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Omega •Larry Stylinson• One Shot

by Butterflies-Endlessy

Quien diría que un delicado omega escondía más secretos de los que su pequeño cuerpo podía
contener.

Omegaverse
M-Preg
One Shot

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Prólogo

Pequeño, tímido, ojos azules como el cielo en primavera, inocencia y calidez desprendiendo de
cada poro de su acaramelada piel, lentes grandes y gruesos que cubrían gran parte de su cara,
cabello castaño liso y con un largo flequillo que escondía parte de su azulado ojo derecho, ropa
holgada que disimulaba las suaves curvas de su cuerpo.

Quien diría que el delicado omega escondía más secretos de los que su pequeño cuerpo podía
contener. .........................................................

Hola :3 este es un One Shot Omegaverse, espero que les guste.

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Unica parte

Familia normal y de clase media, una casa de colores pasteles y acogedora. Nadie creería que
una casa tan hogareña podría ser tan hosca y hostil para una persona. Sin embargo así era para
el inocente y tierno Louis que su único pecado fue haber nacido omega.

Sus padres solían ignorarlo y rechazarlo por el simple hecho de arruinar sus expectativas de un
hijo alfa. Su porte delicado y su afición por la ropa interior femenina hizo que la hostilidad hacia él
fuera mayor. Sus hermanas omegas al ser mayores ya tenían una marca y pequeños niños
rondando a su alrededor. Sus padres -aunque sonara cruel - ya se habían hecho a la idea de que
lo tendrían en casa toda la vida, dudaban que algún alfa algún día lo cortejara y marcara
llevándolo a vivir con él.

En las horas que pasaba en la universidad solía sentarse en el receso bajo un roble viejo en el
inmenso jardín que ofrecía las instalaciones, sacaba un sándwich de su descolorida mochila y lo
acompañaba con un libro que tomaba de la biblioteca los fines de semana. Su rutina siempre era
la misma y se completaba con falta de compañía. Siempre se le veía solo y esa condición aunque
sonara ilógico, le agradaba bastante.

Muchas personas solían decir que el pequeño omega sufría de maltrato y acoso en su pasada
escuela. Sus agresores lo insultaban en cada oportunidad que tuvieran y a veces lo agredían
físicamente. Con el paso del tiempo el castaño simplemente se empezaba a aburrir de los
mismos insultos que le dedicaban - feo, patético, torpe - las personas hoy en día ya no tenían
suficiente cerebro para ingeniarse algo mejor que eso, sin embargo lo que si llegaba a herirlo era
cuando le decían que ningún algún alfa en su sentido común lo cortejaría por ser tan poca cosa.
Las omegas que la sociedad etiquetaba como "ideales" solían tirarle su comida encima
manchando su ropa y buscababan pretexto alguno para humillarlo.

Eso contaban unos pocos que lo conocían de su anterior institución. Muchos no creían en esas
historias, estaban seguros que eso era imposible ya que actualmente el castaño estaba marcado.

La perfecta mordida en su cuello lo decía por él.

Antes de que el fuera reclamado las mismas omegas que lo acosaban anteriormente intentaron
hacerle una jugarreta acorralándolo en su casillero, pero nunca se imaginaron lo que sucedería.

- Vaya vaya, mira lo que tenemos aquí Kate, es la pequeña perra puritana

- ¿Aún no has encontrado algún tipo que te folle? podría recomendarte a alguien para que lo
haga, la lástima es un fuerte factor para incitar a la caridad - las dos omegas soltaron una fuerte
carcajada fingida, haciendo que el castaño rodara los ojos por el estúpido comentario.
Con un fuerte portazo cerró su casillero encarando a las dos brujas frente él - Al parecer no soy
yo él que necesita una buena follada, o acaso ya se te olvidó que el "perfecto" Matt prefirió a una
simple beta y a ti, magnífica omega, te dejó tirada porque al parecer solo fuiste su juguete - soltó
con un toque sarcástico.

Kate apretó fuertemente la mandíbula, maldiciendo mil veces al omega por recordarle lo que tanto
intentó olvidar, porque lo que le había dicho era totalmente cierto, ella estaba tan segura de que
Matthew la marcaría que cuando apareció unos días después de la mano con una beta marcada -
obviamente por el alfa - fue su perdición, pasó días llorando y odiando a todo el mundo. Hoy que
había sido el día que decidió regresar de sus "vacaciones" vio la oportunidad perfecta para
desquitarse, y que mejor que con el omega.

Con pasos decididos se acerco a Louis con la intención de golpearle, lo iba a abofetear tan fuerte
que la marca de su mano se quedaría por días en su mejilla, pero se detuvo a segundos de
estampar su huesuda mano. Un fuerte aroma la mareó atendiéndola un par de segundos antes de
dar paso a un miedo que la dejó helada. Al estar a pocos centímetros de él pudo distinguir el olor
del omega mezclado con el inconfundible aroma de un alfa, lo más asombroso era que creaba
una esencia que emanaba por cualquier ángulo poder y superioridad. La omega perdió el color de
su rostro y por la expresión de la otra también lo había percibido, todos sabían que si se metían
con el omega de un alfa poderoso sufrirían las más altas consecuencias, y ellas al no tener alfa
que las defendieran no se arriesgarían a perder tanto por nada.

Desde ese momento se corrió el rumor de que el oji-azul estaba relacionado con algún alfa
poderoso haciendo de los que tuvieran un poco de sentido común y aprecio a su vida no se
volvieran a meter con él.

Desde aquel día muchas interrogativas se formaron a su alrededor ¿Cómo un pequeño omega
intimidaba tanto con su aroma? ¿Quién era el alfa que lo estaba cortejando?

Por ser invierno el castaño portaba bufandas que cubrían su cuello, muchos se preguntaban si
debajo de esta había una marca. Era imposible creer que alguien importante lo hubiera tomado,
seguramente solo era la puta de algún alfa viejo y millonario y si estaba marcado solo era porque
lo complacía. Inmediatamente lo etiquetaron de cazafortunas. Decenas de rumores se
entrelazaban a su alrededor pero todos ellos tenían la misma razón de ser... Envidia.
Antes de conocer al increíble alfa que lo cortejaba ya se había hecho a la idea de pasar el resto
de su vida solo, viviendo en un departamento pequeño y colorido, -claro, cuando tuviera el dinero
suficiente para comprarlo - adoptaría muchos animales y estos lo acompañarían en la travesía de
la vida.

El día que se conocieron fue el mejor de su vida y sin darse cuenta era el inicio de una eternidad
juntos.

Las vacaciones de verano era lo que tanto ansiaba el castaño que llegarán. Descansar de la
tediosa rutina y de las interminables tareas, dormir todo el día y ver programas basura en la
televisión pagada con un enorme bol de palomitas, las vacaciones perfectas para él.

Soltó un suspiro exagerado al volver a presionar el botón de la fotocopiadora, le faltaban 28


copias que sacar y después colocarlas en carpetas negras que seguro costaban más de lo que
podría juntar en toda su vida. Los socios del presidente de la importante compañía Styles
llegarían en un par de horas y tenía que estar todo listo para recibirlos. Estúpidos alfas
egocéntricos. Se suponía que hoy el hijo del presidente tomaría el control total de la empresa y
tenía que estar todo perfecto. No debía haber ningún error que significara problemas para el
mimado y engreído hijito de papi. Seguro era un estúpido niño de traje perfecto y porte altanero,
odiaba tener que estar ahí ayudando en algo que siempre consideró estúpido y ridículo, ya que
después de la toma de poder de la presidencia en la terraza del edificio harían una reunión con
bocadillos caros y vinos espumosos para todas las personas importantes que asistirían. Más que
nada se trataba de una pequeña fiesta con las personas más finas del país. En la junta solo
estarían los socios del corporativo y ya. Maldijo por milésima vez el haber aceptado ayudar a su
padre en la preparación de la junta. El cual no quiso sacar copias ya que tenía cosas más
importantes de hacer que acomodarlas en tontas carpetas. Por eso, al recordar que tenía un hijo
que estaba de vacaciones, prácticamente lo chantajeo para conseguir su ayuda y ahí lo tenía,
cargando más carpetas de las que su pequeño cuerpo podía aguantar con rumbo a la sala de
juntas.

Debería estar durmiendo en lugar de estar ahí, la camisa blanca y la corbata mal anudada que
llevaba le estaba molestando en gran medida, casi nunca usaba esa ropa y el no estar
acostumbrado era un gran martirio, sin embargo la molestia no pasaba de aquello ya que decidió
ignorar a su padre y se colocó unos skinny jeans negros y sus fieles vans. Subió al elevador y la
desesperante música típica de los elevadores lo recibió.

- ¡Espera! - dos segundos antes de que las puertas se cerraran una mano se posó entre ellas
abriéndolas nuevamente.

Un alfa de cabellera rizada e imponente altura se colocó a su lado y presionó el botón


reanudando la acción anterior. Por dios, el alfa exudaba belleza por cada poro. Era alto, muy alto,
llevaba puesto un traje negro a la medida que le quedaba de infarto, tenía una sonrisa hermosa y
blanca como el algodón rematada con hoyuelos a los costados, una nariz perfecta y unos ojos
verdes con grandes pestañas que... ¡Carajo! el alfa le estaba sonriendo, lo malo no era eso, si no
que le sonreía burlonamente mientras lo escrutaba con descaro. Estaba decir de más que Louis
se sonrojó furiosamente al ser descubierto en su atrevimiento. Pero es que jamás había visto a
semejante alfa y ningún otro que había visto en su vida se le podía comparar. Bajó la mirada
apenado y descubrió que el piso del elevador era bastante interesante.

- Vaya que suerte vamos al mismo lugar ¿No crees?

- S-si - carraspeó tratando de ocultar su creciente nerviosismo. El no lo veía pero el alfa a


centímetros de él tenía una enorme sonrisa que poco y más partiría su rostro en dos, sus
hoyuelos se marcaban perfectamente por la tierna actitud del omega.

- Oye déjame ayudarte con eso, son demasiadas para ti - el castaño se sorprendió por el
ofrecimiento del rizado, nadie ahí había sido amable con él. Pero el no era el único sorprendido, el
oji-verde estaba igual de sorprendido, nunca había sido amable con nadie, que demonios le
sucedía.

- ¿Me estas diciendo debilucho? -Louis por una extraña razón se sintió ofendido.

-Oh no, claro que no, simplemente... Olvídalo, no tiene importancia.

-Como sea - espetó rudamente el omega que ni bien el elevador llegó al último piso se lanzó
fuera con pasos furiosos y rápidos.

El rizado lo siguió por puro impulso, joder, ese pequeño omega era tan dulce y bonito que no le
molestaría hacerlo rabiar toda la vida, mientras ese pensamiento cruzaba por su cabeza la
sonrisa enorme que llevaba se le borró de imprevisto parandolo en seco ¿De donde sacó eso?
Nunca había sentido el impulso de querer tener a alguien más de un día en su vida, siempre
había sido así, unas horas y adiós, nunca la misma omega y nunca más de un día, y tampoco
había sentido nada por los omegas varones, muchos antes se le habían insinuado pero nunca
llegó a sentir atracción por alguno de ellos ¿Por qué ahora si?

Escuchó un exagerado carraspeo a su derecha que hizo que volteara la cabeza para mirar a la
beta que era asistente de su padre la cual claramente esperaba por su respuesta - Ahh... aja si
claro... amm... no, mejor no... aunque creo que no entendí bien, me podrías repetir la pregunta.

La beta alzó una ceja con incredulidad, el alfa nunca estaba distraído y su concentración y
dedicación al medio que lo rodeaba era la fuente del poder que tenía su empresa. Siempre fue
como su padre, nunca perdía el hilo de ninguna conversación y su carácter fuerte y dominante
parecía que se había ido al caño en esos momentos - Señor, no fue una pregunta.

- ¿Entonces? - él solo hacia su mejor esfuerzo para concentrarse en la conversación, ya que su


alfa solo quería salir corriendo detrás de ese enojon omega.

- Le decía que los socios de su padre están por llegar.

- Ah, si si, ya saben lo que tienen que hacer - solo dio dos pasos lejos de la beta cuando volteó a
verla con la pregunta en la boca - ¿Sabes quién es el omega que salió corriendo del elevador?

La cara de ella era de suma sorpresa, ¿Un omega? ¿En serio? ¿Eso era lo que traía al gran
Harry Styles distraído como un adolescente hormonal? - No señor, pero se que se dirige a la sala
de juntas para terminar de colocar las últimas cosas para la junta, según dicen solo vendrá hoy,
su padre...

Vaya, que maleducado se había vuelto el alfa, ni siquiera la dejó terminar cuando ya había
prácticamente corrido como un cachorrito detrás del castaño. La beta tenía una socarrona sonrisa
en el rostro, por una parte se alegraba de que al fin el amargado y frío alfa encontrara su pieza
faltante y por otro lado no parecía creerse sus propias conclusiones, vaya dilema que creaban los
Styles.

Cuando llegó a la sala vio que el oji-azul - porque claro que ya lo había detallado descaradamente
con la mirada, llevaba como diez minutos observándolo fijamente mientra el otro no se daba
cuenta de su presencia en el marco de la puerta- estaba ensimismado en su mundo que al
hablarle se sobresaltó soltando las carpetas que tenía en sus manos.

- Maldición - se inclinó tan rápido para recoger las hojas esparcidas en el suelo que se olvidó del
alfa a sus espaldas y sin pensar en las consecuencias se puso de cuclillas para recoger todo el
mundo de papeles a su alrededor.

Para ese entonces su camisa se había movido de su lugar y sus apretados pantalones se bajaron
un poco dejando al descubierto sus pequeñas bragas de encaje. El alfa se atragantó con su
saliva ante semejante vista, estaba seguro que sus pantalones empezaban a apretar por el
voluminoso bulto en ellos. El pequeño castaño llevaba puesto unas delicadas bragas de encaje
blanco, una tira blanca con pequeños volantes se amoldaba perfectamente a sus caderas
mientras que otra tira unida a la demás tela de encaje formaba un triángulo que dejaba ver el
inicio de sus acarameladas nalgas. Decir que estaba duro era poco, si no fuera porque tenía un
enorme autocontrol ya habría tirado al omega en la mesa y lo estaría follado hasta quedarse sin
aliento.

- Lo siento, no quería asustarte - se agachó y comenzó a levantar las hojas faltantes, cuando
estuvo todo recogido, se las tendió al omega el cual groseramente se las arrebató.

- Mira lo que hiciste, acaso no sabes que me van a cortar las pelotas si esto no está bien para
cuando lleguen esos estúpidos alfas.

El rizado se sorprendió por el tono despectivo que utilizó para referirse a los de su clase. - ¿Por
qué lo dices?

- ¿Acaso no sabes? hoy es un día importante y blablabla, el hijo mimado del jefe de mi padre
tomará el poder, seguro es otro idiota alfa que demuestra su superioridad haciendo menos a los
demás, tengo que apurarme y salir de aquí antes de que llegue, no quiero toparme con él y ver su
hipócrita sonrisa -dijo más para si mismo que para el alfa que estaba a su costado sin saber que
ya se lo había topado minutos antes.

El oji-verde en lugar de ofenderse por el comentario del oji-azul le hizo gracia como el gruñón
omega se expresaba.
Una hora después el castaño se encontraba sentado en la silla del escritorio del cuarto de copias
dibujando tranquilamente en una hoja el hermoso rostro del alfa que le robó el aliento. Era muy
bueno dibujando pero eso nadie lo sabía ya que jamás se tomaban el tiempo necesario de
conocer esa pequeña caja de monerías que era. Ni siquiera sabía su nombre, pero estaba seguro
que esos enormes ojos verdes se marcarían a fuego en sus pensamientos. Él fue amable con él,
le pidió disculpas y no fue brusco como muchos otros.

Mientras el estaba sentado en un rincón de la empresa, el alfa estaba más distraído que nunca en
la importante reunión con personas aún más importantes, parecía un zombi y solo atinaba a decir
una que otra cosa coherente, porque cierto omega se colaba en sus pensamientos a cada minuto,
no pudo conocer bien al castaño ni siquiera sabía su nombre pero estaba claro que movería cielo,
mar y tierra para encontrarlo.

Después de ese primer encuentro Louis siguió yendo a la empresa a ayudar por puro hobby a su
padre, pasar días encerrado en su habitación se estaba volviendo tedioso. Claro, eso solía
decirse, pero en el fondo sabía que sólo iba con la esperanza de volver a ver al rizado aunque
fuera solo unos segundos y de lejos. No sabía ni siquiera su apellido para preguntar en que parte
del edificio trabajaba, porque estaba claro que trabajaba ahí.

El trabajo para Harry se había vuelto una pesadilla y no había tenido un solo respiro para darle
una visita al padre de omega. Ya había investigado un poco de él y sabía donde podía encontrar
más información acerca de su paradero, pero el trabajo acumulado lo estaba asfixiando robandole
todo el tiempo posible. Así pasó unos días más hasta que pudo escaparse de su prisión llamada
oficina.

Corrió al elevador con el corazón latiendo a mil, no tenía ni idea del porque se encontraba un
tanto nervioso, su fantasía era volver a ver al omega y sentir ese agradable calorcito que sintió en
su pecho y sobre todo en su corazón. Nunca había sentido eso y no tenía idea que era pero de
algo estaba seguro, quería volver a sentir eso que sintió al estar con el oji-azul. Corrió rumbo a la
oficina que le había dicho su asistente, se suponía que ahí trabajaba el señor Tomlinson. Los
empleados que se encontraba ahí lo vieron con ceños fruncidos ¿Que hacía el imponente Styles
ahí? Ignorando todas la miradas confundidas se dirigió a la oficina que quería, sin embargo un
dulce aroma conocido llamó su atención desviando sus pasos al cuarto de copias, por la ventana
de persianas a medio bajar vio la pequeña silueta del omega e inmediatamente una boba sonrisa
apareció en su rostro. Se adentró a la habitación con las emociones a flote y sin saberlo puso un
pie dentro de lo que sería su rincón seguro y confortable que daría a su vida el enorme cambio
que tanto había esperado.
Los días pasaron demasiado rápido y a la misma hora en el mismo lugar siempre se encontraban
y desayunaban juntos, o simplemente platicaban de cosas personales o triviales, los dos sin
darse cuenta habían abierto su corazón para darle un espacio al otro. Había días que no podían
estar juntos y eso era lo que entristecía a Louis hasta que el rizado le dijo el porque de sus
ausencias, le contó sobre el llevar un apellido poderoso y dirigir una empresa aún más poderosa.
El omega no se lo tomó muy bien porque le había mentido pero después de escuchar las razones
del alfa no quiso seguir haciendo una tormenta en un vaso de agua. Harry solo lo había hecho
porque no quería que creyera que sólo lo quería para un rato, los alfas poderosos tenían esa
fama de utilizar a los demás, él incluso lo había hecho en un pasado pero ahora era diferente y
quería mostrárselo a Louis, quería que lo conociera realmente y demostrarle que los títulos que le
ponían solo eran basura.

El día más difícil para los dos fue cuando Louis tuvo que regresar a la universidad. El tiempo
juntos se hacía más corto, había días completos que no se veían y cuando si, era muy corto el
tiempo, sin embargo ese pequeño lapso juntos era más que suficiente para tenerlos felices y sin
ser conscientes el olor del otro se quedaba impregnado en la ropa del otro.

Fue ahí cuando todos sus compañeros comenzaban a especular, el omega había escuchado
todos y cada uno de los chismes a su alrededor, y le causaba demasiada risa el saber que
muchos decían que su alfa era un viejo gordo y mal oliente que tenía los dientes amarillos por
tanto fumar. Que estúpidos, si ellos vieran los hermoso ojos verdes y la blanca sonrisa con
hoyuelos, el cuerpo fornido y joven de su alfa, cerrarían la boca de una vez. Si supieran que su
alfa era unos de los empresarios más ricos e importantes internacionalmente -y no es que le
importe el dinero o la clase social, todo lo contrario- se sentirían intimidados por el poder que
emanaba.

Recuerda cada una de las citas que el rizado lo había llevado, cada regalo, cada caricia y cada
beso. El primer beso que compartieron fue demasiado intenso, tanto que casi terminan follando
en el auto. Días después de eso formalizaron su relación y semanas más tarde se mudaron
juntos.

Las primeras diez veces de Louis fueron mejor de lo que había imaginado. Su celo lo había
tomado desprevenido en la madrugada y los 3 días que duró, Harry se quedó con él a ayudarle.
Claro que no iba a dejar a su pequeño omega solo en esto y menos cuando lo esperó
pacientemente para que tuviera la confianza suficiente para entregarse a él. Al principio se sintió
un poco mal porque quería que la primera vez de Louis fuera en sus cinco sentidos y no inducido
por su celo, pero el castaño lo tranquilizó diciéndole que ya estaba listo, y que tenía planeado
entregarse a él ese fin de semana, había incluso preparado una sorpresa pero se vio arruinada
por su estado. Louis falto a la universidad por una semana y Harry no fue capaz de se pararse de
él, por lo que trabajaba desde su departamento en los ratos libres que su omega no necesitara de
sus atenciones. En los días que pasaron juntos descubrió una faceta de su omega que no
conocía, en la cama era muy apasionado y ruidoso, y que mejor que escuchar los fuentes jadeos
y gemidos de su bebé. Después de quedar satisfecho le encantaba ser un mimoso, el castaño
siempre era muy cariñoso, pero en esos momentos era el triple y quien era él para no caer en sus
encantos y consentirlo a todas horas. Louis había vivido una vida sin mucho amor y atención, y
Harry quería llenar ese vacío con sus besos y caricias, quería que su bebé se sintiera amado y
seguro de si mismo. Se había dado cuenta que era muy inseguro con su cuerpo, la mayoría de
veces lo escondía con prendas anchas. Pero Harry trabajaba en eso diciéndole todos los días lo
precioso que era, lo mucho que lo amaba y que lo protegería para siempre. En esos días que
compartieron durante su celo se dio cuenta que Louis era una persona muy sensual, no solía
lanzarse encima de él para que lo follara y ya, su omega primero se encargaba de seducirlo para
después tenerlo despertado y así todo fuera mejor y más intenso.

Todo esos día se paseaba con solo unas pequeñas bragas que le quedaban de maravilla y el alfa
prácticamente babeaba por tan hermosa vista, su piel bronceada y tersa pedía a gritos ser tocada
y su gran y redondo trasero pedía ser tomado a todas horas, sus piernas torneadas y
voluminosas eran dignas de envidia, tal vez de ahora en adelante le pediría a Louis que se
quedará así siempre que estuvieran en el departamento aunque dudaba que aceptara porque
tenía sus ataques de pena y se sonrojaba por todo, seguro le diría que sólo era esa vez porque
así era más fácil y rápido desnudarle.

Una semana después de su celo ocurrió lo que tanto anhelaban los dos. Harry reclamó a Louis
como suyo después de una agradable cena que preparó el omega.

Louis había salió temprano de la universidad ese día y fue al centro comercial para comprar lo
necesario para la cena sorpresa que le haría a Harry. Últimamente estaba muy estresado por la
empresa, llegaba tarde a casa y se levantaba muy temprano y el cansancio ya le pasaba factura
con las grandes ojeras que se marcaban en sus hermosos ojos. Ese fin de semana le había
prometido que llegaría antes a casa y todos esos días sería para los dos. Se sentía muy culpable
el no darle la atención debida a su bebé pero no podía hacer mucho, el tiempo en la oficina lo
consumía junto con el cansancio y estrés.

Cuando entró a su casa vio que las luces estaban bajas y la chimenea estaba encendida, el
invierno comenzaba a aparecer y el clima afuera era bastante frío. Se quitó su abrigo y su
bufanda dejándolo en el perchero de la entrada. Sus pasos resonaban por el piso de madera y se
detuvieron en la sala. En la mesa de café había un mantel blanco y en el centro varias velas
inundaban de romanticismo el ambiente, su platillo favorito estaba servido en dos platos, uno
frente el otro y una botella de vino descansaba en un recipiente de metal con hielos en el suelo a
un lado de ellos, los almohadones que tenían guardados en un mueble estaban en la alfombra
haciendo de sillas. Su corazón se inundó de calidez al ver lo que su bebé había preparado para
él.

- ¿Te gusta? - Louis salió de la cocina y rodeó su cuello para darle un caluroso beso.

- Cualquier cosa que venga de ti la amaré, y lo sabes.

Después de la cena colocaron los almohadones cerca de la chimenea y se recostaron dándose


pequeñas caricias y compartiendo una amena charla. No supieron cuando pero Harry ya estaba
encima del omega haciendo fricción entre ellos, se despojaron de su ropa y en pocos minutos
estaba haciendo el amor frente al calor de la chimenea. Unos minutos antes de terminar Harry
clavó sus dientes en el cuello de su omega reclamándolo para toda la vida.

Estaba demás decir que los dos estaba más que felices ahora que había mordido a Louis.
Estaban juntos eternamente y nada ni nadie se interpondría entre ellos.

El omega ya conocía a los padres del rizado y ellos habían quedado encantados con él. Sin
embargo conocer a la familia del oji-azul no fue nada agradable. Sus hermanas lo veían con odio
por haber encontrado un alfa "mejor" que los suyos y ni hablar de sus padres que solo les
importaba el dinero y la posición social del rizado, por eso mismo decidieron que lo mejor era
poner distancia con esa parte de la familia.

Semanas después cientos de revistas tenían en sus portadas fotos de Harry con "una
desconocida omega" las fotos no eran muy claras ya que estaban tomadas cuando salían de un
caro restaurante. El rizado para evitar que los periodistas hostigaran a Louis lo cubrió con su
abrigo hasta que llegaron a su camioneta y salieron de ahí. Se sentía mal por haber ocultado a su
hermoso omega pero si la prensa lo llegaba a ver, lo acosarían y ni a hacer las compras podría
salir tranquilo. Por un momento creyó que Louis se molestaría por la apresurada decisión pero
para su sorpresa lo tomó muy bien y lo apoyó en su decisión. Solo tenían que esperar dos años a
que Louis terminara la universidad para así poder revelar su relación, si lo hacían antes buscarían
la manera de conseguir información y lo hostigarían hasta el cansancio, sin mencionar que podría
ser blanco de posibles secuestros por ser el omega de un poderoso empresario. Si le llegaba a
pasar algo a su bebé no lo soportaría, así que mejor evitarían eso hasta que pudieran estar a
salvo ya que también la universidad donde se encontraba el oji-azul no era segura si sufría un
atentado.

Los días siguientes a las fotos, todo el mundo, sobretodo los medios, se preguntaba quien era
esa omega que había robado el corazón de piedra del Styles. En su escuela no era diferente.
Muchas omegas parloteaban sobre eso ya que Harry era conocido como uno de los solteros más
codiciados. Desperdigaban libremente su odio hacia esa posible "zorra" que había engatusado al
alfa, Louis sentía unas ganas enormes de callarles la boca y decirles que el era el omega que se
robó el corazón del rizado, pero no quería poner en riesgo a él y su bebé.

Hace un par de días que descubrió que llevaba un pequeño ser en su interior. Se había hecho
unos estudios ya que se había sentido mal últimamente y resultó que estaba esperando un hijo
del amor de su vida. No cabía de tanta felicidad, aún no se lo había dicho a Harry porque temía
un poco de su reacción sin embargo esa misma tarde saliendo de la universidad iría a su oficina y
se lo diría.

Había llevado unos brownis que preparó la tarde anterior, eso siempre alegraba al alfa, le
fascinaba lo que su bebé cocinara. Así que cuando llegó a la oficina del alfa con una gran sonrisa
y los nervios a flor de piel todo se fue a la basura ni bien puso un pie fuera del elevador.

Una omega alta y sumamente hermosa salía de la oficina de Harry, pero eso no fue lo que lo que
rompió su corazón, si no el ver que esa tipa se estaba acomodando el vestido y que tenía todo el
labial embarrado y el cabello despeinado. Su furia y desilusión hicieron que diera media vuelta y
lanzara el tapper donde se encontraban los brownis a la basura.

Un pensamiento fugaz pasó por su cabeza nublada por la ira. No, él no era un cobarde para huir
como si él fuera su amante. Él era su estúpida pareja y si hacia un escándalo tenía todo el
derecho de hacerlo. Volvió sobre sus pasos. Si esto iba a acabar, lo iban hacer de frente no
cuando pasaran horas y el rizado pudiera negarlo.

Cuando estuvo con la mano en el pomo de la puerta una voz conocida y unos brazos familiares
rodearon su cintura por la espalda haciendo que volteara.
- Bebé ¿Qué haces aquí mi amor?

Louis se volteó en los brazos del rizado encarandolo. Vio que Harry venía de la sala de juntas,
justo por el lado contrario de donde estaban y también vio que varias personas salían de ahí.

- Oye oye, ¿que pasa bebé? ¿por qué lloras? - pasó su pulgar suavemente sobre las mejillas de
su castaño. No le gustaba verlo así y movería todo el cielo si fuera necesario para verlo sonreír.

Ni siquiera se había dado cuenta cuando las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos - ¿T-tu no
estabas en tu oficina?

- No, acabo de salir de la aburrida reunión, recuerdas que te dije ayer que vendrían unos
inversionistas y que tal vez estaría metido todo el día ahí.

- Yo pensé que tu... - el rizado espero paciente a que Louis terminara lo que iba a decir pero en
cambio solo lo abrazó y comenzó a llorar.

- ¿Qué pasa cariño?

- Esa omega -. señaló a la tipa que había salido de su oficina y descaradamente seguía ahí
terminando de retocar su exagerado maquillaje - Sa-salió de tu oficina con el vestido deshecho y
pe-pensé que tu...

- ¿Qué yo que? - reconoció a esa omega como la que había sido contratada por su socio hace
apenas un par de días y al parecer estaba causando más problemas de los que debería.

Su cabeza hizo clic en ese momento, si esa tipa había salido de ahí es porque había alguien en
su oficina.

No esperó a escuchar respuesta del oji-azul, simplemente lo cargó haciendo que el omega
enredara sus piernas y brazos como un koala. Avanzó con él en brazos y abrió bruscamente la
puerta encontrándose con su socio sentado en su silla fumando un cigarrillo como si fuera el
dueño del mundo. Y eso no fue lo que más le molestó, si no el hecho de que gracias a él su bebé
lloró y eso no se lo permitiría a nadie.

Después de eso, tuvo una fuerte discusión con él en el cual solo su pequeño omega escondía el
rostro en su cuello. Terminó por correr al tipo ese y a la omega.

Dos horas después se encontraban en su departamento acurrucados en la cama compartiendo


besos, tratando de borrar la desagradable escena en la oficina del rizado, y ahí Louis aprovechó
para contarle la noticia que lo había llevado a visitarlo.

- Sabes, había preparado unos brownis para llevarte, pero estos terminaron en el suelo de tu
oficina.

- No te preocupes amor prepararemos más otro día - el camino de besos que hacía en su rostro
su alfa hacia complicado que se pudiera concentrar en lo que le tenía que decir.

- Necesito decirte algo Harry - soltó en un pequeño susurro, estaba muy nervioso ¿Qué tal si él
oji-verde no quería un bebé? ¿Y si lo dejaba?

- Bebé tranquilo, te amaré así subas 20 kilos de peso, además te verás hermoso y caliente con tu
pancita hinchada

Pero que demonios - ¿Cómo lo sabes?

- Amor, prométeme que no matarás al doctor

- No, no prometo nada

- De acuerdo de acuerdo, el me llamó hace dos días diciéndome que era muy importante que lo
fueras a visitar cada mes para hacer una revisión al bebé y a ti y que no te olvidarás de tomar las
pastillas que te recetó, cuando le pregunté a que se refería pensó que era muy despistado y
había olvidado tu embarazo así que me explicó todo ¿Cuándo pensabas decírmelo?
- Hoy por eso fui a tu oficina... ¿No me vas a dejar verdad?

El lindo puchero que había formado su omega era tan tierno que no dudó en besarle - Porque
tendría que hacerlo, sabes que siempre he querido una familia, y te amo más que a nada, antes
de alejarte de mi prefiero arrancarme los ojos que no volverte a ver

- Eww eso no fue tierno Harry

- Lo sé, no se me ocurrió algo mejor

El omega soltó una pequeña risa encantado por el gran amor que compartían - Te amo, lo sabes
verdad

- Yo te amo más a ti, mi pequeño bebé

El calor comenzaba a llegar y Louis ya no usaba esa estorbosa bufanda que Harry lo obligaba a
usar para que no enfermara. Ahora todos podían ver su marca. Los comentarios hiriente no
pararon pero él no podía dar menos importancia a eso. Siempre los mismos decían que lo habían
marcado por lástima, que el alfa "viejo y gordo" lo hizo porque era muy bueno en la cama, que era
un cazafortunas y se dejó marcar para que el alfa le dejara todo cuando muriera, solo estúpidos
comentarios de estúpidas personas, que desgraciadamente fueron los cuales se dieron cuenta
que Louis comenzaba a usar ropa más holgada y meses después un pequeño bulto sobresalía de
sus grandes sudaderas con olor a su alfa.

Cuando su embarazo se empezó a notar todos lo veían expectantes, querían saber de quien era
el bebé en su vientre. ¿Se parecería al viejo Di' Mell? Con ojos grises y cabello negro, había
muchos rumores de que ese alfa había conseguido un omega joven y todo creían que era el
mismo omega de su universidad.

Los meses siguieron pasando con un bipolar Louis por el embarazo y un alfa sobreprotector que
cumplía hasta el más mínimo antojo y capricho haciendo todo lo que su omega le mandara. Quien
diría que el más pequeño de los Styles, el "rompecorazones" se dejaba mandar como un
cachorrito desviviéndose por cumplir los que le ordenara su hermoso omega embarazado.

Un mes antes del parto pidió unas forzadas vacaciones a la universidad que como era de
esperarse no se negó al saber de quien era el bebé por nacer. A pesar de las entrometidas
preguntas de algún estudiante el director de la institución se quedó callado, no se arriesgaría a
eso, sabía como eran los alfas millonarios con sus familias.

El castaño se quedaba en su departamento todo el día hasta el inesperado nacimiento del bebé y
Harry estaba pegado a él todo el día. Esa decisión no fue por petición del oji-azul, el alfa quería
estar todo el tiempo posible con sus bebés ahora que el oji-azul no iba a la universidad lo
aprovecharía al máximo. El día del parto un lindo varón fue recibido por sus dos emocionados
padres.

Mientras se recuperaba del parto Louis se dedicó a cuidar a su bebé junto con Harry, era todo
una aventura cuidar del pequeño llorón, sin embargo era una que valía la pena vivir.

Un mes después...

El día que Louis tuvo que regresar a la universidad dejó a Harry solo con un bebé recién nacido el
cual apenas tenía un mes. Alix - como lo llamaron - era tan precioso que no cabía en el pecho del
alfa tanto orgullo por ello.

El rizado se quedaba en casa cuidando a su pequeño ya que su madre no estaba en el país para
ayudarlo en su cuidado, y ni hablar de su suegra o de alguna extraña, no dejaría a ningún
desconocido cerca de su hijo. Moriría si le pasaba algo, así que prefirió quedarse él a su cargo. Al
principio fue difícil pero el pequeño Alix se había acostumbrado tanto a él que se sincronizaban
perfectamente.

Tres meses después del parto...

Ese lunes algo inesperado surgió. El rizado no podía seguir dejando la empresa sola y tenía que
ir a la oficina para la importante junta que tenía. Se había olvidado de ella por completo. Así que
tomó a su bebé en brazos y una pañalera llena de cosas que necesitaría y marchó rumbo a la
empresa.
Cuando llegó a ella no faltaron miradas atónitas e indiscretas al verlo cargando un pequeño bebé
igualito a él. Lo llevaba recargado en su hombro izquierdo y en el derecho cargaba una pañalera
azul pastel. Su impecable y fino traje tenía una mancha de saliva la cual se había formado
mientras Alix se entretenía chupando su manito y después golpeando con ella el hombro de su
padre manchando así su pulcro traje.

Cuando llegó a la sala de juntas 10 minutos tarde -ya que su pequeño no quería cooperar con él
al ponerle un pañal limpio- todos los alfas ahí reunidos lo voltearon a ver sorprendidos.

Vaya vueltas que da el destino

- Lamento la tardanza señores - dejó la pañalera en una silla vacía y de ahí saco una mochila
portabebé. Todos los alfas lo veían con los ojos como platos, jamás imaginaron que su socio
tuviera una faceta así. Con mucho cuidado se colocó la mochila y metió con más cuidado aún a
su bebé en ella dándole un beso en su calva cabecita.

- Toma mi amor, juega eso mientras papi trabaja - le dijo dándole un pequeño juguete.

La junta fue muy larga, el rizado explicaba gráficas y estadísticas mientras la junta medio
prestaba atención al alfa ya que toda ella era robada por el pequeño bebé en sus brazos.

Inconscientemente el alfa acariciaba la pequeña espalda del menor dándole miradas de vez en
cuando para comprobar que estuviera bien. En el descanso a la mitad de la junta sacó un termo
con agua caliente, un biberón con la tapadera en forma de orejas de conejo y un bote pequeño
con fórmula y se dedicó a preparar el biberón que su hijo utilizaría para alimentarse. Los demás
alfas lo veían con incredulidad mientras daba de comer al bebé en sus brazos. Le hablaba con
tanto amor y adoración que muchos inconscientemente sonrieron por tan tierna imagen.

Cuando terminó, lo colocó en su hombro dándole suaves palmaditas en su espalda para sacar el
aire acumulado. Después de unos minutos el pequeño eructó y soltó un pequeño gorgojeo que le
robó una sonrisa a su padre.
La junta siguió su curso "normal" y Harry ahora lo cargaba acunandolo con sus dos brazos ya que
el pequeño Alix se había hartado de estar en el portabebé. El travieso niño se dedicaba a darle
jalones al largo cabello del rizado sacándole muecas raras que si sus socios no fueran
profesionales se estarían partiendo de risa ahí mismo y más cuando en ocasiones el pequeño
mordía las puntas de los rizos de su padre dejando rastros de saliva en ellos.

Sin darse cuenta algunos de sus socios le tomaron fotos y lo grabaron para que después de la
junta, cuando llegaran a sus casas, podrían mostrar a sus familias que el frío y duro Harry Styles
se había convertido en un tarro de miel gracias al bebé en sus brazos.

La reunión iba de maravilla hasta que el pequeño decidió cambiar el rumbo lanzando su juguete a
la cara de uno de los alfas más amargados y crueles que el oji-verde había conocido. Harry
inmediatamente se tenso y abrazó más fuerza a su pequeño. Si fuera necesario correría todo lo
que necesitara para salvar a su bebé de posibles peligros. La sala se sumió en un silencio
sepulcral hasta que el alfa tomó el juguete y soltó una estruendosa carcajada devolviéndoselo a
Alix.

Seis meses después del parto...

Las semanas pasaron y Harry llevaba a su pequeño al trabajo las veces que no pudiera hacerlo
desde casa, sus empleados ya se habían acostumbrado a la imagen del intimidante alfa llevando
a su hermoso bebé de ojos verdes en esa "femenina" mochila portabebé amarilla. Por que sí, Alix
era la copia de Harry. Ojos verdes, hoyuelos levemente marcados que seguro con el tiempo se
notarían más y apostaban todo a que tendría el cabello rizado y chocolatozo como él.

Ocho meses después del parto...

Louis seguía yendo a la universidad, le faltaba poco para terminar el suplicio eterno de estar ahí.
Todas las tardes el chófer del rizado lo llevaba de la universidad a su departamento y viceversa,
llegaba cansado del ajetreo diario pero al llegar a casa y ver a sus dos grandes amores, toda la
pesadez desaparecía.

Un par de veces había llevado a su hijo a la universidad cuando tenía que hacer trámites y no
pasaba más de una hora ahí. Las personas susurraban a su alrededor al ver el hermoso niño que
llevaba en brazos, habían hecho una larga lista metal de alfas con sus rasgos esenciales y el
bebé de Louis no tenía ni uno de esos, "tal vez engañó a su pareja" "el bebé no es de su alfa si
no de otro" "ya está marcado, no se puede deshacer de él por más que haya cometido adulterio",
la envidia era espesa a su alrededor y le incomodaba, no veía el día en que se acabara todo, solo
un par de meses más y ya, solo tenía que tener paciencia.

Díez meses después del parto...

Por otro lado los socios del oji-verde ya se habían acostumbrado a la constante presencia de Alix,
y a decir verdad se habían encariñado con él desde el principio, de vez en cuando mimaban al
infante llevándole regalos, pequeños juguetes más que nada. Y los empleados que habían visto al
pequeño se debían considerar afortunados ya que el alfa era tan celoso con su bebé que nunca
dejaba que nadie lo viera más de lo necesario. Esa sensación inexplicable abordaba su pecho
cada que el pequeño le dedicaba sonrisas de dos pequeños dientes inferiores y risitas ahogadas
por cada jalón de cabello.

Las risas del bebé llenaban el silencio del hogar de la pareja, Harry se encontraba acostado en el
sofá de la estancia principal con el pequeño recostado en su pecho, al parecer a Alix le encantaba
que el alfa lo alzara con sus brazos y lo dejara suspendido sobre su cabeza. Alix estiraba sus
manitos tratando de colocarlas sobre la cara de su padre pero al estar tan alto y no poder tocarlo
solo soltaba risas escandalosas. - Si Louis ve como te diviertes seguro me corta las pelotas -.
levantó más al pequeño y la risa que le devolvió hizo que su sonrisa se hiciera más grande - Vas
a ser un pequeño malcriado mimado - Alix soltó un pequeño balbuceo y se llevó su mano a la
boca mirando al alfa a los ojos. Verde contra verde - ¿Ah? ¿Qué como lo se? es fácil cariño,
porque de eso me encargaré yo.

El rizado estaba tan concentrado apachurrando suavemente a su bebé sobre su pecho y jugando
con él que no escuchó la puerta de la entrada abrirse. Regaba pequeños besos sobre el rostro de
su hijo que intentaba agarrar sus labios que después de un largo tiempo se percató de la
presencia de Louis en el marco de la puerta. Los observaba con una sonrisa -de arruguitas a los
costados de sus ojos- que sería capaz de iluminar todo el cielo. Días como esos donde pasaban
el resto de la tarde juntos jugando y consintiendo a su bebé, donde comían los tres en la sala
viendo cualquier película vieja en la enorme televisión, eran los que hacían desaparecer el
horrible día que había pasado el castaño en la universidad.

Día de la graduación...
Una toga más grande que él ocultaba casi en su totalidad los brazos del castaño haciéndolo más
pequeño en la tela negra y roja -gracias a que la costurera perdiera sus medias y le hiciera uno a
su imaginación- un birrete que gracias a dios era de su medida y debajo de eso un elegante traje
totalmente negro, camisa, blazer, zapatos y pantalones negros, no era un funeral pero le gustaba
como lucia ese color en él. Harry le había insistido que usara un traje ese día ya que lo llevaría a
cenar al restaurante más lujoso que existía en ese lugar y también en cierta forma quería
presumir a su hermoso omega de ojos azules. Hoy por fin se acababa todo y podrían salir
públicamente.

El castaño llegó un par de horas antes como todos los futuros graduados. Harry lo alcanzaría más
tarde ya que tenía que bañar y vestir a Alix. El estrado estaba situado en el gigante jardín de la
universidad junto con las infinitas sillas para los estudiantes y sus familias. El día estaba un poco
nublado pero aún así era perfecto. Todos ellos ya se encontraban sentados en la primera mitad
de las sillas esperando a que sus familias llegaran y se situaran en la otra mitad para dar inicio a
la ceremonia.

El rizado estaba un poco nervioso, los lugares del estacionamiento estaban llenos y ya llevaba 15
minutos tratando de encontrar uno, las miradas sorprendidas y curiosas no faltaban, un lujoso
auto deportivo polarizado llamaría la atención de cualquiera, algunos incluso se detenían en su
lugar para tratar de adivinar quien era el dueño del lujoso automóvil. Era más que seguro que un
alfa millonario saldría de ahí. Al fin encontró un lugar, cuando estuvo acomodado bajó del auto
para llegar a los asientos de atrás. Varios jadeos sorprendidos soltaron las personas a su
alrededor, sabían perfectamente quien era.

- Hey amor, hoy es un día muy especial, lo sabes verdad - el rizado sacó a su bebé del portabebé
y lo acomodó en sus brazos cubriéndolo con una mantita para que no se fuera a resfriar.

Avanzaba con pasos decididos y un orgullo que se desbordaba de su pecho, hoy por fin podría
presumir a su hermosa familia y su omega dejaría esa estúpida universidad donde no era feliz y
estarían juntos, porque claro, Harry le insistió tanto a Louis que terminó aceptando trabajar con él.
Las cámaras ya se hacían presentes tomándole cientos de fotos ¿En que momento Harry Styles
tuvo un hijo? ¿Quién era la mamá del pequeño? Nadie se atrevió a acercarse al alfa, su porte
superior y su esencia que destilaba peligro hizo retroceder a varios curiosos, el solo ver como
protegía fielmente a su bebé era una clara señal de que no daría un charla amistosa. Vestía un
traje negro al igual que su omega, pero al contrario de él su camisa tenía los dos primeros
botones abiertos y de su cuello colgaba una cinta de seda negra que cubría parte de su pecho
haciendo juego con unos lentes negros que le daban más altivez de la normal.
Mientras caminaba hacia las sillas la carita de Alix se descubrió de la manta y sobre el hombro del
rizado veía todo el panorama mientras chupaba su manito. Todos los que se atravesaban a su
paso podían ver al hermoso pequeño que cargaba el alfa, por alguna razón el bebé se les hacía
conocido pero no recordaban donde y otros solo veían lo hermoso que era ese pequeño oji-verde.
Encontró una silla vacía en el centro. Las personas que se encontraba a su ardido sentadas
prefirieron irse a otro lugar por la simple razón que les abrumaba e intimidaba la presencia del
alfa.

La ceremonia pasó muy lenta y aburrida para Harry, el cual solamente se dedicaba a darle mimos
a su bebé mientras ignoraba a todos los demás y esperaba a que su pequeño omega pasara a
recibir sus papeles para largarse de ahí y estar todo el día juntos en cualquier lugar alejado los
tres.

- Louis Tomlinson - el rector llamó al omega. En el camino hacia el estrado recibió malas miradas
de parte de sus excompañeros, pero el no bajó la cabeza y su sonrisa se ampliaba más con solo
pensar que eso sería lo último que compartiría con ese idiotas. Al recibir su carpeta los aplausos
sonaron en el lugar al igual que con el alumno anterior y el anterior y el anterior. Sin embargo
todos callaron al ver al Styles de pie aplaudiendo y sonriendo cálidamente en dirección al omega
mientas sostenía en sus brazos a un hermoso bebé rizado que inmediatamente los compañeros
de Louis identificaron como el hijo de este.

"Pero que demonios" "Es imposible" "Entonces él es su alfa, por eso el bebé es igual que él" "
Como puede estar con él siquiera" muchos comentarios y susurros de ese tipo compartían las
personas en ese lugar, la sorpresa todavía se reflejaban los rostros de los presentes, como era
que ese simple omega tuviera al alfa más deseado y sobretodo había tenido un hijo con él. Les
molestaba demasiado verlos juntos y sobretodo felices.

La ceremonia había terminado hace una hora, las personas que asistieron se encontraban en el
jardín comiendo bocadillos y disfrutando ese último día.

La pequeña familia se encontraba sentada en un banco bajo la sombra de un árbol compartiendo


ese momento alejados del bullicio. Louis tenía sentado a Alix en las piernas mientras el se
encontraba en el regazo de su alfa el cual los rodeaba cariñosamente con sus brazos. Su nariz
estaba enterrada en el cabello de su pareja y repartía besos desiguales en ella. Habían decidido
quedarse un rato antes de ir a comer por la simple razón de pavonearse enfrente de los demás. Y
que mejor que deleitarse de las miradas envidiosas y resentidas que les lanzaban sin motivo
alguno. Era gracioso ver como los miraban con tanta envidia, aunque los entendían es cierta
forma, tal vez ellos nunca tendrían una familia hermosa y perfecta como la de ellos - aunque
sonara superficial, ellos sabían que su pequeña familia era perfecta, con sus altos y bajos, sus
momentos felices y tristes, para ellos era el sueño que tanto habían compartido por separado,
cuando aún no se conocían y se soñaban por las noches, guardando un sentimiento tan profundo
en sus corazones que el día que se conocieron colapsó a su alrededor envolviendolos en las más
cálidas sensaciones - tal vez ellos no tendrían a un bebé tan hermoso como el suyo, y solo tal vez
nunca llegarían a conocer a su alma gemela para compartir una eternidad juntos como ellos lo
harían.

FIN

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Nota

Lo siento, no se que sucedió pero la última parte se borró D: y algunos signos y párrafos no
salían.

Ya lo arreglé y ya está completo, por los que lo leyeron sin esa parte.

Lo siento y solo queda decir: gracias por leer :33

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Hola

Subí un nuevo OS Omegaverse, está en mis historias (o como se les diga :B) por si lo quieren
leer.

Se llama "No Te Alejes de Mí" espero lo lean y me digan que les pareció.
Gracias por los votos y leídos

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