Iniciamos en la iglesia con el tiempo de adviento un nuevo ciclo o año
litúrgico. Adviento, es una expresión latina que significa “hacia el advenimiento”; es decir, iniciamos un tiempo encaminado a celebrar la llegada o el nacimiento de Cristo, acaecido hace ya más de 2000 años allá en Belén de Judá.
El año o ciclo litúrgico es un Kairós o Tiempo de Gracia, en el que la
iglesia celebra a Cristo, su Señor y redentor, y en torno a él, festeja a figuras importantes a lo largo de la historia, por su vivencia al estilo de Cristo, lo cual les ha asemejado a él de manera extraordinaria, para recordarnos a los cristianos que es posible vivir a ejemplo de Cristo.
El año o ciclo litúrgico se compone de 5 tiempos denominados:
Adviento, Navidad, Tiempo Ordinario, Cuaresma y Pascua.
Cada tiempo tiene un color y significado distintivo.
Adviento: Morado, tiempo de penitencia y de conversión. Inicia cuatro
domingos antes de la Navidad, como tiempo de preparación para la misma.
Navidad: Blanco, tiempo de gozo, alegría. Se celebra desde el 25 de
diciembre hasta la fiesta de Epifanía.
Tiempo Ordinario: Verde, tiempo de esperanza. Dividido en dos
tiempos, Desde la fiesta del Bautismo del Señor (después de epifanía) hasta el miércoles de ceniza. Se interrumpe para dar paso al triduo Pascual y al tiempo de Pascua y se retoma, después de Pentecostés, culminando con la fiesta de Cristo Rey. Cuaresma: Morado; tiempo de penitencia y de conversión. Inicia el miércoles de ceniza y culmina el Miércoles Santo.
Triduo Pascual: Inicia el Jueves Santo, dando fin a la cuaresma,
conmemora la muerte y resurrección de Cristo, inaugurando así el tiempo de la Pascua.
Pascua Blanco, tiempo de gozo, alegría. Inicia con la Fiesta de
resurrección y termina con la fiesta de Pentecostés.
Otros colores litúrgicos se utilizan en fiestas y solemnidades
especiales:
Rojo: símbolo de la sangre de los mártires.
Azul: fiestas de la Virgen María.
Rosa: en el cuarto domingo de Adviento.
La iglesia en una labor extraordinaria ha logrado ofrecer el Pan de la
Palabra en tres ciclos. Los cuales se denominan A, B y C.
El año litúrgico marcado con el Ciclo A nos presenta en las lecturas
dominicales correspondientes al Evangelio según San Mateo.
El año litúrgico marcado con el Ciclo B nos presenta en las lecturas
dominicales correspondientes al Evangelio según San Marcos.
El año litúrgico marcado con el Ciclo C nos presenta en las lecturas
dominicales correspondientes al Evangelio según San Lucas.
El evangelio Según san Juan se mueve dentro de los tres ciclos,
iluminando tiempos y eventos importantes de la Revelación y de nuestra celebración litúrgica. Adviento. Tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Tiempo que llama a la conversión, preparar los caminos para la celebración del nacimiento de Cristo.
Es un momento privilegiado para interiorizar, para buscar el silencio y
la meditación, para ejercitar el espíritu, lo cual no es nada fácil, dado que estamos muy acostumbrados al ruido.
Adviento es tiempo de espera, una espera activa, que prepara la
llegada de Cristo.
En la primera parte, es decir, los dos primeros domingos, el adviento
nos lleva hacia el final de los tiempos, al final del camino, al final de nuestra vida. Es un hecho que un día partiremos de este mundo, y la pregunta es ¿Cómo vamos a partir? ¿Hacia dónde? Ojalá que Cristo sea el camino de nuestra existencia, el encuentro con el Padre Misericordioso sea nuestro fin y el Espíritu Santo nuestro guía y fortaleza.