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Evolución tectónica, paleogeográfica y metalogénica durante el Cenozoico en los


Andes de Chile norte y central e implicaciones para las regiones adyacentes de
Bolivia y Argentina

Article in Revista de la Asociacion Geologica Argentina · October 2009

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Reynaldo Charrier Marcelo Farias


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Revista de la Asociación Geológica Argentina 65 (1 ): 5 - 35 (2009) 5

EVOLUCIÓN TECTÓNICA, PALEOGEOGRÁFICA Y


METALOGÉNICA DURANTE EL CENOZOICO EN LOS
ANDES DE CHILE NORTE Y CENTRAL E IMPLICACIONES
PARA LAS REGIONES ADYACENTES DE BOLIVIA Y
ARGENTINA
Reynaldo CHARRIER, Marcelo FARÍAS y Víctor MAKSAEV

Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile, Santiago.


E-mails rcharrie@cec.uchile.cl, mfarias@dgf.uchile.cl y vmaksaev@ing.uchile.cl

RESUMEN
La orogenia incaica dio origen a un importante relieve en el Eoceno Medio, el que se concentró en el ámbito del arco mag-
mático precedente, la Cordillera Incaica. Este relieve positivo de orientación NNE se extendió desde el sur de Perú hasta la
región central de Chile y separó dos dominios paleogeográficos que tuvieron evoluciones diferentes durante el resto del
Cenozoico. El dominio occidental se caracterizó por el predominio de procesos de erosión y sedimentación. En el dominio
oriental también existieron importantes episodios de erosión que originaron depósitos que se encuentran en la vertiente orien-
tal de la cadena en la actualidad y presentan una cronología comparable con la de los depósitos del dominio occidental. Sin
embargo, la evolución se caracterizó por presentar, a partir del Eoceno Tardío, diferencias al norte y sur de los ~27ºS. Al nor-
te de esa latitud, en el ámbito del Altiplano-Puna, el arco magmático se mantuvo aproximadamente en la misma posición, coin-
cidente con la del arco actual, y estuvo bordeado por una cuenca de antepaís de retroarco; mientras que, al sur de ~27ºS, se
desarrollaron sucesivos arcos magmáticos con una marcada migración hacia el este. El arco magmático del Eoceno Tardío al
Oligoceno Tardío - Mioceno Temprano se caracterizó por el desarrollo de una amplia cuenca extensional de intra-arco, la
cuenca de Abanico. En esta cuenca se acumularon hasta 3.000 m de rocas volcánicas, volcaniclásticas y, subordinadamente,
sedimentarias. A partir del límite oligoceno-mioceno, tuvo lugar un nuevo evento compresivo a lo largo de todo el orógeno
que rejuveneció el núcleo de la Cordillera Incaica e invirtió la cuenca de Abanico permitiendo la generación de abundantes
depósitos sintectónicos a ambos lados de los nuevos relieves. El inicio de este evento coincide con la orogenia pehuenche, los
pulsos compresivos se mantuvieron hasta el Plioceno Temprano. En el Mioceno Temprano a Medio, la deformación se ex-
tendió hacia el este con el desarrollo en secuencia de fajas plegadas y corridas y cuencas de antepaís de retroarco presentes
principalmente en Argentina. En el norte de Chile, en el dominio occidental, en las actuales Depresión Central y Precordillera,
la acumulación de gruesos depósitos sedimentarios en traslape sobre la vertiente occidental de la Cordillera Incaica dio origen
a los pedimentos de Tarapacá y Atacama. En la región central de Chile, se produjo, en cambio, una extensa peneplanización.
A comienzos del Mioceno Tardío, el prolongado desarrollo de las fajas plegadas y corridas con vergencia oriental y el desarro-
llo de corrimientos profundos bajo la cordillera que emergieron en el frente andino, habrían provocado el basculamiento ha-
cia el oeste del orógeno, el alzamiento de la cadena y el inicio de la profunda incisión fluvial que la afecta. En el Mioceno
Tardío al Plioceno Temprano se produjo una perturbación en la evolución tectónica que produjo la migración de la deforma-
ción hacia el oeste, que coincide en el tiempo con la generación de mineralización porfídica de Cu-Mo en sectores donde an-
teriormente se había encontrado el arco magmático. La compresión continuó produciendo mayor alzamiento de la cordillera,
el alzamiento de las peneplanicies y la rápida exhumación que la caracteriza. La sismicidad superficial a lo largo de las fallas
mayores paralelas al orógeno indica un régimen tectónico transcurrente dextral. La mineralización económica de tipo pórfido
de Cu-Mo se originó en etapas tardías de los arcos magmáticos, a continuación de episodios de engrosamiento cortical y la
ubicación de los centros de mineralización estuvo controlada generalmente por la existencia de fallas mayores.

Palabras clave: Cenozoico, Andes centrales, Evolución tectónica, Evolución paleogeográfica, Orogenia Incaica, Cordillera Incaica.

ABSTRACT: Tectonic, paleogeographic, and metallogenic evolution during the Cenozoic in the Andes of Central and Northern Chile and implication
for the adjacent regions of Bolivia and Argentina. The Incaic orogeny created significant geographical relief during the Middle
Eocene, along most of the area of the preceding magmatic arc, the Incaic Cordillera. This NNE-trending elevated terrain ex-
tended from southern Peru to central Chile and formed the boundary between two paleogeographical domains with dissimi-
lar geological evolutions during the rest of the Cenozoic. The western domain was characterized by erosion and sedimenta-
tion processes. The eastern domain also included significant erosional episodes, but was characterized by different evolutions
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north and south of ~27°S. Northward of this latitude, within the Altiplano-Puna realm, the magmatic arc remained in a fi-
xed position, coinciding with the current active arc, and was bordered by a back-arc foreland basin; whereas southward of
~27°S a succession of magmatic arcs developed with a prominent eastward migration. The Late Eocene to Late Oligocene-
Early Miocene was characterized by the development of an extensive intra-arc extensional basin, the Abanico Basin. A suc-
cession of volcanic and volcaniclastic rocks, with minor sedimentary intercalations, up to 3,000 m thick were deposited within
this basin. At about the boundary between the Oligocene and the Miocene a compressive tectonism affected the whole oro-
gen rejuvenating the core of the Incaic Cordillera and resulted in the tectonic inversion of the Abanico Basin; leading to the
syntectonic sedimentation on both sides of the new elevated terrain. The beginning of this tectonism is coincident with the
Pehuenche orogeny, but the compression extended until the Early Pliocene. During the Early to Middle Miocene the defor-
mation extended to the east with the development of foreland fold and thrust belts and basins. Within the western domain
in northern Chile, area of the current Central Depression and Precordillera, the accumulation of thick sedimentary deposits
from the western slope of the Incaic Cordillera originated the Tarapacá and Atacama pediments; whereas an extensive pene-
planation developed in central Chile. In Late Miocene the prolonged development of the east-verging fold and thrust belts
and the generation of overthrusts deep under the Cordillera, which emerged in the Andean front, would have caused the wes-
tward tilting of the whole orogen, accompanied by the uplift of the mountain chain and the beginning of its fluvial incision.
During the Late Miocene to Early Pliocene a disturbance of the tectonic evolution produced the westward migration of the
deformation that coincides in time with the generation of Cu-Mo porphyry mineralization in the area of the former magma-
tic arc. The compression continued producing uplift of the Cordillera and peneplain surfaces, and rapid exhumation. The sha-
llow seismicity along major faults parallel to the orogen indicates current dextral transcurrent tectonic regime. The economic
Cu-Mo porphyry mineralization originated in the latest stages of the magmatic arcs following episodes of crustal thickening,
and the location of the mineralizing centers was generally controlled by major faults.

Keywords: Cenozoic, Andes, tectonics, paleogeography, Incaic Orogeny, Incaic Cordillera

INTRODUCCIÓN concitan alto interés como lo son las re- los eventos de magmatismo y metalogé-
laciones existentes entre los procesos nesis asociados; (2) se muestra cómo, du-
En la evolución de las cadenas de monta- magmáticos y de mineralización con el rante las diferentes etapas de esta evolu-
ñas recientes, los aspectos que han des- régimen tectónico y el alzamiento de la ción, los elementos paleogeográficos que
pertado mayor interés y generado intenso cadena. se sucedieron y que tuvieron una extensa
debate son los mecanismos que condu- A continuación se presenta una síntesis distribución a lo largo del orógeno, per-
cen a la elevación del macizo montañoso de la evolución cenozoica en Chile ha- miten explicar de manera satisfactoria,
y el momento en que éste adquirió su ele- ciendo especial énfasis en su etapa más tanto el origen y proveniencia, como las
vación actual. En relación con los Andes reciente, correspondiente a la tercera eta- posibles vinculaciones y correlaciones
Centrales (sensu Aubouin et al. 1973 y pa del ciclo tectónico andino (Eoceno entre los depósitos existentes en ambas
Gansser 1973), se ha producido cierto Medio - Presente) (Fig. 1). Con ella inten- vertientes de la cordillera; y (3) se presen-
consenso en torno a la idea de que el al- tamos aportar nuevos antecedentes res- ta, para las etapas más recientes de la evo-
zamiento se habría producido fundamen- pecto de los aspectos mencionados arri- lución andina, la evolución morfológica
talmente en los últimos 10 millones de ba y destacar las implicaciones que estos de la cadena en la región considerada.
años (Gubbels et al. 1993, Gregory-Wod- tienen para la vertiente oriental de la ca- El ciclo tectónico andino, que se desarro-
zicky 2000, Charrier et al. 2005a, Garzio- dena. En este trabajo se considera infor- lló entre el Jurásico Temprano tardío y el
ne et al. 2006, Hoke et al. 2007, Farías et al. mación estratigráfica, estructural, geo- y Presente, es el último de la evolución ge-
2008, entre otros). En cuanto a los meca- termocronológica, paleogeográfica y ológica a lo largo del margen continental
nismos que provocan el alzamiento, si morfotectónica disponible en la literatura de Chile y Argentina y se lo puede subdi-
bien se han realizado diversas proposi- para ambas vertientes de la Cordillera de vidir en tres etapas: 1) Jurásico Temprano
ciones, no existe todavía consenso al res- los Andes en las partes norte y central de tardío a Cretácico Temprano tardío; 2)
pecto. Un aspecto que últimamente ha Chile y Argentina y sur de Bolivia. Parte Cretácico Tardío a Eoceno Medio; y 3)
recibido un interés creciente, pero que de la información presentada para la ver- Eoceno Tardío al Presente (Charrier et al.
aún permanece poco investigado, es la tiente chilena corresponde a resultados 2007). Cada una de estas etapas está se-
interacción entre la tectónica y el clima obtenidos en los últimos años por el gru- parada de la siguiente por un episodio
en el proceso de alzamiento del orógeno po de trabajo al cual los autores pertene- mayor de deformación compresiva, las
y en la evolución morfológica de la cade- cen. En esta síntesis: (1) se presenta una orogenias o fases Peruana e Incaica, res-
na hasta adquirir su configuración actual. cronología de la evolución tectónica y pa- pectivamente (Fig. 1). Estas tres etapas se
Además de estos aspectos, hay otros que leogeográfica de la cadena, que integra caracterizan por: 1) presentar, en general,
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 7

Figura 1: El ciclo tectónico andino


(Jurásico Temprano tardío -
Presente). Subdivisiones en etapas y
subetapas, y eventos tectónicos que
marcaron su desarrollo. Notar que la
evolución durante el Cenozoico com-
prende la segunda subetapa de la se-
gunda etapa (Paleógeno Temprano) y
la tercera etapa (Eoceno Tardío -
Presente) del ciclo.

un régimen tectónico predominantemen- (orogenia K-T, Cornejo et al. 2003, Cha- Sur un arco magmático con una orienta-
te extensional o, por lo menos, transten- rrier et al. 2007) y otro en el Oligoceno ción NNE que se extendió desde, por lo
sional; 2) mantener las mismas condicio- Tardío - Mioceno Temprano (orogenia menos, el sur del Perú hasta la región
nes paleogeográficas y las mismas carac- pehuenche, Yrigoyen 1993). central de Chile y Argentina (Charrier et
terísticas geoquímicas del magmatismo; y El análisis de la evolución cenozoica que al. 2007). En el Eoceno medio, como
3) presentar una evolución cíclica de los se presenta a continuación se subdividirá, consecuencia de la orogenia incaica, se
depósitos sedimentarios. A pesar de ello, consecuentemente, en tres periodos: 1) habría formado un importante relieve o
cada una de estas etapas presenta una in- Paleoceno a Eoceno Medio (segunda cordón montañoso aproximadamente
terrupción en su evolución, lo cual per- sub-etapa de la segunda etapa del ciclo con la misma ubicación y orientación que
mite separarlas en sub-etapas. En la pri- andino), comprendido entre la orogenia el arco, que habría separado dos domi-
mera etapa, la interrupción la marcó una K-T y la orogenia incaica; 2) Eoceno nios paleogeográficos, uno occidental y
regresión marina generalizada en la cuen- Medio-Tardío a Oligoceno Tardío-Mio- otro oriental, que tuvieron a partir de ese
ca de trasarco en el Jurásico Tardío, a ceno Temprano, entre las orogenias in- momento evoluciones diferentes.
continuación de la cual se inició una nue- caica y pehuenche; y 3) Mioceno Medio En este artículo se presenta y compara la
va etapa de subsidencia tectónica sucedi- al Presente (Fig. 1). evolución en ambos dominios y se desta-
da por subsidencia termal lo que permi- El análisis reciente de la evolución tecto- ca la marcada diferencia que presenta la
tió una segunda ingresión marina en el no-estratigráfica del orógeno andino en evolución del dominio oriental al norte y
trasarco. En cambio, las interrupciones Chile muestra que en el Cretácico Tardío sur de aproximadamente 27ºS, lo cual
en las segunda y tercera etapas se debie- y parte del Paleógeno (Paleoceno hasta constituye un rasgo esencial de la evolu-
ron a eventos tectónicos compresivos: Eoceno Medio) se desarrolló a lo largo ción andina en la región considerada. Ca-
uno cercano al límite Cretácico-Terciario del margen continental de América del be destacar que esta diferencia coincide
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con el límite sur de la Puna. El dominio a 100 km. Su ubicación se puede deducir Muñoz et al. 2002). El miembro inferior
occidental se caracterizó por presentar por la distribución de las unidades intru- de la Formación Calama contiene algu-
una sucesión de episodios de erosión y sivas y volcánicas de esta edad (y también nos niveles andesíticos datados en 51,9 ±
sedimentación detrítica, predominante- de edad cretácica superior, que pertene- 1,7 Ma (K-Ar en roca total) y, de acuerdo
mente gravas, controlados por los distin- cen a la misma etapa del ciclo andino; con la composición y direcciones de
tos pulsos que marcaron la actividad tec- Fig. 2). Estos rasgos permiten determinar aporte, los componentes detríticos pro-
tónica. Esta evolución está muy bien re- que, en el norte de Chile, el arco magmá- vendrían de un relieve volcánico ubicado
gistrada en el extremo norte de Chile y, si tico se extendía, entre 21º y 23º S, a lo lar- hacia el oeste y se habrían acumulado po-
bien los remanentes de estos depósitos go de la parte oriental de la actual De- siblemente en una cuenca transtensional
disminuyen gradualmente hasta casi des- presión Central, la Precordillera, la sierra (pull-apart) desarrollada a lo largo del mis-
aparecer al sur de 29ºS, parece posible ex- de Moreno y el flanco occidental de la mo arco magmático y del sistema de falla
trapolar esta evolución aún más al sur Cordillera de Domeyko y entre 23º y 27º Argomedo - Falla Oeste (Blanco et al.
hasta la región central de Chile. Por este S, a lo largo de la Depresión Central. La 2003). El Grupo Purilactis también se
motivo, el análisis de la evolución en el franja de rocas intrusivas y volcánicas de depositó al este del arco magmático y sus
dominio occidental se basará principal- esta etapa se puede prolongar con apro- clastos tienen el mismo origen que aque-
mente en antecedentes de la región norte ximadamente la misma orientación a tra- llos que se encuentran en otras cuencas
del país. En cambio, la evolución poste- vés del segmento de subducción plana de la misma edad. Sin embargo, la cuen-
rior al Eoceno Medio en la vertiente (flat-slab) hasta el borde oriental de la ca en la cual se depositó estuvo, muy pro-
oriental del cordón montañoso presentó Cordillera de la Costa, a 35º15`S. Más al bablemente, relacionada con el rift de
evoluciones diferentes al norte y sur de sur, esta franja se interrumpe para reapa- Salta, cuyo mayor desarrollo se encuentra
~27ºS. Al norte de esa latitud, a conti- recer, entre 37º y 39ºS, en ambas vertien- en la Cordillera Oriental en el noroeste
nuación de la orogenia incaica, la activi- tes de la Cordillera Principal (Sernageo- argentino (Marquillas y Salfity 1988, Ulia-
dad magmática de arco se mantuvo con- min 2003, Munizaga et al. 1985, Llambías na y Biddle 1988, Macellari et al. 1991,
centrada en la parte oriental de la Pre- y Rapela 1989, Franchini et al. 2003, Ra- Flint et al. 1993, Mpodozis et al. 1999,
cordillera chilena y en el Altiplano - Puna mos y Folguera 2005, véase Fig. 5), con Salfity y Marquillas 1994, 1999, Muñoz et
occidental, sin presentar una marcada mi- las rocas de edad cenozoica aflorando en al. 2002, Charrier et al. 2007). Más al sur
gración al este, como se conoce más al territorio argentino hasta la latitud de (30ºS), afloramientos estratificados a lo
sur. En esta región, además, el arco estu- 43ºS (véase figura 2 de Jordan et al. 2001). largo del arco son más dispersos y con-
vo bordeado por un sistema de cuenca de La actividad magmática cenozoica de sisten en sucesiones volcánicas y volcani-
antepaís de retroarco ubicada en el Alti- este arco correspondió al emplazamiento clásticas asociadas a complejos volcáni-
plano - Puna, En cambio, al sur de ~27ºS, de plutones, domos, pequeños stocks e cos y calderas (Emparán y Pineda 1999,
en la vertiente oriental del cordón mon- intrusivos subvolcánicos de composicio- Pineda y Emparán 2006).
tañoso, se desarrollaron sucesivos arcos nes gabroicas a dacíticas y erupción de A lo largo del arco volcano-plutónico,
magmáticos con una marcada migración abundantes depósitos volcánicos de ca- durante el Paleoceno a Eoceno Tempra-
al este. rácter basáltico, andesítico y dacítico-rio- no, se formaron pórfidos de Cu-Mo (~59
lítico, frecuentemente relacionados con a 52 Ma; Camus 2003, Sillitoe y Perelló
PALEOCENO A EOCENO grandes calderas y extensas zonas de alte- 2005). Este conjunto de depósitos mine-
MEDIO ración hidrotermal. Los depósitos del rales constituye la tercera concentración
arco pre-incaico (Fig. 3) constituyen, de mayor de cobre en los Andes Centrales.
Evolución posterior a la orogenia K-T norte a sur, las formaciones: Icanche (Ma- Ellos se distribuyen a lo largo de una
y anterior a la orogenia incaica ksaev 1978), Cinchado (Montaño 1976, franja de unos 1.500 km de largo y de 30
Este periodo se caracterizó por la presen- Marinovic y García 1999) y Venado (Se- a 50 km de ancho, desde el sur del Perú
cia de un arco magmático con desarrollo púlveda y Naranjo 1982, Iriarte et al. hasta Chile central (17° a 29°30'S). Los
con predominio de condiciones extensio- 1996). Los depósitos detríticos asociados pórfidos de Cu-Mo de este período cons-
nales y/o transtensionales (Mpodozis et corresponden, por ejemplo al miembro tituyen la mayor fuente de producción de
al. 1995, Charrier et al. 2007). Este arco inferior de la Formación Calama (Naran- cobre de Perú (minas Cuajone, Cerro
tuvo una orientación NNE y se extendió jo y Paskoff 1981, Blanco et al. 2003) y la Verde-Santa Rosa y Toquepala). Éstas,
por más de 3.000 km a lo largo del mar- parte superior del Grupo Purilactis, en el junto con el prospecto Quellaveco, con-
gen continental, alcanzando por el norte borde oriental del Salar de Atacama centran los mayores recursos cupríferos
hasta, al menos, el sur de Perú. En el nor- (Dingman 1963, Hartley et al. 1992, Flint de esta franja de pórfidos (estimados en
te de Chile, el arco magmático presenta- et al. 1993, Charrier y Reutter 1994, Arria- 39 Mt Cu; Camus 2003). En Chile esta
ba en este período un ancho de unos 90 gada 1999, Mpodozis et al. 1999, 2005, franja se extiende aproximadamente a lo
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 9

ten visualizar un control estructural re-


gional.
El arco Paleoceno a Eoceno Medio re-
presentaba en este momento el relieve
principal del orógeno y, como tal, debe
haber determinado la divisoria de aguas
(Fig. 4a). Si bien la erosión de este relieve
debe haber generado depósitos detríticos
sobre ambos flancos, en el flanco occi-
dental no se conocen depósitos de esta
edad en territorio chileno. Estos fueron,
probablemente, transportados por los
ríos hasta la plataforma continental.
En la vertiente oriental de la cordillera,
en el Altiplano boliviano, este periodo se
caracterizó por una reducida sedimenta-
ción con abundantes intercalaciones de
paleosuelos (Horton et al. 2001, McQua-
rrie et al. Tardío 2005) y aportes sedimen-
tarios provenientes desde el este (Horton
et al. 2001) y noreste (Rochat 2002) que
dieron origen a la parte superior de la
Formación Santa Lucía o Formación
Figura 2: Distribución tenta- Cayara, según Marocco et al. (1987), Sem-
tiva de la Cordillera Incaica y pere et al. (1997) y Rochat (2002), cuya
cuenca de Abanico. La oroge-
nia incaica en el Eoceno base fue datada por métodos magnetoes-
Medio alzó el arco del tratigráficos en ~58 Ma (Paleoceno Tar-
Cretácico Tardío - Paleógeno dío) (Sempere et al. 1997). Estas caracte-
Temprano (segunda etapa del
ciclo andino; véase Fig. 1)
rísticas permiten deducir para este mo-
dando origen a la Cordillera mento una muy escasa subsidencia en
Incaica. Los afloramientos esta región (Horton et al. 2001, McQua-
que permiten reconstruir la
distribución de la Cordillera
rrie et al. 2005), que se puede relacionar
Incaica corresponden a los con (1) subsidencia termal en la etapa fi-
del arco magmático del nal del rift de Salta (Marquillas y Salfity
Cretácico Tardío - Paleógeno
1988, Cristallini et al. 1997, Salfity y Mar-
Temprano: Rocas intrusivas,
en gris, y rocas volcánicas, quillas 1999, Marquillas et al. 2005, Mc
sin relleno. La cuenca exten- Quarrie et al. 2005); (2) sedimentación
sional de Abanico (gris claro) distal en una cuenca de antepaís de retro-
se desarrolló al este de esa
cordillera, entre aproximada- arco; y (3) sedimentación detrás de un
mente 26º y 38ºS (adaptado dorso periférico (McQuarrie et al. 2005).
de Charrier et al. 2007). Considerando que en esta región el arco
magmático se ubicaba en este período en
largo de la Depresión Central y, aunque cial con fallas de carácter regional parale- la Precordillera chilena, una combinación
se explotan los depósitos Cerro Colora- las al orógeno (de rumbo NW) con una de las dos primeras posibilidades parece
do, Spence y Lomas Bayas y varios pros- compleja y larga historia de deformación ser la situación más probable.
pectos han sido perforados, tales como (fallas Incapuquio y Micalaco; e.g., Zweng Una situación similar se produce algo
Mocha, Sierra Gorda, Relincho y Las Pas- y Clark 1995). En contraste, en Chile no más al sur, al este de la Puna, en territo-
cualas, la franja concentra menor canti- es aparente una relación de los pórfidos rio argentino, con los depósitos del
dad de cobre (12,7 Mt Cu; Camus 2003) cupríferos de esta edad con estructuras Subgrupo Santa Bárbara del Grupo Salta,
e históricamente ha tenido menor rele- mayores de carácter regional, pero ellos que corresponden al relleno final del rift
vancia económica. Los depósitos porfídi- se presentan en zonas cubiertas por rocas de Salta (Marquillas y Salfity 1988, Del
cos del sur del Perú tienen relación espa- y gravas más jóvenes, las que no permi- Papa y Salfity 1999, Salfity y Marquillas
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Figura 3: Cuadro de correlación entre los depósitos de: (1) el dominio ubicado al oeste de la Cordillera Incaica (dominio occidental); (2) la actividad vol-
cánica y metalogénica en los arcos sucesivos en el norte y centro de Chile; y (3) los depósitos del dominio oriental y antepaís. Se incluyen los eventos que
se deducen a lo largo del orógeno durante el Cenozoico en las regiones norte y centro de Chile. Este cuadro se basa en las publicaciones citadas en el
text. Dominio occidental: a) Eventos tectónicos en el sistema de fallas con vergencia al oeste (SFVO) en la Precordillera de la región de Arica (18º30'S);
b) Sucesión estratigráfica en la Depresión Central de la región de Arica (18º30'S); c) Sucesión estratigráfica en la Depresión Central y Precordillera a
19ºS; d) Sucesión estratigráfica en la Precordillera a 19º30ºS; e) Sucesión estratigráfica en la Precordillera a 21º30'-22ºS; f) Depósitos a 25ºS; g) Depósitos
entre 26º y 27ºS. 1) Mineralización de baja ley entre 15 y 16 Ma, en Chile y Argentina, 2) Mineralización de tipo pórfido de Cu-Mo entre 10 y 12 Ma, en
Chile y Argentina, 3) Mineralización de pórfidos de Cu-Mo de baja ley entre 8 y 10 Ma, en Chile y Argentina, 4) Mineralización de pórfidos gigantes de
Cu-Mo entre 6,4 y 4,3 Ma en Río Blanco - Los Bronces y El Teniente, en Chile, 5) Depósitos de antepaís en la Cordillera Frontal. Depresión de Barreal-
Iglesias, Precordillera y en las cuencas de Cuyo y Río Grande, 6) Edad de la orogenia incaica en el norte de Chile, según Hammerschmidt et al. (1992), 7)
Edad de la orogenia incaica en el norte de Chile, según Tomlinson y Blanco (1997a), 8) Exhumación incaica en el norte de Chile, según Maksaev y
Zentilli (1999), 9) Inicio de la depositación de Formación El Diablo, 10) Orogenia pehuenche, 11) Inicio de la migración de la deformación al este de la
cuenca de Abanico, SFVE y SFVO, Sistemas de fallas de vergencia oriental y occidental, respectivamente, en la región de Arica.

1999, Marquillas et al. 2005). Asímismo, EOCENO MEDIO cas del Mesozoico y Paleógeno Tempra-
los componentes plutónicos y volcánicos no, habría formado la divisoria de aguas
de la Formación Lumbrera (Subgrupo Orogenia incaica y formación de la en ese momento, en una ubicación cerca-
Santa Bárbara del Grupo Salta), que se- Cordillera Incaica na a la que tuvo durante el período ante-
gún Galli y Hernández (1999) tendrían Con la orogenia incaica se produjo la in- rior (Paleoceno a Eoceno Medio) (Fig. 4b).
una proveniencia occidental, podrían co- versión tectónica de las estructuras ex- Algunos intentos para datar la orogenia
rresponder a la Cordillera Incaica. tensionales desarrolladas en el arco pre- incaica arrojaron edades que no son con-
Más al sur, en la región central de Argen- cedente y, probablemente también, la re- cordantes entre sí, Hammerschmidt et al.
tina, en el sector del Valle del Cura (29º- activación de estructuras más antiguas re- (1992) lo intentaron mediante la datación
30ºS), se depositaron durante este perio- lacionadas con las cuencas triásicas y de 40
Ar-39Ar en biotita de dos tobas separa-
do los conglomerados rojos que alternan trasarco jurásica y cretácica inferior, y un das por la discordancia incaica, obtenien-
con los basaltos alcalinos de Río Frío los considerable engrosamiento cortical. Es- do edades muy cercanas entre sí de 38,50
cuales podrían corresponder a los sedi- ta inversión dio origen a la Cordillera In- ± 0,90 Ma y 38,45 ± 0,60 Ma, respectiva-
mentos resultantes de la erosión del flan- caica, que tuvo una orientación y distri- mente, que dan muy poco tiempo para la
co oriental del arco magmático contem- bución similar a la que había tenido el etapa erosiva posterior a la deformación
poráneo. Los basaltos mencionados arro- arco precedente. Esta cordillera, consti- (Fig. 3). Tomlinson y Blanco (1997a), por
jaron una edad K-Ar (roca total) de 55,9 tuida por un núcleo de rocas paleozoicas otra parte, acotaron su edad en la sierra
± 1,9 Ma (Litvak y Page 2002). que cabalgaron hacia el oeste y este a ro- del Medio mediante dos dataciones K-Ar
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 11

Figura 4: Perfiles esquemáticos a través del orógeno mostrando la evolución tectónica y paleogeográfica durante el Cenozoico mostrando las diferencias desarro-
lladas al norte y sur de 27ºS, principalmente en el retroarco. Los perfiles corresponden a las siguientes etapas: a) Paleoceno - Eoceno Medio, desarrollo de un arco
magmático; b) Eoceno Medio, inversión tectónica del arco precedente y formación de la Cordillera Incaica (orogenia incaica); c) Eoceno Medio-Tardío -
Oligoceno Tardío-Mioceno Temprano: c1, Actividad en el arco en la misma ubicación que en el período anterior (arco estático engrosado) y desarrollo incipiente
de una cuenca de antepaís de retroarco, al norte de 27ºS, y c2. Desarrollo de la cuenca extensional de Abanico, que alojó al nuevo arco migrado al este del ante-
rior, al sur de 27ºS; d) Oligoceno Tardío-Mioceno Temprano: d1, Actividad en los sistemas de fallas inversas con vergencias opuestas en el dominio del arco, des-
arrollo de la cuenca de antepaís de retroarco y, más al este, desarrollo incipiente de la futura Cordillera Oriental, al norte de 27ºS, y d2, Inversión tectónica de la
cuenca de Abanico (Orogenia Pehuenche), al sur de 27ºS; e) Mioceno Temprano-medio - Mioceno Tardío (~15 a 8-9 Ma): e1, Formación de pedimentos y su inci-
sión en el Mioceno Tardío en el antearco, actividad volcánica explosiva félsica en el arco y cabalgamiento del arco sobre la cuenca de antepaís e incio del corri-
miento andino, al norte de 27ºS, y e2, Migración de la deformación y del magmatismo hacia el este, formación de la Cordillera Frontal, basculamiento del orógeno
hacia el oeste, peneplanización del antearco e inicio de la incisión fluvial, al sur de 27ºS; f) Mioceno Tardío - Plioceno Temprano: f1, Actividad volcánica interme-
dia en el arco y migración hacia el este del eje de la cuenca en el Altiplano y desarrollo del corrimiento andino, al norte de 27ºS, y f2, Expansión tectónica (reinicio
de la deformación y emplazamiento de plutones fértiles al oeste del arco: yacimientos gigantes de pórfidos de Cu-Mo: Río Blanco - Los Bronces y El Teniente) y
progresión oriental de las convexidades en los perfiles longitudinales de los ríos (knick-points); g) Plioceno Tardío - Reciente, situación actual, al norte (g1) y al
sur de 27ºS (g2), A, Altiplano, CC, Cordillera de la Costa, CF, Cordillera Frontal, CO, Cordillera Oriental, CP, Cordillera Principal, CV, Cordillera Occidental o
Volcánica, DC, Depresión Central, PC, Precordillera chilena, SFVE, Sistema de fallas de vergencia oriental, SFVO, Sistema de fallas de vergencia occidental. 1,
Plutones hipabisales, 2, Plutones subvolcánicos, 3, Alteración hidrotermal. 4, Fallas activas, 5, Fallas inactivas, 6, Sentido de transporte de sedimentos.
12 R . C H A R R I E R , M . FA R Í A S Y V. M A K S A E V

en biotita: una de 45,4 ± 1,2 Ma en ro- mayor desarrollo de la cobertura meso- te del desarrollo de la cuenca de antepaís
cas volcánicas cortadas por una falla in- zoica y cenozoica. Este extenso sistema de retroarco que, según Galli y Hernán-
versa y otra de 42,9 ± 1,2 Ma en una gra- de fallas representa una zona de debilidad dez (1999) se habría iniciado ya en el
nodiorita que corta la misma falla, lo cual cortical que jugó un papel importante Eoceno Medio, y de la faja plegada y co-
determina una edad promedio de ~44 durante las etapas posteriores de la evo- rrida referida por estos autores y Ramos
Ma. De acuerdo con estos datos, la oro- lución andina. (1999, Fig. 7) para este período, en el sec-
genia incaica se habría producido en el El alzamiento de la Cordillera Incaica de- tor de los valles Calchaquíes y el sistema
Eoceno Medio, probablemente, tempra- terminó un intenso proceso de erosión, de Santa Bárbara en territorio argentino.
no. Según Maksaev y Zentilli (1999), la lo que se tradujo en la generación de de- Más al sur, en la vertiente oriental de la
discordancia incaica es progresiva, es de- pósitos sedimentarios clásticos sin a Cordillera Principal central, los depósitos
cir transgresiva en el tiempo, y la exhu- post-tectónicos que se acumularon al pié detríticos asociados a la erosión de la
mación de la Cordillera Incaica habría te- de ambos flancos del cordón montañoso. Cordillera Incaica también debieron for-
nido lugar entre, aproximadamente, 50 y Depósitos sintectónicos asociados a la mar una extensa y espesa cubierta de se-
30 Ma (Fig. 3). Este rango muestra que orogenia incaica tienen escaso desarrollo dimentos, de la cual en la actualidad sólo
(1) este tipo de eventos tectónicos tiene en Chile. En gran medida, estos se en- quedan remanentes conservados a lo lar-
sobre el orógeno un efecto considerable- cuentran cubiertos por depósitos más jó- go de las estructuras que separan a la
mente más prolongado que la edad de la venes y han sido considerablemente ero- Cordillera Principal de la Cordillera Fron-
discordancia y deformación asociada ob- sionados. Es posible, además, que gran tal (Ramos 1999) y de aquellas que sepa-
servada en superficie, y (2) la exhuma- parte de los materiales que resultaron de ran a la Cordillera Frontal de la Precor-
ción precedió y sucedió al emplazamien- la erosión del la Cordillera Incaica hayan dillera y a las distintas unidades de la Pre-
to de los ricos yacimientos de tipo pórfi- sido transportados por los ríos directa- cordillera. Depósitos sintectónicos, pro-
do cuprífero formados a lo largo de la mente hacia la plataforma continental. A bablemente asociados con el alzamiento
Precordillera y Cordillera de Domeyko al esta etapa corresponden los niveles infe- de la Cordillera Incaica, se encuentran en
lado oriental de las fallas emplazadas a lo riores de la Formación Azapa (Salas et al. el Valle del Cura, en la Formación Tobas
largo del arco del Paleógeno Temprano 1966), asignada al Oligoceno (García et del Valle del Cura, y corresponden al tra-
(Fig. 4). al. 2004, Dunai et al. 2005), la parte infe- mo de esta formación datado en 44 ± 2
En el norte de Chile, entre 21º y 27ºS, en rior de la Formación Sichal (Maksaev Ma y 45 ± 2 Ma, o sea, del Eoceno Me-
la región donde se desarrolló el arco 1978), del Eoceno Medio-Oligoceno Tar- dio (Limarino et al. 1999)
magmático del Paleógeno y posterior- dío, según Blanco y Tomlinson (2006)
mente la Cordillera Incaica, es decir, en la (Fig. 3). Más al este, posiblemente en el EOCENO MEDIO-TARDIO
Precordillera o flanco occidental de la flanco oriental de la Cordillera Incaica, se A OLIGOCENO TARDIO-
sierra de Moreno y la Cordillera de Do- depositó el miembro superior de la MIOCENO TEMPRANO
meyko, el patrón estructural está deter- Formación Calama (Blanco et al. 2003).
minado por una serie de bloques separa- En el Altiplano boliviano, la orogenia in- Una vez desarrollada la Cordillera Incai-
dos entre sí por un sistema de fallas de caica provocó un cambio en el régimen ca, la evolución del arco fue sustancial-
orientación NNE que constituye el siste- sedimentario de la Formación Potoco. mente diferente al norte y sur de ~27ºS.
ma de fallas de Domeyko (Maksaev y Ahora, los depósitos de la parte inferior Al norte de esta latitud, la actividad mag-
Zentilli 1988, Boric et al. 1990) y su pro- de la Formación Potoco, caracterizados mática de arco fue predominantemente
longación hacia el sur en la falla Sierra por abundantes intercalaciones de paleo- de tipo plutónico y se mantuvo en la mis-
Castillo y falla Agua Amarga (Reutter et suelos, son sucedidos por una potente se- ma posición que en el período anterior.
al. 1991, 1996, Tomlinson et al. 1994, rie de areniscas con intercalaciones fan- En esta región, al este de la Cordillera
1999, Niemeyer 1999, Cornejo et al. golíticas que constituye la mayor parte de Incaica se desarrolló una cuenca de ante-
2006). Estas fallas tienen una larga histo- esta unidad. Los depósitos presentan, país de retroarco con depósitos casi ex-
ria de movimientos transcurrentes, tanto ahora, una marcada transición de oeste a clusivamente sedimentarios con prove-
sinistrales como dextrales, y desplaza- este, de facies proximales a distales y con- niencia occidental, tanto en el Altiplano
mientos inversos (Mpodozis et al. 1993, tienen indicadores de paleocorrientes en Bolivia (Hérail et al. 1997, Rochat et al.
Tomlinson et al. 1994, Reutter et al. 1991, que indican una proveniencia desde el 1998, Horton et al. 2001, Rochat 2002,
1996, Dilles et al. 1997, Tomlinson y oeste hacia el este (Sempere et al. 1990, McQuarrie et al. 2005) como en la Puna y
Blanco 1997a, b, Reutter 2001, Amilibia y Rochat et al. 1998, Horton et al. 2001, Cordillera Oriental en Argentina (Ramos
Skarmeta 2003) (Fig. 5). Más al sur, este Rochat 2002). 1999, Galli y Hernández 1999). Al sur de
sistema de fallas no ha sido reconocido Un poco más al sur, en la Puna oriental, ~27ºS, la actividad magmática se desarro-
tan claramente, probablemente debido al este episodio compresivo sería el causan- lló en una amplia cuenca de intra-arco y
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 13

Figura 5: Mapa estructural es-


quemático del norte de Chile en-
tre 21º y 27ºS con la ubicación
de las zonas de falla de Atacama
y Domeyko y de los yacimientos
de tipo pórfido asociados a esta
última. Los yacimientos de pórfi-
dos ubicados en el lado occiden-
tal de la Zona de Falla de
Domeyko están emplazados en
rocas del Cretácico Tardío, mien-
tras que aquellos emplazados a su
lado oriental se desarrollaron
principalmente en rocas en del
Paleozoico. Adaptado de Cornejo
et al. (1997), Camus (2003) y
Cornejo (2005).

en una posición más oriental que en el En ambas regiones, los remanentes de la te de ~27ºS, el relieve, debió estar con-
período anterior, quedando ubicada en el Cordillera Incaica y el nuevo arco deter- formado por la Cordillera Incaica y sus
flanco oriental de la Cordillera Incaica minaron la configuración paleogeográfi- flancos occidental y oriental, y el arco
(Fig. 4c). ca que prevaleció en este periodo. Al nor- que se mantenía en el eje de esa cordille-
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Figura 6: Perfiles que muestran las relaciones de contacto entre las unidades mesozoicas y la Formación Abanico y entre esta última y la
Formación Farellones en: a) La Cuesta de Chacabuco, al norte de Santiago, y b) Angostura de Paine, al sur de Santiago, basados en Fock et al. (2006)
y Farías et al. (2008). AFTA. Edades por trazas de fisión en apatito; ZFTA. Edades por trazas de fisión en circón; M Z , Unidades mesozoicas; 1,
Plutones mesozoicos; 2, Plutones cenozoicos; 3, Estratos del Cerro Los Ratones; 4, Formación Abanico; 5, Formación Farellones; 6, Depósitos cua-
ternarios; 7, Fallas invertidas.

ra. Al sur de esa latitud, el relieve debió El antearco formación de la Cordillera Incaica, sino
estar dominado por la cresta de la Cordi- A causa de la erosión resultante del alza- que se continuó en el tiempo y refleja los
llera Incaica y el arco a su lado oriental. miento de la Cordillera Incaica se formó diferentes pulsos tectónicos que se suce-
La vertiente occidental de este relieve co- en el flanco occidental de esta cordillera dieron a lo largo del resto del Cenozoico
rrespondía al flanco occidental de la Cor- una extensa superficie de abrasión deno- y que sucesivamente rejuvenecieron el re-
dillera Incaica, mientras que la vertiente minada pediplano de Choja (Galli 1957), lieve.
oriental correspondía a la ladera oriental labrada en rocas paleozoicas y mesozoi- Los depósitos que se asocian a la erosión
del arco y a la parte distal del flanco cas. Sobre esta superficie, bien reconoci- del flanco occidental de la Cordillera
oriental de la Cordillera Incaica. En esta da en el norte de Chile, se acumularon los Incaica con posterioridad a la discordan-
región, el relieve que formaba este nuevo depósitos que rellenaron la actual Depre- cia Incaica, pero coetáneos con el proce-
arco no debió ser muy importante; sin sión Central y posteriormente traslapa- so de exhumación que le sucedió, se co-
embargo, es probable que, con la erosión ron a la actual Precordillera. Estos depó- nocen en el norte de Chile desde 18º30'S,
que gradualmente rebajó la altura de la sitos, que se analizan a lo largo de este ar- en el sector de Arica, hasta 23ºS, frente a
Cordillera Incaica, la divisoria de aguas tículo, constituyen en la vertiente occi- Antofagasta, y corresponden, de norte a
del orógeno haya migrado hacia el este dental de la Cordillera Incaica una exten- sur, a las partes superiores de las mencio-
durante este periodo, ubicándose en el sa acumulación detrítica que forma una nadas formaciones Azapa, del Oligoceno
dominio del arco. Los detritos resultantes sucesión prácticamente ininterrumpida. (García et al. 2004, Dunai et al. 2005),
de la erosión de este relieve se conocen Esta sucesión no sólo corresponde al Sichal, del Eoceno Medio al Oligoceno
en ambas vertientes de la actual cordillera. momento inmediatamente posterior a la Tardío (Maksaev 1978, Blanco y Tomlin-
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 15

Figura 7: Arquitectura tentativa de la cuenca extensional de Abanico en Chile central, que muestra las fallas principales que participaron en la ex-
tensión y, posteriormente en la inversión tectónica de la cuenca y los compartimentos principales de la cuenca (A y B), 1) Falla Los Ángeles -
Infiernillo - Portezuelo Chada, 2) Falla Pocuro - San Ramón, 3) Falla El Diablo - Las Leñas - El Fierro. La falla sin numeración generó, durante la
inversión de la cuenca, una marcada estructura de crecimiento.

son 2006), a la Formación Yalqui, parte son los más jóvenes de esta franja y tie- presenta el evento más característico de
inferior del Grupo El Loa, en la cuenca nen un marcado control estructural; por este periodo en esta región (Fig. 4). An-
de Calama (Blanco et al. 2003) y, a la par- ejemplo, Chuquicamata se formó entre tecedentes de continuidad estructurales y
te superior del Grupo Purilactis y a la los 35-31 Ma en una zona de falla, la que de plutones y afloramientos de las forma-
Formación Tambores, en la Cuenca del tuvo movimientos pre-, sin y post-mine- ciones depositadas en la cuenca permiten
Salar de Atacama (Hartley et al. 1992, ralización (e.g., Lindsay 1997, Ossandón señalar que ésta se habría extendido en
Flint et al. 1993, Charrier y Reutter 1994, et al. 2001, Camus 2003). Estos pórfidos territorio chileno entre aproximadamente
Mpodozis et al. 1999, 2000, Muñoz et al. de Cu-Mo constituyen una franja de más 28º y 39ºS (Charrier et al. 2005b, 2007,
2002) (Fig. 3). de 1.500 km de largo que se extiende des- Flynn et al. 2008) y que su orientación ha-
de el sur del Perú y a lo largo de la Cor- bría sido esencialmente NNE, o sea para-
El arco dillera de Domeyko, hasta la latitud de lela a la Cordillera Incaica (Charrier et al.
En la parte al norte de ~27ºS, a pesar del 31°S. Sin embargo, los depósitos se agru- 2007) (Fig. 2). De acuerdo con su ancho
engrosamiento cortical causado por la pan en zonas que tuvieron actividad mag- (~70 km) y su longitud (>1.000 km) y el
orogenia incaica en el dominio del arco, mática precursora; por ejemplo, el Grupo gran espesor de los depósitos alojados en
la actividad magmática de este periodo se de Collahuasi (minas Quebrada Blanca, ella (~3.000 m) consideramos que esta
mantuvo en la misma ubicación que tuvo Rosario, Ujina), el Grupo de Chuquica- cuenca representa un rasgo tectónico y
en el período anterior (Figs. 3 y 4c). Esta mata (minas Chuquicamata y Radomiro paleogeográfico mayor de la parte sur de
actividad estuvo representada, principal- Tomic y prospectos Alejandro Hales, Que- los Andes Centrales.
mente, por intrusiones asociadas a pórfi- tena, Toki, Genoveva y Opache), el Gru- La extensión que dio origen a esta cuen-
dos y controlada por las estructuras del po de La Escondida (minas Escondida y ca estuvo asociada con adelgazamiento
sistema de falla de Domeyko y limitada a Cerro Zaldivar y los prospectos Escon- cortical, alto flujo calórico y magmatismo
ciertos sectores de la Cordillera de Do- dida Norte y Chimborazo), Grupo de El con afinidades predominantemente toleí-
meyko donde se formaron enormes de- Salvador (minas El Salvador y Potrerillos) ticas (Nyström et al. 1993, Kay y Kurtz
pósitos de tipo pórfido de Cu-Mo entre y Grupo El Morro (prospectos La For- 1995, Kay y Abbruzzi 1996, Kurtz et al.
los 42 y 31 Ma (Maksaev 1990, Camus tuna, El Morro y El Negro, a diferencia 1997, Zurita et al. 2000, Charrier et al.
2003, Sillitoe y Perelló 2005). Esta activi- del resto este grupo, es de pórfidos Cu- 2002). Fuentes (2004) y Muñoz (2005)
dad se desarrolló entre los 42 y 31 Ma y Au-Mo). La rica mineralización hidroter- señalaron, además, que los magmas pre-
estuvo restringida al emplazamiento de mal de Cu-Mo del Eoceno Tardío - Oli- sentan de oeste a este una disminución
stocks epizonales en ciertos sectores lo- goceno Temprano está ligada a un mag- del componente de subducción y un au-
calizados a lo largo del sistema de falla de matismo con signatura adakítica, consis- mento de los procesos de contaminación
Domeyko (Fig. 5) en los cuales en la eta- tente con una corteza continental signifi- cortical.
pa más tardía del magmatismo se des- cativamente engrosada (Oyarzún et al. En la región central de Chile (33º-36ºS),
arrollaron importantes sistemas porfídi- 2001, Haschke et al. 2002) y que repre- al comenzar la extensión, se estaba pro-
cos. Estos últimos dieron origen a pórfi- sentó la última manifestación ígnea a lo duciendo exhumación en la Cordillera de
dos de Cu-Mo de clase mundial, los que largo de la Cordillera Incaica (Cordillera la Costa (probablemente continuaba la
en conjunto constituyen la mayor con- de Domeyko). exhumación asociada a la orogenia incai-
centración cuprífera del mundo (recursos Al sur de ~27ºS, en el flanco oriental de ca detectada más al norte por Maksaev y
mas producción estimados en 220 Mt Cu la Cordillera Incaica se desarrolló la Zentilli 1999), Edades por trazas de fi-
y 4,35 Mt Mo; Camus 2003). Los pórfi- cuenca extensional de intra-arco fuerte- sión (incerteza de 1σ) en cristales de apa-
dos de Cu-Mo mayores y de mayor ley mente subsidente de Abanico, la cual re- tito provenientes de rocas cretácicas que
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conforman el borde oriental de esta cor- (valle de Tinguiririca, Cordillera Princi- posterioridad a la inversión de la cuenca
dillera, entre 32º30'S y 34ºS, dieron eda- pal), dispuestas en traslape (onlap) sobre de Abanico (Levi et al. 1989, Vergara et al.
des de 35,9 ± 5,1 Ma; 40,0 ± 4,2 Ma y niveles mesozoicos (parte inferior fosilí- 1993, Carrasco 2000, Oliveros et al.
42,5 ± 2,5 Ma (Farías et al. 2008) (edad fera jurásica de la Formación Baños del 2008).
promedio: 42,2 ± 5,4 Ma), que ubican Flaco y estratos rojos, portadores de res- A 36ºS, estos depósitos se extienden ha-
este episodio de exhumación en el tos de dinosaurios, denominados infor- cia la vertiente argentina, donde la exten-
Eoceno Medio (Fig. 3). Esta exhumación malmente Brownish-Red Clastic Unit o sión del Eoceno Tardío y Oligoceno se
se puede relacionar con el alzamiento BRCU), que contienen una intercalación manifestó con el desarrollo de la cuenca
causado por la orogenia incaica al cual se basáltica datada en 36,22 ± 0,19 Ma (pla- de Loncopué (Ramos y Folguera 2005).
habría superpuesto el alzamiento del bor- teau 40Ar-39Ar en roca total) y 37,67 ± Al sur de 39ºS, estos depósitos se conti-
de oeste de la cuenca de Abanico al ini- 0,31 Ma y 37,22 ± 0,85 Ma (40Ar-39Ar en núan en territorio argentino y forman
ciarse la extensión (alzamiento de las cristales individuales de plagioclasa y bio- parte de la denominada cuenca de Ñiri-
"hombreras" del graben). La existencia tita, respectivamente) y abundantes res- huao (Cazau et al. 1987, Dalla Salda y
de gruesos depósitos que constituyen la tos de mamíferos fósiles (Fauna de Tin- Franzese 1987, Spalletti y Dalla Salda
unidad Estratos del Cordón de los Rato- guiririca; Flynn et al. 2003) del Oligoce- 1996). En la actual Depresión Central de
nes datados en 43,0 ± 0,4 Ma, coetáneos no Temprano (Charrier et al. 1996); y 3) el Chile entre 36º y 40ºS, existen también
con exhumación referida y depositados al intervalo de Formación Abanico expues- depósitos de edad oligocena-miocena
este de las rocas exhumadas, pone en evi- to a 12-14 km al oeste de Termas del Fla- (Elgueta et al. 2000) que, probablemente,
dencia que la extensión se habría iniciado co, que contiene una fauna asignada al se formaron en este período extensional.
en ese momento. De acuerdo con lo an- Eoceno Medio tardío (Fauna de El Ta-
terior, se puede concluir que la exhuma- pado; Flynn et al. 2003). Existe, también, El retroarco
ción de las unidades mesozoicas que for- una edad del Oligoceno Temprano (30,93 En la vertiente oriental de los Andes, en
maron parte de la Cordillera Incaica, en ± 1,90 Ma) para la parte inferior de la co- el Altiplano boliviano entre 16º y 22ºS, la
este caso en el borde oriental de la Cor- lumna del cerro Abanico (localidad tipo parte superior de los 3.000 a 6.500 m de
dillera de la Costa de Chile central, fue un de la formación homónima), frente a la depósitos clásticos continentales de la For-
proceso generalizado en el Eoceno Me- ciudad de Santiago (Vergara et al. 2004). mación Potoco (Paleoceno Tardío - Oli-
dio y que, probablemente, continuó en el Entre 32º y 36ºS, la extensión se concen- goceno) y equivalentes (Tiahuanaco, Tur-
Eoceno Tardío y Oligoceno Temprano tró en tres sistemas de fallas mayores de co y Berenguela; Hérail et al. 1997), cuyos
conjuntamente con el desarrollo de la alto ángulo y orientación N-S, los que componentes tienen una proveniencia
cuenca extensional. posteriormente controlaron la inversión desde el oeste (Sempere et al. 1990, Hor-
De acuerdo con lo anterior, el desarrollo de la cuenca, que son, de oeste a este: 1) ton et al. 2001), probablemente sean deri-
extensional se habría iniciado en el Eo- Falla Los Ángeles - Infiernillo - Porte- vados orientales de la Cordillera Incaica
ceno Medio, poco antes de 43,0 ± 0,4 zuelo Chada, con manteos al este; 2) Falla (Fig. 3). Esta cordillera correspondería a
Ma, edad que corresponde a la de los de- Pocuro - San Ramón, con manteo al este; la "fuente orogénica" de los sedimentos
pósitos más antiguos conocidos para de y 3) Falla El Diablo - Las Leñas - El Fie- de la Formación Potoco, sugerida por
la cuenca de Abanico, y se mantuvo a lo rro, con manteo al Oeste (Fock et al. Horton et al. (2001). Algo más al sur, en
largo de todo el Oligoceno y alcanzó, en 2006, Farías et al. 2008). Estas fallas deli- los valles Calchaquíes, se continuaba la
algunas regiones, hasta el Mioceno Tem- mitaron dos compartimientos principales sedimentación y la profundización en la
prano (Fig. 3). El proceso extensional fue y subsidentes (Fig. 7). El compartimiento cuenca de antepaís de retroarco con los
sucedido por una inversión tectónica par- oriental alojó el mayor espesor de depó- depósitos de la Formación Los Colora-
cial de la cuenca. Los depósitos más anti- sitos volcánicos y volcanoclásticos, que dos de manera similar a lo que estaba
guos en esta cuenca corresponden a: 1) superan los 3.000 m de espesor. ocurriendo en la región altiplánica de
Los ya mencionados Estratos del Cordón Otro aspecto importante relacionado Bolivia (Galli y Hernández 1999). Según
de los Ratones (Sellés y Gana 2001), un con este período es que la existencia de la estos autores, en este período los aportes
equivalente de la parte inferior de For- cuenca extensional, en conjunto con la fueron predominantemente desde el oes-
mación Abanico expuesto en la Depre- profusa actividad magmática y el aparen- te y en menor proporción desde el este.
sión Central, datados en 43,0 ± 0,4 Ma te alto flujo calórico asociado, generaron Es probable, entonces, que los aportes
(U-Pb SHRIMP en cristales de circón) y un ambiente apropiado para el desarrollo desde el oeste provengan de la Cordillera
37,6 ± 1,7 Ma (trazas de fisión en circón del ubicuo metamorfismo de bajo grado Incaica. Este período habría correspon-
con un error de 1σ) (Fock 2005, Fock et que afecta a su relleno, el cual es práctica- dido a una etapa de tranquilidad tectóni-
al. 2006) (Fig. 6); 2) las capas basales de la mente desconocido en la suprayacente ca con el desarrollo de un dorso periféri-
Formación Abanico en Termas del Flaco Formación Farellones, desarrollada con co (peripheral bulge) que habría limitado
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 17

la cuenca por el este (Galli y Hernández tos clásticos detríticos que se acumula- en Charrier et al. 2005a, 2007), que se
1999). En Argentina central, en algunas ron a ambos lados de los relieves enton- puede seguir a lo largo de la Precordille-
de las depresiones que separan las unida- ces existentes. El inicio de este episodio, ra, hasta más al sur que Iquique y, hacia el
des morfoestructurales, existen depósitos que coincide con la orogenia pehuenche norte, en la parte sur de Perú (David
detríticos cuya edad permite relacionar- (Yrigoyen 1993), conocida para la cordi- 2007), y 2) un sistema con vergencia al
los con la erosión en el nuevo arco/intra- llera de Argentina y Chile centrales, está este desarrollado en la Cordillera Occi-
arco y su flanco oriental (Fig. 3). Depó- comprendido entre el Oligoceno Tardío dental al este del sistema con vergencia al
sitos de este tipo se conocen en la cuen- y el Mioceno Temprano y es variable se- oeste (Riquelme y Hérail 1997, Charrier
ca del Valle del Cura y, en particular, en gún las localidades. Su término se lo et al. 2005a), y probablemente ubicado al
los niveles superiores de la Formación asocia con el inicio de la incisión del re- este de la cresta o eje del relieve remanen-
Tobas del Valle del Cura ubicados sin in- lieve en el antearco en el Mioceno Tar- te de Cordillera Incaica (Fig. 4). Este sis-
terrupción por encima del intervalo data- dío temprano (Isacks 1988, Lamb et al. tema se manifestó por una falla expuesta
do del Eoceno medio (vease Limarino et 1997, Pinto et al. 2004, Riquelme et al. de alto ángulo, una falla ciega que dio ori-
al. 1999, Ramos 1999, Litvak et al. 2007). 2007, Farías et al. 2005, 2008). Esta inci- gen al Anticlinal de Chucal, estructuras
Se trata de los niveles del Eoceno Tardío, sión fue probablemente provocada por de crecimiento y discordancias progresi-
datados en 36 ± 1 Ma y 34 ± 1 Ma un fuerte alzamiento y al basculamiento vas en el limbo oriental de este pliegue
(Limarino et al. 1999), que se continúan hacia el oeste del orógeno debido a la (Charrier et al. 2005a). Debido a las ver-
ininterrumpidamente hasta el Oligoceno. actividad de grandes cabalgamientos in- gencias opuestas que presentan ambos
Más al sur, depósitos de esta misma edad tra-corticales de vergencia oriental que sistemas, se formó entre ambos un blo-
y, probablemente, del mismo origen po- emergieron en el frente oriental andino que elevado, denominado Cordón de
drían corresponder a los "Rodados Lus- (Isacks 1988, Mpodozis y Ramos 1989, Chapiquiña-Belén (Charrier et al. 1999,
trosos" (Polanski 1957), en la cuenca de Giam-biagi et al. 2003, Farías et al. 2005, 2000). Este bloque elevado correspondió
Tunuyán. Fock et al. 2006, entre otros). probablemente al eje de la Cordillera In-
caica y su alzamiento produjo un rejuve-
OLIGOCENO TARDÍO-MIO- A fines de este período, alrededor de 12 necimiento de su relieve. Remanentes ac-
CENO TEMPRANO A MIO- Ma, se inició la configuración de una nue- tuales de este cordón hacia el sur podrían
CENO TARDÍO TEMPRANO va segmentación del orógeno andino con ser la sierra de Moreno, hasta la latitud de
la subducción del trazo de orientación Antofagasta, y la Cordillera de Domeyko,
Orogenia pehuenche cercanamente este-oeste de la dorsal de más al sur, ambas flanqueados por siste-
En este momento se inició en la región Juan Fernández bajo el margen continen- mas de fallas inversas con vergencias
andina aquí considerada un episodio de tal. Esto determinó el desarrollo de un opuestas.
deformación compresiva, que se prolon- segmento de subducción plana, entre 27º En la Precordillera de Arica, la actividad
gó con pulsos sucesivos hasta el y 33ºS, y una nueva segmentación del del sistema de fallas con vergencia al oes-
Mioceno Tardío (Fig. 3), los cuales pue- orógeno, con segmentos de subducción te se manifestó con varios pulsos que die-
den correlacionarse con las fases que- normal (~30º) al norte y sur del segmen- ron origen a gruesos depósitos sintectó-
chua inicial y principal (Salfity et al. to de subducción plana (Jordan et al. nicos: ~18,2 ± 0,8 (K-Ar, toba, roca to-
1984). Este episodio de deformación es- 1983, Isacks 1988, Barazangui y Isacks tal), que dio origen a la Formación Jora-
tuvo probablemente relacionado con el 1976, Gutscher 2002, Yáñez et al. 2002, cane, ~16 Ma, que dio origen a la For-
incremento de la velocidad de conver- Ramos et al. 2002). mación El Diablo, y entre 11,7 ± 0,7 y
gencia de placas detectado por Pardo- 10,7 ± 0,3 Ma, que dio origen a la For-
Casas y Molnar (1987) y Somoza (1998) El antearco mación Huaylas (García 1996, 2002,
a fines del Oligoceno (Charrier et al. En el norte de Chile, a la latitud de Arica, García et al. 2004) (Fig. 3). La actividad
2002). Este episodio tuvo un efecto re- en la vertiente occidental de la cordillera, del sistema de fallas con vergencia al este,
gional y causó la reactivación de fallas este episodio de deformación se manifes- al este del anterior, que se manifiesta en
pre-existentes, tanto en los flancos del tó con la actividad de dos sistemas de fa- una serie de estructuras de crecimiento
relieve remanente de la Cordillera llas inversas: 1) Un sistema de orienta- que indican un desarrollo más continuo,
Incaica y el retroarco al norte de ~27ºS, ción N a NNO, de fuerte inclinación (60º estuvo comprendida entre 18,8 ± 0,1 Ma
como en el dominio de intra/arco al sur o más), y de vergencia y progresión al (40Ar-39Ar en sanidina en la base de la
de esa latitud, produciendo el rejuvene- oeste desarrollado en la Precordillera Formación Chucal, discordante sobre la
cimiento del relieve (Fig. 4). Esta situa- (Muñoz y Charrier 1996, Charrier y Mu- Formación Lupica; Wörner et al. 2000) y
ción provocó nuevamente la generación ñoz 1997, Pinto et al. 2004, Victor et al. la edad del techo de la suprayacente For-
de importantes volúmenes de sedimen- 2004, Farías et al. 2005, más referencias mación Quebrada Macusa, ligeramente
18 R . C H A R R I E R , M . FA R Í A S Y V. M A K S A E V

plegada, del cual se dispone de las si- (Pinto et al. 2004), un equivalente lateral Más al sur, en la región comprendida en-
guientes dataciones 40Ar-39Ar: 11,2 ± 0,5 hacia el sur de la Formación Oxaya, que tre Antofagasta (23º45'S) y Domeyko, al
Ma (toba, roca total) y 9,6 ± 0,7 Ma (en también se dispone en la Precordillera sur de Vallenar (29ºS), equivalentes late-
anfíbol) (García et al. 2004). Los depósi- sobre el pedimento de Choja. En cambio, rales de estos depósitos son: El miembro
tos que sobreyacen a esta última forma- sólo un poco más al sur, la Formación superior de la Formación Calama (Blan-
ción no están deformados. En esta re- Altos de Pica, de edad oligocena superior co et al. 2003), la Formación Pampa Mu-
gión, la actividad asociada con este even- - miocena inferior (Galli 1957, Thomas las (Chong 1973, Marinovic et al. 1995), y
to tectónico tuvo una duración de unos 9 1967, Galli y Dingman 1962, Victor et al. las Gravas de Atacama (Mortimer 1973,
Ma, entre la parte superior del Mioceno 2004, Farías et al. 2005, Muñoz 2007), se Naranjo y Puig 1984) o Mantling Gravels
Temprano y la parte inferior del Mioceno apoya en la Depresión Central sobre la de Willis (1929) (Fig. 3). Estos depósitos
Tardío. Formación Azapa y en la Precordillera también recubren el flanco occidental de
Un poco más al sur, a la latitud de Iqui- sobre el pedimento de Choja; en cambio, la Cordillera Incaica y su superficie supe-
que, se observan sólo los depósitos acu- a 22ºS, esta formación se apoya en dis- rior forma el denominado pedimento de
mulados en el sector oriental de la De- cordancia sobre la Formación Sichal Atacama (Clark et al. 1967, Sillitoe et al.
presión Central y la Precordillera. Allí, es- (Blanco y Tomlinson 2006). Cabe hacer 1968, Mortimer 1973, Naranjo y Paskoff
tos depósitos suceden en continuidad a la notar que la participación de las interca- 1980, Riquelme et al. 2003, 2007). Inclu-
Formación Azapa, del Oligoceno, mien- laciones ignimbríticas en estos depósitos so, en la franja costera de Caldera (26º45'
tras que más al este, en la Precordillera, se es variable, siendo muy importante en el a 28ºS), gravas continentales del Oligo-
disponen en discordancia sobre el Pedi- extremo sur del Perú y norte de Chile ceno Tardío al Mioceno Temprano, de-
plano de Choja (Fig. 3). Este pediplano (formaciones Huaylillas y Oxaya, respec- nominadas Gravas de Angostura, podrí-
presenta evidencias de haber sufrido una tivamente), mientras que hacia el sur esta an corresponder a estos depósitos (Mar-
etapa de incisión fluvial previa a la sedi- participación decrece considerablemente. quardt et al. 2000). Más al sur de 29ºS, en
mentación, lo cual indica que, antes de Algo más al sur (23ºS), se agregan a este la región central de Chile, tales depósitos
ser recubierto, el relieve resultante de la grupo los depósitos que constituyen una son prácticamente inexistentes y proba-
actividad tectónica era considerable. De serie de formaciones de edad miocena in- blemente han sido erosionados debido a
acuerdo con esto, se puede señalar que ferior a media (Formaciones Jalquinche, la mayor pluviosidad de esa región. Estos
los depósitos más occidentales (que hoy Lasana, El Yeso) que conforman el Gru- extensos depósitos, acumulados en el
en día se encuentran en la Depresión po El Loa en la cuenca de Calama (Blan- flanco occidental de la Cordillera Incaica,
Central) fueron transportados por ríos co et al. 2003, May et al. 2005). ponen en evidencia un pulso de defor-
alojados en cauces relativamente profun- El pulso siguiente de deformación está mación y sedimentación sintectónica en
dos y que estos sedimentos correspon- marcado por el inicio de la depositación el Mioceno Temprano tardío: ~18 Ma, en
den a la acumulación producida por co- de la Formación El Diablo (Tobar et al. la región de Arica (García 1996, García et
nos aluviales coalescentes. En la Precor- 1968, García et al. 2004, Pinto et al. 2004, al. 2004), ~16 Ma en la región de Iquique
dillera, la agradación sobre el pedimento Farías et al. 2005, Muñoz 2007), de edad (Farías et al. 2005), y poco antes de 17
de Choja se habría producido en traslape miocena media a superior, compuesta Ma, en la región de Chañaral-Copiapó
y habría estado probablemente favoreci- por gruesos conglomerados y areniscas (Riquelme et al. 2003). La sedimentación
da por la ausencia de acceso al mar de los inmaduras. Esta formación, definida en se habría prolongado hasta el Mioceno
ríos. El inicio de la sedimentación en el la región de Arica, corresponde en la re- Tardío temprano (8-9 Ma), activada por
Oligoceno Tardío marca el primer pulso gión de Iquique al miembro superior de nuevos pulsos de deformación compresi-
de deformación en esta región. Los de- la Formación Altos de Pica en su defini- va (García et al. 2004, Charrier et al.
pósitos corresponden a las siguientes for- ción original. Se conoce a estos depósitos 2005a, Farías et al. 2005). La sedimenta-
maciones, de norte a sur: La Formación en la Depresión Central y en la Precordi- ción habría concluido al inicio del Mio-
Oxaya, esencialmente ignimbrítica, del Oli- llera, desde el sur de Perú hasta la región ceno Tardío, entre 10 y 8 Ma. En la re-
goceno Tardío al Mioceno Temprano de Iquique, donde se disponen en conti- gión de Iquique, la superficie pedimenta-
(Salas et al. 1966, García et al. 2004), que nuidad estratigráfica sobre las unidades ria desarrollada por encima de la Forma-
sobreyace en transición a la Formación cenozoicas precedentes (Formaciones ción El Diablo está cubierta por la Lava
Azapa en la Depresión Central, mientras Oxaya y Altos de Pica). Estos depósitos de Tana datada (K-Ar en roca total) en
que en la Precordillera se dispone, junto fueron recubriendo en traslape al flanco 8,2 ± 0,5 Ma (Muñoz y Sepúlveda 1992)
con la Formación Lupica, su equivalente occidental de la Cordillera Incaica para y 9,0 ± 1,0 Ma (Naranjo y Paskoff 1985).
lateral hacia el este, en discordancia sobre formar un extensa cubierta que termina- Más al sur, en la región de Chañaral, el
el pedimento de Choja. La Formación ría por conformar el Pedimento de pedimento de Atacama está recubierto
Latagualla, de edad miocena inferior Tarapacá (Farías et al. 2005). por la Ignimbrita San Andrés (Clark et al.
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 19

1967), datada en diversas localidades con 10,3 ± 0,2 Ma (Deckart y Godoy 2006). al. 2004, Farías et al. 2005, Muñoz 2007).
edades comprendidas en el rango 10-9 En el sector del yacimiento de cobre por- La actividad explosiva félsica se continuó
Ma (Clark et al. 1967, Sillitoe et al. 1968, fídico de Río Blanco - Los Bronces, la con intensidad marcadamente decrecien-
Mortimer 1973, Cornejo et al. 1993, Riolita La Copa, depositada a más de te en el ámbito del Altiplano - Puna has-
1998). Estos depósitos volcánicos repre- 3.000 m de altitud sobre la superficie, fue ta el Plioceno superior (Gardeweg y Ra-
sentan el último evento de depositación datada por Quirt et al. (1971) en 4,0 ± 0,2 mírez 1985, Naranjo y Cornejo 1992,
en estos pedimentos. A continuación, se Ma (K-Ar en biotita) y el Complejo Vol- Mpodozis et al. 1995, 2000, Blanco et al.
habría iniciado la incisión que recorta a cánico La Copa, a la misma altitud, tiene 2003, García et al. 2004, Jiménez et al.
los pedimentos de Tarapacá y de Ataca- una edad comprendida entre 4,55 y 5,88 2008, Tomlinson et al. 1999, Cornejo et al.
ma y que puso término a este periodo en Ma (la edad promedio de 17 edades U-Pb 1998, entre otros), pero intercalándose a
el norte de Chile. Esta incisión se explica- SHRIMP en circones es 4,92 ± 0,09 Ma; partir de ~15-16 Ma con la actividad in-
ría, por un alzamiento de superficie en el Dekart et al. 2005). Estas edades permi- termedia a básica característica del volca-
borde occidental de la meseta altiplánica ten establecer una edad máxima del Mio- nismo andino joven.
(Riquelme et al. 2007, Farías et al. 2005, ceno Tardío temprano y una edad míni- En la franja de Maricunga entre 26º y
Hoke et al. 2007). Este alzamiento se de- ma del Mioceno Tardío terminal para la 28ºS, en la zona de transición entre las
bería a un leve basculamiento hacia el formación de la superficie reconocida en dos regiones con diferente comporta-
oeste de ~1º de todo el antearco. Este el sector oriental de la Cordillera Princi- miento del arco, éste se encontraba en el
basculamiento asociado con el alzamien- pal en Chile. Asímismo, permiten deter- flanco oriental de la actual Cordillera de
to de superficie habría favorecido el des- minar que la incisión alcanzó este sector Domeyko. En esta región, la actividad
arrollo de glaciares en las regiones más de la Cordillera Principal con posteriori- volcánica se inició a los 26 Ma y conclu-
elevadas (incluyendo los volcanes de la dad a 4 Ma. yó a los 5 Ma y se organizó en cinco
Cordillera Occidental y contribuido a es- El basculamiento hacia el oeste (a veces eventos, de los cuales los cuatro primeros
tablecer los drenajes que han controlado manifestado por un alzamiento diferen- corresponden al lapso comprendido en-
la excavación de los profundos cañones cial en bloques) que se ha considerado tre 26 y 7 Ma (Oligoceno Tardío - Mio-
que caracterizan esta región de aridez ex- para explicar el inicio de la incisión gene- ceno Tardío temprano) (Mpodozis et al.
trema). ralizada a lo largo de la vertiente occiden- 1995). Los magmas del evento inicial, en-
En el antearco de la región central de tal del orógeno se atribuye a un alzamien- tre 26 y 21 Ma, presentan evidencias geo-
Chile se desarrolló también un proceso to provocado por el avance hacia el este químicas de una corteza relativamente
de peneplanización atestiguado por re- de corrimientos profundos hacia el ante- delgada consistentes con el final del epi-
manentes de superficies de bajo relieve, país andino (Farías et al. 2005, Farías sodio extensional precedente. Con el
ligeramente inclinadas hacia el oeste y ac- 2007, Riquelme et al. 2007). transcurso del tiempo la geoquímica de
tualmente elevadas a altitudes crecientes, los magmas indica un progresivo engro-
entre ~1.000 y 3.000 m s.n.m., a medida El arco samiento cortical con excepción del in-
que se avanza hacia el este (Farías et al. En el sector al norte de ~27ºS, el magma- tervalo comprendido entre 16 y 12 Ma,
2008, Muñoz-Cordero 2008, Escribano tismo en este período se caracterizó por que podría explicarse por adición de
2009). Estas superficies, por su escaso re- una intensa actividad volcánica explosiva componentes corticales al manto, ya sea,
lieve y su continuidad hasta la costa, de- de carácter félsico centrada en la actual por aportes resultantes de erosión corti-
ben haberse formado a escasa altura por Cordillera Occidental, pero que se exten- cal por subducción o delaminación de
sobre el nivel de base de la erosión al mo- dió formando vastas cubiertas ignimbríti- manto litosférico (Mpodozis et al. 1995) y
mento en que se originaron. La disposi- cas en áreas de la Precordillera y el Alti- que podrían tener relación con la pene-
ción escalonada y frecuentemente con- plano, de la parte sur de Perú y norte de tración bajo el margen continental de la
trolada por fallas mayores de alto ángulo Chile y Altiplano en Bolivia. Son caracte- dorsal de Juan Fernández. La actividad
sugiere que podría tratarse de una misma rísticas de esta etapa la Formación Oxa- en la Franja de Maricunga (cf., Vila y
superficie, aún cuando ésto está todavía ya, entre 24,7 ± 0,3 Ma y 18,8 ± 0,2 Ma Sillitoe 1991) dio origen entre los ~25 y
por demostrarse. La edad de formación (40Ar-39Ar en sanidina y biotita, respecti- 20 Ma a pórfidos auríferos (La Pepa,
de estas superficies está poco definida. vamente; García et al. 2004) y sus equiva- Refugio y Santa Cecilia; e.g., Camus 2003)
Éstas están fundamentalmente construi- lentes las formaciones Huaylillas, en Perú y depósitos epitermales de metales pre-
das sobre rocas volcánicas miocenas de la (Marocco et al. 1985), Mauri, en Bolivia ciosos asociados (minas Esperanza, La
Formación Farellones (vease a continua- (Rochat 2002, Jiménez et al. 2008), y Al- Coipa, La Pepa). Un segundo período de
ción) e intrusivos emplazados en esta for- tos de Pica, más al sur en la región de mineralización ocurrió entre los ~14 a 12
mación, como, por ejemplo, el Plutón La Iquique (Galli y Dingman 1962, Galli Ma dando origen a pórfidos de Au (Mar-
Gloria, cuya edad U-Pb en circón es de 1968, Lahsen 1982, Farías 2003, Victor et te, Lobo, Valy, El Volcán, Escondido) y
20 R . C H A R R I E R , M . FA R Í A S Y V. M A K S A E V

pórfidos de Cu-Au (Cerro Casale). Aun- des de niveles de la Formación Abanico Farellones, que alcanza los 3.000 m pone
que los recursos de oro en los pórfidos más jóvenes que niveles de la parte infe- en evidencia una intensa actividad volcá-
de la franja de Maricunga son considera- rior de la Formación Farellones. Debido nica, asociada probablemente a subsiden-
bles (estimados en 1.300 toneladas de al alto ángulo de las fallas invertidas, el cia en este sector. La geoquímica del
Au, Camus 2003), el oro se encuentra acortamiento total producido por la in- magmatismo presentó ahora una afinidad
disperso en depósitos de gran volumen, versión de la cuenca de Abanico y defor- calcoalcalina. Los cuerpos plutónicos que
pero que excepcionalmente tienen leyes maciones posteriores en la vertiente chi- se emplazaron poco después de la inver-
superiores a 1 g/t Au y actualmente sólo lena de la Cordillera Principal se estima sión tectónica se ubicaron en la parte más
se explota el pórfido aurífero Refugio. en sólo ~16 km (Farías 2007, Farías et al. occidental de la Cordillera Principal, co-
En la Cordillera Principal de Chile cen- enviado). mo, por ejemplo, el Plutón de La Obra
tral, el primer pulso de este evento tectó- Edades radioisotópicas que limitan la dis- (con edades en diferentes minerales com-
nico, la orogenia pehuenche, provocó la cordancia que separa las Formaciones prendidas entre 21,6 ± 4,9 Ma y 16,2 ±
inversión tectónica parcial de la cuenca Abanico y Farellones en la cuesta de Cha- 0,3 Ma; Kurtz et al. 1997), en el valle del
de Abanico, que generó un gradual en- cabuco, en la parte occidental de la Cor- río Maipú. El alineamiento norte-sur que
grosamiento cortical, y, como en la fran- dillera Principal a 33ºS, indican que la in- presentan estos plutones a lo largo el
ja de Maricunga, no interrumpió la activi- versión se produjo entre 28,8 ± 0,3 Ma, borde occidental de la Cordillera Princi-
dad magmática entre el Oligoceno Tardío 28,9 ± 0,5 Ma y 29,2 ± 0,2 Ma para la pal sugiere que su emplazamiento estuvo
y el Mioceno Temprano. Este evento se parte inferior y 19,6 ± 0,3 Ma en la parte controlado por fallas, como la falla San
manifestó con una intensa y sostenida ac- superior (Fuentes et al. 2002) (Fig. 6). Las Ramón, que limitó por el oeste el com-
tividad que dio origen a la Formación edades obtenidas para niveles compro- partimiento oriental de la cuenca de Aba-
Farellones y a diversos cuerpos plutóni- metidos con tres estructuras de creci- nico.
cos emplazados principalmente en rocas miento, entre 33º45'S y 34º15'S, indican Desde el inicio de la inversión hasta el fi-
de la Formación Abanico (Kurtz et al. de oeste a este, que la deformación ocu- nal del período aquí descrito, la velocidad
1997). Estos magmas tienen signaturas rrió: 1) En el primer caso, antes que 21,3 de convergencia entre las placas de Naz-
geoquímicas fundamentalmente calco-al- ± 0,3 Ma (U-Pb SHRIMP en cristales de ca y Sudamericanas detectada por Pardo-
calinas, que se diferencian de las que pre- circón) y 21,7 ± 0,1 Ma (40Ar-39Ar edad Casas y Molnar (1987) y Somoza (1998)
sentaban los magmas de la Formación plateau en plagioclasa) en el valle del Río continuó incrementándose, lo que sugie-
Abanico (Charrier et al. 2002, Nyström et Maipo en las cercanías del pueblo de San re una estrecha relación entre la mayor
al. 2003, Kay et al. 2005). José, a 33º30'S (Fock 2005, Fock et al. velocidad de convergencia y la sostenida
La inversión se inició en el Oligoceno 2006); 2) en el segundo caso, después de deformación compresiva. La evolución
Tardío y se prolongó hasta el Mioceno 21,4 ± 1,0 Ma (Fock 2005, Fock et al. de la deformación entre el Mioceno Tem-
Temprano. Durante este proceso no to- 2006, basado en una edad de Muñoz prano tardío y el Mioceno Medio (~16 y
das las fallas normales que habían partici- 2005) en el valle del río Volcán a 33º45'S; 8-9 Ma) permite reconocer dos eventos,
pado en el desarrollo de la cuenca de y 3) en el tercer caso, algo más tarde, en- que se detallan a continuación: 1) La mi-
Abanico se reactivaron (invirtieron) al tre 20,09 ± 0,69 Ma (40Ar-39Ar por fusión gración hacia el este de la deformación y
mismo tiempo; algunas, probablemente, por laser de cristal de plagioclasa, Flynn et una notable expansión del plutonismo
nunca lo hicieron. La deformación se ob- al. 1995) y 16,1 ± 0,5 Ma (plateau 40Ar- hacia territorio argentino; y 2) el desarro-
serva, por lo tanto, principalmente a lo 39
Ar; Kay y Kurtz 1995), en el valle del llo de la faja plegada y corrida. Este epi-
largo de las grandes fallas que dieron ori- Río Las Leñas (vease Charrier et al. 2002). sodio de deformación compresiva finali-
gen a la cuenca y en los lugares algunas Estos antecedentes definen un límite su- zó con el alzamiento de la Cordillera
fallas menores dieron origen a estructu- perior para la primera etapa de deforma- Frontal a 8-9 Ma (Ramos et al. 1996,
ras (estratos) de crecimiento, mientras ción en el Mioceno Temprano en este Giambiagi et al. 2003) y el probable bas-
que hay sectores donde no se aprecia de- sector andino y muestran una migración culamiento hacia el oeste del orógeno;
formación alguna. Esto explica los si- hacia el este de la deformación. dos situaciones que coinciden con la evo-
guientes aspectos largamente debatidos En Chile central, la actividad magmática lución descrita más arriba para la región
en la literatura geológica de Chile central: y la sedimentación, muy subordinada, norte de Chile en este período.
1) La ausencia en ciertas localidades de continuaron después de la inversión, pe- En este momento se aprecia la concen-
un contacto discordante entre las For- ro quedaron concentradas a lo largo de tración de la actividad tectónica hacia el
maciones Abanico y Farellones; 2) la una franja más estrecha que en el período sistema de fallas El Diablo-El Fierro que
existencia en otras localidades de discor- anterior, la cual coincidió con el compar- marcó el borde oriental de la cuenca de
dancias angulares entre ambas formacio- timiento oriental de la cuenca de Abanico Abanico (Fock 2005, Fock et al. 2006).
nes; y 3) la existencia en algunas localida- (Fig. 7). El gran espesor de la Formación Según estos autores, los antecedentes
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 21

cronológicos disponibles en favor de esta güe, al sur de la anterior (Ramos et al. doz et al. 2005, Maydagán et al. 2008) y
migración hacia el este de la deformación 1996, 2004). Esta progresión hacia el sur Cerro Mercedario (13,3 ± 0,3 Ma K-Ar
son: 1) La tendencia de las edades para la de la deformación y disminución del biotita, Sillitoe 1977) (2 en Fig. 3). De és-
deformación a hacerse más jóvenes hacia acortamiento tectónico podría estar vin- tos, sólo Los Pelambres está en explota-
el este (detallada más arriba); 2) la exis- culada con el avance en la misma direc- ción en la actualidad.
tencia de filones del Plutón La Gloria, ción de la intersección de la dorsal de
para el cual se dispone de una edad U-Pb Juan Fernández con el margen continen- El retroarco
en circón de 10,3 ± 0,2 Ma (Deckart y tal y la consiguiente horizontalización de Al este del arco, en la región altiplánica
Godoy 2006) y una edad K-Ar en biotita la placa subductante (Yáñez et al. 2001, de Bolivia, se conoce, por encima de la
de 9,8 Ma (cf. Cornejo y Mahood 1997), 2002, Kay y Mpodozis 2002, Ramos et al. Formación Potoco y equivalentes, una
cortados por la falla de la Laguna Negra; 2002). Una progresión similar se ha he- sucesión de depósitos continentales clás-
y 3) la actual presencia a 3.500 m de alti- cho notar para la edad de la inversión de ticos, entre los que se cuentan, entre
tud de ignimbritas del Mioceno Tempra- la cuenca de Abanico en la región com- otras, las formaciones Coniri, Kollu Ko-
no (de la Formación Farellones, en la ho- prendida entre 31º y 35ºS (Charrier et al. llu, Mauri 1 a 5, Azurita, Totora, Luribay-
ya del río Aconcagua) con flora fósil 2005b). Salla, Tambillo y San Vicente (Hérail et al.
(Nothofagoxylon aconcaguaense), que es in- En este momento no sólo la actividad 1997, Rochat et al. 1998, Rochat 2000,
compatible con esa altitud y las exigen- tectónica migró hacia el este, sino que Horton et al. 2001). Estos depósitos pre-
cias ecológicas de este género (Pons y también lo hizo el plutonismo. Los pluto- sentan, cerca del contacto con la Forma-
Vicente 1985). El inicio a los 15 Ma de la nes, que en el período anterior se habían ción Potoco, estructuras de crecimiento
actividad tectónica que dio origen a la emplazado en la parte occidental de la (estratos de crecimiento) y localmente al-
faja plegada y corrida, que afectó a los Cordillera Principal, se emplazaron, aho- gunas discordancias asociadas, formadas
sectores más occidentales de esta faja ra, cerca del borde oriental de la cuenca en el Oligoceno Tardío - Mioceno Tem-
(Ramos et al. 1996, Giambiagi et al. 2003), extensional precedente. Estos cuerpos prano y generadas por la actividad de la
se puede considerar también como una corresponden, de norte a sur, al batolito faja plegada y corrida de Huarina (Hor-
evidencia de la migración hacia el este de San Francisco, datado en 14,7 ± 0,1 Ma y ton et al. 2001), que presenta vergencia
la deformación, que en un primer mo- 11,2 ± 0,1 Ma (Jerez 2007), el plutón de hacia el oeste (Hérail et al. 1997, Rochat et
mento se habría concentrado en el borde Yerba Loca, datado en 14,9 ± 0,1 Ma al. 1998, Rochat 2000). Esto pone en evi-
oriental de la antigua cuenca de Abanico. (Jerez 2007), La Gloria, datado en 10,3 ± dencia para esa región un evento tectóni-
Cabe hacer notar, sin embargo, que esta 0,2 Ma (Deckart y Godoy 2006) y 9,8 Ma co (Sempere et al. 1990, Hérail et al.
edad para el inicio de la faja plegada y co- (cf. Cornejo y Mahood 1997), San Ga- 1997), que es coincidente con orogenia
rrida es válida para el perfil aquí descrito, briel (Romeral), datado en 11,4 ± 0,2 Ma pehuenche, en el retroarco de Argentina
entre 33º y 34ºS, donde está desarrollada y 11,3 ± 0,3 Ma (Kurtz et al. 1997), y y Chile centrales, aunque algo posterior al
la faja plegada y corrida de Aconcagua. Alfalfalito, datado en 12,3 ± 0,2 Ma inicio de la sedimentación de la Forma-
Algo más al norte, a lo largo de la Precor- (Kurtz et al. 1997). ción Altos de Pica, en el antearco. Los
dillera argentina, entre aproximadamente La deformación compresiva coincide en depósitos occidentales como, por ejem-
29º y 32ºS, en la faja plegada y corrida de el tiempo con la aparición de depósitos plo, la Formación Azurita (Hérail et al.
La Ramada, desarrollada en estilo de piel de tipo pórfido Cu-Mo de baja ley tanto 1997), presentan componentes que ates-
gruesa, la aparición de conglomerados y en Chile central (ej. Novicio, 15,50 ± tiguan aportes desde el oeste a partir de
de clastos de la misma Precordillera en 0,08 Ma Re-Os molibdenita; Ortúzar rocas precámbricas, probablemente del
los depósitos de la cuenca de antepaís 2006, Toro et al. 2006) como en Argen- flanco oriental de la Cordillera Incaica;
tiende a hacerse más joven de norte a sur: tina (ej. Paramillos Norte, 16,0 ± 0,3 Ma en cambio, hacia el este los aportes de se-
~16 Ma, en el norte, hasta ~8,4 Ma, ha- K-Ar en muscovita; Sillitoe 1977, 1988) dimentos provienen desde el este (proto-
cia el sur, siendo incluso más joven algo (1 en Fig. 3). Poco después, la continua- Cordillera Oriental?). En la parte norte
más al sur, pero en regiones más orienta- ción del engrosamiento cortical fue de Argentina, con el episodio de defor-
les (Cuenca del Bermejo) indicando una acompañado del desarrollo de minerali- mación compresiva que caracteriza este
progresión en esa dirección de la faja ple- zación de tipo pórfido de Cu-Mo a lo lar- período, el frente de corrimiento se ha-
gada y corrida (Vergés et al. 2001). Esta go de la Cordillera de Chile y Argentina. bría desplazado hacia el este, junto con el
progresión de la deformación hacia el sur En este período se formaron: Los Pe- dorso periférico, y se habría comenzado a
está acompañada por un menor acorta- lambres (12-10 Ma, Bertens et al. 2006), depositar la Formación Angastaco (Mio-
miento cortical de 150 km en la faja ple- Vizcachitas (K-Ar Biotita 10,4 ± 0,3 a ceno Temprano y Medio), discordante-
gada y corrida de La Ramada, 120 km en 12,0 ± 0,3 Ma, Arias 1984, Priesmeyer y mente sobre la Formación Los Colora-
la de Aconcagua y 80 km en la de Malar- Sim 2006) y El Altar (10,38 Ma, Alman- dos. La Formación Angastaco también
22 R . C H A R R I E R , M . FA R Í A S Y V. M A K S A E V

contiene componentes provenientes de 2002, Fock et al. 2006, Farías 2007). Esta MIOCENO TARDÍO -
la erosión de rocas precámbricas, en este faja corresponde en el sector occidental a PLIOCENO TARDÍO
caso de la Formación Puncoviscana un sistema de piel delgada con completo (~9 a ~4 Ma)
(Galli y Hernández 1999), lo cual indica despegue de la cobertura sedimentaria
también aportes desde el oeste, aún cuan- aprovechando niveles evaporíticos del Ju- Es en este período se inició la configura-
do en este caso la exposición de estas ro- rásico Tardío y pelitas del Cretácico Tem- ción del relieve actual de la cordillera con
cas antiguas se deba probablemente a la prano; en sectores más orientales, sin em- la incisión causada por los ríos prove-
exhumación de lonjas tectónicas por el bargo, se detecta una cierta participación nientes de la cordillera. El magmatismo
desarrollo de las fajas plegadas y corridas del basamento (Giambiagi et al. 2003). En comenzó a concentrarse en la actual po-
y no a la exhumación de la Cordillera su sector oriental, las estructuras afecta- sición del arco y la deformación se ex-
Incaica. ron a los depósitos sinorogénicos de la pandió hacia el este y localmente volvió a
En la actual cordillera de Chile y Argen- cuenca de Tunuyán formados como con- manifestarse en el flanco occidental de la
tina centrales, la vertiente que conectaba secuencia de la inversión de la cuenca de Cordillera Principal. A pesar de esto últi-
el arco con el retroarco debió estar some- Abanico. La deformación en esta faja mo y concomitantemente con el reinicio
tida a la erosión en su región proximal, plegada y corrida acomodó a más de 80% de la deformación en el flanco occidental
mientras que en su región distal recibía del acortamiento cenozoico entre 32º30' de la cordillera en la región central de
los depósitos resultantes de esa erosión y 34ºS (Farías et al. 2008). Chile, hubo esporádicas manifestaciones
(5 en Fig 3). Estos depósitos de cuenca La faja plegada y corrida de Aconcagua magmáticas locales en regiones más occi-
de antepaís podrían corresponder a la continuó su desarrollo en secuencia (con dentales que dieron origen a algunos de
parte inferior de la Formación Río Ma- intermitentes fallamientos fuera de se- los yacimientos de pórfidos cupríferos de
ñero en la cuenca de Pagancillo, en la cuencia) hasta ~8,5 Ma, momento en que clase mundial.
Precordillera, a 30ºS, con edades de ~18 se alzó la Cordillera Frontal en el frente
Ma (Ramos 1999), y a depósitos alojados de la faja (Ramos et al. 1996, Giambiagi et El antearco
en la depresión de Barreal-Iglesias, entre al. 2003). El alzamiento de esta unidad En este período, la incisión inició su mi-
la Cordillera Frontal y la Precordillera, morfoestructural se produjo en una zona gración hacia el este. No existen análisis
datados en 17 Ma (Jordan et al. 1996), la tal que interrumpió la continuidad este- al respecto en el norte de Chile, donde la
Formación Chinches en la cuenca de Ma- oeste de los extensos depósitos de ante- edad máxima para su inicio está bien de-
nantiales en la Cordillera Frontal, con país de Tunuyán, que hoy en día se cono- terminada con las dataciones efectuadas
una posible edad de 20 Ma en su parte in- cen, tanto a su lado occidental como en los depósitos volcánicos que recubren
ferior (Pérez y Ramos 1996, Pérez 2001) oriental. El alzamiento de la Cordillera a los pedimentos de Tarapacá y Atacama.
y los depósitos del valle de Pachaco, en la Frontal se explica por la existencia de un A pesar del extraordinario relieve que
Precordillera, con edades de 20 Ma en la segundo despegue más profundo que el conforma la cadena andina, es muy poco
base (Milana et al. 1993). Más al sur, la que dio origen a la faja plegada y corrida, lo que se conoce respecto de los proce-
Formación Santa María, en la cuenca de probablemente ubicado en la zona de sos que, en asociación con la evolución
Cuyo, los Conglomerados Tunuyán, en la transición frágil-dúctil de la corteza (Giam- tectónica más reciente y el clima, le fue-
cuenca de Tunuyán, y la Formación Agua biagi et al. 2003, Farías et al. 2008). ron dando forma. En la región central de
de la Piedra en la cuenca de Río Grande Con el alzamiento de la Cordillera Fron- Chile (33º a 35ºS) se tienen mayores an-
(Ramos 1999) podrían corresponder a tal los aportes sedimentarios en el com- tecedentes (Farías et al. 2008): Como res-
depósitos sinorogénicos asociados a la partimiento occidental de la cuenca de puesta al alzamiento del orógeno y el bas-
orogenia pehuenche o Abanico. La edad antepaís, que hasta entonces provenían culamiento asociado, la incisión se habría
de 18,3 Ma obtenida en la parte media de del oeste, comienzan a provenir del este. iniciado, según estos autores, entre 10,5 y
la Formación Contreras, que subyace a Esta inversión de los aportes sedimenta- 4,6 Ma (edad central: 7,6 Ma) en el bor-
los Conglomerados Tunuyán (Giambiagi rios sugiere, al igual que en el norte de de costero de ese momento, en el margen
et al. 2001), parece confirmar esta propo- Chile, que con el desarrollo del segundo occidental de la Cordillera de la Costa, y
sición. nivel de despegue en la corteza media y el habría progresado lentamente hacia el
A partir de ~15 Ma, la deformación con- alzamiento de la Cordillera Frontal se este para llegar a la Cordillera Principal 2
tinuó su desplazamiento hacia el este, produjo un basculamiento hacia el oeste a 6 millones de años después. En el avan-
fuera del dominio del arco, desarrollando del orógeno. Al respecto, Giambiagi et al. ce hacia el este de la incisión, los quiebres
la faja plegada y corrida de Aconcagua (2003) señalan que la superficie del basa- de pendiente o convexidades en los per-
que afectó a las sucesiones sedimentarias mento por debajo del despegue de la faja files longitudinales de los ríos (knick-
mesozoicas que limitaban por el este a la plegada y corrida está suavemente incli- points) habrían tenido que cortar la dura
cuenca de Abanico (Giambiagi y Ramos nada hacia el oeste. franja de intrusivos paleozoicos y meso-
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 23

zoicos de la Cordillera de la Costa. En al- mienzan a desarrollarse extensas acumu- partir de los ~7 Ma, junto con la inte-
gún sector, donde estos cuerpos se en- laciones de lavas andesíticas con una lige- rrupción del volcanismo de la Formación
cuentran a mayor profundidad, la inci- ra inclinación al oeste, que fueron data- Farellones (Kay et al. 2005); y entre los
sión habría logrando cruzar esta franja das en 4,2 ± 0,3 Ma (K-Ar, roca total) y 6,4 a 4,3 Ma la actividad magmática estu-
más rápidamente que en otros sectores, que recubren en marcada discordancia vo ligada a la intrusión de stocks epizo-
capturando los cauces provenientes de la angular rocas de la Formación Abanico nales en zonas de intersección de fallas a
cordillera. Esto habría generado una in- (Charrier et al. 2002). La actividad plutó- las que se asoció la generación de los de-
tensa erosión al este de la franja de intru- nica, en cambio, continuó en el sector oc- pósitos de pórfido Cu-Mo mayores a ni-
sivos del arco Cretácico Tardío y Paleo- cidental de la faja corrida y plegada, en la vel mundial de El Teniente y Río Blanco-
ceno-Eoceno Medio (arco pre-incaico), parte oriental de la Cordillera Principal Los Bronces (Maksaev et al. 2004, Dec-
que forman el borde oriental de la Cor- chilena y en la occidental de Argentina, kart et al. 2005, Deckart y Godoy 2006) (4
dillera de la Costa, constituyendo la De- concentrándose en el sector inmediata- en Fig. 3). Los magmas asociados a estos
presión Central (Fig. 4). Los quiebres de mente al este del sistema de falla El depósitos cupríferos, al igual que los que
pendiente o convexidades en los perfiles Diablo - El Fierro. En este momento se dieron origen al yacimiento Los Pelam-
longitudinales de los ríos prosiguieron su emplazaron varios cuerpos cuyas edades bres en el intervalo comprendido entre
avance hacia el este donde tuvieron que (plateau 40Ar-39Ar) están comprendidas en ~12 y 10 Ma (Reich et al. 2003), tienen
cortar una nueva franja de intrusivos (10- este período. Estos cuerpos son, de nor- afinidad adakítica (patrones de tierras ra-
12 Ma; como el intrusivo de San Gabriel) te a sur: Jeria (6,6 ± 0,1 Ma, en biotita), ras con fuerte pendiente y tierras raras
y nuevamente se produjo, hacia el este de Cruz de Piedra (5,5 ± 0,2 Ma, en biotita), pesadas muy disminuidas, altos conteni-
esta franja, la captura de los cauces pro- Estero Crucero (8,8 ± 0,1 Ma, en bioti- dos de Sr y Na), carácter que puede ser
venientes de la regiones más elevadas de ta), Nacimiento Río Cortaderal (8,4 ± 0,3 un indicador de génesis magmática bajo
la cadena, generando lo que Borde (1966) Ma, en hornblenda y 7,7 ± 0,1 Ma, en corteza engrosada (Stern y Skewes 1995,
denominó "cerrojos". biotita) (Kurtz et al. 1997), Granodiorita 2005, Kay et al. 2005). Cabe mencionar,
Cascada (8,4 ± 0,2 Ma, U-Pb en circón) y que la signatura adakítica de las rocas íg-
El arco diorita (8,2 ± 0,5 Ma, U-Pb en circón) en neas no se restringe exclusivamente a los
El arco en este período se desarrolló so- Río Blanco (Deckart et al. 2005) (vease pórfidos cupríferos, ya que es común en
lamente al norte y sur del segmento de Fig. 7). el volcanismo y plutonismo del Mioceno
subducción plana, es decir, al norte de El progresivo engrosamiento cortical li- Tardío en los Andes Centrales y proba-
27ºS y al sur de 33ºS. La región al norte gado a la deformación compresiva entre blemente es producto de procesos corti-
de 27ºS, corresponde a la Zona Volcánica los 10 y los 8 Ma coincide con la forma- cales tipo MASH, con fraccionamiento
Central de los Andes, que se extiende ción de numerosos pórfidos de Cu-Mo y de anfíbola y granate (e.g., Kay et al. 1999,
hasta 14ºS, mientras que la región al sur algunos de Cu-Au, tanto en la Cordillera 2005, Richards 2002). Los enormes pór-
de 33ºS corresponde a la Zona Volcánica Principal en Chile como dentro de la faja fidos de Cu-Mo del Mioceno Tardío-
Sur, que se extiende hasta 46ºS (Stern et corrida y plegada en Argentina. En gene- Plioceno Temprano en conjunto superan
al. 2007). ral, los depósitos porfídicos de este perí- 200 Mt de cobre contenido (producción
En el norte de Chile, entre 17º30' y 27ºS, odo presentan leyes relativamente bajas mas reservas; Camus 2003) constituyen-
se continuó el desarrollo de volcanismo (<0,7% Cu) y actualmente ninguno está do la segunda mayor concentración cu-
explosivo félsico, dando origen a nuevas en explotación. Los ejemplos conocidos prífera de los Andes chilenos, aunque ca-
cubiertas ignimbríticas; sin embargo, se son: El Pachón (Bertens et al. 2003, 2006), be mencionar que la exploración reciente
incrementó relativamente el desarrollo de Amos-Andrés (Collipal 1998), Pimentón de las partes profundas de Río Blanco -
grandes estratovolcanes andesítico-basál- (Pardo 2006), West Wall (Ortúzar 2006), Los Bronces y El Teniente elevarían la ci-
ticos y dacíticos. Estos volcanes se en- Agua Amarga (Cuadra 1986), Rosario de fra anterior a más de 300 Mt de cobre.
cuentran en la Cordillera Occidental, es Rengo (Muñoz 2008), Infiernillo (Piquer Estos enormes depósitos representan la
decir, en la ubicación del arco actual. 2004), Los Bagres (Sillitoe y Perelló culminación del proceso metalogénico
Debido a las condiciones hiperáridas que 2005), Piuquenes (Méndez y Zappettini iniciado en el Mioceno Medio y fueron la
dominan la región norte del país, estos 1984), Río de las Vacas (Sillitoe 1977, última actividad ígnea antes del desplaza-
volcanes se presentan en general muy 1988; Méndez y Zappettini 1984, Ramos miento del frente magmático 50 km hacia
bien conservados. 1996), Cerro Bayo del Cobre (Ramos el este; donde a partir del Plioceno Tar-
En la región al sur del segmento de sub- 1996) y Diente Verde (Urbina y Sruoga dío se formó la Zona Volcánica Sur de
ducción plana, entre 33º y 35ºS, existen 2008) (3 en Fig. 3). los Andes; activa hasta la actualidad al sur
muy pocos restos volcánicos pertene- La actividad plutónica retornó hacia el de la latitud de 33°S.
cientes a este período. Al sur de 35ºS, co- oeste a la Cordillera Principal de Chile a El retorno de la actividad tectónica hacia
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la región del Sistema de Falla El Diablo - ralizado del orógeno. Si bien, la deforma- mación Abanico. Esta actividad tectónica
El Fierro, cercano a la región del límite ción fue, en general, considerable, el des- centrada a ambos lados del sistema de fa-
internacional, que se manifestó con mo- plazamiento inverso a lo largo de esta fa- lla El Diablo - El Fierro se interpreta
vimientos inversos a lo largo de las fallas lla no puede haber excedido los 3.000 m como una consecuencia del desarrollo de
(fallas fuera de secuencia en la faja plega- en consideración a que: 1) La Falla San los dos sistemas de despegue con vergen-
da y corrida de Aconcagua y retro-corri- Ramón es una falla normal posterior- cia al este. Estos sistemas de despegue
mientos en la parte oriental de la Forma- mente invertida (Charrier et al. 2005b); 2) habrían dado origen a la faja plegada y
ción Abanico) y la abundante actividad el espesor observado de Formación Aba- corrida y a la Cordillera Frontal, respecti-
plutónica al este del sistema de falla men- nico apenas sobrepasa los 3.000 m (Thie- vamente, y habrían provocado el bascula-
cionado debieron generar un nuevo epi- le 1980, Charrier 1981, Wall et al. 1999, miento hacia el oeste del orógeno y el re-
sodio de alzamiento que se agregó al cau- Sellés y Gana 2001); 3) la discordancia troceso de la deformación hacia el oeste,
sado al bascularse el orógeno hacia el angular que separa las unidades mesozoi- en territorio chileno.
oeste. Estudio termocronológicos defi- cas de las cenozoicas, observada en An-
nieron para la región comprendida entre gostura de Paine al oeste de la falla (Sellés POST 4 Ma Y SITUACIÓN
33º y 38ºS un episodio de enfriamiento y Gana 2001), no está presente al este de ACTUAL
acelerado de los plutones miocenos entre la misma, indicando que la inversión fue
7,5 y 3 Ma (Spikings et al. 2008 y Maksaev solamente parcial (ver discusión en Cha- En este período la actividad tectónica
et al. 2009). Estudios geotermométricos rrier et al. 2005b); y 4) las edades 40Ar-39Ar compresiva debió continuar, permitiendo
de inclusiones fluidas indican para el pe- en plagioclasa, U-Pb SHRIMP en circón, mayor alzamiento de la cordillera y una
ríodo comprendido entre 11,3 y 4,9 Ma, y por trazas de fisión en apatito obteni- fuerte exhumación. En relación con ésto,
inmediatamente posterior al alzamiento das en el cerro San Ramón son práctica- existen antecedentes de compresión E-O
de la Cordillera Frontal, una erosión de mente idénticas entre sí, lo cual indica en el Plioceno (4,5 y 2,8 Ma) (Lavenu y
1.500 a 2.000 m a tasas de 0,26 mm/año que las trazas de fisión no habrían sido Cembrano 1999). Así mismo, estudios de
en intrusivos asociados al yacimiento de reseteadas y que, por lo tanto, no habría inclusiones fluidas señalan que en los úl-
cobre porfídico de Andina-Los Bronces existido un enterramiento suficiente para timos 4,9 Ma ocurrió una segunda etapa
(Skewes y Holmgren 1993), que se inter- ello (Fock 2005, Fock et al. 2006). El des- de erosión a tasas estimadas de 0,15 mm
preta como el resultado de fuerte alza- plazamiento de las fallas que originaron /año en el sector del yacimiento Río
miento en ese momento. Tasas de exhu- los pliegues de gran amplitud observados Blanco - Los Bronces (Skewes y Holm-
mación aun más altas de 1,1 y 0,6 mm a lo largo de la Carretera El Cobre debió gren 1993).
/año desde fines del Mioceno al Plioceno alcanzar a ~1.000 m para formar el anti- En este momento se emplazó el arco ac-
Temprano fueron obtenidas por McIn- clinal occidental y a ~700 para el pliegue tual. Indicativo de esto son edades de in-
nes et al. (2005) mediante el modelamien- que le sigue al este (Contreras 2003). trusivos obtenidas recientemente en el
to inverso de tiempo-temperatura de da- sector fronterizo de 3,4 ± 0,5 Ma (y 3,5 ±
taciones U-Pb y (U-Th)/He en circón y El retroarco 0,9 Ma para riolitas asociadas) en la ver-
dataciones (U-Th)/He en apatito para Los estudios realizados en la faja plegada tiente argentina (Ramos et al. 1997) y de 3
los depósitos de Río Blanco y El Tenien- y corrida de Aconcagua permitieron re- a 1 Ma (Muñoz M., en preparación).
te, respectivamente. Aunque el resultado conocer que, una vez formada la Cordi- En la región central de Chile, estudios re-
de este modelamiento termocronométri- llera Frontal, se comenzaron a producir cientes, basados en marcadores de inci-
co debe tomarse con precaución, éste fallas fuera de secuencia en el sector más sión, termocronología de trazas de fisión,
coincide en señalar un período de ero- occidental de la faja en las inmediaciones y análisis de superficies relictas de ero-
sión acelerada en el período señalado. del sistema de fallas El Diablo - El Fie- sión y de cuencas de drenaje (Farías et al.
Es probable que la expansión de la acti- rro, que implicaron, incluso, la reactiva- 2008), permiten deducir que el alzamien-
vidad tectónica hacia el oeste haya alcan- ción de este sistema (Giambiagi et al. to de superficie fue >1,5 km en la ver-
zado a los afloramientos de la franja oc- 2003). Es probable que en este momento tiente occidental de la cadena y que éste
cidental de la Formación Abanico, gene- se activara también la falla Chacayes- fue relativamente rápido y que se produ-
rando, por ejemplo, los pliegues del Ce- Yesillo, una rama del sistema El Diablo - jo en ~2 millones de años. La parte occi-
rro San Ramón (Thiele 1980, Fock 2005, El Fierro ubicada inmediatamente al oes- dental de la Cordillera Principal se habría
Fock et al. 2006) y de la Carretera El Co- te de la anterior (Bustamante 2001) y se alzado ~1 km más que la Cordillera de la
bre (Charrier 1981, Charrier et al. 2005b, desarrollaran, algo más al oeste, retro-co- Costa y la región occidental de la Cordi-
Jara 2007), y reactivando la falla San Ra- rrimientos que generaron los pliegues llera Principal 1-2 km más.
món (Charrier et al. 2005b, Rauld et al. por propagación de falla que afectan a los En la actualidad la actividad sísmica su-
2006), contribuyendo al alzamiento gene- afloramientos más orientales de la For- perficial se encuentra principalmente
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 25

asociada con fallas corticales, como el sis- de los sucesivos elementos paleogeográ- nes Oxaya y Altos de Pica). La actividad
tema de falla El Diablo-El Fierro, y el ré- ficos que se fueron formando. tectónica no se detuvo en este período y
gimen de stress es transcurrente dextral 3) En la evolución cenozoica de la región produjo el desarrollo en los depósitos de
(Farías 2007). La sismicidad (razones considerada se reconocen dos eventos una serie de flexuras inducidas por fallas
Vp/Vs y localización de hipocentros) y compresivos principales: El primero, la ciegas en el basamento mesozoico. Un
estudios de magneto-telúrica (AMT) su- orogenia incaica, que dio origen a la nuevo pulso a fines del Mioceno Tem-
gieren que estas estructuras se continúan Cordillera Incaica, y el segundo, cuyo ini- prano produjo el rejuvenecimiento de los
en profundidad en la corteza superior cio se produjo en el Oligoceno Tardío- relieves originado el depósito de la For-
hasta profundidades de, por lo menos, 20 Mioceno Temprano coincidentemente mación El Diablo y, más al sur, a las gra-
km (Yáñez et al. 2007, Farías et al. en re- con la orogenia pehuenche (Yrigoyen vas de Atacama.
visión). 1993), que se continuó con varios pulsos 6) La actividad tectónica con vergencia al
hasta comienzos del Plioceno. Los dos este que se desarrolló en la Cordillera
CONCLUSIONES eventos y los pulsos del segundo genera- Occidental y en el borde occidental del
ron un aumento de los relieves existentes Altiplano (región de Chucal) al mismo
1) La Cordillera Incaica, formada en el y su consiguiente erosión. Los productos tiempo que la descrita en el punto ante-
Eoceno Medio, constituyó un extenso re- de la erosión formaron gruesas y exten- rior, habría estado ubicada en el flanco
lieve esencialmente paralelo al margen sas cubiertas de detritos a ambos lados de oriental de la Cordillera Incaica. Los de-
continental de la parte sur de los Andes la cadena. pósitos clásticos del Eoceno al Mioceno
Centrales (sensu Aubouin et al. 1993, 4) En el flanco oriental de la Cordillera ubicados más el este en el Altiplano boli-
Gansser 1993). Este elemento paleogeo- Incaica, al sur de 27ºS, los dos eventos viano parecen provenir de este relieve ele-
gráfico corresponde a uno de los rasgos compresivos estuvieron separados por vado, en una región donde el arco mag-
topográficos más importantes formados un episodio extensional durante el cual el mático se mantuvo esencialmente estáti-
en la evolución cenozoica de los Andes arco magmático de Abanico (Eoceno co (sin migración oriental), la cuenca ex-
en Chile. Separó dos dominios que tuvie- Medio-Tardío - Oligoceno Tardío-Mio- tensional de Abanico no se desarrolló y
ron, durante el resto del Cenozoico, evo- ceno Temprano) se desarrolló en una an- donde, en cambio, se desarrolló una cuen-
luciones diferentes, A pesar de ello, en cha y larga cuenca de intra-arco a lo lar- ca de antepaís de retroarco.
ambos dominios se reconoce un claro go de la actual Cordillera Principal chile- 7) El desarrollo de un arco magmático
control de la actividad tectónica del mar- na, que constituye un elemento paleoge- estático al norte de ~27ºS y el desarrollo
gen continental, lo cual permite determi- ográfico mayor del orógeno andino en de una amplia cuenca extensional de in-
nar los pulsos de esta actividad y estable- esta región. tra-arco (cuenca de Abanico) hacia el sur
cer correlaciones temporales a través de 5) En el dominio occidental, el alzamien- de esa latitud sugiere la existencia de una
este sector andino. to de la Cordillera Incaica se tradujo en marcada segmentación del orógeno a
2) El dominio occidental, en el antearco, una intensa erosión, que dio origen al pe- partir del Eoceno Tardío. La franja de
se caracterizó por una larga historia de dimento de Choja y a la acumulación de Maricunga, entre 26 y 28ºS, representaría
erosión y sedimentación. El dominio potentes depósitos clásticos en la actual la zona de transición. En ella, si bien el
oriental se caracterizó, en cambio, por Depresión Central. Estos depósitos con- volcanismo se inició recién en el Oligo-
presentar hasta ~12 Ma, dos dominios tinuaron durante la etapa comprendida ceno Tardío (26 Ma), se manifiesta una
con regímenes tectónicos diferentes, uno entre los dos eventos compresivos (en la clara transición desde signaturas geoquí-
al norte y el otro al sur de ~27ºS: Al nor- cual en el dominio oriental se desarrolló micas de corteza delgada, tal como más
te, el arco magmático no presentó una la cuenca extensional de intra-arco de al sur en los depósitos de la cuenca de
migración hacia el este y en su lado orien- Abanico, al sur de 27ºS). En este mo- Abanico, hacia signaturas que indican un
tal se desarrolló una cuenca de antepaís mento, la erosión prosiguió en los secto- gradual engrosamiento cortical en el Mio-
de retroarco con escasa participación de res altos de la Cordillera Incaica y la sedi- ceno Temprano y Medio, tal como se ob-
rocas volcánicas y, al sur de esta latitud, el mentación, según los sectores, fue gra- serva en la Formación Farellones, en la
arco sufrió un marcada migración hacia dualmente traslapando el pedimento de región central de Chile.
el este, formándose en la región central Choja (Formaciones Azapa y Sichal). En La coincidencia de esta segmentación
de Chile una cuenca de intra-arco (Cuen- el Oligoceno Tardío, al norte de 27ºS, con el límite austral de la Puna sugiere un
ca de Abanico), al este de la cual se des- coincidentemente con el comienzo del control estructural y geoquímico de esta
arrolló a partir de ~18 Ma, a 29º30'S, y a segundo evento compresivo, se inició unidad morfoestructural, que se remon-
~15 Ma, a 34ºS, una cuenca de antepaís una intensa actividad volcánica félsica ex- taría hasta el Eoceno Tardío y que proba-
en la cual se acumularon abundantes de- plosiva cuyos depósitos se intercalaron blemente esté relacionada con la estruc-
pósitos clásticos resultantes de la erosión entre los depósitos clásticos (Formacio- turación del la corteza continental a lo
26 R . C H A R R I E R , M . FA R Í A S Y V. M A K S A E V

Figura 8: Correlación entre los eventos tectónicos y depósitos cenozoicos en ambas vertientes de la Cordillera Principal en Chile y Argentina cen-
trales. Los eventos marcados con E corresponden a los detectados por Giambiagi et al. (2003) para el Neógeno en la vertiente Argentina. Se observa
que: La inversión tectónica (W1) se refleja en los depósitos de la cuenca de antepaís en Argentina con un ligero retardo (E1), la migración hacia el
este de la deformación (W2) tuvo lugar poco antes del inicio de la faja plegada y corrida (E2), la expansión o disrupción tectónica (W3) se produjo a
continuación del alzamiento de la Cordillera Frontal (E3) y fue contemporánea con el fallamiento fuera de secuencia (E4). En la actualidad hay acti-
vidad tectónica en ambas vertientes del orógeno.

largo del margen continental. Posible- partir de la orogenia incaica, permite re- Tardío tardío y el Plioceno Temprano,
mente, este límite se corresponda con el conocer los siguientes eventos (Fig. 8), que incluye una reactivación fuera de se-
borde norte del terreno alóctono de Chi- que presentan una buena correlación con cuencia en las fajas plegadas y corridas,
lenia. los eventos detectados para el dominio retrocorrimientos con vergencia al oeste,
Así mismo, la importante actividad volcá- occidental (vease conclusión 5): deformación en la parte occidental de la
nica explosiva félsica desarrollada, al nor- - Desarrollo, al sur de ~27ºS, de una Cordillera Principal chilena, instalación
te de 27ºS, a partir del Oligoceno Tardío, cuenca extensional de intra-arco (cuenca definitiva del arco en su posición actual y
podría estar controlada por esta segmen- de Abanico), en el Eoceno Medio-Tardío manifestaciones magmáticas mineraliza-
tación y probablemente sus característi- y el Oligoceno Tardío-Mioceno Tem- das en el sector occidental de la Cordille-
cas geoquímicas respondan a una litósfe- prano. ra Principal.
ra continental de naturaleza diferente en - Inversión tectónica de la cuenca de 9) La erosión en el flanco occidental de la
esa dirección (presencia del terreno de Abanico, en el Oligoceno Tardío-Mio- Cordillera Incaica y de los arcos magmá-
Arequipa-Antofalla, al norte, versus la de ceno Temprano y el Mioceno Temprano, ticos que le sucedieron, controlada por
Chilenia, al sur), o sea, como lo propu- durante la cual la deformación migró ha- los pulsos tectónicos que afectaron la ca-
sieron Mpodozis et al. (1995), la presencia cia el este hasta el borde de la anterior dena durante el Cenozoico, determinó la
de un bloque más radiogénico en isóto- cuenca extensional. formación de extensas cubiertas de gra-
pos de Sr al norte de otro menos radio- - Migración al este de la deformación y el vas hacia el retroarco, de las que hoy en
génico, al sur. Este límite entre terrenos magmatismo, en el Mioceno Temprano y día se reconocen sólo remanentes a lo
del basamento también se refleja en isó- Mioceno Tardío temprano, desarrollo de largo de las estructuras que separan a las
topos de Pb de rocas paleozoicas y más las fajas plegadas y corridas y el bascula- unidades morfoestructurales de la ver-
jóvenes en ese sector (Tosdal 1996). miento del orógeno hacia el oeste. tiente oriental de la Cordillera de los
8) En el dominio oriental, la evolución a - Expansión tectónica, en el Mioceno Andes.
Evolución tectónica de los Andes de Chile norte y central… 27

10) En todo el antearco andino se des- nuscrito, los colegas Víctor A. Ramos y ference, Geological Society of America y
arrolló en el Mioceno Tardío una pedi- Thierry Sempere, por sus muy valiosos Asociación Geológica Argentina, Abstract ID
mentación generalizada. Este proceso comentarios y sugerencias. 101552, Mendoza.
fue interrumpido por el inicio de la inci- Blanco, N., Tomlinson, A., Mpodozis, C., Pérez
sión provocado por el alzamiento y bas- TRABAJOS CITADOS EN EL TEXTO de Arce, C. y Mathews, S. 2003. Formación
culamiento generado por el cabalgamien- Calama, Eoceno, II Región de Antofagasta
to de la cadena hacia el retroarco. Almandoz, G., Zullinger, G., y Marquez-Zavalía, (Chile) Estratigrafía e implicancias tectónicas.
11) De acuerdo con la edad de estos pe- F. 2005. Altar: Mineralización de alta sulfura- 10º Congreso Geológico Chileno (Concep-
dimentos y su ubicación actual a alturas ción vinculada a un sistema de pórfiro cuprí- ción), Sesión Temática 3, CD Rom.
que llegan a los 3.000 m s.n.m., se puede fero, San Juan, Argentina. 16º Congreso Geo- Borde, J. 1966. Les Andes de Santiago et leur
concluir que el alzamiento principal andi- lógico Argentino (La Plata), Actas 2: 369-376. avant-pays. Etude de Geomorphologie, Union
no tuvo lugar en el Mioceno Tardío, sin Amilibia, A. y Skarmeta, J. 2003. La inversión tec- Fr. d'Impression, 559 p., Bordeaux.
descartar movimientos posteriores, aun- tónica de la Cordillera de Domeyko en el Boric, R., Díaz, F. y Maksaev, V. 1990. Geología y
que a partir de ~4 Ma el desplazamiento Norte de Chile y su relación co la intrusión de yacimientos metalíferos de la Región de Anto-
de las grandes fallas paralelas al margen sistemas porfídicos de Cu-Mo. 10º Congreso fagasta. Servicio Nacional de Geología y Mi-
continental es predominantemente trans- Geológico Chileno (Concepción), CD-Rom. nería (SERNAGEOMIN), Boletín 40, 246 p.,
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12) Los episodios de mineralización hi- cas del área comprendida entre los ríos Rocín Bustamante, M. 2001, El contacto entre la For-
drotermal mayor de tipo pórfido de Cu- e Hidalgo, Provincia de San Felipe de Acon- mación Abanico y las unidades mesozoicas,
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fue frecuentemente controlado por fallas Barazangui, M., y Isacks, B.L. 1976. Spatial distri- 267 p., Santiago.
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pórfido Cu-Mo Los Pelambres, Chile central. p., Santiago.
El presente trabajo es una contribución 10º Congreso Geológico Chileno (Concep- Cazau, L., Mancini, C., Cangini, J. y Spalletti, L.
al Proyecto CONICYT Anillo ACT-18 ción), CD Rom. 1987. Cuencas Sedimentarias de Argentina,
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agradece a Andrés Folguera la invitación Blanco, N., y Tomlinson, A. 2006. Sichal Forma- Charrier, R. 1981. Geologie der chilenischen Haup-
a presentar estas ideas en la sesión de tion: An Eocene-Early Oligocene basin syn- tkordillere zwischen 34º 30' südlicher Breite
Tectónica Andina en el Congreso Geoló- tectonic to the Incaic orogenic event and con- und ihre tektonische, magmatische und paleo-
gico Argentino en Jujuy, 2008, a Nicolás temporaneous to emplacement of porphyry geographische Entwicklung. Berliner Geowis-
Blanco por proporcionar información in- copper related plutons, II Región of Antofa- senschaftliche Abhandlungen (A)36, 270 p.
édita y, en especial, a los revisores del ma- gasta, Chile. Backbone of the Americas Con- Charrier, R. y Reutter, K.-J. 1994. The Purilactis
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