coeficientes técnicos se pueden deducir fácilmente.

Este, sin embargo, no es el caso de la industria de

servicios conocida como la industria del hogar.

MODELOS DE HOGAR
El problema al que se enfrenta un economista teórico es que las preferencias de consumo de
cualquier hogar no son fácilmente predecibles y los coeficientes técnicos de cualquier hogar tienden a no
ser lineales, muy complejos, y varían en función de los ingresos, los precios, etc.
La información computarizada derivada del uso del código de producto universal en relación con
la compra con tarjetas de crédito como un identificador individual del hogar podría cambiar esta
situación, pero el método UPC no está disponible a nivel nacional o incluso a una regional significativa.
Para compensar esta deficiencia en los datos, se ha adoptado un enfoque indirecto alternativo de análisis
conocido como la prueba de choque económica. Este método, muy utilizado en la industria aeronáutica,
desarrolla una especie de estadística agregada de los datos.
Aplicado a la economía, esto significa que todos los hogares de una región o de la nación entera se
estudian como un grupo o clase en vez de individualmente, y se utiliza el comportamiento de las masas en
lugar de la conducta individual para descubrir estimaciones útiles de los coeficientes técnicos que rigen la
estructura económica de la industria de un hipotética hogar...
Uno de los métodos de evaluación de los coeficientes técnicos de la industria de los hogares
depende de someter los precios de una mercancía a un choque y tomar nota de los cambios en las ventas
de todos los demás productos.

PRUEBAS DE CHOQUE ECONÓMICO

Recientemente, la aplicación de las Operaciones de Investigación en el estudio de la economía
pública ha sido obvia para cualquier persona que entienda los principios de las pruebas de choque.
En la prueba de choque del fuselaje de una aeronave, el impulso de retroceso de disparar un arma
montada en esta estructura provoca ondas de choque que indican a los ingenieros de aviación las
condiciones en qué partes del avión o todo el avión o sus alas comenzarán a vibrar o a aletear como una
cuerda de guitarra, una flauta de caña, o un diapasón, y se desintegrarán o caerán durante el vuelo.
Los ingenieros económicos logran el mismo resultado en el estudio del comportamiento de la
economía y del consumidor público al seleccionar cuidadosamente un artículo de primera necesidad
como la carne, el café, la gasolina, o el azúcar, y después provocando un cambio repentino o choque en su
precio o disponibilidad, esto sacude el presupuesto de todos y modifica los hábitos de compra.
Después observan las ondas de choque resultantes mediante el control de los cambios en la
publicidad, los precios y las ventas de éste y de otros productos.
El objetivo de estos estudios es saber cómo llevar la economía pública a hacer un movimiento o
cambio previsible, incluso a un movimiento controlado de autodestrucción para convencer al público de
que ciertos "expertos" deben tomar el control del sistema monetario y restablecer la seguridad (en vez de
la libertad y la justicia) para todos. Cuando los ciudadanos en cuestión sean incapaces de controlar sus
asuntos financieros, éstos, por supuesto, acabaran totalmente esclavizados, siendo una fuente de mano de
obra barata.
No sólo los precios de los productos, sino también la disponibilidad de mano de obra se puede
utilizar como medio de prueba de choque. Las huelgas laborales proporcionan excelentes pruebas de
choque a la economía, especialmente en las áreas de servicios críticos como el transporte, la
comunicación, los servicios públicos (la energía, el agua, la recogida de basuras), etc.
A partir de las pruebas de choque, se ve que hay una relación directa entre la disponibilidad del
dinero que circula en la economía y la perspectiva psicológica y la respuesta de las masas populares que
dependen de esta disponibilidad.
Por ejemplo, hay una relación cuantitativa medible entre el precio de la gasolina y la probabilidad
de que una persona pueda sufrir dolor de cabeza, sienta la necesidad de ver una película violenta, fumar
un cigarrillo, o ir a una taberna a tomarse una jarra de cerveza.