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ÉL PODER Y SECRETO DEL

AMÉN
La palabra amén es, sin duda, una de las palabras más populares y recitadas
en la historia humana.
Es interesante notar que el poder, antigüedad y universalidad de Kabbalah se
comprueba, sin duda alguna, a través del secreto antiguo que tiene que ver con
esta antigua y duradera palabra. ¿Cómo es que el amén comprueba la
antigüedad de Kabbalah? Lo explicaré en breve.
El Zohar nos dice que aquellos que pronuncian la palabra amén después de
una oración son profundamente más importantes que aquellos que recitan la
oración..
Dice el Zóhar:
Aquel que responde Amén es más valioso que aquel que hace las bendiciones.
ZOHAR VOL 22 7:36
¿Por qué?
¿Cómo es que una única palabra y afirmación es mucho más importante que
aquel que recita páginas y páginas de plegarias?
Responderemos esto en un momento.
El Zohar también dice que aquellos que pronuncien ”amén” y comprendan su
verdadero significado, serán bendecidos, salvados y protegidos de sus
enemigos que buscan aplastarlos. Las personas que conocen y utilizan el
poder del “Amén” reciben Luz y bendiciones en este mundo y en el paraíso
futuro.
Increíble.

¿Por qué es tan poderosa esta única palabra?


Responderemos eso en un momento.
El Zóhar dice que aquellos que no entienden ni pronuncian Amén, causan que
las puertas del cielo se cierren y así, las bendiciones no pueden recaer sobre
ellos. El resultado es oscuridad. Mira a tu alrededor.
El Zóhar afirma::
«…Quien haya escuchado una bendición hecha por alguien, pero no haya
meditado en su corazón el Amén…cierra las puertas…ninguna bendición se
abre para él…Ay de él, y ay de su alma.»
ZOHAR VOL 22 7:36
¿Cómo puede una única palabra tener el poder de sellar las puertas del cielo e
impedir que la Luz y energía que irradian del Creador entren a nuestras vidas?
Descubriremos la respuesta en breve.

LA UNIVERSALIDAD DEL AMÉN


Amén es universal.
Cristianos, Musulmanes, Israelitas todos han usado esta palabra en plegarias y
meditaciones por milenios.
El uso conocido más antiguo de la palabra amén es del Antiguo Testamento,
la Torá. Por ejemplo, en el libro de Números, versículo 22, dice: «y la mujer
deberá decir, ‘Amén, amén’”.
La cristiandad adoptó esta palabra hace 2 mil años, recitándola al final de las
oraciones e himnos. Hoy en día, los cristianos alrededor del mundo
gritan Amén siempre que pueden.
El Islam también usa la palabra para terminar sus súplicas, conocidas
como dua.
De acuerdo con Wikipedia:
Los Musulmanes usan la palabra ʾĀmīn (Árabe: ‫ )آمين‬cuando concluyen una
plegaria , y especialmente después de recitar la primera surá (Al Fatiha) del
Corán, con el mismo significado que en el Judaísmo y Cristianismo. Además,
en el Islam, los musulmanes dicen «Amiin»cuando se espera algo bueno
después de decir algo. Por ejemplo: Quisiera que todas las personas en el
mundo pudieran unirse y vivir en paz, Amiin ya Allah o lo mismo que decir
Amén por Eso en el Cristianismo.
Solo que nadie sabe lo que realmente significa amén a un nivel más profundo,
o su propósito verdadero y su función en las oraciones, incluyendo a laicos y
hasta autoridades religiosas de todas las religiones del mundo.
Piénsalo.

Nadie sabe el secreto detrás de la palabra amén, sin embargo el mundo ha


estado usando la palabra por siglos.
¿Será que el significado literal de la palabra en sí es magnético y cautivador?
Difícilmente.
EL SIGNIFICADO LITERAL DE AMÉN
Revisa en Wikipedia o cualquier otra fuente y encontrarás una definición
básica de amén. Puede significar realmente o verdaderamente. O la
definición algunas veces es: Así sea.
Ahora haganse una pregunta: ¿Esta definición literal de la palabra es el motivo
por el cual amén es tan poderoso, prevalente y universal?¿Será la expresión
“Así sea” tan maravillosa, inspiradora, emotiva y significativa que ha
conseguido integrarse al vocabulario de las grandes religiones del mundo por
miles de años, y hasta hoy en día?
¿Es ésta la razón por la cual es tan popular y poderosa y por la cual tiene tanta
prevalencia que nunca se ha ido de la conciencia de la humanidad por más de
tres mil años?
Piensalo.

Amén es tan ubicuo y omnipresente en nuestro mundo como el aire que


respiramos. Nunca ha salido de la lengua de la humanidad. Es probablemente
la palabra más mencionada en la historia humana. Es tan generalizada, que no
la valoramos y nunca hacemos preguntas sobre ella.
Preguntas como:
¿Qué significa realmente?
¿Cuál es su propósito?
¿Qué función tiene?

¿Qué nos atrae a ella?


¿Qué en nuestra mente subconsciente ha magnetizado esta palabra a nuestros
labios, siglo tras siglo?
Algunos dicen que la palabra origina en el dios egipcio Amen-Ra. Pero no hay
explicaciones de por qué o cómo es esto así, ni nos da un propósito profundo
acerca de su papel y función.
Además, el primer uso de la palabra exacta “amén” en oraciones, como lo
mencioné anteriormente, es de hecho en la Torá.
EXISTE UNA RESPUESTA
Existen respuestas a cada una de las preguntas hechas en este artículo. Se
encuentran en la sabiduría del Zóhar. Solo el Zóhar explica el propósito y
significado de amén y, al hacerlo, prueba que amén es un término
Kabbalístico puro y auténtico del Zóhar, una tecnología que subyace y
fortalece todos los credos del mundo.
Amén no tendría ningún sentido si no fuera por la explicación del Zóhar. Lo
cual prueba que la Kabbalah es más antigua que la misma Torá, como los
Kabbalistas ya entendían, dado que Abraham escribió uno de los primeros
libros de Kabbalah muchos siglos antes de que la Torá le fuera revelada a
Moisés.
Ahora vamos a resolver un antiguo secreto sobre el amén, y a su vez,
aprenderemos cómo alterar y enriquecer nuestras vidas a través de las
oraciones y la meditación más allá de lo que nos podríamos atrever a
imaginar.
DECONSTRUYENDO LA REALIDAD
No puedes entender la tecnología subyacente de la palabra amén sin entender
algunos simples conceptos del Zóhar. Así que, primero, permíteme compartir
algunas reflexiones básicas de Kabbalah 101 antes de decodificar la palabra y
revelar el propósito del amén.
2000 años antes de la ciencia moderna y de la teoría de supercuerdas, el Zóhar
dijo que la realidad verdadera existe en Diez Dimensiones. Estas dimensiones
se desglosan de la siguiente manera:
Existen nueve
dimensiones que se ocultan de nosotros, a las que llamamos la realidad del
99%. Se le llama del 99% porque 99% de la verdadera realidad, está
escondida ahí. Este reino del 99% es la verdadera fuente de todas las
bendiciones, placer, buena fortuna y de la vida misma. Es un reino de energía
superior pura. Es aquí en donde encontramos la verdadera Divinidad y
milagros.
La décima dimensión es nuestro mundo. La realidad física. Aquí solo
encontramos el 1% de la realidad, debido a las limitaciones de nuestros cinco
sentidos. Éste es un mundo de oscuridad, caos, de dolor y sufrimiento. Existe
Luz en nuestro mundo en forma de progreso, felicidad, avances tecnológicos,
paz y prosperidad, solo cuando nuestro mundo se conecta con la fuente, esta
realidad oculta del 99% .
Si desenchufamos una lámpara de su fuente de poder – la toma en la
pared – la lámpara de pronto se oscurece. La vida funciona de la
misma manera. Necesitamos enchufarnos, y a nuestro mundo, a la
realidad del 99% para poder aprovechar la Luz espiritual, la Energía
excelsa que anima nuestro universo y todo en él, incluyendo cada
átomo en existencia.

Imagina los cables de electricidad que corren dentro de un edificio. Todo el


cableado, toda la corriente, todos los generadores están en su lugar, listos para
operar. La única manera para experimentar y manifestar el poder es
encendiendo el interruptor.
Si el interruptor se mantiene en la posicion de “apagado”, no habrá luz, ni
calor, ni aire acondicionado, ni televisión, nada en el edificio.
Ese es el rol del amén.
Todas las oraciones que pronunciamos son simplemente los cables con los que
atraemos la corriente de Luz a esta realidad física. Amén es el interruptor
de encendido-apagado que debemos encender para que la Luz brille en
nuestra vida.
¿Cómo sabemos esto?
¿Cuál es la prueba?
¿Dónde está la evidencia, el diseño y la ingeniería detrás de esta palabra que
ilustra esta función?
DECONSTRUYENDO LOS NOMBRES DE DIOS
Dios no tiene un nombre literal. Nombre es el código de una fórmula o rasgo
particular y atributo que Dios emana.
Dicho de otra manera, un Nombre de Dios es un código o símbolo y una
tecnología que trae un flujo de energía a nuestra realidad física. Diferentes
Nombres de Dios cumplen diferentes funciones, de la misma manera que
diferentes aparatos utilizan electricidad de diferente manera. Los hornos crean
calor. Los refrigeradores crean frio. Resultados opuestos de la misma fuente
de energía. Así que los diferentes Nombres de Dios traen diferentes fuerzas de
energía, a veces opuestos en su propósito, a nuestro mundo. A veces
necesitamos despertar misericordia. A veces necesitamos despertar juicio. A
veces necesitamos sanación. A veces prosperidad.
De acuerdo al Zohár (Volumen llamado Pinjás), El Nombre de Dios que se
refiere a toda la realidad del 99% se llama Tetragrámaton. Es nuestro cable y
conducto del reino del 99% en donde reside un infinito e interminable flujo de
corriente espiritual. Está hecho de cuatro letras y se escribe de derecha a
izquierda.
Esas letras hebreas se llaman Yod, Hei, Vav y Hei y están escritas de derecha
a izquierda (observa el diagrama):
Nunca pronunciamos este Nombre de Dios. Solo lo escaneamos con nuestros
ojos cada vez que se nos atraviesa este nombre durante una conexión de rezo.
La razón para esto es simple: Este nombre está por encima de nuestra realidad.
Se encuentra en un reino de conciencia pura y energía.

Por ejemplo, en nuestro mundo físico, no conocemos el pensamiento de otra


persona a menos que esa persona exprese su pensamiento a través del habla.
La boca. La boca entonces está asociada con nuestro mundo físico.
Por esa razón el habla es considerado un nivel más bajo que la mente,
pensamiento y conciencia. Y así, para mejorar nuestra conexión con el reino
de conciencia y el Pensamiento Divino, la realidad del 99%, solo necesitamos
hacer una conexión visual con este Nombre de Dios, en particular. Ahora
presta mucha atención a la siguiente idea.
Hay otro Nombre de Dios que también se construye de cuatro letras. Este
Nombre de Dios en particular, se llama Adonai y representa nuestra realidad
física, o el reino del 1%. Recuerda, éste es el reino del habla.
Durante miles de años, judíos (israelitas) fueron enseñados a pronunciar el
Nombre de Dios Adonai, al leer, otro Nombre de Dios conocido como
el Tetragrámaton. ¿Por qué? Nadie sabía por qué y nadie se molestó en
preguntar. Durante miles de años, y hasta el día de hoy, prácticamente cada
israelita y Rabino (a menos que fuera Kabbalista) no tenía idea de por qué
hacían eso. Sin embargo, la respuesta estuvo en el Zóhar durante dos mil años.
De nuevo, ¿por qué vemos y leemos un Nombre de Dios en particular en un
libro de rezo pero recitamos en voz alta un Nombre de Dios
completamente diferente? La respuesta habitual que fue dada es que el
Nombre de Dios conocido como el Tetragrámaton es simplemente muy Santo
y Sagrado para pronunciarlo.
Esto es sólo parcialmente cierto y es sólo una interpretación literal.
El hecho es que, todo está basado en una alta tecnología. Asi de
simple.

Los ojos corresponden al reino del 99%. Así que cuando vemos el Nombre de
Dios llamado el Tetragrámaton, estamos conectando nuestro cuerpo y alma al
reino del 99% Estamos enchufándonos, por así decirlo. Esto no es diferente de
enchufar una lámpara a la toma de la pared para conectar a la corriente
eléctrica invisible.

La boca humana corresponde al reino del habla, nuestro mundo físico llamado
el 1%, en donde nuestra conciencia, mente y pensamiento se manifiestan por
medio del poder del habla y las palabras. Las letras y palabras son el vestido,
la ropa que nuestros pensamientos usan.para que nuestras ondas cerebrales
invisibles y pensamientos puedan ser transportados y transmitidos a otro ser
humano.
Ahora presta atención: cuando nuestros ojos ven el Tetragrámaton, estamos
enchufándonos a la corriente de energía del 99%. Cuando nuestras bocas
hablan, estamos trayendo esa corriente de energía a este mundo físico, al
expresarlas por medio del habla. Por lo tanto, pronunciamos el Nombre de
Dios Adonai para atraer esta corriente a nuestra dimensión física, porque este
Nombre de Dios único, representa y encarna el mundo físico.

Bastante simple, ¿verdad?

Utilizando nuestros ojos y boca y los dos Nombres de Dios, unificamos los
dos reinos.
Entonces, imagina el Nombre de Dios conocido como el Tetragrámaton,
siendo una estación de Poder Nuclear generando electricidad. Ahora imagina
el Nombre de Dios conocido como Adonai como los cables que van de la
estación de Poder a nuestra casa.
¿Entendido? Bien. Así que ahora ya tenemos una conexión completa, a la
fuente de energía, establecida, y hemos traído exitosamente este poder y
energía a nuestro hogar personal.
Pero aún no hay luz en la casa. Aún no hay energía en funcionamiento ¿Por
que?
Aquí es en donde entra el amén.
Amén es el interruptor de encendido y apagado en la pared. Amén es el botón
de encendido en el sistema de calefacción. Amén es el control remoto que
enciende la televisión y la perilla que enciende tu aire acondicionado,
permitiéndote expresar todo este poder diverso de maneras prácticas,
generando calor o frío o entretenimiento.
Amén es el botón de encendido y apagado de la vida.
Es por esto que el Zóhar dice, aquellos que reciten la palabra amén son
mejores que aquéllos que recitan las oraciones. Profundo. Amén es incluso
más importante que todas las oraciones.
Después de todo, ¿de qué sirven todas las oraciones (electricidad) si no
tenemos ningún aparato en nuestra casa e interruptores para encenderlos y
enriquecer nuestras vidas? Las oraciones son prácticamente inútiles, hablando
sin el amén que encienda.el interruptor.
Y estos secretos detrás de la palabra amén son encontrados en una pieza de
evidencia simple pero profunda.
LOS NÚMEROS NO MIENTEN
El antiguo Zóhar explica que el nombre de Dios Tetragramatón, tiene valor
numérico de 26. Es por esto que el número 26 representa la realidad espiritual
del 99%.
El Nombre de Dios conocido como Adonai tiene un valor numérico de 65. Por
eso el número 65 es un código que representa a todo nuestro mundo físico.
Asegúrate que esto quede firmemente implantado en tu mente y que lo
entiendas claramente. Sólo por si acaso, vamos a repetirlo.
26 es el valor numérico del nombre de Dios que conecta al 99%. La fuente de
toda Luz y bendiciones.
65 es el valor numérico de nuestro mundo físico del caos. El mundo que
desesperadamente necesita de la Luz y bendiciones que radican en el 99%.
El propósito de orar es conectar y unir el 99% y el 1%. Como pueden ver,
Dios no contesta nuestras oraciones. Nosotros contestamos nuestras oraciones
al conectarnos a la realidad del 99%, el reino de energía divina y Luz de Dios,
donde todas las respuestas a nuestras oraciones radican. Dios es la fuente de
milagros y bendiciones, pero no es el hacedor de milagros y bendiciones. Ese
es nuestro trabajo.

Dios nunca dice NO a nuestras oraciones.


Nosotros somos quienes decimos NO cuando nos desconectamos de la fuente
de toda energía divina. No puedes culpar a la electricidad por no iluminar tu
casa oscura, porque olvidaste conectar tu lámpara al contacto de la pared o,
porque olvidaste encender el interruptor de la fuente de poder.
Éste, es el por qué el Zóhar dice “quien quiera que escuche una bendición que
alguien hiciera pero que no meditara de corazón en el Amén… las bendiciones
no se abrirán para él… pide por él, pide por su alma.”
Dios no es una persona que castiga. El individuo simplemente se corta a sí
mismo de la Luz.
Este secreto se encuentra en la aritmética simple.
Si unimos el 99% y el 1% -la fuente espiritual con la realidad física-,
obtenemos el número 91.
¿Por qué?
Porque 26 (el Reino espiritual) más 65 (el Reino Físico) es igual a 91.
¡Listo!
Por cierto, el número 91 también se puede obtener sumando 9+1 (de 91) lo
que equivale a 10. Esto corresponde a la unificación de las 10 dimensiones.
Entonces, ahora tenemos en total de las diez dimensiones alineadas,
conectadas y unidas como una, aún hay algo que falta.
Ahora necesitamos ese simple interruptor para encender la fuente de poder.
Presiona Amén.
¡Amén tiene el valor numérico 91!
¡Es correcto! Las letras hebreas que conforman la antigua palabra Amén,
suman el número 91.
Fue diseñado de esta manera a propósito por los kabbalistas cuando el
lenguaje hebreo empezó aexistir en este mundo ¡Al inicio de la
civilización!
Cuando pronunciamos Amén (el habla y la boca representan nuestro mundo
físico) unimos las dos realidades y encendemos el interruptor.
Éste, es el por qué decimos Amén y el por qué Amén = 91.

A continuación una simple analogía para ayudarnos a entender: Las oraciones


que recitamos son los cables y alambres que nos conectan a las diez
dimensiones y a la realidad del 99%. Pero necesitamos encender el interruptor
después de construir nuestra red de cables. La red son todas las oraciones que
nos han dado los kabbalistas. Y son las oraciones recitadas por las personas de
todas las religiones.
Sin embargo, si no sabemos lo que está sucediendo, si recitamos ciegamente
amén, sin entendimiento alguno de la red de energía divina que fluye en estas
dimensiones y sin tratar de unir y conectar todo, es como sentarse en un cuarto
oscuro y no encender el interruptor de la lámpara. Podemos orar día y noche
para que la luz aparezca. Pero no sucederá. Necesitamos encender el
interruptor.
Amén no es una palabra o término al azar que significa “así sea”. Es el
antiguo interruptor que permite que el “así sea”, suceda.
Como acabamos de ver, estos Nombres de Dios tienen un diseño ex profeso
detrás de ellos. Todo se basa en las diez Sefirot de la Kabbalah, la estructura
de diez niveles de nuestro universo, que también se conoce como el Árbol de
la Vida.
Esto prueba que la tecnología revelada sólo por el Zóhar subyace en la
palabra Amén y por lo tanto subyace en todas las oraciones de todas las
grandes religiones. La tecnología del Zóhar tiene el poder de ayudar a los
israelitas, cristianos y musulmanes a traer oraciones auténticas de Luz y
bendiciones a este mundo.
Y no tenemos que preocuparnos por los judíos negativos, cristianos malvados
o militantes musulmanes radicales. Sus oraciones no conectan con el 99% por
lo que, no se les da Luz por sus acciones. Al contrario, todas sus acciones
traen oscuridad. Las únicas oraciones que se contestan son aquéllas que traen
Luz a todo el mundo, en especial cuando oramos por otros.
Depende de nosotros y de la Kabbalah traer Luz a este mundo al entender la
tecnología Kabbalista, como la sabiduría que subyace en Amén.
¡Así es como generamos que desaparezca la oscuridad!
Hay oscuridad en nuestro mundo sólo porque hemos fallado en prender la luz.
No porque Dios diga “no” o porque no haya una fuente divina de luz. Es
porque no hemos entendido cómo utilizar Amén y los Nombres de Dios para
traer Luz.
Pronto publicaré otro artículo en este tema del Amén. El próximo artículo
revelará aún más asombrosos secretos sobre Amén que el Kabbalista Rav Berg
ha revelado. Estos secretos no son nada menos que poder en materia prima
épica cambia el mundo.
Armados con estas enseñanzas adicionales de Rav Berg sobre Amén,
literalmente podremos desaparecer toda oscuridad e influencia negativa de
este mundo.
Para bien. (para siempre).
Ahora, este video revela la meditación secreta, que activa y da rienda suelta al
poder completo y puro, de la palabra “amén”. Es una combinación de dos de
los Nombres de Dios. Meditando en esta frecuencia, mientras decimos
“amén” removemos todo el espacio abierto de nuestras vidas, y por
consiguiente, se remueve todo el caos y las influencias de obscuridad de la
conciencia de la fuerza negativa, conocida con el nombre codificado de
“satán”.
Oprime aquí abajo para descubrir el secreto de la meditación:

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