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Sobre la importancia de erradicar el bullying o acoso escolar de nuestras

sociedades

La palabra bullying —tomada en préstamo del inglés— ya no le es ajena a nadie: ni a


quienes lo sufrieron antes, con otros nombres, o inclusive sin ellos, ni a quienes hoy en
día dedican sus esfuerzos a erradicarlo. Se trata de un fenómeno vergonzosamente
común en nuestras sociedades modernas, a pesar de que sus efectos en la psique
individual y colectiva sean terribles, como ocurre con casi toda forma de violencia.
El bullying o acoso escolar, si hace falta definirlo, es una conducta sostenida e
implacable de agresión hacia un individuo o un pequeño conjunto de ellos, que ocurre en
el ámbito de la escuela. Sus manifestaciones pueden ser muy diversas: palizas, insultos
y humillaciones constantes, el fomento del desprecio grupal, el robo o la destrucción de
útiles escolares, la “ley del hielo” (exclusión social selectiva), e incluso el abuso sexual.
Sean cuales sean los límites personales que cruzan estas conductas tóxicas escolares,
tienen siempre en común la crueldad y el sometimiento implacable de los débiles y la
erradicación de las nociones de solidaridad, de tolerancia y de respeto que, en teoría, la
escuela se esfuerza por promover.
El Principito

Le Petit Prince de Antoine Saint Exupéry, El Principito, es la obra literaria más traducida
del siglo XX y una de las más celebradas de la literatura francesa, además de ser la más
conocida de este autor y aviador francés.

Mucho se ha escrito sobre ella y muchas personas la han leído durante su adolescencia
y juventud, ya que se trata de un libro usual para la iniciación a la lectura. Sin embargo,
no se suele decir mucho del contexto de escritura de la obra, una época oscura y terrible:
la Segunda Guerra Mundial.

Apuntes para una historia de los derechos humanos

Hoy es común hablar de los derechos humanos y dar por sentada la promesa de que,
sin importar dónde y cuándo, los violadores de derechos fundamentales serán
eventualmente perseguidos y castigados. Sin embargo, no siempre existió un concepto
como el de los derechos humanos, o no al menos en los mismos términos en que existe
hoy, y por eso a menudo se considera que son el resultado de una dolorosa comprensión
de la historia de sufrimientos y tragedias que es propia de la civilización humana.
Los derechos humanos, según Unicef, “son normas que reconocen y protegen la
dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los
individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el
Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos”. Son derechos fundamentales que se
adquieren al nacer por el simple hecho de ser humano, y que son inalienables,
irrenunciables, indivisibles y universales. Y desde un punto de vista histórico, son
herederos de los “derechos naturales” de la antigüedad.
Existe, sin embargo, mucho debate en torno a cuándo y dónde surgieron realmente los
derechos humanos, o sus versiones previas de distinto nombre.

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