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Maximo exponente de la poesía afrocubana.

El recuerdo del padre fue conservado siempre por el hijo, quien, muchos años después, en la
década de los 50, lo evocaría intensamente en sus poemas

En 1922 comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de La Habana,donde estudio derecho


pero abandonó en seguida, y se dedico a la poesia.

De regreso a Camagüey se desempeñó en diversos oficios, entre ellos el de corrector de


pruebas del periódico El Camagüeyano, y luego el de redactor de mesa en ese mismo diario.Allí
se intensificaron sus intereses literarios e intelectuales, y conoció a Federico García Lorca, que
había sido invitado por Fernando Ortiz a pronunciar unas conferencias.

En esa época, conoció Guillén en La Habana al gran poeta negro estadounidense Langston
Hughes, cuya amistad y cuya influencia le serían sumamente importantes.

En abril de 1930, Guillén escribió sus Motivos de son, que, al publicarse en el Diario de la
Marina, lanzarían al poeta novel a una especie de celebridad polémica, pero de amplia
resonancia popular; la musicalización sucesiva de estos poemas por diferentes compositores,
entre ellos Alejandro García Caturla y los Grenet, subrayó más aún la enorme acogida popular
de los textos.

En 1936, Guillén se incorporó al grupo de redacción de la revista Mediodía, en la cual el poeta


llegó a tener una influencia marcada, y en la que colaboraban intelectuales de importancia,
como Carlos Rafael Rodríguez.

Vinculado a otra importante figura cultural y política del momento, Juan Marinello, Guillén
viajó a México el 19 de enero de 1937 para participar en el congreso organizado por la Liga de
Escritores y Artistas Revolucionarios.

En esa época, Guillén publicó un poemario de fuerte entonación popular: Cantos para soldados
y sones para turistas, con prólogo de Juan Marinello.

Tuvo trato En España con Antonio Machado, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Iliá Erenburg,
Rafael Alberti, César Vallejo, León Felipe, Juan Chabás, Octavio Paz, Tristán Tzara, Anna Seghers,
y reanudó el que tenía con Ernest Hemingway, a quien había conocido en Cuba.

Conmovido por cuanto vio y por cuanto vivió en la España de la guerra civil, Guillén ingresó en
el Partido Comunista, en el cual militó hasta su muerte.

De vuelta a su patria, acompañado por León Felipe, su situación no fue fácil, entre otras
razones porque «el Partido Comunista se hallaba en plena ilegalidad» y por la inestabilidad
económica y política del país.

En 1940, Guillén se presenta, sin éxito, como candidato a las elecciones para alcalde de la
ciudad de Camagüey, por el partido Unión Revolucionaria Comunista.

Desde 1939 hasta 1941, el poeta tuvo que consagrar buena parte de su tiempo a una intensa
labor política y cultural, en el equipamiento del periódico Hoy, así como en tareas del Frente
Nacional Antifascista, del cual era dirigente.

En 1972 recibio en roma el premio viareggio.


Velorio de Papá Montero

Quemaste la madrugada
con fuego de tu guitarra:
zumo de caña en la jícara
de tu carne prieta y viva,
bajo luna muerta y blanca. 5
El son te salió redondo
y mulato, como un níspero.

Bebedor de trago largo,


garguero de hoja de lata.
en mar de ron barco suelto. 10
jinete de la cumbancha:
¿Qué vas a hacer con la noche,
si ya vio podrás tomártela,
ni qué vena te dará
la sangre que te hace falta, 15
si se te fue por el caño
negro de la puñalada?

¡Ahora sí que te rompieron,


Papá Montero!

En el solar te esperaban, 20
pero te trajeron muerto;
fue bronca de jaladera,
pero te trajeron muerto;
dicen que él era tu ecobio,
pero te trajeron muerto; 25
el hierro no apareció,
pero te trajeron muerto.

Ya se acabó Baldomero:
¡zumba, canalla y rumbero!

Sólo dos velas están 30


quemando un poco de sombra;
para tu pequeña muerte
con esas dos velas sobra.
Y aun te alumbran, más que velas,
la camisa colorada 35
que iluminó tus canciones,
la prieta sal de tus sones
y tu melena planchada.

¡Ahora sí que te rompieron,


Papá Montero! 40

Hoy amaneció la luna


en el patio de mi casa;
de filo cayó en la tierra
y allí se quedó clavada.
Los muchachos la cogieron 45
para lavarle la cara,
y yo la traje esta noche
y te la puse de almohada.
Mulata

Ya yo me enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.

Y fíjate bien que tú 5


no ere tan adelantá,
poqque tu boca e bien grande,
y tu pasa, colorá.

Tanto tren con tu cueppo,


tanto tren; 10
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.

Si tú supiera, mulata, 15
la veddá,
¡que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa na!

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