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El sufrimiento y la condición humana

en F.M. Dostoievski y L. Pareyson

Constanza Giménez-Salinas*

Resumen: En el artículo se intenta, primero, un acercamiento al problema del sufrimiento en el mundo


literario de Dostoievski desde una perspectiva narrativa y fenomenológica. Después se mostrarán los asuntos
filosóficos y las argumentaciones teóricas implicados. Se hará un análisis propio de la hermenéutica del arte
y la experiencia religiosa de Luigi Pareyson y de su concepto de “cristianismo trágico”.

Palabras Clave: Sufrimiento, arte, experiencia religiosa, cristianismo, Dostoievski.

Suffering and the Human Condition


in F.M. Dostoevsky and L. Pareyson
Abstract: This article attempts first to approach the problem of suffering in the literary world of Dos-
toevsky from a narrative and phenomenological perspective, before going on to show the philosophical
issues and the theoretical arguments involved. The author offers a particular analysis of Luigi Pareyson’s
hermeneutic of art and the religious experience and his concept of “tragic Christianity”.

Key words: Suffering, art, religious experience, Christianity, Dostoevsky.

* Doctora en Filosofía. Profesora titular, Universidad de los Andes, Santiago de Chile. Recibido: 2011 - 05 - 24
constanza.gimenez@gmail.com Aprobado: 2011 - 06 - 07

pensam.cult.
Pensamiento y Cultura l ISSN 0123-0999 95
95-108 Vol. 14-1 l Junio de 2011
Constanza Giménez-Salinas

La souffrance et la condition humaine


chez F. M. Dostoïevski et L. Pareyson
Résumé: Dans cet article, nous essaierons tout d’abord de nous pencher sur le problème de la souf-
france dans le monde littéraire de Dostoïevski à partir d’une approche narrative et phénoménologique.
Ensuite, on présentera les sujets philosophiques et les argumentations théoriques impliqués. Nous ferons
une analyse propre à l’herméneutique de l’art et l’expérience religieuse de Luigi Pareyson et de son concept
de « christianisme tragique ».

Mots-clés: Souffrance, art, expérience religieuse, christianisme, Dostoïevski.

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El sufrimiento y la condición humana en F. M. Dostoievski y L. Pareyson

La hermenéutica del arte y la experiencia culpa y la pena en virtud de la cual tiene el pri-
religiosa de Luigi Pareyson descubre que en el vilegio de encontrar un sentido al mal y al dolor.
arte trágico de autores como Esquilo, Sófocles,
Dostoievski y Bernanos se produce la trans- Sin la decisiva intervención divina en el
formación de la realidad tangible e inmediata evento de su kenosis, la cuestión sobre el sufri-
en un velo que transparenta ideas “de otros miento permanecería abierta e inconclusa dan-
mundos” sobre los que, sin embargo, se edifica do lugar a las apreciaciones sobre la absurdidad
el sentido de aquél en que vivimos. Pareyson y fracaso del mundo. Pero igualmente absurda
descubre particularmente en Dostoievski las es la anonadación de Dios, cuya improbabili-
bases de una renovada antropología cristiana dad, sin embargo, no impide que exista. Se tra-
que sin anular el escándalo y misterio del mal y ta de elegir entre dos absurdidades, mas, como
del dolor -en especial el de los inocentes- realza advierte Kierkegaard, existe la absurdidad del
el valor del sufrimiento como consecuencia y sinsentido y la absurdidad de la paradoja, en
al mismo tiempo potencial superación del mal. el sentido pascaliano del término, y sólo esta
Sólo el cristianismo “comprehende” lo negati- última puede contener la verdad. La parado-
vo, en cuanto confiere un significado al mal y ja del cristianismo es superior a las fáciles sa-
al dolor. No sólo revela el nexo entre el mal y el lidas del nihilismo. En este contexto Pareyson
sufrimiento como vínculo entre culpa y pena profundiza en las palabras de Dostoievski que
-reconociendo el destino de expiación que pesa resuenan en la voz de Aliosha y Dimitri como
sobre la humanidad-, sino que profundiza en confutación a la idea del fracaso de la creación
aquel nexo hasta descubrirlo en el seno mismo y la redención expuesta por Iván Karamazov,
de Dios, Quien al asumirlo voluntariamente anunciando una renovación de la theologia crucis
ha revertido la tragedia del mal. La Divinidad capaz de acercar el cristianismo a la particular
misma como partícipe de la tragedia humana sensibilidad del hombre contemporáneo.
y cósmica desatada por la rebelión manifiesta
el centro doliente de la realidad creada, donde el En la primera parte del artículo intentaré
un acercamiento al problema del sufrimien-
inocente sufre.
to en el mundo literario de Dostoievski desde
una perspectiva más narrativa y fenomenoló-
Pareyson entabla un profundo e interesante
gica. En la segunda parte me adentraré en los
diálogo con la mentalidad neopagana que tiende
asuntos filosóficos implicados y las argumen-
a ver en el cristianismo una concepción anacró-
taciones teóricas que se contienen, explicitadas
nica y partidaria de los sentimientos de culpa,
desde el análisis propio de la hermenéutica del
desdoblamiento y masoquismo que afligen a la
arte y la experiencia religiosa de Luigi Pareyson
humanidad contemporánea, al promotor -si no
y de su concepto de “cristianismo trágico”.
al autor mismo- de la infelicidad e insatisfac-
ción del hombre. El autor expone, en meditación
con Kierkegaard y Dostoievski, la incalculable El sufrimiento como fenómeno
incidencia de lo negativo sobre la humanidad, a de la vida humana
la luz de la cual el cristianismo, lejos de consistir
en una concepción sádica de la divinidad y un Para Dostoievski el sufrimiento constitu-
destructivo sentimiento de culpa, constituye el ye uno de los temas fundamentales de su obra,
reconocimiento de la originaria solidaridad en la objeto de sus más profundas meditaciones y

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uno de los puntos en que su talento artístico mentales, no le resta gravedad a la injusticia,
y poético alcanzó su apogeo. Sus obras abun- sino que la aumenta precisamente por la inde-
dan en toda clase de sufrimientos retratados fensión del paciente, como ocurre en el caso de
en variados personajes que padecen extraordi- los enfermos mentales:
nariamente; pero estos padecimientos, lejos de
producir morbosidad o rechazo, están retrata- La condición turbadoramente contradictoria
dos con tal profundidad espiritual que captu- del sufrimiento de los idiotas actúa de tal ma-
ran la atención del lector como si la resolución nera sobre su triste figura, cuya forma humana
de estos dramas ficticios fuese un análisis y no se presenta como deformada o casi parodiada
por la ausencia de consciencia e inteligencia,
pocas veces una auténtica respuesta a los pro-
que ésta, sin ningún término medio, o es hu-
pios cuestionamientos, incluso de aquellos que millada hasta los más ínfimos niveles de la ani-
quizás hasta entonces aún no habían sido for- malidad o realzada a las cumbres supremas de
mulados, porque con Dostoievski no cabe la la espiritualidad (Ibídem: 247).
ingenuidad moral y mucho menos la espiritual.
Precisamente porque están tan lejanos de
La figura del sufrimiento de los inocentes la realización de la plenitud de su humani-
se tipifica bajo la forma del sufrimiento inútil. dad dependen totalmente de su entorno, del
Como escribe Pareyson, se trata de consorcio humano que tiene en sus manos el
enorme poder de descubrir en ellos la oculta
aquel sufrimiento estéril que, por exceso de do-
imagen humana que duerme en su interior o de
lor o por la incapacidad del paciente, no puede
purificar ni redimir ni tampoco conducir a la
abandonarlos y rebajarlos a la bestialidad. Algo
madurez interior. Es un sufrimiento, por así parecido ocurre en el caso que nos ocupa, el de
decir, carente de sujeto: quien vive su triste ex- los niños.
periencia es incapaz de resistirlo o de reaccio-
nar e incluso puede ser tan inconsciente como Los niños se diferencian de los enfermos
para acompañarlo con abiertas manifestacio- mentales por la conciencia. Sin embargo, su
nes de alegría (…). (Éste) no puede ser motivo actitud característica es la confiada entrega, la
de elevación, causa de mejora o principio de
inocente confianza y el indefenso abandono
regeneración (Pareyson 2007: 242).
con que esperan de los adultos el sustento que
requiere su natural dependencia. Esta depen-
Particularmente interesante resulta el he-
dencia espontánea es lo que hace especialmente
cho de que estos personajes no sólo padezcan
sin obtener bien alguno, en una total absurdi- odiosa la crueldad de quien atormente, porque
dad, sino que incluso algunos de ellos agoten en su caso no puede ser aceptado ningún tipo
su misma existencia en el dolor. Lo verdadera- de instrumentalización de quienes quieran pre-
mente central es el carácter de “escándalo” que valerse del mismo, ya que esto implicaría anu-
entraña esta clase de sufrimiento. La pasividad larlos como personas.
de la víctima escandaliza y perturba profunda-
mente a quien atestigua esa angustia ciega, ab- El sufrimiento de los inocentes, especial-
solutamente injustificable que se apodera de un mente de los niños, despierta rebelión, amargas
ser sin defensa alguna. Este punto es particu- sospechas de que el mundo no tiene sentido y
larmente importante, porque nos muestra que que por tanto Dios podría no existir. No parece
aquí lo verdaderamente relevante no es tanto legítimo exigir al hombre fe en la absurdidad,
el grado de conciencia o comprensión del que sino sólo en el sentido. Es precisamente para ex-
padece, sino el hecho de que sea sola e insu- plorar esa posibilidad de rebelión, cada vez más
perablemente “paciente”. Esto significa que el real y legitimada a lo largo de la historia contem-
hecho de que algunos de estos seres no se per- poránea, que Dostoievski ha elegido concentrar-
caten de que están siendo maltratados, como se en esa clase de sufrimiento, porque de este
ocurre en el caso de los niños y de los enfermos modo enfatiza y destaca la enorme irregulari-

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dad que existe sobre la tierra y los cuestiona- condición indefensa, desarmada, vulnerable,
mientos que ello produce. No por nada quien su dulzura y abandono, su conexión con la sim-
expone oficialmente esta compleja problemática plicidad de los afectos, lleva al novelista a su-
es Iván Karamazov, el nihilista por excelencia, marse a la exaltación cristiana de la infancia, a
quien edifica su programa de ateísmo precisa- la exhortación evangélica “¡Sed como niños!”.
mente sobre el sufrimiento infantil.
A continuación expondré un caso de su-
El horror del escándalo del niño radica en frimiento infantil que me parece paradigmá-
que es expuesto prematuramente a la cruda tico y de especial interés por estar incluido en
malicia del mundo adulto, vivenciada por el pe- Los hermanos Karamazov, la última gran novela
queño, en razón de su inocencia, no tanto como dostoievskiana y aquella en que el autor ha
un dolor “personal”, sino más bien como una querido dejar un legado o testamento, como lo
puñalada al corazón mismo de la realidad, un manifiestan sus cartas y apuntes en relación a
sacrilegio a la bondad, la pureza y la belleza a esta obra. Es el caso de Iliusha. Su aventura es
la que tan sensible es la infancia. E inmediata- fundamental pues se verá enlazada con el des-
mente, en su simplicidad, comparece en ellos la tino de todos los hermanos Karamazov, Iván,
necesidad de culparse a sí mismos sin saber por Dimitri y Aliosha.
qué. Tal ocurre con el pequeño Iliusha en Los
hermanos Karamazov, quien no puede superar la El caso de Iliusha en
enorme humillación que ha padecido su padre
por parte del soberbio Dimitri en un acto de bra- Los hermanos Karamazov
vuconería, consumiéndose en compasión y ver-
güenza por la pérdida del bien más preciado de Iliusha es un niño de nueve años, inteli-
un padre de familia: su honor y respetabilidad. gente y pensativo, hijo del capitán Sneguiriov,
cabeza de la familia conformada por su mu-
Como dice Jean Guitton, la pureza es jer, enferma mentalmente e inválida, dos hijas
aquello que se opone a la nada, a la indiferen- mayores, una de las cuales es tullida, e Iliusha.
cia, a lo obtenido por la negación: la pureza no Un día Dimitri Karamazov lo humilla pública-
mente en un acto de bravuconería delante de su
es “carencia de” o vacío; sino que por el contra-
hijo, lo que acaba por enfermar al niño.
rio, es plenitud de ser, afirmación de la verdad,
del bien y la belleza. Por eso sus características
La descripción de la situación en que
principales son la intensidad vital, la integridad
vive esta familia después del incidente es des-
y la plenitud. Aplicada a los inocentes, la pure-
crita por medio de Aliosha Karamazov, quien
za se manifiesta en ellos no como el resultado
en su bondad y amor por los inocentes se sien-
de su ignorancia o inmadurez intelectual ni por
te impelido a intentar reparar la ofensa de su
el bajo alcance de su autoconciencia, sino por
hermano, y con tal fin va a visitar a la familia
el contacto directo en que se hallan en relación
Sneguiriov. Con su habitual sensibilidad y pe-
con los valores originales del ser. Los niños con-
netración psicológica logra captar perfectamen-
fían y se abandonan porque son necesitados, te el clima de tristeza e ignominia que pesa en
pero también porque confían en la bondad de esta familia de humilde condición, sobre todo
los demás. en la contenida desesperación del padre no tanto
por la enfermedad física de su hijo, meramente
Esto no significa que Dostoievski haya te- accidental, sino por el sufrimiento moral que el
nido una visión idealizada de la infancia. Como pequeño experimenta:
buen genio del mal que fue, no le pasó desaper-
cibido que la infancia es también corruptible, Aliosha observaba con mucha atención a aquel
como toda una tradición de autores ha soste- hombre, a quien veía por primera vez. Había en
nido desde San Agustín. El niño también es él algo angustioso, precipitado e irritable (…).
susceptible al genio del mal. Sin embargo, su En su rostro percibía una expresión de extrema

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insolencia y, al mismo tiempo –era muy extra- ¡La ira! (…) Es, precisamente, ira. En un ser
ño-, de manifiesta cobardía. Daba la impresión pequeño, una ira grande. (…) Comenzaron a
de un hombre que durante largo tiempo se hu- burlarse de él, e Iliusha sintió que se le reaviva-
biera subordinado y hubiera sufrido muchas ba el espíritu de la nobleza. Un chico corriente,
humillaciones, pero que, de pronto, se irguiera de poco carácter, se habría resignado, se habría
y quisiera afirmar su personalidad. (…) la de avergonzado; pero él se alzó solo contra todos
un hombre que tuviera enormes deseos de pe- por su padre. Por su padre y por la verdad. Lo
gar, pero que tuviera un miedo horrible de que que pasó entonces por el alma del niño cuan-
le pegaran a él (Dostoievski 2000: 334). do besaba la mano al hermano de usted y le
gritaba: “Perdone a mi papaíto, perdone a mi
Observa también Aliosha cómo la hija ma- papaíto”, esto no lo sabemos más que Dios y
yor lo desprecia tratándolo de “bufón” y “paya- yo. Es de este modo como nuestros hijos, los
so” frente al aire de auto-abyección del capitán, suyos no, los nuestros, los hijos de los pobres,
mezcla de altanería y patética lástima de sí, de despreciados pero nobles, a los nueve años de
edad, aprenden a conocer lo que es la verdad
orgullo herido e impotencia que lo conduce a
en la tierra. Los ricos, no; éstos no llegan a tales
agrandar la herida como compensación moral. profundidades en toda su vida; en cambio, mi
Esta es la enfermedad que Aliosha advierte en Iliushka, allí en la plaza, cuando besaba aque-
el capitán. Pero lo principal y más notable es lla mano, en aquel mismísimo instante, apren-
que lo que realmente le atormenta no consiste dió toda la verdad. Esta verdad penetró en él y
en absoluto en su humillación personal, sino en lo ha marcado para toda la vida (Ibídem: 343).
que su hijo lo hubiera visto dejarse tirar de la
barba por el fuerte Dimitri sin haberse atrevido Esta “verdad” que el niño descubrió es la
a oponer defensa: flagrante injusticia social y moral que rige en
el mundo:
Tan pronto como me vio en aquel estado, se
me arrojó encima: ¡Papá! (gritaba), ¡papá!”. Se “Papá (me pregunta), papá, ¿verdad que los ri-
me agarraba al cuerpo, me abrazaba, quería cos son los más fuertes del mundo?” “Sí, Ilius-
librarme del otro, de mi ofensor. Le gritaba: ha (le digo), no hay en el mundo nadie más
“¡Suéltelo, suéltelo, es mi papá, es mi papá, fuerte que el rico”. “Papá (me dice), me haré
perdónele!”; le gritaba esto: “Perdone”; con sus rico, seré oficial, venceré a todo el mundo, el
manitas también le cogió a él, le cogió la mano, zar me dará una recompensa; vendré aquí y
aquella misma mano… y se la besó… Recuerdo entonces nadie se atreverá”. Luego calló unos
qué carita tenía en ese momento, no lo he olvi- momentos y prosiguió; los pequeños labios le
dado ¡ni lo olvidaré nunca! (Ibídem: 340-341) seguían temblando, como antes. “Papá (dice),
qué ciudad más mala, la nuestra, ¡papá!” “Sí
En seguida relata que Dimitri burlesca- (digo), Iliúshechka, nuestra ciudad no es muy
mente lo reta a duelo: buena.” “Papá, trasladémonos a otra ciudad, a
una ciudad buena (dice), donde no nos conoz-
Entonces nos fuimos Iliusha y yo, pero el lina- can.” “Nos trasladaremos (le digo), nos trasla-
judo cuadro de familia se quedó grabado en daremos, Iliusha; deja sólo que reúna un poco
la memoria del alma del pequeño para toda la de dinero” (Ibídem: 345).
vida. Después de esto, ¿cómo podemos seguir
considerándonos gente noble? (Ibídem: 341) Pero es mentira: el capitán está en la rui-
na y no tiene ninguna posibilidad de irse de la
El niño le ruega al padre que se bata a ciudad, y el niño, inteligente, lo adivina, y final-
duelo con Dimitri, pero el capitán sabe que no mente, después de reprimirlo mucho tiempo
puede arriesgarse a ser asesinado y dejar des- estalla en llanto: “Papaíto (gritaba), papaíto, mi
amparados a su mujer enferma y a sus hijos. De querido papaíto, ¡cómo te ha humillado!” (Ibí-
ahí surge el drama de esta familia que se hun- dem: 346).
de en el deshonor y en la impotente agonía del
niño, que sufre por las burlas de sus compañe- En el caso de Iliusha observamos el pa-
ros, pero principalmente por su padre: decimiento del inocente por la vergüenza y el

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pudor de la ignominia y el escarnio. Esta es la El razonamiento nihilista


forma en que él ha sido escandalizado. Como
he dicho los seres inocentes y puros poseen una de Iván sobre la base del
delicada sensibilidad estética y moral, creen y sufrimiento inútil
confían en el mundo adulto, y he aquí que de
pronto, prematuramente, Iliusha “ha compren- El caso de Iliusha parece confirmar el razo-
dido toda la verdad”, la verdad de este mundo, namiento nihilista de Iván Karamazov, el gran
en que tantas veces prevalece la injusticia y la teórico dostoievskiano de la negación.
ley del más fuerte, es decir, del rico y el podero-
so. Esta ley ha recaído dramáticamente en una Iván expone su filosofía atea principalmente
familia honrada y pobre por obra del capricho en dos textos de la novela: su conversación con
de un hombre más fuerte que el capitán. Este Aliosha en la taberna (que versa sobre el sufri-
hombre, Dimitri Karamazov, tal vez no sabía miento de los niños), y en el capítulo que inmedia-
las consecuencias que su acto conllevaría: pero tamente le sucede, donde expone a su hermano
el hecho es que su crimen ha terminado por re- su famoso “Diálogo del Gran Inquisidor”.
caer en un inocente, como es habitual. Esta es la
trágica aventura del pecado, cuyas consecuen- Le dice a Aliosha:
cias no son posibles de medir. Es trágico y triste
observar la débil figura de Iliusha rebelarse con Deseaba hablar de un sufrimiento de la huma-
todas sus fuerzas infantiles, impotentes frente nidad en general, pero mejor será que nos de-
tengamos en el sufrimiento de los niños. (…)
a la deshonra de su padre, quien además de
no quiero hablar de los adultos porque, aparte
ser su proveedor es la figura que debiera cons- de ser repugnantes y no merecer amor, tienen,
tituir su escudo y protección frente a la socie- además, con qué desquitarse, han comido la
dad, su ejemplo, su héroe, el ser de quien tanto manzana y han entrado en conocimiento del
se espera en la infancia y del que todo niño qui- bien y del mal… en cambio los niños no han
siera sentirse orgulloso. Conmueve sobre todo comido nada y no son culpables de nada… Si
ver la pureza del amor del niño, que no sólo también sufren horrorosamente en la tierra se
no reniega de su padre, sino que lo defiende y debe, claro está, a sus padres; son castigados
desafía al mundo entero en una lucha que, sin por sus padres, que se han comido la manzana;
ahora bien, éste es un razonamiento del otro
embargo, es totalmente inútil, y así él mismo
mundo; al corazón del hombre, aquí en la tie-
lo comprende dolorosamente. Los hechos se rra, le resulta incomprensible. Un inocente no
imponen por sí mismos: su padre ya no tiene debe sufrir por otro, ¡y menos semejante ino-
honor y por sí nunca lo recuperará. Sólo queda cente! (Ibídem: 392-393).
la intensidad de su sufrimiento, del que ningún
provecho podrá extraer. Como dice el capitán Los alcances de esta afirmación de Iván
“ha quedado marcado para siempre”. Sin em- son incalculables, porque cuestiona a Dios no
bargo, y a diferencia de las otras novelas de sólo en cuanto permite el sufrimiento inútil ha-
Dostoievski, Iliusha y el capitán lograrán hacia ciéndose “cómplice” del mismo, sino en cuanto
el final de la novela la gracia inesperada de la que en su plan salvífico pretende utilizar a estos
reparación, si bien demasiado tardía, por parte mismos inocentes para el logro de la eterna ar-
del único que podía realizarla: el ofensor, Di- monía universal. Y éste es el centro neurálgico
mitri Karamazov, quien, en virtud del milagro que suscita la rebelión de Iván y su negación.
de su conversión por la dura experiencia de su Someter el sufrimiento de los niños a una utili-
condena, comprende la atrocidad de su injusti- zación tan cruel y prepotente es humanamente
cia, la peor que nunca cometió, y entiende que intolerable: “no se entiende en absoluto por qué
sólo obtendrá la absolución de Dios si antes re- deban sufrir también ellos”, por qué ellos de-
para el daño hecho al niño y a su padre. Iliusha ban también “servir de material y abono para
muere, pero en paz. Nos más adelante en la ex- preparar una armonía futura a favor de quién
traordinaria experiencia espiritual de Dimitri. sabe quién”. Si nuestro mundo está basado so-

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bre la necesidad del sufrimiento infantil, este historia, o bien el respecto de la inocencia y el
es un mundo absurdo, injusto y escandaloso, y rechazo del escándalo del sufrimiento inútil.
como tal, del todo inaceptable. Por tanto Iván Ambas alternativas son planteadas como exclu-
se apresura a “devolver el billete” de ingreso yentes entre sí. Entonces sucede el paso lógico:
a la creación, eleva su protesta y rechaza la re- como la primera opción representa una fla-
dención. No cabe la redención así como no cabe grante injusticia, debe optarse por la segunda,
el perdón. que implica no sólo el ateísmo ante el Creador,
sino también el escepticismo ante la Redención,
Existe en la creación un desbalance inacep-
que sería inútil, y por tanto sienta las bases del
table: el sufrimiento inútil es precisamente, y
sistema del Gran Inquisidor, esto es, la negación
como su nombre indica, esencialmente inútil.
¿Cómo se puede perdonar el sufrimiento de un de la libertad de conciencia y la instauración de
ser que ha quedado absolutamente aplastado y una autoridad constituida por súper-hombres
sobrepasado por un sufrimiento que no puede que tomen sobre sus hombros el deber de
comprender ni del que puede extraer provecho “arreglar” la creación y de “redimir” el mal del
o sentido alguno? Nadie, ni el propio niño ya mundo quitándole al hombre su libertad, que
en su adultez podrá perdonar un crimen seme- constituye un peso demasiado grande para el
jante, porque la violación de la inocencia, el es- hombre en su debilidad.
cándalo de los niños, constituye un daño puro
que nunca podrá ser justificado, ni siquiera por La respuesta de Aliosha
el mismo sujeto que lo ha padecido. Es por eso
que decide rebelarse contra este “plan” de Dios y Karamazov. El perdón y el
prefiere quedarse con la indignación del “sufri- escándalo del cristianismo
miento no vindicado”, pues para él espectáculo
de una armonía en que la madre, el hijo y el ver- Para Dostoievski el sentido del sufrimien-
dugo acaben por unirse en una única y acorde to inútil, en especial el de los niños, el de Ilius-
alabanza a la justicia del Creador resulta senci- ha, sólo aparece si consideramos la idea del
llamente insoportable. La inanidad de la ven- sufrimiento como expiación. Si Dios ha expia-
ganza y la imposibilidad del perdón impiden la do nuestro pecado con el dolor, el dolor se ha
redención del sufrimiento inútil, y hacen utópi- vuelto, de un modo misterioso, divino. Fren-
ca e inconcebible la armonía final y la victoria te a esta clase de suprema inversión, por obra
definitiva sobre el dolor. del sacrificio divino, ya no es posible decir que
Dios utiliza a los niños y a los minusválidos
Como bien señala Pareyson (Pareyson
mentales para implantar su “eterna armonía
2007: 258-259), en realidad Iván no sólo acusa a
final”. Dios no los ha usado cruelmente en su
Dios de crueldad, sino también de injusticia, y
juego, como plantea Iván Karamazov, sino que
esto último es lo realmente grave y decisivo: Un
por Uno más inocente que los niños ha trans-
Dios que se comportase de tal modo con los se-
res indefensos y naturalmente pasivos no sólo formado para siempre su padecimiento en ex-
sería cruel, sino sobre todo injusto y merecería piación. El mal y el pecado son obra exclusiva
nuestra indiferencia aún más que nuestra pro- del hombre, jamás de Dios, y todo el sufrimiento
testa, porque no ofende tanto el humano deseo que ha seguido a la rebeldía humana es también
de felicidad, sino algo mucho más profundo y obra del hombre. Pero Dios no se ha olvidado de
elevado: el sentido de la justicia, que envuelve la humanidad en general y menos de los niños, a
a todos los hombres entre sí, verdaderamente a quienes erige en corredentores del mundo. Tal
todos, sin exclusión de ninguno y a todos en el es el rol que juegan los niños sufrientes en las
mismo grado. novelas de Dostoievski. Esta es la respuesta de
Aliosha a su hermano Iván. Pero todo el peso
Iván pone en la balanza “qué vale más”: de su argumentación se sustenta en dos pilares
el triunfo providencial del bien a lo largo de la fundamentales: el perdón y el escándalo.

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Lo primero que Aliosha hace ver a Iván to en un hecho necesario y natural, desprovisto
es que también él se escandaliza frente al su- de sacralidad, de tragedia, de escándalo: algo
frimiento de los niños, y que evidentemente que sólo se debe combatir en el plano práctico
un mundo en que suceden tales barbarismos y legal, mas no moral ni espiritual. Aliosha, en
es absurdo. Sin embargo, la negación de Dios cambio, sabe que la completa aceptación del es-
no es su respuesta al drama del sufrimiento en cándalo, de la no aceptación del sufrimiento in-
virtud de la Redención de Cristo, que Iván no fantil, refuerza la necesidad de la existencia de
ha logrado comprender. La Redención enseña Dios, porque sólo si Dios existe el sufrimiento
al hombre que el mundo no está fundado sobre aparece en toda su tragedia, esto es, como con-
un arquitecto que intenta redimir el sufrimien- tradictorio, injusto y digno de rebelión, más no
to inútil en una eterna armonía escatológica de blasfemia. La conclusión de Iván es apresura-
construida sobre la injusticia, sino que se edifica da y propia del reduccionismo del pensamien-
sobre el Redentor y su infinito sufrimiento. Tam- to racionalista, obtuso, autosuficiente y cerrado
bién él enuncia su “no acepto el mundo” y sufre a cualquier pensamiento que trascienda los lí-
el momento de la duda: el demoniaco Rakitin, mites de la mera razón. Es una conclusión fruto
su doble, lo sorprende y lo instiga a proclamar su de un corazón impaciente que ha pasado por
rebelión contra Dios. Pero Aliosha le responde: alto conceptos fundamentales, como el mons-
“Yo no me rebelo contra mi Dios, solamente ‘no truoso precio que implica para la humanidad
acepto su mundo’”, y con estas palabras marca la expulsión de Dios del mundo, que sin Este
claramente el límite entre la refutación y la re- queda desprovisto de la idea de pecado y de
beldía, la repulsión y la negación, el escándalo la idea, igualmente importante, de perdón. La
y la blasfemia, estableciendo así una línea di- reflexión sobre el perdón constituye el otro eje
visoria entre aquel sector donde puede estar central de la réplica de Aliosha.
de acuerdo con Iván y la zona donde deben se-
pararse, concediendo y aceptando lo que en el Recordemos que Iván ha proclamado como
discurso de Iván es admisible sin por ello caer un principio indiscutible la condición absolu-
en la negación y la blasfemia (Ibídem: 285-286). tamente imperdonable e irredimible del sufri-
miento inútil, precisamente porque su idea de
El escándalo es inherente al problema del la divinidad ha sido construida a imagen y se-
sufrimiento y el intento de aplacarlo o atenuar- mejanza de la razón humana utilitaria, pero el
lo encierra el peligro de cancelar la realidad del verdadero Dios nada tiene que ver con esta cla-
mal. Al negar a Dios en razón del escándalo se de rastrera y mezquina racionalidad; por el
del sufrimiento inútil, se sucede como conse- contrario, Dios se ha dado a sí mismo en sacrifi-
cuencia necesaria la cancelación del escándalo, cio para perdonar al hombre, esto es, ha ampli-
consecuencia al principio imperceptible, pero ficado infinitamente el sufrimiento en sí mismo
que poco a poco va penetrando implacable- y ha perdonado. Dios, siendo más inocente que
mente la cotidianidad: de este modo a tragedia todos, por su libre voluntad ha querido sufrir
del mal se va tornando en comedia, el mal pier- hasta el extremo redimiendo para siempre el su-
de gravedad, todo se banaliza dando paso al ni- frimiento de los niños. El Dios del cristianismo
hilismo contemporáneo. Este es el gran peligro responde por amor al hombre con su sacrificio,
que encierra la expulsión de Dios del drama para así apagar la sed de misericordia y perdón
del sufrimiento. Es, pues, paradójica la postura que brota de la humanidad sufriente. Por su-
de Iván, y cabe sospechar con Guardini que él puesto semejante lógica de la redención rompe
ama este mundo caótico como es porque ello absolutamente con todo esquema racionalista,
le permite la rebelión, el ateísmo, el nihilismo, cosa que Dostoievski entiende a la perfección.
en suma, su famoso “Si Dios no existe, todo está Es evidente que sólo en el plano religioso y en
permitido”. Iván quiere rebelarse contra Dios en la aceptación del misterio y de “pensamientos
nombre de los niños sufrientes, pero a costa de de otros mundos” podemos admitir la teología
banalizar su drama y transformar el sufrimien- de la cruz. En efecto, ¿dónde está el mérito del

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niño asesinado en el vientre materno? ¿Puede la ruina del hombre pese a estar dotado de la
ser considerado corredentor sin haberlo elegi- inestimable prerrogativa de la libertad (…). La
do conscientemente, sin haber atravesado la raíz única del mal y del dolor, que constituye
el misterio del sufrimiento del cual sólo la reli-
prueba de la duda, de la rebeldía y la negación?
gión puede descorrer el velo, reside en esta vo-
Esta idea es inconcebible, absurda para el pen- luntad divina de sufrir por el hombre (Ibídem).
samiento euclidiano y la moral retributiva. Pero
en la lógica del amor y la gratuidad no existe es- Tal como lo ha visto Dostoievski por me-
collo alguno: Dios puede erigir a los inocentes dio de los razonamientos de Iván:
sufrientes en víctimas expiatorias aunque no
hayan pecado uniéndolos a Sí en la pureza de Es extremadamente trágico que sólo en el dolor
sus corazones. Sólo puede comprenderse este Dios logre socorrer al hombre y el hombre logre
pensamiento si se entiende con Dostoievski el redimirse y elevarse hasta Dios. Pero es preci-
valor infinitamente divino del sufrimiento. samente en este co-sufrimiento divino y huma-
no que el dolor se revela como la única fuerza
que logra dar razón del mal. Este principio es
El cristianismo trágico de uno de los pilares del pensamiento trágico: que
Dostoievski según Luigi entre el hombre y Dios no exista colaboración
en la gracia si antes no la hay en el sufrimien-
Pareyson1 to; que sin el dolor el mundo aparezca como
enigmático y la vida absurda; que sin el dolor
Meditando sobre la visión dostoievskiana el mal permanezca no redimido y la alegría in-
del sufrimiento, Luigi Pareyson, quien dedica accesible. En virtud de aquel co-sufrimiento el
sus últimos años a reflexionar sobre la expe- dolor se manifiesta como el nexo viviente entre
riencia religiosa y el problema del mal en diá- la divinidad y la humanidad, como una nueva
logo con el novelista, se pregunta: ¿De dónde copula mundi; y es por esto que el sufrimiento
proviene el poder del dolor? Y responde: Del viene a ser considerado como el perno de la ro-
tación de lo negativo hacia lo positivo, el ritmo
hecho de que también Dios sufre.
de la libertad, el punto de apoyo de la historia,
el pulso de lo real, el vínculo entre el tiempo y
Más aún, el sufrimiento es propiedad de Dios:
la eternidad; en suma, es como un puente lan-
divinum est pati. Dios quiere sufrir. Esto ha sido zado entre el Génesis y el Apocalipsis, entre la
preparado por todo aquello de kenótico que originación divina y la apocatástasis (Ibídem).
inhiere a la creación, en la cual Él se ha reple-
gado en sí mismo, voluntariamente se ha limi-
Es por esto que el problema del sufrimien-
tado y restringido para hacer lugar al hombre
to pone en crisis a toda metafísica objetivante
y a su libertad. La libertad humana ha comen-
y demostrativa, a todo sistema concebido sola-
zado con un consciente y voluntario sacrificio
de parte de Dios2.
mente desde una totalidad armónica y conclusa,
a toda filosofía del ser únicamente preocupada
Desde que el hombre ha hecho fracasar la de su fundamentación, porque sólo el sufri-
creación ha surgido para Dios todo un séquito miento contiene el sentido de la libertad huma-
de sufrimientos: na y revela el secreto de la aventura espiritual y
cósmica en la que Dios y el hombre se conectan.
el dolor de ver su propia obra menoscabada
por el hombre, de constatar que su deseo de Con estas premisas no es difícil compren-
consenso y colaboración por parte de éste ha der por qué el cristianismo, tan sólidamente
quedado frustrado y defraudado, de asistir a fundado sobre la idea de la solidaridad huma-
na en la culpa y por tanto en el dolor y sobre
1 Véase Pareyson 1995. la idea del Dios sufriente (lo que constituye la
2 “Filosofía de la libertad” (lección de despedida realizada por Parey- esencia del pensamiento trágico de Dostoievs-
son en la Universidad de Turín el 27 de octubre de 1988). Contenido
en Pareyson 1995: 463-478. ki), aparece como la única concepción que lo-

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El sufrimiento y la condición humana en F. M. Dostoievski y L. Pareyson

gra dar un significado al mal y por esto mismo (…) sino que debe aparecer otra dimensión: la
proveer una explicación del sufrimiento, que implicación de Dios en el sufrimiento: el drama
de otro modo resultaría totalmente incom- se extiende a la divinidad (Pareyson 1995: 233).
prensible, y por consecuencia destinado a ser
Ahora bien, como es evidente la concep-
cancelado artificialmente por un pensamiento
ción cristiana sobre el dolor así abordada debe
objetivante, abstracto y racionalista, como lo es
hacer frente a la mentalidad neopagana actual,
el de Iván. Sólo el cristianismo “comprende” lo
que podemos adivinar en el sutil y sofisticado
negativo porque confiere un significado al mal
nihilismo de Iván Karamazov, propensa a ver
y encuentra el sentido del dolor. Esto no sólo en el cristianismo el partidario de los sentimien-
revela el nexo entre el mal y el dolor como el tos de culpa que afligen a la humanidad y de ser
clásico vínculo entre la culpa y la pena, sino que el promotor, si no directamente el autor, de la
lo recoge hasta la raíz en su mismo originarse infelicidad del hombre, que sin éste viviría más
en el abismo de la libertad divina, que es, como satisfecho y feliz. Dostoievski ha sido perfecta-
se ha dicho, donde encontramos el principio de mente conciente de esto, de la condición apa-
la tragedia manifestada en su entero ámbito hu- rentemente escandalosa de la actitud cristiana
mano, cósmico y divino, sea en cuanto desvela frente al sufrimiento, al no intentar negarlo,
el corazón de la realidad como trágico y dolien- sino tomarlo como centro redentor de la reali-
te, preso en el conflicto de bien y de mal, alegría dad. En efecto, sobre el problema decisivo del
y dolor, culpa y pena, perdición y salvación. sufrimiento:

Este libre co-envolvimiento de Dios en la el cristianismo se distingue de las grandes reli-


giones de la tierra que por escapar al tormento
superación de lo negativo nos enfrenta al hecho
de la vida y de la reencarnación han buscado el
tremendo de la condición reversible que toma modo de alcanzar la supresión del dolor. Para
el sufrimiento de todos los hombres, incluido el el cristianismo, en cambio, el problema no es
de los inocentes, pero esto es posible sólo en la suprimir el sufrimiento, que sería como supri-
medida en que Dios mismo carga con el sufri- mir la realidad, sino de encontrar el sentido y
miento al asumirlo sobre sí, lo que demuestra confirmarlo: se trata de saber sufrir para hacer
que esta reversibilidad no significa una instru- del dolor mismo no una disminución, sino un
incremento de la personalidad; se trata sobre
mentalización de los inocentes para pagar el
todo de sufrir por los demás para colmar un
excedente de mal (lo que además es imposible), déficit metafísico; se trata de aceptar el dolor
sino una inversión del mal en bien por la gene- como inevitable, y a través de la aceptación en-
rosa expiación divina3. Por eso cuando contrar en esto una posibilidad no sólo de su-
peración, sino incluso de cambio. La liberación
el sufrimiento de los inocentes es demandado del dolor consiste en la profundización del do-
como reversible, ya no es posible presentar la lor mismo (Ibídem).
Divinidad solamente en su aspecto del Dios de
la ira, junto al cual el pecador toma para sí su
parte del “tesoro de cólera” (Rom, 2, 5), esto, el
Nihilismo contemporáneo
sufrimiento que les es reservado por el castigo y pensamiento trágico
divino (Pareyson 1995: 193);
Pero la alternativa que propone Aliosha
3 “La economía del universo está fuertemente desequilibrada, porque
existe un excedente de mal imposible de ser saldado por el hombre
al ateísmo, como respuesta al escándalo del
(…); es necesario también el (sufrimiento) de los inocentes, que a su sufrimiento, exige una condición al hombre:
vez se revela como insuficiente. Un recurso ulterior se impone, aún
más terrible y horripilante: el del sufrimiento de Dios. (…) Si se refuta
compadecerse auténticamente por la miseria
esta perspectiva, entonces el mundo cae en la absurdidad más com- humana tal como lo ha hecho el Redentor, es
pleta. Pero igualmente absurda es esta mirada, cuya improbabilidad,
sin embargo, no impide que exista quien la crea: credibile est, quia inep- decir, dándole un sentido sin por ello negar su
tum est. Se trata de elegir entre dos absurdidades, mas, como advierte realidad. Esto significa reconocer la condición
Kierkegaard, existe la absurdidad del sinsentido y la absurdidad de la
paradoja, y sólo esta última contiene la verdad” (Ibídem: 193-233). trágica del hombre: la confutación del ateísmo

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sólo puede provenir de un profundo y valiente demostraban que su horizonte era todavía el
reconocimiento de la tragedia del hombre que de la religión. Así se explica la exclamación de
sufre y peca y de la imperiosa necesidad por Aliosha después de oír la narración del “Gran
encontrar un sentido a la realidad del hombre Inquisidor”: “Tu poema es una alabanza a Jesús
sin por ello negarla. y no una afrenta... como tú querías” (Dostoievs-
ki 2000: 418).
Al negar que el mundo tenga un sentido,
precisamente en razón del sufrimiento inútil, Pero podemos reconocer un segundo mo-
Iván parece alinearse en las filas del nihilismo mento en el discurso de Iván: es cuando intenta
tradicional, según el cual la presencia de lo ne- negar el origen demoniaco del mal y el escán-
gativo en el mundo y la existencia de Dios de- dalo del sufrimiento por medio de la negación
ben excluirse. Como ya mencionamos se trata de Dios, introduciéndonos así en el nihilismo
de un ateísmo que niega a Dios por medio de contemporáneo,
una concepción racionalista de Dios y del hom-
bre, incapaz de asumir la misteriosa realidad de más radical y quizás más coherente, que sus-
lo negativo como fruto de la libertad, y por ello, trayéndose a las vivas y fecundas contradic-
de darle un sentido. Dostoievski concibe el mal ciones del nihilismo clásico ha perdido todo su
como fruto de una voluntad demoníaca, auto- carácter trágico (...) y que se presenta como un
ateísmo confortable y consolatorio, privado de
destructiva y conciente de sí misma, no se re-
arrebatos angustiados en cuanto se sitúa com-
duce a mera privación sino que constituye una pletamente al amparo de todo horizonte reli-
realidad positiva que existe bajo la forma de la gioso. Es un nihilismo que ve en el ateísmo la
nada (Evdolimov 1978). eliminación del mal y del dolor, porque sólo
si Dios no existe tampoco existen el mal y la
Sin embargo, el nihilismo presentado por angustia; un nihilismo que muestra cómo el
Iván es bastante más inteligente, coherente ateo consecuente debe necesariamente negar
y profundo que el tradicional y abre el cami- el mal. Tragicidad, religiosidad, negatividad,
no hacia una nueva clase de negación, mucho tanto como mal o como dolor, son suprimidas
poco a poco dejando lugar a una serenidad li-
más sutil y corrosiva. El nihilismo de Iván es
bre de problemas: y sólo el ateísmo extremo es
la antesala del nihilismo contemporáneo, y en capaz de tanto (Pareyson 1995: 228).
esto reside la novedad de su discurso. Se tra-
ta de la negación de Dios por la negación del Cuando Iván proclama por medio del In-
sufrimiento: el drama del nihilismo clásico ra- quisidor su rechazo a la libertad del hombre,
dicaba en que intentaba hacer incompatibles la incapaz de soportarla en razón de su incorregi-
presencia de lo negativo y la existencia de Dios. ble debilidad y desidia, sienta las bases de este
Pero este nihilismo no era sino la confirmación ateísmo confortable y consolador que, negando
negativa del teísmo, un teísmo invertido, por- en el hombre la idea de Dios, niega también la
que “la presencia de lo negativo y la existencia realidad del mal como producto de una volun-
de Dios no sólo no son incompatibles, sino que tad rebelde y transgresora, así como niega el
incluso se reclaman recíprocamente (...) El mal escándalo del sufrimiento. Es un ateísmo que
es impensable sin Dios, quien constituye el tér- rebaja al hombre, porque lo considera incapaz
mino de la trasgresión en la que el mal consiste de sobrellevar el peso de su libertad, la concien-
y el principio de la Redención de la que nece- cia del bien y el mal y las contradicciones del
sita (...) De aquí surge el drama del nihilismo sufrimiento.
trágico, que quiere afirmar al mismo tiempo
la inexistencia de Dios y la negatividad y ab- Son agudos los comentarios de Pareyson
surdidad del mundo”. El drama del nihilismo al respecto:
clásico consistía, entonces, en que la misma ab-
surdidad del mundo que proclamaban sólo es el mal reducido a un mero sentimiento de cul-
constatable ante la presencia de Dios y con ello pa es fácilmente superable, pues no exige un

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El sufrimiento y la condición humana en F. M. Dostoievski y L. Pareyson

doloroso camino de expiación; el sufrimien-


to considerado como una simple necesidad o
Bibliografía
consecuencia del hecho puede ser fácilmente
soportado, porque a pesar de toda su dureza Bajtín, Mijaíl. 1993. Problemas de la poética
y frialdad la resignación estoica no es difícil; la de Dostoievski. Traducido por Tatiana Bubnova.
muerte proyectada como evento natural y sin México: Fondo de Cultura Económica.
supervivencia, como un episodio necesario de
la vida, puede fácilmente ser serena. Porque el
mal, el sufrimiento y la muerte sólo muestran Berdiaev, Nikolai. 1951. El credo de Dostoie-
su aspecto de trágica negatividad en la presen- vski. Traducido por Alexis Marcoff. Barcelona:
cia de Dios y pueden ser vistos en todo su ho- Apolo.
rror sólo si Dios existe (Ibídem).

Actualmente el hombre se halla enfrentado Chestov, Lev. 1926. La philosophie de la tra-


a elegir entre dos opciones radicales y excluyen- gédie. Paris: Schiffrin.
tes entre sí: la negación de Dios y del sufrimien-
to, o la afirmación de ambos. La primera opción De Lubac, Henri. 1990. El drama del huma-
es la del ateísmo consolatorio y la segunda es la nismo ateo. Traducido por Carlos Castro Cu-
del pensamiento trágico. Para el actual nihilismo bells. Madrid: Encuentro.
la pregunta sobre el sentido de la vida no tiene
sentido: el mundo no es ni absurdo ni no absur- Dostoievski, Fiódor M. 2000. Los hermanos
do, simplemente es lo que es. El pensamiento
Karamázov. Editado por Natalia Ujánova. Barce-
trágico, en cambio, no se conforma con esta po-
lona: Cátedra.
sición resignada y prefiere perseverar siempre
en la pregunta fundamental, que es la interro-
gación por el sentido de la vida. Evdolimov, Paul. 1978. Dostoïevsky et le pro-
blème du mal. Paris: Desclée De Brouwer, Paris.
Sin embargo, esta elección no es fácil. Una
vida carente de sentido puede ser bastante sim- Evdolimov, Paul. 1961. Gogol et Dostoïevs-
ple y soportable porque “es fácil hacer de la ky. Paris: Desclée de Brouwer.
necesidad virtud”. Pero si existe un sentido de
la vida, entonces Dios existe, pero también el
Gidé, André. 1935. Dostoievski. Traducido
sufrimiento, el mal y la muerte en todo su ho-
por Aida Spera. Santiago de Chile: Ercilla.
rror. Si Dios existe también existe el escándalo
y la contradicción, el hombre debe enfrentar el
aguijón de la angustia y, sobre todo, encarar Guardini, Romano. 1954. El universo reli-
el hecho misterioso de que Dios ha permitido gioso de Dostoyevski. Traducido por Alberto Luis
el sufrimiento, lo que da lugar a la dolorosa Bixio. Buenos Aires: Emecé.
idea de que es un Dios cruel. Pero esta angus-
tia desaparece cuando vemos que Dios ha sido Guitton, Jean. 1991. Lo impuro. Traducido
cruel sobre todo consigo mismo en el evento por Alfonso Ortiz García. Madrid: PPC.
de nuestra Redención: Dios no es cruel sin ser
Redentor, como no es Redentor sin haber sido
Pareyson, Luigi. 2007. Dostoievski: filoso-
atormentado. Nos referimos al Dios cristiano,
al Dios sufriente, que no da una explicación del fía, novela y experiencia religiosa. Traducido por
sufrimiento, lo que sería negar el escándalo que Constanza Giménez. Madrid: Encuentro.
en justicia le pertenece, pero que lo dota de sen-
tido, porque El mismo es la respuesta, la única Pareyson, Luigi. 1995. Ontologia della liber-
respuesta posible al problema del dolor. n tà. Torino: Einaudi.

Pensamiento y Cultura l ISSN 0123-0999 107 Vol. 14-1 l Junio de 2011


Constanza Giménez-Salinas

Schubart, Walter. 1946. Europa y el alma del Troyat, Henri. 1996. Dostoievski. Tradu-
Oriente. Traducido por Antonio Sancho. Ma- cido por Amanda Forns de Gioia. Buenos Ai-
drid: Studium de Cultura. res: Emecé.

Steiner, George. 2002. Tolstoi o Dostoievski. Zweig, Stefan. 1983. Dostoievski. Traducido
Traducido por Agustín Bartra. Madrid: Siruela. por José Fernández. Barcelona: Juventud.

Pensamiento y Cultura 108 Vol. 14-1 l Junio de 2011

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