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Sexto Panteón: una vista desde arriba del cementerio de la Chacarita. Foto: Léa Namer
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Para muchos, Buenos Aires es -o por lo menos fue- la París de Sudamérica, y
posiblemente razones no le faltan para poder asegurar esto. Las fachadas de los
edificios de San Telmo, con su estilo art nouveau parisino, sumados a los edificios
neoclásicos de Recoleta convierten a la ciudad en un legado de la gran arquitectura que
el mundo vio nacer a fines del Siglo XIX y a inicios del XX. Sin embargo, en los puntos
menos turísticos de la ciudad se esconden algunas joyas modernistas que podrían
considerarse únicas en todo el mundo.
“No existe en ningún otro lugar del mundo una arquitectura funeraria similar”, asegura
a LA NACION la arquitecta e investigadora francesa Léa Namer, quien encabeza el
proyecto Chacarita Moderna, que abarca una investigación arquitectural
pluridisciplinar que tiene como objetivo compartir la magia de este lugar escondido e
identificar el Sexto Panteón como una referencia de arquitectura moderna argentina.
“Lo que lo hace tan único al Panteón Subterráneo es sin dudas su escala, combinada
con su organización subterránea: una necrópolis organizada sobre una parcela de
90 000 m² con galerías subterráneas que se organizan hasta en dos niveles y 12 metros
de profundidad”, explica Léa antes de ponderar la figura de su arquitecta, Itala Fulvia
Villa.
Sexto Panteón: si bien muchos pensaron que Clorindo Testa había sido su creador, lo cierto es
que la realizadora fue la arquitecta Itala Fulvia Villa. Foto: Léa Namer
Cuando hablan del Sexto Panteón muchos piensan que fue Clorindo Testa quien estuvo
a cargo del proyecto, sin embargo, Itala fue la verdadera jefa del proyecto. Fue la
Dirección General de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de Buenos Aires (en la
cual trabajaban entonces Itala Fulvia Villa y Clorindo Testa) la que encargó a Itala
Fulvia Villa el diseño y coordinación de la obra que incluía dos panteones en dos
cementerios porteños, el sexto Panteón de Chacarita y el Gran Panteón de Flores.
El Sexto Panteón es una verdadera mole: está hecho en una parcela de 90 000 m² con galerías
subterráneas que se organizan hasta en dos niveles y 12 metros de profundidad. Foto: Léa
Namer
“En 2010-2014, estuve haciendo un intercambio en la FADU. Pero fue recién en 2014,
de vacaciones por Buenos Aires, que un amigo me llevó a visitar el Sexto Panteón de
Chacarita”, cuenta ella sobre ese primer, se podría decir, “cara a cara”.
Moderno, brutalista y subterráneo, el panteón es único en su especie. Foto: Léa Namer
“Tuve la impresión ese día de descubrir algo importante y algo que iba a cambiar mi
vida. Cuando me di cuenta de que (casi) nadie conocía esta arquitectura increíble o si
algunos la conocían no le atribuía valor, y cuando después descubrí que era no era un
arquitecto sino una arquitecta y que su aporte había sido invisibilizado, pensé que
había una historia para contar ahí”, agrega.
Sexto Panteón: desconocido para muchos, es una suerte de laberinto construido para resolver
una demanda por espacio en su época. Foto: Léa Namer
“El tema es que está como muy implantado todos la idea de Recoleta como único cementerio
para visitar, pero lo que tiene esta Chacarita es muy increíble: tiene toda esa parte muy decorosa
y rococó de la entrada; toda esta parte antigua... y de repente te encontrás con este mega
laberinto que puede abrumar un poco a la gente porque es realmente como una ciudad bajo
tierra, es como una ciudad subterránea”, explica Bell. “Lo interesante es que, por mucho tiempo,
se pensó que Clorindo fue el que lo hizo, la gente no sabía que en realidad la persona que llevó
el diseño y llevó a cargo del proyecto fue una mujer”, señala.
Escaleras más angostas lo diferencian, entre otros aspectos, de los otros panteones de la
Chacarita. Foto: Léa Namer
Cuándo se erigió es, también, una suerte de misterio: se creía que entre 1950 y 1958 había sido
levantado pero la investigación de Léa Namer lo ubica más bien entre 1949 y 1966.
La protección del Sexto Panteón es uno de los grandes objetivos de Chacarita Moderna, el
proyecto que encabeza Lea Narmer: “Logramos un primer paso con los colectivos de mujeres
arquitectas como NuestrasArquitectas y Soyarquitecta en marzo 2022 donde el Sexto Panteón se
declaró patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires”.
Sexto Panteón: lejos de ser lúgubre, tiene luz y verde a su alrededor. Foto: Léa Namer
“El cliché está como tan establecido, este cliché del París de Sudamérica, que es como...
No se esperan o no se imaginan que hubo un trasfondo y una historia tan rica del
modernismo acá”, asegura Bell y agrega: “No lo pueden creer. Como que hablás de
modernismo y piensan en Brasil, pero no piensan que Buenos Aires y Argentina sigan
teniendo ese legado”.
“Creo que el hecho de que Chacarita se está abriendo y que se está poniendo como de
moda puede ayudar. Como que se va armando un circuito para que la gente lo
descubra. Cuando yo vine a vivir acá hace 14 años, Chacarita era otra cosa, no había
mucha propuesta, se está saliendo un poco de Recoleta y Palermo y los turistas quieren
conocer otras cosas”, explica antes de comentar que está preparando tours
brutalistas para turistas, pero también para vecinos de todo Buenos Aires.
“Buenos Aires es sumamente ecléctica (lo veo sobre todo viniendo de París, donde hay
tanta homogeneidad) y yo percibo el gigante cementerio de Chacarita como un doble de
la ciudad donde las tipologías funerarias son también increíblemente eclécticas
(diversidad única de tipología, materialidades, épocas de construcciones) y donde el
estilo brutalista del Sexto Panteón es un estilo dentro otros”, concluye también
Léa.
Patricio Mecozzi