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Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Teología Bíblica
Esteban Aguilera
profeta jeremías
1) Datos Biográficos
 Nace alrededor del 650 a.C en Anatot. Fue hijo de Jelcías.
 La edad de Jeremías no se sabe con exactitud, pero si sabemos que era un
muchacho.
 Pertenecía a la tribu de Benjamín. Esto no es un dato menor, ya que por ser
benjaminita y situarse al norte del reino de Judá se mantuvo vinculado con las
tribus del norte, lo que explica que haya mantenido tradiciones provenientes del
reino del norte y no tanto tradiciones davídicas. (Sicre, 2011, pág. 259)
 Nunca ejerció el ministerio sacerdotal.
 Su ministerio profético lo desarrolló en medio de cuatro etapas: 1° durante el
reinado de Josías; 2° en el reinado de Joaquín; 3°en el reinado de Sedecías; 4°
después de la destrucción del templo de Jerusalén
Ambiente Histórico
Jeremías desarrollo su ministerio profético a lo largo de 4 periodos históricos, los
mencionados en el punto anterior.
En cuanto al rey Josías, fue él quien llevó adelante la reforma que aparece en 2Cro 34 y
las reformas cultuales, culminando en una reforma religioso-política. Además, fue
Josías quien reconquistó el territorio del norte unificando el reino. Es durante su reinado
que se da la vocación de Jeremías.
Después de la muerte de Josías asume el poder uno de sus hijos que, al poco tiempo es
destituido y suplantado por su hermano Joaquín, quien estuvo sometido al faraón,
teniendo que pagar tributos. Por su parte, Joaquín fue un rey despótico. En esta época se
da el auge de Babilonia, por lo que el reino de Joaquín pasa a ser oprimido por la nueva
potencia y su rey Nabucodonosor. En este tiempo ocurre la primera deportación y la
muerte de Joaquín.
Durante la tercera etapa, el reino sigue oprimido por Babilonia. Después de Joaquín
asume el trono Sedecías, que era un hombre de poco temple, por lo que sufría de
muchas presiones de parte de los distintos bandos del reino, tanto es así que es inducido
a la rebelión contra Babilonia, lo que produjo el sitio de Jerusalén, la toma de Sedecías
como prisionero y la destrucción del templo. Aquí se produce la segunda deportación a
Babilonia.
Vocación
Sabemos que su vocación se da en su juventud, pero su edad no se puede precisar con
exactitud, y este dato difiere respecto al autor que se siga.
Según Habel, la vocación de Jeremías tiene seis elementos constitutivos:
1. El encuentro con Dios. Jeremías, a diferencia de Isaías o de Ezequiel, solo
“recibe la palabra del Señor”. (Sicre, 2011, pág. 260)
2. Se produce un discurso introductorio, en el que se ve que Dios piensa en
Jeremías desde antes de que nazca. La elección es expresa y exclusivamente de
Dios. Se deja ver una relación YO (Dios)-tu (Jeremías) que apunta a abrirse a los
otros, estableciéndose la relación YO-tu-ellos. La elección de Jeremías no es una
elección para que solo él se relacione con Dios, sino que es una elección que
tiene como horizonte la entrega del profeta. (Sicre, 2011, pág. 260)
3. Objeción. Es el momento en el que Jeremías alega ser muy joven y no saber
hablar, por lo que es inadecuado para llevar a cabo la misión que Dios le
presenta. (Sicre, 2011, pág. 260)
4. Orden. Aquí Dios deja de manifiesto que no le importan las cualidades que tenga
Jeremías, ya que será Él quien hable por boca del profeta. (Sicre, 2011, págs.
260-261)
5. Palabras de aliento de Dios en su forma típica: “Yo estaré contigo”. Aquí se ve
que el problema de Jeremías radica en su miedo a las personas. (Sicre, 2011,
pág. 261)
6. El Signo. Todo lo anterior está centrado en el tema de la palabra y del hablar,
por eso Dios le toca la boca a Jeremías y pone sus palabras en ella. Las
consecuencias del mensaje se expresan con 6 verbos que dejan ver que la misión
de Jeremías indica destrucción de lo antiguo y creación de algo nuevo.

2) mensaje teológico
a) arrancar y derribar. Plantar y edificar. Es decir, anuncio y denuncia.
resume admirablemente las dos vertientes de la palabra profética. La expresión
“arrancar y destruir” refleja la dimensión crítica del profeta, conocida también como
denuncia profética ejercida sobre el pasado y presente del pueblo (o las naciones
extranjeras) y sus más cualificados representantes. El profeta se convierte así en
instancia crítica frente al orden (o desorden) establecido, proyectando su denuncia a
todas las áreas de la vida (religiosa, social, económica, política, etc.).
Pero su mensaje va más allá de la denuncia y el castigo. Su objetivo último es “edificar
y
plantar”, es decir, promover el cambio y la conversión, alimentar la esperanza, anunciar
la salvación prometida, construir el futuro. Esta dimensión esperanzadora y salvífica se
refleja en las llamadas “utopías proféticas”.
b) el tema del amor de Dios.
Jeremías, siguiendo a Oseas, concibe las relaciones entre Dios y el pueblo en clave
matrimonial. El pueblo, como una mujer infiel, ha abandonado a Dios; por eso debe
convertirse, volver. Ha emprendido un mal camino y debe seguir el que lleva al Señor.
El amor de Dios expresado en clave matrimonial lo podemos encontrar en Jr 2, 2-19. En
este poema nos encontramos con las razones por las que las tribus del norte fueron
deportadas, que son: abandonar a Dios y seguir a los ídolos. Pero esto no se queda ahí,
ya que Dios no abandona a su pueblo. Es el mismo profeta Jeremías quien profetiza un
castigo para Babilonia, del cual no se podrá levantar.
c) Religión y culto interior del espíritu del corazón.
En este profeta encontramos una denuncia de corrupción en el culto, que se sigue de una
llamada a la conversión (Jr. 7,1-7). El culto espiritual se hace presente en Jr 30,33-34,
en donde Dios promete poner su Ley en los corazones de su pueblo para que conozcan a
su pueblo.
d) el tema de la oración.
La oración en los profetas puede ser por varios motivos, pero por lo general es para
pedir explicaciones o ayuda. Nos encontramos en Jeremías con la oración que hace en
32,16-25, “¡Ay, Señor Yahveh! Tú eres quien hiciste los cielos y la tierra con tu gran
poder y tenso brazo: nada es extraordinario para ti...”. Esta oración está pronunciada en
momentos difíciles, cuando Jerusalén está asediada por el ejército babilónico. El profeta
emprende la compra de un campo justo en ese momento, que es el peor para una
inversión de ese tipo. Sin embargo, se trata de la voluntad de Dios. Por eso, después de
firmar el contrato, ora al señor pidiéndole la explicación del misterio. La respuesta de
Dios se encuentra en 32,42-44: “Porque así dice Yahveh: Como he traído sobre este
pueblo todo este gran perjuicio, así yo mismo voy a traer sobre ellos todo el beneficio
que pronuncio sobre ellos, y se compraran campos en esta tierra de la que dicen ustedes
que es una desolación...”.
Referencias
Sicre, J. L. (2002). Introducción al Antiguo Testamento. Navarra: Verbo Divino.
Sicre, J. L. (2011). Introducción al profetismo bíblico. Navarra: Verbo Divino.

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