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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México

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Cahiers des Amériques


latines
91 | 2019
Migrations : le(s) sens des liens
Migrations : le(s) sens des liens

Pertenencias múltiples e
identidades compuestas en viejas
y nuevas regiones migratorias de
México
Multiple Belongings and Compound Identities in Old and New Migratory Regions of Mexico
Appartenances multiples et identités composées dans des anciennes et des nouvelles régions migratoires du
Mexique
Múltiplos pertences e identidades compostas em antigas e novas regiões migratórias do México

Ana Vila Freyer


p. 133-152
https://doi.org/10.4000/cal.9702

Resumos
Español English Français
Ese trabajo busca explicar cómo las personas migrantes reconstituyen su concepción de sí mismos al
reubicarse en sus lugares de origen en localidades de Apaseo el Alto, en el sur de Guanajuato, y de La
Costa, en Chiapas. El trabajo está construido a partir de narraciones que sobre su experiencia
migrante desarrollan personas que viven o tienen contacto directo con la migración en sus
interacciones cotidianas. Se sigue una estrategia de comparación individualizada enfocada en la
búsqueda de particularidades [Tilly, 1984, p. 82] y basada en el análisis de las entrevistas sobre la
experiencia migratoria de migrantes retornados en dos tipos de contexto: por un lado, el de una
migración centenaria como la que han vivido generaciones de personas en distintas regiones de
Guanajuato y, por otro, el de una migración emergente que ha afectado apenas a una generación de
migrantes en distintas regiones de Chiapas. La idea que se busca discutir es que mientras en las
comunidades estudiadas de Guanajuato parece existir una estructura de vinculaciones que sostiene
un repertorio de identificaciones transfronterizas que está determinada por la larga tradición
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migratoria en la entidad, en Chiapas, un estado de migración reciente, los repertorios de
identificación transfronterizos están menos desarrollados.
This work seeks to explain how migrants reconstitute their conception of themselves by relocating to
their places of origin, comparing here Apaseo el Alto, south of Guanajuato, and La Costa, in Chiapas.
The work is built on narratives of migrants’ experiences, collected with people having direct contact
with migration in their daily interactions. It follows an individualized comparison strategy focused
on the search for particularities [Tilly, 1984, p. 82], based on the analysis of interviews in two
different contexts: a century-old region of migration in Guanajuato State, with several generations of
migrants; and an emerging generation of migrants in Chiapas. While a structure of links sustains a
repertoire of cross-border identifications determined by the long tradition of migration in the
communities studied in Guanajuato, cross-border identification codes are less developed in Chiapas,
a state of recent migration.

Cet article analyse les reconstructions identitaires de migrants retournés dans leurs lieux d’origine à
Apaseo el Alto, au sud de Guanajuato, et à La Costa, au Chiapas. Le travail est construit sur des récits
émanant des migrants et d’individus en contact direct avec la migration dans leurs interactions
quotidiennes. Suivant une stratégie de comparaison individualisée axée sur la recherche de
particularités [Tilly, 1984, p. 82], le propos analyse les entretiens conduits sur l’expérience
migratoire de migrants originaires de deux régions contrastées. À la migration centenaire vécue par
plusieurs générations à Guanajuato répond une nouvelle migration qui n’a touché qu’une génération
au Chiapas. Alors que dans les communautés étudiées à Guanajuato, il semble exister une structure
de liens qui entretient un répertoire d’identifications transfrontalières déterminé par la longue
tradition de migration, dans l’État du Chiapas, région de migration récente, les codes d’identification
transfrontaliers sont moins développés.

Entradas no índice
Mots-clés : identité, appartenance, translocalité, migration de retour, Guanajuato, Chiapas
Keywords: identity, belonging, translocality, return migration, Guanajuato, Chiapas
Palabras claves: identidad, pertenencia, translocalidad, migración de retorno, Guanajuato,
Chiapas

Notas da redacção
Texte reçu le 2 décembre 2018, accepté le 22 mai 2019.

Texto integral
1 ¿Por qué los migrantes de Apaseo el Alto, Guanajuato, y Ponte Duro, Tonalá, Chiapas,1
constituyen de manera diferente su sentido de pertenencia y sus identidades al reubicarse
en sus comunidades de origen? Al comparar las narrativas migratorias de personas que
pertenecen a circuitos migratorios tradicionales o emergentes [Durand y Massey, 2003],
podemos reforzar la idea de que la experiencia de los guanajuatenses parece responder a
un proceso de construcción de una pertenencia múltiple e identidades compuestas [Vila
Freyer, 2017] en espacios y lugares interconectados por las interacciones que resultan de
una migración de larga duración. En cambio, en los casos discutidos de migrantes
chiapanecos, la ausencia de estas identificaciones parece responder a que la experiencia
migratoria vivida se concibe a partir de la translocalización, es decir, que los migrantes, al
alternar espacios de su vida cotidiana, alternan o negocian sus identificaciones con los
mismos [Brickell y Datta, 2016]. A manera de hipótesis, apuntamos que esta diferencia
parece resultar de la tradición migratoria en Guanajuato, en donde personas y
comunidades han estado generacionalmente relacionadas con la migración. Esta larga
duración ha creado una estructura de vinculaciones sociales que conectan espacio, tiempo
e identidades. De ahí se deriva que un grupo de migrantes retornados definan
pertenencias espaciales múltiples que se manifiestan en identificaciones simultáneas —
aunque en espacios geográficos distintos— mientras que otras no.
2 El trabajo se construye a partir del análisis de entrevistas semiestructuradas sobre la
experiencia migratoria de migrantes retornados en comunidades de Apaseo el Alto,
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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
Guanajuato, y de Tonalá, Chiapas. En ellas detectamos que existe una identificación
construida por los migrantes guanajuatenses en función del estatus migratorio con el que
se incluyen en los mercados laborales de Estados Unidos. Estas identificaciones se
manifiestan en la narración de la experiencia migratoria, de sus estrategias personales y
familiares de reproducción, de las prácticas sociales que resultan de su pertenencia
comunitaria, así como de su conexión con la migración internacional.
3 En contraste, los migrantes de la localidad chiapaneca de Ponte Duro, en el municipio
de Tonalá, una región cuya migración internacional se intensificó al finalizar el siglo xx, no
han generado este tipo de identificaciones compuestas y multiespaciales. En las
narraciones de la experiencia migratoria asumen su trabajo y presencia en localidades
estadounidenses como una situación irregular, al moverse como miembros de una
localidad política a otra, a la cual no pertenecen. Aunque migrantes guanajuatenses y
chiapanecos consideran la migración como una oportunidad, al analizar la estrategia de
movilidad en los casos chiapanecos pareciera que las movilidades se definen a partir de la
noción de riesgo implícita en la migración irregular, más que de un proceso de
identificación y pertenencia transfronteriza.
4 Las identidades compuestas se constituyen a partir de las jerarquías que combinan
identificación social y espacial. Ellas reflejan una estructura de vinculaciones que resulta
de una vida personal, familiar y laboral más allá de los espacios nacionales [Glick-Schiller,
2015]. En buena medida, las identidades compuestas son consecuencia de las estrategias
económicas, sociales y culturales que son fruto de la desigualdad de oportunidades que
derivan de un desarrollo heterogéneo en regiones y espacios vinculados por estas
interacciones socioeconómicas interdependientes [Massey, 1993 y 2004]. Ello nos permite
encontrar que las experiencias narradas por los guanajuatenses recrean una
«simultaneidad» espacial y temporal a nivel de conectividades que van más allá de los
espacios transnacionales [Levitt y Glick-Schiller, 2004].
5 En Chiapas, la experiencia migratoria está ligada a un tránsito espacial diferenciado: los
espacios son percibidos como contenedores nacionales [Pries, 2012] que los migrantes
distinguen entre sí al moverse en ellos. Esta diferenciación incrementa la vulnerabilidad
de los migrantes, desde el riesgo de cruzar la frontera hasta el acceso a empleos
identificados por familias o amigos instalados «en los Estados [Unidos]». A pesar de que
migrar a Estados Unidos sigue viéndose como una oportunidad, los chiapanecos no han
experimentado repertorios identitarios más allá de pasar de legales a ilegales, lo que se
expresa en la translocalidad vivida. En Chiapas, la migración es narrada como una
experiencia sostenida en redes sociales, que tiene clara la diferencia espacial de origen y de
destino. Al describir su experiencia migratoria, las personas entrevistadas no parecen
romper el sentido de pertenencia único con su lugar de origen para crear la construcción
de una memoria que, de manera simultánea, genere identidades compuestas en espacios
vinculados por las interacciones transfronterizas cotidianas.
6 En la siguiente sección discutimos los procesos y recursos de identificación [Hall, 2003
(1996); Brubaker y Cooper, 2000] multiespacial basándonos en los trabajos de Maalouf
[1998] y Massey [1993 y 2004], entre otros. Continuamos con una nota metodológica
sobre cómo se seleccionaron los casos discutidos. Las siguientes dos secciones nos
permiten comparar las construcciones identitarias multiespaciales y translocales a partir
de las narraciones hechas por migrantes retornados en Guanajuato y Chiapas. Las
reflexiones finales permitirán reforzar la idea-guía del texto: las pertenencias múltiples
vividas por los migrantes en regiones de larga tradición migratoria refuerzan identidades
compuestas que resultan de las estructuras de vínculos sociales que se han desarrollado en
espacios y lugares largamente interconectados por las distintas formas de reproducción y
movilidad vividas en ellos.

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Pertenencias múltiples e identidades


compuestas como construcción espacial
7 Personas y lugares desarrollan identidades que resultan de una estructura de
interacciones sociales y vinculaciones internas y externas que les son propias [Massey,
2004]. El sentido de estas interacciones crea una noción de pertenencia que constituye en
el individuo una capacidad de identificación compuesta por los espacios y trayectorias de
vida cotidiana de las personas migrantes [Vila Freyer, 2017]. Como proceso, esta
estructura de vinculaciones nos permite asumir dos cosas: la primera, que a partir de ellas
se establecen distintos sentidos de pertenencia e identidades individuales y espaciales que
se realizan de manera simultánea; la segunda, que este repertorio de identidades facilita la
adaptación individual, familiar y comunitaria a la migración internacional y a la movilidad
espacial [Vila Freyer, 2017].
8 En general, las identidades son definidas como una distinción entre los miembros de un
grupo y los que no lo son. En términos subjetivos, se define como las nociones que ubican
al yo y a los otros [Ross, 1997, p. 45; Glick-Schiller, 2005, entre muchos otros]. La
perspectiva hace énfasis en la intersubjetividad, la constitución de las identidades como
resultado de elementos externos a los individuos y que derivan en lo que Amin Maalouf
[1998, p. 22-24] denomina identidades mayores: la pertenencia a una comunidad
nacional, a una comunidad religiosa o a una clase social. Es con base en estas identidades
mayores, sobre todo con la de pertenencia a una comunidad nacional, como se constituye
también la noción de transnacionalismo [Glick-Schiller, 2005; Levitt y Glick-Schiller,
2004], es decir, la pertenencia a una comunidad imaginada [Anderson, 1994] que
acompaña al migrante cuando ésta se mueve en espacios geográficos que sobrepasan las
fronteras artificialmente construidas, comunidad que es sostenidas por los contactos
transfronterizos continuos y permanentes [Portes et al., 2003].
9 Tomando distancia con estas nociones, Maalouf destaca que el individuo cuenta con una
variedad de recursos identitarios que van más allá de una pertenencia transnacional o que
se pierden con la asimilación a una nueva comunidad nacional. Es decir, la identidad es
entendida como un recurso de identificación, más que como un estado permanente que se
mueve entre fronteras [Brubaker y Cooper, 2000; Hall, 2003 (1996)]. «La perspectiva
discursiva ve la identificación como una construcción, un proceso inacabado —siempre en
proceso. No está determinado en el sentido de que siempre puede ser ganado o perdido,
mantenido o abandonado» [Hall, 2003 (1996), p. 2-3]2. Además, «implica la construcción
interna de imágenes del mundo externo a partir de las experiencias […] que comparten los
miembros del grupo» [Ross, 1997, p. 47]. Al destacar el elemento interno de construcción
de estas imágenes, Ross [1997, p. 62] recalca la posibilidad de definir jerarquías según las
situaciones vividas por los individuos: «las personas tienen identidades múltiples, algunas
de las cuales se pueden llegar a superponer y los límites [establecidos por] el grupo
pueden cambiar de acuerdo con las circunstancias» [Ross, 1997, p. 62].
10 Estos elementos nos permiten asumir que los recursos identitarios ayudan a generar un
repertorio espacial múltiple del cual el individuo —no el grupo— echa mano para
adaptarse a los distintos espacios que acompañan las condiciones de una vida móvil.
Massey [2004, p. 78-79] define el espacio como producto de relaciones, redes, vínculos,
prácticas e intercambios, tanto a nivel individual como global. Ello implica que el espacio,
además de por el territorio, se conforma por las relaciones complejas que en él existen. Los
lugares son nodos en estas redes complejas de relaciones. De esta forma, los lugares
estructuran identidades que resultan de las relaciones, prácticas, intercambios, etc. que se
entrelazan dentro de los nodos. Los repertorios de pertenencia e identificación, así como el
reconocimiento individual de características compartidas con otras personas o grupos
sociales, se integran a espacios y lugares a partir de estas relaciones [Brubaker y Cooper,

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2000; Hall, 2003 (1996); Ross, 1997], como sucede con los diferentes procesos vividos en
las localidades en donde se llevó a cabo el estudio.
11 En síntesis, entre más diversas sean las pertenencias adquiridas por una persona, más
específica es su identidad [Maalouf, 1998], entendida como un proceso de identificación y
adaptación a sus lugares de vida cotidiana. De la misma forma, las interacciones en
espacios múltiples facilitan el que algunos migrantes —pero otros no— desarrollen
pertenencias simultáneas (que no son mutuamente excluyentes) a comunidades, lugares,
espacios y regiones geográficas formalmente divididos por fronteras. Con ello conforman
una estructura de vinculaciones que les es particular y que les permite adaptarse a los
lugares vividos [Vila Freyer, 2017]. De acuerdo con esto, las interacciones creadas por el
intercambio generacional por los migrantes guanajuatenses van más allá de los límites o
fronteras en el sentido de divisiones que enmarcan México y Estados Unidos. Así, estos
espacios se vinculan con ese «afuera» que lo constituye como lugar.

Nota metodológica
12 El presente trabajo de tipo cualitativo realiza un ejercicio de «comparación
individualizada» [Tilly, 1984, p. 82]3 que toma como eje de análisis dos estados
trastocados por la migración: Guanajuato, caracterizado por una migración centenaria, y
Chiapas, que se destaca por la relativa novedad de su migración. Tradición y novedad nos
permiten contrastar las particularidades de la identificación de los migrantes con
territorios múltiples una vez que están de regreso en sus comunidades de origen.
13 En los casos de migrantes retornados a comunidades del sur de Guanajuato, los
migrantes cuentan con una memoria migratoria que les ha permitido arraigarse en una
forma de vida tradicional, sostenida en la constante movilidad de sus habitantes, que tiene
una dinámica propia e independiente de las estrategias de industrialización. En los casos
de migrantes de comunidades chiapanecas, los migrantes entrevistados viven su
desplazamiento a partir de un estatus irregular enmarcado por la acción del cambio de
localidades transfronterizas que implica una adaptación al espacio. El sentido de agency
define el sentimiento de riesgo implícito en la movilidad. La migración analizada es una
migración mestiza, en la que el elemento indígena no juega ningún papel como en otras
regiones de Chiapas.
14 El trabajo de campo de Guanajuato forma parte de un proyecto que inició en enero de
2015 y concluyó en diciembre de 2016, en el que analizamos los impactos de la migración
de retorno en distintas comunidades del sur de la entidad. Los informantes fueron
seleccionados intencionalmente por su historia migratoria: Celina, una niña que regresó
con su mamá y hermano de manera decidida; Arturo, miembro de una familia deportada;
Luis, hijo de un migrante regularizado que, aunque tiene papeles para residir en Estados
Unidos, nunca ha viajado a aquel país; Tereso, un migrante «de contrato» que trabaja en
Estados Unidos con una visa H2B entre ocho y diez meses cada año. Los entrevistados han
sido localizados por una estrategia de bola de nieve.
15 Las entrevistas presentadas en el caso chiapaneco forman parte de un proyecto más
amplio cuyo trabajo de campo tuvo lugar del 10 al 25 de julio de 2012 en diez comunidades
de la región de La Costa y, en particular, en la comunidad de Ponte Duro, municipio de
Tonalá. Para recabar la información empírica aplicamos una encuesta y seleccionamos a
diecisiete personas —ex migrantes, líderes municipales, líderes de Iglesias y los dos
hombres más viejos del ejido— para hacerles entrevistas semiestructuradas. De estas
entrevistas seleccionamos los casos de Jesús Alberto, Isaac y Fabián. Jesús Alberto es el
único joven de su generación que no migró al terminar la preparatoria, pero ha vivido de
manera indirecta la construcción social del migrante a través de sus compañeros y amigos.
Isaac y Fabián presentan casos contrastantes. Isaac ha intentado regresar a Estados

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Unidos por la idea de que es la tierra de oportunidades y Fabián, por su parte, representa
el liderazgo y la socialización de la reconstrucción identitaria vivida luego de la experiencia
migratoria4.

Migrantes de Guanajuato y Chiapas en


una perspectiva comparada
16 La construcción social del sujeto migrante en Guanajuato inicia en el siglo xx, por la
construcción de las vías férreas en Estados Unidos y en México, y se refuerza con la
participación de los hombres en el programa Bracero (1942-1963). Como han señalado
algunos autores [Durand y Massey, 2003; López Valencia, 2012], el programa Bracero
marcó un parteaguas para una generación que, desplazada del proyecto de modernización
nacional, emigró a Estados Unidos con un trabajo temporal y legal y encontró con ello
recursos para adquirir tierras y seguir siendo lo que siempre habían sido: campesinos.
López Valencia [2012] muestra cómo la participación de campesinos de Puentecillas en el
programa Bracero fue vista como una oportunidad para que salieran de la pobreza
aquellos hombres que eran marginados de la industrialización acelerada, la movilidad del
campo a la ciudad y la tecnificación del campo, entre otras cosas.
17 El acceso al mercado del trabajo legal y temporal de Estados Unidos generó las
condiciones para que los campesinos pudiesen invertir sus ahorros en la compra de
tierras. Ello originó la contradicción de que, al reinsertarse en sus comunidades de origen,
estructuraran «un desarrollo personal y comunitario al margen del desarrollo general del
país» [López Valencia, 2012, p. 14], ligado al trabajo agrícola de Estados Unidos. Es el
inicio de identidades compuestas que derivan de su vinculación con un doble sentido de
pertenencia: el lugar en el que habitan y el lugar en el que pueden reproducir sus
condiciones de vida. En este sentido, la migración en Guanajuato empieza a constituirse
como una oportunidad de anclarse en un lugar en el que pueden desarrollar una forma de
vida tradicional, como un cambiar para poder continuar siendo lo que siempre han sido.
18 La migración facilitó el acceso a recursos financieros que la pobreza les negaba, al
tiempo que los arraigó al campo, es decir, reforzó su identidad campesina. Ello facilitó la
compra de tierras y la construcción de casas, elementos que los migrantes, hasta hoy,
consideran un factor de movilidad social ascendente en sus comunidades de origen luego
de haber trabajado en Estados Unidos. Los hombres migrantes de Guanajuato han llevado
a Estados Unidos las estrategias de reproducción utilizadas en México: además de en la
economía agrícola, se han insertado en el sector de la construcción en los períodos en que
el campo así se los permite. Con ello, empezaron a estructurar en los lugares de destino
una estrategia de reproducción parecida a la de los lugares de origen. Los migrantes
guanajuatenses han participado en el trabajo del campo en California, Texas e Illinois, al
que con el paso del tiempo se ha sumado el trabajo de jardinería y construcción.
19 La continuidad histórica de la migración ha creado un proceso identitario en los
espacios integrados por estas interacciones socioeconómicas que se define en función del
estatus migratorio de las personas migrantes en Estados Unidos. Con el paso del tiempo,
los migrantes y sus familias han creado narraciones que se corresponden con la
convivencia cotidiana —real o imaginada— con que se integran lugares y espacios. Así, los
migrantes crean categorías discursivas para describir los mecanismos de inclusión en el
mercado estadounidense: mojado, residente, ciudadano, con contrato. Estas categorías
representan una jerarquía que explica la forma como se da la interacción social y espacial
que determina la reproducción material, el éxito potencial del proyecto migratorio y el
riesgo implícito en él.

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20 En los casos que analizamos en la región de La Costa en Chiapas, la migración es
narrada destacando la capacidad de adaptación laboral y espacial de las personas
entrevistadas. La migración chiapaneca masiva hacia Estados Unidos se inició hacia la
segunda mitad de los años noventa5. Una serie de factores económicos y políticos (como la
caída de los precios del café, el agotamiento de actividades pesqueras, los impactos de los
huracanes Mitch y Stan y el levantamiento Zapatista) generaron las condiciones para la
búsqueda de oportunidades en el Norte. Sin embargo, y a pesar de que de boca en boca se
ha expandido la idea de que en Estados Unidos existen mejores condiciones laborales, la
inexistencia de una memoria compartida aumenta la vulnerabilidad de los migrantes
chiapanecos en sus proyectos migratorios. Este hecho afecta las decisiones estratégicas de
los migrantes en espacios translocales. Es interesante destacar cómo la diseminación de
los beneficios —reales o percibidos— de la migración es vista como un resultado
contingente de una decisión de alto riesgo y que deriva más del esfuerzo personal de los
migrantes. Esto ilustra también la translocalización de su vida cotidiana [Brickell y Datta,
2016].

La constitución de pertenencias múltiples


e identidades compuestas en Guanajuato
21 Con datos en una encuesta informal respondida por 654 personas en comunidades
rurales de los municipios de Tarimoro, Celaya y Apaseo el Alto,6 detectamos que el 56 % de
la población entraba en la categoría de migrante retornado (17.8 %) o tenía un padre, hijo
o hermano migrante. De ellos, el 23 % tenía un abuelo que había migrado, el 9 % tenía
hijos establecidos en Estados Unidos y el 4.5 % tenía nietos viviendo en Estados Unidos. El
77 % vivió como «mojado» en Estados Unidos y solamente el 3 % regularizó su situación
durante su estadía en aquel país. De las personas que tenían una situación regular, el 11 %
trabajó «con contrato», el 9.7 % contaba con residencia y únicamente el 1.4 % tenía
ciudadanía.
22 Las entrevistas que se resumen a continuación reflejan distintos impactos de la
experiencia migratoria.

7
Celina
23 Celina es una joven que en el momento de la entrevista tenía 17 años. Es hija de un
«mojado8» que, ante las dificultades de circular entre los mercados laborales
estadounidenses y guanajuatenses, decidió llevar a su familia (Celina, su madre y un
hermano) a Estados Unidos. En ese entonces Celina tenía cinco años y no recuerda cómo
cruzó la frontera. Para ella, estudiar toda la primaria en Estados Unidos fue normal;
aprendió lo básico y domina el inglés. Vivió siete años en Estados Unidos hasta que en
2011 su padre, debido a la crisis económica, comenzó a tener dificultades para conseguir
trabajo y dinero. Como «mojado», el hermano no podía ir a la universidad y decidieron
que ella, su mamá y su hermano se regresaran a Apaseo el Alto «porque en México los
dólares rinden más y podíamos continuar los estudios».
24 Celina y su familia han debido adaptarse a los cambios del contexto económico y laboral
de su padre y han construido narraciones personales e identitarias compuestas por su
socialización en Estados Unidos y su pertenencia formal en México. Ella reconoce la
desventaja de su condición de «mojados», que limitaba las oportunidades educativas de su
hermano. Su vida social se ha desarrollado en dos lugares diferentes. Toda su educación
básica la hizo en Estados Unidos, lo que la llevó a vincular una identificación que resulta

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de su socialización primaria, a construir un sentido de pertenencia territorial y a tener un
conocimiento espacial de ese país. En México desconoce el lugar, lo que le obstaculiza
generar un sentido de pertenencia, y ha tenido dificultades para adaptarse al sistema
educativo. Para ella no hay diferencia en cuanto a los amigos. Al terminar sus estudios
quisiera regresar a Estados Unidos, pero con visa.

9
Arturo
25 Arturo es un joven de 17 años que estaba a punto de concluir la preparatoria en una
escuela técnica. Fue deportado a México cuando tenía 15 años y no puede volver a Estados
Unidos en 10 años. Su historia migratoria inició cuando se separaron sus padres: su mamá
se lo llevó a Estados Unidos cuando él tenía un año; regresó a México a los 6 años, cuando
enfermó su abuelita, y vivió en el país un año, tiempo en el que aprendió a hablar español y
a adaptarse a los valores familiares. Cuando su familia decidió regularizar su situación
migratoria en Estados Unidos, cruzaron la frontera hacia Ciudad Juárez, donde el proceso
se estaba gestionando. El consulado estadounidense les negó la visa y, junto con su madre,
se quedó varado en la frontera, imposibilitado a regresar. Perdieron todo y con ayuda de
su familia pudieron establecerse en una localidad de Apaseo.
26 Arturo ha desarrollado identificaciones con lugares y espacios en Estados Unidos y en
México. Pudo ingresar a la preparatoria técnica gracias a la flexibilidad de las autoridades,
ya que le tomó un semestre regularizar sus papeles. Pasó de una vida de «mojado» en
Estados Unidos, donde intentaba pasar desapercibido para que no lo detuvieran y le
pidieran papeles, a una vida en la que ha tenido que «legalizar» su situación en su país
para poder estudiar. Ha desarrollado una identidad compuesta derivada de su
socialización en espacios múltiples. No es capaz de responder si él es mexicano o
estadounidense, ya que en México no está familiarizado con el espacio, no conoce la
geografía, tiene dificultades para escribir y leer en español y tiene miedo de la inseguridad,
al mismo tiempo que sigue celebrando la fiesta de Acción de Gracias. Sueña con poder ir a
la universidad y convertirse en ingeniero mecánico. Espera tener su vida hecha en México
cuando pueda volver a Estados Unidos, pero no cree regresar.

10
Luis
27 Luis es miembro de una familia mixta11. Su padre es un migrante «regularizado», de
origen campesino, que ha trabajado Estados Unidos desde la adolescencia y cuya vida ha
transcurrido siempre entre Chicago y Celaya. Su madre es de una familia de profesionistas
de clase media en Celaya. Luis ha empezado a regularizar sus papeles para tener residencia
en Estados Unidos. Aunque en el momento de la entrevista se encontraba a la mitad de su
carrera universitaria, dijo que para él Estados Unidos representaría una oportunidad para
trabajar en la «yarda» un par de años como su papá y ahorrar suficiente dinero para
establecer un negocio en Celaya.
28 La vida móvil de su padre lo ha obligado a interaccionar indirectamente con Estados
Unidos. Sin embargo, la migración forma parte de su narrativa personal; habla de lo que
cree que serían las oportunidades que podría encontrar en Estados Unidos, que están
limitadas a la vida de su padre, al trabajo que éste realiza, así como a las redes sociales de
su familia paterna. No había considerado la posibilidad de que sus estudios universitarios
en México pudieran servirle para crear una empresa en Estados Unidos, en lugar de verse
obligado a trabajar como jardinero. Para él, la migración en su familia significa una mejora
en la calidad de vida en la familia menos educada de su padre, mientras que, del lado

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materno, los ingresos familiares se igualan en México por las oportunidades que ofrece la
educación superior.

12
Tereso
29 Tereso representa la estrategia de vida multiespacial al alternar su vida cotidiana en dos
lugares: Apaseo el Alto y Maryland. Tereso se define como un migrante «con contrato»;
viaja cada año a Estados Unidos con una visa H2B para trabajar en la siembra de árboles.
Su hermana, establecida en Maryland, lo inscribe en las listas y el patrón lo manda llamar.
Con la solicitud de su patrón tramita una visa temporal en Monterrey que le permite
trabajar legal y temporalmente de febrero a noviembre. Invierte alrededor de 200 dólares
en la visa de trabajo, entre 500 y 1 000 pesos por un pasaporte, más el pasaje de Apaseo a
Monterrey o Laredo, a donde lo van a recoger. Con un gasto aproximado de menos de
1 000 dólares se mueve a un trabajo asegurado, en donde gana entre 600 y 700 dólares a
la semana, no paga coyote y no se arriesga a caminar durante varios días en el desierto.
30 Tereso desconocía las oportunidades laborales que se están abriendo en la región de
Guanajuato por la industria automotriz y de autopartes, no tenía información más que «de
oídas». En contraste, tenía claras las oportunidades laborales de Maryland, los salarios a
los que podía acceder y la posibilidad de elegir entre la jardinería y la reforestación cada
año. Tereso ha estado más conectado con las dinámicas laborales en Estados Unidos que
con las de México y, al tener una red familiar establecida en aquel país, ha podido optar
por una movilidad regular y segura.

La constitución de la translocalidad en
Chiapas
31 La migración masiva de chiapanecos a Estados Unidos inició al concluir el siglo xx. Los
casos que se analizan en este apartado tienen que ver con los efectos devastadores de los
huracanes Mitch (1998) y Stan (2005), así como con la explotación irracional del camarón
[Vila Freyer, 2016 (a) y 2016 (b)]; se trata de una migración mestiza13. En 2012, el 37 % de
la población de la comunidad tenía experiencia migratoria y un 11 % no había regresado.
La mayoría de las personas que fueron a Estados Unidos para reconstruir sus hogares ya
tenían amigos o familiares que les facilitaron —si no es que ayudaron a financiar— el
traslado [Vila Freyer, 2016 (a) y 2016 (b)].
32 Las entrevistas que se resumen a continuación reflejan las estrategias de adaptación
vividas por las personas migrantes.

14
Jesús Alberto
33 Jesús Alberto es un maestro de educación física que en el momento de la entrevista tenía
25 años. Es uno de los tres entrevistados en la comunidad que contaba con un trabajo
formal, por lo que había decidido no migrar. Cuenta con estudios universitarios y es
maestro en la escuela primaria local. Concluyó la preparatoria junto con otros treinta
jóvenes que al graduarse optaron por migrar, motivados por la imagen real y socialmente
reproducida de las ventajas salariales en Estados Unidos. Algunos de sus compañeros han
sido deportados. Jesús Alberto tiene contacto indirecto con la migración, que se está
volviendo la opción natural de los jóvenes que quieren «hacer algo en su vida»: tener
tierras o construir una casa.

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
34 La migración está asociada con la solución dada a las crisis causadas por el agotamiento
del camarón y las lluvias. Fue el dinero que llegó de Estados Unidos lo que mantuvo la
economía del lugar. Luego de que se agotó el camarón, la migración se volvió una forma de
sobrevivencia y la comunidad ha registrado crecimientos negativos de población desde
1995. Los que van a Estados Unidos ya no lo hacen por emergencias, sino para realizar
proyectos migratorios específicos o para no volver. Para Jesús Alberto, la migración
significa el sacrificio de las familias completas. «Es cierto que los salarios son más altos,
pero también existe el riesgo de que uno se acostumbre a tener cosas [y no regrese] o a no
tener nada [y se quede]».

15
Isaac
35 En el momento de la entrevista Isaac, de 34 años, era el comisariado ejidal de su
comunidad. Vivió 10 años en Estados Unidos, trabajando en una fábrica de espejos en
Kentucky. Al iniciar su movilidad se instaló en el campo, en Florida, pero no resistió el
trabajo agrícola. Por ello, él y su esposa optaron por convertirse en obreros en una fábrica
de espejos. Su retorno fue decidido por el ambiente antinmigrante y por el miedo que les
dio perder a sus hijos —nacidos en Estados Unidos— si los deportaban. Al regresar,
compraron tierra y animales para instalarse en su comunidad y vivir de la venta de leche.
Su estancia en Estados Unidos les ha permitido, a él y a su familia, construir un espacio
imaginado a partir de la noción de «contar con dinero y poder comprar cosas». La esposa
de Isaac dejó de trabajar en México para convertirse en ama de casa, lo que ha reducido su
libertad personal y los ingresos de su familia.
36 Isaac ayudó a dos de sus hermanos a instalarse en Estados Unidos. Con su apoyo
financiero intentó regresar en dos ocasiones, pero después de tres deportaciones desistió.
Espera que sus dos hijos, nacidos en Estados Unidos, tengan edad para poder ser
reclamados16 y establecerse legalmente en Estados Unidos. Así, busca regresar a la vida
obrera que había construido. Isaac, su esposa y sus hijos han construido una memoria de
las ventajas que tenían al vivir en Estados Unidos, país en el que «con poco dinero, se
pueden comprar cosas y no nos faltaba nada». En su lugar de origen viven con una
sensación de vulnerabilidad, no hay opciones de compra y aseguran vivir con lo necesario,
a pesar de tener tierras, animales y una de las casas más grandes del ejido.

17
Fabián
37 La oportunidad de migrar para Fabián (36 años) y sus hermanos se dio cuando su
hermana, instalada en Estados Unidos, encontró trabajo para ellos. A diferencia del caso
de Tereso, no se trataba de un trabajo legal y temporal, por lo que caminaron una semana
por el desierto para establecerse como obreros. Migraron él, tres hermanos y sus padres;
esposas e hijos se quedaron en Ponte Duro. Regresaron a la comunidad tres años después;
las hermanas se quedaron en Estados Unidos. La vida de Fabián y su familia en Estados
Unidos se realizó sin papeles y respondió a una decisión estratégica para salir de la crisis
causada por la inundación. Ellos no se llaman a sí mismos «mojados».
38 Después de dos años de trabajo y capacitación, Fabián había dejado de ser el pescador
que se había ido y había llegado a ser el capataz de la fábrica en la que trabajaba. Tenía un
coche, un celular y recursos para que su esposa e hijos se fueran con él. Los riesgos del
cruce por el desierto lo hicieron abandonar la idea y optó por regresar a su comunidad. Es
interesante notar que la situación irregular en la que se movía le estructurase una visión
que no le permitía imaginar la posibilidad de tramitar un pasaporte y solicitar una visa de
turista para llevar a su familia sin riesgos. Fabián, sus tres hermanos y sus padres

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
regresaron en 2011; con el dinero ahorrado abrieron un negocio de materiales de
construcción y se unieron a una cooperativa de ecoturismo que estaban formando
familiares y amigos. Las redes familiares y personales de Fabián le han permitido
transmitir el cambio que vivió en su ética de trabajo durante su experiencia migratoria a
sus socios en la cooperativa. Pudo convencerlos de capacitarse para construir la identidad
de especialistas en distintas áreas de la hotelería. El negocio ha sido exitoso y es dirigido
por antiguos migrantes [Vila Freyer, 2016 (a) y 2016 (b)].
39 A diferencia de la vida multiespacial que se sostiene en una memoria migratoria
transgeneracional, los casos chiapanecos parecen mantener una translocalidad en la que
destaca la capacidad de adaptación de pescadores que se convierten en obreros,
constructores o cocineros, que no reproducen sus condiciones de vida tradicional en
Estados Unidos como lo hacen los campesinos guanajuatenses. Los migrantes chiapanecos
entrevistados son principalmente pescadores y algunos completan su subsistencia como
campesinos, mientras que los migrantes guanajuatenses han encontrado en la migración
una forma de seguir siendo campesinos, independientemente de los cambios en el espacio.

Líneas de encuentro y desencuentro de


los casos presentados
40 El trabajo comparativo se enfocará en tres elementos: la edad, la capacidad de
adaptación y el acceso al trabajo. Del primero de ellos, cabe señalar, derivan el acceso a la
educación y la capacidad de adaptación.
41 El primer elemento para establecer la comparación tiene que ver con la edad y, por
tanto, con el acceso a la educación formal. Los jóvenes que socializaron en Estados Unidos
y regresaron a México, como Arturo y Celina, son los que tienen mayores dificultades para
reconocer un sentido de pertenencia único y espacialmente determinado. El estigma de
haber sido migrante o de ser parte de una familia migrante les estructura una visión de
desventaja, ya que no han aprendido a ver en la migración un área de oportunidad.
42 En los casos de Luis y Jesús Alberto, el tener acceso a una educación superior y a la
eventualidad de empleos formales, les permite deslindarse de la posibilidad de migrar. En
el caso de Luis, el tener un padre con residencia formal se convierte en una oportunidad
para reproducir el trabajo de la «yarda», esto porque sus redes sociales determinan las
oportunidades a las que él imagina que puede tener acceso en caso de establecerse en
Estados Unidos. A pesar de ser el único que cuenta con papeles, su repertorio identitario
se limita a esa imagen creada desde fuera y que no combina con sus expectativas derivadas
de la educación. En cierto sentido, sus redes sociales en lugar de posibilitarle movilidad
social se la limitan.
43 El segundo elemento de análisis es la adaptación y readaptación a los espacios vividos.
Arturo pasó de ser ilegal en Estados Unidos a ser ilegal en México. Sin papeles de
residencia, vivió una vida «invisible» para reiniciar su vida en México «sin existencia
legal». Este último país, del que es «legalmente» nacional, es el que le crea más conflictos
porque, al igual que Celina, desconoce la geografía, no comprende los procesos de
socialización de los jóvenes de su edad y la educación y las oportunidades laborales son
diferentes. Esa posición de vulnerabilidad en la que se encuentran Arturo y Celina les ha
impedido identificar y tomar ventaja del dominio del idioma inglés, que podría mejorar
sus condiciones laborales en México. Solo describen lo difícil que ha sido reinsertarse a la
sociedad mexicana. La estigmatización que la identidad de «mojados» lleva aparejada se
mueve al nuevo territorio.
44 En el caso de los adultos, la experiencia laboral de Fabián incluyó un proceso de
capacitación laboral que lo ayudó a reforzar su liderazgo dentro de una fábrica. Esta

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
educación informal le permitió reconstruir su identidad y ética de trabajo. En lugar de
añadir etiquetas de identificación por la experiencia vivida en espacios múltiples, Fabián
transitó de un pescador que trabajaba sin horario y al aire libre a alguien que seguía un
horario, trabajaba en un lugar cerrado y manejaba a un grupo de trabajadores que debía
cumplir metas. Se trata de un proceso similar al que vivió Isaac. Tereso, en cambio, vive
relaciones laborales transfronterizas y anualmente se convierte en un migrante «con
contrato» que transita de un campo, en México, a otro, en Estados Unidos. Isaac, aunque
todavía tiene hermanos en Estados Unidos, no ha considerado la posibilidad de
convertirse en un migrante «con contrato», por ejemplo. Adaptó su identidad al trabajo
obrero y cuando regresó a la comunidad se reconvirtió al trabajo agrícola, aunque ahora
tiene tierras y vive del producto de sus animales. El trabajo formal de Jesús Alberto hace
que la migración no entre en sus planes, como sucede con la familia de la madre de Luis.
45 Otro punto es que, en los casos chiapanecos, los entrevistados viven la irregularidad
migratoria como algo normal. Como agentes, planean sus vidas y proyectos migratorios en
ella y en función de ella construyen sus planes a futuro. Optan por los mejores salarios y,
como los guanajuatenses, encuentran en la migración acceso a recursos que de otra forma
no tendrían en México. Sin embargo, al regresar reconocen las ventajas de la experiencia y
se adaptan a nuevas dinámicas. Esto se explica quizá porque ellos alternan identidades en
lugar de reproducir sus identidades multiespacialmente. En Estados Unidos los
chiapanecos aprenden a ser obreros, viven mal el trabajo de campesinos y no han
estructurado redes sociales que los incluya en lo que son: pescadores.

Conclusión
46 Este trabajo se enfoca en las experiencias migratorias vividas por migrantes de retorno.
Las narraciones nos permiten dar cuenta de las diversas formas en las cuales los migrantes
y sus familias interaccionan en lugares y espacios con los que crean distintas estructuras
de vinculaciones identitarias. Estas estructuras de vinculación determinan las experiencias
en espacios múltiples y las identidades compuestas de las personas en Guanajuato, debido
a que ha sido un proceso de larga duración. Por ello, los migrantes guanajuatenses y sus
familias desarrollan una cultura migratoria que se basa, entre muchas otras cosas, en la
construcción de identidades en función del estatus migratorio en Estados Unidos, es decir,
los migrantes pueden definirse en México por el estatus migratorio en aquel país.
47 Este proceso se estructura de forma diferente en los casos chiapanecos analizados y nos
permite distinguir el carácter translocal de la experiencia vivida. En ellos se puede detectar
un cambio de identificaciones que responde más a la adaptación a la experiencia laboral y
espacial. Los migrantes chiapanecos dejan su identidad de pescadores para convertirse en
obreros y al regresar a sus comunidades de origen incluyen el cambio vivido en la
experiencia migratoria para continuar sus vidas dentro de otras estrategias de
reproducción. Los guanajuatenses, en cambio, empalman identificaciones y estatus
migratorio para reproducirse en lo que siempre han sido.
48 Al analizar la experiencia del retorno de los casos guanajuatenses desde una perspectiva
transnacional hemos encontrado dificultades, en buena medida porque hemos constatado
la construcción de identidades compuestas que se refieren a espacios múltiples, que se
viven de manera simultánea transfronteriza. En los casos chiapanecos, las experiencias
parecen contenerse de manera espacial y temporal localizada. No por ello estamos
menospreciando los cambios personales y comunitarios vividos por las personas
migrantes en su retorno. En gran parte, las experiencias narradas por los jóvenes
identifican la movilidad migrante y su categorización (legal-ilegal, retorno permanente-
retorno puntual, deportado-no deportado) y marcan las diferentes lógicas de
reincorporación a los nuevos lugares en función de ellos mismos y no de una relación de

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
alteridad. Por último, es importante destacar el papel que juega la educación superior en la
construcción de una perspectiva de futuro en los jóvenes. Un título universitario les
permite, por ahora, descartar la migración para lograr la vida que sueñan en México.
49 Las diferencias detectadas en la comparación de las experiencias vividas por los
migrantes tienen lugar por la continuidad temporal de la migración en Guanajuato, donde,
creemos, se entretejen el espacio compartido, la larga tradición migratoria, las redes de
vinculación, así como las identidades compuestas en espacios múltiples. Por ello, nos
parece interesante identificar en los migrantes retornados este fenómeno de pertenencia
multiespacial y compuesta. Se trata, sin embargo, de un tema que hay que continuar
explorando y del cual la comparación de casos y regiones presentados en este trabajo es
solo el inicio.

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Notas
1 En diferentes partes del texto nos referimos a los guanajuatenses o a los chiapanecos para hablar
de las experiencias de las personas entrevistadas en este texto. De ninguna manera esto puede
generalizarse al conjunto de experiencias de personas migrantes de otras regiones de Guanajuato o
de Chiapas, cuyas dinámicas no son discutidas en este texto. Agradezco el comentario de uno de los

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México
revisores anónimos sobre la necesidad de precisar este punto para evitar generalizaciones
inadecuadas.
2 Aquí y en las líneas siguientes, las traducciones y el énfasis son míos.
3 Tal y como señala Tilly [1984, p. 82], «el objetivo es contrastar casos específicos de un fenómeno
dado como un medio para captar las peculiaridades de cada caso».
4 La influencia de Fabián ha sido discutida en otros trabajos que analizan la migración como
aprendizaje social en la promoción de proyectos productivos [Vila Freyer, 2016 (a) y 2016 (b)].
5 Para una revisión de la literatura de las regiones expulsoras de migrantes chiapanecas estudiadas
hasta ahora cf. Angulo Barredo [2010], Anguiano Téllez [2008], Aquino Moreschi [2009 y 2010],
Coporo Quintana y Villafuerte Solís [2017], Martínez [2013], Pérez-Pérez y Villafuerte-Solís [2018],
Roblero Morales [2017], Rus y Rus [2014], Vila Freyer [2016 (a) y 2016 (b)] y Villafuerte Solís y
García Aguilar [2006, 2008 y 2014].
6 Fue una encuesta exploratoria sin representatividad estadística levantada en julio de 2016, en la
que se privilegiaron los días de mercado en las comunidades.
7 Celina, 17 años, Apaseo el Alto, 16 de enero de 2015.
8 Mojado o wetback es la forma en que se llama a las personas migrantes indocumentadas de origen
mexicano en Estados Unidos. El término se originó por la forma en que, durante mucho tiempo, las
personas llegaron a Estados Unidos de manera irregular: cruzando a nado el río Bravo, el cual cubre
buena parte de la frontera entre México y Estados Unidos. Eso refuerza también la idea de que una
identificación adquirida en Estados Unidos se convierte en una experiencia que se sigue viviendo en
México.
9 Arturo, 17 años, Apaseo el Alto, 23 de febrero de 2016.
10 Luis, 22 años, Celaya, 1 de marzo de 2016.
11 Por familia mixta nos referimos a un padre regularizado en Estados Unidos que vive la mayor
parte del tiempo en aquel país y manda remesas a una familia mexicana sin papeles, que nunca ha
vivido o viajado a Estados Unidos con el padre. No nos referimos, en este caso, a familias
establecidas en Estados Unidos en las que unos miembros son nacionales o cuentan con papeles y
otros no.
12 Tereso, 38 años, Apaseo el Alto, 16 de enero de 2015.
13 El importante componente indígena de la migración chiapaneca corresponde mayoritariamente a
la región de Los Altos, la tercera en importancia en movilidad internacional en Chiapas, luego del
Soconusco y La Costa. Este dato resulta de la revisión del lugar de origen de los solicitantes de las
matrículas consulares expedidas durante 2006 y 2011 para chiapanecos. En ellas descubrimos que,
después del Soconusco, la región de La Costa era la segunda región de origen de las personas que
demandaron este documento de identidad en los consulados mexicanos en Estados Unidos [SRE,
2007-2011]. Hasta 2012, la región de La Costa era también la región menos estudiada de las que
habían registrado migración internacional, según confirmamos con intercambios con Daniel
Villafuerte; todo esto puede verificarse en la revisión de la bibliografía reciente, citada más arriba, en
la nota 5.
14 Jesús Alberto, Ponte Duro, Tonalá, Chiapas, 12 de julio de 2012.
15 Isaac, Ponte Duro, Tonalá, Chiapas, 10 de julio de 2012.
16 Como es sabido, un ciudadano estadounidense, al cumplir la mayoría de edad, puede reclamar y
gestionar la residencia de sus padres extranjeros para que puedan establecerse en Estados Unidos.
17 Fabián, Ponte Duro, Municipio Tonalá, Chiapas, 16 de julio de 2012.

Para citar este artigo


Referência do documento impresso
Ana Vila Freyer, «Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones
migratorias de México», Cahiers des Amériques latines, 91 | 2019, 133-152.

Referência eletrónica
Ana Vila Freyer, «Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones
migratorias de México», Cahiers des Amériques latines [Online], 91 | 2019, posto online no dia 27
setembro 2019, consultado o 17 dezembro 2023. URL: http://journals.openedition.org/cal/9702;
DOI: https://doi.org/10.4000/cal.9702

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12/16/23, 11:50 PM Pertenencias múltiples e identidades compuestas en viejas y nuevas regiones migratorias de México

Este artigo é citado por


Vila Freyer, Ana . (2020) Cohesión social transnacional y migración en Guanajuato.
Construyendo una perspectiva desde el Sur. Estudios Fronterizos, 21. DOI:
10.21670/ref.2017059

Autor
Ana Vila Freyer
Ana Vila Freyer est titulaire d’un doctorat en science politique, avec une spécialisation en politique
comparative, de l’université de Montréal, Canada. Elle est chercheuse à l’Universidad Latina de
Mexico, à Celaya Guanajuato. Depuis 2003, elle travaille sur les questions liées aux impacts des
politiques de développement humain sur la décision d’émigrer des Chiapanecos de la région de La
Costa, sur les impacts de la migration de retour dans les municipalités rurales du sud de
Guanajuato et, actuellement, sur les répertoires d’identification des Dreamers au Mexique et aux
États-Unis.

Direitos de autor

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anexos importados) são "Todos os direitos reservados", à exceção de indicação em contrário.

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