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El problema del infierno y los otros. Jean Paul Sartre frente a la pandemia
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Resumen Abstract
problema de las relaciones interpersonales e ilustrar some alternatives of interpretation to the problem
los desafíos impuestos en la cuarentena. of interpersonal relationships are examined and
illustrate the challenges imposed in the quarantine.
Palabras clave: amor, conflicto, pandemia, Key words: love, conflict, pandemic, other,
otro, relaciones interpersonales, Jean-Paul interpersonal relationships, Jean-Paul Sartre.
Sartre.
Recibido: 29 de abril de 2022. Aceptado: 08 de agosto de 2022.
1
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad del Mar campus Puerto Ángel. Ciudad Universitaria, Puerto Ángel 70989,
Oaxaca, México.
* Autor de correspondencia: institutoposoccidental@gmail.com
33
Introducción esa existencia sin más, nuestra conciencia
Cuando el director de la Organización -fatídica y absurda condición humana-
Mundial de la Salud (OMS) decretó la rechaza esa concentrada masa existencial,
emergencia internacional por el Covid-19 no queremos formar parte de los objetos
el 30 de enero de 2020, el virus ya se había que son porque sí, queremos ser libres, jus-
extendido a más de cien países, la veloci- tificar y fundamentar nuestro ser a nues-
dad de contagio era más que exponencial tro modo, poder elegir nuestros propios
y su letalidad era avasallante. Entonces el porqués, nuestros propios sin embargos.
mundo entero encendió la luz roja, pero De una manera similar apareció el
hasta ese momento... Covid-19, ciertamente hay muchos
"Era como los demás, como los que se virus -como muchas gaviotas y colores
pasean a la orilla del mar con sus trajes en el mar-, pero este virus en particu-
de primavera. Decía como ellos: “el mar lar puso frente a nuestra nariz la fragili-
es verde”, “aquel punto blanco, allá dad de nuestra existencia, la pandemia
arriba, es una gaviota”, pero no sentía podía tocar nuestra puerta en cualquier
que aquello existía, que la gaviota era momento y todo se podría acabar. Una
una “gaviota-existente”; de ordinario la nueva náusea se anunciaba, podíamos ser
existencia se oculta. Está ahí, alrededor borrados -o no- de la faz de la tierra, una
de nosotros, en nosotros, ella es noso- ontología de la existencia llevada al límite
tros, no es posible decir dos palabras sin podía anunciarse como sugiere Ortega
hablar de ella y, finalmente, queda into- Guizado (2021). Nuestra vagamente
cada" (Sartre 1998a, p.105) normal existencia se nos mostraba enton-
ces agobiante, opresiva, insignificante.
En un instante nos vimos rodeados -de Así llegó el Covid-19, amenazando nues-
alguna manera- de la existencia sartreana: tras cómodas (in)seguridades que hasta
allí estaba el virus, formando parte del entonces eran relativamente cuestionables
mundo en sí, revelando la existencia en pero imprescindibles.1 ¿Qué hicimos mal?
su más elemental y absurda expresión. ¿En qué nos equivocamos? ¿Por qué nos
Me explico, generalmente no se piensa en quiere castigar Dios o la Naturaleza? ¿Es
la existencia como tal, nos conformamos el anuncio de una nueva Era? ¿Qué signi-
y habituamos con los objetos, animales o fica esta pandemia en los escasos 20 años
personas particularmente existentes, en la de nuestro jovenzuelo siglo XXI? ¿Qué
vida cotidiana se da por sentado el mundo hacemos ahora y qué haremos después?
tal como es. Pero cuando en un momento
de lucidez, cuando la conciencia logra ir Todo tipo de enseñanzas se han querido
más allá y percibir la existencia en-sí en extraer de esta crisis: sociales, económicas,
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su más pura y franca expresión, indiferen- raciales, políticas, morales, filosóficas, etc.
ciada y maciza como la describe Sartre, y Ciertamente la pandemia alteró comple-
con asombro nos damos cuenta que tam- tamente nuestros modos de vida, pensa-
bién somos parte de esa misma existencia, miento y percepción de la realidad, ya sea
que simplemente existe sin necesidad, ni que hayamos experimentado la experien-
razón, ni finalidad alguna, es cuando apa- cia Covid de manera directa o indirecta. Sin
rece la Náusea o simplemente una alarma embargo, ¿qué podemos aprender cuando
que nos pone sobre aviso, no pertenecemos nuestras acciones se apresuran a transcu-
rrir no sólo el mismo camino anterior sino
1
Evidenciando que habíamos estado viviendo de “buena fe” como la entiende Sartre, en creer y aferrarnos en determinadas “normalidades” aun
sabiendo que eran erróneas y deficientes para no asumir la responsabilidad de tomar otras acciones y elecciones..
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los mismos pasos que veníamos andando asume dentro de un marco de absoluta
en la ruleta de la -ahora anterior- “norma- libertad y responsabilidad que le vienen
lidad”? ¿Cambió la sociedad? ¿Cambiaron dadas irremediablemente por la actividad
las personas? ¿Qué fue lo que cambió? de su conciencia. De alguna forma, Sartre
Según Heráclito “todo cambia”, pero en el también realizó una gran síntesis del
eterno retorno de la historia vemos que el pensamiento moderno francés y alemán,
flujo del agua no es un río que fluye hacia desde Descartes hasta Heidegger, todo
el mar sino una fuente que sube y baja la ello derivó en un existencialismo pecu-
misma agua estancada, “todo cambia para liar, polémico y desafiante. Además, con-
seguir igual”, algo así nos dice una sabia serva una coherencia extraordinaria de
frase lampedusina. Lo cierto es que “Esta pensamiento a lo largo de su abundante
crisis no es solo sanitaria, sino que es ética producción, sin contradicciones ni ruptu-
y profundamente humana” (Ortega 2021). ras, es verdad que amplió y enriqueció su
Creo que desde los inicios de la pan- arsenal de análisis con algunos aspectos
demia se generó demasiado ruido infor- de la teoría marxista, pero lo hizo dentro
mativo que las personas difícilmente de su línea argumentativa existencial. En
pudimos reflexionar o pensar siquiera suma, el pensamiento de Sartre contiene
en el acontecimiento. Adelantando un análisis y herramientas para comprender
par de años del horizonte de eventos aún la naturaleza humana y es importante
es pronto para descifrar qué podemos recuperarlos y revisarlos, ya que las crisis
aprender como individuos, como comu- de nuestros tiempos obligan a repensar las
nidad y como sociedades; pero al mismo interrogantes clásicas ¿quiénes somos? y
tiempo ya es muy tarde, pues se imponen ¿qué podemos hacer?
modelos de “nuevas normalidades” con
la misma velocidad que la “vieja norma- Preliminares. El hombre como problema
lidad” reclama su lugar. Sin embargo, del hombre
¿será que podemos encontrar en el exis-
tencialismo sartriano algunas claves para El pensamiento de Jean Paul Sartre (1905-
decir algo? Además, bien lo señaló Sartre, 1980) tuvo una amplia difusión tanto en
el existencialismo es una filosofía para la el mundo académico como en el público
acción y sobre todo en momentos de crisis general debido a sus libros, novelas, ensa-
y de tomar decisiones. yos, obras de teatro, manifiestos políticos,
y por asumirse como un intelectual com-
Consideramos la filosofía de Jean Paul prometido, apoyando causas sociales de
Sartre porque fue uno de los últimos pen- distinta índole. Estos alcances podrían
sadores que realizó un profundo y exhaus- sugerirnos pensar que su filosofía mani-
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como una dualidad compuesta de cuerpo además del pensamiento, consideraba asi-
y alma o como animal racional, estaba mismo la extensión, el volumen, el cuerpo,
por demás rebasada a principios del siglo esto lo condujo a identificar dos sustan-
XX, ya no era suficiente para representar cias fundamentales: la espiritual (o racio-
el peso de la humanidad.3 Alain Badiou nal y matemática) y la material (geómetra
afirma que durante la primera mitad del corpórea). Esta dualidad se reflejó en su
siglo XX, la filosofía se enfocó en superar concepción del ser humano, como una
la añeja fragmentación entre pensamiento composición de cuerpo y alma, aunque
(el concepto, la razón, lo abstracto) y la ambas sustancias completamente distin-
existencia concreta, (Badiou, 2005) donde tas en su naturaleza y ajenas entre sí. Esta
las discusiones filosóficas se orientaron concepción de la naturaleza humana se
en una disyuntiva elemental: aquellas conservó porque se ajustaba a los modelos
que tomaban un camino eminentemente religiosos y filosóficos vigentes, hasta que
formal, lógico o positivista, y otras que la psicología experimental del siglo XIX
buscaban recuperar el aspecto humanís- comenzó a investigar la interacción efec-
tico, espiritual, estético, vital o existencial tiva entre estas dos “sustancias”, haciendo
en la filosofía. que la división original ya no fuera tan
Sartre afrontó entonces uno de los tajante.
problemas filosóficos más importante de Se buscó superar esta concepción dual
su momento: hallar algo que diera fun- del ser humano en varias corrientes filo-
damento al ser humano, y lo hizo con sóficas, una de las últimas apuestas fue
todas las herramientas que su contexto le la fenomenología de Edmund Husserl,
permitió reflexionar: desde Hegel, Kant, quien formuló un nuevo método para
Nietzsche, Husserl, Heidegger, Marx, volver a las cosas mismas, tal como apa-
pasando por Descartes, Kierkegaard, recen, como fenómenos que se presentan
Bergson, entre muchos filósofos más; pero a la conciencia sin más, sin trasfondos, ni
también se apoyó en los avances de otras datos ni realidades ocultas. La fenomeno-
disciplinas como la biología, las matemá- logía se constituyó en una teoría de la con-
ticas, la psicología, la física, la teoría de la ciencia –pero no en términos psicológicos,
relatividad y la física cuántica, cuyas refe- un ámbito del que más bien trataba de
rencias aparecen constantemente en su desmarcarse Husserl-, buscaba analizar
obra. los procesos de la conciencia para captar la
Sartre establece sus reflexiones frente a Idea, el eidos de las cosas, su esencia uni-
la filosofía moderna inaugurada por René versal. Filosóficamente estaba buscando
Descartes, señalando que los franceses –o un nuevo método para una teoría del
conocimiento, una reflexión propiamente
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La intencionalidad de la conciencia ya se había formulado antes en la psicología Gestalt de Franz Brentano (1838-1917), maestro de Husserl, incluso
antes con los estudios de la conciencia del psicólogo escocés Douglad Stewart (1753-1828), cuando estudió la atención como la acción de distinguir una
figura de un fondo general, o de Johan Herbert (1776-1841) al concebir la conciencia más como algo cambiante que como un conjunto de contenidos.
5
El prefijo en la palabra “pre”-reflexiva no significa un antes o un después en la línea del tiempo o un proceso de evolución mental. Las cuatro facul-
tades de la conciencia que se mencionan más adelante funcionan a nivel trascendental, no en un nivel psicológico o mental.
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el mar, el mar no es la arena, esta posibi- es importante este aspecto porque intro-
lidad de distinción hace posible la liber- duce una condición de otredad inherente
tad de acción intencional de la conciencia, a la conciencia, misma cualidad que se va
distinguir objetos por separado sustra- a proyectar en el Yo y en el problema de la
yéndolos de la existencia en-sí maciza e relación con el prójimo.
indiferenciada. La siguiente distinción que establece
Esta conciencia pre-reflexiva, en tanto Sartre es entre la conciencia y el Yo. Hemos
conciencia del mundo, es la que expe- señalado que se separa de Descartes y de
rimenta directamente la Náusea, como Husserl, porque no necesita de un yo pen-
la llama Sartre, ese malestar inevitable sante o trascendente que sea el propietario
del hombre al encontrarse irremediable- o sustento de la conciencia y de sus accio-
mente de frente y en medio del ser en-sí, nes. Para Sartre el “yo” no es un dato feno-
que es la expresión más simple y burda menológico al que la conciencia se dirige
de la existencia: el mundo en-sí; éste no como el árbol o la calle, tampoco es un
tiene causas, ni razones, ni justificaciones, yo sustancial en un sentido psicológico o
simplemente “está ahí”, existe sin más, la mental -pero si le otorga una dimensión
existencia es lo que es.6 En contraste con corporal, como veremos enseguida-. Sin
esta existencia en-sí, la conciencia, por su embargo, el “Yo” es una noción impres-
naturaleza libre e intencional, la niega, la cindible en todo sistema de pensamiento
rechaza y se aleja para concebirse como y Sartre lo configura de una manera pecu-
un para-sí, “El Para-sí en efecto, no es sino liar: por un lado, afirma que es un objeto
la pura nihilización del En-sí; es como un puesto por las propias facultades de la
agujero de ser en el seno del Ser” (Sartre, conciencia: la reflexiva, la imaginación,
1998b, p.748). la emocional, veamos brevemente a cada
Este punto es doblemente importante, una de éstas. Al ser la conciencia siem-
porque al hacer una fenomenología de pre conciencia de algo, por la conciencia
la conciencia le permite a Sartre asentar reflexiva se hace consciente de sí misma,
el fundamento ontológico del hombre es decir, se posiciona a sí misma como un
como un ser en plena libertad. Entonces objeto trascendente7 que es el yo; la con-
el hombre y su conciencia se convierten ciencia imaginante tiene la función de
en la vía por la que se introduce la liber- irrealidad o negación del mundo, en el
tad en el mundo en-sí. Por otro lado, para sentido que pone objetos que no están en
interés de nuestro problema de la consti- la realidad, pero son puestos por la con-
tución del hombre debemos destacar otro ciencia para-sí -ya será un asunto de la
aspecto: que la conciencia, al distinguirse conciencia reflexiva distinguir entre los
objetos que son reales y los que no-. Por
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Algo que quisimos ejemplificar con la cita que inicia este trabajo: ahí está la existencia todo el tiempo -como los virus-, sólo que habitualmente nos
pasa desapercibida hasta que la conciencia toma cierto grado de lucidez, produciendo la náusea.
7
Trascendente quiere decir que está más allá de la conciencia.
8
Las dos últimas facultades de la conciencia: la imaginativa y la emocional, tienen la capacidad de transformar “de alguna manera” o significar los
objetos que intenciona la conciencia de diferentes maneras. Esto quiere decir que la conciencia (pre-reflexiva) no sólo intenciona de manera imparcial
el mundo, sino que el hombre tiene además la capacidad de transformarlo, por eso, ante la náusea que le provoca el en-sí, la conciencia actúa, busca
un fundamento propio, diferente, otro.
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(la existencia) para constituirse en un ser ¿Quiénes somos en medio de la pan-
para-sí (conciencia); b) el “yo” es un objeto demia o en medio de la existencia en-sí?
puesto por la conciencia para-sí, pero al ¿Cuáles son nuestras posibilidades de
mismo tiempo le resulta opaco o extraño, acción? Sartre no recomendaría “quedarse
además de tener esa dimensión corpo- en casa”, tampoco ser un “covidiota” y
ral; c) como un ser en angustia perenne, andar egoísta e irresponsablemente espar-
porque sabe que su conciencia y el yo “es” ciendo el contagio, tampoco sería nega-
en el modo de no ser lo que es; d) al mismo cionista ni complotista. El existencialismo
tiempo huye de la angustia que le produce sartriano defiende al hombre en libertad
su abrumante libertad para buscar algún para explorar sus distintas posibilida-
fundamento, de un ser en-sí; a esto Sartre des,10 así es como se construye y recons-
lo llama mala fe, una auténtica contradic- truye constantemente el proyecto vital de
ción o una pasión inútil, pues pretende el cada individuo que persigue inútilmente
hombre transformar su para-sí (concien- la realización de su ser; sin embargo, no
cia) en “En-sí-para-sí”: en ser y no-ser a la lo realiza de manera egoísta ni aislado del
vez, fundamentar nuestro ser pero estar mundo, como si no existiera ni importara
en libertad de ese ser al mismo tiempo. nada más, como veremos en seguida.
Aunque parece una filosofía entera-
mente pesimista por los términos utiliza- El Prójimo: garantía y frontera de mis
dos, es una meditación profunda sobre las posibilidades
condiciones de posibilidad de la acción
humana. Acercando estas reflexiones El tercer componente que se debe esclare-
hacia la interpretación de la situación cer -después de la conciencia y del “yo”-
de la pandemia, y recuperando nuestro es la cuestión del prójimo, su constitución
ejemplo inicial, que el virus forma parte y las posibles relaciones con éste. A pesar
del mundo del en-sí, que existe inevita- de afirmar Sartre que “el infierno son los
blemente como muchos más, entonces la otros” y condenara toda relación inter-
conciencia emocional, a través del foco personal al conflicto y al fracaso, la pre-
organizador del Yo realiza una significa- sencia del Otro es un elemento ineludible
ción emocional negativa dado que es una en la ontología existencial sartriana, pues
situación no deseable, entonces nuestro yo finalmente es quien permite que “haya”,
-hechizado por lo que él mismo ha proyec- que acontezca mi para-sí, aunque sea bajo
tado- reacciona: yo no creo en el virus, yo la forma del para-otro11. Necesitamos
no me voy a enfermar, yo no quiero estar del “Otro” para reconocer lo que somos
en cuarentena, yo quiero salir y ver a mis no-siendo porque su conciencia ratifica
nuestra propia conciencia, su libertad se
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amigos, todo es culpa de los chinos, de las
farmacéuticas, del gobierno y sus funcio- constituye en fundamento y prueba de mi
narios que me quieren controlar, someter, libertad, en palabras de Sartre “necesito
juzgar. Busca un pretexto o culpable para del prójimo para captar en pleno todas las
fundamentar -esta vez de “buena fue”9- su estructuras de mi ser: el Para-sí remite al
ser-decisión. Para-otro”. (Sartre, 1998b, p. 293)
9
La buena fe y la mala fe no son términos morales sino la fe entendida como creencia: creer en nuestras creencias es de “buena fe” porque se refugia en
el ser, pues una creencia no da certidumbre; en cambio, saber que se cree es ya no creer nuestras creencias, esa es la mala fe, nos devuelve a la ausencia
de fundamento, al no-ser, al “no-creer-lo-que-se-cree” (Sartre 1998, p. 118.
10
Somos seres de posibilidades, aunque ninguna de ellas garantice ningún fundamento a nuestro ser, por ello siempre estamos expuestos a la angustia.
11
La teoría general del ser sartreana consta del en-sí, que es la existencia total; el para-sí, que es la conciencia que se aleja del en-sí en busca de su propio
fundamento; y el para-otro, que es como la imagen del para-sí devuelta por la mirada del otro, es la otra dimensión del para-sí: cuando la conciencia
se concibe como yo-objeto a través de la mirada ajena.
dimensión desconocida. Este ser Para- 339) Sexto, este choque de conciencias o de
otro no se ubica “afuera” en el mundo libertades establece el conflicto original en
exterior donde estoy objetivado, tampoco el trato interpersonal. Es un planteamiento
en el prójimo que me mira, estrictamente bastante complejo y central en la filoso-
hablando no pertenece a mi estructura fía sartreana, que hemos simplificado en
12
Si se había mencionado que el yo quedaba embrujado por la extraordinaria libertad de la conciencia: “¿acaso yo he podido hacer esto?”, “¿cómo
pude reaccionar de tal manera?”, podemos considerar ahora que la irrupción del yo en la conciencia irreflexiva (en tanto conciencia del mundo) pro-
duce un efecto similar, ahora la hechizada es la conciencia: se “ve” a sí misma ya no como conciencia sino como un objeto Para-otro a través del cuerpo
mirado, algo así como una “falla en la matrix”, como un espejo frente a otro espejo, solo que las conciencias no son reflejos pasivos. Debe precisarse
que el embrujo no se entiende como algo negativo.
Parece que la presencia del Otro-prójimo es la vía por la que se constituye -a través del Para-otro- lo que denominamos “conciencia moral”; una idea
13
que se confirma en el título de una de las últimas entrevistas a Sartre: “Conciencia moral es ser uno mismo para el otro” (Sartre 1980).
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extremo en seis partes para enfatizar dos mira. Es como cuando caminamos por la
aspectos que son relevantes para nuestro calle, a nivel personal simplemente cami-
tema de interés: por un lado, la función namos, pero cuando nos vemos vistos por
del prójimo en la justificación de nuestra alguien “vemos caminando mi yo-objeto”,
conciencia y libertad; por otro, el conflicto entonces revisamos nuestros pasos atrás,
original que se produce en la relación cambiamos nuestra postura, nuestro
interpersonal. gesto, emerge una dimensión que es confi-
Tratemos de ilustrar estas ideas vol- gurada a través de la mirada del prójimo,
viendo al ejemplo Covid-19. En térmi- mi yo objetivamente situado (mi Para-
nos de mi conciencia personal, cuando otro). ¿Quiénes somos en medio de la
percibo los objetos del mundo (hay un pandemia? la respuesta es clara, depende
nuevo virus llamado Covid), mi concien- de quién nos mire, quien revele nuestro
cia los intenciona y los distingue entre ser Para-otro y cómo enfrentemos esas
sí (puedo reconocerlo y distinguirlo de relaciones. Es ilustrativo que la puesta
otras enfermedades, sus síntomas, su en cuarentena de millones de personas,
peligrosidad, etc.); interactúa mi yo con el confinamiento social haya generado
esos objetos (virus y enfermedades) del muchos trastornos mentales y emocionales
mundo de manera reflexiva, imaginativa pues, ontológicamente hablando, dismi-
y emocional (recuerdo cómo me he sen- nuyó drásticamente nuestro ser para-otro,
tido con diferentes enfermedades, grave la mirada del otro, aunque acechante, no
o no grave, imagino cómo sería si me permitió tomar conciencia de nuestro ser,
contagiara, qué podría hacer, qué cosas y quedamos expuestos a la abrumadora
personas pondría en riesgo, etc.); busco y libertad de nuestra conciencia, algo simi-
elijo algún proyecto o acciones que com- lar a la ceguera que narra Saramago o que
pensen mi angustia, vacío de ser. En esta nuestro teléfono celular quede sin señal o
modalidad de conciencia personal simple- se caiga el WiFi.
mente se vive, se actúa en el modo Para-sí,
dice Sartre, pues es sólo la conciencia Las relaciones interpersonales
actuando, hace lo que es -no siendo-. En
este nivel somos libres de elegir cualquier Aquí se puede plantear la pregunta cen-
cosa o situación (aunque no podamos des- tral del problema: ¿qué tipo de relación se
prendernos de la angustia). puede establecer con el prójimo, si por un
lado es garantía y contraparte de mi ser
Pero cuando soy mirado por el Otro pero, por otro lado, confisca mis posibili-
emerge en mi conciencia una nueva dades, devolviéndome al mundo del en-sí
dimensión de mi ser: el ser Para-otro. Me como objeto en una situación determinada?
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veo calificado de mil maneras, me veo Para Sartre hay dos actitudes primigenias:
como veo a los demás (exagerado, histé- 1) dado que el prójimo es sustento de mi
rico, negacionista, milenial, etc.). A través ser, entonces puedo tratar apropiarme de
de la mirada del prójimo tomo conciencia su libertad y conseguir ser yo mi propio
de lo que soy, lo que hago, lo que elijo (me fundamento; o bien, 2) negar la subjetivi-
pongo en cuarentena o la desafío, busco dad del prójimo y reducirlo a un objeto
noticias certeras o alarmistas, me sumo del mundo para rechazar ese ser que me
a los negacionistas, complotistas, etc.), confiere su conciencia (aunque al instante
Sartre aclara que no se trata de un autoco- desaparece nuestro ser para-otro, ya que
nocimiento sino de ser, soy ese yo que otro un objeto cualquiera no puede darnos ese
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objeto de fascinación, seducirle, muestro o ser "gavilán o paloma" (José José).
“entrego” mi conciencia, mi libertad y las Podría pensarse que Sartre tiene una
encarno en mi cuerpo, mi persona, como idea limitada y algo retorcida sobre el
anzuelo para enganchar la otra concien- amor, pero Sartre no lo está pensando en
cia. Si el amor es correspondido, la otra términos psicológicos o afectivos-emocio-
persona buscará hacer lo mismo: “juegos nales, hace una fenomenología de las rela-
de seducción”16. El problema es que me ciones amorosas de ahí la extrañeza de sus
he convertido en objeto del amor del otro, planteamientos.
he “empeñado” mi ser en la seducción;
aunque el otro también debe querer que ¿Y qué ocurre cuando dos personas se
yo lo ame libremente (como sujeto y no aman verdaderamente? Resulta que el ser
objeto), para ello deberá presentarse, a su para-otro (una parte del ser de cada uno
vez, como un objeto fascinante o seduc- de los amantes) tristemente queda sin
tor; así, “cada uno es alienado sólo en la solución, pues los amantes no se objetivan
medida exacta en que exige la alienación mutuamente (se aman como personas en
del otro” (Sartre. 1998b. p. 469). Se puede libertad), entonces no pueden producir el
decir que es la etapa del encantamiento. ser para-otro del amado, los amantes no
pueden captar su ser objetivado (el para-
Para que este fundamento recíproco sea otro). El amor es ciego. Quizá como dice
“sólido” el amado debe prevalecer muy por Joaquín Sabina “amor se llama el juego en
encima de los demás objetos del mundo, el que un par de ciegos juegan a hacerse
no quiero que me amen como a un gato, daño”. (Sabina, “Física y Química”, 1992)
quiero “ser el mundo” de mi amado(a) y
ser el elegido, “a priori”, de manera abso- El fundamento que se busca a través
luta, ser único y no como una opción alea- del amor queda frustrado, se devuelven a
toria entre otros más. Básicamente: quiero la incertidumbre y a la angustia de su ser:
ser amado sin que yo lo pida, porque si “¿y si deja de amarme?”, “¿y si descubre
lo pido ya no surge de su propia libertad, mis defectos?”, “¿y si me ve sólo como un
quiero que me ame desde su libertad, pero amigo?”, “¿y si conoce a alguien más?”
al mismo tiempo, su libertad debe estar La aparición de un tercero es un peligro
comprometida conmigo originariamente, latente: si los amantes han depositado su
de alguna manera a priori, como una liber- subjetividad cada uno en la libertad del
tad condicionada (los TikTokers los dicen otro, es una componenda de lo más frágil,
de manera más divertida); y viceversa, lo “Pero basta que los amantes sean mirados
mismo vale para el otro, cuando se trata juntos por un tercero para que cada uno
de amor verdadero y no de una relación de ellos experimente la objetivación no
utilitaria o tóxica (sado-masoquista). El sólo de sí mismo, sino también del otro.”
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amor es “un conjunto orgánico de pro- (Sartre, 1998b, p. 470) La posibilidad de ser
yectos hacia mis posibilidades propias”, para-otro es la raíz del fracaso del amor.
(Sartre, 1998b, p. 457) un proyecto donde Por otro lado, tampoco quieren saberse
básicamente quiero ser amado (apro- utilizados por el proyecto personal del
piarme del prójimo-sujeto) para recuperar para-sí de cada uno: el querer ser-ama-
el fundamento de mi ser, es finalmente un dos, “Cada uno quiere que el otro lo ame,
proyecto de mi ser para-sí, ser amado-fun- sin darse cuenta de que amar es querer
damentado. Aunque se corre el riesgo de ser amado” (Sartre 1998b, p.469), pues el
22
Soda Stereo, “Nada personal”. 1985.
17
Ni hablar de la hipocresía o del sarcasmo, podemos interpretar ambas actitudes como una versión diferente del sadismo, otra actitud analizada por
Sartre, si bien éste se enfoca en someter al otro por el dolor, la obscenidad y la degradación, la hipocresía y el sarcasmo buscan objetivar y someter al
otro por medio de la ridiculización y el escarnio.
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bien los resultados no son alentadores, Ciertamente la naturaleza o el mundo
tampoco es derrotista, sacude y arroja pueden ser un fuerte limitante: no tene-
al ser humano al compromiso con sus mos alas para volar, la capacidad para
acciones. Algunas filosofías no son para teletransportarnos, regenerar miembros u
reconfortar al hombre en sus problemas, órganos desgastados o ser invulnerable a
dar consuelo y ánimos esperanzadores, los virus, pero el hecho de renegar lo ante-
sino para buscar fundamentos, y si los rior es ya una elección, buscar alternati-
encuentra, los vuelve a cuestionar porque vas como viajar en avión es una elección,
la realidad humana es bastante compleja y hay otras situaciones que ponen restric-
cambiante. ciones a nuestra libertad, por ejemplo,
no poder comprar un Porsche, que haya
toque de queda o que nadie quiera venir
Un mundo para la libre elección a mi “fiesta covid”, no obstante, tales res-
Hasta aquí se han desglosado los tres ele- tricciones están dadas porque el mundo
mentos que propusimos analizar: la con- humano está lleno de significados dados
ciencia, la constitución del Yo y cómo se también por los demás para-síes. Pero
configuran relaciones con el prójimo, solo se puede ser libre en el mundo que
en particular las de la indiferencia y del nos tocó vivir, en nuestras circunstancias,
amor. Paradójicamente Sartre nos deja en medio de los otros ante los cuales reali-
con las manos atadas a la libertad, cual- zamos nuestras elecciones y son quienes, a
quier esfuerzo por fundamentar nuestro su vez, las validan, rechazan, cuestionan,
ser resulta en “una pasión inútil” o en un sin embargo “No se trata de un límite de
fracaso en las relaciones interpersonales. la libertad, sino que más bien, el para-
sí debe ser libre en ese mundo mismo”
Antes de analizar alguna opción para
(Sartre 1998b, p. 637).
las relaciones interpersonales, precisamos
rescatar dos ideas más de Sartre respecto El gran problema es que Sartre señala
a la libertad y la constitución ontológica que “el mundo nos devuelve exactamente,
del mundo humano. La libertad sartreana por su propia articulación, la imagen de
no es algo, un sustantivo ni un lugar, lo que somos” (Sartre 1998b. p, 571), es
no es que estemos condenados a “estar” decir que elegimos el mundo al elegir-
en libertad como si fuera un espacio en nos. Esto no significa simplemente que si
blanco; la libertad es la capacidad de elec- cambias tu manera de pensar cambiarás
ción y se ejerce al elegir, una actividad el mundo: entonces serás millonario, exi-
que sólo se puede ejercer en el mundo toso o inmune al Covid-19 -este “recurso”
humano, es decir frente al prójimo, sin el se aproxima más a la “buena fe”: creer
nuestras creencias-; se refiere más bien a
Ciencia y Mar 2023, XXVII (79): 33—54
cual no hay un para-sí (bajo la forma del
para-otro). La libertad no es abstracta, es que cuando especificamos el mundo en su
existencial, es praxis, es acción. La única significatividad lo hacemos desde nuestra
limitación verdadera a la libertad está en conciencia nihilizante, la insuficiencia o la
la mirada objetivadora del prójimo, en la escasez.
libertad ajena; es decir, “los únicos límites La elección primigenia proviene de la
que una libertad encuentra, los encuentra conciencia nihilizante: introducimos la
en la libertad” (Sartre 1998b, p. 643); lo que Nada en el mundo del en-sí para distinguir
en otros términos significa que finalmente las cosas unas de otras y para separarnos a
elegimos nuestros propios límites. nosotros: mi ser no es parte de ese mundo
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diferente al mío, ciertamente no pode- Es interesante el planteamiento feno-
mos ver el mundo desde el punto de vista menológico sartreano porque lo encon-
del otro -ni él desde el nuestro-, por ello tramos muy cercano a las investigaciones
el para-otro que mira el prójimo es inac- que el neurocientífico chileno Humberto
cesible a nuestra conciencia, el para-otro Maturana realizó en la década de 1970 en
es el autohechizo de la propia conciencia, una disciplina completamente diferente,
de manera que no se lo puede apropiar ni concluyó que el fenómeno de la percep-
robarme mi mundo, lo que anula el con- ción (percibir un color, por ejemplo) no es
flicto con el prójimo. la representación de una realidad externa,
Entonces, el conflicto fundamental es porque “Las actividades de las células
interno, un ser en huida, un doble para-sí, nerviosas no reflejan un entorno indepen-
angustia, una náusea ontológica respecto a diente del organismo vivo y por lo tanto,
nuestro propio ser. La mirada del prójimo no permiten la construcción de un mundo
es indispensable ciertamente, dice Sartre existente de un modo absolutamente
“la mirada es ante todo un intermediario externo” (Capra 2006, p. 114). Al ser el sis-
que remite de mí a mí mismo”, pero es un tema nervioso funciona como un sistema
intermediario, la relevancia del prójimo cerrado de interacciones, cada percep-
más que fundamento, funciona como con- ción se traduce en la reconfiguración de la
trapeso o compensación de mi existencia, misma red o de una parte de ella, de esta
mi libertad y mi actuar. La configuración manera interactúa con su entorno. Elaboró
de la realidad humana implica la coexis- el concepto de “autopoiesis” para referirse
tencia de diferentes mundos-conciencia. a cómo una red, nerviosa o no, se produce
a sí misma continuamente, por lo tanto,
Observemos otro punto de inflexión, “el ser y el hacer de (los sistemas vivos)
¿a qué se refiere Sartre cuando dice: “el son inseparables” (Capra 2006, p. 175).
mundo nos devuelve la imagen de lo que
somos”? ¿Qué es el mundo para Sartre? La mente es un proceso, dice Maturana;
Señala que la conciencia es en principio la conciencia es intencional, dice Sartre;
relación (o intención) con el mundo, pero no reflejan una realidad externa, dice
no es que el mundo esté afuera frente a Maturana, la especifica; la conciencia hace
la conciencia dispuesto objetivamente, que haya un mundo, dice Sartre, lo confi-
“al negar de sí mismo ser el ser, hace que gura a su manera; “la mente y el mundo
haya un mundo”, (Sartre 1998b, p. 389) emergen juntos” (Capra 2006, p.279), “si
“puesto que si hay un mundo es por la rea- hay un mundo es por la realidad humana”
lidad humana”, (Sartre 1998b, p. 391) esto asegura Sartre. Obviamente no están afir-
lo suscribe Sartre no desde un punto de mando que sin el ser humano se acaba el
universo material, lo que sí es que cada
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Elección Libertad Conciencia Mundo
+
- Otros
-
Figura 1. En esta figura se quiere mostrar cómo la conciencia intenciona el mundo y, a su vez, éste le
devuelve la misma imagen, dando por resultado un reforzamiento (positivo) de la misma configuración
ontológica. En la relación con los Otros, aunque también devuelven la imagen que proyectamos, el signo
negativo indica que tienen la particularidad de moderar o regular la imagen que se retroalimenta al
mundo o nuestra conciencia
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adicciones (incluidas las redes sociales). casa, ni nosotros influimos de algún modo
Así que no podemos preguntarnos sim- en el comportamiento de la pandemia, o
plemente qué hacer solo frente a la pande- más bien, todo esto sucede en conjunto y
mia, sin contemplar los demás problemas al mismo tiempo -la limitante es un pen-
profundos de nuestro tiempo. samiento lineal-, no hay obligación, hay
Estas reflexiones permiten pensar las elección, nosotros elegimos la configura-
diferentes pandemias (sanitarias, ecoló- ción de nuestro mundo de manera entera-
gicas, económicas, militares, culturales) mente dialéctica con el mundo y dialógica
desde una profunda raíz filosófica, no con el otro.
podremos salir del infierno de la pan- Hay trabajo por hacer, probablemente
demia -y de ningún otro-, hasta que la se deben revisar las diversas facultades
medicina y las vacunas hagan su magia o de nuestra conciencia, ontológica y epis-
hasta que nuestro infierno ontológico sea temológicamente, para darnos cuenta
consumido por nuestro reloj biológico, del mundo que estamos proyectando y
que la evolución biológica solucidie (ini- el reflejo que estamos recibiendo, tanto
cialmente fue un trastabilleo digital, pero del mundo como del prójimo, de esta
se conservó el término porque parece sin- manera se pueden reconfigurar nuestras
tetizar bien la idea) todos los problemas relaciones con la(s) pandemia(s) y con
que hemos creado, extinguiendo la última los otros que nos rodean. No hay solo un
especie humana y su civilización. Pero camino para salir de la pandemia, puede
sentarnos a esperar el final de la película haber tantos como granos de arena en la
sólo pasa en los cines, no en nuestra vida playa, depende cómo enfoquemos y con-
real, en la película hay un guion escrito, figuremos -en libertad- nuestra trilogía:
algo que no sucede en nuestra efímera yo-prójimo-mundo. Se pretendió hacer
existencia, donde nuestros infiernos se un giro de tuerca para evitar el conflicto
hacen cada vez más insoportables en primordial con el otro, al parecer fue
medio de una búsqueda irrefrenable de posible, aunque las conclusiones siguen
algo que nos dé sentido. mostrando una crudeza utilitaria existen-
Se dice que la filosofía no da solucio- cial, sin embargo, reiteramos nuestra idea
nes, pero sí debe contribuir a transformar final: somos libres, aunque y porque esta-
la realidad, como dijo Carlos Marx. Y ésta mos enmarcados dentro de un contexto
es justamente la función de la conciencia sociocultural, al cual re-creamos con nues-
emocional según Sartre, la conciencia no tras características ontológicas.
busca solamente aprehender el mundo tal
como es (principio de negación), sino, y Agradecimientos
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