CEMENTERIO DE ARTISTAS

Antes de comenzar, quisiera resaltar que estoy llamado para formar Ministros (servidores),
y no unos simples musiquitos. Cuando el músico entiende que es un ministro, su profesión
tiene más sentido.

En la palabra existen tres propósitos con la música, y lo vamos a ir leyendo por parte pero
concreto. Los propósitos son;
1- Alabar al Padre Eterno,
2- Edificación, Consolación, Exhortación para el pueblo.
3- Llevar el Evangelio.

Propósito musical:
ALABANZA AL PADRE ETERNO. Éxodo 15:20-21. Y María la profetisa, hermana de
Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con
panderos y danzas. Y María les respondía: cantad a Jehová, porque en extremo se ha
engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete. En esta cita hay un contexto
importante que no debemos pasar por alto, y es que el pueblo de Israel estaba siendo
perseguido por el faraón, y el pueblo al ver la mano del Padre como destruyó a los jinetes y
caballos, el pueblo alabaron y adoraron al Padre. En otras palabras, el deber del músico es
recordarle al pueblo que el Padre es quién hace milagro, es quién destruye el enemigo, y
por consecuencia es una victoria que se debe celebrar al Padre. Por ende, la letra de las
canciones debe ALABAR SOLO AL PADRE Y AL HIJO.

EDIFICACIÓN, CONSOLACIÓN, EXHORTACIÓN. Efesios 4:12-13… a fin

perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la EDIFICACIÓN del cuerpo de
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. La cita viene
hablando del propósito de los cinco ministerios, en la cual es para la edificación,
consolación y exhortación del cuerpo. Algo importante, lo único que edifica, que guía, que
consuela, que convenza de todo pecado es la palabra por medio del Espíritu de Verdad, no
la opinión del hombre. Por ende, las letras de las canciones deben ser dirigidas PARA EL
PUEBLO por medio de la palabra y del Espíritu, no la opinión del músico. Más biblia y
menos opiniones de hombre.

LLEVAR EL EVANGELIO. 1 Samuel 16:23. Y cuando el espíritu malo de parte de Dios

venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba
mejor, y el espíritu malo se apartaba de él. Para nadie es un secreto que la palabra enseña
dos cosas nada más; hijo del Padre, hijos del Diablo. El que no está con el Padre, está con el
Diablo (no lo digo yo, lo enseña las escritura, y no quitaré ni una palabra de ese libro para
suavizar u ofender al lector). Sin duda, Saúl tenía un espíritu que lo atormentaba, pero
David al tocar el arpa ese espíritu se apartaba de él. Muchas personas tienen sus almas
esclavizadas por el espíritus, y los músicos están llamados a libertar por medio del
Evangelio del Salvador, y por el poder del Espíritu a esas personas. Por ende, las letras de
las canciones deben tener el mensaje del EVANGELIO, ya que ahí está la salvación.
No es lo mismo cantar alabar al Padre, que consolar al pueblo, o llevar el evangelio a los
que no conocen al Padre. Son tres propósitos diferentes, en la cual el Ministro (músico)
debe estar atento a la voz del Espíritu de Verdad, y para eso el Músico debe tener bien en
claro cuál es su llamado y quién lo llamó.

Ahora bien, ¿por qué cementerio de artista? El problema no son los artistas, el problema es
que puede más el arte, la farándula, el escenario, el estatus, que el carácter del músico; el
corazón contaminado.

Músicos o Ministerios que pierden su tiempo en optar culturas o géneros musicales de otros
artistas y quieren implementarlo en las iglesias esperando milagros ficticios, cuando cada
iglesia tiene una necesidad diferente. El Ministro (músico) debe pagar el precio para que el
Espíritu le revele que es lo que debe darle al pueblo. Más fácil es imitar a los artistas que
imitar al Espíritu, más fácil es ver lo tangible que buscar lo espiritual, más fácil es escuchar
lo que sí se puede, que escuchar lo que no todos pueden escuchar, que es el Espíritu.
Músicos hijos de Pastores o no, lideres, con corazón contaminados, que cuando se les dan
grandes escenario alimentan su arrogancias, pero luego desaparecen y se desintegran la
banda.

HAY MUCHOS MUSICOS BUENOS, PERO CON MAL CARÁCTER. NO QUEREMOS

MUSICOS, QUEREMOS MINISTROS (SERVIDORES-MÚSICOS).