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CGUIA PRACTICA PARA ELILECTOR DELA BIRLIA 160 vitud, pero reeuerda a Filemén que Onésimo actualmente se ha cone vertido en hermano en la fe y por lo tanto se debe crear una nueva rela. cin que relativice las antiguas diferencias sociales. Hebreos Compuesta de 13 capitulos en forma de tratado més que de carta, quizas fue escrita en Roma, antes del afio 70 segtin algunos especialis. tas y seguin otros en Jos atios 80/90. Su autor es un judeoctistiano hele- nistico no identificado, Se han indicado como destinatarios unas veces cristianos de origen judo, otras judfos heterodoxos, también cristianos de origen pagano en Roma o Jerusal judeocri et verdadero’ y 1 sta teologfa se expone por medio de una lectura tipol6gica ‘yen particular del culto sacrificial, que ha contribuido de alguna ‘manera a la relativizaeién de la Antigua Alianza y a la teurfa (hoy da en general no compartida) de la “sustitucién”, es decir, del nacimiento de un “nuevo” Israel que sustituiria al antiguo. La carta es uno de los siete escritos deuterocanénicos del NT. Cartas CATOLICAS Bajo este titulo se agrupan desde ta antigiledad las siete cartas del NT que no forman parte del “corpus paulino”. Se trata de las atribuidas a Santiago, Pedro (2), Juan (3) y Judas. El término “catslicas" aludiria a su destino “universal”, es decir, no digidas a una comunidad concreta, De estas cartas son deuterocandnicas: Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, y Judas. Santiago ELNT conoce tres personajes con el nombre de Santiago: tiago: Santiago hijo dé Zebedeo, Santiago hijo de Alfeo y Santiago “hermano del Sefior”. Muchos estudiosos actualmente atribuyen la carta a este siltimo © piensan que le haya sido atribuida pseudoepigréficamente. En el pti- 161 LIBROS DEL NUBVO TESTAMENT ‘mer caso la fecha seria anterior al 62; en el segundo se deberia bajar al final del s. [0 comienzos del TI, Es una coleccién, en cinco capitulos, de exhortaciones sin orden preestablecido. El ambiente judeocristiano del autor y de los destinatarios aparece en el encabezamiento de la carta %q Jas doce tribus dispersas por el mundo”, Conforme a su inspiraci6n judeocristiana, Ia carta afirma que la fe sin obras esté muerta (Sant 2,17) y que, por tanto, son las obras Tas que demuestran la fe. A esta luz ‘se dan ensefianzas inspiradas en Ta tradicién sapiencial o en la predic: cin evangélica sobre varios aspectos de la vida: sinceridad, auténtica sabidurfa, riqueza y pobreza, moderacién en el lenguaje. 1 Pedro Aunque la tradicional atribucién al apéstol Pedro sea todavia acep- tada por algunos estudiosos, es probable la hipétesis de que Ia redac- cién haya de atribuirse a su colaborador Silvano (1 Pe 5,12), que se puede identificar con el Silas compafiero de Publo (Hch 15,18). La carta habria sido escrita en Roma entre el 60 y el 66. Tiene cinco capi- tulos de tipe parenético, con una fuerte base cristol6gica. El lenguaje hha hecho pensar en una liturgia bautismal o en afinidades con una cate~ «quesis para los bautizandos. 2Pedro La segunda carta, muy diferente de la primera por el lenguaje y el estilo, no puede atribuirse a Pedro ni al autor de la primera carta, Se trata de un escrito tardio (se puede fechar entre el final del s. I y la imitad del I) que fue aceptado como candnico en Occidente sélo en el s. V. Consta de tres capftulos, en los que dominan referencias apoca- lipticas en relaciGn con el retraso de la parusfa y al consiguiente des- concierto. La carta se preocupa ademés de distinguir Ia profecfa autén- tica de la ensefianza de los falsos maestros. 1 Juan ‘Compuesta en Asia Menor hacia finales del s. I y el comienzo del I, ha sido atribuida al autor del cuarto evangelio por su afinidad con la teo- logia jodnica. Se trata sin duda de un producto de la tradicién, conser- ‘vadlo en las iglesias del Asia Menor que se relacionaban con el apéstol $$$ _ CGUIA PRACTICA PARA EL LBCTOR DE LA BIBLIA 162 Juan, Algunos estudiosos atribuyen Ia primera carta al presbitero Juan, autor de la segunda y tervera Cartas de Juan, En sas cinco capitulos el autor entrelaza exhortaciones all amor, a caminar en la luz y a practicar la justicia con el aviso insistente (probablemente en polémica contra la gno- sis) a guardarse def mundo y de los anticristos que amenazan a las igle- sias y niegan la encamacién de Dios en Jests. Los versfculos 7-8 del cap. 5 son el lamado “comma jofnico”, una interpolacién tarda de contenido trinitario aceptada en las ediciones de la Vulgata, pero ausente en todas las versiones antiguas y en los manuscritos griegos anteriores al s. XV. 2 Juan, 3 Juan Se trata de dos escritos muy cortos obra de un cierto “presbitero Joan”, compuestos én el mismo perfodo que la primera carta de Juan. El primero esté dirigido a la “sefiora Elegida” (quizds una comunidad ecle- sial); el segundo, al “carisimo Gayo” (un discfpulo del presbitero Juan), La segunda carta, que s6lo tiene 13 versfculos, proclama el manda- mmiento del amor y pone en guardia contra los anticristos. La tervera carta, de 15 versiculos, alude a una division en la iglesta «aque pertenece Gayo, por causa de la oposicién de Diotrefes (jefe de la comunidad) contra el presbitero y sus enviados. Judas E] autor, “Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago”, no es el apéstol, como tampoco lo es Santiago, a quien quizas haya que ides tificar con el autor de la carta homénima. Se puede fechar en los ai 90/95 y tiene 25 versfculos. Es un escrito rico en citas y alusiones al AT y también (en dos casos) a textos apécrifos. La carta pone en guardia a lo fieles contra las actitudes y ensefianzas de los que son tn peligro para la fe de todos y exhorta a una caridad activa hacia Dios y los her- ‘manos que vacilan en Ia fe. APOCALIPSIS| Vigesimoséptimo y tiltimo libro del NT’y principal testigo candnico del género apocaliptico, ampliamente presente en los apserifos. El libro 163 LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO cs deuterocanénico y fue acogido sin reseryas en el canon griego en fecha tan tardfa como el s, VI (algunas figuras importantes de la patris- tica griega habfan expuesto sus dudas al respecto). Compuesto de 22 capitulos, el libro interpreta la situacidn de las iglesias a la luz de un conflicto entre las potencias del bien y del mal, quizés en el momento de la persecucién de Domiciano (si es que se puede fechar la obra a finales del siglo primero; es menos probable adelantarla a los aifos 65/70). El autor, gue se designa a sf mismo como “sicrvo del Seftor” (2,1), ha sido identificado por la tradicién, aunque no sin reservas, con el ap6stol Juan, en tanto que Ios estudiosos lo colocan ms bien en los ambientes jodnicos de Efeso. La primera parte (I-3) esté formada por siete carta dirigidas a siete iglesias del Asia Menor y comenta su situa- cin, El resto del libro es una serie de visiones: la apertura de los siete sellos (6-8), sonido de las siete trompetas (8-11), lucha del dragén y del Cordero (12-14), las siete copas (15-16), condena de Babilonia-Roma, la gran prostituta (17-18), y finalmente la parusia, el juicio y Ia bajada de Ja nueva Jerusalén (19-22). No todo el simbolismo del Apocalipsis es comprensible actualmente; algunos intérpretes lo refieren al futuro; otros, a la época del autor. Es, sin embargo, significativo que el libro concluya la revelacién cri con la invocacién y promesa al mismo tiempo de “ven, Sefior Jests

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