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FANS. SE RECUERDA QUE NO ES OFICIAL.
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ORIGINAL.
NO FACE- NI REDES SOCIALES.
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A todas mis perras malas que prefieren que sus hombres sean como
bestias desquiciadas.
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"Creo que deberíamos matarlos a todos".

-RAFE CAMERON
Agradecimiento 6

Esto será muy rápido. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mis hermanas por tratar
siempre conmigo y leer mi mierda en sus primeros borradores. Son geniales.

A Njabulo y Camille, ¡gracias por ser mis dos mejores amigos! Están locos y no los querría
de ninguna otra manera. Loa amo, joder. Y, por último, pero no menos importante, a ustedes,
queridos lectores, gracias por seguir leyendo mi trabajo y apoyarme. Siempre significa
mucho cuando veo esas reseñas o recibo esa etiqueta. Los quiero, chicos. Si te han encantado
Bryce y Mackenzie, ¡estate atento a la mierda más oscura y loca que te espera!
Playlist 7

One by One / Bloody Dead And Sexy


Bloody Rose / Bloody Dead And Sexy
Liquid Grey / Bloody Dead And Sexy
Your Best Nightmare / London After Midnight
Devil inside / IXS
Original Sin / INXS
Need You Tonight / INXS
Mystify / INXS
Black And Blue / Van Halen
Nothing Else Matters / Metallica
18 & Life / Skid Row
Hallowed Be Thy Name / Iron Maiden
Runnin’ With The Devil / Van Halen
Spider And The Fly / London After Midnight
Black Cathedral / This Cold Night
Lost / Horror Vacui
Corvus Corax / Horror Vacui
That Was A Lie / Scarlet’s Remains
Demons / Altar De Fey
Poison Door / Sister’s Of Mercy
Demon / London After Midnight
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MACKENZIE

-Kenzie, ¿adónde vas? - me pregunta mi madre mientras subo las escaleras de


dos en dos, con las botas pesadas sobre la madera.
Mierda. Creía que ella y papá ya se habían ido a la cena anual de Halloween de
los Livingston.
He quedado con Miles dentro de unos minutos, porque tiene una sorpresa para
mí. Esta noche podría ser finalmente la noche en que pierda mi virginidad. Miles
ha tardado un poco en darse cuenta de que estoy lista.
Conozco a muchas chicas que suelen esperar a San Valentín para perder la
virginidad, pero a mí me encanta Halloween. La idea de disfrazarme y ser salvaje
en la noche más loca del año me excita.
No hay nada que me guste más que ensuciarme, sobre todo ahora que estoy lista
para hacerlo.
-He quedado con Lindsay, - miento. Aunque ya estoy en el último curso, mis
padres me tratan como si tuviera ocho años en lugar de dieciocho. Porque cada
vez que puedo salir, se aseguran de que vaya con...
- ¿Por qué no le pides a tu hermano que las lleve por la ciudad? - pregunta mamá.
Gimo interiormente al llegar al final de la escalera. Hablando del diablo, la
oscura cabeza de Bryce emerge del sótano.
-Hola, hermanita, - dice con una sonrisa oscura en los labios, como si me hubiera
pillado justo a tiempo.
- ¿Planeas escaparte sin mí? -
Si tengo que pasar la noche con él como mi DD, seguramente esta noche no
terminará con una buena nota. Bryce... mi hermanastro, también mi matón desde
siempre.
Cuando regresó de la universidad después de haber sido suspendido por golpear a
otro estudiante, supe que su vida iba a ser un infierno. Y punto. Bryce y yo no
congeniamos por alguna razón y quizá sea el hecho de que está un poco mal de la
cabeza. Él y yo nunca hemos sido cercanos.
-Tengo planes con Lindsay, - le digo con toda la calma que puedo, aunque lo 9
único que quiero es mandarlo a la mierda esta noche.
Pero a Bryce le encanta que me rebaje a su nivel, así que no le daré la
satisfacción de ser una zorra con él.
Siempre estamos así, peleándonos, insultándonos, pero en los últimos meses se
ha vuelto casi imposible vivir con él. Su actitud es peor y su comportamiento es
tan malo, pero tengo miedo de que en cualquier momento estalle y se vuelva
contra mí. Quiero decir que fue la semana pasada cuando me empujó a mi
habitación y se puso encima de mí mientras me apretaba la garganta con los
dedos antes de salir de mi habitación. Habíamos discutido porque yo entraba en
su habitación y él odiaba que lo hiciera, aunque invadía mi espacio personal todo
el tiempo.
Ladea la cabeza y me mira con ojos azul oscuro. Esta noche llevo mi vestido
negro corto con mallas y botas de combate, y la forma en que me mira me hace
querer volver corriendo a mi habitación. Tiene esa mirada depredadora. La
misma que me hace sentir cosas entre las piernas que no debería sentir.
- ¿Vas a salir con Lindsay vestida así? - Sus ojos por fin se encuentran con los
míos y trago saliva, antes de esbozar una sonrisa, con la esperanza de que
parezca real y no forzada.
-Sí, vamos a participar en un concurso de disfraces de Halloween. - Otra mentira,
pero no necesita saberlo. Sólo necesita creérselo.
Bryce camina hacia mí mientras coge su chaqueta de franela gris oscuro y azul
del gancho cerca de la puerta, antes de ponérsela sobre sus anchos hombros. Se
detiene frente a mí, sobresaliendo por encima, desafiándome a hacer o decir algo
que le haga reaccionar. No hay nada que le guste más a Bryce en el mundo que
intimidar a la gente. ¿Y por qué debería comportarse de otra manera, cuando la
gente prácticamente cae a sus pies por él? Sabe el poder que ejerce. Buena
apariencia, dinero y un ego del tamaño de un elefante.
-Hmm, no sé, Kenz. Le prometí a mamá y a papá, -su voz y su expresión destilan
crueldad, -que sería un buen hermano mayor para ti. Así que creo que te
acompañaré, si no, ya no seré tan buen hermano mayor, ¿verdad? -
Suena el timbre antes de que tenga tiempo de responder. Mierda. Podría ser
Miles. Le dije a ese idiota que no tocara el timbre y que me mandara un mensaje
cuando llegara.
-Entendido. - Me dirijo rápidamente hacia la puerta, pero Bryce ya está dando 10
grandes zancadas hacia allí y llega a la puerta antes que yo.
La abre de un tirón y, efectivamente, Miles está allí con su máscara de Jason
Voorhees.
-Creía que esperabas a Lindsay, - dice Bryce con una sonrisa molesta en la cara
mientras se gira para mirarme.
- ¿Lindsay? - Miles se desliza la máscara por la cabeza y mira de Bryce a mí y
luego de nuevo a Bryce. -Kenz y yo vamos a salir esta noche. -
-Tú y Kenz, ¿eh? - Los ojos de Bryce se clavan en los míos, su expresión ya no
es divertida y ahora su mandíbula hace tictac de fastidio. -Bueno, estoy cuidando
a mi hermana pequeña esta noche. No te importa si los acompaño, ¿verdad? -
Los ojos de Miles se dirigen hacia mí de inmediato, pero Bryce se pone delante
de la puerta y coloca ambas manos a ambos lados del marco de madera, de modo
que Miles queda completamente bloqueado de mi vista. Si Miles supiera lo que
le conviene, daría media vuelta y se iría, pero no lo sabe, así que sigue ahí de pie
como un silencioso asno.
-Tic tac, Milesy. Ya son las nueve de la noche y seguro que no quieres arruinarle
la noche a mi hermanita, - dice Bryce.
Intento ignorar lo guapo que está de espaldas, con esos hombros anchos, esa
cintura estrecha y esas manos grandes. Esas manos que se sienten tan bien
alrededor de mi garganta.
Odio a Bryce con todo mi ser, pero puedo apreciar su arrogancia y su cuerpo.
Sabe que se ve bien y sabe que yo también lo encuentro atractivo. Es una
situación jodida, una en la que Miles se está quedando atrapado poco a poco
cuanto más tiempo pasa allí de pie.
Miles se encoge de hombros. -Claro, podemos quedar todos. -
-Genial. Pero yo conduzco. - Bryce se da la vuelta y me coge de la mano,
prácticamente arrastrándome fuera con él.
Ni siquiera tengo tiempo de mirar a Miles, porque Bryce va muy rápido y ya
tiene abierta la puerta trasera de su Ford Raptor. Me empuja dentro y cierra la
puerta de un portazo. Mi corazón martillea contra mi pecho mientras veo a Bryce
acercarse al lado del conductor. Está enfadado por algo y sé que tiene que ver con
la aparición de Miles.
Lo vuelve loco siempre que salgo con un tío que no es él. A papá no parece 11
importarle con quién salgo y es el jodido jefe de policía, pero Bryce siempre hace
un escándalo de la nada. Es jodidamente aterrador cuando actúa así porque nadie
puede predecir lo que va a hacer. Es como una bestia desquiciada con adrenalina
corriendo por sus venas. Es la misma razón por la que no puede funcionar
correctamente con otras personas en la universidad. Siempre ha sido así, desde
que éramos niños.
Cuando me regalaron un pez dorado por mi cumpleaños y a él no, hizo todo lo
posible por tirarlo vivo por el retrete. Al principio todos pensamos que eran
problemas de ira y nuestros padres siguen queriendo hacer terapia con él, pero sé
que ni siquiera la terapia ayudará a Bryce. Es insensible e indiferente. Podrías
caer muerto y él ni pestañearía. Le importa un carajo.
- ¿Qué demonios estás haciendo, Bryce? - Le agarro del hombro y le clavo las
uñas en el suave algodón de la camisa mientras cierra la puerta, se acomoda en el
asiento y gira la llave de contacto. El motor del Raptor ruge.
-Los voy a hacer pasar un buen rato a ti y al cabrón, hermanita, - dice, echándose
hacia atrás y cogiéndome el pelo oscuro con el puño.
Tira de él con tanta fuerza que me veo obligada a inclinarme hacia delante contra
el frío cuero de su asiento. Bryce me retuerce el pelo, lo anuda con los dedos y
acerca mi cara a la suya. Con los labios a escasos centímetros, sus ojos asesinos
se clavan en los míos mientras habla.
-Me mentiste, Kenz, y sabes cuánto odio eso, ¿verdad? -
Llaman a la ventanilla del copiloto y Bryce me suelta tan rápido que caigo de
espaldas contra el asiento.
Trago saliva mientras Bryce le abre la puerta a Miles. No tengo ni idea de lo que
va a pasar esta noche, pero sí sé que estoy absolutamente aterrorizada de
averiguarlo.
2 12

MACKENZIE

Bryce toma la siguiente curva tan bruscamente, que me estampo contra la otra
puerta, golpeándome la cabeza contra la ventanilla.
- ¡Ay! Que te den Bryce. - Me froto la sien mientras me incorporo. - ¿Qué
demonios? -
-Más despacio, tío. -Miles agarra la consola central con una mano y la puerta con
la otra. Puedo oír el temblor en su voz. Está asustado y tiene todo el derecho a
estarlo. -No queremos morir, tío. -
Bryce suelta una risita maníaca mientras sube el volumen de su equipo de
música. -Ustedes no son jodidamente divertidos para un paseo. -
Mystify de INXS suena en el sistema y llena el Raptor de un nuevo tipo de
atmósfera peligrosa.
Bryce baja la ventanilla y pisa el acelerador. El aire frío del otoño entra a toda
velocidad, haciendo que se me ponga la piel de gallina en los brazos. Veo cómo
los relámpagos plateados atraviesan el cielo negro de medianoche.
Desde el momento en que subimos al Raptor, no me sentí bien. Esta noche se
suponía que iba a ser sólo entre Miles y yo. Ahora estoy casi aterrorizada de
saber lo que mi hermano tiene reservado para nosotros, porque sé que no puede
ser nada bueno.
Casi como si pudiera leerme la mente, Bryce me mira a través del espejo de
revisión, pero cuando abre la boca, dirige su pregunta a Miles.
- ¿Qué planes tenían? - pregunta.
-En realidad nos dirigíamos a la Granja de la Masacre de la Cosecha. Tienen unas
atracciones muy chulas hasta medianoche, - le dice Miles mientras se gira para
guiñarme un ojo.
Mal movimiento. En cuanto lo hace, Bryce le da un golpe tan fuerte en la cara
que un extraño crujido llena el aire.
- ¡¿Qué cojones?! - Miles se sujeta la cara mientras la sangre empieza a brotar de
su nariz. -Me has roto la jodida nariz. -
-No está rota, - dice Bryce despreocupadamente. -Sé cómo es una nariz rota y no 13
es eso. -
Estoy segura de que lo sabe. El tipo al que le dio una paliza en su colegio estaba
irreconocible cuando Bryce acabó con él. Recuerdo que mis padres no querían
que viera nada, así que me había colado en el despacho de mi padre a altas horas
de la noche y revisé su Mac cuando encontré las fotos. Las películas de terror son
una cosa. La realidad es otra. La cara del otro estudiante estaba tan
ensangrentada... tan irreconocible. Un escalofrío se desliza por mi espalda y
realmente no quiero saber lo que tiene preparado para Miles esta noche.
Retrocedo en mi asiento detrás de Bryce viendo cómo se desarrolla la sangrienta
escena mientras Miles intenta taponarse la nariz con la camiseta. Parece que
intenta evitar que se le caiga la cara a pedazos. Hay tanta sangre que creo que
voy a vomitar.
-Lo siento, - dice Bryce en voz tan baja y calmada como si realmente nunca
hubiera querido hacerle daño. -Honestamente no quise golpearte. Joder, estaba
intentando estirar el brazo. ¿Estás bien? -
Suena tan genuino que casi le creo por un segundo. Si Miles tiene alguna idea
sobre mi hermano, sabrá que a Bryce no le importa un carajo y que, además, está
mintiendo. Está haciendo lo que mejor sabe hacer. Jugar con su presa. Se está
divirtiendo hasta que algo sale realmente mal. Pero Miles no lo sabe. Mira a
Bryce, probablemente intentando averiguar qué coño está pasando, antes de que
finalmente asienta y se aparte la camiseta blanca de la cara. -Estoy bien. Pero,
¿qué coño pasa, tío? Voy a tener que devolverte esta. -
Bryce se ríe entre dientes y pasa el brazo por el hombro de Miles. -Me encantaría
verte intentarlo, Milesy. Así que nos dirigimos a la antigua Masacre de la
Cosecha, ¿verdad? -
-Sí, - digo, hablando por segunda vez desde que subí al coche.
Bryce toma la siguiente salida que nos lleva fuera de la carretera principal y
directamente a un camino rural rocoso. A lo lejos podemos ver luces naranjas
brillantes que bordean la carretera.
- ¿Sabes por qué se llama la Masacre de la Cosecha, Milesy? - Bryce le pregunta.
-Miles nunca creció aquí, así que no lo sabría, - interrumpo.
Bryce ni siquiera me mira cuando habla. -No te estaba preguntando a ti, Kenz.
¿O es así como funcionan Milesy y tú? Tú respondes por él. -
Tengo ganas de gritar o, mejor aún, de abrir la puerta y lanzarme fuera del Raptor 14
aunque me duela como una puta. Es exasperante con sus juegos enfermizos y sé
que no parará. Le encanta incomodar a todos los que le rodean.
- ¿Por qué se llama así? - La voz de Miles es cortante. Parece sentirse incómodo
con la creciente tensión en el coche.
- ¿El tipo que la poseía antes de que fuera abandonada, Billie Manson? Mató a
toda su familia y a todos sus granjeros. Justo en esos campos de maíz, - dice
Bryce.
Podemos ver coches más adelante y un enorme tablón con letras rojas pintadas en
toda su superficie. Bienvenidos a la Masacre de la Cosecha: ¡Muérete de miedo!
Miles se ríe esta vez y se vuelve hacia mí. - ¿Te puedes creer a este tío? Me está
tomando el pelo, ¿verdad? -
Mi hermano cruza su mirada amenazadora con la mía en el espejo y ladea la
cabeza. -No lo sé. ¿Lo estoy haciendo? ¿Tú qué crees, Kenz, que me lo estoy
inventando? -
No contesto. Levanto las rodillas hacia el pecho y me giro para mirar por la
ventana cuando se ve el granero rojo. No hay tanta gente. Pensé que habría más
gente, pero supongo que no a todo el mundo le entusiasma tanto la idea de
merodear por una auténtica granja de asesinos. El hecho de que cada año la abran
como feria de Halloween ha provocado un motín en todo el pueblo de Misery,
exigiendo que la granja sea demolida o que la gente del pueblo se tome la justicia
por su mano.
Me da escalofríos. Bryce está diciendo la verdad. Recuerdo que todo el mundo
hablaba de los asesinatos cuando yo estaba en 9º curso. Ni siquiera fue hace tanto
tiempo. Billie Manson había destripado a toda su familia y a todos sus peones
como cerdos. Los colgó a todos como carne recién descuartizada después de eso.
Dijeron que se despertó una mañana y se volvió loco. Recuerdo ir a la granja
cuando era más joven. Mi padre conocía a Billie y parecía un buen tipo. Me dejó
montar mi primer poni. Me da escalofríos pensar que un día se levantó y decidió
matar a todo el mundo. Su esposa acababa de dar a luz a un niño. ¿Así que,
realmente estaba loco? ¿O fue un pequeño susurro del Diablo en su oído? Sea lo
que sea, hay un poco de ella acechando en cada uno de nosotros.
-Sí, bueno, no lo creo, - dice Miles, justo cuando Bryce se detiene. Apaga el
motor y salimos todos juntos del coche.
El aire es frío y huele a caramelo quemado y otros dulces. 15

Mis botas crujen sobre el heno cuando nos acercamos a los establos. Bryce me
rodea los hombros con ambos brazos, ignorando la dura mirada que recibe de
Miles. Se me corta la respiración al sentir su dura polla presionándome la parte
baja de la espalda.
-Joder, Kenz. ¿Ves lo que me haces, hermanita? - me susurra en el pelo.
-Cómprame una manzana caramelizada y una Coca-Cola de cereza, - le digo,
siguiéndole el juego. Me aseguro de apretar mi culo contra él.
-Lo que sea por ti. - Me suelta y se dirige a uno de los puestos donde venden las
manzanas de caramelo.
Miles me gira cuando Bryce está ocupado buscando su cartera en el bolsillo
trasero.
-Te dije que no llamaras al timbre y que me mandaras un mensaje, - le digo antes
de que pueda decir nada más.
-Creía que esta noche sólo íbamos a estar tú y yo. Quería follarte, Kenz, - Miles
me aparta el pelo de la mejilla.
-No me llames así. - Bryce es el único que me ha llamado Kenz y oírlo salir de la
boca de Miles suena mal.
- ¿Te follas a mi hermana? -
Ambos nos sobresaltamos cuando Bryce reaparece con una enorme manzana roja
de caramelo y un vaso solo negro lleno hasta el borde de lo que debe ser la Coca-
Cola de cereza.
-Nos he comprado entradas para el laberinto de maíz, - dice Bryce mientras me
da la manzana de caramelo y la Coca-Cola antes de buscar en el bolsillo de sus
vaqueros las tres entradas.
Doy un largo sorbo a la Coca-Cola, saboreo el dulce y frío ardor mientras baja
por mi garganta.
- ¿Vamos a entrar ahí? - La cara de Miles palidece mientras señala los tallos.
-Sí. Quiero decir, no eres un marica, ¿verdad Milesy? Si quieres follarte a mi
hermana, tienes que ser un hombre. - Bryce nos da un billete a cada uno antes de
volverse hacia mí.
-Puedes adelantarte. Sólo quiero coger algo del camión y enseñárselo a Miles 16
rápidamente. -
Rápidamente miro de Miles a Bryce porque no estoy segura de qué jodidos va a
hacer. Una parte de mí no quiere avisar a Miles, porque quiero ver cómo se
desarrolla esta noche.
-Vamos. - Bryce me empuja en dirección al laberinto. -Estaré contigo en un
segundo, Kenz. -
Me alejo de ellos y me dirijo hacia el hombre vestido con un delantal de
carnicero ensangrentado que está cerca de la entrada del laberinto.
Cosecha Masacre Maíz está escrito en letras rojas y sangrientas en un cartel justo
antes de la entrada.
El hombre me tiende la mano y, justo antes de que pueda darle mi billete, miro
hacia abajo porque noto que algo se arrastra por mi tobillo.
Grito y doy un salto hacia atrás, pateando los pies cuando veo el montón de
gusanos gordos que caen de un saco podrido que está a los pies del hombre.
Se ríe y me tiende la mano, así que le doy el billete y esquivo los gusanos. ¿Qué
jodidos pasa?
El hombre me mira y sigue riéndose como si se hubiera vuelto loco.
-Asqueroso, - murmuro mientras me doy la vuelta para encarar el laberinto. El
maíz se eleva por encima de mi cabeza y la única fuente de luz son los putos Jack
O Lanterns espeluznantes que hay iluminados en el interior. Cuelgan de postes de
madera.
Respiro hondo y me adentro en el maíz. Puedo hacerlo. No es para tanto. Ya soy
mayorcita.
Miro hacia atrás por última vez e intento ver si veo a mi hermano o a Miles, pero
no están a la vista.
- ¡Feliz Halloween! - La voz del carnicero me sigue mientras me doy la vuelta y
me adentro en la oscura masa de maíz.
-Feliz jodido Halloween, - murmuro.
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BRYCE

Me quito la máscara de la cara para ver a Miles sosteniendo la hoz que le había
dado.
- ¿Qué te parece? - le pregunto al cabrón mientras me entrega la hoz.
Por su expresión, está poco impresionado o a punto de cagarse encima cuanto
más lo hago esperar. Parece que le cuesta quitarse de la cabeza la idea del dulce
coño de mi hermana. Si no la hubiera oído intentar irse sin mí y no hubiera
pillado a Miles en la puerta, podría estar ya metido hasta las pelotas en su coño
virgen y apretado, y pensar en eso hace que se me caliente la sangre en las venas.
La imagen de ese cabrón saboreando a mi hermana me invade la cabeza y me
entran ganas de degollarlo allí mismo, pero me quedo quieto y aprieto los puños
en torno a la máscara y la hoz. Primero jugaré con mi presa. Cazarlo. Dejarle ir.
Cazarlo de nuevo.
Tengo toda la noche para destriparlo como a un cerdo. Y luego puedo darle una
lección a Kenz por mentirme. Planeaba salir con Miles sin que yo lo supiera y si
planeaba follárselo esta noche, tendré que follármela tan duro que nunca querrá
otra polla dentro de ella después de esta noche.
He estado esperando tanto tiempo para que esto pase, tomar la virginidad de
Mackenzie que no voy a dejar que nadie joda esto.
Ella es mía y siempre lo será, le guste o no. Pero algo me dice que ella también
me quiere. Quizá por eso me pone de los nervios. Jugamos el uno con el otro. Es
un ciclo interminable de joder la mente.
-Creo que debería ir a buscar a Kenz, - dice Miles, metiéndose las manos en los
bolsillos.
La llama con mi apodo. Necesito todo lo que hay en mí para no romperle la cara.
-Deberíamos ir los dos, - me deslizo la máscara con las X verdes de neón y la
sonrisa espeluznante por la cara y extiendo el brazo.
-Muéstrame el camino, Milesy. -
Entregamos las entradas al tipo que está junto a la entrada del laberinto y yo sigo
a Miles a paso firme, pensando en la mejor manera de destriparlo.
Quiero que sea la noche más dolorosa y tortuosa de su vida y que dure el mayor 18
tiempo posible.
- ¿Qué planeabas hacer con mi hermana esta noche, Miles? - Pregunto por pura
curiosidad.
El aire está lleno de estática y huele a tierra, advirtiéndonos de la tormenta que
está a punto de llegar.
Miles deja de caminar y suelta una carcajada antes de girarse para mirarme. -Tío,
¿qué coño te pasa? Estás actuando muy raro, joder. Ya lo entiendo. Es tu
hermanastra o lo que sea, pero preguntar por nuestros planes de esta noche e
invadir nuestra intimidad es un poco demasiado raro, joder. -
- ¿En serio? - Inclino la cabeza hacia un lado. -No me había dado cuenta. ¿Cuál
es tu pronóstico, Miles? ¿Un psicópata celoso que te va a dar una lección esta
noche o un hermano mayor protector? -
Veo cómo se le va el color de la cara. Probablemente nunca esperó que eso
saliera de mi boca.
-Sólo te estoy tomando el pelo, - le digo. -Vamos a buscar a Kenz. -
- ¿Por qué no la encuentras tú? No me siento muy bien, - dice, pero no hace
ningún movimiento para irse, porque la entrada está detrás de mí y ahora está
demasiado jodidamente asustado como para pasar a mi lado y volver al camión.
-Camina. - Señalo hacia delante con la hoz y sus ojos se abren de par en par al
darse cuenta de que tengo un arma. Y él no.
-Mira, no quiero problemas. Sólo quiero irme a casa, ¿vale? ¿Puedes hacerte a un
lado para dejarme pasar? - Le tiembla la voz. En cualquier momento, apuesto a
que empieza a mearse encima.
-Aw, ¿Milesy no quiere problemas? - Lo imito. -Bueno, quizá deberías haber
pensado en eso antes de venir a mi casa con la intención de follártela. Ahora
empieza a andar, joder. No me gusta repetirme. -
-Bryce. Lo siento, ¿vale? ¿Puedes por favor dejarme ir? -
Viendo que no voy a conseguir que este espectáculo se mueva, empiezo a
caminar hacia el jodido estúpido y él empieza a dar tumbos hacia atrás,
adentrándose más en el maíz.
-Hay tiempo suficiente para rogar a Miles. Puedes hacerlo cuando yo quiera que 19
ruegues. Sigue caminando como el jodido buen perro que eres. - Grito.
Hay adrenalina corriendo por mis venas ahora con ira y la jodida necesidad de
estar dentro de ella. Pero quiero que todo salga según lo previsto, así que sigo
caminando y Miles sigue dando tumbos hacia atrás, probablemente temiendo que
lo mate. No sé de dónde saca esa idea.
-Llámala, - le digo. -Ella te oirá. -
-¡Mackenzie! - Miles grita como si su vida dependiera de ello... que en cierto
modo sí, porque me estoy impacientando de verdad y si Kenz no aparece lo
bastante rápido, no podré hacerme responsable de mis actos.
Aspiro una profunda bocanada de aire frío, mientras Miles frena para volver a
gritar llamando a Kenz. No grita lo suficiente, así que balanceo la hoz cuando me
da la espalda durante una fracción de segundo y lo alcanzo con la hoja,
atravesándole la pantorrilla.
La hoja está tan afilada que le desgarra los pantalones y me veo recompensado
con la sangre que empieza a manar de la herida. Es una vista jodidamente
gloriosa.
- ¡Joder! - Miles grita más fuerte esta vez y cae de rodillas. - ¡Oh Dios mío! - Se
agacha para tocar la herida y cuando vuelve a levantar la mano, está manchada de
rojo oscuro. Mi color favorito.
- ¡Maldito psicópata! - Miles escupe mientras cae de culo y empieza a arrastrarse
hacia atrás.
-Puede que tengas razón en eso, pero en realidad nunca me hicieron una
evaluación,- bromeo, balanceando la hoz por su mango de cuero.
- ¿Sabes para qué se usaba esto? - le pregunto mientras extiendo la hoz hacia él.
Sigue arrastrándose y niega lentamente con la cabeza. Su pálido rostro está
bañado en sudor. El resplandor anaranjado de las linternas Jack O resalta el
miedo en su rostro.
- ¿Recuerdas a Billie Manson, Miles? ¿El tipo que destripó a toda su familia
como cerdos? - Doy un paso hacia él. -Mi padre es Jefe de Policía y vaya si tiene
sus ventajas. Como robar pruebas que nadie volverá a mirar. -
-Suéltame, - dice, mirando hacia la hoz y luego hacia mí, como si esperara que
volviera a arremeter contra él en cualquier momento. Pero no voy a hacerlo.
Eso lo haría demasiado fácil y no quiero que sea fácil. Lo quiero lento y tortuoso, 20
porque estoy jodido de la cabeza así. Si no le enseño a mi hermanita una lección
que nunca olvidará, entonces no valdrá la pena todo este esfuerzo. Kenz se lo
merece desde hace mucho tiempo, es una desgracia que esta noche sea la noche y
que Miles sea mi presa elegida.
Le hago una mueca a Miles mientras me acerco a él, esperando que sea triste e
inocente. - ¿Dejarte ir? Miles eso ni siquiera es una opción. Oh, y sí tienes
opciones. 1. Puedes huir. - Me río entre dientes porque está claro que Miles no
está en condiciones de correr. Y él no quiere intentar huir de mí porque sólo le
daría a la bestia que hay en mí más razones para soltarse. Y si eso sucede, ya no
tendré el control. -2. Puedes cerrar la puta boca y esperar pacientemente hasta
que esté listo para despellejarte y clavarte esta jodida cuchilla en el cuello. -
Es en ese momento cuando miro hacia abajo porque sus piernas tiemblan
incontrolablemente y veo que sus pantalones cargo marrón claro se humedecen
mientras una mancha oscurece el material. Haa…el poder de hacer que alguien se
mee encima. Al menos sabe que no le estoy tomando el pelo.
-Ahora ayúdame a llamar a Kenz, - le digo. -La quiero aquí para esto. -
4 21

MACKENZIE

Llevo una eternidad dando tumbos por este maldito maizal cuando oigo un
crujido a mi izquierda. Me doy la vuelta, dejo caer mi Coca-Cola de cereza al
suelo y dejo que el frío líquido me salpique las piernas.
- ¡Miles! Bryce! - grito, pero los únicos sonidos que llegan a mis oídos proceden
de los gritos falsos generados por los altavoces de arriba y del zumbido de los
insectos.
Bryce ya debería haber venido a buscarme, pero no está aquí y estoy jodidamente
atrapada en medio de literalmente ninguna parte.
- ¡Bryce! - Grito, esperando que me oiga y venga a rescatarme. Sé que vendrá a
buscarme. Siempre está vigilando todos mis movimientos como si yo le
perteneciera. No se irá sin mí. Tal vez sólo me está jodiendo por Miles.
Algo vuelve a crujir en el maíz y esta vez dura lo suficiente como para que me dé
la vuelta y localice de dónde viene el sonido.
Es entonces cuando me topo con un jodido espantapájaros gigante que me hace
dar un respingo de sorpresa.
Tengo la vista un poco nublada e intento frotarme la niebla con el dorso de la
mano, pero cuando miro de reojo la cabeza resplandeciente de Jack O Lantern
del espantapájaros, mi visión sigue siendo extraña. ¿Qué demonios ha pasado?
Quizá hayan echado alucinógenos en el maíz para jodernos. O tal vez me estoy
volviendo loca.
Cuanto más miro fijamente a esos extraños ojos negros del espantapájaros, más
parece estar observándome. Mis oídos captan un crujido y el espantapájaros se
mueve. ¿Qué jodidos pasa? No, definitivamente estoy viendo cosas. Me doy la
vuelta para volver corriendo por donde he venido, pero no lo bastante rápido,
porque el espantapájaros cae hacia delante, justo encima de mí y empiezo a
gritar. Estoy bastante segura de que es lo suficientemente fuerte como para que
cualquiera sepa que es un grito humano real. Antes de que pueda volver a gritar,
el espantapájaros se me echa encima. Levanto la vista, agradecida de ver a mi
hermano salir del maíz, justo detrás de donde estaba el espantapájaros hace unos
minutos.
Arroja el espantapájaros a un lado como si no pesara nada, antes de inclinarse 22
frente a mí.
-Kenz. - Su voz suena lejana y siento la cabeza ligeramente pesada. Bryce alarga
la mano y me coloca un mechón detrás de la oreja antes de inclinarse muy cerca.
Sus cálidos labios rozan el borde de los míos en un breve beso y luego se levanta
de nuevo.
Me has encontrado. Muevo la boca, pero no oigo las palabras. Algo va muy mal
y puedo sentirlo cuando mi cuerpo empieza a entumecerse un poco. Intento
apretar el puño derecho todo lo que puedo, pero me siento demasiado débil para
hacerlo.
-Bryce. - Las palabras de mi boca salen arrastradas mientras el sudor me recorre
la nuca. Sólo quiero irme a casa
-Miles, - susurro, lo que parece molestar a Bryce, que frunce el ceño antes de
apartarse para que pueda ver detrás de él.
Miles está allí de pie, con la parte inferior de los pantalones cubierta de rojo
oscuro y goteando por el lado derecho de la cara. Su piel está pálida.
Mi cuerpo se tensa inmediatamente de miedo y sé que algo no va bien cuando
miro hacia abajo y veo a Bryce con una hoz en la mano derecha y una
espeluznante máscara en forma de X colgando de su cuello.
Intento ponerme en pie, pero tropiezo y Bryce me atrapa, apretando su cálido
cuerpo contra el mío.
-Tranquila. - Se ríe entre dientes y me quita la manzana de caramelo de las manos
mientras me sujeta contra él.
Veo cómo le da un mordisco a la manzana y la tira al campo de maíz, antes de
volver a ponerse la máscara. Parece un jodido bicho raro de La Purga con las X
de neón y la espeluznante sonrisa sobre el fondo negro.
-No me siento muy bien. ¿Qué pasa, Bryce? -
-Por supuesto que no. Pensé que podríamos divertirnos un poco con Miles, ¿qué
te parece Kenz? - Bryce acerca tanto la hoz a mi cara que puedo ver que está
brillante y resbaladiza de rojo oscuro. Y eso sólo puede ser la sangre de Miles.
Intento apartarme, pero Bryce me sujeta con fuerza. Acerca la hoja a mi cara
hasta que su superficie fría y pegajosa toca mi mejilla.
-Bryce. - Me tiembla la voz mientras vuelvo la cara, haciendo que la sangre me 23
manche la piel.
-Te he dicho que quiero divertirme, - dice Bryce con voz ronca mientras arrastra
la hoja puntiaguda más abajo por mi mandíbula y luego por mi cuello hasta que
está cortando lentamente la parte superior de mi vestido.
De repente me suelta y se echa hacia atrás. -Quítate la ropa. Quiero que me mire
mientras te quito la virginidad. -
Cuando no empiezo a desvestirme inmediatamente, ladea ligeramente la cabeza.
-Tick-jodido-tock Kenz. -
-Alguien podría entrar aquí. - Me tiemblan los dedos mientras empiezo a
desabrocharme el vestido botón a botón. -Eres mi hermanastro. -
Sé que Bryce está jodidamente loco, pero realmente no anticipé lo lejos que
llevaría esto.
-No me importa. ¿Te parece que me importa una mierda? - Su voz es fría
mientras balancea la hoz en el aire. -Lo único que me importa es que este coño
me mire mientras reclamo lo que es mío. Debería haberte desvirgado el coño
hace mucho tiempo, hermanita. -
-Puedes soltarlo y te daré lo que quieres. - Mi garganta está seca y áspera como
papel de lija.
Bryce sacude la cabeza y empieza a pasearse entre Miles y yo. Miles mantiene la
boca cerrada y se queda quieto como si hubiera aceptado su destino. Todos
podemos asumir nuestro destino cuanto más se espera.
Bryce sabe que ha ido demasiado lejos para volver atrás y Miles sabe que no hay
ningún sitio al que huir y yo sé que mi hermano hará lo que le salga de los
cojones porque él es así.
-Si tardas más, Miles va a perder un miembro ahora mismo y te juro por el jodido
Dios que sabes que lo haré. - Se levanta y se quita la máscara, antes de
arrojármela y golpearme en el pecho. -Quítate la jodida ropa ahora mismo.
Estabas lista para follarte a este pedazo de mierda antes con esa ropa de zorra,
¿verdad? -
Se acerca a mí a grandes zancadas, henchido de ira, y yo me acobardo asustada,
moviendo rápidamente los dedos para desabrocharme el resto del vestido.
Empiezo a llorar, con lágrimas calientes que me nublan la vista, pero a Bryce no 24
le importa. Sólo quiere, quiere y quiere y no parará hasta tener lo que desee.
Deja caer la hoz un momento y se eleva sobre mí, sus grandes manos toman mis
pechos mientras se derraman.
-Joder, - murmura. -Eres jodidamente hermosa, Kenz. -
Sin previo aviso, se inclina y se lleva el pezón derecho a la boca, chupándolo con
fuerza y tirando de él entre los dientes antes de pasar al otro. Un gemido
involuntario se escapa de mis labios y aprieto las palmas de las manos contra sus
hombros para apartarlo, pero cuanto más succiona, más me relajo contra él y le
permito el acceso. ¿Por qué disfruto con esto? Sus dientes y su lengua me
pellizcan y me acarician las yemas hasta que se hinchan y me entran ganas de
más.
Cuando termina de jugar con mis tetas, Bryce se agacha para coger de nuevo la
hoz y me empuja de rodillas para que lo mire fijamente.
-Bájame la cremallera y chúpame la polla. - me dice.
No le bajo la cremallera, porque no quiero hacerlo, y Bryce se da cuenta de mi
indecisión, porque lo siguiente que hace es bajarse la cremallera de los vaqueros
y los calzoncillos, lo suficiente para que su polla grande y semidura se libere.
Se la acaricia un par de veces con la mano izquierda. -Abre la boca. -
Como no abro inmediatamente, Bryce me lleva el cuchillo a la nuca. -Abre la
jodida boca, Kenz. -
Mi boca se abre y se me escapa un pequeño gemido cuando Bryce me mete la
polla en la boca antes de agarrarme el pelo y apretarlo con fuerza, como hizo
antes en el coche.
-Qué buena chica, Kenz. Fóllame bien la polla con esa boca tan bonita que
tienes,- me dice.
Es tan grande que me dan arcadas cuando la punta de su gruesa polla me llega al
fondo de la garganta.
-Joder. Eso es, nena, - gime, arrastrando la punta de la cuchilla arriba y abajo por
mi expuesta espalda.
Vuelvo a tener arcadas al pensar en la sangre de Miles en la hoja, pero enseguida
vuelvo a centrarme en Bryce y en complacerle.
Muevo la cabeza de un lado a otro como he visto muchas veces en el porno e 25
incluso ahueco las mejillas para que mis labios aprieten su polla mientras se la
chupo.
Oigo a Miles gemir de fondo, pero ahora estoy tan perdida en el momento que
miro a Bryce a través de mi visión llorosa. Sus gemidos envían una punzada de
deseo directamente a mi coño y ahora sé que tengo tanto efecto en él como él en
mí. Es tan excitante verle perder un poco el control.
- ¿Te arrodillas ante tu hermano mayor, Kenz? - Sus dedos rozan mi cuero
cabelludo. -Estás jodidamente guapa con mi polla entre tus labios. -
Puedo saborear el sabor salado de su pre-semen cayendo sobre mi lengua y
cuanto más chupo, más se debilita el agarre de Bryce, pero justo antes de que
pueda explotar en mi boca, se retira y me empuja hacia abajo.
Me acerca por los muslos y se asegura de que Miles tenga una visión clara de
todo el espectáculo, porque al fin y al cabo todo esto es para él.
- ¿Ves este coño? - Bryce rasga las redes que cubren mi coño y deja al
descubierto mi raja rosada y húmeda que está deseando tener una polla dentro
ahora mismo. La polla de mi hermano para ser precisa.
Bryce acerca la punta de su polla a mi centro, antes de presionar contra mí con un
poco de presión y provocar un gemido.
Pero entonces se detiene y se levanta de repente, y me quedo confusa por un
momento cuando se acerca a Miles, se agacha y le agarra un puñado de pelo.
Miles empieza a gritar, aunque una parte de él debe saber que a estas alturas es
inútil. No hay quien pare a Bryce cuando se empeña en darle una lección a
alguien.
-Por favor. - Miles llora ahora, prácticamente suplicando, pero mi hermano se
limita a sacudir la cabeza y reír, antes de levantar la mano derecha con la hoz y
degollar a Miles de un rápido movimiento. Así, sin más.
Se oye un sonido extraño cuando la sangre brota del corte. Bryce arrastra a Miles
un poco más cerca de donde estoy yo y le echa la cabeza hacia atrás, dejando al
descubierto la amplia raja de la garganta que está derramando sangre por todas
partes, joder. Me tiemblan los labios mientras me arrastro hacia atrás, pero sé que
es inútil. No puedo correr. Hay un extraño gorgoteo que sale de la garganta de
Miles.
- ¿Ves lo que me has hecho hacer Kenz? - Bryce mueve los dedos hacia donde 26
está la herida y mete los dedos dentro.
Miles ya está muerto, pero los gorgoteos continúan y cuando la sangre empieza a
chorrear lentamente por su camisa blanca, Bryce deja que el cuerpo inerte de
Miles caiga hacia delante con un fuerte golpe y yo doy un respingo.
-Me vuelves loco, Kenz. - Bryce que ahora está cubierto de sangre por todos sus
hombros y brazos. Se mueve hacia donde estoy. Siempre he asumido que me
odia porque soy su hermana pequeña. Por ser solo una maldita molestia. Pero
estaba equivocada todo este tiempo.
Me quedo quieta mientras tira la hoz a un lado y luego se arrodilla y me atrae
hacia él, con sus dedos largos y ensangrentados clavándose en mis muslos.
- ¿De quién es este coño, Kenz? -
Ahora mismo debería estar vomitando y apagada, pero en lugar de eso, me
encuentro abriendo las piernas para él, totalmente excitada por mi diabólico
hermano mayor.
-Tuyo. -
-Qué buena chica. Tuve que drogar un poco tu Coca-Cola de cereza, porque
pensé que te resistirías. -
Eso explica por qué me sentía tan fuera de mí.
Guía la punta de su polla a mi coño brillante una vez más y lo frota contra mi
centro dolorido.
-Pero ahora veo que eres mi niña buena, Kenz. - Me mete su polla implacable en
mi apretado coño sin avisar y mueve su enorme longitud hacia atrás, hasta que
estoy jadeando.
-Joder, qué apretadita estás, nena. - Se inclina hacia delante y acerca su boca a la
mía en un beso áspero y hambriento.
Saboreo el sabor metálico de la sangre y el dulzor de la manzana caramelizada
mientras Bryce sale un poco de mí, antes de empujarme de nuevo. Con más
fuerza.
Le muerdo el labio inferior con tanta fuerza mientras me folla que su propia
sangre entra en mi boca y me la bebo toda, saboreándolo y gimiendo mientras me
penetra tan profundamente que su polla amenaza con desgarrar mi coño virgen.
Su sangre sabe dulce en mi lengua. 27

-Si alguien más vuelve a intentar joder a mi hermana, tendré que vérmelas con él.
Eres mi pequeña puta de mierda, ¿no? - Bryce pregunta.
Otro fuerte empujón. Esta vez echo la cabeza hacia atrás y abro las piernas.
Quiero, no necesito, todo de él. Todo lo que puede ofrecerme, lo necesito, joder.
Me siento al borde del abismo, así que me aferro a Bryce con el brazo alrededor
del cuello, agarrándolo del pelo mientras él sigue penetrándome.
-Sí, - es todo lo que consigo decir antes de que nos corramos los dos a la vez.
Siento que las paredes de mi coño se estrechan alrededor de él, justo cuando su
semen caliente me llena por dentro.
-Joder, - Bryce cae encima de mí y yo lo abrazo durante unos segundos, los dos
respirando agitadamente.
-Eres mía, Mackenzie, - susurra con fiereza y un último escalofrío me recorre.
Paso los dedos por sus hombros sudorosos y echo la cabeza hacia atrás, antes de
susurrar. -Y tú eres mío, Bryce. -

THE END
Sobre la autora 28

A. Briar es una autora independiente de 22 años a la que le apasiona escribir


libros oscuros, depravados y tabú. Ten cuidado antes de aventurarte en su mundo.
Si quieres estar en contacto o conocer a la autora a nivel personal, puedes ponerte
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