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VOLUMEN 6
AUTOR
Kei Sazane
ILUSTRADOR
Ao Nekonabe
Iska: Miembro de la Unidad 907, Defensa Especial de la Humanidad, Tercera División. Solía
ser el soldado más joven en alcanzar el más alto rango militar: los Discípulos Santos.
Despojado de su título por ayudar a una bruja a escapa de prisión. Porta una espada astral
negra para interceptar poder astral y su contraparte blanca para reproducir el último ataque
bloqueado por su compañera. Un honesto espadachpin que lucha por la paz.
Nene Alkastone: Mecánica en Jefe de la Unidad 907. Una genio constructora de armas. Ha
dominado el uso de un satélite que libera disparos que penetran las armaduras desde una
gran altitud. Piensa en Iska como su hermano mayor. Inocente y adorable.
Rysia In Empire: Discípula Santa del Quinto Asiento. Genio todo terreno. Frecuentemente
vista con traje y gafas con montura verde oscuro. Le gusta Mismis, su antigua compñera de
clases.
Sin Nombre: Discípulo Santo del Octavo Asiento. Cubre todo su cuerpo con un traje de
camuflaje óptico. Habla con una voz digital. Comenzó en la unidad de asesinato. Aumenta la
destreza física.
Rin Vispose: La sistente de Alice. Una maga astral que controla la tierra. Su
uniforme de sirvienta oculta armas de asesinato. Habilidosa en el espionaje
asesino. Sus experiones son difíciles de leer, pero tiene un complejo de
inferioridad acerca de su pecho.
Sisbell Lou Nebulis IX: La princesa más joven de Nebulis. Hermana menor de
Aliceliece. Posee Illumination, el cual reproduce imágenes de eventos pasados.
Salvada por Iska cuando fue captura en el Inperio.
Lord Mask On: Miembro de la Casa Zoa, que compite directamente con las
princesas por el trono. Un conspirador cuyos motivos no son claros.
Kissing Zoa Nebulis: Una poderosa maga astral. Llamada la hija favotita de los
Zoa. Posse poder astral de espinas.
PRÓLOGO
UN REPORTE
—Sí. Desde el asalto, ha estado escondida para evitar otro incidente. Rin
está con ella, así que sé dónde está.
Bueno, había otro grupo que actuaba como sus guardias.
Alice nunca podría confiarle a la reina que su hermana menor contrató a una
unidad imperial, ¡de entre todas las personas! No hay necesidad de difundir
rumores innecesarios de que los Lou están coludidos con el Imperio.
...Si Iska está con ella, el enemigo no podrá atacar tan fácilmente.
...Me preocupa más que ella intente algo extraño con Iska.
La princesa Sisbell estaba a la espera. Su ayudante, Shuvalts, había regresado
al estado central, preparándose para reunirse con la reina para organizar la
llegada de Sisbell. Sólo entonces Sisbell volvería bajo las directrices de la reina.
Si todo salía bien, los Lou saldrían victoriosos. Después de todo, Sisbell es la
pieza que les falta para desenmascarar al grupo que organizó el golpe.
—¿Has tenido ya una audiencia con Shuvalts, madre?
—Alice, ¿cuándo volverá su asistente?
Sus preguntas se superpusieron.
—...¿Perdón? —La mandíbula de Alice cayó al suelo.
¿De qué estaba hablando su madre? Shuvalts había llegado al estado central...
hace tres días. Si Sisbell lo dijo, tenía que ser cierto.
—Um... Madre, ¿qué está pasando?
—Podría preguntarte lo mismo, Alice... ¿Qué acabas de decir? —La reina
estaba sencillamente abatida por esta situación.
Los dos guardias que se encontraban detrás de ella no pudieron ocultar su
asombro, parpadeando ante la familia real.
—Pensé que ya te habías reunido con su asistente.
—No. Lo he estado esperando en el palacio para que pudiéramos arreglar
los asuntos inmediatamente. Supuse que vendría contigo... —Sus ojos
comenzaron a oscurecerse—. Alice. Te reuniste con Sisbell. ¿Qué te dijo?
Por ejemplo...
—Su Majestad —alguien entonó una voz sonora.
Un par de tacones chasquearon suavemente mientras otra princesa se abría
paso en el Espacio de la Reina.
—¿Elletear?
—Te he estado buscando. Quería pedirte tu opinión sobre algo, y tus
aposentos privados estaban vacíos.
Elletear Lou Nebulis IX.
Bajo la mirada de todos los presentes, la princesa se paseó por la sala, una
presencia etérea. Sus grandes rizos sueltos eran de color esmeralda con un
ligero tinte dorado. Es más alta que Alice, y hay algo innegablemente sensual en
su busto, que es mucho más grande que el de Alice, que se balancea bajo su
traje real.
Es una bruja... y no a la manera de los magos astrales. En su mejor momento,
Elletear, de veinte años de edad, se volvía más hechizante cada día.
—Jejejeje. ¿Su Majestad? —Preguntó Elletear—. ¿Ha llegado el
mensajero de Sisbell?
—…
Todos tragaron saliva.
Se sentía como si hubieran sido puestos bajo una maldición.
¿Quién habría imaginado que la hija mayor preguntaría eso mismo,
especialmente cuando se sospechaba que tenía vínculos con los Zoa?
—Estamos hablando de Sisbell —continuó Elletear—. Estoy segura de que
ya ha enviado un mensajero, ya sea su ayudante o algunos soldados
contratados. En cualquier caso, ¿no deberían estar ya aquí?
—...Todavía no —espetó la reina—. Elletear.
—¿Sí?
—¿Sabes algo? ¿Como si su asistente ha llegado al palacio?
—No —La hija mayor ofreció una pequeña sonrisa, respondiendo con voz
jubilosa—. Creo que deberías ser paciente.
—¿Ser paciente? Eso es imposible en esta situación, Elletear.
—Sí, por supuesto. Quería decir que no hay que precipitarse. Y...
La princesa mayor se llevó una mano a la mejilla, como si pretendiera ocultar su
rostro, que estaba sonrojado por la excitación.
—... Creo que alguien debería ir a buscar a nuestra querida hermana.
CAPÍTULO 1
¿DÓNDE NOS EQUIVOCAMOS?
1
Soberanía Nebulis. Liesbaden. El octavo estado.
Su paisaje urbano en la frontera de la Soberanía casi podría confundirse con
una ciudad neutral. Había florecido gracias al comercio con los países vecinos
cuando era un estado independiente.
En el pavimento de piedra, sobre el que las niñas y los niños se apresuran a ir a
la escuela, no se encuentra ni la más pequeña partícula de basura. En la
calzada, junto a ellos, pasaban los coches que se trasladaban al trabajo.
Sin embargo... desde la ventana de la habitación del hotel, se podían ver las
severas expresiones de la policía militar marchando por las calles.
—¿Oye, Iska? También están en el vestíbulo del hotel. Creo que están
comprobando si algún personaje sospechoso se aloja aquí.
—¿Te parecieron sospechosos, Nene?
—No. Además, me escabullí hacia arriba enseguida.
—...Si te hubieran atrapado, eso te haría parecer la más culpable del lugar
—dijo Iska, examinando la sala de estar.
Nene acababa de regresar y estaba sentada en una silla junto a la mesa. Se
había recogido el pelo rojo brillante en una coleta. A su lado, el francotirador de
pelo plateado ajustaba su arma personal.
...La Comandante Mismis salió a comprar el almuerzo.
...La Unidad 907 se las está arreglando de alguna manera desde que entramos
en la Soberanía hace unos días.
Dos superpotencias -la utopía mecánica, el Imperio, y el paraíso de las brujas, la
Soberanía Nebulis- se habían enzarzado en una guerra que llevaba más de un
siglo.
2
El equipo de Iska se alojaba en la novena planta del hotel.
—Las cortinas están cerradas. Ahora nadie puede vernos desde fuera. ¿Es
suficiente?
—Eso servirá.
Estaban apiñados cerca de la pared del salón. Jhin había cerrado las cortinas de
la ventana. Nene hacía de camarógrafo, estabilizando la cámara de vídeo junto
a la mesa.
La Comandante Mismis estaba al lado de Sisbell, con una expresión a la vez de
inmensa curiosidad y de increíble pánico.
La Comandante Mismis Klass.
Era una cabeza más baja que Iska y su rostro tenía un encanto juvenil.
Cualquiera la habría confundido con una adolescente... pero en realidad tenía
veintidós años.
—No está haciendo nada. Deje de moverse, jefa —dijo Jhin.
—Pero... —gimió suavemente la Comandante Mismis.
Su ingenuidad solía jugar a su favor, pero ahora estaba actuando tan indefensa
como un gatito en un lugar desconocido.
—¿Qué debo hacer?
—¿Qué quieres decir? No puedes ignorar tu poder astral para siempre, o
te traerá problemas. A mí en particular —aclaró Sisbell desde su lado—. En
realidad, no a ti.
Aunque Sisbell era la que estaba en la adolescencia, el físico diminuto de
Mismis la hacía parecer la más joven de las dos.
—Dentro de dos días, nos subiremos a un tren... Aún sin el asunto de mi
asistente, el estado central está en otro nivel en términos de seguridad. No me
sorprendería que te pidieran inmediatamente tu identificación al llegar.
3
Soberanía Nebulis. La Aguja Estelar.
El Rascacielos Polvo Estelar albergaba los aposentos privados de la reina, un
siglo de reinas, de hecho, empezando por su gran antecesora, Nebulis I.
El techo había sido elaborado con un tipo de cristal único, y cuando caía la
noche, se podía ver todo el cielo estrellado como en un planetario.
—Sé que dije que estaba aliviada de tenerte de vuelta, Alice. Después de
todo, no sabemos cuándo atacarán de nuevo. Sin embargo...
Sentada en una lujosa cama -demasiado grande para una sola persona-, en una
fina bata, la reina dejó escapar un fuerte suspiro.
—... No recuerdo haberte pedido que pases la noche conmigo...
—Sí, madre, pero quiero hacerlo. Debemos demostrar al culpable que los
Lou son un frente unido.
—...¿Qué es esto?
No contenía fotografías de las tres hermanas... sino una vieja y descolorida
imagen de una chica de pelo corto que se parecía a Alice pero menos emotiva.
—Esa soy yo. Cuando pertenecía al ejército astral... hace más de treinta
años.
—En aquellos días...
Esto no era un libro de fotos de ella y sus hermanas. Eso explicaba el
enigmático comentario de su madre de antes, aunque ahora Alice encontraba su
contenido sumamente interesante.
...Nunca había visto estas fotos.
...Me pregunto si son del campo de batalla.
En las ruinas rocosas, su madre estaba de pie junto a un hombre de pelo blanco.
Sus rasgos cincelados estaban desviados de la cámara, y parecía visiblemente
molesto, como si no quisiera que le tomaran una foto.
No formaba parte del ejército astral.
Lo único que cubría su musculoso pecho era un abrigo. Sólo había un hombre
que se vestiría así.
—...¡¿Salinger?!
Alice aún recordaba su rostro, hasta los detalles.
Todo se debía a que Iska y Rin se vieron inmersos en una brutal lucha contra
ese mismo hechicero trascendental, que había logrado fugarse de la prisión de
Alcatroz.
Le impactó comprobar que no había cambiado en treinta años. Más impactante
fue el hecho de que su madre estuviera retratada junto a él.
...¿Por qué?
...Este hechicero es el podrido criminal que atacó a Nebulis VII hace treinta
años.
¿Por qué aparece en la foto con la actual reina? Parecían casi como si fueran
compañeros militares.
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Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
—¿Madre?
—Como he dicho, no hay nada interesante ahí —La reina soltó un fuerte
suspiro desde la cama, echando un vistazo al libro de fotos—. Solíamos ser
unidos. Eso es todo, aunque ahora te parezca ridículo.
¿Solíamos estar unidos...? En la foto no parecía que tuvieran una relación
conflictiva.
Era imposible saber qué acontecimientos habían ocurrido después de que se
tomara la foto.
—Éramos compañeros de entrenamiento.
—¿Hmm? —dijo Alice.
—Ese hombre, como sabes, puede robar poderes astrales. Solía venir tras
los míos, y yo lo bloqueaba, durante muchas veces.
—...¿Uh-huh?
¿No había sido sólo una vez? ¿Por qué no había intentado capturar al hechicero
después de la primera vez?
—En ese momento, me convencí de que sería un desperdicio
aprehenderlo.
—... ¿Qué quieres decir...?
—Quería a alguien a quien pudiera enfrentarme de verdad.
—¡Ngh!
—Alguien con quien pudiera demostrar mi fuerza sin inhibiciones y que la
aceptara. En mi juventud, me centré ciegamente en desarrollar mi fuerza para
provocar una carnicería en las fuerzas imperiales. Él era la peor clase de bestia,
lo que lo convertía en el retador y rival perfecto.
—… —La mano que sostenía el libro de fotos comenzó a temblar.
...Yo-
...Madre... Siento...
Alice deseó poder gritar.
Me siento igual.
"Un rufián que no me trata como si fuera especial. Así es como deberías ser".
"Tú también me considerabas un rival".
En la interminable guerra con el Imperio... en la claustrofóbica construcción del
cónclave... madre e hija buscaban a alguien que ahuyentara sus aburridos días.
En ese sentido, eran iguales.
Alice quería gritar el nombre del espadachín desde el fondo de su corazón.
—Pero ese fue mi error.
Las palabras de su madre dolieron. Su espinosa confesión encadenó el nombre
que casi había escapado de la boca de Alice y la hizo sentir como si le disparara
en el pecho.
—Ya sabes lo que pasó, Alice.
—...
Treinta años atrás, Salinger se había infiltrado en el palacio para convertirse en
una presencia "más grande que la propia reina" y atacar a Nebulis VII. Quien
había repelido su asalto y lo había enjaulado en la cárcel no era otra que Nebulis
IIX.
Es decir, la reina frente a Alice, Mirabella.
—El combate final fue brutal. Incluso entre nuestros duelos, fue el más
banal y denigrante de todos.
—...¿Pero yo creía que era tu rival perfecto?
—No en nuestra última batalla. No era lo que yo quería —La reina alargó la
mano, arrancando el libro de las manos de Alice y guardándolo de nuevo en la
estantería como si dijera: "Ya está bien"—. Nuestros duelos fueron algo más allá
de nuestras respectivas posiciones sociales. Nuestros poderes astrales estaban
en su apogeo. Éramos obstinados. Eso es lo que me gustaba.
—…
—Al final, se convirtió en un delincuente al agredir a la séptima reina. Y
tuve que purgarlo como la princesa. Se convirtió en el bien contra el mal. El
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Bueno, una unidad imperial, pero estaban tratando de ocultar ese detalle a la
reina. Todo esto no le gustaba a Alice, pero podía confiar en que Iska actuaría
como guardia de Sisbell mientras viajaban.
...No me gusta que Sisbell se aferre a él.
...Pero todo terminará mañana.
Podrían de una vez por todas poner fin a esto cuando Sisbell llegara al estado
central. Todos los asuntos pendientes se resolverían. El culpable del golpe y el
misterio de Vichyssoise se confirmarían al instante con sus poderes.
—Rin —dijo la reina.
—¿Sí, Su Majestad?
—Gracias por el informe. Pondré mis informes directos en espera en la
terminal mañana, así que por favor dile a Sisbell que salga por la cuarta puerta.
—Sí, Su Majestad. Si eso es todo...
La comunicación se cortó. Colocando el aparato silencioso de nuevo en la mesa,
Alice dejó escapar un suave suspiro.
...Hay tantas cosas en mi mente, desde el golpe hasta el críptico comentario de
Salinger.
...Pero hay que esperar hasta mañana.
Tenía que ser paciente hasta que su hermana regresara.
Mañana, estos misterios se resolverán.
CAPÍTULO 2
LLÁMENME ELLETEAR
1
Soberanía Nebulis. Estado central.
La estación terminal, Sacraris Nebulica.
Los pasajeros a bordo del tren podían vislumbrar su cúpula blanca como el hielo.
Sisbell miraba por la ventanilla, encaramada en el lugar central de un asiento de
tres plazas. Para disimular su identidad, llevaba gafas y el pelo recogido en una
coleta como la de Nene.
...Supongo que no se puede disimular la belleza.
...Ya le han coqueteado tres veces durante este viaje en tren.
Frente a ella, Iska se escondía tras unas gafas sin graduar. Llevaba una camisa
que había comprado en la Soberanía, y sus espadas astrales estaban al alcance
de la mano, guardadas en una bolsa de golf.
"Iska" dijo Nene. "Todo despejado en el cuarto vagón. ¿Jhin? ¿Cómo va todo
por tu parte? "
"Todo bien en el segundo vagón. El único problema es este chico, que ha estado
lamentándose en mi oído, pero no he visto a nadie sospechoso. ¿Cómo está el
frente, jefa?"
"... Nom nom... Uh-huh. Este sándwich de barbacoa está delicioso".
"No estoy preguntando por su almuerzo".
"¡Eso... obviamente era sólo una broma! Todo está bien. El operador ha
mantenido su compostura, y no ha pasado nada raro".
" Mantenga la cabeza en el juego. Este es el último día. Si terminamos esto
rápido, nuestra misión terminará en unas horas. Entonces podremos salir de
este país". La voz de Jhin llegó por el auricular.
Iska y Sisbell estaban en el tercer vagón. Jhin y Nene estaban en los vagones
que los rodeaban. La Comandante Mismis estaba de guardia en la parte
delantera.
...Además de Rin.
...Ella debería estar en algún lugar de este tren bajo las órdenes de Alice.
—Llegaremos en breve —anunció la rubia fresa, girándose hacia él
lentamente, como si pudiera leer su mente—. El enviado de la reina deberá estar
esperando en la cuarta puerta. Se han hecho arreglos para que yo vaya en su
coche de vuelta al palacio real.
—¿Puedes confiar en este enviado?
—Sí —Ella asintió antes de bajar la voz—. Es la prima de Shuvalts, una
mujer mayor mujer llamada Swan.
—...Claro.
—La familia de Shuvalts nos ha servido durante generaciones. Pero algo
así nunca ha sucedido a nuestro cargo. ¿Cómo podría siquiera empezar a
disculparme por lo de Shuvalts con Swan...?
Todavía no habían recibido noticias del asistente de Sisbell. Habían confirmado
a través del mensaje de la reina, recibido vía Rin, que aún no había llegado a
palacio.
...Estoy seguro de que le pasó algo.
... Sospecho que Vichyssoise de los Hydra. O Lord Mask de los Zoa.
Hay tres líneas de sangre Nebulis.
Antes de venir a servir como guardia de Sisbell, Iska no había imaginado que
hubiera una disputa tan sangrienta por el trono.
...Estoy seguro de que Sisbell seguirá luchando por él incluso después de volver
a palacio.
...No es que esto deba preocupar a un soldado imperial como yo.
En unas horas más, Iska y Sisbell volverían a ser enemigos, retomando su
relación de soldado imperial y princesa bruja. Al igual que Iska y Alice.
Nadie era tan hermosa como la joven que estaba frente a Sisbell. Incluso las
compañeras jadeaban asombradas.
—Llámenme Elletear —La mujer sonrió cálidamente.
Sus sueltos y grandes rizos esmeralda tenían un brillo dorado. Sus rasgos eran
perfectamente proporcionados, y parecía ser capaz de capturar el alma de
cualquiera con una mirada.
Era incluso más alta que Alice, cuya estatura Iska conocía muy bien, y su
corpiño parecía tensarse contra su pecho, que amenazaba con romper la tela en
cualquier momento.
—... ¿Herma...?
—Bienvenida a casa, Sisbell. Estaba muy preocupada —La mujer llamada
Elletear acarició con cariño la cabeza de la menuda princesa.
Cuando por fin recuperó el sentido, Sisbell volvió inmediatamente por donde
había venido, con la boca floja por la sorpresa. Se apartó de la multitud de
transeúntes.
—¡¿Sisbell?!
—Por aquí. Deprisa —Sisbell había saltado al tercer vagón. Era el que
habían viajado antes, pero estaba vacío. Los demás pasajeros ya se habían
bajado. Sin aliento, Sisbell finalmente se dio la vuelta.
—Oye, ¿qué está pasando aquí? ¿Es tu hermana? —preguntó Jhin.
—¿Qué...? —Nene jadeó—. ¿Esa supermodelo es tu hermana? ¿Está
aquí para recogerte?
—¡Espera! Espera. ¿Qué está pasando?
Iska huyó hacia el interior del vagón, seguido por Jhin, Nene y la Comandante
Mismis.
—Bien pensado. La estación está llena de miradas indiscretas. Supongo
que los asuntos confidenciales se tratarán mejor en el tren. Un juicio prudente,
Sisbell —La mujer alta entró en el vagón, con el pelo esmeralda ondeando
detrás de ella. Miró directamente a la princesa—. Escuché que tu asistente
desapareció. Has tenido tu cuota de problemas, Sisbell.
Incluso Iska podía decir que la princesa Alice era hermosa de una manera linda,
y había algo elegante en su apariencia. Sin embargo, esta Elletear parecía más
madura en cuerpo y mente. Su rostro prácticamente irradiaba madurez.
Alice todavía era demasiado inexperta para estar a la altura de Sisbell, pero
Elletear... Podía suavizar las agresivas amenazas de Sisbell. Su paciencia
parecía no tener límites.
—...Mi querida hermana, tengo prisa —La hermana menor miró fijamente a
su hermana mayor. En algún momento, Sisbell había empezado a hablar con
sorna, posiblemente por el desconcierto o la agitación—. Debo reunirme con el
enviado de Su Majestad y dirigirme inmediatamente a palacio.
—Oh, claro —chistó Elletear, tocando su mejilla, como si estuviera
sorprendida—. No falta mucho para que este tren tenga que dirigirse al depósito.
Deberíamos terminar nuestra discusión antes de que el revisor venga a
comprobar los vagones.
—...¿Todavía tenemos cosas que discutir?
—Obviamente. ¿No dije que quería hablar con todos los presentes?
Sisbell se negó a bajar la guardia. La princesa de pelo esmeralda centró su
mirada una vez más en los soldados.
—Pues bien, recibí un informe en el palacio. Me enteré de que son
mercenarios del estado independiente de Alsamira. Y que Sisbell los contrató.
Hubo un momento de silencio. Jhin fue el que asintió, hablando por todos ellos.
—Así es. Tomamos su petición allí.
—Oh, entonces puede que me haya equivocado, por supuesto.
—¿…?
—Estaba convencida de que se trata de una unidad imperial. Pensaba que
son una unidad formada con el Discípulo Santo Iska, el que liberó a Sisbell de su
cautiverio hace un año.
—¡¿Eh?!
2
El espacio de la reina.
Alice escuchó atentamente el informe de Rin en un salón inundado por la luz del
sol del atardecer. Había estado esperando la llegada de su hermana con la
reina.
—¿Así que dices que... Sisbell fue llevada a la villa familiar?
—Sí. Perdone que saque mis propias conclusiones, pero mi intuición me
dice que fue con la intención de evitar que Lady Sisbell volviera a palacio.
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Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
—...
La villa familiar estaba en las afueras del estado central. Aunque se podía
acceder a ella en dos horas en coche, lo que permitía a la familia volver a
palacio en caso de apuro, lo cierto es que estaba en un distrito remoto.
...Pero es suficiente distancia entre Sisbell y el palacio.
...Y está lo suficientemente cerca como para que Elletear pueda volver a casa en
un momento.
Era una distancia intermedia, ni demasiado lejos ni demasiado cerca. A Alice
nunca se le habría ocurrido utilizar la villa para confinar a nadie.
—Madre, ¿qué hacemos...?
—Alice, dame el dispositivo de comunicación.
Se lo entregó a la reina.
—Rin, ¿estás segura de que Elletear no te vio?
—Sí. Me comporté para que no lo hiciera.
—Sólo tú podrías lograrlo. Por favor, regresa al palacio por el momento.
Mandaré un enviado hacia Elletear y le diré que regrese al palacio
inmediatamente.
—Por supuesto. Sin embargo, Su Majestad, ¿está segura de que Lady
Elletear escuchará a un enviado...?
Elletear es la princesa mayor. Es posible que se burle si uno de los trabajadores
de la reina le dice que regrese.
—Haré que Alice entregue el mensaje. Ella también es una princesa, así
que no puede ser rechazada tan fácilmente.
—...Sí, Su Majestad.
—Alice, ya nos escuchaste. Te dejo a Elletear —La reina devolvió el
dispositivo de comunicación—. Elletear y Sisbell están en la villa con los cuatro
guardias, mercenarios de otra tierra. Sé cortés con ellos.
—...Oh.
—¿…? ¿Pasa algo?
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INTERMISIÓN
EL PASO FINAL DE LA OPERACIÓN ESPECIAL
Suele estar escondido en los despachos del Señor, sin apartarse del trono ni un
momento.
—No nos hemos visto desde la última reunión, ¿eh, Jo?
—...
—Tímido como siempre. Me pregunto cuándo me promoverá el Señor para
sustituir a este tipo. ¿Verdad, Risya?
—Eso depende del Señor.
—No eres divertida —Mei le tiró la bolsa vacía de galletas.
Toda la comida y la bebida estaba prohibida en los terrenos de la asamblea
imperial. Ella era la única que hacía caso omiso de esta regla no escrita.
—¿Y si cazo a uno de los líderes brujos? —preguntó Mei.
—¿Te refieres a la reina de Nebulis? Si consigues hacerlo... supongo que
el Señor podría hacer algo con respecto a tu posición. Bueno, el Señor tendría
que hacerlo.
—¿Sí? En ese caso...
—Eso es innecesario —murmuró alguien, interrumpiendo al tercer asiento.
Su voz contenía la áspera disonancia del metal rechinando contra el metal.
—¿Hmm? ¿Jo?
—Yo cazo a la reina —Los ojos del espadachín estaban cerrados—. ¿No
es cierto, Ocho Grandes Apóstoles?
—Estamos emocionados de que estés emocionado.
—La misión especial para capturar a la reina pasará hoy a su etapa final.
Vwoom. Los monitores instalados en las paredes mostraban los contornos
borrosos de ocho personas.
Los Ocho Grandes Apóstoles. Ellos unificaban la asamblea imperial y servían
como autoridades supremas del Imperio.
—Hace seis días...
—La Aguja Estelar, la Aguja Lunar y la Aguja Solar. Luego hay un castillo
principal llamado el Palacio de la Reina.
—Y ustedes atacarán todo excepto la Aguja Solar.
—¡Hah! —Mei no pudo contener la risa—. Me parece muy gracioso.
¿Cómo se llaman? ¿Los Hydra? Si los perdonamos, ¿no serán las cosas
demasiado obvias?
Los Hydra eran los traidores.
Eran las mentes maestras detrás del golpe para matar a la reina y habían
llevado este plan al Imperio. Esta pieza de información clasificada había sido
compartida con algunos de los Discípulos Santos esa misma mañana.
—Capturaremos a la reina y quemaremos el palacio, salvo la Aguja Solar.
Creo que eso es prácticamente revelar todo.
—No tenemos que preocuparnos por eso.
—Su misión es simple. Deben invadir el palacio con nuestros soldados
más fuertes y capturar a la reina y a todos los purasangres que la acompañan.
—...Hacen que parezca tan sencillo... —Risya sonrió con desgana,
hojeando la lista de brujas, que había sido preparada con antelación, sobre la
mesa redonda.
Esta lista era una cosa más que les habían proporcionado los Hydra.
—Así que la reina es de clase A, Growley, el jefe de los Zoa, es de clase B,
Kissing es de clase C... Y la Bruja de la Calamidad Helada Aliceliese, bla-bla-
bla...
Esta operación no estaba en modo "difícil". Era casi imposible.
Después de todo, las fuerzas imperiales nunca habían conseguido atrapar a un
purasangre en la centenaria guerra. Y los Ocho Grandes Apóstoles pedían que
capturaran dos... como mínimo.
—¿Qué quieres decir? No es gran cosa.
—No les pedimos que diezmen la Soberanía. Simplemente tienen que
cazar a dos brujas o hechiceros.
CAPÍTULO 3
LA GUERRA DE LAS TRES HERMANAS - EL BERRINCHE DE
ALICE
1
Creía que no había mucha seguridad, pero por lo visto no era así.
Cámaras de vigilancia y dispositivos de defensa de última generación debían
estar instalados por todo el lugar.
—Entren —instó Elletear, haciéndolos pasar al interior.
Dos colosales estatuas de piedra los esperaban en el vestíbulo. En cuanto Iska
pisó el suelo, pulido para que brillara como un espejo, una melodiosa voz
masculina rebotó en el techo, que brillaba con la luz de un candelabro.
—Soldados imperiales. Pensar que caerían en esta trampa ustedes solos.
Prepárense.
¡¿Lord Mask?!
Él fue el que empujó a Mismis al vórtice. Si Lord Mask no hubiera estado en
Alsamira, Sisbell nunca habría estado en su situación actual. Era un viejo
enemigo, alguien que tenía una historia con Iska, sólo superada por Alice.
—¿Así que esto era una emboscada? —gritó Iska, saltando
inmediatamente.
Jhin, que había entrado detrás de todos los demás, abrió la puerta de una
patada justo detrás de ellos. Nene y la Comandante Mismis se asomaron al
jardín.
Mientras tanto, los ojos de Iska recorrían el vestíbulo en busca del enmascarado.
Pero... no había nadie.
Aparte de las dos estatuas de piedra, el pasillo estaba completamente vacío. No
vieron a Lord Mask ni a ninguno de sus compinches.
—¡No hay nadie... en el jardín! —gritó Nene, observando el terreno
exterior.
Estaban convencidos de que los habían rodeado por fuera... pero sólo había dos
coches en el césped.
...¿Qué está pasando?
...Me pareció oír su voz, pero no tengo la sensación de que alguien vaya a
atacar.
Un pesado silencio se apoderó de ellos. La bruja rubia fresa abrió los ojos de
golpe.
—Supongo que has producido esa voz con tu poder astral... —acusó
Sisbell a su hermana.
—Jejeje. Supongo que lo llevé demasiado lejos —Elletear soltó una
carcajada, como si la situación fuera cómica.
Todas las miradas se centraron en ella.
¿Qué estaba pasando?
—Perdónenme, soldados imperiales. Eso fue sólo el espectáculo de una
mujer. Es simple... Una terrible costumbre mía —La bruja parecía embelesada
con la diversión—. Apuesto a que todos se preguntaban sobre mis poderes
astrales, viendo que van a pasar una cantidad considerable de tiempo en una
mansión con una "bruja". Nunca se sabe si trataré de hacer una broma mientras
duermen.
—... —Los miembros de la Unidad 907 guardaron silencio.
No pudieron obtener una lectura clara de las intenciones de Elletear. ¿Acaso
esta bruja estaba exponiendo voluntariamente los secretos de su poder astral?
—¿Así que esa voz de hace un momento era toda tuya? —preguntó Jhin.
—Muy observador. Piensa en mi poder como un loro. Imagino que es el
poder más inútil de toda la familia real —Elletear asintió—. Es un truco barato.
Así que duerme tranquilo. No voy a maquinar a tus espaldas durante estas
vacaciones. Mi poder astral no podría dañar ni a un bebé.
—... ¿Despreciándote tú misma?
—Hmm, nunca lo he pensado así. Me siento realmente agradecida por mis
poderes.
Elletear hizo sonar una campana en el vestíbulo. Antes de que dejara de sonar,
las sirvientas bajaron rápidamente de las escaleras del fondo. Eran cinco en
total. Cada una llevaba un uniforme de limpieza como el de Rin.
—Relájense. Estas son sólo las sirvientas de los Lou —le susurró Sisbell a
Iska al ver la expresión de su rostro—. Yumilecia, Ashe, Noel, Sistia y Nami.
Todas son magas astrales, pero no pueden usar magia de ataque.
—¿Quieres decir que los sirvientes no actúan como guardianes?
—Si estás pensando en Rin, ella es un caso especial. Es inusual que
alguien sirva simultáneamente como asistente y guardia.
Hablando de Rin... Iska no la había visto desde que se subieron al mismo tren
hacia el estado central.
...¿Está escondida en algún lugar?
...Me imagino que Rin podría habernos seguido hasta aquí sin problemas.
Alice debe haber sido informada de lo último.
—...¿Y si Alice vino con ella? Oh, ella nunca...
—¿Iska?
—¡Oh, nada! —Iska volvió a sus sentidos.
Había estado desconectado últimamente. ¿Por qué tenía la cabeza en las nubes
cada vez que Alice entraba en la ecuación? Nunca tuvo la intención de bajar la
guardia.
...Contrólate, amigo. Estoy demasiado interesado en Alice.
...¡Necesito concentrar mi energía en ser cuidadoso en esta mansión!
Aunque Elletear y las cinco sirvientas no pudieran usar hechizos de ataque,
tenía que haber algún guardia oculto... o la mansión misma debía tener algún
mecanismo de seguridad secreto incrustado.
Al fin y al cabo, la unidad de Iska estaba compuesta por soldados de una nación
enemiga. No podían olvidar su posición.
—Preparamos las habitaciones para nuestros honorables invitados.
Las sirvientas se inclinaron.
—Los entretendremos como invitados sólo para cumplir las órdenes de
Lady Elletear, malditos soldados. Vengan por aquí.
—...O-okay.
Eso sonó como una amenaza apenas velada. Las cinco chicas parecían
dispuestas a clavar cuchillos en el corazón de sus enemigos en cuanto bajaran
la guardia.
—Lo siento mucho, Iska —trinó Elletear—. Parece que hace demasiado
tiempo que no tenemos invitados. Nuestras sirvientas deben estar nerviosas.
—¿Nerviosas? Claro...
—Ashe, estos son nuestros invitados. No voy a tolerar su comportamiento.
Especialmente si mezclan barro en su café.
—¡Básicamente la estás instigando!
—A lo sumo, pueden echarle detergente.
—¡Eso es peor!
—P-Por aquí, por favor.
Cuatro de las sirvientas se alinearon junto a Iska, Jhin, Nene y la Comandante
Mismis, guiándolas hacia las escaleras del gran salón. Elletear los observó
adentrarse en la mansión con una sonrisa.
En el patio del palacio había una arboleda de gruesos árboles con hojas
cubiertas de rocío y flores frescas que salpicaban el jardín. El Cadillac One
estaba estacionado.
Cristal a prueba de balas. Un chapado blindado. Una cabina sellada para
protegerse de gases venenosos. Era un coche personalizado construido para
hacer frente a cualquier ataque sorpresa.
—¡Rin, vamos!
—¡Por favor, espéreme, Lady Alice! ¡Acabo de regresar al palacio!
Alice llevaba su vestido reservado para viajes.
2
La mansión Lou Erz. Ala este. Segundo piso.
—Este es el Salón de los Arqueros, ¿verdad?
Era como si estuvieran en un hotel de cinco estrellas. Iska inspeccionó con
cautela una cama perfectamente preparada.
—¿Y si espolvorearon fragmentos de vidrio en las almohadas o algo así?
Sólo espero que no haya veneno en los recipientes de agua. Es inútil pensar
demasiado en ello. Quiero decir, ya saben que soy un soldado imperial...
Apenas había pasado una hora desde que le mostraron su habitación. No había
encontrado nada extraño hasta ese momento, pero no podía confiar del todo en
que su habitación fuera segura.
—Jhin estará bien él solo, pero me pregunto si la Comandante y Nene
estarán bien. Mi comunicador... oh, cierto. Tuvimos que renunciar a ellos.
Habían entregado todo su equipo, sus comunicadores, el arma de Jhin, incluso
las espadas astrales de Iska. Elletear afirmó que se las devolvería el último día
de sus "vacaciones".
—...
Desde la ventana se veía un pintoresco paisaje urbano. No podía ver nada que
se pareciera ni remotamente al palacio, pero podía distinguir en el horizonte los
edificios difusos del estado central.
...Si quisiera escapar, podría salir fácilmente por la ventana.
...Es como si fuéramos pájaros en una jaula abierta.
Aunque se escaparan, estarían en territorio enemigo. Además, todo se acabaría
si se corriera la voz en el cuartel general imperial de que habían custodiado a
una bruja.
Si quieren escapar, adelante. La sonrisa de Elletear parecía flotar en su mente,
incluso cuando cerraba los ojos.
Clunk...
—Bueno, esto es una villa... —Sisbell se detuvo y se giró hacia él—. Sirve
para relajarse, para descansar de los deberes oficiales. Como la soledad es
mejor para la fatiga mental, aquí mantenemos el número de sirvientes al mínimo.
—¿Así que sólo tienen esas cinco?
—Sí. Y algunos jardineros y cocineros. Es raro encontrarse con alguien
caminando por la mansión.
Resultaba extraño que una unidad imperial se paseara audazmente por una
mansión como ésta.
—Como les he explicado, necesito que se topen con las sirvientas a
propósito. Distraerlas —dijo Sisbell en voz baja.
—¿Seguro que podemos ir a explorar por donde queramos? —preguntó la
Comandante Mismis.
—Obviamente. Están de vacaciones. Naturalmente, explorarán el lugar.
Sólo procuren que los vean y consigan algo de tiempo, por favor —susurró
Sisbell en voz baja al oído de Mismis—. Hazlo todo como está previsto.
Asegúrense de recorrer el primer piso y llamar la atención.
La operación se puso en marcha.
Jhin, Nene y la Comandante Mismis bajaron de puntillas las escaleras. Iska y
Sisbell los vieron pasar antes de establecer contacto visual.
—Vamos, Iska.
Se dirigían al lado opuesto de la mansión, al ala oeste, que estaba lejos de las
habitaciones de los huéspedes del lado este. No había pasos especiales para
llegar allí, y su destino previsto era accesible a través del vestíbulo central.
...Estamos atentos a las cámaras de vigilancia y a los dispositivos para
escuchar.
...Tengo que comprobar discretamente si hay micrófonos mientras Sisbell
pretende darme una visita guiada.
Desde los bordes del pasillo hasta detrás de los floreros...
...Sisbell supuso que Elletear había preparado algo.
—Si pintaste esto hace dos años, creo que tienes mucho talento.
— --- —La princesa tiró de la manga de Iska con una expresión que
implicaba algo. Se dirigieron a una habitación situada a unos metros de
la de Sisbell. Ella señaló un retrato colgado en esa puerta.
—Este es el autorretrato de Elletear.
—¿Eh? ¿Estás segura de que no es una fotografía...?
¿Qué edad tenía ella en el cuadro? ¿Catorce? ¿Treinta? Elletear ciertamente
parecía más joven de lo que Sisbell era ahora.
Era un retrato hiperrealista hasta el último cabello, incluso en los brazos. ¿Este
retrato fue realmente creado por una persona? Le habría sido más fácil creerlo si
alguien le hubiera dicho que se había pegado una imagen de alta resolución en
el lienzo.
...Es increíble.
...¿Cuánta concentración y destreza requirió esto?
Elletear Lou Nebulis IX.
Esta era la encarnación cristalizada del genio de la princesa mayor, la que nació
con todo... excepto poder astral.
—Está cerrado —Sisbell intentó empujar suavemente la puerta de la
habitación de Elletear, pero ésta no dio señales de ceder—. Pero esto está muy
lejos de mi habitación. El problema es la de Alice.
—¿La habitación de Alice también está aquí? —preguntó Iska por reflejo,
pero tenía sentido. Este lugar era propiedad de la familia de la reina.
Naturalmente, Alice tendría su habitación propia.
—Está a la derecha de mi habitación.
Retrocedieron por el pasillo.
Un retrato colgaba de la puerta. Iska lo miró, parpadeando sorprendido.
—...Uh.
—Este es el autorretrato de mi hermana, pintado hace dos años.
—Recuérdame... ¿Alice siempre tuvo tres ojos?
Gladheim Translations Página 81
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
—No. Creo recordar que no le gustó el primer ojo que pintó, así que añadió
otro.
Iska miraba el retrato, que no representaba a una dulce rubia sino... algo
inhumano que hasta un niño de dos años podría dibujar.
—Hay como diez brazos ahí.
—Son mechones de pelo.
—¿Y por qué su boca se abre hasta las orejas...?
—Quiso añadir lápiz labial y se pasó.
—...Una apreciadora del surrealismo, ya veo. No intenta expresar su
apariencia externa, sino liberarse de los ideales dentro de su mente para...
—No es nada tan difícil. Sólo es una pintora terrible —Sisbell se rió—. A mi
hermana le encantan las artes, pero no tiene talento para ellas. Es lo que se
llamaría una conocedora. Tiene un paladar sensible pero no puede cocinar en su
vida.
—Cuando lo pones así...
—Deberíamos mirar dentro de su habitación. Hasta la ha dejado abierta
tan generosamente —Sisbell le hizo una seña para que entrara.
Ella ya había abierto la puerta y se deslizó dentro.
—Uh, um. ¿Debería entrar en la habitación de Alice...?
—Por supuesto. Si no, no podrás buscar micrófonos... —La rubia fresa lo
miró fijamente, bloqueando la puerta—. ¿O es que realmente tienes una relación
con mi hermana que no es estrictamente superficial...?
—¡No! ¡Te equivocas! ¡No hay nada entre nosotros! ¡Nos conocimos por
primera vez en Alsamira!
—...Me lo imaginaba. Tú eres un antiguo Discípulo Santo del Imperio, y mi
hermana es la princesa de la Soberanía. Es imposible que los adversarios
trabajen juntos.
—T-totalmente.
—En ese caso, no debería haber ningún problema. Mira, Iska, por aquí —
Ella lo jaló hacia adentro.
Se había preguntado qué extravagancias les esperaban, pero se dio cuenta de
que no era tan diferente de las habitaciones de invitados. La principal diferencia
era que la mesa y el sofá eran de un color más infantil, pero la sala de estar
estaba dentro de lo frugal.
—No he entrado en muchas habitaciones de chicas. No me siento muy
cómodo...
—¿En qué habitaciones de chicas has entrado?
—En la de Nene y en la de la Comandante Mismis. Es tradición ayudarlas
con la limpieza de fin de año. No creo que esta habitación necesite mucho de
eso...
Las estanterías, la mesa y el sofá eran muebles normales. Parecía que buscar
micrófonos sería fácil.
—Para escuchar desde su habitación, supongo que los dispositivos se
instalarían a lo largo de la pared del salón.
Si el objetivo era escuchar los sonidos de la habitación contigua, eso limitaría
lógicamente las posibles ubicaciones de dicho dispositivo.
—Hmm... En cuanto a la pared y el techo... Sisbell, ¿qué hay al otro lado
del reloj? Tal vez haya un mecanismo extraño fijado en él.
—No veo ninguna señal de alguno.
—Y tampoco veo nada fuera de lugar alrededor de la ventana o las
cortinas... Tal vez nos equivocamos.
—No, estoy segura de ello. Tengo una corazonada —exclamó Sisbell
mientras daba la vuelta a la alfombra.
—Elletear nos trajo aquí. Debe estar tramando algo. Tenemos que
comprobar si hay micrófonos.
—Pero no hemos encontrado ninguno hasta ahora...
—No hemos buscado en todas partes. Por ejemplo, aquí.
—Lo sé. También sé lo que pasó después —respondió Alice, con aspecto
serio—. Rin vio a Elletear usar esa información contra ti para llevarte a la villa, y
la reina ha sido informada de este asunto. Por eso tengo dos funciones:
protegerte y llevar a nuestra hermana de vuelta a palacio.
—...
—Haremos que nuestra hermana regrese a palacio inmediatamente.
Entonces estarás bajo mi protección.
—Oh, eso será un problema.
Kchak. El pomo de la puerta sonó, y otra figura entró en la habitación de Alice.
—Parece que me he entrometido en algo —La princesa mayor les sonrió
amablemente.
Después de mirar a Alice, Sisbell, Rin, y luego a Iska a su vez, la belleza de pelo
esmeralda se sonrojó.
—¿Tres chicas y un chico reunidos en una habitación? Qué romántico.
—Por favor, no evites el tema —Alice se dio la vuelta y miró a su hermana
mayor, que se abanicaba la mejilla.
Esto sonaba casi como un interrogatorio.
—Vuelve a palacio inmediatamente. Esas fueron las órdenes reales de la
reina.
—¿Oh? ¿No vas a preguntar por qué traje a nuestra hermana aquí?
—Puedes explicarle todo a la reina. Eso no tiene nada que ver conmigo —
Alice no iba a aguantar conversaciones inútiles. Dio un paso adelante—. ¡Vamos
a casa!
—De acuerdo.
—¡Sabía que no cooperarías! En ese caso, creo que... ¿Eh?
—De acuerdo. Vamos a casa, Alice.
—Uh... ¿umm? —Alice parpadeó sin comprender.
Alice había cuadrado los hombros, dispuesta a acercarse a su hermana, pero
Elletear era tan obediente que la desconcertó.
Gladheim Translations Página 88
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
...Cualquier asesino que intente luchar contra Alice recibirá el sabor de su propia
medicina.
Por eso esta situación le resultaba tan extraña.
¿Qué estaba planeando la princesa mayor al dejar a Sisbell aquí?
—Alice, por favor envía un mensaje al palacio. Volveré a palacio mañana,
y podrás quedarte al lado de Sisbell.
—...Entendido. Rin, mi dispositivo de comunicación —Alice lo tomó de su
asistente.
—Además, Alice, una vez que hayas terminado de informar a la reina, ven
a la sala de recepción.
—¿…? Creo que es muy temprano para la cena.
—No para cenar. Si vas a pasar la noche, tenemos que hacer algo antes.
Elletear le guiñó un ojo juguetonamente.
—No nos hemos presentado todos, ¿verdad?
3
La mansión Lou Erz. La Cámara del Atardecer, la sala de recepción.
La Unidad 907 fue convocada al salón de banquetes. Elletear fue quien los
recibió. La repentina intrusa, Alice, también estaba en el salón.
—Permítanme presentarlos. Esta es mi hermana menor, Aliceliese.
Pueden llamarla Alice.
—Yo... soy la hermana intermedia, Aliceliese. Encantada de conocerlos...
Qué saludo tan rígido.
Como era de esperar. Después de todo, ella estaba hablando con Iska y la
Comandante Mismis, quienes conocían a Alice.
—Alice trabaja como representante de famosos ídolos en las ciudades
neutrales. Está encantada de conocerlos.
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4
El vapor blanco que llenaba el baño olía ligeramente a jabón.
En la bañera, que rebosaba de agua turbia, cabían más de diez personas con
las piernas estiradas. En la superficie flotaban flores y hierbas recién arrancadas
del jardín. Su aroma floral se mezclaba perfectamente con las sales de baño,
creando el ambiente más sereno. ...O así debía ser.
Un alboroto provenía del vestuario contiguo a la bañera.
—¡¿Están tratando de secuestrarme?! ¡Ayuda! ¡Iska! ¡Jhin!
—Es inútil. Este es el baño de las mujeres. No vendrían aquí ni por error.
—Um... ¡Ayuda! ¡Nene!
—Tu pequeña súbdita se ha atiborrado hasta quedarse dormida.
—¡¿Neneeeeeeeee?!
Mismis fue arrastrada al vestuario. Sisbell y Rin la habían rodeado.
—¡¿Qué piensan hacerme?!
—Baja la voz. No hagas una escena. Haz lo que te digamos y no te
haremos daño.
Rin agarró con fuerza el hombro de Mismis, negándose a soltarlo.
—¿Qué quieres?
Pero nunca se había sentido tan cerca del cielo, mirando las estrellas desde el
tercer piso de esta villa. Estaba tan cerca, que parecía casi como si el poder
astral le guiñara el ojo en el cielo.
—...
—¿Algún problema?
—No exactamente.
Alice había llamado a Nebulis "su" país. Por alguna razón, él estaba preocupado
por su elección de palabras, pero ella parecía normal, así que tal vez lo había
hecho inconscientemente.
—Alice, ¿acabas de...?
—Lady Alice.
Llamaron a la puerta de la habitación.
¿Era la sirvienta? Alice retrocedió inmediatamente para distanciarse de él.
—¿Qué pasa?
—¿Está el Sr. Iska aquí? Lady Elletear nos ha pedido que lo llevemos.
—... ¿Lo hizo? —El susurro de Alice no se escuchó fuera de la puerta—.
...¿Cómo has sabido dónde está Iska? —llamó la princesa.
—Lady Alice.
—Muy bien. Haré que se dirija hacia allí —Alice lo miró de reojo y en
silencio señaló la puerta—. Iska.
—¿Qué?
—No confíes en mi hermana. Tú... eres mi rival.
Eso sirvió de empujón final para que saliera de la habitación.
La chica del delantal de limpieza le hizo una pequeña reverencia.
—Por favor, venga por aquí.
La habitación de Elletear era la más cercana al frente del pasillo. La puerta
adornada con el retrato de la chica del pelo esmeralda se abrió.
—Por favor, entre.
Luego, la sirvienta se retiró.
...Ella sólo accedió porque le ordenaron que me llamara.
Gladheim Translations Página 98
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... Supongo que no puede soportar ver mi cara. Lo hace tan obvio.
Esto es natural.
Alice y Sisbell son solo excepciones. Esto es lo mejor que los soldados
imperiales podrían conseguir.
—...Es Iska. Creo que me llamaste aquí.
—Por favor, entra —trinó alguien desde la iluminada sala de estar.
Se dirigió al espacio iluminado por la luz del candelabro. El salón estaba
adornado con una alfombra que recordaba a un campo de hierba.
—Bienvenido.
En el centro del salón había dos sofás frente a frente.
La princesa mayor de la Soberanía Nebulis le sonrió... en bata. Su escote, que
estaba más dotado que el de Alice, asomaba por el profundo escote.
El dobladillo apenas le cubría el trasero, y sus pálidos muslos estaban
desnudos.
—Oh, lo siento. Acabo de salir del baño.
La belleza personificada sonrió, disfrutando, cuando Iska se giró por reflejo para
mirar hacia otro lado.
—Pero estoy contenta. Parece que incluso consideras a una bruja como
una mujer... Me encanta que te sonrojes.
—... ¿Tratas de ponerme a prueba?
—Hmm. ¿Quién sabe? Es cierto que acabo de salir del baño. No pienses
demasiado en ello. Simplemente me gusta esta bata.
Ella le invitó a sentarse con la mirada. Iska siguió desviando la vista para evitar
mirar directamente los pechos o los muslos de Elletear mientras ella se sentaba
frente a él.
—Jejejeje. Lindo —Parecía estar divirtiéndose—. Me miras de forma
diferente a la gente que conocí en la capital imperial.
—¿En la capital imperial?
—¿No te lo dije? Yo era una agente doble. Hubo un tiempo en que tenía
vínculos con el Cuartel General Imperial.
—...¿Y no fuiste simplemente tomada cautiva por nuestras tropas?
—Mantuve mi identidad en secreto. Si se hubieran dado cuenta de que era
descendiente de la Venerable Fundadora, nunca me habrían dejado volver a mi
país. Ahora sólo es un buen recuerdo.
Cruzó las piernas y colocó las manos juntas encima de las rodillas. Estaba
apenas a un metro del asiento de Iska. Podía tocarla si estiraba la mano.
—¿Estás tratando de ver si realmente estoy aquí sola? ¿Que no haya
guardias o asistentes aquí? —Ella lo miró fijamente—. Lo haces tan obvio
cuando me miras fijamente antes de escudriñar la habitación con tus ojos.
—...Sí, para ser sincero.
—La honestidad es una virtud. Responderé del mismo modo contestándote
con la verdad. No hay nadie más. Ni mi guardia. Y tampoco tengo asistentes
como Rin o Shuvalts.
¿Aunque fuera parte de la familia real? Era difícil creer que una princesa no
tuviera guardia, aunque pudiera hacer todo ella misma sin la ayuda de un
asistente.
...¿Se está tirando un farol porque soy un súbdito imperial?
...Quiero decir, hasta Alice tiene a Rin protegiéndola.
Incluso la Bruja de la Calamidad Helada, que podía derribar una base imperial
entera ella sola, tenía una guardia. Con el poder astral de Elletear, parece que
necesitaría uno. Iska habría sido capaz de aplastar a una bruja sin experiencia
en batalla con sus propias manos.
Entonces, ¿por qué estaba actuando tan tranquila?
—Si te dijera que estoy en el mismo campo que Sisbell, ¿eso explicaría las
cosas?
—...Lo que significa...
—Estoy buscando a alguien como yo. Nadie en la Soberanía luchará por el
mismo objetivo que yo. Es por eso que te invité aquí, ex Discípulo Santo Iska.
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—¿Yo?
¿No había invitado al escuadrón porque eran los guardias de Sisbell?
—¿No te convertirías en mi subordinado? Eso es lo que quería preguntarte
—Elletear exhaló y se estiró.
Podía ver claramente el contorno de sus pechos bajo la bata, pero todo debía
formar parte de sus cálculos. Extendió la espalda, gimiendo sensualmente de
una manera que podría enamorar a cualquiera.
—¿Qué te parece?
—...No lo entiendo. ¿Cómo es posible que no haya nadie más en la
Soberanía?
Podía entenderlo cuando se trataba de las circunstancias de Sisbell.
Ella estaba buscando a los traidores del régimen actual. Hasta entonces, ella no
dejaría que nadie se uniera a su equipo. Tenía sentido lógico.
—Los formidables magos astrales están en todas partes. Incluso yo lo sé
—dijo Iska—. Tiene que existir alguien para el trabajo.
—Quiero aplastar este mismo país.
—...¿Perdón?
—Quiero aplastar a la actual Nebulis en pedazos. Quiero derribarla desde
sus raíces.
Su rostro se había vuelto escarlata... por la excitación, y los ojos de Elletear
estaban vidriosos como si imaginar ese futuro la hubiera llenado de éxtasis.
—¿No crees que esto es perfecto para ti, soldado imperial? Destruyamos
juntos la Soberanía.
—…
No pudo formar ninguna palabra. ¿Qué estaba diciendo esta princesa?
El sudor que se acumulaba en la cara de Iska no era por la angustia o el shock.
Era por algo que le helaba hasta la médula.
...Alice y Sisbell piensan diferente, pero están planeando convertirse en reina.
—...
—Me encantaría saberlo. En los viejos tiempos, parece que los nobles
imperiales hacían que sus espadachines sirvientes lucharan en la arena.
—No me interesa.
—¿Oh? ¿Y por qué es eso?
—Me especializo en técnicas anti-mago astral. Nunca me he entrenado
para luchar contra personas. Aunque compitiera, me quedaría atrás al primer o
segundo golpe, y perdería al tercero.
Elletear guardó silencio. No se burló ni se mofó de él, sino que le ofreció la más
pequeña de las sonrisas. Él se dio la vuelta en silencio.
—Si me disculpas.
—Por favor, espera. ¿A dónde vas?
—¿Eh?
—Creo que he sido clara. Es hora de retirarse a la cama. Por aquí.
La princesa mayor estaba de pie, abriendo una puerta en el fondo de la sala de
estar.
El dormitorio.
Dentro había una cama lo suficientemente grande para varias personas. Las
sábanas, secadas al sol, estaban limpias y sin una sola arruga.
—Mi cama es muy grande. Puede que incluso sea demasiado grande para
dos personas.
—...¿Um? No te entiendo.
—No estás aquí como guardia de Sisbell, sino como mi invitado. Y tal
como te dije antes, no tengo a nadie que me proteja. ¿Cómo puedo siquiera
dormir por la noche?
—...Supongo —Iska retrocedía mientras ella lo miraba sugestivamente.
A pesar de que su aspecto era impresionante, él se imaginó a un depredador
inmovilizando a su presa con la mirada.
—Iska —Con los ojos humedecidos, apretó su mano entre las suyas—.
¿Quieres escucharme?
—¿Todavía tienes más que decir...?
—Estoy tan nerviosa por pasar una noche en la mansión sin un solo
guardia... ¿Puedes oírlo? Mi corazón late con fuerza.
Ella tiró de su mano.
Él no tuvo tiempo de darse cuenta de lo que ocurría cuando Elletear se la apretó
contra su pecho.
—¿Ves? Está latiendo muy rápido. Siente lo nerviosa que estoy.
—¡¿Qué estás...?!
Era como si estuviera tocando el más fino grado de algodón. Sin embargo, sus
pechos pesaban y él podía sentir el calor de su cuerpo. Se quedó sin palabras, y
su cerebro todavía no había procesado todo esto. Su mente se quedó en blanco.
—Uh... um, uhhh...
—¿Qué piensas? ¿Puedes sentir mi corazón palpitando?
—¡Nada de esoooooo! —Sisbell la golpeó con el cuerpo y liberó la mano
de Iska—. ¡¿Qué quieres decir con que me falta algo?! Soy una chica que está
creciendo. Las tuyas son simplemente... ¡más grandes que la vida!
—Echa un vistazo, Sisbell. Esto se llama un abrazo real.
—¡¿Llamas a eso un abrazo real?!
—Además, muestra que estoy poniendo mi cuerpo a su disposición.
—...Guh. ¡Pero no puedes hacer esto! No te entregaré a Iska.
Sisbell tiró de su otra mano.
Estaba siendo jalado por las hermanas brujas de ambos lados.
—¡Quietas ahí!
La pieza que faltaba.
El grito de la hermana intermedia resonó en la sala de estar.
—Me pareció oír una conmoción... ¿Qué creen que están haciendo...?
¡¿Qué hacen capturando a Iska?!
—¡¿Hermana?! —La hermana menor se levantó de golpe.
—Dejaste la puerta abierta, Sisbell —dijo Elletear—. Debe haber oído
nuestras voces en el pasillo.
Elletear ni siquiera se inmutó, mostrándose complacida por este giro de los
acontecimientos.
Mirando a sus hermanas, Alice marchó hacia ellas, dando largas zancadas. Ella
también debía estar lista para irse a la cama, porque se había echado algo de
ropa sobre los hombros para ocultar su camisón.
—Sisbell, explícate.
—Guh... Supongo que me has sorprendido con las manos en la masa.
Pero no necesitamos tu intervención.
La bruja más joven se negó a soltar la mano de Iska.
—Escuché que no tienes ninguna relación con este soldado imperial. En
ese caso, no tienes derecho a decir nada sobre el trato que le doy.
—...¿Eh? —Alice inhaló bruscamente cuando su hermana pinchó su punto
sensible—. Independientemente de eso, él sigue siendo un soldado imperial.
Como es un enemigo de la Soberanía, tengo derecho a cuestionar tu
comportamiento, Sisbell. Lo mismo va para ti, Elletear.
—Estamos planeando acurrucarnos por la noche.
—Vamos a acurrucarnos.
—...¿Se van a acostar juntos? —Alice parpadeó sin comprender. Todo
esto era tan alarmante que el sentido común parecía volar por la ventana—.
¡¿Se van a acurrucar?! ¡¿Qué creen que están diciendo ustedes dos?!
—Hablo totalmente en serio —Sisbell no soltaba la mano de Iska—. No
puedo concebir pasar una noche sin mi acompañante. Iska se ofreció a dormir
conmigo. Como se espera de mi sirviente.
—Como dije, ¡no soy tu sirviente!
—Quiero decir, esas son nuestras reglas. Quiero tener una batalla justa
contigo. Ah, pero ahora que lo pienso...
—¿Ahora que piensas en qué?
—... —Alice lo miró fijamente.
Parecía completamente diferente a la de antes. Había pasado de parecer una
doncella avergonzada a parecer que estaba a punto de buscar un resarcimiento
en él.
—¿Qué pasa?
—...La viste.
—¿Ver qué?
—...Mi ropa interior. Cuando estabas con Sisbell en mi habitación. La
estabas apretando en tus puños...
—¡No fue así! ¡Eso fue un malentendido!
—Tenemos que ser iguales, ¿verdad? Como rivales.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral.
—Así es. Miraste mi ropa interior, así que es justo que mire la tuya.
—¡Definitivamente hay algo malo en eso!
—No hay nada malo en la igualdad. Como tu rival, creo que tengo derecho
a saber todo sobre ti.
La mano de Alice estaba agarrando el dobladillo de su ropa. Ella estaba
preparando su mano para arrancarlas.
—¡Muéstrame tu ropa interior! ¡Entonces estaremos empatados!
—¡¿Empatados en qué?! ¡Espera, Alice! ¡Hey! ¡Agh! ¡Rin! ¡¿Dónde está
Rin?! ¡Tu señora se ha vuelto loca! Deténganla —gritó Iska, llamando a la
asistente ausente.
Durante el resto de la noche, Iska se enzarzó en una feroz batalla para contener
a Alice.
INTERMISIÓN
LORD YUNMELNGEN Y EL CONSEJERO
—…
Se habían extendido decenas de tatamis bajo los pies. Risya se quitó los
zapatos y se subió a ellos, luego se reclinó relajadamente.
Frente a sus ojos... había algo que la miraba, recostado.
—¿Qué piensa usted, Su Excelencia? De esta misión especial.
—…
—Bueno, parece sospechoso. Creo que la invasión irá bien. Ya
establecimos un buen precedente para ello, y creo que llegaremos al estado
central, pero odiaría que los Ocho Grandes Apóstoles y el Sujeto de Prueba E
estuvieran vinculados en las sombras.
Se quitó las gafas. Le estorbaban cuando estaba acostada. Era su pequeña
costumbre.
A pesar de su visión borrosa, pudo distinguir claramente la silueta del Señor.
Era una cosa plateada, entre una bestia y un humano.
—¿Qué vamos a hacer? Joheim está fuera. ¿Desea que me quede con
usted?
El papel de Risya era el de oficial de Estado Mayor. Independientemente de que
los Ocho Grandes Apóstoles tuvieran una misión especial, su propósito original
era servir al Señor.
—…
En un susurro lo suficientemente silencioso como para ser escuchado sólo por
Risya, el Señor le dijo algo.
—...Bueno, eso sin duda es cierto. Supongo que los otros Discípulos
Santos se molestarán si me escapo —Risya sonrió con desgana.
Había escuchado la respuesta del Señor.
—Lo entiendo. Bueno, iré y pensaré que es una oportunidad para ver a
este Sujeto de Prueba E. Me pregunto en qué clase de monstruo se habrá
convertido.
CAPÍTULO 4
BAJO UN MISMO TECHO
1
La mansión Lou Erz. Los aposentos privados de Alice.
Alice tarareó para sí misma mientras la luz del sol de la mañana se filtraba en su
salón.
—Jejejeje. El clima es espectacular. Un cielo azul claro. Aire limpio. Siento
que realmente puedo relajarme en estas vacaciones.
—Lady Alice.
—Sólo otro día lleno de esperanzas y sueños.
—¡Lady Alice! ¿Qué le pasa? Ha estado de buen humor toda la mañana...
Rin se asomó a la cara de Alice. Estaba peinando el cabello dorado de Alice, y
parecía que el tarareo había llamado su atención.
—¿Hmm? Me siento normal.
—Se lo pregunto porque a mí no me parece normal. Ha estado tarareando
toda la mañana... En cualquier otro día, sus ojos estarían vidriosos y luciría una
mirada sombría al despertarse.
—Eso es porque me haces firmar documentos día tras día. No tengo que
preocuparme por eso mientras esté en esta villa.
—¿Está segura de que eso es todo?
—Totalmente.
—...Parece sospechoso —Rin acarició los mechones dorados de Alice con
la mano.
Cada mechón brillaba con la luz del sol como oro hilado, aterciopelado al tacto,
como la seda.
—Lady Alice, su cabello tiene un brillo saludable esta mañana.
—¿Sí?
—Y ha sido más fácil aplicar su maquillaje, porque su piel está
resplandeciente... Es como si hoy estuviera llena de vida.
Las mejillas de Alice estaban sonrojadas.
Y ese tarareo. Era natural que Rin se preguntara qué estaba pasando.
—¿Qué pasó? Escuché que pasó la noche en la habitación de Lady
Elletear. ¿Pasó algo bueno allí?
—...Algo bueno, ¿eh? Sí, fue bueno que las tres hermanas durmieran
juntas —La voz de Alice era alegre—. Y estuvo cargado de competencia.
—¿Perdón?
—Fue muy difícil bajar la voz para no despertar a mis hermanas, pero fue
una lucha fantástica.
—...Um... ¿Qué?
—¿Qué podía esperar de un antiguo Discípulo Santo? Se resistió a mí
como un muro defensivo de hierro. Si hubiera tenido un poco más de tiempo,
habría sido capaz de descubrir su secreto... No hicimos nada vergonzoso. Él vio
mi ropa interior primero, así que fue una batalla respetable para consumar mi
venganza.
—¡No entiendo de qué está hablando!
Por supuesto, Alice no podía divulgar todo. Si le decía a Rin que había estado
tratando de arrancarle la ropa a Iska toda la noche, Rin la miraría de otra
manera.
...Está bien si nadie lo entiende.
...Porque es una batalla entre Iska y yo. Mientras complazca a mi corazón, eso
es todo lo que puedo pedir.
Al final, Alice se cansó y se quedó dormida.
Cuando se levantó, Iska ya no estaba en la cama. Aun así, su corazón se hinchó
de felicidad. Le costaba creer que "forcejear" con él después de su largo tiempo
de distanciamiento hubiera sido una descarga de adrenalina para ella.
Los cuatro tenían que ser aficionados. No dejaban de fallar la pelota, los palos
se balanceaban en el aire. Cada vez que lograban dar un golpe, la pelota rodaba
por el suelo en lugar de elevarse por el cielo. A pesar de ello, parecían estar
pasándoselo bien.
—Es inesperado —se dijo Rin—. ¿Ese espadachín imperial no tiene
problemas para blandir su espada, pero no puede manejar correctamente un
palo de golf?
Eso era cierto. Iska era el peor de los cuatro. Tenía potencial físico, pero su
postura era demasiado rígida.
...Me está molestando sólo verlo.
...¡Uf! ¡Si al menos estuviera allí! ¡Podría enseñarle lo básico!
Observar desde el balcón la estaba poniendo nerviosa.
Entonces, Sisbell, a quien Alice había visto por última vez durmiendo en la
habitación de su hermana, puso un pie en el campo de prácticas. ¿Qué
planeaba hacer la hermana menor? Alice inclinó la cabeza, curiosa...
—Jejeje, parece que se divierten.
Una suave sonrisa adornó sus labios mientras se dejaba caer casualmente en
su grupo.
—Oh, Iska, la pelota no irá a ninguna parte si la golpeas así.
—¿Eh? ¿No?
—Te enseñaré los fundamentos. Tenemos que cambiar la forma en que
sostienes el palo. Oh, vaya, estás tensando demasiado los hombros. Tienes que
estar más relajado... Sí...
Sisbell se deslizó junto a Iska, rodeándolo con sus brazos como si lo abrazara
por la espalda. Ambos sostenían el palo de golf.
—¡¿Esa pequeña...?! —gritó Alice.
—Parece que Lady Sisbell los llamó al campo de golf... Me pregunto por
qué se tomaría la molestia de entretener a los soldados imperiales.
Rin parecía genuinamente desconcertada, pero Alice podía entenderlo.
Este momento exacto era lo que Sisbell buscaba. Sisbell sostenía el palo de Iska
con él. A los ojos de Alice, parecía casi exactamente como una novia y un novio
cortando juntos un pastel de bodas.
...¡Está tratando de poner sus manos en mi rival otra vez!
...No sólo Iska. ¡Está tratando de quedarse con los cuatro miembros para ella
sola!
Alice estaba segura de que Iska no cedería, y dudaba que los otros tres
traicionaran al Imperio... pero era difícil razonar una respuesta emocional.
Cuando vio que su hermana menor intentaba presionar a Iska, Alice no pudo
mantener la calma.
—...Le daré un sermón a esa chica más tarde.
—Lady Alice, se ve ridícula. Por favor, tenga cuidado de no decir adiós con
esa cara.
—... ¿Decir adiós?
¿Otra vez? Alice se quedó congelada en su sitio mientras Rin la miraba con el
ceño fruncido.
—Pero es demasiado pronto para que las tropas imperiales se vayan.
—Ellos no. Lady Alice, recuerde sus deberes. ¿No hizo un trato anoche?
—Rin le susurró suavemente al oído—: Lady Elletear se dirige a casa. La reina
está esperando en el palacio.
2
La mansión Lou Erz. Tercer piso.
—Lady Sisbell, le traje una toalla nueva.
—...Gracias. Por favor, déjala ahí. Necesito cambiarme.
La sirvienta salió de la habitación. Cuando la puerta se cerró tras ella, Sisbell
sació su sed con agua fría, secándose el sudor que le caía por el cuello con una
toalla. Se quitó la camisa y se desnudó hasta la ropa interior.
Gladheim Translations Página 125
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
Sisbell se dio cuenta porque era su hermana menor. Había un tono mecánico en
las suaves palabras de su hermana. Su voz parecía desinteresada, como si
Elletear se dirigiera a un guijarro del camino.
—Estoy cambiándome... Y pensé que volvías al palacio...
—Vine a despedirme —murmuró Elletear—. Lo pasé muy bien, Sisbell.
Nunca sales conmigo. Te encierras en tu habitación y hasta te llevan la comida.
Siempre estás sólo con tu asistente, ¿verdad?
—Yo-yo...
—Oh, sí, sí. Sobre tu asistente... —La hermana mayor se rió en voz baja.
Su pecho se apoyó en la espalda de su hermana menor, como si estuviera
montada encima de Sisbell.
—Imagino que Shuvalts fue secuestrado. Ha pasado por muchas cosas.
—¡¿Eh?!
¿Su asistente fue secuestrado? ¿Cómo podía Elletear decir eso con tanta
certeza?
El paradero de Shuvalts era desconocido. Su comunicación fue interrumpida
desde que entró en el estado central... pero aún no habían determinado que fue
secuestrado.
...No puedo afirmar que no haya sufrido un accidente de tráfico o esté
hospitalizado por una enfermedad.
...¡Ni siquiera yo he podido descubrir por qué desapareció Shuvalts!
Sólo la persona que lo atacó podría saber la verdad.
En otras palabras...
—...Uh... ah...
Sus cuerdas vocales no cooperaban. La culpable estaba aquí.
"Bueno, Sisbell. Parece que estás dando lo mejor de ti para encontrar nuevos
reclutas".
"¡¿Lord Mask?! ¿Por qué estás aquí...?"
3
El palacio real.
La Aguja Lunar se extendía hacia el cielo azul.
Servía como residencia oficial de los Zoa, que eran descendientes de la
Fundadora, y todos los que servían dentro de la torre adoraban las ideologías de
la familia.
Una sala secreta subterránea -Sombra de Luna- estaba rodeada por paredes de
cuatro capas; era una extensión que había sido construida por el actual jefe de
familia después de que se construyera la torre principal.
Era una sala desconocida para los Lou y los Hydra. Ni siquiera el poder de
Iluminación de Sisbell podía espiar sus conversaciones en esta habitación
mientras no estuviera al tanto de su ubicación.
—Elletear de los Lou acaba de regresar al palacio real desde la villa
familiar.
4
Eran las once de la noche, un día entero después de que Elletear hubiera dejado
la casa vacacional.
—...Parece extraño.
Hablando de sospechosos...
—Rin, ¿cómo está mi hermana Elletear?
—Acaba de regresar a palacio ayer, pero enseguida se sintió mal, así que
se retiró a su habitación anoche —Se metió las cuchillas bajo la falda y escondió
el cable en la manga.
A los ojos de Alice, parecía casi mágico, como si las herramientas mortales se
desvanecieran en el aire. Su guardia fue bendecida con muchos dones.
—Su Majestad le dio permiso a Lady Elletear para descansar una noche.
Eso fue ayer, así que creo que tendrá una audiencia en el Espacio de la Reina
esta noche.
—...Me pregunto si estará ocurriendo en este momento.
La reina preguntaría por qué Elletear había llevado a Sisbell a la villa.
En cierto sentido, esto sería una inquisición.
—No me alegraría si estuviera en su lugar.
—Sí, estoy segura de que la reina se encuentra en la misma situación. A la
hora de la verdad, podría ser necesario que encarcelara a su propia hija. Estoy
segura de que está dispuesta a hacer lo que sea necesario.
—... —Eso dejó a Alice con un sabor amargo en la boca.
Una batalla entre la sangre, complots hechos de manera clandestina. Todos
habían aprendido a notar las pistas y a ocultar sus verdaderas intenciones. Pero
ella nunca se acostumbraría a esta sensación de estar enjaulada.
El cónclave ya había comenzado.
—Rin, vamos al baño. Me gustaría tomarme mi tiempo y...
El comunicador empezó a sonar bajo su mirada.
Tenía que ser una emergencia.
Las sombras se hicieron más profundas, más espesas, más fuertes bajo el cielo
nocturno.
Hacía frío. La atmósfera se iba despojando del calor de la tarde a medida que el
sol se hundía en el horizonte.
—Elletear, ¿alguna vez has tenido miedo de la noche?
—Nunca. ¿Y tú, madre?
—A veces. A esta edad, he empezado a encontrar el frío nocturno
inquietante.
No había aire acondicionado en el Espacio de la Reina. Aunque cuestionaba
esta tradición centenaria, la reina Mirabella sintió que por fin había comprendido
la razón de ello.
Podía sentir el declive natural de su cuerpo a través de estas sensaciones.
El Espacio de la Reina le informaba así de que había llegado el momento de su
sustitución.
—Envejecer es duro. Pensé que me veía joven para mi edad, y he estado
tratando de hacer ejercicio en secreto para mantenerme en forma.
—Madre —El tono de la princesa de pelo esmeralda se suavizó de
repente—. Por favor, no digas algo tan triste. Necesito que sigas cumpliendo con
tus deberes durante algún tiempo.
—No, Elletear, no estoy triste por mi declive físico.
—¿Dime, por favor?
—Es porque mis hijas están enemistadas entre sí. Eso es lo que me trae
tristeza.
El aire pareció congelarse... por un suspiro más frío que la noche.
—Elletear, ¿por qué llevaste a Sisbell a la villa?
—...
—...En eso tienes razón —La reina suspiró—. Lo siento, Elletear. Quiero
creer que eres inocente en este caso, pero por el momento no puedo eliminarte
de la lista de sospechosos.
—Entendería si quisieras ponerme bajo confinamiento. Hasta que mis
hermanas vuelvan, no daré un solo paso fuera de mi habitación.
—Sobre Sisbell...
—Madre, puedes decirle que ya puede volver a palacio —La hija mayor
sonrió.
Como si fuera a dar vueltas en círculo, comprobó la hora en la torre del reloj que
había detrás de ella.
—Justo a tiempo.
—¿Eh?
La reina no tuvo tiempo de procesar las crípticas palabras de su hija.
El paraíso de las brujas empezó a temblar violentamente.
Un impacto estruendoso atravesó la noche.
—¡¿Qué?! —La reina Mirabella perdió el equilibrio cuando el suelo se
sacudió debajo de ella. Fue como si el palacio de Nebulis fuera a ser volteado
desde sus cimientos—. ¿Qué...? Imposible...
¿Fue un terremoto? No puede ser.
Como maga astral que había tenido su buena cuota de peleas, Mirabella Lou
Nebulis IIX recordaba que esto... era un bombardeo imperial.
Este era el estado central de la Soberanía Nebulis.
Una zona sagrada que ninguna fuerza imperial había invadido antes.
—¡No...! ¡No puede ser!
Subió corriendo las escaleras del Espacio de la Reina hasta el segundo piso.
Desde la ventana recién reparada, miró la escena y vio el carmesí puro. La reina
se quedó sin palabras.
El palacio estaba en llamas.
EN SECRETO
CUARENTA Y OCHO HORAS / VEINTICUATRO HORAS ANTES
DEL ASALTO
—¿Oh?
—Ya verá. Sólo con detener a la princesa más joven en la villa,
acabaremos con el gobierno de la actual reina.
—En ese caso, celebraríamos un cónclave inmediatamente. Imagino que
los Zoa prepararán a su candidata, pero me pregunto qué pasará con los Lou.
¿Competirás, Elletear?
—No —La mayor de las hermanas Lou negó con la cabeza—. Me cansé
de la propia Soberanía. Si puedo destruirla, no me interesa lo que ocurra
después. Le dejaré el resto a usted, mi señor.
—Qué encantador. Bueno, debo asegurarme de que tienes a alguien que
te lleve a la Aguja Estelar: ¿el comandante Orneik?
El jefe de la casa chasqueó los dedos. Cuando el sonido se desvaneció bajo el
sol de la mañana, un hombre con traje se arrodilló frente a Elletear.
—Es un placer conocerla, Princesa.
—¿Y quién es usted? —Elletear abrió mucho los ojos, sorprendida, y ladeó
la cabeza.
No lo reconoció como uno de los Domicilios Planetarios, que protegían a la
familia real. Por otra parte, los guardias reales nunca llevarían un traje como
éste.
—Es un comandante que los Hydra han empleado de forma independiente
como parte de una unidad de inteligencia. Es un guardia de primera clase,
competente y un excelente asesino.
—Ya veo. Sería un desperdicio recomendarlo para que se convierta en uno
de los Domicilios Planetarios.
Los Domicilios Planetarios eran los guardias de más alto rango, el equivalente
de la Soberanía a los Discípulos Santos. Sin embargo, el nombre de una
persona se convertía en información pública si se registraba para convertirse en
un Domicilio Planetario. En otras palabras, los Hydra lo mantuvieron a propósito
en reserva como pieza secreta del juego.
—¿Supongo que estaba escuchando nuestra conversación? —dijo
Elletear.
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Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
Al día siguiente.
La noche anterior al asalto al palacio Nebulis.
Orneik, de la unidad de inteligencia, recibió una orden secreta.
Era el día en que Elletear regresaba al palacio desde la villa. Se intercambió con
ella para acechar y vigilar a la princesa más joven.
Según Talisman, el jefe de los Hydra, era un asesino de primera clase. Y en
cuanto a este hombre...
—Qué insignificante.
Estaba siendo pisado. Lo habían empujado hacia el jardín, le habían pisado la
cabeza con un zapato; tal era la humillación a la que estaba siendo sometido.
"Haz que suene más poético. 'Nuestra última cruzada o el amor en un nuevo
mundo'. ¿No suena bien?"
Habría sido -debería haber sido- un duelo de riesgo vital.
Salinger había atacado a la joven Mira para robarle su poder astral, y ella le
había hecho retroceder. Así era siempre.
Entonces, ¿cuándo cambiaron las cosas? Salinger había empezado a apreciar
sus peleas, deseando que su relación continuara así para siempre.
Excepto que todo cambió... hace treinta años, cuando llevó a cabo su plan de
asesinato.
—Entonces era yo. Ahora son las fuerzas imperiales como su tapadera.
Ha-ha. Muy gracioso, Hydra. Aquellos que se unen bajo el sol siempre planean
tomar el trono en las sombras.
Era poco probable que alguien llegara a la conclusión de que la incursión
imperial había sido organizada por los Hydra.
"¡¿Por qué?! ¡Salinger! ¡Respóndeme!"
"..."
"¿Por qué has recurrido a tal salvajismo? ¿Por qué atacarías a la reina... y no a
mí...? ¡Pensé que no eras el tipo de hombre que haría algo así!"
Todo había sido igual hace treinta años.
Según los rumores, el podrido hechicero invadió el palacio para robar el poder
astral de la reina. Incluso la única testigo presencial -Mira- creía que era así.
-No pienso decirle nunca la verdad.
Sus caminos ya se habían separado.
Eso era porque su cruzada -su sueño- ya les había sido robado, para nunca ser
devuelto.
—Mira... no, reina Mirabella...
Le dio la espalda a la mansión.
Esta había sido su mansión favorita. No era apta para alguien que caminaba por
un camino diferente en la vida.
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Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
—Eres la reina de este país. Debes arriesgar tu vida para proteger tus
creencias. No me entrometeré en tus asuntos.
El hombre de pelo blanco se giró... sus horribles ojos enfocaron el palacio
Nebulis.
Veinticuatro horas después.
La Fortaleza Planetaria que había contemplado estaba envuelta en llamas por
una incursión de las tropas imperiales.
CAPÍTULO 5
CUANDO EL PARAÍSO EMPIEZA A CAER
1
—Alice, escucha atentamente.
La mano que agarraba el comunicador no dejaba de temblar.
Le costaba respirar. Nunca había sentido tanto pánico. Reflejada en el espejo
estaba Alice, desprovista de todo color.
—¿Las fuerzas imperiales?... ¿El palacio está siendo asaltado...?
—Es posible. Sucedió tan repentinamente, que aún no puedo comprender
del todo la situación. Lo que es seguro es que el palacio ha sido bombardeado.
La reina hablaba desde el otro lado.
Al ver el mundo exterior desde el Espacio de la Reina, había contactado con
Alice inmediatamente.
...Es costumbre que la reina convoque a sus subordinados directos cuando se
presentan circunstancias imprevistas.
... Recabar información es de suma importancia.
La reina abandonó ese procedimiento para llamar a Alice... por razones obvias.
Estaba solicitando su carta de triunfo, es decir, a Aliceliese la Bruja de la
Calamidad Helada, la mayor arma contra las fuerzas imperiales.
—¡Rin! ¡Prepara el coche!
—Enseguida —El asistente prácticamente salió volando de la habitación.
—No conocemos la formación del enemigo y ni siquiera podemos adivinar
cómo las fuerzas imperiales cruzaron las fronteras. Sin embargo, debemos
posponer esas preguntas para más adelante.
—¡Su Majestad! —Alice logró gritar—. Estaré allí en dos horas. Por favor,
manténgase a salvo.
—¿Alice? ¿Qué pasa? ¿Por qué corrías tan rápido por el pasillo?
El soldado imperial la miró inocentemente.
Alice le devolvió la mirada directamente. Con la incursión en marcha mientras su
unidad permanecía en la Soberanía... Era imposible que no estuvieran
relacionados. Sería demasiada coincidencia.
...No eres tú, ¿verdad? Esto no fue obra de uno de tus amigos, ¿verdad?
...¿No me digas que ayudaste a las fuerzas imperiales a esconderse?
Su rostro se puso rígido.
Iska debe haber captado eso.
—...¿Alice?
—Vuelvo al palacio ahora mismo —Trató de sonar firme, apenas logrando
evitar que su voz temblara—. Prométeme una cosa. Quiero creer que esto no
tiene nada que ver contigo. Así que, si quieres demostrar que es cierto, quédate
en la mansión. No des un paso fuera.
—¿De qué estás hablando?
—No salgas fuera bajo ninguna circunstancia. Si muestras alguna señal de
colusión con el ejército imperial, ¡no te perdonaré!
—¿El ejército imperial? ¿Qué quieres decir? ¡¿Qué pasó?!
—…
Extendió su mano hacia ella.
Justo antes de que pudiera tocarla, Alice apartó su mano, dándole la espalda.
Se mordió el labio.
No había tiempo. No tenía tiempo para interrogar a Iska aquí.
...Ya lo sabes, Alice.
...Iska y su unidad no tienen nada que ver con esto.
Ella se había dado cuenta a simple vista.
Su cara decía que no sabía nada. Esa no era la cara de alguien que intentaba
engañarla. El espadachín imperial siempre había sido torpe, y ella ya sabía que
era un mentiroso terrible.
Por eso necesitaba acelerar y llegar al palacio ahora mismo.
Alice bajó a toda velocidad la escalera delantera para alejarse de Iska y se
dirigió al oscuro jardín.
—¡Lady Alice, por aquí! —Rin le hizo señas para que se acercara al coche
estacionado.
Con Rin en el asiento del conductor, Alice saltó a la parte trasera.
—Espero que el camino al palacio esté bloqueado por las fuerzas
imperiales. Por favor, perdóneme. Será un viaje duro.
—¿Dónde está mi ropa?
—Dentro de la maleta. No hay tiempo para que se cambie. Por favor,
hágalo mientras estamos en camino.
Su vestido real blanco de batalla estaba hecho a medida, a la medida de la
princesa Aliceliese. Sus fibras luminiscentes permitían al ejército astral
reconocerla incluso en la baja visibilidad de la noche.
—Rin, pisa el pedal. Asegúrate de que lleguemos en menos de dos horas.
—Sí, mi señora.
El Cadillac One arrancó a toda velocidad.
Después de observar la noche a través del cristal antibalas, Alice cerró los ojos.
2
La Fortaleza Planetaria se eleva sobre la Soberanía Nebulis.
El castillo había sido creado mediante la cristalización de poderes astrales hace
un siglo, cuando el país se había independizado. La estructura era orgánica y
muy diferente a la de un castillo humano. Si se podía comparar con algo, era
como un coral terrestre.
Al igual que un arrecife de coral en el océano azul brillante, la Fortaleza
Planetaria brillaba como un arco iris en el cielo negro.
—Vaya, esa cosa parece sólida. Es tan brillante que no necesitamos
ninguna luz.
Sin embargo... detrás de los dos Discípulos Santos, ardían brasas como las de
una erupción volcánica.
Los diecisiete lugares de los que hablaba Sin Nombre estaban a cargo de cada
una de las unidades de asesinato del Imperio, que se habían ocultado varias
horas antes y atacaron al mismo tiempo.
—Hicimos uso de bombas incendiarias rápidas. De ahí el retraso de
sesenta y cinco segundos.
—Hmm. Bueno, supongo que está bien, pero ¿no íbamos a usar esas
bombas incendiarias como último recurso para hacer caer la ciudadela interior?
¿Como para el castillo de la reina?
—Posiblemente —Fue contundente.
Casi sonaba como si estuviera eludiendo la responsabilidad, pero este
imprevisto no provocaría el más mínimo cambio en su plan. Era la primera vez
que las fuerzas imperiales veían la fortaleza; era de esperar que se produjeran
acontecimientos imprevistos.
Eran Discípulos Santos porque podían encontrar soluciones instantáneas... por
la fuerza.
—¿Eh? ¿Dónde está Jo?
—Un paso adelante de nosotros. Se dirige al Santuario de la Reina —
respondió una Discípula Santa que llegaba al campo de batalla de color rojo
brillante.
La Discípula Santa del quinto asiento. Risya.
—Al parecer, está llevando a los mejores soldados de la División Especial
Seis para aplastar las defensas del enemigo.
—Por mí está bien. De todos modos, lo alcanzaré —Con su uniforme de
batalla sin mangas, Mei esbozó una brillante sonrisa, mostrando sus afilados
caninos—. Risya, ¿te apuntas a la competición? Veamos quién puede capturar a
la reina primero.
—Yo paso.
—Entonces, ¿qué tal tú, Nombres?
3
La mansión Lou Erz.
La puerta de la habitación de Aliceliese se había quedado entreabierta. No debió
de perder ni unos segundos para cerrarla.
Las voces de la reina y de Aliceliese se habían reproducido, sonando
extrañamente serenas.
Eso fue hace unos minutos.
"Alice, escucha atentamente".
"El palacio está siendo atacado. Está en llamas".
"Me recuerda a los bombardeos de las fuerzas imperiales. Con toda
probabilidad, lo es".
El video se detuvo allí.
No por sí mismo. La chica que lanzaba el hechizo quedó demasiado
conmocionada para concentrarse, interrumpiendo su poder astral.
—Eso lo aclara todo. Estos tipos no forman parte de una unidad imperial,
señorita empleadora. Son parte del ejército astral. ¿Los reconoces?
—...No los reconozco. No creo que estén asociados con el ejército.
—Será mejor que no te hagas la tonta.
—¡Es cierto! No siento ninguna obligación hacia los granujas que intentan
matarme. Puedo afirmar que no son miembros del palacio.
Si la princesa no reconocía a estos asesinos, probablemente no pertenecían a la
Casa Lou. En cuyo caso, tenía que ser alguien más quien los enviara aquí.
...Pero hay algo raro en esta situación.
... Alice escuchó de la reina que las fuerzas imperiales invadieron el palacio.
Aquí era diferente.
Estas "tropas imperiales" eran el ejército astral disfrazado.
—Sisbell, ¿crees que es probable que estos tipos estén atacando el
palacio?
—...Creo que los que atacan el palacio son reales —Su rostro estaba
pálido mientras miraba a los asesinos derrumbados—. La reina supuso que eran
fuerzas imperiales. Estuvo en los campos de batalla cuando era joven, así que
creo que se daría cuenta inmediatamente de cualquier engaño.
—¿Así que ellos tienen soldados reales allí, y nosotros tenemos falsos
aquí? ¿Qué está pasando?
Preguntó Jhin.
Sus próximos pasos eran obvios. Estaban agradecidos de que este lugar
hubiera sido cubierto por combatientes no imperiales.
—¡Oigo disparos procedentes del primer piso! —gritó la Comandante
Mismis desde su puesto al final del pasillo—. ¡Ya están dentro!
—Funciona a nuestro favor. Podemos contenerlos y hacer que suelten a su
líder. Iska.
—Entendido —Iska saltó al pasillo junto con Jhin, que se echó al hombro
su rifle de francotirador.
Gladheim Translations Página 163
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
Los pasos sonaron con fuerza. Se acercaban. Iska sintió que doblaban la
esquina y se lanzó contra ellos.
—¡¿Guh?!
—Demasiado lento.
Antes de que pudieran preparar torpemente sus armas imperiales, dio una
patada en el pecho a uno de los falsos soldados, derribándolo. Con ese impulso,
Iska interrogó a los otros dos.
—¿Qué ha pasado con sus poderes astrales?
—¡Pequeño...!
Ambos estaban agotados por haber descubierto sus identidades e indignados
por la provocación del espadachín imperial.
Un miembro del ejército astral que había soltado su arma sacó sus dos manos.
...Así es. Eso es lo que necesito.
...Se expusieron como magos astrales.
Mientras tuvieran el poder astral de Sisbell, podría reproducir todo lo que
sucedió en esta batalla y usar eso como evidencia de que estos no eran
soldados imperiales.
—Eso es más que suficiente.
Una bala pasó silbando por la mejilla de Iska.
Los disparos por detrás sacudieron el pasillo. El mago astral, que había recibido
un disparo en ambos brazos, se dobló sobre sí mismo. Iska tenía refuerzos. Jhin
y Nene habían hecho esos disparos.
—Sisbell, ¿dónde están las sirvientas?
—Los disparos las despertarán. Sus habitaciones están hacia la parte
trasera de la residencia, así que estarán a salvo por un tiempo.
—En ese caso, nos adelantamos a la entrada principal ahora. Quédate
detrás de nosotros, Sisbell. Nene, comandante, ¡contamos con ustedes para que
nos protejan por detrás!
El pasillo que daba a la puerta principal estaba conectado con todos los pasillos
de la mansión. Si podían asegurar ese lugar, podrían obstruir la invasión del
enemigo.
—Parece que los pasos se detuvieron. ¿Se trata de una emboscada? —
preguntó Jhin mientras corría por el pasillo—. Si recurren a los disparos de largo
alcance, los interceptaré. Si intentan usar los poderes astrales a medio alcance,
depende de ti, Iska.
—Entendido.
Había una luz que venía de la esquina.
El vestíbulo estaba iluminado, incluso después de apagar las luces. Eso
significaba que tenía que haber alguien allí.
Le tocaba a Iska derribarlos.
Se lanzó al vacío y se dirigió al vestíbulo del segundo piso. Dudó de sus ojos
cuando vio la escena que tenía delante.
—¡Los soldados! —Miró hacia el vestíbulo del primer piso.
Las luces iluminaban a los asesinos vestidos de tropas imperiales, todos en el
suelo y con sus armas fuera de alcance. Había siete en total. Todos habían sido
incapacitados, incapaces de moverse lo más mínimo.
El único que estaba de pie en la sala era un hombre de mediana edad
elegantemente vestido con un traje blanco.
—Hola, Sisbell. Eso estuvo muy cerca.
Era un hombre corpulento con rasgos dignos, como una estrella de cine. Tenía
un aire apacible y caballeroso.
—Soy el jefe de los Hydra, Talisman. Estoy aquí por orden directa de la
reina para rescatarte. Sisbell, ¿estás a salvo?
—¡¿Lord Talisman?! —gritó Sisbell desde el rellano del segundo piso.
—No te han herido, ¿verdad? La reina estaba muy preocupada —Cuando
Talisman miró a la princesa, esbozó una fría sonrisa—. Pero ahora estás a
salvo. Está ocurriendo un desastre en el palacio, pero yo te protegeré.
—¿Dices que quieres señalar a los Zoa como culpables? No hay manera.
Lord Mask no tiene nada que ver con toda esta disputa. Está completamente
limpio.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
—Porque lo vimos en Alsamira. Según tu reacción, no tienes ni idea de lo
que él dijo.
"No me importan sus razones. Esa chica trató de engañarnos".
"Intentó traer un peón soldado imperial de fuera del juego".
Lord Mask On se había enfurecido.
Después de todo, la princesa Sisbell había sido vinculada a soldados imperiales.
No le permitió ni una palabra de explicación, declarando que era un crimen.
—Parece que los Zoa son extremistas por excelencia —admitió Jhin—.
Desprecian al Imperio y están deseando acabar con todo el país. Por eso es
imposible que formen parte de un plan que implique llamar a las fuerzas
imperiales.
—Sin embargo, eso es sólo una teoría. ¿Y si los Zoa estuvieran
simplemente fingiendo que odian al Imperio?
—No hay manera —refutó Jhin con un bufido—. Si Lord Mask estuviera
trabajando con el Imperio, todo esto habría terminado en Alsamira. Nos habría
vendido en el acto, luego se habría ocupado de Sisbell, y esto habría terminado.
Nunca habría necesitado tomarse la molestia de atacar esta villa.
—...
—Además, Lord Mask quería llevar a esta chica de vuelta al palacio. Iba a
arrastrarla hasta allí para interrogarla por confabular con los soldados imperiales.
"Hemos venido a recuperar a nuestra estirpe. No queremos jugar con fuego en
Alsamira".
"¿Por qué un soldado imperial protegería a un mago?"
Los Zoa habían intentado escoltar a Sisbell hasta el palacio. Eso
fundamentalmente contradice el movimiento de aislarla en esta mansión.
—Pueden tener ideas extremas, pero los Zoa no tienen vínculos con el
golpe. Eso significa que sólo queda un grupo de descendientes. Ahora que se ha
revelado que los magos invadieron esta mansión, ya no se puede afirmar que
Vichyssoise actuó por su cuenta. Tuvo que ser un gran complot que involucró a
toda la familia.
—... —El jefe de la Hidra no hizo ningún intento de respuesta.
Por otro lado, Iska y Sisbell habían estado escuchando a Jhin.
...Así es. Se disfrazaron de fuerzas imperiales para culparnos del asalto a la
princesa.
...Pero eso le permitió averiguar quién estaba realmente detrás de esto. Nadie
puede igualarte, Jhin.
Jhin había memorizado cada una de las palabras de Lord Mask.
De lo contrario, nunca habrían sido capaces de detectar las incoherencias de
este ataque.
No habrían llegado a la conclusión de que este hombre era muy peligroso.
—¿Entendido? Ustedes son los que están detrás de la revolución.
Un ligero aplauso resonó en el salón de la mansión.
—Grandes habilidades de deducción. Ya veo. Su encuentro con Lord Mask
es un duro golpe para nosotros. Parece que el destino de las estrellas ha echado
por tierra nuestros planes.
La unidad pudo sentir que la gente se agitaba. Los siete hombres armados y
vestidos como tropas imperiales se pusieron en pie.
—Terminemos esto en silencio. Lo único que quedará en este lugar será
pólvora imperial y agujeros de bala. Después de eso, las sirvientas asumirán que
la unidad imperial estaba detrás de esto.
—¡¿Lord Talisman?! ¡¿Realmente fuiste tú...?!
—Esto era necesario. Necesitamos el poder del Imperio para alcanzar el
núcleo del planeta. Nuestro objetivo nunca se alcanzará bajo el gobierno de la
actual reina.
CAPÍTULO 6
EL AMANECER
1
La mansión Lou Erz.
En esta finca que parecía extenderse eternamente, ni siquiera una buena
cantidad de ruido iba a llegar a los residentes vecinos.
Ni siquiera las explosiones ni los disparos. Incluso si lo hubiesen oído, a la gente
le habría costado mucho determinar de dónde habían salido en la oscura noche.
La ayuda no llegaría hasta el amanecer.
Tenían que derrotar a las unidades de asesinos que habían invadido la finca,
esconderse en la mansión hasta la mañana, o escapar.
—Tenemos tres opciones.
Siguieron corriendo por el pasillo del segundo piso del ala oeste.
Cogiendo a Sisbell de la mano, Jhin gritó a la comandante que corría delante.
—Jefa, deténgase un segundo. Detrás de esa parte de la pared que
sobresale.
—¡Está bien!
La Comandante Mismis, Nene, Jhin y Sisbell se apretaron contra la pared y
contuvieron la respiración.
Había dos razones por las que se habían detenido: Sisbell estaba agotada de
tanto correr, y era peligroso seguir adelante sin un plan sólido.
—Esos tipos subieron al balcón del tercer piso enseguida. Lo que significa
que hay una alta probabilidad de que los perseguidores ya se hayan infiltrado en
el tercer piso. ¿Dónde está el lugar más peligroso, señorita empleadora?
—...Mi habitación, supongo.
—Así es. Lo peor que podría pasar es que los soldados armados estén
esperando a que corras a tu habitación. Así que no nos acercaremos al piso de
arriba.
En este sentido, tenían ventaja.
La unidad podía esconderse en los baños y vestuarios. Si se trataba de una
guerra de guerrillas, era útil tener a Sisbell de su lado, ya que conocía la
mansión como la palma de su mano.
—Nene, ¿cuántas balas te quedan en el arma?
—Doce. También les robé granadas a los soldados antes.
—¿Y usted, jefa?
—La batería de mi Taser está a la mitad...
—Parece que no podemos tener una guerra de desgaste. Si sólo fueran
los siete tipos del primer piso, nos las habríamos arreglado —Jhin miró el pasillo
con la respiración contenida.
No había nadie. No se oían pasos ni signos de actividad en el silencioso pasillo.
El silencio era antinatural, hasta el punto de ser espeluznante.
—…
Jhin miró a la bruja, que le apretaba la mano y no daba señales de soltarla.
—Deja de agarrarme la mano con tanta fuerza. Me dificultará moverme
cuando lo necesite.
—¡¿Uhhh?! ¿Qué estás tratando de decir? Yo... ¡Yo te debería hacer saber
que no tengo miedo!
—Bien. Dime una cosa —Entrecerró los ojos en un punto del pasillo
mientras hablaba—. ¿Cuánta gente hay en la Casa Hydra? Y no me digas que
no puedes divulgar esta información porque somos una unidad imperial.
Necesito saber a qué nos enfrentamos.
—...Hay unas treinta personas de la línea directa de la Fundadora.
—Eso es mucho menos de lo que esperaba. ¿No son parte de una línea
de sangre que ha continuado durante un siglo?
—Eso es sólo los descendientes directos. Hay más de diez veces ese
número de soldados. ¿Y quién sabe si la Casa Hydra tiene otras fuerzas de
combate ocultas?
—Así que una lucha frontal está fuera de discusión. Nos superan en
número.
La unidad no podía saber cuántas personas se habían reunido en la mansión,
pero no podía ser un número insignificante. Después de todo, el jefe de la casa,
Talisman, hizo el viaje personalmente. Eso cimentaba su teoría de que tenía la
intención de irse de aquí con Sisbell.
—...Estoy preocupada por las sirvientas. Sé que no es el momento para
esto, pero... —dijo Sisbell.
—Ya oíste lo que dijo ese tipo. Necesita testigos que declaren que las
fuerzas imperiales atacaron, así que no las van a maltratar mucho. Ahora
tenemos que preocuparnos por nosotros.
Incluso durante toda su conversación en voz baja, no oyeron ni un solo paso. El
ejército astral debía de haber recurrido a su táctica de batalla habitual de tender
una trampa y esperar a que la presa fuera capturada.
—Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Quieres esconderte y esperar hasta
la mañana o escapar de esta mansión? ¿Conoces algún buen lugar donde
podamos ocultarnos para pasar la noche?
—...Se me ocurren algunos lugares, pero todos son almacenes o rincones.
No hay medios para escapar de ellos, así que no podríamos huir si nos
encontraran.
—Entonces tenemos una opción. Tenemos que huir de aquí.
Nene y la Comandante Mismis asintieron con firmeza.
Estaban en el segundo piso de la residencia. Sus opciones eran bajar las
escaleras sigilosamente o saltar desde una de las ventanas.
—Hay un camino para salir. Se los mostraré —anunció Sisbell. anunció
Sisbell, señalando el pasillo.
Comenzó a dar un paso adelante.
2
La mansión Lou Erz. Salón del primer piso.
Las brasas crepitaban. Un humo negro tan fino como hilos se enroscaba hacia el
techo desde los dos grandes agujeros que se abrían a los lados del vestíbulo. El
fuego y el humo habían sido provocados por las bombas que la Unidad 907
había hecho estallar anteriormente.
En el otro lado... el polvo nublaba el aire, causado por una fuerza invisible que
era aún más destructiva que las bombas.
—Llámalo un sexto sentido. Sentí que algo estaba mal.
Había un hombre indomable en la flor de la vida que se paseaba por la espesa
nube de polvo, que habría inducido un ataque de tos a cualquiera.
El jefe de los Hydra, Talisman.
Ni una sola mota de escombros se aferraba a su traje blanco, incluso entre todas
las partículas flotantes y el humo.
—Vichyssoise era una de nuestras armas secretas. Nadie de los Lou o Zoa
podía detenerla solo. Nunca hubiera esperado que cometiera semejante error.
—...¿Estás seguro de que deberías contarme esto?
—Te estoy haciendo una pregunta: ¿Fuiste tú quien la dominó, ex
Discípulo Santo del undécimo asiento?
—No me interesa responder.
El Discípulo Santo del undécimo asiento.
Gladheim Translations Página 179
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
—Por eso tenía un mal presentimiento sobre todo este asunto. Envié un
asesino adicional por si acaso, para vigilar a la pequeña Sisbell. Él también falló.
El hechicero del traje blanco sacudió la barbilla detrás de él.
El jardín era visible desde la puerta, dejada entreabierta.
—Tú fuiste quien eliminó a nuestro comandante de inteligencia Orneik, ¿no
es así?
—... ¿Cómo dices?
"El hombre del pelo engominado y los ojos afilados. Le ordené que estuviera a la
espera en el jardín, pero anoche perdimos la comunicación con él. Lo
encontramos herido casi mortalmente hace un rato en el jardín.
¿Era esta conversación otro truco para confundirlo?
Iska nunca había oído el nombre de Orneik ni había visto a nadie con esa
descripción, y mucho menos a un asesino escondido en la residencia.
—No pienso decir nada.
—Bueno, entonces sólo escucha. Al principio, pensé que fue la pequeña
Alice quien lo detuvo, pero ella lo habría interrogado, en lugar de dejarlo en el
jardín. Me intrigó que lo hubieran dejado como si el autor ya no tuviera interés en
él.
—...
—Pero eso es agua pasada. Dejaré que mis subalternos se encarguen de
la pequeña Sisbell, ya que debo apresurarme a volver a palacio. En este día tan
importante-
Talisman saltó hacia atrás en medio de su frase.
Tres pasos hacia adelante. Iska se había acercado silenciosamente a una
distancia de combate con la espada.
El jefe de los Hydra reaccionó inmediatamente.
—Todavía estaba en medio de nuestra conversación.
—Podría decir lo mismo de ti.
El suelo se había partido detrás de Iska. Como si fueran lanzas que salían
disparadas desde abajo, afilados fragmentos del lecho de roca de la mansión
habían rasgado la alfombra de felpa como si fuera papel, desgarrando el cielo.
Habían intentado sorprenderse mutuamente al mismo tiempo.
Iska se había adelantado para contraatacar, y Talisman había retrocedido en
respuesta. Bajo la superficie de su conversación ociosa, estaban un paso por
delante, evadiendo ya la trampa de su enemigo.
...El jefe de los Hydra. Este hombre lidera una de las líneas de sangre de la
Fundadora.
...Es más fuerte de lo que imaginaba.
Talisman se dedicaba a distraer a Iska y a atacar en cuanto bajaba la guardia de
su oponente. Captando este patrón, Iska había intentado herirle cuando se
acercaba demasiado.
El problema, sin embargo, era que este hombre era lo suficientemente
observador como para leer el siguiente movimiento de Iska.
...Está bien entrenado.
...No es sólo el jefe de la familia, sino un mago que ha acumulado experiencia en
el campo de batalla.
En el cuarto paso adelante.
—Hmm. Acercarse más sería peligroso —advirtió Talisman, retrocediendo.
Iska se dejó caer al suelo. Justo cuando estaba a punto de abalanzarse sobre el
hombre y mutilarlo, sintió la presencia de un "muro" y se detuvo en seco.
El polvo desapareció.
Algo había hecho estallar las partículas que flotaban en el aire. Un presagio de
lo que estaba por venir.
...Un enorme maremoto.
Se acercaba una ola invisible. Era como si una pared de cristal de decenas de
toneladas intentara aplastar al espadachín imperial como una ficha de dominó
que cae.
—¡¿Gah?!
La onda rozó el hombro de Iska, dejándole un dolor punzante. Ni siquiera tuvo la
oportunidad de recuperarse, ya que su ropa fue arrancada del hombro derecho,
que había sufrido un golpe directo.
Su ropa no sólo estaba desgarrada: sus fibras se habían desintegrado.
Esta fuerza lo iba a atrapar.
Iska azotó el espacio vacío con su espada astral negra. No podía verlo, pero
podía sentir la punta de su espada cortando la ola que había intentado enrollarse
a su alrededor.
—Hmm. Así que saliste antes de que pudiera atraparte. Parece que sabes
bastante sobre este tipo de poder astral.
Parecía que el jefe de los Hydra no podía ser perturbado. Su reacción indicaba
que no le sorprendía que un Santo Discípulo atravesara su ataque.
—Tienes algo de experiencia en tu haber a pesar de tu edad. No me cabe
duda de que has estado en muchos campos de batalla llenos de matanzas.
—Tu poder astral no es tan especial —espetó Iska, mirando el suelo que
había sido erosionado por las olas.
Concentración. Tenía que tener cuidado con el espacio que rodeaba al hombre,
no con sus gestos.
...El poder astral de Olas puede manipular oleadas de energía.
...Lo más peligroso sería que quedara directamente atrapado en una de ellas.
Cualquier ataque que implicara el derrumbe de un techo o la caída de rocas,
podía verlo.
Lo más temible eran esos "brazos robóticos invisibles", como los había llamado
el maestro de Iska.
Si lo agarraba uno, quedaría aplastado en sus palmas.
—Eso no cambia la forma en que debo tratar contigo.
—¿Hmm? —Talisman gruñó.
—Sólo tengo que cerrar la distancia a cero, tan rápido como sea posible.
Gladheim Translations Página 183
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
Iska se había encontrado con magos astrales que manipulaban las ondas en el
campo de batalla, y los datos que había recogido a lo largo de los años elevaban
la calidad de sus conjeturas, que se convirtieron en su sexto sentido.
—Jaja. Así que eres como una bestia salvaje que olfatea su presa —
Talisman esbozó una sonrisa forzada—. "Puedo ver por qué Vichyssoise fue
derrotada. Esperaba una pelea con un soldado imperial y en su lugar se
encontró con un berserker. Estoy seguro de que no debe haber sabido qué
hacer.
—…
—Los Discípulos Santos son realmente temibles. ¿No sabes lo molesto
que es tener un individuo que supere a un grupo? Especialmente en esta época.
Después de todo, puedes cambiar el resultado de una batalla tú solo.
No tenía sentido responder. Antes de que Iska pudiera decir una palabra, ya
habían llegado al momento decisivo.
— Te he estado esperando.
Zwoosh. Algo rasgó el espacio.
El suelo que sostenía al jefe de los Hydra había empezado a ceder. Las ondas
que emitía hacían ondular el suelo.
...Y entonces pareció desaparecer de la existencia.
Talisman dio una patada en el suelo con tanta fuerza que sonó como si hubiera
estallado una bomba. El hombre del traje blanco desapareció.
Eso fue lo que le pareció a Iska.
—Las sobretensiones son longitudes de onda de energía mecánica en un
vector, propiedades físicas nacidas de la masa y la aceleración. Eso ya lo debes
saber.
Sólo se oía su voz.
No venía de detrás de Iska ni de ninguno de sus lados, sino que retumbaba
desde abajo. Talisman estaba lo suficientemente cerca como para estar en el
punto ciego de Iska. El hechicero venía tras él con la cabeza agachada, como si
se deslizara por el suelo.
Se acercaba a una velocidad tan abrumadora que Iska dudó de sus ojos.
—...¡¿Qué?!
—Deberías tener cuidado con las generalizaciones, incluso con los magos
astrales que trabajan con Ondas.
El puño del hechicero salió disparado del suelo.
¿Iska interceptaría este golpe con la espada astral? No. No tenía forma de saber
si se trataba de un puñetazo ordinario. Estaban tan cerca que sus hombros casi
se tocaban.
La espina dorsal de Iska se tensó por el aterrador poder que emanaba el
hechicero y saltó del suelo tan alto como pudo.
Ni siquiera pensó en emboscar al hombre.
Lo único que podía hacer era escapar del alcance de Talisman alejándose con
un salto. Shwik. El puño le rozó el torso, y en ese momento, las costillas de Iska
detonaron.
—¡¿Gah?! ¿Gragh... Ah...?
Sentía como si le hubieran arrancado un lado del estómago. Estaba empezando
a perder la conciencia.
...¿Era eso pólvora? Pero no hay rastros de marcas de quemaduras.
...¡¿Ha provocado este golpe sólo con tocarme con el puño?!
Ni siquiera había sido un golpe directo.
Rozar el dobladillo de la ropa de Iska había sido suficiente para que aparecieran
moratones azules en su costado. El puñetazo de Talisman tenía el potencial de
pulverizar las costillas y los órganos internos de Iska.
—Así que decidiste no recibir el golpe para escapar. Tienes buena
intuición, lo reconozco. Y te aplaudo por esquivar mi golpe en estas condiciones.
El jefe de los Hydra se ajustó el dobladillo de su traje blanco.
—Talisman el Tirano, me llaman. Sin embargo, encuentro que ese apodo
está muy lejos de mi verdadera naturaleza.
Hasta que el hombre saltaba o empezaba a correr, Talisman era tan rápido
como una persona normal. Pero entonces, ganaba velocidad por las ondas que
le empujaban por detrás. Era como si el hombre corriera con viento a favor.
—La conversión física de las olas. Me tomó seis años de puesta a punto
para entenderlo. Y ocho años más para aprender a usarla. Otros trece años para
llegar a este punto. Casi treinta años de duro trabajo. Puede que sea un poco
torpe.
El puño del hombre rozó el flequillo de Iska.
Iska se echó a un lado. Sintió como si le hubieran clavado un martillo en el
cráneo.
—Cualquiera tiene el potencial para hacerlo, pero habría que estar loco
para alcanzar este nivel de perfección. ¿Lo entiendes, joven Santo Discípulo?
¿Ves lo que estoy tratando de decir?
Iska se lanzó hacia el centro de la sala para esquivar los ataques del hechicero.
El descendiente de la Fundadora, sin embargo, trató de bloquear su camino. Los
primeros pasos de Iska fueron más rápidos... pero el hombre se movió a una
velocidad explosiva, activando su energía astral convertida.
—¡No puede ser!
Iska fue superado.
Nunca en su vida había experimentado un asombro semejante, a pesar de que
se había enfrentado a todos los tipos de mago astral que existían.
—Tú y yo somos lo mismo. Somos demonios en la cima del poder —gruñó
el hombre.
Talisman ni siquiera le permitió esquivar.
Cuando un puño se clavó en las costillas de Iska, su consciencia empezó a
desvanecerse por la fuerza de la Ola. Un segundo después, el cuerpo de Iska se
estrelló contra un pilar de piedra.
Terminó con un ruido sordo.
—Por desgracia para ti, llevo más tiempo haciendo esto. Comprueba tú
mismo la diferencia.
...¡Así que este es uno de los purasangres que lidera una de las líneas de
sangre de Nebulis...!
Iska pudo percibir que este purasangre era una fuerza a tener en cuenta,
aunque no quisiera.
Puede que Vichyssoise haya infligido un daño más generalizado, pero el hombre
que tenía delante tenía una intensidad que ningún otro mago astral tenía.
Este hombre era el enemigo natural de Iska, el Sucesor de Black Steel.
El método de Iska para luchar contra un poder astral de fuerza abrumadora
consistía en entablar un combate supercercano a riesgo de su vida. Se
escabullía del ataque y se escabullía al alcance de su oponente antes de que
éste pudiera ver lo que ocurría.
Todo esto era posible porque Iska tenía piernas rápidas y siempre trabajaba en
sus técnicas de lucha.
...Estoy molesto. Nunca me había sentido tan frustrado.
...No puedo creer que alguien pueda deshacerse de mis maniobras.
Eran iguales en velocidad.
Los colmillos de Iska habían atravesado a muchos enemigos formidables: la
Fundadora, la Bruja de la Calamidad Helada, la Bruja de las Espinas, el
hechicero trascendental. Esta era la primera vez que se encontraba con un
enemigo intocable.
—Ahora, ¿qué podrías estar pensando? ¿Quizás una forma de dar la
vuelta a las cosas? ¿Una ruta de escape? ¿O el estado de la pequeña Sisbell
después de que se adentrara en la finca?
—Responderé a la última pregunta. Estás completamente fuera de lugar
con esa.
Atravesó el espacio vacío con su espada.
Todo el polvo visible salió volando en todas direcciones.
—Está con mis compañeros —escupió Iska.
EPÍLOGO 1
RECITA LA CANCIÓN DE NEBULIS, PRINCESA DERROTADA
1
El viaje en coche desde la villa familiar hasta el palacio duraba unas dos horas.
Esas dos horas encerrada en un coche nunca le habían parecido tan largas a
Alice.
—¿Alguna noticia de la Reina, Lady Alice?
—No. Su aparato no se ha quedado sin energía, pero no parece que esté
en una situación en la que pueda hablar.
Alice no pudo ponerse en contacto directo con la reina. Su madre debía estar tan
ocupada que no tuvo tiempo de llamar a su propia hija.
—Apúrate, Rin. Ve a trescientos kilómetros por hora.
—No sea ridícula. Pasar de cuarenta es todo lo que puedo hacer en la
oscuridad.
Con las luces encendidas, el Cadillac One chirrió por la carretera.
Las alarmas sonaron. Era más de la una de la madrugada, y las estridentes
sirenas que sonaban en el centro de la ciudad debían proceder del cuartel
general de la policía militar.
...Me he preparado.
...Estas sirenas me dicen que estamos en un ambiente terrible.
No era lo mismo que las campanas de alarma que sonaron en Alcatroz o
Liesbaden.
Esto era el centro de la ciudad del estado central.
Tenían la más alta seguridad, y el palacio contaba con una fuerza separada de
magos selectos con un sistema de patrullaje de veinticuatro horas. Alice no
recordaba ningún momento en el que las alarmas hubieran saltado en este
lugar.
2
Soberanía Nebulis. Aguja Estelar.
Gritos y discusiones a viva voz inundaron el recinto de los Lou.
Las detonaciones estallaban por todas partes. Las unidades imperiales
escondidas lanzaban ataques por sorpresa contra los miembros del ejército que
se encontraban aquí para apagar los incendios que se producían cerca del
palacio.
Se produjeron pequeñas peleas entre ellos.
Gladheim Translations Página 196
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
¿Por qué?
¿Por qué había sido la única que nació con un poder astral tan patético?
Incluso su propia madre nunca pudo empatizar con ella.
La reina era como las demás. Aquellos bendecidos con potentes poderes nunca
podrían entender lo que se siente al nacer como un perdedor.
—¿Creías que no tenías seguidores en el palacio, Sisbell? Estabas
equivocada. De hecho, yo no tenía a nadie aquí.
No tenía ninguna promesa de convertirse en reina ni nadie que la siguiera de
corazón. Elletear siempre había estado sola. Era ella quien había sido tildada de
perdedora al nacer.
Se había esforzado más que nadie en la etiqueta, la educación y el intelecto.
Estaba desesperada por conseguir cualquier cosa posible a través del esfuerzo.
Ni siquiera eso cambió su destino. Nunca podría llegar a ser reina.
Su poder astral era demasiado inútil. Y ese único factor hacía que Elletear fuera
un fracaso.
—Alice, Sisbell, Madre... Debieron pensar que este país nunca se
derrumbaría bajo su gobierno. Pero estaban profundamente equivocadas.
Oh, el exceso de confianza de la línea de sangre de la Fundadora...
Detrás de las sombras de su constante glorificación de la Soberanía como el
paraíso para todos los magos astrales, había perdedores como la princesa
mayor, apartada por la familia real. Piensen en la angustia. El dolor. Todas las
amargas lágrimas.
Llegarían a ver la fuerza de una verdadera bruja que se sobrepuso a la
desesperación total.
—Sus desgracias fueron sus potentes poderes. Esos no cambiarán nada ni
traerán una nueva era.
No había un paraíso para los magos astrales en la Soberanía Nebulis. Era un
sueño dentro de un sueño. Una fantasía efímera de cómo era la utopía.
—Esta noche, el palacio se hundirá en llamas. Me parece bien ser la bruja
que encienda esos fuegos... si es necesario para dirigirse al verdadero paraíso.
Gladheim Translations Página 199
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
EPÍLOGO 2
LA ÚLTIMA NOCHE DEL PARAÍSO DE LAS BRUJAS
1
La Fortaleza Planetaria.
El palacio de Nebulis estaba formado por las Agujas Estelar, Lunar y Solar y el
Palacio de la Reina, que gobernaba las tres.
Su objetivo era el Palacio de la Reina.
Las llamas seguían rugiendo en el recinto del palacio. Habían estallado
combates entre los miembros del ejército astral que se habían reunido para
extinguir el fuego y las unidades imperiales que intentaban mantenerlo vivo.
—¿Qué es esto? ¿Magia? ¿O poder astral? ¿Cómo se aguanta esa cosa?
El corredor suspendido en el aire. La Diadema Lunar.
El pasillo de cristal flotante conectaba el Santuario de la Reina con la Aguja
Lunar. Su techo y su suelo eran completamente de cristal, haciendo visibles las
llamas que rugían en el exterior por debajo de él.
—Así que esta es la Fortaleza Planetaria, ¿eh? Porque está hecho con
energía astral, hay montones de trucos ocultos y materiales raros en esta cosa.
Parece que tardaremos una eternidad en llegar al Palacio de la Reina, ¿eh?
La Discípula Santa del tercer asiento, la Tempestad Incesante, Mei.
La mujer con uniforme de batalla se paseaba como si estuviera en una
caminata.
—Señora, la entrada principal del Palacio de la Reina fue cerrada.
Nuestras armas no han funcionado en ella.
—Ya lo sé, Comandante. Esa es la razón por la que estamos dando este
rodeo —Mei se volvió hacia sus subordinados directos, con una sonrisa que
mostraba sus afilados caninos.
Tenía cuatro subordinados, todos comandantes que Mei había seleccionado
personalmente.
Gladheim Translations Página 200
Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen Volumen 6
La chica debía tener trece o catorce años. Su pelo negro era brillante, y su
vestido, extravagante. Su lindo moño la hacía parecer una muñeca.
—Soy Kissing Zoa Nebulis IX.
— ¡¿Una purasangre?!
—¡Así que uno de ellos finalmente salió...!
Cuatro soldados imperiales le apuntaron con los cañones de sus armas.
Parecían petrificados, lo cual era una respuesta natural. Los comandantes
habían evitado la muerte por los pelos en innumerables campos de batalla, por
lo que entendían perfectamente que un purasangre era un monstruo peligroso.
—¡Señora!
—¿Hmm? Oh, estoy segura de que puedes decirlo. ¿Parece que está en el
ejército astral? Su atuendo indica que es una de las descendientes de la
Fundadora.
La joven bruja era del linaje de la Fundadora Nebulis.
Desde que pisaron el palacio, los soldados se preguntaban cuándo saldría uno.
—Parece que eres la primera. Todos se toman las cosas con calma. Pensé
que vendrías antes.
—Estaba dormida —admitió la chica.
—¡¿Ajá?! Ah-ja-ja-ja. Por supuesto. Por supuesto. Ya ha pasado tu hora de
dormir, ¿no? Me atrapaste ahí.
—Sí, así que me gustaría que te fueras. Todavía no he dormido lo
suficiente.
Zwoosh. Algo en el aire se sentía diferente.
Mientras Mei estallaba en carcajadas, una luz sospechosa comenzó a arder.
—Mi abuelo me dio órdenes. Dijo que puedo destruir el palacio siempre
que me deshaga de todos los soldados imperiales.
La muchacha de pelo negro se arrancó la cinta que rodeaba sus ojos.
Sus iris violetas brillaron como la amatista y echó un vistazo a los soldados
imperiales.
—Comenzaré la eliminación.
—¿Qué tal si te enseño por qué me llaman la Tempestad Incesante?
2
El espacio de la reina.
La brisa nocturna entraba por la ventana, fresca al tacto con un ocasional
estallido de calor. El calor de las llamas había sido arrastrado por la corriente de
aire, abriéndose paso hasta este piso.
—Apaga el fuego con la menor cantidad de magos posible. Pongan las
defensas restantes en las agujas.
Doce personas se habían reunido en el Espacio de la Reina.
Cinco de ellos eran los guardias más fuertes, los Astrales. Siete eran de los
Gobernantes, una unidad de asalto formada para perseguir a los invasores.
Cada uno de ellos había sido dotado de cantidades intimidantes de poder astral,
todos maestros de su oficio con experiencia en la batalla.
—Ustedes doce. Todos ustedes recibieron más poder que los
comandantes para este preciso día.
Los enemigos eran sus favoritos.
Tan pronto como Mirabella Lou Nebulis IIX lo determinó, hizo que sus
consejeros y asistentes se refugiaran rápidamente. Después de todo, este
ataque sorpresa no parecía que fuera a convertirse en una aniquilación a gran
escala.
—Sus objetivos son figuras importantes de las cuatro agujas, incluyendo el
Palacio de la Reina... Supongo que van tras la familia real, los descendientes de
la Fundadora en particular, incluyéndome a mí.
ha tenido una buena acogida en Internet. Si quieres leer algo antes del próximo
volumen de esta serie, ¿puedo sugerir este libro?
Tengo una feliz noticia. Acabamos de abrir una cuenta de Twitter que resume la
información sobre todas mis publicaciones, incluyendo ¿Por qué nadie se
acuerda de mi mundo?
Compruébelo en el Proyecto Kei Sazane (https://twitter.com/sazaneKproject).
La persona que gestione esta cuenta recopilará las noticias de todas las
editoriales
y medios de comunicación sobre los lanzamientos de mangas y novelas en
curso y todas las series pasadas y futuras.
¡Me encantaría que te unieras a mí allí! Espero que los ponga al corriente de lo
que estoy haciendo estos días!
(También hago anuncios en mi cuenta personal:
https://twitter.com/sazanek.)
Por último, creo que nos corresponde un agradecimiento.
A Ao Nekonabe. Gracias por la preciosa portada de Elletear. Cuando me la
enviaste, fue como si la viera por primera vez.
A mi antiguo editor K, me sorprendió tanto la noticia del traspaso... Te lo debo
por
ayudarme con esta serie, desde el título hasta la creación de los personajes y
muchos aspectos difíciles de la obra. Muchas gracias.
A mi nuevo editor Y. Tus consejos son tan acertados, especialmente tu
aportación a este volumen y a mi historia corta. ¡Estoy deseando trabajar más
contigo!
Por último, pero no por ello menos importante, a todas las personas que han
adquirido el volumen 6, me gustaría darles las gracias.
A medida que la batalla entre los Discípulos Santos y los magos astrales en el
palacio se vuelve más tensa, la historia entre el espadachín y la princesa bruja
continúa
Kei Sazane
https://twitter.com/sazanek
De vez en cuando, hago publicaciones sobre los anuncios de las publicaciones
en Twitter.
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