Está en la página 1de 1

El puente mágico

Había una vez un puente romano muy antiguo que estaba en ruinas. La gente del
pueblo lo había olvidado y nadie lo usaba. Pero un día, un niño llamado Juan
descubrió que el puente era mágico. Si caminabas por el puente con los ojos
cerrados, podías viajar a cualquier lugar que quisieras.
Juan quería visitar la ciudad de Roma, pero no tenía suficiente dinero para
comprar un boleto de avión. Así que decidió probar el puente mágico. Cerró los
ojos y caminó por el puente. Cuando abrió los ojos, estaba en la ciudad de Roma.
Juan se maravilló con la belleza de la ciudad. Vio el Coliseo, el Foro Romano y la
Fontana di Trevi. Comió pizza y gelato y se divirtió mucho. Pero sabía que tenía
que volver a casa.
Así que cerró los ojos de nuevo y caminó por el puente mágico. Cuando abrió los
ojos, estaba de vuelta en su pueblo. La gente del pueblo no podía creer que Juan
hubiera estado en Roma. Pero Juan sabía que era verdad.
Desde ese día, Juan visitó muchos lugares diferentes gracias al puente mágico. Y
siempre regresaba a casa con historias emocionantes para contar.

También podría gustarte