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Arqueología de Zaha Hadid: Su trabajo teórico inicial (1979-1993).

Alumne: Martín Alejandro Pindur

Fecha: 19/07/2023.

01. ABSTRACT O RESUMEN

En este trabajo se abordará una revisión de las obras y herramientas arquitectónicas formales de Zaha Hadid. El
trabajo se concentrará en las pinturas y dibujos raramente antes vistos y estudiados de la arquitecta, que preceden a
su primera obra construida, la Estación de Bomberos de Vitra en 1993, y que empieza en el periodo que prosiguió a la
finalización de sus estudios universitarios en 1977: en el cual trabajo y abandono la OMA en 1978 y abrió su propio
estudio de arquitectura en 1979. Se analizará detalladamente cómo la vanguardia Suprematista de 1910 ejercería una
poderosa influencia en su enfoque arquitectónico, y cómo Hadid utilizaría esta corriente artística como referencia
para desarrollar su propia teoría posterior.

Hadid se sumergiría en el Suprematismo, una vanguardia artística de principio del siglo pasado, durante sus
estudios en la Architectural Association y encontraría en ella una fuerte fuente de inspiración. Su capacidad para
fusionar los principios del Suprematismo con la arquitectura urbana sería un elemento clave en su desarrollo creativo
como profesional. A través de sus pinturas y diseños, exploraría las posibilidades de integrar formas geométricas
abstractas con curvas suaves en contextos urbanos, buscando combinar la sensación de movimiento y energía propios
de la vanguardia en sus representaciones de edificaciones arquitectónicas.

En este sentido, el enfoque de Hadid se distanciaría de las convenciones establecidas de la arquitectura


tradicional. Su objetivo era lograr una simbiosis entre el entorno circundante y las fuerzas gravitacionales que
provocarían sus edificios satélites, y esto se reflejó en sus obras más emblemáticas, como “La Tektonika de Malevich”,
"The World" y "The Peak", ganadora de un importante concurso en 1983. Estas creaciones de arte-arquitectura
trascenderían la mera funcionalidad y se convertirían en expresiones artísticas en sí mismas, destacando por su
estructura dinámica y su integración magistral con el entorno.

En este trabajo exploraremos las obras de Hadid, y resultará evidente que su enfoque arquitectónico se
basaba en la reinterpretación de las formas y movimientos del Suprematismo. Utilizaría herramientas formales
extraídas de esa fusión para lograr esa traducción, como la “expansión”, la “caligrafía”, la “distorsión” y el “paisaje”
con el objetivo de representar sus ideas arquitectónica. Estos movimientos le permitirían superar los límites de la
arquitectura convencional y resolver problemas de diseño funcionales de una manera que no se había visto antes en
esa época.

Al entrevistar a Zaha Hadid sobre sus pinturas y sus inicios, Hans Ulrich Obrist reflexiona: “Taking inspiration
from Constructivism, Suprematism and the Russian avant-garde, Hadid used abstraction as an investigative structure
for her architectural proposals.”1

En la conclusión del trabajo, se hará una síntesis de los temas abordados sobre el Suprematismo en relación con
el Formalismo y sobre como Hadid utilizo estos conceptos para sus pinturas artísticas en donde mostraba espacios
arquitectónicos acercándose desde el infinito para “estacionar” en paisajes reconocibles, aunque deformados y
distorsionados, ejemplificando con algunas pinturas representativas, detallando las herramientas formales utilizadas.
El fin del trabajo es detallar y estudiar como exactamente Hadid podía plasmas esa arquitectura en lienzos
suprematistas abstractos, que herramientas usaba y que proceso seguía, ya que estaba elevando la vanguardia hacia
fronteras no antes vistas por Malevich y llevándolo al terreno de la figuración, decisión paradójica que aparentemente

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Hans Ulrich Obrist, Foreword - Zaha Hadid early paintings and drawings, (Londres, 2016-2017) p.1.

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iría en contra de la “no-figuración” que promulgaba este. (…) “este impulso, específico para cada lugar, contradice
la tabula rasa de su suprematismo abstracto, lo que nos lleva a preguntamos hasta qué punto sus proyectos se
derivan en realidad de los emplazamientos.”2

02. ESTADO DE LA CUESTIÓN

En la búsqueda bibliográfica realizada para este trabajo, se observa una escasez de estudios previos sobre el tema en
cuestión. Las fuentes bibliográficas y académicas que abordan el desarrollo teórico de las pinturas de Hadid son
escasas, aunque existen algunos artículos, entrevistas y ensayos de arquitectos cercanos a ella, como Patrik
Schumacher, actual director del estudio Zaha Hadid Architects, y Detlef Mertins, arquitecto y teórico de la
arquitectura que enseñó en la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos.

El trabajo propone abordar el objeto de estudio a través de dos ejes temáticos. Para el primer eje, centrado en el
Formalismo, se destaca el ensayo de Patrik Schumacher titulado "Formalism and Formal Research", publicado
originalmente en la revista ARKETIPO en 2016. Este ensayo fue recopilado posteriormente en el texto de la Serpentine
Galleries para la exposición de arte de 2016-2017 sobre las pinturas y dibujos de Zaha Hadid en Londres. En este
ensayo, Schumacher defiende la arquitectura de Hadid y sostiene su hipótesis de que "Form Delivers Function".
Schumacher plantea que la forma es nuestra responsabilidad inmediata como profesionales de la arquitectura,
mientras que la función es nuestra responsabilidad final hacia la sociedad. Sin embargo, rechaza la noción de que
Hadid sea considerada una Formalista en el sentido de trabajar exclusivamente en la forma sin considerar la función.

Según Schumacher: "The 'Formalist' works on the form for the form's sake, without regard to its function, concerned
only with formal characteristics and matters of visual appearance. If this concern with formal characteristics is
exclusive and entails the rejection of functional concerns, then this Formalist stance might be hard to defend." 3

En relación al segundo eje temático, que vincula el Formalismo con el Neovanguardismo, se menciona el ensayo de
Detlef Mertins titulado "The Modernity of Zaha Hadid", publicado originalmente en 2006 y también recopilado en el
texto complementario de la exposición de la Serpentine Galleries en 2016-2017. En este ensayo, Mertins explora la
noción de modernidad en la obra de Hadid, destacando su diferencia con el modernismo de la época. Mertins
examina la influencia del Suprematismo y el Constructivismo en el trabajo de Hadid, considerándolos vanguardias
incompletas que ella retomó y desarrolló. Mertins sostiene que la modernidad de Hadid abraza el cambio y las
combinaciones polivalentes en un mundo inestable e incierto.

En resumen, a pesar de la escasez de estudios previos sobre el tema, se identifican los ensayos de Patrik Schumacher y
Detlef Mertins como fuentes clave que abordan el desarrollo teórico de las pinturas de Hadid desde las perspectivas
del Formalismo y el Neovanguardismo. Estas fuentes destacan la importancia de la forma en relación con la función,
así como la influencia de las vanguardias artísticas en el trabajo de Hadid. También abordando esta temática se
encuentra Hal Foster, que en el capitulo “Expresiones de la Neovanguardia” de su libro “El complejo arte-
arquitectura” desarrolla una investigación parecida y complementaria a la de Mertins sobre no solo la influencia del
suprematismo y el constructivismo en las pinturas de Hadid, sino de otras corrientes de vanguardia que las
complementaron, como son el Futurismo, el Cubismo y el Expresionismo.

2 Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.107

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Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.107

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03. ÍNDICE

4.A. INTRODUCCIÓN

4.B. MODERNIDAD INCOMPLETA

4.C. FORMALISMO?

4.D. EJEMPLOS Y CONCLUSION

04. DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN

4.A. INTRODUCCIÓN

Para realizar una arqueología sobre el trabajo teórico inicial de Zaha Hadid y descubrir las razones de por qué pintaba
sus obras en lienzos años antes de materializarlas y por qué tardaría más de una década en dar vida a estas ideas, es
necesario explorar detenidamente la trayectoria de la arquitecta y comprender las motivaciones, conceptos y fuentes
de inspiración que dieron forma a su enfoque creativo. Estas pinturas, que abarcaban temas como el despegue, la
deconstrucción y las múltiples perspectivas, representaban una manifestación artística de años de estudio e inmersión
en la vanguardia artística de la década de 1910.

El recorrido de Zaha Hadid comenzó en Bagdad, Irak, en 1950, donde posteriormente estudió Matemáticas en la
Universidad Americana de Beirut antes de trasladarse a Londres en 1972 para emprender su formación en
arquitectura. Durante su tiempo en la Architectural Association, recibió una importante influencia por parte de sus
profesores Elia Zenghelis y Rem Koolhaas, quienes presentaron a Hadid el constructivismo ruso y figuras destacadas
como Malevich. Aunque en un principio desconocía completamente estos referentes rusos, sería en su último año de
sus estudios, y gracias a estos profesores, donde experimentaría un punto de inflexión trascendental en su enfoque
conceptual y arquitectónico.

Fue durante su tesis de la universidad, que Hadid se sumergió de lleno en el mundo del arte moderno y su relación
con la arquitectura. Su trabajo consistía en superponer una diapositiva de una escultura (“arquitecton” o “arkitekton”)
de Kasimir Malevich, un pintor ruso y creador del movimiento vanguardista del Suprematismo, en un contexto urbano
elegido por la estudiante. Hadid decidió ubicar la escultura en el Hungerford Bridge de Londres, en una composición
de capas horizontales. Este acontecimiento resultó ser significativo y marcó un hito en su carrera. En este punto es
donde encontramos el primer indicio importante: la elección posterior de las vanguardias artísticas rusas de la década
de 1910 por parte de Hadid representó una decisión inusual y una singularidad dentro de los arquitectos jóvenes de la
época y sentó las bases de lo que luego se conocería como neovanguardismo. Este proyecto, aparentemente aleatorio
dentro de una pila de otros proyectos y tareas universitarias, se convirtió en el catalizador de toda su trayectoria y
teoría arquitectónica, fusionando de manera innovadora el Suprematismo de Malevich con la arquitectura urbana en
sus pinturas.

Así, Hadid no solo se sumergió en el mundo del arte y la arquitectura, sino que también rompió con los enfoques
convencionales al fusionar estas dos disciplinas. A partir de este punto de inflexión, Hadid continuaría explorando y
desarrollando su enfoque artístico y arquitectónico, tomando la antorcha del movimiento de Malevich, para luego
quizás, pasársela a otro.

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4.B. MODERNIDAD INCOMPLETA

Este disparador condujo a que Hadid considerara que la modernidad era un proyecto incompleto que requería ser
finalizado y que, al ser recontextualizado en el presente, atraería innovaciones, tal como sucedió con su “Tektónika de
Malevich”, su tesis final de carrera. Ahora bien, ¿por qué eligió el arte Suprematista y Constructivista rusos? Durante
la Segunda Guerra Mundial, el arte moderno sufrió una supresión traumática bajo los regímenes de Hitler, Stalin y
Mussolini. Sin embargo, la arquitectura moderna no fue afectada de la misma manera, y figuras como Gropius, Le
Corbusier y Mies van der Rohe estaban lo suficientemente alejadas para que persistieran. Por lo tanto, cuando
arquitectos jóvenes como Peter Eisenman y Richard Meier retomaron a Le Corbusier en la década de 1960 como
exponente de la arquitectura moderna, no generaron el impacto de un retorno neovanguardista, ya que no se había
perdido lo suficiente como para celebrar un gran regreso. Sin embargo, retomando a Malevich varias décadas antes,
en el nacimiento del arte abstracto del Suprematismo, él planteó una afirmación acerca de la no-figuración y la
negación de toda representación y asociación mundana del color. Surge la pregunta de cómo se puede negar la
figuración en un contexto de representación arquitectónica, ya que estas ideas parecen contradictorias. En el
Suprematismo, el color, que se utilizaba ampliamente para representar situaciones cotidianas en esa época, adquiere
un carácter trascendental. El blanco se percibe como infinito y el rojo y el negro representan la energía liberada por el
movimiento y los objetos. El color deja de ser utilizado por motivos estéticos para conferírsele un significado
conceptual, donde cada objeto es autónomo y se sitúa como un satélite, liberado del terreno y de cualquier
referencia, flotando en el espacio y abstracto del mundo terrenal. En el Suprematismo, el lienzo se convierte en el
plano a través del cual percibimos la vida, es el espacio de la mente y el conocimiento, donde el objeto adquiere
significación y relevancia. En apariencia, esto parecería estar en completa oposición a la arquitectura como artefacto
habitable.

Al concluir sus estudios en la AA en 1977, Hadid inició su carrera como arquitecta, comenzando a trabajar en el
estudio de arquitectura OMA bajo la tutela de sus exprofesores universitarios Rem Koolhaas y Elia Zenghelis. Pero,
posteriormente, abandono el estudio para establecer el propio, Zaha Hadid Architects, en 1979. Durante los primeros
años de su carrera profesional, tuvo pocos encargos arquitectónicos, lo que la llevó a adentrarse en el mundo de la
pintura moderna, una pasión que había cultivado durante sus años universitarios, y periodo en el que este trabajo
hace hincapié. Estas pinturas originalmente Hadid las hacia para entrar a concursos de arquitectura y arte, pero,
además, esta incursión en la pintura moderna marcó el inicio de un período de búsqueda teórica para Hadid, sentando
las bases de su futura labor de diseño y construcción. Todo lo que aprendió durante esta década, plasmado en sus
pinturas, se convirtió en la base de su teoría, estudio y convicciones. Por lo tanto, es en este contexto que
investigamos el medio principal de experimentación e investigación de Hadid en la década de 1980: su continuación
del Suprematismo. Hadid retoma el legado dejado por Malevich y lo lleva a nuevos horizontes que sacuden el mundo
de la arquitectura, algo extremadamente inusual para un arquitecto joven de la época. Su trabajo en esta etapa inicial
fue principalmente teórico, explorando y experimentando con la introducción al mundo abstracto y conceptual a
través de sus pinturas y dibujos, los cuales se caracterizan por ser dinámicos y contener sensaciones, planos y sombras
que flotan en el espacio. Hadid utiliza el Suprematismo como un intento de "abrir a la fuerza" o de “comprimir y
descomprimir” los objetos en un espacio-tiempo infinito. Con cautela, se expone a un posible reino desconocido,
permitiendo que los objetos emerjan o se vislumbren. En este sentido, surgen las preguntas: ¿sus diseños y pinturas
no pertenecen a esta Tierra, a este plano terrenal? ¿Cómo es posible traer de vuelta algo así a nuestro mundo
habitable? ¿Cómo se fusiona el Suprematismo, un arte que rechaza la figuración y se niega a ser ligado a la tierra, con
algo que debe ser habitado?

No obstante, la característica distintiva de los dibujos y pinturas de Hadid radica en su inestabilidad, ya que pueden
transitar de un momento a otro entre el mundo de la representación arquitectónica y el de las sensaciones abstractas;
coexisten en ambos dominios. Aquí vislumbramos brevemente la respuesta a nuestra interrogante previa: ¿es posible
que sus diseños, aunque vislumbrados a través de un catalejo que deforma la perspectiva, pertenezcan a esta Tierra?
La distinción entre forma y contenido deja de ser rígida, ya no se puede discernir con claridad qué características
corresponden al modo de representación y cuáles al objeto representado. En su búsqueda de la abstracción y su

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forma de representarla, ¿las múltiples perspectivas retorcidas y distorsionadas son parte intrínseca del objeto o del
modo de representación? Al igual que Malevich, quien abstraía en sus pinturas al suprimir todo referente y liberar al
espectador, surge la interrogante de cómo este principio se aplica también a la arquitectura. ¿Cómo exactamente se
"completa" este modernismo?

En sintonía con el Constructivismo, Hadid también incursionó en el aprovechamiento de perspectivas y proyecciones


como generadoras de diseño. Sin embargo, a diferencia del Constructivismo de Tatlin, que finalmente abandonó la
pintura como medio de representación, Hadid se sumergió en ellas y focalizó su atención en Malevich y el
Suprematismo. Este último, en 1915, afirmó que la pintura y su movimiento vanguardista eran una forma de
transformar el mundo, aunque su evolución quedó inconclusa. Es en este contexto que Hadid decide tomar la posta y
dar continuidad a dicho movimiento.

Mertins sobre Hadid continuando el suprematismo de Malevich: “With such a beginning — a beginning that denies,
but then compounds, folds, and twists the Modernist idea of origins — we could say that Hadid took seriously
Malevich’s statement that Suprematism was itself merely the beginning of a new art and that he was merely its initial
theoretician”4

Con la colaboración de sus estudiantes, Malevich experimentó la transición de sus pinturas bidimensionales al arte
tridimensional y se acercó al ámbito de la arquitectura y el urbanismo, aunque no con la misma intensidad que lo
haría Hadid décadas más tarde. Mediante una vasta maqueta con un plano negro como base, que él llamaba
“arquitectones”, Malevich dispuso elementos y figuras que evocaban planetas y satélites en órbita. Aunque logró un
acercamiento, estos elementos seguían flotando en un plano infinito, desprovistos de cualquier contexto reconocible
para el ser humano. Sin embargo, Hadid, al situar el arquitecton de Malevich en un entorno urbano, ancló ese satélite
nuevamente a la tierra, liberando así las energías y tensiones en el ámbito del urbanismo. Además, logró retornar al
origen del Suprematismo al presentar su trabajo no en forma de maqueta como lo hacía Malevich, sino mediante
pinturas sobre lienzos. Dado que Malevich no había representado ciudades, urbanismo ni edificios como lo hacía
Hadid en aquel entonces, esta última recurrió al Cubismo, Futurismo y Expresionismo para plasmar paisajes y ciudades
abstractas y subjetivas.

Hal Foster comenta al respecto: (…) “No obstante, la preocupación por tales fuerzas en el caso de Hadid apunta
fundamentalmente a otros antecedentes históricos, antecedentes que se han visto opacados en la recepción de su
obra por su interés en el suprematismo y el constructivismo: la arquitectura futurista y expresionista. A veces ella
insinúa estas afinidades en su lenguaje: "El edificio entero es movimiento congelado -comenta Hadid de su primer
edificio emblemático, la estación de bomberos Vitra-, listo para entrar explosivamente en acción en cualquier
momento"; y, por lo general, ella ha abogado por una "nueva imagen de la presencia arquitectónica" con "cualidades
dinámicas como velocidad, intensidad, potencia y dirección”. ¿Qué podría ser más futurista en espíritu que estos
planteamientos? (…) De hecho, sus edificios no tanto comunican el movimiento como lo representan -son
exactamente "movimiento congelado" -y, más que una multiplicidad de vistas móviles, constituyen una secuencia de
perspectivas estacionarias."5

Estas interpretaciones “completadas” de Hadid, o como Malevich las denominaba originalmente, "realidades no
objetivas", le permitieron evolucionar y ampliar aún más el Suprematismo, superando sus limitaciones y colmando sus
vacíos. La arquitectura, al no poder flotar en lo infinito, necesitaba aterrizar. De esta manera, Hadid descompuso
paisajes en campos prismáticos de corte Cubista, aprovechó las expresiones de energía dinámica del Futurismo y
empleó las representaciones de experiencias psíquicas del Expresionismo para transformar el Suprematismo en un
arte que buscaba manifestar la naturaleza elemental inherente del mundo. A través de sus pinturas suprematistas de

4
Detlef Mertins, The Modernity of Zaha Hadid, (2006) p.4.

5
Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.109

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edificios y ciudades, Hadid utilizó dibujos arquitectónicos en lugar de formas geométricas puras, tal como lo hacía
Malevich.

Hadid llevó los modos tradicionales de representación arquitectónica hacia explosiones estructurales inusuales y
"distorsiones literales del espacio", las cuales evidenciaban una voluntad de desafiar la verticalidad convencional de la
arquitectura, buscando la naturaleza del paisaje en la horizontalidad. Sin embargo, como hemos mencionado
previamente, este análisis de la explotación de objetos abstractos en un plano infinito, donde dichos objetos flotan en
el aire como naves espaciales y requieren que el observador se eleve y orbite como un satélite, debe ser trasladado a
la arquitectura en algún momento y "aterrizar". Aquí es donde Hadid debía demostrar su capacidad como arquitecta.
Al recurrir a la pintura abstracta, sus diseños adquirieron un carácter pictórico e ingrávido, al referirse a ellos como
"piezas flotantes" y estructuras "suspendidas como planetas". Sin embargo, era necesario fusionar esta ingravidez de
los objetos con la fuerza descendente de la gravedad, creando así un efecto que Hadid denominó como la "pesada
inmovilidad del aire".

En las pinturas de Hadid, que se encuentran en la delicada línea entre ser representaciones arquitectónicas y
abstracciones autónomas, los objetos no son aterrizados de manera arbitraria o sin consideración por el entorno. Al
transitar desde el campo abstracto del boceto y su dinamismo hacia el edificio, es necesario que el objeto aterrice,
dejando de flotar, aunque manteniendo su dinamismo y fluidez. A medida que la masa desciende desde arriba y se
hunde en el suelo, este reacciona y se quiebra, dando lugar a relaciones con el emplazamiento. De esta manera, los
proyectos de Hadid no surgen simplemente del campo infinito para asentarse en la tierra, sino que emergen de las
tensiones identificadas en el propio emplazamiento, las cuales son aprovechadas y exploradas. Este reino
desconocido, este momento de ingravidez infinita, representa la propia Tierra, vista a través de un prisma de
relaciones, tensiones y rupturas que Hadid percibe en el entorno urbano.

La crítica de Hadid hacia los cinco puntos de Le Corbusier radica en el hecho de que estos puntos alienan la
arquitectura del suelo al elevarla desde el nivel cero, dejando un espacio residual que carece de una definición
programática clara. En contraste, Hadid adopta un enfoque diferente al "activar la planta baja urbana". Sin embargo, a
diferencia de la arquitectura que surge directamente del suelo, Hadid se acerca a él desde arriba, adoptando una
perspectiva planetaria, satelital e ingrávida, de manera que el objeto aterrice de manera consciente y cuidadosa. De
este modo, Hadid busca reconciliar la relación entre la arquitectura y el suelo, permitiendo que el edificio tenga un
impacto significativo y armonioso en su entorno urbano.

Hal Foster sobre como Hadid se emplazaba en el tejido urbano: “Este juego entre lo vertical y lo horizontal devino un
rasgo fundamental de su arquitectura, e hizo que sus anillos, rampas y espirales parecieran tanto elementos
estructurales como adornos estilísticos -elementos mediadores no solo entre los niveles de un edificio dado, sino
también (una vez más) entre interior y exterior y entre estructura, emplazamiento y ciudad”6

4.C. FORMALISMO?

¿Pero exactamente como traducía esas pinturas en edificios concretos? Caían del cielo para emplazarse, si, ¿pero
según que reglas? ¿Cuáles eran esas tensiones que detectaba? Zaha Hadid inspiró con estas novedades, en los 80s, a
todo el movimiento formalista del porvenir de arquitectos futuros. Críticos la tacharían de formalista, como si fuese
una escultora y no una arquitecta, como si fuese alguien que no se preocupa por la función y la utilidad del edificio en
sí que este situado en un contexto urbano. ¿Pero era Zaha Hadid una Formalista? ¿Fueron sus intentos y
descubrimientos simplemente movimientos artísticos en un lienzo, o parte de un repertorio formalista en nacimiento?

Hadid traducía sus pinturas en edificios concretos a través de un proceso de exploración y experimentación. Si bien las
pinturas ofrecían una base conceptual y estética, no se trataba simplemente de replicar las formas y colores en el
mundo físico. En cambio, Hadid analizaba y detectaba las tensiones presentes en el contexto urbano y las relaciones

6
Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.106

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con el emplazamiento específico. Las reglas que guiaban su proceso de diseño no eran predefinidas o estáticas, sino
que surgían de la interacción entre las ideas de Hadid y las demandas del proyecto. Su enfoque innovador le permitía
romper con las convenciones arquitectónicas establecidas y explorar nuevas posibilidades formales y espaciales. No se
limitaba a una visión puramente funcional del edificio, sino que buscaba generar una experiencia arquitectónica
transformadora y enriquecedora. Aunque críticos pudieron tacharla de formalista, acusándola de no tener en cuenta
la función y utilidad de los edificios, es importante destacar que Hadid no era una formalista en el sentido tradicional.
Sus pinturas y diseños no eran meros movimientos artísticos en un lienzo, sino que formaban parte de un repertorio
formalista en desarrollo. Cada línea, curva y color en sus pinturas tenía una intención específica y se cargaba de
información y tensión en relación con el contexto. Hadid no seguía movimientos arbitrarios o desprolijos en su
proceso de diseño, en las líneas de sus dibujos y bocetos, sino que empleaba métodos de comunicación artística
inusuales e innovadores para la época. En una representación tradicional de la arquitectura, en un croquis cotidiano,
la desprolijidad es ignorada y tomada como líneas residuales de la rapidez e intensión del diseñador, pero en el caso
de Hadid esto era opuesto, cada elemento en sus pinturas era meticuloso y estaba cargado de significado. Su enfoque
era otra manera de diseñar y comunicar la arquitectura, igualmente válida que los enfoques tradicionales, pero que
llevaba a resultados modernos y nuevos. En estas primeras pinturas abstractas y aparentemente conceptuales de
Hadid, se evidenciaban sus movimientos expansionarios del repertorio formal. Estas obras establecieron las bases
para sus diseños posteriores, donde la forma, el movimiento y la relación con el contexto urbano se fusionaban para
crear arquitectura innovadora y sorprendente. Algunos movimientos que detecta Schumacher en su ensayo sobre el
formalismo en las pinturas de Hadid:

La noción de "explosión" en el contexto de la arquitectura de Zaha Hadid se refiere a una expansión progresiva de
fragmentos arquitectónicos desde un punto de origen implícito. Aunque la palabra "explosión" puede evocar
imágenes de caos y destrucción, en realidad, este concepto busca establecer un orden y una lógica dentro de los
fragmentos dispersos. En los diseños de Hadid, los fragmentos arquitectónicos se alejan del punto de origen y también
se alejan entre sí a medida que la circunferencia se expande. Esta disposición crea una dinámica espacial en la que los
fragmentos se relacionan entre sí y convergen hacia un centro común. Aunque el movimiento y la expansión parecen
caóticos, hay una cohesión subyacente que organiza y vincula los elementos arquitectónicos. Esta idea de "explosión"
no implica una ruptura total o una desintegración de los elementos, sino más bien una expansión controlada y una
relación armoniosa entre ellos. A medida que los fragmentos se alejan y se conectan, generan una composición
arquitectónica única que combina movimiento, dinamismo y coherencia. Es a través de esta "explosión" que Hadid
logra crear espacios arquitectónicos innovadores y sorprendentes, donde los fragmentos individuales convergen en
una totalidad cohesiva y dinámica.

La noción de "caligrafía" se refiere a la traducción literal del dinamismo y la fluidez de un boceto caligráfico rápido a
un dibujo arquitectónico que puede ser interpretado como una representación geométrica destinada a la
construcción. Este enfoque se basa en gran medida en sus pinturas como una forma de comunicar sus ideas
arquitectónicas. Cuando los arquitectos realizan bocetos, se crea un lenguaje visual universal en el que el movimiento
del lápiz de un lugar a otro genera trazos residuales, curvas en las intersecciones y repeticiones de líneas para
representar intenciones arquitectónicas. Aunque estos bocetos pueden parecer desprolijos a primera vista, se
entiende que buscan representar líneas rectas, ángulos y una visión alterada de un paisaje moderno. En el caso de
Zaha Hadid, todas las imperfecciones, irregularidades, grosores y finuras del trazo del lápiz tienen una intención
específica y están destinadas a ser transformadas en elementos arquitectónicos. Aquello que otros podrían
interpretar como las irregularidades propias de un boceto, Hadid las considera como detalles importantes en la
representación de sus planos arquitectónicos. La caligrafía en la arquitectura de Hadid no solo se refiere a la estética
de los dibujos, sino también a la captura del movimiento y la fluidez en la geometría diseñada. Sus dibujos
arquitectónicos buscan transmitir esa sensación de energía y dinamismo presentes en el bocetaje caligráfico rápido.
Esta forma de representación distintiva le permite a Hadid comunicar su visión arquitectónica de manera única y
explorar nuevas posibilidades de diseño.

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El concepto de "distorsión" se refiere a su enfoque surrealista de utilizar proyecciones perspectivadas no para
representar formas regulares, sino para crear y afirmar formas distorsionadas. A través de la distorsión, Hadid busca
generar una experiencia única al moverse a través de una composición arquitectónica, revelando una sucesión de
diferentes puntos de vista y perspectivas. En lugar de seguir convenciones de representación arquitectónica
tradicionales, Hadid utiliza la distorsión como una herramienta para crear un mundo arquitectónico peculiar y
autónomo. Sus diseños son poli centrales y multi perspectivados, lo que significa que ofrecen múltiples puntos de
vista y no se adhieren a una única perspectiva fija. Mediante la creación de composiciones arquitectónicas
distorsionadas y "rasterizadas", Hadid altera intencionalmente la percepción visual. Sin embargo, una vez que el
paisaje arquitectónico ha sido alterado, se convierte en la nueva realidad. La distorsión se convierte en la norma, y el
paisaje arquitectónico adopta una nueva y peculiar forma que tiene su propia coherencia interna. Esta aproximación a
la distorsión no solo busca desafiar las convenciones arquitectónicas establecidas, sino también crear un entorno
arquitectónico dinámico y estimulante que invita a la exploración y la experiencia sensorial. La distorsión en la
arquitectura de Hadid permite que cada espacio y forma se transforme en una experiencia única y evocativa, donde la
interacción entre el usuario y el entorno arquitectónico se vuelve fundamental.

Hal Foster, analizando este concepto en las pinturas: “En sus pinturas, Hadid explota algunas de estas ambivalencias,
tales como el modo en que las formas suprematistas pueden parecer horizontales o verticales y los espacios
suprematistas recesivos o superficiales. A la vez, Hadid complejiza estas incertidumbres, pues a menudo en sus
pinturas la perspectiva, más que abolida, aparece multiplicada, lo que hace que existan distintas vistas de una única
imagen y los ejes espaciales no solo están rotados, sino también combados, con el resultado de que sus planos se
extienden en varias direcciones a la vez -desde nosotros, hacia nosotros y a muchos ángulos y curvas intermedios.”7

El concepto de "paisaje" en la arquitectura de Zaha Hadid se refiere a una analogía con el paisaje natural, donde se
sugiere un espacio continuo y fluido. En lugar de tener límites duros y bordes rígidos, Hadid busca crear un entorno
arquitectónico donde las transiciones entre diferentes zonas sean suaves y graduales, fusionándose unas con otras. En
este sentido, se utiliza un relieve topográfico suave para estructurar las relaciones espaciales en lugar de contar con
límites definidos. Hadid representa este enfoque en sus pinturas mediante el uso de colores que se degradan y se
funden entre sí, creando una topografía uniforme. En lugar de espacios cerrados y delimitados, se genera un "campo"
con patrones y relaciones fluidas, similar a un bosque de muros que se entrelazan y se fusionan. Este enfoque
paisajístico proporciona una sensación de continuidad y fluidez en los espacios arquitectónicos.

Estos movimientos y técnicas que Hadid desarrolló en sus pinturas fueron la base de su lenguaje arquitectónico a lo
largo de toda su carrera. Este lenguaje arquitectónico se caracteriza por ser versátil, capaz de resolver problemas de
diseño de manera efectiva, y a la vez expresivo y rico en formas de organización y articulación espacial. La influencia
de sus representaciones pictóricas se puede observar en la forma en que concibe y diseña los espacios
arquitectónicos, creando una experiencia fluida y en constante transformación para los usuarios.

4.D. EJEMPLOS Y CONCLUSIÓN

Las obras emblemáticas de Zaha Hadid, como "The World (89 Degrees)" de 1983, son ejemplos concretos de cómo sus
movimientos expansionarios se materializan en el diseño y representacion arquitectónica. Este proyecto, creado en
1983, refleja la visión audaz y vanguardista de Hadid al desafiar las convenciones tradicionales. En "The World (89
Degrees)", se puede apreciar claramente el uso de la distorsión como herramienta creativa para generar una geografía
alterada y fascinante. La ciudad de Londres se deforma de tal manera que resulta reconocible, pero al mismo tiempo
parece pertenecer a un mundo diferente, regido por sus propias reglas y lógica. Esta estructura futurista desafía las
expectativas y crea un ambiente en constante evolución. La noción de "Paisaje" en esta obra se manifiesta a través de
la fusión de colores y formas. Los tonos rojos se desvanecen en amarillos, los azules se funden con los verdes,
rompiendo cualquier delimitación precisa. Esta estética distintiva de Hadid, caracterizada por la fluidez de las formas y

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Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.106

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las líneas curvas, fusiona la arquitectura con el arte y crea una experiencia visual impactante. Lo interesante es que
Hadid logra integrar perfectamente el entorno circundante en la estructura misma, estableciendo una simbiosis entre
la naturaleza y el diseño humano. El nombre del proyecto, "89 Degrees", evoca la idea de un punto de vista inclinado,
como si estuviéramos observando desde una avioneta en pleno giro. Sin embargo, resulta curioso que se encuentre a
tan solo 1° de alcanzar los 90°, una referencia intrigante considerando que Malevich llamaba a su cuadrado negro
"zero degrees" (cero grados). Estas características de "The World" ilustran el enfoque único de Hadid al combinar
movimientos expansionarios con la fusión de colores y formas. Sus diseños arquitectónicos no solo desafían las
convenciones espaciales y estructurales, sino que también incorporan elementos estéticos y conceptuales. La obra de
Hadid trasciende la mera función utilitaria de la arquitectura y se convierte en una expresión artística en sí misma.

Hal Foster comenta sobre esta obra: (…) “Su cuadro de 1983 The World (89 Degrees) constituyó una precoz
declaración de estos objetivos; en él Hadid transforma, no sin arrogancia, una sección del globo en un panorama
general de sus proyectos hasta la fecha, con la tierra rotada sobre el plano, menos un grado -en una deliberada
desviación de la regularidad rectilínea. "El mundo real se convierte en Hadidlandia -dice con entusiasmo Aaron Betsky
acerca de su cuadro-manifiesto-, donde la gravedad desaparece, la perspectiva se deforma, las líneas convergen y no
hay definición de escala o actividad".8

Otra obra destacada que ejemplifica el proceso creativo de Zaha Hadid es "The Peak". Obra que le dio el primer
premio en un concurso de diseño en 1983. Esta obra de arte-arquitectura se caracteriza por su estructura dinámica y
su apariencia imponente. La interacción entre formas geométricas y curvas suaves crea una sensación de movimiento
y energía en el edificio. En "The Peak", los edificios y las masas tectónicas se amalgaman en una formación geológica
única, como si fueran elementos naturales esculpidos por fuerzas geológicas. Es interesante notar que el objeto
principal de la pintura, que es un hotel, apenas es visible en la composición. Parece estar suspendido en el aire, sin
estar atado a la tierra. Esta aparente ingravidez y sensación de aterrizaje inminente confieren a la obra una presencia
impactante. Pareciera que el hotel, al descender hacia el suelo, afecta todo lo que hay debajo con su gravedad y poder
de transformación. Su enfoque vanguardista se refleja en cada detalle de esta obra, desde la elección de las formas
hasta la integración con el entorno. Hadid utiliza la arquitectura como un medio para desafiar las convenciones
establecidas y crear experiencias espaciales únicas. En resumen, "The Peak" de Zaha Hadid es un ejemplo de su
estudio y su búsqueda de trascender los límites de la arquitectura convencional. Su estructura dinámica, la fusión de
formas geométricas y curvas suaves, y la sensación de movimiento y energía capturan la atención del espectador.

En el contexto de la obra de Zaha Hadid, es importante destacar la presencia recurrente de la “Tektónika de


Malevich”, su trabajo final de carrera de 1977. Esta referencia al movimiento artístico del Suprematismo se manifiesta
en diferentes lugares del lienzo, ya sea a través de formas geométricas en rojo sólido, negro completo o colores
mixtos. Estas representaciones del arquitecton de Malevich se convierten en figuras abstractas flotantes en el espacio,
desligadas de cualquier contexto terrenal o arquitectónico convencional. Un ejemplo notable de esta influencia es
evidente en la esquina izquierda inferior del lienzo. Aquí, el edificio se descompone aún más en sus planos
constitutivos de color, acercándose aún más al estilo y la estética de Malevich. La deconstrucción de la arquitectura en
planos y colores resalta la intención de Hadid de explorar y fusionar los principios del Suprematismo con su propia
visión arquitectónica. Esta conexión entre ambos campos creativos revela la influencia profunda que Malevich y el
Suprematismo tuvieron en la visión de Hadid. A través de su interpretación y reinterpretación de los principios
suprematistas, Hadid expande los límites de la arquitectura y desafía las convenciones establecidas. La deconstrucción
de la arquitectura en formas abstractas y la exploración de la interacción entre colores y planos demuestran el
profundo impacto que el Suprematismo tuvo en su proceso creativo.

En conclusión, las obras arquitectónicas de Zaha Hadid, como "The World (89 Degrees)" y "The Peak", trascienden los
límites convencionales de la arquitectura y se convierten en expresiones artísticas únicas. Aunque Malevich abogaba
por la no representación, las pinturas de Hadid pueden considerarse representacionales de una manera naturalista, ya

8
Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.102.

11
que presentan posibles arquitecturas, aunque no sean realidades físicas tangibles. Estas obras representan la visión de
Hadid de una arquitectura abstracta y una realidad no objetiva, en línea con los principios del Suprematismo de
Malevich.

Si bien Malevich sostenía que la forma debía ser subordinada a la función, reconocía que las formas puras pueden
tener una función en el mundo real que nos rodea. Hadid, en su exploración y expansión de los principios
suprematistas, demuestra cómo las formas arquitectónicas pueden fusionarse con el entorno y generar una
experiencia estética única. Su contribución fue mucho más allá de su propia existencia, aportando nuevas perspectivas
al modernismo en constante evolución que aún está incompleto. Esta ola creativa es una fuerza en constante
movimiento, dejando una huella duradera en la arquitectura contemporánea y sirviendo de inspiración para las
generaciones futuras. Pero ¿no habíamos dicho en un inicio que la representación arquitectónica y la no-figuración del
suprematismo son ideas en contraposición?

Hal Foster comenta y critica los resultados finales de esta mezcla de neovanguardias: “Hadid ha llevado las visiones
utópicas del suprematismo y el constructivismo hasta la tierra prometida de la edificación real, pero con ello también
las ha desvirtuado -ha alejado el suprematismo de su autonomía radical y el constructivismo de su crítica materialista.
Tampoco aquí podríamos culpar a Hadid por unas transformaciones que tuvieron lugar hace mucho tiempo; sin
embargo, en el balance final, su relación con todos estos movimientos modernos resulta menos deconstructiva que
decorativa -un diseño que actualiza las líneas futuristas, las figuras suprematistas, las formas expresionistas y los
conjuntos constructivistas de acuerdo con las expectativas de una era computarizada. Con demasiada frecuencia
Hadid parece no una formalista cuya reflexividad es generativa, sino una estilista cuyas formas emblemáticas se
vuelven enrevesadas y estancadas. En este sentido, está más cerca de la arquitectura posmoderna que del arte
posmoderno; la diferencia es que los ingredientes de su pastiche no son estilos tradicionales, sino figuras modernas.
Así pues, al final, Hadid podría no escapar de la acusación que lanzara hace mucho tiempo el teórico Peter Bürger
contra el proyecto de la neovanguardia en su Theory of the Avant- Garde (1974): fracasar en su pensamiento crítico,
como hizo la vanguardia histórica, es una cosa, pero repetir ese fracaso -y, además, recuperar este pensamiento
crítico como estilo- equivale a exponerse al ridículo. Es así como la neovanguardia ha llegado a ser una expresión.”9

La paradoja que crea la misma fusión del suprematismo llevado a la “si-figuración” representativa de la pintura, va
claramente en completa oposición a los ideales y el nacimiento de la vanguardia. Sin embargo, la deformación de tal
cosa al punto de ser irreconocible devino en un avance en la representación arquitectónica y en las herramientas
formales como grandes soluciones a problemas funcionales a implementar para lograr una arquitectura social.
Aunque su neovanguardismo tenga resultados mixtos en lo que refiere a los principios originarios del suprematismo,
su real movimiento vanguardista fue la fusión del arte y la arquitectura, el cual puede no ser ya suprematista, pero
algo completamente nuevo.

05. BIBLIOGRAFÍA

Varios autores “Obras completas de Zaha Hadid”, en Akal Arquitectura num. 29 (Akal, Madrid, 2005).

Hal Foster “El complejo arte-arquitectura” (Turner Noema, 2011)

SERPENTINE SACKLER GALLERY in partnership with Swarovski “Zaha Hadid early paintings and drawings” (Londres,
2016-2017). Recopilado en este texto: de Patrik Schumacher “Formalism and Formal Research” (2016), de Detlef
Mertins “The Modernity of Zaha Hadid” (2006) y de Hans Ulrich Obrist “Foreword” y “In conversation with Zaha
Hadid” (2016)

9
Hal Foster, El complejo arte-arquitectura, (2011) p.112

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06. ANEXO VISUAL

Primera imagen: Kazimir Malevich, “Cuadrado Negro”, 1915

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