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Material requerido: audio del mensaje por la paz del Arzobispo de Yucatán, Canto: “Una ciudad para
todos”, papeletas para todos, bolígrafo para cada asistente, canasta o recipiente para depositar las
papeletas, una vela por cada asistente, cirio pascual, Canto: “Una plegaria de Paz”, equipo de sonido.
“Jesús nos enseñó que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con
la oración y el ayuno. Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra”. Papa
Francisco.
En este mensaje, retomaron la antigua fórmula bíblica del libro de los Números que se proclama en la
liturgia católica, el día primero del año y con la que los sacerdotes bendecían al pueblo de Dios: Que
Yahvé te bendiga y te guarde, que ilumine su rostro sobre ti y te sea propicio, que te muestre su rostro y
te conceda la paz (Núm 6, 24-26).
En la tradición bíblica, “la bendición es algo más que un buen augurio, es invocación del Dios que
realiza en forma eficaz lo que significa”; al bendecirlos, agregaron: “lo invocamos para ponernos bajo su
protección, le suplicamos los dones de la prosperidad y de la paz, le pedimos vuelva sobre nosotros su
mirada benevolente y nos conceda dar testimonio de su amor; por eso, no nos cansamos de decir: “¡La
paz esté con ustedes!”.
SALMO 33
1
Lector. Busca la paz y corre tras ella.
Coro 1.
Coro 2.
Coro 1.
Coro 2.
Coro 1.
Coro 2.
2
Coro 1.
Coro 2.
Coro 1.
Coro 2.
Coro 1.
Coro 2.
3
Momento de silencio.
REFLEXIÓN
Junto con la bendición, compartimos además una palabra de consuelo para quienes sufren a causa de “
las distintas formas de violencia” en México y en el mundo, también es una palabra de aliento “a
quienes viven comprometidos con la construcción de la paz y a quienes son responsables del entramado
institucional que permite que la paz sea posible para todos”.
Los obispos de México hicieron también un llamado a la conciencia de todos los que causan sufrimiento
y muerte, para invitarlos al arrepentimiento y conversión de vida y una exhortación a todos los hombres
y mujeres de buena voluntad para que en las distintas etapas y circunstancias de la vida no olviden que
el mínimo gesto en favor de una paz digna y duradera es valioso e insustituible”.
Los prelados mexicanos expresaron además su voluntad de unirse “a los esfuerzos de todas y todos los
constructores de la paz y su compromiso “a caminar con ellos”. Los obispos de México señalaron
también que “lamentablemente hoy en día, persisten gravísimas circunstancias de violencia e
inseguridad en diferentes estados y ciudades del País. Por ello debemos ser constructores de paz.
En este pequeño trozo del Evangelio, Jesús hace dos afirmaciones que pudieran parecernos muy
alarmantes o escandalosas, ha venido a traer fuego y división. Veamos a qué se refiere. Primero, el
fuego puede entenderse en dos caminos, como algo destructor que arrasa con todo, o como algo bueno
porque es el acrisola, como es lo que sucede con los metales en el horno.
4
Cuando Jesús habla de que ha venido a traer fuego a la tierra y cómo desearía que ya estuviera ardiendo,
no se refiere al fuego condenatorio que viene a destruir la tierra, sino al fuego del amor que viene a
derribar el egoísmo, al fuego de la caridad que viene hacer arder los corazones. Es el fuego que ilumina
y transforma la historia, que hace arder los corazones como sucedió con los discípulos de Emaús.
La segunda afirmación todavía la considero más fuerte, cuando dice: “No he venido a traer la paz, sino
la división”. De una manera aislada esta expresión carece de sentido y aporta una posible contradicción,
pero no es así. Jesús, el amor por excelencia, el constructor de la paz y de la civilización del amor no
puede querer la división, la discordia, la rivalidad, sino que siempre quiso, quiere y querrá la paz y la
unidad.
CANTO
La construcción de la paz es una tarea de todos y para todos que nos pide atención permanente y que
debemos realizar en el corto, en el mediano y en el largo plazo. Retomando el mensaje del Papa
Francisco, del día primero de enero de este año, se refirieron a las 3 herramientas señaladas por el Papa
Francisco para construir una paz duradera: La educación, el trabajo y el diálogo entre generaciones.
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Necesitamos educar en la paz “para que todos los niños y jóvenes sepan que un México en paz es
posible. Conseguir un empleo digno y bien remunerado es fundamental también para mantener la paz en
nuestra patria. El Diálogo entre los jóvenes y los abuelos es la mejor escuela para la paz”.
México, como todas las naciones, tiene que orientar y emprender su camino hacia una vida en paz, con
salud y sustentabilidad. Para ello necesitamos participar, aportar y colaborar todos, como personas,
comunidades e instituciones responsables.
Para construir la paz es conveniente apoyarse en algunos principios elementales: Donde quiera pueden
existir problemas, pero hay que abordarlos siempre con un buen sentido de humanidad; las tensiones y
los conflictos que a veces se generan entre las personas deben arreglarse con negociaciones razonables y
nunca por la imposición. Es legítimo disentir y pensar diferente, querer imponer un sólo pensamiento
resulta siempre muy peligroso. Por eso las diferencias deben ponerse sobre la mesa en un clima de
diálogo y de libre discusión privilegiando siempre el bien común.
Para gestionar la paz es conveniente respetar la dignidad de toda persona humana y sus derechos
fundamentales. No se puede vivir en paz mientras existan condiciones de injusticia y de miseria humana.
COMPROMISO
Momento de silencio para elaborar un compromiso personal por la paz. Se les reparte una papeleta para
anotar su compromiso, el cual se presentará en el momento celebrativo del final.
PRECES
Pidamos a Dios que su paz llegue a todo el mundo, en especial en aquellas situaciones que necesitan ser
iluminadas por la presencia de Cristo, en quien todos encontramos la paz. Responderemos después de
cada petición: Señor Jesús, danos tu paz.
1. Para que la paz en el todo el mundo sea una realizad, te pedimos Señor por quienes tienen la
responsabilidad de construir la paz en sus naciones. Oremos.
2. Por todas las personas que sufren las graves consecuencias de la guerra, para que el Señor les
conceda una paz duradera, la fortaleza y los medios necesarios para levantarse de nuevo.
Oremos.
3. Por la paz en México, para que cese la ola de violencia que conlleva, odio, sufrimiento y muerte,
y las personas puedan recuperar la paz y la tranquilidad en sus municipios, vecindarios y
hogares. Oremos.
4. Para que en Yucatán reine la paz, especialmente en las familias y se fortalezcan los valores
cristianos que contribuyen a fomentar un ambiente pacífico y fraterno. Oremos.
5. Por la paz en nuestra comunidad, para que nuestro testimonio cristiano crezca y se disponga al
servicio de la paz y la justicia. Oremos.
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6. Para que por medio de la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz, el mundo entero goce
de los beneficios de la paz que su Hijo Jesucristo nos dejó. Oremos.
Atiende, Señor, las súplicas que te dirigimos y concedemos ser artesanos de tu paz. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
CELEBRACIÓN
El cirio pascual debe estar encendido y colocado en un lugar visible para todos.
Hermanos, ahora estamos ante el cirio pascual que nos recuerda la luz de Cristo Resucitado ha vencido a
la muerte y que esa luz debe mantenerse encendida en nosotros. Les invito a escuchar con atención la
siguiente pista musical que lleva por título “Una plegaria de Paz”, interpretada por Athenas, cantante de
música católica. Mientras tanto, pueden ir pasando a depositar en la canasta o recipiente indicado, las
papeletas que contienen su propósito de paz.
Ahora recemos juntos la oración por la paz, escrita por los Obispos mexicanos:
A continuación, quedaremos únicamente con la luz del Cirio Pascual (se apagan las luces del lugar), y
ahora pasarán a encender sus velas del fuego de este Cirio.
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Ahora que estamos con la luz en nuestras manos, recordemos que ese fuego que Cristo vino traer,
debemos hacerlo arder, llevándolo a los demás. Debemos ser constructores de paz allí donde el Señor
nos ha puesto, ya sea en el hogar, en el trabajo o con los amigos. La paz no es algo dado únicamente por
Dios, sino que requiere de nuestra colaboración, debemos aprender a hacer la paz. La paz es un arte que
requiere de nuestro esfuerzo, disposición, inspiración y creatividad. Seamos artesanos de paz.