HISTORIA DE CALI

SIGLO XX
Tomo I I
Politica

G rupo de investigación N ación/C ultura/M em oria

Universidad del Valle
2012

£>&

Í
U niversidad
del Valle Grupo tfs Investigación
A L C A L D ÍA D E
s a n t ia g o de c a li
 Ta b l a d e c o n t e n id o

P r e s e n ta c ió n 9
I n tr o d u c c ió n g e n e r a l u
I n tr o d u c c ió n a l to m o 19
P o l í t i c a y d in a m i t a . L a p r e s e n c ia d e C a l i e n l a h i s t o r i a 25
COLOMBIANA DEL SIGLOX X
César Augusto AYALA DIAGO
Ca l i y el Va l l e del Ca u c a : c o n f ig u r a c ió n m o d e r n a 70
Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA
CIUDAD-REGIÓN
Oscar ALMARIO GARCÍA
E l ESTABLECIMIENTO DEL DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL 94
C a u ca y l a d e s ig n a c ió n d e C a l i c o m o su c a p ita l
José Benito GARZÓN MONTENEGRO
La p r e n s a d e C a l i y e l p r o g r e s o d e l a n a c ió n e n l o s 109
PRIMEROS AÑOS DEL SIGLO X X
Aura HURTADO
C iu d a d a n o s y a m i g o s : r e l a c i o n e s s o c ia l e s y p o l í t i c a s e n 128
Cali , 1 906-1930
Enrique RODRÍGUEZ CAP0RALI
C lase , c u l t u r a , in d u s t r ia l iz a c ió n y u rbe: c o n g r e so s 152
obreros e n Ca l i , p r i m e r a m i t a d d e l s ig l o XX
Camilo Ernesto SERRANO CORREDOR

N a c io n a l p e C o l o m b ia
. ^ C Í O N D E U ^ S T O A C & N Y E X rtN S IO N
 La c o r r u p c ió n d e l a c a r n e : e l o f ic i o d e l a p r o s t i t u c i ó n 169
e n C a l í a c o m i e n z o s d e l s i g l o XX
Laura Paola AVILA QUiROGA
V id a p ú b l i c a a n t e s y d e s p u é s d e l a s e s i n a t o d e J o r g e 190
E l i é c e r G a itá n
Esteban MORERA APARICIO
L a i z q u i e r d a p a r t i d i s t a e n C a l i , 1958-2010. D e l a s 2 25
c o n f r o n ta c io n e s y e l d o g m a tis m o a l o s a c u e r d o s y a l
p lu r a lis m o
Javier DUQUE DAZA
E l su fra g ism o e n e l " b a l le t d e C la r a In és" , R e l a t o r 262
1 9 5 0 -1 9 5 7
Judith GONZÁLEZ ERASQ
M u je r e s e n E l C r is o l: p r e n s a y c iu d a d a n ía p o l í t i c a e n 279
C a l i , 196 8 -1 97 5
Lorena PENAGGS CABRERA
La é l i t e p o l í t i c a y s u s d e c i s i o n e s s o b r e l a e s p a c l a l i d a d 296
e n C a l i d e 1 9 5 8 a 1 998
José DARÍO SAENZ
C iu d a d y v i o l e n c i a : C a l i e n e l s i g l o XX 327
Alvaro GlIZMÁN BARNEY
C a li, c iu d a d p lu r ié tn i c a , m u l t i c u l t u r a l y d e r e s is te n c ia 376
D E NEG RO S E IN D IO S

Luis Carlos CASTILLO

Cali y el Valle del Cauca: configuración moderna y reconfiguración
contemporánea de la región y la ciudad-región.
Óscar Almario García
El pasado colonial de la antigua
gobernación de Popayán legó al futu­
ro Gran Cauca durante la República
temprana, un sustrato histórico com­
puesto de varios fenómenos y carac­
terísticas: una sociedad heterogénea
y fuertemente racializada, constitui­
da por grupos indígenas, sociedades
negras, mestizos, blancos pobres su­
bordinados pero portadores de po­
derosas identidades y núcleos blan­
cos dominantes; un espacio dilatado
y geográficamente complejo (Andes,
selva amazónica y llanura aluvial del
Pacífico); unos núcleos de población
diferenciados por su localización, vo­
cación productiva, construcción de
territorios y tradiciones político-cul­
turales; un modelo de centro-periferia
parcialmente funcional que integraba
esos distintos núcleos con sus áreas
de interés e influencia y un preten­
dido “lugar central” del mismo, Popa­
yán, que logró proyectar su liderazgo
de origen colonial hasta la vida repu­
blicana del siglo XIX.
Sobre estos sedimentos del pasado
se formaron y desarrollaron las ten­
dencias políticas, sociodemográficas
y territoriales propias del siglo XIX,
tales como: la primera ruptura po­
lítica de las provincias de la antigua
Gobernación de Popayán durante
la Independencia; pero no obstante
prevaleció la unidad de la gran región
política caucana a lo largo del siglo
XIX, hasta alcanzar incluso su ma­
yor nivel de autonomía relativa en la
segunda mitad del mismo; lo que en
H is to ria de Cali, s ig lo X X /'P o litic a
71
Introducción
buena medida se explica por el lide­
razgo político e intelectual ejercido
por sus “élites señoriales” y caudillos;
las anteriores tendencias se desarro­
llaron al tiempo que se produjeron
acentuados procesos de diferencia­
ción regional y subregional; procesos
que por otra parte se acompañaron de
un crecimiento demográfico general,
aunque se conservó e incluso acentuó
la dispersión del poblamiento por la
irrupción de nuevos centros parro­
quiales, lugares y sitios; al tiempo que
se registran significativas dinámicas
de identidad étnica y social de los
sectores subalternos, especialmente
de las parcialidades indígenas y las
sociedades locales negras; mientras
que se agudizan las contradicciones
en los grupos dominantes y dirigen­
tes regionales.Todo lo cual conducirá,
en la primera década del siglo XX, a
la fragmentación definitiva del Gran
Cauca en varias unidades político-
regionales, como Nariño, el Valle del
Cauca y Caldas.
Con el propósito de evidenciar y
analizar los rasgos más importantes de
esos procesos en el Valle del Cauca, así
como el papel de Cali, se consideran
dos grandes momentos o períodos en
la formación de la región y la ciudad
región. El primer período, compren­
dido entre 1910 y 1960, lo analizamos
como la configuración moderna de Cali
y la región, en virtud del logro de su
autonomía político-administrativa con
la creación del departamento del Valle
del Cauca, y la formulación y puesta en
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
72

marcha por sus sectores dominantes y conclusiones de una investigación ya

dirigentes de un modelo de desarrollo realizada en profundidad, considera-
regional de características modernizan- mos que lo que aquí se expone, que de
tes en relación con la formación del Es- alguna manera sintetiza varios años de
tado-nación colombiano y la conexión reflexión sobre estas cuestiones, puede
con el mercado mundial. El segundo tener cierta utilidad para académicos
periodo, que va desde 1960 hasta el en particular y ciudadanos en general,
presente, lo analizamos como la recon- En efecto, la problemática de la for-
figuración contemporánea por obedecer mación de las regiones y la función de
a la dinámica de recomposición de los las ciudades en el contexto global no
Estados nacionales y sus regiones, pero es para nada un asunto del pasado ni
sobre todo en función de las tenden- del exclusivo interés de los académi-
cias globalizadoras de la economía y eos y los expertos, sino una cuestión
el poder mundial, circunstancias en las de palpitante actualidad e indiscutible
cuales toman lugar novedosos criterios interés público. Lo que justifica que
y formas de inclusión y exclusión de en torno suyo se puedan reencontrar
espacios y sujetos sociales de acuerdo distintos sujetos sociales, individuales
con los nuevos intereses regionales y y colectivos, a manera de excusa o de
globales. renovado motivo, para que unos rea­
firmen el pensamiento crítico y para
Aunque con este artículo se trata que todos persistamos en la acción so-
más de la presentación de un posible cial transformadora en el mundo con-
esquema de trabajo que de ofrecer las temporáneo que nos ha tocado vivir.

La configuración moderna dei Valle del Cauca y de Cali

como ciudad-región
Entre 1910 y 1960, la confluen-
cia de varios factores posibilitó la
configuración moderna de Valle del
Cauca como región y de Cali como
la ciudad-región que capitalizó ese
proceso en su favor. Sin pretensio-
nes exhaustivas pero si sustantivas,
los principales factores convergentes
para ese cambio fueron: en primer lu-
gar, la formulación de un proyecto de
región que permitió contar con una
nyíaÓiy &e\o oji.e tYo. ^oói'a.Me-
^ ivgár
con la creación del Departamento
del Valle del Cauca en 1910, en el
contexto de un período de fortaleci-
miento de la unidad nacional en C o­
lombia y consolidación del Estado de
Bienestar, que se transforma después
en el Estado Desarrollista; en tercer
lugar, un conjunto de realizaciones
materiales y la creación de una serie
de instituciones que apuntaban a la
integración y el progreso regionales,
entreVas o¿\e ca!oe destacar \a integra-
étótv comtmccvórv fe, Vías

del FF.CC. del Pacífico y la conexión
de la región con el mercado mundial;
cambios que estimularon la aparición
de la agroindus.tria y la diversificación
de las actividades económicas de los
sectores dominantes, que en el pasa­
do se redujeron a la gran propiedad
agraria y la ganadería extensiva; y que
también contribuyeron a que Cali se
consolidara como la ciudad-región
por excelencia.
Surge un proyecto regional
basado en un ideal de progreso
en paz
Los sueños aplazados durante el
siglo X IX se tornaron realidad en las
primeras décadas del siglo XX, pero
para ello fue necesario que primero se
imaginara la región. En ese propósito
imaginativo jugó un papel muy im­
portante un conjunto de literatos, in­
telectuales, profesionales (educadores,
abogados, médicos, entre otros), que
junto a algunos ingenieros y técnicos,
empresarios y prohombres, varios de
ellos doblados en políticos, contribuyó
decisivamente a forjar una representa­
ción de la región como pacífica, pro­
gresista, moderna y conectada al país
y el mundo. Imaginario que además se
encargaron de promover con entusias­
mo en las corporaciones públicas mu­
nicipales, las instituciones educativas,
en libros, periódicos y otros medios y
espacios culturales, así como en la opi­
nión pública en general. Varios textos
literarios permiten ilustrar el ambien­
te en que empezó a tomar forma esa
nueva visión sobre la región, como por
H is to ria cié Cali, s ig lo XX ' Política
73
ejemplo en la novela La Tierra Nati­
va., del poeta y escritor caleño Isaías
Gamboa (1872-1904)¡ publicada el
año de su muerte. En la vida e incer-
tidumbres de su protagonista (Andrés
del Campo, un joven liberal radical ca­
leño que retorna a la patria chica des­
pués de haberse refugiado en Chile a
consecuencia de la Guerra de los Mil
Días), se sintetiza lo que posiblemente
era un sentimiento más o menos ge­
neralizado entre los “vallecaucanos” de
entonces: aclimatar urgentemente un
ambiente político pacífico como con­
dición del progreso. Porque no sobra
recordar que desde la Independencia y
durante todo el siglo XIX, ésta región
había aportado una significativa cuota
de sangre y recursos a la tormentosa
formación de la República. Ese cla­
mor pacifista y anhelo de progreso de
principios de siglo, fue aprovechado
por el nuevo grupo dirigente, y puesto
al servicio de lo que llamamos la cons­
trucción de un proyecto regional, que
precisamente promovió los ideales de
paz, progreso, familia y patria. Sin em­
bargo, llama la atención que la mirada
del personaje de la novela, quien busca
afanosamente una fuente de inspira­
ción para justificar su transformación
de liberal radical en hombre de trabajo
y familia, no se fije tanto en el valle del
Cauca propiamente dicho (aunque su
paisaje es descrito con pasión y acier­
to), sino en las vertientes cordilleranas
por donde habían penetrado los “colo­
nizadores antioqueños” y que ofrecen
con sus fincas cafeteras un ejemplo
palpable de gentes apegadas al trabajo,
la familia y la patria. En el mismo
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
74
registro, de expectativas frente al cam­
bio y nostalgia por los viejos tiempos,
pero sin duda con mayores alcances
literarios, se ubica la obra Bajo el sol
del Valle, de Alberto Carvajal, publica­
da en 1909, que está penetrada de la
idea de que la región es inseparable de
la nación: “Este libro es[.. .]un libro re­
gional, que es una manera de ser autén­
ticamente nacional”, dice su autor, y en
efecto por él desfilan lugares, costum­
bres y paisajes bellamente recreados,
pero también un testimonio notable, la
percepción de que está ocurriendo un
cambio social, lento pero real.
En esas primeras décadas del siglo
XX, y como parte del proyecto regio­
nal, cristaliza también una corriente
histórica “revisionista”, representada
principalmente por Gustavo Arbole­
da y Demetrio García Vásquez, que se
propuso reivindicar el liderazgo de Cali
y las ciudades confederadas del valle del
Cauca en la Independencia, por su de­
cidida opción independentista y repu­
blicana que contrasta con las posiciones
regentistas y de lealtad a la Corona de
Popayán y Pasto, respectivamente. Pero
dicho argumento no se reducía al pa­
sado, sino que tenía el propósito de in­
fluir sobre el presente y el porvenir, en
la medida que a partir del origen mítico
y nacionalista de la región, por una par­
te se legitimaban sus aspiraciones en el
presente y por otra se las proyectaba te-
leológicamente hacia el futuro, es decir,
hasta la modernización, al contrastar
una región nacionalista y progresista
con aquellas que expresan la tradición
y el pasado, en clara alusión a la deca­
dente Popayán. De la mano del ima­
ginario nacionalista y de una geografía
que recurrió a los factores ambientales
(medio ambiente) para tratar de darle
un soporte material a la nación y las
regiones, la historiografía revisionista
por una parte contrastó la “movilidad
social” de Cali con la “quietud” de Po­
payán y por otra encontró una relación
estrecha entre la zona de las haciendas
en la “otra banda” del río Cauca y el
cabildo de Cali, anticipando así el que
sería el núcleo principal de la región,
es decir, la zona en donde las antiguas
“haciendas de trapiche” se transforma­
ron en los modernos ingenios azucare­
ros. Asimismo, se exaltó un supuesto
tipo social predominante, que pasó a
ser llamado el “vallecaucano de la lla­
nura” y descrito como mestizo, libre y
republicano. En síntesis, al igual que lo
hicieron la historiografía y la geografía
del siglo X IX al negar la diversidad re­
gional, social y étnica en nombre de la
nación, los historiadores “revisionistas”
vallecaucanos de la primera mitad del
siglo X X fomentaron un regionalismo
compatible con el nacionalismo, pero
que en todo caso ocultaba las diferen­
cias y contradicciones sociales, étnicas y
políticas, tanto históricas como presen­
tes, que subyacían en el Valle del Cauca.

El departamento del Valle del
Cauca y el proyecto regional
La creación del Departamento del
Valle del Cauca (decreto 340 del 16
de abril de 1910), fue decisiva para
darle forma definitiva al proyecto de
región que estaba en gestación. Más
allá de si la nueva unidad reconocían
por fin los procesos de diferenciación
que provenían del siglo XIX, o si con
ella se confirmaba el “trasfondo his­
tórico” que tienen los departamen­
tos y regiones en Colombia como lo
postuló Germán Colmenares1911, lo
cierto es que el Departamento puso
a disposición de los grupos dirigen­
tes un instrumento muy valioso para
sus propósitos. En la medida que los
procesos de formación de las regio­
nes se dieron paralelos a la consoli­
dación del’Estado Nacional y que en
Colombia éste tuvo una orientación
unitaria, que se consolida entre la
Constitución Política de 1886 y la
Reforma Constitucional de 1910, las
H is to ria de Cali, s ig lo XX // Polínca
75
relaciones entre el centro y las regio­
nes resultaban claves para ambas di­
mensiones. En este contexto se puede
afirmar que los Departamentos cons­
tituyeron una auténtica innovación
tecnológica del Estado nacional en
proceso de modernización por varias
razones. Pero sobre todo, por consti­
tuir una forma distinta y más eficien­
te para la administración interna del
territorio, lo que permitió superar no
sólo el agotamiento y la desintegra­
ción territorial de los espacios federa­
dos, sino la lógica misma del control
[91] Resulta muy
que éstos habían ejercido, el cual se diciente, que en el
sustentaba en un estado de guerra momento de definirse
la territorialidad del
perpetuo. En su reemplazo, emergió nuevo Departamento
una visión diferente acerca de las re­ del Vaile del Cauca, de
laciones entre espacio, territorio, po­ ésta quedara excluida la
jurisdicción deCaioto.
blación y recursos, que se guía por el que aunque localizado en
principio de su alineamiento y com- el sur del valle geográfico
del Cauca, siempre
plementariedad con el fin de cumplir estuvo bajo la influencia
objetivos de progreso social, desarro­ y controi de Popayán y
llo económico y aprovechamiento de sus prestantes familias
de antiguos mineros y
sus potencialidades. hacendados.
CALÍ Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURAClÓN CONTEMPORÁNEA DELA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
76
Por esas razones, el Departamen­
to debe ser visto no tanto como una
unidad administrativa sino como un
poderoso e inédito dispositivo gu­
bernamental, que permitió contar
con un lugar central de reflexión y
decisión sobre los fenómenos políti­
cos, económicos y sociales, así como
sobre las expectativas de cambio que
estaban enjuego1921. Por ejemplo, uno
de los factores que bien pudo haber­
se convertido en un reto disolvente
para el proyecto regional, fue el de
la llamada “colonización antioque-
ña”, por ser un fenómeno sociode-
mográfico que se origina en la gran
región antioqueña, tradicionalmente
diferente e históricamente rival del
Gran Cauca. Sin embargo, esa pre­
sencia “externa” fue traducida por los
vallecaucanos de entonces como una
ventaja más que como una amenaza,
lo que en parte se explica por la ca­
pacidad que tuvieron el ente depar­
tamental y el proyecto regional para
actuar sobre una realidad compleja y
moverse en ella con ideas propias. En
efecto, aunque el proyecto de cons­
truir un ferrocarril que conectara al
valle del Cauca con el Océano Pacífi­
co se venía discutiendo desde el siglo
X IX y constituía un emblema de su
[92] Estas cuestiones declarada vocación de progreso, sería
remiten a la perspectiva
expuesta por Michel
la presencia de otros actores sociales
Foucault (2006,2007), en en las vertientes cordilleranas la que
términos de la biopolítica contribuiría a modificar percepciones
y la gubernamentalidad
como nuevos dispositivos y actitudes tradicionales entre los va­
en ei gobierno de las llecaucanos. De tal manera que estos
poblaciones en la
se vieron estimulados como cultiva­
modernidad. Para una
introducción a estos dores y productores a convertirse en
problemas, véase Castro- los abastecedores de la demanda cre­
Gómez (2010),
ciente de aquellos que se establecían
en un territorio tradicionalmente
abandonado por los grandes hacen­
dados y ganaderos de la región, que
siempre prefirieron asentarse sobre
la parte plana o el espacio antiguo
del valle geográfico del Cauca. En
lo sucesivo, la conciencia sobre la in­
fluencia y las ventajas que ofrecía la
proximidad de la frontera cafetera del
norte sobre el proyecto regional, con­
dujo a los dirigentes vallecaucanos a
concebir acciones y proyectos de in­
tegración que involucraban al Viejo
Caldas (actuales Caldas, Risaralda
y Quindío), como las carreteras y la
conexión de los FF.CC. del Pacífi­
co y Caldas. Adicionalmente, el café
representaba tanto la posibilidad de
exportación, como la de satisfacer la
demanda interna. Por otra parte, el
surgimiento simultaneo de las nue­
vas “regiones nacionales” del Valle del
Cauca y Caldas, terminó por con­
solidar la idea de lo inseparable que
eran la nación y las regiones, consi­
deradas como proyectos comunes y
complementarios. Lo que se reafirmó
todavía más con el hecho del pode­
roso continuum sociodemográfico es­
tablecido entre Antioquia y el Valle
del Cauca, que marcó la formación de
una nueva centralidad nacional que
empezó a denominarse el “Triángulo
de Oro” (Bogotá, Medellín y Cali) y
que confirmaba el indiscutible des­
plazamiento demográfico de oriente
a occidente que experimentó el país
entre los siglos X IX y XX. Se crearon
así las condiciones para la transfor­
mación de Buenaventura en un puer-

to exportador-importador de escala
mundial a raíz de la apertura del Ca­
nal de Panamá en 1914 y el trazado
del ferrocarril hacia el interior. Todos
estos elementos posteriormente vali­
daron el que se empezara a utilizar la
expresión suroccidente colombiano para
referirse a una área geográfica situada
entre la zona cafetera y el extremo sur
andino del país y entre la cordillera
central y el océano Pacífico.
En síntesis, el papel desempeñado
por el Departamento del Valle del
Cauca no sólo fue preponderante sino
que incidió decisivamente en la confi­
guración regional, por su relativa efi­
cacia en tratar de armonizar diversos
y complejos fenómenos, estabilizar y
coordinar el proyecto modernizador
sin provocar mayores resistencias,
imponerse en cierta medida sobre los
poderes locales ancestrales, neutrali­
zar los conflictos y tensiones sociales
internas y profundizar la integración
regional y con el país nacional. Asi­
mismo, Cali, la capital del Departa­
mento, como parte de este proceso, se
definió finalmente por la centralidad
de sus funciones y la imposición de
su hegemonía sobre las ciudades riva­
les (principalmente Buga y en cierto
momento Palmira) y en ese sentido
erigirse como ciudad-región1931.
Las realizaciones materiales e
institucionales de la región
Las principales realizaciones ma­
teriales e institucionales de la región
consistieron, de un lado, en la forma­
ción de un nuevo espacio con base en
H is to ria de Cah, s ig lo XX Politica
77
las vías modernas de comunicación
internas y en conexión con el país y el
exterior y la adopción de un modelo
de desarrollo agroindustrial con per­
sistencia de la gran propiedad territo­
rial; por el otro, en la creación de un
conjunto de instituciones que coin­
cidieron en el objetivo de apuntalar
la región y profundizar su modelo de
desarrollo.
En cierta forma, el caso de la confi­
guración moderna del Valle del Cau­
ca parece confirmar los paradigmas
de análisis que predominaban en la
geografía humana de la primera mi­
tad del siglo XX. En efecto, una vez
se contribuyó desde esta disciplina a
darle justificación a la constitución
de las naciones con criterios cientí­
ficos positivos durante el siglo XIX,
las regiones se convirtieron eti las
principales unidades de análisis r en
preocupación central para el pensa­
miento social de la primera mitad
del siglo XX. La centralidad de la re ­
gión se relaciona con las indiscutibles
ventajas funcionales que ofrece para
llevar a la práctica o probar modelos
teóricos y por tanto ser socialmente
útiles para acompañar el diseño de
políticas gubernamentales de desa­
rrollo. En un sentido, las regiones
podían ser estudiadas como segmen­
tos diferenciados de la superficie de
la Tierra, pero en otro, ellas también
podían ser reconocidas por obedecer
a propósitos humanos deliberados.
Lo que condujo a estudios para tratar [93] \a categoría de
ciudaa vgiónes utilizada
de reconocer la fuerza de “la homoge­ por la g i gratia humana y
neidad regional” y su relación con la seexph £ en el siguiente
formación de tendencias regionalis- apartade.
CALI Y EI. VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
78
tas, como lo propuso en su momento
el geógrafo británico R. E. Dickinson
en su conocida obra City, región and
reginalism (1947), en la que define a
la región-ciudad como “[ __ ] un área
de actividades relacionadas, de inte­
reses afines y de organizaciones co­
munes, que se materializan gracias
a las rutas que la unen a los centros
urbanos[...]” (Cf. Johnston, Gregory
y Smith, eds., 2000: 483). En otras
palabras, con la teoría sobre la región,
una escala de análisis concreta que se
situaba entre la local y la nacional/in­
ternacional, fue posible pensar en su
desarrollo y en el diseño de políticas
regionales. Con lo anterior no se está
sugiriendo que los sectores dirigen­
tes del Valle del Cauca tuvieran claro
este panorama conceptual, previa­
mente a la formulación del proyecto
regional, pero sí que tanto éste como
su regionalismo, tendieron a coincidir
con los postulados del conocimiento
social de ese momento.
El principal reto para el proyecto
regional del Valle del Cauca con­
sistió en unificar un espacio que se
encontraba físicamente separado por
el curso del río Cauca, situación que
interrumpía el tráfico entre una y
otra banda, limitando la formación
de un mercado regional y su integra­
ción con el mercado nacional, lo que
obligó a la construcción de puentes
estables que reemplazaran los anti­
guos “pasos” del río y que eran rea­
lizados por barcazas. El río Cauca
dejó así de ser un simple compo­
nente del paisaje o de verse como
una posible vía de comunicación, y
pasó a concebirse ante todo como un
factor de progreso, por su potencial
suministro constante de agua para la
agricultura y el tejido urbano, pero
que tenía que ser intervenido por la
necesidad de controlar sus recurren­
tes crecientes que permanentemente
inundaban las tierras productivas,
pero estratégico también por su po­
tencial energético y por servir de
límite y ordenador de las divisiones
municipales, entre otros factores.
De otra parte, la construcción del
Ferrocarril del Pacífico (que unió a
Buenaventura con Cali en 1915)
representó un triunfo material y
simbólico en el propósito de formar
un nuevo espacio regional, porque
con éste “camino moderno” se sus­
tituyó el colonial “camino real” que
corría por la “otra banda” (uniendo
Cartago-Caloto-Popayán) y se pudo
establecer una comunicación estable
entre las dos bandas del río y entre
las ciudades del valle y el puerto de
Buenaventura. El trazado mismo de
esta obra confirma la nueva configu­
ración regional y las concomitantes
relaciones de poder, en la medida
que independiente de informes téc­
nicos (incluido el de A. Codazzi de
mediados del siglo XDQ que reco­
mendaban hacerlo a partir de una
línea imaginaria y perpendicular
desde Buga hasta Buenaventura,
finalmente sus líneas tuvieron que
“bajar” hasta Cali, el nuevo e indis-
cutido centro regional. El Ferrocarril
del Pacífico se conectó por el norte
con el Ferrocarril de Caldas y por el
sur llegó hasta Popayán. Adicional­

mente, el proyecto vial regional se
completó con carreteras como la Pa­
namericana, la vía al Mar y otras vías
interiores sobre la suela plana del
valle y hacia las zonas de vertiente.
La formación de nuevo espacio re­
gional, la unificación de las dos ban­
das, la infraestructura vial moderna
y la diversificación de las actividades
económicas, crearon las condiciones
para que Cali se consolidara como el
centro político, económico y cultural
de la región a pesar de su condición
“descentrada” respecto del espacio
regional. Cali se transformó, enton­
ces, en una ciudad dinámica y diver­
sificada, sede de la política, nodo del
comercio, articuladora de flujos de
comunicación, asiento de la indus­
tria manufacturera moderna, líder del
sector azucarero y receptora de va­
riadas migraciones que evidenciaban
su movilidad social y contribuían al
crecimiento de su población. Algunos
autores como José Antonio Ocampo
afirman que una de las características
del Valle del Cauca es que no tuvo
una industria centrada únicamente
en Cali, es decir en lo urbano, como
sucedió en otras regiones del país.
A su vez, los avances en la infraes­
tructura impulsaron a los sectores
dominantes tradicionales a la diver­
sificación económica, el riesgo em­
presarial y a definirse como clase, m o­
dificándose las seculares relaciones
sociales que habían sido presididas
por los lazos familiares y de sangre.
Se produjo entonces un primer cam­
bio en la estructura manufacturera,
H is to ria de Cali, s ig lo XX l Politica
79
como lo analiza la historia económi­
ca, jalonado por la dispersión de la
población y su relativo aislamiento,
así como por la localización de los
ingenios y el establecimiento de las
trilladoras de café en toda la región,
que favorecieron un incipiente pro­
ceso manufacturero de sustitución de
importaciones, que aprovechó los in­
sumos locales para ofrecer productos
que satisficieran la demanda interna
de bienes de consumo, con excepción
de algunos sectores que insinuaron
la producción de bienes interme­
dios y de capital. Se inició también
un sistema bancario y financiero que
complementó las transformaciones
en las manufacturas. Como parte de
ese proceso, se crearon una serie de
instituciones que apuntalaron el de­
sarrollo regional y contribuyeron a
modificar la estructura productiva y
las expectativas sociales
En las primeras décadas del siglo
XX, agricultores, ganaderos y azu­
careros no constituían todavía un
sólo grupo social, apenas en 1934 se
creó la Sociedad de Agricultores del
Valle del Cauca, a la que años más
tarde se agregó el Comité de Gana­
deros, originándose la Sociedad de
Agricultores y Ganaderos c el Valle
del Cauca. Los azucareros, e.; sector
más dinámico de la agricultu-a, sólo
vinieron a constituir su gremio, Aso-
caña, en 1959, cuando ya estaban en
producción una veintena de ingenios
azucareros. En la década de los cua­
renta el Departamento se hizo car­
go de la electrificación y en 1955 se
inauguraba la primera turbina de la
CALÍ y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFtGURACiÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGION
80
Central Hidroeléctrica de Anchica-
yá, en la perspectiva de responder a la
creciente demanda industrial, agroin­
dustrial, comercial, de servicios y de
la población en general. En 1945, con
la asesoría de varias universidades
norteamericanas, se fundó la Univer­
sidad del Valle, como entidad clave
en la formación de los profesionales
que requería el desarrollo regional.
Un año después, la antigua Escuela
de Agronomía, fundada en Palmira
en 1934, se convirtió en dependen­
cia de la Universidad Nacional de
Colombia. Pero no hay duda que la
Corporación Autónoma Regional del
Cauca-CVC, fundada en 1954, fue la
más importante de las instituciones
regionales creadas durante ese perío­
do. Con antecedentes en la experien­
cia del Plan de Desarrollo del Valle
del Tennessee, USA, dicho ente fue
concebido como “supradepartamen-
tal”, destinado a aprovechar y distri­
buir los recursos de tres departamen­
tos, Cauca, Valle del Cauca y Caldas,
constituyendo en su momento toda
una novedad en materia de planifica­
ción del desarrollo, que se convertiría
en política de Estado en Colombia
tan sólo una década después.
A modo de conclusión de ésta sec­
ción se puede afirmar que durante
el tránsito hacia la región moderna
los sectores tradicionales dominan­
tes pudieron acomodarse, integrase
y finalmente liderar el proyecto m o-
dernizador de la región, lo que sin
duda representó una eficaz estrate­
gia para preservar su poder político
y conservar el monopolio de la tierra
en que aquel se sustentaba. Con la
construcción de los caminos m o­
dernos y la integración de la región
a la nación y el mercado mundial,
la gran propiedad territorial más o
menos improductiva estuvo en con­
diciones de transformarse paulatina­
mente hacia la agroindustria y una
ganadería extensiva más tecnificada,
lo que con el tiempo significó la ex­
tinción de las pequeñas y medianas
unidades campesinas de la suela pla­
na del valle geográfico del Cauca,
que en el pasado convivieron con la
gran propiedad. En consecuencia, se
consolidó el proyecto modernizador
regional, el sector azucarero se im­
puso como dominante y Cali se de­
finió como ciudad-región, al tiempo
que el encuentro de varias coloniza­
ciones (externas e internas) en el es­
pacio vallecaucano, el refugio de los
antiguos campesinos y cosecheros
en los sitios, pueblos y ciudades, así
como la proletarización, la “urbani­
zación” y la industrialización, que de
todas formas no lograron disolver las
poderosas identidades locales, socia­
les y étnicas, dieron forma a las con­
diciones de las cuales dependerían
en un futuro las relaciones sociales y
sus conflictos.

La reconfiguración contemporánea de la región y de la
ciudad-región
El período de reconfiguración de la re­
gión y la ciudad-región discurre entre las
iniciales tendencias desarrollistas y las
posteriores y crecientes tendencias que
caracterizan la globalización contempo­
ránea. A partir de los logros del período
precedente, durante la reconfiguración
de la región se presentan un conjunto de
fenómenos que tratamos de sintetizar
en los siguientes dos apartados: el pri­
mero se ocupa del agotamiento y fracaso
del modelo desarrollista y del Estado del
Bienestar y el segundo de la transición
hacia una nueva espacialidad regional y
función de Cali en relación con la era de
la globalización.
Agotamiento y fracaso del
modelo desarrollista y del
Estado de bienestar
Durante la segunda mitad del si­
glo XX, la hegemonía económica del
sector azucarero se complementó con
la industrialización de nuevos secto­
H is to ria de Cali, s ig lo XX ¡; Política
81
res agrícolas y manufactureros, que
de conjunto le dieron sustento a un
fuerte modelo desarrollista para la re­
gión; por su parte, el papel del Estado
en el nivel seccional o departamental
(como el del Estado a nivel nacional)
se modificó drásticamente, al pasar
de la fase anterior en que lideró la
autonomía regional y la gestión del
Estado de Bienestar (transferencia de
renta social en servicios públicos) a
una fase de creciente debilidad y pér­
dida de liderazgo.
Como es sabido, las corrier tes de
pensamiento sobre el desarro lo eco­
nómico se impusieron en general
como manifestación del período op­
timista que siguió a la Segunda Gue­
rra Mundial y tomaron forma en un
modelo único para explicar o inducir
el cambio social, según el cual cada
país (y por consiguiente las regio­
nes) debía seguir una secuencia as­
cendente e inmutable de estadios de
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN

82

desarrollo, que lo conduciría desde la no anormalidades o disfuncionalida­

inicial situación tradicional hasta lle­ des del sistema capitalista, tales como
gar a la ideal sociedad de consumo, de las contradicciones entre los hombres
acuerdo con las teorías del economis­ y la naturaleza y las contradicciones
ta norteamericano W .W. Rostow en entre los países capitalistas y los no
1960. En consonancia con ese mo­ capitalistas o en vías de serlo. Por
delo dominante, los países y regiones consiguiente, el desarrollo capitalista
en “vías de desarrollo” trataron de se acompaña siempre de fenómenos
aplicarlo de una u otra manera a sus igualmente contradictorios como la
realidades y lo convirtieron en políti­ dependencia, el subdesarrollo y el
cas, lo que explica cierta reiteración desarrollo desigual de los distintos
de los fenómenos cuando se siguen países, con todas las consecuencias
los análisis de la historia económica conocidas.
y social de América Latina durante
La experiencia del Valle del Cauca
esas décadas. Por eso la receta, mati­
y Cali, que en su momento fue pa­
zada por variables obvias, se impuso
radigmática del modelo desarrollista,
en casi toda el área: la creación de las
pone también de presente sus límites
condiciones previas para el despegue
y contradicciones. En efecto, con las
(estímulos externos tipo préstamos
condiciones creadas para el despe­
internacionales, enclaves productivos
gue en las cinco décadas anteriores,
y otras formas de colonialismo, auna­
la región se propuso consolidarlas y
do a la construcción de infraestructu­
asegurar su tránsito hacia la moder­
ras sociales y económicas), el despe­
nización. Los cambios más notables
gue propiamente dicho (crecimiento
ocurrieron en la agricultura, que se
social en general y de la inversión en
modernizó y aumentó la productivi­
la industria manufacturera en parti­
dad, por la presencia de nuevos cul­
cular y fortalecimiento del Estado),
tivos que actuaban como insumos
que al tener la capacidad de autosos-
agrícolas para la industria manu­
tenerse en el tiempo conducirían a la
facturera regional en expansión. La
madurez societal y económica. Sin
demanda externa de azúcar también
embargo, como lo señalan los críticos
aumentó (por las consecuencias del
del desarrollismo, no se puede olvidar
bloqueo norteamericano a Cuba), lo
que el desarrollo y la expansión capi­
que obligó a que en la región se incre­
talistas dependen del incremento de
mentara el área sembrada en caña de
la productividad, la que a su vez des­
azúcar, así como la que se destinaba a
cansa sobre las relaciones sociales del
la producción de sorgo, soya, millo y
capitalismo. Lo que conlleva a identi­
algodón, los insumos imprescindibles
ficar que, en último término, el man­
para las nuevas manufacturas. Por
tenimiento del progreso descanse so­
consiguiente, también aumentó la
bre una serie de contradicciones que
presión por el control de las tierras de
son consustanciales o estructurales y
la suela plana y se produjo el despojo

-legal o violento- de los campesinos,
con lo cual la producción de pancoger
(consumo alimenticio) se desplomó,
causando desabastecimiento en los
mercados locales. En cuanto al sector
industrial, los expertos coinciden en
que entre 1960 y 1980 se produjo el
período dorado del desarrollo regio­
nal, por su peso en el PIB regional,
capacidad de repuesta a la demanda
agregada regional y nacional y ser el
sector que más creció en términos
absolutos en la región y el país. A su
vez, el sector servicios (bancarios, de
transportes, comunicaciones, servi­
cios públicos, servicios personales),
creció proporcionalmente al creci­
miento industrial y agroindustrial.
Todos estos hechos parecían con­
firmar las virtudes de los postulados
desarrollistas; sin embargo, las prime­
ras señales de alerta se evidencian al
observar con más detalle lo que ocu­
rría en el mercado de trabajo, porque
la oferta creciente de brazos no se co­
rrespondía con la más baja demanda
de trabajadores para las empresas. Al
tiempo, se estaba produciendo una
transición demográfica en la región,
que pasó de un crecimiento acelerado
en las primeras décadas a la desacele­
ración posterior, con lo cual los grupos
etáreos adultos alcanzaron un mayor
porcentaje en el conjunto y especial­
mente en relación con los de niños y
jóvenes. En síntesis, tanto la estructu­
ra espacial como la social empezaban
a cambiar pero en un sentido crítico.
El poblamiento regional, cuyas ca­
racterísticas principales habían sido
la dispersión y la no concentración,
H is to ria de Cali, s ig lo XX / ' Politics
83
que entre otras cosas explican las cé­
lebres “ciudades intermedias” como
característica distintiva del Valle del
Cauca, no obstante la importancia de
Cali, experimenta un cambio notable,
porque se impuso una tendencia a la
concentración geográfica y social del
desarrollo, sobre todo en el área in­
dustrial de Cali-Yumbo y en menor
medida en las de Palmira y Buga, y en
el puerto de Buenaventura. Se anun­
ciaban así tanto el agotamiento y fi­
nal fracaso del modelo de desarrollo
regional de tipo agroindustrial como
la del propio Estado de bienestar que
lo había apuntalado. El fracaso del
modelo desarrollista y de los límites
del Estado de bienestar se pueden
ilustrar con dos casos emblemáticos.
El primero radica en la incapacidad
manifiesta del modelo agroindustrial/
industrial para incluir a la población
económicamente activa en el desarro­
llo, y ni que decir acerca de ext ender
sus beneficios a amplios sectores so­
ciales, o reconocer otras modalidades
productivas y sus agentes, y preservar
la diversidad ambiental y societal. En
efecto, la insistencia en ese modelo
condujo a privilegiar la relación coste/
beneficios que lo caracteriza, depender
de precios competitivos del azúcar (in­
ternos y externos) y de otros produc­
tos, y mantener una tasa de ganancia
atractiva para sus inversionistas. En
esas condiciones, el sector agroindus­
trial recurrió sistemáticamente a una
estrategia perversa en cuanto al ma­
nejo de la mano de obra, por la cual
se clasifican los productores directos
en incluidos y excluidos de los benefi­
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGÜRACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGION Y LA CIUDAD-REGIÓN
84
cios sociales de la producción. El pai­
saje social regional da fe del enorme
contraste entre una minoría de traba­
jadores incorporados al proceso pro­
ductivo por medio de contratos labo­
rales estables y el reconocimiento de
sus derechos legales de un lado y una
amplia mayoría de trabajadores tem­
porales, estacionarios y cosecheros de
otro, cuyo potencial explosivo se puso
de manifiesto en el pasado paro de los
trabajadores azucareros en el 2008.
El segundo ejemplo, que se rela­
ciona con la caótica situación social
de Buenaventura en la actualidad, se
puede enunciar como el secular des­
encuentro entre el puerto y la ciudad
por una parte y la región del Pacífico
con el país nacional del otro. Para esta
ciudad y la región de la que hace parte
(nos referimos al Pacífico), ha sido fa­
tal que los modelos de desarrollo im­
puestos desde el exterior (país nacional
y mercado mundial) hayan privilegia­
do el proyecto portuario (tipo enclave
de servicios) y el modelo extractivo
de sus recursos naturales, en lugar de
respetar y promover el modelo de po-
blamiento que sus gentes imaginaron
y realizaron con éxito a lo largo de por
lo menos doscientos años de vida li­
bertaria. La creación de la empresa
estatal para el manejo portuario en
Colombia en 1958, Colpuertos, re­
flejaba la capacidad intervencionista
del Estado en la economía y la vida
social, de acuerdo con los parámetros
del Estado del Bienestar. De tal mane­
ra que por una parte se garantizaban
los servicios portuarios exigidos por la
modernización regional y nacional y
el mercado mundial, mientras que por
otra se garantizaba el empleo perma­
nente a un segmento importante de la
población económicamente activa y se
distribuía renta social entre el conjun­
to de la población (servicios básicos,
educación, salud, etc.), modelo que
tuvo relativo éxito durante algunas dé­
cadas. Sin embargo, para las décadas
del sesenta y setenta del siglo pasado
aparecen las primeras señales del ago­
tamiento del modelo desarrollista y
de bienestar social en Buenaventura,
como la invasión de terrenos de ba­
jamar de los excluidos, la práctica del
contrabando como mercado paralelo
al formal, la distribución inequitativa
de los rendimientos portuarios entre
la nación, el departamento y el mu­
nicipio, la corrupción política que se
apropia del capital social e incluso la
insatisfacción de los trabajadores por­
tuarios acerca de su situación. Unas
décadas más adelante, al acentuarse
las tendencias de la globalización, im­
ponerse el modelo de minimización
del Estado, decretarse en el país una
“apertura económica” poco previsiva,
la zona franca y el puerto de Buena­
ventura quedaron expuestas a sus con­
secuencias, es decir, la privatización de
lo rentable y la decadencia social del
resto. En efecto, en los ochenta la zona
franca fue desmontada después de
treinta y cinco años de operaciones y
privatizada; luego, en 1993 se produjo
el cierre definitivo de Colpuertos, en
donde laboraban 2.500 trabajadores y
del que dependía prácticamente toda
la ciudad.

De la región moderna a
la región globalizada: el
suroccidente colombiano y Cali
como nodo
Los distintos fenómenos, tenden­
cias y acontecimientos que están ocu­
rriendo en materia espacio-territorial,
indican que asistimos a una etapa de
transición de la región moderna a la re­
gión globalizada, que a su vez expresa
una reconfiguración de las relaciones
sociales en su conjunto. La compleji­
dad de dicha transición excede cual­
quier pretensión explicativa o conclu­
siva, pero aquí avanzaremos algunos
elementos descriptivos y otros de
análisis provisional, como contribu­
ción a la discusión que debe promo­
verse al respeto. El orden en que se
presentan no implica necesariamente
su nivel de importancia y por el con­
trario supone sus interrelaciones.
Un factor que experimenta una
modificación notable es el mercado
regional que, como ya se expuso, se
formó y consolidó junto con el mer­
cado nacional, como parte del pro­
yecto regional y de la modernización.
Se lo entendió en su momento como
una condición del desarrollo, lo que
conllevó a realizar esfuerzos nota­
bles como la integración espacial y
los proyectos viales. Por las condicio­
nes del poblamiento regional, de una
economía manufacturera incipiente y
de mercados locales casi autárquicos
o parcialmente complementarios, la
principal característica del mercado
vallecaucano fue su inicial disper­
sión y posterior relativa integración.
Pero ahora, con la reconfiguración
Páginas 86 y 87: sólo imágenes
H is to ria de Cali, s ig lo X X /, Politica
85
regional, ese mercado se fragmenta
y compartimenta por la aparición de
una tendencia a la concentración de
la producción (grandes centros in­
dustriales), que tiende a transformar
la estructura de los centros urbanos,
modificar los patrones de consumo
anteriores (de productos básicos) y
ofrecer una compleja e inédita posi­
bilidad al consumo, que marcan la di­
ferencia entre estar adentro o afuera
del desarrollo.
Asimismo, la población regional
sufre un cambio estructural, de su an­
terior dispersión geográfica (repartida
por todo el espacio regional) a la con­
centración social del desarrollo, en la
medida que ciertos lugares empiezan
a condensar ampliamente los centros
de producción y servicios (caso de Cali
y el área industrial de Yumbo), lo que
adicionalmente transforma esa cen-
tralidad en un complejo de oferta y
consumo de bienes y servicios, que la
distinguen de los otros centros urba­
nos que carecen de tal complejida d La
consecuencia más evidente radie;, en
la perdida de la desconcentración j_o-
blacional como característica regional
(varios centros urbanos importantes;
y el surgimiento de un mega-centro,
Cali, que incluso tiene la capacidad de
convertir a Palmira y Buenaventura en
subsidiarios suyos. Pero más allá del
espacio regional propiamente dicho,
Cali empieza también a ejercer una
influencia creciente por el norte has­
ta el ascendente eje Cartago-Pereira y
por el sur hasta las ciudades del norte
caucano y la zona industrial originada
en la Ley Páez.
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DE LA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
88
La anterior centralidad de Cali se mo­
difica, porque mientras en el período de
la configuración moderna de la región
su función fue mucho más integral,
comprehensiva y centrada en el lideraz­
go sobre el espacio del Valle del Cauca
en su conjunto, en esta fase de transición
a una región globalizada su función es
más nodal respecto de la globalización
como tal, es decir, más orientada a ga­
rantizar la inserción regional en el mer­
cado mundial y sus tendencias. Adicio­
nalmente, la actual idea de región ya no
se reduce al Valle del Cauca sino que lo
trasciende, desborda sus límites y se ex­
tiende hasta el hoy llamado suroccidente
colombiano, lo que eventualmente pre­
senta variaciones con enunciados como
el “occidente colombiano” en general o
también como “región pacífica”. Pero en
culquier caso, se trata de una visión de
región supradepartamental, definida ya
no por unos límites político-adminis­
trativos y una supuesta identidad colec­
tiva sino por la integración de lugares
y recursos productivos y con potencial
de realización en el mercado mundial,
que por lo mismo requiere de un nuevo
nodo de concentración.
La función del nodo o nueva cen­
tralidad de Cali consiste en mediar
entre las tendencias de la globaliza­
ción y los retos regionales para in­
sertarse en ellas (políticos, legales,
ambientales, económicos, sociales,
culturales). Parte fundamental de
esa función nodal radica en la pro­
moción, creación y complementarie-
dad entre distintos espacios funcio­
nales a la región globalizada, como
las zonas industriales, las zonas fran­
cas, los terminales aéreos, los mega-
puertos, los centros de convenciones
y negocios, los grandes proyectos
viales que se diseñan y emprenden
en la actualidad, y que se orientan
a satisfacer las lógicas de la globali­
zación y la integración de mercados
extraterritoriales, en desmedro del
bienestar social interno. Una acción
fundamental de esta función nodal
se concreta en el despliegue de un
discurso de base tecno-científica que
permite la comunicación, negocia­
ción y alianzas entre agentes diver­
sos (transnacionales, gubernamenta­
les, empresariales y sociales).
El impacto social de la transición
que se experimenta es objeto de múl­
tiples reflexiones y sus elementos son
en extremo complejos. Pero al menos
tres cuestiones ameritan una prime­
ra aproximación de nuestra parte. La
primera se refiere a un problema muy
serio, la profundización de la exclusión
social de los beneficios del desarrollo,
en la medida que éste está lejos de ser
sostenible, que el Estado de Bienestar
ha sufrido un proceso de disminución
y que las características de la globaliza­
ción dividen la población en categorías
como incluidos, precarios y excluidos
de acuerdo con sus respectivas capa­
cidades de consumo. En esta materia,
el Estado ha reducido su función a
una gestión de la pobreza y la miseria,
mientras que se precarizan los empleos
y las condiciones laborales y la descom­
posición social se impone. La principal
energía desplegada para evitar el colap­
so social proviene de la gente misma y
ya no del Estado y sus programas.

La segunda cuestión que queremos
considerar es la relación entre pobre­
za y criminalidad. La expansión de la
pobreza y la ampliación de la brecha
social entre poseedores y desposeídos,
coincide desde los años setenta con el
ascenso y creciente poder de formas
de criminalidad inéditas, como las que
representa el narcotráfico en general y
en su momento el Cartel de Cali en
particular. Desde lo ilegal y criminal,
este fenómeno se asocia con otras lec­
turas y posibilidades de la espacialidad
regional, que a su vez responden a
otro rostro de la globalización, es de­
cir, el del crimen transnacional como
una forma extrema de acumulación
de capital, en la que se utilizan terri­
torios distantes para el cultivo, proce­
samiento y embarque principalmente
de cocaína, diseñan y controlan rutas
comerciales internas y externas y con­
forman redes nacionales e internacio­
nales para realizar la oferta/demanda
de ese mercado ilegal. Las secuelas
sociales y culturales disolventes están
a la vista, por la degradación moral y
simbólica experimentada por la región
en las últimas décadas y que se ensaña
sobre todo en los jóvenes.
La tercera cuestión que nos preocu­
pa es la situación de Cali como lugar
en que se sintetizan estas tendencias
y contradicciones, las cuales parecen
estar llegando a su límite. Los “esta­
blecidos” durante las mejores épocas
del desarrollo regional y de la ciudad,
se resienten hoy de la presencia de
los “marginados” que se han acumu­
lado después de varios períodos de
frustración y otros fenómenos socia­
H is to ria de Cali, s ig lo XX Política
89
les asociados (crecimiento vegetativo,
migraciones campo-ciudad, desplaza­
miento forzado por la violencia políti­
ca y especialmente desde el Pacífico).
Una dura lucha por la sobrevivencia
cotidiana se acompaña de una disputa
permanente por espacios vitales para
conseguir el ingreso, levantar o acce­
der a la vivienda y establecer los lazos
sociales. Adicionalmente, se ha creado
una peligrosa coincidencia entre con­
dición de pobreza y exclusión social
con la condición étnico-racial de los
afrodescendientes, una aberrante si­
tuación que hay que revertir con ur­
gencia y que sólo será posible con un
esfuerzo importante y sostenido de
toda la sociedad regional.
Una cuarta y última cuestión tie­
ne que ver con el Pacífico, que vive
una paradójica y singular situación en
este momento de la reconfig.iración
regional. Por una parte, desj.\ és de
siglos de representación come pura
naturaleza a explotar y de la persis­
tencia del modelo extractivo de tus
recursos naturales, así como de neg a­
ción de la cultura negra mayoritar \
y de los otros grupos que lo pueblan
las condiciones globales y los discur­
sos geoestratégicos y ambientalistas
posibilitan pensar en la región como
tal y en su desarrollo como sostenible
y en su preservación como patrimo­
nio “universal”. Pero por otra parte,
la expansión capitalista de última ge­
neración necesita de mega-puertos,
zonas industriales, bases militares,
explotaciones intensivas (pesqueras,
agrícolas y mineras) y proyectos via­
les transnacionales que comprometen
CALI Y EL VALLE DEL CAUCA: CONFIGURACIÓN MODERNA Y RECONFIGURACIÓN CONTEMPORÁNEA DELA REGIÓN Y LA CIUDAD-REGIÓN
90
sus ecosistemas complejos. Asimis­
mo, la incapacidad y complicidad es­
tatal para impedir las prácticas de ca­
pitalismo salvaje y el desplazamiento
del conflicto interno colombiano a
esta región, interfieren dramática­
mente sobre uno de los procesos más
Este artículo consideró y analizó dos
momentos diferentes de las relaciones
entre la región del Valle del Cauca y
la ciudad de Cali, a partir de varios
supuestos: que las configuraciones re­
gionales son construcciones históricas
que responden a procesos complejos y
multicausados, que en ese nivel expre­
san las tensiones y conflictos sociales
y que los fenómenos implicados asu­
men formas sociales específicas, que
pueden ser tomadas como base para el
análisis sistèmico y dinámico.
En el ejercicio identificamos un pri­
mer período de configuración moderna
de la región, en el cual Cali cumple
una función como ciudad-región, en
el contexto de un proyecto regional de
modernización. Un segundo período,
el de la reconfiguración contemporánea
de la región y la ciudad, se caracteriza
por constituir un momento de transi-
interesantes de la “sociedad civil” en
las últimas décadas, el movimiento
étnico-territorial de comunidades
negras que ha reivindicado y titulado
colectivamente las tierras ancestral­
mente ocupadas por ellos.
Conclusiones
ción de la región moderna a la región
globalizada (Suroccidente colombia­
no), durante la cual la función de Cali
se está modificando drásticamente
hacia una suerte de nodo que media
entre las tendencias globalizadoras y
los desafíos regionales para su inser­
ción en ellas.
Tanto uno como otro período ex­
presan distintas contradicciones in­
ternas que han tenido letales conse­
cuencias para la sociedad regional y
sus diferentes clases, etnias y grupos.
La posibilidad de que estas contra­
dicciones y tendencias en desarrollo
produzcan una respuesta ciudadana
diferente que propenda por un desa­
rrollo alternativo con inclusión social,
es algo que no discutimos aquí pero
que estamos seguros hace parte de las
expectativas y acciones sociales que
también están en marcha.
 H is to ria de Cali, s ig lo XX / Politica
91

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