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El principio holográfico es un principio de las teorías de supercuerdas acerca de las teorías

de la gravedad cuántica propuesto en 1993 por Gerard 't Hooft, y mejorado y promovido
por Leonard Susskind en 1995. Postula que toda la información contenida en cierto volumen
de un espacio concreto se puede conocer a partir de la información codificable sobre la
frontera de dicha región. Una importante consecuencia es que la cantidad máxima de
información que puede contener una determinada región de espacio rodeada por una
superficie diferenciable está limitada por el área total de dicha superficie.

Relación entre el principio holográfico y la estructura


del universo[editar]
En un sentido más amplio y más especulativo, la teoría sugiere que el universo entero puede
ser visto como una estructura de información de dos dimensiones "pintada" en el horizonte
cosmológico, de tal manera que las tres dimensiones que observamos serían sólo una
descripción eficaz a escalas macroscópicas y en bajas energías; por lo que entonces el
universo sería en realidad un holograma. El principio holográfico no se ha hecho aún
matemáticamente preciso, en parte debido a que el horizonte cosmológico tiene un área finita
y crece con el tiempo.12

Explicación[editar]
Dada cualquier región compacta (cerrada, es decir, que contiene a su frontera y acotada, es
decir que puede meterse dentro de otra región, por ejemplo una caja de las mismas
dimensiones que la región acotada en cuestión) de espacio finita, por ejemplo una esfera, en
su interior hay materia y energía. Si la energía sobrepasa una densidad crítica, la teoría de la
relatividad general predice que dicha región colapsará en un agujero negro. Teóricamente, el
agujero negro resultante posee entropía.3 Esto último se desprende de los trabajos de J.
Bekenstein y S. Hawking en la década de 1970, que demostraron que dicha entropía es
directamente proporcional al área de la superficie del horizonte de sucesos del agujero negro.
Diversos argumentos físicos, permiten establecer que los agujeros negros son objetos
de entropía máxima,4 así que la entropía contenida en determinada región del «espacio» no
puede ser mayor que la entropía del agujero negro más grande que pueda caber en tal
volumen. Este límite se conoce como frontera Bekenstein.
El «horizonte de sucesos» de un agujero negro encierra un volumen. Obviamente, los
horizontes de sucesos de agujeros negros de mayor masa son más grandes y encierran
mayores volúmenes. El agujero negro de mayor masa que puede caber en una región dada es
aquel cuyo horizonte de sucesos corresponda exactamente a la frontera de la región dada.
Una mayor masa de un agujero implicará que dicho agujero tendrá mayor entropía. Por lo
tanto, el límite máximo de la entropía de una región ordinaria del espacio es directamente
proporcional al área superficial de ésta, no a su volumen. Pero este resultado
es contraintuitivo, debido a que la entropía es una magnitud extensiva, por lo que se esperaría
que fuera directamente proporcional a la masa, la cual es proporcional al volumen.
Si la entropía (que puede entenderse como el número de estados microscópicos que forman
un estado macroscópico dado) de una masa ordinaria (no sólo de agujeros negros) es
también proporcional a su área superficial, implica que de algún modo el volumen en sí mismo
sea ilusorio: que la masa ocupe área, no volumen, y que entonces el universo sea en realidad
un holograma, el cual es isomórfico a la información inscrita en sus fronteras.5 El trabajo
de Juan Maldacena sugirió que en cromodinámica cuántica hay sistemas reales que
efectivamente satisfacen esta propiedad holográfica, lo cual es interpretada por Susskind y
otros proponentes del principio holográfico como una evidencia en favor de que la gravedad
cuántica podría presentar igualmente esa propiedad.
Kostas Skenderis
Profesor, Ciencias Matemáticas, Universidad de Southampton
«La holografía es un enorme paso adelante para entender la forma como
el Universo se formó y adquirió su estructura», ha explicado en un
comunicado Kostas Skenderis, investigador en la Universidad de
Southampton. «Durante décadas los científicos han tratado de combinar
la teoría de Einstein de la gravedad (explica el funcionamiento del
Universo a gran escala) con la teoría cuántica (explica el funcionamiento
de las pequeñas partículas que componen la materia). Algunos creen
que el concepto de un Universo holográfico podría reconciliar
ambas. Espero que nuestra investigación sea un paso adelante en esa
dirección».
La teoría general de la Relatividad de Einstein explica el Universo a gran
escala, pero no puede sumergirse en el misterioso mundo cuántico,
habitado por partículas de extraño comportamiento . Y ese es el motivo
por el que algunos proponen eliminar el escollo de la gravedad para
tratar de unificar la física de lo extremadamente pequeño con la de lo
extremadamente grande.
Ecos de la creación
En esta ocasión, los astrofísicos encontraron pruebas que, según ellos,
apoyan la interpretación del Universo holográfico, o sea, que se
puede explicar sin la dimensión de la gravedad. Descubrieron
estas evidencias en algunas irregularidades de la radiación de fondo de
microondas , ese eco de calor que queda hoy en día después del Big Bang.

Radiación de
fondo de microondas. Contiene información sobre cómo y por qué se formaron los gérmenes de
las galaxias. En este caso, ha sido usada para entender cómo podrían surgir el espacio y el tiempo
sin contar con la gravedad - NASA / WMAP Science Team
«Imagina que todo lo que ves, sientes y oyes en tres dimensiones,
(junto a tu percepción del tiempo), en realidad surge de un campo
plano de dos dimensiones. Esta idea es similar a los hologramas
típicos donde una imagen tridimensional se forma a partir de una
superficie bidimensional, como en el holograma de una tarjeta de
crédito. Pero en este caso, este holograma codifica al Universo
entero».
¿Explica lo cuántico el Cosmos?
Gracias a los cada vez más sensibles telescopios y sensores, en las últimas
décadas los investigadores han ido accediendo poco a poco a nuevas
capas de información hallada en la radiación de fondo de microondas. En
esta ocasión, estos científicos pudieron hacer complejas comparaciones
entre esta red y lo predicho por la teoría de campos cuánticos. Así,
concluyeron que algunas de las teorías cuánticas de campos podrían
explicar casi todas las observaciones cosmológicas del Universo
temprano.

La esperanza de los investigadores es poder explicar desde la física de lo


más pequeño cómo surgió el tiempo y el espacio en el Universo,
cuando este era un recién nacido.
Este esfuerzo de recurrir a la holografía, y explicar el comportamiento de
las partículas quitando la dimensión de la gravedad, es especialmente
importante para entender los misteriosos agujeros negros o las
interacciones de las partículas. Sin embargo, esto no es precisamente una
tarea sencilla: junto a la complejidad de las matemáticas asociada a este
tipo de estudios, hay que contar con el desconocimiento que hay sobre la
física de partículas y sobre los orígenes del Universo.
Esquema de
la evolución de un Universo holográfico. El tiempo corre de izquierda a derecha. A la izquierda, el
Universo está en fase holográfica, y la imagen está distorsionada porque el tiempo y el espacio no
están bien definidos. Al final, en la elipse negra, el Universo está en fase geométrica, que puede
ser perfectamente descrita por las ecuaciones de Einstein. La radiación cósmica de microondas, en
el centro, fue emitida unos 375.000 años después del Big Bang. Los patrones que muestra
contienen información sobre el Universo temprano y sobre la aparición de las primeras estructuras
(estrellas y galaxias) en el Universo posterior (a la derecha) - Paul McFadden

La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de


Southampton (Reino Unido), de la Universidad de Waterloo (Canadá),
del Instituto Perimeter (también Canadá), del Instituto Nacional de
Física Nuclear (Italia) y de la Universidad de Salento (también Italia).

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