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5 Obstáculos que nos impiden hacer la voluntad de Dios.

QUE
NOS IMPIDEN SER FIELES A DIOS.
PREGUNTAS A LA CELULA
1.-¿Cuándo sabes cuál es la voluntad de Dios, te dispones a seguirla?
2.-¿Te dispones a obedecerla?
3.-¿O simplemente te rehúsas a tomar por el camino que Dios te está
indicando?
4.-¿Por qué nos cuesta tanto hacer la voluntad de Dios?
5.-¿Por qué se nos dificulta ir en pos a lo que Dios quiere que
hagamos?

En el mensaje de hoy, conoceremos 5 obstáculos que muchas veces


nos impiden hacer la voluntad de Dios.

Dios tiene una buena y perfecta voluntad para nosotros y Él se ha


comprometido a indicárnosla.

Salmo cap. 32 versículo 8 dice: Te haré entender, y te enseñaré el


camino en que debes andar.

pero resulta que a pesar de que sabemos cuál es la voluntad de Dios,


no siempre se nos hace fácil obedecerla, no siempre se nos hace fácil
seguirla, ya que encontramos obstáculos que se nos interponen en el
camino.

El primer obstáculo, es nuestra falta de oración.


Mateo cap. 26 versículo 41 dice: Velad y orad, para que no
entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero
la carne es débil. 

Cuando oramos poco, nos sentimos débiles y comenzamos a


experimentar que nos faltan las fuerzas para movernos en la dirección
que Dios nos está indicando.

Cuando oramos poco, terminamos tomando decisiones sin consultar


antes con Dios.
Es a través de la oración que podemos preguntarle a Dios: Señor
¿cuál es tu voluntad en este asunto?
Señor, ¿qué decisión quieres que tome?
Y Señor ¿cómo manejo esta situación? Y es en medio de la oración
donde serás fortalecido para seguir en pos a la perfecta voluntad de
Dios.

El segundo obstáculo que nos impide hacer la voluntad


de Dios, es nuestra terquedad.

El Salmo 32 versículo 8 y 9 dice: Te haré entender, y te


enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que
han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no
se acercan a ti.

Somos tercos cuando nos mantenemos en nuestras propias ideas,


opiniones y deseos, aun cuando Dios nos está indicando cuál es el
camino, cuál es la mejor decisión y qué es lo mejor para nosotros.
Proverbios cap. 3 versículo 7 dice: No seas sabio en tu
propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal.

El tercer obstáculo que nos impide hacer la voluntad de


Dios, son los malos consejos.
En otras palabras, todo ese cúmulo de voces ajenas a la voz de Dios.
Muchas veces pasa, que prestamos más atención a lo que la gente
dice, que a lo que Dios nos está diciendo. Obedecemos más a lo que
piensa la gente, que a la Palabra de Dios y a la voluntad de Dios
revelada en ella.

El Salmo cap. 1 versículo 1 y 2 dice: Bienaventurado el


varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino
de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino
que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día
y de noche.
El cuarto obstáculo que nos impide hacer la voluntad de Dios, es
la ignorancia de su Palabra.
La Palabra de Dios es el medio principal por el cual Dios nos muestra
cuál es su voluntad, y el ignorarla también se convierte en un gran
obstáculo que nos impide hacer aquello que Dios quiere que hagamos.
Ignorar los principios y verdades de la Palabra de Dios, es como tener
una lámpara para conducirnos en medio de la oscuridad y no hacer
uso de ella, es como tratar de encontrar un tesoro sin un mapa.

El Salmo cap.119 versículo 105 dice: Lámpara es a mis pies


tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Y el Salmo cap.19 versículo 7 dice: La ley de Jehová es
perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel,
que hace sabio al sencillo.

Además, en la segunda carta del apóstol Pablo a Timoteo


en el cap. 3 versículos 16 y 17 dice: Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios
sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

El quinto obstáculo que nos impide hacer la voluntad de


Dios, son las dudas y los miedos.
Muchas veces dudamos de la fidelidad y del amor de Dios, tememos
ser rechazados y nos da miedo arriesgarnos; nos cuesta mucho
atrevernos y afrontar, tenemos dificultad al decidirnos y
comprometernos.

Leamos en el Evangelio de Mateo cap. 14 versículo 24 al 31


dice: Y ya la barca estaba en medio del mar, azotado por las
olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la
noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos,
viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un
fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les
habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda
que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo
Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero
al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31Al momento Jesús,
extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe!
¿Por qué dudaste?

Este pasaje nos enseña 2 cosas muy importantes:

Primero. Debemos hacer la voluntad de Dios aunque estemos


muertos del miedo

Segundo. En aquellos momentos en donde sentimos hundirnos y al


parecer hacer la voluntad de Dios no fue la mejor decisión, Dios
extenderá su mano para ayudarnos y socorrernos.

Al decidir hacer la voluntad de Dios, debemos tener la plena seguridad


de que Dios es fiel y Él estará a nuestro lado siempre.

El Señor Jesús le dijo a Pedro: Ven, y él fue, y cuando se estaba


hundiendo, el Señor Jesucristo no le dejó y le extendió su mano y le
salvó.
Eso mismo hará Dios con nosotros al decidirnos hacer su voluntad.

Ya es tiempo de tomar la firme determinación de hacer la voluntad de


Dios, confía en su inmensa fidelidad y no permitas que ningún
obstáculo te impida ir en pos de lo que Dios tiene para tu vida.

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