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Metodología de la investigación para la realización del trabajo final

Para llevar a cabo el trabajo final del Taller necesitaremos de un método, una organ-
ización general que contempla los puntos fundamentales para la presentación de un
proyecto. Este orden inicial que proponemos se irá modificando en el transcurso del
trabajo, pero es necesario partir de una estructura metodológica que marca las pautas
orientadoras básicas para su realización.

“Nosotros optaremos por el modelo científico, donde la construcción del marco teóri-
co del proyecto se va elaborando y reformulando en todo el transcurso de la investi-
gación, porque en la medida que avanzamos, vamos comprendiendo nuevas cosas y
corrigiendo nuestras propias concepciones partiendo de una mirada sobre la comuni-
cación que sustente los proyectos.”1

Cuando comenzamos a trabajar un proyecto de investigación debemos cubrir los


requisitos fundamentales para que el trabajo quede claro. No hay recetas o dogmas
para esto, ya que cada investigador y cada proyecto son distintos, pero a partir de un
planteo básico vamos a señalar los aspectos fundamentales que deberá contemplar su
presentación.

“(…) el método (…) no es un camino fijo o predeterminado y menos aún un recetario


de acciones que se siguen como una rutina. Porque el conocimiento científico no se
adquiere por un proceso similar al de la producción de bienes en una cadena de mon-
taje sino que se va desarrollando gracias a la libertad de pensamiento, mediante la
crítica, el análisis riguroso, la superación de los errores y la discusión. Por ello es que
el método ni es obligatorio, en el sentido de que si no se lo sigue de una determinada
manera nos aguarda inevitable el fracaso, ni es tampoco garantía absoluta de que se
arribará a un resultado exitoso.”2

1 Branda, María. “Apuntes para el Estudio de Metodología de la Investigación”. La Plata,


Apuntes de la Cátedra de Taller en Diseño en Comunicación Visual II a V B, s/f.
2 Sabino, Carlos. El proceso de investigación, Caracas, Panapo, 1992, pp. 3-4.

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La idea del texto que compartiremos a continuación, es comenzar este ciclo enten-
diendo la importancia del trabajo que llevaremos adelante, no solo a los efectos de
obtener una calificación positiva que nos permita aprobar la materia, sino para com-
prender que es un trabajo diferente, y que les será de utilidad, más allá de cualquier
aspecto coyuntural. Presentamos un extracto de las “Conclusiones” de Umberto Eco
para su obra sobre metodología para la elaboración de tesis3:

“Quisiera concluir con dos observaciones: hacer una tesis significa divertirse, y la tesis
es como el cerdo, en ella todo tiene provecho.
El que, ayuno de práctica de investigación y atemorizado por no saber cómo hacer la
tesis haya leído este libro, puede estar aterrorizado. Tantas normas, tantas instruc-
ciones, es imposible salir con bien...
Pues bien, esto no es cierto. Por exigencias de completitud he tenido que inventarme
un lector totalmente falto de todo, mientras que [ustedes], que [leen] este libro, ya
[habrán] hecho propias muchas de las técnicas de [las] que he hablado. Mi libro ha
servido más bien para recordarlas todas, para sacar a la conciencia lo que muchos de
[ustedes] ya [han] absorbido sin [darse] cuenta (…).
Lo importante es hacer las cosas con gusto. Y si [han] escogido un tema que [les] in-
teresa, si [han] decidido dedicar verdaderamente a la tesis el período que [se hayan]
prefijado (…) [se darán] cuenta de que la tesis puede vivirse como un juego, como una
apuesta, como una búsqueda del tesoro.
Hay una satisfacción deportiva en dar caza a un texto que no se encuentra; hay una
satisfacción enigmática en encontrar, tras muchas reflexiones, la solución a un prob-
lema que parecía insoluble.
[Tienen] que vivir la tesis como un desafío. El desafiante [son ustedes]. [Se plantear-
on] al principio una pregunta a la que todavía no [sabían] responder. Se trata de
encontrar la solución en un número finito de movimientos.
Otras veces la tesis puede vivirse como una partida mano a mano: [el] autor no quiere
[confiarnos] su secreto; entonces [tienen] que rodearlo, interrogarlo con delicadeza
y hacerle decir lo que no quería decir pero hubiera debido decir. En ocasiones la tesis
es un [ajedrez] solitario: [tienen] todos los peones y se trata de ponerlos en su sitio.
Si [hicieron] la tesis con gusto, [tendrán] ganas de seguir.
Por lo general, mientras se trabaja en una tesis sólo se piensa en el momento de
[terminar]: se sueña con las vacaciones subsiguientes. Pero si el trabajo ha sido bien
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Eco, Umberto, Como se hace una Tesis. Técnicas y procedimientos de estudio,
investigación y escritura, México, Gedisa, 1987. (Sobre la versión castellana de Lucía
Baranda y Alberto Clavería Ibáñez se han introducido corchetes para facilitar la lectura)

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hecho, el fenómeno normal es que, tras la tesis, surja un gran frenesí de trabajo. Se
quiere profundizar en todos los puntos que habían sido dejados de lado, se quiere
seguir las ideas acudidas a la mente pero que tuvieron que ser apartadas, se quiere
leer otros libros, escribir ensayos. Y esto es señal de que la tesis ha activado el me-
tabolismo intelectual, que ha sido una experiencia positiva. Es signo de que ya [son]
víctimas de una compulsión a investigar, un poco a la manera de Charlie Chaplin en
Tiempos modernos, que seguía limando tornillos después del trabajo; [tendrán] que
hacer un esfuerzo para frenar.
Pero una vez frenados puede suceder que [se percaten] de tener una vocación in-
vestigadora, de que la tesis no era sólo el instrumento para alcanzar el doctorado y
el doctorado el instrumento para subir de puesto en el [trabajo] o para contentar a
los padres. Y en modo alguno he dicho que proponerse seguir investigando signifique
abocarse a la carrera universitaria, esperar un contrato, renunciar a un trabajo inme-
diato. Se puede dedicar un tiempo razonable a la investigación ejerciendo un oficio y
sin pretender hacerse con un cargo universitario. También un buen profesional debe
seguir estudiando.
Si [se dedican] de algún modo a la investigación, [descubrirán] que una tesis bien
hecha es un producto en que todo tiene provecho. Como primera utilización [sacarán]
de ella uno o más artículos científicos y quizá (tras algunas reelaboraciones) un li-
bro. Pero con el paso del tiempo [se darán] cuenta de que [vuelven] a la tesis para
sacar material a citar; [vuelven] a utilizar las fichas de lectura haciendo uso quizá de
parte de las que no entraban en la redacción final de [su] primer trabajo; las que eran
partes secundarias de la tesis se [les] presentarán como el inicio de una nueva investi-
gación... Podrá suceder que [vuelvan] a [su] tesis incluso decenas de años más tarde.
Pues habrá sido como [su] primer amor y [les] resultará difícil olvidarla. En el fondo,
habrá sido la primera vez que [hacen] un trabajo científico serio y riguroso, lo cual
como experiencia no es poco.”

Bibliografía
Branda, María, “Apuntes para el Estudio de Metodología de la Investigación”. La Plata,
Apuntes de la Cátedra de Taller en Diseño en Comunicación Visual II a V B, s/f.
Eco, Umberto, Como se hace una Tesis. Técnicas y procedimientos de estudio, investi-
gación y escritura, México, Gedisa, 1987.
Sabino, Carlos, El proceso de investigación, Caracas, Panapo, 1992.

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Umberto Eco
Nació en la ciudad de Alessandria, en el norte de Italia. Se doctoró en Filosofía y
Letras en la Universidad de Turín en 1954 con un trabajo que publicó dos años más
tarde con el título de El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956). Tra-
bajó como profesor en las universidades de Turín y Florencia antes de ejercer durante
dos años en la de Milán. Después se convirtió en profesor de Comunicación visual
en Florencia en 1966. Fue en esos años cuando publicó sus importantes estudios de
semiótica Obra abierta 1962 y La estructura ausente 1968, de sesgo ecléctico. Desde
1971 ocupa la cátedra de Semiótica en la Universidad de Bolonia. En febrero de 2001
creó en esta ciudad la Escuela Superior de Estudios Humanísticos, iniciativa académica
solo para licenciados de alto nivel destinada a difundir la cultura universal. También
cofundó en 1969 la Asociación Internacional de Semiótica, de la que es secretario.
Distinguido crítico literario, semiólogo y comunicólogo, Umberto Eco empezó a
publicar sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuen-
ta de sus experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en
la adolescencia). En 1980 se consagró como narrador con El nombre de la rosa, novela
histórica culturalista susceptible de múltiples lecturas (como novela filosófica, novela
histórica o novela policíaca, y también desde el punto de vista semiológico). Se articula
en torno a una fábula detectivesca ambientada en un monasterio de la Edad Media
el año 1327; sonoro éxito editorial, fue traducida a muchos idiomas y llevada al cine
en 1986 por el director francés Jean-Jacques Annaud. Escribió además otras novelas
como El péndulo de Foucault (1988), fábula sobre una conspiración secreta de sabios
en torno a temas esotéricos, La isla del día de antes (1994), parábola kafkiana sobre la
incertidumbre y la necesidad de respuestas, Baudolino (2000), una novela picaresca
-también ambientada en la Edad Media- que constituye otro rotundo éxito y sus úl-
timas obras, La Misteriosa Llama de la Reina Loana (2004) y El cementerio de Praga
(2010).
Ha cultivado también otros géneros como el ensayo, donde destaca notablemente
con títulos como Obra abierta (1962), Diario mínimo (1963), Apocalípticos e integra-
dos ante la cultura de masas (1965), La estructura ausente (1968), Il costume di casa
(1973), La forma y el contenido (1971), El signo (1973), Tratado de semiótica general
(1975), El super-hombre de masas (1976), Desde la periferia al imperio (1977), Lec-
tor in fabula (1979), Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), Los límites de la inter-
pretación (1990), Seis paseos por los bosques narrativos (1990), La búsqueda de la
lengua perfecta (1994), Kant y el ornitorrinco (1997) y Cinco escritos morales (1998).
Es miembro del Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la Unesco y
Doctor Honoris Causa por treinta y ocho universidades de todo el mundo, entre ellas,
la Universidad Complutense de Madrid (1990), la Universidad de Tel Aviv (1994), la

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Universidad de Atenas (1995), la Universidad de Varsovia (1996), la Universidad de
Castilla-La Mancha (1997), la Universidad Libre de Berlín (1998) y la Universidad de
Sevilla (2010).
En 2000 recibió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Es caballero de la Legión de Honor francesa.
Otras distinciones: Medalla de Oro al mérito de la cultura y el arte (Roma, 1997);
Caballero Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Italiana (Roma, 1996);
Ordine Pour le Mérite für Wissenschaften und Künste. Premio Strega. Premio Médicis.
Premio Bancarella. Premio del Estado Austriaco para la Literatura Europea. Miembro
honorario de la Asociación James Joyce, de la Academia de Ciencias de Bolonia, de la
Academia Europea de Yuste, de la Academia Americana de las Artes y las Letras, del
Umiejętności Polska Akademia (Academia Polaca de las Artes). Miembro del Colegio
de Santa Ana de Oxford. Miembro de la Accademia dei Lince. Ha sido nominado en
diversas ocasiones para el Premio Nobel.

Carlos Sabino
Nación en Buenos Aires, Argentina, 24 de julio de 1944. Sociólogo e historiador,
autor de Guatemala, la historia silenciada; Todos nos equivocamos; El fracaso del in-
tervencionismo; Guatemala, dos paradojas y una incógnita; Diccionario de Economía y
Finanzas; y Construyendo consensos para una Venezuela libre, entre otros.
Actualmente es profesor jubilado de la UCV y profesor visitante, de modo perma-
nente, de la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala. En la Facultad de Dere-
cho, de esa casa de estudios, recibió un reconocimiento como escritor.
Sabino obtuvo su Licenciatura en Sociología en la Universidad Nacional de Bue-
nos Aires en 1970. Antes de entrar a la universidad participó en algo de la turbulenta
vida política de aquella época y, mientras estudiaba, trabajó como encuestador. Al
graduarse ingresó en la empresa Unilever, llegando a tener brevemente la jefatura
del departamento de investigación de mercados, y dictó algunas clases en la misma
Universidad de Buenos Aires.
Se trasladó Chile, en 1971, para colaborar en el experimento de socialismo en lib-
ertad que iniciaba Salvador Allende en esos momentos; ingresó como profesor en
la Universidad del Norte, en Arica. Durante su experiencia en Chile, obtuvo una es-
pecialización docente en el campo de la metodología de investigación que reforzaba
conocimientos previamente obtenidos y rechazó profundamente el socialismo. Antes
de que cayera Allende, o de que éste instaurara una dictadura comunista, prefirió salir
del país y vivió un año en Perú, donde se desarrollaba otro experimento socializante,

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aunque más moderado, realizando también en ese país tareas de investigación y de
docencia universitaria.
Llegó a Venezuela en 1974 y a los pocos meses ganó un concurso de oposición en
la cátedra de métodos de la Escuela de Sociología, Universidad Central de Venezuela
(UCV). También publicó ese año un texto de metodología, El Proceso de Investigación.
En 1980 comenzó a cursar el Doctorado en Ciencias Sociales, de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales de aquella misma universidad, en el que aprovechó
para especializarse sistemáticamente en materias de economía. Su tesis, terminada
en 1986 pero publicada en 1988 como Empleo y Gasto Público en Venezuela, fue un
intento de explorar temas socioeconómicos desde una óptica interdisciplinaria.
En el curso de su carrera académica ha sido Profesor Visitante en el Center for
Study of Public Choice de la George Mason University, Virginia, USA, y ha dado clases
y conferencias para multitud de universidades. Ha presentado sus trabajos de ascenso
regularmente, de modo que es Profesor Titular desde 1990. Ha escrito una buena
cantidad de libros, artículos y otros trabajos.
Es también miembro de la Sociedad Mont Pelerin, colaborador del Center for Glo-
bal Prosperity (de cuyo Board of Advisors es miembro), del Centro de Divulgación del
Conocimiento Económico para la Libertad (Venezuela) y del Consejo Académico de la
Fundación Internacional para la Libertad. Es corresponsal de la Agencia Interameri-
cana de Prensa Económica y colabora con el Centro para la Apertura y Desarrollo de
América Latina.

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