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Nos encontramos ante un climodiagrama o diagrama ombrotérmico que representa

unas precipitaciones muy abundantes, al presentar más de 1000 mm anuales


(1223), distribuidas a lo largo del año de manera bastante regular, pues solo
presenta dos meses áridos o secos, y no siempre en forma de lluvia porque en
meses como diciembre, enero y febrero las temperaturas se acercan a los cero
grados, por lo que posiblemente serán en forma de nieve. Los datos relativos a las
precipitaciones nos indican una presencia de máximos concentrados en ellos
equinoccios, especialmente en el de otoño progresivamente hasta el mínimo estival.

En relación a las temperaturas, esta es de 10,7ºC por lo que es una media anual
fresca, y su amplitud térmica es de 20º con lo cual se calificaría de muy alta.
Presenta de igual manera, veranos cálidos con máximas inferiores a los 22ºC e
inviernos fríos con mínimos por debajo de los 6ºC.

En función de este análisis y de los datos aportados determinamos que nos


encontramos ante un clima de montaña del centro o sur peninsular.

Los datos que nos han llevado a esta conclusión derivan de la existencia de
precipitaciones muy abundantes y con bastante regularidad motivadas por el
efecto Foehn, que acentúa las precipitaciones con altura, en especial cuando las
borrascas atlánticas son más activas (equinoccios e inviernos). Los mínimos
relativos son en verano, cuando actúa el anticiclón de las Azores en la zona centro
y sur peninsular. Por último, las bajas temperaturas del invierno y la existencia de
veranos frescos se deben a su elevada altitud (1894m).

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