Está en la página 1de 5

1

Valencia Morales Diego Rodrigo

Toribio Pavón Cristopher Farid

Jiménez Sánchez María Guadalupe

Castillo Martínez Paulina

Cabrera Armenta Daniel

C.E.P.V.C

LITERATURA

LAURA ARMIDA LOPEZ SANCHEZ

UBICACIÓN: TEHUACAN PUE.

29/11/2023
2

“Estoy Aquí”

La tormenta rugía afuera cuando Alex, un solitario escritor, decidió refugiarse en una antigua

casa que había heredado de un pariente lejano. La madera crujía bajo sus pies mientras

exploraba las sombrías habitaciones. La casa, envuelta en un silencio inquietante, parecía más

antigua de lo que recordaba.

Desde el momento en que cruzó el umbral, una sensación de presencia lo envolvía. Cerró la

puerta con cuidado, pero un susurro apenas audible le hizo estremecerse. “Estoy aquí”, parecía

decir la casa misma. Sacudiendo la extraña sensación, Alex intentó sumergirse en su escritura

para olvidar la atmósfera inquietante.

Las noches en la casa eran las peores. Extraños ruidos resonaban en los pasillos vacíos. Cada

crujido, cada suspiro, se amplificaba en su mente. Noche tras noche, se despertaba con la

sensación de ser observado. “Estoy aquí”, susurraban las sombras en las esquinas de su visión.

Decidió indagar en la historia de la casa. Descubrió que su pariente había desaparecido

misteriosamente, y los lugareños decían que la casa estaba maldita. Los antiguos propietarios

habían experimentado fenómenos extraños, pero nunca nadie había logrado permanecer en la

casa por mucho tiempo.


3

Intrigado y asustado, Alex empezó a notar que su reflejo en los espejos no siempre coincidía

con sus movimientos. “Estoy aquí”, susurraban los espejos cuando se acercaba a ellos. La

sombra de una presencia invisible se manifestaba, observándolo desde el otro lado.

Cada día, la presión psicológica aumentaba. Alex se volvió más irritable, incapaz de

concentrarse en su escritura. Las paredes parecían tener oídos, y la casa misma parecía gemir

con el peso de su historia no contada.

En una noche especialmente tormentosa, la presencia se hizo más tangible. Alex, enloquecido

por la intrusión constante en su mente, empezó a hablar con la entidad invisible. “¿Quién

eres?”, gritó hacia la oscuridad. La respuesta llegó en un susurro gélido, “Estoy aquí porque tú

me trajiste.”

La revelación congeló la sangre de Alex. Recordó haber adquirido un antiguo espejo en una

subasta, un espejo que según decían estaba vinculado a fenómenos paranormales. Al acercarse

al espejo, la sombra en el vidrio se solidificó frente a él.

Era la figura de un hombre, una imagen de su pariente desaparecido. “Trajiste mi alma a esta

prisión”, dijo la sombra con una voz llena de amargura. La entidad reveló cómo había muerto

en circunstancias misteriosas, y desde entonces había estado atrapado en la oscuridad,

esperando ser liberado.


4

La conexión entre Alex y la sombra era más fuerte de lo que podía soportar. Desesperado por

liberar su mente, Alex investigó rituales y hechizos. Finalmente, encontró una antigua

ceremonia para liberar al espíritu atrapado.

La noche de la ceremonia fue la más oscura. La casa crujía y gemía como si resistiera la

liberación del alma. Cuando pronunció las últimas palabras del ritual, la sombra se desvaneció

lentamente, y la casa quedó sumida en un silencio sepulcral.

La tormenta pasó, y el sol emergió detrás de las nubes. La casa, liberada de su carga espectral,

parecía más ligera. Alex, agotado pero aliviado, abandonó la casa. Miró hacia atrás una última

vez y juró que nunca volvería.

Pero incluso mientras se alejaba, el viento llevó un susurro hacia sus oídos: “Estoy aquí”.

Aunque la sombra había sido liberada, algo en la oscuridad seguía persistiendo. La maldición

de la casa antigua dejó una marca indeleble en la mente de Alex, recordándole que algunas

presencias nunca se desvanecen por completo.

También podría gustarte