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Nuestro país tiene un amplio territorio y una población que supera los 30 millones de habitantes. Su
ubicación latitudinal y la presencia de la cordillera de los andes dan origen a un gran número de
ecosistema, ricos en diversidad biológica y climática.
La población peruana usa y transforma estos ecosistemas, el relieve, la hidrología, etc.; de modo que el
territorio nacional es el resultado de la acción humana que construye en él y lo transforma.
Todo esto tiene un valor político y administrativo, y su manejo general abarca lo siguiente:
El ambiente natural, que incluye las formaciones, rocosas, las aguas subterráneas y superficiales
(puquios, ríos, lagos, etc.)
El amiente social que incluye la organización que se da al territorio, las áreas rurales y urbanas,
las plantas industriales y todas las causas que generan contaminación ambiental.
Las funciones del ambiente en la que influyen las relaciones entre las actividades humanas y los
ecosistemas.
3. Urbanización descontrolada: El crecimiento de las ciudades sin una planificación adecuada ha llevado
a la ocupación desordenada del territorio, especialmente en zonas de alto riesgo como laderas de
montañas y áreas cercanas a ríos. Esto ha generado problemas como la deficiente gestión de residuos
sólidos, la falta de servicios básicos y la pérdida de áreas verdes.
2. Poblaciones rurales: Los habitantes de zonas rurales a menudo dependen de la agricultura, la pesca y
otras actividades tradicionales. La degradación del ambiente y la pérdida de recursos naturales impactan
negativamente su calidad de vida y su sustento.