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Un amor destinado

Raquel, una adolescente de 17 años con la típica ilusión de encontrar “el príncipe azul”.
Asher, un chico de 18 años, egocéntrico, con numerosas pretendientes buscando llamar su
atención...
Ellos dos se conocen desde niños, pero con el pasar de los años y al no tener trato, se
volvieron desconocidos.
Raquel no acostumbraba a salir de noche, pero aquel viernes de abril, sus amigos
organizaron para ir a un boliche al cual accedió fácilmente.
Al llegar al lugar, ella baja del auto para ir al encuentro de sus amigos y antes de llegar a la
puerta un chico en moto a su izquierda pronuncia su nombre. Raquel se sorprende al ver a
Asher, ya que los dos se recordaban, pero por años habían actuado como desconocidos. Ella
ignora el pasado, responde a su saludo con un beso, intercambian algunas palabras y cada
uno retoma su camino. Entre amigos y baile la noche terminó, todo iba en perfectas
condiciones hasta que llegó el momento de volver a casa, todos sus amigos estaban con sus
parejas y sus hermanos no respondían las llamadas. Su casa no estaba cerca y como si fuera
poco tenía 4 acosadores persiguiéndola, pero como el miedo no es una de las cualidades de
Raquel, decide caminar.
A un par de cuadras de caminar e insistir con las llamadas, aparece Asher a su lado y se
ofrece amablemente a llevarla. Al llegar a su casa, se despide de él y continúan cada cual en
su camino. Raquel continúo sintiéndose extraña por lo ocurrido con el “conocido” que por
años había sido un “desconocido” pero luego de unos días ese sentimiento desapareció.
Un mes más tarde, Raquel recibe un mensaje de ig el cual decía “Señorita que hace despierta
a esta hora? ¿No tiene clases mañana?”. El chico “perfecto” lo había hecho otra vez, aparecía
en el momento justo sin saber absolutamente nada de ella...
Los días pasaban y a Asher “aparecer en el momento justo” se le había hecho una costumbre.
Ya no eran solo mensajes, se juntaban en todos sus tiempos libres, y entre risas, juegos y
mates su amistad aumentaba cada vez más. Él era egocéntrico, de alma fría y sentimientos
reservados, pero Raquel poco a poco fue ganándose su corazón.
Luego de compartir unos meses de sus vidas conociéndose, Asher decide pedirle a Raquel
que sea su novia. Raquel soñaba desde niña con su “príncipe azul” y él lo era. Desde el primer
momento había sido perfecto en cada detalle y ella estaba perdidamente enamorada de él.
Durante su relación tienen una pareja de amigos en común: Fernando y Abigail.
Fernando era el mejor amigo de Asher y sin saber esto antes, Raquel conoce a Abigail y se
vuelven amigas. Estos cuatro amigos se vuelven inseparables y disfrutan de salidas y
juntadas.
El año ya estaba finalizando y Asher decide contarle a Raquel que no podrían seguir juntos,
ya que el año próximo él entraría al ejército militar y no sabía cuándo volverían a verse. Esta
noticia pone contenta a Raquel ya que Asher soñaba desde niño con poder entrar al ejército,
pero también le afectaba mucho el saber que no volvería a verlo, pero decide ocultar este
sentimiento para no comprometerlo.
Todo sigue normal, hasta que llega el día de la despedida. Por primera vez Asher demuestra
abiertamente sus sentimientos por Raquel, no quiere dejarla ni que su perfecta relación
termine, pero no podía rechazar su futuro. Raquel promete esperarlo, sin importar cuántos
años pasen.
Pasaron dos años de la despedida. Raquel continúa con su vida, con sus estudios y aunque
tenía muchos pretendientes esperando por ella, seguía con el aferrado pensamiento de
esperar a Asher, ya que su corazón le pertenecía completamente.
El día de su egreso, Raquel recibe la llamada de Asher. Él le pide disculpas por no poder
estar presente en ese importante momento de su vida. Aunque Raquel anhelaba que
estuviera en ese día tan especial, responde a su disculpa con un “No te preocupes” muy
amable, aunque por dentro estaba destruida emocionalmente. Asher se despide y Raquel
continúa con sus preparativos para el gran evento.
Ya estando Raquel en la fiesta de egreso, antes de que le tocara su mención, sus amigas la
llaman para sacarse una foto y la llevan a afuera. Luego de sacarse la foto, antes de entrar,
alguien pone la mano en su espalda. Raquel se da vuelta y quiebra en llanto al ver que Asher
estaba ahí a lo que él le dice “Nunca te fallaría, te amo” ...
Finalmente, Asher le ofrece a Raquel continuar sus estudios en la misma ciudad que él para
poder convivir juntos y ella acepta, un par de años después deciden casarse, tienen dos hijos
y “vivieron felices por siempre”.

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