Está en la página 1de 65

1

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Personajes: Julia, Primer Asaltante, Segundo Asaltante; Voces
grabadas: Primera Mujer, Segunda Mujer, Tercera Mujer; Personajes
filmados: Un Hombre, Una Mujer, Un Policía.

Escenografía: La casa de Julia: un enorme cuarto estudio – cocina


– sillones – mesitas – licores – vasos – cigarros – ceniceros –
encendedor. Sobre una de las mesitas, a lado de un sillón,
numerosas revistas. teléfono – contestadora – grabadora. Un
enorme perchero con diversos vestidos colgados. Una bolsita.
Frente a la esquina de la cocina, una mesa grande; sobre el
refrigerador, un faro de luces azul y amarilla, como el que usan
algunos policías en sus patrullas.
Ollas, platos, cubiertos, copas, botellas de agua y de vino,
verduras, espagueti. Almanaque o libro de dieta. Dentro del
refrigerador un pollo. Donde se lo quiera colocar, un mantel fino
doblado, el cual se usará al final para preparar la mesa.
En proscenio, a los lados del escenario, dos bases con
reflectores; en una esquina un spot con paraguas de fotógrafo. En
el centro del proscenio un monitor de televisión, una
videograbadora y un aparato para proyectar imágenes agrandadas
(videoproyector) sobre una pantalla enorme situada al fondo del
escenario. También en el proscenio, un tripié montado sobre
ruedas, sobre el que destaca una cámara de video. Junto a la
pared que divide el departamento de Julia del de los vecinos está
colocada una caja acústica. Diversos cuadros cuelgan de las
paredes, de buen gusto (por favor, evitar paisajes italianos tipo
el Vesubio, Nápoles, etcétera; Julia podría ser norteamericana,
alemana, inglesa... incluso africana).

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
En la escena tenuemente iluminada, distinguimos a Julia. La mujer
da algunos pasos indecisa, luego, lentamente, se dirige al centro
del escenario y aplaude: un solo aplauso. Al oírse el chasquido
se encienden todas las luces. Lleva puesto un vestido sencillo;
al cuello, un collar de perlas de varias vueltas.

JULIA: Mucha luz... (Otra palmada: todo se apaga, menos los


dos reflectores que están en el proscenio) Éstas están
muy bien. (Acercándose a la cámara de video, dice)
Conéctame el rastreador de persona automático...
(aprieta un botón y se aleja caminando hacia la
derecha y luego hacia la izquierda animando al tripié
a seguirla) ¡Aquí... aquí... (el tripié la sigue)
aquí... Bravo! Ahora me sigue sólo el tripié...
(Prende la videograbadora y controla su imagen en el
monitor que está sobre el piso en el centro del
escenario, imagen que a su vez es proyectada en la
pantalla grande que está a espaldas de la mujer. La
toma es efectuada por un técnico sentado en primera
fila.) No... está muy lejos... (al tripié) Más
cerquita... más cerquita... (el tripié, manejado desde
bastidores, apenas se moverá... la imagen de la mujer,
tomada desde la platea, será proyectada en zoom sobre
la pantalla grande) ¡Stop!... ¡Ay mi madre, qué
ojeras! Más luz (Aplaude y se enciende el spot
acoplado a la sombrilla situada a sus espaldas, a su
izquierda) No, da charolazo... fuera... (Vuelve a
aplaudir y el spot-sombrilla se apaga. Al mismo
tiempo, suena el teléfono. Alza la voz, dirigida al
teléfono) No voy a contestar, está conectada la
contestadora... arréglate con ella... (Se acerca al

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
perchero donde están colgados los vestidos, se los
prueba por encima, controlando el efecto por el
monitor) A ver... vamos a ver qué me pongo... No, éste
no... (es un vestido con bordados árabes) Está pasado
de moda... parece el camisón de Bin Laden... (coge
otro vestido, éste con lentejuelas) ¡Este otro...
estilo años cincuenta... muy bonito!... No, no...
brilla mucho... (Toma una falda muy vistosa) Esta
hermosa faldita... ¡sencilla!... para ir de compras al
mercado y pasar inadvertida... (Señalando el vestido
que trae puesto) Tengo este camisón... me cubre toda.
(Suspira, nerviosa) Estoy nerviosísima... Estoy
acostumbrada a estar detrás de la cámara, no delante
de ella... ¡Estoy hecha un manojo de nervios! aprieta
un botón de la videograbadora) ¡Encendida! (corre a
colocarse frente a la cámara de video. Está muy tensa.
Pasa por un momento de perplejidad y de contrariedad,
luego se detiene) ¡Puta madre! Con todo lo que tengo
atorado aquí y no puedo decir ni pío. Ah sí, las
manos... comencemos por las manos... las manos que te
han sostenido... Sí... Sí... (Corre a regresar la
grabadora y la vuelve a prender) ¡Acción! (Toma un
gran respiro y extiende las manos hacia la cámara)
¡Las manos! Mira mis manos... míralas bien... ¿Las
ves? Están frente a tus narices... ¿Las reconoces?
Grandes... Desmesuradas... ¿Las reconoces? Cuántas
veces las tuviste entre las tuyas... cuántas veces las
besaste... ¿Las reconoces? Y detrás de mis manos...
¡mi rostro! ¿Me reconoces? ¡Soy yo, tu esposa! (Se
detiene. Va a regresar la grabadora) ¿Estoy mal de la
cabeza o qué onda?... ¿Pero qué inicio fue ése?

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Parecía de película de terror... ¡de zombis! ¡No puedo
traumatizarlo con estas dos manazas! Y luego, ¿por qué
le dije “frente a tus narices”?, ¿pues quién es,
Pinocho? Cuando mucho frente a tus ojos. Y además ése
“¡soy yo, tu esposa!” ¡Parece la voz de Dios!
(Remedándose de modo grotesco) ¡Soy yooo, tu
espoosa... que viene del más allá a jalarte los pies!
(Pone a funcionar la radiograbadora que transmite una
melodía de amor) Un buen fondo musical... ¡Dios, qué
nerviosa estoy... estoy nerviosa como una monja
embarazada! (Vuelve a encender la videograbadora, va a
ponerse en pose. Silencio durante algunos segundos,
luego, buscando las palabras va cobrando seguridad
poco a poco) Hola, soy yo, Julia... Ponte cómodo y
escúchame... tengo que hablarte. Ya sé que éste es un
medio inusual de comunicación... Te escribí una carta,
pero prefiero que me mires mientras te hablo... Es más
te diré que la idea de que después... esto es, que
ahora... me estés viendo, me llena de fuerzas... de
valor... y debo decir que verdaderamente me hacen
falta. Cuándo recibas mi carta-video... (La melodía
lenta termina, se oye de pronto una pieza de rock) ¡De
dónde salió ese rock! (Corre a apagar el tocacintas y
vuelve frente a la cámara) Gracias a este medio
electrónico... (Suena el teléfono) Oh dios... Tengo
puesta la contestadora... ahí está... graba... Apuesto
que no te acuerdas que día es mañana... mañana es el
aniversario: un año exacto desde que nos separamos...
En ese año he pensado en ti muchísimo... sobre todo al
principio... pensaba en ti siempre... dormía y pensaba
en ti... te soñaba... me despertaba por la mañana, y

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
pensaba en ti... hablaba con la gente y pensaba en
ti... pensaba en ti... pensaba en ti... Luego un poco
menos... luego siempre menos... luego menísimo... y
ahora ya no pienso en ti. Pero todavía siento afecto
por ti... Luego de 35 años de vida en común... te
siento como a uno de la familia... como a un
pariente... un primo... uno simpático al que da gusto
encontrarlo en los funerales... en los bautismos...
los bodorrios... y, no obstante mi gran amor por ti...
(tiene una oleada de emoción que casi le cierra la
garganta) porque mi amor por ti era... muy grande...
(se compone) no obstante que mi amor se haya vuelto
sólo afecto... (se interrumpe) Disculpa, si no escucho
quién me telefoneó no logro concentrarme... no te
vayas... ahorita vuelvo. (Apaga la videograbadora, y
con un aplauso los reflectores: vuelve la luz plena.
Julia va hacia la contestadora: oprime un botón y
escucha).

VOZ FEMENINA: ¿Bueno?, disculpe si la molesto a esta hora,


doctora... Soy la señora Alfini, ¿se acuerda de mí?

JULIA: Nunca la había oído.

VOZ FEMENINA: Soy la de la quemadura en la nalga a causa del


ladrillo. Necesito hablar con usted... no, no por lo
de la nalga. Ay, doctora... estoy tan abatida...
espero encontrarla dentro de unas horas... ¡Estoy
desesperada! Al rato le vuelvo a hablar.

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Esperemos que no. Ésta se equivocó de número, me
confundió con su analista... ¡¡Tiene la nalga
quemada!! ¡Qué historia! (Aplaude y vuelve a poner en
orden las luces para la grabación. Vuelve a prender la
videograbadora, regresa frente a la cámara)
Discúlpame, era una señora que se había equivocado de
número... me confundió con su psiquiatra... ¡me pedía
ayuda a mí... una loca! Sí... no lo digo de guasa...
yo estoy completamente loca... lúcida... pero
recuperada. ¿No me crees? Te lo demuestro: los
primeros días después de que me fui de nuestra casa...
no voy a repetirte los motivos... los sabes bien
todos... a media noche me despertaba, me vestía,
decidida a venir a tu casa... a sacarte. A dispararte.
Incluso me compré una pistola con licencia para portar
armas.
O también me asaltaba la obsesión de seguirte cuando
ibas a la estación a recibir a tu nueva novia...
esperar a que llegara el tren... y antes de que se
detuviera... darte un patadón en el culo y aventarte
bajo las ruedas del tren. ¡Quería verte hecho papilla!
La cabeza aquí... una pierna por allá... ¡una
carnicería! ¡Sangre, quería sangre!
Pero bueno, esto me sucedió al principio, cuando
estaba tratando de cambiar mi metabolismo. No te estoy
diciendo tonterías... Luego de una vida tan larga que
pasamos juntos, es justamente el metabolismo lo que
hay que cambiar... un metabolismo que dependía por
completo de ti... Y yo que creía que era una mujer
emancipada. Pero es comprensible... 35 años...
despertarme todas las mañanas y pensar en ti... no en

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
ti, ti... sino en ti como marido... eras el centro de
la familia... Lo digo sin ironía. Qué sé yo... la
comida... planchar, lavar... tu trabajo... tu
carrera... Tus problemas... que también eran mis
problemas... luego estaban también mis problemas que
en cambio seguían siendo mis problemas... Pues bien,
encontrarme así de sopetón, sola y sin nada más que
hacer... ¡fue un shock! Me puse muy mal... pasé unos
días horribles... Pero después salí adelante... o a lo
mejor me hice a la idea de que salí adelante.
¿Paranoia? Sí, sí... ya te dije que estoy loca... Salí
adelante... Estoy bien. Tengo mucho tiempo para mí...
me ocupo mucho de mí... Por primera vez en mi vida
tengo 24 horas todas para mí... 24 horas, todos los
días.
Como todo macrobiótico... que ahí se te va toda la
mañana... Mucho salvado: es un regulador del intestino
formidable. ¡Desde que te dejé no se me pasa un día!
Deberías tomarlo tú también, que siempre tienes
dificultades... Luego está el ajo. Es un antibiótico
natural.
Tuve que ponerme a dieta, porque, como te dije...
apenas te dejé... me sentí muy mal... todo me daba
fastidio... los ruidos... somatizaba. El médico me
decía: “¡Mire, señora, lo que pasa es que usted
somatiza!” Y como a mí la palabra “somatiza” me
encantaba, pues somatizaba todavía más... somatizaba
todo... en resumen, vomitaba todo.
Desde que como todo macrobiótico y el ajo... sigo
vomitando... pero ya no me importa nada...

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Físicamente estoy bien... psicológicamente... no. Me
he desprendido de todo... ya no tengo ningún
estímulo... Ya no me importa nada... ni nadie.
Ni siquiera mi trabajo: ¡la publicidad! Es más, te
diré que tan sólo la idea de estar ahí rompiéndome la
cabeza inventando slogans para convencer a la gente
que compre cosas de las que puede prescindir por
completo... me hace vomitar más...
Así que... no hago nada...
Pero no estoy mal... estoy bien... estoy muy b... (se
interrumpe a mitad de la palabra “bien” ) estoy mal.
Estoy mal sola, estoy mal con lo demás. Desde hace
varios días me pregunto qué estoy haciendo en este
mundo. Me gustaría poder hablar contigo de mi problema
existencial... Ya entendí... tarde, pero entendí que
vivir en este mundo... es pura cuestión de
adecuarse... de aceptar el ritual... de estar en el
juego...
Pero es justo este tipo de juego el que ya no me pasa.
Todo es tan despiadado, infame, violento, vulgar... y
todo se resuelve en veinte minutos... como en las
comedias... Tú me dirás... “¿Y qué esperabas? Estamos
viviendo en la cultura de las comedias.”
Yo... tú lo sabes... me había hecho un programa...
hermoso... sí, ciertamente un poco utópico... pero de
una utopía bellísima... Creía en ella... Me entregué a
ella con tanto entusiasmo... Y es que me hicieron una
jugada... me sacaron toda el agua de la alberca... ¡Me
di un catorrazo! Y la gente a mi alrededor se moría de
la risa: “¡Miren a ésa, todavía cree en los Santos
Reyes... en la solidaridad... en la posibilidad de

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
cambiar el mundo! ¡Anda, Julia, sé concreta, sé
realista!” Pero la verdad es que esta “realidad” es
una porquería; yo no me puedo adaptar a ella.
Lambiscones oportunistas, hipócritas, gente que se
trepa en la cara del otro... vendedores ambulantes de
dignidad y de trasero... No, no estoy de acuerdo... No
me adapto... Me hizo corto toda la central... Se me
dañó el disco duro... Sí, me muevo... hablo... incluso
hago bromas... pero todo es un truco... es por la
inercia... Yo soy un cacharro que hay que tirar... ya
estoy muerta. Sólo debo cumplir mi último gesto: bajar
la cortina. (El tripié da un salto) No, no te agites,
cuando recibas este videocassette todo ya habrá
pasado. (Suena el teléfono) Maldita sea, el
teléfono... Discúlpame, no puse la contestadora, si no
contesto va a continuar así toda la noche. (Va al
teléfono) ¿Bueno?

VOZ FEMENINA: Buenas tardes, doctora, finalmente la encuentro...

JULIA: (A sí misma) Oh, dios, otra vez... (Al teléfono) Deje


que le ponga la pausa a la cámara... (Ejecuta. Con un
aplauso vuelve a ajustar la luz)

VOZ FEMENINA: Perdón, ¿qué decía?

JULIA: Decía que se equivocó de número.

VOZ FEMENINA: ¿Por qué, qué número marqué? Espere... ¿éste no es el


55 58 00 74?

10

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Sí, ése es el número, pero yo no soy la persona que
usted busca. Disculpe, ¿dónde encontró este número?

VOZ FEMENINA: En la revista... en ésa, ¿cómo se llama? Espéreme,


aquí la tengo; “Salud”, se llama, en la página 38 hay
todo un artículo sobre usted.

JULIA: ¿Usted, quién?

VOZ FEMENINA: Usted, usted... dice: “Famosa analista se especializó


durante mucho tiempo en Japón”.

JULIA: Nunca he estado en Japón.

VOZ FEMENINA: ¿Ah no? Bueno, ya sabe, los periódicos siempre


exageran. Pero lo importante es que el método sea el
justo y que funcione, ¿no le parece?

JULIA: ¿Qué método?

VOZ FEMENINA: El suyo, el que está descrito aquí: técnica psico-


respiratoria con emisión de vocalizaciones
apropiadas...

JULIA: Y qué sucede... (Se dirige hacia algunas revistas


colocadas sobre una mesita)

VOZ FEMENINA: ... se llega al diapasón. Diapasón empleado por los


santones de Indonesia, quienes de este modo llegan a
levitar.

11

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Señora... y a usted qué le interesa levitar o no
levitar; qué, ¿acaso es un pastel?

VOZ FEMENINA: No, yo para nada quiero levitar. A mí me basta con


sacarme la neurosis que traigo encima, como dice en el
artículo...

JULIA: (ojeando entre las revistas) ¿Se llama “Salud” esta


revista? Estoy suscrita a ella. Aquí está... ¿página
38 dijo? (Agitada) ¡Pues sí, es el mío! Pero esto es
una broma... es un error...

VOZ FEMENINA: Cierto, un número privado, fueron unos indiscretos, no


se va a cantarlo a cuatro vientos... Pero para mí fue
una fortuna, que así puedo pedirle un consejo: que me
recomienda usted, doctora, dado que probablemente
estoy embarazada, ¿espero la respuesta de la rana?,
porque de la del conejo no me fío...

JULIA: Mire, yo no sé nada, ¡ni de ranas ni de conejos!

VOZ FEMENINA: ¡Y le creo, usted no es obstetra, es analista!

JULIA: Escuche señorita, se lo suplico... aparte de que me


pescó en un momento, por así decir delicado,
escúcheme: la rana puede decirle lo que le parezca, y
también la coneja... ¡pero yo no puedo darle ningún
conejo (se corrige), consejo, porque ni siquiera soy
médico!

12

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ FEMENINA: Ah, ¿es una abusiva? No importa, mire, me mandé
rehacer todos los dientes por un mecánico dental
abusivo buenísimo, ¡y pagué sólo la mitad!

JULIA: Pero yo tampoco soy dentista... yo me ocupo de


publicidad.

VOZ FEMENINA: ¿Publicidad médica?

JULIA: No, publicidad de viajes y vacaciones, en videotape y


filmados.

VOZ FEMENINA: ¿Y qué hace en casa de una doctora analista? ¿Es una
pariente?

JULIA: ¡Qué pariente ni que nada, ésta es mi casa!

VOZ FEMENINA: ¡Ah, entonces usted hospeda a la analista, ya entendí!


Pues entonces pásemela.

JULIA: (exasperada) Se la pasaría, pero no puedo.

VOZ FEMENINA: Oh, qué bien, ¿y por qué?

JULIA: ¡La señora no está! Salió. ¡Fue por ranas!

VOZ FEMENINA: ¿Por ranas?

JULIA: ¡Sí, por ranas japonesas, que reconoce porque llevan


una cámara fotográfica en bandolera... apenas
encuentra una, la pone a levitar en el horno como un

13

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
santón hindú... luego, una vez que están infladas se
las da a comer a las señoras hipertensas como usted,
que se relajan... y quedan embarazadas!

VOZ FEMENINA: ¿Embarazadas?

JULIA: Sí de un mecánico dental abusivo... ¡japonés! ¿Le


quedó claro?

VOZ FEMENINA: (aterrorizada) ¡No! Pero me temo que marqué un número


equivocado, discúlpeme. (Interrumpe la comunicación,
Julia hace lo mismo)

JULIA: ¡Qué locura! Mí teléfono aquí... en una revista!


¡Quién sabe qué mujeres me llamarán por teléfono...
Menos mal que ya me voy a morir! (Vuelve a tomar la
revista. Lee) “Acostarse boca arriba sobre una mesa
teniendo un ladrillo caliente bajo los glúteos...”
¡Ah, he ahí porque aquélla se quemó! ¡Se lo puso al
rojo vivo! “Dilatar las rodillas manteniendo unidos
los talones... dejar colgando la cabeza afuera del
borde de la mesa, respirar profundamente y emitir
sonidos de vocalización, A -O -U -I -E -U -O , sobre las notas
de sol-re hasta alcanzar la escala de fa, bajando
hasta do”.
¡Ni que fuera Karajan! Y aquélla... con su ladrillo al
rojo vivo bajo el trasero: “¡A-I-O-U-A-E!” ¡Cómo somos
taradas las viejas! Nos las tragamos todas, todas...
(Avienta la revista al suelo. Enciende la
videograbadora, regresa frente a la cámara, bate las
palmas: las luces vuelven a la posición que ya

14

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
conocemos) Te estaba diciendo que me mato. Seguramente
te estarás preguntando por qué te vengo a dar esta
funesta noticia. Tal vez piensas que me quiero vengar
porque tú colaboraste con gran empeño a reducirme a
toda esta desesperación, a toda esta soledad... y que
quiero echarte encima toda la responsabilidad de mi
gesto insano. No, mantén tu corazón en paz. Mi charla
final tiene el objetivo preciso de borrar todos los
errores, malentendidos y sobre todo presunciones...
sí, la presunción máxima de creerte la causa de mi
suicidio. No, no te concederé ese privilegio. Te
gustaría, ¿eh? ¡Pero no es así! ¿Pero cómo, con mi
muerte debería agregarle fascinación a tu ya de por sí
gran fascinación? ¿Y luego quién te aguantaría? Ya veo
a las mujeres cuando camines por la calle... como un
pavo real: “¡Es él, es él!” “¿Supieron? ¡¡La mujer se
mató por su amor!! ¡Qué hombre debe ser!” Y todas ahí,
en fila... frente a la puerta de tu casa con los
calzones en la mano esperando su turno... (Se
interrumpe) ¡Pero qué oso!... ¡Julia! ¿Pero cómo es
posible...? Morir... y dejar un documento... FILMADO...

(se remeda)... ¡con los calzones en la mano!


Quiero ver lo que he hecho. (Regresa la cinta y mira
la grabación. En la pantalla se reproduce la imagen de
Julia con la escena apenas realizada) El inicio iba
bien... hasta parezco sincera. (Luego de haber
observado algunas imágenes, Julia apaga la grabadora.
Aplaude y regresa la luz plena.)
No puedo fallar... éste es mi testamento ideológico...
que voy a dejar a mi marido... a mi familia... que ya
estoy viendo a los míos en las fiestas de guardar, en

15

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Pascua, Navidad, Año Nuevo... todos sentados frente al
televisor... “Veamos el cassette de nuestra Julia...
Oigamos las burradas que nos dijo antes de matarse...
vamos a reírnos un poco...” Luego, mi última voluntad:
¡no quiero que me expongan cuando esté muerta! ¡No
quiero que me vean! He pasado toda una vida yendo a
funerales y me asusta cuando la llevan a una delante
del cadáver y empiezan: “¡Mira, parece que está
vivo!”... ¡Claro que no, está muerto! Y la otra frase
magnífica... “¡Parece que sonríe!” ¡Y yo me pongo
negra de lo enchilada y casi me da el patatús!
Tranquila... debo estar tranquila... Tengo que hacerme
de comer. Increíble, estoy aquí queriéndome matar y
tengo un hambre asesina. Como. Qué quieres qué te
diga... No puedo permitir que me entierren y que me
pase toda la eternidad revolcándome en mi ataúd
gritando ¡taco! ¡taco! Como. (Va a la esquina donde
está la cocina y automáticamente se pone a secar unos
platos que están sobre la mesa) Nunca me hubiera
imaginado que lograría hacer todo con tanto
distanciamiento... Hace unos días, cuando decía “me
mato” me daba pavor este momento... Morir aquí sola...
en la casa... Estoy alejada... ¡Ya no siento nada! (Se
da cuenta de lo que está haciendo)
Estoy secando los platos! Cómo si nunca lo hubiera
hecho en mi vida... Quiero morir con la casa en orden!
No siento nada... ¡Es un día como tantos!
He leído un montón de veces de gente que se ha
colgado, que se ha dado un tiro o se ha cortado las
venas y antes de que eso ocurriera nadie habría
sospechado jamás que estuviera preparándose para

16

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
llevar a cabo un gesto definitivo como el matarse.
Todo bien tranquilo, todo bien normal... como si fuera
un día más. Ésta es justamente la verdadera
determinación. ¡Un día como tantos! ¡Y además quiero
respetar la dieta! (Toma un libro que está arriba del
refrigerador) La dieta de la bailarina... Desde hace
tres años que la hago, sin beneficio alguno, ¿quieres
ver que esta noche bajo dos gramos? ... Moriré bien
delgadita... ¿Qué me toca hoy? (Lee) “un pollo
hervido, incluso entero... dos zanahorias” ¡Una orgía!
¡Cómo no se va a matar una con una dieta así! ¿Qué
horas son? (Mira el reloj) ¡Oh, qué felicidad! Estoy a
tiempo para ver mi telenovela... (Toma el control de
la televisión y la enciende) ¡La última telenovela de
mi vida! ¡Las veo desde hace nueve años!

En la pantalla grande aparecen las imágenes de una


telenovela. Julia saca del refrigerador un pollo y lo
deja sobre la mesa con un dejo de asco. Sin quitar el
ojo de la televisión limpia las zanahorias, las que
pondrá a cocer en la estufa junto con el pollo.

PERSONAJE MASCULINO: Echa un vistazo a esta foto. ¿Qué me dices?

PERSONAJE FEMENINO: ¡Pero si es mi marido! ¿Y quién es la putita que


lleva de la cintura?

PERSONAJE MASCULINO: No es una putita, es la hija de su más querido


amigo, es más, de su socio.

PERSONAJE FEMENINO: ¿De quién? ¿De Jorge Eduardo?

17

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
PERSONAJE MASCULINO: Sí, de él. ¡Y te juro que si Jorge Eduardo
descubre que su hija se revuelca todas las tardes en
la cama de su amigo más querido, lo descuartiza vivo!

PERSONAJE FEMENINO: ¿Dónde conseguiste esta foto?

PERSONAJE MASCULINO: La tomó uno de la Agencia Argos.

PERSONAJE FEMENINO: ¡¿Una agencia de investigación?! (Indignada) ¿Y


tú mandaste tras los talones de mi marido a uno de
esos espías infames?

PERSONAJE MASCULINO: No, yo había puesto al espía tras los talones de


ella, de Elsa, la hija de Jorge Eduardo. También fue
para mí una sorpresa encontrármela pegada a tu marido.

PERSONAJE FEMENINO: ¿Entiendes a ese bastardo? ¿Y a ti, cómo te vino


a la cabeza mandar seguir a esa tal Elsa?

PERSONAJE MASCULINO: Ya te había contado que antes de que nosotros


dos comenzáramos a amarnos había tenido una relación
con una muchacha... Pues bien, la muchacha era
justamente ella, Elsa. Pero en un momento empecé a
sospechar que, aun cuando ella seguía conmigo, estaba
viendo a otro, que resultó ser ni más ni menos que tu
marido.

PERSONAJE FEMENINO: ¡Juanjo, ese infame! Aunque me da gusto que haya


sido él el que te bajara a esa chocante.

18

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
PERSONAJE MASCULINO: Qué bueno, pues entonces te dará mucho gusto
saber que esta intriga con esta Elsa es pura pantalla.

PERSONAJE FEMENINO: ¿Una pantalla de qué?

PERSONAJE MASCULINO: El investigador siguió también al socio de tu


marido, ¡y así descubrió que Jorge Eduardo y tu Juanjo
son amantes!

JULIA: (Cautivada por la narración, se deja caer


precipitadamente sobre el sillón) ¡No!

PERSONAJE FEMENINO: Oh no... ¡Me voy a suicidar! (Explota en una


risa) ¡Ja, ja! ¿Acaso esperabas que me matara? Ja, ja.
Pues siento desilusionarte... yo ya lo sabía... ¡ja,
ja!

PERSONAJE MASCULINO: ¿Ah sí?, pues toma para que te sigas riendo:
Jorge Eduardo tiene SIDA.

PERSONAJE FEMENINO: ¡No, no es cierto! ¡Es una porquería!

PERSONAJE MASCULINO: Sí, fue una porquería haberlos espiado hasta el


hospital donde les hicieron el examen... pero valió la
pena, porque así descubrí que también tu marido tiene
SIDA.

PERSONAJE FEMENINO: Bah, pues yo también sabía eso: se lo pegué yo.

PERSONAJE MASCULINO: ¡¿Qué?!

19

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
PERSONAJE FEMENINO: Sí, tengo SIDA mi querido Juan de Dios... ¡y
también te lo pegué a ti!

PERSONAJE MASCULINO: ¿Pero estás segura? A lo mejor no me lo has


pegado.

PERSONAJE FEMENINO: Basta con que te mires al espejo, tienes la piel


manchada como si fueras una jirafa sin cuello.

PERSONAJE MASCULINO: Es cierto... esperaba que se tratara de una


simple lepra. ¿Y cómo es que a ti no se te ve ni una
mancha?

PERSONAJE FEMENINO: Yo soy una portadora sana.

PERSONAJE MASCULINO: ¿Y Jorge Eduardo y Juanjo?

PERSONAJE FEMENINO: También ellos son portadores sanos... Tú eres el


único portador podrido. ¡Adiós Juan de Dios!

PERSONAJE MASCULINO: ¡Pero yo te amo... no me dejes... te amo!

PERSONAJE FEMENINO: Yo también te amo, Juan de Dios... pero no soy yo


quien te deja... eres tú el que nos deja.

PERSONAJE MASCULINO: ¿Yo los dejo?

PERSONAJE FEMENINO: Sí, me dejas a mí, dejas al mundo... te estás


muriendo, Juan de Dios... Adiós...

20

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: (apaga el televisor) ¡Me han levantado la moral!
(aprieta un botón del tocacintas: escuchamos de nuevo
la melodía delicada que habíamos escuchado durante el
diálogo con el marido. Julia sigue la música bailando.
Mira el reloj) Media hora... ya está cocido mi
pollito. Como y luego me mato. (Distraídamente,
levanta una botella del carrito de las bebidas)

Se escucha de pronto un ulular de sirena y se activa


el faro que está sobre el techo del refrigerador.
Julia se sobresalta. Sobre la pantalla del fondo es
proyectado un dibujo animado contra el alcohol. Una
voz masculina, estentórea, advierte:

VOZ: El alcohol disuelve los almidones en azúcares, y éstos


a su vez se transforman en grasas. Es bien sabido que
un cuarto de litro de alcohol produce...

JULIA: (Deja la botella y la voz se interrumpe) ¡Yo sola me


pongo trampas y luego se me olvida y hasta me espanto!
¡Me vale! Bebo. ¡No quiero morir lúcida! (Vuelve a
tomar botella y vaso y se sirve de beber
abundantemente)

Vuelve a iniciar el ulular de la sirena, etcétera.

VOZ: ¡El sesenta y cinco por ciento de los accidentes


automovilísticos son causados por el alcohol, la
cirrosis hepática originada, en gran medida por el
exceso de alcohol causa 25 000 víctimas al año!

21

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: ¿Por qué no hablas de las mujeres que mueren de
melancolía, solas, en casa?

VOZ ESTENTÓREA: Es bien sabido que entre las amas de casa el vacío
social las lleva frecuentemente al alcoholismo.

JULIA: (Deja con rabia la copa y la botella en la mesa, se


interrumpen las voces y la luz) No quiero que me
confundan con un ama de casa con vacío social. ¡No
bebo! ¿qué debo hacer? Tenía el hígado hecho
pedazos... Y el médico: “Señora, le dará cirrosis
hepática...” el hígado se infla... se infla la
panza... inflada, siempre más inflada... y luego:
¡pum! ¡explota!, hace un gran ruido y los vecinos se
encabronan. (Vuelve a prender el televisor con el
control remoto)

Aparecen las imágenes de una película policiaca. Suena


el teléfono; mecánicamente, Julia levanta la bocina.
Al mismo tiempo, sobre la pantalla de televisión, el
policía levanta la bocina de su teléfono. Julia no se
da cuenta del error.

JULIA: Bueno, ¿quién es?

POLICÍA DE LA PANTALLA: Dígame señora, ¿qué desea?

JULIA: ¡Disculpe, fue usted quien llamó!

POLICÍA: Cálmese señora, no se agite.

22

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Estoy calmadísima... ahora dígame.

POLICÍA: ¿Cuándo pasó? Vaya por orden.

JULIA: (Se está desesperando) ¿Pero qué disparates está


diciendo? ¿Están todos locos esta tarde?

POLICÍA: Mira, si tú crees que en la policía estamos para


esperar que una puta cualquiera nos hable para
jodernos... ¡yo voy para allá y te lleno la cara de
bofetadas!

JULIA: (Se da cuenta de la equivocación. Golpea la bocina


contra el teléfono) ¡Oh dios, estoy enloqueciendo!
¡Peleo hasta con la televisión!

POLICÍA: ¿Bueno? ¿Bueno? ¡Colgó la muy puta! (Interrumpe a su


vez la comunicación)

JULIA: ¡¿Puta quién?! ¡También te quito la voz! (Apaga la


televisión) ¡Desgraciado! ¡Me dio un susto!
(Mecánicamente levanta la tapa de un cofrecito del que
saca un cigarro. Levanta un pesado encendedor de mesa
y lo enciende)

Se escucha el ulular de una sirena; al instante, los


cuadros que están en las paredes se voltean y muestran
una serie de carteles y pósters contra el humo. Hay
uno con la imagen de un fumador con el rostro verduzco
estrangulado por un enorme cigarro. Una calavera que

23

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
fuma con voluptuosidad, del tipo de los grabados de
Posada, con una leyenda tipo: “tus bronquios son
esponjas fétidas impregnadas de alquitrán”, “Humo y
cáncer son sinónimos”, “El humo debilita sexualmente,
retarda los reflejos, ofusca el cerebro”.
Sobre la pantalla del fondo aparece un dibujo animado
contra el humo.

JULIA: ¡De acuerdo! (Nerviosísima, apaga el cigarro en el


cenicero, vuelve a poner el encendedor en la mesa:
todo vuelve al orden inicial) ¡De acuerdo, moriré
sana! Pulmones espléndidos... hígado estupendo...
(Vuelve a encender la televisión: sobre la pantalla
del fondo vuelve a aparecer el policía, que está
marcando un número de teléfono. Suena el teléfono.
Julia hace el gesto mecánico de levantar la bocina,
pero se detiene. Al policía) ¡Ah no, esta vez no voy a
caer! (El teléfono sigue sonando)

POLICÍA DEL TELÉFONO: ¿Alguien que se decida a responder ahí?


(Señalando con el dedo directamente a Julia) ¡Hey, te
hablo, estás dormida?

JULIA: (Aturdida, al policía) ¿Ah, es el mío? ¡Oh, disculpe!


(Levanta la bocina y apaga el televisor) ¿Bueno?

VOZ DE MUJER: Doctora, buenas tardes, ¿cómo está? Discúlpeme si...

JULIA: Ah, volvemos a empezar, otra con lo de la doctora...

VOZ DE MUJER: ¿Oyó mi mensaje en la contestadora?

24

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Sí, lo oí, pero...

VOZ DE MUJER: (Interrumpiéndola) Lo sé, tiene razón, doctora, pero


le juro que probé y como resultado me quemé las nalgas
al acostarme sobre ese ladrillo al rojo vivo.

JULIA: Mire, deje en paz el ladrillo caliente y escúcheme.

VOZ DE MUJER: Ah no, yo no dejo el ladrillo, porque la verdad,


doctora, el primer día me fue de algún provecho, pero
después... el hecho es que soy desentonada... y las
vocalizaciones justas no me salen, sobre todo cuando
suben. Escuche: AOOUOOAAAIOUIH... AOOUOOAAAUIOUIHA.

JULIA: (Trata de interrumpirla) ¡Aoooah! ¡Basta! ¡O me


escucha o rompo el teléfono!

VOZ DE MUJER: Sí, sí, no se enoje, por favor. La escucho.

JULIA: Escúcheme bien; hay un error. Yo no soy la analista


con la que usted cree que está hablando.

VOZ DE MUJER: Pero el número...

JULIA: Es el número correcto... pero está equivocado al mismo


tiempo, ¡porque yo soy otra persona!

VOZ DE MUJER: ¿Ah, es otra? (Ríe, irónica) ¿Usted también sufre de


conflicto de identidad? (Seria) No haga bromas

25

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
doctora... además, ya la reconocí, la voz es suya,
igual, idéntica.

JULIA: Yo no puedo hacer nada si es igual... también la otra,


la de la rana embarazada se equivocó.

VOZ DE MUJER: ¿Una rana embarazada? ¿Se equivocó? ¿Usted me está


viendo la cara, doctora? Ya entendí; ya la tengo hasta
aquí porque la atormento con mi problema y ahora
usted, para deshacerse de mí, finge ser otra, incluso
una loca que tiene una rana embarazada... Pero a mí no
me la va a hacer, sabe... ¡Yo estoy loca en serio, y
ahora usted me escucha!
JULIA: ¡Ah no! ¡Ahora sí ya me hartó! (Hace que va a colgar
la bocina)

VOZ DE MUJER: ¡Cuidado, doctora, no intente colgar la bocina porque


voy para allá y le destrozo toda la casa!

JULIA: (Para sí ) ¡¡Me ve!!

VOZ DE MUJER: Y además le disparo; aquí traigo la pistola de un


amigo. ¡Me entendió?

JULIA: ¿Cree que va a intimidarme con su pistolita? ¡Venga,


venga a mi casa con su pistola... yo saco la mía y a
ver de qué cuero salen más correas! ¡Y si me atina le
abono puntos a su cuenta!

VOZ DE MUJER: Ya entendí, usted es una tipa dura, y así me gusta...


pero querida doctora, tiene que admitir que no es

26

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
correcto escribir ciertos artículos en revistas
especializadas, dando un montón de esperanzas a una
pobre mujer desesperada con neurodelirios... y luego
acelerarse así por una llamada de más.

JULIA: (Para sí ) Qué joder, Ésta aquí muele y muele... ya no


se puede ni morir en paz. (Al teléfono) Está bien, la
escucho... dígame, ¿qué puedo hacer por usted?
(Batallando con el control remoto)

Sobre la pantalla grande aparece el policía que dice:

POLICÍA: Suénate a esa histérica jodona... ¿todavía no


entiendes que es una puta esquizofrénica?

JULIA: (Apaga precipitadamente el televisor) ¡Oh dios!


¡Basta!

VOZ DE MUJER: ¿Quién sería esa puta histérica? Dígale a su marido


que yo...

JULIA: ¡Cálmese! No, no era mi marido... ¡era el policía de


la televisión!

VOZ DE MUJER: (Maravillada) ¡¿Tiene en su casa un policía de la


televisión?!

JULIA: No vivo... en el televisor. Pero toqué sin darme


cuenta el control...

27

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DE MUJER: ¿Pero a quién le cuenta? ¿Cómo va a saber el policía
de la televisión que yo soy una de la vida alegre?

JULIA: ¿La vida alegre?

VOZ DE MUJER: ¡Si, yo banqueteo, le hago al talón, doctora! Y no se


vaya para atrás porque ya se lo había contado la otra
vez en su estudio... y sólo usted y su marido podían
saber que soy esquizofrénica... porque fue usted
justamente quien me lo dijo... Y dígale al cabrón de
su marido que no lo intente otra vez, que le disparo
también a él...
JULIA: No, a mi marido no le dispara... Si no para qué le
grabo mi videocassette. Vivo, debe estar vivito y
coleando... roerse el alma toda su vida.

VOZ DE MUJER: ¿Bueno?... Qué dijo señora, no le entiendo...

JULIA: No importa. Ahora apúrese, dígame qué puedo hacer por


usted...

VOZ DE MUJER: No sé; es que ya hice los ejercicios como usted me


dijo... pero además de la quemadura de nalgas no
sucedió nada nuevo... estoy mal como antes... incluso
peor... La otra vez tuve una crisis en el trabajo...
una cosa tremenda... que por poco y me meten al bote
por agresión física.

JULIA: ¿Qué hizo?

28

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DE MUJER: Pues, estaba ahí, haciendo un servicio, como le
decía... lo preparaba.

JULIA: ¿Lo preparaba? ¿Qué preparaba?

VOZ DE MUJER: (algo incómoda) Al cliente, le practicaba... cómo se


dice... esa cosa un poco oral...

JULIA: (Interrrumpiéndola) Ya entendí... Soy adulta. Siga...

VOZ DE MUJER: ¡Pues sucedió que de repente me dio un arranque de


rabia y se lo mordí!

JULIA: ¡Qué!

VOZ DE MUJER: ¡ÑAK!... ¡Se lo arranqué! ¡Imagínese un bulldog! ¡No lo


soltaba! Aquél, gritando como un castrado, me dio un
fregadazo en la cabeza... y le salió peor, porque fue
como un martillazo a un cascanueces. ¡ÑAK! ¿Se imagina
el efecto? ¡ZAK! ¡Saltó completito!

JULIA: ¡¿Su sexo?!

VOZ DE MUJER: Sólo un testículo.

JULIA: ¡Qué afortunado!

VOZ DE MUJER: Por fortuna lo recogí inmediatamente, pues había


rodado bajo el armario.

JULIA: ¡¿Lo recogió?!

29

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DE MUJER: Metí el testículo dentro de una bolsita de plástico
con hielo y de volada me lo llevé a la Cruz en mi
coche... ¡porque ahí hacen hoy injertos! ¡Todo lo que
se te cae ellos te lo cosen y quedas de maravilla!

JULIA: ¡Manos de hada!

VOZ DE MUJER: Debo decir que aquél se portó bien, ni siquiera me


denunció. Al ministerio que estaba a cargo le dijo que
una mona golosa del zoológico se lo había arrancado de
un manotazo mientras él le daba unos dulces.

JULIA: (Ríe divertida) ¡Le daba dulces a la mona, desnudo!

VOZ DE MUJER: Entenderá sin embargo que con mi oficio no puedo andar
por ahí con el riesgo de estas crisis... que luego del
cuarto o quinto testículo arrancado... como se corra
la voz, adiós a los clientes.

JULIA: Pues sí... los hombres son muy chismosos... se hablan


entre ellos... aquella te deshueva... Ya los estoy
viendo.

VOZ DE MUJER: Ahora, dígame doctora, ¿qué puedo hacer?

JULIA: Bueno, para empezar le aconsejaría que se pusiera en


la boca uno de esos protectores bucales de plástico...
de esos que usan los boxeadores para amortiguar los
catorrazos... Luego párele, deje de hacer los
ejercicios.

30

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DE MUJER: ¿También las vocalizaciones?

JULIA: ¡Por amor de dios! Ya no abra la boca, señorita; sobre


todo en la cercanía de genitales masculinos; respire
con la nariz, que le hace el mismo bien.

VOZ DE MUJER: ¿Todo aquí?

JULIA: (Para sí ) ¡Heme aquí a punto de morir haciéndole al


teléfono amigo! ¡La salvahuevos! (Retoma la llamada)
Mañana tome el primer tren y regrese con su mamá.
Todavía tiene madre, ¿verdad?

VOZ DE MUJER: Sí, mi pobre viejita...

JULIA: Eso, vuelva con su pobre viejita... póngase a dieta


absoluta... coma todo macrobiótico, salvado y ajo a su
gusto. Luego corra... haga trote... cánsese... haga
algunos trabajitos en el campo... siempre y cuando sea
trabajo pesado... con el azadón... y con la boca
cerrada. Verá que así se cura.

VOZ FEMENINA: ¿Está segura que funcionará?

JULIA: ¡Cómo no, yo misma experimenté esta terapia y estoy


aquí que chorreo alegría de vivir por los poros!

VOZ FEMENINA: ¡Dios la bendiga, doctora! ¡Regresaré, regresaré con


mi mamá! ¡Es usted una santa! ¡Ya me siento mejor,
carajo!

31

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Buenas tardes... (Cuelga la bocina) Me siento mal...
Sólo me faltaba conocer a la arrancahuevos... ¡Y la
dejan circular como si nada! Lo que más me impresionó
fue ese sentido del orden. (Mima que da una mordida)
¡ÑAM! Escupe... no lo avienta... luego lo recoge...
bolsita con hielo lista en el refrigerador... lo mete
ahí... (Mima que toma al hombre de la mano) “Ven
querido, vamos a la Cruz a que te lo cosan...”
Esta muchacha se equivocó de profesión... ¡debió haber
sido voluntaria de la Cruz Roja! (Distraídamente
vuelve a encenderse un cigarro)
Al instante se voltean de cabeza los cuadros, suena la
sirena y se prende el faro. En la pantalla vuelve a
aparecer la proyección cinematográfica antihumo.

JULIA: ¡Basta! ¡Estoy nerviosa! (Tiene en la mano el


encendedor, lo arroja con fuerza contra la pared)

Los cuadros vuelven a la posición inicial. Se escucha un lamento,


viene del departamento de a lado.

VOZ FEMENINA: (lamentándose) Eres una porquería...

JULIA: ¡Ay dios, la pared habla!

VOZ FEMENINA: ¡La agarras conmigo porque no me puedo defender!

JULIA: Ah, son mis vecinos...

32

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ MASCULINA: (Violento) Sí, pero tú eres buena para agredir... ¡Y
además a traición!

VOZ FEMENINA: (También violenta) ¡Tú, tú eres el traidor que anda


por ahí con esa puta!

JULIA: ¡Pelean todas las tardes, luego hacen de tal modo el


amor que tiembla todo el edificio!

VOZ FEMENINA: ¡Pero yo te mato!

Se escucha un ruido sordo causado por un objeto que han arrojado.

VOZ MASCULINA: ¡Loca! Por poco y me das en la cabeza... deja eso


ahí... ¡Cristo, es de bronce!

VOZ FEMENINA: ¡Te lo rompo en la cabeza, maldito!

JULIA: (A voz en cuello) ¡Ánimo!

VOZ MASCULINA: Pero si te juro que entre ella y yo no hay nada.


(Amenazador) ¡Deja eso ahí!

VOZ FEMENINA: ¡No, Máximo! (Se escucha el chasquido de una bofetada)


Ay, me lastimaste...

Los dos dejan de pelear.

JULIA: ¡Ella lo amenaza y él le da! (Se da cuenta de que los


dos se han quedado en silencio. Un momento de espera,
y luego:) ¡Voz! (Se acerca a la pared) ¡Voz! (Pausa

33

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
brevísima) Ay, muchachos, no pueden interrumpirse en
lo más bueno... (Para sí ) Menos mal que aquí traigo
(toma dos tímpanos acústicos que pone contra la pared)
mis estetoscopios microfónicos amplificadores. ¡Qué
invento electrónico! (Conecta las clavijas al
radioamplificador)

Al instante se escucha con claridad la voz de los dos


vecinos que estaban peleando, los dos enamorados están
haciendo las paces.

VOZ FEMENINA: Tienes razón, Máximo... pero es que, cuando te veo con
otra mujer... la sola idea de que tú estuvieras
haciendo con ella lo que haces y me dices a mí... oh,
Máximo, me salgo de mis casillas... siento que me
tiemblan las piernas.

VOZ MASCULINA: Discúlpame, pero cómo te puede venir a la cabeza que


yo pueda preferir a esa chaparra que a ti... ¡a esa
ruina de nalgas!

JULIA: Nalgas chicas o grandes, se ha echado a todo el


barrio.

VOZ MASCULINA: Pero ya te viste junto a ella... ¡comparada contigo


parece que tú tienes el trasero hasta las axilas!

JULIA: ¡Una garza! (Va a la estufa)

VOZ FEMENINA: (airada) ¡¿Ah, entonces es sólo cuestión de trasero?!

34

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ MASCULINA: No, también de ojos...

VOZ FEMENINA: ¿Tengo los ojos bajo las axilas?

VOZ MASCULINA: Pero qué dices... Aparte de que siempre he estado


convencido de que quien tiene el trasero alto tiene
también sentimientos más elevados.

JULIA: ¡Imagínate a Einstein, tenía el trasero bajo las


orejas! (Saca de la olla el pollo cocido y las
zanahorias, ordena todo sobre un plato grande,
mientras continúa el diálogo entre los dos amantes)

VOZ MASCULINA: Y además, no hay ninguna a tu nivel... ¡yo te amo!

VOZ FEMENINA: ¡Sí, no hay ninguna... dilo, dilo, Máximo!

VOZ MASCULINA: ... ninguna que esté a tu altura... ni siquiera con


tacones altos.

Chasquidos de besos, gemidos.

VOZ MASCULINA: ¡Estoy loco por ti!

VOZ FEMENINA: Otra vez, otra vez, repítelo... Oh Máximo... ¡eres lo


Máximo! ¡Eres grandioso... me haces morir!

VOZ MASCULINA: Pero tú tienes que jurarme que ya no me harás estas


escenitas...

VOZ FEMENINA: ¡Lo juro! ¡Lo juro!

35

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ MASCULINA: Y ya no me avientes el pisapapeles de bronce en la
cabeza.

VOZ FEMENINA: No, nunca más en la cabeza. No, tesoro... así no... me
rompes la blusa... Yo lo hago.

VOZ MASCULINA: No, déjame hacerlo a mí... me gusta... ¡¡Dios,


cuántos botones!!

VOZ FEMENINA: Le agregué algunos más para ti...

JULIA: Ah pilla...

VOZ FEMENINA: Deja que te desvista...

JULIA: ¡Cueros! ¡Cueros!

VOZ MASCULINA: Eres un tesoro... ¡Ahh! Oh sí, desvísteme... (Lanza


un terrible grito de dolor) ¡Aaayyy!

Julia lanza a su vez un grito de espanto y corre hacia la pared


de donde provienen las voces de los dos amantes.

VOZ FEMENINA: ¿Qué pasó? ¿Qué te hice?

VOZ MASCULINA: El cierre de mis pantalones... se atoró justo ahí, en


mi cosita... ¡ayayay... qué pellizco!

JULIA: Qué impresión...

36

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ FEMENINA: Oh, pobre chiquito... Espera que ahorita te arreglo...
¡dios mío, justo ahí! Pero qué... no se mueve.

VOZ MASCULINA: Despacio... Oh dios... me dejaste peor... ¡qué


desastre!

VOZ FEMENINA: ¡Te tengo que cortar los pantalones!

VOZ MASCULINA: ¡No me chingues! ¡Están nuevos! ¡Tal vez sea mejor
que vayamos a urgencias! (otro grito) ¡Aaayyy!

VOZ FEMENINA: ¡Ya está! Pobrecito, te hice una rajadita...

VOZ MASCULINA: Sííí... rajadita...

JULIA: Ya le fregó la vida al pobre Máximo.

VOZ FEMENINA: Ven para que te cure... te pongo un curita...

OTRA VOZ MASCULINA: ¡Sí, ponte tú también un curita bien grande! ¡Y


ya sabes dónde! ¡Por el amor de dios! ¡Ya párenle con
esos maullidos de gato en celo! ¡Tenemos el sacrosanto
derecho de dormir!

JULIA: ¡Ése es el ingeniero del tres, es de un jodón!

OTRA VOZ FEMENINA: ¡Cállese, viejo cascarrabias! Y deje que se


arrumaqueen esos dos tórtolos...

JULIA: Ésa es la pianista sentimental del cuatro.

37

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Los dos enamorados se quedan callados.

JULIA: Ya me los callaron. ¡Así nunca sabré si el amor es más


fuerte que el curita! Claro que este pobre hombre con
un curita ahí... Quisiera estar presente cuando se lo
arranque... ¡el curita! (Vuelve a ver el pollo que
está bien colocado en la fuente) ¡Me da asco! ¡No
mejoró cociéndolo! ¡Me da asco! Quiero ver cómo sales
en la tele. (Pone el plato en el banco, opera la
cámara: el pollo es proyectado sobre la pantalla del
fondo. Julia apaga la videograbadora) ¡Me da asco! ¿Y
yo me tendría que comer un cadáver semejante en mi
última noche? Recuerden, como dijo el poeta...
¡cadáver no come cadáver! (Turbada, se detiene) ¡Oh
dios, estoy dialogando con el pollo hervido! Estoy
loca. Tengo que apresurarme.
No encuentro un buen final... quisiera algo que
quedara impreso por toda la eternidad en el cerebro...
en el corazón de mi marido. ¡Debe pensar en mí
siempre! Algo que le llame la atención... Podría hacer
un primer plano de la jeringa... la ampolleta con el
potente veneno... el lazo... me lazo el lazo... ¡TAK!
Me inyecto lentamente... primer plano del rostro
moribundo... contorsionado en el espasmo de la
muerte... y con el último aliento que me queda en el
cuerpo le susurro: “No te olvides de mí”. ¡Un poco de
baba que salga de la boca, “Te amo... Te amo...” y
muero!
Sí, así se le bloquea la erección por los próximos
veinticinco años... (Risita) No, no puedo hacerle una
cosa así... pobre hombre... cómo soy malvada. A fin de

38

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
cuentas, ¿qué me hizo? ¡Me engañó! ¡Me engañó!
¡Siempre! ¡No descansó ni el Día de Muertos!
¡Siempre! Nosotras las mujeres... deberíamos tener una
filosofía propia... deberíamos ser distintas... las
mujeres deberíamos... (Mientras dice estas líneas mira
a su alrededor; indecisa sobre qué hacer; su vista da
con la revista “Salud”, que había arrojado
anteriormente al suelo. La recoge y la lee,
sintetizando el artículo en cuestión)
Acostarse boca arriba sobre una mesa... ladrillo bien
caliente... la cabeza colgando... vocalizar... Me dan
ganas de probar... quieren ver que verdaderamente me
relajo... y logro encontrar un hermoso final para el
marido...
No tengo el ladrillo al rojo vivo, pero tengo la tapa
del pollo, al rojo vivo... (toma la tapa y la pone
sobre la mesa) Me la pongo bajo el trasero...
Esperamos que no “levite” demasiado... si no me voy a
matar chocando contra el techo. Que ya veo a los míos
viniéndome a buscar: “¿Dónde está Julia? ¿Dónde está
Julia?” Y yo allá arriba, seca de muerta... y ninguno
se acordaría de estos momentos. (Acostándose en la
mesa, se lamenta) ¡Ahaa! ¡Ahooo! Ya vi de dónde vienen
las vocalizaciones... (Se relaja colgando la cabeza
fuera de la mesa, comienza a vocalizar a gañote
tendido) AHUOOOO AHIOOOO... AHUOOO, AHUUOIUUE.

VOZ DEL INGENIERO: (Iracundo) ¿Hey, volvemos a empezar con los


manoseos allá abajo?

39

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: (Gritando) No, soy yo, ingeniero... me estoy
relajando...

VOZ DE LA PIANISTA: ¡Ánimo, maúllen! ¡No le hagan caso a ese


decrépito!

La pianista da ánimos tocando el piano a los dos enamorados del


cuarto de a lado, los que vuelven a empezar a jadear.

VOZ FEMENINA: Oh sí, Máximo, me hacer morir...

VOZ MASCULINA: Despacio... auch... me jalas el curita.

VOZ FEMENINA: Dios qué hermoso... ahiooo... luego te lo vuelvo a


pegar. Te pego una cajita de curitas... ¡Dios! ¡Dios!

VOZ MASCULINA: ¡Dios, me matas!

JULIA: Quién sabe por qué cuando se hace el amor, siempre se


invoca a Dios; ¡Dios, qué hermoso! ¡Dios, muero!
(Vuelve a vocalizar)

VOZ FEMENINA: Más, más... ¡Oh, virgen santa!, ¡ya no aguanto más!

JULIA: Esta vez, hasta la madre de dios.

VOZ DE LA PIANISTA: ¡Oh sí, más... oh sí, mááás!

VOZ DEL INGENIERO: ¡Bastaaaa!

Se escucha el llanto de un niño.

40

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: ¡Ya nació! ¡El hijo del curita! ¡Miren qué desmadre
armé con una vocalización! ¡Qué condominio! ¡Me da
gusto haber fingido que ya no los vería más! ¡Tengo un
hambre... tengo un hambre de león! Me comería seis
huérfanos. Tengo hambre. (Dirigiéndose al pollo) A ti
no te como, a ti te echo al bote de la basura... No
quiero volverte a ver en mi vida terrena... (ejecuta)
¡Tengo hambre! Tres años que me reprimo... ¡Tres años
que no como nada! Hubo días que comí un chícharo...
una mitad al mediodía y la otra mitad en la cena...
Después, a medianoche, salía como un vampiro loco...
en busca de una tienda... y me aventaba... uno tras
otro... 149 “Gansitos”... luego lloraba y me
purgaba... ¡Quiero morir feliz! ¡Quiero comer algo que
me anime! Algo... (excitada) ¡Espagueti! ¡Setecientos
gramos de espagueti! ¡Un kilo de espagueti! ¡Una
sobredosis de espagueti! ¡Me suicido con el espagueti!
(Corre a llenar una olla de agua y la pone sobre la
estufa luego de haberla prendido) Espagueti...
espagueti... me los voy a hacer a la carbonara... a la
amatriciana... le pongo todo lo que...

Suena el teléfono.

JULIA: (Levanta la bocina) ¿Bueno?

VOZ FEMENINA: Doctora, no me mande al diablo por favor, pero


necesito de veras decirle dos palabras... ¿Bueno? ¿Es
usted, verdad doctora? No me equivoqué de número...

41

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: (Con resignación) No, no, soy la analista. (Para sí )
Ya qué...

VOZ FEMENINA: Tal vez vengo a molestarla en un momento inoportuno.

JULIA: Sí, adivinó, es un momento muy inoportuno.

VOZ FEMENINA: Pues entonces la despertaré más tarde... si aún la


encuentro despierta...

JULIA: (Bajando el tono) No, más tarde ya no estaré


despierta.

VOZ FEMENINA: ¿Hay algo que no está bien, doctora?

JULIA: Estoy muy cansada. No todas las pacientes son tan


civilizadas y comprensivas como usted. Está la que
tiene el problema de la rana embarazada porque no se
fía de la coneja... está otra que de una mordida le
arrancó un testículo a un cliente...

VOZ FEMENINA: ¡¿Le arrancaron un testículo a un cliente suyo de una


mordida?!

JULIA: No, el cliente no era mío... pero es una historia un


poco larga. Espere un momento, me pondré la diadema de
telefonista. (Usa un teléfono de diadema como los
empleados por las telefonistas) Tuve que adoptar este
sistema por mi hermana... que se queda pegada por tres
horas, y para no quedarme ahí parada... Dígame, ¿qué
puedo hacer por usted? Mientras me hago de comer...

42

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
hable usted que la escucho. (Mientras escucha la
conversación, Julia va a la estufa; pone sal en la
olla que está en el fuego, toma un mantel y prepara la
mesa)

VOZ FEMENINA: (Agresiva) Pues he experimentado su método y, disculpe


la sinceridad, pero el único resultado es que con mis
gorjeos llegaron los bomberos y algunas patrullas de
la policía.

JULIA: (Divertida) Ja, ja, ¿de veras?

VOZ FEMENINA: Debería darme unas cachetadas...

JULIA: ¿Por qué, disculpe?

VOZ FEMENINA: Pero vamos, una mujer de mi edad, con ese ladrillo
bajo el trasero, la cabeza colgando... ¿Le parece
serio? No sé cómo le hice para caer en semejante
payasada.

JULIA: (Esforzándose por parecer ofendida) ¿Payasada? Un


método experimentado en Japón...

VOZ FEMENINA: ¡Justo, debió haber ido a probarlo a Japón, que si lo


probaba aquí la mataban a golpes!

JULIA: ¡Ah qué mi suerte! Usted me viene a importunar a mi


casa, en un momento, usted no tiene idea qué delicado,
tan sólo para decirme que merezco unos guamazos y la

43

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
cárcel. ¡Disculpe, pero es que aquí una nunca acaba de
hundirse en la mierda!

VOZ FEMENINA: No se enoje... discúlpeme, tiene razón, soy una


grosera agresiva y vulgar.

JULIA: No, claro que no...

VOZ FEMENINA: Trivial y arrogante...

JULIA: No, cómo cree...

VOZ FEMENINA: ¡Y pendeja!

JULIA: Bueno, si usted insiste.

VOZ FEMENINA: ¡Es que estoy pasando por momento horrible, si usted
supiera, doctora!

JULIA: ¡A quién se lo dice!

VOZ FEMENINA: Ya no soporto nada ni a nadie. Mire que yo no siempre


fui tan torva y agresiva...

JULIA: (Muy profesional en el papel de analista) Sí, pero


ahora usted está atravesando el clásico momento de
paranoia, del que también yo sufro... en el que se
queda contemplando su ombligo como si fuera el centro
del universo... ombligo en el que deja caer de vez en
cuando una lágrima hasta inundarlo, y luego mete el
dedo en él y grita: “¡Miren el océano!”

44

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ FEMENINA: (Preocupada) ¿Usted mete el dado ahí y dice que es el
océano?

JULIA: Metafóricamente... Es una paradoja literaria. (Para sí


)¡Dios mío, cómo me gusta hacerle al analista! ¡Cómo
no lo descubrí antes!

VOZ FEMENINA: De cualquier modo, quisiera advertirle que está


equivocando de sujeto, querida doctora, personalmente,
creo ser un fenómeno digno de ironía. Si viniera a
verme a mi casa le bastaría con leer los carteles que
colgué de las paredes.
JULIA: (Mete en la olla al menos un kilo de espagueti) ¿Usted
cuelga carteles? ¿Con qué propósito?

VOZ FEMENINA: Por ejemplo, ahora estoy tratando de dejar de fumar y


de bajar de peso...

JULIA: ¡¿Usted también?!

VOZ FEMENINA: ¿Por qué, usted también está a dieta y tiene problemas
con el cigarro, doctora?

JULIA: ¿Y quién no los tiene? Las doctoras también


engordan...

VOZ FEMENINA: Sí, tiene razón... Imagínese que hoy me tocaba comer
un pollo entero. ¡Me dio un asco!

JULIA: ¡NO! ¿Y lo aventó?

45

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ FEMENINA: No, lo metí en un paquete bien sellado y se lo envié a
la dueña de la casa que me mandó desalojar... ¡y
espero que, con el retraso normal del correo, le
llegue todo podrido!

JULIA: (Ríe divertida) ¡Ja, ja, malvada pero con humor!

VOZ FEMENINA: Sí, graciosa hasta el vómito. De hecho tengo una


neurosis que por nada me pongo a devolver... ¡En
compensación no hago del cuerpo; como salvado, me meto
supositorios de ajo por el trasero, que si no luego
tengo un aliento de dragón en cautiverio!

JULIA: (Profundamente turbada) Señora... escúcheme...


imagínese por un segundo que no soy su analista, sino
una mujer cualquiera a la que usted llamó por teléfono
por error... El oírla hablar me produjo un efecto
extraño... parece que me estoy viendo en un enorme
espejo... Sí, señora, también yo estoy desesperada
como usted, y tal vez incluso un poco más que usted.
También yo cuelgo carteles en las paredes y me hago la
graciosa y creo ser muy emancipada y moderna tan sólo
porque tengo la casa llena de aparatos eléctricos y
electrónicos... hasta en el water...

VOZ FEMENINA: (Aburrida y agresiva) Párele ahí, doctora... ya sé a


dónde quiere terminar. Yo no soy la mujercita
bobalicona a la que se puede engatusar con el juego
del espejo y del yo también...

46

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Entonces usted no me cree sincera... me cree una
charlatana...

VOZ FEMENINA: No, al contrario, pienso que usted es una persona de


primer orden, sobre todo porque, para su fortuna,
usted no es psiquiatra ni mucho menos analista.

JULIA: Cómo que no, yo soy anal...

VOZ FEMENINA: (Interrumpiéndola) Me di cuenta a los cinco segundos


que empezamos a hablar. Usted usa un lenguaje
demasiado humano e inteligente para ser una de mi
oficio...

JULIA: ¿De su oficio? ¿Por qué, usted es...?

VOZ FEMENINA: Sí, yo soy médico.

JULIA: ¿Y por qué no me desmintió desde un principio?

VOZ FEMENINA: Porque necesitaba justamente a alguien como usted...


platicar un poco con una persona que dijera cosas
normales, naturales, antes que reventara.

JULIA: ¡¿Qué está diciendo?! ¿Qué está tramando, doctora?

VOZ FEMENINA: (Habla con fatiga) Digo que me estoy yendo...


¿Escucha? Ya tengo fatiga para pronunciar las
palabras...

47

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: (Agitada) ¡Qué ha hecho, doctora, hable! ¿Se ha
tragado algo?

VOZ FEMENINA: No, sólo le abrí al gas... pero poco a poco... de modo
que pueda irme casi sin darme cuenta. Le aseguro que
es una sensación casi placentera.

JULIA: (Muy agitada) Se lo ruego, escúcheme; se lo juro, no


es un truco. También yo había decidido matarme... ya
tengo lista una ampolleta de Pentotal mezclado con
Sioran, lo que usan para matar a los perros, y pensaba
inyectármela dentro de poco.

VOZ FEMENINA: (Irónica) ¡Ah sí, mire qué combinación!

JULIA: ¿No me cree? ¡Se lo juro!

VOZ FEMENINA: Sí, sí, le creo... y ahora saludos.

JULIA: No, espere... yo también estaba determinada como usted


hasta hace unos momentos... luego este hecho de verme
haciéndole a la analista, escuchar las desesperaciones
de los otros, sentir las mismas cosas que pienso y
digo, que hago... dichas con otra voz... me hicieron
un efecto extrañísimo... Hasta hace algunos segundos
estaba decidida... todo era tan lógico... ahora me
parece sólo una locura.

VOZ FEMENINA: Vamos, ya sabe, la lógica y la locura están tan


cercanas...

48

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Escuche, dígame dónde vive... deme su dirección, voy
inmediatamente a su casa, hablaremos...

VOZ FEMENINA: Le agradezco por su interés verdaderamente humano...


pero no sirve... además de que sería peligroso para
usted, pues pelé los cables del timbre de modo que al
primero que apriete el botón en la puerta prenderá la
chispa y: ¡BUM!, ¡todo volará por los aires! ¡No
quiero que encuentren ni siquiera un pedacito de mis
muebles o que se puedan dividir mis cosas los buitres
de mis parientes!... Y será también una buena broma
para la dueña de la casa que me desalojó: “¡A ver,
renta ahora este cuchitril!”

Suena el interfon.

JULIA: Espere un momento, no cuelgue... me llaman por el


interfon... ahorita vuelvo...

VOZ FEMENINA: Está bien... la espero... pero no mucho.

JULIA: (Corre a contestar al interfon) Bueno, dígame...

VOZ DE LA PORTERA: Soy la portera, señora; hay aquí dos jóvenes con
unas flores para usted, ¿los dejo subir?

JULIA: No, espere... ¡bueno!, ¡bueno! (Cuelga la bocina del


interfon) ¡Maldita sea! ¡Ésta le pregunta a una y
cuelga sin esperar la respuesta! (A la doctora)
¿Bueno, doctora, está todavía ahí? ¿Me escucha?

49

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ FEMENINA: Sí... la escucho... me resuena la voz... comienza a
hacer efecto...

JULIA: (Convincente, apremiante, agitada) Cierre el gas, abra


las ventanas... su nombre, dígame su nombre

VOZ FEMENINA: ¿Y de qué le sirve? De todos modos, si le interesa...


Me llamo Carla.

JULIA: No lo haga, Carla... quiero hablar con usted... si ya


decidió matarse, no le corre ninguna prisa...

VOZ FEMENINA: Pues sí que me corre prisa... me corre el valor... que


ahorita lo tengo... y luego quién sabe.

JULIA: No es valor sino cobardía... También yo pensaba que


era valor... no... no...

Tocan a la puerta.

JULIA: (Sin dejar de hablar se dirige a la puerta de


entrada)... es el miedo de afrontar... (en voz alta
hacia la puerta) ¡Voy! (Al teléfono) Y no es así, se
necesita... (Abre la puerta. Aparece un enrome ramo de
flores que cae literalmente sobre la cara de Julia)...
¡Oh dios! ¡Auxilio!

Julia pierde la diadema telefónica. Detrás del ramo de flores


aparecen dos jóvenes armados con pistolas.

PRIMER JOVEN: ¡Quieta ahí, si te mueves o gritas te mato!

50

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
SEGUNDO JOVEN: Esto es un asalto... ¡y no nos importa darte en la
madre...!

JULIA: Me lleva, si hubieran llegado un poco antes me


hubieran hecho un gran favor...

PRIMER JOVEN: Qué estás diciendo... Escucha, no tengas miedo, danos


el dinero y nos vamos inmediatamente.

JULIA: Son afortunados, estaba por irme... digamos que... de


viaje...

SEGUNDO JOVEN: ¡Chido, saca el dinero del viaje!

JULIA: Era un viaje gratis.. sólo de ida.

PRIMER JOVEN: Mira, no te pases de lanza, saca todo lo que traes...


si no...

JULIA: Calma, tranquilícense... Está allá. En mi bolsa... (señala


la bolsa sobre el sillón) Tengo sólo 1 000 pesos.

SEGUNDO JOVEN: Hija de puta... pues sí, sólo hay dos billetes de
quinientos.

PRIMER JOVEN: Mira, no nos hagas encabronar... ¡te digo que saques
la lana! (Levanta el encendedor para arrojárselo a
Julia. Se activa la trampa: los cuadros se voltean,
campanazo, ulular de sirena, se activa también el faro

51

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
y la cinta contra el cigarro se proyecta en la
pantalla del fondo)

SEGUNDO JOVEN: ¡Ay diosito! La alarma... (se lanza hacia la puerta


de salida)

PRIMER JOVEN: ¡Quieto! ¡Son sólo unos carteles que se voltean!

Los dos la miran inquisitivos.

JULIA: (Preocupada, con timidez) Fumaba mucho... Pero no está


conectada con la policía...

SEGUNDO JOVEN: ¡Hija de la chingada! Me sacaste un susto... (Le da a


Julia un fuerte revés. El chasquido apaga las luces)

JULIA: ¡Ay mamacita, qué fregadazo! Ay...

SEGUNDO JOVEN: ¿Qué pasa?

JULIA: (Habla con fatiga, sin exageraciones) Es que usted


apagó las luces con el chasquido...

SEGUNDO JOVEN: ¿El chasquido?

JULIA: Sí, mi casa está gobernada por controles. ¿Ve aquella


caja en la pared? Es un sensor que apaga y enciende
cada vez que se produce un chasquido... ¿Me deja
encender la luz?

52

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
SEGUNDO JOVEN: Sí, sí... (Julia le da al asaltante un bofetadón. La
luz regresa) ¡Ay carajo!

JULIA: ¡Funcionó!

SEGUNDO JOVEN: Desgraciada... ¡ahorita te despacho! (Apunta la


pistola contra Julia)

PRIMER JOVEN: (Lo detiene con una cachetada. La luz se apaga)


¡Pérate, pinche pacheco! (Otra cachetada con efecto de
luz) Si la matas, ¿quién nos dice dónde está la lana?

SEGUNDO JOVEN: Ah no, a mí no me das fregadazos... ¿estamos? ¡Y


mucho menos me digas pacheco que me encabrono! (Le
regresa la cachetada a su amigo. Efecto de luz. Se dan
bofetadas uno a otro con el relativo encenderse y
apagarse de la luz)

JULIA: ¡Ya basta! ¡Con tanto relajo me van a descomponer los


controles! Apúrense con este robo... que tengo cosas
que hacer. (Recoge la diadema) Bueno, Carla...

PRIMER JOVEN: ¿Qué es esa madre?

JULIA: Es una diadema de recepcionista... estaba hablando con


una amiga...

PRIMER JOVEN: ¿Con una amiga? Entonces esta amiga tuya oyó todo...
(Se lleva la diadema al oído) De hecho ya colgó la
pendeja...

53

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Oh, qué lástima...

SEGUNDO JOVEN: Y de seguro que a esta hora ya habrá llamado a la


policía.

JULIA: Ay, claro que no, tiene otra cosa en la cabeza...

SEGUNDO JOVEN: (Se acerca amenazador a Julia) Ya entendiste a esta


puta...

JULIA: Apenas nos conocemos y usted ya entendió...

SEGUNDO JOVEN: (Interrumpiéndola) Por eso se hacía la zonza... para


perder tiempo. ¡Pero yo te rompo la cara!

PRIMER JOVEN: (Lo detiene con un revés) ¡Pérate, pinche pacheco!


(Efecto de luz)

SEGUNDO JOVEN: Hay que pelarnos... ahí viene la policía... (trata de


liberarse con un empujón pero recibe el acostumbrado
revés con el consiguiente efecto de luz)

JULIA: (Para sí ) No se pueden ver...

PRIMER JOVEN: ¡De aquí no salimos con las manos vacías, ¿entendido?

SEGUNDO JOVEN: ¡Ora sí! ¡Ya me tienes hasta la madre! (Toma una
botella de la mesita con toda la intención de romperla
en la cabeza de su compinche) ¡Orita te parto la
cabeza! (Apenas toma el joven la botella se activa la

54

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
trampa que ya conocemos: voz grabada, etcétera.
Asustado, el joven deja caer la botella.)

VOZ PERENTORIA: ¡Es inútil que se escondan, no tienen escapatoria!


(el segundo joven se dirige asustado a la puerta de
salida) ¡El alcohol mata lenta pero inexorablemente!

SEGUNDO JOVEN: (Turbado, se detiene) ¿El alcohol?

Julia recoge la botella del suelo y la coloca en la mesa, con lo


que detiene todos los mecanismos.

JULIA: (Con timidez) Es que tomaba mucho...

PRIMER JOVEN: Oye... te dije que no me hicieras encabronar... Mira


que si me encabrono... (Suelta una potente bofetada a
la mujer, quien se agacha para esquivarla. Será el
segundo joven el que reciba un enésimo bofetón. Efecto
de luz)

JULIA: (Le da un potente revés al primer joven, que cae al


suelo. Efecto de luz) ¡Basta con la violencia a las
mujeres!

SEGUNDO JOVEN: ¡Apúrate que llega la policía!

PRIMER JOVEN: ¿Vas a sacar la lana si o no?

JULIA: ¡Pero es que no tengo, se lo juro! No me esperaba...

55

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
SEGUNDO JOVEN: Entonces queremos todas las joyas... comenzando por
ésta. (Arranca a Julia el collar que lleva en el
cuello. Todas las perlas se esparcen por el suelo)

JULIA: ¡¿Pero qué está haciendo?!

PRIMER JOVEN: Lo que tienes de pacheco lo tienes de pendejo...


¿Donde viste hacer esto, en el cine? (Bofetón: la luz
se apaga) Arrancarle el collar de ese modo... Y prende
la luz, pacheco... (El joven se abofetea. Regresa la
luz. El primer joven se inclina a recoger las perlas
que están tiradas en el suelo)

JULIA: Déjelo... es bisutería... no valen nada... No se


canse.. que ya de por sí está muy nervioso.

SEGUNDO JOVEN: ¡Pinche lo serás tú, y deja de decirme pacheco que me


encabrono! (Se acerca a la cámara) ¡Apaña este
aparato! ¿Sigues buscando joyas? ¿Sabes cuánto vale
esta madre? Al menos 10 mil pesos.. (A Julia,
amenazándola con la pistola) ¿No es cierto? ¿Cuánto
pagaste? ¡Anda, habla, cabrona!

JULIA: Más o menos... pero los compradores de chueco les dan


diez pesos... Se lo ruego... señor pacheco...
(Reacción del segundo joven) Disculpe... Yo vivo de
estas cosas...

PRIMER JOVEN: Pero vale madres... total, estabas por irte de viaje,
¿no?

56

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
Los dos recogen todo lo que pueden llevarse: videograbadora,
cámara de video, televisor, etcétera.

JULIA: Déjenme al menos el cassette grabado...

SEGUNDO JOVEN: Nosotros te lo borramos... no te preocupes...

PRIMER JOVEN: Coge también el radio...

JULIA: ¡Oh nooo! El radio no... Cómo le voy a hacer para


escuchar a los tórtolos que hacen el amor...

PRIMER JOVEN: (A Julia, amenazándola con la pistola) ¡Si gritas o si


llamas a alguien, regreso y te disparo! (se acerca a
la puerta)

JULIA: (A los dos que están saliendo) Cierren la puerta, que


pasa mucha gente... (se detiene) Oh dios... me siento
mal... Debo llamar a la policía por mi amiga... ya se
habrá muerto... (Va al teléfono y marca el número)
060, menos mal que me lo sé de memoria... No está
ocupado... vamos, apúrense... ya está... ¿Bueno?

VOZ DEL POLICÍA: ¿Sí?, aquí la central de policía, ¿dígame?

JULIA: Disculpe, me cuesta un poco de trabajo articular las


palabras... aquél me dio tal bofetón que me rompió la
cara...

VOZ DEL POLICÍA: ¿Aquél, quién, señora?

57

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: ¡Un asaltante, más bien dos!

VOZ DEL POLICÍA: ¿Sufrió un robo, señora? ¿Cuándo?

JULIA: Hace dos minutos... pero no les llamo por lo del


robo... es que...

VOZ DEL POLICÍA: ¿Dónde vive?

JULIA: Ámsterdam 138.

VOZ DEL POLICÍA: ¿Ámsterdam 138, teléfono 55 58 00 74?

JULIA: Sí, es mi número... ¿Quién se lo dio?

VOZ DEL POLICÍA: Hace unos minutos me llamó una señora que denunció
un robo en esta dirección.

JULIA: Es justo a casa de esa señora que tiene que ir... ¿La
hicieron dejar su dirección?

VOZ DEL POLICÍA: Claro. Se la pedimos pero se rehusó. Pensamos que se


trataba de una mitómana. Además hablaba con voz lenta,
como de borracha.

JULIA: Qué borracha ni qué nada... tomó gas.

VOZ DEL POLICÍA: ¿Se droga con gas?

58

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: No, no se droga... abrió la llave del gas. Pero se lo
ruego, no toquen, toquen el timbre... peló los
cables... ¡todo volará por los aires!

VOZ DEL POLICÍA: Cómo, ¿volará por los aires?

JULIA: El departamento, con muebles y todo... porque no le


quiere dejar nada a los cerdos de sus parientes que la
explotaron mientras vivió... y también a la dueña de
la casa que la echó... le dejará un enorme agujero
para que aprenda... ¿me entiende? Pero no pierda el
tiempo, vayan para allá... ¡Que dentro de poco estará
muerta!

VOZ DEL POLICÍA: Está bien, vamos para allá. Si nos hace el favor de
darnos la dirección...

JULIA: No me la sé.

VOZ DEL POLICÍA: Cómo, ¿no sabe dónde vive su amiga del gas?

JULIA: Es una amiga reciente... pusieron por error mi


teléfono en una revista que se llama “Salud”, en lugar
del analista japonés.

VOZ DEL POLICÍA: ¡¿El analista japonés?!

JULIA: Sí, pero la amiga del gas no es la única que llamó...


imagínese que una me pidió si podía ponerse el
ladrillo al rojo vivo bajo las nalgas, con todo y que
la rana le decía que estaba embarazada...

59

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DEL POLICÍA: Cálmese señora...

JULIA: ¡Estoy calmada! ¡Ya quisiera verlo a usted! Estaba


aquí, tranquila, haciendo mi video del adiós... porque
luego me iba a suicidar con el Pentotal y el
mataperros, y éstas llame y llame... señora doctora...
hágame pronto el análisis que estoy nerviosa... que
voy para allá y le armo una balacera que no se la
acaba... ¡Estoy nerviosa!... Que le mordí un genital a
un cliente... y el testículo rodó bajo el armario,
pero lo recogí y lo metí en la bolsita con hielo... a
la Cruz... porque ahí... ¡manos de hada!

VOZ DEL POLICÍA: Disculpe, señora... ¿usted le mordió un genital a un


cliente?

JULIA: ¿Pero está loco? ¡Soy vegetariana, señor mío! ¡Pero no


me confunda con el sexo! Es necesario que encuentren
dónde vive esta amiga mía...

VOZ DEL POLICÍA: Con gusto, si al menos nos dijera cómo se llama.

JULIA: No lo sé... Carla... ¡se llama Carla!

VOZ DEL POLICÍA: Está bien, Carla, ¿y el apellido?

JULIA: No me lo dijo, pero es doctora: doctora Carla.

VOZ DEL POLICÍA: Ya es algo... Ahora trate de recordar algún otro


particular que haya salido de su plática.

60

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: Hace también la dieta de la bailarina y trata de no
fumar...

VOZ DEL POLICÍA: No nos ayuda mucho, pero siga.

JULIA: Cuelga carteles terroristas en las paredes.

VOZ DEL POLICÍA: ¡¿Carteles terroristas?!

JULIA: Sí... y luego hierve el pollo pero no se lo come...

VOZ DEL POLICÍA: ¿No se lo come, y qué hace con él?

JULIA: ¡Lo avienta! No, la que avienta el pollo soy yo. Mi


amiga no... ¡lo envía por correo a la dueña de la casa
para que le llegue podrido!

VOZ DEL POLICÍA: ¡Ése es un dato interesante!

JULIA: Me doy cuenta... Estoy diciendo un montón de


disparates, pero le aseguro que es la pura verdad.

VOZ DEL POLICÍA: Señora, póngase en mi lugar... qué pensaría de una


persona que le llama por teléfono para decirle que se
va a matar, y luego ni siquiera dice dónde está...

JULIA: No es que me haya dicho “buenas tardes, me voy a


matar”... es que quería cambiar dos palabras con una
voz humana, no de un médico.

61

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DEL POLICÍA: ¡Y así, platicando con usted, decidió asfixiarse con
el gas!

JULIA: No, ella ya estaba decidida... y yo también estaba


decidida, pues estaba tranquila hablando con mi
marido... que sin embargo no estaba porque ya no
vivimos juntos... que lo amo todavía pero le digo que
no lo amo porque no quiero que se le suban los
humos... con la fila de todas las mujeres con los
calzones... (se detiene, contrariada) En suma, ¡tengo
algunos problemas familiares! Esta amiga mía del gas
primero me viene con su monserga... Es más, antes me
insulta: “¿No le da vergüenza a usted, mandar a que se
pongan ladrillos al rojo vivo bajo el trasero a
mujeres que se queman... y las vocalizaciones AUOIE?”

¿Me sigue?

VOZ DEL POLICÍA: ¡Oh, por dios!

JULIA: ¿Se está burlando de mí?

VOZ DEL POLICÍA: ¡Me cuidaría mucho de eso!

JULIA: Sí, usted se está burlando de mí. Pero lo sabía. Le


hacen tanta publicidad a su cerebro electrónico de
datos para encontrar delincuentes, pero para salvar a
una pobre mujer que se está muriendo con el gas no
mueven ni un dedo.

VOZ DEL POLICÍA: Cálmese, señora. A propósito, ¿cómo se llama usted?

62

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
JULIA: ¿Y yo qué tengo que ver? No me tienen que salvar a
mí...

VOZ DEL POLICÍA: Eso está por verse...

JULIA: No, yo me salvé... cuando esta amiga mía Carla me


llamó por teléfono fue como un espejo para mí...
enorme... deformante y grotesco... ¡y entendí! Ella
hablaba con mis mismas palabras... ¡Una fotocopia
absurda! Mire, ¡como una iluminación! Me vi tan
cómica... improbable. Vi mi locura, ¿me entiende? Como
si la proyectaran finalmente en una perspectiva. Me
dije: está bien Julia, estás un poco abatida, ¿pero de
veras te quieres matar? ¡Debes reaccionar! Basta de
mirarte el ombligo y de meter el dedo con la lágrima y
viva el océano. Debes salir de esta casa que te está
volviendo loca con todos esos objetos eléctricos,
electrónicos... (Al decir esto se acerca al tripié que
tiene un sobresalto. Gritándole al tripié ) ¡Fuera!
¡Te echo fuera de la casa, sabes! (Al policía) ¡Soy
perseguida por un tripié que me hace enloquecer! Y
además debo comer... Basta de dietas. (De pronto se
acuerda del espagueti) Ay dios, el espagueti... (Corre
a la estufa) ¡Se me pegó! A quién le importa, se lo
mando a la dueña de la casa para que aprenda. ¡Basta
de reprimirme, basta de dietas, quiero fumar! Me dará
cáncer, peor para mí. Quiero salir... hablar con la
gente... contar mis experiencias... escuchar las de
los demás... quiero regalar a la gente las cosas
bellísimas que traigo dentro... Hablar, quiero
hablar... Oh dios, me quería matar... Señor policía...

63

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
sabe que descubrí que mañana es primavera...
¿bueno?... (Grita) ¿Bueno? Tal vez se cayó la línea...
(Se apresta a volver a marcar el número; suena el
interfon, corre a contestar exasperada) ¿Qué pasa?

VOZ DE LA PORTERA: Bueno, señora, aquí están unos enfermeros con la


ambulancia... me preguntan si usted sufrió un robo...

JULIA: Sí, soy yo... ¿pero qué tiene que ver la ambulancia?

VOZ DE LA PORTERA: Disculpe... disculpe... aquí está el médico que


quiere hablarle en persona.

JULIA: ¿Qué médico?

VOZ DEL MÉDICO: Buenas tardes señora... tranquilícese, ahorita


subimos.

JULIA: Pero doctor...

VOZ DEL MÉDICO: (Interrumpiéndola) Nos llamaron de la policía...


Estamos subiendo. Ábranos la puerta, por favor.
Dígame, ¿puede caminar sola?

JULIA: Camino muy bien...

VOZ DEL MÉDICO: Sí, quiero decir... ¿puede caminar? Si no llevamos


la camilla.

JULIA: Estoy muy bien... me dieron una cachetadita...

64

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A
VOZ DEL MÉDICO: Ah, otra cosa, pórtese bien, separe el cable del
timbre, aíslelo por favor, nosotros separamos el
botón, pero nunca se sabe... y si puede, abra las
ventanas.

JULIA: Doctor, escúcheme... hay un terrible error... Yo no


soy la del gas... yo soy la del Pentotal...

VOZ DEL MÉDICO: ... y el mataperros, ya lo sé. Los de la policía nos


dijeron todo... incluso lo del pollo por correo
apestoso...

JULIA: (Asustada, para sí ) No, al manicomio no...

VOZ DEL MÉDICO: ... de los genitales mordidos en hielo y de la rana


embarazada. Tranquilícese, ahorita llegamos, relájese
y no oponga resistencia...

JULIA: Al manicomio no... al manicomio no...

VOZ EN LA PUERTA: Abra señora, pórtese bien... abra o tendremos que


tirar la puerta.

JULIA: (Desesperada) No, al manicomio no... al manicomio no,


no, no...

Baja lentamente la luz. Puente musical.

FIN

65

“Un día como tantos” (Una giornata qualunque) de Dario fo y Franca Rame.
Este material no puede ser reproducido o representado sin la autorización por escrito de Operadora Teatral M.G.
O C E S A

También podría gustarte