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Resultados de investigación

Los humedales
Para definir a los humedales utilizaremos la definición de la “Convención Relativa a los Humedales
de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas”, conocida de forma
abreviada como “Convenio de Ramsar”, firmada en la ciudad de Irán el martes 2 de febrero de
1971 y que entró en vigor el 21 de diciembre de 1975.

Su principal objetivo es «la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones
locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al
logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo».

La lista Ramsar de humedales de importancia internacional incluye en la actualidad más de 1900


lugares (sitios Ramsar) que cubren un área de 1 900 000 km². Actualmente en Chile hay 16 sitios
Ramsar con una superficie protegida total de 362 020 hectáreas.

El Convenio de Ramsar define a los humedales como:

"Un humedal es una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente
inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos
que la habitan."

Según el artículo 1 del párrafo 1, se consideran humedales,

“Las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean


éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes,
dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en
marea baja no exceda de seis metros”.

Asimismo, contenido en el artículo 2 del párrafo 1, se estipula que,

“Podrán comprender sus zonas ribereñas o costeras adyacentes, así como las islas o
extensiones de agua marina de una profundidad superior a los seis metros en marea baja,
cuando se encuentren dentro del humedal”.

El carácter distintivo de los humedales está en la escasa profundidad del nivel freático, con la
consecuente alteración del régimen del suelo. La vegetación específicamente adaptada a estas
condiciones se denomina hidrófita, cuando se ubica sobre zonas inundadas de agua; y freatofita
cuando estas zonas se ubican sobre zonas de agua oculta (criptohumedales); en estos casos se
reemplaza a las especies terrestres normales.

Las peculiaridades del entorno hacen que la fauna presente sea por lo general endémica y
netamente diferenciada de las zonas adyacentes; grandes familias de aves y entornos de este tipo.

La función principal del humedal, aparte de ser un gran ecosistema y un importante hábitat para
muchos seres vivos, es que actúan como filtradores naturales de agua, esto se debe a que sus
plantas hidrófitas, gracias a sus tejidos, almacenan y liberan agua, y de esta forma comienzan con
el proceso de filtración. Antiguamente los humedales eran drenados por ser considerados una
simple inundación de los terrenos, pero hoy en día se sabe que los humedales representan un gran
ecosistema y se los valora más.

Los humedales son diversos según diferencias existentes a nivel regional o local, en la topografía,
hidrología, vegetación y otros factores como la actividad humana.

Humedales en Chile
El Plan Nacional de Protección de Humedales 2018-2022 es una iniciativa del Gobierno de Chile
que busca contribuir a detener el deterioro de los humedales y preservar su rica biodiversidad. A
la fecha, ya ha protegido más de 220.000 hectáreas de humedales. Además, desde enero 2020,
contamos con una Ley de Humedales Urbanos, cuyo reglamento fue elaborado conjuntamente
con servicios públicos y privados, ONGs y comunidades, además de un inventario nacional y de
zonas urbanas. En julio de 2020 publicamos la Hoja de Ruta de conservación y gestión de Turberas,
desarrollada junto a WCS Chile, para el reconocimiento, valoración y gestión adecuada para la
conservación de estos ecosistemas y los servicios ecosistémicos que entregan. Con la Estrategia
Nacional de Biodiversidad 2017-2030, y nuestra Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC)
también relevamos nuestro trabajo en la protección y uso racional de los humedales en Chile.

Personajes principales divididos por capítulos:


1. Gabriel Morales
2. Andrés Charrier
3. Melissa Carmody
4. Yaqueline Montecinos

1. Gabriel Morales
Estudiante de Doctorado en Ciencias con mención en Ecología y Evolución. Actualmente está
investigando los paisajes sonoros de la eco-región valdiviana, principalmente los cantos y llamados
de aves y anfibios. En particular le interesa entender los humedales desde un punto de vista
sonoro, cómo suena el humedal y los seres que lo habitan, sus conversaciones y diálogos, los
cambios que van ocurriendo con el paso del tiempo, en distintas épocas del año. Busca capturar la
esencia sonora de los humedales durante todo el año, a toda hora del día, en distintos puntos de
los distintos humedales que se pueden encontrar en la región valdiviana.

Para registrar el sonido de los humedales cuelga en los árboles unas grabadoras de audio SM4 de
Wildlife Acoustics, que están diseñadas específicamente para resistir a las condiciones extremas
de lluvia, humedad, frío y calor, y las deja grabando por ciclos estacionales completos.

El registro de este material sonoro tiene un objetivo bien definido y acotado, que es construir un
modelo de inteligencia artificial para hacer detección automática de especies de aves a partir de
sus cantos. Gabriel está coleccionando una cantidad importante de muestras de cantos de cada
especie. Con esa base de datos alimenta una red neuronal para que después ella misma haga el
reconocimiento de forma automática. Entonces, con el tiempo, ya no va a tener que escuchar
todos los audios para saber qué hay, sino que la red neuronal va a entregar la información de
forma automática. Durante el ciclo completo de un año, nos va a decir toda la actividad acústica
que ocurrió de una forma muy precisa, segundo a segundo: quién cantó, a qué hora cantó, el
nombre de la especia, en qué humedal, con una localización espacial-temporal precisa.

La idea de esta red neuronal es entender el fenómeno del ciclo completo. El ciclo completo
entendido como el ciclo astronómico: el día y el año, el día es la rotación y el año es la traslación,
ahí se cumple el ciclo y se vuelve a empezar. El objetivo es que esta red neuronal entregue una
información precisa de cómo es el comportamiento vocal dentro de estos ciclos, dentro del año y
dentro del día, para poder entender las dinámicas que hay. De esta forma se pueden hacer
estudios más acotados, con preguntas cada vez más específicas. Esta es una pregunta más general,
es como la primera pregunta: qué pasa en el año y qué pasa en el día, a qué hora cantan, quiénes
cantan a qué hora, quiénes cantan en qué estación, qué tipos de cantos suceden en primavera, en
otoño, en invierno, en el amanecer, en los crepúsculos. Gabriel todavía no logra contestar esta
primera pregunta, por eso está entrenando esta red neuronal, porque es un trabajo que
manualmente es muy costoso, se necesita mucho tiempo para lograr llegar a esa información, y
con esta red neuronal, una vez que esté bien entrenada, va ser posible tener esa respuesta, que es
la primera respuesta. Él espera lograr capturar el mayor número de especies posible y tener esta
dinámica de actividad anual y diaria durante el ciclo completo.

El paisaje sonoro
El paisaje sonoro es un concepto bien abierto, se puede aproximar al paisaje sonoro desde
distintas áreas, desde la sociología, entender las distintas poblaciones humanas, cómo se
manifiestan sonoramente, los recuerdos sonoros que tienen, la memoria está super involucrada
desde ese ángulo, de la cosa más social-antropológica. Desde el punto de vista más científico de
las ciencias naturales puedes entender el paisaje sonoro en tres niveles.: la geofonía, la
antropofonía y la biofonía. La geofonía son los sonidos de la atmósfera, sonidos atmosféricos, el
viento, sonidos del mar, sonidos físicos donde no está la vida involucrada directamente. La lluvia,
el viento, el mar, los truenos, todo ese tipo de sonidos son considerados dentro de esta capa
geofónica, sonidos geofísicos también se les llama. También están los sonidos de la vida misma, las
vocalizaciones de las especies, cómo se comunican, y tenemos los sonidos del humano, que se le
llama la antropofonía o antrofonía, sonido antropofénico, todo lo que es motores principalmente.
Los motores son bien invasivos en el contexto natural: aviones, trenes, autos, todo el ruido urbano
principalmente es protagonizado por los motores, y voces humanas. Ahí hay algo un poco
polémico, por ejemplo el ruido que hacen las mascotas, los animales domésticos, si es considerado
antropogénico o de la biofonía, de la naturaleza misma, porque son sonidos que acompañan al
humano en todo momento, entonces ahí hay matices que se pueden estudiar.

Es difícil catalogar los tipos de sonido, hay distintas categorías. Se usa mucho el lenguaje musical:
notas, entonación, ese tipo de lenguaje, elementos dentro de la señal. Pero sí podríamos pensar
en tres tipos de características que podemos ver en un canto: un canto que tiene tono puro, un
canto tonal, donde el sonido es muy simple, pensemos que es un silbido; después viene un canto
un poco más armónico, donde aparecen componentes más complejos, donde se enriquece el
timbre, una cosa más gruesa, y luego tenemos el ruido, donde hay gritos, donde hay cosas más, en
términos espectrales, llenas, ocupan todo el espectro para emitir sonidos. Entonces esos tres tipos
de categorías se podrían utilizar, pero no están bien delimitados, hay matices entre medio.

El canto de las aves


Las aves cantan para comunicarse principalmente. Entrar más en detalle en la función de ese
canto es más difícil, pero sí hay cosas generales como cantos para conseguir pareja, de cortejo, de
despliegue para mostrarse, cantos de alerta ante peligros de depredadores, cantos territoriales
para proteger su espacio, para construir su nido. Así podemos encontrar distintas funciones en los
cantos.

Las aves tienen lengua, la usan para hacer modulaciones y podemos encontrar todo tipo de
modulaciones en los cantos, cosas más puras como un tono puro, un silbido, un cortito, cosas más
largas donde va variando su frecuencia, agregando ruido, traqueteos, el trino, esta cosa rápida,
cosas sutiles también como unos ronquidos que hacen unas especies, el arrullo mismo que es una
cosa muy parecida al ronroneo de un gato, una cosa que vibrara todo el cuerpo. Hay cosas
curiosas como el canto de la becasina que es un despliegue que hace y un movimiento de sus
rectrices, que las bate de cierta forma que genera un sonido muy particular y hace su despliegue
empezando el invierno. En el solsticio de invierno empieza el coro de becasinas al amanecer.

Hay señales acústicas que producen las aves que pueden ser innatas o pueden ser aprendidas, y
eso está muy diferenciado. Hay un grupo importante que tiene la capacidad de aprender y hay
otro grupo que no, o no se sabe muy bien hasta qué punto pueden, pero pensemos que hay un
grupo que tiene una capacidad vocal innata, o sea, que nacen con esa capacidad y no la aprenden,
la traen en un componente genético, y hay otro grupo importante que tienen la capacidad de
aprender y en el desarrollo de su vida van escuchando a sus padres o a sus individuos cercanos -o
a su propio paisaje sonoro-, cada pollo de este grupo empieza a recibir información externa, la
integra y aprende un canto, y puede aprender cosas de otros pájaros que no son sus padres o que
no son su propia especie, o pueden imitar cantos de otras especies, incluso no necesariamente
aves, pueden imitar ruidos, cosas muy raras que se ven en la naturaleza, y hay cosas que pueden
hacer las aves que tienen que ver con el aprendizaje, y eso es un campo bien abierto de
investigación, el aprendizaje en el canto, porque pueden hacer interpretaciones vocales únicas
que no se van a volver a repetir, tienen esa capacidad algunas especies. Acá en Chile tenemos al
zorzal y a la tenca, por ejemplo, dos grandes intérpretes que imitan, que cantan mucho, tienen
mucha variabilidad, generan sílabas copiadas de otras especies que confunden a uno cuando está
escuchando, a veces hay que tener cuidado de no pensar que esa especie es la que uno cree
porque puede que sea la imitación de otra.

Hay especies que andan en bandadas: los loros, los rayaditos, que andan en grupos pero también
se ven solos. En particular, para Gabriel ha sido muy difícil diferenciar los cantos de los dos loros
nativos que hay en Valdivia, que son la cachaña y el choroy, y que son muy parecidos. Es un
problema, porque si quiere lograr alimentar esta red neuronal para que haga este reconocimiento
automático, tiene que enseñarle a diferenciar estos dos cantos y todavía no es capaz
auditivamente de hacer esa diferenciación.
Gabriel ha encontrado sílabas que se comparten. El término imitar es un poco polémico y prefiere
pensar en que se comparten ciertas sílabas. El canto del zorzal, por ejemplo, que es un canto largo
y con muchas notas distintas y variaciones, de repente entre medio aparece el canto, que no es un
canto en verdad, es como un llamado cortito de otra especie, por ejemplo el fiofío, que es un
silbido muy cortito, muy estereotípico, que no cambia, muy fijo, se te aparece entre medio del
canto del zorzal, está cantando el zorzal y entre medio el sonido de un fío fío, por imitación,
porque comparten esa sílaba, porque significa algo esa sílaba.

2. Andrés Charrier

Herpetólogo y fotógrafo, interesado en las líneas de taxonomía, biogeografía y conservación de


especies. Descubrió su primera rana de Darwin en Cochamó remando en kayak, desde ese
entonces se dedica a la herpetología. Actualmente coordina un monitoreo de largo plazo de los
anfibios alto andinos presentes en los centros de esquí de Farellones y La Parva. También está
dedicado a escribir libros de historia natural para niñxs.

Mientras Andrés estudiaba antropología en la Universidad Católica, empezó a trabajar de


voluntario en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR). Después de un par de años,
llegó un biólogo llamado Jean Paul de la Harpe, quien lo invitó a investigar concones en Cantillana
y los ratones que comían. Esto lo llevó a trabajar en otro monitoreo de roedores y luego formó
parte de un estudio que investigó el brote del virus Hanta en el año 2000.

Cuando estuvo monitoreando roedores en Villarrica (2006), conversaba con guardaparques y les
preguntaba si habían visto ciertas especies. Cuando preguntaba por la ranita de Darwin, le
respondían que no se ha visto en muchos años. Andrés tenía un afán de fotografiar esta ranita.
Mientras paseaba en kayak en el fiordo de Cahuelmó, cerca de Chaitén, se bajó en una orilla y
encontró a la ranita de Darwin, lo cual le cambió la vida.

En junio de 2019, Andrés Charrier llevó a algunos colegas a un pequeño arroyo a las afueras de la
ciudad de Calama, en el norte de Chile, para enseñarles una rana que le gustaba especialmente.
Charrier, junto con su antiguo colaborador, Gabriel Lobos, estudia la Rana del Loa (Telmatobius
dankoi) desde 2013 como parte de un proyecto apoyado por el Ministerio de Medio Ambiente del
país andino. Pero, en lugar de encontrar un arroyo que fluye con docenas de ranas felices y
saludables que no viven en ningún otro lugar del mundo, no encontró nada.

Este acontecimiento provocó una reacción en cadena de los acontecimientos que se han basado
en el impresionante talento de un pequeño equipo de expertos en Chile, lo que resultó en la
rápida evacuación de 14 de las últimas Ranas del Loa del mundo.

Apenas tres días después de que Andrés descubriera el hábitat destruido (como el resultado
probable de la extracción de agua para la minería del cobre, la agricultura y el desarrollo
inmobiliario), estaba nuevamente en el lugar, ahora con la colaboración del Ministerio de Medio
Ambiente y el Museo de Historia Natural de Calama (bajo el liderazgo del director del museo,
Osvaldo Rojas), con Lobos, herpetólogo de la Universidad de Chile, y con Hugo Salinas, que ha
estado investigando ranas acuáticas durante muchos años. Querían ver si podían descubrir qué
pasó con las ranas y su hogar, pero no tenían expectativas de encontrar a los individuos restantes.
De hecho, todo lo que trajeron con ellos fueron zancudas y una red de pesca: no había cajas o
bolsas de plástico para recolectar ranas si las encontraban, y no tenían idea de qué harían con ellas
si eso ocurría.

A 100 metros del lugar donde detuvieron su búsqueda anterior, encontraron un pequeño charco
fangoso y se preguntaron si podría la rana seguir aguantando. Comenzaron a cavar en el barro
donde encontraron una, luego dos, luego tres, luego cinco, luego 10 ranas. Enfermas, flacas y
desnutridas, pero Ranas del Loa reales y vivas.

Cuando el Zoológico Nacional de Chile se enteró de la situación en el arroyo a las afueras de


Calama, se acercaron a Charrier y Lobos, ofreciéndoles albergar a las ranas, tratar de curarlas y
poner en marcha un programa de conservación y reproducción mientras el gobierno y otros
estudian la forma de recuperar su hábitat para luego poder reinsertarlas.

De regreso al campo, Charrier y Lobos fueron, acompañados por Claudio Soto Azat, co-presidente
del Grupo de Especialistas en Anfibios de la SSC de UICN, y Roberto Villablanca, del Ministerio del
Medio Ambiente de Antofagasta, para ver si podían encontrar las ranas nuevamente. El 3 de
agosto, regresaron al Zoológico Nacional de Chile en avión, con 14 Ranas del Loa, la última
esperanza para su especie.

3. Melissa Carmody
Bióloga ambiental, Magíster en Conservación y Coordinadora del Parque Natural Karukinka en
Tierra del Fuego, administrado por WCS Chile (Wildlife Conservation Society). Está a cargo de la
gestión y manejo del Parque, ejecutando estrategias para reducir sus amenazas y las de sus
objetos de conservación. Además, lidera la gestión de proyectos y financiamiento para el Parque,
está a cargo del equipo de guardaparques y del uso público del territorio.

Parque Karukinka
El Parque Natural Karukinka se sitúa en la isla grande de Tierra del Fuego, en la Región de
Magallanes y de la Antártica Chilena. Este parque austral y remoto, de cuatro veces el tamaño del
Gran Santiago, fue donado a WCS para su conservación y es administrado por el programa de WCS
en Chile. Con un enfoque integrador de conservación, Karukinka es un laboratorio natural de casi
300.000 hectáreas que busca conservar el ambiente natural, educar y generar conocimiento y
conciencia sobre la relevancia de la biodiversidad de Tierra del Fuego para el desarrollo natural,
social, cultural y económico de la región.

La vocación del Parque Karukinka es la conservación de sus bosques, turberas, flora y fauna. Un
laboratorio abierto a la ciencia y que considera la apertura de sus puertas, durante la primavera y
el verano de cada año, para que la comunidad magallánica, chilena y extranjera, pueda disfrutar y
conectarse con algunos de los ecosistemas mejor conservados y menos conocidos de la región. La
visita al parque permite avistar carpinteros y cachañas; zorros y guanacos; sumergirse en densos
bosques de lenga y coigües, y apreciar de cerca humedales de turberas.

El parque Karukinka alberga especies y ecosistemas de importancia global y gran valor en


biodiversidad. Sus bosques templados, únicos a esta latitud, cubren grandes extensiones del sur
de Tierra del Fuego; la estepa o pampa contiene a matorrales achaparrados, adaptados a las
condiciones de déficit de humedad; la costa del Parque Karukinka, al norte del Seno del
Almirantazgo, es refugio de colonias únicas de aves y mamíferos; las turberas -humedales de
turba- secuestran importantes cantidades de carbono y regulan los ciclos hidrológicos: y el
ecosistema andino dominado por vegetación herbácea o arbustos adaptados a las bajas
temperaturas y el viento, es coronado por los majestuosos cóndores.

En el parque habita un ensamble único y delicado de especies, algunas migran por Tierra del Fuego
y el mar de Patagonia para, volver año a año a reproducirse y mantener el ciclo de la particular
ecología del Cono Sur. WCS-Chile protege algunas de estas especies, como guanacos, albatros de
ceja negra y elefantes marinos, por medio de la investigación y monitoreo, de la ejecución de
acciones de conservación y de la promoción de su valor.

Alrededor de un tercio del parque está cubierto por turberas, un humedal de importancia mundial
que se extiende como mantos de color naranja óxido, rodeado de bosques y acompañado de
guanacos y gansos de Magallanes.

Las turberas
En la zona sur-austral de Chile abundan humedales que tienen musgo en la superficie, que es una
capa de material vegetal que con el paso del tiempo va descomponiéndose y acumulándose hasta
formar una capa orgánica llamada turba. Es por esto que se les conoce como turberas.

Las turberas cumplen un papel preponderante en la regulación del cambio climático. Según datos
de 2019, las turberas son capaces de retener 4,7 veces más carbono que toda la biomasa aérea de
los bosques chilenos, de manera que su protección puede contribuir medularmente a las metas de
carbono neutralidad fijadas por el país.

Están incluidas en los compromisos pactados en las NDC (Contribución Determinada a Nivel
Nacional) de Chile, pero son explotadas como recurso minero en Chiloé, lo cual se estuvo
discutiendo en el Congreso el año 2021 para regular su extracción y promover su protección.

En 2021 estaba en discusión en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, la ley


de protección de las turberas es clave dentro de las políticas de biodiversidad en Chile a la luz del
último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que
arrojó conclusiones luctuosas para el futuro del planeta.

Las turberas fueron incluidas por primera vez en abril de 2020 en la actualización de los NDC de
Chile en el marco del Acuerdo de París. Ahí se plantearon tres objetivos: al 2025 contar con un
inventario nacional de turberas; implementar métricas para evaluar sus aportes a la mitigación y
adaptación al cambio climático; y finalmente formular planes piloto de manejo en cinco sitios de
áreas protegidas.
Sin embargo, la protección de la turbera se ve frenada por ser considerada aún un recurso fósil,
por lo que sufre una explotación indiscriminada en Chiloé, lo que ha provocado alteraciones en los
ecosistemas isleños, así como también dificultades en el acceso al agua.

En Magallanes, en cambio, sucede un ejemplo un poco distinto. Buena parte de las turberas ahí
localizadas están bajo protección, y las que están en el Parque Karukinka de Tierra del Fuego son
administradas por WCS Chile. Ahí las turberas están protegidas por un tema geográfico, los
habitantes son muy pocos y la densidad es baja. No es fácil acceder a la turba; en Chiloé, en
cambio, están más accesibles. Las ubicadas en Tierra del Fuego son menos accesibles.

Se estima que solo las turberas de Karukinka contienen entre 208,1 y 291,4 millones de toneladas
de CO2eq, lo que equivale aproximadamente a dos o tres veces las emisiones netas de gases de
efecto invernadero de Chile en 2018. Cuando los ecosistemas de turberas son drenados y
destruidos, pasan de ser sumideros activos de carbono a fuentes de emisión de gases de efecto
invernadero.

En la turbera se acumula materia orgánica, se descompone y se produce un combustible que viene


de la descomposición. Cuando quemamos combustible, liberamos gases a la atmósfera, sobre
todo CO2 y metano que contribuyen al efecto invernadero. Las turberas tienen dos capas: una
superior que es vegetal y bajo eso, la turba. Como es un combustible vegetal, tiene mucho
carbono acumulado. Es la gracia que tienen, al igual que los árboles: si tengo el árbol vivo,
acumulo carbono; si muere, libero carbono. Por lo tanto, es lo mismo con las turberas. Si las
destruimos, si las usamos, todo ese carbono se va a estar moviendo. Son ecosistemas complejos
porque son sumideros de carbono.

Sin embargo, varias amenazas más allá del cambio climático ponen en peligro su integridad, como
la invasión de castores, los incendios y la falta de conocimiento y valoración.

Los castores son una especie que fue introducida en la Patagonia hace poco más de 40 años y
actualmente son considerados como una plaga. Los castores transforman los sistemas de ríos o
cursos de aguas en ecosistemas de laguna donde el agua está estancada. Esto lo hacen cortando
los árboles, entonces por un lado tenemos el efecto de la tala y por otro lado el efecto de
inundación donde los árboles mueren inundados.

La llegada del castor ha provocado la pérdida de 23 mil hectáreas de bosque en Magallanes, según
datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Melissa Carmody afirma que eventualmente les
gustaría erradicar la especie con el objetivo de restaurar los ecosistemas nativos, reestableciendo
los bosques y las turberas impactadas.

Afirmar que las turberas de Karukinka tienen una contribución global a la mitigación del cambio
climático o que su sistema hidrológico permite la proliferación y el mantenimiento de numerosas
especies y ecosistemas son hechos precisos pero solo una parte de su valor. Se ha prestado poca
atención al patrimonio cultural que contienen sus estructuras, acumulándose, al igual que el
carbono, durante miles de años.

Las turberas de Karukinka, de 11.000 años de antigüedad, no sólo han formado parte de la
evolución de los paisajes y del paso de las especies, sino que también han sido el hogar y el alma
del pueblo selk'nam. Este grupo indígena habitó libremente Tierra del Fuego y convivió con las
turberas de su tierra ancestral durante 8.000 años hasta que llegaron los colonizadores
responsables de su genocidio. La historia oficial insiste en que el pueblo selk'nam fue aniquilado.
Sin embargo, hoy la comunidad selk'nam rechaza ese mito en un movimiento para ser reconocida
como una cultura viva con su propia lengua.

El trabajo de conservación de las turberas de WCS Chile es una historia que se asemeja al
crecimiento de las turberas, integrado, lento y constante, a través del desarrollo de relaciones
cuidadas y sólidas con la población y las instituciones locales, donde todas y todos juegan un papel
comprometido en el objetivo de que estos humedales prosperen. La conservación de las turberas
está intrínsecamente ligada al bienestar futuro de la humanidad, al equilibrio planetario y, en
Tierra del Fuego, al empoderamiento del pueblo selk'nam. Por lo tanto, sin la protección de la
naturaleza sociocultural de los territorios donde se realizan las acciones de conservación, no hay
un verdadero éxito en la conservación de la biodiversidad.

El compromiso de WCS Chile es ser administradores activos de estas turberas ancestrales y


humildes acompañantes de quienes regresan a reclamar, revivir y reconectarse con sus territorios
ancestrales. Un proceso integrado de restauración ecológica y cultural en estos humedales global y
localmente fundamentales.

4. Yacqueline Montecinos
Bióloga marina y Coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas en WWF Chile.

Ella se enfoca en la protección del hábitat crítico del delfín chileno y la ballena azul, a través del
diseño y promoción de diferentes estrategias de conservación como el desarrollo de una
propuesta de red de áreas marinas protegidas para la región patagónica y la promoción de la
regulación del tráfico marítimo para la reducción del impacto del ruido submarino y colisiones
contra cetáceos.

Trabaja con la Iniciativa de Protección de Ballenas y Delfines de WWF coordinando su proyecto del
Corredor Azul del Pacífico, que mejora la gestión de las ballenas migratorias en el Océano Pacífico
Oriental en colaboración con las oficinas de WWF en Chile, Ecuador, Perú, Colombia y México.

Ha participado en varios proyectos de conservación marina a nivel mundial, como la promoción de


la propuesta del Área Marina Protegida Golfo de Corcovado para proteger la zona de alimentación
de la ballena azul dentro de la Ecorregión Chiloense en el sur de Chile. Estuvo involucrada en
proyectos como la identificación de áreas de alto valor ecológico para una red de áreas marinas
protegidas en la costa de Pakistán y Bangladesh en asociación con diferentes ONG y universidades
como parte de su curso de posgrado en la Universidad de Oxford y la promoción de la propuesta
del Parque Marino para la Isla de Pascua trabajando en estrecha colaboración con la comunidad
de la Isla de Pascua y Pew Charitable Trusts.

En mayo del 2022 formó parte de un taller presencial en Bogotá, Colombia, donde especialistas de
diez países de Latinoamérica se reunieron a identificar acciones de conservación en el Pacífico
Oriental, en el marco del proyecto “Corredor azul del Pacífico Oriental”, que forma parte de la
Iniciativa para la Protección de Ballenas y Delfines de WWF.
En septiembre del 2023, la Iniciativa para la Protección de Ballenas y Delfines de WWF expresó
públicamente su decepción y preocupación ante la decisión de Islandia de reanudar la caza de
ballenas bajo condiciones estrictas, tras finalizar una prohibición temporal introducida en 2023.

La prohibición fue provocada por un informe encargado por el gobierno en el que se afirmaba que
las ballenas tardaban demasiado tiempo en morir tras ser arponeadas, a veces incluso horas,
incumpliendo su ley sobre bienestar animal. Hoy se permite que continúe la caza comercial de
ballenas. Esta medida socava los esfuerzos internacionales para conservar las ballenas.

Los rorcuales comunes son el segundo animal más grande de la Tierra, están clasificados como
'vulnerables' por la UICN y se encuentran en todos los grandes océanos, desde las regiones
tropicales a las polares, en relación a esta especie cuyo nombre científico es Balaenoptera
physalus y que también es conocida como ballena de aleta o ballena fin.

Cada vez hay más pruebas científicas que demuestran que los grandes rorcuales favorecen la
productividad de los océanos y, a través de ésta, sustentan el gran rol como secuestrador de
carbono que tienen los océanos. En el Atlántico Norte, los rorcuales comunes tienen largos
patrones migratorios a través de 'corredores azules', por lo que estos beneficios son cruciales para
múltiples naciones y para alta mar. Protegiendo a las ballenas, protegemos nuestros océanos y a
nosotros mismos.

Como detalla Yacqueline Montecinos, justamente la ballena fin es una de las especies que aún nos
falta mucho por conocer, existe información de algunas áreas de alimentación importantes, como
la que tenemos en el Archipiélago de Humboldt en Chile, que es parte del Corredor Azul del
Pacífico Oriental, pero a nivel global no conocemos mucho de sus áreas reproductivas, por
ejemplo, o de sus tamaños poblacionales reales por océano. Esto hace que sea una tremenda
irresponsabilidad el restablecimiento de la caza cuando no logramos dimensionar los potenciales
impactos negativos que se generarán sobre esta población en particular, pero también sobre la
especie a nivel mundial.

Fuentes

Humedales
https://www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/temas/ecosistemas-y-
conectividad/leg_texto_convenio_ramsar_tcm30-196467.pdf

https://web.archive.org/web/20160409053942/http://ramweb-uat.neox24.ch/about/the-ramsar-
convention-and-its-mission

https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/sitelist.pdf

https://humedales.mma.gob.cl/
Gabriel Morales
Toda la información correspondiente a Gabriel fue extraída de una entrevista grabada por nuestro
equipo y lamentablemente no está disponible en línea.

Andrés Charrier
https://www.researchgate.net/profile/Andres-Charrier

https://laderasur.com/equipo/andres-charrier/

https://laderasur.com/articulo/anfibios-bajo-amenaza/

https://laderasur.com/fotografia/chile-ranas-y-sapos-que-podemos-ver-y-escuchar-en-verano/

https://laderasur.com/articulo/andres-charrier-no-se-si-en-20-anos-nuestros-hijos-veran-
especies-extintas-que-nosotros-estudiabamos-y-tratabamos-de-rescatar/

https://gmackinnon.com/2019/08/06/andres-charrier-naturalista-y-herpetografo/

https://www.rewild.org/news/como-un-pequeno-equipo-esta-tomando-medidas-heroicas-para-
salvar-a-una-especie-de-rana-a-punto-de-extinguirse

https://podcasters.spotify.com/pod/show/ladera-sur/episodes/T01---07---Andrs-Charrier--
experto-en-ranas-y-otros-anfibios-eacprd

Mellisa Carmody
https://chile.wcs.org/
https://chile.wcs.org/nosotros/personal/projectid/-1/currentpage/2.aspx

https://chile.wcs.org/Karukinka.aspx

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Yacqueline Montecinos
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https://www.futuro360.com/desafiotierra/islandia-caza-comercial-ballenas-wwf_20230904/

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