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Fabulas, antes y ahora.

Según el video Las fabulas son relatos cortos donde los protagonistas son animales
humanizados que pueden hablar y moverse. Están escritos en prosa o verso Todas las
fabulas enseñan algo, como una moraleja, están hechas para enseñar de forma didáctica,
basándose en el ejemplo.
Alrededor de los años 1865, el escritor ingles Rudyard Kipling escribía relatos, no
exactamente fabulas, pero utilizando muchos de sus aspectos. Unos de sus relatos más
conocidos son “El libro de la selva” y “El príncipe y la rana”.
En años anteriores el escritor Horacio Quiroga, Argentino. Escribía fabulas cuyos
protagonistas son animales de nuestro país.
En la antigüedad en Grecia o en India, se utilizaban las fabulas de transmisión oral
hasta la literatura. En Grecia y roma se les enseñaba a los niños con fabulas a trabes de
esclavos cultos, llamados pedagogos.
El termino moraleja deriva de el termino moral, un conjunto de costumbre, normas en
una sociedad que indican que acciones son correctas y cuales no. Por eso se utilizaba a
las fábulas para transmitir enseñanzas, Porque son breves. En las fábulas los personajes
se presentan por oposición.
En la antigua Grecia, Esopo era un esclavo y su amo le pidió que escribiera morales
para enseñarles a sus hijos. Pero Esopo escribió fabulas para criticar algunas situaciones
de la época. Su relato más conocido es “El lobo y el cordero”.
En el siglo XVII, en Francia, La Fontain escribe estas fábulas para defender a un amigo
suyo porque era abogado. Su fábula más conocida es “El ratón de campo y el de
ciudad”. La fontain escribía estas historias para instruir a los hombres.
Este escritor influyo después en los escritores españoles Iriarte y Samaniego. Ellos
escribían sus fábulas en verso al igual que la Fontain. Samaniego les leía estas fábulas a
sus alumnos con un tono irónico pero aun criticando a la sociedad contemporánea.
En la actualidad las fábulas no fueron remplazadas, sino que ha surgido una nueva
literatura en donde las moralejas no existen como tal. Es decir que los niños y jóvenes al
leer los nuevos textos sacan sus propias conclusiones. Actualmente la mayoría de los
relatos no llevan moraleja, ósea que hacen pensar y descubrir esas historias de las
fábulas.

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