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El problema del infierno y los otros. Jean Paul Sartre frente a la pandemia

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Alberto González Soto


Universidad del Mar (Mexico)
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Ensayo
El problema del infierno y los otros.
Jean Paul Sartre frente a la pandemia
Alberto González Soto1

Resumen Abstract

En la presente reflexión se aborda la proble- In this reflection, the problematic relations-


mática relación con el prójimo que describe hip with one's neighbor described by Sartre
Sartre, se hace una crítica al concepto del is addressed, a critique is made of the con-
para-otro como clave del conflicto interperso- cept of the para-other as a key to interperso-
nal y se genera una interpretación alternativa nal conflict and an alternative interpretation
como solución. Este marco reflexivo se realiza is generated as a solution. This reflective fra-
frente algunos desafíos de la cuarentena impuesta mework, it is carried out in front to some challenge
por la pandemia Covid-19, como las actitudes hacia of the quarantine imposed by the Covid-19 pande-
los otros o el significado ontológico-social de los mic, such as attitudes towards others or the onto-
individuos. La tesis de la que se parte es que la teoría logical-social meaning of individuals. The thesis
general del ser del hombre formulada por Sartre, from which it is based is that the general theory
más allá de su aparente pesimismo generalizado le of man's being formulated by Sartre, beyond his
devuelve su irremediable libertad, el problema es apparent generalized pessimism, returns his irre-
que conlleva a pensar las relaciones interpersonales mediable freedom, the problem is that it leads to
en términos de conflicto y fracaso. La hipótesis que thinking about interpersonal relationships in
se analiza es si es posible dar un giro positivo a esta terms of conflict and failure. The hypothesis that
interpretación desde los mismos principios ontoló- is analyzed is whether it is possible to give a posi-
gicos existenciales o constituyen éstos un limitante tive turn to this interpretation from the same exis-
por la naturaleza dinámica y compleja de las relacio- tential ontological principles or constitute these
nes humanas. Este trabajo se desarrolla contextua- a limitation by the dynamic and complex nature
lizando el problema y el pensamiento de Sartre, se of human relations. This work is developed con-
procede hacer una descripción somera de la concien- textualizing the problem and thought of Sartre, it
cia, de la constitución del Yo y la función del pró- proceeds to make a brief description of conscious-
jimo; posteriormente se analizan las opciones de las ness, the constitution of the Self and the function
relaciones interpersonales, el amor y la indiferencia, of the neighbor; then the options of interpersonal
para entender el argumento del conflicto. Al final se relationships, love and indifference are analyzed,
examinan algunas alternativas de interpretación al to understand the argument of conflict. At the end,
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problema de las relaciones interpersonales e ilustrar some alternatives of interpretation to the problem
los desafíos impuestos en la cuarentena. of interpersonal relationships are examined and
illustrate the challenges imposed in the quarantine.
Palabras clave: amor, conflicto, pandemia, Key words: love, conflict, pandemic, other,
otro, relaciones interpersonales, Jean-Paul interpersonal relationships, Jean-Paul Sartre.
Sartre.
Recibido: 29 de abril de 2022. Aceptado: 08 de agosto de 2022.

1
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad del Mar campus Puerto Ángel. Ciudad Universitaria, Puerto Ángel 70989,
Oaxaca, México.
* Autor de correspondencia: institutoposoccidental@gmail.com

33
Introducción esa existencia sin más, nuestra conciencia
Cuando el director de la Organización -fatídica y absurda condición humana-
Mundial de la Salud (OMS) decretó la rechaza esa concentrada masa existencial,
emergencia internacional por el Covid-19 no queremos formar parte de los objetos
el 30 de enero de 2020, el virus ya se había que son porque sí, queremos ser libres, jus-
extendido a más de cien países, la veloci- tificar y fundamentar nuestro ser a nues-
dad de contagio era más que exponencial tro modo, poder elegir nuestros propios
y su letalidad era avasallante. Entonces el porqués, nuestros propios sin embargos.
mundo entero encendió la luz roja, pero De una manera similar apareció el
hasta ese momento... Covid-19, ciertamente hay muchos
"Era como los demás, como los que se virus -como muchas gaviotas y colores
pasean a la orilla del mar con sus trajes en el mar-, pero este virus en particu-
de primavera. Decía como ellos: “el mar lar puso frente a nuestra nariz la fragili-
es verde”, “aquel punto blanco, allá dad de nuestra existencia, la pandemia
arriba, es una gaviota”, pero no sentía podía tocar nuestra puerta en cualquier
que aquello existía, que la gaviota era momento y todo se podría acabar. Una
una “gaviota-existente”; de ordinario la nueva náusea se anunciaba, podíamos ser
existencia se oculta. Está ahí, alrededor borrados -o no- de la faz de la tierra, una
de nosotros, en nosotros, ella es noso- ontología de la existencia llevada al límite
tros, no es posible decir dos palabras sin podía anunciarse como sugiere Ortega
hablar de ella y, finalmente, queda into- Guizado (2021). Nuestra vagamente
cada" (Sartre 1998a, p.105) normal existencia se nos mostraba enton-
ces agobiante, opresiva, insignificante.
En un instante nos vimos rodeados -de Así llegó el Covid-19, amenazando nues-
alguna manera- de la existencia sartreana: tras cómodas (in)seguridades que hasta
allí estaba el virus, formando parte del entonces eran relativamente cuestionables
mundo en sí, revelando la existencia en pero imprescindibles.1 ¿Qué hicimos mal?
su más elemental y absurda expresión. ¿En qué nos equivocamos? ¿Por qué nos
Me explico, generalmente no se piensa en quiere castigar Dios o la Naturaleza? ¿Es
la existencia como tal, nos conformamos el anuncio de una nueva Era? ¿Qué signi-
y habituamos con los objetos, animales o fica esta pandemia en los escasos 20 años
personas particularmente existentes, en la de nuestro jovenzuelo siglo XXI? ¿Qué
vida cotidiana se da por sentado el mundo hacemos ahora y qué haremos después?
tal como es. Pero cuando en un momento
de lucidez, cuando la conciencia logra ir Todo tipo de enseñanzas se han querido
más allá y percibir la existencia en-sí en extraer de esta crisis: sociales, económicas,
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su más pura y franca expresión, indiferen- raciales, políticas, morales, filosóficas, etc.
ciada y maciza como la describe Sartre, y Ciertamente la pandemia alteró comple-
con asombro nos damos cuenta que tam- tamente nuestros modos de vida, pensa-
bién somos parte de esa misma existencia, miento y percepción de la realidad, ya sea
que simplemente existe sin necesidad, ni que hayamos experimentado la experien-
razón, ni finalidad alguna, es cuando apa- cia Covid de manera directa o indirecta. Sin
rece la Náusea o simplemente una alarma embargo, ¿qué podemos aprender cuando
que nos pone sobre aviso, no pertenecemos nuestras acciones se apresuran a transcu-
rrir no sólo el mismo camino anterior sino
1
Evidenciando que habíamos estado viviendo de “buena fe” como la entiende Sartre, en creer y aferrarnos en determinadas “normalidades” aun
sabiendo que eran erróneas y deficientes para no asumir la responsabilidad de tomar otras acciones y elecciones..

34 González Soto
los mismos pasos que veníamos andando asume dentro de un marco de absoluta
en la ruleta de la -ahora anterior- “norma- libertad y responsabilidad que le vienen
lidad”? ¿Cambió la sociedad? ¿Cambiaron dadas irremediablemente por la actividad
las personas? ¿Qué fue lo que cambió? de su conciencia. De alguna forma, Sartre
Según Heráclito “todo cambia”, pero en el también realizó una gran síntesis del
eterno retorno de la historia vemos que el pensamiento moderno francés y alemán,
flujo del agua no es un río que fluye hacia desde Descartes hasta Heidegger, todo
el mar sino una fuente que sube y baja la ello derivó en un existencialismo pecu-
misma agua estancada, “todo cambia para liar, polémico y desafiante. Además, con-
seguir igual”, algo así nos dice una sabia serva una coherencia extraordinaria de
frase lampedusina. Lo cierto es que “Esta pensamiento a lo largo de su abundante
crisis no es solo sanitaria, sino que es ética producción, sin contradicciones ni ruptu-
y profundamente humana” (Ortega 2021). ras, es verdad que amplió y enriqueció su
Creo que desde los inicios de la pan- arsenal de análisis con algunos aspectos
demia se generó demasiado ruido infor- de la teoría marxista, pero lo hizo dentro
mativo que las personas difícilmente de su línea argumentativa existencial. En
pudimos reflexionar o pensar siquiera suma, el pensamiento de Sartre contiene
en el acontecimiento. Adelantando un análisis y herramientas para comprender
par de años del horizonte de eventos aún la naturaleza humana y es importante
es pronto para descifrar qué podemos recuperarlos y revisarlos, ya que las crisis
aprender como individuos, como comu- de nuestros tiempos obligan a repensar las
nidad y como sociedades; pero al mismo interrogantes clásicas ¿quiénes somos? y
tiempo ya es muy tarde, pues se imponen ¿qué podemos hacer?
modelos de “nuevas normalidades” con
la misma velocidad que la “vieja norma- Preliminares. El hombre como problema
lidad” reclama su lugar. Sin embargo, del hombre
¿será que podemos encontrar en el exis-
tencialismo sartriano algunas claves para El pensamiento de Jean Paul Sartre (1905-
decir algo? Además, bien lo señaló Sartre, 1980) tuvo una amplia difusión tanto en
el existencialismo es una filosofía para la el mundo académico como en el público
acción y sobre todo en momentos de crisis general debido a sus libros, novelas, ensa-
y de tomar decisiones. yos, obras de teatro, manifiestos políticos,
y por asumirse como un intelectual com-
Consideramos la filosofía de Jean Paul prometido, apoyando causas sociales de
Sartre porque fue uno de los últimos pen- distinta índole. Estos alcances podrían
sadores que realizó un profundo y exhaus- sugerirnos pensar que su filosofía mani-
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tivo análisis de la existencia humana, fiesta sólidos principios sociales y morales


elaboró una fenomenología ontológica del para el desarrollo de la convivencia y la
hombre concreto, no en términos ideales o justicia social; sin embargo, éste es pre-
abstractos, sino a partir de su ser más fun- cisamente uno de los aspectos más cues-
damental: su conciencia y su existencia. tionados de su filosofía, pues al negar
El éxito de su pensamiento radica en que cualquier esencia universal a priori para
logró devolver la libertad a la constitución definir la naturaleza humana dificulta la
fundamental del ser humano, conside- fundamentación moral en cualquier tipo
rándolo como un individuo en perpetua de principios, valores o normas. El exis-
construcción a partir de las decisiones que tencialismo de Sartre sólo reconoce como

El problema del infierno y los otros... 35


principio la libertad y en lo que el indivi- de esta situación; la emergente biología
duo haga con ella, aunque ello no implica de la mano de Lamarck hizo a un lado
que “todo valga” o que defienda una amo- la providencia divina para mecanizar y
ralidad radical. autonomizar las fuerzas transformistas de
Los temas sobre el hombre, su esen- la naturaleza; Darwin devolvió al hombre
cia y sus posibilidades constituyeron un al reino evolutivo de los animales; el alma
problema central en la filosofía de fina- humana y la conciencia fueron reducidos
les del siglo XIX y cobraron mayor rele- a productos de los mecanismos fisiológi-
vancia en la primera mitad del siglo XX, cos estudiados por la emergente psicolo-
cuando los avances científicos, tecnológi- gía experimental o de un subconsciente
cos y conflictos bélicos, echaron por tierra irracional (Freud); en términos políticos,
la concepción del hombre como un centro la Europa colonialista enfrentó la inde-
cosmológico racional privilegiado. Si bien pendencia de sus colonias en América
este proceso se puede remontar hasta fina- y otras partes del mundo, lo que hizo
les de la Edad Media, cuando se debilita- cuestionar no sólo su modelo de hombre
ron2 los vínculos que unían al Hombre civilizado, sino también sus propios
con Dios, fueron aquellos tiempos el ideales Ilustrados, “Libertad, Igualdad,
final de una época: las enfermedades y Fraternidad”. A finales del siglo XIX dife-
la pobreza diezmaron las poblaciones en rentes factores políticos, económicos, filo-
Europa; otros pueblos, como los árabes y sóficos, científicos, artísticos, reventaron
los judíos tenían una cultura más desarro- los sueños utópicos de la razón ilustrada,
llada que la cristiana; en filosofía, el domi- aunque también dejaron tras de sí con-
nico Guillermo de Ockham (1285-1347) quistas y avances científicos, tecnológicos,
limitó la facultad de la razón a una capaci- filosóficos, artísticos incuestionables.
dad exclusivamente humana y no divina, En un contexto así fue impostergable la
lo que significó el primero de varios aleja- cuestión antropológica ¿qué es el hombre?,
mientos. Durante el Renacimiento, el ser ¿tiene un alma, una esencia?, ¿es bueno o
del hombre giró en torno al estudio de las es malo por naturaleza?, ¿cómo se han de
artes liberales y la educación humanística fundamentar sus principios morales?, ¿es
(Rico, 2002), tales esfuerzos se concretaron el hombre responsable de sus acciones?,
en los avances científicos y tecnológicos su cuerpo biológico se convierte en un
de la Ilustración, acentuando la confianza problema múltiple de corte psicológico,
absoluta en el poder de la razón, llegando moral, filosófico, ¿es libre o solo es una
a definirse la esencia del hombre como un marioneta de la historia, del mercado, de
animal (exitosamente) racional. las reacciones fisiológicas de un cuerpo
que ahora le resultaba aún más extraño?
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Los avances de la industrialización en el


siglo XIX fueron revelando los sin embar- Ya ni siquiera se podía afirmar que era
gos de tales éxitos con problemas como la imagen y semejanza de su Creador, y la
contaminación, los problemas urbanos, culpa no sólo era de Nietzsche, sino de
de pobreza, hacinamiento, la alienación Darwin, Lamarck, Marx, Freud y muchos
del ser humano sometido a las leyes del más.
trabajo, del mercado, de la economía, de En suma, los conceptos tradicionales
la sociedad, del subconsciente. Carlos para comprender al ser humano resultaban
Marx ayudó a comprender la estructura insuficientes, la concepción del hombre
2
El que se hayan debilitado no quiere decir que desaparecieran, por el contrario, en la época posterior durante el Renacimiento se redoblaron esfuer-
zos para volver a estar en armonía con Dios.

36 González Soto
como una dualidad compuesta de cuerpo además del pensamiento, consideraba asi-
y alma o como animal racional, estaba mismo la extensión, el volumen, el cuerpo,
por demás rebasada a principios del siglo esto lo condujo a identificar dos sustan-
XX, ya no era suficiente para representar cias fundamentales: la espiritual (o racio-
el peso de la humanidad.3 Alain Badiou nal y matemática) y la material (geómetra
afirma que durante la primera mitad del corpórea). Esta dualidad se reflejó en su
siglo XX, la filosofía se enfocó en superar concepción del ser humano, como una
la añeja fragmentación entre pensamiento composición de cuerpo y alma, aunque
(el concepto, la razón, lo abstracto) y la ambas sustancias completamente distin-
existencia concreta, (Badiou, 2005) donde tas en su naturaleza y ajenas entre sí. Esta
las discusiones filosóficas se orientaron concepción de la naturaleza humana se
en una disyuntiva elemental: aquellas conservó porque se ajustaba a los modelos
que tomaban un camino eminentemente religiosos y filosóficos vigentes, hasta que
formal, lógico o positivista, y otras que la psicología experimental del siglo XIX
buscaban recuperar el aspecto humanís- comenzó a investigar la interacción efec-
tico, espiritual, estético, vital o existencial tiva entre estas dos “sustancias”, haciendo
en la filosofía. que la división original ya no fuera tan
Sartre afrontó entonces uno de los tajante.
problemas filosóficos más importante de Se buscó superar esta concepción dual
su momento: hallar algo que diera fun- del ser humano en varias corrientes filo-
damento al ser humano, y lo hizo con sóficas, una de las últimas apuestas fue
todas las herramientas que su contexto le la fenomenología de Edmund Husserl,
permitió reflexionar: desde Hegel, Kant, quien formuló un nuevo método para
Nietzsche, Husserl, Heidegger, Marx, volver a las cosas mismas, tal como apa-
pasando por Descartes, Kierkegaard, recen, como fenómenos que se presentan
Bergson, entre muchos filósofos más; pero a la conciencia sin más, sin trasfondos, ni
también se apoyó en los avances de otras datos ni realidades ocultas. La fenomeno-
disciplinas como la biología, las matemá- logía se constituyó en una teoría de la con-
ticas, la psicología, la física, la teoría de la ciencia –pero no en términos psicológicos,
relatividad y la física cuántica, cuyas refe- un ámbito del que más bien trataba de
rencias aparecen constantemente en su desmarcarse Husserl-, buscaba analizar
obra. los procesos de la conciencia para captar la
Sartre establece sus reflexiones frente a Idea, el eidos de las cosas, su esencia uni-
la filosofía moderna inaugurada por René versal. Filosóficamente estaba buscando
Descartes, señalando que los franceses –o un nuevo método para una teoría del
conocimiento, una reflexión propiamente
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la filosofía en general- llevaban tres siglos


viviendo de una “libertad cartesiana”, es de segundo orden, donde los objetos de la
decir de una noción intelectual de la liber- conciencia no tienen referentes empíricos
tad fundamentada en el poder de la razón sino objetos intencionales eidéticos, ideas,
o el pensamiento. Pero consideremos que abstracciones.
Descartes (1596-1650), filósofo francés del Sartre emprendió un análisis fenome-
siglo XVII, también tenía el pensamiento nológico un poco más radical: hacer una
de un geómetra como observa Ramón fenomenología ontológica de la conciencia
Xirau (Xirau, 2005), esto quiere decir que humana, captarla en su manifestación más
3
El poder de la razón había producido un desarrollo tecnológico admirable, pero no pudo evitar los conflictos bélicos mundiales, ni resolver otros
problemas; al contrario, sirvió para justificar toda una serie de mecanismos sociales de control, represión y discriminación.

El problema del infierno y los otros... 37


esencial, por ser la herramienta más acer- Concebida fenomenológicamente, la con-
tada y fidedigna para entender al hombre, ciencia sólo es pura intención, una activi-
que era el problema central de nuestro dad intencional, una acción dirigida hacia
pensador francés. Podría parecer que un objeto (concreto o abstracto), 4 esto sig-
vuelve a una posición cartesiana y racio- nifica que la conciencia es posicional, que
nal, aunque conserva ciertos conceptos y se trasciende o va más allá de sí misma,
esquemas, en verdad logra ir más allá de es decir la conciencia es siempre concien-
Descartes, trasluciendo un pensamiento cia de algo; esto implica a su vez que la
bastante dialéctico desde sus primeras conciencia carece de contenido propio, no
obras, como veremos enseguida. contiene ideas o pensamientos -tampoco
es que esté vacía, solo es intención-; tam-
poco es algo sustancial, como el habitante
La ontología antropológica sartriana o el piloto de nuestro “yo”; tampoco es
Sartre no se propuso realizar una antropo- equiparable al tener conocimiento de algo,
logía sino una fenomenología ontológica de ahí la radicalidad del planteamiento
para establecer las condiciones de posibili- de Sartre. Husserl, en cambio, había con-
dad del ser humano, el adjetivo “antropo- cebido la necesidad de un “yo trascen-
lógica” se desprende de la interpretación dental” que diera unidad y sustento a la
que queremos enfatizar, después de todo conciencia, para Sartre esto no será nece-
el existencialismo de Sartre nos remite a la sario, no requiere de un “yo supremo” o
existencia, al hombre concreto y sus accio- un “Ghost in the Shell”, con lo que evita
nes. Sortear esta sutil frontera entre la onto- la dicotomía clásica en la teoría del cono-
logía y la existencia concreta, ciertamente cimiento de distinguir entre el sujeto pen-
puede mostrarse confuso, justamente la sante y el objeto pensado o el problema de
reflexión y los ejemplos de la pandemia las dos sustancias cartesianas.
nos ayudarán a aclarar cuando estemos de Al concebir fenomenológicamente a
uno o de otro lado de la frontera. la conciencia en su más pura y elemen-
Lo primero que hizo Sartre fue expulsar tal manifestación contemplativa, a la que
todo contenido de la conciencia, vaciarla llama pre-reflexiva,5 Sartre le reconoce
para restablecer la relación verdadera con un par de cualidades: la intencionalidad
lo existente (Sartre, 1998b, p.18) –como de y la libertad. La primera se refiere a que
alguna manera lo había sugerido también la conciencia siempre será conciencia de
Descartes en la duda metódica: dudar algo, en el sentido de que es proyección
de todo lo aprendido, aunque él bus- o una acción dirigida, como lo menciona-
caba llegar a una verdad clara y distinta: mos anteriormente. El segundo atributo
indica que la conciencia es libertad pura,
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“pienso, entonces existo”-. Sin embargo,


Sartre se atrevió a cuestionar también el en el sentido de que su actividad inten-
“pienso” cartesiano, el “yo que piensa” y cional implica el principio del no-ser o la
el “yo que existe”, puesto que no los con- “nada”, entendida ésta como principio de
cibe como objetos o datos que se presen- discriminación o diferenciación entre los
tan como fenómenos para la conciencia. elementos, por ejemplo, la gaviota no es

4
La intencionalidad de la conciencia ya se había formulado antes en la psicología Gestalt de Franz Brentano (1838-1917), maestro de Husserl, incluso
antes con los estudios de la conciencia del psicólogo escocés Douglad Stewart (1753-1828), cuando estudió la atención como la acción de distinguir una
figura de un fondo general, o de Johan Herbert (1776-1841) al concebir la conciencia más como algo cambiante que como un conjunto de contenidos.
5
El prefijo en la palabra “pre”-reflexiva no significa un antes o un después en la línea del tiempo o un proceso de evolución mental. Las cuatro facul-
tades de la conciencia que se mencionan más adelante funcionan a nivel trascendental, no en un nivel psicológico o mental.

38 González Soto
el mar, el mar no es la arena, esta posibi- es importante este aspecto porque intro-
lidad de distinción hace posible la liber- duce una condición de otredad inherente
tad de acción intencional de la conciencia, a la conciencia, misma cualidad que se va
distinguir objetos por separado sustra- a proyectar en el Yo y en el problema de la
yéndolos de la existencia en-sí maciza e relación con el prójimo.
indiferenciada. La siguiente distinción que establece
Esta conciencia pre-reflexiva, en tanto Sartre es entre la conciencia y el Yo. Hemos
conciencia del mundo, es la que expe- señalado que se separa de Descartes y de
rimenta directamente la Náusea, como Husserl, porque no necesita de un yo pen-
la llama Sartre, ese malestar inevitable sante o trascendente que sea el propietario
del hombre al encontrarse irremediable- o sustento de la conciencia y de sus accio-
mente de frente y en medio del ser en-sí, nes. Para Sartre el “yo” no es un dato feno-
que es la expresión más simple y burda menológico al que la conciencia se dirige
de la existencia: el mundo en-sí; éste no como el árbol o la calle, tampoco es un
tiene causas, ni razones, ni justificaciones, yo sustancial en un sentido psicológico o
simplemente “está ahí”, existe sin más, la mental -pero si le otorga una dimensión
existencia es lo que es.6 En contraste con corporal, como veremos enseguida-. Sin
esta existencia en-sí, la conciencia, por su embargo, el “Yo” es una noción impres-
naturaleza libre e intencional, la niega, la cindible en todo sistema de pensamiento
rechaza y se aleja para concebirse como y Sartre lo configura de una manera pecu-
un para-sí, “El Para-sí en efecto, no es sino liar: por un lado, afirma que es un objeto
la pura nihilización del En-sí; es como un puesto por las propias facultades de la
agujero de ser en el seno del Ser” (Sartre, conciencia: la reflexiva, la imaginación,
1998b, p.748). la emocional, veamos brevemente a cada
Este punto es doblemente importante, una de éstas. Al ser la conciencia siem-
porque al hacer una fenomenología de pre conciencia de algo, por la conciencia
la conciencia le permite a Sartre asentar reflexiva se hace consciente de sí misma,
el fundamento ontológico del hombre es decir, se posiciona a sí misma como un
como un ser en plena libertad. Entonces objeto trascendente7 que es el yo; la con-
el hombre y su conciencia se convierten ciencia imaginante tiene la función de
en la vía por la que se introduce la liber- irrealidad o negación del mundo, en el
tad en el mundo en-sí. Por otro lado, para sentido que pone objetos que no están en
interés de nuestro problema de la consti- la realidad, pero son puestos por la con-
tución del hombre debemos destacar otro ciencia para-sí -ya será un asunto de la
aspecto: que la conciencia, al distinguirse conciencia reflexiva distinguir entre los
objetos que son reales y los que no-. Por
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del en-sí como para-sí, no quiere decir que


haya dos tipos de ser, ya que la conciencia otro lado está la conciencia emocional, que
sólo es nihilización o interrogación del ser, cualifica emocionalmente a los objetos del
entonces su propio ser puede definirse mundo, ya sea para transformarlos o rea-
como ser-otro, o bien que “la conciencia es firmarlos según sea la relación de signifi-
lo Otro” (Sartre, 1998b, p.749) por su fun- catividad con el yo (puesto por la facultad
ción intencional y su principio de no-ser, reflexiva y la imaginante): me gusta, me

6
Algo que quisimos ejemplificar con la cita que inicia este trabajo: ahí está la existencia todo el tiempo -como los virus-, sólo que habitualmente nos
pasa desapercibida hasta que la conciencia toma cierto grado de lucidez, produciendo la náusea.
7
Trascendente quiere decir que está más allá de la conciencia.

El problema del infierno y los otros... 39


repele, me da miedo, me angustia, etc.8 muriendo de calor” (donde hay un yo) y
Debemos agregar que estas facultades de “hace mucho calor” (no hay un yo). Como
la conciencia no actúan de manera autó- la conciencia posiciona al Yo de manera
noma o aislada, sino que se apoyan y con- trascendente, más allá de sí, le resulta des-
dicionan de manera interdependiente y conocido u “opaco” dice Sartre, porque no
simultánea, es decir, la conciencia inten- constituye un dato fenomenológico como
ciona el mundo con sus cuatro facultades la gaviota, el mar o la calle.
simultáneamente: C. Prerreflexiva + C. ¿Y cuál es su función? El yo es creado
Reflexiva + C. Emocional + C. Imaginante por la conciencia como punto focal de
= CONCIENCIA. unidad y configuración para las diferen-
En su obra La Trascendencia del Ego tes intenciones de la conciencia reflexiva,
(1936), Sartre explica también que el “Yo no emocional e imaginativa; es decir, el
es nunca puramente formal, que es siem- “yo” únicamente conduce o proyecta las
pre, aun abstractamente concebido, una actividades de la conciencia, pero no es
contracción infinita del Yo (Moi) material” dueño, creador ni responsable de lo que
(Sartre 1968, p.20). Esto quiere decir que el proyecta, esto da lugar a que en ocasiones
“yo” tiene asimismo una dimensión cor- se vea afectado o hechizado por lo que
poral, o bien que el cuerpo es el símbolo él mismo proyecta “¿acaso yo he podido
visible y tangible del yo, es entonces la vía hacer esto?”, a esto lo llama Sartre como
por la que la conciencia puede experimen- un “embrujo”, pues se ve afectado por la
tar la Náusea cuando percibe la inexora- abrumadora libertad de la conciencia, que
bilidad de la existencia en-sí. No se trata no es lo que es, o bien, es nihilización del
de la unión de un yo formal o psicológico ser, su ser es ser-otro como mencionamos
más un yo corporal, para Sartre el Yo es anteriormente; de manera que al posicio-
“íntegramente cuerpo e íntegramente con- narse en el yo, lo “embruja” con su propia
ciencia” (Sartre 1998b, p.389), la distinción angustia de ser insuficiente, sin funda-
la entiende Sartre en términos funcionales mentos, el yo queda expuesto a la absoluta
“por no decir gramatical” (Sartre 1968, p. libertad de la conciencia. “Así, el yo que
23) soy depende en sí mismo del yo que no
En resumen, el Yo Sartreano es un objeto soy todavía, en la medida exacta en que
puesto de manera trascendente para-sí el yo que no soy todavía no depende del
por la propia conciencia reflexiva, ima- yo que soy” (Sartre 1998b, p.75). Por otro
ginativa y emocional, a propósito (diga- lado, tiene una dimensión notablemente
mos) de su base corporal; es colocado de material o corpórea, de manera que el Yo
manera trascendental junto con los obje- no es totalmente una invención de la con-
ciencia, sino que tiene una base, o como
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tos del mundo aunque tenga una natura-


leza diferente a éstos; en estos términos, el dice Sartre es una “contracción” del yo
“yo” puede desaparecer si cesa la concien- corporal (existente).
cia reflexiva -pues recordemos que la con- En términos muy esquemáticos así
ciencia no tiene contenido-, por ejemplo, elabora Sartre el perfil ontológico del
es diferente decir “yo amo a María” a sim- hombre: a) como “un ser de alejamientos”
plemente “María es amada” o “me estoy porque la conciencia se separa del ser en-sí

8
Las dos últimas facultades de la conciencia: la imaginativa y la emocional, tienen la capacidad de transformar “de alguna manera” o significar los
objetos que intenciona la conciencia de diferentes maneras. Esto quiere decir que la conciencia (pre-reflexiva) no sólo intenciona de manera imparcial
el mundo, sino que el hombre tiene además la capacidad de transformarlo, por eso, ante la náusea que le provoca el en-sí, la conciencia actúa, busca
un fundamento propio, diferente, otro.

40 González Soto
(la existencia) para constituirse en un ser ¿Quiénes somos en medio de la pan-
para-sí (conciencia); b) el “yo” es un objeto demia o en medio de la existencia en-sí?
puesto por la conciencia para-sí, pero al ¿Cuáles son nuestras posibilidades de
mismo tiempo le resulta opaco o extraño, acción? Sartre no recomendaría “quedarse
además de tener esa dimensión corpo- en casa”, tampoco ser un “covidiota” y
ral; c) como un ser en angustia perenne, andar egoísta e irresponsablemente espar-
porque sabe que su conciencia y el yo “es” ciendo el contagio, tampoco sería nega-
en el modo de no ser lo que es; d) al mismo cionista ni complotista. El existencialismo
tiempo huye de la angustia que le produce sartriano defiende al hombre en libertad
su abrumante libertad para buscar algún para explorar sus distintas posibilida-
fundamento, de un ser en-sí; a esto Sartre des,10 así es como se construye y recons-
lo llama mala fe, una auténtica contradic- truye constantemente el proyecto vital de
ción o una pasión inútil, pues pretende el cada individuo que persigue inútilmente
hombre transformar su para-sí (concien- la realización de su ser; sin embargo, no
cia) en “En-sí-para-sí”: en ser y no-ser a la lo realiza de manera egoísta ni aislado del
vez, fundamentar nuestro ser pero estar mundo, como si no existiera ni importara
en libertad de ese ser al mismo tiempo. nada más, como veremos en seguida.
Aunque parece una filosofía entera-
mente pesimista por los términos utiliza- El Prójimo: garantía y frontera de mis
dos, es una meditación profunda sobre las posibilidades
condiciones de posibilidad de la acción
humana. Acercando estas reflexiones El tercer componente que se debe esclare-
hacia la interpretación de la situación cer -después de la conciencia y del “yo”-
de la pandemia, y recuperando nuestro es la cuestión del prójimo, su constitución
ejemplo inicial, que el virus forma parte y las posibles relaciones con éste. A pesar
del mundo del en-sí, que existe inevita- de afirmar Sartre que “el infierno son los
blemente como muchos más, entonces la otros” y condenara toda relación inter-
conciencia emocional, a través del foco personal al conflicto y al fracaso, la pre-
organizador del Yo realiza una significa- sencia del Otro es un elemento ineludible
ción emocional negativa dado que es una en la ontología existencial sartriana, pues
situación no deseable, entonces nuestro yo finalmente es quien permite que “haya”,
-hechizado por lo que él mismo ha proyec- que acontezca mi para-sí, aunque sea bajo
tado- reacciona: yo no creo en el virus, yo la forma del para-otro11. Necesitamos
no me voy a enfermar, yo no quiero estar del “Otro” para reconocer lo que somos
en cuarentena, yo quiero salir y ver a mis no-siendo porque su conciencia ratifica
nuestra propia conciencia, su libertad se
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54
amigos, todo es culpa de los chinos, de las
farmacéuticas, del gobierno y sus funcio- constituye en fundamento y prueba de mi
narios que me quieren controlar, someter, libertad, en palabras de Sartre “necesito
juzgar. Busca un pretexto o culpable para del prójimo para captar en pleno todas las
fundamentar -esta vez de “buena fue”9- su estructuras de mi ser: el Para-sí remite al
ser-decisión. Para-otro”. (Sartre, 1998b, p. 293)
9
La buena fe y la mala fe no son términos morales sino la fe entendida como creencia: creer en nuestras creencias es de “buena fe” porque se refugia en
el ser, pues una creencia no da certidumbre; en cambio, saber que se cree es ya no creer nuestras creencias, esa es la mala fe, nos devuelve a la ausencia
de fundamento, al no-ser, al “no-creer-lo-que-se-cree” (Sartre 1998, p. 118.
10
Somos seres de posibilidades, aunque ninguna de ellas garantice ningún fundamento a nuestro ser, por ello siempre estamos expuestos a la angustia.
11
La teoría general del ser sartreana consta del en-sí, que es la existencia total; el para-sí, que es la conciencia que se aleja del en-sí en busca de su propio
fundamento; y el para-otro, que es como la imagen del para-sí devuelta por la mirada del otro, es la otra dimensión del para-sí: cuando la conciencia
se concibe como yo-objeto a través de la mirada ajena.

El problema del infierno y los otros... 41


El prójimo es un sujeto dotado de con- ontológica porque sólo emerge a través
ciencia que a través de su mirada me del prójimo y de su mirada, ¿dónde se
intenciona en una objetividad situada, es ubica este ser entonces?, es una dimensión
decir yo sentado tomando un café, escri- oculta de mi Para-sí que sólo aparece con
biendo o leyendo este texto por ejemplo; la mirada del prójimo, como mi conciencia
no obstante, tal condición se me escapa percibiéndose como un objeto del mundo
enteramente ya que es producida a través para-otro.
de la mirada del otro y para otro, es decir, Varias cuestiones deben precisarse. En
soy colocado en una situación no querida primer lugar, el prójimo es la prueba y
ni producida por mí, en la cual mi liber- sustento de nuestra existencia, de nues-
tad original queda comprometida en una tra conciencia y de nuestra libertad -al
forma de ser (estar siendo). Esto no quiere verse en acción y negada al mismo tiempo
decir que el prójimo defina quién soy, sólo (al convertirnos en objeto percibido)-.
indica que a través de su mirada cons- Segundo, su existencia es simultánea a la
ciente puede emerger el tercer elemento mía porque el ser para-sí y el ser para-otro
ontológico: el ser Para-otro. Soy mi yo- aparecen simultáneamente en nuestra rea-
objetivado en un contexto que mi concien- lidad humana: simplemente no hay un Yo
cia no ha intencionado. sin un Otro.13 Tercero, esto se traduce en
Aunque a nivel fenomenológico se que la presencia del prójimo es ontoló-
puede constatar el encuentro de dos con- gica, constante y permanente, no se puede
ciencias, en realidad el prójimo no puede eludir porque se vaya, aún no llegue o ni
ver ni interactuar con mi conciencia -ni yo siquiera me vea físicamente, pues al existir
con la suya-, el ser para-otro que emerge mi cuerpo estoy a expensas de una mirada
se constituye a partir de la facticidad del acechante. Cuarto, el prójimo se configura
yo: el cuerpo es lo que el prójimo mira y como un para-sí, dotado de una conciencia
objetiva en una situación (mi cuerpo sen- propia, no es como los objetos del mundo,
tado, yo bebiendo café, sin cubrebocas y ni una proyección o invención de mi con-
picándome la nariz). El Para-otro que se ciencia. Quinto, su conciencia introduce
reconoce en la mirada del prójimo es mi también la negación en el mundo, confi-
yo situado y definido que se presenta de gura el mundo desde su propia perspec-
vuelta a mi conciencia irreflexiva, pues tiva, esto significa que me roba el mío, hay
me capto como un objeto del mundo un descentramiento o huida de las cosas
para-otro, no como yo-persona, “No soy tal como yo las he fijado, por ejemplo, no
para mí sino como pura remisión al otro” puedo captar el color “verde” o el “árbol”
(Sartre, 1998b, p.337). Mi conciencia se tal como le aparece a él, “mi caída original
ve sorprendida, “embrujada”12 por esa es la existencia del otro”. (Sartre, 1998b, p.
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

dimensión desconocida. Este ser Para- 339) Sexto, este choque de conciencias o de
otro no se ubica “afuera” en el mundo libertades establece el conflicto original en
exterior donde estoy objetivado, tampoco el trato interpersonal. Es un planteamiento
en el prójimo que me mira, estrictamente bastante complejo y central en la filoso-
hablando no pertenece a mi estructura fía sartreana, que hemos simplificado en
12
Si se había mencionado que el yo quedaba embrujado por la extraordinaria libertad de la conciencia: “¿acaso yo he podido hacer esto?”, “¿cómo
pude reaccionar de tal manera?”, podemos considerar ahora que la irrupción del yo en la conciencia irreflexiva (en tanto conciencia del mundo) pro-
duce un efecto similar, ahora la hechizada es la conciencia: se “ve” a sí misma ya no como conciencia sino como un objeto Para-otro a través del cuerpo
mirado, algo así como una “falla en la matrix”, como un espejo frente a otro espejo, solo que las conciencias no son reflejos pasivos. Debe precisarse
que el embrujo no se entiende como algo negativo.

Parece que la presencia del Otro-prójimo es la vía por la que se constituye -a través del Para-otro- lo que denominamos “conciencia moral”; una idea
13

que se confirma en el título de una de las últimas entrevistas a Sartre: “Conciencia moral es ser uno mismo para el otro” (Sartre 1980).

42 González Soto
extremo en seis partes para enfatizar dos mira. Es como cuando caminamos por la
aspectos que son relevantes para nuestro calle, a nivel personal simplemente cami-
tema de interés: por un lado, la función namos, pero cuando nos vemos vistos por
del prójimo en la justificación de nuestra alguien “vemos caminando mi yo-objeto”,
conciencia y libertad; por otro, el conflicto entonces revisamos nuestros pasos atrás,
original que se produce en la relación cambiamos nuestra postura, nuestro
interpersonal. gesto, emerge una dimensión que es confi-
Tratemos de ilustrar estas ideas vol- gurada a través de la mirada del prójimo,
viendo al ejemplo Covid-19. En térmi- mi yo objetivamente situado (mi Para-
nos de mi conciencia personal, cuando otro). ¿Quiénes somos en medio de la
percibo los objetos del mundo (hay un pandemia? la respuesta es clara, depende
nuevo virus llamado Covid), mi concien- de quién nos mire, quien revele nuestro
cia los intenciona y los distingue entre ser Para-otro y cómo enfrentemos esas
sí (puedo reconocerlo y distinguirlo de relaciones. Es ilustrativo que la puesta
otras enfermedades, sus síntomas, su en cuarentena de millones de personas,
peligrosidad, etc.); interactúa mi yo con el confinamiento social haya generado
esos objetos (virus y enfermedades) del muchos trastornos mentales y emocionales
mundo de manera reflexiva, imaginativa pues, ontológicamente hablando, dismi-
y emocional (recuerdo cómo me he sen- nuyó drásticamente nuestro ser para-otro,
tido con diferentes enfermedades, grave la mirada del otro, aunque acechante, no
o no grave, imagino cómo sería si me permitió tomar conciencia de nuestro ser,
contagiara, qué podría hacer, qué cosas y quedamos expuestos a la abrumadora
personas pondría en riesgo, etc.); busco y libertad de nuestra conciencia, algo simi-
elijo algún proyecto o acciones que com- lar a la ceguera que narra Saramago o que
pensen mi angustia, vacío de ser. En esta nuestro teléfono celular quede sin señal o
modalidad de conciencia personal simple- se caiga el WiFi.
mente se vive, se actúa en el modo Para-sí,
dice Sartre, pues es sólo la conciencia Las relaciones interpersonales
actuando, hace lo que es -no siendo-. En
este nivel somos libres de elegir cualquier Aquí se puede plantear la pregunta cen-
cosa o situación (aunque no podamos des- tral del problema: ¿qué tipo de relación se
prendernos de la angustia). puede establecer con el prójimo, si por un
lado es garantía y contraparte de mi ser
Pero cuando soy mirado por el Otro pero, por otro lado, confisca mis posibili-
emerge en mi conciencia una nueva dades, devolviéndome al mundo del en-sí
dimensión de mi ser: el ser Para-otro. Me como objeto en una situación determinada?
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

veo calificado de mil maneras, me veo Para Sartre hay dos actitudes primigenias:
como veo a los demás (exagerado, histé- 1) dado que el prójimo es sustento de mi
rico, negacionista, milenial, etc.). A través ser, entonces puedo tratar apropiarme de
de la mirada del prójimo tomo conciencia su libertad y conseguir ser yo mi propio
de lo que soy, lo que hago, lo que elijo (me fundamento; o bien, 2) negar la subjetivi-
pongo en cuarentena o la desafío, busco dad del prójimo y reducirlo a un objeto
noticias certeras o alarmistas, me sumo del mundo para rechazar ese ser que me
a los negacionistas, complotistas, etc.), confiere su conciencia (aunque al instante
Sartre aclara que no se trata de un autoco- desaparece nuestro ser para-otro, ya que
nocimiento sino de ser, soy ese yo que otro un objeto cualquiera no puede darnos ese

El problema del infierno y los otros... 43


soporte). Sin embargo, las dos opciones La presencia del prójimo produce una
son evidentemente contradictorias y están alienación de mi mundo y mi conciencia,
condenadas al fracaso, pues, dice Sartre, el hombre es un peligro para el hombre,15
no es que yo sea primero y “después” aunque sea necesario para mi ser, hay con-
trate de objetivar al otro, ambos son simul- flictos pero también hay beneficios. Acaso
táneos, mi ser y el prójimo se implican ¿es el único tipo de relación que podemos
fenomenológica y ontológicamente, “en la establecer con el prójimo?, ¿estamos con-
medida en que el surgimiento de mi ser denados al conflicto interpersonal? No
es surgimiento en presencia del prójimo, confundir con las “relaciones tóxicas”,
en la medida en que soy huida persegui- como se les dice pomposamente en la
dora y perseguidor perseguido, soy [...], actualidad, donde el conflicto, el chantaje
proyecto de objetivación o de asimilación y la utilización egoísta son el eje de la rela-
por el prójimo” (Sartre 1998b, p. 454) No ción interpersonal.
es casual que en una de sus últimas entre- Sartre analiza varias opciones de con-
vistas comentara Sartre “hoy considero ductas en cada una de estas actitudes
que todo lo que pasa por una conciencia primigenias, en la primera considera el
en un momento dado está necesariamente amor, el lenguaje y el masoquismo; en la
ligado, a menudo -hasta engendrado por segunda actitud, ubica la indiferencia, el
la presencia o ausencia momentánea, deseo, el odio y el sadismo. Analicemos
pero existencia, al fin y al cabo, del otro”. brevemente dos conductas para compren-
(Sartre 1980) der el sentido general de las actitudes: el
En tanto conciencias intencionales amor y la indiferencia.
actuantes, lo que vale para mí vale para
el otro: si yo intento recuperar el domi-
nio de mi mundo como mi conciencia lo El proyecto de hacerse amar
ha intencionado y significado, el prójimo ¿Qué sucede en el caso del amor, de las
intentará recuperar su mundo también; si relaciones amorosas? El amor es funda-
trato de someterlo, procurará someterme. mentalmente un conflicto (no es metá-
Entonces, el sentido originario de las rela- fora): al ser el otro el fundamento de mi
ciones interpersonales queda marcada por ser, ambos amantes desean ser amados,
el conflicto de dos miradas conscientes que algo así como darse fundamento mutuo,
en su proceso de negación buscan recupe- análogo al reflejo-reflejado, pero bajo el
rar su libertad, su propio fundamento. No signo del amor. El conflicto surge en lo
es un problema de conocimiento, es decir, que Sartre llama el proyecto o empresa del
que el otro pueda estar equivocado en lo amor: querer ser amado, quiero que me
que realmente soy; tampoco es un pro-
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

ame un ser (sujeto de conciencia) en com-


blema psicológico, de creer lo que las per- pleta libertad (porque los objetos no aman).
sonas piensen o digan de mí. El problema Para lograr “ser amado” debo apropiarme
profundo consiste en que mi conciencia se de su libertad, de su conciencia, pero no
descubre a sí misma como un ser-objeto, por la fuerza sino buscar que su concien-
lo que anula mi libertad y quedo reducido cia y su libertad se enamore o se entregue
a la utensilidad14 como cualquier objeto a mí; para lograrlo debo convertirme en su
más del mundo.
14
La utensilidad es un aspecto áspero del análisis sartreano, “el utensilio se define como el hecho de poder ser trascendido hacia” (Sartre, 1998b, p.
341), como aquello que se define y utiliza en una forma específica de ser: un martillo no puede ser un destornillador.
15
No es casual que Filgueiras identifique las huellas de Hobbes en la literatura sartreana (González et al. 2022)

44 González Soto
objeto de fascinación, seducirle, muestro o ser "gavilán o paloma" (José José).
“entrego” mi conciencia, mi libertad y las Podría pensarse que Sartre tiene una
encarno en mi cuerpo, mi persona, como idea limitada y algo retorcida sobre el
anzuelo para enganchar la otra concien- amor, pero Sartre no lo está pensando en
cia. Si el amor es correspondido, la otra términos psicológicos o afectivos-emocio-
persona buscará hacer lo mismo: “juegos nales, hace una fenomenología de las rela-
de seducción”16. El problema es que me ciones amorosas de ahí la extrañeza de sus
he convertido en objeto del amor del otro, planteamientos.
he “empeñado” mi ser en la seducción;
aunque el otro también debe querer que ¿Y qué ocurre cuando dos personas se
yo lo ame libremente (como sujeto y no aman verdaderamente? Resulta que el ser
objeto), para ello deberá presentarse, a su para-otro (una parte del ser de cada uno
vez, como un objeto fascinante o seduc- de los amantes) tristemente queda sin
tor; así, “cada uno es alienado sólo en la solución, pues los amantes no se objetivan
medida exacta en que exige la alienación mutuamente (se aman como personas en
del otro” (Sartre. 1998b. p. 469). Se puede libertad), entonces no pueden producir el
decir que es la etapa del encantamiento. ser para-otro del amado, los amantes no
pueden captar su ser objetivado (el para-
Para que este fundamento recíproco sea otro). El amor es ciego. Quizá como dice
“sólido” el amado debe prevalecer muy por Joaquín Sabina “amor se llama el juego en
encima de los demás objetos del mundo, el que un par de ciegos juegan a hacerse
no quiero que me amen como a un gato, daño”. (Sabina, “Física y Química”, 1992)
quiero “ser el mundo” de mi amado(a) y
ser el elegido, “a priori”, de manera abso- El fundamento que se busca a través
luta, ser único y no como una opción alea- del amor queda frustrado, se devuelven a
toria entre otros más. Básicamente: quiero la incertidumbre y a la angustia de su ser:
ser amado sin que yo lo pida, porque si “¿y si deja de amarme?”, “¿y si descubre
lo pido ya no surge de su propia libertad, mis defectos?”, “¿y si me ve sólo como un
quiero que me ame desde su libertad, pero amigo?”, “¿y si conoce a alguien más?”
al mismo tiempo, su libertad debe estar La aparición de un tercero es un peligro
comprometida conmigo originariamente, latente: si los amantes han depositado su
de alguna manera a priori, como una liber- subjetividad cada uno en la libertad del
tad condicionada (los TikTokers los dicen otro, es una componenda de lo más frágil,
de manera más divertida); y viceversa, lo “Pero basta que los amantes sean mirados
mismo vale para el otro, cuando se trata juntos por un tercero para que cada uno
de amor verdadero y no de una relación de ellos experimente la objetivación no
utilitaria o tóxica (sado-masoquista). El sólo de sí mismo, sino también del otro.”
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

amor es “un conjunto orgánico de pro- (Sartre, 1998b, p. 470) La posibilidad de ser
yectos hacia mis posibilidades propias”, para-otro es la raíz del fracaso del amor.
(Sartre, 1998b, p. 457) un proyecto donde Por otro lado, tampoco quieren saberse
básicamente quiero ser amado (apro- utilizados por el proyecto personal del
piarme del prójimo-sujeto) para recuperar para-sí de cada uno: el querer ser-ama-
el fundamento de mi ser, es finalmente un dos, “Cada uno quiere que el otro lo ame,
proyecto de mi ser para-sí, ser amado-fun- sin darse cuenta de que amar es querer
damentado. Aunque se corre el riesgo de ser amado” (Sartre 1998b, p.469), pues el

22
Soda Stereo, “Nada personal”. 1985.

El problema del infierno y los otros... 45


centro de gravedad se desplaza del ser ¿Cómo se hace esto? Es una especie de
amado al que ama (el para-sí): quiero que solipsismo: no me importa lo que piensen
se me ame (y en la forma como lo nece- o digan, los reduzco a sus funciones (uti-
sito), me importa amar porque en esta lidad) sociales: quien despacha boletos es
conducta soy yo el que importa, entonces sólo el despachador-objeto, el mesero es
el amado se transforma en objeto para- sólo quien trae y lleva comida, el chofer
otro, como objeto e instrumento de sus es solo el que conduce; desde esta pers-
propios fines, destruyendo la supuesta pectiva sólo me relaciono con ellos utili-
relación amorosa que debía ser fascinante, tariamente, como con la computadora, la
pero que en su origen estaba condenada puerta o la taza de café. Una actitud que
al fracaso porque era el proyecto inicial y puede recaer en la “buena fe”: creer lo que
secreto de cada uno. se cree, pero es sólo una ilusión; incluso
Estas reflexiones son solamente una un “buenos días” solo pone de manifiesto
descripción fenomenológica de las inte- la libertad activa de la conciencia hacia
racciones interpersonales, no de las emo- el mundo objetivo… hasta que alguien
ciones, sentimientos o valores, no es para nos responde “qué tiene de buenos”, más
abandonar o desconfiar o no creer (sic) allá de la descortesía, es la conciencia de
más en el amor, ni para justificar nuestra la otra persona quien rechaza la objetiva-
indiferencia con los demás, ni sabernos ción “amable” de mi conciencia17. Aunque
en guerra (de miradas) permanente con el ignore al prójimo como mirada cons-
prójimo, bien dice Sartre, que las relacio- ciente, no es otra cosa que cerrar los ojos
nes con el prójimo son infinitamente más ante el peligro, soy mi propia ceguera, su
delicadas y complejas según la situación simple presencia connota la posibilidad
histórica y de las condiciones concretas de que yo sea visto sin saberlo: es sólo
de cada relación entre las personas, lo que un inspector, un policía, una mujer, un
recalca nuestro pensador existencialista es niño, pero si los considero como “obje-
que somos inexorablemente remitidos del tos” no tengo nada que reclamarles ya
ser-mirada al ser-mirado en una carrera que no producen mi ser-para-otro que
que no se detiene nunca ni tiene una única tenga que reconquistar, del mismo. Así se
dirección, que estamos en un estado de puede transitar por la calle evitando a las
inestabilidad frente al prójimo. personas como evitando obstáculos, de la
misma manera, nadie nos presta atención
primigeniamente si no es con fines utilita-
La indiferencia o ceguera instrumental rios: “compre este producto”, “deme una
moneda”.
Si no puedo apropiarme del prójimo
Hay muchas actitudes en diferente
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

entonces anulo su libertad, es la segunda


actitud. La indiferencia consiste en res- combinación y contexto que se pueden
catar mi subjetividad al devolver la experimentar, estos análisis no son fórmu-
mirada al prójimo con el fin de reducirlo las matemáticas o esquemas para valorar
a otro objeto más del mundo, mi mirada cada una de ellas en sus diversas situacio-
derrumba, aniquila su subjetividad, su nes, lo que revela este análisis fenomeno-
conciencia y su libertad, así pretendo sal- lógico es una interpretación profunda de
vaguardarme del peligro que representa. las posibilidades de la acción humana. Si

17
Ni hablar de la hipocresía o del sarcasmo, podemos interpretar ambas actitudes como una versión diferente del sadismo, otra actitud analizada por
Sartre, si bien éste se enfoca en someter al otro por el dolor, la obscenidad y la degradación, la hipocresía y el sarcasmo buscan objetivar y someter al
otro por medio de la ridiculización y el escarnio.

46 González Soto
bien los resultados no son alentadores, Ciertamente la naturaleza o el mundo
tampoco es derrotista, sacude y arroja pueden ser un fuerte limitante: no tene-
al ser humano al compromiso con sus mos alas para volar, la capacidad para
acciones. Algunas filosofías no son para teletransportarnos, regenerar miembros u
reconfortar al hombre en sus problemas, órganos desgastados o ser invulnerable a
dar consuelo y ánimos esperanzadores, los virus, pero el hecho de renegar lo ante-
sino para buscar fundamentos, y si los rior es ya una elección, buscar alternati-
encuentra, los vuelve a cuestionar porque vas como viajar en avión es una elección,
la realidad humana es bastante compleja y hay otras situaciones que ponen restric-
cambiante. ciones a nuestra libertad, por ejemplo,
no poder comprar un Porsche, que haya
toque de queda o que nadie quiera venir
Un mundo para la libre elección a mi “fiesta covid”, no obstante, tales res-
Hasta aquí se han desglosado los tres ele- tricciones están dadas porque el mundo
mentos que propusimos analizar: la con- humano está lleno de significados dados
ciencia, la constitución del Yo y cómo se también por los demás para-síes. Pero
configuran relaciones con el prójimo, solo se puede ser libre en el mundo que
en particular las de la indiferencia y del nos tocó vivir, en nuestras circunstancias,
amor. Paradójicamente Sartre nos deja en medio de los otros ante los cuales reali-
con las manos atadas a la libertad, cual- zamos nuestras elecciones y son quienes, a
quier esfuerzo por fundamentar nuestro su vez, las validan, rechazan, cuestionan,
ser resulta en “una pasión inútil” o en un sin embargo “No se trata de un límite de
fracaso en las relaciones interpersonales. la libertad, sino que más bien, el para-
sí debe ser libre en ese mundo mismo”
Antes de analizar alguna opción para
(Sartre 1998b, p. 637).
las relaciones interpersonales, precisamos
rescatar dos ideas más de Sartre respecto El gran problema es que Sartre señala
a la libertad y la constitución ontológica que “el mundo nos devuelve exactamente,
del mundo humano. La libertad sartreana por su propia articulación, la imagen de
no es algo, un sustantivo ni un lugar, lo que somos” (Sartre 1998b. p, 571), es
no es que estemos condenados a “estar” decir que elegimos el mundo al elegir-
en libertad como si fuera un espacio en nos. Esto no significa simplemente que si
blanco; la libertad es la capacidad de elec- cambias tu manera de pensar cambiarás
ción y se ejerce al elegir, una actividad el mundo: entonces serás millonario, exi-
que sólo se puede ejercer en el mundo toso o inmune al Covid-19 -este “recurso”
humano, es decir frente al prójimo, sin el se aproxima más a la “buena fe”: creer
nuestras creencias-; se refiere más bien a
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54
cual no hay un para-sí (bajo la forma del
para-otro). La libertad no es abstracta, es que cuando especificamos el mundo en su
existencial, es praxis, es acción. La única significatividad lo hacemos desde nuestra
limitación verdadera a la libertad está en conciencia nihilizante, la insuficiencia o la
la mirada objetivadora del prójimo, en la escasez.
libertad ajena; es decir, “los únicos límites La elección primigenia proviene de la
que una libertad encuentra, los encuentra conciencia nihilizante: introducimos la
en la libertad” (Sartre 1998b, p. 643); lo que Nada en el mundo del en-sí para distinguir
en otros términos significa que finalmente las cosas unas de otras y para separarnos a
elegimos nuestros propios límites. nosotros: mi ser no es parte de ese mundo

El problema del infierno y los otros... 47


en-sí: tiene otro-ser (no es lo que es). Esa que evidentemente negará y rechazará.
insuficiencia o falta de ser se extiende Pero si examinamos con detalle, el pró-
al Yo -como hemos visto- de modo que jimo no ve ni interactúa con mi concien-
resulta opaco y extraño a la propia con- cia, sino con mi facticidad existente, mi
ciencia, el yo también es otro. El prójimo cuerpo, mi Yo material; lo mismo opera
queda en la misma balanza, su conciencia en sentido inverso, yo no tengo acceso
nihiliza mi mundo y su mirada hace surgir a su conciencia y menos a su Yo, lo que
mi ser como para-otro, se establece enton- veo del prójimo no es más que su cuerpo
ces el conflicto primordial: busco recobrar objetivamente situado; la filósofa estadou-
mi ser para-otro ya sea tratando de con- nidense Judith Butler afirma “El cuerpo
quistar o arrebatarle su libertad (aunque no es del todo nuestro, no es algo privado
es imposible una libertad cautiva) o bien sino público”, en el sentido que es el lugar
puedo atacar la subjetividad del otro para de encuentro con el otro (Ortega 2021).
reducirlo a otro-objeto (lo que en automá- La cuestión es que el ser para-otro
tico desaparece mi ser para-otro, puesto que descubre mi conciencia en la mirada
que un objeto no me puede mirar). La con- del prójimo no son más que sus mismas
ciencia, el yo, el prójimo, el mundo mismo proyecciones articuladas y configuradas
quedan marcados por esa falta de ser, de a través el punto focal del Yo, ese objeto
fundamento, de no ser, pero finalmente es mágico que es opaco para la conciencia
condición de posibilidad para la libertad. prerreflexiva, pero ahora “el yo viene a
morar a la conciencia irreflexiva”. (Sartre
¿Pueden ser las cosas de otra manera? 1998b, p.336) Al percibirse como un objeto
del mundo a través del yo, la conciencia
¿Podemos relacionarnos con el mundo y queda hechizada por su propio hechizo
con nuestros semejantes de una manera ¿acaso ese para-otro soy yo?, surge enton-
diferente? Podría afirmarse que los valo- ces la “vergüenza” o el “orgullo”. De esto
res humanos como el respeto, la toleran- se desprenden tres acotaciones, 1) si en
cia, la amistad, emergen justamente para la mirada del prójimo sólo percibo una
regular (la tensión de) las interacciones proyección de mi propia conciencia arti-
personales. Ciertamente, aunque estos culada a través del Yo, el para-otro es el
valores se dan en conjunto, es decir, me autohechizo de la conciencia, esto quiere
comprometen a mí y al prójimo en una decir que no hay conflicto entre Yo y el
situación o un mundo (humano) donde Otro, no tengo que arrebatarle mi para-
prevalecen: respeto para que me respeten, otro porque a final de cuentas él no es
la amistad debe ser recíproca, al igual que dueño, ni siquiera lo produce, es solo el
la honestidad, lo que implica nuevamente intermediario dirá Sartre, pero lo necesi-
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54

un encuadramiento de las libertades por lo tamos. 2) la vergüenza o el orgullo es ante


que el conflicto primordial sigue intacto. alguien, saberse observado, pero esto sólo
Exploremos un punto de inflexión es signo de mi existencia objetivada y de
donde podemos trastocar la interpreta- vivirse como tal, no es vergüenza hacia
ción sartreana que da origen al conflicto: el prójimo sino hacia sí mismo, es pro-
la mirada y la cuestión del para-otro. Esta ducto del autohechizo de la conciencia, el
es la vía como a nuestra conciencia se le “saberse” no en términos de conocimiento
presenta su dimensión oculta: captarse sino de vivirse como existente. 3) Dice
como un objeto situado en el mundo, lo Sartre que el prójimo organiza el mundo

48 González Soto
diferente al mío, ciertamente no pode- Es interesante el planteamiento feno-
mos ver el mundo desde el punto de vista menológico sartreano porque lo encon-
del otro -ni él desde el nuestro-, por ello tramos muy cercano a las investigaciones
el para-otro que mira el prójimo es inac- que el neurocientífico chileno Humberto
cesible a nuestra conciencia, el para-otro Maturana realizó en la década de 1970 en
es el autohechizo de la propia conciencia, una disciplina completamente diferente,
de manera que no se lo puede apropiar ni concluyó que el fenómeno de la percep-
robarme mi mundo, lo que anula el con- ción (percibir un color, por ejemplo) no es
flicto con el prójimo. la representación de una realidad externa,
Entonces, el conflicto fundamental es porque “Las actividades de las células
interno, un ser en huida, un doble para-sí, nerviosas no reflejan un entorno indepen-
angustia, una náusea ontológica respecto a diente del organismo vivo y por lo tanto,
nuestro propio ser. La mirada del prójimo no permiten la construcción de un mundo
es indispensable ciertamente, dice Sartre existente de un modo absolutamente
“la mirada es ante todo un intermediario externo” (Capra 2006, p. 114). Al ser el sis-
que remite de mí a mí mismo”, pero es un tema nervioso funciona como un sistema
intermediario, la relevancia del prójimo cerrado de interacciones, cada percep-
más que fundamento, funciona como con- ción se traduce en la reconfiguración de la
trapeso o compensación de mi existencia, misma red o de una parte de ella, de esta
mi libertad y mi actuar. La configuración manera interactúa con su entorno. Elaboró
de la realidad humana implica la coexis- el concepto de “autopoiesis” para referirse
tencia de diferentes mundos-conciencia. a cómo una red, nerviosa o no, se produce
a sí misma continuamente, por lo tanto,
Observemos otro punto de inflexión, “el ser y el hacer de (los sistemas vivos)
¿a qué se refiere Sartre cuando dice: “el son inseparables” (Capra 2006, p. 175).
mundo nos devuelve la imagen de lo que
somos”? ¿Qué es el mundo para Sartre? La mente es un proceso, dice Maturana;
Señala que la conciencia es en principio la conciencia es intencional, dice Sartre;
relación (o intención) con el mundo, pero no reflejan una realidad externa, dice
no es que el mundo esté afuera frente a Maturana, la especifica; la conciencia hace
la conciencia dispuesto objetivamente, que haya un mundo, dice Sartre, lo confi-
“al negar de sí mismo ser el ser, hace que gura a su manera; “la mente y el mundo
haya un mundo”, (Sartre 1998b, p. 389) emergen juntos” (Capra 2006, p.279), “si
“puesto que si hay un mundo es por la rea- hay un mundo es por la realidad humana”
lidad humana”, (Sartre 1998b, p. 391) esto asegura Sartre. Obviamente no están afir-
lo suscribe Sartre no desde un punto de mando que sin el ser humano se acaba el
universo material, lo que sí es que cada
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vista metafísico sino desde la microfísica


de Broglie, Heisenberg y la Teoría de la conciencia crea, configura o especifica el
Relatividad. Sostiene que hay un mundo mundo a su manera, el gran problema con
porque tiene una orientación unívoca con Sartre es que lo especificamos de acuerdo
relación a mí, surge con mi conciencia con nuestras cualidades ontológicas:
cuando despliega todas sus distancias y negación, no-ser, falta de fundamento,
configuraciones, “situamos al hombre en carencia.
el mundo y verificamos, sencillamente, El primer reto que se nos presenta en el
que este mundo por y para el hombre sólo trato interpersonal consiste en detener la
puede ser humano. (Sartre 2017, p. 228) canibalización ontológica en las relaciones

El problema del infierno y los otros... 49


interpersonales como las describió Sartre, bien, una especie de solidaridad ontoló-
ese conflicto y lucha por conquistar o ani- gica” (Sartre, 1998b, p.319) y agrega que no
quilar el ser del otro para recuperar mi es una posición de frente o de lucha como
ser (no-siendo) -aunque ya hemos hecho dos seres que se encuentran en medio del
la crítica de este aspecto del pensamiento mundo, porque el mundo aparece simul-
sartreano. El segundo reto es superar táneamente con las conciencias, es más
la insuficiencia ontológica respecto del bien una interdependencia de costado,
prójimo y con el mundo humano. Pero de cómplices podríamos decir, donde la
¿cómo se hace eso? La clave está en el noción de “caída” ya no es operativa.
propio pensamiento sartreano cuando En el relato bíblico, por ejemplo, la
asegura que tanto la conciencia, el yo, el caída original fue comer la fruta prohi-
otro y el mundo acontecen o suceden al bida; Sartre señala que fue cuando Adán
mismo tiempo, se configuran de manera y Eva se miran desnudos; pero podríamos
mutua y simultánea, autopoiéticamente señalar que ontológicamente la “caída”
podría decirse, esto significa que no hay es anterior a la manzana, justo cuando se
ningún tipo de determinismo: del mundo conocen por primera vez, porque revela-
hacia mí, ni de mí hacia el mundo, hay ron su otredad como ser para-otro, y sólo
simultaneidad. de esta manera pudieron experimentar su
Por otro lado, esta simultaneidad es auténtica libertad. Es decir, la existencia
puesta a prueba por la enfermedad (la pan- solitaria de Adán el Edén era solo como
demia en este caso), como afirma Gordillo conciencia para-sí, pudo haber comido los
Álvarez-Valdés, el malestar también pro- frutos prohibidos pero no tenía un contra-
duce una disociación entre el sujeto, el peso que le revelara sus actos, como dice
cuerpo y el mundo, “Cuando el cuerpo se Sartre, “uno no es vulgar a solas”, sólo la
objetiva y se experimenta como “otro que presencia de Eva le reveló su ser para-otro,
yo”, es la conciencia de la “otredad” del pecador, pero ella no fue la culpable, sino
cuerpo, que contribuye también al sentido como hemos dicho, fue el autohechizo de
del desorden del mundo” (Gordillo 2011, la conciencia de Adán al percibirse obser-
p. 364). El sentido de desorden o perdida vada como un objeto situado cometiendo
del mundo acontece cuando nos disocia- una falta; por eso Lilit abandonó a Adán
mos de nuestro cuerpo enfermo, pero no anteriormente, porque no revelaron el
es una parte del cuerpo únicamente la que ser para-otro, recordemos que el amor es
se encuentra enferma, sino que “produce ciego. Al final de cuentas fue más fácil
una nueva forma de reconstruir el propio echarle la culpa a Eva que asumir la res-
mundo personal” que afecta al enfermo ponsabilidad de su conciencia, sus accio-
como un todo; esto se puede extender nes y su libertad.
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al núcleo familiar cuando un miembro En un momento de El Ser y la nada,


enferma, toda la dinámica se altera, nue- afirma Sartre que “La relación originaria
vamente el mundo nos devuelve la imagen entre el otro y mi conciencia no es el tú y
de lo que somos. yo sino el nosotros” (Sartre 1998b, p. 321).
Mi caída original ya no es la existencia Sin embargo, se cuida de usar este tér-
del otro, como planteaba Sartre original- mino con excesiva laxitud y sus preceptos
mente, sino la revelación y condición de lo obligan a volver al conflicto como esen-
mi ser en la forma ser-con. El mismo Sartre cia de las relaciones interpersonales. El
lo hace patente, el ser-con “expresa, más “nosotros” lo encasilla en una experiencia

50 González Soto
Elección Libertad Conciencia Mundo

+
- Otros
-
Figura 1. En esta figura se quiere mostrar cómo la conciencia intenciona el mundo y, a su vez, éste le
devuelve la misma imagen, dando por resultado un reforzamiento (positivo) de la misma configuración
ontológica. En la relación con los Otros, aunque también devuelven la imagen que proyectamos, el signo
negativo indica que tienen la particularidad de moderar o regular la imagen que se retroalimenta al
mundo o nuestra conciencia

psicológica o una extensión y enriqueci- sino de manera dialéctica, como compen-


miento del para-otro, donde la mirada del sación o una forma de autorregulación. Es
otro me petrifica nuevamente, por lo que decir, que el individuo lucha contra múl-
sólo quedan dos posibilidades: trascender tiples órdenes (materiales, sociales) que
al otro o dejarse trascender por él. No obs- lo limitan y moldean, pero a los que él
tante, se han señalado algunas inflexio- mismo contribuye a sostener y a reforzar
nes para desactivar el conflicto y dar paso por medio de su praxis. Así, a su teoría de
a una interpretación más dinámica. El la libertad le subyace una razón dialéctica,
“nosotros” que se suscribe en estas líneas la “dialéctica materialista” (Sartre 2017, p.
no es el de grupo o una generalidad abs- 123), porque sólo se puede ser libre en el
tracta, sino la relación interpersonal, el mundo o realidad humana.
uno-a-uno. Con todo, no podemos evitar que el
La insuficiencia ontológica o falta de mundo nos devuelva la misma imagen
fundamento, ese no-ser que caracteriza ontológica de lo que somos, a final de
nuestro ser, antes que una carencia es el cuentas “el hombre está “mediado” por
contexto de nuestra libertad y de nuestras las cosas en la medida en que las cosas
acciones, igual que la presencia del pró- están “mediadas” por el hombre”, (Sartre
jimo es el contrapeso necesario para ser 2017, p. 152) y es en esa dialéctica donde
existentes (Ver fig. 1). Como hay simulta- sólo puede realizar su libertad. Por otro
neidad en la manera en que configuramos lado, Frederic Copleston (2000) señala que
nuestra realidad humana, se hace dentro el “mundo de escasez” al que se refiere
de una diversa y compleja coexisten- Sartre es para señalar que los bienes mate-
cia de para-síes, de mundos-conciencia, riales están distribuidos sin equidad lo Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54
donde todos lo configuran y significan a que da lugar al conflicto de clases y entre
su manera, pero no como mónadas inco- los individuos, siendo esta violencia la
municables ni de manera solipsista. La interiorización ontológica de la escasez
realidad humana está llena de significa- del mundo, o mejor dicho de un sistema
ciones que estimulamos y nos estimulan a socioeconómico específico. Sin embargo,
la vez, es el campo de lo “práctico-inerte” hemos anotado que no hay determinis-
(Sartre 2017) (que comprende desde la mos, que el prójimo no es nuestro ene-
materia moldeada, lo técnico, lo social, migo y la mala distribución que hay
lo cultural) que nos rodea e impone su de los bienes materiales se asocia a una
mediación, pero no determinísticamente, forma egoísta de organizar el mundo, hay

El problema del infierno y los otros... 51


recursos para todos, como dice el eslogan restricciones impuestas por la pandemia
“no hay sequía, hay saqueo”. de Covid-19 debieron ser algo de cele-
¿Si el otro ya no es un enemigo, se brarse, pues nada mejor que un pande-
puede negociar con él? Este es un punto monium para mantenerse alejado de los
álgido, porque si bien las relaciones inter- demás y limitarnos a convivir sólo con
personales ya no están marcadas por un nuestros seres queridos. Sin embargo, las
conflicto esencial, al ser el prójimo el inter- cosas se fueron complicando y el confina-
mediario de mis posibilidades, la relación miento no fue para nada un dulce episo-
queda marcada por la utensilidad, aquello dio, el infierno prevaleció pues el mundo
que se define y utiliza en una forma espe- nos devuelve la misma imagen ontológica
cífica, es decir los otros son un medio para de lo que somos: el infierno soy yo, busca-
mí y mis proyectos: el maestro revela mi mos ser lo que no somos porque no quere-
ser alumno, mi madre mi ser hijo, elijo mis mos ser lo que somos, un eterno no creer
amigos en función de mis preferencias y lo que creemos porque sabemos que sólo
afinidades, elijo mi pareja… como en el son creencias, ilusiones. Y, sin embargo,
proyecto de hacerse amar. Si las relacio- no podemos hacer otra cosa, estamos con-
nes interpersonales quedan establecidas denados a ser libres.
de esta manera la utilidad no tiene que Además de la peligrosidad inherente
interpretarse de manera negativa necesa- del virus (en-sí) y otras cosas, lo que puso
riamente, al menos no hay necesidad del de cabeza nuestro mundo en la pandemia
conflicto o de una perpetua canibalización fue la crisis de las relaciones interperso-
ontológica sin sentido. El carácter de utili- nales desde las cuales asumimos nuestro
dad es el mecanismo que autorregula las ser (bajo la forma del para-otro): el dis-
acciones en conjunto (como en la figura tanciamiento, la falta de comunicación,
1): tratamos a los demás -y nos tratan a su el trastrueque de las prioridades perso-
vez- como instrumentos, pero no en tér- nales, la ruptura de amistades, el miedo,
minos fríos y mecánicos que censura toda la paranoia... Súbitamente nos quedamos
ética, sino en términos de una irreducti- sin esa parte de nuestro ser (el para-otro),
ble solidaridad ontológica con el prójimo o esa diversidad de nuestros para-otros
que ha de ser mediada por los valores. que éramos gracias a nuestras múltiples
Sabernos instrumentos de los demás, más relaciones con los demás previo a la pan-
allá de la enorme variedad de significa- demia, y esta falta de interacción social
dos que acompañan nuestras valoraciones acentuó una serie de distorsiones cogniti-
como el amor, la amistad, respeto, compa- vas de interacción y significación.
ñerismo, la diplomacia, la fidelidad, que Pero la pandemia sólo fue la gota que
hacemos del prójimo y del mundo, nos
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derramó nuestro vaso de angustias y pena-


coloca más allá de la “mala fe”, pues ya lidades, basta con ver la ajetreada vida
no creemos ahora sabemos; lo contrario es moderna y tecnológica para darnos cuenta
pretender aún que se nos trate como que- que hay muchos disparadores, solo que
remos ser tratados, lo que sería una ilusión están “normalizados” dentro de válvulas
de “buena fe”: creer lo que se cree. de escape controladas e institucionaliza-
das como las violencias e intolerancias de
Consideraciones finales todo tipo, los suicidios, la discriminación,
la crisis cultural y de valores generalizada
Si “el infierno son los otros”, las y normalizada por los medios masivos, las

52 González Soto
adicciones (incluidas las redes sociales). casa, ni nosotros influimos de algún modo
Así que no podemos preguntarnos sim- en el comportamiento de la pandemia, o
plemente qué hacer solo frente a la pande- más bien, todo esto sucede en conjunto y
mia, sin contemplar los demás problemas al mismo tiempo -la limitante es un pen-
profundos de nuestro tiempo. samiento lineal-, no hay obligación, hay
Estas reflexiones permiten pensar las elección, nosotros elegimos la configura-
diferentes pandemias (sanitarias, ecoló- ción de nuestro mundo de manera entera-
gicas, económicas, militares, culturales) mente dialéctica con el mundo y dialógica
desde una profunda raíz filosófica, no con el otro.
podremos salir del infierno de la pan- Hay trabajo por hacer, probablemente
demia -y de ningún otro-, hasta que la se deben revisar las diversas facultades
medicina y las vacunas hagan su magia o de nuestra conciencia, ontológica y epis-
hasta que nuestro infierno ontológico sea temológicamente, para darnos cuenta
consumido por nuestro reloj biológico, del mundo que estamos proyectando y
que la evolución biológica solucidie (ini- el reflejo que estamos recibiendo, tanto
cialmente fue un trastabilleo digital, pero del mundo como del prójimo, de esta
se conservó el término porque parece sin- manera se pueden reconfigurar nuestras
tetizar bien la idea) todos los problemas relaciones con la(s) pandemia(s) y con
que hemos creado, extinguiendo la última los otros que nos rodean. No hay solo un
especie humana y su civilización. Pero camino para salir de la pandemia, puede
sentarnos a esperar el final de la película haber tantos como granos de arena en la
sólo pasa en los cines, no en nuestra vida playa, depende cómo enfoquemos y con-
real, en la película hay un guion escrito, figuremos -en libertad- nuestra trilogía:
algo que no sucede en nuestra efímera yo-prójimo-mundo. Se pretendió hacer
existencia, donde nuestros infiernos se un giro de tuerca para evitar el conflicto
hacen cada vez más insoportables en primordial con el otro, al parecer fue
medio de una búsqueda irrefrenable de posible, aunque las conclusiones siguen
algo que nos dé sentido. mostrando una crudeza utilitaria existen-
Se dice que la filosofía no da solucio- cial, sin embargo, reiteramos nuestra idea
nes, pero sí debe contribuir a transformar final: somos libres, aunque y porque esta-
la realidad, como dijo Carlos Marx. Y ésta mos enmarcados dentro de un contexto
es justamente la función de la conciencia sociocultural, al cual re-creamos con nues-
emocional según Sartre, la conciencia no tras características ontológicas.
busca solamente aprehender el mundo tal
como es (principio de negación), sino, y Agradecimientos
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fundamentalmente, busca transformarlo,


configuramos el mundo humano, lo ele- A dos revisores anónimos que realizaron
gimos y actuamos desde una intencio- comentarios que sirvieron para mejorar el
nalidad fundamentalmente emocional, presente trabajo.
o también puede llamarse “valorativa”,
que se da en conjunto, en este aspecto la
obra filosófica del pensador cubano José Referencias
Ramón Fabelo Corzo (1989, 2007) resulta Badiou, A. 2005. Panorama de la filosofía francesa
enormemente fructífera. contemporánea. Revista Nómadas 23.
Capra, F. 2006. La trama de la vida. Una nueva
Así, ni la pandemia nos obliga a estar en

El problema del infierno y los otros... 53


perspectiva de los sistemas vivos. Anagrama.
España
Copleston. F. 2000. Historia de la filosofía. V. 9. Ariel.
España
Fabelo Corzo, J. R. 1989. Práctica conocimiento y valo-
ración. Ed. Ciencias Sociales, La Habana, Cuba
Fabelo Corzo, J. R. 2007. Los valores y sus desafíos
actuales. Educap/EPLA. Perú.
González S. A. 2022. ¿Al reencuentro de un guía?
Actualidad del pensamiento de Jean Paul Sartre.
Letras del Lobo. México.
Gordillo A. V. L. 2011. El cuerpo humano y su proceso
de objetivación. Revista Internacional de Filosofía.
Supl. 4. Pp. 357-367
Ortega Guizado, R. 2021. La pandemia del Covid-19
como experiencia límite del sentido de la existen-
cia del ser humano posmoderno. Rev. Sophia 30:
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Disponible en: http://www.seminariodefilosofia-
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Xirau, R. 2005. Historia de la filosofía. Ariel.
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54 Franco Monsrea et al.

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