Está en la página 1de 7

JESÚS CALMA LA TEMPESTAD

Luis Floriano. Lucas 8:22-25.

Introducción
Ilustración: La tormenta que ocurrió en alta mar. Es aterrador.
El frio día que Dios me mandó un rayo del sol para calentarme.
Dios usa la naturaleza para darse a conocer. Hoy veremos una historia donde
Jesús usó la naturaleza para darse a conocer como Dios a sus discípulos.
Leamos Lucas 8:22-25 y oremos.
Título: Jesús y la tempestad.
Objetivo: Dios usa las pruebas por medio de la naturaleza para probar nuestra
fe.
Bosquejo:
1. De la calma a la tormenta. V. 22-23
2. De la tormenta a la calma. V. 24
3. De la calma al asombro. V. 25

I. DE LA CALMA A LA TORMENTA. V. 22-23.


a. La calma. V. 22
Jesús entra a una barca con sus discípulos con la intención de pasar
al otro lado del tranquilo mar de Galilea.
Lucas 8:22 Uno de aquellos días, Jesús entró en una barca con Sus
discípulos, y les dijo: «Pasemos al otro lado del lago». Y se hicieron
a la mar.
Mateo 8:23 Cuando entró Jesús en la barca, Sus discípulos lo
siguieron.
Marcos 4:35-36 Ese mismo día, caída ya la tarde (anochecer: era el
lapso de tiempo entre la puesta del sol y la plena oscuridad), Jesús
les dijo* (dice): «Pasemos al otro lado». 36 Despidiendo a la
multitud (habiendo-despedido a la multitud), lo llevaron (lo toman-
consigo)* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas
con Él.
Cierta ocasión, después de haber estado haciendo ministerio en el
lado occidental del Mar de Galilea (como lo identifica Mateo 8:24),
que en realidad es un lago (como bien dice Lucas), cuando
comenzó a anochecer (según Marcos 4:35), Jesús dio a sus
discípulos la orden de subir a una barca. Mateo claramente dice

1
que sus discípulos lo siguieron, lo cual denota que estaban
tranquilos. Marcos 4:36 dice que despidieron a la multitud que
estaba en la orilla y los discípulos tomaron a Jesús con ellos en la
barca. Esto implica que la gente no lo dejaba ir fácilmente.
Además, Marcos añade que tomaron a Jesús “como estaba” y que
“había otras barcas con Él”.
Una barca en particular fue elegida para el viaje, debió ser una de
las barcas de sus discípulos pescadores. Al menos cuatro de ellos
es garantizado que lo eran, Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, aunque
puede ser que otros también lo fueran.
Lección: La disposición de los discípulos para que Jesús usará sus
cosas para el ministerio y su obediencia.
¿Qué tan dispuesto está usted a permitir que sus bienes sean usados
para servir a Dios?
La frase final del versículo 22 y la inicial del 23 indican que había
viento suave y que navegarían con las velas y no remando. Tal vez
ellos pensaron que el viento era bueno para cruzar rápidamente el
lago antes de que les alcanzara la noche.
Así que había una calma aparente, sin que ellos se imaginaran lo que
estaba por venir.
b. La tormenta llega. V. 23
Mientras navegan, Jesús se queda dormido antes de que se desate
una tempestad mortal.
Lucas 8:23 Pero mientras ellos navegaban, Él se durmió; y una
violenta tempestad (grande tormenta de viento, un huracán o
torbellino) descendió sobre el lago, y comenzaron a hundirse y corrían
peligro.
Mateo 8:24 Y de pronto se desató una gran tormenta (mega sismo)
en el mar de Galilea, de modo que las olas cubrían la barca; pero
Jesús estaba dormido.
Marcos 4:38 nos señala que Jesús iba en la parte trasera de la
lancha.
Mr. 4:38a Jesús (Y Él) estaba en la popa (la parte trasera del barco,
opuesto a la proa), durmiendo sobre una almohadilla (gr.
proskefalaion, cabezal, es decir, un cojín para la cabeza,
almohadón)
Al parecer, dejó que sus discípulos se encargaran de todo el trabajo
de la navegación. Posiblemente el balanceo de la lancha lo arrulló,
y pronto se quedó dormido. Eso indica su perfecta humanidad al
exhibir un intenso cansancio. Además, Marcos dice que recostó su
cabeza sobre un cojín. Esto deja claro que Jesús fue perfectamente
humano.
2
Heb. 4:15 Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado
en todo como nosotros, pero sin pecado.
Arriba huracán
De forma repentina, una “violenta tempestad” bajó sobre ellos. Esa
frase en el texto griego de Lucas es “lailaps anémou”. Anemou
significa “de viento” y lailaps significa “huracán o torbellino”. Marcos
4:37 dice “lailaps anémou megále”. “Megále” sígnica grande o
gigante. Un erudito (Thayer) dice que “era una tormenta de nubes
negras en ráfagas furiosas, con inundaciones de lluvia, que vuelca
todo al revés”. Lucas dijo que ese terror “bajó” rápidamente sobre
ellos. Algo tenebroso descendió del cielo en su contra.
Abajo sismo
Interesantemente, la frase que usa Mateo 8:24 es distinta. Aunque
en español leemos “gran tormenta” en griego es “mega sismo”. La
palabra sismo significa un movimiento violento de un lado a otro, la
palabra “mega”, similar a megále, significa la dimensión excesiva de
algo. Es decir, de repente, los discípulos se hallaron en un
pandemónium. Arriba, vientos huracanados, abajo, un maremoto
gigante que sacudía la barca para todos lados.
Los tres evangelios afirman que la barca comenzó a inundarse y
eso provocó el pánico de los discípulos. Por la experiencia de los
pescadores, ellos supieron que era humanamente imposible que
sobrevivieran algo como eso. Lucas dice que “peligraban”. El
peligro que ellos enfrentaban era real.
Aun el día de hoy las violentas y súbitas tormentas son muy temidas
en ese lago.
Hay una sola cosa cierta en esta vida, que la vida es incierta. En un
momento estás tranquilo y de repente todo cambia. Ejemplos:
- Un día estás sano, y al día siguiente algo pasa y un día todo
cambia.
- Te estas divirtiendo, y sucede un accidente.
- Piensas que todo está bien, y te entregan una solicitud de divorcio.
- Estás tranquilo en tu empleo, y te despiden.
- Sientes que todo anda bien con tus hijos, y descubres droga o
anticonceptivos entre sus cosas.
- Alguien llama por teléfono y te dice que cierta persona que te
importa perdió la vida.
Entonces, en el aturdimiento y la negación te preguntas, ¿qué
pasó? ¿por qué a mí?

3
II. DE LA TORMENTA A LA CALMA. V. 24
En este versículos vemos en encuentro entre la tempestad y Jesús. La
tempestad física no logró despertar a Jesús, pero si la tempestad emocional.
Cuando la tempestad de afuera se mete en el corazón de los discípulos,
entonces esa tempestad despierta a Jesús de manera intensa.
a. Jesús es despertado por los discípulos aterrados sin fe y sin
respeto. V. 24a.
Los aterrados discípulos despiertan a Jesús para que los ayude.
Lucas 8:24a Llegándose a Jesús, lo despertaron, diciendo:
«¡Maestro, Maestro, que perecemos!».
Lucas 8:24a LF Y habiéndose-acercado lo despertaron diciendo,
“Maestro (gr. epistáta), maestro, perecemos.”
Mateo 8:25 (Y acercándose, lo despertaron diciendo) Llegándose a
Él, lo despertaron, diciendo: «¡Señor (gr. Kyrios), sálvanos, (que)
perecemos!».
Marcos 4:38b entonces lo despertaron* y le dijeron* (y lo despiertan
y dicen): «Maestro (gr. didáskale), ¿no te importa que perezcamos
(lit. perecemos)?».
Según Lucas, los discípulos llamaron a Jesús “Jefe” (gr. epistates,
“Master” en ESV, KJV), según Mateo lo llamaron “Señor” (gr. kyrios)
y según Marcos lo llamaron maestro (gr. didáskale). Obviamente,
cada uno le gritaba como quería, porque estaban desesperados.
El elemento idéntico en los tres evangelios era que los discípulos
estaban bajo riesgo de muerte.
Tanto en Lucas como en Mateo el texto el texto original no tiene la
palabra “que” ni la palabra “sálvanos” (en Mateo), solo dice
“maestro, pereceremos.” Ellos estaban literalmente bajo riesgo de
muerte.
De hecho, en Marcos dice que algunos discípulos presentaron esto
en forma de pregunta y reproche, “¿No te importa que perecemos?”
Los sentimientos son reales en el alma humana. Era claro que ellos
le importaban a Jesús, pero ellos se dejaron llevar por las
apariencias y reprocharon injustamente a Jesús de lo que no
entendían. Una de las cosas más difíciles en la vida es madurar en
nuestra manera de pensar cuando nos sentimos abrumados
emocionalmente por las circunstancias que no entendemos.
¿Es usted sincero con Dios respecto a sus sentimientos?
¿Es usted insolente?
Podemos ser sinceros con Dios, pero no debemos ser insolentes.
4
No creo que estuvo mal que los discípulos hayan clamado a Jesús,
creo que el problema estuvo en la forma en que lo hicieron, sin fe y
sin respeto.
b. Jesús con autoridad duerme a la tempestad. V. 24b.
Jesús, con autoridad, calma la tempestad.
Lucas 8:24b Y Él, levantándose, reprendió al viento y a las olas
embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma.
Lucas 8:24b Pero Él habiendo-sido-despertado, reprendió al viento y
al oleaje del agua. Y cesaron, y hubo calma.
Mateo 8:26b Entonces Jesús (habiéndose-levantado) se levantó,
reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino (aconteció) una gran
calma.
Marcos 4:39 Jesús se levantó (y habiendo-sido-despertado),
reprendió al viento y dijo al mar: «¡Cálmate, sosiégate!» (calla,
enmudece (ponte bozal). Y el viento cesó, y sobrevino (aconteció)
una gran calma.
Los tres evangelios dicen que Jesús “reprendió” al viento y al mar.
Marcos 4:39 dice vívidamente que les habló: “Cállate, ponte bozal”.
Él comparó a la naturaleza con un animal salvaje.
Cuando era joven vi un huracán azotar la ciudad de Tecomán,
Colima.
Ya estando casado, vi llover ceniza sobre la palma de mi mano
cuando el volcán de pacaya hizo erupción cubriendo la ciudad de
Guatemala de negro.
Alicia Rebollo, excompañera del Seminario, sobrevivió quedarse
sepultada por mucho tiempo bajo los escombros causados por un
terremoto hace años en el Salvador.
Otro conocido vio morir a sus amigos en un alud de lodo que se
deslavó de una montaña por la lluvia.
La naturaleza es maravillosa pero también salvaje. La naturaleza
mata tanta gente como las guerras. Volcanes hacen erupción,
huracanes golpean desde los mares y tornados desde el cielo. Las
lluvias torrenciales causan que los ríos arrastren todo bajo su paso,
los deslaves de lodo sepultan comunidades, las avalanchas de
nieve arrasan todo a su paso, sin contar los sismos y los terremotos,
la lluvia ácida, los animales salvajes que devoran, los reptiles e
insectos venenosos, el cambio climático y los astros del cielo
amenazan la existencia humana, y muchas otros peligros de la
naturaleza. Vivimos en un mundo salvaje.
Pero Jesús, con una orden, somete a esa fiera, y la duerme.

5
¿Podrá la Palabra de aquel que somete con su autoridad al salvaje
universo calmar las emociones del corazón humano?
Él quiere hacerlo.

III. DE LA CALMA AL ASOMBRO. V. 25.


El milagro de Jesús al calmar la tempestad no terminó con el problema.
Jesús identifica un problema más serio que la tempestad. Fue la falta de
confianza de sus discípulos en el amor, la bondad, la sabiduría y el
cuidado de Dios. Notemos la reprensión que les hace.
a. La reprensión de Jesús. V. 25a.
Lucas 8:25a «¿Dónde está la fe de ustedes?», les dijo.
Mateo 8:26a Y Él les contestó*: «¿Por qué tienen miedo, hombres-
de-poca-fe?».
Marcos 4:40 Entonces les dijo: «¿Por qué están atemorizados?
¿Cómo-no tienen fe?».
Jesús reprende a sus asombrados discípulos por su poca fe. El
enemigo capaz de acabar con nuestra fe es el miedo, el temor.
JESUS NO LOS CONSOLÓ, NI LES MOSTRÓ EMPATÍA, LES
REPROCHÓ SU FALTA DE CONFIANZA EN DIOS.
Ser incrédulo, especialmente después de haber sido testigos de
algunos milagros de parte de Dios, no está bien. En el caso de los
discípulos ameritó una reprensión. Jesús espera fe de sus discípulos.
¿Si usted supiera que Dios nunca permitirá algo en su vida para lo
cual no le dé los recursos y la salida para lidiar con eso, temería?
Eso es lo que él prometió, que nunca permitirá una prueba que supere
nuestra capacidad humana (1 Corintios 10:13). Dios siempre nos
dará su gracia (2 Cor. 12:9), y una salida para soportar (1 Cor.
10:13b).
b. El asombro de los discípulos. V. 25b
Los discípulos quedan pasmados tras atestiguar la autoridad divina
de Jesús sobre los elementos.
Lucas 8:25b Pero ellos estaban atemorizados y asombrados,
diciéndose unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun a los vientos
y al agua manda y lo obedecen?».
El temor que se menciona en este versículo es diferente al temor
que tuvieron por la tormenta. Este nuevo temor es más grande y
profundo, fue un temor de descubrir que aquel que los llamó, los
perdonó y que caminaba y dormía junto a ellos, es el que tiene bajo

6
su poder todas las potencias de la naturaleza universal. Eso los
dejó pasmados.
Mateo 8:27 Los hombres se maravillaron, y decían (diciendo):
«¿Quién es Este (¿de qué clase es este?), que aun los vientos y el
mar lo obedecen?».
Marcos 4:41 Y se llenaron-de-gran temor (lit. y fueron-atemorizados
(con un) temor grande), y se decían unos a otros: «¿Quién, pues, es
Este que aun el viento y el mar le obedecen?».
Ellos comenzaron a hablar, preguntarse unos a otros, y verse entre
ellos. ¿Qué clase de persona es esta que traemos en la lancha?
¿Cómo se sentiría usted si alguien le pidiera que llevara un paquete
en su vehículo a cierto lugar y al llegar la persona destapa ese
paquete y le muestra que adentro estaba una bomba nuclear capaz
de destruir el planeta?
¿Cómo se sentiría si usted fuera un taxista que transporta a una
persona de un lugar a otro y más tarde descubre por la televisión
que esa persona tiene el poder para crear y destruir planetas?
Jesús quiere que descubramos mejor cada día la grandeza de su
persona, aquel que camina con nosotros.

Conclusión
Esta historia nos enseña claramente que la tormenta tuvo la intención de probar
la fe de los discípulos. Su prueba es de fe, antes que nada. (1 Pedro 1:6-7)

Hoy Jesús ya no duerme físicamente. Cuando estamos en tempestad y parece


Dios dormido y distante, no es porque duerme, es porque su voluntad es
misteriosa y soberana. Clame mi hermano con toda su pasión para despertar a
Jesús, pero no sea insolente. Sepa que Dios le ama, que su persona y su
situación le importa. Que él puede sacarle de la tempestad, pero sobre todo, no
hemos de dudar, y haremos la paz con él sea cual sea su voluntad.

También podría gustarte