que es suficiente, que ya no necesita seguir asistiendo a los entrenamientos,
el niño, podía pelear y defenderse él solo, pero, Waskart, ya no quería dejarlo, quería tomarlo y
mantenerlo por el resto de su vida. Su padre lo entendió y le permitió continuar con sus clases.

Diciembre 2018

Waskart, llevaba entrenando ya medio año, era momento de realizar examen de grado y ganarse su
cinturón amarillo, el día del examen llega y el pequeño se nota muy confiado, su nivel era superior al
de todos los niños con los que practicaba, por lo que en su mayoría, el examen no le presentó
problemas, hasta que llegó el momento de realizar combates, donde se enfrentaría a unas gemelas
que nunca antes había visto, logra imponerse y gana la primer pelea, la segunda, fue otra historia, su
oponente, era superior a él y lo derrotó. Waskart, se sentía frustrado, porque no había logrado salir
vencedor de ambos combates. Sin embargo, aprobó su examen y era oficialmente portador de una
cinta amarilla en Taekwondo.

Diciembre 2019

Luego de ese examen, el niño, quería mejorar mucho más, porque a final de año, realizaría su
examen para cinta verde y tendría su revancha. Se puso manos a la obra y los siguientes 12 meses,
entrenó el doble de fuerte, con el objetivo de vencer en su revancha. Llega el tan ansiado día del
examen, y el entrenamiento que recibió el pequeño se notaba, se encontraba en un nivel increíble,
incluso, sorprendió a su maestro, el examen como era de esperarse, lo tenia dominado y llegó el
momento más esperado, su revancha, el combate empieza, ambos peleadores se encuentran en un
nivel similar, Waskart, sabía que no ganaría si se plantaba solamente en intercambios, por lo que
ideó una estrategia, cansar a su oponente y luego atacar. Su idea, funcionó, logró ganar el combate y
consiguió una nueva amistad.

El año estaba por terminar, las clases se suspendieron por las festividades y Waskart, decidió
descansar y permanecer con su familia.

Enero – marzo 2020

Ya había pasado un mes desde aquel examen en el que Waskart, obtuvo su cinturón verde, los
entrenamientos continuaron con normalidad, llega el 15 de febrero y Waskart cumple 12 años, ya no
era ese niño que temía por todo, había cumplido sus objetivos y ahora se sentía vacío.
Afortunadamente, ese año, su maestro, le sugirió comenzar a competir y dar a conocer sus
habilidades al resto del país. Waskart acepta y comienza a prepararse para el torneo mas cercano,
fechado para marzo de ese mismo año, logra aumentar su nivel y está listo física y mentalmente para
una competencia, pero, nadie se esperaba que, llegando marzo, aparecería una enfermedad que
paralizaría al mundo entero, el COVID-19, debido a la mortalidad de este nuevo virus, los torneos se
cancelan, las clases y entrenamientos se suspenden y no queda más que permanecer confinado en
su casa junto a su familia.

Agosto - octubre 2020

5 meses han pasado desde la llegada del COVID, la gente todavía no puede salir con total
normalidad, ahora era necesario portar una mascarilla en todo momento. Waskart logró adaptarse a
este nuevo estilo de vida, extrañando entrenar y lamentándose no haber podido competir. De suerte
para él, su maestro, decide reanudar los entrenamientos, con todas las medidas sanitarias
necesarias, Waskart regresa a entrenar, con el objetivo de prepararse para uno de sus exámenes más
importantes, el que le iba a otorgar la cinta azul.

Él había mantenido su entrenamiento en casa, por lo que no se le dificultó adaptarse al plan de


entrenamiento de su maestro. Inicia su preparación, entrenando con relativa normalidad por los
siguientes 2 meses, conociendo nueva gente que llegaba a su Dojang, vale la pena destacar a la que
sería por un tiempo su rival y compañera de entrenamiento, Eunice Wheelock, una niña de 11 años,
del mismo grado y nivel que él. Ambos, forjaron una amistad muy sólida y una rivalidad que los
motivaría a seguir mejorando con cada entrenamiento, desgraciadamente, la mañana del 31 de
octubre de 2020, Waskart, se lesionaría de gravedad, rompiéndose el tobillo y metatarso del pie
izquierdo, quedando así deshabilitado por lo que restaba del año y por fuerza mayor no realizaría su
examen de grado.

Waskart, quedó devastado, cada gota de sudor derramada en cada entrenamiento, con el objetivo de
seguir avanzado, aumentar su nivel y ascender de grado, fueron en vano, ahora se encontraba en una
cama del hospital, esperando su tardía recuperación.

Enero 2021

Waskart, se recuperó de la lesión y a pesar de estar mentalmente roto, sin ánimos, decide regresar a
entrenar, se llevaría una grata sorpresa cuando su maestro le otorgó su cinta azul sin necesidad de
presentar examen, porque para él, Waskart ya se había ganado esa cinta.

Sin embargo, Waskart no se sentía merecedor de esa cinta, no había hecho examen y se sentía mal
por eso. Incluso llego a pensar en dejar todo, no seguir entrenando y solamente irse. Wheelock trató
de hacerlo entrar en razón, pero, Waskart no tenía motivación y había perdido esa llama que lo hacía
levantarse y superarse.
Waskart, decidió que esa sería su última semana, pero, no contaba con la aparición del joven que le
devolvería esa llama que había perdido, su nombre era Darren Collado, muchacho de 15 años, la viva
imagen del Waskart de hace unos años. Al ver a Collado, Waskart quiso ayudarlo con su
entrenamiento y decidió permanecer en la academia, porque esa llama había vuelto.

Llega febrero y Waskart cumple 13 años, ya no era un niño. Habiendo recuperado sus motivaciones,
continúa entrenando, mejorando con Wheelock y a la vez siendo mentor de Darren. Su maestro,
Tiffer, anuncia un torneo al que Waskart y Wheelock deciden ir, un joven e inexperto Waskart, se
llena de emoción al saber que podrá al fin competir y mejor aún no lo haría solo. El torneo estaba
fechado para Mayo de ese mismo año, así que con 3 meses de antelación, ambos empezaron a
entrenar el doble de fuerte. Llegó el esperado día, Waskart, estaba listo para dejarlo todo en el área,
y así lo hizo, pero, sus esfuerzos no fueron suficientes y se vio derrotado una vez más, caso contrario
a Wheelock, quien logró ganar medalla de oro.

Pasaron días que Waskart y Wheelock estuvieron fuera de entrenamiento por descanso, ya que
habían quedado exhaustos de la reciente competencia. Waskart, no se sentía mal por haber perdido,
pues sabía que él hizo su mejor esfuerzo, pero, su rival era superior. El joven decidió seguir
entrenando para mejorar cada vez más y quizás algún día conseguir el tan ansiado primer lugar.

Septiembre 2021

Llega septiembre, y es hora de realizar un nuevo examen, esta vez, para cinturón rojo, en el caso de
Waskart y Wheelock, cinturón amarillo para Darren, todos tuvieron un desempeño increíble,
dominando su examen, y obteniendo su promoción, Waskart se sentía increíble, cada vez estaba más
cerca de obtener el gran cinturón negro y ser reconocido como tal por toda la comunidad marcial de
Nicaragua.

Ese mismo día, Tiffer anuncia otro torneo, fechado en Diciembre, Waskart está más que decidido,
quiere participar, ya que era una competencia de nivel nacional, junto a sus compañeros, se
prepararon durante los 2 meses que tenían.

Llega el día tan esperado, Waskart se tiene confianza, siente que esta vez es capaz de superar a esa
versión suya que fue derrotada meses atrás, llega su turno y deja todo en el área otra vez, pero, en
esta ocasión, ganó, y se coronó como campeón nacional en categoría cadete. Sus compañeros esta
vez, no pudieron salir vencedores, pero, al igual que él, dieron su mayor esfuerzo y eso es lo que
importaba.

Enero – Febrero 2022

Con el año terminado, habiendo sido muy movido para el ya Joven Waskart, que estaba a punto de
cumplir 14 años, inicia un nuevo período, el muchacho ya estaba cerca de alcanzar su cinturón negro,
por lo que debía de empezar a mejorar no solo en su técnica o combate, sino en su mentalidad,
debía empezar a comportarse como un mentor.

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