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La crisis de la salud

pública y el movimiento
de la salud colectiva en
Latinoamérica1
Naomar Almeida Filho2
Jairnilson Silva Paim3

Resumen Primera Parte:


El presente ensayo es un estudio exploratorio de ¿Una “Nueva
los fundamentos históricos e institucionales de la Salud Pública”
así llamada “crisis de la salud pública”, destinado a o nuevamente
identificar las nuevas tendencias y perspectivas
la vieja retórica?
para la transformación paradigmática del campo de
En este final de milenio, la

la salud pública en el contexto del panorama


humanidad ha experimentado

internacional actual de globalización económica y


rápidas y profundas transfor-
maciones en todas las esferas

cultural. En la primera parte se analiza la retórica


de la vida económica, cultu-

de salud en perspectiva histórica. Primero se


ral, social y política. Tales
cambios han provocado, por

considera brevemente los principales elementos del


un lado, una cierta perpleji-
dad ante su velocidad y am-
plitud y, por el otro, un gran
Palabras clave
esfuerzo de reflexión y acción
Salud Pública. Salud Colectiva. Paradigma. Crisis.
en el sentido de comprender y
Keywords
explicar lo que pasa, a fin de
Public Health. Collective Health. Paradigm. Crisis.
intervenir sobre la realidad.
La internacionalización de la
producción, distribución y
1. Proyecto apoyado por la División de Recursos Humanos de la Or-
ganización Panamericana de la Salud, parcialmente financiado por el
consumo, juntamente con el
Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico de
avance de las tecnologías de
Brasil (CNPq. (Proceso nº 520.573/95.1).
la información, tienen como
2. Ph. D. en Epidemiología. Director del Instituto de Salud Colectiva de
la Universidad Federal de Bahía. Investigador del Conselho Nacional de
resultado la globalización de
Desenvolvimento Científico e Tecnológico de Brasil. (naomar@ufba.br).
la economía y sus consecuen-
3. Doctor en Medicina. Profesor Adjunto, Instituto de Salud Colectiva de
cias macroeconómicas: trans-
la Universidad Federal de Bahía. Investigador del Conselho Nacional de nacionalización empresarial,
Desenvolvimento Científico e Tecnológico de Brasil (jairnil@ufba.br). desterritorialización de la
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discurso de los movimientos ideológicos que


históricamente construyeron el campo social de la
fuerza de trabajo, desempleo estructu-
ral, entre otras (Banco Mundial 1993;

salud. Policía Médica, Medicina Social, Salud


World Bank 1997). Al mismo tiempo se

Pública, Medicina Preventiva, Salud Comunitaria,


verifica un aumento de las desigualda-

Atención Primaria en Salud y Promoción de Salud.


des entre los pueblos y los grupos so-
ciales, la eclosión de los movimientos

Los autores también sintetizan esfuerzos recientes


nacionalistas, la exacerbación de los

concertados por la Organización Panamericana de


conflictos étnicos, la agresión al medio
ambiente, el deterioro del espacio urba-
la Salud para debatir la teoría y práctica de la Salud
no, la intensificación de la violencia y

Pública en la región de las Américas, con la


la violación de los derechos humanos

convergencia de tres tópicos —reforma sectorial,


(Macedo 1992).
En el campo de la salud, el debate

“Renovación de Salud para Todos” y la “Nueva


sobre sus relaciones con el desarrollo

Salud Pública”—. En la segunda parte se presenta


económico y social que marcó la déca-

una evaluación crítica de la hipótesis de que la


da del sesenta se amplia, en los años se-
tenta, hacia un discusión sobre la exten-

Salud Colectiva constituya un nuevo paradigma


sión de cobertura de los servicios. El

científico capaz de superar la llamada “crisis de la


reconocimiento del derecho a la salud y
la responsabilidad de la sociedad para

salud pública”. Con ese objetivo los autores


garantizar los cuidados de salud posibi-

proponen una trama teórica epistemológica con los


litan la formulación del célebre lema

conceptos de paradigma y “campo científico”, sus


“Salud para todos en el Año 2000”
(SPT-2000). Se busca, de ese modo, in-

derivaciones y aplicaciones potenciales en el campo


corporar los avances técnicos de la me-

de salud, así como las demandas por un “nuevo


dicina y de la salud pública a costos

paradigma” compuesto por categorías


compatibles, en la expectativa de que
para ello sería suficiente definir políti-

epistemológicas (tales como complejidad), modelos


cas, estrategias, prioridades y modelos

teóricos (teoría del caos) y formas lógicas de análisis


de atención, gestión y organización de
servicios capaces de alcanzar las metas

(geometría fractal y modelos matemáticos no


de SPT-2000 (WHO 1995).

lineares). A continuación se presenta una breve


En tanto la estrategia de atención

evaluación de las bases conceptuales del movimiento


primaria de la salud se difunde a partir
de la Conferencia de Alma Ata, los cen-

de Salud Colectiva, que se ha desarrollado en las


tros hegemónicos de la economía mun-

últimas dos décadas en América Latina, señalando


dial valorizan el mercado en tanto me-
canismo privilegiado para la asignación

su definición provisoria como un campo científico,


de recursos y cuestionan la responsabi-

siendo a la vez un dominio de conocimiento y un


lidad estatal en la provisión de bienes y

campo de prácticas. Como campo de conocimiento


servicios para la atención de las necesi-
dades sociales, inclusive salud. El

contribuye al estudio de los fenómenos de salud-


“nuevo orden mundial” que se instaura

enfermedad-atención en poblaciones como procesos


en la década de los ochenta, inspirado

sociales, investigando la producción y distribución


en el neoliberalismo, provoca una evi-
dente fragilización de los esfuerzos pa-

de la enfermedad en la sociedad como parte de la


ra enfrentar colectivamente los proble-

reproducción social y analizando las prácticas de


mas de salud. Particularmente en los
países de economía capitalista depen-

salud como un proceso de trabajo articulado con


diente, la opción por el “Estado míni-

otras prácticas sociales. Como campo de prácticas,


mo” y el corte en los gastos públicos

Salud Colectiva focaliza sus modelos o lineamientos


como respuesta a la llamada “crisis fis-
cal del Estado” comprometen en mu-

sobre cuatro objetos de intervención: políticas,


cho el ámbito institucional conocido

prácticas tecnologías e instrumentos. Finalmente se


como Salud Pública (Godue 1998).
Sobre la base de este marco, se cons-
concluye que, aunque no constituye en sí mismo un
tata una “crisis de la salud pública” per-

nuevo paradigma, Salud Colectiva, como un


cibida de modo diferente por los distin-
tos sujetos actuantes en este campo so-

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La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

movimiento comprometido con la transformación


social de la salud, presenta ricas posibilidades de
cial (Institute of Medicine 1988; Ferrei-
ra 1992; Macedo 1992). Para la supera-

articulación con paradigmas científicos capaces de


ción de esa crisis se han propuesto dife-

aproximarse al objeto salud-enfermedad-cuidado con


rentes aportes, cada uno de ellos apun-

respeto de su historicidad y complejidad.


tando a la necesidad de nuevos paradig-
mas en el “campo de la salud pública”.
En este esfuerzo podemos incluir desde

Abstract
las iniciativas de la OPS de revalorizar

The present essay is an exploratory study of the


la “teoría y práctica de la salud públi-
ca” (PAHO 1993), hasta la propuesta

historical and institutional background of the


de una Nueva Salud Pública (Frenk

so-called “crisis of public health”, in the context of


1992) como parte del movimiento de
renovación de la estrategia “salud para

the current international panorama of economic and


todos” (WHO 1995a), y también la ini-

cultural globalization. First, the rhetoric of health is


ciativa del Banco Mundial de debatir

analyzed in historical perspective, briefly


las “prioridades en la investigación y
desarrollo en salud” (World Bank

considering the main elements of the discourse of


1996). En consecuencia, se verifica la

the ideological movements that historically built the


necesidad de construcción de un marco
teórico conceptual capaz de reconfigu-

social field of health. Medical Police, Social


rar el campo social de la salud, actuali-

Medicine and Public Health, Community Health,


zándolo frente a las evidencias de ago-

Primary Health Care and Health Promotion. The


tamiento del paradigma científico que
sustenta sus prácticas.

authors also summarize recent efforts concerted by


Antes de seguir, es necesario hacer

PAHO to debate the theory and practice of Public


aquí una crítica en relación al uso del

Health in the region of the Americas, with the


término “salud pública” como un con-
cepto que se refiere al campo general

convergence of three topics —sectorial reform,


de la salud en el ámbito colectivo, o

“Renovation of Health for All” and the “New


sea, a los procesos de salud, enferme-
dad, sufrimiento y muerte en la socie-

Public Health”—. In the second part a critical


dad y las respuestas sociales destinadas

evaluation of the hypothesis that Collective Health


a manejar tales fenomenos. Como acla-

(an ideological movement which emerged in the


raremos más adelante, la designación
“salud pública” ha sido utilizada en re-

health field in Latin America) is a new scientific


ferencia a uno de los más importantes

paradigm capable of overcoming the so-called


movimientos ideológicos en el campo
de la salud de este siglo, justamente
“crisis of public health” is proposed. With this aim,
aquél que se encontraba cuestionado en

firstly the authors define a theoretical-


sus bases conceptuales y prácticas. No

epistemological framework with the concepts of


se justifica, por lo tanto, la metonimia
que hace equivalente la fuente de refe-

‘paradigm’ and ‘scientific field’, pointing out their


rencia al objeto referido de interven-

derivations and potential applications in the health


ción.

field and the claims for a “new paradigm”,


En este texto buscamos comprender
ese marco conceptual en tanto cuerpo

composed by epistemological categories (such as


doctrinario estructurante de un deter-

complexity), theoretical models (“chaos theory”)


minado campo científico (con su para-
digma dominante) y un ámbito de prác-

and logical forms of analysis (fractal geometry and


ticas. Se trata de un estudio explorato-

non-linear mathematical models). Secondly, a brief


rio de la retórica paradigmática del

systematic account of the conceptual landmarks of


campo de la salud, consustanciada en
las redes productoras y difusoras de sus

the Collective Health movement is presented, as


elementos ideológicos. Para realizarlo

carried out in the two last decades in Latin


pretendemos, en esta primera parte,

America, allow its provisional definition as a


analizar sintéticamente los principales
elementos del discurso de los movi-

scientific field. As a knowledge field, it contributes


mientos ideológicos que históricamen-
te construirían el campo social de la sa-

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to the study of health-disease phenomena in


populations as a social process, investigating the
lud desde la Segunda Guerra Mundial
hasta la actual coyuntura, en la que se

production and distribution of disease in society as


procura una renovación de las bases de

part of the social reproduction, and analyzing


la salud pública. A continuación, pro-

health practices as a labor process articulated with


ponemos una evaluación crítica de las
posibilidades de articulación de estos

the other social practices. As a field of practices,


movimientos a nuevos paradigmas

Collective Health focuses on its models or action


científicos capaces de apoyar la supera-

guidelines four intervention objects: policies,


ción de la difundida crisis de la salud.

Movimientos en el campo
practices, technologies and instruments. Finally, it social de la salud
is concluded that, although not being in itself a new Proponiendo delimitar mejor un

paradigm, Collective Health, as an movement


nuevo campo científico para la salud

committed to the social transformation of health,


pública, Frenk (1992) desarrolla una ti-

presents some possibilities of articulation with


pología de investigación, diferenciando
los niveles de actuación individual y

scientific paradigms capable of approaching the


subindividual, donde se concentran la

object of health-disease-care respectful of its


investigación biomédica y la investiga-

historicity and complexity.


ción clínica, en relación al nivel pobla-
cional, que toma como objetos de aná-
lisis las condiciones (investigación epi-
demiológica) y las respuestas sociales
frente a los problemas de salud (inves-
tigación en sistemas de salud, políticas
de salud, organización de sistemas de
salud, investigación en servicios y re-
cursos de salud). Este autor considera
como campo de aplicación de la “Nue-
va Salud Pública” las condiciones y
respuestas asentadas sobre las bases
científicas de las ciencias biológicas,
sociales y del comportamiento, tenien-
do como áreas de aplicación poblacio-
nes, problemas y programas.
Con base en esa concepción, Terris
(1992) prescribe cuatro tareas básicas
para la teoría y práctica de la “Nueva
Salud Pública”: prevención de las en-
fermedades no infecciosas, prevención
de las enfermedades infecciosas, pro-
moción de la salud, mejora de la aten-
ción médica y de la rehabilitación. Este
autor actualiza la clásica definición de
Salud Pública elaborada por Winslow
en la década del veinte, en los siguien-
tes términos “el arte y la ciencia de pre-
venir la enfermedad y la incapacidad,
prolongar la vida y promover la salud
física y mental mediante esfuerzos or-
ganizados de la comunidad”.
A partir de una reflexión sobre las
políticas sociales, y buscando un redi-
mensionamiento teórico de la salud co-
mo “campo de fuerza” y de aplicación
de la ciencia, Testa (1992), reconoce a
la salud pública en tanto práctica so-
cial, por lo tanto, como construcción
histórica. La importante contribución

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La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

de los abordajes etnográficos contem- lado, las propuestas de una Política (o


poráneos de la práctica científica, espe- Policía) Médica establecen la responsa-
cialmente en el contexto del llamado bilidad del Estado como definidor de
“giro hermenéutico” (Bibeau 1995), políticas, leyes y reglamentos referen-
indica que los ámbitos de la práctica tes a la salud en lo colectivo y como
humana no se configuran a partir de agente fiscalizador de su aplicación so-
una estructura racional de base norma- cial, remitiendo de esta forma los dis-
tiva o prescriptiva, ni por la vertiente cursos y prácticas de salud a la instan-
doxológica (de la doctrina), con el es- cia jurídico-política (Rosen 1980).
tablecimiento de objetivos hetero-regu- En el siglo siguiente, los países euro-
lados, ni por el sesgo epistemológico peos adelantan un proceso macro social
formal (basado en la díada teoría-méto- de la mayor importancia histórica: la
do, a través de formalizaciones). En Revolución Industrial, que produce un
otras palabras, ni definiciones —inclu- tremendo impacto sobre las condicio-
so aquéllas exhaustivas y objetivas co- nes de vida y de salud de sus poblacio-
mo por ejemplo la definición Winslow- nes. Con la organización de las clases
Terris—, ni estructuras lógicas descrip- trabajadoras y el aumento de su partici-
tivas —como la clasificación de pación política, principalmente en los
Frenk— son capaces de dar cuenta de países que alcanzaron un mayor desa-
lo esencial de los campos científicos y rrollo de las relaciones productivas, co-
sus respectivos ámbitos de práctica. mo Inglaterra, Francia y Alemania, rá-
Pero si las proposiciones de las políti- pidamente se incorporan temas relati-
cas de salud y las prescripciones de la vos a salud en la agenda de reivindica-
salud pública son contextualizadas en ciones de los movimientos sociales del
un “campo de fuerza” como se puede período. Entre 1830 y 1880 surgen, en
aprehender a partir de la crítica históri- esos países, propuestas de comprensión
ca de Testa, otros sentidos y significa- de la crisis sanitaria como un proceso
dos pueden ser extraídos de esa retóri- fundamentalmente político y social
ca. Por ello, antes de analizar los ele- que, en su conjunto, recibieron la deno-
mentos discursivos de las nuevas pro- minación de Medicina Social (Silva
puestas es necesaria una contextualiza- 1973; Rosen 1980). En síntesis, se pos-
ción de las prácticas y de los discursos tula en ese movimiento que la medicina
que, en los últimos cincuenta años, vie- es política aplicada en el campo de la
nen constituyendo el campo social de salud individual y que la política no es
la salud, así como sus efectos sobre la más que la aplicación de la medicina en
estructuración de los discursos sociales el ámbito social, curando los males de
nacionales e internacionales. la sociedad. La participación política es
El área de la salud, inevitablemente la principal estrategia de transforma-
referida al ámbito colectivo-público- ción de la realidad de salud, en la ex-
social, ha pasado históricamente por pectativa que de las revoluciones popu-
sucesivos movimientos de recomposi- lares resultara democracia, justicia e
ción de las prácticas sanitarias deriva- igualdad, principales determinantes de
das de las distintas articulaciones entre la salud social. Pese a haber sido desba-
sociedad y Estado que definen, en cada ratado en el plano político, el movi-
coyuntura, las respuestas sociales a las miento de medicina social genera una
necesidades y a los problemas de sa- importante producción doctrinaria y
lud. Las bases doctrinarias de los dis- conceptual que proporciona las bases
cursos sociales sobre la salud emergen para los esfuerzos subsiguientes de
en la segunda mitad del siglo XVIII, en pensar la cuestión de la salud en la so-
Europa Occidental, en un proceso his- ciedad (Arouca 1975; Gaumer 1995;
tórico de disciplinamiento de los cuer- Desrosiers 1996).
pos y constitución de intervenciones En paralelo, principalmente en In-
sobre los sujetos (Foucault 1966, glaterra y los EE.UU., se estructura una
1979). Por un lado, la higiene, en tanto respuesta a esta problemática estricta-
conjunto de normatizaciones y precep- mente integrada a la acción del Estado
tos a ser seguidos y aplicados en el ám- en el ámbito de la salud, constituyendo
bito individual, produce un discurso un movimiento conocido como Sanita-
sobre la buena salud francamente cir- rismo (Silva 1973). En su mayoría fun-
cunscripto a la esfera moral. Por otro cionarios de las recién implantadas

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agencias estatales de salud y bienestar, logización de la práctica médica) se ar-


los sanitaristas producen un discurso y ticulan en los EE.UU. propuestas de
una práctica sobre las cuestiones de sa- implantación de un sistema nacional de
lud basados fundamentalmente en la salud. Por la acción directa del podero-
aplicación de tecnología y en los prin- so lobby de las corporaciones médicas
cipios de organización racional para la de aquél país, en lugar de una reforma
expansión de actividades profilácticas sectorial de la salud en los moldes de la
(saneamiento, inmunización y control mayoría de los países europeos, se pro-
de vectores) destinadas principalmente ponen cambios en la enseñanza médi-
a los pobres y sectores excluidos de la ca, incorporándole un énfasis vago en
población. El advenimiento del para- la prevención. En 1952 se realiza en
digma microbiano en las ciencias bási- Colorado Springs una reunión de repre-
cas de la salud representa un gran re- sentantes de las principales escuelas de
fuerzo para el movimiento sanitarista medicina norteamericanas (incluyendo
que, en un proceso de hegemonización, Canadá), punto de partida para una am-
y ya bautizado como salud pública, plia reforma de los curricula de los cur-
prácticamente redefine las directrices sos médicos en el sentido de inculcar
de la teoría y la práctica en el campo de una actitud preventiva en los futuros
la salud social en el mundo occidental. practicantes (Arouca 1975; Desrosiers
A comienzos de este siglo, con el cé- 1996).
lebre Informe Flexner, se desencadena A nivel de la estructura organizativa,
en los EE.UU. una profunda revitaliza- se propone la apertura de departamen-
ción de las bases científicas de la medi- tos de medicina preventiva, sustituyen-
cina, que resulta en la redefinición de la do las tradicionales cátedras de higiene,
enseñanza y la práctica médica a partir capaces de actuar como elementos de
de principios técnicos rigurosos. Con difusión de los contenidos de epide-
su énfasis en el conocimiento experi- miología, administración de salud y
mental de base subindividual, prove- ciencias de la conducta, hasta entonces
niente de la investigación básica reali- incorporados en las escuelas de salud
zada generalmente sobre enfermedades pública (Silva 1973; Leavell & Clark
infecciosas, el modelo conceptual flex- 1976). En esta propuesta, el concepto
neriano refuerza la separación entre lo de salud está representado por metáfo-
individual y lo colectivo, privado y pú- ras gradualistas y dimensionales del
blico, biológico y social, curativo y proceso de salud-enfermedad, que jus-
preventivo (Rodrigues Neto 1979). Es tifican conceptualmente intervenciones
en ese contexto que surgen las primeras previas a la ocurrencia concreta de sín-
escuelas de salud pública contando con tomas y señales en una fase pre-clínica.
pesadas inversiones de organismos co- La propia noción de prevención es radi-
mo la Fundación Rockefeller, inicial- calmente redefinida, a través de una
mente en los EE.UU. y enseguida en osada maniobra semántica (ampliación
diferentes países, inclusive en América de sentido por la adjetivación de la pre-
Latina. De hecho, las referencias para- vención como primaria, secundaria y
digmáticas del movimiento de la salud terciaria) que termina incorporando la
pública no expresan ninguna contradic- totalidad de la práctica médica al nuevo
ción ante las bases positivistas de la campo discursivo. Que esto haya ocu-
medicina flexneriana, conforme se de- rrido solamente a nivel de la retórica in-
muestra a partir del proceso de selec- dica sólo la limitada pretensión trans-
ción de las demandas de subvención formadora del movimiento en conside-
destinadas a la institucionalización de ración, efectivamente prisionero en lo
los centros de formación de sanitaristas que Arouca (1975) con mucha perspi-
y epidemiólogos de la época (White cacia denominó “modelo preventivis-
1991). ta”.
En la década de los cuarenta, como Con entusiasmo comprensible, orga-
una consecuencia de procesos externos nismos internacionales del campo de la
e internos al campo de la salud (por un salud adhieren de inmediato a la nueva
lado los reflejos sociales de la crisis doctrina, orquestando una internacio-
económica del 29, y por otro lado, el nalización de la Medicina Preventiva
incremento de los costos debido al au- ya francamente como movimiento
mento de la especialización y la tecno- ideológico. En Europa se realizan con-

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La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

gresos sobre el modelo Colorado destinados a efectuar acciones preven-


Springs en Nancy (Francia), en el mis- tivas y proporcionar cuidados básicos
mo año 1952, y en Gotemburgo (Sue- de salud a la población residente en
cia), en el siguiente, patrocinados por áreas geográficamente delimitadas
la OMS; en América Latina, bajo el pa- (Paim 1975; Lathem 1976).
trocinio de la OPS se organizan los Se- La propuesta de Salud Comunitaria
minarios de Viña del Mar (Chile) en recupera en forma innegable parte im-
1955 y Tehuacán (México) en 1956 portante del arsenal discursivo de la
(Grundy & Mackintosh 1958; Arouca Medicina Preventiva, particularmente
1975; Desrosiers 1996). el énfasis en las entonces denominadas
El éxito de este movimiento en su “ciencias de la conducta” (sociología,
país de origen es innegable: la única antropología y psicología) aplicadas a
nación industrializada que hasta hoy no los problemas de salud. En ese caso, sin
dispone de un sistema universal de embargo, el conocimiento de los proce-
atención de salud es justamente los sos socioculturales y psicosociales se
EE.UU. En América Latina, pese a las destina no a facilitar la relación médi-
expectativas e inversiones de organis- co-paciente o la gestión institucional,
mos y fundaciones internacionales, el como en el movimiento precedente, si-
único efecto de este movimiento pare- no a posibilitar la integración de los
ce ser la implantación de departamen- equipos de salud en las comunidades
tos académicos de medicina preventiva “problemáticas”, a través de la identifi-
en países que, ya en la década de los cación y cooptación de los agentes y
sesenta, pasaban por procesos de refor- fuerzas sociales locales para los progra-
ma universitaria (Silva 1973; Arouca mas de educación en salud. En un cier-
1975). En Europa Occidental, en países to sentido, el movimiento de Salud Co-
que ya disponían de estructuras acadé- munitaria consigue poner en práctica
micas de larga tradición y que en la algunos de los principios preventivis-
postguerra consolidaban sistemas na- tas, focalizando evidentemente en sec-
cionales de salud de acceso universal y tores sociales minoritarios y dejando
jerarquizados, la propuesta de la Medi- una vez más sin tocar el mandato social
cina Preventiva no causa mayor impac- de la atención médica convencional
to ni sobre la enseñanza ni sobre la or- (Paim 1975; Donnangelo 1976).
ganización de la atención de salud Desde ese punto de vista, el fracaso
(Grundy & Mackintosh 1958). del movimiento de Salud Comunitaria,
Los célebres sixties marcan en los artificial y distanciado del sistema de
Estados Unidos una coyuntura de in- salud predominante en el país de ori-
tensa movilización popular e intelec- gen, parece evidente. Desrosiers (1996)
tual en torno de importantes cuestiones llega a ser irónico, al comentar que en
sociales, como los derechos humanos, los Estados Unidos, dado el “carácter
la guerra de Vietnam, la pobreza urba- parcial y muchas veces temporario de
na y el racismo. Diversos modelos de las experiencias de medicina o salud
intervención son probados e institucio- comunitaria, quedó solamente la expre-
nalizados bajo la forma de movimien- sión (...) en lugar de la salud pública
tos organizados en el ámbito local de tradicional”. No obstante, una vez más,
las comunidades urbanas, destinados los organismos internacionales del
principalmente a la ampliación de la campo de la salud incorporaron rápida-
acción social en sectores de vivienda, mente el nuevo movimiento ideológico,
educación y salud (particularmente sa- traduciendo su cuerpo doctrinario a las
lud mental), reduciendo tensiones so- necesidades de los diferentes contextos
ciales en los guetos de las principales de aplicación potencial (Arouca 1975;
metrópolis norteamericanas (Donnan- Donnangelo 1976; Desrosiers 1996).
gelo 1976). En el campo de la salud se Con el respaldo de la Organización
organiza entonces el movimiento de la Mundial de la Salud, los principios de
Salud Comunitaria también conocido estos programas comunitarios de salud
como medicina comunitaria,4 basado pasaron a enfatizar más la dimensión 4. Esta denominación se em-
plea en Europa y Canadá para
en la implantación de centros comuni- de la atención simplificada procurando designar departamentos de me-
tarios de salud, en general administra- la extensión de la cobertura de servi- dicina preventiva y social, sin
dos por organizaciones no lucrativas y cios a poblaciones hasta ese momento ninguna connotación de acción
subsidiados por el gobierno federal, excluidas del cuidado de salud, princi- asistencial en comunidades.

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palmente en áreas rurales, siendo de En 1974, en Canadá, el documento


esa manera incorporados al discurso de conocido como Informe Lalonde define
las agencias oficiales (secretarías, mi- las bases de un movimiento por la Pro-
nisterios) de salud. Efectivamente, data moción de la Salud, introduciendo co-
de 1953 la definición de los “servicios mo consigna básica no sólo agregar
básicos de salud” de la OMS, cubrien- años de vida sino también vida a los
do las siguientes actividades: a) aten- años. Establece el modelo de “campo
ción de salud de la mujer y el niño; b) de la salud” compuesto por cuatro po-
control de enfermedades transmisibles; los: la biología humana, que incluye la
c) saneamiento ambiental, d) manteni- madurez y el envejecimiento, sistemas
miento de sistemas de información; e) internos complejos y herencia genética,
educación en salud; f) enfermería de el sistema organizado de servicios, que
salud pública; g) atención médica de contempla los componentes de recupe-
bajo nivel de complejidad. La revisión ración, curativo y preventivo; el am-
de esta definición realizada en 1963 por biente, que envuelve lo social, lo psico-
una comisión de especialistas ya inte- lógico y lo físico; y, finalmente el esti-
grados en el movimiento de salud co- lo de vida, en el cual pueden ser consi-
munitaria propone incluir la participa- derados la participación en el empleo y
ción comunitaria en esta relación (Nca- los riesgos ocupacionales, los estánda-
yiyana et al. 1995). res de consumo y los riesgos de las ac-
En América Latina, programas de tividades vinculadas al ocio. Propone
salud comunitaria son implantados como estrategias considerar la grave-
principalmente en Colombia, Brasil y dad de los problemas de salud, la prio-
Chile, bajo el patrocinio de fundacio- ridad de los tomadores de decisión, la
nes norteamericanas y respaldados por disponibilidad de soluciones efectivas
la OPS, con la expectativa de que su con resultados mensurables, los costos
efecto-demostración podría influenciar y las “iniciativas federales” centradas
positivamente el diseño de los sistemas en la promoción de la salud, en la regu-
de salud en el continente. En un plano lación, en la investigación, en la efi-
más general, hace más de veinte años ciencia de la atención de salud y el es-
(1977), la Asamblea Mundial de Salud tablecimiento de objetivos (Canadá
lanza la consigna Salud para Todos en 1974).
el Año 2000, asumiendo una propuesta Sobre la base de estos principios y
política de extensión de la cobertura de estrategias, en el contexto de lo que se
los servicios básicos de salud en base a llamó revolution tranquile, se implantó
sistemas simplificados de atención de en varias provincias de Canadá una red
salud (Paim 1986). En el año siguiente, de centros comunitarios de salud y ser-
1978, en Alma Ata, la Conferencia In- vicios sociales, efectivamente integra-
ternacional sobre Atención Primaria de dos a un sistema de medicina socializa-
la Salud, promovida por la OMS, rea- da, que representa una síntesis de los
firma la salud como derecho del hom- modelos de atención precedentes. De
bre, bajo la responsabilidad política de acuerdo con Desrosiers (1996) esta re-
los gobiernos, y reconoce su determi- forma del sistema de salud canadiense
nación intersectorial (WHO 1995a). tuvo como objetivos:
Además de eso, la OMS establece la “reunir los servicios sociales y los
Atención Primaria de Salud como es- servicios de salud bajo la autoridad de
trategia privilegiada de operacionaliza- un mismo ministerio, llamado Ministe-
ción de las metas de SPT-2000, incor- rio de Asuntos Sociales, en los mismos
porando implícitamente elementos del establecimientos en el ámbito local,
discurso de la salud comunitaria. Más los CLSC (Centros Locales de Servi-
tarde, ya en los años ochenta, con el ró- cios Comunitarios), con un equipo plu-
tulo actualizado de SILOS (Sistemas ridisciplinario compuesto de agentes
Locales de Salud) y en el interior de un sanitarios y sociales; favorecer una
modelo organizado en distritos sobre la medicina global a partir de la práctica
base de niveles jerarquizados de aten- en los CLSC y a través de vínculos es-
ción, la retórica de salud comunitaria se trechos entre clínicos y especialistas
integra a las primeras iniciativas de re- de salud pública en el ámbito de los
forma sectorial de salud en los países hospitales; finalmente, asegurar una
subdesarrollados (Paim 1986). participación importante de los ciuda-

12
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

danos en la administración de los ser- adoptada por los organismos financie-


vicios de salud”. ros internacionales e impuesta a los paí-
La Carta de Ottawa (Canadá 1986), ses que pretenden insertarse en el “nue-
documento oficial que institucionaliza vo orden” del capitalismo mundial, so-
el modelo canadiense, define los prin- bre todo después de los cambios políti-
cipales elementos discursivos del mo- cos en del este europeo y los tropiezos
vimiento de Promoción de la Salud: a) del “socialismo real”. Justamente en ese
integración de la salud como parte de contexto la OPS promueve, a partir de
políticas públicas “saludables”; b) ac- 1990, un debate sobre la crisis de la sa-
tuación de la comunidad en la gestión lud pública, privilegiando una reflexión
del sistema de salud; c) reorientación sobre los conceptos, teorías, metodolo-
de los sistemas de salud; d) énfasis en gías, elementos explicativos, determi-
el cambio de los estilos de vida. Crono- nantes estructurales, repercusiones ope-
lógicamente este movimiento corres- racionales y en las prácticas de salud, y
ponde al desmantelamiento del Natio- perspectivas futuras para la Salud Públi-
nal Health Service de Inglaterra, en la ca en sus relaciones con el Estado y la
coyuntura del Tatcherismo, y la refor- sociedad (PAHO 1992; OPS 1994,
ma de los sistemas de salud y seguridad 1995). Paralelamente, la OMS patroci-
social de los países escandinavos, fren- na una reflexión articulada sobre las ba-
te al retroceso de la socialdemocracia ses de una “Nueva Salud Pública”, or-
en el continente europeo, lo que limita ganizando un conjunto de seminarios y
su potencial de expansión, incluso en- reuniones sobre formación avanzada, li-
tre los países desarrollados. En los Es- derazgo institucional, teoría y práctica
tados Unidos, en la década de los en Salud Pública (Ncayiyana et al.

La “Nueva Salud Pública”


ochenta, se desarrollan programas aca- 1995; WHO 1995, 1995a).
démicos levemente inspirados por este
movimiento, bajo la sigla HPDP
(Health Promotion Disease Preven- En la actualidad diversos países rea-
tion), indicando claramente la opción lizan reformas económicas, políticas y
por la propuesta mínima de cambio de administrativas buscando asegurar al-
estilo de vida por medio de programas gún espacio en la nueva configuración
de modificación de comportamientos de los mercados mundiales. La reforma
considerados de riesgo (como hábito de del Estado, aunque no suficientemente
fumar, dieta, sedentarismo, etc.). explicativa, se coloca en la agenda po-
En lo que se refiere a la absorción lítica de gobierno con diferentes espec-
del discurso de la promoción de la sa- tros político-ideológicos y, en ese parti-
lud por parte de organismos internacio- cular, emergen propuestas sectoriales
nales, podemos hacer referencia al Pro- como es el caso de salud. En América
yecto Ciudades Saludables de la OMS, Latina, muchas de las reformas del sec-
lanzado con bastante publicidad en tor salud son apoyadas por organismos
1986 (WHO 1995). Vale todavía men- financieros internacionales, a ejemplo
cionar que el Banco Mundial, en con- del Banco Mundial, cuyos presupues-
junto de la Organización Mundial de la tos y directivas divergen bastante de los
Salud, patrocina en 1991 una actualiza- proyectos originales de la reforma sani-
ción de los principios del movimiento taria (Banco Mundial 1993). Por lo tan-
de Promoción de la Salud, incorporan- to, se hace necesario discernir los con-
do en él la cuestión del desarrollo eco- tenidos sustantivos de cada uno de los
nómico y social sustentado como im- proyectos para que, por ejemplo, sea
portante componente extrasectorial pa- posible comprender las especificidades
ra el campo de la salud (Banco Mun- del sistema de salud canadiense en
dial 1993). Además de eso, en el con- comparación con el proyecto Clinton
texto de la Conferencia Mundial por el para la actualización de complejo de
Medio Ambiente, conocida como ECO servicios de salud estadounidense, del
‘92, promovida por la ONU en Rio de mismo modo que se hace necesario
Janeiro, la salud ambiental fue definida considerar las diferencias entre la orga-
como prioridad social para la promo- nización de los servicios de salud en
ción de salud, dentro de la célebre Cuba, con énfasis en la atención prima-
Agenda 21 (WHO 1995, 1995a). ria, y las propuestas de la reforma sec-
A esa altura la receta neoliberal es torial de Bolivia y de Colombia.
13
cuadernos médico sociales 75: 5-30

Pueden visualizarse respuestas prag- representaría sólo una determinada in-


máticas a tal “momento de la verdad” terpretación de los sanitaristas. Propo-
(Ferreira 1992), en el caso de América nen así agregar nuevos temas y habili-
Latina, a través de las propuestas del dades al campo de la Salud pública y a
Banco Mundial que valorizan la efi- su ámbito de prácticas y de institucio-
ciencia y la eficacia en detrimento de la nes (Ncayiyana et al. 1995; WHO
equidad mediante políticas de ajuste 1995a). Sin embargo, este enfoque pue-
macro-económico, y en el sector salud, de resultar en reformas curriculares de
a través de la focalización y de la ca- las respectivas escuelas o en reformas
nasta básica de servicios (Banco Mun- administrativas en las instituciones de
dial 1993; World Bank 1996). Así, mu- salud pero, seguramente, es insuficien-
chas de estas reformas sectoriales no te para dar cuenta de una política de
llegan a ser concebidas ni debatidas por equidad, solidaridad y salud, tal como
las escuelas de Salud Pública u organis- propone la propia OMS en este fin de
mos semejantes y, en ciertos casos, no siglo (WHO 1995).
llegan a los mismos ministerios de sa- Consiguientemente, las instituciones
lud, siendo negociadas directamente académicas y de servicios en el campo
entre las agencias financieras y el “área de la salud no pueden ignorar el movi-
económica” de los gobiernos. miento que se engendra en torno de la
En ese contexto, una reflexión sobre formulación de un política global de sa-
la “Nueva Salud Pública” que procura lud como componente director del
examinar, de manera crítica y profunda, cuerpo doctrinario elaborado en fun-
los determinantes de la “crisis de la sa- ción de una propuesta de “Renovación
lud pública”, pasa a ser identificada pe- de la Salud para Todos” (RSPT). De es-
yorativamente como “asunto de sanita- te modo, podrán reactualizar sus con-
ristas”, es decir, de escuelas e investiga- cepciones y prácticas acerca de la Sa-
dores del campo de salud así como de lud Pública y, simultáneamente estarán
funcionarios públicos con responsabili- en condiciones de explorar oportunida-
dades operativas. La correlación de las des de diálogo y de construcción de
fuerzas políticas e institucionales vi- alianzas entre organizaciones no guber-
gente mantiene separados del escenario namentales y organismos de gobierno
de las reformas de diferentes países no para enfrentar los problemas de salud.
sólo a los trabajadores del sector sino Sin embargo, más que diálogos y alian-
especialmente a los diferentes segmen- zas, las instituciones académicas y de
tos de la población que serán “objeto” servicios pueden producir nuevos con-
de esas reformas. Las conquistas demo- ceptos, teorías y prácticas que, en un
cráticas alcanzadas por los pueblos lati- proceso de “interfertilización ideológi-
noamericanos y caribeños, especial- ca”, serán capaces de influir en la pro-
mente a partir de los años ochenta, no pia doctrina de la RSPT y en la política
fueron suficientes sin embargo para ga- de salud a ser concebida cuando se ce-
rantizar la publicitación (es decir, el lebran 20 años de Alma Ata (WHO
control público de las políticas y prác- 1995).
ticas institucionales de los respectivos Ante las dificultades obvias para dis-
Estados) de sus aparatos y también de poner de una concepción convergente
sus burocracias. sobre la Nueva Salud Pública, se hace
La línea más pragmática, prescripti- pertinente sistematizar algunas cuestio-
va e intervencionista adoptada por un nes preliminares. ¿Cómo ven los acto-
panel convocado por la OMS para dis- res sociales que responderán a la con-
cutir la “Nueva Salud Pública” (WHO vocatoria para este debate el campo so-
1995), en consonancia con las visiones cial de la salud y el perfil del profesio-
de representantes europeos y america- nal que actuará en los distintos ámbitos
nos de la Salud Pública, no parece dar de acción? ¿Qué contenidos deben ser
cuenta de las dificultades identificadas privilegiados? Si el campo de conoci-
en la región de las Américas, particular- miento en salud pública es tan amplio
mente en América Latina y el Caribe. que no comporta un tipo único de pro-
En la medida que integran sistemas re- fesional para actuar en las instituciones
lativamente estabilizados en los que las y servicios, ¿cuál es el núcleo básico de
reglas de juego cambian lentamente, conocimientos y habilidades que debe-
para ellos la crisis no es estructural y rán componer el nuevo perfil profesio-

14
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

nal en un contexto que incorpora nue- decisiones políticas hasta una función
vos actores para su ámbito de acción, de advocacy, utilizando el conocimien-
exigiendo capacidad de negociación, to “como instrumento de denuncia pa-
acción comunicativa y administración ra promover la movilización creciente
de conocimientos? de la sociedad en demanda de la reali-
Iniciativas recientes de la OPS enfo- zación de su potencial de salud y ejer-
cadas al liderazgo y la formación avan- cicio del derecho de la ciudadanía”.
zada en Salud Pública posibilitarán una En esa perspectiva, las escuelas de
discusión amplia de esta cuestión en la salud pública deben fortalecer su pro-
Región de las Américas, incluyendo, ceso de independización. La Primera
por lo tanto, Canadá, los EE.UU. y los Conferencia Panamericana sobre Edu-
países del Caribe. Así, en el período cación en Salud Pública (ALAESP
1987-1988 se procedió al análisis de la 1994) propuso la profundización del
infraestructura, privilegiando las si- debate en torno a la transformación de
guientes áreas críticas: políticas públi- la estructura organizativa de las respec-
cas, sistemas de información y desarro- tivas escuelas, considerando la perte-
llo de la epidemiología, economía y fi- nencia de la desvinculación administra-
nanciamiento, recursos humanos en sa- tiva en relación a las Facultades de Me-
lud, desarrollo tecnológico y sistemas dicina. De hecho, el concepto de “espa-
de servicios de salud. En los años cio transdisciplinar” tiende a desestruc-
1989-1990 se realizaron seminarios pa- turar la idea de facultad o escuela como
ra el análisis de la prestación de servi- organización autosuficiente. De allí la
cios en lo vinculado a recuperación de propuesta de creación de espacios de
la salud, prevención de enfermedades y excelencia que, a semejanza de las nue-
promoción de la salud (PAHO 1992). vas organizaciones empresarias, fun-
Finalmente, en el período 1991-1995, cionen como “redes institucionales con
la OPS encaminó un ambicioso proyec- capacidad de agregar valor”. La idea
to para reflexión y crítica sobre la teo- básica es que se desarrollen procesos
ría y la práctica de Salud Pública, te- de formación y capacitación sistemáti-
niendo como referencia los textos bási- cos, creativos e innovadores, cuyos éxi-
cos y la reunión del “Grupo de Consul- tos fundamentales serán la investiga-
ta”, realizada en Nueva Orleans en ción y la articulación con los servicios
1991 (PAHO s/f), culminando en la de salud. La producción de liderazgos
Primera Conferencia Panamericana de sectoriales e institucionales pasa a
Educación en Salud Pública, realizada constituir uno de los propósitos básicos
en Rio de Janeiro en 1994 (ALAESP de las nuevas instituciones académicas
1994). (OPS 1994):
Esta breve reseña sugiere un clima “Liderazgo sectorial en salud signi-
estimulante de efervescencia teórica y fica la capacidad del sector de trans-
crítica, propiciando pautas de acción formar la salud en el referente básico
capaces de iniciar un proceso de mo- para la formulación de todas las otras
dernización conceptual capaz de soste- políticas públicas. La política de salud
ner una nueva práctica de salud públi- condicionaría, en gran parte, no sólo
ca. Según Rodríguez (1994), para esta comportamientos individuales, sino
nueva práctica se necesitan nuevos pro- también acciones colectivas, sociales y
fesionales, capaces de cumplir diferen- políticas. El liderazgo institucional es
tes roles, desde una función histórico- definido como la capacidad que posee
política de “rescatar, del propio proce- una organización de irradiar valores,
so histórico de construcción social de generar conocimiento y promover com-
la salud, los conocimientos, éxitos y promiso con esos valores por parte de
fracasos de la humanidad en su lucha la población y de otras organizaciones.
por la ciudadanía y el bienestar” hasta Una organización líder produce dife-
una función de agregación de valor a rencias fundamentales en la comuni-
través de la producción y gestión del dad (...). Capacitarse para el liderazgo
conocimiento científico tecnológico; es por lo tanto, un producto de adquisi-
desde una función de gerencia estraté- ción de nuevos valores y habilidades,
gica de recursos escasos y mediador es- como el desarrollo de nuevos significa-
tratégico de las relaciones entre las ne- dos de la misión y de la filosofía insti-
cesidades y problemas de salud y las tucionales. Como el objetivo del lide-

15
cuadernos médico sociales 75: 5-30

razgo es promover compromisos públi- disponen de un potencial inagotable pa-


cos con los ideales básicos, el sector o ra superar la enfermedad. Como ele-
la institución líder se reconoce no sólo mentos extradiscursivos de ese debate
por la calidad de sus acciones, sino se encuentran las restricciones econó-
principalmente por los compromisos micas que comprometen la capacidad
que genera en los sectores, institucio- del Estado para sostener, en el largo
nes, o actores que lidera”. plazo, el costo creciente de la atención
Podemos destacar, en el caso del de- de salud, particularmente la asistencia
sarrollo de la Salud Pública en la déca- médico hospitalaria, además del hecho
da de los noventa, su carácter de movi- que esta asistencia no garantiza mejor
miento ideológico, sea utilizando su nivel de bienestar o productividad so-
brazo académico (ALAESP, por ejem- cial. Se reconoce, también, la creciente
plo) sea accionando su brazo político- inequidad de los “determinantes de la
ideológico (OPS). Así, la reflexión so- salud”, sea a nivel singular, relativo a la
bre las posibilidades de incorporación calidad del ambiente social, sea a nivel
de nuevos paradigmas se inscribe, aun- general, referente a las disparidades de
que no de manera integral, en el capítu- la distribución de ingreso y poder entre
lo de las políticas de salud. Las infle- los segmentos sociales (WHO 1995).
xiones producidas en el campo del sa- Sin embargo, romper con los para-
ber se encuentran subordinadas a las digmas vigentes no significa su rechazo
modificaciones en el ámbito de las puro y simple. Impone movimientos de
prácticas, aunque innovaciones con- crítica, elaboración y superación. Se
ceptuales y desarrollos disciplinares, trata de una construcción en el plano
científicos y tecnológicos puedan afec- epistemológico al tiempo que se movi-
tar la formulación e implementación de lizan voluntades en el ámbito de la pra-
algunas de esas políticas. xis para alimentar el pensamiento y la
No se trata de una determinación acción. Se espera que, al debatir la re-
mecánica de las políticas sobre el cam- forma del sector salud en el contexto de
po, sino en último análisis, una influen- la Renovación de Salud para Todos, se
cia decisiva, ya que es posible concebir implemente una praxis orientada hacia
situaciones en que productos de ese los “determinantes de salud” a partir de
campo del saber ejercen alteraciones, la cual se podría construir un nuevo pa-
aunque parciales, sobre la organización radigma de salud. La confluencia de

Nuevas demandas
de las prácticas de salud. tres temáticas —reforma sectorial,
RSPT y “nueva salud pública”— se im-
pone por la necesidad de una agenda
Las modificaciones del panorama política común, contemplando tanto los
político y social del mundo y de la si- planos doctrinario y conceptual como
tuación de salud (principalmente la fal- el plano metodológico operativo.
ta de cambios esperados) ponen en ja- En conclusión, se hace necesario y
que las premisas y previsiones de los urgente discutir la cuestión de la salud
antiguos modelos. O tal vez el proble- en el ámbito público-colectivo-social y
ma sea más profundo, en el nivel no de las propuestas de acción subsiguientes.
los modelos y sí del paradigma científi- En el caso específico de América Lati-
co que fundamenta este campo de prác- na, la emergencia en los últimos veinte
tica social y técnica (Almeida Filho años de un campo que se designó como
1992, 1997). Salud Colectiva (Paim 1992), permite
Frente a los elementos discursivos y la identificación de los puntos de en-
extradiscursivos ligados a la constata- cuentro con los movimientos de reno-
ción de un agotamiento de los paradig- vación de la salud pública e institucio-
mas vigentes, desafiados por la “crisis nalizada, sea como campo científico,
de la salud pública”, surgen demandas sea como ámbito de prácticas, e incluso
por “nuevos paradigmas” (Ferreira como actividad profesional. En esa
1992; Macedo 1992; Ncayiyana et al. perspectiva, las propuestas de consoli-
1995). En la cuestión particular de los dación del campo de la salud como for-
elementos discursivos, cabe destacar ma de superación de la llamada “crisis
los presupuestos de que el desarrollo de de la salud pública” pueden significar
la salud supone la exclusión de la en- una oportunidad para incorporar efecti-
fermedad y que la ciencia y la técnica vamente el complejo “promoción-sa-

16
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

lud-enfermedad-cuidado” en una nue- salud, conforme se evidencia en el fra-


va perspectiva paradigmática, aumen- caso de los gobiernos para cumplir las
tando así la viabilidad de las metas de metas de Salud para Todos en el año
Salud Para Todos mediante políticas 2000. No obstante, consideramos que
saludables, a través de mayor y más algunos elementos epistemológicos in-
efectiva participación de la sociedad en terdisciplinarios, de naturaleza concep-
las cuestiones de vida, salud, sufri- tual y metodológica, estructurantes del
miento y muerte. campo científico de la salud, son funda-

Segunda parte: Salud


mentales para la comprensión y supera-

Colectiva. Campo abierto


ción de los problemas que conforman

a nuevos paradigmas
la “crisis de la salud”.
En esa perspectiva, se hace necesario
revisar paradigmas y propuestas de ac-
En el momento actual, conforme se ción, procurando establecer hitos sobre
señaló en la primera parte de este tra- la cuestión de salud en el ámbito colec-
bajo, los marcos de referencia de la sa- tivo. En el caso específico de América
lud en el ámbito colectivo que domina- Latina, la construcción en los últimos
ron el pensamiento sectorial durante veinte años de un movimiento denomi-
más de medio siglo parecen agotados, nado Salud Colectiva ha permitido un
encontrando serias dificultades y limi- diálogo crítico y la identificación de
taciones, configurando lo que se deno- contradicciones y acuerdos con la salud
mina la “crisis de la salud pública”. En pública institucionalizada, sea en la es-
ese particular, se pueden identificar al- fera técnico-científica, sea en el terreno
gunas señales de ese agotamiento; en de las prácticas. En otras palabras, se
todas partes, con la creciente tecnifica- trata de considerar, en el ámbito de
ción de la práctica médica y la biologi- nuestro interés específico, las siguien-
zación de los modelos conceptuales se tes cuestiones: ¿Podrá el movimiento
observa un debilitamiento de los dis- de Salud Colectiva presentarse como
cursos “sociales” de la salud: en los un nuevo paradigma científico, en un
EE.UU. al final de los años ochenta, el sentido rigurosamente delimitado?
informe polémico del Institute of Me- ¿Qué pautas epistemológicas, teóricas,
dicine (1988) titulado The Future of metodológicas y políticas deben ser ac-
Public Health, anuncia la caída de tivadas para alcanzar cambios paradig-
prestigio e influencia de las escuelas de máticos en el campo de la salud? Prag-
salud pública, vaciadas por abordajes máticamente, ¿qué modelos de com-
individualizantes de la salud, como por prensión de la situación de salud po-
ejemplo, el movimiento de la epide- drían producirse? Pero también, ¿qué
miología clínica; en América Latina, efectos tendrán tales limitaciones sobre
en un momento de despolitización de la retórica y la práctica en el campo de
la cuestión del desarrollo, la salud pú- la salud?
blica es tomada como un problema de En esta segunda parte buscamos de-
reforma sectorial, cada vez más focali- finir, en primer lugar, a partir de una
zado dentro de la pauta más amplia de perspectiva auto-reconocida como
las políticas sociales. pragmática, nuestro referente teórico
Algunos elementos de análisis de con el auxilio de los conceptos de “pa-
este proceso pueden encontrarse en la radigma” y de “campo científico”, se-
coyuntura política global. Por un lado, ñalando sus derivaciones y aplicacio-
la falencia del Estado de bienestar y del nes en el área de la salud. A continua-
modelo de la seguridad social, determi- ción presentaremos una tentativa de
nada por una crisis fiscal, tiene como sistematización del marco conceptual
contrapartida el fracaso del socialismo de la Salud Colectiva, en construcción
de Estado (y del modelo de la medici- en América Latina, situando más parti-
na global socializada), asolado por una cularmente sus potencialidades de
crisis de productividad y de incorpora- constitución de un conocimiento trans-
ción tecnológica. Por otro lado, la rece- disciplinar. En conclusión, pretende-
ta del neoliberalismo (y del modelo mos proponer que este movimiento
asistencial privatizador total) ha alcan- ideológico puede articularse mejor a
zado resultados mediocres en lo que se los nuevos paradigmas científicos capa-
refiere a la cuestión social, incluyendo ces de abordar el objeto complejo sa-

17
cuadernos médico sociales 75: 5-30

lud-enfermedad-cuidado respetando su de los investigadores, sino ocurre en


historicidad e integralidad. forma organizada institucionalmente,

Referencial teórico
en el seno de una cultura, inmersa en el
lenguaje. La ciencia puede entonces ser

a) Paradigma y campo
vista como social e históricamente de-
terminada y sólo existe en el interior

científico: aplicaciones en salud


del paradigma. A nivel de la práctica, la
ciencia se realiza en el contexto de ins-
Se observa cada vez más una am- tituciones de producción socialmente
pliación del uso del término paradigma organizadas como en cualquier otro
para tratar cualquier tipo de conoci- campo de la práctica social histórica
miento humano y, de un modo todavía (Knorr-Cetina 1981; Latour 1987).
más ampliado, para referirse a las prác- En una perspectiva autodenominada
ticas sociales de cualquier naturaleza. post-kuhniana, Rorty (1979, 1991),
Actualmente, podemos encontrar desde propone una praxiología para la com-
una equivalencia del paradigma al con- prensión de la ciencia, rechazando
cepto amplio de campo disciplinar, co- frontalmente las tentativas de tomar la
mo en la noción de “paradigma de la ciencia como una mera construcción
salud pública” (Afifi & Breslow 1994), ideológica, sino específicamente como
hasta un tratamiento más regionalizado un instrumento inevitablemente al ser-
del paradigma en el sentido de mera ac- vicio de la dominación. En esa perspec-
titud ante una institución, como por tiva, la ciencia solamente tiene sentido
ejemplo en los múltiples usos que el si se la entiende en tanto práctica, una
término viene adquiriendo en el campo práctica social que tiene fundamentos
de las ciencias de la gestión (Serva particulares, pero que se ejerce en un
1993). En un nivel intermedio, en el proceso de diálogo y negociación desti-
propio campo de la salud, documentos nado a la producción de un consenso
oficiales de construcción doctrinaria localizado y datado, basado en una
han hecho uso del término en la conno- cierta solidaridad de los “actuantes” de
tación del modelo o abordaje, como por la comunidad científica (Rorty 1991).
ejemplo en la noción de “paradigma de Avanzando en la discusión sobre la día-
atención primaria a la salud” (Ncayiya- da retórica-práctica como forma privi-
5. En La Estructura de las Re- legiada de comprensión de lo que la
voluciones Científicas, su obra
na et al. 1995). Como indicamos en
más divulgada, Kuhn establece otra oportunidad (Almeida Filho & ciencia produce y lo que los científicos
dos conjuntos de sentidos para el Paim 1997), se trata de la utilización in- hacen y proponen hacer, Bahskar
termino. Por un lado, como cate- debida de una categoría cuyo sentido (1986) abre un camino interesante de
goría epistemológica, el paradig- encontramos razonablemente estableci- argumentación: se debe tratar la pro-
ma constituye un instrumento de do en el campo teórico de la filosofía ducción científica tal como ella concre-
abstracción, una “herramienta” de la ciencia, particularmente en el tamente se da, como un modo de pro-
auxiliar para el pensamiento sis- ducción, evaluado por sus procesos, sus
abordaje de crítica histórica de Thomas
temático de la ciencia. En este
Kuhn. productos.
caso, se trata de una construci-
cón destinada a la organización La teoría kuhniana del paradigma La producción científica se da en un
del razonamiento, fuente de científico (y sus variantes) rechaza cla- campo de fuerzas sociales que puede
construcción lógica de las expli- ramente la significación de sentido co- ser comprendido como un espacio mul-
caciones, firmando las reglas mún para el término ”paradigma”,5 en tidimensional de relaciones en las que
elementales de una determinada la acepción de patrón de referencia o los agentes o grupos de agentes ocupan
sintaxis del pensamiento cientí- determinadas posiciones relativas, en
modelo a ser seguido, como por ejem-
fico, y convirtiéndose así en ma-
plo cuando se dice que “el sistema de función de diferentes tipos de poder
triz para los modelos teóricos.
Por otro lado, en un sentido más salud inglés es el paradigma de la me- (Samaja, 1994). En ese particular,
amplio, el paradigma constituye dicina social”. En el nivel semántico, la Bourdieu (1983, 1989) contribuyó con
una peculiar visión del mundo, categoría paradigma ha provocado una los conceptos de capital simbólico y
propia del campo social científi- gran controversia entre los filósofos de campo científico, donde operan deter-
co. En ese sentido, implica un la ciencia (Pinch 1982; Leydesdorff minaciones políticas y científicas para
conjunto de “generalizaciones 1992). Sin embargo, de todos modos, su constitución. Para este autor, además
simbólicas”, generalmente bajo del capital económico, cabe considerar
la forma de metáforas, figuras y
esta concepción hizo avanzar un abor-
analogías, configurándose de daje constructivista de la ciencia, pro- en el mundo social el capital cultural, el
cierto modo como la subcultura poniendo que la construcción del cono- capital social y el capital simbólico. Es-
de una determinada comunidad cimiento científico no se produce en te último, fundamental para el análisis
científica. abstracto, aislada en el individualismo del campo científico, puesto de mani-

18
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

fiesto como prestigio, reputación, fa- miento. En esa etapa, la metáfora del
ma, etc. sería la fuente estructurante de mecanismo representa tal vez la forma
legitimación de las diferentes especies más simple de dar cuenta del conoci-
de capital (Bourdieu 1989). El campo miento en tanto revelación del determi-
científico constituye un campo social nismo del objeto, sin embargo, la cien-
igual a otro cualquiera, con sus relacio- cia produce metáforas más sofisticadas
nes de fuerza y monopolios, sus luchas y eficaces para explicar sus objetos ca-
y estrategias, sus intereses y benefi- da vez menos tolerantes a abordajes re-
cios, donde todas esas invariantes re- duccionistas. Por ese motivo, el para-
visten formas específicas. En esta pers- digma mecanicista termina por encon-
pectiva para el estudio de un determi- trar una serie de dificultades institucio-
nado campo científico se hace necesa- nales, políticas, históricas, y principal-
rio (Bourdieu 1983): mente epistemológicas, alcanzando rá-
“rechazar la oposición abstracta pidamente los límites en su abordaje.
entre un análisis inmanente o interno, El avance del conocimiento científico
que correspondería más adecuada- rompe las fronteras impuestas por esta
mente a la epistemología y que restitui- forma de práctica científica, que pierde
ría la lógica según la cual la ciencia así la posición prestigiosa de fuente de
engendra sus propios problemas y, un legitimidad basada en una verdad ra-
análisis externo, que relacionaría esos cional.

b) Una crisis, nuevos paradigmas


problemas a las condiciones de su apa-
rición”.
El paradigma dominante en el cam- En los diversos campos de la investi-
po científico de la salud se fundamenta gación científica, abordajes alternativos
en una serie de presupuestos que nos indican una clara insatisfacción con el
acostumbramos a denominar casi pe- paradigma dominante, configurando tal
yorativamente como “positivismo”. El vez una profunda crisis en la ciencia
positivismo más radical considera que contemporánea. Se habla de una “mate-
la realidad es la que determina el cono- mática de las catástrofes” (Thom,
cimiento, siendo posible un abordaje 1985), de una “nueva física” (Powers,
inmediato del mundo, las cosas y los 1982), de una “ciencia de la compleji-
hombres (Santos 1989). Además de es- dad” (Morin, 1986, 1990), y de una
to, el paradigma del positivismo opera “ciencia postmoderna” (Santos, 1989).
como si todos los entes constituyeran Prigogine y Stengers (1979) en el ám-
mecanismos u organismos, sistemas bito de la biología, se refieren inclusive
con determinaciones fijas condiciona- a la necesidad de una “nueva alianza”
dos por la misma posición de sus ele- para rearticular las bases metodológi-
mentos (Lévy 1987). Una versión inge- cas y conceptuales de la ciencia. Este
nua del positivismo todavía asola el movimiento se integra a una profunda
campo de la salud, principalmente en transformación en lo esencial de la
su área de aplicación más individuali- práctica científica, o sea, en el modo de
zada, la clínica médica (Almeida Filho construcción de su campo de aplica-
1992). Ante los procesos de salud-en- ción. Lo que está siendo fundamental-
fermedad-cuidado, por ejemplo, la me- mente cuestionado es la organización
táfora del cuerpo como mecanismo (de de los campos científicos a través de
sus órganos como piezas) ha sido efec- grandes estructuras abstractas, con alto
tivamente muy influyente en la consti- potencial de generalización, capaces de
tución de las llamadas ciencias básicas encuadrar y guiar todo el proceso de re-
de la salud. ferencia empírica. En las ciencias lla-
Conocer, sin embargo, no es sólo ex- madas naturales, esta tendencia se reve-
poner el mecanismo del objeto en sus la por la opción cada vez más predomi-
piezas fundamentales, pero sí ser capaz nante entre los científicos de buscar mi-
de reencontrar la posición de cada pie- cro-patrones de desorden e indetermi-
za, reconstruir el mecanismo y ponerlo nación en vez de concentrarse en ele-
en funcionamiento. En el sentido carte- gantes y grandiosos modelos teóricos
siano original, el proceso de conoci- basados en una expectativa de orden y
miento opera en dirección de la sínte- determinación.
sis, del re-montaje del objeto reducido, El campo científico de la salud tam-
en la tentativa de restaurar su funciona- bién pasa por una profunda crisis epis-
19
cuadernos médico sociales 75: 5-30

temológica, teórica y metodológica, digma científico alternativo, nos parece


una crisis paradigmática, como diría más adecuada la denominación de Teo-
Kuhn (1970).6 Además de anomalías y ría de la Complejidad, conforme Morin
paradojas, los paradigmas tendrían (1990), Lewin (1994) y otros autores.
también como signos de crisis puntos Se trata de una aplicación generalizada
ciegos, que sus agentes históricos (in- de la premisa de que la investigación
volucrados en una política institucio- científica, al contrario del abordaje po-
nal) no son capaces de ver. sitivista convencional, debe respetar la
Aplicando este argumento a nuestro complejidad inherente a los procesos
tema y campo, creemos que las “teo- concretos de la naturaleza, de la socie-
rías” de la salud, en su actual estadio de dad y de la historia. En sus versiones
desarrollo conceptual, no consiguen más aplicadas, la teoría de la compleji-
concretamente referirse al objeto salud. dad se presenta casi como un “neo-sis-
Por ello, los discursos que las funda- temismo”, actualizando y expandiendo
mentan en tanto práctica de base cientí- algunas proposiciones de la teoría de
fica se muestran sinuosos e incomple- los sistemas generales que habían al-
tos; sus formuladores dudan, inventan canzado una cierta influencia en el pa-
metáforas, descubren maneras indirec- norama científico de los años 50 y 60
tas de hablar sobre salud, sin embargo, (Simon 1969; Buckley 1968).
su objeto continúa siendo la enferme- La característica más deficitaria del
dad (Nájera 1992). Ni siquiera la colec- llamado “nuevo paradigma” tal vez sea
tivización de la enfermedad a través del la noción de no-linearidad, en el senti-
concepto de morbilidad indica “algo do de rechazo de la doctrina del causa-
llamado salud”. En síntesis, el objeto lismo simple también presente en el
“salud” constituye un punto ciego de la abordaje convencional de la ciencia; es-
investigación contemporánea en el ta perspectiva se abre a la considera-
área. Este objeto se ha estructurado a ción de paradojas, intolerables en la
través de una hermenéutica fija, subsi- epistemología convencional, como por
diaria de nociones ya superadas en ejemplo la concepción del “orden a
otros campos científicos de mayor ma- partir del caos” (Atlan 1981). Además
durez epistemológica, como por ejem- de eso, un problema teórico fundamen-
plo la doctrina de la causalidad. Resul- tal de las diversas perspectivas paradig-
tado: un objeto denominado salud que máticas alternativas consiste en la posi-
de hecho se refiere a “enfermedad co- bilidad de pensar que la realidad con-
lectiva”, todavía así tratado de manera creta se estructura de modo disconti-
parcial y residual como “el riesgo y sus nuo. Se trata de una manera diferente
factores”. de manejar la cuestión de la determina-
Por lo tanto, el desafío más crucial ción en general abriéndose la ciencia a
en este momento de discusión de las la posibilidad de la “emergencia” o sea,
bases epistemológicas de la salud pú- el engendramiento de lo “radicalmente
blica es justamente la cuestión del ob- nuevo” (Castoriadis 1978) en el sentido
jeto “salud”. Es necesario avanzar ha- de algo que no estaría contenido en la
cia una cierta semiología de este intri- síntesis de los determinantes potencia-
gante punto ciego, objeto-modelo po- les de un proceso dado.
tencial de una nueva definición de la Por otro lado, la noción de “fracta-
salud en sociedades concretas. En este les” parece la más fascinante y de ma-
sentido, necesitamos todavía explicitar yor utilidad para el desarrollo de modos
algunos elementos que pueden caracte- alternativos de producción del conoci-
rizar lo que ha sido llamado nuevo pa- miento científico en salud. Se trata de
6. Uno de esos signos de una radigma científico, cuestionando lo que una nueva geometría, basada en la re-
crisis paradigmática sería, por pasa con la ciencia en general. ducción de las formas y propiedades de
ejemplo, la paradoja de la plani- Una serie de elementos epistemoló- los objetos al “infinito interior”, como
ficación de salud, es decir, el he- gicos y metodológicos han sido pro- por ejemplo la posibilidad de dividir
cho de que donde se planifica no puestos como tendencia alternativa pa- una línea en dos partes iguales, que po-
siempre se producen cambios
ra la ciencia contemporánea, agrupados drán a su vez ser divididas, y así suce-
importantes o estos no se produ-
cen como se esperaba, mientras
bajo el rótulo genérico de “nuevo para- sivamente se mantiene siempre la for-
abundan ejemplos de no planifi- digma”. Para designar el eje principal ma original de una línea dividida por la
cación y verificación de intensas que unificaría parcialmente las diversas mitad. En el área de la salud, la pro-
transformaciones. contribuciones en dirección a un para- puesta de “modelos eco-sociales” de

20
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

Nancy Krieger (1994) se funda esen- po científico (Bourdieu 1983, 1989; Ri-
cialmente en la aplicación de un abor- beiro 1991), donde se producen saberes
daje fractal al proceso de construcción y conocimientos acerca del objeto “sa-
del objeto de salud en lo colectivo. lud” y donde operan distintas discipli-
Finalmente, entre las concepciones nas que lo contemplan bajo varios án-
menos popularizadas de los nuevos gulos; y como ámbito de prácticas,
abordajes paradigmáticos se ubica la donde se realizan acciones en diferen-
teoría de los conjuntos borrosos” (en tes organizaciones e instituciones por
inglés fuzzy set theory). La “borrosi- diversos agentes (especializados o no)
dad” es una propiedad particular de los dentro y fuera del espacio convencio-
sistemas complejos en lo que se refiere nalmente reconocido como “sector sa-
a la naturaleza arbitraria de los límites lud”. Asumir la Salud Colectiva como
infra-sistémicos impuestos a los even- un campo científico implica considerar
tos (unidades del sistema) y al propio algunos problemas para la reflexión:
sistema, en sus relaciones con los su- ¿Se trata, efectivamente, de un campo
per-sistemas (contextos) y respectivos nuevo o de un nuevo paradigma dentro
observadores. Se trata de un abordaje del campo de la salud pública? ¿Qué
crítico de las nociones de límite y de saberes dan soporte al campo y, consi-
precisión, esenciales a la teoría de los guientemente, a las prácticas de sus ac-
conjuntos que funda la analítica formal tores sociales? ¿Cuáles son los “obstá-
de la ciencia moderna (McNeill & culos epistemológicos” que dificultan
Freiberger 1993). su desarrollo científico? ¿Cuáles los
La aplicación de estas propuestas, “obstáculos de la praxis” frente a la
que a veces no parecen congruentes en- reorganización de los procesos produc-
tre sí, se encuentra en pleno desarrollo, tivos, la sociedad de la información, la
resultando en categorías epistemológi- reforma del Estado y sus nuevas rela-
cas propias (como parece ser la catego- ciones con la sociedad?
ría de la complejidad), nuevos modelos En esta sección se presentarán algu-
teóricos (como la “teoría del caos”) y nas respuestas provisorias a estas cues-
nuevas formas lógicas de análisis (co- tiones, aunque una profundización de
mo por ejemplo la geometría fractal y la temática exija un texto de mayores
los modelos matemáticos no lineares). dimensiones.
El presupuesto de base de esta perspec- Originalmente, el marco conceptual7
tiva es que los abordajes de la comple- propuesto para orientar la enseñanza, la
jidad en general serían capaces de pro- investigación y la extensión en Salud
ducir nuevas metáforas necesarias para Colectiva en el caso brasileño estuvo
comprender y superar el distanciamien- compuesto por los siguientes presu-
to entre mundo natural y mundo histó- puestos básicos, conforme Paim
rico, considerando sistemas dinámicos (1982):
complejos, autorregulados, mutantes, a) La Salud, en tanto estado vital,
imprevisibles, productores de niveles sector de producción y campo de saber,
emergentes de organización. A pesar de está articulada a la estructura de la so-
su evidente potencial renovador, un ciedad a través de sus instancias eco-
examen crítico de estos abordajes indi- nómica y político-ideológica, poseyen-
ca un cierto “riesgo epistemológico”, do por lo tanto, una historicidad;
particularmente para las ciencias de lo b) Las acciones de salud (promo-
social-histórico: se trata de la atrayente ción, protección, recuperación, rehabi-
posibilidad de matematizar todas las re- litación) constituyen una práctica so-
laciones objeto de la indagación cientí- cial y traen consigo las influencias de
fica, presentando modelos no-lineares las relaciones establecidas entre los
como alternativa analítica para los ca- grupos sociales; 7. Entendemos marco concep-
sos a los que no se apliquen las formas c) El objeto de la Salud Colectiva es tual como “la presentación de un
convenciones de explicación. construido en los límites de lo biológi- fenómeno o acontecimiento

Salud colectiva: campo


co y de lo social y comprende la inves- atendiendo sólo a sus líneas o ca-
tigación de los determinantes de la racterísticas más significativas,

científico y ámbito de prácticas


de modo de facilitar un cierto ni-
producción social de las enfermedades vel de generalidades que lo torna
y de la organización de los servicios de aplicable a situaciones distintas
Como punto de partida, podemos salud, y el estudio de la historicidad dentro de un área semejante”
entender la Salud Colectiva como cam- del saber y de las prácticas sobre los (García, 1971).

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cuadernos médico sociales 75: 5-30

mismos. En ese sentido, el carácter in- permite una delimitación comprensi-


terdisciplinario de ese objeto sugiere blemente provisoria de ese campo cien-
una integración en el plano del conoci- tífico, en tanto campo de conocimiento
miento y en el plano de la estrategia, de y ámbito de prácticas. En tanto campo
reunir profesionales con múltiples for- de conocimiento, la Salud Colectiva
maciones; contribuye con el estudio del fenómeno
(...) salud/enfermedad en poblaciones en su
f) El conocimiento no se genera por carácter de proceso social; investiga la
contacto con la realidad, sino por la producción y distribución de las enfer-
comprensión de sus leyes y por el com- medades en la sociedad como procesos
promiso con las fuerzas capaces de de producción y reproducción social;
transformarla. procura comprender, finalmente, las
No obstante la adhesión que tales formas con que la sociedad identifica
presupuestos puedan estimular, todavía sus necesidades y problemas de salud,
hoy, cabe subrayar que el desarrollo de busca su explicación y se organiza para
la Salud Colectiva, en tanto área de sa- enfrentarlos.
ber y campo de prácticas, en los últi- En América Latina, y en Brasil en
mos años permite recontextualizar al- particular, se realiza en las dos últimas
gunos de esos presupuestos. Así, la de- décadas un trabajo de construcción de
finición del “objeto” arriba presentado nuevas teorías, enfoques y métodos de
sugiere entender la Salud Colectiva co- la epidemiología y de la planificación
mo ciencia o disciplina científica. En en salud, además de investigaciones
un momento posterior de discusión de concretas buscando la aplicación de
ese campo en América Latina, Fleury métodos de las ciencias sociales en el
(1985) llega a definir la Salud Colecti- campo de la Salud Colectiva. De ese
va como “área de producción de cono- esfuerzo de reconstrucción teórica han
cimientos que tiene como objeto las emergido en el campo nuevos objetos
prácticas y los saberes en salud, referi- de conocimiento e intervención, como
das al colectivo en tanto campo estruc- los casos de la comunicación social en
turado de relaciones sociales donde la salud y de la vigilancia en salud. En ese
enfermedad adquiere significación”. aspecto, cabe referir al desarrollo cien-
Sin embargo, el trabajo teórico epis- tífico y tecnológico del campo median-
temológico emprendido más reciente- te importantes contribuciones en las
mente apunta a la Salud Colectiva co- áreas de Epidemiología Social (Laurell
mo un campo interdisciplinario y no 1994; Breilh 1990; Barreto 1990; Cas-
propiamente como una disciplina cien- tellanos 1991; Possas 1989, entre
tífica, mucho menos una ciencia o es- otros), Políticas y Prácticas de Salud
pecialidad médica. Es necesario subra- (Fleury 1985, 1989; Teixeira & Melo
yar las influencias mutuas entre ese de- 1995, entre otros), Planificación en Sa-
sarrollo y los movimientos por la de- lud (Testa 1992, 1995; Mendes 1993;
mocratización de las formaciones so- Schraiber 1990, 1995; Schraiber &
ciales latinoamericanas, especialmente Mendes-Gonçalves 1996, entre otros),
los procesos de reforma sanitaria de- y Epistemología y Metodología en Sa-
sencadenados en algunos países de la lud (Samaja 1994, 1994a; Minayo
región. De hecho, el marco conceptual 1992; Castiel 1994, 1996; Ayres 1994,
de la Salud Colectiva, tal como viene entre otros).
siendo construido a partir de la década En esa perspectiva, la Salud colecti-
de los 70, resulta, por un lado, de la crí- va puede ser considerada como un
tica a los diferentes movimientos y pro- campo de conocimiento de naturaleza
yectos de reforma en salud ocurridos en interdisciplinar cuyas disciplinas bási-
los países capitalistas y, por el otro, de cas son la epidemiología, la planifica-
la elaboración teórico-epistemológica y ción/administración de salud y las cien-
de la producción científica, articuladas cias sociales en salud. Este contempla
en las prácticas sociales. el desarrollo de actividades de investi-
La constitución de la Salud Colecti- gación sobre el estado sanitario de la
va, teniendo en cuenta sus fecundos población, la naturaleza de las políticas
diálogos con la Salud Pública y con la de salud, la relación entre los procesos
Medicina Social, tal como se vienen de trabajo y enfermedades y daños, así
concretando en las últimas décadas, como las intervenciones de grupos y

22
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

clases sociales sobre la cuestión sanita- Estado. La misma experiencia de resis-


ria (Ribeiro 1991). Son disciplinas tencia y lucha en salud por parte de
complementarias de ese campo la esta- nuestro pueblo nos ha permitido encon-
dística, la demografía, la clínica, la ge- trar en nuestra historia y cultura los
nética, las ciencias biomédicas básicas, elementos fundamentales para el avan-
etc. Esta área del saber fundamenta un ce de nuestro pensamiento y acción
ámbito de prácticas transdisciplinar, (...). No solamente se necesitan conoci-
multiprofesional, interinstitucional y mientos para aprehender la realidad,
transectorial. sino también se debe realizar una apro-
En tanto ámbito de prácticas, la Salud ximación gnoseológica distinta con vis-
Colectiva envuelve determinadas prácti- tas a encontrar en la realidad —ade-
cas que toman como objeto las necesi- más de conocimientos— saberes, de-
dades sociales de salud, como instru- seos, sentidos, proyecciones de lucha y
mentos de trabajo distintos saberes, dis- cambio, que constituyen también as-
ciplinas, tecnologías materiales y no pectos fundamentales de la acción hu-
materiales, y como actividades interven- mana”.
ciones centradas en los grupos sociales La superación del biologismo domi-
y en el ambiente, independientemente nante, de la naturalización de la vida
del tipo de profesional y del modelo de social, de la subordinación a la Clínica
institucionalización. Comprende, por lo y de su dependencia del modelo médi-
tanto, según Paim (1992) un co hegemónico —cuya expresión insti-
“conjunto articulado de prácticas tucional en las universidades es su su-
técnicas, científicas, culturales, ideoló- bordinación funcional, política y admi-
gicas, políticas y económicas, desarro- nistrativa a las facultades de medici-
lladas en el ámbito académico, en las na— representan elementos significati-
instituciones de salud, en las organiza- vos para el marco conceptual de la Sa-
ciones de la sociedad civil y en los ins- lud Colectiva. Se hace necesaria, por lo
titutos de investigación, informadas por tanto, la identificación de una “nueva
distintas corrientes de pensamiento, re- positividad” en la articulación de las di-
sultantes de la adhesión o crítica a los mensiones objetiva y subjetiva en el
diversos proyectos de reforma en sa- campo social de la salud. La recupera-
lud”. ción de la problemática del sujeto no
Sin embargo, más que definiciones significa la negación de las estructuras,
formales, la Salud Colectiva requiere del mismo modo que la definición de
una comprensión de lo desafíos que se un marco conceptual para la Salud Co-
planteen en el presente y futuro que lectiva no implica la adopción de un
trasciendan el campo institucional y el marco teórico de referencia exclusivo y
tipo de profesional convencionalmente excluyente. Esto es así, conforme Gran-
reconocidos como de la Salud Pública. da (1994) porque
La posibilidad de redimensionar objeto, “tanto el mundo natural como el
instrumentos de trabajo y actividades, mundo social se encuentran determina-
considerando su articulación con la to- dos y en constante devenir, por consi-
talidad social reabre alternativas meto- guiente su diferencia radica en que en
dológicas y técnicas para pensar y ac- el segundo el conocimiento se transfor-
tuar en el campo de la Salud Colectiva ma en conciencia y sentido de la nece-
en transición hacia el nuevo milenio. sidad y necesidad de acción que encu-
Conforme se destaca en una de las fe- bre una potencialidad para la acción;
cundas contribuciones a ese debate (Es- entonces, es necesario pensar que para
cuela de Salud Pública/OPS 1993), poder estudiar el proceso de salud/en-
“los avances de la epidemiología fermedad se requiere considerar los su-
crítica, la epidemiología política, los jetos sanos y enfermos, no únicamente
nuevos aportes de las ciencias sociales, para explicarlos sino para compren-
la planificación estratégica, la comuni- derlos y conjuntamente construir po-
cación social y la educación popular tencialidades de acción”.
han constituido bases fundamentales Consiguientemente, el análisis de las
para la elaboración de nuevos instru- relaciones entre las ciencias sociales, la
mentos de docencia, investigación y vida cotidiana y las ciencias naturales,
cooperación con las organizaciones e al tiempo que examina la constitución
instituciones de la sociedad civil y del de los sujetos sociales puede localizar

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cuadernos médico sociales 75: 5-30

esa “nueva positividad”, tanto en la mi- niciones de riesgos genético-familiares,


litancia socio-política como en la incor- también epidemiológicamente la defini-
poración tecnológica (Iriart, Nervi, Oli- ción de la situación de riesgo se hizo
vier & Testa 1994). La valorización de más compleja. Además de eso, la di-
la dimensión subjetiva de las prácticas mensión de las acciones que promueven
de salud, de las vivencias de los usua- directamente la salud, más que acciones
rios y trabajadores del sector ha propor- de restauración y prevención, convirtie-
cionado espacios de comunicación y ron a la promoción de salud en un con-
diálogo con otros saberes y prácticas cepto a ser mejor delimitado. Esta no-
abriendo nuevas perspectivas de refle- ción, mal esbozada en los años 50, aun-
xión y acción. La revisión crítica de al- que ya presente en tanto intención, trae
gunas proposiciones tales como “cam- nuevas cuestiones para la asistencia,
pos de salud” (Dever 1988), promoción como por ejemplo una mejor definición
de la salud (Carta de Ottawa, Canadá del concepto de calidad de vida”.
1984), vigilancia en salud (Mendes El fenómeno salud ha sido también
1993), confiere nuevos sentidos para concebido como expresión del modo de
las reflexiones sobre la Salud Colectiva vida (estilo y condiciones de vida) ca-
en el continente. El párrafo a continua- paz de explicar, juntamente con las con-
ción (Donnangelo 1983) ilustra las po- diciones de trabajo y del medio am-
tencialidades de tales redefiniciones: biente, el perfil epidemiológico de la
“La variedad y el carácter frecuen- población (Possas 1989). El estudio de
temente limitado y limitativo de las la situación de salud según condiciones
conceptualizaciones de lo colectivo/so- de vida, ha privilegiado las articulacio-
cial no invalidan el hecho que las prác- nes con cuatro dimensiones de la repro-
ticas sanitarias se vean constantemente ducción social: la reproducción biológi-
invalidadas por la necesidad de cons- ca donde se manifiesta la capacidad in-
trucción de lo social como objeto de munológica y la herencia genética; la
análisis y como campo de intervención. reproducción de las relaciones ecológi-
No deben inducir la suposición de que cas, que envuelve la interacción de los
la vida social concreta termine por vol- individuos y grupos con el ambiente re-
verse mero producto de esas opciones sidencial y de trabajo; la reproducción
conceptuales. Ella irrumpirá, cierta- de las formas de conciencia y compor-
mente, bajo otras formas, también en el tamiento, que expresan la cultura; y la
campo del saber, cuando las redes con- reproducción de las relaciones econó-
ceptuales y sociales se revelen estre- micas, donde se realizan producción,
chas frente a la concretud de los proce- distribución y consumo (Castellanos
sos sociales”. 1991). A partir de ese modelo se pue-
La discusión entre las finalidades de den identificar diferentes espacios y es-
las prácticas de salud y su objeto, me- trategias de intervención sanitaria: a)
dios de trabajo y actividades, así como individuos (espacio singular) —estrate-
el análisis de las relaciones técnicas y gias de alto riesgo—; b) grupos sociales
sociales del trabajo en salud como vía (espacio particular) —estrategias po-
de aproximación entre los modelos blacionales—; c) modelos económicos
asistenciales y de gestión, constituyen (espacio general) —políticas de sa-
desafíos teóricos y prácticos para la Sa- lud— (Castellanos 1987).
lud Colectiva. Esto resulta de una am- En lo que se refiere a las respuestas
pliación de los objetos de intervención, sociales al fenómeno salud/enferme-
a partir de la noción de prevención y dad, la vigilancia en salud constituyó
atención primaria para los conceptos de una “práctica sanitaria que organiza los
calidad de vida y promoción de la sa- procesos de trabajo en salud, bajo la
lud, como observan Schraiber y Men- forma de operaciones, para confrontar
des-Gonçalves (1996) en el siguiente problemas de enfrentamiento continuo,
párrafo: en un territorio determinado” (Mendes
“la atención primaria viene convir- 1993). El modelo de la vigilancia en sa-
tiéndose progresivamente en un com- lud contempla el proceso de salud/en-
plejo asistencial que envuelve difíciles fermedad en la colectividad y se funda
definiciones de tecnología adecuada. en la epidemiología y en las ciencias
No sólo la medicina se desarrolló mu- sociales, al contrario del modelo de la
cho en sus diagnósticos precoces y defi- historia natural de las enfermedades

24
La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

que privilegia el individuo y la fisiopa- cuerpos/ambientes); e instrumentos


tología (Leavell & Clark 1976). Al con- (medios de producción de la interven-
siderar esquemáticamente daños, indi- ción). De ese modo, más que cualquier
cios de daños y de exposición, riesgos y otro movimiento ideológico, absorbe la
exposición propiamente dicha y, last producción de conocimientos in-
but not least, las necesidades y determi- ter/transdisciplinarios con gran capaci-
nantes socio-ambientales, la vigilancia dad de “interfertilización” (Paim 1987),
en salud permite orientar intervencio- sea para la realización de sus funciones
nes procurando el “control de daños”, esenciales, sea para el ejercicio de sus
“control de riesgos” y “control de cau- funciones posibles y deseables. Final-
sas” (determinantes socio-ambientales) mente en tanto ámbito de prácticas, la
(Paim 1993). Abre, por lo tanto, un es- Salud Colectiva contempla tanto la ac-
pacio para una reactualización de la re- ción del Estado como el compromiso
flexión y de la acción en lo que se refie- de la sociedad para la producción de
re a la promoción de la salud y de la ca- ambientes y poblaciones saludables, a
lidad de vida. A ese respecto afirman través de actividades profesionales ge-
Souza & Kalichman (1993): nerales y especializadas.
“Considerando, por lo tanto, los pro- Es posible admitir que la crisis de la
blemas ya planteados en relación a la salud como parte de la crisis social ge-
distribución ecuánime en el conjunto nera contradicciones diversas (Donnan-
social de las conquistas que benefician gelo 1983). Los actuales desafíos de la
a la vida colectiva, no queda duda de Salud Colectiva no se limitan a la for-
que tal indagación se inicia obligatoria- mación profesional, la producción de
mente por el examen de lo que significa- conocimientos, la renovación concep-
rá la calidad de vida en el plano colec- tual y epistemológica dentro del campo
tivo, sin que esto anule las necesidades institucional actualmente reconocido
variadas que se ubican en el plano indi- todavía como Salud Pública. Tales de-
vidual (...). Transformando, a partir de safíos atraviesan toda la organización
esos cambios, el modelo de organiza- social, desde la producción, distribu-
ción tecnológica del trabajo en salud, la ción y consumo de bienes y servicios
práctica de la vigilancia se atreverá, a hasta las formas de organización del
través de él, a la inscripción de otro Estado y de sus aparatos en sus relacio-
‘modo de andar la vida’ en sociedad”. nes con la sociedad y la cultura.
La adopción de nuevos paradigmas En fin, la Salud Colectiva, entendida
en el campo de la Salud Colectiva en el como “conjunto de saberes que da sus-
ámbito de las prácticas se enfrenta, por tento a las prácticas de distintas catego-
lo tanto, a diferentes desafíos, en la me- rías y actores sociales frente a cuestio-
dida que, de acuerdo con Paim (1992), nes de salud/enfermedad y de la organi-
las acciones en salud de alcance colec- zación de la asistencia” (Donnangelo
tivo expresan 1983), encuentra sus límites y posibili-
“una tensión entre Estado y Socie- dades en las inflexiones de la distribu-
dad, entre libertades individuales y res- ción de poder en el sector salud y en
ponsabilidades colectivas, entre intere- una determinada formación social. Su-
ses privados y públicos. La extensión y brayar el carácter histórico o estructural
profundidad de esas acciones depende de la Salud Colectiva, significa recono-
de la dinámica de cada sociedad, sobre cer, teórica y empíricamente, un con-
todo ante las articulaciones que esta- junto de prácticas (económicas, políti-
blezca concretamente con las instancias cas, ideológicas, técnicas, etc.) que to-
económicas, políticas e ideológicas”. man como objeto las necesidades socia-
Por lo tanto, la Salud Colectiva privi- les de salud. Representa un enfoque de
legia en sus modelos o pautas de acción prácticas que no se someten, acrítica-
cuatro objetos de intervención: políti- mente, al modelo de salud pública ins-
cas (formas de distribución de poder), titucionalizado en los países centrales,
prácticas (cambios de comportamien- sea en tanto tipo profesional o modelo
tos, cultura, instituciones, producción de organización de servicios de salud.
de conocimiento; prácticas institucio- La Salud colectiva se preocupa por la
nales, profesionales y relacionales); salud pública en tanto salud del públi-
técnicas (organización y regulación de co, sean individuos, grupos étnicos, ge-
los recursos y procesos productivos; neraciones, castas, clases sociales, po-

25
cuadernos médico sociales 75: 5-30

blaciones. Nada que se refiera a la salud salud colectiva previsional o, si nos per-
del público, por consiguiente, será ex- miten, pre-visionaria, es decir, una sa-
traño a la Salud Colectiva. lud colectiva capaz de proponer visio-

Conclusión: camino
nes, formas, figuras y escenarios, en

abierto a nuevos
vez de predecir algunas pocas medidas

paradigmas
y sus pobres efectos.
A nivel teórico, muchos autores ya
señalan la importancia estratégica de la
Podemos concluir que, pese a no lle- reconstrucción del objeto de la Salud
nar las condiciones epistemológicas y Colectiva. Agregaríamos que este for-
pragmáticas para presentarse a sí misma ma parte de una nueva familia de obje-
como un nuevo paradigma científico, la tos científicos, construido en tanto ob-
Salud Colectiva se consolida como jeto totalizado y complejo (Morin
campo científico y ámbito de prácticas 1990; Almeida Filho 1996). Para clari-
abierto a la incorporación de propuestas ficar esta idea, en otra oportunidad, uno
innovadoras, mucho más que cualquier de nosotros propuso una analogía pro-
otro movimiento equivalente en la esfe- veniente de un campo científico donde
ra de la salud pública mundial. A partir la predicción es por definición relativi-
de estas reflexiones, se constata la afir- zada, la meteorología, donde nadie cree
mación de un campo interdisciplinar, en predicciones pero mucho se habla de
dinámico, renovado y recompuesto a previsiones. ¿Qué es lo que define un
partir de una producción teórica atrevi- huracán? No es la medición de la pre-
da y consistente, incluso enfrentando di- sión barométrica, no es la velocidad de
versos interrogantes y dilemas. De he- los vientos, no es la variación de la tem-
cho, la conjunción de las “crisis de la peratura, no es nada de eso (que se pue-
salud”—científica, económica, social y de estimar con un alto grado de preci-
política— lanza complejos para la Sa- sión), sino que es todo eso, unificado en
lud Colectiva referidos a qué hacer para una totalidad integral que se reconoce
articular efectivamente los nuevos para- como un huracán, y sin embargo no se
digmas de la salud para el siglo XXI. reduce a su medición.
En el ámbito de la producción de co- Por analogía, por lo tanto, se puede
nocimiento, el paso más importante se- decir que el objeto posible de la promo-
rá ciertamente reconfigurar el objeto ción salud/enfermedad/cuidado, tal co-
privilegiado “salud”. Esto deberá resul- mo un huracán, es un objeto de alta com-
tar de una aprehensión pragmática del plejidad y que sólo se define en su con-
objeto, no en el sentido común del in- figuración más amplia, ya que tiene fa-
mediatismo y sí en el sentido que éste cetas, ángulos diferentes y la mirada de
debe alimentar una praxis en vez de cada uno de estos ángulos no nos da ac-
constituirse en una mera producción e ceso a la integralidad de este objeto. Po-
incorporación de tecnología. Mucho de demos llamarlo “integrales de salud-en-
lo que en un determinado paradigma se fermedad-cuidado” (Almeida Filho
puede tomar como una aparente para- 1996). Los integrales de salud/enferme-
doja se debe al hecho de que no nos en- dad/cuidado pueden ser referenciados
frentamos con un objeto obediente a las tanto como redes de puntos sensibles o
determinaciones de la predicción, aqué- metáforas de representación social de
lla de las anticipaciones limitadas y li- enfermedades, tanto como estructuras
mitantes, rigurosas y precisas. Efectiva- epidemiológicas, cadenas de causalidad
mente, el objeto de la Salud Colectiva o relaciones de producción de riesgo. En
es mucho más tolerante a formas apro- ambos casos, se trata de un objeto por
ximadas de anticipación de su proceso, definición complejo y contextualizado,
subrayando la naturaleza no lineal de su típico del neo-sistemismo de las nuevas
determinación o la imprecisión (o bo- aperturas paradigmáticas ya señaladas.
rrosidad) de sus límites. Entonces, será La lógica que debe predominar en tales
plenamente legítimo buscar la supera- objetos posibles es una lógica múltiple y
ción de la práctica preventiva predictiva plural que no se puede expresar de una
de esta salud pública que tanto conoce- manera codificada, pero que solamente
mos, tanto en el sentido de su aplica- se puede reconocer por sus efectos.
ción al individuo en cuanto en su apli- En el ámbito de los procesos de re-
cación en general, en dirección a una producción (enseñanza/formación) de

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La crisis de la salud pública y el movimiento de la salud colectiva en Latinoamérica

la Salud Colectiva en tanto campo de cionan servicios de salud, con vistas a


conocimiento, se reconoce con facili- recomponer y actualizar constantemen-
dad el potencial de la fractalidad como te los elementos de las prácticas de sa-
principio organizador de su ámbito de lud —los objetos, los medios de traba-
prácticas. Por un lado, en una perspec- jo, las actividades realizadas en esas
tiva dialéctica, la práctica de la Salud prácticas—, y también para que, a par-
Colectiva será “minimalista” y localiza- tir de esa experiencia democrática, se
da y al mismo tiempo holística y globa- instauren nuevas relaciones técnicas y
lizante. Por otro lado, en una perspecti- sociales en el proceso de trabajo en sa-
va pragmática, la Salud Colectiva en lud. Más allá de la producción de nue-
tanto ámbito de prácticas se constituirá vos objetos de conocimiento y de prác-
en un permanente proceso de auto-crea- tica, se trata también de la creación de
ción, teniendo como hito fundamental- espacios institucionales y de movi-
mente sus efectos concretos sobre la mientos pedagógicos para la constitu-
realidad de salud. En este sentido, los ción de nuevos sujetos sociales en el in-
procesos de producción-reproducción terior de los mismos servicios de salud.
de este campo podrán cumplir la si- En los niveles político y socio-cultu-
guiente pauta de acción: ral de constitución del campo de la Sa-
a) Calificar el conjunto de necesi- lud Colectiva, será conveniente explo-
dades sociales en salud, entendiéndolas rar formas de organización de los suje-
no sólo como carencias sino como tos sociales no reducibles a partidos y
“ideas de salud” o, alternativamente, sindicatos (aunque sin descartarlos),
como proyectos de “llegar a ser”, esto capaces de dar ánimo (vida) a los sue-
significa tomar la salud como “meta a ños y esperanzas de crear civilizaciones
ser conquistada, como un bien que se (o socializaciones) pautadas en el afec-
adquiere a través de los conflictos y de to, en la solidaridad, en la libertad, y en
la lucha de clase” (Minayo 1991). la justicia. Conciliar este “mundo sub-
b) Pensar los diferentes medios y jetivo” con el “mundo social” (Haber-
las actividades necesarias (el trabajo mas 1990) a través de una acción polí-
propiamente dicho) para atender tales tica emancipadora puede ser uno de los
necesidades, aunque no se limiten al mayores desafíos para la praxis de la
conocimiento científico y tecnológico Salud Colectiva en los tiempos actua-
de la Salud Colectiva y de la Medicina les. La participación organizada de los
(Paim 1992). grupos sociales, así como el reconoci-
c) Instaurar nuevas relaciones miento y el estímulo a las iniciativas
técnicas y sociales orgánicas a tales comunitarias, radicadas en la solidari-
prácticas, en un movimiento de produc- dad, constituyen posibilidades de rede-
ción de hechos capaces de engendrar finición de relaciones sociales que po-
cambios en la fenoestructuras y en las drán auxiliar en la reducción del sufri-
genoestructuras del campo social de sa- miento humano, en la preservación de
lud, a ejemplo de los procesos de distri- la salud, en la elevación de la concien-
talización y municipalización, educa- cia sanitaria y ecológica y en la defensa
ción y comunicación social, grupos, de de la vida y mejora de su calidad. No se
presión, ONGs, productores culturales, trata solamente de explicitar valores
entre otros (Paim 1994). (democracia, equidad, efectividad, soli-
d) Invertir política y técnicamente daridad, etc.) sino de efectivamente de-
en los espacios institucionales abiertos searlos, agregando grupos, clases o seg-
por tales propuestas, en la medida en mentos sociales que se comprometan
que, en tanto las necesidades de salud con esta transformación (Paim 1992).
están socialmente determinadas, las En conclusión, debemos hacer una
prácticas de Salud Colectiva son redefi- advertencia en relación a la pretensión,
nidas teniendo en cuenta el desarrollo implícita en el título de este ensayo, de
de sus instrumentos de trabajo y la ins- apertura para una “nuevo paradigma en
tauración de nuevas relaciones internas salud”. En los campos disciplinarios,
al campo de la salud (Paim 1992). sabemos que lo nuevo jamás se estable-
En la práctica, esto implica desarro- ce por decreto. Lo nuevo se construye
llar programas de educación permanen- por la praxis, de la cual por definición
te o continua en Salud Colectiva (Paim no se puede tener una receta como la de
1993b) en las instituciones que propor- un pastel, ni se le pueden imponer di-

27
cuadernos médico sociales 75: 5-30

recciones. A lo sumo, será posible ex- Ayres, J. R. de C. M. 1996 Sobre o Risco: Pa-
perimentar, sin embargo, nada se puede ra Compreender a Epidemiologia. São Paulo,
hacer sino constatar que lo nuevo habrá Hucitec.
Banco Mundial. 1993. Relatório sobre o de-
llegado, cuando llegue, a través de sus senvolvimento mundial 1993. Investindo em Saú-
efectos. Ya que no es posible planificar- de. Indicadores de desenvolvimento mundial. Rio
lo directamente, creemos que una tarea de Janeiro/ São Paulo, Banco Mundial. 347 p.
importante es precisamente aumentar la Barreto, M.L. 1990. “A epidemiologia, sua
capacidad de los sujetos para reconocer história e crises: notas para pensar o futuro”. In:
lo nuevo. En relación a esto, hay dos Costa, D.C. (Org.) Epidemiologia, Teoria e Obje-
cosas que podemos buscar activamente: to. HUCITEC/ABRASCO, São Paulo. p. 19-38.
Primero, necesitamos desarrollar mane- Bhaskar R. 1986. Scientific Realism and Hu-
man Emancipation. London, Verso.
ras de reconocer lo nuevo (¡paradoja Bibeau G., Corin 1995. E. “From submission
uno!), porque si no estuviéramos dis- to the text to the violence of interpretation”. In
puestos a percibirlo, pasará sin que lo Bibeau G. and Corin E (Ed.) Beyond Textuality.
veamos. Segundo, más importante to- Asceticism and Violence in Anthropological In-
davía es aumentar la conciencia de la terpretation. Berlin and New York, Mouton de
oportunidad de lo nuevo por la decons- Gruyter.
trucción de lo viejo, es decir, traer la in- Bourdieu, P. 1983. “O Campo Científico”. In:
Ortiz, R. (org.) Pierre Bourdieu. 1a. Edição, Edi-
quietud para los que cumplen lo nor-
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incómoda ante sus propios procesos de Bourdieu, P. 1989. O poder simbólico. DIFE-
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