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2 Principios del anAlisis conductual aplicado A. ADQUISICION DE CONDUCTAS Los PRINGIPIOS DEL andlisis conductual aplicado se han desarrollado a partir del andlisis experimental con sujetos animales y humanos, en con- diciones de laboratorio altamente controladas. Se ha dedicado gran atencién al conjunto de operaciones y procedimientos experimentales necesarios para que un organismo adquiera una conducta de la que pre- viamente carecia. Los estudios se han Ievado al cabo en gran variedad de sujetos y situaciones experimentales, de las que han podido extraerse principios comunes basados en la identificacién de relaciones funcio- nales que pucden utilizarse para promover la adquisicién de nuevas conductas. A. continuacién mencionaremos con cierto detalle los cuatro procedimientos fundamentales, Reforzamiento positivo Se entiende por reforzamiento positivo el efecto conseguido, con un procedimiento particular, que consiste en administrar una consecuencia tan pronto se emite una conducta determinada. La consecuencia puede ser, por ejemplo, darle un dulce a un nifio tan pronto como se lave las manos. Sin embargo, no basta con especificar el procedimiento para definir qué es el reforzamiento positivo sino que, ademas, debemos ob- servar un efecto caracteristico como resultado de dicha operacién. El reforzamiento positivo se distingue porque produce consistentemente un aumento en la probabilidad de presentacién de la conducta; es 28 A. Adquisicién de conductas 29 decir, se hace més factible que una determinada conducta se presente. con mayor frecuencia en lo futuro. Cuando se obtiene este efecto, deci- mos que la consecuencia de la conducta es reforzante. Ahora bien, :cémo precisar de antemano si un determinado objeto o evento serA o no refor- zante? En términos generales, se puede decir que la identificacién de un reforzador siempre debe hacerse en la practica, con el sujeto particu- lar de que se trate y en relacién tanto con la conducta prevista como con las condiciones bajo las cuales se pretende que aquella aparezca con mayor frecuencia. Los reforzadores consisten en lo que denominamos comtinmente como “recompensas”. Sin embargo, nunca debemos suponer de antemano que una “recompensa” va a ser efectiva como reforzador, sino que debemos probarlo y asegurarnos de que asi sea. Mas adelante, en el capitulo 3, trataremos este problema de modo més concreto. Por el momento ¢s suficiente determinar que un reforzador positive es aquel objeto o hecho que al presentarse inmediatamente después de la emision de una conducta, hace que esta se torne mds probable en lo futuro. Es de primordial importancia establecer, con certidumbre, el nivel real de la conducta que deseamos que el sujeto muestre con cierta frecuencia. Puede ser que el sujeto tenga ya esa conducta dentro de su repertorio, pero que la emita con una frecuencia muy baja; por consiguiente, desde el punto de vista funcional, no la posee en la practica. De ser asi, bas- fara planear una situacién en Ia que se refuerce al sujeto cada vez que ‘emita dicha respuesta, El reforzamiento continuo de esa conducta, altera- 74 su probabilidad, y la tomaré més frecuente en lo futuro. Habremos, Pues, aplicado el reforzamiento positive para aumentar la probabilidad de una conducta determinada, que existia previamente en el reperto- rio del sujeto aun cuando a niveles muy bajos. Moldeamiento por aproximaciones sucesivas Sin embargo, en la mayoria de las veces, el sujeto no posee una determinada conducta en absoluto, es decir, jam4s ha emitido previa- mente la respuesta que estamos interesados en reforzar. Siendo asi, es imposible que apliquemos el procedimiento anterior, pues necesitariamos que, cuando menos, el sujeto mostrara la conducta algunas veces para poder reforzarla. Puesto que este no es el caso, se hace uso de un método denominado moldeamiento por aproximaciones sucesivas. El primer paso consiste en definir de la manera mas precisa posible cual es la conducta final que deseamos obtener, pues sin esta definicién es particularmente dificil operar con el procedimiento de aproximaciones sucesivas. Una vez que se ha definido dicha respuesta terminal, se comienza por elegir una conducta mas amplia dentro de la cual esté incluida la que hemos previs- 30 Cap. 2. Principios del anélisis conductual aplicado to, o que tenga alguna semejanza formal con ella. Luego de elegida aquella conducta que por supuesto el sujeto debe mostrar dentro de su repertorio, se la refuerza consistentemente hasta que se presente con frecuencia. El paso siguiente consiste en restringir la amplitud de esta conducta y hacerla cada vez més parecida a la conducta deseada, me- diante un reforzamiento de indole diferencial. Supéngase, por ejemplo, que nuestro objetivo es conseguir en un nifio que se aisla del resto, que permanezca cuando menos durante un minuto tomado del brazo de un adulto en el patio de juego. Dado que el nifio no posee la respuesta, tenemos que moldearla, Lo primero que se haré es reforzar cualquier movimiento que Ileve al nifio a acercarse al adulto en cuestidn. El si- guiente paso consistira en reforzarlo Gnicamente cuando se acerque a una determinada distancia, y no reforzarlo cuando ésta aumente. Poste- riormente, se reforzar4 al nifio cuando éste permanezca alrededor del adulto, aunque no haga contacto fisico con él. El paso inmediato serd reforzar al nifio tinicamente cuando haga contacto fisico, no importa cuan breve sea. A continuacién, el reforzamiento se aplicaré s6lo cuando el contacto fisico tenga la topografia (forma) especificada; es decir, cuando el nifio esté tomado del brazo del adulto. Paulatinamente, se har que el contacto sea cada vez més prolongado hasta que leguemos al criterio terminal que se habia fijado originalmente. Este procedi- miento promueve la adquisicién de nuevas conductas a través del refor- zamiento diferencial de respuestas cada vez més parecidas a la respuesta final prevista. El resultado del procedimiento es una nueva respuesta, muy diferente de aquella a partir de la cual iniciamos el moldeamiento: respuesta que se agrega al repertorio funcional del sujeto. Reforzamiento negativo A veces es dificil utilizar reforzamiento positivo para la adqui- sicién de una nueva conducta, porque debido a multitud de razones, el sujeto no responde adecuadamente. En estos casos, es necesario utilizar otra forma de reforzamiento, denominada reforzamiento negativo. Se lama reforzamiento negativo al aumento en la probabilidad de que una respuesta se presente como consecuencia de la omisién de un estimulo u objeto. A diferencia del reforzamiento positivo, ahora se retira un objeto © hecho que comtinmente antecede a la respuesta que nos interesa; como consecuencia de tal exclusién, aumenta la frecuencia de la respuesta. Sin embargo, no basta la simple ausencia del objeto o hecho para que la respuesta sea reforzada negativamente, sino que es fundamental que la respuesta sea el medio a través del cual se retire o excluya aquel A. Adquisicin de conductas 31 objeto o hecho. Es decir, la desaparicién del hecho o estimulo debe ser una consecuencia de la conducta. En general, se echa mano de estimulos aversivos para manejar el reforzamiento negativo, de manera que cuando el sujeto da la respuesta desaparece el estimulo aversivo, y dicha respuesta se vuelve més probable en Jo futuro. Un ejemplo caracteristico de este procedimiento cs el siguiente: una persona tiene que pasar diariamente por cierto lugar donde un perro ladra amenazadoramente. Como esta persona teme ser mordida por el perro, da un largo rodeo para evitar dicho lugar. En este caso, podria decirse que la persona carece de la conducta consistente para pasar por aquel lugar. Si, en alguna ocasion aquella persona se provee de una vara y espera que el perro se presente y empiece a ladrar, entonces lo amedrenta agitando la vara, por lo cual el perro se aleja, diremos que la respuesta que consiste en pasar por ese lugar y agitando la vara ha sido reforzada negativamente, puesto que ha producido la desaparicién de un objeto aversivo que es el perro. En lo sucesivo, aumentaré la posibilidad de que esta persona siga pa- sando, portando la vara, por aquel lugar que antes evitaba. Es importante hacer notar que tanto el reforzamiento positive como el reforzamiento negativo aumentan la posibilidad futura de las con- ductas. Lo que los distingue es que, en el positivo, la consecuencia es un hecho u objeto que se presenta después de Ia conducta; en cambio, en el negativo, la consecuencia de la adquisicién conductual, es la des- aparicién de un objeto o hecho que se presentaba antes de la conducta terminal. Aqui se plantea un problema similar al que discutimos con motivo de la identificacién de los reforzadores Ppositivos. ¢Cémo estable- cer de antemano que un estimulo pueda resultar un reforzador negativo al ser retirado? La respuesta es semejante: ello no puede hacerse sino probandolo en cada caso particular. Por Jo general, son estimulos aver- sivos los que producen algiin dafio o molestia a los sujetos, aunque esto no ocurre siempre. La tinica manera segura de averiguar si un refor- zador es negativo consiste, por consiguiente, en tenerlo en practica. Se han observado grandes diferencias a este respecto, segin los diversos sujetos y las distintas conductas y situaciones. Imitacién Existe un procedimiento para fomentar la adquisicién de una nueva conducta: es el de la imitacién. En general, puede utilizarse tinicamente con sujetos que poseen un repertorio conductual minimo previo, lo cual hace que no siempre sea posible recurrir a él. En el capitulo 3 trataremos extensamente lo relacionado con Ja adquisicién de las conductas de imi- m. Por el momento nos limitaremos a sefialar en qué consiste la 82 Cap. 2. Principios del andlisis conductual aplicado imitacién y sus ventajas respecto de otros procedimientos mencionados. En la imitacién hay tres aspectos importantes: a) Ia semejanza entre la conducta del sujeto imitador y la del modelo; 6) la relacién temporal entre estas conductas, y ¢) la omisién de instruccién explicitas para que el sujeto imite la conducta. Analizaremos detalladamente estos tres as- pectos. Uno de los problemas fundamentales de la imitacién es que la conducta del sujeto debe copiarla del modelo que se le presenta; por ejemplo, si levanta un brazo el modelo, el sujeto debe copiar la conducta procurando levantar el mismo brazo de la misma manera. Sin embargo, es importante aclarar que no es indispensable que las dos conductas sean idénticas. Es suficiente con que se parezcan. Ademas, para que consideremos imitativa la conducta del sujeto, debe existir una relacién temporal estrecha entre la conducta del modelo (o estimulo) y la con- ducta del sujeto. La respuesta del sujeto ha de producirse inmediatamen- te después de la del modelo, o luego de un intervalo muy breve, pues de otra manera, no podré considerarse en realidad, como respuesta de imi- tacién. Infinidad de factores tal vez intervengan en un lapso mas prolon- gado. El tercer aspecto es muy importante, y frecuentemente no se le ha prestado la debida atencién. Una respuesta o conducta es imitativa cuando no es forzoso dar instrucciones explicitas para que sea emitida. La respuesta ha de producirse por si sola ante Ia simple presencia de la conducta del modelo, y es aqui precisamente, en donde radica una de las grandes ventajas de la imitacién como procedimiento para la adquisi- cién de repertorios nuevos. Cuando tenemos un sujeto que imita (es decir, al que no es necesario ensefiarle a imitar mediante reforzamiento y otros procedimientos complementarios), podemos Ievarlo a adquirir toda una varicdad de conductas, desde las mds simples hasta las mas complejas, sin necesidad de reforzarlo. Esto hace que la adquisicién de conductas sea casi automatica cuando se presentan en forma adecuada las conductas del modelo. La imitacién, en realidad, constituye un pro- cedimiento mediante el cual la conducta del sujeto se coloca bajo el control topografico (formal) y temporal que brinda la conducta de otro sujeto, que funciona asi como modelo. Hay implicaciones de primordial importancia en este particular, sobre todo en lo que se refiere a la adqui- sicién del lenguaje y ciertas formas complejas de conducta social. B. MANTENIMIENTO DE CONDUCTAS En el uso del reforzamiento positive deben distinguirse dos aspectos diferentes. El primero, apenas discutido, que se traduce en la adquisi- cién de una nueva conducta, y el segundo, relacionado con su mante- nimiento a largo plazo. BODY A CARH RN Ae ee ee ee 5 B. Mantenimiento de conductas 83 El propésito es lograr que una conducta se siga emitiendo indefi- nidamente incluso bajo condiciones distintas a las de su adquisicién; es decir, que no se requiera seguir reforzando siempre cada una y todas las conductas que se presentan. Esto, por un lado, seria sumamente cos- toso desde el punto de vista de la atencién personal que requeriria nuestro sujeto; por el otro, se trata de una posibilidad prdcticamente cerrada ya que es muy dificil mantener un control absoluto sobre el sujeto, que nos permitiera prolongar nuestro procedimiento original. Con todo, po- demos perseguir tal objetivo a través de cuatro procedimientos que expli- caremos en seguida. Reforzamiento intermitente Cuando examinamos Ia aplicacién del reforzamiento positivo para aumentar la frecuencia con que se presenta una conducta de probabi- lidad muy baja, recalcamos la necesidad de que el reforzador se admi- nistre de manera inmediata a todas y cada una de Jas conductas del sujeto. Este es un requisito imprescindible en ese primer paso. Ahora bien, cuando encontramos que la conducta se presenta con la frecuencia suficiente como para considerar que el sujeto la ha adquirido, :qué de- bemos hacer para que esta conducta siga dandose sin necesidad de que la reforcemos continuamente? Existe para ello un procedimiento que se conoce como reforzamiento intermitenie, el cual, como su nombre lo in- dica, consiste en presentar el reforzador de manera discontinua, o sea que no se refuerzan todas y cada una de las respuestas del sujeto, sino solamente algunas de ellas. El reforzamiento intermitente de la conducta puede basarse en varias formas de presentacién temporal del reforza- dor. Puede programarse teniendo en cuenta cl ntimero de respuestas 0 también el tiempo que transcurre. Estos tipos de reforzamiento inter- mitente se denominan de razén y de intervalo, respectivamente. Antes de ilustrar las diversas maneras de programar intermitentemente los reforzadores, es conveniente, sin embargo, hacer una aclaraci6n: la tran- sicién del reforzamiento continuo de la conducta al reforzamiento inter- itente debe ser gradual. Este es un aspecto preeminente. No se pueden ‘Gr grandes saltos en un principio y disminuir bruscamente la cantidad total de reforzadores porque el sujeto emita una conducta determinada; ¢s necesario por el contrario, ir avanzando gradualmente (de manera semejante al moldeamiento) en Ia reduccién progresiva del némero de reforzadores que se van omitiendo conforme avanza la intermitencia del programa. De no hacerlo asi, se corre el peligro de que el sujeto deje de responder y haya que elaborar otra vez el proceso de adquisicién. El reforzamiento intermitente, dijimos anteriormente, puede admi- nistrarse en base al ntimero de respuestas, o bien al transcurso del tiempo. 34 Cap. 2. Principios del anélisis conductual aplicado En ambos casos, puede aplicarse un criterio fijo o un criterio variable. A continuacién discutiremos su forma de administracién y las distintas ventajas que tiene cada uno de estos programas. El reforzamiento con base en el ntimero de respuestas puede admi- nistrarse de manera fija o variable. En la programacién de razén o ni- mero fijo de respuestas, el reforzamiento se da cada vez que el sujeto cumple con el criterio que hemos establecido de antemano; por ejem- plo, 5, 10 © 20 respuestas. La abreviatura que utilizaremos para refe- rimos a este tipo de programas es RF (razén fija) y el mamero que seguird a las siglas indicar4 el valor de dicha razén; por ejemplo, RFs, quiere decir que reforzaremos cada cinco respuestas, o sea, luego de la quinta de cada cinco. Cuando hablamos de un programa de raz6n variable, el procedi- miento que se sigue es muy semejante. El reforzamiento se continiia administrando de acuerdo con el némero de respuestas que da el sujeto, pero ahora, en vez de hacerlo en base a un ntmero determinado de respuestas, se eligen valores que difieren de reforzamiento a reforza- miento; el promedio de dichos valores dard la raz6n del programa. Por ejemplo, supéngase que se reforzard a un sujeto por el ntimero de hojas que escribe, y que decidimos utilizar un programa de raz6n variable, RV. Estableceremos previamente los distintos valores de reforzamiento 1, 3, 4 y 8, lo cual significa que el primer reforzamiento se dard al lenarse la primera hoja; el segundo a la cuarta hoja (3 hojas ms); el tercero a la octava hoja (4 hojas ms), y el cuarto a la decimosexta hoja (8 hojas m4s), y asi sucesivamente tan pronto termine esta secuencia. En este caso, el valor del programa de RV se designa a través del promedio de las distintas razones que lo componen; es decir, la suma de 1, 3, 4 y 8, que es 16 y su divisién entre el niimero de valores, que es cuatro. El pro- grama es por consiguiente un RVs. Lo que identifica a los dos tipos de programas de raz6n, fija y variable, es: a) que el reforzamiento siempre se administra después de la respuesta que cumple el criterio, y b) que el reforzamiento se programa en base al niimero de respuestas. Por su parte, los programas de intervalo se definen en funcién del tiempo, pero.se refuerzan en base a la primera respuesta que se obtiene luego de transcurrido el tiempo previsto; es decir, el reforzamiento, cual- quiera que sea el programa seguido (de razén o de intervalo) siempre debe ser consecuencia de una respuesta. De igual manera que los pro- gramas de razén, los de intervalo pueden regularse de manera fija o variable, En los programas de intervalo fijo, IF, se establece un valor en segundos o minutos, al término de las cuales se refuerza la primera respuesta que se emite; asf, por ejemplo, en un IF y' se reforzaré la pri- mera respuesta que dé el sujeto luego de transcurridos tres minutos, no B. Mantenimiento de conductas 35 antes. Si el sujeto tarda mas de tres minutos, el reforzamiento se pos- pondré hasta el momento en que el sujeto proporcione la respuesta. Los programas de intervalo variable, IV, se establecen de manera semejante a los de RV. Elegidos de antemano diversos intervalos de duracién diferente, se refuerza siempre la primera respuesta obtenida al cumplirse el intervalo respectivo y se designa el programa en base al promedio de los valores correspondientes a los distintos intervalos. Asi, por ejemplo, podemos aplicar este programa fijando distintos valores en tiempo: 1’, 4’, 3’ y 2’, 0 sea que reforzaremos por primera vez a la respuesta formulada al pasar un minuto; después, a la primera respuesta pasados cuatro minutos, y asi sucesivamente. El valor del JV resultaré de la suma de todos los intervalos (10’) y su divisién entre el mimero de valores (4), lo cual nos daré un IV de 2.5’. En consecuencia, los pro- gramas de intervalo fijo y variable, se asemejan en que: a) el reforza- miento siempre se programa en base al transcurso del tiempo, y b) el reforzamiento siempre se administra después de la primera respuesta obtenida al transcurrir el intervalo criterio. Consideremos, antes de pasar a revisar otros programas de reforza- miento, las distintas ventajas que ofrece este tipo de programas de razén y de intervalo. Veamos primero lo referente a sus resultados en materia de ejecucién: en general, los programas de raz6n producen frecuencias de respuesta més altas en tiempo; en otras palabras, tomando un periodo constante, los programas de razén controlan mayor cantidad de respues- tas que los programas de intervalo. Desde este punto de vista, es alta- mente recomendable utilizar programas de razén cuando se desea que el sujeto emita una conducta con mucha frecuencia. Dentro de los pro- gramas de razén, los programas de tipo variable, producen mayor ejecu- cién que los de tipo fijo, cosa que también ocurre en los programas de intervalo. Sin embargo, su aplicacién se hace dificil por la naturaleza misma de su programacién, pues hay que dedicar excesivo esfuerzo a la administracién del reforzamiento en base a valores cada vez distintos, en niimero de respuestas 0 en tiempo. Una ventaja adicional de los pro- gramas de razén sobre los de intervalo consiste en que producen formas més constantes de respuesta; es decir, el sujeto tiende a responder siempre a la misma velocidad. En los programas de intervalo fijo (en los de IV esto no ocurre), siempre hay muy baja respuesta cuando se inicia el inter- valo, dado que al sujeto no le es necesario responder dentro de él, sino a su finalizacién para obtener reforzamiento. Por tal motivo, siempre que estemos interesados en que el sujeto cumpla con determinada fre- cuencia minima de respuesta, podemos utilizar programas de raz6n. La limitacién que existe en este sentido es que, en ocasiones, se hace dificil calcular el ntimero de respuestas debido a su naturaleza misma; 36 Cap. 2. Principios del anélisis conductual aplicado por ejemplo, respuestas de juego cooperative en un patio con otros nifios, etc. En estos casos es més facil utilizar un programa de intervalo fijo para el mantenimiento de la respuesta; alli donde la existencia de personal suficiente lo haga posible, puede aplicarse incluso un programa de IV, que produce mayor frecuencia de respuesta que el de IF. Veamos a continuacién cémo se adaptan los programas de reforza- miento intermitente para mantener una conducta, pese a que disminuye notablemente la frecuencia de reforzamiento. Habiamos dicho que los programas de reforzamiento se aplican una vez que se ha adquirido una conducta determinada mediante la administracién de reforzamiento continuo, RFC. Para ilustrar el procedimiento de disminucién gradual del reforzamiento intermitente, daremos un ejemplo que esperamos sea lo suficientemente claro. Supéngase que estamos ensefiando a un nifio a imitar movimientos; lo primero que hacemos es reforzar cada una de las conductas imitativas que el sujeto emita, en forma consistente, hasta tener la seguridad de que el sujeto est4 imitando de manera adecuada ¢ inmediata, El paso siguiente consiste ahora solo en reforzar cada se- gunda respuesta (RF2). Si el sujeto no muestra ninguna disminucién en la frecuencia con que imita, podemos pasar a reforzar cada cuarta respuesta (RF.), y asi sucesivamente hasta que estemos reforzando, por ejemplo, la respuesta final de una larga serie de cincuenta. Cuando ello se ha logrado, podemos omitir incluso, en ocasiones, este tiltimo refor- zamiento, sin que la respuesta desaparezca. Este debe ser el objetivo final de cualquier programa de reforzamiento: poder mantener la respues- ta indefinidamente con muy poco o ningtin reforzamiento. Pasemos ahora a revisar otros tipos de programas de reforzamiento intermitente. Se trata de los programas de reforzamiento diferencial de tasas altas y tasas bajas, y de los programas de reforzamiento de pausas cortas y pausas largas. En ambos tipos de programas se intenta lograr directamente que el sujeto responda con frecuencias muy elevadas o muy reducidas; para ello se utilizan criterios combinados de tiempo y néimero de respuestas. En los programas de reforzamiento diferencial de tasas, el objetivo fundamental es que el sujeto presente una conducta a frecuencia muy alta o muy baja. En el primer caso, abreviaremos el programa DTA y en el segundo, DTB. La forma de establecer el programa es relativa- mente simple: basta especificar un minimo de respuestas en un maximo de tiempo en el caso del DT'A, y un maximo de respuestas en un mini- mo de tiempo en el caso del DTB. Examinaremos un ejemplo de cada uno de estos programas. Si descamos que un nifio lea a cierta velocidad, Jo que debemos hacer es especificar claramente este objetivo; para ello, fijamos el niimero de palabras u hojas (0 cualquier otro criterio) que se Ane nen e e e RVUVARUHUMmOem ew Sg ello refor- jetivo pues- iento al de ausas ogra y muy imero jetivo | muy TA y ativa- 4ximo mini- : cada cidad, a ello, que se B. Mantenimiento de conductas 38T debe leer como minimo, y el tiempo maximo en que debe hacerlo. Esto es un DTA. Si el sujeto no cumple con el criterio al transcurrir el tiempo prefijado, pierde el reforzamiento y vuelve a iniciarse un nuevo periodo. En el DTB, hacemos justamente lo contrario; aqui lo que deseamos es que el sujeto muestre escasas respuestas, pongamos por caso, respues- tas que consisten en distracciones al estar escribiendo. Establecemos en- tonces un mdximo de respuestas admisibles dentro de un minimo de tiempo; si el sujeto da més respuestas de las que se han establecido como criterios, perder4 a su vez el reforzamiento, pero si produce un niimero igual o inferior a aquel, entonces se le reforzaré. Lo importante de los programas de DTA y DTB es que nos interesa directamente el mimero de respuestas que va a dar el sujeto en un lapso prefijado; el objetivo de los programas es, por consiguiente, lograr que el sujeto se ajuste a dichos criterios. A diferencia de los programas de reforzamiento intermitente de razén y de intervalo, en los que nunca se pierde un reforzamiento, en los programas diferenciales de tasa (DTB y DT'A), cuando el sujeto dé respuestas de mas o de menos respectivamente (en los periodos espe- cificados) pierde el reforzamiento correspondiente. El otro tipo de programas a los que hicimos alusién anteriormente son los denominados diferenciales de pausas, cortas y largas, que abre- viaremos respectivamente DPC y DPL. En estos programas también se persigue el mantenimiento de frecuencias bajas o elevadas de conducta, solo que el criterio se especifica ahora en base al tiempo que debe trans- currir entre respuesta y respuesta, esto es, las pausas entre respuestas. En el DPC se refuerza al sujeto si no tarda més de cierto lapso m4ximo, por ejemplo uno o dos segundos entre cada respuesta. Si el sujeto tarda més de ese lapso (que se fija arbitrariamente), dicho reforzamiento se pospone hasta que emita dos respuestas que estén separadas entre si por un lapso igual de breve. En el DPL en cambio, se establece el minimo de tiempo que debe transcurrir entre dos respuestas sucesivas, por ejem- plo, 30 segundos; si el sujeto da una respuesta antes de cumplido tal periodo, se pospone el reforzamiento hasta que se cumpla la pausa especificada por el programa. El primero de estos programas, el DPG, es de rara aplicacién, incluso en investigacién pura, pero el DPL tiene miltiples usos, especialmente cuando deseamos disminuir la velocidad con que se emite una respuesta, sin disminuir por ello su probabilidad futura. Supéngase que tenemos un sujeto que habla demasiado aprisa, a quien por consiguicnte se hace dificil comprender, pues no separa claramente una palabra de otra. Aqui se justifica la utilizaci6n de un DPL, donde cada palabra se especificaria como una respuesta, y se estableceria una pausa, digamos de 5 segundos, entre palabra y palabra, de manera que el sujeto empicce a reducir su 88 Cap. 2. Principios del andlisis conductual aplicado velocidad de elocucién con la finalidad de ser reforzado. Naturalmente, en este caso también debe reducirse paulatinamente la frecuencia de reforzamiento, haciéndolo cada vez mds intermitente. Cabe hacer una aclaracién importante: siempre que el sujeto se ajustara a la pausa que estos programas establecen, podria recibir reforzamiento de manera conti- nua, pero en la prdctica nunca sucede. Por eso, aunque el DPL es en rigor un programa de reforzamiento continuo, lo hemos incluido dentro de los programas de reforzamiento intermitente, ya que por la natura- leza misma del programa los sujetos nunca se ajustan de inmediato a los requisitos y responden como si, en efecto, estuvieran bajo reforzamiento intermitente. Igual que en cualquiera de los otros programas que hemos revisado, el reforzamiento, aqui, se administra tan pronto el sujeto emite la respuesta que satisfaga el requisito preestablecido. Hay tres programas de reforzamiento adicionales, que pueden utili- zarse en la modificacién de conducta: los programas miltiples, los pro- gramas concurrentes y los programas conjugados 0 proporcionales. Los analizaremos brevemente. Un programa miiltiple de reforzamiento est4 formado por dos o mas programas simples tales como un IV o RF 0 RFC. Cada uno de los pro- gramas va acompafiado de un estimulo distinto que se presenta a la iniciacién del programa, de manera que hay tantos estimulos como programas. El reforzamiento se suministra, en cada programa, sobre la base del criterio establecido; lo que caracteriza al programa miltiple es que los distintos programas componentes se presentan sucesivamente. El requisito para pasar de un programa a otro es haber cumplido el anterior. El orden de presentacién de los programas es totalmente arbi- trario, por lo que se puede ordenar de manera fija o totalmente al azar. Un ejemplo de programa miltiple seria un Milt. RF, 10-IV, 2. Este programa se aplica de la siguiente manera: primero, se presenta un estimulo que sirve para indicar que el programa de razén fija estd en curso; el sujeto responde con la ejecucién tipica del programa, recibe el reforzamiento a la décima respuesta y, entonces, se reemplaza al es- timulo por otro, asociado con el programa de intervalo variable. El sujeto responde con la ejecucién tipica del programa de intervalo, donde es reforzada la primera respuesta emitida al cumplirse dos minutos. Nue- vamente cambia el estimulo, se presenta el RF 10 y asi sucesivamente. Estos programas son de utilidad en el establecimiento de discriminaciones (véase el capitulo 4, Programa de discriminacién auditiva). Los programas concurrentes también estén formados por dos o més programas. A diferencia, sin embargo, de un programa miiltiple, los pro- gramas no son sucesivos, sino simulténcos. Debe aclararse que lo simul- téneo o concurrente es el programa; es decir, la disponibilidad de la

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