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Qué Es El Magma
Tipos De Magma
Rocas Sub-Volcánicas
Rocas Volcánicas
Según Su Origen
Composición
Proceso De Subducción
Magmáticos Profundos
Magmáticos Superficiales
Yacimientos Hidrotermales
Qué es el magma
La palabra magma proviene de un vocablo de origen griego que se podría traducir como ‘pasta’.
El magma volcánico es una combinación de roca fundida y compuestos sólidos y volátiles que se
forman en el interior de la Tierra. Esta sustancia es muy inestable y puede contener también
burbujas de gas y cristales en suspensión. El magma se puede encontrar con facilidad en las
cámaras de un volcán, pero también en las rocas cercanas. Una vez que el magma se enfría y
cristaliza da lugar a las rocas ígneas.
Los compuestos que forman el magma oscilan entre 700 ºc a 1.300 ºc. Estas temperaturas tan
elevadas solo pueden alcanzarse en las zonas de subducción del planeta, es decir, en dorsales
oceánicas, áreas continentales y en otros puntos calientes de la Tierra. El proceso de formación del
magma resulta bastante complejo, cómo explicaremos más adelante.
En este otro post de ecologíaverde te hablamos de Cuáles son las partes internas y externas de la
Tierra, puedes consultarlo para ubicar mejor la zona en la que se encuentra el magma.
Tipos de magma
Se pueden definir bastantes tipos de magma. Sin embargo, los más comunes son tres:
Magmas basálticos
Los magmas basálticos surgen de la fusión de rocas ultrabásicas, aunque su composición cambia
según la zona en la que se forman. Si se producen en dorsales oceánicas poseen un bajo contenido
en sílice (-50%) y si se producen en el interior de placas tectónicas son más alcalinos y ricos en
sodio y potasio. Son los más habituales.
Magmas andesíticos
Los magmas andesíticos se forman en zonas de subducción, tanto de la corteza continental como
oceánica, y tienen hasta un 60% de contenido en sílice y minerales hidratados, como anfíboles o
biotitas. El magma andesítico es el más rico en agua, pero al erupcionar se evapora en forma de
vapor. Cuando este magma cristaliza en profundidad forma la diorita y el agua pasa a formar parte
de anfíboles.
Magma granítico
Este magma tiene el punto más bajo de fusión y puede cristalizar en grandes rocas plutónicas. Se
forman en zonas orogénicas al igual que los andesíticos, pero a partir de magmas andesíticos o
basálticos que consiguen atravesar y fundir rocas sedimentarias o rocas ígneas de la corteza. Estas
rocas alteran la composición del magma cuando se incorporan a él.
Así, un aumento de presión acompañado de la ausencia de agua dificulta la fusión, como se da por
ejemplo en las grandes profundidades terrestres. Por el contrario, la presencia de agua disminuye el
punto de fusión de las rocas. Por lo tanto, el magma solo se forma y permanece (salvo fugas de
magma) donde se dan las condiciones favorables para su formación, como en la corteza y en el
manto superior.
Cuando se producen las erupciones volcánicas, el magma consigue salir al exterior en forma de lava.
Como la lava cristaliza rápidamente, se forman trozos de vidrio volcánico, como la obsidiana o la
piedra pómez, en lugar de grandes cristales. Te aconsejamos leer este otro artículo sobre
la Diferencia entre magma y lava y ver el vídeo sobre este tema.
Cómo se forma el magma
La formación del magma se produce de forma gradual cuando se funde la sustancia rocosa que
forma nuestro planeta. Las rocas de nuestro planeta están formadas por minerales con distintos
puntos de fusión y propiedades físico-químicas, lo que determina la formación de distintos tipos de
magmas. La elevada presión del interior terrestre determina que los componentes sólidos se
ablanden.
Dentro del complejo líquido del magma las temperaturas son muy altas, como ya hemos indicado
antes, encontrándose en rangos entre los 700ºc y 1.300ºc. Habitualmente, la composición de los
diferentes tipos de magma se asocia al ambiente en donde se forman, que suelen ser las zonas de
subducción como las dorsales oceánicas, áreas continentales y otros puntos calientes de la Tierra.
El magma deja de existir por dos motivos, una es la evolución hacia la cristalización y la otra como
salida al exterior en forma de lava en una erupción volcánica. En ambos casos, cuando solidifica da
lugar a rocas ígneas, como la diorita, el basalto o el granito.
Para terminar, te recomendamos consultar también nuestros artículos sobre los volcanes y ver este
vídeo sobre su formación.
Se origina a partir del magma, se acumula y enfría en el interior de grandes cámaras magmáticas
localizadas en la corteza terrestre, dando lugar a enormes masas rocosas llamadas plutones. El
enfriamiento del magma es lento y los cristales que se forman son grandes; por ello, se denominan
macrocristales o ‘de grano grueso’. Estos cristales confieren a la roca un aspecto granuloso, como
en el caso del granito o la sienita que aparece en la imagen.
La Sienita no posee cuarzo a diferencia del Granito. Las rocas intrusivas originan plutones llamados
batolitos y lacolitos. Las rocas igneas intrusivas o plutónicas solo son visibles cuando la corteza
asciende ‘orogenia’ y se produce la erosión de la parte superior del plutón.
Rocas Sub-volcánicas:
A) El posible contacto con aguas subterráneas provoca movilizaciones de ciertos elementos hacia o
desde la roca de caja.
B) Alto contenido de volátiles (el flúor, el cloro y el boro) y fase acuosa en el magma.
Las aplitas son rocas filonianas que rellenan grietas (diques), de longitud muy variable no son
geológicamente independientes sino que están relacionadas con la masa plutónicas que van de
grano pequeño a grueso. Ecured.cu
Rocas volcánicas:
Son rocas que se forman por enfriamiento muy rápido, al contactar el magma con el agua o el aire.
Por ello, se forman masas vítreas, que no han tenido tiempo de cristalizar . A veces se originan
pequeños cristales, llamados microcristales. Pueden aparecer muchos poros, como en el caso de la
pumita o la toba volcánica.
CLASIFICACIÓN DE LOS MAGMAS
Según su origen
Para clasificar los magmas se emplean diferentes criterios, siendo el más habitual el que los
diferencia según su origen en:
Magmas primarios. Son los magmas formados directamente por fusión de las rocas de la
corteza o del manto.
Magmas derivados. Son los que resultan de la evolución (cambios) de los magmas primarios.
Magma ácido o félsico. Es un magma que presenta un alto contenido en sílice (entre un 60 y
77%). Es rico en iones de sodio y potasio. Es un magma viscoso que suele consolidar en el
interior de la corteza formando granito y riolita. Está asociado a las zonas de subducción.
Magma intermedio. Es un magma que posee entre el 50 y 60% de sílice. Es menos viscoso
que el magma félsico. Sus lavas originan rocas como la andesita. Si cristaliza en el interior de la
litosfera forma diorita.
Magma básico o máfico. Es el magma que posee menor proporción de sílice (menos del 50%).
Son ricos en iones de calcio y magnesio. Es un magma fluido que se localiza en las zonas de
dorsal y forma rocas como el basalto y el gabro.
Los magmas en su ascenso experimentan una evolución y rara vez alcanzan la superficie como
magmas primarios. En este caso distinguimos:
Magma Calcoalcalino. Se forma por fusión a gran profundidad (100 a 150 km) de la corteza
oceánica subducida. Son magmas que no ascienden a la superficie por regla general debido a la
profundidad en la que se forman, existiendo bastante tiempo para su diferenciación. Este
magma origina andesitas, riolitas, dioritas y granitos. Su composición en sílice es del 60%.
La clasificación de las rocas ígneas
Cuando la lava se extruye sobre la superficie, o se introduce en fisuras poco profundas cerca de la
superficie y se enfría, la roca ígnea resultante se llama extrusiva o volcánica. Las rocas ígneas
extrusivas tienen una textura de grano fino o afanítica, en la que los granos son demasiado
pequeños para verlos a simple vista. La textura de grano fino indica que la lava que se enfría
rápidamente no tuvo tiempo de crecer cristales grandes. Estos diminutos cristales se pueden ver bajo
un microscopio petrográfico.
En algunos casos, la lava extrusiva se enfría tan rápidamente que no desarrolla cristales en
absoluto. Este material no cristalino no está clasificado como minerales sino como vidrio volcánico.
Este es un componente común de la ceniza volcánica y rocas como la obsidiana.
Algunas rocas ígneas tienen una mezcla de minerales de grano grueso rodeados por una matriz de
material de grano fino en una textura llamada porfirítico. Los cristales grandes se
llaman fenocristos y la matriz de grano fino se llama masa terrestre o matriz. La textura porfirítica
indica que el cuerpo de magma se sometió a un historial de enfriamiento de múltiples etapas,
enfriándose lentamente mientras profundo debajo de la superficie y luego elevándose a una
profundidad más superficial o la superficie donde se enfrió más rápidamente.
El material fundido residual expulsado de intrusiones ígneas puede formar vetas o masas que
contienen cristales muy grandes de minerales como feldespato, cuarzo, berilo, turmalina y mica. Esta
textura, que indica una cristalización muy lenta, se llama pegmatitica. Una roca que consiste
principalmente en textura pegmatitica se conoce como pegmatita. Para dar un ejemplo de cuán
grandes pueden llegar a ser estos cristales, durante la Edad Media se utilizaron láminas de escisión
transparentes de mica de moscovita pegmatitica como ventanas.
Todos los magmas contienen gases disueltos en una solución llamada volátiles. A medida que el
magma sube a la superficie, la caída de presión hace que los volátiles disueltos salgan burbujeando
de la solución, como la efervescencia en una botella abierta de refresco.
Las burbujas de gas quedan atrapadas en la lava solidificante para crear una textura vesicular, con
los agujeros específicamente llamados vesículas. El tipo de roca volcánica con vesículas comunes se
llama escoria.
Una versión extrema de la escoria ocurre cuando la lava rica en volátiles se apaga muy rápidamente
y se convierte en una espuma de vidrio similar a la merengua llamada piedra pómez. Alguna piedra
pómez está tan llena de vesículas que la densidad de la roca cae lo suficientemente baja como para
que flote.
Lava que se enfría extremadamente rápido puede que no forme cristales en absoluto, incluso
microscópicos. La roca resultante se llama vidrio volcánico. O bsidian es una roca que consiste en
vidrio volcánico. La obsidiana como roca vítrea muestra un excelente ejemplo de fractura concoidal
similar al cuarzo mineral (ver Capítulo 3).
Cuando los volcanes estallan explosivamente, grandes cantidades de lava, roca, ceniza y gases son
arrojados a la atmósfera. Las partes sólidas, llamadas tefra, se asientan de nuevo a la tierra y se
enfrían en rocas con texturas piroclásticas. Pyro, que significa fuego, se refiere a la fuente ígnea de
la tefra y clástico se refiere a los fragmentos de roca. Los fragmentos de tefra se nombran según el
tamaño: ceniza (<2 mm), lapilli (2-64 mm) y bombas o bloques (>64 mm). La textura piroclástica
generalmente se reconoce por la mezcla caótica de cristales, fragmentos angulares de vidrio y
fragmentos de roca.
La roca formada a partir de grandes depósitos de fragmentos de tefra se llama toba. Si los
fragmentos se acumulan mientras aún están calientes, el calor puede deformar los cristales y soldar
la masa, formando una toba soldada.
Composición
La composición se refiere a la composición química y mineral de una roca. Para la roca ígnea, la
composición se divide en cuatro grupos: félsica, intermedia, máfica y ultramáfica . Estos grupos
se refieren a diferentes cantidades de sílice, hierro y magnesio que se encuentran en los minerales
que componen las rocas. Es importante darse cuenta de que estos grupos no tienen límites agudos
en la naturaleza, sino que se encuentran en un espectro continuo con muchas composiciones
transicionales y nombres que hacen referencia a cantidades específicas de minerales.
Como ejemplo, el granito es un término de uso común pero tiene una definición muy específica que
incluye cantidades exactas de minerales como el feldespato y el cuarzo. Las rocas etiquetadas como
'granito' en aplicaciones profanas pueden ser varias otras rocas, incluyendo sienita, tonalita y
monzonita. Para evitar estas complicaciones, la siguiente figura presenta una versión simplificada de
la nomenclatura de rocas ígneas centrándose en los cuatro grupos principales, lo cual es adecuado
para un estudiante introductorio.
Fel sic se refiere a un predominio de los minerales de color claro (félsico) fel dspar y si lica en
forma de cuarzo. Estos minerales de color claro tienen más sílice como proporción de su fórmula
química general. También pueden estar presentes cantidades menores de minerales de color
oscuro (máfic) como anfíbol y mica biotita. Las rocas ígneas félsicas son ricas en sílice (en el
rango 65-75%, lo que significa que la roca sería 65-75% por ciento en peso de sio 2) y pobres en
hierro y magnesio.
Intermedio es una composición entre félsico y máfico. Por lo general, contiene cantidades muy
iguales de minerales claros y oscuros, incluyendo granos ligeros de feldespato plagioclasa y
minerales oscuros como el anfíbol. Es intermedio en sílice en el rango de 55-60%.
Maf ic se refiere a una abundancia de minerales ferromagnesianos (con magnesio y hierro,
símbolos químicos M g y F e) más feldespato plagioclasa. En su mayoría está hecho de
minerales oscuros como el piroxeno y el olivino, que son ricos en hierro y magnesio y
relativamente pobres en sílice. Las rocas máficas son bajas en sílice, en el rango de 45-50%.
En la figura anterior, la fila superior tiene rocas ígneas plutónicas y volcánicas dispuestas en un
espectro continuo desde félsico a la izquierda hasta intermedio, máfico y ultramáfico hacia la
derecha. La riolita se refiere a las rocas ígneas volcánicas y félsicas y el granito se refiere a rocas
ígneas intrusivas y félsicas. Andesita y diorita también se refieren a rocas intermedias extrusivas e
intrusivas (aplicándose dacita y granodiorita a aquellas rocas con composición entre félsica e
intermedia).
Basalto y gabro son los nombres extrusivos e intrusivos para rocas ígneas máficas, y
la peridotita es ultramáfica, con komatiita como el equivalente extrusivo de grano fino. La komatiita
es una roca rara porque el material volcánico que proviene directamente del manto no es común,
aunque algunos ejemplos se pueden encontrar en antiguas rocas arcaicas [2]. La naturaleza rara vez
tiene límites agudos y la clasificación y denominación de las rocas a menudo imponen lo que
parecen ser nombres de límites nítidos en un espectro continuo
Comencemos este interesante post con los tipos de volcanes que existen según su actividad.
Volcanes activos. Son aquellos volcanes que permanecen en estado de latencia y
pueden erupcionar en cualquier momento. Esto ocurre con la mayoría de los volcanes, pero
como ejemplos podemos citar el volcán de el volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma,
España (ahora se encuentra erupcionando), el volcán Etna en Sicilia, Italia (actualmente está
erupcionando), el volcán de Fuego en Guatemala (también está erupcionando actualmente) y el
volcán de Irazú en Costa Rica.
Volcanes inactivos. También llamados durmientes, son volcanes que mantienen un mínimo de
actividad. A pesar de su baja actividad, en ocasiones puede llegar a erupcionar. Un volcán se
considera inactivo cuando ha pasado siglos sin erupciones volcánicas. El volcán de Teide en las
Islas Canarias de España y el súper volcán de Yellowstone en Estados Unidos, son ejemplos de
volcanes inactivos. No obstante, estos dos ejemplos en los últimos años han mostrado
movimientos, leves terremotos en su zona, lo cual indica que siguen "vivos" y podrían llegar a
activarse en algún momento, no están extintos o desplazados.
Volcanes extintos. Son volcanes en los cuales su última erupción data más de 25.000 años.
De todos modos, los investigadores no descartan que en algún momento puedan volver a
erupcionar. También se denomina así, aquellos volcanes que los movimientos tectónicos los han
desplazado de su fuente de magma. El volcán Cabeza de Diamante en Hawái es un ejemplo de
volcanes extintos.
Volcanes hawaianos. La lava que expulsan estos volcanes es fluida y durante la erupción no se
desprenden gases ni se generan explosiones. Por tanto, las erupciones son silenciosas. La
mayoría de los volcanes de Hawái presentan este tipo de erupción, de allí su nombre.
Concretamente podemos mencionar al volcán hawaiano llamado Mauna Loa.
Volcanes estrombolianos. A diferencia del recién descripto, los volcanes estrombolianos
presentan una lava viscosa, poco fluida y las erupciones incluyen explosiones sucesivas. De
hecho, la lava se cristaliza mientras asciende por los conductos y entonces, la actividad
volcánica se reduce al lanzamiento de bolas de lava semi consolidadas, llamados proyectiles
volcánicos. El nombre de este tipo de volcán, hace referencia al volcán de Estrómboli en Italia,
que ha registrado erupciones explosivas rítmicas cada 10 minutos.
Volcanes vulcanianos. En este caso, se trata de erupciones muy violentas que pueden llegar a
destruir al mismo volcán en el cual se desarrollan. La lava se caracteriza por ser muy viscosa y
con enormes cantidades de gas. A modo de ejemplo, podemos mencionar al volcán Vulcano en
Italia, que su actividad volcánica dio origen a este tipo de volcanes.
Volcanes peleanos. Se trata de volcanes con lava muy viscosa que se consolida con rapidez
formando un tapón en el cráter. La gran presión que generan los gases internos provoca la
apertura de grietas laterales y, en ocasiones, que se expulse el tapón de forma violenta. Como
ejemplo podemos mencionar al volcán Monte Peleé en la isla de Martinica, del cual se tomó el
nombre para este tipo de volcanes.
Volcanes hidromagmáticos. La erupción se produce por la interacción de la masa magmática
en contacto con aguas subterráneas o superficiales. Dependiendo de la proporción magma/agua
se puede liberar grandes cantidades de vapor. Este tipo de vulcanismo es frecuente en los
volcanes de la región de Campo de Calatrava en España.
Volcanes islándicos. En este tipo de volcán, la lava es fluida y las erupciones se expulsan
desde fisuras del suelo, no desde el cráter del volcán. De esta forma, se originan amplias
mesetas de lava. La mayoría de estos volcanes se encuentran en Islandia, esa es la razón de su
nombre. Un ejemplo concreto es el volcán Krafla, ubicado en Islandia.
Volcanes submarinos. Aunque resulte sorprendente, en el fondo del mar también existen
volcanes activos. Eso si, las erupciones marinas suelen ser breves. En algunos casos, la lava
expulsada puede alcanzar la superficie y, al enfriarse, forma islas volcánicas. Como ejemplo de
volcanes submarinos, se encuentra el volcán Kavachi próximo a las Islas Salomón.
Aprende más sobre las Erupciones volcánicas: definición y tipos leyendo este otro artículo y lee este
otro para conocer las distintas Partes de un volcán y así entender mejor todo el proceso.
Por último, los volcanes se pueden clasificar según su forma. Veamos aquí sus tipos y ejemplos:
Domo de lava. Este último tipo de volcán se origina cuando la lava es poco fluida, entonces se
acumula y extruye el cráter. Al acumularse la lava se forma una especie de cúpula en el ápice
del volcán. Un ejemplo, es la cúpula de lava del volcán Chaitén en Chile.
Para conocer más sobre su formación, te recomendamos la lectura de este otro post sobre Cómo se
forman los volcanes. Además, para que aprendas mucho más sobre este asombroso tema, te
animamos a leer sobre Cuáles son los volcanes más peligrosos del mundo y Cuáles son las
principales zonas sísmicas y volcánicas del mundo.
La tectónica de placas.
La Tectónica de Placas, es el término que empleamos para referirnos al estudio y comprensión de
los grandes bloques que envuelven la Tierra, pertenecientes a la litósfera y que están en continuo
movimiento, son gigantescas placas o bloques que forman la capa externa sólida de la tierra llamada
corteza.
Estos bloques están en constante movimiento y pueden formar zonas de convergencia de placas
(colisión de diferentes placas) y zonas de divergencia de las placas (las placas se separan unas de
otras).
Estos procesos son los responsables de fenómenos como los terremotos, vulcanismo y la expansión
de los océanos. Como un ejemplo muy claro podemos mencionar al Círculo de Fuego (Ring Of Fire)
en el Pacífico, es una zona donde se concentran las mayores subducciones que ocurren en el
planeta, que generan vulcanismo y terremotos con bastante frecuencia.
Placa del Pacífico – Con aproximadamente 70 millones de kilómetros cuadrados, es el más grande
de la placa oceánica y cubre la mayor parte del Océano Pacífico. Se renueva en sus bordes, donde
hay separación de las placas circundantes y la expansión del fondo marino.
Placa de Nazca – Cuenta con 10 millones de kilómetros cuadrados en su extensión y está situado
en el Océano Pacífico oriental, que es 10 cm. Más corto cada año al chocar con la placa
Sudamericana. El choque entre estas dos placas formaría los Andes.
Placa Sudamericana – Se trata de una placa continental que tiene 32 millones de kilómetros
cuadrados. El territorio brasileño se encuentra en el centro de la misma, donde el espesor es de 200
km., por lo que este país se ve afectado por los terremotos y volcanes.
Placa Norteamericana – dispone de 70 millones de kilómetros cuadrados, y abarca América del
Norte, América Central y Groenlandia, así como una parte del Océano Atlántico. El desplazamiento
horizontal en relación a la Placa del Pacífico desencadena terremotos, principalmente en California.
Placa Africana – Con 65 millones de kilómetros cuadrados, esta placa cubre todo el continente
africano. Su colisión con la Placa Euroasiática desencadenó el Mar Mediterráneo y el Valle del Rift.
La Placa Sudamericana y la Placa Africana forman una zona de divergencia, es decir, se están
alejando unas de otras, según el monitoreo llevado a cabo por los satélites, su distancia de
separación se incrementa en 3 cm. Al año.
Placa Antártica – consiste en una placa continental con 25 millones de kilómetros cuadrados. La
parte oriental de la placa tiene 200 millones de años y recorre la Australia, África y la India. Esta
placa chocó con al menos cinco pequeñas placas que forman el lado oeste.
Placa Indo-Australiana – La placa está formada por India y Australia. Sus 45 millones de kilómetros
cuadrados conforman la India, Australia, Nueva Zelanda y parte del Océano Índico. La placa
compone una zona de convergencia con Filipinas, un hecho que favorece el surgimiento de las islas.
Placa Euroasiática oeste – es un bloque que tiene 60 millones de kilómetros cuadrados.
Corresponde al continente de Europa y el extremo oeste de Asia.
Cuando dos placas tectónicas colisionan entre sí, sucede la «Convergencia de Placas». Esta
colisión origina la formación de zonas de subducción. La consecuencia de este fenómeno son
intensos sismos y actividad volcánica. Un ejemplo es la colisión entre la placa de Nazca y la Placa
Suramericana, el resultado la formación de los Andes.
Si observas bien el esquema, te darás cuenta que la placa oceánica (Oceanic crust) al chocar, se
introduce bajo la placa continental (Continental crust), esto forma volcanes cercanos a la costa y
sismos (cuadritos amarillos) y una trinchera (trench). La trinchera es una zona profunda, una fosa
oceánica.
Este tipo de zonas de subducción se da en Perú y es conocida como el choque de la placa de Nazca
y placa Sudamericana, también sucede en México, entre la Placa de Cocos y Norteamericana y
origina los sismos o movimientos de tierra, en el caso de Perú forman los Arcos Volcánicos en la
parte sur.
2.) Cuando las dos placas son oceánicas.
En este caso, la placa más antigua, por ser más fría, es la que se hunde sobre la otra más reciente.
Los sismos son marinos, lo que puede ocasionar sunamis en las costas y la formación de islas
volcánicas a manera de arcos.
Este tipo de subducción lo encontramos en las costas asiáticas, cercanas a Japón, Filipinas ,etc.
3.)Cuando dos placas continentales chocan entre sí.
Cuando sucede esto, es más difícil que una placa se hunda frente a la otra, lo que hace que se
acumule mucho material en las márgenes y esto ocasione que haya grandes elevaciones del terreno,
es decir, montañas muy elevadas.Sucede en la cordillera del Himalaya, cuando la placa Índica choca
de frente contra la Euroasiática. Esto origina sismos que se extienden más allá de la placa y la
elevación de la corteza, resultado de esta actividad el Everest (8,848.
M.s.n.m) y todos los picos elevados de los Himalayas.
Divergencia de Placas – Expansión de placas (Dorsal Oceánica).
Es lo inverso a la subducción y se da cuando las placas se separan y forman las llamadas Dorsales
Oceánicas. En este caso se forman la corteza oceánica (límite constructivo). Sin embargo
también existe divergencia de placas en el interior de una placa continental.
Son límites en los que las placas se separan unas de otras y, por lo tanto, emerge magma desde
regiones más profundas (por ejemplo, la dorsal mesoatlántica formada por la separación de las
placas de Eurasia y Norteamérica y las de África y Sudamérica).
El tercer y último fenómeno entre las placas es del roce o también llamado: Falla de Transformación
y se caracteriza por un desplazamiento de las placas en sentido inverso, lo que origina una gran
cantidad de sismos y de volcanes no muy elevados, además del desplazamiento del terreno.
Esto es característico de la Falla de San Andrés, la cual está entre la Placa Norteamericana y
Pacífica. Si somos un poco futuristas, entenderemos que esta falla desplazará una superficie del
terreno importante, quitando a México la Península de Baja California, y a EUA una porción de
California. El resultado será una gran isla que terminará frente a Canadá.
Casos de estudio de erupciones volcánicas históricas y sus
impactos.
1. Tambora, Indonesia (1815)
Tambora es un volcán activo que está ubicado en la isla de Sumbawa en Indonesia. La erupción de
este volcán el 10 de abril de 1815 es la mayor registrada de la historia. Los flujos piroclásticos se
extendieron durante 20 km, toda la vegetación de la isla fue destruida y la ceniza volcánica llegó hasta
lugares a 1.450 kilómetros de distancia. Es más, antes de la explosión, el volcán Tambora tenía 4.300
metros de altitud y después, paso a medir solo 2.851 metros.
Pero lo peor no fue la erupción en sí. En 1816, debido a los efectos de la erupción, en Europa y
América del Norte no hubo verano y aquel año se conoció como el "año sin verano". En el hemisferio
norte se perdieron cosechas y el ganado murió, provocando la peor hambruna del siglo XIX. Lo curioso
es que en este contexto de crisis provocada por la hambruna comenzó la corriente artística del
Romanticismo.
Aún hoy, es difícil determinar todas las víctimas de aquella catástrofe. Según el vulcanólogo británico
Clive Oppenheimer, la erupción provocó al menos 71.000 muertes. La mayoría de las muertes no
fueron directamente por la erupción en sí, sino que por el hambre y las enfermedades provocadas tras
la explosión.
En total, el volcán expulsó 14 kilómetros cúbicos de lava y nubes tóxicas acabando con la vida de
9.000 islandeses y más del 50% del ganado de la isla. Las cenizas llegaron hasta el Reino Unido y, de
hecho, el verano del 1783 se conoce como el verano de las arenas.
La explosión de Islandia no es de las más fuertes de la historia, pero la emisión de aerosoles sulfúricos
durante ocho meses seguidos, cambió el clima y esto provocó una hambruna de alrededor de tres
años en todo el mundo. La erupción de Laki está considerada como una de las mayores catástrofes
medioambientales de Europa.
La erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, se produjo el 27 de agosto de 1883. El colapso de una
caldera volcánica acabó con el 70% de Rakata, la isla donde se sitúa el volcán, y el archipiélago de al
lado. Las explosiones de este volcán se escucharon en Australia, a 3.110 kilómetros de distancia y, en
total, se calcula que hubo 36.416 fallecidos.
Lo más destacable de esta erupción es que la onda de presión que generó la explosión fue tan
poderosa que llegó a romper los tímpanos de unos marineros que estaban a 40 kilómetros del lugar. Se
cree que el estruendo que provocó es el sonido más alto registrado en la historia, fueron unos 180
decibelios.
En un concierto el nivel del sonido suele ser de 115 db. Y teniendo en cuenta que en cada aumento de
10 db el sonido es dos veces más fuerte, el sonido de aquella explosión fue casi 14 veces más fuerte
que los niveles de un concierto de música.
El 13 de noviembre de 1985 ocurrió uno de los desastres naturales más graves de Colombia y la
segunda erupción más mortífera del siglo XX . Tras 69 años de inactividad el volcán Nevado del Ruiz
entró en erupción tomando por sorpresa a las poblaciones cercanas. En esta ocasión, los flujos
piroclásticos emitidos por el cráter del volcán fundieron cerca del 10% del glaciar de la montaña
creando un total de 200 millones de metros cúbicos divididos en cuatro lahares, es decir, flujos de lodo,
tierra y escombros. Estos lahares descendieron a 60 km por hora por las laderas del volcán golpeando
a la población de Armero a 50 km del volcán.
El desastre provocó la muerte de 20.000 de los 29.000 habitantes que tenía el pueblo de Armero.
Además, los lahares afectaron a otras poblaciones de la zona haciendo que la cifra de fallecidos
totales ascendiera a más de 23.000.
La erupción del Monte Pelée, en la isla francesa Martinica, el 8 de mayo de 1902 fue la más mortífera
del siglo XX y muchos expertos lo comparan con lo sucedido en Pompeya en el año 79 d.C.. Además,
a causa este evento trágico, a uno de los tipos de erupción explosiva se le conoce como "peleana".
Aunque la erupción más importante no ocurrió hasta el 8 de mayo, la actividad de Pelée empezó el 1
de mayo cuando el volcán empezó a lanzar ceniza cubriendo los terrenos de alrededor y
contaminando las aguas cercanas al puerto de la ciudad. Al final, el 8 de mayo, el volcán entró en fase
de erupción y al poco tiempo la columna piroclástica que se había formado colapsó y acabó
descendiendo por las laderas del volcá y anulando el pueblo de St. Pierre, incluido el puerto.
Asimismo, la ciudad estalló en llamas, los cañamales y el azúcar se inflamaron y casi 30.000 personas
murieron en el acto, algunas asfixiadas por los humos tóxicos, otras incineradas. Incluso, hubo
tripulantes de barcos que estaban cerca de la costa que fueron alcanzados por la nube piroclástica y
murieron al incendiarse sus barcos. Tras la erupción, ningún edificio de la ciudad quedó en pie.
Las placas tectónicas se desplazan unas con respecto a otras según la distribución e intensidad del
calor y edad de las rocas implicadas. La interacción entre ellas puede formar estructuras
compresivas o extensivas, como los orógenos o dorsales respectivamente. Durante toda la historia
de la Tierra se ha podido identificar una periodicidad entre 440-500 Ma. Así, se suceden una serie
de eventos que producen la fracturación, desplazamiento y posterior reunificación del
supercontinente original. A continuación, se detallan las etapas del ciclo de Wilson.
El calor procedente de las capas internas de la tierra llega a la litosfera. Su compleja composición
impide la transmisión homogénea del calor por lo que este se acumula más en unas zonas que
en otras. El ascenso de las plumas mantélicas contribuye a aumentar este efecto. En cualquier
caso, la temperatura empieza a fundir los materiales con los que está en contacto y las diferencias
térmicas producen abombamientos en las capas superiores. Debido a sus características físicas, las
tensiones se acumulan hasta que se produce la deformación frágil y liberación de energía
sísmica.
Estas fracturas se convierten en canales por donde el magma puede ascender hacia capas
suprayacentes, incentivando la actividad volcánica. De esta manera, terremotos y vulcanismo
comprometen los materiales de la litosfera dilapidando su estabilidad. Estos procesos se darán
a escala geológica. Atendiendo a las estimaciones dadas, la supervivencia del continente y el inicio
de fracturación puede tardar 120 Ma en darse. En cuanto a su composición, las rocas que se forman
en esta etapa del ciclo de Wilson son basaltos de inundación, granitoides, anortositas y
complejos máficos estratificados.
La subsidencia debida a la fracturación es lo bastante importante para que el mar exterior inunde la
cuenca recién formada. Como consecuencia, comienzan a formarse litologías y ecosistemas
propios de ambientes marinos. El adelgazamiento cortical provoca que las rocas ígneas que se
forman posean los minerales más primitivos de la serie de Bowen ya que la cristalización
fraccionada no tiene tiempo suficiente para desarrollarse.
Por tanto, se forman rocas más densas con características muy diferentes a las rocas continentales,
es decir, comienza a formarse corteza oceánica. La dinámica extensional continúa y el límite de la
fractura donde se añade nuevo material se denomina dorsal oceánica. En este punto, comienzan a
ser más frecuentes los diques y las rocas volcánicas. Este es el caso del Mar Rojo en las cercanías
del Golfo de Adén.
Debido a las diferencias de presión, los esfuerzos extensionales y el ascenso del penacho del manto,
la producción de corteza oceánica se consolida formando una cuenca oceánica joven. Los
continentes se van alejando en diferentes direcciones dependiendo de la actividad en la astenosfera.
El empuje del penacho térmico provoca que los relieves asciendan provocando una somerización
de la dorsal oceánica. En cambio, las partes más antiguas tenderán a hundirse, dando las fosas más
profundas del océano.
Los materiales que se forman en este punto corresponden a sulfuros masivos, pizarras negras,
nódulos de Mn y cromititas. Además, los minerales ferromagnesianos pueden reflejar la dirección
del campo magnético existente cuando se depositaron. Según las predicciones temporales del ciclo
de Wilson, el periodo de máxima expansión continental dura unos 160 Ma.
Proceso de subducción
El límite máximo de expansión de la corteza oceánica viene marcado por un límite de edad que
invierte su papel en la dinámica de placas. Al envejecer, la corteza oceánica pierde temperatura y
se vuelve más densa. Al mismo tiempo, acumula mayor proporción de sedimentos. Ante una colisión
con un bloque continental se introducirá por debajo. La gravedad irá arrastrando poco a poco la
corteza oceánica y el rozamiento provocará un arco magmático en la parte continental. Al mismo
tiempo, la compresión provoca el levantamiento del complejo, propiciando un metamorfismo de alta
presión en su base.
Detrás del orógeno, se producen eventos extensivos para compensar el tensor de esfuerzos. Esto
produce cuencas tras-arco detrás de la cadena montañosa susceptibles de convertirse en
complejos sedimentarios de gran extensión. Al otro lado, una parte de la corteza oceánica queda
atrapada, llamada prisma de acreción. Se trata de vestigios procedentes de cortezas oceánicas
antiguas que consolidan los estudios referentes al ciclo de Wilson. Los materiales más interesantes
para explotaciones mineras son los yacimientos epitermales, pórfidos de Cu y Mo, sulfuros
masivos, skarns, greisen y filones de SN-W.
Las rocas de la corteza oceánica incluidas en el prisma de acreción se unen a la cordillera formada
dando afloramientos de ofiolitas. Además, pueden formarse yacimientos mesotermales, greisen y
filones en el cuerpo del orógeno debido a la fricción entre las capas. Mientras, en la cuenca de
antepaís se forman yacimientos epigenéticos de plomo y zinc o de tipo placer. Finalmente, ambas
cortezas continentales quedan encajadas volviendo a la situación original. La diferencia es que
la zona cratónica resultante posee una estructura más compleja tanto a nivel estructural como
composicional.
Recuerda que los procesos no son perfectos y puede haber pausas o inversiones de esa dinámica
que compliquen aún más el ciclo de Wilson.
Ahora que conoces más sobre el ciclo de Wilson, te recomendamos leer sobre las Placas
tectónicas en este otro artículo. En geoenciclopedia seguiremos explicando los procesos geológicos
internos de los que depende la tectónica de placas.
Al referirse a una concentración determinada se quiere indicar que el yacimiento debe ser
económicamente explotable.
Para que esto sea posible se debe balancear el costo de extracción, transporte, purificación, precio
de venta, etc.
De momento dejaremos a los yacimientos en general para más adelante y nos abocaremos a la
descripción de aquellos asociados al magmatismo.
En éstos se agrupan todos los depósitos que deben su origen a la actividad magmática.
Magmáticos profundos
b) Magmáticos superficiales
c) Hidrotermales
Magmáticos profundos
Dentro de este primer grupo tendremos a los de solidificación directa como son aquellos proveedores
de rocas de aplicación para construcciones civiles. De aquí se obtienen granitos, tonalitas, aplitas,
etc.
Luego, los diseminados, que deben su génesis a la dispersión de una sustancia útil dentro de una
masa mucho mayor de material. Un ejemplo son los diamantes, dispersos, en muy pequeña
proporción, en rocas ultrabásicas. Yacimientos de este tipo son explotados desde hace tiempo en
Sudáfrica.
Finalmente, los de segregación, originados por una separación de sustancias dentro del mismo
magma (por complicados procesos físicos y químicos) que hacen que determinado mineral se
concentre en un depósito.
Normalmente son fases inmiscibles, es decir partes que no se mezclan y que a posteriori cristalizan
separados del resto del magma.
Un ejemplo son los yacimientos de cromita (mineral de cromo) en Sudáfrica y de magnetita (mineral
de hierro) en Suecia.
Magmáticos superficiales
Los yacimientos superficiales se deben a la utilización de las lavas solidificadas como elementos
útiles. En estos podemos contar a los basaltos como materia prima para la "piedra partida" que se
utiliza como inerte en la fabricación de hormigón y al vidrio volcánico usado como elemento filtrante,
entre otros.
También, con esta génesis, tenemos a los yacimientos de azufre de gran importancia económica por
su aplicación en la industria.
Yacimientos hidrotermales
A medida que un magma se enfría en profundidad van formándose las rocas ígneas y,
consecuentemente, se enriquece la masa residual con agua y minerales disueltos.
En algún momento parte de este fluido, compuesto mayoritariamente por vapor de agua, es
expulsado del magma e inyectado por efectos de presión y temperatura en las rocas vecinas (rocas
de caja) que lo contienen.
Este desplazamiento puede ser vertical u horizontal y hasta, a veces, aflora en la superficie como
manantiales o fuentes de agua termal.
Para visualizar mejor estos conceptos se presenta una gráfica donde se puede observar, de modo
esquemático, la evolución de estos procesos.
En este estudio, los investigadores Michael J. Krawczynski y Maxim Gavrilenko querían estudiar el
límite superior. Para ello, crearon en el laboratorio trozos de magma sintéticos para determinar la
cantidad de agua que podrían contener, reproduciendo la temperatura y presión existentes a 40
kilómetros bajo la superficie terrestre. Después de derretir y enfriar las muestras, determinaron si se
había creado un cristal, replicando el proceso con mayor cantidad de agua en la muestra hasta que
ya no se podía formar un cristal. Elementos como dichas muestras existen en la naturaleza, pero no
se ha estudiado su contenido en volátiles, dado lugar a un sesgo en este campo de investigación. El
sesgo es problemático para científicos que tratan de entender cuánta agua se recicla hacia la
superficie en zonas de subducción, con más agua que otros entornos tectónicos.
Son coherentes con las conclusiones de Douglas A. Wiens, de la misma universidad, publicadas en
la revista Nature el pasado otoño, según las cuales en las zonas de subducción penetra en el manto
terrestre una cantidad de agua hasta cuatro veces mayor de lo que se creía anteriormente. El trabajo
de Gavrilenko y Krawczynski indicaría que una mayor cantidad de agua se transporta hacia la
corteza terrestre, con lo que compensaría la mayor cantidad de agua que entra en el manto y se
equilibraría así el ciclo.