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Antecedentes, Cifras

La desaparición forzada es un delito complejo y un crimen de lesa humanidad donde un

sujeto se ve enfrentado a violaciones de sus derechos humanos como arresto, secuestro,

detención, o cualquier otra forma de privación de la libertad no reconocida.

Colombia es un país que ha estado sumergido en la guerra por más de 5 décadas, y es

relevante hacer mención a todas las barbaries que se presentan en está como la muerte y la

desaparición de personas en todo el territorio nacional, que a su paso han dejado pérdidas

humanas irreparables a decenas de familias a lo largo del país, pero que sigue siendo un

fenómeno que cada día toma más fuerza en las diferentes regiones.

En la actualidad el país aún no se recompone de aquellas bajas, que dejan como víctimas

a las familias, ya que en muchos casos estos eran la cabeza del hogar y más allá de eso eran

padres, hermanos, hijos y amigos que hacen falta y que alteraron de forma muy brusca las

dinámicas familiares, Considero que esta situación puede llegar a empeorar debido a algunas leyes

nacionales que no permiten cobrar una pensión ni ninguna otra ayuda si no se presenta el

certificado de defunción.

Según cifras del Informe final de la Comisión de la Verdad (CEV), en el que se incluye un

estimado estadístico de víctimas de desaparición forzada que ascendería a 121.768

personas (1985-2016). Esta cifra corresponde a la media imputada (imputación estadística) que se

ha calculado desde el proyecto JEP-CEV-HRDAG.

“Me agarraba como un ataque, una cosa, me parecía que lo veía por ahí acurrucado, que

lo veía por allá bregando por en medio de esas eras de café… Yo me ponía a gritar, me agarraba

una cosa (…) Mi hijo era tan joven y quién sabe cómo fue su muerte (...) ¿Ustedes qué creen? En

18 años todavía tienen que existir los huesitos, ¿cierto?”.


Testimonio del documental “Trujillo: una tragedia que no cesa” de la Comisión Nacional de

Reparación y Reconciliación

El centro nacional de memoria histórica ha contribuido en la caracterización de la

desaparición forzada, lo que nos ha permitido profundizar en el conocimiento sobre este flagelo.

Por ejemplo: hoy sabemos que no solo hay víctimas directas (los desaparecidos), sino también

víctimas indirectas (sus familiares), y que son tan diversas (sindicalistas, estudiantes, población de

sectores vulnerables y marginalizados) que es muy difícil establecer un perfil específico.

Sobre los perpetradores, sabemos que los grupos paramilitares fueron responsables del

46,1% de los casos registrados entre 1970 y el 2015 (un total de 13.562); las guerrillas, del 19,9%

(5.849); los grupos posdesmovilización, del 8,8% (2.598) y los agentes del Estado, del 8% (2.368).

Conocemos que este fenómeno se ha presentado en 1.010 municipios de los 1.115 del país, y que

las regiones más afectadas son el Magdalena Medio, el oriente Antioqueño y el Valle de Aburrá.

¿Qué hace la unidad de búsqueda de personas desaparecidas?

Su objetivo es implementar acciones humanitarias para la búsqueda de las personas dadas por

desaparecidas. De esta forma, la UBPD busca responder a dos interrogantes principales de los

familiares: ¿qué le pasó a la persona desaparecida? Es decir, si continúa o no con vida; y ¿dónde

está?, es decir su paradero.

La Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas (UBPD) es la entidad que se

encarga de buscar a personas que fueron desaparecidas en contexto y en razón del conflicto

armado colombiano hasta el 1 de diciembre de 2016.

La UBPD realiza la búsqueda de forma masiva, sistemática y estratégica a través de Planes

Regionales de Búsqueda, esto con el fin de satisfacer en la mayor medida posible y de la forma

más ágil y eficiente los derechos que tienen las familias de saber la suerte y paradero de sus seres

queridos.
Reflexiones

Todavía hay muchos vacíos que resolver para tener un mapa completo de lo que ha sido la

desaparición forzada en el país. Las cifras siguen siendo un reto, porque se trata de un delito cuya

intención o modo de ejecución pretende el “ocultamiento de los cuerpos”, lo cual deriva en un

subregistro muy alto. Falta profundizar en el análisis de muchos de los aspectos de este fenómeno,

como el análisis social y espacial en el que sucedieron los hechos, la relación del cuerpo con la

violencia y el poder, y las emociones.

El deber de las instituciones y organizaciones sociales y políticas comprometidas con este

fenómeno, es continuar trabajando por la búsqueda de la verdad de lo que pasó con ellos.

Además, es esencial la atención de las víctimas indirectas, insistir en los altísimos niveles de

impunidad, y trabajar para combatir la indolencia de una gran parte de la sociedad colombiana ante

este drama.

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