Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ser hijo de Dios es la mayor de todas las dádivas que podemos recibir
como seres humanos. Ningún otro ser creado tiene ese privilegio.
Cuando creemos en Jesús y lo aceptamos como Salvador por fe,
dejamos de ser meras criaturas y pasamos a ser adoptados como hijos
por el Padre celestial. Esa adopción a través del gran amor de Dios por
medio de su Hijo unigénito es algo fantástico.
Para orar:
Señor Dios, muchas gracias por amarme y aceptarme como hijo en tu
gran familia. Por tu gracia en Jesús puedo recibir el perdón y la
salvación para estar para siempre junto a ti. Ayúdame para que durante
toda mi vida yo pueda andar como tu hijo Jesús que te honró y te amó
hasta el fin, en su nombre, Amén.