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PROGRAMA CONCIERTO NAVIDEÑO

“La música puede abrir las mentes y los corazones a la dimensión del espíritu y
lleva a las personas a levantar la mirada hacia lo Alto, a abrirse al Bien y a la Belleza
absolutos, que tienen en Dios su fuente última.”

Discurso 29.04.10

“El aire festivo del canto y de la música son también una invitación constante para
los creyentes y para todos los hombres de buena voluntad a comprometerse a fin
de dar a la humanidad un futuro rico de esperanza.”

Discurso 29.04.10

Llega el invierno, el mes de diciembre y con él, las calles engalanadas, las luces de
colores, los dulces típicos y los regalos. Pero falta una cosa para que la magia de la
Navidad nos invada por completo. ¿Adivinas qué es?...

La procedencia de la palabra villancico tiene un origen popular, ya que deriva de la


palabra "villa" y a su vez del latín villanus. (Explicación del contexto)

En la Navidad emergen con fuerza esos anhelos profundos del hombre deseoso de
estrechar y ensanchar lazos de convivencia y de comunión. Los cánticos y
villancicos de la algarabía popular responden a estos sentimientos e invitan a
remover los rescoldos más íntimos del corazón humano.

En medio del alborozo de estos días, los creyentes reconocemos por nuestra parte
en el Niño del pesebre la presencia de la Bondad del mismo Dios. Por eso nos
hemos preparado recorriendo el camino del Adviento para acercarnos al Portal,
como los pastores, y contemplar el misterio del Dios encarnado. Y es que la
Navidad nos devuelve a lo esencial; nos invita a rumiar interiormente el profundo
misterio de la Encarnación, eje y centro sobre el que pivota y se asienta todo el
edificio cristiano.

Parte I Bienvenida

Bienvenidos sean todos ustedes a este concierto navideño, nos encontramos en


vísperas del nacimiento de Jesús y este evento tiene la finalidad de abrir nuestros
corazones, para recibirlo con uno lleno de amor.

La Navidad es una época para recordar al Hijo de Dios y renovar nuestra


determinación de tomar su nombre sobre nosotros. Es el tiempo para reexaminar
nuestra vida y evaluar nuestros pensamientos, sentimientos y hechos. Esta festividad
conmemora el nacimiento de Jesús, un evento que representa el amor incondicional,
la humildad, la compasión y la posibilidad de un nuevo comienzo.

Por amor, Dios nos da a su Hijo único. Por amor, el Hijo unigénito de Dios hace a un
lado sus privilegios divinos y se hace hombre como nosotros.

Parte II: “El nacimiento anunciado”

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen comprometida con un hombre llamado José, de la casa de
David; el nombre de la virgen era María.

Entrado el ángel, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” Ella se
perturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaba aquel saludo. El ángel le
dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a quedar
embarazada y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será
grande y será llamado Hijo del Altísimo y, el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. Para ello
el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por
eso el niño será santo y será llamado Hijo de Dios.”
Dijo María entonces: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
(Lc 2, 18- 38)

Al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a su hijo, nacido de una mujer, nacido
bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la
filiación adoptiva (Ga 4, 4-5)

Este es el gran acontecimiento que celebramos en la navidad, el haber enviado Dios


a su hijo para estar entre nosotros y para mostrarnos el amor del padre.

¿Qué nos toca hacer a nosotros? abrir nuestro corazón, confesar nuestra fe en él,
demostrar que creemos en él, que estamos dispuestos a aceptar su voluntad al
ejemplo de María, la humilde sierva de Nazareth.
Ahora escucharemos a el coro de Coro Virgen del Rosario de Fátima de la comunidad
de Tierra Blanca dirigido por (nombre del coordinador) interpretando los villancicos
● Ven a cantar y Campana sobre campana.
(Aplausos…)

Parte III: “Dios con nosotros”

Cumplida la misión, María guardaba cosas en su corazón y "todo esto aconteció para
que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí,
una virgen que concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que
significa: Dios con nosotros" (Mt 1, 22-23)
En el antiguo testamento, Dios camina con su pueblo, sin embargo, en el nuevo
testamento que somos nosotros, Cristo comparte nuestra naturaleza y se convierte en
promesa de vida eterna, el Dios con nosotros.

Lo que nos corresponde hacer ahora a nosotros es creer en Jesús, en sus palabras
de vida eterna, adorándolo comprometiéndonos con su misión, ya que se presenta
como el camino, la verdad y la vida. Por consiguiente, viene el coro la Inmaculada
Concepción de la comunidad de la Almoloya dirigido por el profesor Andrés Reyes
interpretando los villancicos:
● Anton tiruliruliru y En el taller de Nazareth.
(Aplausos…)

Parte IV “Reconocerlo y adorarlo”

En esta tercera parte de nuestro apreciado concierto, buscamos reconocer la venida


y presencia viva eucarística de Jesús que vive y reina ahora con Dios en la unidad del
espíritu santo.

Para ello debemos de reconocerle en su palabra, en el sacramento y en los pobres y


debemos de adorarle en este acontecimiento de navidad y en el sacramento del amor
que es su presencia eucarística.

Es nuestro turno de tener un corazón como María, lleno de gracia y gratitud para
adorar a Jesús, que también es Dios. De esta manera nos acompaña el Coro la
Esperanza a San José de la comunidad de Las Esperanzas dirigido por Daniel
(Apellido) interpretando los villancicos
● El Niño del tambor, Vengan a verlo y El Burrito Sabanero.
(Aplausos…)

Parte V “El gran acontecimiento”


Estando en Belén, María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo
acostó en un pesebre; en la misma comarca se encontraban unos pastores quienes
vigilaban por turno durante la noche a su rebaño cuando el ángel y la gloria del señor
los envolvió en luz para anunciarles la gran alegría: “Ha nacido hoy en la ciudad de
David un salvador, que es Cristo señor.”
En eso, se juntó una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: “Gloria
a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace”
Los pastores pues fueron a toda prisa en busca de María, José y el niño Dios y al
encontrarlos volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y
visto. (Lc 2, 7-20)

Así como los ángeles cantaron Gloria a Dios en el cielo, nosotros también cantemos
de alegría, llenándonos de gozo con la venida de Jesús, para ello, se presenta a
continuación el Coro Nuestra Señora de la Luz de la comunidad anfitriona, dirigido por
Lizbeth de la Cruz, presentando los villancicos:
● Los peces en el río, Los pastores a Belén y Gloria In ex selsis deo.
(Aplausos…)
Parte Final.

Invitación al público:
Para regresar con alergia a nuestros hogares, como lo hicieron los pastores, a
reconocer el nacimiento del niño Dios, los invitamos a ser partícipes de su gloria
llenando sus corazones con la presencia de la llegada de Jesús, cantando todos juntos
el villancico “El niño del tambor”.

Cuando la Biblia dice que Dios habla, dice muchas cosas al mismo tiempo.
Palabra en lenguaje semita no es solamente emitir vocablos o enunciar
ideas. Se trata de algo mucho más rico y variado.

Ante todo, si Dios habla es porque puede hablar. Es decir, es alguien que
existe realmente, que conoce al hombre y que quiere relacionarse con él.
Más aún: tiene algo que decirle al hombre. Los ídolos, en cambio, son
mudos, pura ilusión, simple creatura del hombre. Ya tenemos un buen
punto de partida: Dios tiene algo que decirnos a nosotros los hombres. Y
es algo importante: relacionado con nuestra vida, con nuestro destino, con
nuestro proyecto humano y con nuestra historia. Por esto a esta Palabra de
Dios la llamamos también Palabra de Sabiduría, porque nos orienta acerca
de problemas fundamentales de nuestra existencia.

Pero hay algo más aún. Sabemos que hay muchas maneras de hablar; a
veces hablamos por hablar, con palabras vacías que nada o muy poco
expresan. Otras veces, en cambio, al hablar sacamos algo de nuestro
interior, nos proyectamos hacia afuera tal cual somos, según lo que
queremos o sentimos. En tales casos, decimos palabras, gesticulamos, nos
enardecemos y... acto seguido pasamos a la acción. La palabra es como el
trueno que precede a la tormenta y la acompaña.

Es decir: la Palabra es parte de una acción humana bien pensada, asimilada,


expresada y puesta en marcha. De otra forma: la palabra pone en acción a
todo el hombre. No es casualidad que antes de una batalla el general hable
a los soldados; que en momentos importantes el presidente hable al país,
o el padre a sus hijos. La palabra, primero, saca de dentro de nosotros en
forma simbólica eso que somos nosotros y, luego, lo pone en ejecución.
Ahora podemos comprender mejor el sentido bíblico de la expresión "Dios,
que antiguamente habló a nuestros padres por los profetas, ahora nos ha
hablado por su Hijo" (segunda lectura). Esto significa: siempre Dios actuó
en la historia de los hombres, y actuó dando sentido a sus acciones, porque
nacían de una idea, de un plan. Dios, empujado por sus pensamientos y
sentimientos divinos, hizo cosas con nosotros, y su hacer total y definitivo
se realizó por medio de Jesús. Así lo entiende Juan, cuando inicia su
evangelio con un cántico a Jesús Palabra de Dios. Y si es Palabra de Dios
es pensamiento-sentimiento y es acción de Dios en medio de los hombres.

Despedida:
Agradecemos su participación y el haberse tomado el tiempo de haber asistido,
porque su presencia es también signo de la presencia de Jesús, de esta manera los
integrantes del coro les deseamos que disfruten y pasen felices fiestas. Para concluir
pedimos que el padre nos dé la bendición para poder marchar en paz, muchísimas
gracias y hasta la próxima.

Bendición del padre para concluir.


Invitación a beber chocolate caliente.

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