Está en la página 1de 8

Tema 12: Las predisposiciones agresivas.

1. Criminología biosocial.

Durante varias décadas la criminología ha estado dominada por perspectivas


sociológicas y políticas. Estos campos por sí solos no ofrecen una evaluación completa
de la conducta criminal. Aunque no deben ser descartados, deben ser
complementados con los factores biológicos. Los factores biológicos desempeñan un
papel igualmente importante en el desarrollo del comportamiento criminal, dando
lugar a la Criminología biosocial como corriente teórica y empírica que se esfuerza por
revelar la influencia de los diferentes mecanismos biológicos.

La criminología biosocial es un conjunto de teorías que tratan de explicar el


comportamiento criminal, en base a factores endógenos del individuo que supondrían
predisposiciones biológicas para la comisión de actos delictivos.

La biosocial es una interacción de las predisposiciones biológicas con el ambiente. La


biología solo se expresa y adquiere sentido en un determinado contexto social.

El estudio de la criminología biosocial incluye un amplio y heterogéneo conjunto de


investigaciones:

 Rasgos físicos de los delincuentes.


 Delincuencia en familias.
 Estudios de gemelos e hijos adoptivos.
 Psicofisiología.
 Estudios genéticos.
 Sociobiología.
 Neurociencia.

Los elementos comunes en las investigaciones son:

 Basados en la teoría de la evolución de Darwin. El comportamiento humano es


el resultado de la evolución desde especies inferiores. La agresividad como
comportamiento emocional también tiene función adaptativa.
 Se ha encontrado relación entre factores biológicos en los seres humanos y
tendencia a la agresividad.
 La tendencia agresiva interacciona con el ambiente social y puede producirse
conducta agresiva o delictiva.

Se heredan tendencias agresivas y dependiendo del ambiente se concreta o no en


conducta delictiva. En cuanto a la actualidad de la perspectiva biosocial en
Criminología, tradicionalmente lo biológico (genético) ha sido denostado por su
determinismo causal de la conducta delictiva y la escasa posibilidad de modificación
(fármacos o quirúrgicos o aislamiento del delincuente).

Actualmente no se puede prescindir de la biología puesto que son imprescindibles los


conocimientos de la psicofisiología humana y concretamente del funcionamiento del
sistema nervioso.
La delincuencia no puede ser comprendida sin tener en consideraciones las
predisposiciones individuales y sus raíces biológicas (Wilson y Hernstein, 1985). Todo
lo que hacemos, sentimos o pensamos transcurre por nuestro cerebro y tiene un
sustrato biológico (Jeffery, R, 1993). Goleman desarrolló la inteligencia emocional y
según las investigaciones de LeDoux podemos destacar el papel de la amígdala en
respuestas rápidas y emocionales. Los estímulos ambientales son recibidos en el
tálamo, que los envía al neocórtex, pero también tiene conexión con la amígdala
(centinela emocional). Esta produce respuestas rápidas y menos elaboradas en
situaciones comprometidas. Muchos comportamientos delictivos son situaciones de
riesgo y en los que opera la amígdala. Es un medio primitivo de respuesta, no racional.
(Sistema límbico).

Diana Fishbein estableció el comportamiento delictivo según 3 elementos


interrelacionados. La regulación del comportamiento se da a través de dos
mecanismos biológicos y un mecanismo social. Hay características individuales innatas
que incrementan el riesgo de conducta agresiva, que esta tendencia se manifieste o
no, es en función de las condiciones ambientales.
2. Áreas y aportaciones de las principales investigaciones de orientación
biologicista.

2.1. Rasgos físicos y delincuencia: biotipologías.

Existen estereotipos sociales respecto a la personalidad y el aspecto físico del


delincuente (como si a simple viste fuese posible distinguir a un delincuente de quien
no lo es).

La biotipología es la disciplina científica basada en la premisa de la existencia de una


correlación entre tipologías corporales y delincuencia.

En las Biotipologías famosas destaca Ernst Kretschmer (1921) como psiquiatra alemán:

 Leptosomático (hurtos y estafas).


 Delgadez y poca musculatura.
 Tendencia a la introversión.
 Atlético (delitos violentos).
 Gran desarrollo esquelético y muscular.
 Mayor índice de delincuencia
 Pícnico (preponderancia de fraudes).
1. Tendencia a la obesidad.
2. Proclive a la sociabilidad.
3. Índices bajos de delincuencia.

Según la escuela norteamericana de William Sheldon (1949) destacamos:

 Ectomorfo: Robos y Hurtos.


1. Físicamente delgado y frágil.
2. Tendencia al retraimiento e inhibición.
 Mesomorfo: Robos y Homicidios.
1. Predomina el tejido óseo, muscular y conjuntivo.
2. Fuerza y expresividad.
 Endomorfo: Fraude y estafa.
1. Predominio de la redondez corporal.
2. Tono relajado y sociable.

En la delincuencia habitual, la mayor parte de los delincuentes eran mesomórficos. La


principal crítica que recibe esta teoría es que en todos los estudios se comparaba el
grupo de criminales con un grupo de control que eran estudiantes.

2.2. Genética criminal: Herencia y delito.

Destacan las genealogías criminales (estudios de familias de delincuentes), estudios


sobre gemelos y adopción y estudios genéticos.

Con la investigación de las bases genéticas de la conducta, se pretende buscar


“huellas” “composiciones particulares de grupos de genes” que puedan actuar como
facilitadores del comportamiento violento reincidente.

2.2.1. Familias criminales: genealogías de delincuentes.

Robert Dugdale (1877) estudió a la familia de delincuentes Jukes, Goddard (1912) a la


familia Kallikak y Farrington (1996) realizó un estudio en Cambridge, buscando la
concentración de delincuentes por líneas familiares.

No se puede concluir un predominio de factores genéticos sobre la delincuencia, al no


considerarse la influencia del ambiente.
2.2.2. Estudios con gemelos y adopción.

Con los gemelos monocigóticos encontramos que son 100% iguales, con los mellizos y
dicigóticos encontramos un 50% de semejanza. Con una crianza muy similar, el factor
amiente se encuentra neutralizado. La hipótesis es, por tanto, que los gemelos
monocigóticos cuentan con mayor concordancia en sus comportamientos.

Karl O. Christiansen (1977) estudió 3586 pares de gemelos en Dinamarca. Analizó los
antecedentes penales de los gemelos dicigóticos y los gemelos monocigóticos
encontrando una concordancia delictiva del 21% en los primeros y del 50% en los
segundos. Walters y White (1989) revisaron estudios criminológicos con gemelos.
Eliminaron las parejas mixtas puesto que el sexo podría ser un sesgo. Los % de
concordancia delictiva de los monocigóticos han sido superiores en todos los estudios
a los dicigóticos. Por tanto, el factor genético influye en la delincuencia de modo
decisivo.

En cuanto a la adopción, el presupuesto sería que si la herencia es más importante que


el ambiente: los niños adoptivos más parecidos, en conducta delictiva, a padres
biológicos que a los adoptivos. Si el ambiente es más importante, mayor parecido a los
padres adoptivos.

Walters y White (1989) estudiaron a niños adoptados de 0 a 18 meses, en niños


adoptados, la concordancia delictiva es mayor entre hijos y padres biológicos. S.
Mednick (1995) estudió solo hombres adoptados a muy temprana edad. Concluyendo
que la genética tiene un peso mayor que el ambiente.

2.2.3. Estudios genéticos.

No hay muchas investigaciones sobre la relación entre dotación genética y


delincuencia. En los años 60 se pensaba que la presencia de un cromosoma Y extra
podría hallarse en la base de algunos tipos de delincuencia violenta. Actualmente, esta
teoría está totalmente desacreditada.

Estas malformaciones genéticas no tienen relevancia para explicar el fenómeno


delictivo. Destaca el interés por el estudio del comportamiento de genes específicos.

2.3. Correlatos psicofisiológicos.


Variables psicofisiológicas: índices cuantificables del funcionamiento del sistema
nervioso, reflejan directamente los estados emocionales.

La psicofisiología parte de la psicología que estudia las bases fisiológicas de los


procesos psicológicos. Destacan:

 Tasa cardiaca.
 Presión sanguínea.
 Conductancia de la piel o respuestas psicogalvánica (variaciones en las
características eléctricas de la piel causadas por la sudoración del cuerpo
humano).
 Ondas cerebrales.
 Niveles de atención y de activación del Sistema Nervioso.

Los estudios psicofisiológicos han hallado la existencia de perturbación a nivel del


sistema nervioso, relacionada con la conducta antisocial. ClecKley (1976) estableció
características del psicópata:

 Poco emocionales.
 Impulsivos, irresponsables y buscadores de sensaciones.
 Bajos niveles de ansiedad al ser sometidos a situaciones de estrés.

Los Psicópatas difieren de los no psicópatas en:

 Diferencias en el EEG (actividad cerebral).


 Desajustes cognitivos y neuropsicológicos.
 Mayor actividad de ondas cerebrales lentas (posible retraso madurativo) y
además dificultad para aprender de la experiencia.
 Un Sistema Nervioso menos estimulado. Necesita recibir estimulación del
exterior (búsqueda de sensaciones).

 Diferencias en respuestas electrodérmicas, cardiovasculares y otras.

Un sistema nervioso menos estimulado impide que anticipen sentimientos de ansiedad


frente a estímulos aversivos. Los beneficios del delito son superiores a los costos.
Adrian Raine desarrolló técnicas de neuroimagen, encontrando deficiencias
funcionales y estructurales en los lóbulos frontales y temporales (baja actividad del
lóbulo frontal) de los agresores violentos y psicópatas.

Los efectos son: ausencia de respuestas anticipatorias en elecciones arriesgadas,


menor capacidad de respuesta a estímulos aversivos (castigos), menor miedo, menor
activación del Sistema Nervioso (búsqueda de estimulantes exteriores que compensen
la baja activación).

2.4. Neurociencia.

Los estudios con aparatos de neuroimagen muestran diferentes alteraciones y


disfunciones en las imágenes cerebrales obtenidas de cerebros de delincuentes.

Los neurocriminales, en un estudio con neuroimagen de la corteza anterior del cíngulo


a 96 presos varones con edades entre 20 y 52 años a los que se hizo posteriormente un
seguimiento de cuatro años tras su puesta en libertad, demuestra que los presos que
tenían baja actividad en esta región cerebral reincidían el doble de veces que los
presos con alta capacidad en la misma zona. Las personas con daños en la corteza
anterior del cíngulo muestran cambios en su comportamiento que incluyen pérdida de
inhibiciones, apatía y agresividad.

2.5. Sociobiología y agresión.

Edward O. Wilson (1980) estudió los fundamentos biológicos de la conducta social. La


agresión es una conducta adaptativa con continuidad a lo largo de las especies que
facilita la supervivencia del individuo y la continuidad de la especie a través de la
reproducción en condiciones ambientales adversas.

Según la perspectiva evolucionista, así como hay miedos instintivos ligados a la


evolución de la especie humana, que actualmente no tienen función adaptativa, la
violencia tuvo un papel adaptativo en la historia de la especie humana. Las principales
conclusiones de la sociobiología actual son:

 Agresión tiene un papel adaptativo.


 Genética tiene un papel predisposicional para mayor o menor agresividad.
 Tendencias agresivas tienen un importante sustrato psicobiológico, en cuya
regulación intervienen zonas subcorticales y corticales.
 Actividad hormonal (endocrina y neuroendocrina) tiene una función
moduladora. Un desajuste o desequilibrio significativo en la balanza química u
hormonal del individuo puede afectar a la conducta.
 Todos estos sustratos biológicos operan en interacción con el medio social. No
existe delincuencia genética, ni biológicamente determinada.

También podría gustarte