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Drag para no drags: el drag como motor creador de identidades transgresoras.

Juan Sebastián Moreno

Diana Sofía Ramírez

Trabajo de Grado

Agnes Brekke

Asesora de Proyecto de Grado

Universidad El Bosque

Facultad de Creación y Comunicación

Programa de Arte Dramático

Bogotá D.C.

2022
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Resumen

Este proyecto de grado de investigación-creación consiste en un documental1 y en este


escrito que pretende complementar dicho documental, que aborda a la vez dos puntos de
vista, el de Sofía, una estudiante de arte dramático que se pregunta ¿cómo puede transgredir
su contexto socio-familiar desde su posición como mujer cisgénero que hace Drag? y ¿qué
ocurre al infringir las leyes de su constructo socio-familiar haciéndoles oposición desde lo
que no se le ha permitido hacer consigo misma por el tabú y el yugo social de lo que se espera
que sea una mujer? Y el de Juan Sebastián, quien es un estudiante de arte dramático y Drag
Queen profesional con 7 años ejerciendo, que se pregunta ¿de qué manera desde su identidad
como Drag Queen y como hombre cisgénero homosexual dentro de una sociedad
conservadora, logra transgredirla? Finalmente, tanto Juan Sebastián como Sofía llegan en
conjunto a preguntarse ¿Cómo se oponen ellos mismos a las normativas de los géneros a
partir de la creación de estas identidades transgresoras?
El drag ha sido el medio para crear identidades transgresoras desde sus inicios como
un arte consolidado, como un proceso contestatario principalmente de hombres homosexuales
en una época conservadora, pero que con los años ha tenido la necesidad y la oportunidad,
por la misma masificación del mismo, de diversificarse y romper sus propios cánones,
abriendo puertas no solo a hombres homosexuales sino a todo tipo de artista más allá de su
orientación sexual o su género, que busca transgredir su contexto y así deconstruirlo y crear
su nueva realidad.
A partir de una investigación sobre la historia del drag, entrevistas a drag queens,
hyper queens y kings, el estudio del travestismo y su impacto en la sociedad, y un taller
experimental en el que Juan Sebastián se asume como madre y Sofía como hija en proceso de
aprendizaje, que culmina con un acto en vivo, descubrimos que todos y todas iniciamos en
este arte buscando una manera de salir del canon de unas normativas que nos califican dentro
de un género y que además, refuerzan los roles que lo componen (roles dentro de un
constructo social que los reduce a eso). Todo esto, para encontrar un personaje que se vuelve
portavoz para expresar la forma en la que como artistas podemos deconstruir esos roles
establecidos, jugar con ellos, apropiarlos y reinventarlos para nuestro beneficio e interés.

Palabras clave: Drag, transgresión, drag colombiano, travesti.

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Para ver el documental Véase Anexo A, al final del documento.
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Introducción

Comprendiendo que identidad es, según la Real Academia Española: “un conjunto de
rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”.
(ASALE & RAE, s. f.), una identidad transgresora vendría siendo el conjunto de rasgos o
características de una persona que permiten distinguirla de otras y quebrantan un constructo
social determinado debido a ellas.

Este es un proyecto de investigación-creación de un personaje Drag transgresor creado


a través de un taller experimental impartido por Juan Sebastián Moreno, quien es un
estudiante de arte dramático y que gracias al tiempo que lleva ejerciendo el Drag aprovecha
las herramientas, tanto académicas como las obtenidas por la experiencia, para transmitirlas a
Sofía Ramírez, una estudiante de arte dramático que se hace cuestionamientos sobre su vida
cotidiana acerca de su contexto socio familiar, y como artista se cuestiona sobre su rol como
mujer y cómo los roles del constructo social de género la limitan dentro de un estándar de lo
que debe ser la feminidad para ella.

Esta investigación y el taller que nace de la misma, son consolidados por medio de un
documental que evidencia el proceso de creación de este personaje Drag y cómo llega a una
muestra final, donde la creación Drag de Sofía se enfrenta a un público por primera vez.

Dentro de esta investigación se toma como referente principal a Judith Butler, filósofa
materialista y post estructuralista que ha sido una de las teóricas fundacionales de la teoría
queer, y a su vez, dentro del taller experimental se realizan ejercicios y juegos teatrales
reenfocados para dialogar con el Drag.

Se utiliza el Drag como herramienta de construcción de este personaje transgresor,


pues como dice Juan Sebastián, el drag permite como artista escénico explorar lo que por el
tabú social no es capaz de indagar, le permite reencontrarse con un lado femenino que ha
estado escondido, ya sea por la presión del círculo social familiar o por inseguridades propias,
y a su vez al trabajar con una energía femenina que logra encontrar dentro de su energía
masculina. Para él, a nivel personal, le permite crear una conexión entre ambas energías y
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ofrece un medio de presentación artística que le permite extrapolar sus inseguridades ante un
público y confrontar dichas inseguridades como le gustaría hacerlo fuera de su personaje.

Contexto histórico del drag


De acuerdo a Michael Quinion en su blog World Wide Words (s. f.) el dónde
documenta los cambios y las creaciones en el léxico angloparlante, la palabra Drag tiene un
origen en la época Victoriana, cuando los hombres en el ámbito teatral representaban a
mujeres y usaban vestidos largos arrastrando las faldas (arrastrar en inglés es "to drag"). De
esta manera, el drag empieza a ser conocido como un término para los hombres que
representan a mujeres para un medio de entretenimiento; no obstante, el lexicógrafo (Green,
2014) sugiere en su libro The Vulgar Tongue que la relación hacia la comunidad LGBT
empieza más adelante en la década de 1920 aproximadamente.

En la actualidad es difícil separar el término Drag de la comunidad LGBT,


principalmente pensando en hombres homosexuales según la visión de un público general,
pero con la revolución actual del género, y la tendencia de ir contra las llamadas
"heteronormatividades", el drag ha abierto sus puertas a artistas de todo género, sin importar
su orientación sexual; dando lugar a una deconstrucción del "drag clásico", hombres actuando
como damas “exageradas” y ampliando las posibilidades artísticas para los performers.

La Historia del término Drag como tal en el Arte, como ya se dijo, empieza desde la
época victoriana, pero el arte del transformismo ha estado presente en la sociedad casi el
mismo tiempo que el teatro. Desde el teatro griego con hombres igualmente haciendo los
roles femeninos, como las Onnagatas del teatro Kabuki y los actores transformistas en la
ópera china, sin mencionar la importancia religiosa en algunas culturas orientales siendo el
“tercer género” parte del ritual.

Después de que las mujeres pueden hacer parte del teatro y los hombres en vestidos
dejan de ser indispensables, el drag empieza en el siglo XIX y XX a tomar mayor fuerza
como parte del cabaret y del burlesque en 1800 con las damas de pantomima en Europa, que
por medio de la improvisación, la comedia, trajes exagerados, maquillajes extremos y la
hiperactividad, representaban a las damas de alta alcurnia, y con formas de actuar cercanas al
Clown se conectaban con el público (cabe resaltar que aún existen y siguen siendo parte
importante del teatro inglés). Mientras tanto en Norte América con la gran aceptación que
tenía el "black face" (cuando un actor blanco se pintaba la cara de negro, usaba labios blancos
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y hacía comedia sobre los estereotipos de la gente de color) empezaron a abrirse campos para
estos comediantes en los espectáculos de juglares, donde no solo personificaban los
estereotipos de hombres de color, si no también mujeres de color, de clase baja, usualmente
esclavas o parte de la servidumbre, haciendo bailes y canciones burlándose de esos clichés.
Más adelante, estos actos empezaron a ser parte de Vodeviles, y cambiando la figura de la
mujer negra esclava por una mujer de sociedad a la que se referían como la Prima Donna.
Gracias a esto, el arte drag sigue impregnado de la comedia, la música y el baile como
principal acto performativo. Sin embargo, eventualmente el arte del transformismo se fue
relacionando con la prostitución y la homosexualidad, y el auge artístico que tuvo empezó a
ser un tabú.

A mitades del siglo XX el arte del transformismo había sido recluido a clubes
nocturnos en zonas específicas para la comunidad LGBT, todo en un ambiente clandestino
por las persecuciones que había hacia la gente que hacía parte de la comunidad. Fue en esta
época en la que el Drag empezó a llenarse de un tinte político que buscaba transgredir las
barreras de lo que era permitido en la sociedad, hasta llegar a puntos cruciales como las
protestas en Stonewall Inn en junio 28 de 1969, lideradas por activistas trans y drags como
Marsha P. Johnson ayudando a visibilizar a la comunidad LGBT (Senelick, 2000). Por esta
época la comunidad Drag se empezaba a conformar como casas o familias, ya que de esta
manera podían proteger a las comunidades más vulnerables que fueron expulsadas de sus
hogares (principalmente afrodescendientes, homosexuales que ejercen la prostitución,
transexuales y pacientes con VIH o SIDA). Estas familias y casas “competían” entre sí en
bares y zonas seguras, burlándose de las peleas machistas heterosexuales por medio de
batallas de baile y de estilo (voguing). Las competencias normalmente eran presentadas por
drag queens, y los competidores, la gente joven que hacía parte de estas familias.
Eventualmente, la escena drag se fue dividiendo y abriendo espacio para quienes solo
deseaban bailar, y aquellos que se preocupaban más por el aspecto estético, creando
concursos de belleza para la población drag.

En la década de los 90s, Rupaul Charles empezó su carrera musical con "Supermodel
Of the World (You better work)", lo cual le dio la oportunidad de tener su propio show en
televisión y construir una carrera ampliando la visibilización moderna del drag, permitiendo
tener formatos como hoy en día lo es RuPaul's Drag Race, the Switch, Dragula, etc. (realities
en televisión y en medios digitales en los que compiten drag queens, mostrando sus
cualidades artísticas en canto, maquillaje, baile, fonomímica, actuación y diseño de modas).
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En cuanto a la escena cinematográfica, el drag ha estado presente, no de frente como


lo vemos hoy en día, pero sí con personajes transformistas en películas como Víctor y
Victoria (1933), Una Eva y dos Adanes y algunos prefieren quemarse (1959), Hairspray
(1988), Papá por siempre (1993), entre otras.2

En Colombia, dónde se desarrolla el proyecto, el drag tiene su auge en los años 80s y
90s, cuando los actores practicaban el arte de la caracterización femenina, sin necesidad de
tener inclinaciones homosexuales y llevándolo a su máxima expresión de belleza y feminidad
sin caer en lo burdo y la burla. Más adelante nace La Pantera Roja, un club nocturno ubicado
en Bogotá en el barrio Teusaquillo, dónde las drags tenían la posibilidad de interpretar a las
divas de las rancheras y lo que coloquialmente conocemos como "música de plancha". En el
2002 surge Theatron, un nuevo espacio dedicado a lo queer, que llega con “Miss Universo
Drag Star”, un concurso que se ha consolidado como uno de los más importantes del país,
llegando a contar incluso con participantes internacionales. (Shock, 2019)

Por otro lado, se debe resaltar que la figura Drag ha sido parte del entretenimiento
colombiano por muchos años, pero bajo otros nombres tanto en novelas como en programas
de comedia y sátiras políticas. Algunos de los personajes más reconocidos en el medio
colombiano y aceptados son María Leona Santodomingo (Diego León Hoyos en el noticiero
Quaq), Dioselina Tibaná, Segunda dama de la nación (Jaime Garzón), Tola y Maruja (Carlos
Mario Gallego y Sergio Valencia Rincón), Barbarita (Cesar Corredor), Eva (Jorge Enrique
Abello) y Chi Chi Rodríguez (John Leguízamo).

De igual forma, también debe reconocerse a las artistas que si bien no son tan
conocidas han ayudado por medio de colectivos y activismo político al crecimiento de la
comunidad Drag dentro del país, entre ellas Madorylin Crawford, House of Tupamaras,
Candy House, Lxs Brujxs, Casa Roxanna, La noche y las luciérnagas, Speculo Lang, Lalo
Cota, Las Animals, Libertario Arte Contemporáneo, Lesley Wolf, Haus of Candela, Haus of
X y Cultura Drag Medellín.

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Para comprender más a fondo la terminología del Drag es importante conocer algunos de los
términos con los que se tratará dentro del documento. Véase Anexo B al final del documento para
ampliar estos términos.
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Dentro del mundo drag bogotano se tomaron como exponentes para este proyecto a
varias drags que hacen parte de la escena local, se les realizaron entrevistas con el fin de
ahondar en sus puntos de vista sobre el mismo, las identidades transgresoras, su experiencia y
de qué manera podrían aportar a la creación del personaje de Sofía. Entre ellas se encuentra
Gothic Amethyst, quien es una “drag de pandemia” (nacida durante los primeros meses de
confinamiento y que empezó en plataformas virtuales) que, aunque lleva poco tiempo, ha
ganado varios concursos, entre ellos Drag Force, el concurso donde se da a conocer por
primera vez. Hizo también parte del AntiFashion y La noche y las luciérnagas, este último
organizado por la ASAB (Academia Superior de Artes de Bogotá). Ha sido parte de las
anfitrionas invitadas de Speculo Drag y varios eventos de Oh My Drag como headliner.
Actualmente es anfitriona y creadora de eventos como La Más Trepada e Insultala. Previo a la
creación de Gothic, Daniel (la persona detrás de este personaje) hizo parte de varios grupos
de teatro de las casas culturales de Mosquera, donde conoce a Juan Tarquino, un actor
profesional que da vida a Miss Leslie Wolf, una Drag muy reconocida en la ciudad y que ha
hecho parte fundamental en la expansión de Oh My Drag y en la visibilización del Drag
Colombiano en terrenos internacionales como Love for the Arts y que además se vuelve su
principal referente. Daniel expresa además en la entrevista cómo alimenta a su Drag, no solo
de su previa experiencia como actor sino también desde sus experiencias como persona no
binaria, los obstáculos que ha tenido que enfrentar dentro de su círculo y su comunidad y lo
que Gothic le permite expresar a través de su arte para sobrellevar esos mismos obstáculos, y
de paso manifestarlos ante su audiencia.

Por otra parte, Cristian Leguizamon es quien personifica a Cece L’Blanc un Hyper
King que lleva aproximadamente 4 años abriendo espacios para otros kings, ha sido parte del
cast principal de Wednesday Slay, Speculo Lang, La Noche y las Luciérnagas y junto a
Gothic Amethyst y otras queens crearon la casa de Lxs Brujxs. Previo al drag también fue
parte de grupos teatrales en Soacha y posteriormente se unió al Tablón, grupo de teatro de la
Universidad Nacional, siendo parte de este hasta graduarse. Su drag ha sido alimentado por
varias drags y casas que lo han acogido, entre ellas Casa Orquídea, Lxs Brujxs, Haus of Freak
y Duffy Swan, así como de referentes del Clown, estando en primer lugar el Payaso cara
blanca. Cece nace desde una necesidad de continuar su carrera teatral de alguna forma y de
explorar las técnicas que le interesaban, y opta por ser un King para exagerar sus propios
amaneramientos, los mismos por los que ha sido juzgado. Cristian comenta que es muy difícil
llevar su drag a los lugares donde desea, puesto que la escena LGBT en Soacha es poca y
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cerrada para aceptar su estilo, por lo que opta por presentaciones dentro de Bogotá, que
acarrean dificultades con el transporte, su seguridad y el yugo con el que muchas veces es
tratado al decidir crear desde su propio género.

También dentro de las personas que hacen parte de estos referentes locales está
Natalia Moran, quien toma el rol de Glory Hall, una Hyper Queen que lleva haciendo Drag
aproximadamente un año. Ha sido parte de espectáculos como el Icónica y usa su plataforma
para acercarse a su feminidad, dando a conocer lo que significa ser una mujer lesbiana
femenina, puesto que ha tenido que lidiar con el cliché de la “lesbiana masculina”, además
poder demostrar las habilidades que tiene como políglota y denotar la posibilidad de ser una
mujer en control de su sexualidad utilizando íconos pop feministas que apoyan su mensaje.
Natalia, al igual que las otras dos queens, también ha tenido un bagaje teatral previo en
talleres de teatro y grupos universitarios, los cuales aportan su performance la idea de
conexión entre actor y público, y su objetivo de entretener y hacerle llegar un mensaje.

Por último, está Geraldine Rodríguez, una mujer cisgénero heterosexual que también
adopta un personaje de Hyper Queen como Bandida Freak, quien opta por este nombre pues
sostiene que “al ser una mujer heterosexual, quería ser algo que no me permiten ser: ser
puta, ser bandida, ser carismática, ser picarona”. Geraldine hace parte de la House of Freak,
y fue concursante de Drag Force. Si bien ella no ha tenido experiencia teatral previa, maneja
conceptos de lo que es la transmisión de un mensaje con el cuerpo, y hace uso de todo lo que
implica ser Bandida Freak para dejar claro cuál es su posición en un performance que dura
entre tres a cinco minutos.

Cabe resaltar que cada una de las artistas entrevistadas han pertenecido a una casa
drag o han tenido como principal apoyo a una figura materna, lo cual, si bien no es
obligatorio para el proceso de creación, sí ayuda en gran medida para quien está comenzando
en este arte. Tal cual como se mencionó anteriormente las figuras de Casas, Familias y
Madres3 son decisivas para encaminar el drag de quienes optan por hacer parte de estas. Así
como Juan Sebastián opta por ser la “Madre” de Sofía, pues es él quien imparte el taller drag
enseñándole por dónde comenzar a crear su personaje y desde su posición como actor

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Para ampliar en más términos relacionados a la Familia en Drag véase Anexo C, al final del
documento
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transforma los ejercicios académicos para que sean caminos de exploración del personaje de
ella. ¿Pero qué son estos términos de “casas, madres e hijas” en el drag?
Pues bien, como parte del sesgo sociocultural, el tabú que ha implicado el arte del
travestismo y ser parte del colectivo LGBTQ+, era frecuente que familias sacaran a sus hijos
de su hogar, por lo que los mismos miembros se veían en la necesidad de unirse y crear redes
de apoyo entre ellos mismos, formando familias escogidas, Normalmente quien llevaba el
mando en estas casas era una figura de Madre, que se encargaba de brindarles un espacio,
comida, ropa y la posibilidad de salir de situaciones de riesgo. Si bien el término se empieza a
acuñar en los años 60s con figuras de madres principalmente transexuales, hoy en día dentro
del drag se le considera madre a una artista que acoge a otros artistas que están empezando o
quieren incursionar en el drag y los guía por el camino de su arte, les enseña a maquillarse, a
crear su identidad drag, y crea un espacio seguro para que sus “hijos” puedan explorar. Como
en el caso de Juan Sebastián, una Drag que ya lleva un tiempo ejerciendo su arte, ha obtenido
suficiente experiencia, y tendrá la labor de no solo enseñarle a Sofía (quien asume el rol de
hija, y no necesariamente hará el mismo tipo de drag ni compartirá los mismos conceptos,
sino que tomará lo necesario para la creación de su personaje) técnicas de maquillaje, sino
también le enseñará formas de hacer shows desde sus conocimientos y le ayudará a encontrar
su propia personalidad en Drag. En este caso, Juan Sebastián y Sofía entrarán en una relación
de familia escogida, que, si bien es un término acuñado principalmente por la población
LGBT, en donde personas que han sido rechazadas de sus familias naturales encuentran
cariño y calor familiar con otros miembros de su comunidad, generando lazos no sanguíneos
de padres y madres al igual que hermandades. Este término se acuña en el Drag para
determinar los miembros que son acogidos bajo una misma Madre.

No necesariamente toda Drag Queen que tenga experiencia tendrá que ser madre,
algunas crean sus relaciones de familia escogida por medio de solo amistades o hermandades.
Actualmente la Drag de Juan Sebastián viene de un proceso más personal e íntimo, es un
personaje que se creó fuera de estos lazos familiares. Nació de la necesidad de liberación
dentro de una sociedad opresora con el género y por lo mismo busca deconstruir sus límites,
pues el drag permite crear una fantasía propia, un personaje que no se limita solo a los roles
de género, sino que lo transgrede y permite fluir entre ellos. En un nivel aún más personal, el
drag confronta, pone al artista en un lugar de oposición entre sus emociones; es vulnerable,
pero al mismo tiempo crea una máscara, una personalidad que permite expresar aquello que
fue negado, liberarse de lo que fue impuesto. Crea un efecto de catarsis. Esto es lo que
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permite que él asuma el papel de Madre dentro de la investigación, pues ya habiendo ejercido
por 7 años como Drag Queen y justamente empezando en el mundo del drag por un trabajo
académico y la búsqueda de una respuesta a sus preguntas personales, trabaja en distintos
bares, concursos y proyectos, entre ellos habiendo acuñado el rol de “madrina” de otras
queens, además de haber tomado el rol de profesor y tallerista drag en previas ocasiones.

Su camino en el drag ha sido una exploración que empezó como una tarea y un acto
nuevo en su carrera actoral, un reto que sin darse cuenta había sido una duda constante dentro
su propia carrera. Previo al monólogo que generó el interés en el drag como forma de arte,
había explorado personajes femeninos desde un lugar seguro con una peluca y unos senos
hechos con ropa entre la camiseta; sin embargo, todo con un miedo de encasillarse como el
actor homosexual que solo hará personajes amanerados. Comentarios como “también
deberías explorar personajes más masculinos” o “el próximo semestre vamos a trabajar en
que puedas verte más varonil en la escena, que también puedas besar a una chica” iban y
venían, y si bien no se puede culpar a los maestros de la percepción que tengan de un
estudiante, son comentarios que a la larga solo provocan más inseguridades y terminan
alejándolo de su propio ser, e incluso, en el caso de Juan, frenando sus procesos creativos por
complacer juicios que no le corresponden. Así como se cuestiona en Cuerpos que importan,
sobre los límites materiales y discursivos del sexo (Butler, 1996):

¿En qué medida las prácticas reguladoras de la formación y la separación de género


determinan la identidad, la coherencia interna del sujeto y, de hecho, la condición de
la persona de ser idéntica a sí misma? ¿En qué medida la «identidad» es un ideal
normativo más que un aspecto descriptivo de la experiencia? ¿Cómo pueden las
prácticas reglamentadoras que determinan el género hacerlo con las nociones
culturalmente inteligibles de la identidad? (P.71).

Pese a que Juan se identifica como hombre y se siente conforme siéndolo, no se


conforma con lo que le han enseñado que es ser hombre, tener una apariencia varonil, por
ejemplo, no es un logro ni un halago y comentarios como “no se te nota” carecen de sentido e
importancia.
En El Género en Disputa, el feminismo y la subversión de la identidad se propone que
(Butler, 1990):
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El "género" sólo existe al servicio del heterosexismo, no implica que nunca debamos
hacer uso de tales términos, como si esos términos sólo y siempre pudieran
reconsolidar los regímenes opresores de poder que los engendran. Por el contrario,
precisamente porque tales términos han sido engendrados y limitados dentro de esos
regímenes, deben repetirse en direcciones que inviertan y desplacen sus propósitos
originarios (P.187)

Y un claro ejemplo de esta lucha es Juan Sebastián, quien toma términos como el
travestismo y lucha contra los estigmas de llevar el peso de la peluca, de explicarle a la
familia que no es una persona transgénero y que esto nada tiene que ver con el trabajo sexual,
el reafirmar a colegas que lo que se está haciendo es parte de un trabajo escénico y no algo
alterno a la actuación o una salida fácil por no estar actuando, y por supuesto lo más
complicado que es confrontarse a sí mismo y disipar miedos e inseguridades internalizadas,
aceptando las partes de él que siempre ha tratado de negar por mantener una imagen que
cumpla con un canon de “masculinidad”.

Es común que muchos artistas que hacen Drag que se enfocan en personificar el
género opuesto se hagan la pregunta de si quizá son personas trans, si hay alguna duda sin
resolver en ese campo, como ha sido el caso de Drags conocidas cómo Gia Gunn, Laganja
Lastranja, Kerri Colby, Dakota Schieffer, entre otras que decidieron transicionar tras explorar
el género opuesto por medio del Drag. El personaje de Hedwig (Hedwig & the Angry Inch)
dejó en Juan Sebastián un hambre por contestar esas dudas y dejó un medio para ir
indagándolas, como resultado de esa búsqueda personal nace Duffy, quien con excusa de un
trabajo académico se vuelve el objeto de estudio, y con quien empieza a preguntarse a sí
mismo, ¿qué es su visión de una mujer?, ¿Qué es una queen, y por qué llama tanto su
atención el entrar a este mundo?

Del mismo modo que ocurre con Sofía, quien se hace preguntas similares desde su
lugar como mujer y de cómo la normatividad de género la somete a cumplir ciertos cánones
de la feminidad, de este modo toma la decisión de entrar al drag, y es que es curioso cómo el
Drag busca la desestabilización de cánones universales, especialmente del canon llamado
ideología de género. No busca seguir los mismos patrones machistas y conservadores
enseñados y transmitidos de generación en generación, acerca del aspecto y comportamiento
que debe tener una mujer. Hace a un lado el papel de mujer del hogar sumisa y en cambio
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busca su empoderamiento a través de la exageración. Mérida Jimenez (2002) afirma que "Las
personas queer desestabilizan los cánones universalistas, transgreden los patrones unívocos
y subvierten de forma sistemática sus propios límites y los códigos dualistas que definen los
comportamientos heteronormativos.” (P.28), Sofía busca, como se menciona anteriormente,
romper con estos patrones con los que no se siente cómoda y a gusto, si bien se identifica
como una mujer y se siente a gusto consigo misma, no se siente a gusto con las normas que
debe seguir por el hecho de ser mujer, el papel de sumisa, la cohibición sexual, la represión de
la libertad de expresión y el cuerpo no hacen parte de su ser, sentir e identidad como mujer.

Como mujer encasillada dentro de nada más que una normativa que no le permite
explorar algo que no esté más allá de su rol de género y un sin fin de normas que deben ser
realizadas y otras que están completamente prohibidas, no queda más remedio que resignarse
y abstenerse de algún tipo de exploración que pueda infringir aquellas leyes impuestas por la
sociedad, y es que como afirma Butler (1990):

Esto de "ser hombre" o "ser mujer" son cuestiones internamente inestables. Están
siempre acosadas por la ambivalencia precisamente porque toda identificación tiene
un costo, la pérdida de algún otro conjunto de identificaciones, la aproximación
forzada a una norma que uno nunca elige, una norma que nos elige, pero que nosotros
ocupamos, invertimos y resignificamos, puesto que la norma nunca logra
determinarnos por completo. (P. 186)

Y es justamente por este tipo de inconformidades que se crean espacios para el drag,
pequeños espacios marginados que acogen a quienes no se sienten identificados
completamente con el conjunto de normas de estos géneros binarios, y en cambio están al
servicio ya sea de su desnaturalización e incluso reidealización, en este caso a través del
travestismo.

De manera que a partir de estos cuestionamientos inicia el proyecto con el taller como
medio de investigación creativa. Dentro de él se explora a través del cuerpo y las sensaciones,
en conjunto con las entrevistas en las primeras sesiones a Juan Sebastián las dos primeras
drags, Cece y Gothic, se empiezan a desmentir tabúes y preconceptos erróneos de este
espacio.
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Para quienes jamás han hecho Drag y no están del todo, o nada, familiarizados con él,
se tiene la idea equivocada de que el drag al ser un espacio de travestismo es un espacio
creado por hombres homosexuales y para hombres homosexuales, de manera que las mujeres
quedan excluidas por el hecho de haber nacido mujer, con cualidades físicas propias de este
género binario y por ende con cualidades que dentro del constructo social son denominadas
femeninas y asignadas desde la infancia. Lo cierto es que suena un tanto absurdo, pero
especialmente excluyente que las mujeres sean excluidas, valga la redundancia, de un espacio
que busca encarnarla y parecerse a ella, esto desde un punto de vista masculino, esto desde
una posición extremista como propone Butler (1996) en su texto Cuerpos que importan:

El problema que plantea el análisis del travestismo entendido únicamente como


misoginia es, por supuesto, que presenta la transexualidad de hombre a mujer, el
vestirse con ropa de otro sexo y el travestismo como actividades homosexuales
masculinas que no siempre lo son y que además diagnostica que la homosexualidad
masculina tiene su raíz en la misoginia. (p.186)

Debido a lo anterior más allá de la posición radical de Butler sobre la misoginia, es


entendible que la imagen que tienen los hombres de las mujeres no es completamente
acercada a la realidad, o por lo menos no a la realidad binaria donde la cualidad femenina
queda reducida al constructo social, sin embargo, esto no es del todo cierto, puesto que es
deconstruida para exaltar la línea que se difumina entre los roles de género, y hacerla más
dramática en un buen sentido, el drama es la base del Drag. Que una mujer participe en un
concurso Drag, no quiere decir que necesariamente vaya a ganar porque ya es una mujer o
porque “se parece a una mujer”, hay que detenerse y preguntarse ¿qué es realmente ser una
mujer? El drag califica ítems como la creatividad, autenticidad y extravagancia. Hace a un
lado, estos juicios de roles de género, busca transgredirlos. Una mujer que hace drag no busca
ser “más mujer”, busca reinventarse, busca ir en contra de la corriente, de los ideales y
normas. Busca un espacio seguro para ser ella misma, para ser más auténtica, para romper
cánones, como Glory Hall, que busca romper con los estigmas y cánones de cómo debería
verse una mujer lesbiana, por ejemplo, o Bandida Freak, que busca dar a entender su punto,
las mujeres, igual que los hombres, también pueden estar con distintas personas, actuar
seguras de sí misas y esto no debería ser sinónimo de promiscuidad, como lo han encasillado
siempre.
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Es aquí donde entra Sofía, tomando aquel espacio marginado pero seguro para quienes
lo habitan, bajo la percepción que es un espacio casi prestado, creando una identidad
transgresora, y se trepa por primera vez haciendo de Hyper Queen, en primera instancia
partiendo del hecho de ser mujer, y reafirmando ciertas cualidades y calidades desde su sentir
y lo instintivo, apropiándose desde las limitantes del género como construcción social.
Durante este proceso Sofía es acompañada y guiada por Juan Sebastián, quien por medio de
herramientas y ejercicios teatrales aprendidos en la academia y que son alterados por él para
hacerlos dialogar de manera más fluida con el mundo del Drag, enseña a Sofía maneras de ir
acercándose a ese personaje imaginario, trabajando desde las cualidades del movimiento, la
animalidad, los elementos, el trabajo del gag y la improvisación, así como ejercicios de
proyección de la energía, y haciendo enfático durante su desarrollo la forma en la que esas
limitantes de la normativa binaría afectan estos ejercicios y cómo desde los mismos puede ir
rompiendo esas reglas y estructuras que le han generado estas dudas, con el fin de que al
finalizar el taller Sofía tenga la oportunidad de demostrar lo aprendido en una muestra en vivo
y pueda transmitir su posición transgresora.

La Drag de Sofía se va descubriendo poco a poco y está ligada a lo más personal e


interno de ella, muy similar al clown, pues ambos son cambiantes puesto que día a día se
atraviesa por nuevas experiencias, y de ellas se derivan el aprendizaje y los dolores. En el
libro El Clown un navegante de las emociones se dice que (Jara, 2014):

El clown es alguien que vive, siente y reacciona de todas las maneras que una persona
puede registrar en cualquiera de sus fases vitales: infancia, adolescencia, madurez,
vejez… Se diferencia de un personaje teatral en que este está acotado por toda una
serie de características y relaciones dadas por el autor, el director, los creadores, la
dramaturgia o los otros personajes. Por el contrario, el clown sólo tiene como
referencia aproximada a cada uno de nosotros cuando nos deslizamos a ese otro yo
que es nuestro clown. (p. 18)

Y es justamente lo que ocurre con el drag, no se liga a ningún texto ni se limita a


ninguna característica, es camaleónico, depende de las experiencias diarias de cada quien, así
como dentro del taller en el que se ahondan dichas experiencias, y los miedos e
inconformidades de cada uno; desde el trabajo de la corporalidad del personaje, su energía y
sus intereses se empieza a formar el drama dentro del performance Drag. El drama es el
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principal género dentro del Drag, pero no es solo actuar de forma dramática y mostrar un
cuerpo vacío que baila o actúa de manera extravagante, hay algo más allí, una emoción, es la
razón de ser de la canción y el show, es lo que se busca transmitir, es lo que coloquialmente se
diría dentro del drag servir. Es una sensación de libertad y reivindicación, sin temor a
explorar la sensualidad y empoderamiento a través de la mirada.

Sofía también se cuestiona sobre el constructo sociofamiliar con el que fue criada
desde pequeña, de manera que usa este espacio como medio para romper estos cánones y
reglas impuestas por una sociedad machista y patriarcal. Butler (1996) menciona en su texto
Cuerpos que importan que "El yo que se opondría a su construcción siempre parte de algún
modo de esa construcción para articular su oposición" y el yo tiene "capacidad de acción"
por implicarse en las relaciones de poder a las que pretende oponerse.“ (p. 181), de manera
que Sofía toma estas premisas de Butler para analizar las reglas normativas en las que se
encuentra y subsecuente a eso, poder oponerlas. Algunas de ellas, por ejemplo, son la
feminidad vista como delicadeza, la virginidad y comportamientos castos como símbolo de
pureza e inocencia y la imposibilidad de controlar su propia sexualidad y sensualidad. La
búsqueda de su drag le permite atravesar estas barreras y quebrantarlas, y se apoya a partir de
las entrevistas en puntos que encuentra en común entre las situaciones que viven las otras
hyper queens al estar trabajando en un campo principalmente dominado por hombres, de
igual forma encuentra una gran recepción por parte de las Drags entrevistadas, al hecho de ser
una mujer cisgénero que personificará igualmente a una mujer “hiper feminizada”.

Se menciona en Notas sobre el camp “El gusto camp es una especie de amor, amor a
la naturaleza humana. Más que juzgar saborea los pequeños triunfos y las horribles
intensidades del «personaje»”. (Sontag, 1964) (p. 16)

Así mismo el drag siendo un estilo de arte que se alimenta de lo camp, es un espacio
abierto no solo a quienes lo quieran explorar sino también a quienes buscan indagar más
sobre sí mismos y auto confrontarse, y contrario a la idea generalizada de que es netamente de
hombres homosexuales con audiencia LGBT, en la actualidad es en realidad un espacio que
busca reivindicar opiniones sesgadas hacia los artistas que lo componen (sin importar
realmente género u orientación sexual) y que a la vez busca dar cuenta de sus realidades y es
usado como un medio para apropiarse de estas y alterarlas igualmente para su beneficio. Es
un juego donde el jugador decide cuáles son sus propios límites y cómo puede deconstruirlos;
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y puede usar sus propias experiencias para alimentar y definir su mensaje y de esta manera
confrontarse a sí mismo dentro de su arte y su contexto.

Conclusiones

Como artistas creadores de identidades transgresoras, se tiene la tendencia a buscar un


lugar propio dentro de espacios normativos o con juicios de valores equívocos. Sofía, por
ejemplo, después de hacer parte de este taller experimental e investigación, entiende que este
tipo de espacios marginados, ya tienen su lugar ganado y acogen a quienes se sienten distintos
e inconformes con sus constructos sociales y familiares, como ella lo hace desde su lugar
como una mujer criada bajo una idealización de género y su respectivo rol dentro de una
sociedad machista y patriarcal, que no permite a las mujeres no solo su libertad de expresión,
sino también su libertad sexual. Una sociedad en donde una falda corta es sinónimo de
libertinaje y por ende condena al reproche. Sofía se da la libertad de tomar seguridad sobre su
cuerpo, sobre sus decisiones, su forma de vestir y empoderarse a partir de ello; Explorar
facetas distintas de su ser y sentir lo que como mujer que no es capaz en la vida cotidiana por
miedo a ser acosada y juzgada. Se integra a un espacio que explora consigo misma y aplaude
sus diferencias en vez de opinar sobre ellas y juzgarlas.

En una sociedad normativa que asume, en su caso, por ejemplo, su orientación sexual
por el hecho de estar dentro de una relación, y la encasilla dentro de ideas y conceptos
erróneos; el drag le da la libertad de explorar y conocer un nuevo espacio que deconstruye los
roles de género y permiten crear nuevas identidades que buscan transgredir espacios
cotidianos conducidos por normas sociales excluyentes. El taller con Juan Sebastián y su rol
como hija le mostraron una puerta abierta para poder pertenecer al mundo drag y terminar de
explorarse a sí misma. Dentro del taller ambos reafirmaron sus posiciones respecto a los roles
de género y la inconformidad de cada uno dentro de sus respectivos contextos sociales y
familiares, además de asimilar el lugar del otro desde donde nace su transgresión.

Por otro lado, para Sebastián, desde su experiencia encuentra necesario el ampliar la
visibilización de este arte y diluir aún más las brechas que separan al Drag del resto de
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espacios culturales y artísticos. Ya ha habido una necesidad de creación por parte de


comunidades oprimidas y se ha logrado avanzar, la escena del Drag se ha ampliado y
diversificado al punto que asumir que se puede catalogar dentro de un binarismo de género se
vuelve reductivo, hoy en día más y más artistas que vienen desde distintos campos empiezan
a involucrarse cada vez más dentro de este universo y nuevos cuestionamientos transgresores
se suman al de deconstrucción de los géneros binarios; y ahora teniendo la oportunidad de
aprovechar grandes plataformas que han masificado el Drag es aún más importante dar voz a
los artistas que menos espacios han logrado alcanzar, como es el caso de los Hyper Kings y
Hyper Queens, puesto que dentro de la investigación no hubo una gran cantidad de referentes
locales que hicieran parte de esas categorías y son una clara minoría en el colectivo del Drag;
claramente hay una exploración mucho más profundizada sobre la deconstrucción del género
propio a través del género opuesto, pero la reivindicación de los aspectos a resaltar del género
propio del actante desde la exploración del mismo género siguen siendo pocas.

Dentro de la práctica del taller impartido para este proyecto de creación es


conmovedor ver a una artista como Sofía encontrándose a sí misma y cuestionándose aún más
sobre los roles de género que la definen y sobre cuáles de esos roles aprendidos y asignados
realmente corresponden a la visión que quiere dar de sí misma y cuáles puede darse el lujo de
dejar atrás, así como lo hace en el resultado en vivo de la muestra final del taller, evidenciada
en el documental que complementa este proyecto, Sofía presenta a Nalgótica Tóxica por
primera vez ante una audiencia, conformada por familiares y amistades de ella misma, y por
medio de canciones elegidas por ella sobre el empoderamiento femenino, les transmite su
inconformidad de estar encajada en esos roles específicos previamente comentados. Ahora
con el primer paso de la creación de una identidad transgresora por medio de un personaje
Drag la nueva pregunta es ¿Qué planea ahora hacer Sofía con esta nueva identidad con la que
se permite transgredir los encasillamientos sociales donde se encontraba, hasta dónde puede ir
a futuro dentro de su misma confrontación? Sebastián por su lado deja una puerta abierta para
seguir haciendo parte de esa indagación y continuar su rol de madre para seguir alimentando
este personaje y a la vez empieza un nuevo cuestionamiento sobre el lugar donde él mismo ha
llevado su Drag y qué planea hacer para re encontrar su lugar dentro de la nueva escena del
Drag Bogotano que ha sido tan cambiante por este crecimiento acelerado.
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Bibliografía

ASALE, R.-, & RAE. (s. f.). Identidad | Diccionario de la lengua española. «Diccionario de

la lengua española» - Edición del Tricentenario. Recuperado 11 de noviembre de

2022, de https://dle.rae.es/identidad

Butler, J. (1990). El género en disputa, el feminismo y la subversión de la identidad. Paidós.

Butler, J. (1996). Cuerpos que importan, sobre los límites materiales y discursivos del «sexo»

(1.a ed.). Paidós.

Green, J. (2014). The vulgar tongue (1.a ed.). Oxford University Press.

Jara, J. (2014). El clown, un navegante de las emociones (1.a ed.). Octaedro.

Mérida, R. (2002). Sexualidades transgresoras, una antología de estudios queer. (1.a ed.).

Barcelona. Icaria Editorial.

Senelick, L. (2000). The Changing Room: Sex, Drag and Theater. Routledge.

Shock, R. (2019, junio 19). Clases de historia… de historia del movimiento drag queen en

Colombia (world) [Text]. Shock; Shock Música.

https://www.shock.co/cultura-pop/clases-de-historia-de-historia-del-movimiento-drag-

queen-en-colombia

Sontag, S. (1964). Notes on ‘camp’.

World Wide Words: Drag. (s. f.). World Wide Words. Recuperado 11 de noviembre de 2022,

de http://www.worldwidewords.org/qa/qa-dra1.htm
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ANEXOS
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ANEXO A
Documental Drag para no Drags:
Drag para no Drags

ANEXO B

Tipos De Drag
Drag Queen: Es el término más conocido y se le nombra así al hombre que interpreta
un personaje “femenino” exagerado con fines de entretenimiento.
Drag King: Al contrario que la Drag Queen, el actante detrás del King es una mujer
interpretando un personaje “masculino” exagerado con fines de entretenimiento
Hyper Queen/King: Cuando el o la actante son del mismo género del personaje que
interpretarán dentro del Drag se les llama Hyper, anteriormente se utilizaba el término “Faux”
o falso en francés pero fue cambiado por ser un término que puede ser ofensivo y demeritado
al Drag que los artistas están creando.

Estilo De Drag
Beauty pageant/transformista: En Latinoamérica es uno de los estilos más clásicos del
Drag, inspirados en reinados de belleza, busca exaltar la belleza por lo general femenina,
suelen crearse reinados y concursos para estas artistas y por lo general buscan que su
personificación no sea tan exagerada, si no que puedan parecer lo más hegemónicamente
bellas que puedan parecer.
Comedy Drag: Drags que usan más la exageración de las facciones en el maquillaje, al
igual en su actuación, buscan más el humor negro, el insulto y la burla para sus tipos de
actuaciones. Sus vestuarios buscan ser grandes y vistosos en algunos casos llegando a lo
grotesco.
Drag Monster: Una corriente más reciente y que nació con la movida punk y gótica.
Este tipo de Drag busca romper la figura femenina y delicada por completo y volverla algo
monstruoso, sangriento y grotesco. Estas Drags se inspiran más en el terror y en la
incomodidad visual para generar su performance.
Drag Islas Canarias: Este es un Drag más específico a los concursos de las Islas
Canarias, no obstante, se puede ver en carnavales folclóricos de todo el mundo, la
"feminidad" la da un maquillaje pesado, por lo general con rostros blancos, pero los cuerpos
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suelen ser cuerpos masculinos musculosos. Con vestuarios brillantes y escarchados que
llamen mucho la atención y plataformas de más de 20 cm.
Nueva escuela: Igualmente difícil de definir, podría ser una amalgama de todas las
anteriores, ya que por la masificación del drag en los medios de comunicación más y más
gente joven se anima a hacerlo, y combinan estéticas buscando una propia, ya la comedia no
es lo más común, en muchos aspectos se han vuelto un poco más conceptuales y políticas de
forma directa y no tan satírica.
Dama de la Pantomima: Es un estilo muy clásico principalmente del teatro británico y
quizá precursor al estilo actual de los Comedy Queens y Kings, donde el actante solía ser un
hombre tosco y rudo usando vestidos y pelucas con mucho "amaneramiento".

Términos Sueltos.
Lipsync: El principal tipo de performance dentro del Drag dónde se hace fonomímicas
a canciones de distintos géneros contando una historia o mostrando gran habilidad en danza y
acrobacia.
Camp: Un estilo artístico y estético que puede ser un poco grotesco, cómico, absurdo,
exagerado, y que por lo general llega a serlo sin intentarlo, como una equivocación asertiva.
Ball o Ballroom: Competencias de baile y modelaje que se originaron en comunidades
LGBT latinas y negras en Nueva York, que generaban espacios seguros para que las personas
queer mostraran sus habilidades artísticas y pudieran relacionarse entre ellos

ANEXO C
Familia Drag.
Hermanas/Hermanos: Las familias escogidas bajo un manto de una Madre Drag o un
Padre Drag crean una sororidad entre ellas muy fuertes y por defecto a varías hijas dentro de
una familia se les llamará hermanas, no obstante, también se habla de hermanas y hermanos
por el simple hecho de hacer drag y contribuir al colectivo general, es un término de
protección y acopio, incluso las Drags que no son madres o no tienen una familia o una casa
drag son parte de esta hermandad.
Casas: Término usado en la cultura del Ball americana, es el título que se le da a una
familia Drag por lo general empezando por “Casa de” y seguido del apellido de la Madre
principal de la casa o de algún artista o diseñador, estas casas pueden llevar varías
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generaciones por encima y suelen competir en concursos ya sea de Ball o de Drag por
prestigio y premios monetarios que son reinvertidos dentro de la misma casa.

ANEXO D

Video de Sustentación
https://youtu.be/IB8EcXI-1zo

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