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Nicola Lococo

La ilustración iniciada

SERIE ROJA
[AUTORES CONTEMPORÁNEOS]

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La Ilustración Iniciada
Nicola Lococo

editorial masonica.es®
SERIE ROJA (Autores contemporáneos)
www.masonica.es
© 2016 Nicola Lococo
© 2016 EntreAcacias, S.L. (de la edición)

Ilustración de cubierta:
Caballeros jugando al ajedrez (Benjamin Eugène Fichel)

EntreAcacias, S.L.
Apdo. de Correos 32
33010 Oviedo - Asturias (España)
Teléfono/fax: (34) 985 79 28 92
info@masonica.es
1ª edición: septiembre, 2016
ISBN (edición impresa): 978-84-945749-5-5
ISBN (edición digital): 978-84-945749-6-2

EDICIÓN DIGITAL

Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excepción


prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con
la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La
infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de
delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código
Penal).

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PRÓLOGO

Nicola, con la generosidad que le caracteriza,


armado de pasión y constancia, dispuesto a
emprender un largo cuanto difícil trabajo, me pide
que le prologue este libro, el primero de una serie
de textos que abordarán la historia de la masonería
moderna bajo el prisma de la filosofía en su sentido
más extendido.
Sobrepuesto al temor inicial, muy honrado por el
encargo, me dispongo a glosar la profundidad de
esta obra, donde destaca su empeño por divulgar
aspectos del conocimiento poco habituales desde
una perspectiva muy interesante: basta conocer la
original expresión de «Ilustrados Iniciados»
empleada en denominar la doble condición de
varios de los pensadores reseñados, para darnos
cuenta del alcance del proyecto.
Nicola es un intelectual que no se eleva en un
pedestal ni encierra en su torre de marfil, no
atesora cual avaro su logos para recrearse en su
posesión, sino que lo utiliza para ponerlo al
servicio de las personas comunes, enciende una luz
que ilumina nuestro entendimiento; lo hace
accesible.
Es difícil comprender cómo dos personas tan
diferentes comparten el camino. Yo, desde el entorno
rural más profundo donde pensarlo no es nada
factible y explorarlo prácticamente una herejía. Y
él, desde la responsabilidad intelectual que no es
más fácil de llevar que el riesgo existencial.

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A pesar de todo, esta circunstancia personal no es
suficiente para velarnos al hombre primitivo que
tuvo la visión de la bóveda celeste y supongo su
extrañeza (porque es la nuestra) al darse cuenta,
que entre el mundo y él, existía una comunicación
directa por un mismo lenguaje; el símbolo.
Los dos imaginamos sueños posibles en momentos
difíciles donde la humanidad está sometida a
continuas crisis. Su brillante exposición sobre lo
que significan la masonería y la Ilustración con sus
valores en favor de la Libertad, la Igualdad y la
Fraternidad, me llena de esperanza y renovados
ánimos para continuar construyéndome como un
hombre más justo.

PEDRO INTXAURRAGA,
Francmasón

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INTRODUCCIÓN

La intención de este trabajo es ofrecer un bosquejo


claro y sencillo de la contribución masónica a la
Ilustración por medio de la obra de sus Iniciados sin
profundizar en su pensamiento, como sería propio de
un artículo filosófico, dejando dicha tarea al lector,
cuya curiosidad sobre el particular, esperamos
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excitar con estas líneas.
En consecuencia, pese a no ser nuestro objeto de
reflexión, bueno será aclarar, primero, que aquí
tomamos el concepto de «Ilustración» como el
movimiento intelectual cuyo propósito fue revisar a la
luz de la razón todos los aspectos del Hombre y de la
sociedad, fueran estos del campo de la ciencia, la
religión, la política, el derecho, la economía, la
pedagogía, el arte… no estando exenta de crítica el
propio término «Ilustración» ni su contenido
primordial de racionalismo, criticismo,
republicanismo, liberalismo, deísmo, e idea de
progreso, que se traduciría en empirismo científico,
tolerancia religiosa, despotismo ilustrado,
democracia representativa, humanismo optimista,
derecho positivo o educación universal; y segundo,
advertir que un autor, a efectos de este estudio, es
masón, no cuando fuera reconocido como tal, sino
cuando se tiene constancia, bien de su Iniciación con
fecha y lugar, o por indicios tales como haber estado
presente en la recepción de otro personaje, ser
mencionado por actas de Tenidas, o algún dato que
soporte su afiliación a la masonería, verbigracia,

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haber escrito favorablemente de la Fraternidad en
textos que no dejan lugar a dudas sobre su
pertenencia.
Sea entonces, que para este cometido, a efectos
prácticos, contemplaremos únicamente en su doble
condición de Ilustrado-Masón a cuantos autores su
obra o testimonio haya aportado al pensamiento
Ilustrado en alguno de sus aspectos primordiales,
indistintamente del ámbito intelectual del que
provenga, si bien, dado que la Ilustración es una
corriente filosófica, nos centraremos especialmente
en quienes han pasado a la posteridad como Filósofos
trascendiendo su condición de juristas, pedagogos,
científicos, religiosos, poetas, dramaturgos,
estadistas, o cualesquiera profesión particular desde
la que se hubieran pronunciado en favor de la
Libertad, la Igualdad y la Fraternidad del género
humano, fundamentalmente por escrito, dado que, es
por medio del lenguaje articulado impreso como más
positivamente queda reflejado el pensamiento
humano, motivo este, que me ha decantado por
otorgar mayor relevancia a estos autores que a otros
genios ilustrados e igualmente iniciados cuya
expresión y sensibilidad, empero, tomó cauces de
comunicación exclusivamente plásticos o artísticos,
cuya subjetividad interpretativa excede, con mucho, a
la capacidad analítica con que podamos afrontarla en
este ejemplar, quedando así la semblanza de decenas
de músicos, pintores, escultores, dramaturgos,
literatos… reducida en estas páginas a cumplir
funciones de contextualización, ambientación y
ornamentales del periodo histórico en que se

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desenvuelve el discurso principal del texto, cuyo hilo
conductor, sigue el trazo filosófico señalado, que
dicho sea de paso, seguramente, per se, merezcan un
tratamiento separado en una obra específica que
preserve su relevancia como sería el caso de la
música masónica, el teatro masónico, la pintura
masónica, etc.
También me veo obligado a explicar la ausencia en
estas páginas de autores que, pese a contar con todos
los requisitos para ser citados aquí, han quedado
fuera a causa del siempre confuso capricho de los
lindes en que el estudio academicista tiene a bien
segmentar la secuencia en que se desenvuelve el
talento humano en la historia, sea en el arte por medio
de los estilos, sea en filosofía en sus escuelas, de
modo que, aun cuando un servidor es partidario de
entender la Ilustración en su sentido más amplio
dando cabida así a la reacción romántica que le
sucediera, en pos de la claridad expositiva y al
objeto de ahorrarnos todos dilatadas disertaciones
sobre dónde está el límite entre unos conceptos y
otros en figuras que andan a caballo entre la
Ilustración y el movimiento Romántico,
contraviniendo mi propia inclinación, he optado por
prescindir en este volumen de cuantos autores han
sido declarados precursores del romanticismo o
sencillamente declarados románticos. Que nadie
entonces eche en falta aquí a un Herder o un Goethe,
que tiempo habrá de verlos desfilar en una obra de
similares características a la presente que pronto verá
la luz.
Y todavía he de justificar por qué finalmente, tras

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muchos devaneos en sentido contrario, infinidad de
personajes que siendo del periodo, habiendo
contribuido por escrito con su conocimiento y
sabiduría a la transformación de la masonería por
medio de sus constituciones y rituales, en cambio, he
resuelto no incluirlos como Ilustrados Iniciados,
determinación adoptada in extremis por el siguiente
razonamiento: cierto es, que muchos de estos autores
son Iniciados, pero la mayoría no pasarían jamás por
Ilustrados al estar su pensamiento preñado en
demasía de los postulados mentales del Antiguo
Régimen, trufados de misticismo, espiritualismo,
magia, ocultismo, cuando no, de vaga superchería o
charlatanería, siendo su trayectoria vital más propia
del mito y la leyenda que objeto de una biografía
seria. Así, en buena lógica, he juzgado que su
mención en estas páginas sea anecdótica y acaso,
como quiera que en todo ello existan trazas
aprovechables para el sano conocimiento de la
Hermandad y Nuestra Historia, lo suyo sea dedicarles
un separado esfuerzo en que se aborden las personas
de un Saint Germain, Martínez de Pasqually o
salvando las distancias un Cagliostro.
Para alcanzar los objetivos declarados en el primer
párrafo, he procurado pronunciarme, sin titubeos y no
pocos riesgos, sobre la pertenencia a la masonería de
cada uno de los autores aportando los datos que me
constan como fiables o en su defecto, a mostrar los
indicios favorables o desfavorables en un sentido u
otro, a fin de que el lector, no se quede con las dudas
que durante la investigación me han asaltado al leer
fuentes que a este respecto dejan mucho que desear al

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abundar la gratuidad de sus afirmaciones, la
exageración a la hora de declarar masón a tal o cual
autor, la abierta mentira de cuantos en su afán de
denostar la Hermandad no dudan en atribuir su
filiación a personajes sombríos de la historia, cuando
no la candidez de aquellos que repiten lo que leen sin
mayor criterio que haberlo visto escrito,
contribuyendo su laberíntico conjunto al
confusionismo general y la más absoluta oscuridad en
que parecen moverse muy cómodos los masoniles,
cuales son, los masones que para ser masones solo
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precisan de acudir a una Logia y lucir Mandil.
Si con este trabajo, he contribuido a arrojar algo de
luz sobre las tinieblas bibliográficas que asoman en
bibliotecas, vetustas páginas e Internet, para que otros
Hermanos transiten por su lectura con paso más veloz
y firme que el mío, me doy por satisfecho.
Valladolid, a 7 de mayo de 2016.

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PARTE PRIMERA
LA ILUSTRACIÓN INICIADA EN
EL SIGLO XVII

Circunscrita la Ilustración al periodo comprendido


entre los siglos XVII y XVIII, cabe preguntarse si hubo
Ilustrados Iniciados, no a partir de 1717, asunto fuera
de discusión, sino con antelación a dicha fecha,
interrogante que de entrada ya despejamos
afirmativamente, por cuanto en el título que encabeza
este trabajo, su adjetivo «Iniciada» no se limita
exclusivamente a la masonería especulativa
postandersoniana.
Conocida es la distinción entre masonería operativa
y especulativa, que aun pareciéndonos correcta en
forma, no siempre lo es en su contenido por cuanto en
el mejor de los casos se la hace derivar de una
separación de facto en origen y en el peor, se las
desliza en la conversación como expresiones
sinónimas de masonería anterior a 1717 y masonería
posterior a 1717, es decir, que se hace corresponder,
indebidamente, la masonería practicada antes del
XVIII con la operativa y la posterior con la
especulativa, perspectiva obtusa que nos resistimos
compartir, porque, desde el mismísimo inicio del
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siglo XVII contamos con indicios sólidos que nos
permiten sospechar la existencia de una práctica
masónica no operativa integrada en aquella, si es que
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la «masonería operativa» alguna vez solo fue eso .

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Por ejemplo, hay constancia de la iniciación en 1600
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de Jonh Boswell en la logia Capilla de Santa María
de Edimburgo, siendo la suya la primera noticia
documentada de la admisión de un miembro no
profesional en logia, aunque, por los archivos se sabe
que dicha logia hacía tiempo que aceptaba en su seno
personas ajenas al gremio de la construcción. Toda la
centuria está jalonada de hechos registrados como el
mencionado: en 1607 Jacobo I se declara protector
de la masonería en Inglaterra al tiempo que Iñigo
Jones, Señor de Saint Clair, es nombrado Maestro y a
imitación de las academias italianas, organiza Logias
donde es más sencillo acceder por cuanto tenían
cabida otras artes y sensibilidades, mas si tenemos en
cuenta que Jacobo I de Inglaterra con anterioridad era
Jacobo VI de Escocia, tanto su nombramiento como
función y empresa encuentran mejor paralelismo en
Escocia, donde el mismo rey, el 21 de diciembre de
1583, había nombrado a William Schaw (1550-1602)
maestro director de obras, quien el 28 de diciembre
de 1598 en calidad de director general de los
Maestros Masones publicó unos estatutos con la
aquiescencia general.
Huelga comentar que cada nombre citado, cada
documento aportado, cada elemento mostrado en esta
dirección que sostenemos, es abiertamente discutido
por los expertos en uno y otro sentido, pero si
levantamos la vista del minucioso escrutinio del
particular y echamos un vistazo al conjunto, es
innegable que sin que nada sea una prueba fehaciente
e irrefutable de la afirmación sostenida, a saber, que
había masonería especulativa muchísimo antes de

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1717, el mosaico de pistas e indicios describe sin
duda que hubo algo más que una masonería operativa
y, por consiguiente, nos vemos legitimados para traer
a estas páginas por derecho propio a Ilustrados del
siglo XVII Iniciados, aunque no únicamente en
masonería, por cuanto es la especulación la condición
que nos permite hablar de Ilustración Iniciada con
fundamento intelectual.

La Royal Society
Sea entonces, que no encuentro mejor modo de
emprender este recorrido de La Ilustración Iniciada
que arrancando de aquellas reuniones celebradas por
personas vinculadas a la Nueva Filosofía o ciencia
experimental a partir de 1640 en una taberna próxima
al Gresham College, porque da la casualidad de que
esta institución fue creada en 1579 a partir del legado
estipulado en el testamento de Thomas Gresham,
quien además de ser un potentado financiero inglés
muy bien relacionado con la Corona, fue Vigilante
General de los Masones hasta su fallecimiento.
Aquellas reuniones informales y esporádicas
denominadas por uno de sus más destacados
integrantes, Robert Boyle, como «Colegio Invisible»,
hubieron de sortear las tensiones surgidas de la
segunda guerra civil (1648-1549) —que finalizó con
la ejecución de Carlos I, el periodo de Cronwell y la
restauración monárquica de 1660 con el ascenso al
trono de Carlos II— entre su membresía donde había
partidarios de ambos bandos, motivo por el cual, una
parte se trasladó a Oxford mientras la otra
permanecería en las dependencias del Colegio

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Gresham, manteniendo amabas secciones sus
reuniones separadas mientras duró la situación,
volviéndose a reencontrar en Londres en 1660,
momento feliz que en noviembre de aquel mismo año
les hizo expresar su deseo de fundar una Sociedad
para la promoción del Saber Experimental Físico-
Matemático, iniciativa que de inmediato obtuvo
apoyo de la Corona. Para el 15 de julio de 1662 les
fue concedida la Cédula Real de asociación,
momento oficial en que se constituye la Royal
Society.
Entre sus fundadores una mitad provenían de las
filas fieles a la monarquía que habían quedado fuera
de la vida pública durante el periodo de Cronwell,
mientras la otra mitad, eran profesores universitarios
del bando parlamentario que al volver Carlos II al
trono habían sido expulsados de todas partes, excepto
del Gresham College, desde entonces, designado
lugar de reunión oficial de la Royal Society.
Curiosamente, de entre la docena de miembros
fundadores de esta distinguida sociedad científica,
había no menos de cuatro masones: William
Brouncker; Alexander Bruce; Robert Moray; y
Christopher Wren, selecto grupo al que muy pronto se
unirán otros masones Ilustrados de la importancia
para la Hermandad como Ellias Ashmole quien pasó
a formar parte de la Royal Society el 3 de enero de
1661.
Por fuerza esta abundante cuan relevante presencia
masónica en el origen fundacional de la institución
dejó huella reconocible para todo huérfano de
prejuicios que le impidan ver lo evidente, que por su

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naturaleza, lejos de poderse demostrar, solo
podemos mostrar la abierta semejanza procedimental
entre la Royal Society y la masonería, apoyándonos
en el inestimable testimonio de aquel que fuera su
primer historiador, Sprat, quien asevera que: la
sociedad admitía libremente a hombres de diferentes
religiones, países y profesiones; que profesaban no
apoyar los fundamentos de una filosofía inglesa,
escocesa, irlandesa, papista o protestante, sino una
filosofía de la humanidad; que sus miembros eran
elegidos por balotas, propuestos en una reunión y
votados en otra; que los deberes del Presidente eran
convocar y disolver las reuniones, proponer los
temas para discusión o experimentos, regular los
informes, cambiar las investigaciones de un tema a
otro, admitir a los miembros elegidos; y que el
Presidente, en su instalación prestaba un solemne
juramento.
Esta abundante presencia masónica también se vería
retratada en la misma portada de la Historia de la
Royal Society que Jonh Wilkins presentaba
oficialmente en 1667 en una de sus reuniones: la
lámina mostraba una habitación con un arco, dos
pilares, pavimento ajedrezado, distintas herramientas
como compases, escuadras o plomadas y la figura de
Carlos II, flanqueado a su izquierda por el presidente
de la entidad William Brouncker y a su derecha
Francis Bacon. La masonería queda reflejada por sus
simbología como se ha dicho; la realeza está
representada por el monarca; la institución científica
aparece encarnada por su presidente; pero… ¿qué
papel juega Bacon en la escena?

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A priori, cabe suponer que su presencia simboliza
la Nueva Ciencia de la que sus miembros desde sus
inicios allá por la década de los cuarenta se sentían
seguidores. Pero Bacon, como Newton, era mucho
más que un filósofo de la naturaleza y, muy
probablemente, su figura represente, ciertamente, en
su primera lectura, a la ciencia experimental y a
cierta corriente iniciática si profundizamos en su
persona, que para mí es el primer Ilustrado Iniciado,
aunque en honor de la verdad, no necesariamente en
masonería.

Francis Bacon (1561-1626)


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Fue filósofo, político, abogado y escritor inglés.
Aunque desde un punto de vista filosófico-científico
su obra más relevante sea sin lugar a dudas Novum
Organum, donde sostenía que el científico debía
desprenderse de todo prejuicio, siendo el
escepticismo y la observación de la experiencia el
mejor modo para hacer progresar el conocimiento del
hombre y del mundo, sentando entre sus páginas las
bases del método científico experimental que lo
convertiría en Padre del empirismo moderno, no creo
yo que fuera solo eso lo que les viniera a la mente a
los miembros de la Royal Society al contemplar tan
extraña estampa a hombres de laboratorio, tubos de
ensayo, alambiques, balanzas de precisión, legajos
con fórmulas matemáticas, cuando delante suyo
estaban columnas, baldosas blanquinegras o
plomadas… sino aquella otra obra titulada La Nueva
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Atlántida , por cuanto en ella se hablaba de un lugar

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regido por un Colegio de sabios denominado «Casa
de Salomón» en cuyas dependencias se trabajaba en
distintas áreas de conocimiento como los
experimentos, la investigación de datos, el registro de
observaciones, la aplicación técnica de los
resultados, y la extracción de nuevas hipótesis para
seguir avanzando en los estudios.
Pues bien, son varios los elementos de esta
institución imaginaria que llaman poderosamente la
atención de cualquier Iniciado en masonería,
empezando por el nombre asignado «Casa de
Salomón» porque, si es verdad que aquel rey fue
sabio, un hombre de ciencia y conocimiento que
quisiera romper con la tradición de la filosofía
escolástica, mal haría en entregarse a los brazos de la
teología judeocristiana, de no ser, que en su figura
leyera la interpretación recuperada por Beda el
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Venerable en su proverbial De Salomonis Templo
que por algún soterrado conducto le hubiere llegado.
Conjetura esta demasiado especulativa de haberse
quedado solo en un nombre decorativo la cuestión.
Pero sucede que los paralelismos con la Hermandad
continúan. Por ejemplo, que los residentes en dicha
Casa de Salomón, para acceder a su institución, no
les bastaba con ser sabios, debían primero pasar por
varias pruebas como responder a un interrogatorio y
hacer juramento de no revelar los secretos que les
fueran revelados, ni la existencia de dicha Institución
a quienes no fueran iniciados. Si a esto le añadimos
que los residentes en la Casa de Salomón debían
llamarse Hermanos, que contaban con el símbolo de
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la inmortalidad por medio de una palmera y la

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importancia que le dan a la Luz, parece obvio que
Bacon conocía ciertos contenidos propios de la
masonería.
1) Nos condujo a través de tres bellas calles, y a
todo lo largo del camino que seguimos había
reunidas personas, a ambos lados de la calle,
colocadas en fila; pero se mantenían tan corteses
que parecía que no estaban allí para maravillarse
de nosotros sino para darnos la bienvenida; muchas
de ellas, a medida que pasábamos, extendían
ligeramente los brazos, cosa que hacen cuando dan
la bienvenida.
Como veremos a lo largo del relato, el número tres
es constante como corresponde al grado. La
disposición de las gentes en su recepción y el hecho
de que extiendan sus brazos a su paso resulta un gesto
familiar.
2) Cuando hubieron transcurrido los tres días, a la
mañana siguiente, se presentó un hombre, al que no
habíamos visto antes, vestido de azul como el
primero, excepto su turbante que era blanco con una
pequeña cruz roja en lo alto.
El color azul es constante en el relato como
corresponde. La cruz roja habla por si misma sin
necesidad de comentario alguno.
3) Los habitantes de esta isla de Bensalem (así la
llaman en su lengua) nos encontramos en la
situación siguiente: debido a nuestra soledad y a la

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ley del secreto que mantenemos para nuestros
viajeros, y a causa de la poco frecuente admisión
de extranjeros, conocemos bien el mundo habitado
y a nosotros no se nos conoce. Por esto, como lo
corriente es que interrogue el que sabe menos, me
parece más razonable que, para distraernos, que
ustedes me pregunten en lugar de preguntarles yo a
ustedes.
El término «extranjero» aquí reemplaza a
«profano». Los habitantes de la isla son iniciados y
guardan secreto de su existencia para así conocer el
mundo sin que el mundo les conozca. Todo ello nos
habla de una sociedad secreta gnóstica en el sentido
que les guía el saber y la ocultación. Con todo,
Bacon, en su relato introduce, de cuando en cuando,
llamativos toques de atención a la masonería como
ese apunte de que en el interrogatorio preceptivo para
ser iniciado, deberían ser los menos cualificados los
que pregunten y no al revés.
4) …un gran pilar de luz en el mar; tenía la forma
de una columna o cilindro y ascendía del mar hacia
el cielo; en lo alto se veía una gran cruz luminosa,
más brillante y resplandeciente que el fuste del
pilar. (…) uno de nuestros hombres más sabios, de
la Sociedad «La Casa de Salomón», casa o colegio,
mis queridos hermanos, que constituye el alma de
este reino; (…) hizo que, remando silenciosamente,
el bote se acercara al pilar. Pero cuando llegó
cerca de él, el pilar y la cruz luminosa se

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esfumaron, rompiéndose, por así decirlo, en un
firmamento de estrellas, que también se desvaneció
poco después; y nada más se vio a no ser un
pequeño cofre o caja de cedro, seco, y no húmedo
aunque flotaba en el agua. En su parte anterior, la
que estaba más cerca de él, crecía una pequeña
rama verde de palma; cuando el sabio tomó el cofre
en sus manos, con toda reverencia lo abrió y se
encontraron dentro un libro y una carta, escritos
ambos en fino pergamino y enrollados en trozos de
tela. El libro contenía todos los libros canónicos
del Viejo y del Nuevo Testamento.
Hemos aquí, el detalle más revelador de hallarnos
ante un auténtico Iniciado en Masonería: por si el
pilar, la luz y la cruz no fueran elementos juntos
suficientes, Bacon habla de un cofre de cedro en el
mar, lo cual recuerda mucho al modo en como Osiris
llegó a Biblos; y de ese cofre nace una palmera que al
igual que la acacia es símbolo de inmortalidad. Sin
lugar a dudas, aquí tenemos cruzados motivos
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conocidos de Osiris e Hiram.
5) Sabrán, queridos amigos, que entre todos los
excelentes actos de aquel rey uno de ellos tuvo la
preeminencia. Fue la fundación e institución de una
orden o sociedad, a la que llamamos Casa de
Salomón; fue la fundación más noble que jamás se
hizo sobre la Tierra, y el faro de este reino. Está
dedicada al estudio de las obras y de las criaturas

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de Dios. conservamos parte de sus obras, que
ustedes no poseen; a saber, la Historia Natural.
La institución a la que hace referencia la Casa de
Salomón sería la masonería que custodia un
conocimiento heredado cuanto perdido para la
humanidad.
6) Cuando el rey prohibió a su pueblo que
navegara fuera de sus aguas jurisdiccionales, hizo,
no obstante, esta salvedad: que cada doce años
salieran del reino dos barcos con objeto de realizar
varios viajes, y que en ellos fuera una comisión
compuesta de tres miembros o hermanos de la Casa
de Salomón para que pudieran dar a conocer el
estado de los asuntos de los países que visitaban;
especialmente las ciencias, artes, manufacturas e
invenciones de todo el mundo; además, traernos
libros, instrumentos y modelos de toda clase de
cosas; dispuso que los barcos volvieran después de
haber desembarcado a los hermanos. (…) Como
ustedes pueden observar mantenemos comercio, no
de oro, plata o joyas, ni tampoco de sedas, especias
o mercancías parecidas, sino de la primera
creación de Dios, que fue la luz: deseamos tener
luz, por así decirlo, de los descubrimientos
realizados en todos los lugares del mundo.
A parte de los temas relacionados con la
numerología, en este pasaje se desarrolla lo
comentado anteriormente sobre lo de conocer sin ser

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conocidos, pero también, lo importante que era para
esa sociedad realizar viajes de conocimiento, asunto
por lo demás común entre los iniciados. Por si esto
no fuera suficiente, se vuelve a incidir en el tema de
la luz, esta vez, asociada a la sabiduría.
7) Un día, dos de los nuestros fueron invitados a
una Fiesta de la Familia, según ellos la llaman; es
una costumbre muy sencilla, piadosa y sagrada, que
muestra que aquella nación se compone de todos
los bienes. Consiste en lo siguiente. A cualquier
hombre que alcance a ver vivos a treinta de sus
descendientes, mayores de tres años, se le concede
celebrar una fiesta a costa del Estado. El padre de
la familia, a quien llaman el Tirsán, dos días antes
de la fiesta lleva con él a tres amigos que guste
elegir, siendo acompañado también por el
Gobernador de la ciudad o lugar donde la fiesta se
celebre; se citan también para que concurran a
todas las personas de la familia de ambos sexos.
Dos días antes el Tirsán celebra consulta sobre el
buen estado de la familia. En ella se resuelven las
discordias o litigios que hayan podido surgir entre
los miembros. Si alguno de la familia se halla en
mala situación, se procura ayudarle o ponerle
remedio. Se censura y reprueba al que ha adoptado
una mala vida. Se dan normas respecto a los
matrimonios y al porvenir de los familiares, junto
con otros avisos y órdenes. Asiste al final el

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Gobernador para ejecutar, mediante su autoridad
pública, los decretos y órdenes del Tirsán, por si
fueran desobedecidos; aunque, como reverencian y
obedecen tanto las leyes de la naturaleza, raras
veces se necesita esta medida. El Tirsán elige uno
de sus hijos para que viva con él en la casa; se le
conoce desde entonces con el nombre de Hijo de la
Vid.
En este pasaje se habla de muchas cosas, especial
atención merece el número treinta y los tres años de
edad que es la adecuada para el caso. También es
destacable el uso del término «familia» para toda una
población, lo cual ciertamente resulta familiar, sobre
todo cuando tratan asuntos de familia como los que se
exponen, sobre pleitos, disputas o socorrer a uno de
sus miembros que se halle en dificultades… Pero
Bacon, desliza nuevamente alguna crítica a la
masonería al comentar la presencia de mujeres.
8) El día de la fiesta, el padre o Tirsán, después
del servicio divino, penetra en el gran cuarto donde
se celebra; esta habitación tiene una plataforma en
el extremo junto a la pared, en medio de la
plataforma, hay un sillón para él, con una alfombra
y una mesa delante. Encima del sillón se encuentra
un dosel redondo u ovalado hecho de hiedra, hiedra
algo más blanca que la nuestra, como las hojas de
los álamos blancos, pero más brillante; se conserva
verde durante todo el invierno. El dosel está

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curiosamente adornado con plata y seda de
diversos colores, colgadas y mezcladas en la
hiedra; es una obra realizada por alguna de las hijas
de la familia; se halla cubierta en la parte superior
por una bella red de seda y plata. No obstante, el
armazón está hecho de auténtica hiedra; una vez que
se desmonta, los amigos de la familia desean
conservar una ramita o una hoja.
La descripción del lugar con una plataforma en uno
de sus extremos, decoración vegetal y colores…
recuerda vagamente a una logia.
9) Aparece el Tirsán con toda su generación o
linaje, los varones precediéndole, y las hembras
siguiéndole; si vive la madre de la que descienden
todos, entonces, a la derecha del sillón, en un piso
superior, hay un apartamiento con una puerta
privada y una ventana de cristal tallado,
emplomada en oro y azul, donde se sienta, oculta a
todas las miradas. Cuando el Tirsán entra se sienta
en el sillón; todos sus descendientes se colocan
junto a la pared, tanto a su espalda como a los
lados de la plataforma, y permanecen de pie, por
orden de edades, sea cualquiera el sexo que tengan.
Una vez que se ha sentado, con la habitación llena
de personas pero sin desorden alguno, luego de una
pausa penetra por el otro extremo del aposento un
Taratán (que es tanto como decir un heraldo) con un

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muchacho a cada lado, uno de los cuales lleva un
rollo de pergamino amarillo brillante y el otro un
racimo con el tallo y las uvas de oro. El heraldo y
los niños visten mantos de satén verde agua; el del
heraldo tiene franjas doradas y lleva cola.
El modo en como se disponen en la habitación,
donde se sienta el principal, cómo esperan en dos
hileras junto a la pared de pie el resto y cómo entran
por el otro extremo nuevos miembros concretamente
un Heraldo que podría hacer de Hermes y Maestro de
Ceremonias… nos revela que Bacon, cuando menos,
asistió a alguna reunión masónica.
10) Una vez acabada la ceremonia se retira el
padre o Tirsán, y poco después, regresa para
comer, sentándose solo bajo el dosel, lo mismo que
antes; ninguno de sus descendientes se sienta con él,
sea cualquiera su dignidad o grado, excepto si es
miembro de la Casa de Salomén. Es servido por
sus propios hijos varones, que se arrodillan ante él,
en tanto que las mujeres se hallan de pie a su lado,
recostadas en la pared. A los lados del dosel hay
mesas para los invitados, a quienes se sirve con
gran gentileza; después de comer (en las fiestas más
importantes la comida nunca dura más de hora y
media) se canta un himno, que se diferencia de los
demás según la inventiva del que lo compuso (pues
tienen excelentes poetas); el tema del himno es
siempre un elogio de Adán, Noé y Abraham; se

26
debe esto a que los dos primeros poblaron al
mundo y el tercero fue el padre de la fidelidad
misma; al final, siempre se dan gracias por la
natividad de nuestro Salvador, con cuyo nacimiento
se santificaron los nacimientos de todos los
hombres.
Terminada la fiesta que representa una tenida,
acontece el banquete ritual donde se cantan himnos.
Resulta evidente que Bacon conocía el
funcionamiento interno del asunto.
11) Luego, después de diversas reuniones y
consultas de todos los miembros para considerar
las investigaciones y síntesis realizadas en primer
lugar, contamos con tres de ellos que se preocupan
de supervisar y dirigir los nuevos experimentos,
desde un punto de vista más elevado, y penetrando
más, en la naturaleza que los anteriores. A éstos
los, llamamos Lámparas. Otros tres ejecutan los
experimentos así dirigidos, y dan cuenta a aquéllos.
Los conocemos con el nombre de Inoculadores. Por
último, tenemos tres que sintetizan los
descubrimientos logrados mediante los
experimentos en observaciones, axiomas y
aforismos de más, amplitud. Los llamamos
Intérpretes de la Naturaleza. Como puede
comprender, contamos también con principiantes y
aprendices, para que no se frustre la sucesión de

27
los primeros hombres empleados.
Si las tres lámparas fueran luces, más claro no
podría decirlo. La presencia de aprendices también
habla por si sola.
12) Tenemos ciertos himnos y servicios religiosos
de alabanza y agradecimiento a Dios por sus
maravillosas obras, que los decimos diariamente.
También oraciones para implorar su ayuda, y
bendición en nuestros trabajos, y para que les dé
aplicaciones buenas y santas.
Por último, realizamos determinados circuitos o
visitas a las principales ciudades del reino, en
lasque damos a conocer, según juzgamos
conveniente, las más nuevas y provechosas
invenciones.
Se vuelve a insistir en la importancia de los viajes
en esta ocasión internos, como las visitas a logias y
en la existencia de himnos pero ahora, con la función
esclarecedora de implorar ayuda divina para sus
trabajos, un poco más y lo dice todo.
Y llegados a este punto, espero que la sospecha que
se cierne sobre Bacon en cuanto Iniciado en
Masonería sea más compartida que al comienzo del
escudriño de su obra.
Junto a Bacon como columna de entrada que
sostendrá durante todo el XVII el Templo de la
masonería encontramos a Comenio.
12
Comenio (1592-1670)

28
Comenio está considerado con justicia padre de la
pedagogía moderna. En su faceta de filósofo de la
educación otorgaba a esta un papel primordial en el
desarrollo de las personas y por ende, en la
transformación de las sociedades en que habitan, en
consecuencia, abogó por la enseñanza universal
obligatoria para todos los hombres y mujeres, a
través de métodos que suprimieran los castigos
físicos, que estimularan el amor por el saber y el
autoaprendizaje, a fin de formar ciudadanos de mayor
provecho y más felices. En aras de afianzar estos
objetivos, apostó por la colaboración intelectual
científica anticipando entre otras muchas ideas la
República de la ciencia y la Federación de los
pueblos, conceptos que serán abrazados por la
modernidad ilustrada. Los grandes aportes realizados
a la pedagogía, sus viajes por diferentes países de
Europa (en muchos de ellos, invitado por reyes y
gobernadores), y la alta preparación y constancia en
su labor de educar, le valieron el título de «Maestro
de Naciones».
En el conjunto de su obra se aprecian claramente los
trazos que distinguirán a los Ilustrados Iniciados
posteriores como un gran sentido crítico del tiempo y
sociedad que le tocó vivir, preocupación por la
libertad, la tolerancia religiosa, amor por el saber y
la propagación del conocimiento. Comenio, escribió
más de 300 obras de las que se tiene referencias,
aunque la mayoría se han perdido o quemado en el
incendio de su casa. Entre los varios centenares de
publicaciones, se encontraban tratados de lingüística,
gramática, aprendizaje del latín… de las cuales

29
apenas haremos mención, centrando nuestra atención
en aquellos títulos que de un modo u otro ayudan a
comprender la mentalidad Ilustrada y ya veremos en
qué medida Iniciada, dándole cabida en estas
páginas.
Así, vemos como en El laberinto del mundo
denuncia de modo satírico, pero sin esconder su
crudeza, las injusticias sociales proponiendo con
ironía que los filósofos se refugien en sí mismos en lo
que denomina el paraíso del corazón.
[...] veo que la reformación les costaba mucho a
los pobrísimos. No del bolsillo, sino del cuero,
digo, que tenían que ofrecer. Y también seguramente
sobre éstos llegó a caer el puño, la vara
apuntadora, la verga, en la cara, en la cabeza, en la
espalda, bajo las asentaderas, hasta que destilaban
sangre y casi siempre estaban llenos de cardenales,
arañazos, contusiones, callosidades.
Son muchos los textos donde se preocupa por la
extensión del conocimiento y la razón, por ejemplo,
en La puerta de la sabiduría, todo un método de
trabajo para quienes persigan el verdadero saber.
No son menos las publicaciones donde revela su
interés en la reforma de la humanidad mediante un
lenguaje simbólico que recuerda mucho a las
metáforas masónicas; verbigracia, en El camino de
la luz, un tratado de política donde se muestra
confiado en que ilustrando a la humanidad entera se
elevarían los niveles de moralidad en el mundo, no
existirán guerras y reinaría la paz en todas las

30
naciones que habrá de ser preservada mediante la
creación de un consejo mundial de sabios, que
formarán una liga internacional. En La dilucidación
pansófica describe un itinerario que arranca de la
naturaleza, para llegar al hombre, a Dios y a la
sabiduría. En La felicidad de la nación describe la
personalidad de un gobernante sabio y señala los
caminos que debe seguir el mandatario para dar
bienestar a su pueblo. En Ángelus Pacis hace un
urgente llamamiento a la conciencia mundial de la
Paz, etc.
Todas sus ideas político-sociales fueron recogidas,
ordenadas y sistematizadas en obras como su Tratado
universal para la reforma de la humanidad, o en
Consulta general sobre la enmienda de los asuntos
humanos obra poliédrica de carácter reformador.
Comenio postulaba que el camino para corregir al
hombre y mejorar el mundo era la educación de todos
los hombres en todas las cosas. La obra estaba
dividida en ocho partes: 1º Panegersia, marcaba las
tareas a realizar; 2º Panaugia, desarrolló su idea de
que el medio para la corrección era la sabiduría, que
actuaría con beneplácito, como la luz. 3º Panraedia
contenía un esbozo sobre la educación desde la niñez
hasta la vejez. 4º Panglotia, intentó determinar una
lengua internacional común, luego le siguen Pansofia,
Pampedia, Panortosia, Panutesia y Lexicon reale
pansophicum, hasta completar una obra monumental.
En Panortosia explica sus ideas sobre el estado libre
y colectivo, donde los conflictos se solucionan con el
tribunal de paz, sin guerras ni violencia.
Con lo dicho hasta aquí queda evidenciada la

31
condición Ilustrada del autor. Ahora nos interesa
destacar otro título capital en su obra, cual es,
Didáctica Magna, de cara a justificar su presencia en
lo concerniente a la cuestión de la Iniciación.
En Didactica Magna Comenio se nos revela como
el pedagogo más revolucionario y en muchísimos
aspectos todavía por superar. La obra anticipa ideas
que solo muy poco a poco y más por necesidad que
por inteligencia alcanzaron su desarrollo. Este genio
de la enseñanza intentó sistematizar la educación para
una época en que la Institución docente no existía por
hallarse del todo segmentadas sus partes (escuelas
parroquiales por un lado, universidades por otro)
patrocinada por distintos poderes (Mecenas, Iglesia,
Estado) y disfrutada por muy pocos. Así dispuso
cuatro niveles de enseñanza que se corresponderían
con los nuestros de infantil, primaria, secundaria y
grados universitarios.
Muy adelantado a su tiempo, vio necesaria la
educación universal sin distinción de sexo, credo o
clase social.
10. Quede, pues, sentado que a todos los que
nacieron hombres les es precisa la enseñanza,
porque es necesario que sean hombres, no bestias
feroces, no brutos, no troncos inertes. De lo que se
deduce que tanto más sobresaldrá cada uno a los
demás cuanto más instruido esté sobre ellos. Cap
VI, 10
Y todavía más avanzado, si cabe, se mostraba como
firme partidario de permitir el acceso de la mujer a la
educación no solo primaria que también universitaria

32
y científica.
5. No existe ninguna razón por la que el sexo
femenino (y de esto diré algo en especial) deba ser
excluido en absoluto de los estudios científicos (ya
se den en lengua latina, ya en idioma patrio). Es
también imagen de Dios, partícipe de su gracia y
heredero de su gloria; está igualmente dotado de
entendimiento ágil y capaz de la ciencia (a veces
superiores a nuestro sexo) y lo mismo destinado a
elevadas misiones, puesto que muchas veces han
sido las mujeres elegidas por Dios para el gobierno
de los pueblos, para dar saludables consejos a los
Reyes y los Príncipes, para la ciencia de la
Medicina y otras cosas saludables para el humano
linaje, le encomendó la profecía y se sirvió de ellas
para increpar a los Sacerdotes y Obispos. ¿Por qué
hemos de admitirías a las primeras letras y hemos
de alejarlas después de los libros? ¿Tenemos miedo
a su ligereza? Cuanto más las llenemos de
ocupaciones tanto más las apartaremos de la
ligereza que suele tener por origen el vacío del
entendimiento. Cap IX, 5
Muy enérgico, se pronunció contra el empleo de
castigos físicos en la enseñanza.
4. La disciplina más rigurosa no debe emplearse
con motivo de los estudios o las letras, sino para
corrección de las costumbres. Porque si los

33
estudios se organizan rectamente (como antes
hemos preceptuado), serán por sí mismos
estímulos para los entendimientos, y atraerán y
arrebatarán todos con su dulzura (exceptuando los
monstruos humanos) Si acontece lo contrario, no es
por culpa de los que aprenden, sino de los que
enseñan. Cap XXVI
Su máxima «Todo para todos» debía entenderse en
ese sentido: todo lo que el alumno necesita para su
vida debe serle administrado conforme a su edad,
capacidad, circunstancia e intereses y eso se ha de
hacer con todos, pues todos están llamados a
conformar la sociedad del mañana y cuanto mejor
estén formados, mejor será la sociedad, de ahí su otra
celebérrima máxima «la escuela ha de ser el grato
preludio de nuestras vidas».
Desde su tarima de profesor, Comenio iniciaría una
revolución pedagógica destinada, no ya a modificar
la enseñanza, sino a la entera humanidad, porque el
propósito de la educación es formar al hombre para
la sociedad en que vive y es así que corrigiendo a los
individuos se alcanzaría educar a la humanidad. Sólo
por medio de la educación se puede hacer llegar el
saber a la gente y es el saber la puerta que da acceso
13
a la corrección del mundo en que vivimos.
Con lo expuesto, poco o nada justifica la presencia
de Comenio en estas páginas. Pero, si leemos su obra,
pronto advertiremos que al empleo farragoso de la
terminología teologizante de la época con la que los
sabios debían pronunciarse para sortear la censura y
gozar de la aprobación y mecenazgo de príncipes y

34
reyes, el autor añade expresiones, imágenes,
metáforas que parecen salidas de otras enseñanzas
como podemos observar a continuación que lejos de
ser casos aislados, adornan a cada párrafo toda su
literatura.
10. Triple hemos dicho que es la vida de cada uno
de nosotros, y triple es también la mansión de esta
misma vida: el útero materno, la Tierra y el Cielo.
Del primero se va a la segunda por el nacimiento;
de la segunda a la tercera por la muerte y la
resurrección; de la tercera no se sale jamás por
toda la eternidad. En el primero recibimos la vida
solamente con el movimiento inicial y el sentido; en
la segunda, la vida, el movimiento, el sentido con
las primicias del entendimiento; en la tercera, la
plenitud absoluta de todas las cosas. Cap I, 10
Observamos el uso numérico del tres en toda la
obra, que por sí solo nada dice. Pero que en el pasaje
de entrada vaya ligado al útero materno, a la tierra y
al cielo, hablando a continuación de vida, muerte y
resurrección, se me antoja que en el texto hay varios
niveles de lenguaje: uno profano que habla de
pedagogía y otro para iniciados en sus símbolos,
estratagema lúdico-intelectual a la que los masones
se entregan sea cual sea su faceta bien en
arquitectura, diseminando símbolos aquí y allá, bien
en la literatura.
8. Los ejemplos de quienes se instruyen por sí
mismos demuestran con toda evidencia que el

35
hombre puede llegar a investigarlo todo con el solo
auxilio de la Naturaleza. Hay, efectivamente,
quienes sirviéndose ellos mismos de maestros o,
como dice Bernardo, con las hayas y las encinas
por catedráticos (es decir, paseando y meditando en
las selvas) que han programado mucho más que
otros con una laboriosa ayuda de preceptores.
¿Acaso no es esto clara demostración de que en el
hombre se encierran todas las cosas? Es como una
lámpara con su candelero, aceite, pabilo y todo su
aparato: primero sabría hacer saltar la chispa y
encender la luz; después vería, en agradabilísimo
panorama, los admirables tesoros de la Divina
Sabiduría, tanto en sí como en el mundo exterior
(de qué modo se halla todo dispuesto para el
número, la medida y el peso). Ahora bien; no puede
procederse de modo distinto a como se procede
cuando no se enciende en el hombre su luz interna,
sino que está rodeado de las lámparas de las
opiniones ajenas, a semejanza del que está
encerrado en una cárcel obscura que se halla
rodeada de hogueras, que percibirá los rayos que
entren por las rendijas sin que pueda disfrutar la luz
total. En este sentido afirmó Séneca: Existen dentro
de nosotros los principios de todas las artes; Dios
nuestro Maestro calladamente revela los ingenios.
Cap V, 8

36
El autor alaba al autodidacta, es decir, la búsqueda
del conocimiento por uno mismo, apuntando al
sistema socrático de la mayéutica. Casualidad que
acto seguido engarza esta forma de aprender y
trabajar con la luz y emplea el término «lámpara» que
tan cara será a la Ilustración Iniciada.
17. ¡He aquí, pues, que realmente el hombre no es
sino armonía en sí mismo! Y así como un reloj o un
órgano musical, hecho por las hábiles manos de un
insigne artista, si llega a estar estropeado o
desafinado no decimos por eso que no pueda ser ya
jamás usado (puede ser reparado y compuesto), así
también el hombre, una vez corrompido por el
pecado, debemos pensar que con el auxilio de Dios
puede reformarse por medios ciertos. Cap V, 17
Armonía, música, reloj, arte… una terminología que
suena a Masonería dieciochesca y aún
contemporánea.
Sabiamente habló el que dijo que las escuelas
eran talleres de la Hermandad, laborando para que
los hombres se hagan verdaderamente hombres;
esto es (y recordemos las premisas antes
establecidas). Cap X, 1
Si sustituimos el término «taller» por «logia», no
tendría empacho en reconocer como masón al que así
se pronuncia.
7. De todo esto se deduce que ese orden que
pretendemos que sea la idea universal del arte de

37
aprender y enseñar todas las cosas, no debemos ni
podemos tomarle de otra parte que no sea de la
enseñanza de la Naturaleza. Organizado
cuidadosamente, tan suave y naturalmente se
desarrollará lo artificial como suave y naturalmente
fluye lo natural. Sabiamente dice Cicerón: Nunca
erraremos si llevamos a la Naturaleza por guía. Y
en otra parte: Con la Naturaleza por maestro no se
puede errar en modo alguno. Así lo esperamos
también nosotros, y observando los procedimientos
que sigue la Naturaleza en sus operaciones
intentaremos proceder de manera semejante.
La importancia atribuida en toda la obra a la
Naturaleza, no es menor a la que dicho concepto tiene
en la masonería.
A estos detalles que salpican por doquier la obra de
Comenio que habla del Hombre, del Trabajo bien
hecho, de la fraternal Humanidad, del
conocimiento… Krause, como recogen varios
masonólogos, apuntó también las semejanzas de las
Constituciones andersonianas con algunas de las
ideas señaladas por tan vanguardista autor,
apreciación de enorme envergadura por cuanto nos
permitirá indagar al respecto por lo que sigue.
Basados en este apunte, los masonólogos se
decantan por sugerir que la masonería especulativa,
dada la enorme repercusión que las obras e ideas de
Comenio tuvieron en su época en toda Europa, fue
influenciada por su pensamiento y planteamiento. Y
aunque seguramente fuera así, a tenor de las pruebas

38
aportadas como son los paralelismos habidos entre la
descripción y sentido que el primero hace del Templo
de Salomón en su obra Opera Didáctica omnia, y la
imagen que del Templo se ofrece en las
Constituciones, cabría ampliar la reflexión y
especular con que el autor se inspiró a su vez en el
modo en como se trabajaba en los talleres de artes y
oficios de su época. Muy probablemente trabó
contacto con las logias masónicas y su espiritualidad
cuando aquello vehiculaba el cristianismo y su
simbolismo judeocristiano.
Toda la obra, de principio a fin, está salpicada
como hemos visto de expresiones trinarias, alusiones
a los Maestros y Aprendices, a la perfección del
trabajo… pero donde mejor se aprecia que Comenio
se inspiró en el modo de enseñar y aprender de los
talleres gremiales es en su capítulo dedicado
enteramente al Método de las Artes.
14
MÉTODO DE LAS ARTES
1. Fácil y breve es la especulación teórica; pero
su aplicación es ardua y prolija, si bien de una
utilidad extraordinaria, dice Vives. Y siendo esto
así, debemos buscar con toda diligencia el motivo
de que la juventud se deje guiar con facilidad en
aquellas cosas que constituyen el arte.
2. El arte requiere previamente tres cosas: 1.
Modelo, que es la forma externa y determinada
mirando la cual intenta el artista producir otra
semejante. 2. Materia, que es aquello que ha de

39
recibir nueva forma. 3. Herramientas con las cuales
se lleva a efecto el trabajo.
3. La enseñanza del arte exige estas otras tres
condiciones: 1. Uso legítimo. 2. Sabia dirección. 3.
Ejercicio frecuente. Esto es, dónde y cómo se ha de
emplear cada requisito para que el discípulo
aprenda; y en tanto que se emplean, se le ha de
dirigir para que no cometa error en la operación y
corregirle si le cometiera. Y finalmente, que no
deje de errar y corregir su error hasta que llegue a
obrar con certeza y facilidad sin error alguno.
4. Acerca de esto hay que tener en cuenta once
reglas: seis respecto del uso, tres en cuanto a la
dirección y dos referentes al ejercicio.
5. Lo que ha de hacerse, debe aprenderse
haciéndolo. Los artesanos no entretienen con
teorías a los que aprenden sus artes, sino que los
dedican al trabajo para que fabricando aprendan a
fabricar; esculpiendo, a esculpir; pintando, a pintar,
y saltando, a saltar, etc., etc. Luego también en las
escuelas deben aprender a escribir, escribiendo; a
hablar, hablando; a cantar, cantando; a razonar,
razonando, etc. De este modo las escuelas no serán
sino talleres destinados a los trabajos. Así todos
experimentarán en la práctica la verdad de aquel
proverbio: Construyendo construimos.
6. Siempre ha de haber una forma y norma

40
determinadas para lo que debe hacerse. El
discípulo procurará imitarla, examinándola y como
siguiendo sus mismas huellas. Cierto es que nadie
puede por sí mismo, desconocedor del asunto, idear
qué y cómo debe hacer; es preciso que se le
determine y enseñe. Sería una verdadera crueldad
obligar a alguno a hacer lo que tú deseas sin que
sepa qué es lo que quieres. (…) Hay que procurar
seriamente que en la escuela haya modelos de lo
que tenga que hacerse e imágenes verdaderas,
ciertas, sencillas y fáciles de entender e imitar, ya
sean bosquejos o dibujos de las cosas o
advertencias y preliminares de los trabajos.
Entonces ya no será absurdo exigir a aquel a quien
se ha dado la luz que vea; que ande el que ya tiene
sus pies libres; que trabaje el que tiene las
herramientas en la mano.
7. Debe enseñarse el empleo de las herramientas
con ellas mismas, no con palabras; esto es, con
ejemplos mejor que con preceptos. Ya en otro
tiempo enseñó Quintiliano que es camino largo y
difícil el de los preceptos; breve y eficaz el de los
ejemplos. Pero, ¡ay! ¡Qué poco se han acordado de
esto las escuelas actuales! En efecto; han abrumado
de tal manera a los alumnos de Gramática con
preceptos, reglas, excepciones de las reglas y
limitaciones de las excepciones, que muchas veces

41
no saben los pobres qué han de hacer y se quedan
embobados antes de comprenderlo. Por el
contrario, vemos a los artesanos que no proceden
de esta manera, llenando de reglas a sus
aprendices, sino que los llevan al taller y les hacen
presenciar sus trabajos, y después, haciendo que
los imiten (el hombre es un animal imitador) les
ponen las herramientas en las manos y les enseñan
cómo hay que cogerlas y emplearlas; si cometen
errores, los amonestan y corrigen, siempre con el
ejemplo más que con las palabras, y la práctica nos
atestigua que con gran facilidad consiguen una buena
imitación. (…)
8. Los ejercicios deben comenzar por los
rudimentos, no por los trabajos serios. El
carpintero no enseña a su aprendiz desde el primer
momento a construir torres y fortalezas, sino a
manejar la azuela, desbastar los leños, labrar las
vigas, taladrar los pares, clavar los clavos, hacer
los enlaces, etc. Tampoco el pintor presenta a sus
aprendices rostros humanos para que los copien,
sino que empieza por enseñarlos a mezclar los
colores, preparar los pinceles, trazar las líneas y
entonces ensayar los más sencillos dibujos, etc. Y
el que instruye a un niño en el arte de la lectura no
se muestra todo el contenido del libro, sino primero
los elementos singulares, que son las letras;

42
después el conjunto de éstas reunido en sílabas;
luego las palabras, y, por último, las oraciones, etc.
Así, pues, a los discípulos de Gramática hay
primero que enseñarles las palabras en sí solas;
después, construirlas con otras; luego, frases de un
miembro, de dos y de tres, y, por último, se llegará
a la construcción del período y de ahí a la cláusula
completa. Igualmente en la Dialéctica: primero
aprenderán las cosas y a distinguir sus conceptos
por los géneros y diferencias; luego a coordinarlas
entre sí, según su mutua relación (que en algún
sentido guardan todas unas con otras); después a
definir y clasificar, y entonces a investigar el qué,
de dónde y por qué se afirma de cada cosa y su
idea, y si es puro modo necesario o contingente.
Cuando se hubiera ya ejercitado de manera
suficiente en todo esto será ocasión de pasar al
modo de raciocinar. De qué modo de unas premisas
dadas o concedidas se deduce lo demás; y, por
último, al discurso o tratado integro de los temas.
(…)
13. Los errores deben ser corregidos por el
Maestro mismo; pero haciendo notar de paso
múltiples observaciones, que llamamos reglas y
excepciones de estas reglas. Hasta aquí hemos
venido afirmando que las artes deben ser enseñadas
más con ejemplos que con palabras, y ahora

43
añadimos: que han de acompañarse preceptos y
reglas que dirijan la operación y eviten el error,
para explicar con claridad lo que en el modelo se
halla contenido, dónde debe empezar la operación,
a qué fin se encamina y cómo se desarrolla, y cómo
conviene proceder en cada cosa. Todo esto dará
por resultado el conocimiento sólido del arte y la
confianza y seguridad en la imitación. Pero
conviene sobre manera que tales preceptos sean
muy breves y muy claros para que no haya
necesidad de detenerse en ellos, y una vez
aprendidos nos presten continua utilidad, aun ya
remotos; así al niño que empieza a andar le son
utilísimos los andadores y después no le sirven
para nada.
14. La enseñanza completa de un arte abarca la
síntesis y el análisis.
(…)
15. Sin embargo, también es indispensable utilizar
el análisis escrupuloso de las obras e inventos
ajenos. Sólo Podrá conocer suficientemente un
camino el que lo ha recorrido muchas veces de una
parte a otra y sabe con certeza los ramales,
encrucijadas y sendas que aquí y allí tiene; además
son diversas, y en cierto modo infinitas, las
maneras de la cosas para que puedan encerrarse
todas en preceptos o retenerse en una sola

44
inteligencia. Son muchas las cosas que se nos
ofrecen y no podemos hacerlas nuestras si no las
distinguimos, conocemos y despiertan en nosotros
el hábito de producir otras semejantes mediante la
imitación y emulación.
16. Así, pues, lo que nosotros queremos es que en
todo arte se construyan modelos o ejemplares
completos y perfectos de cuanto puede, suele y
debe referirse a aquel arte; fijando a su lado las
observaciones y reglas que declaren porqué de lo
hecho y de lo que hay que hacer, dirijan los
ensayos, eviten los errores y den remedio para los
cometidos. (…)
17. Estos ejercicios deben continuarse hasta
adquirir hábito del arte.
Pues, solo el uso es quien hace artífices.

Las tres grandes luces: Moray,


Asmhole y Wren
Sustentados por las columnas de Bacon y Comenio,
como hemos apuntado más arriba, en una de las
épocas más convulsas de Gran Bretaña con luchas
civiles, revoluciones, regicidios, tiranías, intrigas
políticas, restauraciones y furibundas rivalidades
religiosas, ciertos espíritus movidos por el afán de
conocimiento se las apañaron para organizar la Royal
Society y mantener reuniones donde al margen de los

45
avatares sociales, las diferencias político-religiosas
no fuera un obstáculo para tratar en libertad, igualdad
y fraternidad sus asuntos, siendo la masonería el
mayor exponente de esta fórmula que entre tanta
violencia fue capaz de preservar la armonía y la
concordia para sus miembros, entre los que ya se
contaban masones especulativos en pleno siglo XVII;
siendo a este menester sus tres Grandes Luces, Robert
Moray, Ellias Ashmole y Christopher Wren de los
que pasamos a ocuparnos a continuación.
15
Robert Moray (1608-1673)
Filósofo de la naturaleza, estadista y diplomático
16
escocés , fue uno de los personajes más destacados
de su tiempo, asunto nada baladí en lo concerniente a
la Ilustración Iniciada, por cuanto su persona
representa el primer miembro no operativo iniciado
en masonería de la que se tiene prueba documentada
en suelo inglés.
En Newcastle, el día 20 de mayo de 1641. En
dicho día cierto número de Maestros y otros según
lo convenido, admitieron al Muy Honorable Mr.
Robert Moray, del Cuartel General del Ejercito de
Escocia y aprobado por el Maestro de los
masonesde la logia de Edenroth, quien puso en sus
manos algunas marcas. Y firman: A. Hamilton, R.
Moray, Johne Mylln, James Hamilton.
Se da la circunstancia de que, R. Moray, años
después sería destacado miembro fundador de la

46
Royal Society, pertenencia de la que más se sentía
orgulloso, pese a haber sido en su trayectoria política
colmado de honores y puestos de enorme relevancia
institucional como por ejemplo, general, diputado,
secretario real, lord… pues para él, sus estudios
musicales, sus investigaciones médicas, sus recetas
químicas, sus ensayos del laboratorio, sus diversos
escritos científicos y sus amistades filosóficas, eran
infinitamente más importantes que lo que
despectivamente daba en llamar «asuntos de la
política», inclinación esta que lo avala plenamente
como Ilustrado Iniciado, sosteniendo fluido trato y
amistad con otros Ilustrados Iniciados de igual
relevancia social y para la Fraternidad como Ellias
Ashmole o Christopher Wren.
17
Ellias Ashmole (1617-1692)
Político, abogado, militar, anticuario, poeta,
18
astrólogo y alquimista. Su prestigio intelectual y
social era tal, que fue de los primeros en ser invitado
a formar parte de la Royal Society el 2 de enero del
1661, apenas mes y medio después de haber sido
constituida. A su muerte, legó a la Universidad de
Oxford tal cúmulo de antigüedades, artilugios de toda
especie, así como manuscritos antiguos de ciencia,
matemáticas, historia, mitología, magia… que con
ello, se fundó el primer Museo de Gran Bretaña, el
Ashmolean Museum.
Su vida convulsa y polifacética, como apreciaremos
a lo largo de este trabajo, será una seña de identidad
a sumar a cuantos personajes reconocidos como

47
Ilustrados Iniciados, desfilen en adelante, en su caso
por haber contribuido de modo inequívoco con sus
amplios conocimientos en arte, simbología,
egiptología y sabiduría hermética a modernizar los
primeros rituales de la masonería moderna,
Institución en la que ingresaría en 1646 al objeto de
inculcar en sus miembros la perfección a través del
conocimiento, el progreso y la fraternidad universal
siguiendo las leyes de la naturaleza.
De su relación con la masonería apenas contamos
con dos apuntes suyos en su diario conocido como
Colección de acontecimientos y casualidades de mi
vida, donde podemos leer:
Octubre de 1646. A las cuatro y media de la tarde
fui hecho francmasón en Warrington, en Lancashire,
con el coronel Henry Mainwaring, de Karincham,
en Cheshire. Los nombres de quienes estuvieron de
la logia son: Mr. Richard Penkett Warden, Mr.
James Collier, Mr. Richard Sanchey, Henry Littler,
John Ellam, Richard Ellam, Hugh Brewer.
10 marzo 1682. Alrededor de las 17:00 h. he
recibido una convocatoria para ir a una logia que se
va a reunir mañana, en la Casa del Gremio de los
Albañiles de Londres.
11. En consecuencia, he acudido. Fueron
admitidos en la Fraternidad de los Franc-Masones:
Sir William Wilson, Capt. Rich. Borchwick, Mr
Will Woodman, Mr Wm Grey y Mr William Wise.
Yo era el más antiguo entre ellos (hacía

48
aproximadamente treinta y cinco años que había
sido recibido). Estaban además igualmente
presentes: Mr Thos Wise, Mr (=Maestro) de la
Compañía del Gremio de los Albañiles este año,
Mr Thomas Shorthose, Mr Thomas Shadbolt,
Wainsford, gentleman, Mr Rich Young, Mr John
Shorthose, Mr William Hamon, Mr John Thompson
y Mr Will. Stanton. Cenamos en la Taberna de la
Media-Luna donde había sido preparada una cena
selecta a cargo de los Masones recién admitidos.
Sin embargo, estas dos entradas separadas entre sí
por nada menos que treinta y cinco años, han hecho
correr ríos de tinta entre los masonólogos que han
extraído petróleo de tan exiguo testimonio, labor que
merece ser explorada por cuantos deseen engarzar la
masonería postandersoniana con la Gran Tradición de
19
la que es heredera.
Mayor fortuna tenemos con su producción
hermética, donde debemos destacar Theatrum
Chemicum Britannicum (1652) y Camino a la
Felicidad (1658) que evidencian la pluralidad de
apetitos y de fuentes que satisfacían y colmaban los
Iniciados del XVII, que lejos de conformarse con
explorar una vía exclusiva de Iniciación, no dudaban
en apuntarse a cualquier movimiento, corriente o
tradición que prometiera cubrir sus inquietudes
intelectuales, éticas y espirituales. Así, contamos con
un poema donde nos revela haber asistido a una
iniciación Hermética a manos de su padre espiritual,
el reconocido Rosacruz Backhouse, ceremonia que

49
tuvo lugar el 13 de mayo de 1653, siendo él ya
masón:
A partir de este instante bendito comenzó para mí
Un año de dicha... y juraría
Que no he percibido jamás hasta ahora la
existencia.
Mira cuánto el poder dado por tu adopción puede
Transmutar una naturaleza imperfecta en hombre.
Siento brotar en mi corazón esta noble sangre
Que me da derecho a una infinita parte
De las... riquezas de Hermes...
Ya que mi grosero Mercurio se ha transmutado en
oro.
(…)
En la buena dirección que guiará
La mano de mi padre y su bendición sobre mi
cabeza
Y la dejará reposar.
Que me sea concedido que las hojas del árbol de
Hermes
Cubran la desnudez de la ceniza;
Que su legado de un par de ojos te sea de
economía,
Oh tú miope topo,
Y que (aunque joven hijo) me haga su heredero.
20
Christopher Wren (1632-1723)
50
Científico, astrónomo, arquitecto de prestigio,
miembro fundador de la Royal Society y su director
entre 1680 y 1682 a quien se encomendaría la
reconstrucción de Londres en la segunda mitad del
XVII.
Tras el gran incendio de Londres en 1666, la ciudad
tuvo que ser reconstruida, esta vez en piedra, para
evitar otro desastre, labor a la que se dedicó toda una
generación, convirtiendo la capital inglesa en un
inmenso taller de canteros, albañiles y arquitectos
bajo la bóveda celeste. En esta circunstancia, Wren,
fue nombrado supervisor general de las obras del rey
por Carlos II para llevar a cabo la reconstrucción de
la ciudad, plan que suponía la edificación de medio
centenar de iglesias, varios edificios civiles, siendo
su proyecto insignia, la nueva Catedral de San Pablo,
cuyas obras duraron 35 años hasta ser concluida en
1710.
En medio de tan frenética empresa constructora,
Wren fue iniciado masón, concretamente el 18 de
mayo de 1691, cosa que sabemos gracias al registro
realizado en el diario de un afamado anticuario
llamado John Aubrey.
Ese día… una gran convención en la iglesia de St.
Paul de la Fraternidad de Masones Aceptados,
donde Sr. Christopher Wren fue adoptado como un
hermano…
De este hecho se hizo eco un registro la Royal
Society a la que no puso objeción alguna el
mencionado, quien a la postre, pasaría por ser el
último Gran Maestre de la vieja masonería operativa

51
de Inglaterra, abandonando su cargo en 1702.
Pero transcurrirán dos décadas hasta su
fallecimiento en 1723, periodo oscuro en el que los
masonólogos no aciertan a explicar cómo se pasó de
la masonería operativa aparentemente concluida con
Wren a la especulativa inaugurada en 1717. Y, sin
embargo, existen infinidad de indicios que muestran
que la transición entre ambas fue mucho más fluida y
conectada de lo que se nos quiere hacer ver, por
ejemplo, un detalle muy significativo es el nombre de
la taberna situada enfrente de las obras de la catedral
de San Pablo, a saber, cervecería El Ganso y la
Parrilla.

52
PARTE SEGUNDA
LA ILUSTRACIÓN INICIADA EN
EL SIGLO XVIII

Con esta incertidumbre de fondo que no nos toca


21
explicar aquí , entramos en el siglo XVIII donde,
empero, salvo contadas excepciones, apenas
tenemos problemas para identificar a los
personajes como Ilustrados Iniciados, aunque sea
menester entonces, distinguir bien entre los
22
iniciados, quién era y quién no era Ilustrado.
23
Joseph de Maistre (1753-1821)
Permítaseme entonces retomar esta disertación
paradójicamente con un filósofo y político francés,
24
Joseph de Maistre (1753-1821) quien representa la
tendencia reaccionaria a la Ilustración por con su
contraejemplo apreciaremos mejor cuánto de
ilustrados tienen los Hermanos citados en este
25
trabajo , siendo como era, él también masón de
26
amplia cultura y relevancia en la Fraternidad, no sin
antes, hacerle algo de justicia recordando aquí su
27
obra La Francmasonería . Se trata de un testimonio
de alto valor para conocer ciertos cambios y
transformaciones acaecidos en la masonería de su
época, dada la peculiar circunstancia en que la
historia tuvo a bien convertirle en una aporía

53
insalvable para cuantos entienden incompatible la
pertenencia a la Iglesia Católica con la Iniciación
masónica, por cuanto no se puede dudar de su
fidelidad a Roma ni de su elevado rango e
implicación en la Hermandad, de modo que incomoda
tanto a quienes se empeñan en condenar la masonería
desde los púlpitos, cuanto a los masonólogos
dedicados a emborronar el pasado inmediato
28
cristiano de Nuestra Historia.
Para comprender el valor de este testimonio, es
preciso tener presente la circunstancia de
incertidumbre, efervescencia, confusión y
enfrentamiento que atravesaba la masonería cuando la
obra fue escrita, estando la Hermandad ya dividida en
varias ramas de carácter esotérico, ocultista, mística,
política, etc., que se decían herederas de la alquimia,
el rosacrucismo, la orden templaría, de los canteros
constructores de Catedrales, del Colegio Invisible…
sin que ninguna pudiera imponer su relato con la
suficiente verosimilitud como para ser comúnmente
aceptada. En esta dirección no faltaron tampoco
personajes ocupados en elaborar sus distintas
perspectivas, como Saint Germain, Cagliostro, Saint-
Martin, Martinez de Pasqually, Willermoz, Weishaupt,
etc.
En La Francmasonería, de Maistre comenta de
modo crítico su parecer sobre los distintos orígenes
de la Hermandad ya barajados en su época como los
Templarios, los Misterios griegos, Egipto… al
tiempo que en su discurso son citados autores como
Platón o Plutarco; denuncia lo que a su juicio son
tergiversaciones; pone de manifiesto su preocupación

54
por la división interna de la masonería; y, sobre todo,
se hace preguntas fundamentales entonces y todavía
hoy:
Si nuestras ceremonias son verdaderamente el
emblema de la Orden de los Templarios, no nos
resta más que el sentimiento de haber sido
Masones; pues habremos, en este caso, empleado
nuestro tiempo y nuestras facultades, de forma poco
filosófica.
Joseph de Maistre defenderá en La
Francmasonería, la memoria dirigida al duque de
Brunswick, que la verdadera fuente de la iniciación
masónica hemos de buscarla en el cristianismo
primitivo, porque, ese cristianismo, no ha entregado
todos sus secretos, y las Escrituras tienen un sentido
oculto que corresponde a los iniciados volver a
encontrar a fuerza de estudio. Admite pues
completamente los dogmas revelados, pero no se
considera impedido de buscar el modo de
profundizarlos, a la luz de las tradiciones esotéricas.
Todo es misterio en ambos Testamentos, y los
elegidos de una y otra ley no eran sino verdaderos
iniciados.
Sin embargo, Joseph de Maistre, reaccionó contra
lo que denominaría «Teofobia» de sus
contemporáneos, situando a Dios en el centro de su
pensamiento. Así, sostuvo que los milagros eran el
modo en cómo la divinidad intervenía en los avatares
humanos, ante los cuales, la razón humana dada su
limitación, debía intentar comprender ayudándose de

55
la oración. Así, cuanto de malo había en la historia
era a causa del pecado original del hombre,
imperfecto desde la caída de Adán y Eva, ideas todas
contenidas en su obra Plan para un nuevo equilibrio
de Europa. De esta guisa, estructuró su filosofía
política desde el pesimismo antropológico, negando
al hombre la posibilidad de superar el estado de
Injusticia que reina entre los pueblos y en la
sociedad, por cuanto el propio Jesús sufriera
persecución, pasión y muerte en la cruz. Desde esta
perspectiva, se comprende mejor que declarase
satánica a la Revolución Francesa en sus
Consideraciones sobre Francia, confesando su
animadversión a cualquier idea ilustrada como la
democracia, mientras se mostraba firme partidario de
la monarquía hereditaria o la infalibilidad del Papa,
cuadro ideológico más propio del Antiguo Régimen
29
que del conservadurismo.
1º Ninguna Constitución es el resultado de una
deliberación; los derechos de los pueblos no están
nunca escritos, (...) los derechos escritos son solo
títulos declaratorios de derechos anteriores, de los
que solo pude decirse que existen porque existen
(...).
3º Los derechos del pueblo parten de las
concesiones de los soberanos, pero los derechos de
los soberanos y de la aristocracia no tienen fecha ni
autor.
7º Ninguna nación puede darse la libertad si no la

56
tiene (...).
10º La libertad ha sido siempre un don de reyes
(...).
Frente a este modo de pensar teocéntrico; frente a
este modo pesimista y hasta misántropo de entender
al Hombre; frente a tan absurda defensa de la
irracionalidad para legislar las instituciones y la
sociedad… es que nacería la Ilustración, movimiento
filosófico al que se adscribirían buen número de
Hermanos que en general comparten, además de los
ideales de libertad, igualdad, fraternidad,
racionalismo, deísmo, liberalismo, criticismo… otras
curiosas coincidencias como ser polifacéticos, estar
influenciados por el pensamiento inglés del XVII,
30 31
concretamente por Locke y Newton que
reemplazaron como columnas del templo del
conocimiento a Bacon y Comenio, ser muy críticos
con sus rivales ideológicos; muy satíricos, irónicos y
sarcásticos en su literatura; tremendamente inquietos
en el campo intelectual y aún en el geográfico
mostrándose dispuestos a viajar; muy amigos de
participar, fundar y pertenecer a sociedades de toda
especie; haber sufrido a causa de sus planteamientos
persecución, juicios, cárcel, destierro y exilio, hasta
el extremo de que si faltan estos rasgos comunes,
32
como que no parecerían Ilustrados.

FILÓSOFOS
Por suerte para la masonería, grandes nombres de la
filosofía se decantaron por el espíritu Ilustrado y
abrazaron con entusiasmo la Hermandad.

57
33
Montesquieu (1689-1755)
Inequívocamente, continuamos entonces nuestro
recorrido de la Ilustración Iniciada con
34 35 36
Montesquieu (1689-1755) , filósofo, científico y
escritor francés responsable de trasladar al derecho y
la historia el método científico, dando inicio así a la
sociología. Su presentación como intelectual fueron
las Cartas persas, una obra que entremezcla el
recurso epistolar con el estilo propio de un relato de
viajes tan en boga cuando entonces, permitiéndole a
su autor presentar en diferido una crítica acérrima de
la sociedad de su tiempo, empezando por denunciar
al Régimen Absolutista contraponiéndolo con el
modelo Inglés como se aprecia en la carta CIV.
No todos los pueblos de Europa están igualmente
avasallados por sus príncipes; la impaciente
condición de los ingleses no deja lugar a sus
reyes para que aumenten su poder. Las virtudes que
menos aprecian estos isleños son la obediencia y el
rendimiento, y en la materia dicen cosas muy
extrañas. Según ellos, un solo vínculo puede
estrechar a los hombres, que es el de la gratitud:
un marido, una mujer, un padre y un hijo están
conexos entre sí solo por el cariño que se tienen
o las ventajas que se proporcionan: y estos
varios motivos de gratitud son origen de todos los
reinos y todas las sociedades.
Pero, si un príncipe lejos de hacer que vivan

58
felices sus vasallos, los quiere abrumar y destruir,
cesa el fundamento de su obediencia; nada los
obliga ni los estrecha con él y tornan a su natural
libertad. Sustentan que ninguna potestad ilimitada
puede ser legítima, porque nunca pudo tener
legítimo origen. No podemos, dicen, dar a otro
más potestad sobre nosotros que la que a
nosotros mismos compete: ahora bien, no
tenemos sobre nosotros mismos un poder
ilimitado; por ejemplo, no nos podemos quitar la
vida: luego nadie en la tierra, concluyen, tiene
semejante facultad.
Igualmente, arremete contra la intolerancia religiosa
y la falta de racionalidad de sus conciudadanos
dispuestos a guerrear por capricho de uno solo y a
37
profesar una fe absurda, plagada de mitos, que
embotan la mente entorpeciendo con ello el avance
intelectual como hace el Creacionismo contra el que
dedica la carta CXIII.
Filósofos hay que distinguen dos creaciones, la de
las cosas y la del hombre, no pudiendo comprender
que no tengan las cosas creadas arriba de seis mil
años, que haya Dios diferido sus obras toda la
eternidad y no haya usado hasta ayer de su poder
creador. ¿Es porque no podía o porque no quería?
Y si no podía en un tiempo, ¿cómo ha podido en
otro? Luego ha sido porque no quiso; pero como en
Dios no hay sucesión, si suponemos que una vez ha

59
querido una cosa, la ha querido en todos tiempos, y
desde el principio: de suerte que no se pueden
contar los años del mundo, ni es más comparable
con ellos el número de los granos de arena del mar
que un solo punto.
Esta irracionalidad no es monopolio del vulgo y las
clases analfabetas, también de cuantos se tienen por
sabios eruditos en sus cátedras y facultades, asunto
este que igualmente fue objeto de su mofa como se
observa en la Carta CXXXIV.
Al día siguiente volví a la misma biblioteca y me
encontré con un hombre muy diferente del que había
visto la vez primera. Tenía cara de sujeto de
entendimiento, trazas de hombre natural y modales
muy afables. Así que le dije lo que deseaba saber,
me prometió satisfacer mi curiosidad y como
extranjero instruirme también.
Junto a los intérpretes tiene usted los libros
ascéticos o de devoción, luego los de moral, mucho
más útiles; los de teología, ininteligibles por dos
razones, por las materias que tratan y por el modo
en que las tratan; las obras de los místicos o los
devotos tiernos de corazón. «Ah, padre —le dije—,
vayamos más despacio, dígame usted algo de estos
místicos.» «Caballero —me dijo—, la devoción
inflama un pecho inclinado a la ternura y dirige al
cerebro espíritus animales que también le inflaman;
y de aquí proceden los éxtasis y los arrobamientos.

60
Este estado es delirio de la devoción, que muchas
veces se perfecciona o más bien degenera en el
quietismo: ya sabe usted que no es otra cosa un
quietista que un hombre loco, devoto y libertino.»
Ahí tiene usted a los casuistas que sacan a la luz
del día los secretos de la noche, que se fraguan en
su imaginación cuantos monstruos puede producir
el demonio del amor, los reúnen y los comparan,
haciéndolos eterno objeto de sus meditaciones:
felices si no entra también a la parte su propio
corazón, haciéndose cómplice de tantos desórdenes
con tanta naturalidad descritos y tan sin rebozo
retratados ve usted, caballero, que pienso con
libertad y que le digo todo cuanto pienso.
Naturalmente soy ingenuo, y todavía más con un
extranjero que quiere saber las cosas y saberlas
como ellas son. Bien hubiera podido hablarle a
usted de todo esto con admiración, diciéndole sin
cesar: son obras divinas, libros respetables,
escritos maravillosos; y una de dos, o le engañaría
yo a usted, o me miraría usted a mí con desprecio.
Reprimenda intelectual a la que no escapa la idea
de Progreso que hoy entendemos como propia de la
38
época como se puede apreciar en la Carta CV.
En una de tus cartas me has hablado muy por
extenso de las letras, las ciencias y las artes que en
el Occidente se cultivan. Me vas a tener por un

61
bárbaro cuando te diga que no sé si las utilidades
que de ellas se sacan, resarcen a los hombres del
continuo abuso que de estos conocimientos hacen.
He oído decir que la invención sola de las
bombas había privado de libertad a todos los
pueblos de Europa. No pudiendo los príncipes
confiar la custodia de las plazas de los vecinos que
a la primera bomba que les disparasen se rendirían,
han tenido pretexto para mantener numerosos
cuerpos de tropa de línea, con los cuales han
oprimido luego a sus vasallos.
Visto lo visto, pese a sus esfuerzos por diluir el tono
severo en un estilo narrativo distendido, desde su
publicación, en la que no dejaba títere con cabeza,
estuvo en el punto de mira de la Iglesia, del Estado y
de los Filosofastros universitarios de la Sorbona,
siendo no pocas las veces que sus obras fueron
prohibidas y quemadas en plaza pública.
Entre su producción destacan las Consideraciones
sobre las causas de la grandeza y decadencia de los
romanos, que contiene su filosofía de la historia
rebajando el papel de los individuos y los hechos
concretos en favor de elementos ocultos y dando pie
con ello al posterior determinismo materialista. En su
historia, los nombres de reyes, y héroes, batallas y
juramentos, dejan paso a explicaciones racionales
que den cuenta de los hechos.
Si la grandeza del Imperio perdió a la República,
no contribuyó menos a ello la extensión que dieron

62
a la ciudad. Roma había sometido todo el universo,
con la ayuda de los pueblos de Italia, a los que
concedió en diferentes épocas diversos privilegios.
La mayor parte de estos pueblos no se cuidaron al
principio del derecho de ciudadanía entre los
romanos; y algunos prefirieron conservar sus
propios usos.
Pero cuando este derecho fue el de la soberanía
universal, cuando en el mundo no se era nada si no
se era ciudadano romano, y con este título se era
todo, los pueblos de Italia resolvieron perecer o ser
romanos; no pudiendo conseguirlo por la súplica ni
por la intriga, recurrieron a las armas. Se
sublevaron en toda la costa del mar Jónico, y los
otros aliados iban a seguirlos. Roma, obligada a
combatir contra los que eran, por así decirlo, las
manos con que encadenaba el universo, estaba
perdida; se veía reducida a sus murallas; decidió
conceder este derecho a los aliados que le habían
sido fieles; poco a poco se lo concedió a todos.
Desde entonces Roma no fue ya la ciudad en que
el pueblo no había tenido sino un solo espíritu, un
mismo amor por la libertad, un mismo odio por la
tiranía, donde aquella envidia del poder del Senado
y de las prerrogativas de los grandes, siempre
mezclada de respeto, no era sino amor a la
igualdad. Cuando los pueblos de Italia fueron todos

63
ciudadanos romanos, cada ciudad aportó su genio,
sus intereses particulares y su dependencia de algún
gran protector. La ciudad, desgarrada, no formó un
todo universal, y como el ser ciudadano solo era
una especie de ficción, ya no eran los mismos
magistrados, las mismas murallas, los mismos
dioses, los mismos templos, las mismas sepulturas;
ya no miraban a Roma los mismos ojos, ya no hubo
el mismo amor a la patria, y los sentimientos
romanos dejaron de existir.
Pero su obra cumbre es El espíritu de las leyes, en
cuyas páginas, además de aportarnos su idea de que
cuanto más sencilla es la Ley de un país, habla mejor
de la virtud de sus ciudadanos, arremete finamente
contra el gobierno despótico donde la arbitrariedad y
el capricho de uno solo sustituyen la voluntad del
39
pueblo.
Hay tres clases de gobierno: el republicano, el
monárquico y el despótico. Para descubrir su
naturaleza nos basta con la idea que tienen de estos
tres gobiernos los hombres menos instruidos. Doy
por supuestas tres definiciones o, mejor, hechos: el
gobierno republicano es aquel en que el pueblo
entero, o parte del pueblo, tiene el poder soberano;
el monárquico es aquel en que gobierna uno solo,
con arreglo a leyes fijas y establecidas; y por el
contrario, en el gobierno despótico una sola
persona gobierna sin ley y sin norma, lleva todo

64
según su voluntad y su capricho. (Del espíritu de
las Leyes, Libro II)
En el mismo texto profundiza en las ideas de Locke,
muy especialmente en el equilibrio armónico de
poderes del Estado para evitar su confusión, ideas
ambas que están interconectadas, siendo el orden y la
sencillez de la legislación garantía de un sistema
40
justo. Su figura tuvo gran influencia en las colonias
americanas como gran defensor de la libertad y
felicidad humana, y así se lo reconocían varios
padres fundadores de los EEUU.
En cada Estado hay tres clases de poderes: el
legislativo, el ejecutivo de las cosas pertenecientes
al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que
pertenecen al civil.
Por el primero, el príncipe o el magistrado hace
las leyes para cierto tiempo o para siempre, y
corrige o deroga las que están hechas. Por el
segundo, hace la paz o la guerra, envía o recibe
embajadores, establece la seguridad y previene las
invasiones; y por el tercero, castiga los crímenes o
decide las contiendas de los particulares. Este
último se llamará poder judicial; y el otro,
simplemente, poder ejecutivo del Estado (...).
Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se
hallan reunidos en una misma persona o
corporación, entonces no hay libertad, porque es de
temer que el monarca o el senado hagan leyes

65
tiránicas para ejecutarlas del mismo modo.
Así sucede también cuando el poder judicial no
está separado del poder legislativo y del ejecutivo.
Estando unido al primero, el imperio sobre la vida
y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario, por
ser uno mismo el juez y el legislador y, estando
unido al segundo, sería tiránico, por cuanto gozaría
el juez de la fuerza misma que un agresor.
En el Estado en que un hombre solo, o una sola
corporación de próceres, o de nobles, o del pueblo
administrase los tres poderes, y tuviese la facultad
de hacer las leyes, de ejecutar las resoluciones
públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de
los particulares, todo se perdería enteramente.
41
Voltaire (1694-1778)
No le andaba a la zaga en estas lides Voltaire
42
(1694-1778) , filósofo, escritor e historiador francés
quien desplegaría su febril actividad entre sucesivos
encarcelamientos, persecuciones y exilios. Fue
precisamente en uno de sus destierros a Inglaterra
donde trabó contacto con la ciencia de Newton y con
el liberalismo de Locke, asumiendo su idea de que el
Pacto Social no suprime los derechos naturales del
individuo. Será sobre esta piedra angular que el autor
construirá su sistema ético-político.
De estas ideas liberales se haría valedor en Francia
por medio de su obra Cartas filosóficas, auténtico

66
retrato de una Francia atrasada causando gran
escándalo entre sus paisanos.
Pero hay otra diferencia más notable aún entre
Roma e Inglaterra, diferencia que honra a esta
última: el resultado de las guerras civiles en Roma
fue la esclavitud, y el de las luchas en Inglaterra, la
libertad. La nación inglesa es la única en el mundo
que, ofreciendo resistencia a sus reyes, consiguió
reglamentar el poder de los mismos y que mediante
esfuerzo tras esfuerzo pudo establecer ese sabio
gobierno en que el príncipe es todopoderoso para
realizar el bien, pero tiene atadas las manos para
hacer el mal; ese gobierno en que los señores son
grandes sin insolencias y sin tener vasallos, y en el
que el pueblo participa en el gobierno sin
confusión. (Carta Octava, Del Parlamento)
De este atraso de su patria con respecto a Inglaterra,
culpa abiertamente al cristianismo por su doctrina
dogmática, motivo que le depara una orden de
detención. Pero su ataque a la religión no es
patrimonio de la Iglesia Católica: también criticó
duramente al judaísmo y al islam como puede
apreciarse en su obra Mahoma o El fanatismo, texto
que también fue prohibido. Pese a todo, Voltaire,
antes que ateo, era deísta y lo que detestaba de la
religión era su irracionalidad. Así, aunque toda su
obra fue un alegato contra la intolerancia y el
fanatismo se vio obligado como Locke a escribir un
texto cuyo título precisamente rezaba Sobre la

67
43
tolerancia.
No se necesita mucho arte, ni una elocuencia muy
rebuscada para demostrar que los cristianos deben
tolerarse unos a otros. Voy más lejos: os digo que
hay que mirar a todos los hombres como hermanos
nuestros. ¡Cómo! ¿El turco hermano mío? ¿El chino
mi hermano? ¿El judío? ¿El siamés? Sí, sin duda;
¿no somos todos hijos del mismo Padre, criaturas
del mismo Dios? (Capítulo XII)
En su cuento Cándido o el optimismo,
inmediatamente condenado por sus irónicas críticas
contra clérigos, nobles, reyes y militares, se mofa del
optimismo leibniziano, regodeándose en su máxima
de vivir en el mejor de los mundos posibles, por
medio de un personaje al que de continuo le acaecen
infortunios, como ser expulsado de un castillo, ser
apaleado, naufragios, terremotos y un largo etcétera
de situaciones tragicómicas que en los ultimísimos
párrafos, súbitamente, termina con final feliz.
(…) Le echaron al punto un grillete al pie y se lo
llevan al regimiento; lo hacen volverse a derecha e
izquierda, meter la baqueta, sacar la baqueta,
apuntar, hacer fuego, acelerar el paso, y le dan
treinta palos: al otro día hizo el ejercicio un poco
menos mal y no le dieron más de veinte; al tercero
recibe solamente diez, y sus camaradas lo tuvieron
por un portento.
Cándido, estupefacto, aún no podía entender bien

68
de qué modo era un héroe. Un día de primavera se
le ocurrió irse de paseo, y siguió su camino
derecho, creyendo que era privilegio de la especie
humana y de la especie animal, servirse de sus
piernas a su antojo. No había andado dos leguas,
cuando surgen otros cuatro héroes de seis pies que
lo alcanzan, lo atan y lo llevan a un calabozo. Le
preguntan jurídicamente si prefería ser fustigado
treinta y seis veces por las baquetas de todo el
regimiento, o recibir una vez sola doce balazos en
la mollera. Inútilmente alegó que las voluntades
eran libres y que no quería ni una cosa ni otra; fue
forzoso que escogiera, y en virtud de la dádiva de
Dios que llaman libertad, se resolvió a pasar treinta
y seis veces por las baquetas, y sufrió dos tandas.
Se componía el regimiento de dos mil hombres, lo
cual hizo justamente cuatro mil baquetazos que de
la nuca al trasero le descubrieron músculos y
nervios. Iban a proceder a la tercera tanda, cuando
Cándido, no pudiendo aguantar más, pidió por
favor que tuvieran la bondad de levantarle la tapa
de los sesos; obtiene ese favor, se le vendan los
ojos, lo hacen hincar de rodillas. En ese momento
pasa el rey de los búlgaros, se informa del delito
del paciente, y como este rey era hombre de
grandes luces, por todo cuanto le dicen de Cándido
comprende que es éste un joven metafísico muy

69
ignorante en las cosas del mundo y le otorga el
perdón con una clemencia que será muy loada en
todas las gacetas y en todos los siglos. (Capítulo II)
Como historiador trabajó en numerosas obras, pero
donde mejor se comprende su visión de la disciplina
es en su ensayo Sobre las costumbres, texto donde
mantiene la imposibilidad de atrapar el pasado en
libros de historia, debiéndose contentar el historiador
con seleccionar los hechos que considere verdaderos
a fin de ilustrar a las gentes del presente y no para
regodearse en la falsedad de sus fábulas que inducen
a la ignorancia y el error; pero sobre todo, en
Filosofía de la Historia, obra donde por primera vez
44
se refleja la expresión.
Querríais que la historia antigua hubiese sido
escrita por filósofos, porque queréis leerla como
filósofo. No buscáis sino verdades útiles, y apenas
habéis encontrado, me decís, poco más que inútiles
errores. Intentemos esclarecernos juntos; tratemos
de desenterrar algunos monumentos preciosos bajo
las ruinas de los siglos. Comencemos por examinar
si el globo que habitamos era antaño tal como es
hoy. Es posible que nuestro mundo haya sufrido
tantos cambios como revoluciones han soportado
los Estados. Parece probado que el mar cubría
territorios inmensos, hoy cargados de grandes
ciudades y ricas cosechas.
Y, por supuesto, participó en el proyecto ilustrado

70
por antonomasia, la Enciclopedia.
45
La Enciclopedia, editada en Francia entre 1751 y
46
1772 bajo la dirección de Diderot y D´Alambert,
fue una obra de colaboración entre varias mentes
privilegiadas pero del que no se puede decir fuera
resultado de una especial aportación masónica, si
bien, son coincidentes los valores ilustrados y
masónicos que en la misma se dieron cita y a su
través se vehicularon por la entera sociedad
47
europea.

Claude Adrien Helvetius (1715-1771)


Menos conocido, aunque no por ello menos
ilustrado, el filósofo francés Helvétius (1715-
48
1771) , como sucediera a Voltaire, quedó gratamente
impactado por el pensamiento de Locke, siendo su
propósito llevar aquellas ideas al campo de la ética
como en su día hiciera Spinoza en el siglo anterior,
quien trasladara el método matemático a dicha rama
de la filosofía con su Ética, demostrada según el
orden geométrico. Así, partiendo de la premisa
empirista de que toda idea proviene de la sensación,
establece que el interés supremo de los individuos es
la obtención de placer y evitar el dolor a fin de
alcanzar la máxima felicidad. Sin embargo, existe el
problema de conjugar los distintos intereses
personales con el interés general procurando lograr el
mayor bien particular para el mayor número de
personas. Determinar qué es el Bien para todos será
responsabilidad del legislador, cuyas leyes habrán de

71
velar por procurar el mayor placer posible del
individuo compatible con el Bien público. De esta
guisa, Helvetius anticipa varios de los postulados del
utilitarismo decimonónico.
Helvetius, además de contribuir en la Enciclopedia,
escribió textos cuyos títulos hablan por sí solos sobre
su afiliación a la masonería. A destacar, Sobre el
espíritu, obra condenada por el Parlamento, la
Sorbona y el clero, por cosas tan infames como airear
la igualdad de espíritu entre los hombres y denunciar
que si existen diferencias en la realidad, estas son
debidas a la educación; Del hombre, de sus
facultades y de su educación; El verdadero sentido
del Sistema de la Naturaleza; o Los progresos de la
razón en la investigación de lo verdadero.
Todos los hombres, como me había propuesto
probar, son capaces en general de un grado de
pasión más que suficiente para hacerles triunfar
sobre su pereza y dotarlos de la continuidad de
atención que acompaña a la superioridad de las
luces. La gran desigualdad de espíritu que
apreciamos entre los hombres depende únicamente
de la diferente educación que reciben y del
encadenamiento desconocido y diverso de las
circunstancias en que se encuentran
colocados. (Sobre el espíritu)

Federico de Hohenzollern (1712-


49
1786)

72
Como tampoco, pese a su regia condición que en
suerte le toco al nacer, fue menos Ilustrado y
filósofo, Federico de Hohenzollern (1712-1786),
50
más conocido como Federico II quien encarna
51
como ningún otro la figura del Déspota Ilustrado,
siendo a su vez un pensador de categoría. Las
peripecias de su trayectoria vital en nada
desmerecen de sus colegas filósofos, Ilustrados e
52
Iniciados.
Desde joven se sintió atraído por la filosofía, la
ciencia y las artes, luchando contra los intereses
paternos porque pusiera más empeño en asuntos
militares y de gobierno. Con la complicidad materna
y de su tutor, Federico se hizo con una biblioteca
secreta sobre poesía, literatura clásica y filosofía
francesa; y todavía más en secreto, esta vez sin
ayuda, se procuró un infierno con obras prohibidas
de toda especie. En consecuencia, pese a vivir en
palacio, su vida no fue un lecho de rosas y, como sus
Hermanos, no estuvo exento de huidas, arrestos y
castigos como el de ver ejecutar a su amado amigo
von Katte con quien compartía los más gratos
sentimientos amorosos, siendo como era un hombre
libre y de buenas costumbres.
Su dilatado reinado fue de provecho para el pueblo
prusiano: modernizó la burocracia; amplió el sistema
público; permeabilizó los cargos institucionales a
personas ajenas a la aristocracia; reformó el sistema
judicial; apoyó la investigación científica, la cultura,
el arte y la educación… Todo ello trajo como
resultado nuevos métodos agrícolas; un aumento

73
considerable de la población; un ejército mejor
adiestrado, dotado y al servicio del país; la aparición
de un Banco Real; la unificación del territorio hasta
entonces fragmentado; se promulgaría la
obligatoriedad de la enseñanza primaria; se refundó
la Academia de Ciencias; personalmente recibiría a
Ilustrados en la Corte, usará el francés como lengua
habitual y, pese a haber sido educado en el estricto
calvinismo, su pensamiento fue deísta practicando la
tolerancia religiosa hasta donde lo permitían las
circunstancias. Y entre batalla y batalla, le dio tiempo
para escribir versos, ensayos y textos políticos,
destacando Historia de mi tiempo.

Gotthold Ephrahim Lessing (1729-


53
1781)
Entrados en tierras alemanas, ya no las vamos a
abandonar durante un buen tramo de este viaje
ilustrado e iniciático. Así, junto a Federico hemos de
54
citar en primer término a Lessing (1729-1781) ,
55
dramaturgo, poeta, teólogo y filósofo . El intelectual
alemán más influyente de su época. En sus escritos se
observa una tendencia irrefrenable a la ironía
siempre dispuesto a la polémica ayudándose para
este menester del diálogo que permite al autor
presentar los distintos puntos de vista otorgando a sus
rivales cierto grado de verdad en sus posiciones,
convencido como estaba de que la verdad no es
patrimonio de nadie y su posesión es gradual
conforme el sujeto, por medio de la debida

74
instrucción se aproxima a ella.
Por idéntico motivo defendió la libertad de
conciencia, pensamiento, opinión y creencia; criticó
la lectura literal de la Biblia; propugnaba un
cristianismo racional, no dogmático, capaz de
evolucionar en la comprensión de la fe, y se mostró
partidario de la tolerancia religiosa; ideas todas ellas
recogidas en obras como La educación de la
humanidad, El librepensador o Nathan el sabio,
donde destaca la Parábola del Anillo cuya escena
recoge el momento en que Saladino pone a prueba la
sabiduría de Nathan interrogándole acerca de la
ultimísima verdad, peligrosa cuestión que preguntaba
veladamente sobre cuál era la auténtica religión,
brete al que el autor en boca de su personaje
aportaría una solución evocadora del Grado de
56
Grande Electo, Perfecto y Sublime Masón que
puede resumirse así:
Había un anillo cuya fuerza secreta convertía a su
poseedor en muy caro a los ojos de Dios y de los
hombres. Durante generaciones, este anillo pasó de
su poseedor al hijo más amado. Hasta que cierto
día, un padre incapaz de distinguir entre sus tres
hijos a cual quería más, les prometió a cada uno de
ellos el anillo. Para hacer frente a su promesa
mandó hacer dos copias del original al extremo de
no poderlos distinguir, entregando a cada uno de
sus vástagos por separado un ejemplar. Tras el
fallecimiento del padre, los tres hermanos cayeron
en la cuenta del engaño piadoso cometido por su

75
progenitor, y creyendo cada cual ser poseedor del
anillo auténtico reclamó para sí su derecho.
Tras muchos años de guerra y sufrimientos
decidieron los hijos acudir a un juez para que
dirimiera el caso. Tras oír la historia, dado que el
anillo tenía la facultad de hacer querido a Dios y a
los hombres a su verdadero poseedor, el juez
interrogó por a cuál de sus hermanos querían más.
Como ninguno respondió, entendió que delante tenía a
tres «estafadores estafados» y que el anillo auténtico
se había perdido. Sin embargo, en vez de castigarles,
a los tres hijos el juez les dio un consejo: «Crea cada
cual con seguridad que su anillo es el auténtico» y
pronunció una posibilidad: a lo mejor el padre no les
había engañado, sino que quizá no querría someterles
a la tiranía de un único anillo verdadero. Así que
cada cual intente hacerlo verdadero esforzándose por
ser querido por Dios y los demás. Y ya vendrá un
juez «dentro de miles de años» que, a la vista de lo
que cada cual logre, dictará la sentencia definitiva.
Pero Lessing, consciente de las limitaciones que
afectaban a la masonería, tuvo a bien poner su talento
al servicio de la Hermandad en varias de sus
producciones literarias, destacando entre las mismas
El Testamento de Juan y sobre todo, Diálogo para
57
Masones: Severo y Falco , cuya lectura juzgo
obligatoria para todo masón, pues, desde su primer
diálogo plantea las cuestiones capitales ofreciendo
vacunas intelectuales a fin de evitar el tan temible
cuanto dañino, formal-masonismo. El diálogo está
precedido por la siguiente sentencia:

76
La masonería no es un hecho arbitrario y casual,
sino una necesidad propia de la naturaleza humana,
descubierta tanto por la búsqueda personal como
por las enseñanzas de los iniciados.
En el primer diálogo afirma ser francmasón no tanto
por haber sido recibido en logia, cuanto por
comprender qué es y por qué existe la masonería,
evidentemente, no como institución, sino como
espíritu compartido por multitud de hombres de
distintas épocas, regiones y culturas que han
contribuido con su personal esfuerzo a engrandecer el
trabajo de la humanidad, pues los masones se ayudan
entre sí, pero no para sí, sino para el conjunto de las
sociedades en que viven a través de sus obras. Este
es el modo que la masonería tiene de propagarse,
dado que los masones no hacen proselitismo, ni
apología, ni evangelización sino a través de sus
obras, siendo así que se entiende mejor la sentencia
recogida en Mateo. «Por sus obras los conoceréis».
Falco. Puedo y sé decirte solamente que las obras
de los francmasones son tan grandes, son de una
amplitud tal, que puede que pasen siglos antes de
poder decir: eso lo han hecho ellos. Pero han hecho
todo lo bueno que hay en el mundo.
En el segundo diálogo, expone sin reservas la idea
de una sociedad ácrata-libertaria capaz de
organizarse sin más gobierno que la racionalidad y la
buena voluntad de las gentes educadas. El Estado y
sus instituciones han de perseguir dicho ideal, porque
la felicidad del Estado es la suma de la felicidad de

77
sus ciudadanos, siendo éste y no otro, el fin último de
58
las Leyes, y sus Constituciones. No obstante, este
interés general se ve inmediatamente segmentado
hasta el infinito debido a la diversidad humana, cosa
que entorpece la puesta en práctica de la igualdad
entre los hombres. Es en esta tesitura, aparentemente
insalvable, que entra en juego la masonería para
inculcar en los individuos la Fraternidad Universal un
Principio que a diferencia de las leyes positivas de
cada país, trasciende fronteras, culturas y razas.
Severo. La vida y movimiento dentro y fuera de
este hormiguero. ¡Cuánta actividad y sin embargo
cuanto orden! Todas cargan, arrastran y empujan; y
ninguna incómoda a la otra. Ve, hasta se ayudan
unas a otras.
Falco. Las hormigas viven en sociedad como las
abejas.
Severo. Y en una sociedad aun más admirable que
las abejas. Pues entre ellas no hay quien las
mantiene unidas y gobierna.
Falco. De modo que así puede existir el orden sin
gobierno.
Severo. ¿Sabiendo cada cual gobernarse a sí
mismo, por qué no?
Falco. ¿Si llegará el hombre algún día a ese
estado de perfección?
Severo. ¡Difícilmente!

78
(…)
Falco. Sobre la sociedad humana, ¿qué concepto
tienes formado de ella?
Severo. La considero como algo muy bueno.
Falco. Es incuestionable. ¿Pero la consideras
como fin o como medio?
Severo. No te comprendo.
Falco. ¿Crees tú que los hombres han sido
creados para los estados? ¿O que los estados se han
hecho para los hombres?
Severo. Parece que algunos sostienen lo primero.
Pero lo último creo más verídico.
Falco. Este también es mi parecer. Los estados
reúnen a los hombres para que por medio de esa
unión, cada cual pueda disfrutar su parte de
felicidad mejor y con mayor seguridad que
aisladamente. El conjunto total de las felicidades
parciales de todos los miembros, es la felicidad del
estado. Sin esta condición no hay felicidad posible.
Cualquiera otra felicidad del estado, por muy
pocos de sus miembros en el sufran y deban sufrir,
no es sino paliación de tiranía. ¡Nada más!
Severo. Yo no pronunciaría esto tan alto.
(…)
Falco. Avanza un poco más. Muchos de esos
pequeños estados tendrían muy diverso clima,

79
luego distintas necesidades y diversos modos para
satisfacerlas, luego completamente diversos usos y
costumbres, luego muy distintas doctrinas morales y
de consiguiente muy diversas religiones. ¿No te
parece?
Severo. ¡Este es un gran paso!
Falco. Aún entonces los hombres seguirían siendo
judíos, cristianos, turcos y demás.
Severo. No me atrevo a negarlo.
Falco. Siendo así ellos habrían de conducirse
unos con otros, no de otro modo como siempre se
han conducido nuestros cristianos, judíos y turcos.
No simplemente como de hombre a hombre, sino
como tales a cuales hombres, que se disputan cierto
rango de prioridad espiritual, sobre el cual
pretenden fundar derechos, lo que al hombre natural
jamás podría ocurrírsele.
Severo. Eso es muy sensible pero
desgraciadamente muy probable.
Falco. ¿Solamente probable?
Severo. Pues en todo caso me parece, como lo
supones que todos los estados tuvieran el mismo
gobierno, también podrían tener la misma religión.
Ni siquiera concibo la posibilidad de un sistema
gubernativo sin una misma religión.
Falco. Ni yo tampoco. También solo asenté

80
aquella suposición para cortar las evasivas. Tan
indubitablemente imposible es uno como otro. Un
estado, varios estados. Varios estados, varios
sistemas gubernativos. Varios sistemas de gobierno,
varias religiones.
Severo. Sí, así parece.
Falco. Así es. Ahí tienes el segundo daño que
ocasiona la sociedad en contra de sus mismos
propósitos. Ella no puede reunir los hombres sin
dividirlos, no puede dividirlos sino estableciendo
entre ellos grandes abismos y muros divisorios.
Severo. Y que horribles esos abismos, que
insuperables esos muros.
(…)
Falco. Así lo creo, muy de desear sería, que en
todo estado hubiera ciertos hombres que
sobreponiéndose a las preocupaciones de
nacionalidad, conocieran exactamente cuándo y
dónde el patriotismo deja de ser virtud.
Severo. Sería muy de desear.
Falco. Muy de desear, que en cada estado
hubieran algunos hombres que no sucumbieran a las
preocupaciones de su religión natal, ni creyeran que
necesariamente había de ser bueno y verdadero
todo lo que ellos como tal hubieran reconocido.
Severo. Muy de desear.

81
Falco. Muy de desear, que en cada estado
existieran ciertos hombres que no vivieran
ofuscados por las elevadas distinciones sociales ni
a quienes repugnase la inferioridad civil, en cuya
sociedad el hombre de elevada posición gustoso se
inclina y el inferior pueda presentarse libremente
con frente erguida.
Severo. Sería muy de desear.
Falco. ¿Y si este deseo se hubiese realizado?
Severo. ¿Realizado? Tal vez en una que otra
parte, de vez en cuando existirán tales hombres.
Falco. No solamente en una que otra parte, de vez
en cuando.
Severo. En ciertas épocas, y en ciertos países.
Falco. ¿Y si hubiera ahora tales hombres en todas
partes, y en adelante existieran para siempre?
Severo. ¡Dios lo quiera!
Falco. ¿Y que estos hombres no vivieran en
inactiva distracción, ni siempre en una iglesia
invisible?
Severo. ¡Hermosa ilusión!
Falco. En fin abreviando, ¿y que estos hombres
fuesen los francmasones?
Severo. ¿Qué dices?
Falco. Digo, si fuesen los francmasones que entre
otras atribuciones hubieran contraído la obligación

82
de evitar en lo posible aquellas separaciones que
son la causa de extrañamiento entre los hombres,
procurando juntar y reunir estas lo más
estrechamente posibles
En el tercer diálogo, insiste en el asunto declarando
al Estado un mal necesario cuyos efectos perniciosos
deben mitigarse velando por el bien común, tarea
para la cual la masonería se ve capacitada para
formar hombres dignos de ese propósito dispuestos a
superar sus diferencias en aras de elevar la
construcción de la humanidad.
En el cuarto diálogo aborda cuestiones como el
carácter inefable del secreto o de la experiencia
masónica a la que compara con el enamoramiento que
no puede saberse qué es, si no se experimenta.
También trata del origen de la masonería, que en su
opinión, tiene su antecedente en la Orden Templaria,
pero le parece ridículo el intento de imitar sus
formas. Así se mofa de los títulos rimbombantes, de
las medallas y toda la parafernalia que rodea la
vestimenta y decoración masónica que tilda propia de
59
un juego de niños.
Falco. El misterio de la francmasonería es, como
ya te he dicho, algo que el francmasón no puede
pronunciar aún cuando quisiera intentarlo. Pero los
secretos son cosas que bien pueden decirse, y que
solo en ciertas épocas y en ciertos países se
ocultaban de envidia, de miedo o se callaban por
astucia.

83
El quinto diálogo, abunda sobre los orígenes
afirmando que la masonería no nace de los
constructores de catedrales en sus logias sino en
reuniones donde se comía fraternalmente sentados a
una mesa como lo fue la Mesa redonda del Rey
Arturo de donde él cree procede la masonería más
60
antigua.
Falco. Sin embargo, la francmasonería siempre y
en todas partes ha tenido que ceder y amoldarse a
las exigencias de la sociedad, pues esta última
siempre ha sido la más fuerte. En cuantas diversas
formas se haya constituido la sociedad, tantas veces
la francmasonería no ha podido prescindir de
admitir las mismas; solamente como es natural,
cada nueva forma traía también su nombre distinto.
(…)
Severo. ¿Y es posible que pública e impunemente
hayan podido continuar tanto tiempo ese engaño?
Falco. ¿Por qué no? El numero de juiciosos es tan
reducido, que es imposible puedan ellos rebatir
todas las chocarrerías desde su principio.
Suficiente que estas no tenga el derecho de
prescripción, aunque mejor sería que ante el
público no se emprendiera ni se manifestara
absolutamente chocarrería alguna; pues
precisamente lo más despreciable es, que nadie
siquiera se toma el trabajo de atacarlas, por lo que

84
con el transcurso del tiempo ellas adquieren la
apariencia de un asunto muy serio y casi sagrado. Y
entonces después de mil años se dirá: ¿habría sido
permitido escribir tales cosas, si no fuesen ciertas?
¿Entonces no se ha desmentido la autoridad de esos
hombres dignos de todo crédito y vosotros os
atrevéis a contradecirlos ahora?
Severo. ¡Oh, historia, historia!, ¿a qué quedáis
reducida?
Falco. Pase todavía la fría y descarnada rapsodia
de Anderson, que substituye la historia de la
arquitectura a la historia de la orden, Por una vez y
sobre todo para aquel entonces eso estaría bien,
para eso el engaño era demasiado palpable. Pero
que todavía se continúe edificando sobre tan
pantanoso terreno, que siempre pretendan mantener
impreso lo que se avergüenzan sostener
verbalmente en presencia de cualquier hombre
serio, que para la continuación de una farsa, que
tiempo ha debías haber abandonado, se permitan
valerse de una forgery la cual tratándose solamente
de míseros intereses civiles se castigaría con el
pillory.
Severo. Pero, ¿y si fuese verdad, si predominase
aquí algo más que un simple engaño?
(…)

85
Falco. ¿Cómo se denominó la francmasonería,
antes de llevar ese nombre, me preguntas?,
masoney.
Severo. Por supuesto, en inglés masonry.
Falco. No en inglés masonry, sino masoney. No de
masón el albañil, sino de mase, la mesa.
Severo. ¿Mase la mesa, en qué idioma?
Falco. En el idioma anglo-sajón, pero no solo en
ese idioma, sino también en el de los godos y
francos, de consiguiente una palabra de origen
alemán, de la cual se conservan o se conservaban
tantas otras derivadas, como ser: Mascopie,
Masleidig, Masgenosse.
Aún en tiempos de Lutero se empleaba con
frecuencia la palabra Masoney, solamente que su
significado había degenerado un poco.
Severo. Ignoro tanto su buen significado como el
degenerado.
Falco. ¿Pero tú no ignorarás la costumbre de
nuestros antepasados respecto a discurrir de
sobremesa los asuntos más importantes? Luego
Mase, la mesa y Masoney, una sociedad secreta de
comensales. Cómo una sociedad íntima de
comensales se ha convertido en francachela y en
qué sentido emplea agrícola la palabra masoney
puedes fácilmente deducir de allí.

86
Severo. Y ahora tiempo no estuvo a punto de
suceder otro tanto con la palabra logia.
(…)
Falco. Pues bien, aquella Masoney que todavía a
fines del siglo pasado se conservó en Londres, pero
con la mayor reserva, tenía su local de reuniones a
inmediaciones de la catedral de San Pablo, que
entonces se hallaba en construcción. El arquitecto de
esa segunda catedral del mundo era.
Severo. ¡ Christopher Wren!
Falco. Y con él acabas de nombrar al creador de
toda la francmasonería actual.
Severo. ¿Él?
Falco. ¡En fin! Wren, el arquitecto de la catedral
de San Pablo, en cuya vecindad se reunía una
antiquísima Masoney de tiempo inmemorial, era
miembro de esta Masoney la cual frecuentó tanto
más durante los treinta años empleados en la
construcción de ese templo.
Severo. Empiezo a percibir el error.
Falco. Ni más ni menos. El verdadero significado
de la palabra Masoney había sido olvidado,
perdido por el pueblo inglés, y una Masoney
situada tan inmediatamente próxima a un edificio de
tanta importancia y en donde su arquitecto se
encontraba con mucha frecuencia, ¿qué otra cosa

87
podía ser sino una Masonry, es decir, una sociedad
de inteligentes en arquitectura, con los que Wren
consultaba y deliberaba las dificultades que
ocurrían?
Severo. ¡Naturalmente!
Falco. La continuación de un edificio, de
semejante catedral, interesaba a todo Londres. Para
adquirir noticias de primera mano sobre el estado
de esa obra, los que creían poseer algunos
conocimientos arquitectónicos se empeñaban todos
por conseguir su admisión a dicha supuesta
Masonry y sus empeños eran en vano.
Finalmente, supongo que conocerías a Christopher
Wren no solo de nombre; sabrás que era una cabeza
ingeniosa muy activa y de mucha inteligencia. Ya él
había cooperado a la formación del proyecto de una
sociedad científica, cuyo objeto era: utilizar y
aplicar prácticamente a la vida civil ciertas
verdades filosóficas especulativas, cuando
repentinamente se le ocurrió la idea del reverso de
una sociedad, que «de la práctica de la vida civil
se elevase a la especulación filosófica». Allí,
pensó, se examinaría lo que de lo verdadero fuera
útil; y aquí, lo que de lo útil fuera verdadero. ¿Si
fijara algunas reglas de la Masoney exotéricas? ¿Si
ocultara bajo los jeroglíficos y símbolos de ese
mismo oficio, lo que no pudiera fijarse

88
exotéricamente, y extendiera lo que hasta aquí se ha
comprendido bajo la palabra Masonry, de la cual
muchos pudieran participar? Así pensó Wren y la
francmasonería fue hecha.
Severo. ¿Qué te Pasa?
Severo. Me siento ofuscado.
Falco. ¿Divisas ahora, un poco más la luz?
Severo. ¿Un poco más?, ¡demasiado a la vez!
61
Falco. Comprendes ahora.

Johann Gottlieb Fichte (1762-1814)


Igualmente importante e influyente para su época fue
62
el Filósofo alemán Fichte (1762-1814) del que,
siendo como soy admirador de su obra metafísica, me
supone un sacrificio supino resumirles su aportación
en dicho área, ante lo cual, solo me queda confesarles
que en mi opinión, su Primera y segunda
introducción sobre la doctrina de la ciencia es la
63
obra más sublime del pensamiento humano. Dicho
esto, empezaremos por comentar que su figura saltó a
la fama con un escrito cuyo título no deja lugar a
dudas de su trayectoria intelectual Intento de crítica
de toda revelación, usado como tarjeta de visita ante
Kant, o la recopilación de sus clases universitarias en
Jena de donde fue expulsado acusado de ateísmo,
Algunas lecciones sobre el destino del sabio, donde
expone los temas capitales de su pensamiento. Clave
en su trayectoria intelectual fue su celebérrimo

89
Discurso a la nación alemana redactado en plena
64
invasión del territorio por Napoleón. En
Fundamento del derecho natural, Fichte establece
que la auto-consciencia es un fenómeno social. La
conciencia depende del mundo que ella misma
conoce, de modo que el sujeto no puede tener su
fundamento en el objeto; solo en otra conciencia que
lo reconoce como tal. De esta necesidad de relación
deriva el Derecho. En Estado comercial cerrado,
muestra su desconfianza para con el liberalismo por
su irracionalidad, donde el mercado parece ser
guiado por leyes que nadie dicta y una mano invisible
que corrige sus excesos y defectos. Frente a esta
doctrina, propone un Estado comercial cerrado que
implica la regulación, el proteccionismo y la
solidaridad, cuya racionalidad, deberá perseguir la
libertad del hombre pero también su supervivencia
material y moral, sin cuyo concurso la anterior no es
nada. En Contribuciones destinadas a rectificar el
juicio del público sobre la Revolución Francesa,
Fichte reflexiona sobre la nueva concepción de la
propiedad que había traído la Revolución, ahora fruto
del legítimo trabajo y no del privilegio. Por lo demás
fue un claro defensor de la libertad del individuo
como se puede apreciar en Reivindicación de la
libertad de pensamiento.
Por derecho hereditario, dicen algunos
mercenarios del despotismo que no son
precisamente sus más agudos defensores.
Suponiendo que vuestro actual príncipe hubiera
podido heredar tal derecho de su padre, y éste a su

90
vez del suyo y así sucesivamente, ¿de dónde lo
recibió el primero de la serie?, o si no tenía tal
derecho, ¿cómo podía dejar en herencia aquello
que no poseía?
Entonces, ¿creéis acaso, astutos sofistas, que
pueden heredarse hombres como se hereda un
rebaño o su pasto? La verdad no puede obtenerse
de la superficie tal como pensáis; yace más
profunda y os pido que os toméis la molestia de
buscarla conmigo.
El hombre no puede ser heredado, ni vendido, ni
regalado; no puede ser propiedad de nadie, porque
es y debe seguir siendo propiedad de sí mismo.
Lleva en lo más profundo de su corazón una chispa
divina que lo eleva por encima de la animalidad y
lo hace ciudadano de un mundo en el que Dios es su
primer miembro: la conciencia. Esta le ordena
absoluta e incondicionadamente querer esto y no
aquello, y todo libremente y de motu propio, sin
ninguna coacción externa. Así como debe obedecer
a esta voz interior que le ordena absolutamente,
tampoco debe ser constreñido por nada externo y
deberá liberarse de todo influjo que le sea extraño.
Por eso, nadie que no sea él puede gobernarle, é1
mismo debe hacerlo siguiendo la ley que tiene en
sí, es libre y debe permanecer libre. Nadie puede
darle órdenes, sino la ley que está en él, pues es su

91
única ley, y contradice esta ley si se deja constreñir
por otra distinta, aniquilando su humanidad y
envileciéndose hasta el grado de los animales.
Si esta es su única ley, el hombre puede hacer lo
que quiera allí donde ella no se pronuncia; tiene
derecho a todo lo que esta única ley no prohíbe.
Ahora bien, también concierne al ámbito de lo no
prohibido aquello sin lo cual ninguna ley es
posible, esto es, la libertad y la personalidad, y,
por tanto, lo ordenado por la ley. Luego se puede
decir que el hombre tiene derecho a las condiciones
bajo las cuales solo puede obrar conforme al deber
y a acciones que su deber exiges. (Reivindicación
65
de la libertad de pensamiento )
Ciertamente todos estos títulos hablan de un
trasfondo masónico en el conjunto de su obra. Sin
embargo, como Lessing, tuvo la gentileza de poner en
blanco y negro su fraternal pensamiento en una obra
66
como Cartas a Konstant , una recopilación de sus
intervenciones en la logia berlinesa Pitágoras de su
amigo Fressler quien también lo convenció para que
colaborara en su reforma de los Grados superiores.
La obra, de estilo epistolar, está dividida en
dieciséis cartas donde el autor además de poner en
antecedentes históricos de la Hermandad, advierte de
la imposibilidad de aprender Masonería por medio
de la lectura, porque se precisa experiencia personal
para extraer conclusiones propias. ¿Para qué,
entonces, la masonería? La sociedad, plural en origen

92
y dispersa en sus fines, distrae al hombre de su
cometido principal, atomizando su interés en
minucias, especializando su tarea, haciéndole perder
la perspectiva y el horizonte de sentido. Siendo esto
así, la función de la masonería consiste en recordar y
reconducir al hombre, labor para la cual se precisa
de cierto retiro del mundo como el trabajo en logia,
aunque su vocación sea trascender la logia y la
propia Orden en sus efectos. Con todo, el individuo
solitario no puede llevar a cabo su tarea, de ahí que
sea necesaria la masonería que hace las veces de
sociedad ideal. Mas, la masonería, no debe duplicar
esfuerzos ya contemplados por el Estado u otras
organizaciones.
(…) Ves cómo en nuestra época los miembros de
esta sociedad se preguntan por fin seriamente:
¿Pero de dónde venimos? ¿Qué somos y qué
queremos? Ves cómo de todas partes se reúnen para
responder a estas mismas preguntas; cómo se miran
unos a otros con rostros severos, esperando cada
uno la respuesta de su vecino, y finalmente todos
acaban confesando, en voz alta o en silencio, que
ninguno de ellos, ninguno de los allí reunidos, la
sabe. ¿Qué hacen entonces? ¿Regresan a sus casas,
explican a sus hermanos la ignorancia general, se
exoneran recíprocamente de sus obligaciones y se
dispersan algo avergonzados? ¡Nada de eso! La
Orden perdura y se extiende como antes.
Esta sociedad padece todavía peores vicisitudes.

93
La investigación de su secreto se hace más
apremiante, se pone en conocimiento de todos,
mediante escritos públicos, por ejemplo en el
«Secreto de los francmasones revelado», en la
«Francmasonería derribada y traicionada». El
designio de algunas sectas masónicas es elevado al
grado de la certeza perfecta, el de otras al de la
probabilidad; se descubre que aquí y allá la
masonería ha servido solo para tender un velo
sobre fines ominosos y se arroja sobre estos fines
una luz fatal para ella. ¿Qué ocurrirá ahora?
¿Abjurarán los francmasones de los secretos
traicionados y, para liberarse de toda sospecha de
fines deshonestos, clausurarán las logias y
guardarán en su biblioteca el «Francmasón
destrozado»? ¡No! Esta sociedad continúa
existiendo, como si nunca hubiera sido dicha una
sola palabra ni impresa una sola letra en torno a
ella, y se hubiera mantenido inviolable en su seno,
sin romperlo jamás, un silencio absoluto.
Finalmente, esta misma sociedad se escinde en su
interior, cesa toda unidad. Sus miembros se dividen
en sectas que llaman «Sistemas», se tachan
mutuamente de herejes, se proscriben unos a otros,
y repiten el juego de una iglesia fuera de la cual no
hay beatitud posible.
Entre sus enseñanzas, Fichte sostiene que la

94
masonería no es una religión, pero trabaja la
conciencia moral autónoma del individuo; no es una
ideología, pero inculca en sus miembros el respeto y
el amor a la ley de su país con vocación universal; y
a valorar el trabajo sea este intelectual o manual. Por
lo demás, Fichte participa de la idea de que
sociedades antiguas como la pitagórica han trabajado
en la misma dirección que la masonería conformando
una Cadena de Unión que ha influido en los avatares
históricos, si bien, sus enseñanzas se han transmitido
de manera metafórica, por medio de imágenes,
símbolos y la tradición oral de modo esotérico para
preservarlo de la indeseable transformación
pretendida o inintencionada que acontece en
cualquier sociedad, estado o Institución.
Quién ante el espectáculo de las deficiencias en
las relaciones humanas, de su inoperancia, de su
perversión, de la corrupción reinante entre los
hombres, se cruce de brazos, pase de largo, y se
lamente de la maldad de los tiempos, no es un
hombre. Precisamente en tu capacidad para
descubrir los defectos de los hombres reside la
santa misión de hacerlos mejores. Si todo fuese ya
como debería ser, no te necesitaríamos en el mundo
y muy bien habrías podido permanecer en el seno
de la nada. Alégrate de que no todo sea todavía
como debería ser y de que tengas una tarea y
puedas ser útil para algo. (Carta XVI, última carta,
último párrafo.)

95
Kart Christian Friedrich Krause
(1781-1832)
67 68
Y para cerrar la sección estrictamente filosófica
vamos a presentar al patito feo tanto de la filosofía
alemana, como de la masonería de su tiempo.
69
Hablamos de Krause (1781-1832) , filósofo cuyo
propósito metafísico sería el de trabar la
trascendencia en la inmanencia por medio de la
subsumisión de Dios en la naturaleza, el mundo y el
hombre. Tuvo gran influencia empero en asuntos de
índole pedagógica que cristalizaron en la corriente
conocida como Krausismo inspirada en sus ideas
sociales sobre la libertad de investigación científica
y educativa, siendo vanguardia en reivindicar la
igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, los
derechos de los niños, así como los derechos de la
naturaleza, preocupación pedagógica que buscó sin
éxito llevar a la práctica en el corazón mismo de su
patria como se refleja en la carta fechada el 22 de
marzo de 1815:
Un saludo amistoso a todos aquellos que lean
esto.
Ya ha llegado el tiempo de que se funden
instituciones sociales de hombres buenos y
científicos para la educación. En Berlín viven
varios intelectuales que son capaces y dignos de
fundar una sociedad para la educación, y de
iluminar así con su ejemplo a toda la patria

96
alemana. Si algunos de estos intelectuales comparte
conmigo este deseo y, poniendo abajo su firma,
declaran que están decididos a fundar una Sociedad
Berlinesa para la Educación, estoy dispuesto a
presentarles un plan para ello, así como un
borrador de las constituciones de esa sociedad, con
el fin de que puedan dar su juicio sobre todo ello.
La reunión tendrá lugar en mi casa (...) el domingo
día 10 de abril, a las siete de la tarde.
Entre otras muchas iniciativas poco reconocidas por
sus contemporáneos, creó la biótica general,
dedicada al estudio de la realización humana a través
del arraigo natural en las personas morales como la
familia o el Estado, sometidas igualmente a un
proceso de infancia, juventud y madurez. De manera
creciente, irán surgiendo personas morales que
abarquen a más seres humanos, viviendo en armonía,
hasta comprender a toda la humanidad.
No se trata en este instituto de educar académicos
o artistas o cualquier otro tipo de varones
especializados en un oficio, ni tampoco de dotar a
las niñas que se nos han encomendado con unas
habilidades determinadas, sino que lo que
queremos es educar hombres y mujeres buenos,
nuestros niños y niñas han de recibir una formación
puramente humana (...), que les destaque como
hombres y mujeres buenos y útiles, sea cual fuese la
situación en la que vivan y la función que

97
desempeñen. Esa finalidad la comparte nuestro
instituto educativo con nuestra querida hermandad
masónica, que forma asimismo a los hermanos
como seres humanos, como miembros de la
humanidad. Si nuestro instituto permanece fiel a ese
carácter peculiar, puede entonces llevar con toda
propiedad el nombre de masónico (...), y tanto más
cuanto ni la Iglesia ni el Estado tienen ningún
instituto educativo que imparta o tenga como
finalidad una formación puramente humana.
En esta línea argumental, su ensayo Ideal de la
humanidad, sugiere la constitución de una República
Mundial regida por un gobierno mundial
anticipándose varias décadas a la Sociedad de
Naciones. Para no dar lugar a habladurías, bajo el
título aparecía la siguiente leyenda: «preferentemente
para masones». Estas y otras ideas políticas le
valieron un incómodo proceso ante el tribunal de
Gotinga.
(…) De todo lo humano, que se cumple en la
historia, hallamos anuncios y ensayos anteriores
más o menos perfectos, los cuales maduran y se
anudan de unos en otros con secreta simpatía,
reuniéndose al cabo en una obra común. La
naturaleza humana es la misma en todos los
tiempos; pero la reunión de hombres y pueblos en
sociedades superiores y más orgánicas, solo se
obra por grados y en sucesivos desenvolvimientos.

98
Pero su afán es antes espiritual que práctico, siendo
el confesado fin un medio para reivindicar desde el
inicio de su obra la capital importancia del propio
término «Humanidad»:
Hay palabras que en épocas dadas están en el
pensamiento y en el corazón de todos, pero que, por
no ser dichas, no dan el fruto que en sí encierran.
Mas apenas son pronunciadas, todos las escuchan
creyendo reconocer en ellas el mismo pensamiento
que tenían escondido y que querían expresar; así,
pronto son entendidas, pasan de boca en boca,
sirven de señal común en que todos se reúnen, y
esto basta a veces para que opiniones reinantes
muchos siglos y que aparentan todavía estabilidad,
cambien enteramente. Yo creo hallar este sentido
profundo en las palabras: Humanidad y Espíritu de
la Humanidad.
En vista de la poca estima cosechada y de los
problemas personales que le ocasionarían sus
particulares enfoques, Krause, dejó muchas obras
inéditas. Por fortuna para la masonería y mayor suya
desgracia, Krause, como Lessing y Fichte, puso a
disposición de la Fraternidad toda su sabiduría
desplegada en varias obras.
Krause asume superándola la concepción fichtiana
de la masonería por cuanto demostraría a través de la
investigación que dicha concepción es correcta
desarrollando toda una filosofía de la sociedad y de
la historia donde conceptualizaría la idea fichteana
barruntada como Alianza de la Humanidad, auténtico

99
ideal social fundamentado en aquello que une a todos
los hombres por encima de sus diferencias de sexo,
raza, religión clase… permitiéndoles, empero, su
desenvolvimiento individual en armonía con la entera
humanidad, a diferencia de otras instituciones que
como la nación, la iglesia o la familia abordan la
cuestión de modo fragmentario sin preocuparse de su
educación integral.
En Los tres documentos más antiguos de la
Hermandad masónica, Krause a lo largo de varios
volúmenes publicados entre 1810 y 1849 presentará
el fruto de sus investigaciones y reflexiones sobre la
masonería, arrojando verdadera luz con su concepto
de Alianza de la Humanidad, un catecismo krausiano,
disertaciones sobre el secreto, los símbolos, los
rituales, las Constituciones, presentación de infinidad
de materiales sobre mitología caldea, legislación de
los Colegios Romanos, los Misterios, antiguos
reglamentos medievales… y, por supuesto, los que en
su opinión eran los tres documentos fundamentales
que dieron título a tan magnífica e impresionante
obra, auténtico templo de la sabiduría masónica.
Estos escritos le supusieron ser expulsado de la
masonería para vergüenza de la Hermandad que como
se ve no está exenta de dogmatismo y fanatismo entre
sus filas. Si bien, para actual consuelo de sus
miembros, la masonería tiene mejores reflejos en eso
de pedir perdón que los estados y que las religiones,
pues la masonería alemana rehabilitó póstumamente a
Krause, y en el primer centenario de su nacimiento
los masones le erigieron un monumento en su ciudad
70
natal.

100
71
Los filósofos y pensadores alemanes como hemos
podido observar, dedicaron su esfuerzo y talento a
fundamentar la masonería sobre cimientos sólidos
capaces de sostener el nuevo templo que se estaba
alzando a marchas forzadas como en su día los
empiristas escoceses hicieran con la filosofía de la
Naturaleza que decimos, Ciencia.

CIENTÍFICOS
Mientras los éxitos del método científico
inaugurado en el XVII fue cosa de expertos en la
ciencia newtoniana y mientras el batacazo de la
filosofía como saber aún no había llegado a oídos de
la plebe, todavía, en tiempos de la Ilustración, a los
científicos se les denominaba Filósofos de la
Naturaleza, siendo en esta condición que concurren
los Hermanos que siguen a continuación.

John Theophilus Desaguliers (1683-


1744)
Empezamos su presentación, como no podía ser de
otra manera, por uno de los fundadores de la
masonería moderna, el insigne John Theophilus
72
Desaguliers , quien fuera tercer Gran Maestro de la
Gran Logia de Londres, filósofo de la naturaleza,
miembro de la Royal Society, cuya trayectoria fue
objeto de numerosos reconocimientos internacionales
por sus experimentos y contribuciones en el campo de
la electricidad.

101
Benjamin Franklin (1706-1790)
Si bien, cuando asociamos la masonería a la
ciencia, todas las miradas se vuelven hacia Benjamin
73
Franklin , destacado político y filósofo de la
naturaleza, uno de los fundadores de los EEUU. De
personalidad inquieta además de participar en
infinidad de empresas políticas, científicas y
culturales, contribuyó en tareas cívicas entre las que
sobresalen la fundación de la Biblioteca Pública de
Filadelfia, el cuerpo de bomberos de la ciudad, la
Universidad de Pensilvania, su hospital…
En ciencia estaba muy influenciado por Newton,
centrándose en el estudio de los fenómenos eléctricos
donde se haría célebre por inventar el pararrayos.
Sus méritos lo acreditaron como miembro de la Royal
74
Society y de la Academia de Ciencias de París.
En paralelo a su actividad científica, Franklin,
desplegaría una fructífera actividad política y
diplomática, siendo uno de sus primeros escritos la
Disertación sobre la libertad y la necesidad, de tono
crítico e irónico con las autoridades. Entre otros
cargos, fue miembro electo de la Asamblea General
de Filadelfia, representante de Pensilvania en
Europa, trabajó para la independencia de las colonias
americanas, contribuyó a redactar la Constitución de
los EEUU, fue elegido Gobernador y partidario como
era de la libertad de los pueblos y de los hombres, se
pronunció contrario a la esclavitud, impulsando la
corriente abolicionista.
En Franklin convergen como en ningún otro la
capacidad científica, la reflexión filosófica, la

102
actividad política y la inquietud religiosa
amalgamadas magistralmente por el hilo conductor de
la masonería tras unirse a la logia St. John de
Filadelfia como confesaría en su autobiografía:
Me parece que este momento es una gran ocasión
para un Partido de la Virtud unido, que forme a los
hombres buenos y virtuosos de todas las naciones
en un cuerpo regular, para ser gobernados por
reglas adecuadas, buenas y sabias, que los hombres
buenos y sabios puedan estar más unánimemente de
acuerdo en obedecer, de lo que la gente común está
respecto a las leyes comunes.
Dicha entrada en la Hermandad, potenciaría si cabe
su anhelo por encontrar un común denominador de las
distintas religiones llegando a la conclusión de que
«el más aceptable servicio de Dios es hacer bien a
los hombres».
Pero Franklin, como tantos otros Hermanos de su
tiempo y aún posteriores, obtuvo algo más de la
masonería que la búsqueda de una religión natural
universal. En un tiempo en que la masonería sufría
persecuciones, aprendió de su organización para
crear asociaciones políticas capaces de operar en
clandestinidad. Así, en 1771 fundó la Sociedad de 13
siguiendo el modelo masónico de sociedad secreta de
hombres cultos, limitando el número de socios en este
caso a 13. Todos sus miembros eran Whigs radicales
y republicanos, condición cuando entonces no exenta
75
de riesgos.

103
Erasmus Darwin (1731-1802)
Aunque eclipsado por la fama de su nieto, aquí
hemos de citar por derecho propio a Erasmus
Darwin, filósofo de la naturaleza y poeta, inspirador
de las teorías evolucionistas, fundador de un
reconocido foro de debate científico y filosófico
denominado Sociedad Lunar. Mente de gran talento
ofrecería al mundo numerosas aportaciones
intelectuales y prácticas en cuantas materias atrajeran
su curiosidad. Así, en El Templo de la Naturaleza
cuyo título trasluce su filiación a la Hermandad,
explica el origen de la sociedad humana y del
lenguaje presentando el texto el primer estudio
fonético instrumental, mientras en su Zoonomía,
adelantaba las ideas evolucionistas que más tarde
defendería Lamark.
¿Sería demasiado audaz imaginar, que a lo largo
un gran período de tiempo, desde que la tierra
comenzó a existir, tal vez millones de años antes
del comienzo de la historia de la humanidad, sería
demasiado audaz imaginar que todos los animales
de sangre caliente han surgido de un filamento vivo,
que la Gran causa Primera dotada de animalidad,
con poder de adquirir nuevas piezas, acompañada
de nuevas posibilidades, dirigida por irritaciones,
sensaciones, deseos y asociaciones, y por tanto
poseyendo la facultad de continuar mejorando por
su actividad inherente, y entregando esas mejoras
por generación a su posteridad, un mundo sin fin?

104
También cultivó la poesía científica cuyo exponente
más celebrado es El jardín botánico, uno de los
primeros textos de ciencia popular, en un país como
Gran Bretaña consagrado a la jardinería. Su éxito
editorial se vio eclipsado por los reproches
gubernamentales y del ala más conservadora del
Parlamento dados los postulados políticos que
contenía el poema como la defensa de las
revoluciones francesa y americana, así como la lucha
contra la esclavitud.
Cuando la avaricia, envuelta en el manto de la
religión,
Sacude a Occidente, y la mitad del globo:
Mientras la superstición, acechando a su lado,
Con verdades sagradas anunciado sus sueños
frenéticos,
Y vueltos a la noche el meridiano del sol
Oye, Oh Britannia! potente Reina de islas.
El robo y el asesinato y toman el atuendo de
Comercio.
—El Esclavo, encadenado, suplicando de rodillas,
Extiende sus brazos anchos, y levanta sus ojos a Ti;
Con el hambre pálido, con heridas y fatiga
oprimido,
«¿No estamos hermanos?» en su dolor el resto;
—¡Aire! soportaba el cielo azul sobre tu
inundación
Sus gritos inocentes: Tierra! no cubrir su sangre!

105
Con todo, El Jardín botánico le valió el
reconocimiento como poeta, alabado nada menos
que por Lord Byron. El poema tuvo una gran
influencia en los poetas románticos, lo que le otorgó
fama literaria y el respeto de amigos influyentes,
como el de Wordsworth, Shelley, Coleridge, y Keats,
poetas que lo recocerán como una importante
influencia en sus trabajos.
La vida orgánica bajo las olas lejos de las costas,
nació y creció en las cavernas perladas del océano;
Las primeras formas diminutas, no vistas por lentes
esféricos, se movían en el lodo, o atravesaban la
masa de agua; a medida que florecen las
generaciones sucesivas, adquieren nuevas fuerzas y
extremidades más largas; donde grupos incontables
de vegetación surgen, y mundos que respiran, de
aletas, patas y alas. Templo de la Naturaleza
(1802)
Si bien hoy tiene más predicamento el pasaje donde
aparece descrito el Big Bang creacionista, dado que
Erasmo era deísta y no ateo.
Gira sobre Estrellas cual alegría juvenil.
Marca con curvas brillantes los pasos sin señal de
tiempo;
Cerca y más cerca de su inicio.
Y la disminución de orbes en la disminución de
orbes se funden;
Flores del cielo! vosotras también a la edad debéis

106
ceder,
Frágil como sus hermanas de seda del campo!
Estrella después de la estrella de la bóveda celeste
será precipitada,
Soles se hunden en soles, y aplastan los sistemas de
sistemas,
De cabeza, extinto, con una caída al centro oscuro,
Y la muerte y la noche y el Caos se mezclan todos!
Hasta que del naufragio, emerge de la tormenta,
La Naturaleza Inmortal levanta su forma cambiante,
de su pira funeraria en alas de fuego,
Y se eleva y brilla, otro y lo mismo.

Joseph Lalande (1732-1807)


Y no podemos dejar fuera a Joseph Lalande, quien
pese a recibir su formación en derecho y ejercer
profesionalmente de abogado, su interés por la
astronomía le valió para contribuir a la ciencia con
más de un centenar de artículos y obras, trabajo que
le fue reconocido pasando a formar parte de distintas
academias científicas como la de Francia, Suecia y
76
Prusia, además de la Royal Society.

ESCRITORES
Pero, la filosofía, además de presentarse bajo la
apariencia de tratados conceptualmente rigurosos,
tiene por costumbre desbordar al entendimiento
77
camuflada de literatura , siendo desde esta óptica,

107
que hacemos un huequecillo a autores que siendo
auténticos filósofos han pasado a la posteridad, en el
mejor de los casos, como literatos, poetas,
dramaturgos… cuyo arte en la expresión escrita varias
veces se vio acompañada de la filiación a la
masonería como acontece en los autores que siguen a
continuación.
78
Giacomo Casanova (1715-1798)
Aquí al primero que hemos de citar por derecho
79
propio es a Giacomo Casanova , jurista, clérigo,
empresario, diplomático y escritor veneciano, entre
otros muchos oficios. Hijo de una pareja de actores,
Giacomo Casanova nació en Venecia el 2 de abril de
1725. Advertida su despierta inteligencia con apenas
nueve años fue enviado a Padua donde a las 13
primaveras ya frecuentaba los cursos de la Facultad
de Derecho, donde alcanzaría el doctorado antes de
cumplir los 18 años. En su portento repararía
Malipiero, un aristócrata que le facilitaría acceder a
la carrera eclesiástica, auténtico medio para que un
joven de su valía pudiera prosperar en la escala
social. Bajo ropajes religiosos y con el título de
Doctor en Derecho civil, en 1746 conoció a un
aristócrata veneciano llamado Bragadin quien muy
interesado en lo esotérico puso bajo su protección al
joven Casanova proporcionándole los medios para
que llevara una vida holgada, teniéndole como un
Maestro en la sabiduría oculta de cuyo poder se
suponía le venía tanto y temprano conocimientos,
suposición que, a ojos de sus vecinos se vería

108
aumentada dada la confianza en él depositada por tan
potentado señor. El asunto llegó a oídos de la
Inquisición, por lo que en 1749 Casanova tuvo que
poner pies en polvorosa para no ser apresado en
Venecia.
Fue en este comienzo de su exilio que con 25 años
en 1750 en Lyon, camino de París, fue invitado a
ingresar en masonería dada su brillante carrera
académica, su indudable cultura, mostrar finos
modales, conversación afable… cualidades a las que
antes de ensombrecer engrandecían el haber dejado
los hábitos, estar perseguido por la Inquisición
acusado de ocultista y padecer por ello exilio. A
estos encantos personales se le sumaría en adelante
su pertenencia a la Hermandad cuyos contactos le
sirvieron para sus idas y venidas por todo el
continente y frecuentar los más selectos ambientes de
la época.
Por breve periodo retornó a Venecia, donde
retomaría su próspera relación con el ocultismo y la
persona de Bragadin, lo cual fue motivo suficiente
para que la Inquisición se volviera a fijar en él y lo
arrestara durante la madrugada del 26 de julio de
1755, confinándolo en los calabozos del palacio
ducal. A los testimonios y pruebas recabadas durante
años por las autoridades eclesiásticas, habíasele de
sumar ahora las vestimentas masónicas encontradas
durante el registro e incautación de sus pertenencias,
detalle que no hacía presagiar nada bueno. Allí,
encarcelado, pasó más de un año hasta que escapó la
madrugada del 1 de noviembre de 1756
encaminándose de nuevo a París donde llegó a

109
comienzos de 1757 escapado de la Inquisición, pero
recibido como un héroe entre sus Hermanos masones.
En París, Casanova con fama de dominar saberes
ocultos, se granjeó el favor de la Marquesa Urfe
quien muy interesada en todo lo esotérico, le
proporcionaría los medios necesarios para
mantenerse a cambio de ser instruida en dichos
conocimientos y secretos. Pero Casanova, hombre
inquieto, buscó fortuna también en los negocios y
desde su regreso a París impulsó el juego de lotería
hasta que vendió su participación en dicha empresa a
finales de la década de los cincuenta para invertir sus
rentas en el negocio de la seda, asunto que terminaría
con una acusación de fraude a manos de sus socios,
además de falsificación de documento mercantil, lo
que le animó a abandonar tierras galas, pero no sus
negocios y los problemas, pues en Colonia le
acusaron de impago, en Stutgartt fue encarcelado por
temas relacionados con el juego y un rosario de
percances con la justicia y el juego.
Y sin embargo, antes de que acabara el año, fue
recibido por el Papa Clemente III, que le nombró
Caballero de la Orden de la Santa Espuela, lo que da
testimonio por sí solo de los contactos que tenia en
las altas esferas europeas y de su capacidad
intelectual para acceder a ellas sin poseer gran
riqueza, ni título nobiliario. Asimismo, comprobamos
como en 1763 Federico de Prusia, Hermano masón,
le ofreció el cargo en su milicia como jefe de cadetes
que le aseguraba ciertos ingresos y privilegios. Pero
como quiera que lo rechazara, desde entonces y hasta
su regreso a Venecia en 1774, Casanova deambularía

110
por el continente, desde España hasta Rusia sin
alcanzar ni riqueza ni gloria, metido siempre en líos
con la justicia.
Otra vez en la casilla de salida en su Venecia natal,
a donde se le permitió regresar en 1774, probó como
autor literario donde cosecharía distinta suerte que
nunca fue suficiente para sufragar su tren de vida al
que estaba acostumbrado. Con todo, su fama le hacia
acreedor de invitaciones a los salones más refinados.
Y así lo tenemos en Praga en 1787, en amistoso
encuentro con Mozart, también Hermano masón. Pero
la tranquilidad le duraría poco. De nuevo se vería
perseguido por las autoridades, esta vez a causa de un
escándalo civil que le obligaría a abandonar Venecia
en 1789.
Sin oficio ni beneficio, acudiría en su ayuda otro
Hermano masón, el conde Josef Karl Enmanuel von
Waldstein, quien, interesado en el ocultismo, le
ofrecería un puesto como bibliotecario en su castillo
de Dux, en la actual República Checa. Esta vez,
Casanova lo aceptó. Allí, fue donde en dos años
redactaría Historia de mi vida. La obra no sería
publicada completa hasta la década de los años
sesenta, ya en pleno siglo XX.
En 1797, la República de Venecia desapareció tras
ser invadida por las tropas de Napoleón y un año
después moría en la miseria uno de sus más insignes
figuras.
El Hermano Casanova, aunque de vida agitada
entre persecuciones, encarcelamientos, deudas y de
iguales inquietudes intelectuales variopintas como la
de cualquier Hermano tratado en estos párrafos, su

111
figura, no casa del todo con la Ilustración para los
rancios academicistas que lo sitúan anclado en la
mentalidad del Antiguo Régimen, si bien, leída
80
Historia de mi vida , donde presenta su peripecia
vital, a la luz de su conocida trayectoria amorosa,
afectiva, sexual y financiera con las mujeres, se
podría afirmar y así lo sostengo, que Casanova, lejos
de ser un pérfido Don Juan, fue un auténtico Filósofo
del Amor, y como buen hijo de su tiempo, como el
resto de Ilustrados, buscó el modo de trasladar a las
relaciones de pareja las ideas empiristas de Locke,
procurando trascender al placer y su correspondiente
orgasmo extrayendo conclusiones de primera mano
con las que ayudar al género humano, especialmente,
a la mujer, de la que era admirador y defensor de su
dignidad e inteligencia, como queda palmariamente
81
demostrado en su obra Lana Caprina . En esta
jocosa obra de género epistolar, Casanova arremete
contra dos profesores de anatomía de la Universidad
de Bolonia, que sostenían públicamente la ausencia
casi total de raciocinio en la mujer a causa de su
sexo, postulado compartido en la época por gran
parte de la sociedad.
El hombre se acostumbra desde niño a enfrentarse
y atacar para defenderse de quien quiera oprimirlo,
y con sangre fría va la guerra a derramar sangre, y
desafía en duelo a un competido al que mata o que
lo mata sin cólera (…) [La mujer] no sabe qué es ir
a la guerra, y sus duelos son combates de palabras;
está educada así, y por la fuerza de la educación

112
está reducida a admirar la valentía del hombre sin
poder concebirla ni imitarla.
Expuesto lo anterior, Historia de mi vida, en sí
misma juzgada, es de inmensa categoría como obra
que retrata la sociedad del siglo XVIII, adelantándose
así a las novelas costumbristas y realistas del XIX.
Por sus páginas, entre escarceo amoroso y huida de
sus perseguidores, desfilan como si tal cosa
82
personajes como Mozart , Federico II, Voltaire…
que, casualidad o no, también eran masones. Así, la
obra desde su misma introducción es un claro alegato
de la libertad y razón humana:
El hombre es libre, pero pierde su libertad cuando
no cree en ella y cuanta más fuerza otorga al destino
tanto más se priva de la que Dios le ha dado
proveyéndole de razón, la cual es un átomo de la
divinidad del Creador. Si nos servimos de ella para
ser humildes y justos, no podemos menos de
agradar al que nos la ha dado.
Por lo demás, Casanova escribió cuarenta y tres
obras entre las literarias, económicas, científicas y
políticas, que se dice pronto.

Alexander Pope (1688-1744)


Tampoco se queda corto en excitar la meditación
83
filosófica Alexander Pope, filósofo de la palabra o
84
poeta inglés , implicado en las cuestiones políticas y
debates intelectuales de su tiempo, fundando junto a

113
su amigo Swift el «Scriberium Club». Son muchos los
títulos que evidencian el espíritu masónico profesado,
por ejemplo, Ensayos sobre la moral y Ensayo sobre
85
el hombre, en cuya segunda epístola podemos leer:
Entonces conócete a ti mismo, no supongas a un
Dios que investigar; el estudio del hombre es el
estudio apropiado de la humanidad. Situado en este
istmo de estados intermedios, un ser oscuramente
sabio y rudamente extraordinario: con bastante
conocimiento de la orilla escéptica, con bastante
debilidad por la soberbia del estoico,
pende en el medio; dudando de actuar o descansar;
dudando de juzgarse Dios o animal; dudando si por
su mente o cuerpo optar; nacido solamente morir y
razonando solamente para errar; igual que su
ignorancia su razón es tal, bien sea que piense poco
o piense asaz: caos de pensamiento y de pasión,
todo confundido; aún por sí mismo abusado o
desmentido; creado en parte para elevarse y en
parte para caer; gran amo de todas las cosas, si
bien presa de todas; único juez de la verdad,
arrojado al error interminable: ¡la gloria, broma y
enigma del mundo!
¡Ve, maravillosa criatura! Cabalga a donde la
ciencia lleva, ve, mide la tierra, pesa el aire y
delimita las mareas; instruye a los planetas en qué
orbitas correr, corrige el tiempo antiguo y regula el

114
sol; ve, elévate junto a Platón hacia la esfera
celestial, hasta el bien primero, la perfección
primera y la justicia primera; o pisa el círculo
intrincado que sus seguidores pisaron y perdiendo
el juicio llama imitando a Dios como sacerdotes de
oriente corriendo en torpes círculos y girando las
cabezas para imitar al sol.
Ve, enséñale a la Sabiduría Eterna cómo gobernar
—¡y luego cae en ti mismo y sé un idiota!
Seres superiores, cuando vieron hace poco a un
Hombre mortal desdoblar toda la ley Natural,
admiraron tal sabiduría en una forma terrenal y
mostraron a un Newton como mostramos a un
Simio.
¿Podría él, cuyas leyes atan el rápido cometa,
describir o fijar un movimiento de su cabeza?
¿Quien vio sus fuegos aquí alzarse y allí
descender podrá explicar su propio origen o su fin?
¡Ay, qué maravilla! La parte superior del hombre
puede alzarse sin control y escalar de arte en arte;
mas cuando su propia gran obra ha tan solo
comenzado, lo que hila la razón por la pasión es
deshilado.
Sigue a la ciencia, pues, con la modestia como
guía; primero desnuda todo su bagaje de orgullo;
deduce lo que es solo vanidad o atavío o el lujo del

115
aprendizaje o la pereza; o trucos para mostrar el
alcance del cerebro humano, simple placer curioso
o dolor ingenioso; purga todo o poda las
partes sobrantes de todos nuestros vicios que han
creado artes; luego mira cuán poca la suma restante,
¡la que sirvió al pasado y debe hacerlo en los
tiempos por venir!
Aunque se le recuerde más por su célebre epitafio a
Newton que trasluce debía estar al corriente de la
ciencia de su tiempo más allá de las figuras retóricas
de sus poemas, como corresponde a la mejor de las
metáforas.
La naturaleza y sus leyes yacían ocultas en la
noche;
Dijo Dios: «Que sea Newton» y todo se hizo luz.

Jonathan Swift (1667-1745)


Y ya que la masonería les atrae y ellos se unen,
hemos igualmente de mencionar a Jonathan Swift,
86
escritor y político irlandés, conocido por su obra
filosófica disfrazada de literatura Los viajes de
Gulliver, crítica radical de la sociedad de su tiempo
por medio del recurso conocido como distopía. Fue
también un gran defensor de los pobres y
desamparados como lo prueba su escrito Una
modesta proposición para impedir que los hijos de
las clases bajas de Irlanda sean una carga para sus
padres o para el país y que legara toda su fortuna a
los más desamparados; era plenamente consciente del

116
cambio intelectual de su época, como se verifica en
su primera obra La batalla entre los libros antiguos
y los modernos; muy interesado en los temas sociales
y políticos donde destacamos su acertada crítica en
87
Arte de la mentira política o sus Escritos
subversivos.
(…) La mentira por aumento atribuye a un gran
personaje mayor reputación de la que le pertenece;
y esto para ponerlo en condiciones de servir a
determinado buen fin o propósito. La mentira de
maledicencia, de detracción, de calumnia o mentira
difamatoria es la que arrebata a un gran hombre la
reputación que se ganó justamente, por temor a que
use de la misma en detrimento del público. La
mentira de traslación es la que transfiere el mérito
de una buena acción de un hombre a otro poseedor
de cualidades superiores; o por la que se quita el
demérito de una mala acción a quien la cometió
para transferirlo a un hombre con menores méritos.
(…) En cuanto a las mentiras que anuncian
prodigios, se limita el Autor a sugerir a quienes
quieran inventarlas que sus Cometas, Ballenas o
Dragones mantengan siempre un tamaño razonable;
y que respecto a los temporales, tormentas,
tempestades y terremotos deberá siempre decirse
que ocurrieron a alguna comarca alejada del lugar
en que se está al menos la distancia que un hombre
puede recorrer a caballo en un día.

117
Pero si deseamos tener constancia de su adscripción
a la Hermandad y de su talante en pos de la Libertad,
la Igualdad y la Fraternidad, no ya adelantado a su
tiempo, que también al de sus Hermanos, resulta muy
gratificante leer Una Carta de la Gran Maestra de
88
las Franc Masonas a George faulkner editor donde
se posiciona abiertamente favorable a la iniciación
de las mujeres en la masonería, al paso que da cuenta
de información muy reveladora sobre aspectos
simbólicos relevantes para el masonólogo. Como se
ve, un pequeño gran hombre que influyó con su
pensamiento en personajes de la talla de Jeffersson o
89
Paine.
Viendo que esto ha tardado en convertirse en
Moda en el Pueblo, en Escribir a todos en el
Mundo, en dirigirme a USTED, nuestra Sociedad
de Mujeres Franc-Masones también tuvo que
elegirlo a usted como nuestro Impresor; y así, sin
Prefacio, Arte, o Embellecimiento, (pues la Verdad
y un corto escrito no necesita a ninguno de ellos)
nuestra Logia Femenina tiene todo el Misterio al
igual que cualquier Logia en Europa, con correctas
Instrucciones Escritas; y lo que os parecerá más
extraño a usted, sin la menor mancha de Perjurio.
Para este Tiempo cualquier Lector que sea un
Masón, podrá, yo lo sé, reír y no sin Indignación:
Pero eso no importa mucho, nuestro Sexo les ha
debido largamente a ustedes este buen Cambio:

118
Ustedes han rechazado la admisión a la Reina
Isabel, y aún a Semíramis, Reina de Babilonia,
aunque cada una de ellas (sin Punición) tuviese
gran cantidad de Carne Masculina sobre sus
cuerpos; pero finalmente usted será forzado a
confesar que lo poseemos, y así fue que nosotras
llegamos a esto. (Introducción de Una Carta de la
Gran Maestra…)
90
Marqués de Sade (1740-1814)
Y aquí cometeríamos una gran injusticia con su obra
y con el personaje si no nos atreviéramos a presentar
91
como Ilustrado Iniciado al Marqués de Sade ,
filósofo, escritor, militar, político, autor maldito entre
los malditos en su tiempo, y aún en el nuestro, por ser
en palabras de Apollinaire el espíritu más libre que
jamás haya existido. Siendo entonces de suyo
reconocerle como el más masón entre los masones
que en el mundo han sido y dada su amplísima cultura
y extensa producción intelectual que se derrama en
filosofía, historia, derecho, política, novela y teatro,
donde se aprecian las influencias literarias de las
Sagradas Escrituras, de escritores clásicos como
Homero, Cicerón, Dante, Petrarca, Bocaccio o
Cervantes, de filósofos de la talla de Erasmo,
Hobbes, Maquiavelo, La Metrie, Moro, Locke o
Rousseau y de otros Ilustrados Iniciados como
Montesquieu, Voltaire, Swift o Mirabeau, habremos
igualmente de concederle el rango de Ilustrado,

119
92
seguramente el más Ilustrado entre los Ilustrados.
Si los autores que van desfilando por estas páginas
tienen todos una biografía apasionante, en el caso de
Sade, puede decirse que su vida es de novela, de esas
que a ratos te soliviantan, a ratos te enternecen, ora te
abruman, ora te sorprenden, cuando no te hacen
llorar. Fue represaliado por el Antiguo Régimen, la
Asamblea Nacional revolucionaria, el Consulado, y
el Imperio, pero sobre todo, por su propia familia,
pasando veintisiete años de su vida encerrado en
diferentes mazmorras como la famosa Bastilla y
manicomios, lugares donde sin embargo fue capaz de
continuar su formación intelectual reuniendo inmensas
bibliotecas y su producción literaria, escribiendo
decenas de obras, la mayoría de las cuales fueron
objeto en su tiempo de oprobio y merecedoras del
honor de entrar a formar parte del índice de libros
93
prohibido de la Iglesia Católica.
Su obra, sea tomada por partes o en su conjunto, es
una crítica sin parangón, no exenta de ironía,
sarcasmo y mofa, a la sociedad de su época, a todo el
género humano, a su historia, a su filosofía, a su
religión, a sus instituciones, a los intelectuales y al
poder, sobre todo el Poder. Para Sade, el Poder no es
antes un estado, que una decisión y una conquista. De
este modo, llega el momento en que las distinciones
entre los poderosos desaparecen, y los bandidos son
elevados a la condición de nobles, a la vez que éstos
dirigen pandillas de ladrones, pues es el crimen el
mejor modo de acceder y conservar el Poder. No es
extraño entonces, que causara escándalo su prosa. En
este sentido conviene traer aquí sobre la función que

120
cumplen los intelectuales en la sociedad:
Maldito sea el escritor llano y vulgar que, sin
pretender otra cosa que ensalzar las opiniones de
moda, renuncia a la energía que ha recibido de la
naturaleza, para no ofrecernos más que el incienso
que quema con agrado a los pies del partido que
domina. […] Lo que yo quiero es que el escritor
sea un hombre de genio, cualesquiera que puedan
ser sus costumbres y su carácter, porque no es con
él con quien deseo vivir, sino con sus obras, y lo
único que necesito es que haya verdad en lo que me
procura; lo demás es para la sociedad, y hace
mucho tiempo que se sabe que el hombre de
sociedad raramente es un buen escritor. Diderot,
Rousseau y d’Alembert parecen poco menos que
imbéciles en sociedad, y sus escritos serán siempre
sublimes, a pesar de la torpeza de los señores de
los Débats (…) si desgraciadamente, para colmo, a
uno se le ocurre enunciar sus pensamientos sobre la
religión, he ahí que la turba monacal os aplasta y no
deja de haceros pasar por un hombre peligroso.
¡Los sinvergüenzas, de estar en su mano, os
quemarían como la Inquisición! Después de esto,
¿cabe todavía sorprenderse de que, para haceros
callar, difamen en el acto las costumbres de quienes
no han tenido la bajeza de pensar como ellos? (La
estima que se debe a los escritores)

121
Los temas que escoge, el enfoque que les da, los
personajes que emplea… todo es una burla y
denuncia de los modos y comportamientos que había
y hay detrás de tanta hipocresía y falsedad, de tantos
modales y presunta educación, de tanta ley y
devoción, detrás de tanta cultura, ciencia y
erudición… Así, en sus novelas los personajes
antihéroes, preferentemente clérigos, jueces y cargos
políticos, cometen toda clase de tropelías, maldades,
atrocidades, violaciones, asesinatos, siendo por ello
recompensados con grandes placeres, dicha y
felicidad, como sucede en la vida misma al margen
de los cuentos infantiles que se les narra a los niños
donde todo acaba bien y los malos son castigados con
94
severidad. Por el contrario, los personajes dulces,
virtuosos e inocentes, generalmente doncellas, se ven
abocados a sufrir un sin fin de crueldades que, antes
de verse corregidos, enmendados o reparados, son
motivo de mofa y aún de mayor oprobio. Sin
embargo, conviene reparar en su opinión personal
sobre el crimen:
Nunca, repito, nunca pintaré el crimen bajo otros
colores que los del infierno; quiero que se lo vea al
desnudo, que se lo tema, que se lo deteste, y no
conozco otra forma de lograrlo que mostrarlo con
todo el horror que lo caracteriza. (Ideas sobre las
novelas)
Solo una lectura muy superficial y muy obtusa
podría ver en Sade la alabanza de semejante
perspectiva. Entre sus párrafos, entre violación y
tortura, entre raptos y secuestros, entre amputaciones

122
y desfloraciones, entre eyaculaciones y
sodomizaciones, el genio Ilustrado de Sade iba
filtrando, por si no quedaba claro al lector, su
auténtico pensamiento filosófico muy crítico con la
religión, de la que llegaría a afirmar: «La idea de
Dios es el único mal que no puedo perdonar al
hombre». Mostrándose siempre partidario de la
Razón para abordar cualquier asunto divino o
humano; firme partidario de la igualdad entre los
hombres, cosa que decía a su manera al tratar de la
reciprocidad de derechos fuera entre hombres, entre
mujeres o entre hombres y mujeres:
Darse a todos aquellos que lo desean y tomar a
todos aquellos a quienes deseamos. «¿Qué mal
hago, qué ofensa cometo, diciendo a una bella
criatura, cuando la encuentro: préstame la parte de
tu cuerpo que puede satisfacerme un instante y goza,
si eso te place, de aquella del mío que puede serte
95
agradable?
Me resultaría imposible dar cuenta de su extensa
obra, entre otros motivos porque la que no fue
quemada, o extraviada en su tiempo, ha permanecido
inédita, en su mayoría las obras de teatro con las que
alcanzara cierto éxito y reconocimiento en vida. Con
todo, siguiendo la cronología de los encarcelamientos
y entreactos de su vida, como denominaba a sus
periodos de libertad, estamos en disposición de dar
cuenta de su trabajo más significativo:
En Diálogo entre un sacerdote y un moribundo
(1778), escrito en prisión, nos presenta a un

123
moribundo que convence al cura de que su vida
piadosa ha sido un error.
El Sacerdote: ¿No crees, pues, en Dios?
El Moribundo: No. Y esto por una simple razón.
Es perfectamente imposible creer en lo que no se
comprende. Entre la comprensión y la fe deben
existir conexiones inmediatas; la comprensión es el
primer alimento de la fe; cuando la comprensión no
actúa muere la fe, y ésos que en tal caso
pretendieran tenerla, mienten. Te desafío a que
creas en el dios que me predicas —ya que no
sabrías demostrármelo, ya que no está en ti el
definírmelo, y, por lo tanto, no lo comprendes— y
desde el momento en que no lo comprendes no
puedes suministrarme de él ningún argumento
razonable, pues, en una palabra, todo lo que está
por encima de los límites del espíritu humano es
quimera o inutilidad.
96
En Justine o los infortunios de la virtud (1787)
relata las desgracias de una joven que elige el camino
de la virtud no obteniendo otra recompensa que los
repetidos abusos a los que es sometida por varios
libertinos. En su prólogo podemos leer:
A mi buena amiga
Sí, Constance, a ti dirijo esta obra; a la vez el
ejemplo y el honor de tu sexo, sumando al alma más
sensible la mente más justa y la mejor iluminada,

124
solo a ti corresponde conocer la dulzura de las
lágrimas que arranca la Virtud infortunada.
Detestando los sofismas del libertinaje y de la
irreligión, combatiéndolos incesantemente con tus
actos y tus discursos, no temo en absoluto para ti
los que ha necesitado en estas memorias el tipo de
personajes trazados; el cinismo de algunas plumas
(suavizadas sin embargo lo más posible) no te
horrorizará más; es el Vicio el que, gimiendo por
ser desvelado, se escandaliza así que se le ataca. El
proceso de Tartufo fue incoado por unos
santurrones; el de Justine será obra de los
libertinos. Me inspiran escaso temor: mis razones,
desveladas por ti, no serán condenadas; tu opinión
basta para mi gloria, y debo, después de haberte
gustado, o gustar a todo el mundo, o consolarme de
todas las censuras.
Por otra parte, existen diversos testimonios que
avalan que la posición literaria mantenida por Sade
respecto al daño y crueldad humanas para con los
semejantes era mera ficción y un modo de
denunciarlos.
La guillotina ante mis ojos me ha hecho cien veces
más daño del que me habían hecho todas las
bastillas imaginables.
En la Historia de Juliette o El vicio ampliamente
recompensado (1798), obra que es el negativo de
Justine, narra las aventuras de la hermana de Justine,

125
Juliette, quien, rechaza las enseñanzas de la iglesia
adoptando una filosofía hedonista y amoral, lo que le
proporciona una vida llena de éxito.
La Virtud, entre la Lujuria y la Irreligión. A su
izquierda está la Lujuria, bajo la figura de un joven
cuya pierna rodea una serpiente, símbolo del autor
de nuestros males; aparta con una mano el velo del
Pudor, que protegía a la Virtud de las miradas de
los profanos, y con la otra, así como con su pie
derecho, dirige la caída en la que quiere hacerla
sucumbir. A la derecha está la Irreligión que retiene
con fuerza uno de los brazos de la Virtud, mientras
que con mano pérfida saca una serpiente de su seno
para envenenarla. El abismo del Crimen se
entreabre bajo sus pasos. La Virtud, siempre dueña
de su conciencia, alza la mirada al Eterno, y parece
decir:
¡Quién sabe, cuando el Cielo nos hiere con sus
golpes, si la mayor desgracia no es un bien para
nosotros!
En Los 120 días de Sodoma (1785) el autor
enumera un basto elenco de perversiones sexuales
perpetradas contra un grupo de adolescentes
esclavizados.
Las guerras considerables que Luis XIV tuvo que
sostener durante su reinado, agotando el Tesoro del
Estado y las facultades del pueblo, encontraron sin
embargo el secreto de enriquecer a una enorme

126
cantidad de sanguijuelas siempre al acecho de las
calamidades públicas provocándolas en lugar de
apaciguarlas, para poder sacar más ventajas. El
final de ese reinado, tan sublime por otra parte, es
acaso una de las épocas del imperio francés en que
se vio el mayor número de estas fortunas oscuras
que solo brillan por un lujo y unas orgías tan
secretas como ellas.
En Filosofía del tocador (1795) relata la completa
perversión de una adolescente, llevada a cabo por
unos «educadores», hasta el punto que termina
matando a su madre del modo más cruel posible.
Entre sus páginas desliza un extenso panfleto político,
¡Franceses! ¡Un esfuerzo más si deseáis ser
republicanos!, en el que, se hace un llamamiento a
profundizar en una revolución que se considera
97
inacabada .
No perdamos de vista que esta pueril religión era
una de las mejores armas en manos de nuestros
tiranos: uno de sus primeros dogmas fue el de dar
al César lo del César; pero desalojamos al César y
no queremos ya nada para él. Francés, sería en
vano que os enorgullecierais de que el espíritu de
un clero juramentado no debe ya ser el de un clero
refractario; hay defectos en su naturaleza que no se
corrigen nunca. Antes de diez años, por medio de la
religión cristiana, con su superstición, con sus
prejuicios, vuestros sacerdotes, a pesar de su

127
juramento, a pesar de su pobreza, reanudarían sobre
las almas el imperio que antes invadieran; os
reencadenarían a reyes, porque el poder de éstos
apoyó siempre al de los otros, y vuestra edificación
republicana se vendría abajo, a falta de bases.
¡Franceses! ¡Un esfuerzo más si deseáis ser
republicanos!
En Aline y Valcour (1795) una pareja de jóvenes se
quieren, pero el padre de ella trata de imponer un
matrimonio de conveniencia. En su desarrollo se
incluye el relato La Isla de Tamoc, descripción
utópica de la sociedad.
Los días, que en un matrimonio por conveniencia
solo traen consigo espinas, hubieran dejado que se
abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese
recogido esos días que ahora aborrezco. De la
mano de la felicidad se hubieran desvanecido
demasiado deprisa. Los años más largos de mi vida
no tendrían suficiente para ponderar mi amor. En
veneración continua me arrodillaría a los pies de
mi mujer y las cadenas de la obligación, siempre
recubiertas de amor, habrían significado para mi
corazón arrebatado solo grados de felicidad. ¡Vana
ilusión! ¡Sueño demasiado sublime!
Mientras estaba encarcelado nuevamente en
Charenton, escribió tres novelas históricas: Adelaide
de Brunswick, La marquesa de Gange e Historia
secreta de Isabel de Baviera.

128
Para escribir sobre Historia, es necesario que no
exista ninguna pasión, ninguna preferencia, ningún
resentimiento, lo que es imposible evitar cuando a
uno le afecta el acontecimiento. Creemos
simplemente poder asegurar que para describir bien
este acontecimiento o al menos para relatarlo
justamente, es preciso estar algo lejos de él, es
decir, a la distancia suficiente para estar a salvo de
todas las mentiras con las que pueden rodearle la
esperanza o el terror (prefacio a Historia secreta
de Isabel de Baviera).
Por si esto fuera poco, Sade puso su talento al
servicio de la Revolución. En enero de 1791 se le
invita a la asamblea de «ciudadanos activos» de la
plaza de Vendôme. Colabora escribiendo diversos
discursos, como Idea sobre el modo de sanción de
las leyes o el discurso pronunciado en el funeral de
Marat; se le asignan tareas para la organización de
hospitales y asistencia pública, pone nuevos nombres
a diferentes calles y es nombrado secretario de su
sección. Pero presidiendo una sesión dimite porque,
según sus palabras: «Estoy rendido, exhausto,
escupiendo sangre».

POLÍTICOS
Y como quiera que solo los filosofastros únicamente
se ocupen de filosofastrar sentados ante su gabinete
sin salir de la habitación pergeñando sistemas
ideologizantes, en modo alguno sanos para el

129
intelecto humano, y sepamos que la mayoría de los
filósofos han sido gente de provecho práctico para
sus vecinos y aún el género humano, habremos de
convenir que, algunos de ellos, han reflexionado más
sobre la marcha de los acontecimientos que al margen
de ellos implicándose de tal modo en los hechos
sobre los que meditan, que participan en su mismo
desarrollo y evolución histórica, siendo su figura
reconocida más como políticos y estadistas que como
filósofos sociales. De esta especie son los personajes
que se citan en este apartado.

Edmund Burke (1729-1797)


Un buen exponente de esta clase de filósofos
comprometidos con su sociedad y su tiempo es,
98
Edmund Burke filósofo, político y escritor Irlandés
considerado Padre del liberal-conservadurismo
británico, tendencia que él llamaba old whigs (viejos
liberales), en contraposición con los new whigs
(nuevos liberales) que se mostraban favorables a la
Revolución Francesa, motivo por el cual, su figura
para muchos quedaría fuera de la Ilustración, pero no
para mi, si como dije al inicio lo confrontamos con el
ejemplo de De Maistre.
Autor de la Indagación filosófica sobre el origen
de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello,
donde expresa sus teorías filosófico-estéticas que
influirán en el pensamiento de Kant, ingresó en 1766
en el Parlamento destacando por su oratoria y
profundidad analítica. Declaró que sus intervenciones
estaban más bien guiadas por la humanidad, la razón

130
y la justicia, y no solo ya por consideraciones
legales. En este sentido fue reconocida su vehemencia
en la defensa de los pobres.
Cuando digo que nosotros, el pueblo, debemos
estar informados, digo también que no debemos ser
halagados. (…) Nada podría ser más bajo y más vil
que ese lenguaje político que habla de los pobres
trabajadores. No les ayuda en nada, sino que insulta
su pobreza. Surge de una carencia total de caridad
o de entendimiento. Una necesidad no se alivia por
otra necesidad. Sólo hay que recomendarles
paciencia, trabajo, sobriedad, frugalidad y religión.
Todo lo demás es engaño. Es horrible referirse a
ellos como los que alguna vez fueron trabajadores
felices (Sobre la escasez).
Era partidario de conceder la independencia a las
colonias americanas ocupándose de la cuestión en
textos de discursos como Conciliación con las
colonias. En sus Reflexiones sobre la Revolución
Francesa, ciertamente expresa su rechazo a dicho
movimiento. Los defensores de la Revolución
reaccionaron contra esta postura y acabó dejando el
parlamento y el partido Whig, si bien con motivo de
la guerra con Francia su postura se vio fortalecida en
su tiempo y aún en el nuestro.

George Washington (1732-1799)


99
Entre los estadistas, sobresale George Washington
uno de los padres fundadores de los EEUU y su

131
primer presidente, que a diferencia de otros jefes de
estado adscritos al Despotismo Ilustrado, supuso la
traducción institucional de los valores democráticos
en la cúspide del gobierno.
Washington colocó la primera piedra del Capitolio
de Estados Unidos de América luciendo sus
vestimentas masónicas y con su discurso de
despedida hizo lo propio, por medio de expresiones e
ideas para fundamentar intelectualmente lo que fuera
su obra.
Rechazó firmes propuestas de una buena parte de
sus seguidores, de convertirse en el nuevo rey de las
colonias. A partir de esta fase, Washington fue claro
en no repetir la experiencia monárquica y absolutista
de Inglaterra y el resto de Europa, e insistió
vehementemente en un enfoque equilibrado entre lo
republicano, lo unionista y lo federalista. En 1789 fue
electo como el primer presidente de la nueva nación,
para un periodo de cuatro años, ya con una
constitución federalista. Fue reelecto para un segundo
mandato y propuesto para un tercero a partir de 1797,
100
el cual no aceptó.
La renuncia a un tercer mandato fue argumentada en
su celebérrimo discurso de despedida al pueblo de
los EEUU de 1796, una especie de testamento
político con el que a modo de consejos habría de
influir en el curso de la nación americana en los
siglos venideros. Las vigas maestras sobre las que se
apoya dicho discurso son: la Libertad del individuo
fundada en la virtud y la Unidad de la Nación
sustentada en sus instituciones dotadas de fuerza pero
limitadas por el equilibrio entre los poderes, ideas

132
ilustradas recogidas de Montesquieu, Voltaire o
Sieyés que se van desgranando entre voces como
esculpir, edificio, columnas, trabajo, respeto a las
leyes, armonía… que evidencia lo presente que tenía
el autor los valores masónicos durante su redacción.
Discurso al Pueblo de los EEUU
Amigos y conciudadanos:
(…) Hallándose el amor de la libertad tan
profundamente esculpido en vuestros corazones, no
son precisas mis palabras para fortificarlo.
Amáis la unidad del gobierno, que os constituye
un solo pueblo; y la amáis justamente, porque es la
principal columna del edificio de vuestra real
independencia, el sostén de la tranquilidad
doméstica, y de la paz exterior, de vuestra
seguridad, prosperidad, y de aquella libertad que
apreciáis tanto. Pero como es fácil prever, que por
diferentes causas, y por varios lados se trabajará
mucho, y se emplearán muchos artificios para
debilitar en vuestros ánimos la convicción de esta
verdad; (…) es de un momento infinito que estiméis
el valor inmenso de vuestra Unión nacional para
vuestra felicidad individual y colectiva: que
abriguéis a favor suyo una adhesión cordial,
habitual é inmutable; acostumbrándoos a mirarla
como el paladium de vuestra seguridad y
prosperidad política; desvelando por su

133
conservación con una ansiedad celosa, y cortando
aun la sospecha de que en algún caso pueda
abandonarse; y mirando con la mayor indignación
aun las apariencias de los atentados cometidos para
separar una porción de nuestra patria de lo restante,
o para debilitar los sacrosantos vínculos que a
todos nos unen. (…) corristeis una misma fortuna,
sufristeis unos mismos trabajos, lograsteis juntos un
mismo suceso.
(…) Así pues, mientras cada parte de la patria
recibe de la unión un interés inmediato y particular,
todas unidas no pueden dejar de hallar en la
combinación de medios y esfuerzos un gran poder,
grandes recursos, y por consiguiente seguridad, y la
esperanza de una paz inalterable. )…) Esto mismo
las libertades de la dura necesidad de mantener
grandes cuerpos militares, estableciendo que bajo
todas las formas de gobierno es funesto a la
libertad, y principalmente a la libertad republicana.
(…) El respeto a las autoridades, la observancia
de las leyes, son deberes que imponen las máximas
fundamentales de la verdadera libertad. La base de
vuestro sistema político es el derecho que tiene el
pueblo de hacer y alterar la constitución y forma de
gobierno.- Pero la Constitución existente, mientras
no se varíe por la voluntad explícita y auténtica de
todo el pueblo, es religiosamente obligatoria para

134
todos. La verdadera idea del poder y derecho del
pueblo de establecer su propio gobierno, presupone
la obligación de cada individuo de obedecer al
gobierno establecido.
(…) trataré ahora con más extensión de cómo
debéis preservaros contra los inconvenientes del
espíritu de partido en general.
Por desgracia, dicho espíritu es inseparable de
nuestra naturaleza, pues tiene sus raíces en las
pasiones más fuertes del corazón humano. Bajo
diversas formas existe en todos los gobiernos, más
o menos sofocado, y más o menos contenido. Sus
vicios se descubren, en toda su extensión, en los
gobiernos populares, de los cuales es el peor
enemigo.
La dominación alternativa de las pasiones
políticas, agitadas entre sí por el espíritu de
venganza y las disensiones de partido es causa del
espantoso despotismo que ha cometido los más
horribles excesos durante muchos siglos en
diferentes países. Esa dominación conduce a otro
despotismo más visible y permanente, pues los
desórdenes y miserias de aquél predisponen el
espíritu a buscar seguridad y descanso en el poder
absoluto de un individuo; y, tarde o temprano, el
jefe de algún sector dominante, más hábil o más
afortunado que sus rivales, acaba por aprovechar

135
esa inclinación de los ánimos para elevar su
poderío sobre las ruinas de la libertad pública.
(…) El espíritu de partido trabaja constantemente
por desorientar al pueblo y corroer la regularidad
de los servicios públicos; agita la opinión con
celos infundados y falsas alarmas; enardece las
animosidades de unos contra otros; da ocasión a
tumultos e insurrecciones; y abre los caminos por
donde fácilmente penetran hasta el mismo gobierno
las corrupciones e influjos extraños a través de las
pasiones facciosas, sujetando a la política de otros
la voluntad del país.
Muchos opinan que los partidos que actúan en
países libres son un freno útil para los gobiernos y
contribuyen a conservar el espíritu de libertad. Esto
es quizá verdad hasta cierto punto. En los gobiernos
monárquicos el patriotismo puede mirar el espíritu
de partido, si no con favor, al menos con
indulgencia. Pero en los de carácter popular, en los
gobiernos puramente electivos, no se debe fomentar
ese espíritu, porque a la disposición natural de los
mismos nunca faltará el espíritu de partido
suficiente para todos los efectos en que sea
laudable. Y como siempre hay peligro de que
traspase sus límites, debe ponerse un discreto
empeño en disminuirlo y mitigarlo mediante la
fuerza de la opinión pública. El espíritu de partido

136
jamás debe apagarse del todo; pero deberá ser
objeto de una vigilancia constante para que no
devore con sus llamas en lugar de caldear.
Importa igualmente que los hombres encargados
del gobierno de un país libre limiten su acción a las
respectivas esferas constitucionales, evitando que
en el ejercicio de los poderes ningún departamento
usurpe las funciones de otro. El espíritu de
usurpación tiende a concertar los poderes en uno
solo, y crea de tal modo un verdadero despotismo,
sea cual fuere la forma de gobierno. Está
demostrado por la experiencia, tanto de los tiempos
pasados como de los nuestros, y aun en nuestro
mismo país, la necesidad de sujetar el ejercicio del
poder político, dividirlo entre diferentes
depositarios que se vigilen recíprocamente y que
cada uno se constituya en protector del bien común
contra las invasiones de los demás poderes, porque
su conservación es tan importante como la
institución del poder.
Si el pueblo encuentra viciosa la distribución de
los poderes constitucionales y desea modificarla,
dejad que se corrija por el procedimiento que
señale la Constitución. Jamás debe hacerse la
reforma por medios ilegales, ni por usurpaciones
que aunque pretendan el bien, destruyen a los
gobiernos y causan el mal permanente de su

137
ejemplo, superior a cualquier parcial o pasajero
beneficio que reporten.
La religión y la moral son apoyos necesarios para
fomentar las disposiciones y costumbres que
conducen a la prosperidad de los estados. En vano
se llamaría patriota el que intentase derribar esas
dos grandes columnas de la felicidad humana,
donde tienen sostén los deberes del hombre y del
ciudadano. Tanto el devoto como el mero político
debe respetarlas y amarlas.(…) Sólo a base de una
gran cautela podríamos lisonjearnos con la
suposición de que la moralidad pueda sostenerse
sin la religión. Por mucho que influya en los
espíritus una educación refinada, la razón y la
experiencia nos impiden confiar que la moralidad
nacional pueda existir eliminando los principios de
la religión. Es una verdad, que la virtud o
moralidad es un resorte necesario del gobierno
popular. Esta regla se extiende ciertamente con más
o menos fuerza a toda clase de gobierno libre.
(…) Promoved, pues, como un objeto de la mayor
importancia las instituciones para que se difundan
los conocimientos. Es esencial que la opinión
pública se ilustre en proporción de la fuerza que
adquiere por la forma de gobierno.
Es también condición importante para el
sostenimiento de un gobierno conservar el crédito

138
público, manantial de fuerza y seguridad. Uno de
los medios para conseguirlo es usar de él lo menos
posible y eludir gastos innecesarios, procurando
mantener la paz, pero sin olvidarse de que haciendo
algunos desembolsos para conjurar el peligro, se
ahorran luego mayores gastos para repelerlo;
también evitar que se acumulen deudas, no solo
huyendo de las ocasiones de gastar, sino haciendo
vigorosos esfuerzos en tiempo de paz para pagar
las deudas que hayan ocasionado las guerras
inevitables, y no cargar a la prosperidad, de un
modo poco generoso, con un peso que nosotros
debemos soportar. Si bien la ejecución de estos
principios corresponde a vuestros representantes
debe sin embargo cooperar a ello la opinión
pública. Para que puedan estos cumplir con sus
obligaciones con más facilidad es indispensable
que tengáis presente siempre, que para pagar
deudas se necesitan rentas, que para tener estas son
necesarios impuestos; que no hay impuesto que no
sea más o menos incómodo o desagradable; que la
dificultad intrínseca que acompaña la elección de
los objetos que se han de gravar, debe servir de un
motivo decisivo para juzgar con prudencia de las
intenciones del gobierno que la hace, e igualmente
para reposar en ella y soportar los medios que las
necesidades públicas pueden exigir en cualquier

139
tiempo, a fin de obtener rentas para obtenerlas.
(…) ¿Será posible que la Providencia no haya
vinculado la felicidad de una nación a su virtud?
(…) Nada sería tan esencial para la ejecución de
semejante plan como cultivar unos sentimientos
justos y amistosos hacia todas las naciones
extranjeras, excluyendo toda clase de antipatías y
ciegas pasiones. La nación que quiere o que
aborrece sistemáticamente a otra es de algún modo
esclava de ella.
(…) De aquí resultan choques frecuentes y feroces
guerras, envenenadas y sangrientas. Una nación
dominada por el odio o resentimiento, obliga a la
vez al gobierno a entrar en una guerra opuesta a los
mejores cálculos de la política. El gobierno
participa unas veces de esta propensión nacional, y
adopta por la pasión lo que la razón repugnaría;
otras veces instigado por el orgullo, la ambición u
otros motivos siniestros y perniciosos hacer servir
la animosidad nacional a los proyectos hostiles.
Por esta causa muchas veces la paz de las naciones
se ha sacrificado, y acaso también, en algunas
ocasiones su libertad.
(…) Conciudadanos míos: Les suplico que me
creáis; la vigilancia de una nación libre debe estar
siempre despierta contra las artes insidiosas del
influjo extranjero, pues la historia y la experiencia

140
prueban que este es uno de los enemigos más
mortales del gobierno republicano. (…) La Europa
tiene particulares intereses que no nos conciernen
en manera alguna o que nos tocan muy de lejos. De
ahí el que se vea envuelta en disputas frecuentes
que son esencialmente ajenas a nosotros. Sería,
pues, imprudente mezclarnos a las vicisitudes de su
política o entrar en las alternativas y choques
inherentes a su amistad o enemistad sin tener
nosotros un interés directo. Nuestra situación
geográfica nos aconseja y permite seguir un rumbo
diferente.
(…) Nuestra política debe consistir en retraernos
de alianzas permanentes hasta donde seamos libres
de hacerlo, sin que por esto patrocine yo la
infidelidad a los tratados existentes. (…) La
política, la humanidad y el interés común
recomiendan la buena armonía y amistosas
relaciones con todos los países.
Nuestra política mercantil se debe apoyar en la
igualdad e imparcialidad, sin solicitar ni conceder
beneficios especiales ni preferencias: consultando
el orden natural de las cosas difundiendo y
diversificando por medios suaves los manantiales
del comercio, sin forzar cosa alguna; estableciendo
para dar al comercio una dirección estable, definir
los derechos de nuestros comerciantes y

141
proporcionar al gobierno los medios de
sostenerlos, reglas convencionales de
comunicación, las mejores que permitan las
actuales circunstancias y la opinión mutua, pero
momentáneas y susceptibles de variarse y
abandonarse según lo exigiesen las circunstancias;
teniendo siempre presente que es una locura
esperar de otra nación favores desinteresados; que
lo que acepte bajo este concepto será preciso que
lo pague con una parte de su independencia; (…)
No puede haber error mayor que esperar o contar
con favores verdaderos de nación a nación.
(…) Los archivos públicos y otras pruebas de mi
conducta acreditan hasta qué punto los principios
que acabo de recordaros me guiaron en el
desempeño de mi cargo.
101
Thomas Paine (1737-1809)
Político, filósofo, fundador de los EEUU, impulsor
de la democracia y los valores liberales, de Thomas
Paine, a diferencia de otros personajes recogidos en
este volumen, no existe constancia documental ni
testimonial de su pertenencia masónica. Sin embargo,
son muchos los indicios de que su vínculo con la
Hermandad fue más allá de un contacto externo o
mero interés intelectual.
Cierto es que, en su tiempo, frecuentar la amistad de
masones no era cosa difícil, que participar junto a

142
ellos en empresas y proyectos civiles, culturales y
políticos, tampoco era nada extraño, que luchar a
favor de la libertad de los pueblos y la igualdad entre
las gentes, era bandera de muchos ilustrados, que
hacer público su frontal rechazo a la esclavitud y
trabajar por su abolición igualmente era de muchos
intelectuales… y hemos de reconocer que todos estos
detalles aún sumados en su conjunto no pasan de ser
pruebas circunstanciales, sin embargo toman nueva
fuerza significativa iluminados por el hecho, este sí
infrecuente, de que se molestara en escribir un ensayo
titulado Origen de la masonería, donde elogiaba a la
Hermandad, dato este bastante revelador y que, a mi
juicio, hace merecedor a Thomas Paine de aparecer
en estas páginas.
Aparte de lo dicho, su entera obra fue un alegato
Ilustrado propio de un Iniciado en masonería. Por
ejemplo, en La Edad de la Razón se inclina por la
racionalidad del deísmo en contra de la religión
institucionalizada:
No creo en el credo profesado por la iglesia
judía, por la iglesia romana, por la iglesia griega,
por la iglesia turca, por la iglesia protestante, ni
por cualquier otra iglesia que conozca. Mi mente es
mi iglesia. Todas las instituciones eclesiásticas
nacionales, ya sean judías, cristianas o turcas, me
parecen nada menos que invenciones humanas
creadas para horrorizar y esclavizar a la
humanidad, y monopolizar el poder y el lucro.
102
En su texto Justicia Agraria , donde aborda el

143
principio de propiedad introduce un concepto muy
adelantado a su época y aún a la nuestra como es el
de la renta mínima garantizada:
La propiedad personal es un efecto de la
sociedad; es tan imposible que un individuo
adquiera propiedades personales sin ayuda de la
sociedad, como lo es que cree las tierras. Separad
a un individuo de la sociedad, dadle la posesión de
una isla o de un continente, y no podrá adquirir
propiedades personales, no podrá hacerse rico.
103
En Los Derechos del Hombre refutó los sofismas
esgrimidos por Burke en sus Reflexiones sobre la
Revolución Francesa y de paso se convertiría en un
referente para fundamentar la libertad e igualdad
humana, todo un antecedente intelectual de la Carta de
los Derechos Humanos promulgada por la ONU, tras
la Segunda Guerra Mundial. En el prólogo hace
conscientes a sus lectores de la trascendencia de las
páginas que tenía en sus manos:
El Hombre hallará en esta Obra todos sus
derechos, natural, civil, y religioso definidos con
mayor perfección y acierto de lo que podía
figurarse, y dando actividad a su juicio se sentirá
animado en la causa universal de la humanidad con
aquel fervor, que emana solamente de la reflexión y
una recta conciencia. Mirará con horror a la mano
feral de usurpación y despotismo, y le acongojara
la memoria de las imposiciones en que se dejó

144
enredar por las tramas de pocos hombres aleves y
venales.
Se congratulará ahora a sí mismo de que haya
amanecido la época, en que la luz de la razón
saliendo con resplandor, distingue las máximas
sanas de las doctrinas erróneas, quedando
convencido de la utilidad de las primeras a
preferencia de las segundas. Mirando a su interés,
no renunciará aquellos derechos que son inherentes
a su naturaleza, ni acordará tampoco privilegios
que excedan los límites, sobre los cuales debe
ejercer su beneplácito y autoridad.
La Verdad y la Razón son atributos del hombre, y
bajo de ellos puede para siempre manifestarse
según dictare su concepto, y muy presuntuosos
serán aquellos que intentasen ponerle obstáculos.
Pertenece a la libre y esclarecida voz de la
Sociedad, la decisión sobre sus derechos y medras;
y así que perciba ser ellos pervertidos apocados,
toca a ella componerlos. La Sociedad saldrá
siempre con acierto en toda reforma, por tal que el
dictamen general la determine. Pensar de otra
suerte, es vanidad; siendo así que el suponer que
los hombres juntan sus pareceres para perjudicar la
causa común, es lo mismo que tenerlos por faltos
de amor propio, discreción y juicio.
Sea entonces que en esta sarta de textos sobre la

145
libertad y la igualdad aparece también el ensayo
referido sobre la Fraternidad, El origen de la
masonería donde expone la tesis de que esta
provenía de un culto al sol transmitido por los
104
druidas.
Los masones, con la intención de protegerse a sí
mismos de la iglesia cristiana, en sus logias
siempre han hablado en forma mística de la figura
105
del Sol, o como el astrónomo Lalande , quien es
un masón, han permanecido en silencio sobre el
tema.
En este escrito, el autor demuestra estar al tanto de
los pormenores de la masonería contemporánea,
mostrándose muy proclive a sus valores. Todo lo
contrario para con el cristianismo.
La religión cristiana es una parodia de la
adoración del sol, en la cual se puso a un hombre al
que llamaron Cristo en el lugar del sol, y le
ofrecieron la adoración que originalmente se
ofrecía al sol.
¡Qué diferente es esto a la simple y pura
profesión del deísmo! El verdadero deísta tiene
una sola deidad; y su religión consiste en
contemplar el poder, la sabiduría y la benignidad
de la Deidad en sus obras, y en su esfuerzo por
imitarlo en toda cuestión moral, científica y
mecánica.

146
No existe, hoy por hoy, registro documental o
testimonio que sostenga positivamente la pertenencia
de Paine a la masonería, aunque ya es casualidad que
tras vivir dos años como invitado en la casa parisina
de Nicolás de Bonneville, comprometido masón,
entre 1797 y 1802, al poco tiempo redactase una obra
sobre masonería.
106
Thomas Jefferson (1743-1826)
Un segundo Thomas, nos pone las cosas más
difíciles. Al igual que Paine, cuenta en su haber con
todos los requisitos para aparecer en nuestro estudio
sobre la Ilustración Iniciada, salvo un documento o
testimonio positivo que lo acredite o eso se dice por
doquier, pues como veremos a continuación, hay
indicios suficientes para correr el riesgo de
reconocerlo como masón antes de cometer la
107
injusticia de no hacerlo.
La mayoría de masonólogos en virtud de un
rigorismo historicista simplón, se creen más
profesionales descartando la pertenencia de Thomas
Jefferson, entre otros muchos casos, a la masonería
que aceptando como muy probable su posibilidad,
matización con la que pondrían a salvo su prurito de
infalibilidad como historiadores de la Hermandad,
por no haber, según ellos, documento o testimonio
que acredite fehacientemente su adhesión a la
Hermandad. Sin embargo, como bien dice Todd E.
Creason, hay varios registros de la época que hacen
más verosímil su pertenencia a la masonería que su
descarte, más allá de toda duda razonable y de

147
compartir trato y amistad con otros masones como
Franklin, Jones o Voltaire, verbigracia, que en la
universidad, hubiera sido miembro de una
108
organización secreta llamada la FHC Society , que
109
el Dr. Joseph Guillotin informó que Jefferson
asistió a reuniones en la prestigiosa logia Les Neuf
Soeurs en París, que en vida se nombrara a una logia
con su nombre o que tras su fallecimiento, el 4 de
Julio de 1826, la Gran Logia de Carolina del Sur y la
Gran Logia de Louisiana llevaran a cabo ritos
funerarios masónicos y procesiones en su memoria.
Si a estos reveladores datos le sumamos los hechos y
obras que jalonan su vida, y especialmente su
condición de Arquitecto, la conclusión mía es que fue
masón, porque así le reconocieron sus hermanos.
Thomas Jefferson fue político, filósofo, arquitecto,
110
entre otras muchas ocupaciones . Padre fundador de
los EEUU, tercer presidente de los EEUU, principal
autor de la Declaración de Independencia y fundador
de la Universidad de Virginia.
Jefferson fue en vida y obra un ferviente defensor de
las ideas republicanas, de la separación de la Iglesia
111
y el Estado, la libertad y la democracia, siendo su
112
posición muy cercana a las tesis de John Locke.
Pero, además, Jefferson recelaba del enorme poder
que se le concedía políticamente a la banca; así
podemos observarlo en la carta remitida a John
Taylor, el 28 de mayo de 1816:
El sistema de la banca nosotros lo hemos
reprobado por igual. Yo lo contemplo como un

148
borrón en todas nuestras constituciones, que, si no
se protegen, terminará en su destrucción, ya que ya
están siendo golpeadas por los jugadores corruptos,
y está arrasando en su progreso, la fortuna y la
moral de nuestros ciudadanos.
Jefferson defendió intelectualmente la libertad, la
igualdad y hasta la fraternidad humanas como se
aprecia en el borrador original de la Declaración de
Independencia por él redactado.
Sostenemos que estas verdades son sagradas e
innegables, que todos los hombres son creados
iguales e independientes, que a partir de su
creación en igualdad se les han conferido derechos
inherentes e inalienables, entre los que están la
preservación de la vida, la libertad y la búsqueda
de la felicidad; que para garantizar estos extremos,
los gobiernos se instituyen entre los hombres, que
derivan sus justos poderes del consentimiento de
los gobernados; que siempre que cualquier forma
de gobierno pasa a ser destructiva de estos fines, es
derecho del pueblo alterarla o abolirla, e instituir
un nuevo gobierno, que se funde en dichos
principios y organice sus poderes en tal forma que
a su juicio, ofrecerá las mayores probabilidades de
alcanzar su seguridad y felicidad.
En cuanto a la democracia, su planteamiento era
abiertamente radical: los mandatos breves, la
revocación de los representantes, la desconfianza en

149
la fuerza de la riqueza sobre la consideración del
interés general, el compromiso ciudadano, la elección
popular y revocación de jueces, la confianza en el
pueblo…, sobre estas cuestiones se pronunciaría en
numerosas ocasiones lo que le valdría ser
identificado por la democracia burguesa
representativa como un libertario.
Nosotros, en los Estados Unidos, como Vd. sabe,
somos demócratas por la Constitución y por
conciencia. Consideramos la sociedad como una de
las necesidades naturales con las cuales el hombre
ha sido creado; que está dotado de facultades y de
cualidades para su satisfacción con concurso de
otros que están en su misma situación; que, cuando
en el ejercicio de estas facultades, ha construido
una sociedad que tiene derecho a regular y
controlar solidariamente con todos aquellos que
han concurrido a conseguirlo y a los que no puede
excluir ni de su disfrute ni de su gobierno de la
misma manera que los demás no pueden excluirle a
él. Pensamos que la experiencia ha demostrado que
es menos peligroso para la masa de individuos que
compone la sociedad, el reservarse para si
personalmente el ejercicio de todos los poderes
legítimos para los que son competentes y delegar
aquellos para los que no lo son en representantes
nombrados por ellos mismos y revocables
inmediatamente por una conducta desleal. Por lo

150
tanto, para nosotros, el pueblo (que equivale a la
masa e individuos que compone la sociedad), al ser
competente para juzgar los hechos que se producen
en la vida corriente, conserva las funciones de
juzgar sobre hechos recibiendo el nombre de
jurados; y al no estar cualificados para la gestión
de los asuntos que exigen una inteligencia por
encima del nivel común pero si siendo competentes
sobre todo lo humano, elige, para su
administración, a representantes. Unos nombrados
directamente por ellos mismos, otros por
intermedio de electores, elegidos a su vez. De
hecho, nuestro Presidente se elige por nosotros
mismos directamente pues no votamos a A como
elector más que a condición que éste vote a B.
Elegimos directamente a nuestros representantes y
al Senado, y a los jueces a través de electores. Y
creemos que la opción de proximidad y el poder de
revocación son la mejor garantía que la experiencia
ha sancionado para asegurar una conducta honrada
por parte de los funcionarios de la sociedad. Las
tres o cuatro destilaciones tienen, efectivamente,
una apariencia seductora. Podríamos concebir,
prima facie, que el ultimo extracto seria el alcohol
puro la sustancia, rectificado tres o cuatro veces.
Pero a media de que son cada vez mas sublimados,
se hacen también más alejados del control de la

151
sociedad; y el carácter humano, creemos, exige en
general un control constante e inmediato que impida
que se desvíe del bien por las seducciones del
egoísmo.
(…)
La libertad, la verdad, la honradez, el honor,
constituyen los cuatro puntos cardinales de su
sociedad. Creo, igual que Vd., que la moralidad, la
compasión, la generosidad, son elementos innatos
de la constitución human; que existe un derecho
independiente de la fuerza, que un derecho de
propiedad se fundamenta en las necesidades
humanas, en los medios de los que nos dotamos
para satisfacer nuestras necesidades, y el derecho a
la adquisición de propiedad por esos medios sin
violentar los derechos de nuestros semejantes
dotados de razón; que nadie tiene el derecho de
molestar a otro en el ejercicio sin mala de sus
facultades para satisfacer aquellos sentimiento que
forman parte de su naturaleza; que la justicia es la
ley fundamental de la sociedad; que la mayoría,
cuando oprime a un individuo es culpable de un
crimen, abusa de su fuerza y obrando conforme a la
ley del mas fuerte esta destrozando los fundamentos
mismos de la sociedad; que la acción de los
ciudadanos personalmente, en los asuntos que están
a su alcance y competencia y en todos los demás

152
por intermediario e sus representantes elegidos de
manera directa y revocables por ellos mismos,
constituye la esencia de una republica; que todos
los gobiernos son mas o menos republicanos en la
medida que este principio entra en la misma
proporción en su composición; y que la forma de
gobierno representativo es capaz de extenderse
sobre una gran extensión mejor que de otra forma.
Esto, amigo mío, es lo esencial sobre lo que ambos,
Vd y yo, estamos de acuerdo, no obstante en nuestro
celo por mantenerlo, podemos discrepar en cuanto
a la estructura social que pueda asegurarlo de la
manera mas adecuada.
Para P.S. DuPont de Nemours
Poplar Forest, a 24 de abril de 1816

Jean Paul Marat (1743-1793)


Ya montados en el triciclo de Ilustración-
113
Revolución-Masonería, encontramos a Marat ,
filósofo de la naturaleza, político y activista francés
cuya primera publicación Ensayo filosófico sobre el
hombre critica el desdén de Helvetius por la ciencia,
lo cual le valió a su vez una furibunda diatriba por
parte de Voltaire, que le engrandecería como autor.
Posteriormente presentaría numerosos artículos en la
Academia de Ciencias francesa sobre el calor, la luz
y la electricidad que atrajeron la atención de
Franklin. Escribiría infinidad de discursos donde las

153
ideas ilustradas se ponían al servicio revolucionario
como en Las Cadenas de la esclavitud.
Cuando la educación no ha cultivado las almas y
los gobiernos no fomentan el desprecio por el oro,
la pobreza deprime los corazones y los somete a
dependencia, lo que lleva inevitablemente a la
servidumbre.
(…)
Mientras las riquezas del estado se encuentren
limitadas a su territorio y la tierra se reparte
aproximadamente de manera igual entre sus
habitantes, todos tienen las mismas necesidades y
los mismos medios para satisfacerlas; por lo tanto,
los ciudadanos, teniendo entre ellos las mismas
relaciones, dependen unos de otros. Es la posición
mas propicia para gozar de toda la libertad que un
gobierno es susceptible de ofrecer.
Pero cuando, por una serie de rapiñas y de
bandidaje, por la avaricia de unos y prodigalidad
de otros, la tierra pasa a caer en pocas manos, esas
relaciones necesariamente se alteran. las riqueza,
esa escondida vía para conseguir poder, se
convierte infaliblemente en servidumbre; mientras
se desvanece la clase de ciudadanos
independientes, el Estado no se compone mas que
de amos y súbditos.
Entre sus escritos de derecho, destaca su Plan de

154
legislación criminal basado en las ideas de
Beccaria, adalid de los derechos humanos y de la
lucha contra la tortura.
Sobre el orden social
Por poco que se tenga en ánimo inclinado a la
reflexión, no es casi posible investigar sobre lo que
turba el orden social sin examinar antes en qué
consiste ese orden. De esta manera, llevados a
examinar los lazos de la sociedad hay que dar por
admitido absolutamente un convenio entre sus
miembros. Iguales derechos, ventajas reciprocas,
ayuda mutua, he ahí lo que deben ser sus
fundamentos. Libertad, justicia, paz, concordia,
felicidad, he ahí lo que deben de ser los
resultados…
Sobre la obligación del sometimiento a la ley
Los hombres se reúnen en un cuerpo social por su
interés común. No han hecho las leyes, más que
para establecer sus derechos respectivos y no han
establecido un gobierno mas que para asegurar el
disfrute de esos derechos.
Si renuncian ejercer la venganza por su propia
mano es para confiarla al brazo público. Si
renuncian a la libertad natural es para adquirir
libertad civil. Si renuncian a la comunidad
primitiva de bienes es para poseer como propio
alguna parte.

155
(…)
Sobre una tierra cubierta por doquier de
posesiones de otro y de la que no pueden
apropiarse, quedan reducidos a morir de hambre.
De manera que si no obtienen de la sociedad mas
que desventajas, ¿están obligados a respetar la
leyes? No, sin duda. Si la sociedad les abandona,
vuelven al estado de naturaleza y cuando
reivindican entonces por la fuerza los derechos a
los renunciaron para asegurarse una ventaja mayor,
toda la autoridad que se oponga a ellos es tiránica y
el juez que les condene a muerte no es mas que un
cobarde asesino.
Sobre los falsos crímenes de Estado
Desde que los que tienen las riendas del gobierno
se consideran como amos absolutos de los pueblos,
¡cuantos pretendidos crímenes de Estado que no
tienen por objeto el Estado existen!.
No hay de que sorprenderse: hombres que querían
destruir la libertad temían todo lo que la podía
mantener, y para deshacerse de los que tienen la
valentía de oponerse a ese negro designio, era
necesario considerarles culpables y de inmediato
convirtieron en un crimen el amor a la patria.
Destruida la libertad, temieron todo lo que podía
recordársela en el ánimo y erigieron en crímenes la

156
desobediencia a leyes injustas, la reclamación de
derechos del hombre, las quejas de los
desgraciados oprimidos.
Pero con la Revolución en ciernes, Marat abandonó
su carrera científica-filosófica para dedicarse por
entero a la política publicando entonces su Ofrenda a
la patria, donde abordaba cuestiones concernientes a
la disposición de las instituciones Estatales. Le
seguiría Cuadro de los vicios de la constitución de
Inglaterra, cuya intención era denunciar un posible
pacto entre la oligarquía y ciertos dirigentes
revolucionarios. Precisamente para combatir esta
componenda Marat fundaría su propio periódico, El
amigo del pueblo, desde donde fustigaba a los
«enemigos del pueblo». Su posición le forzaría más
de una vez a poner pies en polvorosa, siendo en una
de sus huidas a Londres cuando redactara Escuela del
ciudadano. De regreso a Francia, fue de nuevo
elegido para la Convención Nacional. Llegada la
República, el periódico de Marat, cambió de nombre,
pero no de tono ni de costumbres haciendo de su
figura alguien muy impopular entre sus compañeros
de Convención. Su asesinato y el extraño modo en
como aconteciera a manos de su amante lo acabaría
convirtiendo en un icono entre los más desarrapados.
114
Mirabeau (1749-1791)
Más ambigua es la figura de Mirabeau, político,
escritor, revolucionario francés, a quien sus
escándalos, no le impidieron convertirse en
representante del Tercer Estado, ganándose el

157
sobrenombre de «Orador del pueblo».
En su Ensayo sobre el despotismo, afirma que el
despotismo es una manera de ser, horrenda y
convulsiva.
El deber, el interés y el honor ordenan resistir a
las órdenes arbitrarias del monarca, y de arrancarle
el poder con cuyo abuso puede destruir la libertad,
si no existen recursos para salvarla (...). El rey es
un asalariado, y el que paga tiene el derecho de
despedir al que es pagado.
Su grado de libertad mental fue tal, que aun estando
encarcelado redactaría varias denuncias contra las
prácticas judiciales de la monarquía francesa, sin ir
más lejos, Cartas Selladas y Cárceles de Estado u
obras tildadas de libertinas, verbigracia, La
educación de Laura, texto muy sugerente sobre la
115
iniciación sexual.
Alejaos de mí, imbéciles con prejuicios. Vuestras
almas temerosas os tienen sometidos. (…) Eugenia,
tú eres la que me inspira y calienta. Tú eres mi
Venus y mi Apolo. Pero ten cuidado y que mis
confidencias no se escapen de tus manos. Acuérdate
de que te encuentras en el santuario de la
imbecilidad y del disimulo. Esas mismas religiosas
llenas de buena fe poseen un celo mucho mayor que
aquellas otras que esconden bajo un velo hipócrita
la voluptuosidad más exquisita y refinada. Para
unas serás una criminal y las otras se dedicarán a

158
gritar en voz alta tu infamia.
La felicidad de las mujeres necesita de las
sombras y del misterio. El temor y la decencia han
puesto precio a nuestros deseos. Esta obra de aquí
no debe ver nunca la luz del día. No está hecha para
ojos vulgares. Es indigna de la franqueza de una
mujer. Y su impertinente credulidad tiene el honor
de poseer el desnudo de las cosas que crea la
naturaleza.
Seguramente te costará imaginar, mi querida
Eugenia, que los hombres, incluso los más libres,
nos envidian de un modo increíble. No quieren
permitir que disfrutemos todo lo que podríamos.
Para ellos no somos más que esclavas que solo
deberían sostener la mano del señor imperial que
consiguió subyugarlas. Todo les pertenece, todo se
lo debemos. Se convierten en tiranos cuando
nosotras divinizamos su placer. Se ponen celosos si
nos atrevemos a disfrutar como ellos. Egoístas,
prefieren disfrutar ellos solos. De los placeres que
experimentan con nosotras, mejor no compartirlos.
Buscan incluso atormentarnos mientras nos someten
a un trato doloroso. ¿A cuánta extravagancia y
cosas raras habrán llegado? Su imaginación
ardiente, fogosa y llena de deseo se apaga con la
misma facilidad con la que se enciende. Sus deseos
licenciosos y sin freno, pérfidos e inconstantes,

159
vagan de un objeto a otro.
Por una contradicción eterna pretenden que no
disfrutemos de los privilegios que se han arrogado.
¡Nosotras, que poseemos una mayor sensibilidad,
una imaginación más viva e inflamable!
Gozando del apoyo de las clases más
desfavorecidas, fundó El Correo de Provenza para
denunciar las injusticias ligadas a los privilegios y
presentaría un proyecto de Declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano. Pero, aún
combatiendo el absolutismo, Mirabeau, era partidario
de un poder monárquico constitucional inspirado en
el modelo británico. Pese a sus tejemanejes con Luís
XVI, su popularidad era aún inmensa cuando le
sobrevino prematuramente la muerte el 2 de abril de
1791, sentida ésta como un luto nacional.
116
La Fayette (1757-1834)
Mucho más diáfana hallamos la personalidad de La
117
Fayette , militar, político y revolucionario francés
que luchó en la Guerra de Independencia de EEUU, lo
que le relacionaría con personajes como Washington,
entre muchos otros. Jugaría también un papel
relevante en la Revolución Francesa y aún en la de
1830, periodo dilatado en el que ostentaría distintos
cargos entre los que destaca pertenecer a la
118
Asamblea Nacional . En su ajetreada vida político-
militar, defendió los ideales ilustrados de libertad
poniendo su énfasis en los derechos del hombre y

160
destacándose por su poco apego al poder
apañándoselas siempre para estar en la oposición,
pues su idea no consistía en velar por el interés
general de una nación, sino de toda la humanidad.

Emmanuel Joseph Sieyès (1748-1836)


Pero a mi juicio, el mayor exponente de estos
119
filósofos sociales en cuanto tal lo encarna, Sieyès ,
político, eclesiástico, ensayista francés que participó
en la Revolución Francesa, que habiendo sido
convocado en 1788 a participar en los Estados
Generales cuya institución no se reunía desde hacía
más de siglo y medio, no dejó pasar la oportunidad
publicando el ensayo ¿Qué es el tercer estado? Su
fulgurante inicio dejaba entrever los
acontecimientos…
Nos hacemos tres preguntas: ¿Qué es el estado
llano? Todo. ¿Qué ha sido hasta el presente? Nada
¿Qué pide? Ser algo (...) Primera petición: Que los
representantes del Tercer Estado no sean elegidos
más que por ciudadanos que pertenecen
verdaderamente al Tercer Estado... Segunda
petición: Que sus diputados sean iguales en número
a los dos de los dos órdenes privilegiados...
Tercera petición: Que los Estados Generales voten
no por órdenes, sino por cabezas... En este estado
de cosas, ¿qué le queda por hacer al Tercer Estado
si quiere verse en posesión de sus derechos
políticos de una manera útil a la nación?... El

161
Tercer Estado debe reunirse aparte, no concurrirá
con la nobleza y el clero.
En tan breve opúsculo, Sieyes esbozaría la
articulación política del Estado Liberal burgués: la
razón de unos pocos sería sustituida por la voluntad
de la mayoría; la ley estaría supeditada a una
Constitución que la precede; la soberanía nacional
pasa a ser patrimonio del pueblo distinguiéndose
entre poder constituyente y el poder constituido,
abundando en la idea sugerida en Montesquieu. Y
memorable es igualmente su Ensayo sobre los
Privilegios, donde denuncia los abusos cometidos
por esa nación dentro de la nación que son los
Privilegiados, pues el Privilegio es contrario al fin
120
supremo de toda sociedad política . Su reflexión
arranca de modo contundente:
Se ha dicho que privilegio es una dispensa para el
que lo obtiene y un desaliento para los demás. Si
ello es así, convengamos en que es una pobre
invención ésta de los privilegios. Supongamos una
sociedad perfectamente constituida y lo más
dichosa posible. ¿No es cierto que para trastornarla
por completo será suficiente dispensar a unos y
desalentar a los demás?
Coherente con sus ideas, pese a formar parte del
clero, se presentó para representar al Tercer Estado y
fue elegido. Impulsó la creación de la Asamblea
Nacional; participó en la redacción del «Juramento
del Juego de Pelota»; Igualmente trabajó en la
confección de la Declaración de los derechos del

162
Hombre y del Ciudadano. Pese a los distintos
avatares de su tiempo, su prestigio no disminuyó y
sería largo exponer aquí la sucesión de cargos y
honores que le fueron tributados durante el periodo
revolucionario, el napoleónico y aún después de la
121
Restauración.
Y como quiera que no estemos hablando de
Ilustración y masonería, si entre ambos conceptos no
hubiera algo más que una coincidencia espacio-
temporal, sería el colmo de los errores no mencionar
a cuantos dedicaron su talento a sentar las bases de la
masonería moderna, por cuanto se supone que la
Hermandad contribuyó a favorecer, fomentar y
consolidar los valores Ilustrados, siendo entonces
que, no se me ocurre mejor modo de concluir este
recorrido por la Ilustración Iniciada, rememorando en
representación de tantos otros masonistas y
masonólogos, los nombres de personajes como
Anderson, Ramsay, Schröder, Fressler o Preston.

163
BIBLIOGRAFÍA

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WASHINGTON, G. Discurso de despedida al
Pueblo de los EEUU, versión digital.

166
Esta obra sobre los masones en la Ilustración
de Nicola Lococo terminó de componerse
en las colecciones de MASONICA.ES®
a Medianoche en Punto del día
30 de agosto de 2016 (e#v#)

167
Notas

[←1]
Cuantos deseen aproximarse al pensamiento ilustrado
les recomiendo acudir a las deliciosas páginas
redactadas por Paul Hazard en El pensamiento europeo
en el siglo XVIII.

168
[←2]
Aunque en un principio en dócil seguimiento de los usos
y costumbres de los Hermanos me dejé llevar en
denominar a la masonería con el sustantivo «Orden»,
después de haber llevado a cabo varias investigaciones
me he percatado de lo inapropiado de dicho término,
máxime habiendo otros mucho más ajustados a su
Historia original como son el de Fraternidad o
Hermandad que serán los aquí empleados para aludir a su
ancestral realidad.

[←3]
Aprovecho este texto al objeto de dar a conocer una
terminología propia acuñada para remitirme a realidades
cuyos matices adolecen del correspondiente concepto
derivados de la voz «masón», a saber, «masonil», masón
que se conforma con acudir a la logia y lucir mandil;
«masonte», masón que gusta de visitar logias y acudir a
tenidas de varios ritos y Obediencias; «masonazo»,
masón que se hace reconocer como masón dentro y
fuera de la logia; «masonario», masón que disfruta con
honores, joyas, cargos y toda suerte de pompa
rimbombante; «masonista», masón que forja masonería
por medio de sus ritos, ceremonias, constituciones,
catecismos y todo cuanto contribuya a renovar o
actualizar los caminos que nos han sido trazados;
«masonólogo», masón interesado y ocupado en
investigar los orígenes e Historia de la masonería…
Evidentemente, una misma persona puede identificarse
con varios de estor términos, aunque uno de ellos es el

169
preponderante, si bien para la Hermandad todos son
justos y necesarios.

[←4]
Una fuente fiable para recabar datos, fechas,
documentos, autores y acontecimientos, al margen de
que se compartan o disientan con sus comentarios
críticos a propósito de todo ello, es la encomiable
Historia General de la masonería firmada por Danton y
publicada en castellano por la editorial Maxtor, lectura
que juzgo indispensable para quienes deseen recorrer el
camino tanto masonista como masonólogo.

[←5]
Significativo a este respecto es que el adjetivo
«especulativo» aparecería por primera vez en 1755
referido a quienes eran denominados «Masones Libres y
Aceptados» fórmula con la que se les conocía en el XVII.

[←6]
La logia Capilla Santa María de Edimburgo conserva en
sus archivos un registro de admisión de candidatos que
data de 1598.

[←7]
En cuanto Jacobo IV de Escocia se convirtió en Jacobo I
de Inglaterra en 1603, concedió el título de Caballero a
Francis Bacon, anticipo de los cargos que
posteriormente jalonarían durante su reinado su
trayectoria política como Abogado General del Reino,

170
Guardián del Gran Sello, y Lord Canciller en 1618.

[←8]
A falta de la interpretación por mi aquí presentada, el
estudio preliminar de Emilio García Estebanez, a la
edición de Akal de este texto, es muy completo.

[←9]
Eduardo R. Callaey ofrece un magnífico estudio
preliminar de esta obra fundamental para la masonería en
la editorial Dilema.

[←10]
El simbolismo de la Palmera como explico en el
volumen V de la Historia Oculta de la masonería, está
estrechamente vinculado desde la más remota
Antigüedad al conocimiento exotérico, si bien, en
ocasiones algo traducido como sucede con la Concha
del Peregrino del Camino de Santiago.

[←11]
El relato manido hasta la saciedad a lo largo de los siglos
dio como resultado un esquema que aparecería en
distintas culturas y códigos culturales de muy diverso
pelaje; sin ir más lejos la leyenda de la llegada de
Santiago a tierras gallegas.

[←12]
Su nombre era, Jan Amos Komenský, cuyo apellido fue
latinizado en Comenius.

171
[←13]
Dada la importancia que le otorgó a la mujer, en toda su
obra, me da que confiaba en ella como educadora natural,
para emprender la revolución social. Así se desprende
del esclarecedor título también suyo La escuela
materna donde trata la educación durante los seis
primeros años del niño, para prepararlo al ingreso a la
escuela primaria. La educación debe realizarse en el
hogar, lo cual transforma a la madre en educadora. Su
posición se anticipa varios siglos a los postulados de la
Psicología moderna evolutiva, incluido Piaget.

[←14]
Si me extiendo en esta cita no es por gusto, sino por dar
a conocer a quien no sabe y a quien sabe, oportunidad de
reconocer el fundamento último de su sabiduría.

[←15]
Fue iniciado masón el 20 de mayo de 1641 en la logia
Capilla de Santa María de Edimburgo. Es el primer
registro documentado de un acta oficial de la
Hermandad, que deja constancia de una iniciación en
suelo Inglés.

[←16]
Estaba muy bien relacionado con Carlos I y Carlos II así
como con los cardenales Richelieu y Mazarino.

[←17]
El 16 de octubre de 1646 fue iniciado como francmasón

172
a las 16:30 horas de la tarde, en Warrington.

[←18]
Un completo estudio sobre la vida y obra de este insigne
masón lo hallará el lector en la revista masónica francesa
Villard de Honnecourt, Nº 38, 1998, firmado por
Francis Delon y traducido al castellano por M.A.
Aguirre.

[←19]
Sobre este particular entro en mayor detalle en el
volumen VII de la Historia Oculta de la masonería.

[←20]
Wren fue iniciado masón, el 18 de mayo de 1691.

[←21]
En el volumen VII de mi Historia Oculta de la
masonería doy cuenta de la conexión documentada
entre la masonería Operativa y la Especulativa en este
breve cuanto oscuro periodo transaccional.

[←22]
En este sentido me ha sido de gran ayuda tener acceso
al artículo erudito de Ferrer Benimeli. La Masonería
en la literatura. Una panorámica general, publicado
por REHMLAC, vol. 5, 2014, en Internet.

[←23]

173
No debemos confundir al filósofo con su hermano
Xabier de Maistre, célebre por su obra Viaje alrededor
de mi habitación, de recomendada lectura.

[←24]
Fue iniciado en 1773, con tan solo veinte años, en la
logia Los Tres Morteros de Chambery.

[←25]
Evidentemente, de entre los cientos de Ilustrados Masones
que cumplian suficientemente los criterios para ser
nombrados en estas líneas, he debido hacer una criba muy
severa, de modo que, puede decirse eso de no están todos
los que son, pero son todos los que están.

[←26]
De Maistre perteneció al círculo de Willermoz
entregado a la reforma la Estricta Observancia y se cree
que alcanzó el grado de Gran Profeso, el último grado
del Régimen Escocés Rectificado.

[←27]
Remito a los lectores al estudio preliminar que sobre el
autor y su perspectiva de la masonería hace E.
Dermenghem a la obra editada en MASONICA.ES.

[←28]
Quienes deseen descubrir cómo la Gran Tradición se
vehiculó circunstancialmente a través del Cristianismo
Medieval, les remito a la obra de Eduardo R. Callaey.

174
[←29]
Como veremos más adelante, nada que ver con la figura
de E. Burke.

[←30]
No existe evidencia alguna que sostenga la pertenencia
de John Locke a la masonería, pese a relacionársele con
el descubrimiento de una supuesta carta de Enrique VI
donde se revelarían los secretos de la Hermandad. En
opinión de Danton, una novela inventada para justificar la
repentina aparición del documento.

[←31]
No hay constancia fidedigna de que Isaac Newton fuera
masón; probablemente no lo sería, porque dada su
relevancia científica y social en vida, raro sería que su
adhesión a la Hermandad no fuera aireada a los cuatro
vientos. Sin embargo, fue presidente de la Royal Society
desde 1703 hasta 1727, y se conoce su adhesión a una
curiosa sociedad cuasi-masónica, la The Spalding
Gentlemen's Society, Sociedad de caballeros, para el
soporte de la benevolencia mutua, y su
aprovechamiento en las ciencias liberales y su correcto
aprendizaje.

[←32]
En este trabajo, lamentablemente hemos renunciado a
dar una pincelada biográfica de cada personaje cuyas
vidas son todas de novela, pese a compartir con Tierno
Galván que la vida de un autor es parte de su obra.

175
[←33]
Su nombre completo era, Charles Louis de Secondat,
Señor de la Brède y Barón de Montesquieu.

[←34]
Como apreciarán los lectores, la mayoría de autores de
este trabajo son citados por el nombre en como son
reconocidos por el gran público, evitándome cuantiosos
nombres de pila y títulos que los preceden.

[←35]
Fue iniciado el 12 de mayo en Londres en la logia Horn.

[←36]
Fue miembro de la Academia de Ciencias de Burdeos,
contando en su haber entre varios estudios sobre las
glándulas suprarenales, la gravedad o el eco.

[←37]
Mi profesor J. M. Colomer ofrece un buen estudio en la
introducción a la obra de la editorial Tecnos.

[←38]
No fue el único Ilustrado en arremeter contra la pueril
confianza en la idea de Progreso. Rousseau, de quien no
hay motivo para afirmar su condición masónica, también
explicitaría sus recelos sobre el particular en su célebre
Ensayo sobre las artes y las ciencias.

176
[←39]
Francia contaba con una muy arraigada tradición
intelectual contraria al despotismo como lo prueba la
obra de Étienne de La Boétie, Discurso sobre la
servidumbre voluntaria o Contra el Uno.

[←40]
Tierno Galván ofrece un estudio de la obra en la
introducción a la obra de la editorial Tecnos.

[←41]
Su nombre era François-Marie Arouet. Voltaire era su
pseudónimo sobre el que se han proyectado sin éxito
distintas hipótesis.

[←42]
Fue iniciado en París el martes 7 de abril de 1778 en la
logia Les Neuf Soeurs a la edad de ochenta y cuatro
años, exactamente siete semanas antes de su muerte. Sea
entonces, que su figura ocupe en la Orden acaso la
posición espiritual que en el Catolicismo se le ha
asignado a Constantino y pudiera parecer improcedente
incluirle aquí por ser solo masón al final de sus días. Sin
embargo, por ese mismo razonamiento habríamos de
excluir igualmente a quien fue iniciado en masonería y
apenas la practicó en logia, a quien siendo masón fue
expulsado de la Orden, a quien fue aceptado y se portó de
modo indigno… y entonces, a lo mejor nos quedamos sin
artículo.

177
[←43]
La editorial Crítica presenta su edición en castellano.

[←44]
Martín Caparrós, hace una síntesis de estas ideas en su
introducción a la Filosofía de la Historia de la editorial
Tecnos.

[←45]
Sería digno de estudio averiguar en qué medida la
intercesión de Madame Pompadur a favor de este
proyecto intelectual cambió el rumbo de la historia.

[←46]
Reputados masonólogos en su rigor historicista que
comparto, declinan reconocer como Iniciados a Diderot
y D´Alabert, y abiertamente niegan tal extremo aun
contando con el dato de que el 28 de noviembre de 1778
la logia Les Neuf Soeurs, consagró su tenida a la
memoria de Voltaire, tenida en la que estaba previsto
hubieran sido iniciados ambos junto a Condorcet.

[←47]
De 262 colaboradores que trabajaron en la
Enciclopedia, hasta la fecha solo se ha podido constatar
la filiación de 17 masones, no encontrándose entre ellos
a sus promotores. Sin embargo, como quiera que el
ilustrador sí fuera masón, la Enciclopedia desde su
portada, sí contiene símbolos alusivos a la masonería.

178
[←48]
Fue iniciado en la logia Les Neuf Soeurs de París.

[←49]
Como muestra de respeto a su talla intelectual y
reconocimiento a su condición de Ilustrado he juzgado
oportuno recordar su persona por su nombre real y no
por su nombre regio.

[←50]
Federico de Prusia fue iniciado en la masonería el 15 de
agosto de 1738 en Brunswich.

[←51]
Aprovecho la ocasión para subrayar que la mayoría de
Déspotas que la historia pretende hacer pasar por
Ilustrados, ciertamente eran Déspotas, pero la inmensa
mayoría de ellos, con el Borbón Carlos III a la cabeza,
solo eran Ilustrados gracias a los pintores de Cámara.

[←52]
Dos años después de haber sido iniciado, nada más
acceder al trono imperial, en 1740 el rey Federico II de
Prusia da a conocer públicamente su pertenencia a la
masonería y constituye la Gran Logia de Berlín Las tres
Esferas. Mucho se especula entre los masonólogos el
grado de implicación suya en la elaboración y
propagación de las llamadas Constituciones del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, sistema masónico
ampliatorio de los tres grados básicos de la masonería,

179
hasta completar 33 grados.

[←53]
Fueron muchos los dramaturgos Iniciados de la época
que trasladaron al escenario diversos elementos
masónicos como el irlandés Richard Brinsley o el
Italiano Vittorio Alfieri.

[←54]
Fue iniciado el 14 de octubre de 1771 en la logia Las
Tres Rosas de Oro de Hamburgo.

[←55]
Agustín Andreu, aporta un estudio preliminar a la obra de
Lessing en Escritos Filosóficos y Teológicos, editada
por Antropos, donde podemos encontrar varios de los
títulos aquí comentados.

[←56]
En el capítulo XII de la Historia General de la
masonería firmada por Danton hallamos una sucinta
exposición de su ritual.

[←57]
Se puede encontrar una buena traducción completa del
texto en formato digital gracias a ERRC.

[←58]
Hemos aquí un precedente de la doctrina anarquista que

180
será desarrollada en el siglo XIX por otros masones
como Bakunin o Proudhon, entre muchas otras figuras
reconocidas del movimiento ácrata.

[←59]
Somos muchos los Hermanos que compartimos este
reproche todavía en el siglo XXI.

[←60]
Un comentario más extenso y profundo acerca del
contenido de esta obra capital para la buena comprensión
de la Hermandad, lo hallamos en el muy recomendable
Museo virtual de la masonería de la UNED.

[←61]
Aquí Lessing, se dirige a cuantos Hermanos hayan leído
con atención todo lo referente a Christopher Wren.

[←62]
Fue iniciado en la logia Gunther zum stehenden Löwen
am en Rudolstat.

[←63]
J.M. Quintana realiza un estudio preliminar para su
edición en Tecnos.

[←64]
Fichte compartía los valores de la Revolución Francesa,
pero le preocupaba su Patria dividida ante la Invasión de

181
Napoleón inmersa en la desunión de los estados
alemanes sin gobierno central ni constitución. La obra se
puede encontrar en editorial Tecnos con un excelente
trabajo introductorio a cargo de Mª J. Varela y L.A.
Costa.

[←65]
F. Oncina introduce con un estudio la obra en editorial
Tecnos.

[←66]
F. Oncina ofrece un buen estudio preliminar a la obra en
ediciones Istmo.

[←67]
La lista de filósofos y pensadores de la época Iniciados
en masonería es enigmáticamente nutrida como para
hacernos eco de todos ellos en este trabajo. Así
podríamos citar a Friedrich August Wolf (1759-1824),
Aloys Blumauer (1755-1798) o a Karl Leonhard
Reinhold: (1757-1823) entre muchos otros.

[←68]
Autores como Herder o Goethe que bien podrían haber
entrado aquí como ilustrados, he preferido relegarlos a
otro volumen que dedicaré al Romanticismo Iniciado.

[←69]
Fue iniciado en la logia Arquímedes de los Tres
Tableros, el día 4 de abril de 1805 (Altenburg).

182
[←70]
El Hermano Trommsdorf, calificaba a Krause como «el
mayor pensador y configurador de la filosofía
masónica».

[←71]
Aquí podría haber dejado espacio para hablar de
Weishaupt, filósofo iniciado en la logia Theodor zum
guten Rath, en Munich en 1777, fundador de la Sociedad
de los Iluminados de Baviera cuyos valores Ilustrados a
favor de una sociedad libre de la tiranía del Estado,
opuesta a la superstición y el yugo intelectual de la
religión, a favor de la igualdad entre los hombres y
mujeres, siguiendo la luz de la ciencia y la razón… pero
dado que profesionalmente no aportó nada reseñable y lo
problemática que resulta su figura para la masonería,
creo suficiente esta nota a pie de página, para
reconocerle su trabajo, de momento.

[←72]
Fue recibido masón en 1731 en la logia St. John de
Filadelfia.

[←73]
Fue iniciado en la logia St. John de Filadelfia en 1731 y
Venerable Maestro de la logia Les Neuf Soeurs entre
1779 y 1781.

[←74]
Participaría igualmente en los debates de la Sociedad

183
Lunar de Darwin.

[←75]
Para saber más sobre esta cuestión, dirijo al lector al
artículo publicado por Margaret Jacob en REMHLAC en
el Nº de noviembre de 2011 titulado «La Ilustración
como se vivió: Reformadores masónicos europeos de
finales del XVIII».

[←76]
Hombres de ciencia ilustrados que se iniciaron en
masonería no faltaron en el siglo XVIII en cualquiera de
sus ramas. Así podríamos citar entre otros muchos a
Jaques Montgolffer (1745-1799), conocido por haber
realizado el primer viaje en globo; o Bernard de
Lacepede (1756-1825), eminente zoólogo, ambos
pertenecientes a la logia parisina Les Neuf Soeurs.

[←77]
Como advertí en la introducción, esta licencia que me
tomo con la literatura, no la extiendo a otras artes donde
podríamos citar a varios significativos artistas de su
tiempo iniciados en masonería como William Hogarth o
Jean Baptiste Greuze.

[←78]
Con Casanova me es obligado hacer una pequeña
referencia biográfica dado lo estrechamente
relacionadas que están vida y obra en el autor y
personaje.

184
[←79]
Tomada la masonería como partido en competencia
ideológica cultural con otras ofertas asociativas,
parecería justificada la exaltación mostrada entre sus
filas de aquellos personajes que cuentan hoy en día con
el aprecio de la mayoría social, a fin de que el público
tome la parte por el todo, si no fuera porque en el
pecado va la penitencia, dado que sus enemigos, en esta
estrategia de sugerir que todo es como aparece, estarían
en mejor situación para sacar a relucir una cantidad
mayor de personajes indeseables a ojos de la ciudadanía,
por mera cuestión de estadística, lid en la que la
masonería se encontraría desarmada, no ya ante terceros
profanos, que también ante sus correligionarios que
pillados por sorpresa darían mayor crédito a la novedad,
que a cuanto vinieran escuchando en las conversaciones
entre los Hermanos, donde siempre salen a relucir los
mismos nombres de Washington, Franklin, Montesquieu,
Voltaire, Mozart…
Evidentemente, la masonería, como sociedad humana
que es, no está exenta de haber dado entrada a individuos
cuya semblanza deja mucho que desear y que
avergüenzan a la Hermandad. Pero, es un despropósito
dar por buenas todas las bazas que los adversarios
presentan como tales, sirviéndose de aquellos masones
que la propia masonería ha marginado de su historia
oficial y mantiene en el armario.

[←80]
La obra está editada por Atalanta y prologada por Félix
de Azúa.

185
[←81]
Lana caprina toma el título de una frase de Horacio:
Alter rixatur de lana saepe caprina (Siempre hay quien
discute a propósito de la lana caprina), en el sentido de
que siempre hay alguien dispuesto a discutir por
tonterías. Marina Pino prologa la obra en castellano en la
editorial Hermida.

[←82]
Mozart y Haydn encabezan la Columna de Armonía de
cuantos músicos Iniciados embellecieron la Ilustración
con sus compases y melodías; y bien podría haberles
reservado un capítulo bajo el epígrafe «Filósofos del
Sonido», si no fuera porque creo sinceramente que el
tema de la música en la masonería requiere de mi parte
un esfuerzo distinto y separado que evidencie la
importancia de sus obras no ya para la masonería, que
también para la humanidad.

[←83]
El pensamiento de Pope y su envergadura filosófica fue
motivo de debate ya en el siglo XVIII, como lo prueba un
texto del Hermano Lessing de 1755, donde aborda la
cuestión sobre su metafísica y la posibilidad de que un
poeta propusiera un sistema filosófico.

[←84]
Son muchos los poetas de renombre de la época que
como Lord Byron o Robert Burns, se Iniciaron en
Masonería, si bien encajan mejor en el romanticismo

186
que en la Ilustración y su momento de gloria queda
relegado a un volumen específico sobre el tema.

[←85]
He tomado la traducción del blog de poesía Otro
páramo.

[←86]
También se pueden contar por decenas los escritores de
renombre universal del periodo que como Walter Scott,
Stendhal o Alexander Pushkin, fueron iniciados en
Masonería, mas como quiera que sus obras hayan sido
catalogadas bajo el Romanticismo, sus casos serán
tratados en un próximo volumen titulado El
Romanticismo Iniciado.

[←87]
Jean Jacques Courtine ofrece una introducción a la obra
publicada por Sequitur.

[←88]
J.F. Ferrero firma un excelente artículo en la Revista
Internacional Símbolos, titulado «Un curioso
documento masónico referido a la mujer» donde recoge
la traducción al castellano de este opúsculo atribuido a
Swift.

[←89]
De estos dos autores hablaremos más adelante.

187
[←90]
Su nombre era, Donatien Alphonse François de Sade.

[←91]
Yo, apasionado lector de principio a fin de varias de sus
novelas varias veces antes durante y después de haber
estudiado su obra durante mi doctorado en Filosofía a
propósito del tema del Amor, barruntaba desde hacía
tiempo que el Marqués de Sade fuera masón, sospecha
que viéndose repentinamente acrecentada cuando
trabajando a Montesquieu me tropezara con la Iniciación
de su padre el Conde de Sade, dato que unido a varios
elementos de su obra literaria de marcado perfume
masónico como hablar de fraternidad, libertad,
hermanos, etc., no podía menos que empujarme a
verificar o desmentir su extremo. Y a punto he estado de
arrojar la toalla en este propósito aparcando su
semblanza en un pie de página al nada claro hallar sobre
la cuestión de no haber sido por una muy ligera, pero
suficiente pincelada que un masonólogo fiable como
Benimeli deja caer en uno de sus artículos donde ofrece
el dato más preciado para aparecer en este trabajo, cual
es, saber que el Marques de Sade era miembro de la
logia Los Amigos de la Libertad de París, instalada el 6
de febrero de 1791.

[←92]
Horkheimer y Adorno calificaron el comportamiento de
Juliette como personificación filosófica de la
Ilustración. Bajo esta óptica, no estaré tan desacertado
en mi juicio.

188
[←93]
Me hago eco de un popular agradecimiento a la Iglesia
Católica por haberse servido de tan inteligente
procedimiento para iluminar el camino intelectual: basta
conocer el elenco de textos prohibidos para saber cuáles
son de provecho para la humanidad.

[←94]
Apreciamos en ello el mismo fin perseguido por
Voltaire en Cándido o Swift en Los viajes de Gulliver,
pero de modo más abrupto y descarnado.

[←95]
Hemos aquí una reformulación de la máxima de oro
recogida por los evangelistas en el Sermón de la
Montaña.

[←96]
Isabel Brouard nos ofrece un buen recorrido por la obra
de Sade en la introducción de su edición publicada por
Cátedra.

[←97]
Este panfleto fue reeditado separadamente durante la
Revolución de 1848.

[←98]
Pertenecía a la logia Jerusalén nº 44.

189
[←99]
Iniciado en la logia Fredericksburg de Virginia en 1752.

[←100]
Esta renuncia adoptada por Washington inauguraría la
tradición de no presentarse a una tercera reelección por
parte de los distintos presidentes de los EEUU, solo
interrumpida por Franklin Roosevelt.

[←101]
Pese a contar en su haber con varios de los requisitos
para reconocerlo como masón en estas páginas,
lamentablemente, no contamos con documento o
testimonio positivo que permita afirmar con rotundidad
su pertenencia a la masonería.

[←102]
Una versión en castellano de este texto se halla en la
editorial Tecnos con el título El sentido común y otros
escritos.

[←103]
El texto publicado por Alianza contiene un estudio
preliminar de Fernando Santos.

[←104]
Su mito del origen tiene mucho que ver con la ideología
radical Whig, que consagró a los druidas como la raíz del
gobierno y la libertad inglesa, anterior por lo tanto al

190
yugo normando.

[←105]
Este es el Hermano Lalande del que se ha hablado en la
sección dedicada a los científicos.

[←106]
Jaime de Salas en la editorial Tecnos ha recogido una
selección de sus textos políticos.

[←107]
Para ponerse al tanto sobre la discusión que hay entorno a
la filiación o no filiación de este y otros personajes
norteamericanos a la masonería recomiendo dirigirse a
Todd E. Creason, y su obra Masones famosos de Estados
Unidos donde sigue criterios parecidos a los por mi
empleados para aceptar y reconocer a un personaje como
Masón.

[←108]
Casualidad o no, durante su estancia universitaria se
hospedó en el edificio conocido hoy como el Edificio
de Sir Christopher Wren, asistiendo a las comidas
comunales en el Gran Salón y también a las oraciones en
la Capilla Wren por la mañana y por la tarde.

[←109]
Hermano cuya figura humanista hemos reservado para
concluir el camino de la Ilustración Iniciada.

191
[←110]
Jefferson era músico, arqueólogo, paleontólogo,
inventor…

[←111]
Todo hay que decirlo, a lo largo de un periodo duradero
de setenta años, Thomas Jefferson tuvo la propiedad de
más de 600 esclavos.

[←112]
Por no redundar en temas ya suficientemente trillados en
otros autores, aquí nos ceñiremos a los textos que mejor
recojan lo novedoso de su posicionamiento.

[←113]
Fue iniciado en Londres en 1774.

[←114]
Su nombre era, Honoré Gabriel Riquetti, Conde de
Mirabeau.

[←115]
Una buena traducción al castellano la ofrece Paula
Cifuentes en la editorial Barril-Barral. Y aprovechando
momento tan libertino, no me resisto a comentar que en
el Tohu Babohu de los elencos furtivos que coleccionan
masones ilustres, aparece el Marqués de Sade, de quien
se llega a afirmar que era miembro de la logia Los
Amigos de la Libertad de París. Este extremo no lo he

192
podido confirmar pero Francis Conde de Sade, su padre,
si está verificado que era masón iniciado en logia Horn
Tavern en Westminster el mismo día que fuera aceptado
Montesquieu. Una pena, porque Sade, es uno de los
Filósofos Ilustrados más representativos del siglo XVIII.

[←116]
Su nombre era Marie-Joseph Paul Yves Roch Gilbert du
Motier de Lafayette.

[←117]
Fue iniciado en la logia La Candeur de París, 1775.
Miembro de la logia Saint-Jean d’Ecosse du Contrat
Social.

[←118]
Su persona se convirtió en icono del revolucionario
ideal, perfil que en el siglo XX ocuparía el Che.

[←119]
Fue miembro de la logia Los Amigos convertidos en
Hermanos de Fréjus en 1785 y de la logia Les Neuf
Soeurs de París.

[←120]
Marta Lorante y Lidia Vazquez ofrecen un mágnífico
estudio preliminar a la edición de ambas obras en la
editorial Alianza.

193
[←121]
Sería cobarde por nuestra parte concluir este episodio
sin mencionar entre tanto revolucionario al médico,
profesor de literatura y político francés Joseph Ignace
Guillotin, quien fuera Gran Maestre de la Concorde
Fraternelle Lodge en París y miembro fundador así
como reformador de la Gran Oriente de Francia y
Miembro activo de la prestigiosa logia Les Neuf Soeurs
de París, con cuyo apellido, sin haber inventado el
instrumento, más por haberse destacado en que su
empleo dignificase, igualase y humanizase las
ejecuciones de cuantos fueran condenados a la Pena
Capital a la cual era contrario, se ha designado el
símbolo de la Revolución Francesa por antonomasia.

194
Índice
PRÓLOGO 5
INTRODUCCIÓN 7
LA ILUSTRACIÓN INICIADA EN EL
12
SIGLO XVII
La Royal Society 14
Francis Bacon (1561-1626) 17
Comenio (1592-1670)12 28
Las tres grandes luces: Moray, Asmhole y
45
Wren
Robert Moray (1608-1673)15 46
Ellias Ashmole (1617-1692)17 47
Christopher Wren (1632-1723)20 50
LA ILUSTRACIÓN INICIADA EN EL
53
SIGLO XVIII
Joseph de Maistre (1753-1821)23 53
FILÓSOFOS 57
Montesquieu (1689-1755)33 58
Voltaire (1694-1778)41 66
Claude Adrien Helvetius (1715-1771) 71
Federico de Hohenzollern (1712-
72
1786)49

195
Gotthold Ephrahim Lessing (1729- 74
1781)53
Johann Gottlieb Fichte (1762-1814) 89
Kart Christian Friedrich Krause (1781-
96
1832)
CIENTÍFICOS 101
John Theophilus Desaguliers (1683-
101
1744)
Benjamin Franklin (1706-1790) 102
Erasmus Darwin (1731-1802) 104
Joseph Lalande (1732-1807) 107
ESCRITORES 107
Giacomo Casanova (1715-1798)78 108
Alexander Pope (1688-1744) 113
Jonathan Swift (1667-1745) 116
Marqués de Sade (1740-1814)90 119
POLÍTICOS 129
Edmund Burke (1729-1797) 130
George Washington (1732-1799) 131
Thomas Paine (1737-1809)101 142
Thomas Jefferson (1743-1826)106 147
Jean Paul Marat (1743-1793) 153
Mirabeau (1749-1791)114 157
La Fayette (1757-1834)116 160

196
Emmanuel Joseph Sieyès (1748-1836) 161
BIBLIOGRAFÍA 164

197

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