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Esta puede ser la pregunta más importante que te hagas antes de jugar. Determinar el clan
de tu personaje tendrá un impacto muy importante en su forma de entender la gente,
sociedad y política de Rokugan. Cada clan tiene interpretaciones diferentes del bushido y
una opinión distinta de los demás clanes.
Empieza por lo obvio. ¿Es hombre o mujer? No es tan sencillo como puedas pensar. Ambos
sexos tienen importantes ventajas y desventajas en Rokugan. Cierto, las ventajas del sexo
femenino no son tan obvias, pero están ahí.
Una vez decidido el sexo, describe los demás aspectos de la apariencia de tu personaje.
Empieza por la cabeza y sigue hasta los pies. ¿Es alto, bajo, fornido, delgado? ¿Tiene la
nariz grande o pequeña? ¿Y los ojos? ¿Son vigilantes y perspicaces o veloces y cargados
con el veneno de la venganza? ¿Qué hay de su cuello y sus hombros, o hasta sus manos?
¿Tiene tu personaje cicatrices o tatuajes distintivos? Por último, ¿qué hay de la voz de tu
personaje? ¿Cómo suena? Puedes descubrir un montón de cosas sobre tu personaje
simplemente haciendo una descripción física.
También es una distinción importante, pero no tan limitadora como puede parecer. Un
samurái puede ser un estudioso además de un guerrero, y muchos Shugenja destacan por su
valor en combate.
¿Y LA FAMILIA DE TU PERSONAJE?
De nuevo, echa un vistazo a las Hojas de clan y decide la familia. Luego, habla sobre la
infancia de tu personaje. Anota sucesos que podrían haber ocurrido antes incluso de que tu
personaje sea capaz de recordarlos. Algunos de estos hechos podrían influir en su vida sin
que él lo sepa.
Todos los grandes héroes tienen una motivación que pueden resumir en una palabra. Es lo
que los impulsa, lo que les impide derrumbarse cuando el dolor y la desesperación son
demasiado grandes. ¿Cuál es la motivación de tu personaje? ¿El amor? ¿La venganza? ¿El
orgullo? ¿O simplemente la testarudez?
Cuando todo se vuelve oscuro y muere la esperanza, cuando todo el mundo se rinde, ¿qué
hace que tu personaje siga adelante?
¿Y SU MAYOR FLAQUEZA?
¿Es su habilidad para tratar con los demás, quizá su capacidad para desentrañar sus
secretos? ¿Quizá su virtud? ¿Su habilidad mintiendo? ¿Su sinceridad? ¿O simplemente su
fuerte brazo derecho?
De igual modo, cualquier cosa que pueda ser un punto fuerte también puede ser una
debilidad. Las debilidades de personaje, no obstante, son las que hacen que el lector
simpatice con él. Cuando un héroe supera su debilidad nos enseña que nosotros también
podemos superar las nuestras.
Echa un vista al Bushido. ¿Qué opina tu personaje de ello? ¿Es un código que debe seguirse
sin más o es sólo una lista de pautas de conducta? ¿Lo seguirás sólo cuando los demás estén
mirando o lo haces para fortalecer tu alma?
Ésta puede ser compleja, ¿Es tu personaje totalmente devoto a su clan, o tiene dudas? ¿Es
incapaz de ver las debilidades del clan o lucha por superarlas?
¿Tiene fe en los líderes de clan y espera alcanzar un puesto similar, o reconoce sus
debilidades y planea aprovecharse de ellas para sus propios fines? Recuerda, no todos los
León son honorables ni todos los Escorpión traidores.
Por supuesto, ser miembro de tu clan te da un cierto punto de vista con respecto a los demás
clanes, pero, ¿tienes algún prejuicio propio? Si lo tienes, ¿cómo lo ganaste? ¿Qué ha
mantenido esa llama ardiendo durante tanto tiempo? ¿Qué harías para apagarla, si es que te
interesa?
De nuevo, una pregunta difícil. Si estás casado, ¿a quién estimas más, a tu señor o a tu
mujer (o marido)? Y, para enturbiar un poco más las aguas, ¿tiene tu personaje algún/a
amante secreto?
Aunque no haya amores secretos en la vida de tu personaje, los evidentes pueden ser igual
de problemáticos. ¿A quién escogería tu personaje entre su sensei y su Daimyo? ¿Su madre
o su sensei? Todas estas preguntas aparecerán antes o después. Los samurái pasan sus vidas
enteras preguntándose estas cuestiones para intentar estar preparados y no dudar ante tales
situaciones.
Todo el mundo tiene sus manías, cosas que le gustan o le desagradan por motivos
totalmente irracionales. Piensa un poco en ello. ¿Cuál es la comida preferida de tu
personaje? ¿Tiene un caballo favorito? ¿Qué hay del jardín en el que jugaba al escondite de
pequeño? Busca algo que tu personaje adore (o deteste) y recuérdalo la próxima vez que lo
encuentres.
Piensa en ello un momento. ¿Hace algo cuando está nervioso? ¿Se muerde los labios, se
pellizca la palma con los dedos o se rasca la mejilla? ¿Cuál es su forma favorita de decir
«hola» y «adiós»? Cuando maldice, ¿qué dice exactamente?
Cuando se trata de emociones, ¿cuáles puede manejar y cuáles le superan? ¿Le resulta
difícil contener su ira o su odio? ¿Su pasión saca siempre lo mejor de él? ¿Tiene una risa
profunda y sonora que no puede contener? ¿Qué canción o poema pone siempre lágrimas
en sus ojos?
Esto revela mucho sobre tu personaje y la relación con sus padres. Responde como si fueras
el padre y luego como si fueras la madre. Puedes descubrir dos respuestas muy diferentes.
¿Ser maestro en su escuela o quizá un general en el ejército de su clan? Quizá todo lo que
quiere es poder llegar a retirarse. Impresionar a un padre es una buena (aunque frustrante)
motivación, así como conseguir el amor de un samurái de otro clan. Una vez descubierta la
ambición piensa qué estaría dispuesto a hacer tu personaje para conseguir su objetivo. ¿Qué
sacrificaría para lograrlo?
A pesar de la influencia obvia de las Fortunas en el mundo mortal, muchos samurái las
ignoran. «Pon tu fe en tus capacidades, no en las estrellas» es una frase común de muchos
bushi cuando hablan sobre los adivinos y los Shugenja. Sin embargo, otros son devotos de
las Fortunas y su religión, afirmando que los que se burlan de su fe se quemarán en los
Siete Infiernos cuando mueran.
Echa un largo vistazo a las otras preguntas antes de responder ésta. Habla a tu personaje
como si estuviera sentado frente a ti, y acuérdate de usar el tono correcto. Querrás
asegurarte de que tu personaje te oye mientras le das este consejo gratuito.