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Editado or D etrio Boltovsko


ATLAS DEL ZOOPLANCTON
DEL ATLÁNTICO SUDOCCIDENTAL
y "métodos de trabajo
con el zooplancton marino

Editado por Demetrio Boltovskoy

Publicación especial dellNIDEP


Mar del Plata, Argentina
1981.
Ilustración de la portada: .Stylodictya multispina Haeckel (Ra-
diolaria, Polyeystina, Spumellaria), de una muestra de planeton.
Fotografía de S.S. Jankilevieh.

La preparación de esta obra fue parcialmente financiada por medio de subsi-


dios del Cónsejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Artentinal,
de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires
¡Argentina). del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Ar-
<¡p.ntlna) y de UNESCO.

r 1981 Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo


Pesquero (Ministerio de Comercio e Intereses Maríti-
mos, Subsecretaría de Intereses Marítimos, República
Argentina), Casilla de Correo 175, 7600 Mar del Plata,
Argentina.
Hecho el depósito de ley,
PREFACIO

Muy pocas regiones oceánicas cuentan con taxón zooplanctónico. Dado que la orientación
inventarios y guías detallados de su fauna fundamenta~ de este trabajo es una de tipo
zooplanctónica. Sin embargo, los trabajos de práctico, no incluimos aquí las consideracio-
esta índole que salieron a luz (e. g., Massutí y nes generales relacionadas con la ecología, fi-
Margalef, 1950; Strelkov (ed.), 1955; Trégou- siología, morfología, evolución, etc. del planc-
boff y Rose, 1957; Davis, 1958; Yamaji, 1962; ton; el lector interesado en este tipo.de infor-
"Fiches d'ldentification de Zooplancton", del mación puede recurrir a alguna de las varias
Conseil International pour I'Exploration de la obras que tratan estos temas (i.e., Balech,
Mer; "Polevoi Opredelitel Planktona", dellns- 1977; Beklemishev, 1969; Bogorov, 1974;
tituto Zoológico de Leningrado; Birstein et al., Boltovskoy y Wright, 1976; Bougis, 1976;
1968; Mordukhai-Boltovskoi (ed.), 1968; Shih Fundación La Salle de Ciencias Naturales,
et al., 1971) probaron ser de enorme utilidad. 1967; Hardy, 1970; Kiselev, 1969; Vinogra-
dov, 1968; Vinogradov (ed.), 1977; Wimpen-
El Atlántico Sudoccidental es, quizá, una de ny, 1966; etc.); cualquier buen tratado de zoo-
las áreas oceánicas más pobre y fragmenta- logía como, por ejemplo, los editados por P.P.
riamente estudiadas del Océano Mundial; Grassé o los de L.H. Hyman; así como muchas
precisamente por ello sea, probablemente, de las obras específicas citadas por los
una de las más deseables para ser cubierta autores de cada capítulo.
por un trabajo de este tipo. Su realización, co-
En vista de la variedad de temas tratados, y
menzada en 1970, contó con la ventaja de la
consecuente amplitud de especialistas que
experiencia' ganada en los ensayos antes
mencionados: en todo momento se tuvieron puede interesar la obra, así como debido a las
crecientes dificultades que experimentamos
en cuenta las desventajas yfalenciasde aque-
los biólogos marinos en el acceso a las fuen-
llas obras, intentando no repetirlas aquí.
tes bibliográficas, sobre todo en América Lati-
El presente volumen tiene por finalidad prin- na, se ha hecho hincapié en la profusión de
cipal servir de manual práctico para el trabajo citas a fin de que el interesado cuente con una
con el zooplancton en general, y brindar una rápida guía para profundizar en cualquiera de
guía para la identificación de las especies de los tópicos desarrollados.
zoopláncteres de los taxones más importan- La información incluida en este Atlas contem-
tes, conocidos hasta el momento para el pla las publicaciones aparecidas hasta el año
Atlántico Sudoccidental. La primera parte in- 1978 inclusive, para la mayoría de los tópicos.
cluye una detallada sección metodológica En algunos capítulos, cuyos manuscritos fue-
cuya intención es instruir al planctólogo biso- ron completados antes de ese año, las últimas
ño y servir de consulta permanente para el ex- referencias bibliográficas lógicamente son al-
perimentado. La segunda parte resume las go más antiguas. Excepcionalmente se inclu-
características del área de interés en sus as- yen citas de los años 1979 y 1980.
pectos geológicos, físicos, químicos, hidroló- Es prácticamente imposible mencionar a to-
gicos y biológicos. Su intención es establecer das las personas que de una manera u otra
una ~ase breve pero concisa para referencia ayudaron a la realización de este trabajo; ¡diez
de las reseñas distributivas de cada uno de los años de labor involucran muchos colaborado-
taxones tratados. La tercera parte está inte- res! Sin embargo, quiero expresar mis más
grada por capítulos, cada uno referente a un profundos agradecimientos a algunos cole-

v
gas, técnicos e instituciones cuya ayuda hizo P. Bordarampé, M. Vázquez, F. Pedrozo y mu-
posible la edición de este libro. A mi padre, chos otros colegas y ayudantes por haber ge-
Esteban Boltovskoy, quien constantemente nerosamente cedido muchas horas de su
brindó su apoyo, interés y estímulo al trabajo, tiempo colaborando eficientemente en la rea-
y quien al igual que Tagea S.K. Bjornberg y lización de numerosas tareas en diferentes
Graciela B. Esnal, no dudó en colaborar con etapas de la preparación. Al Consejo Nacional
una obra que en aquel momento no era más de Investigaciones Científicas y Técnicas (Ar-
que un embrión de dudosas posibilidades de gentina) mi gratitud por la beca externa de que
supervivencia. A. Silvia S. Jankilevich, quien gozara en los años 1976-1977, y que posibili-
compartió conmigo gran parte del trabajo des- tó la preparación de buena parte de la presen-
de sus principios. A los numerosos colegas te obra. La Comisión de Investigaciones Cien-
que aportaron valiosos comentarios a varios tíficas de la Provincia de Buenos Aires, el Con-
manuscritos: Paul E. Smith, Marta Garretón, sejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Ángeles Alvariño, Juan Accorinti y muchos Técnicas, el Instituto Nacional de Investiga-
otros. A William R. Riedel, quien guió mis ción y Desarrollo Pesquero y UNESCO solven-
estudios en radiolarios y brindó cálida acogi- taron generosamente gran parte de los gastos
da a mi estadía de dos años en el Scripps de preparación del libro, y la Facultad de Cien-
Institution of Oceanography de la Universidad cias Exactas y Naturales de la Universidad de
de California, San Diego, en cuyos laborato- Buenos Aires fue el centro donde comenzó y
rios y biblioteca se gestó gran parte de mis se completó la presente obra. A todos ellos mi
contribuciones al Atlas. A Mariángela Reussi, más profundo agradecimiento.

D. B.
CONTENIDO

Prefacio V

Parte I
Métodos de trabajo con el zooplancton marino
Introducción 3
Colección de datos de campo 5
Obtención de información in situ (D. Boltovskoy) 7
Sumergibles 7
Fotografía submarina 8
Fotografía submarina en aguas someras ó •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 8
Fotografía submarina profunda 8
Televisión submarina 9
Detección sónica 10
Buceo 11
Aparatos detectores de plancton in situ 13
Obtención de muestras de plancton 15
Redes (D. Boltovskoy) 15
Introducción 15
Redes sin mecanismos de cierre 15
Descripción y construcción de redes simples 15
Redes para la zona pelagial (sin mecanismos de cierre) 19
Redes para las áreas litorales ó' ••••••••••••••••••••••••••••••••••• 20
Redes neustónicas 20
Redes hiperbénticas 21
Redes con mecanismos de cierre o de apertura y cierre ..........................•..•................ 21
Redes para la zona pelagial ..................................•.......•.•. , •.......•... ' 24
Apertura y cierre accionados por mensajeros ......................•............ o ••••••••••••••• 24
Apertura y cierre hidráulicos .......................................................•........... 28
Apertura y cierre manuales .........................................•.....................•.... 28
Apertura y cierre activados por presión hidrostática ..........................•..........•....... 28
Apertura y cierre por medio de mecanismos de relojería •.......••.......•••.....•.....•...•....• 29
Apertura y cierre accionados por dispositivos solubles en agua de mar .•....•.... o •••••••••••••••• 30
Apertura y cierre eléctricos ............................................•.............. o •••••••• 31
Apertura y cierre acústicos ..............................•............ o ••••••• o •••••••••••••• o • 32
Redes hiperbénticas 33
Cuidado de los equipos ........................................•..•...•...•.• o ••••••••• o" • o' • o •••••• 34

Muestreadores continuos, automáticos y de alta velocidad (D. Boltovskoy) .... o ••• o • o o • o • o ••••• o' o o o ••••• 37
Bombas de succión (J-R. Beers) o ••••• o •••••• o • o' • o o ••••• o o o ••• o o o' o o ••• o o' • o" o o' o o •••• 43
Introducción o •• o •••••••••• o ••• o • o ••••• o •• o •••••• o o • o. o •••••• o o 0.43
Ventajas de las bombas de succión o o •••••••• o •• o • o • o o o ••••• o o • o •••• o •• o o o • o o • o o ••• o o •• o 43
Desventajas de los sistemas de bombeo o • o •• o • o •• o ••• o ••• o • o • o o •• o o • o o o o o o o • o •• o o • o o o ••• o 45
Problemas comunes al muestreo con bombas de succión y con redes o o ••• o o o o • o' o o o o o o o • o • o • o o •• o • o • o 46
Evasión o o o •• o o •• o o o • o • o o o • o o o o • o •••• o • o •• o • o o o o o o • o o o o o o • o ••• o o • o • 46
Deterioro físico o o o •• o o o •• o • o • o o o o o • o o • o • o o •• o ••• o • o •• o o o • o o o o o •• o •• o ••••• o o ••• 46
Eficiencia comparativa de bombas y redes o o o o o o o o o •• o o • o o o o o •• o o •••••••• o o • o o • o o •• o o o o •• o o ••• o o •• o • 46
Tipos de bombas de succión o • o •••••• o • o ••• o •• o ••••• o •••••• o ••••••••••• o o • o •••• o •• o o o o o o o o ••••• o 48
Mangueras y tuberías o •• o •••• o ••••• o o ••• o • o o • o •••••••••••••• o •• o • o •••••• o o ••• o o o •••• 50
Otros componentes de los sistemas de bombeo o' o ••• o o •••••••••••••• o ••••••••• o •••••••• o • o •• o ••• o •• 51
Conclusiones y recomendaciones o ••••••••••••••••••••••••••••••••• o •••••• 51

Botellas (D. Boltovskoy) o ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• o ••••••••• 53


Introducción o •••••••••• o •••••••••••• 53
Tipos de botellas o •••••••••••• o o ••••••••••••• o •••••• o ••• o •••••••••••• 53
Botellas de pequeño volumen ..............................................•..................... 53
Botellas de mediano volumen 54
Botellas de gran volumen 55
Sistemas para muestreos estratificados ,. o •••••••••••••••••••••••••••• 55
Sistemas automáticos 56
Tratamiento de las muestras 56
Recomendaciones 56
Eficiencia comparativa del muestreo con botellas 57

VII
Métodos misceláneos (D. Boltovskoy) o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 59

Obtención de plancton a escala industrial (D. Boltovskoy) o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 61


Introducción o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 61
Los ensayos y sugerencias o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 62
Los problemas o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 62
Los primeros intentos exitosos o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 63
El krill
o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o 64
Perspectivas futuras o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 65

Problemas relacionados o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 67
Eficiencia y operación de los colectores o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 67
Forma del muestreador (O. Boltovskoy) o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 67
Introducción o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 67
Eficiencia de filtración de las redes lentas o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 67
Diseño de una red lenta o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 69
Eficiencia de filtración de los muestreadores de alta velocidad o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 69
Conclusiones y recomendaciones o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 70

La malla (D. Boltovskoy) o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o 71


Material constituyente o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o • o • o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 71
Flexibilidad o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o • o o o o o o o o o o o o o o o o 71
Elasticidad o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o •• o o o o o 71
Resistencia a la tracción o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o •••• o •• o o ••• o ••• o o ••••• o o •• o 71
Superficie de la fibra ..... o o o • o o ••••••••••••••••••••••• o o •• o o o • o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 72
Cambios volumétricos . o •• o o •• o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o ••• o ••• o • o •••••• o • o o o o o o o •• 72
Resistencia a los agentes abrasivos o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o ••• o •••••••••• o • o o • o o • o • o •• 73
Construcción o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o • o o o o o o • o o o • o o o o o o o o o o o o o o o ••• o •••• o • o o •• o o o o ••• o ••• o 73
Tipo de tejido. o • o o o • o •• o •• o • o • o • o • o o •• o o ••••••• o o o o o •• o ••• o ••• o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o •• o o o o o 73
Tamaño de los poros (colmatación) o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o ••••• o ••••••• o •• o • o •• 73
Uniformidad del tamaño de los poros o •• o • o ••• o •• o ••• o • o o •••• o ••••• o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o 79
Edad de la malla o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o •• o o ••• o o •• o o •• o o o • o o • o 79
Recomendaciones prácticas. o o o •• o o •• o ••• o •••• o o • o o • o o ••• o •• o o • o • o ••• o o • o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o 79

Evasión (D. Boltovskoy) .. o o o o o o o o o o o • o o o •• o •••• o o • o o • o •••••• o • o • o •• o o o o • o o • o o o o o o • o o o • o o o o o • o o o •• o • 81


Introducción o o o o o o o o o o o o o o o •••••• o o o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • o o o o •• o o •• o o o •••• o • o o •• o o o •• o o o 81
Conclusiones y recomendaciones . o o o o •• o o o o o o o •• o ••••• o o •• o •••••• o • o o o • o o o o o o o • o o • o o o o o o • o o o •••• 83

Estimación de la cantidad de agua filtrada (D. Boltovskoy) o o • o o o o o o o o o o o o o o o •••••• o o •• o • o •• o •••• o o o o • o 87


Introducción o o •• o • o ••• o o • o ••• o o • o o o o o o • o o o • o o •• o o •• o • o • o •••• o ••• o • o o o • o o o • o •• o o • o o o o o o • o • o • o •••• 87
Montaje del flujómetro sobre la red .. o o ••• o o o •• o • o ••• o • o o • o o o o o o o •• o ••••• o •••••••••••••• o o •• o o o o • 87
Calibración de los flujómetros o o o o o o o o o o • o o o o • o o o o o o o • o o o • o o •• o o o o o o o o o o o o o •• o o o • o o o o o o o o o • o • o • o •• 90
Problemas especiales con diferentes tipos de lances o o o • o o ••••• o o • o o o o o o o o o o o • o o o • o o o o o o o o o o o • o o o o o 92
Conclusiones y recomendaciones o ••• o o o o o ••• o ••••••• o o o ••••••••••••••••••••••••••••••••• o o •• o ••• 93

Estimación de la profundidad de muestreo (O. Boltovskoy) o o •• o o ••• o •• o • o •• o o o o o •••••••• o o o • o • o •••• o o o 95


Depresión del muestreador . o • o ••• o ••• o • o o •• o o • o • o ••• o o o • o •••• o •• o o o o • o o • o o o • o o o • o o •• o • o o o o • o o ••• 95
Estimación de la profundidad de muestreo ... o • o o o o o o •• o •••••• o •••••••• o ••••••••••••••••••••••••• o 96
Lances verticales y oblicuos . o o • o o • o o o • o •• o •• o • o •••• o ••• o o •••••••• o o • o o • o o • o o o o ••• o o •• o o o o •• o •••• 99
Conclusiones y recomendaciones . o o • o o • o o o •• o o o • o o o o o • o o •• o o •• o o o o •• o •••••••• o o o • o o • o ••• o o •••• o 100
Velocidad de barrido (O. Boltovskoy) o • o •• o o ••••• o • o o • o o • o o •• o ••• o o o ••••• o •••••••••••••••• o ••• o ••••• 101
Diseño de muestreos rs. Frontier) .. o o o o o • o o • o o • o o o o ••••• o o o •• o •• o •••• o o o o o ••• o o o •• o o •• o • o • o • o o • o •••• 103
Introducción. o o. o o ••••••••• o •••••• o o' o •••• o o ••• o ••• o o o o o o' o o o o o ••• o' o ••••••••••••• o •••• o •••• o o o 0.103
Diseños para una primera descripción. o o •• o •• o ••• o o ••• o ••••••••••••••• o ••• o o o ••• o ••••••••••••••• o 103 •

Variaciones geográficas .. o • o •• o • o • o ••• o • o ••••••••••••••••••• o •••••••••••••••••••••••••• o o ••• o ••103


Variaciones verticales o o • o • o • o o • o o • o o • o o •• o o • o o ••••• o ••••••••••••••• o •• o •••• o o •• o •••••••• o • o •••• 104
Variaciones estaciona les o' o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o •• o o • o o o • o o o o o • o •• o o o o o o •• o o o o • o o o o o o o o o ••• 104
Variaciones interanuales o o o o o o o o o o o o o o o o o o •• o • o o o o ••• o o o o o o • o o o o • o o o'. o o •• o o o • o o • o o • o o o • o • o ••••• 104
Variaciones nictimerales o circadiales o o •• o ••• o •• o o o •• o o • o • o o ••• o • o o o o •• o o ••• o • o o •• o • o •• o •• o o o o o • o 104
Estudios más profundos .. o ••• o •• o ••••• o •••••••••• o • o • o o ••• o • o • o o •• o ••• o ••••••• o o •• o ••• o • o • o • o • o o • 105
Muestreos estratificados o o o • o o o o o o o o o o o o o • o o o •••••••• o •••• o •• o ••• o ••• o •••••• o •••• o •••••• o • o • o • 0105
Muestreos regulares o o o o o o o o o o • o o •• o •• o • o o o o •• o •• o o o o •• o o o • o • o • o o o • o o o • o ••• o • o o ••• o o ••• o o •••••• 106
Muestreos al azar .. o o • o o o • o o o o o o • o o o o o o •• o o •• o ••••••••••••• o ••• o •••• o ••• o •••• o •••••••••••••• o •• 106
Recomendaciones generales o o •• o o ••••• o o •• o o ••••••••••••• o •••••••••••••••••••• o ••••••••• o •••••• o o 107
..
Tratamiento ulterior de las muestras. o o •• o ••••• o •• o o o ••• o ••• o o o • o • o o • o o o o • o o o o • o o o ••••• o •••• o ••••• o ••••• 109
Narcotización. relajación y tinción o o o o o o o • o o o •••••••• o o ••••• o •••• o •• o ••• o •••••• o o o • o o • o • o o o o o o o • o • o o o •• 111

VIII
Agentes y métodos narcotizantes para zooplancton marino (H.F. Steedman) 111
Tinción (D. Boltovskoy) 115

Fijación y preservación de zooplancton marino in toto (H.F. Steedman) 117


Introducción 117
Requerimientos generales de los líquidos fijadores-preservadores para plancton marino neto 117
El formaldehído como fijador-preservador para zooplancton 118
Composición del formaldehído 118
Formaldehído sin material: la reacción de Canizzaro 119
Formaldehído con material: la reacción de Sorensen 119
El pH del formaldehído y la fijación ; 119
Ajuste del pH de las soluciones de formaldehído 121
Los efectos de la evaporación del formaldehídó 122
Dilución del formaldehído 123
Dilución y fijación con formaldehído 123
Soluciones de formaldehído a partir de parafórmaldehído 124
Soluciones de formaldehído - tiempo de fijación 124
Aditivos para el formaldehído 124
Formaldehído con 3-fenoxi-propanol y con 1-2-propanodiol 124
Alcoholes como soluciones fijadoras-preservadoras para zooplancton marino 125
Etanol 125
Alcohol isopropílico .•.......................................................................... 126
Resumen y conclusiones 126

Etiquetado, almacenamiento, etc. de las muestras (D. Boltovskoy) 129

Determinación de la biomasa del zooplancton (J.R. Beers) 133


Métodos tradicionales de medición de la biomasa del zooplancton 133
Contenido de agua intersticial en las muestras 134
Fijación/preservación de las muestras 135
Métodos volumétricos 135
Métodos gravimétricos 136
Métodos químicos y contenido calórico 137
Equivalentes de biomasa y factores de conversión 138
Técnicas de campo recientes en la medición de la abundancia del zooplancton 139
Instrumentos de recuento/medición de partículas in situ 139
Métodos acústicos .............................................................•.................. 140

Submuestreo (D. Boltovskoy) 143

Fraccionamiento y separación (D. Boltovskoy) 147


Introducción 147
Separación 147
Fraccionamiento selectivo 148

Recuentos y análisis de los datos 153


Manipulación del material (D. Boltovskoy) 153
Introducción 153
Preparación de la muestra 153
Métodos de recuento de microzooplancton mayor y mesozooplancton 154
Métodos de recuento de microzooplancton menor 156
Recuentos automáticos 160
Cálculo del error en el recuento de organismos zooplanctónicos (S. Frontier) 163
Principio de la medida 163
Cálculo del error en el caso de una dispersión pefectamente al azar de los
organismos en una suspensión (ley de Poisson) 163
Cálculo más realístico, fundado en una relación empírica entre varianza y media 165
Tratamiento de los datos (S. Frontier) 169
Métodos rápidos 169
Clases logarítmicas de abundáncia 169
Transformación de los datos 171
Integración por planim~tría 173
Análisis más profur'ldos 175
Introducción 175
Cálculos estadísticos clásicos 175
Análisis factoriales ............................................................•................ 177
Clasificación automática 182
Análisis espectral 182
Análisis de la diversidad 183

IX
Indices de diversidad 183
Distribución de las especies: los diagramas rangos-frecuencias 187

Cultivos de zooplancton marino (D. Boltovskoy) 189


Introducción 189
Obtención del material 190
Recipientes 191
Medios de cultivo 194
Alimento _ 196
Problemas asociados ..............•......... _••.•••... __ 200
Contaminación química ..................••.........................•..•....................... 200
Contaminación biológica _ 201

Manejo general de datos, bibliografía y material (E. Baleeh) 207


Identificación: descripciones, claves y ficheros 207
De la bibliografía 209
Taxinomía 211
Del material 213
De los elementos de trabajo 214
Taxinomía y planctología 214

Parte 11
El Atlántico Sudoccidental

Características ~í~icas del At,lántico Sudoccidental (L.R.A. Capur.ro) •• •..••••...•.•.. , ..••. _•. _.• '.' ....•. 219
IntroducclOn •..•....• _.. _•.. _•.... _.•••.••••••.......• _.••••..•..•.•...••.•.•.••....•....•.•...•. 21 9
Características geológicas ...•............•............•..••.....•.•.......•.•..•...•...••....•... 219
Características oceanográficas: masas de agua y circulación ooeánica .••.......•.•.......•.......... 222
Masas d~ agua: •...••.....•.....•.••.•.•..•.....•..•....•.......••....•........................ 222
Clrculaclon oceanlca ...••..•...•....•....•.•..•.............•.....•.•......•....•.............. 224

Masas de agua en el Atlántico Sudoccidental (E. Boltovskoy) 227


Introducción 227
Definiciones, conceptos 227
Masas de agua superficiales y subsuperficiales ..............................................••• ; .. 228
Agua superficial antártica ..................................................•................... 229
Agua subantártica ..........................................•.................................. 231
Agua tropical y subtropical 233
Zona de convergencia subtropical/subantártica 233
Aguas costeras de la plataforma interna argentina 234
Agua costera uruguaya y brasileña 234
Agua intermedia 235
Agua profunda 235
Agua de fondo 236

Características biológicas del Atlántico Sudoccidental (D. Boltovskoy) 239


Introducción '.' 239
Los complejos flori-faunísticos planctónicos : 239
Complejo antártico 239
Complejo subantártico 241
Complejo subtropical 242
Complejo tropical 244

x
Los pláncteres cosmopolitas 245
Los ecotonos 245
La divergencia antártica 245
La convergencia antártica 246
La divergencia subantártica 246
La convergencia subtropical 246
La convergencia tropical 247
Los estuarios de los grandes ríos 247
Río de la Plata 247
Amazonas ......................................................................•............ 248
La diversidad específica 248

Parte 111
Zooplancton del Atlántico Sudoccidental

Introducción 255

Radiolaria (D. Boltovskoy) 261


Morfología. Caracteres de importancia sistemática 261
Biología 264
Reproducción y desarrollo 264
Alimentación: mecanismos 264
Motilidad 265
Adaptaciones a la vida planctónica 265
Distribución 265
Distribución horizontal 265
Distribución vertical 268
Utilidad e importancia 271
Situación en las redes tróficas 271
Indicadores hidrológicos 271
Bioestratigrafía 272
Paleoecología 272
Deposición 272
Métodos de estudio (D. Boltovskoy y S.s. Jankilevich) 273
Obtención y preservación del material ...........•................................................... 273
Procesamiento de las muestras para su estudio 274
Observación y estudio de los ejemplares 277
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Radiolaria 278
Clasificación de Radiolaria. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(D. Boltovskoy y S. S. Jankilevich) 280
Claves y caracteres diagnósticos para la identificación de Polycystina del Atlántico Sudoccidental 294
Familia Collosphaeridae 294
Familia Actinommidae 295
Familias Coccodiscidae y Phacodiscidae 297
Familias Spongodiscidae y Porodiscidae 298
Familia Litheliidae 299
Familia Pyloniidae 300
Familia Tholoniidae 301
Familia Spyridae 301
Familias Plagioniidae y Theoperidae 302
Familia Pterocoryidae 307
Familia Artostrobiidae 308
Familia Cannobotryidae : 309

Foraminifera (E. Boltovskoy) 317


Ubicación taxonómica, modo de vida 317
Organismo vivo (cuerpo protoplasmático y caparazón) 318
Biología 321
Reproducción ' - 321
Adaptaciones a la vida planctónica 322
Vida individual 323
Fenómenos estacionales 324
Relaciones tróficas 324

XI
Simbiontes, parásitos 325
Distribución 325
Distribución horizontal cualitativa 325
Distribución horizontal cuantitativa 328
Distribución vertical cualitativa (estratificación) 329
Distribución vertical cuantitativa 330
Utilidad e importancia 331
En las redes tróficas 331
En las ciencias biológicas 331
En las ciencias paleontológicas 331
En las ciencias oceanológicas 331
Como formadores de sedimentos marinos 332
Métodos de estudio 333
Recolección de foraminíferos planctónicos recientes 333
Fijación del material colectado .................•.................................................... 334
Tratamiento de las muestras planctónicas 334
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Foraminifera 335
Clasificación e identificación 336
Foraminíferos planctónicos del Atlántico Sudoccidental 344
Referencias de las especies citadas en el texto 346
Addendum 352

Tintinnina (S Souto) 353


Morfología, Caracteres de importancia sistemática 353
Morfología celular 354
Biología 355
Reproducción y desarrollo 355
Alimentación 355
Motilidad 356
Distribución 356
Utilidad e importancia 357
Métodos de estudio 357
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Tintinnina 358
Clasificación de Tintinnina. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(S Souto y S.S Jankilevich) 359
Clave artificial para la identificación de los principales géneros y especies
de Tintinnina del Atlántico Sudoccidental 367

Siphonophorae (A, Alvariño) 383


Introducción 383
Anatomía y terminología 384
Anatomía 384
Terminología 385
Biología 386
Alimentación 386
Toxinas 386
Distribución 388
Métodos de estudio 390
Clasificación, identificación y distribución de Siphonophorae en el Atláncito Suroeste 390

Hydromedusae (F. C, Ramírez y M. O, Zamponi) 443


Morfología 443
Glosario de términos técnicos 443
Biología 446
Reproducción y desarrollo 446
Alimentación 447
Nicho trófico 448
Distribución 448
Distribución espacio-temporal mundial 448
Distribución vertical 449
Distribución en el Atlántico Sudoccidental 450
Técn¡cas de estudio ' 451
Clasificación de Hydromedusae. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(F.C. Ramírez, M.O. Zamponi y SS Jankilevich) 451
Claves de identificación 458
Ordenes de Hydromedusae 458
Orden Anthomedusae 458

XII
grden Leptomedusae 461
Orden Llmnomedusae 462
Orden
rden Trachymedusae
Narcomedusae 463
464

Polychaeta (e. St~p-8owitz) 471


Morfología. Caracteres de importancia sistemática 471
Lopadorrhynchidae 471

BioJffy¡gf~¡d,e::;
Reproducción y desarrollo
¡¡!
475
~1~~I~~~~C.i~~.:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: :~~
Adaptac.iones a la vida planctónica 476
DlstrlbuclOn 476
Distribución horizontal 476
M~i~~~~ud~óenS:ue~~~c~l.: : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : : :~~
Reseña hi~tórica y estado actual d~1conocimiento de los poliquetos pelágicos 477
ClaslflcaclOn de los pollquetos pelaglcos. Registros de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(C. St(Jp-8owitz y S.S Jankilevich) 478
Clave de identificación de las familias. géneros y especies de poliquetos pelágicos 482

Pteropoda (S. Van der Spoel y D. 8oltovskoy) 493


Introducción 493
Morfología. Caracteres de importancia sistemática 493
Biología 497
Reproducción y desarrollo 497
Euthecosomata 497
Pseudothecosomata 498
Gymnosomata 498
Alimentación: mecanismos 498
Motilidad 499
Adaptaciones a la vida planctónica 499
Migraciones verticales 500
Distribución 500
Distribución horizontal (Atlántico Sudoccidental) 500
Especies antárticas 501
Especies subantárticas 501
Especies tropicales y subtropicales 501
Especies de distribución más amplia 503
Distribución vertical 503
Importancia y aplicaciones 504
Situación en las redes tróficas 504
Contaminación 505
Indicadores hidrológicos 506
Restos fósiles 506
Ciclos biogeoquímicos 507
Métodos de estudio 507
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Pteropoda 509
Clasificación de Pteropoda. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(S Van der Spoel. D. 8oltovskoy y SS. Jankilevich) ~ 510
Clasificación y distribución 513
Clave para la identificación de las especies y taxones inferiores 517
Addendum: Descripciones de las conchas embrionarias de Cavoliniidae (S Van der Spoel) 525

Cladocera (F.C. Ramírez) 533


Morfología. Caracteres de valor taxonómico 533
Morfología 533
Caracteres de valor taxonómico 533
Biología 535

XIII
Reproducción o • o •• o • o o 535 •• o

Reproducción partenogenética o • o •• o • o o • o o • o o • o o ••• o •••••• o •••••••• o •••••• o •••••••••• o •• o o • o 535 •••

Reproducción sexual o gametogenética o •• o ••• o •••• o • o o • o • o o • o • o • o • o o • o o • o • o • o •• o • o • o o o ••• 535


Alimentación y nicho trófico ... o •• o • o •• o •• o • o o •• o •• o ••••••••• o •• o • o ••••••• o •• o •• o •• o • o o ••• o • o •• o o 536 •• o

Distribución o o o o • o o o • o o • o o • o • o •• o o o •• o • o o o o o • o o •••••• o ••••• o •••• o o • o • o o ••• o •• o o •• o o o o o o • o •• o o o • o o • 536 o o o

Distribución geográfica mundial o • o • o ••• o'. o ••••• o o • o ••• o •• o •••••••• o •••••••• o • o •• o •••••• o •• o ••• o ••• 536 o o

Distribución horizontal . 00 o • o • o • o o ••••• o • o o •• o ••••••••• o •• o •• o • o •• o • o ••• o ••• o • o • o • o • o •• o o o • o o • 537


o o o •

Distribución vertical .. o • o • o • o • o • o o • o o •• o • o •• o o •••••• o o •••• o •• o •••• o •••••• o •• o • o • o • o • o •••••• o o ••••• 537


Migraciones nictimerales . o • o •• o • o o •• o ••••• o •• o •• o o o • o o • o ••• o o • o o o o o o • o o o • o • o o • o o o o • o •• o • o •• o • 538 o •

Distribución geográfica en el Atlántico Sudoccidental . o o o •••• o •• o •••••• o. o •••• o •••••• o o o •• o o o. o ••• 0... 538
Variaciones estacionales o. o • o •• o •••••••• o •• o ••• o ••• o • o •• o •• o •• o • o o •• o o • o •••• o • o o o o • o • o • o •• o o o •• 538
Métodos de estudio o" o • o • o • o ••• o • o •• o •• o o • o •• o ••• o ••• o ••• o • o •• o • o • o o •• o •• o o • o •••• o o • o • o o o • o •• o ••••• 540 o

Técnicas para la identificación o o o • o o •• o o o o •• o o •• o •• o ••••••• o • o ••••••••••••••••• o •••• o ••• o ••• o •• o ••• 540 o

Lista sistemática de los cladóceros marinos y especies registradas en el Atlántico Sudoccidental . o o • o o •• 540 o o

Clave para la determinación específica o o o o o • o o ••• o •• o •••••••••••• o ••••••••••••• o ••• o •• o ••••• o •••••••• 541 o

Ostracoda (M. V. Angel) o o o o • o ••• o • o •••• o • o o •• o o ••• o •• o o ••••••••••• o ••••••••••••• o •••••• o • o • o • o ••••• o •• 543 o •

Introducción .. o o o o • o • o • o •••••••• o o •• o ••• o •• o •• o ••• o o ••• o •• o •••• o o • o •••• o o •• o • o • o • o •• o • o • o • o • o o • o o • 543


o o o

Caracteres morfológicos de importancia sistemática en halocípridos . o ••••• o •••• o ••• o •• o ••• o • o •• o • o o • o o o o 543
Biología. o. o. o. o. o o. o. o.' O' o. o o. o o o o •• o. o o o. o o o. o o ••• o ••• o •••••••••••••••••••••• o •••••••• o. o. o o o. o o 0.547
Reproducción y ciclos de vida o • o • o o •• o • o o • o • o ••••••• o o • o ••••• o •• o •• o • o •• o • o o • o o •• o • o •• o • o • o o • o o •• o 547 ••

Crecimiento .... "0 o. o o o. o •• o o o o o o o o O" o o o •• o ••• o •• o ••••••••• o ••••• o. o ••••••••••••• o o •• o •• o •• o o •• 0.. 547
Alimentación y relaciones tróficas o • o o • o o • o o o •• o ••• o •••• o •••••••••• o ••••••• o • o • o •••• o • o • o •• o ••••••••• 548
Locomoción y velocidad de hundimiento o • o o • o o o •• o o o • o •• o o •• o •••••••••• o •• o • o ••• o • o o • o o o •••• o o • o o ••• 548
Bioluminiscencia. o • o o o • o • o • o •••• o • o •• o o •• o •• o o o • o o •• o o o • o o o o • o o •• o • o •• o ••• o o • o • o • o • o o • o • o o o o o o o o • o 549 •

Parásitos ... o •••••••••• o ••••••••••••• o •••••• o o •• o o ••••• o o • o • o o ••••• o o o • o o ••• o o • o • o • o •• o • o •• o • o o o ••• 549
Distribución . o •• o • o o o o • o o ••• o o o • o o • o o • o o • o o • o • o • o o o ••••••••••••••• o • o ••• o •••• o • o •••••••••• o • o o •• o •••• 549
Zoogeografía (Distribución horizontal). o ••••••• o ••• o •• o o •• o o • o •• o •••• o ••••• o • o ••• o o • o • o • o •• o • o o •• o •••• 549
Distribución vertical o • o • o • o o ••••• o o •• o ••••••••••••••••• o •• o • o •• o •• o ••••• o •• o •••••• o ••••••••• 551 o

Migraciones verticales diarias o ., ••••• o ••• o • o •• o •• o •• o • o o o •• o •• o • o • o ••• o o o o o o • o • o ••••• 551


Migraciones estaciona les . o •• o ••• o o •• o ••• o •• o • o •••••••••• o •••• o •••••• o ••••••••• o •••• o •••••• o ••• o o.552
Migraciones ontogenéticas o • o o ••• o ••• o o •• o o •• o o •••• o •••• o •• o ••••••• o ••• o • o • o o o o • o • o o o • o o o • 552
Métodos de estudio . o .' ••••• o • o ••• o •• o •••••• o ••• o •••• o ••• o •• o •••• o o •••••• o •• o • o • o • o •••• o • o •• o •• o •••••• 552
Resumen histórico o •••••••••••••••• o o •• o • o •• o •••• o •• o • o • o •••• o • o • o o ••••••••••• o 553 ••

Clasificación de Ostracoda y especies presentes en el Atlántico Sudoccidental o. o • o • o o • o o ••• o •• o ••• o ••• 554 o •

Clasificación .. o ••••••••••••• o •••• o •••••• o ••• o o ••• o •• o o •• o •• o • o o • o • o ••••••••• o •••••••••• o •• o •••••••• 554
Lista de especies o •••••••••••••• o •• o •• o ••••••••••••••••• o •••• o ••••••• o • o •• o • o ••••• o • , o • o o • o o o o • o o •• 555
Clave de identificación . o •••••••••••••••••••• o •• o o o ••• o •••••••• o •• o •• o • o ••• o • o • o •• o •• o o o •• o o • o o • o o • 561
o o •

Copepoda (T.SK. Bjorriberg) .. o ••••• o •• o. o o •• o o •••• o ••• o ••••••••••••••••••••• o •• o ••••• o. o •••• o. o o ••• o.' o587
Introducción o •••••••• o • o • o o •••••• o •• o o o •••••••• o •• o •••••• o •• o o •••• o o • o •• o •••••• o •••••• o • o .587
Morfología. Caracteres de importancia sistemática .... o o ••• o • o • o •• o o •• o o • o •• o •• o •• o ••••••••• o ••• o •• o • o • 587
Morfología externa o •••• o •• o ••••••• o •••••• o ••• o • o •••••••••••••••••• o •••• o •••• o o o • o • o o o • o • 587
Organización interna o •• o •• o •••••• o •••• o ••• o •• o •••• o ••• o • o •• o ••• o •••• o • o •• o ••••• o • o • o •• o .589
Biología. o •• o •••• o ••••• o ••••• o • o ••••••••••• o •• o o ••• o •• o o • o •• o o • o o •• o •• o ••••••••• o •• o •••••• o • o •• o ••• o • 590
Reproducción y desarrollo o ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• o • o o • o •• o • o • o •••••• o590
Motilidad y nutrición o ••••••• o •• o •••• o •• o •• o ••• o ••••••••••••••• o • o •• 590
Respiración o •••• o • o ••••• o •••• o o ••••• o o •••• o •• o ••• o • o •• o •• o •••• o •• o •• o •••••••••• o •••••• o • o •• o .592
Composición química y excreción . o •••••••••••••• o •••••• o ••••••• o •• o • o •••• o •• o o • o •• o ••• o ••••••••• o o 0592
Adaptaciones a la vida planctónica .. o •• o o • o o • o ••••• o ••• o •• o • o ••••••••••••••••• o •••••• o • o ••• o •• o ••••• 593
Distribución o • o ••• o •••• o ••••• o ••••••• o •• o •••• o •••• o • o o • o o • o •• o • o • o o ••••• o ••••••••••• o o •• o o 593
Distribución horizontal o • o •••••••• o •••••••• o ••••• o o • o •• o ••• o o • o o • o o o • o o o o • o •• o • o • o ••••• o o • o o 593
Distribución vertical o ••• o ••••••• o •••••••••••• o ••• o •• o o •••• o •• o •• o • o • o • o •• o ••• o o ••• 597
Distribución en el pasado o •••••• o o •• o o • o o •••• o ••••••••• o •••• o •••••••••• o ••• o o o • o • o • o •• o •••••••• 600
Utilidad e importancia. o ••• o ••••• o o •• o • o ••• o ••••••• o o •• o o • o o • o o ••••••• o ••••• o ••• o ••••• o •• o • o •• o ••• o ••• 600
Situación en las redes tróficas .... o ••• o ••••••••• o ••••• o ••••• o o ••••• o •• o •• o o o • o • o o • o • o o o o •••••••• o ••• 600
Indicadores biológicos ... o • o •••••••••••• o ••• o •••• o •• o ••• o • o o •• o •••• o • o o •••••••••••••• o ••• o • o •••• o o •• 601
Previsión de la pesca. o •••••••••••••• o ••••• o ••• o o o o o o ••• o • o o •••• o •• o • o • o •••••••••• o • o • o o ••• o •• o ••••• 601
Maricultura ..... o •••••••••••••••••••••• o ••••••• o ••• o o •• o •• o • o • o •• o o • o o o o • o • o o • o •• o • o o •••• o • o •• o ••• 602o

Métodos de estudio .... o •••••••••••••••••••••••• o •••••• o ••• o • o •• o • o o •••• o •• o • o • o o o o •• o ••••••••• o •• o o 0602


Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Copepoda . o •• o • o o • o ••••• o • o 00..... o •••••• o •• o • o o o • 602
Clasificación de las especies presentes en el Atlántico Sudoccidental
(T.S.K. Bjornberg. F. Campaner y SS Jankílevích) .. o o •••• o •• o •••• o •• o • o o o • o • o • o o o •• o o o o •• o • o • o o • o •••• o603
Claves de identificación y distribución de las especies .. o o ••• o • o •• o ••••••••••••••• o • o o • o • o o • o o • o o • o • o • o • 608
Clave para las familias de Copepoda planctónicos o •••• o •• 00 •• o •• o • o •• o • o o •• o • o • o • o •• o •••••••• o • o • o • o .609
Claves genéricas y específicas o o • o o • o o o • o ••• o ••• o ••• o o ••• o • o o ••••••••••••• o • o o •• o o o o • o • o o •• o o • o ••• o • 616
Calanidae . o •••• o ••• o •••••••••••••••••••••••••••••••• o •• o o o o • o o • o o • o o • o •• o o o • o o o • o ••• o ••••••••• o •616

XIV
Eucalanidae 619
Paracalanidae 621
Calocalanidae 624
Pseudocalanidae y Spinocalanidae 626
Aetideidae 629
Euchaetidae 632
Phaennidae 635
Scolecithricidae 637
Temoridae 640
Metridinidae 640
Centropagidae 642
Pseudodiaptomidae 644
Lucicutiidae 646
Heterorhabdidae 648
Augaptilidae, Arietellidae y Phyllopidae 650
Candaciidae 655
Pontellidae 657
Acartiidae : 661
Oithonidae 663
Oncaeidae 665
Sapphirinidae 668
Corycaeidae 673
Harpacticoida 677

Euphausiacea (E. Brínton y T. Antezana) 681


Introducción 681
Morfología y desarrollo larval 682
Morfología de los adultos 682
Caracteres taxonómicos 683
Desarrollo larval 684
Distribución y notas históricas 685
Clasificación de Euphausiacea y distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental 687
Claves de identificación 690
Clave de identificación de familias del orden Euphausiacea 690
Clave de identificación de géneros de la familia Euphausiidae 690
Claves específicas 691
Género Euphausia 691
Género Nematobrachion 693
Género Nematoscelis 693
Género Stylocheiron 693
Género Thysanoessa , 694
Género Thysanopoda 694

Larvas de Crustacea Decapoda (E.E. Boschi) , 699


Introducción 699
El desarrollo larval de los crustáceos decápodos 700
Características morfológicas del huevo, de las larvas y de la postlarva 701
Términos utilizados 705
Importancia de los estudios de las larvas de los crustáceos decápodos 705
Identificación de los estadios larvales y postlarvales 705
Distribución de las especies 705
Delimitación de regiones de reproducción 705
Predicción de las capturas 706
Relaciones filogenéticas 706
Importancia y significado de las larvas en el plancton marino ~ 706
M'étodos de estudio 707
Estudios realizados sobre larvas de crustáceos decápodos ...................•........................... 708
Clasificación, descripciones y distribución de las larvas de los crustáceos decápodos 710
Clasificación 710
Descripciones y distribución 718

Chaetognatha (O. Boltovskoy) 759


Morfología. Caracteres de importancia sistemática 759
Biología 764
Reproducción y desarrollo 764
Alimentación 766

xv
Motilidad 767
Adaptacion~s a la vida planctónica 767
RegeneraclOn 767
Parasitismo 768
Distribución 768
Distribución horizontal 768
Distribución vertical 770
Utilidad e importancia 774
Situación en las redes tróficas 774
Indicadores hidrológicos 775
Indica.dores pesqueros : 776
Parasitismo 776
Métodos de estudio ' 776
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Chaetognatha 779
Clasificación de Chaetognatha 779
Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(D. Boltovskoy y SS Jankilevich) ~ 781
Clave para la identificación de los géneros de Chaetognatha. Determinación de las especies
presentes en el Atlántico Sudoccidental 785

Thaliacea: Salpidae (G.B. Esnal) 793


Morfología. Caracteres de importancia sistemática 793
Anatomía del oozooide 793
Anatomía del blastozooide 795
Biología 795
Reproducción y desarrollo 795
Alimentación: mecanismos 795
Excreción 796
Distribución 796
Utilidad e importancia 798
Situación en las redes tróficas : 798
Indicadores hidrológicos 799
Métodos de estudio 800
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de los sálpidos 800
Clasificación de Salpidae. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental 801
Clave de determinación 803

Appendicularia (G.B. Esnal) 809


Morfología. Características de importancia sistemática 809
Anatomía del tronco _ 809
Familia Oikopleuridae 809
Familia Fritillaridae 810
Familia Kowalevskiidae 811
Anatomía de la cola 812
B iolog ía 81 2
Reproducción y desarrollo 812
Alimentación: mecanismos 813
Distribución 814
Utilidad e importancia 816
Situación en las redes tróficas 816
'Indicadores hidrológicos 817
Métodos de estudio : 818
Reseña histórica y estado actual del conocimiento de Appendicularia 819
Clasificación de Appendicularia. Distribución de las especies en el Atlántico Sudoccidental
(G.B. Esnal y S.S Jankilevich) 820
Clave de determinación 822

Ictioplancton (J.D. de Ciechomski) 829


Introducción 829
Morfología. Caracteres de importancia sistemática 829
Huevos 829
Larvas (larvas vitelinas) 830
Postlarvas 831
Biología 832
Características del desarrollo embrionario y larval 832
Alimentación , 833
Crecimiento 834

XVI

,
Mortalidad 834
Factores abióticos 835
Factores bióticos _ 835
Distribución 836
Distribución horizontal 836
Distribución vertical 836
Distribución estacional 837
Importancia de los estudios sobre ictioplancton 837
Métodos de estudio 838
Breve reseña histórica y estado actual del conocimiento del ictioplancton 840
Clasificación y distribución de los huevos y larvas de peces teleósteos en el Atlántico Sudoccidental 841
Descripción de los huevos. larvas y postlarvas de los taxones más importantes citados .
para el Atlántico Sudoccidental _ 850

Referencias Bibliográficas 861

Colaboradores .........•••.•....•...................................................................... 935

XVII
OBTENCION DE INFORMACION IN SITU
DEMETRIO BOL TOVSKOY

Los "platillos submarines" (0 "diving saucers" ),


Sumergibles a diferencia de los batiscafos, tienen una mayor
Uno de los primeros intentos exitosos de des- movilidad y maniobrabilidad horizontal y verti-
cender alas grandes profundidades oceanlcas cal, pero mucho menor alcance en profundidad.
pertenece a Barton. En 1934, el mismo V EI primero de estes fue el "Denise", constru ido
W. Beebe, en la batisfera disefiada por el primero, por J.Cousteau en 1959. En 1965 Barham (1966),
descendieron hasta, aproximadamente, 400 m. en 4 descensos sucesivos en el "Cousteeu Soucou-
pe Sous Marine" estudio el comportamiento de
Luego de la Segunda Guerra Mundial los adelan- las capas difusoras profundas (Deep Scattering La-
tos en este campo experirnentaron un notable yen) en el Pacifico Subtropical; y Clarke (1970)
empuje; en 1948 J. Piccard construvo el primer describio los resultados del estudio de estas rnis-
batiscafo "FNRS /I". Poco mas tarde comenza- mas capas con la ayuda de otros 4 surnergibles
ron va a aparecer los relatos de observaciones del ( "Deepstsr 2000", "Deepstar 4000", "Pisces"
plancton desde este tipo de aparatos (Nishigawa V "Alvin"). Las virtudes de este metoda son:
et. al., 1954; Bernard, 1955, 1958, 1962; Tregou- posibilidad de observacion directa, in situ, hasta
boff, 1956, 1958; Peres, 1959). EI batiscafo las grandes profundidades; relativamente rapida
'7 rieste", constru ido en 1960 , fue el pri mero en apreciacion de una gran columna de agua y reqis-
descender alas rnaxirnas profundidades oceani- tro de formas raramente identificables en el
cas (11000 m , Fosa de las Marianas, en 1960). plancton de red porsu fragilidad (Bernard, 1962).

Estos prirneros rnodelos no estaban equipados Sin embargo, el sistema es bastante poco difundi-
con aparatos de muestreo fuera de registradores do en los estudios planctonicos, Esto se debe,
de profundidad V temperatura, V los operadores principalmente, al altfsimo costo de las operacio-
s610 evaluaban visual mente la fauna circundante. nes (mas de 1000 dolares por hora), razon por
Sin embargo, en los sumergibles conternporaneos la cual su accesibilidad es sumamente limitada.
se incorporaron aparatos muestreadores con los Otras desventajas consisten en la imposibilidad,
cuales se han colectado plancteres de gran inte- en la gran mayor fa de los casos, de identificar
res (e.g., los ctenoforos descriptos por Madin V positivamente a 105 organismos observados; la
Harbison, 1978 a V b). imposibilidad de efectuar evaluaciones ~nti.
tativas razonablemente precisas; la perturbaqion
En la decade del 60 dos grandes desastres, para- del ambiente observado debido a la introduce ion
d6jicamente, dieron gran empuje a los trabajos de fuertes agentes externos al misrno (Iuz, movi-
en este campo; el hundimiento del submarino miento); la imposibilidad de colectar los ejern-
at6mico norteamericano "Thresher" , en 1963 , plares observados; la baja visibilidad de las for-
V la perdida de una bomba de hidr6geno, en mas gelatinosas·transparentes, etc.
1966. En 1967 habfa alrededor de 30 sumergi-
bles en el mundo. La rnavor ia disefiados para - Como acertadamente 10 destacara Schwenke
V dedicados a - tareas de salvataje; pero algunos (1972), 105 pocos estudios realizados hasta el
tarn bien equipados con aparatos de muestreo momenta no son mas que ensayos rnetodolo-
de plancton (redes V borr.bas) V herramientas gicos. Es muy probable que en el futuro el apor-
para su manejo externo (Rechnitzer, 1967; te de 105sumergibles al conocimiento del plane-
Rainnie, 1968). ton se aereciente notablemente.

J
· ..

Obtenci6n de informacion in situ

Fotografia submarina Otra de las interesantes aplicaciones en este cam-


po es el estudio del comportamiento de las redes
Desde los primeros ensayos exitosos de Louis planct6nicas en el seno del agua.
Boutan, en 1893, esta actividad sufri6 una ra- En los ultirnos afios han comenzado a ensayarse
pida expansion debida, en gran medida, a los en laboratorio teen icas de fotografiado mas sofis-
rapidos avances de las tecnicas fotograticas de ticado como, por ejemplo, la hologratica (Knox
los ultirnos afios, Sus aplicaciones en la indus- y Brooks, 1969) 0 con luz infrarroja (Bourdillon
tria, geologia, arqueologia, etc., son multiples y et al., 1977), para la observaci6n de plancton vi-
han side utilizadas desde principios de este siglo. vo, con resultados promisorios para los estudios
Sin embargo, dadas sus aun numerosas limitacio- etol6gicos (ver Beers, Knox y Strickland, MS,
nes tecnicas y el alto costo de los equipos, asf 1970).
como el tamai'io y caracteristicas de los organ is-
mos involucrados, en 10 que al estudio del planc-
ton se refiere la fotograffa submarina no es aun Fotografia submarina profunda
una herramienta de amplio uso.
La fotograf (a submarina profunda, desde sus
comienzos, ha aportado a la ciencia gran canti-
Fotografia submarina dad de informaci6n sumamente valiosa .. Como
en aguas someras ejemplo puede mencionarse que las primeras evi-
dencias acerca de la existencia de corrientes sub-
Se trata, principal mente, de la obtenci6n de foto- marinas abisales, asf como la abundancia de or-
grafias mediante el uso de carnaras submarinas ganismos planct6nicos en esas zonas consideradas
por parte de buceadores aut6nomos (ver p. 11). practicamente esteriles hasta entonces, fueron
logradas sobre la base de fotograflas submarinas.
A diferencia del fotografiado en aguas profundas, Como acertadamente 10 seiialara Dietz (1954),
este campo ha experimentado un notable desa- conocemos mejor la tara terrestre de la luna,
rrollo en los ultirnos afios. Sus aspectos metodo- 10000 veces mas distante de nosotros, que los
16gicos son detalladamente tratados en numero- fondos oceanicos, s610 porque la primera nos es
sos trabajos al respecto (e.g., Cross, 1954; visible.
Schwenke .r 1972; Richter, 1960; etc.) y los ulti-
mos adelantos en 10 que a material, rnetodos y Sin embargo, a pesar de ser una herramienta u-
equipos se refiere aparecen regularmente en las sual en geologia marina y en estudios de la fauna.
publicaciones periodicas dedicadas a la fotogra- bentonica (ver Hersey, 1967), en el campo de la
ffa submarina deportiva (e.g., Delphin, Skin- planctologia este rnetodo no tiene aun mucha a-
Diver, Ocean, etc.). plicaci6n. '\ .
Cuando el trabajo se realiza con cameras alsladas,
EI equipo de buceadores aut6nomos de W.M. sin equipo suplementario (ya sea teledirigidas 0
Hamner de la Universidad de California en Davis con disparadores autornaticos incorporados) el
es uno de los primeros y el mas activo en este fotografiado es a ciegas. Este defecto ha tratado
campo de la planctologfa. Sus estudios en el area de subsanarse incorporando mecanismos tales
de las Bahamas han contribu Ido enormemente al como sonares 0 ceiulas fotoelectricas al equipo
conocimiento de la etologia, morfologia, relacio- fotogratico de tal manera que el disparador es ac-
nes alimentarias, etc., de nurnerosos grupos zoo- cionado s610 en el momento en que este aparato
planct6nicos. EI valor de los resultados esta dado detecta algun objeto en el campo visual de la ca-
no solo por provenir de observaciones in situ, si- -,\ mara (Breslau et al., 1967).
no tarnbien porque muchas de las fotograffas ob- \

tenidas revelaron estructuras desconocidas hasta La mayorla de los equipos de television subrnari-
el momento ya que, debido a su fragilidad, no se na actuales estan equipados con carnaras fotoqra-
conservaron en las muestras de plancton de red. ficas 0 cinematograticas que pueden ser actuadas
Hamner (1974) presenta excelentes registros de cuando un fen6meno interesante aparece en el
algunos de los resultados logrados. campo visual.

8
Obtencion de informacion in Situ

Practicamente todos los batiscafos cuentan con


equipos fotograficos que avudan a registrar los
fenomenos observados. Nishigawa et al. (1954),
utilizando una camara fotografica durante su
descenso en el batiscafo "Kuroshto-Go" lograron
imagenes de Copepoda V de Chaetognatha a dife- A
rentes profundidades V expusieron algunas con-
clusiones acerca de la velocidad de los movimien- 2
IDI"r:l
~
tos de est os organismos sobre la base de las foto- ..,r-- .••.
graffas obtenidas. Sin embargo, al igual que en la
observaclon directa, las imagenes son frecuente-
mente de baja calidad. Generalmente no perm i-
ten una ldentificacion aceptablemente precisa de
los organismos observados V menos aun una ra-
zonablemente precisa evaluaclon cuantitativa de
sus densidades.

Television submarina
Comenzado a ensavarse en los afios 1947-1948,
en la actualidad este rnetodo es regularmente Fig 1 , Sistema integrado de televisi6n submarina para ser utili-
utilizado por numerosos institutos de investiga- , zado con buceadores aut6nomos (disef'lado original men-
'te para la inspecci6n submarina de avedas en cascos de
cion. Los fundamentos tecnicos del sistema fue- barcos),
ron concisamente expuestos por Barnes (1956) A)Equipo de superficie (portatil); B Equipo submarino;
y por Schwenke (1972). 1)Reglstrador de video-tape; 2) Monitor TV; 3) Mascara
para el buceador lincluye sistema de comuniceci6n con
el operador en superficiel; 41 Camara de televisi6n y re-
General mente, la camera sumergida esta conec- flectore.,
tada con una estacion en tierra firme 0 con una (De cat8logo de instrumental oceanografico producido
ernbarcacion, ve sea anclada 0, si el sistema esta por Hydro Products),
provisto de un arrnazon rnovil, en movimiento.

A veces se utillzan carnaras de menor tarnafio Sin embargo, tarnbien las limitaciones son nume-
que son manipuladas por hombres-rana (fig. 1). rosas: el material es solamente inspeccionado,
En el caso de las cameras fijas estas pueden estar nada puede ser tra (do a la superficie para un exa-
provistas de mecanismos de movimiento horizon- men detallado; la transparencia del agua es un
tal y vertical V de reflectores. En los ultimos factor limitante, mas abajo de la delgada capa su-
afios se estan desarrollando sistemas de transmi- perficial" el uso de luz artificial es indispensable;
sion sin cables, innovacion que arnpliara notable- el area inspeccionada es, general mente, pequefia:
mente las posibilidades del rnetodo. la calidad de las irnaqenes es inferior a aquellas
obtenidas fotograficamente; el equipo de trabajo
Entre las ventajas de la television submarina
involucrado en el uso de la television submarina
como herramienta para el estudio del plancton
debe contar con, al menos, un buen especialista
pueden mencionarse las siguientes: permite la
en electronlca. Finalmente, el mayor defecto es,
observacion durante largos periodos de tiempo;
,seguramente, el extremadamente alto costo de
no tiene restricciones en 10 que a la seguridad
personal se refiere, no introduce factores distur-
loS equipos.
bantes en el medio examinado ( a menos que se Desarrollado en la decada del 1950, este metoda
utllicen equipos de ilurninacion}: la imagen ob- fue utilizado principal mente para tareas de salva-
tenida puede ser ajustada V la orientacion de la taje, recuperacion de embarcaciones hundidas,
carnara corregida; permite la observacion de ob- etc. Poco mas tarde comenzaron a cumplirse al-
[etos rnoviles, sus travectorias V comportamiento. gunas de las especulaciones formuladas por Bar-

9
'f
I

Obtencion de Informacion In situ

nes (1956) V la television submarina eornenzo a V acercandose a la superficie de noche, perrnitie-


usarse para estudiar el comportamiento de diver- ron concluir que el responsable de las mismas era
sas artes de pesca bajo el agua, etologia de peces, el zooplancton (Univ. Calif. Dept. War Res.,
sonidos submarinos, etc. (Mavberg, 1973). Sin 1943). Desde entonces se han realizado decenas
embargo, su utilidad en el estudio del plancton de estudios que confirmaron la presencia de capas
fue poco explotada (densidades, capas difusoras) difusoras en todos 105 oceanos. Las de distribu-
debido, en gran medida, al pequefio tarnario de cion mas amplia son las !lamadas deep scattering
los organismos involucrados. layers, generalmente ubicadas debajo de 105
100 m durante el dfa, Su espesor suele oscilar
entre menos de 10 V mas de 200 m. La rnavo-
ria de las investigaciones que se realizaron sobre
Deteccion sonica ellas fueron con registros de baja frecuencia
(12 Khz) debido a que su radio de accion (mas
En la decada del 1920, gracias al desarrollo logra- de 1000 m) es mucho mas amplio que el de las
ondas de alta frecuencia (e.g., las de 200 Khz
do sobre las amargas experiencias de \a tragedia
del "Titanic" V de la Primera Guerra Mundial, son e:fectivas hasta, aproximadamente, 200 m,
comenzaron a entrar en uso los primeros detec- pero detectan objetos mucho mas pequefios que
tores sonicos que la Armada Inglesa instalo en las primeras: Barraclough et al., 1969) V, fre-
sus barcos para efectuar sondeos. Estos pioneros cuentemente, arrojaban resultados contradicto-
trabajaban con frecuencias audibles, V algo mas rios; la relacion entre la capa difusora V la canti-
tarde fueron reemplazados por los ultrasonicos, dad v/o tipo de organismos registrados por me-
dio de lances de red (Barv, 1966)0 por observe-
Basicarnente, una ecosonda es un aparato que ge- cion directa (Barham, 1966; ver p. 13) era insig-
nera vibraciones ultrasenicas por medio de un nificante. Estudios posteriores demostraron que
transmisor, estas penetran en el agua, se reflejan el problema no era tan sencillo como se supusie-
en el fondo, vuelven a la superficie, se reciben ra en un principio. La presencia V densidad del
por medio del receptor que amplifica la sefial V, registro dependen del sonido utilizado (se han
gracias a un mecanismo electrico, registra sobre ensavado desde 2 0 3 hasta mas de 4000 Khz)
un papel graduado el tiempo transcurrido entre as! como de las caractedsticas de los organismos
la ernision V la recepcion (ver, por ejernplo, Bar- presentes en la capa difusora, e.g., densidad,
nes, 1956). EI sonar, de desarrollo algo posterior, compresibilidad, presencia de cavidades aereas
se diferencia basicamente de la eco-sonda en que tales como vejigas natatorias en pedes 0 flotado-
los emisores V receptores ( = transductor) en vez res en Siphonophorae, etc. (ver Bea'mish, 1971).
de ser fijos y estar orientados vertical mente, son Los .resultados del simposio editados por
moviles V pueden barrer horizontalmente. Sin Farquhar (1970) brindan un excelente panorama
embargo, va que la sefial ultrasonica no solo es de la rnetodoloqfa V conocimientos ace rea de es-
reflejada por el fondo sino tambien por cual- te tema hasta la fecha (ver p. 133).
quier objeto con propiedades fisicas diferentes a
las del agua, los ecogramas tambien pueden regis-
Este metoda ha demostrado ser de utilidad, prin-
trar peces V plancton.
cipalmente en el estudio de las migraciones verti-
Durante los primeros arios del uso de las ecoson- cales masivas del zooplancton. Actualmente esta
das rnuv frecuentemente se nota que los regis- en una etapa netamente experimental, tal es aSI
tros obtenidos presentaban una respuesta positi- que los registros obtenidos deben ser corrobora-
va a cierta profundidad en el seno del agua. Es- dos con lances de red en el seno de la capa obser-
tas zonas grises, generalmente de reflexion me- vada (fig. 2), fotografiado, television u observa-
nos den sa que el fonda mismo V de origen desco- clones directas (Hersey V Backus, 1962). Sin em-
nocido, se denominaron "capas difusoras" 0 bargo, es probable que en un futuro no demasiado
"falsos fondos" ( scattering layers ). Mas tarde, lejano lIegue a utilizarse eficientemente, no solo
la acumulaci6n de datos V, principalmente, la ob- para estudios cuantitativos globales, sino inclusi-
servaci6n de que estas capas experimentaban rni- ve para evaiuaciones gruesas de la cornposicion
graciones verticales diarias descendiendo de d ia cual itativa de las capas difusoras (Beam ish, 1971 l.

10
Obtencion de informacion In SI(U

-~=-=~~"

Fig. 2. Metodo de investigacion de las capas difusoras empleado por W.D. Clarke.
La utilizeclon de una red especial, con sensores y cotector multiple, es de-
seable pero no imprescindible; redes de apertura y cierre menos sofistlca-
das ( e.g. , Clarke-Bumpus) pueden dar resultados excelentes para este tipo
de estudios.
1) Equipo de a bordo; incluye receptores de 105 registros de la ecosonda,
de la informacion recogida por los sensores acoplados a la red y controler
para regular el colector de la ultima; 2) Ondas de la ecosonda: el haz emi
tido por el aparato se refleja en la capa difusora y regresa para ser registra
do a bordo; 3) Cable hidrografico-conductor eitktrico, alimenta 105 com- )
ponentes electr6nicos de la red desde la superficie; 4) Los sensores de la
red envian la informaci6n recogida a cubierta par canales de frecuencia
modulada; 5) Red Isaacs-Kidd equipada con profundimetro, fluximetro,
foto y termorreceptores; 6) Colector multiple con varias secciones separa-
bles por medio de controles electricos desde la superficie; 7) Capas difu-
soras.
i (Redibujado de Clarke, 1970).

Buceo dos desde la superficie, describiendo numerosas


bbservaciones acerca del comportamiento de Ca-
lanus, Sagitta y otros orqanisrnos.
Casi sirnultanearnente con las primeras descrip
clones de redes de plancton comenzaron a apa- Sin embargo, solo desde fines de la decada del
recer en las publicaciones especializadas diversas 1960 en adelante cornenzo el buceo a formar
cr iticas acerca de la validez de este rnetodo de parte habitual de las tecnicas de investiqacion del
coleccion (p. 15). Uno de los problemas basicos zooplancton de algunos equipos de trabajo. La
se reduce al simple hecho de que practicarnente irtformacion publicada hasta el momento no es
todas las eonclusiones son deducciones inferidas demasiado extensa pero si sumamer.te interesan-
de fenornenos no observados directamente. te y valiosa. Gracias a la presencia del observador
in situ han podido descubrirse estructuras delica-
En 1921 Dammant publico la, posiblemente, pri- das en organismos de cuerpo fragil, practicarnen-
mera nota acerca de la observacion de plancton te desconocidas anteriormente por ser destru idas
marino in situ. En 1952 Bainbridge, con el fin de en las muestras de red ( e.g., los alerones estabi-
observar in situ los mecanismos responsables de lizadores en Cavolinia tridentata: Gilmer, 1974;
las migraciones verticales del zooplancton, reali- las redes mucosas de coleccion de partlculas ali-
zo 12 descensos con equipos de buceo alimenta- menticias en Gleba cordata y otros moluseos

11

.1--_
77;

Obt encron oerntorrnacron In situ

planctonicos: Hamner, 1974). Se reevalu6la irn- po de trabajo (Hamner, 1975) en estos estudios
portancia V frecuencia relativa de numerosos son el equipo de buceo autonomo, con 0 sin tra-
plancteres gelatinosos (Hamner et al., 1975); se je termico. EI apoyo en superficie es provisto
descubrieron numerosos detalles de importancia por una lancha que a su vez, mantiene contacto
en el comportamiento, rnetodos de alirnentacion, con tierra firme 0 con un buque oceanoqrafico
relaciones troficas V espaciales, velocidad de rno- cuando el lugar de trabajo es alejado de la costa.
vimiento, etc., de numerosos zooplancteres [Ma- Los descensos son realizados por dos 0 tres hom-
din 1974; Gilmer, 1972, 1974; Alldredge, 1972; bres slrnultenearnente, uno de ellos dedicado en-
Swanberg, 1974; Alldredge V Jones, 1973); e in- teramente a tareas de seguridad tales como ob-
clusive se descubrieron taxones total mente nue- servacion del area (en prevencion de ataques por
vos para la ciencia (Madin V Harbison, 1978 a V parte de tiburones u otros animales), control de
b). La posibilidad de obtener individuos en per- 105 tiempos V profundidades, orientaclon. con-
fecto estado de conservacion perrnitio la realiza- tacto con la base, etc. EI area del buceo es gene-
cion de nuevos V mas cornpletos estudios morfo- ralmente delimitada horizontal V vertical mente
logicos, fisioloqicos V reproductivos(Biggs, 1977; con cabos que ofrecen puntos de referencia fijos.
Be V Anderson, 1976 a; Be et al., 1977). En po- La coleccion de ejemplares se real iza en frascos
co.rnenos de 5 afios el buceo autonorno ha colec- transparentes 0, para volurnenes mavores, en
tado una gran cantidad de informacion bioloqica bolsas de plastico. Los recuentos se hacen utili-
practicarnente innposible de obtener mediante 0- zanco marcos de material plastico transparente
tros metodos, Por otro lado, si comparamos sus V contando los organismos observados a traves
costos con aquellos que involucra la preparacion de los misrr.os. Para la observacion de 105 con-
V real izacion de una carnpafia oceanogrcifica re- tornos, filtracion, desplazamientos, etc., de las
qular, la diferencia es notable. formas gelatinosas se utilizan colorantes inertes
(carm in, urinina, colorantes fluorescentes, etc.)
Las herramientas de rnuestreo utilizadas por los esparcidos en el agua que rodea al animal. Los
buceadores autonorros son varias. Para estudiar registrcs de carrpo son anotaciones que se hacen
el gradiente vertical de la distribucion de los or- con lapiz sobre oapet-reslstente (litoqrafico 0 fo-
ganismos en la interfase agua-fondo, Fager et al. togratico) 0 en qrabadores protegidos, vel foto-
(1966) cliseiiaron un con junto de 4 redes super- grafiado (ver p. 7 V p. 793).
puestas de boca rectangular con colector oclusi-
ble. La distancia recorrida es medida con un ca- EI rnetodo tiene tambien gran cantidad de des-
bo de nvlon atacc a un ancla funqifcrn-e. Otros ventajas sobre 105 rr-uestreos tradicionales. Po-
lnvesticadores [Ernerv, 1968; Hentig, 1971; cas investigadores estan preparados vlo dispues-
Ennis, 1972; Hopkins, ref. en Schroeder, 1974) t05 a bucear y 105 peligros son multiples (ataques,

utilizaron redes de plancton cornunes operadas descoropresion. etc.) Su puesta a cabo solo es
por buceadcres generalrnente irnpulsados par factible en aguas sumarnente claras y transparen-
unidades de propulsion electricas. Para la colec- tes (relativamente poco frecuentes en la vecin-
cion de anirnales visibles a ojc desnudo V para el dad de las costas, y general mente mas pobres en
rouestreo de zonas inaccesibles alas redes de plancton que las menos I (rr.pidas). Las operacio-
plancton se usan pequefios aparatos de succion nes solo son factibles en condiciones de tiernpc
accionados electricamente 0 utilizando el aire ideales 0 pro). irnas a ecuetlas, La temperatura
comprimido de un tanque de buceo tElTierv, del agua, si bien no constituve un factor lirnitan-
1968; Pauli V Cole, 1970; Clark, 1971);omues- te (en Antartida se realizan buceos autonorros '
treadores a piston (Hentig, 1971). Para la obser- regularrnente) es tar-bien de gran irnportancia.
vacion de 105 organismos menores, diffciles de a- Solo es utilizable en 105 10-15 rn oe agua super-
preciar a ojo desnudo, Likhovoz (1975) utilize ficiales (mas abajo la visibilidad es insufieiente y
105 problemas de descornpresion mas complies-
una Iura especial con fuente de luz incorporada
que brinda aumentos de hasta 35 x. ' dos). EI nano y microplancton no son evaluados
practicarnente en absolute. V tampoco los meso
V!.H.Hamner es uno de los planctoloqos contem- V rnacroplancteres dernasiado rapidos. Las eva-
pora~eos con mas experiencia en este tipo de luaciones cuantitativas son surnarnente irnperfec-
trabajos, Las herramientas utilizadas por su gru- tas.

12
;.'
,
I'

Obtencion de informacion in situ

"
por Maddux y Kanwisher(1965); Boyd y Johnson j\
(1969) y Boyd (1973) para fabricar un mues- II
treador que contara organismos mientras era re- :H, .
• 1

molcado en el seno del agua. EI aparato consiste, ;J


\i
basicarnente, en una red que funciona como em- 'I
budo eoncentrador para el detector electr6nieo II
'I
acoplado a su extrema posterior (figs. 4 y 5). La II
detecci6n de las partfculas que pasan por ese ex- "1

tremo abierto se basa en los cambios de impe- Ii


II
'Ii
dancia 0 resistencia (con respecto a la del agua
de mar) que estas producen entre los electrodos
;:
"

del aparato al pasar por su luz. EI modelo des- !I


IJ
crlpto por Boyd (1973) permite registrar partf-
culas de entre 0,078 y 8,69 mm cubicos con una
Fig.3. EI "Seeteb III" de la U.S. Navy. Los "Seelsbs" esUn di-
sefiados para servir de base de operaciones submarinas resoluci6n temporal de 15 milisegundos ( = 3 em ,I
para buceadores aut6nomos.
a una velocidad de barrido de 4 nudos). Adernas,
(De Bascom, 19691.
esta equipado con registradores de temperatura
y profundidad. Las sefiales de voltaje generadas ,
I

son transformadas en sefiales de freeuencia mo- 1:


As i y todo, los pocos ensayos realizados hasta el dulada, registradas a bordo en cintas rnaqneticas f.:r
momenta parecen indicar que, para ciertos tipos y graficadas por medio de una eomputadora i.i
, I
de areas y prop6sitos estos rnetodos son inmejo-
rabies, y que el advenimiento de nuevos adelan-
(fig. 5; Boyd, 1973). En definitiva, el aparato no
brinda informaci6n aeerca del tipo de organis-
II
tos tecnicos en el campo del buceo aut6nomo
contribuira a una pronta expansi6n de estos tra-
mo pero sf acerca de su profundidad, temperatu- ill
ra del lugar y, lo~e es mas interesante, su volu- !"I
bajos. Por otro lado, el desarrollo de las estacio-
men y la distancia en em que 10 separa del proxi- r. II
nes submarinas tales como 'as "Conshett" de mo mas cercano (Boyd, 1973). EI muestreador
Cousteau, y los "Seelsbs" norteamericanos (fig.3)
permitlran incursionar en profundidades mucho
s610 es utilizable en aguas oceanicas pelagiales i'l'
f-
ya que es all f donde el porcentaje del abioseston
mayores que las que son accesibles en la actual i-
dad (ver Bardach, 1970; Schroeder, 1974). I'll
I

Aparatos detectores de I
II'
, I
I'
I

plancton in situ Ij
[.
I

Uno de los problemas mas diffciles de abordar I


en el estudio del plancton es su distribuci6n en I
pequefia escala 0 rnlcrodlstribucionrPractica-
mente todas las artes de pesca totalizan la mues-
tra eliminando las pequefias difereneias espacia-
les. Sin embargo, estas diferencias, del orden de
~ B I
::1
em y m, existen y su importancia, reconocida I,
haee tiempo en 10 que eoncierne alas poblacio-
nes terrestres (feromonas, territorialidad, preda- Fig. 4. ElQUema de un detector de plancton in situ.
A) Esquema general; B) Corte sagital; C) Vista posteri~r.
i: I
ci6n, fen6menos sociales, etc.), fue largamente 1) Componentes electr6nicos embebidos en material f:tl
descuidada en el estudio del planeton. pl6ltico aislante; 2) Aleta; 3) Cable conductor (a la su- ',
perficie): 4) Flux{metro; 5) Malia gn.Iasa deflectora de
En 1957 Coulter describi6 un aparato para el re- las part(culas de mayor tamarlo; 6) Cablas de remolque;
7) Electrodes; 8) Red concentradora; 9) Poro de escape
euento automatlco de eritrocitos; el principio de de las part(culll mayores; 10) Cono de entrada.
funeionamiento aplicado fue mas tarde utilizado (Redibujado de Maddux y Kanwisher, 1965).

13

h
...

-.----------------- .--:.-~-.;........-----------------.
.

Obtencion de Informacion in situ

A pesar de que el sistema es muy nuevo y aun


necesita numerosas mejoras su uso ya ha dado
resultados sumamente interesantes (Boyd, 1973).
J Maddux y Kanwisher (1965) especularon que en
t el caso de poblaciones de baja diversidad especi-
fica no se excluye la posibilidad de obtener bue-
f! nos resultados cualitativos relacionando los ta-
f mafios registrados con las especies estudiadas en
.I'
200
. el area por rnetodos tradicionales .
Mas informacion acerca de este tema puede
250
m consultarse en Boyd (1978), Dauphinee (1977),
Herman (1977), Herman y Denman (1977), San
Fig. 5. Registro obtenido con detector de plancton in situ. Feliu y Margalef (1968), Sheldon (1978), etc.,
Cada cruz representa un orgenismo; cuando el aparsto as! como en la seccion correspondiente a "Deter-
registrs mas de un organismo por segundo, las cruces eo- minaci6n de la biomasa del zooplancton", en
rrespondientes son trszadas debajo de Is primers.
este tratado.
(De Boyd, 1973).

Para finalizar, resulta interesante mencionar


las experiencias de Braithwaite (1971) y de
es suficientemente bajo como para no tergiversar McNaught (1968) de la aplicacion de la acustica
los datos, La precision de los resultados es suma- al recuento y determinacion de tarnafiosde las
mente alta: Maddux y Khanwisher (1965)' aco- partlculas suspendidas en el agua. Sequn el infor-
plando una pequefia red al extremo abierto del me producido por el WG 29 (UNESCO, 1973),
aparato. compararon los registros obtenidos con teorlcamente, este es el rnetodo que ofrece pers-
recuentos del material retenido por la red hallan- pectivas mas promisorias, aunque todavfa esta en
do que las diferencias no sobrepasaban el 3,6 % una etapa meramente experimental (ver tarnbien
(con excepcion de un dato dudoso). p. 133 et seq.i,

14
_iiii"""iBii!i' ~----------------~----------------

OBTENCION DE MUESTRAS DE PLANCTON

Redes propositos fijados. Pol" otro lado, tarnbien influ-


DEMETRIO BOL TOVSKOY ye el nivel de recursos y posibilidades con que
cuenta el orqanisrno 0 laboratorio en cuesti6n.
Introducci6n Por ello, el tan acariciado anhelo de universalizar
el uso de un muestreador tipo en todo el mundo
Indudablemente las redes fueron, son y, proba- a fin de hacer totalmente comparables los resul-
blemente, sequiran siendo durante mucho tiern- tados, tal vezjarnas lIegue a ponerse en practica.
po el metodo mas cornunrnente utilizado para la
La presente secci6n no intenta dar una lista de ta-
obtenci6n de muestras de plancton. Los prime-
ros modelos datan de hace mas de 150 afios: en lIada de todos los aEatos conocidos, para esto
pueden consultarse los trabajos de Fraser, 1968;
1828, el medico inqles J.V. Thompson confec-
cion6 la primera red para coleccionar larvas de Jossi, 1970; Kiselev, 1969; Ornalv, 1966; s610 se
crustaceos, Algunos afios mas tarde este metodo describran algunos de los modelos que mas difu-
comenz6 a popularizarse y ya antes del 1900 se si6n tuvieron, ciertas redes para usos especiales y
utilizsban redes de cierre para colectas verticales otras que se consideran interesantes por alqun
estratificadas (ver p. 21), y algunas de ellas eran motivo.
de construcci6n extrernadarnente complicada Con el fin de presentar una relaci6n mas 0 me-
(Albert I de M6naco, 1889; Tanner, 1893). Ac- nos concisa del tema, dividiremos estasecci6n en
tualmente, existe mas de un centenar de tipos de los siguientes t6picos: 1) Redes sin mecanismos
redes planct6nicas descripto. Sin embargo, fre- de cierre; 2) Redes con cierre y apertura; y 3)
cuentemente, las variaciones entre modelos dife- Muestreadores cont (nuos. autornaticos y de alta
rentes son de muy poca monta; algunos de ellos velocidad. Los numerosos factores que afectan a
no han sido utilizados mas que por el propio la eficiencia de los aparatos colectores, tales co-
creador y otros, inclusive, jarnas IIegaron a cons- mo tipo de malia, disefios de los muestreos, eva-
truirse. Tal profusi6n de redes se debe a varios sion, erc., seran tratados separadarnente' (p.S7 et
facto res : ya en 1903a Lohmann observe que seq. ).
ninqun aparato pod ia ser ideal para colectar to-
dos los organismos presentes en una rnasa de
agua dada; considerese, por ejemplo, el hecho de
que mientras pocos litros de agua pueden ser
Redes sin mecarusmos de cierre
suficientes para obtener una muestra representa-
tiva del nanoplancton de un lugar dado, muchos
Descripcion y construcci6n
metros cubicos seran necesarios para lograr el de redes si mples
mismo resultado en 10 que al megaplancton de la
misma area se refiere. Detalles tales como los EI modelo mas sencillo es aquel que esta com
prop6sitos del estudio, las caracter isticas biol6gi- puesto por un cono de malla filtrante cuya base
cas, geograticas, y otras del lugar, el tipo de orqa- mayor esta fijada a un aro rnetalico y alas bridas
nismos colectado, etc., obligan al investigador a de remolque, y el posterior munido de un reci-
elegir uno -el mas adecuado- de los aparatos piente colector de la muestra (fig. 6). En algunos
conocidos. Esta selecci6n, inevitablernente, ac- model os, al extremo anterior se adosa un cono
tuara en detrimento de algunos aspectos de la truncado (fig. 6: 14) para aumentar la eficiencia
colecci6n, pero contribuira en el sentido de los de la filtraci6n (ver p. 67). Normalmente, este

15
· ..

Redes

3 • Bridas de remolque. Se fijan al aro por medio de


nudos, 0, cuando son de acero, con gazas asegu-
radas con grampas metalicas a presion del tipo
Nicopress. Los cables de acero son mas seguros
que los cabos de cafiarno 0 nylon pero cuentan
con la desventaja de oxidarse. Por otro lado, con
el uso los alambres de acero que forman el cable
------- suelen romperse y separarse ofreciendo puntas y
espinas peligrosas para el operador v . sobre todo,
para la red misma. Los extremos libres del cable
Fig.6 Esquema generalizado de los componentes principales
y relaciones geometricas de una red de plancton.
tarnbien son muy peligrosos en este sentido y de-
ben cubrirse con varias vueltas de tela adhesiva.
1) Cable del guinche oceanogrMico; 2) Grillete girato-
rio: 3) Bridas de remolque; 4) Aro de metal; 5) Angulo Los extremos opuestos de los tres cables 0 cabos
de expansi6n (a); 6) Boca de la red area = A = tt r2 ; 7) se reunen en un anillo 0 grillete, preferiblemente
Angulo del lade de la red (8); 8) Area de filtracibn =
a = tt (rl + r2) hz; 9) Recipiente colector 0 copo: 10) giratorio, que va unido al cable del guinche ocea-
Diarnetro del extremo posterior de la red (2rz); 11) noqrafico.
Largo del capo ("'" h3); 12) Largo del lado de la red
(hz); 13) Diarnetro de la boca (2rt); 14) Cono reductor
(puede faltar}: 15) Cable de seguridad. Ala = rr r~ t n Todos los elementos ubicados frente a la boca de
rlhz =cos 8. la red inciden desfavorablemente sobre la efi-
IModificado de Tranter y Heron, 19671. ciencia del mue~ (ver "Evasion", p. 81), y las
bridas son el principal de ellos. En un intento
por solucionar este inconveniente, Nakai (1954b)
cono reductor es de lona, y la red propiamente diseiio un sistema de enganche que prescinde de
dicha de malla po rosa uniforme. Algunos investi- las tres bridas en cuestion (ver p. 81, fig. 53).
gadores utilizaron redes compuestas por varias
secciones con mallas de diarnetro de poro decre- Red. EI cono de malla filtrante es el elemento de
ciente hacia el colector ("ICES standard", "Dis- mayor importancia. Puede comprarse ya listo pa-
covery N10"; Currie, 1963; Treqouboff y Rose, ra el uso en cualquiera de las firmas comerciales
1957, etc.). Si bien estos modelos, efectivamen- dedicadas a su produccion, 0 confeccionarse por
te, disminuyen el grado de colrnatacion (ver p, medios propios, adquiriendo los materiales cons-
71) y durante el descenso vertical pueden com- tituyentes. La segunda variante es mucho mas
portarse mas eficientemente (Currie, 1963), sus aconsejable ya que no solamente redunda en un
caracter isticas hidrodinarnicas son poco conoci- notable ahorro moneta rio, sino que perrnite ajus-
das y su uso no se recomienda (Tranter y Smith, tar el disefio mucho mas precisamente alas nece-
1968). sidades del trabajo,
Paraconstruir una red muy sencilla, apta para es-
A continuacion daremos una breve descripcion tudios cualitativos generales y para los cuantita-
de los componentes de una red cornun, asi como tivos -si se utiliza fuera del agua- volcando vo-
consejos generales acerca de su construccion y lurnenes de I iquido medidos a traves de ella con
utilizacion. una bomba 0 recipiente tarado, sirven el disefio
ilustrado en la figura 7 y las siguientes relacio-
Aro metalico. En la parte anterior, mantiene la
nes:
boca de la red abierta yael va fijada la red mis-
ma. por un lado, y un trio de cabos unidos al ca-
ble de remolque, por el otro. Estas tres bridas
van sujetadas a tres anillos u oja!es distribu idos
equidistantemente y soldados al aro. General- siendo: r 1 = radio de la boca; r 2 = radio del ex-
mente, se construye de acero inoxidable, en el tremo posterior; h2 = largo del lado del cono
caso de redes mayores, 0 de bronce 0 aluminio (costura); h3 = largo del lade del extremo que se
para las de 30 - 50 cm de diarnetro de boca. EI elimina para acoplar el copo; y z = anqulo apical
agua de· mar oxida muy rapidarnente el hierro del cono desarrollado (ver tarnbien Boltovskoy y
cornun y este oxide corroe el tejido de la red. Wright, 1976; Jashnov, 1934; Kiselev, 1969; Sei·

16
Redes

bio de tela libre este orientado hacia atras, es de-


cir, hacia el vertice del cono, ya que ello reduce
las posibilidades de que el material quede reteni-
do en ellas (fig. 8 a.c).
La costura longitudinal, entre 105 lados opuestos
de la gasa debe ser reforzada con una cinta de te-
la de algod6n 0 seda resistente. Para redes de ta-
rnafio mayor de 30 - 50 cm, general mente se uti-
lizan varios gajos 0 secciones de circulo cosidas
entre 5 I. Para ello, primero se grafica el molde
entero (por ejemplo, de acuerdo alas indicacio-
nes expuestas mas arriba) y luego este se divide
con radios en 3, 4 6 5 secciones iguales, las cua-
Fig.7. Esquema del molde para la confeccion de redes les se cosen E}l"ffre 51. Cada una de estas costuras
planctonicas cuatitativas, pequeiias.
longitudinales debe ser reforzada con una banda
(Modificado de Boltovskov y Wright, 1976).
de tela resistente. Estas bandas no 5610 aseguran
la costura misma, sino tarnbien absorben gran

well, 1929). Schwoerbel (1970) describe un me-


todo mas sencillo para la construcci6n de peque-
fias redes de microplancton.
"i
Para la mayor ia de 105 trabajos de muestreo del
plancton marino con redes remolcadas hay, sin
embargo, una serie de factores que deben ser
contemplados, tales como la porosidad de la rna-
Iia (M, la relaci6n de superficie filtrante (R), la
concentraci6n de seston en el lugar de trabajo, la
duraci6n de los barridos, etc. Las redes sencillas
,. descriptas anteriormente no toman estos facto-
res en consideraci6n v, consecuentemente, de-
ben buscarse disefios mas adecuados. En las see-
ciones "La malla" (p. 71) y "Forma del mues-
treador" (p. 67), el lector encontrara explicacio-
nes detalladas de como calcular las medidas del
aparato de acuerdo a lasvariables mencionadas.
En todos 105 casas el molde se disefia primero en
. un papel y luego se transfiere a la tela; a 10 largo
de todas las costuras se dejan unos 5 - 10 cm pa-
ra los dobleces y refuerzos. Los extremos del co-
I no as I como la secci6n donde se etectua el es-
trangulamiento, si la hubiera (ver mas adelante), . Fig.8. Detalles para la construcci6n de una red de plancton.
;1

I
deben ser reforzados con bandas de lona. Todas a) Union (costura) entre la red V el collar de lona infe·
'\'
las costuras se hacen con hila resistente y en
rior; b) Union (cosrura) entre los lados opuestos del co·
no filtrante y el refuerzo (banda longitudinal de lonal .i
ziq-zaq: no en linea recta, ya que las perforacio- correspondiente, en corte transversal (derecha . afuera,
izquierda - interior de la red); c) Union (costural entre la
'·1
:,1
nes densamente alineadas debilitan la tela mucho
mas que las distribu idas en filas paralelas. Por el
red V el collar de lona superior; d-f] Diferentes sistemas
de amarre de la red al aro rnetalico.
'il
1
mismo motivo conviene disminuir la cantidad de 1) Collar de lona inferior; 2) Red; 3) Costuras; 41 Banda '1
longitudinal de lona de refuerzo; 51 Ojal de bronce; i
Costuras superpuestas y aumentar el grado de reo
sistencia del hila utilizado. En todos 105 casas las
6) Collar de lona superior; 71 Aro rnetalico: 81 Bridas de
remolque; 91 Cabo de nvlon 0 cafiarno .
i,
1

costu ras deben hacerse de tal manera que el la- (Original I.

17
Redes

parte de la tension que se ejerce sobre la red du-


rante el barrido. Por ello deben ser levemente
mas cortas que la red misma a la que estan cosi-
das de tal forma que, al estirarse esta ultima por
efectos de la presion del agua, las longitudes de
ambas sean, aproximadamente, iguales. Tranter
V Smith (1968) recomiendan 4 bandas longitudi-
nales para redes de menos de 1 m2 de superficie
de boca, V 8 para redes rnavores, Las bandas
transversales deben ser evitadas par interferir en
la pareja distribucion de la filtracion a 10 largo
de la red (Smith V Clutter, 1965). La union con
el aro puede ser permanente (fig. 8 d), cuando
este es cosido dentro del collar de lona superior;
0, mejor aun, temporaria (fig. 8 e,f); el segundo
metoda es mas recomendable va que ambas pie-
zas pueden separarse para lavar la red, pintar el
aro, almacenar ambos separadamente, etc.
~20

Recipiente co lector 0 copo. Fijado al extremo de ~ ...


la red; en el se deposita la muestra colectada. EI
modelo mas primitivo es un simple frasco, sin ~--14

aberturas ni grifos, acoplado a la red (fig. 9 A,B).


Para redes pequeiias V trabajos en areas litorales,
desde embarcaciones chicas o desde la costa,
puede servir el modelo ilustrado en la figura 9 B,
1IIiE}" G _21

sumamente sencillo, econornico V de tacil cons- ,.


truccion. A veces se utilizan colectores con un
grifo terminal (fig. 9 F), que facilita el trasvasa-
miento de la muestra; uno de los problemas de
este dispositivo es que, frecuentemente, el orifi-
ci 0 se tapona, sobre todo cuando el lance es rico
en animales gelatinosos. La provision de superfi-
cies porosas (generalmente malla de nvlon 0 de Fig. 9. Oiferentes tipos de recipientes colectores (copos] para
redes de plancton.
metal de porosidad identica 0 menor a la de la
A) Recipiente de material plastico, ciego, con tapa a ros-
red) laterales (fig. 9 D,E,F,H) reduce el volumen ca, perforada; B) Recipiente de vidrlo, ciego, para redes
total de la muestra facilitando su manipuleo. manu ales pequenas; C) Recipiente de metal con fonda
de malla; 0) Recipiente con ventana de drenaje lateral,
fija; E) Recipiente con dos ventanas laterales, intercam-
Estas ventanas general mente son fijas; en el caso biables; F) Recipiente con ventana lateral fija y grifo en
de los recipientes de PVC (fig. 9 D) el tejido se la base; G) Recipiente blando (bolsa de malla); H) Reci-
piente con ventana lateral fija y fonda desmontable.
pega a la superficie interna de la abertura con al-
1) Extremo de la red; 2) Abrazadera; 3) Collar de lona
gun pegamento sintetico insoluble en agua de inferior; 4) Tapa del frasco a rosca, perforacla; 5) Frasco
mar V la superposicion se alisa con suficientes ca- de plastico; 6) PioHn 0 elastlco: 7) Embudo de vidrio;
8) Tubo de goma; 9) Pinza de Mohr; 10) Recipiente de
pas del mismo pegamento. En la figura 9 E se metal 0 plastico; 11) Fondo de malla; 12) Ojales para el
ilustra un colector con ventanas laterales de ma- cabo de seguridacl al aro de la red 0 al cable de remolque;
13) Recipiente de PVC; 14) Ventana de drenaje lateral,
lIa intercambiable que, consecuentemente, pue- fija. con malla de nylon 0 de metal; 15) Ventana de dre-
de ser utilizado con redes de diferente porosi- naje lateral, intercambiable. de mall a de nylon; 16) Aca-
nalaclura para alojar la abrazaclera; 17) Grifo para la ob-
dad. La superficie de drenajeen la base 0 fondo del tenci6n de la muestra; 18) Cilindro de material rlgido;
colector (fig. 9 C) no es recomendable ya que so- 19) Copo blando, bolsa de malla de nylon; 20) Anillo de
metal. plastlco: 21)Cilindro de metal 0 plastico; 22) Ma-
bre ella (y sobre los organismos all r depositados) nijas para desatornillar el fonda del recipiente colector;
se ejerce directamente la presion del agua duran- 23) Fondo desmontable.
te el barrido, deteriorando, de esta manera, el (Original).

18
Redes

material colectado. Las bolsas de malla de red rando el material contenido. Para evitar el pro-
utilizadas como colector (fig. 9 G) tienen venta- blema se opto por incluir una bolsa ci I fndrica de
jas (ver mas adelante) pero son sumamente inco- malla en otra de lona con el fonda poroso y re-
modas para manipular y pueden resultar altamen- forzada en ambos extremos con aros rnetalicos
te destructivas para los orqanisrnos. (fig. 100). Baker eta!. (1973) perfeccionaron el
modelo haciendo ambas bolsas corneas (fig. 10 E),
Clarke (1969) realize una serie de ensayos con

copos de diferente disefio y algunas de las con-
de tal manera que se elirnino total mente el pro-
blema del flameo luego de cerrada la red (el co-
clusiones correspondientes se sumarizan en la fi-
po actua a modo de "ancla") y, al mismo tiern-
gura 10. EI unico modelo en el cual el material
po, se agrego superficie de filtracion.
se concentraba regularmente en el colector era
aquel representado por una bolsa de malla de red EI deterloro del material colectado por efectos
de cuello angosto y extrema distal abultado. Sin de la presion del agua sobre el mismo se reduce
embargo, una vez que la red se cierra, este reel- utilizando copos de malla, 0, por ejemplo, dispo-
piente comienza a flamear y a golpearse, mace- . niendo el co lector en anqulo recto con respecto
al eje longitudinal de la red, mediante un coda
de material rigido (Nichols y Wood, 1978).
La union entre la red y el recipiente colector
puede asegurarse con cabos elasticos, etc.; pero,
~--~--::.-=::
.. ~ -en general, es mucho mas cornodo, rapido y se-
._-··1- guro utilizar abrazaderas de acero inoxidable del
_-----.1- tipo normal mente usado para los tubos de goma
del radiador de autornovi I.

;~=~=:J Una buena medida de seguridad es atar el reci-


piente colector al cable de remolque por medio
:.c:::=~=:-- -=<:~.~~\)
----~.-:...~I_-
de un cabo independiente. Esto puede evitar la
perdida no solo del recipiente mismo, en caso de

-----
--- -- ..~.:: '::: :':fi.;.)
'------~
que este se desprendiera de la red, sino de la red
entera si esta Ilegara a romperse (fig. 10:15).
-D---------
_____ •••• --~'l":-·~:-·:'l
~:. ·v.-:·;···I_q. 0+1
---- .•. --~.::.~ Redes para la zona pelagial
--r------o(r •.-,
",;
------
...--_ i
(sin mecanismos de cierre)
----- .:.-.-~~T~:"i I "
E
------- _- - •••
*"::~.::.:·:I~
··~~.·~~·II
- ••.--,

..
•...:;.:.:... • I
Todas las descripciones expuestas anteriormente
son particularmente aplicables alas redes pelaqi-
cas. Sin embargo, muchos de los aparatos disefia-
dos para el muestreo de otros biotopos tarnbien
siguen parcial 0 totalmente aquellas especifica-
Fig. 1D. Comportamiento hidrodinarnico de recipientes colecto-
res de diferente diseiio. ciones.
A} Recipiente ciego; el material s610 entra en el cooo al
extraer la red del agua; B} Recipiente con ventanas Algunas otras redes pelagiales sin mecanismos de
laterales: el material se concentra en la parte terminal de cierre, descriptas por diferentes autores y de ca-
la red y sobre la malla de las ventanas, colmatandolas:
C} Recipiente total mente poroso de cuello angosto: el racterfsticas diferentes a las de una red cornun,
material se distribuye hornoqeneamente pero, al cerrar la son las de Takano, 1954 (un cilindro de rnalla
red, el copo comienza a flamear y golpearse deterioran·
do la pesca; D} Cilindro de lona externo con el fondo filtrante externo con una red conics de extrema
perforado y refuerzos en forma de aros de material rigi- abierto, interne, unidos al mismo aro; disefiada
do en 105extremos, recipiente cilfndrico interne de ma-
lIa de red: el material se distribuye hornoqenearnenta y
para acoplar al cable oceanografico durante el
los movimientos de flameo se eliminan mediante el uso trabajo con botellas Nansen); de FraserBrunner.
de un ancla: E} Igual al anterior, conico : el material se
distribuye hornoqenearnenta, el recipiente mismo actua
1934 (3 redes consecutivas, quasi encajadas una
como ancla, en la otra; sequn su autor las posteriores recaptu-
(Modificado de Clarke, 1969 y Baker etal.,'1973). ran 105 pequefios peces que fueron expulsados

19
r~. ~----~----~-------------------------- •••

Redes

por las anteriores). Motoda (1959) describi6 2 de alrededor de 1 mm a mas). Muchos investiga-
redes comunes pequefias para muestreos hori- dores han utilizado la red acoplando diferentes
zontales u oblicuos profundos; una de ellas se aparatos a la misma, tales como totosensores, re-
acopla directamente sobre el cable oceanogratico gistradores de profundidad, temperatura y canti-
por medio de grampas en el aro metalico, y la dad de agua filtrada, a la barra superior (Bour-
otra cuenta con un dispositivo de acoplamiento beau, 1966); recipientes colectores de cierre au-
que compensa el anqulo del cable de tal manera tornatico (p. 31); y otros.
que la boca de la red siempre se ubica vertical-
. mente. Dovel (1964) describi6 un "brazo de
muestreo": una red de 1 m de diarnetro en el ex- Redes para las areas litorales
tremo de una pluma de metal, de base fija sobre
la banda de la embarcaci6n y extrema distal re- Apayte de las redes petaqicas, dada la usual mente
• plegable. En posici6n desplegada el brazo con la baja profundidad de estas areas, pueden utilizar-
red en su extrema se sumerge en el agua superfi- se en ellas alqunastecnicas diferentes de las ante-
cial. riores. Varios autores utilizaron redes fijas, ya
sea sobre estacas 0 postes (Bovbjerg et al., 1976;
La red de media agua (Isaacs Kidd Midwater C.E. Cushing, jr., 1964;Sebestyen, 1951;etc.) 0
Trawl 0 "IKMT"), descripta por Isaacs y Kidd amarradas a diferentes alturas a cables extendi-
en 1951, merece una menci6n especial debido a dos entre un ancla y una boya (Dovel, 1964). Es-
su gran uso. Se trata de una red para macro- te procedirniento puede dar resultados interesan-
plancton y micronecton, de boca pentagonal con tes, principalmente en zonas donde existen co-
un depresor en la base y una barra metalica que rrientes suficientemente fuertes como para ga-
la mantiene abierta, en el lado superior (fig. 11). rantizar el normal fungtonamiento de la red.
En la actualidad se utilizan, al menos, 5 tamafios
diferentes de 1, 3, 5 y 18 m2 de superficie de Applegate et al., (1968) uso un tuba de aluminio
boca de entrada, a diferentes profundidades (de a cuyo extremo se acopla una red pequefia mon-
o a mas de 1000 m) y con diferentes mallas (des- tada sobre un aro con bisagras; el metodo fue di-
sefiado para muestreos verticales de unos pocos
metros de profundidad en aguas cubiertas por
hielo. '
Bogorov (1947), Burckhardt (1909) y Perfilev
(1917) describieron balsas no tripuladas y tecni-
4
cas diversas para el muestreo con redes en areas
costeras y aguas interiores, sin embarcaciones.
/
-,5
Redes neust6nicas
Son aparatos constru idos para la colecci6n de
fauna superficial, sobre la pel icula de agua y has-
ta unos pocos cm de profundidad. La importan-
cia de este ambiente de condiciones' ecol6gicas
7 muy particulares fue largamente ignorada y s610
en la decada del 1960 comenz6 a estudiarse con
mayor detenimiento (ver, por ejemplo, David,
Fig. 11. Red de media agua de Isaacs y Kidd (" Isaacs-Kidd Mid- 1965bl. Zaitsev (1970) presenta una excelente
water Trawl" 0 "IKMT")
revisi6n de los metodos y tecnicas que se utilizan
1) Cable de remolque: 2) Bridas; 3) Barra superior;
4) Red; 5) Recipiente colector; 6) Brazos laterales reple- en estos estudios.
gables; 7) Tensor; 8) Quilla del depresor; 9) Depresor :
10) Union de las bridas a 105 brazos laterales del depre- Las redes en cuesti6n generalmente son de boca
sor. rectangular de baja altura y munidas de flotado-
(De Isaacs y Kidd, 19511. res a los lados (Savilov, 1963; Willis, 1963; Zait

20
Redes

con mecanismos de eierre que evitan la contami-


nacion de la muestra al arriar la red; por 10 tanto
estas seran tratadas en detalle mas adelante (p.
33).Sin embargo, los modelos propuestos por
Russell, 1928a (de boca rectangular y montada'
sobre un arrnazon rnetalico): Frolander y Pratt,
1962 (una red Clarke-Bumpus ubicada sobre un
trineo rnetalico): y Pullen et al., 1968 (semejan-
te a(fa de Russell pero de menor tarnafio, disefia-
da para colectar en areas con pocos cm de agua,
entre veqetacion, etc.l, carecen de mecanismos
de cierre.

Fig. 12. Red neust6nica de boca rectangular, con flotadores.


(Gentileza de Kahlsico, lnc.l, Redes con mecanismos de cierre
o de apertura y cierre

sev, 1970); con aletas laterales que mantienen la '~ . , I am ... persuaded that it will some day be
boca parcial mente fuera del agua mientras se re- possible by the aid of suitable nets (not yet in-
molca (John, 1975a; Sameoto y Jaroszynski, vented) to distinguish different faunistic zones
1969) 0 montadas sobre un trineo flotante (Da- in the various depths of the sea." Practicarnente
vid, 1965a; Sund y Richards, 1965). Cuando el al mismo tiempo que Haeckel (1887, p, cliii) es-
barco esta a la deriva, en estacion oceanogratica cribia estas palabras, se estaban ensavando las
a 10 largo de la borda de sotavento se producen primeras redes planctonicas equipadas con dispo-
acumulaciones de organismos y material flotante sitivos que permitian cerrarlas a la profundidad
en general que pueden ser exitosamente colecta- deseada, desde cubierta. Los primeros modelos
dos utilizando un muestreador del tipo descripto eran sumarnente complicados y poco fiables (ver,
va que constituyen una fraccion sumamente re- por ejemplo, Omalv, 1966). Con el tiernpo fue-
presentativa de la comunidad neustonica del lu- ron perfeccionandose sistemas mas adecuados,
gar. Durante los lances nocturnes. el empleo de primero para el cierre de la red solamente, y lue-
una fuente de luz frente a la boca de la red incre- go mecanismos con doble disparador que permi-
menta notablemente la cantidad de material ob- ten arriar la red cerrada, abrirla a la profundidad
tenido, ya que atrae a todos los organismos neus- elegida, efectuar el barrido, cerrarla e izarla ce-
t6nicos tototropicos tales como Halobates, lar- rrada a la superficie. EI metoda mas utilizado es
vasde peces, etc. (Savilov, 1963). por medio de mensajeros (ver mas adelante). Mas
Para el estudio de la rnicroestratificacion vertical tarde se comenzaron a desarrollar disparadores
del neuston y plancton superficial se utilizan activados electricarnente, por presion, acustica-
muestreadores compuestos por una 0 varias re- mente, etc.
des superpuestas de boca rectangular, alargada,
con flotadores laterales; (Champalbert, 1969; EI sistema de cierre puede estar dado por el es-
Zaitsev, 1970). Otros aparatos especiales para la trangulamiento de la seccion anterior de la red,
coleccion de organismos neustonicos se descri- colapsamiento de alguna de sus secciones, plega-
ben en la paqina 59). miento del aro anterior, colapsamiento de la bo-
ca, presencia de una tapa deslizable 0 giratoria
en la boca, presencia de valvulas en la entrada
Redes hiperbenticas del recipiente colector, etc. (ver fig. 13). Sin em-
bargo, solo unos pocos de todos estos modelos
Debido a que el cometido principal de este tipo descriptos han tenido amplia difusion. Los requi-
de aparatos es capturar exclusivamente organ is- sitos fundamentales que debe reunir un meeanis-
mos que habitan la interfase agua - fondo y /0 al- mo disparador adecuado V versant son (Yentsch
gunos em mas arriba, la mavor ia de ellos cuenta et al., 1962):

21

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Dimensiones 32

Largo Total lend 290 42 315 300 VT 200 185 61 VT 74 310 00 lBO 60 300

Capa edvec.
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Ambiente Neuston

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Fi9.13. Resumen sintetizado de los detalles de tuncionamieoto de algunas de las redes de planeton inventadas por diferentes
investigadores.

A) Armaz6n de la red eon alerones laterales; AC) Acustico: B) En la boea; C) En el recipiente colector; CF) Por eontacto
con el. fondo; CI) Circular (diarnetro en em); DB) En el tercioanterior (detres de la bocal: E) Por estrangulamiento; EL)
Ehktnco; EM) Desde embarcaciones; F) Red munida de flotadores; FI) Red fija; H) Horizontal; MA) Manual; MB) Ma-
nual, operada por bueeadores aUtonomos; MM) Mecanieo, por medio de mensajeros; MP) Mecanico, dispositivos activados

22

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Redes

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por presion hidrostatica: MR) Por desplazamiento de la red en el agua; MT) Mecanico, con timer; OS) Oblicuo; P) Par
plegamlento de la boca v Io de la red entera; R) Rectangular (lados en cml: SU) Sumergibles; T) Red montada sobre un
trineo TD) Tapa deslizante; TP) Tapa pivotante, sobre bisagras; TR) Triangular; V) Vertical; VS) En areas con veqetaclcn
SUmergida,arrecifes coralinos. etc.; VT) Varios tarnafios.
(Original).

23
Redes

1) Debe ser de facil manipuleo y baja compleji- menores de 35°, y de 150 m/min para anqulos
dad de construccion: . mayores; estos valores varian con el estado del
2) Debe funcionar en, por 10 menos, un 90% de cable, los movimientos del barco, etc ..
los casos: Los primeros disparadores inventados fueron los
3) Debe ser utilizable con redes de tamafio consi- de Nansen (1915) y Juday (1916), utilizados
derable yalta capacidad de tiltracion, hasta la actualidad con redes hom6nimas y simi-
Estas 3 condiciones, tan sencillas a primera vista, lares-(fig. 14) .
. son, sin embargo, sumamente dificiles de reunir
en un unico dispositivo. Ello explica, en parte, la La red de Nansen, a cierta distancia de la boca.
gran cantidad de disefios que se han inventado y esta reforzada con un cinturon de lona al cual se
propuesto desde principios de siglo. De acuerdo fijan varias argollas. Un cabo resisrente se ata a
al principio de funcionamiento, los mecanismos una de estas, se pasa el extrema libre circular-
disparadores pueden clasificarse en los siguientes mente por las restantes v , luego de atravesar
tipos: 1) Accionados por mensajeros; 2) Hidrau- aquella a la cual va atado, se une al gancho fijo
licos; 3) Manuales; 4) Accionados por presion hi- del disparador. Del aro rnetalico, por medio de
drostatica: 5) Con mecanismos de relojeria; tres bridas largas, va sujeto un muerto de peso
6) Con dispositivos de contencion solubles en considerable al cual tarnbien se ata el recipiente
agua de mar; 7) Electricos: 8) Acusticos, colector. Para evitar que se tuerzan, enrieden y
colapsen la red, estas bridas pueden ir cosidas a
las bandas longitudinales de refuerzo de la malla,
Redes para la zona pelagial Las bridas de remolque se unen al gancho des-
prendible del disparador y el conjunto desciende
Apertura y cierre vertical mente de tal manera que la red, supuesta-
accionados por mensajeros mente, no colecta material mientras se fila cable.
Una vez que se alcanza la base del estrato a
Los mensajeros son pequefios cilindros de metal muestrear, la red comienza a izarse lentamente a,
(normalmente bronce 0 acero inoxidable) con
una perforacion central, que se montan sobre un
cable oceanogratico y se dejan deslizar hasta que
golpean el mecanisme propiamente dicho. Una ---9

circunstancia que a veces provoca el mal funcio- --10

·---11
namiento de los mensajeros es la presencia de or-
ganismos enredados alrededor del cable oceano-
qrafico: en estos casos el rnensajero puede ser de-
tenido por el obstaculo (Currie, 1962). En algu-
nos casos, los mensajeros sucesivos utilizados pa-
ra activar disparadores multiples suelen ser de ta-
I C
mafic creciente; de esta manera el primero pasa
evitando el ultimo gatillo y el subsiguiente, debi-
do a su mayor diarnetro, 10 percute. Tanto el
peso como el tamafio del mensajero deben ser es- J
I
pecialmente disefiados para cada mecanisme dis-
parador en particular. Por otra parte, sobre todo
Fig. 14. Mecanismos dp cierre de las redes de Hensen y de Juday. ,!
Al Mecanismo disparador de la red de Hensen. abierto;
en los casos de lances a gran profundidad, antes B y CI Idem, red de Juday; BI Cerrado; CI Abierto;
D y EI Red de Hensen; D) Abierta; E) Cerrada.
de comenzar el barrido (si el mensajero lanzado
1 y 2) Gancho rnovil: 3) Mordaza; 4) Percutor; 5) Cable
ha abier~o la red) 0 el izado (si la ha cerrado), oceanogrMico; 6) Mensaiero: 7 y 8) Union alas bridas
debe dejarse pasar una cierta cantidad de tiern- de la red; 9) Cable oceanoqrafico: 10) Disparador;
I l } Union a la linea de estrangulamiento; 12i Bridas;
po para asegurar que el mismo ha lIegado al apa- 13) Linea de estrangulamiento; 14) Cables que sujetan
rato. Generalmente, se considera que la veloci el muerto; 15) Argollas para el pasaje del cable de es-
trangulamiento, sobre un refuerzo de lona; 16) Mcnsajero.
dad del descenso de un mensajero es de, aproxi-
(A: de Ostenfeld y Jespersen, 1924; B y C: de Chodo
madamente, 200 m/min para anqulos del cable rowski, 1971; DyE: original).

24

L
Redes

aproximadamente, 1 m/seg; una vez terminado apertura a la profundidad deseada, y el cerrado


el barrido se lanza el mensajero. EI disparador es al final del remolque y antes del izado. Varios de
simple, es decir que actua una sola vez liberando los mecanismos propuestos desde fines del siglo
las bridas de remolque de tal manera que la ten- pasado hasta la actualidad ie.q., Hoyle, 1889;
sion es transferida al cable que pasa por las argo- Kofoid, 1911; Slack, 1955) fueron demasiado
lias; este se tensa y estrangula la red a la altura cost~sos, complicados e ineficaces y no lograron
del anillo de lona, deteniendo la entrada de ma- difus}on alguna.
terial en la misma. EI izado a cubierta se conti-
En 1950 Clarke y Bumpus describieron un mues-
nua de la rnisma manera, cobrando la red por
treador de plancton con mecanismo de apertura
medio del cable de estrangulamiento. EI sistema
y cierre dado por una tapa giratoria en la boca
originariamente descripto por Juday (1916) se
del aparato. La. activacion del mismo mediante
diferencia levemente del anterior en que la zona
mensajeros autornaticamente libera otros mensa-
donde se ubican los ariillos para la I fnea de es-
jeros en la base de la prirnera red, de tal manera
trangulamiento esta ocupada por un aro rnetali-
que estas redes pueden utilizarse en series de va-
co y el cierre se da por volcado de la seccion an-
rias unidades trabajando simultanearnente sobre
terior hacia abajo.
el mismo cable. Algo mas tarde, Paquette y Fro-
Hart (1935), introdujo una pequefia variante lander (1957), Paquette et al. (1961), Yentsch
ubicando la red sobre una vara dgida acoplada al et al. (1962), introdujeron diversas modificacio-
cable oceanogrMico. EI mecanismo disparador, . nes al muestreador original (fig. 15). La red de
ubicado en el extremo superior de la vara, no so- Clarke y Bumpus ha probado ser de enorme uti-
lo libera las bridas de la boca de la red (que se re- .Iidad en los estudios del plancton y sigue utili-
pliega sobre si rnisrna). sino tarnbien un cabo al zandose en la actualidad con gran exito. Sin em: l
cual esta atado un mensajero suspendido sobre el iI
cable, debajo de la red. De esta manera, sobre un ,j
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mismo cable pueden ubicarse numerosas redes, q
!
arriar el conjunto, volver a izar para que las redes
14
muestreen los horizontes eleqidos. arrojar un
mensajero que cerrara la primera y liberara su d
mensajero, este cerrara la segunda, etc., y subir .1
·1
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el conjunto a cubierta.
I
Barnes (1949a) y Motoda y Anraku (1955) suqi- !
rieron que el mecanismo de cierre descripto pro- .\
voca la eveccion de parte del material colectado ;

,
. !

al ser accionado; sin embargo, Currie y Foxton


(1956), luego de una exhaustiva serie de ensa- tR~~""'8
vos, concluyeron que, cuando es utilizado co- ~~--9
rrectamente, el cierre es totalmente adecuado. "---10
11
Apstein (1896), Barnes (1953a) y otros idearon 11+---12
sistemas de cierre diferentes pero estes jamas 10-
graron demasiada difusion.
EI rnetodo de Nansen adolece de una desventaja
Fig. 15. Red de Clarke-Bumpus con las modificaciones introduci-
importante: el mecanismo de cierre solo actua das por Paquette y Frolander.
una unica vez. Ello significa que la red desciende 1) Cable oceanografico; 2) Contador del flujorne tr o:
abierta a la profundidad elegida, por ende las po- 3) Barra de soporte del recipiente colector; 4) Recir>.en-
te colector; 5) Alerones de estabitizecion: 6) Tapa.
sibilidades de contaminacion del material de ese 7) Reten giratorio para la aperture y cierre de la tapa;
estrato con organismos provenientes de capas 8) Mecanismo de tiberacion de los mensajeros secunda-
rios; 9 y 11) Cables de suspension de los mensajeros se-
mas superficiales son considerables. Por ello, mu- cundarios; 10 y 12) Mensajeros secundarios; 13) Morda-
chos autores propusieron el uso de mecanismos za; 14) Dispar ador ,
que permitieran el arriado de la red cerrada, su (De Paquette y Frolander, 1957).

25

.
Redes

bargo, adolece tambien de algunas desventajas. dores de doble accion. Los primeros de estos da-
Es de construccion relativamente complicada y tan de muchos afios arras (ver, por ej., Jenkin,
delicada; los pequefios desajustes que normal- 1931). En la actualidad se usan los del tipo ilus-
mente se producen al trabajar a bordo en condi- trado en la figura16. Las redes descienden enro-
ciones diflciles suelen reducir notablemente su lIadas a la profundidad deseaday unidas al dispa-
eficiencia. EI modele original es demasiado pe- rador por medio de 3 cables, 2 desprendibles y
quefio para gran parte de los zooplancteres, y las uno fijo. EI primer mensajero libera la red que se
modificaciones posteriores, de tarnafio mayor, desenrrolla y comienza a pescar; al mismo tiern-
son relativamente pesadas, voluminosas y dif ici- po se desengancha un mensajera de la base del
les de manipular a bordo. Adernas, es un aparato disparador y acciona la red siguiente. EI segundo
costoso y su construccion requiere el contar con mensajero desengancha las bridas de la red que
habilidades tecnicas considerables y un taller se estranqula debajo del aro rnetalico con el ter-
bien equipado. cera y ultimo cabo de union (de la misma mane-
ra que una red de Nansen) y libera el segundo
mensajero de Ia base. Las redes cerradas se izan a
Por todo ello, tal vez el sistema mas sencillo y di- cubierta (Owre y Low, 1969; Boudillon et al.,

fundido en la actualidad es el que utiliza dispara- 1978).

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Fig. 16. Funcionamiento del disparador de doble accion,

A-C) Secuencia del funcionamiento del disparador; A) EI primer mensajero acercandose al disparador listo par.a ser accio
nado; B) AI golpear el mensajero sobre el percutor se desprende la linea que mantiene la red plegada y el primer mensajero
secundario; C) EI segundo mensajero primario desprende la linea de estrangulamiento de la red y el segundo rnensajero se
cundario; D-F) Esquema del funcionamiento con la red en su lugar.
1) Primer mensajero primario; 2) Disparador; 3) Red plegada; 4) Linea que mantiene la red plegada en D. suelta. 5) Segund0
mensajero primario; 6) Linea de estrangulamiento; 7) Segundo mensajero secundario
(De cataloqo de material oceanoqrahco producido por General Oceanics).

26
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I
I Redes

i
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-4 relativamente pequeiia y liviana; permite ser uti-


I
lizada en series; puede utilizarse en lances hori-
I zontales, oblicuos V verticales; es resistente alas
condiciones adversas del trabajo a bordo.
i.
Brown (1975) V Brown V Honegger (1978) des-
cribieron otra red doble, de disposicion similar a
la "Bongo", pero cuvo cierre se efectua volcando
los marcos de la boca en un anqu lode 90° con
respecto a la direccion del movimiento del rnues-
Fig. 17. La red "Bongo", en su versi6n original.
treador.
1) Cable oceanoqratlco: 2) Mecanismo hidraulico (medi-
dor de flujo) que acciona el cierre al cabo de una canti-
dad predeterminada de revoluciones. La libicaci6n del
Muchos de los mecanismos ideados tienen por
ftujometro fuera de la boca del aparato es una desventa- cometido, no solamente abrir V cerrar una red,
ja (ver "Estirnacion de la cantidad de agua filtrada"); los
modelos modificados, con cierre por medio de mensaje- .
sino tarnbien posibilitar el uso seriado de varias
ros, obvian este inconveniente al ubicar el flujometro en . redessobre el mismo cable. EI arriado de un ca-
la boca misma; 3) Cabos que sujetan las tapas de las bo-
cas; 4) Copo; 5) Red; 6) Marco de metal; 7) Mensajero
ble con aparatos en el oceano es una operacion
secundario; 8) Mecanismo de acople al cable oceanogni- delicada V, sobre todo. sumamente lenta. En
fico, giratorio; 9) Tapa de lona u otra tela impermeable.
(De McGowan y Brown, MS, 1966),
efecto, una estacion oceanogratica a 5000 m de
profundidad con, par ejemplo, botellas Nansen :1
i
(p. 53), puede lIevar alrededor de 10 horas de tra- I
bajo. Por supuesto, durante todo ese tiempo el I
La red "Bongo" de McGowan V Brown, MS
(1966) (fig. 17) merece una rrencion especial
barco esta detenido. Por otro lado, cada hora de
operacion de un nay 10 oceanogratico insume .j
I
debido a la gran difusion que ha obtenido. Se enormes gastos. Si bien el uso de numerosos apa- I,
!
trata de dos marcos rnetalicos circulares unidos ratos sobre el cable tiene la desventaja de aumen( , I

entre s I por medio de un eje giratorio que, a su tar la extension de cada operacion v . sobre todo, \
vez, se ajusta al cable oceanogrMico. Cada marco los riesgos involucrados (por mal funcionamien- 1
corresponde a una red. En estado cerrado, antes to, por rotura del cable V consiguiente perdida J
..~
de comenzar la pesca, las bocas estan cubiertas de gran cantidad de equipo, etc.). la alternative
-j
por medio de tapas de lona; un primer mensajero se compensa ampliamente si es comparada con .f
l
afloja los cables de contencion de las tapas v es- los costos que insumirfa la realizacion de nume- ,r
tas son empujadas hacia adentro de las redes por rosos lances independientes. Por este motive, al- 'j
la presion del agua. EI cerrado se efectua desen- gunos autores propusieron mecanismos dispara-
ganchando las redes de los aros de tal manera que do res multiples que activan conjuntos de varias 1.!
estas quedan estranguladas por medio de 'dos la- (mas de 2) redes sucesivamente (Motoda, 1959, t
I
zos ad hoc unidos al marco; el mecanisme co- 1962a, 1963). EI conjunto es remolcado, gene- I

I
rrespondiente es accionado por medio de una ralmente en direccion vertical, y cada nuevo
helice conectada a un sistema que libera las redes mensajero abre una red V cierra la anterior 0 co- I
i
al cabo de una determinada cantidad de revo- lapsa secciones sucesivas de una misma red (Mo- I

luciones (diseiio original), 0 por medio de un toda, 1963; ver fig. 13). Sin embargo, estos mo- I
segundo mensajero (modificaciones posteriores, delos son de construccion sumamente cornplica
incluvendo las descriptas por Posqav, Marak V da V por ello suelen fallar con frecuencia.
Hennemuth, MS (1969) V por Smith, Thrail- Los mecanismos de apertura V cierre de las redes
kill V Vrooman, MS (1975).
por medio de mensajeros son comparativamente i
La red "Bongo" cuenta con una serie de ventajas baratos V sencillos de operar. Sus rnavores des- '.1
sobre la mayor fa de los dernas modelos, a saber: ventajas consisten en la frecuentemente baja efi- :~
carece de accidentes (bridas, grilletes, etc.) fren-
te a sus bocas que entorpezcan su funcionamien-
to; es de relativamente sencilla construccion,
ciencia (sobre todo si se utilizan muchas redes en
tanda sobre el mismo cable); v . principalmente,
las complicaciones V fallas que presentan cuando
I
~
operacion y manutencion: es altamente confia- son usados con redes de gran diarne tr o (Fox ton. i
ble; para el tamaiio de muestra que obtiene, es 1963). ,I
j,
27

L_
Redes

Apertura y cierre hidraulicos en


cO
EI principio involucrado es la presencia de una
helice que gira impulsada por la corriente de
Er
hi,
agua provocada por el desplazamiento de la red.
m
Esta helice esta conectada a un sistema de ere-
malleras que, a su vez, activa la apertura y cierre
dE
el
del aparato.
a
Barham (1958) invento un recipiente colector dt
• con tapas posterior y anterior rnoviles (fig. 18). Fig. 19. Red con mecanisme de cierre operado por un buceador
autonomo.
rs
EI aparato fue disefiado para el uso congrandes 1) Unidad de propulsion; 2) Volante para el control del
redes rnacroplanctonlcas: cuando se comienza a aparato; 3) Carcasa protectors de la helice; 4) Manija.
"5) Nariz; 6) Recipiente colector; 7) Red de plancton;
arriar ambas puertas estan abiertas, luego de una 8) Marco de la red; 9) Cabo de estrangulamiento;
determinada cantidad de revoluciones de la heli- 10) Marco de soporte de la red; 11) Trineo desmontable
(para el deslizamiento sobre el fondo); 12) Extremo del
ce se cierra la puerta posterior, comenzando a re- cabo de estrangulamiento.
tener material filtrado. Algo mas tarde, tarnbien (De Potts, 1976).
se cierra la tapa anterior, de tal manera que el
material recogido a posteriori se desposita en el
fondo de la red misma, sin entrar en el co lector.
das sirviendo, sucesivamente, de recrpiente co-
La version original de la red "Bongo" (ver mas lector de la red principal, a cuyo extrema se aco-
arriba) tambien cuenta con un mecanisme de pia el conjunto. Ninguno de estos modelos tuvo
cierre de este tipo. un uso difundido entre los planctoloqos.
Motoda (1952) disefio un colector algo mas
complicado, basado en el mismo principio; en es-
te caso, el aparato cuenta con 5 redes pequeiias Apertura y cierre manuales
que giran sobre el disco soporte al que estan uni-

Se trata de las redes pequeiias, operadas por bu-


ceadores autonornos. EI mecanisme de cierre de-
4
bajo del agua puede estar dado por la presencia

/ de una cuerda al tirar de la cual se estrangula la


boca de la red (Potts, 1976; fig. 19), pleqandola
(Schroeder, 1974;ver p. 7), etc.

~--.-----8
.~-----------1 Apertura y cierre activados
por presion hidrostatica

• • EI principio de funcionamiento esta dado por un


cilindro con un piston hermetico en el. EI piston
se dispone de tal manera que deja una pequeiia
Fig. 18. Recipiente colector con mecanisme de apertura y cierre carnara de aire entre su extrema y el fondo del'
activado hldraulicarnente.
cilindro, y se asegura en esa posicion con una
1) Valvula anterior; 2) Embocaduras para acoplar el ex-
tremo posterior de la red de plancton; 3) Helice; 4) Cl-
chaveta cuyo diarnetro y material constituyente
lindro protector; 5) Engranajes; 6) Tapa protectora del se eligen de acuerdo a la profundidad a la cual
mecanismo de cierre de las valvutas: 7) Dial de calibra·
cion; 8) Mecanismos de cierre; 9) Ventana para el dre-
debera activarse el disparador. La presion hidros-
naje del agua. tatica que se ejerce sobre el piston, al superar la
(De Barham, 1958), resistencia de la chaveta, rompe esta ultima y

28
T empuja el piston hacia el interior del cilindro, comprime paulatinamente con el incremento de
Redes

comprimiendo el aire encerrado (fig. 20). la presion, en determinado punto sale del alcan-
ce de la traba de la tapa de la red y esta gira 90°
En otra variante del mismo principio, la presion abriendose: cuando se comprime aun mas libera
hidrostatica se ejerce sobre un pequefio disco la segunda traba, mas larga que la primera, y la
metc)iico que separa la carnara de aire y el piston, tapa completa otro giro volviendo a cerrarse
del medio externo; la rotura de este disco activa (Yentsch et al., 1962); 0 en conjuntos de 2 uni-
el mecanisme y su espesor regula la profundidad dades c.-1ibradas para actuar a diferente profun- .! '
a que es disparado. Este mecanisme se ha utiliza- didad: la prirnera.mas sensible, libera el extreme
i do de varias maneras diferentes: acoplado a una
I. red Clarke-Bumpus, donde el elemento activo se
posterior de la red que era remolcada en forma
invertida y esta comienza a pescar; la segunda
~a mayor profundidad- libera las bridas y la red
queda asida por medio de un cable de estrangula-
I miento fijo (Yentsch et al., 1962). Foxton
(1963, 1969a) construvo un recipiente colector ,1/
I'
II

I
,;
para redes de gran tamafio (e.g., "IKMT", ver
fig. 11) que tarnbien funciona con el niismo
)1

principio. En este caso el extremo posterior do- I


ble del recipiente esta dividido del anterior por
una tapa pivotante activada por resortes y dispo-
sitivos presosensibles; de acuerdo a la profundi- I
!I
i

dad a que se utilice la tapa dirige la captura hacia


una u otra mitad colectora. FlA,almente, algunos f
j i
i
2 (Low et al., 1975, y otros), utilizaron este siste- I,
ma en combinacion con mensajeros: el primero 'II
i
abre la red y el mensajero vuelve a cerrarla por I··
!
4 estrangulamiento. I··

i
AI igual que en los otros sistemas cuyo funciona-
1·.-
• --5 miento se predetermina en cubierta, este cuenta
con la desventaja de no poder modificarse el pro-
f grama elegido una vez que la red se bajo al agua.
Por otro lado, la precision con que funciona es·
relativamente baja ya que Ilega a oscilar en mas 0
menos un 20 % de la profundidad elegida.

,------6 i
Apertura y cierre por medio de
mecanismos de relojeria
----7
Davies y Barham (1969) adaptaron un par de
piezas de relojeria a la red de Tucker. Ambos
timers, al expirar el tiempo prefijado, abren un
gancho movil: el primero suelta una barra basal
de la boca cuadrada de la red, abriendola, y el se-
gundo la barra superior que, al caer sobre la pri-
Fig, 20, Mecanismo de desenganche operado por presi6n hidros- mera, vuelve a cerrar la boca (mecanismo similar
tatica.
al i/ustrado en la fig. 24). Segun sus autores el
a) Cerrado; b) Ablerto.
sistema es sumamente practice y confiable. Una
1) Cable oeeanogrSfieo; 2) Cilindro; 3) Chaveta; 4) Pis-
t6n; 5) Plaea soporte; 6) Gancho; 7) Cabo a la red de
de sus desventajas es que s610 recoge una unica
planeton, muestra por lance. Probablemente, una modifi-
(Original ). cacion en el tipo de enganche de la red al cable

29

L
Redes

podria permitir el uso de varias redes sirnultanea- Gracias a su simplicidad, infalibilidad y bajo cos-
mente. Otro de los problemas que ofrece es que, to este sistema ha demostrado ser de gran utili-
una vez calibrado y arriado, no hay posibilidad dad en el campo de las pesquerfas costeras
de modificar los tiempos prefijados. Ello signifi- (Richard, 1971) y para la recuperacion de mate-
ca que si, por cualquier motivo, alguna de las rial registrador fondeado temporariamente
etapas de la operacion no se cumple en el tiempo
previsto, ei lance puede resultar esteril.

Apertura y cierre accionados por


dispositivos solubles en agua de mar

EI principio involucrado es la disolucion, por ac-


ccion del agua marina, de alqun elemento de
contencion del dispositivo disparador de una ta-
pa de la boca de la red, una Ifnea de estrangula-
miento, etc. Los materiales utilizados pueden ser
sumamente sencillos como, por ejemplo, carame-
los duros (e.g., Motoda, 1959) pero, generalmen-
te, se usan cuplas qalvanicas, En efecto, si una
cupla de este tipo integrada por dos metales de
A
propiedades electroqu [micas may diferentes
(uno mas y el otro menos noble) es sumergida en
agua de mar, se genera una corriente electrica en-
tre ambos con la consiguiente corrosion (oxida-
cion) del anode (menos noble). Sequn Richard
(1971) la cornbinacion mas eficiente y de com-
portamiento mas previsible es el n iquel (catodo)
con el magnesio (generalmente no puro sino con
pequefias proporciones de aluminio, zinc y man-
ganeso). EI dispositivo en cuestion puede ser un
simple cilindro de magnesio con dos pitones de
n iquel atornillados en sus bases (fig. 21 A,S), 0
uno como el ilustrado en la figura 21 C,O, que
cuenta con la gran ventaja de que la tension no
se ejerce sobre el elemento soluble sino sobre
4----(1151
otras estructuras asociadas (las variaciones de
tension que ejerce la redremolcada ampl fan no-
tablemente el margen de resistencia del dispositi-
vo mas simple). La velocidad de disolucion del
anode depende de su propia cornposicion quimi-
ca v . principalmente, grosor, y de la naturaleza y
superficie expuesta del catodo (por ello todas las Fig. 21. Dispositivos de magnesio para la apertura y/o cierre de
piezas rnetalicas ubicadas cerca del disparador y redes de plancton.
que pudieran reaccionar con este deben ser cui- A) Entero; B) EI cilindro central, de magnesio, se disuel-
dadosamente pintadas). Adernas, influyen nume- ve en el alJUa de mar desuniendo ambos extremos;
C) Cerrado; D) Abierto.
rosos facto res ambientales, tales como la salini- 1) Cable oceanosraftec: 2) Pit6n de niquel (eatodo):
dad, ox fgeno disuelto, presion hidrostatica, velo- 3) Barra de magnesio (linodo); 4) Cable a la red; 5) Pla-
ca de bronce; 6) Pie fijo; 7) Cuerda para retener el re-
cidad de la corriente, tensiones y, muy espe- sorte: 8) Resorte de acero inoxidable; 9) Tornillos que
cialmente, la temperatura. Richard (1971) pre- fijan la barra de magnesio; 10) Pie m6vil.
senta los resultados de una exhaustiva serie de (A y B: redibujado de Richard, 1971; C y D: gentileza
ensayos sobre este tema. de Kahlsico, lnc.].

30
I
T (Isaacs y Schick, 1960; Mills y Leung, 1964). Sin
J

I
I embargo, su difusion en las artes de pesca del
plancton es escasa. Por un I.ado ello se debe ~ su
A B

insuficiente -para las necesidades del planctolo-


go .-.- precision cronoloqica, En vista ~e que su
funcionamiento depende, en gran rnedida, de la
temperatura del agua, en las aguas terrnicamente
variables la prediccion del desarrollo de 105 lan-
ces es sumamente azarosa. Por ultimo, es necesa-
ria destacar que no obvian 105 problemas cornu- Fig. 22. Esquema del funcionamiento de un recipiente colector
multiple, de apertura y cierre electricos.
nes a varios otros tipos de mecanismos cuya ac-
A) Durante el descenso, con ambas valvulas abiertas;
cion se predeterrnina Integra e irreversiblemente B) Colectando, la valvula posterior cerrada; C) Izando
antes de bajar la red al agua (ver mas arriba). la red, ambas valvulas cerradas.
1) Valvulas; 2) Extremo de la red; 3) Primer colector.
4) Segundo colector.
,
;
!

Apertura y cierre electricos (Levemente modificado de Aron et al., 19641. 1


i
1I
i
, I
Descripto originariamente por Van Cleve (1937),
ultima tarnbien esta dada por urrrelativamente
este tipo de mecanismos solo cornenzo a utilizer- i!
complejo sistema rnecanico activado electrica-
se mas frecuentemente a mediados de la decada 1
mente (Multiplankton Sampler 0 "MPS"). SiQ
del 60. Generalmente, la fuente de energla utili
embargo, es sumamente importante de~tacar 1
zada proviene de la ernbarcacion misma y IIe9a al 1
que estos sistemas de copos intercambiables
aparato por el cable remolcador/conductor. EI
mecanisme de cierre y aperture propiamente di
presentan una serie de desventajas muy graves.
EI exhaustive analisis de Semenov (1977) del
I
I
cho puede ser activado por un solenoide (Van
comportamiento de una red de Juday con el ij
Cleve, 1937; Aron et al., 1964; Wiebe et al., 1
dispositivo "Autoplankton BCD", un rneca- :i
1976) etectrornaqneticarnente (Tonolli, 1954),
o por la liberaci6n de un resorte por medio de
un detonante explosivo (Yentsch et al., 1962).
nismo revolvente de colectores acoplable al ex-
tremo de la red fabricado por Hvdro-Bios, ha
demostrado quese produce una importante acu-'
il
Dado que la mavor ia de estos sistemas elect~i. mulaci6n de material en los primeros lances(nor-
cos fueron disefiados para redes de gran tamano
malmente los mas profundos) en las paredes de
y en vista de 105 problemas que involucra el ma-
la red, y que no Ilega a ser lavado hacia el c~le~-
nipuleo de la boca de estos aparejos, muchos au· tor. Este material se agrega al producto del ulti-
to res recurrieron a la apertura y cierre del colec- mo estrato muestreado, al lavar la red (Semenov,
tor en vez de modificar la red misma. Tal es as1 op. cit., determin6 que el lavado final, aquel que
que Yentsch et al. (1962) inventaron un reci-
normal mente se efectua al sacar la red del agua,
piente colector accionado electricarnente. de puede arrojar hasta el 80% del volumen total de
principio similar al utilizado por Barham, 1958 seston colectado). Consecuentemente, se produ-
(ver p. 29). Mas tarde, Aron et al. (1964) perfec- ce un gravisimo error por defecto en los estratos
cionaron el sistema disef\ado construyendo tu- profundos, y uno por exceso en los mas superfi-
bos colectores de hasta 147 cm de longitud, divi- ciales. Adernas de este problema, Semenov tam-
didos en compartimentos alineados, separados bien destaca el error que produce el imperfecto
por medio de puertas plegables ("Discrete acople del colector con la consiguiente perdida
Depth Plankton Sampler" 0 "DDSP"; fig. 22). de material hacia afuera y hacia 105 colectores
A medida que avanza el barrido, por medio de vecinos. Logicamente, todos estos inconvenien·
controles en superficie, se comanda el cierre de tes condicionan una gran contaminacion entre
las puertas desde atras hacia adelante, de tal ma- muestras, adernas del ya comentado error en las
nera que las muestras sucesivas son colectadas en estimaciones del volumen total de seston.
compartimentos diferentes. Pearcey y Mesecar
(1970) diseiiaron un sistema de 8 redes terrnina- Estas desventajas fueron eliminadas en el aparato
les para la "1KMT", cuya conexi on sucesiva con la de Wiebe et al. (1976): "Multiple Opening/Clo-

31

.1.
• Hedes

.....
3
2 Apertura y cierre acusticos
\
Este sistema fue disefiado, especialmente, para la
operaci6n de grandes redes barrederas de micro-
necton y macroplancton. Su principal ventaja,
con respecto al electrico, reside en que no re-
quiere un cable conductor especial; ello, a su
»->": vez, simplifica las operaciones y posibilita su
aplicaci6n en embarcaciones no equipadas con
guinches ad hoc que el cable conductor. requiere.
La primera descripci6n de un rnetodo de este ti-
po pertenece a Clarke (1969); de all i e-nadelante
los equipos fueron perfeccionandose rapidarnen-
te v, en la actualldad, el "Institute of Oceano-
Fig. 23. Esquema de la red multiple con mecanismo de apertura graphic Sciences" (ex "National lnstitute vpf
.• y cierre electrico ("MaGNESS"1.
Oceanography") de Inglaterra produce un proto-
1) Red abierta; 2) Indicador rnecanico de la red en fun-
cionamiento; 3) Marco de metal; 4) Fluj6metro; 5) Car-
tipo utilizado en varios lugares del mundo. Baker
caza herrnetica para los sensores de temperatura, profun- et al. (1973) presenta~ detallada descripci6n
didad, etc.; 6) Motor y mecanismos de liberaci6n de las
redes; 7) Redes cerradas; 8) Lastre de plomo.
del aparato en cuesti6n; sobre la base de ese tra-
(De Wiebe et al., 19761.
bajo resumiremos 'aqu i sus caracteristicas princi-
pales. EI elemento basico es el comando acustico
de la red, activado por un transmisor desde a
bordo munido de un audio-oscilador de frecuen-
sing Net and Environmental Sensing System" 0 •
cia variable; un contador de frecuencia digital
"MOCNESS", ya que el mismo cuenta con 8 re ajusta la sefial a 10 ± 1 Khz. Esta sefial es recibi-
des independientes (fig. 23) que se abren y cle- da por el hidr6fono de la red, ampliada y demo-
rran de acuerdo al mecanisme de la red de dulada por medio de un discriminador, este a su
Tucker (fig. 24). vez alimenta un filtro cuya respuesta carga un
La mayoda de los model os mencionados, ade-
mas del dispositivo electrico que comanda las re-
des, cuentan con sensores de diferentes pararne-
tros, tales como temperatura, conductividad,
profundidad, flujo de agua, anqulo de la boca de
la red con respecto a la vertical, fot6metros, etc.
Por otro lado, en algunas de ellas el funciona-
miento de las aperturas y cierres tambien es re-
gistrado a bordo.

Obviamente estos aparatos, sobre todo el "MOC-


NESS", son sumamente completos y eficientes y
permiten ahorrar mucho tiempo de campana en
lances multiples a profundidad. Sin embargo, la
construcci6n es complicada y onerosa. Por otro
lado, todos ellos requieren el usa de cables con-
ductores y guinches especiales cuyo precio es Fig, 24. Mecanismo de apertura y cierre de la red ''NIO'', co-
mandada acustlcernente. EI principio de funcionamiento
muy elevado, Otra desventaja es su gran tarnafio ilustrado pertenece originariamente a Tucker, 1951.
y peso ("MOCNESS", "MPS") hecho que irnpo- a) Cerrada; b) Se desenganchan las bridas que sostienen
sibilita su uso en embarcaciones pequenas y en la barra inferior y esta cae abriendo la boca de la red;
c) Cerrada luego de liberar las bridas de la barra superior
condiciones meteorol6gicas adversas, y requiere que cae sobre la opuesta.
muchas personas para su manipuleo. (De Baker et al.• 19731. I
i
32 II
-I

1.I
.. _- --------.-~-;.-'"

Redes

capacitor que, al IIegar a 24 V, se descarga sobre do con la capa de interfase barre-aqua es surna-
un relay que activa el desenqanche rnecanico. mente diferente, tanto cuali como cuantitativa-
a mente, de aquel que habita el resto de la colum-
Las redes son de boca cuadrada, sus lados hori- na de agua. La obtenci6n de muestras de este
zontales estan cosidos a barras deslizantes sobre biotopo particular es practicarnente imposible
los verticales que son de cable de acero (fig. 24). por medio de las redes comunes; por ello se han
En posicion lista para ser arriada ambas barras diseiiado una serie de muestreadores especiales
estan izadas en la parte superior de la red, soste- mas adecuados a los requerimientos de tal tarea.
nidas por bridas al mecanisme de apertura y cie- L6gicamente, ya que la red debe atravesar el res-
rre de tal manera que la boca esta cerrada (fig. to de la columna de agua para ser recuperada a
. !

24a). Cuando se alcanza la profundidad elegida, bordo, la mayoda de ellas cuentan con dispositi-
la serial acustica activa el disparador que sujeta vos de cierre que se accionan al terminar el barri-
las bridas de la barra inferior, estas se desengan- do. La mavorla de estos aparatos son pesados,
chan y la barra correspondiente se desliza hacia de construccion relativarriente complicada y el
abajo abriendola boca de la red (fig. 24b). AI fi- mecanismo de apertura y cierre con el que cuen-
• nalizar el barrido se activa el segundo disparador, tan es activado por el c~cto de la red, mont~-
las bridas de la barra superior se sueltan y esta da . sobre un trineo, con et fondo (Bossanvi,
cae sobre la inferior volviendo a cerrar la boca 1951; Wickstead, 1953; Macer, 1967). Greze
antes del izado (fig. 24c). EI sistema tarnbien (1951) describi6 un aparato sumamente comple-
cuenta con un monitor acustico que registra la jo para colectarplancton de fonda y microben-
profundidad exacta de los aparatos, verifica las tos; en este caso la apertura/cierre estan cornan-
operaciones de apertura y cierre, grafica la tem- da.ios por una rueda dentada que gira en contac-
peratura e, indirectamente, la cantidad de agua to con el fondo. Clutter (1965) disefio uno de
filtrada. EI metoda descripto es de invencion reo los aparatos mas sencillos que se' utilizan en la
ciente v, obviamente, muchos de sus aspectos actualidad (fig. 25). Este se baja al fonda en po-
precisan mejoras y modificaciones. Entre ellas sicion vertical, con la boca hacia arriba. Cuando
podemos mencionar el imperfec;to cerrado de la -cornienza el barrido el ancla fungiforme se entie-
boca, detalle sumamente importante, sobre todo
para los muestreos de microplancton. En efecto,
S. Kling (1979) ha introducido algunas variacio-
nes en este sentido para las colectas de Radiola-
ria.
Otro inconveniente, i.e., la utilizacion de sola-
mente 1 0 2 redes por lance, con el consiguiente
. incremento en el tiempo necesario para barrer
varios estratos, es paliado por las modificaciones
introducidas por Roe y Shale (1979), quienes
adaptaron el sistema de tal manera que utilizara
6 redes (3 del m2 y 3 de 8 m2 de superficie de
boca), en vez de solamente dos.
Sin embargo, al igual que en varios otros casos,
actual mente el problema mayor tal vez sea el al-
tisimo costa del equipo involucrado (en 1977, el
precio del conjunto de redes e instrumental era
de U$S 20 000). Fig. 25. Red eon mecanismo de eierre para la eolecci6n de plane-
ton adyacente al fondo.
1) Red' 2) Cabo de estrangulamiento; 3) Reeipiente eo-
lector' 41 Cabo que sujeta el ancla durante el arriado de
Redes biperbenticas la red', se desengancha sutomaticernente euando la ulti-
ma toca el fondo; 51 Ancla fungiforme; 61 Gaza; 71 Ca-
bo de nylon; 8lCarretel; 91 Mareo de metal galvanizado;
En algunos cuerpos de agua 0 condiciones ecolo- 101 Bridas; 11) Grillete giratorio.
gicas el plancton adyacente al fondo y relaciona- (De Clutter, 19651.

33

L
r

rra en el terreno y el carretel a que esta unida


t.... . . . . . . .. . 2 comienza a filar cable. AI terminar este, una tra-
ba en su extremo se detiene en la gaza del cable
de estrangulamiento y este se tensa cerrando la
3 red.
4
10

4
Cuidado de los equipos

8--+-1-"""-
Antes de cerrar la presente seccion, considero in-
~-:.:-I--S
teresante decir algunas palabras acerca del trata-
miento y cuidados que deben recibir los equipos
de muestreo para garantizar su optirno funciona-
miento durante el mayor tiempo posible. No se
hablara acerca de 105 guinches, contarnetros y
otras rnaquinas accesorias, ya que su manteni-
miento es responsabilidad de los tecnicos espe-
cializados ad hoc; pero las redes, mensajeros, de-
6
presores, tlujornetros, etc., normal mente estan a
cargo del bioloqo y es el quien debe tomar 105 re-
Fig. 26. Redes para mesozooplancton menor (A) V mavor f B] re- caudos necesarios para que estes elementos se
comendadas por 105 grupos de trabajo (Working Parties)
2 V 3 de SCOR, UNESCO (ver Tranter, 1968). desernpefien satisfactoriamente durante 105 lan-
A. 1) Cable de remolque; 2) Bridas de 57 cm de largo c/u; ces.
3) Banda de lona de 10 cm de ancho; 4) Secci6n cilfn-
drica anterior de 95 cm de longitud (malla de Nylon Ny-
tal 7P 0 similar de 0,2 mm, porosidad: 0,55); 5) Muerto Arriado e izado. EI momenta de arriado de un
de 25 kg (6 40 kg 0 mas si el angulo del cable de remol-
que tiende a ser mayor a 25° ); 6) Recipiente colector. aparato en el agua y aquel de su izado a bordo
Puede ser de PVC 0 bronce de 150 - 200 ml con venta- son cr iticos durante cualquier operacion. Deben
nas de drenaje con malla rnetallca de caracterfsticas igua-
les a las de la red (para estudios generales y de biornasal: realizarse con el mayor cui dado posible, evitan-
similar al anterior de 500 ml (para la captura de organ is- do sacudidas v . especialmente, golpes contra el
mos vivos 0 especialmente delicados; 0 "blando", de te-
la de red (para aguas muv ricas en material en suspen- casco del barco. Muchos muestreadores estan mi-
slon}. EI copo debe contar con 3 gu(as para el pasaje de nuciosamente calibrados para garantizar un fun-
los cabos que sujetan el muerto terminal; 7) Llneas de
nvlon (3 en total) de 275 cm c/u para la suspension del cionamiento correcto (e.g., Clarke-Bumpus ,"Bon-
muerto. Pueden ser cosidas a la red; 8) Secci6n conica go ",etc.), y la rnavor ia de 105 elementos acceso-
posterior de 166 cm de longitud de lado del cono (malla
igual a la de la secci6n cil (ndrica anterior); 9) Banda de rios (depresores, profund [metros, ftujornetros]
lona de estrangulamiento de 10 cm de ancho, ubicada a resultan fragiles frente alas fuerzas que actuan
57 cm de la banda de lona superior; 10) Linea de estran-
gulamiento; 11) Boca de 57 cm de dlarnetro interno en el arriado e izado. Un aparato descalibrado
(0,25 m2 de superficie); aro de bronce 0 acero galvaniza- por descuido puede echar a perder una campafia
do de 1,5 cm de secci6n. EI fluj6metro va asegurado con
3 cabos ubicados a 14,25 cm del aro; 12) Grillete girato- entera 0, peor aun, arrojar resultados inadverti-
rio V mecanismo Nansen de cierre (ver fig. 14). Eficien- damente erroneos que se asumen correctos.
cia de filtraci6n inicial: 94 '1'0 ; relaci6n de superficie fiI-
trante (R) : 6.
B. 1) Boca de 113 cm de dlarnetro interne (1 m2 de su-
Lavado de las redes. Despues de cada lance las
perficie) aro de acero galvanizado de 2 'em de seccion. redes deben ser cuidadosamente lavadas con
EI fluj6metro va ubicado a 25 ern del borde. Las bridas
de remolque, 3 en total, dlstrlbufdas equidistantemente,
agua dulce, eliminando todo resto de material de
son de 113 cm c/u; 2) Banda de lona 0 de Dacron con sus mallas, y colgadas en un lugar protegido para
36 a 40 ojales de bronce, de ~ 1,25 cm de dlarnetro:
3) Secci6n cil [ndrlca anterior de 57 cm de longitud; rna-
escurrir el agua y secarse. De cualquier manera,
lIa de - 1 mm; 4) 6 bandas longitudinales de refuerzo, estos enjuagues peri6dicos no son suficientes pa-
equidistantes, de nvlon, de 2 cm de ancho; b) Secci6n
conica posterior de 200 em de largo; 6) Cilindro de lona ra limpiar la tela totalmente; una buena cantidad
de 12 cm de diarnetro V 12 em de altura. Ellastre es de de residuos queda firmememente adherida a los
- 40 kg 0 un depresor de eficiencia comparable. Se
considera que no existe mecanisme de cierre satisfacto-
poros taponandolos progresivamente. Por ello, al
rio para esta red. finalizar la carnpafia 0, durante expediciones lar-
(De Tranter, 19681. gas, en el transcurso de la misma, las redes deben
34
~."-'~-='

I
I Redes

I
"
lavarse mas exhaustivamente. Para ello se utiliza se en cuenta que cada nuevo parche incide, en
, agua tibia V alqun detergente debil, ya sea en un mayor 0 menor grado, sobre la eficiencia de la
lavarropas 0 restregando ta tela minuciosamente red.
i con un cepillo blando. Si un posterior examen
i de la tela bajo lupa binocular demostrara que la
Cables hidrograticos. Aunque son responsabili-
red tiene aun un alto porcentaje de poros tapa- , :
dad directa de un tecnico especializado, tarnbien
I dos, puede utilizarse alqun acido 0 alcali surna-
el bioloqo debe manipularlos V trabajar con
'i

I
!
mente dilu idos (agua lavandina 0 lejia, solucion
de hidroxido de sodio, agua oxigenada, etc.l: la
elecci6n del compuesto dependera del material
ellos. Los cables de acero son sumamente costo-
sos V deben ser tratados con el mayor cuidado
posible. En vista de las caracterfsticas de 105
de la red (seda, nvlon..u otros) y de las especifi- guinches hidrogrMicos y de 105 muestreadores,
caciones del fabricante con respecto a la resisten- un cable roto no puede volver a unirse, V una pe-
cia de aquel alas difere-ntes sustancias V/0 trata- queiia seccion del mismo deteriorada 0 con "co-
mientos (ver p. 71). cas" puede inutilizar todo el cable. Dado que la
Remiendos de las redes. Lueqo de cada lance la seccion terminal es la que normalmente sufre
red debe ser inspeccionada cuidadosarnente en mayor fatiga, es recomendable eliminarla de tan-
busca de agujeros, rasgaduras y secciones debi!i- to en tanto disrninuvendo as! el riesgo de perdi-
tadas. Las redes nuevas son notablemente mas da de los instrumentos arriados.
resistentes que las usadas V, frecuentemente, las
redes aparentemente sanas pero va con mucho Otros elementos accesorios. Los depresores, flu-
uso deberan ser total mente descartadas. Los agu- jornetros, profund [metros. mecanismos de aper-
jeros no demasiado grandes en telas de material tura y cierre de redes y sus aros, etc. estan cons-
sintetico pueden taparse con resina sintetica qU,e truidos de materiales inoxidables (acero inoxida-
al fraguar retenga flexibilidad; pero para 105 ma- ble, bronce u otros), pero, en vista de que el
vores se utilizan parches de la misma tela cosidos agua de mar es un medio sumamente agresivo, a
o pegados de tal manera que no dejen bordes li- la larga sufren corrosion y deterioro en grado va-
bres del lade interne donde pueda retenerse el riable. Para minimizar estos daiios es imprescin-
material colectado; Webb V Potthoff (1979) des- dible enjuagarlos minuciosamente con agua dul-
criben un metoda practice V sencillo para pegar ce despues de cada lance, y almacenar en un lu-
remiendos en las redes deterioradas. Debe tener- gar protegido y seco hasta la proxima estacion.

35
I
L
••

M uestreadores continuos, automaticos y /0 de alta velocidad

DEMETRIO BOL TO VSKOY

Como ya se destacara anteriormente, uno de los Obviamente, la cantidad de material que se ob-
grandes problemas en la obtencion de muestras tiene con estos muestreadores es infima; no solo
de plancton en la zona pelagial es el costa de las par la pequeiia boca que presentan a la entrada
operaciones. Este ultimo, a su vez, depende del del agua, sino tarnbien por el reducido tamaiio
tiempo que invierte el barco en colectar el mate- de la superficie filtrante. Una alternativa ensava-
rial. Intentando aliviar este problema, varios in- da fue la de reemplazar el disco por una pequeiia
vestigadores diseiiaron aparatos de muestreo que red (fig. 27 c.d) inclu Ida dentro del cuerpo del
pueden ser utilizados sin disminuir la velocidad tubo (Glover, 1953; Motoda, 1959; Monti, 1911).
normal de la naveqacion. Por otro lado, algunos Sin embargo, aSI y todo, la cantidad de material
de estos colectores cuentan con la ventaja de dis- colectado resulta insuficiente para la mayor fa de
minuir el error debido a la evasion de los plane- los estudios.
teres (ver p. 81; fig. 52). En todos ellos el princi-
pio de funcionamiento esta dado por la reduc-
cion de la presion de filtracion elevada debida a
la alta velocidad, por medio de la reduccion del
tarnafio de la boca. Basicarnente, este tipo de
aparatos de muestreo puede dividirse en 2 clases:
1) los indicadores de plancton, aparatos que re-
coqen una pequeiia muestra, generalmente sobre
un disco de tela de red; vias redes de alta veloci-
dad, normal mente protegidas por un tubo meta-
lico; y 2) los muestreadores continuos v/o auto-
maticos, que recogen una serie de muestras dis-
cretas en un solo lance 0 realizan un registro 3 b
continuo.
Los indicadores de plancton son pequeiios tubos
~ PC 3
metalicos, con alerones estabilizadores v, a ve-
ces, con depresores (ver p. 95), con una peque-
~'
r=h @6f
na abertura anterior V un disco intercambiable /~
de tela de red de plancton montado sobre un 7
'II •
anillo de bronce, en el extrema posterior (fig. 27
Fig. 27. Diferentes modelos de indicadores y pequeiios muestrea-
a,b,e,f). Estos aparatos normalmente.se remol- dores de plancton de alta velocidad.
can en los estratos subsuperficiales (alrededor de a-d) Hardy Plankton Indicator, (d: secci6n de la parte
10 m de profundidad), a velocidades de, aproxi- anterior de c); e) Simple Underway Plankton Catcher;
f) Multiple-Depth Plankton Indicator. 1) Cable de re-
madamente, 8 a 10 nudos. AI final del barrido el molque; 2) Depresor; 3) Aleta de estabilizaci6n; 4) Tubo
tubo se iza a cubierta, se desmonta el anillo pos- de cobre; 5) Anillo de bronce; 6) Cabezal de bronce;
7) Red; 8) Anillo posterior desmontable con un disco de
terior con el plancton retenido V se inspecciona tela de red de plancton ..
directamente bajo lupa 0 microscopio estereos- (a-d: de Glover, 1953; e: de Motoda, 1959; f: de Glover,
cOpico. 1961).

37
.'

M~streadores continuos, autornaticos vro de alia velocidad

La principal disyuntiva que se presenta al disefiar La 'Jet Net" de Clarke (1964) tiene un meca-
un muestreador de alta velocidad es su boca de nismo de filtracion aun mas original (fig. 28 G)
entrada vs. la superficie filtrante. En efecto, que consigue un continuo decremento de la pre-
cuanto mayor sea la boca del aparato, mas agua sion a medida que el agua circula dentro del apa-
recibira y mayor sera la presion de esta sobre la rato, desde su entrada hasta evacuarse por el ex-
malla; ello, a su vez, obliga a aumentar la superfi- tremo posterior.
cie de la ultima, aumentando, consecuentemen- Algunos de los muestreadores de alta velocidad
te, el volumen y peso totales del muestreador, no fueron disefiados para ser uti lizados con flu-
pero disminuyendo la presion por unidad de su- jornetros: otros estan munidos de estos, ya sea
perficie. 'Sin embargo, cuanto mayor sea el apa- en ,Ia entrada (Beverton y Tungate, 1967; Greze,
rato, mas dificil, complicada y peligrosa es su 1962; Lockwood, 1974) 0 en la cola del tuba de
operacion en alta mar. Por el contrario, si la bo- metal (Arnold, 1952; Motoda, 1959; Kirpichen-
ca de entrada es pequefia, puede disminuirse la ko, 1962; Ahlstrom et et., 1958; Bary y Frazer,
superficie filtrante, pero la muestra obtenida se- 1970). Por ultimo, algunos modelos incorporan
ra mucho menor. un doble registro del flujo del agua, fuera y den-
Con algunas pocas excepciones (e.g., Blackburn, tro de la red (Lockwood, 1974),0 a la entrada y
1962; Sheard, 1941; Gauld y Bagenal, 195n, las salida del aparato (Gehringer, 1952); registrado-
redes de alta velocidad estan total 0 parcial men- res de profundidad (Ahlstrom et et., 1958; fig.
te protegidas por piezas rnetalicas exteriores. Es- 28 E; Beverton y Tungate, 1967; fig. 28 F; Bary
tas piezas pueden ser una cabeza maciza ante- y Frazer, 1970) y de temperatura (Bary y Frazer,
rior, seguida por un cilindro al final del cual se 1970); y hasta colectores accesorios de diferente
acopla la red (Motoda, 1959; Miller, 1961); 0 un disefio y proposito (Beverton y Tungate, 1967).
arrnazon consistente en varas rnetalicas que La gran mayor fa de los modelos inventados son
unen las partes frontal y caudal de la red (Lock- utilizados en superficie v, consecuentemente, ca-
wood, 1974; Cassie, 1956; Greze, ,1962); 0, co- recen de mecanismos de apertura y cierre. Sin
mo sucede en la mayoria de los casos, lared esta embargo, unos pocos han incorporado estos dis-
inclu Ida totalmente dentro de un tuba metatico. positivos en su construccion y son operados, ya
A veces las bocas de entrada son 2 y estan a los sea por rnedio de mensajeros (como, por ejem-
lados del extrema anterior del aparato (Motoda, plo, el "HAI" de Kinzer, 1966; 0 el "Catcher II"
1954); pero mas frecuentemente hay una boca de Bary y Frazer, 1970),0 electricarnente (Bary
unica, anterior, ubicada sobre el extrema de un y Frazer, op.cit. ).
cono reductor y el cable de remolque fijado por
encima de ella de tal manera que no obstruye la Los muestreadores autornaticos 0 continuos,
entrada de agua en la misma. Los tamafios gene- tarnbien remolcados a velocidades superiores a
ralmente exceden los 50 cm de longitud y, en al- los 5 0 6 nudos, obtienen una serie continua de
gunos modelos, lIegan a mas de 2 m (Beverton y material 0 un conjunto de muestras discretas, se-
Tungate, 1967). La red filtrante puede ser de paradas entre Sl por intervalos variables de tiem-
malla elastica (nylon u otras),como por ejem- po y espacio.
plo, en los modelos de Clarke (1964); de Motoda AI primer tipo pertenece el "Hardy Continuous
(1954); de Greze (1962); 0 de tejido rnetallco Plankton Recorder" (fig. 29 A,e) dlsefiado por
(e.g., Cassie, 1956; Arnold, 1952; Ahlstrom et Hardy (1936a,b) y utilizado durante mucho
a/., 1958; etc.). En la gran mayoria de los casos tiempo principalmente en el Atlantico Norte, no
esta red tiene una confiquracion cil fndrica 0 co- solo por embarcaciones oceanograticas, sino
nica convencional, pero algunos pocos modelos tarnbien por barcos comerciales en sus navega-
(Sheard, 1941; Gauld y Bagenal, 1951; Motoda, ciones regulares. EI aparato cuenta con 2 rollos
1959) han ensayado la aplicacion del principio de tela de red de plancton; una (por donde pasa
de Bernoulli para reducir la presi6n y aumentar el agua) es cubierta por la segunda y ambas se
la eficiencia de la flltracion, consistente, basica- enrollan en un tercer carretel sumergido en un
mente, en doblar el extremo posterior de una recipiente con l iquido fijador. La impulsion esta
red conica cornun, introduciendolo dentro de la dada por una helice que gira al ser remolcado el
cavidad de la parte anterior (fig. 28 A). aparato en el agua y, por medio de un sistema de

38
Muestreadores continuos, autornaticos vr o de alta velocidad

1-

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5-, ::~;; ' __ : _---_T./-
----

I
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6 7 8 9

13

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I
8 11
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F
8

Fig, 28, Algunos muestreadores de plancton de alta velocidad. (Fuera de escatal.

AI Red de Sheard; BI Underway Plankton Catcher, modeI2;C) Gulf t-A: 01 High-Speed Plankton Sampler; EI Gulf III; FI Mul-
ti-Purpose Plankton Sampler 0 Multiple Plankton Sampler; GI Jet-Net, 1I Extremo posterior de la red, doblado hacia adentro
del cuerpo principal; 21 Bridas que sujetan el extremo posterior en posici6n; 31 Cable de remolque; 4) Aletas de estabilizaci6n;
51 Entrada de agua; 61 Fluj6metro anterior; 71 Red rnetalica: 81 Tubo externo de protecci6n; 91 Recipiente colector; 101 Flu-
j6metro posterior; 11) Red de nylon; 12) Punto de enganche del cable de remolque; 13) Muestreador de fitoplancton; 14)
Muestreadores accesorios (uno a cada ladol : 151 Sistema de engranajes para el registro de la profundidad y el flujo del agua; 161
Elemento preso-sensible; 171 Tap6n desmontable para evacuar la muestra.

(A: de Gauld y Bagenal, 1951; B: de Motoda, 1954; C: de Arnold, 1952; 0: de Ahlstrom et et., 1958; E: de Gehringer, 1952; F:
de Beverton y Tungate, 1967; G: de Clarke, 1964).

enqranajes, transmite su movimiento al carretel muestra testigo en un recipiente convencional.


colector, Debido a que puede funcionar durante La otra, equipada con fluj6metro electr6nico,
varios d las sin requerir asistencia alguna entre el colecta material entre 2 tiras de tela de red de
momento de arriado y el de su recuperaci6n, es- plancton que avanzan cada 30 seg. EI equipo
te muestreador ha probado ser de enorme utili- cuenta con registradores simultaneos de tempe-
dad. Su principal desventaja consiste en que pro- ratura, profundidad, y la fuente de energla esta
voca dafios mas 0 menos serios en los organismos dada por una bater Ia montada sobre el mismo
colectados, por aplastamiento. Longhurst et st. marco de las redes. Actualmente este sistema es
(1966), adoptando parcialmente el mecanismo producido y distribu Ido comercialmente (fig. 30),
del muestreador continuo de Hardy, construye- y su uso ha probado ser de gran utilidad para va-
ron un aparato munido de 2 redes; una de ellas rios tipos de investigaciones (e.g., Haury, 1976 a
cuenta con fluj6metro mecanico y colecta una y b).

39
,.. -~---.-------~----
...•...
Muestreadores continuos. automaticos y/o de alta velocidad

Fig. 29. Algunos muestreadores multiples y continuos de alta velocidad.

A-C) Hardy Continuous Plankton Recorder; 0) Muestreador multiple de Williamson; E) Multiple Net Underway Sampler with
Storing Tank. 1) H~lice que pone en movimiento los rodillos; 2) Aletas de estabilizaci6n; 3) Caja de engranajes; 4) AI cable de
remolque; 5) Depresor; 6) Cardan: 7) Entrada del agua; 8) Salida del agua; .9) Carretel colector; 10) Tanque con liquido fija-
dor: 11 I Carreteles con tela de red de plancton; 12) Pestillos de las vlilvulas; 13) Tornillo sin-fin; 14) Guia de la leva; 151 Leva
(disparador de IDS pestillos); 161 Oriza alas correderas; 17) Palanca disparadora del mecanismo de avance de las redes : 181 Banda
rnetalica flexible; 19) Entrada al tanque con I(quido fijador; 20) Red invertida; 21) Rodillo de avance; d.O, d.1, d.2 ... d.20)
Valvulas que regulan el paso del agua; n. 1, n. 2 ... n. 20) Redes colectoras.

(A-C: de Glover, 1962; 0: de Williamson, 1963; de Motoda, 19591.

Varios investigadores disefiaron muestreadores y Snodgrass (1962), modificaron la red "Gulf III"
de alta velocidad para tomar una serie de rnues- de Gehringer, 1952 (fig_ 28 E), adaptando una /

tras discretas. Motoda (1952,1959) propuso 2 placa giratoria con 5 recipientes colectores a su
modelos en los cuales varias redes pequefias son extrema; la rotacion de la placa, por medio de
sucesivamente ubicadas frente al tuba de entrada un motor electrico, ofrece diferentes colectores
del agua. EI sistema es coman dado desde cubier- a la red ("Scripps-Narrangasett High-Speed Mul-
ta por medio de un cabo accesorio al de remol- tiple Plankton Sampler" )_ Ninguno de todos es-
que (fig. 29 E), 0 por la rotacion de una helice tos sistemas tiene un uso difundido en la actua-
(Motoda, 1952). lidad.
Wi IIiamson (1963) invento un sistema semejante En resumen puede concluirse 10 siguiente: los
al anterior con la diferencia de que en este la en- muestreadores de alta velocidad pueden reducir
trada de agua en cada una de las 20 pequefias re- sensiblemente el costa de las operaciones ocea-
des esta dada por una serie de valvulas acciona- nograticas -disminuyendo los tiempos de mues-
das por la rotacion de un par de correderas co- treo de plancton requeridos. Adernas, como se
nectadas al aparato (fig. 29 D). Finalmente, Fish ha observado en mas de una oportunidad, obtie-

40
Muestreadores continuos. automaticos y/o de alta velocidad
3

operar a bordo debido al tarnafio y peso conside-


rabies; obtienen, generalmente, muestras mas pe-
ouefias que las redes convencionales, y el mate-
rial colectado suele macerarse considerablemente
por la alta presion ejercida. Su costa es mucho
mayor y su estabilidad menor que los de las re-
12 11 3 des lentas. Por ultimo, como bien 10 destacaran
Fig. 30. Esquema del
colector autornatico Longhurst-Hardy Tranter y Smith (1968), su eficiencia es suma-
Plankton Sampler (sin la redl.
menteditlcll de calcular debido a la complejidad
1) Extremo de la red; 2) Canal de entrada al colector; estructural que ostentan (conos reductores, tu-
3) Carreteles con tela de red de plancton; 41 Entrada a
la carnara de dep6sito; 61 Carretel co lector; 91 Caja de bos de salida, etc.).
engranajes; 101 Motor; 11) Dispositivo para regular
ta presion; 12) Camara posterior.
Los muestreadores automaticos multiples adole-
(De Longhurst et al.~ 19661. cen de varias de las fallas de los aparatos de alta
velocidad e, inclusive, agravadas en 10 que a cos-
nen capturas mas completas y representativas de tos, complejidad, delicadeza y peso se refiere.
losanimales planctonicos mas activos, aquellos Sin embargo, su utilidad es incuestionable en
que logran evadir las redes lentas (fig. 52). muchfsirnos estudios planctoloqicos, principal-
Sin embargo, tambien ofrecen numerosos incon- mente de organismos pequefios y rfgidos (micro-
venientes. Normalmente son mas diffciles de plancton), tales como microdistribucion.

41
Bom bas de succión

JOHN R. BEERS

Introducción tener en cuenta el amplio espectro y variedad del


zooplancton; por ejemplo, los tamaños, que van
Si bien las redes para concentrar organismos in desde los protozoos de solamente unas decenas
situ fueron el aparato muestreador de zooplanc- de micrones cúbicos, en adelante, las distintas
ton más comúnmente usado, las bombas de suc- morfologías en función de la diferente fragili-
ción también se utilizaron con frecuencia. Proba- dad, la variable abundancia V distribución verti-
blemente fuera Hensen, pionero del muestreo cal, etc. Esta alta diversidad de la naturaleza de
con redes, quien estimulara los primeros ensayos los zoopláncteres no permite efectuar general iza-
con bombas de succión, comenzados antes del ciones ampl ias en lo que al muestreo se refiere.
presente siglo (e.g., Cleve, 1896;Kofoid 1897al, Probablemente, es más adecuado considerar a las
al puntualizar las deficiencias de las primeras pa- bombas de succión como alternativas preferibles
ra los estudios planctónicos cuantitativos. Gib- a las redes, y en otros casos, como aparatos com-
bons V Fraser (1937) realizaron una interesante plementarios. Cada sistema de bombeo descripto
revisión del uso de las bombas en los primeros debe ser evaluado en función de los propósitos
estucijos planctónicos. específicos para los cuales se ha diseñado, inclu-
yendo la comparación con otros medios de
Aron (1958, 1962) efectuó un conciso resumen muestreo.
de los usos de las bombas de succión para los es-
tudios planctónicos, hasta la fecha de publica-
ción de sus trabajos. Lisitzyn (1962) discutió la Ventajas de las
aplicación de los -sistemas de bombeo para gran- bombas de succión
des volúmenes, para muestreos de aguas profun-
das, V presentó descripciones detalladas de sus 1) En comparación con una red que integra el re-
componentes en uso por los investigadores rusos sultado de la colección a lo largo de todo su
de ese momento. Algunas de las variantes más re- recorrido, las bombas son más adecuadas para la
cientes del uso de las bombas de succión en estu- obtención de muestras discretas, es decir, de un
dios zooplanctónicos son las detalladas en la fig. lugar estrechamente definido. Sin embargo, la
31. El interés de las bombas de succión, como boca de entrada de un sistema de bombeo a bor-
muestreadores de zooplancton, fue variable a do de un buque está sujeta a desplazamientos de-
través de los años; ninguno de los aparatos des- bido a que es solidaria con el barco, que no es
criptos recibió una aceptación generalizada V, a una plataforma totalmente estable, ya que sufre
diferencia de lo .ocurrido con las redes ( e.g., Tran- cabeceos, rolidos, etc. Además de tomar mues-
ter, 1968), tampoco se dedicaron esfuerzos orga- tras "puntiformes", los aparatos de bombeo pue-
nizados para investigar las características de los den ser utilizados para tomar muestras integrati-
sistemas de bombeo con miras a introducir ade- vas, va sea verticales, horizontales u oblicuas.
lantos en la metodología usada.
2) El bombeo constituye un método adecuado
En relación con el muestreo con redes o, en el para obtener, simultáneamente con las mues-
caso del microzooplancton, botellas (ver p. 53), tras de zooplancton, muestras y/o datos acerca
los sistemas de bombeo tienen ventajas y desven- de las caracter ísticas físicas, qu ímicas y biológi-
tajas. En la evaluación de ambas es importante cas del medio. Cuando se muestrea cort redes, ge-

43
Bombas de succión

Tubería
Centrífuga de 7,6 mm cm. ySe Tubería de 5para
cm. 5Utilizado para eran
muestrear zooplancton
0,335
tex
en
TIPO
BOMBA
entre
92
mido
25001/min
1501/min
1701/min
2801/min
3001/min
según
Deremolcado
centr
fábrica);
I/min
Tubería
aire
oblicuos
mo;
dios
en
se
0,15 los
yI/min.
cerramientos
±
Kiel. 5DE
Alternativabombas
vacío
ficaciones
2001/min
ternativa:
4001/min ífuga
c/mo-
succi6n,
compri-
evaluaron
Centrífuga
mm 50
0,363
deDESCRIPCION
0,233
de
especi-
yal-de3,2
(a
yde
"vivo"
10
mm
9tor
in
-a ambascm.
HP;
cm.
de
situ
nudos,
en 1muestrearon
deAPLICACIONES
plásticos
de abertura
abertura
HP.
Utilizado
118-141
la boca
Unidad de
Tuberia
dedeera
da
desemi-autónoma
1300
de
por
Tubería
muestrear
todos
malla),
malla.
m3.
Lenz
desarrollo
entrada DEL
larvas deSe
dividida
de El
de 3,8
los
(1974)agua
SISTEMA
3,8
-muestreos
estadios
entre
utilizaron
peces
Calanus
(e_9.
Foraminifera,
del sistema
con para
cm.
cm.
Las
bombea-
de
Ceratium
Utilizada
del
concentradores
dos
muestras
absorbidas
pacificus
estu-
Utilizada
dispositi- filtrandopara
en recogidas
enporel
calidad
de sistema
el micro
muestreos
los 50entre
agua
desobre
ycolector
demacro-
tela
redrefri-
verticales,
mporsuperficiales.
una de
AUTOR CAPACI vo de
filtrado,ade
frigerante
de
naciones
139
plancton
frigeraci6n
Tubería
Utilizadomm)
DAD"
Alternativa
Centr(fuga
860
I/min
Centrifuga
I/min
extremos
de
filtración
amboshorizontales
sustancia
5para
en 60,1
mallas/pulgada.
de
tJe
1250 de 7,6una
una con
cm. orgánica
comparativamente
lasm
abertura opuestos
de
bocas
plantamalla
bombas
planta
Se
muestrear de
Se
ensayómicrozooplancton
en
muestreos
profundidad),
de para
de dede
malla
de yfuera
suspensi6n
energía.
exponen
con Stewart,
equipos
la
entrada bomba.
0,156
energía.
con
zooplancton
bién
y2yde
para
suspendida
ambos profundos.
mm,
en datos
tipos 1969,
perfiles
en
idénticos
t¡¡m-
la
salida
laTodas
captura
del
pero
tipos
para
de
(sobre la
borda, ae1971).
Bah
lasdesdeBeers
ía
combi-
de
sistema
en
ubicados
filtrado
sistemas
malla
verticales
de
zoo-
re-
aguas
deembarcaciones
antárticas, ancladas
hasta 100 m (Leong, 1967).
campos40 mi-
rnativa
ntrífuga
mparación delun50-60%
a(3141/min
(332 vacío
1701/min
l/m in, 3781/min
vacío
hielo.
de
llas
con los
una máxi-
zooplancton.
de
según motor
0,5
geración
y44-881/min y
zooplanctonde11/
copépodos
de
fábrica).
especif.otra,
m
una de para
costeros. estudiar
diámetro
planta de de
energía. la distribuci6n
boca (todas horizontal
con tela de
Centrífuga: Tubería
Bomba 15 total.
de sistema
del 5,1 75cm I/min
cm. a
El incendio
aparato
(diám.int.).
de fue
del comparado
Sistema buque_ de filtrado con deredes
Utilizada Ni-
para
wahara
O'Connel1 y

"Las cifras incluidas se refieren, generalmente, al caudal de todo el sistema correspondiente. Sin em-
bargo, en alguno~ casos, probablemente el valor sólo sea vAlido para el rendimiento de la bomba y no
Incluya las correccIones debIdas a los otros componentes del sistema.

Fig.31 Algunos sistemas de muestre:> de zooplancton recientes por medio de la aplicación de diferentes tipos de bombeo.
(Esta lista no incluye las relativamente numerosas aplicaciones de las bombas de succión para la obtención de
muestras de agua para estudios qufmicos o de fitoplancton, incluyendo clorofila, solamente!.
(Original).
44
Bombas de succión

neralmente es necesario realizar lances adiciona- plancton es la dificultad que representa colectar
les para obtener estos datos complementarios, material de los estratos más profundos de la co-
ello involucra la posibilidad de hacerlo en luga- lumna de agua. A diferencia del fitoplancton,
res y a tiempos diferentes a aquéll::>s en los cua- que está concentrado en la zona eufótica, el zoo-
les se ha tomado la muestra de zooplancton. El plancton generalmente tiene un rango de distri-
agua bombeada puede ser fraccionada por medio bución 'mucho más ampl io. Si bien, teóricamen-
de sistemas de válvulas, para utilizar en análisis te, es pósible muestrear de cualquier profundi-
diferentes, y luego procesada como se desee( e.g., dad en tanto que la bomba sea capaz de superar
examinada por medio de fluorómetros para la la resistencia de fricción de la tubería y elevar el
determinación de clorofila a/feofitina; procesa- agua desde la superficie del mar hasta el punto
miento por medio de autoanalizadores para me- más alto del sistema, el largo y diámetro de la tu-
diciones de nutrientes inorgánicos; etc.; ver bería necesaria para muestrear los zoopláncteres
Strickland y Parsons, 1972). Banse (1955) y Cas- profundales y menos abundantes determina que,
sie (1958 y otros) han realizado algunas de las en cierto momento, el método se vuelva imprác-
.descripciones tempranas de la colección simultá- tico .
nea de plancton y datos ambientales.
2) Las bombas de succión muestrean volúmenes
3) Los sistemas de bombeo constituyen excelen-
de agua mucho menores, por unidad de tiem-
tes muestreadores cuantitativos; por ejemplo,
po, que las redes, y por lo tanto no son prácticas
la inclusión de un flujómetro en el sistema per-
cuando se necesitan grandes volúmenes de I íqui-
mite medir la cantidad de agua muy exactamen-
te. do. Con pocas excepciones (por ejemplo, Held,
tratado en Aran, 1962: 2470 I/min; Aron, 1958:
4) En vista de que el procesamiento (concentra- 1533 I/min; Seymour, 1950: 600 I/min) no se
ción, etc.) de las muestras bombeadas puede construyen sistemas de bombeo de capacidad
ser realizado sobre la cubierta, la colmatación de mayor de, aproximadamente, 200 I/min; conse-
los filtros se puede detectar inmediatamente to- cuentemente, se requieren alrededor de 5 minu-
mándose las medidas necesarias. Esta ventaja, tos para obtener 1 m3 de líquido. En un período
probablemente, es más importante cuando se de tiempo semejante, una red de 0,5 m de diá-
muestrea el zooplancton menor cuyo tamaño se metro, desplazándose a 60 m/min (es decir,
superpone notablemente con aquél de los fito- aproximadamente 2 nudos) filtraría. suponiendo
pláncteres; mayores, tal c0lrl0 el de varias diato- una eficiencia del 100% (ver p. 67) casi 60 m3
meas en cadenas y dinoflagelados tecados, que y una red de 1 m de diámetro; más de 200 m3.
suelen producir floraciones. También es ventajo-
so cuando existen concentraciones de zooplánc-
3) Los sistemas de bombeo, especialmente aqué-
teres gelatinosos. llos de mayor capacidad, pueden ser difíciles
5) La separación de la captura por tamaños pue- de maniobrar desde un buque en movimiento,
de ser realizada utilizando una serie de filtros sobre todo si se requieren transectas muestrales
de malla de tamaño decreciente en el elemento horizontales u oblicuas. El sistema de enganche
concentrador (ver fig. 78). Este sistema también de la tubería al cable hidragráfico, por medio de
puede ayudar a evitar los problemas de col mata- grampas fácilmente desenganchables, puede faci-
ción (p. 73). Sin embargo, debe destacarse que la litar las operaciones. La ubicación de la boca de
separación en clases de tamaño, generalmente, entrada de la tubería puede ser determinada por
corta a través de niveles tróficos y altera las cate- medio del uso de profundímetros (ver p. 95), o
gorías taxonómicas naturales, constituyendo una por medio del contámetro del guinche.
división artificial.
4) Los sistemas de grandes volúmenes, necesa-
Desventajas de los rios, por ejemplo, para el estudio de los zoo-
sistemas de bombeo pláncteres menos abundantes, son de costo rela-
tivamente alto y requieren una considerable can-
1) Una de las críticas corrientes a las bombas de tidad de espacio en cubierta, operarios, etc., para
succión como método para muestrear zoo- resultar eficientes.

45
Burnhas de SUCClon

Problemas comunes al muestreo los especímenes, especialmente de aquéllos que


con bombas de succión poseen cuerpos grandes y blandos. En el mues-
treo con bombas de succión se utilizan varios ti-
y con redes pos de mecanismos, y algunos provocan más de-
Evasión terioro a los pláncteres que otros (ver más ade-
lante); el lugar de mayor daño potencial, además
de la bomba misma, es el concentrador (ver más
Un sistema de bombeo, generalmente con una adelante).
boca de entrada mucho menor y carente de las
bridas frontales y demás mecanismos utilizados
en las redes, puede provocar una menor evasión
por parte de aquellos organismos que detectan el
muestreador visual mente. Más aún, un sistema Eficiencia comparativa
de bombeo puede ser fabricado de manera que de bombas y redes
carezca de superficies reflectoras reduciendo,
consecuentemente, la detección debida a las va- Varios investigadores han realizado estudios
riaciones lum ínicas. Sin embargo, ~Jn sistema de comparativos acerca de la eficiencia de los meca-
bombeo en movimiento, al igual que una red, nismos de bombeo por ellos diseñados, en com-
produce variaciones de presión que pueden ser paración con el método clásico del barrido con
detectadas por los zoopláncteres, provocando redes, incluyendo ensayos de evasión y deterio-
reacciones de evasión. Además, los sistemas de ro. Si bien los resultados de tales experimentos
bombeo tendrán un campo de succión/empuje sólo son válidos para cada ensayo específico y,
en la entrada, a menos que ésta se mueva en el así y todo, solamente dentro de los límites de la
agua a la misma velocidad o más rápido que la comparabilidad de los experimentos realizados,
succión. Las dimensiones de la zona de succión en líneas generales la conclusión es que los siste-
están en función de la capacidad de la bomba, mas de bombeo pueden ser desarrollados para
del tamaño de la boca de entrada y del movi- proveer un medio de muestreo eficaz para el am-
miento de la última. Una vez Que se encuentra pl io espectro de formas zooplanctón icas. Desa-
en el campo de succión, el zoopláncter puede es- fortunadamente, debido, normalmente, a la dis-
capar o no, dependiendo de su capacidad de lo- tribución aleatoria del zooplancton y a las dife-
comoción. Se han realizado muy pocos estudios rentes maneras en que opera cada tipo de mues-
directos acerca de la evasión de los zoopláncteres treador, es virtualmente imposible efectuar com-
de las bocas de entrada de las bombas de suc- paraciones de campo totalmente válidas entre
ción; parcialmente debido a la dificultad que re- sistemas de muestreo. Aran (1958) real izó uno
presenta el diseñar un experimento suficiente- de los estudios de este tipo más rigurosos: com-
mente real ístico como para simular las condicio- paró la captura de su bomba centrífuga (1533
nes naturales. Los ensayos de laboratorio acerca \/min; 3 pulgadas de diámetro interno de boca
de la evasión de-los tubos sifón por parte del de entrada; filtro de malla de 544 micrones) con
zooplancton, realizados por Singarajah (1969, una red de 0,5 m de boca, malla de 476 micro-
1975) pueden brindar evidencias indirectas acero nes, remolcada en la superficie a ambos lados del
ca del problema. Sin embargo, las intensidades buque simultáneamente. La semejanza entre las
de succión utilizadas por Singarajah fueron muy cantidades de huevos de peces pescados por am-
bajas en comparación con aquéllas que se gene- bos aparatos fue suficientemente alta, pero en el
ran en la mayoría de los sistemas de bombeo caso de organismos de mayor motilidad se obser-
de gran volumen. varon diferencias más nl?torias, arrojando resul-
tados superiores ora un aparato, ora el otro. La
explicación supuesta del fenómeno fue la micro-
distribución en pequeña escala. Más adelante,
Deterioro físico Aran (1962) notó que los huevos de peces colec-
tados por la bomba ec\osionaban, mientras que
Tanto en el muestreo con redes, como con bom- aquéllos que eran recogidos simultáneamente
bas de succión, puede ocurrir cierto deterioro de por la red, no lo hacían. Evidentemente, la re-

46
Bombas de sucCIón

ducción de la velocidad de flujo del agua, antes encontrar diferencias significativas en la captura
de llegar al concentrador de la bomba, fue res- de organismos móviles por parte de la bomba, en
ponsable del menor deterioro de los huevos. comparación con aquéllas de una red de 0,3 m
de diámetro y de igual malla. Para minimizar la
mortandad, la velocidad del agua a través de la
Beers et al. (1967) compararon las abundancias
unidad filtrante (ubicada delante de la bomba)
de varios taxones que se presentaban en números
mayores a 300 individuos por metro cúbico ob- fue reducida utilizando cámaras más anchas que
las de entrada. Recientemente, Yocum et al.
tenidos con una bomba centrífuga (150 I/min,
(1978) no encontraron diferencias significativas
tubería de 1,5 pulgadas de diámetro interno)
de mortandad utilizando una bomba centrífuga
con muestras de red, utilizando en ambos casos
o una bomba alternativa con diafragma (ver fig.
mallas de 103 micrones; las colectas se realizaron
32). Grados de mortandad considerablemente
a lo largo de perfiles verticales consecutivos des-
menores se hallaron en ambas bombas cuando el
de 100 m hasta la superficie. En líneas generales,
concentrador de la muestra era ubicado sobre el
se encontraron abundancias semejantes en el ca-
lado de succión del aparato (trampa de filtro,
so de organismos con algún tipo'de cubierta pro-
mortandad promedio 14,8%, con un error stand-
tectora, pero muchos animales de cuerpo blando
ard de 6) en comparación con el lado de descar-
(generalmente los de mayor tamaño) eran menos
ga (red suspendida, mortandad promedio 57,2%,
abundantes y estaban más dañados en la muestra
con un error standard de 8,9).
de bomba. (En adelante la bomba de succión so-
lamente se utilizó para estudios del zooplancton
menor, la mayor parte del cual está provisto de
cubiertas du ras de protección). Recientemente, •
Leithiser et al. (1978) observaron que las larvas Ya los primeros estudios comparativos destaca-
de peces mayores tile 5 mm eran consistentemen- ron la necesidad de diseños cuidadosos, inclu-
te submuestreadas por redes de 0,5 a 1 m de diá- yendo una adecuada capacidad, así como la
metro de boca, en relación a un sistema de bom- puesta a prueba de los sistemas de bombeo para
ba centrífuga (ver fig. 32); sin embargo, las dife- satisfacer los objetivos de cada estudio específi-
rencias entre muestreadores no eran tan conspi- co. Wiborg (1948) analizó los resultados de una
cuas cuando se consideraba toda la población serie de muestras de bombeo (bomba centrífuga,
larval. Leong (1967), estudiando la eficiencia de 43 I/min, tübería de una pulgada de diámetro in-
la bomba centrífuga (70-80 I/min, tubería de 2 terno) y red (Clarke-Bumpus) concentradas so-
pulgadas de diámetro interno) descripta por bre malla de seda No. 11, todas de la misma pro-
O'Connell y Leong (1963), determinó un rango fundidad. Se observó que el zooplancton, fre-
de tamaños dentro del cual el plancton pod ía ser cuentemente, era menos abundante en las mues-
bien muestreado por el aparato, pero por encima tras de bomba (e.g., varias formas relativamente
del cual se producía considerable deterioro y ro- móviles como, por ejemplo, distintos estadios de
tura de los organismos. También se analizaron Calanus finmarchicus); la explicación sugerida
aspectos relacionados con el transporte temporal fue la evasión de la bomba cuya capacidad era
de los animales a través del sistema: de 2/3 a 4/5 francamente menor que la de la red. Gibbons y
de una serie experimental de Artemia pasaron a, Fraser (1937), utilizando una bomba centrífuga
aproximadamente, la velocidad esperada, mien- de aproximadamente 630 I/min (tubería de 2
tras que el resto se demoró, probablemente en pulgadas), realizaron observaciones que sugieren
remolinos. Icanberry y Richardson (1973), estu- que el muestreo por medio de bombas es más
diando una bomba centr ífuga diseñada específi- efectivo para el zooplancton menor y para los fi-
camente para muestrear las bocas de entrada y topláncteres mayores que aquél con red. Sin em-
salida de un sistema de refrigeración de una plan- bargo, la profundidad de muestreo por ambos
ta energética, observaron grados de mortandad medios frecuentemente era significativamente
de zoopláncteres (muestras sobre malla de 150 diferente y también despiertan dudas las mallas,
micrones) del 5 al 10%, dependiendo del motor que probablemente no fueran iguales en ambos
(y, consecuentemente, del caudal) utilizado, sin muestreadores.

47
Bombas de succión

Tipos de bombas de succión I


a __ .L1--1 ~2

De los tres tipos básicos de bombas de succión


(fig. 32): centrífuga, rotatoria y alternativa, el J ~~
primero fue, probablemente, el más usado en el
muestreo de plancton. Sin embargo, el empleo
de bombas de diafragma (alternativa) en los últi-
mos años demostró que éstas poseen algunas ca-
racterísticas adecuadas para el muestreo de va-
~é~ b e d
rias formas de zoopláncteres, principalmente en
lo que se refiere a minimizar los daños físicos a
los organismos de hasta un tamaño relativamente
grande (e:g., Mullin y Brooks, 1976; Grice et al.,
1977; Beers et al., 1977). Pueden diseñarse
bombas tanto centr ífugas como alternativas de
gran caudal (e.g., hasta varios centenares de li-
tros por minuto) recomendables para muestrear
zooplancton. Una característica común a todos
los tipos de bombas centrífugas es que la ener-
gía necesaria se obtiene por medio del empuje
11I
radial del líquido, que se logra por medio de al-
gún tipo de configuración de la unidad impulsa-
ra. La fuerza impartida es función del número de
estad íos de impulsión utilizados, del tipo de di-
seño, y de la velocidad de rotación. El principio
básico de las I:;lombas alternativas es el desplaza-
miento del fluido mediante la acción de un pis-
tón o sopapa, y el volumen desplazado en cada Fig. 32. Tipos básicos de bombas de succión para agua: alternati·
va (1). rotatoria (11) y centr(fuga (111).
estad ío depende del tamaño del pistón o sopapa 1) Bomba alternativa a diafragma. al Diagrama esque-
y del recorrido de aquéllos. En las bombas rota- matizado. 1) Válvula de entrada y salida de aire; 2) Cá·
torias se uti Iizan diferentes elementos como, por mara de aire; 3) Diafragma. de material flexible. general-
mente no metálico; 4) Válvula de admisión de agua;
ejemplo, partes giratorias, tornillos, lóbulos, im- 5) Cámara de agua; 6)Válvula de escape del agua. b-d) Fa-
ses de operación. En (b) el aire es succionado levantando
pulsores flexibles, etc., <jue operan con una luz el diafragma que, a su vez, succiona agua a través de la
de pared mínima dentro de un cilindro fijo, de válvula de admisión abierta; en (c) el aire entrante pre-
tal manera que el líquido es "atrapado" y empu- siona sobre el diafragma y éste ejerce presión sobre ellí-
quido que cierra la válvula de admi~iÓn (4) y abre la de
jado dentro del cilindro; en el punto de descarga escape (6), saliendo; en (d) se completa la fase de impul-
juegos de elementos rotatorios coinciden, o el es- sión.
11) Bomba rotatoria. El engranaje de los dientes (2) en el
pacio donde se encuentran los fluidos es compri- lado del escape (4), provoca una supresión del volumen
mido y se genera un aumento de presión. A dife- comprendido entre éstos y la carcaza (3), de tal manera
que el aumento de presiÓn evacua el I(quido (4). Simul-
rencia de las b.ombas centrífugas, tanto las rota- táneamente. en el lado de la admisiÓn, la separaciÓn de
torias como las alternativas son, en condiciones los dientes (2) crea un espacio succionando líquido (1).
El tipo ilustrado corresponde a un modelo particular:
normales, autocebantes, hecho que simplifica su con lÓbulos. Existen otros como, por ejemplo, a torni·
operación. Sin embargo, las bombas centrífugas, 110sinfín, con impulsores flexibles, con aspas o paletas,
etc.
cuando son utilizadas sumergidas, no necesitan
111) Bomba centrífuga (en este caso, de álabes de curva-
cebado previo. tura simple). El agua es absorbida por el tubo de admi-
sión (1) Y entra por el centro de la bomba (1 1, por efec-
tos del vacío parcial provocado por la rotaciÓn de las pa-
letas del impulsor (2). El líquido corre por la superficie
Otros principios de bombeo para mover líquidos de las paletas de (2), impulsado centr(fugamente hacia
las paredes de la carcaza (3), y evacuándose por el esca-
utilizados para muestrear plancton, incluyen las pe (4).
bombas de succión por aire, en las que se utiliza (Original ).

48
Bombas de succión

aire comprimido para forzar el mOVimiento de


agua mari na (Bernhard y Rampi, 1966). Lenz
(1972) desarrolló un sistema de bombeo para
uti lizar en profundidades relativamente someras:
r-r----------- J
1 I 4 8
simplemente aspira agua por medio del uso de
vacío. Este y otros sistemas de succión/sifón en
los cuales el plancton puede ser concentrado y
r----
¡__1~11~
5
retirado sin pasar por ninguna parte móvil tienen
la obvia ventaja de reducir las posibilidades de
6
daño físico a los organismos. La necesidad de
mantener un sistema cerrado bajo presión reduci-
da mientras se bombea continuamente un volu-
men grande se logra por medio del sistema de
Lenz (1972) utilizando, alternativamente, dos Fig. 33. Diagrama esquemático de un sistema de bombeo para
tanques colectores de 500 litros cada uno. muestreos de plancton, con una bomba en cubierta y un
colector/concentrador para recoger el material. para ilus-
Della Croce y Ch iarabi ni (1971) describieron un trar la terminolog·ra utilizada en el texto.

instrumento suctor semi-independiente en el 1) Altura de carga estática total; 2) Altura estática de


cual el bombeo y concentración de la muestra impulsión; 3) Elevación estática de succión (o "carga
estática de succión", si la trnea de referencia está por de-
tienen lugar in situ, alimentado con una tubería bajo del nivel del agua); 4) Unea de referencia (centro
desde una unidad de aire comprimido a bordo. de la bomba); 5) Nivel del agua; 6) Tuberra; 7) Bomba
de succión; 8) Colector/concentrador.
Tal tipo de unidad quasi autónoma tiene la ven-
taja de ser más fácilmente arriada hasta las pro- (Original),
fundidades, pero la filtración de la muestra no se
observa visualmente y, por lo tanto, la eventual bombas sumergibles; e.g., Beers et al., 1967;
colmatación de la red no puede ser detectada. Si O'Connell y Leong, 1963) o sobre la cubierta,
bien los pláncteres con elementos esqueletarios cerca del punto de descarga. Las bombas pueden
duros se obten ían en buenas condiciones, los au- ser accionadas por medio de energía generada
tores destacan que se observaron notables dete- por el barco (e.g., eléctrica, vapor), o por moto-
rioros en los organismos de cuerpos blandos, res de explosión independientes. En general, un
probablemente debidos, en parte, a la presencia sistema sumergible requiere un condicionamien-
de burbujas de aire comprimido en el sistema. to más elaborado debido a que la energía debe
Muchos barcos, cualquiera sea el tipo de bomba ser provista a la bomba por medio de cables sub-
con que estén equipados, poseen un sistema de marinos adecuadamente protegidos contra la ro-
bombeo de agua marina con una boca de entrada tura. Los problemas eléctricos, tales como las ro-
en el casco. Estos sistemas pueden constituir un turas de los cables y el filtrado de agua marina
medio conveniente para muestrear las aguas su- en las conexiones, además de interferir con las
perficiales, sobre todo con el barco en movi- operaciones de muestreo y bombeo, pueden re-
miento (e.g., Boltovskoy y Boltovskoy, 1970). presentar un peligro a bordo. Sin embargo, la tu-
Sin embargo, la ubicación de la boca.de entrada bería desde la bomba hasta la cubierta puede ser
puede significar que ha habido cierta alteración de un material más liviano y, consecuentemente,
de la población muestreada, debido al pasaje del menos difícil de manipular que en el caso de las
tuber ías de succión U.e., en el lado de entrada de
barco y, además, existe el peligro potencial de la
contaminación. Es conveniente determinar los la bomba).
detalles de la construcción del circuito (e.g., tipo
La elección del tipo de bomba depende del uso
de bomba, materiales de que está construido, tu-
que se le dará. En todos los casos su capacidad
berías, etc.) y los usos que ha tenido el agua an-
deberá superar la resistencia dinámica total del
tes de llegar al lugar de donde se toma la muestra
sistema, i.e., debe ser capaz de mover el líquido
de plancton (e.g., para refrigeración, etc.).
entre los niveles de entrada y sal ida; en sistemas
La ubicación de una bomba puede ser variable: de muestreo a bordo, ello significa entre el nivel
cerca del extremo de entrada del sistema U.e., del mar y el punto de descarga sobre cubierta.

49
Bombil~ do' succión

En el caso de una bomba en cubierta (ver fig. 33) ros presentan inconvenientes para el uso a bor-
la resistencia dinámica total es la suma de la ele- do, desde el punto de vista de su manipuleo, al-
vación estática de succión, la altura estática de macenamiento, etc., mientras que los últimos re-
impulsión, y la resistencia de fricción, tanto en quieren extremar los cuidados durante las opera-
el lado de succión (entrada) como en el de salida ciones para evitar el colapsamiento (por ejemplo,
del circuito. La elevación estática de succión es cuando pasa por una pasteca) restringiendo total
la distancia vertical entre la superficie del mar y o parcialmente el flujo de agua. En términos ge-
el centro de la bomba; mientras que la altura es- nerales, las tuber ías ubicadas del lado de entrada
tática de impulsión es la distancia vertical desde de la bomba deben ser más rígidas que aquéllas
el centro de la bomba hasta el punto de descarga que se utilizan del lado de descarga. Probable-
libre. La resistencia de fricción es función del ta- mente, la tuber ía más satisfactoria es aquélla que
maño de la tuber ía, su longitud, la cantidad y ti- combina cierta rigidez con flexibilidad. El mate-
po de encajes (por ejemplo: válvulas, flujómetro, rial de que está constru ída puede ser de origen
etc.l, y las características (por ejemplo la tempe- natural (e.g., caucho) o sintético (e.g., poi ímeros
ratura) y la velocidad de flujo del agua. Otro fac- o plásticos). Las ventajas de los últimos son su
tor que determina la acción dinámica es la velo- bajo peso, resistencia al uso continuo en condi-
cidad, i.e., la fuerza necesaria para acelerar el ciones adversas y al agua del mar, as í como sus
líquido. En la mayoría de los casos ésta es pe- superficies lisas que dan un bajo coeficiente de
queña y puede ser despreciada. La ubicación del fricción. Actualmente existe una amplia gama de
sistema de muestreo tan cerca del nivel del agua tuberías reforzadas de plástico adecuadas para el
como sea posible es un recurso simple para mini- muestreo de zooplancton.
mizar la fuerza necesaria. Holland y Chapman
(1966) o Hicks y Edwards (1971 l, por ejemplo, El diámetro de las tuber ías util izadas depende
exponen consideraciones para el cálculo directo del tamaño de los organismos a colectarse, del
de los parámetros discutidos.
caudal, etc. En general, es preferible utilizar el
Para muchos estudios zooplanctónicos se requie- máximo diámetro prácticamente posible, ya que
ren sistemas de bombeo de gran capacidad para el flujo lento a través de una manguera ancha
compensar los tamaños relativamente grandes y ocasionará una resistencia de fricción menor que
abundancias bajas de estos organismos. Sin em- un flujo rápido a través de una manguera más es-
bargo, en algunos casos los sistemas operados trecha. El uso de tuberías anchas también es ne-
manualmente pueden ser suficientes y pueden cesario para la obtención de los pláncteres gran-
utilizarse sobre embarcaciones pequeñas, caren- des. Las uniones y otro 'ipo de accidentes (por
tes de fuentes de energ ía. ejemplo, medidores de flujo) deben tener el mis-
mo diámetro de la manguera para no restringir el
Las bombas y demás componentes de los siste- caudal. Además, generalmente, es preferible uti-
mas de bombeo generalmente pueden ser fabri- lizar la menor longitud de tubería necesaria para
cados con materiales plásticos o recubiertos con llegar a la profundidad de muestreo deseada, ya
ellos de manera tal que no sean corroídos por el que la resistencia por fricción (y las posibilidades
agua marina. Sin embargo, antes de efectuar co- de contaminación entre muestras debido a la re-
lecciones para obtener organismos vivos deben
tención de 'organismos en el circuito) aumentan
realizarse ensayos para verificar la toxicidad de con la longitud de la tubería. La resistencia por
los elementos uti lizados (ver p. 189). fricción también varía algo en función de la con-
figuración del recorrido de la manguera: dere-
cho, enrollado en el tambor de un guinche, o
Mangueras y tuberías con sinuosidades que pueden ocasionar un cam-
bio de flujo entre laminar y turbulento. A igual-
Con los sistemas de bombeo se han utilizado va- dad del resto de las condiciones, la resistencia
rios tipos de mangueras y tuberías: desde tubos por fricción es relativamente mayor en condicio-
totalmente rígidos, que se manipulan por sec- nes de flujo turbulento que laminar. Que un flu-
ciones, hasta mangueras flexibles, como, por jo sea turbulento o laminar en una sección dere-
ejemplo, las mangueras de incendio. Los prime- cha de la tuber ía depende del diámetro de aqué-

50
Bombas de Succión

Ila, de la velocidad de flujo y de la viscosidad/ utilizan para los barridos (e.g., Gibbons y Fraser,
densidad del agua de mar. 1937; Aron, 1958; O'Connell y Leong, 1963;
Una tuber ía del tamaño adecuado para mues- Boltovskoy y Boltovskoy, 1970) hasta conjuntos
de redes más sofisticadas, incluyendo diferentes
trear zooplancton puede ser bastante volumino-
aberturas de malla que permiten fraccionar el
sa, requiriendo una embarcación grande, varias
material por tamaños (e.g., Swanson, 1965;
personas para efectuar las maniobras, etc., para
Beers etal., 1967; Lenz, 1972). En líneas gene-
poner el sistema en funcionamiento.
rales, cuanto más cerrada es la malla o mayor el
El tiempo que se requiere para que el agua pase flujo de agua bombeada. mayor será el área fil-
desde el punto de entrada hasta el de procesa- trante necesaria. Las redes cón icas pueden ser su-
miento debe ser medido con precisión. La colec- mergidas en el agua para amortiguar el impacto
ción de muestras sobre cubierta debe ser cuida- del plancton sobre la malla; por ejemplo, mon-
dosamente coordinada, teniendo en cuenta este tándolas en un recipiente y restringiendo la des-
"retraso" cuando se desea muestrear agua de una carga del agua bombeada. Este método, sugerido
profundidad espec ífica. Este tiempo de retraso por Juday (1916), fue empleado por Grice etal.,
puede ser calculado tomando como base las di- (1977) con el sistema de bomba a diafragma que
mensiones de la tuber ía (largo y diámetro) y el utilizaron para muestrear zooplancton en reci-
caudal. Además, este tipo de retraso puede ser pientes de gran volumen (1300 m3 del programa
medido experimentalmente determinando, con "CEPEX", "Controlled Ecosystems Pollution
un cronómetro, el tiempo que tarda en pasar un Experiment"). Beers et al. (1967) regulaban .Ia
flJaterial conocido, por ejemplo tintura, a través presión en el concentrador de tal manera que hu-
del circuito. Este procedimiento también puede biese una acumulación de agua por lo menos so-
dar una indicación acerca del grado de dispersión bre las redes más finas. El uso de 2 o más con-
de los materiales dentro de la tubería. Esta dis- centradores permite bombear sin interrupción,
persión y, en menor medida, el tiempo de retra- recogiendo la muestra sobre uno mientras el otro
so, son afectados por cambios en la configura- es vaciado. Los flujómetros convencionales de
ción del sistema (e.g" cantidad de manguera en uso común en el hogar proveen un registro conti-
el agua VS. aquélla enrollada sobre cubierta). nuo del agua bombeada. Su correcto funciona-
miento debe ser verificado bombeando volúme-
Para el muestreo de crustáceos zooplanctónicos
nes conocidos de agua.
dulceacu ícolas se han utilizado tuber ías solas, es
decir, no incorporadas a un sistema de bombeo. Los guinches con tambores circulares de diáme-
George y Owen (1978) describieron un mues- tro suficiente como para no colapsar la man-
treador compuesto por una tubería flexible de guera constituyen un método adecuado para al-
10 cm de diámetro e integrada por secciones de macenar las tuberías a bordo. El colapsamiento
5 m, con un dispositivo de cierre activado neu- debido a la superposición de las vueltas de la
máticamente en el extremo distal del tubo, y un manguera unas sobre otras puede ser controlado
aparato fi Itrador en el extremo superior que per- separando los niveles con espaciadores (e.g.,
mite una concentración rápida e in situ de la Beers et al., 1967; Leong, 1967). Para realizar
muestra. muestreos simultáneamente con el arriado e iza-
do de la manguera, se requiere una conexión ro-
tatoria; además, cuando se requiere el suministro
Otros componer,tes de los de energía eléctrica para algún aparato sumergi-
sistemas de bombeo do por medio de un guinche, también se requerirá
una conexión eléctrica especial en el mecanismo
Frecuentemente, las necesidades del estudio en- del guinche.
carado requieren el diseño de un concentrador u
otro tipo de unidad procesadora para separar el
zooplancton del agua bombeada. Las formas de
colección han variado desde el simple filtrado
Conclusiones y recomendaciones
del agua bombeada a través de diferentes redes Los sistemas de bombeo pueden constituir un
cónicas similares a aquéllas que normalmente se medio efectivo de muestreo de zooplancton para

51
Bombas de succión

muchas finalidades, especialmente para aquellos otros métodos de muestreo.


taxor¡es relativamente pequeños que son más
abundantes y que cuentan con estructuras esque- Las bombas centrífugas han sido el tipo más co-
letarias rígidas. En cada caso particular deben es- múnmente usado para muestrear zooplancton,
tudiarse cuidadosamente las ventajas y desventa- pero últimamente se lograron resultados satisfac-
jas del sistema de bombeo, en comparación con torios con mecanismos alternativos, a diafragma.
los otros métodos de muestreo, por ejemplo, los Frecuentemente, es conveniente diseñar ad hoc
lances de red. La eficiencia de cada aparato bom- el sistema, sobre todo el elemento concentrador,
beador desarrollado debe también ser evaluada a fin de adecuarlo a los propósitos específicos
en est'Jdios comparativos real ísticos frente a del estudio abordado.

52
'i

~:

Botellas"
DEMETRIO BOL TOVSKOY

lntroduccion Tipos de botellas


Las redes de planctoq (p. 15) -herramienta mas Botellas de pequerio volumen
cornun para efectuar las colecciones- adolecen
de una serie de desventajas a veces dif iciles 0, in- Son aquellas cuya capacidad oscila entre rnenos
clusive, imposibles de subsanar. Como se destaca de uno y hasta 26 3 litros, e incluyen algunos de
en la paqina 87 et seq.,la medici6n exacta de la los rnodelos mas cornun y largamente conocidos
cantidad de agua filtrada suele presentar proble- y empleados como, por ejemplo, las botellas
mas complicados. La utilizaci6n de redes con Nansen, Niskin, Van Dorn, etc. Frecuentemente
mecanismos de apertura y cierre, en estratos pro- pueden lIevar acoplados termornetros reversibles
fundos, puede requerir instrumental y maniobras que sirven para medir la temperatura y profundi-
mas 0 menos complicados (p. 21). Adernas, los dad del lugar de donde proviene la muestra (para
problemas de la rnicrodistribucion de los organis- mas detalles ver, por ejemplo, Servicio de Hidro-
mos en las capas superficiales tarnbien son dif ici- gravla Naval, 1958). Su construccion y opera-
les 0 imposibles de estudiar a partir de muestras cion es semejante a las de las botellas mayores
de red ya que estas son integrativas (en la super- (ver mas adelante), con la correccion del tarna-
ficie las bombas de succi on constituyen un siste- no.
ma apropiado, ver p. 43). En vista de todo ello,
Para la obtencion de volurnenes de agua modera-
frecuentemente, el uso de las botellas da mejores dos en superficie Pennak (1962) describio un
resultados. Las ventajas implicadas son: metoda sumamente sencillo e ingenioso, espe-:
1) Conocimiento exacto de la cantidad de agua cialmente util en zonas costeras, con veqetacion
filtrada; (fig. 34). Para profundidades moderadas puede
2) Sencillez de las maniobras; utilizarse un frasco de vidrio con tapa esmerilada
3) Obtencion de muestras discretas pequefias: inclu Ido en un arrnazon de alambre; el frasco
4) Posibilidad de incorporar sistemas simples y (Jastrado) se baja tapado y vacio al nivel desea-
confiables para la operaci6n de varios aparatos do, una vez all! un tiron al cabo que va atado al
en serie sobre el mismo cable. tapon 10 abre, el frasco se lIena con agua in situ
5) Posibilidad del muestreo cuantitativo del rni- y vuelve a izarse a bordo, lIeno. Goodwin y God- ,
croplancton menor (evitando los problemas dard (1974) propusieron otro modelo, tambien i
que genera la colrnatecion). para profundidades moderadas, para la obten-
Sin embargo, las botellas cuentan tarnbien con cion de varias muestras discretas, estratificadas.
una gran desventaja: el bajo tamafio muestral Esta construccion (fig. 35) puede ser realizada
(ver mas adelante). Por eso su utilidad esta nor: con materiales y medios simples y baratos, y es
malmente limitada a los estudios qu frnicos, bac- operada manualmente.
teriol6gicos y del nanoplancton; y en el ultimo
caso, siempre que la densidad de organismos sea Dado el bajo tarnafio muestral estas bote lias son
suficientemente alta en las aguas investigadas. de escasa utilidad para zooplancton; su uso es
mas difundido en los trabajos de oceanograHa
qu irnlca y fitoplancton. Tarnbien son usadas en
investigaciones bacteriol6gicas y para la obten-
* Recientemente. Venrick (1978 a) realiz6 una buena revisi6n de
cion de organismos viables 0 agua total mente in-
este tema. contaminada; en estos casos se construyen can

53
--~----- ------------,--------------,.....
..

Botellas

Ruud, 1927; Howmi lIer V Sloev, 1969; Momzi-


koff, 1969; Patalas, 1954; Young etal., 1969; y
otros). La capacidad de estas botellas oscila en-
tre alrededor de 10 hasta mas de 100 litros V,
tarnbien en este caso, generalmente son operadas
por mensajeros. Los aparatos de mayor capaci-
dad cuentan con la desventaja de su gran peso
cuando ascienden, Ilenos, por encima del nivel
del mar. Esta circunstancia hace su manipuleo
peligroso V complicado. La alternativa utilizada
consiste en adosar una pequeiia red a la valvula
@.~
.::. de salida del lfquido: cuando la botella emerge
1---1

-+---3

2 ~-----4

Fig. 34. Obtenci6n de una muestra integrada de una columna de


agua en superficie.
a) EI tube se sumerge con el extremo libre hacia abajo,
reteniendo el cabo en superficie; b) EI extremo libre se
extrae del agua, mientras el cerrado queda fijo; c) EI ,
extreme cerrado se deja caer libremente; d) EI tube si- "
gue reeuperandose a cubierta. Una vez izado, se des-
prende la malla del extremo y se lavan 105 organismos
retenidos en ella en un frasco con Iiquido. 1) Cabo de
recuperaci6n; 2) Union del cabo al extremo del tubo;
3) Tubo de material no colapsable (e.g., ~nero engoma-
do con un esqueleto de espiral de acerol, de unos 10
cm de diarnetro y de la longitud necesaria (maximo:
alrededor de 10m); 4) Filtro de tela de red de plane-
ton, atado ocluyendo el extremo del tubo.

(Modificado de Pennak, ,1962). Fig. 35. Conjunto de botellas para la obtenci6n de muestras de
pequefio volumen,a profundidades moderadas, operado
manualmente. A) Botella; B) Vista general de la ubica-
materiales inertes V la muestra, en algunos de ci6n de las botellas sobre ei cabo; el conjunto ya se ha
disparado y 105 aparatos estan cerrados; C) Nudo desli-
ellos, se obtiene en condiciones aseptlcas V a la zante ("falso nudo") utilizado para mantener las bote-
presion de su lugar de origen (Bernhard et al., lias abiertas durante el arriado; al IIegar ala profundidad
deseada se tlra del extreme de la linea que va a la super-
1974; Jannasch et al., 1973; Seki et al., 1974; ficie (9), los nudos se abren y liberan las argo IIas (3), ce-
Throndsen, 1970a; ZoBell, 1941). rrando las bote lias. Esta linea es continua desde la super-
ficie hasta la ultima botella. 1) Tubo de material plasti-
co, de unos 25 cm de largo por 5 cm de diarnetro inter-
no; 2) Tubo de goma (del tipo utilizado en laboratorio
Botellas de mediano volumen para 105 mecheros); este tube atraviesa la bote IIa por
dentro, pasa por el centro de las esferas de goma (5) v ,
en estado estirado, se ata alas argollas de bonce (3);
lncluven las versiones mavoras de algunos de los 3) Argollas de bronce; las ubicadas en los extremes de la
botella, al lado de las esferas de goma (5), se atan de a
modelos mas difundidos (e.g., Van Darn, 1956) pares tal como se ilustra en (C) para mantener el aparato
V sus modificaciones (Duursma, 1967, ver fig. abierto durante el arriado; 4) Cabo de nylon; 5) Esferas
de goma de diarnetro levemente superior al del tube (1);
36; Finucane V Mav, 1961); as! como muchos 6) Driza de nylon sobre la cual se fijan las botellas;
7) Lastre de unos 25 kg; 8) Extremo del cabo de cierre
otros aparatos de caracteristicas mas 0 menos se- que va hacia la botella siguiente; 9) Extremo hacia la su-
mejantes (Ackefors, 1971; Bodman et al., 1961; perficie.
Dorris, 1961; Hansen V Andersen, 1962; Hjort V (Modificado de Goodwin y Goddard, 1974).

54
Botellas

plo, la botella de Young et al. (1969) para euyo


euerpo se utiliza un barril de cerveza de 60 I.; 0
la de Duursma (1967), con tarros para leche, Las
bote lias del tipo Van Dorn tarnbien son de
construccion seneilla y barata.

Botellas de gran volumen


Normalmente, el trabajo con zooplaneton no
justifiea el uso de las botellas euando se requie-
ren grandes eantidades de agua de profundidad:
las operaeiones involucradas son demasiado one-
rosas y eomplejas. Schink y Anderson (1969) de-
sarrollaron un rnetodo para eoleetar hasta 30. to-
neladas de agua con grandes bolsas de plastlco
• { t: que se lIenan a profundidad, son izadas hasta la
, ; l f'
superficie y, una vez all I, el agua es bombeada a
I.,.....••..
0di
'y··,,).···;·1.·.

j
. r,
f.

1;
bordo. Este sistema fue utilizado para el estudio
del 32 Si en el agua marina .:

Sistemas para
muestreos estratificados
Como ya se destacara anteriormente, una de las
caracterfstlcas de especial interes en la utilize-
Fig. 36. Botella Van Dorn.
ci6n de las botellas es la posibilidad de obtener
(Gentileza de Kahlsico, Inc.l.
muestras discretas pequeiias y, en eonsecuencia,
densamente distribu [das. En el sentido vertical
esto puede lograrse con un solo aparato median-
del agua esta valvula se abre y el recipiente se va- te varios lances. Sin embargo, la rernocion del
cia a traves de la red, fuera de la borda (Acke- ambiente muestreado y el excesivo tiempo que
fors, 1971; Hansen y Andersen, 1962). demandar fan las operaciones cuando se trabaja a
Las denominadas "trampasde plancton" ("plank- profundidad limitan seriamente est a tecnica, La
ton traps" 0 "ptenktonocherpeteti"l, incluyen alternativa mejor es utilizar una serie de botellas
bote lias tales como, por ejemplo, la de Bogorov sobre el mismo cable; esto es 10 que normalmen-
(1947). Se trata de un armaz6n rectangular de te se efectua en una estacion oceanogratica regu-
metal, con techo y fonda cerrados; cuando el lar durante un "casting" de botellas Nansen. La
aparato desciende a la profundidad elegida de su mayoda de las botellas de mediano volumen
base ascienden las paredes laterales de tela de red mencionadas mas arriba estan diseiiadas de tal
(plegadas sobre la primera durante el descenso) manera que permiten su uso en tanda. EI lanza-
encerrando 25 litros de agua en la "[aula" asf miento del primer mensajero suele hacerse algu-
formada. Cuando el aparato vuelve a emerger el nos minutos luego de que la serie haya lIegado a
I(quido se evacua por las paredes de malla y su la profundidad deseada, tanto para permitir el
remanente, concentrado en el fondo conico, se drenaje total del agua retenida en los niveles su-
extrae por medio de una valvula central. peri ores (ver 'mas adelante) como para que se es-
tabilicen los termometros (cuando los hay). La
Algunos de estos aparatos de mediano volumen velocidad de descenso de los mensajeros es de
pueden ser constru idos con elementos baratos y unos 200 m/min. para anqulos de cable menores
medios relativamente simples como, por ejem- de 35° , y de 150 m/min para los mayores de 35° .

55
T····
rw.,'- ~.
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i' .

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Botellas

Para obtener muestras menos espaciadas en los


Recomendaciones
estratos vecinos al fonda donde las caracter isti-
cas qu imicas, f isicas y biol6gicas var ian drastica- De la breve resefia expuesta pueden extraerse
mente en distancias muy cortas, Sholkovitz una serie de concl usiones en cuanto a los requ isi-
(1970) construy6 un sistema integrado por 10 tos que debe lIenar un buen sistema muestreador
botellas Van Dorn fijadas horizontalmente a un por medio de botellas. En la practica ninqun apa-
marco rnetalico. EI conjunto se deja sumergir li- rata podra satisfacer todas las exigencias con
bremente hasta que se apoya en el fondo; lueqo igual exito: el sacrificio de tal 0 cual ventaja de-
de un lapso predeterminado actus el disparador pendera de las posibilidades del programa, de las
de magnesio (ver p. 30) que cierra las botellas y caracter isticas del material deseado y el area de
desengancha el lastre, esto ultimo hace que el trabajo, etc.
conjunto vuelva a ascender a la superficie don de Rapida renovaci6n del agua en las botellas abier-
es recuperado par el barco. Milbrink (1968) tas. Practicarnente todos los diserios en usa cuen-
construy6 otro aparato para trabajos limnol6gi- tan con un mecanismo tal que la botella baja
cos y oceanol6gicos a profundidades moderadas. abierta a la profundidad deseada, se cierra- alii
Este consiste en un tuba de plastico de seccion (generalmente, por medio de un mensajero), y
rectangular que es arriado hasta que su base se vuelve a izarse a bordo, cerrada. EI hecho de que
-entierra en el fondo, inmediatamente se acciona la muestra obtenida provenga entera y exclusiva-
el mecanismo que hace que una serie de placas mente del nivel deseado requiere que toda el
rnetalicas entre lateral mente en el tuba dividien- agua que pasa por la botella durante el descenso
do su contenido en la cantidad elegida de com- salga de ella y sea reemplazada por I fquido in si-
partimentos independientes. La ventaja de este tu. Los aparatos con valvulas de diarnetro igual 0
sobre el aparato de Sholkovitz es que no sola- semejante al del cuerpo mismo (e.g., botellas
mente se obtienen muestras de agua, sino tam- Van Dorn) que son arriadas en posicion vertical
bien de los sedimentos superficiales y de la capa "cortan"una columna de agua sin desplazarla.
hiperbentica de interfase agua-fondo. Cuando estas valvulas son mas estrechas que la
botella misma, la renovacion del agua es mas len-
ta de manera tal que, en algunos tipos de estu-
Sistemas autornaticos dios, la contarninacion de la muestra con agua de
estratos superiores puede ser considerable y lIe-
var a conclusiones err6neas. Este error es espe-
Gerard y Amos (1968), Niskin (1968)' etc. desa- cialmente importante cuando se trabaja a bajas
rrollaron sistemas de muestreo con botellas aco- profundidades. Young et al. (1969), utilizando
plados con aparatos STD (registradores electro- una botella de valvulas mas pequefias que el
nicos de salinidad-temperatt,Jra-profundidad), ac- cuerpo, determinaron que se necesitaban 6 m de
cionados electr6nicamente desde la superficie. recorrido para reemplazar el 50% del volumen
Otro tipo de sistema autornatico (accionado por encerrado en el muestreador.
medio de un mecanismo de relojeria) es el cons-
truido por Jensen y Sakshaug (1970). Ubicacion del grifo de desagote. Debe estar en la
parte mas baja de la botella. Gardner (1977) ob-
servo que algunas botellas (e.g., las de tipo Nis-
kin de 30 I), en las cuales la valvula de desagote
Tratamiento de las muestras esta unos pocos cent fmetros por encima del fon-
do, pueden arrojar resultados de concentraci6n
Cuando el material en suspension no es concan- de particulas altamente subestimativos. En un
trado por el muestreador mismo (tal como 10 ha- lapso de 3 horas, partfculas tan pequefias como
cen las bote lias con redes acopladas), los organis- de 23 micromil (metros pueden sedimentar cerca
mos pueden ser obtenidos por sedirnentacicn. de 1 m en condiciones teoricas (ef. la ley de
centrifugado, evaporacion del l iquido, filtrado a Stokes). L6gicamente, los fragmentos mas gran-
traves de tam ices, etc. Algunas de estas tecnicas des se depositan mucho mas rapido, Si el fondo
se describen mas adelante (ver p. 147). de la botella esta debajo del nivel de la valvula de

56

LiQ
~ 1

Botellas

desagote estas particulas sedi mentadas no se ob- su construccion y mayores las posibilidades de
tienen en la muestra trasvasada. mal funcionamiento. Un detalle de suma impor-
tancia es la posibilidad de repararlo a bordo, en
Cierre perfecto de las valvulas, principalmente de
caso de cualquier rotura 0 desperfecto.
la inferior. Este problema es mas diffcil cuanto
mayor sea el volumen de la botella, ya que con Ser de maniobrabilidad y operacion rapidas, Las
aquel aumenta el peso del l Iquido y, consecuen- maniobras de preparacion del equipo v . princi-
temente, la presion ejercida sobre las valvulas, palmente, de arriado, cierre e izado, deben ser ra-
sabre todo cuando el aparato emerge del agua. pidas.
EI inconveniente de las perdidas en la valvula in-
Versatilidad. Debe ser suficientemente versatil
ferior es agravado porque con estas escapan las
como para poder satisfacer las necesidades de los
part iculas que han sedimentado durante e! iza-
diferentes analisis a que pueden someterse las
do. En algunos disefios (e.g., Momzikoff, 1969;
muestras obtenidas (qu irnicos, de radioisotopes,
Young et al., 1969; y otros) el cierre ajustado se
biol6gicos, etc.).
consigue apoyando el peso del aparato (y su con-
tenido) sobre la(s) tapa(s) inferior(es).
No requerir el uso de cables especiales; en otras Eficiencia comparativa
"palabres : adaptarse al cable hidrogratico comun
del muestreo con botellas
de 3,97 mm (= 5/32 de pulgada).
Ser suficientemente resistentes como para sopor- Los estudios comparativos de los resultados de
tar los efectos de su manipuleo en condiciones las muestras de botella con las obtenidas con re-
adversas, mal tiempo, etc. des 0 bombas de succion son escasos y suma-
mente contradictorios. Tal es as! que las aplica-
Ser suficientemente livianas y maniobrables co-
ciones y caracter tsticas del muestreo se funda-
mo para poder ser operadas por una sola persona
mentan mas en deducciones hipoteticas que en
(mas, loqicarnente, el operador del guinche).
datos ernp iricos. Hansen y Andersen (1962), por
No estar limitadas por la profundidad. En otras ejemplo, presentan una serie de tablas y calculos
palabras, poder utilizarse hasta cualquier profun- comparativos de la eficiencia de las boiellas en
didad. relaci6n con aquella de dos tipos de redes. Sin
embargo, estas discusiones practicarnente care-
Poder ser utilizadas en series de varias unidades
cen de valor alguno: las mallas uti lizadas para la
sobre el mismo cable, simultaneamente, La irn-
red y para fi Itrar la captura de las botellas eran
posibilidad de hacerlo puede incidir enorrnernen-
diferentes; adernas los autores dejan practice-
te en los costos de cada muestra ya que el tiem-
mente fuera de consideracion much fsimos facto-
po es el rubro de mayor costa en cada carnpafia
res de gran importancia tales como la evasi6n, la
oceanogratica (ver Smith y Richardson, 1977).
colmataci6n, etc., que no miden adecuadamente.
EI volumen muestral debe ser adecuado alas fi-
nalidades del trabajo; para microzooplancton Patalas (1954) tarnbien esboza alqunos resulta-
normalmente se requieren volurnenes no rneno-: dos comparativos entre su botella y otras artes
res de 20-30 Iitros. de pesca (redes y bombas) concluyendo, al igual
que Hansen y Andersen, que la botella es mas
No provocar perturbaciones del agua en el lugar
eficiente. Pero tarnbien estos resultados son diff-
del muestreo. Para ello, el aparato en sf debe
ciles de· interpretar adecuadamente ya que el au-
ofrecer poca resistencia a su desplazamiento ver-
tor no da suficientes detalles tecnicos y metodo-
tical en la columna de agua, el arriadodebe ser
16gicos acerca de los procedimientos utilizados.
regular y parejo, sin tirones, y el cierre de la bo-
tella, rapido y eficaz. Todo ello disminuye las
Es sumamente improbable que las bote lias arro-
posibilidades de evasion y de alteracion de las
jen resultados mas fidedignos que las redes (co-
comunidades extra idas.
rrectamente disefiadas y operadas), al menos en
Ser de construccion y reparacion sencillas. cuani6.· 10 que respecta a los orqanisrnos rnoviles: la eva-
to mas complejo sea el aparato, mas costosa sera sion deberfa ser mucho mayor de una botella, de

57
rr
11
BOlellas

rnovrrmentos lentos, que de una red filtrando a mente subestimados por las redes, pero dada la
un F cercano al 100% (ver p. 67) desplazandose mayor exactitud volumetrica que ofrecen.las bo-
a 2 nudos. Los organismos menores inm6viles, tellas su uso puede ser recomendable cuando las
teoricamente, tampoco deberfan ser nurnerica- • concentraciones de plancteres 10 permiten.

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58
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Metodos miscelaneos
DEMETRIO BOL TO VSKOY

Adernas de las tecnicas usuales, i.e., por medio sulta de los trabajos de Blanchard V Parker
de bote lias, bombas de succi6n V redes, tarnbien (1977), Parker (1978), etc.
se han ensavado algunos rnetodos menos tradi-
Szlauer (1969, 1971) ensavo la pesca de inverts-
cionales para el estudio de problemas V/0 bioto-
brados planctonicos dulceacuicolas con trampas
pas especificos. Considero interesante, aunque
de luz.
mas no sea mencionar brevemente su esencia V
utilidad para que el lector interesado tenga un Tonolli (1951) construvo el "Ptenkton Bar", una
panorama mas amplio de las posibilidades en es- combinaci6n de bornba V red en la eual las rnues-
te campo. tras son succionadas desde los copos de las redes
hacia la embarcaci6n par medio de una bomba
Uno de los ambientes marinos que mucho ha lla- aspirante ubicada en superficie.
made la atenci6n de los investigadores durante
los ultirnos afios es la interfase agua-aire, habita- Debido a su aplicaci6n restringida V/o cornpleji-
da por asociaciones caracteristicas de organismos dad de construcci6n, ninguno de estes sistemas
-el neuston. En la seeci6n correspondiente alas es de uso generalizado en la actualidad.
redes (p. 15) se describen varios aparatos para
Hasta ahora s610 se trat6 la reeolecci6n del
obtener muestras representativas de este habitat.
plancton en su medio original -el agua. Sin em-
Sin embargo, dada la peeuliaridad del mismo,
bargo, no debe olvidarse que muchos de 105orga-
existe tarnbien una serie de tecnicas especializa-
nismos planct6nicos poseen esqueletos mas 0
das para su estudio. Harvey (1966a) utiliz6 un
menos resistentes que se depositan en el fondo
tambor giratorio, levemente sumergido en el
de los oceanos luego de su muerte. Por 10 tanto,
agua V sostenido por dos flotadores. En funeio-
una aproximaci6n indirecta al estudio de estos
namiento, el conjunto es empujado frente a un
grupos puede lIevarse a cabo analizando colec-
bote V el agua que el tambor levanta consigo al
ciones de sedimentos en vez de colecciones de
girar (por la acci6n de un motor electrico) es re-
material planctonico (verp. 265).
cogida par una banda de neoprene adosada al
primero a modo de limpiaparabrisas; la inclina- Este tipo de enfoque es el clasico entre los rni-
ci6n de la ultima hace que el liquido eseurra ha- cropaleontoloqos marinos, pero no demasiado
cia un lado, depositandose en un recipiente ad frecuente en el campo biol6gico. La raz6n de tal
hoc. Algunos afios mas tarde, Harvey V Burzell circunstaneia la constituve el hecho de que, si
(1972) simplificaron el metodo de obtenci6n de bien a gran escala la distribuci6n de las especies
muestras de este habitat eseurriendo, con una (es decir,de sus restos conservables) en el fondo
banda de goma ("secador"), la pel icula de Itqui- V aquella en suspensi6n en las aguas es mas 0 me-
do que queda adherida a una hoja de vidrio in- nos coincidente, a mediana V pequefia escala 105
mersa V vuelta a retirar del agua. Varios investi- modelos obtenidos no siempre coinciden. La no
gadores ensavaron con exito el uso de mallas de coincidencia se debe al desplazamiento que su-
metal 0 materiales sinteticos que son sumergidas fren los organismos al sedirnenterdebldo alas
en el agua recogiendo las part ieulas presentes en corrientes subsuperficiales, V al diferente grado
la pel icula superficial, V luego drenadas en reci- de resistencia de 105 esqueletos a la solubilize-
pientes coleetores; para detalles acerea de los ci6n (ver p. 265). La obtencion de estas rnues-
procedimientos V aplieaciones de estos rnetodos tras de sedimentos marinos se realiza por medio
ampliamente difundidos se reeomienda la con- de tubos rnetalicos, dragas, rascadores, extracto-

59
1
r
Metodos rruscetaneos

.res a tubo a piston, diferentes tipos de palas, etc. koy (1965), el de Boltovskoy y Wright (1976),
Sin embargo, su descripci6n detallada escape a el "Manual de Instrucciones para Observaciones
las finalidades espec(ficas y alcances del presente Oceanograticas" (Servicio de HidrograHa Naval
manual; el lector interesado en el tema puede de I~ Hepubl ica Argentina, 1958) u otros textos
consultar con provecho el libro de E. Boltovs- donde el tema se trata en detalle y profundidad,

I!
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Obtencion de plancton a escala industrial
DEMETRIO BOL TO VSKOY

Introducci6n ritmo de desarrollo de la industria pesquera


rnundial sugerfa que el valor maximo (unos 100
Si bien este topico escapa a la esfera de la inves- millones de toneladas anuales de recursos oceani-
tiqacion de los aspectos cuali y cuantitativos del C?S convencionales) iba a ser alcanzado en, apro-
zooplancton en sentido estricto, considero que, xirnadarnente, 10 afios, De acuerdo a datos del
dado el interes general que reviste, vale la pena "Anuario Estadfstico de Pesca" de FAD, para el
dedicarle aunque mas no sea unas pocas paqinas. ana 1976,.la captura mundial total de ese ana
(aun incluyendo los productos dulceacu [colas)
La productividad aprovechable potencial del
fue de 73,5 millones de toneladas. Ello significa
oceano es, a grosso modo, comparable a la de la
que, a pesar de los crecientes esfuerzos pesque-
tierra *. Sin embargo, el hombre obtiene cerca de
ros invertidos, en los ultirnos afios no hubo in-
90 veces mas alimentos de la tierra que del mar
cremento real alguno en la produccion obtenida.
(Emery e Iselin, 1967; Moiseev, 1977). De esa
La sobreexplotacion recien mencionada sobre
comparablemente infima cantidad de alimentos
todo de algunos grupos (e.g., las anchoas, cuyos
de origen marino, el 90% corresponde a los pe-
desembarques bajaron de 14,6 millones de tone-
ces" *, mientras que el porcentaje restante esta
ladas, en 1970, a solo 4 millones, en 1973), es el
repartido entre varies otros organismos, princi-
'principal responsable de este fenorneno. Tal es
pal mente los invertebrados nect6nicos (calama-
as! que, tanto la diferencia que aun queda por
res y otros), y bent6nicos (moluscos y crusta-
obtener, como todo eventual incremento ulte-
ceos). La explotaci6n de los recursos biol6gicos
rior, deberan ser absorbidos, principalmente', por
marinos es aun algo inferior al volumen de la
recursos no convencionales. Entre estes estan al-
oroduccion racionalmente extrafble: sequn datos
gunos peces hasta ahora practicarnente ignorados
de Bogorov (1974), Moiseev (1969, 1977), Ry-
ther (1969), y otros, la biomasa extra Ida del
(e.g., los nototenidos de las aguas fr ias del Atlan-
tico Sur*, los rnictofidos, los tiburones y el zoo-
oceano puede ser incrementada en un 30 a se-
plancton, ver mas adelante). Asf y todo, aun no
gun los calculos mas optimistas (Moiseev, 1977),
un 100%. Durante los afios 60 casi la mitad de la sabemos con certeza si el esfuerzo que demanda-
extraccion real reca fa sobre solamente 6 especies rei la extraccion de estos recursos nuevos sera
de peces y 4 de invertebrados (Holt, 1969). Se compensado con su rentabilidad econ6mica.
trata de los recursos econornicarnente mas renta- EI limite estimativo calculado de extraccion ra-
bles debido a su valor cornercial concentraci6n cionalmente factible se refiere a los consurnido-
cantidad, accesibilidad, etc. Sin 'embargo, ya e~ res de 2° a 5° 6 6° orden. Una de las alternativas
1969, 14 de las 30 especies de peces de uti Ii za- mas plausibles para aumentar aquella cifra es la
cion mas activa estaban siendo sobreexplotadas utilizaci6n de organismos ubicados en niveles
(Holt, 1969). En 1969 Ryther aventur6 que el tr6ficos mas bajos v, consecuentemente, mucho
mas numerosos. En otras palabras, efectuar ven-

l
* Las estimaciones al resoecto son sumamente dispares entre
autores. * Segun apreeiaeiones de algunos investigadores ( e.q., Gulland,
1978; Moiseev, 1977), las aguas neriticas del sector patag6ni-
** Resulta interesante destaear aqu i la importancia del plane- co argentino son una de las areas ictieamente mas subexplota-
ton como alimento: el 75 Of. de 105 peces explotados son das del mundo entero; la extracei6n total podr ia aqu i aumen-
planct6fagos. 56'10 de ellos, zooplant6fagos (Moiseev, 1977). tase unas 10 veces.

61

I
L
Obre nrron de plancton a escala Industrial ,"',

tajosamente el trabajo de los peces planctofaqos. les (Wiborg, 1966; Wiborg y Bjerke, 1968); con
ballenas, etc.. elirninandolos as! como interme- redes fijas, aprovechando las corrientes de rna-
diarios, Va que su intervenci6n saca de circula- reas (Hardy, 1941); con tambores rotatorios
ci6n el 97-99% de la energia originariamente dis- (Schropshire, 1944); con centrifugas e. inclusive,
ponible (Lvubirnova et al., 1973). EI nivel tr6fi- con "ballenas rnecanicas" (ref. en Idyll, 1970).
co en cuestion es aquel que ocupa el plancton. Sin embargo, ninguno de estos sistemas ha pro-
En efecto, la biomasa total del oceano mundial bade ser econornicarnente rentable. Jackson
contiene 23 veces mas plancton que necton (Bo- (1954) calcul6 que el costo de las proteinas de
gorov, 1974); a pesar de ello el aporte del prime- origen planct6nico, obtenidas en un area de pro-
ro a la alirnentacion directa (humana 0 de anima- ductividad normal, ser Ia 20 veces mayor que
les domesticos) es, en la actualidad, practicamen- aquel del pez escoces mas caro (veanse, sin em-
te nulo. . bargo, 105 argumentos de Parsons, 1972, a este
analisis econ6mico de Jackson). Otros autores
Los consumidores primarios, i.e., el zooplanc-
(e.g., Clarke, 1939; Walford, 1958; etc.) Ilegaron
ton, Ventre estos principal mente los crustaceos,
a conclusiones semejantes a las de Jackson.
son el objeto que ofrece majores perspectivas. Su
tarnafio, abundancia, alto contenido proteico V
vitam inico, habitos frecuentemente gregarios,
Los problemas
bajo contenido de cenizas, etc., 10 hacen mucho
mas ventajoso que el fitoplancton. Los quetog-
Son numerosos. En primer lugar figura el ya
natos, medusas, gimnosomados, cten6foros, etc.,
mencionado de la baja concentraci6n del plane-
son inimportantes desde este punta de vista; no
ton. EI esfuerzo invertido en la colecci6n del
solamente sus cuerpos gelatinosos son de bajo :
mismo excede ampliamente los beneficios que se
valor alimenticio, sino que sus cantidades estan
obtienen de su utilizaci6n. G.A. Riley destac6
Iimitadas por el hecho de ser carn ivoros-zoo-
acertadamente que el proyecto es tan ut6pico
planctofaqos,
como extraer oro del agua marina: el oro existe,
La intencion de utilizar plancton como recurso pero 105 costas de su extracci6n son mucho ma-
alimenticio directo no es novedosa; ya en 1891a, yores que el valor del metal obtenido (Idyll,
Herdman describi6 haber preparado un excel en- 1970). Solamente en las areas altamente produc-
te pate de copepodos hervidos y fritos en mante- tivas con grandes concentraciones de plancton
ca. En afios posteriores aparecieron varios artfcu- cal6ricamente rico, puede valer la pena intentar
105 mas dedicados al usa del plancton como explotarlo. .~.

fuente directa de alimentos, tanto humanos co-


La composici6n del plancton var Ia enormemen-
mo de animales domesticos. y Walford (1958),
te, tanto de un lugar a otro,como entre epocas.
Fraser (1969a), Idyll (1970), Parsons (1972),
No todo tipo de plancton es enerqeticarnente va-
Omori (1978), etc., publicaron sucesivas pues-
lioso. EI dominado por zooplancteres no gelati-
tas al d fa de este problema.
noses puede lIegar a tener un alto contenido pro-
teico, pero cuando las algas son el elemento prin-
cipal el producto es poco digerible y con un alto
Los ensayos y sugerencias contenido de cenizas. Mas aun, 105 plancteres to-
xicos, sobre todo ciertos peridiniales, suelen ser
EI problema mayor que debe encarar la pesca de comunes en algunas areas y pueden provocar la
plancton a escala comercial es la baja concentra- muerte.
cion de organismos. La cantidad total (standing
Clarke y Bishop (1948) realizaron un exhaustivo
crop) estimada de plancton marino es de 23 mi-
estudio de la factibilidad del usa del plancton
les de millones de toneladas (en peso hurnedo.
como recurso alimentario de emergencia para 105
ct. Bogorov, 1974), pero esta biomasa esta dis-
naufraqos. Sus resultados fueron bastante desa-
persa en nada menos que 1.370.323.000 krna de
lentadores, concluyendo que las perspectivas de
agua. La concentracion V extraccion de este ma-
exito estan fuertemente limitadas por:
terial fue ensavada y /0 sugerida de diferente rna-
nera: mediante redes planct6nicas convenciona- 1) Las, normal mente, bajas concentraciones de

62
Obtericion de plancton a escala mdus tr ial

plancton (5610 5 a 11 9 de peso seco por hora el plancton (como alimento de emergencia)
Ioqrar on colectarse desde balsas salvavidas). puede eventual mente prolongar las posibilidades
2) La baja palatabilidad del material (mas de 100 de rescate de los naufraqos.
9 por d fa resultan inaceptables y provocan
nauseas).

Existen, sin embargo, adernas de los peces, socie-
3) Su baja asimilabilidad (experimentada en ra-
dades planct6fagas humanas que tienen en este
tas) .
material una importante fuente complementaria
4) EI alto contenido de sales (s610 30% menor
de proteinas y vitaminas. Ling y Suriyong
que el del agua marina) y su relacion magne-
(1954) describieron que en Tailandia y otros
sio-potasio pueden provocar deshidrataci6n y
pa ises del sudeste asiatlco se pescan alrededor de
desequilibrios en el balance fisioloqico de so-
5000 toneladas de plancton (consistente, princi-
lutos.
.:palmente, en rnicrocrustaceos) anualmente para
5) La posibilidad de la presencia de plancteres
preparar el kapi, una pasta con alto contenido
t6xicos en las capturas.
en prote inas, calcio y vitamina B12. Clarke y
Tanto por su aspecto poco tentador (pasta), co- Bishop (1948), Fraser (1969a), Komaki (1967),
mo par el inexcepcional valor alimenticio, con- Parsons (1972), Wiborg (1966, 1976), Omori
trapuesto a los costos de obtenci6n, los produc- (1978), etc.,mencionan el desarrollo de activida-
tos obtenidos del plancton no pueden pretender
aun una cornpeticion exitosa con otras fuentes
de prote fnas de reconocida aceptacion y dernan-
da publicas (viz., carnes de ganado, mariscos,
pescados, al gun os vegetales cui tivados, etc.).

Los primeros intentos exitosos

Una de las circunstancias que mayor interes ha


despertado en vinculacion con este tema es la
posibilidad de la alimentaci6n de los naufraqos,
en balsas salvavidas, con plancton. Se ha cornen-
tado, inclusive, que el naufraqo hambriento esta
inmerso en una sopa que no come por ignoran-
cia. Algunos investigadores (e.g., Barth, 1966;
Clarke y Bishop, 1948) analizaron el problema,
y varios aventureros (e.g., T. Heyerdahl durante
su traves ia en la balsa Ken-Tiki: el matrimonio
: !
Papazov: IMS Newsletter, UNESCO, Nos. 11 y
13, 1976; A. Bombard: referencia en Idyll
(1970) se lanzaron a realizar travesfas oceanicas
en condiciones precarias durante las cuales co-
mieron plancton, asegurando haber obtenido
amplio exito. Sin embargo, el estudio de Clarke
y Bishop, 1948 (ver mas arriba), mas digno de
confianza que las comunicaciones
erro]o resultados mucho mas pesimistas. A la luz
anteriores,
Fig. 37. Algunos zooplancteres con valor comercial. A) Rhopile·
r
'! i
de sus conclusiones, resultan sumamente cuestio- ma esculente Kishinouye; B) Stomolophus nomurai (Ki- I!lit
shinouye); C) Calanus plumchrus Marukawa; D) Neomy-
nables los ampliamente positives informes de los sis intermedia (Czerniavsky); E) Euphausia pacifica Han- !
f'
navegantes. Probablemente las mas correctas sen; F) Acetes jeponicus Kishinouye; G) Sergia lucens
(Hansen); H) Pteuroncodes plenipes Stimpson. Escalas,
sean las observaciones de Fraser (1969a) quien barra simple: 10 mm; barra doble: 100 rnm,
cone: uye que, a pesar de todas sus desventajas, (De Omori, 1978),

63
r
Obtenci6n de plancton a escala industrial

des semejantes en la China, tndias Occidentales. 2


I
,
Japan, Monaco, Noruega, Canada, Chile, Corea,
Francia, Brasil, Taiwan, Filipinas, etc., donde las
pescas de copepodos. m isidos. eufausidos. deca-
po dos y medusas se destinan a la alirnerrtacion
humana y de ani males util izables (fig. 37). Omo-
ri (op.cit. L detalla mas de 20 especies zooplanc-
tonicas con valor comercial, cuya pesca. en algu-
nos casos, Ilega a sobrepasar las 170.000 tonela- 5
das anuales. EI mismo autor estima que la captu-
ra anual total de zooplancteres oscila en alrede-
Fig. 38. Vista en planta del equipo utilizado por barcos sovieti-
dor de las 210.000 toneladas (medusas exclusi- cos para la pesca masiva de krill. 1) Separador de agua;
ve). Mas aun, en varias regiones de Europa, Asia 2) Bomba de succi6n; 3) Cable; 4) Pluma rebatible;
5) Boca de la red con depresor; 6) Red; 7) Copo; 8) Man-
y Sudamerica las sedimentitas ricas en rest os de guera de succi6n.
diatomeas fueron utilizadas (como aditivo) en la (De Stasenko, 1967).
alirnentacion humana desde el siglo XVII (Popo-
vici y Anqelescu, 1954).

EI krill les en el Oceano Austral oscilan entre 0,8 y 5 mil


millones de toneladas; y la pesca potencial total
EI eminente planctoloqo inqles, Sir Alister Hardy, puede lIegar a 100-150 rnillones de toneladas
inicialmente arduo defensor de la posibilidad de metricas anuales, 0 mas (BIOMASS, SCAR,
la explotacion comercial del plancton marino, se SCOR, 1977; Gulland, 1971; Lagunov, 1973;
via finalmente obligado a rendirse alas eviden- Omura, 1973). En la region de las islas Orcadas,
cias aceptando la impracticabilidad del proyecto. en 1967, habra alrededor de 6 millones de tone-
Sin embargo, Hardy hizo la salvedad de que en ladas de krill (Kryuchkova et al., 1971),
aguas especialmente productivas y con altas con-
centraciones de plancteres, tales como las que Actualmente varios pa (ses (viz., U RSS, Japan,
rodean al continente antartico, la explotaci6n Alemania Occidental) cuentan con intensos pro-
puede aun resultar rentable. S610 muchos afios gramas de investiqacion y explotacion comercial-
mas tarde, a principios de la decada de 1960, experimental del krill antartico. Los cardurnenes
algunos pa ises, entre ellos la Union Sovietica, in- se localizan por medio de prospecciones s6nicas,
tensificaron 105 estudios de la distribuci6n y por su luminosidad (de neche}, visualmente,
fluctuaciones estacionales de 105eu+asidos antar- etc., y se pescan con una red especial mente dise-
ticos (ver Burukovskii, 1967). i'iada en la cual el material retenido por el copo
es absorbido a cubierta por medio de un sistema
Euphausia superba, la especie mas numerosa, de-
de succion (fig. 38). En areas especial mente den-
mostr6 tener habitos gregarios, sobre todo du-
sas las capturas suelen lIegar hasta 10-20 tone la-
rante el desove, en verano. Mientras que las rna-
das de krill por hora.
yores concentraciones de zooplancton pueden,
excepcionalmente, lIegar a 30 g/m3 *, el krill sue-
Ie alcanzar valores de 10-15 kg/m3 (peso hurne- Durante la temporada 1976-1977, Jap6n extrajo
do) (Makarov y Shevtsov, 1971). Sequn calculos un total de casi 2000 toneladas de krill (Omori,
de Lyubimova et al. (1973), las existencias tota- 1978), y sequn estimaciones recientes (Eddie,
1977), la URSS pesca, anualmente, hasta 17000
toneladas. Los animales se prensan, el I fquido
obtenido se trata con calor, se coagula y congela.
Esta pasta se utiliza para la fabricaci6n de man-
tecas y quesos, comenzada ya en 1970 en la
• Existen registros de valores mas altos en situaciones inusuales,
e.q., Copepoda, hasta 15 kg/m3 (Wiborg y Hansen, 1976);
URSS. Alternativamente, el material puede her-
Acetes ieoonicus. 3 kg/m3 (Omori, 1975). virse y conservarse conqelado,

64

i
. 1..
,I
.. _._-----,.

Obtenci6n de plancton a escala Industrial ,.


Perspectivas futuras des de pescar varias especies hasta ahora no abor-
dadas: Calanus cristatus, que ocurre en grandes
densidades en el Pacifico antartico. cerca de la
Va, en esta etapa aCJJ1 experimental, es evidente
superficie (Barraclough et el., 1969), Sergestes
que las apreciacion~s pesimistas de los inves!iga-
similis (Golfo de Alaska), Munida gregaria (lito-
dores que han analizado el tema hace solamente
ral patag6nico sudamericano), Pleuroncodes ple-
30 6 40 afios, son err6neas. EI plancton 0, al me-
nipes, algunos peces epi y mesoplanct6nicos, ce-
nos, algunos de sus componentes, es aprovecha-
fal6podos, etc.
ble comercialmente. En efecto, excepto las me-
dusas. cuyo contenido en sustancias de alto valor En rnenos de 20 afios de labor se han cumplido
nutritivo es muy ba]o, los plancteres v . principal parcial mente las eta pas de prospecci6n de algu-
mente, los rnicrocrustaceos, tienen un buen ren- nos de estos recursos, predicci6n de lugares de
dimiento enerqetico. La composici6n qu imica pesca, extracci6n, procesamiento y comercializa-
del krill, por ejernplo, incluye hasta un 52% de ci6n regular. Y es de suponer que, tanto la ere-
prote mas (sobre el peso seco). con todos los ciente presion de la demanda de alimentos por
arninoacidos esenciales, alto contenido de vita- parte del mundo, como la intervencion 'de una
minas de los complejos A y B, todos los acidos mayor cantidad de pa (ses interesados, aceleraran
grasos esenciales y numerosos 01 igoelementos . notablernente el desarrollo de los aspectos cien-
(Kon y Thompson, 1949; Raymontetal., 1971; tfficos y tecnoloqicos de esta nueva actividad.
Suyama et al., 1965); y experiencias de suvalor
Sin embargo, la tarea recien esta en sus comien-
dietetico para ani males dornesticos demostraron
zos. Es imposible predecir con exactitud, en este
su alta superioridad sobre los forrajes convencio-
momento, cual sera el resultado de estos esfuer-
nales (Lyubimova et al., 1973). Tarnbien se ha
zos. Si bien en la .actualidad el krill se vende nor-
comprobado su valor terapeutico en enfermeda-
malmente en los mercados japoneses, los calcu-
des tales como arterioesclerosis y ulceras digesti-
los real izados para la temporada 1975-1976 de-
vas.
mostraron que los costos excedian en casi 3 ve-
Todos 105 plancteres cosechables tienen habitos ces a la rentabilidad del producto. Muy proba-
gregarios y forman concentraciones en 0 cerca blemente, esta situacion tenders a mejorar a me-
de la superficie. En este sentido resulta intere- dida que aumenten nuestros conocimientos y ha-
sante la indagaci6n exploratoria de las posibilida- bilidad para aprovechar los recursos. '

65
PROBLEMAS RELACIONADOS
Eficiencia y operacion de 105 colectores ,

Forma del muestreador Otro de los conceptos que debe tenerse en cuen-
ta es la "relacion de area filtrante" R (ver p. 73),
DEMETRIO BOL TOV$KOY
definida por la siguiente ecuacion:
Introducci6n {j" a
R=--
·A
Las primeras redes para colectar plancton fueron : .
donde {j es la porosidad; a, el area de la tela fil- "
c6nicas simples pero, ya a principios de este siglo trante; y A, el area de la boca. La eficiencia de
,I,
"
varios planctoloqos (e.g. : Apstein, 1896; Hensen, filtracion depende de varios facto res (ver mas
!/
!
1895; Juday, 1916; y otros) cornenzaron a ensa- adelante); algunos de estes se analizan en las see-
yar la adicion de secciones de cono truncadas a ciones correspondientes alas mallas (p. 71), la ] :,:,
la boca de aquellas. EI principal motivo para el/o estirnacion de la cantidad de agua filtrada (p. 87),
! i[
i
era reducir la cantidad de agua entrante disrninu- y la evasion (p. 81); aqu f se reseiia brevemente la iH
yendo, de esta manera, el efecto de la colrnata- influenda de la geometria del muestreador sobre
cion (p. 73). Hensen lop, cit.) desarrollo el calcu- la eficiencia en consideracion.
,10 de un coeficiente de filtracion, pero no fue
hasta la decade del 50 del presente siglo que co- Eficiencia de filtraci6n de las
menzaron a efectuarse los primeros ensayos em- redes lentas
piricos del comportamiento de las redes en el
La figura 39 ilustra la orientacion de las corrien-
agua utilizando canales hidrodinarnicos y tuneles
tes de agua frente a redes de diferente construe-
de viento (ver Tranter y Smith, 1968, y referen-
cias incluidas). cion (ver tarnbien fig. 6). En las redes conicas co-
munes, a la altura de la periferia de la boca, se
EI coeficiente de filtracion (F) de una red de produce un area de alta presion que rechaza el
plancton es la relacion entre la cantidad de agua agua ofrecida; la desviacion de la corriente l iqui-
presente en el paso de Ia: red (es decir, el volu- da y, consecuentemente, la ca Ida de F es mayor
men del cilindro definido por su boca en movi- cuanto mas agudo es el anqulo e (ver fig. 6), el
miento) y aquella que efectivamente entra en cual, a su vez, esta determinado por la longitud
el/a y es filtrada. Siendo Q la cantidad de agua del cono y el area de la boca. Sequn Tranter y
que filtra una red de area de boca A, con una efi- Heron (1965, 1967), F disminuye drasticamente
ciencia F y a la velocidad V, en ellapso de tiem- cuando e < 75° (0 cuando A/a> 0,2). Las re-
po t, se tiene: des munidas de un cilindro anterior de material
filtrante tienen un F "" 1 ya que las desviaciones
1 Q
Q=V·t·A·F; y F-- .- angulares de la corriente frente a su boca son rni-
- V t .A
nimas (fig. 39 C); en otras palabras, en condicio-
nes ideales toda el agua ofrecida es aceptada y
Sequn Tranter (1967), filtrada. EI F inicial de las redes ilustradas en la
,',
. ~'
figura 39 B oscila alrededor del 96% (ef. Tranter !~
F :::: -- 1__ -- y Smith, 1968). En el caso de los conos reducto-
+ 0,01 K res (fig. 39 D) la expansion de los lados detras de
la boca produce una zona de baja presion que
)nde K es la resistencia de la malla a la traccion absorbe agua desde afuera del paso de la red, En
~ p. 71). este caso F > 1. La eficiencia maxima se logra

67
'*!'I

r
I
Forma del muestreador

blece la eficiencia inicial, es decir, con la red to-


tal mente limpia, pero este valor puede disminuir
mucho en el transcurso del barrido si las mallas
se colmatan (ver fig. 50). En IIneas generales se
considera que una disminucion de F en 15°': es
fndice de colrnatacion.
La eficiencia con que una red se desempefia du-
rante todo el barrido depende, principalmente,
I
)
de la relacion de area filtrante R (ver mas arri-
ba). Sequn Tranter V Smith (1968), para un fun-
r
B Fel
cionamiento correcto R debe ser superior a 3, y
con valores de mas de 5 pueden lograrse eficien-
cias superiores al 95%. EI diarnetro de la boca se
decide en concordancia con la potencia del re-
molque, la capacidad de evasion de los oruanis-
mos (p. 81) V el tarnafio muestral necesario. A
velocidades de remolque normales (1,5 a 3 nu-
dos) F se mantiene aproximadamente constante
pero, segun algunas observaciones (e.g., Tranter
y Heron, 1965; Mahnken y Jossi, 1967), debajo i
D F>l de un nudo habria una tendencia a su disminu-
cion.
Fig. 39. Representaci6n esquernatica del flujo de agua frente a
redes de diferente construcci6n. Es necesario destacar que F no es un valor abso-
A) Red c6nica de cingulo lateral (8) bajo; la desviaci6n luto sino un porcentaje. En efecto, una red coni- ,
angular de la corriente de agua frente a la boca es con- ca cornun de 140 cm de boca con un F del 75% i
siderable. F mucho menor que 1. B) Red c6nica de an-
gulo 8 elevado; desviaci6n angular de la corriente menor. 'filtrara mucha mas agua que una con cono re-
F menor Que 1. C) Red clhndro-conlca: desviaci6n angu- ductor de 40 cm y un F del 120%. Sin embargo,
lar de la corriente nula. F aproximadamente igual a 1.
0) Red con cono reductor (eomcc-ccnica): se produce en condiciones comparables, las redes con conos
desviaci6n angular de la corriente hacia el interior de la o cilindros reductores probablemente sean mas
boca. F mayor que 1.
efectivas para disminuir el efecto de IDSerrores
(Modificado de Tranter y Smith, 1968),
debidos a la evasion (p. 81). Por otro lado, IDS I

l
cilindros tienen, sobre IDs conos reductores, dos
ventajas adicionales: 1) Aumentan menos la lon-
con conos de anquto de expansion (fig. 6) bajo, gitud total de la red frente a incrementos iguales
0
menor de 3'/2 (Pankhurst V Holder, 1952). En de cantidad de superficie filtrante; y 2) Contri-
estas redes la presion de filtracion a nivel de la buven a reducir la colrnatacion gracias al meca-
malla es mas alta que en IDSotros dos tipos. nismo de auto-limpieza que ejercen debido alas
vibraciones que sufren sus paredes. Smith y Clut-
Las situaciones descriptas no son reguladas por
ter (1965) calcularon que, al iniciar el barrido,
la forma de la red exclusivamente, sino por una
el cilindro anterior de la red CaICOF I (con un
serie de factores interdependientes, tales como la
40% de a) solo filtraba el 100f0del agua aceptada,
velocidad del remolque, la porosidad, el grado de
mientras que el 900f0 10 era en el cono posterior
colmatacion, la presencia de bridas V otros ele-
(60% de a); sin embargo, a medida que avanza el
mentos frente a la boca, etc. La eficiencia de una
barrido V el cono se va colmatando, el cilindro
red se determina, va sea por medio de canales 0
anterior comienzaa intervenir mas activamente
'metes experimentales; mediante el uso de dos
en la flltraclon del agua.
iornetros, uno dentro vel otro fuera de la bo-
'e la red V subsecuente comparacion entre las En cuanto alas redes de boca rectangular (p. 32,
~as de ambos (fig. 50); 0 analizando los re- figs. 23 y 24; Tucker, 1951), cuyo uso fue desa-
del tluiornetrc montado sobre un aro sin rrollado y perfeccionado notablemente durante
ego con ella. En todos los casos se esta- IDS ultirnos afios (Baker et al., 1973; Clarke,

68
T
i
••••••

i
i 1969), existen muy pocas observaciones acerca de donde sededuce que:
Forma del muestreador

i de la hidrodinarnica de su comportamiento; Ko-


. bayashi e Igarashi (1956) dedujeron maternati- R· A 2
a = -(j- ; pero A = 11 '1,Iuego
camente que en las redes de seccion vansversal
rectangular la velocidad de la corriente de agua
es constante (mientras que en las conicas, sobre a = R (j11r~ ,
y en este caso:
todo cuando la malla es muy fina, suele ser me-
nor dentro que fuera de lared).
8.3,1416.0,3752. = 7,683 m2
a= 0,46
Disano de una red lenta que es la superficie total de tela que debe te-
ner la red elegida. Tres octavos de este valor
Suponqase ahora la necesidad de diseiiar una red recaeran sobre el cilindro anterior, cuya super-
cilindro-conica para Forarnirufere. de acuerdo a ficie (a, ) sera: . J;
las recomendaciones expuestas, para trabajar en ,i
un area medianamente rica en material en sus-
pension. EI primer paso es la eleccion de la malla 3 .
a 1 =-78' 683 = 2 ,881 m2
que, en este caso, debera oscilar alrededor de los
0,100 mm. La porosidad ((3) puede tomarse de y su altura (hI):
las especificaciones del fabricante 0, mejor aun,
hallarse emp(ricamente; para ello se toman unas a, = 211rlh, ; h, =_a_I_= 2,881 - 1,22 m
30 0 40 medidas, al azar, de los lados de las aber- 211r I 2110,375
turas, y otro tanto del grosor de los filamentos, Y 5/8 de la superficie total, sobre el cono
el valor de (j se calcula 0 se deduce del grBfico de posterior (a2 ):
la figura 45. Tomando en consideracion el mate-
5
rial requerido, el area, las condiciones en que se a 2 =-7683
8' = 4 ,801 m2
haran los lances, el tiempo disponible y las carac-
teristicas de la malia, suponqase que (j = 0,46 EI area lateral de! cono truncado (a2) equi-
(46%), la boca de la red es 0,75 m (r1 = 0,375 vale a:
ml, el diarnetro de recipiente colector es 10 cm a2 = 11(rl + r2) [hi + (rl - r2)2 ]112
(r2 = 0,05 m l, y la rslacion de superficie filtran-
y su altura (h2 ):
te es 8 (R = 8) (ver fig. 40). Con estos datos de-
be calcularse el largo de las secciones cil indrica
anterior y conica posterior de tal manera que la
h2 = 2 ( a~
11 r1 + r2
)~- (r I - r2
]I~
)2 = i;
~
primera contenga, por ejemplo, 3/8 de la superfi-
cie filtrante total (a) y la ultima los 5/8 restantes
(a1 y a2, respectivamente, en la fig. 40). De
r 4,801
2

L112(0,375 + 0,05)2 - (0,375 - 0,05)2


~
1/
2
=
acuerdo a la relacion expuesta anteriormente:
= 3,58 m
(j·a
R=-
A
En consecuencia, para satisfacer los re1uIsitos

q~.,
antes mencionados, la seccion cil fndrica de la

)~r, red debe ser de 1,223 m y la conica de 3,58 m


de largo.
Las redes tan largas suelen ser relativamente in-
I_ h, I h2 I-h~-
cornodas para operar a bordo. La realizacion de
lances mas breves, uso de tela de mayor porosi-
Fig. 40. Diseno de las medidas de una red cilindro-<:onica lenta dad 0 disminucion del diarnetro de la boca per-
(ver el texto para la explicaci6n detalladal. mitirfan reducir R y, concomitantemente, acor-
(Original) . tar la red.

69

.. 1
'"fl---' ----...---------

~ ...".
..'.'.

Forma de I 111, «-streador

Eficiencia de filtraci6n de los alas equipadas con un cor.o truncado anterior.


muestreadores de alta velocidad Su eficiencia de filtracion inicial es, aproxima
darnente, 1 (100 % ). En la figura 26 se repro-
En la gran rnavor ia de este tipo de aparatos la ducen los disefios recomendados por los Gru-
red esta inclu Ida dentro de un tubo de material pos de Trabajo ("Working Parties") 2 y 3 de
no poroso (ver p. 37, fig. 28) de tal manera que UNESCO (ICES, SCaR),
el valor de Festa sujeto a numerosas influencias
mucho mas dificiles de estimar que para las re- 2) La relacion de area filtrante debe oscilar alre-
des comunes. Poco es 10 que se conoce en este dedor de 5 (3 en el cono y 2 en el cilindro)
+ carnpo: existen evidencias indirectas para inferir para redes de malls mayor de 0,3 mm; y hasta
Que en estos casos la disrninucion de F puede lIe- 9 (6-cono y 3-cilindro) para mallas r'n~s ce-
gar al orden del 40 % (Trantery Smith, 1968), ya rradas.
que el cilindro macizo exterior reduce la via de
salida del agua y se producen deformaciones an- 3) Las caracter isticas hidrodinarnicas y eficiencia
gulares del flujo a nivel de sus paredes. de los muestreadores de alta velocidad aun no
se conocen v , adernas, son dif iciles de analizar.
Conclusiones y recomendaciones EI uso de estos aparatos no se recomienda pa-
ra los estudios estandarizados y para aquellos
1) Las redes munidas de un cilindro reductor an- casos en que se persiguen resultados cuantita-
terior son preferibles alas corneas comunes y tivos exactos.
I

, .

70

......•,
-.'
,,_, .... r

~ '. '.

La malla
• DEMETRIO BOLTOVSKOY

EI tarnafio de los poros de la tela de la red de nucci, 1968). Por otro lado, las mallas extrema-
pian~on utilizada, su construccion, material damente rfgidas (de metal), adernas de ser mas
~"" .. .
constrtuvente. etc., trenen gran importancra en
.
de 10 veces mas caras que las sinteticas. pueden,
10 que a la captura se refiere. Estos factores in- eventualmente, causar mayores deterioros a los
fluven en la composicion, condiciones, densidad, organismos capturados que (as de tela (Beverton
etc., de la muestra V deben ser correctamente V Tungate, 1967)*.
evaluados V utilizados para no incurrir en errores
En este respecto, aparentemente, el nylon V el
en la interpretacion del analisis de las colectas. A
poliester son los mas adecuados (Heron, 1968).
continuacion se analizeran algunas de las propie-
dades mas importantes de las telas utilizadas pa- /
ra la confeccion de redes de plancton V se discu-
Elasticidad
tiran brevemente los parametres que afectan.
La excesiva elasticidad del material constituven-
te provoca distensiones y deformaciones de los
Material constituyente poros cuando la red es sometida a una tension.
Heron y Kerr (1968) deterrninaron que, someti-
Hasta no hace mucho tiempo la seda era el mate- das a cargas de ruptura, las fibras de nylon expe-
rial mas cornunrnente usado. En la actualidad, rimentan una extension hasta 3 veces mayor que
generalmente es reemplazada por materiales sin- las de seda. Sin embargo, alas tensiones norma-
teticos tales como polipropileno, perlon, polies- les que se imponen sobre la red durante el rnues-
ter v , principalmente, nvlon, Son varios los fac- treo (que son mucho menores que las I fmites de
tores que deben ser considerados en este respec- ruptura) el nylon es menos extensible que la se-
to, a saber: da. Mahnken y Jossi (1967) hallaron que en las
redes de nvlon de unos 35 poros por mm2, en
estado de reposo, aquella cantidad bajaba a, sola-
Flexibilldad mente, 30 por rnrn? cuando la red era sometida ; ;

a velocidades de flujo de 274 cm/seg, es decir,


Las mallas confeccionadas con materiales derna-
unos 5 nudos (fig. 41 ).
siado flexibles sufren deformaciones al ser ex-
puestas a una tension. Ello redunda en deform a-
ciones V elongaciones de los poros (tarnbien in-
Resistencia a la tracci6n
fluenciadas por el tipo de tejido, ver mas adelan-
tel que, a su vez, modifican la selectividad de la Cuando es remolcada en el seno del agua la red
red. Estas deformaciones pueden ser provocadas ejerce una resistencia que depende del movi-
por la presion del agua misma, 0 por la ejercida
por las part Iculas que son forzadas contra los la-
dos de los poros pudiendo, si el material es exce-
sivamente elastico, abrirlos V escapar. Por el con-
trario, las mallas demasiado rfgidas contribuyen
a una mas rapida colrnatacion ya que limitan los
movimientos de flameo de la red al ser rernolca- " Algunos autores, sin embargo, contradicen esta afirmaci6n
destacando que el estado de integridad de 105 animales no
da, disminuvendo, de esta manera, la actividad difiere de aqUE!1que se. obtiene en las redes convencionales
de auto-limpieza (Beverton y Tungate, 1967; Va- remolcadas 4 veces mas despacio (e.g., Arnold, 19581.

71

I
~-
rr
I
1
i La malla

I tencia normal puede ser sumamente elevada. Mo-


i A
1100 toda (1962c) presenta un gratico del cual se de-
duce que para una red de, por ejemplo, 2 m2 de
superficie de boca, remolcada a 3 nudos de velo-
cidad, la tension ejercida sobre el aro metalico
7700
sera de poco menos de 500 kg. Por ello, la red,
adem as de estar munida de bandas de lona longi-
tudinales (ver p. 15), debe set suficientemente re-
sistente como para no romperse durante el lance.
Heron y Kerr (1968) hallaron que la seda y la
mayorfa de las fibras de nylon son menos resis-
tentes en 'estado hurnedo que secas, y que el
nylon es hasta mas de 4 veces mas resistente a la
51 10~ 257 IS
rotura que la seda. A su vez, los monofilamentos
de nylon resultaron mas resistentes que los rnul-
Fig. 41. Extensibilidad de una red .de nylon Nytex. La dismi- tifilarnentos del mismo material y categorfa (ver
nuci6n de la cantidad de poras por unidad de super-
ficie indica el estiramiento del material.
mas adelante). En la actualidad se pueden obte-
A) Cantidad de ooros en 225 mm2; B) Velocidad del
ner, comercialmente, mallas de igual abertura de
flujo de agua en el canal de experimentaci6n (cm!seg). poro pero diferente grosor y, consecuentemente,
(Redibujado de Mahnken y Jossi, 19671. resistencia de la fibra. Loqicarnente, los tejidos
con hilos mas gruesos tienen menor porosidad y
viceversa.
miento y del porcentaje de superficie abierta de
la tela. La resistencia de la malla propiamente di-
cha (K) es una funcion di recta de su porosidad :f
((3) y del nurnero de Reynolds (Re). Para angu-
Superficie de la fibra
los de incidencia normales (900), esta relacion es
(Tranter y Smith, 1968): Sequn Vanucci (1968) lasfibras de superficie lisa
(como en la mayorfa de los materiales sinteticos)
1 - (3
- __ .6Re
_I
3
contribuyen al escape de los organismos a traves
K
- (j 2 de los poros ya que ofrecen menos friccion a su
paso. Las fibras de superficie mas rugosa e irre-
gular (e.g., alqodon, seda, cafiarno, etc.), en este
siendo (j = porosidad de la tela (ver mas adelan-
sentido, probablemente, son mas efectivas para
tel y
la retencion, Adernas, de acuerdo alas observe-
V d clones de algunos investigadores (e.g., Ahlstrom
Re=- .-
(j v y Kramer, 1957; Smith et al., 1968) la seda se
colmata menos rapidarnente que el nylon. Sin
donde V = velocidad del flujo del agua; d = dia- embargo, estas virtudes no compensan las ven-
metro de las fibras de la malta; y v = viscosidad tajas de las fibras sinteticas sobre las naturales.
cinernatica del agua, (viscosidad dinarnica / den-
sidad, v = 0,01). Para angulos de incidencia (8)
de hasta 450 con respecto a la normal, se ha de-
mostrado que Cambios volumetricos
Algunas de las fibras utilizadas en la confeccion
de las redes de plancton sufren cambios en su
grosor al ser mojadas y con el uso. Ello modi fica
Este anqulo (8) equivale al anqulo del lade de la el tarnafio original de los poros v, consecuente-
red (ver fig. 6), y es crocorclonat a A/a (A = area mente, las caracterfsticas generales de la red. Es-
de la boca; a = area del cono filtrante). La resis- te grado de disrninucion (0 aumento) de la su-

72
••
-yIQiii.=-.••• - ~---.- .. ~._-_._-.

t.a malta

~•• m
perficie abierta depende, no sola mente del mate-
rial dela red, sino tarnbien del tarnafio de los po-
ros y del tipo de tejido. Heron y Kerr (1968) de-
terminaron que los poros de 0,322 mm de la tela
de seda disminuyen hasta u,-.,.12,1% al ser rnoja- •..
~~
dos; los de nylen multifilamento de 0,310 mm -1-------:0
cadena b
aumentan hasta un 8,7%; y los de nylon rnonofi-
hy,42. Pr incipales tipos de tejidos utilizados en la con teccron
lamento de 0,249 mm disminuyen hasta un de redes.
1,6% *. Obviamente, la seda en este sentido es la a.) Simple, monofilamento; b) Trabado, monofilamento;
menos recomendable. Kofoid (1897b), Wiberg a'lTrabado con torsi6n, multifilamento.
(1948), Hensen (1895), entre otros, estudiaron (De Heron, 1968),
este problemaobservando que el area total abler-
ta (ver mas adelante) en las mallas de seda IIega a Ion) son mas resistentes que Nitex, Nvtal 7 y
disminuir hasta un 50% luego del uso. Esto se de- Nvtal 7 xxx (los tres de nylon}.
be no solamente al hinchamiento de las fibras
en' sr, sino tarnbien a que la seda encoge luego de Construcci6n
ser sumergida en agua varias veces. Heron (1968) Tipo de tejido
no nota variacion apreciable alguna en el ancho
de las fibras sinteticas con el uso. La figura 42 ilustra los 3 tipos de tejido ma~ ~~-
munes en la tabricacion de mallas. La extensibili-
dad de los poros es, parcialmente, funcion del ti-
Resistencia a los agentes abrasivos po de tejido (adernas depende tarnbien del mate-
rial de la red, la presion, etc.). Saville (1958) y
Las redes de plancton normal mente son expues-
Heron V Kerr (1968) realizaron varios expert-
tas a muchas condiciones adversas durante su
mentos del pasaje de esferas de vidrio (in,com-
," uso (sustancias qu fmicas para su lavado, radia-
presibles) de diferente diarnetro, atraves de
cion solar, friccion, etc.). Por ello el material de
mallas diferentes. A velocidades de 1 nudo los
que estan construidas debe ser resistente a aque-
tejidos de monofilamento de nylon (fig. 42a) de-
IIos. Heron (1968) presento una tabla com para-
mostraron los menores Indices de expansion (de
tiva i lustrando el comportamiento de los diferen-
tes materiales en uso frente a diversos agentes
o a 4%) V los de seda los mayores (hasta 100m)
(Heron V Kerr, 1968). Saville (1958) hallo Indi-
abrasivos (acidos, alcalis, alcoholes, agentes oxi-
ces de hasta 17,5% para los tejidos de seda, pero
dantes, luz solar, solventes orqanicos, detergen-
Heron V Kerr (1968) arguven que esos valores
tes, etc.): sus resultados evidenciaron que la seda
tan altos se deben, parcialmente, a la dispersion
y el poliester son los menos adecuados desde es-
de las medidas de los poros (ver mas adelante), y
te punto de vista; el nylon y el perlon demostra-
no exclusivamente a su expansion. Los tejidos
ron poseer cualidades similares V buena resisten-
con filamentos multiples (fig. 42c) tienen Indi-
cia a todos los tratamientos ensavados excepto a
ces de expansion de hasta 8"10 (Heron V Kerr,
aquellos con acidos concentrados, agentes oxi-
1968); adernas contribuven a la colrnataciorvde-
dantes, blanqueo V radiacion solar. Segun Tetko
bido a la rotura de fibras que se interponen en el
Inc., el polipropileno evidencia una resistencia
paso de las partfculas a traves de los poros (He-
deficiente frente al formaldehido. Hagmeier
ron, 1968).
(1968) realize ensayos para determinar la resis-
tencia a la friccion de diferentes materiales sinte- Tamafio de los poros [colmatacion)
ticos, concluvendo que los tipos Monodur (per-
Ion), Estal Mono P.E. Ipoliester) V Nvtal 7P (nv- Tal vez sea una de las caracterlsticas mas impor-
tantes de las redes de plancton. De ella dependen
innumerables factores V la eleccion del tamafio
de malla correcto es de vital importancia para
• Resulta interesante mencionar que en su cataloqo ~e produc-
cualquierinvestiqaclon plenctoloqica.
tos Tetko Inc. aconseja la malla Nitex para la confeccion d~.re-
des de plancton pero, al mismo tiempo, destaca que este tejido Se utilizan varias formas para expresar el tarnafio
no es recomendable sumergirlo ya que tiende a encoger. de los poros: cantidad de mallas por pulgada 0

73
r" --
I

La malla

por centlmetro, nurneros convencionales y longi- TAMANO DE LA MALLAS EN UNA POROSIDAD ({3)
tud, en mieras, dellado del poro (cuadrado). Las ABERTURA (mrn) PULGADA LINEAL %
dos primeras son de relativamente escasautilidad 4,00 5,1 64
ya que, como se viera ante·riormente, el grosor 2,83 6,8 57
2,00' 9,2 53
de la fibra es variable y, consecuentemente, esas 1,41 12,6 49
medidas no brindan informacion precisa acerca 1,00 16,9 44
del tarnario del poro propiamente dicho. Los nu- 0,71 23,9 45
meros convencionales se refieren al tarnafio de 0,50 31,8 39
los poros directamente pero esta relaclon varia 0,35 43,8 36
0,25 61,9 37
de acuerdo al pa IS, al fabricante y al material
0,19 101,6 58
constituyente; estas ultirnas diferencias suelen 0,15 121,2 51
I/egar al 10% (Schwoerbel, 1970). La fig. 43 ilus- 0,1.25 130,6 41
tra las correspondencias aproximadas entre las 0,100 146,8 35
expresiones mencionadas y la fig. 44 algunas de 0,080 206,1 42
0,070 212,1 37 -
las: caracteristicas de los tejidos simples de nylon
0,060 280,6 45
monofilamento Nitex. Existen en la actualidad 0,048 305,3 33
mal/as de hasta alrededor de 0,001 mm de aber- 0,041 356,6 33
tura de poro, pero, generalmente, las de menos
de 0,040 mm ya no son del tipo de tejido simple Fig. 44. Caracterfsticas de algunos tejidos simples de nylon me-
nofilamento (Nitex) producidos por Tetko, Inc.
(Twill, Twill-Calendering, etc.) y tienen muy ba-
ja porosidad (la de 0,001 mm tiene una porosi- (De cataloqo de Tetko, lnc.].

dad menor de 0,075%).


Los detalles mencionados IIevan a definir el con-
cepto de porosidad, generalmente indicado por
TAMANO DE LA MALLAS EN UNA NUMERO la letra griega beta:
ABERTURA [rnm) PULGADA LINEAL CONVENCIONAL
p
1,364 18 0000 {3=-;
1,024 23 000 a
0,752 29 00
0,569 33 a donde p - w2 • n
0,417 48 1
0,366 54 2 siendo a = area total de la superficie del cono de
0,333 58 3 la red; w = longitud promedio dellado de los po-
0,318 62 4 .'

0,282 66
ros; y n = cantidad total de poros.
5
0,239 74 6 La figura 45 brinda una manera sencil/a para de-
0,224 82 7 ducir (3 a partir de los valores de w y el diarnetro
0,203 86 8
0,168 97
de las fibras.
9
0,158 109 10 EI area filtrante total (M l es el produeto de la
0,145 116 11
0,119 125 12
porosidad ((3 l por el area de la red (al:
0,112 129 13
0,099 139 14 M=(3.a
0,094 150 15
0,086 157 16
0,081 y la relaci6n de area fi Itrante (R) es, a su vez! el
163 17
0,079 166 18
valor anterior (M) respecto al area de la 'boca de
0,077 169 19 la red (A):
0,076 173 20
0,069 178 21
0,064 200 25
Fig. 43. Diferentes maneras de expresar el tamafio de las me- EI range de tarnafios de los organismos retenidos
lias de las redes de plancton.
por la red es funci6n di recta del tarnafio de la
(De E. Bottovskov, 1965). mal/a de aquella (debe tenerse en cuenta que, en

74
~
•••••
I

La malla

Repelin y Gueredrat (1970) observaron que, fre-


0.&
cuentemente, los copepodos pequefios munidos
13
de apendices salientes y pronunciados eran rete-
0.5
nidos por la misma malla que dejaba escapar for-
0.4 mas mayores pero mas hidrodinamicas, La com-
presibilidad de los plancteres tarnbien contribu-
0.3
ye a su escape; Saville (1958) dernostro que los
0.2
huevos de peces de 1,403 mm de diametro no
eran retenidos por mallas de menos de 1,88 ± 0,01
0.1
mm; y que para 'una retencion dell 00% de va-
o 0
rios generos de Copepoda y Mollusca los organis-
'1 4
mos deben ser entre 4% (para Oithona sp.) y 70%
(para Pseudocelenus sp.) mas largos que la malla
utilizada (0,222 mm). N6tese, sin embargo, que
Fig.45. Relaci6n entre la porosidad (/31 y el ancho del poro/dici-
metro de la fibra (wid). aqui se considera el largo total de los animales, y
(Redibujado de Tranter y Smith, 1968), no el ancho que es su medida menor Y, conse-
cuentemente, en 10 que' a retencion respecta
guarda una relacion mas estrecha con el tamafio
de la malla. Bernhard et al. (1973) notaron un
sentido diagonal, el tarnafio de los poros es ma-
fenorneno semejante, concluyendo que para re-
yor que aquel que se especifica para los lados).
tener efectivamente la fraccion de tarnafio mini-
Sin embargo, esta relacion no es sencilla; no ne-
mo = 03 mm la malla utilizada debe ser de 0,2
cesariamente seran retenidos todos los organis-
mm; para 105 de 0,25 mm - mallas de 0,18 mm;
mos cuyo pararnetro mayor sea superior al poro
0,15 - 0,125 mm; 0,88 - 0,71 mm; y 0,6 - 0,53
de la red. Normalmente, todas las muestras con-
mm (fig. 46).
tend ran cierta cantidad de organismos de tarna-
no menor al de las mallas de la red utilizada. Bol- En terrninos generales, estos autores recomien-
tovskoy y Riedel (1980), por ejemplo, registra- dan utilizar redes cuyos poros sean, al menos, I.
ron cantidades considerables de radiolarios de 25% mas pequefios que el ancho de los organ is-
menos de 0 ,150 mm de ancho en muestras colec- mos buscados; y que, aparentemente, no convie-
tadas con redes de 0,250 mm. Ello se debe a que ne bajar de este limite ya que el hacerlo no re-
, los organismos pequefios suelen adherirse 0 en- dunda en material adicional en 10 que a la frac-
.1 gancharse a otros mayores formando parte de cion buscada se refiere (ver, por ejemplo, Grand-
curnulos de material. Lenarz (1972) dedujo que perrin y Michel, 1969), pero s i aumenta las posi-
las redes de 0,505 mm, remolcadas lentamente, bilidades de colrnatacion de la red (ver mas ade-
reten fan el 100% de las larvas de Engraulis mor- lante). Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que
dax, cuya altura, a nivel de las aletas pectorales, estos autores (Bernhard et al., op.cit.t trabajaron ':i
es de solamente 0,35 mm (en el estad Io de 3,75 con muestreadores de alta velocidad (5 a 7 nu-
I

mm de longitud). Sin embargo, mucho mas irn- dos), en los cuales la presion de fi ltracion v, con-
portante es precisamente el tenorneno inverso, a secuentemente, la extrusion de organismos a tra-
saber, el alto porcentaje de particulas mayores ves de los poros, es mayor que en una red 'con-
que los poros de la red que son forzadas a traves vencional lenta (aprox. 2 nudos).
de estes hacia el exterior. Ello se debe a varios
factores como, por ejemplo, la elasticidad del Varios investigadores (e.g., Smith, ref. en Vanu-
material de la red, la dispersion de los tamafios cei, 1968; Bernhard et al., 1973) observaron que ,
I!'

de las mallas y su deforrnacion (ver mas adelan- el material fijado con formaldehido es retenido
tel. La forma de los organismos es otro de los por redes mucho mayores que el mismo material
factores que influyen sobre su retencion, Aquellos sin fijar. EI fenorneno fue atribuido a la rigidez
que tengan formas irregulares, apendices salien- y men or compresibilidad del material fijado.
tes, anqulos agudos, etc., seran retenidos mas Ello demuestra que cualquier evaluacion emp iri-
efectivamente que los resbaladizos, esfericos, de ca que se ensaye sobre el particular debe utilizar
superficie lisa (Saville, 1958; Vanucci, 1968). material vivo, ya que el fijado se comporta de

75 ;
; I
i!
"?r(~'

La mafia

dm
0.44 0,55 0,66 0.71 0.19 1.00

JootA p
o
• 0

40
200

20

IS

100 2 3 4 5 6 7 1
It

Fig.'41. Diferencia porcentual entre las pescas de larvas de Go-


biidae (Pisces) entre una red de 0,5 mm y una de
0,3 mm, en areas con y sin fitoplancton. En las areas
con fitoplancton la colmataci6n de las mallas hace que
la red de 0/5 mm colecte los tamaiios menores mucho

tJ __ B mas exltosamente. drn) Dlarnetro maximo de las larvas


(en rnm}: p) Porcentaje; It) Longitud total de las larvas
53 71 100 125 150 180 200 (en rnrn): puntos negros: muestras con fitoplancton; err-
culos huecos: muestras sin fitoplancton,
(Redibujado de Schnack, 1974).
Fig, 46, Relaci6n entre el tarnafio minima de retenci6n (A) y el
ancho del poro de la red (B), para dos muestreadores de
alta velocidad "Delfino I" y "Delfino 1/",
(Redibujado de Bernhard et et. 1973). utilizada (fig. 47). Obviamente, la magnitud de
estos errores es diferente en distintas areas y pa-
ra diferentes taxones. Si se desea la obtencion de
una medida de los mismos debe recurrirse a la
manera diferente. EI mismo fen6meno es valido. deducci6n ernp irica para ellugar, epoca, organis-
en mayor 0 menor grado, para todos los organis- mos y mediciones particulares. Ello se logra rea-
mos; aunque la compresibilidad relativa aumenta lizando lances dobles (con artes del tipo de la
con el incremento de tamafio (Saville, 1958). red "Bonqo", p. 27); 0 con red y por otros me-
Es probable, tam bien, que los animales mas rno- dios como, por ejernplo, el bombeo (p. 43;
viles puedan efectuar movimientos sobre y entre ver tarnbien Wi borg, 1948) 0 el uso de b~tellas
las mallas que contribuyan a un proceso de esca- (p. 53; Kofoid 1897b). Otra alternativa es uti-
pe activo. Este fenorneno puede ser especialmen- lizar dos redes superpuestas, la externa de malla
te importante en algunas artes de pesca de plane- considerablemente mas fina que la interna, y
ton no convencionales y de muy baja velocidad, comparar ambas muestras (debe tenerse en cuen-
como por ejemplo, la red de cerco de Murphy y ta que en este caso se introduce una nueva va-
Clutter (1972)/ las lIamadas "trampas de plane- riable que puede modificar considerablemente el
ton" (plankton traps 0 planktonocherpateli) y comportamiento normal de la red interna ya que
otras. aumenta la resistencia total del conjunto crean-
do un mayor frente de presion, reduce la veloci-
Por el contrario, a medida que progresa el lance
dad de filtraci6n de la red analizada, etc.).
y la red se va colmatando (ver mas adelante) se
ira reteniendo cada vez un mayor porcentaje de , Todos estos fen6menos de perdida de material a
organismos iguales y mas pequefios que la malla traves de las mallas seran proporcionalmente rna-

76
~I.;~-
....••
I
I

La malla

yores cuanto mayor sea la velocidad de remol-


que (p. 101) Y, consecuentemente, la presion del - ..•..- ------------- ..•. ------- -------
agua sobre las paredes del cono filtrante. Su dis-
rninucion se logra disminuyendo el tamaiio de
los poros. Sin embargo, esto ultimo disrninuve
drasticarnente la porosidad de la red (ver fig. 44) ~------- - ------- ....•. ..
------- _---
.. g~.
y, consecuentemente, aumentala presion del
agua sobre la malla. En efecto, la presion de fil- ,. i
..
.. !.
tracion (A p) esta dada por la siguiente ecuacion .•.- u
2

----
(Tranter y Smith, 1968):
, Q

p
1
= K.- P v2
L
2 "42 •..• 0.2' 0.2. 0..22 0,1'

_110 d. 10 ••d (~)


donde K = coeficiente de resistencia de la malla
(ver p. 71); p = densidad de fluido: y v = veloci-
Fig. 48. Disminuci6n de la eficiencia de filtraci6n (F) de dos
dad del I iquido. muestreadores de alta velocidad, remolcados a 7 nudos
e~ funci6n de la po~osi~ad ~e la malla. Puntos negros : F;
Sequn Tranter y Smith (op.cit.), el A p de la red circulos huecos: disrninuclon de F ("Ie); Ifnea solids:
"Bongo" (can malla de 0,51 mm), remolcada a 1 "Delfino t "; linea cortada: "Delfino II".

nudo de velocidad, es de 0,097 g/cm2; mientras (Segun datos de Bernhard et et., 1973).

que para una de 0,17 mm (red de Jashnov,


1961), a igual velocidad, sube a 0,871 g/cm2.
EI aumento de la presion de filtraclon no solo in- 6 minutos de remolque a 5 - 7 nudos. Smith et
fluye sobre la cornposicion del material, sino a/. (1968) efectuaron una serie de experimentos
tarnbien sobre su grado de preservacion, Otro de para deducir el grado de colrnatacion de 16 redes
los problemas que provoca la disrninucion del ta- distintas en 2 areas de diferente transparencia.
mana de malla es la disminucion de la eficiencia Como era de esperar, la colrnatacion fue maxima
de filtracion F (ver p, 67). Para las dos redes en la red de malla fina en el area de menor trans-
mencionadas anteriormente ("Bongo" y "Jesh- parencia y m fnima en las aguas mas Ilmpidas y
nov") los valores de F son 0,96 y 0,78, respec- para la red mas gruesa (fig. 49). EI valor m inirno
tivamente (Tranter y Smith, 1968). Bernhard de agua filtrada antes de que la eficiencia bajara
et el., (1973) efectuaron una serie de experien- del 85% fue de 22 m3 para una red conics de
cias can 2 muestreadores de alta velocidad 0,333 mm (R = 3,2)~ en el ar~a mas productiva;
("Delfino l" y "/1"), concluyendo que en el y el maximo - de 3426 m3, para una red coni-
"Delfino I", de una eficiencia de filtracion (F) co-cilfndrica de 0,550 mm (R = 4,8), en el area
igual a 137 del muestreador sin red, el valor baja menos productiva (total de barridos realizados
con las 16 redes = 76).
un 8,2% (F = 125,7) cuando .se equipa el tuba
can una red de 0,18 mm ({3 = 0,46) y un 34,6% Sequn Tranter y Smith (1968), teoricarnente una
(F = 89,6) con una red de 0,020 mm ({3= 0 18)' red de 0,1 mm se colmata 30 veces mas rapido
las variaciones mencionadas estan ilustrad;s e~ que una de 0,550 mm.
la fig. 48.
Smith et a/. (1968) hallaron que el grado de col-
Par otro lado, cuanto mas fina sea la malla de la
rnatacion es, aproximadamente, inversamente
red, mas rapidarnente se ocluiran sus poros. Este
proporcional al tamaiio individual del poro de la
taponamiento 0 colrnatacion depende, principal-
red, cuando todas las demas variables se mantie-
mente, de 4 factores: 1) Densidad de partfculas nen identicas.
en el area muestreada; 2) Abertura de la malla de
la red; 3) La relacion de area filtrante (R); y 4) EI fenorneno de la colrnatacion acarrea consigo
La forma de la red (Smith et el., 1968). Bern- una larga serie de inconvenientes; el mas impor-
hard et et. (1973), trabajando en el Mediterra- tante de estos es que la red deja de comportarse
neo, notaron que las redes de malla menor a como una superficie filtrante y comienza a ha-
0,053 mm comienzan a colmatarse luego de 2 a cerlo practicarnente como un cuerpo solido. Ob-

77

••

L
La malla

100--,-"...,----/'"'--:=~--------:-S-: 2~4'" que, debido al rapido desplazamiento de los ul-


.•. :
..,,,.. ..~.'.. '-::"" .... .:---~- ':"'.
-------_!:24
80
\
.•.
\
\
$:.
--- timos, aun habiendo detectado el frente de pre-
sion los organismos tienen menos tiempo para
\
.... $. '~.$
\ .": ",?4 huir del paso de la red (Bernhard et al., 1973) .
\

50
• \
\
,, Todos estos problemas son mas acentuados
,.•..•.
cuanto mayor sea la concentraci6n de parricu-
40
.......
.......
"------~~~~!---- las en el ambiente muestreado. Vasios investiga-
dores (Kokubo y Tamura, 1931; Barnes y Tran-
ter, 1965) efectuaron evaluaciones comparativas
con mallas diferentes, concluyendo que la col-
mataci6n de las mallas mas finas era el factor res-
2 5 '0 '5 20 25 ponsable de que las redes correspondientes arro-
Tiempo de barrido Imin)
jaran resultados enormemente variables.
Fig. 49. Velocidad de colmataci6n en funci6n del tamsfio de la No se conoce, hasta el momento, ninqun siste-
malla y de la densidad de material en suspensi6n en el
agua muestreada. ma, fuera del empirico, para predecir el grado de
Linea s6lida: red de 0,333 mm 113 = 0,46, R = 6,4); colmataci6n que sufrira una red al ser utilizada.
linea cortada: red de 0,201 mm 113 = 0,43, R = 6,4); Medidas indirectas tales como la transparencia
I inea de puntos: red de 0,101 mm Ifj = 0,36, R = 6,41.
S: profundidad, en m, de un disco de Secchi blanco de del agua 0 el aspecto de la red luego del lance no
30 cm de diarnetro Itransparencia); F: eficiencia de fil- necesariamente sonindicadores confiables
traci6n.
(Smith et al., 1968). Por ello, para medir este oa-
(Modificado de Smith et et., 1968).
rarnetro deben utilizarse flujorne tros (p. 87). Sin ".
embargo, ya que estos aparatos dan un valor in-
tegrado para todo el barrido y dicho valor de-
viamente ello modi fica la cornposrcron de la pende, no s610 de la colmataci6n, sino de rnu-
muestra obtenida, tergiversando los valores cuan- chos otros factores, su cornportamiento debe ser
titativos esperados. Esto es especialmente impor- controlado durante el barrido y/o comparado
tante en los barridos verticales u oblicuos; si la con un testigo. En el primer caso se recurre a flu-
red, al irse colmatando progresivamente, filtra [ornetros electr6nicos conectados con cubierta
proporcionalmente menos agua al final de su re- por medio de un cable conductor; la colmata-
corrido, ello es, en las capas superficiales, el va- ci6n se registra a bordo por la disminucion en el
lor de la pesca obtenida en profundidad es sobre- flujo de agua a traves del muestreador a medida
estimado (Smith y Richardson, 1977). que progresa el lance (Bernhard et al., 1973;
Sequn algunas investigaciones, la colmataci6n Smith et aI" 1968; fig. 49). En el segundo caso
ocurre hornoqenea y sirnultaneamente en toda la se utilize un par de fluj6metros, uno en la boca
superficie de la red (Smith y Richardson, 1977); de la red y el otro fuera de ella. Una vez que se
pero otras parecen indicar que avanza gradual- conoce el comportamiento normal de ambos con
mente desde la porcion distal hacia adelante la red en cuestion, el registro de desviaciones
(Yentsch y Duxbury, 1956), De cualquier mane- inusuales en las diferencias entre ambas lecturas
ra que ocurra, a medida que va progresando el puede indicar la presencia de colmatacion (Asao-
area aun abierta es sobrecargada de tal manera ka y Ohwada, 1960; Tranter y Smith, 1968;
que en ella aumenta la presion de filtraci6n y, Lockwood, 1974; fig. 50).
consecuentemente, la extrusion de los organis- Existen varios recursos para aliviar y/o eliminar
mos a traves de las mallas (Smith et al., 1968). este problema. Uno de el\os consiste en el aqre-
Por otro lado, la resistencia a la traccion aumen- gado de un cono 0 cilindro reductor a la entrada
ta incrementando, proporcionalmente, el frente de la red de tal manera que se reduzca 0 manten-
de presion delante de la red y, consecuentemen- ga el diarnetro de la boca y, al mismo tiempo, se
te, las posibilidades de evasion oor parte de los aumente la superficie filtrante (ver p. 67). Tam-
organismos (ver p. 81). Este problema probable- bien se puede aumentar el tarnafio de las mallas,
mente sea mas grave en las redes convencionales reducir la duracion de los lances 0 disminuir la
que en los muestreadores de alta velocidad ya boca de entrada de la red (p. 67).

78

~~~ -------------------------------------------------------------------------------------~

La 111 a II a

cado a bordo. Los lavados repetidos deterioran


130
/ .... A las fibras. Como se puede apreciar no existe solu-
'--', •.. --------- cion (mica y universal. En cada situacion particu-
, /
- lar debe efectuarse un balance de las necesida-
des, objetivos y factores en juego y optarse por
100
una solucion de compromiso.

Uniformidad del tamafio de 105 poros


t1l
41
11\
<, Todos los tejidos presentan cierta variabjlidad en
E el tarnafio de los poros de sus rnallas al salir de
" fabrica (Bernhard et al., 1973; Hagmeier, 1968;
50
"0 Heron, 1968; Nakai, 1962; Repeliri y Gueredrat,
0
"0 1970). Heron (1968) efectuo mediciones de 10
tipos de mallas de produccion comercial diferen-
"
0
41 tes, concluyendo que la mas homoqenea es Ny tal
> 7P, tejido simple monofilamento producido por
Swiss Silk Bolting Cloth Manufacturing Co. Ltd.
As f y todo, el promedio de sus rnediciones arro-
o I 2 3 4 5 jo una diferencia de 0,007 mm con respecto alas
Minutos especificaciones del fabricante (0,197 y O,2.,mm,
respectivamente); y la desviacion standard de los
valores registrados fue de 0,032 mm. Esta disper-
Fig. 50. La colmataci6n de una red de plancton, en barridos a sion de los val ores aumenta con el uso (Repelin
120 cm/seg, en aguas neriticas del sur de California, evi-
denciada mediante el use de flujometres electr6nicos y Gueredrat, 1970), y en mayor medida en los
menitoreados desde la embarcaci6n. La colmataci6n tipos ilustrados en la figura 42 by d que en el de
provoca la gradual disminuci6n de la ~eloci?~d del flujo
de agua a treves de la boca de la red (linea solida). la fig. 42 a.
A) Flujornetro externo, fuera de la boca de la red: velo-
cidad de barrido; b) Fluj6metro interne en la boca de la
Ciertas conclusiones obtenidas por Smith et al.
red: agua filtrada. (1968) parecerfan indicar que los tejidos de sed a
(Redibujado de Tranter y Smith, 1968). presentan rnallas de tarnafio mas variable que los
de nylon.

EI aumento de la velocidad de los barridos incre-


Edad de la malla
menta la presion sobre la red, estirandola y au-
mentando su porosidad (ver fig, 41 ). Para asegu- Con el uso todas las redes van modificando sus
rar la mayor limpieza posible de los poros la red caracterfsticas debido a la progresiva distension
puede lavarse repetidamente, luego de cada lance de las mallas y desplazamiento de los filamentos,
(p. 34), Sin embargo, todas estas alternativas tie- rotura de las fibras, colrnatacion, etc. Bityukov
nen sus desventajas. En efecto, el aumento del (1966) observe que las diferencias en cantidad
tarnafio de las mallas, obviamente, modifica la se- de agua filtrada entre una red nueva y una usada,
lectividad de la red. La reduccion de la extension bajo iguales condiciones, pod fan lIegar hasta mas
de los lances disminuye el volumen de la mues- del 50%.
tra; Boltovskoy y Riedel (1980) notaron que, en
condiciones similares, lances 2 veces mas prolon-
gados evidenciaban la presencia de hasta un
400% mas de especies de Radiolaria Polycystina Recomendaciones practicas
en el Atlantico Sudoccidental. La disrninucion
del area de la boca de la red tarnbien. loqicarnen- 1) Los materiales mas adecuados para las redes
te, disminuye la cantidad de agua filtrada. EI uso de plancton son el nylon (tipo Ny tal 7 P) yel
de redes demasiado largas es incornodo y compli- perlon (Monodur),

79
!1I

lit rnitllil

2) EI tipo de tejido simple, de monofilamentos mente posible, para eliminar los restos de ma-
(fig, 42a) es preferible a todos los dernas. terial adheridos a sus mal/as (ver p. 34).
7) Cuando el, 0 uno de los propositos de la inves-
3) EI tamafio de los poros debe ser hornoqeneo y
tiqacion es evaluar la biomasa total del p/anc-
su determinacion debe verificarse empirica-
ton en un lugar dado, las redes son una herra-
n mente antes de comenzar a utilizar la red.
mienta total mente inadecuada. En efecto, las
II
p
4) Los lances, principalmente aquellos realizados
de malta mas fina, de unos 0,015 a 0,03 mm
(las mal/as mas finas son irnpracticas ya que se
con redes finas, deben ser suficientemente
colmatan casi inmediatamente) Ileqan a subva-
breves como para no permitir su colrnatacion.
luar la biomasa total hasta 30 veces (Banse,
1962). Adernas, pueden subestimar en"mas de
5) La presion defiltracion debe ser 10 mas baja
3.500 veces la numerosidad de las formas me-
posible (sin lIegar a actuar en detrimento de
nores (Kofoid, 1897 b; ver tarnbien Kokubo y
otros factores, ver mas arriba) para mantener
un bajo nivel de escape pasivo. Tamura, 1931, y p, 133 en este tratado).
8) EI tamario de para utilizado debe ser, a/ me-
'6) Las redes, sobre todo las de malla fina, deben nos, 25% menor que el de los organismos bus-
ser cuidadosamente /avadas, 10 mas frecuente- cados.

80
~~~o-------------------~----------
,_ ~ ~_~.~


Evasion
DEMETRIO BOL TOVSKOY

tntroduccion embargo, dado que, hipoteticarnente, hasta con


las redes mayores ocurre evasion, este sistema no
A pesar de la etimologia de su nombre el plane- brinda una medida absoluta de aquella, Recien-
ton incluye rnuchos organismos con motilidad ternente, Murphy y Clutter (1972), utilizando
bastante desarrollada. Oesde el punto de vista de varias redes planctonicas eonveneionales y una
las tecnicas de muestreo esta caraeterfstiea es su- red de cerco en miniatura con malla de 0,333 mm,
'rnarnente importante ya que puede permitirles obtuvieron la medida mas eereana lograda a un
evadir aetivamente las artes de pesea que se em- valor absoluto de evasion nula.
plean para su coleccion. En efecto, si bien exis-
te un nurnero de observaciones que eoncluyen Este fenorneno, euando ocurre, puede Ilegar a
10 eontrario (e.g.: Brinton, 1962 b; Chusova, incidir notablemente en la interpretacion de las
1971; Henderson, 1961; Miller, 1961; Winsor y muestras en euanto a su biomasa, indices de di-
Clarke, 1940; etc.) una gran cantidad de estudios versidad, migraciones verticales, etc. EI problema
(ver referencias en Clutter y Anraku, 1968; se agrava si se toma en euenta que la motilidad,
Murphy y Clutter, 1972) indican que la evasion general mente, esta Intimamente ligada con la ta-
mencionada es un"fenomeno real y de enorme lIa de los plancteres (con excepciones: Fleminger
trascendencia (ver mas adelante). EI metodo cla- y Clutter, 1965; McGowan y Fraundorf, 1966),
sico para evaluar la magnitud de este error ha si- y esta ultima - con su abundaneia relativa; tal es
do por medio del uso de redes de diferente dia- as! que, frecuentemente, los organismos con
metro de boca y a diferentes horas del dia (ver, mayor eapaeidad de evasion son, al mismo tiem-
por ejemplo, McGowan y Fraundorf, 1966). Sin po, los menos numerosos en el medio dado. II

2,1 HUDOS
__ INO e ••• ' ••.• '

-------_ C U

--- --- ---

YlLOCDAD DEL AGUA CNUDOSJ

1.

Fig. 51. Aceleraci6n de la masa de agua frente a una red de plancton y factores que influyen en la evasi6n de 105 organismos plancto-
nicos.
ABCI Cono letal; rol Distancia del organismo al eje de desplazamiento de la red; u) Velocidad de desplazamiento de plancter:
I J) Velocidad de barrido de la red; xol Distancia a que el organismo percibe la presencia de la red. Ver el texto para la expli-
caci6n detallada.

(Modificado de Barkley. 1972, y Clutter y Anraku, 19681.

81

i
--L •
Desde el punto de vista de los estudios inventa- planctonicos pueden detectar estos cambios de
riales cualitativos el error que de esta manera se presion par medio de sus estatocistos, setas sen-
genera es evidente. Pero aquel tarnbien puede ser soriales, apendices, etc., y los peces - por el o ido
fundamental para los analisis enerqeticos ya que interno (Clutter y Anraku, 1968). En adicion a c
la ornision de, por ejemplo, un predador poco estos fenornenos provocados por la red misma,
numeroso pero altamente activo puede provocar hay otros, tales como aceleraciones angulares, vi-
una mala interpretacion general de la dinamica en braciones, sonidos y, finalmente, contacto direc-
estudio. to, producidos por el cable de remolque, las bri-
das y elementos asociados, y el aro de la boca,
Las discusiones subsiguientes se referiran, exclu-
que han probado generar reacciones de excita-
sivamente, al muestreo con red, ya que es aqu I
cion y ulterior fuga en una variedad de organis-
donde la evasion presenta problemas parcialmen-
mos planctonicos (ver referencias en Clutter y
te paliables; las tecnicas de bombeo (p. 43) y la Anraku, 19~8).
utilizaci6n de botellas (p. 53) son aplicables a
plancteres pequefios y poco moviles, casi exclusi- Murphy y Clutter (1972), comparando los resul-
vamente. tados de las pescas obtenidas con redes conven-
cionales con aquellas loqradas por medio de una
Barkley (1964, 1972) desarrollo una serie de
red de cerco planctonlca, deducen que para las
consideraciones teoricas acerca de este problema
larvas de Stolephorus purpureus (Pisces, Engrau-
introduciendo el concepto de "cono letal". Si se
lidae) de 4,5 a 10,5 mm de longitud, la distancia
considera una red de radio R en movimiento
a que aquellas perciben la presencia de una red
(fig. 51) a una velocidad U, el plancter situado
de 1 m de diarnetro var ia de 134,7 a 428,1 cm.
delante de ella percibe su acercamiento a la dis-
tancia xo y comienza a evadirla a la velocidad u. Otro de los estlmulos posibles" es el visual. En
Las posibilidades de que el animal sea capturado efecto, sobre todo en el caso de los invertebrados
son funcion de R, U, u, la distancia ro (del ani- superiores y peces, donde los orqanos visuales es-
mal al eje de movimiento de la red), xo, y la tan bien desarrollados, la deteccion de la red es
orientacion de la huida. R y U son variables co- factible por este medio. Sin embargo, la detec-
nocidas, roes azarosa; frente a plancteres inrno- cion del muestreador no implica, necesariamente,
viles y en condiciones optirnas la captura sera del la formaci6n de una imagen exacta del rnisrno,
100 % aun cuando "o = R; en este caso el cono sino, seguramente, este es percibido por contras-
letal se transforma en un cilindro de radio igual te con el resto del ambiente; y una gran mayorla
al de la boca de la red. Las tres variables desco- de 105 plancteres cuenta con orqanos fotorecep-
nocidas y sumamente cambiantes son la capaci- tores capacitados para tal tipo de percepcion:
dad de percepcion de un objeto acercandose, la Ahlstrom (1954), Bridger (1958), Murphy y
Clutter (1972), Silliman (1943), etc., presentan
motilidad y la direction de la huida. En cuanto a
la primera de ellas existen varios fenornenos liga- resultados que prueban la mayor efectividad de
.
,

dos al paso de una red en el agua que pueden ex- los lances nocturnos que de los diurnos.
citar a los plancteres. Por un lado esta el frente
En animales con habitos gregarios existe un fac-
de aceleracion que provoca el desplazamiento del
tor adicional: la posibilidad de una reaccion por
muestreador sobre la columna de agua frente a contagio, es decir una excitacion provocada por
sf * (ver fig. 57). Este frente sera de mayor mag- el movimiento anormal de los individuos vecinos,
nitud cuanto mas grande sea la red, men or su po- y no por el agente perturbador en s L Tal tipo de
rosidad y la regularidad del arrastre, y mayor la comportamiento se conoce en peces y en algu-
velocidad de remolque. Muchos invertebrados
nos crustaceos planct6nicos, e.g.: Mysidacea
(Clutter y Anraku, 1968).

Las reacciones de los plancteres alas pertubacio-


nes descriptas pueden ser de diferente tipo; es 10-
* Es interesante mencionar que Clarke (1969) asegura no ha- gico suponer que la direccion mas probable del
ber detectado ondas de presi6n en absoluto frente a la red movimiento sea opuesta a aquella de don de pro-
de boca rectangular que diseiiara, a velocidades de hasta 2,5
nudos. viene la perturbaclon (ver, por ejemplo, Fraser,
I 82
I
I
t.&..' _' '__ ,,_ _~ ._. _ ,
'"

Evasion

1969 b), empero, no existen practicarnente da- trar la red detras de la ernbarcacion, empujarla
tos emp iricos sobre este tema. En muchos casos delante de la misma. En todos IDS muestreos de
)
se ha observado una reaccion de contraccion V superficie realizados con longitudes de cable nor-
j
consiguiente ca Ida en la columna de agua frente males (hasta 100 - 150 rn}, la red, en realidad,
a una perturbacion (Greenwood, Hempel,McGo- esta barriendo un area sumamente disturbada
wan, refs. en• Clutter V Anraku, 1968). por el desplazamiento del nav 10; este disturbio
Logicamente, con una red planctonica solo se pre- no solo esta dado por el paso del casco V, funda-
mental mente, de la helice, sino que tarnbien de-
tende pescar t090 aquello que se desplaza mas
be agregarse el frente de presion que crea el pri-
lentamente que la red, es decir, teoricarnente, el
mero. En ocasion de una serie de carnpafias en
plancton. Sin embargo, muchos organismos es-
aguas antarticas donde el buque era precedido
trictamente planct6nicos pueden nadar, aunque
por helicopteros, desde estos ultirnos pod fa ob-
mas no sea brevemente, a velocidades cercanas
servase como los cardurnenes de krill se abrian V
e, inclusive, superiores a 100 cm/seg (2 nudos 0
desplazaban lateral mente a distancias considers-
100 cm/seg es la velocidad usual de remolque de
bles frente al barco. Ya se ha visto que los mo-
una red de plancton). Tales son los casos de al-
luscos holoplanctonlcos se retraen V sumergen
gunos copepodos grandes como Euchirella galea-
al ser rnolestados: el mismo fenorneno se ha des-
ta (Smith, ref. en Clutter V Anraku, 1968) V,
erie-to para una variedad de organismos plancto-
probablemente, muchos otros organismos tales
nicos en ocasion de tormentas. Extrafiamente.
como cefalopodos, peces juveniles, etc. Sin em-
este problema no ha merecido atencion alguna
bargo, la gran mavor ia de los plancteres no lIe-
por parte de los especialistas. Fuera de la breve
gan a desarrollar estas velocidades V, seguramen-
referencia de Vilks (1973), quien colecto forami-
te, practicamente ninguno puede mantener un
n iferos con una red arrastrada "cerca de la proa
desplazamiento orientado V rapido sostenido.
del buque" (sic) (Vilks no explica por que adop-
Conclusiones y recomendaciones to tal metodo, no da sus detalles ni discute los
aspectos metodoloqicos de los resultados obteni- '
Como va se destacara repetidamente, es utopi- dos), no conozco practicarnente ninqun otro in-
co el anhelo de construir un muestreador igual- tento de este tipo. Sin embargo, frente a los cos-
mente apto para colectar todos los organismos tos de una carnpafia regular, el que insumiria ta
planctonicos. Por 10 tanto, la eleccion de un apa- instelacion de un sencillo sistema para pescar
rata u otro dependera de las finalidades V requi- frente al barco es, a todas luces, infimo.
sitos del trabajo provectado, Desde el punto de
vista de la evasion 105 plancteres mas pequefios V
poco rnoviles tales como el fitoplancton, los pro-
tozoos, los huevos de metazoarios, etc., no pre-
•• :"\1I
sentan problema especial alguno vias considers- I
I I
ciones relativas a la eficiencia de filtraci6n (p. 67) s I
I I
I

seran prioritarias alas expuestas en esta secci6n. :•


•.I.
I
,
I
I
I
I
Pero para los organismos rnavores V con motili- .!
, I

dad mas desarrollada los problemas de evasion c I


I

:!
,
I i

pasan a ser mucho mas importantes. Murphv V .; I a .

l ,.
Clutter (1972) demostraron que las redes con- i
v
vencionales subestiman notablemente las canti-
dades de peces larvales en cornparacion con la
red de cerco planctonica. Probablemente, esta
ultima sea el elemento mas eficaz para muestrear
la fraccion mas rnovil del zooplancton; sin em- Fig. 52. Resultados de las colectas de larvas de peces efectuadas
bargo, su construccion es rnuv onerosa y su ope- con una red lenta (red c6nica cornun de 0,5 m de dia-
metro de boca: 1), en comparaci6n con aquellas con un
racion - cornplicada V no siempre posible. muestreador de alta velocidad ("Gulf III", barridos a 4
6 5 nudos: 2).
!
J
Otra alternativa que, a primera vista, apareceria
§..umamente logica V efectiva, es en vez de arras- (Redibujado de Arnold, 1958),

83
2) Aumentar la eficiencia de la filtraci6n. EI uso
de mallas de tarnafio no inferior al necesario,
la provisi6n de suficiente cantidad de superfi-
cie filtrante, V la previsi6n de la colmataci6n
contribuven a disminuir el campo de pertur-
baci6n frente al aparato V, consecuentemente,
las posibilidades de detecci6n del mismo por
parte de los plancteres. .
3) Aumentar la velocidad de los barridos.
Ahlstrom et al. (1958), Arnold (1958),
Barklev (1972), Colton V Marak (1962),
Hansen (1960), etc., hallaron que aumentando
la velocidad del barrido aumenta la cantidad V
el tamaiio de los organ ismos captu rados
(fig.52). Empero, la resistencia de la red, la
potencia del remolcador, la fragilidad de los
plancteres, la extrusi6n de aquellos a traves de
las mallas {p. 71), imponen Hrnites estrictos a
esta posibilidad.
Fig.53. EI "Preventive device", mecanismo de acople de la red al
cable de remolque prescindiendo de bridas frontales in- 4) Evitar los golpes, sacudidas V cambios de veto-
terpuestas frente a la boca.
cidad durante el barrido. Todo ello provoca
A) Vista frontal del aro de la red con el mecanisme;
B) Vista lateral; las IIneas quebradas indican las inclina-
evasiones V perdidas de material V aumenta la
ciones que pueden lograrse variando la disposici6n de 105 perturbaci6n del medio que circunda la red.
elementos constituyentes; C) Aspecto general del con-
junto; d): barra de refuerzo que, al mismo tiempo, fun- 5) Prescindir de elementos ubicados anterior-'
ciona como placa depresora.
mente a la boca del muestreador. Como va se
(De Nakai, 1954 b).
viera anteriormente las bridas V cables de re-
molque contribuven a la perturbaciondel me-
dio.Muchos de los muestreadores de alta velo-
De cualquier manera, por ahora V hasta tanto no cidad (p. 37) V algunos aparatos lentos tales
se desarrolle un metoda sencillo, probadamente como la red "Bongo" (fig. 17) solucionan este
ventajoso V ampliamente aceptado, los planct6- problema satisfactoriamente. Para las redes
logos deberemos conformarnos con el uso de los lentas simples Nakai (1954b) ha diseiiado un
aparatos convencionales intentando lograr la sistema de remolque que prescinde de las bri-
mayor eficiencia posible. Algunos de los factores das frente a la boca (fig. 53) v , si bien se care-
que pueden avudar en este sentido son: ce de observaciones empiricas acerca de su efi-
1) Aumentar el diarnetro de la boca de la red. ciencia relativa, es de suponer que puede pa-
McGowan V Fraundorf (1966) demostraron liar el problema en alguna medida. Extrafia-
que las redes de 140 cm de diarnetro arroja- mente, esta sencilla construccion no ha recibi-
ban resultados mucho mas fidedignos en 10 do difusi6n alguna. .•
que a la numerosidad V diversidad especifica 6) Preferir los lances nocturnos a los diurnos.
de 7 tax ones respecta, que las men ores, hasta Muchos investigadores (ver mas arriba) demos-
20 cm. Este recurso tiene limitaciones practi- traron la mayor eficacia de los primeros. En
cas obvias va que las redes de mas de 1 - 1,5 m este sentido debe prestarse especial atenci6n a
son diflciles de operar. Por otro lado, la resis- la interpretaci6n correcta de los resultados de
tencia al arrastre es proporcional al tarnafio: las colectas va que los efectos de la evasi6n
las embarcaciones pequeiias V guinches debiles pueden superponerse con aquellos debidos a
no podrian utilizar redes excesivamente gran- las migraciones verticales diarias (ver p. 104).
des. Sequn Barklev (1964) el incremento del
tarnafio es un recurso mucho mas efectivo que 7) Utilizer telas de red de color oscuro, sobre to-
aumentar la velocidad de remolque. do de noche V cuando se muestrean las capas
84

I
_1
r subsuperficiales. Le Brasseur et al. (ref. en
Evasion

pintar de color oscuro el orotund (metro arna-


Clutter y Anraku, 1968) hallaron que las ri 110 ubicado frente a la boca de la red (E.
redes oscuras son mas eficientes que las Marschoff, com. pers.).
blancas. 9) Efectuar el barrido de tal manera que la red
8) Evitar la .presencia de elementos brillantes en no se interponga entre los organismos y el sol.
y alrededor del muestreador. Se ha observado, Es probable que elaoarato sea mas facilrnente
por ejemplo, un notable incremento en las perceptible con el contraste de un fondo bri-
captures de Euphausiacea antarticos luego de "ante.


I i
I,

'I,

~.
"

85
T i

I
I .. Estimacion de la cantidad de agua filtrada

J DEMETRIO BOLTOVSKOY
I'I
,

Introducci6n rectamerite incorporados al marco de la red (e.g.,


Clarke y Bumpus, 1950) y otros son desmonta-
EI conocimiento de la cantidad de agua que ha bles y pueden utilizarse con redes diferentes. Ac-
filtrado la red es esencial para cualquier estudio tualmente existen varios modelos de produccibn
cuantitativo, y para muchos cualitativos. En el comercial, los dos mas utilizados son el japones,
casode los muestreos por medio de bombas de TSK, y los flujornetros digitales como, por ejem-
succi6n (p. 43), y botellas (p. 53), esta medida plo, el modelo 2030 producido por General Ocea-
es tacil y precisamente obtenible midiendo el nics (figs. 54 y 55).
flujo de la bomba 0 el volumen de la botella. Pe-
ro en las redes el problema es mas complicado. A EI primero esta munido con un par de dispositi-
veces, en las areas costeras (yen los trabajos lim- vos que traban las aletas cuando la red esta fue-
nol6gicos), la red se mantiene vertical mente fue- ra del agua y cuando, por cualquier rnotivo, la
ra del agua y se vuelca en ella un volumen cono- direcci6n del flujo es revertida. Lo ultimo puede
cido de l iquido por medio de baldes u otros reci- suceder, por ejemplo,cuando se sumerge una red
pientes previamente medidos. Empero, general- de tipo Nansen (fig. 14) a la profundidad desea-
mente, el volumen asi filtrado es insuficiente y da para comenzar el barrido; 0 inclusive en con-
la red se utiliza de la manera tradicional, sumer- diciones de excesiva colmataci6n (Yentsch y
gida en el agua. En estos casos la manera mas Duxbury, 1956). Las virtudes del segundo con-
sencilla de obtener un valor aproximado es cal- sisten en que es mas pequefio y liviano y de lee-
culando el volumen del cilindro que delimita la tura mucho mas sencilla. Adernas tiene la gran
boca de la red al ser remolcada en el agua. Sin ventaja de poseer un umbral de fricci6n mucho
embargo, factores tales como su forma (p. 67), mas bajo que el TSK (ver mas adelante). Tam-
la magnitud de las mallas (p. 71), la edad de la bien se puede construir un fluj6metro con me-
red (p. 79), etc., hacen que, generalmente, el va- dios propios; Tungate y Mummery (1965) ex-
105 aSI obtenido sea sumamente diferente al real. pi iean brevemente la forma de construcci6n de .
Par ello este sistema solo es practicable cuando un fluj6metro digital con elementos econ6micos.
se conoce con precision la eficiencia - F, de la red En los ultimos afios se han utilizado fluj6metros
(p. 67) y se tiene la certeza de que no ha ocu- electr6nicos con repetidor de lectura a bordo; su
rrido colmataci6n alguna durante el barrido. Si utilizaci6n permite controlar, simultanearnente,
bien el F puede ser calculado, la (mica forma fi- el comportamiento de la red finalizando el lance
dedigna de evaluar la colrnatacion y la cantidad en el momenta en que esta comienza a colmatar-
de agua que ha pasado por la red es emp [rica- se (p. 73; fig. 50).
mente, por medio del usa de fluj6metros.
Los fluj6metros son pequefios aparatos munidos Montaje del fluj6metro sobre la red
de un rotor que gira durante el pasaje del agua, y
cuyas revoluciones se transmiten a un indicador Generalmente se ubica en la boca del muestrea-
par medio de un juego de engranajes. Las prime- dor. En el caso de los muestreadores de alta velo-
ras menciones de este tipo de aparatos datan del cidad, inclu Idos dentro de un cilindro rigido, se
siglo pasado (Reighard, 1897), y desde entonces ha ensayado su montaje en ambos extremos del
se han disefiado muchos modelos diferentes tubo (e.g., Gehringer, 1952; fig. 28); 0 en su sali-
(Bityukov, 1966; Harvey, 1935; Tungate y da (Ahlstrom et al., 1958; Bary et al., 1958;
Mummery, 1965; etc.). Algunos de ellos van di- fig. 28). En estos casos, si las aletas del fluj6me-

87
~:
CSIWlilc,on de la c ao ndad de agua fdtrada

•.

Fig. 54. Fluiometro para redes de plancton, con diales indicado-


res, producido por Tsurumi Seiki-Kosakusho (TSK), Ja-
pan.
1) Traba que detiene las aletas mientras la red esta fuera
del agua; 2) Aletas (rotor); 3) Asas para los cabos al aro
de la red; 4) Diales cuenta- vueltas; 5) Tapa protectora
rebatible.
(Gentileza de Kahlsico, Inc.I

88
...•

Esnrnacion de la ~antldad de aglJa frttr ada

EI montaje del fluj6metro se realiza por medio


de 2 6 3 cables cortos que unen sus asas con el
aro rnetalico de la boca de la red, fii,edos con
grampas de tipo Nicopress. La exacta posici6n
del medidor en la boca es un problema que fue
analizado por varios investigadores. Enomoto
(1955), Nishigawa y Anraku (1956), Tranter y
Heron (1967), Mahnken y Jossi (1967), y otros
estudiaron el comportamiento del flujo de agua
en la bcca de la red hallando que en aquellag con
3 bridas frontales las velocidades de flujo en 105
diferentes puntos no son iguales. En efecto, la
presencia de los dispositivos de remolque hace
Fig. 55. Flujornetro digital para redes de planeton modelo 2030 que la velocidad en el centro de la bocasea me-
de General Oeeanies, y el gratieo de callbracion corres- nor que la de la peri feria. Este fenorneno es
pondiente.
mas pronunciado con el aumento de la velocidad
(De cataioqo de instrumental oceanogratico de General
Oceanics l . del remolque (fig. 57 A); Y tarnbien es mayor en
redes con conos reductores anteriores que en las
desprovistas de ellos (fig. 57 B). Esto ultimo se
tro Ilenan toda la cavidad del tubo de salida del debe a que la expansion de la boca condiciona la
agua 105 resultados obtenidos son suficientemen- presencia de un area periferica de baja presion
te precisos; pero cuando el fluj6metro es peque- por donde el agua entra con mas facilidad. Por
no, las turbulencias hacen que su registro no sea el\o, se recomienda que el flujometro sea ubica-
fidedigno. En el caso de 105 fluj6metros monta- do no en el centro de la boca, ya que al\ i los va-
dos en la boca del muestreador, estes tarnbien lores obtenidos seran inferiores a los reales, sino,
pueden ser de aletas grandes, de diarnetro casi aproximadamente, a mitad de la distancia entre
igual a la boca de la red, en cuyo caso qeneral- el centro y la periferia. En ese lugar los registros
mente estan incorporados definitivamente a la representaran un promedio aproximado del flujo
red misma (e.g., Clarke y Bumpus, 1950); 0 pe- a traves del total de la boca (ver fig. 57). En re-
quefios y desmontables (fig. 56). En los primeros des remolcadas por cables que no estan directa-
los valores obtenidos son mas confiables (Tran- mente frente a la boca, el flujo del agua es mas 0
ter y Heron, 1965), pero, por razones de econo- menos uniforme en todos los puntos y el flujo-
m ia y practicidad, usual mente se recurre a los metro puede ser ubicado en el centro (e.g_, en las
del segundo tipo. redes "Bongo", fig. 17). I

·o~

Fig. 56. Montaje del fluj6metro en la boca de una red de plancton (equipada con depresor}. En este caso el flujorne tro deberia estar ubi-
eado excentricamente (ver textol.

(De cataloqo de instrumental oeeanografieo de Hvdro-Bios):

89

I
L.
______________________________ •••••• amam~~··~F~·mwaemm.u
•••••••• ••~~IIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
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, E~l"nilr;lon de la c anudac de agua fdtrada
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C.I . V:120 cm/seg 11


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V:Slcm/seg

so OCR
®

Fig. 57. Velocidades de flujo de agua (en cm/seg) a traves de la boca de las redes de plancton.
A) Red de 1 m de diarnetro de boca, sin cono reductor, de 0,111 mm de abertura de rnalla, con y sin bridas fron~3Ies, a
dos "velocidades de remolque" diferentes. B) Red de Hensen ( con cono reductor ). Los numeros representan las diferen-
cias entre las velocidades del flujo can y sin red. C.B.! Can bridas frontales; OCR) Distancia al centro de la boca de la red;
S.B.! Sin bridas frontales; V) "Velocidad de remolque"; VF) Velocidad del flujo (cm/seg!. .
(A: levemente modificado de Mahnken y Jossi, 1967; B: de Smith y Richardson, 1977).


Calibraci6n de los fluj6metros gir el aparato en un cuerpo de agua inm6vil (e.g.,
una piscina de natacion), ubicado sobre el mis-
EI valor que se obtiene con un fluj6metro luego mo aro dela red pero sin aquella, y recorrer, a
de un lance no es mas que un nurnero de revolu- paso regular, una distancia conocida. La diferen-
ciones, proporcional a la cantidad de agua que cia entre las lecturas inicial y final del aparato
ha entrado en la red. Este nurnero debe ser trans- equivale a la cantidad de metros recorrida. La
formado en un valor de volumen y la transfer- lectura obtenida en un lance real se interpola co-
maci6n requiere el conocimiento de la relaci6n rrespondientemente. Tal es as! que si, por ejem-
revoluciones/cantidad de I fquido, que se obtie- plo, durante la calibraci6n se han registrado 100
ne de las curvas de calibraci6n. Cada fluj6metro, revoluciones del aparato por 20 metros, y en el
inclusive los de identica construcci6n, tiene ca- lance con una red de 1 m de boca la diferencia
racter Isticas propias e independientes de cual- entre las lecturas inicial y final es de 2400 rev,o-
luciones, la cantidad de agua filtrada es igual al
quier otro. En el comercio se obtienen con un
nurnero de serie original para la marca y modelo volumen de un cilindro de 1 m de diametro por
particulares, y con la curva decalibraci6n corres- 480 m (20 x 2400/100) de altura.
pondiente (fig. 55). Sin embargo, tanto debido a Sin embargo, este rnetodo no contempla un fac-
desajustes rnecanicos que pudieran ocurrir entre tor muy importante, a saber, el hecho que el
el momenta de su calibraci6n y el de su uso ini- cambio de relaci6n fricci6n interna de las partes
cial, como a aquellos que inevitablemente suce- del fluj6metro vs. fuerza con que el agua hace gi-
den al ser usados, los flujornetros deben ser pe- rar las paletas (umbral de fricci6n), que varfa
ri6dicamente controlados y recalibrados. EI me- con la velocidad de remolque, hace que el apara-
todo mas sencillo es aquel que consiste en surner- to se comporte de diferente manera alas distin-

90
Estirnacron de la canudad de agua filirada

tas velocidades. Mas aun, cuando la velocidad de 3032 dara la cantidad de metros (no reales sino
remolque baja de cierto valor Ifmite, la friccion en funcion del agua filtrada) recorridos, que
entre las partes internas del medidor se vuelve equivale a 354,74 m. EI volumen del cilindro de
p·roporcionalmente tan grande que la respuesta 1 m de diarnetro (boca de la red) por 354,74 m
en revoluciones/segundo deja de ser confiable de altura (h) es:'-
(fig. 58). Harrison y Be (1972) hallaron que para
105 flujornetros TSK este umbral de friccion 1T • r2 . h, 0
(0,5 a 0,6 m/seg) se superponfa, parcialmente, 3,1416 . 0,52 ·354,74 = 278,47 m3
con los valores normales de velocidad de remol-
que de una red lenta (0,3 a 1,5 m/seg). Los pro- valor que equivale a la cantidad de agua que paso
ductores del flujornetro 2030 (General Oceanics), por la red.
aseguran que su aparato tiene un umbral de fric-
cion de solamente 0,1 m/seg (0,2 nudos), 0 de Motoda et al. (1963a) observaron qse, frecuen ,
temente, las lecturas del flujornetro eran incon-
0,02 cm/seg (0,04 nudos), con rotor opcional de
sistentes con el recorrido de la red deducido de
2 paletas.
la cantidad de cable filado y su anqulo con res·
Por ello, los tlujometros se calibran a un rango pecto a la vertical (ver p. 96). Por ello propo-
de velocidades tal que incluya aquellas a las que nen un metoda para la evaluacion de la cantidad
se rernolcara la red en los muestreos. Los valores de agua filtrada basado sobre los valores de la
obtenidos son tabulados en una planilla que in- cantidad de cable, su anqulo, la deriva del barco
cluye los siguientes datos para cada velocidad en- y la velocidad del barrido. EI sistema propuesto
sayada (la distancia se mantiene constante); se- no ha tenido difusion, principalmente porque los
gundos, revoluciones, revoluciones/segundo, y flujornetros conternporaneos son mucho mas
m/rev. La prueba se repite varias veces, los resul- exactos que los antiguos y, adernas, porque el
tados se promedian y se traza la curva correspon- calculo de Motoda et al. iop.cit.s presupone una
diente con rev/seg en el eje de las abcisas y exacta igualdad de condiciones para todos los
m/rev en las ordenadas. AI realizar el lance con lances efectuados, condicion que practicarnente
la red se registra el tiempo del mismo en segun- [amas ocu rre.
dos, y contraponiendo este valor al de la canti-
Una de las maneras mas sencillas para rernolcar
dad de vueltas del flujometro, se obtiene el para-
fluiornetros en el aqua es, como ya se menciona-
metro rev/seg. En el gratico de calibracion co-
ra antes, rnontandolos sobre el aro dela red (sin
rrespondiente este valor se ubica sobre la curva
y, en el eje de las ordenadas, se busca la corres-
pondiente cantidad de m/rev. EI valor hallado se
multiplica por el numero de vueltas le ido,
Vamos a ilustrar 10 antedicho con un ejemplo
parcial mente tornado de Kramer et al., 1972 (ver .•..~

I
250 I ,
tarnbian Nakai, 1962). La calibracion del flujo-
I 1
metro No. XXXX, remolcado a diferentes veloci- 240 I I

nl
I-ri-I
dades a 10 largo de 12,2 m dio los resultados ex- 230
puestos en la figura 59. Los valores correspon-
220 I I
dientes fueron graficados y se obtuvo la curva de I
la fig. 60. EI mismo ftujornetro se ubico en una 210 • I
red de 1 m de diarnetro de boca y se utilize en
2"~~__
I ~ I _
o 0,5 1.0 1.5 2.0 2,5 3,5
un lance que duro 11 minutos y 45 segundos, es
Y
decir, 705 segundos; y la diferencia entre las lee-
turas inicial y final fue de 3032 vueltas. Un sen-
cillo calculo, 30321705, arroio el resultado de Fig. 58. Umbral de frieci6n del fluj6metro de una red de Clarke·
Bumpus, sin red. rl] Registros imprecisos; R/m3) Revo·
4,30 rev/seg. En la curva de calibraci6n (fig. 60) lueiones por metro cubico de agua; uf) Umbral de fric-
a este valor Ie corresponden, aproximadamente, ci6n; V) Velocidad del flujo del agua, en nudos.
0,117 m/rev. Seguidamente la cuenta: 0,117 x (Levemente modifieado de Tranter y Heron, 19651.

• 91

L
Estimaci6n cI.· Ia cantiriilri riP aqua filtrada

METROS RECORRIDOS· 122

f-----'"SEGUNDDS
.
REVOLUCIONES REVOLUCIONES P/SEGUNDO METROS POR REVOLUCION
1 2 Prom. 1 2 Prom.
1 2 1 2
., (111/1) /IV/II) (V +VI/2) ( 12.2/110 (12.2/IV) (VIII+IX/2)
I II III IV V VI VII VIII IX X

14,2 14.7 105 102 7,39 6,94 7,16 0,116 0,119 0,117
16.7 16,0 106 101 6,35 6,31 6,33 0,115 0,121 0,118
18,8 17,5 105 107 5,58 6,11 5,84 0,116 0,114 0,115
19.7 20,6 107 107 5,43 5,19 5,31 0,114 0,114 0,114
21.7 24,3 106 105 4,88 4,32 4,60 0,115 0,116 0,115
23,5 21,1 105 103 4,47 4,88 4,67 0,116 0,118 0,117
25,8 22.7 107 102 4,14 4,49 4,31 0,114 0,119 0,116
28,4 . 30,2 103 101 3,63 3,34 3,48 0,118 0,121 0, 11~
29,4 29,3 105 100 3,57 3,41 3,49 0,116 0,122 0,11
31,8 31,8 104 101 3,27 3,18 3,22 0,117 0,121 0,119
34,0 31,2 103 101 4,29 3,24 3,76 0,118 0,121 0,119
35,5 36,1 106 100 2,98 2,77 2,87 0,115 0,122 0,118
38,0 39,4 104 101 2,74 2,56 2,65 0,117 0,121 0,119
1 y 2: Primero y segundo ensayos.

Fig. 59. Datos correspondientes a la calibraci6n de un fluj6metro [ver el texto para la explicaci6n detallada)

esta) y recorriendo una distancia prefijada con el !


aro sumergido en el agua. Sin embargo, las bridas
Problemas especiales
frente al flujometro lnterferiran en su comporta- con diferentes tipos de lances
miento (fig. 57). Kramer et al. (1972) recomien- Cuando se realiza un barrido vertical u obllcuo
dan sujetar los tlujornetros a una tabla flotante. no total (es decir, que no IIega a la superficie), es
Metodos mas sofisticados incluyen la calibracion necesario que el flujometro no gire rnientras.la
en canales artificiales con agua circulante a velo- red se sumerge y tarnbien que se detenga cuando
cidades graduadas (Mahnken y Jossi, 1967; Tran- aquella se ha cerrado a cierta profundidad para
ter, 1965; Yentsch y Duxbury, 1956); 0 en cana- finalizar la colecta. Los flujometros TSK, por el
les rectil ineos (Nishigawa y Anraku, 1956) 0 cir- hecho de estar equipados con las trabas antes
cu.lares (Harrison y Be, 1972) por donde se re- mencionadas, son mas adecuados en este senti do-
molca el flujornetro rnecanicamente, a diferentes que los del tipo digital. Varios planctoloqos (e.g.,
velocidades. Harvey, 1935; Bityukov, 1966) construyeron flu-
iometros especiales de funcionamiento mas 0
menos complicado equipados con diferentes ti-
pos de valvulas encargadas de detener las paletas
wando la red esta fuera del horizonte que se de-
sea muestrear. En otros casos como, por ejem-
plo, el de la red de Clarke y Bumpus (1950), la
tapa cerrada evita la presencia de corrientes que
pongan la helice del flujornetro en movimiento.

Los muestreos de las aguas profundas aCRrrean


4 s
• 7
• consigo otro problema sumamente importante .
re\/OlUcionesjseg
Simpson (1959) nota la importancia del sobre-
muestreo de las aguas superficiales en muestras
Fig. 60. Curva de calibracion [aproxirnada] de un flujometro, ba- verticales, tomadas desde un barco a la deriva
sada sobre los datos de la figura anterior. (fig. 61). Este fenorneno es mas importante
(Parcial mente tomado de Kramer er el., 19721. cuanto mayor sea fa profundidad, la velocidad
de fa deriva y la resistencia del muestreador, y
92
....•

Esnrnacion de Ia cannnad de aqua f iltr ada

menor el peso del mismo. La unica solucion po-


sible a este inconveniente es el uso de flujorne-
tros electronicos con repetidor de lectura a bor-
do. Sin embargo, estes son sumamente costosos
'11
y de operacion mas compleja. Por ello, actual- D
:!
mente se tiende al reernplszo de 105 lances verti- '11

cales por los oblicuos. En efecto, en este tipo de


barridos es mucho mas sencillo mantener un an-
-..
E:
:J
o
A.

qulo de cable constante (generalmente se utiliza


un anqulo de 45 grados) y una velocidad de re-
molque uniforme. Por otro lado, en los mues-
treos oblicuos la posibilidad de errores (i.e., las
diferencias de las cantidades de agua filtradas a
las diferentes profundidades; ver fig. 62) se dis-
tribuyan hornoqenearnente en todo el barrido, Y
no q.uese concentren sobre profundidades locati-
zadas, es mucho mayor (Smith y Richardson,
I 1977).
I
La colmatacion es uno .de los problemas que
..~
-------
1
2
..:
puede afectar seriamente la precision de los cal- ---3
e
A.

culos cuantitativos; sobre todo si aquella lIegaal E


extremo de que el flujo de agua a traves de la red
sea tan bajo que alcance el umbral de. friccion
(\~
del flujornetro. EI uso de dos medidores, uno
fuera y el otro dentro de la boca de la red; de
flujometros electronicos y la disrninucion del lar-
Ii
go de 105 barridos, puede ayudar a solucionar es-

I tos problemas. Tiempo •


I

I Fiy. 62. Caracterfsticas de lances oblicuos totales de 200 a 0 m.

I 1) Lance 6004 M 100.00 de las expediciones CaICOFI.


Las variaciones en la velocidad del remolque provocaron
un recorrido sumamente irregular v , consecuentemente,
una total mente desigual representaci6n de los diferentes
estratos en la muestra. Lance muy deficiente; 2) Lance
6902 JD 90.45 de CaICOFI. La velocidad del barrido, el
recorrido de la red y la cantidad de agua filtrada a las di-
ferentes profundidades son sumamente uniformes. Lan-
ce muy bueno; 3) Lance ideal.
A) Recorrido de la red; B) Cambios en la velocidad del

.. barrido; C) Cantidad de agua filtrada por unidad de re-


corrido .
(Compuesto sobre la base de datos presentados por Paul
E. Smith, NOAA, Nat. Mar. Fish. Serv., USA).
DIRECCION DE LA DERIVA --_.

Conclusiones y recomendaciones
Fig. 61. Esquema de la trayectoria de una red de plancton en un 1) La (mica manera confiable de calcular el volu-
lance vertical total, desde una embarcaci6n a la deriva.
La red filtra proporcionalmente mucha mas agua en los men de agua filtrada por una red es mediante
estratos superficiales, donde su direcci6n es proxima a la el uso de flujometros.
horizontal, que en los profundos, donde el angulo de in-
cl inaci6n del cable es mucho menor. 2) Los flujornetros de aletas grandes, cuyo dia-
(Levemente modificado de Simpson, 1959). metro es solo un poco menor que la boca de

93
Estimaci6n de la cantidad de agua filtrada

la red, dan resultados mas precisos que los 6) Las redes rernolcadas por medio de cables no
mas pequefios. . interpuestos ante la boca de la red son preferi-

bles a aquellas que tienen 3 bridas frontales.
3) Los fluj6metros de bajo umbral de fricci6n y
lectura digital son preferibles a los de umbral 7) Si las bridas frontales no pueden ser evitadas,
alto y diales indicadores de la cantidad de re- el fluj6metro debe ubicarse a la mitad de dis-
voluciones. tancla entre el centro y el aro de la red.
8) La colmataci6n puede tergiversar ampliamen-
4) Losfluj6metros deben ser recalibrados peri6- . te los valores de cantidad de agua filtrada; su
dicarsente: por ·ejemplo, antes y. despues de evaluaci6n puede hacerse con fluj6metros
cada carnpafia, electr6nicos con repetidor de lectura a bordo,
5) Una vez calibrados y en uso a bordo, 105 fluj6- o usando dos medidores, uno fuera y otro
metros no deben ser aceitados ni ajustados sin dentro de la boca de la red.
que ello sea seguido de una recalibraci6n. Si el 9) Los lances oblicuos son preferibles a los verti-
aparato demuestra un comportamiento anor- cales. En estos ultimos debe prestarse especial
mal debe ser sustitu ido par uno nuevo. cuidado a la colmataci6n.

94
r i
-~

Estimaci6n de la profundidad de muestreo


DEMETRIO BOLTOVSKOY

Para los lances en superficie, normal mente, las lido para velocidades de remolque superiores a
rec!essimples se ponen en el agua sin peso adicio- 3-4 nudos. Por ello, desde hace varias decadas se
nal alguno en el cable oceanoqrafico. La resisten- ha recurrido al uso de los depresores. Los depre-
cia a la traccion asegura que estas se mantengan sores son alerones, ya sea incorporados al mues-
en la capa superficial cuando son remolcadas a 2 treador 0 independientes del mismo y acoplados
6 2,5 nudos de velocidad. A su vez, los lances hi- al cable oceanografico, cuyas caracterlsticas hi-
persuperficiales y neustonicosse realizan con re- drodinarnicas condicionan que la componente
des equipadas con flotadores que impiden que la vertical (hacia abajo) de la resistencia al avance
boca se sumerja excesivamente (p. 20, fig. 12). sea altamente positiva. Los aparatos de Clarke y
Pero en los lances a profundidad, ya sea horizon- Bumpus (fig. 15); Isaacs y Kidd (fig. 11); Glover
tales, oblicuos 0 verticales, la necesidad de su- (1967); Hardy (fig. 29 A-C); etc., tienen estruc-
mergir el muestreador hasta la profundidad de- turas depresoras incorporadas a su cuerpo. Los
seada y de controlar la misma requieren el usa depresores independientes mas utilizados en la
de dispositivos y tecnicas especiales. actualidad son el "Scripps" (Isaacs, 1953; fig.
63 B y C) v,
en menor medida,el "Multiplano"
("Kite-Otter") (Colton, 1959; fig. 63 A).*
Depresi6n del muestreador
Las ventajas de estos dispositivos sobre los muer-
En los muestreos verticales al extrema del cable tos comunes son; principalmente, dos (Aron et
oceanoqrafico se engancha un peso, lastre 0 al., 1965): '1) EI efecto depresor es mucho ma-
muerto, por medio de un grillete giratorio. Unos yor que el de un muerto comun, con pesos rnu-
50·60 kg suelen ser suficientes para lograr un cho menores (por ejemplo, a 4 nudos un depre-
descenso rapido y vertical (hasta unos 100-150 sor "Scripps" de 20 kg ejerce practicamente la
m) con redes de hasta 50-100_cm de diarnetro de misma fuerza que un muerto de 82 kg; fig. 64).
boca, Cuando el extrema del cable esta ocupado Adernas, la resistencia del depresor aumenta con
par una red (e.g., tipo Nansen), el muerto cuelga la velocidad del remolque (ello no significa que a
debajo del recipiente colector de esta por medio mayor velocidad - mayor sera la profundidad
- de 3 cables que parten del aro de la red (fig. 14). que alcance el aparato; la components vertical
Si bien este sistema presenta el problema que los ascendente puede ser de mayor rnaqnitud que la
cables pueden enredarse estrangulando la red, es descendente debida a la acci6n del depresor). 2)
mucho mas segura que acoplar el muerto al ex- Debido a su hidrodinamismo estabillzan.Ia com-
tremo de la red directamente ya que evitaque la ponente horizontal de la travectoria del aparato
malla soporte el peso del muerto (edemas de la muestreador; consecuentemente, la profundidad
presion de la filtracion) durante el izado. barrida es mas hornoqenea y regular. Normal-
mente, cuando se realiza un lance de red, esta se
En los lances oblicuos y horizontales a profundi-
dad tarnbien pueden utilizarse muertos. Sin em-
bargo, ya que en estos casos el buque esta en
movimiento, el empuje ascendente que recibe el
muestreador es tan grande que los pesos requeri-
dos para rnantener el aparato en la profundidad * Arcn et al. (1965) realizaron experiencias que parecfan indio
car que el "Multiplano", si bien mas pesado, menos manio-
deseada son demasiado voluminosos, diffciles y brable v, probablemente. menos estable que el "Scripps",
peligrosos para operar. Esto es especialmente va- elerce, sin embargo, un efecto depresor mucho mayor.

95
i
I

L
Estimacion de la profundidad de muestreo

o
\"".... @f
/
\):~-""""-,,/
'@
100
...•.........

E 200
~
•.

Fig, 63, Depresores.


t o 10 20 30 40 50
tlflmpo, min.
a) "Multiplano"; b y c) "Scripps" (fuera de escalal.

(a: de Bourdillon, 1971; b: redibujado de Bourdillon, Fig. 64. Comportamiento, bajo el agua, de diferentes aparatos de
1971; c : redibujado de Isaacs, 1953). muestreo a diferentes velocldsdes.
a) "Jet-Net"; con un muerto de 82 kg, a 4 nudos de ve-
loeidad; b) Idem anterior, con un depresor "Scrips"; .
c) Red cornun de 1 m de'diametro de boca, con un
baja al agua y comienza a filarse cable; una vez muerto de 45 kg, a 2 nudos; d) Muestreador de alta veto-
eidad de Bary (Bary et al., 1958), a 5,6 nudos, con un
alcanzada la profundidad deseada, se frena el depresor "Scripps"; 203 m de cable fllado. En todos los
tambor del guinche oceanoqrafico y comienza el casas la parte descendente de la eurva corresponde a la
fase de filado de cable. Cuando el guinche se detiene la
remolque. Si el aparato s610 esta equipado con trayectoria se hace ascendente, y luego se estabiliza a
un muerto cornun, el muestreador comienza a eierto nivel (a, c), 0 se transforma en horizontal inme-
diatamente [b, d). La parte final de las eurvas (ascenden-
ascender inmediatamente hasta que se estabiliza tel eorresponde al lzado.
a cierta altura. Por el contrario, con un depresor, (Redibujado de Aron et et. 1965).
cuando comienza el barrido el aparato avanza
horizontalmente (fig. 64).
La profundidad de barrido real de un muestrea- con los aparatos enumerados. Para el uso de otras
dor equipado con un dispositivo depresor depen- artes de pesca de plancton a profundidad los pa-
de, principal mente, de las caracter isticas hidrodi- rarnetros respectivos deben deducirse empfrica-
narnicas del depresor, del muestreador y del ca- mente.
ble oceanogratico, del peso de aquellos, de la
cantidad de cable filado y de la velocidad de re- Estimaci6n de la profundidad
molque. Varios investigadores han establecido el de muestreo
comportamiento de diferentes muestreadores en
funci6n de las variables antes mencionadas. En- En el caso de los lances estrictamente verticales,
tre las redes analizadas estuvieron las c6nicas co- la profundidad se puede estimar verificando la
munes (Aron et al., 1965; Barnes, 1951a); la cantidad de cable filado por medio de una paste-
"/K MT" (Aron et al., 1964, 1965; Taniguchi et ca con contametro: 0 marcando previamente el
el., 1965; Imanishi et al., 1965); la red multiple cable con marcas cada 1. 2, 5, etc. metros y con-
de Be, 1962 (Aron et el., 1965) y los muestrea- tandolas a medida que descienden al agua. Sin
dores de alta velocidad de Bary et al., 1958; de embargo, general mente, debido a la deriva de la
Clarke, 1964: 'Jet-Net", (fig. 28 G), y de Geh- embarcaci6n, el cable no desciende verticalmen-
ringer, 1952: "Gulf III" (fig. 28 E) (Aron et al., te, sino con cierto anqulo respecto de la vertical.
1965). Estos resultados pueden utilizarse para En estos casos se recurre a un calculo triqonorne-
calcular las velocidades y cantidades de cable a trico; en efecto, si se asume que el cable oceano-
filar para muestrear las profundidades deseadas qrafico es la hipotenusa de un trianqulo rectan-

96
-r--
I Estirnacion de la profundidad de muestreo

.
.0 Fig. 66. Cllnometro , aparato para medir la lnclinacion del cable
oceanogrMico durante los lances.
(De catiilogo de instrumental oceanogrMico, lirrmoloqico
y meteorol6gico de Rigosha & Co., Japan).
de Fig.65. Esquema de las premisas que se establecen al deducir la
profundidad de muestreo a partir de la longitud del ca-
ble filado y el angulo de este con respecto a la vertical;
ve- y los errores que ello involucra.
~"; superficie y al lado del muestreador). En 105 cli-
un 1) Angulo del cable con respecto a la vertical (al; 2) Tra-
10- yectoria teorica del cable (h); 3) Trayectoria real del ca- nornetros autornaticos (e.g., Moore, 1941 ;
un . ble, formando una catenaria; 4) Profundidad real de la
red; 5) Profundidad teorica de la red, estimada trigono- Kramer et al., 1972) montados semipermanente-
os
la metricarnente [rn de. cable filado por el coseno de al. mente sobre el cable, la aguja acciona un reosta-
la (Ver el texto para la explicaclon detallada).
to que, a su vez, esta conectado con un arnper i-
a
'e- (Original). metro calibrado en grados. EI indicador del am-
n- perfmetros puede estar en cubierta, al lado del
guinche, 0 puede tener un repetidor en el puente
de man do de tal manera que el oficial de guardia
gulo cuyos otros 2 lados estan definidos por la
puede maniobrar el buque tratando de mantener
distancia vertical desde la superficie hasta el ni-
un anqulo de cable prefijado constante (Kramer
IS vel a que esta el muestreador; y desde este ulti- et al., 1972).
I- mo punto hasta la posicion real del aparato, en-
I- tonces el coseno del anqulo que el cable forma Normalmente, en el transcurso de un lance, el
con respecto a la vertical multiplicado por la hi- anqulo del cable variara en mayor 0 menor qra-
potenusa (= longitud del cable filado) dara la do. Por eso las lecturas del mismo deben hacerse
profundidad de muestreo (fig. 65). a intervalos de tiempo regulares (cada 30segun-
dos, 0 cada mi nuto, etc.), y la profundidad defi-
La medicion del anqulo del cable se efectua con nitiva es deducida a partir del promedio corres-
inclin6metros (= clinornetros): estes consisten en
pondiente. La figura 67 muestra las profundida-
un sernicfrculo de metal, calibrado en grados,
des estimadas triqonometricarnente para varias
provisto de .una manija y de una aguja indicado- longitudes de cable y anqulos diferentes.
ra. EI lado recto se adosa al cable y la aguja, al
caer por gravedad, indica la desviacion del cable Algunos autores (e.g., Buchanan-Wollaston,
con respecto a la vertical (fig. 66). Motoda 1937; Arnaud y Mazza, 1965) propusieron pe-
(1963) disefio clinornetros mas grandes que 105 quefias variantes y alternativas a este sistema.
convencionales (de lectura mas facil): acoplables
al cable oceanogrMico (para lecturas seriadas) y EI rnetodo original descripto (trlqonometrico)
Sumergibles, en los cuales la posicion de la aguja puede dar resultados satisfactorios a profundida-
~ndicadora queda fijada por medio de un mensa- des menores a 105 150 - 200 m (fig. 68). Sin em-
Iero (para comparar las inclinaciones del cable en bargo, cuando la cantidad de cable excede mu-

97
Estirnacion de la profundidad de muestreo

~
"';: -,
-Ii ~
~ --
.:::
.
Angulo de la inclinacion del cable

:=> - ~ 20' )
-:>
-, 30° 35° +0' 45° 50° 55° 60° 65° 70° i5° 80°
~~.~

50 ')3 55 58 61 65 71 78 87 100 118 146 193 288


100 106 110 116 122 130 1+1 156 174 200 237 292 386 576
150 160 165 173 183 196 212 233 261 300 355 439 580 864
200 213 221 231 244- 261 283 311 349 400 473 585 773 1152
250 266 276 289 305 326 354- 389 436 500 592 731 966 1+40
300 319 331 346 366 392 424 467 523 600 710 877 1159 1728
350 372 386 404 427 457 495 545 610 700 828 1023 1352 2016
400 426 HI 462 488 522 566 622 697 800 946 1170 1546 2304
450 479 496 520 549 ' 587 636 700 784 900 1065 1316 1739 2592
500 532 552 596 610 652 707 778 872 1000 1183 1462 19322880
550 585 607 635 672 718 778 856 959 1100 1301 1608 2125 3167
600 638 662 693 733 783 848 934 1046 1200 1420 1754 2318 3455
650 692 717 751 79+ 848 919 1011 1133 1300 1538 1901 2512 3743
700 745 772 808 855 914 990 1089 1220' 1400 1656 2047 2705 4031
750 798 827 886 916 979 1060 1167 1307 1500 1774 2193 2898 4319
800 851 882 924 977 1044 1131 1245 1394 1600 1893 2339 3091 4607
850 90+ 938 982 1038 1109 1202 1323 1482 1700 20 11 2485 3284 4895
900 958 993 1040 1099 1174 1273 1400 1569 1800 2129 2632 3478 5183
950 1011 1048 1097 1160 1240 1343 1478 1565 1900 2248 2778 3671 5471
1000 1064 1103 1155 1221 1305 1414 1556 1743 2000 2366 292+ 3864 5759

Fig. 67. Cantidad de metros de cable que debe filarse (cuerpo


principal del cuadro) para alcanzar las profundidades de-
seadas (columna izquierdal, con diferentes inclinaciones
del cable con respecto a la vertical (hi/era superior).
(De E. Boltovskov, 1965).

cho estos I irnites, la catenaria que se forma en el zada por el muestreador (e.g., batiterm6grafos y
mismo hace que los resultados calculados sean batiqrafos, como el [apones TSK), otros la pro-
diferentes a la realidad (fig. 65). En efecto, Ka- fundidad en funci6n de la distancia recorrida
kui (1974), por ejemplo, calculo que con 75 m (e.g., Moore, 1941) y los terceros la profundidad
de cable filado el error debido a la catenaria pue- en funcion del tiempo (batiquirnoqrafos 0
de lIegar a 15 m, con 150 a 60, y con 2000 a "Depth-Time Recorders" ). Estos ultirnos son
230 m. Barraclough (1958) publico una serie de los de mayor difusion, sumamente confiables y
tablas de correccion de la profundidad estimada relativamente baratos. EI principio de funciona-
tr iqonometricarnente, en funci6n de las catena- miento utilizado es, generalmente, un tubo de
rias formadas. Sin embargo, esta desviacion de- Bourdon y esta ilustrado en la figura 69, y el re-
pende de muchos factores, algunos de ellos irn- gistro se obtiene sobre un disco 0 cilindro de pa-
previsibles, tales como las corrientes y contraco- pel graduado.
rrientes a profundidad. Por ello, frecuentemente.
se recurre a rnetodos de estirnacion precisos, me- Bhaud (1974) presenta una revision referente a
diante el uso de aparatos que registran la profun- la utilizacion de estos aparatos, Su mayor pro-
didad a partir de la presion hidrostatica, 0 sobre blema consiste en que la informacion relativa a
la base de la velocidad de las ondas ultrasonicas. las profundidades muestreadas solo se obtiene a
En el primer caso, existen varias posibilidades. posteriori; es decir que no hay posibilidad de co-
Algunos registran la profundidad maxima alcan rregir el lance si la red penetra en estratos dife-

98
Estirnacion de la profundidad de muestreo

20

1~ ...·······
:· ~2
: :-,"

40 20 . 0

Fig. 68. Precision de la estimaci6n trigonometrica de la profun·


didad de muestreo a profundidades bajas (ver el texto
para la explicaci6n detalladal.
11 Trayectoria del muestreador deducida a partir de la
cantidad de cable filado y de su inclinaci6n; 2) Travec-
toria del muestreador determinada por medio de un pro-
fund (metro activado por presion hidrostatica.
(Redibujado de Ahlstrom, 1952).

Fig. 69. Batiquim6grafo, registrador de la profundidad en fun-


cion del tiempo. EI aparato esta desarmado, el mecanis-
mo registrador (a la derecha) es protegido por la carcasa
rentes de los deseados. Este problema es subsa- (a la lzquierda) .
nado por medio del uso de los registradores que (Gentileza de Kahlsico, lnc.)
transforman la presion hidrostatica en una sefial
electrica 0 acustica y la envfan a bordo. En el
primer caso (ver p. 31) la necesidad de un cable
conductor encarece y complica mucho las opera- rizontales. Las ventajas implicadas son varias.
ciones. Los batfmetros ultrasonicos 0 "pinqers", Las capas superficiales son normal mente pobres
de produccion comercial, alimentados por una en plancton; un lance oblicuo u horizontal filtra-
bateria, se acoplan al cable oceanogratico cerca ra mucha mas agua que uno vertical en el mismo
del aparato muestreador y desde all f env fan se- estrato, obteniendo, consecuentemente, una
fiales intermitentes que son recibidas por un hi- muestra mas representativa. Adernas, en los lan-
dr6fono y pueden ser registradas a bordo por un ces verticales es sumamente dif icil evitar que la
registrador ad hoc ( e.g., Boudreault, 1964), 0 deriva del barco produzca un anqulo en el cable
por la ecosonda del barco (para una descripcion oceanogrMico v . en estos casos, los resultados
detallada de la construccion de estos aparatos son de diffcil y azarosa interpretacion debido a
ver Hamuvo e Ishii, 1961). Los "pingers"sona- las variaciones en las cantidades de agua filtradas
paratos sumamente confiables, de facil manejo a diferentes niveles (ver p. 87, fig. 61). Por otro
e instalacion, aceptablemente precisos y versati- lado, es probable que los barridos oblicuos mini-
les (Backus, 1966). micen los errores debidos a la microdistribucion
del plancton (Wiborq, 1948). En todos 10; casos
debe prestarse sumo cuidado a la vecindad del
Lances verticales y oblicuos . fondo; el arrastre de una red planctonica sobre
este, no solo contamina la muestra sino que,
Las pescas a profundidad deben hacerse, prefe- muy frecuentemente, provoca la rotura de los
rentemente, por medio de lances oblicuos u ho- aparatos y/o del cable al que van sujetos.

99
f
• J# ._~ .. i_> .
f
i

Estirnacion de la profundidad de muestreo

Conclusiones y recomendaciones 4) En lances de hasta 100 m la profundidad pue-


de calcularse triqcnometncamente. Las medi-
1) Para los muestreos horizontales en profundi- ciones del angulo deben hacerse cada 3 minu-
dad y los oblicuos, 105 muertos simples deben tos, aproximadamente, y sus valores deben
ser reemplazados por depresores; sobre todo tratar de mantenerse 10 mas constantes posi-
cuando la velocidad de remolque es superior a ble.
3 nudos. 5) En lances de mas de 200 m de profundidad
2) EI depresor "Scripps" es mas economico. livia- una correcta evaluacion de la ultima se logra
no y sencillo para manejar que el "Multiplano" por medio de batiquirnoqrafos 0 "pinqers".
3) Antes de comenzar un programa dado de 6) Los "pinqers" cuentan con la ventaja de posi-
muestreo a profundidad el comportamiento bilitar el control sirnultaneo del 'lance durante
de 105 aparatos debe verificarse empiricamen- su realizacion y la consiguiente correccion de
te a diferentes velocidades y longitudes de ca- los fenornenos indeseables.
ble filado. Algunas experiencias descriptas en 7) Los lances horizontales profundos y oblicuos
la bibliografia pueden servir como referencia. son preferibles a los verticales.

100

L
~ .. ~~.
------------------------------------------------------~~----~------------------------ ~

e-
li-
J-

n Velocidad de barrido
1-

DEMETRIO BOLTOVSKOY

d
a
La velocidad del remolque determina, en mu- a la evasion V puede afectar el funcionamiento
chos aspectos, el tipo V estado de integridad de de los ftujornetros (pp. 81 V 87).
la pesca obtenida. En el caso de las redes lentas
se utilizan velocidades de entre 1,5 V 3 nudos Cuando se realizan muestreos en profundidad,
(75 a 150 cm/seg, 0 45 a 90m/min); las inferio- horizon tales u oblicuos, la velocidad tarnbien de-
res para las mallas mas cerradas. Srivastava V Ka- be adecuarse al comportamiento del aparato en
rarnchandani (1977) determinaron que 1/3 cuanto a la resistencia a la traccion v depresion
m/seg era la velocidad de remolque ideal, i.e., se refiere(p. 87). En Ifneas generales, cuando
can la cual se consegu fa mayor cantidad V varie- se utilizan depresores a velocidades bajas, las va-
dad de material en mejor estado, para las condi- riaciones de la ultima inciden mas notablemente
ciones de sus ensavos (muestreos de un estanque sobre la profundidad de barrid~ que cambios
dulceacu icola con red de 30 cm de diarnetro de iguales a velocidades altas (Aron et al., 1965).
boca, 84 cm de largo V malla de 0,076 mm). Pa- Para algunas artes de pesca V depresores existen
ra las redes del tipo ilustrado enla figura 26, se datos experimentales del comportamiento du-
recomiendan velocidades de 1,5 nudos (para la rante el remolque (ver p, 95; Aron et al., 1965;
.de;0,2 mm) V 2 a 3 nudos (para la de 1 mm). Barnes, 1951a); en los dernas casos aquel debe
verificarse emp iricamente.
Los muestreadores rapidos se utilizan a una am-
Como se detalla en las secciones de "Problemas
plia gama de velocidades, desde 3 0 4 hasta mas
relacionados", el exceso de velocidad no s610 in-
de 10 nudos V, generalmente, el autor de cada
crementa la presion de filtracion V el consecuen-
uno de los prototipos propuestos ofrece reco-
te deterioro del material, sino que puede provo,
mendaciones espec fficas en este sentido.
car la rotura de la red v/o de los elementos de re-
molque, sobre todo si la primera se ha colmata- En todos los casos es sumamente importante que
do (ver p. 73). Por el contrario, una velocidad la velocidad elegida sea mantenida constante, sin
demasiado baja incide desfavorablernente en la sacudidas V variaciones, va que estas provocan
eficiencia va que incrementa los errores debidos perdida de material, cambios batimetricos, etc.

101
I
L
Diseño de muestreos
SERGE FRONTlER

Introducción Variaciones geográficas


Los diseños de muestreos, análisis de las mues- Evaluadas en relación a los gradientes ecológicos
tras y tratamiento de los datos en ecología son existentes: gradiente latitudinal (norte-sur), cos-
aspectos metodológicos íntimamente ligados, y ta mar abierto, superficie-profundidad (gradien-
es imposible tratarlos separadamente. En efecto, te vertical), etc. Se establecen transectas a través
el tratamiento de los datos depende de la natura- de las áreas de cambio, eje tal manera que la den-
leza de éstos, es decir, de la forma en que fueron sidad de las estaciones sea mayor cuanto más
obtenidos. Rec íprocamente, el diseño del mues- pronunciado el gradiente. Para lograr una imagen
treo y el análisis de las muestras deben realizarse general acerca del biotopo investigado son nece-
tomando en consideración un tratamiento pre- sarios estudios físicos y qu ímicos previos del me-
visto. En esta sección se expondrán las conside- dio ambiente; éstos darán una idea del gradiente
raciones referentes al diseño de muestreos y en ecológico y, consecuentemente, sugestivas indi-
el capítulo "Recuentos y análisis de los datos" caciones acerca del diseño a adoptar. Tal es así
(p. 153) se analizarán varios métodos utilizados que, en una zona estuarial con mezclas de aguas
para obtener información a partir de un conjun- de diferente origen, puede tomarse una muestra
to de valores cuantitativos. cada milla, mientras que en un área hidrológica-
mente homogénea del océano abierto, una mues-
La primera evaluación de la ecología del planc-
ton in situ consiste en observar las variaciones tra cada 30 millas puede ser suficiente.
cuali y cuantitativas y relacionarlas con variacio- Si se presume la existencia de varios gradientes
nes concomitantes en el medio. Se recogen entrecruzados, se realiza un cuadriculado. Tam-
muestras de un mismo tipo, haciendo variar dife- bién aqu í la densidad muestral será proporcional
rentes parámetros como, por ejemplo, el lugar, la a la intensidad de los gradientes respectivos en
profundidad, la fecha, la hora, etc. y, al mismo los diferentes sectores del área.
tiempo, se miden las características del ambiente Cabe destacar el interés de realizar estaciones en
bajo estudio. A continuación se establecen los
el sentido de la deriva de una masa de agua en
gradientes y los ritmos de las condiciones am-
bientales. Los diseños de muestreos pueden ser
movimiento, e.g., una corriente superficial con
nacimiento en un estuario o un afloramiento.
de distinto tipo y reflejan las maneras de presen-
Las comunidades planctónicas resultantes de un
tar los problemas que se analizan. A continua-
enriquecimiento local inicial "maduran", es de-
ción describiremos algunos de los primeros.
cir, se tornan más complejas, a medida que avan-
zan con la masa móvil, a menos que la última sea
influenciada por aportes laterales externos.

Diseños para una Por último, resulta interesante destacar la impor-


tancia de las zonas de frentes termohalinos o, en
primera descripción otras palabras, frentes de contacto entre dos
masas de agua de diferente origen, para los orga-
Son los utilizados para el estudio inicial, en una nismos pelágicos. Uno de los fenómenos relevan-
región desconocida, de las variaciones tempora- tes ligado a estos frentes es la existencia de am-
les, espaciales o ambas, en una comunidad planc- plios recursos biológicos, aprovechables por el
tónica. Para estos fines, deben considerarse: hombre, en masas de agua relativamente pobres.

103
Diseño de muestrf'OS

La subsistencia de los organismos en cuestión Va.riaciones estacionales*


responde a que se alimentan en la masa de agua
contigua que, aunque menos favorable a sus re- Para su estudio se recurre a la repetición seriada
querimientos fisiológicos, es más rica energética- de las estaciones sobre una misma transecta o
mente. Frontier (1977 y 1978) halló que preci- cuadrícula. La periodicidad puede ser regular o
samente ésta es la explicación de que atunes ter- irregular, dependiendo del conocimiento previo
mófi los se concentren a nivel del contacto de su del área. Frecuentemente, se utilizan salidas
medio habitual con una masa de aguas frías. mensüales pero, nuevamente, las observaciones
deben ser intensificadas durante las épocas de
cambio y/o inestabilidad.

Variaciones verticales Variaciones interanuales*

Dependen de las fluctuaciones climáticas de gran


En este caso se realizan colecciones desde la cu- escala y, frecuentemente, tienen una enorme re-
bierta del barco, por medio de aparatos de aper- percusión sobre la econom ía humana (viz., el fe-
tura y cierre controlados. Las muestras pueden nómeno de "EI Niño" en las aguas peruanas).
tomarse de una serie de profundidades escogidas
de acuerdo al conocimiento previo de las estruc-
turas hidrológicas del área y, especialmente, del Variaciones nictimerales
sistema de corrientes a diferentes profundidades, o circadiales*
con botellas (p. 53), bombas de succión (p. 43) o
redes (p. 15); o bien puede muestrearse toda la Se trata de las migraciones verticales diarias de
columna de agua, en secciones predeterminadas, las poblaciones planctónicas. Su análisis se im-
por medio de redes de arrastre vertical (p. 24). plementa mediante series de muestras a diferen-
tes profundidades y a intervalos regulares de
Existe una serie de recomendaciones para la es- tiempo (por ejemplo, cada 4 horas), durante 1, 2
tandarización de los lances verticales seriados ó más días (con sus respectivas noches). Durante
(e.g" Bogorov, 1947; Smith y Richardson, 1977; los períodos de mayor variación, generalmen-
etc.); en líneas generales, las profundidades a las te al amanecer y al atardecer, las observaciones
que se aconseja muestrear en la pelagial son: 0- pueden ser más seguidas. Durante las observacio-
10, 10 - 25, 25 - 50, 50 - 100, 100 - 200,200- nes, la embarcación puede mantenerse en un
300, 300 - 500, 500 - 1000, 1000 - 1500, 1500 - punto fijo o puede seguir el desplazamiento de
2000,2000 - 3000, 3000 - 4000 m, etc. una boya de rastreo, ubicada a una profundidad
preestablecida y cuyos desplazamientos respon-
En la zona nerítica suele tomarse una muestra den a los de la masa de agua correspondiente.
·en la superficie, una a profundidad intermedia y Un riesgo inherente a este tipo de diseño es el
la última cerca del fondo. En áreas con influen-
ligado al factor tiempo, ya que su escala se su-
cia estuarial deben tomarse en cuenta los fenó-
perpone con aquélla de los desplazamientos de
menos hidrológicos especiales que, generalmen- las masas de agua entre sí. Existe una deriva del
te, tienen lugar: una deriva superficial hacia el barco con respecto al agua circundante y un des-
mar abierto, una contra-corriente subsuperficial plazamiento de las diferentes masas de agua en-
en sentido inverso y, en algunos casos, una capa
tre sí; experiencias con dos boyas sumergidas a
inmóvil sobre el fondo. Fenómenos similares en
la pelagial son, por ejemplo, ~as corrientes ecua-
toriales. El dec ímetro superficial puede ser
muestreado con redes neustónicas (p. 20); y ~a
capa hiperbéntica, habitada por comunidades
planctónicas muy particulares, con redes monta- • Ver Sournia y Frontier (1967) para las terminologías francesa
das sobre un trineo (p. 21). e inglesa acerca de los fenómenos ecológicos temporales.

104
Diseño de muestreos

profundidades diferentes han mostrado recorri- tero. En efecto, la evaluación del desarrollo y
dos distintos. Todo ello hace que sea difícil dis- consecuencias de la contaminación requiere la
cernir con seguridad las variaciones efectivamen- existencia de un "punto cero" de no contamina-
te debidas a las migraciones verticales, de aquéllas ción, a base de comparación que permita evaluar
eventuales que involucran el hecho de tomar el balance de la modificación ecológica del me-
muestras de poblaciones planctónicas diferentes. dio. Por eso pensamos que la urgencia del pro-
Es posible definir una "columna de agua" y ras- blema justifica el empleo de los "métodos rápi-
trearla para analizar lo que sucede en su seno. El dos" que preconizamos, en gran cantidad de lu-
problema expuesto es agravado aún más por los gares. En este sentido, la zona nerítica es lal más
fenómenos de microdistribución. amenazada por su proximidad a las costas en ge-
neral, y a las regiones con rápido desarrollo in-
dustrial, en particular.

Estudios más profundos


Estudios estad ísticos o anal íticos más complejos
que los delineados anteriormente requieren dise-
Debe tenerse en cuenta que, en este tipo de in- ños de otro tipo. No es nuestra intención tratar
vestigaciones, a la influencia de los gradientes detalladamente los varios métodos numéricos
ecológicos está superpuesta una variabilidad alea- existentes que, por otro lado, están muy bien ex-
toria muy grande. Una muestrá aislada jamás es puestos en numerosos libros especializados.
significativa por sí sola; en cambio, un conjunto Creemos más conveniente describir sólo aquellos
de muestras puede evidenciar una tendencia y, diseños de muestreo especialmente adaptados a
además, un orden de magnitud de la variabilidad la metodología planctónica.
residual (ver los ejemplos de las figuras 98, 100,
111 Y 112). Además, recordaremos que la infor-
mación más útil será aquella que dará el análisis M uestreos estratificados
de los órdenes de magnitud de las cantidades ob-
servadas, y no los valores mismos. A este nivel de
Para elucidar estad ísticamente un problema de-
examen cada grado de aproximación o precisión
ulterior dará más información acerca del "ruido terminado pueden compararse algunas zonas o
fechas (= "estratos"), realizando un muestreo
de fondo", que de la tendencia. Tal es as í que
denso en cada una de ellas de tal manera que la
multiplicando la cantidad de muestras y anali-
variabilidad existente pueda ser visual izada a una
zándolas menos detalladamente se obtendrá in-
escala menor a aquélla del fenómeno misme. Un
formación mucho más significativa que estudian-
análisis estad ístico clásico permitirá comparar la
do unas pocas muestras con gran detalle.
variabilidad debida al fenómeno en sí y la varia-
Si bien el interés de los diseños orientados hacia bilidad aleatoria, probando, consecuentemente,
estudios más elaborados (ver más adelante) es la significancia de la primera. Antes de abordar
muy grande, los "diseños para una primera apro- el tratamiento estad ístico, las cantidades deben
ximación" son totalmente básicos y deben pre- ser normalizadas, y las variaciones homogeneiza-
ceder cualqu ier trabajo más profundo. Estos últi- das por medio de cierta transformación no lineal
mos aún faltan realizarse en numerosas regiones de los datos. Sin embargo, el comportamiento
del Océano Mundial, Frontier (1974 a) presenta estad ístico de las diferencias var ía con la escala
una recapitulación reciente del problema de- utilizada; una transformación en log2 se compor-
mostrando la alarmante escasez de información tará diferente a una en log. Pero, por otro lado,
acerca de la ecología, biología y distribución del las caracter ísticas del material frecuentemente
plancton y, principalmente, del zooplancton ne- exigen transformaciones diferentes a niveles dis-
rítico-tropical. El problema es especialmente im- tintos, y en estas condiciones los análisis estadís-
portante si se considera el fenómeno de la cre- ticos de la variabilidad dejan de ser intercompa-
ciente contaminación marítima en el mundo en- rabies.

105
D,s",," do' muestreos

En realidad, el tratamiento estadístico, frecuen- dimensional, estructuras no conspicuas, expre-


temente, es inútil. En efecto, en algunos casos sándolas en función de ejes de prolongación de
las variaciones son fácilmente interpretables in- nubes de puntos en un espacio multidimensional,
mediatamente luego de una "primera descrip- y agrupando las especies y estaciones; en los ejes
ción", en cuyo caso es superfluo procesarlas es- se espera reconocer la acción de los factores de-
tadísticamente. En cambio, cuando ello no su- terminantes. Ur. escollo en la aplicación del análi·
cede por4ue los datos son numerosos y confu- sis factorial a los diseños de muestreo de planc-
sos, el análisis multivariado es el mejor medio pa- ton deriva del hecho que la información introdu-
ra poner en evidencia la información buscada. cida por el diseño mismo vuelve a resurgir como
factor preponderante que incide sobre la estruc-
tura del conjunto de datos; este fenómeno, que
Muestreos regulares no es más que un artefacto, puede condicionar
que los resultados del análisis no arrojen más que
Son aquéllos que suelen utilizarse rutinariamente un "ruido de fondo" ininterpretable (Frontier,
en la fase de "primera descripción". Consisten 1974 b; Blanc y Laurec, 1976). Por ejemplo, un
en un plan d¿ muestreos regularmente espacia- análisis de los componentes principales realizado
dos en el tiempo y en el espacio; éstos son los de a partir de datos obtenidos sobre una transecta
más fácil organización y los más adecuados para sur-norte efectuada mensualmente durante un
lograr una imagen precisa del fenómeno a la es- año, da como primer eje el gradiente norte-sur y,
cala corregida. En la mayor ía de los casos se tra- como segundo, el ciclo anual. Es decir que los
ta de describir y establecer gradientes; una tran- dos factores que hab ían sido introducidos a prio-
secta o cuadrícula compuesta de estaciones dis- ri como directivas en el diseño aparecen como
tribuidas al azar incluirá zonas insuficientemen- resultantes al final del análisis. El tercer eje ya
te cubiertas y otras con muestras demasiado den- no es interpretable. A esta escala de observación
samente dispuestas resultando, consecuentemen- no puede afirmarse que los resultados hubieran
te, en una significativa pérdida de información. sido diferentes si el muestreo hubiese sido al
azar. Lo cierto es que, para hallar resultados nue-
Es preferible incrementar deliberadamente la
vos mediante la aplicación del análisis factorial,
densidad de las observaciones en las zonas donde
parece esencial que sobre el conjunto de núme-
a priori se presume que existen gradientes más ros bajo estudio no debe imponerse estruc-
pronunciados (alternativa que, en cierto modo, tura alguna él priori.
introduce información previa dentro del diseño),
manteniendo la densidad normal en el resto del
Ello significa que la ubicación de cada estación
área. Los muestreos regulares conducen a ciertos debería ser librada al azar. Ello no sólo se refiere
tipos de tratamiento matemático de los datos
a la posición geográfica, sino también a la tem-
que expondremos más adelante (integración por
poral; si solilmente la primera es azarosa también
planimetría, análisis espectral).
se introduce un estructuramiento, en este caso
una correlación espacio-temporal. Puesto que las
Muestreos al azar estaciones son realizadas una después de la otra,
dos estaciones cercanas en el espacio lo serán
Más arriba se señalaron las dificultades que plan- también en el tiempo. Para ejemplificar con un
tea la interpretación de un muestreo al azar en el caso levemente exagerado: si se realiza un pro-
marco de un diseño de "primera desGripción". grama de muestreo de 24 horas en el área de una
Sin embargo, este tipo de muestreos resulta cuadrícula, y si las estaciones más septentriona-
apropiado cuando se opta por un tratamiento de les se efectúan de noche y las meridionales de
los datos por medio del análisis multivariado, es- día, el hallazgo de una estructura significativa al
pecialmente del análisis factorial. analizar los datos no se sabrá si responde al gra-
diente norte-sur o a la alternancia día-noche.
No podemos entrar en explicaciones detalladas
acerca de la metodología en cuestión. Básica- Hablando en términos generales, dentro de las
m8nte, se trata de poner en evidencia, mediante variables del muestreo debe calcularse la correla-
técnicas no estadísticas, sino de geometría multi- ción entre varios parámetros en el espacio y el

106
Diseño de muestreos

tiem[)o: latitud, longitud, profundidad, fecha, mer diseño del método a utilizar, ejemplificando
hora, estado del mar, etc. Naturalmente, estas con algunos casos concretos. Sin embargo, cabe
variables serán independientes, pero el diseño del destacar que el método en cuestión está aún en
muestreo incide sobre ellas confiriéndoles una una etapa experimental y de investigación.
estructura que vuelve a aparecer al final del aná-
lisis. Ibanez (1973a) estudió el problema hasta Recomendaciones generales
cierto punto proponiendo varios "trayectos sin
correlación" que pueden ser utilizados a fin de En conclusión, cabe recordar que la pregunta
realizar análisis multivariados heurísticos. Lamen· que se hace al medio bajo estudio debe tomar en
tablemente, estos diseños involucran complica- consideración:
ciones y extensiones en el itinerario del barco, 1) El conocimiento previo de los fenómenos más
suscitando complicaciones con el comandante y destacables del hidroclima.
la planificación de las campañas. Sin embargo,
2) Un diseño del muestreo ajustado a una planifi-
sólo este tipo de derrotas son aptas para poner
cación previa del tratamiento de los datos, y
en evidencia información ecológica válida a par-
tir de un conjunto de datos recogidos en el mar, un tratamiento de éstos en función de los pro-
blemas a resolver.
con la debida consideración de las obligaciones
de la navegación. 3) Un programa de muestreo denso, lo que impli-
ca la posibilidad de un análisis de la informa-
La enumeración de los tipos de diseño aqu í pre-
ción rápido; en lugar de un muestreo escaso y
sentada no es exhaustiva. En realidad, cada pro- un estudio detallado de cada muestra.
blema particular de cada investigación sigue un
diseño ad hoc. Deben tomarse en cuenta los dife- 4) La elección de un sistema métrico apropiado
rentes gradientes, periodicidad e interferencias, (aconsejamos la métrica log2, cualquiera sea el
más los interrogantes del medio que se planea re- tipo de tratamiento que se dará a los datos,
solver mediante la obtención de las muestras en ver p. 169).
aquél. Hasta cierto punto, el razonamiento a este 5) La realización de una "primera descripción"
nivel puede ser codificado; en efecto, la teoría de los fenómenos geográficos y temporales de-
de los juegos parece ser aplicable y sugerir posi- be preceder a la fase de análisis globales, tales
bilidades en función de determinados interrogan- como la integración planimétrica y los análisis
tes y obligaciones. Ibanez (1973b) detalla un pri- multivariados y secuencia les (pp. 173 y 175).

107
NARCOTIZACIÓN,
, RELAJACiÓN Y TINCIÓN
Agentes y métodos narcotizantes para zooplancton manno
H F STEEOMAN

El manual de UNESCO Zooplankton fixation ponerse. Para ello puede tocarse el organismo
and preservation (Steedman, ed., 1976), redacta- suavemente con una aguja, observando si res-
do por varios autores, brinda pormenores acerca ponde, o pasarlo a otro líquido, tal como el fi-
de la narcotización y relajación de muchos taxo- jador.
nes zooplanctónicos. La presente reseña incluye 6) Siempre debe anotarse detalladamente la can-
detalles del tema en general, así como datos para tidad de narcótico agregada al agua de mar, la
la correcta utilización de la mayoría de los reac- temperatura de la solución en la que se tratan
tivos y métodos más importantes. los organismos y el tiempo requerido para la
""
narcotización. La omisión de este procedi-
Cuando se trabaja con zooplancton marino in
miento hará inciertas las probabilidades de
toto se comprueba que métodos y drogas de pro- éxito en el futuro.
bada utilidad para algunos taxones resultan ina-
7) Todos los narcóticos deben ser almacenados
decuados para otros que pueden evidenciar un
bajo llave, y debe haber un responsable del
excesivo grado de encogimiento o distorsión co-
droguero correspondiente.
mo resultado de aquellas técnicas. A fin de mini-
mizar los artefactos de la fijación se pueden utili- A continuación se darán en primer término las
zar varios anestésicos o narcóticos que reducen técnicas más sencillas.
el shock creado por la inmersión repentina en el
fijador, evitando distorsiones importantes en los Reducción de la temperatura
animales. Llévese la temperatura del agua con los organis-
Cuando se utilizan narcóticos deben tenerse en mos marinos a -- 1,9 o C. Luego de algunas horas
cuenta ciertos requerimientos, a saber: los animales se aletargan y, en la mayoría de los
casos, se expanden. Fíltrese el agua de mar y adj-
1) Usen se narcóticos sólo cuando ello es impres-
ciónese el fijador deseado. Resulta ventajoso uti-
cindible; ello es, cuando los fijadores comunes
lizar el fijador a una temperatura baja; unos - 3°
han probado ser ineficientes al producir una e es adecuada si el último no se solidifica a la
distorsión o encogimiento excesivos. misma.
2) No debe intentarse reducir el tiempo de nar-
cotización utilizando una cantidad de narcoti-
Defecto de oxígeno
zante superior a aquélla que otros investigado-
Hiérvase agua de mar durante unos 5-10 minu-
res previos han demostrado adecuada. Por re-
tos, ello eliminará todo el oxígeno disuelto. En-
gia general, el incremento de la cantidad de la
fríese el líquido a la temperatura del agua que
droga producirá la muerte violenta por enve-
nenamiento, con contorsiones, en vez de una contiene a los pláncteres. Viértase el agua de mar
anestesia indolora. natural cuidadosamente a través de un tamiz y
agréguese el agua hervida. La ausencia de ox íge-
3) Deben tomarse las mayores precauciones du-
no provocará la muerte de todos los pláncteres,
rante el trabajo con narcóticos.
aunque en tiempos diferentes. Fíjese de la mane-
4) Cuanto más alta sea la temperatura del agua
ra requerida.
en la cual se disuelve el narcótico, más rápida
será la narcotización. -
Exceso de dióxido de carbono
5) Es esencial conocer el momento preciso en
que la narcotización ha sido completada, de lo Hágase burbujear dióxido de carbono a través
contrario el animal puede comenzar a descom- del agua de mar con los organismos vivos; o agré-

11 1
Narcotización

guese al agua unos trozos de CO2 sólido (hielo 2) Agréguense 2 mi de este líquido a 1 litro de
seco); o viértase agua gasificada. El exceso de agua marina con los pláncteres. Ag ítese suave-
CO2 llevará a la narcotización en el lapso de 10 mente el agua a medida que se va agregando el
minutos a una hora. Fíjese y presérvese de la ma· narcótico.
nera requerida. 3) Luego de una hora agréguense otros 2 mi de la
solución narcotizante.
Etanol (C2 H5 OH) 4) Continúese el mismo procedimiento cada ho·
Agréguese etanol puro al agua de mar con los ra du rante 3 horas.
pláncteres vivos, gota a gota, homogeneizando 5) Cuando los pláncteres estén narcotizados, f íje-
luego de cada adición. Para un litro de agua ma- se y presérvese de la manera requerida.
rina con los organismos vivos deben verterse 10
gotas cada 5 minutos durante una hora. Algunos 3-fenoxi-propanol para peces (Bagenal, 1963)
animales, tales como los oligoquetos terrestres o
los poliquetos marinos, mueren extendidos cuan- 1) Prepárese una solución o dispersión de 1 mi
de 3-fenoxi -propanol y 99 mi de agua marina,
do se sumergen en una solución de agua marina
o dulce con etanol a/1 0-20% . Una alternativa de agitando vigorosamente para producir una sus-
pensión fina o solución.
esta técnica consiste en tomar un recipiente con
2) Agréguense 10 mi de esta solución a 1 litro de
un litro de agua marina con pláncteres vivos y
agua de mar, ello dará una solución de 3-feno-
verter sobre su superficie 5 mi de etanol puro,
xi-propanol al 0,01 % en agua de mar.
que se extenderá sobre el líquido. Seguidamente
el recipiente es tapado y se deja reposar para que Al ser ubicado en el líquido narcotizante des-
el etanol difunda lentamente al agua. A conti- cripto en (2), Pleuronectes platessa se vuelve
nuación se fija y preserva el material de la mane- fláccido a los 20 minutos, y puede ser vuelto a
ra requerida. revivir al ser devuelto al agua de mar, aún des-
pués de haber estado en el narcotizante du rante
3 horas. Si en vez de la solución antes menciona-
Mentol (C 10 H 200) (Pantin, 1948) da se utiliza una de 3-fenoxi-propanol al 0,025%
en agua de mar, los peces quedarán totalmente
Esta droga se obtiene en forma de pequeños cris-
narcotizados al cabo de 5 minutos; podrán ser
tales incoloros. Utilizados como narcótico, los
recuperados si la inmersión en el narcotizante es
cristales deben desparramarse sobre la superficie
del agua con los animales. Es suficiente cubrir al- de 30 minutos, mas no así si se los deja en el ba-
ño durante una hora.
rededor del 20% de la superficie. Tápese el reci-
piente y déjese reposar unas 12 horas. Fíjese el
material del modo necesario.
3-fenoxi-propanol y formaldehido (Steedman,
1976)
3-fenoxi-propanol (Cg H12 °2) (Owen, 1955;
1) Prepárense las siguientes soluciones: Solución
Owen y Steedman, 1958)
A: 1 mi de 3- fenoxi-propanol más 90 mi de
Primer método agua de mar, agítese vigorosamente; solu-
Agréguense 2-3 gotas del narcotizante puro a un ción B: 97,5 mi de la solución A más 2,5 mi
de formaldehido al 40% , agítese vigorosamen-
litro de agua de mar con los pláncteres. Las gotas
te.
caerán al fondo y, desde all í, irán difundiendo al
2) Déjese a los pláncteres resposar o sedimentar
seno del líquido. La narcotización (tiempo de in-
tranquilamente en un litro de agua de mar.
ducción) se completará dentro de las 24 horas.
3) Agréguese, mezclando suavemente, 1 mi de la
solución B.
Segundo método
4) Al cabo de 30 minutos adiciónese 1 mi más de
1) Mézclese agitando 1 mi de 3-fenoxi-propanol la solución B.
con 99 mi de agua marina o destilada; esto da- 5) Continúese con estos agregados cada 30 minu-
rá una solución o una dispersión. tos durante 3 horas.

112
NarcotllilClon

6) Déjese a los pláncteres en el agua de mar con Cloruro de magnesio (MgCI2 .6H2 O) (Ledi n gham
el narcotizante. La mayoría de ellos quedarán y Wells, 1942)
anestesiados en 12 -15 horas, pero algunos pe-
rec'2rán al cabo de 6 horas, aproximadamente. Utilícese a la siguiente dilución: cloruro de mag-
7) Fíjese de la manera requerida. nesio - 80 g, agua corriente - 1 litro, que es isotó-
nica con el agua de mar.
1) Disuélvase el cloruro de magnesio en agua co-
rriente.
3-fenoxi-propanol, 1-2-propanodiol y formalde-
2) Deposítense los pláncteres vivos, tamizados,
hido (Steedman, 1976) en esta solución.
Util íC2se la solución patrón de estas 3 drogas pa- 3) La muerte ocurrirá al cabo de 3-4 horas.
ra la fijación y preservación; ésta tiene la siguien- 4) Para fijar, agréguese formaldehido concentra-
te composición (ver p. 117) : 3-fenoxi-propanol - do al 40 % (comercial), en cantidad suficiente
50 mi, 1-2-propanodiol - 450 mi, formaldehido para lograr una concentración del mismo al4 %;
al 40°,'0, comercial - 500 mi. Para ser utilizada co- o fíjese de cualqu ier otra manera.
mo solución fijadora-preservadora, 10 mi de la
misma deben ser dilu ídos con 90 mi de agua de
mar o destilada. Para emplearlo en calidad de
narcotizante procédase de la siguiente manera: Cloruro de magnesio (MgCI2 6H2 O) (Pantin,
1948)

Este constituye una variante del método de


Ledingham y Wells antes descripto. Disuélvanse
1) Permita que los pláncteres, u otros animales 75 g de cloruro de magnesio en 925 mi d~ a(;ua
acuáticos, se asienten en un recipiente con un destilada y agréguese el compuesto resultante a
litro de agua de mar. un litro de agua de mar. Una vez depositados en
2) Agréguese 1 mi de la solución patrón y revuél- esta solución los pláncteres vivos sufrirán una
vase suavemente a medida que se va mezclan- narcosis superficial a los 10- 20 minutos. Algu-
do. nos organismos pueden requerir un tratamiento
3) Continúese agregando 1 mi cada 30 minutos de más de 12 horas. Fíjese de la manera requeri-
durante unas 3-6 horas. da.
4) Déjese actuar unas 12-14 horas, al cabo de este
tiempo todos los organismos estarán comple-
tamente anestesiados.
Cloruro de magnesio y 3-fenoxi-propanol (Lei·
5) Fíjese en la misma serie de reactivos prepara- bowitz, 1976)
dos como se indica: solución patrón - 10 mi,
agua marina o destilada - 90 mi; o en cual- Este es un método detallado especialmente desa-
quier otro fijador- preservador. rrollado para vel ígeras de gasterópodos, ya que
las mismas son sumamente sensibles a los cam-
bios de presión osmótica. El procedimiento co-
Las ventajas de este líquido compuesto por 3-fe-
rrespondiente está detalladamer.te presentado en
noxi-propanol, 1-2-propanodiol y formaldehido
Stecdman, ed. (1976).
para la narcotización de animales en medio I íqui-
do son trivalentes, a saber: el 3-fenoxi-propanol
actúa como anestésico y como bact~ricida leve,
el formaldehido tiene un efecto semejante y, Nembutal (Pentobarbital sódico) (C" H17 N203
además, ejerce un efecto fijador suave, y el Na) y M.S. 222 (Sandoz)
propanodiol evita el endurecimiento de los teji-
dos y también favorece a la penetración. Todo Estos reactivos pueden ser utilizados por separa-
ello tiene lugar con un efecto sumamente suavi- do, pero dan mejores resultados cuando se usan
zado por la gran dilución de las drogas intervi- conjuntamente, luego del tratamiento previo con
nientes. Nembutal (Joose y Lever, 1959; Lever et al.,

113
N a rcotización

1964; McGovern y Rugh, 1964; Randall, 1962; La solución correspondiente está formada por 1
Rothlin, 1932). Los métodos fueron utilizados, mi de 3-fenoxi-propanol y 99 mi de Nembutal al
principalmente, con gasterópodos dulceacuíco- 0,08% en agua destilada (o marina, para uso con
las, pero pueden aplicarse con cualquier animal organismos marinos). La mezcla debe agitarse vi-
acuático.
gorosamente para disolver el 3-fenoxi-propanol).
1) Ubíquese a los animales en una solución de Fíjese de la manera requerida.
0,08 g de Nembutal en 100 mi de agua de
mar.
Sulfuro de magnesia (MgS047H20) (Pantin,
2) Déjese reposar durante 20-30 minutos. 1948)
3) Transfiéraselos a otra solución de 100 mi de
Nembutal al 0,08% y 0,3 g de M.S. 222. Util ícese como el cloruro de magnesia, pero pre-
4) Déjese actuar durante unos 10 minutos; al ca- párese una solución de 200 g de sulfuro de mag-
bo de este tiempo estarán listos para el trabajo nesia en 800 mi de agua destilada y agréguese és-
o para la fijación. ta al agua de mar con los pláncteres vivos. La
proporción de sulfuro de magnesia necesaria
puede variar con la cantidad de organismos en el
Nembutal y 3-fenoxi-propanol (Runham, Isaran- agua de mar. Sin embargo, una proporción de 20
kura y Smith, 1965) mI en 80 mi de agua de mar con pláncteres es
adecuada a modo de ensayo preliminar. Los ani-
Este método fue utilizado con babosas, las cua· males pueden sufrir una narcosis superficial al
les se relajan al cabo de 1-10 minutos. El tiempo cabo de unos 20 minutos. Fíjese de la manera re-
de inducción varía con los géneros y las especies. querida.

114
Tinción
DEMETRIO BOL TOVSKOY

Dado que la finalidad del presente libro no es el pequeños y otros zoopláncteres en muestras
estudio citológico, histológico o anatómico de- muy densas (carm ín borácico, cf., Nichols,
tallado de los taxones inclu ídos, sino, principal- 1976). Prácticamente siempre son técnicas de
mente, el de los aspectos relacionados con su coloración in tato, ya sea con un solo producto,
identificación específica y distribución, se omi- o con varios. En las secciones metodológicas de
ten las técnicas histológicas especiales; el lector los capítulos de la Parte 11I se detallan los proce-
interesado puede encontrar la información perti- dimientos a utilizarse en cada caso y para cada
nente en los textos ad hoc. objetivo particular; en consecuencia, no creo ne-
cesario repetir aqu í aquella información. Los
Al igual c[lie en el caso de la narcotización, tam-
manuales metodológicos de Langeron (1949),
bién aqu í debe destacarse que la tinción debe ser
Romeis (1948), y otros incluyen información su-
evitada siempre que no sea realmente necesaria.
plementaria y datos generales de utilidad.
El tratamiento de los zoopláncteres con diferen-
tes drogas puede alterar la morfología general y Los "retardadores" consisten en técnicas para
proporciones del animal. Sin embargo, en algu- en lentecer los movimientos rápidos de natación.
nos casos, la coloración es necesaria; e.g., para Puede utilizarse cualquier sustancia inocua que
diferenciar los protozoos tecados (Radiolaria, aumente considerablemente la viscosidad del me-
Foraminifera) vivos en el momento de la colec- dio, o drogas de acción fisiológica, como, por
ta, de las conchi lIas vacías; para la observación ejemplo, solución saturada de metil-celulosa al
de estructuras con valor diagnóstico en organis- 10%, solución débildesulfato de níquel, u otras.
mos especialmente hialinos, tales como quetog- Además, la mayoría de los agentes narcotizantes
natos, heterópodos desnudos, salpas, etc., o para mencionados más arriba también actúan inicial-
la más fácil y rápida visualización de crustáceos mente como retardadores.

115
FIJACiÓN Y PRESERVACiÓN DE
ZOOPLANCTON MARINO IN TaTO
H. F. STEEOMAN

2) Para una buena fijación la relación entre el


Introducción
volúmen del líquido fijador y el del material
debe aproximadamente ser de 9: 1. En la
La fijación y preservación del zooplancton ma- práctica, esta relación puede reducirse algo
rino puede ser dividida en dos secciones princi- sin causar daños serios a los ejemplares, pero
pales: 1) Los requerimientos de tipo general, una relación de 5:5 redundará en una fija-
en los cuales la pesca total es fijada y preservada ción deficiente y, por consiguiente, en una
con un fluido de tal manera que los especíme- preservación deficiente.
nes pueden utilizarse a posteriori para el análi-
sis de sus cantidades, para comparaciones de Los productos fijadores-preservadores de zoo-
tipo eco lógico con colectas en meses o años plancton deben satisfacer una serie muy variable
previos, etc.; y 2) Los requerimientos especiales, de requerimientos intrínsecos y extrínsecos.
en los cuales los pláncteres son separados del Cuanto más específico para un órgano o tejido
resto de la colecta mientras aún están vivos y fi- especial sea el fijador, menos adecuado será para
jados de la manera requerida para algún fin es- propósitos generales. De esta manera, un fijador
pecífico como, por ejemplo, estudios por medio específico para páncreas de rata y preparación
de microscopía electrónica, microscopía electró- ulterior para cortes histológicos para microsco-
nica de barrido, análisis de las sales de calcio, pía electrónica deberá reunir características
contenido en aceite, etc. El presente capítulo especiales de pH, presión osmótica, tiempo y
solamente tratará el primer tipo de estudios; temperatura totalmente inadecuadas para mo-
algunos de los m~todos especiales para taxones luscos o crustáceos. La gran diversidad de los
determinados se describen en los capítulos de organismos que se obtienen en un lance de red
la Parte 111. de plancton, la variación en formas y composi-
ciones químicas, obliga a descartar la mayoría
Por regla general un lance de red trae consigo de los reactivos utilizados para fines especí-
una variedad tan grande de organismos, tan dife- ficos.
rentes en su composición qu ímica y física y en
su tamaño, que cualquier fluido fijador y preser- Requerimientos generales de
vador que se utilice para todos ellos en conjun-
los líquidos
to representará, en el mejor de los casos, una
solución de compromiso. De todos modos, fijadores-preservadores para
cualquiera sea el fijador-preservador utilizado, plancton neto
hay ciertos aspectos del proceso que deben ser
tenidos en cuenta para lograr los mejores resul-
1) Como fijador debe ser adecuado para todas
tados posibles:
las formas zooplanctónicas y todos los tipos
1) El plancton debe ser puesto en el líquido de tejidos.
fijador dentro de los cinco minutos de su 2) Debe ser adecuado, tanto para la fijación, co-
izado a bordo. Las demoras en el fijado son mo para la preservación; ello minimiza las in-
una de las principales causas del deterioro versiones en dinero y esfuerzo con relación a
de los ejemplares, visible sólo a posteriori, procesos que implican la utilización de una
cuando los organismos son observados de- droga para la fijación y otra para la preserva-
tenidamente. ción.

117
Fijación y preservación de zooplancton marino in 1010

J) CUIllO preservador, no debe descomponerse diferentes. La dificultad en encontrar un produc-


qu ímicaf1lente, aunque sea utilizado por pe to adecuado para todos los pláncteres puede ser
ríodos mayores de 100 años. ilustrada comparando la acción de un líquido ap·
to para las conchas de carbonato de calcio de los
4) Como preservador debe mantener a los
moluscos jóvenes, con aquélla de uno necesaric.
pláncteres, en la medida de lo posible, como
para la fijación y preservación de los ctenóforos
en vida, y suficientemente resistentes y
Para moluscos jóvenes, o para Foraminifera, el
elásticos como para permitir su examen sin
fijador debe tener un pH alto, de alrededor de
provocar deterioros en ellos.
8,2; a este pH un ctenóforo se desintegra a lo';
5) Como preservador no debe ser inflamable. pocos minutos. Ctenophora requieren un fijador
6) La proporción de agua a líquido preservador ácido, tal como el que se obtiene disolviendo 1 9
debe ser alta. de ácido para-toluensulfónico en 99 mi de agua
7) No debe ser tóxico o peligroso en otros de mar. En este líquido todas las delicadas con
sentidos. chas de carbonato de calcio se disuelven en una~
pocas horas.
8) Debe ser poco voláti l.
9) Debe ser incoloro. Estos ejemplos clarifican la esencia de los proble
10) Debe ser mal solvente, permitiendo, de esta mas asociados con una buena fijación-preserva
ción de organismos de tan diferente composición
manera, el empleo de recipientes plásticos.
química.
11) Debe ser fácilmente disponible y listo para
mezclar. Las mencionadas investigaciones de 1967/1972
12) Debe permitir el ajuste del pH y de la pre- demostraron claramente que el formaldehido tie-
sión osmótica. ne suficientes ventajas como para ser adecuado
13) Debe permitir la observación y separación de para la mayoría de las necesidades de la fijación-
plancton en recipientes abiertos, como cáp- preservación in tato; la droga ya hab ía estado
sulas de Petri u otros. puesta a este servicio durante muchos años.
14) En caso de ser posible, debe poder modifi-
carse de tal manera que jamás seque total·
mente.
15) Debe ser adecuado para utilizarse tanto en
El formaldehido como fijador-
los trópicos como en los·polos. preservador para zooplancton
16) Debe ser económico.
17) Debe ser resistente al crecimieilto de bacte- Composición del formaldehido
rias, hongos y moho.
El formaldehido (HCHO) se presenta en cuatro
Estos requerimientos son, en gran medida, idea- estados: como gas monómero, como líquido an-
les. Es virtualmente imposible encontrar un I í- hidro, en solución acuosa y como poi ímero (pa-
quido, o una mezcla, que fije y preserve comple- raformaldehido, trioxano). Como parte constitu-
tamente a los ctenóforos y medusas, con un con- yente de cualquier fluido preservador el formal-
tenido de agua en vida del 90-95%; a los crustá- dehido puede estar presente en diferentes esta-
ceos, con integumentos impermeables; a las su- dos. La disminución de la temperatura del am-
mamente delicadas larvas de peces; a los diversos biente donde se encuentra reducirá la cantidad
tipos de huevos, que se encogen con suma facili- de formaldehido en solución y aumentará la can-
dad; y a un sinnúmero más de formas y estadios tidad de paraformaldehido. En consecuencia, el
de animales planctónicos. almacenamiento del formaldehido comercial en
Durante las investigaciones del SCOR/UNESCO ambientes fríos puede llevar al depósito de este
WG 23 de los años 1967 y 1972, se examinaron poi ímero. Su presencia se pone en evidencia de-
detalladamente varios cientos de reactivos fijado- bido a la débil turbidez de la solución, seguida
res-preservadores para zooplancton marino, in- por la formación de un sedimento blanco que se
cluyendo el análisis del efecto de diferentes adi- deposita en el fondo del recipiente. El fenómeno
tivos para modificar sus efectos sobre pláncteres puede revertirse calentando la solución o agre-

118
Fijación y preservación de zooplancton marino in toto

gando pequeñas cantidades de solución de NaOH el tiempo hasta que se logra un equilibrio en las
en agua, lo que ayudará a la despolimerización soluciones de formaldehido almacenadas a un
del paraformaldehido aclarando la solución. pH de 2,5 a 3,5 o algo más alto en el caso de so-
luciones diluidas. En la práctica, esto significa
FormalcJehicJo. 37 - 41 Ofo que virtualmente cualquier solución de formal-
Metanol 7 - 13 Ofo dehido comercial al 40% puede tener un pH en-
AClrlo fórmico, Ofoen peso. 0,025 (máximo)
Cenizas. "l. en peso 0,01 (máximo) tre 2,5 y 3,5, y ello no necesariamente significa
Hierro. como Fe. 2,0 ppm (máximo) una elaboración deficiente.
Cobre, como Cu. . , . 5,0 ppm (máximo)
Agua 45 a 56 %

Fig. 70. Composición qu ímica de la solución de formalde- Formaldehido con material:


hido comercial, aI400f0.
la reacción de Sorensen
Cuando las soluciones acuosas de formaldehido
La composición del formaldehido comercialmen- reaccionan con los aminoácidos neutralizan los
te disponible a una concentración del 40% es la grupos NH2 con la consiguiente disminución del
indicada en la figura 70. Los productores reco- pH (Sorensen, 1908; ref. en Walter, 1964):
miendan una temperatura de almacenamiento de " ... las reacciones de la glicina (ácido amino-
10 a 25°C. El metanol sirve para retardar la poli- acético) y sus derivados pueden ser tomadas co-
merización del formaldehido a paraformaldehi- mo representativas de este grupo de compuestos.
do; ello debe ser tenido en cuenta al trabajar so- En soluciones neutras el formaldehido y la glici-
bre recipientes abiertos con soluciones de for- na se combinan fácilmente dando ácido metilen-
maldehido. El metanol es tóxico y su inspiración aminoacético.
juntamente con las emanaciones del formal-
dehido es perniciosa para los ojos y para las NH2CH2(X)()H +CH20(ac.)~CH2NCH2COOH +H20
membranas mucosas de la nariz y garganta. glicina formaldehido acido metilenami- agua
noacético

El ácido metilenaminoacético se comporta co-


Formaldehido sin material:
mo un ácido monobásico normal y puede ser ti-
la reacción de Canizzaro tulado fácilmente, mientras que la glicina misma
es neutra."
Los aldehidos no aldolizables, tales como for-
maldehido, disueltos en agua experimentan una En consecuencia, como fijador y preservador, el
oxidación y reducción simultáneas a ácidos y a formaldehido producirá un líquido ácido, ya sea
alcoholes de idéntica longitud (Canizzaro, 1853). mientras se almacena puro, o cuando se lo pone
La reacción normalmente es catalizada por los en contacto con los especímenes. La velocidad
álcalis, tal como lo ilustra la siguiente fórmula: con que las soluciones neutralizadas del formal-
dehido, sin especímenes, en agua destilada y
2RCHO + NaOH ~ R.COONa + RCH20H agua de mar se acidifican está ilustrada en la fi-
gura 71.
Sin embargo, puede ocurrir cuando el formalde-
hido es calentado en presencia de ácidos (Staud-
inger et al., 1929). La reacción final implica la
reducción de una molécula de formaldehido con El pH del formaldehido
la oxidación de otra (Walker, 1964): y la fijación

2CH20 (ac.) + H20 ~ CH30H + HCOOH Los fijadores de pH bajo, tales como el Bouin
formaldehido agua metanol ácido fórmico (75 mi de ácido pícrico en solución acuosa satu-
rada, 25 mi de formaldehido 40% ,5 mi de ácido
Esta reaCClOn, por más lenta que sea a tempera- acético glacial) con un pH de 3,3, se utilizaron
tura ambiente, produce una acidez creciente con con éxito con invertebrados durante muchos

119
F'jación y preservación de zooplancton marino in tato

Alanina. 6,7
Albúmina de huevo. 4,6
Albún,ina de sero . 4,7
2 Acido aspártico . 2,9
Caseína .. 4,7
3 Cistina . 4,6
Edestina ... , 5,5
Gelatina .. . 4,7
Globina . 8,1
Globulinaleu) . 5,5
Globulina (pseudo) . 5,5
Glicina. . ..... 6,6
Hemoglobina reducida. 6,8
Hemoglobina oxidada 6,7
Histidina .... 7,2
pH o o Metaprote ínas . 5,4
Ola. Fenilalanina . 4,5
Tirosina 5,4
,
Fig. 71. El pH de las soluciones de formaldehido y de para- Fig. 72. Puntos isoeléctricos de algunas proteinas y amino-
ácidos
formaldehido, sin especímenes.
La solución N° 1 está formada por 4 g de paraformal- (Se1ún Col e, 1933).
dehido en 96 mi de agua de mar. Su pH es de alrededor
de 8 debido a la acción normalmente algo buffer del a·
gua de mar, y también debido a que el formaldehido, se-
co no sufre la reacción de Canizzaro. Sin embargo, al
agregar los especimenes, habrá una disminución del pH
debido a la reacción de Sorensen. gados, es preferible mantener a los tejidos en I í-
La solución N° 2 consiste en 10 mi de formaldehido co- quidos donde su solubilidad sea baja, y en vista
mercial al 40 % en agua de mar ( 90 mi ). El pH más de los valores ilustrados en la figura 72, el uso de
bajo que en el caso de la solución de paraformaldehido
se debe a que éste es menor en la solución comercial
fijadores y preservadores de un pH de 8 o más
misma. se considera de cuestionable valor, particular-
La solución N° 3 consiste en formaldehido comercial al mente cuando se trata de la preservación, duran-
40 % ,100 mi del cual fueron llevados a un pH de apro-
ximadamente 7,4 mediante el agregado de una gotas de te muchos años, de organismos tan delicados
NaOH (al 1 % en solución acuosa). La disminución del como ctenóforos o leptocéfalos.
pH comienza.
La solución N° 4 consiste en 10 mi de formaldehido co-
Una vez que la fijación ya ha tenido lugar, los te-
mercial con 90 mi de agua destilada. También esta solu- jidos se transforman tanto que puede considerar-
ción fue llevada a pH 7,4 mediante la adición de una go- se que el pH del líquido de almacenamiento ya
tas de NaOH al 1 % en agua. La rápida disminución del
pH, en relación con la misma concentración en la solu- no tiene la misma importancia que el pH del I í-
ción N° 2, en agua de mar, se debe a la ausencia total de quido fijador. Empero, cuando se trata de varios
sales con efecto buffer.
años de almacenamiento el pH del líquido pre-
servador juega un rol de gran importancia en el
mantenimiento del aspecto y condiciones desea-
años, particularmente cuando se requerían cor-
dos de todos los pláncteres,
tes histológicos; pero el pH bajo generalmente
produce una coagulación tosca de las proteínas; Cuando el plancton es almacenado en soluciones
además, en fijaciones de zooplancton ín tato es- de formaldehido de pH alto (8 ó más), los orga-
te I íqu ido disolvería todas las sales de calcio en nismos se vuelven traslúcidos debido a que sus
unas pocas horas. En consecuencia, se requiere tejidos se ablandan e hinchan como resultado del
un compuesto más neutro, y las soluciones de pH elevado. En este estado, las proteínas son de-
formaldehido pueden ser ajustadas a algo menos masiado blandas como para soportar exámenes y
vigoroso que el líquido de i3ouin, Sin embargo, manipulaciones frecuentes, de manera que la ma·
debe tenerse presente el punto isoeléctrico de los yoría de los pláncteres delicados se rompen y de-
aminoácidos y las proteínas (ver fig. 72). terioran.

Los valores de pH dados en la tabla de la fig, 72 Cuando una solución almacenadora de formal de-
constituyen los puntos isoeléctricos de varios hido tiene un pH demasiado bajo, 5 ó 6, los
aminoácidos, prote ínas y metaprote ínas. En el pláncteres depositados en ella aparecerán blan-
punto isoeléctrico los aminoácidos y proteínas quecinos u opacos en los lugares donde las pro-
se encuentran en el estado de menor solubilidad, teínas sean visibles. Tal es así que los crustáceos
Si se requieren períodos de preservación prolon- pequeños, como Ca/anus, se verán blancos debi-

120
FljaclOn y preservaclon de lOl'plancton lllarlll() /11 roro

do a que su integumento es tan delgado y desco- do con agua para preparar el fijador y, en conse
lorido debido al almacenamiento que los múscu- cuencia, no contribuye a evitar la disminución
los abdominales aparecen como una masa blanca del pH que se produce durante la fijación con
a través <;lelas cubiertas translúcidas. Esto se de- formaldehido. En vista de que es un polvo, no -
be a la precipitación del tejido muscular que se puede ser utilizado en los frascos con el material
ha tornado denso v refleja la luz mucho más que planctónico ya que sedimenta sobre la superficie
los tejidos que son parcialmente translúcidos de- y las delgadas sedas de los pláncteres dificultan-
bido a haber sido almacenados en un líquido con do su observación. Los trocitos de mármol, co-
pH alto, absorbiendo, por ende, más luz. Ade- mo una forma de carbonato de calcio, también
más, a pH bajos los músculos pierden gran parte suelen ser utilizados, ya sea en la solución patrón
de su elasticidad, y en consecuencia los miem- concentrada al 40%. o en el fijador mismo, pero
bros se desprenden fácilmente durante la obser- su relación superficie/peso es tan baja en compa-
vación de los crustáceos, inclusive en los de me- ración con la del polvo que su empleo es prácti-
nor talla. camente inútil.
Cuando el formaldehido entra en contacto con
Bórax (tetraborato de sodio, Na2 B4 07.10 H20,
prote ínas o aminoácidos frescos, la reacción an- peso molecular: 381,43). Produce depósitos
tes indicq.da produce ácido metilenaminoacético blancos que aumentan con el tiempo al ser di-
si la solución fijadora es neutra. Sin embargo, si suelto en formaldehido al 40'/0 . En consecuen-
el pH de la solución de formaldehido se eleva a 8 cia, si se requiere un pH alto es preferible disol-
u 8,5, la reacción indudablemente se modificaría ver el bórax en el fijador a medida que éste se va
y una fijación completa con formaldehido sería utilizando (al 1-2% ), en vez de hacerlo en la so-
improbable. Jones (1976) presenta más detalles lución concentrada. De cualquier manera, deben
acerca de las aplicaciones de la elevación del pH tenerse en cuenta los efectos del pH alto sobre la
de las soluciones fijadoras de formaldehido. fijación de los organismos (ver más arriba).
Cuando el pH de las soluciones de formaldehido,
ya sea para fijación o para preservación, es lleva- Hexametilentetramina (hexamina, urotropina,
do a 8 u 8,5 para evitar daños a las conchas u metenamina; C6 H12 N4). Smith (1944) propuso
otros elementos de carbonato de calcio, las pro- este compuesto como buffer para uso biológico
teínas pueden revelar cierto grado de subfija- juntamente con formaldehido. La eliminación
ción. del ácido en soluciones de este tipo obedece a la
ecuación siguiente:
Ajuste del pH de las soluciones + +
(CH2)sN4 + H20 + 4 H30 = 6 CH20 + 4 NH4
de formaldehido
Debido a su característica natural de producir Si, tal como se indica en la ecuación, ocurre libe-
soluciones ácidas, el formaldehido ha recibido ración de ión amonio, el efecto final será contri-
mucha atención por parte de aquellos biólogos, buir, más que evitar, a la disolución del carbona-
histólogos y citólogos para quienes estos I íqui- to de calcio, ya que para el carbonato de calcio
dos ácidos resultaban inadecuados en vista de " ... la solubilidad en agua es aumentada por las
que su uso provocaba serios deterioros qu ímicos sales de amonio" (Indice Merck, 6a. edición). El
o estructurales en el producto final. Ello llevó al uso de hexametilentetramina en soluciones de
empleo de numerosos reactivos tendientes a mo- formaldehido durante períodos prolongados pro-
dificar o eliminar este defecto. A continuación voca un marcado ablandamiento de los tejidos y,
se detallan algunos de los que fueron propuestos en algunos casos, tal como sucede con Crustacea,
para el uso del formaldehido con zooplancton los ejemplares pueden evidenciar signos de rup-
marino. tura.

Carbonato de calcio (C03 Cal. Puede ser utiliza- Fosfatos de sodio (NaH2P04, Na2HP04' Na3P04).
do en forma de polvo con formaldehido al 40% , Las sales de sodio del ácido ortofosfórico
tal como se adquiere en los comercios. Mantiene (H3 P04) se utilizan en diferentes combinaciones
el pH en 6,4 - 6,9, pero debido a que se trata de como buffers en gran escala. Pueden emplearse
un sólido no se trasvasa al mezclar el formaldehi- con agua destilada, como corresponde, pero con

121
Fijación y preservación de zooplancton marino in toto

élqua eje mar dan origen a fosfatos insolubles, y Los álcalis líquidos, tales como piridina y amo-
por ello raramente se emplean en soluciones de níaco, en agua, son inadecuados como neutrali-
formaldehido en agua marina. zadores de pH bajo debido a su toxicidad y olor
desagradable; el trabajo con plancton en reci-
Glicerofosfato de sodio Na2 el H, (OH)2 P04 . pientes abiertos de los cuales emanan vapores de
51/e HeO; peso molecular: 351, 15). Estecom- alcohol metílico, formaldehido y piridina re-
puesto cuenta con la ventaja, sobre las sales del presentaría un serio peligro para la salud.
ácieJo ortofosfórico mencionadas anteriormente
eje mezclarse con agua destilada y con agua d~ Los efectos de la evaporación
mar sin producir precipitado alguno. Una con- del formaldehido
centración del 2% en formaldehido 40% mantie-
ne mdefinicJ3m:mte un pH de 7,2. Una solución Cuando se utilizan platillos o cápsulas de poca
al 1 % en formaldehido al 4% en agua de mar (o profundidad para contener el líquido preserva-
en agua destilada) mantendrá un pH de 7 o algo dor, como formaldehido en agua al 4%, y los
más indefinidamente (lg de glicerofosfato de so- pláncteres, la relación superficie/volumen es
dio, 10 ,mi de formaldehido 40%, 89 mi de agua. muy alta. La evaporación parcial del agua y del
de mar). Mantiene inclusive los pequeños gránu- formaldehido lleva a un desequilibrio de los cons-
los de carbonato de calcio intracelulares como tituyentes no volátiles remanentes. Esto puede
por ejemplo, en el manto de los molusc~s o e~ ocurrir no solamente durante la manipulación,
el hepatopáncreas de los cangrejos, de manera sino también durante el almacenamiento de las
que son claramente visibles en los cortes histoló- muestras, si los frascos son de boca ancha y
9lcos. no tienen un cierre hermético. La figura 73 ilus-
tra el incremento de la concentración del formal-
Tris, (hidroximetil)metilamina (NH2. C{CH2 dehido en una cápsula de Petri de 150 mm de
OH)3; peso molecular: 121,14). Este buffer orgá- diámetro; a una temperatura ambiente de 26° C,
nico, comúnmente utilizado con ácido clorhídri- después de cinco horas de trabajo se verifica un
co como Tris HCI, fue empleado durante años, aumento de la concentración relativa del fijador
pero su uso jUiltamente con formaldehido es
aún cuestionable debido a su grupo amino.

Bicarbonato de sodio (NaHCO~; peso molecular:


84,01). Cuando vse utiliza
O
..
.•.
para neutralizar solu- .. "a-oeo~...~3O15 en52341 H20 destilada 3,51'. ~
e g O2
•••
Formaldehido al
ciones de formaldehido,Horas
el pH puede ascender a ~
E
7,5-7,8, pero a medida aue progresa la conver-
sión a carbonato de sodio el pH asciende pudien- ~ 4
do alcanzar valores de 9 a 9,5. A este pH muchas
prote ínas se ablandan y se hinchan. Una de las
desventajas de su empleo es que su reacción con
ácidos implica la presencia de CO2; éste pasa a
solución formando H2 C03, que disuelve el car-
bonato de calcio.

Las consideraciones acerca de las ventajas y des-


ventajas de los diferentes agentes neutralizantes
de la acidez y buffers para uso con agua de mar,
formaldehido y tejidos biológicos, particular-
mente con prote ínas, indicar ían que el gl icero-
fosfato de sodio podría ser utilizado con mayor
frecuencia como modificador del pH y como
preservador de carbonato de calcio en los teji-
dos, además de ser más adecuado para la preser- Fig. 73. El' efecto de la evaporación sobre las soluciones acuosas
vación de las prote ínas. de formaldehido.

122
FIJación y preservación de looplancton marino In raro

pero no de su cantidad total remanente. Al co- invierte varias veces con cuidado para mez-
mienzo del trabajo la concentración del formal- clar bien su contenido, luego la tapa se re-
dehido era del 3,5%, y aumentó al 3,8% luego de tira, se deposita la etiqueta interna, y se vuel-
5 horas; én 24 horas con la cápsula destapada la ve a cerrar herméticamente.
concentración del formaldehido asciende aI4,6%. Este método tiene la ventaja de que cualquie-
En estas condiciones la velocidad de evaporación ra !:ea la cantidad de material planctónico
del agua es mayor que la del formaldehido. Lo inclu ída, la concentración final del fijador
que queda en la cápsula luego de 24 horas es un será del 4% o más. De esta manera se evita
volumen de líquido menor debido, principal- el peligro de que los pláncteres se descom-
mente, a la pérdida de agua, una cantidad total pongan, aunque la relación volumen de la
menor de formaldehido, pero de fuerza propor- muestra VS. volumen del líquido fijador ex-
cionalmente mayor, un mayor porcentaje de ceda ampliamente la relación recomendada
buffer, sales marinas y todos los demás constitu- de 1 a 9. Su principal desventaja se pone de
yentes no volátiles. El aumento de la concentra- manifiesto cuando la escasez de frascos obli-
ción de los buffers por este fenómeno, tales co- ga a llenar éstos en un 50% con especímenes;
mo hexamina, generalmente provoca deterioros ello implica que, al llenar el frasco con fija-
en alguMs integrantes de la pesca planctónica. dor, los organismos estarán inmersos en una
También puede resultar pernicioso el aumento solución de formaldehido dos veces más
de la presión osmótica. concentrada que lo necesario, es decir, al
8%, además de contener también una canti-
dad doble de los demás ingredientes, e.g.,
Dilución del formaldehido bórax. Este exceso de material lleva a una
fijación deficiente.
Cuando se diluyen 10 mi de formaldehido al
40% en 90 mi de agua marina o destilada el 2) El segundo método consiste en preparar una
resultado es una solución acuosa de formaldehi- solución de la concentración necesaria (4% o
do al 4%. Esta solución frecuentemente se de- 2%) en un recipiente independiente, con
nomina "formol" o "formalina al 10%", pero es agua de mar. Se llena un frasco de unos 500
más correcto Ilamarla formaldehido al 4% en mi hasta la mitad, luego se agrega el plancton
agua, ya que el nombre qu ímico del HCHO es vivo, drenado, y se completa con el fijador
formaldehido. Varios nombres para el mismo preparado hasta el tope. Los organsmos esta-
compuesto qu ímico llevaron a confusiones en lo ran inmersos en una solución de la concentra-
que se refiere a la concentración real de la solu- ción requerida, y si se observa la correcta
ción, sobre todo porque estos nombres diferen- proporción de material a líquido fijador, los
tes se refieren a concentraciones diferentes. resultados obtenidos deben ser excelentes.
Si se agregara material en exceso, la concen-
Dilución y fijación con formaldehido tración del fijador será aún la correcta, pero
la cantidad absoluta total de formaldehido
Dos son los métodos que normalmente emplean disminuirá a medida que la fijación progresa.
los investigadores en el mar:
El segundo método descripto puede también
1) Agregar a un recipiente de, por ejemplo, 500 utilizarse de manera levemente diferente:
mi, suficiente cantidad de formaldehido con-
agregar la cantidad correcta de plancton vivo
centrado (comercial, al 40%) como para
a un frasco de 500 mi (unos 50 mi), yagua
lograr una concentración del 4% cuando el
de mar hasta unos 250 mI. Seguidamente se
recipiente sea llenado hasta el tope con agua
completa el volumen total con formaldehido
de mar y plancton; en este caso la cantidad al 4%; la concentración final será del 2%.
de formaldehido necesaria será de 50 mI. Se
El frasco se agita cuidadosamente para mez-
agrega agua de mar hasta completar unos clar bien su contenido.
300 mi, seguidamente se depositan unos 50
mi de pláncteres aún vivos, drenados, y final- Los tres métodos descriptos son de uso ge-
mente el frasco se llena hasta el tope con neral y la selección de uno u otro es una
agua de mar. Se coloca la tapa y el frasco se cuestión de experiencia previa.

123
Fijación y preservaCión de zooplancton marino 11I {I/{O

Soluciones de formaldehido a partir posibilidades de mejorar el rendimiento del for-


de paraformaldehido maldehido como fijador de zoopláncteres me-
diante la adición de drogas que contribuyeran
Cuando se utiliza paraformaldehido para prepa-
rar soluciones de formaldehido se cuenta con la a mantener a los espec ímenes más flexibles, re-
ducir las emanaciones del íquido durante la
1

ventaja de que la droga está en estado seco y,


manipulación del material en recipientes abiertos,
por consiguiente, no se ha acidificado. Viene hu-
evitar el total secado de los organismos en fras-
medecida ligeramente con metanol y, si está en
cos de almacenamiento con cierre defectuoso;
forma de esférulas (de 1 a 2 mm de diáme-
actuando también como agentes bactericidas y
tro), representa un ahorro de espacio y peso de
fungicidas. Dos fueron los aditivos finalmente
alrededor del 60%. No se disuelve en agua con
seleccionados de una vasta cantidad, y se incor-
facilidad sin la ayuda de calor, y normalmente se
poraron a las soluciones de formaldehido para
requiere un pH de 8 a 9 para producir la despo-
estudiar sus efectos y propiedades. Uno de ellos
limerización. La preparación de una solución al
fue el 1·2 propanodiol, y el otro el 3·fenoxi·
4% en agua de mar o destilada se realiza de la si-
propanol.
guiente manera: agua marina o destilada, 94 mi,
~Iicerofosfato-~·de sodio, 1 g; calentar a 80 Ó 900 3-fenoxi-propanol (C'} H 1 ~ O2; peso molecular:
C y agregar las esférulas o escamas de parafor- 151; índice de refracción: 1.5; densidad: 1,1).
maldehido -4 g. Mantener la mezcla a 800 C, la Este líquido sólo es soluble en agua destilada y
disolución del paraformaldehido debe estar com- marina luego de una vigorosa agitación. La solu-
pletada a los 30 minutos. Dejar enfriar yenton- bi Iidad en agua desti lada es del 1,1 OJo, pero algo
ces la solución puede emplearse. Es preferible menor en agua de mar. Cuando es disuleto en
una campana de extracción para realizar estas agua no tiene propiedades de fijación, y cual-
operaciones. Aún cuando todo el paraformal- quier sustancia fresca puesta en una solución del
dehido se haya disuelto quedará un pequeño re· mismo se descompondrá. Sin embargo, su rol en
siduo sólido insoluble. Esta solución se manten- los líquidos fijadores-preservadores es importan-
drá bien, y su pH será constante de 7·7,2 debi- te ya que impide el crecimiento bacteriano una
do, principalmente, a la presencia del glicero- vez que la fijación ha tenido lugar.
fosfato-~·de sodio.
1-2-propanodiol (CHJ CHOHCH2 OH; peso mole-
Soluciones de formaldehido - cular: 76,09). Este glicol es muy soluble en agua
destilada y marina solamente después de una agi-
tiempo de fijación tación vigorosa. Constituye un buen inhibidor de
No es fácil realizar una estimación precisa del la fermentación y crecimiento de moho. Mantie-
tiempo requerido para fijar completamente todos ne a los tejidos elásticos y permite que las patas
los componentes del producto de un barrido de de los artrópodos conserven su elasticidad. Tam-
plancton. La velocidad de la penetración del fi- bién constituye un buen solvente para eI3-fenoxi-
jador varía con el tamaño y las cubiertas exter- propanol y es relativamente inocuo para el hom-
nas del animal, y aún cuando ya se ha verificado bre. Se seca con mucha dificultad y aumenta el
la penetración total del fijador, la reacción qu í- punto de ebullición del agua disminuyendo el de
mica entre el formaldehido y los tejidos puede congelamiento. La mejor manera de utilizarlo es
tardar varios días y puede variar de acuerdo a la en soluciones alcohólicas, en reemplazo del glice-
temperatura. Diez días serían el mínimo para la rol, que favorece el crecimiento del moho. El
mayor parte de las prote ínas. Durante los pri- 1-2-propanodiol no es un fijador.
meros dos días de fijación el frasco debe ser re- Formaldehido con
petidamente invertido con suavidad para asegu-
rar una adecuada mezcla; las primeras horas de la 3-fenoxi-propanol y con
fijación tienen gran importancia en el proceso. 1-2-propanodiol
Estas tres drogas pueden ser combinadas en un I í-
Aditivos para el formaldehido quido fijador para plancton in toto, o para otros
animales. No es específica mente recomendable
Las investigaciones del programa del SCOR/ para histología, pero los organismos fijados y al-
UNESCO WG 23 incluyeron análisis de las macenados en él pueden ser sometidos a una se·

124
Fljaclon y preservaclon de zooplancton marino 111 (DIO

ljunda fijación tal como la de Bouin si se desea C2 H5 OH). También se emplea alcohol isopro-
practicar cortes histológicos con el material. Las pílico en aquellos lugares donde se obtiene a ba-
proporciones de los tres constituyentes pueden jo costo, pero normalmente es demasiado costo-
ser regul~das para dar soluciones fijadoras-preser- so para la conservación de especímenes bioló-
vadoras fuertes, reGulares o débiles; las cantida- gicos.
des pueden derivarse de las siguientes dos fórmu-
las básicas (fig. 74).
Etanol (C2H50H)
El alcohol no es muy bueno como fijador. Su
2.5 5,0
formalcJ"hlc!o
89.5
12-
mi
propanodlol
omarina
4,5 7.5
mimi
agua
90,0 mi
40':.
mi
destilada
mi
3-ff-'nOXI-
0,5 rnl efecto fijador es debido, en gran medida, a la
Solución precipitación de las prote ínas por v ía de su des-
hidratación total o parcial. Esta desnaturalización
de las proteinas puede ser parcialmente reversi-
ble, en vista de ello los tejidos fijados con alcohol
pueden resultar fácilmente dañados en condi-
ciones inadecuadas, tal como sucede si se evapo-
F'g 74 Proporciones de formaldehldo, 3-fenoxl-propanol. 1- ra el alcohol de los recipientes con tapas imper-
2 -propanodlOl yagua utilizadas para la fijación-pre-
servación. fectas, o debido al trabajo prolongado en reci-
?ientes abiertos de poca profundidad. Cuando
Estas mezclas pueden prepararse en forma con- éstos fenómenos prOVOCéin la disminución de la
centrada, de tal manera que sólo sea necesario concentración de la solución se favorece el creci·
agregarles agua antes de su empleo; la solución miento de moho, sobre todo a temperatura am-
standard puede hacerse con 50 mi de 3-fenoxi- biente elevada.
propanol, 450 mi de 1-2-propanodiol y 500 m: Cuando se utiliza con animales marinos debe
de formaldehido al 40%. Diez mi de esta solu-
prepararse una solución al 75% con agua desti-
ción con 90 mi de agua formarán una de las lada; el empleo de agua marina dará por resul-
mezclas indicadas en la fig. 74. Resulta más fácil tado un líquido turbio debido a la precipitación
primero diluir el 3-fenoxi-propanol en el 1-2- de las sales marinas disueltas. Estos cristales pue-
propanodiol; a continuación se agrega el formal- den interferir en el estudio de los detalles mor-
dehido concentrado y se agita vigorosamente fológicos menores de los organismos. Como re-
para homogeneizar el compuesto. gia general, se obtienen resultados mejores fi-
En las mezclas indicadas en la fig. 74 la concen- jando en formaldehido y luego transfiriendo a
tración del forrnaldehido en la "solución fuerte" los animales a alcohol 75%. Sin embargo, este
será aproximadamente del 3%, y en la "solución procedimiento es más lento y costoso que si se
standard" del 2%. Si se utilizara el término "for- usa una única solución, como formaldehido al
mol" o "formalina", las concentraciones corres- 4%, como fijador y preservador. Otra desventaja
pondientes serían 7,5% y 5%, respectivamente. del alcohol como preservador es que es solvente
Es recomendable utilizar estos compuestos ya de I ípidos, disolviendo, por ende, grandes canti-
mezclados cuando se agre~an al frasco. A cada li- dades de aceite de los pláncteres luego de algu-
tro de mezcla se adicionan 2 g de glicerofosfato nos años de almacenamiento. Esto se pone en
de sodio, que mantendrá el pH entre 6,5 y 7,3. evidencia cuando los organismos se examinan en
Los preparados concentrados dan buenos resul- recipientes bajos, como las cápsulas de Petri. A
tados en cuanto a su poder preservador, y ello medida que el análisis progresa y el alcohol se va
también parece verificarse con las soluciones que evaporando, la solución preservadora en el reci-
con ellos se realizan. piente se debilita. Su capacidad como solvente
de los I ípidos disminuye y los aceites salen de so-
Alcoholes como soluciones lución en forma de pequeñas gotas que tornan el
fijadoras-preservadoras para 1 íquido turbio e inadecuado para continuar el
trabajo. El agregado de alcohol absoluto (etanol
zooplancton marino al 100% ) al recipiente aliviará la turbidez, pero
El alcohol más ampliamente utilizado como fi- el procedimiento se vuelve demasiado costoso en
jador-preservador es el etanol (alcohol etílico, comparación con el empleo del formaldehido.

125
Fijación y preservación de zooplancton marino In tato

Alcohol isopropílico (isopropanol); de tejidos frescos dará por resultado un I í-


quido de reacción ácida que disuelve todas
CH\ CHOHCH1; las estructuras de carbonato de calcio luego
peso molecular: 60,09 de algunos meses. Si se utiliza bórax para
elevar el pH a 8,2 se mantendrán las es-
Las soluciones de este alcohol en agua pueden tructuras calcáreas durante algún tiempo, pe-
ser utilizadas como líquido preservador, pero ro las prote ínas se volverán blandas y, ade-
con agua de mar las sales precipitan volviendo el más, el bórax puede precipitarse sobre los
líquido inadecuado para el trabajo. Además, su pláncteres en forma de manchas blancas y
inhalación durante el trabajo con recipiente~ pegajosas.
abiertos es peligrosa. En cosecuencia, práctica-
mente carece de ventajas para el uso con planc-
ton marino. 8) El formaldehido comercial al 40% contiene
numerosas impurezas. Si se requiere formal-
Resumen y conclusiones dehido especialmente puro debe preparár-
selo a partir de paraformaldehido en el labo-
ratorio. Para disolver y despolimerizar el pa-
1) El formaldehido al 2% o al 4% en agua ma- raformaldehido éste debe ser calentado en
rina o destilada constituye el mejor fijador y agua de mar a 80-900e, con unas gotas de
preservador para los caracteres taxonómicos
solución acuosa de NaOH al 0,5%. Cuatro
y morfológicos del zooplancton marino mix- gramos de paraformaldehido tratados de esta
to; empero, aditivos tales como 3-fenoxi- manera se disuelven en 20-30 minutos a 80° C.
propanol o 1-2-propanodiol en el formal- Así deberá mantenerse en solución durante
dehido dan resultados aún mejores con mu- algunos meses, pero si no se agrega alcohol
chos pláncteres. metílico para minimizar la polimerización,
aparecerá algo de paraformaldehido en el
2) El formaldehido mantiene a los pláncteres recipiente.
en buenas condiciones durante 60 años o
más.
9) El mismo proceso puede aplicarse con agua
3) Constituye el reactivo más económico de to- destilada para producir formaldehido al 4%.
dos los que pueden utilizarse como preser-
vadores para plancton.
10) Uno de los reactivos más indicados para evi-
tar la ca ída del pH en las soluciones de for-
4) Cuanto más baja sea la relación de volú-
maldehido es el glicerofosfato-¡J-de sodio;
menes entre el material a fijar y el fijador,
éste debe utilizarse al 0,5-1 % en el fijador.
mejor será el resultado de la fijación y de la
preservación. Se recomienda una relación
organismos:fijador de 1 a 9, aproximada-
mente. 11 ) El pH más adecuado para la preservación de
las prote ínas en las soluciones de formaldehi-
do oscila entre 6,5 y 7,5.
5) Si aquella relación de 1:9 se respeta puede
utilizarse formaldehido al 2%.
12) A pH 8 las soluciones de fomaldehido pue-
6) Si la relación de 1 a 9 es excedida, o si se de- den ablandar y gelificar algunas proteí-
ben fijar pláncteres de gran tamaño, debe nas, sobre todo en condiciones de tempe-
utilizarse formaldehido al 4%. ratura elevada.

,
7) En la mayoría de los casos el empleo del for- 13) A pH 5,5 o menos las proteínas aparecen
maldehido para la fijación y preservación blancas y se vuelven rígidas y quebradizas.

126
FiJación y preservación de zooplanclon marino 111 (0(0

14) El mantenimiento de las colecciones de (KAI(S04)2' 12H20), 0,5gporcada 100ml


plancton en ambientes frescos (5 a 150C) de formaldehido al 2% o al 4% en agua de
y oscuros contribuye en buena medida a su mar o destilada.
mejor consérvación durante plazos prolon·
qados.
22) Para pláncteres ricos en I ípidos el formal-
dehido en agua de mar es preferible a aquél
15) Cuando se almacena en ambientes fríos preparado con agua destilada.
(-5QC.+ 10°C) el formaldehido comercial
al 40% se vuelve turbio y presenta depósi-
tos blancos. Ello generalmente se debe a la 23) El formaldehido, con el tiempo, decolora
formación de paraformaldehido, que puede todos los pigmentos animales. Los agentes
eliminarse agregando una pequeña cantidad antioxidantes pueden retardar este proceso,
de solución acuosa de NaOH al 0,5%. pero al cabo de uno o dos años de todos mo-
dos se produce una decoloración parcial o
total.
16) Los productores de formaldehido al 40%
recomiendan su almacenamiento a tempera-
turas entre 10 y 25°C. 24) El 3-fenoxi-propanol puede ser utilizado
como antioxidante en las soluciones de for-
maldehido en agua de mar, y en los com-
17) El pH del formaldehido comercial usual- puestos de formaldehido con 1-2-propanodiol
mente oscila entre 2,8 y 5. en agua marina ayuda a mantener los colores
naturales de los pláncteres más exitosamente
que el formaldehido al 4% solo.
18) La preparación de soluciones de formaldehi-
do para su uso como fijador-preservador pue-
de llevarse a cabo con agua destilada, agua de
25) Cuando se prepara un fijador de la siguiente
mar, agua de lluvia filtrada o agua deioniza- composición: 5 mi de formaldehido al 40%,
da. No debe utilizarse agua corriente común
0,5 mi de 3-fenoxi-propanol, 4,5 mi de 1-2-
debido a su contenido variable de sales de
propanodiol, 90 mi de agua marina, es más
calcio y de magnesio, sus poblaciones bacte-
fácil hacer primero una solución' concentra-
rianas y su c1orinidad.
da y luego diluirla con agua de mar, que ha-
cerla directamente tal como lo indican las
19) El bórax, en una porporción de 2 g a 98 mi cantidades detalladas. El procedimiento a se-
de formaldehido al 40%, elevará el pH guir es: agregar 50 mi de 3-fenoxi-propanol a
de la solución a, aproximadamente, 8,2. 450 mi de 1-2-propanodiol, agitar vigorosa-
Cuando el formaldehido se diluye para la fi- mente, si es posible por medios mecánicos,
jación debe asegurarse que haya suficiente hasta lograr una homogeneización absoluta;
bórax como para mantener el pH por encima agregar luego 500 mi de formaldehido al
de 7, cuando ello es necesario. 40% y agitar nuevamente para mezclar bien.
Diez mi de este concentrado con 90 mi de
agua de mar constituyen el fijador. La misma
20) El formaldehido con glicerofosfato-¡3-de so· técnica para preparar un fijador de triple
dio preserva bien los gránulos de carbonato fuerza incluye las siguientes cantidades:
de calcio en los tejidos, y es adecuado para 3-fenoxi-propanol: 0,5 mi, 1-2-propanodiol:
las secciones histológicas. 2,5 mi, formaldehido 40%: 7,5 mi, agua de
mar o destilada: 89,5 mI. La solución con-
centrada contendrá, 3-fenoxi-propanol: 50
21) Para usos especiales puede obtenerse un pH mi, 1-2-propanodiol: 250 mi, forma!dehido
bajo utilizando sulfato de aluminio y potasio 40%: 750 mi; 10,5 mi de esta solución y

127
FIJ.1l11111 y 1"1'~,f'rVación di' luupldllt.lcJll ITlctrlno 111 ((1("

89,5 mi de agua marina constituyen el fi- manteniendo el nivel inicial. De esta manera,
jador. si la fijación-preservación se ha realizado
en formaldehido al 2% en agua de mar, se
recomienda ir agregando formaldehido al 1%
26) Cuando se utilizan en recIpientes abiertos
en agua destilada para compensar las pérdi-
para la separación de especímenes, sobre das de líquido por evaporación.
todo en ambientes cálidos, las soluciones de
formaldehido desprenden emanaciones y,
además, su composición experimenta un 27) La presencia de 1-2-propanodiol en la mez-
cambio progresivo por efectos de la evapo- cla de formaldehido y 3-fenoxi-propanol
ración. La adición de agua desti lada a la reduce el ritmo de evaporación del formalde-
cápsula, al finalizar el trabajo, no constitu- hido y del agua, tanto en los frascos de al-
ye una solución satisfactoria ya que también macenamiento como en los recipientes abier-
ha ocurrido pérdida de formaldehido. Si tos, durante el trabajo. Consecuentemente,
bien los pláncteres están integrados por te- estas mezclas son menos desagradables para
jidos muertos y fijados, no son empero in- el operador, sobre todo en condiciones cáli-
munes a los cambios de presión osmótica, das.
por lo tanto, cuanto menos se produzcan
cambios de esta índole, mejor se conserva-
rán los organismos. En consecuencia, a me- 28) El tiempo m ínimo necesario para lograr una
dida que avanza el día es recomendable ir fijación completa con formaldehido es de 10
agregando líquido preservador a la cápsula días.

128
f···:·";;
~:'. ,t,i""

I
i

ETIQUETADO, ALMACENAMIENTO, ETC.


DE LAS MUESTRAS
DEMETRIO SOL TOVSKOY

EI correcto manipuleo de las muestras de plane- nuevamente y volver a lavar el conjunto,


ton puede qarantizar su integridad y utilidad sobre todo la parte final de la red que es
durante decenas de afios. Por el contrario, un donde mas frecuentemente queda material
tratamiento inadecuado suele inutilizarlas a los adherido.
pocos d (as de su extraccion. En el manual edi-
tado por Steedman en 1976, se discuten en pro-
fundidad las recomendaciones pertinentes; aqu f 4) EI material concentrado se transfiere a un
5610 se dara una breve reseiia acerca del tema. frasco 0, cuando su volumen excede de 1/10
a 2/10 del primero, a varios frascos limpios y
En el caso de muestras de indole general, una debidamente rotulados. Los recipientes mas
vez que la red se ha izado del agua deben reali- recomendables paraelalmacenamiento de las
zarse los siguientes trabajos: muestras de plancton son los de vidrio
transparente, de boca ancha, cilfndricos, con
1) Detener el rotor del flujornetro y efectuar la tapa a rosca 0 a presion de cierre herrnetico.
lectura correspondiente. Los de plastico, si bien mas livianos y menos
fragiles que los anteriores, adolecen de nu-
2) La red se eleva de tal manera que su extrema merosos defectos (son mas costosos, general-
posterior queda colgado por encima del ni- mente no son transparentes, mas diflciles de
vel del agua. Acto seguido se la lava, desde cerrar hermeticamente, algunos materiales
afuera, con un chorro fuerte de agua salada. sinteticos son de baja resistencia a varios
Para ello suele, cornunrnente, utilizarse una compuestos qu imicos presentes en los plane-
manguera conectada al sistema de incendio teres, etc.), que los hacen poco recernen-
del barco; 0, en el caso de embarcaciones dables para este uso. Sin embargo, ante la
chicas, baldazos de agua del lugar. Debe te- ausencia de recipientes ideales, practice-
nerse en cuenta que si la red.es de, por ejem- mente cualquiera puede ser utilizado para
plo, 0,200 mm de abertura de malia, pero la almacenar muestras temporariamente; en
muestra colectada se usara tarnbien para la varias campaiias oceanograticas y 'ante el
evaluaci6n cualitativa de rnicroplancteres exceso imprevisto de muestras hemos hecho
(retenidos con el resto del material mayor) el uso, provisoriamente, hasta de botellas de
agua del lavado puede contaminar la colecta bebidas gaseosas.
con organismos heterotopicos. Otro procedi-
5) La muestra se fija (ver paq. 117) y se lIena
miento que suele concentrar el material efec-
con liquido hasta el tope. En los recipientes
tivamente es la inrnersion de la red varias lIenos la aqitacion y consecuente deterioro
veces en el agua manteniendo su boca afuera. del material son men ores que en los parcial-
mente vacios: edemas en los frascos semi lle-
3) Una vez que la mayor parte del material se nos numerosos especfmenes suelen quedar
ha concentrado en el recipiente colector, adheridos alas pareden por encima del ni-
este se desprende y su contenido, en caso vel del Ifquido, secandose. La fijacion debe
necesario, se vuelve a concentrar, ya sea uti- ser realizada inmediatamente luego de trasva-
lizando las ventanas de drenaje del recipiente sar la muestra; esto es especial mente impor-
mismo, 0 un tamiz .ad hoc. Frecuentemente tante en las aguas calidas donde los efectos
suele ser necesario acoplar el copo a la red de la autolisls, canibalismo y predacion. de-

129
EtiQuetado. almacenamiento. etc. de las muestras
-" -,

gradacion qu (mica y accion bacteriana pue- sin recurrir a la apertura del frasco y rerno
den ser devastadores en el transcurso de los cion del material; para ello este se ubica con
primeros 5-10 minutos. la cara impresa hacia afuera, paralelo al vi.
drio. En los casos de organismos especial.
6) Acto sequido se procede a la rotulacion de la
mente delicados y que pueden deteriorarse
muestra. Las etiquetas se confeccionan con
por contacto con el papel rfgido de la etique-
papel resistente al agua V alas sustancias qu (-
ta, esta puede ser pegada a la superficie inter
micas presentes en el fijador y en el plancton
na de la pared del recipiente , La rotulaci6n
(forrnaldehido, alcoholes, prote Inas. grasas,
abreviada de la parte superior del frasco V /0
etc.): como por ejemplo, papel vegetal (papel
de su tapa constituve un medio eficaz para
para pianos) de buena calidad. Es importante
su rapida identificacion y contribuve a dis-
que el papel de la etiqueta este libre de almi-
minuir el deterioro de los organismos debido
don va que, de 10 contrario, se deteriora ra-
al exceso de rnanipulacion. Sin embargo, en
pidamente; adernas, el almidon puede actuar
ningun caso esta inscripcion reernplazara a la
como consumidor de ciertos I iquidos fijado-
etiqueta interna.
res' (e. g., luqol}, oscureciendose hasta la
Adernas de este rotulo inicial permanente, en
ilegibilidad y provocando una deficiente fi-
el curso del tiempo a la muestra podran aqre-
jacion del material conservado. Es muy con-
garse otros adicionales especificando los uses
veniente el uso de etiquetas previamente im-
que ha tenido el material, fraccionamientos,
presas; ello contribuve a evitar la ornision de
extraccion de organismos, etc. Es muy reco-
datos en el rotu 10. Los espacios en blanco se
mendable que cualquier nuevo tratamiento,
deben lIenar con tinta china 0 lapiz de grafi-
revisi6n 0 manipulaci6n de la muestra sean
to (Ias tintas de bol (grafo cornun, lapiceras
detalladamente registrados en una etiqueta
recargables, lapices de punta de fibra, etc.,
interna.
son solubles en agua). La informacion que
debe incluirse en el rotulo de cada frasco 7) Una vez rotulada la muestra, se procede a
contendra los que se consideren mas impor- lIenar la planilla 0 cuaderno de registro de
tantes de los datos siguientes: buque, cam- muestras de plancton, con todos los datos
pafia, estacion, muestra, fecha, hora (local de la etiqueta mas detalles de las maniobras
o Greenwich), extension del lance, tipo del lance, observaciones rneteoroloqicas del
del lance (horizontal, oblicuo 0 vertical), estado del mar, etc. (ver Servicio de Hidroqra-
profundidad del lance, velocidad de arras- ffa Naval, 1958; Kramer et al., 1972; Smith
tre, red (tipo, diarnetro de boca, malia, etc.l, V Richardson, 1977).
latitud, longitud, profundidad del lugar, tem- 8) Las muestras fijadas, rotuladas y herrnetica-
peratura (en superficie y alas profundidades mente cerradas se !levan a deposito. Tanto a
muestreadas) salinidad (en superficie ya las bordo como en tierra este debe ser un .Iugar
profundidad~s muestreadas), otros pararne- oscuro y fresco, sin cambios terrnicos brus-
tros ffsicos y qu Irnicos del ambiente, metros cos. En la embarcaci6n es conveniente que
de cable filado, anqulo del cable (promedio), los frascos esten ubicados en la zona de me-
flujornetro (nurnero de identificacion y lee- nor movimiento, a fin de evitar la aqitacion
turas inicial y final), volumen estimado de excesiva del l iquido. Los recipientesse ubican .
agua filtrada, frascos (cantidad de frascos en cajones de madera 0 material plastico ad
que contienen la muestra: 1 de 1, 1 de 2; 0 hoc, provistos de divisiones preferiblemente
1 de 4 2 de 4, etc.). observaciones (presen- acolchadas.
cia de' floraciones observables, accidentes
ocurridos durante las maniobras, imprevis- 9) Apenas lIevadas al laboratorio, las muestras
tos, dudoso comportamiento de los apa- deben ser cuidadosamente inspeccionadas
rates, etc.), operador. Aquellos de estos da- para verificar el estado de integridad V c~-
tos que no se consignen en la etiqueta, deben rrecta preservacion de los organismos, leqi-
incluirse en la plan ilia de registro de muestras ble V completa la rotulaci6n, etc. (ver pag.
de plancton (ver mas adelante). Es impor- 27 et sea. en Steedman, 1976a). En adelan-
tante que el r6tulo pueda leerse desde afuera, te , deben efectuarse verificaciones regulares

130
Etiquetado. almacenamiento, etc. de las muestras

o- (cada 2-3 semanas durante los primeros me- investiqacion a montar secciones dedicadas a la
m ses Y mas especiadamente luego del primer separacion de taxones de las muestras, su reenva-
ti- afio] para asegurar que el fijador no ha cam- sado y env 10 a especialistas en diferentes lugares
ll- biado su pH ni concentraclon: que no hay del mundo (e.g., Centro de Preclasificacion Ocea-
ie avaporaclon ni perdidas, etc, Encaso nece- nica, Mexico; Smithsonian Sorting Center, Smith-
e- sario el l iquido preservador se repone 0 cam- sonian Institution, USA). Esta iniciativa, en prin-
r- bia totalmente; todas estas manipulaciones cipio tan loable, adolece, sin. embargo, de un
·n deben ser registradas en lasetiquetas y/o pla- qrave defecto: algunos taxones (e.g, Chaetognatha
'0 nillas correspondientes a la colecci6n. Si las Medusae), debido a las nurnerosas manipulacio-
'a muestras ya analizadas seran guardadas en nes que sufren, IIegan al especialista en estado
s- deposito durante per Iodos de tiempo largos, de preservacion e integridad tan deplorables que
o es conveniente sellar sus tapas con estearina, son practicamente inutiles para estudio alguno.
n cinta adhesiva 0 alqun sellador plastico im- Ello constituye una evidencia mas de 10 irnpor-
a permeable para evitar la evaporacion. Otra tante que es el evitar manejar el material inne-
alternativa consiste en ubicar los frascos, in- cesariamente. Por el mismo motivo, cada trasva-
n clusive aquellos carentes de tapas herrne- sado, revision, etc. deben realizarse con sumo
ticas, en cameras hu medas selladas (e. g., cuidado y delicadeza.
s peceras) donde la humedad ambiente impe-
"
dire) la evaporacion del I iquido preservador. Cuando una misma muestra es destinada al estu-
dio de varios grupos, generalmente por parte
Para finalizar, considero utildetallar algunas ob- de especialistas diferentes, suele ser importante
servaciones acerca del procesamiento ulterior del el orden en que los distintos taxones son trata-
material planctonico, En todos los casos debe te- . dos. Por ejemplo, el analisis de los radiolarios y
nerse en cuenta que toda nueva rnanipulacion, foramin iferos puede requerir procesamientos
traslado, trasvasado, etc. de la muestra contri- destructivos como calcinado, oxidacion y otros
buye, en mayor 0 menor grado, al deterioro de (ver p. 274) los cuales, 16gicamente, s610 deben
; ." 105 plancteres, EI alto costa de las campafias emplearse una vez que el material ha side ya
oceanogrMicas y la estrecha especial izaci6n de utilizado para el estudio de 10S' dernas plancte-
105 planctoloqos ha lIevado a algunos centros de res (ver p. 213).

131
DETERMINACiÓN DE LA BIOMASA
DEL ZOOPLANCTON
JOHN R. BEERS

peso, compuestos qu ¡micos diversos (general-


Métodos tradicionales mente, carbono, nitrógeno, fósforo, proteínas,
de medición de la biomasa Iípidos y/o carbohidratos; pero también com-
del zooplancton puestos más específicos tales como el ATP), Y
contenido calórico. Además, también fueron uti-
lizadas mediciones de tamaño, i.e., dimensiones
El zooplancton es un conjunto heterogéneo que
lineales, que, frecuentemente, son convertidas a
comprende una variedad de taxones de diversos una de las medidas precedentes, especialmente
tamaños, morfologías y composición qu ímica; con el zooplancton de menor talla. En general,
esta última incluye distintas cantidades· relativas todos éstos son métodos tradicionales de medir
de agua y constituyentes orgánicos e inorgáni-
biomasa. Si bien las publicaciones que los tratan
coso La medida de la biomasa del zooplancton (ya
específica mente son relativamente comunes, las
sea sobre muestras representativas ae poblacio-
secciones de "Materiales y métodos" de los tra-
nes totales, generalmente de taxones diversos,
bajos que utilizan datos de biomasa para propó-
como se obtiene por medio de barridos de red,
sitos más amplios incluyen gran parte de las
o sobre componentes separados, grupos taxo- críticas formuladas a los mismos. Por otro lado,
nómicos, especies, estadios del ciclo vital, etc.)
brinda información acerca de la abundancia de hay varias técnicas nuevas actualmente en desa-
rrollo tendientes a la determinación de la abun-
propiedades de los organismos que no pueden
dancia del zooplancton in situ, y que pueden
ser apreciadas por medio de números solamente.
proveer información sobre biomasa.
Estas propiedades, frecuente pero no necesa-
riamente, están íntimamente ligadas al tamaño. La evaluación de los métodos para la determi-
Para muchos propósitos de los estudios del zoo- nación de la biomasa del zooplancton fue una
plancton la medida de la biomasa puede suple- de las tareas encomendadas al SCOR/UNESCO
mentar y complementar, pero nunca sustituir, la Working Group 23 (Steedman, 1974, 1976a).
información acerca de la abundancia numéri-
Como parte de sus actividades se realizó una de-
ca y composición taxonómica. tallada revisión de la metodología de biomasa
Si bien el término "biomasa" puede ser defini- (Beers, 1976). La presente sección tiene por fi-
do, bastante literalmente, como "cantidad vi- nalidad actualizar aquella publicación, así como
viente" de material, su determi nación sobre la brindar descripciones generales de los diversos
base del zooplancton de muestras de barridos de métodos y analizar las áreas problemáticas más
red incorpora también la medida de cualquier importantes. En vista de la necesidad de obviar
componente sestónico no vivo. Generalmente, aqu í numerosos detalles, se hará frecuente re-
la importancia relativa del material detrítico ferencia a trabajos anteriores.
aumenta con el decremento del tamaño de los
poros de la red utilizada. Además, en algunas Hay varias preguntas que debe plantearse el in-
medidas, el contenido de agua y/o partes duras, vestigador antes de optar por un método deter-
minado: 1) ¿Qué medida es más significativa en
tales como estructuras esqueléticas que no pue-
den ser consideradas como "vivientes", también función del uso propuesto para la información
son incluidos. a obtenerse? Ninguna medida de la biomasa
puede ser considerada la mejor para todos los
Las propiedades del zooplancton usadas para propósitos. Si las unidades elegidas deberán ser
caracterizar su biomasa incluyen su volumen, convertidas en otras, ¿es adecuada la base elegi-

133
Determinación de la biomasa del zooplancton

da? (ver más adelante, p. 138).2) ¿Es el método cos el residuo de sal, imponderado, aumenta el
elegido coherente con consideraciones prácticas peso por su presencia. Para algunos propósitos
tales como el tiempo, instrumental, y cantidad esta sal debe ser completamente eliminada; en
de material de muestra disponible? Los métodos otros casos puede ser sustitu ída por materiales
varían desde aquéllos que solamente requieren que no afectarán la determinación final; e.g.,
material de vidrio de laboratorio de rutina (e.g. cuando se utiliza el secado sólo es necesario
volumen), hasta los que demandan equipos rela- sustituirla por materiales que no dejarán resi-
tivamente costosos y especializados (e.g., algu- duos. Las técnicas de remoción varían desde sim-
nos análisis qu ímicos). Algunos alteran profun- ples procedimientos de drenaje y secado por
damente las características del material de mane- medio de papel de filtro, hasta el uso de succión
ra tal que éste queda inutilizado para todo estu- y aire a presión. Todos deben ser cuidadosamen-
dio ulterior, mientras que otros lo mantienen te controlados y terminados en el momento más
virtualmente inalterado y disponible para otros oportuno para garantizar una completa elimina-
usos, incluyendo el estudio de la composición ción de los fluidos externos a los organismos sin
taxonómica. El Grupo de Trabajo 23 (WG 23, extraer materiales fuera de ellos. Lamentable-
SCOR/UNESCO: Steedman, 1974) recomendó mente, este punto no puede ser decidido con
la obtención, siempre que ello fuera posible, precisión, especialmente para muestras de taxo-/
de muestras duplicadas en cada lance de red, de nes mixtos, debido a la naturaleza variable de las
manera tal que una de ellas pudiera ser íntegra- diferentes formas con respecto a su contenido de
mente dedicada al procesamiento para biomasa. agua. Ahlstrom y Thrailkill (1963) hallaron que
la técnica más sencilla -el drenaje- no era sufi-
La selección del método puede requerir un com-
ciente para garantizar una completa eliminación
promiso entre la obtención del dato más desea-
del agua intersticial; también la cantidad de ma-
ble y las posibilidades prácticas, reales. Sea cual terial en la muestra afectaba la eficiencia del
fuere la elección, antes de embarcarse en el
drenaje. Cuando para el secado se utiliza papel
uso del método elegido es importante analizar
secante o de filtro, es necesario extremar las pre-
las consecuencias de los diferentes pasos involu-
cauciones para no dañar a los organismos. La re-
crados. La escasa uniformidad en las técnicas
cuperación cuantitativa del material también
empleadas para la determinación de la misma
puede plantear problemas, especialmente con los
propiedad sin duda ha contribu ido, en gran me-
organismos más pequeños. Otros métodos donde
dida, a la variabilidad de los resultados. La publi-
los pláncteres pueden ser fuertemente comprimi-
cación de las conclusiones exactas debe incluir
dos, tales como el centrifugado, succión y el
una detallada descripción de los procedimientos
uso de aire a presión, también son potencial-
seguidos. Dos problemas comunes a la mayoría
mente deteriorantes. El agua destilada y, cuan-
-si no a todos-- de los métodos, son: 1) EI uso de
do disponible, el agua corriente blanda, son
materiales preservados qu ímicamente, en oposi-
los líquidos más ampliamente usados para enjua-
ción a los frescos; y 2) La eliminación cuantitati-
gar las muestras dejándolas libres de sales que
va de materiales extraños (las sales y lo el agua
podrían permanecer como residuo del agua de
intersticial) de las muestras. Ambos factores
mar después del secado. Los enjuagues deberán
pueden ser la causa de gran parte de la variabili-
ser breves, generalmente del orden de segundos,
dad observada.
consistentes con la cantidad de material en la
muestra. Debido a las marcadamente diferentes
Contenido de agua intersticial concentraciones osmóticas de estos líquidos de
en las muestras enjuague y los fluidos del cuerpo de los organis-
El agua intersticial con su contenido en sales ad- mos, se ensayó el uso de soluciones qu ímicas,
venticias -agua marina-- es el medio de las tales como formato de amonio, que se volati-
muestras del plancton marino que incluye to- lizan completamente al evaporarse. Estas solu-
dos los fluidos externos al organismo. Si estos ciones tienen la misma concentración osmótica
elementos se computan en una determinación que el agua de mar. Sin embargo, debido a los
volumétrica, se suman erróneamente al valor de distintos constituyentes de los flu ídos del cuer-
desplazamiento aparente; en los materiales se- po, aún así puede haber intercambios iónicos y

134
Determinación de la biomasa del zooplancton

moleculares. Los solventes orgánicos, tales como te ello sucede mucho más rápido, inmediatamen-
los alcoholes, usados esporádica mente en el cur- te después de la fijación, y la velocidad de la va-
so de la historia de la planctolog ía, deben evi- riación decrece con el tiempo. Por lo tanto, es
tarse ya que ,muchos de los materiales de los mejor evitar hacer mediciones durante el perío-
cuerpos de los pláncteres son solubles en éstos, do durante el que puede tener lugar el cambio
arrojando valores subestimativos. más rápido. El WG 23 de SCOR/UNESCO re-
comendó que las mediciones rutinarias de la bio-
Fijación/ preservación masa de las muestras de plancton no fueran
hechas antes de 2 semanas a un mes inmediatos
de las muestras
posteriores a la fijación (Steedman, 1974).
Paraestudios taxonómicos, cuanto más pronto se
fija una muestra de plancton luego de su obten- Métodos volumétricos
ción, generalmente mejor será la preservación de
las características morfológicas de los pláncteres. Son aquéllos que miden el volúmen ocupado por
Si bien no se recomienda el uso de material pre- el material de la muestra, incluyendo el agua am-
servado para la medición de la biomasa (SCORI biental, estructural y otras (orgánica e inorgá-
UNESCO WG 23, Steedman, 1974); es preferi- nica); así como los organismos en sí. Este tipo de
ble su determinación (cuando las muestras tam- determinación no requiere la introducción de al-
bién deben ser usadas para estudios taxonómi- teraciones importantes de las condiciones de los
cos) sobre muestras fijadas debido al peligro materiales. Las formas grandes, gelatinosas son
potencial de daño a los organismos por descom- frecuentemente medidas por separado, ya que su
posición antes de la fijación. Además, puede no inclusión aumenta desproporcionada y ficticia-
ser conveniente o práctico procesar las muestras mente el contenido orgánico. Históricamente la
para biomasa a medida que son obtenidas y, determinación del volumen se realizó por: 1)
por lo tanto, es inevitable la utilización de algún Sedimentación, y 2) Técnicas de desplaza-
método de preservación. Sin embargo, el método miento. Sin embargo, la primera, aunque todavía
más común de preservar las muestras de zoo- utilizada, no es recomendable debido a su
plancton U.e., fijación qu ímica con formaldehi- inhabilidad para proporcionar una medida exac-
do) (ver p. 117) tiene efectos indeseables, por ta; la frecuentemente variable naturaleza de los
lo menos sobre algunas mediciones de biomasa. resultados depende de las técnicas específicas
Por ejemplo, puede ocurrir la contracción de los empleadas, los componentes taxonómicos, la
materiales protoplasmáticos de los cuerpos blan- cantidad de material, etc.(e.g., Bigelow y Sears,
dos, afectando las medidas volumétricas. Los fi- 1939; Usachev, 1939; Sheard, 1947; Lillelund y
jadores ylo sustancias usadas como buffers pue- Kinzer, 1966). En este método los materiales
den aportar constituyentes qu ímicos que luego son dejados sedimentar, generalmente durante
aparezcan significativamente en algunos análi- un período preestablecido, en un volumen de I í-
sis de -peso, y, especialmente, en análisis quí- quido dentro de un recipiente graduado, antes
micos. Nuevamente, la magnitud del problema es de que el cambio de nivel (= volumen del sedi-
algo dependiente de la composición taxonómica mento) sea registrado.
de la muestra. Ahlstrom y Thrailkill (1963),
por ejemplo, encontraron una disminución signi- En las medidas de desplazamiento sólo el volu-
ficativa en el volumen de las muestras ricas en men ocupado por los organismos es medido, no
formas gelatinosas con el tiempo, y Andreu siendo afectado, como en el caso del volumen de
(1977) halló un decremento promedio del 39% sedimentación, por factores como el grado de
luego de 3 meses de fijación, negativamente co- compactación, que es una función de las mor-
rrelacionado con el contenido de macrozoo- folog ías de los organismos, y otros. La determi-
plancton de las muestras; al mismo tiempo, nación se realiza simplemente midiendo el au-
Wiebe et al. (1975) no notaron diferencias vo- mento de volumen producido al agregar material
lumétricas, en muestras dominadas por copé po- de la muestra (libre de agua intersticial) a una
dos,antes de la fijación y luego de 2 años de pre- cantidad conocida de fluido en un vaso gradua-
servado. Cuando ocurren cambios, generalmen- do o midiendo el volumen de fluido necesario

135
Determinación de la biomasa del zooplancton

para llegar a un nivel determinado en un reci- Peso seco. Es el peso de todos los materiales del
piente graduado que contiene la muestra de la cuerpo, inorgánicos y orgánicos, que permane-
cual se extrajo el agua intersticial. Debe evitarse cen después que el agua, pero no las sales o
que el material contenga burbujas de aire, etc. componentes inorgánicos, ha sido eliminada. La
También existen varias técnicas que utilizan dis- importancia de formas con esqueleto relativa-
positivos especializados para determinar el vo- mente pesado es sobreevaluada por este méto-
do. Más aún, mientras que el peso seco no in-
lumen de desplazamiento. Algunas incorporan el
paso previo de eliminar el agua intersticial. Tal corpora la medida altamente variable del conte-
vez la más ampl iamente usada (e.g., Menzel y nido de agua, puede, sin embargo, exagerar la
Ryther, 1961; Bé et al., 1971) es el aparato de importancia de las formas gelatinosas por el pro-
Yentsch y Hebard (1957), en el cual la diferencia porcionalmente alto contenido de sales inorgá-
en la cantidad de líquido necesaria para llenar una nicas residuales que contienen. Las técnicas de
cámara de volumen conocido, con o sin plancton deshidratación incluyen: 1) Congelación y se-
presente, da una medida del volumen del planc- cado, e.g., liofilización, donde el agua es sublima-
ton. Este principio fue objeto de modificaciones da bajo presión reducida, y refrigerada; 2) Eva-
por Yashnov (1959) y Robertson (1970). Tam- poración a temperatura ambiente con o sin pre-
bién se ha desarrollado una variedad de disposi- sión reducida (e.g., en desecador); y 3) Aumento
tivos adicionales para determinar muestras re- de la temperatura para estimular la evapora-
ción. La liofilización de materiales frescos in-
lativamente pequeñas u organismos aislados (ver
mediatamente después de su recolección fue re-
Beers, 1976, para la descripción de algunos). Es-
tos frecuentemente hacen uso de buretas o reci- comendada por el WG 23 de SCOR/UNESéo
pientes similares finamente calibrados, lo que como el medio más seguro de eliminar el conte-
permite más precisión en la determinación del nido de agua natural de los organismos (Steed-
volumen. man, 1974). Debido a que algunos materiales
orgánicos volátiles del cuerpo responden a estos
tratamientos en puntos similares a los del agua,
Métodos gravimétricos es importante controlar la deshidratación cui-
dadosamente. Existe el riesgo que los fluidos
Los parámetros gravimétricos del zooplancton naturales del cuerpo se pierdan durante la fase
que fueron usados como índice de biomasa inicial del secado cuando están a temperatura
incluyen: 1) Peso húmedo (= peso vivo, peso ambiente o mayores. Por lo tanto, es necesario
crudo); 2) Peso seco, y 3) Peso seco libre de secarlos sobre una superficie sólida, para asegu-
cenizas (= peso orgánico). El equipo común ne- rar que no se pierda parte del material. Es im-
cesario para todos los procedimientos gravimé- portante asegurar que ninguna actividad en-
tricos es una balanza de capacidad y precisión zimática, incluyendo la descomposición micro-
coherentes con la cantidad de material a proce- biana, ocurra durante el secado. Por lo tanto,
sar. El costo del equipo, generalmente, varía en cuando se usa material no fijado se debe tener
proporción inversa al tamaño de la muestra. especial cuidado y no es recomendable secar las
Peso húmedo. Es una medida del total de los muestras en Vé!SOS abiertos a temperatu ra ambien-
te. El efecto de las temperaturas elevadas sobre
organismos vivos, incluyendo sus tejidos, tanto
el secado fue motivo de una cantidad de estu-
partes blandas como esqueletarias, duras, y con-
tenido de fluido. Su exactitud depende, prima- dios, utilizándose intensidades de hasta aproxi-
riamente, del grado de eliminación del agua madamente 100° C; el nivel de aproximadamente
intersticial. Durante el' pesado las muestras 60° C sugerido por Lovegrove (1966) fue amplia-
debieran ser mantenidas en recipientes cerrados mente aceptado como solución de compromiso
para evitar ulterior recambio de agua. La bioma- entre la eliminación rápida del agua y la posibi-
sa, expresada como peso húmedo, exagera la lidad de perder sustancias orgán icas fáci Imente va-
importancia de los zoopláncteres gelatinosos porizables. Dado que las muestras varían en la
con relativamente alto contenido de agua. Puede velocidad de eliminación de," agua, dependiente
de la cantidad y tipo de material, el secado de-
ser ventajoso eliminar éstos y tratarlos separada-
mente. biera ser continuado hasta que varias pesadas

136
Determinación de la biomasa del zooplancton

consecutivas sean razonablemente similares, en biomasa debido a su universalidad como com-


vez de extenderlo por un lapso arbitrario preele- ponentes de los materiales biológicos. También
gido; una vez alcanzado el punto mencionado el varios compuestos bioqu ímicos, tales como los
secado debe interrumpirse. Al preparar las mues- carbohidratos, I ípidos y prote ínas dan medidas
tras para la deshidratación es necesario eliminar relacionadas, aunque variablemente, con la bio-
las sales adventicias, pero no el agua intersti- masa.
cial. La deshidratación normalmente inutiliza
Se sugirieron asimismo varios compuestos qu ími-
a los organismos para los estudios morfológicos
cos específicos como buenos índices de biomasa.
ulteriores. No obstante, resultan promisorios los El adenosín trifosfato (ATP) es una molécula de
recientes desarrollos en el secado por congela-
este tipo, cuya concentración se halló propor-
ción, en el c~al los organismos mantienen su for-
cional al contenido total de carbono orgánico
ma y estructura intactas. Harris (1976) describió
(250 C: 1ATP, aproximadamente) en una amplia
técnicas de este tipo para muestras con especí-
gama de pláncteres (e.g., Holm-Hansen, 1973).
menes zooplanctónicos marinos, incluyendo eta-
En vista de que el ATP se degrada rápidamente
pas especiales de fijación, especialmente para
después de la muerte, solamente daría una indi-
los organismos de cuerpo blando.
cación válida en cuanto a los organismos efec-
Peso seco libre de cenizas. El peso del contenido tiv.amente vivos; sin embargo, en términos de ca,
orgánico del plancton libre de agua y materiales denas tróficas marinas, así como de otras aplica-
inorgánicos constituye el peso seco libre de ceni- ciones de los datos de biomasa, el contenido de
zas. A continuación de la determinación del peso carbono orgánico total disponible puede ser más
seco la muestra es quemada hasta elimina'r significativo que exclusivamente aLjuél que está
cuantitativamente todos los materiales orgáni- asociado con los organismos vivos. Estudios
cos; los materiales inorgánicos residuales son específicos de animales pluricelulares, incluyen-
vueltos a pesar, y la diferencia del peso seco se do zoopláncteres, concluyeron que las relaciones
toma como una medida' del contenido orgánico. C: ATP son, generalmente, sustancialmente más
La eliminación incompleta de las sales adventi- bajas y más variables que aquéllas que hallara
cias no afecta el peso seco libre de cenizas, pero Holm-Hansen en su trabajo con hincapié en las
arroja valores de peso seco erróneamente eleva- formas unicelulares. Por ejemplo, Balch (1972),
dos. El control de la temperatura de la combus- estudiando el copépodo Calanus finmarchicus,
tión es crítico; el punto de combustión completa halló una relación de, aproximadamente, 115: 1
de las sustancias orgánicas y el de la volatiliza- (animales en estad íos IV y V). Es importante
ción de algunas sales inorgánicas, -es similar. La destacar, en el sentido de la utilización del ATP
temperatura más recomendada es, generalmente, como índice de biomasa, que Balch (op. cito ) no
de aproxima_damente 500°C,. normalmente den- detectó variación de importancia alguna en ~ste
tro del rango de los hornos mufla. índice a lo largo de un período de 23 días sin
alimentación. Traganza y Graham (1977) halla-
La biomasa así determinada arroja la medida
ron una relación media de 90,8: 1 (n=18, dos
más cercana al valor alimenticio potencial del
grupos de tamaños, desviación standard=9,4)
material de las muestras, pero el método es más
para el copépodo Tigriopus californicus. Los
costoso en tiempo y equipo tjue otros procedi-
mismos autores también establecieron un pro-
mientos gravimétricos. El peso seco libre de
medio general (C: ATP) de 178 (desviación
cenizas fue recomendado como la mejor medida
standard=71) en grupos de muestras de red de
de expresión de los valores caloríferos y quími-
0,333 mm de abertura de malla, presumiblemen-
cos (SCOR/ UNESCO WG 23; Steedman, 1974).
te dominadas por zooplancton, tomadas en los
200 m superficiales en un lugar de 1600-2000 m
de profundidad de fondo frente a Monterey (Ca-
Métodos químicos y lifornia, USA), en 6 ocasiones, entre junio y di-
contenido calórico ciembre. La, aparentemente, amplia diferencia
entre taxones limitaría la utilidad del ATP como
Los contenidos de carbono, nitrógeno y fósforo indicador de biomasa para animales planctóni-
han sido extensamente usados como índices de coso Los resultados y, especialmente, la variabi-

137
Determinación de la biomasa del zooplancton

lidad observada pueden estar en función, al me- seosa; sin embargo, una vez dominados, estos ins-
nos parcialmente, de la metodología utilizada, trumentos permiten eficientemente la determi-
particularmente en cuanto a la fijación y la ex- nación precisa de grandes números de muestras.
tracción de las moléculas de A TP se refiere;
ello fue discutido por Balch (1972) Y por Tra- El mejor material para los análisis qu ímicos lo
ganza y Graham (1977). Sin embargo, cuanto constituyen las muestras no fijadas. Con mues-
más completa sea la extracción, más baja será la tras conservadas, los reactivos fijadores o buffers
relación C:ATP. El estudio experimental de Karl pueden aumentar erróneamente los contenidos
et al. (1978) demostró que la extracción ácida aparentes de ciertos componentes, o interferir
en fr ío es mucho más eficiente que el método con el método de determinación. Además, pue-
del hervido buffer uti lizado tradicinalmente de ser alterado el contenido qu ímico natural de
con organismos unicelulares (e.g., Holm-Hansen, los organismos en las soluciones preservativas de
1973), Y que aquél en el cual se recurre a la rup- flu idos. Por ejemplo, el rápido aumento en la
tura mecánica de los organismos una vez que es- relación carbono/nitrógeno con el tiempo des-
tán en el medio de extracción (e.g., Balch, 1972 pués de la fijación, notado por Omori (1978),
y Traganza y Graham, 1977). Utilizando el pro- sugiere la posible pérdida de aminoácidos u
cedimiento de la extracción ácida en frío con otras moléculas nitrogenadas pequeñas de los
copépodos Calanus y Labidocera, Karl et al. fluidos naturales de los cuerpos.
(1978) hallaron valores de C: ATP de, aproximada-
Otro índice de la biomasa, relacionado directa·
mente, 40 y 30, respectivamente. Hasta tanto no
se cuente eon más buena información acerca mente con el contenido qu ímico de los organis-
mos, es el conten ido calórico. Las calor ías pue-
del contenido de ATP en el zooplancton queda
den ser determinadas experimentalmente a partir
abierto el interrogante acerca de si la relación
de la cantidad de calor producido por la combus-
del ATP con otras medidas de la biomasa (ver
tión de los constituyentes orgánicos en atmós-
"Equivalentes de biomasa y factores de conver-
fera de ox ígeno puro de una bomba calori métri-
sión") es suficientemente constante como para
ca. Los diferentes materiales bioqu ímicos produ-
constituir un índice de utilidad.
cen diferentes cantidades de calor y, por lo tan·
Las mediciones qu ímicas son más significati- to, el método puede brindar una indicación de
vas cuando se aplican a grupos taxonómicos bien la naturaleza bioqu ímica relativa de los orga-
definidos, que varían poco en su composición. nismos. La instrumentación micro y semimicro-
Su uso, dado el esfuerzo relativamente grande y, calorimétrica fue analizada por Richman (1971)
algunas veces, el costo involucrados en su deter- (ver también Kersting, 1972; Prus, 1975).
minación, fue recomendado por el WG 23 de
SCOR/UNESCO (Steedman, 1974), fundamen-
talmente para estos casos. Los métodos para me-
dir parámetros químicos son, generalmente, Equivalentes de biomasa
específicos para cada uno de ellos. Procedimien- y factores de conversión
tos que han sido ampliamente usados con planc-
ton se incluyen, por ejemplo, en los manuales En numerosas oportunidades se han publicado
standard como el de Stri,ckland y Parsons (1972). equivalentes de biomasa (e.g., Laevastu, 1957;
Los diversos métodos para el carbono detalla- Hagmeier, 1961). Estos permiten al investigador
dos en éste (oxidación húmeda y combustión derivar información adicional acerca de su mate-
en atmósferas de alto y bajo contenido de ox í- rial uti Iizando relaciones establecidas por otros
geno) no necesariamente dan resultados de igual entre el parámetro medido y otro(s) diferente(s).
calidad. El equipo requerido 'para algunos es so- Sin embargo, las conversiones sólo son tan bue-
fisticado y puede ser costoso: porejemplo,anali- nas como el grado de constancia de la relación
zadores automáticos/semiautomáticos de carbo- entre el factor medido y aquél al cual se conver·
no-nitrógeno en los cuales estos elementos son tirá; las conversiones no pueden reafirmar o me-
convertidos en su estado gaseoso de oxidación jorar los datos, y solamente debieran ser usadas
por combustión a alta temperatura, y el mate- si se requiere la información en la forma con-
rial resultante cuantificado por cromatografía ga- vertida. La precisión de las conversiones es afec-

138
Determinación de la biomasa del zooplancton

tada por una diversidad de factores, entre ellos: gotróficas en general, es comparable con las ci-
1) Contenido biológico, es decir, diferentes ti- fras 31-33% determinadas por Wiebe et al.
pos de organismos y estadios del ciclo vital pre- (1975).
sentes; 2) Cantidades de materiales no bioló-
gicos presentes; 3) El origen ambiental; y 4) La
técnica específica usada en la determinación de Técnicas de campo recientes
las muestras estudiadas para derivar los factores,
y aquélla de los materiales con los cuales están
de medición de la abundancia
siendo comparados. Diferencias en éstos pueden del zooplancton
llevar a una importante variación de las equiva-
lencias. Rao y Urosa (1974), por ejemplo, no-
taron amplias diferencias en las relaciones de vo- Cuando los zoopláncteres son extra ídos de su
lumen de desplazamiento, peso húmedo y peso ambiente natural con redes, bombas de succión,
seco determinados para poblaciones de zoo- etc., se pierde importante información ecológi-
plancton en el Golfo de Cariaco, con respecto a ca tal como su distribución espacial in situ a
resultados obtenidos en otras áreas. pequeña escala. Más aún, como se notó anterior-
mente, los materiales as í recolectados pueden es-
tar sujetos a algún grado de distorsión como re-
Sin embargo, debido a su utilidad potencial, el
sultado de los procedimientos de recolección y
interés en determinar relaciones confiables per-
fijado que afectan la exactitud de varios aspectos
manece alto. Los equivalentes entre diversas me-
didas tradicionales de biomasa han sido tema de de su estudio ulterior, tales como la determina-
ción de biomasa. No es sorprendente, entonces,
estudios recientes de Le Borgne (1975) yWiebe
que se estén realizando esfuerzos para desarro-
et al. (1975). El primero analizó las relaciones
llar técnicas mediante las cuales muchos pará-
entre volumen, peso seco, peso seco libre de ce-
metros de las poblaciones, incluyendo los tama-
nizas, carbono, nitrógeno y fósforo en poblacio-
ños de los organismos integrantes, pueden ser
nes zooplanctónicas (principalmente en muestras
de red de 0,200 mm) de regiones oceánicas oligo-
determinados in situ. Para los organismos del
tamaño del zooplancton dos' de los métodos más
tróficas y de afloramientos, incluyendo una esta-
promisorios son el recuento y valoración del ta-
ción costera muestreada intensamente a lo largo
maño por métodos eléctricos y electrónicos
de un año, en el Atlántico tropical. Wiebe et al.
(contadores de part ícu las, ver fig. 4), y la detec-
(1975) examinaron muestras y utilizaron datos
ción sónica (técnicas acústicas, ver p. 10, fig. 2).
de diferentes ambientes (muestras de red de 0,202
A fin de realizar identificaciones ciertas de los
-0,366 mm de abertura de malla, principalmente
organismos que son detectados se necesitan
del Atlántico y Mar Caribe, incluyendo material
muestras, ya sea retenidas después del análisis, o
costero y de alta mar) y estaciones del año, en
tomadas concomitantemente mediante métodos
la esperanza de que los resultados tuvieran una
convencionales adecuados, para su estudio por
aplicación más amplia. Si bien tales tácticas
medio de las técnicas usuales.
pueden arrojar relaciones más apropiadas que
usando otras halladas sobre la base de otra área
y época que los datos en consideración, podrían,
sin embargo, arrojar resultados considerable-
Instrumentos de recuento/
mente diferentes de la realidad, dependiendo de medición de partículas in situ
la amplitud del espectro de la información usa-
da para determinar la relación, y la posición del Los instrumentos que detectan la presencia de
caso en cuestión relativa al promedio. Las con- partículas, incluyendo organismos, en función
versiones más simples (es decir, porcentuales di- de la interferencia que produce su pasaje en
rectas) se hallaron solamente entre el carbono condiciones tales como un campo eléctrico o un
y el peso seco, y entre el peso húmedo y el haz de luz, incluyendo iluminación monocromá-
volumen por desplazamiento. Los resultados de tica del laser, se han vuelto muy útiles en el
Le Borgne (1975) del carbono como 34,6% laboratorio y, en una medida algo menor, en- el
del peso seco, valor promedio para las aguas oli- campo, para determinar las abundancias pobla-

139
Determinación de la biomasa del zooplancton

cionales. Estos instrumentos dan una señal que, con la colmatación (ver p. 73) pueden ser fácil-
en general, es proporcional al tamaño global de mente detectados.
las partículas detectadas. Una revisión recien·
te que, aunque enfatiza las aplicaciones de la-
boratorio y el estudio del fitoplancton, tiene Métodos acústicos
relación con el trabajo de campo y la determina-
ción de formas mayores tales como zooplánc- Durante varias décadas se utilizaron para detec
teres, es la de Sheldon (1978). En vez de abar- tar poblaciones biológicas pelágicas. La mayor
car un campo relativamente grande, como es parte de los estudios fue realizada usando fre-
generalmente el caso de los métodos acústi- cuencias relativamente bajas, sistemas de haz
cos, los contadores de partículas están limitados simple, algunas veces el mismo instrumento
al procesamiento de sólo relativamente peque- que la ecosonda del barco; hecho que, en la prác·
ños volúmenes de agua por vez. En realidad, es el tica, limita la detección a los organismos mayo-
pasaje individual de materiales a través del sensor res y/o aquéllos gue tienen estructuras resonan-
lo que suministra información exacta sobre tes, como vejigas natatorias llenas de gas, nectó-
abundancias. Los materiales que pasan simultá- foros (en sifonóforos), que son difusores acústi-
neamente arrojan datos erróneos. Los sensores cos eficientes. Trabajos tales como los inclu í-
están, genera Imente, restri ngidos a rangos de ta- dos en Farquhar (1970) y Stephens (1970),
maño relativamente estrechos comparados al brindan un buen panorama general del campo en
espectro total del plancton. Las partículas ma- el momento de su publicación. Farquhar (1977)
yores a aquéllas que pueden ser medidas eficien- ofrece una revisión general actualizada pero,
temente son exclu ídas. como en volúmenes anteriores, la discusión se
centra primariamente en peces mesopelágicos e
instrumentos de baja frecu~ncia. Una evaluación
El desarrollo temprano de sensores que utilizan reciente del trabajo en el uso de herramientas
instrumentos remolcados in situ para discri- acústicas en estudios biológicos, incluida en Far-
minar cantidades y suministrar información quhar y Holliday (1977), concluye que "la apli-
acerca de los tamaños y también de la distribu- cación de técnicas usuales de mapeo por medio de
ción espacial de las· partículas de la talla de los sonar de áreas de cardúmenes de peces epipelá-
zoopláncteres, basados sobre los cambios de la gicos, a zooplancton y fitoplancton, constituye
conductancia eléctrica a su pasaje a través de
probables líneas de desarrollo futuro". Importan-.
un detector, incluyen los aparatos de Mad- tes esfuerzos de investigación realizados ya de·
dux y Kanwisher (1965) y de Boyd y Johnson mostraron la utilidad de los sistemas acústicos
(1969) (ver también Boyd, 1973) (ver p. 13
múltiples de alta frecuencia para suministrar in-
figs. 4 y 5). Un sistema in situ más reciente formación acerca de la distribución in situ' y
capaz de suministrar información biológica se- abundancia de los organismos de la talla de los
mejante utilizando el mismo principio básico zoopláncteres. Los organismos difunden las on-
pero con un diseño que incorpora modificacio- das sónicas en función de la frecuencia de la
nes importantes fue descripto por Dauphinée fuente, y características tan diversas como su
(1977) y Herman y Dauphinée (1980). Este sen- tamaño, intensidad del blanco, abundancia,
sor fue utilizado montado sobre la parte inferior orientación con respecto al transductor, etc.
de un veh ículo de profundidad variable,--el (ver Farquhar y Holliday, 1977, para otros pa-
"Batfish", que puede suministrar una serie de rámetros). Sonares de alta frecuencia, i.e.,
datos qu ímicos y físicos, así como de clorofila > 3Ó kHz, y de frecuencia ultra-alta, i.e., hasta
determinada por fluorescencia (Herman, 1977; varios MHz, fueron utilizados para detectar
Herman y Denman, 1977). Además, Mackas y pequeños organismos pelágicos del tamaño
Boyd (1979) describieron recientemente un sis- del zooplancton (e.g., Northcote, 1964; Mc
tema sensor de a bordo para contar zooplancton Naught, 1968; Barraclough et al., 1969; Han-
en muestras de bomba de succión (ver p. 43) sen y Dunbar, 1970; Bary y Pieper, 1970;
modificado sobre la base del diseño de Boyd y Beamish, 1971; Castile, 1975; Pieper, 1977;
Johnson (1969). Dado que este aparato se Holliday y Pieper, 1980). Estudios que demues-
encuentra a bordo, los problemas relacionados tran la utilidad de los sistemas acústicos de fre-

140
Determinación de la biomasa del zooplancton

cuencias múltiples para la estimación de las (1980). Además, se han desarrollado sistemas de
abundancias y distribución en clases de tamaño haz doble que resultan útiles para la estimación
de los organismos en poblaciones difusoras, in- de las abundancias de los organismos en pobla-
cluyen los de McNaught et al., (1975), Johnson ciones dominadas por formas de igual intensidad
(1977). Greenlaw (1979) y Holliday y Pieper de blanco (e.g., Traynor y Ehrenberg, 1979).

141
r
SUBMUESTREO
DEMETRIO BOL TO VSKOY

I En el· proceso de los trabajos cuantitativos con


looplancton cada uno de los pasos constituye
EI rnetodo mas sencillo aunque, frecuentemente,
tarnbien menos fidedigno, es sirnplernente agi-
I una evaluaci6n indirecta que presupone un jui-
cia d priori v, consecuentemente, implica la in-
tar el contenido del frasco, ya sea manualmente
o con un agitador electrico (Clarke, 1933) hasta
troducci6n de un error. En efecto, cuando se lograr una presumiblemente regular distribucion

I
I
i
toma una muestra de red y se extra pol a el resul-
tado del recuento de los orqanisrnos capturados
de los organismos, y vol car parte del contenido
en un nuevo recipiente. EI metoda propuesto
i a un volumen de agua varios millones de veces por Waters (1969) difiere de esta tecnica basica
mayor a aquel de la rnuestra, se introduce un en que la aqitacion se realiza por medio de un
determinado error. Otro error mas es aquel que chorro de aqua, y los recipientes que reciben las
indefectiblemente implica el recuento, no del submuestras estan ubicados en una bandeja gi-
total de la muestra, sino de una al Icuota de la ratoria. Alternativamente, en vez de volcar parte
misma. Sin embargo, muy frecuentemente el uso del contenido en otro frasco, pueden utilizarse
de al icuotas (y no del total de la muestra) es to- pequefios recipientes 0 cucharones de volumen
talmente inevitable, no solo por la cantidad de conocido (Russell, 1931 d). 0 una pipeta a piston
horas/hombre que insume el recuento de ciertos o "Stempel Pipette" (fig. 86), con los cuales
orjanlsrnos en una muestra voluminosa, sino se pesca material del frasco original.
tarnbien porque frecuentemente la mayor exac-
titud no es suficientemente diferente a los resul-
Cassie (1956) utilize un tuba de vidrio graduado
tados obtenidos sobre submuestras como para
de 2,7 mm de diametro para separar submues-
justificar la inversion adicional de tiempo y es-
tras para el recuento de huevos de peces.
fuerzo (ver p. 169). Otra circunstancia donde el
submuestreo puede ser necesario es cuando parte EI rnetodo qravirnetrico, originariamente utiliza-
de la muestra sera tratada por medio de alqun do por Hjort y Ruud (1927), consiste en el pesa-
procedimiento que puede destruir ciertos de sus do de la muestra total distribuida sobre ':-n disco
componentes ti.e., tratamiento con acidos 0 cal- de malla filtrante a traves de la cual se ha drena-
cinamiento para estudiar los caparazones de los do el l iquido: el recuento a su vez se efectua so-
foramin iferos. radiolarios 0 pteropodos eutecoso- bre una al Icuota del total cuya proporcion se de-
mados, p. 274). Sin embargo estas circunstancias termina tambien por pesado (ver p. 153).
deben tratar de preverse a priori; es mucho mas
Uno de los rnetodos mas utilizados es el de la di-
recomendable tomar dos muestras paralelas in
vision de la muestra Iiquida, generalmente dilui-
situ, que dividir una muestra original unica por da con agua, por medio de recipientes con septos
falta de material.
internos. Gibbons (1933), Wiborg (1951), Kott
A ccntinuacron se describen brevemente los me- (1953), Motoda (1959, fig. 75 B y C), Cushing
todos mas utilizados para la division equitativa Jr. (1961, fig. 75 A), Bogaards et al. (1974), etc.,
de muestras de plancton, propuestos por dife- usaron recipientes cil fndricos divididos en 10 0
rentes investigadores. En esta seccion solo se in- menos cameras radiales iguales o. rectangulares.
cluyen aquellos procedimientos que funcionan al McEwen et al. (1954) describieron uno de los
azar, i.e., que presumiblemente no efectuan nin- aparatos mas utilizados en la actualidad. el
gun tipo de seleccion sobre el material procesado "Folsom Plankton Sample Splitter" (fig. 75 E-I)
va sea por su forma, tarnafio 0 tipo. Los apara- Se trata de un recipiente cil indrico que puede gi-
tos selectores se describen en la paqina 147 y rar libremente sobre un eje horizontal y esta
SUbsiguientes. parcial mente dividido por un septo interne para-

143

L
Submuestreo

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Fig. 75. Varios tipos de submuestradores.
A) Submuestrador de Cushing; By C) Submuestradores de Motoda; D) Pipeta de Stempel; E-!) Submuestrador de. Folsom
(Folsom Plankton Sample Splitter ); E) Aspecto general; F) Vista lateral; G) Vista anterior; H) Vista Superior; I) Secuencia y
detalles de uso.
1)Divisiones; 2) Cilindro interno; 3) Cilindro externo; 4) Junta de goma; 5) Perforacion para la salida de la submuestra; 6) Ba-
se; 7) Pies; 8) Tapa; 9) Abertura; 10) Septo; 11) Pieza basal; 12) Costilla; 13)Tapa; 14) Septo; 15) Base; 16) ~mbolo; 17) Conca-
vidad donde se retiene la submuestra; 18) Recipiente homogeneizador (opcional); 19) Cilindro de acrflico asentado sobre el
eje (20): 20) Eje; 21) Dos cameras iguales divididas por el septo (22); 22) Septo central longitudinal hasta la mitad del diarne-
tro total. La muestra se vierte en el cilindro invertido, tal como se ilustra en (23); el aparato se hace oscilar 18006 veces y se
detiene en la posicion opuesta,con el septo en la parte inferior. Finalmente las 2 submuestras, por medio de los picos(26) se
vuelcan en los recipientes (27) tal como se ilustra en (25).
(A: de Cushing, jr., 1961; B y C: de Motoda, 1959; D: de Lenz, 1967; E: del Cataloqo de material oceanogratico, lirnnoloqico y
meteoroloqico producido por Rigosha & Co.. Ltd.; F-I: de McEwen et el., 1954).

lelo a sus bases. Este mismo submuestreador fue Algunos consejos concernientes a la division de
mas tarde modificado por Scarola y Novontny muestras de plancton son los siguientes:
(1968) para usar con entomostracos dulceacul-
colas. Burrell et al. (1974) inventaron otro sub- 1) Siempre que ello sea posible debe tratar de
muestreador de construccion relativamente evitarse el submuestreo; los resultados se-
complicada (fig. 76) que, segun sus auto res, ran siempre mas precisos cuando se cuente
tiene la ventaja de lograr una buena homogenei- toda la muestra.
zacion de la muestra antes de dividirla, evita las
perdidas de material en el proceso de la divi- 2) En todos los casos en que se recurra al sub-
sion y permite concentrar las dos submuestras muestreo, los organismos de mayor tamano
eliminando el exceso de Ilquido. (que generalmente, estan presentes en

144
:;:
r I

I
Submuestreo

masas gelatinosas son examinadas con espe-


1---2
cial cuidado bajo microscopio. La misma ob-
servaci6n es valida para aquellas muestras
/It------ill---- 3 donde los animales se enganchan entre s i
-tI~---II----4 por medio de sus apendices.
__J=~~~F==--5 1
4) Los procesos de hornoqeneizacion deben rea-
lizarse con el mayor cuidado V delicadeza
I

I
=*==---7 ]- posibles; la aqitacion, el manipuleo, el tras-
vasamiento ocasionan,
grado, deterioros
en mayor 0 menor
en todos los plancteres. I
I
I
Frecuentemente estructuras indispensable, .... !
11--+-+-+---- 9

II ~~~~~==~10
para el reconocimiento de las especies
tales como, por ejemplo, las aletas de los
quetognatos, los ojos de las larvas de peC8S,
los tentaculos de las rnedusas, etc., son tan
maltratados por el manipuleo descuidado V
excesivo Que los restos se vuelven practice-
/,),,--13 mente inidentificables.
'-/"/'04--14
5) Todos los aparatos submuestreadores re-
t--~--t±==========---15 quieren cierta experie~cia V buen sentido co-
r-,-----16 rnun por parte de sus operadores para arro-
L...-_+.h
1-----17 jar. los mejores resultados (ver, por ejernplo,
I Longhurst V Seibert, 1967). Antes de co-
: j Fig. 76. Esquema del aparato submuestreador de Burrell et al. menzar a usar regularmente cualquiera de los
1) Camara cil indrica que se Ilena can la muestra original sistemas descriptos es tonveniente realizar
hasta 1/2 a 3/4 de su capacidad total; 2) Manija externa una extensa serie de pruebas preliminares V
conectada a las aletas perforadas (5) para homogeneizar
la muestra. 4) Piston asentado en el tuba central; cuan- verificar 105 resultados obtenidos.
do esta en la posicion inferior ocluye las aberturas (7) en
el tubo, y cuando se levanta deja salir la muestra a traves 6) No todos los submuestreadores sirven para.
de aquellos: 5) Aletas perforadas para homogeneizar la
muestra; 6) Bloque rectangular sabre el cual esta asenta- todos los organismos. La "Stempel pipette"
da la camara cil indrica (1); 7) Perforaci ones en la colum- (fig. 75 0), por ejemplo, no es recomen-
na central por donde escapa la muestra; 8) Nivelador; 9)
Placa separadora de la muestra original en mitadeas; 10) dable para animales grandes v/o largos (e.g_,
Tubas comunicados al tuba central (3) par donde se tunicados, quetognatos). Por eso el aparato
evacuan las submuestras; 11) Junta (a presion) entre los
tubos (10) ylas extensiones (12); 12) Extensiones de 105 a utilizarse debe elegirse de acuerdo al tipo
tubas (10); 13) Anillo can red para concentrar la mues- de material a procesar. Tal vez el mas utili-
tra; 4) Red para concentrar la muestra; 15) Pies de bron-
ce; 16) Tornillos para nivelar el aparato; 17) Base. zado, econ6mico V confiable es el aparato de
(Redibujado de Burrell et el., 1974). Folsom.
7) La mavor ia de los metodos de submuestreo
cantidades menores) deben ser extraidos de
descriptos requieren del aparato una hori-
la muestra original V evaluados por separado.
zontalidad mas 0 menos perfecta. Por eso
muchos de ellos son inutilizables a borde
3) EI algunos casos las muestras contienen un
de embarcaciones; los rolidos V cabeceos
alto porcentaje de material gelatinoso (celen- pueden introducir serios errores en los
terados, colonias de Radiolaria, etc.). Cuan- computes. En estos casos pueden utilizarse
.do ello sucede, frecuentemente los organ is- los submuestreadores especial mente disefia-
mos menores se adhieren a estas masas dos para el trabajo en el mar, tales como el
pegajosas en grandes cantidades. Ello implica propuesto por Nival V Nival (1973).
la posibilidad de una division sumamente
desigual si una de las submuestras recibe mas 8) Los resultados seran proporcionalmente mas
o rnavores aglomerados que la otra. En es- exactos cuanto mas densa sea la muestra
tos casos el submuestreo debe evitarse vias {e.g., si hay un' solo organismo en la mues-

145

L.
Submuestreo

tra original la diferencia entre sus dos sub- polando los nurneros respectivos directa-
muestras sera del 100%, en el otro extremo, mente. Sin embargo, Horwood y Driver
si la muestra fuera un solido, las diferencias (1976), asumiendo que las respectivas sub-
sedan nulas), muestras siguen una distribucion binominal
9) Generalmente, es mas conveniente con tar describen un rnetodo algo mas sofisticado
varias submuestras pequefias que una gran- para la deduccion del nurnero de organismos
de. Algunos recomiendan computar las di- en la muestra total. SLi calculo es especial-
ferencias entre los recuentos de las sub- mente aplicable a los submuestreadores de
muestras pequefias considerando que los re- Folsom y de Burrell (figs. 75 E-I y 76).
sultados son satisfactorios cuando dos re-
La revision de Venrick (1978b) analiza detallada-
cuentos sucesivos difieren en menos del
mente las implicancias nurnericas de +os procesos
5%.
de submuestreo; y en el capitulo "Calculo del
10) Generalmente, cuando se efectuan evaluacio- error en el recuento de organismos zooplanct6-
nes cuantitativas sobre la base de submues- .nicos" (p. 163) incluye alquna informacion acer-
tras, los resultados finales se obtienen extra- ca del mismo tema ..

146
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FRACCIONAMIENTO Y SEPARACION
DEMETRIO BOL TO VSKOY

motor electrico, en vez de ser capilar 0 con un


lntroduccion bulbo de goma. Hamlin y Be (1963) asequrar:
que con su aparato (fig. 77) la eficiencia en la se-
EI resultado de un lance de red planctonica es
paracion de los foramin fferos de las rnuestras de
una muestra que contiene varias decenas, cientos
plancton es 100% mayor que manualmente.
o miles de organismos de diferente .tamafio, pro-
piedades, morfologfa v, por supuesto, afinidad
taxonornica, Pero el planctoloqo, generalmente,
esta interesado no en todo el material, sino en A
una determinada fraccion del mismo. Su propo-
sito inicial es aislar ciertos organismos sin dete-
riorar el resto de la muestra. Frecuentemente,
la separacion de los plancteres y su recuento
se realizan paralela y sirnultaneamente. Por 10 J
tanto, muchas de las tecnicas que se describen a
continuacion estan fntimamente ligadas alas ex-
--0
puestas en la seccion que trata los recuentos
(p. 153), y viceversa. o
K-
Separacion
La alternativa mas cornunrnente utilizada es sim-
plemente examinar la muestra por partes en cap- a b
sulas de Petri, vidrios de reloj 0 cameras de re-
cuento ad hoc (fig. 81, 82) bajo la lupa binocu-
lar a microscopio, separando los organismos bus- J
cades, uno por uno, .manualmente. Los instru-
mentos para ese fin varfan con el tipo de mate-
rial a manipular y los gustos personales del in- Fig. 77. Pipeta autornatica para la separacion de plancteres de las
muestras en medio liquido: "Planck ton-picker ".
vestigador. Los mas cornunmente usados son los
a) Vista lateral del colector y accesorios; b) Esquema del
pinceles finos, el extrema aguzado 0 el ojo de conjunto.
las agujas comunes, asas de pelo de caballo, A) Bomba electrica: B) Tubo plastico unido a la boca de
pinzas, pipetas, etc. (ver Fraser, 1948, para una aspiracion de la bomba por un lado, y a (C), una valvula
regulable de tres vias - por el otro; D) Tubo plastico
serie de consejos practices de como construir que une las valvulas (C) y (E); E) Valvula regulable de
estos instrumentos sencillos). Cuando se trabaja tres vias unida a 105 tubas plasticos (F) y (G); F y G)
Tubos plasticcs: H) Tubo de bronce con un extrema
can grandes cantidades de organismos micro- unido al tuba (F) y el otro ciego; I) Tubo de bronce un i-
planctonicos la labor puede ser acelerada consi- do al tuba plastico (G) e insertado en el recipiente co-
lector (K); J) Tubo de acero inoxidable insertado en el
d~rablemente mediante el uso de alguna de las recipiente colector (K) para aspirar los organismos de la
Plpetas "autornaticas" descriptas (fig. 77, Ha- muestra; K) Recipiente colector intercambiable, de plas-
tico; L) Tapa plastica a presion para el recipiente (K) y
Iler-Nielsen, 1950; Hamlin y Be, 1963; McMillen, pegada al portador (N); M) Perforacion en el tuba de
1~76; Nicholson, 1968; Throndsen, 1969). Su bronce (H) para regular la aspiracion manualmente; N)
Portador a traves del cual pasan los tubos, pegado a la
dlferencia con las manuales consiste en que la tapa (L); 0) Soporte para el tuba (H).
aspiracion esta dada por una jeringa 0 por un (De Hamlin y Be, 19631.

147
---------------------......"....----~

Fraccionamiento y separacion

En algunos casos, cuando los organismos de


cuerpo blando va se han separado 0 su integri-
dad no interesa, la muestra puede ser filtrada a
traves de papel de filtro V secada. EI aislamiento
de los organismos con esqueleto v.s..
Radiolaria, 1
Foraminifera, Euthecosomata) suele ser mucho
mas rapido V menos trabajoso en el caso de las -
muestras secas que en material hurnedo.
2--~~----------
-:"""-3
Fraccionamiento selectivo
EI trabajo de la separaci6n de los organismos de .••..
::--.....-----4

9~-5
las muestras es sumamente lento V tedioso, por
eso se han ideado una serie de tecnicas para, va
sea separar una parte de la muestra original rete-
niendo otra que contendra los organismos bus-
cados (mas una cierta fracci6n ajena a ellos); 0
para facilitar el aislamiento de los organismos
buscados solamente. -:

Uno de los rnetodos mas sencillos para frac-


cionar selectivamente zooplancton es de acuerdo
al tarnafio de los organismos. Basicarnente, uno
de los motivos de la elecci6n de tal 0 cual medi-
da de malla para la red de plancton utilizada es,
1
~
--~ 2
precisamente, este (ver p. 73). A posteriori
puede utilizarse una serie de tamices de abertu-
ra de malla decreciente. Los marcos de los tarni-
ces comerciales estan construidos de tal manera
que encajan uno en el otro quasi herrneticarnen-
te (fig. 78 b). La muestra se vierte en el superior
(el de malla mas abierta) y se lava a traves del
conjunto con abundante soluci6n acuosa isot6ni-
ca con el liquido fijador, obteniendose una serie
de fracciones con plancteres de talla decreciente.
Este mismo principio fue utilizado por Kirkerud
(1974) para construir un aparato en el cual los
tamices estan fijos sobre una bandeja circular
inclinada que al girar sumerge los filtros en la
muestra concentrada en la parte mas baja de la
bandeja, reteniendo los ejemplares del tarnafio Fig. 78. Fraccionamiento por medio de tamices.

correspondiente (fig. 78a). AI utilizar este me- a) Tamices dispuestos en "carroussel" _1) Recipientes; 2)
Eje central; 3) Tamices; 4) Muestra de plancton; 5) Base.
todo debe tenerse en cuenta que las propiedades
b) Tamices dispuestos en columna. 1) Muestra de plane-
elasticas, de compresibilidad, etc. de los plane- ton; 2) Agua; 3) Tamices de abertura de malla decrecien-
res, es decir aquellas que inciden directamente te hacia la base.

en su retenci6n por parte de las mallas, var ian (a: modificado de Kirkerud, 1974; b: original!.

notablemente entre organismos vivos V fijados


(ver p. 73). Adernas, su gran desventaja es la EI aprovechamiento de las diferencias en los pe-
existencia de una amplia gama de organismos, sos especfficos de los distintos taxones de zoo-
tanto vegetales como animales, cuvas tallas se plancteres es otro de los recursos ensavados en
superponen. mas de una oportunidad.

148
1IIrfr~'"F~·"~7'·?~----------------------------------------------------------------~------------------------------------
~ -~
_

Fraccionamiento y separacion

Be (1959) v McGowan V Fraundorf (1964) des- los desprovistos de caparazon, de sedlmentacion


cribieron tecnicas de submuestreo selectivo que algo mas lenta, se desvfan al segundo tuba por
aprovechan las diferencias en el peso especifi- medio de las valvulas. Be logro una eficiencia
co de los plancteres con V sin caparazon. Be maxima del 79% con su aparato (foramin 1-
{op, cit.l simplemente utilizo una bureta plas- feros separados/total de forarnin Iferas en la
tica de 63 em de largo por 12 cm de diarnetro. muestra x 100), V McGowan V Fraundorf --
Ilena con una solucion saturada de NaCI (310 89% (para moluscos tecados). Finalmente,
g/I) en la cual vertta la muestra total; los fora- Wormuth (1977) logro una eficiencia aun mayor
min Iferos V pteropodos, mas pesados que el res- (hasta casi un 99%, para eutecosomados "re-
to del material, eran colectados en el fonda an- dondos" grandes) utilizando un tuba en el
tes de que los dernas organismos terminaran de cual un flujo de agua desde abajo, hacia arriba
sedimentar. McGowan V Fraundorf (1964) levanta a los plancteres mas livianos evacuando-
perfeccionaron el mecanisme construvendo un los por una salida en el tope, mientras que los
tubo con 5 valvulas laterales (fig. 79) que co- pesados quedan depositados sobre la malla
neetan con un segundo cilindro paralelo; la mues- ubicada en la mitad de la columna. ~
tra se vierte en el cilindro principal Ilene con una
Isaacs V Folsom (comunicado por Ahlstrom,
soluci6n saturada de NaN03 (454 g/I) V los
1954) intentaron fraccionar zooplancton selec-
plancteres con caparazon, que sedimentan mas
. tivamente introduciendo la muestra neta en una
rapido, se depositan en el fondo, mientras que
corriente de Iiquido V recuperando las frac-
ciones separadas, de acuerdo a su diferente flota-
bilidad, en compartimientos sucesivos, sin obte-
ner demasiado exlto.
1--Fl En los ultimos afios C.A. Price V colaboradores
2 [ll I (Bowen et al., 1972; Price et al. MS (1977); St.
r==+------l::~~
. Onge V Price, 1975) estuvieran ensavando la
4 ...- separacion isopicnica de zooplancteres, principal-
mente de huevos V larvas de peces, en gradientes
5 r===l---l~~'- de silica sol, va sea con centrifuqacion 0 por

6 ~'~

'.'
7 f~:-
.
~ t 1 h",,-
simple sedimentacion diferencial.Resulta
sante destacar que en estas experiencias se ensa-
VO el agregado de diferentes sustancias
intere-

que
alteran artificialmente el comportamiento de los
-.,
-'..;,U .' t==t=j---
,
.:.:..
, organismos en la columna de fraccionamiento.
En IIneas generales, se logro la separacion de los
• huevos, invertebrados V larvas en tres bandas
8 I ,,' ••
7\-
.....:.u. independientes; pero las tecnicas cuentan aun
con numerosas limitaciones V desventajas (in-
10 I 1Llt...
cidencia negativa de los plancteres gelatinosos,
deficiente separacion de las larvas de algunas
especies, superposicion de larvas con inverte-
brados zooplanctonicos mavores, etc.). De cual-
a quier manera, el metoda es surnamente promiso-
rio.
Fig, 79. Fraccionador del zooplancton "pesado",
a) En funcionamiento; b) AI finalizar la operaci6n, 1)
Debe tenerse en cuenta que todas estas tecnicas
Cilindro principal; 2) Cilindro accesorio; 3) Vlilvula qravirnetrlcas ejercen una selectividad relativa-
abierta; 4) Paso de la valvula; 5) Plancton "Iiviano" (sin
estructuras esqueletarias); 6) EI plancton "Iiviano" es as-
mente indiscriminada para los fines del plane-
pirado hacia el cilindro accesorio; 7) Valvula cerrada; 8) toloqo: en efecto, los plancteres "pesados"
Plancteres "pesados" (con caparazones); 9) Red colecto-
ra: 10) Plancton "pesado" concentrado en el embudo en
de men or tamaiio se depositan mas despacio,
el fondo del cilindro principal; 11) L1avede paso. V tarnbien existe cierta selectividad espee ffi-
(De McGowan y Fraundorf, 19641. ca. Adernas, general mente resultan inaplica-

149
I .-.. ------------------~---
yaccionamiento v separacion
B
bles a material con un alto porcentaje de orga-
:;-..
nismos gelatinosos (medusas, sifon6foros) que
suelen provocar concentraciones y cumulos
de animales y vegetales pegados y enredados
entre Sl (Dovel, 1964, describi6 un "peine"
metalico para extraer las rnedusas de las rnues-
tras de plancton). Por 10 tanto, su aplicaci6n A c
debe realizarse con sumo cuidado y el ma-
terial descartado revisarse detenidamente.
La eliminaci6n selectiva de una parte de la
colecta facilita la extracci6n del remanente. •
Ello puede lograrse CO(l luz ultravioleta 0 per
media del calcinado (en. caliente 0 en frio) o
de la muestra total, procedimiento que se uti-
B
liza para aislar a los plancteres con estructuras
resistentes (diatomeas, radiolarios, foramin ife-
ros, eutecosomados, etc.) (ver p. 274 y 334).
Obviamente, si se opta por este sistema, pre-
viamente debera separarse todo el material que
interesa y que sera eliminado luego del tra-
tamiento. A
v----+---'
C

Normalmente, el trabajo a bordo con plancton


en medic Iiquido es practicamente imposible
debido a los movimientos del barco. Sin em-
bargo, a veces ciertas tareas deben ser realizadas
tan pronto como la muestra se ha izado a cu-
bierta (sobre todo en el caso de los cultivos: o
manipulaci6n y separaci6n de material vivo). 8
Bieri (1956) describi6 una bandeja plastics con
tapa que elimina el problema de los movimien-
. tos de los organismos en el campo visual de la
lupa binocular; un par de entradas laterales
permiten el acceso a los organismos con agu-
jas y pipetas.
Se han descripto tambien algunas tecnicas de A J- __ c
+-...•
fraccionamiento selectivo aplicables a mate-
rial vivo; ya sea para fijarlo a posteriori 0 pa-
ra utilizarlo en cultivos.

Gavri lenko et al. (1975) ensayaron la narco-


tizaci6n de muestras de plancton totales, reclen
extra Idas (vivas), para separar las fracciones o
Fig. 80 Esquema del funcionamiento de la camara central de un
animal y vegetal. Sus estudios indican que al-
selector de zooplancton vivo.
gunos tratamientos (narcotizaci6n con ure- 1) Llave de paso que puede conectar el canal A con el C,
tano, novocatna. alcoholes, cambios del pH, el B con el 0,0 cerrar todos; 2) Bloque de material sin-
tetico (Perspex); A) Tubo proveniente del recipiente con
la temperatura yla iluminaci6n, etc.) lIegan el plancton; BI De un tanque con agua de mar filtrada;
a aislar hasta el 100% del zooplancton, que se C) AI frasco con 105 organismos descartados; D) AI fras-
co con 105 organismos seleccionados.
deposita en el fondo de los recipientes experl- En A y B el agua entra a cierta presion regulable earn-
mentales, mientras que el fitoplancton queda biando la altura de 105 recipienes correspondientes.
como sobrenadante. (De nival y Nival, 19711_

150
~;~~ ..

"'-.

Fraccionamiento y separaci6n
/
En los cultivos de Artemia se utiliza la luz para Copepoda) vivos. En los 3 casos el principio de
separar las larvas nauplii de los huevos no eclo- funcionamiento esta dado por una camera
sionados (e.g., Shelbourne et al., 1963). Este transparente ubicada debajo del objetivo del
metodo tambien puede ser utilizado con otros microscopio, conectada por medio de !laves
plancteres que reaccionan a la luz. Nival y de paso multiple ¥ tubos de goma con. los re-
Nival (1971), Fernandez (1974) y Furnass y cipientes con el material, el agua de mar fil-
Findley (1975) han fabricado aparatos para se- trada y los colectores (fig. 80).
parar Y contar zooplancteres (principalmente (

,
..
.,
~]
I
1

,
.;
·1

151
r~., ••",
. ,.,.'.
,.

RECUENTOS Y ANALISIS DE LOS DATOS


Manipulaci6n del material*
DEMETRIO BOL TOVSKOY

lntroduccion ve a comenzar igual. Este sistema simplifica no-


tablemente la lectura de los resultados. Los con-
Desde los primeros intentos de Hensen (1887) se tadores a gatillo (ya sea munidos de un solo re-
hizo evidente que, a pesar de que los estudios gistro 0 de varios) son muy cornodos ya que su
cuantitativos son la mas lenta, tediosa y poco usa no requiere separar la vista de la -Iupa cads
gratificante parte de' los estudios planctoloqicos, vez que se registra un organismo. Los contadores
su valor e irnportancia compensan con creces los a gatillo con varios registros separados pueden a-
esfuerzos invertidos; y que la enurneracion de los coplarse electricamente a una perforadora de
organismos es el unico camino posible, pues si cinta de papel; esta ultima, a su vez, sirve direc-
hubiese otro, ya hubiera sido descubierto mu- tamente para alimentar un programa de compu-
cho tiempo atras (Allen, 1934, p.43). tadora.
Los requerimientos especfficos de cada estudio
deterrninaran que es 10 que se contara y con que
Preparacion de la muestra
grado de precision. En algunos casos, e.g., los es-
Frecuentemente, la proporcion de Iiquido 50-
tudios de relaciones troficas, de dinarnica pobla-
brenadante/material en las muestras no es ade-
cional, puede ser necesario discrirninar no solo
cuada para una buena visualizacion de los anima-
entre grupos de taxones superiores y entre espe-
les. Si la cantidad de material es demasiado alta,
cies, sino tarnbien definir los aportes de cada es-
la muestra debe diluirse con l iquido (isot6nico
tado de desarrollo ontoqenetico al total de cada
con el medio existente); en caso contrario la
especie (por ejemplo, nsuplii, copepoditos y adul-
concentracion de los organismos se logra por. se-
t05 de Copepoda; 0 huevos y larvas de diferente dimentacion. centrifuqacion 0 filtrado (ver mas
tarnafio en peces, etc.). Frecuentemente, las rela-
adelante). La muestra (0 subrnuestra) se agita y
ciones entre sexos, las clases de tamaiio, etc., homogene Iza y se vierte en un recipiente bajo.
tarnbien son discriminados durante los recuen- Los organismos de mayor tarnario se aislan a ojo
tos. Como norma general, en los recuentos tota- desnudo y se transfieren a recipientes limpios pa-
les de zooplancton neto las cantidades de las es- ra su estudio detail ado con la ayuda de instru-
pecies de mayor tamaiio y 10 las menos frecuen- mental optico. Para el recuento v, eventualrnen-
tes se evaluan sobre la base de toda la muestra te, identificacion delmacro y mesozooplancton
o de una fraccion mayor a aquella que se utili- en general se utilizan capsules de Petri, 0 las ca-
z6 para contar las formas mas abundantes. maras de diferente diseiio; y para el microzoo-
Un metodo practice y sencillo para la notacion plancton las cameras de sedirnentacion, carnaras
durante el recuento es marcar un trazo vertical de recuento (ver mas adelante), 0 las preparacio-
por cad a organismo observado, cada quinto in- nes entre porta y cubreobjetos.
dividuo se registra con una diagonal sobre los 4 Generalmente, las muestras de p/ancton estan fi-
trazos anteriores. Con el sexto ejemp/ar se vuel- jadas con formaldehido. Las emanaciones de este
compuesto, al volcar parte de la muestra en una
capsula y trabajar directamente sobre esta, son
t6xicas. Mas aun, ciertas personas son tan alergi-
• A Posterior; de la redacci6n de este capitulo sali6 a la luz el cas al formaldehido que al poco tiempo de traba-
manual editado por Sournia (19781, en cuyas secciones 5 y 7 se jo sus mucosas nasales y ocu/ares estan tan irrita-
diScuten detalladamente temas afines al aqu I presentado. das que deben abandonar la tarea. Estos sintomas

153

7Zi7S -..
----_ _- -~-----------------------
..

Recuentos y analisis de los datos

aumentan con el tiempo V son mas molestos


cuanto mayor es la temperatura ambiente. Para
evitar estos problemas el material puede transfe-
rirse a otra solucion, Steedman (1976b) reco-
mienda la siguiente: 3-fenoxi-propanol, 0,5 ml;
propilenglicol, 4,5 ml; agua de mar, 95 ml. Si la
fijacion en formaldehido fue suficientemente
prolangada el I iquido descripto puede utilizarse
permanentemente para almacenar la muestra.
Durante el examen de las muestras parte del I f-
quido se evapora. Estas perdidas deben com pen-
sarse medianteel agregado de solucion adicional.
Cuando el fijador es formaldehido se agrega la
misma solucion pero a la mitad de la concentra-
cion de la original (va que el agua se evapora mas
rapido que el formaldehido). Cuando es la solu-
cion alcoholics antes mencionada, la evapora-
cion hace que esta se vuelva lechosa; el problema Fig. 81. Cubetas de recuento de zooplancton.
se elimina agregando etanol (95%) V la corres- A) Cubeta de Bororov; B) Cubeta de vidrio con fondo
cuadriculado, tipo Dollfus;C) Cubeta de Gannon.
pondiente cantidad de agua destilada (Steedman,
1) Surco donde se deposita la muestra (capacidad total:
1976b). En general, conviene usar soluciones de 10 rnl]: 2) Marco de acrilico; 3) Fondo de vidrio; 4) Gri-
presion osrnotica menor alas utilizadas para la Iia desmontable de bronce; 5) Marco de actilico; 6) Fon-
do de vidrio.
fijacion va que la evaporacion compensa las dife-
En la cubeta de Gannon (C) la grilla se instala luego de
rencias rnuv rapidarnente (Steedman, op. cit.i. que la muestra fuera vertida en la camara y distribuida
hornoqeneamente. .

(A y C: de Gannon, 1971; B: original).


Metodos de recuento de
microzooplancton mayor
y mesozooplancton La cantidad de material vertido en la capsula
debe ser tal que permita una visualizacion tacil V
rapida de los organismos buscados. Ello significa
Para estos plancteres cornunrnente se utilizan ca-
que el espesor de la capa de plancton debe ser
maras ad hoc de diferente disefio (fig. 81) 0 cap-
delgado; el trabajo con muestras sobre-concen-
sulas de Petri (fig. 82). La ventaja de las primeras
tradas, en capa demasiado espesa, no solo no
consiste en que, generalmente, cumplen satisfac-
toriamente con el proposito de reducir el despla-
zamiento de los organismos durante el trabajo.
Por otro lado, permiten una revisacion mas orde-
nada V eficiente va que cuentan con puntos de
referencia vlo gufas. Las de fonda cuadriculado
que, eventual mente, pueden ser reemplazadas ~
por una capsula de Petri con un papel rnilirnetra-
do pegado al fondo 0 por las capsules de Petri de
fondo reticulado comerciales (fig. 82), permiten ~
tarnbien examinar una proporcion exactamente
definida (i. e., una determinada cantidad de cua-
drados, al azar) del material, V no todo, cuando
las cantidades son demasiado altas. Los datos
obtenidos pueden ser extrapolados para el total
de la capsula V, consecuenternente, para la mues- Fig. 82. Capsulas de Petri con divisiones internas 0 reticulo en el
fondo, utiles para recuentos de zooplancton.
tra (10 que, en realidad, constituve un metoda
(De cataloqo de instrumental cientifico de Scienti fie
mas de submuestreo). Instruments, 1961).

154

I
.~
\

Recuentos y an alisrs de los datos

acelera el examen, sino que 10 demora debido a


que requiere constantes manipuleos de remoci6n,
amen de que contribuve a daiiar los organismos
e introducir posibilidades adicionales de error
por omisi6n 0 registro duplicado.
Con el fin de acelerar los procesos de recuento
Ward (1955), Warren (1957), Priegel (1970), V
otros construveron bandejas circulares de mate-
rial transparente con un canal periferico donde
se vierte la muestra: el disco se hace girar ma-
nualmente 0 mediante un motor electrico V los
organismos son contados (vio extraldos) mien-
tras el canal pasa por el campo visual de la lupa Fig. 84. Esquema de un aparsto circulador de zooplancton oara
binocular (fig. 83). Bossanvi (,1959), usando el su recuento.
mismo principio, modific6 el sistema de tal rna- 1) Formol; 2) Recipiente con los organismos contados;
3) Botelia para el agua de mar utilizada; 4) Grifos; 5) Pe-
nera que el material pasara directamente de la ra de goma; 6) Pinzas; 7) Objetivo de la lupa binocular;
muestra por un tubo de vidrio ubicado debajo 8) Interruptor del flujo; 9) Camara de recuento de Pers-

del objetivo de la lupa (fig. 84); V Lindenberg pex: 10) Muestra original; 11) Sifon: 12) Ag'ua de mar.
(1973) describi6 un aparato consistente en dos (De Bossanvi, 1959).

cajas de material plastico conectadas entre s I por


intermedio de dos canales, la muestra se vierte
de un sistema manual de impulsion, a la otra, en
en una de las cajas V se hace circular, por medio
una capa del gada de agua. Los organismos busca-
dos (huevos V larvas de peces - en este caso) son I
! .
j"
contados a medida que van pasando por elcanal
superior (fig. 85). ~:
"

Fig. 85. Aparato para contar mesoplancton.


1) Bandeja de malia de nylon donde se deposita la mues-
Fig. 83. Bandeja circular giratoria para el recuento de zooplanc-
tra a contar; 2) Canal superior por donde los organismos
ton.
van pasando a la caja 3; 3) Caja que recibe el material
1) Fuente de iluminaci6n; 2) Objetivo de la lupa binocu- contado; 4) Canal inferior en el cual la corriente de I i-
lar; 3) Bandeja circular con un surco en el margen en el quido es de direccion opuesta a aquella en (2); 5) Impul-
cual se vierte la muestra; 4) Motor eh~ctrico. sor manual.
(De Ward, 1955), (De Lindenberg, 1973).

155

=
Recuentos y analisis de los datos

Estos metod os "semiautomaticos",logicamente,


solo sirven para contar organismos bien conoci-
dos y tacitmente identificables. En caso contra-
rio, cuando el manipuleo de los ejemplares es ne-
cesario su aplicacion no se justifica 0, como en el
caso del aparato de Bossanyi, es lIanamente impo-
sible (el operador no tiene acceso directo a los
animales). - .. ",.,.'
~~.~
".;."

Para la observacion y recuento de material en


medio I iquido a bordo de embarcaciones, en
condiciones de movimiento, puede utilizarse la
carnara de Bieri (1956).
.,... .

Algunos zooplancteres con estructuras esqueleti-


cas duras (e.g., Foraminifera, Euthecosomata),
provenientes de muestras de plancton 0 de sedi-
mentos, pueden ser contados en estado seco (ver
p. 274 y 334). Paraeste fin se utilizan las cubetas
de bronce de 6 x 10 cm con fondo cuadriculado
(ver Boltovskoy y Wright, 1976, p. 315).
Fig. 86. "Stempel-Pipette",
Metodos de recuento del (Gentileza de Kahlsico, lnc.].
microzooplancton menor
En el caso del plancton de menor tamaiio,
brenadante, homogeneizar y analizar una fracc-
comunrnente mucho mas abundante que el meso ..•.
cion del concentrado asi obtenido.Otra alterna-
y macroplancton, se cuentan fracciones 0 al icuo-
tiva consiste en el usa de centrffugas manuales,
tas de la .rnuestra total, ya que el incremento de
electricas simples 0 de flujo continuo (ver,Hart~
precision obtenido al contar la muestra entera
man, 1958); 0 filtrando el l iquido a traves de
no justifica el tiempo y esfuerzo invertidos en
mallas 0 papeles de filtro y examinando, ya sea
la tarea.
el filtro en sf 0 una suspension de su lavado (fig.
EI uso de al icuotas requiere el conocimiento del 87); 0 el material seco colectado sobre el filtro
volumen de I iquido procesado para poder inter- y transferido a una cubeta de metal (ver p. 274 Y
polar los datos obtenidos al total de la muestra. 334).
Estas al Icuotas pueden obtenerse con pipetas
Cuando se utiliza alguno de 105 tipos de cameras
graduadas comunes 0 con la "Stempel Pipette"
de recuento de volumen conocido (fig. 88),
(fig. 86). Una pequeiia al icuota de volumen co-
la estirnacion previa de la cantidad de Iiquido re-
nocido puede obtenerse con la pipeta, deposi-
tirado de la muestra no es necesaria.
tarse entre porta y cubreobjetos, en un portaob-
jetos excavado, 0 en una pequeiia camera con- EI metoda de los recuentos por medio de la se-
feccionada con delgadas tiras de vidrio pegadas dirnentacion fue introducido por Uterrnohl
a un portaobjetos, delimitando una cavidad (1931,1958) y es actual mente el mas utilizado,
central. Para disminuir el movimiento de los or- sobre todo para fitoplancton, pero tarnbien para
ganismos al desplazar la carnara bajo el campo vi- microzooplancton. La muestra se vierte en un
sual del instrumento optico, esta puede lIenar- tuba con fondo ciego de vidrio cubreobjetos y
se con I iquido hasta formar un menisco convexo 105 organismos se dejan sedimentar durante 6
y cubrirse con un vidrio cubreobjetos cuidando o mas horas en absoluto reposo. Luego de ese
de no encerrar burbujas de aire debajo del ul- lapso la camera se ubica sobre la platina de un
timo. A veces, para concentrar el material antes microscopio invertido (fig. 89) y los animales
del pipeteado, se puede dejar que la muestra depositados en el fonda se determinan y cuen-
sedimente durante algunas horas, eliminar el so- tan, pudiendo utilizarse hasta los mayores

156
'~iiIIiI'-- --- --

Recuentos y analisrs de los datos

sidad de orqanismos, debe aumentarse el largo


V disminuirse el dlarnetro de la dmara.En
este ultimo caso los t,iempos de sedimentaci6n
tarnbien deben aumentarse considerablemente
V, aslv todo, algunos autores consideran que si
la altura del tubo excede 5 veces el diametro de

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fig. c
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Fig. 87. Aparato para filtrar plancton.
4y
1) Embudo superior; 2) Filtro; 3) Embudo inferior; 4)
Tubo metalico: 5) Tapon de goma; 6) A la bomba de va-

'as
3),
'e-
clo: 7) Camara de vacio; 8) Receptor del agua filtrada;
9) Sujetadores; 10) Grifo; 11) Pies; T2) Tubo de gomC!
conectado a la bomba. 13) Probeta graduada. Medidas
en mm.
T
32

e-
,1
(De Motoda. 19591.

aumentos. Si la sedimentaci6n ha side completa, d~ __ ----J


1
), el resultado del recuento sera funci6n de la /-32-/
'a concentraci6n de los organismos en la muestra
n y del volumen de la carnara utilizada. EI diame-
y tro de los tubos, asi como su largo, varia con el
Fig. 88. Diferentes carnaras simples de recuento de fito y micro-
3 tipo de material a utilizarse. En el caso de las zooplancton. Las medidas estan dadas en mm; el espesor
~ muestras rnuv densas conviene recurrir a cameras de la cavidad (profundidad) figura en el angulo superior
izquierdo de la camara.
) de diametro grande (rnavor superficie de sedi-
a) Camara de Juday (1 em"): b) Camara de Sedgwick-
mentaci6n), V bajas como, por ejemplo, las Rafter (1 cm+: c) Camara de Kolkwitz (1 a 15 em- I: d)
camaras de Kolkwitz (fig. 88). Por el contrario, Camara de van Heusden (4 ern? l.
:j para muestras de areas oligotr6ficas, de baja den- (Original).
i
157
Recuentos y analisis de los datos

platina, interfieren el desplazarniento jfel con-


densador. Para subsanar este inconvenients
se recurre alas cameras compuestas, integradas
por una camera propiamente dicha, de poca
altura, y un tubo accesorio que es desmontado
una vez que se ha completado la sedimentacion
y antes de ubicar la muestra sobre la platina.
Estas cameras compuestas 0 "kombinierte Plat-
tenkammern" son producidas comercialmente
en volurnenes de hasta 100 ml, pero tarnbien
pueden . construirse utilizando materiales facil-
mente obtenibles (fig. 90, ver tarnbien Dawson,
1960; Lovegrove, 1960; Lund, 1951 '( Thrond-
sen, 1970b). Lund (1951) y Dawson. (1960) pro-
pusieron modelos en los cuales el tuba de sedi-
rnentacion es pegado 0 simplemente apuesto,
con una capa intermedia de grasa de silicona, a la
carnara que no es mas que un corto cilindro de
igual diarnetro con un vidrio cubreobjetos pega-
do a su fondo con adhesivo insoluble en agua de
mar (fig. 90B). Una vez que la sedirnentacion se
ha completado el l iquido del cilindro de sedi-
mentacion se elimina con un sifon y el cilindro
mismo se separa. Lovegrove (1960) desarrollo
un sistema algo mas complejo con una pieza
accesoria en la cual el tubo y la carnara se desli-
zan lateralmente; estos dos componentes se des-
conectan entre s I antes de drenar el l iquido del
tuba (fig. 90 C-I). Ello elimina el peligrode. ex-
traer parte del material depositado en el tendo
de la carnara cuando se separa el l Iquido sobre-
nadante con un sifon. En las cameras comer-
ciales el l iquido del tuba de sedirnentacion es
drenado a traves de un poro ad hoc en la ca-
mara misma.
Fig. 89. Microscopio invertido, .de Uterrnohl para recuentos de Una horizontalidad perfecta durante la sedi-
microplancton.
rnentacion es indispensable para evitar las fil-
1) Condensador; 2) Camara de sedimentaci6n; 3) Ocu-
lar; 4) Objetivos.
traciones, accidentes, deposicion irregular, etc.
(De folleto de Carl-Zeiss).
Para este fin Tangen (1976) construvo una
mesada especial de Perspex con pies de longitud
regulable y un nivel a burbuja acoplado. La me-
sada acepta hasta 4 cameras tipo Zeiss 0 Wild,
sirnultanearnente.
la Camara las corrientes de conveccion que se
producen hacen que un buen porcentaje de los
Todas las cameras descriptas son utilizadas con
plancteres mas pequefios no sedimente en ab-
microscopios invertidos. Sin embargo, estos ul-
soluto (Nauwerck, 1963).
timos son costosos y no todos los laboratorios
Frecuentemente, la cantidad de l iquido que cuentan con ellos. Tungate (1967) describio
debe emplearse para obtener una concentracion una carnara de sedirnentacion disefiada espe-
apropiada en el fondo de la carnara requiere cialmente para usar con microscopios conven-
el uso de tubos tan altos, que ubicados sobre la cionales y cuya precision lIega al 98% de aquella
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Fig. 90. Carnaras de sedimentaci6n para el recuento de microzooplancton.
A) Camara para microscopic convencional; B) Camara de recuento y cilindro de sedimentaci6n oe construcci6n propia, para
microscopio invertido; C-E) Cilindro, camera y pieza accesoria de Lovegrove, para microscopio invertido; F-I) Detalles de ope-
raci6n del aparato de Lovegrove.
1) Tapa pegada al cilindro; 2) Muestra; 3) Cilindro de sedimentaci6n de paredes levemente divergentes (contribuye a evitar la
deposici6n de organismos en las paredes; 4) Obturador que divide la carnara (5) del cilindro(3), una vez que la sedimentaci6n
ha sido completada; 5) Camara de recuento; 6) Cilindro de sedimentaci6n; 7) Base del anterior; 8) Sif6n con el cual se extrae
el agua sobrenadante; 9) Cilindro de sedimentaci6n; 10) Muestra; 11) Uni6n entre el cilindro y la carnara (pegada 0 simple-
mente apuesta con una capa de grasa 0 silicona);12) Camara de recuento; 13) Fondo de la carnara consistente en un vidrio
cubreobjetos peg ado con un adhesivo insoluble en agua de mar. .
F) La carnara (D) y el cilindro (C)estan unidos por la pieza (E),la muestra se encuentra sedimentando;G) La sedimentaci6n del
material se ha completado; H) EI cilindro se desplaza hacia la derecha interrumpiendose su comunicaci6n con la camera: el
agua se elimina con un sif6n; I) La carnara se extrae por el lade izquierdo y el cilindro por el derecho.
(A: redibujado de Tungate, 1967; B: original; C-I: redibujado de Lovegrove, 1960).

que se logra con el microscopic invertido 0 de des de los animales son demasiado elevadas.
Uterm6hl (fig. 90 A). Como gu fa suelen utifizarse los oculares de 3
AI igual que en el caso de las cubetas, tarnbien "pelos" rnoviles que definen un "corredor" y
en las carnaras de sedirnentacion solo se cuenta una base (para detalles ver Lund et al., 1958, 0
una fraccion de la camera cuando las densida- Schwoerbel, 1970).

159
Recuentos y analisis de tos datos

Knox y Brooks (1969), Beers, Knox y Stric-


kland MS(1970) y otros, realizaron experimen-
tos de fotografiado hologrMico de cameras de
recuento enteras y enumeracion de los organis- '.
mos sobre la base de estas irnaqenes. Sequn sus
conclusiones el metoda ofrece excelentes pers-
pectivas pero hasta la fecha no fue empleado
mas que en ensayos experimentales.

Recuentos autornaticos 6'~~-- --6

9
U
A pesar de que algunos de los rnetodos de reo
Fig. 91. Contadores automatlccs de zooplancton.
cuento expuestos incorporan algunos elementos
I) Contador autornatico de nauplii de Artemia salina: III
de autornatizacion, es el operador, en definiti- Condador y medidor aurornauco de zooplancton.
va, quien observa y cuenta los orqanisrnos. Sin 1) Entrada de aire; 2) Vatvulas reguladoras de la entrada
embargo, ya hay sistemas en los cuales el ojo hu- de"aire; 3) Recipiente con el cultivo de Anemia salina;
los organismos se mantienen en suspension mediante el
mano es reemplazado, al menos parcialmente, burbujeo de aire; 4) Contador di'gital; 5) Valvula magne·
por la maquina. tica Que cierra la conexion con (3) al pasar una cantidad
prefijada de larvas; 6) Eje optico del sistema; 7) Foto-
En 1963, Mitson describio el primer aparato ca- transistor y amplificador; 8) Lentes montadas sobre una
cremallera de microscopic: 9) Tubo capilar por el cual
paz de contar plancteres autornaticarnente pasan las larvas; 10) Larnpsra de 15 vatios; 11) Sistema
(ver tarnbien p. 13 y 139). Mas tarde Jensen optico: 12) Sistema electronlco: 13) Sistema hidraulli:o.;;
A) Bomba; B) Filtro; C) Tanque de agua en el cuattmla
(1969) y Outryve y Sorgeloos (1976) constru- 0) EOIrecipiente con ia muestra; El brenaje de (Cl;'F)
yeron sistemas similares para igual fin. Todos es- Colector de 105 organismos contados y medidos; G) Luz;
Hell Lentes; J) Fotocelulas: K) Circuito etectronico: L)
tos equipos estan diseiiados para contar par- Contador digital; M) Selec;ores Be tamafio ,
t iculas (larvas de Artemia salina 0 de peces) de (I: de Outrvve y Sorgeloos. 1976; II: de FUlton ..1972l.
un solo tarnafio, autornaticamente, con un error
muy baio y con extrema rapidez. EI principio
empleado es sencillo (fig. 91): los organismos
son impu Isados en una corriente I iquida a tra-
de la "sombra" v, consecuentemente, la cariti-
dad de celulas afectadas acciona el contador de
ves de un tuba de vidrio que pasa frente a
la clase de tamaiio correspondiente (fig. 91 : II).
una celula fotoelectrica: cada vez que el haz de
A pesar de que el avance con res pee to a los sis-
luz se interrumpe debido al pasaje de un animal
temas anteriores es notable, este aparato tam-
la celula fotoelectrica induce un cambio de co-
bien cuenta con numerosas limitaciones. En pri-
rriente que es amplificado y acciona un contador
mer lugar aquellas que afectan tarnbien a 105
electr6nico (ver tarnbien los sistemas de recuen-
recuentos manuales, i.e., la formaci6n de masas
to in situ basad os sobre el principio del Coulter-
de organismos adheridos vt» enredados entre sf
Counter, p. 13). Sin embargo, el sistema solo
(que se computan como uno solo); la necesidad
acepta un unico tipo de particulas 0, dicho de
de separar los ejemplares mayores a priori, etc.
otra manera, reacciona exactamente igual fren-
Pero tarnbien adolece de defectos particulares:
te a cualquier organismo. Consecuentemente,
no diferencia particulas inorqanicas y trozos de
su utilidad para una muestra de plancton neta
organismos de ejemplares enteros; no diferen-
es sumamente limitada v, en efecto, solo se uti-
cia dos 0 mas animales pequefios pasando sirnul-
liza para recuentos de cultivos monoespeci-
taneamente de uno mayor; frecuentemente
ficos.
computa puntos en clases de tamaiio err6neas
Cooke et al. (1970) lograron perfeccionar el debido, por ejemplo, a la tendencia de algunos
sistema de tal manera que este no solo contara organismos a deformarse (e.g., los quetognatos
las part iculas, sino que tarnbien las diferenciara suelen doblarse); no separa flsicamente 105 or-
en 7 clases de tarnafio (de 0,0-0,5 a mas de 15 ganismos contados de acuerdo a sus tarnafios.
mm). Para ello utilizaron no una sola sino varias etc. Sin embargo, el defecto mayor es. obvia-
celulas fotoelectrlcas alineadas; la longitud mente, el hecho que 7 (0 cualquier otra cantidad)

160
/

Recuentos V analisis de 105datos

por ejemplo, el Ouantimet 720 0 similares


( FaweH, 1976; fi g. 92) pueden recoge r i rnaqe-
nes de zooplancteres V analizar pararnetros ta-
les como largo, ancho, perfmetro, area, volumen,
densidad, e inclusive relaciones mas complejas.
Fawell (1976), utilizando un aparato Ouantimet
720, ensavo el fraccionamiento, por tax ones, de
una muestra artificial integrada por copepodos,
eufasidos V quetognatos, obteniendo resulta-
dos altamente positivos.
Evidentemente, para una aplicacion general V
10 11 12 efectiva de estos rnetodos aun se requiere gran
cantidad de trabajo. Sutro (1974) concluve que
Fig.92. Esquema general de un sistema analizador de irnaqenes
para la decada del 1980 los aparatos de esta
televisivas para la identi ficacion V recuento automattcos fndole, analoqos a la vision V al cerebro hu-
de zooplancton.
manos, estaran en una etapa sumamente avan-
1} Pantalla monitora de TV; 2) Acondicionamiento V zada. Y hay ciertas pautas que indican que tal
manipulacion de los organismos; 3) Sistema de obten-
cion de la imagen; 4) Barrido del objeto; 5) Detector; 6) aseveracion no carece de fundamentos; en pri-
Computadora; 7) Manipulacion de los datos; 8) Acumu- mer lugar el increiblemente rapido desarrollo en el
lacion v lo orocesarniento de los resultados; 9) Programa-
. dor; 10) Ahrnentaclon: 11) Procesamiento central; 12) campo de la electronlca acompafiado par tin no
Circuito de salida. menos vertiginoso descenso en los costos de los
(De Fawell, 1976). materiales utilizados. Otra de I(lS evidencias·
esta dada por la siguiente reflexi6n: gran parte
del relativamente lento desarrollo de la plancto-
tarnafios diferentes de ninguna manera represen- logia esta dado por la falta de aplicaciones di-
tan igual nurnero de especies zooplantonicas dis- rectas e inmediatas de su area de accion, En
tintas. Su aplicacion puede ser de gran avuda otras palabras, el grado de desarrollo en cual-
en areas oceanicas de rnuv baja diversidad es- quier campo de la ciencia V tecnologia es
pecffica, con faunas perfectamente conocidas, proporcional al interes inmediato que reviste V,
con muestras en buen estado V sin material con consecuentemente, alas inversiones econornicas
tendencia a enredarse 0 apelotonarse (Fulton, que absorbe. Y las posibilidades practicas que-
1972). Pero, asf V todo, cada muestra debe ser brinda un "ojo rnecanico entrenado" son enor-
previamente inspeccionada, evaluada V acondi- meso Como ejemplo ilustrativo sirva la posibi-
cionada por un observador. lidad de controlar, automaticarnente V a gran
velocidad, las piezas rnecanicas producidas por
Todo 10 expuesto sugiere que el recuento en sf
una fabrica (Sutro, 1974).
no es el mayor problema; el quid reside en la ca-
pacidad de contar objetos (especies) diferentes Sin embargo, obviamente, ninqun sistema de
refiriendolos a sus respectivos stocks. La unica este tipo determinara una especie cuva afinidad
alternativa posible es, obviamente, una rnaquina es dudosa 0 discutible para el hombre. Desde
que sea capaz de determinar V, 10 que es menos va hace tiempo algunos investigadores estan
Problematico, contar slrnultanearnente. Una de ensavando la codificacion, mediante computa-
las variantes exploradas en este sentido es la cion, de las decenas 0 cientos de caracteres po-
composicion qu fmica (ver, por ejemplo, Calapri- sibles en un grupo con la finalidad de definir
ce et el., 1971), principalmente ADN y croma- I imites rnorfoloqicos mas precisos V, eventual-
tografia gaseosa. Sin embargo, estos rnetodos son mente, dividir 0 unificar especies descriptas
d~masiado lentos V costosos, 0 insufientemente (ver p. 261). Sin embargo, la rnaquina asiqnara
dlscriminantes (Sutro, 1974). La otra posibilidad este 0 aquel lado de la I fnea divisoria no por
que actualmente se esta investigando V que,apa- sus propios medios, sino de acuerdo alas instruc-
r~ntemente, constituve el camino mas prorniso- ciones recibidas (aunque, loqicarnente, con la
no, es la cibernetica, i.e., el analizador de irna- ayuda de una enorme memoria y la posibilidad
genestelevisivas. En efecto, sistemas tales como, de sugerir vias de respuesta alas correlaciones

161

L
Recuentos y analisis de los datos. (

computadas entre parametres diferentes). Por bioloqo que aburrldamente rnarca un punto cada.
10 tanto, el sistema de identificaclon y recuento vez que registra una forma conocida bajo el mi- .'
autornaticos solo podra utilizarse para las croscopio; pero no la a veces no menos tediosa
.especies de afinidad clerta: En otras 'palabras, de lidiar con los ejemplares de aspecto enig- ,
eventualmente reernplazara -la tediosa labor del
I matico 0 dudoso,

.
'; .

i
.~
\

162
Cálculo del error en el recuento de
organismos zooplanctónicos
SERGE FRONTlER

Principio de la medida una submuestra 1 IN de la suspenslon. Sin em-


bargo, cualquiera sea la técnica utilizada, la ho-
mogeneización nunca es suficiente como para ga-
La gran abundancia de organismos en las mues- rantizar que cada sub muestra contenga el mis-
tras de plancton, generalmente, hace imposible mo número de organismos, es decir, exactamente
contarlos todos. Se determina entonces el nú- un N-avo del número presente en la muestra.
mero de individuos en una al ícuota o submues-
tra, que representa una fracción (l/N) de la Ahora bien, esta submuestra es una muestra "al
muestra total, multiplicando luego el resultado azar" de la muestra original, y de una submues-
tra a otra existe una variación aleatoria. Por con-
del recuento por N. Este procedimiento in-
troduce un error de estimación, pues las N al í- siguiente, la estimación del número total obteni-
cuotas de una misma muestra nunca son to- do multiplicando por N el resultado del recuento
talmente idénticas. La finalidad de esta sección de la submuestra, trae consigo un error estadís-
esestimar este error. tico. Aun cuando la homogeneización sea la más
perfecta posible, este error existe y su magnitud
Existen muchos métodos de submuestreo; puede aproximarse por cálculo.
algunos de ellos fueron descriptos más arriba.
El principio es siempre el mismo: la muestra
se encuentra dispersa en un volumen de líquido
fijador (generalmente agua de mar + formaldehi- Cálculo del error en el caso de una
do), del cual se extrae una fracción de tamaño
conocido para examinarla. No existe dificultad dispersión perfectamente
alguna en lo que a la medición de los volúmenes "al azar" de los organismos
de líquido se refiere; aquélla puede realizarse en la suspensión (ley de Poisson)
con toda la precisión deseada. El único pro-
blema que se plantea para que una submuestra
resulte representativa de la muestra, es lograr
una homogeneidad suficiente de repartición Supongamos que la homogeneización hubiera
de las partículas en suspensión antes de extraer sido la más perfecta posible, y que los organis-
la submuestra. mos estén dispersados perfectamente al azar en el
seno del líquido. Ello significa que cada punto
Se utilizan varias técnicas para homogeneizar de aquel volumen tiene la misma probabilidad
la muestra removiéndola sin dañar los organis- de estar ocupado por un organismo dado de la
mos. Una de amplio uso para material con abun- muestra; además, organismos diferentes son
dantes pláncteres pequeños consiste en extraer independientes unos de otros, es decir que la
un volumen conocido con una pipeta o con pe- probabilidad de la presencia de uno en un punto
ra de goma; paralelamente, la muestra total no está afectada por la presencia de otros en las
está diluida con líquido fijador a un volumen cercan ías. En este caso, que es el más sencillo
igual a N veces aquél de la pipeta (N puede ser posible, se demuestra que un muestreo al azar
igual a 10,20,40, 100, etc.). El líquido se re- de la suspensión, repetido indefinidamente
mueve llenando y vaciando la pipeta en elfras- (volcando cada submuestra de vuelta en la mues-
ea varias veces, y el último llenado se transfie- tra después del recuento), da lugar a una distri-
re a la cubeta de recuento obteniendo as í bución de Poisson. Esta distribución está carac-

163
Cálculo del error en el recuento de organismos zooplanctónicos

terizada matemáticamente por una varianza lag a2 = A + S lag ¡J.

igual al promedio:
Este tipo de relación, con dos parámetros A y
El conocimiento de los parámetros de una distri- S, satisface la llamada ley de Taylor, y es la
bución permite calcular el error estadístico, es que frecuentemente se encuentra en problemas
decir la cantidad E tal que el intervalo de valores de tipo ecológico. Entonces la transformación
es (n-E, n+E), donde n, la estimación del valor apropiada es:
investigado, tenga una probabilidad escogida (ge-
neralmente 95% Ó 99%) de contener el valor n' = n (1-612 )

real. donde sólo interviene la pendiente S de la lí·


En nuestro caso, un solo parámetro de la distri- nea de puntos experimentales. En el caso de la
bución queda por estimar, pues sabemos que distribución de Poisson, donde a2 = ¡J., por con·
estamos en presencia de la ley de Poisson: siguiente lag a2 = log ¡J., entonces S = 1, Y la
la media es igual a la varianza. Existen tablas transformación correspondiente es:
para este tipo de distribución que dan los inter-
valos de confianza al nivel de probabilidad del n' = n(l-lfl) =n1/2 =.yh
95% Ó 99%, en función de este parámetro. Las ra íces cuadradas de los nú meros contados, si
Cuando no se dispone de estas tablas, sino sola- éstos siguen una distribución de Poisson, se dis·
mente de la correspondiente a la distribución
tribuyen "normalmente" con una varianza apro-
normal o de Gauss (la ampliamente conocida ximadamente constante, la que se demuestra ser
curva en forma de campana), se puede aplicar cercana a 0,25; la desviación standard es, entono
otro método: se realiza una transformación de
ces,
los datos, cambiando la distribución de Poisson a' = 0,5
de los números iniciales (n) por una distri-
bución normal de números transformados (n'). Se sabe que cuando una distribución es normal y
Al mismo tiempo, esta transformación estabili- de varianza a'2 , el intervalo de confianza de ni·
za la varianza a'2 de los números transformados:
vel 95% de una estimación n' es aproximada·
a'2 resulta independiente de la media, en lugar mente:
de estar relacionada con aquélla, tal como suce-
de en la distribución de Poisson donde a2 = ¡J.. [n' - 2a', n' + 2a']
Estas propiedades nuevas tienen gran importan-
cia pues representan condiciones esenciales para En nuestro caso, n' = y'rl, y 2 a' = .1; los límites
la aplicabilidad de los métodos estad ísticos clá- del intervalo de confianza de n' son n'±1 Y,
sicos, tales como el análisis de la varianza, cál- volviendo a los números iniciales, tenemos un in·
cu los de regresión, etc. El análisis de la varianza tervalo de confianza en los números transfor·
se aplica a los números transformados, y no a los mados igual a:
originales.
[(n' - 1)2, (n' + 1 )2]
Ahora bien, es suficiente conocer la relación
aproximada entre la varianza y el promedio de Por ejemplo, si el número contado en la sub·
los números iniciales para determinar la trans- muestra es n=9 entonces n' = V9=3 el inter-
formación que estabilice la varianza y haga nor- valo de confia~za de las ra íces cuadradas es
mal la distribución. El problema, entonces, [ 2 ; 4 ], Y el de los números iniciales [ 4; 16 j;
queda resuelto cuando se determina esta relación el error relativo inferior es -5 (= -55% ) Y el
entre la varianza y la media. Más concretamente superior + 7 (= + 78%). Se evidencia que este
a menudo resulta que si se grafica la varianza último intervalo es asimétrico (pues la distri-
y las 'medias de una serie de medidas en métrica bución de Poisson es asimétrica). Si la submues-
log-Iog (es decir, ubicando log ¡J. en las abci- tra era de 1 IN, la estimación del número de
sas y log a2 en las ordenadas), se obtiene un ali- organismos en la muestra es 9N; el intervalo
neamiento de puntos bastante rectil íneo. Dicho de confianza es [ 4N ; 16N ] Y los errores relati-
de otra forma, se obtiene la siguiente relación vos son - 55% Y + 78%. Si n= 100, se calcula
aproximada: n'= 10, el intervalo de n' es [ 9 ; 11 ]; el de n es

164
Cálculo del error en el recuento de organismos zooplanctónicos

[ 81 ; 121 ], con errores -19% y + 21 %; la asime- una serie de ensayos. Se efectúan entonces
tría resulta menos acentuada a medida que au- varios grupos repetidos, cada uno de los cuales
menta el orden de magnitud de los valores con- suministra una varianza y una media. Llevando a
tados. Si n=400 el error relativo es casi ± 10%. un gráfico los resultados experimentales (medias
Paraque el error no sobrepase 2% sería necesario en abcisas, varianzas en ordenadas) veremos apa-
contar 10.000 organismos. El "precio" (en tiem- recer un alineamiento de puntos, lo que suge-
po de trabajo) de la precisión au menta cada vez rirá la relación estad ística deseada entre los dos
más. parámetros.
Esto es lo que hizo Frontier (1969), al enumerar
Cálculo más realístico, fundado varias veces 32 categor ías zoológicas en 28 mues-
en una relación empírica tras de zooplancton, de modo tal que se cubriera
entre varianza y media un intervalo de órdenes de magnitud suficiente-
mente importante (desde 1 hasta 400 individuos
Lo que acaba de tratarse no es más. que un
por submuestra). Se constató que, cuando el nú-
ejercicio, puesto que los organismos dentro de
mero de organismos contados es menor de 10,
una suspensión Iíqu ida casi nunca se dispersan
la varianza es próxima a la media: se obtiene as í
al azar, sino que muestran una tendencia, ya sea
una distribución de Poisson, lo que indica que
a rechazarse mutuamente por choques o,
los organismos están demasiado alejados uno de
más frecuentemente, a aglomerarse entre sí por
otro como para manifestar una interacción
sus espinas, pelos o substancias viscosas que los
(agregación); por consiguiente, están dispersados
rodean. Aun cuando dos organismos no se que- al azar en la muestra. El cálculo utilizado en la
den definitivamente pegados, pueden quedar
sección precedente puede, entonces, aplicarse a
aglutinados por un tiempo, lo que es suficiente fin de estimar el error del recuento. Por el contra-
como para que se encuentren cercanos un poco
rio, a partir de un orden de magnitud de unos 10
más tiempo del que lo harían "por azar", y en
organismos por submuestra en adelante, se ob-
promedio una submuestra particular resultará
serva que la varianza de las observaciones sobre-
ora más abundante, ora menos de lo previsto
pasa cada vez más a la media. Dentro del inter-
por la ley de Poisson. En otros términos, la dis-
tribución es llamada sobredispersada, y la va- valo de valores de lOa 400 individuos por
rianza observada es de mayor magnitud que la recuento la relación varianza-media puede apro-
prevista por la ley de Poisson, es decir mayor ximarse por una recta de pendiente 1,23 en el
gráfico (lag j.l, lag a2). Este valor determinará
que la media (a2 > j.l). El error relativo será
la transformación de los datos,
por consiguiente, más grande que el calcula-
do en la sección precedente.
n' = n( 1 - 1,23/2). vn
La figura 93 permite comparar una dispersión
de puntos "al azar" (a2 = b), una sobredis-
j.l :

persión (a2 > c), y una subdispersión


j.l :

(02 < j.l : a).

Este fenómeno de la agregación es demasiado


complicado en sus detalles como para ser anali-
zado aqu í matemáticamente. Por el contrario,
un estudio experimental permite obtener una
aproximación utilizable de la distribución de las
abundancias, y del error estad ístico de recuento. Fig. 93. Diferentes tipos de dispersión de los organismos planc-
tónicos en una muestra.
Este método consiste en obtener una relación al Subdispersión (partículas dispersadas más regularmen-
empírica entre las varianzas y las medias, de la te de lo que lo har(an al azar). Un muestreo de a2 < j.l
b) Dispersión al azar. Un Muestreo de a2 = j.l
que se deduce la transformación que debe apli-
el Sobredispersión (tendencia a un agrupamiento de las
carse para estabilizar la varianza y normalizar partlculas). Un muestreo da a2 > j.l
la distribución. Tal relación puede establecerse Ver el texto para la explicación detallada.
sencillamente efectuando una vez y para siempre (Original).

165
Cálculo del error en el recuento de organismos zooplanctónicos

confianza al de relativos
Intervalos
Errores Consecuentemente, son las raíces cúbicas de
Recuentos
Inferiores Isuperiores los números contados las que están distribuidas
en forma normal, con una varianza independien-
te de la media. Esta varianza vale, en promedio,
4 75
58
54
50
65
61
69110
17
34
32
29
107
131
143
167
119
42
30
3731
28
26
27
25
23
214
249
260
284
24
272
32
20
58
82
420
22
21
179
317
340
352
409
305
375
386
19
17
18
125
155
4521
20
22
2
74
98
90
34
31
83
32
30
26
25
24
23
29
28
22
57
202
237
294
226
95
70
190
329
363
397
10,5
16,0
11,9
13,349
44
40
37
35
27
78
9,0
14,7 1
2 280
133
201
27
34
42
66
289
107
210
218
227
236
244
271
58
184
12
158
166
74
91
124
150
116
50
141
254
262
175
192
19
82
99
5-
4,0-
2,1-
2,7-
3,4-
1,5-
1,0- 02 = 0,048 pues o = 0,22. El intervalo de con-
fianza al r.livel 95% será -Yñ ± 0,44 o, en la mé-
trica de los números iniciales, [ (.yn - 0,44)3,
(..;rn + 0,44)3] el error superior es más grande
que el error inferior, tal como sucede con la ley
de Poisson.

La fig. 94 detalla los intervalos de confianza al


nivel 95%, y los errores standard correspondien-
tes para valores de 1 a 10, según la ley de Pois-
son; y para lOa 350, según la "ley ra íz-cúbica-
normal". La fig. 96 representa los errores rela-
tivos inferior y superior, en función del núme·
ro contado de una submuestra. Se nota que este
error decrece rápidamente en los números bajos,
y luego cada vez más despacio: el error superior
por ejemplo, es 40% para el recuento de 50 oro
ganismos, 31 % para 100 organismos, 25% para
200, y habr ía que contar 2500 individuos para
garantizar un error de menos del 10%. El error
calculable a partir de la ley de Poisson decrece
más rápidamente para los números altos, pero,
como hemos visto, no puede aplicarse con toda
crudeza.
Dada la heterogeneidad de las poblaciones natu-
rales, que es tan importante que una variación de
100 a 200 individuos en una muestra, general-

~a
(Vñ-lr)' n (Vñ'lr)'

1 1
, ,
, ,

,
~ ,, , b
VII-Ir VII

Fig. 95. Efecto de una transformación (no lineal) normalizante;


en este caso la transformación raíz cuadrada. Aplicación
para deducir el intervalo de confianza de un valor n. Fle·
cha hacia abajo: transformación raíz cuadrada; flecha
hacia arriba: transformación inversa. es decir, elevación
al cuadrado.
Fig.94. Intervalos de confianza al nivel del 95'10y errores relati- a) Números no transformados; b) Raíces cuadradas.
vos ('lo ) para recuentos de plancton de 4 a 350 indivi-
duos en una submuestra. (Original ).

166
Cálculo del error en el recuento de organismos zooplanctónicos

sión del 31%, obtenida enumerando 100 orga-


nismosen una submuestra, es suficiente para ca-
racterizar
mente, nouna
es muestra. La estrategia
significativa, parece quemáslaconve-
preCi~
niente, la que permite obtener una precisión
suficiente con inversiones m ínimas de esfuerzos
y tiempo consiste, entonces, en enumerar or-
ganismos de una muestra hasta llegar a más o Errores superiof'es

menos 100, controlando la fracción al ícuota 1/N


errores infet'KH'eS
que debió utilizarse para lograr esta cantidad. Si o
aquella al ícuota fue, por ejemplo, 1/100, la can- O
100 300 N
tidad 100 N representará la estimación para
la muestra completa, con un intervalo de con- Fig.96. Variaciones del error relativo al nivel de confianza del
95"10(error 5"10) en función del número contado (N) en
fianza (-26%, + 31%). una submuestra o al ícuota.
(De Frontier, 1972)
Finalmente, cabe destacar que existe otro mé-,
todo para aumentar la precisión del recuento sin
aumentar el número de organismos contados:
consiste en enumerar varias al ícuotas en lugar y la varianza de ifñ será 0,048/4, pues el inter-
de una sola. Se reemplazará, entonces, el conteo valo de confianza al nivel 95%
de la submuestra por el romeclio (en los valores
transformados: raíz cuadrada o raíz cúbica) {In ± (2· 0,22/2) = {In ± 0,22
de las k al ícuotas enumeradas. Se sabe quesi la
para las ra íces cúbicas, y
varianzade las al ícuotas es 0'2, la varianza de
la media de k al ícuotas es 0"2 = 0'2 /k, y el error [(ifñ - 0,22)3 ; ({In + 0,22)3] para los
standard es o'/..jk. El intervalo de confianza números no transformados. El error relativo es
será ± 2 o'/Vk, o, en nuestro caso ± 1/Vk para menor, contando un mismo número de organis-
las raíces cuadradas de los números pequeños, mos en varias submuestras, que en una sola: con
o ± "D,44/Vk par-ª-.@sraíces cúbicas de los núme- 4 recuentos dando 15, 20, 30 y 35 organismos
rosgrandes. (cada submuestra gebe ser devueltajl la muestra
po,:-;jemplo, si extraemos 4 veces una submues- después del recuento), es decir 100 organismos
tra, obteniendo 4 valores nI, n2, n3, n4 (ni> 10)'1 coruadbsen a ~cuotas suc-esivas, el cálculo da un
elpromedio será n, tal que:
p~o de 25 or a ismos, con un intervalo de
(19 30~0 de (-21%, + 25%), en el lugar de (-26%,
V'n = ~I +~ +~ +~ + 31 %), como sucedería si los 100 organismos
4 hubieran sido contados en una sola submuestra.

167
Tratamiento de los datos
SERGE FRONTlER

Métodos rápidos de apreciación global de .Ias abundancias numé-


ricas (Frontier y Viale, 1977). El método fue
Cuando el planctólogo recoge muestras, se en- después aplicado a otros recuentos aproxima-
frenta con el problema de la variabilidad aleato- dos, por ejemplo a la apreciación instantánea de
riade la comunidad planctónica de una masa de los grupos de cetáceos en el mar, y podría :.;era-
agua.A una escala de observación menor que la plicado a los recuentos de aves. Las clases de a-
escalade los gradientes estudiados, se observan bundancia así obtenidas son detalladas en la
distribuciones que parecen debidas al "azar": figura 97.
sea que no parecen determinadas por las condi-
cionesdel medio, o que esas condiciones las de- Esa determinación aproximada permite un mé-
terminan, pero tienen una distribución a prime- todo rápido de análisis de las muestras. En efec-
ravista aleatoria. En los dos casos una microdis- to, es fácil, por medio de submuestras, estable-
tribución de los organismos agrega a las variacio- cer si la abundancia dentro de una muestra está,
nes ecológicas algo impreciso, debido a la varia- por ejemplo, incluida entre 80 y 350 (clase 4) o
bilidad básica imposible de eliminar. Felizmente, entre 350 y 1500 (clase 5). Solamente pueden e-
lasvariaciones debidas a los factores del medio xistir dudas cuando la abundancia es de cerca de
son,generalmente, de un orden muy superior al 350, en cuyo caso se utiliza, por conveniencia, la
de la variabilidad local del plancton. Resulta inú- clase decimal 4,5, que significa "alrededor de
til, en el estudio del plancton, determinar canti- 350" (los límites exactos no tienen ninguna im-
dades exactas por medio de recuentos precisos portancia) .
deorganismos; sólo es útil conocer los órdenes de
magnitud y sus variaciones.

27000
6500
1500
350
Cantidades
80
18
4 a3ó4
27000
350
80
6500
1500
120000
181500
aprox.27ooo
aprox.
aprox.80
aprox.350
aprox.6500
18 2856900
165
13250
3120
37725
Clases logarítmicas2 de
643875 abundancia
1,5
2,5
3,5
4,5
5,5
6,5
7,5
etc. 1a 3
Hemostratado de precisar una noción de orden
de magnitud, estableciendo un conjunto de ni-
velesde abundancia fundado, en una primera
etapa,sobre una progresión geométrica. Esta pa-
recía,en efecto, convenir mejor a la apreciación
intuitiva y rápida de la abundancia de objetos
cualesquiera. Un estudio previo (Frontier, 1966,
1969) mostró que una progresión geométrica de
razón4,3 parecía apta para proveer una escala
quese acercase lo más posible a la escala espon-
táneaque el operador aplica al establecer las di-
ferentes categorías de organismos como "muy
raro", "raro", "escaso", "común", ..... "muy
abundante". Esta graduación está, probablemen-
te, en relación con un proceso psicofisiológico Fig. 97. Clases de abundancia logarítmica.

169
Tratamiento de los datos

ASONDEFM distribuye más apropiadamente si se realizan


muestreos numerosos y densos en el tiempo y en
el espacio.
En efecto, disponemos hoy de varios métodos de
análisis numéricos que se pueden aplicar a con-
a juntos numerosos de datos. La planificación óp-
tima de muestreo varía según el tratamiento que
se propone utilizar (ver más adelante). Sin em-
bargo, en todos los casos, es aconsejable el nú-
mero más alto posible de observaciones. Ello re-
dunda en un análisis de las muestras fácil y rápi-
do; por eso, nuestro método está bien adaptado
a este tipo de diseños.

Destacamos otra simplificación que emerge de la


b adopción de clases de abundancia aproximadas.
Con el fin de determinar "con precisión" el volu-
men de agua filtrada durante un arrastre de red
de plancton, se ubica en la boca de aquélla un
medidor de flujo (ver p. 87). Los resultados así
obtenidos, aun con las mayores precauciones
Fig. 98. Comparación de grátlcos de abundancia obtenidos sobre (ver p. 93), suelen variar en un orden de magni-
la base de recuentos exactos (1, línea cortada), y de cia·
ses de abundancia (2, línea contínua). a) Pterópodos; b) tud de 1 a 2. Ahora bien, las clases de abundan-
Quetognatos. Nosy Sé (Madagascar), 1963-1964. cia sucesivas están en un orden de 1 a 4,3; pues-o
(De Frontier, 1966-1969). to que, comúnmente, es imposible determinar si
el flujómetro ha funcionado correctamente (y a
menudo no lo hace) se cuenta con la ventaja (re-
lativa, ver p. 73) de poder prescindir de él limi-
La comparación con resultados establecidos por tándose a tomar en consideración la duración de
recuentos precisos es significativa. La figura 98 los lances, que deberán ser constantes y de velo-
muestra que la sustitución de las clases de abun-
dancia (1 ínea continua) por recuentos precisos
(1 ínea discontinua) no puede aportar ninguna
información adicional en la descripción del fenó- a b
meno ecológico. La figura 99 también muestra
que una cartografía obtenida sencillamente con
clases de abundancia proporciona una descrip-
ción del fenómeno que los recuentos precisos no
podrían modificar, sino ligeramente. Más aún, tra-
tamientos elaborados de los datos, tales como
los análisis factoriales, dan prácticamente los
mismos resultados con clases de abundancia y
con recuentos precisos (Frontier e Ibánez, 1974;
Devaux y Millerioux, 1976a). Lo mismo sucede
con cálculos de biomasa o de diversidad (Devaux
y Millerioux, 1976b, 1977a). Los coeficientes de
correlación entre los resultados obtenidos con
recuentos precisos y con clases de abundancia al-
canzan, generalmente, valores de 0,95 o más. Fig. 99. Cartas de abundancia de dos taxones de organismos
Consecuentemente, es inútil en todos los casos planctónicos en la bahía de Ambaro (Madagascar), con
aplicación de las clases de abundancia logarítmicas. a)
efectuar recuentos precisos, que son trabajosos e Sifonóforos calicóforos; b) Penilía avírostrís (Cladoceral.
insumen mucho tiempo. La energ ía empleada se (De Frontier, 1969).

170
Tratamiento de los datos

cidad homogénea y conocida (estos lances no de- puede expresarse por el largo de su arista, por el
ben ser demasiado prolongados para evitar la col- área de una cara, o por el volumen del cuerpo.
matación de la red, ver p. 73). El pasaje de una métrica a otra se realiza por
medio de una transformación no lineal (es decir
Un paso más en la simplificación consiste en no no proporcional) de los datos involucrados; en el
retener, para cada taxón examinado, más que las ejemplo anterior: elevación al cuadrado o al cu-
variantes "presentes" y "ausentes". Resultados bo de la medida de la arista.
interesantes fueron obtenidos de este modo, no
sólo a nivel de las descripciones elementales (dis-
tribuciones geográficas, ciclos anuales, etc.), sino Es fundamental tener en cuenta que métricas di-
también en tratamientos más elaborados, ya que ferentes adjudican importancias relativas disími-
las matrices de presencia-ausencia pueden ser tra- les a las variaciones de pequeña y gran magnitud.
tadas mediante análisis factoria!' Por otra parte, La variación entre 1 y 10 y aquélla entre 101 y
parece que un método aún más fiable consiste en 110, evaluadas aritméticamente, tienen Igual im-
portancia; sin embargo, logarítmicamente sucede
escoger entre "ausencia o rareza", y "abundan-
cia" (la ausencia de una especie dentro de una lo mismo con las diferencias entre 1 y 10 y entre
100 y 1000. La métrica "ra íz cuadrada" es inter-
muestra de plancton puede significar que está
media entre las dos anteriores.
ausente en la zona estudiada, o bien que sea es-
casa y que la red no la encuentre sino de vez en En nuestro caso particular se trata de buscar una
cuando: el método indicado elimina así una
métrica que otorgue la misma importancia a la
fuente de confusión). El límite entre las dos cla- variabilidad aleatoria de las medidas planctónicas
ses se establece según las circunstancias, las espe- en las grandes cantidades y en las pequeñas. En
cies, y según que se desee, por ejemplo, poner en estad ística la medida de la variabilidad aleatoria
evidencia zonas de presencia regular, o sólo de está dada por la varianza y lo que se pretende es
concentraciones importantes. hallar una transformación no lineal de tal mane-
Ibánez (1974) propuso, por otra parte, un méto- ra que las expresiones de la varianza sean inde-
do intermedio, que establece solamente tres cla- pendientes del orden de magnitud de los valores
ses de abundancias: "escaso o ausente", "presen- medios, o, en otras palabras, que la varianza sea
te" y "abundante". Los límites entre las clases independiente del promedio. Este es uno de los
son adecuados a cada categoría zoológica y a ca- requisitos básicos para la aplicación de las técni-
cas estad ísticas clásicas.
da región, ya que se basan en la abundancia má-
xima de cada categoría en la región dada. Los re-
sultados son más coherentes entre taxones pues De lo expuesto se hace evidente que la métrica
se utilizan tres clases para cada uno. Pero el mé- aritmética no conviene. La métrica logarítmica
todo presenta dos dificultades: evalúa cada ta- es aconsejable y de uso difundido en ecología.
xón según una norma diferente, lo que hace más Su aplicación es especialmente interesante fren-
difícil y menos rápido el análisis de las muestras; te a la circunstancia que los rocesos biológicos,
y requiere el conocimiento previo de la abundan- generalmente, responder} exponel}cialmente a las
cia máxima de cada taxón, lo que no siempre es variaciones ambientales; consecuentemeñte, son
posible. los logaritmos de los parámetros bióticos los que
se correlacionan linealmente con los cambios
Transformación de los datos abióticos. y con las dispersiones aleatorias de los
últimos. Sin embargo, frecuentemente se observa
Otro problema a resolver en el contexto del tra- que la transformación logarítmica tiene un efec-
tamiento de los datos es el del sistema de medi- to de "sobre-corrección" sobre la varianza; una
ción a adoptarse. Es importante diferenciar entre variación de 1 a 10 puede deberse al azar (por
escalay sistema de medición o métrica. En efec- ejemplo, dados los efectos de la microdistribu-
to, si bien un cambio de escala es, sencillamente, ción), pero una de 100 a 1000, seguramente, ya
un cambio de unidades ( e.g.: en cm o en km), es significativa. Sin embargo, la transformación
un cambio de métrica implica el uso de un siste- logarítmica nivela ambas diferencias subevaluan-
ma de medición diferente; el tamaño de un cubo do las existentes entre los valores altos y otor-

171
Tratamiento de los datos

gando una importancia injustificadamente alta a unitarias ( 1 1, 1 m3, 1 m2 ). En efecto, por ra-
aquéllas entre las pequeñas. El fenómeno es zones matemáticas cuyo desarrollo excede las
exactamente opuesto al "que evidencia la métri- posibilidades del presente artículo, las transfor-
ca aritmética. Este inconveniente puede paliar- maciones no lineales (excepto log) efectuadas
se elevando los logaritmos al cuadrado. Tal pro- después de un cálculo de proporcionalidad no
cedimiento tiene justificativos matemáticos y es- tieñen el mismo efecto sobre las variaciones. La
tadísticos (Frontier, 1973a); pero aquí sólo nos salvedad pueden constituirlas las conversiones
limitaremos a referimos a los dos gráficos de la efectuadas sobre una serie de muestras de tama·
figura 100, uno obtenido sobre las transforma- ño relativamente uniforme; en efecto, en una co·
ciones logarítmicas de los datos (Iog), Y el otro lección de filtrados de, por ejemplo, 9, 8,14,11
sobre las mismas elevadas al cuadrado (log2). Pa- Y 7 m3 de agua, los recuentos correspondientes
ra los valores superiores a 10 la transformación a pueden ser convertidos a 10m3 antes de ser
log2 dará resultados más precisos; y la transfor- transformados. Cuando se adopta el conjunto de
mación ra íz cuadrada conviene para los números clases de abundancia descripto en la página 169.
más bajos, pues números pequeños siguen la dis- se utilizan como límites de los intervalos (y para
tribución de Poisson (ver p. 163). Frontier la designación de las clases propiamente dichas!,
(1973a) presenta tablas con los valores transfor- logaritmos de base 4,3. Por ejemplo, la clase 4 es
mados. aquélla que va de 80 a 350, es decir, de 4,33 a
4,34. La designación ( = clase 4) corresponde al
Es importante destacar que las transformaciones
no lineales deben utilizar los números cru os de logaritmo (de base 4,3) del límite superior. Sise
or anismos n una muestra, y no conversiones adopta la métrica log2 el número de la clase es
elevado al cuadrado. Esto es precisamente lo que
proporcionales-de-aquéllosa.J!:0lúmenes o arer.-,
se ha representado en la figura 98 para comparar
recuentos en números absolutos con los mismos
, ,-.3,21----
, .1 3
- ,,2.,'. ,, F"MOSDEJN ,.. ,
.' /.• , --.
---- \,--."~''
'\, /,-----
, --- transformados a la métrica log2. Sin embargo, el

,\
A- A \ " ..:
.. "-
,.- 100 \ \ \
..
utilizar clases logarítmicas porque es fácil de·

,\ terminarlas y luego corregir la heterogeneidad de


las variaciones elevando las clases al cuadrado, es
una estratagema que tiene sus inconvenientes .
En la figura 98 puede apreciarse que las clases
son demasiado densas en los valores bajos (dan·
do, consecuentemente, más detalles de lo necesa·
rio), al mismo tiempo en los valores mayores po·
drían intercalarse varias clases adicionales. Sería
más juicioso adoptar, de antemano, clases que
fuesen equidistantes en la métrica log2. Al efec·
tuar tal procedimiento se obtienen los valores
presentados en la figura 101. La diferencia prin·
cipal entre estos valores y los obtenidos antes, es
que aqu í las clases inferiores son agrupadas, y las
superiores, subdivididas. La métrica log2 debe'
ser utilizada, principalmen~ os casos de re·
p'resentaciones gráficas y cartográficas de las va·
riaciones de la abundancia,y en los tratamientos
estad ísticos parametricos para los cuales la ho·
ogeneldad de las variaciones es una condición
esencial. Para análisis factoriales los resultados
Fig. 100. Variaciones estacionales de la abundancia de Limacin~ obtenidos con log y log2 son prácticamente igua. .J
inflata (Pteropoda, Euthecosomata) cerca de Nosy Be
(Madagascarl, 1963-1964, graficada en métrica log (a)
les (Ibánez, 1971; Frontier, 1974a); ergo, el uso
y en métrica log2 lb). 1) Juveniles tempranos; 2) de una u otra es indiferente. En cambio en
Juveniles más crecidos; 3) Adultos.
análisis espectral (ver p. 182) es preferible la mé·
(De Frontier, 1969).
trica log 2.
172
Tratamiento de los datos

365
27000
62500
62500
27000
42000
11500
92000
18000
4200
1400
4200
1400
7000
2450
365
735
64
165
1150064
18 aaaa Valor525 Valor
1400
1Cantidad
17
a62500
4200
365
11500
135000
92000
7000
42000
735
2450
62500
27000
42003250
18000
365
11500
1400
135000
64
165
27000165
1105
1842000
2450
18000
735
7000
82
1850
250
51000
34000
1
000
76000
5450
37 2000
950
4000
92000
110000 Central aprox imación
A continuación, por planimetría pueden dedu-
Primera
Clase aprox imación Segunda
1+
3+
2+5+
4+7+
6+ 8+ cirse los valores medios de abundancia de cada
una de las zonas enmarcadas entre cada par de
isopletas, referir éstos a los valores de las superfi-
cies marinas medidas por planimetría y efectuar
la sumatoria de las cifras obtenidas. As í se logra
una estimación de la cantidad total de represen-
tantes de un taxón planctón ico bajo la superficie
estudiada (Frontier, 1973b).

Si las abundancias graficadas en el mapa corres-


ponden a valores de pláncteres en toda la colum-
na de agua (cifras obtenidas mediante arrastres
verticales u oblicuos, corregidos para ref~rirse a
un volumen de agua fijo del mismo orden de
magnitud que el volumen de agua efectivamente
filtrado y, finalmente, transformados en log2)
cabrá considerar la intersección del conjunto de
isopletas con el de isobaras. Entre dos profundi-
dades límite y dos densidades límite queda en-
marcada una zona con iguales abundancias y
profundidades medias. Multiplicando la profun-
didad media por la superficie del área as í ence-
rrada se obtiene el volumen de agua en cuestión,
y multiplicando este último valor por el dato de
abundancia, resulta la cantidad de pláncteres en
Fig. 101. Clases equidistantes de abundancia en la métrica log' el volumen definido. Para los demás conjuntos
con dos aproximaciones (= niveles de precisión). de isol íneas se procede de igual manera hasta
que, obtenidos todos los valores individuales, su
sumatoria dará la cantidad total bajo el área cua-
Integración por planimetría driculada.
Cuando una región es cuadriculada tan finamen-
te que permite el trazado de las abundancias de Bour y Frontier (1974); Frontier (1973c y dI;
diferentes grupos, es posible establecer una red Petit (1973) realizaron este tipo de cálculo para
de isopletas o líneas de igual abundancia. Estas varios taxones de zoopláncteres y varias épocas
líneas, al igual que las isobatas, isotermas e iso- del año, en una bah ía tropical: la Bah ía de Am-
halinas, conectan, del modo más regular posible, baro (costa noroeste de Madagascarl, de 800
puntos de valores redondos obtenidos inter- km2, sobre la base de cuadriculados de 40 esta-
polando entre estaciones. Estos valores redon- ciones. La figura 102 brinda un ejemplo del tra-
dos no deben ser ni muchos ni muy pocos para bajo descripto. Nótese que este tipo de procedi-
que el mapa sea legible y fiable. Su elección miento da por resultado gráficos de las variacio-
se determinará según el método rápido de las nes cuantitativas en un ciclo anual mucho más
clases de abundancia. De cualquier modo, entre regulares que los que se logran normalmente en
los valores transformados deben hacerse inter- el estudio del plancton de estaciones individuales:
polaciones. La transformación log2 es la que las figuras 103 y 104 dan ejemplos comparativos
dará los mapas más fiables e interpretables de de los resultados obtenidos con ambos métodos,
escala geográfica reducida. Si en el mapa se para la misma especie abundante en el área (Cre-
ubican las clases de abundancia, las isopletas se seis acicula: Euthecosomata). Tras cartografía y
obtienen por interpolación lineal entre aquéllas, planimetría la distribución a pequeña escala fue
pues pasarán a media distancia entre estaciones integrada para cada fecha en un resultado final
con registros de clases sucesivas. único.

173
Tratamiento de los datos
so'
10

30

.1
2
·'---3
20-------- 4

Fig. 102. Ejemplo de confección de una carta de abundancia. Intersección entre el conjunto de isobatas (líneas discontinuas) y el
conjunto de isopletas (líneas continuas). S)Área cerrada de una misma profundidad media y de una misma densidad planc-
tónica media; 1) Estación; 2) Punto interpolado; 3) Isopleta; 4) Isobata.
(De Frontier, 1973b).

101110 N

13

r j
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Estaciones
Fig. 103. Variaciones de la abundancia de Creseis acicula (a) y -- J •••..•••

de Pneumodermopsis sp. (b) (Pteropoda) en la bah ía


de Ambaro (Madagascar); graficada según el método
explicado en el texto, La segunda especie es carn ívora Fig.104. Variaciones de la abundancia de Creseis acicula en tres
y se alimenta de la primera. estaciones cerca de Nosy Sé (Madagascar).
(De Frontier, 1973b, d). (De Frontier, 1973é1).

174
Tratamiento de los datos

Análisis más profundos miento mismo de los datos numéricos o cualita-


tivos, como al diseño de muestreos que debe ser
adaptado de antemano al tipo de tratamiento.
Introducción Estos métodos nuevos resultaron aptos para ob-
tener información ecológica cuando la estad ísti-
No se puede, en el marco de este Atlas, dar más ca clásica no pod ía llegar a nada. Pero presentan
que un inventario de los principales métodos de el inconveniente de exigir del practicante un ni-
tratam iento matemático y estad ístico que se vel matemático bastante elevado, del cual a me-
pueden utilizar en ecología del plancton. Estos nudo carecen los ecólogos de formación biológi-
métodos no se distinguen de los métodos utiliza- ca. La solución consiste en una colaboración en-
dos en ecología en general, cuyo análisis se trata tre los ecólogos, los matemáticos y los "informá-
en libros muy detallados como, por ejemplo: ticos", en llevar a cabo tratamientos adecuados,
Pielou (1969), Daget (1976), Legendre y Legen- con la dificultad suplementaria que estos últimos
dre (1979), y otros actualmente en preparación. no están de antemano enterados de lo qlle es un
Después de los esfuerzos de los últimos 15 años ecosistema - fenómeno que, además, el ecólogo
en tratar los datos numéricos en ecología, pare- mismo a veces todavía no entiende bien ... A pe-
ce evidente que la estad ística y los modelos clá- sar de todo, tales equipos existen en la actuali-
sicos de tratamiento son de poco uso. Cabe re- dad, y trabajan en descubrir qué se debe investi-
calcar que los tratamientos estad ísticos clásicos gar y cómo investigarlo.
~
fueron esencialmente desarrollados en vincula-
Revisaremos, en este capítulo, los tipos de trata-
ción con los diseños de experimentación agronó- miento numérico que hasta la fecha se han reve-
mica, donde se puede controlar la homogeneidad
lado heurísticos en la investigación ecológica.
de los "bloques", sus límites, su jerarquización,
etc. Ahora bien, en el ambiente natural, la no-
ción de homogeneidad está íntimamente ligada Cálculos estadísticos clásicos
con la de escala de observación. Ninguna "zona
homogénea" puede ser definida, es decir, zona Actualmente, se debe admitir el fracaso en la
dentro de la cual se pueda calcular una estima- mayoría de los casos, por las razones expuestas
ción representativa del promedio y de la varian- más arriba, del análisis de la varianza clásico y de
za de cualquier parámetro biológico. En efecto, las técnicas de multirregresión aplicados a la eco-
-esta varianza varía de forma continua con la es-
logía del plancton. Prácticamente, estas técnicas
cala de observación, de tal modo que la transpo- sólo fueron aplicadas con algún éxito al estudio
sición de los métodos agronómicos a la ecología del submuestreo y de la microdistribución.
numérica resulta problemática. Para realizar un Cuando un factor o un gradiente ecológico pro-
análisis de la varianza, es preciso que unos pocos ducen efectos importantes, las representaciones
factores tengan efectos casi espectaculares, per- gráficas (ciclos en el tiempo, transectas, cartogra-
mitiendo distinguirlos del "ruido de fondo". En
fías) generalmente lo ponen en evidencia, a cier-
ecología, raras veces observamos tal dominancia
ta escala de observación, sin ayuda del cálculo.
de pocos factores, de manera que el resto pueda
En otros casos, cuando el efecto está más disi-
ser considerado aleatorio. Las pautas de los dise-
mulado entre los varios de toda naturaleza pero
ños de experimentos no pueden ser aplicadas a
los diseños de observaciones en los ecosistemas. del mismo orden de magnitud, sólo las técnicas
de análisis multivariable son aptas para distinguir
En los mismos 15 años, por otra parte, se desa- . ambos tipos de fenómeno.
rrolló mucho el uso de las computadoras, que
permiten tratar en conjunto grandes cantidades Sin embargo, Cassie (1968) preconiza para el
de datos, y surgieron métodos especiales de tra- zooplancton el "muestreo por regresión" (regre-
tamiento que no eran practicables anteriormen- ssion sampling). Si, por ejemplo, la distribución
te. Así se desarrollaron el análisis multivariable, del plancton en una zona está correlacionada
la clasificación automática, el análisis espectral, con la temperatura del agua según una ecuación
y otras técnicas que aún son objeto de una inves- de tipo:
tigación metodológica, tanto dedicadas al trata- y=a+b'T+E

175
Tratamiento de los datos

(donde Y es la cantidad de plancton por unidad zan" las relaciones en escalas de observación pe-
de volumen o de superficie de agua, transforma- queñas. Por eso, este método elegante y rápido
da logarítmicamente, T la temperatura y € un debe limitarse a los estudios de fenómenos bien
término aleatorio), la regresión individual izados, tales como, por ejemplo, un es-
tuario o una zona de afloramiento durante una
y= a+b'T época determinada del año; o una masa de agua
bien delimitada. La deducción a príorí de la
brinda una estimación de la cantidad de planc- ecuación de regresión (simple o múltiple) exige
ton mucho más rápida de obtener que por medi- un importante trabajo de precisión. Teniendo en
ciones directas. La seguridad de tal estimación, si cuenta estas limitaciones y el trabajo previo ne-
la temperatura es, en el caso considerado, el fac- cesario antes de aplicar una "estimación por re-
tor preponderante en la distribución del planc- gresión", se comprende que, de hecho, esta téc-
ton, no es mucho peor que con medidas directas nica no fue muy utilizada.
de la cantidad planctónica, pues éstas deben te-
ner en cuenta la variabilidad aleatoria real de las Recordemos que la regresión de una variable Y
muestras planctónicas, la cual es muy grande. desconocida a una variable X conocida (llamada
Puesto que las mediciones de temperatura pue- variable independiente), o que puede medirse
den ser numerosas en un área y un intervalo de precisamente mientras que la primera es muy
aleatoria, no es más que una fórmula matemática
tiempo restringidos, podemos pensar que alcan-
zamos, al nivel de la zona entera, una estimación que permite obtener el valor de la primera cono-
bastante fiable de la cantidad total de plancton, ciendo un valor de la segunda. La temperatura,
con menos esfuerzo y tiempo que tomando fácil de medir con precisión, es la variable inde-
muestras numerosas y recontándolas. pendiente, y la regresión permite calcular el va·
lor más probable y de la variable dependiente
El modelo puede mejorarse teniendo en cuenta Y, í.e., la cantidad de plancton; la misma ecua-
varios factores del ambiente, en lugar de uno so- ción también permite determinar el intervalo de
lo, por ejemplo: seguridad de la estimación Y, pues la varianza de
los valores concretos Y alrededor del valor pro-
Y=a+b'T+c'S

(donde S es la salinidadl. Pero siempre subsiste:

y= y+€

y el problema de mantener el término aleatorio E


de un orden de magnitud inferior de los otros
términos de la ecuación, persiste. Esta condición
ocurre solamente cuando uno, o un pequeño nú-
mero de factores determinantes, traspasan en
sus efectos los innumerables factores del ambien-
te, y sabemos que eso es raro. Al menos, debe re-
cordarse que una ecuación de regresión estableci-
da para una zona y un tiempo reducidos no vale
sino dentro de estos límites espacio-temporales,
y debe ser establecida nuevamente cuando se
cambian el área o la época de investigación. En
efecto, la acción de la temperatura y la salinidad
sobre las cantidades planctónicas, no solamente
admiten un término de variabilidad aleatoria, si-
no también ésta dista mucho de ser un ívoca y li- Fig. 105. Regresión de y a x (recta al y de x a y (recta bl. Las
neal: varía con el estado y la composición del flechas indican el sentido de la "previsión" de una
variable a partir de la otra, x e y son las estimaciones
ecosistema, y 'es no-lineal incluso después de una "más probables" segun esta previsión.
transformación a log o log2, que sólo "Iineari- (Original).

176
Tratamiento de los datos

bable y es igual a la varianza de Y por toda la


zona, multiplicada por (1 - r2), donde r es el co- y
eficiente de correlación (ver la teor ía estad ística
de la regresión l. El problema inverso puede tam-
bién tratarse teóricamente: determinar el valor
más probable de la temperatura conociendo la
cantidad de plancton -pero con un intervalo de
seguridad bastante grande, lo que hace el méto-
do inadecuado en comparación con la medida di-
recta de la temperatura.

Las dos rectas de regresión de Y a X y de X a Y


son distintas (fig. 105), lo que significa que nin-
o l<
guna representa la "relación real" entre las varia-
bles X e Y, sino solamente un modo matemático
de prever, respectivamente, Y a partir de X, o X Fig.106. Nube de puntos observados (x, y) de dos dimensiones,
a partir de Y, que son dos problemas diferentes. y sus dos ejes principales: El y E,.
Los intervalos de seguridad son, en general, de (Original) .
amplitud diferente en los dos casos.
En cambio, el coeficiente de correlación es simé-
trico entre X e Y y representa un grado de vincu- mismas muestras de plancton. Tras la transfor-
lación entre las dos variables sin que se trate de mación a lag o log2 (ver p. 171), estas cantida·
prever una a partir de otra. El coeficiente de des se transforman en variables X e Y. Suponga-
correlación es más utilizado en ecología que la mos que estén negativamente correlacionadas:
ecuación de regresión; primero, porque en la ma- tanto más grande X cuanto más pequeña Y, de
yoría de los casos no es posible distinguir una va- tal modo que la nube de puntos (X, Y) represen-
riable independiente de una variable dependien- tada en un plano geométrico XOY, resulta alar-
te, pues las dos son igualmente aleatorias; segun- gada según una pendiente negativa (fig. 106).
do, porque es posible calcular matrices de los co-
eficientes de correlación entre cada par de varia- El eje longitudinal de esta nube, o primer eje
bles, y tratar a éstas matemáticamente para obte- principal (diferente de las rectas de regresión),
ner del conjunto completo de datos de toda na- constituye una representación gráfica de la rela-
turaleza información acerca de la estructura de ción negativa entre X e Y, esta relación aparece
la comunidad. Este es el objeto del análisis facto- como el fenómeno estructurante más relevante
rial. del conjunto de datos. Pero los puntos experi-
mentales (X, Y) no están exactamente alineados
a lo largo del primer eje, sino que se alejan en
Análisis factoriales mayor o menor grado de él. Otro eje que pasa
por el centro M de la nube, y es perpendicular al
A pesar de que estos métodos tratan parámetros primero, constituye el segundo eje principal. Su
estad ísticos, tales como coeficientes de correla- pendiente es positiva, sugiriendo una relación
ción, no forman parte de la estad ística estricta- subyacente positiva: puede representar la varia-
mente, sino más bien de la geometría. Tratan de bilidad debida a las irregularidades de los lances
"resumir" la información total, generalmente que filtran cantidades variables de agua. Cuando
inextricable, del conjunto de datos ecológicos, el volumen de agua filtrada es más pequeño, X e
bajo la forma de una estructura representable en Y se encogen simultáneamente, y, cuando es más
un espacio geométrico de pocas dimensiones. grande, aumentan a pesar de la relación negativa
Daremos una idea intuitiva de lo que se hace entre X e Y para un mismo volumen de agua: las
analizando el ejemplo simple de dos variables cantidades X e Y están correlacionadas positiva-
aleatorias simultáneas, por ejemplo, la cantidad mente desde este punto de vista. Además, inter-
de individuos de dos categorías zoológicas en las vienen, en la determinación del segundo eje, mu-

177
Tratamiento de los datos

chos otros factores que influyen sobre las canti- De hecho se utiliza este tipo de análisis factorial,
dades de organismos de las dos categorías, que llamado análisis de componentes principales, con
no pueden distinguirse del último factor de va- más de tres variables, es decir más de tres dimen-
riación y constituyen un ruido de fondo aleato- siones del espacio geométrico de representación
rio. De esta manera, los dos ejes principales ca- (que naturalmente es imposible dibujar). Las ex-
racterizan, simultáneamente, la nube de puntos presiones matemáticas y el tratamiento matemá-
experimentales, o la "resumen". El primer eje, tico son los mismos, solamente se agrega un tér-
que da cuenta del fenómeno principal en la co- mino nuevo por cada dimensión (por ejemplo, el
variación de las dos variables, realiza un "resu- teorema de Pitágoras aplicado a un punto M de
men" aún más conciso: el alejamiento de los cinco coordenadas se escribe bajo la forma:
puntos experimentales respecto a este eje puede
describirse como una variabilidad aleatoria de la OM2 = ,+
X2 X2 + X2 +
234 X2 + X2
5
que no se puede extraer información significati-
va. sin que el paralelepípedo de 5 dimensiones sea
dibujable). Aplicando el análisis de componentes
Con tres variables biológicas X, Y y Z, podemos principales tratamos de resumir la nube de N
representar los puntos observados según una nu- dimensiones por medio de su proyección a un
be de tres dimensiones (fig. 107) que puede resu-
espacio de 2 Ó de 3 dimensiones, que contenga
mirse en forma de tres ejes principales perpendi- toda la información significativa, mientras la
culares entre sí; o de un plano principal determi- información contenida en las (N - 2) ó (N - 3)
nado por los dos primeros ejes, más el tercer eje
demás dimensiones representa el ruido de fondo.
principal. El plano principal puede relacionarse a
dos fenómenos subyacentes simultáneos, mien-
tras que el alejamiento desde este plano, es decir, Se demuestra que la varianza total del conjunto
la proyección de los puntos sobre el tercer eje, de datos (= suma de las varianzas de las diferen-
representa el ruido de fondo. Toda la informa- tes variables) se distribuye desigualmente entre
ción significativa se halla entonces en el plano de los N ejes principales, los primeros conteniendo
los dos primeros ejes. la mayor parte de la varianza total. En otros tér-
minos, la nube es cada vez más estrecha según la
dirección de los ejes sucesivos. Los tres primeros
ejes a menudo totalizan una proporción del or-
z den del 80% de la varianza total; del 20% res-
tante no se puede obtener ninguna información
válida.

Los ejes principales se representan como formas


lineales de las variables iniciales, es decir que si
X" X2, X3 •.. son los valores tomados por las
variables simultáneas en una muestra, la proyec-
ción del punto-muestra al iavo eje resulta de la
forma:

Ei = ai X, + bi X2 + ci X3 + ...
(bajo la condición de que el origen de cada eje sea
puesto en el punto medio de la nube, lo que
Fig. '07. Nube de puntos observados de tres dimensiones. La
proyección de los puntos P en el espacio, sobre el siempre es posible realizar por traslación). Los
plano de los dos primeros ejes principales (P') repre- coeficientes a¡, b¡, C¡, etc., representan la contri-
senta un "resumen" de la nube de puntos observados,
bución de cada variable inicial a la constitución
conteniendo la mayor parte de la información.
El valor PP' (distancia paralela al tercer eje principal) del eje principal n° i. Frecuentemente, sólo son
representa un "ruido de fondo". de magnitud apreciable las contribuciones de al-
(Original). gunas de las variables, las demás son desprecia-

178
Tratamiento de los datos

bles: cada eje aparece entonces como la compo- la significación ecológica queda entonces inclui-
sición lineal, esencialmente de un pequeño nú- do en el ruido de fondo aleatorio. Tal es así que
mero de variables, lo que constituye otra simpli- una transecta de estaciones oceanográficas a lo
ficación de la estructura por describir, poniendo largo de una línea norte-sur, repetida muchas ve-
en evidencia grupos de variables. Si un eje está ces durante un año, dará infaliblemente como es-
correlacionado con un factor del ambiente, o tructura emergente, tras un análisis factorial, un
con un grupo determinado de factores, constitu- eje representando el gradiente norte-sur, y otro
yendo una característica específica del ambiente que coincide con la oposición entre las dos esta-
(por ejemplo, el carácter más o menos nerítico ciones principales del año. Frontier (1974b) y
de una masa de agua, que es la combinación de Blanc y Laurec (1976) trataron este problema
un número de factores), este factor o grupo de detalladamente. Sin embargo, el método puede
factores determina el comportamiento del grupo utilizarse, ya sea extrayendo primero de los da-
de variables biológicas constituyendo el eje. tos una tendencia general (por ejemplo, por re-
gresión sobre las direcciones del diseño de mues-
Una muestra se caracteriza por los valores toma-
treo) y analizando solamente los residuos, i. e.,
dos por todas las variables biológicas conside-
las diferencias entre los datos y sus estimaciones
radas, valores que están puestos en el primer
según la tendencia; o bien limitando la significa-
sistema de ejes de coordenadas. Los puntos-
ción del análisis: se puede ver en ello no más que
muestras pueden también estar proyectados en
una descripción del cuerpo de datos dentro de
los ejes o los planos principales, en el espacio
un espacio geométrico de dimensiones reducidas.
de tres dimensiones determinado por los tres
En este caso las hipótesis estad ísticas no son ne-
primeros ejes principales. Se puede, entonces,
cesarias, y reparamos sencillamente en el conjun-
poner en evidencia grupos de puntos en los p'la-
to de puntos obtenidos en el subespacio de los
nos principales, que representan grupos de mues-
primeros ejes. Desde luego se constatará que, a
tras semejantes, los que constituyen un segundo
partir de un conjunto de muestras regularmente
tipo de estructura visible dentro del conjunto
espaciadas en el tiempo o en el espacio, el com-
de datos, después del análisis factoria!' Este me-
canismo permite una clasificación de las mues- putador restituye puntos no regularmente dis-
tI a por la que cabe buscar una interpretación puestos, sino en grupos que reflejan relaciones
de proximidad privilegiada, anteriormente des-
ecológica (que, a menudo, se superpone con la
interpretación de los grupos de variables). conocidas, y también una jerarqu ía entre las di-
Cuando se trata de alcanzar un modelo matemá- recciones de la estructura. Se pueden entonces
destacar zonas o intervalos relativamente homo-
tico del ecosistema y de realizar una inferencia
estadística, es decir, determinar formas matemá- géneos, y los límites entre ellos, que, frecuente-
mente, no pueden establecerse antes del análisis
ticas probables de las relaciones subyacentes (ad-
en razón del carácter confuso de los fenómenos.
mitiendo que existen), es preciso verificar que
las hipótesis de la estad ística están bien realiza- Damos aqu í como ejemplo de resultado la des-
das: normalidad de las distribuciones, estabilidad cripción en los tres primeros ejes principales del
de la varianza (por eso hay que transformar los ciclo anual del zooplancton frente a la costa del
datos: cf. p. 171), y también que las muestras Congo (Africa del Oeste) según Dessier, 1979
(fig. 108).
fueran recogidas al azar y de modo independien-
te una de otra en la zona estudiada. Ahora bien,
la última condición casi nunca se da en los mues- Los fenómenos hidrológicos y biológicos son de-
treos ecológicos, y particularmente en el mar, masiado complejos e intrincados como para haber
donde las muestras se toman según el trayecto sido correctamente descritos antes del análisis
del barco, lo que introduce un vínculo entre el factoría!. Las discontinuidades en el transcurso
tiempo y el espacio. En otros términos, el diseño del año sugeridas tras los análisis no correspon-
de muestras ecológicas introduce de antemano den exactamente a la descripción anterior de las
una estructura en el cuerpo de datos y, normal- estaciones del año, y particularmente el aisla-
mente, el análisis de este cuerpo da, como prime- miento de la 37a semana responde a un fenóme-
ros ejes, los de esta estructura introducida. Ello no ecológico que no había sido descubierto an-
condiciona que todo lo que se hubiera referido a tes.

179
Tratamiento de Ios datos

37 I 11I

~ 36

septiembre --------

Fig.108 . Representació
frente a I n de un ci I
sobre I as costas del e c o anual del
Los nú~ planos de los e" ongo, por sus zooplancton
"m 1979),
IDe Dessier, ,o"",O'd~"
n a,,,,d,,,,, " ';,,""'00"
las semanas.' y (1, 111).

180
Tratamiento de los datos

El análisis de componentes principales, que aca- con clases de abundancia (1íneas interrumpidas):
bamos de analizar, es una descripción del con- se verifica que los resultados son prácticamente
junto de datos en un espacio euclidiano de N los mismos.
dimensiones. Se efectúa tratando la matriz de
coeficientes de correlación. Existen varios otros
métodos, donde varían el tipo de datos utiliza-
dos, la métrica, los coeficientes de semejanza o
de disimilitud utilizados, y el algoritmo para sa-
car los ejes. Las variables iniciales pueden ser los
números de organismos o valores de la biomasa
por muestra, o la variable cualitativa "presencia
o ausencia", o variables intermedias indicando,
además de la presencia, un orden de magnitud de
la abundancia (ver clases de abundancia, p. 169).
Pueden ser igualmente las frecuencias de ocu-
rrencias de ciertos valores o intevalos de valores;
la métrica utilizada es entonces la del x2 y este
tipo de análisis factorial se llama análisis de las
correspondencias. Presentaciones detalladas de
. estos análisis deberán ser buscadas en libros espe-
cializados tales como Lebart y Fenelon (1971),
Benzecri et al. (1973), Legendre y Legendre
(1979).

Señalamos, por fin, que los análisis factoriales


pueden ser utilizados asociados con otros tipos
de análisis, tales como clasificación automática y
análisis espectral.
A menudo, los varios métodos dan resultados se-
mejantes cuando se aplican al mismo conjunto
de datos. Más aún, es aconsejable aplicar al mis-
mo conjunto de datos varios métodos de análisis,
pues cada uno se adapta particularmente a un ti-
po de situación, y no siempre conocemos de an-
temano el análisis adecuado. Por otra parte, los
resultados son frecuentemente casi los mismos
cuando se suministran al computador resultados
de mediciones exactas de las abundancias de or-
ganismos (recuentos exactos), o abundancias
aproximadas según clases de abundancias, o in-
cluso las variables "presencia-ausencia". Eso sig-
nifica que toda la información ecológica de im-
portancia está contenida en estas últimas aproxi-
maciones, y que las determinaciones exactas son
un lujo que no añade más que un ruido de fon-
do, como lo hemos explicado anteriormente en
F,y. 109. Cartografías de los tres primeros componentes prInCI-
los tratamientos elementales de los datos. La fig. pales de un análisis factorial. Líneas continuas.
109 representa la cartografía de los valores de ¡sol íneas obtenidas a partir de recuentos de organis-
mos; líneas cortadas: isol íneas obtenidas a partir de
los tres primeros ejes principales en las estacio- clases de abundancia. al Primera componente; b)
nes de un cuadriculado, calculados con recuen- Segunda componente; el Tercera componente.
tos exactos de organismos (líneas contínuas), y (De Frontier e Ibánez, 1974).

181
Tratamiento de los datos

Otra simplificación, sin alteración importante continuas pero numerosas, tales como estimacio-
del resultado final, consiste en retener para el nes de biomasa en estaciones densamente distri-
análisis solamente las especies más abundantes buidas a lo largo de un trayecto, o a lo largo del
en las muestras. El descuido de las especies raras, año o del día en un punto fijo.
en este tipo de tratamiento, no modifica la des- Se buscan aquí las periodicidades características
cripción de la comunidad en ejes principales y en cuando existen, de la señal constituida por la~
grupos de variables y de estación (Binet 1977 variaciones de la cantidad medida a lo largo del
1978). Sin embargo, esto no siempre es' válido' trayecto espacial o temporal. Primero se calcula
con el análisis de las correspondencias, donde es- la autocorrelación de la variable, i.e., la correla-
pecies poco frecuentes a menudo determinan ción entre un valor y el valor obtenido después
uno de los primeros ejes. de cierto plazo de la misma variable. Esta corre-
lación es más o menos marcada en función del
plazo, y las correlaciones máximas corresponden
Clasificación automática
a los períodos principales del fenómeno, pues
después de un tiempo igual a un período el fenó-
Anteriormente hemos abordado el problema de meno tiende a reproducirse idénticamente. As í
la clasificación, hablando de los grupos de varia- se pueden determinar los períodos de los princi-
bles o de estaciones que aparecen tras un análisis pales ciclos biológicos simultáneos, o bien, en el
factorial de cualquier tipo. Frecuentemente, es- espacio, el tamaño medio de las "manchas" de
tos grupos se determinan visualmente en los grá- plancton y su distanciamiento mutuo, puesto
ficos obtenidos. Sin embargo, a menudo este ti- que un barco que navega a través de una p·obla-
po de intuición se revela limitado, y es necesario ción planctónica encuentra, sucesivamente, zo-
aplicar métodos matemáticos y objetivos aptos nas de abundancia y zonas de escasez.
para refinar la descripción, es decir para determi-
Después de un tratamiento matemático bastante
nar grupos y subgrupos según una clasificación
elaborado, se obtiene el espectro de varianza,
que puede ser jerárquica o no. Un número muy
dado que la varianza total está distribuida desi-
grande de índices de proximidad o de distancia,
gualmente según las varias periodicidades simul-
y de maneras de poner en evidencia grupos y dis-
táneas. Es un tercer tipo de análisis de la v¡¡rian-
continuidades, fueron propuestos en la literatura
za, tras el análisis clásico y la partición de la va-
ecológica, y no tenemos la intención de exten-
rianza según los ejes principales de un análisis
dernos en este tema, detalladamente desarrolla-
factoría 1.
do por Blanc et al. (1976). Legendre y Legendre
(1979). etc. Cada proceder corresponde a una vi- También se pueden tratar señales de dos varia-
sión particular del problema planteado; quizá lo bles, es decir registros de dos variables simultá-
más difícil es escoger la métrica y el proceso de neas del ambiente o de la población. Se calcula
cálculo. Señalamos que el método de las "nubes una correlación cruzada, que es una correlación
entre las dos variables teniendo en cuenta cierto
dinámicas" (Diday, 1971) fue recién aplicado
después de un análisis factorial, tratando un ci- plazo, en un sentido u otro. Después se determi-
clo anual del zooplancton, y dio resultados des- na, para cada período particular, una coherencia,
tacables sugiriendo que este método no jerárqui- que es análoga a un coeficiente de correlación,
co es particularmente adecuado para este tipo de variable entre O y 1, y que indica el grado de vin-
datosecológicos (Dessier,1979). culación entre las dos variables para este perío-
do; y una fase, que representa el retraso o el
avance entre las dos variables, con lo que obtene-
Análisis espectral mos, para este período, la coherencia máxima,
pues indica una relación de causa y efecto posi-
La aplicación de esta técnica a la ecología es más ble, entre una variable y otra y un pla-zo de
reciente que la de los análisis multivariables. Se acción.,
desarrolló con la posibilidad de hacer registros El espectro de coherencia y el espectro de fase
contínuos de parámetros del medio ambiente. son las distribuciones de la coherencia y de la fa-
Puede ser aplicada a las series de mediciones dis- se según los períodos.

182
Tratamiento de los datos

Este método es actualmente objeto de investiga- Pero este índice de diversidad es un número úni-
ciones intensivas. Platt y Denman (1975) publi- co, que "resume" de forma extremadamente
caron una reseña de sus aplicaciones a la ecolo- concisa la información relativa a la composición
gía, aplicaciones que todavía son escasas porque específica de la muestra. Se conseguirá más in-,
la técnica exige una gran cantidad de datos cer- formación utilizando la distribución de las espe-
canos en el tiempo o en el espacio, si no contí- cies por abundancias, precisamente en un gráfico
nuos, y extendiéndose sobre un trayecto impor- que represente la forma de decremento de las es-
tante, lo que hace su recolección difícil y cara. pecies cuando están ordenadas por abundancias
El período más pequeño que se puede analizar es decrecientes: el gráfico ranQos-frecuencias.
igual a dos veces la distancia entre dos observa-
ciones (que son supuestas regularmente espacia-
Indices de diversidad
das), es el período de Nyquist. Si el fenómeno
presenta períodos reales más pequeños que éste,
interfieren con la periodicidad de las observacio- Varios índices se han descripto en !a literatura,
tendientes a dar una medida cuantitativa de la
nes mismas, introduciendo en los espect~os pe-
diversidad. Revisiones de éstos pueden encon-
ríodos parásitos, que no tienen significacion eco-
lógica (pero no se pueden distinguir de antema- trarse en Pielou (1969, 1975), Travers (1971),
no): es un fen.ómeno de contaminación de la se- Dessier (1979). Unos distinguen las dos compo-
ñal, llamado aliasing, que es siempre una dificul- nentes de la diversidad: riqueza específica y re-
tad. partición de los individuos entre especies, ¡.e.,
distribución de las especies según la abundancia.
Señalamos, pOI fin, que se hacen actualmente es- El segundo componente también es llamado "di-
fuerzos para acoplar análisis espectral y análisis versidad relativa" o eveness.
factorial (1 bánez, en preparación).
Ciertos índices se refieren a una distribución teó-
rica de las especies. Otros no suponen ninguna
Análisis de la diversidad hipótesis previa, y a éstos perténecen los índices
derivados de la teoría de la información, los más
Esta última categoría de análisis toma en cuenta utilizados en la actualidad y los únicos que con-
la co-ocurrencia de todas las especies de una co- sideramos aqu í: índice de Shannon-Weaver e ín-
munidad o, por lo menos, de ciertos grupos ta- dice de Margalef.
xonómicos. Hay dos cálculos matemáticos que Estos índices miden la diversidad como la canti-
describen la abundancia relativa de las especies: dad media de información contenida en un indi-
el índice de diversidad, y la distribución de viduo, considerando la repartición de los indivi-
abuñdáncias dejas especies, generalmente repre- duos entre especies como un "mensaje". Un
serrtada por un gráfico rangos-frecuencias. Fre- mensaje trae consigo una información, tanto más
cuentemente, existe una correlación positiva en-
considerable cuanto más improbable es el mensa-
tre las diversidades de los distintos grupos dentro
je: la obtención de un término muy improbable
de un mismo ecosistema. Pero, a menudo, ocurre
de antemano significa mucho. La cantidad de in-
diferentemente; por ejemplo, se sabe que las dia- formación será definida como función de la in-
tomeas muestran una alta diversidad cuando
versa de la probabilidad: f (1/p). Por otra parte,
otros grupos son poco diversificados. si un mensaje está constituido por varias señales
El primero da una idea de la "diversidad", en el independientes A, B, C, etc., de probabilidades
sentido intuitivo: será tanto más grande, cuanto respectivas p(A), p(B), p(C) .. " es natural que
más numerosas las especies, por una parte; y por la información aportada por el mensaje total es
otra parte, tanto 'más grande cuanto más seme- la suma de las informaciones de las señales:
jantes las proporciones de las varias especies.
Una muestra conteniendo pocas especies de gran I(A, B, C, ... ) = I(A) + I(B) + I(C) + ...
abundancia, algunas de media abundancia, y l'1u- Ahora bien, la probabilidad del mensaje es el
merosas escasas, aparece de visu menos "diversa" producto de las probabilidades de las señales:
que una con muchas especies casi igualmente re-
presentadas. p (A, B, C, ... ) = p(A) . p(B) . p(C) .

183
Tratamiento de los datos

(Si las señales sucesivas no son independientes,


es suficiente reemplazar las probabil idades a r dad de información
Las especies alta,
raras llevan por pero no intervienen
individuo una canti-
priori por probabilidades condicionales). mucho en el promedio, precisamente porque son

l
raras. Por el contrario, cuando aumenta la diver-
Se demuestra que la única manera de pasar de un
sidad, ya sea por el aumento del número de espe-
producto a una suma consiste en utilizar los 10-
garitmos. Se definirá, entonces, la cantidad de
tivas, la probabilidad de cada especie es en pro-
información llevada por una señal de probabili- cies,
medioo pequeña,
por nivelación de las de
yel índice proporciones respec-
diversidad es alto.
dad p, como:
1 El promedio de cantidades que tienen cada una
I = log - = - log p una probabilidad se obtiene haciendo la suma de
P
las cantidades ponderadas por su probabilidad
(1 > O porque p < 1). La elección de la base del respectiva. Así, si hay S especies, numeradas i =
logaritmo es una elección de unidad, ya que se 1, 2, 3, .. " S, de probabilidades respectivas P, ,
pasa del logaritmo de base a al logaritmo de base P2 ' P3 ' ... , Ps en la población, el promedio es:
b multiplicándolo por la cantidad constante
logba: ;= s ¡=S
H' = L p¡ . log2 p¡ , con L p¡ = 1
;=1 i= 1

de la misma forma que una medida en milíme- Es el índice de diversidad de Shannon-Weaver. Si


tros es igual a la medida en centímetros multipli- disponemos de una muestra de la comunidad,
cada por 10. Escogemos la unidad de informa- obtenemos una estimación válida de este índice
ción de modo muy simple: ,1 = 1 para una señal reemplazando los Pi desconocidos por las pro-
de probabilidad p = 1/2 (por ejemplo: una de las porciones N¡/N de las especies en la muestra:
dos posibilidades alternativas de igual probabili-
dad: cara o cruz), es decir:
i=S N. N. i=S

1 = - log 1/2 = log 2 H' = - ;:1 l\f'IOg2 N' ,con ¡~1 Ni = N

lo que exige que se trate de logaritmos de base 2


por definición. La unidad de información, o bit, , Se demuestra que, si el número total de especies
es la información de la realización de un aconte- presentes está fijado, el, índice de diversidad es
cimiento que tiene la probabilidad 1/2 de ocurrir máximo cuando todas las especies están igual-
y la información de una señal de probabilidad p mente representadas: para cada i, Ni = N/S= 1/S .
es: El índice de diversidad es entonces:

1= log2 ~= - log2 p bits


H' máx.=log2S
Dentro de una comunidad donde existen, simul-
táneamente, especies abundantes y escasas, un Este valor máximo depende sólo del número de
individuo sacado al azar traerá consigo una pe- especies; se puede considerar la tasa V'=, H' / H'ma'x
queña cantidad de información si pertenece a entre el índice de diversidad y el índice máximo
una especie abundante, ya que su extracción es posible con el mismo número de especies: es la
muy probable, y una cantidad de información "igualdad" o eveness. Consecuentemente, puede
muy grande si pertenece a una escasa. Se puede escribirse: '
ver que la cantidad de información media por in- H'
dividuo, teniendo en cuenta todas las especies de H' = H'máx.· -- = H' máx.·V'

la comunidad en sus proporciones respectivas, es H~áx.


una medida de diversidad específica. En efecto, El índice de diversidad está de esta forma parti-
una población multiespec ífica de diversidad baja do en un término que depende del número de es-
contiene algunas especies abundantes cuyos indi- pecies, y otro que refleja la distribución de las
viduos traen, cada uno un poco de información. especies por abundancias.

184
Tratamiento de los datos

Margalef (1957 Y trabajos subsiguientes) propo- muestra individuo por individuo la probabilidad
ne otra forma de índice, también fundado en la de cada especie varía a medida que se determina
teor ía de la información, pero con un razona- el mensaje, porque sacando a los individuos cam-
miento algo diferente. Afirma con razón que no biamos poco a poco las proporciones de las espe-
se puede comprender un ecosistema sin conside- cies. Por ejemplo, supongamos que la muestra
rar su estructura en el espacio. Todas las especies contenga 3 individuos, dos de la especie A y uno
tienen entre ellas interacciones potenciales, es- de la especie B. Tenemos tres "mensajes" posi-
tas interacciones se producen de individuo ain- bles (entre paréntesis las probabilidades en cada
dividuo. Pero ninguna interacción puede ocurrir caso):
entre dos individuos alejados entre sí; por eso no
sirve para nada considerar en conjunto toda la
A (2/3)
comunidad, sino solamente el conjunto de indi-
viduos bastante cercanos entre sí como para in-
terferirse. Cada individuo, dice el autor, está ro-
<A(1/2) B (1/2) •.B(1)
A (1 )

deado por una "constelación" de individuos de B (1/3) • A (1 ) • A (1 )


la misma especie o de otras, con los cuales puede
tener interacciones. Una muestra concreta de La primera señal es A en 2/3 de los casos, y B en
plancton es, entonces, más cercana a la "conste- 1/3 de los casos; la cantidad de información me-
lación" que la comunidad entera descrita con las dia es (2/3) . iog2 . (3/2) + (1/3) . log2 3 bits.
proporciones Pi' La cantidad media de informa- La segunda señal da una información de log2 2 en
ci6n es teóricamente diferente en el caso de una 2/3 de los casos, nula en 1/'.3 de los casos. La ter-
población infinita y de una población finita. En cera señal da una información nula en todos los
el segundo caso, se demuestra que la informa- casos, pues el tercer individuo es de especifica-
ción total del "mensaje" constitu ído por 1,; ción cierta .• Finalmente, la cantidad media de in-
muestra es: formación por señal es:
(2/3). log2 (3/2) + (1/3). log2 3 + (2/3). log2 2

3
log2 ( N. I N_ I N!
N_ IN! ) (1/3): log2 3 = 0,525 bits.
La misma cantidad está dada por la fórmula de
Es más real ístico, según Margalef, tomar como Margalef:
índice de diversidad esta cantidad dividida por el
1 3! 1092 3 . . ..
número de individuos de la muestra:
3' 10922T1T= -3- = 0,525blts/lndlvlduo

Por el contrario, desde el punto de vista de la


H =-
N1
109
2 ( NI! N2!
NI
.
Ns') bits/indiv.
fórmula de Shannon, donde las probabilidades
no varían, hay ocho mensajes posibles:

Es el índice de diversidad de Margalef. Para valo-


res grandes de Ni y de N es muy difícil calcular
A (2/3)
<A (2/3)
<A B (2/3)
(1/3)

los factoriales Ni!' pero existe una fórmula de


aproximación, la fórmula de Stirling, y aplicán- B (1/3)
~A(2/3) B (1/3)
dola se comprueba que H y H' son prácticamente
equivalentes para estos valores. Sólo es sensible
la desviación entre H y H' para los pequeños valo- A (2/3)

<
~A(2/3)
res de N, y en este caso se puede verificar que la
diferencia entre los dos índices es debida al co- B (1/3) A (2/3)
nocimiento de la cantidad total finita N en la se- B (1/3)
gunda fórmula. En efecto, cuando se describe la B(1/3)~ -------'B (1/3)
185
Tratamiento de los datos

La cantidad de información por individuo en 0,515


0,40
0,45
0,000
0,280
0,223
0,162
0,029
0,258
0,510
0,531
0,530
0,524
0,464
0,301
0,473
0,290
0,500
0,505
0,235
0,514
0,211
0,199
0,528
0,137
0,111
0,097
0,084
0,070
0,529
0,057
0,043
0,014
0,518
0,455
0,311
0,494
0,246
0,488
0,521
0,504
0,500
0,480
0,474
0,468
0,462
0,449
0,442
0,435
0,428
0,420
0,412
0,387
0,378
0,369
0,360
0,332
0,322
0,512
0,491
0,485
0,495
0,341
0,71
0,77
0,54
0,85
0,86
0,87
0,61
0,90
0,66
0,94
0,72
0,73
0,47
0,75
0,52
0,81
0,79
0,061
0,65
0,025
0,49
0,50
0,78
0,056
0,83
0,56
0,84
0,113
0,57
0,59
0,60
0,88
0,89
0,63
0,91
0,64
0,92
0,93
0,95
0,68
0,96
0,69
0,97
0,98
0,99
0,74
0,044
0,80
0,51
0,066
0,152
0,186
0,216
0,244
0,269
0,313
0,332
0,350
0,367
0,383
0,411
0,423
0,435
0,445
0,010
0,018
0,032
0,050
0,038
0,397
0,28
0,30
0,31
0,32
0,33
0,34
0,35
0,36
0,38
0,41
0,42
0,44
0,19
0,23
0,27
0,37
0,39
0,43
0,21
0,22
0,25
0,26
0,29
0,24
0,481
0,187
0,175
0,526
0,150
0,124
0,527
0,269
0,508
0,456
0,404
0,351
0,396
0,76
0,82
0,58
0,67
0,70
0,53
0,55
0,48
0,62
0,292
1,00
0,20
0,05
0,07
0,08
0,14
1,p"og2P P
promedio está0,01
0,02
0,03
0,04
0,06
0,09
0,10
0,11
0,12
0,13
0,15
0,16
0,17
0,18
0,007
0,009
0,002
0,003
0,004
0,008
0,005
0,006
dada por la fórmula de0,46
Shannon: P I-P.log2P
P -1-P·log2P P 1-P·log2P
+ (1/3) log23= 0,918 bits. Pe-
(2/3) . log2 (3/2)0,001
ro, concretamente, los números de individuos
por especie son grandes en la mayoría de los ca-
sos y las dos fórmulas dan el mismo resultado. Si
los Pi son estimados a partir de la muestra, se
puede rápidamente calcular el índice sumando
los términos -(N¡/N) .log2 (N¡/N) = -Pi .log2 Pi
para todas las especies de la muestra. La funcíón
I = - p . log~ p está representada en la figura
110. Los térmmos fueron calculados de una vez
y para siempre~- de p = 0,01 a p = 0,99 (fig. 111)
(una tabla más precisa es la dada por Margalef,
1978).
i

Fig.110. Gráfico de la función I = -p. log'2 p, para valores de p


entre O y 1.
(Original) .

Fig. 111. Valores de -p. log2 p, de p = 0,001 a p = 0,009 y de


Se puede también calcular un índice de diversi- 0,01 a 0,99. La probabilidad de cada especie de la
muestra se estima por su proporción N;IN dentro de la
dad para una zona en la que se tomarán varias muestra. El índice de diversidad se obtiene sumando
muestras, calculando las proporciones de las va- los términos -p¡. log2 p¡ para todas las especies.
rias especies, a partir del conjunto de las mues- (De Frontier, 1969).
tras: se cumulan las muestras para determinar las
probabi Iidades. As í se obtiene la diversidad a
una escala de observación mayor. Más general-
punto y efectuar numerosas muestras a lo largo
mente, hay tantos índices de diversidad como es-
de un trayecto sumando cada vez la última
calas de observación. Whittaker (1972), por
muestra a todas las precedentes y calculando el
ejemplo, distingue tres niveles principales en la
índice de diversidad progresivamente acumula-
diversidad: 1) Una diversidad a, que existe den-
do, Este aumenta a medida que se añaden las
tro de una comunidad; 2) Una diversidad ~ ,
muestras, pues nuevas especies aparecen, pero al-
definida a partir de la modificación de la compo-
canza un límite cuando el conjunto de muestras
sición específica a lo largo de los gradientes del
resulta suficiente como para obtener la totalidad
ambiente(por ejemplo, a lo largo del gradiente
de las especies de la población. Un salto en el
costa-mar abierto, o a lo largo del tiempo); y 3)
aumento del índice señala un pasaje de una
Una diversidad 'Y, que representa la diversidad
población multiespecífica a otra. Pero incluso en
dentro de un área geográfica.
una zona faun ísticamente homogénea, el as-
Margalef (1968) adelanta el análisis, consideran- pecto del espectro da una información válida
do el espectro de la diversidad en una zona rela- acerca de la estructura de la comunidad; a ve-
tivamente homogénea. Consiste en partir de un ces la curva alcanza rápidamente su máximo,

186
Tratamiento de los datos

pues el contigente completo de especies apare-


ce pronto, y la diversidad es máxima en un
área pequeña. En otros casos, la diversidad
acumulativa aumenta despacio, y alcanzamos el
valor máximo del índice después de haber explo-
rado una zona amplia. La forma del espectro 1000

puede ser diferente según las diferentes direccio-


nes del espacio, y es independiente del punto de
partida.
Los métodos aproximados y rápidos de determi-
nación de la abundancia planctónica (ver p. 169)
pueden· aplicarse al cálculo de los índices de di- 100.1(,....
versidad. Reemplazando los números de organis-
mos recontados precisamente por las clases de
abundancia anteriormente descritas, Devaux y
Millerioux (1977a, b) hallaron una correlación
'.
muy elevada entre los dos tipos de estimaciones, 10 "',•. o,. "'~
probando una vez más que el recuento preciso
no aporta nada respecto a la estimación aproxi- •...
mada, puesto que la heterogeneidad cuantitativa
de las poblaciones naturales es muy importante.
@
Distribución de las especies: 20

los diagramas rangos-frecuencia

El índice de diversidad, incluso cuando distingue 4


6
~I componente "número de especies" y el com-
ponente "repartición de los individuos entre es-
pecies", es un resumen a veces demasiado con-
densado de la muestra. Puede ser completado
con la descripción de la distribución de los indi-
viduos entre especies. Esta distribución suele re- 10 8
presentarse en forma de un diagrama de dos di- .~~~~;;;::.:::
...•
...
mensiones (fig. 112). ..
10 - .•..... " ...~
Las especies están ordenadas según abundancias
decrecientes; cada una está representada en el
gráfico por un punto cuya abcisa es el número
de orden (puesto, ya sea en métrica aritmética, o
® •...

en logarítmica), y como ordenada, la frecuencia


absoluta o relativa después de la transformación 5 6 7 10 19
a logaritmo. La curva obtenida describe detalla-
damente el decremento de las abundancias, sin
que las especies sean designadas, lo que permite
comparar distribuciones obtenidas en comunida-
des diferentes. Esta curva representa la distribu-
Fig. 112. Ejemplos de diagramas rangos (en abcisas) - frecuen·
ción cumulativa (en el sentido estadístico) de las cias (en ordenadas). Quetognatos al nivel del talud
frecuencias. En efecto, es equivalente decir que cotinental, en Madagascar. al Capa 0-100 m; bl Capa
100-200 m. Números de organismos en 1000 m3 de
la especie i tiene una frecuencia Ni, o que exis- agua.
ten i especies de frecuencia ~ Ni' Entonces la (De Frontier y Bour, 1976).

187
Tratamiento de los datos

curva, leída de izquierda a derecha, es la integral


de la curva en campana que representa la distri-
bución estad ística de las frecuencias.

En el plancton se encuentran varios tipos de cur-


·vas. Generalmente el decremento de las abun-
dancias de las especies ordenadas como lo hemos
dicho es bastante regular, sin saltos ni inflexio-
nes importantes, sugiriendo que hay una ley es-
tructural que determina las proporciones mutuas
de los elementos del ecosistema. Cuando la di-
versidad es baja, la curva rangos-frecuencias tiene
forma de S, porque hay pocas especies muy
Fig. 113. Aspectos típicos de las curvas rangos-frecuencias en
abundantes (a veces sólo una), y las demás deter- representación lag - lag. al Comunidad de diversidad
minan la parte derecha de la curva, cóncava ha- baja; b) Comunidad de diversidad alta; el Caso inter-
medio. o bien otra escala de observación.
cia abajo (curva a de la fig. 113). Cuando la di-
(Original).
versidad aumenta, la curva entera se vuelve cón-
cava hacia abajo (curva b). Entre ambas pode-
mos encontrar curvas más o menos rectil íneas
(curva c).
cias: grupos taxonómicos recontados, nivel de
La interpretación de las diferentes formas obser- evolución del ecosistema y también escala de ob·
vadas todav ía no está cnmpletamente elucidada, servación. En efecto, se pueden determinar dia-
incluso dista mucho de estarlo. Investigaciones gramas de rangos-frecuencias a partir de una sola
actuales están tratando de resolver el problema. muestra, o acumulando un número de muestras
Varios modelos matemáticos fueron propuestos tomadas en una misma zona o en un mismo in-
desde hace tiempo, cada uno traduciendo una tervalo de tiempo. La forma de la distribución,
teoría particular de las interrelaciones específi- para un mismo grupo zoológico, y un mismo es-
cas dentro de una comunidad: modelos de Pres- tad ío ecológico, puede ser diferente en la esta-
ton, de Motomura, de MacArthur, de Mandel- ción aislada o el área entera; como lo hemos re-
brot (ver las revisiones de la cuestión dadas en calcado aqu í en varias ocasiones, hay tantos fe-
Daget, 1976, y Frontier, 1977). Se pueden en-
contrar modelos distintos según las circunstan-
..
nómenos
clon.
.
ecológicos como escalas de observa-

188
CULTIVOS DE ZOOPLANCTON MARINO
DEMETRIO BOL TO VSKOY

Introduccion EI medio de cultivo es un ambiente artificial que


debe ser continuamente modificado para man-
Si bien la envergadura V propositos de la presen- tenerlo invariable ;estas modificaciones incluven
te obra no abarcan la gran cantidad de rneto- la elirninacion de sedimentos V metabolitos (re
dos de trabajo con el zooplancton para estudios novacion del agua), el aporte de alirnento, el
espedficos relacionados con problemas fisiolo- trasvasamiento de los animales maduros V de
gicos, citoloqicos, anatornicos, etc., considera- los juveniles, el mantenimiento de una densidad
mas que el tema de los cultivos debe escapar a . constante, etc. (ver Kinne, 1976). En cualquier
esta exclusion. Gran parte de los problemas ac- situacion artificial la relacion de las superficies
tuales en la clasificacion de numerosos taxones solidas (= fondo + paredes del recipiente de cul-
(e.g.: Radiolaria, Foraminifera, Copepoda, Chae- tivo) vs. el volumen de I iquido - ofrecido al or-
tognatha, etc.) solo podran ser satisfactoria- ganismo es infinitamente mayor que aquella .a la
mente resueltos cuando se desarrollen tecnicas cual el plancter esta adaptado en su medio na-
apropiadas para el cultivo experimental de las tural. Ello, a su vez , repercute sobre varios pro-
especies cuestionables. Como ejemplo ilustrati- blemas asociados: la fragilidad de los zooplanc-
vc puede citarse la experiencia de Nyholm (1961 ) teres, sus requerimientos ecoloqicos mas estric-
quien hallo que 5 generos previamente descrip- tos, la menor accesibilidad del material, etc.
tos como nuevos para la ciencia no eran mas que EI alimento de las formas cultivadas es otro de
estados del desarrollo ontoqenetico de una unica los inconvenientes que solo cornenzo a tener so-
especie del foramin ifero bentonico Cibicides lucien al desarrollarse rnetodos efectivos del cul-
lobatulus, cultivada por el en el laboratorio. tivo de fitoplancton V, mas tarde, al descubrirse
Par otro lado, los cultivos son frecuentemente el la utilidad de Artemia salina como forraje.
mejor, V a veces, el unico metodo para obte- Actualmente, gracias al perfeccionamiento de las
ner informacion detallada acerca de los aspectos formulas para elaborar agua de mar sintetica y
tr6ficos, reproductivos, enerqeticos, etoloqicos, de las tecnicas de cultivo en general es factible
etc. del zooplancton. criar algunos plancteres marinos no solo en los
No obstante algunos animales acuaticos como, laboratorios costeros sino tarnbien en centros
por ejemplo, los peces, comenzaron a criarse va mas alejados del mar (Corkett y Urrv, 1968;
en la Edad Media, el zooplancton, sin con tar Spangenberg, 1965).
algunos experimentos de corta duracion de man- Los cultivos de las fases larvarias planctorucas de
tenimiento en cautividad (Allen V Nelson, los peces V de los invertebrados bentonicos
1910; Crawshav. 1915), solo ernpezo a cultivar- (principalmente los moluscos V crustaceos de-
se Con exito a mitades del presente siglo V, como capodos) son un campo demasiado amplio para
puede apreciarse en la figura 126, la rnavoria considerar aqu i. Adernas, su contenido escapa
fueron realizados con Copepoda. EI cultivo de al tema especifico de esta seccion, Consecuente-
otros grupos 0 no fue realizado en absoluto, 0 mente, solo se rnencionaran colateralmente
se hizo solamente en unas pocas oportunidades. en la medida en que las tecnicas en cuestion in-
Esto se debe no solamente a que los copepodos teresen al cultivo de los animales holoplanctoni-
S?n mas importantes ecoloqicarnente V, mas fa- coso Rice V Williamson (1970) realizaron una
CII;Sde obtener, sino tarnbien a que son mucho buena revision del cultivo de decapodos larvales,
~as resistentes a las condiciones artificiales que y Mav V otros autores (ver bibliografia) trabaja-
a. ~avoria de los dernas grupos (Baker, 1963; ron activamente con los alevinos (ver p. 707 V
I
I Zllhoux V Wilson, 1966). 838).

I 189
I
}
~
_______ -----------------------~~'-~a--~.-----------~E~'
p. ~~ ..

Cultivos de zooplancton marino

Recientemente estan saliendo a luz sucesivos vo- a su vez, se ubi can en un bane de agua a tempe.
lumenes de la serie "Marine Ecology", bajo la ratura constante 0 en una carnara terrnostatl.:
edicion de O. Kinne (1976, 1977), donde el te- ca.
ma de los cultivos experimentales de organismos
A veces las condiciones de trabajo a bordo son
marinos se trata en detalle y en profundidad.
inadecuadas para la separacion, sobre todo si se
Adernas, Paffenhofer y Harris (1979) produje-
trata de plancteres rnicroscopicos: algunos orse- \
ron una exhaustiva revision acerca de los adelan-
nismos (e. g., foraminiferos, cf. Freudenthal y
tos en el cultivo de los holozooplancteres mari-
Lee, 1963) pueden sobrevivir hasta una semana
nos, especfficamente.
en muestras de las cuales solo sehan separado
los animales mayores y se agregaron sustancias '
Obtenci6n del material bacteriostaticas (ver mas adelante) (Ias rnues-j
tras se almacenan en oscuridad y a temperatura
En la mayorfa de los casos los organismos se ob- constante y baja). .
tienen por medio de redes (p. 15). Los lances
deben ser lentos y de corta duracion (10-15 En algunos casos la obtencion, por medio de reo
minutos) a fin de obtener el mayor porcentaje des, de organismos planctonicos fraqiles, viables
posible de animales intactos. La malla a utilizar- y en condiciones de ser cultivados, es practice-
se debe ser solo levemente inferior al tamafio de mente imposible. Reeve (1970b), quien logr6 cul-
los organismos buscados para recoger una m f- tivar el quetognato Sagitta hispida, asegura que'
nima cantidad de material adicional (ver p. 73). la mayorfa de las dernas especies (e.g., Sagitta '.
EI recipiente colector debe ser grande y ciego, enflata) ya estan muertas cuando la red "se iza a
para retener suficiente I fquido junto con la bordo. En los ultirnos afios el desarrollo del bu-
muestra. ceo aut6nomo (p. 11) ha permitido realizar co-
lecciones manuales de material que, de esta
La obtencion de plancteres meso y batipelaqi-
manera, se obtiene en un estado de conservaci6n
cos vivos, por medio de redes, tropieza con un
ideal. Tal tecnica ha dado excelentes resultados .~
serio inconveniente: la diferencia de tempera-
en el caso de animales fragiles, gelatinosos y tarn- ';
tura entre el habitat original de los organismos
bien de otros que, aunque estan munidos de
y las capas superficiales, que atraviesa la red
estructuras esqueletarias (e.g.: foramin Iferos),
durante el izado, puede lIegar, en aguas tropi-
frecuentemente son demasiado maltratados por
cales, a mas de 20°C. EI consecuente calenta-
la red como para sobrevivir a posteriori en un
miento de la captura suele ser letal para la gran
cultivo (Be y Anderson, 1976a;Beetal., 1977).
mayorfa de los animales de profundidad. Chil-
En estos casos la captura de los organismos se
dress et al. (1978) han disefiado varios modelos
realiza manualmente, atrapando al animal en un
de recipientes colectores con cubiertas terrnoais-
frasco 0 bolsa de plastico 0 con la ayuda de apa-
lantes de materiales sinteticos que solucionan es-
ratos que succionan la presa dentro de un reel
te problema.
piente ad hoc (e. g., Smith, 1973).
Cuando se iza la red a bordo NO DEBEN lavar-
En muchos casos conviene capturar a los proge-
se sus paredes antes de desenganchar el colector: nitores para comenzar el cultivo de la especie.
los organismos all f depositados general mente Esto se refiere, especial mente, a aquellos organis-
estan en mal estado y deben excluirse de la se- mos que acarrean sus huevos fecundos (e.g.,
leccion final (Conover, 1960; Komaki, (1966). Copepoda, Chaetognatha) 0 sus larvas (e.g.,
EI material obtenido generalmente debe ser di- medusas). A veces puede obtenerse la fecunda- -'
luido con agua del mismo lugar y a la misma cion en el laboratorio; en Scyphozoa se utili-
temperatura que los correspondientes a la pro- za la introduccion de trozos de qonada de ma-
cedencia de la muestra. La separacion de los in- cho maduro en las cavidades gastricas de hem-
dividuos se realiza inmediatamente, por medio bras maduras (Spangenberg, 1965). En peces
de una pipeta de boca ancha 0 con una pequefia el cultivo puede comenzarse a partir de una co-
red con marco y mango de material plastico, y Ieccion de huevos u obteniendo estos ultimos
se los distribuye en recipientes separados de de las hembras maduras, ya sea natural mente
tamario adecuado (fig. 126). Estos recipientes, o por induccion, y fecundandolos con esperma

190
4'

Cultivos de zooplancton marino

de machos maduros. Las larvas planctonicas de Dada la gran superficie de evaporacion convie-
numerosos invertebrados bentonicos pueden ob- ne en este caso tapar las capsules, tanto para evi-
tenerse manteniendo a los adultos correspon- tar perdidas de I iquido como para disminuir
dientes en cautividad hasta que liberen sus pro- las posibilidades de contaminacion, Para organis-
ductas sexuales (Chanley, 1975; Provenzano jr., mos mas grandes -recipientes mayores, de me-
r 1967; Rice y Williamson, 1970) (ver p. 707), nos de 1 a 50 mas litros de capacidad.
Takami e Iwasaki (1978), Takami et al. (1978)
La densidad de los ani males t(mbien var ia de
cultivaron el cladocero Penilia avirostris a partir
acuerdo a su tamafio y a sus regimenes alimen-
de los huevos de resistencia, bentonicos, del ani-
mal. tarios. Generalmente es mejor cuanto mas baja
y debe ser menor a mayor temperatura. En la
Generalmente, la mayor rnortalidad se registra figura 126 se incluyen numerosos ejemplos;
durante las primeras 24 horas posteriores a la otras cantidades utilizadas son: 300-350 nauplii,
captura (Kampa et al., 1959; Lasker y Theilac- 50-20 copepoditos 0 20 adultos (hembras) de
ker, 1965); por ello Komaki (1966) recomienda Calanus helgolandicus en 7 litros de agua (Paf-
dejar pasar ese lapso de tiempo antes de comen- fen hofer, MS); 10-20 larvas de Pelecypoda por
zar cualquier experimento. ml de agua (Culliney et al., 1975); 10.000 ejem-
plares de Euterpine acutifrons (Copepoda) por
Recipientes litro de agua (Nassogne, 1970), Las densidades
correctas para otros animales deben definirse
Tanto los utilizados en la coleccion y separacion experimental mente durante el transcurso de los
como aquellos en los cuales se desarrollara el ensayos.
cultivo deben estar confeccionados con materia-
Para mantener una temperatura constante 105
les totalmente inertes (ver mas adelante) ..
recipientes se ubican en un bafio de agua cir-
En la medida de 10 posible deben utilizarse re- culante (fig. 114) 0 en cameras 0 ambientes ter-
cipientes cil indricos y no rectangulares; estos moregulados. Algunas especies son suficiente-
ultirnos son desventajosos para las formas de mente resistentes y euritermicas como para so-
natacion rapida que chocan contra las paredes brevivir a rangos de temperatura tan amplios que
(Komaki, 1966). Adernas, frecuentemente ocu- no requieren requlacion alguna (Corkett, 1967) ..
rre concentracion de organismos en sus angulos
(Culliney et al., 1975). Las paredes opacas 0
negras tarnbien disminuyen las posibilidades de
colisi6n de los organismos con aquellas, y el I
fondo oscuro facilita la visuallzaclon de los ani- I
males. En Iineas generales,. es preferible au- 1
mentar el volumen de los recipientes a expensas
de un incremento en superficie y no en profun-
didad. I
Los recipientes de cultivo, basicamente, pueden
dividirse en 2 categorias principales (ver Kinne, I
1976): estaticos y circulantes; a su vez los ul-
timos incluyen sistemas abiertos, con aporte I
constante de agua exterior (e.g., Zillioux y
Lackie, 1970) y circulantes de circuito cerrado
(ver mas adelante). EI material mas cornunmen-
te utilizado es el vidrio y en menor medida di-
ferentes plasticos y conc~to. En el caso de'los
c~l~ivos estaticos el tarnafio y forma de los re-
C.IPlentesvarIa de acuerdo a los organismos cul-
Fig. 114. Construcci6n para cultivar Copepoda ..
1) Salida de agua; 2) Entrada de agua; 3) Bandeja de
fibra de vidrio; 4) Bastidor de madera; 5) Vasos de pre-
I
I
tl~~.dos (ver fig. 126). Para los protozoos pueden cipitado con los cultivos.
I Utllizaise capsules de Petri 0 similares semillenas. (De Barr. 19691.

I
191
!

L
rI
Cultivos de zooplancton marino

Si los animales provienen de una capa profunda, 2


los cultivos se mantienen en oscuridad; en caso
contrario en luz debil 0 ciclos regulares y mas 0 3
menos iguales de luz-oscuridad (jamas exponer
a luz solar directa). .... ::::::t(.'/ :::........ ...:.:"i.
..~

~"~""~0"tr1~
4
En la mayorfa de los experimentos realiza-
dos no se utilizaron agitadores ni aireadores. Sin '\ii
embargo, en algunos casos la agitaci6n es nece-
saria para mantener un medio hornoqeneo y, a 10

al mismo -tiernpo, evitar que los animales sedi-


menten. La agitaci6n se puede provocar con he-
lices (Mullin y Brooks, 1967; Sazhina y Bazanov, (
1974; fig. 115), con chorros de agua (Greve,
1968, 1970: fig. 116; Greve, 1975: la "Me-
teor Planktonkiivette", disefiada especialmente 13 }
14 12
para el trabajo a bordo), con agitadores de su-
15
perficie (Greve. 1970), moviendo el recipiente
(Paffenhofer, 1970, 1973; fig. 117), utilizando
la aireaci6n a modo de irnpulsor de una corriente Fig. 116. EI "Ptenk tonkreise!", aparato utilizado por Greve para
cultivar zooplancton. .
circular, etc. EI tenor de ox fgeno disuelto se
1) Aire; 2) Aporte de agua; 3) Tubo de cornunicacion: ""
mantiene usualmente cambiando el agua; algu- 4) Salida de agua; 5) Tubo colector; 6) Tubo elevador; "
nos ani males son especial mente sensibles y en- 7) Tubo para el aire; 8) Embudo; 9) Piedra p6mez; 10) 'l'

tonces se utilizan aireadores (e.g., para medu-


Recipiente cil indrico de 35 cm de diarnetro y 35 cm 0.
de altura; 11) Chorro de agua; 12) Filtro de arena; 13)
sas: Spangenberg, 1965; Cargo, 1975). Arena fina; 14) Arena gruesa; 15) Canto rodado. a) ;~.
Vista superior y b) lateral de la orientaci6n del tubo de
Los cambios de agua se efectuan ya sea trans- entrada de agua y la circulaci6n de esta,
(De Greve, 1968).
firiendo a los animales con una pipeta 0, general-
mente, vaciando parcialmente el recipiente con
un sif6n protegido por una malla y rellenando
inmediatamente con agua fresca (esto ultimo se

1----
2----

3 ---f'k=d.f'.
4 ----::.M·:·:;··:~'/

.:

Fig. 115. Esquema general de un aparato transportable para


mantener Copepoda vivos. Fig. 117. Aparato para cultivar Copepoda disefiado por Paffen-
hofer.
1) Motor electrico: 2) Recipientes; 3) Termorne tro de
contacto; 4) Eje de los agitadores; 5) Evaporador; 6) A) Vista lateral; B) Vista desde arriba.
Cavidades metalicas ; 7) Aislacion terrnica: 8) Calenta· 1) Hotula: 21 Marco (arrnazonl: 3) Abrazadera; 4) Re-
dor; 9) Hulernen de los agitadores. cipiente; 5) Arbol de transmisi6n; 6) Motor electr ico.
(DeSazhina y Bazanov, 1974). (De Piiffenhofer, 1970).

192
Cultivos de zooplancton marino

debe hacer escurriendo el I iquido lentamente lulosa, malla de nylon, magnesio granulado, to-
par las paredes para evitar una rernocion excesi- rres de espuma, etc.; ver Kinne 1976), a traves
va]. de los cuales el agua es forzada contfnuamente,
y burbu jeador de aire. La disposicion de estos ele-
Lossistemas circulantes (fig. 118) se han utiliza-
mentos y los mecanismos que intervienen en su
do en mucho menor medida debido, principal-
funcionamiento son variables. -
mente, a su mayor costa y complejidad. Sin
embargo, una vez construidos, instalados y ajus- En un sistema bien regulado las principales des-
tados ofrecen numerosas ventajas sobre 105 cul- ventajas de la recirculacion, i.e.: la acurnulacion
tivos estaticos, a saber: no requ ieren aportes de sustancias nitrogenadas, fosfatos y materia
peri6dicos de agua de mar, pueden ser instala- orqanica en suspension, y el descenso clel pH
dosen areas alejadas de las costas, son facilrnen- (King, 1975) son suficientemente controlados
te muestreables, eliminan el problema de la acu- como para permitir cultivos ininterrumpidos de.
rnulacion de desechos orqanicos y permiten el mas de un ario de duracion (Zillioux. 1969; fig.
desarrollo de cultivos masivos (Hirata, 1977; 118) .. Kinne (1976) presenta una extensa y
(King, 1975) son suficientemente controlados detallada revision acerca de los disefios y caracte-
Zillioux, 1969). Clark y Clark (1971) presentan r isticas de una arnplia gama de sistemas recir-
una extensa lista de descripciones de sistemas de culantes para cultivos deorganismos marines, asf
estetipo para animales marinos en general. Basi- como de los problemas relacionados con el
camente, un sistema recirculante cuenta con va- control de la calidad del medio.
rios (0 todos) de los siguientes elementos: tan-
que(s) de cultivo, esterilizador (Iuz ultravioleta),
Varios investigadores ensayaron tarnbien el uso
filtros de diferentes tipos (bioloqicos. de arena,
de 105 recipientes grandes (de varios miles de li-
grava,diatomita, carbon activado, acetato de ce-
tros), no solo para efectuar cultivos sino tam-
bien para lIevar a cabo experimentos de pro-
duccion, relaciones troficas y espaciales, etc.
Petterson et al. (1939) utilizaron un tanque ci-
I indrico termorregulable de 2 m de diarnetro
por 12 de profundidad, para cultivos de plane-
ton; Raymont y Miller (1962) usaron tanques
rectangulares de 20 rn". Tal vez los ensayos mas
interesantes son 105 que se realizan desde hace
varios afios en el "Scripps Institution of Ocea-
nography" (USA) con un tanque de 70 rn", ,'.
3 m de diarnetro por 10 de profundidad, donde
se cultivaron copepodos (Mullin y Evans, MS)
y ctenoforos (ibidem; Hirota, MS).
I H
La realizacion de cultivos de plancteres pelaqi-
cos generalmente implica la necesidad de man-
Fig. 118. Esquema del aparato de Zillioux para el cultivoconti- tener a bordo a los animales capturados, ya sea
nuo de Copepoda.
indefinidamente, 0 hasta que el material pueda
A) Tanque de cultivo NO 1 (100 II; BI Tanque de culti-
vo NO 2 (100 I I; CI Tubo de secado del aire entrante;
ser transportado al laboratorio. Para aquellos
DI Tubo con filtro de carbon activado; EI Tubo con casos cuando los recipientes comunes (baldes,
agua destilada para rehidratar el aire; FI Tubo de pro-
duccion y eliminecion de espuma (concentra sustan-
frascos, etc.) en ambiente termorregulado no
cias de desechol; GI Filtro de fibra de vidrio para el 11- dan resultados satisfactorios, se han disefiado al-
quido efluente de la columna de espuma; HI Deposito
inferior; II Control auto matico que acciona la bomba
gunas instalaciones especialesque, a veces, palian
para trasvasar el liquido al deposito superior; JI Bom- los inconvenientes ocasionados por los movi-
ba; K y L) Filtros de acetato de celulosa de 15 v 0,45
micrones, respectivamente; MI Deposito superior; 11
mientos y las vibraciones a bordo (Baker, 1963;
Desechos; 21 Entrada de aire. Krakatitsa y Sapin, 1971; Sazhina y Bazanov,
(De Zillioux, 19691. 1974).

193

L··
.",.
~ __ "fl_.V·M>'~"''' ~U •• • 'fr·~,~·W"5f*Kft·= ,_

Cultivos de zooplancton marino

Medios de cultivo
's
La gran mavor ia de los experimentos realiz'adost ,,'
hasta la actualidad 10 fueron con agua de mar: ;,.
natural, generalmente centrifugada.o filtrada ';;;.
a traves de papel de filtro, Millipore, 0 membra- -:':
4
nas, V afiejada en oscuridad V a baja ternperatu. ~;:
ra (50°C, durante 1 0 2 semanas) (fig. 126).':;
Ello se debe, principalmente, a que los resulta-,
~ I 6
dos obten idos son, "" la mayor la de I~s casas,
notablemente supenores a los que arroJa el uso
'I
del agua de mar artificial. Como acertadamente""
10 notara E. Boltovskov (1970) refiriendose al
medio natural V Beers, Stewart V Owen, MS?,
-7 (1970), a los medios de cultivo, el agua de mar ;~
natural contiene ciertos componentes indetecta-'
bles cuva importancia para el desarrollo normal~,
de los organismos que la habitan es imprescin- 1
I dible. Sin embargo, el uso de aqua de mar natu-
ral presenta varios problemas de los cuales la s
irreproductibilidad exacta de las experiencias y::l
la eventual introduccion de sustancias qu imicas~,
~ indeseables (metabolitos, toxicos, restos de con- ".
::::=:C:-:::9 --- 8
taminantes debido a la actividad hurnana, etc.l
son los fundamentales.
Fig. 119. Tanque sumergible para estudios planct6nicos in situ.
Para la eliminacion de la rnavor ia de los compo-
1) Motor del agitador; 2) Tapa; 3) Soporte; 4) Nivel
del agua; 5) Flotadores; 6) Agitador; 7) Tanque de nentes orqanicos suele utilizarse ta oxidaci6n
plastico: 8) "Muerto". con luz ultravioleta de 1200 W durante 2 a 4
(De Bruckrnann et al., 1974). horas (Armstrong, et el., 1966; Hamilton vCar,
lucci, 1966). ..•~
'~',

La cornposicion basica del agua de mar se repro-


duce en la fig. 120. Su preparacion es factible en"
cualquier laboratorio medianamente bien equi-
Es interesante tarnbien mencionar las experien- pado, pero la tarea es surnarnente tediosa, re-
cias consistentes en la aislacion temporal in quiere un buen conocimiento de las tecnicas
situ de un volumen determinado de agua por qu 'micas V presenta ciertos problemas ie.q;
medio de bolsas 0 recipientes de material sinte- grado de pureza de los reactivos utilizados, hi-
tico para el estudio detallado del desarrollo, drataclon de las sales, precipitacion. solubili-
normal v/o bajo la accion de diversos productos dad, etc.) relativamente complicados (Kester
qu Irnicos, de los organismos aislados. Algunos et a/., 1967). Por ello, actual mente casi todos
de los ensayos al respecto fueron los de Broc- los bioloqos que recurren al agua de mar arti-
kmann et el., 1974 (fig. 119), Goldman (1962), ficial utilizan alguno de los compuestos que se
Kuiper (1977), McLaren (1969), Porter (1972), producen comercialmente (figs. 120, 121, 122 y
Takashahi eta/. (1975), etc. 123). Sus caracteristicas, desde el punto de vis- ~Y'
ta qu imico, son solo levemente diferentes, pero
Por ultimo mencionaremos los estudios de
a menudo resultan rnuv importantes bioloqica-
Hardy V Paton (1947) V de Bainbridge (1953),
mente.
quienes utilizaron largos tuneles circulares, ho-
rizontales V verticales, hechos de acrilico, para Las ventajas del agua de mar sintetica sabre
observar los fenornenos relacionados con las mi- la natural son su mayor accesibilidad para ex-
graciones verticales del zooplancton. periencias en laboratorios alejados de las costas

194

L, .:~

•• >
-~~
Cultivos de zooplancton marino

1 2 3 4 5 Elemento Partes por millan

Ion Agua de mar Agua de mar "to de Agua de mar


artificial de natural de diferencia artificial de CI 18400
35°/c", de 35°/"° de (2-3)/3xl00 35%0 de Na 10200
sat. sat. sa!.
(Cf. Kester S04 2500
(Cf. Lyman y (Cf. Culkin,
Fleming, 19651. et al., 1967). Mg 1200
19401. (N03) (730)
(g/kg) (g/kg) (g/kg)
K 370
Ca 370
CI 19,353 19,353 0,0 19,353 HC03 140 _
H3B03 25
Na' 10,764 10,764 0,0 10,765
Br 20
, 2.712 -0,4
504 2,701 2,711 Sr 8
2+ Si03 3
Mg 1,297 1,294 +0,2 1,295
P04 1
Ca'+ 0,406 0,413 -1,7 0,414 Mn 1
Mo04 0,7
K+ 0,387 0,387 0,0 0,387
S203
0,4
HCO; 0,142 0,142 0,0 0,142 Li 0,2
BI"- 0,066 0,067 -1,5 0,066
Rb 0,1
I 0,07
Srl+ 0,014 0,008 +75 0,008 EDTA 0,05
AI 0,04
H,BO, 0,026 0,026 0,0 0,026
Zn 0,02
F- 0,001 0,001 0,0 0,001 V 0,02
Co 0,01
Fig. 120. Cornposicion quimica del agua de mar natural y su Fe 0,01
cornparacion con algunas sinteticas.
Cu 0,003
(De Kester et et, 1967, levemente modificado, Ver
tarnbien Gonzalez et et, 1975 para una detallada ex- t
plicacion de como preparar el agua de mar slntetica se-
Fig, 122, Cornposicion quirruca de Instant Ocean, preparado
gun la formula de Kester et et. op, cit. I.
comercial para la fabricecion de agua de mar sintetica.
Los nitratos (que no forman parte de la formula) pue-
den acumularse en acuarios produciendo problemas,
(De King, 19751.

Salesgravimetricas Sales volumiltricas

Sal I Peso I~g


molecula
de
lucibn
Sal I Peso rleMoles/kg
molecular de solucibn
y, sobre todo, el conocimiento exacto de las va-

i
NaCI 58,44 23,926 MgCl, .6H, 0 203,33 0,05327 riables qu imicas con que se trabaja posibilitan-
do, por ende, la reproduccion fiel del tenorneno
Na,SO, 142,04 4,008 csci, .2H, 0 147,03 0,01033
experimentado.
KCI 74,56 0,677 SrCI,.6H,O 266,64 0,00009
Frecuentemente al agua para los medios de cul-
NaHCO, 84,00 0,196 tivo se agregan diferentes compuestos para favo-
KBr recer el desarrollo de los animales (ver p. 198,
119,01 0,098
fig. 125). Freudenthal y Lee (1963) notaron
H,BO, 61,83 0,026 que Globigerina bulloides se desarrolla me)or
NaF en medios enriquecidos y con agregado de fos-
41,99 0,003
fato inorqanico y oligoelementos rnetalicos:
Agua destilada - lIevar a 1 kg Lewis (1967) definio la ccrnposlclon qu [mica de
Fig, 121, Formula de Kester et st, 1967, para preparar 1 kg de un "enriquecedor" que aumenta en 20-300,'0
agua de mar sintetica de 35 por mil de salinidad, el indice de sobrevivencia del copepodo Euchae-
(De Kester et al., 1967; levemente modificadoL ta japonica; Shirahishi y Provasoli (1959) des-

195
;.;ultivos de zooplancton marino

cribieron la necesidad de "facto res de creel.


NaCI 26,73 9 s-ci, .6H, 0 4 mg
miento" adicionales al alimento algal para Tiqri.
MgCI,.6H,O 4,82 9 RbCI 28 /l9 opus japonicus (Cepepoda).
MgSO. 3,25 9 ZnSO•. 7H,O 2.2 mg
Alimento
csc., .6H,O 2.28 9 MnCI,.4H,O 810 119

KCI 720 mg Na, MoO •. 2H, 0 130 /l9 En la gran mayoria de los casos este es. ya sea
NaHCO, 190 mg ceci, .6H; 0 23 /lg directa 0 indirectamente, el fitoplancton. Actual-
mente hay nurnerosas tecnicas eficientes y reo
KBr 67 mg CuCI,.2H,O 11 /lg
lativamente sencillas para cultivar fitoplancton
H,BO, 58 mg NaNO, 10 mg marino; Fogg (1965), Guillard' (1975), Venka-
Na, S)O,.9H, 0 7 mg Na FeEDTA 10 mg tara man (1969) y otros presentaron detalladas
descripciones de los rnetodos en uso. Las ins-
K,HPO. mg TRIS 500 mg
trucciones que se exponen acontinuaci6n se re-
AICI,.6H,O 440 mg Tiamina-HCI 200 I1g fieren exclusivarnente a los cultivos de labora- "
NH.CI 6 mg Vitamina B" /lg torio con fines experimentales.
LiCI 800 /lg Biotina 119 Las especies mas cornunrnente utilizadas son (ct.
KI 6,6 /lg
Guillard, '1975): Skeletoneme costatum, The-
lassiosira pseudonana, T. fluviatilis, Phaeodac-
tylum tricornutum, Chaetoceros ca/citrans, C.
Agua destilada . Llevar a 1 litro simp/ex, Oity/um brightwellii (diatomeas); lso-
chrysis galbana, Oicrateria in ornata, Crises-
Fig. 123. Agua de mar artificial de Clark. phaera carterae, Coccolith us hux/eyi, Mono-
(De Guillard, 1975). chrysis spp. (Chrysophyceae s.l.); Pyremimo-
nas grossii, Tetrase/mis (P/atymonas) spp.,
Micromonas pusille, Ounaliella tertio/ecta, Chlo-
rella autotrophica, Ch/orococcum spp., Nan-
nochloris atom us, Chlamydomonas coccoides,
Brachimonas submarina (Chlorophyceae' s.l.i;
Chroomonas salina (0 Cryptomonas 0 Rhode-
monas) (Cryptophyceae). EI stock inicial puede
obtenerse directamente de muestras de plane-
ton, de cultivos establecidos en otras institu-
ciones: el "Scripps Institution of Oceanogra-
-6
phy", por ejemplo, mantiene regularmente mas
de 40 cultivos monoespec ificos de algas (Jor-
dan, MS), y el "Laboratorio per 10 studio delia
contaminazione radioattiva del..mare", "CN EN,
EURATOM", de Italia, mas de 100 razas de
flagelados (Bernhard y Zaterra, 1970); 0 de algu-
-8
nas empresas comerciales.

5 Los recipientes utilizados para experirnentacion


son tubos de ensayo de 12 a 15 cm de largo v:
Erlenmeyers de 125 a 200 ml, y para los culti-
Fig. 124. Esquema del aparato para cultivar fitoplancton pro- vos masivos para alimentaci6n, botellones de 3
puesto por Guillard.
a 20 I (fig. 124). Un rnetodo usual para incre-
1) Tubo con tapa a rosca para el sembrado y la salida
de aire; 2) Tapon de neoprene 0 silicona; 3) Filtro de mentar gradualmente el volumen del cultivo
cloruro de calcio; 4) Filtro de algOOon;5) AI com pre- consiste en comenzar por el sembrado en caosu-
sor; 6), Filtro de alqodon: 7) Colector de muestras; 8)
Botellon de 20 I. las de Petri con medio agarizado, luego las ce-
(De Guillard, 1975). lulas que han prospera do se recortan y liberan

196
--•...--- .. - ... _.- .._. -------.-----------------------------------------------------------------~~

Cultivos de zooplancton marino

eci. en un porta excavado con agua marina, de all i es un cicio aceptable para la rnavor ia de las espe-
gri· se siembran los tubos de ensayo, luego Erlen- cies (Drebes, 1972).
meyers de 125 ml v, finalmente, los botell.on~s
Practicarnente todos los cultivos de algas marinas
mayores. EI material mas adecuado es. vldn? requieren regulaci6n terrnica (generalmente en-
(alqunos materiales sin~e~icos de probada InOCUl-
friamiento). Esto se logra ubicando los cultivos
dad rarnbien pueden utilizarse. ver p. 200).
sea
en cameras terrnostaticas, heladeras a
en banos
Todos los recipientes deben ser tapados, va sea de agua corriente fr Ia. La rnavor ia de las espe-
ial-
con sus respectivas tapas a rosca (no cerrar cies listadas anteriormente se desarrollan favo-
re- hermeticamente) en cuvo caso el material con rablemente a unos 20 C y fluctuaciones
0
de 2
on que la tapa esta hecha de be ser totalmente inerte a 3°C no suelen ser peligrosas-:Es muy recomen-
<a-
y no contaminante* (ver p. 200), con tapones.d.e dable mantener duplicados de los cultivos en
ias algod6n envuelto en gasa, 0 con tapones de sill- funcionamiento, no s610 en varios recipientes di-
15·
cona perforados para dar entrada a los tubos ~e ferentes sino tambien en lugares (e.g., refrigera-
reo
aireaci6n, de muestreo V de sembrado (fig. dores) distintos. Ello constituye una buena pre-
ra· cauei6n para el caso en que uno de los cultivos
124). Debe prestarse sumo cui dado a los pro-
cesos de lavado del material utilizado: cualquier se pierda por eualquier falla.
it. remanente de sustancia qu [mica puede no s610
En cultivos pequefios en probetas 0 Erlenme-
la· contaminar el cultivo sino, inclusive, matarlo.
yers de hasta 1 a 1,5 I la aireaci6n se logra simple-
IC- Generalmente los siguientes tratamientos dan re-
mente agitando los·recipientes 1-2 veces por dia.
sultados satisfactorios: acido (HCI al 20-30"10),
Sin embargo, en cultivos rnavores se requiere
0- detergente, agua corriente y agua destilada
una aireacion artificial constante para suplernen-
IS, (Guillard, 1975). Paffenhofer (MS) recomienda:
tar el CO2 y regular el pH. Esto se obtiene con
0- . sumergir en soluci6n alcalina de MnK durante cornpresores. EI aire debe ser filtrado antes de
0- 10-20 hs., enjuaqar con agua destilada, neutra-
entrar al cultivo, con filtros de CI2 Ca (uno 0 dos).
J, , lizar con bisulfito de sodio, enjuagar (5 veces) alqodon y carbon activado para evitar contarni-
0- con agua destilada. Oeasionalmente, el uso de nacion, La intensidad de la aireacion de be ser
'1- biocidas acido n [trice concentrado u otros proporcional a la densidad del cultivo: debil
'S I
productos es necesario para subsanar problemas al comienzo y mas intensa cuando esta desarro-
); particulares.
)-
lIado.
ie Como fuente de lu~ puede utilizarse simplemen- Los repiques deben hacerse ANTES de que el
te la luz proveniente de una ventana (no exponer cultivo original alcanee su tiempo maximo de
J- a los rayos solares direetamente!) 0 tubos de luz vida (generalmente alrededor de 2 semanas en
1- fluorescente de un total de ~ 5000 lux (Dre- recipientes de 125 ml), normalmente a la mitad
rS bes, 1972). 'En este easo es aconsejable recurrir de ese periodo. es decir una vez por semana. La
tarnoien a pantallas reflectoras de papel aluminio cantidad de material sembrado se regula de tal
a o similar para intensificar la iluminaci6n. La rna- manera que el repique alcance su maximo desa-
I
;,
vona de los cultivas experimentan un incremen- rrollo en 5 a 7 d fas (general mente 0,5 a 2 ml
to proporcional a la intensidad V duraci6n de la para 250 ml; lOa 50 ml para 2 I; 200 a 500
iluminaci6n; hay algunas especies cuvo creci- ml para 15 a 20 I; las eantidades exactas var ian
miento es inhibido luego de cierto Iimite pero de acuerdo a la velocidad de reproduccion de
estas raramente son utilizadas como forraje. En
cada especie).
el caso de recurrirse a perfodos de luz-oscuridad
alternados pueden utilizarse relojes-interruptores Los medios de cultivo normalmente utilizados
automaticos' , 14 horas de luz a lOde oscuridad son 2: agua de mar natural enriquecida y agua de
mar artificial. En el primer caso el agua general-
mente es filtrada (papel de filtro, fibra de vidrio
o membranas de poras rnavores a 0,001 mm). 0-
• Cuando se utilizan tapas de bakelita, las mismas deben ser casionalmente conviene dejar decantar y elimi-
hervidas durante 1-2 horas antes del primer uso para que liberen
nar el residuo, 0 agitar con 5-10 gramos de car-
las SUstancias fen61icas -inhibidoras del crecimiento algal (J. Ac-
corinti. com. pers.) , bon activado durante 1 d fa para eliminar rerna-

197
. Cultivos de zooplaneton marino

nentes de materia orqanica y desintoxicar, 0 Sus ventajas sobre el anterior consisten no solo
tratar con luz ultravioleta (p.194). en una mayor eficacia sino en la posibilidad de
controlar y variar el medio experimental mucho
Existen actual mente numerosas formulas para
mas precisamente.
compuestos "enriquecedores" ; el mas sencillo es
el extracto de tierra de jard In. Su preparacion es EI agua de mar artificial puede prepararse de
la siguiente; mezclar 50% de tierra negra de jar- acuerdo a alguna de las numerosas formulas
din (no fertilizada) y 50% de agua destilada 0 existentes (figs. 120 a 123) 0 comprando uno de
marina, autoclavar, dejar reposar varios d ias, los compuestos comerciales (fig. 122) y com-
filtrar y autoclavar nuevamente; agregar 10- plementando con alqim "enri.9iuecedor" (fig.
50 ml por litro de medio. La mezcla de 50 ml 125; ver tarnbien Provasoli etal., 1957). .
de este extracto mas 2 ml de NaN03 (25 9
No todas las algas tienen iguales requerimientos
en 250 ml de agua destilada), 2 ml de Na2 HP04
nutritivos, sin embargo mas del 70% de las es-
(5 9 en 250 ml de agua destilada) y 1000 ml de pecies precisan, adernas de los componentes
agua de mar filtrada bacterioloqicarnente y auto- usuales (fosfatos, nitratos, etc.) ciertas vita-
clavada constituye el lIamado medio de Erds- minas; las mas importantes de estas son coba-
chreiber (0 de Fovn). Guillard (1975) propone lamina (B12), tiamina (B,) y biotina (Fogg,
varias formulas de compuestos para el mismo 1965; Provasoli, 1956,1958).
fin, una de ellas se reproduce en la figura 125.
En la mayoria de los casos los cultivos no necesi-
tan ser axenicos: los procedimientos que implica
la preparacion y mantenimiento de cultivos to-
talmente puros (Iibres de bacterias) son suma-
Nutrientes principales mente trabajosos y tediosos (ver, por ejemplo,
Mc Laughlin, 1960) v, adernas, el desarrollo
NaNO, 75 mg excesivo de floras bacterianas en los cultivos
algales es normalmente controlado por las se-
NaH2 PO•. H,O 5 mg
creciones bacteriostaticas de los vegetales. Sin
Na2SiO, .9H, 0 15·30 mg embargo, los resultados son general mente mas
Qligoelementos satisfactorios en cultivos puros. Por otro lado,
algunas veces esto es necesario (experiencias
Na,.EDTA+ 4,36 mg rnetabolicas, qu (micas, enerqeticas, etc.). En
FeCl,.6H20+ 3,15 mg estos casos todos los elementos que estaran en
contacto con ellos deben ser esterilizados antes
CuSO•. 5H,O 0,01 mg
de utilizarse, y tarnbienpuede recurrirse aluso
ZnSO•. 7H,O 0,022 mg de antibioticos (ver p. 201; ver Spencer, 1952).
CoCI,.6H,O 0.01 mg En algunos casos, luego del autoclavado* el
medio de cultivo precipita algunos de sus com-
MnCI,.4H,O 0,18 mg
puestos; una alternativa para evitar este fenorne-
Na, MoO •. 2H, 0 0,006 mg no es agregar, en condiciones de esterilidad, los
Vitaminas fosfatos, silicatos, oligoelementos y vitaminas
al Hquido ya esterilizado (Guillard, 1975). EI
Tiamina. HCI 0,1 mg sembrado de cultivos sospechosos sobre placas
Biotina 0,5 Ilg de agar enriquecido con peptonas (viz.: pro-
ductos comerciales como UAgar-standard", '~-
, BIl 0,5 Ilg
gar-peptona" 0 "Bacto-agar'1, en capsules de

Agua de mar· Llevar a 1 litro

Fig. 125. Cornpostclen quimica del medio "enriquecedor" • EI autoclavado de los medios de cultivo debe realizarse con
"f/2", muchas precauciones debido ala posibilidad de destruir sus corn-
IDe Guillard, 1975). ponentes termo-lcibiles.

198
r~
I
!
Cultivos de zooplancton marino

i Petri, es uno de los mejores y mas sencillos me- preferible a una dosis insuficiente. La eva-
todos para verificar la presencia de bacterias. Pa- luacion de las densidades de las celulas ve-
ra investigar la presencia de otros organismos aje- getales en los cultivos, necesarias para ajus-
nos al cultivo se recurre a la inspeccion rnlcros- tar las densidades optirnas (ver fig. 125),
copica de muestras del mismo, 0 a su sembrado se puede efectuar .por medio de recuentos
en medios como el "Sebouroud" (para hongos), directos de submuestras en una carnara he-
u otros. mocitornetrica, volurnetricarnente, por centri-
, fugado, por medio del Coulter-Counter
Algunos de los detalles relativos a la alimenta-
(Paffenhofer, MS; Sheldon y Parsons, 1967;
cion del zooplancton con algas que deben ser
ver p. 153); fotornetricarnente (Stein, 1973)
tomados en cuenta son:
-recurriendo a la rnedicion de la transpa-
1) Tipo de algas. Provasoli et al. (1959), Nasso- rencia 0 a la extraccion de clorofila: gravi-
gne (1970), Paffenhofer (MS), entre otros de- rnetricamente: peso seco del material en
I mostraron que no todas las especies de algas suspension/volurnen de Iiquido de cultivo
(rnetodo de Sartorius); etc.
cultivadas son de igual utilidad como alirnen-
I
I
to: algunas permiten la obtencion de muchas
generacibnes, otras inhiben la reproduccion,
EI unico sistema seguro para definir los 3 pararne-
tros mencionados es la experirnentacion. EI co-
i! otras detienen la metamorfosis y, final mente, nocimiento de las caracterfsticas eco y etolo-
I algunas no permiten siquiera la sobreviven-
I
I
gicas de la especie, la informacion biblioqra-
t cia. Ello depende de la especie de animal y fica, el comportamiento de las especies afines, la
del alga; en este ultimo caso son de irnpor- concentracion normal del (presunto 0 seguro)
tancia la comoosicion au fmica (que depende, alimento en la naturaleza, etc., pueden brindar
parcialmente, del medio donde fue cultiva- informacion sugestiva.
da). y el tarnafio de las celulas.
2) Edad de las algas. EI cosechamiento de los Para los zooplancteres earn ivoros-predadores la
cultivos, tanto para los repiques como para fuente de alimento mas utilizada en la actuali-
alimentacion, deben realizarse durante las dad es el branquiopodo Artemia setine. Los hue-
fases medias 0 finales del crecimiento logarft- vos de este animal pueden mantenerse en seco
mico de la especie, antes del comienzo de su durante largos perfodos y son comercializados
declinacion; los cultivos viejos de diatomeas por la mayoda de los negocios dedicados al
como alimento para Calanus helgolandicus acuarismo. Para obtener larvas basta con cubrir
provocan una alta mortalidad en las larvas los huevos con agua salada y la aclosion se pro-
(Paffenhofer, MS) y los de mas de un mes de duce en alrededor de 42 horas, a 20-30" C.
Isochrysis galbana y Monochrysis lutheri son Para separar las larvas de los huevos aun no
toxicos y de poco valor nutritivo para las lar- eclosionados general mente se utilizan bandejas
vas de Pelecypoda (Culliney etal., 1975). de unos 25 x 10 x 5 cm con una placa perforada
3) Concentracien de las algas. EI suministro de
que divide una seccion iluminada (menor) de
cantidades insuficientes redunda, inmediata- la oscura, tapada, en la cual se depositan los hue-
mente, en supervivencias menores (aumenta- vos; las nauplii fototropicamente positivas nadan
das con el aumento de temperatura), falta de hacia la secci6n iluminada de donde se cosechan
metamorfosis, de reproduccion, etc. Cuando, con una pipeta, sif6n u otros medios. Greve
(1975), Persoone y Sorgeloos (1972), Ward
por el contrario, se administran eantidades
(1974), Zahn (1972) y otros han descripto una
excesivas, aumentan los problemas de acurnu-
lacion de desechos, los animales pueden ex- variedad de metod os para mantener cultivos
perlrnentar problemas respiratorios, etc. constantes de Artemia 'para forraje, incluyendo
~demas, en algunos organismos como, por tecnicas utilizables a bordo de embarcaciones.
eiernpto, los peces larvales, los mecanismos Artemia es aceptada por la mayorfa de los plane-
de saciamiento parecen no estar bien desarro- teres carn ivoros, ya sea en forma larval 0 en su
lIados y la sobrealirnentacion puede conducir estado adulto (ver fig. 126).
a la muerte. De cualquier manera, en las si- Otro organismo de producci6n controlada, que
tuaciones cuestionables una sobredosis es tambien fue exitosamente utilizado como forra-

199
Cultivos de zooplancton marino

je, para zooplancteres cultivados, es el rotffero contacto con ella, provocando su disoluci6n
mixohalino Brachionus plicatilis. Ito (1960, Va- e incorporando los nuevos productos en su com-
silieva V Okuneva (1961) V, posteriormente, posicion. Estos productos, en la gran rnavorfa
Theilacker V McMaster (1971) perfeccionaron de los casos son letales 0 nocivos para 'los plane-
las tecnicas del cultivo en cuestion para ali- teres adaptados a un medio qu imicamente muy
mentar alevinos de peces. estable. Por ello, cuando la finalidad del estudio
es la realizacion de cultivos, todos los materiales
En algunos casos se utilizan copepodos herb ivo-
que estaran en contacto con la muestra deben
ros para alimentar organismos predadores, sin
seleccionarse rnuv cuidadosamente. Esto inclu-
embargo este metoda general mente implica la
ve no solo los recipientes en los cuales se man-
rnantencion de cultivos adicionales al espec i-
tendra el cultivo, sino tarnbien los aparatos de
fico (i.e., algas V copepodos).
muestreo,cables, mensajeros, materiales de labo-
En todos aquellos casos donde se utiliza ali- ratorio tales como guantes de goma, tubos
mento animal debe tenerse en cuenta que una etc. Bernhard V Zaterra (1970) realizaron u~
alta densidad del mismo actuara en detrimen- exhaustivo estudio de la rnavor Ia de los mate-
to de la cantidad de ox fgeno disuelto, por ello riales que normalmente se utilizan en la colec-
las concentraciones deben ser apropiadamente cion V posterior manipuleo del plancton (me-
controladas. Adernas, en estos casos se incre- tales, materiales sinteticos, detergentes). Los
mentan las posibilidades de contarnlnacion ge- autores lIegaron a la conclusion que alqunos de
neral del medio debido a la sedirnentacion V ul- ellos (e.g., gomas naturales, PVC, etc.) son suma-
terior descornposicion del alimento no con- mente toxicos para el plancton; otros (Teflon,
sumido; este fenorneno es mas grave aun cuando Perspex, polietileno, Tigon, polipropileno,
se emplean alimentos no vivos. poliester, policarbonatos) probaron ser inocuos
Otros alimentos utilizados por diferentes inves- V su uso se recomienda. Algunas de las pre-
tigadores son: part iculas remanentes del agua de cauciones que Bernhard V Zaterra (op. cit.i aeon-
mar filtrada con redes de diferente malla (Barr, sejan son: construir todos los muestreadores con
1969; Reeve, 1970b), trozos de Ctenophora materiales no toxicos. los elementos rnetalicos,
(para Scyphozoa: Cargo, 1975); trozos de cuando inevitables, deben ser proteqidos con ma-
moluscos bentonicos (para artropodos: Cono- teriales sinteticos en forma hermetica (mensaje-
ver, 1960; para Scyphozoa: Littleford, 1939); ros de plomo cubiertos por PVC; depresores
trozos de algas bentonicas (para Copepoda: V "muertos" - pesos en el extrema del cable
Murphy, 1923); suspension de vema de huevo oceanogratico- envueltos en polietileno; aros
duro (medusas: West V Renshaw, 1970); culti- de las redes planctonicas de acero inoxidable
vos del rotffero Brachionus plicatilis (para va- en tubos herrneticos de polietileno; cabos de la
rios grupos); alimento balanceado artificialrnen- red V cable oceanoqrafico principal de nylon:
I te, incluvendo varias protefnas animales, azu- descarte de las bombas metalicasr etc. Yendo
. cares, vitaminas V otros componentes; etc. mas lejos aun, los autores mencionan que hasta
el casco de madera del buque oceanoqrafico de
Dada su importancia econornica di recta , los es-
18 m que opera su instituto fue cu bierto can
tad ios larvales de peces fueron el material que
una capa de material sintetico inerte (Gabraster)
mas se ha utilizado en experimentos de cultivos
dando rnuv buenos resultados.
de zooplancton;Mav (1970) realize una detalla-
da revision de las dietas ensavadas en estos tra-
bajos V que han inclu ido practicarnente todas Sin embargo, debemos mencionar que, a juzgar
las posibilidades loqicas imaginables. por otros datos, los resultados de Bernhard V
Zaterra son, al menos en algunos casos, cuestio-
Problemas asociados nables. Sirva como ejemplo la observacion de
Greve (1968) quien obtuvo excelentes resultados
Contaminaci6n qufmica (ver fig. 126) con su "Plenktonkreise!" (fig. 116)
donde todos los tubos son de PVC -material
EI agua de mar es un l iquido sumamente agresi- altamente taxi co de acuerdo alas conclusiones
vo para casi cualquier sustancia que entra en de Bernhard V Zaterra.

200
i

j
Cultivos de zooplancton marino

De cualquier manera conviene, en la medida de una alta mortalidad. Por eso en muchos casas
10 posible, evitar el uso de esos materiales dudo- se hace imprescindible la adici6n de antibioticos
sos recurriendo al cuarzo, vidrio, ceramica. etc., al cultivo (ver fig. 126). D'Agostino (1975) pre-
V, cuando inevitable, a los plasticos de probada sent6 una concisa revisi6n del tema, principal-
inocuidad; aunque los materiales plasticos en mente en 10 referido al cultivo de organismos
general son menos recomendables porque pue- marinos bent6nicos. Sin embargo, la adrninistra-
den absorber sustancias t6xicas V, adernas, sus ci6n de antibi6ticos debe realizarse con suma
superficies son favorables para el asentamiento V cautela va que los problemas asociados son nu-
desarrollo de poblaciones bacterianas. merosos:

1) A ciertas concentraciones son t6xicos para


Cualquier recipiente que fue previamente uti- los invertebrados via su alimento (ver mas
lizado para almacenar productos qu fmicos debe adelante).
serautomaticarnente desechado para cultivar.
2) Esta toxicidad varfa de acuerdo a nurrierosas
Todos los detergentes comerciales son mas 0 circunstancias (e. g., tipo de organismos V
menos t6xicos. Algunas recomendaciones para su edad, densidad de la poblaci6n bacteria-
ellavado del material de vidrio utilizado se expo- na, pH, temperatura, sustancias qu fmicas di-
nen en la p. 191. sueltas en el medio, etc.).
3) Algunos antibi6ticos tienen un perfodo de
Contaminaci6n biol6gica

Il
acci6n efectiva muv corto. .
Uno de los rnavores problemas con que tropie- 4) Numerosos factores, tales como un ambiente
za el bioloqo en sus intentos de cultivarorqanis- alcalino, anaerobiosis, presencia de sustan-
mos marinos es la contaminaci6n del medio cias reductoras V otras inhiben la actividad
con organismos .Indeseables V, generalmente, de algunos antibi6ticos.
f bacterias v/u hongos. La eliminaci6n del reci-
5) La depresi6n de las poblaciones bacteria-
piente de cultivo de todo el material ajeno a los
nas generalmente repercute en un aumento
organismos deseados es una buena medida pre-
de las funqicas.
ventiva. Be etal. (1977), para lograr exito en sus
6) Ciertos antibi6ticos pueden bloquear la uti-
cultivos de Foraminifera, limpiaban manual men-
lidad de algunos facto res de crecimiento de
te, varias veces, todo el material adherido alas
los organismos cultivados.
espinas de estos protozoos, Sin embargo, las
bacterias, obviamente, no pueden ser separadas 7) En algunos casos el antibi6tico ie.q., peni-
una por una, Para eliminarlas puede recurrirse cilina) inhibe s610 algunas bacterias (Ias
al tratamiento del agua de mar natural con luz Gram-positivas) favoreciendo, consecuen-
ultravioleta (ver p. 194; Armstrong et al., 1966) temente, el desarrollo de otras; Neunes V
el cual no tiene efectos t6xicos secundarios Pongolini (1965) demostraron que un medio
(Hamilton V Carlucci, 1966), autoclavar los If- tratado con penicilina 38 horas mas tarde te-
quidos de cultivo V esterilizar en seco el material n fa mas bacterias que el testigo libre de an-
de vidrio V, en general, realizar todas las manipu- tibi6ticos.
laciones en las condiciones mas asepticas posi- Los antibi6ticos mas comunmente usados son:
bles. Sin embargo, generalmente, los cultivos se
contaminan igual en mayor 0 menor medida. EI 1) Estreptomicina 0 deshidrostreptomicina (el
desarrollo de bacterias usualmente inhibe el cre- segundo es preferible al primero va que es menos
cimiento de los organismos animales cultivados* facllmente desactivado). Es un antibi6tico de
(muchas algas producen sustancias bacteriostati- amplio espectro V prolongada acci6n. Diferentes
cas naturalmente) V, frecuentemente, provoca autores han utilizado distintas concentraciones
(ver fig. 126): desde alrededor de 30 hasta mas
de 200 mg/l.

*
d Shirahishi y Provasoli (1959) ejemplifican la acci6n positiva
2) Penicilina. Aparentemente no es demasiado
e la flora bacteriana sobre 105 cultivos de algunos copepodos, efectivo, al menos cuando es utilizado solo. AI-

II 201

-'----
Cultivos de zooplancton marino

Fig. 126 (ver ref. en p. 204).

N~ ORGAN ISMo oBTENCION MEDIO


RECIPIENTES Y
CONDICIONES AU MENTO . OBSERVAC !ONES AUToR
RADIOlARIA
1 Bponqotrochue Red Agua de mar fil trada C~ps. de vidrio de aprox. Algas planct6nicas in- ' 30 Recomienda evitar Adshead
glaciaZis con pape l , sin aditivo5, 4 cm de altura y 7 cm de detenninadas. prove- densidades eleva- (1967)
renovada cada 1 a 4 dUm. , 1-5 ejs. por caps. nientes de cultivos das. Cult. contam.
dlas. En hel adera can hongos indet:

2 Vari as decenas Red Agua de mar fi 1trada t re- Cristal iz. 0 caps. de Flagelados pequeiios 30 Mantenim • para Hollande y
de spp. de novada 2 veces /d'ia: vidrio, 1 ej./recip(?). estudios cito16- Enjumet
Sphaeroidea Temp. : 14°C gicos - (1960)

FORAMI
NI FERA
3 Globigezoinil Red Idem 1 Idem 1 Idem 1 90 Idem 1 Adshead
bul-le-idee (1967)
4 Hastigerina Buteo Agua de mar; cambios Frascos de vidrio y Algas y larvas de
pelaqioa aut6nomo cada 8-10 dias pUstico de 250, 475 Artemia salina Observac i 6n de Be et aL
y otras 5 spp. y red ml, y otros. Un ej. por 116 procesos gameto- (1977)
p lancton tcas frasco. Periodos iguales geneticos a 1 imen-
I

con espinas de 1uz-oscuridad taci6n, reconstru-


c ion de camaras y
esptnas , simbiosiS

CI Ll OPI()RA
5 Laboea cf. Red (?) Agua de mar natural y ar- Probetas (125 x 25 mm), Isochl']lsiB, McmoChl']lBis, 60 Mejores resul tados Owen (MS);
L. oonioa y tificial, filtrada y no, Ehrenmeyers (250 ml), y C7yptomonas~Coccoli- con agll~ natural
thus huzZeyi, CycZote- Beers,
Sten.oseme lla con y sin aditivos otros. Con y sin Iuz , a y micrOflagelados
Stewart y
cf. S. niva'Lis diferenetes temp. l.la nana.• levaduras. como al imento
Owen
(Tintinnina) detritos. en dif. cone.
(MS, 1970)
y proporciones
6 Tintinnopsis ? Agua de mar ester; 1iza- No detalla recipientes. levaduras (SacchaPomyCBB ? A los cultivos i- Gold
sp. da con calor. Con es- En luz u oscuridad. oerevieiae) Isochioysis
of 1urninados puede no (1966 )
(Tintinnina) treptomicina y penici- Temp. : 11 a 15·C gaZbana, Rhodomcmas lene, suminstr. a11m.
1ina, 50 microgr. de c/u Platymonas sp. Administr. en absoiuto. En
por ml cada 2 a 3 dlOS oscuridad se debe
a1 im. mb seguido

CNllJARlA
7 Aurelia Larvas ob- Agua de mar s intet , y na- Escifistomas en c6ps. de Artemia sa l ina sumin. 2 180 Recom. aprox. 4 1 Spangen-
aur-i ta tenidas a tural. Dos cambios par 600 ml; medusas en fras- veces per sem. a I/dia; a por animal, buena berg
partir de semana, aprox. cos de 20 y 40 1, con 10 10 ml susp. densa a l im. 3 aereaci6n y circu- (1965)
medusas a 50 animo c/u. Con aerea- 14 1 de mediq de cult. anos laci6n
adultas cion. En incubad. y a
temp. ambo de 21 a 27·C
8 Cyanea eapi:Zlata Fert il i za- Agua de mar natural (?) Recip. aereados. con a- Partie. varias. trozos ? Analiza cult. de Cargo
Clrrysacra ci6n de y artificial gitac., corr. y filtros de Ctenophora, pol iq. , Scyphozoa en gen. (1975)
quinqueoiroha hembras de arena en el fondo; 0 crust., peces , Artemia Inducci6n de Ia
Rhopi 1.onema adul tas sin agit. ni corr. Sa 1. eal-ina (de acuerdo a estrobilaci6n,
vemlZi en lab. 20· I •• , temp.: 5 a 20·C la edad) etc.
9 Botopleura Red (?) Agua de mar natural "Pl anktonkreisel" ? Va- Experiencias de Greve
dumortieri ~ (fig. 116) y "Double- rias al imentaci6n y (1968,
obel-ia sp. KUvette" se- descripci6n y 1970)
ma- puesta a prueba
nas de aparatos

ClENlPKlRA
10 Beroe ououmie , Idem 9 Idem 9 Idem g Trozos de Ctenophora Idem Idem 9 Greve
B. gracilis, 9 (1968,
Bolinopsis 1970)
inj'undibuZum,
Pleurobraohi»:
pileus
11 PZeurobrachia Red, copo A~ua de mar natural fil- Recip. cillndricos de vi- Acartia tonsa (10 a Dos No uti1 iz6 deter- Hirota
bachei ciego de trada por membranas de drlo de 1 a 18 1, con 1 50 anim./litro), ge- gentes para la- (MS,
vidrio de
1 1. barri-
des de menos
0,0008 y 0,0012 mm, 0
diatomita. Cambios cada
ej. /frasco,
sin aereaci6n
en oscuridad t
ni agitac .•
ParacaI.anus pa1"'11US, La-
bidooera triepinoea,
ne-
ra-
var el
de vtdr
material
io
1972) ;
Mull in y .
2 d!as I aprox. 15°C. en tanque Caz,anus he l-qolandious , cio- Evans
de 1 m/seg de concreto de 70 m' Ca!.anus spp., Artemia nes (MS)
de veloc. (conjuntamente con algas salina
Separac. y cop~podos). Sal inidad:
animo a bor- 32 a 34%0'
do

I'Ol.l...lJSCA,EUTl£CQS(JIIATA
12 Limacina Red Huevos en agua de mil r Recip. de 200 ml y fras- Platymonas sp. y 30 Paranjape
hel ioina
------7--
natural filtrada con la- cos de I 1. En bafio de Skeletonema costatum (1968)
na de vidrio, con 30 mg temp. const. a unos
de estreptomicina por 1. 13·C
Adultos en agua de mar
sin filtrar. Larvas en
ambos medios

.j

202
Cultivos de zooplancton marino

Fig, 126 (ver ref, en p, 204).

RECIPIENTES Y
ORGAN ISMO OBTENCION MEDIO CONDICIONES All MENTO OBSERVACIONES AUTOR

13 Spio fiLicornis Red Idem 9 Idem 9 ? Idem 9 Greve


(1968,
1970)

14 Aoartia olaus-i , Red Agua de ""'r natural fil- Recip. de polietileno de Diatomeas y copepcdos , Has- Estudios respi ro- Conover
Ca tonue firnaar- trada con l1ill i pore 0,5 a 3,B I, con I a 2 naupl ; i de Artemia ta metricos a bordo (1960)
chicu8 # Bathyaa- (0,0008 PIn), con estrep- animo par 0.5 1. Con re- salina. etc., y trozos 365 y en laboratorio
lanue sp., tu- t ••• icina (5Omg/l) y, a frigerac i6n y aereaci6n de moluscos
chil'elta roetrata veces , c1oromicina (has-
Pareuchae ta nap- ta 10 mg/I)
wegica, Pteuro-
marrmal"obusta,
Rhinca l.anus na-
Butue.. Calanus
hypel"bol"eus
15 Aaartia cl.ausi. Red Agua de ••• r natural fil- Caps. de Petri de 30 ml y Isochrysis galbana y Ci - A bordo y en l ebo- Corkett
A. tonea, Eul'"Y- trada con papel y "aiie- frascos de 20 ml ,con 2-B' Rlwdomonas sp. 3 a 6 c lo ratario. Revision (1967,
zemora affinis .• jada-· a lOoe. en oscuri- nauplii 0 dos copepoditos x 10' cels./ml c ••• - general de I os me- 1970)
1 Pseudoca /.anus mi-
nut;lBJI Tsmora
dad. Ocasionalmente
3tn de medio de Erd-
con por frasco. a IOoe ple-
to
tcdos de cultivo
de Ca1anoida "",ri-

I
!
longicornis schreiber. Cambios una
vez par semana
(al-
gu-
nos)
nos

16 Acartia /.ongirre- Red (?) Agua de mar natura I fil- Vasos de precipitado de ParHculas varias re- 500 Anlbas especies son Barr
mie, Tiabe fur-

I
trada per malla de 150 m'l , 11enos en 2/3, en manente del filtrado, litorales, semi- (1969)
cata 0,076 PIn; cambios del bano de agua (ver fig. chaetooeroe sp. bent6nicas
60% cada 7 dlas 114)
17 Acartia tonsa .• Aguo de mar artificial Erlenneyers de 0,5 62 I, Ohaetiooeroe sp., 250 E1 agua natural Heinle
Euloyt"",,,"" affi- enriquecida con all;no- iluminados Ch 1.amydononas l'einha:i- di6 mejores re- (1969)
1, nis kidos y vitamin ••. , y dii .• lsochr-ysis gal-ba- su I tados. La IIIOr-
agua de mar natural fil- na ta ndad cau sada por
I
I trada rel1llnentes de de-
terg. en el mat.!?)
I
!
I se elimin6 tratan-
do IDS recip. 'con I
Ic idos fuertes
18 Acartia tonsa~ Id ••• 11 Idem 11 Idem 11 Ske l.etonema costatum Id ••• Ido. 11 Mull in y
II
Paraca /.anus par- 11 Eyans

""" (I1S) I
19 Acartia tonsa Red (1) Agua de •••r fil trada,
renov. cada 3 dfas
Caps. de Petri de 20 CI1lde
di •. , il •••i nadas con 1300
Isochryau galbana .•
RIuxIorno-naB sp., dilto-
400 La concentrec i 6n Zi1lioux !
de a1illlento utili-
a 1650 lux. 40 nauplii
5 adultos/1. Sal. 'aprox.:
0 "'eas. Cone. const. de
10.000 0 38.000 celu-
z.da es sub6pt ima
y
Wi) son
(1966 )
I.!
I
31° / 00; temp.: 16-18·C las por ml I
20 Ca!anus heLgoZan- Red (1) Agua de mar natural fil- Fra.cos de 6 a B I itros, chaetoceroe """"isetuB, 60 De.cripci6n de un Paffen-
dicuB trada por l1i 11 i pore de
0,0008 na; caltbios cada
en InOvim. (ver fig. 117) Ske te tonema COB tatum,
Lauderia. borea lis,
s tst •••• de agita-
ci6n pe •.•• nente
hMer I"
3 a 6 dIu Gymnodinium spLend<ms.
Cone. equiv. a 28-800
del ooedio
("S)
I:
mg C ory.nieo!1
21 Ca/.anus helgoZan- Red Agua de IIiIr natural fil- BOt,ellone. de 19 I con ae- Cycl.oteHa =, 1'ha- I1is Consideran que Ios Mull in y
dic:us (pacifiClAS), trada, I call1bio s •••• nal reador y a9it .• en semios- /.ossiasira f1.ulJiatiLia, de antibi6t icos no ••• Brooks
Rhirlca/.anus nasu- curidad, a 12"C Ditylwrl bright>JeHii. 365 joran el estado de (1967)
tus COBcinodisClUJ wail.e.ii 105 cultivos. las
naupl ii de A,.tsmia cone. utit ;zad.s
eal.ina. Conc. equiv. a 100 voces sup. a
1-5 g C org./l las naturales
22 Eutezt'ina acuti- Red Agoa de IIiIr natural fil- Erlenneyer. de 20 I con P1.otymonas suecica. Di Apr. Separodos y distri Neunes y
/"runs trada con plpel y auto- 10 I de Hq., con aerea- craterias sp .• P1.otll-- 6 buidos en recip. - Pongol ini
elavad •• 120·C, 0,5 atlll. ci6n y Iuz 12 hs./dla. monas sp .• Gymnodinium anos a bordo (1965);
Con penicilina (6,5 mg/1) Temp.: 17 a 19"C sp ..• Phaeodaatylum Nassogne
y EDTA(37 IIg/I). Cambio. erioornu tum (1970)
I .emanal a 1 ••ensua I
23 Pseudodiaptomus ? Agua de mar natural de- Vasos de precip. de 100 ml Ch1.amyc/anonas sp., co~ 100 Jacobs
C01'Onatus cantada durante 1 seman. con 70 ••1 de liq., con I centraci6n: 50.000 a (1961)
en oscurtdad, .• SoC. c•••- aniNl ct«, luz constante. 500.000 cels./ml
bios cada 3-5 dtas T""",.: IB-22°C, sal inidad:
20-25° /.0
24 Pseudoca /.anus IRed Agu. de IIiIr natural fil- caps. de Petri de 100 III, Medio de Erdschrei ber, 6 Mis de 100 UI de Corkett
eZongat1ls trada, con penicH;na y sin Iuz , en h.ladera a Isochrysis galba11a anos antibi6tico por y
estreptOllieina (10 UI de 9-U"C (1000-10000 eels./.,I) .1 de •• dio tienen Urry
c/u por 11\1) tauderia bOl'eaUs (500 efectos nocivos. (1968)
• 4000 cels./III) Recorn. no menos de

EII'IWJs IIaA
25 Euphausia eztmtas-
E. pacifico.. Ne-
11IatosceLis diffi-
-Red Agua de •••r natura I ,
eubi os 2 0 mas veee.
por semana
Recip. de poliestireno
1 1, con 1 ej. c/u, cu-
biertos con tela pUstfca
de Naupl;; de A. salina.
varios miles de ejs.
por animal
3n .,1 -.lio/e·.

? Cons ideraciones
acerca de 1a se-
paraci6n de los
lasker y
Theilacker
(1965 )
I
eilis negra. A 16,4 - 14,B·C animales de 1a
muestra "eta y
su traslacion

203
I
ClIlllVOS de zooptancron marino " "

so
ta
EI
It? ORGANISMO OBTENCION MEDIO
RECIPIENTES y
CONDICIONES All MENTO . OBSERVAC IONES AUTOR
n,
rn
EUPlWJSIACEA
df
26 HeganictyphaneB Red Agua de mar natural Recip. de 750111, en oscu- Arte:mia juveniles y ? Exper teentc s Ileta- Fowler et
rlCruegiea ridad. a 13,5!O,S·C Phaeodacty l"",
tri.cOl'nUtlmi b6licos en lab. a: (I 971) el
27 Euphaus-ia Red Agua de IMr natural sin Recip. de vidrio de 5 1, y ••••terial "en suspensi6n has- ------ Marschoff
gi
euperba fil trar de pHistico de 3 I, en ba- en el agua ta (coo. per s . )
OOS de Igua fria 180
28 EuUusidos en Red de 0,5 a Agu. de IMr natural. call- Recip. cilindricos (no rec- Nauplii de A. salina ? Animales aishdos Komaki 2
genera 1 I m de boca bios cada 2 dhs. con tang.) de 400-1000 ml por para adult., flagelados en frascos indivi- (1966 )
y malla de sif6n animal de 15-23 mm. En 05- o diat. para juv. duale!!;, a bordo. d
3-5 mm. t.an- cur. Regula cuidadosam. Recomendac. gener.
ces de 10- t..,perat. y sal inidad para cult. Euph. c
IS min.
n
CHAETOGNATHA
n
29 Sagi t ta setosa Idem 9 Idem g Idem 9 Copepoda (1) De Id •• g Greve
OOe- (1968,
YO • (1970 ) L
hue-
vo Ii
30 Sagi tta oraeea Red (1) Agua de mar fil trada con Tanque de cementa de 1 112 Juv.: protozoeas; adu1- has- Not6 una to 1eran- Murakami
canto rodado, arena, car- yO,S m de prof. Frascos de t05: copepodos de 0.5 ta cia de hasta ( 1966)
r
bbn activado,
novac.
1 itros
agregando
por dla
pape l . Re-
20-40
v;drio de 30 on de dU".
y 20 cm de prof.
aerelc.
Can
Luz di fusa:. Un ani-
a 1,5 mm de largo 106 t lO·C
. (

JIB1 por 1 itro de h!dio


31 Sagi tta hispida Red Agua de mar natural fil- Acuarios de vidrio 0 acr t- PI ancton na tura 1 f i1- Ci- longev;dad rnaX1A1a Reeve
trada can .,.110 de 0,035 t tee de 30 1. Con aereaci6n trado can iii 11. de cte de 105 or9an1511105: (1970b) ;
11III. Callbios 251 per dla 0,075 mil (naupHi de Co COOl- 57 dias 'Reeve y
pepoda, ve IIgeras etc. pI. T Walter
(l972a)

APPENDICll.AR IA

32 Oikopl-eura Idem 9 Idem 9 Idem 9 1 Idem Idem 9 Greve


di.oi.oa 9 (1968, 1970)
33 OikopLeura Red (1) Agua de IMr natural filtr Frascos de vidrio de 5 1. 1t1ochrrisu gaLbana, Ho- 210 Cultiv6 iUs de 19 PaffenhOfer
tambios

.
dioica por nteatbrana. ~~ IIIOV. (fig. 117). IJ hs. 71DChrysis Zuuri, CJt- generac iones de 1 ( 1973)
cada 3-4 dla. e luz / 11 hs. cscur , clctelZa """" organisrno
l300,3°C; 5.1.: 30t2°/. 0

MI SCEl..ANEA
(Varias grupos)

34 Experilnentos de eantentn. de zoopllncteres en tanques de unos 40 1; t.rc s , refrigerados a bordo del I R. R. S. "Di scovery I I ". En total Baker
alrededor de 40 taxones fueron utilizados; 1a superv ivenc ia general fue baja. Los mejares resultados se obtuvieron con Crustacea. y (1963 )
105 peore5 con animates gelatinosos .

• Duraci6n efectiva del cultiva (en d te s , a menos Que se indique 10 contraria).

Fig. 126. Sintesis de algunas experiencias de cultivos de zooplancton.


(Original).

gunos ensayaron su adrninistracion conjunta- Otros antibioticos tarnbien empleados (consultar


mente con la de estreptomicina (Conover, 1962). D'Agostino, 1975) son: tetraciclina, croromiceti-
Las dosis son semejantes a las del primero (ver na, neomicida, fumedil B2' novobiocina, etc.
fig. 126), En la mayoria de los eultivos ningun -an tibio-
tico actuara efectivamente par 51 solo; en 105
3) Cloranfenicol. Efectivo contra baeterias pero eultivos de invertebrados marinas las bacterias
texico tarnbien para invertebrados: Marshall y predominantes son las Gram-negativas (D'Agos-
Orr (1958) hallaron que eoncentraciones mayo- tino, 1975; Chanley, 1975), por 10 tanto el 0
res a 50 mg/I tienen efectos inhibitorios sobre la 105 bacteriostaticos a utilizarse deben ser elegi·
alirnentacion de Calanus finmarchicus, dos eoncordantemente y su accion inhibitoria

204
Cultivos de zooplancton marino

sobre 105 animales debe ser investigada para ajus- todos estos elementos estimulan el crecimiento
tar las concentraciones a administrar. microbiano notablemente. En 105 sistemas dina-
En el caso de cultivos axenicos una buena alter- micos, abiertos y cerrados, 105 filtros suelen ser
nativa es esterilizar a 105 animales (preferible- un mecanisme satisfactorio para el control de
mente sus huevos 0 larvas) una sola vez con una las bacterias.
dosis masiva de antibi6ticos y luego continuar
EI desarrollo de hongos es U{1 problema mucho
el cultivo en condiciones axenicas pero sin agre-
mas grave ya que las sustancias micostaticas (e.g.,
gar bacteriostaticos.
ristatina, amfotericina 8, candicina, tricomicina,
Zillioux (1969) hallo que la inclusion del cilia- etc.) son, frecuentemente, mas toxicas para 105
do bacteriofaqo Euptotes vannus en todos 105 invertebrados que para el hongo.
cultivos de Copepoda constituye una excelente
Otras contaminaciones indeseables pueden con-
medida para controlar naturalmente el creci-
trolarse por medio de insecticides (DOT, 1--2
rniento bacteriano.
ppm para eliminar artropodos: Chanley, 1975)
Una buena precaucion para disminuir las posibi- de soluciones toxicas tales como las de formal-
lidades de contaminacion bacteriana es mante- dehido sumamente dilu [do, variando la tempera-
ner 105 cultivos 10 mas limpios de sedimentos, tura 0 el pH del medio, por filtracion a traves de
desechos y material fecal que sea posible; mallas selectivas, etc.

205
MANEJO GENERAL DE DATOS,
BIBllOGRAFIA y MATERIAL
ENRIQUE BALECH

El editor ha creído conveniente incluir algunos sólo tienen significado cuando se encuentran
comentarios que respondan al acápite y que pue- las dos especies o los dos grupos de taxones en
den ser útiles al principiante. Las recomenda- cuestión. La duda también subsiste cuando se
ciones que siguen no deben tomarse como un in- dice "generalmente". Que esto es así lo ilustra-
tento del autor de pontificar en la materia, sino remos con un par de ejemplos reales tomados de
más bien como fruto de años de experiencia y la conocida obra "The Marine and Freshwater
que, en mirada retrospectiva, descubre errore~ Plankton", de Davis (1958). En la página 12 hay
propios sobre los que desea alertar a los que co- una clave de ctenóforos y en ella se lee:
mienzan a andar el arduo pero muy interesante 6. Lóbulos orales grandes y musculosos.
Lóbulos orales más pequeños y no inusualmente mus·
sendero de la planctología. culosos.

Desde luego, ejemplificando muchas veces con lo Aqu í tenemos las dos indefiniciones señaladas.
que ocurre en mi especialidad pero se trata siem-
pre de casos generalizables que a menudo se re- En una clave anterior para phyla y otros grupos
piten en los grupos más diversos. mayores leemos:
3. Células con flagelos durante la mayor porción de
Identificación, descripciones, su ciclo vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Células sin flagelos durante la mayor porción de
4

claves y ficheros su ciclo vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5


4. Células con un flagelo transversal en un cinturón,
y otro arrastrado Dinoflagellata
Suponemos que el lector ya estudió su material
y profundizó suficientemente en su morfología
como para tener en mano los datos que debieran Ahora bien, el observador que hace uso de una
permitir clasificar. Comienza por lo tanto otra clave por excepción sabe cómo y cuál es la "ma-
fase o trabajo, el bibliográfico y de la identifi- yor parte del ciclo vital"; simplemente tiene
cación de taxones. ejemplares que clasificar y, además, según el
punto 4, quedarían eliminados de los dinofla-
Lo que suele interesar primordialmente al siste- gelados géneros sin esa característica, como el
mático, sobre todo si es bisoño en ese campo, conocid ísimo Prorocentrum. Por otra parte,
es llegar lo más rápidamente a una determina- si tenemos ejemplares algo at ípicos en un carác-
ción, cortando camino. Uno de los atajos a los ter que precisamente fue utilizado por el autor
que más se recurre es el manejo de claves. Las de la clave, podemos encontrarnos en un callejón
claves, si están bien hechas, son muy útiles pero sin salida.
nunca se insistirá demasiado en que no pueden
reemplazar las descripciones detalladas. Los au- Por último, debemos tener en cuenta.el carác-
tores de aquéllas tienen que ser muy concisos; ter o tipo de clave que puede ser mundial o,
si así no lo fuesen las claves se harían de manejo con más frecuencia, sólo regional. En este úl-
pesado y perderían mucho de su utilidad. Pero timo caso, si el manejo de la clave no nos condu-
la concisión obliga a sacrificar algo de la claridad, ce a ningún taxón podemos pensar en dos posi-
a desechar posibilidades o dejar algunas cosas mal bilidades: que la especie sea inédita o que, sim-
definidas y, por lo menos en las claves largas, plemente, no haya sido incluida en la clave local.
hay casi siempre uno o más puntos dubitativos
o en los que la dicotomía es poco clara. Expre- Las claves, por buenas que sean, tienen otro in-
siones como "más grande" o "más pequeño" conveniente: su rigidez. Esto se traduce en dos

207
Manejo general de datos, bibliografía y material

consecuencias negativas: la primera que si des- tante de especies y que no es necesario seguí r
pués de publicada la clave hay necesidad de in- ningún orden determinado de caracteres. Por lo
troducir otro taxón a veces debe rehacérsela casi tanto con él se puede llegar a veces a resultados
totalmente. La segunda y más importante es que aun con datos incompletos o utilizando otros
el consultante no puede elegir los caracteres dis- que no son los empleados por autores de claves,
criminatorios y este inconveniente puede impe- Además se pueden tener en cuenta especies no
dir llegar a resultados si no se ha dilucidado toda completamente estudiadas. Pero no es un plato
la morfolog ía. Con frecuencia, sin embargo, ya servido sino que debe ser preparado por el
tenemos bien observados algunos caracteres que usuario, Este debe tener, entonces, antes de con-
podrían guiamos por lo menos a una determina- feccionarlo, suficiente conocimiento del grupo
ción aproximada pero que no son los utilizados en cuestión como para saber qué caracteres con-
en las claves. Además, las claves rara vez pue- viene tomar en cuenta, o acudir al consejo de un
den tener en cuenta algunas especies considera- experto. Una vez en condiciones de hacerla asig-
das válidas pero de conocimiento incompleto. nará a cada agujero un carácter. Se prepara
luego una ficha por taxón (es decir por especie
Estos incovenientes se obvian con la utilización si el fichero es específico). En primera línea se
de fichas perforadas (fig, 127) que pueden tener escribe el nombre de la especie y su autor,
varios usos; zoogeográficos, ecológicos o sistemá- Luego algunos de los datos que se crean más
ticos. Abordaremos aqu í sólo su uso con el úl- convenientes (hábitat, dimensiones y otros) y se
timo fin, Para hacer el correspondiente fichero agregan algunos dibujos fundamentales, Se abren
empleo fichas con una hilera de perforaciones a luego los agujeros que corresponden a caracteres
lo largo de sus márgenes. La truncadura de uno que la especie posee con un sacabocados adecua-
de sus ángulos indica su orientación correcta en do o con tijera, Las fichas no precisan ubicarse
el fichero, El tamaño queda a elección del usua- en orden definido, pero al frente del conjun-
rio; el que utilizo es de aproximadamente 12 x 15 to se ubica una que sirve de gu ía (que se pone a
cm. Cuanto más pequeñas menos datos y dibu- un lado antes de comenzar a usar el fichero) en
jos complementarios admiten. El fichero de fi- la que se asientan todos los caracteres numera-
chas perforadas constituye una clave pero mucho dos. Para utilizar el fichero se comienza por bus-
más eficiente y elástica, Con "elástico" signifi- car un carácter pasando una varilla por el agujero
co aqu í dos cosas: que permite el agregado cons- correspondiente, se levanta con ella el conjunto

• • • • • ••

• •
• P.
(=
leo~
P. ~~
Pavillard, 1916
Pav., 1915) •
• •
• Longitud 70-85; Trd. 75

• Cada antapical termina en una espina

• maciza. Escultura de puntos fuertes
o tubérculos diminutos. •
Suturas muy bien marcadas.

Golfo de León (Mediterráneo) •

• ••••• •
Flg. 127. Modelo de ficha ¡..>eiloriJda.
(Modificado de Balech, 1977).

208
Manejo general de datos. bibliografía y material

y, con un suave balanceo, se hace que las fichas peligrosamente, obras anteriores y sobre todo,
que tienen abierto ese carácter, caigan. Se sigue aquéllas donde están las descripciones origi-
operando en la misma forma con el conjunto de nales. Muchos factores favorecen esta actitud.
las que cayeron, en base a otros caracteres, has- Uno :-le ellos, común a los pa íses en desarrollo,
ta que quede una sola ficha o, a lo sumo, unas es la pobreza de las bibliotecas institucionales,
pocas que son las que tienen todas las caracter ís- sobre todo en publicaciones antiguas. Es, en este
ticas seleccionadas. En esa o esas pocas fichas caso, algo que escapa a la voluntad del investiga-
debe estar el taxón buscado. dor, pero el más consciente tratará, siempre que
pueda, de ir llenando esas lagunas informativas
Conviene aclarar con un ejemplo. Supongamos por compras a libreros anticuarios, por canje,
que deseamos clasificar una especie de pterópo- por la benévola ayuda de colegas y por copias,
do eutecosomado. Las fichas tienen perforacio- a mano o por un procedimiento fotostático mo-
nes que corresponden a: conchi Ila espi ralada derno. Lamentablemente, sin embargo la falta
levógira, más o menos recta, algo curvada, con de consulta de esas "antiguallas" es, con fre-
opérculo o sin él, cavidad del manto en posición cuencia, por pereza; priva la ley del menor es-
dorsal, cavidad ventral, apertura redondeada, a- fuerzo y una confianza, en verdad ailticientí-
plastada, reniforme u oval, lado dorsal con un fica, de que lo último publicado es lo mejor. El
surco longitudinal o sin él, ancho máximo en investigador deberá ir adquiriendo suficientes
la boca, ancho mayor atrás, márgenes laterales conocimientos y sentido crítico para saber cuá-
casi paralelos, márgenes divergentes, etc. Estu- les son las verdaderas autoridades, dejando de
diado el ejemplar a clasificar pasamos el alambre lado el volumen de las publicaciones, el número
por uno de esos caracteres, por ejemplo "con- de las mismas, el pa ís de origen, el prestigio de
chilla más o menos recta"; caerán todas las fi- la revista en que se publicó el artículo y, en par-
chas que contienen las especies que, por ser te, hasta el renombre del autor. Aunque sea
as í tienen ese agujero abierto. Descartando las doloroso tener que decirlo, en ciencia esto no
que no cayeron proseguimos con aquéllas y pa- siempre corresponde a un criterio verdaderamen-
samos ahora el alambre por el agujero que corres- te científico. Un trabajo publicado en inglés
ponde a "abertura más o menos reniforme"y así suele tener mucha más difusión y renombre que
proseguimos, con "conchilla de ancho máximo en uno en español. Es cierto que una revista de reco-
la boca", (ya nos quedan solamente 4 ó 5 fi- nocida categoría científica cuida su prestigio y,
chas) y con "márgenes laterales divergentes por lo tanto, con ayuda de asesores competentes,
anteriormente"; cae una sola ficha que corres- rechaza los artículos inadecuados que tienen,
ponde a e/io pyramidata forma antarctica. por su fondo o forma, deficiencias serias, o sean
algo elementales. Pero lo que pretendo subrayar
es que, en revistas muy modestas, o aun en for-
De la bibliografía ma de folletos humildes, pueden aparecer tra-
bajos muy valiosos que, en ocasiones, superan en
Ahora bien, clave y fichero tienen el inconve- significación científica a los que se leen en aque-
niente común de que aún dándonos el nombre llas cotizadas publicaciones. Un ejemplo clási-
del taxón estudiado no nos suministran conoci-
co es el de los estudios del monje austríaco
miento verdadero y no permiten apreciar las G. J. Mendel que sentaron las bases de la gené-
relaciones entre los taxones involucrados. Nada tica moderna. Nuestros investigadores deben
reemplaza a la consu Ita bibliográfica extensa. romper con esos tabúes que parecen muy fi-
También en general se acude en lo posible, en un jados en algunos y que se resumen en estas cre-
primer momento, a obras modernas y amplias encias:
que resumen conocimientos elaborados por dis-
tintos investigadores en años precedentes. Es
1) Una publicación en idioma extranjero, espe-
lógico y en ninguna manera criticable. Esta es la
cialmente inglés, alemán o ruso, debe ser de
utilidad, precisamente, de obras que podríamos
gran autoridad.
llamar de recapitulación, como es este mismo
manual. Pero demasiado a menudo se descansa 2) Una persona que integra el cuerpo científi-
exclusivamente sobre ellas descartando, injusta y co de una institución extranjera importan-

209
Manejo general de datos, bibliografía y material

te debe ser superior al que trabaja en una ins- poco un estudioso más meticuloso que I~s
titución pequeña, a veces casi desconocido demás acudió a la descripción original y descu-
laboratorio sudamericano o africano. brió que en realidad el epíteto es thumi (dedica-
do a Thum). Un error de transcripción de aque-
3) La presentación de la publicación tiene rela-
llos autores (excepcional en Kofoid, quien
ción con su calidad científica (olvidando que
siempre fue un modelo de minuciosidad) fue co-
un buen perfume puede estar en un mal fras-
piado por todos hasta 1967. Con las especies an-
co); tengo en mi biblioteca algunos trabajos
tiguas sucede a veces como con las traduc-
cortos pero de la más alta calidad, mal im-
ciones sucesivas: caja nueva descripción modifi·
presos en pésimo papel.
ca un poco la anterior y al final se llega a algo
4) El último trabajo publicado, si en alguna for- completamente distinto. Por eso conviene siem-
ma modifica o refuta a otros anteriores, tie- pre volver, de vez en cuando, a la descripción
ne que ser automáticamente aceptado como original que permitirá una oportuna corrección
"la última palabra". de rumbo.
Tan importante como este descubrimiento y con-
5) Una publicación de varias décadas de anti-
sulta periódica de las obras clásicas es la actua-
güedad (sobre todo si tiene más de medio
lización del biólogo en lo que a las nuevas pu-
siglo) ha perdido todo interés.
blicaciones concierne. En algunos campos, y
Respecto a los dos últimos puntos es convenien- sobre todo, para los investigadores con renom-
te hacer notar que con mucha frecuencia se vuel- bre internacional, ello suele no demandar un
ve a teorías que en un momento parecieron ya gran 2sfuerzo especial: la mayoría eJelos tra~a·
sepultadas, La física del siglo XX volvió a De- jos que interesan a su radio de acción les son re-
mócrito y la geolog ía a la teor ía '"le \'v'egener que, gularrnente enviados por los autores a poco de
por alg:.mas ::iécadas, pareció completamente salir a luz. Por el contrario, los investigadores jó-
desacreditada. En cuanto al envejecimiento, los venes e inclusive los reconocidos cuando abor-
trabajos de taxinom ía conservan su valor mucho dan un tema inusual deben recurrir a la pes-
más que los de especialidades experimentales. quisa bibliográfica. No solamente el valor de las
y que no siempre el último trabajo es el que da conclusiones depende, en gran medida, de
mejor información lo puede comprobar quien la cantidad de información que haya manejado
consulte el célebre Atlas de tintínidos de Brandt el autor, sino la Calidad misma del trabajo e ido-
(1906). Si bien se puede disentir con el autor neidad de su creador serán juzgados por ello.
en la aceptación de taxones y ubicación de y es útil destacar que, en algunas áreas, la canti-
algunas especies, tenemos que admitir que sus dad de información que aparece mensualmente
ilustraciones no sólo siguen siendo de calidad es enorme. Sirva como ejemplo la estimación de
tipográfica inigualada, sino que son de rigurosa Howe (1959) quien calculó que la tasa de erec-
exactitud y de una fineza de detalles casi incon- ción de especies nuevas de Foraminifera (inclu-
cebible para su época. yendo, es verdad, taxones fósiles y bentónicos)
Siempre se debe tratar de conocer la descripción era de 2 por elía.
original. Aun vieja e insuficiente para los patrones Existen varios recursos para mantenerse al día
actuales sigue siendo una pieza clave y el funda- en este sentido. La consulta de las listas biblio-
mento de la especie. Con excesiva frecuencia gráficas de los artículos que se reciben y de los
omitimos esa consulta. Por cierto que es más sen- índices de las últimas ediciones de las revistas es-
cillo recurrir a grandes obras modernas. Pero si al- pecializadas es uno de ellos. El "Sumario sobre
guna de éstas cayó en error, el error seguirá repi- Ciencias Marinas", folleto mensual editado por
tiéndose de buena fe. Un ejemplo curioso es el FAO (NU) reproduce los índices de un cente-
del nombre específico de un dinoflagelado del nar de publicaciones periódicas mundiales rela-
género Ornithocercus. Los grandes tratadistas cionadas con la oceanograf ía en general. El "Zoo-
Kofoid y Skogsberg (1928) escribieron O. /ogica/ Record" (anual), si bien con algún atraso,
thurni y así siguió llamándose en todos los tra- cubre un alto porcentaje de los trabajos zooló-
bajos posteriores, incluyendo el gran tratado so- gicos. El "Bi%gica/ Abstracts" (USA) y el "Re-
bre dinoflagelados de Schiller (1933). Pero hace ferativnyi Zhurna/" (URSS) incluyen fichas bi-
210
Manejo general de datos. bibliografía y material

bliográtlcas y sumarios de los trabajos LJiológicos Llegamos así naturalmente a referirnos al CNZ
aparecidos en 21 mundo enter'J. Estas dos publi- que debe regir en todos los trabajos de sistemá-
caciones incluyen índices por autores y temá- tica del zooplancton (salvo para unos pocos
ticos y su uso :-1eoería ser práctica corriente por grupos que se disputan ambos reinos). La igno-
parte eJe todos los biólogos marinos. Frente al rancia del código es, lamentablemente, bastante
creciente caudal de art ículos que aparecen men- general, no ya en puntos conflictivos y difí-
sualmente han surgido una serie de publicaciones ciles, sino aun en los más simples. Por lo
perió~licas con la intención de resumir y hacer tanto debemos encarecer a los zoólogos, tanto
ampliamente accesibles los contenidos correspon- como la consulta de descripciones originales, la
dip.ntes. En el campo de las ciencias acuáticas del CNZ. En publicaciones de nuestro medio
la '.ie aparición más reciente es el "Aquatic se ven con frecuencia transgresiones flagrantes
Sciences and Fisheries Abstracts" de FAO, que al CNZ. Por ejemplo, poner una coma entre el
abarca cerca de 5.000 publicaciones de la nombre de una especie y el de su autor o, lo
más diversa ínt:lolp. relacionadas con la hidro- que es mucho más grave, citar entre parén t~sis
logía en general. Además, muchas de las grandes y entre el nombre genérico y el espec ífico, el de
bibliotecas institucionales cuentan con progra- un sinónimo. Otro error muy ~recuente, aun en
mas de computación que permiten el rastreo bi- personas versadas en nomenclatura, es creer que
bliográfico con entradas por autor, tema, año y el CNZ proh Ibe el uso de divisiones infraespe-
otras. c íficas, como variedad y otras cuando, en rea-
lidad, simplemente no se ocupa de ellas, no las
legisla (como tampoco las superiores a familia
sin que a nadie se le ocurra decir que proh í-
Taxinomía
be el uso de las divisiones "orden" o "clase");
Los nombres científicos que son adjetivos, o pero hay más, no sólo no las proh íbe sino que
las reconoce impl ícitamente.
adjetivables en su fondo, deben tener un sentido
V, a veces, reflexionar sobre él puede darnos un
Los que quieran profundizar un poco en esto de
hilo conductor. De nuevo doy un ejemplo de
los nombres i nfraespec íficos pueden leer con
dinoflagelados. Stein (1883) presentó un intere-
provecho el artículo de S. Van der Spoel
sante género, Pvrophacus, con una especie,
(1971a)*.
horologium. Pero sus dibujos muestran dos ta-
xones diferentes, uno con la periferia formada
por 12 placas y el otro con 9. Schiller decidió, Taxa Nova. Ante todo conviene aclarar que, con-
acertadamente, separar ambos, y llamó steinii a forme lo recomendado por la Real Academia
la de 12 y conservó el nombre original para la de de Ciencias de España (in litt.l, utilizamos aqu í
9. A mi juicio su elección fue desafortunada; el término castellanizado "taxones", y no el
si hubiese reflexionado sobre el nombre especí- latino "taxa".
fico hubiese ca ído en la cuenta de que al llamar
horologium (= reloj) a ese dinoflagelado Stein La separación taxinómica tiene, aunque algunos
seguramente tuvo en cuenta que su periferia es- lo nieguen, algo de subjetivo, sobre todo cuando
taba dividida en 12 partes, como el cuadrante de se discute si un taxón es una especie o tiene el
un reloj. Pero ahora debemos aceptar la desafor- rango inferior al específico, pero para que un
tunada elección de Schiller protegida por el Có- trabajo de "etiquetaje" sea bueno la subjetivi-
digo de Nomenclatura Zoológica (CNZ) que no dad debe reducirse al m ínimo. El problema de la
reconoce cambios por impropiedad de nombre, validez y la necesidad se nos plantea especial-
para evitar correcciones cont ínuas que nos lle- mente en el caso de géneros y sobre todo de es-
varían a la anarquía. Por cierto que se encuen- pecies y subespecies nuevas. La tarea del taxió-
tran con frecuencia nombres impropios, como el
caso de nuestra Testudo chilensis, tortuguita ar-
gentina que no vive en Chile, o especies que se
llaman pusilla y luego resultan las más grandes * Esta recomendación no implica adhesión total a todos los
del género. puntos de vista del autor.

211
Manejo general de datos, bibliografía y material

nomo es clasificar, con fines prácticos y en la Sintetizando, la descripción de una especie (o


mejor forma posible, los individuos que exami- taxón en general) nueva debe respetar, en lo
na, distribuyéndolos entre especies y géneros posible, las siguientes pautas:
conocidos. Pero a veces encuentra formas que
1) Comparar los ejemplares en estudio con in-
no caben en ningún taxón conocido y que le
dividuos de especies afines, y no solamente
obliga a elegir entre dos soluciones posibles: se
con sus descripciones e ilustraciones.
crea un nuevo taxón o se modifica un tanto la
definición (y el concepto) de alguno ya existen- 2) Dar una descripción amplia y detallada, abar-
te. Según los caracteres cualquiera puede ser la cando el mayor número posible de rasgos,
decisión más apropiada, pero es evidente que la variabilidad intraespecífica, comparaciones
muchas veces las modificaciones que debiéra- con las formas vecinas (preferiblemente con
mos aportar a taxones ya conocidos serían tan evaluaciones gráficas y estad ísticas del es-
grandes que tornaríamos sus límites confusos e pectro de diferencias).
indefinibles. En este caso debemos crear un
3) Ilustrar adecuadamente el holotipo y los pa-
taxón nuevo. La descripción de nuevas especies
ratipos.
suele ser una aspiración del sistemático novel y
puede llegar a convertirse en un objetivo obse- 4) Jamás basar el establecimiento de un nuevo
sionante. Esta es una actitud inadecuada. La taxón en un ejemplar (hay casos excepcio-
nueva especie es, en cierta manera, un accidente nales justificados como, por ejemplo, los de
con que tropieza el sistemático, pero el verdade- Neopilina galathea o de Latimeria chalum·
ro objetivo de éste es clasificar y hacerlo bien. A nae).
la larga, en los estudios posteriores, sólo gravita-
5) Respetar estrictamente las reglas del CNZ.
rán los trabajos taxinómicos bien hechos. Más
vale estudiar profundamente una o pocas espe- 6) Designar el holotipo y paratipos mencionan-
cies ya conocidas y, como resultado, hacer cono- do su procedencia y lugar de depósito.
cer mejor su morfología y su distribución, que
7) Indicar la etimolog ía del nombre elegido
hacer listas de cientos de especies de determina-
para el nuevo taxón del grupo género o del
ción en verdad dudosa, o en lanzar a la circula-
grupo especie, así como su carácter grarna-
ción varios nuevos productos. Pero, sobre todo
tical. Esto facilita el trabajo ulterior, evita
en ciertos grupos, el estudio prolongado y cui-
dadoso desemboca casi inevitablemente en el confusiones y dudas y aclara a veces cues-
tiones de nomenclatura. Por ejemplo, en
descubrimiento de nuevas especies (a veces
muchos casos no resulta claro, si el autor no
también de taxones superiores). Es una res-
lo dice, si un epíteto es un adjetivo, en cuyo
ponsabilidad que no debe eludirse pero que debe
caso debe concordar gramaticalmente con el
ser afrontada con la mayor seriedad. La descrip-
género, o un sustantivo, que permanece
ción de un taxón debe ser meticulosa y coro-
invariable. También se da el caso de géne-
narse con la comparación con otros parecidos
ros que pueden ser tratados como de género
haciendo resaltar sus diferencias. Nunca debe ba-
gramatical varia!Jle. Un género nuevo de es-
sarse en un sólo especimen aunque sí debe de-
te tipo, con una sola especie cuyo epíteto
signarse claramente uno (cuando es conservable)
puede ser un sustantivo, y cuyo autor no
como ejemplar tipo indicando claramente su pro-
aclaró si es, por ejemplo, masculino o neu-
cedencia. El tipo debe ser bien guardado en una
tro, puede provocar dos tipos de derivacio-
institución importante y prestigiosa. En nuestro
nes gramaticales, una de las cuales tendrá
pa ís la más adecuada para zooplancton marino,
que ser considerada errónea.
por su antigüedad, colecciones, carácter nacio-
nal y prestigio, es el Museo Argentino de Cien-
cias Naturales "Bernardino Rivadavia". Gene- En muchos casos no se conservan tipos, tales son
ralmente, el autor designa uno o más paratipos, las descripciones antiguas de animales a veces
ejemplares que concuerdan con el tipo y que se muy pequeños y, sobre todo las de grupos para
pueden guardar en otras instituciones (por ejem- los cuales no se encontró modo satisfactorio de
plo, en la del decubridor). guardar ejemplares en buenas condiciones y úti-

212
Manejo general de datos. bibliografía y material

les para comparaciones ulteriores, como ocurre recido a, o está indudablemente relacionado con
con los tintínidos. En estos casos la ilustración la especie mencionada aunque su identidad no
original es la equivalente al tipo. puede ser afirmada con seguridad. Debo hacer
notar que, en realidad, no es del todo correc-
Cuando deben hacerse descripciones mejores y
to escribir cf. o aff. entre un nombre genéri-
más nuevas de las especies y no hay ejemplares
co y el específico. En vez de decir, por ejem-
tipos accesibles y bien conservados, se puede
plo, Eutintinnus aff. tubulosus, es mejor:
acudir a topotipos, es decir a otros ejemplares Eutintinnus sp. aff. E. tubulosus.
satisfactorios que concuerden lo mejor posible
con la descripción original, procedentes de la
misma localidad. En mi intento de redescribir Del material
especies antiguas en forma que satisfagan normas
actuales acudo, cada vez que me es posible, a to- Una causa de anulación de estudios es el mal
potipos o, por lo menos, individuos de la región
etiquetaje o aun la sospecha de que las muestras
original (por ejemplo, del litoral de California, están mal enumeradas. Por esta razón he elimi-
del de Noruega, del Báltico, del Mediterráneo nado, para los estudios biogeográficos, todo una
Occidental, Artico, etc.) campaña, lo que es en verdad lamentable y sub-
Hay que alertar mucho sobre los ejemplares de- raya, una vez más, necesidad de una buena
Ié:l

fectuosos y teratológicos. Las anomal ías no son identificación (interna, no en las paredes de la
muy infrecuentes y se debe andar con pie de plo- botella o en sus tapas o corchos) de las mues-
mo al describir una nueva especie, para no ha- tras. Ese material no bien ubicable puede ser de
cerlo sobre individuos que son sólo anómalos alguna utilidad para estudios puramente mor-
de especies bien conocidas. Un tratadista alemán fológicos, pero no biogeográficos o ecológicos.
describió, hace algunas décadas, cierta cantidad Hay que insistir en el cuidadoso tratamiento
de especies y hasta de géneros nuevos de tintí- de las muestras (fijación, conservación e identi-
nidos, basados todos en individuos anormales ficación) pues cada una representa una inversión
que en verdad no tienen valor taxinómico alguno. de cierta importancia. Un norteamericano cal-
El material dudoso debe dejarse de lado. Y culó, hace unos años, que cada litro de agua
cuando no lo es pero tampoco es suficiente para
que llega a bordo para su estudio, obtenido en
pronunciarse, conviene dejar material y apuntes
una campaña oceanográfica normal, cuesta 10
para completar con el que se obtenga posterior- dólares. Pero, además de su valor monetario
mente. En el mejor de los casos puede recurrir-
está el mucho mayor de su interés ya que a ve-
se a alguna de las alternativas que brinda la lla-
ces no se repite en mucho tiempo la obtención
mada "nomenclatura aperta". Esta última es una de los taxones que hay en esas muestras. Por la
serie de usos no reglamentados por el CNZ pero misma razón los especialistas deben recordar que
ampliamente difundidos y que permiten destacar ellas pueden ser útiles para otros. Por eso es con-
la inseguridad del autor acerca de la determina- veniente tratar todo el material con cuidado
ción realizada. Cuando la identidad es totalmen-
para no estropear innecesariamente el que co-
te incierta suele utilizarse la expresión incertae rresponde a otros especialistas. Otra cosa que
sedis. Un género dudoso se designa gen. iridet., puede hacerse es preestablecer el orden con que
y una especie sp. indet. (e.g. Protoperidinium sp. distintos especialistas las examinarán pues mien-
indet. o, simplemente, Protoperidinium sp.). Pro- tras algunos sacan su material dejando más o
toperidinium? significa que el género es inseguro menos intacto el resto, otros utilizan técnicas
y la especie desconoCida; "Protoperidinium" acu- altamente destructivas (tal es el caso de los dia-
minatum: el género necesita confirmación; ?Pro- tomólogos, especialistas en radiolarios y otros).
toperidinium acuminatum: género y especie du-
dosos; Protoperidinium? acuminatum: género Sobre todo en países como el nuestro cuyas
dudoso. Los vocables confer (= comparar), affi- pescas planctónicas son pocas y espaciadas,
nis y ex grege, abreviados cf., aff. y ex gr., ubi- se comete crimen de lesa ciencia cuando se re-
cados entre el nombre genérico y el espec ífi- tienen muestras sin estudiarlas, retirándolas así
co significan que el ejemplar en cuestión es pa- de ci rculación y de la atención de otros que s í se

213
Manejo general de datos. bibliografía y material

ocupar ían de ellas. Es un código de etlca que en algunos grupos, han producido cambios
conviene establecer y respetar: el que recibe mayores en la taxinom ía. Pero esos progresos no
muestras de plancton debe comprometerse a dar representan todo y el investigador que no dis-
resultados concretos de su examen en lapsos ponga de ellos no debe desesperar y apresurarse
prudenciales que se acordarán. a dar la excusa de su falta. Valga la acertada ob-
servación de Santiago Ramón y Cajal, eminente
De los elementos de trabajo histólogo español: " ... para la obra científica los
medios son casi nada y el hombre lo es casi
El planctólogo es, en general, un microsco- todo".
pista. Por eso debe preocuparse por conocer bien
En la misma obra ("Los tónicos de la voluntad")
su instrumento de trabajo. Es lamentable ver
Ramón y Cajal dice: " ... la observación correrá
cuantos trabajan con el microscopio demostran-
do un desconocimiento incre íble de cómo ha- paralela al dibujo; porque, aparte de otras venta-
cerle rendir al máximo. jas, el acto de copiar disciplina y robustece la
atención, obliga a recorrer la totalidad del fe-
La mayoría de los microscopios de investiga- nómeno estudiado, y evita, por tanto, que se nos
ción tienen iluminación incorporada, pero no escapen detalles frecuentemente inadvertidos
son escasos los que aún utilizan el espejo. en la observación ordinaria". Cuando se trata de
dar muchos detalles morfológicos finos el dibu-
Ahora bien, un manejo adecuado del espejo,
jo es indispensable. La fotografía común no da
desplazamiento del condensador u otras formas
de iluminación oblicua permiten ver detalles que, buena resolución en distintos planos. Sí la pro-
sin estos artificios, pasarían desapercibidos. De porciona el MEB, pero aun con él se hace a ve-
los errores que he visto con frecuencia quiero ces necesario aclarar o completar lo que se pre-
citar: lentes frontales de objetivos sucias; exceso senta con dibujos adecuados. Se recomienda al
de iluminación; espejo del aparato de dibujo que trabaja con cualquier tipo de las llamadas
céÍmaras claras que, sobre todo cuando cambian
en ángulo incorrecto o asentamiento inadecuado
del prisma del mismo aparato sobre el' ocular, condiciones de trabajo, controle de vez en cuan-
defectos ambos que distorsionan la imagen do si no producen alguna deformación. El con-
dibujada; enfoques incorrectos, sobre todo de trol se hace con facilidad dibujando extremos de
organismos de poco espesor y confusión de ca- la escala del ocular micrómetro colocada en posi-
ras ventrales con dorsales; mala orientación del ciones perpendiculares entre sí; luego se miden
material; material deformado por exceso de pre- con cuidado ambos dibujos. Si la cámara funcio-
na correctamente la medida debe ser la misma.
sión del cubreobjetos (poca agua), tomado como
normal; uso y abuso del contraste de fase con
material inadecuado para él (demasiado espeso, Taxinomía y planctología
estructuras superpuestas. etc.); superficies con
poros muy densos interpretadas como h íspidas Hace ya un par de décadas, quizá algo más, en
por cortes ópticos mal enfocados, y otros. una reunión del Consejo Internacional para el
Estudio del Mar se subrayó que una de las nece-
El investigador actual tiene una cantidad de ade-
sidades más apremiantes era la de buenos siste-
lantos en microscopía que hacen más facil y
máticos en varios grupos de pláncteres. Hace
completo su trabajo, tales como el contraste de
algunos años Strickland, un qu ímico que se espe-
fase o la microscopía electrónica de barrido (ME
cializó en problemas de productividad marina en
BI. No cabe duda de que ésta última ha produci-
los que llegó a ser indiscutida autoridad, volvió
do avances muy grandes; no podía ser de otra
a subrayar lo mismo.
manera cuando ha hecho saltar los aumentos
de unos 2000 lineales a otros que los centupli- A pesar de esos llamamientos la taxinom ía sigue
can holgadamente, y con excelente resolución. sufriendo de incomprensión e impopularidad. Ha
Ambos tipos de microscopía electrónica han su- pasado de moda; la palabra misma tiene para
ministrado cantidad de datos nuevos y llegan a muchos olor a naftalina y trae el recuerdo de
ser fundamentales en estudios de nanoplancton viejos y empolvados gabinetes llenos' de cajas
y de detalles morfológicos hasta el punto que, y frascos con rótulos amarillentos. Parece ade-

214
'---
- ~

Manejo general de datos. bibliografía y material

más referirse a una ocupación algo trivial, poco En cuanto a la importancia afirmo que es fun-
importante. poco científica en suma. Para no po- damental. Todos los demás estudios descansan
cos es un entretenimiento equivalente a la fila- sobre el buen reconocimiento sistemático
telia. de los organismos que se manejan, discuten
Entre nosotros he visto con cuánta frecuencia o estudian. No hay biogeografía, ecología o
fisiología factible o, por lo menos, de utilidad y
los jóvenes biólogos, después de algunos breves
escarceos sistemáticos saltan, en cuanto pueden, que represente un verdadero progreso si no se
las refiere a organismos bien definidos.
a estudios de productividad, cadenas tróficas,
ecología o "problemas prácticos" de diversa
índole. No cabe duda sobre el interés de esas Hace' algunos años un planctólogo publicó un li-
especialidades, pero debemos alertar sobre el bro sobre un grupo de micropláncteres. En la in-
abandono de los estudios sistemáticos. Hay de- troducción pretendió justificar su evidente mala
trás de este fenómeno una doble distorsión. La calidad declarando que no era para taxiól'lomos
primera se refiere a la índole de la taxinomía sino para ecólogos. Pero no hay taxionom ía para
y la segunda a sus verdaderas proyecciones. distintos fines: una para taxiónomos, otra para
Se comprende mal su índole porque se cree que ecólogos, otra para fisiólogos. Sólo podemos
hacer taxinom ía es simplemente ocuparse de col- admitir dos clases: buena y mala. Un estudio
gar etiquetas y de memorizar nombres latinos. ecológico que descanse sobre mala taxionom ía
Pero la buena taxinom ía demanda un trabajo ar- nace muerto: sirve de poco y, peor aún, puede
duo, un interés sostenido durante años y, generar una lamentable cadena de errores.
esencialmente, cuando se hace bien, un estudio
morfológico profundo que implica además cono- No se avergüence entonces el lector de ser un
cer y reconocer ámbito de variabilidad y facto- "simple sistemático" si cultiva la especialidad
res que la afectan. con propiedad.

215
CARACTERISTICAS FISICAS DEL
ATLANTICO SUDOCCIDENTAL
LUIS R. A. CAPURRO

Introducción someras, de plataforma (influenciadas por


intrusiones y mezclado de Aguas Subantár-
ticas, transportadas por la Corriente de Mal-
El presente tratado tiene como objetivo básico vinas, Aguas Subtropicales y Tropicales de la
mostrar en forma comprensiva las características Corriente del Brasil, Aguas Costeras de dis-
y distribución del zooplancton del Atlántico tintos orígenes y Aguas de Mezcla de baja sa-
Sudoccidental. Para el logro de tal fin se incluye Iinidad causada por la descarga de grandes
una descripción, naturalmente muy general, del ríos) resulta excesivamente complejo para
hábitat físico, ya que esto, esperamos, permitirá ser desarrollado en un artículo de esta índole.
a los cient íficos interesados en ciertos aspectos
Por otro lado, el volumen de agua involucra-
de la oceanografía biológica y ecología marina a
do en esta última circulación es insignifican-
incursionar o comprender algunas de las interre-
te en comparación a la circulación sobre el
laciones biológicas-ambientales. Dicha descrip-
talud y emersión continentales. Por este mo-
ción abarcará los aspectos geológicos del fondo
tivo, en el presente estudio, se pone especial
marino, así como ideas generales sobre la circula-
énfasis en la oceanografía de alta mar.
ción del agua transportada. El presente artículo
ha sido encarado bajo las siguientes premisas:
1) El énfasis se concentra en el Margen Conti- Características geológicas (fig. 128)
nental, es decir, en la Plataforma Continen-
tal, Talud Continental y Emersión Continen- El fondo marino que corresponde a la región en
tal. Se incursiona eventualmente en las Plani- estudio está incluido, en casi su totalidad, en lo
cies Abisales. que se denomina Margen Continental Oriental del
2) La descripción geológica de esta región con- Continente Sudamericano, es decir, Plataforma
siste, principalmente, en la topografía sub- Continental, Talud Continental y Emersión Con-
marina, tanto en su aspecto batimétrico pu- tinental.
ro, como en el concepto fisiográfico (provin-
Las planicies abisales que, generalmente, son la
cias fisiográficas), así como en el tipo de se-
continuación de la emersión continental, no es-
dimento superficial. Estos dos aspectos, por tán tan bien desarrolladas en el Atlántico Sur co-
su incidencia en la· circulación oceánica, y el mo lo están en el Atlántico Norte. Una extensa
consiguiente aporte de sales nutritivas para llanura abisal de 80000 millas náuticas cuadra-
su aprovechamiento en el primer eslabón de
das, la Planicie Abisal de Pernambuco; se extien-
la cadena trófica marina, el fitoplancton, se de hacia el este de la Provincia de Pernambuco
consideran de particular relevancia al estudio
en Brasil, pero las llanuras abisales de la parte sur
de la distribución del zooplancton.
de la Cuenca de Brasil y la Cuenca Argentina son
3) El régimen de la circulación oceánica en esta sorprendentemente pequeñas e intermitentes.
región del globo está dominado por varias Mientras que a cada lado del Atlántico Norte las
corrientes océanicas mayores (ver más ade- planicies abisales se encuentran en casi todos los
lante, y también p. 227 et seq. en este trata- lugares, en el Atlántico Sur existen muchos casos
do) que ejercen su influencia sobre las áreas donde la emersión continental se une a las colinas
ubicadas sobre y al este del talud continén- abisales sin la intervención de ninguna llanura abi-
tal. El análisis de la circulación de las aguas sal. La Planicie Abisal Argentina, que se encuentra

219
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

Fig. 128. Principa-


les caracte- COllO/LLEDA
rísticas geo- ATLANT/CA
morfológicas
del Atlánti- CENTDAL
co Sudocci-
dental.

(Basado prin-
cipalmente
sobre Urien y
Martins,
1978).

16°

24°

64° 56° 48° 32° 28°

220
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

a continuación de la base de la emersión continen- hasta 120 km. El talud continental es muy empi-
tal al este de Argentina, tiene de 30 a 150 millas nado durante casi 2500 km, con pendientes que
náuticas de ancho y cubre un área de 100000 varían desde 4° a 20°, constituyendo, tal vez, la
millas cuadradas. Más hacia el sur, en el Mar de más larga extensión de talud continental en el
Escocia (o Scotia) se han encontrado algunas po- mundo con inclinaciones consistentemente con-
cas llanuras abisales pequeñas; una de las más siderables. Más hacia el sur el ancho y profundi-
grandes descubiertas hasta el presente forma el dad de la plataforma varían en forma irregular, y
fondo de la Cuenca de Weddell en el Mar de al sur de Río de Janeiro se ensancha a 180 km
Weddell. en las afueras del Río de la Plata. Los sedimentos
en su boca son una mezcla de arena y fango,
El margen continental del Atlántico Sudocciden-
cambiando a arena limpia en la plataforma abier-
tal es del tipo constituido por una Plataforma
ta y arena con conchilla cerca del margen exte-
Continental, un Talud Continental y una Emer- rior.
sión Continental. A grandes rasgos, se puede afir-
mar que el margen continental Sudamericano se El margen continental entre Río de Janeiro y
caracteriza: a) Por amplias plataformas continen- Punta del Este es un área elevada, groseramente
tales (excepto en algunas partes de la costa de triangular, con la Loma de Río Grande constitu-
Brasil), b) Por taludes continentales bien defini- yendo el vértice en el alta mar. Esta área, que in-
dos con pendientes abruptas en la costa noreste cluye la Loma de Río Grande, es el límite mayor
de Brasil y cortados por grandes cañones en casi entre la Cuenca Argentina y la Cuenca Brasileña,
toda la parte Argentina, y c) Por una emersión y tiene una depresión angosta en el fondo del
continental cuya unión a las planicies abisales se mar a lo largo del meridiano de 40° W (la brecha
caracteriza por la presencia de complejos topo- de Río Grande). Dentro de esta depresión se en-
gráficos del tipo de "cuenca-cresta" y de "fosa- cuentra el canal Yema de 650 km de largo, que
cresta" . ha sido cortado por la Corriente de Fondo An-
tártica, y está a 700 metros por debajo del
Una descripción algo más detallada muestra que
fondo marino adyacente (Le Pichon et al., 1971).
la plataforma continental está caracterizada, has- La meseta de San Pablo se extiende hacia el este
ta la latitud de 35° S, por la presencia de dos hasta 40° W desde el talud continental entre Río
grandes ríos (Amazonas y Río de la Plata) que,
de Janeiro y Florianápolis, a profundidades de 2
con su aporte de sedimentos, afectan las condi- a 3 km. El costado oriental de esta meseta está
ciones ambientales hasta considerables distancias
de sus desembocaduras. separado de la cuenca de Brasil por una escarpa
abrupta que parece unirse gradualmente en el
El Amazonas, a pesar de su enorme transporte norte y sur con el margen continental en las afue-
de sedimentos, no ha conseguido rellenar los res- ras de Río de Janeiro y Florianápolis, respectiva-
tos de un gran estuario; sin embargo, un gran mente. Al sur de la meseta misma hay una emer-
delta submarino se está construyendo en la parte sión continental superior y una emersión conti-
interior de la plataforma continental (Russell, nental inferior que se extiende hacia el este, has-
1958). Los sedimentos consisten en arena y con- ta la Loma de Río Grande, y hacia el sur en la
chilla en el exterior, y en fango en la parte inte- cuenca Argentina. Desde las latitudes de 39° S a
rior. 49° S el corte de la plataforma se produce a una
profundidad media de 140 m, alcanzando co-
El talud tiene una gran convexidad fuera del múnmente los 180 m; hacia el norte rara vez so-
Amazonas y un valle, posiblemente similar al del brepasa los 90 m.
Mississippi, se extiende a través del talud y es el
veh ículo para transportar sedimentos a las gran- La plataforma Argentina se caracteriza por su
des profundidades del océano. Al sur del Cabo gran extensión que alcanza hasta 400 millas en
San Roque la plataforma se angosta considera- las Islas Malvinas y termina hacia el este con un
blemente; su ancho es de alrededor de 20 km y declive muy pronunciado a partir de los 180 m
se extiende a lo largo de la costa hasta el Banco de profundidad. Es muy somera en su parte nor-
de Reina Carlota, donde un gran arrecife corali- te, particularmente en la desembocadura del Río
na con numerosos baj íos aumenta su anchura de la Plata, donde la profundidad no alcanza a

221
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

18 m, pero más hacia el sur la profundidad me- observarlas a distintas profundidades en el Atlán-
dia aumenta paulatinamente, alcanzando, en tico Sur, algo modificadas por procesos de mez-
45°, valores mayores a los 90 m; los Golfos San clado vertical y horizontal entre ellas, a medida
Matías y San Jorge representan cuencas con que se desplazan desde su fuente de formación.
profundidades mayores. El tipo de fondo de la
La oceanografía del Atlántico Sur fue estudiada
plataforma es, en general, terrígeno-arena y fan-
por varios investigadores. El análisis más detalla-
go, y está sometido a la acción de intensas ma-
do pertenece, probablemente, a Wüst (1935)
reas que producen un grado considerable de tur-
quien basó sus conclusiones en los datos colecta-
bulencia en la columna de agua. Más hacia el sur,
dos por la expedición "Meteor" (1925-1927).
el Mar de Escocia, que se extiende al este del Pa-
Dicho autor utilizó los límites de salinidad y
saje Drake, tiene una elevación topográfica del
ox ígeno disuelto para definir las capas de agua
fondo marino de poca altura entre las Islas Geor-
encontradas. La capa de baja salinidad a profun-
gias del Sur y Orcadas del Sur, que separa las
didades intermedias, que tiene su origen en las
cuencas occidental y oriental de este mar. La
aguas superficiales de las latitudes subantárticas,
mayor parte de la topografía es ondulada, con
la denominó Agua Intermedia Subantártica. De-
muy pocas áreas suaves, habiendo, por el contra-
bajo de esta agua se encuentra la capa caliente de
rio, grandes extensíones extremadamente abrup-
gran espesor y alta salinidad que llamó Agua Pro-
tas. La meseta marginal de Malvinas, que es una
funda del Atlántico Norte, y debajo de ésta se
proyección de la plataforma continental, s~ ex- lOCaliza la menos salina y más fría, a la cual bau-
tiende casi 1800 km al este de las Islas Malvlnas;
tizó como Agua de Fondo Antártica. Wüst divi-
está bordeada en el norte por una escarpa y en el
dió al Agua Profunda del Atlántico Norte en tres
sur por una cubeta de agua profunda que la se-
capas, a saber: al máximo de salinidad en la par-
para de la cresta norte del Mar de Escocia. Más
te superior lo llamó Agua Profunda Superior del
hacia el sur, en pleno continente Antártico, se
Atlántico Norte y especuló que su origen es el
encuentra el Mar de Weddell que está separado
Mar Mediterráneo; debajo del máximo de salini-
del Mar de Escocia por el Arco de las Antillas del
dad encontró dos máximos de ox ígeno que de-
Sur, y que como se ha expresado más arriba,
nominó Agua Profunda Media e Inferior del
cuenta con una extensa planicie abisal. Sus con-
Atlántico Norte y afirmó que tienen su origen en
diciones ylaciológicas rigurosas no han permitido
los mares de Irminger y Labrador, respectiva-
estudiarlo detalladamente, aunque el mismo jue-
mente. Esta clasificación original de Wüst, basa-
ga un papel importante en la circulación oceáni-
da en algunos máximos de salinidad y ox ígeno,
ca profunda del Océano Atlántico, ya que es la
deja sin explicar algunos aspectos tales como: a)
fuente de formación del Agua Profunda y de
No analiza el m ínimo de ox ígeno que separa los
Fondo del Mar de Weddell (ver p. 227 et seq.).
máximos de ox ígeno de sus Aguas profundas
Media ~ Inferior; b) Los dos mínimos de oxíge-
no arriba y debajo del Agua Profunda del Atlán-
Características oceanográficas: tico Norte no pertenecen ni al Agua Intermedia
masas de agua y suprayacente, ni al Agua de Fondo Antártica
circulación oceánica subyacente; y c) El máximo de nutrientes cer-
ca de 1000 m de profundidad en el Mar de Wed-
dell no fue observado en la epoca en que Wüst
Masas de agua realizó ese estudio.
El Océano Atlántico Sur está caracterizado por De los trabajos más recientes debe destacarse el
una serie de capas de agua de distintos espesores de Reid et al. (1977). Dichos investigadores han
distribuidas verticalmente. Cada capa ha tenido elegido tres secciones verticales para ilustrar las
su origen en aguas superficiales en una regió~ características de varias capas de agua, así como-
particular, donde ha sido generada por las condI- para describir aspectos de su circulación. Dos de
ciones climáticas de la misma, y ha llevado las estas secciones están orientadas hacia el sudeste
características de esa región a los niveles corres- desde la costa de Sudamérica hasta la Cresta Me-
pondientes a sus densidades, donde es posible soatlántica, y la tercera se extiende desde el no-

222
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

roeste del Mar de Weddell alrededor del Arco de El cuadro general de la sección del sur, que yace
Escocia y luego hacia el norte cerca del borde bien al sur de la Loma de Río Grande, es, en ge-
occidental, hasta 22° S. El material utilizado neral, el mismo que el de la sección anterior, pe-
contó con datos colectados durante varios cruce- ro con algunas diferencias. El máximo y mínimo
ros de diferentes buques oceanográficos llevados de temperatura tienen valores algo más bajos; se
a cabo durante ia última década. Como resultado extienden mucho más hacia el este que en la sec-
ellos presentaron (en· las secciones) la distribu- ción del norte, y la capa de agua fría abisal es de
ción de numerosos parámetros tales como tem- mayor espesor. El valor del m ínimo de salinidad
peratura potencial, salinidad, ox ígeno disuelto, es menor y algo menos profundo. Las aguas más
fosfatos, nitratos, silicatos, densidad y estabili- profundas tienen un solo máximo de ox ígeno y
dad hidrostática (Reid et al., 1977). el m ínimo profundo se extiende hasta la Cresta
Mesoatlántica. Los máximos de nutrientes tienen
En la parte septentrional de la sección este-oeste,
mayores concentraciones.
que se encuentra apenas al norte de la Loma del
Río Grande, el máximo de temperatura está en En la sección meridional, que se extiende mucho
el oeste, entre 1 500 Y 2500 m de profundidad, más hacia el sur e incluye algunos nuevos aspec-
y el agua más fría se encuentra en el Canal Ve- tos de latitudes más altas, todas esas característi-
ma. Los valores máximos de salinidad están en la cas pueden ser observadas también. El mínimo
superficie. Hay un m ínimo de salinidad cerca de subsuperficial de temperatura, que era más evi-
los 1 000 m, con los valores más bajos hacia el dente en la sección sur, se extiende hasta la Co-
este, y una capa de alta salinidad con los valores rriente Circumpolar Antártica, y las temperatu-
más altos en el oeste, apenas debajo del máximo ras abisales más bajas están en el Mar de Weddell,
de temperatura. La sección de oxígeno muestra debajo de un fuerte gradiente vertical. El m íni-
valores bajos en la picnoclina; un máximo cerca mo de salinidad llega a la superficie al sur de 50°
de 800 m, apenas arriba del mínimo de salini- S, y el máximo tiene su valor más bajo cerca de
dad, y una capa de m ínimo con los valores más 61°S. El máximo de oxígeno menos profundo
bajos en el este, entre las capas del mínimo y alcanza la superficie del mar al sur de 45° S y el
máximo de salinidad. El máximo de oxígeno en m ínimo subyacente se extiende a través de la
las cercan ías de 2000-3000 m en el oeste está Corriente Circumpolar hasta el Mar de Weddell,
cortado en dos cerca del borde occidental por la pero con su valor máximo entre los 30° y 40° S .
. presencia de un m ínimo de ox ígeno (5,8 mi Cerca del fondo del Mar de Weddell se produce
alrededor de 2500 m). El máximo superior yace un brusco y agudo aumento de valores muy altos
debajo de los máximos de temperatura y salini- del ox ígeno. Los nutrientes tienen sus máximos
dad. Debajo del máximo de ox ígeno inferior la valores en el fondo en ambas secciones este-oes-
concentración de ox ígeno disminuye hasta el te, pero más hacia el sur de 45° S la capa del
fondo, excepto dentro del pasaje occidental don- máximo no está en el fondo, sino que se eleva
de se produce un aumento cerca del fondo, ge- hasta los primeros 2000 m dentro del Mar de
nerando un m ínimo cerca de los 4000 m. Las Weddell, con los valores más altos cerca de 45°
distribuciones de fosfato y nitrato son bastante S. Como en el caso de la temperatura y del ox í-
similares. Hay un máximo alrededor de 1 200 a geno, los nutrientes cambian marcada mente cer-
1400 m, a casi la misma profundidad del míni- ca del fondo dentro del Mar de Weddell.
mo de oxígeno, y un mínimo entre 2000 a 3000
m en el oeste, apenas debajo del máximo de sali- Reid et al. (1977) definen como Agua Profunda
nidad, que aumenta monotónicamente hacia el del Mar de Weddell a la capa comprendida entre
fondo, con los valores más altos en el Canal Ve- la isopicna ,superior, donde ~4 es de alrededor
ma. El silicato se presenta en forma muy pareci- de 46,10 y encima del agua abisal del Mar de
da al fosfato y nitrato, pero la capa de máximo, Weddell, con ~4 mayor de 46,21. Esta agua no
a profundidades intermedias, tiene sus valores se encuentra en el Pasaje Drake (Reid y Nowlin,
crecientes hacia el este y un m ínimo cerca de 1971) y, por lo tanto, no forma parte del Agua
2000 m, en el oeste. Los valores más altos se Circumpolar, sino que se forma en el Mar de
hallan en el Canal Vema, en el fondo, debajo del Weddell debajo de los 4000 m en latitudes
m ínimo de ox ígeno. medias, y debajo de 3000 m en el borde sur del

223
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

Pasaje Drake. En el Mar de Weddell está cerca de cumpolar Antártica, en el Pasaje Drake, hasta
los 1 400 m, debajo del Agua Circumpolar. cerca de los 40° S, donde se une con la otra co-
rriente de borde del vórtice anticiclónico (-Co-
rriente de Brasil-) que se dirige hacia el polo,
Circulación Oceánica y ambas tuercen hacia el este como parte de la
Corriente Circumpolar Antártica, de la cual la
La circulación del Océano Atlántico Sur consiste, Corriente de Deriva hacia el Este o Deriva de los
esencialmente, en un gran vórtice anticiclónico Vientos del Oeste es su manifestación superficial.
subtropical formado por la Corriente Sudecuato- A profundidades mayores las aguas más densas
ríal la Corriente de Brasil, parte de la Corriente del Mar de Weddell se desplazan hacia el ecua-
Cir~umpolar Antártica y la Corriente de Bengue- dor también como una "corriente de borde oc-
la. El eje este-oeste de este vórtice subtropical se cid~ntal" alrededor del Arco de Escocia y a tra-
encuentra cerca de los 25° en la superficie, pero vés de la Cuenca Argentina. A diferencia de las
a mayores profundidades aparece más hacia el aguas que yacen sobre ellas, estas aguas abisales
sur; a 3000 m de profundidad el eje yace cerca continúan hacia el norte, sobrepasando los 40" S
de los 45° S. Al sur de este gran remolino antici-
debajo del vórtice anticiclónico y se extienden a
clónico la Corriente de Malvinas se extiende ha-
lo largo del borde occidental, hasta la Loma de
cia el norte, desde el Mar de Escocia hasta cerca Río Grande, donde parte del flujo dobla ciclóni-
de los 40° S, a lo largo de la costa de Argentina, camente alrededor de la Cuenca y retorna a la
para luego torcer hacia el este como parte del Corriente Circumpolar Antártica.
vórtice subtropical.
El agua que proviene del Pacífico a través del
Existen distintos enfoques por medio de los cua-
Pasaje Drake es menos densa que la que se forma
les es posible obtener un cuadro cualitativo de la
en el Mar de Weddell y, por lo tanto, se encuen-
circulación oceánica. En base a: a) Considera-
tra encima de esta agua del Weddell; esta diferen-
ciones del cizallamiento vertical, calculado de la
cia de densidad crea una zona de máxima estabi-
aproximación geostrófica (flujo geostrófico); b)
lidad. Tanto el Agua Circumpolar como el agua
Del flujo a lo largo de las superficies de igual más densa del Mar de Weddell se extienden en la
densidad (flujo isop ícnico), y c) De la separa-
Cuenca Argentina, y el máximo de estabilidad
ción de las diferentes capas de estratos de alta
entre ambas es detectable hasta la Loma de Río
estabilidad. Reid y coautores han presentado un Grande.
esquema cualitativo de la circulación del Océano
Atlántico Sudoccidental. Esta circulación está re- El agua circumpolar se extiende en el Atlántico
presentada por los mapas de la anomal ía del geo- Sur como una capa pobre en el contenido de
potencial relativo o cizallamiento geostrófico ox ígeno y rica en concentración de nutrientes
(Reid eta/., 1977). con un rango de densidad tal que rodea a las
aguas ricas en ox ígeno y pobres en nutrientes
En el Océano Atlántico Sur existe una "alta" en
provenientes del Atlántico. Al penetrar en el
la anomal ía del geopotencial cerca del borde
Atlántico Sur el Agua Profunda del Atlántico
occidental, presente en todas las profundidades,
Norte divide al Agua Circumpolar en dos capas,
aunque la latitud de los valores más altos (centro
una arriba y otra abajo de la misma, que están
de la alta presión o vórtice) se desplaza más ha-
separadas por estratos de alta estabilidad. Esta
cia el sur a medida que se consideran niveles más
agua del Atlántico Norte tuerce hacia el este pa-
profundos. El centro de este remolino anticicló-
ra contribuir con su aporte a la Corriente de De-
nico está fuertemente comprimido contra el
riva hacia el Este, lo que parece confirmarse por
borde occidental. El flujo más intenso es la "co-
el hecho que estos dos máximos de estabilidad
rriente de borde occidental" que se dirige hacia son detectables solamente al norte de la latitud
el polo, aunque mar afuera de esta corriente se de 50° S.
encuentra una parte sustancial del flujo ecuato-
rial del vórtice. Otra "corriente de borde occi- El Agua Intermedia que se origina en las aguas
dental" que fluye hacia el ecuador (la Corriente superficiales de las altas latitudes fluye, en el
de Malvinas) se extiende desde la Corriente Cir- Atlántico Sur, sobre el Agua Circumpolar, y de-

224
Características físicas del Atlántico Sudoccidental

bajo de la picnoclina superior; las diferencias de la Cuenca Argentina, sino que es el Agua Profun-
densidad son suficientemente grandes como para da del Mar de Weddell, con características inter-
crear un máximo de estabilidad arriba y debajo medias entre la Circumpolar más liviana y la de
del Ag~a Intermedia. La designación de "Agua Fondo del Weddell más densa, la que fluye hacia
de Fondo Antártica" puede lIevár a cierta con- el norte dentro de la Cuenca Argentina como
fusión. El Agua Antártica más densa se forma una "corriente de borde occidental", y que, con-
dentro del Mar de Weddell y se extiende hacia el juntamente con la rama inferior del Agua Cir-
este como una capa abisal de baja temperatura, cumpolar, propaga las características de las
salinidad y nutrientes, y rica en oxígeno (Agua Aguas Antárticas en las profundidades abisales
de Fondo del Weddell). Esta agua no penetra en del Océano Atlántico.

225
---------------------- ------------_ ...
. -.

CARACTERISTICAS BIOLOGICAS
DEL ATLANTICO SUDOCCIDENTAL*
DEMETRIO BOL TOVSKOY

lntroduccion Los complejos flori-faunisticos


planctonicos
Esta seccron tiene por finalidad ubicar al lector
en el marco bioloqico del area de interes. AI AI igual que en practicarnente todo el Oceano
igual que las dos anteriores ("Caractedsticas f isi- Mundial, en el Atlantico Sudoeste la abundancia
cas... " y "Masas de Agua ... "I. pretende es- y caractedsticas cualitativas del plancton depen-
bozar una imagen general del Atlantico Sudocci- den, principalmente, de las masas de agua en
dental, destacando sus caracter isticas sobresa- funci6n de la circulacion oceanica. Esta ultima, a
lientes. su vez; esta condicionada por numerosos facto-
res entre los cuales se destaca la distribupion re-
La zonacion de las aguas superficiales adoptada en
lativa de las tierras y aguas que, en el hemisferio
esta resefia es practicamente coincidente con
sur, es mucho mas "regular" y sirnetrica que en
aquella que se detalla en las paqinas 227 a 237
el norte. Este fenorneno, conjuntamente con la
del presente tratado, y esta escuetamente resu-
baja proporci6n de accidentes geogrMicos erner-
mida en la fig. 137 (ver tarnbien figs. 131, 132 y
gentes ii.e., continentes), permite que en el Ocea- )
186).
no Austral los lirnites faun isticos de la pelagial .
Los valores de produccion primaria mencionados sean mas hornoqeneos (en longitud), conspicuos
en el texto distan mucho de ser datos de alta y ajustados latitudinal mente que en los mares
confiabilidad y solo deben ser considerados co- boreales.
mo 6rdenes de magnitud muy aproximados. Los
trabajos que obtuvieron aquellas cifras fueron
realizados por rnetodos diferentes, en diversas
Complejo Antartico
epocas del afio y, genera Imente, no son estricta-
mente intercomparables. Ademas, es muy proba-
Se extiende desde el Continente Antartico hasta
ble que aquellos valores, sobre todo en 10 que a
la Convergencia Antartica, es decir, unas 1 000
las aguas tropicales y subtropicales concierne,
millas al norte del primero.
sean subestimativos. Los recientes trabajos de
En las aguas oceanicas abiertas del Mar de Scotia
Sorokin, 1970, 1971 (pero ver tarnbien Banse,
(sector atlantico) y parte austral del Pasaje Drake
1974) indican que la produccion de material or-
la producci6n estival oscila alrededor de los 130
ganico particulado a partir de carbo no orqanico
mg C/m2 /dia (Volkovinskii, 1966), aunque pue-
disuelto por parte del bacterioplancton es mu- de alcanzar valores mas altos (e.g., 400 mg
cho mas importante de 10 que generalmente se C/m2 /d fa: Kabanova et al., 1974). En la vecin-
acepta; los metodos usuales de determinacion de dad de las islas Georgias, Sandwich y Orcadas
la producci6n fotosintetica (e.g., 14 C, botellas
del Sur, estrechos de Gerlache y de Bransfield,
clara y oscura, pigmentos fotosinteticos) no mi- etc., la produccion fitoplanctonica es varias ve-
den esta produccion bacterioplanctonica. ces mas alta: 250 y hasta mas de 2700 mg
C/m2/dta (EI-Sayed, 1968a y b; Mandelli y
Burkholder, 1966; Volkovinskii, 1966; Kaba-
nova et al., 1974); y tarnbien es elevada en la ve-
cindad de los bordes de los hielos en proceso de
'EI presente capitulo esta basado, principalmente, sobre los arti- descongelamiento (Volkovinskii y Feodosov,
culos de D. Boltovskoy (1978c, 1979). 1965). Esta fertilidad esta condicionada por los

239
Caracteristicas bioloqicas del Atlantico Sudoccidental

activos procesos de mezcla que aportan nutrien-


__ 0 tes (fosfatos, silicatos, nitratos y otros) a la capa
....--Cse fotica, Es probable que, a diferencia .de 10 que
ocurre en las latitudes mas bajas, no sean aqu f
- cr estos nutrientes los que funcionan como factor
limitante de la produccion primaria, sino la luz
v . durante el verano, los oligoelementos tales
20 como el Fe, Mn y otros (Volkovinskii, 1966). La
capa eufotica (productiva)-es la superficial, hasta
un maximo de 50 mde profundidad (Volko-
30
vinskii y Feodosov, 1965; EI-Sayed, 1968a;
Ferguson-Wood y Walsh, 1968). Esta fertilidad
elevada, sin embargo, est a restringida a los pocos
meses en que el sol se eleva sobre Antartica: di-
40
ciembre a marzo entre 60 y 70° S, octubre a
abril para 50 a 60° S, y septiernbre a febrero pa-
ra 40 a 50° S (cf. Volkovinskii y Feodosov,
1965).
50

EI fitoplancton esta netamente dominado por las


diatomeas (90-95% del standing stock total, cr.
I:Sondwich Voronina, 1969) de endemismo regular; los qe-
60
neros preponderantes son Chaetoceros, Rhi;!:so-
Scotia lenia, Thalassiothrix y Fragilaria (Beklemfshev,
1960; Fukase y EI-Sayed, 1965). Los dinoflage-
lados, con un total de alrededor de 60 especies,
pueden, excepcionalmente, sobrepasar alas dia-
AA tomeas en importancia y estan repartidos, casi
exclusivamente, entre los qeneros Protoperidi-
Ma~ de Weddell nium, Diplopeltopsis y Dinophysis, con especies
endernicas principalmente. EI endemismo de los
\ 50 40
.cdoe
30 20·W
tintfnidos es cercano al 100% (Balech, f964a,
1976a, 1977).
Fig. 137. Areas biogeograticas y tenornenos hldroloqicos que La cornposicion cualitativa del zooplancton an-
las definen en el Atlantico Sudoeste. Superficie.
tartico es muy hornoqenea longitudinalmente: la
1) Areas transgresivas (con dominancia alternada de
diferentes tipos de aguas) y con influencias espora- gran mayorfa de las especies son circurnantarti-
dicas de masas de agua alotopicas: 2) Areas con cas (ver, por ejemplo, Hedgpeth, 1969) pero,
fuerte influencia dulceacufcola; 3) Ubicacion de al-
gunas probables surgencias de reducida importan- cualitativamente, el sector atlantico es a todas
cia; 4) lsobata de 200 m. vistas el mas rico (e.g.: Hedgpeth, 1969). En este
AA) Antartica Alta; AB) Antartica Baja; AO) Area ultimo el zooplancter dominante es Euphasia su-
Oligotratica; CA) Complejo Antartico: cb) Corriente
de Brasil; cch) Corriente del Cabo de Hornos; cdoe) perba, que Ilega a presentar concentraciones su-
Corrientes de Deriva Oceanica del Este; cdoo) Co- mamente elevadas (hasta 10-15 kq/rn> de agua:
rriente de Deriva Oceanica del Oeste; cg) Corriente
de Guayanas; cm) Corriente de Malvinas; cna) Con- Makarov y Shevtsov, 1969). En orden decrecien-
vergencia Antartica: cpc) Corriente Pataqonica Cos- te Ie siguen los copepodos (primeros en los otros
tera; CSA) Complejo Subantartico: cse) Corriente
Sudecuatorial; CST) Complejo Subtropical; CT) Com- sectores antarticos] (Calanoides acutus, Calanus
plejo Tropical; ct) Convergencia Tropical (?); cs) Con- propinquus, C. simillimus, Rhincalanus gigas,
vergencia Subtropical; da) Divergencia Antartica: dr)
Divergencia Subantartica (?); ECST) Ecotono de la Metridia gerlachei, etc.: Brodskii et el ., 1959;
Convergencia Subtropical; PAl Provincia Argentina; Andriashev et al., 1973), quetognatos Eukrohnia
PM) Provincia Magallanica; pmcx) Posicion media de
la Convergencia Subtropical; VAAS) Vortice Antici- hamata y otras especies de Eukrohnia, Sagitta
clonico Central del Atlantico Sur; ZNB) Zona Nerftica
Brasilena.
gazellae, S. maxima, S. merri}, antipodos, ostra-
(De D. Boltovskov. 1978c).
codos, poliquetos y apendicularias. Los dsrnas

240
---'::C

Caracteristicas biol6gicas del Atlantica Sudoccidental

?n- zooplancteres se presentan en concentraciones La produccion fitoplanct6nica es aqu fsensible-


pa despreciables e, igual que los numerosos, exhi- mente menor a la antartica y, en general, es baja
ue ben faunas monotones (e.g. , el 90% de Polycys- en toda la secci6n oceanica del Mar Argentino.
ui tina esta repartido entre unas 30 especies, Petru- Mandell] y Orlando (1966), por ejemplo, halla-
or shevskaya, 1968; Lozano y Hays, 1976; en los ron valores menores a 2 mg C/m2 /dfa en el seno
uz tr6picos una sola muestra pequefia puede conte- de la Corriente de Malvinas. Sin embargo, en la
les ner 100-150 especies). Dos foramin fferos co- vecindad de algunas islas (e.g., Malvinas) y en el
La munes: G/oboquadrina pachyderma y Globigeri- area nerftica dominada por la Corriente Pata-
ita na quinque/oba; dos algo mas raros: G/obigerina g6nica Costera (fig. 137) los valores son mas al-
,0-
but/aides y Globigerinita uvula; y la muy rara y tos pudiendo oscilar entre 10 y 41 mgC/m2 /d fa
la: cosmopolita G/obigerinita glutinata, cf. E. Bol- (Kabanova et a/., 1974). A nivel de [a Provincia
ad rovskov. 1971; Boltovskoy vBoltovskov, 1970. de Buenos Aires (latitudes 35-40° S, aproxima-
os Tres especies de Pteropoda: Clione timecine an- damente) la densidad del plancton nerftico au-
ji-
tarctica, Clio pyramidata forma sulcata y Lima- menta (con una notable dominancia de la diato-
a cina helicine antarctica forma antarctica, cf. Van mea Biddu/phia sinensis, term6fila: Balech,
la-
der Spoel y Boltovskov, ver p. 500. Dos especies ' 1964b, 1965) v, sequn algunos observadores
w, comunes de Salpidea: Sa/pa thompsoni y S. ger- (e.g., Volkovinskii, 1966) la produccion prima-
/achei, ct. Esnal, 1970b. ria a la altura de la desembocadura del R io de la
as Plata es francamente elevada (hasta 770 mg
Uno de 105 fenornenos mas sobresalientes del
:f. C/m2/dfa). La alta numerosidad de las- pobla-
p!ancton antartico es su muy pronunciada cieli-
e- ciones de algunos peces planct6fagos (ct. Cie-
cidad. EI fitoplancton, como ya se notara, tiene
o- chomski, 1971) y la distribuci6n superficial de
un activo per iodo de florecimiento en los esca-
v, elorofila "a" (cf. Brandhorst y Castello, 1971j) en
50S meses estivales. A su vez, el zooplancton
e- el Mar Epicontinental Argentino confirmari los
tarnbien crece y se reproduce activamente en la
resultados expuestos. De cualquier rnanera, la
'5, misma epoca pero, a diferencia del primero, no
a- producci6n biol6gica del margen occidental del
desaparece en el invierno sino que migra a pro-
si Oceano Atlantico Sur es muy inferior a aquella
fundidades de 300-500 0 mas metros donde pa-
'i_ de sus costas africanas.
sa el invierno en un estado de parcial aletarga-
is miento. Un alto porcentaje de taxones con re- Alrededor de las islas Malvinas el fitoplancton
>s presentantes con ciclos anuales 0 aun mas cortos dominante esta representado por pequefias dia-
3, en las latitudes bajas, tienen aqu f especies con ci- tomeas coloniales (Chaetoceros spp., Thalassiosi-
clos vitales bianuales (e.g. , Copepoda, Chaetog- ra spp., y otras) y algunos dinoflagelados, tarn-
,- natha) de manera tal que los estad Ios preirnaqi- bien pequefios: mientras que en el area ner Itica
al norte del Estrecho de Magallanes se observan,
a nales producto de los desoves de un afio inver-
1- nan en profundidad y solo maduran al afio si- principalmente, diatomeas centricas, (Balech,
) , guiente, al ascender nuevamente a la superficie. 1977).
IS Consecuentemente, mas que un cambio estacio-
,e nal de standing stock existe un desplazamiento EI zooplancton oceanico esta netamente domi-
vertical de la biomasa y una pronunciada dismi- nado por los copepodos (60% del standing stock
I-

I- nucion del turnover 0 tasa de recambio. zooplanct6nico total, dominado por Calanus si-
millimus, C. tonsus, C. propinquus, Clausocala-
)- De todos los complejos biogeogrMicos considera- nus laticeps, Candacia cheilura, Oithona he/go-
.s dos este es ef que exhibe el mayor endemismo landica, Eucalanus longiceps y otros, Voronina,
[ver mas adelante). 1969; Ramfrez, 1969, 1970); seguidos por los
s
quetognatos (13%: Sagitta tasmanica, S. plene-
"
I; tonis, algunas Eukrohnia, Boltovskoy y Mostajo,
3
Complejo Subantartico 1974; D. Boltovskov, 1975a y c) y eufausidos
3 (7%) (Voronina, 1969). Sin embargo, en el vera-
I- Cc el que ocupa las aguas ubicadas al norte de la no, temporariamente, suelen producirse notables
S onvergencia Antartica y al sur de la Subtropi- concentraciones locales de Munida gregaria y eu-
cal.
fausidos como Euphausia vallentini, E. lucens y

241
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Car acter lsticas bioloqicas del Atlantica Sudaccidental

Thysanoessa gregaria (Kashkin, 1969; Montu, microplancteres - indicadores como los acanta. mg (
1977). rios, Tintinnopsis radix, V por 1a dorninancia de drati
especies terrnofilas como Noctiluca scintillans" cion
A diferencia de las areas antartlca V, en menor cons
Ceratium tripos, Actynocyclus platensis, V otras: -
medida, subtropical V tropical, donde el talud de I,
Otra area con caracterfsticas transgresivas es el
continental esta ubicado rnuv cerca de la costa, apor
Ecotono de la Converqencia Subtropical, prinei-
existe aqu f un area nerftica de plataforma de la m
palmente su limite norte (E. Boltovskov, 1970;
gran extension (casi 100000 krna , de 300 hasta fitor
ver mas adelante V fig. 137).
1 000 km de ancho) e importancia V que define snci:
un biotope particular. Las diferencias con la pe- La zona ubicada al sur del Cabo de Hornos, do-; te IL
lagial consisten, no soiamente en una alta pro- minada por la corriente hornonima, merece una y dt
porcion de formas larvarias en el plancton (de rnencion especial (ver fig. 137). A pesar de ha- ;, sos i
crustaceos, moluscos, equinodermos, etc.), V de lIarse en pleno dominie de las aguas subantarti-
material detrftico en suspension, sino tambien cas e inclusive en la vecindad del antartico, se Las
tes I
en la total 0 casi total ausencia de tax ones ente- han encontrado alii numerosos representantes de -~'
ros tales como Foraminifera (planctonicos), Ra- plancteres .termofilos tales como Goniodoma po-
Carl
duel
diolaria Polvcvstina, Salpidae, etc., V en la rnuv Iyedricum, Ceratium candelabrum, C. trichoce-
ros, Peridinium spirale, Ormosella heeckeli, He- ' ' lIa (
baja cantidad de especies v/o ejemplares de otros
(Chaetognatha, Pteropoda, Appendicularia). AI terochisma inaequale, Globorotalia hirsuta, l.i- al.,
mismo tiempo, esta area cuenta con especies V, macina inflata (Munthe, 1887; Meisenheimer, par
por
en algunos casos, taxones rnavores enteros con 1906; Balech, 1962; E. Boltovskov, 1970). No ',_'
Nor
una marcada afinidad por, 0 casi totalmente res- se conoce aun a ciencia cierta el origen de este " ~
aflo
tringidos a ella. Tal es el caso de los cladoceros fenorneno. EI aporte en profundidad .Y posto/ior
196
(Evadne nordmanni, Podon polyphemoides, P. afloramiento de aguas subtropicales, V el yasla·
leuckarti: Ramner, 1934; Ram frez V De Vreese, do de aguas calidas desde el Pacifico subfropical] . EI .
1974), algunos copepodos (Oithona nana, Para- por parte de la Corriente del Cabo de Hornos : , div:
calanus parvus, Calanoides carinatus, V otros: son dos de las explicaciones propuestas. E. Bol- rela
Ram irez, 1969, 1970); varias especies de rnedu- tovskov (com. pers.) encontro G/oboquadrina:',.
~-~ ~.
(Ch
sas; de eufausidos (Euphausia lucens, Thysanoe- hexagona (Foraminifera) en la region de Isla de sol«
ssa gregaria: Ramirez, 1971a, 1973; Montu, los Estados; el hecho que esta especie no habita dos
1977). Gran parte de esta seccion nerltica esta el Atlantico pero sf el Pacffico aporta evidencia , bbi
totalmente habitada por especies criofilas ("Pro- en favor de la segunda de las hipotesis rnencio- ' los
vincia Maqallanica", ver fig. 137) pero, desde la nadas. cer
latitud del Golfo San Jorge V, principalmente, tot
Florfstica V faun Isticamente el Complejo Suban- qUI
desde Pen Insula Valdez (aproximadamente 46 a tartico es mucho menos "definido"(menor gra-
42° 'S; isoterma anual superficial de 10° C) ve de
do de endemismo) que el Antartico, a tal punta ve2
comienza a percibirse la influencia cfclica (esti- que algunos investigadores (e.g., Beklemishev,
val) de las aguas calidas de la rama occidental de tra
1960) 10 consideran, simplemente, como uno de
la Corriente de Brasil que aporta numerosos transicion entre el antartico V los subtropicos. Lo
plancteres tipicamente terrnofilos (Balech, Va
1964a V b; Boschi, 1966; Ramirez, 1977;verfig. -<

-:.;-
.~

,
(H
137). Sequn algunos investigadores (e.g., Balech, >~. '.
na!
1964a; Bernasconi, 1964; Lopez, 1964; etc.) la Complejo Subtropical hat
peculiaridad del area costera comprendida entre nal
Extendido entre los tropicos (5 a 20° S?) V la .-
43 V 30° S, dominada por aguas calidas durante dIs
Convergencia Subtropical cuvo limite norte, en
unos 3 meses al afio, justifica su aislacion en una 19
la pelagial, se ubica en 30 a 35° S (ver fig. 137).
provincia zoogeogratica independiente: la Pro- en
vincia Argentina (fig. 137). Balech (1964b) pre- Es el de mas baja produccion primaria, sobre to-';' " ph
senta una excelente resefia de estas fluctuaciones do en su seccion oceanica que coincide, parcial-
Ta
estacionales en el curso de los afios 1961-1962, mente, con el V6rtice Anticicl6nico Central del ..
ta
cuando la invasion de aguas subtropicales brasile- Atlantico Sur (fig. 137), donde raramente exce-
\lr
fias desde marzo a abril fue sefialada por varios de los 10-20 mg C/m2 Id fa, V valores de 0,3 a 4

242
~1!IIiiIIII----:-----------~-~---- --.----- ..
- --.-

. Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccidental

ta. mg C/m2 /d fa son los lJsuales (Finenko y Kon- importancia relativa de los diferentes taxones.
de dratieva, 1971; Kabanova et el., 1974). Tal situa- Sin embargo los copepodos son, casi sin excep-
cion se debe a la presencia de una termoclina cion, el grupo zooplanct6nico arnpliarnente domi-
'IS,
constante a 60-100 m de profundidad que impi- nante; seguidos, generalmente, por Chaetognatha
a;i de la circulaci6n vertical y condiciona un escaso (Sagitta enflata, S. serratodentata, S. minima,
aporte de nutrientes a I~.capa fotosintetica. Por Pterosagitta draco, Krohnitta spp.: Aivariiio,
ci-
'0; la misma razon, las concentraciones rnaximas de 1969a; D. Boltovskoy, 1975a y c). Pero el por-
fitoplancton suelen ubicarse inmediatamente por centaje que estos dos grupos componen de la
encima de esta terrnoclina, adonde lIega suficien- biomasa total es mas bajo que en las areas fr ias y
10- te luz gracias a la gran transparencia de las aguas, se destaca la presencia de hidromedusas (Aglau-
na y donde mayor es la concentracion de los esca- ra hemistoma, Liriope tetraphylla, Rhopalonema
ia- 50S nutrientes que difunden desde aba]o. velatum, So1mundelia bitentaculata, Euphysora
ti- gracilis, etc.: Vanucci, 1957, 1963, 1964a);
Las franjas ner rticas uruguaya y brasilefia, caren-
se apendicularias (Oikopleura longicauda, Oiko-
tes de surgencias importantes, y las aguas de la
de pleura fusiformis, O. rufescens, etc.: Esnal,
Corriente de Brasil tarnbien exhiben una pro-
'0- 1978a); Salpidea (Thalia democratica, 'Weelia
ducci6n francamente baja, comparable con aque-
ie- cvtindrice, Salpa fusiform is: Esnal, 1970a); pte-
lIa del oceano subtropical abierto (Kabanova et
'e- r6podos (Limacina inflata, L. trochiformis, Cres-
ei., 1974). Las exiguas excepciones estan dadas
seis spp., Styliola subula, etc.: D. Boltovskoy,
por unas pocas localidades restringidas como,
sr, 1971b, 1973a, 1975b y c); y otros zooplancte-
por ejernplo, la vecindad de las islas Fernando de
~o res. Algunas de estas especies pueden, ocasional-
te Noronha donde, probablemente, haya reducidos
mente, invadir el' area de plataforma, otras 10
or afloramientos de aguas profundas (Kashkin,
hacen con regularidad (muchas hidromedusas,) v ,
a-
1969).
finalmente, hay taxones que manifiestan una
:al EI fitoplancton esta caracterizado por una alta marcada predileccion por el area ner itica (e.g.,
:)s diversidad pero baja concentraci6n. Se destaca la Tintinnoinea: generos Tintinnopsis, Stylicauda,
)1- relativamente baja importancia de las diatomeas Stenosemella y Codonellopsis, cf. Souto 1970a y
is (Chaetoceroscoarctatum, C. messanense,Rhizo- b; cladoceros: Penilia avirostris: Texeira et el.,
je soleniarobusta) y el aumento de los dinoflagela- 1965; numerosas hidromedusas: Bougainvillia
ta dos (Ceratium teres, C. tenue, C. lunula, C. at- ramosa, Eucheilota paradoxica, E. duodecimalis, ,
ia bberum, etc.) (Balech, 1977). Probablemente, Stomotoca dinema y otras: Vanucci, 1963; que-
:)- los cocolitof6ridos sean responsables de un por- tognatos: Sagitta tenuis).
centaje fundamental de la produccion primaria
total de estas aguas: Barth et al. (1967) hallaron Los rnicroplancteres heterotr6ficos estan repre-
1:
que estos nanoplancteres constituyen la fuente sentados, principalmente, por los tintfnidos (con
a-
de alimento principal devarios copepodos y, tal especies tfpicamente nerfticas y otras oceanicas),
:0
vez, de muchos otros consumidores primarios fil- foramin iferos (unos 30 especies, cf. E. Boltovs-
v, tradores. koy, 1970; todas oceanicas) y radiolariosIrnas de
le
un centenar de especies orqanicas, cf. Boltovskoy
Los voiumenes de plancton total hallados por
y Riedel, 1980, con abundancia de Collosphaeri-
Vanucci (1961), por Vanucci y Almeida Prado
dae, varios Spongodiscidae y Porodiscidae como
(1959) frente a las costas subtropicales brasile-
Spongaster tetras, Spongodiscus spp., Stylodyc-
nas, con un franco decremento desde la costa'
tia multispina, etc., y por 10 menos una especie
hacia el este, y los resultados obtenidos por Ka-
neritica cornun: Stycholonche zanclea, Balech
la n~eva(1965) reflejan, en cierta medida, la misma
1964b; Bjornberq, in litt.). Es util destacar la im-
n dlsminucion en la produccion primaria (Sorokin,
portancia de estos organismos microplanctonicos
1963, hallo una excelente corrrelaci6n positiva
como nexo tr6fico entre el nanoplancton y de-
entre la producci6n primaria y la biomasa zoo-
mas micropartfculas con valor enerqetico, y los
planct6nica en el Atlantico).
zooplancteres mayores que, gracias a la actividad
Tambien en el zooplancton la diversidad aumen- de los primeros, tienen acceso a fuentes de ali-
~~notablemente (ver figs. 138, 139 y 140) v. en mentaci6n no aprovechables directamente (Ry-
4 Ineasgenerales, se observa un nivelamiento de la ther, 1969; Beers y Stewart, 1971).

243
II --"

Car acterist icas biol6gicas del Atlantico Sudoccidental

Complejo Tropical portantes trabajos como el de Gordeeva V Shrns.


leva (1971) V de Greze et al. (1969), donde la
En el hemisferio sur se extiende desde el Ecua- biomasa zooplanct6nica se calcula por medio del
dor hasta la Convergencia Tropical (?) (ver figs. recuento de individuos de volumen conocido
131 V 137). Su secci6n oceanica esta dominada Greze et el. (op. cit.) destacan que 'en las aquas
por la corriente Sudecuatorial ( 25-30° C; sali- nerfticas solamente el 50-30% del seston total
nidad 34-36,5 por mil) vel V6rtice Anticicl6nico efectivamente esta representado por zooplancts.
Central del Atlantico Sur; V la nerftica ( 26-29° res.
C, salinidad rnuv variable) principalmente por la
En las aguas tropicales del Atlantico Sudoeste
Corriente de Brasil (fig. 137). los rnaxirnos de biomasa zooplanct6nica ocurren
En la vecindad del ecuador la producci6n prima- en las aguas nerfticas ecuatoriales, con valores de
ria es relativamente baja, sobre todo en la parte hasta 100 mq/rns (en la capa 200-0 m), Hacia el
central oceanica del Atlantico. Las aguas coste- sur V el este la biomasa zooplanct6nica disminu-
ras africanas son las mas ricas en esta secci6n ve notablemente oscilando alrededor de 20
(800 a 1 000 mg C/m2 /d fa, hasta 4000 mg rnq/rns (ver fig. 140 B). Verticalmer'lte la capa
C/m2 /dfa en areas aisladas), seguidas por las sub- superficial de 0-10 m es la mas poblada V gene-
nerfticas orientales (100 a 500 mg C/m2 /dfa) V ralmente, existe un segundo pico men;lasocia-
luego las nerfticas occidentales (unos 300 mg do a la termoclina en el nivel50-1 00 m,
C/m2 /d fa). Las aguas tropicales oceanicas exhi- Desde el punto de vista cualitativo la dominancia
ben una producci6n baja, sobre todo al sur de 5° es, casi sin excepciones, ejercida por los copepo-
S donde raramente exceden de 50 mg C/m2 /d fa dos (hasta el 70% de la biomasa zooplanct6nica
(Finenko V Kondratieva, 1971; Greze et al., total, generalmente algo menor; Euchaeta mari-
1969; Kondratieva, 1969). EI area de desembo- na, Corycaeus speciosus, Candacia simplex, Un-
cadura del Amazonas constituve una excepci6n: dinula vulgaris, V muchos mas: Gaudv, 1963;
el aporte de nutrientes por parte del r fo contri- Bjornberq, 1963); seguidos por los quetognatos
buve al desarrollo del fitoplancton (hasta 3000 (alrededor del 10-20%: las especies dominantes
mg C/m2 /d fa) e, indirectamente, al del zoo- coinciden, en I fneas generales, con las del Com-
plancton (Gordeeva vShrneleva, 1971; Vanucci plejo Subtropical); eufausidos (Meganyctiphanes
V Queiroz, 1963). norvegica, Euphausia brevis, E. krohni, Thysa-
noessa gregaria, Stylocheiron spp.): Siphonopho-
A diferencia de 10 que ocurre en las aguas antarti-
ra (Chetophyes appendiculata, Enneeqonum
cas V subantarticas, en las tropicales mas del 50%
hyalinum, etc.): V otros grupos (Gordeeva y
de la producci6n primaria total recae sobre los
Shmeleva, 1971; Greze et al., 1969; Alvarifio,
dinoflagelados y cianofitas (tal vez el rol de los
1971 ).
cocolitof6ridos esta aun siendo subestimadol, V
las diatomeas, aunque bien representadas cualita- Greze et al. (1969), sobre la base de la evalua-
tivamente, no aportan mas dell 0% de la produc- ci6n comparativa de los volumenes fitoplancto-
ci6n fitoplanct6nica total (Finenko V Kondratie- nico V del' zooplancton herbfvoro V carnfvoro,
va, 1971). concluveron que las bacterias, flagelados hetero-
tr6ficos V materia orqanica en suspensi6n desem-
La distribuci6n de la biomasa zooplanct6nica si-
pefian un rol sumamente importante en la ecolo-
gue, en Ifneas generales, aquella de la producci6n
g(a tr6fica del plancton de esta area.
primaria: los valores de biomasa mas altos ocu-
rren, nuevamente, en las aguas nerfticas. Sin em- Dada la estrechez de la franja nerftica subtropi-
bargo, es interesante destacar que, en vista de cal V, sobre todo, tropical, resulta diffcil definir
que, general mente, la biomasa planct6nica en las biogeograticamente a ambas sobre la base del
muestras totales se evalua volurnetricamente, por plancton. AI igual que en otras zonas de caracte-
desplazamiento, V ve que cerca de la costa el rfsticas similares (e.g., las costas de California)
abioseston constituve un porcentaje importante la invasi6n del litoral por parte de las formas
del total del material en' suspensi6n, los valores oceanicas, V viceversa, es un fen6meno comun.
registrados suelen ser notablemente sobreestima- Sin embargo existen, en varios grupos, especies
tivos. En este sentido resultan sumamente im- que manifiestan una mas 0 menos marcada pre-

244
Caracteristicas biol6gicas del Attantico Sudoccidental

dilecci6n por las aguas de baja profundidad, pro- tropical; y dos de mucho menor importancia: la
bablemente en relaci6n con requerimientos re- Divergencia Antartica y la Converqencia Tropical
productivos: Ectopleura dumortieri, Podocoryne (?). La Divergencia Subantartica (?), aparente-
minima, Laodicea minuscula, Eucheilota ventri- mente, no tiene efecto sobre las poblaciones
cularis (Hydromedusae); Creseis acicula (Euthe- planct6nicas (ver mas adelante) (fig. 137). EI lI-
cosomata) ; y otras. mite de la plataforma coincide, en Ifneas genera-
les, con otro ecotono que separa la pelagial de la
zona nerftica; y dentro de esta ultima pueden
Los plancteres cosmopolitas definirse varios mas como los rfmites de las areas
de influencia de los grandes rfos: (R Iode la Pla-
Son aquellas especies cuya extrema eurioicidad ta, Amazonas), el area transgresiva subtropical-
les permite compartir el biotopo con varios subantartica sobre las costas argentinas hasta el
complejos diferentes. Las mas comunes son Golfo San Jorge, las secciones externa e interna
aquellas que habitan polos y subpolos, 0 sub po- de la plataforma, las areas de manglares sobre la
losy subtr6picos invadiendo, en mayor 0 men or costa brasilefia, etc.
medida, la franja ecuatorial. Mas raras son las
formas que viven en todas las latitudes, desde los
polos hasta el ecuador. La Divergencia Antartica
Normalmente, todos estos cosmopolitas consti-
Es el area de afloramiento de aguas profundas
tuyen un bajo porcentaje del tax6n al cual perte-
responsable de la alta fertilidad en Antartica. Al-
necen. En el caso del fitoplancton son alrededor
gunos investigadores han utilizado este frente pa-
del 15% del total de los plancteres oceanicos
ra definir una "Antartica Alta" (entre las costas
(Reid et al., 1977) incluyendo diatomeas (e.g.:
'antarticas y la divergencia) y una" Antartica Ba-
Thalassionema nitzschioides), cocol itof6ridos
ja" (entre la Divergencia y la Convergencia An-
(Emiliana huxleyi) y dinoflagelados (Ceratium
tartica) (fig. 137).
fusca). Entre los foraminlferos solamente hay 1
0, probablemente, 2 especies cosmopolitas (Glo- Beklemishev (1960), por ejemplo, pudo observar
bigerinita glutinata y G. clarkei) sobre un total algunas diferencias en las floras diatomol6gicas
de unas 35 en el Atlantico Sudoccidental (E. de estas dos areas; Euphasia crystsltorophiss-eoio
Boltovskoy, com. pers.); Euthecosomata - 2 habita la "Antartica Alta" y E. superba es nota-
formas (Cavolinia inflexa forma lebiete y Clio blemente mas numerosa all I que en la "Antartica
pyramidata forma lanceolata) sobre un total de Baja" (Mackintosh, 1937; Lomakina, 1969).
aproximadamente 43 (subespecies y formas in- Tarnbien Hedgpeth (1969) propuso esta division
clusive) en el Atlantico Sudoeste (Van der Spoel para el "Antarctic Map F6tio Series".
y Boltovskov, p, 500); Salpidae - 2 especies de
Sin embargo, parte de la "Antartica Alta" es, en
aproximadamente 20 (Esnal, 1978a) (fig. 138).
realidad, el area nerftica, y como tal cuenta con
Mas raraments su numerosidad relativa es mas
elevada: 38 de un total de 56 especies de Hype- una serie de algas e invertebrados tfpicos de la
zona costera. En este caso particular la presencia
riidea que habitan al sur de la Convergencia Sub-
de una barrera de hielos condiciona la existencia
tropical (Hurley, 1969); 14 de las 30 especies de
de un biotopo muy especial con organismos
Appendicularia (Esnal, 1978a) (ver fig. 138).
(e.g., diatomeas, foramin Iferos) especialmente
adaptados 0 suficientemente resistentes como
para habitar permanentemente la interfase hielo-
Los ecotonos agua e, inclusive, el seno del hielo marino (ver,
por ejemplo, Bunt, 1966). Pero las aguas abiertas
Son las areas transitivas donde el cambio de las de la Antartica Alta" no exhiben una indepen-
II
s
caracterlsticas abi6ticas condiciona reemplazos dencia cualitativa suficientemente pronunciada
5
de un tipo de complejo orqanico por otro. En la , como para aislar esta area como entidad inde-
pelagial del Atlantico Sudoeste se reconocen dos pendiente. La aplastante mayoria de los plancte-
principales: las Convergencias Antartlca y Sub- res que habitan las aguas antarticas 10 hacen, in-
I
I
245

;I,
_' '-:0.
~,/ ' '""
Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccidental

diferentemente, a ambos lados de la Divergencia ronina (1962b) y Balech (1978) presentaron evi-/. c
Antartica, y las exiguas diferencias son, general- dencias planctoloqicas de areas de mezcla y de ;' 9
mente, cuantitativas de bajo orden. invasion de un Complejo por parte del otro. ;: p
En el area de la Convergencia Antartica la pro- (
duccion primaria disminuye considerablemente,,: f
La Convergencia Antartica debido, en parte, al menor aporte de nutrientes a ~
Es el I fmite mas abrupto e importante de los
la capa totosintetica v, parcialmente, a la inesta-'
bilidad hidroloqica de esta ultima capa que se su-
ecotonos que tratamos y, probablemente, una de
merge arrastrando consigo alas poblaciones vege-
las fronteras oceanicas hidroloqicas mas definida,
tales que la habitan.
estable y bioloqicarnente importante del Oceano
Mundial. EI saito terrnico que se produce al cru-
zaria oscila en 3,5° C a 6-6,5° C en verano, y en
La Divergencia Subantartica
1° C a 3-3,5° C en invierno. John (1934) descri- '.
bio el cruce de esta convergencia con las siguien- •
Como ya se destacara anteriormente, 'es el frente •. -;
tes palabras: "Era como salir del invierno y en-
deducido teoricamente por ~nov (1959) para~.:
trar en la primavera de un solo paso. En los con-
el Indico (entre 40 y 45° S) y,algo mas tarde," :
fines de la region subantartica, alrededor de las
mencionado por Naumov et at. (1962) para el.~ ,
islas del Cabo de Buena Esperanza, la tierra hue Ie
Pacifico (entre 50 y 559 5). Brodie (1965) anali- ',: .i;
tal como debe oler y como jarnas 10 hace en el
za breve mente estos hallazgos concluyendo que: ~
Antartico ... ".
las escasas evidencias ex istentes no son contra: "
En practicarnente todos los grupos de plancteres dictorias con aquellos resultados. Sin embargo,i' ."
se reconocen claramente los complejos Antarti- en el Atlantico Sur no se conocen informes rela-',
co y Subantartico, as! como una mas 0 rnenos cionados con evidencias bioloqicas (ni de otro ti-:; F

neta I inea divisoria entre ambos. En muchos ca- po) de tal divergencia, y la informacion que se'
sos las diferencias estan dadas por la cornposi- posee acerca de la productividad del area donde,: '
cion espec (fica: las especies antarticas desapare- aquella deberfa ubicarse no es suficiente para,
cen a la altura de la convergencia y son reempla- constituir un criterio utilizable.
zadas, al norte de aquella, por otras mas terrnofi-
las (ver figs. 138 y 140). A veces la Convergencia
Antartica separa formas 0 poblaciones diferentes La Convergencia Subtropical
de la misma especie (e.g., Sagitta gazellae: David,
1955; Limacina helicina antartica forma enter- Las aguas subtropicales "chocan" con las suban- .,
tica y L. h. a. forma rangi: Van der Spoel y Bol- tarticas y el frente correspondienteesta definido ;
tovskov, p. 500 et seq.l. En casos existe una sub- por una arnplia. zona de mezcla superficial cuyo,~ 0.'
mersion de la poblacion antartica que, de esta limite austral, en la pelagial, puede Ilegar hasta '
manera, desaparece de la superficie (varios casos 46-48° S; a 10 largo de la Corriente de Malvinas, • ;
en Chaetognatha, ver fig. 248). cuyo eje esta dado por la isobata de 200 m, este ]
limite retrocede hacia el norte hasta, aproxima:.,
Sin embargo, esta barrera no es infranqueable. damente, 35° S; en la pelagial, hasta 29-30° 5, ~
Son muchos los organismos que habitan a ambos y sobre las costas uruguayas y argentinas vuelve:
lados de la misma; buenos ejemplos de ello cons- a avanzar con la rama occidental de la Corriente ;
tituyen algunos pteropodos como, por ejernplo. de Brasil hasta unos 45-47° S (E. Boltovskcv.]
(Clione limacina antarctica, Clio pyramidata 1970, 1976c; D. Boltovskov, 1975c; Balech/
forma sulcata y Limacina helicina antarctica for- 1976b) (ver fig. 137 y p. 227 et seq). C'
ma antarctica que normalmente viven en Antar-
tica, pero pasan a la Corriente de Malvinas con Practicarnente todos los grupos de plancteres in~':
alguna regularidad. Por otro lado, existen eviden- vestigados (entre ellos Foraminifera, Bacyllario:!.:
cias de que la rigidez del I (mite Antartica - Sub- phyta, Dinoflagellida, Tintinnoinea, Pteropoda~,:
antartica var Ia en relacion con las condiciones Polychaeta, Copepoda, Euphasiacea, Appendicu,:,
rneteoroloqioas, principalmente los vientos: Vo- laria, Salpidae, Chaetognatha, etc.) han eviden-I

246
-----
5••••
~!-

Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccid'ental


I

ciado. mediante la ocurrencia mezclada de inte- paciones tropicales V otras subtropicales; mas
grantes del Complejo Subantartico V del Subtro- aun, algunos investigadores han logrado definir
pical, la existencia de este ecotono; V algunos un Ifmite mas 0 menos tangible entre un Com-
(principal mente Foraminifera) sirvieron para con- plejo Tropical V el Subtropical (e.g., E. Boltovs-
feccionar esquemas detail ados de su ubicacion kov, 1976c, en aproximadamente 20° S, sobre la
y variaciones estacionales (ver E. Boltovskov, base de Foraminifera; Nesis, 1974, entre 5 V 15°
1970), S, sobre la base de los cefalopodos pelaqicos).

Pero en rigor de verdad, tales definiciones se re-


Una de las caracterfsticas salientes de la Conver-
.fieren a los centros de cada una de estas dos
gencia Subtropical (Zona de Convergencia Sub-
tropical·Subantartica ct. E. Boltovskov) es su areas, mientras que todo el espacio comprendido
inestabilidad latitudinal V estacional. Esta cir- entre ambos evidencia un paulatino reemplazo
cunstancia condiciona la presencia local (simul- cuali V cuantitativo de floras V faunas. En otras
taneamene 0 en diferentes estaciones) de una palabras, la rnavorta de 105 plancteres que habi-
rnavor ia de formas alotopicas (ver mas adelan- tan la franja ,tropical i'fl¥ad~n la su~ropical (so-
tel, Ademas, esta inestabilidad hidroloqicaincide '
bre todo en areas donde eXlsten cornentes de di-
reccion norte-sur, como' en el Atlantico Sudoc-
tambien sobre las afinidades terrnicas de nume- .
cidental], V muchos de los que tienen su centro

I
;
rosas especies: los eutecosomados Limacina heli-
cina, Limacina retroversa V Clio pyramidata for-
ma lanceolata exhiben, en el area de la Conver-
de dispersion en los subtropicos -llegan al ecua-
dor. Estas apreciaciones son corroboradas
numerosas investigaciones en el curso de las cua-
por

I
i
gencia Subtropical, una euritermia mucho mayor
que en ei resto del mundo (Van der Spoel V Bol-
tovskov. p. 500 et seq. l. .
les se intento definir el I fmite en cuestion sin re-
sultados satisfactorios (e.g., Petrushevskava,
I
'j
1971 a; Reid et al., 1977; Vanucci, 1964al,
i Es probable que la rnavor Ia de las especies que
habitan este ecotono no se reproduzcan en el v .
en consecuencia, no sean integrantes de pobla-
ciones estables sino exclusivamente inmigrantes Los estuarios de los grandes rios
j temporarios. Las excepciones deberian estar da-
I das por algunas especies mas euritermicas como, Se caracterizan por una salinidad disrninuida,
par ejemplo, Limacina inflata, Clio pyramidata una transparencia baja debido al aporte de detri-
forma lanceolata, Cavolinia inflexa forma labiata tos orqanicos V material en suspension en gene-
(Euthecosomata). Globorotalia inflata [Forami- ral, V una produccion orqanica elevada. Los dos
nifera). etc. ejemplos mas tfpicos enel Atlantico Sudoeste
son los estuarios del R io de la Plata V del Ama-
zonas.

La Convergencia Tropical
Rio de la Plata
e
e Varies investigadores (e.g., Hurley,1960, 1969; Su estuario es una zona de gran complejidad hi-
,
'I Semenov V Berman, 1977; Wvrtki, 1962) han su- droloqica (ver, por ejemplo, Ottmann V Urien,
I, ! gerido la existencia de una convergencia tropical 1965) vias aguas dulces pueden, ocasionalmen-
entre la Convergencia Subtropical V el ecuador, te, hacer sentir su influencia hasta a varios cente-
qUe separarfa los Complejos 0 areas biogeogrMi- nares de millas al este del estuario. Por otro lado,
"
), cas Subtropicales vias Tropicales. Sin embargo, en el estuario mismo la salinidad esta sujeta a va-
3,
al menos en el dominie oceanica ni la ubicacion riaciones extremadamente bruscas V de gran
J'
ni la existencia real de este lI~ite son hechos magnitud; Ferrando (1959, 1962) reqistro earn-
i- claros. Es verdad que en la rnavorfa de los taxo- bios de mas de 20 por mil en lapsos de pocos
. nes de plancteres marinos pueden definirse agru- d fas en el area de Montevideo.

247
-=,~.".,-""""".,..----------- ,-------~.

Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccidental

Los Ifmites de esta area son muy variables ya La diversidad especifica


que dependen de los vientos y de las precipita-
ciones en la cuenca de drenaje correspondiente Resulta muy interesante evaluar, aunque mas no
pero, a grosso modo, entre las salinidades de 34 sea sobre la base de algunos ejemplos, la "divers].
a 30 por mil desaparecen practicarnente todos dad especffica"* de la zona bajo estudio.
105 representantes planctonicos marinas pelaqia- Es ampliamente conocido el fen6meno del au-
les mas 0 rnenos stenoicos. Simultanearnente, es- mento de las cantidades de especies desde am-
ta area es el habitat preferido de varias especies bientes con caracter (sticas abioticas extremas
eurihalinas; Ramirez (1969, 1970) destaca que hacia aquellos con condiciones de vida mas "nor-
105 copepodos Acartia tonsa, Oithona nana, Cly-
males". En el caso particular del plancton del
temnestra rostrata y Euterpina acutifrons son Atlantico Sur mas de un investigador_destac6 el
casi exclusivoso muy comunes en este ambiente incremento en las cantidades de especi~ desde el
de salinidad disminuida; Esnal (1972a) observe Complejo Antartico hasta elTropical. Sin embar-
10 mismo para la apendiculariaOikopleuradioica.
go, dada la situacion particu1ar que genera la
Ferrando (1959, 1962) tam bien estud io este am- Convergencia Subtropical, el· area central del
biente con alpun detalle definiendo varias espe- Atlantico Sur, coincidente .con aquella zona de
cies de diatomeas, silicoflagelados, dinoflagela- convergencia, es la que aloja la mayor cantidad
dos y tint Inidos de acuerdo a sus preferencias sa- de especies (y tarnbien exhibe la mas alta diversi-
linas. dad espectfica), y el valor desciende desde, apro-
ximadamente, 30 S hacia los tropicos, La figura
0

Amazonas 138, listado que mas frecuentemente se confec-


ciona en los trabajos de tipo zoogeogratico, disi-
Este r Io descarga a la Corriente de Guayanas mula este fenorneno, En efecto, el total de la co-
unos 200000 m3 de agua por segundo. Vanucci lumna correspondiente a "Complejos Subtropi- j(
'j.- -"

y Queiroz (1963), Calef y Grice (1967), Ryther cal + Tropical", notablemente mayor que los de
et al. (1967) y Aivariiio (1968a) son algunos de IDS otros dos complejos, induce, erronearnente, a
105 investigadores que analizaron las consecuen- asociar la mayor diversidad con la menor latitud.
cias del tenorneno, En todos 105 casos se ha obs-
Algunos ejemplos concretos serviran para ilustrar
servado una paulatina pauperizacion del plane-
el fenomeno.
ton oceanico a medida que 'se muestreaba mas r, .
cerca del estuario. Sin embargo, graciasa la inten- Deevey (197~) analizo los ostracod os planctonl-
sa accion de la Corriente de Guayanas que des- cos de una serie de muestras ubicadas, principal-
plaza y saliniza las aguas dulces del do, aSI como mente, sobre 30 W, entre 0 y casi 55 S. Los
0 0 0

a la menor plataforma continental, la extension resultados de esta serie hornoqenea estan ilustra-
del area de influencia del Amazonas como barre- dos en la figura 139.
ra para 105 plancteres pelaqicos es de mucho me- En el misrno trabajo la autora presenta una tabla ; '-
nor magnitud que aquella del RIo de la Plata. con 105 rangos de dispersion latitudinal de cada
una de lasespecies halladas; un ligero calculo
Aivariiio (1968a) observe que en la franja de sa-
aproximativo de 105 valores arroja los siguientes
linidad disminu Ida bajaba la numerosidad (0 de-
resultados Complejo Antartico: 12 especies, C.
saparedan totalmente) 105 quetognatos, sifon6-
SUbantartico: 20 especies, C. Subtropical + C.
foros y medusas en la estacion siguiente a la de
Tropical: 33 especies, y ecotono de la Conver-
maximo caudal del rfo, Esta autora postulo que
gencia Subtropical: 49 especies. Notese que, a
el efecto de las aguas dulces es mas importante
pesar de que el Complejo Tropical y parte norte
sobre el reclutamiento de la nueva generaci'on,
del Subtropical estuvieron representados por
que sobre los adu Itos.
mas de 3 veces mas muestras que el Ecotono de
Tambien en este caso la produccion primaria de
la zona de influencia de ias aguas estuariales es
varias veces mayor que la del area circundante *EI terrnino "diversidad especrfica" sera utilizado aqui como
(e.g., Finenko y Kondratieva, 1971). mera relaci6n entre cantidad de especies/cantidad de individuos.

248

"
Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccidenrat

Complejo Complejo Complejo I


10
si- ~ Taxon
Antartico (1 Subantar. (2) Subtrop.+Trop. (3

(4) r (5) (4) T (5) (4)


, (5)
Cosmopofitas
(6)
Total en el
Atlantico
Sudoeste (71
FUENTE

Dinoflagellida 60 71 55 250-300 (5) 350 E. Balech (com. pers.)


U- Foraminifera 5 0 12 2 30 10 2 35 E. Boltovskoy (com. pers.)
n- Pteropoda (8) 5 3 9 2 50 46 4 62 Van der Spoel y Boltovskoy
as
w- Cephalopoda 8 13 13 Subtrop.; Nesis (1974)
( pelaqicos) . 40 Trop. (5)
e/
e/ Hyperiidea 36 3-5 51 3 62 .- 39 Hurley (1969); Vinogradov (1962)
e/ Chaetognatha 6 0 11 2 20 12 7 (9) 26 Original
r- J
Salpidae 3 2 5 2 17 15 2 20 G. Esnal (1977a)
/a
Append icuIaria 23 7 14 0 30 14 14 35 G: Esnal (1977a)
e/
Ie Total (10) 42 12 51 8 157 97 29 178
d
i-
i; Fig. 138. Cuadro comparativo de las cantidades de especies de algunos taxones de plancteres en el Atlantico Sudoeste.
t Cifras aproximadas.
1) Desde las costas de Antartica hasta la Convergencia Antartica: 2) Desde la Convergencia Antartica hasta la
Convergencia Subtropical; 3) Desde la Convergencia Subtropical hasta el Ecuador; 4) Todas las especies integran-
l- f tes del complejo, incluyendo las cosmopolitas; 5) Especies restringidas al area bio~ografica en cuesti6n; 6) Espe-
I-
t
I
cies presentes en 105 complejos Subentartico y Subtropical, 0 en estos y otros; 7) Area delirnitada por Antarttda,
Ecuador, costas sudamericanas v , aproximadamente, 200 W; 8) Las subespecies, formae y morphae tueron com-
f: putadas como especies; 9) Todas bati 0 rnesopelaqicas en las latitudes medias y bajas; 10) Excluyendo Dinoflage-
Hida, Cephalopoda e Hyperiidea.

I
e
(De D. Boltovskov. 1978cl.

f
I'
~~
la Convergencia Subtropical (posibilitando, por E. Boltovskoy (1976c) present6 grMicos ilus-
ende, la confecci6n de un inventario especffico trando la distribuci6n latitudinal de los forami-
masexhaustivo), la cantidad de especiesregistra- n Iferos planct6nicos en el Atlantico Sudocciden-
dasen el ultimo fue casi doblemente mayor. tal. De sus.figuras 6 y 10 se deduce que las can-
tidades de especies presentes en los diferentes
complejos tratados son, Antartico: 5, Subantar-
tico: 12, Subtropical (excluyendo el area de eco-
Porcentaje
latitud Cantidad
Cantidad
sabre el total tono con el Subantartico}: 14, y Tropical (desde
promediode
(limites Tipo de agual de _peeies por
de especies aproximadamente 20° Shasta el ecuador): 13;
aproxim.) ~aciones registradas
por estaci6n
(=70)
al mismo tiempo, en el area de la Convergencia
Subtropical se registraron unas 19 especiesde fo-
o a 34°S Tropical- 28 15,3 21,8 raminfferos planct6nicos.
Subtropical
34 a 47°S Convergencia 8 25,9 37 Sobre la base de observaciones propias y de da-
Subtropical tos bibliograficos se ha intentado el calculo apro-
47 a 49° 5 Subantartica 6 9,7 13,8 ximado de las cifras correspondientes a Eutheco-
somata + Chaetognatha. Los resultados (aproxi-
-49 a 55° 5 Antartica 5 10

Fig.139. Cantidades de especies de Ostracoda planct6nicos re-


14,3
mados) son los siguientes: Complejo Antartico:
10, C. Subantartico: 22, C. Subtropical + Tropi-
gistradas por Deevey en una serie de estaciones desde 0 cal: 45, y Ecotono de la Convergencia Subtropi-
hasta 55° S. (Ver el texto para la explicaci6n detallada).
cal: 53 (en Euthecosomata se computaron las
(De D. Boltovskoy, 1978c; basado sobre datos de Dee-
vey, 19741. subespeciesy formas como especies).

249
~
.. ,

jii" ..
~
___~ =-~~-=~
__~mnmr~m-~·~G~·~gm~
, •..*!- -------------.--.....-- ••••••••••••

Caracteristicas biol6gicas del Atlantico Sudoccidental

Para los dernas taxones incluidos en la figura 138


no se ha realizado un calculo similar, pero todo Da Db p
n
lIeva a inferir que el fenorneno analizado tarn-
9
bien se repetira all Ien mayor 0 menor grado. En
u
otras palabras, que un alto porcentaje de las es- C
< 50
pecies pertenecientes a los complejos Subantarti- t
co yal Subtropical-Tropical seran halladas en el
ecotono entre ambos. Mas aun, si se considera
toda la columna de agua desde la superficie hasta
el fondo, esta diversidad aumentarfa a expensas
del agregado de las numerosas formas criofilas
profundales provenientes de los Complejos An-
tartico y Subantartico (ver mas arriba y fig. 137).
EI pararnetro "diversidad especffica" es, basica-
mente la relacion cantidad de especies/cantidad
de individuos, 0 variaciones mas 0 menos sofisti-
cadas de aquella. En el caso que nos ocupa es im-
posible establecer fehacientemente la segunda Fig. 140. Diversidad especffica en las diferentes areas biopeoqrs-
medida (cantidad de individuos) ya que la aplas- ficas del Atlantico Sudoeste.
tante mavorfa de las colectas de plancton reali- a) Las cantidades de especies de varios grupos de plane-
teres (en brdenes de magnitud) en cada uno de 105 cue-
zadas en el Atlantico Sudoeste no fueron cuanti- tro complejos biogeograticos mayores. . .
tativas. Probablemente, el paquete de informa- b) La biomasa zooplanct6nica en la capa superficial de
cion acerca de la numerosidad de plancteres mas 100-0 m en mg/m3 de agua (aproximadamente pro-
porcional alas densidadeas de orqanisrnos] en el Atlan-
completo hasta el momento es aquel que obtuvo tico Sudoeste.
la expedicion alemana "Meteor". Sin embargo, (De D. Boltovskov, 1979). "
varios facto res impiden su uso para el presente
analisis (selectividad de las mallas utilizadas por
'Ia "Meteor" estacionalidad de las colecciones,
incompleta cobertura del area, etc.). La otra posi- tuariales, etc., el Complejo Subtropical posee ca-
bilidad es la evaluacion de las biomasa zooplanc- racterfsticas especiales que ponen en tela de jui-
tonica. Este pararnetro, generalmente, evidencia cio su valor como entidad independiente. En
una correlacion altamente positiva con la nume- efecto, . el hecho de estar integrado, principal-
rosidad. La figura 140 a reproduce, con algunas mente, por dos grupos 0 cornplejos con centros
modificaciones, una porcion de la carta de bio- de dispersion diferentes, y de abastecerse conti-
masa zooplanct6nica confeccionada por investi- nua y casi exclusivamente (?) por inmigrantes,
gadores rusos (ver, por ejemplo, Bogorov, 1974) condiciona una situacion de alta inestabilidad y
sobre la base de una gran cantidad de informa- dependencia. EI poblamiento a expensas de orga- -I
cion bibliogratica y de datos ineditos, La cornpa- nismos expatriados es surnarnente importante;
racion de las figuras 140 a y b evidencia, clara-
probablemente muy pocos de los plancteres ~ue
mente, una bastante ajustada correlacion geogra-
se encuentran en la Convergencia Subtropical
fica entre las areas de minima densidad y maxi-
puedan reproducirse en el area y mantener po-
ma cantidad de especies.
blaciones estables autoctonas,
Reid et al. (1977), tras el analisis general de los
EI Ecotono de la Convergencia Subtropical tam-
modelos distributivos del plancton en el Oceano
bien plantea otra serie de problemas, por ejem-
Mundial, lIegaron a conclusiones semejantes en
plo, evolutivos, sumamente interesantes. :a se
10 referente a los vortices anticiclonicos subtro-
mencion6 anteriormente que algunas especies de
picales de los 3 oceanos mayores.
Pteropoda de distribuci6n mundial son mucho
. A diferencia del Complejo Antartico, de aquellos mas euriterrnicas en el Atlantico Sur que en el
que caracterizan las areas con caracterfsticas es- resto de los oceanos, Ello se debe, seguramente,
peciales como, por ejemplo, manglares, areas es- a que la transici6n gradual de la convergencia ha

250
Caracteristicas bioloqicas del Atlantico Sudoccidental

permitido una adaptaci6n paulatina a condicio- pero no conozco referencias a fen6menos de este
nes de vida mas alejadas de las 6ptimas. Ello su- tipopara la Convergencia Subtropical. D. Bol-
giere que esta convergencia puede actuar como tovskoy (1978b) tarnbien analiz6 especulativa-
un efectivo factor de especiaci6n. David (1955) mente los eventos hidrol6gicos que pueden influ-
detect6 dos razas de Sagitta gazellae (Chaetogna- ir sobre la especiaci6n en los quetognatos, entre
rha) a ambos lados de la Convergencia Antartica, ellos las convergencias.

nc-
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251
1".lN3al~~oans O~I.lNYl.l"
13a NO.l~NY1dOOZ
INTRODUCCiÓN

La acepción más corriente del término planc- la importancia que reviste el plancton en
ton (del griego p/anktos: errante, que deriva) general está dada por el siguiente listado:
comprende a aquellos organismos cuya capa-
cidad de movimientos es nula o baja, de Plancton y peces:
manera tal que su distribución horizontal de Alimento de peces;
mayor escala está determinada por los des- Nexo entre la sustancia orgánica finamente
plazamientos de las aguas que habitan, y no particulada y los peces (ver p. 271);
por su propia motilidad. Predación de huevos y larvas de peces (ver
(p. 766);
Simbiosis con peces;
Aleev (1962) abordó el problema de la carac- Ictioplancton (ver p. 837).
terización del plancton, y especialmente de su Plancton y operaciones pesqueras:
diferenciación con el necton, desde el punto
Indicadores pesqueros (ver p. 601);
de vista hidrodinámico, concluyendo que los Consumidores de carnada de línea;
pláncteres se caracterizan por nadar en con- Utilizados corno carnada;
diciones definidas de un valor de Reynolds Interferencia en las maniobras con redes pes-
(Re: relación entre las fuerzas de inercia con queras;
aquéllas de la fricción) bajo, ;. e., Re = 2. 105; Y Interferencia en las prospecciones pesqueras
sónicas (ver p. 10).
exhiben una gama de particularidades mor-
fológicas con adaptación a la resistencia hi- Plancton en otros aspectos tróficos:
drodinámica. El mismo valor Re para los Alimento de todos los animales marinos (ex-
organismos nectónicos sería de 5. 103, Y su cepto en las áreas litorales);
aspecto morfológico predominantemente ten- Transporte de alimentos a las capas meso y
diente a reducir la resistencia hidrodinámica. batipelágica;
Forraje para ganado y granja (ver p. 61);
Alimento en cultivos comerciales (plancton
El plancton es un término sumamente amplio; salvaje);
incluye a organismos vegetales (fitoplancton) Incidencia sobre el incremento de producción
de biomasa en el mar por efectos de la forma-
y animales (zooplancton), dulceacuícolas (Iim- ción de redes mucosas y otras estructuras
noplancton) y marinos (haloplancton otalaso- coagulantes (ver p.' 505).
plancton), de menos de 0,002 mm de tamaño
Plancton en relaciones no tróficas:
(nonoplancton) hasta otros cuya talla se mide
en metros (megaloplancton) (ver Dussart, Hostledadores intermediarios de parásitos de
1965). La tabla de la figura 141 brinda una peces y otros organismos (ver p. 776);
idea general acerca de los organismos que Estadios planctónicos de varios parásitos;
Capas difusoras profundas (Deep Scattering
integran el plancton en general, así como de Layers o DSL) (ver p. 505);
su importancia, aspectos tróficos, etc. Incidencia en todo tipo de operaciones con so-
nar y ecosonda.
La utilidad de los estudios planctológicos fue Pláncteres indicadores:
reconocida ya en el siglo pasado, y actual-
Indicadores hidrológicos (ver pp. 271, 331,
mente es cada vez mayor la atención que se 799, etc.);
dedica a la vida orgánica en los océanos, en Indicadores paleontológicos (prospecciones
particular a los primeros niveles de las redes mineras, paleoecología, etc.) (ver pp.272,331);
tróficas marinas. Una ligera recapitulación de Indicadores de calidad del agua.

255
..-
--
++
+-
++
+ -TROFISMO
-BIOTOPO
Var
O
+++
++
-+
+++NF
P
O,P
F(P)
F(O)
P
NCOMO
Var
-
EN Var
EL N-Mi
-
MARINO
PLANCTON
PREFERENCIAL
OFFOSILES
,O
F,P
O,P
,P
P,N
N,P
N(P)
Mi-Meg IMPORTANCIA
planctón. ) APROXIMADO
P,F Mi-Mes
Mes
Um-Mi
Mi
Um-Mi
Mes
Mi-Mes
Mi-Mes
Mes-Meg
Mes-Meg
Mes-Meg
Mi-Meg
Mes
Var IMPORTANCIA
* 1 CT IOPLANCTON
CHAETOGNATHA

* Taxones tratados en el. presente Atlas.

Fig. 141. Principales grupos de animales con representantes planctónicos marinos. y algunas de sus características generales.
Tamaño (según Dussart. 1965). N: nanoplancton (menos de 0.002 mm); Um: ultramicroplancton (0.002 a 0.02 mm); Mi'
microplancton (0.02 a 0.2 mm); Mes: mesoplancton (=macroplancton)(0.2 a 2 mm); Meg: megaplancton (mayor que 2 mm).
Biotopo. P: pelágicos; N: neríticos. Importancia como fósiles: muy importantes (+++) a importancia nula (-). Trofismo: F:
filtradores; O: omnívoros; P: predadores. Importancia en el plancton marino: muy importantes (+++) a importancia esca-
sa (-l. Var.: variable.
(Original).

256
6. 71
I ''--::"
9.8.
12h 10-;"
...
11h
20
35
30
2515
5
10
8h
7h
6h
7.7,,¡
9h
89;
10h6'
6;
10í
10.6. ;
12i o

5. 5h
40

4. 4h
45

3. 3h
50

2. 2h
55

,. lb le Id ,. 11 '. lh
60'
S

70'W 65 60 55 50 45 40 35 30 25

Fig. 142. Nomenclatura adoptada para identificar las áreas del Atlántico Sudoccidental que se mencionan en las secciones
distributivas de los capítulos incluidos en la Parte (excepto "Ictioplancton").
111

257
Ciclos biogeoquímicos (ver pp. 272, 507): to informativo de índole general, así como
Incidencia en el contenido de CO2 atmosféri- analizar brevemente los aspectos biológicos
co: íntimamente ligados a problemas de mues-
Mantención de tenores de concentración
constantes de varios solutos en los océanos
treo, producción, distribución, importancia
general en los ecosistemas marinos, etc. De
(ver p. 272).
ninguna manera se ha pretendido ofrecer
Floraciones de plancton no tóxico. Generan una aquí exhaustivos análisis del tema, sino
infinidad de inconvenientes, tanto para el hombre, brindar un panorama global, nutrido en refe-
como para muchos organismos marinos. rencias bibliográficas a tratados detallados.
Toxicidad del plancton: Distribución. Panorama mundial de la dis-
Floraciones tóxicas (principalmente fitoplánc- persión del taxón, analizando los esquemas
teres);
Pláncteres tóxicos individualmente (medusas generales en relación con las afinidades eco-
y otros) (ver p. 386). lógicas de las especies, la hidrología de las
áreas involucradas, las zonaciones biogeo-
Purificación de aguas contaminadas natural o ar- gráficas del Océano Mundial, etc. Incluye
tificialmente. análisis concernientes a la distribución hori-
Cultivos de pláncteres (ver p. 189):
zontal y vertical, cuali y cuantitativa, relacio-
nes con la estacionalidad, migraciones onto-
Para alimento humano o animal;
Para la obtención de sustancias antibióticas.
genéticas y diarias. En la medida de lo posi-
ble los modelos presentados se ejemplifican
Plancton para el alimento humano directo (ver con estudios realizados en el Atlántico Sud-
p. 61). occidental.

Utilidad e importancia. Reseña acerca de la


Esta enumeración dista mucho de ser exhaus- relevancia en función de la posición en las
tiva, pero sirve para ilustrar lo antedicho. tramas tróficas, en los ciclos biogeoquímicos,
Esta tercera parte del "Atlas" incluye, princi- en la contaminación; así como utilidad para el
palmente, información referente a la identifi- hombre en tareas hidrológicas, paleontológi-
cación y distribución de 16 taxones de zoo- cas, biológicas, etc.
pláncteres del Atlántico Sudoccidental. La Métodos de estudio. Los métodos de trabajo
elección de los grupos incluídos estuvo basa- con el zooplancton son tratados en detalle en
da, en primer lugar,' en la importancia de la Parte I del Atlas; aquí sólo se incluyen técni-
aquéllos en los sistemas marinos. Otros fac- cas específicas de especial interés para el
tores decisivos fueron la disponibilidad de es- taxón tratado.
pecialistas sobre cada uno de los grupos tra-
tados y la disponibilidad de información para Reseña histórica y estado actual del conoci-
el área bajo estudio. miento. Exposición de la evolución del cono-
cimiento del grupo, así como el panorama ge-
En la medida en que ello fue posible, se procu- neral de su grado de estudio en la actualidad,
ró homogeneizar la presentación de los temas incluyendo mención de problemas a solucio-
de cada capítulo, dividiéndolos en las siguien- nar, instituciones y/o investigadores dedica-
tes secciones: dos a su estudio y sus campos de interés.
Morfología. Caracteres de importancia sis-
Clasificación y distribución en el Atlántico
temática. Breve tipificación general del ta-
Sudoccidental. Detalle y análisis del esque-
xón, con especial hincapié en los aspectos
ma de clasificación adoptado. Discusión de las
estructurales utilizados para la identificación
fuentes de información utilizadas para la sec-
de las especies.
ción distributiva, confiabilidad de los datos,
Biología. Revisión generalizada de las carac- presentación de los resultados. Listado com-
terísticas reproductivas, tróficas, motiles, fi- pleto en orden sistemático/alfabético de las
siológicas, etc. de los organismos. Estas rese- especies halladas en el Atlántico Sudocciden-
ñas tienen por objeto ofrecer un complemen- tal, con observaciones de tipo cuantitativo,

258
procedencia del material correspondiente, re- El ordenamiento general descripto es el que
ferencia a obras donde las especies se fue adoptado para la mayoría de los capítulos;
analizan e ilustran detalladamente y áreas del fue intención del editor uniformar aquéllos en
Atlántico Sudoccidental (zona delimitada por la mayor medida posible a fin de presentar un
O a 600S y costas sudamericanas a 25°W; tratamiento coherente y homogéneo de los
arbitrariamente dividida en cuadrados de 5 x taxones. Sin embargo, las preferencias de los
50 según lo indicado en la figura 142) donde autores, exigencias de cada grupo, y disponi-
fueron registradas. Esta última información bilidad de información y espacio imprimieron
se presenta sin ningún tipo de inferencias ni características particulares a cada capítulo
interpolaciones. Es importante destacar aquí que explican-Ias pequeñas desviaciones exis-
que, en la mayoría de los casos, solamente se tentes.
consideraron aquellas obras que permitían la
Resulta obvio que el presente Atlas está
deducción exacta del lugar de hallazgo de talo
destinado, principalmente, a los ecólogos,
cual especie; los numerosos trabajos que
zoogeógrafos, taxónomos; y no a los anato-
ofrecen información ambigua (e.g., "presen-
mistas, morfólogos, histólogos, fisiólogos, etc.
te en las aguas de transición del Atlántico
Sur", o "registrada en aguas pelágicas al Como ya se destacara en el prefacio, el grado
norte de Recife, Brasil") fueron, generalmen- de conocimiento de los diferentes taxones
te, descartados para este fin. zooplanctónicos del Atlántico Sur es muy des-
igual y, sobre todo, fragmentario e insuficien-
te en líneas generales. No existe hasta el
momento obra alguna dedicada a resumir y
Identificación de las especies. Para este fin sintetizar las investigaciones realizadas, y la
se utilizaron claves (generalmente dicotómi- información existente está dispersa en miles
casI, o cuadros. Es interesante destacar que, de fuentes diversas, frecuentemente de difícil
en vista de que cada taxón fue tratado por un acceso y circulación limitada*, Por ello confío
especialista en el tema respectivo, la informa- en que este trabajo logre llenar un sensible
ción correspondiente es de tipo crítico, con vacío en la oceanología del Atlántico Sur, faci-
gran aporte de observaciones personales e litando el trabajo de aquéllos cuya tarea será
información inédita. la de corregir y completar este primer ensayo.

• La mayor parte de las publicaciones correspondientes están


en idioma inglés. alemán y ruso; E. Boltovskoy (1963) es
autor de un diccionario planctológico especializado que pue-
de resultar de gran utilidad para quienes deseen profundizar
en los temas tratados.

259
RADIOLARIA
DEMETRIO BOLTOVSKOY

Morfologia. Caracteres de estratificado. Contiene el (los) nucleots) y


diversas inclusiones tales como pigmentos,
importancia sistematica cristales y gotas de aceite. Una capa de matriz
asimilativa rodea la capsula central. Externa-
La ctaslficacion de Radiolaria esta basada,
mente se ubica la "calvrnna". una masa al-
casi exclusivamente, sobre el esqueleto de
'j estos plancteres: por 10tanto la breve resef\a
veolada, rnucilaqinosa (aparentemente de
funcion hidrostatica). que en muchas espe-

II incluida acerca de sus aspectos citoloqicos


s610tiene caracter de referencia y de ninguna
manera pretende suplementar la informacion
cies contiene algas sirnbioticas. Radialmente
se proyectan los pseudopodios de dos tipos:
axopodios (con eje rfgido Central) y filopodios
completa para la cual ellector debera recurrir
j a cualquier buen texto de protozoologfa des-
(sin eje) (fig. 143).

l, criptiva. EI esqueleto, pre .ente en casi todas las espe-


1 Citoplasma netamente dividido en endo y ec- cies, oscila entre 50 y 250 micrones, aunque
toplasma por la capsula central, una membra- excepcionalmente puede lIegar a 450 micro-
na simple 0 doble con pequef\as perforacio- nes como, por ejemplo, en el caso de algunos
nes homoqeriearnente distribuidas (Spume- spongodfscidos discoides .. Es de silice puro,
lIaria), 0 con una perforacion central mayor amorfo, sin inclusiones orqanicasIen Phaeo-
(Nassellaria); de cornposicion pseudoquitinoi- daria se construye sobre la base de una matriz
de 0 mucinoide. EI citoplasma intracapsular orqanica siendo, por 10 tanto, fosilizable en
es granuloso, vacuolado y, frecuentemente, mucho menor medida).
Son organismos .€xclusivamente marinos,
planctonicos, de vida solitaria con excepcion
:.~>~.
de unas pocas formas coloniales (familia Co-
·F'·:
. , lIosphaeridae ).
..
•..~
A continuacion se resef\an las caracteristicas
con valor taxonornico. En rigor de verdad,
poco es 10 que se conoce en este senti do:
Haeckel (1887) definio y utilize gran cantidad
de caracteres, perc muchos de ellos han sido
justamentecuestionados y descartados a pos-
II
1. ----==------'
teriori. Las caracterfsticas incluidas son aque-:
lias que se utilizan en la actualidad, aunque
su validez real es. en muchos casos. por 10
menos dudosa.
Fig. 143. Esquema de la citologia de un spumelario (A) y un
Naselario (B). EI esqueleto de Spumellaria se caracteriza por
1) Axoplasto; 2) Esqueleto cortical; 3) Espina (cuer- presentar una simetrfa esfer ica 0 una deriva-
no) apical; 4) Cefalo; 5) Nucleo; 6) Capsula central;
7) Zooxantelas; 8) Calymna; 9) Gota de aceite en el
da de aquella (elipsoidal, de esferas super-
endoplasma; 10) Barra central; 11) T6rax; 12) Ma- puestas, lenticular, cilfndrica) 0 asirnetrico
trrz: 13) Filopodio; 14) Axopodio; 15) Fusulas; 16) Es-
queleto medular. (crecimiento diferencial a 10 largo de los tres
(A: redibujado de Hollande y Enjumet, 1960; B: lige-
ejes). Detalles referentes a la pared que deben
ramente modificado de Kling, 1978). ser tenidos en cuenta son (fig. 144): tipo (es-

261
~ .r~-~ """" •• ~
~ _..

Radiolaria

L_------:---:::=lI 13 no), porosidad (con 0 sin perforaciones); dij;


=~==~~=if==12
= reccion (centrifugos 0 centripetos); canttdad~
relative a aquella de poros. En el caso de las~ "
espinas es importante su cantidad (cuandosu':: :
disposicion es sirnetrica y estan en numero~:s:
limitado, e.g., 2,406), grasor, tipo de seccion;, ,
(triangular 0 cilindrica), disposicion (loceltza.,
das 0 no), densidad, aspecto. longitud, soli-'
dez (solidas 0 huecas). perforaciones, direc<
cion (centrifugas 0 centripetas). ramificacio-~~
nes (dicotornicas u otras). La esfera external
L_-~--24 (cortical) puede incluir otras en su interior';
(medulares). Caracteristicas importantes des-]
de este punto de vista son: presencia 0 ausen-j
cia de valvas rnedulares. su cantidad, tipo]
(esponjosas, reticuladas, enrejadas, etc.), foro:
ma, tipo y cantidad de radios de union con Ia:
extern a y la relacion de aquellos con las~·
10
espinas (continuos 0 no), Cuando se trata de;
esqueletos lenticula res esponjosos la presen-/ :
cia de placas cribosas (ver p. 288) superficia-j
Fig. 144. Detalles rnorfoloqicos de importancia sistematica
les. espinaS u osculos en el borde, cinturones j
en un Spumellaria (Sphaeroidea) hipotetico. ecuatoriales de aspecto peculiary anillos con-:
1) Barral radial de union entre la teca cortical y la me- centricos 0 espiralados, son detalles de im-;. .:;
dular, continua con la espina principal(ll); 2)Trabe-
cula; 3) Punto nodal;4) Porocon marco hexagonal en
portancia taxonomies.
relieve ("panal de abejas"); 5) Pared lisa; 6) Sif6n de
pared imperforada; 7) Pared esponjosa; 8) Pared EI suborden Larcoidea de Haeckel (1887) es elf
rugosa; 9) Espina ramificada tendiendo a formar una
segunda capsula externa; 10) Espina piliforme; 11)
de mas diHcil interpretacion debido a su asi-]
Espina principal de seccion triangular; 12) Arista metria y suma complejidad arquitectonica. Su ;.
dentada 0 aserrada; 13) Arista lisa; 14) Espina rami-
ficada; 15) Espina secunda ria filiforme; 16) Poro
clasificacion ha side evadida por la rnavorla de-:'
circular 0 subcircular; 17) Corona de espinas alrede- 105 investigadores recientes y una buena re- ;l
dor de un poro; 18) Espesor de la pared de la teca cor-
tical; 19) Poro en roseta; 20) Barra radial de union
vision del grup6 es necesaria.Los caracteresI
entre las capsules medulares; 21) Espina centripeta; que Haeckel torno en consideracion para';
22) Capsula medular interna pinforme; 23) Barra ra-
dial de uni6n entre la teca cortical y la medular; 24)
separar las 9 familias de Larcoidea que erigie-r
Teca medular extern a; 25) Sif6n de pared perforada;. ra fueron: tipo de crecimiento (en espiral, -
26) Pared delgada("cascara de huevo"); 27) Poro de sirnetrico, a 10 largo de tres ejes, etc.); presen-
contorno doble; 28) Espina de secci6n circular; 29)
Sifon con boca ensanchada. cia de aberturas (0 puertas) en la capsula
(Original). cortical enrejada; presencia de constricciones
y protuberancias y su cantidad y tipo; presen-
cia de esqueleto medular y su tipo.
EI sistema de clasificacion de Nassellaria fue
ponjosa, enrejada, porosa. salida); su grosor; mucho mas estudiado que el de Spumellaria :!
rugosidad; forma, densidad y tarnafio relativo en investigaciones recientes. Las categorias .~
de 105 poros 0 mallas; tarnario relativo de las
establecidas por Haeckel 10 fueran sobre la
trabeculas entre poros. Presencia de escultu-
base de tres caracteristicas principalmehte:
ra alrededor de cada poro (marcos hexagona-
cantidad de apendices radiales, cantidad de
les u otras). Los dos tipos de apendices mas
segmentos y tipo de boca (abierta 0 cerrada)
comunes son 105 tubas (=sifones) y espinas.
(fig. 156).
Algunos Spumellaria (familia Collosphaeri-
dae) presentan sifones; en estes casos debe Sin embargo, Haeckel no presto suficiente
observarse su aspecto (rectos, sinuosos. etc.). atencion a 105 elementos esqueletarios basi-
longitud relativa, diametro, tipo de extrema cos. frecuentemente internos y/o modifica-
distal (con dientes 0 simple, ensanchado 0 dos. EI primer autor en reparar en ellos yes-

262
1'" I
I

i
,, '

Radiolaria , I
i

tablecer homologfas entre los externamente caracterfsticas homologables y fijas ontoge-


:~:1 rnuv diferentes integrantes del grupo fue netica y ecol6gicamente. Estos 7 elementos
Popofsky (1913). Mas tarde Riedel (1958 y esqueletarios basicos son (fig. 146): espina
otros) Y Petrushevskaya (1962, 1964, etc.) apical, espina vertical, espina dorsal, espina
continuaron esta linea de estudio dando las lateral derecha y espina laterla izquierda;
bases para un sistema modificado basado en todas ellas se conectan a la barra central y de
1I, esta ultima esta suspendido el axostilo. Los
elementos enumerados estan ubicados, prin-
cipalmente, en el segmento cefalico y, gene-
ralmente, modificados por la adici6n de espi-
nas secundarias, arcos esqueletarios, etc. Su
estudio es sumamente complejo y escapa a
los objetivos de este trabajo: el lector intere-
1----'--5 sado puede consultar el excelente trabajo de
Petrushevskaya (1971 a) donde la materia se
1
discute en detalle y profundidad.
---6 Otras caracterfsticas que deben ser tomadas
-----7 en consideraci6n para la identificaci6n de las
especies de Nassellaria son (fig. 145) (en
todoslos casos se hace referencia a ejempla-
res adultos y bien desarrollados): cetalo: pre-
---9 sencia 0 ausencia, tamaiio relativo, porosi- j.
dad, apendices (espinas 0 tubos). presencia de
"
,'
I I
surcosoblicuos 0 sagitales, tipo de conexi6n
~:-------1O
con el t6rax, presencia-ausencia de anillo sa-
i
I
gital. Cantidad de segmentos post-cefalicos. ,j
11 Perfil general del organismo. Presencia de
alas en el t6rax y de pies 0 espinas divergen-
tes. Disposici6n y densidad de los poros,
4 En el estudio de Polycystina, normalmente, se
recur're a una serie de mediciones de los
ejemplares, evaluaci6n de las relaciones en-
tre los elementos constituyentes, tipificaci6n
de estructuras y superficies, etc. Tarnbien
existe una cantidad de adjetivos clave que
denotan caracterfsticas definidas, como, por
,
"
(
: ejemplo, "poroso", "esponjoso". "cancela-
do", en referencia a tipos de pared. Lamenta-
If
blemente, en muchos casos, no se sabe a
"\1 , ciencia cierta si tal 0 cual para metro 0 carac-
ter es realmente valido para taxonomfa, y a
que nivel. Por otro lado, si bien en la mayorfa
de los casos unci superficie "porosa" es neta-
mente diferente a una "esponjosa" (ver fig.
Fig, 145. Detalles morfol6gicos de importancia sistematica en 144; comparar Cenosphaera compacta, fig.
un Nassellaria (Cyrtellaria) hipotetico. 160-22, de superficie porosa, con Spongaster
1) Cefalo; 2) T6rax; 3) Abdomen; 4) Segmentos post-
abdominales; 5) Cuerno (espina) apical; 6) Tubo (=sr-
tetras, fig. 160-64, de superficie esponjosa),
f6n) cefalico: 7) Constricci6n cervical; 8) "Alas"; 9) hav numerosas posibilidades intermedias 0
Constricci6n lumbar; 10) Poros en hileras verticales indefinidas. Lipman (1975), en un intento de
(0 longitudinales); 11) Constricci6n postabdominal;
12) Poros en hileras horizontales (0 transversales); unificar los criterios en uso ha propuesto una
13) "pies" (tripode); 14) Boca.
serie de definiciones y pautas a utilizar en el
(Original).
analiais de Radiolaria. Riedel (1978) destac6,

263

"
F=-~----~------~--------------------------~
Radiolaria
x ;"

( \
paleontoloqa ella rnisrna. escribe: "In defining
species we, micropaleontologists, are on
uncertain grounds because the species we
, '.

erect are probably not true species in the bio-


logical sense".

Biologia
R eproduccion y desarrollo

Hertwig (1876), Borgert (1909), Brandt


(1905), Huth (1913), etc., suqirieron la exis-
Fig. 146. Esquema de la disposicion de los componentes es- tencia de dos ciclos paralelos en la repro-
queletarios basicos en algunas especies de Nasse- duccion de Radiolaria: una isosporoqenesis
lIaria.
resultante en una reproduccion asexual, y
A) Lithamphora furcaspiculata; B) Dimelissa (=Litho-
melissa) sp.: C) Semantis sp.; (Eoceno); D)Saccospy- una anisosporoqenesis resultante en una se-
ris antarctica; E) Cornutella sp a) Espina apical; ac) xual. Investigaciones posteriores (Hollande y
Antecafalo; an) Barra anterior; ax) Axostilo; bc) Barra
central; c) Cefalo; d) Espina dorsal; j) Barra jugal; Enjumet, 1960; Cachon V Cachon, 1969) ha-
I) Espinas laterales; Is) Barra lateral secundaria; lIaron que las anisosporas descriptas no per-
rn) Barra mitral; p) Barra pectoral; pc) Post-cetalo: v)
Espina vertical. tenecen en realidad al radiolario, sino a un ,:> r 1-

(A: sequn Riedel, 1958; B-E: sequn Petrushevskaya, dinoflagelado par asito del primero. Hollande f.:.o .
=
1971 a). V Enjumet (1960) concluven que hay dos ti- ","

pos de reproduccion en Radiolaria: por divi-


acertadamente, que la obligatoriedad de ajus- sion binaria V por medio de la produccion de
tarse a la nomenclatura binaria V alas des- esporas iguales, fJageladas, que no funcionan
cripciones clasicas para 113 definicion de los como gametas, Anderson (1976a) estudio la
taxones (radiolarios rnesozoicos. en este caso) reproduccion de Sphaerozoum punctatum
incide, frecuentemente, sobre la presicion V (Collodaria) observando la producciori de pro-
estabilidad de las clasificaciones. En un inten- paqulos flagelados,
to por paliar este inconveniente propuso un
En algunas especies pueden registrarse esta-
sistema descriptivo standard actualmente en
dfos ontoqeneticos sucesivos; tal es el caso de
uso en sus laboratorios de la Universidad de
numerosos Nassetlaria con un nurnero de
California, V un procesamiento computacio-
segmentos inferior al normal para la especie,
nal de esta informacion sisternatizada.
o de Spumellaria, con cantidades .atipicas de
Resulta interesante destacar que una gran esferas concentricas, Sin embargo, en algu-
parte de las especies de Polvcvstina fueron nas especies la forrnacion de todo el esquele-
erigidas sobre la base de material fosil V/o por to, aparentemente, ocurre sirnultanearnente
paleontoloqos, V si bien la sistematica de las de tal manera que los individuos practicamen-
formas actuales tarnbien esta basada casi te carecen de estadfos juveniles (Petrushevs-
exclusivamente sobre las estructuras esque- kava, 1971 a).
letarias duras, los criterios del bioloqo V del
Huth (1913) suqirio que la longevidad indivi-
paleontoloqo suelen diferir en este sentido.
dual de Radiolaria lIega a varios meses; Casey
En efecto, el paleontoloqo, general mente, .< :
et al. (1971) calcularon en alrededor de un .-~
busca una delirnitacion'practica que Ie perrni-
mes la vida promedio de los radiolarios de la
ta reconocer tal 0 cual estrato, evento paleo-
region de California.
ecoloqico. etc., sobre la base de los organis-
mos hallados en la muestra. Mientras que el
bioloqo esta interesado en definir una verda-
Alimentacion: mecanismos
dera especie en el sentido bioloqico del terrni- Practicarnente no existen investigaciones en
no, sin importarle la utilidad practice del ta- este respecto. A juzgar por su morfologfa es
xon. Tal es asl que Nigrini (1977, p, 243), loqico inferir que los radiolarios utilizan sus

264
Radiolaria

pseudopodioS para la obtenci6n del alimento. cion de los radiolarios responde, en lineas
Las zooxantelas sirnbioticas que muchas generales, a la de las diferentes masas de
especies contienen en su citoplasma segura- agua (Casey, 1971; Petrushevskaya, 1971 a;
mente constituyen la mayor (si no unica) etc.).
fuente de alirnentacion de aquellos (Ander-
EI Artico posee una fauna endemics mas
son, 1976b; Khmeleva, 1967).
pronunciada que ninqun otro oceano. Este
conjunto ocupa. preferentemente, las aguas
Motilidad superficiales, mientras que las mas profun-
Los unicos movimientos con que cuentan 105 das son habitadas por especies bipolares 0
radiolarios son aquellos de indole vertical de- cosmopolitas (H ulsernann. 1963). La diversi-
bidos a la produccion 0 reduccion de gotas de dad especffica en esta area es comparativa-
!ipidos y qases en el seno de su citoplasma. mente baja.
Las aguas que rodean el Continente Antartico
Adaptaciones a la vida planctonica
cuentan con una fauna relativamente homo-
EI sistema de alveolos del citoplasma carga- genea (Hays, 1965; Goll y Bjerklund, 1974). AI
dos con agua sobresaturada en dioxide de car- sur de la Convergencia Antartica las aguas
bono probablemente sea el mecanismo de flo- superficiales son extremadamente pobres en
taci6n mas importante. Estos alveolos pueden Radiolaria (Petrushevskaya, 1966). Riedel
ser destruidos y reformados nuevarnente. tal (1958), basandose en un estudio de material
vez con la intervencion de la actividad de las bentonico. concluvo que las especies antarti-
algas sirnbioticasv perrnitiendo al organismo cas endernicas y las cri6filas bipolares estan
migrar vertical mente. Las gotas de aceite en restringidas a no mas de 200 m de profundi-
el citoplasrna (Strelkov y Reshetnjak, 1971) v. dad, mientras que los sedimentos obtenidos a
en menor medida, la capacidad de adherirse a .profundidades mayores son ricos en especies
otros objetos (en este caso - flotantes) tam- cosmopolitas. La diversidad en esta region
bien pueden constituir mecanismos adaptati- tarnbien es baja: Petrushevskaya (1967) en-
vas. La complicada estructura del esqueleto contra que mas del 50% (a veces hasta el
seguramente tiene poca importancia para la 99%) de la fauna antartica por eJla estudiada
flotacion ya que este esta sumergido dentro estaba representada por alrededor de 30
del citoplasma y solo emergen los extremos especies, las 70 restantes identificadas eran
de las espinas mayores (fig. 143). escasas 0 raras. Las investigaciones de Loza-
no y Hays (1976) corroboraron esta conclu-
sion: mas del 80% de la fauna encontrada en
Distribucion los sedimentos de los sectores antarticos del
Atlantico e lndico estaba representado por.
Distribuci6n horizontal sola mente, 27 taxones (especies y subespe-
cies). Los valores de densidad registrados por
Los radiolarios habitan todas las zonas clirna-
Petrushevskaya (1967) en Antartica oscilaron
ticas de todos los oceanos. desde la superficie
en las decenas de cientos de individuos por
hasta las grandes profundidades. Son orga-
rnetrocubico de agua.
nismos tipicamente pelaqicos y, aparente-
mente, sus hallazgos en zonas costeras son Las zonas de -transicion estan ocupadas por
fen6menos accidentales: los unicos datos integrantes de una fauna peculiar y por inmi-
referentes a la existencia de especies neriti- grantes provenientes de los polos v. sobre
cas (Kruglikova, 1969; Petrushevskaya, todo, de las areas tropicales. Muchos autores
1971a) aun requieren confirrnacion (Petrus- . destacaron la existencia de limites definidos
hevskaya, op. cit.t. Como sucede con la entre los complejos polares, los de transicion
rnayoria de los grupos planctonicos, su mayor y los tropicales. Usual mente estos limites son
diversidad ocurre en los tropicos y disminuye coincidentes con frentes hidroloqicos. Hays
gradualmente hacia los polos. Investigacio- (1965), Nigrini (1967) y Petrushevskaya
nes sobre material planctonico y de sedimen- (1966) notaron que la Convergencia Antartica
tos (fig. 156) han demostrado que la distribu- separa conjuntos faunisticos diferentes. Kru-

265
Radiolaria

glikova (1969), Nigrini (1970) y Casey (1971), den su distribuci6n hasta las areas de transi-
independientemente, establecieron el parale- ci6n, mientras que otras se restringen a la
10 400 como limite divisorio de asociaciones zona ecuatorial exclusivamente. La misma
faunisticas dierentes en el Pacifico Norte. autora concluye que no ha podido aun sepa-
rar biogeograticamente las areas de transi-
Boltovskoy y Riedel (1980) y McM illen y Casey ci6n de las tropicales.
(1978) identificaron alrededor de 100 espe-
cies de Polycystina en materiales del Atlanti- Los integrantes del complejo faunistico ecua-
co Sudoccidental y del Golfo de Mexico - Mar torial no invaden las zonas polares, pero el
Caribe, respectivamente. Renz (1976) deter- fen6meno inverso fue notado por numerosos
min6, en el Pacifico, 80 especies en 22°N y 75 investigadores. Estas especies cri6filas inva-
en 25°S. Cifelli y Sachs (1966) estudiaron la soras generalmente avanzan hacia los tropi-
densidad de Radiolaria en una transecta de cos no en superficie, sino a cierta profundi-
25 estaciones de plancton a 10 largo del dad. Casey y McMillen (1977) encontraran
rnendiano Bfi'W. desde 13°S hasta 41 oN; sus que estos organismos pueden constituir bue-
resultados demostraron un gradual (aunque nos indicadores de areas de afloramientos y
no regular) decremento de la densidad con el citan a Conchasma sphaeru/ites (Phaedoria),
incremento de latitud. Esta irregularidad tam- Spongotrochus g/acia/is y Tetrapy/e octacan-
bien fue mencionada por otros autores, e.g., tha como ejemplos de especies de estetipo en
Casey (1977), Goll y Bjorklund (1974). Riedel y el Golfo de Mexico.
Sanfilippo (1977) postularon que las areas
Adernas de estos grupos de distribuci6n
subpolares son levemente mas ricas en espe-
geogr6fica limitada existe, en la opini6n de
cies que 105 centros de baja productividad de
algunos investigadores (Casey, 1971; McMi-
las latitudes medianas. Estos ultirnos son las
llen, 1976; Petrushevskaya, 1966; Riedel,
areas mas pobres en plancton en general (ver
1958), una fauna cosmopolite de profundi-
p. 239), y en Polycystina en particular, del
dad. Sequn Petrushevskaya (1971 a) estos or-
Oceano Mundial (Berger, 1974; Casey, 1977;
ganismos son representantes de taxones muy
Riedel y Sanfilippo, 1977; ver tarnbien fig.
antiguos que han sobrevivido gracias alas
153). Los calculos de abundancia absoluta de
condiciones sumamente estables de su media
organismos dependen del metoda utilizado;
ambiente.
Petrushevskaya (1971 b), en muestras de
botella, hall6 entre 10.000 y 16.000 ejempla- Las fluctuaciones estacionales de las pobla-
res por m3 de agua (Pacifico Subtropical), y ciones de Radiolaria y el registro de formas
McMillen y Casey (1978), en muestras de red alot6picas es un fen6meno frecuentemente
de 0,076 mm, solamente 17 a
150 por m3 observado. Normalmente es provocado par
(Atlantico Subtropical Norte). los movimientos de agua que aportan orga-
nismos caracteristicos del lugar de origen de
Renz (1976) registr6 alrededor de 110 espe-
la masa en movimiento. Bernstein (1934),
cies de Radiolaria en el Pacifico Ecuatorial.
Casey (1966), Popofsky (1908), entre otros,
Petrushevskaya (1971 a) cita varios cientos de
describen observaciones de este tipo en areas
especies obtenidas en la franja tropical de los
sujetas a regimenes hldricos estacionalrnen-
tres oceanos" notando que algunas de ellas
te ciclicos.
(i.e.: Pterocanium preetextum. Lamprocyclas
meritetis. Theocorythium trachelium) extien- EI aporte de los diferentes taxones suprage-
nericos a la poblaci6n total de Radiolaria no es
hornoqeneo. De la figura 147 se desprende
que, frecuentemente, Nassellaria son leve-
mente dominantes sobre Spumellaria en
• Todas las cifras de cantidades de especies halladas en dife- cantidad de especies .
rentes areas geograticas solo reflejan muy aproximadamen-
te la variedad de las faunas en cuestion. Muchos investiga- A diferencia de la gran mayoria de los grupas
do res no lIegaron a identificar y, en consecuencia, obviaron planct6nicos, el conocimiento actual de Ra-
los grupos mas complejos (e.g., pilonidos, litelidcs]. mientras
que otros (en particular Petrushevskaya) los estudiaron e in-
diolaria esta basado en mayor medida sobre
cluyeron en las publicaciones. muestras de sedimentos que sobre material

266
Radiolaria

;i- 0 mentos del Atlantico Sur, citan 7 especies


la t como representativas de modelos distribucio-
1a -, , nales en el area. De est as 7, por 10 menos 4,
, aparentemente, estarian bien representadas
a-
iI- en la zona estudiada por Boltovskoy y Riedel
(1980) (47 muestras de plancton. la mavorla
con abundante material de Radiolaria), y por
a-. " Jankilevich y Boltovskoy (en preparacion)
el (aproximadamente 45 muestras de sedimen-
)s SPUMELLARIA NASSELLARIA
tos, 9 de'ellas con muy abundante material de
a- Radiolaria); sin embargo, ninguna de las 7 fue
Fig. 147. Porcentajes aproximados de especies de Spumella-
}i- ria y de Nassellaria en las poblaciones de Polvcvsti- realmente abundante en los materiales de
li- na estudiadas por diferentes .investigadores.
Boltovskoy y Riedel y deJankilevich y Boltovs-
in 1) Petrushevskaya, 1966 (Oceano Mundial); 2) HLiI-
koy, y 3 no fueron encontradas en absoluto.
semann, 1963 (Artico); 3) Renz, .1976 (Pacifico Tropi-
cal; 4) Riedel, 1958 (Antartico): Hays, 1965 (Antarti- Goll y Bjerklund (1974) destacan que la diso-
y ,< co); 6) Nigrini, 1967 (lndico): 7) Haeckel,1887 (Ocea-
no Mundial); 8) ling, 1972 (Mar de la China); 9) Bol-
lucien diferencial de los restos de Radiolaria
1),· ~ tovskoy y Riedel; 1980 (Atlantico Sudoccidental). en las distintas areas es responsable de las
1-
(De Boltovskov y Riedel. 1980). diferencias en la distribucion de sus densida-
des maximas en el fondo y la de los fosfat os
-t,
(productividad) en las aguas suprayacentes
In planct6nico. Varios investigadores (Petrus- (fig. 153). Berger (1970a) postula que el
Ie , hevskaya, 1966, 1971 a; Renz, 1976; Strelkov Atlantico Sur es, de todas las areas oceanicas.
1- ; y Reshetnjak, 1971), utilizando ambos rneto- la mas desfavorable en 10 que a la preserva-
-I, - dos de coleccion. esbozaron esquemas com- cion de restos siliceos se refiere; seg un sus
1-
.~
parativos de los resultados obtenidos conclu- calculos gran parte de los esqueletos siliceos
r- yendo .que los modelos de distribucion son de los organismos plantonicos muertos son
~ coincidentes en lineas generales, 0 que la disueltos aun antes de lIegar al fondo*. Sin
!y
;s distribucion de las especies en 105 sedimentos embargo, en algunas zonas especialmente
0 evidencia correlaciones positivas con la hi- productivas, con aflor arnientos. donde la pro-
drologia de las aguas suprayacentes (Lozano y ducci6n compensa los efectos disolutivos.' se
Hays, 1976). Sin embargo, en algunas areas nota una neta correlacion positiva entre aque-
I-
con caracteristicas hidroloqicas especiales lIa (Ia produccion) y la cantidad de restos de
S
(e.g., el Atlantico Sur) el transporte post- Radiolaria en el fondo (e.g., frente al Cabo
e mortem de los caparazones, asi como su Barbas, Africa, cf. Diester-Haas, 1976). La
}r
activa disolucion, provocan serios desfasa- figura 148, basada sobre datos de Goll y
I-
jes en esta similitud (D. Boltovskoy, 1980; Bjerklund (1974), y cuyos resultados fueron
e McMillen y Casey, 1978). Petrushevskaya parcial mente confirmados por Lozano y Hays
),
(1971a) encontro grandes diferencias en las (1976), brinda una idea aproximada acerca de
s, cantidades de forrnas juveniles en el plancton las densidades de Polycystina en el area.
s y en los sedimentos atribuvendola a la baja Lamentablemente, no existen datos acerca de
,- mortalidad de 105 individuos juveniles y ala di- la densidad de Radiolaria en el plancton del
solucion selectiva de 105 caparazones en el Atlantico Sudoccidental, pero fuera de algu-
fondo. Este ultimo tenorneno puede distorsio- nos puntos concordantes este esquema segu-
s nar profundamente la imagen real de la bioce-
e nosis cuando esta es investigada a traves de
su necrocenosis correspondiente. Haeckel
(1887, p. clx) destaca: " ... in the Eastern tropi-
cal Atlantic no specimens from the bottom • Estos factores explican la seguramente erronea opinion de
IS Were obtained but a rich pelagic radiolarian algunos autores (e.g., Negrini, 1967) acerca de la relativa
fau~a was demonstrated by numerous prepe- pobreza del Attantico en 10 que a la biocenosis de Radiolaria
J-
se refiere. Petrushevskaya (1971 a) destaca que no nota ma-
e ratIons from the surface." Goll y Bjerklund yores diferencias en la cornposicion faunistica del plancton
31 (1974), estudiando los radiolarios en sedi- de 105 tres oceanos mayores. .

267
-,
Radiolaria

g&32
mIJ3
tes subsuperficiales y profuridas que despla-
zan a los caparazones en proceso de sedimen-
taci6n de su lugar de vida original (D. Boltovs-
koy, en prensa; Lozano y Hays, 1976).
r::::::::J
~
4 De todo 10 antedicho puede concluirse que la
biocenosis de Radiolaria del Atlantico no es
CJ5 mas pobre que las del Pacifico e lndico. pero
que su tanatocenosis silo es y pr acticarnente
no se conocen, en el lecho de este oceano,
verdaderosfangos de Radiolaria (Goll y Bjork-
lund, 1971, 1974) como aquellos que cubren
grandes extensiones del Pacifico e lndico
(figs. 148 y 153).
I
}

Fig. 148 Distribuci6n cuantitativa y preservaci6n de los es· Distribuci6n vertical


queletos de Radiolaria en los sedimentos del Atlanti-
co Sur. Aparentemente, los radiolarios no realizan
1) Mas de 100.000 tecas por gramo de sedimento; migraciones verticales diarias (Casey, 1966), .1
2) 100.000 a 50.000); 3) 50.000 a 10000; 4)
10.000 a 1.000; 5) Menos de 1.000.
(Redibujado de Goll y Bjerklund. 1974).
pero cambian de nivel en relaci6n con fen6-
menos meteorol6gicos
medio (Khmeleva, 19'67).
y quimicos de' su Ji

La figura 149 ilustra las zonaciones que


ramente no refleja las densidades en las
diferentes autores hallaron en la distribuci6n
aguas suprayacentes sino mas bien las condi-
de Radiolaria en la columna de agua. Los re-
ciones fisico-qu irnicas de preservaci6n de
sultados de las investigaciones de Beers y
restos siliceos (D, Boltovskov. en prensa; ver
Stewart (1971), McMillen y Casey (1978), Pe-
tarnbien McMillen, 1976, p. 38), Hurd (1972)
trushevskaya (1971 b), Kling (1979), y otr as
postula que solamente el 0,05-0,15% del
contribuciones menores, si bien con algunas
silice amorfo producido en la columna de
discordancias entre sl. permiten deducir el
agua se conserva en los sedimentos (ver
siguiente cuadro general: la concentr acion
tarnbien p. 277); y la conservaci6n de rest os
maxima de organismos ocurre en la capa
en el fonda depende, no sola mente de su
superficial (McMillen y Casey, 1978; Golfo de
producci6n bioqenica. sino tarnbien del pH, de
Mexico y Mar Caribe), 0 a unos 50-100 m de
la temperatura y de la concentraci6n del sllice
aquella (Beers y Stewart, 1971; Kling, 1979;
disuelto en el agua suprayacente e intersti-
Petrushevskaya, 1971 b). Los valores maxi-
cial. La existencia de correlaciones entre la
mos de densidad registrados son altamente
productividad general del area y la densidad
variables: desde unos 300 hasta mas de
de esqueletos de Radiolaria en el fondo, cuan-
80.000 individuos por m3 de agua.
do existe, se debe a que la mayor cantidad de
restos silfceos en' disoluci6n (de diatomeas, EI trabajo de Kling (1979), realizado en el
silicoflagelados y radiolarios) eleva el tenor de Pacifico tropical, es, probablemente, el estu-
silice disuelto en el agua retardando, conse- dio mas detallado, meticuloso y digno de con-
cuentemente, la disoluci6n de los sedimentos fianza publicado hasta la actualidad sobre
siliceos bioqenicos depositados ulteriormen- este tema. Este autor hall6 dos rnaxirnos de
te. concentraci6n de Polycystina: uno en la
Adernas de los mencionados, existe en el superficie y otro, mayor que el primero, a unos
Atlantico Sur un problema especifico que 50 a 100 m de profundidad (fig. 150). Adernas,
condiciona serios desfasajes entre los mode- Kling (op. cit.) defini6 5 grupos de especies de
los de distribuci6n real (planct6nico) y refleja- acuerdo a sus preferencias batirnetricas. a
do (bent6nico); se trata de las fuertes corrien- saber:

268
J

&
;
..
~ . .~-
I AUTOR HAeCKEL. 1887- LO BIANCO. 1903 HAECKER,I908- f'QPOFSKY. HU3 RESHETNJAK. 1955· HlJLSEMANN. 1ge3 PETRUS1-4EVSKAYA,1961; PETRUSHEVSKAYA,1971b
CASEY, 1966

ATLANTICO
AREA DC. MUNOIAL M.EOITERAANEO oc. MUNOIAL ~ACIFICO
PACIFICO PACIFICO "ACIF1CQ ~ COSTAS
INDICO NORTE "'RTleo Dee CALIFORNIA
eCUATOAIAL

0
ZONA PELAGICA PHAEOPLANKTON
ZONA DE COLLOIDEA FAUNA SUPERFICIAL FAUNA SUPERFICIAL
0:.
Zona IhuninAda (2spp.)
(Temp.20-28·C; Ii:~
FAUNA
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ENDEMICA _ 75 _0:
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Fig. 149. Distribuci6n vertical de los radiolarios de acuerdo a diferentes autores (los estudios marcados con asterisco OJ
D-
N incluyeron Acantharia y/o Phaeodaria). o
0> cu
to (Original).
OJ
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Radiolaria

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I
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Fig. 150. Distribuci6n vertical cuantitativa de Polycystina en


dos estaciones en el Pacifico Subtropical Norte
(aproximadamente 35oN, 1500W).
(Levemente modificado de Kling, 1979).
Fig. 151. Cantidad de Radiolaria vivos (1) y de esqueletos sin.
protoplasm a (2) en una estaci6n oceanogrMica en el
Pacifico ecuatorial. A) Profundidad en metros; B: Nu-
mere de individuos por metro cubico de a9ua.
(De Petrushevskaya, 1971 b).
1) Especies superticiales que exhiben una
brusca disminuci6n en los primeros 25-50 rn,
incluyendo a Heliodiscus asteriscus, Lithope-
ra becce. Panartus (=Ommatartus) tetratha- calcul6 la variaci6n en el nurnero de indivi-
lam us, Pterocanium praetextum eucolpum, duos vivos y de esqueletos sin protoplasrna en
Tetrapyle octacantha, Spongaster tetras irre- el intervalo 0-4500 m hallando que los
gularis, etc.); 2) Especies subsuperticiales valores maxirnos ocurrian a, aproxirnadarnen-
superiores, raras 0 ausentes en la capa te, 100 m (fig. 151). Sin embargo, estas
superficial, caracterizan la profundidad de 50 conclusiones son contradictorias con los
a 100 m: Stylochlamidium venustum, Antho- resultados de McMillen y Casey (1978) quie-
cyrtidium ophirense. Neosemantis distepha- nes hallaron que la concentraci6n maxima se
nus, Pterocorys clausus, Litharachnium ten- da en la capa superficial, declinando paulati-
torium, Spongodiscus resurgens, etc.; 3) Es- namente con la profundidad (Golfode Mexico
pecies subsuperficiales inferiores, cuyo maxi- y Mar Caribe).
mo de abundancia oscila alrededor de los 100
a 200 m: Lamprocyclas maritalis polypora, Las especies que contienen zooxantelas sirn-
Theocalyptra bicornis, Theocalyptra davisia- bi6ticas en su citoplasma estan intimamente
na cornutoides. Spongocore puel/a, Hyme- ligadas con la zona euf6tica, principalmente
niastrum euctidis. Pseudodictyophimus gra- con la capa de 0-20 m (Khmeleva, 1967).
cilipes, etc.; 4) Especies de profundidad varia- Algunas formas cosmopolitas como, por
ble: Lipmanella dictyoceras, Siphonosphaera ejemplo, Cornutella profunda (fig. 160-117),
polysiphonia, Stylodictya vetidispine. Ptero- ocupan las aguas subsuperficiales en las
canium trilobum, etc.; y 5) Especies profunda- zonas pol ares, pero descienden al acercarse a
les. ausentes en la epipelagial, esparcidas en los tr6picos.
baja densidad hasta los 2000 m (maxima pro-
Existen ciertas observaciones (Haeckel, 1881;
fundidad muestreada): Cornutel/a profunda,
Haecker, 1907, 1908) de acuerdo alas cuales
Peripyramis circumtexta, etc.
las formas superficiales tenderian a ser mas
Petrushevskaya (1971 b), basandose en una espinosas, esfericas y delicadas que las de
estaci6n de plancton en el Pacifico Tropical, profundidad. Estas ultirnas poseerian esque-

270
-.'t ~.
i!

Radiolaria

letos mas macizos y evidenciarian una mayor densidad de Radiolaria suelen coincidir con
tendencia hacia la bilateralidad y a la reduc- aquellos de las bacterias degradadoras; este
cion de apendices. Sin embargo, este fen6me- Ienomeno sugiere que las bacterias podrian
no no fue confirmado por investigaciones mas constituir una irnportante fuente de alimento
recientes. para los protozoos.

EI porcentaje de carbona orqarnco que es


consumido por 105 radiolarios en las comuni-
Utilidad e importancia dades pelaqicas es. probablemente, bajo. pero
su importancia ecol6gica puede radicar en el
Situaci6n de las redes tr6ficas hecho de constituir un eslab6n intermediario
entre la materia orqanica en suspension, los
En ciertas regiones las zooxantelas sunbrou- detritos y el nanoplancton por un lado, y los
cas que contienen 105radiolarios en sucito- consumidores secundarios por el otro. brin-
plasma desempeiian un irnportantisirno rol en dando a estos ultirnos particulos de alimento
la produccion de materia orqanica: Khmeleva de tamaiio aprovechable (Casey, 1977; Ry-
(1967) encontr6 que en el Golfo de Aden la ther, 1969). McMillen (1976) propone un
produccion de 105 fitoplancteres de vida libre esquema hipotetico de las relaciones tr oficas
lleqa a ser 2 y hasta 3' veces mas baja que de Polycystina que se reproduce en la figura
aquella de las zooxantelas de 105 generos 152.
J
I Col/ozoum y Sphaerozoum. La misma autora
1 postula que, en vista de que son disueltos por
el formaldehido, el papel de 105 radiolarios
Indicadores hidrol6gicos
desnudos es normal mente subestimado por
la mayorfa de 105 investigadores. A fines del siglo pasado y principios de este
J Si bien no existen pruebas directas de ello, es
comenzaron a salir a luz los primeros trabajos
que intentaban una correlacion entre 105

I opinion general que estos protozoos se ali-


mentan de fitoplancton (no es raro encontrar
tecas de algas unicelulares dentro de su cito-
plasma: Adshead, 1967) y de materia orqani-
aspectos faunisticos y las caracterfsticas
abioticas de las areas muestreadas. En la
segunda mitad del presente siglo han apar eci-
do numerosos trabajos dedicados al estudio
ca en suspension (Beers y Stewart, 1971). de la zonacion oceanica por medio de los
Otros hallaron que los estratos de maxima complejos faunisticos de Radiolaria, pero la
. I
alta cantidad de especies y la complejidad de
I
1
su identificacion han obradoen detrimento
del progreso en este campo. Numerosos

I1 t'out:y:-;TI'\\----- FlTOPLANCrON ~
investigadores han buscado una solucion a
este inconveniente optando por el uso de frac-
ciones parciales de las bio 0 tanatocenosis
estudiadas, empleando solo aquellas espe-
cies cuya identidad ofreciera menores dudas
\ (Casey, 1971; Kling, 1976; Nigrini, 1967). Sin
-I embargo, casi todos los trabajos de este tipo
j salidos hasta la actualidad tienen una orien-
! tacion generalizada: corroboran la existencia,
en Radiolaria, de grupos faunisticos coinci-
·1 dentes con regiones clirnaticas oceanicas.
I pero nodesarrollan modelos de circulaci6n
i mas detallados que los establecidos por otros
Fig. 152. Probables relaciones troficas de Polycystina en 105 medios. EI uso de los radiolarios en calidad de
ecosistemas pelaqicos. Las flechas gruesas repre-
sentan relaciones probables directas, las delqa-
indicadores hidrol6gicos es un campo en vias
das, relaciones probables indirectas 0 parciales. de desarrollo. Las caracteristicas de este
(Modificado de McMillen, 1976). grupo satisfacen suficientemente los requisi-

271

.~.i,.
.

.
\-.~ .'. .

.'.:--
Radiolaria

tos de un buen indicador (ver E. Boltovskoy, las prospecciones mineras y en la ingenieria


1970), y si su clasificacion, como es de civil - para la construccion de obras tales
esperar, se clarifica, lleqar an a constituir un como represas, tuneles, canales, puentes, ca-
excelente arma en este sentido. rreteras, etc.

Bioestratigrafia Paleoecolog ia
A pesar de los numerosos trabajos realizados Casey (1970), Hays (1965), Nigrini· (1970),
anteriormente, solo en la decade del 1950 se etc., son algunos de los investigadores que
afirrno la certeza de que Polycystina pueden ensayaron la deduccion de paleotemperatu-
ser exitosamente utilizados como indicadores ras sobre la base del estudio de las faunas
estratigrMicos. Los trabajos de Riedel (1952, fosiles de Hadiolar ia. Los metodos utilizados
1953, 1957, etc.) probaron fehacientemente son, basicarnente. dos: evaluacion de la
que los radiolarios son perfectamente aptos r elacion porcentual entre las especies terrno-
para este fin ya que experimentaron una evo- filas y las criofilas: y la cornparacion de las
lucien no menos rapida que los dernas necrocenosis recientes - media terrnica
rnicroplancteres marinos. Adernas. tienen anual con tanatocenosis fosiles. y consecuen-
una amplia distribucion geogrMica y gran te deduccion de la paleotemperatura corres-
cantidad de especies (tanto fosites como pondiente (Bandy et el., 1971).
actuales); sus restos se registran desde, por 10
menos, el Ordovicico hasta la actualidad. Es necesario destacar. sin embargo, que la
disolucion selectiva de los caparazones en la
En un principio el desarrollo de las zonaciones columna de agua y en los sedimentos pueden
por medio de Radiolaria estaba en una etapa ser responsables de grandes diferencias en-
experimental y sus resultados eran acceso- tre la faLina planctonica y el contenido de 105
rios a aquellos obtenidos por intermedio de depositos subyacentes. Esta circunstancia
otros rnicrofosiles. principalmente Foramini- puede limitar notablemente la utilidad de 105
fera. Actualmente los esquemas basados en protozoos fosiles como indicadores paleoeco-
ellos son totalmente independientes y, si bien logicos y, al contrar.io de 10 postulado por
sus restos son menos abundantesque los cal- McMillen y Casey (1978), pone en tela de
careos. tienen sobre estes la gran ventaja de juicio la validez de rnuchos de los estudios de
no estar limitados por la profundidad (ver esta indole realizados hasta el rnornento (ver
p.273). D. Boltovskoy, 1980).
Con la creacion del "Deep Sea Drilling Pro- Los estudios paleoclimatologicos tienen gran
ject" el estudio de Polycystina fosiles experi- importancia en relacion al conocimiento de la
mente un adelanto espectacular y, como paleodistribuci6n de los continentes, el des-
resultado de estos trabajos, el registro fosil plazamiento de los polos, la geologia de nu-
del Cenozoico se ha dividido en, aproximada- merosos depositos minerales de importancia '~
mente, 30 zonas, cada una caracterizada por econornica. las teorias evolutivas, etc.
un complejo peculiar (Riedel y Sanfilippo,
1977). La relacion porcentual cuantitativa de 105
depositos de Radiolaria y Foraminifera fue
La utilidad de los estudios estratigrMicos para
aplicada a la investiqacion de tenornenos
las prospecciones, principalmente de petro-
paleohidroloqicos tales como surgencias, Y
leo, es ampliamente conocida; sus aplicacio-
paleobioloqicos: productividad (Diester-Haas,
nes abarcan una extensa gama de topicos ta-
1977).
les como la datacion de rocas, correlacion
entre estratos, puesta en evidencia de feno-
menos tectonicos en las cuencas sedimenta-
Deposicion
rias, etc. Actualmente, todas las cornpafilas .La extraccion bioloqica (incorporacion al ma-"
petroleras cuentan con especialistas en Ra- terial esqueletario) y posterior disotucion
diolaria entre su personal. Adernas. estos oxidativa del silice es el factor mas importan-
estudios son fundamentales en el campo de te en la requlacion del ciclo de este elemento

272
! Radiolaria
1l
I
Metodos de estudios*
I DEMETRIO BOLTOVSKOY y SIL VIA S JANKILEVICH

Otencion y preservacion
del material
La recoleccion de los radiolarios en el plane-
ton, normalmente, se realiza por medio de
redes cuyas caracteristicas se definen de
acuerdo al tipo de muestreo deseado (vertical,
horizontal u otros). En vista de que la rnotili-
Fig 153. Areas r icas en sedimentos siliceos en el Oceano dad de estos protozoos es pr acticarnente nula,
Mundial. En las zonas tropicales el componente do-
minante del sedimento son los radiolarios, mientras no existe, en este caso, el problema de la
que en las polares - las diatomeas. evasion (ver p. 81) pudiendo, por 10 tanto,
(Redibujado de Berger, 1974). utilizarse redes de diarnetro de boca pequefio.
Sin embargo, tanto en las aguas superficiales
con baja densidad de Radiolaria, como en los
muestreos de las capas profundas, es aconse-
jable el uso de una red grande ya que esta
colectara material mas numeroso y represen-
en los oceanos. Sequn lisitzin (1971) los tativo que una pequefia. Para los barridos ver-
plancteres marinos con estructuras de Si ticales estratificados es preferible el uso de
(diatomeas, dinoflagelados, radiolarios) utili- redes con sistema de estrangulamiento (tipo
zan anualmente de 80.000 a 160.000 rnillo- Nansen, fig. 14) y no las de cierre por medio de
nes de toneladas de Si para construir sus una tapa (por ejemplo, Clarke-Bumpus, fig.
esqueletos. Gran parte de los caparazones (90 15), ya que estas ultirnas pueden cerrar im-
a 99%) son disueltos a un antes de tocar el perfectamente pudiendo, eventual mente, ad-
fondo (sobre todo los de diatomeas), y del mitir material pequefio luego de tapadas. EI
remanente solo un 2 al 5% no vuelve a recir- tipo de malla ideal es aquel que oscila entre
cularse sino que queda incorporado a los sedi- 0,06 y 0,05 mm de abertura de poro; aunque
mentos marinos. De acuerdo a Heath (1974) las muestras colectadas con mallas de hasta
la extraccion definitiva de Si del cicio (y su 0,1 - 0,12 mm tarnbien pueden arrojar resul-
incorporacion al sedimento en forma de tados interesantes. Para los estudios de tipo
caparazones) es equivalente al aporte del cuantitativo total y para aquellos donde inte-
mismo por parte de los rios y constituye el uni- resan los estadios juveniles deben usarse
co mecanismo mediante el cual en los ocea- telas de entre 0,03 y 0,04 mm; solo estas
nos se mantiene un tenor constants e hiper- retendran adecuadamente los ejemplares en
sUbsaturado de Si disuelto. desarrollo y algunas de las especies mas
pequefias como, por ejemplo, Lithomitra 11-
neata (fig. 160-164).
La superficie total de los sedimentos siliceos
bi6genos en el fondo del Oceano Mundial es Uno de los problemas mas graves en la reco-
de unos 38.000.000 km2 (Sverdrup et el.. leccion de Radiolaria por medio de redes es el
1.942)y en el cintur on ecuatorial los radiola- de la contarninacion entre muestras. Dado el
nos son el componente principal (y, a veces, tarnafio de estos'blancteres. asi como debido
1
I
exclusivo) de estos depositos (fig. 153). Estos a sus esqueletos espinosos, las posibilidades
valo;es solo incluyen las areas pelaqicas: de quedar enganchados en la tela y ser

I ~egunHeath (1974) hasta un 85-90%del total


epositado puede serlo en zonas neriticas
donde su importancia es disimulada por los
Sed' • La presente seccion constituye una version ampliada y
Imentos terrigenos. modificada del trabajo de D. Boltovskoy (1977).

273
Radiolaria

liberados en un lance posterior son especial- 9 de rosa de Bengala por litro de Ifquido; el
mente altas. Por ello se recomienda que luego citoplasma de los individuos originariamente
de cada lance la red sea lavada rnuv cuidado- vivos se tine con un color rosa intenso facil-
samente restregando la tela entre las manes a mente individualizable. Petrushevskaya
fin de eliminar todo residuo identificable de (1966) recomienda la tincion con eosina para
sus mallas. efectuar la misma distincion asegurando que
se obtienen buenos resultados, inclusive can
Debido a su pequefio tarnario V esqueleto
material va seco. sobre filtros. Los ejemplares
rfgido, los radiolarios pueden colectarse exito-
separados deben ser distribuidos en portami-
samente por medio de bombas (p. 43), Ytam-
bien con botellas (p. 53); especial mente en crofosiles 0 montados en balsarno de Canada.
aquellas areas donde sus poblaciones son su- Este procedimiento, a pesar de ser sumamen-
ficientemente densas. te lento V tedioso. es rnuv recomendable para
el procesamiento de las muestras de pequerio
La fijacion. normalmente, se efectua con volumen (e.g., las extrafdas con bombas 0 bo-
formaldehido al 7-10% (preferiblemente sin tellas). Antes de ser montados en balsarno los
neutralizar), 0 por conqetacion. cuando el ejemplares (0 la muestra enteral deben ser la-
objetivo del trabajo es el estudio sistematico- vados para eliminar la sal. Para lavar los capa-
distributivo. Para Polvcvstina, especfficamen- razones uno por uno estes se transfieren par 2
re. el pH de las soluciones debe mantenerse c5 3 banos de agua destilada luego de sacarlos
neutro 0, inclusive. levemente acido (pero ello de la muestra V antes de ubicarlos en el porta-
destruve el material calcareo. ver p. 117). En objetos. Los restos secos de citoplasma que
el caso de los estudios citoloqicos especiales suelen quedar contrafdos en el interior de los
el formaldehido, frecuentemente, es inade- esqueletos dificultando la observacion de las
cuado, V debera recurrirse a fijaciones espe- estructuras internas (e.g., en Actinommidae)
ciales. pueden eliminarse con un bafio en peroxide
Procesamiento de las muestras de hidr oqeno, acido clorhldrico, con luz ultra-
violeta, etc. Una alternativa a este procedi-
para su estudio miento es filtrar las muestras primero can
EI estudio de los ejemplares puede realizarse papel de filtro, secar en estufa el material
directamente, mediante el uso del microsco- retenido V entresacar los esqueletos del resi-
pia invertido. Sin embargo, dado que, general- duo remanente (ver p. 334).
mente, los radiolarios constituven una frac-
cion baja del plancton total, conviene aislarlos EI material, sobre todo cuando es abundante,
previamente. Uno de los rnetodos consiste en puede tarnbien tratarse in toto. Para aprestar
separar a los individuos, uno por uno, directa- la muestra para su montaje (fig. 154) primera-
mente de la muestra hurneda por medio de mente debe eliminarse la mayor cantidad
una micropipeta manual simple 0 mas 0 posible de material ajeno a los radiolarios ya
menos automatizada con sistemas de succion que, de permanecer en ella, este dificultara.
V deposito de los caparazones separadostver hasta el extrema de hacer imposible, el
"Fraccionamiento V separacion", p. 147). Tal analisis de los protozoos. En las colecciones
procedimiento es especialmente recomenda- de plancton pelaqlco este material sxtrano
ble para los integrantes de la familia Cellos- esta representado, casi exclusivamente, por
phaeridae va que es el unico que permite otros organismos planctonicos. Si las mues-
separar las colonias enteras brindando, de tras colectadas seran utilizadas para el estu-
esta manera, una excelente posibilidad para dio de otros organismos, estos deben ser
el analisis de las variaciones intraespecfficas. separados de las mismas antes de cualquier
Tarnbien en el caso de los estudios de la tratamiento ulterior. La elirninacion del ma-
relacion de organismos vivos (en el momenta terial ajeno a Polvcvstina puede efectuarse
de la captura) vs. caparazones sin citoplasma por varios rnetodos: Renz (1976) utilize el
este es practicarnenta el unico sistema aplica- sistema propuesto por Holmes (1967), consis-
ble (ver mas adelante); para ello, la solucion tente en la oxidacion de la materia organica
fijadora es tefiida con, aproximadamente, 0,5 con luz ultravioleta durante 12 horas. Para

274
Radiolaria

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Fig. 154. Esquema de la secuencia de operaciones posibl.es para la preparacion del material para el estudio de Radiola-
ria Polycystina a partir de muestras de plancton (ver el texto para la explicacion detallada).
(Original).

275
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Radiolaria

ello las muestras se centrifugan y lavan antes (foraminlferos, pteropodos) este puede elimi-'
y despues del tratamiento y la reaccion narse agregando unas gotas de acido clorhf-',
oxidants se inicia con unas gotas de peroxide drico y dejando actuar hasta que la reaceion':
de hidroqeno. Sequn esta autora (Renz op. se detenga. Las cenizas, generalmente, ser
cit.) el metoda da buenos resultados y cuenta agregan formando grumos; la elirninacion de'
con la ventaja de no destruir los caparazones estos ultirnos selogra agitando el contenido;'
de los crustaceos si estes quieren conservar- del recipiente y /0 mediante el tratamierns]
se para su ulterior estudio. Otro sistema con un vibrador ultr asonico durante algunos~
cornunrnente utilizado es el de calcinar la segundos. Una vez homogeneizado, elllquidof
muestra en mufla a unos 500°C, durante con el material oxidado y/o quemado debefilJ
unas 2-3 horas (Sachs et et.. 1964). Si la trarse a tr aves de tamices. Si en ta muestra~
muestra a tratar fuera muy rica en organis- hubiera framentos grandes se utiliza prirnern]
mos de cuerpo blando se recomienda tratarla un tamiz de 0,35 - OAO mm y el liquido asl
previamente con peroxide de hidroqeno (en filtrado vuelve a pasarse por otro tamiz de]
un vasa de precipitado se ubica la muestra la- 0,035 - 0,040 mm, si se desea conservar 105. ~,
vada, se cubre con agua destilada, se calienta individuos juveniles y las especies de menor: '
a 90°C y se agrega un 30-35% de peroxide de tarnario, 0 de 0,060 mm, en caso contrario.] '"
hidr oqeno: cuando el burbujeo cesa yelliqui- donde un lavado exhaustive elirninara last
do se ha enfriado, la oper acion puede darse particulas menores. En todos estos manipu-]c,
por terminada). Seguidamente, el material se leos debe prestarse suma atencion a la Iirn-]
lava varias veces con agua destilada sobre un pieza del instrumental, sobre todo de los tami-r
papel defiltro ubicado en un embudo; luego se ees, entre muestra y muestra. Ellavado de 10SJ',
seca el papel con la mustra en estufa y, final- ultirnos se etectua con abundante agua y fre->
mente, se pasan ambos a una capsula de gando las paredes y malla de la criba con un~
porcelana y se calcinan en mufla durante 2-3 cepillo, pincel duro u otro elemento para des-s
horas a 500°C. truir todo resto de material no recuperado (ver~
p. 330 en E. Boltovskoy, 1965). .~.
Debe tenerse en cuenta que la alta tempera- !<'

tura puede destruir la inscripcion identificato- EI material remanente se recoge con una;
ria en la capsula utilizada; para subsanar este pipeta (directamente del tamiz 0 de un reci-Ii
inconveniente debera utilizarse un marcador piente al cual se transfiere con un poco de~
de diamante 0 anotar el orden de ubicacion de agua) y se distribuye en portaobjetos exten-i':
los recipientes en la mufla. Tanto el calenta- diendolo en capa delgada. ;.
'.
miento como el enfriamiento deben lIevarse a
cabo gradual mente: los cambios bruscos de Un defecto importante de este proeeso es laL
temperatura pueden provocar la rotura del re- despareja reparticion de los capar azonesj]
cipiente y el resquebrajamiento de los ejem- sobre el portaobjetos, circunstancia que obli-£.,
plares. 9a a revisar y/ 0 contar todo el preparado, enk
vez de una fr accion del mismo. Moore (1973n,
Normalmente, la alta temperatura no afecta describio un metoda que obvia este incon-]
las conchillas de los radiolarios pero, de tanto veniente y logra una distribucion totalrnen-f
en tanto, los ejemplares aparecen resquebra- te hornoqenea de las particulas. EI porta-;';
jades. opacos y deteriorados. En los ultirnos objetos. con su cara superior cubierta por una~·
anos algunos laboratorios comenzaron a utili- delgada capa de gelatina (que se aplica enf>
zar aparatos especiales de calcinamiento estado Hquido y se deja secar), se ubica en elt:,
(=oxidacion de la materia orqanica) en frio; fonda del recipiente al cual se agrega agua.,~
son los denominados Plasma excitors (ver Luego, removiendo el llquido con movimien- f,
p. 355) que, aparentemente, dan mejores tos verticales con una placa perforada, se
resultados que las muflas (Goll. com. pers.). vierte la muestra. Las particulas, en suspen-
sion hornoqenea en el recipiente, se dejan
Las cenizas obtenidas se diluyen con agua y sedimentar en reposo; con un sifon se extrae
se transfieren a un vasa de precipitado. Si en casi toda el agua sobrenadante, dejando 5610
la mustra hubiera mucho material calcareo 1 - 2 em sobre el nivel del portaobjetos. Y se

276
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I Hadiol ana

evapora el resto con una fuente de calor (e.g., querosen y solventes orqanicos: 0 mediante el
:Iimi.
una l arnpar a de rayos infrarrojos). Una vez usa de acidos tales como el clorhidrico, sulfu-
lorhi·
seco el vidrio se extrae del recipiente. rico y hasta fluorhidrico. EI lector interesado
ccion
en este tema encontrar a mas informaci6n en
e, se Los portaobjetos, debidamente rotulados can
Kummel y Raup (1965), Riedel y Sanfilippo
on de un lapiz de diamante, se ubican sabre una pla-
(1977) y en Strelkov et al. (1959).
enido tina caliente (600 - 70°C) hasta que el agua se
iento evapora totalmente. Luego se retiran, la Debe tenerse en cuenta que los Polycystina
runes superficie con la muestra se lava can xileno provenientes de muestras bentonicas fre-
quido haciendo escurrir unas gotas de la droga cuentemente estan en mal estado; las modifi-
be fil sabre la cara inclinada del portaobjetos, se caciones mas comunes consisten en el adel-
iestra depositan sobre ellos 1 - 2 gotas de balsarno gazamiento de las paredes y trabeculas,
.rnero de Canada y se cubre can cubreobjetos. Otros aumento del tarnario de los paras, desapari-
)0 asi medios de montaje que pueden dar mejores cion de estructuras internas, etc.
iiz de resultados con ejemplares especial mente de-
ar los licados son los conocidos con los nombres Observaci6n y estudio .
nenor comerciales de Hyrax y Caedax. de los ejemplares
Tario,
alas Si la muestra de plancton no contiene mucho Lospreparados deben almacenarse en posi-
mipu-
material gelatinoso y la proporcion de radio- cion horizontal ya que el lento secado del
a lim- larios en el total es suficientemente alta, pue- media de inclusion hace que los ejemplares
tarni- . de utilizarse otro metoda mas sencillo y se desplacen en su seno si las muestras se es-
de 105 rapido. Se arma un filtro tipo Millipore sabre tacionan de canto, haciendo muy diffcilla reu-
•y tre- un recipiente conectado can una bomba de bicaci6n de los ejemplares buscados. EI
on un succi6n y se vierte la muestra en el mismo. EI
a des- material se lava con agua destilada varias
)0 (ver
veces y luego con soluciones de alcohol etilico
en agua destilada a150, 75, 90y 100%. Segui-
damente, se retira y seca el filtro, se embebe
n una can unas gotas de aceite de cedro para rni-
1 reci· croscopia para transparentarlo, se ubica sa-
)CO de bre un portaobjetos y se manta el preparado
exten· can media Permount y un cubreobjetos soste-
nido en los 4 anqulos por pequerios tacos de
trozos de vidrio cubreobjetos. Sequn Gall
o es la
(com. pers.) el metoda suele dar excelentes
azones
resultados v. general mente, permite diferen-
Je obli·
ciar a los ejemplares can protoplasma de
ado. en aquellos sin el.
( 19731
incon· Los preparados pueden revisarse inmediata-
almen· mente, pero es recomendable dejarlos en
porta· estufa a 65°C antes de cualquier manipuleo.
oor una l.ueqo de unos dias ya pueden ser utilizados
lica en Sin temor, aunque el secado definitivo no se
.a en el completa hasta despues de varios meses.
3 agua.
Jimien' La.confecci6n de preparados a partir de ma-
ada, se terial sedimentado es. generalmente, un pro-
;uspen' c.eso mas complicado y que requiere mas
~ dejan tlempo. EI desagregado de la muestra (en el Fig. 155. Imagenes comparativas de Radiolaria obtenidas con
microscopio electronico de barrido (a, b) y con rnr-
~extrae casode rocas) se lIeva a cabo hirviendolas con croscopio optico (a', b'). a y a': Cromyechinus antarc-
ido s610 Per6xido de hidr oqeno. pirofosfato tetrasodico tica; by b': Larcopyle butschlii.
os. y SB y/o hidroxido de sodio; 0 ernbebiendola en (Original).

277
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Radiolaria

analisis de los preparados se efectua bajo de su identificacion depende una importante


microscopio; para la ldentificacion especifica parte de las conclusiones establecidas es
aumentos de 500 a 800 x son adecuados. necesario extremar los recaudos 0, mas aun,
mientras que los recuentos pueden realizarse eliminarlasde los computes totalmente (ver,
a 100-150 x. Para los fines de la notacion de la por ejemplo, Lozano y Hays, 1976: 315).
ubicacion de los ejemplares observados se Solo unas pocas especies de Polycystina Son
utiliza el England Finder, un portaobjetos con suficientemerite conocidas como para que su
reticula numerada (Riedel y Foreman, 1961), identidad sea satisfactoriamente transmiti-
inspirado en el micro visor de Kazeeff(Kazeeff, da con el nombre cientifico solo; en la gran
1939). mayoria de los casos la ilustracion y la lista
EI mejor rnetodo de ilustracion se logra por sinonimica correspondientes son la unica
medio de fotografias (el sistema Polaroid es manera de definir el taxon que se menciona.
especial mente recomendable por su rapidezy
comodidad) ya que es el unico que da una Resefia historica
imagen comparable con aquella que brinda el
microscopio optico (fig. 155). En algunos
y estado actual del
casos, sobre todo cuando se trata de ilustr ar. conocimiento de Radiolaria
en la misma fotografia, detalles estructurales
ubicados en dos pianos focales diferentes, Las primeras menciones de Radiolaria datan
puede recurrirse a la doble exposicion deIa de principios del siglo XIX y estan vinculadas
misma pelicula obteniendo ambas irnaqenes con los nombres de F. Meyen, C. Ehrenberg, T.
con diferentes detalles en foco, superpuestas. Huxley, C. Zittel y J. Muller. Antes del afio
1900 ya habia descripciones de miles de
La ilustr acion manual (fig. 155) tarnbien es especies; C. Ehrenberg, entre los arios 1838y
muy aconsejable como proceso paralelo al 1875, describio alrededor de 300 formas,
fotografiado, ya que no solo obliga al investi- principalmente tosiles: yE. Haeckel, en 1887,
gador a detenerse v notar caractedsticas que publico su monumental obra sobre material
de otra manera podria haber pasado por alto, obtenido por la expedicion oceanogratica
sino que permite la presentacion de detalles y inglesa "Challenger", ilustrando y descri-
profundidad no registrables en la fotograffa biendo 2785 especies nuevas (3389 en total).
optica. Poco mas tarde Mast (1910) y Haecker (1906,
1907, 1908) expusieron los analisis del
EI microscopic electronico de barrido (MEB), material colectado por las expediciones del
utilizado por algunos investigadores, tiene la
"Valdivia" (alemana); y Popofsky (1908,
desventaja que, en la rnavoria de los casos, la
1912, 1913, 1917y1920)analizolascolectas
imagen que brinda tiene un aspecto totalmen-
planctonicas de la "Deutsche Sudpolar Expe-
te diferente a la que el investigador normal-
dition". Sirnultanearnente. colecciones me-
mente analiza por medio de microscopla
nores eran analizadas por otros naturalistas:
optics (ver Sandberg y Hay, 1967); no sola-
el material planctonico estudiado por Cleve
mente los aumentos y resolucion del MEB son
(1899a y b. 1900a y otros) y J0rgensen (1900
totalmente diferentes, sino que, adernas. el
y 1905). AI mismo tiempo, seguian saliendo a
microscopic optico permite, por transparen-
luz gran cantidad de articulos de menor en-
cia, observar estructuras que el otro no regis-
vergadura conteniendo descripciones de Ra-
tra. Sin embargo, su utilidad es incuestiona-
diolaria hallados en yacimientos fO$iliferos
ble para algunos estudios rnorfoloqicos deta- %

desde el Cambrico hasta el Reciente. Lamen-


lIados (ver p. 214).
tablemente, casi todos estos trabajos se con-
Es importante destacar que muchas especies centraron, principalmente, sobre la descrip-
como, por ejemplo, Phorticium clevei (fig. cion de especies nuevas, en muchisimos
160-84), Tetrapyle octacantha (fig. 160-86), y casos basadas sobre un solo ejemplar, y no en ,
otras presentan aspectos sumamente dife- el estudio de las variaciones intraespecificas.
rentes de acuerdo a la cara que presentan al En la pr.imera mitad del siglo XX el interes por '.~
observador en el preparado; por eso, cuando Radiolaria decavo, principalmente por haber a
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278 .
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nigfini, 1911

mor/CYf 1977

lozano y hOyl, 1974

Jl&5N., 1971

P£TAU!5~., 1971 a

Fig. 156. Ubicaci6n qeoqrafica aproximada de los estudios mas importantes de Radiolaria.
1) Muestras de plancton (en algunos cases. de plancton y sedimentos); 2) Muestras de sedimentos. Derrotas
aproximadas de las expediciones cuyo material de Radiolaria fue investigado; 3) "Challenger Expedition"
(Haeckel, 1887); 4) "Deutsche Tiefsee Expedition Valdivia" (Haecker, 1908; Mast. 1910); 5) "Plankton Expedi-
tion" (Dreyer, 1913); 6) "Deutsche Sudpolar Expedition" (popofsky, 1908, 1912, 1913, 1917, 1920) :0
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(Original). o,
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Radiolaria

nacido dudas acerca de su utilidad en calidad La restante veintena de investigadores dedi-


de f6siles indicadores. Sin embargo, en la de- cados a Radiolaria esta distribuida entre alre-
cada del 50, Campbell, Lipman, Riedel y otros dedor de 10 paises, casi todos europeos. En la
lograron demostrar el valor de Polycystina Argentina D. Boltovskoy y S.S. Jankilevich
para los fines de la estratigrafia. EI interes por trabajan en Radiolaria actuales.;
parte de los bioloqos. aparentemente, sufri6 -.~,
una oscilaci6n semejante, influenciado por La figura 156 brinda una idea general acerca
los trabajos de orientaci6n paleontol6gica. de las areas abarcadas por estudios de Radio- ),
laria recientes. EI Oceano Pacifico (gracias a
A fines de la dacada del 60 las publicaciones las numerosas investigaciones de los ultirnos
dedicadas a Radiolaria (total 0 parcialmente) afios) y el Atlantico Norte son los rnejor estu-
habian lIegado a, aproximadamente, 700; diados. EI Indico esta algo mas deficiente-
pero de esas un 75% eran trabajos de tipo pa- mente cubierto y elAtlantico Sur es la zona
leontol6gico-geol6gico (Riedel, 1967a). menos . conocida; fuera de las grandes
expediciones de fines del siglo pasado y prin-
Actualmente, el estudio de estos microorga- cipios de este. algunas de cuyas muestras
nismos se esta realizando en varios centros fueron tomadas en esta region, y de unos
del mundo y, frecuentemente, los aspectos pocos trabajos que interesaron esta area par-
paleontol6gicos son evaluados a la par y con- cialmente, no existe informacion detallada
juntamente con los biol6gicos. EI 70% de los alguna sobre su fauna de Radiolaria.
alrededor de 70 especialistas dedicados al
estudio de Radiolaria (palentoloqos inclusive)
esta en los USA y la URSS. En los USA los
nombres mas importantes asociados a la
investigaci6n de los radiolarios actuales son: Clasificaci6n de Radiolaria.
R.E.Casey, S. Kling, C. Nigrini, etc. EI equipo Distribuci6n de las especies
de W.R. Riedel es el mas importante en el
mundo en 10 que al estudio de Polycystina en el Atlantico Sudoccidental
f6siles se refiere. En la URSS, K.S. Aliev, R.K. D. BDLTOVSKDY y s.s. JANKILEVICH

Lipman, AI. Zhamoida, AV. Khabakovyotros,


desde los arios 30-40 han estado contribu-
Uno de los primeros esquemas de clasifica-
yendo al conocimiento de los radiolarios
cion pertenece a Haeckel (1881, 1887). En su
f6siles. La fauna reciente fue activamente
monumental monografia basada sobre mate-
investigada por V.A Dogiel, V.v. Reshetnjak,
rial obtenido por la expedici6n "Challenger",
AA Strelkov y M.G. Petrushevskaya. Esta ul-
Haeckel, 1887) establecio la division de la
tima, desde 1962, ha publicado una extensa
clase Radiolaria en 8 ordenes con un total de
lista de contribuciones al conocimiento de los
radiolarios del mundo entero abarcando topi- de 3389 especies (figs. 157, 158 y 159). Si
bien inmediatamente a posteriori de su traba-
cos tan diversos como sistematica, clasifica-
ci6n, distribuci6n, estratigrafia, evoluci6n, jo ya otros investigadores notaron la dificul-
tad en asignar individuos a taxones de orden
morfologia esqueletaria, citologia, etc.
generico y especffico (Butschli, 1889; Guppy,
1909; Tan Sin Hok, 1927; etc.). basicarnente
La. "escuela francesa" se ha destacado por el ordenamiento propuesto no sufrio mayores
sus importantes aportes ala biologia (citolo- modificaciones hasta mediados de este siglo
gia, reproduccion, desarrollo, etc.) de Radiola- (Campbell, 1954). Solo en las ultirnas decades
ria con trabajos que cornenzaron a aparecer el sistema haeckeliano, sumamente exacto y
er. la mitad del presente siglo bajo los nom- rigido, cornenzo a tambalear bajo la creciente
bres de G. Deflandre, E. Chatton, M. Enjumet, presion de las discordancias apor,tadas por
A Hollande, el matrimonio Cachon, etc. datos nuevos. En efecto, si bien de gran utili-
Algunos de estos investigadores continuan dad en su momento y piedra fundamental del
trabajando en la actualidad. estudio de estos plancteres. la clasificacion de

280
·c..,..."....a":~t"~.:_--------,~.~-
~C'

Radiolaria

ldi- Clase RADIOLARIA


re- HOLOTRYPASTA (Capsula central multiperforada, simetria original homoaxona)
1 la Subclase ACANTHARIA (= ACTIPYLEA) (Esqueleto orqanico de esplculas de sulfate de estroncio)
Subclase SPUMELLARIA (= PERIPYLEA) (Poros de la membrana capsular dispuestos regularmente, esqueleto
ich
de S i 0 ausente; 1702 especies)
Orden COLLODARIA (Sin esqueleto)

'ca
; Orden SPHAERELLARIA (Con esqueleto)
10- ~ Suborden SPHAE ROIDEA (Esqueleto con 1 0 varias esferas concentricas: 6 familias, 107 qenerosl
-:, Suborden PRUNOIDEA (Esqueleto elipsoidal 0 cillndrico con constricciones anulares; 3 secciones, 7 fami-
;a lias, 53 generos)
os Suborden DISCOIDEA (Esqueleto biconvexo lenticular 0 discoidalr Z secciones, 6 familias, 90 qeneros)
u- Suborden LARCOIDEA (Esqueleto elipsoidal triaxonico: 9 familias, 50 generos)
e- MEROTRYPASTA (Capsula central con una perforacion central mayor, forma original monoaxona)
1a ., Subclase NASSELLARIA (= MONOPYLEA) (Esqueleto de Si, calymna sin feodio; 1.687 especies)
Orden PLECTELLARIA (Sin esqueleto completo)
~S "."{ Suborden NASSOI DEA (Sin esqueleto; 1 familia,2 generos)
l-
Suborden PLECTOIDEA (Esqueleto con tripode basal, sin anillo sagital; 2 familias, 17 qenerosl
IS Suborden STEPHOIDEA (Esqueleto con anillo sagital; 4 familias, 39 generos)
IS Orden CYRTELLARIA (Con esqueleto completo)
Suborden SPI ROIDEA (Cefalo bilocular con una construccion sagital; 4 familias, 44 generos)
a Suborden BOTRYOIDEA (Cefalo multilocular con 20 mas constricciones, 24 subfamilias, 156 generos)

Subclase PHAEODARIA (= CANNOPYLEA) (Esqueleto de Si con sustancia orqanica, calymna con feodio)
O~enPHAEOCOSCYNA
Orden PHAEOCYSTINA

Fig. 157. Esquema sintetizado de la clasificaci6n de Radiolaria desarrollada por Haeckel, 1887. Los taxones incluidos
en el recuadro son aquellos que se tratan en el presente capitulo.
(Extractado de Haeckel. 1887).

Haeckel no esta basada sobre relaciones 158); Strelkov y Reshetnjak, 1971 (Collos-
filoqeneticas sino sobre apreciaciones pura- phaeridae); GolI, 1968 y 1969 (Spyrida = His-
mente geometricas. Sus defectos mas impor- socyclidae); Hollande y En j umet, 1960, Pe-
tantes de orden practice consisten en que trushevskaya, 1979 (Sphaeroidea, Sphaere-
muchos de los taxones descriptos se super- lIaria, fig_ 158); Sanfilippo y Riedel, 1970
ponen, y en que la rigidezde las definicio- (Theoperidae); Foreman, 1973 (Amphypinda-
nes no contempla las variaciones intraespe- cidae, Artostrobiidae y Theoperidae); Petru-
cificasontogeneticas, ecoloqicas. etc. Sin em- shevskaya et al., 1976 (Spumellaria; fig. 159);
bargo, la contraparte de tales desventajas es Nigrini, 1977 (Artostrobiidae); etc. Es intere-
la impecable sencillez de las divisiones, la sante destacar que 105 trabajos de Hollande y
enorme cantidad de formas descriptas con un Enjumet (1960) y de Petrushevskaya et et.
unico criterio y la excelencia de las ilustra- (1976) son practicarnente los unicos que se
ciones. han detenido a considerar detalladamente la
citologia de Radiolaria con miras a su aplica-
En 105 ultirnos alios la sistematica de Radiola- cion a la clasificacion del grUPQ(ver tarnbien
ria ha experimentado fuertes cambios debido los trabajos de Cachon y Cachon, 1970 a
a numerosos estudios de la anatomia cornpa- 1973).
rada y la filogenia de estos protozoos. Oiferen-
tes investigadores modificaron el esquema de
Haeckel en grupos aislados: Petrushevskaya, Pesea todo no existe aun un esquema unico v
1965 (Botryoidea); Riedel, 1971 (familias de completo de la clasificacion de Polycystina
Polycystina); Petrushevskaya, 1967, 1971 c, d (figs. 158 y 159). Ello se debe a varios facto-
y Petrushevskaya y Kozlova, 1972 (familias, res: la fuerte influencia y gran utilidad y sirn-
subfamilias y generos de Nassellaria: fig. plicidad practice de la obra de Haeckel, la gran

-~281
I

~)

1II.n••----------~-
Radiolaria

Polycystina solitaria Polycystina composita


Ehrenberg, 1847a, 1847b
Halycalyptrina I Lithochytrina I Eucyrtidina Spyridina

Muller, 1856 Polycystiden Acanthometriden -

Cyrtida
Acantho- <,
Haeckel, 1862 desmida
Monocyrtida I Dicyrtida IStichOCyrtidal Polycyrtida Zygozyrtida

Monopyleen
Hertwig, 1879
Cyrtiden Acanthodesm iden
_ ,I Plagiacan-
hid
t I en
Nassellaria

Cyrtellaria Plectellaria
Haeckel, 1887
Cyrtoidea
Monocyrtida I D icyrtida I Tricyrtida IStichocyrtida Botryoidea Spyroidea Stephoidea Plectoidea Nassoidea

Popofsky, 1913 Cyrtoidea Orboidea Plectoidea

Carpoca- Pteroco- Artostro- Canno-


Riedel, 1967b Plagoniidae Theoperidae Acanthodesm iidae
niidae ryidae biidae botryidae

Cyrtida Spyrida

Plagiacanthoidea Eucyrtidioidea

Petrushevskaya,
Plagiacantidae Eucyrtidiidae
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Fig, 158, Esquema comparativo de las ciasificaciones de Nassell~ria propuestas por diferentes autores.
(De Petrushevskaya, 1971 a),

complejidad del grupo y enorme cantidad de Para el presente capitulo hemos adoptado.
especies descriptas, la falta de revisi6n de con algunas modificaciones, la clasificaci6n
muchos taxones, la aun no probada idoneidad desarrollada principalmente por Riedel
de las revisiones mas recientes, la falta de (1967b y c, 1971), debido a su simplicidad. En
confianza, por parte de los bioloqos, en las cla- bien de esta ultima hemos transado con algu-
sificaciones propuestas sobre la base de estu- nos detalles probablemente aritificales como,
dios paleontol6gicos, y viceversa, etc. por ejemplo, la diferenciaci6n establecida en-
tre las familias Spongodiscidae y Porodisci-
Actualmente la tendencia general consiste en
dae (ver p. 288). Debemos tarnbien destacar
utilizar las definiciones de Haeckel para las
Que los trabajos de Petrushevskaya (1971 a y
clasificaciones de nivel especffico v, hasta
d) y de Petrushevskava et at. (1976), donde se
cierta medida, generico (con numerosas ex-
discuten sistemas de clasificaci6n mas deta-
cepciones y, obviamente, excepto en 10 refe-
lIados, tal vez prueben, en el futuro, ser mas
rente alas especies descriptas con posterio-
correctos que el aqul adoptado. ~~
ridad a 1887), pero atenerse a autores mas
modernos (e_g_, Petrushevskaya, Riedel) para Como ya se notara anteriormente (p. fig. 2fs;
las agrupaciones de orden supraqenerlco. 156) es muy poco 10 que se conoce ace~a de

282
..,


;
Radiolaria

Hollande y Enjumet, 1960


Haeckel, 1862 Haeckel, 1887 Cachon y Cachon, 1970·1973 Riedel, 1967b Petrushevskaya, Cachon y Cachon 1976

Cenosphaeridae Cenosphaerinae
Hexasty· Hexasty·
Periaxopla- Stigmosphaeridae
-------- .-
lioidea lidae
Hexastvtinae
stidiata Heliasteridae

Excentroconch idae ~xcentroconchidae


Halle-
mmidae
Haliommatida Thecosphaeridae Haliomminae
Actinommidae
Sphaeroidea
Rhizosphaeridae .,
co
Rhizosphaerinae
Centroaxo-
plastid-ate
"0
'0
E
.,
co
Spongosphaerida Spongosphaeridae E
.2
:g., Hexadorinae
0; co
.s:
'. ~ ..•0
Q.
Plegmosphaeridae Plegmosphaerinae
c'
s:
f.)
Centrocubidae .!! co
~ - Centrocubinae
~
Arachnosphaerida
, Cryptoaxo·
plastidiata
Macrosphaeridae
.,
~
co Arachnosphaerinae
s:
0-
III
Th'oloniidae
Lithelida Larcoidea
Litheliidae Lithelioidea

- Pyloniidae
Spongodiscida
Larcoidea Spongod iscidae
+
Discoidea
Pseudoaulophacidae
Discoidea Spongodis-
coidea
Trematodiscida Porodiscidae

Phacodiscidae

Coccodiscida Coccodiscidae

Thalassicollida
, .
Sphaerozoida Collodaria Collodaria Orosphaeridae Collodaria

Collosphaerida Collosphaeridae ~

Fig, 159, Esquema comparativo de las clasificaciones de Spumellaria propuestas por diferentes autores.
(De Petrushevskaya. Cachon y ca;)n. 1976),

los Polycystina del Atlantico Sur. Los trabajos (mat. bent.), Lozano y Hays, 1976 (mat. bent.);
utilizados para la secci6n distributiva fueron, Morley, 1977 (mat. bent.) y Boltovskoy y
principal mente, los de Hays, 1965 (material Riedel, 1980 (plancton). Adernas se incluye
~~nt6niCo); Nigrini, 1967 (mat. bent.); Goll y una buena cantidad de informaci6n prove-
. ~ 1J~rklund, 1971 y 1974 (mat. bent.); Haeckel, niente del analisis de material subantartico
887 (sedimentos y plancton); GolI, 1976 sedimentario (zonas 1c, 1f; 2c, 2e-g y 4d)
-,,,
j!,it 283
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Radiolarii'l

actualmente en estudio por parte de S.S. pondiente; 2) La referencia bibliogrMica con


Jankilevich V D. Boltovskov. Los 6 primeros, la descripcion e ilustracion de la especie; 3)
con excepcion del de Havs, ve sea tuvieron Las areas del Atlantico Sudoccidental donde
rnuv escaso material del area en considera- fue hallada (fig. 142); "sed." si el registro
cion, 0 trataron el tema de la distribucion de proviene de muestras de sedimentos V "pl." si
las especies solo colateralmente vsin dedi- es de muestras de plancton; V 4) Una observa-
carle demasiado interes, Petrushevskava cion general acerca de la distribucion mun-
(1971 a) V Strelkov V Reshetnjak (1971) tuvie- dial conocida 0 supuesta (no siempre inclui-
ron en su poder material del Atlantico Sudoc- do). La informacion referente a cada uno de
cidental V, aparentemente, estas muestras los puntos mencionados esta limitada por
fueron fructlferas, pero en sus trabajos no las barras (I), vias especies marcadas con un
mencionan en la distribucion de ninguna de asterisco (*) son, probablernente. las mas
las especies que describen. comunes en el area de interesLa presencia
de un doble guion (--) indica la bmision del
Con respecto a Haeckel (1887) debe aclararse dato correspondiente.
que solo se han incluido aquellas especies
para las cuales el autor dio datos exactos de la Es importante destacar que, por falta de infor-
ubicacion geogrMica del hallazgo V una ilus- macion adecuada, la llsta de especies no es
tracion satisfactoria*. Empero, es necesario siempre crftica: las formas sinonimizadas por
destacar que Haeckel ha basado gran parte de diferentes autores frecuentemente se citan
sus descripciones en uno solo 0 unos pocos por separado.
ejemplares, que una gran cantidad de sus
especies son actual mente consideradas como
Reino PROTISTA Haeckel, 1886
sinonirnos por numerosos investigadores, V
Phylum SARCODINA Hertwig y Lesser,
que existen motivos para suponer que mu-
1876 \
chas de las especies obtenidas por la expedi-
cion "Challenger" en material bentonico pro- Clase ACTINOPODA Calkins, 1909 .~
Subclase RADIOLARIA Muller, 185
vienen de sedimentos redepositados V no
Superorden POLYCYSTINA_Eh en-
recientes.
berg, 1838, emend. Riedel, 1967b
Adernas de estos registros concretes. inclu- Radiolaria con esqueleto de silice
vendo localidades de hallazgo, se agregan 105 opaline, sin constituventes orqani-
nombres e ilustraciones de varias formas mas cos.
cuva presencia en el Atlantico Sudoccidental Orden SPUMELLARIA Ehrenberg,
fue mencionada superficiaJmente por dife- 1875
rentes investigadores, 0 fue corroborada em- La parte central del esqueleto ge-
plricamente por los autores de la presents neralmente esta incluida dentro
seccion (datos ineditos). En estos casos se de la capsula central. Estrlrcturas
omite especificar los lugares geogrMicos esqueletarias perifericas origina-
exactos de donde provienen 105 ejemplares en riamente esfericas (0 modificacio-
cuestion. nes de aquella forma: elipsoides,
discos, espirales, etc.) 0 asirnetri-
En la lista que sigue las especies estan
cas.
agrupadas alfabeticarnente dentro de cada
familia. A continuacion de cada nombre Familia COLLOSPHAERIDAE
especlfico figura: 1) La ilustr acion corres-
Muller, 1858, emend. Strelkov V
Reshetnjak, 1971
Spumellaria esfericos de pared
delgada, perforada, V/o con sifo-
* En total Haeckel describi6 unas 145 especies encontradas en
estaciones ubicadas en el Atlantico Sudoccidental; 218 mas
nes 0 espinas. Sin tecas rnedula-
en el Atlantico Sur en general, y otras 100 como cosmopoli- res y con una sola teca cortical.
tas. Consecuentemente, de acuerdo a este trabajo, podrian
encontrarse unas 460 especies de Polycystina en el area de
Viven asociados en cenobios de
interes. aspecto gelatinoso.

284
__________________ ~ or_G,~·= •.••• =

Radiolaria

* Acrosphaera spinosa (Haeckel, 1862)1 * Acanthosphaera actinota (Haeckel, 1869)/


160-1 IBoltovskoy y Riedel, 1980; Strel- 160-10/Boltovskoy y Riedel, 1980;
kov y Reshetnjak, 1971/5d, 5e: pI.; 1c; Haeckel, 1860a/5d, 5e: pl.v'Ferrnofi!a.
2e, 2f; 3f; 4d; 5h; 6e, 6g, 6i; 7g, 7h; 12f, cosmopolita.
12h, 12i: sed./Cosmopolita.
Acanthosphaera angulata (Haeckel, 1887)
* Collosphaera huxleyi Muller, 1885/160- /160-11/Haeckel, 1887/5i: sed.
2/Boltovskoy y Riedel. 1~80; Strelkov y * Acanthosphaera corloca Boltovskoy y Rie-
Reshetnjak, 1971 15d, 5e: pl./Cosmopo- del, 1980/160-12/Boltovskoy y Riedel,
lita. 1980; Popofsky, 1912 (como Acanthos-
* Collosphaera macropora Popofsky, 19171 phaera marginata)15d: pl./Cosmopoli-
160-3/Boltovskoy y Riedel, 1980; Strel- tal .
kov y Reshetnjak,1971 15d: pl.z'Termofi- * Acanthosp~aera dodecastyla Mast, 1910/
la. cosmopolita 160-13/Boltovskoy y Riedel, 1980; Po-
* Collosphaera tuberosa Haeckel, 18871 pofsky, 1912/5d: pl./Tropical, subtro-
160-4/Boltovskoy y Riedel, 1980; Strel- pical.
iI
- kov y Reshetnjak, 1971/5d: pI.; 6e; 7g, * Acanthosphaera pinchuda Boltovskoy y
7h; 12f, 12h, 12i: sed./Cosmopolita? Riedel, 1980/160-14/Boltovskoy y Rie-

I Polysolenia murrayana (Haeckel, 1887)/- del, 1980/5d: pl./Atlantico, cosrnopolita.


160-5/Nigrini, 1968/5h; 6e, 6g; 7h; * Actinomma antarcticum (Haeckel, 1887)/
I 12h, 12i: sed./Tropical, subtropical. 160-15/Boltovskoy y Riedel, 1980; Nigri-
I
* Siphonosphaera martensi Brandt, 19051 ni, 1967; Riedel. 1958 (como Diplopleg-
160-6/Boltovskoy y Riedel, 1980; Strel- ina banzare)15d: pI.; 1b-d; 2c, 2f; 3c-g, 3i;
kov y Reshetnjak, 1971 /5d: pl.y'Termofi- 4d, 4e, 4g-i; 5d-f: ~Antartica,
la, cosmopolita. subantartica.

* Siphonosphaera polysiphonia Haeckel, Actinomma haysi Bjerklund, 19 61/160-


1887/160-7/Boltovskoy y Riedel, 1980; 16/Bj(l)rklund, 1976/3f; 4e, 4 ; 5e-h; 6e,
Nigrini, 1967/5d, 5e: pI.; 5h; 6e, 6g, 6i; 6g, 6i; 7g, 7h; 12f, 12g, 12i: sed./ Atlan-
7g, 7h; 12f, 12h, 12i: sed.z'Ferrnofila. tico.
cosmopolita. Actinomma medianum Nigrini, 19672/--1
* Solenosphaera zanguebarica (Ehrenberg, Nigrini, 1967/3f; 4c; 5h; 6e, 6i; 12h;
1872)/160-8/Boltovskoy y Riedel, 1980; sed./Cosmopolita, subantartica.
Nigrini, 1967 (como Disolenia zangue- * Actinomma sol Cleve, 1900/160-17/Bol-
barica)/5d: pl.v'Fermofile. cosmopolita. tovskoy y Riedel, 1980; Hollande y Enju-
* Tribonosphaera centripetatls Haeckel, met. 1960 (como Tbecospheere' ra-
1887 1160-9/Boltovskoy y Riedel, 1980; dians); Caulet, 1974 (como T. rediensl/
-, 5d: pl./Cosmopolita?
j Strelkov y Reshetnjak, 1971 /5d:pl./Ter-
I
t rnofila. cosmopolita. Amphisphaera cronos Haeckel, 1887/160-
18/Haeckel, 1887/5h: pI.
Familia ACTINOMMIDAE Haec-
kel, 1862, emend. Riedel. Axoprunum stauraxonium Haeckel, 1887/
160-19/Hays, 1965/2f, 2h, 2i; 3e-g; 4d,
1967b
Solitarios. EI esqueleto es 4e; 5e, 5h; 6g, 6i; 7g, 7h: sed.z Subantar-
esterico u ovoidal (no lenticular) tica.
con una 0 mas esferas concert-
tricas. Frecuentemente con es-
, Sequn Bjerklund (1976) es la forma sudatlantica de Echi-
pin as. Grupo de afinidades in- nomma leptodermum J~rgensen.
ciertas y, probablemente, polifi- 2 Muy parecida a Actinomma antarcticum (fig. 160-15), esque-

letico. leto cortical simple y rnedular mas delicado que en aouelta.

285

j":-.
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~.
-'-"

"
Radiolaria

Cannartidium bicinctum Haeckel, 18871 3g; 4d, 4e; 5e-h: sed.!Subpolar, cosmo-
160-20/Haeckel, 1887/5i: sed. pol ita?
Carposphaera infundibulum Haeckel,
1887 I - -/Heckel, 188711 c; Zc, 2e; sed. Echinomma popofskii Petrushevskaya,
1967/160-33/Petrushevskaya, 1967-1
Cenellipsis infundibulum Haeckel, 18871 2f: sed.! Antartica. subantartica.
160~21 IHaeckel, 1887/5i: sed.
* Cenosphaera compacta Haeckel, 18871 Ellipsostylus columba Haeckel, 1887/160-
160-22/Boltovskoy y Riedel, 1980; Hays, 34/Haeckel, 1887/5i: pI. . ~
1965 (como Cenosphaera nagatalJl5d:
pI.; 1b. 1C, 1f; ze.
2f; 3c-g; 4d, 4e; 5e, 5h: Hexacontarium sp.!160-35/Boltovskoy
Riedel, 1980/5d: pI. .
y
sed.!Cosmopolita?
Cenosphaera cristata Haeckel, 1887/160- * Hexacontium armatum Cleve, 1900/160-
23/Petrushevskaya, 1967; Riedel. 36/Boltovskoy y Riedel, 1980; Cleve,
1958/1 c; 2e: sed.! Antartica. subantar- 1900a/5d: pl.. 1c: sed.!Tropical, subtro-
tica. - pical.
* Cenosphaera elysia Haeckel, 1887/160-
24/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: pl.l * Hexacontium axotrias Haeckel, 18871
Cosmopolita? 160-37/Bolto oy y Riedel, 1980/5d:
pl.!Cosmopa Ita?
* Cenosphaera hirsuta Ehrenberg, 18721
160-25/Boltovskoy y Riedel. 1980/5d: Hexacontium lavigerum Haeckel, 18871
pl.!Cosmopolita? 160-38/Haec el, 1887/5i: sed.
'.
* Hexacontium enthacanthum J(lSrgensen,
* Cladococcus bifurcus Haeckel, 1860/160- 1900/160-39/Boltovskoy y Riedel,
26/Boltovskoy y Riedel, 1980; Popofsky, 1980;J{2Irgensen, 1905/5d: pi.! Atlanti-
1908 (como C. arbustus)15d: pl./Tropi- co norte y sur.
cal, subtropical.
* Hexacontium hostile Cleve, 1900/160-
* Cladococcus cervicornis Haeckel, 18601 40/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: pl.l .
160-27/Boltovskoy y Riedel. 1980/5d: Atlantico.
pl.!Cosmopolita.
Hexacontium laevigatum Haeckel, 18871
* Cladococcus megaceros Hollande y Enju- 160-41/Haeckel, 1887/5;: sed.
met. 1960/160-28/Boltovskoy y Riedel, /

1980/5d: pi.! Atlantico. Mediterraneo.


* Hexacontium phaenaxonium Haeckel.
* Cladococcus sp.!160-29/Boltovskoy y 1887/160-42/Boltovskoy y Riedel,
Riedel, 1980/5d: pI. 1980/5d: pl.!Tropical, subtropical.
Cromyechinus antarctica (Dreyer, 1889)1 * Hexalonche aristarchi Haeckel, 1887/160-
160-30/Petrushevskaya, 196711 c; 2e, 43/Boltovskoy y Riedel, 1980; Popofsky,
2f; 4d: sed. 1912 (como H aristarchi y H hetere-
Cromyechinus dodecacanthus Haeckel, cantha)15d, 5e: pl./Tropical subtropical.
1887 1160-31 IHaeckel. 1887/5e: pI. * Hexalonche philosophica Haeckel, 18871
* Echinomma leptodermum .Jerqensen. 160-44/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d:
pl.!Cosmopolita?
1900/160-32/Boltovskoy y Riedel,
1980; Bj(lSrklund,19761 15d, 5e: pI.; 3c-e, * Pahartus tetrathalamus Haecker, 18871
160-45/Boltovskoy y Riedel, 1980; Nigri-
I En este trabajo Bjerklund sinonimiza los generos Actinom- ni 1967/5d; pI.; 3d, 3f, 3i; 4d, 4e, 4h; 5d-
me, Echinomma. Cromvechinus y Cromyomma y discute
detalladamente la morfologia de E. leptodermum J~rgensen i; 6e-i; 7f-h; 8h; 9g-i; 10h; 11h. 11 i; 12f-i:
(=Actinomma haysi n. sp.. en aquel trabajo). sed.!Cosmopolita.

286
1
.'.1
, ,
.'
Radiolaria

Plegmosphaera entodictyon Haeckel, ria del 'disco esta ocupada por un


1887/160-46/Boltovskoy y Riedel, cintur6n dividido en carnaras.
1980; Hollande y Enjumet, 1960 (como Pueden tener apendices en
P. (P/egmosphaerella) entodictyon)/5d: forma de brazos 0 espinas.
pl./Tropical, subtropical.
Amphycyclia pachydiscus Haeckel, 1887/
Plegmosphaera exodictyon Haeckel, 160-57/Haeckel, 1887/5i: sed.
1887/160-47/Haeckel, 1887/5e: sed.
Coccodiscus goethei Haeckel, 1887/160-
58/Haeckel, 1887/5i: sed. ~
Plegmosphaera pachyplegma Haeckel,
1887/160-48/Boltovskoy y Riedel, Familia PHACODISCIDAE Haec-
1980; Hollande y Enjumet, 1960 (como kel, 1887
P. (P/egmosphaerusa) pachyp/egma)/ Semejante a Coccodiscidae pero
5d: pl.z'Tropical. subtropical. sin cinturon periferico dividido
en cameras. Frecuentemente
Saturnalis circularis Haeckel, 1887/160-
con espinas enel borde.
49/Nigrini.~67 /2e: sed./Cosmopolita.
Spongodrym ssp. aff. S. elaphococcus
* Heliodiscus asteriscusHaeckel, 1887/
160-59/Boltovskoy y Riedel, 1980; Ni-
Haeckel, 887/160-50/Boltovskoy y
grini, 1967/5d: pI.; 1c, 1d; 3c, 3e-g; 4d,
Riedel, 198 5d: pl.v'Tropical. .
4e, 4g-i; 5e-i; 6e, 6g, 6i; 7g, 7h; 12f, 12h,
Spongoplegma antarcticum Haeckel, 12i: sed.z'Tropical. subtropical, subantar-
1881/160-51/Boltovskoy y Riedel, tica.
1980/5d: pl./ Antartica. subantartica.
* Sethodiscus macrococcus Haeckel, 1887/ T
;
;

* Stvlosphaera euterpe Haeckel. 1887/ 160-60/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d:


pl./S ubtropica I.
160-52/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d:
pl./Tropical, subtropical.
Sethostylus serratus (Haeckel, 1881 )/160-
61/Haeckel, 1887/5i: sed.
* Thecosphaera inermis (Haeckel, 1887)/
160-53/Boltovskoy y Riedel, 1980; Familia SPONGODISCIDAE
Haeckel, 1862 (como 'Actinomma iner- Haeckel, 1862
,
me)/5d: pl./Cosmopolita. Esqueleto esponjoso, deprimido, l
sin placa cribosa en la I

superficie. Pueden tener apen- i


Xiphatractus brevispina Carnevale, 1908/ !
I
dices en forma de brazos 0 espi-
160-54/Sanfilippo
sed. .
et el., 1978/ 1c. 1f:
nas. I
..J

'I
* Xiphosphaera luna Haeckel, 1887/160- * Dictyocoryne profunda Ehrenberg, 1872/
I
55/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: pl./ 160-62/Boltovskoy y Riedel, 1980; Ling,
Subantartica. 1966 (como Hvrneniestrumi/Bti, 5e: pI.;
1c: sed./Tropical, subtropical.
Xiphostylus emberiza Haeckel, 1887/160-
56/Haeckel, 1887/5i: pI. Euchitonia carcinus Haeckel, 1887/160-
63/Haeckel, 1887/5i: sed.
Familia COCCODISCIDAE Haec-
kel, 18621 * Spongaster tetras Ehrenberg, 1860/160-
Esqueleto cortical lenticular con 64/Boltovskoy y Riedel, 1980; Nigrini,
1 <> 2 tecas medulares. La perife- 1967 (como s. tetras tetras)/5d, 5e: pI.;
6e; 7g, 7h; 12f-i: sed.z Cosrnopolita.
* Spongocore cylindrica (Haeckel, 1860)/
160-65/Boltovskoy y Riedel, 1980; Po-
pofsky, 1912 (como Spongurus trico/us)
,
lL~9~l(istencia de cocodiscidos
).
recientes es dudosa (Riedel,
/5d , 5e: pl./Tropical, subtropical.

287
~~f&'I:4'~~~.."~1iI!I~ •• nn~l'2i·mmp_IIiile-"'.fial -_IIO'l_--W;=·'"ik~:~::lI::a:~ =a:~~' ..
;

Radiolaria

* Spongodiscus resurgens Ehrenberg, * Stylochlamydium asteriscus Haeckel,


1854/160-66/Boltovskoy y Riedel, 1887/160-75/Boltovskoy y Riedel,
1980; Petrushevskaya y Kozlova, 1972/ 1980; Moore, jr., 1974/5d, 5e: pl./Cos- !.-

5d,5e: pI.; 1c. 1f; 2c, 2e; 4d: sed./Cosmo- mopolita.


polita.
* Stylochlamydium venustum (Bailey, 1856)(
* Spongopyle osculosa Dreyer, 1889/160- /160-76/Boltovskoy y Riedel, 1980;
67/Riedel, 1958/1 b-d, 1f; 2c, 2e-g; 3d-g, Renz, 1976/5d, 5e: pl.Z'Fropical, subtro- ;;
'a
3i; 4d-i; 5d-i; 6g, 6i: sed.zcrlofila. cosmo- pical.
polita.
-------
* Stvlodlctva multispina Haeckel, 1860/
* Spongopylesetosa Dreyer, 1889/160-68/ 160-77/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d,
Boltovskoy y Riedel. 1980/5d: pI.; 3f; 4c; 5e: pI.; 1c. 1f; 2c, 2e; 4d:sed./Cosmopoli-
5h; 6e, 6g, 6i; 7g; 12f, 12h, 12i: sed./Cos- ta.
mopolita.
* Spongotrochus glacialis (Popofsky, 1908)/ Familia LlTHELIIDAE Heckel,
160-69/Boltovskoy y Riedel, 1980; Pe- 1862
trushevskaya, 1967; Riedel, 1958/5d, a
EI esqueleto est compuesto por
5e: pI.; 1c. 1d. 1f; 2c, 2e, 2f; 3d-g, 3i; 4d-i; una sucesi6n de. carnaras dis-
6g, 6i: sed./Polar, subpolar. puestas a 10 largo de una espiral
bilateral mente sirnetrica.
Spongurus pylomaticus Riedel, 1958 y
Spongurus sp./160-70/Petrushevska- Larcopyle butschlii Dreyer, 1889/155/
va. 1967; Riedel, 1958/1 c, 1d. 1f; 2e-g; Dreyer, 1889; Benson, 1966 1c. 1f; 2c;
3d-g, 3i; 4d-i; 5e-i: sed./Polar, subpolar. 2f; 3f; 4c; 5h; 6e, 6g, 6i; 7g; 12h, I: sed.
Familia PORODISCIDAE Haec- Lithelius minor (Jerqensen. 1900)/- -/Ben-
kel, 1881 son, 1966/1 d; 2f; 3d-g, 3i; 4d-i; 5d-i; 6g,
Semejante a Spongodiscidae 6i: sed.
pero con la diferencia que la ma-
sa esponjosa esta total 0 parcial- * Lithelius nautiloides Popofsky, 1908/160-
mente cubierta por una placa 78/Boltovskoy y Riedel, 1980; Pe-
cribada.' trushevskaya, 1967; Riedel, 1958/5d:;;
pI.; 1b-d; 2e, 2f; 3d-g, 3i; 4d-i; 5d-f, 5h: '..
* Arnphirhopalurn ypsilon Haeckel, 1887/ sed./ Antartica. subantartica.
160-71 /Boltovskoy y Riedel, 1980; Nigri-
ni, 1967/5d: pl./Tropical, subtropical. * Lithelius sp, aft. L. spiralis Haecker. 1860/
160-79/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d,
* Porodiscus micromma (Harting, 1863)/ 5e: pl./Subtropical?
160-72/Boltovskoy y Riedel, 1980;/5d:
pI.; 4d: sed./Cosmopolita. Spironium octonium Haeckel, 1887/160-
80/Haeckel, 1887/5i: sed.
Porodiscus sp. aft. P. micromma (Harting,
1863)/160-73/Boltovskoy y Riedel Familia PYLONIIDAE Heckel.
1980/5d,5e:pl. 1881
Rhopalastrum malleus Haeckel, 1887/ Los integrantes de esta familia
160-74/Haeckel, 1887/5e: pI. se caracterizan por su arquitec-
tura muy compleja: basicarnen-
te consiste en una serie de cin-
turones (a veces espirales) con-
centricos y perpendiculares
entre si. EI esqueleto cortical no
1 La division entre Spongodiscidae y Porodiscidae sobre fa pre-
sencia 0 ausencia de esta placa cribada es cuestionable; el
es completo sino que deja espa-
desarrollo de la misma puede variar intraespecfficamente cios abiertos sin mallas 0
(ver Boltovskoy y Riedel. 1980). puertas.

288

r
_I. .
~"..--------- ..

Radiolaria

I
Dizonium stauracanthum Haeckel, 18871 emend Petrushevskaya, 1971 d
160-81/Haeckel, 1887/5i: sed. En el cefalo la espina vertical,
i< Octopyle octostyle Haeckel, 1887/160- apical y la barra medial forman
82/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: pl.l el anillo sagital. Algunas veces
Subtropical. con t6rax pero nunca con abdo-
men. Frecuentemente el esque-
Octopyle stenozona Haeckel, 1887/160-
rete esta muy reducido y el creci-
83/Goll y Bjerklund, 1971 III h; 12g,
miento heteropotar tipico de
12h: sed.lTropical, subtropical.
Nassellaria es inconspicuo. EI
* Phorticium clevei (J!3rgensen, 1900)/160- cefalo suele ser bilobulado.
84/Boltoyskoy y Riedel, 1980; Petru-
shevskava, 1967; Riedel. 1958 (como P.
pylonium)15d, 5e: pI.; 1c; 2d, 2f: sedl * Acanthodesmia vinculata (Muller, 1856)1
Subantartica. 160-89/Boltovskoy y Riedel, 1980; Gall,
Pylolena armata Haeckel, 1887 11 60- 1969 (como Giraffospyris angulata) Pe-
85/Haeckel, 1887; Renz, 1976/5e: pl. trushevskaya, 1971 c/5d: pl./Tropical,
subtropical.
* Tetrapyle octacantha Muller, 1858/160-
86/Boltovskoy y Riedel, 1980; Ling, Archicircus sexangularis Haeckel, 18871
1972; McMillen y Casey, 1978/5d: 160-89/Haeckel. 1887/5i: sed.
pl./Tropical, subtropical.
Ceratospyris dreyeri Hakckel, 1887/1 60-
Tetrapylonium quadrangulare. Heckel, ~1 IHaeckel, 1887 15i: ~
1887/160-87/Haeckel, 1887/5i: sed.
Dendrospyris polyrrhiza Haeckel, 18871
160~92/Haeckel, 1887/5i: sed.
Familia THOLONIIDAE Heckel.
. Gorgospyris liriope Haecker. 1887/1 60-
1862
93/Haeckel, 1887/5d: sed.
Esqueleto cortical sin espacios
vacios 0 puertas. Gorgospyrispolypus Haeckel, 1887/160-
Con 2, 4 0 mas constricciones , 94/Haeckel, 1887/5i: sed. '
diagonales que separan 3, 6 0
mas protuberancias cupulifor- lophospyris pentagona pentagona (Ehren-
meso berg, 1872)/160-95/GoII, 1976/4h; 5d,
5h; 6i: .sed.lTerm6fila, cosmopolita?
Tholocubus thessellatus Haeckel, 18871
160-88/Haeckel. 1887/5i: sed. lophospyris pentagona quadriforis (Haec-
kel, 1887)/160-96/GolI, 197611 a-c. 1h;
2f; 3g; 4d, 4h; 5e, 5h; 6i: sed.z Cosrnopo-
Orden NASSELLARIA Ehrenberg,
lita?
1875
Esqueleto heteropolar y, general-
Taurospyris cervina Haeckei, 1887/160-'
mente, con sirnetrla bilateral. Las
97/Haeckel, 1887/5i: sed.
formas basicas mas cornunes son:
a) Una serie de espiculas unidas Tessarospyris clathrobursa Haeckel.
entre si; b) Un anillo, frecuente- 1887/160-98/Haeckel. 1887/5i: sed.
mente en forma de letra "0" (fig.
Tetraplagia phaenaxonia Haeckel, 18871
146); y c) Una construcci6n cupu-
160-99/Haeckel, 1887/5i: pl.
liforme con uno solo 0 varios seg-
mentos alineados uniserialmente
(fig. 145). Tholospyris procera Gall, 1969/160-1001
Goll y Bjerklund, 1974/7f, 7h, 7i; 8h; 9h,
Familia SPYRIOAE (= Trissocv- 9i; 11i; 12g, 12h, 12i: sed.lTropical, sub-
clidae) Ehrenberg, 1847, tropical? .

289
~·~~i~~~ •••• ---- •• --------------------------------------------~~gq--~
Radiolaria

Triceraspyris antarctica (Haecker, 1907)1 * Lithomelissa setosa .Jerqensen. 1900/


160-101 IBoltovskoy y Riedel, 1980; Pe- 160-112/Boltovskoy y Riedel, 1980; Po-
trushevskaya, 1967; Riedel, 1958/5d: pofsky, 1908/5d: pI.; 1b;2f; 3c-g; 4c-e;
pl.: 1a-h; 2c-g; 3c-i; 4c-i; 5d-h; 6e, 6g-i; 5e-h; 6e; 12h: sed.
8g; 9h; 11 h: sed.
* Peridium sp. aff. P. spinipes Haeckel,
Triceraspyris corallorrhiza Haeckel, 18871 1887/160-113/Boltovskoy y Riedel.
160-102/Haeckel, 1887/5i: sed. 1980/5d: pl./Tropical, 'subtropical.
Tripospyris diomma Haeckel, 1887/160- Peromelissa calva Haeckel, 1887.L160-
103/Haeckel, 1887/5i: sed. 114/Haeckel, 1887/5i: sed.
Tristylospyris palmipes Haeckel, 18871 * Peromelissa phalacra Haeckel, 1887/160-
160-104/Goll y Bjorklund, 1974/6e-i; 115/Boltovskoy y Riedel, 1980;
7f, 7h, 7i; 8h; 9g-i; 10h; 11 i: sed.!Tropi- Petrushevskaya, 1971 a/5d: pl.z Cosrno-
cal. subtropical? polita.
Zygocircus productus (Hertwig, 1879)1 Tridictyopus vatillum Haeckel, 1887/160-
160-1 05/Boltovskoy y Riedel, 1980; Pe- 116/Haeckel, 1887/5i: sed.
trushevskaya, 1971 a/5d: pl./Term6fila,
cosmopoiita.
Familia THEOPERIDAE Haeckel.
Familia PLAGIONIIDAE Haeckel, 1881, emend. Riedel, 1967b
1881, emend. Riedel, 1967b Cefalo pequerio. subesferico,
EI esqueleto consiste en la espt- frecuentemente sin poros 0 con
cula con la barra medial, espinas muy pocos de ellos. La espicula
apical, vertical, dorsal y latera- es interna e inconspicua.
les primarias (a veces con otras Las perforaci ones del 2Q y de-
espinas accesorias); 0 con un mas segmentos suelen estar
gran cetalo dentro del cualla es- dispuestas muy regularmente.
plcula esta bien desarrollada.
* Cornutella profunda Ehrenberg, 185411
* Antarctissa denticulata (Ehrenberg, 1844) 160-117/Boltovskoy y Riedel, 1980; Ni-
1160-106/Petrushevskaya, 196711 b-d, grini, 1967/5d, 5e: pI.; 1c. 1f; 2e, 2f; ze.
1f; Zc, 2e-g; 3d-g, 3i; 4d-i; 5d-i: sed/An- 4d; 5i: sed.z Criofila. profundal, cosmo-
tartica. subantartica. polita.
* Antarctissa strelkovi Petrushevskaya, Cyrtocapsella corn uta (Haeckel. 1887)/
1967/160-107/Petrushevskaya, 19671 160-118/Sanfilippo y Riedel, 1970/2c:
1c. 1d. 1f; 2c, 2e, 2f; 3d-g, 3i; 4d-i; 5d-f, sed.! Cosmopol ita?
5h, 5i: sed.! Antartica. subantartica.
Cyrtocapsella tetrapera (Haeckel, 1887)/
* Arachnocorys circumtexta Haeckel, 1860/ 160-119/Sanfilippo y Riedel, 1970/2c,
160-1 08/Boltovskoy y Riedel, 1980; Pe- 2e: sed.!Cosmopolita? .
trushevskaya, 1971 a/5d, 5e: pl./Tropi-
cal. subtropical.
* Dictvophimus crisiae Ehrenberg,' 1854/
160-120/Boltovskoy y Riedel, 1980;
Cladoscenium pectinatum Haeckel, 18871 Kling, 1973; Nigrini, 1967 15d: pl./Tropi-
160-109/Haeckel, 1887/5i: sed. cal. subtropical.
Haliphormis lagena Haeckel, 1887/160-
110/Haeckel, 1887/5i: sed.
Lampromitra schultzei (Haeckel, 1860)/
160-111/Boltovskoy y Riedel, 1980; 1 S iguiendo a Nigrini (1967) y a Boltovskoy y Riedel (1980). este
taxon algo polirnorfico ha sido considerado como una sola es-
Caulet, 1974/5d: pl.!Tropical, subtropi-
pecie. Los trabajos citados incluyen extensas listas sinonimi-
cal.
cas correspondientes.

290
._---------_._-_ ... - .. -- ....

Radiolaria

Dictyophimus gracilipes Bailey, 18561 * Pterocanium praetextum (Ehrenberg,


~.. 160-121 IBoltovskoy y Riedel, 1980; Pe- 1872)1160-136/Goll y Bjerklund. 19711
trushevskaya, 1967; Riedel, 1958/5d: 1d; 3d; 4i; 5g, 5i; 6i; 11 h: sed.
I pI.; Zd. 2f: sed./CriOfila, cosmopolita. Pterocanium praetextum (Ehrenberg,
!
I Dictyophimus lasanum Haeckel, 18871 1872) eucolpum Haeckel, 1887/160-
I 160-122/Haeckel, 1887/5d: sed. 137/Nigrini, 1967/1 d; 3d; 4i; 5g, 5i; 6i:
sed.
Eucyrtidi"CJm acuminatum (Ehrenberg,
1844) 160" 123/H ays, 1965 (como Sty- * Pterocanium trilobum (Haeckel, 1~60)1
chopilium annulatum); Nigrini, 19671 160-l38/Boltovskoy y Riedel, 198~ Ni-
1b. 1d; 3e-g, 3i; 4d-i; 5e-i; 6g, 6i: sed. grini, 1967/5d, 5e: pl./Tropical, subtro-
f
pical.
Eucyrtidium cienkowskii Haeckel, 18871
160-124/Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: Stichophormis sp./ 160-139/Petrushevs-
pI.; 4d: sed./Tropical, subtropical. kava, 1971 a (como especies de Cvrto!e-
gena)ll f; 2e, 2f: sed.
* Eucyrtidium hexastichum (Haeckel. 1887)
1160-125/Boltovskoy v Riedel, 1980; Stichopilium varia bile Popofsky, 19081
Petrushevskaya, 1971 a/5d: pl.';4d: sed./ 160-140/Riedel, 1958/2f; 4d: sed./Cos-
Tropical, subtropical . mopoLita?

Eucyrtidium teuscheri Haeckel, 18871.160- Theocalyptra bicornis (Popofsky, 1908)1


126/Haeckel, 188711 c; 2e: sed. 160-141/Petrushevskaya, 1967; Riedel,
1958/1 c. 1d, 1f; 2c, 2e, 2f; 3d-g, 3i; 4c-i;

Eucyrtidium tumidulum ? Bailey, 18561 5d-i; 6e, 6g, 6i; 7g, 7h; 12f, 12h, 12i: sed.
i
,
,. 160-127/Hays, 1965/1 b; 3c, 3g;4d, 4e;
~.

5g, 5h: sed./Cosmopolita? * Theocalyptra corn uta (Bailey, 1856)/160-


142/Boltovskoy y Riedel, 1980; Goll y
* Lipmanella dictyoceras (Haeckel, 1860)1 Bierklund. 1974 (como Corocalyptra
160-128/Boltovskoy y Riedel, 1980; craspedota)15d: pI.; 3f; 4e-h; 5e, 5f; 6e,
Klinq. 1973; Petrushevskaya, 1971 a 6f: sed./Polar, subpolar.
(como L. virchowii)15d: pl./Cosmopo-
lita? Theocalyptra davisiana Ehrenberg, 1861 I~
160-143/Petrushevskaya, 1967; Rie-
Lipmanella sp./160-129/Boltovskoy y del;1958/1 d. 1 f; 2e, 2f; 3d-g, 3i; 4d-i; 5d-
Riedel, 1980/5d: pI. i; 6g, 6i: sed./Cosmopolita.
, * Litharachnium tentorium Haeckel, 18601 * Theocalyptra gegenbauri (Haeckel, 1860)1
}
f 160-130/Boltovskoy y Riedel; 1980; 160-144/Boltovskoy y Riedel, 1980; Pe-
Petrushevskaya, 1971 a/5d, 5e: pI.; 1c. trushevskaya, 1971 a (como Eucecrvphe-
1f; 2e, 2f; 4d: sed./Tropical, subtropical. Ius gegenbauri)15d: pl./Term6fila, cos-
mopolita.
Lithochytris galeata Haeckel, 1887/160-
131/Haeckel, 1887 15i: sed. Theocapsa cuvieri Haeckel, 1887/160-
145/Haeckel, 1887/5i: sed.
Lithornithium ciconia Haeckel, 1887/160- Theocapsa wotton is Haeckel, 1887/160-
132/Haeckel, 1887/5i: sed. 146/Haeckel, 1887/5i: sed.

Peripyramis circumtexta Hackel, 18871 Theocorys apollonis Haeckel, 1887/160-


160-133/Petrushevskaya, 196711 c. 1f; . 147/Haeckel, 1887/5i: pl.
2e, 2f; 4d: sed./Cosmopolita. Familia PTEROCORYIDAE Haec-
kel, 1881, emend. Riedel,
POdocyrtis cristata Hackel, 1887/160- 1967b
134/Haeckel, 1887/5i: sed. EI cefalo esta dividido en tres 10-
Pterocanium gravidum Haeckel, 18871 bulos por medio de tres surcos
160-135/Haeckel, 1887/5i: sed. que nacen en la espina apical y

291
;

."

/ ,'?,..,,". .,
'
t-Ak .. v.
~
Radiolaria

se dirigen oblicuamente hacia Familia ARTOSTROBIIDAE Rie-


abajo. Generalmente con un del, 1967c, emend· Foreman,
cuerno apical y con t6rax y abdo- 1973
men desarrollados. Radiolarios con 6 poros en el
cuello, con un poro 0 tuba verti-
Androcyclas gamphonycha J0rgensen, cal (en el cefalo y relacionado
1889/160-148/Hays, 1965/1c; 3c-g; con el ap..rato espicular
4d-i; 5d-i; 6g, 6i: sed. interno), sin apendices. Los po-
ros de, al menos, un segmento
Anthocyrtidium ophirense (Ehrenberg, mayor alineados en hileras
1872)/160-149/Nigrini, 1967/4i; 5g: tranversales. Superficie lisa 0
sed./Tropical, subtropical. -rugosa; ultimo segmentono en-
sanchado. Sequn la revisi6n de
* Anthocyrtidium zanguebaricum (Ehren- Nigrini (1977) /a familia incluye
berg, 1872)/160-150/Boltovskoy y Rie- 4 generos y 9 especies actuales
del, 1980; Nigrini, 1967 15d: pl./Tropical, de organismos tropicales.i
subtropical. Artostrobium auritum (Ehrenberg, 1844)1
Clathrocyclas latonae Haeckel. 1887/160- 160-158/Nigrini, 1977 (como Botryos-
151/Haeckel, 1887/5e: pI. trobus auritus-australis group)/2e, 2f:
sed.
tamprocyclas maritalis Haeckel, 18871
160-152/Hays, 1965; Petrushevskaya, Artostrobus annulatus (Bailey, 1856)/160-
1971 a; Nigrini, 1967 (como L. maritalis 159/Petrushevskaya, 1967; Riedel,
meritetis y L. maritalis polypora)13d-g; 1958/1 c; 2e; 4d: sed./Cosmopolita?
4d, 4e, 4g-i; 5e-i; 6g, 6i: sed.z Cosrnopoli- Artostrobus jorgenseni Petrushevskaya,
ta (term6fila?). . 1967/160-160/Petrushevskaya, '19671
2e, 2f: sed./Cri6fila. .
Pt~rocorys clausus (Popofsky, 1913)/160- Dictyocephalus papiIJosus (Ehrenberg,
153/Boltovskoy y Riedel, 1980; Petru- 1872)1160-161/Nigrini, 1967; Riedel
shevskaya y Kozlova, 1972 (comoP. clau- 1958/2c, 2e, 2f; 4d: sed./Cosmopolita.
sus group); Popofsky, ~913 (como Lithor-
nithium clausum)15d: pl./Tropical, sub- Lithocampe aquilonaris (Bailey, 1856)1
tropical. 160-162/Petrushevskaya, 196711 c; 2e:
sed.
* Pterocorys hirundo Haeckel, 1887/160- Lithomitra arachnea (Ehrenberg, -1862)1
154/Boltovskoy y Riedel, 1980; Petru- 160-163/Nigrini, 1977 (como Sipho-
shevskaya, 1967; Riedel, 1958/5d: pI.; campe arachnea): Petrushevskaya, 1967
1c; 2c, 2e: sed./Cosmopolita. 1- - ICri6fila.
Theoconus hertwigii (Haeckel, 1887)/160- Lithomitra lineata (Ehrenberg,· 1838)1
155/Nigrini, 19671- -/Tropical, subtro- 160-164/Nigrini, 1977 (como Sipho- _-t _
pical.
campe lineata)/2c, 2e, 2f; 4d: sed./Cos-
* Theocorythium trachelium (Ehrenberg, mopolita.
1872)/160-156/Boltovskoy y Riedel, Spyrocyrtis cornutella Haeckel, 18871
1980;· Petrushevskaya, 1971 a (como T. 160~165/Boltovskoy y Riedel, i 980; Pe-
trachelium y Lamprocyclas cranoides)l trushevskaya, 1971 a/5d: pl./Cosmopo-
5d: pI.; 3d-f; 4d-i; 5d-i; 6e, 6g, 6i; 7g, 7h; lita.
12i: sed./Cosmopolita (term6fila?).
Theocyrtis turris Cleve, 1900/160-1571
Boltovskoy y Riedel, 1980/5d: pl./ Atlan- I Investigaciones recientes de Jankilevich y Bottovskovtrnedi-
tico subtropical. to) indican que esta revision es incompleta.

292
--&;.-..----------~------.~---.---.--.-------. --------.----

Radiolaria

Familia CANNOBOTRYIDAE Saccospyris antarctica Haecker, 19071


Haeckel, 1861, emend. Riedel, 160-1 67 IR iedel, 1958 (como Botryopy-
1967b Ie? antarctica) 1 1c, 1f; 2e-9; 4d: sed'/Bi-
Casi siempre sin segmentos polar.
post-toracicos. EI cefalo es, ge-
neralmente, grande y con 2 0 Saccospyris conithorax Petrushevskaya,
mas 16bulos (s610 1 de estos es 1965/160-168/Petrushevskaya, 19651
hornoloqo al cefalo de Theope- 2c, 2e, 2f: sed./Cri6fila.
ridae).
Botryocyrtis cerebellum Haeckel, 18871
160-166/Haeckel, 1887/5i: sed.

293
~~w"7Wf~·~~"~~~"""""""""""" .uKU__a.••__••••••••
~ ••••~ ••••

Radiolaria

CLAVES Y CARACTERES DIAGNOSTICOS PARA


LA IDENTIFICACION DE POLYCYSTINA
DEL ATLANTICO SUDOCCIDENTAL

:'0
"

Antes que ellector interesado intente identificar los radiolarios de sus muestras por rnedio de las
claves que siguen, es necesario que esre conciente de las limitaciones de estas ultirnas. Obvia-
mente, en ellas solo se han incluido los organismos hasta ahora efectivamem-e hallados en el
area que abarca el presente Atlas, pero, sin duda alguna, estes son solamente una fr accion de los
que habitan la zona en estudio, y las probabilidades de que aun una unica muestra adicional
amplie el inventario confeccionado son sumamente altas. Por otro lado, las diferencias morfolo-
gicas entre las especies son sutiles, y muchas de aquellas que separan alas formas tratadas de
las no contempladas, loqicarnente. no fueron consideradas en las cleves.
En la mayoria de los casos las caracterfsticas rnorfoloqicas reseriadas corresponden ~ ejemplares
adu Itos y completos; para la identificacion de los juveniles y especfmenes rotos 0 deteriorados de-
be utilizarse informacion mas detallada; ello es valido. principalmente, para Nassellaria, en 105
cuales cantidades incompletas de segmentos pueden provocar confusiones.
En vista de todo ello, las identificaciones realizadas sobre la base de esta informacion exclusiva-
mente, sobre todo si provienen de una persona sin experiencia en el grupo, debenconsiderarse
como provisorias y tentativas. Para determinaciones mas seguras deben consu Itarse trabajos es-
pecializados, en particular aquellos que se detallan en el listado de la secci6n "Clasificacion de . ;

Radiolaria. Distr ibucion de las especies en el Atlantico Sudoccidental". Adernas. diagnosis y


observaciones acerca de la gran mayorfa de las especies pueden encontrarse tan;.bien en el
reciente trabajo de D. Boltovskoy (1981 a).
De esta situacion pueden quedar excluidas las especies frecuentes y, simultanearnente, de mor-
fologfa muy tipica. diffcilmente confundibles; estas fueron destacadas con la sigla "(T)" a conti-
nuacion del nombre correspondiente.
Las claves y conjuntos diaqnosticos estan agrupados por familias 0 pares de familias; para las
determinaciones de esas categorfas deben utilizarse las descripciones familiares incluidas en la
seccion precedente ("Clasificacion de Radiolaria ...").

Familia COLLOSPHAERIDAE

1) Tecas con tubos y loespinas (centrffugas 0 centrfpetas) .


1A) Tecas sin tubos ni espinas .
2) Sin tubos ni espinas centrfpetos (internos) .
2A) Con espinas centripetas, largas, lIegando practicarnente hasta el centro de la teca;
esta ultima esferica 0 sub-esterica. con poros de tarnafio variable, 10-18 sobre el he-
mi-ecuador: Tribonosphaera centripetal is, (fig. 160-9) (T).
3) Con tubos de paredes imperforadas 0, si 10 estan. son conicos. pequefios: y/o con
espinas ;.
3A) Normalmente con 3 (a veces con 4 6 5) tubos grusos de paredes perforadas que con-
fieren a la teca un contorno triangular 0 cuadrangular; sin espinas, con poros circu-
lares a sub-poligonales de tarnafios y distribucion irregulares: Solenosphaera zan-
guebarica, (fig. 160-8) (T).

294

L.- .....•.. _ .. -._. ,' ....~~--.--~--.--.~-.


Radiolaria

4) Con tubes. sin espinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . (5


4A) Con espinas y, a veces, con tubos cortes. conicos. formados por la fusion de 364 es-
pinas en sus vertices, con la base periorada. Teca esferica a sub-esferica, muy espi-
nosa. con unos 10-16 poros de tarnario variable en el hemi-ecuador: Acrosphaera
spinosa, (fig. 160-1) (T). .
4B) Sin tubas. Con espinas en forma de coronas de varias puntas rodeando pr acticamen-
te todos 105 pores, excepto los de menor tarnafio: teca esterica: unos 7-10 poros en el
hemi-ecuador: Polysolenia murrayana. (fig. 160-5) (T). .
5) Con unos 4-10 tubes en los porosrnavores, estos ultirnos de tarnafio variable, 8-14
en el hemi-ecuador; teca esferica asub-esfer ica: Solenosphaera polysiphonia. (fig.
160-7) (T).
SA) Con tubos cortos y pequerios en todos los pores. unos 8-10 en el hemi-ecuador; teca
esferica: Siphonosphaera martensi, (fig -, 160-6) (T)..
6) Esfera sin "abolladur as" ni convexidades conspicuas (7
6A) Teca con "aboltadur as" y convexidades, sub-esfer ica, con poros grandes y media-
nos, 10-15 sobre el hemi-ecuador: Collosphaera tuberosa, (fig. 160-4) (T). .
7) Teca sub-esfer ica. con solamente 5-6 poros muy grandes en el hemi-ecuador. ba-
rras proporcionalmente delgadas: Collosphaera macropora, (fig. 160-3) (T).
7A) Teca ester ica. con 8-16 pores. en su mavor ia pequefios. en el hemi-ecuado,r: Collos-
phaera huxleyi. (fig. 160-2) (T).

Familia ACTINOMMIDAE

En la clave que sigue no se incluyen las especiesActinomma medianum (en el material del Atlan-
tica Sur investigado no se evidencia una diferencia clara entre esta especie y A. antarcticum),
Cannartidium bicinctum (seguramente tosil) y Carphosphaera infundibulum (descripta por .
Haeckel, 1887, pero no ilustrada).

1) Teca(s) no esponjosa(s); con 0 sin espinas radiales . (4


1A) Teca cortical con poros de tarnario y distr ibucion muy irregulares, de aspecto quasi
esponjoso, espinosa. grande (hasta 0,4 mm). Teca medular extern a muy irregular,
esponjosa; medular interna muy pequefia. raramente visible: Actinomma antarcti-
cum, (fig. 160-15) (T). .
1 B) Teca(s) claramente esponjosats)- . (2
2) Con numerosas espinas largas (2 a 3 veces mas largas que el diarnetro de la teca) de'
extrema ramificado:Spongodrymus sp. aff S. elaphococcus. (fig. 160-50).
2A) Sin las espinas descriptas en 2 '" . (3
3) Centro del organismo formado por una teca medular con enrejado de barras gruesas,
de la cual parten numerosos radios que se ramifican profusamente en la periferiafor-
mando una teca cortical esponjosa, de barras irregulares: Spongoplegma antarcti-
cum. (fig. 160-51).
3A) Centro del organismo hueco (sin teca medular); teca cortical esponjosa: genero:
Plegmosphaera:
3A.a) La pared de la esfera es doble, la parte interna es de enrejado esponjoso denso,
rodeada de otra de tejido mucho mas laxo: Plegmosphaera entodictyon, (fig.
160-46).
3A.b) Semejante a la anterior, pero de superficie externa lisa. regularmente esferica
(sequn Haeckel, 1887, radio de la cavidad interna igual a 1/4del espesorde la

295

i
ni
___ '~WM_'· __ "'_. _

. 4: .-

Hadrof ari a

pared esponjosa): Plegmosphaera exodictyon, (fig. 160-47).


3A.c) Oiametro de la cavidad central unas 3 veces mayor que el espesor de la pared
esponjosa, esta ultima es mas densa en la periferia V mas laxa en el centro:
Plegmosphaera pachyplegma, (fig. 160-48).
4) Con espinas radiales principales v r o secundarias ... . . . . .. . . .... . . . . .... . . . . . . (9
4A) Sin espinas radiales ..... :.................................................. (5
5) Con una unica teca (Ia cortical) ~ (6
5A) Con tres tecas esfer icas concentricas, la externa con unos 10-15 poros regu lares,
circulares, en el hemi-ecuador V nodos prominentes, conectada con las internas por
medio de 5-10 barras radiales. Relacion de diarnetros entre esferas=9:4:2,5: Thecos-
phaera inermis, (fig. 160-53).
6) Teca esferica 0 subesferica , .... (7
6A) Teca oval (relacion entre ejes= 2:3) de superficie verrucosa V con poros ubicados en
celdillas sub-pol igonales: Cenellipsis infundibulum, (fig. 160-21).
7) Poros de tarnafios mas 0 menos irregulares, superficie verrucosa, hispida ..... : (8
7A) Poros circulares muv regulares Vrnuv densamente distribuidos, unos 24-30 en el he-
mi-ecuador; pared gruesa, de superficie lisa: Cenosphaera elysia. (fig. 160-24) (T).
8) Poros circulares, de tarnarios poco variables, distribuidos regularmente, sin marcos,
12-14 en el hemi-ecuador, coil nodos prominentes; pared gruesa: Cenosphaera
compacta, (fig. 160-22).
8A) Poros de tarnafio V distribucion irregulares, circulares a subcirculares, frecuente-
mente con marcos poligonales poco conspicuos. con teca gruesa de superficie ve-
rrucosa: Cenosphaera cristata, (fig. 160-23). .
9) Con dos espinas principales opuestas (una de estas puede estar reducida 0 ausente):
con 0 sin espinas secundarias '.. . . . (10
9A) Con 6 espinas principales de distribucion regular, con 0 sin espinas secundarias (16
98) Con 12 espinas principales de distribucion regular. Cuatro tecas: 2 corticales V2 me-
dulares. La cortical externa rnuv delicada, con poros diminutos, regulares, circulares.
Cortical interna mas gruesa, con poros grandes irregulares, poligonales. Relacion de
tarnafios entre las esferas= 1:3: 10:12: Cromyechinus dodecacanthus, (fig. 160-31).
9C) Con numerosas espinas de tarnafio V distribucion variables. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (24
10) Espinas principales de extrema distal libre (11
10A) Los extremos de las espinas pol ares estan unidos por medio de un anillo completo
que rodea la teca: Saturnalis circularis, (fig. 160-49) (T).
11) Poros de la teca cortical circulares 0 sub-circulates. sin marcos hexagonales re-
gulares '... (13
11A) Poros de la teca cortical en roseta 0 circulares V rodeados de rnuv conspicuos Vregl1~
lares marcos hexagonales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (12
12) Con 7-10 poros en roseta en el hemi-ecuador; teca cortical ovoide, gruesa; sin tecas
medulares: ? Xiphosphaera luna, (fig. 160-55).
12A) Con 4-5 poros circulates grandes en el hemi-ecuador rodeados de marcos hexagona-
les rnuv regulares V conspicuos; teca medular pequefia, piriforme: ? Stylosphaera
euterpe, (fig. 160-52).
13) Con tecas medu lares ;.... (14
13A) Sin tecas medulares. Espinas polares desiguales, implantadas bajo un cierto anqulo
con respecto al eje principal:
13A.a) Poros pequerios. circulares, hornoqeneos. 10-13 en el hemi-ecuador; con-
cha ovoide, delgada: Ellipsostylus columba, (fig. 160-34).
13A.b) Poros mas grandes que en la especie anterior, sub-circulares, irregulares,
6-8 en el hemi-ecuador: Xyphostylus emberiza, (fig. 160-56).
14) Teca cortical de superficie verrucosa, rugosa , ... ...... (15
14A) Teca cortical de superficie lisa: poros grandes, sub-circulates. 8-10 sobre el hemi-

295 bis
Radiolaria

ecuador. Con 2 esferas internas (relacion de diarnetros= 3:2:1): Amphisphaera ero-


nos, (fig. 160-1 8).
15) Poros numerosos, pequerios: pared gruesa, frecuentemente una de las espinas pola-
res esta muy reducida 0 ausente: Xiphatraetus brevispina, (fig. 160-54).
15A) Teca cortical ovoide, con 12-18 poros en el diarnetro mayor y 8-12 en el menor, dis-
tribuidos hornoqenearnente, a veces con borde doble. Con 1 6 2 tecas medulares:
Axoprunum stauraxonium, (fig. 160-19).
16) Sin espinas secundarias (17
16A) Con espinas secundarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (21
17) Las 6 espinas principales estan distribuidas equidistantemente en el espacio . . . (18
17A) Con dos espinas principales polar es, opuestas y otras 4 en el plano del ecuador:
17A.a) Teca cortical ovoide, espinas polares algo mas grandes que las ecuatoriales,
.con 10-12 poros sub-circulares en el hemi-ecuador; 3 tecas: Hexaeonta-
rium sp.. (fig. 160-35).
17A.b) Teca cortical esterica. con poros circulares pequerios de margen doble,
16-20 en el herni-ecuador. Con 6 espinas (2 polares y 4 ecuatoriales) iguales,
cortas; 3 tecas: Hexaeontium laevigatum, (fig. 160-41).
18) Poros de la teca cortical circulares 0 sub-circulares . . . .. . (19
18A) Poros de la teca cortical representados por mallas muy regulares, hexagonales, de
barras delgadas y delicadas;, ambas tecas internes con poros circulares: Hexaeon-
tium phaenaxonium, (fig. 160-42).
19) Con 3 tecas : '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . (20
19A) La unica teca medular IIega a 1/3 del tarnafio de la cortical. tiene poros circulares pe-
quefios y esta unida s la cortical por medio de prolongaciones de las 6 espinas exter-
nas y por espinillas menores que no se proyectari al exterior. Teca cortical con poros
sub-poligonales grandes, de ternaries variables: Hexalonche aristarehi, (fig. 160-
43).
20) Teca cortical con 13-16 poros circulares en el hemi-ecuador, regularmente distribui-
dos: Hexaeontium axotrias, (fig. 160-37).
20A) Teca cortical con 9-12 poros sub-circulares, irregulares, en el hemi-ecuador. Espi-
nas proporcionalmente mas grandes que en H. exotries: Hexaeontium enthaean-
thurn, (fig. 160-39).
21) Espinas principales no ensanchadas dista!mente...... . . . .. . ..... .. . .... . . . . .. (22
21A) Espinas principales ensanchadas distal mente en forma de rnazo, tri-carenadas, con
'as aristas aserradas; teca cortical gruesa, verrucosa; con 18-24 pores circulares en
el herni-ecuador, enmarcados en esculturas hexagonales; con papilas espinosas en
los nodos. Con 2 tecas medulares (relacion de diarnetros entre las tecas= 1:2:5): He-
xaeontium clavigerum, (fig. 160-38).
22) Poros de la cortical no enmarcados en estructuras hexagonales. . . . . . . . . . . . . . . . (23
22A) Poros de la cortical circulares, hundidos en conspicuas mallas hexagonales de dispo-
sicion reqular. 10-12 en el hemi-ecuador. Pared gruesa. Dos tecas medulares: Hexa-
eontium armatum, (fig. 160-36) (T).
23) Con una sola teca medular. Contorno de la teca cortical sub-pentagonal, can paredes
delgadas y paras grandes, relativamente regulares, circulares, separados par barras
5-6 veees mas delgadas que las primeras. Espinas principales can distribuci6n me-
nos regular que en las dernas especies. Teca medular unida a la cortical par numero-
sas barras radiales, solo algunas de las cuales sa proyectan al exterior como espinas
principales: Hexalonehe philosophiea, (fig. 160-44).
23A) Muy semejante, en Hneas generales, a Hexaconthium enthacanthum (20A), pero la
superficie externa lIeva gran cantidad de espinillas secundarias filiformes que
confieren a la teca un aspecto erizado: Hexaeontium hostile, (fig. 160-40) (T).
24) Teca cortical esterica a subesferica ................... (25

296
Radiolaria

24A) Teca cortical formada por dos hemi-esferas vuxtapuestas. con 0 sin capsules polares
V enmallado lateral adicional. Poros relativamente grandes, sub-circulares; con es-
pinas en 105 nodos. Dos tecas medulares esfericas: Panartus tetrathalamus. (fig.
160-45) (T). .
Nota: Recientemente, A. Sanfilippo y W.R. Riedel (MS: A revised generic and suprageneric classification of artiscins
(Radiolaria), sobre la base de evidencias paleontoloqicas. modificaron la posicion sistematica de este g{mero(Panar-
tus = Ommatartus) ubicandolo dentro de la familia Coccodiscidae, subfamilia Artiscinae.
25) Esqueleto compuesto por una sola teca : (26
25A) Esqueleto compuesto por varias tecas concentricas . (33
26) Con poros circulares, sub-circulares 0 sub-poligonales con vertices redondeados, sin
marcos poliqonales . (27
26A) Con poros poligonales (generalmente hexagonales), 0 con marcos poligonales cons-
picuos. ambos con vertices agudos : . (31
27) Con espinas de extrema distal ramificado . (29
27A) Espinas no ramificadas . (28
28) Poros regulares, sub-circulares. 8-9 en el hemi-ecuador, conespinas agudas delga-
das, de base ancha, cilindricas, en cada nodo; diarnetro hasta 0,06-0,08 mm: Acan-
thosphaera pinchuda, (fig. 160-14) (T).
28A) Con 20-30 poros circulares, detarnafios variables, en el hemi-ecuador; con tubercu-
los en 105 puntos nodales, cada uno de ellos con una delgada espina filiforme; diarne-
tro: hasta 0,35-0,4 mm: Cenosphaera hirsuta, (fig. 160-25) (T). -
28B) Con 12-16 poros subcirculares en el herni-ecuador. de tarnafios Vdistribuci6n irregu-
lares, con rnarqeries dobles. Con 20-30 espinas gruesas, tri-carenadas, cuva long i-
tud no lIega a la mitad del diarnetro de la teca: Acanthosphaera angulata. (fig,
160-11 ).
29) EI extrema distal de las espinas se ramifica arborescentemente (no semejante alas
astas de un reno) . (30
29A) Ramificaciones del extrema distal de las espinas rnuv semejante alas astas de un re-
no. Teca delicada, con barras delgadas, cilindricas, con mallas ovales 0 sub-poligona-
les con vertices redondeados, de tarnafio V disposici6n irregulares. Con espinas lar-
gas (pueden exceder en longitud al diarnetro de la teca) en los nodes: Cladococcus
megaceros, (fig. 160-28) (T).
30) Poros sub-poligonales con vertices redondeados, 7-10 en el hemi-ecuador, de tama-
no V distribuci6n irregulares. Con espinas en 105 puntas nodales cuvo extrema distal
se ramifica dicot6micamente rematando en 2, 40 mas ramas: Cladococcus cervi-
cornis, (fig. 160-27) (T).
30A) Con 6-8 poros elipticos 0 sub-circulares regulares en el hemi-ecuador; barras eatre
poros rnuv delgadas. Con espinas en los puntos nodales que se ramifican irregular V
rnuv profusamente creando un enrejado de contorno circular alrededor de la teca:
Cladococcus sp., (fig. 160-29).
Nota: Especie afin a C.:penicillus. C. scoparius y Elaphococcus umbel/ifer.
31 ) Con poros circulares a ellpticos enmarcados en conspicuas estructuras hexagonales
viti pentagonales , , . (32
31A) Poros hexagonales, rnuv regulares, de barras delgadas, u nos 13-16 sobre el hemi-
ecuador. Cada nodo provecta una espina delgada, tri-carenada, larga, retorcida so-
bre sf misma, con las aristas aserradas: Cladococcus bifurcus. (fig. 160-26) (T).
31 B) Poros hexagonales muy regulares, grandes, 7-8 en el hemi-ecuador delimitados por
barras delgadas; cada node lIeva una espina breve V aguda: Acanthosphaera acti-
nota, (fig. 160-10) (T).
32) Teca de aspecto muy delicado, con poros de pared del gada, circular, algo hundidos en
las mallas penta 0 hexagonales muy regulares, 6-7 en el hemi-ecuador. Con cortas y
delgadas espinas en muchos puntos nodales: Acanthosphaera corloca, (fig. 160-
12) (T).

296 bis
T'
"a

t Radiolaria

32A) Enmallado de la teca muy regular, con celdillas penta 0 hexagonales muy prominen-
tes encerrando estructuras que, a manera de embudo, delimitan poros circulares a
sub-circulares, unos 7-8 en el hemi-ecuador. Con unas 10-20 espinas grandes, rna-
cizas. tri-carenadas, cuya longitudpuede igualar el diarnetro de la teca: Acanthos-
phaera dodecastyla, (fig. 160-13) (T).
33) Teca cortical mas gruesa que en Collosphaeridae, poras de tarnano variable, pero no
exclusivamente pequenos (como, por ejemplo, en algunos Collosphaeridae, e.g.,Co-
lIosphaera huxley;' fig. 160-2) .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (34
33A) Concilla formada por 4 tecas concentricas. La cortical externa espinosa, de contorno
circular u oval con un piloma en uno de los polos rodeado de espinas, de pared muy
delgada y con poros muy pequefios, frecuentemente dispuestos en roseta por enci-
ma de los poros mayores de la cortical interna. Cortical interna con 8-10 poras en el
hemi-ecuador. Tecas medulares pequefias, esfericas. la interna con 2-3 y la externa
con 8 poras en el hemi-ecuador: Cromyechinus antarctica, (figs. 155 a, a' y 160-
30) (T). '
34) Teca cortical con espinas primaries v.secundarias. 0 secundarias (espinillas) sola-
mente , :. :. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (35
34A) Teca cortical de pare<;fdelgada, con por6s sub-circulares grandes, unos 10 en el he-
mi-ecuador, con 20-25 espinastri-carenadas larqas. sin espinillas secundarias. Dos
tecas medulares, la interna con pocos poros grandes: Echlnomrna leptodermum,
" (fig. 160-32).
Nota: ver Bj~rklund (1976) para consideraciones detalladas acerca de esta especie y de Actinomma haysi.
35) Con espinas primarias grandes y secundarias menores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (36
35A) Teca cortical erizada con numerosas espinillas filiformes; con celdillas hexagonales
muy regulares de marcos prominentesque alojanporos circuJares en su centro, unos
15 en el hemi-ecuador. Con dos tecas medulares: Actinomma sol, (fig. 160-17) (T).
36) Poros de la cortical extern a circulares a sub-circulares, unos 8-11 en el herni-ecua-
dor. pared gruesa irregular, verrucosa, con espinas pr irnarias tri-carenadas y secun-
darias filiformes. Medular externa irregular, de ella nacen las barras de union con la
cortical que se proyectan radial mente como espinas primarias. Medular interna pe-
quefia con pocos poros grandes: Actinomma haysi, (fig. 160-16).
Nota: ver Bj~rklund (1976) para consideraciones detalladas acerca de esta especie.
36A) Teca cortical maciza, con 13-15 poros redondeados en el hemi-ecuador, frecuente-
mente con marcos poligonales; con 10-14 espinas primarias gruesas ytri-carenadas
j y numerosas espinillas secundarias menores. Con dos tecas medulares: Echinom-
I ma popofskii, (fig. 160-33) (T). ' ,
I
t
I
I
Familias COCCODISCIDAE y PHACODISCIDAE

Las especies mencionadas por Haeckel (1887) para el Atlantico Sudoccidental Amphycyclia
pachydiscus, Coccodiscus goetheiy Sethostylus serratus (halladas en muestras sedimentarias).
carecen de ilustraciones satisfactorias y, adem as, es muy probable que sean fosiles.

Heliodiscus asteriscus, (fig. 160-59) (T). La teca cortical esta represent ada por una lente bicon-
vexa con poros circulares a subcirculares, de distribucion relativamente regular y tarnafios
mas 0 menos hornoqeneos. raramente enmarcados en crestas de contorno poligonal. EI
ecuador de la celula contiene alrededor de 15-20 aberturas. La teca medular extern a es esfe-
rica a elipsoidal, de diarnetro equivalente a 1/3 de aquel de la teca externa; esta perforada

297
~$~:.~¥M~--""""""""""""""""""-------------------------=~.-=-=.--------••~

Radiolaria

por numerosas aberturas pequefias de tarnafio v distr ibucion irregulares, y unida a la ?ortical
por medio de varias barras radiales que conectan a la zona central de las,par~des del d~sco:La
teca medular interna, poco conspicua, pequefia, frecuentemente esta ubicada excentnca-
mente dentro de la medular externa. Los rnarqenes del disco lIevan unas 10 espinas radiates
robustas, cilfndricas en la seccion distal y tri-facetadas cerca de la base, y general mente una
cantidad variable de espinas menores intercaladas entre las primeras.
Sethodiscus macrococcus, (fig. 160-60) (T). La teca cortical es relativamente maciza, en forma
de lente biconvexo con poros circulares de tarnario y distribucion irregulares, rodeados por
crestas bajas y suaves. La esfera medular tiene un diarnetro equivalente a, aproximadamen-
te, 1/3 de aquel de la cortical; es de pared gruesa, con poros circulares pequefios, de distri-
bucion y tarnafio regulares, enmarcados en celdas hexagonales poco prorninentes. Ambas
tecas estan unidas por numerosas barras radiales, algunas bifurcadas en su extrema distal.

Familias SPONGODISCIDAE y PORODISCIDAE

Dado que, como se ha demostrado en investigaciones de los ultirnos afios. la placa cribada super-
ficial, caracter supuestamente distintivo entre spongodlscidos y porodiscidos. es de valor in-
cierto, ambas "farnilias" se tratan conjuntamente. .
La sistematica de los spongodlscidos discoides esta actual mente en proceso de rnodificacion y re-
vision.

1) EI esqueleto consiste en un disco central del cual parten tres brazos radiales . :. (2
1A) Esqueletos de otra forma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
2) Los anqulos entre los brazos son conspicuamente diferentes (2 iguales y uno dife-
rente). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Teca consistente en un disco central con estructuras circulares concentricas y tres
brazos equidistantes de extrema distal algo dilatado; frecuentemente con patagio en-
tre los brazos: Dictyocoryne profunda, (fig. 160-62) (T).
3) Brazos no form ados por una sucesion de cameras. ni cubiertos por una placa cri-
bada........ (4
3A) Caparazon consistente en un disco central con dos brazos radiales voluminosos, uno
de los cuales se bifurca en la base, dando el conjunto la irnpresion de poseer tres bra-
zos; estes son mas angostos en la base que distal mente y estan form ados por una se-
rie regular de cameras: el conjunto esta cubierto por una placa cribada: Amphirho-
palum ypsilon, (fig. 160-71) (T).
4) Con tres brazos radiales ensanchados distalmente en forma de maza, dos casi opues-
tos entre sf y el tercero entre ellos: Rhopalastrum malleus, (fig. 160-74).
4A) Un brazo recto, con extrema distal dilatado y espinoso, y dos opuestos al primero, mu-
cho mas cortos y curvos-convergentes, tarnbien con extrema espinoso: Euchitonia
carcinus, (fig. 160-63).
5) Tecas circulares (Ienticulares) (8
5A) Tecas ellpticas 0 cuadrangulares (6
5B) Teca en forma de un cilindro esponjoso con la parte central y los extremos levemente
dilatados, con espinas peritericas y polares, con 0 sin velo (tubo hueco que envuelve
la parte central): Spongocore cylindrica (fig. 160-65) (T).
6) Sin piloma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
6A) Teca elipsoidal a sub-rectangular, con superficie erizada, con espinas mayores en los
polos, uno de estes ocupado por un piloma conspicuo rodeado de espinas: Spongu-
rus pylomaticus, (fig. 160-70).

298

i
I
~,J'L
---------------------------------------------------------------------~

Radiolaria

7) Teca de contorno cuadrado con los anqulos redondeados, con 4 areas piriformes mas
densas dispuestas en forma de petalos desde los 4 anqulos con los vertices hacia el
centro, en anqulo de 900 entre sl: Spongaster tetras, (fig. 160-64) (T).
7A) Teca de contorno elipsoidal. su region central es un enrejado relativamente laxo. irre-
gular; con cameras concentricas: ambas caras cubiertas por una delicada placa cri-
bada que se extiende por fuera del area central formando un cinturon periferlco con
espinas provenientes del tejido mas denso: Stylochlamydium venustum, (fig.
160- 76) (T).
8) Tecas con enmallado esponjoso mas 0 menos hornoqeneo. pero noformadas por una
secuencia de cameras circulares concentricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (9
8A) En las tecas se distinguen clara mente anillos concentricos de cameras: frecuente-
mente con una conspicua placa cribada en ambas caras (12
9) Discos sin piloma (estructura en forma de tubo, embudo, abertura, en el margen del
disco esponjoso, generalmente rodeado de puas de mayor tarnafio) ..... ..... . . . (11
Nota: de acuerdo a observaciones de Petrushevskaya (1967) el piloma es una estructura de amplia distribucion en
spongodiscidos. sobre todo en 105 ejemplares de mayor talla. y su presencia/ausenciano constituye un car acter ta-
xcnornico de valor; sin embargo. este criterio no ha side confirmado por otros investigadores; en consecuencia. prefe-
rimos por el momenta adoptar el punto de vista clasico aceptando ta diferenciacion a nivel generico sobre la base de
esta forrnacion.

9A) Discos con piloma . (10


10) Disco biconvexo sin 0 con escasas y pequenas espinas radiales, con un piloma tubu-
lar muy prominente: Spongopyle osculosa, (fig. 160-67).
lOA) Disco biconvexo, con solo espinillas diminutas en el margen, excepto en la zona pilo-
matica, poco conspicua, hundida en la pared del disco, donde son mas grandes:
Spongopyle setosa, (fig. 160-68).
11 ) Disco biconvexo sin espinas en los rnarqenes ni en las caras: Spongodiscus resur-.
gens, (fig. 160-66).
l1A) Disco biconvexo con bordes y caras espinosos: Spongotrochus glacialis, (fig. 160-
69).
12) M arqenes del disco no espinosos . (13
12A) Margenes del disco con grandes espinas radiales: Stylodyctia multispina, (fig.
160- 77) (T).
13) Esqueleto discoidal con 4-6 anillos concentricos regulares, conspicuos, y poros cir-
, ..
culares pequenos distribuidos hornoqeneamente: Porodiscus micromma, (fig. 160-
72) (T).
i 13A) Disco con la zona central mas densa rodeada de un enrejado delicado y laxo de anillos
concentricos irregulares con radios numerosos; periferia ocupada por un cinturon
ancho de placa cribada delicada y fragil (semejante a la de Stylochlamydium venus-
I
( turn, fig. 160-76): Stylochlamydium asteriscus, (fig. 160-75) (T).
f
1

! Familia LlTHELIIDAE

Dada la exigua cantidad de. especies tratadas se omite la clave correspondiente, incluvendose
breves resenas diaqnosticas.

larcopyle butschlii, (fig. 155b y b') (T). Teca externa ovalada, espinosa, con poros sub-circulares
de tamafio y distribucion irregulares. Generalmente con un piloma polar grande, rodeado por
espinas mayores. Teca interna compleja, esponjosa, con aspecto lobulado 0 espiralado, uni-
da a la externa por medio de numerosas barras que emergen al exterior c.omo espinas.

299
Radiolaria

Lithelius minor. Teca elipsoidal a esterica formada por 3-7 0 mas conchillas concentricas. en
ciertas vistas con aspecto de doble espiraJ. Esqueleto externo con verrugas y espinas coni-
cas, general mente cortas, con poros sub-circulares a sub-poJigonales (cf Benson, 1966).
Lithelius nautiloides, (fig. 160-78) (T). Teca medular pequefiav esferica (0,01-0,015 mm). Teca
cortical representada por una espiral involuta cuyas vueltas aumentan gradual mente de
tarnafio hacia afuera, con 4-6giros. Superficie con espinas cortas y pores de distribucion
irregular, las primeras continuas con barras internas que atraviesan todas las vueltas de la
espiral. Semejante a L. minor, algo mayor y mas criofila que esta. .
Lithelius sp. aft. l. spiralis, (fig. 160-79). Similar a L. neutiloides. pero de contorno rnasovalado,
poros de tarnafio mas regular y teca cortical formada por una espiral mas cerrada y con mayor
nurnero de vueltas.
Spironiurn octoniurn. (fig. 160-80). Teca cortical eJfptico-lenticular de superficie irregular y espi-
nosa. Las alas espiraladas del cinturon transversal son de, aproximadamente, el mismo an-
cho que las 8 puertas internas (cf. Haeckel, 1887).

Familia PYLONIIDAE

Pyloniidae es una de las familias de Spumellaria de mayor complejidad estructural y, en


consecuencia de ello, una de las mas pobremente conocidas. Los criterios utilizados por Haeckel
para elaborar sus esquemas sisternaticos (cantidad de sistemas de cinturones, tipo de teca me-
dular, etc.) son de observacion diffcil y validez sistematica no confirmada.
Dada la reducida cantidad de especies tratadas la clave se reemplaza por las breves resetias
diaqnosticas correspondientes.

Dizonium stauracanthum, (fig. 160-81). Camara central esterica. cinturon lateral ellptico. 1,3
veces mas largo que ancho. Con 4 puertas ellpticas 1,5 veces mas anchas que altas, dividi-
das por la mitad por medio de un eje axial. Con dos pares de espinas corneas en los ejes
opuestos de los polos principal y transversal (cf. Haeckel, 1887).
Octopyle octostyle, (fig. 160-82). Muy semejante aT. octecenthe. excepto por la presencia de un
septa sagital que divide las 4 puertas en mitades.
Octopyle stenozona, (fig. 160-83). Teca de contorno subcuadrado, con un sistema completo de
cinturones internos de contorno eliptico en vista frontal, y con el segundo cinturon transver-
sal completo, al igual que la mayor parte del segundo cinturon lateral. Este ultimo tiene espl-
nas cortas. paralelas al eje sagital y extendiendose desde este, en la region polar del eje prin-
cipal, suqiriendo la presencia de un segundo cintur on sagital rudimentario. Los cinturones
segundo sagital y transversal son muy angostos, con poros grandes y de diferente talla, sepa-
rados por barras macizas; la superficie de ambos cinturones esta cubierta por espinas cortas
y gruesas, opuestas entre sl. coaxiales con el eje principal del caparazon, naciendo en la su-
perficie de la teca interna elipsoidal y uniendose distalmente con el segundo cinturonlateral.
Esias barras confieren al esqueleto la apriencia de poseer ocho puertas sub-circulares en
cada lado del mismo, cuando en realidad hay solo cuatro puertas, dos en la superficie ventral
y dos en la dorsal (cf. Benson, 1966).
Phorticium cleve;' (fig. 160-84). Esqueleto interno representado por una serie de cameras dis-
puestas en una espiral de alrededor de 4-5 vueltas, atravesadas por barras radiales emer-
gentes y con poros de tamarios y distribucion irregulares. Parte extern a del esqueleto consis-

300
Radiolaria

tente en un cinturon con poros de talla variable, espinoso.


Nota: el aspecto de esta especie es muy variable de acuerdo al anqulo de observaci6n. Probablemente sea sin6nimo de Phorti-
cium pylonium.

pylolena armata, (fig. 160-85). Con tres brazos trapezoidales, en la base la mitad del ancho, yen
el extremo dos veces mas anchos que la teca medular. Superficie y rnarqenes espinosos. Con
)
12 espinas macizas, corneas en los extremos distales de los tres brazos, dos en posicion
opuesta en ambas caras de los rnarqenes de los brazos (cf. Haeckel, 1887).
3
Tetrapyle octacantha, (fig. 160-86). Teca cortical espinosa, con grandes poros subcirculares y
barras divisorias delicadas. EI cinturon interno (transversal) es unas 2 a 2,5 veces mas pe-
quefio que el lateral, con espinillas filiformes en su superficie.
r
Tetrapylonium quadrangulare, (fig. 160-87). Teca cortical externa de contorno casi cuadrangu-
lar. una vez y un tercio mas ancha que alta, con 4 anqulos redondeados en los cuales se ubi-
can cuatro espinas radiales, piramidales, tri-facetadas. Superficie espinosa. Con cuatro
puertas elipticas 0 casi cuadrangulares. Teca cortical interna mas eliptica. de talla igual a
.:.
1/2 de la cortical externa, con un cinturon transversal mas ancho ycuatro puertas de contor-
no arrifionado. Teca medularcasi esferica.de la mitad del tarnario de la cortical interna (cf.
Heckel, 1887).
Nota: probablemente se trate de una especie f6sil.

Famiiia THOLONIIDAE

Tholocubus thessellatus, (fig. 160-88). Superficie lisa, sin espinas radiales: Poros circulares,
regulares, con marcos hexagonales, dos veces mas anchos que las barras; unos 8 a 12 en el
semicfrculo de una cupula. Cupulas principales mas pequefias que las laterales y mas gran-
des que las sagitales (cf. Haeckel, 1887).

3
Familia SPYRIDAE

La familia Spyridae fue muy detallada y exhaustivamente tratada por Goll (1968, 1969, y trabajos
posteriores, como fam. Trissocyclidae).
Para el Atlantico Sudoccidental existen registros de un total de 17 especies de spiridos, pero 10
3· de estes corresponden a hallazgos de Haeckel (1887), en material bentonico. Muchas de las
formas descriptas por Haeckel no son mas que ejemplares de una misma especie en diferente
estado de desarrollo 0 grado de conservacion (ver GolI, 1968, 1969), y otros, seguramente, son
f6siles resedimentados (como, por ejemplo, Tripospyris diomma, fig. 160-103, que de acuerdo a
5
~.
Goll es sinonirno de Tholospyris cortinisca, del Mioceno - Plioceno). En consecuencia, se omiti-
, ran aqu i las diagnosis de las especies solamente mencionadas por Haecket (excepto "Archicircus
5 sexangularis" = Liriospyris reticulara, Tessarospyris clathrobursa y Tetraplagia phaenaxonia, ver
:i_
~as adelante), incluvendose exclusivamente las de aquellas cuya situacion cronoloqica y
I j
- Sistematica presenta menos dudas.
n
II
i
]
~!
Acanthodesmia vinculata, (fig. 160-89) (T). Esqueleto formado por 3 anillos unidos en ·angulos
de 90°: basal, sagital y frontal, espinosos en grado variable.
"Archicircus sexangularis" = Liriospyris reticulata (Ehrenberg), fig. 160-90) (T). Anillo sagital
1
·t
;- con forma de letra "0" con 4 a 6 pares de tuberculos. Sin espinas frontal ni axial; a veces con
J

301
...
~1

una apical reducida. Algunos ejemplares sin enrejado ni barras conectivas. Sin anillo basal.
Concha enrejada de contorno oval en vista basal, rodeando el frente y dorso del anillo sagital,
con 4 barras conectivas que unen el anillo sagital a la concha enrejada: dos en la base y dos
en la parte superior (cf. GolI, 1968).
Nota: Se adopt a el criterio de Goll (1968), quien considera que el ejemplar ilustrado por Haeckel, 1887 (reproducido en la fig. 160-
90) es solo un estadio de desarrollo incompleto 0 un especimen rota de esta especie.

Lophospyris pentagona pentagon a, (fig. 160-95) (T). Anillo sagital poligonal, unido al frente,
apex y dorso de la concha enrejada. Anillo basal poligonal, unido al frentey dorso del sagital,
lIeva 4 poros basales y 9 espinas dirigidas hacia abajo. Todo el conjunto de barras relaciona- ;,
das con el anillo basal de secci6n tri-facetada (perfil en "T"). Por encima del anillo basal 8 de
las espinas (la novena -frontal- se ubica frente al anillo sagital) se contin uan en barras que
se elevan v, mediante la formaci6n de ram as transversalesque las unen entre siy con el ani-
110 sagital, forman un enrejado de mallas poligonales. Las barras vecinas al anillo sagital tie-
nen, adernas de otras, ramas laterales que se unen al primero en la parte medio-frontal del
mismo.
Lophospyris pentagona quadriforis, (fig. 160-96). Subespecie caracterizada por la ausencia de
barras unidas a la parte medio-frontal del anillo sagital (cf. GolI, 197~).
1

Liriospyris reticulata (Ehrenberg). a) Vista apical; b) Parte frontal de 105esqueletos de Lophospyris pents-
Vista basal. 1) Poros en el anillo sagital; 2) Concha en- gona quadriforis (a) y L. p. pentagona (b). 1) Anillo
rejada; 3) Tuberculo en el anillo sagital; 4) Anillo sagi- sagital; 2) Barras unidas a la parte medio-frontal del
tal; 5) Barras conectivas; 6) Espina vertical. (Redibuj- anillo sagital; 3) Anillo basal. (Redibujado de Goll,
do de GolI, 1968). 1969).

Tessarospyris clathrobursa,(fig. 160-98) (T).Teca sub-ovalada, lisa, profusamente perforada con


aberturas pequeiias, estrangulada sagitalmente. Del anillo basal parten 4 pies huecos,
perforados. La placa basal tiene 4 grandes perforaciones triangulares.
Nota: si bien en el Atlantico Sudoccidental el unico hallazgo de est a especie es el perteneciente a Haeckel (1887), la misma fue
subsecuentemente encontrada por Petrushevskaya (1971 a) y por Takahashi y Honjo (en prensa), en areas tropicales (menciona-
da como Platybursa clathrobursa y Cantharospyris ct. clathrobursa. respectivamente).

Tetraplagia phaenaxonia, (fig. 160-99). Esqueleto consistente en 4 espinas tri-facetadas rectas 0


levemente curvadas, prisrnaticas, con nacimiento en un centro cornun. con pequeiias rami-
ficaciones en las aristas.
Nota: EI unico hallazgo de esta especie en el Atlantico Sudoccidental (Haeckel, 1887). figura como registro en muestra de
plancton, y no en material sedimentario, motivo por el cual se reproduce su descripcion.

Tholospyris procera, (fig. 160-100). Anillo sagital sub-rectangular unido directamente al frente
y dorso de la concha enrejada. Anillo basal ovalado, unido al frente y dorso del anillo saqital.
Esqueleto enrejado con barras de secci6n sub-circular, con poros sub-poligonales. En algu-
nos ejemplares el enrejado puede extenderse por debajo del anillo basal; de este ultimo se
proyectan varias espinas de forma y cantidad variables (cf. GolI, 1976).
Triceraspyris antarctica, (fig. 160-101) (T).Teca maciza, solida, con forma de nuez con una cons-
picua constricci6n sagital, de superficie verrucosa-espinosa con poros sub-circulares, des-
iguales. Boca cerrada por medio de una placa basal perforada. Del anillo basal parten tres .
pies voluminosos, macizos, tri-facetados 0 cilindricos.
Nota: Especie considerablemente polirnorfica (con 4 subespecies de acuerdo a GolI, 1976: Phormospyris stabilis stabilis. P. s.
capoi. P. s. antarctica = T. antarctica y P. s. scephipes).

302
Radiolaria

Tristylospyris palmipes, (fig. 160-104). Teca ovalo acampanada, con 4 grandes ventanas en el
frente y 4 en el dorso; lados y apice con poros menores, ovales a circulares. Placa basal con 4
poros grandes. Pies delqados cortos, frecuentemente con un principio de ramificaclon en la
parte distal.
zygocircus productus, (fig. 160-105) (T). Anillo piriforme con las aristas espinosas.

i
I
Familias PLAGIONIIDAE y THEOPERIDAE
II
La taxonomfa de nivel familiar de las especies que se incluyen en estos dos grupos es sumamen-

I
1
te confusa, y los caracteres utilizados - de observacion diffcil y definicion ambigua. En conse-
cuencia, se ha preferido tratarlos conjuntamente. Por otro lado, sin recurrir a detalles arquitecto-
nicos del esqueleto interno, es practicarnente imposible elaborar una clave dicotomica especifi-
ca; debido a ello se ha preferido definir dicotcmicarnente grupos artificiales de especies que com-
parten rasgos conspicuos, constantes y de facil deteccion. recurriendo a descripciones breves
desde all! en adelante.
Dada su situacion taxonornica incierta, as! como debido a haber side registradas en el Atlantico
Sudoccidental una unica vez, en sedimentos (Haeckel, 1887), se excluyen las especies Cladosce-
nium pectinetum. Haliphormis lagena, Perometisse calva, Tridictvopus vatillum (Plagioniidae),
Cyrtocapsella tetrapera, Dictyophimus lasanum, Lithochytris galeata, Lithornithium ciconie.
Podocyrtis cristata, Pterocanium gravidum, Theocepse cuvieri y Theocapsa wottonis (Theope-
ridae).

1) Con varios (mas de 2-3) segmentos post-toracicos conspicuamente diferenciados.


Eucyrtidium acuminatum, (fig. 160-123). Cefalo esferico. pequefio. con un breve
cuerno apical conico. hundido en el torax. con pocos poros circulares espaciados. To-
rax corto. de contorno trapezoidal, con poros sub-circulares. EI abdomen mucho mas
voluminoso que el torax, mas 0 rnenos cilindrico a trapezoidal, con poros algo mayo-
res y mas densamente dispuestos que en 105 segmentos anteriores. Los 5-6 segmen-
tos post-abdominales son conspicuamente mas anchos que altos, con 105 poros dis-
puestos en hileras longitudinales. EI diarnetro maximo de la conch ilia suele coincidir
con el cuarto a sexto segmentos, el ultimo lIeva un peristoma a veces estrechado. Los
Ifmites entre los segmentos post-abdominales no estan marcados por constricciones
externas, pero son claramente visibles por transparencia.
Eucyrtidium cienkowskii, (fig. 160-124). Cefalo cupuliforme, con un pequefio
cuerno apical. Torax y abdomen conicos-truncados, de diametro gradualmente ere-
ciente hacia el extrema distal. EI segmento mas ancho es el primero postabdorninal.
Poros redondeados, dispuestos en hileras longitudinales, algo mayores en los
ultirnos segmentos.
Eucyrtidium hexastichum, (fig. 160-125) (T). Teca de paredes delgadas, de unos 9-
10 segmentos. Cefalo pequerio, esferoidal, con un cuerno apical. Torax conico. Ab-
domen y segmentos post-abdominales cilfndricos, con suturas no marcadas por
constricciones externas, con 4 a 8 hileras transversales de poros circulates de tarna-
no hornoqeneo cada uno.
Stichophormis sp., (fig. 160-139) (T). Caparazon alargado, cilindro-conico. de pared
fina. Cefalo esferico con un cuerno apical. Entre 5 y 12 segmentos postcefalicos glo-
bosos, con constricciones intersegmentarias muy marcadas, a veces con costillas
longitudinales en la parte distal de la conchilla. Poros circulares dispuestos regular y
densamente. En ejemplares completos, el ultimo segmento es cerrado distalmente.
Radiolaria

1A) Sin segmentos post-toracicos. 0 con menos de 2-3 de ellos, 0, cuando son mas de
2-3, las divisiones intersegmentarias correspondientes son muy poco conspicuas (2
2) Con tres pies conspicuos dinqidos hacia abajo, general mente prolongados en costi-
lias marcadas en la superficie de la teca.
Nota importante: Para los fines de esta clave se denominan "pies" a las formaciones espinosas que, en continuidad
con el contorno del ultimo segmento (t6rax, abdomen 0 segmento post-abdominal), se prolongan hacia abajo mas 0
menos divergentemente; y "alas" a aquellas que tienen nacimiento en la parte media 0 superior del t6rax y se extien-
den hacia los lados.

Dictyophimus crisiae, (fig. 160-120). Cefalo herni-esferico. algo espinoso, hfspido,


con poros pequefios y agrupados densamente y con un cuerno apical. Constricci6n
cervical poco marcada. T6rax c6nico, de paredes relativamente gruesas, con poros
redondeados a sub-poligonales de tarnafio creciente hacia la base, donde el enrejado
se vuelve mas fr aqil y delicado; lIeva tres costillas que se prolongan en los tres pies
delicados y fines. Generalmente sin abdomen, 0 s610con rudirnentos del mismo en
forma de malla abierta y laxa entre las bases de los pies.
Dictyophimus gracilipes, (fig. 160-121). Cefalo herniesferico. de superficie lisa, con.
grandes poros subcirculares y un largo cuerno de talla igual 0 mayor que el diarnetro
del cefalo. Constricci6n cervical poco marcada, a veces con abultamientos. T6rax de
pared delgada, delicado, con qrandes poros subcirculares, a veces con la base
cerrada por una placa perforada, con tres conspicuas costillas que se prolongan en
tres pies largos, carenados, curvados.
Nota: especie muy polim6rfica.

Pterocanium praetextum, (fig. 160-136) (T). Cefalo esfer ico. volurninoso. con un
gran cuerno cillndrico. T6rax prismatico con tres aristas conspicuas, abultado, cupu-
liforme, con poros circulares, regularmente dispuestos y superficie espinosa. En su
base nacen tres macizos y largos pies de corte transversal triangular, levernente con-
vexos, divergentes, unidos entre sf en la parte proximal por el enrejado delicado que
constituye el abdomen, frecuentemente de terminaci6n ambigua, a veces ausente.
Pterocanium praetextum eucolpum, (fig. 160-137). Cuerno apical tri-facetado;
t6rax mas redondeado, abdomen generalmente menos desarrollado y teca mas del-
gada que en la especie anterior.
Pterocanium trilobum, (fig. 160-138) (T). Cefalo pequefio, esferico. con poros pe-
queries y densamente agrupados, con un cuerno apical conspicuo. T6rax globoso, cu-
puliforme, con poros circulares, de distribucion regular y densa, aumentando en dia-
metro hacia la base. Con tres aristas poco marcadas que se prolongan en tres pies
cornbados. voluminosos, con las bases fenestradas.
Dictyophimus hirundo, (fig. 160-154) (T). Cefalo subesterico, con numerosos poros
pequefios. de superficie lisa 0 levemente espinosa, con uno 0 dos cuernos apicales.
T6rax c6nico a acampanado, frecuentemente espinoso, de pared gruesa, con gran-
des poros circulares de diarnetro creciente hacia la base; lIeva tres aristas que se ex-
tienden en tres largos pies suavemente curvados, frecuentemente con las bases fe-
nestradas. EI abdomen, cuando existe, es mas angosto que la base del t6rax, y s610
esta representado por un enrejado delgado con poros grandes, sin peristoma defi-
nido. .
Nota: especie incluida bajo el nombre de Pterocorys hirundo en la lista de las especies presentes en el Attannco
Sudoccidental.

2A) Sin las caracterfsticas anteriores (3


3) Con alas conspicuas.
Lipmanella dictyoceras, (fig. 160-128) (T). Cefalo grande redondeado, de superficie
algo hfspida. T6rax c6nico con poros de distribuci6n irregular y tres alas dirigidas obi i-
cuamente hacia abajo. Abdomen rudimentario.

304
Radiolaria

~!

Lipmanella sp., (fig. 160-129) (T). Cefalo grande, esferico, con superficie muy
hlspida. espinoso, con poros circulares en marcos hexagonales. Constriccion cervi-
cal profunda. Tor ax muy grande, acampanado ~ abultado, con poros circulates
densa y muy regularmente dispuestos; con pequefias alas horizontales a la altura de
la constriccion cervical.
3A) Sin las caracterfsticas anteriores (4
4) Los poros de la seccion distal de la teca tienen forma clarainente rectangular 0 penta-
gonal.
Litharachnium tentorium, (fig. 160-130) (T). Esqueleto conico. en individuos adul-
tos con forma de sombrero mexicano. Cefalo muy pequefio. esferico. imperforado,
sin cuerno. Tor ax muy grande (hasta 1 mm de diarnetro), con hileras longitudinales
de poros pequefios. cuadrangulares (circulares en la vecindad del cefalo) intercalan-
do con costillas radiales primarias y secundarias. .
Peripyramis circumtexta, (fig. 160-133) (T). Cefalo pequerio. imperforado, hialino,
con un pequefio cuerno apical. Constriccion cervical poco marcada. Tor ax conico, for-
mado por 8-11 barras longitudinates con trabeculas perpendiculares que definen
poros cuadrangulares (poros circularesen la vecindad del cetalo) grandes, de tarnafio
creciente hacia la base. Barras del enrejado con excrecencias laterales que pueden
formar un tejido aracnoidal - esponjoso alrededor del esqueleto principal
Theocalyptra davisiana, (fig. 160-143). Concha de cuatro segmer'ltos de pared grue-
sa, de contorno general conico. Cefalo subesferico, con unos pocos poros pequefios y
dos cuernos apicales de desarrollo variable. Constriccion cervical general mente po-
co marcada. Tor ax cillndrico 0 levernenteconico. con poros subcirculares, espacia-
dos, pequefios. Abdomen claramente separado 'del torax, mucho mas ancho que
este. con poros de tarnario mucho mayory contorno anquloso. rectangular.Segmen-
to postabdominal expandido, generalmente incompleto, con 5610una 0 dos hileras de
grandes aberturas rectangulares. .
Theocalyptra gegenbauri, (fig. 160~144) (T). Cefalo pequerio. cupuliforme, con unos
pocos poros pequefios y redondeados; a traves de sus paredes emergen las espinas
vertical y apical en forma de dos grandes cuernos. T6rax c6nico, con los poros dis-
puestos muy regularmente, los ubicados mas cerca del cefalo notoriamente mas
pequerios que los basales; estos ultirnosanqulosos. regularmente pentagonales. Ab-
domen s610 representado por una 0 dos hileras de pores pequefios, cuadrangulares,
muy regulares, dispuestos a modo decintur6n alrededor de la base del t6rax.
4A) Sin la caracteristica anterior (5
5) La teca es rnuv deprimida, achatada, con forma de sombrero chino (caracteristica
compartida con Litharachnium tentorium que tiene poros cuadrangulares v, parcial-
mente, con Theocalyptra gegenbauri, con poros pentagonales; ver ftem 4).
Lampromitra schultzei, (fig. 160-111) (T). Cefalo pequefio, T6rax grande, umbelifor-
me, achatado a rnanera de sombrero chino, con poros grandes y subangulosos en la
secci6n media, disminuyendo de tarnano hacia la perifera, de distribuci6n irregular.
Espinas dorsal y laterales extendidas a 10largo de todo el t6rax como costillas rectas.
La periferia del t6rax tiene dos a tres hileras de paros pequefios, subrectangulares,
regulares.
Theocalyptra cornuta. (fig. 160-142) (T). Cefalo cupuliforme, con pequenos poros
circulares de distribuci6n irregular y dos grandes cuernos, prolongaciones extern as
de las espinas apical y vertical. T6rax deprimido, chato, con poros circulares de distri-
buci6n sumamente regular y tarnafio cre.ciente hacia el extrema distal. Divisi6n lum-
bar conspicua. Abdomen representado solamente por una 0 unas pocas hileras de
poros circulares.
305
r=::':

Radiolaria

5A) Sin la caracterlstica anterior (6


6) Teca formada exclusivamente por un cetalo, 0 por un cefalo y un torax, sin segmen-
tos post-toracicos (carecen de pies, alas, poros cuadrados opentaqonales, y no son
deprimidas).
Antarctissa denticulata, (fig. 160-106) (T). Esqueleto muy macizo, de contorno sub-
triangular-piramidal,con cefato grande, hundido en el torax. Superficie hlspida. irre-
gular, espinosa. verrucosa, con poros pequerios. hundidos en la pared. Boca cerrada
por medio de una placa perforada.
Antarctissa strelkovi, (fig. 160-107) (T). M uy semejante a la especie anterior, pero
con pared algo mas delgada, mas espinosa, y constriccion cervical mas rnarcada.
Arachnocorys circumtexta, (fig. 160-108) (T). Cefalo sub-esferico. relativamente
grande, con poros circulares a sub-circulares de distribucion irregular; espinoso, fre-
cuentemente los extremos distales de estas espinas estan relacionados entre sf por
medio de una delicada malla aracnoidal. Enrejado toracico separado del cefalo por
medio de 9 espinas que dejan 9 grandes ventanas cervicales; estas espinas se conti-
nuan como costillas rectas en el torax y alrededor de ellas se forma un delicado enre-
jado de tipo aracnoidal.
Lithomelissa setosa, (fig. 160-112). Cefalo de tarnario regular sub-esterico; cons-
triccion cervical mas 0 menos conspicua; torax alargado de contorno irregular, con
pared delgada, con poros sub-circulares de distribucion variable. Teca espinosa, en
los ejemplares completos con el peristoma cerrado.
Peridium sp. aft. P. spinipes, (fig. 160-113). Sin torax. Cefalo alargado a sub-esfe-
rico con grandes poros redondeados, espinas lateral y apical prominentes y conspi-
cuas, espina dorsal mas corta.
Peromelissa phalacra, (fig. 160-115). Cefalo grande, ovoide-alargado, con poros
circulares (a veces solo presentes en su seccion basal), liso. Torax conico, pequefio.
Con una espina apical (dirigida hacia arriba, emergiendo en la cara anterior del cefa-
lo) y dos laterales (a la altura de la constriccion cervical) muy conspicuas.
Cornutella profunda, (fig. 160-117)(T). Cefalo pequerio. esferico, imperforado, hiali-
no, con 0 sin cuerno apical. Tor ax conico. con poros circulares de tarnario y densidad
crecientes hacia la base, regurarmente dispuestos.
Nota; Especie muy polim6rfica; siguiendo a Riedel (1958) los distintos tipos morfol6gicos se consideran conespecffi-
cos (ver Petrushevskaya. 1967. y otros trabajos).

6A) Especies sin las caracterfsticas enumeradas anteriormente.


Cyrtocapsella cornuta, (fig. 160-118) (T). Contorno general del caparazon piriforme,
con cuatro segmentos. Pared gruesa, de superficie rugosa y con crestas, con poros
circulares relativamente pequefios, hundidos en la pared, dispuestos mas 0 menos
regularmente. Cefalo de tarnafio mediano, esferico, con un breve cuerno apical in-
sertado asirnetricamente. Constricciones entre los segmentos bien definidas. Per is-
toma del segmento post-abdominal cerrado. .
Eucyrtidium teuscheri, (fig. 160-126). Caparazon conico (parte superior) - cilindri-
co (parte inferior). Cefalo hemi-esterico, sumergido en el torax. con poros circulares
pequefios y un cuerno apical. Torax pequeno, trapezoidal, con poros redondeados de
tarnafio, forma y distribucion irregulares. Seccion oost-tor acica cillndrica. a veces
angostada distalmente, con varias constricciones poco conspicuas (Ia mas notable de
estas probablemente represente eillmite abdomen-postabdomen), con poros circu-
lares a subcirculares de disposicion y tarnarios variables.
? Eucyrtidium tumidulum, (fig. 160-127). Teca fusiforme, compuesta por 5-6
segmentos, de paredgruesa y poros circulares. Cefalo herni-esferico. con poros

306
iBillJlll-------- ---------.---.

Radiolaria

esparcidos irregularmente sobre la superficie. Constriccion cervical inconspicua. To-


rax conico a ciHndrico, con poros dispuestos en 2 a 3 hileras transversales. Tercero y
cuarto segmento ciHndricos, abultados, con los poros agrupados en tres hileras
transversales en el tercero y cuatro en el cuarto. EI maximo diarnetro de la teca esta a
1 la altura del cuarto segmento. EI quinto es conico. truncado, estranqulandose paula-
tinamente hacia el peristoma. EI sexto segmento, cuando presente, es similar al an-
terior y esta separado de aquel por una constriccion poco. marcada; suele IIevar una
1 hilera transversal de poros grandes (cf Hays, 1965).
Stichopilium variabile. (fig. 160-140). Caparazon de contorno general conico 0
conico-cillndrico, de pared relativamente delqada, tetrasegmentado. Cefalo herni-
esferico. algo hundido en el tarax. con un cuerno conspicuo y constriccion cervical
poco marcada. Torax breve, trapezoidal, a veces con costillas longitudinales. Abdo-
men mas grande y mas globoso, coincide con el mayor diametro de la concha. Post-
abdomen estrangulado, frecuentementeincompleto. Los poros son subcirculares,
grandes, de tarnafios y distribucion irregulares.
Theocalyptra bicornis. (fig. 160-141). Teca de pared gruesa, de contorno general
acampanado, cupuliforme. Cefalo grande, subesferico. con dos grandes cuernos
divergentes facetados. La seccion post-cefalica presenta dos 0 tres constricciones
externas mas 0 menos conspicuas que delirnltartan un torax pequefio, trapezoidal;
un abdomen grande, abultado; y elnacimiento de un post-abdomen que se ensancha
bruscamente (general mente integrado por no mas de 1-2 hileras de poros). Los poros
de la parte post-cetalica son de tarnario creciente hacia la base, circulares, dispues-
tos regularmente en hileras transversales.
Theocorys apollonis. (fig. 160-147). Conch ilia ovalada, con dos constriceiones pro-
fundas. Cefalo sub-esferlco con un largo cuerno cilindrico recto. Torax conico. trun-
cado. Abdomen sub-globoso;truncado en ambos extremos, dos veces mas anchoque
la boca estrangulada. Poros circulares, subregulares, en el abdomen dos veces
mayores que en tor ax. Sin segmentos post-abdominales (cf Haeckel, 1887).

Familia PTEROCORYIDAE

Se considera mas conveniente incluir, para est a familia, los caracteres diaqnosticos de las espe-
cies tratadas, en vez de la clave correspondiente.

Androcyclas gamphonycha. (fig. 160-148) (T). Teca trisegmentada de contorno pirarnidal. Cefa-
lo grande, hemi-esferico con un muy grande y robusto cuerno apical tri-facetado, carenado;
con pequenos poros circulares. Constriccion cervical poco conspicua. Torax acampanado,
trapezoidal, con poros circulares, frecuentemente en hileras longitudinales. Constriccion
lumbar conspicua. Abdomen cilindro-conico. abultado, con poros notablemente mas gran-
I des que en el torax. sub-circulares a sub-poligonales, con distribucicn irregular. Peristoma
algo estrangulado, ornamentado con una doble hilera de grandes dientes dirigidos hacia

I abajo.
~nthocyrtidium ophirense, (fig. 160-149) (T). Cefalo ovoidal-alargado, con pequerios poros cir-

I
culares, ahusado hacia arriba y extendiendose en un voluminoso cuerno apical carenado.
Constriccion cervical conspicua. Tor ax acampanado, cupuliforme, abultado, con poros circu-
, lares dispuestos regularmente en forma de tablero de ajedrez, varias veces mayores que las
! barras de separacion, a veces enmarcados en esculturas hexagonales, de diarnetro creciente
hacia la base. A escasa distancia del peristoma existe un verticilo de espinas dirigidas hacia

307
p:~,.~~----------------------------------------------~
Radiolaria

abajo; luego de ellas la pared del torax se estrangula cu Iminando en una delicada membrana
peristomial.
Anthocyrtidium zanguebaricum, (fig. 160-150) (T). Cefalo elongado, con un macizo cuerno api-
cal de longitud aproximadamente igual que su altura. Constriccion cervical poco conspicua.
Tor ax ovalado, elongado, con poros circulares densamente distribuidos en hileras longitudi-
nales. Peristoma a veces dentado.
Clathrocyclas latonae, (fig. 160-151). Teca acampanada, con cefalo relativamente grande muni-
do de un cuerno oblicuo. Tor ax con poros poligonales cubiertos por una malla aracnoidal se-
cundaria. Abdomen con tres hileras de poros cuadrangulares, de tarnario creciente hacia la
base. Peristoma rematado con un verticilo de 30-40 "pies"carenados cortos(cf. Haeckel,
1887).
Nota: especie sola mente registrada por Haeckel (1887) en el Atlantico Sudoccidental.

Lamprocyclas maritalis, (fig. 160-152) (T).Teca cupuliforme, generalmente de paredes bastante


gruesas. Cefalo alargado, ahusado, con un prominente cuerno apical facetado, dividido in-;
ternamente en tres lobules. Torax conico en la parte superiory abultado en la base, con poros
circulares de disposicion regular, enmarcados en esculturas hexagonales. Constriccion lum-
bar bien marcada. Abdomen abultado, ancho, cilfndrico, con poros de tarnafio algo mayor que
el torax. pero de aspecto y disposicion semejantes. EI peristoma esta bien definido, carece de
poros y frecuentemente presenta un verticilo de dientes.
Nota: Nigrini (1 967, 1968), Nigrini y Moore (1 979) aceptan la subdivision de esta especie en tres taxories: Lamprocyclas meri-
talis maritalis, Lamprocyclas maritalis polypora y Lamprocyclas maritalis ventricosa. Sin embargo, las diferencias morfol6gicas
definitorias de las tres son de poca claridad, y frecuentemente, los ejemplares no pueden atribuirse con certeza a una de las
subespecies; adem as, las distribuciones geograficas de estas subespecies se superponen en gran medida. Por todo ello se pre-
firio, por el momento, abstenerse de utilizar estas modificaciones propuestas por Nigrini (1967).

Pterocorys clausus, (fig. 160-153). Cefalo conico. lobulado, asimetrico. con pequefios poros cir-
culares de disposicion irregular. Torax cupuliforme, globoso, grande. Abdomen cilfndrico.
Poros en el torax y en el abdomen orden ados en hileras verticales.
Pterocorys hirundo, (fig. 160-154) (T). Ver Dictyophimus hirundo en familia Theoperidae ..
Theoconus hertwigii, (fig. 160-155) (T).Teca cupuliforme, de pared delgada y enrejado fr aqil. de-
licado. Cefalo ahusado, lobulado, asirnetrico, con un prominente cuerno apical carenado y de
bases fenestradas. Torax grande, abultado, conico, con poros circulares, regulares, dispues-
tos en hileras longitudinales. Constrlccion lumbar bien marcada. Abdomen levemente
globoso, con poros semejantes a los del torax. EI segundo ytercer segmentos estan surcados
por delgadas costillas longitudinales continuas.
Theocorythium trachelium, (fig. 160-156) (T). Cefalo grande, subesferico, lobulado, con un gran
cuerno apical carenado. Torax cupuliforme, abultado en la base, con poros sub-circulares de
distribucion regular, a veces con marcos hexagonales, ocasionalmente con pequerias pro-
trusiones alares laterales. Constriccion lumbar conspicua. Abdomen cilfndrico, elongado, le-
vementegloboso, con poros regulares, circulares, aproximadamente en hileras longitudina-
les. EI area peristomial generalmerite carece de poros y presenta dientes; estos ultsnos a
veces tambien se observan distribuidos en el ultimo tercio del segmento abdominal.
Nota: Nigrini (1967) defini6 dos subespecies de Thecorythium trachelium: T. t. tracheliumy T. t. dianae. La unica diferencia mas
o menos conspicua entre ambas, sequn Nigrini, consiste en que el abdomen de la segunda seexpande distalmente, siendo las de-
mas diferencias descriptas demasiado ambiguas como para resultar de utilidad diagn6stica. Los ejemplares obtenidos en el
plancton por Boltovskoy y Riedel (1980) no tenian el abdomen expandido distalmente, a pesar de 10 cual Nigrini (in titt.} asegura
que se trata de T. t. dianae. Dada la arnbiquedad de las divisiones subespecfficas de Nigrini se prefiere ignorarlas en el presente
trabajo.

Theocyrtis turris, (fig. 160-157). Cefalo pequefio, torax conico yabdomen cilfndrico. Poros regu-
lares, dispuestos en hileras longitudinales inconspicuas, redondeados, levemente mayores
en el ultimo segmento.

308

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Radiolaria

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Familia ARTOSTROBIIDAE
--.-c'4
:t
-,
; Lasbreves caracterizaciones diaqnostlcas presentadas reemplazan la clave correspondiente.

Artostrobium auritum, (fig. 160-158) (T). Contorno general del caparazon (forrnado por 6- 7
segmentos) cilindrico, de paredes onduladas y constricciones intersegmentarias muy cons-
picuas. Cefalo cupuliforme, con una corta espina apical ancha, piramidal, y un gran tube late-
ral. Poros en los segmentos posteriores pequerios. circulares, claramente ordenados en tres
o mas hileras transversales por segmento. EI diarnetro mayor se ubica a la altura del cuarto 0
quinto segmento.
Artostrobus annulatus, (fig. 160-159) (T). Contorno general de la concha cilindrico, con el
extreme superior cupuliforme, acuminado. Cefalo herniesferico, sin pores, con una conspi-
cua espina apical vertical 0 levemente oblicua. Constriccion cervical inconspicua. EI resto de
la teca es aproximadamente cilindrico, sin constricciones, la seccion adyacente al cuello sin
poros y el resto con hileras transversales de pequefios poros ovalados, de tarnafio creciente
hacia la base. Peristoma indiferenciado.
Artostrobus jorgenseni, (fig. 160-160) (T). Contorno general de la teca conico 0 cilindro-conico.
de paredes lisas. EI cefalo sub-esterico, a diferencia de Artostrobus annulatus, lIeva espinas
pequerias. circulares. y un pequefio cuerno apical. La constriccion _cervical esta poco marca-
da. EI resto de la conchilla tiene unas 7-10 hileras de poros mas grandes que 105 de
Artostrobus ennutetus. dispuestos en hileras transversales mas apretadas, circulares en la
vecindad del cefalo y cuadrangulares mas abajo.
Dictyocephalus papillosus, (fig. 160-161) (T). Cefalo sub-esferico, relativamente grande, a
veces con un pequerio cuerno apical, con poros pequerios. circulares; frecuentemente con
un breve tuba lateral en la vecindad de la union con el torax. Constriccion cervical bien mar-
cada. Tor ax expandido en el centro y estrangulado en ambos polos, con poros sub-circulares,
de distribucion y tarnafios relativarnente irregulares, de superficie rugosa; en los ejemplares
del Oceano Atlantico, con tres costillas lonqitudinales que culminan en tres cortas alas ala
altura del diarnetro maximo del caparazon. Area distal del torax sin poros.
Lithocampe aquilonaris, (fig. 160-162) (T). Teca maciza, de pared muy gruesa, ahusada en am-
bos extremos. Cefalo sub-esferico, poroso, pequerio, con un tuba lateral no siempre bien vi-
sible, corto,oblicuo. Constriccion cervical inconspicua. Torax corto, de contorno trapezoidaf
con poros redondeados irregulares. EI abdomen y los segmentos post-abdominales solo son
reconocibles por las difusas constricciones internas, a veces repetidas en el contorno exter-
no de la pared. Los poros de esta seccion tarnbien son circulares, espaciados, relativamente
pequenos, dispuestos en hileras transversales mas 0 menos ordenadas y regulares.
Lithomitra arachnea, (fig. 160-163) (T). Teca pequena-cilfndnca. con el extremo anterior redon-
deado, a veces con la seccion distallevemente estrangulada. Cefalo pequerio. sub-esferico.
inconspicuamente separado del torax. frecuentemente con lobules bien rnarpados, con tuba
lateral, con poros pequefios. a veces ocluidos. Segundo segmento algo dilatado, con 2-4 hi le-
ras transversales de poros. En la seccion post-toracica 105 poros tam bien estan dispuestos en
hileras transversales, son pequefios y espaciados entre sl. Una caracteristica sumamente
conspicua de esta especie es Ia presencia de escultura en forma de costillas longitudinales y
transversales que confieren al conjunto un aspecto rugoso.
lithomitra lineata, (fig. 160-164) (T). Aspecto general y medidas del caparaeon muy semejan-
tes a Lithomitra arachnea. Se diferencia de esta por la ausericia de estriacion transversal, y
porque el area peristomial general mente carece de poros.
Spirocyrtis cornutella, (fig. 160-165) (T). Teca de paredes delgadas, Iisas, de 6-10 segmentos,
cefalo sub-esterico con poros circulares, con un cuerno apical tri-carenado, con un tuba late-

309
Radiolaria

ral muy conspicuo. Constricci6n cervical inconspicua. T6rax trapezoidal y abdomen cilfndri-
co, abultado. Segmentos post-abdominales cilfndricos, cortos. Poros en la secci6n post-co.
falica cuadrados a rectangulares, dispuestos en conspicuas hileras transversales.
Nota: Nigrini (1967) describe e ilustra esta especie (0 una muy afin a ella) bajo el nombre de Spirocyrtis sceleris Haeckel.

Familia CANNOBOTRYIDAE

Botryocyrtis cerebellum, (fig. 160-166). Cefalo pentalobulado, con el lobule frontal impar y los
dos bucales ovalados, aproximadamente de la mitad del tarnario de los dos cupuliformes oc-
cipitales (?). T6rax acampanado, dos veces mas alto y ancho que el cefalo y que el abdomen
truncado, cilfndrico (ct. Haeckel, 1887).
Nota: En el Atlantico Sudoccidental s610 hallado por Haeckel (1887), en sedimentos; especie incierta.

Saccospyris antarctica, (fig. 160-167) (T). Teca cilfndrica-sacciforme, bisegmentada. Cefalo


grande, con varias cameras de estructura compleja (ver Riedel, 1958) de las cuales s610dos
son conspicuas, con forma de grandes 16bulos ovalados. EI t6rax es cillndrico. mas largo que
el cefalo, con el extrema distal a veces cerrado. Superficie irregular, rugosa, con espinas,
crest as, papilas. etc.. y con pocos poros circulares pequefios distribuidos irregularmente.
Saccospyris conithorax, (fig. 160-168) (T). Muy semejante a la especie anterior pero de pared
menos maciza (al menos en su parte basal); elementos del esqueleto interno bien visibles;
peristoma cerrado 0 abierto, frecuentemente extendido en forma"tubular.

310
Radiolaria

.
FIg. 160. Radio-
laria.
(Ver re ferencias
en p. 316).

311
Radiolaria

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FIg. 160. Radio-
laria.
(Ver referencias
en p. 316).

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Radiolaria

Fig. 160. Radio-


laria.
(Ver referencias
en p. 316) .

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Fig. 160. Radiola-


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(Ver referencias
en pag. 316). 'Ill'
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314
Radiolaria

Fig. 160. Radiola-


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(Ver referencias
en p. 316).

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Radiolaria

Fig, 160, Radiola-


ria,

(Ver referencias
en p. 316),

315 bis
Radiolaria

Fig. 160. Radiolaria.


1) Acrosphaera spinose, a-d: diferentes formas: 2) Collosphaera huxleyi; 3) Collosphaera macropora; 4)
Col/osphaera tuberosa; 5) Polysolenia murrayana; 6) Siphonosphaera martensi; 7) Siphonosphaera polysi-
phonia, a, b: diferentes aspectos delos individuos; 8) Solenosphaerazanguebarica; 9) Tribonosphaera centri-
petalis; 10) Acanthosphaera actinota; 11 ) Acanthosphaera angulata; 12) Acanthosphaera corioca; 13)Acan-
thosphaera dodecastyla; 14) Acanthosphaera pinchuda; 15)Actinomma antarcticum; 16)Actinomma haysi;
a: aspecto externo, b: aspecto interno; 17) Actinomma sol; 18) Amphisphaera cronos; 19) Axoprunum
stauraxonium; 20) Cannartidium bicinctum. a: corte saqital, b: vista externa; 21) Cenellipsis infundibulum;
22) Cenosphaera compacta; 23) Cenosphaera cristete, a y b: diferentes ejemplares; 24) Cenosphaera elysia,
25) Cenosphaera hirsuta; 26) Cladococcus bifurcus; 27) Cladococcus cervicornis; 28) Cladococcus megace-
ros; 29) Cladococcus sp.; 30) Cromyechinus antarctica, a: vista externa, b: vista de un ejemplar con las 2 tecas
externas rotas, notese el piloma, c: ejemplar con la cuarta teca en formaci on; 31) Cromyechinus
dodecacanthus, a: ejemplar completo con las tecas externas rotas. b: teca medular; 32) Echinomma
leptodermum; 33) Echinomma popofskii; 34) Ellipsostylus columba; 35) Hexacontarium sp.: 36) Hexacontium
armatum; 37) Hexacontium axotrias; 38) Hexacontium clavigerum; 39) Hexacontium enthacanthum, a: vista
externa, b: vista de las tecas internas; 40) Hexacontium hostile; 41) Hexacontium laevigatum; 42) Hexacon-
tium phaenaxonium; 43) Hexalonche aristarchi; 44) Hexalonche philosophica; 45) Panartus tetrathalamus;
46) Plegmosphaera entodictyon; 47) Plegmosphaera exodictyon; 48) Plegmosphaera pachyplegma; 49) Sa-
turnalis circularis; 50) Spongodrymus sp. aft. S. elephacoccus; 51) Spongoplegma antarcticum; 52) Stylos-
phaera euterpe; 53) Thecosphaera inermis; 54) X iphatractus brevispina; 55) X iphosphaera luna; 56) X iphos-
tylus emberiza; 57) Amphycyclia pachydiscus, seccion vertical a traves del centro; 58) Coccodiscus goethei;
seccion vertical aproximadamente por el centro; 59) Heliodiscus asteriscus; 60)Sethodiscus mecrococcus, a:
vista apical, b: vista lateral, teca externa rota; 61) Sethostylus serratus; 62) Dyctiocoryne profunda; 63)
Euchitonia carcinus; 64) Spongaster tetras; 65) Spongocore cylindrica; 66) Spongodiscus resurgens; 67)
Spongopyle oscutose. a y b: diferentes ejemplares; 68) Spongopyle setosa; 69) Spongotrochus glacialis; 70)
Spongurus pvtometicus, a: S. pylomaticus, b: Spongurus sp.; 71) Amphirhopalum ypsilon; 72) Porodiscus
micromma; 73) Porodiscus sp. aff. P. micromma; 74) Rhopalastrum mal/eus; 75) Stylochlamydium asteriscus;
76) Stylochlamydium venustum; 77) Stylodictya multispina; 78) Lithelius neutiloides. a: aspecto externo, b:
corte sagital; 79) Lithelius sp. aft. L. spiralis; 80) Spironium octonium; 81) Dizonium stauracanthum; 82)
Octopyle octostv!e: 83) Octopyle stenozona; 84) Phorticium clevei; 85) Pylolena armata; 86) Tetrapyle octe-
cantha; 87) Tetrapylonium quadrangulare; 88) Tholocubus thessel/atus; 89) Acanthodesmia vinculata; 90)
Archicircus sexangularis; 91 ) Ceratospyris dreyeri; 92) Dendrospyris polyrrhiza; 93) Gorgospyris liriope; 94)
Gosgospyrispolypus; 95 )Lophospyris pentagon a pentagona; 96) Lophospyris pentagona quadriforis; 97) Tau-
rospyris cervina; 98) Tessarospyris cia throb ursa; 99) Tetraplagia pbeenexonis; 100) Tholospyris procera;
101) Triceraspyris antarctica, a: vista posterior deun ejemplar no completamente desarrollado, b: vista fron-
tal; 102) Triceraspyris coral/orrhiza; 103) Tripospyris diomma; 104) Tristylospyris palmi pes; 105) Zygocircus
pro ductus; 106) Antarctissa denticulata, a y b: diferentes ejemplares; 107) Antarctissa strelkovi; 108)Arach-
nocorys circumtexte, a: vista lateral, b: vista apical; 109) Cladoscenium pectinatum; 110) Haliphormis lage-
na; 111) Lampromitra schultzei; 112) Lithomelissa setosa; 113) Peridium sp. aff. P. spinipes. a: vista literal,
b: vista dorsal; 114) Peromelissa calva; 115) Peromelissa phalacra; 116) Tridictyopus vatillum; 117) Cornute-
I/a profunda; 118) Cyrtocapsella cornuta; 119) Cyrtocapsel/a tetrapera; 120) Dictyophimus crisiae; 121) Die-
tyophimus gracilipes; 122) Dictyophimus lasanum; 123) Eucyrtidium acuminatum; 124) Eucyrtidium cien-
kowskii; 125) Eucyrtidium hexastichum, a y b: diferentes ejemplares; 126) Eucyrtidium teuscheri; 127)
Eucyrtidium tumidulum; 128) Lipmanel/a dictyoceras, a y b: diferentes vistas; 129) Lipmanella sp.; 130) Litha-
rachnium tentorium, a: vista apica I, b: vista latera I; 131 )Lithochytris galeata; 132) Lithornithium ciconia; 133)
Peripyramis circumtexta; 134) Podocyrtis cristata; 135) Pterocanium gravidum; 136) Pterocenium preetex-
tum; 137) Pterocanium praetextum eucolpum; 138) Pterocanium trilobum; 139) Stichophormis sp.. a y b: di-
ferentes ejemplares; 140) Stichopilium variabile, a y b: diferentes ejemplares; 141) Theocalyptra bicornis;
142) Theocalyptra cornuta; 143) Theocalyptra davisiana, a y b: diferentes ejemplares; 144) Theocalyptra ge-
qenbeuri. a: vista lateral de un ejemplar sin abdomen desarrollado, b: vista apical de un ejemplar con abdo-
men; 145) Theocapsa cuvieri; 146) Theocapsa wotton is; 147) Theocorys apol/onis; 148) Androcyclas
gamphonycha; 149) Anthocyrtidium ophirense; 150) Anthocyrtidium zanguebaricum; 151) Clathrocyclas
J latonae; 152) Lamprocyclas maritalis; 153) Dictyophimus clausus; 154) Pterocorys hirundo; 155) Theoconus
hertwigii; 156) Theocorythium trachelium; 157) Theocyrtis turris; 158) Artostrobium auritum; 159)
Artostrobus annulatus; 160) Artostrobus jorgenseni, a y b: diferentes ejemplares; 161) Dictyocephalus

I
pepillosus; 162) Lithocampe aquilonaris; 163) Lithomitra arachnea,a y b: diferentes ejemplares; 164) l.ithomi-
tra tineete. a y b: diferentes ejemplares; 165) Spyrocyrtis cornutelte, a: ejemplar complete. b: detalle de parte
apical; 166) Botryocyrtis cerebellum; 167) Saccospyris antarctica; 168) Saccospyris conithorax. Escalas:
0,05 mm.
(la-d,2,3,4,5,6,7a,b,8,9,10,12,13, 14, 15,22,24,25,26,27,29,32,35,36,37,39a,b,40,42,43,44,48,
49,50, 51,52,53,54,55,59,60a,b, 62,64,66,68,71,72,73,76,77,79,82,86,111,112,113a,b;115,
117,118,120,121,123,124,129,138, 140a, b, 141.142, 144a,b, 149, 150, 153, 154, 157y158:original;
~ 11,18, 20a, b. 21,31 a, b. 34, 38,41,45,47,56,57,58,61,63,74,80,81,85,87,88,90,91, 92,93,94,97,
98,99,102,103,109,110,114,116,119.122.127.131. 132, 134,135, 137, 145, 146, 147.151 v 166:de
Haeckel. 1887; 16:redibujadodeBj!&rklund, 1976; 17,28y46:deHoliandeyEnjumet, 1960;·19, 148y152:de
Hays, 1965;23a,b,30a-c,33,69,70b, 75,78a,b,84, 101a,b, 106a,b, 107, 133, 143a,b, 159,160a,b, 161,
162,1 63a, b y 164a, b: de Petrushevskaya, 1967; 65: de Popofsky, 1912; 67a: de Dreyer, 1889; 67b y 70a: re-
dibujado de Riedel, 1958; 83: de Goll y Bj~rklund, 1971; 89,105,1 08a, b. 125a, b. 128a, b. 130b, 136, 139,
155, 156, 165a, b. 167 y 168: de Petrushevskaya, 1971 a; 95 y 96: de ceu. 1976; 100 y 104: de Goll y Bj{llrk-
lund, 1974; 126: modificado de Hays, 1965; 130a: de Petrushevskaya, 1971 e).

316
FORAMINIFERA
ESTEBAN BOLTOVSKOY

Ubicación taxonómica, oligohalinos. Según Tsi-Chung y Sau-Yee


modo de vida (1964), en el Mar de la China meridional el
límite de distribución de los foraminíferos
planctónicos está dado por la isohalina de
Los foraminíferos integran el orden Forallll
33%0.Waller y Polski (1959) mencionan que la
niferida, subclase Rhizopoda, clase Sarcodl salinidad mínima que pueden tolerar los fora-
na, tipo Protozoa. En aquella subclase entran miníferos planctónicos es de 27%o.Según ob-
también los órdenes Amoebida y Tecamoebi- servaciones de E. Boltovskoy (1970), en el
da. El número total de especies de foraminífe- área de influencia del Río de la Plata la salini-
ros actuales y fósiles, descriptas hasta la dad mínima en que se hallaron ejemplares vi-
actualidad, es de alrededor de 40.000, es vos (muy pequeños y mal desarrollados) de
decir, aproximadamente, el 2,5% de todos los G/oboquadrina pachyderma (f. superficiaria),
animales conocidos desde el Cámbrico hasta
G/obigerina bu//oides, G. quinque/oba, G/obi-
el Rer.iente
gerinita uvu/a y G/obigerinoides ruber fue de
30,5 por mil a 31 por mil. Según algunos
Según su modo de vida los foraminíferos pue- observadores, Orbu/ina universa también to-
den ser divididos en dos grupos principales: leraría salinidades semejantes. La salinidad
a) bentónicos -los que viven en el fondo mínima en que se encontraron ejemplares
marino, y b) planctónicos -los que viven en vivos de foraminíferos planctónicos fue regis-
suspensión. trada por Vilks (1973): en el Mar de Beaufort
este autor halló numerosos ejemplares de
Los foraminíferos bentónicos son conocidos G/oboquadrina pachyderma en muestras
desde el Precámbrico (más de 600 millones de planctónicas superficiales, en la capa de agua
años atrás) y, cualitativamente, son por lo de salinidades entre 21 y 30 por mil. El
menos 30 veces más numerosos que los porcentaje de ejemplares normales resultó
planctónicos. Según datos bibliográficos los más alto (95%) a 30 por mil, y más bajo (53%) a
hallazgos más antiguos, aunque también su- 21 por mil.
mamente dudosos, de G/obigerina spp. (fora-
minífero planctónico), datan del Cámbrico y Es interesante el hallazgo de una fauna de
Carbónico. En el Triásico (alrededor de 200 foraminíferos planctónicos vivientes (G/obo-
Ñ'lillones de años) aparecen los primeros res- quadrina pachyderma?) en la parte porosa
tos indudables de foraminíferos planctónicos, del fondo de los hielos flotantes en Antártica
pero sólo desde el Cretácico inferior (aproxi- (Lipps y Krebs, 1974). Si bien,obviamente, las
madamente hace 130 millones de años) ellos condiciones de salinidad allí reinantes deben
comienzan a ser abundantes. ser muy diferentes a las del océano abierto, no
existen datos concretos al respecto.
Los foraminíferos planctónicos son organis-
mos exclusivamente marinos de vida solita- Los requerimientos de los foraminíferos
ria. Jamás fueron hallados en aguas dulces planctónicos con respecto a la temperatura
ni en las sobresaturadas de sales. En su ma- son diferentes para las distintas especies
yoría no toleran salinidades menores a 32 - (este problema será tratado más detallada-
33%oy mayores a 41 - 42%0. Sólo unas pocas mente en el capítulo dedicado a la distribu-
especies fueron encontradas en ambientes ción). La temperatura mínima de las aguas su-

317
Foraminifera

perficiales (antárticas) en que fueron hallados


ejemplares vivos de Globoquadrinapachyder-
Organismo vivo (cuerpo
ma (forma superficiaria) fue de -1 AOC; Globi- protoplasmático y corazón)
gerina bulloides y G. quinqueloba: -1,00C;
Globigerinita uvula: -0,7°C (E. Boltovskoy, El cuerpo de los foraminíferos está formado
1969a, Boltovskoy y Boltovskoy, 1970; Bol- por dos componentes: protoplasma y capara-
tovskoy y Watanabe, 1979). zón.

Los foraminíferos planctónicos evitan las El protoplasma se divide en uno interno, que
aguas costeras, sobre todo en aquellos luga- se encuentra dentro del caparazón y se llama
res donde existe una amplia plataforma con- endoplasma y uno externo o ectoplasma que
está en contacto con el medio ambiente. En
tinental. Ello se debe a su preferencia por las
aguas limpias, sin material en suspensión, y realidad esta división es, hasta cierto punto,
con una salinidad normal. Además, las pro- ficticia, ya que la separación no es conspicua.
fundidades de la plataforma, especialmente El endoplasma tiene uno o varios núcleos y
de la interna, no son suficientes para sus mi- todas las organelas e inclusiones que son pro-
graciones verticales ontogenéticas, necesa- pias de la célula animal, más algunas otras tí-
rias para la multiplicación. En las áreas coste- picas para los foraminíferos solamente. Una
ras los foraminíferos planctónicos común- detallada descripción citológica del orden
mente son raros o muy raros y los pocos Foraminiferida .. incluyendo una amplia lista
ejemplares presentes se caracterizan por su de las publicaciones al respecto, puede en-
pequeño tamaño y desarrollo pobre. Tal es el contrarse en Boltovskoy y Wright (1976).
caso de la plataforma interna argentina. Sin
embargo, cuando el fondo tiene un declive El ectoplasma forma largas prolongaciones
brusco, de manera que el talud se encuentra - los seudópodos, de aspecto filamentoso y
relativamente cerca de la costa (como, por con divisiones y anastomosis, formando un
ejemplo, en California o Chile), inclusive en retículo. Sus principales funciones son: sen-
áreas litorales, bajo condiciones favorables de tido del tacto, funciones de captura y de respi-
viento, oleaje y corrientes, las asociaciones de ración (esta última no está suficientemente
foraminíferos presentes pueden ser compa- estudiada).
rables a las de la pelagial. El caparazón de los foraminíferos planctóni-
cos es de carbonato de calcio, pero contiene
El tamaño de los caparazones de la mayoría de también varios otros elementos como, por
los foraminíferos planctónicos oscila entre ejemplo, Fe, Na, Mg, Sr y algunos más. Vino-
0,5 y 1,0 mm. Sin embargo, hay especies más gradov (1953) y Bender et al. (1957) presen-
pequeñas como, por ejemplo, Globigerinita tan amplias referencias bibliográficas dedi-
clarke/~ cuyo diámetro es de 0,1 a 0,15 mm, y cadas a este problema. Las paredes son trans-
más grandes: Globigerinella adamsi y Globo- parentes, de aspecto vítreo, con poros y de es-
rotalia menardii, que pueden ser algo mayo- tructura bilamelar; es decir con dos capas
res que 15 mm. Pero a pesar de estos "gigan- calcáreas externas y una de material orgánico
tes", globalmente los foraminíferos planctó- entre ellas (Reiss y Luz, 1970; Hansen y Reiss,
nicos se consideran como integrantes del 1972; Hemleben et al., 1977).
microplancton.
El hallazgo de Saidova (1970) del foraminífe-
ro planctónico (capturado a 4610 - 1055 m de
Los foraminíferos planctónicos alcanzan su
profundidad, en la columna de agua) aglutina-
talla máxima en las áreas óptimas desde el
do, Orbulinoides agglutinatum, jamás fue
punto de vista de la temperatura, salinidad y
repetido y su filiación planctónica es dudosa.
otros parámetros ecológicos. Tal es así que los
individuos de especies tropicales son más La mayoría de las especies planctónicas
grandes en la zona tropical, y los polares, tienen caparazón trocoespiral. Éste puede ser
cerca de los polos (Hecht, 1976; Malmgren y dextrógiro (o dextral). es decir enrollado 'hacia
Kennett, 1976, 1977). la derecha, o levógiro (sinistral), enrollado

318
Foraminifera

contorno lobulado
quilla vista lateral
enrollam'lento limbada
dextrógiof'o
(dext ral)
labi o
expansión
umbllical
forma
forma trocoidespiral
plano - cóni ea
lado espir al trocoidesplral lado umblllcal
[evoluto ,dorsaO Onvoluto,ventraO abertura
extraumbilical

márgen periferieo
redondeado
suturas umbilicus
ventrales

labio

abertura forma trocoidespiral


cámaras
extraumbilieal aplanada
angulosas romboidales

forma planispiral
bulla
[cubre abertura

cámaras u mblllcaU

g/obosas

abertura
ecuatorial

forma abertura
umbillcal forma
t rocoidespiral alta
estreptoespiral

abertura
dientes
secundaria aberturales

abertura
abertura umbillcal
principal extraumbilical
[con reborde]

Fig. 161. Terminología utilizada para designar las diferentes estructuras del caparazón de Foraminifera planctónicos.
(Original).

319
Foraminifera

16

Fig. 162. Fotomicrografias de microscopio electrónico de barrido de varias especies de Foraminifera planctónicos
1) Globigerinel/a ealida, vista espiral; 2) Globorotalia seitula, vista espiral; 3) Globoquadrina hexagona, vista
umbilical; 4) Globigerinoides eonglobatus, vista espiral; 5) Globoquadrina dutertre/~ vista espiral; 6) Globigeri-
nel/a adams/~ vista umbilical; 7) Globigerinoides ruber, vista umbilical; 8) Globigerinoides trilobus, vista
umbilical; 9) Hastigerina pelagiea, vista lateral; 10) Globorotalia menardi/~ vista espiral; 11) Globoquadrina
paehyderma, f. superficiaria, (dex.), vista espiral; 12) Globorotalia hirsuta, vista espiral; 13) Globigerinita
uvula, vista lateral; 14) Globorotalia tumida, vista umbilical; 15) Globigerinel/a aequilateralis, vista abertural;
16) Pulleniatina obliquiloeulata, vista abertural; 17) Globigerina bulloides, vista umbilical; 18) Candeina niti-
da, vista lateral; 19) Globigerina falconensis, vista umbilical; 20) Globorotalia truneatulinoides, (Iev.), vista
umbilical; 21) Globigerinoides saeeulifer, vista espiral.
Las fotografías de esta lámina han sido realizadas con microscopio electrónico de barrido, de ejemplares obte-
nidos casi exclusivamente del plancton. La relación real de los tamaños no está respetada. Solamente el
ejemplar nº 7 y, hasta cierto punto, el nº 9 conservan la mayoría de sus espinas. En losdemás(nº 4. 6, 8, 9, 15,
17, 19,21) las espinas están fuertemente dañadas o completamente rotas, y a veces se crea lafalsa impresión
de que no han existido nunca. Los ejemplares nº 2, 3, 5, 10,11,12,13,14,16,18 y 20 pertenecen a especies
carentes de espinas. Esta figura tiene la finalidad no tanto de ayudar al lector a identificar las especies, como
a familiarizarse con la superficie y ornamentación de los forami níferos planctónicos. La figura 168 ilustra es-
quemas correspondientes al cuadro (fig. 166), y su finalidad es ayudar en la identificación.
(7; según Hemleben, 1969; todas las demás son originales).

320
Foraminifera

hacia la izquierda, con el ejemplar visto desde Estos criterios son los llamados "porosidad" y
arriba o dorsal. En algunas especies el sentido "densidad". Por porosidad se entiende el
del enrollamiento es invariable, pero hay porcentaje de la superficie de la pared que
otras en las cuales aquél no es uniforme. está cubierto con poros. Densidad es el núme-
Existe una clara relación entre estos cambios ro de poros por unidad de superficie. Para de-
y la temperatura del agua. Globoquadrina pa- terminar la porosidad o la densidad por lo ge-
chyderma, Globigerina quinqueloba, G. bu- neral sólo se toma en consideración la pared
//oides y Globorotalia truncatulinoides tien- de la última cámara. Gracias a los estudios de
den a aumentar la proporción de ejemplares Wiles (1967), Bé (1968), Frerichs et al. (1972),
levógiros con la disminución de la temperatu- Bé et al. (1973) y Hecht, Bé y Lott (1976) se
ra. Si bien no existe hasta el momento una logró establecer una relación entre la zona
explicación satisfactoria de este fenómeno, el c1imática y la porosidad. Los ejemplares de la
mismo es utilizado para la separación de zona tropical y subtropical tienen una porosi-
masas de agua diferentes (ver p. 227) y para dad mayor al 10%; en las zonas templadas és-
los estudios paleoclimáticos. Es interesante ta varía entre 5 y 10%; y en las zonas polares y
destacar que una misma especie puede subpolares es menor del 5%. La explicación
comportarse de manera algo diferente en más verosímil de este fenómeno es la necesi-
distintas áreas. Globoquadrina pachyderma, dad de disminuir el peso específico (aumen-
por ejemplo, tiene dos poblaciones en el tando la porosidad) en las aguas cálidas,
Atlántico Norte ubicadas a ambos lados de la menos viscosas, para ayudar a la flotación, y
isoterma superficial de 7,2°C; en una predo- viceversa. Este fenómeno también puede ser
minan los ejemplares levógiros y en la otra los utilizado en los estudios paleoclimáticos.
dextrógiros (Ericson, 1959). Sin embargo, en
el Atlántico Sur las dos poblaciones análogas Otro fenómeno interesante y de amplia difu-
sión es la formación de una última cámara de
están separadas por una temperatura de 9°C
(E. Boltovskoy, 1969b). Sobre la base del talla igualo menor que la penúltima. Estos
estudio de una gran cantidad de poblaciones ejemplares recibieron el nombre de "kum-
merformas" (Berger, 1969), postulándose
planctónicas de Globigerina bu//oides, E.
Boltovskoy (1973b) consiguió establecer una que la particularidad responde a una reacción
del organismo a las condiciones ambientales
curva que expresa la correlación entre los
desfavorables (Berger, op. cit.; Hecht y Savin,
ejemplares levógiros/ejemplares dextrógiros
y la temperatura superficial. 1972; Bandy y Theyer. )971; Bandy, ·1972;
Vilks. 1973), a factores ontogenéticos (Banerji
Todas las especies tienen poros, pero su et al., 1971), o a la senilidad del individuo
función no es completamente clara. Hay razo- (Olsson, 1973).
.;
nes para suponer que éstos sirven para La fig. 161 detalla la terminología que se
disminuir el peso específico del caparazón, utiliza en la nomenclatura de las diferentes
aumentando su flotabilidad, pero es dudoso
partes del caparazón de los foraminíferos
que sean utilizados como vías de salida para el
planctónicos, y la fig. 162 ilustra varios ejem-
protoplasma. Los últimos estudios demostra-
plares fotografiados con microscopio elec-
ron que los poros de varias especies planctó-
trónico de barrido (MEB).
nicas están tapados con una placa que, a su
vez, también está perforada pero con abertu-
ras de diámetro demasiado pequeño como Biología
para permitir el pasaje del protoplasma (Towe,
1971; Fébvre-Chevalier, 1971; Hemleben et Reproducción
al., 1977). La única excepción encontrada es
Orbulina universa en la cual existen poros de El ciclo reproductivo de los foraminíferos ben-
dos tamaños diferentes; los mayores funcio- tónicos está relativamente bien estudiado:
nan como aberturas. Además del tamaño, tienen dos generaciones, una sexual y una
contorno y detalles estructurales internos, asexual. La primera está caracterizada por ca-
existen dos criterios más que pueden carac- parazón pequeño pero con una cámara inicial
terizar las perforaciones de los foraminíferos. (proloculus) grande; de allí su nombre -

321
Foraminifera

forma macrosférica (forma A, gamonte, espo- metas pero sí comprobaron la existencia de


ronte). Posee un solo núcleo, el que, cuando una generación sexual o gametogenética en
adulto, se divide en muchos núcleos peque- el ciclo de vida de los foraminíferos planctó-
ños; éstos se rodean de una pequeña cantidad nicos. La fase asexual todavía no fue observa-
de protoplasma y abandonan el caparazón en da, pero el registro de individuos multinuclea-
forma de zoosporas flageladas (gametas). La dos de Globigerina bu/loides (Lee el al., 1965)
fusión de dos gametas (fecundación) produce es una prueba de que también existe; el
una zigota. Esta última da comienzo a la ejemplar en cuestión era un agamonte típico.
generación asexual, tipificada por un capara- Existen también otras evidencias como, por
zón grande con un proloculus pequeño- ejemplo, los hallazgos de Boltovskoy y Bol-
forma microsférica (forma B, agamonte, es- tovskoy (1970) y de Christiansen (1965), de
quizonte). Estos individuos son multinuclea- individuos aparentemente macro y microsfé-
dos y, cuando maduran, su protoplasma migra ricos de Globigerina quinqueloba y Globigeri-
a la última cámara, e inclusive fuera del capa- noides ruber, respectivamente. Todo ello
razón; cada núcleo es rodeado por una frac- contribuye a sugerir que los foraminíferos
ción de este protoplasma y la nueva célula planctónicos también poseen un ciclo meta-
forma la cámara inicial (proloculus) que genético. Sin embargo, como ya se destacara
abandona la conchilla microsférica para, a su anteriormente, el problema aún requiere
vez, formar una macrosférica. Este esquema confirmación.
general puede variar en mayor o menor grado La duración del ciclo vital sólo se conoce para
en las diferentes especies, pero el tema ya es- unas pocas especies; oscila entre 2 semanas
capa a los alcances de nuestro artículo. y 2 meses (Bé el al., 1977; Berger, 1971 a;
Lamentablemente, los foraminíferos planc- Berger y Soutar, 1967).
tónicos son difíciles de obtener vivos e intac-
tos, así como de transportar al laboratorio y Adaptaciones
cultivar. Ello explica porqué su biología está a la vida planctónica
mucho menos estudiada que la de los bentó-
nicos. Para aumentar su flotabilidad, los foraminífe-
ros planctónicos cuentan con una serie de
Los primeros ensayos de cultivos exitosos características tendientes a disminuir su
pertenecen a Adshead (1967), quien pudo peso. Éstas interesan tanto al caparazón
mantener ejemplares de Globigerina bu/loi- como al cuerpo blando del organismo. En
des y Orbulina universa durante tres meses cuanto al caparazón, podemos mencionar las
(ver p. 202). siguientes:
Resultados mucho más valiosos e interesan- a) Disminución del peso específico. Ello se
tes fueron los obtenidos por Bé y Anderson consigue reduciendo la cantidad de material
(1976a) y Bé el al. (1977). Estos investigado- calcáreo. La mayoría de las especies tienen
res colectaron ejemplares vivos en la vecin- una pared relativamente delgada, sin las ricas
dad de las Bermudas, con la ayuda de bucea- ornamentaciones típicas de numerosas espe-
dores autónomos, y los mantuvieron en culti- cies bentónicas. Sin embargo, en algunas
vos observando los procesos gametogenéti- formas se genera una capa calcárea suple-
cos de 9 especies y, además, los simbion- mentaria, el llamado "cortex", cuya finalidad
tes, modos de alimentarse, la construcción de es opuesta, i. e., aumentar el peso específico
nuevas cámaras y otros fenómenos biológi- del caparazón. Esta capa se forma solamente
cos, en algunas de ellas. Según sus observa- hacia el final de la vida individual de algunas
ciones, antes de empezar la producción de especies y su interpretación será discutida
gametas los ejemplares bajan al fondo del más adelante. Las aberturas suplementarias
recipiente y pierden todas sus espinas. El y los poros de las paredes también alivianan
proceso dura 13 horas durante las cuales se los caparazones sensiblemente. Si bien su
evacúan varios cientos de miles de gametas función principal es la de aumentar el contac-
de 2 a 5 micrones de diámetro. Los investiga- to entre el organismo y el medio ambiente, su
dores no alcanzaron a ver la fusión de las ga- importancia para disminuir el peso espécífico

322
Foraminifera

también es destacable y está demostrada por algunas G/oblgerlna, y por Le Calvez (1953)
la relación entre la porosidad y la viscosidad en Orbu/ina unlversa.
, del agua, expuesta anteriormente.
Vida individual
il) Aumento de la fricción. Esto se consigue
por varios caminos como, por ejemplo, depri- La producción y propagación de gametas,
miendo el caparazón (G/oborota/ia), desarro- probablemente en la mayoría de las especies,
llando espinas largas (G/obigerina, G/obige- ocurre a profundidades de entre 100 y 300 m.
rlnoides, Orbu/ina, G/oblgerinella, Hastigeri- Tal vez la mayor tranquilidad de esta zona, en
n a), formando franjas alrededor del margen comparación con la superficie, favorezca el
periférico (G/oborota/la menardii, forma fim- proceso. Las gametas se fusionan formando
briata), o generando un margen lobuloso una zigota que vuelve a ascender a la
rSphaeroidine//a dehiscens). Las espinas, las superficie -zona más rica en fitoplancton
franjas marginales y la rugosidad del área que constituye el alimento principal de los
apertural facilitan la expansión del protoplas- foraminíferos. La capa superficial de los
ma, fenómeno que también aumenta la océanos se caracteriza por la gran cantidad de
sección transversal del organismo y, conse- ejemplares pequeños, jóvenes. A medida que
cuentemente, la fricción con el agua. éstos crecen, van ocupando aguas algo más
c) Formación de flotadores especiales. Estas profundas, pero solamente al final de su vida,
formaciones con aspecto de ampollas vacías, en estado adulto, los foraminíferos planctó-
ubicadas en la última cámara, fueron descrip- nicos empiezan a descender a profundidades
tas por Subbotina (1953) en algunos Globi- mayores, debajo de la zona epipelágica. Para
qerinidae, procedentes del Cretácico. En lo ello varias especies como, por ejemplo, G/o-
f,llIllo orlllol no se ronoren dispositivos 0(' boquadrlna pachyderma, G/oborota/ia menar-
esta índole. dii, G. tumida, G. inflata. G. crassaformis.
G/obigerinoides saccu/ifer, G. cong/obatus y,
Los métodos para alivianar el cuerpo proto- según Orr (1969), también G/obigerinoides
plasmático son los siguientes: ruber, forman una capa calcárea suplemen-
a) Disminución del peso específico. Se consi- taria (córtex). Esta capa es, frecuentemente.
gue por medio de la inclusión de vacuolas de varias veces más gruesa que la pared original.
gas, gotitas de agua de salinidad baja y, proba- Comúnmente su mayor espesor se ubica
blemente, gotitas de aceite. sobre la primera cámara de la última vuelta y
va adelgazándose en dirección a la última cá-
b) Aumento de la fricción. La expansión del mara. El hecho que el córtex pueda separarse
protoplasma antes mencionada aumenta no- con suma facilidad, exponiendo la pared origi-
tablemente la sección transversal del cuerpo nal infrayacente, prueba que no se trata del
vivo. Según Vilks y Walker (1974), los seudó- resultado de una recristalización de la pared,
podos extendidos ayudan a la flotación mucho sino de una capa secundaria cuya finalidad,
más que las espinas. Los ejemplares recién evidentemente, es aumentar el peso del capa-
capturados y con sus seudópodos contraídos razón, provocando su descenso en la columna
se hunden rápidamente a pesar de tener las de agua.
espinas intactas. El mismo efecto parecerían
tener también las zooxantelas observadas No se puede afirmar que este esquema sea
dispersas en las espinas de Orbu/ina. G/obi- válido para todas las especies y que esté
gerinoides y algunos otros géneros. aceptado por todos los investigadores. Hay
evidencias de que G/obigerinoides ruber po-
c) La envoltura gelatinosa, observada en Has- see estad íos claramente bentónicos (Chris-
tigerina pe/aglca por Murray en 1876, y cuya tiansen, 1965). Srady (1881) fue el primero
presencia fue confirmada casi cien años más que sugirió que G/oboquadrina pachyderma
tarde por Sé (1969), indudablemente aumen- es un foraminífero bentónico y este punto de
ta la flotabilidad del pláncter. Formaciones vista fue recientemente renovado por Uchio
parecidas (aunque no tan voluminosas) fue- (1960), Green (1960) y Slanc-Vernet (1965).
ron observadas por Rhumbler (1911) en Además del estado planctónico de G/oboqua-

323
Foraminifera

drina pachyderma, que no es cuestionado por estacionales en los foraminíferos planctóni-


la gran mayoría de los investigadores moder- cos están poco pronunciados o faltan (Bé,
nos, es probable que exista una forma o un 1977). En general, este problema es suma-
estadío ontogenético que, efectivamente, ten- mente complicado para su estudio, ya que se
dría hábitos bentónicos. requieren muestreos sucesivos y frecuentes
en la misma área del océano abierto, lo que es
De cualquier manera, a la luz de los conoci-
costoso y difícil de realizar en forma adecua-
mientos actuales con respecto a los foraminí- da.
feros planctónicos, el esquema típico, arriba
expuesto, parece ser el más lógico y razona-
ble.
Relaciones tróficas
La muerte de un foraminífero planctónico
puede ocurrir por las siguientes causas: Los foraminíferos planctónicos tienen formas
herbívoras, carn ívoras y omn ívoras. Su es-
a) Reproducción. El organismo materno in-
pectro trófico está integrado por bacterias,
vierte todo su citoplasma en la formación de
dinoflagelados, cocolitofóridos, radiolarios,
una nueva generación. En foraminíferos ben-
esporas, fragmentos de organismos metazoa-
tónicos se conocen casos (muy excepciona-
rios como, por ejemplo, partes de copépodos,
les) de dos generaciones sucesivas. En los moluscos, etc. La dieta más común de los her-
planctónicos tal fenómeno no se conoce has- bívoros y omnívoros son los fitopláncteres, -....
ta la actualidad.
principalmente los cocolitofóridos y diato-
meas. Según Bé y Hutson (1977), las especies
b) Predación por parte de un enemigo natu-
ral. En algunos casos los ejemplares heridos sin espinas como, por ejemplo, Pu/leniatina
ob/iqui/ocu/am G/oborota/ia inf/ata y G. trun-
pueden recuperarse, regenerando las partes
catu/inoides se alimentan, principalmente, de
blandas y duras damnificadas y creando for-
mas de caparazones patológicos, que siguen diatomeas. Las especies con espinas como
Hastigerina pe/agica, Orbu/ina universa, G/o-
viviendo (E. Boltovskoy, 1976b; Aktürk, 1976).
bigerine/la aequi/atera/is, G/obigerinoides ru-
c) Desplazamiento. Al ser llevado a un am- ber, G. saccu/ifer y G. cong/obatus son carní-
biente donde no puede sobrevivir, como, por voras y su alimento preferido lo constituyen
ejemplo, arrastrado a la costa por el oleaje, los copépodos, anfípodos y otros crustáceos.
transportado por medio de corrientes a un
área desfavorable, etc. Si bien comúnmente los foraminíferos se
d) Enfermedades. No descartamos esta cau- consideran seres poco agresivos, ya más de
sa aunque por el momento no existe informa- cien años atrás, Stuart (1866) pudo observar
ción alguna al respecto. como Orbu/ina universa capturaba copépodos
con sus fuertes y pegajosos seudópodos.

Fenómenos estacionales Los foraminíferos, a su vez, constituyen el ali-


Los escasos y, fragmentarios (y algo contradic- mento de numerosos organismos tanto proto
torios) datos al respecto (ver tabla 3 en como metazoarios (Radiolaria, Chaetognatha,
Boltovskoy y Wright, 1976) confirman que los Pisces, tunicados, pterópodos, etc.). La infor-
foraminíferos planctónicos sufren fluctuacio- mación correspondiente está diseminada en
nes estaciona les similares al resto del zoo- varias publicaciones que mencionan el tema
plancton, pero con cierto retraso y no como fugazmente (Judkins y Fleminger, 1972; Bé,
regla general. Los máximos auges en el desa- 1977; Bé y Hutson, 1977) pero no existe
rrollo del fitoplancton tienen lugar en invierno ningún estudio dedicado a este tópico con
en los mares tropicales y en primavera yotoño respecto a los foraminíferos planctónicos.
en los subtropicales y templados. El máximo
primaveral es más tardío cuanto mayor es la
latitud, habiendo un solo auge en zonas
Boltovskoy y Zapata Madrid (en prensa) prepa-
raron una exhaustiva revisión de este tema en
lo que a los foraminíferos bentónicos concier-
--
polares. En las latitudes altas los fenómenos ne.

324
Foraminifera

Simbiontes, parásitos ginarios jamás fueron observados, por cuya


razón falta su descripción, y su ubicación sis-
Las relaciones simbióticas entre varios pro- temática es completamente desconocida,
tozoos y algas unicelulares son un fenómeno aunque Rhumbler supuso que podían ser
ampliamente conocido. Las algas, según el foraminíferos. A su vez Adshead (1967)
color de sus cromatóforos, se dividen en observó (en cultivos) hongos-parásitos en
zooclorelas (verdes) y zooxantelas (amarillas o seudópodos de foraminíferos planctónicos.
castañas). Las primeras están más amplia-
mente distribuidas en las aguas dulces, mien-
tras que las zooxantelas son propias de las Distribución
aguas marinas; en su mayoría son dinoflage~
lados, pero también hay diatomeas y algunas Distribución horizontal cualitativa
otras.
Rhumbler (1911) fue el primero en reparar En general, el plancton de las aguas cálidas es
detalladamente en los simbiontes de los fora- cualifativamente más o menos diez veces más
miníferos planctónicos describiendo, en Glo- rico que el de las aguas frías. Esto también
bigerina y Orbulina, unos corpúsculos fusi- concierne a los foraminíferos; del total de algo
formes de 8,9 a 19 micrones de largo a los que más de 40 especies planctónicas que viven en
interpretó como simbiontes y denominó zoo- la actualidad, solamente 4 son propias de las
xantelas. aguas frías. Gracias a la facilidad con que
pueden ser transportadas por las corrientes,
Autores posteriores (Lee et al., 1965; Alldred- sus faunas son casi idénticas en los tres
ge y Jones, 1973; Anderson y Bé, 1976; Bé, océanos principales (Pacífico, Atlántico e 'In-
1977; Bé y Hutson, 1977) describieron varias dico). Las pequeñas diferencias existentes
observaciones de la relación entre los forami- son:
níferos planctónicos y sus simbiontes, las
cuales pueden resumirse de la siguiente ma- 1) Globoquadrina conglomerata, G. hexago-
nera: el foraminífero ofrece al simbionte na y Globigerine//a adamsi se encuentran en
movilidad durante el estado vegetativo, flota- el Pacífico e índico, pero no viven en el
bilidad, protección mecánica, un medio de Atlántico. Globoquadrina conglomerata desa-
dispersión y sustancias alimenticias, repre- pareció del Atlántico, probablemente, en el
sentadas por los desechos de su metabolis- Plioceno. G. hexagona lo hizo algo más tarde,
mo; a la vez que los simbiontes aportan sus probablemente durante la última época inter-
desechos, principalmente el oxígeno. Ade- glacial. Globigerine//a adamsi es un descen-
más, en los períodos de falta de alimento exó- diente de G. aequilateralis, originándose de
geno, los foraminíferos podrían utilizar a las ésta en el Postplioceno, en el Pacífico, cuando
algas como fuente nutritiva directamente, di- la conección panameña entre el Pacífico y el
giriendo las células (Hansen, 1975). Lógica- Atlántico ya se había cerrado. G. aequilatera-
mente, tal relación simbiótica sólo permite la lis es conocida en el Atlántico desde el
existencia de simbiontes en los habitantes de Mioceno hasta la actualidad. Globigerine//a
la zona fótica, pero no en las capas más pro- adamsi es una especie típica de las aguas
fundas. cálidas y no puede penetrar al Atlántico ya
que actualmente las vías de conexión entre
La información existente acerca de los parási- estos océanos están situadas en latitudes de-
tos de foraminíferos planctónicos es casi nu- masiado altas.
la. Rhumbler (1911) describió varias forma-
ciones con' aspecto de canalículos finos, 2) Los hallazgos aislados de algunas otras es-
agujeros redondos y cavidades saculiformes pecies (de menor importancia) en un océa-
en las paredes de globigerinas, globorotalias, no y su ausencia en otros. Tales son los
orbulinas y en la quilla de Globorotalia menar- casos de, por ejemplo, Globigerina anti//en-
dii, presumiblemente producidos por parási- sis, G. atlantis y Globigerinoides suleki regis-
tos que él bautizó con los nombres Talamo- tradas por Bermúdez (1960) y Globorotalia
phaga y Marsupophaga. Estos parásitos ima- bermudezi encontrada por Rógl y Bolli (1973)

325
Foraminifera

en sedimentos actuales del océano Atlántico; Naturalmente, los límites entre estas zonas
Globorotalia hirsuta eastropacia, E. Boltovs- no siempre son bien definidos. Sin embargo,
koy (1974) en el plancton del Pacífico Ecuato- los foraminíferos planctónicos pueden agru-
rial; Globorotalia menardii neoflexuosa, Bé y parse de acuerdo a su preferencia por los dis-
Mclntyre (1970) en el plancton del océano "In- tintos tipos de agua. La tabla de la figura 163
dico; y Globorotalia menardii gibberula, Bé representa una síntesis de las numerosas ob-
(1977) en el plancton del océano índico y servaciones al respecto para los tres océanos.
Atlántico, para citar los más importantes. Sin Esta tabla es una generalización y, como tal,
embargo, no se excluye la posibilidad de que no pretende ser exacta para todos los casos
futuras investigaciones descubran que dichas particulares. Una misma especie puede ha-
especies no son exclusivas de determinados llarse en latitudes y hasta zonas climáticas di-
océanos, sino que tienen distribución más ferentes. Las causas que pueden provocar
amplia. Globorotalia menardii neoflexuosa, desviaciones de este esquema son las si-
por ejemplo, efectivamente fue hallada (re- guientes:
presentada, por ahora, por contados ejempla-
res) también en la parte oriental del Atlánti- a) Los cambios térmicos locales son los
co ecuatorial (E. Boltovskoy, 1968a). Por eso responsables de, por ejemplo, las variaciones
faunísticas estacionales. Debe destacarse
estas diferencias aún requieren la confirma-
ción de investigaciones más profundas. que no se trata aquí de los cambios provoca-
dos por las corrientes que pueden aportar es-
3) La abundancia, en el Pacífico, de Globoro- pecies diferentes, sino de los que motivan los
talia tumida muy bien desarrollada. La misma cambios regulares estacionales de las propie-
especie en el Atlántico es menos abundantey dades físico-químicas del agua.
no es tan típica.
b) Corrientes. Las faunas están ligadas a las
Existen algunas otras diferencias de menor diferentes masas de agua que, al ser trans-
importancia. portadas a localidades alejadas, desplazan
consigo a los foraminíferos planctónicos que
contienen lIevándolos a lugares muy distan-
Al igual que el resto del plancton, y en mayor tes de su área de distribución típica. A veces
medida que las biocenosis bentónicas, la las corrientes provocan fenómenos distributi-
distribución de los foraminíferos planctónicos vos en apariencia completamente anormales.
es altamente dependiente de la temperatura. Por ejemplo, en la zona epipelágica de Vene-
Sobre la base de las condiciones climáticas y zuela se encuentra Globigerinita uvula y
de la vida orgánica, las aguas superficiales de Globigerina quinqueloba, dos especies típicas
los océanos se pueden dividir en las siguien- de las aguas antárticas y subantárticas. Su
tes zonas (ver también p. 239). presencia, evidentemente, se debe a que son
traídas desde las latitudes altas por la corrien-
1) Zona tropical (a ambos lados del ecuador) te de aguas subantárticas intermedias, a
temperatura: 24° - 30°C. profundidades de 650 - 800 m. En el área de
Venezuela los organismos son arrastrados a
2) Dos zonas subtropicales, a ambos lados d{~ la superficie por corrientes ascendentes lo-
la zona tropical; temperatura: 18° - 24°C cales.
3) Zonas de transición, ubicadas al norte y el e) Distancia de la costa. Como ya se destaca-
sur de las zonas subtropicales; temperatu- ra, los foraminíferos planctónicos, en su
ra: 10° - 18°C. Las zonas de transición se mayoría, no viven cerca de las costas y sobre
pueden dividir, a su vez, en dos subzonas la plataforma interna.
templada cálida y templada fría.
d) Historia geológica del área. Explicaremos
4) Zonas subárticas y subantárticas; tempe-
ratura: 5° - 10°C. este factor mediante un ejemplo. En la bahía
Cariaco, Venezuela, actualmente habita Glo-
5) Zonas árticas y antárticas; temperatura bigerina bulloides, especie típicamente crió-
<0- 5°C. fila. Además, en el fondo de la bahía pueden

326
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GLOBOQUAORINA PACHYOERMA lEhrenberg) • (sin.! ••••

GLOBOQUAORINA PACHY OERMA (Ehrenberg), [dex) - - -


GLOBIGERINA QUINQUELOBA Natland --

GLO BIGERINITA UVULA (Ehrenberg) - - - - - - ••

GLOBIGERINA BULLOIDES d'Orbigny - ••

GLOBIGERINITA GLUTlNATA (Egger) ••• - - - ••


GLOBOROTALlA SCITULA (Brady) ••• - - - - ••••••••

GLOBIGERINA MEGASTOMA Earland lhemisferio sur •••••••••


GLOBOROTALIA CAVERNULA Bé 1 solamente •••••••••

GLOBOROTALlA INFLATA ld'Orbigny) •••

GLOBIGERINITA CLARKEI (Rogl et Bol/V • - - - - - - - - - - - - - -- ---

GLOBIGERINITA HUMILlS (BradyJ ••••••••••••••••••


GLOBIGERINITA IOTA Parker •••••••••••••••••

GLOBOROTALlA TRUNCATULINOIDES (d'Orbigny) ••

GLOBOROTALIA HIRSUTA (d'Orbigny) - - - - ••


GLOBOROTALIA ANFRACTA Parker - - - - - - --

ORBULlNA UNIVER SA d'Orbigny •• -


GLOBIGERINELA AEQUILATERALlS (Brady) •• -
GLOBOROTALIA PUMILIO Parker •• - -- - - - --
GLOBIGERINA FALCONENSIS Blow •••

GLOBIGERINOIDES RUBER (d'Orbigny) .-


GLOBIGERINOIOES ELONGATUS (d'Orbigny) • , •• - - - - - - --

GLOBIGERINELLA CALIOA (parker] •••• - - - - ••


GLOBIGERINOIOES TRILOBUS lReussJ ' •.

GLOBOROTALlA MENAROII .. (d'Orbigny) -


••• - --
GLOBOQUADRINA OUTERTREI (d' Orbigny) ••• -

GLOBOROTALlA CRASSAFORMIS (Gal/oway et Wlssler) ••••••••••••••

HASTIGERINA PELAGICA (d'Orbigny) •••• - - -- - - - --


GLOBIGERINA DIGITATA Brady ••••••••••••••

CANOEINA NITlDA d'Orblgny


- -- .' . -
••• ----
- - --

GLOBIGERINOIDES CONGLOBATUS (Brady) •••


GLOBIGERINA RUBESCENS Hofker •• - - - - - - ----

GLOBIGERINOIDES TENELLUS Parker •• - - --

PULLENIATINA oBLI-áÜiLOCUL.~TA1P-~rker et Jones) •• - -


GL OBIGERINOIDES SACCULlFER (Brady)

HASTIGERINELLÁ DIGITATA (Rhumbler) •••••••••••


I ~
, GLOBOROTALlA TUMIDA (Brady) - - - -
GLOBORDTALlA UNGULATA Bermúdez ••••••••• ,

SPHAEROIDINELLA OEHISCENS (parker et JoneSY-- ••

GLOBOQUADRINA HEXAGONA (Natland) - - - - - - --~

GLO-BOQÜAORINA CONGLOMERATA"(schwager) lndo - Pacífico •• _ _ _ _


GLOBIGERINELLA ADAMSI (Banner et Blow) solamente ••••••••

_ abundante _ comun frecuente

escasa rara o muy rara

Fig. 163. Esquema general de la distribución horizontal de los foraminíferos planctónicos más importantes.
(Original).

327
Foraminifera

encontrarse caparazones (siempre vacíos) de denominaron "factor de la diferencia biológi-


Globorotalía ínflata, otra especie subantárti- ca". Es interesante destacar que varios planc-
ca y de aguas templado-frías. Ambas formas tólogos (Rae, 1960; Bary, 1963; Fager y
penetraron en aquella zona durante las épo- McGowan, 1963) confirmaron las observa-
cas glaciales del Pleistoceno, pero con la ciones de Wilson y Armstrong en el sentido
llegada del post-glacial, Globígerína bulloí- que las propiedades hidrológicas del agua
des, especie relativamente ubicuista, pudo re- comúnmente medidas y consideradas no son
sistir el aumento térmico producido, mientras las únicas que regulan la distribución del
que Globorotalía ínflata, menos euritérmica, plancton; existe alguna propiedad (o propie-
se extinguió. dades) que también influye, pero su esencia
e) Por último existe un factor más que puede es completamente desconocida. Beers, Ste-
causar desviaciones en la distribución zonal wart y Owen (M S, 1970) llegaron a conclusio-
de los foraminíferos planctónicos, es el "ca- nes semejantes trabajando con cultivos de
ciliados marinos.
rácter general de la región". Con el aumento
de las observaciones referentes a la distri- Además, hay que considerar que el esquema
bución de los foraminíferos planctónicos y su de distribución horizontal tratado demuestra
relación con los parámetros ecológicos se la distribución en la capa de agua superior, en
hace cada vez más claro que no solamente de tanto, como se verá más adelante, diferentes
la temperatura depende dicha distribución. especies prefieren vivir (sobre todo en estado
Bé y Tolderlund (1971) pudieron demostrar adulto) en distintas profundidades. Conse-
que la distribución de Globígerínoídes ruber y cuentemente, los hallazgos de especies de
G. sacculífer, en varias áreas cálidas, depen- profundidades grandes en las capas superfi-
de más de la salinidad que de la temperatura. ciales constituyen la excepción pero no la
En efecto, para la primera de las mencionadas regla.
las salinidades óptimas son aquéllas menores
Todos los factores enumerados explican las
de 34,5% y mayores de 36%, mientras que G.
causas por las cuales el esquema de distribu-
sacculífer es más abundante en aguas de en-
ción horizontal presentado en la fig. 163 no
tre 34,5%0 y 36%0.
puede pretender ser exacto.
Existen muchos otros parámetros ecológicos
que también influencian la distribución de los
Distribución horizontal
foraminíferos en el plancton. Tal es así como, cuantitativa
por ejemplo, las áreas más ricas en sales La distribución cuantitativa puede ser expre-
biógenas y, consecuentemente, en fitoplanc- sada en términos de abundancia relativa en
ton (alimento principal de los protozoos), las diferentes áreas o en números absolutos
suelen ser especialmente ricas en zooplanc- de organismos por unidad de volumen de
ton en general y en foraminíferos en particu- agua.
lar (Schott, 1935; Parker, 1960; Berger, 1969;
etc.). La hipótesis largamente defendida de que las
áreas cálidas son más ricas que las frías fue
Reiss et al. (1974) aventuraron que un factor echada por tierra por el detallado estudio de
muy importante para la distribución de los Bradshaw (1959) quien demostró, por prime-
foraminíferos planctónicos es la penetración ra vez, que tal criterio es erróneo. En realidad,
de la luz que influencia las condiciones el plancton de la zona subártica está caracte-
tróficas y el modo de alimentarse de los fora- rizado por cantidades muy altas de foraminí-
miníferos. feros planctónicos; hacia el sur se observa
Además de los factores ecológicos medidos o una disminución, ylas partes centrales de las
medibles existe uno (o varios) acerca del cual, latitudes medianas ostentan los valores míni-
por ahora, no conocemos nada excepto que mos; desde allí hacia el ecuador se verifica un
existe. Este factor fue por primera vez men- nuevo aú,merTto.
cionado por Wilson (1951) y Wilson y Arms- La abundancia ab~:oluta. por unidad de volu-
trong (1952, 1954, 1958, 1961) quienes lo men de agéJa(generalmente el metro cúbico)

328
Foraminifera

suele designarse como "Número deforaminí- Este fenómeno se conoce como "distribución
feros" y la notación utilizada es Nfp/m3 manchiforme". Murray y Renard (1891), du-
(Número de foraminíferos planctónicos en un rante el famoso viaje de la corbeta "Challen-
metro cúbico de agua). Los datos del Nfp/m3 ger", fueron los primeros en observarlo en
conocidos hasta la actualidad (alrededor de foraminíferos planctónicos. En los años si-
30, ver tabla 8 en Boltovskoy y Wright, 1976) guientes muchos investigadores volvieron a
son sumamente exiguos si se considera la destacar el tema (ver Boltovskoy y Wright,
extensión del Océano Mundial. Además, és- 1976). Probablemente, el ejemplo más ilus-
tos son frecuentemente contradictorios y, ge- trativo es el descripto por E. Boltovskoy (1964)
neralmente, no i-ntercomparables ya que fue- quien encontró, en dos muestras consecuti-
ron obtenidos mediante la aplicación de técni- vas, distanciadas por 35 millas, O y 1830
cas diferentes. Como demostraron los estu- ejemplares de foraminíferos planctónicos por
dios de Beers y Stewart (1971) el número de unidad de volumen de agua. El mismo autor
ejemplares capturados varía notablemente de (E. Boltovskoy, 1971 b) halló diferencias cuan-
acuerdo al tamaño de malla usado. Ya que los titativas de hasta 90 veces (198,2 y 2,2
foraminiferólogos, generalmente, prefieren individuos por metro cúbico de agua) entre
utilizar redes que capturan principalmente a muestras vecinas consecutivas, distanciadas
los ejemplares adultos, los Nfp/m3 obtenidos en 1 milla.
fueron considerablemente menores a los rea-
Los valores máximos de Nfp/m3 sugeridos
les. Berger (1 969), en un intento de analizar la
son de 100.000 para las condiciones norma-
información existente para los diferentes
les de aguas abiertas (Berger, 1969) y de
océanos, compensando el error debido a
470.000 para la superficie inferior, porosa, de
diferencias metodológicas mediante análisis
los hielos flotantes (Lipps y Krebs, 1974).
matemáticos especiales, concluyó que las
concentraciones máximas ocurren en el Pací-
fico norte y las mínimas en el Mar de los Distribución vertical cualitativa
Sargazos. El mismo trabajo concluye que los
océanos Pacífico e -Indico son más ricos que el (estratificación)
Atlántico y que, en líneas generales, la fauna
más abundante es la de la zona ecuatorial y de Bé y Tolderlund (1971) y Bé (1977) presentan
algunas áreas de las latitudes altas; la más la revisión más detallada del tema al respecto.
pobre se encuentra en la parte central de las Bé (op. cit.) sumariza los resultados, dividien-
latitudes medianas. Estos cálculos confirman do a los foraminíferos planctónicos en 3
los datos de Bradshaw (1959) citados más grupos:
arriba. 1) Especies superficiales. La mayoría de las
especies provistas de espinas, i.e., todas las
Tratando la abundancia de los foraminíferos
especies de Globigerinoides y algunas de
planctónicos a escala más pequeña, es decir, Globigerina (G. quinqueloba y G. rubescens).
en varias áreas y lugares, hay que destacar
que ésta se halla relacionada con la fertilidad 2) Especies de aguas intermedias (50-100
de la zona en consideración. Los lugares de m). Cuatro especies sin espinas (Pulleniatina
concentración alta de sales nutritivas y fito- obliquiloculata, Globoquadrina dutertrei,
plancton (por ejemplo, áreas de divergencias, Candeina nitida y Globigerinita glutinata) y
de afloramientos, etc.) contienen faunas más cinco especies con ellas (Globigerina bulloi-
ricas cuantitativamente (ver fig. 140). des, Hastigerina pelagica, Orbulina universa,
Globigerinella aequilateralis y G. calida).
En lo referente a la distribución horizontal a
escala aún más pequeña (microdistribución) 3) Especies de "aguas profundas". Estas
cabe destacar que si bien en rasgos generales especies viven en la zona fótica cuando
el área de distribución de las especies se jóvenes, pero descienden a profundidades
considera como ininterrumpida, las poblacio- mayores de 100 m al madurar. Son las globo-
nes no son continuas ni de dispersión unifor- rotalias, Globoquadrina pachyderma, G. con-
me y varían en densidad de un lugar a otro. glomerata, G. hexagona, Globigerinella

329
Foraminifera

adamsi, Sphaeroidine//a dehiscens, Hastige- 1967; Serger, 1970b) hasta en la zona batipe-
rine//a digitata. lagial (1000 - 3300 m).
G/oborota/ia crassaformis y G. scitu/a (forma Son interesantes los datos sobre el porcenta-
gigantea) según observaciones habitan gene- je de caparazones vacíos, sin protoplasma,
ralmente aguas aún más profundas (algunos hallados a diferentes profundidades. Los re-
centenares de metros); la primera en las sultados obtenidos difieren notablemente en-
zonas subtropicales y G. scitu/a en las suban- tre sí; ello se explica por las diferencias fau-
tárticas. nísticas, ambientales y entre las técnicas uti-
lizadas. La figura 164 detalla los valores obte-
Hastigerine//a digitata es la especie de mayor
nidos en las mayores profundidades estudia-
adaptabilidad a las grandes profundidades;
das por los autores incluidos.
probablemente pasa toda o gran parte de su
vida en profundidades mayores a los 1000 m
(Bé, 1977). En lo que respecta a las migraciones vertica-
les diarias, existen varios criterios. Algunos
Esta estratificación no debe interpretarse autores consideran que aquéllas efectiva-
como estricta y neta mente definida en todas mente ocurren, aunque hay disidencias en
las áreas, es un esquema general con nume- cuanto a sus características (Rhumbler, 1911;
rosas excepciones. Bradshaw, 1959; Sé, 1960a; Parker, 1960;
S. Smith, 1963; Sé y Hamlin, 1967). Otros
Los estudios de Serger (1971 b). Lidz et al.
afirman que, en general, los foraminíferos
(1968) y Oba (1969) tarT\bién confirmaron la planctónicos no experimentan migraciones
tendencia general de las especies con espinas
verticales diarias (E. Boltovskoy, 1964.
(G/obigerinoides spp.) a habitar cerca de la
1966a, 1973a; Boltovskoy y Soltovskoy, 1970;
superficie, y de las desprovistas de ellas
Stehman, 1972). Por último también hay
(G/oborota/ia spp.) a ocupar estratos más
resultados que sugerirían que hay especies
profundos
que en determinados ambientes tienen mi-
graciones diarias'significativas, mientras que
Distribución vertical cuantitativa otras, por el contrario, demuestran muy pe-
queñas variaciones diarias en el nivel de sus
Lohmann (1920) fue el primer planctólogo concentraciones máximas (Serger, 1969).
que calculó exactamente el número de ejem-
plares de foraminíferos planctónicos a dife-
rentes profundidades desde O hasta 400 m.
Los investigadores posteriores obtuvieron
resultados algo diferentes entre sí y con res-
pecto a los de Lohmann, circunstancia lógica
ya que la densidad de los foraminíferos planc- AUTOR PROFUNDIDAD
PORCENTAJE
35
36
CAPARAZONES
38
17
300
700
700-1000
500·1000
1000
1000-1500
97,5
48,8%%
% DE
VAClOS
tónicos en las diferentes
Saidova
Miró
E. profundidades (m)
(1968)
y Marval
Belyaeva
Boltovskoy
(1962) es el (1969a)
(1967)
(1964)
resultado tanto de Bélas(1960a)
características cualita-
tivas de la fauna en el área dada, como del
ambiente considerado. Sin embargo de estos
datos aislados pueden extraerse las siguien-
tes conclusiones generales: la densidad máxi-
ma se observa en profundidades de entre 25 y
50 m; la capa superficial tiene una fauna po-
bre. Desde los 50 hasta alrededor de los 200
m la cantidad de ejemplares disminuye paula-
tinamente. Por debajo de los 200 m el número
de ejemplares se vuelve insignificante, pero Fig. 164. Porcentaje de caparazones vacíos (sin protoplasma)
in'dividuos aislados con protoplasma fueron con respecto a la fauna total de Foraminifera, a dife-
hallados por varios investigadores (phleger, rentes profundidades.
1951; Sradshaw, 1959; Sé, 1960a); Jones, (Original).

330
Foraminifera

cia sistemática y, de acuerdo a las tentativas


Utilidad e importancia realizadas hasta el momento, sus cultivos, si
La importancia de los foraminíferos planctó- bien son complicados, no presentan dificulta-
nicos y de su estudio es muy grande y consiste des insoslayables.
en lo siguiente.
En las ciencias paleontológicas
En las redes tróficas
En este campo la importancia de los foraminí-
En el zooplancton total los foraminíferos feros planctónicos es realmente enorme
planctónicos, numéricamente, ocupan, según pues, gracias a su variabilidad, constituyen
King y Desmond (1953). un lugar destacado excelentes indicadores de la edad geológica.
pudiendo constituir del 1,3 al 9,9% de todos Además, su alta sensibilidad a las
. los organismos presentes. Este porcentaje condiciones ambientales permite utilizarlos
varía estacionalmente, siendo mayor en vera- para la reconstrucción de las condiciones
no, época en que los foraminíferos pueden ecológicas en épocas pasadas. El reducido
ocupar el tercero (después de los copépodos y tamaño de los foraminíferos frecuentemente
quetognatos) o inclusive segundo lugar (des- permite obtener varios miles o decenas de
pués de los copépodos) en el Pacífico Ecuato- miles de ejemplares en una sola muestra. Su
rial (Hida y King, 1955). Según cálculos de distribución amplia, tanto cronológica como
Beers y Stewart (1971) su rol en la parte geográfica, posibilita la realización de correla-
oriental del Pacífico es considerablemente ciones interoceánicas. La preparación de las
menor: cuantitativa mente aquí componen muestras y el estudio de los caparazones son
sólo alrededor de 4% de todos los microplánc- tareas relativamente sencillas, hecho que
teres. Pero, debido a su reducido tamaño, su también representa una gran ventaja. Todas
participación en la biomasa total es de todavía estas circunstancias hicieron de los foraminí-
menor importancia. Sin embargo, en la cade- fe ros el mejor instrumento para resolver pro-
na alimenticia desempeñan un rol fundamen- blemas estratigráficos y, sin temor a exagerar,
tal como nexo entre eslabones. En efecto, se puede afirmar que en la mayoría de las se-
Ryther (1969) destacó que la productividad de dimentitas marinas estudiadas durante las
las aguas del océano abierto depende, princi- últimas décadas la estratificación fue analiza-
palmente, del nanoplancton (cocolitofóridos), da en base a los foraminíferos planctónicos.
cuyo tamaño oscila entre 5 y 25 micrones. Además, también en muchos otros problemas
Estos organismos fotosintéticos son demasia- geológicos de diversa índole (sedimentaci6n,
do pequeños para ser capturados por los mapas geológicos, disolución de sedimentos
pláncteres metazoarios, de tal manera que calcáreos, etc) los foraminíferos planctóni-
para que su energía pueda ser utilizada deben cos demostraron ser de gran utilidad.
pasar a través de organismos intermediarios,
papel éste que es asumido por los protozoa-
En las ciencias oceanológicas
rios planctónicos: principalmente los forami-
níferos y radiolarios. En las aguas costeras la También aquí el uso de los foraminíferos
situación es diferente ya que allí el fitoplanc- planctónicos tiene múltiples e importantes
ton domir.lante está representado por algas aplicaciones. Su estudio permite resolver nu-
más grandes (diatomeas) que pueden ser uti- merosos problemas ecológicos, zoogeográfi-
lizadas por los metazoarios directamente. cos, paleoclimatológicos, paleooceanográfi-
cos y de geología submarina. Son excelentes
indicadores hidrológicos aplicación que, la-
En las ciencias biológicas mentablemente, no recibió todavía el recono-
Los foraminíferos planctónicos constituyen cimiento que merece. Según E. Boltovskoy
un material muy apropiado para el estudio de (1970), los foraminíferos son los mejores
numerosos problemas biológicos generales. pláncteres-indicadores entre todos los demás
Son muy numerosos, hecho que facilita el uso organismos planctónicos, ya que satisfacen
de métodos estadísticos; poseen varios ras- en forma más completa los requisitos de un
gos estructurales superficiales de importan- buen indicador hidrológico: a) carecer de mo-

331
Foraminifera

vimientos propios, b) ser abundantes, c) tener biente, con una tendencia general a disminuir
una vida individual relativamente larga, y d) en las latitudes altas. Más abajo de los 3500-
ser su biología más o menos conocida. Sólo el 5000 m comienzan a dominar las aguas sub-
último punto no está aún al nivel necesario saturadas con CaC03 y, consecuentemente,
pero, comparativamente, poco tiene que envi- la disolución de los caparazones calcáreos es
diar a los demás zoopláncteres marinos. allí sumamente activa. Según Berger (1967),
la disolución comienza en realidad mucho
Existe un requ isito más, a saber, ser sensibles
antes, i.e., a profundidades de algunos cente-
con respecto a los cambios ambientales. Un nares de metros, aunque allí es muy poco
indicador sensible es muy útil para, por ejem- activa. La disolución pronunciada ocurre a
plo, definir zonaciones biogeográficas, pero profundidades mucho mayores, donde se
no así para seguir una corriente, o la penetra- distinguen dos niveles. Un nivel se llama
ción de una masa de agua determinada en
"Profundidad de compensación del carbonato
otra diferente. Un indicador muy sensible no de calcio" (Arrhenius, 1952). Este nivel co-
sobrevivirá los cambios ecológicos menores, rresponde a la profundidad donde la acumula-
pereciendo y cayendo al fondo, sin evidenciar ción de carbonato de calcio es igual a su diso-
hasta dónde llegan las aguas que lo conte- lución; como resultado a dicha profundidad no
nían. Por supuesto que no debe exagerarse
tiene lugar deposición alguna de este mate-
tampoco; un organismo muy poco sensible, rial. Otro nivel es el definido por Berger
cosmopolita, lógicamente, no sirve como mar- (1970c): "Iisoclina". En la lisoclina el grado de
cador de corrientes. Una discusión detallada disolución de los microfósiles calcáreos de-
de este problema y su aplicación a la hidrolo- muestra un aumento muy brusco. Como
gía superficial del Atlántico Sudoccidental consecuencia, las tanatocenosis calcáreas
pueden encontrarse en E. Boltovskoy (1970). encima y por debajo de este nivel se diferen-
cian muy marcadamente, siendo la segunda
Como formadores mucho más atacada que la primera. En pro-
de sedimentos marinos medio la lisoclina se ubica alrededor de 500 m
Los foraminíferos planctónicos son uno de los más arriba que la profundidad de compensa-
ción del carbonato de calcio. Ambos niveles
principales formadores de sedimentos mari-
están bastante bien estudiados en el Atlántico
nos. En vida ellos se mantienen en suspen-
sión y, comúnmente, son llevados por las Sudoccidental; la lisoclina, en forma general,
corrientes en diversas direcciones, pero al coincide con el límite superior del Agua de
morir sus caparazones descienden al fondo. Fondo Antártica. Sin embargo, ya que la diso-
lución del carbonato de calcio depende no so-
La gran similitud entre algunas tanatocenosis
lamente de la temperatura y presión (factores
y sus biocenosis correspondientes hizo con-
cluir a los primeros investigadores que se principales), sino también de varios factores
secundarios, la ubicación de ambos niveles
ocuparon del tema, que el proceso de caída de
los caparazones era' muy rápido (Murray, no puede ser definida para un área tan grande
1897; Lohmann, 1903b; Schott, 1935). Poste- como el Atlántico Sudoccidental, sino que
riormente se obtuvieron muchos datos suple- cambia de cuenca en cuenca, y hasta dentro
mentarios pero, frecuentemente, al mismo de una misma cuenca. La profundidad de
tiempo bastante contradictorios. Tal es así compensación del carbonato de calcio en la
que hasta la actualidad no existe un criterio cuenca Argentina es de alrededor de 5000 m.
unánime acerca de la velocidad de caída de En la cuenca del Brasil es, aproximadamente,
los caparazones de Foraminifera en la colum- 500 m más profunda. Pero en el área de las Is-
na de agua. Sin embargo, comparaciones de- las Orcadas y Sandwich del Sur no sobrepasa
talladas de las biocenosis con las tanatoceno- los 500 m (Echols, 1971), y en el Banco de
sis demostraron que solamente cuando las Burwood está ubicada entre 300 y 400 m
últimas provienen de profundidades de no (Boltovskoy y Watanabe, 1980).
más de 3500-5000 m, es que puede existir
una similitud notable entre ambas. Esta pro- Parker y Berger (1971) presentaron una lista
fundidad varía según el tipo de fauna yelam- de especies planctónicas ordenadas de acuer-

332
Foraminifera

do a su grado de resistencia a la disolución. mente se utilizan mallas de 0,158 mm. En


Sin embargo, sus resultados no coinciden to- realidad, para los estudios cualitativos se pue-
talmente con los de varias otras investigacio- den usar mallas todavía mayores, ya que cier-
nes, (e. g., Banerj i el al., 1971; E. Boltovskoy, ta cantidad de foraminíferos muy pequeños
1976a). siempre se retiene en la masa de pláncteres
de la muestra. La experiencia de E. Boltovskoy
Los foraminíferos planctónicos muertos, es
(1968a) demostró que los estudios cualitati-
decir sus caparazones vacíos, se acumulan en
vos de foraminíferos planctónicos, colectados
el fondo oceánico por encima de la profundi- con mallas de 0,333 mm no incurrían en erro-
dad de compelJsación de la calcita, formando
res ya que registraban prácticamente todas
depósitos calcáreos, conocidos como Iodos o
las especies típicas para el área, aún las más
cienos de globigerinas. Gravimétricamente
pequeñas. Pero, lógicamente, el material
estos caparazones componen del 10 al 53%
colectado sólo puede servir para evaluaciones
de este tipo de sedimentos, y cada gramo de
cualitativas. La importancia de I.amalla para el
los mismos puede contener más de 6000 estudio correcto de la abundancia relativa de
conchillas vacías (considerando solamente
las especies que componen una asociación,
aquéllas de más de 0,2 mm de talla), y
así como para conocer el número total de
además, vidrio volcánico, polvo cósmico, res-
ejemplares existentes en un área dada, fue
tos orgánicos de otro origen (cocolitofóridos,
demostrado muy bien por el estudio de Vin-
diatomeas, dientes de peces, etc.). Se consi-
cent (1972) quien observó el cambio de la
dera que el lodo de globigerinas aparece
fauna de foraminíferos planctónicos en fun-
desde profundidades de aproximadamente
ción de los diferentes rangos de tamaño con-
600 m, pero en condiciones excepcionales siderados en una misma muestra. También
puede formarse a profundidades mucho me-
son interesantes las conclusiones de Bé y
nores (alrededor de los 100 m). El lodo de
Hutson (1977), según las cuales la red de
globigerinas cubre, aproximadamente, el 25%
malla mayor de 0,2 mm solamente logra
de la superficie del planeta, el 34,5% de todos
muestrear alrededor del 1% de la población
los fondos oceánicos y el 67% del fondo del real existente. Esta conclusión fue basada
océano Atlántico. La velocidad de su forma-
sobre datos obtenidos por Beers y Stewart
éión en este último es, en promedio, de 1 a 3
(1971) quienes analizaron la fauna total de
cm por cada 1000 años.
una área del Pacífico ecuatorial, incluyendo
los ejemplares de tamaño menor a 0,035 mm,
es decir los juveniles menores.
Métodos de estudio
Trabajando con redes de 0,5 m de diámetro de
boca, un barrido de 10 minutos es suficiente
Recolección de foraminíferos para colectar un número adecuado de ejem-
planctónicos recientes plares (ello, por supuesto, si la fauna es nor-
malmente rica).
Los foraminíferos planctónicos se colectan
por medio de redes planctónicas (p. 15). La Un método de colección primitivo, pero efi-
malla apropiada, aquélla que garantiza la ciente consiste en el filtrado del agua evacua-
retención de todas las especies, aún las más da por una bomba de succión a través de una
pequeñas (al menos de los ejemplares adul- red de plancton. Las virtudes y desventajas
del muestreo con bombas están detalladas en
tos es de alrededor de 0,1 mm). Un inconve-
niente de esta tela tan fina consiste en que la la sección correspondiente (p. 43), aquí sólo
mayoría de los ejemplares capturados serán destacaremos que en nuestro caso ha dado
jóvenes, inmaduros, de identificación muy di- buenos resultados, aunque, frecuentemente,
fícil o, a menudo, imposible. Además, con la las espinas de los foraminíferos resultan
dañadas.
disminución de la malla aumenta la propor-
ción de fitoplancton en la muestra, hecho que
dificulta la posterior separación de los capara- Uno de los aparatos para muestrear plancton
zones de foraminíferos. Por ello, frecuente- a alta velocidad es el diseñado por Arnold

333
Foraminifera

(1962; ver fig. 28). Según su constructor, éste viduos con protoplasma de los caparazones
obtiene globigerinas con las espinas intactas vacíos). Para facilitar la detección del proto-
y aun con sus seudópodos extendidos. plasma se acude a su coloración, ya que colo-
Los horizontes que se aconseja muestrear reado es mucho más fácil de distinguir a tra-
para los fines foraminiferológicos son los si- vés de las paredes o la(s) abertura(s), que si
conserva su color natural verdoso-amarillen-
guientes: O m, 10,25,50,75, 100,200,300,
y, si es posible, también 500,1000 y 2000 m. to. Esta coloración puede efectuarse de dos
En el caso de los lances verticales u oblicuos, maneras: con rosa de Bengala (Walton, 1952),
los intervalos clásicos son: O-10m, 10-25, o con "Si.JdanB/ackB"(Walkereta/., 1974). El
primer método fue ampliamente utilizado des-
25-50, 100-200, 200-300, 300-500 y 500-
1000 m, empezando siempre por los hori- de su descripción original, y si bien tiene
zontes inferiores. algunas desventajas (Boltovskoy y Wright,
1976), sigue siendo el de mayor difusión. La
Fijación del material colectado tinción con "Sudan B/ack B" fue propuesta
hace poco y por ahora no tiene el uso amplio
En la práctica oceanológica, comúnmente, en del primero. Sus autores afirman que es
la colección de muestras de plancton obteni- mejor y más segura que el anterior, pero su
das se estudian, además de los foraminíferos, desventaja es que es algo más complicada y
otros taxones. Por otro lado, las muestras to- tiene más etapas.
madas con bombas de succión suelen dedi-
carse al examen de unos pocos micropláncte- En realidad la coloración del protoplasma en
res, entre ellos los foraminíferos. En ambos el estudio de los foraminíferos planctónicos
casos la fijación elegida debe ser acorde a los no tiene tanta importancia como en el casode
requerimientos del material calcáreo de los los bentónicos. Al estudiar muestras prove-
caparazones. nientes de la capa de agua superficial no vale
la pena teñirlos pues prácticamente todos los
El método más difundido y económico es foraminíferos tienen protoplasma. En las ca-
agregando una parte de formalina (=formal- pas subsuperficiales hay cierto porcentaje de
dehido al 40%) neutralizada a nueve partes caparazones vacíos, que aumenta con la pro-
del agua de la muestra. La concentración así fundidad. De cualquier manera, en muchos
obtenida es del 4%. casos el protoplasma, aun el no coloreado, es
E. Boltovskoy (1969a) observó que el neutrali- visible gracias a la transparencia de las pare-
zante hexametilentetramina (C6H'2N4) puede des. Sin embargo, si los ejemplares provienen'
conservar a los foraminíferos en excelente es- de la zona afótica, habitada por especies Que
tado de preservación durante hasta 17 años. forman una capa calcárea suplementaria so-
bre sus paredes, la coloración puede ayudar
En la sección "Fijación y preservación" mucho a distinguir a los ejemplares vivos.
(p. 117) se detallan los agentes neutralizan-
tes a utilizar, así como diversos aspectos de La etapa siguiente en el tratamiento de la
las técnicas correspondientes. Los detalles muestra es separar a los foraminíferos del
acerca de este tópico pueden consultarse resto del material presente. Para ello puede
también en Bé y Anderson (1976b) y en Bol- recurrirse a alguno de los cinco métodos si-
tovskoy y Wright (1976). guientes:

a) Método clásico. El contenido de la muestra


se vuelca en una cápsula de Petri o en un
Tratamiento de las vidrio de reloj y los foraminíferos se seleccio-
muestras planctónicas nan con una pipeta o pincel fino (pincel nº 00),
colocándolos en un recipiente pequeño o en
En el trabajo con foraminíferos recientes fre- un porta-foraminíferos. Este método es muy
cuentemente es necesario diferenciar a los simple y exhaustivo; se omiten muy pocos
ejemplares que estaban vivos en el momen- ejemplares, pero su gran desventaja consiste
to de la captura de los que ño lo estaban (indi- en que consume mucho tiempo.

334
Foraminifera

b) Bé (1959) Y McGowan y Fraundorf (1964) e) El quinto método es el propuesto por Vilks


han propuesto un método gravimétrico de (1970) y consiste en lo siguiente: en una mu-
separación en columnas líquidas; sus detalles fla de baja temperatura o "plasma excitor" (el
están descriptos en la p. 149, fig. 79. Su apli- aparato recomendado por Vilks es un Tracelab
cación para foraminíferos sólo es factible en LTA-600) la muestra es expuesta a una co-
el caso de muestras con escaso material, de lo rriente de oxígeno en un campo magnético de
contrario numerosos caparazones quedan re- radio-frecuencias a baja presión; ello condi-
tenidos en los sobrenadantes. ciona una activa ignición de la materia orgáni-
ca a temperaturas inferiores a 150°C. Según
cl El método de la ignición fue originalmente Vilks (op. cit.), este método es rápido, deja los
propuesto por Sachs et al. (1 964) Y levemente caparazones muy limpios y con sus espinas
modificado por Sachs (1965) y Smith (1967). intactas.
Su descripción detallada se encuentra en la
p. 276. El método es eficaz, pero insume mu-
cho tiempo y un determinado porcentaje de Reseña histórica y
los foraminíferos se pierde durante el último estado actual del
lavado. Además, el protoplasma desaparece
y, consecuentemente, no pueden distinguirse conocimiento de
los animales vivos de los muertos. Foraminifera
6) E. Boltovskoy (1966b) propuso un método
de filtración que consiste en lo siguiente: la Las primeras noticias sobre hallazgos de fora-
muestra planctónica (o parte de ella) se filtra a miníferos (bentónicos) pertenecen a Strabon
través de un papel de filtro; este papel se seca (63 años a. de C. - 20 años d. de C.). Beccarius
al aire libre (a la luz solar) o en estufa a una fue el primero que realizó, en 1731, relativa-
temperatura no mayor a 50-60°C. El material mente buenas ilustraciones de estos organis-
secado se transfiere a una cubeta de extrac-
mos. A fines del mismo siglo y comienzos del
ción y los caparazones de foraminíferos son XIX ya varios investigadores publicaron des-
separados con un pincel. Este método es cripciones e ilustraciones de numerosas es-
especialmente eficaz en el caso de las mues- pecies bentónicas. Pero fue Alcide d'Orbigny,
tras no demasiado ricas en plancton. Resulta famoso investigador francés (1802-1856),
muy cómodo cuando es utilizado a bordo de el verdadero pionero de los estudios cientí-
buques pues es rápido, prácticamente no ficos sobre foraminíferos, el primer descrip-
requiere instrumental especializado alguno y tor e ilustrador de foraminíferos planctónicos,
permite trabajar en condiciones de balanceo, (d'Orbigny, 1826, 1839a-c) y autor de la
cosa que es prácticamente imposible cuando mayoría de las principales especies planctó-
la muestra está en un medio líquido en cápsu- nicas recientes. El hecho que d'Orbigny origi-
las de Petri. Sin embargo, cuando la muestra nariamente considerara a los foraminíferos
es muy rica en material, el resultado del filtra- como moluscos, de ningún modo disminuye
do y secado es una maraña enredada yentre- su mérito como fundador de la foraminiferolo-
lazada de tal manera que la separación de los gía como ciencia.
foraminíferos es sumamente trabajosa. Por
eso, algo más tarde, E. Boltovskoy (1971 a) En la segunda mitad del siglo pasado ya había
propuso combinar el método de la ignición numerosos investigadores dedicados al tema,
con el del filtrado de la siguiente manera. Si el pero éstos, en su mayoría, se dedicaron al ma-
papel de filtro contiene poco material, la sepa- terial fósil y describieron especies extingui-
ración de los foraminíferos se realiza de allí di- das. Ehrenberg (1861, 1873) y Parker y Jones
rectamente. En caso contrario, el producto se (1865) representan una excepción: ellos son
calcina en una mufla a 500°C durante 2 autores de algunas especies de foraminíferos
horas. Este procedimiento quema todo el ma- planctónicos recientes, reconocidas hasta la
terial orgánico, mientras que los caparazones actualidad, basadas sobre muestras prove-
calcáreos quedan intactos. Luego el material nientes de sedimentos marinos superficiales.
debe lavarse para separarlo de las cenizas (ver También sobre la base de los hallazgos he-
p. 276). chos en sedimentos marinos, los foraminífe-

335
Foraminifera

ros planctónicos fueron estudiados por Car- No detallaremos aquí la nómina de los forami-
penter et al. (1862). Tanto este autor como los niferólogos que trabajan actualmente con
precedentes consideraban que todos los fora- faunas planctónicas recientes. Las referen-
miníferos son habitantes del fondo. cias bibliográficas incluidas en este artículo
pueden dar un buen panorama general del te-
El primero en encontrar a estos protozoos en ma. En lo que se refiere a la foraminiferología
muestras planctónicas y establecer la exis- en Sudamérica, hace poco E. Boltovskoy
tencia de representantes de este orden que (1976c) publicó un trabajo detallado yactuali-
viven en suspensión fue Owen (1867). El ha- zado con respecto a América del Sur en gene-
llazgo de Owen fue ampliamente confirmado ral y a la Argentina en particular.
por trabajos de la expedición inglesa "Cha- Para resumir el estado actual del conocimien-
lIenger" (1873-1876) cuyas colecciones de
foraminíferos fueron estudiadas en la obra to de los foraminíferos, debemos destacar lo
siguiente: el caudal de información acumula-
clásica de Brady (1884). M urray y Renard
do sobre el caparazón es mucho mayor y más
(1891) Y Murray (1897) también contribu-
yeron con valiosas observaciones acerca de la detallado que los conocimientos del cuerpo
protoplasmático. De todos los especialistas
distribución de los foraminíferos planctónicos
que trabajan activamente en la actualidad
(tanto en el fondo como en el plancton), he-
probablemente sólo el 2-3% se ocupa del or-
chas durante la misma expedición. El material
ganismo vivo; los demás se dedican principal-
de las expediciones alemanas "Plankton- Ex-
mente al caparazón. Esta situación existió en
pedition" y "Meteor" fueron, a su vez, objeto
la foraminiferología desde sus comienzos y
de los valiosos estudios de Rhumbler (1911) Y
condicionó el gran retraso en nuestros cono-
Schott (1935), respectivamente.
ci mientos acerca del organismo vivo. La expli-
cación reside en que la gran mayoría de los
La aplicación de los foraminíferos (primero de foraminiferólogos tienen una formación geo-
los bentónicos y, más tarde, plantónicos) para lógica, y es precisamente por la utilidad en
la estratigrafía y correlación, por parte de las geología que se han desarrollado tanto sus
compañías petrolíferas comerciales, ha dado estudios. Además, probablemente, también
un gran impulso al desarrollo de su estudio, haya influido la creencia de que sus cultivos
empezando desde la segunda década de este son un problema complicado. Pero es precisa-
siglo y, especialmente, después de la última
mente por esta vía como mejor puede estu-
guerra mundial. Aunque el material en cues-
diarse la célula viva y, en realidad, la creencia
tión estaba constituido, principalmente, por
sólo puede ser parcialmente cierta en el caso
especies fósiles, su estudio, inevitablemente,
de los foraminíferos planctónicos.
llevó al desarrollo de la investigación de los
foraminíferos actuales.

La cantidad total de foraminiferólogos en el Clasificación e identificación


mundo que actualmente se dedican al tema
(incluyendo bentónicos y planctónicos, re-
El creador de la primera clasificación conoci-
cientes y fósiles) es de alrededor de 1000. Si a
da fue d'Orbigny. Su primer bosquejo, publi-
esta cifra sumamos a aquéllos que se dedican
cado en 1826, salió en forma ampliada y co-
a tareas técnicas de diferente índole, aquel
rregida en 1852. La clasificación de d'Orbigny
número asciende a 2500. Lógicamente no to-
era puramente morfológica y artificial y ac-
dos producen publicaciones; tal es el caso de tualmente sólo tiene un interés histórico.
la gran cantidad de especialistas empleados
por compañías petroleras, quienes realizan Después de d'Orbigny numerosos autores
trabajos más rutinarios que la investigación desarrollaron esquemas de clasificación del
original. Anualmente salen a luz cerca de orden Foraminiferida (Schultze, Reuss, Car-
1000 publicaciones ya sea dedicadas total o penter, Parker y Jones, Zittel, Schwager,
parcialmente a los foraminíferos, o donde Brady, Neumayr, Rhumbler, Eimer y Fickert.
éstos son mencionados colateralmente. Lister, Douvillé, Schubert. Wedekind, Gallo-

336
Foramínífera

way, Cushman, Chapman y Parr, Glaessner, plísimo material colectado por la expedición
Hofker, Sigal, Le Calvez, Pokorny, Furssenko, "Challenger", resultó muy útil y lógica para su
Loeblich y Tappan) o de algunas de sus época. Esta clasificación tuvo excelente aco-
familias o grupos (Bermúdez, Maslakova, Ger- gida y gozó del favor de los especialistas hasta
ke, Stainforth, Avnimelech, Kuzina, Reiss, las primeras décadas de nuestro siglo.
Kusnetsova, Lipina, Saperson, Podobina, y
Las clasificaciones de Cushman (1927,1948).
muchos otros) El valor científico de estas
Galloway (1933) y Glaessner (1945) repre-
clasificaciones es muy variable, pero omitire-
sentaron otro gran avance hacia la meta final,
mos aquí su comentario; el lector interesado
pero también estaban aún bastante lejos de
puede recurrir a los detallados análisis de, por
un esquema realmente filogenético.
ejemplo, Galloway (1933), Glaessner (1945) o
Charlton de Rivero Palacio y Bermúdez Desde, aproximadamente, los años 50 de este
(1963) siglo, gracias al desarrollo de mejores técni-
cas microscópicas, muchos autores comien-
La meta principal de todas las clasificaciones zan a recurrir a caracteres sistemáticos adi-
es elaborar un sistema natural filogenética-
cionales a la morfología externa, tales como la
mente justificado. Para ello deben conocerse
adecuadamente las relaciones entre los dife- textura de la superficie, la microestructura de
las paredes y otros detalles del caparazón. El
rentes taxones y el origen de las especies,
tenerse bien documentadas las líneas evolu- aporte de los estudios citológicos a la siste-
mática fue sumamente exiguo y sólo interesó
tivas de las especies y géneros. Esta tarea es
muy difícil y complicada, especialmente en el a algunas formas bentónicas (ver p. 318).
caso de las especies planctónicas, ya que Muchísimos autores trataron la sistemática
éstas sufren cambios morfológicos rápidos. de los foraminíferos planctónicos, algunos de
Obviamente, las especies que habitan los aquéllos que lo hicieron durante las últimas
océanos recientes deben haberse originado dos décadas son: Maslakova, Bolli, Lipps, Par-
de pláncteres del Neogeno o Paleogeno. Sin ker, Pessagno, McGowan, Tappan, Loeblich,
embargo, esta conclusión, tan lógica y senci- Steineck, Bé, Fuchs, Subbotina, EI-Naggar,
lla en teoría, frecuentemente es muy difícil de Banner, Blow, Hofker, Bermúdez, Saito, etc.
documentar adecuadamente. Entonces se re- El comentario detallado de todos los sistemas
curre al camino de las líneas filogenéticas hi- de clasificación propuestos excede las posibi-
potéticas y especulaciones evolutivas, que, a lidades del presente capítulo. De las clasifica-
menudo, en vez de aclarar el problema, lo ciones de nivel genérico probablemente las
complican. A todo lo anterior se añade la cir- más difundidas son las de Loeblich y Tappan
cunstancia, no del todo descontable, de la po- (1964, 1974) y de Bé (1967, 1977). La clasifi-
sibilidad de que los antecesores de algunas cación presentada en la fig. 165 es esencial-
especies hubieran sido bentónicos o inclusive mente la de Bé (1977), algo modificada con los
protozoarios desprovistos de caparazón, y por datos de Loeblich y Tappan.
ello ausentes del registro fósil.
Parker (1962), Bé (1967, 1977), Saito et al.
Todos estos factores dificultan mucho la ela- (1976) son los autores de algunos de los sis~e-
boración de una clasificación filogenética. La mas de nivel específico más lógicos y de ma-
primera tentativa de este tipo (Neumayr, yor aceptación. Estos están basados no sola-
1887) fue insatisfactoria, precisamente por la mente en rasgos morfológicos bien visibles,
falta de información adecuada en aquel mo- sino que también toman en consideración ca-
mento. racteres tales como la presencia (o ausencia)
y tipo de espinas, la textura de la superficie y
Un poco antes de Neumayr, Brady (1884) pu-
blicó su monumental obra sobre los foraminí- algunos otros detalles que sólo pueden ser es-
feros vivientes del mundo entero. En ella Bra- tudiados con aumentos muy grandes.
dy desarrolló una clasificación eminentemen- Es difícil precisar exactamente el valor taxo-
te morfológica que, gracias a la enorme canti- nómico que corresponde a cada uno de los
dad de observaciones realizadas sobre el am- rasgos morfológicos, estructurales o de la

337
Foraminifera

Rasgos de la variedad y de la forma: común·


Phylum PROTOZOA
Clase SARCODINA mente detalles de la ornamentación. Estos
Subclase RHIZOPODA rasgos tienen un significado más bien bioló-
Orden FORAMINIFERIDA gico y se caracterizan por su gran variabilidad
Superfamilia GLOBIGERINACEA dependiente del medio ambiente,
Familia GLOBIGERINIDAE
Géneros Globigerina La sistemática de los foraminíferos planctóni-
Globigerinoides cos está basada, en la actualidad, en los ca-
Sphaeroidinella
Globigerinella
racteres morfológicos del caparazón, Sin em-
Orbulina bargo, no hay dudas de que con el tiempo van
Familia HANTKENINIDAE a tener mayor importancia los siguientes da-
tos:
Géneros Hastigerinella
Hastigerina
Detalles de la composición bioquímica del ca-
Familia GLOBOROTALlIDAE parazón, En este aspecto son muy prometedo-
Géneros Globoquadrina
Pulleniatina res los estudios de aminoácidos de la capa or-
Globorotalia gánica de las paredes de los foraminíferos
(King y Hare, 1972),
Familia GANDEINIDAE
Género Candeina Datos citológicos.
Familia CATAPSYDRACIDAE
Género Globigerinita
Datos paleontológicos (líneas de evolución).

En total el número de especies plantónicas


Fig. 165. Esquema de Bé (1977) de la clasificación de los actuales, descriptas hasta ahora como nue-
foraminíferos planctónicos (algo modificado). vas para la ciencia, es de alrededor de 100,
(Modificado de Bé, 1977)
Sin embargo, solamente la mitad de éstas
tiene realmente valor zoológico, varias son
nomen nudum (es decir, su descripción nofue
acompañada por ilustración alguna) y otras
composición del caparazón, ya que ello varía resu ltaron ser evidentes sinón imos, De las,
entre familias y hasta entre géneros, En lí- aproximadamente, 50 "buenas" especies, al-
neas generales plJede afirmarse que la com- gunas son de distribución muy restringida y
posición mineralógica y química, la estructu- por ahora sólo se hallaron en unas pocas
ra microcristalina y el carácter lamelar de las áreas muy limitadas. Tal es así que son algo
paredes, aparentemente, no están influidos más de 40 nombres los que actualmente se
por el medio ambiente y por eso constituyen utilizan, y sólo alrededor de 30 en forma co-
los rasgos de mayor valor taxonómico. Por el mún (éstas tienen amplia y reconocida distri-
contrario, la mayoría de los caracteres morfo- bución), Sin embargo, aunque la interpreta-
lógicos externos son adaptativos del organis- ción de estas especies no presenta mayores
mo a la vida planctónica o a condiciones espe- confusiones, para sus nombres triviales o ge-
ciales del' medio, A grandes rasgos puede néricos no existe entre los foraminiferólogos
esbozarse la siguiente escala de valores: un criterio unánime.
Rasgos de nivel familiar: plano general de la El cuadro comparativo para la identifica-
disposición de las cámaras, ción (fig. 166) está basado en el de Sé (1967).
modificado y ampliado, Sé (op, cit.) trató 31
Rasgos de nivel genérico: forma general del
especies; éste contiene 41. Se han incluido no
caparazón, carácter y situación de la abertura,
solamente las especies que viven en el Atlán-
forma de las cámaras, construcción de la pa-
tico Sudoccidental, sino las conocidas en el
red, carácter de los poros y de las espinas,
Océano Mundial y que, eventualmente, pue-
concentración de los poros,
den registrarse en éste en el futuro, Pero que-
Rasgos de nivel específico (o subespecífi- remos aclarar, una vez más, que las especies
col: número de cámaras, carácter de las sutu- que tienen una distribución limitada o cuya si-
ras y de la periferia, detalles de la abertura. tuación taxonómica no es todavía bien clara, y

338
Fig. 166. Cuadro comparativo para la identificación de las especies planctónicas de Foraminifera.
(Basado sobre Bé. 1967, ampliado y modificado;.
"""CARACTERISTlCOS " y
TIOAO
ULTIMA
Juv.5-6
5-6
4-6
Juv.5
Subrec-
VUELTA
Lisa
~as
Grosera-
De
Ultima
ParecidaSin
"las
CA-
"14RASGOS
Juv.6-7
CAN-
EN 4MARA
SUPER-
FICIE
Caparazón
2Abertura
Ultima(s)
Aspera
Abertura
Apanal
Rugosa FORMA
BERT.
SECo
POR2Gl
la
Labio
0,65
1,0
1,3
"0,36
0,3
"t·ledianos
Rebor-De
últi-
Globosas
LA
HlspidaPequeños
Textura
Hlspida¡ulobosas
DigitadasTES
"obosas,
"algo
color
0,6
0,8
0,5
0,45
0,25 última
" "corte
Lev.
Sin
OBSERVACIONES
POROS
LABIO
MO
OOM.
OIEN-
PRINCIPAL
Umbil
Redondeado
PERIFERICO
ESPINAS
Grandes
"0,8
Globosas,BOROE
(1lI11)
cámara
Delgadas,
ada
Pequeños
ylas
""ica POSICION
Trocoides-
mente
OE
piral
aprincipal
apanal G. frecuentemente
ABERTURA
1'Trocoides-
rojo-anaranjado
pri
grande,
pequeño sacciforme.
con
cámara(s)i paLA
subglobular
2nc rubsl',alta
buUoidss,sin
púas
penúltimas
ada, 1baja
baja, deDex.
Ad.4
ci
ABERTURA
Ad.3
labio.
abarcando
digita-
pero
abertura
RO- corte
rcul
RE-
deRep-
cámaras.en
arsarroll
lar.
resenta
CAMARAS
conMARGEN
con
cámaras
nadas,
las elCon
paraz6n
3unalado
A-
circular
ado
el
(a
paredes
Ejs. ventral.
de G.
estadio
veces
expansi6n
rectangulares
cámaras XI- 1evemente
tl'Uobus.
blanco).
MA- más
compactos,
principal blancas.
redondeado, lobulada
aprecedentes.y de-
apla-
G.
subglobu-
abarcando pared
de Ca-
CAPARAZON Ad.4 2redes
Ad.31
las tres agruesa las últi- Ad.4
y abertura
f. Ad.3
rosadas
4formas: mas
pequeña
l'osacea
o rojas), tas.
lares.
(de
relativamente
tangu- pa-
y con
f. gruesas
daIs)
pero y con
. cor- pared fina,
abertura
pero
i sa y deespira
menor
pequeña
alta,
tamaño,
y umbilicus
labio.con
híspida el ongada. 1cámaras másprecedentes.
pansi6n.
tl'i
aLba Locu/.aris
pequeño
corresponden
forma
rubsl'
vada (blanca).
y yPYl'amidaUs
yG.abertura
con sLongatus
hasta
. a 1a 4 forma con
(muy
vueltas)labio.
tienen
ele-
GLobigsl'ina
GLobigsl'inoidss

"
o
O;

ª.
w =
w ro
c.o O;
w Fig 166 (continuación)
"
o
Q;
+:>
o 3
:J
. Lisa
escrobi
zón.
extraumbi
Juv.5
TIOAD
Medianos
Lisa
SUPER-
transfor-
Juv.5-6
EN
5-6
Juv.6
Bi
CAN- Sin
Globosas
cul
4F1CIE
"furca-
6Lev.
LA FORMA Abertura
Grandes
PRINCIPAL
Globosas
" ada
"sas TES
DIEN-
Juv.
PERIFERICO
Medianos
Umbi
Ecuatori
1de
1transfor-
"Reborde
"POROS
ESPINAS
o"ical "---
acumi
Redondeado
últi-
Dex.
"fino
umbi-
"1Sin
"ica
a-con POSICION
DE
nada con
LA
umbil
Trocoides"
Trocoides-
"ral
aABERTURA
extraumbi
1nadas.
cons-
ad. reborde.
"a ABERTURA
es-ras
sin RE- MARGEN
claviformes. tri A-
trirradial
rradi ' Ad.4-6 mándose Ad.5-7
Con
Globosas
ULTIMA
VUELTA
Umbil
MARA
una
CA-
54las
SECo
1,5
Gl
Grosera-
"Umbil
Cambia
obosas,
LABIO,
BORDE,
Dientes
Labio
ubicacióncapa
ical-
Ecuatorial
De Lev. ical
"ical-
"cal
sando
lada
piral,
la
mente
(icárea
n- es
ova-
ca-
des -saescrobiculadas.
Dex. das circular a a1es-MA-
XI- Ad.4 fino GOsas
Caparazón
Ultimas
Paredes
vítrea
Caparazón
Esta
represente
0,5
0,85
0,3
0,6O,g
0,8
0,7
POR
Representa
Especie
Semejante Subglobo-
Pequeños
BERT.
mándose
DOM.
(i
HíspidaPequeños
RugosaPequeños
Híspida-
Subglobo-
5,0 cual
especie
cámaras
muy
transparentes,
nconspi-
MO
-cubriendo
1,3 muy
OBSERVACIONES
tran¡itoria
gruesas,
ySin
(rrrn)acorte
das,casi
grande,
el G.
compacto, el
piral,pa-
piral
aplanado.
Plrugosa
enprobablemente
elongadas
estadio
estadio
1ani
sinplaniespiral.
ael
baja,
baja
apla-
espinas. 1capara-
escrobicula-
abierto,
espi- i-cáma-
pero
espinas;
entre
dutel'tl'ei,
compacta
treptoespi cie
pi Pare-
ontoge-
super- ymás
muy
Globigerina
angosta.
superfi-
-inas. pe-
ycon crobicu-
CAMARAS
umbilicus
rugosa,(con
cercana
dientes
yborde) are-
triangular,
o1uego
abertura
trilasinaúltima
yGlobigel'inella, pi
sas- furcadas- 1 ical mas
calesaespi Ad.4-6
roum- umbilelon-
ficial icales.
ro(joven)
el1 ical de G. pa-
caparazón más grande chyderma. ~
- bonal
nét
1ras.
bus. RASGOS CARACTERISTICOS
de lo- y CAPARAZON
gadas
lanies- LAR- extraumbi cual por
a ical
lta i el
yecuatorial
más tipo
termi de
menor
coy esférico, nanúmero1espinas.
espira G.de tl'i cáma-
más Q;
Globoquadrina
Fig. 166 (continuación).

Lisa
"" "1,0 " trirradiado
cia1mente
cialmente
r;cds,las
Juv.4
Con
Juv.
Juv.6
"5-6
Juv.4-5
CAN-
ULTIMA
TIOAO
Juv.5Hemiesfé-
EN
Juv.5-6
Lisa .
VUELTA
Lisa.
Caparazón
U1
Parecida das
BERT.
CA-
SECo
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POR
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1,2
Caparazón
timas
Lisa,
Lisa FICIE
0,25
1,0MO
DOM.
G10bosas
MARA
pustulosa
ricas)
Caparazón
pustu10sa
Con ---" ---"
Grosera-Medianos
5-6
4-5 Redondeado
FORMA
"bilica1
extraumbi
cuadradas
cónicas
Labio
.Subcuadra·
De
Redondeado
RASGOS
SUPER-
Hemiesfé-
Lev.
Es
una
Angu10sos
Angu10so- DIEN-
Labio
TES
Sin
ica1
"Lev.
Ecuatorial
De
corte
Umbil
Umbi1
1Extraum-
es-
féri
"Reborde
(1111\)
"en
lATlbi1ica1·
PERIFERICO
Dex.
0.45
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POROS O,g
BORDE,
LABIO ea
"umbi1
ESPINAS grande.
Sin
0,8
circular,
zo-
Iúlti-
pequeños
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pequeños
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c~maras
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qui
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pus
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adose
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muy
1corte
G. corte
Juv.
Trocoides-
ABERTURA
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na
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CARACTERISTICOS
la
ica1
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lanada
crobicu1.
qu
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piral,
piral
baja c~mara
nocónica
Ad.Ad.4-5
mente
d.
en
, Ad.5 -icus
coidespir.
planocónica
Parecida
de
iso;
planocóni
11a aber-
111ica1
bicon-
es-
1tro-
estreptoespira1;
coida1,
pi
piral.
pared
pustu10sa
aplanado,
nacónica, ---
ABERTURA
LA o
aia transversal.
esféri-
aiabertura
imbricadas
1,
8cituIa, sa
pla-
p1a-
dis-
abierto.
aum-
ap- 11anteo
cónicas
transpa-
co.
de-
"Ad.l
"fimbriada
ventra RE-
Ad.6
esférica.
tando
superficie
grande;
G.RO-
pero
de
Bcitula, imbada
fina
MARGEN
tu10sa
pertenecen
convexo.
abertura
(juv.
demuyen
la
lado de
vltreas.con
conspicua)
1fa1- Ad.4
contorno
zona
Ycontorno
menor
pero in-
triangular
pero
dorsal
lisa,
de A-
púas
en
CAMARAS romboida-
falciforme.
tamaño;
Los 1obu
contorno
5 1obu
pequeño
chato,
bri-
ejemplaresXI-
Ad.
1ado,
solamente)
(en
lado.
margen
juv.
m~s romboi
infladas
menor
paredes
angu
pe-
con 1 les
angos-es da-
1oso. riférico
o re-abertura más alta.
redondeado, des pertenecen a la fonna
LisaAngu10sos
Mar.gen
31 ~ngu10sa.
Con
Lisa,
4j Dos
qui11a
peri
Pequeños
aoPRINCIPAL
~uy 1~11
pa!. tipos:
rente.
fÚi
peque- raco
infIata,
OBSERVACIONES
P1aniespi- espi
ra1 redondeado,
ap1~ nas yños,
tri
pequeñosnúmero
grandes
y1rrad imuy
adasde dmaras y MA-
51
asiempre
41 (muy puestasborde
mas supe.!:.. cons
paredesiderab lisas. gran-
dextrógi
1ementeLos m~s
ejemplares ra.
CAPARAZON
lia Globorotalia to) atrirradia1
gigantea.
1a forma fimbriata. I
LAR- Globorotalia
GloborotaZia

w
~ c.
-n
w o
+:- '"
N Fig. 166 (continuación). 3
:;)

;;
'"

CAPARAZON CAMARAS ABERTURA

LAR- A-
GO CAN- RE- BERT RASGOS CARACTERISTICOS y
ESPECIE EN- MA- TI DAD- POSICION BOR- SECo
RO- OBSERVACIONES
XI- EN LA DE LA DE. POR
LLAM. SUPER- MARGEN MO UL TIMA ABERTURA LABIO, CA-
FORMA DOM. FICIE POROS ESPINAS PERIFERICO (11I11) VUELTA FORMA PRINCIPAL DI ENTES MARA

GloborotaZia TrQcoides- Lev. Juv. 1 isa Muy Sin Con qui 11 a 1,4 5-6 Labio Sin Semejante a G. menardii, pero
tumida piral, Ad. grose pequeños ,. romboida-
Angulosa,¡ bilical
Extraum- con paredes más gruesas y
(Brady) aplanada ramente - les espira más alta. G. menardii
cristali- y G. tumida con la última
na cámara doblada hacia el lado
do ventral son f. flexuosa.
GloborotaZia Trocoides- Lisa 1.2 5-6 Semejante a G. tumida. pero
ungulata piral de paredes más finas y lisas;
Bermúdez lado ventral más convexo y
anguloso. Es probable que
represente una forma de G.
tumida.
G loboro taZia Trocoides- O,1BI5l a Subcua- Umbil ical Labio Caparazón pequeño pero rela-
pumilio piral. bi- 7 dradas delgado tivamente alto. vargen peri-
Parker ··convexo férico redondeado.

Candeina Trocoides- Dex. Muy lisa Redondeado 10,75 I Juv. 4 Globosas Juv. umbi-IReborde Abe!. Caparazón globular, muy liso;
nitida piral Ad.3 1 ical; tu- con aberturas suturales.
d'Orbigny Ad. sin ras
sutu
rales

Globigerinita Lev. Lisa. fi- 0.5 Juv.5 Umbilical, Labio Con Caparazón liso; abertura fre-
glutinata y namente Ad.4 frecuento grande (más cuentemente cubierta por una
(Egger) Dex. híspida infra 1ami- ab. bulla.
nal infra
lam.1

Globigerinita Trocoides- Lisa • .en 0,2 IJuv.5 IGlobosas Umbil ical, Con 1a- Caparazón muy pequeño, de es-
uvula piral partes Ad.4 a veces bio
pira alta, racimosa¡ pared
(Ehrenberg) alta finamen- infralami- pequeño lisa.
te híspida nal o sin
él
Globigerinita Trocoides- Finamente Grandes Reborde Sin Caparazón muy pequeño, última
humiZis piral. híspida 0.2 Ad.6-8 la última
IJuV.5-6IHemiesfé~ vuelta con 6-8 cámaras, últi-
(Brady) aplanada con una ma cámara con una gran ex-
expansión pansión lobulada ventralmente.

Globigerinita 0.15 I 5 IHemiesfé- Umbil ical Reborde Parecida a G. humilis, pero


elarkei ricas con menos cámaras y sin la
(R6g1 y Bo11 i) extensión ventral lobulada.

Globigerinita Lisa o fi- Muy O,221Juv.5 A ve-IParecida a G. humilis. pero


iota namente pequeños Ad.4-5 sas extraumbi-
SUb9lobo-lumbilical-ILabio delgado
Parker híspida lical con menos comprimido y con una
ab. bulla. pero sin la extensión
ces lobulada
infra ¡con la última
menos decámaras, cámara.
caparazón
lam:-
Foraminifera

por cuya razón no son del uso común entre los 2) Globigerina bulloides versus Globigerini-
foraminiferólogos actuales, no están inclui- ta glu tina ta. Con frecuencia los ejemplares
das en el cuadro.
de estas dos especies son muy parecidos en
La fig. 168 presenta esquemas (sin mostrar el las latitudes altas, ya que en esas áreas G.
carácter de la superficie) de las especies enu- bulloides suele poseer a menudo una abertu-
meradas en el cuadro de la fig. 166. ra pequeña y un caparazón más compacto.
El uso del cuadro de la fig. 166 no presenta di- Los ejemplares de G. glutinata se diferencian
ficultades cuando se trata de ejemplares adul- por los siguientes rasgos: a) Tienen una
tos típicos. Sin embargo, a menudo se presen- abertura más angosta, provista de un labio y
tan dificultades para separar dos especies situada frente a la cámara central (en tanto
cercanas y cuando se trata de ejemplares jó- que la abertura de G. bulloides es más redon-
venes. Los problemas pueden agudizarse de da y abarca no solamente la central, sinotam-
tal modo que la identificación se haga impo- bién las de ambos lados). b) Las pústulas son
sible. El lector encontrará útiles las indicacio- más pequeñas y más densamente agrupadas.
nes que se mencionan a continuación para c) El caparazón es más compacto. d) No tiene
definir algunos de los problemas identificato- agujas (mientras que en G. bulloides a menu-
rios que más frecuentemente han sido halla- do pueden observarse restos de agujas a tra-
dos en el Atlántico Sudoccidental. vés de la abertura.
1) Globoquadrina pachyderma, f. superfi- 3) Globigerinita glutinata versus G. uvula. La
ciaria versus Globigerina quinqueloba. Teó- confusión surge cuando se trabaja con ejem-
ricamente, son fáciles de separar ya que la plares jóvenes de G. glutinata. Los ejemplares
primera carece de espinas, mientras G. quin- de G. uvula se diferencian de los otros porque
queloba las tiene. Sin embargo, estas espinas sus cámaras aumentan de tamaño muy gra-
son tan frágiles que los ejemplares obtenidos dualmente y la relación entre la altura y el an-
en muestras de plancton prácticamente siem- cho del caparazón es mayor. Además, la aber-
pre carecen de ellas, y los recogidos en los se- tura es más redonda y carece de labio o tiene
dimentos jamás las conservan. Esto último se uno muy pequeño, en tanto que la abertura de
explica, probablemente, no sólo por su fragili- G. glutinata tiene un labio grande.
dad, sino también porque las pierden al repro-
ducirse, fenómeno observado por Sé et al. 4) Globorotalia truncatulinoides versus G.
(1977) en algunos foraminíferos planctóni- crassaformis. Su similitud es lógica conse-
coso Los rasgos morfológicos distintivos de G. cuencia de que ambas tengan un antecesor
quinqueloba que pueden utilizarse en estos común, o que G. crassaformis haya generado
casos incluyen las siguientes características: a G. truncatulinoides. La diferencia morfoló-
a) Más chata, de paredes más delgadas y, ge- gica entre estas dos especies consiste en lo si-
neralmente, de menor tamaño. b) La última guiente: comúnmente G. crassaformistiene4
cámara relativamente menor y, además, pue- cámaras en la última vuelta (G. truncatulinoi-
de ser alargada en el lado ventral. c) Todo el des, cinco), las cuales son más cuadradas; el
caparazón es más "prolijo": las suturas más lado ventral es más chato y la configuración
deprimidas y las cámaras más esféricas. d) El del caparazón es más angulosa.
número de cámaras en la última vuelta es de
5) Globigerinella aequilateralis versus Glo-
5 - 5,5 (para G. pachyderma, f. superficiaria,
bigerina bulloides. La confusión entre estas
4,5 - 5). d) Las paredes tienen pústulas (pun-
especies ocurre solamente cuando los ejem-
tos de adhesión de espinas perdidas); la pared
plares son jóvenes. G. aequilateralis se distin-
de G. pachyderma, f. superficiaria es rugosa. gue porque es bilateralmente más simétrica;
Hay. un rasgo más, bien típico, para la identifi-
el lado dorsal es muy chato y la superficie está
cación de G. quinqueloba del Atlántico Sur, a
cubierta por bases de espinas considerable-
saber: su protoplasma tiene un matiz marrón,
mente más gruesas.
mientras que el de G. pachyderma es verdoso.
Lamentablemente no existen datos al respec- 6) Globorotalia hirsuta versus G. menardii.
to para hacer esta observación extensiva a Los ejemplares jóvenes de estas dos especies
otras áreas. se pueden diferenciar porque G. hirsuta tiene

343
Foraminifera

una perforación más gruesa y nítida, el senti- Al norte de las aguas subtropicales se locali-
do del enrolla miento es dextrógiro, las sutu- zan las aguas tropicales. Habitualmente se
ras más curvadas, y con 4 a 5 cámaras en la considera que la zona tropical tiene una tem-
última vuelta (solamente los muy jóvenes peratura, aproximadamente de 24 a 30°C y la
comúnmente tienen 5). subtropical entre 18 y 24°C, pero foraminife-
rológicamente la diferencia es muy insignifi-
7) Pul/eniatina obliquilocuJata versus Glo-
cante y puede ser detectada no tanto cualita-
boquadrina dutertrei. Aunque los ejemplares
tivamente como por las cantidades relativas
adultos de estas dos especies son completa-
de algunos componentes. En efecto, en las
mente diferentes, los jóvenes son confundi-
aguas tropicales son más abundantes G/obi-
bles por su aspecto general muy similar, y
gerinoides saeeulifer, G. tri/obus, Pulleniatina
porque ambas tienen una superficie grosera-
ob/iqui/oeu/ata, Sphaeroidinella dehiseens,
mente escrobiculada. Los rasgos distintivos
G/oborota/ia menardii, G. tumida, Candeina
son los siguientes: los ejemplares de G. duter-
nitida, mientras que en las subtropicales la
trei son algo más chatos y tienen de 5 a 6 cá-
mayor proporción corresponde a G/obigeri-
maras en la última vuelta (mientras que P.
noides ruber, G. eong/obatus, G/obigerinella
ob/iqui/oeu/ata tiene 4 - 5).
aequi/atera/is, Orbu/ina universa, G/obigeri-
8) Globigerinoides ruber versus G. trilobus. na rubeseens. Además, en ambos tipos de
Los ejemplares adultos de estas especies son agua, y sin preferencia notable alguna, se ha-
bien distinguibles debido a que la abertura I!an: Hastigerina pe/agiea, G/oboquadrina du-
principal de G. ruber está situada frente a la tertrei y G/obigerinoides tene//us. Probable-
sutura que divide la penúltima cámara de la mente sólo tres especies: G/obigerina fa/eo-
antepenúltima. Sin embargo, en ejemplares nensis, G/obigerinella ea/ida y G/oborota/ia
muy jóvenes la abertura de G. ruber se trasla- hirsuta, evidencian una clara tendencia a ha-
da a una posición lateral, lo que es típico de bitar las aguas subtropicales, aunque, excep-
ejemplares de G. tri/obus. Pero estos últimos, cionalmente, también pueden ser encontra-
aunque muy jóvenes, siempre tienen la su- das en las tropicales.
perficie bien cancelada, lo que permite sepa- G/oborota/ia erassaformis debe ser tratada
rarlos de los ejemplares de G. ruber.
separadamente. Es una especie de profundi-
dades grandes, mayores a las de la zona epi-
pelágica. Muy raras veces fue hallada en el
Foraminíferos planctónicos plancton superficial del Atlántico Sudocci-
del Atlántico Sudoccidental dental, pero se ha registrado, también poco
frecuentemente, en el fondo de la misma área
La distribución de las masas de aguas
y pertenece a la fauna de la zona cálida y
superficiales en el atlántico Sudoccidental templada-cálida.
condiciona la distribución de los foraminífe-
ros planctónicos actuales en el área; la hidro-
logía de esta zona es tratada en un capítulo Contrariamente a los foraminíferos tropicales
independiente (ver p. 227). Sin embargo, es y subtropicales, los de las aguas subantárti-
conveniente destacar que el Atlántico Sud- cas tienen asociaciones marcada mente dis-
occidental representa un área clásica de en- tintas. Solamente dos especies: G/obigerini-
cuentro entre dos tipos de agua aportados por ta g/utinata y G. e/arkei son comunes a ambos
corrientes casi diametralmente opuestas y de tipos de aguas pues son cosmopolitas y se en-
caracteres muy diferentes: subtropical (con cuentran desde el ecuador hasta las latitudes
dirección SW-SSW) y subantártica (con direc- altas. Las aguas subantárticas del Atlántico
ción NE-NNE). Estas dos masas de agua for- Sudoccidental contienen las siguientes espe-
man, al encontrarse, una zona muy ancha de cies: G/oboquadrina paehyderma (forma levó-
mezcla que es conocida con el nombre (no gira y f. dextrógira), G/obigerina quinque/oba,
muy acertado) de Zona de la Convergencia G. bu 110 ides, G. megastoma, G/obigerinita
Subtropical/Subantártica o Zona de Transi- uvu/a, G/oborota/ia seitu/a, G. inflata, G. trun-
ción. eatu/inoides (f. levógira y dextrógira).

344
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GLOBOOUADRINA PACHYDERMA (Iev. >du.)


GLOBOOUADRINA PACHYDERMA (du.> lev.)
GLOBIGERINA OUINOUELOBA
GLOBIGERINITA UVULA
GLOBIGERINA BULLOIDES
,GLOBIGERINITA GLUTINATA
GLOBOROTALlA SCITULA
GLOBIGERINITA CLARKEI
GLOBOROTALlA INFLATA
GLOBOROTALlA CAVERNULA
GLOBOROTA LIA TRUNCATULINOIDES (Iev.>du.)
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GLDBIGERINELLA AEOUILATERALIS
GLOBIGERINOIDES RUBER
GLOBIGERINOIDES TRILOBUS
GLOBOROTALIA MENARDII
GLOBOOUADRINA DUTERTREI
HASTIGERINA PELAGICA
,1 CANDEINA NITIDA
GLOBIGERINOIDES CONGLOBATUS
"GLOBIGERINA RUBESCENS
GLOBIGERINOIDES TENELLUS
GLOBIGERINOIDES SACCULIFER
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PULLENIATINA OBLIOUILOCULATA a:;
GLOBOROTALlA TUMIDA 3
SPHAEROIDINELLA DEHISCENS ::l
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Foraminifera

El método más ilustrativo de representar la formas (f. levógira y f. dextrógira) de Globo-


distribución de las especies subtropicales y quadrina pachyderma, separadamente. En el
subantárticas que son arrastradas por las presente esquema hemos preferido separar la
respectivas corrientes (de dirección opuesta población de esta especie en dos, una con pre-
pero ambas paralelas a la línea de costa de dominio de la forma levógira y otra con predo-
América del Sur) es mediante el trazado de lí- minio de la dextrógira. Estos cambios de pre-
neas paralelas a la costa, dando una idea dominancia de G. pachyderma ocurren en
aproximada de la abundancia de las mismas forma muy brusca y tienen lugar precisamen-
por el grosor de dichas líneas (ver fig. 167). te en el límite austral de la zona de Conver-
gencia, allí donde se encuentran las aguas
Respecto a esta figura es necesario hacer subantárticas puras con las de mezcla.
algunas advertencias. a) La representación es
esquemática y simplificada y, en consecuen-
cia, no muy exacta en sus detalles. b) Se
refiere solamente a la distribución en mar Referencias a las especies
abierto, la de la plataforma no está considera- citadas en el texto
da. En la plataforma se encuentran muy pocas Candeina nitida d'Orbigny, 1839. En de la Sagra, Hist. Phys.
especies de origen subantártico, representa- PoI. Nat. Cuba, "Foraminiferes", p. 108, lám. 2, figs. 27, 28.
das por ejemplares subdesarrollados, muy pe- Globigerina antillensis Bermúdel, 1960. 3 Congr. Geol. Vene-
lOl., Bol. Geol., Mem., Publ. Esp. 3, p. 1156, lám. 1, fi!ls. 1a-c.
queños y aislados. Solamente en la parte Globigerina atlantis Bermúdel, 1960. 3 Congr. Geol. Vene-
oriental (plataforma externa, allí por donde lOl., Bol. Geol., Mem., Publ. Esp. 3, p. 1158, lám. 1, figs. 3a-c.
Globigerina bulloides d'Orbigny, 1826. Ann. Sci. Nat., París, v.
pasa la corriente de Malvinas) pueden hallar- 7, p. 277, Mod. 17 y 76; Banner & Blow, 1960. Cushman
se ejemplares planctónicos mejor desarrolla- Found. Foram. Res., Contr., v. 11, nº 1, p. 3, lám. 1, figs. 1,4
(Iectotipo).
dos. c) Los límites austral y, especialmente, el Globigerina digitata Brady, 1879. Quart. J. Micr. Sci., n. s., v.
septentrional de la zona de convergencia 19, p. 599, lám. 80, fi!ls. 6-10.
Globigerina faleonensis Blow, 1959. Bull. Amer. Paleont .. v. 39,
(aquéllos a los que llegan especies subtropi- nº 178, p. 177, lám. 9, figs. 40, 41.
cales y subantárticas, respectivamente) no Globigerina megastoma Earland, 1934. Oiscovery Rep., v. 10,
p. 177, lám. 8, figs. 9-12.
son estables; su localización varía estacional- Globigerina quinqueloba Natland, 1938. Scripps Inst. Oceano-
mente. Consecuentemente, por ejemplo, los gr., Bull.,Techn. Ser., v. 4, p. 149, lám. 6, figs. 18-21.
Globigerina rubeseens Hofker, 1956. Copenhagen Univ., Zeol.
foraminíferos planctónicos subantárticos en Mus., Spolia, v. 15, lám. 234, lám. 35, figs. 18-21.
invierno llegan a puntos ubicados mucho más Globigerinella adamsi (Banner & Blow) = Hastigerina (Bolliella)
adamsi Banner & Blow, 1959. Paleontology, v. 2, pt. 1, p. 13,
al norte que en verano. La figura 167 muestra text fig. 4.
la distribución máxima de cada especie. d) La Globigerinella aequilateralis (Brady) = Globigerina aequilatera-
lis Brady, 1879. Quart. J. Micr. Sci., n. s., v. 19, p. 285; 1884.
distribución representada corresponde a la Rept. Voy. Cha/lenger, Zool., v. 9, p. 605, lám. 80, figs. 18-21.
capa superficial principalmente; es evidente Globigerine/la ealida (parker) = Globigerina ealida Parker,
1962. Micropaleontology, v. 8, nº 2, p. 221, lám. 1, figs. 9-13,
que en profundidad el esquema realizado no 15.
es correcto. En efecto, foraminíferos planctó- Globigerinita elarkei (Rogl & Bolli) = Globigerina clarkei Rogl &
Bolli, 1972. Init. Rept. OSOP, v. 15, p. 563,lám. 4, figs. 13-15.
nicos criófilos fueron encontrados tan al norte - Globigerinita glutinata (Egger) = Globigerina glutinata Egger,
como frente a Venezuela y Guayanas (E. Bol- 1893. Abhandl. Kgl. Bayer. Akad. Wiss., CI. 11, v. 18, p. 371,
lám. 13, figs. 19-21.
tovskoy, 1976c) y, si bien en algunos casos el Globigerinita humilis (Brady) = Truneatulina humilis Brady,
fenómeno no tiene aún explicación plausible, 1884. Rept. Voy. Cha/lenger, Zool., v. 9, p. 665,lám. 94, fig. 7.
Globigerinita iota Parker, 1962. Micropaleontology, v. 8, nº 2, p.
en otros existen evidencias para suponer que 250, lám. lO, figs. 26-30.
aquellos hallazgos se deben a la influencia de Globigerinita uvula (Ehrenberg) = Pylodexia uvula Ehrenberg,
1861. Kgl. Preuss. Akad. Wiss. Berlin, Monatsber., pp. 276,
las aguas subantárticas intermedias. Esta 277, 308; 1873. Kgl. Akad. Wiss. Berlin, Abhandl., Jahg.
corriente pasa a 650 - 800 m de profundidad y 1872, lám. 2, figs. 24, 25.
Globigerinoides eonglobatus (Brady) = Globigerina eonglobata
su temperatura es de 50 - 6°C. Consecuente- Brady, 1879. Quart. J. Micr. SCi., n. s., v. 19, p. 603, lám. 80,
mente, en ciertas áreas de la zona subtropical figs. 1-5; lám. 82, fig. 5.
Globigerinoides elongatus (d'Orbigny) = Globigerina elongata
y tropical se pueden hallar especies antárticas d'Orbigny, 1826. Ann. Sci. Nat., París, v. 7, p. 277; Banner &
en los sedimentos. Lamentablemente, no Blow, 1960. Cushman Found. Foram. Res., Contr., v. 11, nº 1,
p. 12, lám. 3, figs. 10a-c (Iectotipo).
contamos aún con suficientes observaciones Globigerinoides ruber (d'Orbigny) = Globigerina rubra d'Or-
bigny, 1839. En de la Sagra, Hist. Phys. PoI. Nat. Cuba, "Fora-
como para detallar dicho fenómeno. e) En la miniferes", p. 82, lám. 4, figs. 12-14.
figura 163 se ilustra la distribución de las dos a) Globigerinoides ruber (d'Orbigny), forma t'lpiea out supra.

346
Foraminifera

b) Globigerinoides ruber (d'Orbigny), forma pyramidalis van b) Globorotalia menardii (d'Orbigny), forma fimbriata = Pulvi-
den Broeek, 1876. Soe. Belg. Mier., Ann., v. 2, p. 78. nulina ména;dii var. fimbriata Brady, 1884. Rept. Voy.
Globigerinoides sacculifer (Brady) = Globigerina sacculifera Chal/enger, Zool., v. 9, p. 691, lám. 103, fig. 3.
Brady, 1877. Geol. Mag., n. S., v. 4, n2 12, p. 535; 1884. Rept. e) Globorotalia menardii (d'Orbigny), forma flexuosa = Glo-
Voy. Chal/enger, Zool., v. 9, p. 604, lám. 80, figs. 11-17; lám. borotalia mef)ardii flexuosa (Koeh) - Bé & Mclntyre, Deep-
82, fig. 4. Sea Res., v. 17, p. 595, fig. 1.
Globigerinoides suleki Bermúdez, 1960. 3 Congr. Geol. Vene- Globorotalia menardii gibberula Bé, -1977. En Ramsay, A.T.S.
zol., Bol., Mem., Publ. Esp. 3, p. 1241, lám. 10, fig. 9. (ed.), Oeean. Mieropal., v. 1, p. 61, lám. 12, fig. 36.
Globigerinoides tenel/us Parker, 1958. Swedish Deep-Sea Exp. Globorotalia menardii neoflexuosa Srinivasan, Kennett & Bé,
1947-48, Rept., fase. 2, p. 280,lám. 6, figs. 7-11. 1974 Deep-Sea Res.,v. 21, n2 4, p. 322,lám. 1, figs. 1,2,8-10.
Globigerinoides trilobus (Reuss) = Globigerina triloba Reuss, Globorotalia pumilio Parker, 1962. Mieropaleontology, v. 8, nº
1850. K. Akad. Wiss. Wien, Denksehr., v. 1, p. 474, lám. 47, 2, p. 238, lám. 6, figs. 2, 3.
figs. 11a-b. Globorotalia scitula (Brady) = Pulvinulina seitula Brady, 1882.
Globoquadrina conglomerata (Sehwager) = Globigerina con- Roy. Soe. Edinburgh Proe., v. 11 (1880-1882), p. 761 =Pulvi-
glomerata Sehwager, 1866. Novara Exp., Geol., v. 2, pt. 2, p. nulina scitula Banner & Blow, 1961. Cushman Found. Foram.
255, lám. 7, fig. 113. Res., Contr., v. 11, p. 27, lám. 5, fig. 5 (Ieetotipo).
Globoquadrina dutertrei (d'Orbigny) = Globigerina dutertrei a) Globorotalia scitula (Brady), forma typica - ut supra.
d'Orbigny, 1839. En de la Sagra, Hist. Phys. PoI. Nat. Cuba, bJ Globorotalia scitula (Brady), forma gigantea = Globorota-
"Foraminiferes", p. 84, lám. 4, figs. 19-21; Banner & Blow, lia scitula subsp. gigantea Blow, 1959. Bull. Amer. Pa-
1960. Cushman Found. Foram. Res., Contr., v. 11, n2 1, p. 11, leont., v. 39, nº 178, p. 220, lám. 16, fig. 127.
lám. 2, fig. 1 (Ieetotipo). Globorotalia truncatulinoides (d'Orbigny) = Rotalina truncatuli-
Globoquadrina hexagona (Natland) = Globigerina hexagona noides d'Orbigny, 1839. En Barker-Webb etBerthelot, Hist.
Natland, 1938. Seripps Inst. Oeeeanogr., Teehn. Ser., v. 4, nº Nat. HesCanaries, '''Foraminiferes'', v. 2, pt.'2, p. 132,lám. 2,
5, p. 149, lám. 7, fig. 1. figs. 25-27. •
Globoquadrina pachyderma (Ehrenberg) = Arister()spira pachy- Globorotalia truncatulinoides malvinensis Boltovskoy & Wata-
derma Ehrenberg, 1861. K. Preuss. Akad. Wiss. Berlin, nabe, 1980. Mus. Arg. Ciene. Nat., Rev., Geol., v. 8, nº 4, p.
Monatsber., p. 303; 1873. K. Akad. Wiss. Berlin Abhandl., 112, lám. 3, figs. 1-15.
Jahrg. 1872, p. 386, lám. 1, fig. 4. Globorotalia tumida (Brady) = Pulvinulina tumida Brady, 1884.
a) Globoquadrina pachyderma, forma typica out supra. Rept. Voy. Challenger, Zool., v. 9, p. 692, lám. 103, figs. 4-6.
b) Globoquadrina pachyderma, forma superficiaria Boltovs- Globorotalia ungulata Bermúdez, 1961. Bol. Geol. Venezol.,
koy, 1969. Mieropaleontology, v. 15, nº 2, p. 250, lám. 1, Publ. Esp. nº 3, p. 1304, lám. 15, fig. 6.
fig. 12. Hastigerina pelagica (d'Orbigny) = Nonionina pelagica d'Or-
Globorotalia anfracta Parker, 1967. Bull. Amer. Paleont. v. 52, bigny, 1839. Voy. Amér. Mérid., v. 5, nº 5, "Foraminiferes", p.
n2 235, p. 175, lám. 28, figs. 3-8. 27, lám. 3, fígs. 13-14.
Globorotalia bermudezi Rogl & Bolli, 1973. Init. Repts. DSDP, Hastigerinel/a digitata (Rhumbler) = Hastigerina digitata Rhum-
v. 15, p. 567, lám. 6, figs. 16-20; lám. 16, figs. 1-3; textfigs. 6. bler, 1911. Ergebn. Plankton-Exp. Humboldt St., v. 3, L.e., p.
Globorotalia cavernula Bé, 1967. Cushman Found. Foram. 202, lám. 37, figs. 9,10.
Res., Contr., v. 18, n2 3, p. 128, lám. 10, figs. 1-6. Hastigerinel/a riedeli Rogl & Bolli, 1973. Init. Repts. DSDP, v.
Globorotalia crassaformis (Galloway & Wissler) = Globigerina 15, p. 567, lám. 4, figs. 1-5; lám. 14, figs. 1-3; text-fig. 5a-b.
crassaformis Galloway & Wissler, 1927. Jour. Paleont., v. 1,
nº 1, p. 41, lám. 7, fig. 12. Orbulina universa d'Orbigny, 1839. En de la Sagra, Hist. Phys.
Globorotalia hirsuta (d'Orbigny) = Rotalina hirsuta d'Orbigny, PoI. Nat. Cuba, "Foraminiferes", p. 3, lám. 1, fig. 1.
1893. En Barker-Webb et Berthelot, Hist. Nat. iles Canaries, Orbulinoides agglutinatum Saidova, 1970. Inst. Okeanol., Tru-
"Foraminiferes", v. 2, pt. 2, p. 131, lám. 2, figs. 7-9. dy, V. 86, p. 162, figs. 1, 2.
Globorotalia hirsuta eastropacia Boltovskoy, 1974. Rev. Españ. Pul/eniatina obliquiloculata (Parker & Jones) =Pullenia obliqui-
Mieropaleont., v. 6, nº 1, p. 127, lám. 1. loculata Parker & Jones, 1862. ErfCarpenter, Introd. Foram.,
Globorotalia inflata (d'Orbigny) = Globigerina inflata d'Orbigny . p. 183 = Pul/enia sphaeroides (d'Orbigny) var obliquiloculata
1939. En Barker-Webb et Berthelot, Hist. Nat. lles Canaries, Parker & Jones, 1865. Roy. Soe. London, Phil. Trans., V. 155,
"Foraminiferes", v. 2, pt. 2, p. 134, lám. 2, figs. 7-9. p. 365, 368, lám. 19, figs. 4a-b.
Globorotalia menardii (d'Orbigny) = Rotalia menardii d'Orbigny, Sphaeroidinella dehiscens (Parker & Jones) = Sphaeroidina bu-
1826, Ann. Sei. Nat., v. 7, p. 273, nº 26, Mod. 10. I/oides d'Orbigny var. dehiscens Parker & Jones, 1865. Roy
al Globorotalia menardii (d'Orbillny), forma typlca out supra. Soe. London, Phil. Trans., V. 155, p. 369, lám. 19, fig. 5.
;

347
Foraminifera

Fig. 168.
Foraminifera planctó-
nlCOS ,(diagramas es-
quematlcos).
Ver referencias en p
351). .

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Foraminifera

Fig.168.
Formanifiera planctó-
nicos (diagramas es-
quemáticos).
(Ver referencias en p.
351).

350
Foraminifera

Fig. 168. Foraminifera planctónicos (diagramas esquemáticos).


1) G/obigerina bulloides, f. typica, a: vista espiral, b: vista abertural, c vista lateral; 2) G/obigerina bulloides, f.
tri/ocu/aris, vista abertural; 3) G/obigerina megastoma, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 4)
G/obigeriRa fa/conensis, a: vista espiral, b: vista abertural; 5) G/obigerina quinque/oba, a: vista espiral, b: vista
abertural, c: vista lateral; 6) G/obigerina rubescens, a: vista espiral, b: vista abertural; 7) G/obigerina digitata,
a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 8) Globigerinoides ruber, f. typica, a: vista espiral, b: vista
abertural, c: vista latera 1; 9) Globigerinoides ruber, f. pyramidalis, vista lateral; 10) Globigerinoides elongatus,
a: vista espiral, b: vista abertural; 11) Globigerinoides tri/obus, a: vista espiral, b: vista abertural; 12) Globigeri-
noides sacculifer, vista espiral; 13) Globigerinoides conglobatus, a: vista espiral, b: vista abertural; 14)
Globigerinoides teflel/us, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 15) Candeina nitida, a: vista espiral,
b: vista lateral; 16) Orbu/ina universa, vista lateral; 17) Hastigerina pelagica, a: vista abertural, b: vista lateral;
18) Pulleniatina obliquiloculata, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 19) Sphaeroidinel/a dehis-
cens, vista abertural; 20) Hastigerinel/a digitata, vista abertural; 21) Globoquadrina pachyderma, f. typica, a:
vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 22) Globoquadrinapachyderma, f. superficiaria, sinistral, a: vis-
ta espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 23) Globoquadrina pachyderma, f. superficiaria, dextral, a: vista
espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 24) Globoquadrina dutertrei, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vis-
ta lateral; 25) Globoquadrina hexagona, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 26) G/oboquadrina
conglomerata, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista lateral; 27) Globigerinel/a aequilateralis, a: vista
espiral, b: vista umbilical, c: vista abertural; 28) Globigerinel/a calida, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista
abertural; 29) G/obigerinel/a adamsi, a: vista espiral, b: vistá umbilical, c: vista abertural; 30) Globigerinita g/u-
tinata, a: vista espiral, b: vista abertural, c: vista abertural (bulla); 31) Globigerinita uvu/a, a: vista espiral, b
vista lateral, c: vista lateral; 32) Globigerinitahumulis, a: vista espiral, b: vista umbilical; 33) Globigerinita iota,
a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 34) Globigerinita clarkei, a: vista espiral, b: vista umbilical:
35) Globorotalia menardi!: f. typica, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 36) Globorota/ia menar-
di!: f. fimbriata, vista espiral; 37) Globorotalia menardi!: f. flexuosa, vista lateral; 38) G/oborotalia tumida, a:
vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 39) Globorotalia ungulata, a: vista espiral, b: vista umbilical, c:
vista lateral; 40) Globorotalia crassaformis, a' vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 41) Globorota/ia
inflata, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 42) Globorotalia truncatu/inoides, sinistral, a: vista
espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 43) Globorotalia truncatulinoides, dextral, a: vista espiral, b: vista
umbilical, c: vista lateral; 44) G/oborotalia hirsuta, a: vista espiral, b: vista lateral, c: vista umbilical; 45)
Globorotalia scitula, f. typica, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 46) G/oborota/ia scitu/a, f.
gigantea, vista espiral; 47) G/oborotalia anfracta, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 48) G/obo-
rota/ia pumilio, a: vista espiral, b: vista umbilical, c: vista lateral; 49) Globorotalia cavernula, a: vista espiral, b:
vista umbilical.
Nota: las diferentes vistas de la misma especie frecuentemente corresponden a ejemplares distintos.

(Original).

Addendum

Estando ya el presente artículo en prensa, Los dos taxones en cuestión son Globorota-
salieron a luz algunas nuevas observaciones lia truncatulinoides malvinensis Boltovskoy y
sobre los foraminíferos planctónicos actuales Watanabe, y Hastigerinella riedeli Rogl y Bolli.
del Océano Mundial, aunque la mayoría de
ellas de carácter local y que no afectan el
Globorotalia truncatulinoides malvinensis
aspecto general de la distribución y caracte- (ver ilustración) ya fue observada anterior-
rísticas de los foraminíferos planctónicos ex- mente en las latitudes altas del Atlántico Sur,
puestos en el presente trabajo, Sin embargo, pero por primera vez se separó como forma en
consideré necesario citar aquí los datos de los depósitos pleistocénicos del área de las
dos trabajos que tratan la fauna del Atlántico Islas Malvinas (E. Boltovskoy, 1978b), y luego
Sudoccidental, es decir del área del "Atlas", de un nuevo hallazgo por BoltvskoyyWatana-
Dada la tardía aparición de esta información be (1980) fue elevada al rango de subespecie.
la misma se incluye de manera complemen- Se diferencia de Globorotalia truncatulinoi-
taria. des truncatulinoides (d'Orbigny) principal-

351
Foraminifera

mente por su lado espiral muy convexo, lado vuelta, abertura umbilical y con un labio,
umbilical menos convexo y enrollamiento pared delgada, lisa, con poros diminutos y
siempre sinistral. Fue hallada tanto en el esparcidos y con espinas triangulares, situa-
fondo (solamente en depósitos cuartarios), das principalmente en la periferia del capara-
como en el plancton de las aguas subantárti- zón. En el plancton fue hallada por primera
cas del Océano Atlántico Sudoccidental. Los vez por Boltovskoy y Watanabe (MS), en las
ejemplares fotografiados provienen, vista es- latitudes altas (aguas antárticas y subantár-
piral: sedimentos de fondo (se puede notar ticas) del Océano Atlántico. Es, indudable-
que el caparazón, sobre todo la primera vuel- mente, un foraminífero más propio de las
ta, está cubierto con el cortex típico de los aguas frías pero, probablemente, con cierta
ejemplares de esta especie provenientes de tolerancia a las aguas templadas-frías. Su
las profundidades y del fondo); vistas umbili- hallazgo en la cuenca Cariaco se explica por la
cal y lateral: del plancton superficial. presencia de una corriente de aguas suban- .
Hastigerinel/a riedeli (ver ilustración) fue des- tárticas que ocurren allí a profundidades de
cripta en los depósitos cuartarios de la cuenca entre 650 y 800 m y que arrastran fauna sub-
Cariaco del Mar Caribe. Es de tamaño muy pe- antártica de las latitudes altas. Hastigerine-
queño (diámetro promedio: 0,14 mm), troco- l/a riedeli es una especie de ocurrencia muy
espiral (con una muy ligera tendencia a ser rara. Los ejemplares ilustrados fueron obteni-
estreptoespiral), con 4-5 cámaras en la última dos en el plancton superficial.

Fotomicrografías de microscopio electrónico de barrido de G/abarata/la trul7catulinaides malvinensis (1). y de


Hastigerinelia riedeli (2). 1a y 2a) Vista espiral; 1b Y 2b) Vista umbilical; 1c y 2c) Vista lateral.
(Original).

352
TINTINNINA
SARA SOUTO
,.

Otro problema que se presenta en este grupo


Morfología. Caracteres de es el de los individuos que abandonan la lóri-
importancia sistemática ga; en esta misma especie se ha visto que des-
pués de nadar desnuda por un cierto tiempo,
La clasificación de los tintínnidos está entera- la célula reconstruye una lóriga enteramente
mente basada en la morfología y estructura de espira lada, considerada hasta ahora como
la lóriga. Esto se debe a que, por el tipo de perteneciente al género Cox/iella. Este género
muestreo generalmente utilizado, es el único no sería, por lo tanto, más que la convergen-
material que llega a manos del especialista. cia de formas elaboradas por distintos "géne-
Es muy probable que, en el futuro, el estudio ros" durante un estado especial de sus ciclos
de la citología de este grupo permita crear un de vida. Éste es un ejemplo de los problemas
nuevo sistema de clasificación más natural. El taxonómicos que se están presentando como
desarrollo de la lóriga en este grupo no ha sido consecuencia del estudio citológico y de los
nunca completamente esclarecido. Está com- ciclos de vida de estos protozoos. Por ahora se
puesta principalmente por quitina y, proba- trata de estudios muy parciales como para
blemente, alguna o ra proteína. La idea acep- poder generalizar este tipo de comportamien-
tada durante mucho tiempo era que la lóriga to a otras especies pero, evidentemente,
era construida por la secreción de sustancias abren un campo de investigación muy intere-
productoras de la lóriga en forma de anillos y sante e importante.
siempre en conexión con la división celular, Las lórigas de los tintínnidos son muy varia-
de tal manera que, cuando la lóriga estaba for- bles, tanto en la morfología, como en el
mada, la secreción cesaba. Sin embargo, Bier- tamaño y estructura de las paredes. En cuanto
nacka (1965) encontró que nuevo material a su forma pueden ser redondeadas, cilíndri-
puede ser agregado a la lóriga aun en el perío- cas, caliciformes, globosas, acampanadas,
do trófico, entre dos divisiones consecutivas.
etc.; pueden presentar o no un cuello más o
Esta teoría está siendo confirmada por los es- menos desarrollado, pueden estar abiertas
tudios de ultraestructura celular, al encon- en los dos extremos o, como en la mayoría,
trarse siempre en el citoplasma gránulos tener el extremo aboral cerrado, ya sea re-
formadores de la lóriga, y no solamente en dondeado, aguzado, acuminado o prolongado
células en división. Esto indicaría que la se- en un ápice caudal más o menos diferenciado.
creción de la sustancia formadora de la lóriga La superficie externa puede ser hialina, sin
es un proceso continuo a lo largo de toda la ninguna estructura visible, o estar constitui-
vida del tintínnido.
da por una lámina espira lada, pudiendo llevar
Laval (1976, 1977) hizo un interesante estu- distintas ornamentaciones como ventanas,
dio sobre la formación de la lóriga de Favella estrías, aletas, etc. La mayoría de las especies
ehrenbergii. Al dividirse la célula, la lóriga es presentan lórigas hialinas que pueden pare-
heredada íntegramente por la célula hija pos- cer semejantes al microscopio óptico, pero
terior que permanece fijada a ella, y es la cuando se estudia su ultraestructura presen-
célula hija anterior la que debe construir una tan grandes diferencias en su construcción y
nueva. Después de la división la célula hija en su grosor pudiendo estar compuestas por
posterior puede agregar a la lóriga antigua un una, dos o tres láminas. La estructura interna
cuello hecho de una lámina espiralada de al- de las paredes puede ser homogénea, presen-
tura variable. tar una estructura alveolar, más o menos pris-

353
Tintinnina

mática, o, como en varios géneros, se puede siglo pasado, sin embargo, los primeros traba-
complicar con estructuras secundarias yaun jos de ultraestructura son muy recientes,
terciarias debido a la estructura alveolar o de siendo tal vez los más importantes los realiza-
tubos irregulares de la capa media que es la dos por Laval (desde 1971) y Hedin (desde
más desarrollada y variable. 1975). Laval ha hecho una comparación de la
ultraestructura de siete familias diferentes,
Un grupo relativamente pequeño de especies,
confirmando la homogeneidad citológica de
principalmente costeras, tienen la habilidad
este grupo que ya se notaba en los estudios
de acumular partículas extrañas sobre la lóri-
con microscopía óptica.
ga. Los materiales aglutinados varían con las
especies, estando posiblemente relacionados
con el hábitat y la cantidad de material dispo-
nible. De acuerdo con el tipo de material utili-
zado las lórigas pueden dividirse en arená-
ceas, cuando el material adherido es princi-
palmente de origen mineral (partículas de t
C03Ca, cuarzo) Y aglomeradas, cuando predo-
mina el material de origen biológico (cocoli-
tos, frústulos de diatomeas, etc.). Algunas
especies parecen ser selectivas en cuanto al
origen del material aglutinado, y también a su
tamaño y forma (granos, escamas, etc.).
Los caracteres morfológicos de mayor valor
sistemático son: forma del cuerpo, diferencia-
ciones orales (cuello, con estructura espiral o
anular, número de vueltas, dientes, canaleta
oral, etc.); diferenciaciones aborales (forma
del extremo posterior, apéndice caudal, dar-
do, etc.); estructuras de la superficie externa
(anillos, estrías, ventanas, partículas adheri-
das, etc.); estructura de las paredes (número
de láminas, alveolar, prismática, etc.). En
cuanto a las dimensiones generalmente utili-
zadas, la de mayor valor sistemático es sin
duda el diámetro oral, especialmente si se lo
toma internamente, ya que en la mayor parte
de las especies es relativamente constante y
muchas veces completamente independiente
de la longitud. Otras dimensiones utilizadas
son: longitud total, longitud del cuello, longi-
tud del apéndice caudal, diámetro mayor, diá-
metro menor, etc. Hay que tener siempre en
cuenta la relatividad de la validez de todos es-
tos valores debido a sus variaciones con la
temperatura y otros factores. La longitud de la
lóriga puede variar de acuerdo con la especie
desde unos 0,03 a más de 0,50 mm.
Fig. 169. Tintinnopsis campanula. ciliado dentro de la IÓriga.
cpo) Cilias paraorales; 11) Lóbulo lateral; M) Macro-
Morfología celular núcleo; mal Membranelas adorales; p) Pedúnculo; t)
Tentáculo; va) Vacuola alimentaria Las incrustacio-
La citología de los tintínnidos ha sido objeto de nes de la lóriga se muestran sólo a la izquierda.
estudios de microscopía óptica desde fines del (Según Corliss. 1961).

354
Tlntinnina

Debido a que escapa a los alcances de este ca- cían isogametas hasta que Gold (1971) des-
pítulo no se incluye aquí una descripción cito- cribió la formación de anisogametas en culti-
lógica detallada. Sin embargo, hay ciertas vos de Tintinnopsis beroidea. A estas micro-
características celulares estudiadas con el gametas no se las ha encontrado nadando li-
microscopio óptico que no se pueden dejar de bremente, lo que tal vez esté relacionado con
mencionar: 1) El peristoma rodeado por un el hecho que la transferencia ocurre por con-
collar formado por 16 a 24 membranelas ado- tacto, sin formación de puentes citoplasmáti-
rales implantadas en hélice; 2) Pequeños ten- cos, lo que probablemente sea una adapta-
táculos cargados con tricocistos alternando ción a la vida planctónica.
con las membranelas; 3) Cilias paraorales; 4)
Muy poco es lo que se sabe sobre los ciclos de
Una ciliatura somática muy reducida; 5) Un
vida de estos protozoos, Gold (1971) ha
pedúnculo contráctil que une la célula a la
determinado que el tiempo de duplicación de
lóriga, aboral o lateralmente.
una población de tintínnidos en cultivo puede
~.

Distintos tipos de organelas e inclusiones han variar entre 0,8 a 6 días, dependiendo, entre
sido descriptas en estudios con microscopía otros factores, de la especie, la edad del culti-
electrónica, muchos de los cuales parecen ser vo, la concentración de algas agregadas como
nuevos en los ciliados, como por ejemplo el alimento al comenzar el cultivo, etc.
sistema contráctil, cápsulas, formaciones en
mórula, microcuerpos, gránulos formadores
Alimentación
de la lóriga, un complejo sistema de microtú-
Los tintínnidos constituyen uno de los grupos
bulos y microfilamentos responsables de la
más importantes del microzooplancton, tanto
gran contractibilidad de estos organismos y
por el número de especies como por su gran
que también parecen servir como citoesque-
actividad fagocítica. Son muy importantes en
leto de la región oral, un perilema que reviste
la producción secundaria de todos los mares.
1 todo el cuerpo y la ciliatura, externamente a la
Se alimentan de detritos, bacterias, flagela-
membrana plasmática.
dos desnudos, cocolitofóridos, peridíneas y
El aparato nuclear, en la mayoría de las es- diatomeas. A su vez ellos son comidos por co-
pecies, está compuesto por dos macronúcleos pépodos, eufasiáceos, cladóceros, tunicados
y dos micronúcleos, pero hay citas de tintínni- y larvas de peces. Hay evidencias de una
dos con hasta 300 núcleos. cierta selectividad en el tipo de alimento utili-
zado. Un modo de evaluar er rol ecológico de
un protozoo, en particular en el plancton, es
Biología observar y estudiar el tipo de alimentación y
crecimiento in vitro. Estos datos sobre la nu-
Reproducción y desarrollo trición y ciclos de vida pueden dar ideas sobre
los factores que afectan su distribución en la
Los tintínnidos presentan, como todos los naturaleza. Varios intentos han sido hechos
otros ciliados, dos tipos básicos de reproduc- para mantener cultivos vivos en laboratorio;
ción: asexual o división binaria y sexual o con- Gold, desde 1966, ha realizado interesantes
jugación. En el primer caso la célula se divide experimentos consiguiendo mantener vivas
transversalmente en dos dentro de la lóriga, distintas especies por considerables períodos
quedando la célula hija posterior fijada a la ló- de tiempo. Según este autor los principales
riga vieja, mientras la célula hija anterior factores que le han permitido mantener los

>
tiene que construir una nueva. La conjuga- cultivos son: baja temperatura, una mezcla
ción es muchas veces considerada como un balanceada de microalgas usadas como ali-
proceso de rejuvenecimiento. Son muchos los mento y el control de bacterias en el medio
trabajos donde se han presentado descripcio- (ver p. 202).
nes de dos individuos durante este proceso,
como asimismo la formación de microsporas, Los tintínnidos, como todos los organismos
macrosporas, quistes, etc. En cuanto a la pequeños, tienen altas tasas metabólicas y
formación de gametas, solamente se cono- ciclos de vida cortos. Johannes (1964) indicó

355
Tintinnina

que los ciliados regeneran fosfato por lo observó valores semejantes en el Océano
menos 10 veces más rápido que muchos co- Antártico.
pépodos. Beers y Stewart (1969) encontraron
que los protozoos, especialmente ciliados, Algunas especies, especialmente las que ha-
consumen tres veces su contenido de carbo- bitan regiones frías, árticas y antárticas, pre-
no por día, mientras que para los copépodos el sentan un alto grado de endemismo consti-
valores de 0,3. Este es un campo de investiga- tuyendo ideales indicadores de masas de
ción relativamente nuevo en el que se necesi- agua. El mayor número de especies se en-
tan muchos estudios, tanto sobre los tintínni- cuentra en mares tropicales y subtropicales,
dos como sobre los otros integrantes del presentando muchas veces un alto polimor-
fismo.
m icrozoopla ncton.
Se han hecho algunos estudios sobre las fluc-
Motilidad tuaciones estaciona les en poblaciones de tin-
tínnidos en áreas restringidas como los fior-
Todos los tintínnidos son extremadamente dos suecos (Hedin, 1974). costa de Nueva
contráctiles. Contraídos ocupan aproximada- York (Gold y Moral~s, 1975). etc. En cuanto a
mente de un tercio a un medio del volumen de la zona aquí tratada, son muy importantes los
la lóriga, de acuerdo con la especie; al exten- datos sobre tintínnidos de Quequén (Balech,
derse, la zona peristomal puede o no exten- 1945) y Atlántida (Balech, 1948) debido a que
derse por fuera del borde oral. La locomoción ambas localidades están bajo la influencia de
es muy característica; cuando la célula está dos masas de agua de distintas característi-
dilatada el movimiento de las membranas cas: subantártica y subtropical. Balech (1945)
adora les produce un desplazamiento rápido y ha observado dos máximos de abundancia
activo tanto hacia adelante como hacia atrás. total (en primavera y otoño), y una típica suce-
El movimiento hacia adelante, que es el domi- sión temporal de grupos de especies criófilas
nante, corresponde a la fase de búsqueda de y termófilas controlada, probablemente, por la
alimento. In vitro se ha visto que presentan, temperatura, y a escala menor por factores
frecuentemente, otros dos tipos de comporta- tales como la competencia trófica interespecí-
miento (Lava!, 1972): uno es el deslizamien- fica y la sucesión de los organismos consumi-
to sobre un sustrato contra el que se aplica dos.
toda la zona peristomal; el otro consiste en
abandonar la lóriga después de un movimien- En el Atlántico Sudoccidental se pueden
reconocer una serie de formas restringidas a
to de pivote del cuerpo sobre el pedúnculo
aboral. Los tintínnidos viven desnudos varios determinadas masas de agua, pudiendo así
días alimentándose activamente, fenómeno ser utilizadas como indicadores hidrológicos:
éste de gran importancia en lo que a las inter- los géneros Xystonella y Xystonellopsis indi-
pretaciones de las colecciones procesadas can con mucha claridad el dominio de aguas
con diferentes técnicas de muestreo con- tropicales-subtropica les. Entre las especies
cierne. típicas de la corriente de Brasil podemos citar
a: Stylicauda platensis, Epiplocylis acumina-
ta, Ascampbeliella urceolata, Amphorellopsis
Distribución acantharus, etc. Entre los pláncteres típicos
Hay más de 800 especies descriptas, de las de aguas subantárticas se cuentan: Acan-
cuales la gran mayoría son marinas, menos thostomella norvegica, Codonellopsis pusilla,
Cymatocylis antarctica, etc.; entre los estric-
del 2% viven en agua dulce. La mayor parte de
tamente antárticos la mayoría de las especies
los géneros son pelágicos, con algunos repre-
de Cymatocylis y Laackmanniella.
sentantes principalmente neríticos. Existen
en todos los mares y en todas las latitudes. Se han realizado muy pocos estudios relacio-
Una idea de la importancia de este grupo en la dos con la distribución vertical de estos proto-
biomasa marina la dan los trabajos de Zeitzs- zoos. Es generalmente aceptado el hecho que
chel (1969) quien encontró 20.000 tintínni- los tintínnidos son muy abundantes entre los
dos/m3 en el Mar Arábigo; Littlepage (1970) 20 y 200 m de profundidad, con un cierto nú-

356
T,ntlnnina

mero de especies que rehuyen la zona datos de temperatura y salinidad. Los tintínni-
eufótica. Balech (1972) ha realizado el análi- dos también pueden ser usados como posi-
sis más completo sobre su distribución verti- bles indicadores de la calidad de las aguas en
cal, dividiéndolos en cuatro grupos, desde es- ambientes neríticos; 5) En paleontología. Son
pecies umbrófilas hasta las que viven en los únicos ciliados conocidos como fósiles
niveles subsuperficiales. Los principales con- desde el Devónico Superior. Indican una edad
dicionantes de las preferencias batimétricas que va desde el Jurásico Superior (Kimerid-
son: la luz (incluyendo la distribución del fito- giano) al Cretásico Inferior (Barremiano). Son
plancton). la temperatura y la densidad. Es muy comunes en las calizas suprajurásicas e
importante conocer la distribución vertical de infracretácicas de Tampico (México). muchas
las distintas especies para poder determinar veces alternando con radiolarios y cocolitos.
cuáles pueden ser utilizadas como indicado-
res de surgencia de aguas más profundas,
hecho de gran interés oceanográfico ya que Métodos de estudio
permite reconocer áreas de afloramiento por
Los pláncteres son colectados, generalmente,
la aparición en superficie de pláncteres cono-
con redes de plancton, ya sea en arrastres ho-
cidos como típicos de aguas profundas. Sin
rizontales o verticales, a distintas profundida-
embargo, el cuadro general se complica debi-
des. En el caso de los tintínnidos, que por su
do a las migraciones verticales citadas por Vi-
~ tamaño corresponden al nano y microplanc-
tiello (1964) y Gillbricht (1954), con mención
ton (los más pequeños con longitudes meno-
de la luz y"-Ias halo y termoclinas como
factores determinantes. res a 0,05 mm), el tamaño de malla aconseja-
ble es de 0,03 - 0,035 mm, es decir, la
utilizada para colectar fitoplancton (ver p. 73).

¡ Utilidad e importancia Debido a una serie de problemas detallados


anteriormente (ver Parte 1) las redes suelen no
Muchas son las razones por las que el estudio ser un instrumento adecuado para las colec-
de los tintínnidos es considerado muy impor- tas cuantitativas. El estudio de muestras de
tante, a saber: 1) Su eficacia en la renovación agua tomadas con botellas (p. 53) y examina-
de los nutrientes in situ, debida a sus altos das con el microscopio invertido de Utermohl
ritmos metabólicos, sus ciclos de vida cortos y (p. 156) es mucho más adecuado.
la gran biomasa que presentan en muchas zo-
nas oceánicas; 2) En la producción secunda- Debido a la rapidez de sus movimientos estos
ria. Por el tipo de alimentación heterotrófica protozoos son muy difíciles de estudiar in vivo,
ocupan, principalmente, el segundo nivel si se quiere observar la muestra antes de
trófico, con algunas especies en el tercer fijarla se puede usar un anestésico como, por
nivel. Sirven, a su vez, como alimento de mu- ejemplo, cloruro de magnesio en medio
chos carnívoros primarios comedores de zoo- isotónico, clorhidrato de cocaína, solución
plancton. Un posible uso de los tintínnidos, acuosa de nicotina, etc. (ver p. 111).
todavía no explotado, podría ser como alimen- Cuando se quiere realizar un estudio sistemá-
to en el cultivo de larvas de invertebrados y tico-distributivo, la fijación de las muestras
peces; 3) Como transportadores de partículas generalmente se efectúa con formaldehido
adheridas a sus lórigas a través de las agregado directamente al agua de mar, con
cadenas alimentarias, especialmente en las una concentración final de, aproximadamen-
zonas neríticas; 4) Por su posible uso como in- te, el 5% (ver p. 117).
dicadores biológicos. Muchas especies de tin-
tínnidos llenan los requisitos que debe reunir Ya en el laboratorio, una vez concentrado el
un buen indicador hidrológico (E. Boltovskoy, material (p. 147), debe procederse a la clasifi-
1970), permitiendo diferenciar distintas ma- cación y recuento de los especímenes presen-
sas de agua y determinar sus movimientos, tes, para lo cual se utilizan distintos tipos de
tanto horizontales como verticales, dando a cámaras de recuento de capacidad limitada,
veces mejores resultados que los clásicos (p. 156). Debido a que la sistemática de este

357
Tintinnina

grupo se basa enteramente en las lórigas, se los realizados por Laackmann, Brandt, Entz
debe hacer el examen cuidadoso de las mis- Jr., Fauré-Fremier, Jorgensen, Campbell, etc.
mas, calcular sus dimensiones y, sobre todo, El término "Tintinnoinea" fue creado por Ko-
estudiar la mayor cantidad posible de ejem- foid y Campbell en 1929, y alude a la forma de
plares de cada especie. Las ilustraciones pue- campana de muchas lórigas y al sonido pro-
den ser realizadas a mano o por medio de equi- ducido por ésta. Estos autores realizaron un
pos de microfotografía. Para efectuar dibujos amplio y completo estudio de todas las
es muy útil el uso de la cámara clara. El inves- especies hasta entonces conocidas, publican-
tigador puede, de este modo, notar caracterís- do sus resultados en 1929 y 1939. El sistema
ticas y detalles que muchas veces pasan des- de clasificación establecido por Kofoid y
apercibidos en las microfotografías. El mi- Campbell en 1939, en el que dividen las 726
croscopio electrónico de barrido es muy útil especies hasta entonces conocidas en 62
para estudiar la estructura de las lórigas, es- géneros y 13 familias basándose únicamente
pecialmente de aquéllas con partículas adhe- en la morfología comparada de las lórigas, es
ridas. todavía la guía de los especialistas actuales.
Su importancia reside en que puso orden en
La abundancia relativa puede ser estimada
contando el número de individuos en un volu- un grupo muy caótico, deteniendo la cadena
de nombres científicos de tres o cuatro térmi-
men conocido. El peso puede también ser uti- nos.
lizado como complemento de la abundancia
numérica; un modo de calcularlo (Hedin, Entre los autores contemporáneos, dedicados
1975) muy aproximadamente es determinan- principalmente a la sistemática y distribución
do el volumen de las lórigas asignándolesfor- de este grupo, podemos citar a: E. Balech
mas geométricas standard (prismática, cilín- (desde 1942, Mar Argentino, Antártida, Medi-
drica, etc.) y aceptando que el volumen de la terrá neo, Pacífico Oriental, Golfo de México);
célula es el 50% del volumen de la lóriga. M. Durán (Mediterráneo, costa noroccideJ)tal
Luego, presumiendo un peso específico de africana); Y. Hada (desde 1932, costas de Ja-
1,0 Y un contenido de agua del 80% se puede pón, Pacífico Occidental. Antártida); J. Her-
calcular el peso seco. masilla (costa chilena); R. Margalef (Medite-
rráneo); B. Osario Tafall (costa mexicana); L.
Para estudios citológicos especiales el for- Rampi (Mediterráneo); E. Sousa e Silva (costa
maldehido es, generalmente, inadecuadoyse nororiental africana, costa portuguesa); S.
debe recurrir a fijadores especiales de acuer- Souto (Mar Argentino, costa uruguaya, costa
do con las distintas estructuras que se quie- brasileña); B. Zeitzschel (Atlántico Norte); etc.
ran estudiar. Por ser muy recientes y especia-
lizados nos remitimos a los trabajos de Laval En cuanto a los estudios citológicos, los
(1971,1972,1975) Y Hedin (1975, 1976a y b) primeros trabajos realizados con microscopía
para la descripción de las técnicas usadas en óptica fueron los de Entz Sr. y Daday, a fines
microscopía electrónica y en microscopía del siglo pasado, seguidos por los clásicos
electrónica de barrido. trabajos de Laackmann, Brandt, Entz Jr.,
Schweyer, Fauré-Fremier, Campbell, Hoker,
Biernacka, entre muchos otros. Los primeros
Reseña histórica y estado
trabajos de ultraestructura con microscopía
acual del conocimiento electrónica son muy recientes, siendo los más
de Tintinnina importantes los llevados a cabo por Laval,
desde 1971, y por Hedin, desde 1975.
La primera descripción de tintínnidos, en
1786, se debe a O. F. Müller. Posteriormente, El estudio de los requerimientos ecológicos de
muchos autores (Fol, Entz Sr.) los han estu- estos protozoos está todavía en sus comien-
diado, pero es recién en 1887 cuando Daday zos. Gold, desde 1966, se ha dedicado al culti-
escribió la primera monografía sobre este vo de algunas especies con el fin de determi-
grupo, distribuyéndolo en 10 géneros y 69 es- nar sus requerimientos in vitro como medio
pecies. Muchos trabajos han aparecido desde de evaluar el papel de los tintínnidos en el am-
1900, figurando entre los más importantes biente marino.

358
Tmlmnina

Clasificación de Tintinnina. En cuanto a la región aquí tratada, podemos


decir que, en general, el plancton del hemisfe-
Distribución de las especies rio sur ha sido m ucho menos estudiado que el
en el Atlántico Sudoccidental del hemisferio norte, solamente la zona antár-
S. SOUTO y ss JANKILEVICH tica ha sido objeto de estudios intensivos. De-
bido a que en la mayor parte de los casos fue-
ron circunstancias totalmente extrañas a las
La posición sistemática de los tintínnidos den- investigaciones planctológicas las que deter-
tro de la clase Ciliata varía mucho de acuerdo
minaron los sitios y tipos de recolección, la
a los distintos autores. Tal es así que han sido distribución de las muestras en el tiempo y es-
considerados como un suborden, ya sea pacio es muy irregular.
dentro del orden Heterotrichida o del orden
Spirotrichia. Corliss, en su nuevo esquema de Los únicos antecedentes antiguos son dos pu-
clasificación de los ciliados (1974), los ubica blicaciones de los autores brasileños Da
como suborden Tintinnina dentro del orden Cunha y Da Fonseca (1917) y Faria y Da
Oligotricha, dejando de este modo implícita la Cunha (1917), y los resultados de algunas
posible evolución de los tintínnidos a partirde expediciones mayores. De toda esta área la
los oligotricos. zona mejor estudiada es la que corresponde al
sur de Brasil, Uruguay y Argentina, debiéndo-
Ya autores antiguos como Brandt, en 1907, se a estudios argentinos la mayor parte del co-
reconocieron la necesidad de utilizar caracte-
nocimiento sobre la composición del micro-
rísticas citológicas para la determinación plancton y del área de distribución de sus es-
específica de Tintinnina, pero debido a la falta pecies.
de datos tuvieron que usar sólo las caracterís-
ticas de la lóriga. La clasificación provisoria En el presente capítulo se sigue la clasifica-
realizada por Brandt (1907) y modificada pos- ción de Kofoid y Campbell de 1939, especial-
teriormente por Jórgensen (1924) fue hacién- mente para las familias. Como lo hacen notar
dose cada vez más complicada y confusa sus autores la secuencia de las familias
debido a la cantidad de especies nuevas que muestra tanto las relaciones morfológicas
eran continuamente agregadas, y al uso de como evolutivas.
nomenclaturas tri y quatrinominales. Este En el listado que se incluye más abajo, a conti-
problema fue solucionado por Kofoid y Camp- nuación de cada nombre específico completo
bell, quienes en 1929 y, sobre todo, en 1939, figura: 1) La ilustración correspondiente; 2)
establecieron las bases de la clasificación que Referencia(s) a trabajos que incluyen datos
es todavía utilizada como guía por la mayoría complementarios acerca de la especie; 3)
de los autores modernos. Estos autores Áreas de Atlántico Sudoccidental donde fue
(1939), basándose exclusivamente en la mor- registrada (ver fig. 142); 4) Tipos de agua
fología comparada de las lórigas, dividen a los donde es más abundante (c - cálidas, t -
tintínnidos en 13 familias, 62 géneros y 726 templadas, f - frías, tr - tropicales, str - subtro-
especies. No se trata de un sistema natural de picales, sa - subantárticas y a - antárticas);
clasificación, pero es el único posible y prácti- 5) Tipos de muestras en las que fueron encon-
co hasta tanto no se realicen muchos más tra-
tradas (sup. - superficiales y ver. - verticales).
bajos citológicos que permitan crear un nuevo La información correspondiente a cada uno
esquema más adecuado. En los últimos años de estos puntos está limitada por barras (/).
la sistemática de los tintínnidos ha experi- Los géneros y especies marcados con un aste-
mentado muchos cambios a nivel específico risco (*) son los que se incluyen en las claves
debido a trabajos como los de Balech, Hada, de identificación.
etc., donde el análisis detallado de la variabi-
lidad de los caracteres utilizados para las El registro de formas termófilas en zonas
diagnosis específicas ha dado como resultado dominadas (en superficie) por aguas frías, y
el pasaje a la sinonimia de un considerable vice-versa, se debe, en gran medida, a la reco-
número de especies admitidas por Kofoid y lección de fauna subsuperficial en barridos
Campbell. profundos; de manera tal que los organismos

359
Tmtmnina

en cuestión provienen de aguas diferentes a * Tintinnopsis baltica Brandt, 1896/170 -91


aquéllas que dominan la epipelagial. Baleeh, 1945, 1948, 1964b; Souto, 1972
12; 4; 51 t-fI sup., ver.
* Tintinnopsis beroidea Stein, 1867/170-10
IDa Cunha y Fonseea, 1917; Faria y Da
Clase CILlATA
Cunha, 1917; Baleeh, 1964b; Baleeh y
Orden OLlGOTRICHIDA
Souto (en prensa)1 5; 81 t/ supo
Suborden T1NTINNINA
Familia CODONELLlDAE (Kent) Kofoid * Tintinnopsis brasiliensis Kofoid y Campbell,
y Campbell 1929/170 -11 1 Baleeh y Souto (en pren-
Cuerpo globoso, cónico o cilíndrico, con sa)1 21 tr 1 ver.
o sin cuello. Extremo aboral cerrado, * Tintinnopsis buetschlii, varo buetschlii Da-
redondeado o aguzado, a veces con day, 1887/170 -121 Baleeh, 1948/51
apéndice caudal. Cuerpos extraños ad- el supo
heridos, formando a veces un dibujo
peculiar. Paredes con láminas externa Tintinnopsis buetschlii, varo mortensenii
e interna poco desarrolladas. Estructu- (Sehmidt) Baleeh, 1948/170 - 13/Ba-
ras primaria, secundaria y terciaria leeh, 1948, 1964b; Faria y Da Cunha,
presentes, dispuestas regularmente o 1917; Souto, 1970a y bl 2; 4; 51 e/sup.,
ver.
no. Marinos, unas pocas especies de
agua dulce.
Géneros: Codonaria*, Codonella* y * Tintinnopsis glans Meunier, 1910/170 -14
Tintinnopsis* . IBaleeh, 1945, 19481 51 el supo

Codonaria cistelulla (Fol) Kofoid y Camp- •.Tintinnopsis gracilis Kofoid y Campbell,


bell, 1929/170 -11 Baleeh, 1971 b/12g1 1929/170 -151 Baleeh, 1945, 1948,
el sup., ver. 1954; Souto, 1970al 5; 61 el sup., ver.

* Codonaria fimbriata (Meunier) Baleeh, * Tintinnopsis kofoidi Hada, 1932/170 -161


1948/170-21 Baleeh, 1948; Souto, 1974 Baleeh, 1948, 19511 51 el supo
15/t/sup. * Tintinnopsis lata Meunier, 19101 - -1 Ba-
* Codonella amphorella Biedermann, 18931 leeh, 1945; Souto, 1970al 4; 51 ti sup.,
170 -31 Baleeh, 1959a; Baleeh y Souto ver.
(en prensa) 14 d-e/t/ver.
* Tintinnopsis levigata Kofoid y Campbell,
1929/170 -171 Baleeh, 1964bl 51 ti
Codonella apicata Brandt, 1906/170 -41 supo
Balech, 1971 bl 9g; 12, 12f, 12g/e/sup.,
ver. * Tintinnopsis lobiancoi Daday, 1887/170
-181 Baleeh, 1945; Baleeh y Souto (en
* Codonella aspera Kofoid y Campbell, 19291 prensa); Souto, 1970a/1; 2; 5; 61 e, ti
170 -51 Baleeh y Souto (en prensa)/4el sup., ver.
el ver.
Tintinnopsis nucula (Fol) Brandt, 19061
* Codonella cratera (Leidy) Kofoid y Camp- 170 -191 Faria y Da Cunha, 1917/81 el
bell, 1929/170 -61 Souto, 19741 51 supo
dulce, salobrel supo
* Tintinnopsis parva Merekle, 19091 170 -20
* Tintinnopsis amphistoma Baleeh.. 19511 IBaleeh, 1948, 19511 51 ti supo
170 -71 Baleeh, 19511 51 el supo
* Tintinnopsis parvula Jorgensen, 1912/170
* Tintinnopsis aperta Brandt, 1906/170 -81 -211 Baleeh, 1945, 1948, 1954, 1959a,
Baleeh, 1948; Faria y Da Cunha, 1917; 1962, 1964b; Souto, 1970a, 19721 2; 3;
Souto, 1970al 5; 6; 81 el supo 4; 5; 61 e, ti
sup., ver.

360
Tlntinnina

Tintinnopsis prowazeki Faria y Da Cunha, * Codonellopsis morchella (Cleve) Jorgen-


1917/170 -221 Faria y Da Cunha, 19171 sen, 1924/170 -33/Balech, 1971 a; Fa-
81 el supo ria y Da Cunha, 1917/2; 3, 3c; 4; 5, 5d;
* Tintinnopsis pusilla Hada, 1937/170 -231
ti
81 supo
Balech y Souto (en prensa)1 21 el supo * Codonellopsis obesa Balech, 1948/170
-34/Balech, 1948, 1951; Souto, 19741
* Tintinnopsisradix (Imhof) Brandt, 19071
170 -241 Balech, 1945, 1951, 1959a, 51 ti supo
1964b; Faria y Da Cunha, 1917; Souto, * Codonellopsis orthoceras (Haeckel) Jor-
1970a y bl 5; 6; 81 el sup., ver. gensen, 1924/170 -351 Souto, 1970a y
bl 6, 6e; 8, 8U el sup., ver,
Tintinnopsis rioplatensis Souto, 1973/170
-251 Souto, 19731 51 agua dulcel supo * Codonellopsis pusilla(Cleve) Jorgensen,
1924/170 -361 Balech, 1944, 1945,
* Tintinnopsis tocantinensis Kofoid y Camp-
1971 a; Faria y Da Cunha, 1917; Souto,
bell, 1929/170 -261 Balech, 1948, 1970a y b, 1972/1, 1a, 1b; 2, 2b; 3, 3c-d;
1971 a; Souto, 1970al 5; 61 el sup., ver.
4, 4c; 5, 5d; 6; 8U sal sup., ver.
* Tintinnopsis tubulusoides Meunier, 19101
170 -271 Balech, 19441 1 1 supo ti * Codonellopsis
Campbell,
schabi (Brandt) Kofoid y
1929/170 - 371 Balech,
* Tintinnopsis turbinata Balech, 1948/170 1959a; Souto, 1970a y bl 6, 6e; 71 el
281 Balech, 1948, 19511 51 ti supo sup., ver.
* Tintinnopsis uruguayensis Balech, 19481 * Laackmanniella naviculaefera (Laack-
170 -291 Balech, 19481 51 ti
supo mann) Kofoid y Campbell, 1929/170 -
381 Balech, 1962, 1971 al 1, 1b, 1e; 2b;
3c; 4cl al sup., ver.
Familia CODONELLOPSIDAE Kofoid y
Campbell * Stenosemella avellana (Meunier) Kofoid y
Campbell, 1929/170 -391 Balech, 1948;
Lóriga globosa, cuello hialino, cilíndri-
Souto, 1970b, 1972/3; 4, 4c; 5; 61 al
co, más o menos largo, anillado o espi- sup., ver.
ralado, con borde liso raramente denta-
do. Cuerpo en forma de taza, general-
mente corto, extremo aboral cerrado Familia COXLlELLlDAE Kofoid y Camp-
(excepto en Laackmanníel/a), con o sin bell
apéndice caudal. Pared del cuello hiali- Lóriga formada por una lámina espiral,
na, sólo con estructura primaria, a ve- totalmente o sólo en la región anterior.
ces con ventanas. Cuerpo con estruc- Con o sin cuello. Extremo aboral cerra-
tura secundaria y a veces terciaria, mu- do o abierto. Pared hialina trilaminar
chas veces con partículas adheridas. alveolar, sin partículas adheridas. Ma-
Todos marinos. rinos.
Géneros: Codonellopsis*, Géneros: Climacocylis*, Coxliella*,
Laackmanniella* y Stenosemella*, Helicostomella*, Metacylis*, Styli-
cauda*,
* Codonellopsis balechi (Balech)Hada, 1970
1170 -30/Balech, 1958, 1965, 1971 a; * Climacocylis scalaroides marshallae
Balech y Souto (en prensa); Souto, 1972 Campbell, 1942/170 - 401 Balech,
11, 1b, 1f; 2; 31 sa, al supo 1964b; Souto, 1970a y bl 5; 6, 6e; 7;, 8;
12, 12g1 el supo
* Codonellopsis gaussi (Laackmann) Kofoid y Coxliella annulata (Daday) Brandt, 19071
Campbell, 1929/170 -31 IBalech, 1958, 170 - 411 Faria y Da Cunha, 1917/81 el
1962, 1971 al 1b, 1U al sup., ver. supo
* Codonellopsis lusitanica Jorgensen, 1899 * Coxliella declivis Kofoid y Campbell, 19291
1170 -321 Balech, 19481 51 t, el supo 170 - 431 Souto, 1970al 61 el supo

361
Tinlinnina

* Coxliella fasciata (Kofoid) Brandt, 19071 Familia PTYCHOCYlIDAE Kofoid y


170 -441 Souto, 1970al 61 el supo Campbell
Lóriga en forma de taza u olla, a menu-
* Coxliella laciniosa (Brandt) Brandt, 19071 do alargada, cilíndrica o más o menos
170 -471 Balech, 1971bl 12g1 el sup., cónica anteriormente, brusco estre-
ver. chamiento posterior. Extremo poste-
* Coxliella mariana Hada, 1938/170 -481 rior redondeado, con o sin apéndice
Balech, 1971 bl 12g1 el supo caudal. Borde oral liso o dentado. Re-
gión suboral a menudo espiralada o
* Coxliella massuti Durán, 1953/170 -491 con espesamientos circulares. Pared
Balech. 1971 bl 12, 12g1 el supo trilaminar, a veces con cocolitos adhe-
ridos. Marinos.
* Helicostomella subulata (Ehrenberg) Jor-
gensen, 1924/170 -511 Balech, 1942, Géneros: Cymatocylis*, Favella*.
1944, 1962, 1964b, 1971 a; Balech y
Souto (en prensa); Faria y Da Cunha,
1917; Souto, 1970a y bl 1, 1b; 3; 4, 4c, Cymatocylis affinis Laackmann, 19071
170 -571 Balech, 1962, 1971 a, 19731
4d; 5, 5d; 6; 7e; 81 t-f, ti
sup., ver.
1b; 2, 2b; 4cl al supo
* Metacylis annulifera (Ostenfeld y Schmidt)
Kofoid y Campbell, 1929/170 -521 * Cymatocylis antarctica (Cleve) Kofoid y
Balech, 1951; Balech y Souto (en pren- Campbell, 1929/170 -581 Balech, 1958,
sa)1 3; 51 e, ti
sup., ver. 1959a, 1962, 1971 a, 1973; Balech y
Souto (en prensa); Souto, 19721 1a-e; 2,
* Stylicauda platensis (Da Cunha y Fonseca) 2b; 3, 3c; 4c, 4d; 5dl sal sup., ver.
Balech, 1951/170 -531 Balech, 1945,
1951, 1964b, 1971 a; Balech y Souto (en Cymatocylis calyciformis (Laackmann)
prensa), Da Cunha y Fonseca 1917;
Laackmann, 1909/170 -591 Balech
1971 al 1 bl al supo '
Souto, 1970a y b, 19721 2b; 3; 4c; 5, 5d;
ti
61 e, sup., ver. Cymatocylis convallaria Laackmann, 1909
170 -601 Balech, 1958, 1962, 1971 a,
19731 1b-d, 1f, 1gl al sup., ver.
Familia CYTTAROCYlIDAE Kofoid y
Cymatocylis drygalskii (Laackmann) Laack-
Campbell mann, 1909/170 -611 Balech, 1947
Lórigas grandes, acampanadas, pedi- 1958, 1962, 1971 al 1b, 1 el al sup., ver.
celadas, con o sin cuello abierto. Borde
oral liso, denticulado o con ondulacio-
nes. Extremo aboral cerrado. Pared en Cymatocylis flava Laackmann, 19091
1170 -621 Balech, 1958, 1962, 1971 a,
general con estructura primaria sola-
mente, pero puede haber secundaria y
19731 1 bl al sup., ver.
terciaria. La superficie puede tener es- Cymatocylis nobilis (Laackmann) Laack-
trías cortas. Marinos eupelágicos. mann, 1909/170 -631 Balech, 1962,
Género: Cyttarocylis*. 1971 al 1b, 1el al sup., ver.
* Cyttarocylis acutiformis Kofoid y Camp- Cymatocylis vanhoeffeni Laackmann,
bell, 1929/170 -541 Balech, 1971 bl 1909/170 -661 Balech, 1962, 1971 a,
12f, 12g1 el sup., ver. 19731 1 bl al sup., ver.
* Cyttarocylis cassis (Haeckel) Fol, 18811 * Favella ehrenbergi (Claparede y Lachmann)
170 -551 Balech, 1959a, 1971 bl 4d; 5d; Jorgensen, 1924/170 -671 Faria y Da
12g1 el ver. Cunha, 19171 81 el supo
Cyttarocylis eucecryphalus (Haeckel) Ko-
foid, 1919/170 -561 Souto, 19791 4dl * Favella serrata (Mobius) Jorgensen, 19241
el supo 170 -681 Souto, 1970bl 7el el supo

362
Tintinnina

* Favella tarakaensis Hada, 1932/170 -691 1971 b; Faria y Da Cunha, 1917; Souto,
Balech, 1945, 1948, 1951, 1959a, 1 970bl 8; 9g; 12, 12f, 12g1 cl supo
1964b; Souto, 1970a, 19741 4d; 5; 61 ti
sup., ver.

Familia PETALOTRICHIDAE, Kofoid y


Familia EPIPLOCYlIDAE, Kofoid y Campbell
Campbell Lóriga casi siempre corta, en forma de
Lórigas caliciformes, nunca muy alar- copa o escudilla, rara vez cónica, a
gadas. Extremo posterior cerrado, más veces de cuerpo globoso, con cuello
o ·menos puntiagudo y casi siempre bien diferenciado de borde liso o algo
prolongado en un apéndice caudal irregular, no verdaderamente dentado
nunca muy largo. Borde oral fino, liso; o espinoso; puede tener una estructu-
engrosamiento suboral más o menos ra espiral poco marcada, de 1 a 4
destacado, a veces (género Epiplocy- vueltas. El cuello queda delimitado por
loidesJ forma una plataforma suboral una plataforma suboral que puede
sobre la que se levanta una laminita tener borde libre denticulado o por una
perioral baja. Siempre hay en la región constricción exterior que corresponde
aboral un reticulado en relieve caracte- a una garganta interna o proyección in-
rístico que suele prolongarse hacia terior. Paredes trilaminares finas,
adelante en crestas irregulares, con transparentes; por excepción puede te-
frecuencia ramificadas yanastomosa- ner estrías longitudinales muy tenues,
das que pueden llegar hasta el espesa- a veces ramificadas; estructura prima-
miento suboral o a la plataforma. En ria pequeña, generalmente débil, a ve-
Epicancella el reticulado llega hasta el ces sólo detectable en la parte anterior.
esbozo de plataforma suboral con claro Cerca del extremo anterior del cuerpo
predominio de crestas o paredes verti- puede haber una franja de ventanas
cales de los alveolos. Estructura prima- más bien pequeñas, muy irregulares.
ria fina, más visible en el engrosamien- Marinos.
to. Marinos eupelágicos. Géneros: Acanthostomella*, As-
Géneros: Epiplocylis*, Epiplocyloi- campbelliella*, Metacylis*, Petalotri-
des*. cha*.
* Acanthostomella lata Kofoid y Campbell,
* Epiplocylis acuminata (Daday) Jorgensen, 1929/170 -741 Balech y Souto (en pren-
1924/170 -701 Balech, 1959a, 1971 a; sa)1 3c; 4el t-cl su p., ver.
Balech y Souto (en prensa); Souto, 1970a
* Acanthostomella norvegica (Daday) Jor-
1 3d; 4d; 5d; 6el cl sup., ver. gensen, 1927/170 -751 Balech, 1971 a;
* Epiplocylis labiosa Kofoid y Campbell, Balech y Souto (en prensa); Souto,
19291 - - 1 Balech, 1971 bl 9g; 12, 12f, 19721 1a-c; 2, 2b, 2c; 3, 3c; 4, 4c-e; 5,
12g1 cl sup., ver. 5dl sal sup., ver.
* Epiplocylis undella (Ostenfeld y Schmidt) * Ascampbelliella acuta (Kofoid y Campbell)
Jorgensen, 1924/170 -711 Balech, Corliss, 1960/170 -761 Balech y Souto
1971 b; Souto, 1970a y bl 4d; 5d; 6, 6e; (en prensa)1 4d, 4el ti supo
7e; 8f; 9g; 12, 12f, 12g1 cl sup., ver.
* Ascampbelliella armilla (Kofoid y Campbell)
Epiplocyloides antarctica Balech, 19621 Corliss, 1960/170 -77/Souto, 19791
170 -721 Balech, 1958, 19621 1bl al 4dl c, tr 1 supo
ver.
* Ascampbelliella urceolata (Ostenfeld) Cor-
Epiplocyloides reticulata (Ostenfeld y liss, 1960/170 -781 Balech, 1971 a y bl
Schmidt) Hada, 1938/170 -731 Balech, 5d; 12g1 cl supo

363
Tintinnina

* Petalotricha ampulla (Fol) Kent. 1882/170 * Rhabdonella indica (Laackmann) Kofoid


-791 Balech, 1959a, 1971 b; Souto, y Campbell, 19291 170 -871 Balech,
1970al 4d; 5d; 6, 6e; 12, 12f, 12g1 cl 1971 b; Souto, 1970bl 7e; 9g; 12, 12f1
sup., ver. cl supo
* Rhabdonella spiralis (Fol) Brandt, 19071
170 -881 Balech, 1971 b; Balech y Sou-
to (en prensa); Souto, 1970al 4d; 6; 7i;
8i; 9i; 10i; 12il cl supo
Famiia RHABDONELLlDAE Kofoid y * Rhabdonella valdestriata (Brandt) Kofoid y
Campbell Campbell, 19291 170 -891 Balech,
Lóriga cónica en forma de cáliz. Borde 1971 bl 12f1 cl supo
oral liso, a veces con un pequeño canal * Rhabdonellopsis apophysata (Cleve) Ko-
entre las dos láminas alrededor de la
foid y Campbell, 1929/170 -901 Balech,
boca. Con o sin apéndice caudal, a ve- 1971 b; Cleve, 1900b; Souto, 1970a y bl
ces con un dardo terminal. Pared con
6, 6e; 8; 12, 12f, 12g1 cl sup., ver.
estrías longitudinales generalmente
con ventanas entre ellas. Pared trila-
minar con estructura prismática se-
Familia XYSTONELLlDAE Kofoid y
cundaria. Marinos eupelágicos.
Géneros: Protorhabdonella*, Rhab- Campbell
Lóriga alargada en forma de cáliz, parte
donella*, Rhabdonellopsis*.
anterior casi cilíndrica, posterior cóni-
ca alargada. Apéndice caudal a menu-
* Protorhabdonella curta (Cleve) Jórgensen,
1924/170 -801
Balech, 1944, 1951, do con un dardo y a veces con
expansiones laterales. Borde oral ente-
1971 a; Balech y Souto (en prensa)1 1,
ro o dentado. Pared trilaminar, con fina
1b; 4, 4d, 4e; 5, 5dl c, t/sup.
estructura prismática, a veces con
* Protorhabdonella simplex (Cleve) Jórgen- alveolos. Sin costillas en el cuerpo. Ma-
sen, 1924/170 -811 Balech, 1971 a y b; rinos.
Balech y Souto (en prensa)1 2b; 3d; 4d; Géneros: Parundella*, Xystonella*,
12, 12g1 c, ti supo ver. Xystonellopsis* .
* Protorhabdonella striatura Kofoid y Ca mp- * Parundella caudata (Ostenfeld) Jorgensen,
bell, 1929/170 -821 Balech, 1971 bl 1924/170 -911 Balech y Souto (en
12g1 cl supo pensa)1 4d, 4e; 5dl ti supo
* Rhabdonella amor (Cleve) Brandt, 19071 * Parundella caudata longa (Jorgensen) Ba-
170 -831 Cleve, 1900b; Balech, 1971 b; lech y Souto (en prensa)1 170 -921 Ba-
Balech y Souto (en prensa)1 4e; 12, 12g1 lech, 1959a, 1971 a; Balech y Souto (en
c, ti sup., ver. prensa)1 1a, 1b; 2; 4, 4d, 4e; 5dl t-fI
sup., ver.
* Rhabdonella chiliensis Kofoid y Campbell,
1929/170 -841 Balech, 1971 a; Balech * Parundella crassicaudata Balech y Souto
y Souto (en prensa)1 3d; 4d; 5, 5dl ti (en prensa)/170 -931 Balech y Souto (en
sup., ver. prensa)1 4el ti sup., ver.
* Rhabdonella cornucopia Kofoid y Camp- * Parundella messinensis (Brandt) Jórgen-
bell, 1939/170 -851 Balech, 1971 b; sen, 1924/170 -941 Balech y Souto (en
Souto, 1970a y bl 6, 6e; 7e, 7f; 12, 12g1 prensa)1 4el ti ver.
cl supo * Parundella pellucida (Jorgensen) Kofoid y
* Rhabdonella elegans Jórgensen, 19241 Campbell, 19291 170 -951 Balech
170 -861 Balech, 1971 b; Souto, 1970bl 1971 a; Balech y Souto (en prensa)1 1a,
7e; 8f; 9g; 12, 12f, 12g1 cl supo 1b; 2b; 3c, 3d; 4e; 5dl t-fI supo ver.

364
Tlntlnnina

* Xystonella longieauda (Brandt) Laack- * Undella subeaudata subeaudata Jorgen-


mann, 1911/170 -961 Souto, 1970al sen, 1924/170 -1071 Balech y Souto
61 el sup., ver. (en prensa)! 3d; 4d, 4el ti sup., ver.
* Xystonella treforti (Daday) Laackmann, * Undella turgida Kofoid y Campbell, 19291
1909/170 -971 Baleeh, 1971 b; Souto, 170 -1081 Balech, 1971 bl 121 el sup.,
1970a y bl 4d; 6, 6e; 7e; 8, 8f; 12f1 el ver.
sup., ver.
* Xystonellopsis eymatiea (Brandt) Jorgen-
sen, 1924/170 -981 Balech, 1959al Familia DICTYOCYSTIDAE Haeckel
5dl tr-str 1 ver. Lóriga con cuello hialino y cuerpo
reticulado. Cuello con una o dos hileras
* Xystonellopsis dieymatiea (Brandt) Kofoid de ventanas. Borde oral liso, ondulado
y Campbell, 1929/170 -991 Balech, o dentado. Cuerpo hemiesférico u ovoi-
1971bl 10h; 12g( tr-strl ver. dal. Sin apéndice caudal. Pared del
* Xystonellopsis heros (Cleve) Kofoid y cuerpo reticulada o con ventanas, a
menudo con cocolitos incrustados. Es-
Campbell, 1929/170 -100/Faria y Da
Cunha, 1917; Souto, 1970a y bl 4d; 6; 8, tructura primaria, secundaria y tercia-
8U tr-strl sup., ver. ria. Marinos, eupelágicos.
Género: Dietyoeysta*.
* Xystonellopsis paradoxa (Cleve) Jorgen-
sen, 1924/170 -101 ISouto, 197914 d; * Dietyoeysta ealiforniensis Kofoid y Camp-
5dl tr-strl supo bell, 1929/170 -1091 Balech, 1971 al 1,
1al ti supo
* Dietyoeysta elegans, varo le pida (Ehren-
berg) Kofoid y Campbell, 1929/170
Familia UNDELLlDAE Kofoid y Camp-
bell
1101 Balech, 1944, 1959a, 1962, 1971 a
y b; Balech y Souto (en prensa); Faria y Da
Lóriga alargada, región suboral muy
Cunha, 1917; Souto, 1970bl 1, 1a, 1b; 2,
variable, con o sin quilla, con o sin ex-
2b; 3, 3c, 3d; 4, 4c-e; 5, 5d; 7, 7e; 8; 9g;
pansiones laterales. Extremo aboral 12, 12g/ t-fI supo ver.
cerrado, variable. Paredtrilaminar. Ma-
* Dietyoeysta elegans, varo speeiosa Jór-
rinos, eupelágicos.
gensen, 1924/170 -111 1 Balech, 1959a,
Géneros: Ampleetella*, Undella*.
1962, 1971 a; Balech y Souto (en pren-
sa); Souto, 1970bl 1, 1a, 1b; 2b; 3d; 4d,
* Ampleetella monoeollaria(Laackmann) Ko- 4e; 5d; 7el e, t-fI sup., ver.
foid y Campbell, 1929/170 -1 02/Souto,
1970al 6el el supo * Dietyoeysta mitra Haeckel, 1873/170·-
1121 Balech, 1959a; Balech y Souto (en
* Undella c1aparedei (Entz Sr.) Daday, 18871 prensa)! 3d; 4d, 4e; 5d/c, t/sup. ver.
170 -1031 Balech, 1971 b; Faria y Da
Cunha, 1917; Souto, 1970bl 4d; 5d; 6e; * Dietyoeysta spinosa Kofoid y Campbell,
8; 9g; 12f, 12g1 e, ti supo 1929/170 -1131 Balech, 1971 bl 121
el supo
* Undella globosa Brandt, 1906/170 -1041
Balech y Souto (en prensa)! 3; 4el e, ti Familia TINTINNIDAE (Claparede y
sup., ver. Laackmann) Kofoid y Campbell
Lórigas de formas y tamaños muy va-
Undella perpusilla (Kofoid y Campbell) Ba-
riables. Región suboral a menudo en-
lech, 1975/170 -1051 Balech, 1971 bl sanchada. Borde oral liso o dentado.
5d; '12, 12g1 el sup., ver. Extremo aboral abierto o cerrado. Sin
* Undella subaeuta Cleve, 1901/170 -1061 estructuras espiraladas evidentes, a
Balech y Souto (en prensa)1 4el sal ver. veces con estrías o expansiones alifor-

365
Tintinnina

mes. Pared hialina bilaminar. Marinos, * Eutintinnus apertus (Kofoid y Campbell)


una especie de agua salobre. Kofoid y Campbell, 1939/170 -1251 Ba-
Géneros: Amphorellopsis*, Amphori- leeh, 1971 b; Souto, 1970al 6; 12, 12f,
des*, Brandtiella*, Clevea*, Dada- 12g1 el supo
yiella*, Daturella*, Eutintinnus*, Or-
* Eutintinnus birictus (Kofoid y Campbell) Ko-
mosella*, Salpingaeantha, Salpinge-
foid y Campbell, 1939/170 -1261 SOLItO.
lIa*, Steenstrupiella*.
1970al 61 el supo
* Amphorellopsis aeantharus Kofoid y Ca mp- * Eutintinnus colligatus (Kofoid y Campbell)
bell, 1929/170 -1141 Baleeh, 1971 a; Kofoid y Campbell, 1939/170 -1271 Ba-
Baleeh y Souto (en prensa)1 1a, 1b; 2e; leeh, 1971 b; Souto, 1970a y bl 6, 6e; 7e;
3el t-fI sup., ver. 121 el supo
* Amphorellopsis laevis Kofoid y Campbell, * Eutintinnus fraknoi (Daday) Kofoid y Camp-
1929/170 -1151 Baleeh, 1971al 1bl bell, 1939/170 -1281 Souto, 1970bl 7;
t-fI supo 81 el supo
* Eutintinnus lusus-undae (Entz Sr.) Kofoid y
* Amphorellopsis quinquealata (Laaekmann)
Baleeh, 1971/170 -1161 Baleeh, Campbell, 1939/170 -1291 Baleeh,
1971 al 1bl al sup., ver. 1945, 1964b; Faria y Da Cunha, 1917;
Souto, 1970al 5; 6, 6el t-fI supo
* Amphorides amphora (Claparede y Laaek-
mann) Strand, 1926/170 -1171 Baleeh, * Eutintinnus medius (Kofoid y Campbell) Ko-
1945, 1959a, 1971 a y b; Souto, 1970bl foid y Campbell, 1939/170 -1301 Ba-
5, 5d; 7f; 9g; 12, 12f, 12g1 t-el sup., ver. leeh, 1964b; Souto, 1970a y bl 4d; 5, 5d;
6, 6e; 7, 7e; 8, 8f1 el supo
* Amphorides quadrilineata (Claparede y
Laaekmann) Strand, 1926/170 -1181 Eutintinnus pacificus Kofoid y Campbell,
Baleeh, 1944, 1959a, 1971 a; Faria y Da 1929/170 -1311 Baleeh, 1971bl 12,
Cunha, 1917; Souto, 1970a, 19721 1, 12f1 el supo
1a; 2, 2b, 2d;3,3e;4,4e,4d;5,5d;6,6e;
* Eutintinnus perminutus (Kofoid y Camp-
81 sal sup., ver.
bell) Kofoid y Campbell, 1939/170 -1321
* Amphorides quadrilineata, varo minor Jor- Baleeh, 1971 bl 12g1 el sup., ver.
gensen, 1924/170 -1191 Baleeh, 1945,
1959al 5, 5dl ti sup., ver. * Eutintinnus pinguis (Kofoid y Campbell) Ko-
foid y Campbell, 1939/170 -1331 Ba-
* Brandtiella palliata (Brandt) Kofoid y Camp- leeh, 1971 bl 12, 12f1 el supo
bell, 1929/170 -1201 Souto, 19791 4d;
5dl el supo * Eutintinnus rugosus (Kofoid y Campbell)
Kofoid y Campbell, 1939/170 -1341 Ba-
* Clevea melehersi Baleeh, 1948/170 -121 1 leeh, 1942, 1944, 1945, 1948, 1959a,
Baleeh, 19481 51 ti supo 1964b; Baleeh y Souto (en prensa); Sou-
* Dadayiella ganymedes (Entz Sr.) Kofoid y to, 19721 2, 2b; 3; 5; 61 sal sup., ver.
Campbell, 1929/170 -1221 Baleeh,
1959a, 1971 b; Baleeh y Souto (en * Eutintinnus similis Baleeh, 1962/170 -
prensa); Souto, 1970a y bl 4d; 5d; 6, 6e; 1351 Baleeh, 1971 bl 12, 12f, 12g1 el
7, 7e; 8; 9g; 121 el sup., ver. sup., ver.

Dadayiella pachytoechus (Jorgensen) Ko- * Eutintinnus stramentus (Kofoid y Campbell)


foid y Campbell, 1929/170 -1231 Souto, Kofoid y Campbell, 1939/170 -1361 Ba-
19791 5dl el supo leeh, 1971 b; Souto, 1970bl 7, 7e; 9g; 12,
12g1 el supo
Daturella stramonium Kofoid y Campbell,
1929/170 -1241 Baleeh, 1971bl 12g1 * Eutintinnus tenuis (Kofoid y Campbell) Ko-
el ver. foid y Campbell, 1939/170 -1371 Ba-

366
Tlnllnnina

leeh, 1971 b; Souto, 1970a y bl 6; 7, 7e; * Salpingella glockentoegeri (Brandt) Kofoid


8, 8f; 9g1 el supo y Campbell, 1929/170 -1411 Baleeh y
* Eutintinnus tubulosus (Ostenfeld) Kofoid y Souto (en prensa)! 4e; 5dl el supo .
Campbell, 1939/170-138/ Baleeh, * Salpingella subconica Kofoid y Campbell,
1971 a y b; Baleeh y Souto (en prensa); 1929/170 -1431 Baleeh, 1971al 1a,
Souto, 1970a, 1972/ 1, 1a; 2; 3, 3d; 4, 1 bl U supo
4e; 5, 5d, 5e; 6; 12g/ 1. t-f / sup., ver.
* Steenstrupiella gracilis Jórgensen, 19241
* Ormosella haeckeli
Kofoid y Campbell, 170 -1441 Baleeh, 1971bl 9; 12, 12g1
1929/170 -1391 Baleeh, 1971a; Baleeh el supo
y Souto (en prensa)1 1a, 1b; 3d, 3e; 4el
e, tisup., ver. * Steenstrupiella pozzii Baleeh, 1942/170 -
1451 Baleeh, 1942, 1944, 1959a, 1971 a;
Salpingacantha caudata Kofoid y Camp- Baleeh y Souto (en prensa); Souto,
bell, 19291 - - 1 Baleeh, 1971 bl 12g1 el 1972/ 1a; 2, 2b-d; 3, 3c; 4, 4e-e; 5, 5d/
supo sal sup., ver.
* Salpingella acuminata (Claparede y Laaek- * Steenstrupiella steenstrupii, varo robusta
mann) Jorgensen, 1924/170 -1401 (Kofoid y Campbell) Baleeh, 1962/170 -
Souto, 19791 4d; 5dl el supo 1461 Souto, 1970a y bl 6, 6e; 8U el supo

Clave artificial para la identificación de los


principales géneros y especies de tintínnidos
del Atlántico Sudoccidental

Abreviaturas utilizadas en el texto; LT: longitud total; DO: diámetro oral; DA:
diámetro aboral; ap: apéndice. Las dimensiones son siempre expresadas en
. milímetros.

1) Lóriga opaca que aglutina partículas extrañas (silíceas o eocolitos). Paredes simples
o de láminas poco diferenciadas, sin estructura alveolar regular. Estructura secunda-
ria irregular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
1A) Lóriga sin partículas adheridas (por lo menos en cantidad significativa). Casi siempre
con láminas bien diferenciadas y paredes transparentes, en unos pocos casos opa-
cas por el desarrollo de un alveolado grande muy fuerte, en relieve. . . . . . . . . . . . (9
2) Sin cuello o con uno (pseudoeuello) de estructura no claramente diferenciable del
resto de la lóriga (3
2A) Con cuello bien diferenciado y sin una cantidad importante de partículas adheridas;
de estructura claramente distinta, hialino. Sin estructura secundaria simple o, con
más frecuencia, formado por una lámina espiral o con ventanas muy grandes·. . (6
3) Sin cuello o pseudocuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3A) Con un cuello sólo señalado por un estrangulamiento basal (5
4) Con un apéndice hialino, espiniforme, compacto, fuerte, generalmente con una cur-
va cerca de la base, distinto del resto de la lóriga. Con espiras desiguales, siendo las

367
Tlntinnina

teriores más visibles: Stylicauda. S. platensis (fig. 170-53). LT: 0,080-0,200.


4A) Sin ese apéndice caudal: Tintinnopsis (ver clave para especies).
5) Con cuello simple, sin plataforma suboral. Nerítico.
Una especie de agua dulce: Codonella.
C. amphorella (fig. 170-3). LT: 0,070-0,080. Con ap. caudal cónico, relativa-
mente corto. Cuello tronco-cónico. Paredes con alvéolos pequeños alternan-
do con ventanas elípticas, más abundantes en la zona media.
C. aspera (fig. 170-5). LT: 0,095-0,110. Sin ap. caudal. Cuello sin anillos. Apa-
rato de cierre a nivel de la constricción nuca!. Paredes con alvéolos irregula-
res, a veces enmascarados por cuerpos extraños, especialmente cocolitos.
C. cratera (fig. 170-6). LT; 0,045-0,065. Sin ap. caudal. Cuello cilíndrico con
3-6 anillos. Completamente cubierta de partículas silíceas. Agua dulce,
desembocadura del Río de la Plata.
5A) Con plataforma suboral sobre la que se levanta una cresta o anillo oral bajo, de es-
tructura algo distinta: Codonaria.
C. fimbriata (fig. 170-2). LT: 0,062-0,084.
6) Extremo aboral abierto. Cuello alto espira lado. Cuerpo de paredes finas poco opacas.
Aguas antárticas: Laackmanniella.
L. naviculaefera (fig. 170-38). LT: 0,183-0,336.
6A) Extrem<1 aboral cerrado. Cuerpo casi siempre opaco de paredes relativamente grue-
sas . (7
7) Cuello con estructura claramente espira lada, generalmente con ventanas redondea-
das dispuestas horizontalmente. Cuerpo de formas muy variables. A veces con ven-
tanas en el cuerpo: Codonellopsis (ver clave para especies).
7A) Cuello sin esa estructura . (8
8) Cuello simple y bajo. Lóriga esferoidal a elipsoidal. Extremo posterior redondeado.
Generalmente con un diafragma o aparato de cierre: Stenosemella.
S. avellana (fig. 170-39). LT: 0,044-0,078.
8A) Cuello bastante alto formado por ventanas grandes limitadas por parantes delgados.
Generalmente con cocolitos adheridos. Cuerpo redondeado u oval con ventanas irre-
gulares más o menos numerosas: Dictyocysta (ver clave para especies).
9) Con un alveolado grande, muy fuerte, de mallas prominentes que cubren toda o parte
de la lóriga . (10
9A) Sin una gran estructura alveolada en relieve . (12
10) Toda la lóriga alveolada (alvéolos poligonales irregulares). Cuello marcado por una
constricción. Borde oral irregular o denticulado: Cyttarocylis.
C. acutiformis (fig. 170-54). LT: 0,220-0,250. Algo más larga que C. cassis.
Cuello abierto. Denticulación oral muy pequeña. Reticulación más pequeña,
especialmente en la región aboral.
C. cassis (fig. 170-55). LT: 0,160-0,220. Lóriga caliciforme, larga y puntiagu-
da atrás. Alvéolos angulosos relativamente grandes e irregulres. Cuello en ge-
neral con 3 hileras de alvéolos.
C. eucecryphalus (fig. 170-56). LT: 0,110-0,130. Lóriga corta y ancha. Sin
cola. Alvéolos angulosos relativamente pequeños, poco marcados y apre-
tados.
10A) Alveolado posterior no llega al borde oral. Cuello no marcado por una constricción (11
11 ) Con plataforma suboral: Epiplocyloides.
E. antarctica (fig. 170-72). LT: 0,074. Lóriga de bordes irregulares. Ap. caudal
corto y romo. Quinto posterior con alvéolos muy pequeños.
E. reticulata (fig. 170-73). LT: 0,066-0,080. Lóriga caliciforme. Ap. caudal cor-
to y puntiagudo. Tercio posterior con fuerte alveolación y crestas verticales.
11A) Sin plataforma suboral, pero generalmente con un engrosamiento suboral: Epiplo-
cylis.

368
Tintinnina

E. acuminata (fig. 170-70). LT: 0,090-0,120. Caliciforme alargada con una


fuerte inflexión de contorno externo cóncavo que forma "hombros" en el cuar-
to anterior. Reticulado hasta los hombros.
E. labiosa. LT: 0,070-0,090. Lóriga ojival o subcilíndrica. Reticulado llega
hasta la región suboral.
E. undella (fig. 170-71). LT: 0,100-0,140. Caliciforme. Reticulado irregular en
la región aboral.
12) Lóriga totalmente formada por una lámina espiral de vueltas imbricadas: Coxliella
(ver claves para especies).
12A) Si hay lámina espiral ésta sólo forma una parte anterior o cuello (13
13) Extremo aboral abierto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (14
13A) Extremo aboral cerrado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (17
14) Paredes gruesas con estructura éilveolar muy evidente, de alvéolos grandes, más o
menos hexagonales. Generalmente con una estructura espira lada en relieve que no
suele llegar al extremo posterior. Lórigas muy hialinas de aspecto espumoso: Clima-
cocylis.
C. scalaroides marshallae (fig. 170-40). LT: 0,150-0,250.
14A) Sin gran estructura alveolar ni espiral. Paredes finas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (15
15) Extremo aboral ampliamente abierto. Lórigas más o menos tubulares; subcónicas,
con frecuencia sin dilatación aboral. Sin cuello............................... (16
15A) Extremo aboral casi siempre formando un tubo diminuto. Lórigas muy angostas. Ge-
neralmente con una dilata~ión oral bien visible. En la región posterior crestas longi-
tudinales cortas y poco marcadas: Salpingella.
S. acuminata (fig. 170-140). LT: 0,265-0,317. Muy semejante a S. g/ocken-
toegeri, solamente algo más ancha.
S. glockentoegeri (fig. 170-141). LT: 0,200-0,400. Larga y estrecha. Pequeño
reborde oral. A menudo con engrosamiento posterior.
S. subconica (fig. 170-143). LT: 0,150-0,200. Forma de trompeta. Sin reborde
oral. En general sin cilindro aboral.
16) Lórigas toscas, con estructura primaria y rugosidades. Paredes amarillentas. Borde
aboral ondulado o denticulado: Clevea.
C. melchersi (fig. 170-121). LT: 0,147-0,220.
16A) Lórigas generalmente lisas, sin estructura primaria; delicadas, regulares e incoloras.
Borde aboral liso: Eutintinnus (ver clave para especies).
17) Escultura dominada por pliegues o estrías longitudinales. Sin lámina espiral. . . . (18
17A) Escultura o forma no dominada por pliegues o crestas. Con o sin lámina espiral (23
18) Además de pliegues o estrías, con otra ornamentación o estructura evidente. Crestas
de poco relieve o estrías más o menos numerosas............................ (19
18A) Sin otra ornamentación o estructura evidente. Crestas o pliegues poco numerosos,
de poco a mucho relieve.................................................... (21
19) Estructura primaria bien visible, generalmente ventanas diminutas o poros conspi-
cuos dispersos. Sin alvéolos grandes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (20
19A) Además de la alveolación primaria (con o sin ventanas pequeñas) hay una alveola-
ción muy visible, grande, hexagonal: Rhabdonellopsis.
R. apophysata (fig. 170-90). LT: 0,290-0.490.
20) Con un engrosamiento oral saliente hacia afuera con una canaleta anterior y con una
diminuta lámina interna: Rhabdonella (ver clave para especies).
20A) Sin espesa miento oral que forme canaleta o plataforma: Protorhabdonella.
P. curta (fig. 170-80). LT: 0,050-0,060. Sin ap. caudal. Numerosas estrías, a
menudo bifurcadas.
P. simplex (fig. 170-81). LT: 0,040-0,070. Sin ap. caudal. Con 6-8 estrías ver-
ticales. A veces con cuellito bajo.

369
Tmtinnina

P. striatura (fig. 170-82). LT: 0,120-0,140. Con ap. caudal alargado. Numero-
sas estrías verticales.
21) Con pliegues muy ténues, sólo anteriores, o refuerzos anteriores con varillitas an-
gostas e hialinas. Sin cuello ni espesamiento oral o suboral. Con ap. caudal, general-
mente con un bulbo posterior: Dadayiella.
D. ganymedes (fig. 170-122). LT: 0,090-0,150. Ocho crestas anteriores
prolongadas más allá del borde oral como crestas orales.
D. pachytoechus (fig. 170-123). LT: 0,095-0,110. Sin crestas orales. Con 7-
12 facetas muy tenues que llegan hasta el ap. caudal.
Sin ap. caudal. Con 3-5 pliegues fuertes de la región posterior que se van esfumando
hacia adelante. Pequeña truncadura posterior. Expansión oral o cuello más o menos
notable formado por el espesamiento de las paredes . (22
22) Cuello poco diferenciado, formado por una simple expansión oral. Lóriga no rodeada
por una vaina gelatinosa: Amphorides.
A. amphora (fig. 170-117). LT: 0,090-0,130. Collar muy dilatado. Diámetro
mayor en el cuarto posterior.
A. quadrilineata (fig. 170-118). LT: 0,130-0,170. Tres aletas bien salientes
que hacen variar la forma de la lóriga según la posición. Cuello muy dilatado.
Diámetro mayor en la mitad anterior.
A. quadrilineata, varo minor (fig. 170-119). LT: 0,060-0,110. Semejante pero
de menor tamaño que la anterior.
22A) Cuello muy peculiar, en zigzag, con un pliegue muy anguloso en la base, como una V
acostada, seguido por una expansión oral. Generalmente con una vaina gelatinosa:
Brandtiella.
B. palliata (fig. 170-120). LT: 0,175-0,180.
23) Con estructura alveolar grande, hexagonal . (24
23A) Sin esa estructura . (25
24) Margen oral espesado y con canaleta baja. Lórigas alargadas con cola y generalmen-
te bulbo caudal y dardo: Xystonella.
X. longicauda (fig 170-96). LT: 0,230-0,350. Ap. caudal largo, sin dardo. Bor-
de oral liso.
X. treforti (fig. 170-97). LT: 0,400-0,450. Ap. caudal con dardo. Borde oral con
pequeños dientes.
24A) Margen oral no espesado, con o sin ap. caudal definido: Xystonellopsis (partím).
X. heros (fig. 170-100). LT: 0,450-0,550.
25) Lórigas largas, estrechas, terminadas adelante por un "plato" oral más o menos am-
plio y simple. Puede haber pliegues posteriores muy poco marcados: Steenstrupiella.
S. gracilis (fig. 170-144). LT: 0,060-0,080. Con 6 estrías muy finitas. Collar
corto.
S. pozzii (fig. 170-145). LT: 0,130-0,200. Collar muy ancho. Crestas algo si-
nuosas.
S. steenstrupii. varo robusta (fig. 170-146). LT: 0,070-0,110. Extremo poste-
rior anguloso. Generalmente 3 crestas bien marcadas.
25A) No de esa forma, con o"sin estructura primaria . (26
26) Cuello característico formado por dos porciones o expansiones sucesivas limitadas
por sendas gargantas internas. Formas variadas, normalmente cortas, en forma de
olla. Numerosas ventanas pequeñas bien visibles forman una franja irregular algo
por detrás del cuello: Petalotrieha.
P. ampulla (fig. 170-79). LT: 0,100-0,150.
26A) Sin ese cuello y sin la franja con ventanitas . (27
27) Estructura primaria bien visible. Lórigas de aspecto algo tosco. Con un anillo oral o un
cuello generalmente muy bajo formado por pocas vueltas de espiral. Borde oral con o

370
Tmlinnina

sin dientes. Casi siempre con un fuerte apéndice caudal: Favella.


F. ehrenbergi (fig. 170-67). LT: 0,200-0,300. Cuello corto con hasta 7 espiras.
Ap. caudal irregular con crestas.
F. serrata (fig. 170-68). LT: 0,180-0,300. Sin cuello. Fuerte reborde suboral
precedido por un anillo oral con dientes. Ap. caudal más bien corto. Con alvéo-
los, a veces con estrías longitudinales.
F. taraikaensis (fig. 170-69). LT: 0,220-0,270. Cuello corto formado por media
vuelta de espiral. Sin dientes. Estrías longitudinales. Extremo aboral con
fuertes estrías y puntuaciones.
27A) Estructura primaria muy fina o inexistente . (28
28) Cuello con varias vueltas de espiral. Sin plataforma suboral . (29
28A) Distinto . (30
29) Lórigas delgadas y largas, con una región caudal o un largo cono terminal: Helicos-
tomella.
H. subulata (fig. 170-51). LT: 0,140-0,350.
29A) Lórigas pequeñas, cortas, sin pedúnculo caudal o con uno incipiente. Sin largo cono
terminal: Metacylis.
M. annulifera (fig. 170-52). LT: 0,045-0,065.
30) Sin plataforma suboral . (31
30A) Con plataforma suboral. Formas pequeñas . (33
31 ) Normalmente sin estructura primaria. Paredes claramente trilaminares, de láminas
anhistas. Formas cortas (ovoideas o parecidas, a veces acuminadas atrás) o tubula-
res anchas sin cola: Undella (ver clave para especies).
31A) Con estructura primaria muy fina. No tan claramente trilaminares. Formas alargadas
casi siempre grandes y generalmente con cola . (32
32) Pedúnculo o región caudal con engrosamiento más o menos evidente del que parten
hacia adelante crestas (a veces poco destacadas), y hacia atrás un conito puntiagudo
o dardo: Xystonellopsis (partim).
X. cymatica (fig. 170-98). LT 0,200-0,250. Engrosamiento suboral con un ro-
dete.
X. dicymatica (fig. 170-99). LT: 0-230-0,260. Engrosamiento suboral con
dos rodetes.
X. paradoxa (fig. 170-101). LT 0,214-0,218. Contorno externo muy compli-
cado: engrosamiento suboral con ondulaciones, región aboral con dos engro-
samientos, del primero parten pliegues aliformes cortos y fuertes.
32A) Sin engrosamiento caudal, con o sin dardo definido. Con o sin crestas aliformes pos-
teriores: Parundella (ver clave para especies).
33) Formas pequeñas, en forma de copa. Si hay dientes están ubicados en el borde de la
plataforma. Sin estrías o facetas. Cuello a veces con anillos. Borde oral liso .... (34
33A) Formas pequeñas a grandes. Borde oral libre con o sin dientes. Borde de la platafor-
ma liso. Lóriga puede ser alveolada, con estrías o faceta s . (35
34) El borde de la plataforma emite dientes o dentículos:Acanthostomella.
A. lata (fig. 170-74). LT: 0,040-0,050. Lóriga campanulada elegante. Cono
aboral más amplio que A. norvegica. Ap. Caudal de base ancha.
A. norvegica (fig. 170-75). LT: 0,035-0,050. Forma de copa. Ap. caudal de ba-
se angosta.
34A) Borde de la plataforma liso: Ascampbelliella
A. acuta (fig. 170-76). LT: 0,044-0,045. Cuello formado por dos partes:
anterior, con 3 a 4 anillos bajos y un cono suboral posterior.
A. armilla (fig. 170-77). LT: 0,030-0,035. Cuello recorrido por un anillo algo
oblicuo.
A. urceolata (fig. 170-78). LT: 0,035-0,042. Borde del cuello con 1 ó2 estre-
chamientos anulares. Lóriga redondeada o aguzada posteriormente.
.n
Tmlmnina

35) Cuello robusto. Con facetas longitudinales en número variable. Con o sin apéndice
caudal: Ormosella.
O. haeckeli (fig. 170-139). LT: 0,099-0,127.
35A) Cuello pequeño. Pueden presentar alvéolos y crestas irregulares cortas. Género pre-
dominantemente antártico: Cymatocylis.
C. antarctica (fig. 170-58). LT:0,050-0,065. Subantártica. Lóriga en forma de
taza. Anillo oral bajo con ondulaciones o divertículos. Alvéolos finos, en el ter-
cio posterior puede aparecer un alveolado secundario a veces con estrías cur-
vas transversales.

Nota: para las especies antárticas ver Balech (1947,1958,1973).

Género Coxliella

1) Lórigas sin ap. caudal: C. mariana (fig. 170-48). LT: 0,050-0,060.


1A) Lórigas con ap. caudal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Lórigas más o menos subcilíndricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Lórigas cónicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3) Ap. caudal corto. Escultura de puntos finos poco visibles. Sin ventanas: C. declivis
(fig. 170-43). LT: 0,080-0,095.
3A) Ap. caudal más largo, más o menos agudo, algo torcido. Fuerte escultura de alvéolos
redondeados. En gerleral, ventanas elípticas en la primera o segunda de las vueltas
posteriores: C. laciniosa (fig. 170-47). LT: 0,090-0,130.
4) Lórigas largas. Escultura de punteado fino y alvéolos irregulares visibles: C. fasciata
(fig. 170-44). LT: 0,200-0,300.
4A) Lórigas cortas. Estructura de alvéolos finos. Con 10 espiras, más irregulares que en
C. fase/ata: C. massuti (fig. 170-49). LT: 0,095-0,150.

Género Codonellopsis

1) Lórigas con ap. caudal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) Lórigas sin ap. caudal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
2) Cuello cilíndrico sin estructura espiralada visible. Con partículas adheridas. Ap. cau-
dal corto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Cuello con estructura espira lada visible. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3) Lórigas pequeñas, alargadas. Cuerpo irregular con un cono posterior que general-
mente termina el) un ap. romo poco señalado: C. lusitanica (fig. 170-32). LT:0,065-
0,090.
3A) Lórigas de tamaño mediano. Cuerpo caliciforme ancho de contornos redondeados,
algo aguzado en el extremo posterior con un ap. corto: C. obesa (fig. 170-34). LT:
0,110-0,155.
4) Lórigas largas. Cuello con 11-28 espiras. Cuerpo cilíndrico en la región anterior, glo-
boso en la posterior. Cola gruesa y roma, separada del cuerpo por un diafragma: C.
orthoceras (fig. 170-35). LT: 0,180-0,250.

372
Tmtmnma

4A) Lórigas de tamaño mediano. Cuello con 12-17 espiras. Cuerpo cilíndrico con un en-
sanchamiento posterior. Ap. caudal aguzado: C. gaussi (fig. 170-31). LT: 0,130-
0,180.
5) Con ventanas en el cuello. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
5A) Sin ventanas en el cuello. Lórigas medianas. Cuello con 3-5 vueltas de espiras difícil-
mente visibles. Extremo posterior más o menos acuminado: C. baleehi (fig. 170-30).
LT: 0,070-0,095.
6) Lórigas medianas. Cuello con 8-12 vueltas de espiral......................... (7
6A) Lórigas pequeñas. Cuerpo oval, muy variable. Cuello en general con 4-6 ventanas en
la segunda o tercera vuelta: C. pusilla (fig. 170-36). LT: 0,035-0,060.
7) Cuell~ más corto que el cuerpo, casi cuadrado, con 8-11 vueltas de espiral. Normal-
mente dos ventanas opuestas en la cuarta oquinta espira contando desde la base. En
la parte anterior del cuerpo los lados se tuercen hacia adentro formando "hombros".
Cuerpo cubierto por partículas silíceas: C. sehabi (fig. 170-37). LT: 0,100-0,160.
7A) Cuello de mediana altura con 9-12 vueltas de espiral con 2-3 ventanas en la quinta
vuelta contando desde la base. Sin hombros. Ligera dilatación oral: C. morehella (fig.
170-33). LT: 0,095-0,110.

Género Tintinnopsis

1) Lórigas con ap. caudal bien definido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) Lórigas sin ap. caudal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
2) Lórigas de más de 0,100 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Lórigas de menos de 0,100 mm (6
3) Extremo posterior cilindroideo, más o menos simétrico con un ensanchamiento ab-
oral. Extremo aboral abierto. Escasas partículas adheridas: T. kofoidi (fig. 170-16).
LT: 0,130-0,230.
3A) Extremo posterior asimétrico .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Partículas adheridas pequeñas siguiendo una espiral bien visible en la región ante-
rior. Lóriga cilíndrica en sus 2/3 anteriores, extremo posterior adelgazado. La mayor
parte de un lado del ap. caudal falta: T. radix (fig. 170-24). LT: 0,270-0,310.
4A) Partículas adheridas no en espiral (5
5) Lórigas de más de 0,200 mm. Partículas adheridas poco densas. Lórigas
cilindroides. Ap. caudal ancho, siempre roto oblicuamente. Bordes de la lóriga
ondulados. Ensanchamiento subaboral: T. aperta (fig. 170-8). LT: 0,200-0,300.
5A) Lórigas de menos de 0,200 mm. Totalmente cubiertas por partículas silíceas general-
mente grandes. Región anterior cilindroidea, medio hemisférica y posterior con un
ap. caudal cilindroideo o cónico, a veces roto: T. toeantinensis (fig. 170-26). LT:
0,140-0,170.
6) Cuello expandido generalmente roto. Lóriga caliciforme, elipsoidal, irregular. Ap.
caudal cónico alargado: T. uruguayensis (fig. 170-29). LT: 0,054-0,063.
6A) Sin cuello. Ap. caudal delgado, cónico y puntiagudo, en general con un lado irregular-
mente abierto. Lóriga cilíndrica en la mitad anterior continuada por una porción cóni-
ca que termina en el ap. caudal: T. levigata (fig. 170-17). LT: 0,045-0,065.
7) Lórigas de más de 0,100 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
7A) Lórigas de menos de 0,100 mm (11
8) Con estructura espiralada. Con 7 u 8 espiras en la región anterior. Lóriga hialina, ci-

373
Tmlmnina

Iíndrica anteriormente, cónica posteriormente. Escasas partículas adheridas: T. tu-


bulusoides (fig. 170-27). LT: 0,100.
8A) Sin estructura espira lada . (9
9) Con ensanchamiento aboral (rodete). Con denticulaciones orales. Lóriga tubulosa
irregular: T. amphistoma (fig. 170-7). LT: 0,340-0,690.
9A) Sin ensanchamiento aboral ni denticulaciones orales . (10
10) Lórigas cilíndricas largas. Diámetro igual en toda su extensión salvo en el extremo
posterior que es hemisférico. T. lobiancoi (fig. 170-18). LT: 0,170-0,200.
10A) Lórigas con porción anterior más o menos subcilíndrica. Región posterior cónica con
vértice agudo. Abundantes partículas adheridas: T. gracilis (fig. 170-15). LT: 0,100-
0,150.
11 ) Con espiras o estrangulaciones anteriores . (12
11 A) Sin espiras o estrangulaciones anteriores . (13
12) Lórigas alargadas, con una gran expansión oral. Generalmente se ven 2 Ó 3 espiras
estranguladas. Extremo posterior más o menos hemiesférico. T. buetschlii, varo
mortensenii (fig. 170-13). LT: 0,060-0,090.
12A) Lórigas subcilíndricas, irregulares en la región anterior, cónicas en la posterior. Ex-
tremo posterior agudo. Fuertes estrangulaciones espiraladas en la zona anterior.
Muy variables: T. lata. LT: 0,065-0,102.
13) Región anterior cilíndrica . (14
13A) Región anterior distinta . (16
14) Región posterior cónica, muy corta. Extremo posterior generalmente puntiagudo. Li-
gera inflexión oral: T. beroidea (fig. 170-10). LT: 0,060-0,095.
14A) Región posterior cónica, más larga (por lo menos 1/2 de la LT). Sin inflexión oral (15
15) Extremo posterior forma un cuerno aboral quebrado: T. pusilla (fig. 170-23). LT:
0,050-0,060.
15A) Sin cuerno aboral Porción anterior se angosta hacia la abertura oral: T. parvula (fig.
170-21). LT: 0,070-0,095.
16) Lórigas en que el DO es el diámetro mayor. Porción anterior cónico-truncada inverti-
da: T. baltica (fig. 170-9). LT: 0,040-0,075.
16A) El diámetro mayor no es el DO . (17
17) Con un verdadero cuellito completo de la misma estructura que la lóriga. Extremo
posterior bien aguzado: T. turbinata (fig. 170-28). LT: 0,040-0,045.
17A) Sin un verdadero cuello, aunque puede existir un estrechamiento anterior a modo de
cuello rudimentario. Lórigas elegantes. Extremo posterior aguzado . (18
18) Lórigas muy cortas, ovoideas cordiformes. Extremo posterior algo aguzado: T. glans
(fig. 170-14). LT: 0,028-0,031.
18A) Lórigas cortas, ovoidales alargadas. Extremo posterior más aguzado que en T. g/ans:
T. parva (fig. 170-20). LT: 0,035-0,042.

Género Eutintinnus

1) Borde oral con 56-63 dientes agudos. Lóriga con finas estrías cortas, sinuosas, gene-
ralmente oblicuas o verticales: E. rugosus (fig. 170-134). LT: 0,220-0,350.
1A) Borde oral sin dientes. Lóriga sin estrías. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Porción aboral casi cilíndrica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Porción aboral no diferenciada en un cilindro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3) Lórigas cortas. Borde aboral sin refuerzo. Borde oral ligeramente dilatado: E. apertus
(fig. 170-125). LT: 0,070-0,120.

374
Tintinnina

3A) Lórigas medianas. En el 1/10 anterior los lados forman un cuello de contorno cónca-
vo, poco definido. Borde oral con un ligero espesa miento: E. pinguis (fig. 170-133).
LT: 0,140-0,160.
4) Lórigas con dilatación aboral bien marcada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4A) Lórigas sin dilatación aboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (10
5) Lórigas largas regulares. Pronunciada expansión oral: E. birietus (fig. 170-126). LT:
0,380-0,530.
5A) Lórigas cónico-truncadas. Generalmente con marcada dilatación oral (6
6) Lórigas con ligera hinchazón media y pequeña dilatación oral. . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
6A) Lórigas sin hinchazón media. Cono suboral alto bien marcado. . . . . . . . . . . . . . . . . (8
7) Lórigas medianas. Dilatación aboral mediana y brusca: E. perminutus (fig. 170-132).
LT: 0,135-0,145.
7A) Lórigas más altas y anchas que E. perminutus. Dilatación aboral poco marcada: E.
medius (fig. 170-130). LT: 0,170-0,230.
8) Lórigas largas, más de 0,300 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (9
8A) Lórigas algo más cortas. Cono suboral alto, algo sinuoso. Estrechamiento aboral bien
marcado: E. similis (fig. 170-135). LT: 0,200-0,320.
9) Lórigas largas y elegantes. DO y DA relativamente pequeños: E. fraknoi (fig. 170-
128). LT: 0,300-0,440.
9A) Lórigas largas. Cerca del borde aboral hay un estrechamiento y luego una dilatación
acampanada, baja pero brusca: E. eolligatus (fig. 170-127). LT: 0,300-0,400.
10) Extremo aboral con lados algo inflexionados, casi siempre más de un lado. Lóriga có-
nica alargada: E. lusus-undae (fig. 170-129). LT: 0,160-0,250.
1 DA) Extremo aboral sin inflexión. Lórigas cónico-truncadas sin ensanchamientos ni es-
trechamientos (salvo en la región oral) .. (11
11) Pequeña dilatación oral. Lórigas delgadas, paredes muy finas: E. stramentus (fig.
170-136). LT: 0,160-0,290.
11 A) Borde oral más diferenciado '. . . . . . . . . . (12
12) Lórigas medianas con un pequeño y abrupto reborde oral. Lados rectos: E. tubulosus
(fig. 170-138). LT: 0,080-0,150.
12A) Lórigas largas, estrechas. Cono suboral corto. Borde oral con un reborde proyectado
horizontalmente: E. tenuis (fig. 170-137). LT: 0,190-0,400.

Género Undella

1) Lórigas más cortas que anchas. Extremo aboral más o menos aguzado. Constricción
oral bien marcada, seguida por un espesamiento suboral externo. Estructura alveo-
lar primaria bien visible: U. turgida (fig. 170-108). LT: 0,036-0,051.
1 A) Lórigas más largas que anchas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Extremo aboral saliente formando un cuerno aboral agudo: U. subeaudata subeau-
data (fig. 170-107). LT: 0,042-0,074.
2A) Sin cuerno aboral (3
3) Engrosamiento suboral interno muy conspicuo. Lórigas más o menos ovoideas. Ex-
tremo aboral variable: U. c1aparedei (fig. 170-103). LT: 0,055-0,095.
3A) Si existe engrosamiento suboral es simétrico. Lórigas pequeñas. Extremo posterior
agudo o redondeado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Lórigas generalmente globosas. DO casi siempre relativamente bajo comparado con
el diámetro mayor: U. globosa (fig. 170-104). LT: 0,037-0,051.
4A) Lórigas con una dilatación posterior conspicua. Región anterior cónico-truncada, co-
no posterior puntiagudo: U. subaeuta (fig. 170-106). LT: 0,040-0,050.

375
Tintinnina

Género Parundella

1) Engrosamiento suboral alto, bien definido. Paredes del pedúnculo caudal muy engro-
sadas. Lórigas largas: P. crassicaudata (fig. 170-93). LT: 0,200-0,240.
1A) Engrosamiento suboral poco marcado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Ap. caudal de base muy ancha. Cuerpo más estrecho en la parte media. Dardo cónico
puntiagudo. Crestas bajas: P. messinensis (fig. 170-94). LT: 0,180-0,195.
2A) Ap. caudal cónico, delgado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
3) Ap. caudal corto y hueco. Dardo cónico puntiagudo. A veces estructura alveolar muy
fina o 6-10 crestas posteriores muy tenues: P. pellucida (fig. 170-95). LT: 0,110-
0,140.
3A) Ap. caudal muy delgado. Con 5-8 crestas irregulares. Dardo no bien delimitado: P.
caudata (fig. 170-91). LT: 0,110-0,140.
Más larga, cola más larga y gruesa. Dardo bien delimitado: P. caudata longa (fig.
170-92). LT: 0,180-0,195.

Género Rhabdonella

1) Lórigas caliciformes, cortas (menos de 0,100 mm) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) Lórigas largas (más de 0,100 mm) (3
2) Con 18-20 crestas fuertes con frecuentes anastomosis en la región aboral. Ventanas
en varias hileras irregulares en cada espacio intercostal. Paredes de mediano grosor:
R. amor (fig. 170-83). LT: 0,075-0,090.
2A) Con 30-36 crestas débiles. Sin ventanas. Paredes finas: R. indica (fig. 170-87). LT:
0,060-0,09Q.
3) Lórigas con estrías muy finas, a veces interrumpidas. Lórigas cónicas de paredes del-
gadas. Cuello alto de base ancha. Cola cónica, truncada, con un conducto central. AI-
véolos en el cuello, región anterior y cola: R. cornucopia (fig. 170-85). LT: 0,120-
0,150.
3A) Lórigas con estrías fuertes. Con ventanas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Cola cónica, truncada, a menudo con un engrosamiento terminal. . . . . . . . . . . . . . . (5
4A) Cola no truncada, robusta, sin engrosamiento terminal (6
5) Lóriga cónica, caliciforme. Con 24-40 estrías relativamente simples, poco divididas,
raramente anastomosadas: R. spiralis (fig. 170-88). LT: 0,200-0,420.
5A) Lóriga casi cilíndrica. Con 47-50 estrías, en la parte media presentan una torsión ha-
cia la izquierda y otra adelante hacia la derecha: R. chiliensis (fig. 170-84). LT: 0,260-
0,270.
6) Cola bien robusta. Con 32-40 estrías irregularmente verticales. Ventanas excepcio-
nalmente robustas: R. valdestriata (fig. 170-89). LT: 0,170-0,210.
6A) Cola menos robusta. Con 24-40 estrías subverticales: R. elegans (fig. 170-86). LT:
0,140-0,210.

Género Dictyocysta

1) Lóriga completamente cubierta con ventanas. Cuello con una hilera de 6-8 ventanas:
D. mitra (fig. 170-112). LT: 0,060-0,075.
1A) Lóriga no cubierta completamente con ventanas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2

376
Tlntinnina

2) Borde oral con arcos, con dientes o espinas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3


2A) Borde oral liso, sólo con arcos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3) Borde oral con arcos con numerosos dentículos pequeños. Cuello con 6 ventanas:
D. spinosa (fig. 170-113). LT: 0,050-0,060.
3A) Borde oral con 1 Ó 2 espin~s por arco oral. Cuello con 6-7 ventanas. Cuerpo con al-
véolos interrumpidos por ventanas irregulares: D. californiensis (fig. 170-109). TL:
0,054-0,057.
4) Cuello con dos hileras de ventanas. A menudo el cuerpo forma "hombros" en la base
del cuello: D: elegans, var. speciosa (fig. 170-111). LT: 0,060-0,080.
4A) Cuello con una sola hilera de ventanas. Cuerpo pentagonal o hexagonal. Sin hom-
bros: D. elegans, varo lepida (fig. 170-110). LT: 0,065-0,080.

377
Tintinnina

F'g 170 Tlnllnn,


na

(Ver referenc,as
I'n p 381)

~~
~9~

53
., ~
378
6LE:
06
8
I
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eu
-IUU1lu1l OL L 51~
eUluUI1U1l
Tintinnina

Flg 170 Tlntlnnl


na

(Ver referenCias
t>n r> 381)

130

133137 121
36 128
129
135
127 126
34 138

143 1\
140 141
45 42

380
Tintinnina

Fig. 170. Tintinnina.


1) Codonaria cistellula; 2} Codonaria fimbriata; 3) Codonella amphorella; 4) Codonella apicata; 5) Codonella
aspera; 6} Codonella cratera; 7) Tintinnopsis amphistoma; 8) Tintinnopsis aperta; 9} Tintinnopsis baltica;
10) Tintinnopsis beroidea; 11} Tintinnopsis brasiliensis; 12) Tintinnopsis buetschlii, varo buetschlii; 13) Tin-
tinnopsis buetschli,: varo mortensenii; 14) Tintinnopsis glans; 15) Tintinnopsis gracilis; 16) Tintinnopsis kofoi-
di: 17) Tintinnopsis levigata; 18) Tintinnopsis lobiancoi; 19} Tintinnopsis nucula; 20) Tintinnopsis parva; 21)
Tintinnopsis pan'ula; 22} Tintinnopsis prowazek,;· 23) Tintinnopsis pusilla; 24) Tintinnopsis radix; 25) Tintin-
nopsis rioplatensis; 26) Tintinnopsis tocantinensis; 27) Tintinnopsis tubulusoides; 28) Tintinnopsis turbinata;
29) Tintinnopsis uruguayensis; 30) Codonellopsis balech,;· 31) Codonellopsis gauss,;' 32) Codonellopsis
lusitanica; 33) Codonellopsis morchella; 34) Codonellopsis obesa; 35) Codonellopsis orthoceras; 36)
Codonellopsis pusilla; 37) Codonellopsis schabi; 38) Laackmanniella naviculaefera; 39) Stenosemella ave-
llana; 40} Climacocylis scalaroides marshallae; 41) Coxliella annulata; 42) Coxliella cymatiocoides; 43)
Coxliella declivis; 44) Coxliella fasciata; 45) Coxliella frigida; 46) Coxliella intermedia; 47) Coxliella laciniosa;
48} Coxliella mariana; 49} Coxliella massuti; 50) Coxliella minor; 51) Helicostomella subulata; 52} Metacylis
annulifera; 53) Stylicauda platensis; 54) Cyttarocylis acutiformis; 55) Cyttarocylis cassis; 56) Cyttarocylis
eucecryphalus; 57) Cymatocylis aftinis; 58) Cymatocylis antarctica; 59) Cymatocylis calyciformis; 60) Cymato-
cylis convallaria; 61) Cymatocylis drygalski,:' 62) Cymatocylis flava; 63) Cymatocylis nobilis; 64} Cymatocylis
ovata; 65) Cymatocylis subrotundata; 66} Cymatocylis vanhoefteni; 67) Favella ehrenbergi; 68) Favella serra-
ta; 69) Favella tarakaensis; 70) Epiplocylis acuminata; 71) Epiplocylis undella; 72) Epiplocyloides antarctica;
73) Epiplocyloides reticulata; 74) Acanthostomella lata; 75) Acanthostomella norvegica; 76} Ascampbeliella
acuta; 77) Ascampbelliella armilla; 78) Ascampbelliella urceolata; 79) Petalotricha ampulla; 80) Protorhab-
donella curta; 81 )Protorhabdonella simplex; 82) Protorhabdonella striatura; 83) Rhabdonella amor; 84) Rhab-
donella chil/ensis; 85) Rhabdonella cornucopia; 86) Rhabdonella elegans; 87) Rhabdonella indica; 88)
Rhabdonella spiralis; 89) Rhabdonella valdestriata; 90) Rhabdonellopsis apophysata; 91) Parundella cau-
data; 92) Parundella caudata longa; 93) Parundella crassicaudata; 94) Parundella messinensis; 95) Parun·
della pellucida; 96) Xystonella longicauda; 97) Xystonella treforti; 98) Xistonellopsis cymatica; 99) Xystone-
lIopsis dicymatica; 100) Xystonellopsis heros; 101) Xystonellopsis paradoxa; 102) Amplectella monocollaria;
103) Undella claparedei; 104} Undella globosa; 105) Undella perpusilla; 106) Undella subacuta; 107) Undella
subcaudata subcaudata; 108) Undella turgida; 109) Dictyocysta californiensis; 110) Dictyocysta elegans, var.
lepida; 111) Dictyocysta elegans, varo speciosa; 112) Dictyocysta mitra; 113) Dictyocysta spinosa; 114)
Amphorellopsis acantharus; 115) Amphorellopsis laevis; 116) Amphorellopsis quinquealata; 117) Amphori-
des amphora; 118) Amphorides quadrilineata; 119) Amphof/des quadrilineata, varo minor; 120) Brandtiella
palliata; 121) Clevea melchers,;' 122) Dadayiella ganymedes; 123) Dadayiella pachytoechus; 124) Daturella
stramonium; 125) Eutintinnus apertus; 126) Eutintinnus birictus; 127) Eutintinnus coligatus; 128) Eutin-
tinnus fraknoi; 129} Eutintinnus lusus-undae; 130) Eutintinnus medius; 131) Eutintinnus pacificus; 132}Eu-
tintinnus perminutus; 133) Eutintinnus pinguis; 134) Eutintinnus rugosus; 135) Eutintinnus similis; 136)Eu-
tintinnus stramentus; 137} Eutintinnus tenuis; 138) Eutintinnus tubulosus; 139) Ormosella haecke¡';' 140)
Salpingella acuminata; 141) Salpingella glockentoegef/: 142) Salpingella laackmanni; 143) Salpingella
subconica; 144) Steenstrupiella gracilis; 145) Steenstrupiella pozzi,:' 146) Steeenstrupiella steenstrupil; varo
robusta.
Escalas: 0,020 mm, aproximadamente.
Nota: Las especies Coxliella frigida, C. cymatiocoides, C. intermedia, C. minor, Cymatocylis ovata, C. subro-
tundata y Salpingella laackmanni son endémicas antárticas, motivo por el cual no figuran en la lista sistemáti-
ca y claves correspondientes. S in embargo, se ha considerado útil incluir sus ilustraciones ya que, ocasional-
mente, pueden ocurrir en áreas vecinas, fuera de aquéllas típicas de su dispersión.

(1,4,47-49, 59, ~8y 98: según Balech, 1971 b; 2,12,16,29 y 32: según Balech, 1948; 7: según Balech, 1951;
19, ~2 y 41: se\lun Fana y Da Cunha, 1917; 38: según Balech, 1947; 55: según Balech, 1959b; todas las
demas son onglnales).

381
SIPHONOPHORAE
ANGELES AL VA RIÑO

Introducción incluye escala de ampliación, ni unidad de


medida para determinar las dimensiones de
estos animales, ya que, aunque algunas espe-
Este estudio de los sifonóforos se concreta, cies mantienen una talla relativamente cons-
especialmente, al Atlántico Suroeste, es de- tante, en otras el tamaño varía ampliamente,
cir, desde el ecuador hasta aproximadamente desconociéndose en muchos casos la talla
60°5, y desde los 100W hasta el continente máxima que logran alcanzar. Así, los nectófo-
suramericano. El estudio sistemático de las ros de Rosacea plicata o de Nectodroma dubia
especies comprende todas las que se han pueden tener de 6 hasta más de 120 mm de
observado en el Atlántico Sur, ya que se con- longitud.
sidera la posibilidad de que especies que has- En total existen unas 140 especies de sifonó-
ta la fecha han sido obtenidas solamente en la
foros, organismos casi exclusivamente holo-
parte del Atlántico africano es posible que planctónicos, marinos, menos abundantes en
también sean encontradas en la mitad occi-
dental del mismo océano. las altas latitudes, de modo que el mayor nú-
mero de especies converge en el cinturón
Estetrabajo viene a completar y poner al día la trópico-ecuatorial oceánico.
publicación anterior (Alvariño, 1971), que,
aún cuando se concretaba al Océano Pacífico, Hay que citar aquí los magníficos trabajos de
incluía la distribución de las especies en todos Bigelow (1911), Moser (1925), Bigelow y
los océanos. Además, la publicación mencio- Sears (1937), Totton (1954), y Totton y Barg-
nada(Alvariño, 1971) no abarcaba la sistemá- mann (1965), y los estudios anteriores de
tica de las especies por razones que implica- Haeckel y Chun que aparecen recopilados en
ban un extraordinario aumento en el número dichas publicacionés. Alvariño (1971), ál tra-
de páginas e ilustraciones. Sin embargo, mu- tar la distribución de los sifonóforos en el Pa-
chasde las especies de sifonóforos han sido cífico, incluye información sobre la distribu-
descriptas hace ya muchos años y, por lo ción de las especies en todos los océanos, y su
tanto, su diagnosis debe presentarse en for- distribución batimétrica, resultando así un
ma más actualizada, considerando todas las trabajo de referencia para los estudios sobre
características y estructuras morfológicas y Siphonophorae.
anatómicas de valor taxonómico.
Información sobre el desarrollo de varias es-
Se ha intentado recopilar toda la información pecies se encuentra en Haeckel (1869),
presentando una descripción completa de las Metchnikoff (1874), Chun (1882), Lochmann
especies, y con ilustraciones preparadas ob- (1914), Russell (1938), Totton (1956), C. Carré
servando directamente los ejemplares y ~m- (1967, 1968, 1969), D. Carré (1967, 1968,
pleandouna técnica de dibujo similar para to- 1969a y b, 1971). Moser (1925) y Mackie y
das las especies. Las ilustraciones que se in- Boag (1963) se ocupan de la regeneración de
cluyen han sido preparadas por la autora, uti- los sifonóforos. La locomoción ha sido tratada
lizando ejemplares procedentes del Atlántico por Mackie (1964), Mackie y Boag (1963); y su
y también de otros océanos, seleccionando importancia en la formación de las capas difu-
aquéllos que aparecen en mejores condicio- soras sónicas, por Barham (1966) y Pickwell
nes de conservación. En los dibujos presen- (1966, 1967). El alimento de los sifonóforos
tados(ver "Métodos de estudio", p. 390) no se (ver fig. 171) se discute en Alvariño (1976a), y

383
Siphonophorae

Biggs (1976) se ocupa de algunas especies. En los fisonectes el sifosoma -la zona de
Los parásitos en sifonóforos han sido estudia- proliferación de los pólipos larvales-, se ori-
dos por Rose y Cachon (1 951) Y por Totton gina en un extremo del eje, y la segunda zona
(1954). de proliferación, el nectosoma, se localiza al
otro extremo, es decir junto al flotador, origi-
nando los nectóforos que corresponden al
adulto asexuado. Los brotes del pólipo forman
el cormidio y algunos se transforman en brác-
teas protectoras, que, además, favorecen la
Anatomía y terminología flotación del animal. En la larva fisonecte hay
dos zonas de proliferación en el eje, dando
lugar al sifosoma y nectosoma. El último lleva
Anatomía los nectóforos y termina en el flotador, y el si-
fosoma con los cormidios, gastrozoides, pal-
pos, gonóforos y brácteas. Las dos regiones
Un sifonóforo es un pólipo que lleva otros póli- están separadas por una banda de crecimien-
pos jóvenes (gastrozoides, palpos y brácteas) y to mínimo. El conjunto está propulsado por el
los pólipos sexuales (gonóforos o gonozoides), nectosoma. Los nectóforos más jóvenes apa-
con los asexuales (nectóforos). Todas estas recen inmediatamente debajo del flotador. Al
formas o porciones proliferan de un oozoide final del sifosoma se encuentran los pólipos
original de forma alargada, o de otros organis- de la larva original, de los que surgen gastro-
mos en fase juvenil. zoides y palpos, pero no los gonozoides. Los
cormidios brotan del tronco del sifosoma, en-
Se pueden distinguir tres mecanismos en el tre la banda de crecimiento mínimo y el pólipo
desarrollo y en la organización de los sifonófo- terminal. Cada cormidio incluye gastrozoide,
ros, y de estas tres formas básicas se produ- tentáculo, tentila, rodeados de brácteas y pal-
cen los tres subórdenes correspondientes: pos, y gonóforos masculinos y femeninos.
Cystonectae, Physonectae y Calycophorae.
Algunos Physonectae no presentan ese eje
En los cistonectes aparece un pólipo larval, un largo, quedando reducido a un cuerpo esféri-
gastrozoide primario, tentáculo contráctil y un co, cilíndrico u ovalado, y entonces el flotador
flotador (pneumatóforo) del cual brotan los
aumenta de tamaño, y en algunos casos los
gastrozoides secundarios, Todo ello produci- nectóforos llegan a desaparecer.
rá, después de sucesivos brotes, pólipos y
medusoides adultos, hasta constituir un cor- En los calicóforos la parte aboral de la larva se
midio completo. Este patrón se presenta en atrofia, no hay flotador. Los pólipos larvales
Physalia. En la larva de Cistonectae la forma llevan dos zonas de proliferación, sifosoma y
de proliferación da lugar a un eje que parte de nectosoma, y además un nectóforo larval que
la zona aboral del flotador y lleva los grupos de puede desaparecer, desarrollándose como
cormidia (Rhyzophysa y Bathyphysa), o la zo- una campana protectora del sifosoma que
na de proliferación está confinada a la parte aparece dentro del hidroecio. La zona de proli-
ventral del flotador (Physalia). El cormidio in- feración del nectosoma es corta y próxima al
eluye 9 astrozo ides, tentácu los y gonode ndras. sifosoma. En los calicóforos existen dos fases
de desarrollo: poligástrica y eudoxia. La fase
Las gonodendras son estru<~turas complejas poligástrica es llamada así porque el eje lleva
que se forman después de sucesivos brotes de una sucesión de gastrozoides y además ten-
palpos, gastrozoides modificados que proce- táculos, brácteas y gonóforos. La fase eudoxia
dían de la proliferación del oozoide. En resu- resulta al soltarse de la fase poligástrica, el
men, está constituida por gonóforos o gono- gonozoide con su bráctea. La fase eudoxia
zoides (medusoides sexuales), y nectóforos puede producir más brotes de gonóforos, y
(medusoides asexuales). Grupos de gonoden- uno de los nectóforos puede perder la función
dras se sueltan y los nectóforos están encar- sexual y transformarse en una campana de
gados de la propulsión en el océano. propulsión, como sucede en Diphyes bojani.

384
Slphonophorae

Las eudoxias, al nadar libremente, facilitan la Gastrozoides: son sifones o pólipos encarga-
fertilización cruzada. dos de la alimentación. Llevan en la base
En la larva calicófora el nectosoma produce un tentáculo largo y contráctil, con ramas
varios nectóforos asexuales, surgiendo cada laterales o tentilas que abarcan la bate-
ría de nematocistos.
uno de la base del anterior. En algunos queda
un solo nectóforo (M uggia e a), y en otros dos Palpos: son gastrozoides reducidos a un sim-
(Abyliaj, uno de los cuales es ellarval. En otros ple tentáculo.
casos aparecen varios en círculo o alternados Gonozoides o gonóforos: son sifones sin
(Hippopodius). tentáculo, que están asociados con la go-
nodendra.
Loscalicóforos son los sifonóforos más evolu- Brácteas: son palpos modificados, masas an-
cionados y los más abundantes en el océano. chas de mesoglea que dan protección a la
mayor parte del organismo.
Gonodendra: es una formación compleja,
con brotes que proceden de un palpo ori-
Terminología ginal y de otros palpos. Está integrada por
los gonóforos y, en algunos casos (por
ejemplo en los cistonectes), incluye tam-
El mayor grado de polimorfismo que aparece bién los nectóforos asexuados.
en los hidrozoarios lo presentan los sifonófo-
Hipocisto: es una formación de células gi-
ros. Aparecen juntos pólipos y medusoides,
gantes ectodérmicas que llegan a alcan-
aunque ninguno corresponde exactamente a zar 2 mm de diámetro. Proceden de la
las formas típicas del hidroide. Pólipos y me-
pneumadenia y, a veces, penetran los
dusoides brotan del oozoide, larva que proce-
septos que atraviesan la cavidad pericís-
de del huevo (óvulo fecundado). tica.
Pneumatóforo: es el flotador. Nematocistos: son los órganos urticantes.
Pneumatocodo: es la parte más externa del Tentila: es la rama lateral de un tentáculo
flotador invaginado .. simple o ramificado; a veces está curvada
Cavidad pericística: espacio entre el pneu- en espiral.
matocodo y el pneumatocisto, que a ve- Involucro: es la extensión que aparece alre-
ces tiene septos transversales. dedor de la base o en todo el tentitum.
Pneumatocisto: es parte del flotador, consti- Cnidobandas: son las filas de nematocistos,
tuido por tres capas invaginadas. Está fo- constituyendo así baterías del órgano ve-
rrado de quitina, y de la parte inferior sur- nenoso de defensa.
ge la glándula del gas, constituido princi- Cnidosaco: es la cavidad que alberga el órga-
palmente por óxido de carbono, que llena no venenoso.
el pneumatóforo. Nectóforos: son las campanas pulsátiles.
Pneumadenia: una de las tres capas del Ostio: es el extremo abierto del nectóforo.
pneumatocisto invaginado, es decir, la Hidroecio: es la cavidad en la parte ventral del
parte especializada del pneumatosaco, nectóforo, que alberga el filamento, eje o
que constituye la glándula del gas. columna que lleva las estructuras asocia-
Pneumatoclone: es la parte cilíndrica basal das: gastrozoides, palpos, sifones, brác-
del forro quitinoso del pneumatosaco, teas, gonóforos, etc.
que abarca parte de la pneumadenia. Nectosaco: es la cavidad de la campana.
Canales radiales: son 4 canales meridionales Somatocisto: cavidad intestinal (según Tot-
que van del canal pedicular al circular. ton y Bargmann, 1965), o, posiblemente,
Filamento o eje: es la columna donde se lugar donde se almacenan algunas reser-
asientan los nectóforos. La parte que lle- vas nutritivas, principalmente lipoides,
va los nectóforos se denomina nectoso- que además favorece la flotación del ani-
ma, y del sifosoma brotan los gastrozoi- mal.
des, palpos, brácteas, gonóforos, sifones, Sistema de canales: en nectóforos y gonófo-
etc. ros está constituido por el canal circular

385
Siphonophorae

(que se extiende alrededor del ostio y une Así, considerando el animal completo, con los
los extremos de los canales radiales), ca- nectóforos superior e inferior, lado ventral
nal pedicular (origen del eje o columna), para ambos nectóforos juntos, a la parte del
y canales radiales ya mencionados. animal que corresponde a la cara que lleva el
Medusoides: individuos adultos. hidroecio en el nectóforo superior. De forma
Gonóforos: son medusoides pequeños, hem- similar se denominará a la parte posterior.
bras o machos, funcionales o reducidos, Cuando se estudia separadamente cada nec-
en forma de campana o de vaso alargado, tóforo hay que usar la terminología precisa, es
pero sin tentáculos. decir, ventral a la parte que lleva el hidroecio,
Nectóforos o nectocálices: son campanas ya sea en el nectóforo superior o en el inferior.
nadadoras, medusoides asexuados, a
veces reducidos a pólipos, como son los
nectóforos vestigiales que se encuentran
en Physa/ía. Biología

Alimentación
En la nomenclatura de los difídidos, con los
dos nectóforos en la fase poligástrica, el
Los sifonóforos consumen gran cantidad de
anterior se llama también superior, y el
copépodos y otros zoopláncteres (Bigelow,
inferior o posterior, a los cuales algunos auto-
1926). Los sifonóforos no son abundantes en
res identifican como primero y segundo nec-
las regiones frías oceánicas, pero aparecen
tóforo, respectivamente.
en gran cantidad en las zonas templadas y cá-
Aun cuando los sifonóforos son de simetría lidas, resultando ahí importantes en los estu-
radiada, se han venido tratando bajo las nor- dios tróficos, ya que debido a su régimen car-
mas y denominaciones de la simetría bilate- nívoro se alimentan de larvas y animales jó-
ral. Así. la parte ventral de los nectóforos, la venes. Además, actúan en competición con
región del hidroecio, y la parte dorsal opuesta. otros organismos del plancton y con las larvas
De esta forma, mirando en la dirección del hi- de peces en la búsqueda y captura del alimen-
droecio, tendremos el lado derecho y el iz- to (ver fig. 171).
quierdo.

Sin embargo, existe gran confusión en la lite- Toxinas


ratura sobre la terminología empleada por di-
versos autores en lo que respecta a la orienta- Rhízophysa tí/íformís,Ileysenhardtí, Ve/ella
ción de los nectóforos. Esta disparidad sobre- ve/ella, Physa/ía, produten intoxicación hasta
viene, en parte, al adoptar términos corres- a los seres humanos, alcanzando a veces
pondientes a la simetría bilateral para descri- situaciones peligrosas. Al parecer, los efec-
bir animales que no pertenecen a esa sime- tos letales y parálisis que ocasionan las toxi-
tría. Así. se emplea ventral o axial, como se in- nas de los cnidarios indican que se trata de
dica arriba, a la parte donde va el hidroecio de sustancias de naturaleza proteica y de peso
los nectóforos, ya sea superior o inferior; y molecular bajo. Una' inyección de la toxina de
dorsal o abaxial a la cara opuesta. En los difídi- los nematocistos de Physa/ía produce paráli-
dos esas dos facetas tienen posicipnes opues- sis en peces, ranas y ratas. Los animales estu-
tas en el animal, ya que el nectóforo inferior diados, después de haber sido atacados por
está engarzado al superior y tiene el hidroe- Physa/ía, presentaban edema pulmonar, dila-
cio dirigido hacia la parte posterior del nectó- tación cardíaca derecha, congestión del siste-
foro superior. Se subsana esta dificultad si se ma vascular torácico y la circulación de la por-
considera el animal completo, con los nectó- ta, picazón, dolor y cambios vasculares. Ade-
foros superior e inferior, y se utiliza el mismo más, produce debilidad general, náuseas, do-
nombre para el mismo lado del animal, inde- lor de cabeza, espasmos abdominales y de la
pendientemente de la estructura anatómica. espalda, lagrimeo, congestión nasal, aumen-

386
Siphonophorae

TAXON ALIMENTO AUTOR

Condrophora,
Porpitidae
Porpita sp. Huevos y larvas de peces, alevinos. Copepoda Calanoida carn ¡voros.
Larvas de Gasteropoda. Lucifer. Medusae. Nematoda. Bieri,1970
Velellidae
Velella sp. Copepoda Harpacticoida. Lebour, 1947
Velella sp. Huevos de peces. Larvas de Crustacea. Bieri,1970
Velella lata Copepoda Huxley, 1859
Velella lata Huevos y larvas de peces. E ufausiacea. Copepoda. Chaetognatha.
Amphipoda. Larvas de Cirripedia. Cladocera. Otras larvas de
Crustacea. Diatomeas. Bieri,1961
Velella lata Larvas y huevos de Engraulis ringens (Pisces). Alvariño (inédito)

Siphonophorae, Cystonectae
Epibulidae
Epibulia
ritteriana Peces jóvenes. Alvariño, 1972
Epibulia
ritteriana Engráulidos, clupéidos, scomberesóscidos, mictófid·os. Alvariño (inéd ito)
Physalidae
Physalia physalis Peces jóvenes. Gudger, 1942
Physalia physalis Peces jóvenes y peces pequeños. Wilson, 1947;
Totton, 1960,
Mackie y Boag,
1963; Bieri, 1970.
Physonectae,
Agalmidae
Nanomia cara Larvas de Artemia. Copépodos. Mackie y Boag,
1963
Physophoridae
Physophora
hydrostatica Crustáceos. Hardy, 1956
(reeditado en
1970)
Forskalidae
Forskalia
edwardsi Peces jóvenes. Leuckart, 1853
Calycophorae,
Dyphyinae
Muggiaea
atlantica, Larvas de clupéidos, copépodos Alvariño (inédito)
Chelophyes
appendículata,
Diphyes dispar,
Diphyes
chamissonis,
Eudoxides
spiralis

Fig. 171. La alimentación de los sifonóforos, según datos de diferentes investigadores.


(Original).

387
S iphonophorae

to de la exudación y vértigo (F.E. Russell, Hay muy pocas especies restringidas, al pare-
1965). cer, a las regiones antártica y ártica. El Atlán-
He sufrido efectos de envenenamiento al to- tico y el Pacífico oriental presentan una mayor
car ejemplares de Dromalia alexandri, ya fija- analogía, mientras que el Pacífico occidental y
dos en formol al 4%. Sentí fuerte dolor de ca- el océano "Indico constituyen un ámbito de
beza, debilidad, náuseas y mareo, síntomas similaridad faunística. Las especies Diphyes
que duraron varias horas. chamissonis, Muggiaea delsmam; Sulculeo-
laria brintoni, Enneagonum searsae, son ex-
clusivas de estas regiones. Abyla peruana se
ha encontrado solamente frente a Perú.
Distribución La especie que se consideraba polar, Dimo-
phyes arctica, se extiende del Ártico al Antár-
Los Sifonóforos son organismos estrictamen- tico habitando los estratos profundos a lo
te marinos, habitan todos los océanos, mares largo del Pacífico, Atlántico y el "Indico. Por lo
adyacentes, bahías y albuferas. Se extienden tanto, hace tiempo se creía que existía un
desde lo estratos de la superficie marina has- límite en la distribución batimétrica de esta
ta las grandes profundidades de más de 1000 especie, ya que no se había encontrado al sur
m. Varias especies son de distribución muy de los 57°N, y se suponía que debían existir
amplia, verdaderamente cosmopolita, habi- factores físicos, además de la temperatura,
tando los océanos Ártico, Antártico, Atlántico, que limitaban la distribución de la especie.
"Indico y Pacífico. Un número limitado de espe- Pero el factor que la excluía era artificial, ya
cies son exclusivas de las latitudes altas, bo- que dependía de la limitación y restricciones
real y austral. Algunas están restringidas a las inherentes relacionadas con la escasez de
regiones neríticas y a la región trópico-ecua- muestreos a distintas profundidades y distri-
torial del SE Asiático, Indonesia y el Océano buidas por todos los océanos. Hacia la mitad
"Indico (Alvariño, 1971). La mayor parte de las del tercer cuarto de este siglo, al iniciarse y
especies habitan el cinturón trópico- ecuato- progresar sistemáticamente las colecciones a
rial oceánico. profundidades de más de 200 m, especies que
Todos los sifonóforos son pelágicos, excepto se consideraban recluidas a las regiones pola-
Dromalia alexandri y, posiblemente, otras es- res, entre ellas D. arctica, aparecían en las
pecies afines, que son hipopelágicas, ya que muestras mesopelágicas en número abun-
se desplazan con sus tentáculos sobre el fon- dante (ver p. 772, fig. 248).
do oceánico, y nadan mediante las contraccio-
nes y pulsaciones de los nectóforos y variacio- Según ya he indicado, las especies trópico-
nes del nivel batimétrico facilitado por la ecuatoriales son numerosas, pero la zona del
función del pneumatóforo. SE asiático y la India cuentan con un número
más elevado de especies que las otras regio-
Los sifonóforos aparecen en todo el mundo nes de ese cinturón (Alvariño, 1971), es decir,
distribuidos en forma más o menos discontí-
aparecen las especies típicas de los trópicos y
nua. Pocas especies son las que aparecen además otras exclusivas de esas zonas.
consistentemente en las muestras de planc-
ton. La mayor parte de los sifonóforos son ra- Las especies ocupan aproximadamente los
ros y se presentan esparcidos por los océanos. mismos estratos de profundidad a través de
Puede ser que la representaéión de las espe- su ámbito de distribución. Sin embargo, su
cies en las colecciones de plancton no resulte distribución batimétrica puede alterarse tem-
ser una fiel manifestación de la realidad, ya poralmente por factores locales, temperatura,
que muchos organismos tienen fa particular oxígeno, dinámica oceánica y la vertiginosa
eficiencia de poder evadir la captura. Obser- movilidad que ostentan muchas especies,
vaciones de los sifonóforos en el océano prue- desplazándose rápidamente desde las gran-
ban que huyen rápidamente antes de que des profundidades oceánicas hasta la epipe-
puedan ser capturados por las redes de planc- lagial, y viceversa. Así. algunas especies de
ton (ver p. 81). Physonectes viajan a través de los estratos

388
Siphonophorae

oceánicos en su deambular en busca de ali- M. kochi aparecen y desaparecen alternativa-


mento y evitando caer víctimas de los depre- mente en la región del Canal de la Mancha
dadores que se alimentan de estos organis- (Russell, 1934), la primera es un habitante tí-
mos. pico de la zona nerítica de aquella región, y la
segunda avanza con la afluencia de las aguas
No se discute la distribución batimétrica de
cálidas de procedencia meridional. En el Pací-
las especies ya que las listas correspondien- fico, Muggiaea at/antica aparece en la zona
tes aparecen en Alvariño (1971) para las zo- NE y en aguas neríticas del Japón, avanzando
nas epipelágica (0-200 m), mesopelágica con la rama nórdica (Región de Transición) de
(200-1000 m) y batipelágica (por debajo de los la gran circulación del Pacífico Norte, para es-
1000 m de profundidad). tablecerse en las regiones neríticas del Pacífi-
Sin embargo, además de las categorías bati- co Norteamericano y de América Central. En
métricas, existen las ecológicas y la estratifi- la región californiana se observa la fluctua-
cación latitudinal de las poblaciones. Así es- ción de las poblaciones de Che/ophyes appen-
tán las especies de las regiones polares, tem- dicu/ata y C. contorta, aquélla endémica en la
pladas y cálidas. Las especies de quetognatos región y la segunda indicadora del avance de
están identificadas, en su distribución, con las la corriente tropical procedente del sur. Tam-
regiones oceánicas, en cambio, las fronteras bién estas especies, junto con M. at/antica y
de la distribución de los sifonóforos están en M. kochi, señalan el avance de aguas templa-
una mayor extensión relacionadas con la si- das o tropicales en la región de América Cen-
tuación de las isotermas oceánicas. tral (Alvariño, 1972b).
En muchos casos, un género incluye dos es- Los sifonóforos pueden también utilizarse co-
pecies, una de ellas relacionada con aguas mo indicadores de condiciones oceánicas (AI-
más cálidas que la otra. Así su distribución variño, 1978) y se señala esta particularidad
resulta simplemente alopátrica. Igualmente, para la región suramericana del Atlántico. Las
cuando aparecen varias especies en un géne- especies antárticas avanzan con estas aguas
ro, cada una pertenece a un determinado en el Atlántico Sur y son indicadoras de pro-
complejo ecológico, en aguas cálidas, tem- gresiones de la Corriente de Malvinas y de la
pladas, epipelágicas, meso o batipelágicas, de Corriente Patagónica Costera, y en el este de
modo que su distribución también resulta alo- la Corriente de Benguela. Las especies tropi-
pátrica, aun cuando a veces pueden aparecer cales señalan la progresión de estas aguas
juntas en la misma muestra de plancton. En sobre la plataforma continental suramerica-
este caso hay que considerar que aun cuando na y divergen hacia el este; mientras que las
varias especies concurran en la misma colec- especies de la región templada avanzan hacia
ta, no implica que así se encuentran en el am- el continente americano en el gran circuito
biente oceánico. Hay que tener en cuenta que, anticiclónico del Atlántico Sur Central (ver
frecuentemente, al colectar plancton la red figs. 131, 132, 137, 186 y 199).
atraviesa varios estratos batimétricos y zonas
faunísticas. Así han ocurrido algunos de los Un total de 88 especies de sifonóforos han
errores que se han perpetrado en estudios sido observadas en el Atlántico Sur. La mayor
ecológicos del plancton, al considerar una parte de ellas aparecen representadas en el
muestra como un ente de comunidades planc- Atlántico Suramericano. Además, se encuen-
tónicas, cuando en efecto no lo es. tran los condróforos, Porpita y Ve/ella. Las
especies que habitan zonas adyacentes al
Los sifonóforos no están restringidos en su norte y sur también pueden avanzar en la
distribución a regiones oceanográficas parti- región del Atlántico Suramericano, aún cuan-
culares, relacionadas con "tipos de agua", do no se hayan obtenido hasta la fecha repre-
como sucede con los quetognatos y otros zoo- sentantes en las colecciones analizadas co-
pláncteres. Sin embargo, algunas especies rrespondientes a esta región.
pueden utilizarse como indicadoras de las
aguas que habitan, en sus avances a lo largo La información sobre la distribución de las es-
de regiones adyacentes. Muggiaea at/antica y pecies de Sifonóforos en todos los océanos

389
Siphonophorae

del mundo y mares adyacentes aparece reco- En el laboratorio hay que manejarlos con mu-
pilada en Alvariño (1971). cho cuidado, y las pinzas y demás útiles de la-
En el atlántico Sur se reconocen cuatro zonas boratorio no se emplean como tales herra-
mientas, sino para recoger los ejemplares
hidrográficas: Antártica, Subantártica, Sub- como en cuchara. Los ejemplares grandes
tropical y Tropical. Estas aguas están en contí-
hay que cogerlos a mano y con gran cuidado y
nua fluctuación, formándose corrientes, re-
delicadeza ya que se rompen fácilmente debi-
molinos, y hay que considerar un buen por-
do a su falta de consistencia y gran fragilidad.
centaje de mezcla. En el Atlántico Suroeste se
presentan especies que se consideran indi- Los dibujos se preparan con microscopio este-
cadoras (Alvariño, 1978) de los avances de las reoscópico y cámara clara con objeto de obte-
aguas antárticas, así como de la Corriente de ner las proporciones de las distintas estructu-
Brasil, el circuito del Atlántico Central Meri- ras con la mayor exactitud. También pueden
dional, y sirven además para señalar zonas de utilizarse fotografías del animal para así man-
surgencias, su intensidad y desarrollo. tener las proporciones de las diversas partes
del organismo. Los detalles de las estructuras
anatómicas son representados mediante la
observación directa de los ejemplares con la
ayuda del microscopio estereoscópico, al mis-
Métodos de estudio mo tiempo que se prepara la representación
gráfica. De esta forma se facilita a los investi-
gadores la determinación de las especies, fa-
Los sifonóforos son organismos delicados voreciendo y facilitando así la comparación
siendo, por lo tanto, difícil obtener ejemplares directa entre los organismos de las coleccio-
en perfectas condiciones de conservación. nes que se estudien y las ilustraciones corres-
Son animales de consistencia gelatinosa y se pondientes.
rompen, sus pélrtes se desprenden y desco-
nectan al menor movimiento. El método usual
de colectar sifonóforos es mediante redes de Clasificación, identificación
plancton y redes mesopelágicas. La red em-
pleada en la captura determina, en muchos
y distribición de
casos, las tallas de los ejemplares que se ob- Siphonophorae en el
tienen, y asimismo resulta con respecto al Atlántico Suroeste
estrato batimétrico explorado. Las condicio-
nes de conservación de los ejemplares de-
penden de la cantidad de material planctónico La secclon que sigue comprende todas las
apresado por la red, acción del arrastre, velo- especies conocidas del orden Siphonophorae;
cidad del arrastre, estado del mar, etc.
y las especies correspondientes al Atlántico
La fijación se hace en una solución de formal- Suroeste aparecen descriptas con detalle. Las
dehido al 5% en agua de mar, con bórax para especies marcadas con un asterisco son
estabilizarla (ver p. 117 el seq.). aquéllas que no se han observado en el
Los reactivos narcóticos resultan adecuados Atlántico Sur. Los puntos incluidos son:
para estos organismos al igual que para las 1) Sinonimia y descripción. La clasificación
medusas (Russell, 1953). Estos reactivos de los sifonóforos no se basa en las formas se-
constan de 7,5% de c1orito magnésico en so- xuales, medusoides, adultos, sino en las for-
lución isotónica. Así se mantienen los ejem- mas asexuales; paragástrica o poligástrica. El
plares con el cuerpo en perfectas condiciones estudio y análisis de organismos conseguidos
normales, tentáculos extendidos, sin las fuer- en perfectas condiciones de conservación ha
tes contracciones de tentáculos, palpos, esto- facilitado que se conozca la generación poli-
lones, etc., que produce el proceso de la muer- gástrica de la mayor parte de las especies. En
te (ver p. 111). muchos casos, analizando las características

390
Siphonophorae

de los eudoxoides es posible determinar y re- que existe una alternancia de generaciones,
conocer la especie correspondiente. con características simples. En varias espe-
La fase poligástrica asexual tiene los nectófo- cies estas dos fases están permanentemente
ros encargados de la propulsión de todo el ani- unidas, sin existir la fase libre de eudoxia.
mal, lleva un eje sobre el cual se asientan los La clasificación que adopto es la generalmen-
gastrozoides, dactilozoides, gonozoides, ten- te aceptada por Bigelow (1911), Bigelow y
táculos, brácteas, etc. Los gonozoides, al cre- Sears (1937), Sears (1953), Totton y Barg-
cer y madurar, se desprenden de ese eje for- mann (1965).
mando la fase libre sexual o eudoxia, que des-
pués de la fecundación, formación del huevo y En la descripción de géneros y especies hay
desarrollo de la larva dará lugar a la fase que considerar los nectóforos, brácteas prin-
asexual poligástrica. Así se podría considerar cipalmente, gonóforos. En los difídidos se es-

..

c:s:

Sn. Pedro
·Sn.Pablo XVI XVIII
u
a::

o Ascencion u..
IXIV XIII c:s:
BRASIL Sta. Helena
xv XI
I
6Trinidad
IX

c:s:
z
VI
Tristan
' Cunha
da ~I
~
VII :
o Gough ..,
o
IV .D
.•
U

500
VPMalvinas
<O Bouvet
~Georojas del Sur
111
I1 "': ~andw;ch
: del Sur

Orcadas
Shetland
del Sur . .-
'''0 del Sur
'"
.•.~: p
O

Fig. 172. Referencias para los datos acerca de la distribución


de Siphonophorae en el Atlántico Sur.

391
Siphonophorae

60'
tudian los nectóforos superior e inferior de la
fase poligástrica, la bráctea y el gonóforo de la O'

eudoxia. Las características que se conside-


ran son: forma general, disposición de facetas 10'
y aristas, forma y altura del nectosaco, forma y
altura del hidroecio, el ostio, características
de la apertura del nectosaco, forma del soma- 20'
.:," .. 0°, '::
20'
tocisto y su posición en relación con el necto-
saco, disposición de los canales radiales y del . "
.. :' .. ,
30' " .- 0, •• : o',:" • .' 30'
canal pedicular, aspecto de las aristas y sus ., .....
expansiones laminares, forma que adopta el
tope del nectÓforo. ':',
40' 40'
. ".:::: ..
2) Distribución: La numeración arábica y sus
letras corresponden a los cuadrados Marsden
de 5x5° (ver fig. 142) donde la especie fue re- 50'
gistrada. Además de esta información exacta
para el Atlántico Suroeste (de O a 600S y des-
de las costas sudamericanas hasta 25°W). se
incluyen datos codificados con numeración 60' 60'
romana de acuerdo al siguiente detalle (ver
fig. 172): 1: al sur de 600S; 11: Islas Georgias del 60'
Sur; 111: Isla Bouvet; IV: Isla Gough; V: Buenos
Fig. 173. Distribución general de las colecciones de plancton
Aires; VI: Isla Tristán da Cunha; VII: extremo en el Atlántico Sudoeste. donde se han obtenido si-
sur de Sudáfrica; VIII: costas deÁfrica del sur; fonóforos.
IX: Islas Trinidade; X: Bahía (Brasil); XI: Isla
Santa Helena; XII: costas de Angola; XIII: Isla
Ascensión; XIV: Isla Fernando de Noronha;
El material que se considera corresponde al
XV: al este de 25°W, entre Oy 300S; XVI: islas
estudio de las colecciones de plancton anali-
San Pedro y San Pablo; XVII: Golfo de Guinea;
XVIII: costas de Liberia. Cuando el número zadas y la recopilación de toda la información
que aparece publicada. Como la información
correspondiente está seguido de una abrevia-
que existe no es, en la mayoría de los casos,
tura de punto cardinal (N, S, E, W), significa cuantitativa, y además abarca muchos años,
que el hallazgo respectivo tuvo lugar al norte,
la distribución que se presenta se refiere a la
sur, este u oeste de la localidad en cuestión.
localidad, sin considerar los datos numéricos.
Estos datos incluyen dos tipos de registros: 1)
Ubicados dentro del área bajo estudio, pero Al presentar la distribución de las especies, se
para los cuales el autor no da información señalan las áreas en donde han aparecido, sin
exacta de latitud y longitud; y 2) Ubicados perfilar la amplitud abarcada por las respecti-
fuera del área bajó estudio, pero dentro del vas poblaciones. En otro mapa se incluyen
Atlántico Sur, con o sin latitud y longitud*. todas' las localidades donde se han determi-
nado especies de sifonóforos a través del es-
tudio de estos animales en el Atlántico Sur-
oeste (fig. 173).
* Nota del editor: lamentablemente, por razones de
espacio, no pudo incluirse la tabla y mapas distributivos 3) Observaciones: Notas de índole general
preparados por la autora, detallando las localidades acerca de la distribución local y/o mundial de
exactas (con latitud y longitud) de registro de cada
especie, así como el origen (autor) de la información
la especie en cuestión.
correspondiente. Sin embargo, el lector interesado en En esta sección se dan, además, breves defi-
estos detalles puede consultar la exhaustiva monogra-
fía de Alvariño (1971) que incluye esta información, con
niciones diagnósticas de los 4 subórdenes de
excepción de los resultados (publicados e inéditos) apa- Siphonophorae, de las familias y subfamilias
recidos en el interín (D. B.). con representantes en el Atlántico Suroeste,

392
Slphonophorae

y de algunos géneros que se consideran de metro. Los tentáculos son tubos largos,
interés. . cilíndricos, que se contraen intensamen-
te, y al extenderse llegan a alcanzar casi
un metro de longitud. Están cubiertos de
Orden SIPHONOPHORAE tentilas que llevan los nematocistos y to-
Suborden CYSTONECTAE Haeckel, 1887 da la batería defensiva del animal. Las go-
Con flotador y sifosoma, sin nectóforos ni nodendras con los gonóforos van sujetas
a un pedúnculo corto. Los gonóforos son
brácteas. La única familia registrada hasta
redondos y van apiñados como racimos
ahora en el Atlántico Sur es Epibulidae. de uvas.
Familia PHYSALlDAE Brandt, 1835
No registrada en el Atlántico Suroeste Distribución: 5 g.
Physalia physalis (Linné, 1758)* Observaciones: Rara, probablemente
neustónica (Alvariño, 1972a). Encontra-
Familia RHIZOPHYSIDAE Brandt, 1835 da en pleno océano, conjuntamente con
No registrada en el Atlántico Suroeste Lilyopsis rosea, frente al Río de la Plata.

Rhizophysa filiformis (Fórskal, 1775)* Suborden PHYSONECTAE Haeckel, 1888


Rhizophysa eysenhardti Gegenbaur, 1859* Se caracteriza por tener un flotador apical,
eje con nectosoma y sifosoma, aunque este
Bathyphysa conifera (Studer, 1878)* último puede modificarse en forma de esfe-
Bathyphysa sibogae Lens y van Riemsdijk, ra, cuerpo globular, en forma de saco o ci-
1908* lindro, y ahí van los gastrozoides, palpos,
tentilas, brácteas y gonozoides. Las fami-
Familia EPIBULlDAE Haeckel, 1888 lias representadas hasta ahora en el Atlán-
Familia monoespecífica. tico sur son: Agalmidae, Pyrostephidae,
Physophoridae, Athorybiidae.
Epibulia ritteriana Haeckel, 1888 (fig. 174-1)
Familia APOLEMIIDAE Huxley, 1859
Descripción: El pneumatóforo es grande,
ovalado, alcanzando hasta 25 mm de al- Apolemia uvaria Lesueur, 1811*
tura por 20 mm de ancho. El animal vivo y
en perfectas condiciones aparece de co- Familia AGALMIDAE Brandt, 1835
lor rojo brillante. El pneumatóforo es de Estos physonectes tienen un eje largo y
color coral y el poro apical lleva una coro- una serie numerosa de nectóforos dis-
na o aureola circular de color púrpura. La puestos en dos filas a ambos lados del
serie de palpos que rodean al flotador, si- nectosoma.
fones y gastrozoides son de color rosado,
y llevan una mancha morada en los extre- Agalma okeni Eschscholtz, 1825 (fig. 174-2)
mos, y en las aperturas bucales. Los ten-
Sinónimos: Crystallomia polygonata Dana,
táculos y tentilas son amarillentos, y las 1858, Chun, 1897, Kawamura, 1910,
gónadas aparecen como copiosos raci-
1911; Agalma breve Huxley, 1859; Crys-
mos de color rojo vivo y tonalidades púr-
talloides rigidum Haeckel, 1869; C. vitrea
pura. Sin nectóforos ni brácteas. El sifo-
Haeckel, 1888; Crystallomia sp., Lens y
soma es una vejiga oval sobre la cual se
asientan todas las estructuras del ani- van Riemsdijk, 1908.
mal; en la parte alta va el pneumatóforo Descripción: El pneumatóforo es oval, alar-
y luego los sifones, gastrozoides, tentácu- gado, con pigmento rojo en el ápice. Los
los, gonodendra, etc. L'os sifones y gas- nectóforos son en forma de "Y", con una
trozoides suelen medir 15 a 20 mm de serie de facetas tru ncadas y biseles. Las
longitud y se abren al extremo mediante brácteas son gruesas, de mesoglea, que
la probóscide y la boca. La probóscide es adoptan la forma de triángulo equilátero,
musculosa y varía ampliamente de diá- y el borde externo grueso aparece corta-

393
Siphonophorae

do en una serie de festoneado cóncavo. 1874; Stephanomia pietum Metschni-


El canal bracteal es corto. coff, 1874; Halistemma tergestinum
Claus, 1878; Agalmopsis fragile Fewkes,
Distribución: 4g; 5d; 7h; 9g; 10h; 1Di; 12h;
12i. 1. V, VII, entre XI y XIII, XII, XVI, XVI(S). 1882; Cupulita pieta Haeckel, 1888; C.
tergestina Haeckel, 1888; C. fragilis
Observaciones: Muy abundante en las re- Haeckel, 1888; C. eanariensis Haeckel,
giones templadas y cálidas del Atlántico, 1888, Bédot 1896; Anthemodes ordinata
Pacífico e 'Indico; la más abundante de Haeckel, 1888, Bédot 1896;Anthemodes
Agalmidae. Aparece extensamente dis- moseri Agassiz y Mayer, 1902; Stepha-
tribuida por las zonas epipelágicas oceá- nomia bijuga Bigelow, 1911; Nanomia
nicas. En la región que se estudia es bljuga Totton, 1954, Totton y Bargmann
abundante y frecuente. 1965.
Agalma elegans (Sars, 1846) (f i g. 174-3) Descripción: Se trata de una especie abun-
dante en el Atlántico y en el Pacífico, en-
Sinónimos: Agalmosis elegans Sars, 1846; contrándose también en el 'Indico. El
Agalmosus sarsi Kolliker, 1853, Leuc-
pneumatóforo tiene más de 2 mm de lon-
kart, 1853; Agalma punetata Leuckart,
1853; A. elavata Leuckart, 1853, 1854 gitud, de color marrón, con zona pigmen-
tada en el ápice, que aparece rodeado de
(en parte); A. elegans Fewkes, 1880,
1881; A. sarsi Fewkes, 1880. una corona de células de color púrpura
oscuro. A veces lleva en el ápice un orifi-
Descripción: Nectóforos: el nectosaco es cio. Se pueden observar ocho septos.En
triangular, no en forma de "Y", como en el nectosoma se encuentran los nectófo-
A. okeni. Las brácteas parecen frondes ros dispuestos en dos filas, cada una con
con dos aristas látero-ventrales, muy fi- 8 a 25 nectÓforos. Los nectóforos son
nas en el ápice, terminando en tres pro- cuadrangulares, vistos desde la parte
tuberancias. La parte superior de la brác- abaxial o Iq axial, con unas prolongacio-
tea (haz) es convexa, con tres aristas. El nes pequer\as a manera de orejitas en los
canal bracteal termina a corta distancia vértices externos, Los nectóforos son
del ápice. En los tentáculos aparecen las achatados desde la parte columnar hasta
tentilas que terminan en tres prolonga- la ostial. El sifosoma es un filamento
ciones, y en los animales adultos están largo y muy contráctil. Los grastrozoides
cubiertas por el involucro. En la gonoden- son numerosos. Las tentilas son cnido-
dra aparecen los gonóforos. Los gonófo- bandas. En la gonodendra aparecen los
ros masculinos aparecen separados, gonóforos masculinos y femeninos alter-
mientras que los palpos están desparra- nando en pares a cada lado de la base.
mados por casi toda la longitud en cada Las 'brácteas pueden ser de dos clases,
segmento del cormidio. una sencilla, larga, dispuesta en la base
de cada gastrozoide, en forma de hoja con
Distribución: 1Di. XII, XIII. tres dientes al extremo, mientras que las
otras son también en forma de hoja, pero
Observaciones: De distribución cosmopo- más cortas y con tres procesos termina-
lita. les menos desarrollados. A veces apare-
cen algunas brácteas en forma de espa-
Stephanomia rubra (Vogt, 1852)*
da. Las brácteas se encuentran dispues-
Stephanomia bijuga (Delle Chiaje, 1841) (fig. tas en cuatro filas a los costados del sifo-
174-4) soma. Se trata de agálmidos de colora-
ción brillante.
Sinónimos: Physsophora bijuga Delle
Chiaje, 1841; Anthemodes eanariensis Distribución: 4g; 9g; 12h. XVI(SE).
Haeckel, 1869, Chun, 1888; Halistemma
pieta Metschnicoff, 1870, Chun, 1888; Observaciones: Normalmente, bastante
Stephanomia eanariensis Metschnicoff, abundante en los tres océanos.

394
Siphonophorae

Hafistema striata Totton y Bargmann, 1965* Los canales radiales de los nectófo-
ros son sencillos, sincircunvolucio-
Neetafia fofigo Haeckel, 1888 (fig. 174-5) nes ni lazos.
Sinónimos: Nectalia loligo Chun, 1897,
Marrus antarcticus Totton, 1954 (fig. 174-6)
Schneider, 1898, Bigelow, 1911.
Descripción: En el pneumatóforo se puede Descripción: El pneumatóforo es en forma
distinguir el anillo de quitina y el ectoder- de cono muy alargado, alcanzando unos
mo secundario del pneumatosaco. El 4,5 mm de longitud y 1 mm de diámetro.
Los costados de los nectóforos no están
nectosoma lleva de 4 a 8 nectóforos, de
tamaño pequeño, pero con un nectosaco atravesados por aristas. El nectosaco no
es muscular. Los canales laterales care-
amplio. Los canales radiales de los nectó-
foros presentan un asa que avanza hacia cen de circunvoluciones y lazos. Cuando
la cara inferior frente al nectosaco. En el aparecen pigmentados son de color na-
sifosoma, debajo del nectóforo de más ranja o rojo vivo (fig. 174-6A). El eje es
edad, aparecen dos brácteas pequeñas a también de color naranja o rojo. Ahí se
ambos lados del sifosoma, y unos brotes. observan los gastrozoides, largos, alcan-
Debajo está la zona de proliferación de zando unos 30 mm de longitud. También
palpos y sifones. Las brácteas superiores aparecen tentáculos con tentilas, sim-
son de talla mayor y más gruesas que las ples, sin involucro, y el cnidoblasto pre-
que aparecen debajo, y todas terminan en senta tres circunvoluciones en espiral; el
tres protuberancias. Las dos brácteas pedicelo de 0,8 mm de longitud lleva un
más largas son lanceoladas y terminan filamento al extremo que alcanza de 1 a 5
en tridente, la parte dorsal es convexa y la mm de largo, conteniendo nematocistos
ventral es cóncava. El canal bracteal lle- dispuestos en bandas. Los palpos son fi-
ga hasta el ápice de la bráctea. Las brác- nos llegando a unos 30 mm de largo. Los
teas se engarzan a ambos lados del sifo- gonóforos femeninos son pequeños, con
4 canales radiales, sin ostio. Los óvulos
soma, en un plano opuesto a los nectófo-
ros. El engarce se efectúa mediante una son de 1,25 mm de diámetro, y aparecen
lámina muscular. Las brácteas pequeñas rodeados de una banda palmeada irregu-
larmente hacia un lado. Las brácteas son
aparecen engarzadas en el mismo plano
de los nectóforos (fig. 174-5A). Las gono- aplastada~ y en forma de cono truncado,
dendras se presentan como racimos de con el canal que termina en una papila
(fig. 174-6B).
color rojo vivo, protegidas por las brác-
teas. Los sifones aparecen también de
color rojo intenso. Totton y Bargmann Distribución: 1i; 6e. 1, IV(SE), VIII.
(1965) consideran que N. foligo es una Observaciones: Típica de las altas latitudes
forma juvenil de Physonectae (fig. 174- australes. Ocasionalmente puede encon-
5B). trarse más al norte (e.g., frente a Río
Distribución: VI, XVI, XVII. Grande do Sul (Brasil) debido al trans-
porte en profundidad de las aguas antár-
Observaciones: Tiene una distribución tro- ticas y ulterior emersión con un aflora-
pical característica, aunque en la literatu- miento.
ra se cita su presencia también en locali-
dades alejadas de las regiones cálidas Marrus orthocanna (Kramp, 1942)*
oceánicas (Alvariño, 1971).
Marrus orthocannoides Totton, 1954*
Cordogalma cordiformis Totton, 1932*
Moseria convoluta (Moser, 1925)*
Género Marrus Totton, 1954 Nanomia cara A. Agassiz, 1865*
Los organismos en este género tie-
Lychnagalma utricularia (Claus, 1879)*
nen brácteas sencillas, en forma de
dedos, terminando en un solo arco. Erenna richardi Bédot, 1904 (fig. 174-7)

395
Siphonophorae

Sinónimos: Erenna bedot; Lens y van nuosidades, y la dorsal aparece con 3 a 4


Riemsdijk, 1980. curvas. La pared del nectosaco no tiene
Descripción: Se trata de sifonóforos poco musculatura, y la mesoglea protege la re-
frecuentes, y se caracterizan por conte- gión del ostio. El extremo interno del par
ner melanina en el endodermo. Los nec- de aristas ápico-Iaterales forma un ángu-
tóforos son grandes, de unos 30 mm, en lo donde se inclinan las paredes, junto a
su bifurcación, formando las aristas fron-
forma de "Y" con las ramas muy largas;
los canales radiales son rectos, sin las si- tal y orolateral. Los gastrozoides tienen
nuosidades frecuentes en estos anima- basigaster de forma casi cilíndrica. Cada
tentículo lleva 50 o más tentilas. Las
les, y a veces aparece un canal largo que
avanza por las prolongaciones del nectó- brácteas tienen tres picos gruesos, pIa-
foro. El nectosaco es corto, en forma de nos abajo y cónicos arriba. Los gonóforos
''1'' con tilde grande. Los canales están proliferan unos de otros formando así la
pigmentados en negro (fig. 174-7A).·Las gonodendra.
brácteas alcanzan más de 20 mm, con un Pyrostephos vanhoeffen; Moser, 1925 (fig.
par de ganchitos cerca del extremo y otro 174-8)
par más atrás. Además, terminan en una
esferita que contiene los nematocistos. Descripción: El pneumatóforo, de unos 8
Una lámina muscular abarca la mayor mm de longitud, es delgado, plano en la
parte de la bráctea. El canal bracteal se parte inferior, y generalmente sin pig-
extiende cerca de la superficie, pero en mento en el ápice. El nectosoma es largo,
las proximidades del extremo se sumerge con dos filas de nectóforos, probable-
mente más de 20 en cada fila. Los nectó-
en la mesoglea. Se encuentran, general-
mente, varias brácteas dispuestas en 4 fi- foros tienen una morfología compleja, di-
las a cada lado del sifosoma. Cada fila lle- fícil de describir. Tienen una lámina mus-
va de 5 a 6 brácteas (fig. 174-7B). Los ne- cular estrecha que se inserta en un canal.
Alcanzan unos 20 mm de talla. El canal
matocistos son ovalados, y el filamento
lleva protuberancias, careciendo, al pare- pedicular es corto, se bifurca y forma los
cer, de espinas. Los tentáculos son muy canales radiales dorsal y ventral. Los dos
largos, alcanzando unos 200 mm de lon- canales radiales laterales proceden sepa-
gitud. Existe, al parecer, una hipertrofia radamente de los canales dorsales, si-
de la cnidobanda, por lo cual se conside- guen hacia la pared del nectosaco y cru-
ra que ha de constituir una formidable ba- zan hacia la zona lateral del mismo,
tería urticante. El endodermo que rodea donde forman circunvoluciones para des-
a los canales aparece con abundantes va- pués cruzar y llegar al canal alrededor del
cuolas (fig. 174- 7C). ostio. Así el canal dorsal usualmente pre-
senta de 3 a 4 circunvoluciones en la par-
Distribución: 6e; 10i. te más alta del nectosaco (fig. 174-8A, B).
Observaciones: Habita, probablemente, los En el sifosoma los gastrozoides jóvenes
estratos profundos oceánicos, pero de tienen un basigaster cilíndrico y un ten-
distribución característica en las regio- táculo. Los gastrozoides adultos parecen
nes tropicales. palpos, y los gastrozoides aparecen en
serie en la línea ventral. Un gastrozoide
maduro tiene forma de huso, alcanza
unos 15 mm, y se pueden reconocer tres
Familia PYROSTEPHIDAE Moser, 1925 secciones: basigaster, donde desaparece
. En general, el nectosoma es largo y con el ectodermo y el endodermo es estrecho
varios pares de nectóforos. Los canales como un pedúnculo, el estómago y la pro-
radiales del nectosaco surgen indepen- boscis. El endodermo es vacuolar, distin-
dientemente de los canales dorsal y ven- guiéndose grupos de vacuo las grandes
tral, y llevan tres circunvoluciones late- rodeadas de 4 a 5 células pequeñas, tam-
rales. La ventral es recta, con ligeras si- bién con vacuolas. En los intersticios

396
Siphonophorae

donde las células están en contacto apa- plancton, mesoplancton ya más de 1000
recen células cil índricas que producen . m de profundidad (Alvariño, 1971).
una secreción. Cada tentáculo lleva va-
rias tentilas, llegando a 50 por tentáculo.
Las brácteas son grandes, hasta de 23
Familia PHYSOPHORIDAE Eschscholtz,
mm, de base plana y extremo convexo. El 1829
canal bracteal es fino y termina antes de
La característica de la familia y el género
llegar al extremo de la bráctea. Los palpos
Physophora Fórskal, es la zona de prolife-
están dispuestos al extremo dorsal de la
ración en el sifosoma, que aparece dis-
fila ventral_de apéndices, y sirven para
mantener la flotabilidad de todo el con- puesta en espiral en lugar de longitudi-
nal, de modo que en la parte inferior se
junto. Los gonóforos pertenecen a sexos encuentran los cormidios. Los palpos de
distintos. Estos organismos son unise-
cada grupo son grandes y forman un ani-
xuados, estando, por lo tanto, los sexos
llo, que, además, tiene una gran actividad
separados. Los gonóforos brotan sucesi- urticante.
vamente, formando pequeños racimos.
Los gonóforos masculinos tienen forma Physophora hydrostatica Fórskal, 1775 (fig.
de salchicha y los femeninos son ovoi- 174-10)
des, dispuestos en meridianos con tres
óvulos cada uno. Sinónimos: Physophora nyzonema Péron y
Lesueur, 1809; P. philippi Kblliker, 1853;
Distribución: 1c, 1d, 1h, 1i; 2c-g. 1. P. borealis Sars, 1877; Discolabe quadro-
gata Haeckel, 1888; P. hydrostatica Ka-
Observaciones: Tienen una distribución
wamura, 1911, Bigelow y Sears, 1937,
restringida a la región Antártica, y así
Garstang, 1946, Totton, 1954, Totton y
aparecen abundantemente en la zona de
Bargmann, 1965.
las Islas Malvinas y las Islas Georgias del
Sur. Descripción: Pneumatóforo en forma de
pera, con un poro en el ápice que apare-
Bargmania elongata Totton, 1954 (fig. 174-9) ce de color morado. Los nectóforos se en-
Descripción: Solamente se reconocen bien cuentran en dos filas. El nectosaco tiene
porciones de estos organismos. Los nec- prolongaciones angulares en el extremo
tóforos se conocen perfectamente, y no ostial de los sacos laterales y se esconde
hay posibilidad de confusión con las de- en la parte superior y al costado del eje,
más especies; tienen forma prismática nectosoma. Los canales laterales tienen
terminando en una pirámide, y las dos una circunvolución muy particular, co-
aletas laterales se pliegan sobre la parte mo puede observarse en la figura. El
superior doblándose como las piezas de canal dorsal radial hace tres circunvolu-
un sobre. El nectosaco es cilíndrico, rec- ciones a cada lado hasta llegar al canal
tangular. Los canales son rectos, y los ca- circular. El canal radial ventral hace dos
nales radiales no forman ondulaciones ni pequeñas circunvoluciones a cada lado,
lazos. El sifosoma es de unos 3 mm de en la mitad anterior del nectóforo, y luego
diámetro, observándose las láminas mus- va directamente al canal circular. El nec-
culares repartidas a lo largo, que han de tóforo es redondeado, no se observa'n
servir de base a las piezas que se insertan costillas, excepto en las bases; desde la
en el sifosoma. Los gastrozoides se han placa de la boca al extremo ostial de
observado, pero aparecían en mal estado los sacos laterales del nectosaco (fig.
de conservación. Se desconocen las brac- 174-10A), Un surco medio se extiende
teas. por la parte superior del nectosaco, en-
Distribución: 8i; 10i, VII, VII(S). tre los sacos laterales, y rodea la parte in-
ferior hasta el extremo de la lámina de fi-
Observaciones: Es una especie tropical. jación, En la parte inferior hay una masa
En el Pacífico se ha encontrado en el epi- de mesoglea, entre el origen del canal pe-

397
Siphonophorae

dicular y la placa de la boca. En los ten- 1827; Rhodophysa helianthus Blainville,


táculos las baterías de cnidoblastos son 1830; R. rosacea Blainville, 1830; Atho-
particulares, ya que hacia la parte termi- physa rosacea Brandt, 1835, Bigelow
nal se hipertrofia un'lado y la banda crece 1911, Leloup, 1941; Angela cytherea
en espiral hacia abajo. Los palpos llevan Lesson, 1843; Athorybia rosacea Kólli-
acúmulos de nematocistos en los extre- ker, 1853, Huxley, 1859, Totton, 1954;
ITlOS, y cada uno va provisto de un fila- A. heliantha Gegenbaur, 1859; A. formo-
mento fino y largo. Los palpos son de co- sa Fewkes, 1882, Schneider, 1898; Pleo-
lor verde rojizo y presentan una reacción physa agassizii Fewkes, 1889; Diplorybia
a los estímulos en concordancia con el fromosa Fewkes, 1889; A. californica
nectosoma, extendiendo sus extremos Fewkes, 1889; Anthophysa darwim;
hasta llegar al nivel del pneumatóforo. Haeckel, 1888; A. formosa Chun, 1897.
Durante la natación, los gastrozoides y Bédot, 1904, Lens y van Remsdijk, 1908;
las gonodendras quedan colgando del si- Athorybia longifolia Kawamura, 1954.
fosoma. Las gonodendras llevan conjun-
tos de gónadas masculinas y femeninas. Descripción: La organización de este ani-
distribuidas en espiral entre los palpos y mal se puede comparar con los agálmi-
los gastrozoides. Los gonóforos masculi- dos, pero adoptando una postura hacia
nos son alargados. y los femeninos son un costado. No hay brotes de nectóforos,
ovoides, que contienen un solo úvulo; pe- El pneumatóforo es de gran tamaño.
ro se unen dos a dos formando unas si- constituyendo casi el volumen total del
nuosidades o lazos. El óvulo presenta animal, y el ápice está cubierto por el nec-
surcos meridionales, probablemente co- tostilo, que también es grande. Aparecen
rrespondientes a la impresión de los ca- células gigantes con septos que conectan
nales. y así parece que forman un conjun- el saco con el pneumatocodon. El eje ma-
to de cuatro surcos (fig. 174-1 OB). yor está inclinado hacia el lado ventral.
Distribución: VI(SW). Es probable que existan poros basales, ya
que en los ejemplares vivos se observan
Observaciones: Ampliamente distribuida burbujas entre las brácteas y los palpos.
en el cinturón trópico-ecuatorial oceáni- La producción de gas debe de ser rápida.
co. ya que en menos de diez minutos estos
animales se sumergen y emergen rápida-
mente en el océano. Las brácteas son del-
gadas y se unen por los pedicelos al nec-
tostilo, que es excéntrico. A los lados de
Familia ATHORYBIIDAE Huxley, 1859
los pedicelos hay láminas grandes y mus-
Se caracteriza por la hipertrofia del nec- cul'ares. En la base de cada lámina sefor-
tostilo. Lleva brácteas de tipo larval sobre
man de 8 a 9 grupos conteniendo 6 a 71á-
laminillas musculares, y además gru- minas cada uno. Los brotes más recien-
pos de gonóforos (gonodendras) con sus
tes son los apicales. Las bráctea s son tres
palpos, y gastrozoides en sus tentáculos.
veces más largas que anchas, con la qui-
Si hay nectosoma es muy corto. Estos
lIa lateralmente aplastada en la base. y
animales adoptan una postura horizon-
achatadas dorso-ventral mente. La parte
tal, y en la parte ventral (que es la inferior)
superior es convexa, y lleva 7 bandas lon-
aparecen las yemas del cormidio.
gitudinales con nematocistos. Las brác-
Athorybia lucida Biggs, 1978* teas forman una corona de varios círcu-
los. Se mueven batiéndose rítmicamente
Athorybia rosacea (Fórskal, 1775) (fig. 174-
y al unísono. Los gastrozoides aparecen
11 ).
en número de 3 a 4 en los ejemplares jó-
Sinónimos: Physophora rosacea Fórskal, venes, llegando hasta 20 en los adultos.
1775; Rhizophysa rosacea Lamarck, Cada uno lleva de 25 a 30tentilas trífidas,
1816; R. heliantha Quoy y Gaimard, unas involucradas y otras dendríticas,

398
Siphonophorae

Las gonodendras aparecen como sim- continua. Las láminas de brácteas están
ples gonopalpos con sus pedicelos, de los dispuestas en 9 grupos y cada grupo
que brotan más de 9 palpos secundarios, contiene de 3 a 4 láminas. Los gastrozoi-
junto con un par de gonostilos, macho y des tienen paredes gruesas y están dis-
hembra. Estos gonostilos llevan muchos puestos alternando en serie radial con las
gonóforos. Los gonóforos masculinos se láminas. Las tentilas terminan en 3 cuer-
distinguen por los pedicelos largos. Cada nos, y forman una espira de 7 a 8 vueltas,
gastrozoide lleva un par de gonodendras, que al contraerse, como se ven en los
una a cada flanco. Los palpos son largos, ejemplares conservados, aparecen cu-
vermiformes, muy activos y con acúmu- biertas por el involucro. Las gonodendras
los de nematocistos en el ápice. Cada pal- con las gónadas masculinas y femeninas
po lleva un palpito o un tentáculo reduci- dispuestas en parejas en el mismo ani-
do. Los extrem'os de los palpas son de co- mal, se encuentran dispuestas alternan-
lor rojizo. do radial mente con los gastrozoides. Los
Distribución: 12g. XVII. palpos se encuentran dispuestos en ani-
llos de 9 palpos en la forma de post-larva,
Observaciones: Poco abundante. y posteriormente dan lugar a las gono-
dendras (fig. 174-12B).
Melophysa melo (Quoy y Gaimard, 1827) (fig.
174-12) Distribución: XII, XV, XVII, XVIII(S).
Sinónimos: Rhizophysa melo Quoy y Gai- Observaciones: Tropical epiplanctónica.
mard, 1827; Rhodophysa melo Blainville,
1830; Stephanomia melo Quoy y Gai- Familia RHODALlIDAE Heckel, 1888*
mard, 1834; Athorybia melo Chun, 1897; Rhodalia miranda Haeckel, 1888*
A. rosacea Bigelow, 1911; Melophysa
melo Totton, 1954. Stephalia corona Haeckel, 1888*
Descripción: El pneumatóforo es de forma Angelopsis dilata Bigelow, 1911 *
ovoidal o de pera, con septos de células A. globosa Fewkes, 1886*
gigantes que forman parte del ectodermo
secundario. Está asentado sobre un nec- Archangelopsis typica Lens y van Riemsdijk,
tosoma corto que lleva unos pocos nec- 1908*
tóforos de tipo primitivo. Los nectóforos Dromalia alexandri Bigelow, 1911*
son cinco como máximo, sencillos, redu-
cidos, achatados, con una arista a cada
lado y tres aristas longitudinales en la Familia FORSKALlIDAE Haeckel, 1888
parte superior y que son más evidentes Estos organismos contienen palpos re-
en el extremo ostial. Llevan un pedículo ceptores químicos distribuidos entre los
lateral. Los canales radiales laterales for- nectóforos, es decir, que brotan de la par-
man un lazo hacia la mitad de la parte in- te superior del sifosoma, de modo que su
ferior y los canales dorsales son sinuosos parte distal se extiende entre los nectó-
(fig. 174-12A). Las brácteas son gruesas, . foros.
gelatinosas, en forma de corona sobre
Forskalia edwardsi Kolliker, 1853 (fig. 174-
una lámina muscular contráctil y fuerte. 13)
Las brácteas larvales tienen superficie
lisa, pero se engarzan por una quilla al Sinónimos: Stephanomia prolifera Milne-
igual que los adultos. Las brácteas del Edwards, 1841; S. contorta Leuckart,
animal adulto presentan de 8 a 9 crestas 1853; Forskalia edwardsi Kólliker, 1853;
radiales con protuberancias agudas. Las Keferstein y Ehlers, 1861; Bédot, 1893a;
crestas pueden llevar de 6 hasta 30 tu- Apolemia contorta Vogt, 1854; F. ophiura
bérculos en forma de papilas cónicas, Leuckart 1854, Sars, 1857; F. contorta
mientras que pueden formar una cresta Leloup, 1935.

399
Siphonophorae

Descripción: El nectosoma tiene forma de Forska/ia /euckarti Bédot, 1893*


cono o cilindro cubierto por los nectóforos
dispuestos en varias series, que brotan Forska/ia th%ides Haeckel, 1888*
de un meridiano del eje y siguen en espi-
ral. Estos ejes, al encontrarse, forman Suborden CAL YCOPHORAE Leuckart,
1854
una espiral apretada, que al extenderse
alcanza una gran longitud, más de unos 3 Los sifonóforos en este grupo poseen nec-
metros. La parte anterior del nectóforo es tóforos y brácteas, excepto los Hippopodi-
alargada y aplastada la parte superior, dae, pero carecen de flotador o pneumató-
con una prolongación laminar lateral en foro lleno de óxido de carbono. Los filamen-
la zona derecha y otra a ambos lados del tos son gastrozoides y gonozoides que lleva
nectosaco. En el cruce de los canales ra- la fase poligástrica se rompen en trozos
ial superior y circular aparece una man- para dejar en libertad la fase reproductora,
cha de color amarillo limón (fig. 174-13). o eudoxia.
Los gastrozoides llevan muchos pares de
brácteas, son muy activos y alcanzan
unos 16 mm de longitud, con pedicelos Familia PRAYIDAE Kólliker, 1853
de 57 mm. Las brácteas aparecen com- Se trata de calicóforos grandes, que con-
primidas lateralmente, y los pedicelos tienen abundante mesoglea que facilita
son piramidales. Las brácteas peduncu- la flotación del animal. El somatocisto es
ladas son de tres clases, dispuestas en pequeño y en forma de un canal pequeño
parejas dispares. Todas tienen una cavi- que se ramifica cuando la mesoglea es
dad entre la cara dorsal y el extremo. abundante. El nectóforo larval es grande,
En la base del pedúnculo aparece un par ovoidal, y es reemplazado por una suce-
de brácteas en forma de mazo de sección sión de nectóforos de forma variable. Los
triangular, otros están doblados como en nectóforos llevan largos filamentos con
bumerang, y el otro tipo presenta de 4 a 6 las eudoxias, cuyas brácteas presentan
dientes en el extremo. Las brácteas se un sistema de canales muy característi-
disponen como sigue: en cada cormidio cos. Las eudoxias están integradas por
hay un par unido directamente a cada la- gonóforos activos o nectóforos asexua-
do de la parte central de la lámina muscu- dos encargados del desplazamiento del
lar, entre el gastrozoide del cormidio y la animal mediante pulsaciones, llevando
base de la gonodendra. Las brácteas se extendidos los filamentos y tentáculos
unen a pares en la base del pedúnculo de formando el conjunto el aspecto de una
cada gastrozoide, frente a la gonodendra. red de deriva.
Las brácteas pedunculadas proporcionan
Subfamilia AMPHICARYONINAE Chun,
flotación a los gastrozoides. Las gono- 1888
dendras se alojan entre dos pedúnculos
de gastrozoides. Consisten en series de 6 No se conoce la fase de eudoxia para las
palpos, cada uno con su filamento que especies de este grupo. El sistema de ca-
brota del extremo de la base del anterior nales bracteales semeja un retículo, apa-
y llevan racimos de gonóforos. En la par- reciendo el par lateral del hidroecio, pero
faltan las ramas ventral y dorsal. El nec-
te terminal van los gonóforos masculinos
tóforo larval persiste, mientras que el pri-
~res ramilletes de 14), y en el siguiente
mer nectóforo heteromorfo queda redu-
tres ramitas con las gónadas femeninas
monoovulares. No aparecen nectóforos cido a un vestigio.
asexuados.
Amphicaryon acau/e Chun, 1888 (fig. 174-
Distribución: 2g. 1. 14)
Descripción: El nectosaco del nectóforo
Observaciones: Típico de las aguas frías.
vestigial no se abre al exterior. Tiene 4 ca-
Forskalia formosa Keferstein y Ehlers, 1860* nales sencillos similares a los del nectó-

400
Siphonophorae

foro grande, bien desarrollado. El nectó- doxia lleva una serie de gonóforos con
foro vestigial está englobado por el nec- sus brácteas y tentáculos, que aparecen
tóforo grande. El conjunto de ambos nec- ensartados en un largo eje. La bráctea es
tóforos forma un ovoide o esfera. como una campana que protege casi
completamente el gonóforo, que es de
Distribución: 10h; 12g, 12i. VI, VIII. IX(NE),
forma típica, con sus canales radiales y el
XIII, XVI.
canal anular (fig. 174-17)
Observaciones: De distribución amplia,
Distribución: 12h, 12i. XII, XVII.
abundante en las regiones templadas y
cálidas de los océanos. Observaciones: Especie rara.
Amphicaryon ernesti Totton, 1954 (fig. 174- Subfamilia PRAYINAE Chun, 1897
15)
Los géneros determinados en la región
Descripción: El nectóforo grande de la fa- del Atlántico Suroccidental son: Rosa-
se poligástrica no abarca al nectóforo cea, Nectodroma y Lilyopsis. El género
vestigial. En el nectóforo grande, los ca- Rosacea se caracteriza por tener un par
nales laterales radiales presentan una de nectóforos grandes. El somatocisto
ramificación en el ápice del nectosaco. La no aparece independiente, resultando
apertura del nectosaco del nectóforo ves- un canal hundido en la mesoglea, y lle-
tigial aparece cerca de la superficie. Los va además un canal en la parte dorsal
canales radiales ventrales forman un di- del hidroecio. Los canales laterales del
seño complejo, faltan los canales latera- hidroecio son sinuosos. La bráctea de
les, quedando sólo el canal dorsal. El con- la fase eudoxia es convexa en la parte
junto de los dos nectóforos tiene forma anterior y cóncava en la cara externa.
ovular. Se desconoce la eudoxia. Contiene 4 canales bracteales y las ra-
mas del filocisto. Los gonóforos son
Distribución: 6; 7g. medusoides bien desarrollados care-
Amphicaryon peltifera (Haeckel, 1888) (fig. ciendo de los nectóforos asexuados.
174-16).
Rosacea cymbiformis (Delle Chiaje, 1822)*
Descripción: Los canales radiales del nec-
tóforo vestigial de la fase poligástrica Rosacea plicata Quoy y Gaimard, 1827 (fig.
174-18)
mantienen las características del géne-
ro, pero la reducción de esta campana al- Sinónimos: Rosacea plicata Bigelow y
canza el máximo, ya que carece de necto- Sears, 1937
saco y solamente quedan 3 canales
radiales. Descripción: En la fase poligástrica existen
3 clases de nectóforos, los larvales que
Distribución: VI, VII. alcanzan 12 mm y que desaparecen, el
Observaciones: Raro. primer nectóforo definitivo (21 mm) y el
segundo nectóforo definitivo (32 mm).
Estos dos últimos nectóforos son distin-
Maresearsia praeclara Totton, 1954 (fig. 174-
17)
tos. El nectóforo larval es corto, redon-
deado, con una ranura que se abre al hi-
Descripción: El nectóforo pequeño de la fa- droecio. El primer nectóforo definitivo tie-
se poligástrica está hundido dentro del ne un hidroecio redondo y poco profun-
grande. El nectóforo pequeño todavía es do, doblado en ángulo recto en la zona
funcional, aunque tiene un nectosaco re- que se une a la lámina muscular. Este
ducido, y menor que el nectosaco del nec- nectóforo es más corto y de contorno más
tóforo grande. En ambos nectóforos se ancho que el segundo nectóforo. El se-
observan ramificaciones en los canales gundo nectóforo lleva una cavidad pro-
radiales. El canal paliar y el somatocisto funda para la inserción de la lámina, es
están bastante agrandados. La fase eu- más grande que el primero. Los canales

401
Siphonophorae

radiales adoptan una disposición sencilla mitas, para acabar cerca del ápice del
y sinuosa. El canal bracteal de la fase eu- nectosaco. Los canales subumbrelares
doxia surge del canal en espuela o canal son 12 en el ápice, ramificándose en los
izquierdo del hidroecio. El extremo de la extremos hasta formar 50. Estos canales
aleta o solapa derecha del hidroecio, que no se entrelazan en retículo como suce-
contiene el canal derecho, el más largo de de en N. reticulata (fig. 174-19A, B). El
los dos canales bracteales, envuelve y cu- nectóforo adulto alcanza más de 100 mm
bre el extremo de la otra aleta (fig. 174- de longitud y más de 60 mm de ancho, y
18). presenta el somatocisto característico,
así como los canales radiales tal como se
Distribución: 9h; 10h; 12h, 12i. IV, V, VIL detalla para el nectóforo joven. A veces se
VIII, XVI(SE), XVII. encuentran los 3 nectóforos. En la fase
Observaciones: Aparentemente, limitada a eudoxia se distingue el canal derecho del
la región tropical. hidroecio, que no se tuerce en el extremo
como sucede en N. reticulata. El canal
Género Nectodroma Bigelow, 1911 bracteal no es muy largo y aparece algo
Se trata de Prayinae con somatocis- curvado, y el canal ventral no se ramifi-
to formado por un sistema de cana- ca. La bráctea lleva dos surcos, uno trans-
les ramificados. Los canales sub- versal y poco profundo en la margen dor-
umbrelares son más de 4 y se pue- sal que es estrecha, y el canal dorsal lle-
den ramificar y anastomosar. ga a la superficie en este surco, el canal
derecho es profundo y el vertical pasa
Nectodroma dubia (Quoy y Gaimard, 1833, cerca del extremo del hidroecio. Se cree
1834) (fig. 174-19) que los surcos deben albergar un ten-
táculo.
Sinónimos: Diphyes dubia Quoy y Gai-
mard, 1834; Praia dubia Blainville, 1834; Distribución: 9h.
Nectodroma dubia Bigelow, 1911, Mo-
ser, 1925; Praya dubia Bigelow, 1931, Observaciones: Tiene una distribución
Totton y Bargmann, 1965. muy desparramada por los ámbitos oceá-
nicos, y este fenómeno ha de ser el resul-
Descripción: El nectóforo joven de la fase tado de los estratos batimétricos que ha-
poligástrica alcanza unos 40 mm de lon- bita. Se observó solamente entre las Islas
gitud y 33 mm de ancho; presenta una fa- Martín Vaz y Trinidade, y en una localidad
ceta truncada en bisel en la parte supe- más al norte aparecía Nectopyramis dio-
rior y la pared ventral se extiende más medeae, especie característica de los es-
abajo de la apertura del nectosaco. El hi- tratos profundos oceánicos.
droecio es profundo, abarcando total-
mente la longitud del nectóforo, cerrado Nectodroma reticulata (Bigelow, 1911)*
en parte por arriba mediante una aleta Prayoides intermedia Leloup, 1934*
gelatinosa, y dos aletas laterales lo cie-
rran completamente por abajo. El soma- Lilyopsis gracilis (Fewkes, 1883) *
tocisto consiste en una serie de canales Lilyopsis ros ea Chun, 1885 (fig. 174-20)
ramificados. Por debajo del canal pedicu-
lar se extiende como un tubo sin ramifi- Sinónimos: Praya diphyes Blainville,
1830; Praya medusa Metschnicoff, 1870;
car avanzando a lo largo de la pared dor-
Lilyopsis diphyes Moser, 1917, 1924.
sal del hidroecio hasta llegar a las inme-
diaciones de la apertura del nectosaco. Descripción: En la fase poJigástrica pue-
El tronco ascendente lleva a veces varias den aparecer hasta 3 campanas. Los
ramitas cortas, y se divide en tres ramas nectóforos son todos de igual tamaño y
en las proximidades de la parte superior en forma de cuña vistos de lado; el necto-
del nectÓforo. La rama del medio se diri- saco es grande y lleva los canales latera-
ge hacia la pared dorsal, las laterales se les dispuestos en meandros. El somato-
.
doblan y bajan juntamente con otras ra- cisto es sencillo, y se hunde y prolonga
402
Siphonophorae

en la mesoglea del nectóforo. En el ostio del extremo apical para terminar al otro
aparecen unos tubérculos pigmentados lado en un abultamiento, es decir aliado
(fig. 174-20A). En la fase eudoxia se dis- izquierdo del nectosaco. En algunos nec-
tinguen 6 canales bracteales, pero sin el tóforos se observa una arista redondea-
órgano central en forma de pera. Se ob- da en la zona ápico-basal, que se bifurca
serva un nectóforo asexuado que presen- en la base del nectosaco (fig. 174-21 A). El
ta tubérculos en el extremo del ostio, don- somatocisto está integrado por un siste-
de además aparecen unas manchas ro- ma complejo de canales, que consisten
jas. Los canales radiales surgen del ca- principalmente en el canal palial medio,
nal pedicular en dos pares. Los gonófo- canales radiales y otros canales que van
ros unisexuados de umbrela reducida se al ápice ramificándose en zig-zag. El ca-
presentan en manojos. Eudoxias mascu- nal palial medio rodea la parte apical del
linas y femeninas aparecen juntas en el hicroecio donde el nectóforo se engarza
mismo animal (fig. 174-20B). en el tronco, y en su descenso pasa por
el pedicelo. Los canales radiales del nec-
Distribución: 5g. VI.
tosaco se adentran en la prolongación
Desmophyes annectes Haeckel, 1888* ventral de la base. Los demás canales se
extienden hacia el ápice del hidroecio y
Stephanophyes superba Chun, 1888*
llegan hasta el ápice del nectóforo rami-
Subfamilia NECTOPYRAMININAE Bi- ficándose en varios ángulos. En la fase
eudoxia la bráctea es grande, triangular y
gelow, 1911
Con nectóforos redondos, con somato- aplastada, semejando bastante la forma
del nectóforo. La bráctea llega a alcanzar
cisto formado por una serie de canales
4 mm de longitud. Del canal del hidroecio
divergentes.
derivan las ramas laterales, y en los adul-
Nectopyramis diomedeae Bigelow, 1911 (fig. tos estas ramas se dividen originando for-
174-21) mas complicadas, de forma que las ramas
longitudinales resultan asimétricas (fig.
Descripción: Los nectóforos de la fase po- 174-21 B).
ligástrica son de forma oval, romboidales, Distribución: 10h, 10i. 1, VII, VIII.
con sección lenticular, más aplastados en
la cara dorsal que en la ventral, terminan-
do en punta en el ápice. El nectosaco es Nectopyramis natans (Bigelow, 1911) (fig.
pequeño, con canales radiales y el ostio 174-22)
se abre aliado dorsal. El hidroecio en for-
Sinónimos: Archisoma natans Bigelow,
ma de bolsillo, se abre más arriba del 1911.
nivel del nectosaco, apareciendo la aber-
tura como una fisura, formándose ahí Descripción: El nectóforo de la fase poli-
una faceta estrecha. El ostio va flanquea- gástrica es largo, en forma de arco de vio-
do por dos aristas que terminan en pro- lín, terminando en punta en el extremo
minencias angulares. Por debajo del.la- más alejado, y truncado en el extremo in-
bio inferior del ostio aparece una faceta ferior. El hidroecio abarca casi toda la lon-
basoventral, pequeña y achatada, rodea- gitud del nectóforo. La parte dorsal lleva
da por dos arrugas, cada una con su ca- 3 aristas longitudinales que se extienden
racterístico proceso basal. Esta faceta re- desde el ápice hasta el nectosaco, que se
sulta de sección triangular. El extremo encuentra a 1/4 de distancia del extremo
basal de la rama inferior del canal palial truncado. Existe un par de aristas latera-
se hunde en la mesoglea. El contorno del les que abarcan toda la longitud del nec-
hidroecio es bien visible en la zona de su tóforo. El canal palial o somatocisto es
apertura. En algunos ejemplares aparece simple y se extiende de uno al otro extre-
una cresta al borde derecho del nectófo- mo, doblándose en la zona del medio, al-
ro, avanzando directamente alrededor rededor del órgano central. Los canales

403
Siphonophorae

radiales, dorsal y ventral del nectosaco, rama inferior del canal palial. Ambos nec-
son independientes, y los laterales son tóforos se caracterizan por la disposición
opuestos (fig. 174-22A). La fase eudoxia particular de crestas con espinas. El os-
llega a medir unos 60 mm, es de forma tio del hidroecio es estrecho y en el borde
alargada y de sección triangular en la zo- lleva una arista perihidroecial provista
na por encima del hidroecio. Esta estruc- de espinas. Al lado opuesto, por encima
tura abarca casi la ni-itad de la longitud. El del ostio del nectosaco vestigial, apare-
nectóforo asexual es una campana alar- cen una serie de crestas con espinas.
gada, especial, que facilita la natación ya Estas crestas siguen un diseño que pare-
que lleva el nectosaco hacia la mitad del ce el número ocho. Al otro lado, debajo
lado cóncavo extremo. El canal pedicular del otro nectosaco, aparecen una serie
se inicia al extremo superior y continúa a de crestas en un plano horizontal. Un par
lo largo del nectosaco hasta el extremo de crestas bucales se cruzan según avan-
inferior. Este nectóforo especial tiene un zan hacia el tercio superior de la arista
hidroecio muy largo. Los canales radiales perihidroecial. A veces se encuentran
del nectosaco se distribuyen con un pa- variaciones en la disposición de las cres-
trón similar al que presentan en el nectó- tas espinosas. Las dos crestas bucales
foro de la fase poligástrica. Este nectófo- pueden unirse en el ostio del nectosaco.
ro asexuado mide más de 30 mm de lon- Con frecuencia, una cresta dorsal se une
gitud. El sistema de canales bracteales al diseño en ocho, y las crestas perihi-
mantiene las características particulares droeciales. En otros ejemplares aparece
de los prayinos. Se distingue una rama una cresta semicircular entre el diseño
dorsal de la que parte una ramita que se de crestas en ocho y las crestas perihi-
dirige hacia la cara dorsal, en la faceta li- croeciales (fig. 174-23A, B, C). La bráctea
geramente cóncava, llevando dos aristas de la fase eudoxia puede medir unos 6
laterales longitudinales y un par de cana- mm, y aparece comprimida lateralmente;
les, uno a cada lado del hidroecio. Estos el hidroecio es profundo con un ostio dis-
canales se unen en la parte inferior. No puesto en un plano oblicuo, y la parte
aparece el canal en espuela y el cuarto superior es cónica. El sistema de canales
canal no se ramifica. Los gonóforos apa- bracteales se parece al que presenta Ro-
recen cerca de la base de los gastrozoi- sacea, pero carece del canal espuela. Del
des. Las eudoxias son unisexuadas, es hidroecio parten dos canales que avan-
decir se trata de animales dioicos, y así zan oblicuamente a ambos lados de la
los sexos aparecen separados (fig. 174- pared dorsal del hidroecio. De la zona iz-
22B). quierda sale el canal dorsal que no se ra-
mifica, y además se presenta el canal
Distribución: 10i; 12i. VIII, XVII(SW).
ventral. Los gastrozoides tienen un ani-
Observaciones: Mesopelágica; con distri- llo de pigmento cerca de la boca, y las ten-
bución tropical en el Atlántico Suroeste. tilas son prominentes. La fase eudoxia
lleva un nectóforo asexuado que facilita
Nectopyramis spinosa Sears, 1952 (fig. 174- la natación y desplazamiento. Los gonó-
23). foros son pequeños, van provistos de pe-
dúnculos largos, y contienen óvulos gran-
Sinónimos: Hippopodius cuspidatus Mo-
ser, 1925; des (fig. 174-230).
Distribución: 8i. XI, XIII(E).
qescripción: El nectóforo larval de la fase
poligástrica tiene un nectosaco vestigial, Observaciones: Mesopelágico.
con dos canales radiales pequeños, que
Nectopyramis thetis Bigelow, 1911 (fig. 174-
parten aisladamente del canal palial. El 24).
otro tipo de nectóforo tiene un nectosa-
co grande y funcional, con canales radia- Descripción: El nectóforo de la fase poli-
les que parten independientemente de la gástrica presenta una cara dorsal trian-

404
Siphonophorae

guiar, que resulta justamente opuesta a adoptando una forma variable depen-
la posición del hidroecio. Casi toda la lon- diente de la edad y posición de la colonia.
gitud del nectóforo está ocupada por el Los hippopódidos carecen de brácteas y
hidroecio que es profundo. La rama supe- la flotación está facilitada por los nectófo-
rior media del somatocisto o canal palial ros, que son gruesos y constituidos por
avanza hasta las cercanías del ápice an- mesoglea gelatinosa. En los hippopódi-
gular y la otra rama desciende más allá dos, las zonas de proliferación del necto-
del nectosaco. En la parte más interna del soma y sifosoma están próximas, y el cre-
hidroecio hay dos pares de canales, dis- cimiento se presenta en dirección opues-
puestos a la izquierda y a la derecha. En ta a partir del punto de separación. En el
las proximidades del origen de cada uno Atlántico Suroeste esta familia está re-
de estos canales se inician los canales presentada por cinco de las seis especies
dorsales derecho e izquierdo, que alcan- que comprenden el grupo.
zan hasta los ángulos dorso-laterales.
Los 4 canales radiales del nectosaco son Hippopodius hippopus (F6rskal, 1776) (fig.
174-25)
independientes (fig. 174-24). En la fase
eudoxia también se reconocen extensio- Sinónimos: Gleba hippopus F6rskal, 1776;
nes laterales angulares y un ángulo api- Hippopodius neapolitanus Kolliker, 1853;
cal. Al liberarse la eudoxia quedan algu- Polyphyes ungulata Haeckel, 1888; H. lu-
nos restos sobre el tronco. El sistema de teus Leloup, 1933.
canales de la eudoxia mantiene el patrón
característico de los prayinos: un canal Descripción: Hay que distinguir el nectófo-
dorsal con una rama corta que avanza ro larval, que se desprende y en su lugar
aparece una serie de nectóforos secun-
hasta la superficie, un par de canales en darios heteromorfos. El nectóforo defini-
el hidroecio, y de cada uno parte un canal
tivo tiene forma de casco de caballo, al-
lateral que llega hasta los ángulos late- canzando hasta 20 mm de ancho. El nec-
rales y el canal ventral justamente en la
tosaco es cóncavo y propulsa un vólumen
cara opuesta. Los 4 canales radiales del
grande de agua con sus contracciones,
nectóforo asexuado parten separada-
facilitándose así el desplazamiento rápi-
mente del canal pedicular, avanzando
do en el agua, mediante este sistema de
más que la extensión del nectosaco.
propulsión a chorro. En los nectóforos re-
Distribución: 6i; 10i. VI(NE), VIII, XI(SW), cién formados el canal radial presenta un
XVII. plexus pequeño, que no se distingue en
los nectóforos grandes. En el endodermo
Observaciones: Es otra especie mesopelá-
aparecen núcleos multilobados. Los ca-
gica, ocupando asimismo la región habi-
nales radiales laterales parten del canal
tada por las otras especies del género.
radial dorsal, una zona cercana al ápice
del nectosaco. La mesoglea es sensible a
los estímulos, presentándose opalescen-
Familia HIPPOPODIIDAE Kblliker, 1853
te a veces, y luego se torna transparente.
Son calicóforos que presentan un eje con
Este cambio en coloración y transparen-
una sucesión de nectóforos, que llegan
hasta una docena. El tronco se contrae en cia va a veces acompañado por destellos
de luminiscencia. Cada nectóforo está
medio de las campanas. Todas las espe-
dispuesto en un giro de 1800 en relación
cies en este grupo presentan protuberan-
con sus vecinos en el eje (fig. 174-25). Los
cias, aserraciones, espinas, pero en otras
gastrozoides se insertan en un pedicelo
sólo hay aristas y vértices. En las fases corto, y los tentáculos sen largos con un
juveniles se presenta en el canal radial filamento terminal. El tentilum es largo y
una dilatación que desaparece en las fa- lleva un cnidosaco elipsoidal. La cnido-
ses adultas. Debajo del nectosaco se ob- banda se recurva hasta que el extremo
serva una fisura a través de la cual sobre-
apical llega a la base. A cada lado hay 4
sale la lámina muscular del nectóforo,

405
Siphonophorae

cnidocistos grandes en forma de lanza o los laterales. Posiblemente en este caso


espada. Los gonóforos se forman cerca se trata de nectóforos juveniles.
de los pedicelos de los gastrozoides. Los
gonóforos masculinos y femeninos se Distribución: VI, VII, VIII.
desprenden de la fase poligástrica cuan- Observaciones: De distribución amplia en
do maduran, y así nadan libremente en el las zonas tropicales oceánicas.
océano se sumergen, y algunos autores
interpretan esta particularidad para se- Vogtia pentacantha Kolliker, 1853 (fig. 174-
ñalarque las fases iniciales del desarro- 28).
llo de esta especie se producen en los es- Descripción: Los nectóforos son pentago-
tratos alejados de las aguas superficiales. nales, prismáticos, y las aristas llevan
abultamientos, mientras las facetas son
Distribución: 5e, 5g; 6e, 6g-i; 7f, 7g; 8, 8f,
8g; 9; 10h, 10i; 12g-i, 1, 111, VI, VII, VIII, IX, lisas. A veces aparecen unas espinas en
la base de la prominencia dorsal. El nec-
XI, XI(SW), XIII, XIII(SW), XVI(SE), XVII.
tosaco es pequeño. La faceta superior de
Observaciones: Presente en todo el Atlán- las aletas frontales laterales es lisa. El ca-
tico Suroeste, desde el ecuador hasta, nal ventral se une al dorsal aproximada-
aproximadamente, 400S. Más frecuente mente en la zona del primer 1/4 del nec-
que Vogtia g/abra. tosaco.
Vogtia g/abra Bigelow, 1918 (fig. 174-26). Distribución: VII.
Descripción: Los nectóforos son angula- Vogtia serrata (Moser, 1925) (fig. 174-29).
res, prismáticos, y en el ostio se distin-
guen dos abultamientos redondeados. Sinónimos: Vogtia pentacantha Bigelow,
1913.
Los nectóforos jóvenes son más estre-
chos y puntiagudos y las aristas aparecen Descripción: Los nectóforos son grandes,
más acusadas que en los adultos. prismáticos, triangulares, con aristas
Distribución: 4f; 8i; 9h; 10h, 10i; 11 i; 12h, aserradas y facetas lisas. El canal ventral
12i. VI, VI(N). VIII, IX, X, XIII, XVI(SE). se une al dorsal aproximadamente en la
zona del primer1 /3 del nectosaco.
Observaciones: Presente en todo el Atlán-
tico Suroeste, desde el ecuador hasta,
Distribución: 2g; 9g; 10h, 10i; 12i. VII(S).
aproximadamente 400S.
IX, XIII, XIV, XVI.
Vogtia kuruae Alvariño, 1967 (fig. 174-27).
Observaciones: Habita la región que se ex-
Descripción: Los nectóforos tienen un con- tiende desde San Pablo y Santo Tomé
torno de estrella de 3 puntas, vienen a ser hasta la Isla Ascensión en el este, avan-
tres triángulos isósceles rodeando al nec- zando hasta el sur de la Isla Trinidade, 6n-
tosaco, que queda así circunscrito por las contrándose también indicada para la re-
bases (lado más corto del triángulo). Es- gión de las Islas Georgias del Sur. Alvari-
tos nectóforos ostentan una forma angu- ño (1971) considera que esta especie ha-
lar, y las aristas y caras son lisas, sin espi- bita principalmente los estratos de 200-
nas, protuberancias ni aserraciones. En 1000 m de profundidad, y ocasionalmen-
la parte dorsal está el nectosaco, una ca- te se colecta en estratos menos profun-
vidad poco profunda, de contorno circu- dos, todo lo cual contribuye a su reparti-
lar. En el nectosaco hay 4 canales radia- ción tan esparcida.
les que siguen cursos rectos como en H.
hippopus, y en la parte plana aparece una
estructura en forma de "M" que está pró- Vogtia spinosa Kefferstein y Ehlers, 1861 (fig.
174-30).
xima al somatocisto. En algunos nectó-
foros, de los tres triángulos que forman el Sinónimos: Vogtia pentacantha Bigelow,
conjunto, el del medio es más largo que 1918.

406
Siphonophorae

Descripción: Los nectóforos son prismáti- Sinónimos: Galeolaria australis Bigelow,


cos, pentagonales, cortos, alcanzando 20 1911.
mm de ancho. Los nectóforos están cu-
Descripción: Ei nectóforo anterior de la
biertos de tubérculos gelatinosos cóni-
fase poligástrica presenta un somatocis-
cos, así como también las aristas y face-
to corto, ovoide, dispuesto en posición in-
taso El plexus en los jóvenes cubre la ma- clinada con respecto al nectosaco. Los
yor parte del nectosaco en la región del canales comisulares laterales forman un
canal ventral radial, y en los adultos que-
dan las dos alitas. El nectosaco es relati- par, que se extiende desde la base de la
parte veñtral para unirse con el canal que
vamente grande. El canal ventral se une
forma la gran ondulación hacia la mitad
al dorsal h~cia el 1/8 del nectosaco, es
de la longitud del nectóforo. Este canal
decir que está muy próxima esta estruc-
tura al canal circular. lleva una ramita pequeña en la parte alta
de la curva. El hidroecio es tan somero
Distribución: 5f; 12h, 12i. VII, XIII(NW). que casi desaparece. y se prolonga en dos
aletas que enfilan la entrada del nectosa-
Observaciones: Epipelágico, abundante. cO. El nectóforo posterior tiene el canal
palial mediante el cual se engarza al nec-
tóforo anterior, y se prolonga inclinado
hacia arriba hasta una pequeña depre-
Familia DIPHYIDAE Quoy y Gaimard,
sión en la parte alta del nectóforo. Las la-
1827
minas de la boca consisten en dos piezas
Los sifonóforos en esta famlia se caracte-
laterales y una central engrosada.
rizan porque la fase poligástrica lleva dos
nectóforos, uno anterior y otro posterior, Distribución: 6e; 7; 8g,; 8h; 9g. 9h; 10h.
de modo que la cúspide del nectóforo pos- 10i; 12h. VI(NW), VIII. IX(E), entre IX y XIII.
terior encaja en la parte dorsal del hi- XVI(SE).
droecio del nectóforo anterior. El nectó-
Observaciones: Aparece con distribución
foro inferior lleva la cavidad del hidroecio
tropical. avanzando desde el ecuador
orientada hacia la cara dorsal del nectó-
hasta los 300S en el este, y hasta la
foro superior. región de Rio Grande do Sul en el oeste,
Subfamilia SULCULEOLARIINAE Tot-
posiblemente transportada por el avance
ton, 1954 de la Corriente de Brasil.
Nunca se han observado libres en el
océano las eudoxias de esta subfami- Sulculeolaria brintoni Alvariño, 1967*
lia. lo cual constituye una característi-
ca de organismos primitivos (Totton y Sulculeolaria chuni (Lens y van Riemsdijk,
Bargmann, 1965). 1908) (fig. 174-32)
Descripción: El nectóforo anterior de la
fase poligástrica carece de canales comi-
Género Sulculeolaria Blainville,
surales, el canal lateral parte de la base
1934 ventral y se extiende hasta el ápice para
Los canales laterales del nectóforo descender hasta el canal anterior. El so-
posterior forman una ondulación matocisto es largo y bien desarrollado, al-
que alcanza desde abajo hasta el ápi- canzando dos tercios de la longitud del
ce para volver al canal radial. En este nectosaco. El hidroecio casi ha desapare-
género se encuentra 8 especies, 5 de cido. formando una protuberancia que se
las cuales aparecen en el Atlántico inserta en el segundo nectóforo. El nectó-
Sur. foro posterior lleva una lámina a la entra-
Sulculeolaria angusta Totton, 1954* da del nectosaco y protegiendo el eje con
los gastrozoides y sifones van como dos
Sulculeolaria bigelowi (Sears, 1950)* aletas soldadas. Los canales laterales
Sulculeolaria biloba (Sars, 1846) (fig. 174-31) parten del canal dorsal, bajan para ascen-

407
Siphonophorae

der de nuevo y retornar al canal anular una profunda incisión y en el borde inter-
donde terminan. no llevan un abultamiento ovalado. El
nectosaco del nectóforo posterior tiene
Distribución: 6; 7g; 8; 9g; 10h. IX, entre IX dos angostamientos en ángulo recto,
y XIII, XIII, XV, XVI(SE). lleva también dos alas baso-ventrales y
Oservaciones: Se presenta en aguas tropi- asimismo a la entrada del nectosaco apa-
cales. recen 4 dientes, dos dorsales y dos late-
rales (la denominación de los dientes si-
Sulculeolaria monoica (Chun, 1888) (fig. 174- gue la nomenclatura del nectóforo inde-
33) pendientemente considerado, no como
Sinónimos: Epibulia monoica Chun, 1888; integrante del conjunto). Se ha determi-
Galeolaria monoica Bigelow, 1911. nado la fase eudoxia para esta especie, y
así se ha podido establecer que los gonó-
Descripción: En la fase poligástrica el nec- foros femeninos y masculinos no apare-
tóforo anterior tiene tres pares de dientes cen juntos en el mismo animal. Al madu-
dorsales finos y un par de dientes latera-
rar, se sueltan del cormidio y nadan libre-
les más pequeños y de forma triangular, mente en el océano. Los gonóforos feme-
pero que varían de tamaño alrededor del ninos son blanquecinos y los masculinos
ostio. El somatocisto es muy pequeño.
rojizos.
Aparecen canales comisulares. La lámi-
na basal o placa bucal está dividida y lleva Distribución: 6e; 7i; 10h; 11 h. Entre IX y
dos dientes pequeños en la parte dorsal XIII, XIII.
del borde de la apertura del nectosaco y Observaciones: Es un sifonóforo común a
dos laterales más pequeños. El nectófo- los océanos Atlántico, 'Indico y Pacífico.
ro posterior presenta el margen del ostio En las regiones oceánicas del Pacífico re-
similar al nectóforo anterior, con 3 dien-
sulta ser la especie más abundante del
tes dorsales y 2 laterales. La placa de la
género, pero en mis estudios de material
boca es truncada, con un pequeño rebor- del Atlántico la encontré en pocas locali-
de y dos dientes. dades.
Distribución: 8f; 9g; 1Oh, 10i; 12h. VIII, XIII, Sulculeolaria turgida (Gegenbaur, 1853) (fig.
XVI. 174-35)
Observaciones: Tropical. Sinónimos: Diphyes turgida Gegenbaur,
Sulculeolaria quadrivalvis Blainville, 1834 1853, 1854; Galetta australis Bigelow y
Sears, 1937; Sulculeolaria turgida Tot-
(fig. 174-34) ton, 1954.
Sinónimos: S. quadridentata Quoy y Gai-
Descripción: El nectóforo anterior lleva un
mard, 1834; Epibulia aurantuacea Vogt,
somatocisto pequeño de forma ovalada.
1851; Diphyes quadrivalvis Gegenbaur,
La apertura del nectosaco carece de dien-
1853; Galeolaria aurantica Vogt, 1854;
tes, y el hidroecio lleva dos láminas basa-
G. quadrivalvis Lens y van Riemsdijk,
les que lo cierran. El canal lateral se ex-
1908, Bigelow, 1911, Moser, 1925.
tiende desde la parte ventral, llegando
Descripción: El nectóforo anterior de la fa- hasta cerca de la cúspide del nectosaco y
se poligástrica va provisto de un somato- descendiendo luego hasta el canal circu-
cisto largo, fino, ondulado hasta la mitad lar. Un canal que parte de éste se une a la
de la longitud del nectosaco. En la aper- rama ascendente del canal lateral, apro-
tura del nectosaco (ostio) aparecen 4 ximadamente a 1/2 de su distancia del
dientes triangulares que lo cierran, como hidroecio. El nectóforo posterior es re-
en S. monoica, dispuestos de forma que dondeado, con la característica placa bu-
dos están en la parte dorsal y los otros dos cal, una aleta redonda y sin aletas latera-
uno a cada lado. El hidroecio se prolonga les. En la fase de eudoxia ambos sexos
dorsalmente en dos aletas separadas por aparecen juntos.

408
Siphonophorae

Distribución: 5h, 5i; 6e, 6h, 6i; 7, 7e, 7f, 7g; van un diente dorsal pequeño y una
8h, 8i; 10h. VI, VII, XVII(SW). placa bucal estrecha y redonda.
Observaciones: Parece ser la especie más Lensia achilles Totton, 1941 (fig. 174-36)
abundante del género Sulculeolaria en la
Descripción: El nectóforo anterior tiene 5
región que se estudió del Atlántico Sur-
aristas completas, y las aristas laterales
oeste, apareciendo distribuida desde la
latitud de la Isla Ascensión hasta cerca de se tuercen en la parte inferior hacia la ca-
los 38°S. ra dors91. El hidroecio es ancho y de poca
altura, llegando hasta el nivel del ostio,
presentando en el borde baso-ventral un
Subfamilia DIPHYINAE Moser, 1925
Son cali'cóforos con dos nectóforos en abultamiento. El somatocisto es corto y
en forma de huso. El hectóforo posterior
la fase poligástrica. Estos nectóforos no está bien descrito. Se desconoce la fa-
van uno a continuación del otro, pero se eudoxia.
a veces el posterior se reduce y desapa-
rece completamente. La sección de los Distribución: VII(W), VIII.
nectóforos es pentagonal. El nectóforo
Lensia ajax Totton, 1941 (fig. 174-37)
anterior es piramidal y el nectóforo
posterior presenta, en la parte alta, una Descripción: El nectóforo anterior, que
prolongación cónica o truncada que se alcanza 8 mm de longitud, presenta cinco
articula en la parte dorsal del hidroecio grupos de aristas longitudinales. Cada
del nectóforo superior, y en algunos grupo lleva tres aristas y a veces hasta
ocupa casi completamente aquella ca- cuatro. No presenta arista oral. Uno
vidad hidroecial. Así se considera que de los grupos dorsales de tres aristas, és-
en las especies con un solo nectóforo tas son incompletas, es decir que no lle-
en la fase poligástrica, el anterior, que gan hasta el ostio. En la parte basal se
viene a ser el nectóforo larval, es el que presentan unos bordes entre las aristas
persiste. dorsales y laterales. El somatocisto es
Género Lensia Totton, 1932 corto, en forma de mazo y dispuesto en
posición un poco inclinada. El hidroecio
El nectóforo anterior de la fase poli-
llega hasta el nivel del ostio y está abier-
gástrica es de sección pentagonal,
to hacia la parte dorsal. La eudoxia se
pero pueden existir 3, 5, hasta 7 aris- desconoce.
tas longitudinales. El hidroecio es
poco profundo, y la placa bucal es Distribución: VIII, XVII(N).
corta y dividida, pero las esquinas no
Lensia baryi Totton, 1965*
se prolongan .en espinas. Los cana-
les radiales generalmente no llevan Lensia campanella (Moser, 1925) (fig. 174-
ondulaciones. El somatocisto es 38)
usualmente corto. Cuando se conoce
Sinónimos: Galeolaria campanella Moser,
el nectóforo posterior, el ápice es 1925.
truncado y la placa bucal redondea-
da y sin dientes. Los canales radiales Descripción: El nectóforo superior presen-
del segundo nectóforo, o nectóforo ta el ápice retorcido, es decir que la arista
inferior, no forman asas, sino que si- ventral derecha se tuerce en el ápice y la
guen una marcha recta, a veces con arista lateral derecha resulta en el ápice
ligeras ondulaciones sobre las pare- pasando a la cara dorsal. El hidroecio es
des del nectóforo. Las eudoxias no casi plano, con una pequeña cavidad. El
llevan campana natatoria especial. somatocisto es corto, en forma de pera o
Las brácteas tienen el borde poste- mazo, e inclinado hacia la zona ventral.
rior redondeado y ancho, carecen de Las placas bucales se inclinan en un
dientes basolaterales. Los gonóforos ángulo de 45° hacia la apertura del necto-
son truncados en la parte alta y lIe- saco. El nectóforo posterior es cuadran-

409
S,phonophorae

guiar, con 3 aristas, y la parte superior des y tentila aparecen, en material re-
presenta una cavidad como de cazuela. cién capturado, de color rojizo.
Los canales radiales no forman ondula-
Distribución: 3f; 5d; 6f; 7e, 7f; 8h; 9, 9h;
ciones. La fase de eudoxia no se ha deter-
12g-i. 11, IV, V, VI(N y E). entre VI y XI, VII,
minado.
VIII, IX, X, XII, XIII, XIII(N y Wl. XVI, XVII.
Distribución: 6, 6e-h; 7i; 9g; 11 h; 12h.
XIII(W). Observaciones: Lensia conoidea es un
organismo de amplia distribución oceá-
Observaciones: Es una especie tropical nica, y así aparecía distribuido por toda
que se distribuye por el Atlántico Suroes- la región, desde el ecuador hasta las Islas
te hasta la zona meridional del Brasil, en Malvinas y Georgias del Sur. Las captu-
la región qu.e abarca la Corriente de Bra- ras ocurren, preferentemente, en las cer-
sil, y mar afuera en localidades que seña- canías del continente y de las islas, sin
lan la divergencia que se produce al este encontrar rastro de sus poblaciones en
de aquella corriente cálida. una amplia región del Atlántico Sur cen-
Lensia cha//engeri Totton, 1954* tral frente a la Argentina. Probablemente
esta particularidad en la distribución deL.
Lensia conoidea (Keferstein y Ehlers, 1860) conoidea no debe considerarse básica, y
(fig. 174-39) sólo el resultado de la época y profundi-
Sinónimos: Diphyes conoidea Keferstein y dad de las colecciones de plancton en las
Ehlers, 1860, 1861; D. truncata Sars, diversas localidades. Esta especie, en ge-
1846; Lensia truncata Totton, 1932; L. neral, es escasa en zonas donde la tem-
conoidea, Bigelow y Sears, 1937. peratura sobrepasa los 12°C. En el Pací-
fico aparecía poco abundante en la región
Descripción: El nectóforo superior es gran- trópico-ecuatorial (Alvariño, 1971).
de, las aristas ventrales y la pared ventral Lensia cordata Totton, 1965 *
del nectóforo forman un gran triángulo de
mesoglea gruesa. Las aristas laterales Lensia cossack Totton, 1941 (fig. 174-40)
están muy próximas a la placa bucal. La Sinónimos: Diphyes subti/oides Browne,
arista dorsal se prolonga un poco hacia 1926.
abajo en la región del ostio. El somatocís-
Descripción: El nectóforo anterior tiene 4
to está bien desarrollado, tiene forma de
aristas longitudinales, una dorsal, otra
huso y alcanza más de la mitad de la
ventral y las dos laterales. Esta campana
longitud del nectosaco (fig. 174-39A). El
termina en un ápice redondeado, la su-
hidroecio es poco profundo, y las placas
perficie externa es lisa pero con 4 abul-
bucales son como dos aletas, una cubre
tamientos longitudinales que permiten
a la otra. El nectóforo posterior presenta
contracciones y expansiones del necto-
el extremo apical del nectosaco prolon-
saco. También pueden observarse cres-
gándose más allá de la entrada del ca.nal tas en las paredes, una media dorsal y un
pedicular. Se observan 5 aristas longltu-
par de crestas vestigiales en los costados.
dinales. El ala basal o placa bucal está in- La faceta basal tiene forma de casco de
dentada en el medio y el lóbulo izquierdo
caballo y lleva una pequeña indentación
es más largo que el derecho (fig. 174-
en la cara ventral. El somatocisto es oval,
39B). La fase eudo~ia es bastante grande.
corto y ancho, dos veces más largo que
La bráctea es tan grande como el gonófo-
ancho, alcanzando 1/3 de la longitud del
ro, de forma cónica y la cara sutural tam- nectóforo. La cavidad del hidroecio casi
bién cónica. El filocisto es grande, fusifor-
no existe. Las placas bucales son cortas.
me. Los gonóforos llevan 5 aristas, y la La fase eudoxia no ha sido todavía identi-
placa bucal dispuesta en arco, con la par- ficada.
te alta redonda, adaptándose el hidroecio
de la bráctea que es redondo y de escasa Distribución: 4h; 5h, 5i; 6e, 6i; 8f-i; 9h, 9i;
profundidad. Los gonozoides, gastrozoi- 10g-i; 12g. VIII, XIII(SW), XVII.

410
Siphonophorae

Observaciones: Lensía cossack muestra rior. El extremo ápico-ventral de la aleta


en su distribución la característica tropi- derecha del hidroecio, que articula con el
cal que prefiere, encontrándose frente al nectóforo anterior, es triangular, y cubre
Brasil y progresando mar afuera, indi- casi todo el hidroecio como un diente an-
cando así el transporte procedente de la cho y redondeado (fig. 174-42). En la fase
desviación de la corriente cálida y su inte- eudoxia, la bráctea es alargada y tiene un
gración en el remolino central del Atlán- tope· redondeado. Las aristas sutura les
tico Sur (= Vórtice Anticiclónico del Atlán- están bien marcadas. Al borde de la pro-
tico Sur, ver páginas 227 y 239 Y figuras longación inferior de la bráctea, que
131 y 137). viene a ser el escudo del cuello, hay una
Lensía exeter Totton, 1941 (fig. 174-41) incisión que engarza con una de las
aristas del hidroecio. La parte superior de
Descripción: El nectóforo anterior es an- la bráctea es doble que la longitud de la
cho y termina en punta. Su superficie es parte del escudo. El somatocisto es
multiestriada por los grupos de aristas. globular. Los gonóforos son alargados y
Se encuentran 5 grupos de aristas con 3 no tienen placa bucal. Los gonóforos fe-
aristas en cada grupo. Una arista trans- meninos contienen unos 16 óvulos.
versal conecta el extremo de las aristas
Distribución: 7h; 8g, 8h; 9h; 12i. VI, VII, IX,
laterales de cada lado y llega hasta el os-
tio en la zona dorsal. El hidroecio es bas- IX(NE), XI, XII, XIII, XVI, XVII.
tante profundo para Lensia, está abierto Observaciones: Es una especie restringida
hacia la parte ventral, y el techo llega al al Atlántico, y su distribución en la zona
nivel del ostio. La lámina bucal está divi- que se estudia está localizada en una
dida en dos alas que se cierra una sobre cuadrangulación frente al nordeste del
la otra. El somatocisto es delgado, fusifor- Brasil, las islas adyacentes, Santo Tomé,
me, alcanza 1/3 de la longitud del San Pablo, Martín Vaz, Trinidade y As-
nectóforo (fig. 174-41). Se desconoce el censión, y además al noroeste de Tristán
da Cunha.
nectóforo posterior. La fase eudoxia no
ha sido identificada. Lensia grima/dií (Leloup, 1933) (fig. 174-43)
Distribución: 6i. VII, VIII. Sinónimos: Lensia grima/dií Totton, 1941.
Lensía fow/erí (Bigelow, 1911) (fig. 174-42) Descripción: El nectóforo anterior de la fa-
Sinónimos: Diphyes fow/eri Bíge/ow, 1911. se poligástrica es alargado y termina en
un ápice afilado. La zona dorsal está cu-
Descripción: El nectóforo superior de la bierta de estrías, de modo que la arista
fase poligástrica presenta 5 aristas longi- dorsal está realmente formada por un
tudinales, las laterales aparecen desvia- grupo de estrías, algunas de las cuales no
das hacia la región dorsal en el ápice, cur- avanzan hasta el ostio y otras son incom-
vándose en su marcha, de modo que en la pletas sin llegar hasta el ostio ni al ápice.
parte inferior están más próximas a la re- Existen además un par o varios pares de
gión ventral. El hidroecio es de forma pi- grupos de aristas laterales, con un par de
ramidal y la cúspide llega a la altura del crestas cada uno, y un grupo ventral. Las
ostio, de modo que la zona ventro-basal aristas dorso-laterales avanzan hasta las
se extiende más abajo que la apertura del cercanías del ostio y se unen en una cur-
nectosaco. El somatocisto es globular y va cerrada con la parte inferior de la arista
está situado a cierta distancia bajo el dorsal. El hidroecio es profundo, llega
nivel del ostio, de modo que el canal pedi- hasta el nivel del ostio, su extremo
cular desciende casi vertical. No existen inferior es redondeado y se abre hacia la
dientes en el ostio. La lámina bucal está parte ventral. El somatocisto es pequeño,
dividida en dos alas. El nectóforo poste- redondeado, en forma de mazo. Se desco-
rior es de una talla que llega a solamente noce el nectóforo inferior. No se ha deter-
las 3/4 de la longitud del nectóforo ante- minado la fase de eudoxia.

411
S'phonophorae

Distribución: 6e; 1Zh, 12i. VII, VIII, XI, XIII, Distribución: 1i; 2e; 3h, 3i; 4e, 4h. VI(W),
XIII(NW), XVII. VII (SW), VIII.
Observaciones: Presenta una distribución Observaciones: Aparecía preferentemente
estrictamente ecuatorial en esta región, distribuida en la vecindad de las Islas
y su presencia frente a Rio Grande do Georgias del Sur, avanzando hacia el
Sul podría ser el resultado de la prolonga- Atlántico Central con la progresión de la
ción de la corriente costera cálida, o un corriente de componente antártica.
remanente de un avance de la rama cos- Lensia hosti/e Totton, 1941 (fig. 174-46)
tera de la Corriente de Brasil.
Descripción: El nectóforo superior presen-
Lensia hardy Totton, 1941 (fig. 174-44)
ta múltiples estrías longitudinales, algu-
Descripción: El nectóforo superior es muy nas llegan hasta el ápice y la zona basal y
alargado, con 5 aristas rectas. El hi- otras solamente avanzan hasta una u
droecio tiene forma piramidal, con altura otra de dichas zonas. En la región ventro-
normal para Lensia, y se extiende a un ni- lateral se observan dos grupos de aristas.
vel por debajo del ostio, de modo que su Cada grupo incluye 3 a 4 aristas longitu-
tech0 en la parte dorsal está a la altura del dinales incompletas, una alcanza el ápice
ostio, y hacia la parte ventral queda aún pero ninguna llega hasta la parte inferior
más abajo. El somatocisto es casi redon- del nectóforo. Además, aparece un grupo
do, y el pedicelo avanza inclinado desde el dorsal con 3 a 4 aristas longitudinales,
nivel del ostio hasta un punto más abajo pero que no llegan hasta el ápice. En la
donde se une al somatocistq. Las placas zona dorso-lateral se encuentran dos
bucales son más grandes que la apertura. grupos de aristas, con 3 a 4 aristas cada
No existen dientes basa les. Las aristas uno. Estas aristas son completas y rectas.
ventrales señalan una fuerte incisión. El hidroecio es profundo, trapezoidal, y su
No se ha determinado el nectóforo poste- techo es en forma de silla de montar, yes-
rior. Se desconoce la fase eudoxia. tá más alto que la apertura del nectosaco,
y mediante una hendidura se abre hacia
Distribución: 3e; 4d, 4f; 5e; 6e; 11 i. 111,
la zona ventral. La placa bucal lleva dos
IV(E), VII, VII(S), VIII. aletas en la pared dorsal. El somatocisto
Observaciones: Aparece en la región del tiene forma de peonza, visto de perfil, pe-
circuito anticiclónico del Atlántico Cen- ro visto desde la parte ventral aparece en
tral meridional. Su presencia al nordeste forma de corazón. El canal pedicular está
del Brasil señala un fortuito avance de inclinado hacia arriba, a partir de la parte
una población que se adentró en la diver- dorsal hasta la ventral. Se desconoce el
gencia al este de la Corriente de Brasil. nectóforo posterior. No se ha determina-
do la eudoxia.
Lensia havock Totton, 1941 (fig. 174c45)
Distribución: VII, XIV(E).
Descripción: El nectóforo superior presen- Lensia hotspur Totton, 1941 (fig. 174-47)
ta 7 aristas, las ventrolaterales se unen
en la parte inferior adentrándose en la Descripción: El nectóforo anterior lleva 5
placa bucal. El hidroecio es profundo aristas. La arista lateral aparece en una
cuadrangular y su techo se extiende has- posición más dorsal en el ápice y más
ta un nivel por encima de la apertura del ventral en el ostio. El hidroecio es achata-
nectosaco. La pared ventral del hidroecio do hasta casi desaparecer, y está por de-
tiene una hendidura muy pronunciada bajo del nivel del ostio. El somatocisto es
que avanza hasta el tope del hidroecio. El ovalado y aparece en posición inclinada,
somatocisto es corto, fusiforme o en for- tiene un pedúnculo corto, y en algunos
ma de mazo. Se desconoce el nectóforo ejemplares el somatocisto se proyecta en
posterior. La fase eudoxia no ha sido un abultamiento hacia abajo de la zo-
determinada. na baso-lateral. La placa bucal está di-

412
Siphonophorae

vidida en dos alas que se inclinan dorsal- pera o de cilindro. No se conoce el nectó-
mente hacia la apertura del nectosaco foro inferior. La fase eudoxia no ha sido
(fig. 174-47). El nectóforo posterior pre- determ i nada.
. senta una hendidura redondeada en el Distribución: XVII.
extremo de la placa bucal. La parte supe-
rior del nectóforo presenta la aleta ven- Lensia lelouveteau Totton, 1941 (fig. 174-50)
tral izquierda que se articula con el hi-
Sinónimos: Lensia multicristata forma gri-
droecio del nectóforo superior. Esta aleta
maldii Leloup, 1934.
no es cuadrangular, sino que presenta
una forma angular. Se desconoce la fase Descripción: El nectóforo anterior tiene
de eudoxia. forma de peonza con el ápice romo,
presenta muchas aristas, pero no todas
Distribución: 4h; 5h, 5i; 6i; 7h; 8i; 9g; 10g-
llegan hasta el ápice. Así se pueden divi-
i; 12h, 12i. VII, VIII, IX(NE), XIII. XIV(E), dir en 5 grupos. En el grupo dorsal apare-
XVII.
cen tres o más aristas, en el grupo lateral
Observaciones: Lensia hotspur aparenta se encuentran de 7 a 8 aristas y los gru-
pertenecer a una tendencia tropical en el pos ventro-laterales incluyen de 4 a 6
Atlántico, presentando una distribución aristas. Existe una arista velar de menos
similar a L. cossack, extendiéndose con de 1 mm, que pasa por encima del ostio
la Corriente de Brasil y avanzando hacia extendiéndose así desde la zona dorsal
el sur en aguas del Atlántico central. Sin hasta la ventral del nect0foro. Las aristas
embargo, en el Pacífico se observa con laterales y muchas de las dorsales llegan
una distribución amplia que se extiende hasta ese surco sin atravesarlo, y no con-
desde los 42°N hasta los 45°S (Alvariño, tinúan por debajo hasta el ostio. El hi-
1971 ). droecio es pequeño, y su parte inferior re-
Lensia hunter Totton, 1941 (fig. 174-48) dondeada. La placa bucal está dividida en
dos aletas pediculadas. El somatocisto es
Descripción: El nectóforo superior tiene 7 achatado, reniforme. Se desconoce el
aristas, de las cuales las dorso-ventrales nectóforo inferior. La fase de eudoxia no
no alcanzan el borde del ostio y las ven- se ha determinado.
tro-Iaterales no llegan al ápice, pero se
unen en los bordes laterales de la placa Distribución: 12h, 12i. VII(W), XIII, XVII.
bucal. El hidroecio no es profundo, y su
techo está al nivel del ostio, pero se curva Lensia meteori (Leloup, 1934) (fig. 174-51)
gradualmente hacia la parte ventral. El Sinónimos: Galetta meteori Leloup, 1934;
somatocisto es grande, asimétrico, en L. meteori Totton, 1954.
forma de mazo, visto lateralmente, y bilo-
bado (con dos lóbulos desiguales) en vista Descripción: El nectóforo superior es liso,
ventral. El pedicelo es largo (fig. 174-48). redondeado, distinguiéndose poco las
No ha sido determinado el nectóforo infe-
aristas y solamente se pueden observar
rior. Se desconoce la fase de eudoxia. bien las ventrales. El hidroecio es estre-
Distribución: 6i. VI(W), VII, VIII. cho y largo, extendiéndose más arriba de
la apertura del nectosaco, y está abierto a
Lensia leloupi Totton, 1954 (fig. 174-49) la cara ventral. La lámina bucal está divi-
Descripción: El nectóforo anterior presen- dida en dos aletas cuadrangulares. El so-
ta 5 aristas rectas que llegan al ápice y al matocisto es corto, de forma oval, globu-
borde inferior. El ápice del nectosaco está lar o reniforme, y lleva un pedúnculo cor-
muy próximo a la cumbre del nectóforo. El to. Los canales laterales están a veces
pedicelo se extiende lejos del nectosaco. duplicados, apareciendo asas, una de
El hidroecio tiene forma de campana muy curvatura más abierta que la otra. El nec-
achatada, casi tres veces más ancha que tóforo inferior no se ha determinado. La
alta. El somatocisto es corto, en forma de fase de eudoxia se desconoce.

413
Siphonophorae

calidades desde Mar del Plata a Neco-


Distribución: 6e; 7f; 8; 9g, 9h. VI, VII, VIII,
chea. En el Pacífico se ha observado
IX, XI, XIII, XVI(S).
abundante y frecuente en las regiones
Observaciones: Ostenta distribución tropi- correspondientes a las Corrientes de Pe-
cal, apareciendo bien representada en la rú y de California. Se considera que sería
zona de la Corriente de Brasil, avanzando interesante comprobar si su distribución
en aguas neríticas hasta localidades veci- en el Atlántico está asimismo relaciona-
nas a RioGrandedoSulyprogresandoen da con la extensión de las principales co-
la zona desde la Isla Trinidade hasta Tris- rrientes.
tán da Cunha.
Lensia reticulata Totton, 1954"
Lensia multicristata (Moser, 1925) (fig. 174-
52) Lensia subtilis (Chun, 1886) (fig. 174-53)

Sinónimos: Galeolaria multicristata Mo- Sinónimos: Monophyes irregularis Chun,


ser, 1925; Diphyes bigelowi Browne, 1885; M. gracilis Chun, 1885; Diphyes
subtilis Chun, 1886.
1926; Lensia profunda Totton, 1936.
Descripción: El nectóforo superior presen- Descripción: El nectóforo anterior es de
ta 7 aristas longitudinales. Las aristas la- sección cónica, el ápice es redondeado y
las paredes son lisas, distinguiéndose
terales ventrales son rectas y no llegan a
la cúspide ni al ostio del nectóforo. El hi- apenas las 4 aristas. La placa bucal es pe-
droecio se extiende por debajo del nivel queña y aparece dividida en dos aletas. La
del ostio. El borde de la cara ventral es re- cara inferior es oblicua con respecto al
dondeado. La placa bucal se divide en dos eje longitudinal y redondeada en la parte
aletas que llevan una prolongación pe- ventral. El hidroecio es amplio y corto, lle-
queña en el ángulo interno. El somatocis- gando hasta la altura del nivel del ostio. El
to es largo, alcanzando el 45% de la lon- somatocisto es característico, tiene un
gitud total del nectóforo. El somatocisto tronco largo y delgado, terminando en un
es delgado, cilíndrico, la mayor parte de globito que alcanza la longitud media del
las veces parece un tronquito recto. El nectóforo. Totton y Bargmann (1965) in-
nectóforo posterior presenta 5 aristas dican que del brote puede crecer en 12
longitudinales. Las aristas laterales no horas un nectóforo (fig. 174-53). El nec-
llegan al borde del ostio. El hidroecio es tóforo inferior alcanza aproximadamente
poco profundo. La placa bucal es ancha, la misma longitud que el anterior, es
redondeada y con una pequeña hendidu- truncado en la parte alta y lleva 5 aristas.
ra en el centro. En el pliegue derecho del El hidroecio es poco profundo y lleva una
hidroecio aparece una prolongación en placa bucal redondeada. Los canales la-
forma de lengüeta. Los canales radiales terales son sinuosos, sin formar el asa tí-
laterales siguen un curso algo sinuoso. pica tan frecuente en el género Lensia.
No se conoce la fase de eudoxia. En la fase de eudoxia, la bráctea es muy
pequeña, parece un tetraedro redondea-
do, con una cavidad basal poco profunda.
Distribución: 4d, 4f, 4h; 5h, 5i; 6i; 7h; 8i; 9i; El filocisto es corto, oval, y de tamaño
10i; 11 h, 11 i; 12g-i. VII, VII(S), VIII, IX, XI, grande para la talla total de la bráctea.
entre XI y XVI, XII, XIII, XVII. Los gonóforos presentan un hidroecio
Observaciones: Especie cosmopolita abun- que se curva en la parte inferior. El gonó-
dante en las regiones templadas y cálidas foro femenino lleva de 20 a 30 óvulos. Al
oceánicas. En la región que se estudia se soltarse las eudoxias, nadan libremente
extendía desde el ecuador hasta los 45°S, mediante las pulsaciones de los gonófo-
ros.
pero no aparecía en la zona extensa pró-
xima al continente, desde Río de Janeiro
hasta Río de la Plata, aún cuando reapa- Distribución: 5d; 6e, 6h; 7, 7e-i; 8, 8g-i;
recen sus poblaciones más al sur, en 10- 9g, 9h; 10g, 1Oh; 11 h, 11 i; 12g-i. VI, ~ntre

414
Siphonophorae

VI Y VIII, entre VI y IX, VII, VIII(W), IX, XI, en el tercio apical. Las aserraciones en las
XII, XIII, XVI, XVII. . aristas son variables. El nectosaco se es-
Observaciones: Se presenta abundante en trecha gradualmente hacia el ápice que
está muy próximo a la cumbre del nectó-
la región cálida, ocupando sus poblacio-
nes toda la zona de la Corriente de Brasil, foro. El hidroecio es puntiagudo y se ex-
tiende hasta el nivel de 1/3 de la longitud
avanzando por la región costera con la del nectosaco. El somatocisto es fusifor-
rama cálida de esa corriente hasta Río de
la Plata. También se ha observado al me. Las aristas dorsal y laterales se pro-
nordeste de Tristán da Cunha, como un longan en dientes en la parte inferior del
nectóforo, es decir en la apertura del nec-
remanente de la dispersión de la pobla-
tosaco. El diente dorsal no es tan grande
ción en aguas del Atlántico Central.
como en D. dispar, y generalmente es
Lensia subtiloides (Lens y van Riemsdijk, más pequeño que los dientes laterales.
1908)* La parte dorsal de la placa basal lleva en
el medio una cresta vertical formada por
Lensia tottoni Daniel y Daniel, 1963
dientes (fig. 174-54A). El nectóforo pos-
Lensia zenkevitchi Margulis, 1970 terior presenta dientes y aristas aserra-
das, y las dos aletas laterales del hidroe-
Descripción: Los nectóforos son muy pare-
cio están separadas (fig. 174-54B). La fa-
cidos a los de L. hostile, excepto que en la
se eudoxia incluye la bráctea, como un
figura que presenta Margulis, las aletas
escudo en forma de plato o boina, que se
de la placa bucal tienen los bordes ondu-
adapta ventro-Iateralmente al nectóforo
lados, en lugar de aparecer lisos. Sin em-
asexuado , paralelamente al eje longitudi-
bargo esta estructura no la menciona en nal del nectÓforo. El filocisto es anular. El
la descripción, y más bien podría conside- borde inferior de la bráctea está aserrado.
rarse como un artificio del dibujo, al indi- El nectóforo asexuado lleva 3 dientes,
car las rugosidades y pliegues de las ale-
con las respectivas aristas dorsal y latera-
tas. La identidad de esta especie es dudo-
les, y las aristas centrales están unidas
sa y su inclusión no implica que se acepte
en la base por medio de una lámina Las
como especie reconocida y con todos los
atributos. aristas son aserradas, y las laterales se
curvan en la parte superior hacia el dorso
Distribución: 12g, 12h. IX. para formar la parte ventral cerca de la in-
serción de la bráctea. Además, el necto-
Observaciones: Tropical.
saco se abomba hacia la parte ventral y
en el medio. La cavidad de la bráctea es
Género Diphyes Cuvier, 1817
de poca profundidad. El extremo del filo-
El nectóforo anterior lleva 5 aristas;
cisto termina en cuernos (fig. 174-54C).
las placas bucales están formadas
El gonóforo es diminuto, tiene un pe-
por una o dos aletas que a veces se dúnculo en la cara ventral del lado dere-
superponen imbricadas. El hidroecio
es alto. cho, que aparece dispuesto en ángulo.
Carece de aristas, pero se pueden distin-
Diphyes bojani (Eschscholtz, 1829) (fig. 174- guir vestigios del diente dorsal y presenta
54) además una pequeña placa bucal elípti-
ca. El gonóforo femenino lleva, en el ma-
Sinónimos: D. indica Lens y van Riemsdijk,
1908. D. malayana Lens y van Riemsdijk, nubrio, de 6 a 7 óvulos que llenan com-
pletamente la cavidad del gonóforo.
1908; D. gegénbauri Lens y van Riems-
dijk, 1908; Doromasia pictoides Lens y
Distribución: 5d, 5f; 6, 6e, 6i; 7, 7f, 7g; 8,
van Riemsdijk, 1908.
8f, 8g; 9, 9g, 9h; 10g-i; 11 h, 11 i; 12g-i. V,
Descripción: El nectóforo superior consis- VIII, IX(E), entre IX y XIII, XI (S), XII, XIII(N,
te en una pirámide pentagonal delgada, SW y SE), entre XIII y XIV, XIV(NE), XVI,
el ápice en punta y las aristas se amplían XVI(E), XVII.

415
Siphonophorae

Observaciones: Es una especie tropical, Eudoxia /essom: y consta de una bráctea


que aparece bien distribuida por la región cónica, como una capucha, que se adap-
ecuatorial y tropical y en la Corriente de ta a la parte superior del nectóforo ase-
Brasil, marcando la progresión de la rama xuado o campana propulsora en la nata-
costera de esta corriente en el avance ción. Este nectóforo lleva los correspon-
hasta Río de la Plata, y desviaciones de dientes canales radiales y anular, que se
esta rama frente a Rio Grande do Sul y comunican con el somatocisto (filocisto)
Santos. de la bráctea y el sistema gonádico que se
alberga debajo de la bráctea, en una ca-
Diphyes chamissonis Huxley, 1859* vidad del nectóforo asexuado. Los sexos
Diphyes dispar Chamisso y Eisenhardt, 1821 están separados, existiendo así eudoxias
(fig. 174-55) masculinas y femeninas. Los gonóforos
brotan sucesivamente y son simétricos
Sinónimos: Diphyopsis compresa Haeckel,
1888; Eudoxia /essoniEschscholtz, 1829; como las imágenes en un espejo (fig.
174-55C).
Cucu//us doreyanus Blainville, 1834;Er-
saea /essoni Mayer, 19qO. Distribución: 5; 6, 6f, 6g, 6i; 7; 8, 8f, 8i; 9,
9g; 10h, 10i; 12h. III(S), VI. VI(N), VII,
Descripción: El nectóforo anterior tiene 5
VII(SW), VIII, IX, entre IX y XIII, XI, XIII,
aristas longitudinales, las aristas dorsa-
XIV, XVI, XVI (SE).
les son aserradas y se prolongan en un
diente en la apertura del nectosaco. Otros Observaciones: Esta especie pertenece a
dientes, que se forman a partir de las aris- la categoría cosmopolita, habita los tres
tas laterales, son más cortos que los dor- océanos (Atlántico, 'Indico y Pacífico), en-
sales. Los dientes tienen también los bor- contrándose esparcida por toda la región
des aserrados. La apertura del hidroecio investigada y abundante en el centro del
es grande, cuadrada, ocupando los 2/3 cuadrante delimitado por el ecuador, el
del contorno basal del nectóforo. El hi- continente Suramericano y la enfilación
droecio se extiende hasta la mitad de la que va desde la Isla Ascensión hasta Tris-
longitud del nectóforo. El somatocisto es tán da Cunha. También aparece en la re-
corto, en forma de salchicha, y no alcan- gión costera de Rio Grande do Sul, al oes-
za el nivel del ápice del nectosaco. El nec- te de Tristán da Cunha y en las inmedia-
tosaco del nectóforo superior es cilíndri- ciones de las Islas Georgias del Sur. Aun
co, pero en el ápice se angosta quedando cuando se trata de una especie oceánica
reducido a un tubo, ocupando casi exclu- típica, a veces es transportada hacia la re-
sivamente el asa que forman los canales gión costera, encontrándose incluso en la
ventral-dorsal. El canal peduncular des- rompiente del oleaje y las zonas de playa
ciende de la base del somatocisto hacia alcanzadas por las olas, según he podido
cerca del canal circular, y de ahí parte el observar en las playas de California.
canal ventral y los laterales que forman
Diphyes antarctica Moser, 1925 (fig. 174-56-)
un asa en la región de las aristas latera-
les, descendiendo al canal anular. La par- Descripción: En la fase poligástrica, el nec-
te dorsal de la placa bucal es lisa (fig. 174- tóforo anterior tiene 5 aristas longitudi-
55A). El nectóforo posterior es también nales, que ostentan además simetría bi-
poligonal, presenta 4 canales radiales y lateral. La arista dorsal se prolonga en un
un canal anterior. Las aristas están ase- diente pequeño en la parte inferior, y las
rradas y se prolongan en dientes también aristas laterales en dientes bien desarro-
aserrados. En la parte superior aparece llados. Aristas y dientes llevan los bordes
una prolongación muy larga que se adap- aserrados. El ápice del nectosaco no es
ta perfectamente a la cavidad profunda angosto (fig. 174-56A). El hidroecio al-
del hidroecio del nectóforo superior (fig. canza hasta la línea media de la longitud
174-55B). La fase de eudoxia ha sido del nectosaco. La placa bucal está dividi-
identificada por Eschscholtz (1829) como da. El somatocisto es corto, en forma de

416
Siphonophorae

huso, y alcanza un punto cercano al 1/4 Descripción: El nectóforo superior de la fa-


del ápice del nectosaco. El nectóforo pos- se poligástrica presenta la característica
terior lleva el diente dorsal poco desarro- del género, es decir que el hidroecio con-
llado, con características similares al siste en una campana casi semiesférica,
nectóforo superior. El pedicelo es largo y sin aperturas, ya que la parte dorsal, pla-
fino. La parte ventral es cóncava y se pro- ca bucal, no está dividida. El hidroecio se
longa con la dorsal en una pirámide agu- extiende más abajo que el ostio. El soma-
da que se adapta y articula perfectamen- tocisto es grande, en forma de huso, an-
te en el hidroecio (fig. 174-568). En la cho en la base y termina en punta, alcan-
fase de eudoxia, la bráctea presenta los zando un nivel a lo largo del nectóforo que
bordes con dentículos, y no aparece el resulta próximo a un cuarto de separa-
diente basal grande. El filocisto es fusi- ción del ápice del mismo (fig. 174-57A).
forme o cilíndrico, y termina en punta. El El nectóforo inferior está muy reducido y
gonóforo tiene 4 aristas, es truncado en al parecer no es funcional. La parte que
la parte alta, y lleva un pequeño pedicelo. articula es redonda y truncada, el hidroe-
Aparece una lámina basal cuadrada en la cio está rodeado por dos alas más anchas
zona bucal, con dos dientes laterales, y en arriba que abajo. El plano del ostio es ver-
el ostio se encuentran dos dientes robus- tical en lugar de presentarse horizontal
tos. El diente dorsal no es grande. El ma- (fig. 174-578). En la fase eudoxia, la brác-
nubrio llena, aproximadamente, la terce- tea se caracteriza porque el cuerpo basal
ra parte de la cavidad del gonóforo. Los del filocisto está en el escudo, que es an-
gonóforos femeninos aparecen con óvu- cho, delgado y con un cuello largo. La por-
los que varían en número de 5 hasta 30. ción del tope es ancha y cónica, donde se
No existe nectóforo asexuado, o campa- aloja el filocisto, cuya porción principal es
na natatoria, pero pueden brotar dos go- grande y globular, terminando en un
nóforos juntos, y desarrollar la acción cuerno apical. El gonóforo casi no tiene
propulsora del conjunto (fig. 174-56C). hidroecio, pero contiene las gónadas, que
llevan de· 8 hasta 100 óvulos. El cnidosa-
Distribución: 1f-i; 2e-i. 111, VI.
co tiene forma arriñonada, con dos gru-
Observaciones: Es una especie exclusiva pos laterales de 12 nematocistos en for-
de la región Antártica. Se ha observado ma de aguja.
en la zona de las Islas Malvinas y
Georgias del Sur, y en una localidad pró- Distribución: 1a, 1d, 1g-i; 2c-i; 3f-i; 4c, 4d,
xima a Tristán da Cunha, señalando así 4g, 4h; 5g, 5h; 6, 6e; 7e-h; 1Og. 1, 111, III(N,
una huella del avance de las aguas proce- E Y S), IV, IV(E y W), VI, VII, VII(SW), VIII,
dentes de las regiones Antártica-Suban- VIII(W), XI, XI(SW), entre XI y XIII, XII,
tártica. XIII(W), XVI, XVII.
Observaciones: Es un sifonóforo verdade-
Género Dimophyes Moser, 1925 ramente cosmopolita, ya que habita todos
El nectóforo posterior está reducido los océanos (Ártico, Antártico, Atlántico,
dentro del hidroecio y se puede con- "Indico, Pacífico). Sus poblaciones ocupan
siderar en vías de desaparición. La el ámbito oceánico desde el Ártico al An-
placa de la boca del hidroecio del tártico, apareciendo abundantes en los
nectóforo anterior no está dividida, estratos del epiplancton de las altas lati-
de modo que el hidroecio resulta ser tudes, sumergiéndose a diversas profun-
una perfecta campana alojada en la didades en las latitudes medias y bajas.
parte ventral del nectóforo. En la región que se estudia aparecía muy
abundante desde los 600S hasta los
Dimophyes arctica (Chun, 1897) (fig. 174-57)
400S, observándose grandes concentra-
Sinónimos: Diphyes arctica Chun, 1897; ciones de población en la zona de las Is-
Dimophyes arctica Moser, 1925, Totton, las Georgias del Sur. Al Norte a los 40° S
1954. se encontraba esparcida, señalando, po-

417
Siphonophorae

siblemente, localidades de surgencias, ya hasta la base de las otras aristas es liso y


que no han sido alcanzados por los arras- algo cóncavo. No existe campana natato-
tres durante las colectas de plancton. ria especial, y el manubrio desaparece
después de soltar el esperma, o cuando
Diphyopsis mitra (Huxley, 1859) (fig. 174-58)
los óvulos ya han sido fecundados (fig.
Sinónimos: Diphyes mitra Huxley, 1859; 174-58B).
Diphyes gracilis Bédot, 1896; Diphyopsis
Distribución: 5d, 5g; 6, 6e; 9g; 10h, 10i;
diphyoides Lens y van Riemsdijk, 1908;
11 h; 12g, 12h. VIII(W), IX(NE), XI. XIII, XV,
Diphyopsis mitra Bigelow, 1911; Eudo-
XVI. XVII.
xoides mitra Totton, 1932, 1954.
Observaciones: Especie tropical, que pre-
Descripción: El nectóforo anterior lleva 5 senta una distribución similar a la de D.
aristas aserradas, y todas ellas llegan bojan;, pero al pa recer está restri ng ida a
hasta el ápice en donde aparecen más la parte estrictamente trópico-ecuatorial
lisas que en el resto de su extensión. La de la región estudiada, encontrándose
arista dorsal se prolonga en un diente en además en localidades frente a Rio Gran-
la zona del ostio, pero las laterales no for- de do Sul y Río de la Plata. La presencia de
man dientes en esta región. El hidroecio remanentes de poblaciones en esos luga-
es corto, y en su mayor parte se extiende res señala los avances de la Corriente de
a un nivel por debajo del ostio. La parte Brasil.
alta del hidroecio es truncada, y aparece a
un nivel un poco más abajo que el ostio. El
somatocisto es corto, en forma de pera, Género Chelophyes Totton, 1932
alcanzando apenas el nivel de la mitad del
Son los Diphyinae que tienen el nec-
nectosaco. La placa bucal se divide en dos tóforo anterior provisto de una aris-
alas aserradas, con dos ángulos externos ta dorsal que avanza en una corta ex-
agudos y los bordes cóncavos. La aleta iz- tensión desde el ostio hasta el ápice,
quierda es más larga que la otra, y lleva de modo que la sección de la región
una lámina triangular o diente. El nectó- cercana al tope resulta cuadrangu-
foro posterior presenta un abultamiento lar. En el ostio no se observan dien-
entre el ápice y el pedicelo. El canal del hi- tes. El hidroecio no es ni muy profun-
droecio está abierto, excepto en las inme- do ni de altura escasa, y visto de per-
diaciones del extremo superior, donde el fil podría decirse que tiene forma de
ensanchamiento de la aleta del hidroecio garra o cuerno. La placa bucal está
lo cubre en forma de lengüeta que avanza dividida. Los canales radiales latera-
sobre el ensanchamiento del otro, for- les del nectóforo posterior forman
mando así como un puente. En cada una una curva en las inmediaciones del
de las láminas del hidroecio existe un ápice. En este género existen dos es-
abultamiento, situado aproximadamente pecies bastante similares, pero con
a un tercio de la longitud medida desde distribución alopátrica, una es tropi-
los dientes basales (fig. 174-58A). En la cal y la otra habita las regiones tem-
fase de eudoxia, la bráctea parece un cu- pladas oceánicas. .
curucho, con una porción cilíndrica y el
resto cónico, para terminar en el ápice.
Chelophyes appendiculata (Eschscholtz,
La bráctea lleva una cavidad profunda y el
1829) (fig. 174-59)
filocisto es en forma de pera. La superfi-
cie sutural de la bráctea forma un ángulo Sinónimos: Diphyes appendiculata Eschs-
agudo con la pared dorsal de la cavidad choltz, 1829, Bigelow, 1911; D. elonga-
del hidroecio; de modo que el pedicelo de ta Hyndman, 1841, Haeckel, 1888; D.
las gónadas es largo. Los bordes del iz- sieboldi Kólliker, 1853, Keferstein y Eh-
quierdo están aserrados y se recurva ter- lers, 1861, Moser, 1925; D. acuminata
minando en un diente. Desde este punto Leuckart, 1853, Gegenbaur, 1859; D.

418
Siphonophorae

gracilis Gegenbaur, 1854; D. bipartita, Observaciones: Chelophyes appendiculata


Costa, 1836, Chun, 1888, Mayer, 1900. es una de las especies de sifonóforos más
abundante, habitando las regiones tem-
pladas y cálidas oceánicas del Atlántico,
Descripción: El nectóforo anterior se ca-
"Indico y Pacífico. En el Atlántico Suroeste
racteriza porque en el ápice convergen
solamente tres aristas, dos de ellas son aparece abundante desde el ecuador
hasta los 46°S.
ventrales; la arista derecha se tuerce en
la región apical y avanza por la parte dor-
Chelophyes contorta (Lens y van Riemsdijk,
sal. La arista lateral izquierda no llega
hasta el ápice. La arista dorsal es corta y 1908) (fig. 174-60)
aparece en la zona próxima al ostio. No Sinónimos: Diphyes con torta Lens y van
existen dientes en el ostio. El hidroecio Riemsdijk, 1908, Bigelow, 1911.
es de forma de cuerno y avanza una por-
ción sobre la región dorsal aproximada- Descripción: El nectóforo anterior de la fa-
mente igual a su extensión más abajo del se poligástrica se parece al de C. appendi-
nivel del ostio. El somatocisto es largo, en culata, pero la cara ventral está retorcida
forma de huso y avanza en unos dos ter- hacia el lado derecho, y así el soma-
cios de la longitud del nectóforo (fig. 174- tocisto se curva hacia la faceta derecha.
59A). En el nectóforo posterior las aris- La arista ventral derecha no llega hasta
tas ventrales terminan en la base en el ápice. El hidroecio es en forma de cono
dientes bien desarrollados, el de la iz- o cuerno, parecido al hidroecio de C.
quierda es 1/3 más largo que el otro. appendiculata, aunque es menos pro-
Existen, además, unos dientes pequeños fundo, sobrepasando solamente un po-
a cada lado del ostio. En el hidroecio apa- co el nivel del ostio. La placa bucal
rece una lámina larga, que parece un pei- está dividida. La arista lateral dere-
ne, en la zona de la izquierda, que se ex- cha también se tuerce hacia la par-
tiende hasta alcanzar la otra ala cubrien- te dorsal, como en C. appendiculata, y
do así toda la cavidad del hidroecio (figs. asimismo la arista dorsal es corta y no al-
174-59B y 174-59C). La fase eudoxia ha canza el nivel de la mitad de la longitud
sido llamada por muchos autores Eudoxia del nectóforo. El nectóforo posterior es
russell/~' lleva una bráctea cónica, con parecido al de C. appen diculata, pero las
una parte cóncava que va de la base has- aristas dorsales son más anchas en la
ta el ápice (zona de sutura). La cavidad parte superior y más estrechas en la infe-
bracteal es profunda. El somatocisto es rior que en el caso de C. appendiculata. El
cilíndrico y termina en punta, alcanzando tope del nectóforo tiene una expansión
casi el ápice de la superficie de sutura. más corta que en C. appendiculata. La
Los bordes del escudo del cuello de la bráctea y gonóforos de la fase eudoxia
bráctea son redondeados y lisos. El son muy similares a los de C. appendicu-
pedúnculo del gonóforo está bastante lata.
adentrado en la cavidad bracteal, y no Distribución: 6e. XI(SW).
existe articulación entre éste y el borde
de la bráctea. Los gonóforos femeninos y Observaciones: Chelophyes contorta es
masculinos aparecen en eudoxias distin- una especie pareja de la anterior, pero
tas. El segundo gonóforo brota en posi- con distribución exclusiva en la región
ción simétrica al primero (fig. 174-59D). tropical. Los nectóforos y la fase eudoxia
de esta eSPE:lcieson pequeños y puede ser
que por negligencia en las observaciones
Distribución: 3g; 4g; 5d; 6, 6e, 6g-i; 7, 7f; o escasez de estas formas en el plancton,
8, 8f, 8g; 9, 9h; 10h, 10i; 11 h, 11 i; 12g-i. los datos positivos publicados resulten
V, VI(N y NW). entre VI y IX, VII, VIII. IX, XI, escasos. Esta especie tiene una distribu-
XI(SW), XII, XIII, XIII(W y SW), entre XIII y ción alopátrica con su congénere C. ap-
XIV, XV, XVI, XVII. pendiculata, y así pueden utilizarse como

419
Siphonophorae

indicadores de la influencia de aguas cá- pal del nectóforo (fig. 174-61 A). El nectó-
lidas o templadas. foro posterior no se desarrolla. En la fase
eudoxia, la bráctea es cónica, con una ca-
Género Eudoxoides Huxley, 1859 ra cóncava (superficie de sutura) vertical.
El nectóforo anterior presenta una El somatocisto (filocisto) es cilíndrico y
arista dorsal completa, pero no pre- largo. No aparecen dientes en la parte de
senta dientes en el ostio. La placa bu- la bráctea que funciona como escudo
cal está dividida y los ángulos latera- protegiendo parte del gonóforo. La super-
. les inferiores presentan forma de ficie de sutura de la bráctea forma, en la
lanceta. Los canales radiales latera- base, un ángulo recto con la pared dorsal
les del nectóforo posterior forman del hidroecio, de modo que la cavidad del
una curva en la zona apical. hidroecio no es tan profunda como en D.
mitra. El gonóforo tiene las aristas retor-
Eudoxoides spiralis (Bigelow, 1911) (fig. 174-
61) cidas en espiral, más de 1/4 de giro, que
va hacia la derecha o hacia la izquierda
Sinónimos: Diphyes spiralis Bigelow, según se ha originado el brote. El gonófo-
1911; Muggiaea spiralis Moser, 1925; ro no tiene pedicelo largo. Los gonóforos
Eudoxoides spiralis Totton, 1932. femeninos llevan las gónadas con los
Descripción: El nectóforo anterior presen- óvulos, tienen forma de huso y abarcan
más de la mitad de la cavidad del nectosa-
ta 5 aristas longitudinales que llevan una
marcha en espiral, la arista ventral iz- co (fig. 174-61 B). Se considera que los
sexos están separados en las eudoxias.
quierda se encuentra con la derecha y ahí
termina sin alcanzar el ápice, de modo Distribución: 5e-g; 6, 6g-i; 7, 7e-i; 8, 8f-i; 9,
que en la punta del nectóforo convergen 9g, 9h; 10h; 11 h, 11 i; 12g, 12i. VI, VII,
4 aristas. El extremo basal de las dos aris- VII(SW), VIII, IX, XI, XIII, entre XIII y XVI,
tas ventrales es diferente. La arista ven- XIV, XV, XVII.
tral derecha se inicia en la escotadura
ventral del hidroecio, el extremo basal de Observaciones: Eudoxoides spiralis es
la arista ventral izquierda tuerce hacia la abundante en los estratos epipelágicos y
línea media ventral y va desde el nivel del habita con preferencia las regiones tropi-
ostio hasta encontrarse con la arista ven- cales oceánicas, avanzando algo hacia
tral derecha. Es decir, que la arista lateral las zonas templadas adyacentes.
derecha tuerce hacia el dorso para llegar Eudoxia macra Totton, 1954 (fig. 174-62)
al ápice, la arista dorsal tuerce hacia ella-
do izquierdo para llegar al ápice, y la aris- Descripción: Se trata de unas formas de
ta lateral izquierda tuerce hacia la parte eudoxia que aparecen con mucha fre-
ventral para alcanzar el tope. En el ostio cuencia en el plancton, pero no se ha
no existen dientes. El hidroecio es poco identificado la fase poligástrica que les
profundo, y termina en punta como en el corresponde. La bráctea es como un cáliz
género Chelophyes, pero es más estre- abierto; el hidroecio es profundo y alcan-
cho que en este género. La base del ostio za de la mitad a las 2/3 partes de la cavi-
es asimétrica, y los bordes inferiores son dad bracteal. El somatocisto, o fi.locisto,
cóncavos, terminando dorsal mente en un es ova lado y corto. La superficie de sutura
pico agudo. La placa bucal está dividida resulta ser la apertura lateral del cáliz,
en dos alas lanceoladas, la derecha es cuyos bordes se cubren en la cúspide. El
mayor que la izquierda y va provista de gonóforo es como un dedo de guante, con
una lámina triangular o diente. El soma- dos aristas poco acusadas y 4 canales, un
tocisto es cilíndrico, o en forma de huso, par dorso-lateral y un par ventro-Iateral, y
alcanzando el nivel medio del nectosaco, las dos aristas reducidas cubren el par
y está desplazado hacia la derecha y un dorsal. En el hidroecio hay dos dobleces,
poco oblicuo en relación con el eje princi- uno de ellos más profundo. No existe

420
Siphonophorae

placa bucal, ni dientes en el ostio. El ex- ce del nectosaco sobrepasando a veces


tremo superior es redondeado y no arti- ese punto. Los canales radiales laterales
cula con exactitud con la bráctea. Las gó- parten del pedicelo, se dirigen hacia la
nadas aparecen como un saco en forma parte alta del nectosaco y se curvan rápi-
de pera colgando de una angostura, co- damente hacia abajo para terminar en el
mo un pedicelo. En los ejemplares vivos canal circular. En M. at/antica el punto
se observan las gónadas con bastante de retorno en la parte alta del nectosaco
pigmento rojizo. Los sexos están separa- se presenta ligeramente más lejos del
dos en las eudoxias. tope del nectosaco que en M. kochi. No
existe nectóforo posterior. La fase de eu-
Distribución: VII(W).
doxia es muy pequeña, incluye una brác-
tea, que no alcanza los 2 mm de longitud,
Género Muggiaea Busch, 1851.
y tiene forma de cono con una superficie
Se caracteriza este género por tener
de sutura ancha y plana, con bordes pro-
un solo nectóforo, el anterior, y el
minentes. El somatocisto va alojado en el
nectóforo posterior no se desarrolla.
centro de una pequeña cavidad en la
En el ostio no hay dientes, y la placa
parte inferior. El gonóforo es una campa-
bucal está dividida. La longitud del
na cilíndrica, con 4 aristas longitudinales,
hidroecio y del somatocisto consti-
lisas, que van del ápice al ostio, siguien-
tuyen características excelentes pa-
do un giro en espiral. Las dos aristas ven-
ra la separación de las especies. La
trales se prolongan más abajo del ostio y
fase inicial del desarrollo de Mug-
se unen formando una placa curvada. Los
giaea presenta un gran parecido con gonóforos son simétricos, así las espiras
Sphaeronectes. Muggiaea con un
van hacia la derecha o hacia la izquierda.
solo nectóforo, que pudiera ser el pri-
El manubrio alcanza los 2/3 de la longi-
mario o secundario. Bigelow
tud del nectosaco, y en vivo tiene color ro-
(1911) es partidario de la última for-
JIZO.
ma de desarrollo indicada, de ahí que
los difídidos pudieran derivar de Distribución: VII, VIII(W).
Muggiaea o viceversa. También se Observaciones: No existe información so-
ha señalado que Muggiaea resulta bre la distribución de M. at/antica en el
ser una fase avanzada de los difídi-
Atlántico Suroeste. Sería interesante de-
dos, ya que alcanza la madurez antes terminar la distribución de los sifonóforos
de que se desarrolle el segundo nec- neríticos en las aguas costera s del Atlán-
tóforo, aún cuando no se ha observa-
tico Sur. M. at/antica aparece en la región
do ni el brote que pudiera indicar la
costera africana del Atlántico (Alvariño,
ulterior formación del segundo nec-
1971), pero no existe observación algu-
tóforo. Las especies del género Mug-
na de esta especie en la región nerítica
giaea son, en general, de régimen
nerítico en todo el mundo. suramericana del Atlántico, aunque se
ha observado en el Mar Caribe. El estu-
dio de la distribución de esta especie indi-
Muggiaea at/antica Cunningham, 1892 (fig. cará si las poblaciones de las regiones
174-63) costera s africanas y americanas del
Atlántico Sur se conectan a través del
Descripción: El nectóforo presenta 5 aris- océano. Se ha observado que tal comuni-
tas que llegan al ápice. Las aristas ventral cación existe para los quetognatos nerí-
derecha y las laterales se curvan un poco ticos (Alvariño, 1969a). En el Pacífico
hacia el dorso en su marcha hacia la cum- Norte, las poblaciones de M. at/antica del
bre del nectóforo. El hidroecio tiene for- Japón y América del Norte se comunican
ma de campana alta y alcanza un tercio (Alvariño, 1971) a lo largo de la zona de
de la longitud del nectóforo. El somatocis- Transición (banda entre las aguas Sub-
to es largo, cilíndrico, y llega hasta el ápi- árticas y del Pacífico Central).

421
Slphonophorae

Muggiaea bargmannae Totton, 1954 (fig. Descripción: El nectóforo de la fase poli-


174-64) gástrica lleva 5 aristas que avanzan hasta
el tope de la campana. La arista ventral
Descripción: El nectóforo de la fase poli- derecha se curva hacia el dorso en su
gástrica se parece al nectóforo superior marcha hacia el ápice. Las aristas latera-
de D. arctica, lo cual ha ocasionado que les parten del ostio curvándose hacia la
algunos autores confundiesen ambas es- cara ventral y pronto tuercen rápidamen-
pecies. El ápice del nectóforo es redon- te en arco hacia el dorso para terminar en
deado y el nectosaco llega muy próximo al el ápice justamente en una posición fren-
ápice del nectóforo. Las aristas dorsal y
te a su origen ostial. El hidroecio tiene su
ventral avanzan hasta el tope del nectófo-
pared dorsal com ún con la pared ventral
ro, pero las laterales son incompletas, sin del nectosaco, su altura es menor que en
avanzar hasta el ápice ni hasta el ostio. El M. at/antica, alcanzando 1/4 de la altura
hidroecio está pegado a la pared ventral del nectosaco. El somatocisto es cilíndri-
del nectosaco, es de sección cónica, su co, corto, llegando hasta aproximada-
parte basal está inclinada, de modo que mente la mitad de la altura del nectosaco.
la parte más ventral está al nivel del ostio Los canales radiales laterales siguen una
y la parte dorsal a un nivel más bajo que la marcha como en M. at/antica, parten del
apertura del nectosaco. El somatocisto es canal pedicular, suben hasta cerca de la
ancho, en forma de salchicra, alcanzan- cumbre del nectosaco y de ahí tuercen
do la mitad de la altura del nectóforo, y descendiendo hasta el canal anular. No
llena completamente el espacio ventral existe nectóforo posterior. La fase de eu-
de la campana (fig. 174-64). No existe doxia es similar a la de M. at/antica. Las
nectóforo posterior. La fase de eudoxia no eudoxias son unisexuadas.
ha sido identificada.
Distribución: 7, 8.
Distribución: 1g, 1i; 2h; 4h. 1, 111, VIII. Observaciones: Nerítica tropical.
Observaciones: Muggiaea bargmannae es
una especie nerítica exclusiva de la
región antártica y de las Islas Georgias
del Sur, al norte de estas islas y al sur de
las Islas Malvinas. Su presencia se ex- Subfamilia CHUNIPHYINAE Moser,
tiende, con el material analizado, hasta 1925
los 47°S, señalando así un avance de las Se caracteriza porque en el ápice de los
aguas antárticas hacia el Atlántico cen- nectóforos convergen 3 aristas que se
tral meridional. dividen dicotómicamente sobre la cam-
pana. En la base aparecen 6 dientes co-
Muggiaea de/smani Totton, 1954 rrespondiendo con las aristas. El hi-
droecio es grande, ocupando la mitad
Muggiaea kochi (Wild, 1844) (fig. 174-65) de la altura del nectóforo y está abierto
Sinónimos: Diphyes kochi Will, 1844, desde la base hasta la parte ventral.
Busch, 1851, Claus, 1884, Stiasny, 1911, Chuniphyes moserae Totton, 1954 (fig.
1912; Muggiaea pyramida/is Busch, 174-66)
1851; Monophyes primordia/is, Claus
1874, Chun, 1882, 1885; Ersaea pyrami- Descripción: El nectóforo superior es se-
da/is Will, 1844; Eudoxia eschscho/tzi mejante al de C. mu/tidentata, y las 4 aris-
Bush, 1851, Leuckart, 1853, Chun, 1882; tas que parten del ápice se dividen en dos,
Muggiaea kochiChun, 1882, 1888, 1892, las laterales y las dorsales. Sin embargo,
Fewkes, 1883, Graeffe, 1884, Chun, el punto de bifurcación está más próximo
1885, Claus, 1885, Haeckel, 1888, Stias- al ápice en esta especie que en C. mu/ti-
ny, 1911, 1912, Moser, 1925, Russell, dentata. El hidroecio abarca hasta las
1934. cercanías de la cúspide del nectosaco. El

422
"L

Siphonophorae

somatocisto es ovalado, foliar, para ter- uno se divide dicotómicamente en la par-


minar en un cilindro o tubo fino con varios te inferior, de modo que en la región de la
engrosamientos hasta que termina en el apertura del nectosaco se distinguen 6
ápice del nectóforo. Los dientes que par- aristas y 6 dientes. La arista dorsal se bi-
ten de las aristas son cortos y redondea- furca en un punto que está a un 8% de la
dos, no tan agudos y prominentes como distancia de la cúspide a la base. Cada
en C. multidentata. El canal pedicular una de las aristas laterales se bifurca
parte del 1/3 de la distancia del ápice del aproximadamente a una distancia del
nectosaco a la base, mientras que en C. 25% del ápice a la base, de modo que la
multidentata se encontraba a los 2/3 arista lateral de cada par continúa hasta
aproximadamente. El nectóforo posterior la base; pero la más ventral se tuerce ha-
es semejante al de C. multidentata. La fa- cia la región ventral y luego hacia la base.
se de eudoxia no se conoce. En la parte superior hay un par de aletas
Distribución: 10i. 1, VIII, IX, XI, XIII, XVI. que parten de las alas del hidroecio, y así
cierran la zona del canal del hidroecio.
Observaciones: es cosmopolita, pero poco El canal pedicular se dirige al punto don-
abundante debido a que sus poblaciones de concurren los 4 canales radiales, o
ocupan estratos más profundos que los más abajo, hasta la unión con el canal
abarcados por la mayoría de las colectas adicional y el canal palial continúa más
de plancton realizadas hasta la fecha. abajo. El nectóforo anterior y el posterior
llegan a medir más de 30 mm cada uno
Chuniphyes multidentata Lens y van Riems- (fig. 174-67 A, B). En la fase de eudoxia,
dijk, 1908 (fig. 174-67) la bráctea y los gonóforos están achata-
Descripción: El nectóforo superior es piri- dos dorso-ventral mente. El somatocisto
forme, terminando en punta en el ápice. tiene un par de cuernos longitudinales y
El ostio lleva dientes triangulares. En el una porción media. La bráctea mide unos
ápice se observan 4 aristas bien defini- 4 mm de longitud por 1,5 mm y los lados
das. La arista central progresa recta has- están curvados. Los gonóforos miden
ta la entrada del hidroecio. La arista dor- unos 7 mm, son de forma pentagonal y
sal y las laterales parten del ápice para achatados. Una arista termina en un
bifurcarse y terminar en dos, respectiva- diente diminuto y el par de aristas latera-
mente, en la región dorsal y látero-ven- les, que están muy desarrolladas, ter-
tral. Las aristas dorso-laterales terminan minan en dientes grandes. Las dos aris-
en dientes muy grandes, las dorsales en tas ventrales forman los flancos del hi-
dientes pequeños, las aristas látero-ven- droecio, que es corto y de forma tubular,
trales terminan al borde inferior del hi- ya veces se une a la región apical. La re-
droecio, que forma así una base recta gión media de estas aletas ventrales es
perpendicular al eje, terminando en un poco elevada, y más arriba se forman pro-
diente en la parte próxima al ostio. El hi- longaciones redondas, debajo de las cua-
droecio forma una gran cavidad en la re- les aparecen dientes sobre el ostio.
gión basal ventral. La parte alta del hi- Distribución: 2h; 4g; 6g; 10h, 10i; 12g,
droecio alcanza los 2/3 del nectosaco. El
12h. VI, VII, VIII, VIII(SW), entre IX y XIII,
pedicelo dista 2/3 del ápice del nectosa- XI, XIII, entre XIII y XIV, XVI(SE), XVII.
co. El somatocisto consta de una base
globular que se prolonga en un cilindrofi- Observaciones: Chuniphyes multidentata
no, como un tubito que llega hasta el ápi- es también cosmopolita y, generalmente,
ce del nectóforo. El nectóforo posterior habita aguas profundas, por debajo de los
lleva unos dientes ventro-basales de for- 200 m (Alvariño, 1971). Sin embargo,
ma irregular. Una masa de mesoglea aparecía en este estudio siempre más
gruesa separa el hidroecio del nectosa- abundante que la especie anterior, en-
co. En el ápice se encuentran 3 aristas, contrándose bien distribuida por toda la
una dorsal y un par ventro-Iateral, cada región brasileña y la zona limitada por el

423
Siphonophorae

ecuador, Santa Helena yTrinidade, y ade- za el ápice, sale un par de canales finos
más frente a Santos y Río Grande do Sul y que se extienden hasta el borde basal de
en la región de las Islas Georgias del Sur. la bráctea. No se conoce el gonóforo (fig.
174-68B).
Familia CLAUSOPHYIDAE Totton y Barg-
mann 1965 Distribución: 2g, 2h; 3h, 3i; 4h; 6i. VII.
El nectóforo posterior tiene somatocisto Observaciones: Es una especie fara, y de
al igual que el anterior. En la eudoxia el fi- acuerdo con su distribución en el AtláFlti-
locista de la bráctea se bifurca en dos co Sur parece ser característica de aguas
cuernos largos, en el cuello de la zona frías.
que forma el escudo. Comprende unas
seis especies, que son características de Clausophyes galeata Lens y van Riemsdijk,
los estratos mesopelágicos oceánicos. 1908 (fig. 174-69).

Clausophyes ovata (Keferstein y Ehlers, 1860) Descripción: Se trata de un organismo muy


(fig. 174-68) parecido a C. ovata. El nectóforo superior
es piriforme, liso, de forma similar al de
Sinónimos: Diphyes ovata Keferstein y C. ovata. El hidroecio es más achatado y
Ehlers, 1860; Galeolaria ovata Chun, la región del hidroecio es menos redon-
1897. deada. Los canales radiales laterales lle-
Descripción: El nectóforo anterior es piri- gan hasta la mitad de la longitud del nec-
forme, el ápice termina en punta, las pa- tosaco, donde se curvan para descender
redes son lisas y de consistencia gelati- hasta el canal circular. El somatocisto es
nosa blanda. El ostio está dispuesto en parecido al de C. ovata. El nectóforo pos-
un plano oblicuo. El hidroecio es abierto terior también es similar al de C. ovata,
y aparece limitado por dos aletas ventra- aunque es más alargado y estrecho, yel
les cuyos extremos inferiores se extien- tope no se prolonga, sino que aparece
den por debajo del nivel del ostio, yavan- truncado. El hidroecio está cubierto por
zan hasta la mitad de la longitud del nec- dos solapas que se prolongan en la parte
tÓforo. El somatocisto es largo, llega has- inferior en dos aletas redondeadas, como
ta la cúspide, y consiste en un cilindro dos grandes orejas. La solapa izquierda
delgado que avanza hasta el ápice del del hidroecio cubre a la otra en la parte
nectóforo y termina en una expansión fu- inferior quedando así entre las dos un tú-
siforme. La unión del canal pedicular en nel protegido donde se aloja el sifosoma
la base del somatocisto y el tronco está (fig. 174-69). La fase de eudoxia no se ha
aproximadamente a 1/3 de la distancia determ inado.
de la base al ápice del nectóforo, de mo- Distribución: Región antártica.
do que el canal ventral radial del nectosa-
co es relativamente largo. El nectóforo
inferior es de forma parecida al superior. Crystallophyes amygdalina Moser, 1925 (fig.
El hidroecio se extiende todo a lo largo 174-70).
del nectóforo, desde la base hasta el ápi- Descripción: El nectóforo anterior es oval
ce. El punto de engarce del nectóforo in- con el ápice ligeramente redondeado.
ferior con el hidroecio del superior está Tiene 5 aristas que no se reúnen ni bifur-
hacia el medio. El nectosaco tiene el ápi- can como en Chuniphyes. El hidroecio se
ce redondeado y los canales laterales for- extiende hasta casi alcanzar el ápice. Las
man una "S" pronunciada. EI-somatocis- paredes laterales casi llegan a desapare-
to es largo e igual al que aparece en el cer en la región del ostio. Las aristas late-
nectóforo anterior. El extremo de la pla- rales se curvan a la entrada del nectosa-
ca bucal está truncado y no se observan co. La placa bucal es curvada y diminu-
dientes (fig. 174-68A). En la fase de ta. El nectóforo posterior se aplasta dor-
eudoxia la bráctea tiene un ápice redon- so-ventralmente en la región apical. Las
deado. De la base del filocisto, que alcan- 5 aristas no convergen en un punto co-

424
Siphonophorae

mo en otras especies. Las aristas ventra- tante larga. El hidroecio es un poco más
les se unen a las laterales a corta distan- corto que el resto de la pirámide. El gonó-
cia del ápice. Las aristas laterales se pro- foro es cuadrangular, con 4 aristas y la
longan en unos dientes en la región del arista dorsal. También aparecen man-
ostio. Los canales radiales laterales par- chas opacas en el ápice, en la base de las
ten de los otros en un puntoque dista 1/4 aristas dorso-laterales de la bráctea yen
del ápice. El hidroecio se extiende del ápi- las aristas dorso-laterales del gonófo-
ce al ostio. Un par de lengüetas puntiagu- ro (fig. 174-71 B).
das cierran el hidroecio hasta aproxima-
damente su longitud. El somatocisto re- Distribución: 2f. VII, XI, XII, XIII, XIV, XVI.
sulta como un cordoncito fino (fig. 174- Thalassophyes crystallina Moser, 1925 (fig.
70). La fase de eudoxia se desconoce. 174-72).
Distribución: 1g-i; 2e-i; 4h. VIII. Descripción: El nectóforo anterior se pare-
Observaciones: poco abundante y caracte- ce mucho al de H. maculata, pero carece
rística de la región Antártico-Subantárti- de las manchas opacas. Tiene forma pira-
ca, aun cuando ha sido observada en lo- midal, con 4 aristas que llegan al ápice. El
calidades alejadas de esas zonas (Alvari- nectosaco es ancho, ocupando la mitad
ño, 1971). longitudinal del nectóforo. El hidroecio
está en la misma posición lateral, pero es
Heteropyramis maculata Moser, 1925 (fig. más reducido que en H. maculata. El so-
174-71). matocisto es piriforme, alargado, prolon-
Descripción: El nectóforo superior es pira- gándose a veces en un filamento, pero no
midal, con 5 aristas que alcanzan el ápi- alcanza a extenderse tan cerca del ápice
ce. El hidroecio es profundo, abarcando como en H. maculata (fig. 174-72). El
casi 2/3 de la distancia al ápice, yestá li- nectóforo posterior se desconoce. La fa-
mitado por las aristas ventro-Iaterales, se de eudoxia no ha sido determinada,
que son incompletas. Existe una serie de aunque Totton y Bargmann (1965) consi-
manchas opacas en las aristas dorso-la- deran que ha de ser igual a la eudoxia de
terales, que varían en número y posición, H. maculata, pero sin las manchas opa-
pero, frecuentemente, se trata de 9 man- cas.
chas, distribuidas, una en el ápice, en la Distribución: 1h, 1i; 2g, 2h; 3i; 4h. VII, VIII,
base y de dos a cuatro esparcidas entre XVII.
las demás. El nectosaco también es piri-
forme y ocupa la mitad del nectóforo. El Observaciones: Thalassophyes crystallina
hidroecio está completamente encima presenta, al parecer, una distribución
del nectosaco, es decir que ocupa un es- restringida a las latitudes del hemisferio
pacio entre la cúspide del nectosaco y el austral, y así se ha observado al sur de las
ápice del nectóforo; es de forma acampa- Islas Malvinas, en la zona de las Islas
nada. El somatocisto es cilíndrico, delga- Georgias del Sur, y desde ahí avanzando
do, y se extiende encima del tope del nec- hacia el norte hasta aproximadamente
tosaco, en posición oblicua con respecto los 43°S.
al eje longitudinal del nectóforo (fig. 174-
71 A). Se desconoce el nectóforo poste-
rior. En la fase de eudoxia, la bráctea es Familia SPHAERONECTIDAE Huxley,
en forma de tetraedro, prolongándose en 1859
escudo que abraza la parte truncada del
gonóforo. El filocisto tiene una forma par- Sphaeronectes bougisi Carré, 1968 *
ticular, se parece al somatocisto de la fa- Sphaeronectes fragilis Carré, 1967*
se poligástrica, su contorno recuerda la
lámpara de Aladino, pero la prolongación Sphaeronectes gamulini Carré, 1966*
fina que ¡:¡vanza hacia el vértice es bas- Sphaeronectes gracilis (Claus, 1873)*

425
S,phonophorae

Sphaeronectes irregularis (Claus, 1873)* sifonóforos están en perfecto estado se


distinguen las aristas de las caras que
Familia ABYLlDAE L. Aggassiz, 1862 forman el nectóforo, como una línea níti-
El nectóforo anterior es menor que el pos- da, no redondeadas o gastadas. Las ca-
terior. Ambos nectóforos son completa- ras ventro-Iaterales aparecen como una
mente diferentes. La cavidad del hidroe- ligera depresión entre la superficie api-
cio del nectóforo anterior está cerrada en cal y las aletas laterales. El somatocisto
la parte ventral, resultando así como una no es globular. El ancho de la cara ventral
campana abierta solamente en la parte viene a ser unos 3/4 de la altura. El nec-
inferior. En todos los abílidos, excepto en tóforo inferior es tan ancho como alto.
Bassia, el somatocisto se curva para loca- Además, la arista lateral izquierda está
lizarse en la parte ventral del hidroecio. muy extendida en una lámina, que resul-
La distribución de la mayoría de las espe- ta tan ancha como la dorsal, de modo que
cies de esta familia es errátil. Como dice el conjunto presenta un aspecto circular.
Sears (1953) se observa un ejemplar y se La aleta ventral derecha se extiende en
tardan años en obtener otros. La mayoría un perfecto semicírculo. La apertura del
de las especies en esta familia son de ré- nectosaco está rodeada de dientes fuer-
gimen trópico-ecuatorial. Las especies tes y bien desarrollados, con los bordes
más abundantes en la familia Abylidae aserrados, excepto el diente dorsal que
son: Abylopsis eschscholtú A. tetrago- tiene bordes lisos. La estructura del pei-
na, Bassia bassensis. ne en la aleta ventral izquierda lleva de 4
a 7 dientes, y seis dientes aparecen en la
Subfamilia ABYLlNAE L. Agassiz fila interna de la aleta ventral derecha.
1862 Los bordes basales de las aletas ventra-
Incluye el género Abylia con nueve es- les derecha e izquierda llevan denticula-
pecies, de las cuales ocho aparecen en ciones anchas con festoneados (fig. 174-
el Atlántico Sur. Los nectóforos supe- 73A, B). Se desconoce la fase de eudoxia.
riores son generalmente prismáticos, Distribución: XI(SW), XII.
aún cuando esta forma queda a veces
enmascarada por las prolongaciones Observaciones: Abyla bicarinata es una
extremadas de las aristas que adquie- especie muy rara en todos los océanos
ren un aspecto de alas. Los nectóforos probablemente debido a su distribución
inferiores se ajustan en líneas genera- batimétrica (Alvariño, 1971).
les al plan común de cinco aristas, al-
Abyla brownia Sears, 1953 (fig. 174-74)
gunas de las cuales se prolongan en es-
tructuras laminares. También pueden Descripción: El nectóforo superior no pue-
aparecer aristas adicionales. Las brác- de confundirse con ninguna otra especie
teas también son prismáticas. Los go- de Abyla, ya que las aristas laterales es-
nóforos son grandes, y en general se tán desarrolladas formando unas aletas
parecen a los nectóforos inferiores. redondeadas que terminan justamente
sobre el borde basal del hidroecio. Estas
Abyla bicarinata Moser, 1925 (fig. 174-73)
aletas son un poco más estrechas que en
Descripción: El nectóforo superior es más A. bicarinata, de modo que el nectóforo es
ancho que alto debido a la extraordinaria ligeramente más alto que ancho. La fa-
expansión de las alas que se forman en ceta ventral es más estrecha que en
las aristas laterales, y que se prolongan A. bicarinata y su ancho equivale apro-
hasta la base. Además, los bordes de las ximadamente a la mitad de la altura.
faceta s son redondeados. Algunos auto- Todas las aristas están aserradas en fi-
res indican que tales aristas son redon- nos dentículos. El borde basal de las pa-
deadas, túmidas, pero este aspecto lo redes laterales del hidroecio está fuerte-
presentan ejemplares en malas condicio- mente aserrado. Las caras ápico-dorsa-
nes de conservación. Cuando estos les son más cortas que en A. bicarinata.

426
Síphollophorae

El nectóforo inferior lo he estudiado, ya pinas. La aleta ventral izquierda lleva el


que he logrado obtener ejemplares per- borde inferior surcado por dientes en se-
fectamente conservados con los dos nec- rie festoneada. El nectosaco está flan-
tóforos todavía engarzados. El nectóforo queado por cinco dientes fuertes, con
inferior de A. brownia se parece al de A. bordes aserrados, excepto el dorsal que
biearinata. La aleta ventra I derecha es es liso (figs. 174-75A, B). No existe certe-
muy ancha como un semicírculo y los za sobre las características de la fase de
bordes de la parte inferior están aserra- eudoxia correspondiente a A. earina.
dos. La aleta ventral izquierda tiene for- Distribución: 6i; 12h. XI(SW), XIII, XVII.
ma triangular, el borde superior con el
peine, que lleva 4 dientes, y el borde infe- Observaciones: De distribución trópico-
rior con una serie de dientes irregulares. ecuatorial.
La arista dorsal también se extiende en
Abyla haeekeli Lens y van Riemsdijk, 1908
amplia lámina formando un contorno re- (fig 174-76)
dondeado. Las aristas laterales van incli-
Sinónimos: ?Abyla trigona Huxley, 1859;
nadas desde la parte ventral en el ápice ?Amphiora angulata Huxley, 1859; Am-
hacia la dorsal en la base. El nectosaco phiora earina Haeckel, 1888; AbVta atata
está flanqueado por dientes curvados ha- Haeckel, 1888; Abyla haeekeli Browne,
cia dentro y los dientes ventrales son ma- 1926.
yores que los otros y llevan los bordes Descripción: El nectóforo superior es tan
aserrados (fig. 174-74A. B). Se descono- ancho como alto, y tiene una configura-
ce la fase de eudoxia.
ción más próxima a la prismática que las
Observaciones: La inclusión de esta espe- demás especies del género. Las caras son
cie se debe a la posibilidad de que sea en- planas, pero están acentuadas por las
contrada en el Atlántico Sur. aristas. La faceta ápico-ventral lleva un
surco transversal formándose una faceta
Abyla earina Haeckel, 1888 (fig. 174-75) cuadrangular en la parte superior y otra
Descripción: El nectóforo anterior, visto de que resulta casi un pentágono regular en
lado, presenta la faceta basalligeramen- la parte ventral. Esta faceta resulta con
te curvada. La cara ápico-dorsal es una una anchura doble (en la parte más am-
superficie plana. Las aristas sobresalen plia) que la longitud de la arista superior
poco, y todas están aserradas, por lo me- que la forma. En vista lateral, la arista ho-
nos en su parte basal. El somatocisto es rizontal pasa justamente por encima de la
voluminoso y frecuentemente es más an- mitad inferior del somatocisto (fig. 174-
76A). El nectóforo inferior es doble de alto
cho que la cara ventral. El nectóforo infe-
rior tiene un anchoque llega a los dos ter- que ancho. La aleta ventral izquierda va
provista de aserraciones profundas e
cios de la altura, a lo cual contribuye prin-
cipalmente la expansión de la aleta ven- irregulares en el borde próximo a la base
tral derecha, ya que la arista dorsal no se y se continúa con el diente que cierra la
entrada del nectosaco. El peine es rudi-
prolonga en una lámina ancha. Las aris- mentario, con dos a tres dientes. La aleta
tas laterales son muy curvadas,exten-
ventral dorsal lleva un engrosamiento
diéndose desde la parte ventral del ápice
del nectosaco hacia la zona de la arista cóncavo en la parte inferior y cuatro dien-
tes en el reborde interno, hacia el lado iz-
dorsal, para terminar hacia la mitad late-
quierdo. Al borde del nectosaco aparecen
ral de la apertura del nectosaco. El peine
cinco dientes, el dorsal es más grande
en la aleta ventral izquierda lleva de 9 a
10 dientes. También es característica la que los demás y los laterales son peque-
ños (al parecer el derecho es menor que
serie de dientes finos irregulares que el izquierdo) y ambos se inclinan hacia la
aparecen cerca del borde basal de la ale- parte ventral (fig. 174-76B). En la fase de
ta ventral derecha. En esta aleta hay ade- eudoxia, la bráctea es como una boina
más, en el borde inferior, un arco con es- cuadrangular, donde la mayor extensión

427
Siphonophorae

está ocupada por el hidroecio. La región sarrollados, y se presentan variaciones


dorsal está limitada por una faceta rec- en las aserraciones de las aristas ventra-
tangular, cuya altura es aproximadamen- les y tos dientes.
te vez y media de su ancho (fi~. 174-76C).
Los gonóforos son característicos, con Distribución: XII, XIII(E y NE).
unos dientes curvados hacia la mitad de Observaciones: Especie escasa en todos
las aletas ventrales (fig. 174-760). los océanos.

Distribución: XV, XVI, XVII. Abyla peruana Sears, 1953*


Abyla ingeborgae Sears, 1953 (fig. 174-77) Abyla sehmidti Sears, 1953 (fig. 174-78)
Sinónimos: ?Abyla trigona Huxley, 1859; Sinónimos: A. trigona Lens y van Riems-
Abyla heekeli Kawamura, 1915; ?Abyla dijk, 1908 (en parte); A. biearinata Moser,
haeekeli Totton, 1932. 1925.

Descripción: El nectóforo superior es simi- Descripción: El nectóforo anterior es pare-


lar al de A. sehmidti, del que se distingue cido al de A. earina y A. trigona, pero se
por la arista que divide la faceta ápico- diferencia en que la faceta ápico-dorsal
ventral en dos, resultando entonces una es más larga. Las faceta s laterales son
cara superior cuadrangular y una inferior anchas. La arista transversal pasa a la al-
(cara ventral) en forma pentagonal regu- tura del 1/4 superior del somatocisto (fig.
lar, con los tres lados superiores peque- 174-78A). El nectóforo inferior es pareci-
ños, y los dos inferiores de longitud doble do al de A. tottOnl~ pero se diferencia en
a la de aquéllos. La cara ventral, de con- varias estructuras. La aleta ventral dere-
torno pentagonal, es más del doble en su cha es como un triángulo rectángulo, con
altura que ancho. La arista horizontal es- los catetos formando el borde ventral y el
tá más cerca del ápice, pasando aproxi- basal. La parte inferior de esta aleta lleva
madamente por la zona del tercio supe- un festoneado que avanza un poco en el
rior del somatocisto. El ancho del nectó- borde ventral. Hacia la cara izquierda de
foro es solamente dos tercios de la altura. esta aleta aparece un reborde en la parte
La cara ventro-Iateral apical es menor inferior, formando un arco de 90º, provis-
que la basal. La cara dorsal es un rectán- to de dientes fuertes. La aleta ventral iz-
gulo. Las aristas están aserradas, pero quierda es un triángulo isósceles con el
aparecen principalmente en la porción borde inferior provisto de dientes unidos
basal y se observan con bastantes au- por un festoneado. El peine lleva de 4 a
mentos (fig. 174-77A). El nectóforo infe- 5 dientes. La arista dorsal se extiende en
rior es aproximadamente doble de alto una lámina de dimensiones iguales des-
que ancho. La aleta ventral derecha es de el tope a la base del nectosaco, y ter-
triangular, el borde inferior lleva dientes mina en un diente Que se orienta hacia
irregulares y paralelamente al borde apa- fuera. Los dientes que rodean al ostio
rece otra serie de dientes. La aleta ventral son fuertes y de bordes lisos. La bisera
izquierda es de contornos paralelos a la que une los dientes ventrales es de bor-
anterior, aunque más pequeña, y el borde des aserrados (fig. 174·788). La eudoxia
no ha sido determinada con suficiente
inferior va provisto de dientes grandes. El
peine tiene 5 dientes. El ostio está flan- certeza para establecer su diagnosis.
queado por cinco dientes de bordes ase- Distribución: VII, XII.
rrados. Las aristas laterales del nectóforo
se inician en la parte ventral del ápice y Abyla tottoni Sears, 1953 (fig. 174-79)
terminan en la zona inferior, hacia la par- Sinónimos: Abyla trigona Moser, 1925.
te dorsal del nectosaco (fig. 174-778). La
fase de eudoxia lleva la bráctea caracte- Descripción: El nectóforo superior es apro-
rística del género, y los gonóforos son pa- ximadamente doble de alto que ancho. La
recidos a los de A. haeekeh pero tienen arista horizontal, vista lateralmente, pa-
además un diente dorsal y arista bien de- sa por el cuarto superior del somatocisto.

428
Siphonophorae

Las caras ventrales superiores se con- curvados hacia el dorso en el borde y pa-
traen (fig. 174-79A). El nectóforo inferior ralelamente al borde va un recorte en án-
alcanza un ancho que viene a ser los 3/4 gulo recto que abarca la parte inferior y
de la altura, sin contar la apófisis. La aris- ventral, y va provisto de dientes. La aleta
ta dorsal se extiende en una lámina, prin- ventral izquierda tiene el borde inferior
cipalmente la porción superior, curván- formado de dientes irregulares. El peine
dose rápidamente hacia el nectosaco an- lleva de 8 a 9 dientes. Las aristas termi-
tes de unirse con el diente dorsal. La aris- nan en dientes que rodean a la apertura
ta ventral derecha se extiende en lámina, del nectosaco. Estos dientes aparecen
formando un perfecto semicírculo que con los bordes aserrados (fig. 174-80).
termina en la parte inferior en unos dien- La eudoxia ha sido descripta por Gegen-
tes pequeños, y paralelamente lleva ade- baur (1860) y Haeckel (1888), pero Sears
más un reborde en arco de 90° provisto (1953) indica que no se puede asegurar la
de una dentición irregular. El peine in- identidad de esta fase.
cluye de 8 a 10 dientes. La aleta ventral
Distribución: 7i; 8g-i; 1Oh, 1Oí; 12h. VIII(S y
izquierda es triangular y el borde inferior
W), XI, XVII, XVIII(S).
tiene dientes unidos por un festoneado.
Las aristas terminan en dientes que ro- Observaciones: Aby/a trigana se encuen-
dean al ostio, llevan bordes lisos, excepto tra relativamente bien distribuida, avan-
los dientes ventrales que se unen por una zando desde el ecuador hasta los 35° S,
bisera aserrada. El diente dorsal se curva introduciéndose en la circunvolución
hacia dentro (fig. 174-79B). Se descono- oceánica del Atlántico Sur Central (=Vór-
ce la eudoxía. tice Anticiclónico del Atlántico Sur, ver
Distribución: 1Oi. XI, XI(E), XIII. figs. 131,137,199).

Observaciones: Especie poco abundante; Subfamilia CERATOCYMBINAE Mo-


en el Pacífico se halló en la Zona de Tran-
ser, 1925
sición (Alvariño, 1971).
Nectóforos superiores altos, de forma
A by/a trigana OuoyyGaimard, 1827(fig.174- rectangular (prismas) o piramidal. Las
80) brácteas tienen forma de escudo.
Sinónimos: ?A. trigana Eschscholtz, 1829; Ceratacymba dentata (Bigelow, 1918) (fig.
?Amphiara a/ata Blainville, 1830; Di- 174-81)
phyes aby/a Ouoy y Gaimard, 1834; A. Sinónimos: Aby/a dentata Bigelow, 1918;
carina Haeckel, 1888; ?Amphiara carina
A. quadrata Moser. 1925.
Haeckel, 1888.
Descripción: El nectóforo superior se dife- Descripción: El nectóforo superior carece
rencia bien de las otras especies del gé- de las aristas horizontal y apical transver-
sal. La estructura más notable para deter-
nero, ya que las aristas aparecen con ase-
rraciones fuertes e irregulares, particu- minar esta especie es la cara dorsal, que
larmente las laterales, y a veces la zona es de forma triangular y aparece abom-
basal de las aristas ventrales y dor$ales. bada hacia dentro, las aristas están ase-
En vista lateral, las aristas dorsales y ba- rradas y la base es recortada. El nectosa-
sales forman casi un semicírculo. La fa- co es muy largo y el ápice está más alto
ceta apical está inclinada hacia arriba al que el somatocisto y el hidroecio. La face-
unirse a las aristas laterales. La arista ho- ta apical es cuadrada y los vértices pro-
rizontal pasa por el extremo superior del minentes. Esta cara aparece a veces de-
somatocisto. Los vértices laterales son primida (fig. 174-81 A). El nectóforo infe-
prominentes. El nectóforo inferior tiene rior es alargado, robusto, opaco, y lleva
un ancho igual a la mitad de la altura, además una arista adicional que se
aproximadamente, y ninguna de las aris- extiende a lo largo del nectosaco, en la zo-
tas se extiende mucho en alas laminares. na de la aleta ventral derecha. No existe
La aleta ventral derecha lleva dientes arista dorsal, pero el diente dorsal está

429
Siphonophorae

presente y es más largo y fuerte que los Sinónimos: Enneagonum leuckartiSchnei-


demás en esta zona del ostio y aparece der, 1898; ?Abyla leuckarti Totton,
curvado en forma de garra. Las aletas 1925.
ventrales tienen la parte basal y ventral
cubiertas de dientes finos y numerosos.
El peine tiene hasta 16 dientes que son Descripción: El nectóforo superior es rec-
de tamaño menor que en las otras espe- tangular, achatado lateralmente, sin el
cies. Los dientes basa les ventrales son vértice del ápice. El tope del hidroecio, so-
los de mayor talla, y el ventral derecho es matocisto y nectosaco están al mismo ni-
doble en tamaño que el izquierdoy ambos vel. La cara ventral es estrecha. Las aris-
llevan los bordes con numerosos dientes tas laterales están más próximas a la fa-
(fig. 174-81 B). La fase de eudoxia cons- ceta ventral que en las otras especies, y
ta de una bráctea en forma de escudo en la zona basal se curvan hacia el dorso.
triangular, tan ancho como alto. En líneas Las caras laterales dorsales y ventrales
generales, su contorno semeja un trián- no son completas y presentan dientes
gulo equilátero. La faceta superior es irregulares (fig. 174-82A). El nectóforo
triangular, y del ángulo recto del dorso inferior es tres veces más largo que
parte una arista formando así las dos fa- ancho. Frecuentemente se observa una
cetas dorsales. En la faceta dorsal iz- arista adicional que se inicia debajo del
quierda se presenta una arista incomple- ápice del nectosaco y se extiende hacia la
ta, que parte desde arriba sin llegar al otro base cubriendo unos 2/3 de la longitud
extremo. El somatocisto ocupa solamen- del nectosaco. Las aletas ventrales llevan
te la mitad de la altura del nectóforo (fig. la parte inferior con dientes, y la derecha
174-81 e). El gonóforo tiene las aristas la- va provista además de una rima de dien-
terales con fuertes aserraciones, excepto tes en la cara izquierda y en las proximi-
en las proximidades del ápice donde son dades del borde. El peine de la aleta
lisas. En la parte ventral, un gancho avan- ventral izquierda lleva de 5 a 6 dientes.
za del ala izquierda, curvándose hacia la El diente basal de la aleta ventral derecha
derecha y hacia la base. El ápice es más es mucho más largo que el de la izquier-
ancho que la porción basal, formando da. Los dientes basa les de la zona ventral
una plataforma amplia, más alta hacia la están unidos por una bisera fuerte, con
región ventral. La apertura del nectosaco bordes aserrados (fig. 174-82B). La brác-
está rodeada de fuertes dientes que re- tea de la 'fase eudoxia viene a ser un trián-
sultan de la prolongación de las aristas. El gulo isósceles. La faceta apical es chata y
diente dorsal es saliente y muy curvado; trapezoidal. El somatocisto alcanza casi
los dientes laterales son pequeños y cur- el borde basal. La arista lateral izquierda
vados en garra, y el diente ventral izquier- es completa y se extiende desde la arista
do tiene doble longitud que el derecho apical hasta el borde basal, dividiendo así
(figs. 174-810, E). . la faceta lateral en dos porciones des-
Distribución: 10h; 12h. XI, XII, XIII, XVII. iguales (fig. 174-82C). Los gonóforos tie-
nen el tope achatado con una extensión o
Observaciones: Es la especie menos abun- cúspide formada por la prolongación de
dante de las tres en este género observa- las aristas ventrales. Las aristas laterales
das en el Atlántico Suroeste. Su distri-
y dorsales del tope son horizontales. Los
bución parece típica de los trópicos. bordes basa les de las aristas ventrales
están aserrados, y la aleta izquierda va
provista de un gancho que se tuerce ha-
cia la derecha cerrando así la cavidad del
hidroecio. Los dientes del ostia son gran-
Ceratocymba intermedia Sears, 1953* des, y los laterales y dorsales aparecen
Ceratocymba leuckarti Huxley, 1859 (fig. 174- curvados hacia dentro, cerrando la entra-
82) da del ostio (figs. 174-820, E).

430
Siphonophorae

Distribución: 6e; 7, 7f; 8i; 12h, 12i. VI. XIII, todo la etrema lonqitud del diente izquier-
XVI, XVII, XVIII(S). do. El tope del gonóforo está elevado ha-
cia la zona ventral. La aleta ventral dere-
Observaciones: Más abundante que la an- cha tiene -el borde fuertemente aserrado
terior, también de distribución tropical.
hasta aproximadamente un cuarto del to-
Ceratoeymbasagittata Quoy y Gaimard, 1827 pe. La aleta ventral. izquierda lleva hacia
(fig. 174-83) el medio un gancho que se dobla hacia la
derecha, cerrando el hidroecio (fig. 174-
Sinónimos: Naeella sagitta Blainville, 83C).
1830; Diphyes eymba Quoy y Gaimard
1834; Diphyes naeella Quoy y Gaimard, Distribución: 6e, 6g, 6h; 8f; 9g, 9h; 12i. VI,
1834; Ceratoeymba spectabilis Chun, VI(NW), VIII, IX, XI, XII, XIII, XIII(SW), XVII.
1888; Enneagonum sagittatum Schnei- Observaciones: Es la especie de Cerato-
der, 1898; Abyla leuckarti Agassiz y Ma- cymba más abundante en el Atlántico
yer, 1902; Diphyabila hubrechti Lens y Suroeste; frecuente en la sección oceá-
van Riemsdijk, 1908, Bigelow, 1911, nica tropical desde el continente hasta
Moser, 1911, Totton, 1932; Abyla sagit- Tristán da Cunha.
tata, Moore, 1949.
Descripción: El nectóforo anterior es pira-
midal, con una larga expansión para Subfamilia ABYLOPSINAE Totton,
1954
alcanzar la cúspide. Este nectóforo es lar-
go y tubular, y su longitud duplica la del Incluye los géneros Abylopsis (con dos
hidroecio. Las aristas terminan en dien- especies), Bassia y Enneagonum, que
tes cortos. El somatocisto es ligeramente son monoespecíficos. Los dos primeros
más corto que el hidroecio, el cual resulta llevan dos nectóforos, pero Enneago-
ser un tercio de la longitud total del nec- num sólo tiene el nectóforo superior.
tóforo (fig. 174-83A). El nectóforo infe- Los ejes de los nectóforos superior e in-
rior está caracterizado por el tope en for- ferior forman un ángulo de 45°. El nec-
ma de pirámide o tetraedro. Las aletas tóforo anterior carece de facetas apica-
ventrales tienen el tercio basal cubierto les, y en la cumbre las facetas pentago-
de dientes, y el diente basal de la aleta de- nales dorsal y ventral se unen por una
arista.
recha es extremadamente largo. Esta ale-
ta lleva un reborde denticulado en la ca- Abylopsis eschscholtzi (Huxley, 1859) (fig.
ra ventral, que perfila como un sombrea- 174-84)
do el contorno de la aleta izquierda. El
Sinónimos: Aglaismoides eschscholtzi
peine que se inicia más arriba del tope del
nectosaco lleva de 6 a 7 dientes. Los dien- Huxley, 1859, Chun, 1888, Bédot, 1896,
Lens y van Riemsdijk, 1908; Eudoxia pris-
tes dorsal y laterales de la apertura del
matica Gegenbaur, 1859; Abylopsis
nectosaco no son muy grandes y sus bor- quincunx Chun, 1888, Bédot, 1896, Lens
des son lisos (fig. 174-83B). La eudoxia
y van Riemsdijk, 1908, Moser, 1911;
consta de una bráctea en forma de escu-
Aglaismodes quincunx Chun, 1897; Aby-
do, característico del género Ceratoeym-
lia quincunx Chun, 1897; Abyla tetrago-
ba, pero los lados se elevan ligeramente. na Schneider, 1898; Abyla quincunx
La longitud de la bráctea resulta doble de
su ancho. El somatocisto viene a ser la Agassiz y Mayer, 1898, Mayer, 1900,
mitad de la altura de la bráctea. La arista Agassiz y Mayer, 1902; Aglaisma quin-
cunx Agassiz y Mayer, 1902; Chunia ca-
lateral izquierda es incompleta, inicián- pillaría Mayer, 1900.
dose en el borde basal. avanza solamen-
te unos 2/3 sobre la faceta, sin alcanzar a Descripción: El nectóforo superior tiene la
la arista superior. El gonóforo se recono- cara dorsal de forma pentagonal, y las fa-
ce fácilmente por la extraordinaria des- cetas apica"les laterales son cuadradas. El
igualdad de los dientes ventrales, sobre ápice del nectosaco alcanza la altura del

431
Siphonophorae

somatocisto. Las aristas tienen aserra- sur (Alvariño, 1971). Las localidades ocu-
ciones finas (fig. 174-84A). El nectóforo padas por las poblaciones de A. eschs-
posterior tiene una altura que resulta ser choltzi en el Atlántico Suroeste resultan
vez y media el ancho. La apófisis es gran- de régimen tropical. Aparece bien distri-
de y robusta. Los dientes son de talla uni- buida por toda esta región, invadiendo
forme. La aleta ventral derecha lleva una también la zona de la corriente de circun-
solapa con dientes que se turcen hacia la volución del Atlántico Central meridional.
arista izquierda cerrando el hidroecio. La
Abylopsis tetragona (Otto, 1823) (fig. 174-85)
arista ventral izquierda, hacia la mitad de
su longitud, se bifurca, con una rama ha- Sinónimos: Pyramis tegragona Otto, 1823;
cia la apófisis y la otra hacia la mitad late- Aglaja baeri Eschscholtz, 1825; Pletho-
ral izquierda del tope (fig. 174-84B). La soma crystalloides Lesson, 1826; Calpe
fase de eudoxia lleva una bráctea cuya pentagona Quoy y Gaimard, 1827, Blain-
cara ventral es pentagonal, las tres aris- ville, 1839, Lesson, 1843; Aglaisma bae-
tas superiores son de igual tamaño y las ri Eschscholtz, 1829; Abyla pentagona
inferiores de mayor longitud. El tope lleva Eschscholtz, 1829, Leuckart, 1853, Kblli-
una faceta rectangular igual a las dos la- ker, 1853, Gegenbaur, 1853, Sars, 1857,
terales superiores. Las caras laterales Huxley, 1859, Keferstein y Ehlers, 1861,
basales llevan un diente en la apertura Spagnolini, 1870, Fewkes, 1879, Chun,
del hidroecio. En el gonóforo las aristas 1885, Lens y van Riemsdijk, 1908, Mo-
se prolongan en alas y los bordes llevan ser, 1911, 1912; Diphyes calpe Quoy y
aserraciones regulares, y los dientes de Gaimard, 1834; Aglaisma pentagonum
la entrada del ostio son anchos. El tope Leuckart, 1853; Eudoxia cuboides Leu-
aparece prolongado en un cuerno que se ckart, 1853; Müller, 1871, Chun, 1885;
continúa con una arista y termina en un Bédot, 1896; Abyla trigona Vogt, 1854;
diente hacia la zona media ventral (fig. Aglaimoides elongata Huxley, 1859; Cal-
174-84C). pe husleyi Haeckel, 1888; Aglaisma ge-
Distribución: 5e, 5f; 6, 6e, 6g-i; 7, 7f, 7g, genbauri Haeckel, 1888; Calpe gegen-
bauri Haeckel, 1888; Aglaisma cuboides
7i; 8, 8g; 9, 9g-i; 1Oh; 11 h, 11 i; 12g-i. En-
Chun, 1897, Lens y van Riemsdijk, 1908;
tre VI y IX, entre VI y XI, VII, VIII, IX, entre
Abyla tetragona Schneider, 1898; Abyla
IX y XIII, XII, XIII, XIII(SW). XIV, XVI, XVII.
huxleyi Agassiz y Mayer, 1902; Abylopsis
Observaciones: Abylopsis eschscholtzi tetragona Bigelow, 1911 (y muchos más
constituye, con A. tetragona, una pareja desde aquella fecha); Abylopsis pentago-
de especies que se presentan con distri- na Moser, 1925, Leloup, 1932.
bución cuantitativa y frecuencia alter-
nando cuando habitan las mismas zonas Descripción: El nectóforo superior es muy
climáticas oceánicas. En el Pacífico, A. parecido al de A. eschscholtzi y se distin-
tetragona aparecía más abundante y fre- gue en que la faceta dorsal es poligonal
cuente que A. eschscholtzi (Alvariño, más alta que ancha y las facetas laterales
1971), mientras que en el Atlántico Sur- de la cúsp.ide son rectangulares, con la
oeste, aquélla era menos abundante que arista mayor marcando la distancia de la
la última mencionada. Asimismo, las po- parte ventral a la dorsal. El somatocisto
blaciones de A. tetragona se encuentran es grande y ovoide, no alcanza el nivel
ocupando mayor extensión en la región superior del nectosaco. El nectóforo infe-
templada adyacente al cinturón trópico- rior es también bastante parecido al deA.
ecuatorial oceánico que las de A. eschs- eschscholtú aunque es aproximada-
choltzi (Alvariño, 1971). Así, en el Pacífi- mente tres veces más alto que ancho. Los
co la distribución de A. eschscholtzi apa- canales radiales laterales se desvían ha-
recía limitada en general por la isoterma cia el ápice del nectosaco y luego des-
de 12°C a 200 m de profundidad, y A. te- cienden hasta el canal circular. Los dien-
tragona por las isotermas de 8°C y 10°C, tes del ostio están bien desarrollados,
respectivamente, en el hemisferio norte y principalmente el dorsal y el ventral iz-

432
Siphonophorae

quierdo. La aleta ventral derecha tiene 1843; Abyla bassensis Huxley, 1859,
una lengüeta que termina en un diente Haeckel, 1888, Schneider, 1898, Lens y
en la parte inferior y así cubre el hidroe- t van Riemsdijk, 1908; Sphenoides austra-
cio junto con una solapita de la aleta iz- lis Huxley, 1859, Haeckel, 1888, Bédot,
quierda ventral, de modo. que cierran el 1896, Lens y van Riemsdijk, 1908; Abyla
hidroecio como un tubo o túnel. El tope perforata Gegenbaur, 1860, Haeckel,
del nectóforo se articula perfectamente 1888; Bassia perforata L. Agassiz, 1862,
en el hidroecio del nectóforo superior. Chun, 1888, Haeckel, 1888, Bédot, 1896,
Los canales radiales son cuatro y ade- Moser, 1913; Bassia obeliscus Haeckel,
más hay otro que parte del 1/3 superior 1888, Sphenoides obeliscus Haeckel,
del canal ventral, se dirige hacia el dorso, 1888; Sphenoides perforata Haeckel,
y aproxitnadamente al nivel de la arista 1888; Bassia tetragona Haeckel, 1888;
lateral derecha tuerce para unirse al ca- Bassia quadrilatera Haeckel, 1888; Aby-
nal circular. La bifurcación de la arista la perforata Chun, 1897; Abyla pentago-
ventral izquierda se presenta más cerca na Mayer, 1900; Bassia bassensis Bige-
del ápice del nectosaco que en A. eschs- low, 1911 (y muchos más desde esta fe-
choltzi (figs. 174-85A, B). La bráctea de cha).
la fase eudoxia es un cubo, de modo que
las caras laterales, frontal y apical son
Descripción: El nectóforo superior tiene las
cuadradas, y la dorsal es un pentágono caras dorsal y ventral de forma
irregular, con la zona basal terminando pentagonal y los bordes baso-laterales
en punta. En la zona basal aparece un son alargados. Las facetas ápico-Iate-
diente en la apertura del hidroecio (fig.
rales son cuadrangulares, pero menores
174-85C). El gonóforo es estrecho y
que las basolaterales. El nectosaco es
largo, parecido al de A. eschscholtz/~' pe-
ro la aleta ventral cruza hacia la parte dor- pequeño y no tan alto como el hidroecio.
sal a un nivel cerca del tope del nectosa- El somatocisto está más alto que el hi-
droecio y el nectosaco. El hidroecio no es
co. La cúspide está desarrollada como en
A. eschscholtú y su prolongación en ala muy profundo y tiene una apertura an-
a lo largo de la zona ventral forma un cha (fig. 174-86A). El nectóforo inferior
diente (hacia la mitad de la altura del go- tiene cuatro aristas, que le dan un
nóforo). Las aristas son bastante lisas y aspecto cuadrangular, y terminan en
aparecen aserraciones muy finas dientes en la base. Las aristas son poco
acusadas y aparecen redondeadas. El
(fig. 174-850).
diente basal de la zona ventral derecha
Distribución: 5d; 6, 6e-g; 7, 7e; 8, 8g; 9, es más largo que los demás. Las aristas
9g; 10h, 10i; 11 h; 12f-h. VI, VII, VIII, ventrales tienen dos solapas que se arti-
VIII(W), IX, X(N y NE). XI, XII, XIII, XIII(SW), culan incluso hasta la parte inferior, de
XIV, XVI, XVII. modo que el hidroecio resulta un tubo o
túnel que alberga el sifosoma. La solapa
Observaciones: Abylopsis tetragona es si- derecha lleva el borde inferior redon-
milar a la especie anterior, como se ha in- deado, con un semicírculo de bordes ase-
dicado, tanto en la abundancia dístribu- rrados (fig. 174-86B). La bráctea de la fa-
cional de sus poblaciones como en su ca- se de eudoxia es como una lágrima polié-
tegoría ecológica, y así estas característi- drica. La cara dorsal tiene 4 lados, lasdos
cas se reflejan en la distribución que pre- aristas del ápice son cortas y las que se
senta. extienden hacia la zona basal tienen
Bassia bassensis (Quoy y Gaimard, 1834) (fig. una longitud doble que aquéllas. Las
174-86) caras laterales van divididas por una
arista transversal, resultando una ca-
Sinónimos: Abyla quadrilatera Blainville ra cuadrad;3 al tope y otra de forma par-
1830; Diphyes bassensis Quoy y ticular hacia la base. La faceta ventral
Gaimard, 1834; Calpe bassensis Lesson, está dividida al medio por una incisión. El

433
Siphonophorae

somatocisto es muy delgado, y consta de (fig. 174-87B). Los gonóforos tienen una
una rama que desciende a lo largo de la figura particular, con un ápice cónico
pared dorsal del hidroecio y otra se diri- flanqueado por las aletas de las aristas
ge hacia el ápice, pero carece de las ra- ventrales. Así, las aristas dorsal y latera-
mas laterales (fig. 174-86C). Los gonófo- les no avanzan hasta el ápice. La parte
ros aparecen como campanas de 4 aris- basal lleva 5 dientes, los ventrales y el
tas, y la gónada ocupa ocupa casi toda la dorsal están más desarrollados, y sus
cavidad del nectosaco. bordes aserrados. Entre los dientes dor-
Distribución: 5d, 5e; 6, 6e; 7, 7e, 7f, 7h, sal y laterales se presenta una alita ase-
rrada. La arista ventral se bifurca en la
7i; 8, 8f-i; 9, 9g-i; 10, 10g-i; 11, 11 h; 12,
parte alta y forma un diente similar al que
12g-i. V, VI, entre VI y IX, IX, XI, XII(W),
XIII. XIV, XVI, XVII, XVIII(S). aparece en los gonóforos de Abylopsis.

Observaciones: Aparece ocupando toda la Distribución: 6, 6e; 7, 8; 10h. IX(NE), XI,


XIII, XVII.
zona trópico-ecuatorial, encontrándose
también en las aguas de componente tro- Observaciones: Enneagonum hyalinum es
pical que avanzan en el Atlántico Suroes- poco abundante y con distribución res-
te. tringida a los estratos del epiplancton de
las regiones trópico-ecuatoriales oceáni-
Enneagonum hyalinum (Quoy y Gaimard, caso
1827) (fig. 174-87) Enneagonum searsae Alvariño, 1967*
Sinónimos: Cuboides vitreus Quoy y Gai-
mard, 1827, Eschscholtz, 1829, Huxley, Orden CHONDROPHORAE Chamisso y Ey-
1859, Gegenbaur, 1860, Haeckel, 1888, senhardt, 1821
Bigelow, 1911; Abyla vogti Huxley, 1859, Se trata de hidroides gimnoblásticos, que al-
Haeckel, 1888; Halopyramis adamantina gunos autores consideran antomedusas tu-
Chun, 1888, 1892, Bédot, 1896, Lens y bulares pelágicas. El neumatóforo es achata-
van Riemsdijk, 1908; Cuboides adaman- do, un disco circular, ovalado o elipsoidal. En
tina Chun, 1888, 1892, Bédot, 1896, el centro de la parte inferior del disco hay un
Lens y van Riemsdijk, 1908; Cuboides gastrozoide grande, rodeado de sifones, gonó-
crystallus, Haeckel, 1888; Cymba vogtii foros, y al margen se distribuyen los dactilo-
Haeckel, 1888; Cymba crystallus Haec- zoides. Los gonóforos producen medusas que
kel, 1888. se desprenden y nadan libremente constitu-
yendo la fase reproductora. Todas las estruc-
Descripción: El nectóforo superior se reco- turas se conectan mediante canales endo-
noce fáci·lmente por su talla y forma pira- dérmicos. La sustancia que forma el neuma-
midal. El somatocisto es en forma de pera tóforo carece de estructura y se considera re-
y está localizado sobre el hidroecio, al- lacionada con la quitina. Estos organismos
canzando un nivel más alto que el necto- flotan en la superficie oceánica, son de color
saco. La faceta dorsal lleva una arista que azulado hasta púrpura debido a pigmentos ca-
la divide en dos. En la parte basal, entre rotenoprotéicos.
estas dos facetas, aparece una faceta ba-
sal triangular (fig. 174-87 A). No existe
nectóforo inferior. La bráctea de la fase Familia PORPITIDAE Brandt, 1835
de eudoxia es un cubo casi perfecto, con Ei neumatóforo es un disco perfecta-
5 caras, apical, dorsal, ventral y las dos la- mente circular con la parte superior blan-
terales que son de forma cuadrada, y toda cüzca y la inferior azul oscuro hasta púr-
la zona basal constituye la apertura del pura, con gastrozoides, sifones y gonófo-
hidroecio. El somatocisto es particular y ros. Se desplaza mediante las contraccio-
se asienta al tope del hidroecio, con dos nes de los dactilozoides. Los esto mas de
ramas laterales y eldivertículo apical, ca- gastrozoides y sifones van provistos de
reciendo de la rama dorsal descendente masas de nematocistos.

434
Siphonophorae

Porpitaporpita Linné, 1775 (fig. 174-88) Observaciones: Los condróforos están re-
presentados por dos especies: Porpita
Descripción: Las características del géne-
ro se ajustan perfectamente a la familia. umbella y Ve/ella ve/ella. Estos organis-
Se han descripto varias especies, pero no mos son preferentemente de aguas cáli-
das. Información sobre la distribución de
se han efectuado estudios comparativos
.los condróforos es bastante escasa, debi-
con ejemplares correspondientes a las
distintas poblaciones, existiendo así un do a las características del hábitat que
ocupan. Estos organismos se encuentran
problema de sinonimias en espera de
solución. en la película más superficial de las
aguas oceánicas, y por lo tanto serán co-
Distribución: 8. lectados en abundancia con el empleo de
Observaciones: Ver Ve/ella ve/ella. redes de neuston. Además, hay que con-
siderar que su distribución no es muy dis-
Porpita umbella O.F. Müller, 1776 * persa, ya que aparecen siempre en cier-
Porpita pacifica Lesson, 1826* tos lugares en aglomeraciones masivas,
sin presentar una dispersión amplia de
Familia VELELLlDAE Brandt, 1835 sus poblaciones. Por lo tanto estas aglo-
El neumatóforo es una placa ovalada, con meraciones son como islotes vivos en el
una cresta triangular o vela, y en la parte océano, y para tener datos sobre su dis-
inferior van los cormidios (gastrozoides, tribución tendría que coincidir la colecta
dactilozoides, gonóforos). La vela o cresta con el foco de concentración de tales po-
puede estar dirigida al NW-SE (derecha) y blaciones. De modo que, repito, única-
NE-SW (izquierda), orientación depen- mente cuando la toma de muestras coin-
diente de los vientos dominantes en la zo- cide con una concentración de estas po-
na que habitan. blaciones, apa recerá n representa ntes en
la muestra, mientras el resto de las loca-
Ve/ella ve/ella Linné, 1775 (fig. 174-89)
lidades adyacentes carecen de represen-
Descripción: Corresponde exactamente a tantes de tales poblaciones. Ve/ella y Por-
la familiar. Al igual que en el caso dePor- pita son organismos depredadores, el pri-
pita, se precisa realizar un estudio com- mero se alimenta de la presa que encuen-
parativo del material con objeto de esta- tra a su paso surcando las aguas a
blecer las especies definitivamente. merced de los vientos, mientras que Por-
Distribución: 12g. Entre VI y XI, VIII, XIII, pita capta vibraciones y puede desplazar-
XVI. XVII. se al encuentro del alimento.

435
Siphonophorae

Fi Q. 174. S¡pho
.

(Ver r nophorae.
en p.
441). eferencias

436
LEv
O(lVV
°d ua sepuaJalaJ Jal\)
°aeJ04dou04dlS °vL l °61:l
Siphonophorae

Fig. 174. Siphonophorae.


(Ver referencias en p.
441).

438
Siphonophorae

Fig. 174. Siphonophorae.


(Ver referencias en p.
441).

439
'"
Siphonophorae

Fig. 174. Siphonophorae.


(Ver referencias en p
441). .

440
Siphonophorae

Fig. 174. Siphonophorae.


1) Epibulia ritteriana/ 2) Agalma okeni, A: animal completo, B: nect6foro, C: bráctea; 3) Agalma elegans, A:
neet6foro, B; bráctea; 4) Stephanomia bijuga, A: nect6foro en vista dorsal, B; bráctea; 5) Nectalia loligo, A;
nect6foro, B: animal completo; 6) Marrus antarcticus, A: nect6foro, B: bráctea; 7) Erenna richardi, A: nect6fo-
ro, B: brácteas,C: gonodendra;8) Pyrostephos vanhoeffeni, A: neet6foro envista ventral, B: nect6foro en vista
dorsal; 9) Bargmania elongata, nect6foro; 10) Physophora hydrostatica, A: nect6foro, B: animal completo;
11) Athorybia rosacea, animal completo; 12) Melophysa melo, A: nect6foro, B: animal completo; 13) Forska-
lia edwardsi, nect6foro; 14) Amphicaryon acaule, fase poligástrica; 15) Amphycaryon ernesti, fase poligástri-
ca; 16) Amphicaryon peltifera, fase poligástrica; 17) Maresearsia praeclara, fase poligástrica; 18) Rosacea
plicata, nect6foro; 19) Nectodroma dubia, A: nectóforo, B: bráctea; 20) Lilyopsis rosea, A: fasepoligástrica,
B: eudoxia; 21) Nectopyramis diomedeae, A: fase poligástrica, B: eudoxia; 22) Nectopyramis natans, A: fase
poligástrica, B: eudoxia; 23) Nectopyramis spinosa, A: fase poligástrica, con el segundonectóforo, B: fasepo-
ligástrica en vista lateral, C: nect6foro en vista dorsal, D: eudoxia; 24) Nectopyramis thetis, fasepoligástrica;
25) Hippopodius hippopus, nect6foro; 26) Vogtia glabra, nect6foro; 27) Vogtia kuruae, nect6foro; 28) Vogtia
pentacantha, nect6foro; 29) Vogtia serrata, nect6foro; 30) Vogtia spinosa, A: nect6foro, B: colonia (animal
completo); 31) Sulculeolaria biloba, neet6foro superior; 32) Sulculeolaria chuni, nectóforo superior; 33) Sul-
culeolaria monoica, nectóforo superior; 34) Sulculeolaria quadrivalvis, neetóforo superior; 35) Sulculeolaria
turgida, neetóforo superior; 36) Lensia achiles, nectóforo superior; 37) Lensia ajax, nectóforo superior; 38)
Lensia campanella, nect6foro superior; 39) Lensia conoidea, A: nectóforo superior, B: nectóforo inferior;
40) Lensia cossack, nectóforo superior; 41) Lensia exeter, nectóforo superior; 42) Lensia fowleri, nectóforo
superior; 43) Lensia grimaldii, nectóforo superior; 44) Lensia hardy, nectóforo superior; 45) Lensia havock,
nectóforo superior; 46) Lensia hostile, nectóforo superior; 47) Lensia hotspur, nectóforo superior; 48) Len-
sia hunter, nectóforo superior; 49) Lensia leloupi, nectóforo superior; 50) Lensia lelouveteau, nectóforo supe-
rior; 51) Lensia meteori, neet6foro superior; 52) Lensia multicristata, nectóforo superior; 53) Lensia subtilis,
nectóforo superior; 54) Diphyes bojani, A: nectóforo superior, B: nectóforo inferior, C: eudoxia; 55) Di-
phyes dispar, A: nectóforo superior, B: nect6foro inferior, C: eudoxia; 56} Diphyes antarctica, A: nectó-
foro superior, B: nectóforo inferior, C: eudoxia; 57} Dimophyes arctica, A: nect6foro superior, B: nectóforo
inferior; 58) Diphyopsis mitra, A: nectóforo superior, B: eudoxia; 59) Chelophyes appendicu/ata, A: nec-
tóforo superior, B: nectóforo inferior, C: fase poligástrica, D: eudoxia; 60) Chelophyes con torta, nect6fo-
ro superior; 61) Eudoxoides spiralis, A: nectóforo, B: gonóforo; 62) Eudoxia macra, fase eudoxia; 63} Mug-
giaea atlantica, neetóforo; 64) Muggiaea barymannae, nectóforo; 65) Muggiaea kochi, neet6foro; 66) Chu-
niphyes moserae, A: nectóforo superior, B: nect6foro inferior; 67) Chuniphyes mu/tidentata, A: nectó-
foro superior, B: neetóforo inferior; 68) Clausophyes ovata, A: fase poligástrica, B: eudoxia; 69) C/au-
sophyes galeata, fase poligástrica; 70) Crystallophyes amygdalina, fase poligástriea nectóforos superior e infe-
rior; 71) Heteropyramis macu/ata, A: nectóforo superior, B: eudoxia; 72) Thalassophyes crystallina, fase
poligástrica; 73) Aby/a bicarinata, A: neetóforo superior, B: nectóforo inferior; 74) Aby/a brownia, A: nec-
tóforo superior, B: nect6foro inferior; 75) Abyla carina, A: nect6foro superior, B: neetóforo inferior; 76)
Abyla haecke/i, A: nectóforo superior en vista ventral, B: nectóforo inferior, C: eudoxia, D: gonóforo; 77)
Aby/a ingeboryae, A: nectóforo superior, B: nectóforo inferior; 78) Abyla schmidti, A: nectóforo superior,
B: nectóforo inferior; 79) Abyla tottoni, A: neetóforo superior en vista ventral, B: nectáforo inferior; BO)
Abyla trigona, nect6foro inferior; 81) Ceratocymba dentata, A: nect6foro superior en vista ventral, B: nec-
tóforo inferior, C: bráctea, D: gonóforo femenino, E: gon6foro masculino; 82) Ceratocymba leuckarti, A:
nectóforo superior, B: nectóforo inferior, C: bráctea, D: gonóforo femenino, E: gon6foro masculino; 83)
Ceratocymba sagittata, A: nect6foro superior, B: neetóforo inferior, C: eudoxia; 84) Abylopsis eschscholtzi,
A: fase poligástrica, B: eudoxia, C: bráctea, D: gon6foro; 85) Aby/opsis tetragona, A: fase poligástrica, B:
fase poligástrica, C: bráctea, D: gonóforo; 86) Bassia bassensis, A: neetóforo superior, B: nect6foro infe-
rior, C: eudoxia; 87) Enneagonum hyalinum, A: nectóforo superior, B: eudoxia, C, D: gonóforos femeninos,
E, F: gonóforos masculinos;88) Porpita, sp.; 89) Velella ve/ella..

Nota: No se incluyen escalasdebido a que los tamaños de los ejemplaresson variables, frecuentemente den-
tro de límites desconocidos.

(Todas las ilustraciones son originales, aunque algunasfueron publicadas anteriormente, a saber: 1: en Alva-
riño, 1972a; 27: en Alvariño, 1967c; 31-35 y 87: en Alvariño; 1968b).

441
HYDROMEDUSAE
FERNANDO C. RAMíREZ y MAURICIO O. ZAMPONI

Morfología los cuatro tentáculos primarios, los cuatro ór-


ganos genitales y los ángulos (en los manu-
Las hidromedusas son también denominadas brios de sección cuadrangular). Los interra-
medusas craspédotas, por la presencia de un dios corresponden a los ejes transversos de 2º
velo, o poli medusas, por representar la etapa orden, e interceptan a los mencionados en un
sexual de una alternancia de generaciones ángulo de 45°, mientras que los adradios y
con pólipos asexuados. Poseen simetría radial subradios, respectivamente de 3º y 4º orden,
de carácter tetrámero. En su forma típica, pre- constituyen ángulos de 22,5° y 11,25°. El ve-
sentan un cuerpo cóncano-convexo con una lo, que limita la abertura de la cavidad sub-
superficie externa o exumbrela y una interna umbrelar, es un proceso membranoso que se
o subumbrela, que adopta la forma de una proyecta horizontalmente hacia adentro y cu-
campana, o bien de una semiesfera; o un yas contracciones regulan la comunicación
aspecto deprimido con forma de reloj. Del del interior de la campana con el exterior (fig.
centro pende el manubrio, que constituye una 175).
formación tubular de largo variable y de sec- En el margen se hallan los tentáculos, que se
ción cilíndrica o cuadrangular, el cual típica- presentan frecuentemente en número de cua-
mente representa el esófago, con la abertura tro, aunque en algunos grupos es de 8, 12, 16,
bucal en su extremo y el estómago en su base. 32 o un número indefinido que se incrementa
La boca puede presentar un borde liso o cre- con la edad. Por lo general son huecos, a me-
nulado, o bien dar nacimiento a tentáculos en nudo sólidos; nacen de un bulbo basal ubi-
número variable, simples o dicotómicamente cado sobre la cara externa del borde umbre-
ramificados. El estómago se conecta con una lar (abaxiales) o en la cara interna del mis-
red de canales internos que constituyen el mo (adaxiales). En algunos grupos hay más de
sistema gastrovascular, cuya finalidad es la un tentáculo implantado en cada bulbo, cons-
distribución del alimento. Dicho sistema está tituyendo manojos compuestos de tentácu-
constituido por canales radiales que pueden los. Pueden asimismo presentarse limitados,
ser simples o ramificados, por lo general en en algunos géneros, a 1 o 2, en cuyo caso
número de 4 o más, y que siempre comunican nacen en la terminación de un canal radial. Su
con un canal periférico que corre en forma función es predatora por lo que su superficie
paralela al margen de la campana. Dicho ca- se halla revestida de nematocistos dispuestos
nal circular puede continuarse con la cavidad en formaciones de diverso tipo, como verru-
de los tentáculos cuando éstos son huecos, o gas, anillos o crestas. En algunos casos es-
bien con divertículos ciegos de diferente lar- peciales su base está provista de espolones de
go, denominados canales centrípetos. Consi- función adhesiva. El margen umbrelar es
derando el carácter cuatripartito de la sime- asiento de otras estructuras de función sen-
tría de las medusas, los canales radiales cons- sitiva, tales como los tentáculos secundarios,
tituyen un elemento referencial para el orde· los bulbos marginales, los eirri, los oee/os, los
namiento sistemático de las estructuras. El
eordy/i y los estatocistos.
este sentido, los ejes radiales de primer orden
o perradios corresponden a los dos ejes trans-
versos principales de una pirámide cuadran- Glosario de términos técnicos
gular teórica de base cuadrada, y los mismos
coincidirían con los cuatro canales radiales, Acraspédotas: medusas sin velo o diafragma.

443
Hydromedusae

10
S
15
812
6
14
16
n
9713

Fig. 175. Detalles morfológicos en hidromedusas.

A) Vista oral; B) Vista lateral; C) Tentáculos y estructuras asociadas; D) Extremos del estómago con cuatro la-
bios bien desarrollados (B y C; Eucheilota maculata).
1) Perradio; 2) Subradio; 3) Adradio; 4) Interradio; 5) Exumbrella; 6) Mesodermo; 7) Cavidad subumbrelar;
8) Estómago; 9) Canal radial; 10) Boca; 11) Velo; 12) Orificio del velo; 13) Ocelo; 14) Tentáculo; 15) Canal
circular; 16) Borde umbrelar; 17) Cirro lateral; 18) Bulbo rudimentario; 19) Vesícula marginal.

(Original).

444
Hydromedusae

Adradios: radios de orden terciario, a 22,5° Cuadrante: sección de la umbrela limitada


de los perradios e interradios, que dividen por dos radios o perradios adyacentes y
la superficie umbrelar en 4 planos simé- simétricamente similares.
tricos.
Depresiones olfatorias rhopalares: depresio-
Almohadillas adhesivas: estructuras ubica- nes ciegas en forma de embudo en la su-
das en la extremidad de los tentáculos de perficie dorsal de las escamas protecto-
ciertas especies, cuyos cnidocistos no se ras rhopalares.
disponen en anillos sino en forma de ver-
Discos adhesivos: aglutinamiento de cnido-
dadera almohadilla.
cistos, generalmente ubicados en la ex-
Bolsillos gástricos: dilataciones del manu- tremidad de los tentáculos.
brio que pueden localizarse en los cana- Dissonemales: medusas de forma regresiva
les radiales de diferentes grados, consti- con sólo dos tentáculos. '
tuyendo una continuación del pedúnculo
gástrico. Estatocistos: fosos o vesículas epidérmicas
localizados en la base velar del borde sub-
Canales centrípetos: canales ciegos que se umbrelar y caracterizados por la presen-
dirigen desde el borde umbrelar hacia el cia de células especiales (Iitocistos). ca-
centro de la campana. da uno de los cuales contiene una con-
Cavidad coronal de la umbrela o cavidades creción redonda móvil (estatolito) com-
en embudo (infundíbulo): formada por cuatro puesto de material orgánico y carbonato
de calcio.
a ocho pliegues verticales subumbrela-
res o mesenterios; dividen a la cavidad Estatorhabdos: tentáculos sensorios cortos,
umbrelar en una mitad inferior simple o dilatados en el extremo, provistos de un
cavidad coronal, y en una mitad superior estatocisto con uno o varios estatolitos.
cuadri u octolocular o cavidad infundibu-
lar. Exumbrela: superficie lisa exterior de la ca-
vidad umbrelar, cubierta de epitelio ecto-
Cavidad subgenital: infundíbulos subumbre- dérmico. Puede poseer proyecciones,
lares de forma y funciones variadas, rela- nervadu ras, etc.
cionados con los genitales pues la pared
subumbrelar es el lugar de origen de las Flagellum: pelo flexible y móvil de células
sensorias ectodermales.
glándulas reproductivas.
Infundíbulo: ver cavidad coronal de la um-
Cavidad umbrelar: zona delimitada por la
brela.
subumbrela, que actúa como cavidad res-
piratoria y natatoria. Interradios: radios de orden secundario, a
Cirros: tentáculos marginales sensitivos de 45° de los perradios, que dividen la su-
longitud variable y de aspecto filiforme, perficie umbrelar en cuatro planos simé-
formados por células vacuoladas. tricos que pasan por las gónadas.

Clavellae: Estructuras marginales de percep- Manubrio: saco gástrico de forma variable


ción química situadas en la base de los (redondo, cuadrado, prismático, pirami-
rhopalia. dal, cónico, etc.) en cuyo extremo se abre
la boca.
Cnidocilio: pelo urticante de las células urti-
cantes. Mononemales: medusas con forma regresiva
con sólo un tentáculo.
Cordyli: pequeños tentáculos modificados
con otolitos endodérmicos constituyendo Nichos de la cavidad umbrelar: espacios se-
el "órgano auditivo" más común entre cundarios en la pared subumbrelar for-
medusas. mados en parte por pliegues o proyec-
ciones subumbrelares o por condiciones
Craspédotas: medusas con velo, o diafragma. de crecimiento del margen umbrelar.

445
Hydromedusae

Ocelos: estructuras de percepción visual lo- Tentáculos: órganos de función diversa (sen-
calizadas en el margen umbrelar y en la soria, suctoria, defensa, ataque, nata-
base de los tentáculos, pudiendo estar ción, alimentación) implantados en la
provistas de una lente. . exumbrela o subumbrela. Son, general-
mente, largos y cilíndricos, constituidos
Octonemales: medusas que presentan ocho
por epitelio ectodérmico, musculatura,
tentáculos perradiales alternados con
un eje interno de endodermo y una placa
cordily interradiales (en algunos géneros de soporte. Pueden ser huecos o sólidos.
de Trachymedusae y Narcomedusae).
De acuerdo al radio que pasa por su base
Otolito: concreción calcárea de función "au- pueden ser perradiales, interradiales.
ditiva". adradiales y subradiales (respectivamen-
te del 1º al 4º orden).
Otoporpae: rayos urticantes exumbrelares
de recorrido centrípeto a partir de los cor- Umbrela: denominación que recibe el cuerpo
dily y cubiertos de células endodérmicas. acampanado de la medusa y se halla for-
mado por un alto porcentaje de agua y de
Papila: acumulaciones epiteliales originadas
tejido mucoso o cartilaginoso.
en el tejido subepitelial y de formas va-
riadas (nudos redondeados o cónicos, Umbrela dorsal: ver exumbrela.
rayos, etc.). Umbrela ventral: ver subumbrela.
Palpelo: pelo rígido e inmóvil de células sen-
sorias ectodermales. Velo: proceso del margen libre de la umbre-
la que se proyecta hacia adentro constitu-
Pedúnculo gástrico: prolongación del saco yendo una membrana o diafragma.
gástrico.
Verruga: estructuras adherentes formadas
Peronia: profundas incisiones que cortan el por acumulación de cnidocistos, localiza-
cuerpo umbrelar hasta la subumbrela. das en tentáculos o en la exumbrela.

Perradios: ejes de orden primario que divi- Vestíbulo subgenital: se forma por la fusión
den la superficie umbrelar en dos planos de las cavidades subgenitales originando
simétricos a 90°, que pasan por los lóbu- un vestíbulo cruciforme central.
los ovales.

Poros excretores: aberturas del canal radial Biología


próximas al canal anular, localizados por
encima de la superficie subumbrelar, ubi- Reproducción y desarrollo
cados sobre una papila. Los celenterados planctónicos, en especial
Rhopalia: (también llamado cuerpo marginal) las hidromedusas, presentan un ciclo de vida
es la unión de un estatorhabdo, una fose- metagenético en el cual la fase medusa repre-
ta olfativa, un lóbulo olfativo y un ganglio senta la etapa sexual y el pólipo la etapa ase-
nervioso en la base. xual. En este ciclo se cumplen las siguientes
secuencias:
Sensilas: órganos sensorios en general (ten- pólipo - medusa - huevo - larva
táculos, clavellae, ocelos, vesículas, etc.). plánula _ pólipo
Subumbrela: superficie interna cóncava de la Las fases mencionadas anteriormente pue-
ulT'brela ventral, tapizada de epitelio ec- den variar de acuerdo a las modalidades bioló-
todermal; puede poseer células glandu-
gicas propias de cada especie, existiendo la
lares pigmentadas y fibrilares.
posibilidad de omisión de alguna de ellas. La
Subradio: radio de orden cuaternario a etapa pólipo se halla representada por indivi-
11,25° de los restantes radios y que divi- duos solitarios o coloniales, sésiles, en los
de la superficie umbrelar en cuatro pIa- cuales se ha desarrollado un alto grado de po-
nos simétricos. limorfismo. Las estructuras encargadas de

446
Hydromedusae

engendrar las futuras medusas (gonóforos) cual la proliferación de la pared de la blástula


adoptan gran variedad de formas y localiza- origina la movilización de las células hacia el
ciones, pudiendo nacer del hidrocaulo, de la interior del blastocele, resultando una gástru-
hidrorhiza o (e.g., Obelia) quedar restringidos la sólida que recibe el nombre de estereogás-
a pólipos especiales modificados llamados trula. Ésta se alarga rápidamente para con-
gonangios. El gonangio consta de un tallo vertirse en una larva plánula, nadadora y cilia-
central denominado blastostilo, sobre el cual da, con sus extremos anterior y pO$terior dife-
se desarrollan las yemas medusoides. Los rentes. Como la plánula conserva la estructu-
gonóforos 'poseen todas las potencialidades ra de estereogástrula, no existe cavidad gas-
para originar los individuos sexuados (medu- trovascular ni boca. Luego de una existencia
sas) y asegurar la continuación del ciclo. La nadadora, que dura desde unas horas a días,
transformación de un gonóforo para dar me- pierde las cilias, segrega el perisarco y se fija
dusas libres comienza con una protuberancia al sustrato adecuado dando origen a una colo-
compuesta de epidermis y gastrodermis. Por nia hidroide.
proliferación celular de la extremidad, la
epidermis, que luego se invagina enrollándo-
se en una esfera conocida como entocodon,
pasa a constituir el principio de la subumbre- Alimentación
la; la g~strodermis se aglutina alrededor del
entocodor'l, constituyendo cuatro tubos desti-
nados a transformarse en los canales radiales Las medusas son organismos de reglmen
y simultáneamente arrastra hacia el centro de carnívoro e-ngrado estricto, sus presas son de
dicha esfera al mismo entocodon para formar talla micro o macroscópica. El alto grado de
el futuro manubrio. La superficie epidérmica transparencia de su cuerpo les permite pasar
del gonóforo, previa invaginación, y junto con inadvertidas para sus víctimas, manteniendo
la epidermis adyacente del entocodon forma pasivamente sus estructuras a la espera del
la lámina velar; simultáneamente se origi- alimento. En este sentido, el tipo de alimenta-
nan crecimientos de la gastrodermis de los ción es, desde el punto de vista mecánico, por
canales radiales y de sus extremos, que se colisión, en el cual el predador recibe el im-
funden para constituir el canal anular. La for- pacto de la presa. La retención se basa en la
mación de la medusa es completada con la acción de los numerosos nematocistos que, a
ruptura de la lámina velar, liberación del velo, la manera de baterías, tapizan la superficie de
crecimiento de tentáculos y estructuras mar- determinadas partes del cuerpo, en especial
ginales y reducción de las zonas de adheren- de los tentáculos, epidermis de la región oral y
cia al blastostilo, para eclosionar finalmente borde de la umbrela. Cuando un objeto entra
por ruptura de la envoltura del gonóforo, en contacto con el cnidocilo (o mecanismo
cuando éste existe. Posteriormente puede in- efector de la descarga del nematocisto) éste
crementar su tamaño y desarrollar tentáculos actúa como un percutor produciendo la des-
adicionales, canales radiales y estructuras carga con la consiguiente salida del dardo y
marginales. A partir de la medusa se inicia del filamento de retención. Hay evidencias de
una etapa planctónica y sexual, esta fase se que algunas especies perciben por adelanta-
reproduce por medio de gametas (los indivi- do la aproximación de la presa mediante la re-
duos normalmente son dioicos). La posición cepción de las vibraciones del agua, recibidas
de las gónadas es variable en los diferentes por los estatocistos del margen umbrelar (Har-
órdenes. La fecundación puede ser externa o dy, 1956). E.n determinadas especies la ali-
interna; en el primer caso, las gónadas, una mentación está coadyuvada por la expansión
vez maduras, vierten los productos sexuales y contracción de la campana cuya abertura es
al medio donde se unen para constituir la ci- cubierta por los tentáculos a la manera de un
gota o huevo; si es interna, los huevos inician filtro (Fraser, 1969b). Si bien en este proceso
su desarrollo en la misma gónada. La seg- se hallan involucrados otros factores, en es-
mentación es completa y se forma una blástu- pecial de origen químico, los resultados de las
la; la gastrulación suele tener lugar mediante experiencias son contradictorios y no arriban
un proceso conocido como ingresión, en el a una conclusión satisfactoria (Hyman, 1949).

447
Hydromedusae

La presa, una vez paralizada por efectos de la ingestión de presas de talla desproporciona·
sustancia tóxica inyectada, es llevada a la bo- da, como ha sido señalado para Liriope
ca por medio de los mismos tentáculos. En tetraphylla, que puede ingerir presas del triple
caso de que el tamaño de la presa lo requiera, de su tamaño (Fraser, 1969b), o como Leu·
otros tentáculos se dirigen hacia la misma con ckartiara nobilis que ingiere 5arsia princeps
el fin de asegurar su retención, mientras la de su propia talla. Pero el principal papel de
boca, debidamente ensanchada, se aproxima las medusas reside en su incidencia sobre las
a la misma por extensión del manubrio. En al- poblaciones juveniles de peces. Ha sido seña-
gunas especies, como las del género 5arsia, lado que de las 51 especies cuya alimentación
que están dotadas de un largo manubrio, éste fue estudiada, 34 registran la ingestión de
puede rodear a la presa a la manera de un estados larvales y juveniles de peces (Alvari-
constrictor, para luego englutirla. Una vez in- ño, 1975). Ello no descarta que la mayoría in-
troducida en la cavidad gastrovascular la pre- cluya, en mayor o menor proporción, repre-
sa es fragmentada por acción mecánica y quí- sentantes de ictioplancton en su dieta. En tal
mica, luego comienza la acción proteolítica de sentido la voracidad es manifiesta: Fraser
las sustancias segregadas por las células (1969b) señala que una pequeña medusa
glandulares de la gastrodermis. En algunos puede capturar 80 larvas de peces en 6,5
casos dicha acción no logra penetrar el tegu- horas; Aurelia aurita, una Scyphomedusaede
mento de algunos crustáceos, por lo que son gran tamaño, llega a consumir hasta 450 pe-
descartados; ejemplares rotos, ofrecidos en ces juveniles en sus estadíos primarios de
cautiverio, fueron totalmente digeridos con desarrollo. Estos altos índices tienen su lógica
excepción de la referida envoltura quitinosa repercusión en los stocks pesqueros. Se ha
(Fraser, 1969b). A esta digestión de carácter señalado una relación inversa muy evidente
extracelular que se realiza en la región esofá- entre la abundancia regional de medusas y la
gica y gástrica sigue una acción intracelular de peces (Neale y Bayly, 1974; Candeias,
más lenta. Las vacuolas de las células aloja- 1931). El diezmo de las larvas da lugar a
das en la mesoglea continúan la rotura mole- mediano plazo al fracaso del reclutamiento de
cular, en especial de sustancias proteicas y las poblaciones adultas y el deterioro de la
grasas. actividad pesquera. Esto se ha puesto en
evidencia, no solamente con los peces, sino
con otros organismos de importancia econó-
mica, como ha sido señalado para el crustá-
ceo comercial Homarus vulgarus del Mar del
Nicho trófico Norte (Russell, 1970).

Dada su naturaleza predatora, las medusas


pertenecen a los eslabones superiores de la
cadena alimenticia, incluyendo en su dieta,
además de los organismos fitoplanctívoros,
carnívoros de primero y segundo grado. Hay
D istri bución
algunas evidencias de selectividad alimenta-
ria sobre determinados grupos del zooplanc- Distribución espacio-temporal
ton, lo cual establece diferentes competen-
cias: ciertas especies prefieren pequeños
mundial
crustáceos, otras predan sobre larvas de
peces, etc. Ello está en parte condicionado por La qistribución de las hidromedusas depende
la relación de tamaño, por lo cual el espectro de una serie de factores de diferente orden,
trófico va desde organismos del microplanc- entre los cuales deben ser citados: tipo de
ton, tales como dinoflagelados, larvas de in- reproducción, condiciones ambientales como
. vertebrados, etc., hasta del macroplancton: salinidad del agua, temperatura, nutrientes,
quetognatos, sifonóforos, larvas de peces, naturaleza del fondo, régimen de las corrien-
medusas, etc. No obstante, hay ejemplos de tes, etc. Las especies de los órdenes Antho-

448
Hydromedusae

medusae, Leptomedusae y Limnomedusae diferencia entre las especies de Leptolinae y


(agrupadas como Leptolinae) son de ciclo Trachylinae. Las primeras son marcadamen-
meroplanctónico por provenir de pólipos fija- te superficiales, aunque existen excepciones
dos al fondo. Ello puede significar una limita- de especies con rangos de desplazamiento
ción para la distribución de poblaciones que, vertical de hasta 2000 metros, tales como
aun con condiciones hidrológicas favorables, Calycopsis geometrica, C. nematophora, C.
están impedidas de colonizar un área por no chuni, Euphysora furcata, Meator rubatra,
hallar condiciones propicias para la implanta- etc. (Vinogradov, 1968). De acuerdo a los
ción del pólipo. La salinidad determina los mo- resultados de la "Meteor Expedition", Thiel
delos de distribución de muchas especies, en (1938a) señala que por debajo de los 100
especial en sector.es neríticos, donde la des- metros se produce una brusca disminución
carga de aguas interiores puede llevar a altos numérica de las Leptolinae, y si bien su núme-
tenores de dilución. En aquellas áreas donde ro es muy exiguo, aun a los 900 metros hay
las condiciones ambientales varían estacio- testigos. Los barridos seriados efectuados por
nalmente, la supervivencia de algunas espe- la "Discovery Expedition" en aguas antárticas
cies está asegurada por la constitución de for- evidencian rangos batimétricos muy profun-
mas de resistencia del pólipo, con el encapsu- dos para algunas especies, entre las que se
lamierito de las diferentes partes. El regreso destacan Euphysora gigantea, Pandea rubra,
de las condiciones normales de salinidad y Tiaranna rotunda, Chromatonema rubrum,
temperatura da lugar a la formación de etc., que en el Mar de Weddel alcanzaban más
nuevas generaciones. Aun asegurada la su- de 1400 metros de profundidad. Las especies
pervivencia, la corta duración de su vida impi- de Trachylinae presentan sobrados ejemplos
de a las Leptolinae alcanzar mayores distan- de desplazamiento hacia la batipelagial. Un
cias, por lo que habitan, por lo general, una ejemplo excepcional lo constituyen las espe-
estrecha banda a lo largo de las costas. La pre- cies del género Ptychogastris, que poseen es-
sencia contínua de especímenes de algunas tructuras adhesivas para fijarse al fondo; la
regiones alejadas de plataforma puede ser "Challenger Expedition" registró su presen-
debida a la existencia de bancos submarinos cia en Kerguelen a 1260 brazas de profundi-
que determinan áreas de baja profundidad dad (citado por Haeckel, 1882, como Pectis),
con la consiguiente formación de una rica mientras que la "Discovery Expedition" la
fauna bentónica. En menor medida, el des- halló en aguas antárticas a 1080 y 830 m
arraigo de algas puede determinar la presen- (Kramp, 1957). De acuerdo a los resultados de
cia ocasional de especímenes en áreas aleja- la "Meteor Expedition" Thiel establece para
das. No obstante, ha sido registrada, en las traquilinas tres categorías: en primer tér-
muchas especies leptolinas, la producción de mino figuran aquellas especies que predo-
medusas directamente y por brotación a minan numéricamente en los niveles de su-
través de varias generaciones, con lo cual perficie entre 100 y O metros. Una segunda
alcanzan una mayor dispersión geográfica. En categoría corresponde a especies de niveles
las medusas traquilinas (Trachymedusae y medios, aproximadamente entre 400 y 200
Narcomedusae), de ciclo paragenético, el metros. Una tercera categoría corresonde a
mecanismo de supervivencia es oscuro, no aquellas especies que, aunque ocupan nive-
descartándose la posibilidad de la aparición les profundos, viven en niveles superficiales
de huevos de resistencia que caen al fondo durante sus etapas de huevo y juvenil, pasan-
hasta el regreso de las condiciones favo- do a niveles inferiores al alcanzar un mayor
rables. tamaño. Según señala Kramp (1957) la distri-
bución vertical de muchas especies batipelá-
gicas no responde tanto a otros factores como
a la temperatura de dichos niveles: algunas
Distribución vertical especies son batipelágicas en regiones tropi-
cales y subtropicales, en tanto que en áreas
Si bien la mayoría de las medusas son orga- frías pueden ser halladas en niveles próximos
nismos del epiplancton, es preciso señalar la a la superficie (ver p. 772 y fig. 248).

449
Hydromedusae

Distribución en el medusas y narcomedusas, las primeras re-


presentadas por Liriope tetraphylla y las
Atlántico Sudoccidental segundas por Cunina octonaria, Solmundella
bitentaculata, Aegina citrea. Más hacia el sur
5iguiendo el esquema propuesto por Kramp las diferencias de temperaturas y la influencia
(1957) en el Atlántico 5udoccidental pode- de aguas de origen continental, como Laguna
mos establecer las siguientes regiones geo~ de los Patos y Río de la Plata, producen el em-
gráficas: 1) Del Atlántico Occidental Antibo- pobrecimiento salino, con lo que desaparecen
real, que corresponde a la región entre las aquellas especies de carácter estenoico. En
Convergencias Antártica y 5ubtropical, frente tales latitudes son hallados representantes de
a las costas de 5udamárica, aproximadamen- los géneros Aglaura, Liriope, Rhopalonema, Y
te desde 50° a 55°5 hasta 35°5; 2) Del Atlán- la especie Aegina citrea. Frente al sur de
tico Occidental Tropical, desde latitudes al Uruguay y costas del norte de Argentina, las
~orte del ecuador hasta 35°5, entre Brasil y especies Phialucium carolinae, Cunina octo-
Africa Occidental; 3) Antártica, que compren- n aria, Liriope tetraphylla, Amphinema dine-
de al sur de 50° o 55°5. Como el autor men- ma, Turritopsis nutricula, Eucheilota ventri-
cionado señala, cada una de estas regiones cularis y Rhopalonema velatum continúan en
puede ser subdividida en provincias faunísti- sectores costeros su desplazamiento hacia el
cas menores, en especial para las especies sur, ingresando en la denominada región An-
epipelágicas, que están expuestas en mayor tiboreal, donde prevalecen temperaturas in-
medida a la acción de las corrientes. No obs- termedias. Por fuera de plataforma, la Región
tante, es difícil establecer agrupaciones fau- Tropical Oeste presenta especies oceánicas
nísticas con límites precisos: muchas de las de hábitat más estricto que se distribuyen en-
formas oceánicas pueden aparecer en secto- tre Brasil y el continente africano, penetrando
res internos de plataforma o, inversa mente, algunas de ellas al norte de la región antibo-
muchas formas de Leptolinae se expanden real. Dichas especies termófilas son Cytaeis
hacia sectores alejados. En la región sudocci- tetrastyla, Bougainvillia platygaster, Phiali-
dental tropical son citadas, para sectores dium discoidum, Pegantha clara, Pegantha
costeros, las especies Ectopleura dumortieri, triloba, Solmissus marshalli, Cunina peregri-
Podocoryne minima, Laodicea minuscula, na. En el extremo sur, la Convergencia Antár-
Eucheilota ventricularis, Sarsia eximia y Cly- tica señala el límite entre las aguas antárticas
tia cylindrica. Estas especies requieren agua y la antiboreal. La masa de agua fría c1rcum-
de poca profundidad para completar su ciclo polar constituye, por su dinámica, una conti-
vital y toleran altos grados de dilución, pu- nuidad zoogeográfica al sur de los Océanos
diendo ingresar en regiones de lagunas. La Atlántico, Pacífico e índico. Muchas de estas
composición sistemática y el número de espe- especies se hallan restringidas en su distribu-
címenes puede variar circunstancialmente ción al sur de los 50 - 55°5 con Kollikerina
por influencia de las corrientes de marea, las maasi, Zanclonia weldoni, Tiaranna rotunda,
cuales producen el ingreso de aguas exter- Ptychogena antartica, Ptycogastris polaris,
nas, como sucede con Liriope tetraphylla, una Halitzera racovitzae. Algunas de ellas conti-
especie holoplanctónica que tolera bajas sali- núan hacia el norte en niveles profundos, si-
. nidades. A lo largo de la estrecha faja de la guiendo la submersión del agua antártica, co-
plataforma del sur de Brasil otras especies mo Euphysora gigantea, Pandea rubra, Ca/y-
comparten tal situación, como Cunina octo- copsis borchgrevinh Russellia mirabi/is,
naria y Turritopsis nutricula. La masa oceáni- Staurophora mertensi. Frente a la plataforma
ca tropical proveniente del norte se continúa argentina la corriente de Malvinas, que corre
hacia el sur de Cabo Frío, ,influyendo en paralela al talud, determina la distribución de
inmediaciones del talud en niveles de superfi- muchas especies criófilas que ingresan a
cie, hasta la latitud de Montevideo (Vannucci, latitudes medias en la denominada Región
1957). Estas aguas, pobres en número de es- Antiboreal (la similitud de origen de esta
pecies y de especímenes, presentan formas corriente con la de Benguela determina que
holoplanctónicas correspondientes a traqui- algunas de esas especies sean conocidas

450
Hydromedusae

también para el sur de África): Sarsia gracilis, debido a su transparencia natural se hacen
Halitholus intermedius, Halicreas m inim a, difíciles de observar; para superar este incon-
Amphogona apicata, Crossota brunnea, Mi- veniente se recurre a la utilización de coloran-
trocomella frigida, Cosmetirella davisi, Hali- tes vitales como el rojo de Bengala. El modus
trephes maasi. La extensión de muchas espe- operandi para la utilización de este colorante
cies subantárticas llega, dentro de la platafor- es sencilla, no exigiendo ningún requisito ex-
ma argentina, a latitudes norpatagónicas y perimental previo, consistiendo en agregar
bonaerenses: Hybocodon unicus, Oceania ar- a la solución de formaldehido algunas partí-
mata, Cosmetirella davisl; Euphysora arma- culas del colorante. el cual se difunde en la so-
ta, Mitrocomella frigida, Phialidium simplex. lución y tiñe dichas estructuras que son de
gran utilidad en las diagnosis empleadas (ver
p. 115).

Técnicas de estudio
Clasificación de
La obtención de medusas se realiza por los Hydromedusae. Distribución
métodos conocidos para la recolección de de las especies en el
plancton en general, métodos que pueden
discriminarse en cuali y cuantitativos, según
Atlántico Sudoccidental
el tipo de análisis que se desee realizar. En ge- F.e. RAMíREZ. M.o. ZAMPONI y s.s. JANKILEVICH
neral se utilizan redes del tipo Hensen con
malla de abertura de 300 micrones, lo cual fa- A continuación de cada nombre específico
cilita la retención de los especímenes peque- figura la siguiente información, dividida por
ños. Dada su naturaleza gelatinosa, es fre- barras (1): 1) Ilustración; 2) Referencia bibl io-
cuente la destrucción de algunos ejemplares gráfica con la descripción e ilustración com-
al ser presionados contra la tela de red (ver p. pleta de la especie; 3) Zonas del Atlántico
101). Para la conservación pueden utilizarse Sudoccidental donde fue registrada (ver fig.
dos métodos: a) Sumergir en agua dulce. para 142); Y 4) Distribución mundial generaliza-
luego fijar en solución salina de formaldehido da. La presencia de un doble guión (--) indica
(neutralizado) aI5%; b) Fijar en solución salina la omisión de la información correspondiente.
de formaldehido (neutralizado) al 5% (ver Las especies están ordenadas alfabéticamen-
p. 117). Los resultados obtenidos son distin- te dentro de cada familia.
tos: el primer método produce una contrac-
ción mínima de los ejemplares facilitando la Debe destacarse que los datos distributivos
observación de las estructuras contráctiles; el están basados, principalmente, sobre las revi-
segundo es más práctico. sobre todo cuando siones de Kramp, quien frecL:entemente omi-
la recolección se efectúa a bordo de una te la información exacta de las localidades de
embarcación o buque de investigación. Si se hallazgos registrados, dando cuadros de dis-
requieren estudios especiales es necesario persión más o menos generalizados.
fijar los ejemplares en una solución formada
por 0,125 mi de 3-fenoxi-propanol, 1,125 mi Phylum COELENTERATA
de 1-2-propanodiol, 1,250 mi de formaldehi- Clase HYDROZOA
do al 40% y 97,50 mi de agua de mar o desti- Orden ANTHOMEDUSAE
lada; .fijados en esta solución pueden ser Gónadas sobre el estómago, u oca-
transferidos con una pipeta o cuchara a otro sionalmente tanto en el estómago como
preservador. Para preservar las concreciones extendidas en una corta distancia a lo lar-
de los estatocistos es aconsejable fijar los go de los canales radiales; no hay estato-
ejemplares en solución buffer con sodio glice- cistos.
rofosfatado. Familia ELEUTHERIDAE
En la diagnosis sistemática se utilizan estruc- Boca simple y tubular. Sin tentáculos
turas tales como cirfl; cordyli, bulbos, etc., que orales. Tentáculos marginales ramifi-

451
Hydromedusae

cados o con cápsulas pedunculadas de Bougainvillia platygaster (Haeckel, 1879) / -


nematocistos. Con ocelli V velum bien - / Kramp, 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; 6. 6e,
desarrollados. 6g-i; 7, 7e-i; 8, 8f-i; 9, 9g, 9i; 10, 1Oh, 10i;
11, 11 h, 11 i; 12, 12f-i / Tropical Vsubtro-
Staurocladia hodgsoni (Browne, 1910) / -- / pica!.
Kramp, 1959, 1961 / 1g / Antártica.
Bougainvillia ramosa '(Van Beneden, 1844) /
Staurocladia vallentini (Browne, 1902) /
176-7 / Kramp, 1959, 1961; Vannucci,
176-1 / Kramp, 1959, .1961 / 1; 2; 3; 4;
1957 / 5; 7; 8, 8h / Subtropical V cosmo-
5 / Atlántico Norte V Sur, Pacífico Sur.
polita.
Familia ZANCLEIDAE
Boca simple V tubular, con o sin ten-
táculos orales. Tentáculos marginales Familia CLAVIDAE
no ramificados, pero con cápsulas pe- Boca con cuatro labios V con fila conti-
dunculadas de nematocistos. Gónadas nua de racimos de nematocistos a lo
interradiales. Con o sin ocelli. largo del margen. Gónadas interradia-
les. Con cuatro canales radiales sim-
Zanclea costata Gegenbaur, 1856/176-2/
ples. Tentáculos marginales sólidos.
Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 / 6; Ocelli abaxiales.
8g, 8i / Subtropical, cosmopolita.
Oceania armata K6l1iker, 1853 / 176-8 /
Kramp, 1959, 1961 /4/ Cosmopolita de
Familia CYTAEIDIDAE latitudes medias.
Boca simple circular. Tentáculos orales Turritopsis nutricula McCradv, 1856 / 176-
no ramificados o con cuatro racimos de
9/ Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957
cnidóforos. Gónada interradial. Con
/4, 4c-i; 5d-i; 6, 6f, 6g, 6i; 7, 7e-i; 8, 8f-i;
cuatro canales radiales simples V cua- 9g-i; 10g-i; 11 h, 11 i; 12f-i / Cosmopolita.
tro tentáculos sólidos V marginales.
Cytaeis tetrastylla Eschscholtz, 1829 / 176-
Familia CORYNIDAE
3 / Kramp, 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i;
7, 7e-i; 8, 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11 h, 11 i; 12f-i Boca circular simple V con cuatro cana-
/ Tropical, subtropical V cosmopolita. les radiales. Bulbos tentaculares con
ocelos abaxiales. Con dos o cuatro ten-
Familia BOUGAINVILLlDAE táculos marginales huecos.
Boca simple V tubular con tentáculos
simples o ramificados dicotómicamen- Dipurena reesi Vannucci,
1959,1961/6; 1956/
7; 8; 9; 10;-- 11;
/ KramJ:\.
121
te. Cuatro canales radiales. Con dos, Tropical V subtropical.
cuatro o más tentáculos solitarios mar-
ginales. HaV cuatro, ocho o dieciseis Sarsia eximia (Allman, 1859) / 176-10 /
bulbos marginales grandes en cada Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 / 7;
grupo de tentáculos. Con o sin ocellJ: 8 / Cosmopolita.

Bougainvillia frondosa Maver, 1900/ 176-4 Sarsia gracilis Browne, 1902 / 176-11 /
/ Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 / Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4; 5/ Sub-
antártica.
7 / Tropical atlántica.
Bougainviltia macloviana Lesson, 1843 / Stauridiosarsia producta (Writh, 1858) Ma-
176-5 / Kramp, 1959, 1961 /1; 2, 2b; 3; ver, 1910/ 176-12/Kramp, 1959, 1961
4; 5 / Criófila cosmopolita. / 6; 7; 8; 9; 10; 11; 12 / Cosmopoli,ta.

Bougainvillia niove Maver, 1894 /176-6 /


Kramp, 1959,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; Familia TUBULARIDAE
8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11 h, 11 i; 12f-i / Tropical Boca simple V circular. Con cuatro ca-
V subtropical atlántica. nales radiales. El manubrio no se

452
Hydromedusae

extiende sobrepasando el margen um- les radiales. Tentáculos marginales só-


brelar. Gónadas en las cercanías del lidos en ocho grupos. Sin oce/lí.
estómago. Sin ocelos sobre los bulbos Rathkea formosissima (Browne, 1902) /
marginales.
176-22/ Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4;
Ectopleura dumortieri (Van Beneden, 1844) 5 / Subantártica y subtropical.
/ 176-13/ Kramp, 1959, 1961; Vannuc-
ci, 1957/6; 7; 8; 9; 10; 11; 12/ Cosmo- Familia RUSSELLlDAE
polita. Tentáculos orales no ramificados y sin
racimo terminal de nematocistos. Boca
Eucodonium brownei Hartlaub, 1907 /176- con labios simples y perradiales. Ten-
14/ Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 táculos marginales huecos sin espesa-
/ 7; 8 / Cosmopolita. miento basal. Con oce/lí adaxiales.
Euphysa aurata Forbes, 1848 / 176-15 / Russellia mirabilis Kramp, 1957 / 176-23 /
Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4; 5/ Cos- Kramp, 1959, 1961 / 1h / Cosmopolita.
mopolita.
Euphysora furcata Kramp 1948 / 176-16 / Familia PANDEIDAE
Kramp, 1959,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; Umbrela con o sin proyección apícal.
8f-i; 9g-i; 10g-i; 11 h, 11 i; 12f-i / Cosmo- Estómago grande, generalmente sin
polita. pedúnculo. Boca con cuatro labios sim-
ples o crenulados. Hay cuatro canales
Euphysora gigantea Kramp, 1957/176-17/ radiales, raramente con canales cen-
Kramp, 1957, 1961 / 2d / Antártica y trípetos. Gónadas simples o plegadas
subantártica.
sobre las paredes gástricas. Con o sin
Euphysora gracilis (Brooks, 1882) / 176-18/ oce/lí abaxiales. Tentáculos margina-
Kramp, 1959, 1961 /6; 7; 8; 9; 10; 11; 12 les huecos.
/ Subtropical.
Amphinema dinema (Péron y Lesueur, 1809)
Hybocodon unicus (Browne, 1902) Mayer,
/ 176-24/ Kramp, 1959, 1961 /5; 7; 8/
1910/ 176-19/Kramp, 1959,1961/1;
2; 3; 4; 5 / Subantártica y subtropical. Cosmopolita.
Cirrhitiara superba (M ayer, 1900) /176-25/
Familia HYDRACTINIDAE Kramp, 1959, 1961 / 11 h / Tropical y
Boca con cuatro labios simples o rami- subtropical.
ficados y con racimos terminales de
nematocistos. Canales radiales en nú- Halitholus intermedius (Browne, 1902) /
mero de cuatro. Gónadas en las pare- 176-26/ Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4;
5 / Subantártica.
des interradiales del estómago o en re-
giones próximas al canal radial. Con Leuckartiara octona (Fleming, 1823) / 176-
cuatro, ocho o más tentáculos margi- 27 / Kramp, 1959, 1961 /2/ Cosmopo-
nales sólidos. Con o sin oce/li. lita.
Podocoryne minima (Mayer, 1900) /176-20 Pandea conica (Quoy y Gaimard, 1827) /
Kramp, 1959, 1961 /7; 8/ Cosmopo- 176-28/ Kramp, 1959, 1961 /1,1 a-i; 2,
lita. 2b-i; 3, 3c-i; 4, 4c-h; 5, 5d-i; 6e-i; 7e-
i; 8f-i; 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 12f-i /
Podocoryne tenuis (Browne, 1902) / 176-21
/Kramp, 1959, 1961 /1;2;3;4;5/Sub- Cosmopolita.
antártica. Pandea rubra Bigelow, 1913 / - - / Kramp,
Familia RATHKEIDAE 1957, 1961 / 1e; 2g, 2h / Cosmopolita.
Boca con cuatro labios elongados cons- Zanclonia weldoni (Browne, 1910) / 176-29
tituyendo brazos orales con racimos de / Kramp, 1959, 1961 / 1g; 2g, 2h / An-
nematocistos terminales. Cuatro cana- tártica.

453
Hydromedusae

Familia CALYCOPSIDAE Laodicea pulchra Browne, 1902 / 176-33/


Sin proyección apical y sin pedúnculo Kramp, 1959, 1961 / 1; 2, 2b; 3; 4; 5 /
gástrico. Boca con cuatro labios sim- Subantártica.
ples o crenulados. Gónadas simples o
Laodicea undulata (Forbes y Goodsir, 1853) /
plegadas sobre las paredes del estóma-
176-34/ Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4;
go. Con cuatro canales radiales sim-
5; 6; 7; 8; 9; 10, 10h; 11; 12/ Cosmopoli-
ples o ramificados. Con o sin canales ta.
centrípetos. Tentáculos marginales
huecos sin engrosamiento basal y ter- Staurophora mertensi Brandt, 1838 / 176-
minado en un racimo de nematocistos. 35 / Kramp, 1959, 1961 /1; 2, 2c; 3, 3c;
4; 5 / Cosmopolita.
Calycopsis borchgrevinki (Browne, 1910) /
176-30/ Kramp, 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; Familia MITROCOMIDAE
6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11 h, 11 i; 12f-i
Con vesículas marginales abiertas. Ba-
/ Cosmopolita.
se del estómago unido a la subumbrela
Heterotyara anonyma Maas, 1905 / 176- por medio de surcos radiales. Gónadas
31 / Kramp, 1959,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; sobre los canales radiales y separadas
7e-i; 8f-i; 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 12f-i / del estómago. Con o sin cirri margina-
Tropical y subtropical. les.
Cosmetirella davisi (Browne, 1902) /176-36
/ Kramp, 1959, 1961 /1,1 g; 2, 2g, 2h; 3;
Familia TIARANNIDAE 4; 5 / Antártica y subantártica.
Sin proyección apical y sin pedúnculo Halopsis ocellata Agassiz, 1863 / 176-37 /
gástrico. Con estómago cruciforme Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4; 5 / Bianti-
grande. Boca con cuatro labios simples tropical.
. o plegados. Con cuatro canales radia-
Mitrocomella frigida (Browne, 1910) / 176-
les simples. Gónadas plegadas sobre
38 / Kramp, 1959, 1961 / 4; 5, 5d /
las paredes del estómago y sus lóbulos
Antártica y subantártica.
perradiales. Numerosos tentáculos
huecos marginales con bulbos basales
cónicos. Estructuras marginales hue- Familia EURENIDAE
cas cordíliformes con nematocistos en Estómago pequeño. Con 4 a 6 canales
la parte distal. Sin ocelos. radiales simples. Con pedúnculo gás-
Tiaranna rotunda (Quoy y Gaimard, 1827) / trico. Tentáculos con o sin poros excre-
176-32 / Kramp, 1957, 1961 / 4e / Cos- tores. Con o sin cirri marginales latera-
mopolita. les y numerosas vesículas marginales
cerradas. Sin ocelli.
Phialopsis diegensis Torrey, 1909/176-39/
Kramp, 1959,1961 / 5e, 5g; 6; 7; 8; 9; 10;
Orden LEPTOMEDUSAE 11; 12 / Cosmopolita. .
Gónadas sólo sobre canales radiales, a
veces adyacentes con la base del estóma- Familia EUTEMIDAE
go; con o sin estatocistos, cuando presen- Estómago pequeño y cuatro canales ra-
tes son velares ectodermales.
diales simples. Pedúnculo gástrico di-
Familia LAODICEIDAE ferenciado. Gónadas sobre los canales
Con cordili marginales y sin vesículas
radiales y separadas del estómago. Sin
marginales. poros excretores y cirrimarginales.
Laodicea minuscula Vannucci, 1957 / - - / Con o sin cirri laterales. Generalmente
Kramp, 1959, 1961 / 7; 8, 8h / Subtropi- 8 vesículas marginales cerradas. Sin
cal. ocelli.

454
Hydromedusae

Eutima mira Mc Crady, 1857 / 176-40 / Lovenella cirrata (Haeckel, 1879)/176-46 /


Kramp, 1959, 1961 /11 h / Cosmopolita. Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 / 8
/ Tropical y templada.
Familia AEQUOREIDAE
Estómago muy ancho. Sin pedúnculo. Familia PHIALELLlDAE
Canales radiales simples o ramifica- Cuatro canales radiales. Gónadas divi-
dos. Con poros excretores. Gónadas didas en dos pares laterales separadas
sobre los canales radiales y separadas por un surco. Con ocho vesículas mar-
longitudinalmente del estómago. Sin ginales, cada una con dos o más con-
cirri marginales o laterales. Vesículas creciones. Sin ocelliy poros excretores.
marginales cerradas. Con o sin ocelli. Phialella flaklandica Browne, 1902/176-47
Aequorea aequorea (Forskál, 1775) / 176-41 / Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4; 5/ Sub-
/ Kramp, 1959, 1961 /3/ Cosmopolita. antártica y subtropical.
Aequorea coerulescens (Brandt, 1938) / - - /
Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4; 5/ Cos-
mopolita. Familia CAMPANULLARIDAE
Aequorea macrodactyla (Brandt, 1835) / - - Normalmente cuatro canales radiales.
/ Kramp, 1959, 1961 / 1; 2; 3; 4; 5 / Cos- Sin pedúnculo. Gónadas bordeando los
mopolita. canales y separadas del estómago. Sin
cirri marginales o laterales. Vesículas
Familia PHIALUCIIDAE marginales cerradas. No hay poros ex-
Estómago pequeño. De cuatro a ocho cretores y ocelli.
canales radiales. Sin pedúnculo gástri- Obelia spp. /176-48/ Kramp, 1959, 1961 /
co. Papilas excretoras en el borde ada- 2; 4; 5; 6 / Cosmopolita.
xial de los bulbos marginales. Vesícu-
las marginales cerradas. Sin cirri late- Phialidium brunescens (Bigelow, 1904) /
rales o marginales. 176-49/ Kramp, 1959, 1961 /8 /Tropi-
cal y subtropical.
Octophialucium bigelowi Kramp, 1955 / - -
/ Kramp, 1959, 1961 / 8 / Subropical. Phialidium discoidum (Mayer, 1900) / 176-
50/ Kramp, 1959, 1961 / 6; 7; 8; 9; 10,
Phialucium carolinae (Mayer, 1900) / 176- 10h; 11; 12 / Tropical y subtropical.
42 / Kramp, 1959, 1961 / 6 / Tropical y
subtropical. Phialidium hemisphaericum (Linné, 1767) /
176-51 / Kramp, 1959, 1961 /8, 8g; 9/
Familia LOVENELLlDAE Cosmopolita.
Estómago pequeño. Cuatro canales ra- Phialidium ovale (Mayer, 1900) / 176-52 /
diales. Sin pedúnculo. Gónadas sobre Kramp, 1959, 1961 / 6; 7; 8; 9; 10; 11;12
los canales radiales y separadas del es- / Tropical y subtropical.
tómago. Vesículas marginales cerra-
das. Sin ocelli y poros excretores. Phialidium simplex Browne, 1902 / 176-53
/ Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4; 5; 6; 7;
Eucheilota duodecimalis Agassiz, 1862 / 8; 9; 10; 11; 12/ Tropical y subantártica.
176-43 / Kramp, 1959, 1961 /7; 8, 8h /
Subtropical. Orden L1MNOMEDUSAE
Eucheilota paradoxica Mayer, 1900 / 176- Gónadas o bien sobre el estómago, o tan-
44 / Kramp, 1959, 1961 /7 / Tropical y to sobre el estómago como extendidas en
templada. una corta distancia a lo largo de los cana-
les radiales, o sólo sobre los canales ra-
Eucheilota ventricularis McCrady, 1857 / diales. Con o sin estatocistos, cuando
176-45 / Kramp, 1959, 1961; Vannucci, presentes en forma de círculos sensoria-
1957 / 5; 7; 8 / Tropical y templada. les encerrados con ejes endodermales.

455
Hydromedusae

Familia OLlNDIIDAE Orden TRACHYMEDUSAE


Con estatocistos internos y gónadas Margen umbrelar entero; con canales ra-
sobre los canales radiales. Canales ra- diales; gónadas generalmente sólo sobre
diales simples o ramificados. Sin ocel/i. los canales radiales. Con estatocistos en
forma de círculos sensoriales libres o en-
Aglauropsis conantii Browne, 1902 / 176-
cerrados con ejes endodermales.
54/ Kramp, 1959, 1961 / - - / Subantár-
tica.
Gossea brachymera BigeloVv, 1909/176-55 Familia GERYONIDAE
/ Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4; 5/ Sub- Estómago con pedúnculo. De cuatro a
antártita y subtropical. seis canales radiales. Con canales cen-
trípetos. Tentáculos marginales sóli-
Olindias sambaquiensis (Delle Chiaje, 1841)
dos y huecos.
/ 176-56 / Kramp, 1959, 1961 /6; 7; 8;
9; 10; 11; 12 / Subtropical y templada. Geryonia proboscidalis (Forskal, 1775) /
176-63/ Ktamp, 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i;
Vallentinia falklandica Browne, 1902 / 176-
6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11 h, 11 i; 12f-i
57/ Kramp, 1959, 1961/1; 2; 3; 4; 5/
Subantártica. / Cosmopolita.
Liriope tetraphylla (Chamisso y Eysenhardt,
Vallentinia gabriellae Mendes, 1948 / 176-.
1821) / 176-64 / Kramp, 1959, 1961;
58/ Kramp, 1959, 1961 /6; 7; 8; 9; 10; Vannucci, 1957 / 1a-i; 2b-i; 3c-i; 4c, 4d,
11; 12 / Tropical y subtropical. 4f-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 10g-i; 11 h,
11 i; 12f-i / Cosmopolita.
Familia MOERISIIDAE
Familia HALYCREIDAE
Sin estatocistos. Gónadas sobre el es-
Estómago ancho y circular. Sin pe-
tómago con lóbulos que se extienden
sobre los canales radiales. Canales ra- dúnculo ni proboscis. Canales radiales
diales no ramificados. Bulbos tentacu- anchos. Tentáculos marginales de ta-
lares con ocel/i. maño diferente y dispuestos en serie.
Botrynema brucei Browne, 1908/ 176-65/
Ostroumovia inkermanica (Paltschikowa-
Kramp, 1959, 1961 / 2g / Cosmopolita.
Ostroumova, 1925) / 176-59 / Kramp,
1957, 1961 / 9; 10/ Cosmopolita. Halicreas minimum Fewkes, 1882 / 176-66
Tiaricodon coeruleus Browne, 1902 / 176- / Kramp, 1959, 1961 / 3e, 3f; 6i; 11 i; 12h
/ Cosmopolita.
60/ Kramp, 1957, 1961 /1; 2; 3; 4; 5/
Subantártica. Haliscera conica Vanhoffen, 1902/ 176-67
/ Kramp, 1959, 1961 / 1i; 2g / Cosmo-
polita. .
Familia PROBOSCIDACTYLlDAE
Haliscera racovitzae (Maas, 1906) / 176-68
Sin estatocistos. Estómago general-
mente con cuatro a seis o más lóbulos / Kramp, 1957, 1961 / 2h / Antártica y
subantártica.
radiales a lo largo de los canales radia-
les. Canales radiales generalmente ra- Halitrephes maasi Bigelow, 1909/176-69/
mificados. Bulbos tentaculares sin oce- Kramp, 1959, 1961 / 3e, 3f; 5; 6/ Cos-
1/1 mopolita.
Proboscidactyla mutabilis (Browne, 1902) / Familia RHOPALONEMATIDAE
176-61 / Kramp, 1959, 1961 /1; 2; 3; 4;
5 / Subantártica. Estómago con o sin pedúnculo. Gene-
ralmente con 8 canales radiales. Sin
Proboscidactyla ornata (McCrady, 1857) / canales centrípetos. Gónadas sobre los
176-62 / Kramp, 1957, 1961 / 5; 6, 6e; canales radiales. Dos clases de ten-
7, 7e; 8; 9; 10; 11; 12 / Cosmopolita. táculos marginales.
456
Hydromedusae

Aglantha digitale (Müller, 1776) / 176-70/ tos en forma de círculos sensoriales li-
Kramp, 1957,1961 / 4c-i; 5d:i; 6e-i; 7e-i; bres con ejes endodermales.
8f-i; 9g-i; 10g; 11h, 11i; 12g-i / Cosmo- Familia SOLMARIIDAE
polita. Sin bolsillos gástricos. Los productos
sexuales se desarrollan como engrosa-
Aglaura hemistoma Péron y Lesueur, 1809/
mientos o divertículos en la pared cen-
176-71 / Kramp, 1957, 1961; Vannucci,
tral del estómago. Con o sin sistema
, 1957 / 4c-i; 5d-i; 6, 6e-i; 7, 7e-i; 8, 8f-i; 9,
canal periférico. Con o sin otoporpae.
9g-i; 1Og-i; 11h, 11i; 12f-i / Cosmopolita.
Pegantha clara Bigelow, 1909/ - - / Kramp,
. Amphogona apsteini (Vanh6ffen, 1857) /
1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e, 7g-i;
176-72/ Kramp, 1957, 1961 /7; 8/Tro-
8f-i; 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 12f-i / Cosmo-
pical y subtropical.
polita.
Arctapodema amplum (Vanh6ffen, 1902) / Pegantha laevis Bigelow, 1909/ - - / Kramp,
176-73/ Kramp, 1957, 1961 / 2g / Cos- 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i;
mopolita. 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 12f-i / Tropical y
Arctapodema antarcticum (Vanhoffen, subtropical.
1902) / 176-74 / Kramp, 1957, 1961 /
I
1h; 2e, 2f Antártica.
Pegantha martagon Haeckel, 1879 / - - /
Kramp, 1959, 1961 / 1a-i; 4c, 4e-i; 5d-i;
Crossota brunnea Vanhoffen, 1902/176-75 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11h, 11i; 12f-i
/ Kramp, 1959, 1961 / 3e, 3f / Cosmo- / Cosmopolita.
polita. Pegantha rubiginosa (K6I1iker, 1853) / - - /
Homoeonema platigonon Browne, 1903 / Kramp, 1959,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i;
176- 76 / Kramp, 1959, 1961 / 7h; 12h / 8f-i; 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 12f-i/Subtro-
Cosmopolita. pical y templada.
Pantachogon haeckeli Maas, 1893/176-77 Pegantha triloba Haeckel, 1879 / 176-82 /
/ Kramp, 1959, 1961 / 2g; 3d-f, 3h; 4h; Kramp, 1959,1961 /1 a-i; 2b-i; 3c-i; 4c-i;
6i; 10h / Cosmopolita. 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11h, 11i;
12f-i / Cosmopolita.
Pantachogon scotti Browne, 1910 /176-78
Kramp, 1959, 1961 / 1a-i / Antártica. Solmaris flavescens (Kolliker, 1853) / 176-
83 / Thiel, 1936; Kramp, 1961 / 12g /
Persa incolrata McCrady, 1857 / 176-79 / Cosmopolita.
Kramp, 1957,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i;
8f-i; 11i; 12f-i / Subtropical. Familia CUNINIDAE
Rhopalonema velatum Gegenbaur, 1856 / Bolsillos gástricos perradiales e indivi-
176-80/ Kramp, 1959,1961; Vannucci, sos. Con o sin sistema de canal perifé-
1957/1 a-i; 2b, 2c, 2e-i; 3c-i; 4c, 4d, 4f-i; rico. Sin tentáculos secundarios sobre
5d-i; 6e-g, 6i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 10g, 10i; el margen umbrelar. Con o sin otopor-
11h, 11i; 12f-i / Tropical y templada. pae.

Sminthea eurygaster Gegenbaur, 1856 / Cunina duplicata Maas, 1893 / 176-84 /


176-81 / Kramp, 1959, 1961 / 4c-i; 5d-i; Kramp, 1959, 1961 / 1a-i; 2b-i; 3c-i; 4c,
6e-i; 7e-i; 8, 8f-i; 9g-i; 10g-i; 11h, 11i; 4e-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 1Og-i; 11h,
12f-i / Tropical. 11i; 12f-i / Cosmopolita.
Cunina frugifera Kramp, 1~48 / 176-85 /
Kramp, 1959,1961 / 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i;
Orden NARCOMEDUSAE 8f-i; 9g-i; 1Oh,1Oi; 11h, 11i; 12f-i /Tropi-
Margen umbrelar lobulado. Gónadas sólo cal y subtropical.
sobre el estómago. Sin un verdadero sis- Cunina octonaria McCrady, 1857 / 176-86/
tema de.canales radiales. Con estatocis- Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 /
457
Hydromedusae

4c-i; 5d-i; 6e, 6f, 6h, 6i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; les entre los bolsillos gástricos. Con o
10g-;; 11 h, 11 i; 12f-i / Tropical y tem- sin tentáculos secundarios sobre el
plada. margen umbrelar. Con o sin otoporpae.
Cunina peregrina Bigelow, 1909/ 176-87 /
Kramp, 1959, 1961 / 1a-c, 1e-i; 2b-i;
3c-i; 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g-i; 10 g-
i; 11 h,11 i; 12f-i / Tropical y subtropical.
Aegina citrea Eschscholtz, 1829 ¡
Kramp, 1959, 1961; Vannucci, 1957 /
176-89 /

Solmissus faveri Haeckel, 1879/ - - / Kramp, 1a-i; 2b, 2c, 2e-i; 3c-i; 4c-i; 5d-i; 6e-i;
1959, 1961 / 6i / Subtropical. 7e-i; 8f-i; 9g-i; 10g, 10h; 11 h, 11 i; 12f-i /
Cosmopolita.
Solmissus marshalli Agassiz y Mayer, 1902/
Aeginura grimaldii Maas, 1904 / 176-90 /
176-88/ Kramp, 1959,1961 /1 a-i; 2b-i;
3c-i; 4c-i; 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g, 9i; Kramp, 1959, 1961 / 10h / Tropical y
templada.
10g-i; 11 h, 11 i; 12f-i / Tropical y subtro-
pical. Solmundella bitentaculata Quoy y Gaimard,
1833) / 176-91 / Kramp, 1959, 1961;
Familia AEGINIDAE Vannucci, 1957 / 1a-i; 2b-i; 3c-i; 4c-i;
Bolsas gástricas interradiales y divi- 5d-i; 6e-i; 7e-i; 8f-i; 9g, 9i; 10g-i; 11 h,
didas. Tentáculos primarios perradia- 11 i; 12f-i / Cosmopolita.

Claves de identificación

Órdenes de HYDROMEDUSAE

1) Gónadas sólo sobre el estómago, u ocasionalmente tanto sobre el estómago como ex-
tendidas en una corta distancia a lo largo de los canales radiales; no hay estatocis-
tos: Anthomedusae.
2) Gónadas sólo en canales radiales, pero a veces son adyacentes con la base del estó-
mago; con o sin estatocistos, cuando presentes son velares ectodermales: Lepto-
medusae.
3) Gónadas o bien sobre el estómago, o tanto sobre el estómago como extendidas en
una corta distancia a lo largo de los canales radiales, o sólo sobre los canales radia-
les; con o sin estatocistos, cuando presentes en forma de círculos sensoriales ence-
rrados con ejes endodermales: Limnomedusae.
4) Margen umbrelar entero; con canales radiales; gónadas generalmente sólo sobre los
canales radiales; con estatocistos en forma de círculos sensoriales libres o encerrados con
ejes endodermales: Trachymedusae.
5) Margen umbrelar lobulado; gónadas sólo sobre el estómago; sin un verdadero siste-
ma de canales radiales; con estatocistos en forma de círculos sensoriales libres con
ejes endodermales: Narcomedusae.

458
Hydromedusae

Orden ANTHOMEDUSAE
1) Boca simple y tubular . (2
1A) Boca con cuatro labios : . (7
2) Sin tentáculos orales ~ . (3
2A) Con tentáculos orales . (6
3) Tentáculos marginales libres y solitarios . (4
3A) Tentáculos marginales ramificados o con cápsulas pedunculadas de nematocistos . (5
4) Bulbos tentaculares con ocelos abaxiales: Corynidae . (13
4A) Bulbos tentaculares sin ocelos: Tubularidae . (15
5) Tentáculos marginales bifurcados: Eleutheridae.
Un solo género: Staurocladia
a) Racimos de nematocistos sobre la rama superior de los tentáculos en posición
media: S. vallentini (fig. 176-1).
aa) Racimos de nematocistos en posición bilateral: S. hodgsoni.
5A) Tentáculos marginales no ramificados, pero con cápsulas pedunculadas de nemato-
cistos: Zancleidae.
Una sola especie: Zanclea costata (fig. 176-2).
6) Tentáculos orales simples situados sobre el borde de la boca: Cytaeididae.
Una sola especie: Cytaeis tetrastylla (fig. 176-3).
6A) Tentáculos orales simples o ramificados insertados arriba de la abertura bucal: Bou-
gainvillidae
Un solo género: Bougainvillia
a) Bulbos marginales con dos tentáculos: B. frondosa (fig. 176-4).
aa) Bulbos marginales don más de dos tentáculos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (b
b) Bulbos marginales con 3-4 (raramente más) tentáculos: B. ramosa (fig. 176-7).
bb) Bulbos marginales con más de cuatro tentáculos (c
c) Estómago remarcablemente chato: B. platygaster.
cc) Estómago no así. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (d
d) Con cuatro tentáculos orales: B. niove (fig. 176-6).
dd) Con 5-7 tentáculos orales: B. macloviana (fig. 176-5).
7) Boca con cuatro labios con racimos de nematocistos . (8
7A) Boca con cuatro labios simples o plegados sin racimos de nematocistos . (10
8) Labios con una fila continua de racimos de nematocistos a lo largo del margen: Cla-
vidae , . (19
8A) Labios elongados en forma de tentáculos, cada uno con racimos de nematocistos , . (9
9) Tentáculos marginales solitarios: Hidractinidae
Un solo género: Podocoryne
a) Sin brazos orales; cuatro racimos orales sésiles de nematocistos; ocho tentáculos:
P. tenuis (fig. 176-21).
aa) Brazos orales bien desarrollados; cuatro tentáculos: P. minima (fig. 176-20).
9A) Tentáculos marginales en ocho grupos: Rathkeidae
Una sola especie: Rathkea formosissima (fig. 176-22).
10) Tentáculos orales puntiagudos y simples, insertados arriba de la abertura bucal; ten-
táculos marginales en grupos: Russellidae
Una sola especie: Russellia mirabilis (fig. 176-23).
10A) Sin tentáculos orales; tentáculos marginales solitarios . (11
11 ) Con estructuras cordiliformes marginales: Tiarannidae
Una sola especie: Tiaranna rotunda (fig. 176-32).
11A) Sin estructuras cordiliformes marginales -.- . (12
12) Tentáculos marginales con una protuberancia basal con racimos de nematocistos ter-

459
Hydromedusae

minal: Pandeidae . (20


12A) Tentáculos marginales sin protuberancia basal con racimos de nematocistos terminal:
Calycopsidae . (25
13) Gónada dividida en dos o más anillos rodeando el manubrio: Dipurena reesi.
13A) Gónada indivisa . (14
14) Manubrio con cámara apical cónica: Stauridiosarsia producta (fig. 176-12).
14A) Manubrio sin cámara apical: Sarsia
a) Gelatina bastante delgada; tentáculos largos: S. eximia (fig. 176-10).
aa) Gelatina gruesa; tentácu los bastante cortos: S. gracilis (fig. 176-11).
15) Exumbrela con hileras longitudinales de nematocistos . (16
15A) Exumbrela sin hileras de nematocistos . (17
16) Con dos o cuatro tentáculos; ocho hileras de nematocistos: Eetopleura dumortieri
(fig. 176-13).
16A) Con un tentáculo; cinco hileras de nematocistos: Hybocodon unicus (fig. 176-19).
17) Cuatro tentáculos, cada uno terminado en una gran protuberancia de nematocistos;
sin proyección apical: Eucodonium brownei (fig. 176-14).
17A) Tentáculos sin protuberancia terminal, con proyección apical . (18
18) Tres tentáculos cortos o rudimentarios y uno largo que difiere de los otros en su es-
tructura: Euphysora
a) Tentáculo principal muy largo, con prominencias ubicadas a intervalos irregulares,
con una protuberancia terminal notoria: Euphysora gracilis (fig. 176-18).
aa) Tentáculo principal largo y muy contráctil, en su parte terminal presenta una doble
bifurcación con cuatro protuberancias de nematocistos: Euphysora furcata (fig.
176-16).
18A) Un solo tentáculo
a) El tentáculo posee varias ramas laterales bifurcadas: Euphysora gigantea (fig. 176-
17).
aa) El tentáculo es simple con nematocistos dispuestos en anillos: Euphysa aurata (fig.
176-15).
19) Con acumulación de células endodérmicas altamente vacuolizadas en el estómago:
Turritopsis nutricula (fig. 176-9).
19A) Con un sólido pedúnculo gástrico gelatinoso; no hay células vacuolizadas: Oceania
armata (fig. 176-8).
20) Con sólo dos tentáculos bien desarrollados en el adulto; gónadas sobre el estómago,
adradiales; sin ocelos: Amphinema dinema (fig. 176-24).
20A) Con cuatro o más tentáculos bien desarrollados . (21
21 ) Tentáculos con protuberancias pedunculares de nematocistos; canales radiales con unos
largos divertículos laterales: Zanclonia weldoni (fig. 176-29).
21A) Tentáculos sin protuberancias de nematocistos; canales radiales lisos o con divert ículos
laterales cortos . (22
22) Margen con algunos pequeños apéndices en forma de cirros sólidos: Cirrhitiara superba
(fig. 176-25).
22A) Sin cirros marginales . (23
23) Gónadas sin pliegues
a) Con apex cónico; boca corta y tubular con labios plegados: Pandea conica (fig. 176-
28).
aa) Sin proyección apical; boca cruciforme con repliegues de gran complejidad: Pandea
rubra.
23A) Gónadas con repliegues divergentes . (24
24) Mesenterios bien desarrollados; canales radiales anchos con forma de cinta: Leuckar-
tiaraoctona (fig.176-27).

460
Hydromedusae

24A) Sin mesenterios; canales radiales comparativamente estrechos: Halitholus intermedius


(fig. 176-26).
25) Con canales interradiales centrípetos, ciegos o terminados en la base del estómago; gó-
nadas en varios pliegues transversos: Calycopsis borchgrevinki (fig. 176-30).
25A) Sin canales centrípetos; gónadas sin pliegues: Heterotyara anonyma (fig. 176-31).

Orden LEPTOMEDUSAE
1) Con cordily marginales: Laodiceidae (9
lA) Sin cordily; con vesículas marginales (2
2) Vesículas marginales abiertas: Mitrocomidae (10
2A) Vesículas marginales cerradas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
3) Con pedúnculo gástrico preciso (4
3A) Sin pedúnculo gástrico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4) Con numerosas vesículas marginales; gónadas restringidas a la porción umbrelar de los
canales radiales; bulbos tentaculares, usualmente con poros excretores: Eirenidae
Una sola especie: Phialopsis diegensis (fig. 176-39).
4A) Generalmente 8 vesículas marginales; si hay más, las gónadas se extienden desde el
margen de la campana a lo largo del pedúnculo casi hasta el estómago; no hay poros
excretores: Eutimidae
Una sola especie: Eutima mira (fig. 176-40).
5) Estómago muy ancho; con muchos canales radiales; bulbos tentaculares con poros excre-
tores: Aequoreidae
Un solo género: Aequorea
a) El número de tentáculos es más del triple que el número de canales radiales; con nu-
merosos y pequeños bulbos entre los t_entáculos:A. coerulescens.
aa) El número de tentáculos es menos o mucho menos del triple que el número de los
canales radiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (b
b) Con 6-10 o más veces el número de canales radiales que de tentáculos; umbrela más
o menos biconvexa; bulbos tentaculares amplios, con quillas abaxiales y prominen-
tes papilas excretoras adaxiales: A. macrodactyla.
bb) Tentáculos algo menos numerosos que los canales radiales, raramente llegan al
doble; umbrela con forma de platillo, que se va adelgazando gradualmente ha-
cia el margen; pocos bulbos tentaculares pequeños: A. aequorea (fig. 176-41).
5A) Estómago estrecho; normalmente con 4-8 canales radiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
6) Bulbos tentaculares con poros, excretores; 4-8 canales radiales: Phialuciidae (12
6A) Sin poros excretores; 4 canales radiales (7
7) Bulbos tentaculares con cirri laterales: Lovenellidae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (13
7A) Sin cirri (8
8) Gónadas divididas en dos partes laterales separadas por un surco medio; 8 vesículas
marginales: Phialellidae
Una sola especie: Phialella falklandica (fig. 176-47).
8A) Gónadas rodeando completamente a los canales radiales; 8 o más vesículas marginales:
Campanulariidae. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (14
9) Canales radiales abiertos que forman una boca grande y cruciforme: Staurophora mer-
tensi (fig. 176-35).
9A) Canales radiales cerrados y simples o con cortos divertículos laterales: Laodicea
a) Tentáculos sin aguijón basal .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (b
aa) Tentáculos con aguijón basal abaxial: L. undulata (fig. 176-34).

461
Hydromedusae

b) Aproximadamente 50 tentáculos; 3-4 cordi/y entre los tentáculos: L. pulchra (fig.


176-33).
bb) Cuatro tentáculos perradiales; 8 cordi/y y unos pocos cirri: L. minuscula.
10) Con 12-16 canales radiales: Halopsis ocellata (fig. 176-37).
10A) Con cuatro canales radiales . (11
11 ) Sin cirros marginales; 8 vesículas marginales: Cosmetirella davisi (fig. 176·36).
11A) Con cirros marginales espiralados; de 8 a 16 vesículas marginales: Mitrocomella frigida
(fig. 176-38)
12) Ocho labios puntiagudos; borde umbrelar con 8 tentáculos grandes; gónadas dilata-
das en casi todo el largo de los canales radiales: Oetophialucium bigelowi.
12A) Labios simples; de 16 a 32 tentáculos bien desarrollados; gónadas lineales a lo largo de
la mitad distal de los canales radiales: Phialucium carolinae (fig. 176-42).
13) Con número fijo de vesículas marginales, 8 ó 12: Eucheilota
a) Con 16 tentáculos con cirri; cerca de 40 bulbos rudimentarios marginales, 16 de los
cuales tienen cirri: E. ventricularis (fig. 176-45).
aa) Con 4 tentáculos y 4 o más bulbos rudimentarios, algunos de los cuales poseen
cirri (b
b) 8 vesículas marginales: E. paradoxica (fig. 176-44).
bb) 12 vesículas marginales: E. duodecimalis (fig. 176-43).
13A) Con número indefinido de vesículas marginales, 16 o más: Lovenella cirrata (fig. 176-
46).
14) Tentáculos sólidos; 8 vesículas marginales: Obelia spp. (fig. 176-48).
14A) Tentáculos huecos; con numerosas vesículas marginales cuando adulto: Phialidium.
a) Forma anormal; con un solo canal radial que corre a lo largo del eje mayor de la
campana, con cuatro estómagos en su trayecto: P. ovale (fig. 176-52).
aa) Forma normal (b
b) Con 16 tentáculos o menos: P. discoidum (fig. 176-50).
bb) Con más de 16 tentáculos (c
c) Con 16-32 tentáculos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (d
cc) Con 60-85 tentáculos: P. simplex (fig. 176·53).
d) Gónadas grandes, gruesas y prominentes; con una conspicua mancha marrón en la
basede cada tentáculo: P. brunescens (fig. 176-49).
dd) Gónadas ovales o lineales; sin dicha mancha: P. hemisphaericum (fig. 176-51).

Orden L1MNOMEDUSAE
1) Con gónadas sobre los canales radiales solamente; con estatocistos internos; sin ocelos:
Olindiidae. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
1A) Con gónadas sobre las paredes del estómago; usualmente extendidas a lo largo de los ló-
bulos radiales del estómago (2
2) Con cuatro canales radiales simples; bulbos tentaculares con ocelos abaxiales; sin esta-
tocistos (excepto en Ostroumovia donde hay dificultad para verlos): Moerisiidae (6
2A) Con cuatro, seis o más canales radiales generalmente ramificados; sin ocelos; sin esta-
tocistos: Proboscidactylidae
Un solo género: Proboscidactyla
a) Normalmente con cuatro canales radiales primarios que terminan en ramificaciones
terminales y tentáculos: P. ornata (fig. 176-62).
aa) Con 5-11, más frecuentemente 8, canales radiales primarios que terminan en 24-54
ramificaciones terminales y tentáculos: P. mutabilis (fig. 176-61).
3) Con canales centrípetos: Olindias sambaquiensis (fig. 176-56).
3A) Sin canales centrípetos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4

462
Hydromedusae

4) Tentáculos en grupos sobre el margen de la campana; sin almohadillas adhesivas: Gossea


brachymera (fig. 176-55).
4A) Tentáculos no agrupados (5
5) Todos los tentáculos sin alrnohadillas adhesivas: Aglauropsis conantii (fig. 176-54).
5A) Todos o algunos de los tentáculos con almohadillas adhesivas: Vallentinia
a) Con cuatro tentáculos grandes con almohadillas adhesivas terminales, situados en
los perradios: V. falklandica (fig. 176-57).
aa) Con cuatro u ocho tentáculos grandes con almohadillas adhesivas terminales, no si-
tuados en los perradios: V. gabriellae (fig. 176-58).
6) El manubrio llega casi a nivel velar; boca con cuatro labios conspicuos crenulados; 4
tentáculos perradiales: Tiaricodon coeruleus (fig. 176-60).
6A) Manubrio muy pequeño, prismático; hasta 32 tentáculos de diferente longitud: Ostrou·
movia inkermanica (fig. 176-59).

Orden TRACHYMEDUSAE
1) Con canales centrípetos y con 4-6 canales radiales: Geryonidae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
1A) Sin canales centrípetos; con ocho canales radiales (2
2) Con ~stómago ancho y circular y amplios canales radiales: Halicreidae (4
2A) Estómago y canales radiales estrechos: Rhopalonematidae .. .. . ... . .. .. .. .. .. . ... . (7
3) Con 6 canales radiales y 6 gónadas: Geryonia proboscidalis (fig. 176-63).
3A) Con 4 canales radiales y 4 gónadas: Liriope tetraphylla (fig. 176-64).
4) Con cerca de 16 o más canales radiales: Halitrephes maasi (fig. 116-69).
4A) Con ocho canales radiales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
5) Con tentáculos dispuestos en 16 grupos: Botrynema brucei (fig. 176-65).
5A) Con tentáculos en una fila continua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
6) Con papilas gelatinosas perradiales sobre la exumbrela: Halicreas minimum (fig. 176-
66).
6A) Sin papilas exumbrelares: Haliscera
a) Umbrela hemisférica, suavemente redondeada; gónadas muy cerca del estómago;
48 tentáculos: H. racovitzae (fig. 176-68).
aa) Umbrela muy gruesa en el apex; gónadas bien separadas del estómago; 64-72 ten-
táculos en el adulto: H. conica (fig. 176-67).
7) Gónadas en bandas continuas alrededor del estómago, extendidas hacia afuera sobre
los canales radiales; numerosos tentáculos: Homoeonema platigonon (fig. 176-
76).
7A) Gónadas separadas, sobre los canales radiales, a veces son adyacentes al estómago . . . . . . (8
8) Sin pedúnculo gástrico; con 8 gónadas (raramente más) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (9
8A) Con pedúncu lo gástrico (13
9) Con 8 tentáculos largos, con forma de clava y hasta 24 en forma de pequeños cirros; gó-
nadas elongadas, a lo largo de los canales radiales: Rhopalonema velatum (fig. 176-
80).
9A) Con todos los tentáculos semejantes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (11
10) Con gónadas adyacentes al estómago: Arctapodema
a) Estómago tubular; con 4 gónadas intertadiales rodeando la base del estómago: A ..
antarcticum (fig. 176-74).
aa) Estómago corto; con 8 gónadas que se extienden desde los lóbulos radiales del estó-
mago hacia afuera: A. amplum (fig. 176-73).

463
Hydromedusae

10A) Gónadas separadas del estómago o. o o o . o o o. o oo o o . o o .. o . o .. o . (11


11 ) Exumbrela con numerosos surcos meridionales; gónadas con forma de salchicha, sus-
pendidas: Crossota brunnea (fig. 176-75).
11A) Exumbrela lisa; gónadas no suspendidas ooo oo oo oo . o oo o o o .. o oo (12
12) Con sólo 8 tentáculos; gánadas globulares y distales: Sminthea eurygaster (fig. 176-
81).
12A) Con 48 o más tentáculos de igual tamaño: Pantachogon
a) Con 64 tentáculos: P. haeckeli (figo 176-77).
aa) Con, aproximadamente, 120 tentáculos: P. scotti (fig. 176-78).
13) Pedúnculo corto, cónico (en especímenes jóvenes es casi invisible) o" o o . (14
13A) Pedúnculo largo y delgado; gónadas suspendidas con forma de salchicha. o . oo o . o .. (15
14) Con sólo dos gónadas suspendidas: Persa incolorata (fig. 176-79).
14A) Con 8 gónadas globulares u ovales: Amphogona apsteini (figo 176-72).
15) Gónadas fijas al pedúnculo: Aglaura hemistoma (fig. 176-71)0
15A) Gónadas fijas a la porción subumbrelar de los canales radiales: Aglantha digitale (fig.
176-70).

Orden NARCOMEDUSAE
1) Sin bolsillos gástricos: Solmaridae o . o o o . o o . o o . o o .. o oo o o .. o . . . . . (3
1A) Con oolsi 11 os gástricos o' o . o o . o .. o o .. o .. o oo o o o .. o o . . . . (2
2) Bolsillos perradiales: Cuninidae o . o .. o o .. o o o .. o . o o . o o oo o o. . (4
2A) Bolsillos interradiales: Aeginidae .o o. o o o o o. o. (5
3) Sin sistema de canales periférico y sin otoporpae: Solmaris flavescens (fig. 176-83).
3A) Con sistema de canales periférico y con otoporpae: Pegantha
a) Exumbrela con surcos profundos radiantes y con crestas elevadas: P. triloba (figo
176-82).
aa) Exumbrela lisa o' o .. o o o oo oo o o o o o .. o o' (b
b) Algunos o todos los otoporpae largos; canales periféricos angostos en toda su lon-
gitud .. o o o oo o . o o. o o o o . o . o .. o o o o o o o o o o .. o (c
bb) Todos los otoporpae cortos; canales periféricos amplios por lo menos en sus por-
ciones laterales . o o . o o .. o . o o o o .. o o o o o o o o o o. (d
c) Con 12 a 16 solapas marginales, cada una con 4 ó 6 otoporpae, usualmente los dos
medianos largos; canales muy estrechos: P. rubiginosa.
cc) Con aproximadamente 20 y aún 40 solapas marginales, usualmente cada una con 3
o 5 otoporpae largos; canales bastante estrechos: P. clara.
d) Umbrela muy abovedada, gruesa; aproximadamente 16 solapas marginales; porciones
laterales de los canales periféricos anchos en la base, adelgazándose hacia afuera: P.
martagon.
dd) Umbrela chata, lenticular; 16-26 solapas marginales; canales periféricos muy anchos
en todo su largo: P. laevis.
4) Con otoporpae: Cunina
a) Con canales periféricos o o. o o . . . . .. (b
aa) Sin canales periféricos o .. o o o. o o o o .. o .. o .. (c
b) 80lsillos gástricos que se angostan desde la base ancha separados por espacios trian-
gulares anchos; 7-9 tentáculos: C. frugifera (fig. 176-85).
bb) Bolsillos gástricos con lados aproximadamente paralelos escasamente más ~nchos
que los espacios que hay entre ellos; numerosos tentáculos: C. duplicata (fig. 176-
84).
c) Usualmente 8 bolsillos gástricos, cuadrados; alrededor de 5 mm de ancho: C. octo-
naria (fig. 176-86).

464
Hydromedusae

cc) Usualmente cerca de 12 bolsillos gástricos, cuadrados o a veces algo redondeados dis-
talmente; alrededor de 14 mm de ancho: C. peregrina (fig. 176-87).
4A) Sin otoporpae: Solmissus
a) De 8 a 20, usualmente 16 bolsillos gástricos rectangulares casi tan largos como an-
chos o levemente más largos; cada solapa con hasta 15 estatocistos: S. marshalli
(fig. 176-88).
aa) 24 bolsillos gástricos en forma de corazón, borde distal ancho; cada solapa con tres
estatocistos: S. faveri.
5) Con sólo dos tentáculos: Solmundella bitentaculata (fig. 176-91).
5A) Con cuatro o más tentáculos (6
6) Con 8 o más tentáculos y el doble de bolsillos gástricos: Aeginura grimaldii (fig. 176-
90).
6A) Con 4-6 tentáculos y 8-12 bolsillos gástricos: Aegina citrea (fig. 176·89).

465
Hydromedusae

Fig.176.
Hydromedusae.
(Ver referencias
en p. 469).

466
Hydromedusae

Fig. 176.
Hydromedusae.
(Ver referencias
en p. 469).

/'

467
Hydromedusae

Fig. 176.
Hydromedusae.
(Ver referencias
en p. 469).

468
Hydromedusae

Fig. 176. Hydromedusae.

l) Staurocladia vallentini; 2) Zanclea costata; 3) Cytaeis tetrastylla; 4) Bougainvillia frondosa; 5) Bougainvillia


macloviana; 6) Bougainvillia niove; 7) Bougainvillia ramosa; 8) Oceania armata; 9) Turritopsis nutricula; 10)
Sarsia eximia; 11) Sarsia gracilis; 12) Stauridiosarsia producta; 13) Ectop/eura dumortieri; 14) Eucodonium
brownei; 15) Euphysa aurata; 16) Euphysora furcata; 17) Euphysora gigantea; 18) Euphysora gracilis; 19)
Hybocodon unicus; 20) Podocoryne minima; 21) Podocoryne tenuis; 22) Rathkea formosissima; 23) Russellia
mirabilis; 24) Amphinema dinema; 25) Cirrhitiara superba; 26) Halitho/us intermedius; 27) Leuckartiara octo-
na; 28) Pandea conica; 29) Zanc/onia weldoni; 30) Ca/ycopsis borchgrevinki; 31) Heterotiara anonyma; 32)
Tiaranna rotunda; 33) Laodicea pu/chra; 34) Laodicea undu/ata,' 35) Staurophora mertensi,' 36) Cosmetirella
davisi,' 37) Ha/opsis ocellata,' 38) Mitrocomella frigida; 39) Phialopsis diegensis,' 40) Eutima mira; 41) Ae-
quorea aequorea,' 42) Phialucium carolinae,' 43) Eucheilota duodecimalis,·. 44) Euchei/ota paradoxica,' 45)
Eucheilota ventricularis,' 46) Lovenella cirrata,' 47) Phialella fa/k/andica; 48) Obelia spp.; 49) Phialidium
brunescens,' 50) Phialidium discoidum,' 51) Phialidium hemisphaericum; 52) Phialidium ova/e,' 53) Phia/idium
simp/ex,' 54) Ag/auropsis conantii,' 55) Gossea brachymera,' 56) Olindias sambaquiensis; 57) Vallentinia fa/k-
landica,' 58) Vallentinia gabriellae,' 59) Ostroumovia inkermanica; 60) Tiaricodon coeru/eus,' 61) Proboscidac-
tyla mutabilis,' 62) Proboscidactyla omata,' 63) Geryonia proboscidalis,' 64) Liriope tetraphylla,' 65) Botrynema
brucei,' 66) Halicreas minimum,' 67) Ha/iscera conica; 68) Ha/iscera racovitzae,' 69) Halitrephes maasi,' 70)
Ag/antha digita/e,' 71) Ag/aura hemistoma,' 72) Amphogona apsteini,' 73) Arctapodema amp/um,' 74) Arcta-
podema antarcticum,' 75) Crossota brunnea,' 16) Homoeonema p/atigonon,' 77) Pantachogon.haeckeli,· 78)
Pantachogon scotti,' 79) Persa inc%rata,' 80) Rhopalonema ve/atum; 81) Sminthea eurygaster; 82) Pegan-
tha tri/oba; 83) Solmaris flavescens,' 84) Cunina duplicata,' 85) Cunina frugifera,' 86) Cunina octonaria,' 87)
Cunina peregrina,' 88) So/missus marshalli; 89) Aegina citrea,' 90) Aeginura grima/di,' 91) So/mundella biten-
tacu/ata.

(1 y' 33: redibujado de Browne y Kramp. 1939; 2 a 55 y 57 a 91: redibujado de Kramp. 1959; 56; redibujado
de Vanucci. 1951 a).

469
PO LYC'HAETA
C. STI/JP - BOWITZ

Morfología. Caracteres Dos ojos poco desarrollados. Trompa inerme.


Dos pares de cirros tentaculares bien desa-
de importancia sistemática rrollados y un tercero rudimentario o nulo; los
segmentos portadores de cirros tentaculares
De las numerosas familias de anélidos poli- pueden carecer de cerdas. Parápodos uni-
quetos solamente seis son exclusivamente rramosos, con cirros dorsales y ventrales.
pelágicas. En algunas familias, una buena Cerdas comúnmente compuestas.
cantidad de especies tienen estados larva les o
Muchos autores han asignado importancia
postlarvales pelágicos, en otras hay epitoquia sistemática a la división, más o menos neta,
o metamorfosis sexual; cuando se completa,
de los primeros segmentos tentaculares, ya
los animales ascienden a la superficie masi- sea bien distintos, o más o menos soldados
vamente.
entre ellos o con el prostomio. Debido a que el
Las diferentes familias de poliquetos son muy aspecto de esta región varía notablemente
distintas entre sí, hecho que puede constituir con el grado de contracción <;Ielanimal, la apli-
una evidencia de su antigüedad filogenética. cación práctica de esta característica es, sin
Por ello, las características de importancia embargo, muy restringida. Bergstrom (1914)
sistemática varían mucho de una familia a y, más recientemente, Day (1967) han esta-
otra. Las familias de poliquetos con especies bl.ecido la mayor parte de las divisiones gené-
pelágicas registradas en el Océano Atlántico ricas sobre la base de esta característica, así
Sudoccidental son las siguientes: Lopado- como sobre la presencia o ausencia de acícula
rrhynchidae, lospilidae, Pontodoridae, Alcio- y de cerdas.en los segmentos portadores de
pidae, Tomopteridae y Typhloscolecidae; a és- cirros tentaculares, y sobre la disposición mis-
tas deberían agregarse algunas formas larva- ma de los últimos. Fauvel (1923) utiliza, en
rias de la familia Polynoidae y una forma pre- cambio, la forma de los cirros dorsales y ven-
imaginal perteneciente, seguramente, a la trales, que pueden ser cilíndricos, foliáceos o
familia Amphinomidae. Finalmente, Oren- lanceolados. Para la identificación de las es-
sanz y Ramírez (1973) consideran planctóni- pecies del género Lopadorrhynchus sirve,
cas, además, algunas larvas de las familias principalmente, el número (2 o 3) de los pri-
Spionidae y Terebellidae, así como algunas meros parápodos modificados; luego la pre-
formas epitóquicas de las familias Nereidae, sencia o ausencia de un cirro ventral en los úl-
Nephtyidae, G Iyc.eridae y Syllidae (ver fig. timos, y de cerdas simples entre las cerdas
179). compuestas de los parápodos medios. En el
A continuación, se incluyen observaciones género Maupasia se utiliza la forma de los ci-
acerca de los caracteres de valor sistemático rros dorsales y cirros tentaculares, y en
para las principales familias de poliquetos pe- Pelagobia las denticulaciones de la pieza ba-
lágicos; las caracterizaciones de las demás sal de las cerdas. Para la distinción de esta úl-
familias se reseñan en la sección taxonómi- tima característica es importante observar las
co-distributiva (p. 478 et seq.). cerdas e,n vista lateral.

Lopadorrhynchidae lospilidae
Cuerpo pequeño, corto y deprimido. Prosto- Cuerpo pequeño, cilíndrico. Sin antenas.
mio ancho con cuatro antenas. Sin palpós. Prostomio anteriormente redondeado, más

471
Polychaeta

ancho que largo. Dos ojos; dos palpas muy


pequeños. Los dos primeros segmentos sol-
dados, con dos pares de cirros tentaculares, el
segundo par acompañado de un pequeño ló- 6
bulo setígero con dos cerdas. Los dos a diez
segmentos siguientes con parápodos reduci- 5
dos. En la parte media del cuerpo los parápo-
dos son unirramosos con cirros dorsales y
ventrales foliáceos, más cortos que ellóbuloy
con largas cerdas compuestas. Trompa con o 4
sin dos ganchos robustos.
Para la identificación de los géneros es sufi-
ciente observar la presencia o ausencia de
ganchos en la trompa, mientras que las espe-
cies del género Phalacrophorus se distinguen
por el número de parápodos reducidos.

Pontodoridae 1920 21 2223

Cuerpo pequeño, segmentos poco numero- o


sos. Prostomio anteriormente redondeado,
Fig. 177. Detalles morfológicos de importancia sistemática en
fusionado con el primer segmento. Dos pal- un alciópído (Vanadis formosa).
pas rudimentarios, dos ojos pequeños. Un par A) Extremo anterior. vista dorsal con trompa everti·.
de antenas filiformes. Trompa corta, globular, da; B) Extremo anterior de hembra; C) Par ápodo; D)
Cerdas.
con papilas largas. Dos pares de cirros tenta-
1) Antena lateral; 2)Antena impar; 3) Ojo; 4)Trompa;
culares. Parápodos unirramosos con lóbulo 5) Papila junto a la abertura de la trompa; 6) Cuerno
setígero cirriforme. Cirros dorsales y ventra- lateral de la trompa; 7) Cirros tentaculares; 8) Primer
les glandulosos. Cerdas compuestas. parápodo rudimentario; 9) Parápodo completo pe-
queño; 10) Par ápodo completo de tamaño normal;
11) Receptáculos seminales; 12) Cirro dorsal; 13) Ci-
rro ventral; 14) Lóbulo setígero; 15) Glándula seg-
Alciopidae (fig. 177) mentaria dorsal; 16) Papila ventral; 17) Apéndice ci-
rriforme; 18) Acícula sobresaliente; 19) Cerca capi-
Cuerpo alargado, transparente. Prostomio po- lar simple; 20) Cerda capilar compuesta; 21) Cerda
encurvada fuerte; 22) Cerda acicular simple; 23) Cer-
co desarrollado, con dos pares de antenas la- da acicular compuesta.
terales y una antena impar en el medio, a ve- (Modificado de Apstein, 1900).
ces rudimentaria. Dos ojos esféricos volumi-
nosos, rojo vivo, con cristalino globuloso.
sos, con cirros dorsales y ventral es foliáceos.
Trompa eversible provista de papilas alrede-
Lóbulos setígeros alargados, cónicos. Cerdas
dor de la abertura y, a menudo, con dos largos
simples o compuestas. Glándulas segmenta-
cuernos laterales cirriformes, pero sin gan-
rias dorsales, generalmente fuertemente pig-
chos. Tres a cinco pares de cirros tentaculares
mentadas, en la base d'e los parápodos.
repartidos sobre los tres primeros segmentos. Pigidio con 1 o 2 cirros anales,
En algunos géneros los cirros tentaculares
están seguidos de algunos parápodos rudi- El carácter más conspicuo es, sin duda, el
mentarios, mucho más pequeños que los si- enorme desarrollo de los ojos rojos, esféricos,
guientes y reducidos a cirros dorsales y ven~ con cristalino globuloso. El ángulo entre los
trales y a un pequeño lóbulo sostenido por ejes de los ojos puede constituir un carácter
una acícula, pero generalmente desprovistos específico, pero es necesario utilizarlo con
de cerdas. En las hembras los cirros dorsales precaución, dado que la contracción de la ca-
de uno o dos pares de esos parápodos rudi- beza puede dirigir los ojos hacia la parte baja.
mentarios están transformados en grandes El prostomio, ubicado entre los ojos, puede
receptáculos seminales globulares repletos sobrepasarlos o no, formando algunas veces
de esperma. Parápodos normales unirramo- un cono truncado o un lóbulo saliente. Este

472
Polychaeta

carácter también varía mucho con el desarro- posible identificar un género por un solo
llo y el tamaño de los individuos, así como con parápodo completo bien conservado. Para cla-
el estado de contracción debido a la fijación. sificar las especies hace falta utilizar otros
Las antenas normalmente son 5, pero la cen- caracteres; las especies del género Vanadis
tral está frecuentemente reducida a un sim- se distinguen por el número de parápodos an-
ple tubérculo o, a veces, a una especie de teriores rudimentarios, por la disposición de
cresta inconspicua (A/ciopina). La trompa las glándulas segmentarias, por la antena im-
eversible frecuentemente presenta la aber- par, por la trompa, etc.; las especies del géne-
tura bordeada por pequeñas papilas; suele ro Rhynchonereella por la forma del prosto-
llevar 2 tentáculos laterales cirriformes más o mio y por las variaciones de las cerdas.
menos alarga.dos. Salvo en Torrea, que pre-
senta pequeños dentículos córneos, la trom-
Tomopteridae (fig. 178)
pa es inerme. Los tres primeros segmentos
siempre llevan cirros tentaculares. El primer Cuerpo alargado, extremadamente transpa-
par de estos últimos, siempre aislado, está rente. Prostomio con dos gruesas antenas di-
ubicado sobre el primer segmento; cuando el vergentes. Dos órganos nucales vibrátiles en
animal está contraído se encuentra retraído forma de hombrera. Dos ojos. Ganglio cere-
bajo los ojos. El segundo y tercer segmentos broide ovoide. Un par de pequeños setígeros
llevan uno o dos pares que representan los (a menudo ausentes, sobre todo en los adul-
cirros dorsales y ventrales de ese segmento. tos). Un segundo par de apéndices muy desa-
En Vanadis los cirros tentaculares están se- rrollados con cerdas aciculares muy largas.
guidos de algunos parápodos rudimentarios Trompa eversible, inerme. Parápodos birra-
muchos más pequeños que los siguientes y masas, sin cerdas ni acículas, terminados en
reducidos a cirros ventrales y dorsales. El nú- expansiones laminares (pínulas) que llevan
mero de parápodos rudimentarios constituye glándulas cromófilas y glándulas hialinas o
un buen carácter específico. En algunos gé- rosetas, y a veces glándulasdel aguijón. Ave-
neros (Torrea, Naiades, Vanadis, A/ciopa, Wa- ces una cola con parápodos rudimentarios.
te/io) los primeros parápodos completos son Gónadas en la rama dorsal o en las dos ramas
más pequeños que los siguientes. En las de los parápodos.
hembras de Torrea, Naiades y Vanadis los ci-
Muchos de los caracteres empleados ante-
rros dorsales de uno o dos pare.s de esos pará-
riormente fueron reconocidos de poco valor.
podas rudimentarios o completos, pero pe-
Entr(3 ellos el tamaño y color de los ojos, la for-
queños, están transformados en voluminosos
ma y dimensiones de los ganglios cerebroi-
receptáculos seminales globulares. Los pa-
des, de la trompa y de los órganos nuca les u
rápodos son unirramosos. Un parápodo nor-
hombreras ciliadas. El número de segmentos
mal se compone de un lóbulo setígero más o
menos lanceolado o cónico, con una acícula es aproximadamente constante, al igual que,
hasta un cierto punto, el largo de los grandes
prominente, ninguno a 2 apéndices digitifor-
cirros setígeros. La presencia o ausencia del
mes, un cirro dorsal y un cirro ventral foliá-
ceos, lanceolados (o muy estrechos, afilados: primer par de apéndices, de la cola y de las
gónadas en la rama ventral es, frecuentemen-
Wate/io). En la base de los parápodos se
te, Un carácter útil, aunque el primer par de
encuentran glándulas segmentarias más o
apéndices puede existir en los jóvenes y fal-
menos fuertemente pigmentadas. Las abul-
tadas papilas ventrales también suelen sobre- tar en los adultos, y la cola en muchas espe-
cies no se desarrolla sino a una cierta edad.
salir bajo un cierto número de parápodos (en
Los dos últimos caracteres son, en conse-
los machos). Las cerdas capilares, simples o
compuestas, son siempre largas y muy finas. cuencia, de valor principalmente para los
adultos.
Éstas pueden estar acompañadas por cerdas
aciculares simples o compuestas; cuando La' identificación específica de los tomoptéri-
existen, son siempre más numerosas en los dos actualmente se basa, principalmente, so-
segmentos anteriores y desaparecen o se re- bre el estudio de las glándulas de la pínula,
ducen a una sola en la región posterior. Como distinguiéndose cuatro clases: 1) Las glándu-
lo ha demostrado Apstein (1900), siempre es las cromófilas, frecuentemente volumino-

473
polychaeta

sas, que se colorean intensamente con hema- queñas, de forma muy variada; están forma-
toxilina; están ubicadas sobre las pínulas ven- das por tubos meridianos que, en la extremi-
trales de los parápodos,y son órganos fosfo- dad apical, se incurvan hacia una abertura
rescentes; 2) Las glándulas hialinas, muy pe- común; no se colorean con hematoxilina ni se
ennegrecen en el centro con ácido ósmico; 3)
Las rosetas, muy pequeñas, se encuentran
sobre los parápodos o sobre las pínulas; están
formadas por células glandulares agrupadas
de manera tal que presentan el aspecto de
una roseta en cuyo centro hay esférulas ama-
rillas o castañas que simulan una mancha
ocular. Las rosetas no se colorean con hema-
toxilina; los glóbulos centrales se ennegrecen
fuertemente con ácido ósmico; 4) Las glándu-
las del aguijón son muy pequeñas, normal-
7
mente subsidiarias de las glándulas cromófi-
las, se colorean fuertemente con hematoxili-
na; están siempre asociadas a un aguijón de
6
la pínula ventral. La función de las tres
últimas clases de glándulas de la pínula es
desconocida.

Typhloscolecidae
Cuerpo fusiforme o más o menos cilíndrico.
Prostomio cónico u obtuso, terminado en un
palpodio. Sin ojos. Por encima de la faringe,
un órgano en forma de retorta. Dos órganos
nucales prominentes, bien desarrollados, que
a veces encierran una gruesa papila saliente
(carúncula). Las larvas, así como el género
Typhloscolex, tienen un grueso lóbulo o
prototroca dorsal y una ventral provistas de un
10
gran número de largas cilias vibrátiles. Los
tres primeros segmentos están fusionados al
14 prostomio; cada uno lleva un solo par de cirros
11 foliáceos laminosos rodeando la cabeza. Ló-
8 bulos pediales reducidos, con una acícula y
15
algunas cerdas aciculares simples. A partir
12 16 del tercer segmento, cirros dorsales y ventra-
les foliáceos. Dos cirros anales anchos, foliá-
ceos. La clasificación de los géneros está ba-
sada sobre la estructura del prostomio, princi-
palmente sobre el desarrollo de la carúncula y
Fig. 178. Detalles morfológicos de importancia sistemática en de los órganos nucales. Los caracteres espe-
un tomoptérido. cíficos son el número de segmentos, la forma
A) Animal entero; B) Parápodo. de los cirros parapodiales y anales, así como
1) Antena; 2) Órgano nucal u hombrera ciliada; 3) la forma de la carúncula y de los órganos
Ganglio cerebroide con ojos; 4) Primer apéndice setí- nucales. Desgraciadamente, los cirros fre-
gero; 5) Segundo apéndice setígero; 6) Parápodo;
7) Pínula; 8) Cola; 9) Intestino; 10) Pínula dorsal; cuentemente se desprenden. Typhloscolex
11) Pínula ventral; 12) Glándula cromófila; 13)Agui-
jón con glándula del aguijón; 14) Roseta; 15) Glán- es, probablemente, un género neoténico, sus
dula hialina; 16) Glándula apical; 17) GÓnada. lóbulos ciliados serían reminiscencias de una
(Modificado de Apstein, 1900). prototroca larval.

474
Polychaeta

Polynoidae La fertilización se realiza en el agua, y la seg-


Los polinoidos pelágicos son, seguramente, mentación de los huevos ocurre rápidamente.
Este proceso conduce a la formación de una
sólo formas postlarvarias de especies bentó-
nicas. Sus estadios postlarvales son, a veces, larva trocófora. Ákesson (1962) estudió la em-
muy diferentes de los adultos; d'e allí que briología y el desarrollo larval de Tomopteris
helgolandica. En cuanto al desarrollo de los
hayan sido originariamente incluidos en gé-
neros diferentes. Los caracteres utilizados alciópidos, hasta hoy nada ha sido publicado.
para su identificación son, principalmente, la Una descripción de la larva de Typhloscolex
inserción de las antenas laterales, el número, muelleri fue publicada por Sveshnikov (cf.
Ushakov, 1972).
la forma y la coloración de los élitros y la natu-
raleza de sus' papilas o verrugas córneas y la
naturaleza de las cerdas, principalmente las Alimentación
cerdas ventrales.
Muy poco es lo que se conoce sobre la alimen-
Cuerpo ovalado deprimido o cilíndrico, alar- tación de los poliquetos pelágicos. Según Day
gado, vermiforme. Prostomio bilobulado, ge- (1967, p. 157) los lopadorrínquidos no se ali-
neralmente con cuatro ojos sésiles y tres an- mentan de fitoplancton, mientras que lospi-
tenas (en el género Macellicephala faltan nor- lus es uno de los pocos poliquetos pelágicos
malmente los ojos y las antenas laterales). que consumen diatomeas (l. c., p. 168), y Pha-
Dos largos palpos. Trompa eversible cilíndri- lacrophorus, que posee enormes mandíbulas,
ca, con una corona de papilas alrededor de la es, sin duda, un animal predador. Según
abertura y cuatro mandíbulas quitinosas. Dos Ákesson (1962, p. 141) Tomopteris helgolan-
pares de cirros tentaculares. Parápodos birra- dica rehusa comer Nitzschia closterium (8a-
mosos o sesquirramosos. Cerdas simples, las cyllariophyta), pero acepta ávidamente ooci-
dorsales diferentes de las ventrales. Los tos inmaduros de Tomopteris. Evidentemen-
cirros dorsales alternan con élitros, que se en- te, las larvas comen organismos planctónicos
cuentran sobre los segmentos 2, 4,5, 7, 9, .oo, relativamente grandes; se observaron adultos
23, ..., 26, ..., faltando a veces en la parte pos- con el sifonóforo Agalmopsis elegans sobre-
terior. Dos uritos o cirros anales. saliendo de la boca. Cuando individuos de di-
ferentes tamaños se encuentran en un acua-
rio, los pequeños son rápidamente comidos
por los más grandes. Además, Tomopteris
come larvas de peces. Hartmann-Schroder
(1971, p. 125) opina que Tomopteris helgo-
Biología landica come diatomeas y, raramente, Sa-
gitta, y que Tomopteris septentrionalis es un
predador voraz que consume todo animal de
Reproducción y desarrollo tamaño adecuado. Rakusa-Suszczewski
Los sexos son separados pero, comúnmente, (1968) informa que se han encontrado frag-
mentos de Oikopleura (Appendicularia) en el
no se distinguen más que por el tipo de sus
intestino de Tomopteris, y que T.helgolandica
productos genitales. Solamente en algunos
alciópidos las hembras poseen receptáculos ataca a Sagitta elegans, S. setosa, perforan-
do sus tegumentos y succionándole los flui-
seminales, y los machos anchas papilas geni-
tales. En la mayor parte de los poliquetos no dos del cuerpo. Los alcióp i dos, a juzgar por su
existen órganos genitales; los productos se- fuerte trompa a veces provista de dos largos
xuales se desarrollan a expensas del revesti- tentáculos, también son animales predado-
miento peritoneal de los vasos pediales, caen res; sus grandes ojos constituirían una buena
ayuda para la localización de las presas. Des-
en el celoma y allí completan su maduración.
afortunadamente, no existen observaciones
Pero en los tomoptéridos existen verdaderas
al respecto.
gónadas ubicadas en los parápodos. Los
oocitos son evacuados por los gonoductos en Finalmente, los tifloscolécidos, de acuerdo a
la base del cuarto y quinto par de parápodos. Ushakov (1972, p. 27) deben ser considerados

475
Polychaeta

como semiparásitos; Typhloscolex muelleri que se exponen a continuación están referi-


(l. c., p. 51) se nutre, probablemente, como un das a aquella descripción.
ectoparásito de sifonóforos, medusas y ctenó-
foros. De los verdaderos poliquetos pelágicos, a
saber, las familias Lopadorrhynchidae, lospi-
Motilidad lidae, Porúodoridae, Alciopidae, Tomopteri-
dae y Typhloscolecidae, hay 45 especies en-
Entre los poliquetos pelágicos solamente los contradas en el Océano Atlántico Sudocci-
alciópidos son nadadores hábiles; gracias a dental. La gran mayoría de éstas tienen una
sus ojos desarrollados pueden ser capaces de distribución muy vasta, más o menos cosmo-
evitar una red (ver p. 81). Los representantes polita, habiendo sido capturadas en el Océa-
de las otras familias están adaptados a la vida no Atlántico,así como en los Océanos Pacífico
flotante, aunque pueden realizar migraciones e Indico. Sin embargo, la mayoría de ellas está
verticales diurnas y anuales. restringida a las zonas tropical y subtropical;
la Convergencia Subtropical/Subantártica (y,

Adaptaciones a la vida en el Atlántico del Norte, el frente polar se-


cundario) constituye para ellos una barrera
planctónica infranqueable. Solamente 13 especies (i.e.'-
Todas las especies son más o menos transpa- Maupasia coeca, Pelagobia longicirrata, Pha-
rentes, lo que las hace poco visibles en el lacrophorus pictus, Vanadis longissima, V.
agua. Además, poseen largos apéndices, ci- antarctica, Rhynchonereella bongraini, To-
rros, cerdas, etc., que contribuyen a la flota- mopteris septentrionalis, T. planktonis, T.
ción. Probablemente, los más altamente es- carpenteri, Typhloscolex muellerJ~ Sagitella
pecializados para la vida planctónica sean los kowalevski/~ Travisiopsis levinsenJ~ T. con;-
tomoptéridos, que poseen un par de apéndi- ceps) han sido registradas en las zonas sub-
ces muy desarrollados con sendas cerdas aci- antártica y antártica, de las cuales tres (Vana-
culares muy largas, y en los que las otras cer- dis antarctica, Rhynchonereella bongraini y
das están reemplazadas por pínulas lamina- Tomopteris carpenteri) son endémicas de la
res; y los alciópidos, que tienen ojos enormes, zona antártica; para ellas la Convergencia
receptáculos seminales y papilas genitales Antártica constituye la barrera septentrional
para la transferencia directa de esperma. (en el Ártico no hay poliquetos pelágicos) y so-
lamente Vanadis pelagica no avanza al sur de
la Convergencia Antártica.
Distribución
Distribución vertical
Distribución horizontal
Los alciópidos habitan las aguas superficia-
Los poliquetos pelágicos viven en todas las zo- les, y sólo muy raramente se encuentran a
nas climáticas del océano mundial, desde la profundidades mayores de 50 m. Ello se rela-
superficie hasta las grandes profundidades. ciona, sin duda, con sus grandes ojos. Sola-
Son animales esencialmente oceánicos. Con mente Rhynchonereella bongraini. extiende
excepción, tal vez, de una o dos especies, no su distribución hasta los 500 m. Los lopado-
es más que fortuito que se encuentren poli- rrínquidos, iospílidos y tifloscolécidos, así
quetos pelágicos en zonas neríticas. como ciertos tomoptéridos, como Enapteris
euchaeta y Tomopteris helgolandica, también
La distribución horizontal de estos organis- parecen habitar los lechos superficiales,
mos, al igual que la de la gran mayoría de los mientras que la mayor parte de los tomopté-
demás pláncteres marinos, está condiciona-
ridos, así como Pelagobia longicirrata, Sagi-
da por las características hidrológicas de las tella kowalevskii y Travisiopsis levinseni son
aguas que habitan. En las páginas 227 et seq. especies más euribáticas.
del presente tratado se analizan detallada-
mente las masas de agua presentes en el Tebble (1960) opina que la dispersión de las
Atlántico Sudoccidental; las consideraciones especies en profundidad depende de los Iími-

476
Polychaeta

tes hidrológicos superficiales. Estas especies como Tomopteris nisseni, son mejor captura-
pueden mantener las restricciones de sus das por redes de 2 m.
respectivas amplitudes de distribución pasan-
El alcohol al 70% es el único líquido conserva-
do de una masa de agua a otra. Las especies dor adecuado. El formaldehido al 4% da resul-
que se encuentran en las zonas tropical y sub-
tados deplorables debido a que los animales
tropical, pero que no son arrastradas a locali-
se ablandan y tornan blanquecinos rápida-
dades al sur de la Convergencia Subtropical/
mente. Luego de la fijación, o de una perma-
Subantártica, pueden mantenerse allí alter-
nencia prolongada en alcohol, pueden ser
nando entre el Agua Central (desplazándose transferidos a formaldehido sin inconvenien-
de norte a sur), el Agua Intermedia Antártica
te, por un período no muy prolongado.
(de sur a norte), y el Agua Profunda Cálida (de
norte a su r) (ver figs. 131, 132, 137, 186, La observación de los animales se realiza,
199). Tebble (op. cit.) supone que la mayoría normalmente, con lupa binocular (= microsco-
de los poliquetos pelágicos cosmopolitas pio estereoscópico). Con iluminación adecua-
posiblemente lleguen a las zonas Antártica y da, hasta las glándulas de las pínulas de los
Subantártica por medio del Agua Profunda tomoptéridos pueden observarse cómoda-
Cálida. La migración vertical en la zona An- mente.
tártica hasta el Agua Superficial Antártica,
junto con movimientos dentro de esta masa
hasta donde desciende formando el Agua In- Reseña histórica y estado
termedia Antártica, con dirección norte, per- actual del conocimiento
mite a estas especies circular a través del
Atlántico Sur. de los poliquetos pelágicos
Ushakov (1972) postula que Typhloscolex Las primeras menciones de poliquetos pelá-
muelleri (ectoparásito) mantiene una posición gicos se remontan a la primera mitad del siglo
vertical en el agua; las vibraciones de las cilias XIX, estando ligadas a los nombres de Eschs-
de la prototroca generan un desplazamiento choltz, 1825 (Tomopteris), de Delle Chiaje,
vertical ascendente. Al entrar en contacto con 1828 (Naiades) y de Audouin y Milne-Ed-
un sifonóforo o una medusa, el animal se wards, 1833 (Alciopa).
adhiere a la presa y comienza a succionar los A fines del siglo pasado ya habían sido des-
tejidos. criptas unas 50 especies, principalmente por
Apstein, Claparede, Costa, Gravier, Greeff,
Métodos de estudio Grube, Hering, Kinberg, Krohn, Langerhans,
Diferentes expediciones han usado diversos Levinsen, de Quatrefages, Reibisch, Uljanin,
aparatos para la recolección de poliquetos pe- Viguier, N. Wagner. Desde 1901 a 1940 se
lágicos. La mayoría utilizaron redes comunes, agregan unas 40 especies más gracias a los
ya sea en arrastres horizontales o verticales trabajos de Augener, Benham, Bergstrom,
(ver p. 15). El empleo de redes verticales sin Berkeley, Caroli, Chamberlin, Ehlers, Fauvel,
mecanismos de apertura y cierre limita consi- lzuka, Momo, Rosa, Southern, Treadwell; y
derablemente las posibilidades de obtención luego de 1940 unas 15 especies más. Entre
de información ecológica distributiva ya que las aproximadamente 50 especies estableci-
integra las capturas de las diferentes profun- das en el siglo XX, hay una veintena de
didades. Esto es especialmente crítico en las tomoptéridos dudosos provenientes del Mar
zonas de las convergencias, donde la dinámi- Rojo y del Mediterráneo.
ca de los frentes hidrológicos tiene caracterís- Las expediciones que más han contribuido al
ticas que impiden al investigador deducir el conocimiento de los poliquetos pelágicos en
origen del material planctónico obtenido en la el Océano Atlántico Sudoccidental son la
muestra. Según Tebble (1962, p. 375) el apa- "Plankton-Expedition der Humboldt Stiftung"
rato más ventajoso es la red de 1 m de (1899); las expediciones "Discovery" (des-
diámetro de boca y de 0,65 mm de abertura de pués de 1925). la expedición antártica sueca
malla. Solamente las especies más grandes, (1901-1903), las expediciones antárticas del

477
polychaeta

"Norvegia" (1927-1930) Y las campañas ar- Referencias útiles sobre los lopadorrínquidos
gentinas de 1963-1969. se encuentran en Greeff (1879), Southern
(1909) y Kim (1967); sobre Lopadorrhynchi-
Actualmente, el estudio de estos organismos dae e lospil ida e en Reibisch (1893, 1895);
se realiza en varios países del mundo. Los
sobre Typhloscolecidae en Southern (1911);
investigadores más activos de hoy son: Dales
sobre Tomopteridae en Rosa (1908b); y so-
(Reino Unido), Day (Sudáfrica), Stl/Jp-Bowitz
bre Alciopidae en Greeff (1876, 1885). Una
(Noruega), Tebble (Reino Unido), Terio (Italia) y
revisión fundamental de géneros y de espe-
Ushakov (URSS).
cies de las cuatro familias más importantes
fue realizada por St~p-Bowitz en 1948, y más
recientemente, de todas las familias, por Day
Clasificación de los (1967). Diagramas útiles pueden encontrarse
también en Dales (1955, 1957), Y en las
poliquetos pelágicos. monografías de Tebble (1960, 1962) sobre la
Registros de las especies en el taxonomía y distribución de los poliquetos pe-
lágicos del Océano Pacífico Norte y del Atlán-
Atlántico Sudoccidental tico Sur.
C. STf/)P-BOWITZ y ss JANKILEVICH

En la lista siguiente las especies están orde-


El primer intento de establecer esquemas de nadas alfabéticamente dentro de cada fami-
clasific,ación de los poliquetos pelágicos fue lia. A continuación de cada nombre específi-
realizado por Apstein en su obra sobre los al- co se incluyen los siguientes datos, divididos
ciópidos y tomoptéridos de la "Plankton-Ex- por barras (/): 1) La ilustración correspon-
pedition". Las especies encontradas en la diente; 2) La referencia bibliográfica a obra(s)
costa de Francia fueron determinadas por con descripciones e ilustraciones completas
Fauvel en "Faune de France" (1923). Actual- de la especie; 3) Las áreas del Atlántico Sud-
mente el esquema más completo es el de occidental donde la especie en cuestión fue
Orensanz y Ramírez (1973). encontrada (ver fig. 142); 4) Una observación

Clase POL VCHAETA


Orden AMPHINOMORPHA
Familia AMPHINOMIDAE
O~enPHVLLODOCEMORPHA

Familia POL VNOIDAE (Con élitros)


Familia LOPADORRHVNCHIDAE (Cuerpo corto, 4 antenas, sin palpas)
Familia 10SPILlDAE (Cuerpo corto, sin antenas, 2 palpas rudimentarios) ..
Familia PONTODORIDAE (Cuerpo corto, 2 antenas, 2 palpas rudimentarios, parápodos clrrlformes)
Familia ALCIOPIDAE (2 ójos voluminosos)
Familia TOMOPTERIDAE (2 apéndices muy largos, parápodos con pínulas, sin cerdas)
Familia TVPHLOSCOLECIDAE (Prostomio cónico, sin ojos, palpas ni antenas)

Familia SVLLlDAE
Familia NEREIDAE
Familia NEPHTVIDAE
Familia GL VCERIDAE
Orden SPIOMORPHA
Familia SPIONIDAE
Orden TEREBELLOMORPHA
Familia TEREBELLlDAE

Fig. 179. Esquema sintetizado de la clasificación de Polique-


tos pelágicos. Los taxones incluidos en el recuadro
son los verdaderos poliquetos pelágicos.

478
Polychaeta

general sobre la distribución mundial conoci- Lopadorrhynchus henseni Reibisch, 1893


da o supuesta. Las especies marcadas por un / 180-4 / St~p-Bowitz, 1948/ 7f; 12g-h
asterisco (*) son, probablemente, las más co- / Atlántico norte, central y sur.
munés en el área que nos ocupa (en la clave Lopadorrhynchus uncinatus Fauvel, 1915
de identificación el asterisco indica las espe-
/ 180 -7 / Fauvel, 1923 / 4h; 5e, 5i/
cies que no han sido encontradas, hasta el Trop., subtrop.
momento, en esta zona).
Maupasia coeca Viguier, 1886 / 180 -8 /
Day, 1967 / 2c; 4c / Cosmopolita.
Phylum ANNELlDA Lamarck, 1809 Pedinosoma curtum Reibisch, 1895/180-
Clase POLYCHAETA Grube, 1850 11 / Day, 1967 / 5d; 12f-h / Cosmopo-
Orden AMPHINOMORPHA Clark, 1969 lita.
* Pelagobia longicirrata Greeff, 1879 / 180
-12/ Fauvel, 1923/1 e, 1g-i; 2, 2b-i; 3d;
Prostomio diferenciado. Normalmente 4, 4c; 5, 5d, 5f; 12, 12f-h / Cosmopolita.
tres antenas. Una carúncula (salvo en el
género Hipponoe). Faringe con almoha-
dilla ventral musculosa, eversible, en Familia IOSPILlDAE Bergstrom, 1914.
forma de mazorca. Sin mandíbulas. Pa- Ver p. 471.
rápodos diferenciados, branquias ramifi- lospilus affinis (Viguier, 1911) / 180 -14 /
cadas en un cierto número de parápodos. Fauvel, 1923/ 5e, 5f; 6, 6e, 6f; 7e, 7f; 12
Familia AMPHINOMIDAE Savigny, / Mediterráneo, Atlántico Sur.
1818
Cuerpo alargado y tetragonal o depri- lospilus phalacroides Viguier, 1886 / 180
mido y oval. Prostomio reducido, ence- -15 / Fauvel, 1923 / 12 / Cosmopolita.
rrado entre los primeros segmentos, Phalacrophorus pictus GrEteff, 1879 / 180
normalmente con tres antenas, una ea·· -16 / Fauvel, 1923 / 2c, 2g; 3d; 4c; 5, 5d-
rúncula y dos palpos. Parápodos birra- f; 6, 6e, 6f; 7e, 7f; 8; 12, 12f-h / Cosmo-
mosos con branquias ramificadas, cer- polita.
das simples dorsales y ventrales en
mechón, uno o dos cirros dorsales y un Phalacrophorus uniformis Reibisch, 1893
cirro ventral. Trompa eversible despro- / 180 -17 / Fauvel, 1923/6, 6e; 7e; 12,
vista de mandíbulas o papilas. 12f-h / Trop. subtrop.
"Rostraria carunculata" Ehlers, 1913/ 180
-1 / Ehlers, 1913 / 11 h / Atlántico central. Familia PONTODORIDAE Bergstrom,
1914.Ver p. 472.
Orden PHYLLODOCEMORPHA Clark, Pontodora pelagica G reeff, 1879 / 180-18
1969 / Day, 1967 / 12h / Atlántico.
Prostomio diferenciado, habitualmente
con, por lo menos, un par de antenas.
Palpos, si existen, frontales o frontolate- Familia ALCIOPIDAE Ehlers, 1864
rales. Trompa eversible, musculosa, ci- Ver p. 472.
líndrica. Excepcionalmente uno o dos pa- Alciopa reynaudii Audouin y Milne-Ed-
res de mandíbulas. Pará¡:>odos diferen- wards, 1833 / 180 -1 9 / Day, 1967 /5d,
ciados.
5e, 5h, 5i; 6 / Trop., subtrop.
Familia LOPADORRHYNCHIDAE Cla-
parede, 1870 (non corro Kleinenberg, Alciopina parassitica Claparede y Panceri,
1886). Ver p. 471. 1867 / 180 -20 / Fauvel, 1923 / 5d; 6,
6f; 7f / Trop., subtrop.
Lopadorrhynchus brevis Grube, 1855 /
180 -3 / Day, 1967 / 9i; 11 i / Trop., sub- Krohnia lepidota (Krohn, 1845) / 180-21 /
tropo Day, 1967 / 11 i; 12i / Trop., subtrop.

479
Polychaeta

Naiades cantrainii (Delle Chiaje, 1828) / Enapteris euchaeta (Chun, 1887) / 180 -43
180 -22/ Fauvel, 1923/ 6i; 11, 11h, 11i / St~p-Bowitz, 1948 / 5d; 12g, 12h /
¡"Trop., subtrop. Trop., subtrop.
Tomopteris apsteini Rosa, 1980/ 180 -44
Plotohelmis capitata (Greeff, 1876) / 180
/ Day, 1967 / 4h; 5i; 6i; 7h; 8i / Trop.,
-24 / Day, 1967 / 4c; 5d; 6, 6e; 12f-h / subtrop.
Trop., subtrop.
* Tomopteris carpenteri de Ouatrefages,
Plotohelmis tenuis (Apstein, 1900) / 180 1865 / 180 -45 / St~p-Bowitz, 1949 /
-25 / Day, 1967 / 12h / Trop., subtrop. 1d, 1e, 19-i; 2e-i; 3i/Antárt.
Rhynchonereella angelini (Kinberg, 1866) Tomopteris elegans Chun, 1888 / 180 -47
/ 180-26/ Day, 1967 /4g; 12f-g / Trop. / Stq:¡p-Bowitz,1948/ 4c, 4d; 5, 5d; 6, 6i;
subtrc;>p. 11e; 12f-i / Trop., subtrop.
Rhynchonereella bongraini (Gravier. 1911) Tomopteris helgolandica Greeff, 1879 /
/ 180 -27 / Stq¡p-Bowitz, 1949/1 e, 1g-i; 180 -48 / Day, 1967 / 12 / Atlánt.
2e, 2g-i / Antártica.
Tomopteris kefersteini Greeff, 1879/ 180
Rhynchonereella gracilis Costa, 1862 / -49/ Orensanz y Ramírez, 1973/ 6, 6e;
180 -28 / Day, 1967 / 5, 5d, 5e; 6, 6e / 11i; 12, 12g-h / Atlánt.
Trop., subtrop. Tomopteris kempi Monro, 1930/ 180 -50
Rhynchonereella petersii (Langerhans, Monro, 1930 / 5d / Atlánt., subtrop.
1880)/180 -30 / Day, 1967 / 5d; 6; 7f /
Tomopteris krampiWesenberg-Lund, 1936
Trop., subtrop. / 180-51 / Wesenberg-Lund, 1936/ 5i /
Torrea candida (Delle Chiaje, 1828) / 180 Trop., subtrop, subártico.
-31 / Wesenberg-Lund, 1939/ 5e-f¡6i /
Tomopteris ligulata Rosa, 1908 / 180 -52
Trop., subtrop.
/ St~p-Bowitz, 1948/ 5e; 6i; 11i / Trop.
Vanadis antarctica Mclntosh, 1885 / 180 subtrop.
-33/ Mclntosh, 1885/ 1e-i; 2g-h / An-
tart. Tomopteris nisseni Rosa, 1908 / 180 -55
/ Wesenberg-Lund, 1935/ 5h, 5i; 6i; 7h,
Vanadis crystallina crystallina Greeff, 7i; 8 i; 9i; 12h / Atlánt., subtrop., subár-
1876 / 180-34 / Stlllp-Bowitz, 1948 / 6, tico.
6i; 7, 7h; 8; 9; 10g-i; 11i; 12f, 12g, 12i /
* Tomopteris planktonis Apstein, 1900 /
Trop., subtrop.
180 -56 / St0P-Bowitz, 1948 / 1g-i; 2,
Vanadis formosa Claparede, 1870 / 180 2c-i; 3c, 3f, 3i; 4, 4c, 4d, 4h; 5, 5d-f, 5h-i;
-36 / Day, 1967 / 4h; 5e, 5h; 6e, 6f, 6i; 6, 6e, 6i; 8, 8g-h; 10i; 11h / Cosmopolita.
7h; 12f, 12h / Trop., subtrop.
* Tomopteris septentrionalis de Ouatrefa-
Vanadis longissima Levinsen, 1885 / 180 ges, 1865/ 180 -57 / St~p-Bowitz, 1948
-37 / Levinsen, 1885 / 1a; 2b-d; 3; 5; 6; / 1g-i; 2, 2b-d, 2f-i; 3, 3c-f, 3i; 4, 4c, 4d,
8h; 10i; 12i / Trop., subtrop., subantárt. 4h; 5d, 5f, 5h; 6, 6e; 10h, 10i; 11h; 12h /
Vanadis minuta Treadwell, 1906 / 180 -38 Cosmopolita.
/ Orensanz y Ramírez, 1973/6, 6e; 7, 7f;
9g / Trop., subtrop. Familia TYPHLOSCOLECIDAEUljanin,
1878.
Vanadis studeri Apstein, 1893 / 180 -39
Ver p. 474.
/ Orensanz y Ramírez, 1973 / 6 / Trop.,
subtrop. * Sagitella kowalevskii N. Wagner, 1872 /
180 -58 / St(,Óp-Bowitz,1948/ 1g; 5, 5d-
Familia TOMOPTERIDAE Grube, 1848. f; 6, 6e, 6f; 7, 7e, 7f; 8f; 9, 9g; 12g, 12i
/ Trop., subtrop.
Ver p. 473.

480
Polychaeta

Travisiopsis coniceps (Chamberlin, 1919) / Trompa eversible, munida de papilas


180 -59 / Day, 1967 / 1f, 1i; 2g-i; 3e, 3h redondeadas alrededor de la abertura,
/ Hemisferio sur. y un conspicuo diente dorsal. Parápo-
dos generalmente unirramosos, a me-
Travisiopsis dubia Stl/>p-Bowitz, 1948 /
nudo con un cirro dorsal y uno ventral.
180 -60 / Stl/>p-Bowitz, 1948/ 6e, 6f; 7e,
Raramente con cerdas simples, co-
7f / Trop., subtrop.
múnmente con compuestas, con arti-
Travisiopsis lanceolata Southern, 1910 / culación heterogonfa y artejo en hoz
180 -61 / Fauvel, 1923/ 7h; 9; 10g; 12h con uno o dos dientes. Dos cirros ana-
/ Trop., subtrop., subártica. les y, frecuentemente, una cola media-
na pequeña. Reproducción directa, epi-
* Travisiopsis levinseni Southern, 1910 /
gámica o por medio de estolones; a ve-
180 -62 / Fauvel, 1923 / 1c, 1e, 1h, 1i;
ces con dimorfismo sexual y cerdas na-
2d, 2f-h; 3e, 3f, 3h, 3i; 4d-f, 4h; 5, 5d; 6, 6i
tatorias capi lares.
/ Cosmopolita.
Travisiopsis lobifera Levinsen, 1885 / 180
-63/ Ushakov, 1972/6; 11 i; 12i /Trop., Sphaerosyllis sp., (epitóquica). Zonas 3; 5,
subtrop. 5d; 6.
* Typhloscolex muelleri B usch, 1851 / 180 Autolytus sp., (epitóquica). Zonas 4; 5; 6.
-64/ Orensanz y Ramírez, 1973/1 e, 1g-
i; 2, 2b-i; 3c, 3f, 3i; 4c, 4e; 5, 5d, 5e; 6, 6e,
6f; 7e, 7f; 8; 12f-h / Cosmopolita.
Familia NEREIDAE Johnston, 1865
Familia POLYNOIDAE Malmgrem, Cuerpo cilíndrico, vermiforme, con nu-
1867. merosos segmentos. Prostomio, nor-
Ver p. 475. malmente, con cuatro ojos. Dos ante-
nas en forma de lezna. Dos palpos ovoi-
Austrolaenilla antarctica Bergstrom, des, terminados en un pequeño palpos-
1916 / 180 -66 / Hartman, 1964/2, 2b,
tilo retráctil. Con cuatro (raramente
2c, 2g; 3, 3c / Antárt. tres) pares de cirros tentaculares.
Bylgides pelagica (Monro, 1930) / 180-67 Trompa eversible musculosa con dos
/ Monro, 1930 / 2g, 2i; 3f / Atlánt., An- mandíbulas córneas y armadas -salvo
tárt. raras excepciones- de dentículos cór-
neos (paragnatos), distribuidos en ocho
Harmothoe benthophila, var. bimucrona- grupos sobre dos coronas (oral y maxi-
ta Fauvel, 1914/ 180 -68/ Fauvel, 1916
lar). Los dos primeros pares de parápo-
/ 1i; 2c / Atlánt.
dos unirramosos, los pares subsiguien-
Harmothoe benthophila, varo intermedia tes, generalmente, birramosos. Un ci-
St~p-Bowitz, 1951 / - - / St~p-Bowitz, rro dorsal y uno ventral, con dos o tres
1951 / 3f / Antárt. lengüetas dorsales, dos labios y una
lengüeta ventral. Cerdas compuestas
Macellicephala mirabilis (Mclntosh, 1885)
homogonfas o heterogonfas, culmi-
/ 180 -69/ Mclntosh, 1885 / 2g / Cos-
nando en un artejo en espina o en hoz.
mopolita. Dos cirros anales. Cuando maduros,
salvo raras excepciones, con un estado
Familia SYLLlDAE Grube, 1850 pelágico (Heteronere;s). Machos y
Cuerpo delgado, alargado, pequeño. hembras con la región anterior poco
Prostomio diferenciado, generalmente modificada; la posterior con grandes la-
redondeado. Normalmente, cuatro ojos melas parapodiales y setas natatorias
y tres antenas, dos palpos. Uno o dos reemplazando las nereida les. Con di-
pares de cirros tentaculares sobre el morfismo sexual en el estado Hetero-
primer segmento, siempre sin cerdas. nerels.

481
Polychaeta

Platynereis australis (Schmarda, 1861). do en los extremos, con numerosos


(Epitóquica).Zona 5. segmentos frecuentemente bi o triani-
liados. Prostomio cónico, anillado, cul-
Familia NEPHTYIDAE Grube, 1850 minando en cuatro pequeñas antenas.
Cuerpo vermiforme, de sección sub- Trompa eversible, cilíndrica o clavifor-
cuadrada, con numerosos segmentos me, provista de papilas y portando
cortos. Prostomio pequeño, poligonal. mandíbulas córneas y, a menudo, con
Cuatro antenas pequeñas. Sin palpos. paragnatos más o menos numerosos.
Trompa eversible, con papilas bilobula- Parápodos uni o birramosos. Branquias
das terminales, y papilas carnosas. Dos compuestas, simples o ausentes; re-
mandíbulas córneas. Primer parápodo tráctiles o no. Cerdas dorsales simples,
setígero rudimentario. Parápodos bi- ventrales compuestas. Dos cirros ana
rramosos, de ramas abiertas, con lami- les.
nillas. Una branquia curvada entre am-
Glycera americana Leydi, 1855. (Epitóqui-
bas ramas. Un cirro dorsal debajo de la cal. Zona 5.
rama dorsal, y un cirro ventral. Cerdas
simples. Un cirro anal.
Orden SPIOMORPHA Clark, 1969, y TE-
Aglaophamus praetiosus (Kinberg, 1866). REBELLOMORPHA Clark, 1969
(Epitóquica). Zona 6e. Familia SPIONIDAE Grube, 1850, yTE-
REBELLlDAE Malmgren, 1867.
Familia GLYCERIDAE Grube, 1850 Formas larvarias. Zonas 4, 4c; 5, 5d; 6,
Cuerpo alargado, más o menos aguza- 6e.

Clave de identificación de las familias, géneros y especies


de poliquetos pelágicos

La clave siguiente abarca todas las familias de poliquetos con representantes holoplanctónicos,
incluyendo Polynoidae, Amphinomidae y Pontodoridae.Se ha omitido la familia Poeobiidae cuya
distribución conocida se limita al Océano Pacífico Norte y cuya morfología es muy diferente de las
de los grupos aqu í considerados. Además, como apéndice se incluye una lista de las familias y
especies no representadas en el plancton más que por formas epitóquicas o larvarias.
En cuanto a las familias exclusivamente pelágicas, la clave comprende todos los géneros y todas
las especies conocidas y consideradas válidas, aunque no hayan sido halladas en el Atlántico
Sudoccidental. Cada taxón no encontrado hasta ahora en el Océano Atlántico Sudoccidental está
ma'rcado con un asterisco (*).

1) Élitros en un cierto número de parápodos, los otros con cirros. Entre dos segmentos
provistos de élitros se intercala, en la parte anterior del cuerpo, un segmento provis-
to de cirros dorsales; en la parte posterior todos los segmentos llevan cirros dorsales,
o bien entre dos segmentos con élitros se intercalan al menos dos segmentos conse-
cutivos con cirros dorsales. Sin cerdas compuestas. Ojos sésiles o nulos: Fam. Poly-
noidae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
1A) Sin élitros • (6
2) Sin antenas laterales, una antena impar: Macellicephala mirabilis (fig. 180-69).

482
Polychaeta

2A) Con antenas laterales y una impar. Quince pares de élitros, revistiendo completa-
mente el cuerpo. Antenas laterales de inserción ventral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
3) Cerdas ventrales unidentadas, con una larga región espinosa. . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
3A) Cerdas ventrales superiores largas, delgadas, espinosas, con extremidad acumina-
da, bidentadas. Cerdas dorsales de dos clases .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Cerdas dorsales cortas unidentadas, cerdas dorsales largas bífidas:Harmothoe ben-
thophila, varo intermedia.
4A) Cerdas dorsales cortas fuertemente arqueadas, dentadas, terminadas en dos dien-
tes cónicos o redondeados; cerdas dorsales largas, rectas, con punta terminada en
dos dientes romos'y abultados en botón: Harmothoe benthophila, varo bimucronata
(fig. 180-68).
5) Cuatro ojos pequeños. Cerdas dorsales más espesas que las ventrales. Cerdas apin-
celadas, cirros ventrales sin papilas. Antenas con papilas. Austrolaenilla antarctica
(fig. 180-66).
5A) Cuatro ojos pequeños. Cerdas dorsales más espesas que las ventrales. Cerdas no
apinceladas. Cirros ventrales con papilas. Antenas lisas: Bylgides pelagica (fig. 180-
-67).
6) Con un largo tentáculo nuca!. Forma larvaria: Fam. Amphinomidae, "Rostraria ca-
runculata" (fig. 180-1).
6A) Sin tentáculo nucal largo (7
7) Prostomio fusionado con los segmentos siguientes, flanqueado por dos cirros largos
encerrando las acículas. Parápodos bilobulados, sin cerdas: Fam. Tomopteridae (44
7A) Prostomio diferenciado. Parápodos con cerdas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
8) Prostomio cónico, sin palpos ni antenas. Cirros dorsales y ventrales foliáceos. Cerdas
ralas, simples, aciculares: Fam. Typhloscolecidae. ............................ (59
8A) Prostomio bien desarrollado, no cónico, con antenas o palpos. . . . . . . . . . . . . . . . . . (9
9) Prostomio flanqueado por dos grandes ojos globulosos. Normalmente cinco antenas
pequeñas, sin palpos. Cirros dorsales y ventrales foliáceos. Cuerpo largo, vermifor-
forme: Fam. Alciopidae (23
9A) Prostomio sin ojos grandes. Cuerpo relativamente corto de talla pequeña. Cirros re-
ducidos.................................................................... (10
10) Cuatro antenas. Sin palpos. Dos o tres pares de cirros tentaculares: Fam. Lopado-
rrhynchidae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (11
10A) Sin antenas, dos palpos rudimentarios, dos pares de cirros tentaculares: Fam. lospi-
lidae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (20
10B) Dos antenas, dos pares de cirros tentaculares. Parápodos muy largos, cirriformes:
Fam: Pontodoridae. Con una sola especie: Pontodora pelagica (fig. 180-18).
11 ) Cirros dorsales y ventrales cilíndricos: Gen. Pelagobia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (12
11A) Cirros dorsales foliáceos o cilíndricos, cirros ventrales ovales o cónicos, más gran-
des que el parápodo: Gen. Maupasia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (13
11 B) Cirros dorsales foliáceos, los ventrales cilíndricos: Gen. Pedinosoma. Con una sola
especie: Pedinosoma curtum (fig. 180-11).
11 C) Cirros dorsales y ventrales espesos lanceolados, más pequeños que el parápodo. Pri-
meros setígeros modificados, con cerdas simples: Gen. Lopadorrhynchus.. ..... (15
12) Pieza basal de las cerdas con 12-20 denticulaciones finas, artejo terminal provisto de
un limbo; dos ojos: Pelagobia longicirrata (fig. 180-12).
12A) Pieza basal de las cerdas con 12-14 grandes denticulaciones, artejo terminal sin lim-
bo. Sin ojos: Pelagobia serrata* (fig. 180-13).
13) Cirros dorsales cil índricos: Maupasia isochaeta* (fig. 180-10).
13A) Cirros dorsales foliáceos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (14
14) Cirros tentaculares del segundo segmento mucho más largos que los del primero. Ci-
rros ventrales obtusos: Maupasia gracilis* (fig. 180-9).

483
Polychaeta

14A) Cirros tentaculares del segundo segmento un poco más largos que los del primero.
Cirros ventrales en forma de lezna: Maupasia coeca (fig. 180-8).
15) Los dos primeros parápodos modificados, más grandes que los siguientes. ..... (16
15A) Los tres primeros parápodos modificados, más grandes que los siguientes. . . . . . (19
16) Sin cirro ventral en los dos primeros parápodos setígeros (17
16A) Un cirro ventral en los dos primeros parápodos setígeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (18
17) Los dos primeros parápodos setígeros cilíndricos muy grandes, con fuertes cerdas
encurvadas rodeadas de un collar. Sin cerdas simples a partir del cuarto parápodo se-
tígero: Lopadorrhynchus uncinatus (fig. 180-7).
17A) Primeros parápodos setígeros sin collar. A partir del cuarto parápodo setígero una
cerda simple ventral y un manojo en abanico de cerdas compuestas: Lopadorrhyn-
chus krohnii* (fig. 180-5).
18) Cirros ventrales terminados en un largo apéndice filiforme: Lopadorrhynchus ap-
pendiculatus* (fig. 180-2).
18A) Cirros ventrales sin apéndice filiforme: Lopadorrhynchus henseni (fig. 180-4).
19) Sin cirro ventral en los tres primeros parápodos setígeros: Lopadorrhynchus brevis
(fig. 18.0-3).
19A) Un cirro ventral en los tres primeros parápodos setígeros: Lopadorrhynchus natio-
nalis* (fig. 180-6).
20) Trompa con dos garfios quitinosos: Gen; Phalacrophorus ...................... (22
20A) Trompa inerme: Gen. lospilus (21
21) Los dos primeros pares de parápodos sin cirros dorsales ni ventrales: lospilus phala-
croides (fig. 180-15).
21 A) Los dos o tres primeros pares de parápodos pequeños pero completos, con cirros dor-
sales y ventrales: lospilus affinis (fig. 180-14).
21 B) Los 11 primeros pares de parápodos pequeños pero completos, con cirros dorsales:
lospilus antillensis*. .
22) Los 4 primeros parápodos setígeros rudimentarios: Phalacrophorus pictus (fig.
180-16).
22A) Los 8-10 primeros parápodos setígeros muy pequeños: Phalacrophorus uniformis
(fig. 180-17).
23) Una sola clase de cerdas. Normalmente 3 pares de cirros tentaculares (si hay4 pares,
algunos de los parápodos anteriores están reducidos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (24
23A) Dos clases de cerdas. Normalmente 5 pares de cirros tentaculares (si no hay más que
4 pares, los cirros de los parápodos son lanceolados o acintados>. . . . . . . . . . . . . . . (34
24) Cerdas capilares simples: Gen. Naiades. Una sola especie: Naiades cantrainii (fig.
180-22).
24A) Cerdas capilares compuestas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (25
25) Parápodos sin apéndice cirriforme: Gen. Torrea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (26
25A) Parápodos con un solo apéndice cirriforme: Gen. Vanadis (27
25B) Parápodos con 2 apéndices cirriformes: Gen. Alciopa. Una sola especie: Alciopa
reynaudii (fig. 180-1 9).
26) Con papilas bajas entre los cuernos laterales de la trompa. Antena impar a manera de
tubérculo redondeado: Torrea candida (fig. 180-31).
26A) Sin papilas entre los cuernos laterales de la trompa, antena impar digitiforme: Torrea
pelagica* (fig. 180-32).
27) Trompa cilíndrica con 4 cuernos laterales cortos; 6 antenas; 4 pares de cirros tenta-
culares: Vanadis tagensis* (fig. 180-40).
27 A) Trompa cilíndrica con dos largos cuernos laterales. Menos de 6 antenas; 2-7 pares de
parápodos rudimentarios : (28
27B) Trompa sin cuernos laterales. 5 antenas. Cuerpo total o parcialmente pigmentado (32
28) Antena impar di~itífqrme. Hembras con 2 pares de receptáculos seminales . . . . . (29
484
Polychaeta

28A) Antena impar rudimentaria o ausente. Hembras con un par de receptáculos semi-
nales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (31
29) ,Dos pares de parápodos rudimentarios: Vanadis formosa (fig. 180-36).
29A) 5-6 pares de parápodos rudimentarios: Vanadis crystallina (30
30) Glándulas segmentarias pigmentadas a partir del décimoprimer segmento. Cirros
ventrales un poco más pequeños que los dorsales: Vanadis crystallina erystallina
(fig. 180-34).
30A) Glándulas segmentarias no pigmentadas. Cirros ventrales muy pequeños: Vanadis
erystallina inornata* (fig. 180-35).
31) Cirros dorsales elípticos. Los cirros tentaculares del segundo y tercer par un poco
más cortos que los del primer par. Glándulas segmentarias en bandas verticales, pig-
mentadas a partir del décimosegundo segmento, o no pigmentadas: Vanadis minuta
(fig. 180-38).
31 A) Cirros dorsales ovales. Los cirros tentaculares del segundo y tercer par muy cortos.
Glándulas segmentarias en bandas verticales, pigmentadas a partir del séptimo u oc-
tavo segmento: Vanadis studeri (fig. 180-39).
32) Glándulas segmentarias en todos los segmentos medios y posteriores. Un parde pa-
rápodos rudimentarios. ..................................................... (33
32A) Glándulas segmentarias pigmentadas en 1 o 2 segmentos, alternando más o menos
regularmente con 5-10 segmentos no pigmentados, 5 pares de parápodos rudimen-
tarios. Primer cirro tentacular más largo que los siguientes: Vanadis longissima (fig.
180-37).
33) Región anterior ordinariamente pigmentada, luego 1 o 2 segmentos pigmentados al-
ternados cqn 1 o 2 desprovistos de pigmento. En la parte posterior del cuerpo todos
los segmentos llevan glándulas pigmentadas; primer cirro tentacular no más largo
que los siguientes: Vanadis antaretiea (fig. 180-33).
33A) Cuerpo uniformemente violáceo. Glándulas segmentarias pigmentadas o desprovis-
tas de pigmento, primer cirro tentacular más corto que los siguientes: Vanadis viola-
eea* (fig. 180-41).
34) Cerdas capilares simples y compuestas. Cirros dorsales y ventrales lanceolados, los
cirros ventrales de los primeros segmentos acintados, muy largos: Gen. Watelio.
Con una sola especie: Watelio gravieri* (fig. 180-42).
34A) Cirros dorsales y ventrales foliáceos (35
35) Cerdas capilares y cerdas aciculares todas simples. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (36
35A) Cerdas capilares compuestas y cerdas aciculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (37
36) Parápodos con un apéndice cirriforme: Gen. Krohnia. Con una sola especie: Krohnia
lepidota (fig. 180-21).
36A) Parápodos sin apéndice cirriforme: Gen. Aleiopina. Con una sola especie: Aleiopina
parassitiea (fig. 180-20).
37) Parápodos sin apéndice cirriforme: Gen. Plotohelmis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (38
37 A) Parápodos con un apéndice cirriforme: Gen. Rhynehonereella (40
38) Ojos con ejes dirigidos hacia adelante. Segundo cirro tentacular dorsal más largo que
el tercero. Antena impar digitiforme: Plotohelmis tenuis (fig. 180-25).
38A) Ojos con ejes dirigidos lateralmente. Segundo cirro tentacular dorsal más corto que
el tercero. Antena impar pequeña, cónica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (39
39) Glándulas segmentarias con cromóforos ventrolaterales no ramificados. Machos
con 9 o 10 pares de grandes papilas nefridiales: Photohelmis alata* (fig. 180-23).
39A) Glándulas segmentarias con cromóforos ventrolaterales que se ramifican sobre el
vientre. Machos con 3 o 4 pares de grandes papilas nefridiales: Protohelmis eapita-
ta (fig. 180-24).
40) Cerdas aciculares simples. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (41
40A) Cerdas aciculares compuestas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (42

485
Polychaeta

41) En los primeros parápodos setígeros más de 2 cerdas aciculares, sin cerdas capila-
res, cirros dorsales grandes, redondeados: Rhynchonereella moebii* (fig. 180-29).
41 A) En los primeros parápodos setígeros 1 o 2 cerdas aciculares y algunas cerdas capila-
res, cirros dorsales no más grandes que los siguientes: Rhynchonereella gracilis
(fig. 180-28).
42) Artejo terminal de las cerdas aciculares ancho y denticulado: Rhynchonereella
petersii (fig. 180-30).
42A) Artejo terminal de las cerdas aciculares pequeño y liso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (43
43) Prostomio con gran lóbulo anterior globuloso. El apéndice cirriforme de los parápo-
dos muy largo. Cirros tentaculares del tercer segmento no más largos que los del se-
gundo. Cuerpo de gran tamaño: Rhynchonereella angelini (fig. 180-26).
43A) Prostomio sin gran lóbulo anterior. El apéndice cirriforme de los parápodos muy cor-
to. Cirros tentaculares dorsales del tercer segmento más largos que los del segundo.
Cuerpo de talla pequeña: Rhynchonereella bongraini (fig. 180-27).
44) Parápodos con remos rectangulares donde las pínulas no bordean el lado interno.
Segundo apéndice setígero mucho más largo que el cuerpo. Gen. Enapteris. Con una
sola especie: Enapteris euchaeta (fig. 180-43).
44A) Parápodos con remos cónicos totalmente bordeados por las pínulas. Segundo apén-
dice setígero raramente más largo que el cuerpo: Gen. Tomopteris. ............ (45
45) Con cola _. . . . . . (46
45A) Sin cola (51
46) Primer apéndice setígero presente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (47
46A) Primer apéndice setígero ausente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (49
47) Con un aguijón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (48
47 A) Sin aguijón: Tomopteris krampi (fig. 180-51).
48) Sin rosetas: Tomopteris apsteini (fig. 180-44).
48A) Con rosetas: Tomopteris nationalis* (fig. 180-54).
49) Con glándulas hialinas. Pínulas con región marginal plegada: Tomopteris nisseni
(fig. 180-55).
49A) Sin glándulas hialinas. Pínulas no divididas en regiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (50
50) Gónadas en las ramas dorsales y ventrales: Tomopteris helgolandica (fig. 180-48).
50A) Gónadas solamente en la rama dorsal: Tomopteris kempi (fig. 180-50).
51) Primer apéndice setígero presente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (52
51A) Primer apéndice setígero ausente. Sin roseta s (55
52) Sin rosetas. Glándulas cromófilas a partir del cuarto parápodo. Glándulas hialinas
únicamente sobre las pínulas dorsales del tercer y cuarto parápodos: Tomopteris
elegans (fig. 180-47).
52A) Rosetas sobre el tronco de los parápodos uno y dos y sobre las pínulas. Glándulas cro-
mófilas a partir del tercer parápodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (53
53) Rosetas sobre las pínulas dorsales y ventrales a partir del primer parápodo: Tomop-
teris rolasi*.
53A) Rosetas sobre las pínulas dorsales y ventrales a partir del tercer parápodo. . . . . . (54
54) Glándulas apicales sobre las pínulas dorsales y ventrales a partir del primer parápo-
do: Tomopteris kefersteini (fig. 180-49).
54A) Sin glándulas apicales sobre las pínulas ventrales: Tomopteris mariana* (fig. 180-
53).
55) Sin glándulas hialinas: Tomopteris cavallii* (fig. 180-46).
55A) Glándulas hialinas sobre las pínulas ventrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (56
56) Glándulas cromófilas a partir del quinto parápodo. Cuerpo de gran talla: Tomopteris
carpenteri (fig. 180-45).
56A) Glándulas cromófilas a partir del cuarto parápodo. Cuerpo de talla no muy grande (57

486
Polychaeta

57) Borde externo de las pínulas bordeando el tronco de los parápodos dorsal y ventral-
mente: Tomopteris ligulata (fig. 180-52).
57A) El borde externo de las pínulas no bordea el tronco de los parápodos. . . . . . . . . . . (58
58) Glár¡dulas hia.linas y cromófilas apicales. Glándulas cromófilas no muy conspicuas:
Tomopteris septentrionalis (fig. 180-57).
58A) Glándulas hialinas apicales, glándulas cromófilas inferiores cerca de la inserción
ventral de la pínula: Tomopteris planktonis (fig. 180-56).
59) Prostomio con grandes lóbulos dorsales y ventrales provistos de largas cilias: Gen.
Typhloscolex ............................................................... (60
59A) Sin grandes lóbulos ciliados (61
60) Lóbulos ciliados más altos que el diámetro del cuerpo: Typhloscolex muelleri (fig.
180-64).
60A) Lóbulos ciliados más bajos que el diámetro del cuerpo: Typhloscolex phyllodes*
(fig. 180-65).
61) Una carúncula, dos órganos nucales en rodete alargado, posteriormente libre: Gen.
Travisiopsis (62
61 A) Sin carúncula conspicua, órganos nucales en rodete curvado, sin lóbulos posterio-
res libr.es: Gen. Sagitella. Con una sola especie Sagitella kowalevskii (fig. 180-58).
62)· Órganos nucales ramificados: Travisiopsis coniceps (fig. 180-59).
62A) Órganos nucales simples (63
63) Carúncula ensanchada hacia adelante, estrechada hacia atrás, encerrada entre dos
largos rodetes nuca les. Cirros medios más o menos cuadrados, cirros anales lanceo-
lados: Traviosiopsis lanceolata (fig. 180-61).
63A) Carúncula oval, encerrada entre dos rodetes nucales cortos. Cirros medios acorazo-
nados. Cirros anales subtriangulares: Travisiopsis lobifera (fig. 180-63).
63B) Carúncula rectangular, rodetes nucales cortos, divergentes, no encerrando la carún-
cula hacia adelante. Cirros medios más o menos cuadrados. Cirros anales espatula-
dos: Travisiopsis levinseni (fig. 180-62).
63C) Carúncula ovalada, rodetes nucales cortos, paralelos, no encerrando la carúncula.
Cirros medios acorazonados, cirros anales ovales: Travisiopsis dubia (fig. 180-60).

Las formas larvarias y epitóquicas señaladas por Orensanz y Ram írez (1973) comprenden: a) Lar-
vas de las familias Spionidae y Terebellidae; y b) Formas epitóquicas de las siguientes especies:
Nereidae: Platynereis australis (Schmarda, 1861); Nepthyidae: Aglaophamus praetiosus (Kin-
berg, 1866); Glyceridae: Glycera americana (Leydi, 1855); Syllidae: Sphaerosyllis sp. y Autolytus
sp.

487
Polychaeta

Fig.180.
Poliquetos pelági-
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(Ver referencias en
p.492).

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Polychaeta

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Polychaeta

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(Ver referencias en
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491
Polychaeta

Fig. 180. Poliquetos pelágicos.


1) "Rostraria carunculata", a: larva joven, vista lateral, b: larva más crecida, vista dorsal; 2) Lopadorrhynchus
appendiculatus, a extremo anterior en vista dorsal, b: segundo par ápodo; c: décimo parápodo; 3) Lopado-
rrhynchus brevis, a: extremo anterior en vista ventral, b: séptimo parápodo; 4) Lopadorrhynchus hensenJ~ a'
extremo anterior en vista ventral, b: cerda compuesta, c: segundo par ápodo, d: séptimo parápodo; 5)
Lopadorrhynchus krohnii, a: segundo parápodo, b: cerda compuesta, c: séptimo parápodo; 6) Lopadorrhyn-
chus nationalis, a: vista dorsal del extremo anterior, b: segundo parápodo, c: décimo parápodo; 7) Lopado-
rhynchus uncinatus, a,vlsta ventral del extremo anterior, b: cerda compuesta, c: gancho simple del segundo
parápodo, d animal completo en vista dorsal, e: décimo parápodo; 8) Maupasia coeca, a cerda, b: animal
completo, c: parápodo; 9) Maupasia gracilis, a: extremo anterior en vista dorsal, b: parápodo; 10) Maupasia
isochaeta, a: animal completo en vista dorsal, b: extremo anterior en vista dorsal; 11) Pedinosoma curtum, a'
animal completo, b: parápodo en vista posterior; 12) Pelagobia longicirrata, a: extremo anterior, b: parápodo,
c: cerda; 13) Pelagobia serrata, cerda; 14) lospilus affinis, extremo anterior; 15) lospilus phalacroides, extre-
mo anterior; 16) Phalacrophorus pictus, extremo anterior; 17)Phalacrophorus uniformis, a: extremo anterior,
b: trompa; 18) Pontodora pelagica, a: animal completo, b: extremo anterior, c: parápodo; 19)Alciopa reynau-
dii, a: animal completo, b: cerda, c: extremo anterior en vista ventral, d: décimoctavo parápodo en vista poste-
rior; 20lAlciopina parassitica, a: animal completo, b: décimoquinto parápodo de macho en vista posterior, c:
cerda acicular, d: cerda capilar, e: extremo anterior en vista ventral; 21) Krohnia lepidota, a: animal completo
b: parápodo de la región central en vista posterior, c: extremo anterior en vista ventral; 22) Naiades cantrain¡'~
a: animal completo, macho, b: extremo anterior de hembra en vista dorsal, c: parápodode la región central en
vista posterior; 23) Plotohelmis alata, a: parápodo de la región central en vista posterior, b: extremo anterior
en vista dorsal, c: extremo anterior en vista ventral, d: vista ventral de los segmentos 12-16 ilustrando las pa-
pilasgenitales masculinas, e:cerda acicular, f: cerda compuesta; 24)Plotohelmis capitata, a: extremo anterior
en vista ventral ilustrando los cromatóforos ramificados y las papilas genitales, b: extremo anterior en vista
dorsal, c: parápodo central en vista posterior; 25) Plotohelmis tenuis, a: parápodo de la región central en vista
posterior, b: extremo anterior en vista ventral, c:extremo anterior en vista dorsal con la trompa extruida;
26) 'Rhynchonereellaangelini,a: cerda acicular, b: extremo anterior en vista ventral, c: extremo anterior en vis-
ta dorsal, d: parápodo de la región central, vista posterior; 27) Rhynchonereella bongraini, a: extremo anterior
en vista ventral, b: parápodo; 28) Rhynchonereella gracilis, a: extremo anterior en vista dorsal, b: extremo an-
terior en vista ventral, c: parápodo de la región central, vista posterior, d: cerda acicular; 29) Rhynchonereella
moebi/~ a: tercer parápodo, b: parápodo de la región central, c: extremo anterior en vista dorsal, d: extremo an-
terior en vista ventral, e: cerda acicular, f: cerda compuesta; 30) Rhynchonereella petersii, a: extremo de una
cerda acicular, b: tercer parápodo, vista posterior, c: extremo anterior en vista dorsal, d: extremo anterior en
vista ventral con la trompaextruida, e: parápodo de la región central, vista posterior; 31) Torrea candida, a: ex-
tremo anterior de un macho en vista dorsal, b: extremo anterior de una hembra en vista ventral, ilustrando los
receptáculos seminales, c: parápodo, vista posterior, d: cerda; 32) Torrea pelagica, a: extremo anterior en vista
ventral, b: prostomio en vista dorsal, c: cirro dorsal del décimoquinto parapodio; 33) Vanadis antarctica,a: pa-
rápodo, b: extremo anterior de una hembra en vista dorsal; 34) Vanadis crystallina crystallina, a: extremo
anterior de una hembra en vista ventral, b: parápodo de la región central, vista posterior; 35) Vanadis crystalli-
na inornata, parápodo de la región central, vista posterior; 36) Vanadis formosa, a: animal completo, b: extre-
mo anterior de una hembra en vista dorsal, c: extremo anterior de un macho en vista ventral, d: parápodo de
la región central, vista posterior; e: cerda; 37) Vanadis longissima, a: extremo anterior de un macho en vista
ventral, b: región central del cuerpo ilustrando la pigmentación, c: parápodo; 38) Vanadis minuta, a: extremo
anterior de un macho en vista ventral, b: receptáculo seminal (de hembra), c: parápodo de la región central,
vista posterior; 39) Vanadis studeri a: extremo anterior de un macho en vista ventral, b: parápodo de la región
central, vista posterior; 40) Vanadis tagensis, a: extremo anterior de una hembra en vista dorsal, b: extremo
anterior en vista ventral, ilustrando 6 antenas; 41) Vanadis violacea, a: extremo anterior en vista ventral, b: ex-
tremo anterior en vista dorsal, c: parápodo de la región central en vista posterior; 42) Watelio gravieri, a: ex-
tremo anterior con la proboscis evertida, b: papila de la proboscis, c: décimosexto parápodo derecho, d: cerda
compuesta; 43) Enapteris euchaeta, sexto parápodo; 44) Tomopteris apsteinJ~ a: prostomio, b: quinto pórápo-
do; 45) Tomopteris carpenteri, a: prostomio, b: quinto parápodo; 46) Tomopteris cavallii, quinto parápodo; 47)
Tomopteris elegans, a: prostomio, b: animal completo, c: cuarto parápodo; 48) Tomopteris helgolandica, a:
prostomio, b: animal completo, c: parápodo de la región central; 49) Tomopteris kefersteini, a: prostomio en
vista dorsal, b: segundo parápodo, c: cuarto parápodo, d: parápodo posterior; 50) Tomopteris kempi, a: prosto-
mio en vista dorsal, b: quinto parápodo; 51) Tomopteris krampi, a: animal completo, b: octavo parápodo; 52)
Tomopteris ligulata, a: prostomio, b: quinto parápodo; 53) Tomopteris mariana, a: prostomio, b: segundo pará-
podo izquierdo, c: parápodo izquierdo de la región central; 54) Tomopteris nationalis, a: prostomio, b: segundo
parápodo, c: quinto parápodo; 55) Tomopteris nisseni, a: prostomio, b: décimosegundo parápodo; 56) Tomop-
teris planktonis, a: prostomio, b: sexto parápodo; 57) Tomopteris septentrionalis, a: prostomio, b: sexto pará-
podo; 58) Sagitella kowalevskii a: prostomio en vista dorsal, b: prostomio en vista lateral izquierda, c: cirros
anales; 59) Travisiopsis coniceps, a: prostomio en vista dorsal, b: cirros anales; 60) Travisiopsis dubia, a: ani-
mal completo en vista lateral, b: prostomio en vista dorsal, c: cola; 61) Travisiopsis lanceolata, a: prostomio en
vista dorsal, b: cola; 62) Travisiopsis levinseni a: prostomio con la trompa evertida, b: cirros anales; 63) Travi-
siopsis lobifera, a: prostomio en vista dorsal, b: cola; 64) Typhloscolex muelleri, a: animal completo en vista la-
teral, b: cabeza en vista dorsal; 65) Typhloscolex phyllodes, a: animal completo, b: juvenil; 66) Austrolaenilla
antarctica, a: prostomio, b: cerda dorsal de la región central, c: cerda ventral de la región central; 67) Bylgides
pelagica, a: prostomio, b: parápodo, c: cerda ventral; 68) Harmothoe benthophila, var, bimucronata, a: cerda
dorsal superior, b: extremo de una cerda dorsal grande; 69) Macellicephala mirabilis, a: prostomio, b:
parápodo, c: cerda dorsal con detalles de la serrulaciÓn.
(1: de Ehlers, 1913; 2- 7b-e, 8, 9, 11, 18-22c, 23-26, 28-31 c, d, 34-39, 41,44,45,47, 48a, b, 52, 54, 56a, 57a,
59-61,63,64 y 69: de Day, 1967; 7a, 10, 12-17, 22a, b, 31 a, by 55a: de Fauvel, 1923; 27 y 33a: de Stl!lp-80-
witz, 1949; 32: de Chamberlin,1919;33b: de Hartman, 1964; 40a: de Dales, 1955; 40b: de Tebble, 1962; 42,
43, 46, 55, 56b, 57b, 58 y 62: de Stf\p-80witz, 1948; 48c: de Ushakov, 1972; 49 y 50: de Orensanz y Ramírez,
1973; 51: de Wesenberg-Lund, 1936; 53: de St\!lp-80witz, 1977; 65: de Reibisch, 1895; 66a y 67: de Monto,
1930; 66b, c: de 8ergstróm, 1916; 68: de Fauvel, 1914).

492
PTEROPODA
SIEBRECHT VAN DER SPOEL y DEMETRIO BOLTOVSKOY

Introducción viene, principalmente, de las publicaciones


de D. Boltovskoyy N. H. Magaldi (ver bibliogra-
fía). Van der Spoel (1967, 1976a), y Bé Y
Los moluscos oceánicos holoplanctónicos Gilmer (1977) presentan extensas revisiones
están representados por dos grupos de proso- actualizadas acerca de todos los aspectos del
branquios: lanthinidae y Heteropoda; por tres
conocimiento de los pterópodos y heterópo-
de opistobranquios: Thecosomata, Gymnoso- dos del mundo entero.
mata y Philliroidae; y por los cefalópodos me-
nores (los de mayor tamaño integran el
necton, ver p. 255; Aleev, 1972). En esta sec-
ción solamente se consideran dos órdenes de
Morfología. Caracteres de
opistobranquios: Thecosomata y Gymnoso-
mata; la información acerca de los demás mo- importancia sistemática
luscos holoplanctónicos del Atlántico Sudoc-
cidental es tan exigua que no justifica aún su Los pterópodos está n integrados por dos órde-
inclusión en una revisión de este tipo. El tra- nes con características totalmente diferentes:
bajo de Van der Spoel (1976a) contiene infor- Thecosomata - con conchas, y Gymnosoma-
mación a nivel mundial acerca de Heteropoda. ta - desnudos. La clasificación de Thecoso-
mata se basa, principalmente, sobre la morfo-
Los pterópodos son un grupo neta mente poli-
logía de las conchas, mientras que el cuerpo
filético y, excepto la relación que los liga como blando (estructuras bucales, anatomía del
opistobranquios, no tienen entre sí afinidad fi-
manto y de las alas, etc.) juega un papel se-
logenética alguna. Ello se hace obvio cuando
cundario. En Gymnosomata, lógicamente, la
se comparan sus alas; en los tecosomados
anatomía del cuerpo blando es la base para su
aquéllas son dorsales a la boca, semejantes a clasificación, siendo los caracteres más im-
un velo, y en los gimnosomados son ventra-
portantes los órganos bucales y las branquias.
les de manera que verdaderamente constitu-
yen modificaciones del pie (figs. 183 y 184; Los tecosomados se dividen en los subórde-
ver también Richter, 1976). Los tecosomados nes Euthecosomata: con conchas enrolladas
con concha son el grupo mejor conocido; tal levógiras (Limacinidae) o más o menos rectas
circunstancia obedece al hecho de ser mucho (Cavoliniidae), y Pseudothecosomata: con dis-
más abundantes que Gymnosomata, y de cos natatorios en forma de alas y, ya sea con
poseer estructuras duras de fácil identifica- concha (Peraclididae), pseudoconcha (Cym-
ción las que, inclusive, se conservan en los buliidae) o desnudos (Desmopteridae).
depósitos fosilíferos (ver p. 506). Los gimno-
Los limacínidos (figs. 181 y 182) tienen con-
somados son animales carnívoros solitarios y
chas levógiras con un opérculo en los estadios
en las colecciones de plancton ocurren con
juveniles. La cavidad del manto es dorsal. La
relativamente poca frecuencia.
diferenciación entre especies está dada por el
Los moluscos pelágicos del Atlántico Sudoc- aspecto de la espira, el número de anfractos,
cidental son, en líneas generales, poco cono- la forma del borde apertural, la del ápex y
cidos, ya qu~ fueron pocas las expediciones umbilicus, la ornamentación y el aspecto y
oceanográficas mayores que incursionaron glándulas de las alas. Las gónadas están ubi-
en esta área. Gran parte de la información dis- cadas en los primeros anfractos, y algo más
tributiva que se tiene hasta el momento pro- abajo - el hepatopáncreas. De las primeras

493
Pteropoda

los sentidos están representados por los ten-


táculos, sobre el lado derecho, siendo el de-
recho mayor que el izquierdo; el osfradio y los
estatocistos.

En Cavoliniidae (fig. 181 b) la concha no es en-


rollada sino más o menos recta y, general-
mente, está diferenciada dorso-ventralmen-
te. Jamás poseen opérculo y la cavidad del
manto es ventral. Los caracteres de nivel es-
pecífico incluyen: el aspecto, tamaño y escul-
tura de la concha, la forma de la apertura y de
las alas, las glándulas de estas últimas yelló-
bulo pedial posterior. La anatomía en general
es idéntica a la de Limacinidae excepto que,
en este caso, está adaptada a las conchas ci-
21-----
a líndricas o piramidales. La posición de las es-
tructuras cefálicas con respecto al tronco, en
relación a Limacinidae, ha experimentado un
Fig. 181. Esquema comparativo de la organizacIón anatómica
de Limacina, en vista dorso-lateral (a), y e/ia giro de 1800; ello condiciona la ubicación ven-
(Cavoliniidae). en vista dorsal (b). tral del manto y de su glándula, el balancín, el
1) Opérculo; 2) Alas; 3) Protrusión alar; 4) Lóbulo osfradio y el ano se desplazan aliado izquier-
pedial posterior; 5) Lóbulo cefálico; 6) Boca (a su de-
recha se observa el orificio penial); 7) Tentáculo do, y los ductos hepáticos y el complejo card-
derecho; 8) Tentáculo izquierdo; 9) Saco radular; 10) dio-renal, a la derecha (en Limacinidae la dis-
Balancín; 11) Gonoporo; 12) Ano; 13) Glándula posición de estos órganos es inversa).
paleal; 14) Gonoducto; 15) Esófago; 16) Molleja; 17)
Intestino; 18) Riñón; 19) Corazón; 20) Músculo
retractor; 21) GÓnada. La microestructura de la par'ed aragonítica de
(Redibujado de Van der Spoel, 1967). las conchas de Euthecosomata fue detallada-

parte un gonoducto hacia la glándula sexual


accesoria, abierta hacia el exterior sobre ella-
do derecho del animal. El pene y su saco o
bursa son dorsales, situados entre las alas y
conectados hacia la derecha con el gonoporo
por medio del surco seminal*. En el hepato- B

páncreas está incluida la molleja con 5 (d


grandes dientes. El esófago es simple y de-
semboca en la cavidad bucal ocupada por una
rádula reducida (fórmula 1-1-1) Y un par de
pequeñas mandíbulas. Sobre el lado dorsal ~
,
lO

del manto se encuentra la gran glándula del a


manto, de aspecto bandeado y, sobre el lado
derecho, un balancín. Las dos alas están
conspicua mente separadas y, a veces, pre-
Fig. 182. Medición y nomenclatura de las partes de las con-
sentan un tentáculo con áreas glandulares. El chas de Limacinidae. en vista anterior o frontal (a);y
lóbulo pedial posterior es ventral a la boca; Cavoliniidae. en vista lateral izquierda (b).
ésta última yace entre ambas alas y está ro- a) Posterior (o apical en Limacinidae); b) Anterior (o
umbilical en Limacinidae); c) Ventral; d) Dorsal. 1)
deada por 3 pares de labios. Los órganos de Protoconcha; 2) Labio apertural; 3) Sutura; 4)
Apertura; 5) Estrías longitu.dinales y transversales;
6) Estrías transversales; 7) Ultimo anfracto; 8) Umbi-
licus; 9) Costillas longitudinales; 10) Es(>inaslatera-
• Lalli y Wells (1978) discuten detalladamente la morfologia les; 11) Ancho o diámetro; 12) Altura .
del aparato reproductivo en Limacinidae. (Original).

494
Pteropoda

mente investigada por D. Boltovskoy (1974b), plejo cardio-renal. Otras diferencias con Li-
Sé et al. (1972), Rampal (1973b, 1974, 1977) macinidae son la presencia de branquias, las
YVan der,Spoel (1976b). alas fusionadas en un disco, la proboscis an-
terior a la boca, la fórmula radular (1 )-1-1-1-
Las conchas de Peraclididae (fig. 183a) tam-
(1), Y la estructura homogénea de la glándula
bién son enrolladas~levógiras, siempre po- del manto.
seen un opérculo y sus alas están fusionadas
en un disco natatorio impar. Las especies son La pseduconcha de Cymbuliidae (fig. 183b) es
reconocidas de acuerdo a la forma de la con- de material cartilaginoso y tiene forma de za-
cha, del borde apertural y de la membrana patilla. Las alas también están fusionadas en
columelar, y por la escultura de la primera. En un disco natatorio y la boca está equipada con
esta familia la estructura y orientación del una proboscis bien desarrollada. El aspecto,
cuerpo blando es diferente a la de Euthecoso- tamaño y escultura de la pseudoconcha y la
mata y de los demás pseudotecosomados. Las forma de la proboscis son caracteres con valor
aletas son ventrales a la boca, los tentáculos taxonómico. La posición de la cabeza con res-
son iguales y dorsales al igual que la boca, el pecto al tronco es comparable a la misma en
saco radular, la glándula paleal y la cavidad Cavoliniidae y diferente a la de Peraclididae.
del manto. Er gonoporo, balancín, osfradio y El manto y su glándula son ventrales; el osfra-
ano están a la derecha, ya la izquierda el com- dio y el ano están a la izquierda. Los órganos

8
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3
••

Fig. 183. Esquema comparativo de la organización anatómica de Peraclididae. en vis-


ta dorso-lateral (a) y Cymbuliidae, vista de la mitad izquierda en corte longi-
tudinal (b).
1) Opérculo; 2) Tentáculo del ala; 3) Músculo retractor; 4) Esófago; 5) Híga-
do; 6) Intestino; 7) Gonoducto; 8) Ala; 9) Boca; 10) Tentáculo izquierdo; 11)
Saco radular; 12) Orificio penial; 13) Gonoducto; 14) Ano; 15) Molleja; 16)
Branquia; 17) Poro renal; 18) Corazón; 19) Riñón; 20) Gónada; 21) Pene; 22)
Cavidad del manto; 23) Glándula paleal; 24) Manto; 25) Pseudoconcha.
(Redibujado de Van der Spoel, 1976a).

495
Pteropoda

bucales, i.e., la rádula y las glándulas saliva-


les, están fuertemente reducidos en esta fa-
milia.
Desmopteridae (fig. 189-53) carecen de con-
cha y están caracterizados por un conspicuo
disco natatorio. Los músculos y tentáculos de
las alas son caracteres con valor específico.
La masa bucal y la rádula (1-1-1) están bien
desarrolladas; pero el manto y su cavidad, por
el contrario, son reducidos y desplazados
hacia caudal. No existe una verdadera molle-
ja y el hígado está representado por tejido
especializado de la pared estomacal de mane-
ra que no se observan ductos hepáticos.
La anatomía de Gymnosomata (fig. 184) es
más homogénea que aquélla de Thecosoma-
ta. Probablemente se trate, en este caso, de
un grupo monofilético integrado por las
familias Pneumodermatidae, Notobranchaei-
da e, Cliopsidae, Clionidae, Hydromylidae y
Laginiopsidae. Los hidromílidos y laginiópsi-
dos, con una sola especie cada una, están au-
sentes del Atlántico Sudoccidental (Van der
Spoel, 1976a) y, consecuentemente, no se Fig. 184. Esquema comparativo de la morfología externa de
incluyen en las consideraciones subsiguien- cuatro familias de Gymnosomata.
tes. a) Notobranehaeidae; b) Clionidae; e) Pneumoder-
matidae; d) Cliopsidae.
Los gimnosomados presentan varias diferen- 1) Conos bueales; 2) Lóbulo pediallateral; 3) Lóbulo
pedial posterior; 4)Alaso aletas; 5) Pene; 6)Tentácu-
cias con los tecosomados, a saber: carecen de los; 7) Brazos aeetabuliformes; 8) Branquia; 9) Ani-
concha (excepto en los primeros días de su llo eiliado (ausente en el estado adulto); 10) Pro-
boseis.
ciclo vital), de manto y de la cavidad homóni-
(a-e: redibujado de MeGowan. 1968; d: original).
ma. Debido a un proceso de detorsión se-
cundaria el cuerpo es bilateralmente simé-
trico, redondeado o elongado-redondeado. La
boca, anterior a las alas, se abre en una
proboscis evaginable y sus órganos, debido al El ano está del lado ventral derecho, atrás del
alto grado de especialización, son de arqui- borde del ala. Las aberturas de los riñones y el
tectura compleja (ver p. 499). Cuando están osfradio se sitúan en el campo anal, cerca del
retraídos la parte anterior del animal se ano. El gonoporo está aliado y dorsal mente a
mantiene cubierta por un capuchón cefálico. la base del ala derecha. La abertura penial, co-
Existen dos pares de tentáculos, un par dor- municada con el anterior por medio de un
sal, homólogo al de los tecosomados,y uno surco o tubo más o menos cerrado, se abre al
más: el anterior. La cabeza está más o menos lado de la inserción del lóbulo pedial derecho.
conspicua mente diferenciqda del tronco por A veces, el dorso presenta campos glandula-
una constricción nucal ubicada cerca de los res los que, conjuntamente con los del campo
tentáculos dorsales. Las branquias, cuando anal, constituyen las formaciones secretorias
están presentes, no son homólogas a Iqs más conspicuas de estos animales. La rádula,
ctenidios de otros moluscos y están represen- sin excepciones, posee más de una placa
tadas por bandas de tegumento especializa- lateral por hilera a cada lado; los ganchos son,
do alrededor del cuerpo. En el extremo ántero- probablemente, homólogos a par,tes de las
ventral se ubican las dos alas separadas entre mandíbulas. Carecen de molleja con dientes.
sí por los lóbulos pediales posterior y lateral. Resulta sumamente llamativo que en algunas

496
Pteropoda

especies la masa visceral no llena todo el todo el año (Wells, 1976a), pero se restringe a
cuerpo del animal, de tal manera que su extre- la primavera-verano más cerca de los polos
mo posterior queda virtualmente vacío. (Kobayashi, 1974).
,
En Pneumodermatidae (fig. 184c) existen
brazos bien desarrollados y una o dos bran- Con excepción de unas pocas especies batipe-
quias. Las especies se diferencian por el as- lágicas ovovivíparas como Limacina he/icoi-
pecto de los brazos acetabuliformes, eLnúme- des y C/io chapta/i (Bonnevie, 1933; Lalli y
ro de ventosas, la cantidad y el aspecto de las Wells, -1978; Tesch, 1946, 1948) y de Limaci-
branquias, la fórmula radular y la morfología na inflata, que incuba a su progenie en la cavi-
de las estructuras pediales. dad del manto (Lalli yWells, 1973), los huevos
son liberados al medio embebidos en cintas o
Los notobranqueidos (fam. Notobranchaei- paquetes gelatinosos. Los individuos recién
dae, fig. 184a) tienen una sola branquia pos- eclosionados carecen de concha (Lebour,
terior, carecen de brazos acetabuliformes y 1932: Limacina retroversa) y algunos días
cuentan con un conspicuo lóbulo pedial pos- más tarde aparece una protoconcha y luego
terior. Las especies difieren en el aspecto de una teloconcha. La primera es de microes-
la branquia, la rádula y el cuerpo. tructura superficial muy homogénea en la
Las especies de la familia Cliopsidae (fig. mayoría de las especies (Limacinidae), mien-
184d) carecen de conos bucales y el lóbulo pe- tras que la última suele exhibir rasgos espe-
dial posterior 'está reducido o ausente. Con cíficos particulares (D. Boltovskoy, 1974b).
branquias posterior y/o lateral. Los caracte- Generalmente falta una conspicua protocon-
res de interés específico son: cantidad y as- cha 11, excepto en Limacina he/icoides donde
pecto de las branquias y tamaño de las placas esta estructura está bien diferenciada; y en
radulares. varios representantes del género Cavo/inia
(ver "Addendum", p. 525). La metamorfosis
Clionidae (fig. 184b) cuentan con verdaderos, se realiza en 1,5 a 3 meses (Wells, 1976b), y la
bien desarrollados conos bucales y tegumen- madurez sexual es alcanzada a los 7 a 9,5
to transparente. Sin branquias. Sus especies meses.
se caracterizan por los conos bucales, los gan-
chos, la rádula, las vesículas esofágicas, las Todos los eutecosomados son hermafroditas
partes pediales y el aspecto general del cuer- protándricos; Bonnevie (1916), Hsiao (1939a
po. y b), Morton (1954a), Van der Spoel (1967),
Lalli y Wells (1978), entre otros, han aportado
gran cantidad de información al conocimiento
Biología de la biología reproductiva de este grupo. En la
fase macho el animal posee un pene(que pos-
Los pterópodos son moluscos holoplanctóni- teriormente se pierde), y la copulación ytrans-
cos presentes en todas las áreas oceánicas ferencia de esperma pueden ocurrir en esta
excepto, generalmente, en las zonas litorales etapa, siendo machos ambos individuos. El
y las marcada mente neríticas. La biología de esperma recibido se almacena en el recep-
los tres grupos (i:e., Euthecosomata, Pseudo- táculo seminal de manera tal que una sola
thecosomata y Gymnosomata) difiere nota- copulación puede servir para fertilizar nume-
blemente y, en consecuencia, será reseñada rosas series de óvulos. No se conoce a ciencia
por separado. cierta, la incidencia de la autofecundación en
los pterópodos, pero, probablemente, tal me-
canismo efectivamente exista como solución
Reproducción y desarrollo de emergencia frente a la alta probabilidad de
no encontrar otro individuo con qUien transfe-
Euthecosomata rir esperma. La edad individual de los euteco-
somados suele llegar a 1 o 2 años (Hsiao,
En las especies de aguas cálidas y templadas 1939a y b; Kobayashi, 1974; Lebour, 1932;
el período reproductivo abarca prácticamente Redfie,ld, 1939; Wells, 1976b).

497
Pteropoda

En Cavoliniidae ocurre un fenómeno intere- algo más detallados. La postura de huevos,


sante: durante las primeras etapas del desa- que puede ocurrir más de una vez en la vida
rrollo la concha crece mucho más rápido que del individuo, en las aguas frías ocurre, predo-
el cuerpo blando; ello es especialmente noto- minantemente, en el período primavera-vera-
rio en los géneros más evolucionados: Diacria no (Mileikovsky, 1970). Los huevos se liberan
y Cavo/inia. En estos últimos el estado de incluidos en cordones o paquetes gelatinosos.
veliger es seguido por un "estado diminuto" o Las larvas recién nacidas tienen conchas con
un "estado delgado" ("minute stage" y "skin- forma de dedal las que, cuando se encuentran
ny stage": Van der Spoel, 1967). El estado en los sedimentos, son frecuentemente toma-
delgado se caracteriza por un cuerpo blando das por protoconchas de Cavoliniidae*. Éstas
pequeño e inmaduro incluido dentro de una conchillas, así como muchos otros caracteres
concha ya totalmente desarrollada. No existe larvarios, se pierden durante la metamorfo-
crecimiento real medible después del estado sis**. La fase masculina es seguida por una
delgado. Durante el estado diminuto ocurre la femenina durante la cual se pierde el pene y
pérdida del extremo caudal de la concha, for- las gónadas aumentan de tamaño debido a la
mado por la protoconcha I y 11. A veces el producción de óvulos. Este crecimiento puede
extremo caudal no es eliminado en su totali- llegar a ser tan pronunciado que la gónada
dad pero, en Diacria quadridentata y Cavo/i- ruptura la pared del cuerpo y continúa desa-
nia /ongirostris, por ejemplo, los adultos rrollándose en el exterior, a manera de apén-
jamás retienen resto alguno de aquélla. En los dice del animal.
demás aspectos la reproducción de Cavolinii-
dae es semejante a la de Limacinidae.
Existen evidencias para suponer que, en algu- Alimentación: mecanismos
nas especies, una vez cumplido el ciclo her-
mafrodita el animal vuelve a comenzar con la
fase macho por segunda vez (Van der Spoel, En los pterópodos existe una amplia gama de
1973b). mecanismos alimentarios y un variado espec-
tro trófico (Richter, 1977). Los tecosomados
Para C/io pyramidata se ha descripto un pro- son fitoplanctófagos, mientras que los gimno-
ceso sumamente inusual de reproducción: la somados - carnívoros.
estrobilación, que da origen a individuos abe-
rrantes (Van der Spoel, 1973a). En Euthecosomata el proceso alimentario fue
originariamente descripto por Morton (1954b)
Pseudothecosomata para Limacina retroversa, y más tarde Gilmer
(1974) realizó observaciones in situ sobre va-
Todas las especies, inclusive aquéllas que ca- rias especies de Cavoliniidae. En ambos casos
recen de concha en el estado adulto, eclosio- las técnicas, básicamente, son las mismas,
nan de bandas de huevos gelatinosas como aunque en Cavoliniidae y, especialmente, en
larvas velígeras con concha. Entre el estado los géneros más evolucionados Cavo/inia y
de veliger y el adulto se produce una conspi- Diacria se complica un poco por la diferente
cua metamorfosis, luego de la cual comien- diposición de los órganos involucrados. El
zan a desarrollarse las alas y se pierde la con- epitelio ciliado de las alas, área paleal yes-
cha y el opérculo. El desarrollo de Pseudothe- tructuras bucales genera una corriente de
coso mata es aún poco conocido. agua hacia la cavidad paleal; en esta última el
mucus segregado retiene las partículas sus-
Gymnosomata
Al igual que Thecosomata éstos son herma-
froditas protándricos. La reproducción de los * Lalli y Conover (1 976) realizaron un detallado estudio de las
conchas de Gymnosomata describiendo sus diferencias con
gimnosomados sólo fue analizada esporádica las de Thecosomata.
y ocasionalmente, excepto en C/ione /imacina
** Lalli y Conover (1973) describieron que Paedoclione dolii-
y Paedoclione do/iiformis cuyas poblaciones mis es un gimnosomado neoténico que jamás pierde las ca-
septentrionales han sido objeto de estudios racterísticas larva les.

498
Pteropoda

, rádula y glándulas salivares están ~uertemen-


te reducidos (ver Gilmer, 1972, 1974; Ham-
ner, 1974).
2 6
Los gimnosomados, debido a sus hábitos de
7 activos predadores, poseen una notable varie-
dad de estructuras bucales. Varios autores
(e.g., Sentz-8raconnot, 1965; Lalli, 1966,
3 1970, 1972; Conover y Lalli, 1972, 1974)
estudiaron detalladamente la mecánica y fi-
4 siología de la alimentación de varios gimno-
somados, entre ellos de Clione, sobre sus dos
únicas presas: Limacina helicina y L. retrover-
sa. El predador sujeta al caracol con los bra-
zos con ventosas (en Pneumodermopsis) o
con los conos bucales (Clione, Paedoclione) y
extrae el cuerpo blando de la concha con la
proboscis o con los ganchos (fig. 185) ingi-
riéndolo entero. La digestión es sumamente
rápida y la eficiencia asimilativa excepcional-
mente alta.

Motilidad
Fig. 185. El gimnosomado Cliane /imaeina predando sobre un
eutecosomado. Limaeina he/ieina.
Gilmer (1972, 1974) calculó que los cavolíni-
1) Conos bucales asiendo la concha de la presa; 2)
Ganchos evaginados extrayendo el cuerpo blando de dos de mayor talla nadan a hasta 12 cm/seg, y
Limaeina de la concha; 3) Bolsa de los ganchos; algunos Pseudothecosomata - hasta 45
4) Esófago; 5)Aparato copulador; 6) Concha de Lima-
eina; 7) Tentáculo anterior; 8) Ducto salival; 9) Glán- cm/seg. Probablemente, los gimnosomados
dula salival; 10) Ala; 11) Glándula digestiva. predadores puedan desplazarse algo más rá-
(De Lalli. 1970). pidamente.

Adaptaciones a la
pendidas formando un cordón que es dirigido
hacia la boca e ingerido. Consecuentemente,
vida planctónica
el aparato bucal está simplificado y reduci-
do, con rádula del tipo 1-1-1 y mandíbulas Si bien los gasterópodos probablemente ha-
vestigiales. Limacina helicoides, especie bati- yan sido, en sus orígenes, organismos pelági-
pelágica y carnívora, probablemente consti- cos, la torsión y el enrollamiento, la forma-
tuya la única excepción a este tipo de alimen- ción de un pie reptante y la asimetría anatómi-
tación en Euthecosomata. ca los han transformado en un grupo alta-
mente especializado para la vida béntica y
Los pseudotecosomados excepto, probable-
terrestre. En los pterópodos se ha producido
mente, Peraclis, utilizan sus glándulas muco- una detorsión secundaria resultante en una
sas de las alas y el manto para formar grandes
neosimetría bilateral, principalmente de las
redes de mucus que flotan libremente en el
conchas (Van der Spoel, 1967).
seno del agua con el animal suspendido deba-
jo. Estas redes pescan las partículas alimen- El peso específico de los animales fue nota-
ticias y son periódicamente tragadas y vueltas blemente reducido a expensas del adelgaza-
a construir. La larga y flexible proboscis de miento o desaparición total de la concha. En
Pseudothecosomata evidencia un alto grado aquellas especies en que ésta se ha conserva-
de adaptación a este mecanismo trófico, y la do sirve para la protección del animal que, an-

499
Pteropoda

te un estímulo apropiado, se refugia en ella el objeto de los estudios más detallados, los
contrayendo el poderoso músculo retractor comentarios subsiguientes interesan, princi-
insertado en el extremo proximal de la misma. palmente, a los eutecosomados.
Una de las adaptaciones más conspicuas a la
pelagial son las musculosas alas natatorias.
Además. varias especies de Cavoliniidae po-
Distribución horizontal
seen también grandes apéndices laterales de- (Atlántico Sudoccidental)
rivados del manto y que contribuyen a la flota-
ción del animal (Denton, 1974; Gilmer, 1974) La distribución del plancton depende, princi-
y, a veces, una "pseudoconcha" gelatinosa palmente, de la circulación oceánica. Ello in-
que, probablemente, funcione como flotador teresa no sólo al grado de dispersión de las es-
(Gilmer, op. cit.). pecies, sino también a las variaciones esta-
Al igual que en muchos otros pláncteres, cionales de diversidad y abundancia. En las
tanto la mayoría de las conchas como el cuer- áreas caracterizadas por regímenes hidroló-
po blando de los pterópodos son relativamen- gicos estables los modelos zoogeográficos
te transparentes. Ello puede interpretarse co- también son estbles o, al menos, se repiten cí-
mo un mecanismo de defensa contra la detec- clicamente año tras año. Por el contrario, en
ción visual por parte de sus predadores. las zonas donde las corrientes pueden cam-
biar notable, frecuente, y, hasta ahora, impre-
El desarrollo de placas masticatorias en la visiblemente, tal como en el Atlántico Sud-
molleja constituye una adaptación de las occidental, es mucho más difícil trazar límites
formas fitófagas que se alimentan de nano y precisos para las áreas de dispersión de los
microplancton. pláncteres o de sus comunidades. En la zona
La semejanza entre los hábitats larval yadulto que nos ocupa los frentes de las corrientes de
han redundado en la supresión de una Brasil y de Malvinas, la extensión de las zonas
metamorfosis marcada, y de diferencias entre costeras, de influencia del Río de La Plata y,
las secciones larval y adulta de las conchas. principalmente, de la Convergencia (fig. 186)
son altamente inestables y experimentan
cambios de gran escala en lapsos de días. En
Migraciones verticales efecto, Szekielda (1976), por ejemplo, anali-
zando la información colectada por sensores
Ver "Distribución vertical", (p. 503). remotos observó desplazamientos del orden
de hasta 50 km de frentes hidrológicos en el
lapso de solamente 2 días! Lógicamente, es-
Existen algunas observaciones acerca de tos avances y retrocesos ejercen una influen-
parásitos y epibiontes en Pteropoda pero la cia directa sobre el plancton correspondiente.
escasa importancia del tema no merece dedi- Desde el punto de vista adaptativo estos fenó"
carie mayor atención. menos podrían ser los responsables de que
muchas de las especies del Atlántico Sudocci-
dental evidencien allí una euritermia mucho
Distribución mayor que en otras regiones de su área de dis-
persión. Tales son los casos de, por ejemplo.
Limaeina helicina y L. retroversa que suelen
En la presente sección sólo se evaluará la dis- encontrarse aquí en aguas considerablemen-
tribución de los pterópodos en el Atlántico te más cálidas, y de elio pyramidata f. laneeo-
Sudoccidental; Van der Spoel (1967, 1976a)y lata - en aguas más frías que en el resto del
Bé y Gilmer (1977) presentan revisiones del mundo.
tema en lo que al Océano Mundial se refiere; y
en la sección "Distribución de las especies en Para algunas especies se ha registrado la
el Atlántico Sudoccidental" se incluyen algu- existencia de formas (ecológicas?) diferentes:
nas observaciones generales acerca de este Limaeina helieina (et. D. Boltovskoy, 1975a),
tópico. Además, en vista de que fueron éstos L. retroversa (ef. Van der Spoel, 1976a).

500
Pteropoda

D. Boltpvskoy (1971 a y b, 1973a, 1975b y c), Especies antárticas


Chen (1966, 1968) Y Magaldi (1974, 1977)
analizaron las faunas, principalmente de Eu- Representadas por Clione /imacina antarcti-
thecosómata, del área concluyendo que, en lí- ca, C/io pyramidata f. su/cata y Limacina he/i-
neas generales, los modelos evidenciados cina antarctica f. antarctica. El área de
concuerdan con la hidrología superficial tal dispersión de estas formas es, principalmen-
como se presenta en la figura 186. Además D. te, la Zona G, pero el límite de esta última con
Boltovskoy (1975c) confirmó la existencia de la F (subantártica) es elástico y fluctuante;
una serie de grupos de especies de Eutheco- muy frecuentemente las especies enumera-
somata, Foraminifera y Chaetognatha con das son transportadas hacia el norte, princi-
áreas de distribución y afinidades ecológicas palmente con la Corriente de Deriva Oceáni-
más o menos bien definidas. ca del Oeste y, en menor medida, con la de
Malvinas.
En Pteropoda pueden reconocerse los si-
guientes grupos (ver fig. 186): Especies subantárticas
Típicas de la Zona F. Incluyen, entre otras, a
C/io pyramidata f. antarctica, Limacina he/ici-
na antarctica f. rangi, L. retroversa f. austra/is
y Spongiobranchaea austra/is. Todas ellas
O' ocurren, con mayor o menor frecuencia, en la
Zona D, usualmente en conjunto con especies
cosmopolitas y con termófilas provenientes
del norte.
10'
La Zona E es típicamente nerítica y contiene
un plancton característico, desprovisto de
20'
fauna pelágica, rico en productores prima-
rios, detritos de diferente origen y estadíos
~ larva les de invertebrados bentónicos. Los pte-
s rópodos carecen de especies criófilas coste-

:
e
30' ras y, consecuentemente, es raro encontrar-
los en esta zona. Sin embargo, D. Boltovskoy
(1971 b) ha registrado concentraciones loca-
B' les de Limacina retroversa f. austra/is de más
40' de 1000 individuos por metro cúbico de agua
en 38005'5 y 55°48'W, lugar cuya profundi-
dad es de 95 m. Este fenómeno no ha tenido
explicación satisfactoria alguna, ytampocose
sabe si es casual o si estas floraciones locales
SO' son comunes en el área.

Especies tropicales y subtropicales


Incluyen casi todos los demás pterópodos
conocidos en el Atlántico Sur. La mayoría de
60'S ellas son más abundantes en los subtrópicos y
70'W SO' 40' 30' 25' zonas de transición que en las latitudes ecua-
toriales. Probablemente, este grupo pudiera
fraccionarse en uno integrado por formas tro-
Fig. 186. Zonación biogeográfica del Atlántico Sudoccidental picales, uno con subtropicales termófilas y
de acuerdo a las asociaciones faunísticas de Ptero-
poda (ver el texto para la explicación detallada).
uno con subtropicales criófilas (ver, por ejem-
(Parcialmente basado sobre D. Boltovskoy. 1975c.
plo, Chen y Bé, 1964). Pero tal división, ade-
1978c. 1979 y E. Boltovskoy. 1970). más de ser prematura para el grado de cono-

501
Pteropoda

cimiento de área debería, indefectiblemente, conica (Chen y Ericson, 1967). Los centros
ser arbitraria ya que de la tolerancia térmica de dispersión de estas especies son el Atlán-
de cada especie individual (ver fig. 187) de- tico Tropical y el Atlántico Central Sur (cen-
pende su dispersión latitudinal, y éstas últi- tros TAC y SAT, cf. Van der Spoel, 1976a, p.
mas raramente coinciden entre especies. En 169, fig. 167a).
otras palabras, más' que un fenómeno de rela-
tivo aislamiento espacial de conjuntos dife- En la Zona A nerítica, la fauna de Pteropoda
rentes se observa un reemplazo gradual de es pobre y, cuando existe, suele estar domina-
dom ina ncias. da por la especie con mayor tolerancia a las
condiciones neríticas: Creseis acicula (cuya
Limacina inflata es, de todas estas especies, reproducción, aparentemente, podría estar li-
la que alcanza las latitudes más altas. En
gada a los ambientes costeros; ver Frontier,
orden de resistencia al transporte meridional 1973d).
le siguen Limacina lesueuri y Cavolinia infle-
xa, todas ellas muy comunes en la Zona D. L. En la Zona B', homóloga a todas las áreas
inflata es también la forma más común en el oceánicas oligotróficas, la producción prima-
área de transición y en la parte sur de la Zona . ria, biomasa zooplanctónica y, consecuente-
B. En la Corriente de Brasil abunda Styliola mente, fauna de pterópodos, son pobres y los
subula y en los trópicos - Creseis virgula f. individuos frecuentemente están subdesarro-

o 4 8 12 16 20 24 28°C
1

3
5
7
9
11

13

15
C==:::JA 17
f//7//JB
19
e
~D 21
23

Fig. 187. Rangos térmicos de varias especies de Euthecosomata.


A) Datos previos; B)Atlántico Sudoccidental más datos previos; e) Solamente para el Atlántico Sudoccidental;
D) Batipelágicas.
1) L. helicina 5.1.; 2) C. pyramidata f. su/cata; 3) C. pyramidata 5.1.; 4) C. pyramidata f. antarctica; 5) L. retrover-
sa; 6) L. he/icoides; 7) C. andreae; 8) C. pyramidata f. lanceo/ata; 9) L. inflata; 10) C. acicu/a 5.1.; 11) L. trochifor-
mis; 12) S. subu/a; 13) D. trispinosa; 14) L. bu/imoides; 15) C. cuspidata; 16) C. virgu/a 5.1.; 17)L. /esueuri; í 8)
C. inflexa 5.1.; 19) C. /ongirostris; 20) C. co/umnella 5.1.; 21) H. striata; 22) C. gibbosa 5.1.; 23) C. uncillata 5.1.
(Original).

502
Pteropoda

lIa90s y son de talla reducida (ver D. Boltovs- La Zona C es un área estuarial que difiere del
KOY, 1978c, 1979). resto de la franja nerítica por su baja salinidad
y alta turbidez debidas al gran aporte de aguas
LaZona P ("Centro de Dispersión Argentino":
dulces por parte del Río de La Plata. Sus
ARG, cl. Van der Spoel, 1976a) es, en
límites y extensión son altamentevariablesya
realidad, de mezcla de las faunas meridional y que dependen de los regímenes pluviales en
septentrional donde también se encuentran
la gran cuenca correspondiente, y de los vien-
lenguas, manchas y franjas de aguas pura- tos. Jamás se han encontrado pterópodos en
mente subtropicales o puramente subantárti- esta área (excepto, ocasionalmente, ejempla-
cas (ver D. Boltovskoy, 1975a; E. Boltovskoy,
res aislados y pequeños de Limacina inflata), y
1970; Van der Spoel, 1976a). La fauna de
los demás pláncteres marinos exhiben una
Pteropoda es aquí mixta, con las tres especies
paulatina pauperización, tanto cuali como
subantárticas y gran parte de las subtropica- cuantitativa, con el acercamiento hacia la
les e, inclusive, eventualmente algunas tropi-
costa, hasta desaparecer totalmente.
cales. Consecuentemente, en comparación
con la Zona F y parte sur de la B, la D suele
exhibir la más alta diversidad específica (ver Distribución vertical
D. Boltovskoy, 1978c, 1979) pero, probable-
mente, muy pocas de las especies que la inva- Existen varios fenómenos que deben conside-
den mantienen en ella poblaciones estables rarse en relación con este tema. La mayoría
(i.e.: no se reproducen en la zona; comparar de las especies de Pteropoda pueden adscri-
con los resultados de Redfield, 1939). Proba- birse, más o menos elásticamente, a un deter-
blemente Limacina inflata constituya una ex- minado estrato en la columna de agua. En
cepción: este eutecosomadó, al igual que en este sentido varias de las especies presentes
otros océanos (Chen y Bé, 1964; Hida, 1957) en el Atlántico Sudoccidental son batipelági-
parece prosperar mejor en las aguas de cas (Limacina helicoides, Clio chapta": C. an-
mezcla que en las puramente subtropicales. dreae, Peraclis bispinosa, P. valdiviae, P. api-
cifulva, Schizobranchium polycotylum) o me-
sopelógicas (Clio recurva, Peraclis reticulata,
Especies de distribución más amplia P. triacantha, P. moluccensis, Cymbulia pero-
ni). Las restantes son más superficiales y/o
Clio pyramidata f. lanceolata y Cavolinia infle- de profundidad variable debido a las migracio-
xa f. labiata exhiben una amplia euritermia y nes (ver más adelante). Sin embargo, este
habitan indiferentemente las zonas B, D, E y F. cuadro simplificado se complica notablemen-
te cuando se consideran circunstancias tales
como la hidrología del Atlántico Sudocciden-
La zona H, pequeña sección al sur y este de
tal y varias particularidades biológicas de las
Tierra del Fuego merece una mención espe- especies involucradas.
cial. En más de una oportunidad se han regis-
trado allí pláncteres termófilos como, por Muchas de las especies meso y batipelágicas
ejemplo, Limacina inflata (Munthe, 1887; en los trópicos suelen ascender a estratos su-
Magaldi, comunicación personal). La posibili- perficiales o subsuperficiales a los 600S; este
dad de que éstos provengan de la Corriente de fenómeno es bien conocido en varios grupos
Brasil es remota y poco plausible. Probable- de zoopláncteres marinos (e.g., Chaetogna-
mente su aporte se debe a la Corriente del Ca- tha, ver fig. 248) y responde a las alteraciones
bo de Hornos que los recoge en aguas del Pa- que introduce la estratificación térmica en las
cífico provenientes de las latitudes media- latitudes altas. El avance de las aguas antár-
nas (40° - 45°S) (ver E. Boltovskoy, 1970; Mei- ticas frías hacia el norte a profundidades so-
senheimer, 1906). Seguramente estos orga- meras al sur de la Convergencia Subantártica
nismos (pterópodos, foraminíferos, dinoflage- (Chen, 1968) restringe la amplitud de los des-
lados) perecen al poco tiempo de ser recogi- plazamientos verticales de las especies loca-
dos por la Corriente de Deriva Oceánica del les. Estas mismas aguas (Aguas Antárticas
Oeste. Intermedias) suelen transportar consigo a las

503
Pteropoda

especies criófilas que las habitan (e.g., C/ione meno semejante fue descripto por Kobayashi
/imacina antarctica, Spongiobranchaea aus- (1974) para Límacina he/icina en el Ártico.
tra/is) hasta los subtrópicos e, inclusive, áreas Algunos investigadores han observado mi-
tropicales (ver también E. Soltovskoy, 1970). graciones estaciona les en Pteropoda. Chen y
Las migraciones verticales son el otro tema a Sé (1964) y Kobayashi (1974) notaron que, en
analizarse en conección con la distribución el hemisferio norte, mucha especies de
vertical. Ellas pueden clasificarse en diarias, Euthecosomata subtropicales y polares des-
estaciona les y ontogenéticas. cienden a niveles inferiores en el verano y
vuelven a ascender a la superficie en invier-
Las diarias o nictimerales son las de mayor no. Dado que en el Atlántico Sur las especies
difusión e importancia en Pteropoda yocurren cambian de nivel con la latitud (y, consecuen-
en prácticamente todas las especies epipelá- temente, con la temperatura), es de suponer
gicas. La magnitud e intensidad de los despla- que también sufren fluctuaciones batimétri-
zamientos es altamente variable, tanto entre cas estaciona les como las observadas en los
especies como entre poblaciones (e.g., Van mares boreales.
der Spoel, 1973b). Los cavolínidos, por ejem-
plo, pueden llegar a migrar hasta casi 1000 m Importancia y aplicaciones
dos veces por día (C/io pyramidata se desplaza
de 50 - 550 m, durante la noche a 350 - 950 .Si bien de moderada importancia práctica en
m, durante el día); pero en Limacinidae los general, los pterópodos, al igual que cual-
movimientos son de menor magnitud. La quier otro grupo animal, son importantísimos
mayor concentración en superficie suele engranajes en el funcionamiento de los eco-
ocurrir alrededor de las 22:00 - 23:00 hs., y el , sistemas marinos. Desde el punto de vista de
descenso comienza a las 04:00 - 05:00 hs. su utilidad aplicada para el hombre constitu-
Wormelle (1962) observó la existencia de co- yen un excelente material para el análisis de
rrelaciones positivas entre la profundidad numerosos problemas teóricos inherentes a
diurna de las poblaciones en la corriente de la distribución, especiación, evolución, etc.,
Florida y aquélla de la isoterma de 15°C, y la en la pelagial y, últimamente, su aplicación se
profundidad del lugar. La misma autora con- está extendiendo a campos tales como el
cluye que los cavolínidos juveniles efectúan estudio de la contaminación marina, paleo-
una doble migración diaria independiente de ecología y otros.
la de los adultos. D. Soltovskoy (1975c) obser-
vó la existencia de migraciones verticales dia- Situación en las redes tróficas
rias en los eutecosomados del Atlántico Sud-
occidental, destacando que las mismas Los métodos de alimentación y el nicho prefe-
podían ser detectadas en la capa superficial rido determinan, en gran medida, la posición
de O - 50 m. De todo lo anterior se desprende de los pterópodos en las tramas tróficas. La
que, a pesar de considerarse como epipelági- gran mayoría de las especies efectúan migra-
cos, los pterópodos también intervienen en el ciones verticales diarias (ver p. 503) de
sistema mesopelágico, y que prácticamente manera tal que durante la noche se alimentan
ninguna especie es real y enteramente epi- y son predadas cerca de la superficie, yduran-
planctónica. te el día reposan y también son predadas en
Límacina he/icoides, C/io andreae, C. chapta- las profundidades. Es interesante destacar
/i y la mayoría de los eutecosomados realizan que, además de la importancia que reviste su
intervención en las tramas alimentarias de
migraciones verticales ontogenéticas: los ju-
veniles habitan las aguas superficiales mien- por sí, también es relevante la función que
tras que los adultos sólo se encuentran en las desempeñan como nexos tróficos entre la epi-
profundidades. Mileikovsky (1970) observó pelagial, rica en materiales orgánicos, y las
que las larvas de C/ióne /imacina(fitófagas), C'apas suprayacentes, más oligotróficas. Sin
en las aguas frías del hemisferio norte, habi- embargo. debe aclararse que, en este senti-
do, solamente los eutecosomados más abun-
tan la capa de 0- 200 m, pero los adultos (pre-
dadores) se distribuyen de Oa 500 m. Un fenó- dantes y C/ione /imacina pueden ser suficien-
temente numerosos como para considerarse
504
Pteropoda

energética mente importantes; la mayoría de que, caballa, salmón, atún), quetognatos,


los demás pterópodos no se presentan en aves marinas, cefalópodos, etc. (Hardy, 1924;
concentraciones altas. Lebour, 1932; Le Brasseur, 1966; Meisen-
heimer, 1905; Okutani, 1960; etc.). En las
Boas (1'886), Gilmer (1974), Morton (1954b),
aguas antárticas, sin embargo, los eufáusidos
Paranjape (1968) y Pelseneer (1888a y b) son el alimento más importante de los peces y
mencionan a los dinoflagelados, diatomeas, cetáceos. En los trópicos y subtrópicos, donde
cocolitofóridos, radiolarios, silicoflagelados, la abundancia de Pteropoda es mucho menor
foraminíferos, tintínidos, infusorios y partícu-
que en los polos, su importancia como mate-
las orgánicas y no orgánicas como integran- rial alimentario para los animales que los con-
tes de la dieta de Euthecosomata; y Gilmer sumen (e.g., peces, aves, calamares, tortugas
(1974) destaca que para Cavolinia y Creseis el marinas, etc.) es reducida. En las aguas pro-
tamaño máximo ingerido llega a, aproximada- fundas, seguramente, los peces y calamares
mente, 0,2 mm. Su pastoreo, aparentemente, constituyen los enemigos naturales más im-
no es selectivo de manera tal que no influye
portantes de los pterópodos; pero aquí su
sobre la estructura de tamaños o edades de
valor ecológico principal radica en que, gra-
los organismos consumidos (Gilmer, 1974). cias a las activas migraciones verticales que
Los pseudotecosomados también son micro- realizan, constituyen un importante/medio de
omnívoros pero, en vez de generar corrientes transporte de biomasa desde los 200 m
ciliares, construyen enormes redes de mucus superficiales a las profundiades de más de
que flotan libremente en el agua reteniendo el 2000 m.
material de que se alimentan (Gilmer, 1972;
Este último fenómeno puede ocurrir, no
Hamner, 1974). Si bien la densidad de estos
solamente en el sentido vertical, sino también
moluscos en el plancton es, generalmente,
a lo largo de las tramas tróficas. En este res-
baja*, su importancia desde el punto de vista
pecto resultan sumamente interesantes las
energético está realzada por las enormes
conclusiones de White (1977), quien dedujo
cantidades de partículas que pescan (las
que el súbito fenómeno de mortalidad masiva
redes de mucus tienen hasta 2 m de largo) y
ocurrido en 1976, en las poblaciones de aren-
por la importancia que, probablemente, tenga
que (Clupea harengus harengus) del Atlántico
aquel material en los ecosistemas marinos
como sustrato de crecimiento bacteria no, fac- Noroccidental, se debió a que los peces ha-
bían consumido Limacina retroversa que
tor acelerador de la aglutinación de agregados
había pastoreado sobre el dinoflagelado tóxi-
coloidales, adsorción de sustancia orgánica
co Gonyaulax excavata. Resulta interesante
disuelta, etc. (ver Riley, 1963; Sutcliffe et al.,
1963). destacar que el arenque no se alimenta de fi-
toplancton directamente; la toxina llegó al pez
Los gimnosomados son estrictamente carní- debido al pterópodo - vector.
voros mono o, al menos, estenófagos y, curio-
samente, se alimentan de Euthecosomata -
sus parientes cercanos (ver p. 499). Las espe- Contaminación
cies tropicales suelen ser algo más eurífagas
que las polares. La sensibilidad de los pterópodos a la conta-
minación fue estudiada por Van der Spoel et
Los pterópodos, a su vez, constituyen parte
del espectro trófico de numerosos animales
al. (1978) en el Atlántico Norte, concluyéndo-
se que existe una influencia de los contami-
marinos. En las aguas frías superficiales del
nantes, semejante a aquélla que se conoce en
hemisferio norte Limacina,Clio y Clione son
el caso de los peces. Los organismos que
una fracción importante de la dieta de las efectúan migraciones verticales entran en
ballenas, numerosas especies de peces (aren- contacto directo con los agentes contaminan-
tes en la superficie y pueden transportarlos a
• Probablemente los valores obtenidos hasta la actualidad en
las profundidades en forma adherida o ingeri-
redes sean subestimativos ya que los cuerpos frágiles y deli- da, al ascender durante el día. Tanto los pteró-
cados de Pseudothecosomata se destruyen fácilmente. podos como los quetognatos pueden ser su-

505
Pteropoda

mamente importantes en este aspecto, pero Restos fósiles


en los primeros, debido al hecho de alimen-
tarse con la ayuda de formaciones mucosas, El valor de los pterópodos, en este sentido, es
se magnifica notablemente el transporte por restringido por dos razones: por un lado los
adherencia. Consecuentemente, comparados depósitos que forman sus conchas sólo se en-
con otros animales de ritmo metabólico y cuentran hasta los 1000 - 2000 m de profun-
biomasa semejantes, los pterópodos deben didad ya que más abajo los restos aragoníticos
ser más importantes como vectores. se disUelven totalmente. Inclusive en depósi-
tos menos profundos la fragilidad de las con-
chas hace que el porcentaje de material en
buen estado, generalmente, sea bajo. Ade-
más, el grupo en sí es geológicamente joven:
Indicadores hidrológicos sus primeros registros indudables datan del
Terciario (los Jurásicos y Cretácicos son muy
Los pterópodos, especialmente Euthecoso- dudosos: Curry, 1967). Existen varios estu-
mata, fueron reiterada y exitosamente utiliza- dios dedicados a las tanatocenosis de Theco-
dos como indicadores de este tipo; el reciente somata (e.g., Chen, 1964; Diester-Haas y Van
trabajo de Furnestin (1978) presenta una bue- der Spoel, 1978; Herman, 1965, 1971 y otros;
na revisión del tema a nivel mundial. Los en-
Jung, 1973; Noda, 1972; Pastouret, 1970;
sayos realizados han demostrado que la utili- Van der Spoel, 1973c; Van Straaten, 1972;
dad de Pteropoda en este sentido, tanto indivi- Vergnaud Grazzini y Herman, 1969, etc.), pe-
dualmente como en su carácter de integran- ro prácticamente todos ellos están restringi-
tes de agrupaciones indicadoras interespecí- dos al Cenozoico y las conclusiones obtenidas
ficas, es indiscutible; y que el uso de entida- son más de índole paleoclimatológica que bio-
des subespecíficas tales como variedades,
estratigráfica.
formas o subespecies es de especial interés e
importancia. Muy poco es lo que se conoce acerca del pro-
ceso de sedimentación en Pteropoda. Chen y
Sin embargo, no podemos dejar de destacar Ericson (1967) y Wells (1975) analizando este
algunas de las desventajas que presenta el problema concluyeron que el cuadro que se
grupo. D. Boltovskoy (1973a) señaló algunas observa en el fondo representa una buena
de éstas, viz.: su intolerancia a las aguas proyección de la fauna viva en la columna de
costera s, su fragilidad, los problemas que in- agua suprayacente. Chen y Ericson (1967),
volucra su fijación con formaldehido (ver estudiando los sedimentos del Atlántico Sur,
"Métodos de Estudio", p.507); su relativa- dedujeron las especies dominantes en las
mente baja frecuencia en ciertos ambientes, diferentes corrientes actuales.
etc. A éstos podríamos agregar la existencia
de pronunciadas migraciones verticales que, La composición específica y variaciones infra-
frecuentemente, pueden constituir limitacio- específicas en las muestras de sedimentos
nes muy serias (ver E. Boltovskoy, 1967). constituyen excelentes indicadores climato-
lógicos y ecológicos. El cociente dominan-
En el Atlántico Sudoccidental D. Boltovskoy cia/diversidad es alto en las aguas frías y pro-
(1971 b, 1973a, 1975b y c) y Chen, (1966, ductivas, y más bajo en las más cálidas y me-
1968) realizaron varios estudios de la hidrolo- nos ricas. Van der Spoel (1975) desarrolló un
gía local por medio del uso de los pterópodos- enfoque novedoso del tema demostrando la·
indicadores. D. Boltovskoy (1975c), además, utilidad de las protoconchas de C/io pyramida-
comparó la utilidad de estos moluscos con ta para los estudios paleoecológicos. Su mé-
aquélla de Foraminifera y Chaetognatha y todo se basa en el hecho que los individuos de
destacó la existencia de asociaciones positi- aguas frías tienen protoconchas grandes, y
vas muy significativas entre los resultados los de las cálidas - pequeñas. Van der Spoel
parciales obtenidos. Las conclusiones princi- (op. cit.) logró probar la existencia de correla-
pales de estos trabajos están expuestas en la ciones altamente significativas entre el co-
sección "Distribución" (p. 500 et seq.). ciente dominancia/diversidad y el tamaño de

506
Pteropoda

las protoconchas mencionadas. Las variacio- M étodos de estudio


nes latitudinales de la talla de los pláncteres
marinos son un fenómeno ampliamente co-
nocido.'Van der Spoel (1967, 1970a, 1976a), La colección de Pteropoda usualmente se rea-
liza con redes con o sin mecanismo de cierre
estudiando este problema en Pteropoda, ob-
servó que no solamente la forma de las con- (p. 15). Las bombas de succión y las botellas
chas varía, sino también el tamaño; en efecto, no sirven para este fin debido a la pequeña
tanto la altura como el diámetro aumentan cantidad de agua que filtran y a la fragilidad de
desde los trópicos hacia los polos, pero los ta- los organismos. La colección manual, por
maños menores se registra n en las áreas cen- medio del buceo autónomo (Gilmer, 1972,
trall3s oceánicas (e.g., área B' en la fig. 186; 1974; Hamner, 1974; ver también p. 11) de-
mostró dar excelentes resultados, principal~
ver también p. 239).
mente en el caso de la$ formas más frágiles
como son los Pseudothecosomata.
Además de las variedades merísticas de ori-
gen ecológico, existen en C/io pyramidata, Li-
La selección del tamaño de malla apropiado
macina he/icina y Cavo/inia inf/exa otros
es de especial importancia y debe adecuarse
cambios que se deben, parcial o totalmente, a cuidadosamente a la fracción buscada. En
características genéticas. Las categorías in- efecto, la amplia variación en las tpllas de los
fraespecíficas establecidas están, normal-
pterópodos, desde 0,5 hasta más de 80 mm,
mente, ligadas a masas de agua o provincias
hace que para obtener una colección repre-
zoogeográficas y, consecuentemente, a uni- sentativa de un lugar dado deban emplearse
dades ecológicas definidas. Gracias a ello el varias redes de selectividad diferente. Tesch
estudio de las variaciones de la talla y de las
(1946) por ejemplo, notó una artificial escasez
categorías infraespecíficas puede brindar in- de Limacinidae en las colecciones de las ex-
formación adicional a aquélla que se obtiene pediciones "Dana" que utilizaron redes de 0,5
de la composición específica, a saber: pautas a 2,0 mm. Wells (1973). en un exhaustivo
acerca de las condiciones ecológicas que han estudio de la eficiencia de las mallas de dife-
predominado durante la formación de los rente tamaño (0,569, 0,239 y 0,076 mm) de-
sedimentos en cuestión.
mostró claramente que la abundancia absolu-
ta estimada de las especies pequeñas y
formas juveniles es inversamente proporcio-
nal al tamaño del poro. De acuerdo a sus re-
sultados el valor total de la densidad puede
Ciclos biogeoquímicos variar en más de 8 veces. Además, de acuerdo
A semejanza de los otros pláncteres con es- al tamaño de poro utilizado cambia notable-
tructuras esqueletarias de carbonato de cal- mente la imagen de la estructura de edades
cio (foraminíferos, cocolitofóridos), los mo- de las poblaciones. Los resultados más fide-
luscos son, parcialmente, responsables del ci- dignos fueron los obtenidos con la red más
clo de este material en el planeta. En las capas cerrada (0,076 mm).
superficiales y subsuperficiales de la pelagial
los técosomados y heterópodos construyen La evasión (ver p. 81) es otra de las variables
sus conchas con el carbonato de calcio disuel- que requiere atención. Los eutecosomados
to en el agua y, al morir, descienden en la co- carecen de visión, la mayoría son de natación
lumna de agua liberando, por disolución, el relativamente lenta (hasta 12 cm/seg en
material calcareo en los estratos inferiores o algunos Cavoliniidae, cf Gilmer, 1974)y, apa-
en el fondo. Thiede (1975) concluyó que el rentemente, no son fácilmente excitados por
aporte de los moluscos holoplanctónicos a es- las ondas de presión. Todo ello llevaría a con-
te proceso en el Atlántico Norte es de gran cluir que no pueden evadir las redes con éxito.
importancia; en las áreas neríticas el mismo Sin embargo, McGowan y Fraundorf (1966) y
rol recae, en mayor medida, sobre las larvas Wells (1973) arribaron a resultados que
de los moluscos bentónicos. sugieren que, al menos las especies de mayor

507
Pteropoda

talla, efectivamente logran escapar del paso tema basadas, parcialmente, en manuscrip-
de las redes menores. Por otro lado Gilmer tos de C. Thiriot-Quivrieux y S. van der Spoel.
(1972) observó la alta excitabilidad de algu- Las muestras de plancton totales fijadas con
nos pseudotecosomados (í. e.: Gleba y Coral/a) formalina (=formaldehido en solución acuosa
frente a estímulos externos, y su notable aI40%) al 3-4% deben ser neutralizadas (esta-
velocidad de huida (hasta casi 1 nudo). bilizadas con un buffer) con borato de sodio,
Kornicker (1959) y Vecchione (MS) observa- bórax, glicerofosfato de sodio u otros agentes
ron el comportamiento natatorio de diferentes tampón (ver Steedman, 1976a) hasta un pH
eutecosomados destacando que la reacción de alrededor de 8. Éste debe ser periódica-
ante estímulos externos es la retracción de las mente controlado, sobre todo durante los pri-
alas y consecuente hundimiento del animal, y meros meses y vuelto a neutralizar en caso
no un movimiento de evasión activa. Tal com- necesario. Las evidencias de deterioro más
portamiento podría sugerir que la evasión de obvias son la pérdida de la escultura, las con-
las redes remolcadas horizontalmente puede chas se vuelven opacas, blanquecinas, que-
ser superior a las arrastradas verticalmente. bradizas y, eventualmente, desaparecen por
De acuerdo a Gilmer (1972) los pseudoteco- completo.
somados tienen una reacción diferente ya que
se alejan activamente de la fuente del estí- Las etiquetas sueltas dentro de los frascos
mulo. suelen dañar a los animales; para evitar este
fenómeno pueden utilizarse rótulos especia-
Debido a su gran fragilidad las formas tecadas les que se pegan a la pared interna del reci-
deben ser extraídas de la red antes de lavar piente antes de agregar la muestra.
aquélla para concentrar el material.
Los moluscos pueden separarse de las mues-
Frecuentemente es recomendable anestesiar tras totales manualmente, mediante el usode
a los animales antes de la fijación a fin de pipetas o pinceles (ver p. 147 el seq.) o utili-
lofrar su conservación en estado distendido. zando columnas fraccionadoras líquidas tales
Este tratamiento, si bien no indispensable pa- como las descriptas por Sé (1959) o por Mc-
ra los estudios generales de Euthecosomata, Gowan y Fraundod (1964) (p. 147 el seq.).
es prácticamente obligatorio para los gimno- Una alternativa para las especies con concha
somados y para los estudios anatómicos e his- consiste en la filtración y secado de la mues-
tológicos en general ya que, de lo contrario, tra y separación de los caparazones del mate-
las estructuras blandas se retraen y desapa- rial seco (pp. 274 y 334).
recen de la vista del observador. Para la nar- Para la preservación de los pterópodos desnu-
cotización pueden utilizarse las siguientes so- dos la formalina (al 3-4%) brinda resultados
luciones (ver también Turner, 1976): a) Clo- satisfactorios. Sin embargo, las especies con
ruro de magnesio al 7%; b) Acetona-clrofor- concha deben, preferentemente, transferirse
mo al1 %; c) Una parte de glicerina, 2 partes de a otros medios. Ello es especialmente impor-
alcohol al 70% y 2 partes de agua de mar; d) tante cuando los ejemplares colectados pro-
MSS 222 o uretano en agua de mar; e) Hidra- yectan destinarse a estudios con microscopía
to de cloral al 0,1 % (para Gymnosomata y de- electrónica de barrido (Thiriot-Quivrieux, ref.
más formas desnudas). Todas estas mezclas en Turner, 1976). Cuando las partes blandas
se van agregando lentamente al recipiente no interesan los animales, previamente lava-
con los moluscos vivos.
dos, pueden almacenarsé en portamicrofósi-
les en estado seco. En caso contrario pueden
La fijación de las muestras totales es una de
utilizarse varios métodos, a saber:
las etapas que mayores cuidados requiere; la
aragonita de que están compuestas las con- a) Etanol libre de ácidos al 90-95% (tiene
chas de los moluscos planctónicos es fácil- la desventaja de deshidratar y decolorar las
mente atacada por las sol uciones ácidas y el partes blandas), o al 70-75% (cuerpo blando
formaldehido en solución acuosa se acidifica con o sin conchas);
rápidamente. Turner (1976) presenta una in- b) Etanol al 90-95%' con un 3-5% de
teresante serie de consideraciones sobre el glicerol (contribuye a evitar la deshidratación

508
Pteropoda

excesiva); el uso del glicerol no se recomien- visibles. Una alternativa más sencilla es la tin-
da cuando las conchas serán utilizadas para ción con azul de metileno.
microscopía electrónica de barrido;
c) 'Fijación: con formalina al 4% neutrali- En vista de que la rádula y otras estructuras
zada con glicerofosfato de sodio hasta pH 8. bucales suelen ser de gran importancia para
Preservación: lavar con agua destilada y la identificación y estudio de los animales, el
depositar en una solución de 3-fenoxi-propa- examen puede ser dividido en dos etapas; pri-
nol al 1%,3% de glicerol y 3% de etanol a195% mero se observa y registra la morfología ex-
(Owen y Steedman, 1958); t~rna y luego la masa bucal se extrae por me-
d) Fijador de Bouin: 15 partes de solución dio de una pequeña insición en el área nucal
acuosa saturada de ácido pícrico, 5 partes de del molusco. Los tejidos blandos pueden
disolverse en una solución de hipoclorito de
formalina,1 parte de ácido acético. (Apta para
estudios anatómicos e histológicos pero ataca potasio y las mandíbulas, ganchos y rádula se
las conchas); montan en un portaobjetos con medio de
e) Solución de Newcomer: 6 partes de al- Fauré. La tinción de la armadura bucal gene-
ralmente no es necesaria.
cohol isopropílico, 3 partes de ácido propióni-
co, 1 parte de éter de petróleo, 1 parte de En muchas colecciones de plancton antiguas
dioxano, 1 parte de acetona. (Apta para histo- y, lamentablemente, también contemporá-
logía pero deteriora las conchas); neas ineficientemente procesadas y manteni-
f) Solución de Perengi: 4 partes de ácido das, los moluscos planctónicos suelen perder
nítrico al 10%,3 partes de alcohol 70%, 3 par- sus conchas calcáreas por completo. En el
tes de ácido crómico al 0,5%. (Apta para histo- caso de los eutecosomados el material en
logía, deteriora las conchas). cuestión puede aún determinarse hasta el ni-
vel específico inclusive utilizando las conchas
En vista de que los requerimientos para la fija-
embrionarias (ver "Addendum", p. 525) y/o el
ción del cuerpo blando y de las conchas son
cuerpo blando de los moluscos (Rampal,
tan diferentes, frecuentemente es recomen-
1973a; Troost y Van der Spoel, 1972; Van der
dable separar al animal de su caparazón in-
Spoel, 1972a). Además, los estudios microes-
mediatamente después de la fijación conser-
tructurales de Bé et al. (1972), D. Boltovskoy
vándalo en formalina. Las conchas, a su vez,
(1974b), Rampal (1974) y Van der Spoel
se lavan para eliminar todo resto de material
(1976b) demostraron la posibilidad de identi-
orgánico, agua de mar y drogas adheridos y se
almacenan en estado seco. ficar especies de Euthecosomata sobre la
base de conchas incompletas e inclusive
Los moluscos planctónicos pueden teñirse in pequeños fragmentos de las mismas. Este he-
tato luego de la fijación. Van der Spoel (1972b) cho tiene especial importancia en paleonto-
recomienda el siguiente procedimiento: logía.

1) Azul de toluidina - 5 mino Este colo-


rante se prepara con 0,3 g de toluidina en 75 Reseña histórica y estado
cc de agua destilada y 5 cc de ácido acético al actual del conocimiento
97-100%; la solución se deja reposar una
semana y se fi Itra.
de Pteropoda
2) Alcohol 50% - 2 mino La primera referencia bibliográfica conocida
3) Alcohol 70% - tiempo variable, hasta acerca de estos animales data de 1676, año
lograr la coloración deseada. en que F. Martens describió a la especie ac-
4) Alcohol 96% - 5 mino tualmente conocida como Clione limacina.
5) Aceite de clavo: toluol (6:4) - 5 mino Entre 1804 y 1840 Cuvier, Rang, Lesueur y
6) Montaje en portaobjetos con rheno- d'Orbigny estudiaron la clasificación del gru-
sito!.
po e identificaron numerosas especies nue-
Los heterópodos así tratados exhiben sus te- vas; y fue el último de los autores menciona-
jidos transparentes y los órganos internos, dos quien, en 1836, describió el primer pteró-
bucales, rádula, glándulas, etc., claramente podo del Atlántico Sur.

509
Pteropoda

A fines del siglo pasado y principios de éste tu- koy y N.H. Magaldi han trabajado en Eutheco-
vieron lugar las grandes expediciones ocea- somata y, en menor medida, en otros molus-
nográficas europeas que abrieron el camino a cos holoplanctónicos del Atlántico Sudocci-
las ciencias del mar modernas. Algunas de dental.
éstas cruzaron el Atlántico Sudoccidental
pero, generalmente, extrajeron en él muy En vista de que los pterópodos son un grupo
pocas o ninguna muestra: "Gazelle", 1874- relativamente pequeño su clasificación e
1876 (Pfeffer, 1879); "Challenger", 1873- interpretación de las especies no presenta
1876 (Pelseneer, 1888a y b);. "Valdivia", confusiones ni dificultades mayores. Algunas
de las diferencias en la nomenclatura utiliza-
1898-1899 (Meisenheimer, 1905); "National
Antarctic Expedition", 1901-1903 (Huben- da (comparar, por ejemplo, Bé y Gilmer, 1977
dick, 1951); "Dana", 1920-1932 (Tesch, con Van der Spoel, 1976a) representan más
1946); "Discovery", 1901 -1904 (Mackíntosh, bien distintos grados de agudeza de enfoque
1934; Massy, 1932); "Terra-Nova", 1910- que divergencias básicas; prácticamente en
1912 (Massy, 1920); etc. Otras expediciones todos los casos pueden rastrearse las corres-
que aportaron gran cantidad de información pondencias involucradas.
al conocimiento del plancton en general y de El conocimiento del Océano Mundial no es
los pterópodos en particular son la "Michael- homogéneo; sin duda alguna el Mediterráneo
Sars", "Plankton Expedition", "Hirondelle" y y, en menor medida, el Atlántico Norte, son
"Princesse Alice" y otras. Es, aproximada- las regiones más detalladamente estudiadas.
mente, en esta misma época cuando sale a luz El Atlántico Sur, al igual que en lo referente a
la primera monografía sobre el tema: Boas, la mayoría de los demás pláncteres, es una
1886; y en 1913 Tesch publica el segundo tra- zona mucho menos investigada. En lo con-
bajo incluyendo el copioso caudal de informa- cerniente a los aspectos del estudio - la cla-
ción aparecido en el interín. sificación y sistemática son los dos temas me-
Debido a que los pterópodos tienen relativa- jor conocidos; la distribución horizontal tam-
mente poca importancia en las índoles de bién está relativamente bien cubierta (princi-
aplicación práctica inmediata o económica, la palmente en Euthecosomata), pero la biología
en general se conoce muy insuficientemente.
mayoría de los estudios subsiguientes trata-
ron temas relacionados con su clasificación y
distribución (Tesch, 1948; Pruvot-Fol, 1954;
etc.) Sin embargo, también algunos aspectos Clasificación de Pteropoda.
reproductivos fueron analizados (trabajos de
Bonnevie, Lebour, Morton, Hsiao, etc.) y, Distribución de las especies
recientemente, Gilmer (1972, 1974) realizó en el Atlántico Sudoccidental
las primeras observaciones detalladas acerca
de la locomoción, nutrición y comportamiento
En 1804 Cuvier (1804a) estableció el orden
de varias especies. En los últimos años Van
der Spoel (1967, 1976a) publicó dos extensas Pteropoda, término que en la actualidad sólo
tiene valor como nombre trivial para reunir a
y completas monografías sobre pterópodos y
heterópodos, y Bé y Gilmer (1977) una buena los tecosomados y los gimnosomados. Cerca
revisión acerca de la taxonomía y distribución de un siglo más tarde los trabajos de Boas
de Euthecosomata. (1886), Pelseneer (1888a y b), Meisenheimer
(1905), Tesch (1913, 1946) demostraron fe-
Actualmente existen, en el. mundo entero, hacientemente la artificialidad de tal agrupa-
alrededor de tres decenas de especialistas ción proponiendo la erección de los órdenes
más o menos activamente dedicados al estu- Thecosomata y Gymnosomata dentro de la
dio de los pterópodos. Van der Spoel (Holan- subclase Opistobranchia de la clase Gastro-
da), McGowan, Bé, Gilmer y otros (EE.UU.), poda. Meisenheimer (1905, 1906) subdividió
Lalli y Wells (Canadá) y Rampal (Francia) el orden Thecosomata en los subórdenes Eu-
probablemente sean los más prolíficos y thecosomata y Pseudothecosómata. El es-
experimentados. En la Argentina D. Boltovs- quema de clasificación aquí adoptado es

510
Pteropoda

FAMILIA
GENERO MEISENHEIMER
Thecosomata
Thecosomata
Limac;na
Cuvie,ina
Thecosomata
Gleba
TESCH
McGOWAN
Clio
Gleba
Creseis
Crese;s
Creseis
Clione
Diacria
LimacinaCreseis
Limacinidae
11913,19461
Sryliola
(19051
Desmopteridae
Paraclione
Clionidae
Diacria
Clione
Ha/opsyche
Srylio/a
Srylio/a
Hyalocylix
Halopsyche
119681'
11976a)'
Desmopterus
Cymbuliidae
Cymbulia Thecosomata
Cavoliniidae
Pneumodermatidae
ELimacina
Limacinidae
Cuvier;na
Peraclis
uthecosomata
Thliprodon
VAN Dexiobranchaea
Hya/ocylis
Cymbulia
Clio DER
Thliptodontidae
Hyalocylis
Pteropoda
Gymnosomata
Cymbuliidae
Clionopsidae
Clionopsis
Clionidae
Pteropoda
Cymbuliidae
Pneumodermatidae
Schizobrachium
Pneumoderma SPOEL
Pseudothecosomata
Diacr;a
Notobranchaeidae
Notobranchaea
Corolla
Cavoliniidae
Cavolinia
EucNo
Cuvierina
Cavoliniidae
Limacinidae
Cavolinia
Notobranchaeidae
Limacina
Corolla
Cuvierina
Pneumoderma
Cavolinia
Limacina
Cavolinia
Notobranchaea
Limacjnidae
Cavoliniidae
Notobranchaeidae
Pneumodermatidae
Pneumo<iermopsis
Notobranchaea
Spongiobranchaea
Peraclis
Peraclididae
Cavoliniidae
Cliopsis Clione
Cymbuliidae
Clionopsidae
Clionidae
Gymnosomata
Pteropoda
Halopsyche
Halopsychidae
Gymnosomata
Cliopsidae
Procymbuliidae
Halopsychidae
Clionopsis
Halopsychidae
Cymbulia
Spongiobranchaea
Procymbulia Gleba Thliprodon
Pseudothecosomata
Paedoclione
Paraclione
Clionidae
Clione
Notobranchaeidae
Notobranchaea
Pneumodermatidae
CorollaProcymbulia
Clioosidae
Fowlerina
Cymbulia
Desmopteridae
Desmopterus
CliopsisDesmopterus
Desmopteridae
Pseudothecosomata
Pneumoderma
Schizobrachium
Procymbuliidae
Thliptodontidae
Spongiobranchaea Peraclis
Peraclididae
Euthecosomata
Pseudothecosomata
Pneumodermopsis Gymnosomata Hydromylidae
Laginiopsidae
Gymnoptera
Laginiopsis
Hydromyles
PELSENEER Thalassopterus
Clio s. str.
Thliprodon
Pruvotella
Microdonta
Hyalocylis
Styliola
Thalassopterus
ProcymbuJia
Cephalobrachia
Massya

Fig. 188. La clasificación de los pterópodOS, de acuerdo a los esquemas propuestos por diferentes investigadores.
(1) Sólo incluye los taxones presentes en la Corriente de California; (2) Esquema adoptado en el presente ca-
pítulo.
(Original).

511
Pleropoda

aquél que desarrollara Van der Spoel (í 976a) pecies subantárticas pueden llegar hasta la
el cual, a su vez, es similar en esencia a losde latitud 25°S (límite norte de la Zona de Con-
Boas (1886), Tesch (1913), etc., excepto por la vergencia Subtropical-Subantártica, cf. E.
introducción de numerosos taxones infraes- Boltovskoy, 1970), pero en el verano la in-
pecíficos. Estos últimos, generalmente, fue- fluencia de las aguas de origen austral y,
ron tratados como especies o como variacio- consecuentemente, la dispersión de las es-
nes fenotípicas individuales por los autores pecies criófilas, se detiene en, aproximada-
originales. Estas categorías infraespecíficas mente, 34°S (ver p. 239).
(Van der Spoel, 1967, 1976a) están basadas Para cada uno de los taxones mencionados se
en una gran cantidad de información morfo- incluyen los siguientes datos: 1) Nombre com-
métrica, anatómica y zoogeográfica. Es útil pleto del taxón (especie, subespecie y forma,
destacar, en este respecto, que como bien lo cuando la hay, el nombre del autor y el año de
señalara E. Boltovskoy (1970 y p. 331 en este la creación); 2) La ubicación de la figura co-
tratado) estas categorías inferiores a especie rrespondiente; 3) Una referencia bibliográfica
llegan a ser imprescindibles para la utilización que incluye la descripción, ilustración y lista
de los plá ncteres como indicadores hidroló- sinonímica del taxón considerado; 4) La distri-
gicos. bución geográfica observada (sin interpola-
Las especies listadas a continuación están or- ciones), compilada a partir de los trabajos an-
denadas sist.emáticamente y corresponden teriormente citados. Los números respecti-
vos se refieren a la carta de la figura 142; 5) La
tanto a las formas efectivamente registradas
en el área comprendida entre 0° a 600S y 25° distribución geográfica local inferida y/o
mundial generalizada, observada; y 6) Una
a 700W, como a otras cuya presencia no se ha
observación general acerca de la abundancia
verificado aún pero que, según todas las
relativa en el Atlántico Sudoccidental, donde
evidencias, también habitan esta zona. En el
"C" significa abundante o común y "R" -
primer caso los trabajos utilizados son, apro-
rara. Este dato interesa, principalmente, a la
ximadamente, unas 20 publicaciones en total
capa superficial. Las 6 secciones detalladas
de autores sudamericanos (D. Boltovskoy,
están divididas por medio de barras (1) y la
1971 a y b, 1973a, 1975b y c; Magaldi, 1971 a presencia de un doble guión (- -) significa la
y b, 1972, 1974, 1977), expediciones oceano-
ausencia de la información correspondiente a
gráficas europeas (Hardy y Gunther, 1935;
·ese rubro. Los asteriscos (*) destacan aque-
Hubendick, 1951; Massy, 1920, 1932; Mei- llas especies cuya presencia en el área aún no
senheimer, 1905; Pelseneer, 1888a; Schie-
fue verificada empíricamente.
menz, 1906; Tesch, 1946), y algunos traba-
jos circunstanciales de otros autores. Todos
los registros corresponden a material planc-
tónico, excepción hecha del trabajo de Scara-
bino (1967) quien mencionó unas pocas espe-
Clasificación y distribución
cies colectadas en el bentos.
s VAN DER SPOEL. DEMETRIO BOLTOVSKOY.
SIL VIA S JANKILEVICH

La información correspondiente a las espe-


Phylum MOLLUSCA
cies cuya presencia en el área es inferida de
Clase GASTEROPOOA
su distribución mundial corresponde, princi-
Subclase OSPITOBRANCHIA
palmente, a aquélla publicada en los trabajos
de Van der Spoel (1967, 1976a). Orden THECOSOMATA de Blainville,
1824
En la mayoría de los casos los rangos de distri- Opistobranquios plantónicos, con
bución presentados corresponden a los valo- concha o pseudoconcha.
res máximos de aquéllos. Lógicamente, en los Suborden EUTHECOSOMATA Mei-
extremos las frecuencias de las especies co- senheimer, 1905
rrespondientes son mínimas y, además, estos Especies con conchas calc,áreas.
límites son variables estacionalmente. Tal es Familia L1MACINIOAE Gray, 1847
así que, por ejemplo, en invierno muchas es- Conchas calcáreas levógiras.

512
Pteropoda

limacina helicina (Phipps, 1774) antarctica f; 6e; 7f; 8, 8f; 9h; 10h; 11, 11 h; 12g-i /
Woodward, 1854, forma antarctica Tropical, circumglobal entre 400N y 400S
Woodward, 1859/ 184 -1 / Van der / R.
Spoel:1967/ 1, 1a-i; 2c, 2f, 2h; 3f, 3h /
Antártica, circumpolar / C.
Limacina helicina (Phipps, 1774) antarctica
Woodward, 1854, forma rangi (d'Or- Familia CAVOLlNIIDAE Fischer,
1883
bigny, 1836) / 189 -2 / Van der Spoel,
1967 / 4c-e; 5, 5d-f; 7f, 7g / Subantárti- Conchas no enrolladas.
ca, circumpolar / C. Creseis acicula (Rang, 1828) forma acicula
limacina retroversa (Fleming, 1823) forma (Rang, 1828) / 189 -9 / Frontier, 1965;
australis (Eydoux y Souleyet, 1840) /189 Van der Spoel, 1967 / 5d-f; 6e, 6f; 8f, 8g;
-3 / D. Boltovskoy, 1971 a, b, 1973a; Van 9g; 1Oh; 11 i; 12, 12g-i (ver Creseís acicu-
der Spoel, 1967 / 1, 1a-i; 2c-i; 3g, 3h; 4, la s. l.) / Cosmopolita entre 500N y 400S,
seminerítica / C.
4c, 4d; 5, 5d-f; 8g / Principalmente sub-
antártica, curcumpolar / C. Creseis acicula (Rang, 1828) forma clava
limacina helicoides Jeffreys, 1877 / 189 - (Rang, 1828) / 189 - 10 / Frontier, 1965;
4/ Van der Spoel, 1967 / 2; 4e; 7; 8f, 8g; Van der Spoel, 1967 / 4f; 6f; 7f (ver C.
11 h / Atlántico, batipelágica / R. acicula, s. l.) / Cosmopolita entre 500N y
400S, seminerítica / C.
limacina inflata (d'Orbigny, 1836) / 189 -5
/ D. Boltovskoy, 1971 b, 1973a, 1975b; Creseis acicula (Rang, 1828) s. l. Registros
Van der Spoel, 1967 / 5, 5d-f; 6, 6e; 7, 7e, en el Atlántico Sudoccidental: 4d; 5, 5d,
7f; 8, 8f, 8h; 9. 9g; 10g, 10h; 11, 11 h; 5f; 6, 6e; 7, 7e, 7f; 8, 8f-h; 9, 9g; 10g;
12g-i / Cosmopolita entre 500N y 500S 11h; 12, 12g-i.
/ C.
Creseis virgula (Rang, 1828) forma virgula
limacina lesueuri (d'Orbigny, 1836) / 189 (Rang, 1828) / 189 -11 / Frontier, 1965;
-6/ D. Boltovskoy, 1973a; Van der Spoel, Van der Spoel, 1967 / 7f; 8, 8f; 9h; 10h;
. 1967 / 5, 5d; 6e; 7e, 7f; 8, 8f; 9; 10g; 11, 11 h; 12, 12g- i / Cosmopolita entre 45°N
11 h; 12h ** / Biantitropical, circumglo- y 400S, seminerítica / C.
bal entre 500N y 45°S / R. Creseis virgula (Rang, 1828) forma conica
Limacina trochiformis (d'Orbigny, 1836) / Eschscholtz, 1929 / 189 -12 / Frontier,
189 -7 / D. Boltovskoy, 1973a, 1975b; 1965; Van der Spoel, 1967 /6, 6e; 7, 7e,
Van;der Spoel, 1972b / 5, 5d; 6, 6e; 7, 7e, 7f; 8, 8f; 9, 9g; 10g; 11; 12g (ver C. vírgu-
7f; 8, 8f, 8h; 9, 9g, 9h; 10g, 10h; 11, 11 h; la, s. 1. / Cosmopolita entre 40° N y 400S,
12, 12f-i / Biantitropical, circumglobal especialmente abundante en los trópicos
entre 400N y 400S / R. / C.

Limacina bulimoides (d'Orbigny, 1836) / Creseis virgula (Rang, 1828) s. l. Registros


/ 189 -8 / D. Boltovskoy, 1971 b, 1973a, en el Atlántico Sudoccidental: 8; 11 i.
1975 b; Van der Spoel, 1967 / 4d; 5, 5d- Styliola subula (Quoy y Gaimard, 1827) /
189 -13 / D. Boltovskoy, 1973a; Van der
Spoel, 1967 /4d; 5, 5d, 5e, 5i; 6, 6e, 6f; 7,
7e-h; 8, 8f, 8h; 9, 9h; 10h; 11, 11 h; 12f,
• Especie típicamente subtropical pero que suele ser trans- 12h / Cosmopolita entre 500N y 45°S / C.
portada a regiones meridionales (zonas 4c-e) con asiduidad.
Sus ocasionales hallazgos al sur del Cabo de Hornos, zona 1 a
(Munthe. 1887; Magaldi, como pers.) parecen responder al Hyalocylis striata (Rang, 1828) / 189 -14 /
aporte de fauna termófila por parte de aguas del Pacifico Sur (E. D. Boltovskoy, 1973a; Van der Spoel,
Boltovskoy. 1970).
1967 / 4f, 4i; 5d, 5f; 6, 6e; 7; 8f; 9g- i; 10g-
•• Las menciones del hallazgo de esta especie en las zonas i; 11, 11 h, 11 i; 12, 12f-i / Cosmopolita
la, 2 y 4 (Meisenheimer, 1905) corresponden, seguramente a
L. helicina. entre 400N y 400S / R.

513
Pteropoda

Clio pyramidata Linnaeus, 1767 forma lan- Diacria rampali Dupont, 1979/ 189 -25 /
ceolata (Lesueur, 1813) / 189 -15 / D. Dupont, 1979 / 6e; 12, 12f, 12i /
Boltovskoy, 1973a; Van der Spoel, 1967 Tropical, subtropical, circumglobal / R.
/ 5, 5d-f; 6e, 6g, 6h; 7e, 7f, 7h, 7i; 8f, 8g,
Diacria major (Boas, 1886) /189 -26 / Van
8i; 9g; 10, 10g, 10h; 11, 11h,11 i; 12g-i /
der Spoel, 1967, 1976a; Dupont, 1979/
Cosmopolita, en el Atlántico Sudocciden-
tal puede llegar hasta 500S, probable- 12h / Tropical, subtropical, circumglo-
bal / R.
mente subsuperficial / C.
Clio pyramidata Linnaeus, 1767 forma sul- Diacria quadridentata (de Blainville, 1821)
forma danae Van der Spoel, 1968/ 189
cata (Pfeffer, 1879) / 189-16 / Chen,
1966; Van der Spoel, 1967 / 1h, 1i; 2c; -27 / Van der Spoel. 1968, 1971 b, 1976a
/8, 8i; 9h, 9i; 10h, 1Oi; 11h, 11i; 12h, 12i
2g (ver C.p. f. antarctica) / Circumantár-
tica / C. / Tropical, circumglobal / R.

Clio pyramidata Linnaeus, 1767 forma Cavolinia longirostris (de Blainville, 1821)
antarctica Dall, 1908/ 189 -17 / Chen, forma longirostris (de Blainville, 1821) /
1966; Van der Spoel, 1967 / 1, 1a-g; 2c; 189 -28 / Van der Spoel, 1967, 1971 b,
3f; 4, 4d; 5d; 6e; 9g. C. p. f. sulcata+C. p. 1976a / 5, 5f; 6, 6e; 8g; 9, 9h; 10g, 10h;
f. antarctica: 1, 1a-h; 2g, 2h; 3g / Cir- 11, 11h, 11i; 12, 12g-i / Cosmopolita en-
cumsubantártica / C. tre 500N y 45°S / R.

* Clio pyramidata Linnaeus, 1767 forma exi- Cavolinia longirostris (de Blainville, 1821)
sa Van der Spoel, 1963 / 189 -18 / Van forma strangulata (Deshayes, 1823) /
der Spoel, 1963, 1967 / - - / Local, antár- 189 -29 / Van der Spoel, 1967, 1976a /
tica / R. 5, 5d; 6; 7, 7f; 10g / Cosmopolita, tropi-
cal, subtropical / R.
Clio cuspidata (Bosc, 1802) / 189 -19 / D.
Boltovskoy, 1971 a y b, 1973a; Van der Cavolinia longirostris (de Blainville, 1821)
Spoel, 1967 / 5d, 5e; 6e; 10, 10i; 12, 12g, forma limbata (d'Orbigny, 1836) / 189 -
12i / Cosmopolita entre 600N y 400S IC. 30 / Magaldi, 1977; Van der Spoel,
1970a, 1976a /6; 7, 7e; 8; 9g / Atlántico
CHo chaptali Gray, 1850/ 189 -20/ Tesch, tropical, subtropical / R.
1913 / 12h / Tropical, batipelágica / R.
Clio andreae (Boas, 1886) (=C. Palita (Pel- Cavolinia tridentata (Niebuhr, 1775) forma
seneer, 1888)) /189 -21 / Van der Spoel, atlantica Van der Spoel, 1974/ 189 -32
1967, 1976a / 2f, 2g; 3e; 4d, 4e; 11h / / Van der Spoel, 1974, 1976a / 4h; 11i;
Cosmopolita, batipelágica / R. 12, 12f-i (ver C.t. s. l.) / Antlánticosur en-
tre 5°N y 400S / R.
Clio recurva (Childern, 1823) / 189 -22 /
Van der Spoel, 1967/1 Og;11h; 12g / De Cavolinia tridentata (Niebuhr, 1775) forma
distribución disyunta, mesopelágica / R. australis (Péron, 1807) / 189 -33 / Van
der Spoel, 1967, 1976a / 4h (ver C. t. s.
Cuvierina columnella (Rang, 1827) forma
l.) / Subantártica, circumpolar / C.
atlantica Van der Spoel, 1970/ 189 -23
/ D. Boltovskoy, 1973a; Van der Spoel,
1970a, 1976a / 5d-f; 6, 6e, 6f, 6h; 7f; 8, Cavoli':lia tridentata (Niebuhr, 1775) s. 1.
8f, 8g; 9g, 9h; 10h; 11h, 11 i; 12, 12f-i / RegIstros en el Atlántico Sudoccidental'
Atlántico entre 500N y 400S / R. 5h; 6; 7h, 7i; 8, 8f, 8g, 8i; 9g, 9i; 1Og;11h;
12g, 12h.
Diacria trispinosa (de Blainville, 1821) for-
ma trispinosa (de Blainville, 1821) /189 Cavolinia uncinata (Rang, 1829) forma un-
-24 / Dupont, 1979/ 4d; 5, 5d-f; 6e, 6f, cinata (Rang, 1829) / 189 -34 / D. Bol-
6i; 7f, 7h; 8, 8f, 8g, 8i; 9g, 9i; 10g, 10h; tovskoy, 1975b; Van der Spoel, 1969,
11h, 11i; 12, 12f-i / Cosmopolita entre 1976a / 4e; 5d; 7e, 7f; 8f; 12h (ver C. u. s.
55°N y 40° S / R. l.) / Atlántico entre 45°N y 45°S / R.

514
Pteropoda

Cavolinia uncinata (Rang, 1829) forma * Peraclis triacantha (Fischer, 1882) / 189
roperi Van der Spoel, 1969 / 189 -35 / -43/ Van der Spoel, 1976a / - - /
Van der Spoel, 1969, 1976a / 12h (Ver Atlántica, mesoplanctónica, entre 60° N y
C. u. S. l.) / Atlántico Oeste / R. 35°S / R.
Cavolinia uncinata (Rang, 1829) s. l. Regis- Peraclis apicifulva Meisenheimer, 1906 /
tros en el Atlántico Sudoccidental: 4d, 4e; 189 -44/ Magaldi, 1972; Van der Spoel
5; 6; 7h; 8, 8h; 9g-i; 10, 10g, 10h; 11 h; 1976a / 8h; 9h / Batipelágica, cosmopo-
12g-i. lita / R.
Cavolinia gibbosa (d'Orbigny, 1836) forma Peraclis moluccensis Tesch, 1903 / 189
flava (d'Orbigny, 1836) / 189 -36 / Ram- -45 / Van der Spoel, 1976a / 9h / Cos-
pa/, 1975, Van der Spoel, 1967 / 5d; 6i; mopolita, meso-batipelágica entre 600N y
7i; 8g, 8i / Cosmopolita entre 45°N y 45°S / C.
40° S / R.
Peraclis valdiviae (Meisenheimer, 1905) /
Cavolinia inflexa (Lesueur, 1813) forma in- 189 -46 / Van der Spoel, 1976a / 3d, 3f;
flexa (Lesueur, 1813) /189 -37 / D. Bol- 4e, 4f / De distribución disyunta, meso-
tovskoy, 1973a, 1975b; Rampal, 1975; batipelágica / R.
Van der Spoel, 1967 /4f; 5d,5f, 5i; 6, 6e,
6h, 6i; 7f-h; 8, 8f-h; 9g-i; 10g, 10h; 11 h,
11 i; 12, 12f-i (ver C. i. s. l.) / Atlántico
subtropical sur hasta 400S / C.
Familia CYMBULlIDAE Cantraine,
Cavolinia inflexa (Lesueur, 1813) forma la- 1841
biata (d'Orbigny, 1836) / 189 -38 / Especies con pseudoconcha.
Rampal, 1975; Van der Spoel, 1967 /4f;
6e; 7, 7e (ver C. i. s. l.) / Indo-Pacífico, * Cymbulia peroni de Blainville, 1818 mor-
penetra en el Atlántico al norte de 45°S / pha peroni de Blainville, 1818/189 -47
R. / Rampal, 1975; Van der Spoel, 1976a /-
- / Atlántico entre 400N y 400S, meso-
Cavolinia inflexa (Lesueur, 1813) forma planctónica / R.
imitans (pfeffer, 1880) / 189 -39 /
Rampal, 1975; Van der Spoel, 1967 /4d;
Cymbulia peroni de Blainville, 1818 mor-
5, 5d; 6; 7f; 8; 12g (ver C. i. s. l.) / Atlánti-
pha minor Van der Spoel, 1976/ 189 -48
co entre 55°N y 500S / C. / Rampal, 1975 (trata a este taxón como
Cavolinia inflexa (Lesueur, 1813) s. l. Re- sinónimo de C. parvidentata Pelseneer,
gistros en el Atlántico Sudoccidental: 3d; 1888a); Van der Spoel, 1976a / 12g /
5d;6; 7, 7e, 7h;8,8f; 9,9g; 10g; 11, 11h. Mesoplancton atlántico entre 400N y
400S / R.
Suborden RSEUDOTHECOSOMATA
Meisenheimer, 1905 Cymbulia sibogae Tesch, 1903/ 189 -49 /
Van der Spoel, 1976a / 5e; 8f / Tropical
Especies con las alas fusionadas for-
mando un disco natatorio. circumglobal entre 200N y 300S / R.
Familia PERACLlDIDAE Tesch, Corolla spectabilis Dall, 1871 / 189 -50 /
1913 Van der Spoel, 1976a / 12f, 12h / Atlán-
Especies con conchas calcáreas. tico Oeste y Pacífico Este / R.
Peraclis reticulata (d'Orbigny, 1836) / 189 * Corolla ovata (Quoy y Gaimard, 1832) /189
-41 / Van der Spoel, 1976a / 2f, 2g; 12h -51 / Van der Spoel, 1976a / - - / Atlán-
/ Cosmopolita, mesoplanctónica / C. tico y Pacífico tropical/R.
• Peraclis bispinosa Pelseneer, 1886 / 189 * Gleba cordata Niebuhr, 1776 / 189 -52 /
-42/ Van der Spoel, 1976a / - - / Atlánti- Van der Spoel, 1976a / - - / Atlántico e
ca, termófila, batipelágica / R. Indico tropical/R.

515
Pteropoda

Familia DESMOPTERIDAE Chun, * Pneumoderma atlanticum (Oken, 1815)


1889 atlanticum (Oken, 1815) /189 -60 / Van
Sin concha ni pseudoconcha. der Spoel, 1976a / - - / Termófila, cos-
Desmopterus papilio Chun, 1889/189 -53 mopolita entre 400N y 35°S / . - .
/ Van der Spoel, 1976a / 11i; 12h / Tro- Pneumoderma mediterraneum (Van Bene-
pical circumglobal entre 45° N y 400S / R. den, 1838) / 189 -61 / Van der Spoel,
1976a / 12h / Termófila, cosmopolita
Orden GYMNOSOMATA de Blainville, entre 500N y 300S / R.
1824
Sin concha, alas separadas, ventrales a
la boca.
Familia PNEUMODERMATIDAE Familia NOTOBRANCHAEIDAE
Pelseneer, 1887 Pelseneer, 1886
Especies con brazos acetabulifor- Con branquias, lóbulo pedial cons-
mes. picuo y conos bucales.
Pneumodermopsis (Pneumodermopsis) Notobranchaea macdonaldi Pelseneer,
paucidens (Boas, 1886) forma pauci- 1886 forma macdonaldi Pelseneer,
dens (Boas, 1886) / 189 -54 / Van der 1886/ 189 -62 / Van der Spoel, 1976a /
Spoel, 1976a / 8i / De distribución 12f / Cosmopolita entre 400N y 400S / R.
disyunta, cosmopolita entre 65°N y 500S
/ R.

lf Pneumodermopsis (Pneumodermopsis) Familia CLlOPSIDAE Costa, 1873


ciliata (Gegenbaur, 1885) / 189 -55 / Lóbulo pedíal posterior reducido,
Van der Spoel, 1976a / -- / De distribu- sin conos bucales.
ción disyunta, circumglobal entre 65°N y
25°S / R. * Cliopsis krohni Troschel, 1854/ 189 ·63/
* Pneumodermopsis (Crucibranchaea) ma-
I
Van der Spoel, 1976a / - - Cosmopolita
crochira Meisenheimer, 1905/ 189 -56 y de distribución disyunta entre 50° N Y

35°S (las morphae krohni Troschel,


/ Van der Spoel, 1976a / - - / De distribu-
1854, modesta (Pelseneer, 1887) y
ción disyunta, cosmopolita entre 55°N y
500S / R. grandis Boas, 1886 tienen distribución
superpuesta)/R.
Spongiobranchaea australis d'Orbigny,
1836/ 189 -57 / Van der Spoel, 1976a / Familia CLlONIDAE Gray, 1840
1e; 2d-e / Circumpolar, antártica-suban- Con conos bucales o con placas
tártíca / C radu~ar~s laterales adicionales.
Spongiobranchaea intermedia Pruvot-.Fol, Thliptodon gegenbauri Boas, 1886 / 189
1926/ 189 -58 / Van der Spoel, 1976a / -64/ Van der Spoel, 1976a / 4f / Termó-
3e; 4e, 4f / Euritérmica, cosmopolita, de fila mesoplanctónica, de distribución dis-
distribución disyunta / R. yunta entre 400N y 400S / R.
Schizobrachium polycotylum Meisenhei- Clione limacina (Phipps, 1774) antarctica
mer, 1903 / 189 -59 / Van der Spoel, Smith, 1902 / 189 -65 / Van der Spoel,
1976a / 4e / Cosmopolita, batipelágica, 1976a / 1b; 2d-g / Antártica-subantárti-
de distribución disyunta / R. ca, circumpolar / C.

516
Pteropoda

Claves para la identificación


de las especies y taxones inferiores

1) Alas separadas, dorsales a la boca, con concha (Euthecosomata) . . .. .. .. . .. .. .. . .. .. . (2


1A) Alas fusionadas en un disco natatorio (Pseudothecosomata) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (38
1B) Alas separadas, ventrales a la boca, sin concha (Gymnosomata) . . . . . . . . . . . .. (49
2) Concha enrollada (Limacinidae) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
2A) Concha no enrollada (Cavoliniidae) (10
3) Espira baja: último anfracto mucho mayor que los anteriores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
3A) Espira no deprimida: anfractos regulares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
4) Alas con una protrusión en el borde anterior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
4A) Alas sin protrusión en el borde anterior: el último anfracto forma las 4/5 partes de la espira (6
5) Concha sin estriación transversal: espira algo más alta que en 5A: Limaeina helieina antare-
tiea forma rangi (fig. 189-2).
5A) Concha con estriación transversal: espira algo más baja que en 5: Limaeina helieina antareti-
ea forma antaretiea (fig. 189-1).
6) Espira totalmente deprimida (la última vuelta rodea a todas las anteriores): el borde apertu-
ral con un diente central sobresaliente: Limaeina inflata (fig. 189-5).
6A) Borde apertural sin aquella protrusión dentiforme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
7) Ultimo anfracto globoso: apertura más alta que ancha: concha de tinte marrón: Limaeina
helieoides (fig. 189-4).
7 A) Apertura más ancha que alta: concha transparente o blanquecina: Limaeina lesueuri (fig.189-6l.
8) Alas con una protrusión en el margen anterior: concha con umbilicus: Limaeina retro-
versa forma australis (fig. 189-3).
8A) Alas sin protrusión. umbilicus casi ausente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
9) Concha más alta que ancha: Limaeina bulimoides (fig. 189-8).
9A) Concha tan alta como ancha (medida desde el umbilicus): Limaeina troehiformis (fig. 189-7).
10) Concha con forma de botella: apertura arriñonada: Cuvierina eolumnella forma atlantiea (fig.
189-23).
lOA) Superficie dorsal y ventral de la concha bien diferenciadas, apertura en forma de ranura. '. (11
10B) Apertura redondeada, oval o triangular: el ancho máximo de la concha está a la altura de su
boca ; . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (26
11) Borde dorsal de la apertura engrosado (12
11 A) Borde apertural dorsal no engrosado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (17
12) Concha con largas espinas laterales. deprimida dorso-ventral mente (13
12A) Concha sin largas espinas laterales. globular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (15
13) Las espinas laterales son perpendiculares al eje mayor de la concha. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (14
13A) Espinas laterales curvadas hacia caudal: Diaeria major (fig. 189-26).
14) Con coloración en los labios aperturales dorsal y ventral solamente: Diaeria rampali (fig.
189-25).
14A) Con la coloración de la anterior más los márgenes laterales hasta el extremo caudal y este úl-
timo: Diaeria trispinosa forma trispinosa (fig. 189-24).
15) Con las costillas dorsales bien desarrolladas (16
15A) Costillas dorsales escasamente desarrolladas; la parte posterior del lado ventral cóncava: 2,2
a 2,9 mm de largo: Diaeria quadridentata forma quadridentata.
16) Concha muy pequeña, 1,3 a 1,9 mm: Diaeria quadridentata forma danae (fig. 189-27).
16A) Concha algo mayor que la anterior, 1,9 a 2,3 mm: Diaeria quadridentata forma eostata.

517
Pteropoda

17) El ancho máximo de la concha está adelante de las espinas laterales: Cavolinia gibbosa for-
ma flava (fig. 189-36).
17A) El ancho máximo de la concha está a nivel de los extremos de las espinas laterales . (18
18) Con espina caudal en el estado adulto . (19
18A) Espina caudal ausente en los adultos, concha triangular . (24
19) El ancho máximo y el nacimiento de las espinas laterales están cerca del medio de la concha (20
19A) El ancho máximo y las espinas laterales están desplazados hacia caudal ., . (21
20) Espinas laterales poco desarrolladas. la espina caudal es tan larga como -o más larga que- el
resto de la concha: Cavolinia inflexa forma inflexa (fig. 189-37).
20A) La espina caudal es casi tan larga como el resto de la concha; con una incisión entre los labios
dorsal y lateral: Cavolinia inflexa forma imitans (fig. 189-39).
20B) Espina caudal más corta que el resto de la concha, sin incisiones en la base del labio dorsal:
Cavolinia inflexa forma labiata (fig. 189-38).
21) Espina caudal curvada hacia dorsal a lo largo de toda su extensión: labio apertural dorsal
fuertemente curvado hacia ventral, a veces hasta orientarse hacia posterior . (22
21A) Espina caudal no curvada o, en caso positivo, sólo en la vecindad de la concha embrionaria;
labio apertura dorsal no curvado hacia ventral. . (23
22) Espinas laterales dirigidas hacia caudal; espina caudal curvada levemente hacia dorsal: longi-
tud de la concha 5,5 a 7,5 mm: Cavolinia uncinata forma uncinata (fig.189-34).
22A) Espinas laterales levemente curvadas hacia caudal: espina caudal levemente curvada hacia
dorsal: longitud de la concha: 3,5 a 5,5 mm: Cavolinia uncinata forma roperi (fig. 189-35).
23) Concha con quillas blanquecinas a lo largo de los márgenes laterales: Cavolinia tridentata for-
ma australis (fig. 189-33).
23A) Concha sin quillas a lo largo de los márgenes laterales: Cavolinia tridentata forma atlantica
(fig. 189-32).
24) Con una constricción notable en el labio dorsal de la apertura, longitud de la concha: 4,5 a
8,0 mm: Cavolinia longirostris forma strangulata (fig. 189-29).
24A) El labio dorsal confluye gradulamente con el lado dorsal . (25
25) Concha usualmente de tinte azulado: longitud: 5,0 a 10,0 mm: Cavolinia longirostris forma
limbata (fig. 189-30).
25A) Concha blanquecina de 2,0 a 6,0 mm de longitud: Cavolinia longirostris forma longirostris
(fig. 189-28).
26) Apertura redondeada . (27
26A) Apertura triangular u oval. deprimida dorso-ventral mente . (31
27) Con una costilla oblicua sobre el dorso: Styliola subula (fig. 189-13).
27A) Concha estriada transversalmente: Hyalocylis striata (fig. 189-14).
27B) Sin costillas ni estrías . (28
28) La concha está curvada hacia dorsal en su parte posterior . (29
28A) Concha recta . (30
29) Concha homogénea y regularmente curvada, hasta 6 mm de longitud: Creseis virgula forma
virgula (fig. 189-11).
29A) Solamente la parte posterior de la concha es curvada: hasta 7 mm de longitud: Creseis vir-
gula forma conica (fig. 189-12).
30) El diámetro de la concha incrementa rápidamente desde la protonconcha hasta la apertura
6 mm: Creseis acicula forma clava (fig. 189-10).
30A) Concha larga, hasta 33 mm, aciculada: Creseis acicula forma acicula (fig. 189-9).
31 ) Concha con conspicuas costillas dorsal y laterales que se prolongan en espinas largas . (32
31A) Sin lo anterior . (33
32) Concha fuertemente curvada hacia dorsal; protoconcha redondeada: Clio cuspidata (fig.
189-19).

518
Pteropoda

32A) Concha casi recta; protoconcha ahusada: Clio pyramidata forma lanceolata (fig. 189-15).
33) Sección caudal de la concha curvada hacia dorsal . (34
33A) Sección caudal de la concha recta o casi recta . (36
34) Ancho de la apertura igualo mayor que la longitud total de la concha . (35
34A) Ancho de la apertu ra menor que la longitud total de la concha: Clio andreae (fig. 189-21).
35) Concha curvada solamente en su extremo caudal; costillas laterales acanaladas: Clio recur-
va (fig. 189-22).
35A) Concha curvada en la mayor parte de su extensión; con conspicuas costillas longitudinales
en la superficie ventral: Clio chaptali (fig. 189-20). .
36) Costillas laterales divergentes en toda su extensión: Clio pyramidata forma sulcata (fig.
189-16).
36A) Costillas laterales parcialmente rectas , . (37
37) Costillas laterales casi rectas en toda su extensión; con estrías transversales: Clio pyrami-
data forma antarctica (fig. 189-17).
37A) Costillas laterales divergentes en la base y luego paralelas; sin estrías transversales: Clio
pyramidata forma exisa (fig. 189-18).
38) Con concha o pseudoconcha . (39
38A) Sin concha ni pseudoconcha (Desmopteridae): Desmopterus papilio (fig. 189-53).
39) Concha calcárea, lovógira (Paraclididae) , . (40
39A) Pseudoconcha cartilaginosa (Cymbuliidae) , . (44
40) Borde apertural munido de un rostro (prominencia saliente) . (41
40A) Borde apertural con más de una prominencia . (43
41 ) Membrana columelar ancha y bien desarrollada: Peraclis apicifulva (fig. 189-44).
41A) Membrana columelar reducida o ausente . (42
42) Concha con una conspicua estriación espiral: Peraclis valdiviae (fig. 189-46).
42A) Concha con escultura reticulada: Peraclis reticulata (fig. 189-41).
43) Con tres espinas aperturales, una mayor y dos menores: Peraclis bispinosa (fig. 189-42).
43A) Con tres espinas aperturales conspicuas: concha sin escultura; la espira no excede la altura
del último anfracto: Peraclis moluccensis (fig. 189-45).
43B) Con tres espinas aperturales conspicuas, concha prácticamente sin escultura; la altura de la
espira excede el último anfracto: Peraclis triacantha (fig. 189-43).
44) Pseudoconcha gruesa, con forma de zapatilla, ahusada hacia dorsal, con una pequeña cavi-
dad donde se alojan las partes blandas, proboscis pequeña . (47
44A) Pseudoconcha delgada, redondeada, de dorso ancho, con una cavidad grande . (45
45) Pseudoconcha con tubérculos conspicuos en el lado aboral; proboscis mediana . (46
45A) Pseudoconcha muy deprimida, con pocos tubérculos en el lado aboral, proboscis muy lar-
ga, hasta la mitad del centro del disco natatorio o más, de movilidad restringida: Gleba
cordata (fig. 189-52).
46) El lado ventral de la pseudoconcha ahusado, apertura menor a la mitad del largo de la pseu-
doconcha, disco natatorio ovalado: Corolla ovata (fig. 189-51).
46A) El lado ventral de la pseudoconcha romo; apertura mayor a la mitad del largo de la pseu-
doconcha; disco natatorio redondeado a cuadrangular: Corolla spectabilis (fig. 189-50).
47) El extremo dorsal-anterior de la pseudoconcha delgado y aguzado: Cymbulia sibogae
(fig. 189-49),
47A) El extremo dorsal-anterior de la protoconcha más romo que en 47 . (48
48) Largo de la pseudoconcha hasta 65 mm, con tres hileras paralelas de espinas a lo largo de
los costados; las espinas son mayores más cerca de la apertura: Cymbulia peroni morpha
peroni (fig. 189-47).
48A) Pseudoconcha de hasta 42 mm de largo; una o dos hileras de espinas a lo largo de los cos-
tados, las espinas no aumentan de tamaño hacia la apertura: Cymbulia peroni morpha mi-
nor (fig. 189-48).

519
Pteropoda

49) Sin braquias (Clionidae) . (51


49A) Con braquias; con brazos acetabuliformes (Pneumodermatidae) . (52
49B) Con branquias; sin brazos acetabuliformes . (50
50) Con braquias posterior y lateral; sin conos bucales; lóbulo pedial posterior reducido o au-
sente: Cliopsis krohni (fig. 189-63).
50A) Con braquias posteriores solamente; lóbulo pedial posterior conspicuo: Notobranchaea
macdonaldi forma macdonaldi (fig. 189-62).
51) Con conos bucales verdaderos: Clione limacina antarctica (fig. 189-65).
51A) Sin conos bucales verdaderos: Thliptodon gegenbauri (fig. 189-64).
52) Dos brazos acetabuliformes laterales, con un brazo central. Cuando las ventosas laterales
están implantadas sobre la pared bucal los brazos laterales pueden faltar. Con branquias
lateral o lateral y posterior . (57
52A) Con brazos centrales reducidos en forma de pequeñas protrusiones, o sin ellos . (53
53) Con branquias lateral y posterior generalmente munidas de un reborde . (58
53A) Branquias lateral y posterior reducidas (en forma de una simple banda alrededor del cuer-
po) o sin reborde . (54
54) Brazos laterales con ventosas, dicotomizados: Schizobrachium polycotylum (fig. 189-59).
54A) Brazos laterales con ventosas diferentes a 54 . (55
55) Sin brazo central, con un grupo de ventosas centrales: Pneumodermopsis (Crucibranchaea)
macrochira (fig. 189-56).
55A) Sin ventosas centrales . (56
56) Cada brazo con ventosas lleva, aproximadamente, 10 de aquéllas: Spongiobranchea aus-
tralis (fig. 189-57).
56A) Cada brazo con ventosas lleva, aproximadamente, 20 de aquéllas: Spongiooranchea inter-
media (fig. 189-58).
57) Brazo lateral con hasta 8 ventosas, las medianas anteriores son de forma típica: Pneumo-
dermopsis (Pneumodermopsis) ciliata (fig. 189-55).
57A) Brazos laterales con hasta 14 ventosas, con 5 ventosas medianas anteriores subiguales: Pneu-
modermopsis (Pneumodermopsis) paucidens forma paucidens (fig. 189-54).
58) Ventosas medianas más largas que las demás, con 7 ventosas en total; longitud: aproxi-
madamente 15 mm: Pneumoderma mediterraneum (fig.189-61).
58A) Ventosas subiguales, más de 7 y hasta 80; menos de 5 placas radulares laterales: Pneumo-
derma atlanticum atlanticum (fig. 189-60).

520
Pteropoda

Fig. 189. Pteropoda.


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\~ 6 (Ver referencias en p.
524)

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10

521
Pteropoda

Fig. 189. Pteropoda.

(Ver referencias en
524).

522
Pteropoda

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523
Pteropoda

Fig. 189. Pteropoda


1) Limacina helicina antarctica f. antarctica; 2) Limacina helicina antarctica f. rang/;·3) Limacina retroversa f.
australis; 4) Limacina helicoides; 5) Limacina inflata, a: apical, b: umbilical, c: frontal; 6) Limacina lesueuri;7)
Limacina trochiformis; 8) Limacina bulimoides; 9) Creseis acicula f. acicula; 10) Creseis acicula f. clava; 11)
Creseis virgula f. virgula; 12) Creseis virgula f. conica; 13) Styliola subula; 14) Hyalocylis striata; 15) Cliopyra-
midata f. lanceolata; 16) Clio pyramidata f. sulcata, a: ventral, b: lateral; 17) Cliopyramidataf. antarctica, a: la-
teral, b: dorsal; 18) Clio pyramidata f. exisa; 19) Clio cuspidata, a: ventral, b yc: lateral; 20) Clio chaptali, a: ven-
tral, b: dorsal; 21) Clio andreae; 22) Clio recurva; 23) Cuvierina columnelta; 24) Diacria trispinosa f. trispinosa;
25) Diacria rampali; 26) Diacria major; 27) Diacria quadridentata f. danae, a: ventral, b: lateral. 28) Cavolinia
longirostris f. longirostris, a: ventral, b: lateral; 29) Cavolinia longirostris f. strangulata, a: detalle del labio, b:
lateral; 30) Cavolinia longirostris f. limbata, a: ventral, b: lateral; 31) Diagrama ilustrativo de las formas de Ca-
volinia longirostris, negro: f. limbata, blanco: f. longirostris, grisado: f. strangulata; 32) Cavolinia tridentata f.
atlantica, a: ventral, b: lateral; 33) Cavolinia tridentata f. australis, a: ventral, b: lateral; 34) Cavolinia uncinata
f. uncinata, a y b: ventral, c y d: lateral; 35) Cavolinia unt,inata f. ropen·, a: ventral, b: lateral; 36) Cavolinia gib-
bosa f. flava, a: ventral, b: lateral; 37) Cavolinia inflexa f. inflexa, a: ventral, by c: lateral; 38) Cavolinia inflexa
f. labiata, a: ventral, b: lateral; 39) Cavolinia inflexa f. imitans, a: dorsal, b: lateral; 40) Diagrama de las formas
de Cavolinia inflexa, negro: f. labiata, blanco: f. imitans, grisado: f. inflexa; 41) Peraclis reticulata; 42)Peraclis
bispinosa; 43) Peraclis triacantha; 44) Peraclis apicifulva; 45) Peraclis moluccensis; 46) Peraclis valdiviae; 47)
Cymbulia peroni m. perom;· 48) Cymbulia peroni m. minor; 49) Cymbulia sibogae, a: animal entero, b: pseudo-
concha; 50) Corolta spectabilis; 51) Corolta ovata; 52) Gleba cordata; 53) Desmopterus papilio; 54)
Pneumodermopsis (Pneumodermopsis) paucidens f. paucidens; 55) Pneumodermopsis (Pneumodermop-
sis) ciliata; 56) Pneumodermopsis (Cruclbranchaea) macrochira; 57) Spongiobranchaea australis; 58) Spon-
giobranchaea intermedia; 59) Schizobrachium polycotylum; 60) Pneumoderma atlanticum atlanticum; 61)
Pneumoderma mediterraneum; 62) Notobranchaea macdonaldif. macdonaldi; 63) Cliopsis krohni; 64' Thlip-
todon gegenbaun;· 65) Clione limacina antarctica.
Escalas aproximadas: línea simple - 1 mm, línea doble - 5 mm.
(16, 19b, 21 c, 22, 23-26, 28, 29b, 32, 33, 34b Y d, 37, 42-44, 47,53-59,61 Y 65: original; 19b: de D. Boltovs-
koy, 1973a; 5, 7,8 Y49a: de Mc Gowan, 1968; 1,2,4, 15, 17a, 18,22 Y 36: de Van der Spoel, 1967; 6, 9-14,
19a, 21,31 Y 40: de Van der Spoel, 1972a; 3, 27, 29a, 30, 34a y c, 35, 38, 39, 41,45, 48,49b, 50-52, 60 Y62-
64: de Van der Spoel, 1976a; 46: de Tesch, 1948).

524
Addendum: Descripción de las conchas embrionarias
de Cavoliniidae
SIEBRECHT VAN DER SPOEL

Los estudios de la microescultura de Cavolinii- alrededor de 0,07 mm. La superficie es lisa ex-
dae (Van der Spoel, 1976b) demostraron el valor cepto por la eventual presencia de anillos de
de las protoconchas para la discriminación espe- crecimiento.
cífica. Por ello se ha considerado útil desarrollar,
además de las claves para los cavol ínidos adultos Creseis virgula (Rang, 1828)
(Van der Spoel, 1967, 1972b, Y el capítulo Fig. 190-2A-C (C. v. f. virgu/a); 190-2D,E (e.
"Pteropoda" en el presente volumen) breves v. f. conica).
diagnosis con figuras de los juveniles. Unas pocas
especies, entre ellas C/ioschee/ei(Munthe, 1888) La proto y teloconcha, al igual que en C. acicu/a,
y C/io orthotheca (Tesch, 1948) no se han in- carecen de un límite preciso entre ambas. La
cluido por falta de material. Dada su utilidad protoconcha I es redondeada posteriormente
para la identificación específica se presentan pero no tan roma como en C. acicu/a. Jamás
ilustraciones de la protoconcha I y 1I Y de la par- hay anillos ni constricciones conspicuas y cor-
te inicial de la teloconcha en aquellos casos tantes, pero por encima del extremo posterior
cuando el estado juvenil difiere notablemente redondeado siempre existe una región más abul-
del adulto correspondiente. La mayoría de las tada. Las medidas de estas conchas embrionarias
variaciones intraespecíficas se omiten aquí son difíciles de precisar por la ausencia de un
ya que los rasgos que las caracterizan no son límite preciso y también por la débil curvatura
conspicuos en los juveniles. Van der Spoel que exhiben.
(1975) analiza la variación latitudinal de las pro-
toconchas de C/io pyramidata. El lector intere- Creseis chierchiae (Boas, 1886)
sado puede consu Itar a Boas (1886) donde se
Ver Hya/ocy/is striata.
presentan detalladas figuras de las protoconchas
de Cavoliniidae. El tamaño de las protoconchas
Creseis caliciformis Meisenheimer, 1905
marcadas con un asterisco está basado sobre un
Ver Cuvierina co/umne//a.
número bajo de observaciones.

Creseis acicula (Rang, 1828)


Styliola subula (Quoy et Gaimard, 1827)
Fig. 190-1A,B (C. a. f. acicu/a)
Fig.190-3A-C.
La protoconcha I y II y la teloconcha se suceden Estas protoconchas son del mismo tipo que las
gradualmente, sin solución de continuidad y sin de Creseis: consisten en un extremo posterior
límites visibles entre ellas. La protoconcha I ahusado y con una punta aguda, y el anterior
es redondeada en su extremo posterior y el ensanchado y limitado por dos constricciones.
anterior exhibe dos anillos, a veces continua- Los lados de la sección anterior son rectos en
dos con dos incisiones. El largo de la concha vista lateral, ello constituye un buen carácter
posteriormente al anillo distal (o más posterior) discriminatorio ya que en todas las demás es-
puede' ser igual que, o exceder en hasta 5 veces pecies aquéllos son convexos. No existe una se-
su diámetro. La protoconcha de la forma acicu/a paración conspicua entre protoconcha I y 11 y
tiene, frecuentemente, un tinte oscuro, mientras teloconcha. La parte ahusada posterior es consi-
que la forma clava carece de él. La longitud de derada como protoconcha I y 11. Las superficies
la protoconcha es difícil de precisar debido a la de la proto y teloconcha son lisas, a veces con
ausencia de un límite definido; el ancho oscila anillos de crecimiento.

525
Pteropoda

Styliola sjnecosta Wells, 1973 mente su representatividad de los rasgos de


Ver Cuvierina co/umnella. esta rara especie es cuestionable. El aspecto es
irregularmente ahusado, sin punta posterior. La
Hyalocylis strjata (Rang, 1828) superficie presenta una serie de costillas longitu-
dinales irregulares, algunas de ellas ramificadas
Los juveniles de esta especie fueron descriptos dicotómicamente. No existe una conspicua
bajo los nombres de Creseis chierchiae (Boas, estrangulación entre la proto y la teloconcha,
1886) y, probablmente, Hya/ocylis cuculata y la estructura superficial de ambas es igual.
Meyrs, 1974. No se tuvo material de ejempla-
res juveniles ni adultos con protoconchas intac- Cijo andreae (Boas, 1886)
tas.
Fig. 190-7A, B.

Hyalocylis cuculata Meyrs, 1974 La figura 190-7A ilustra el holotipo depositado


Ver Hya/ocylis striata. en el Museo de Zoología de Copenhague, y la
190-7B corresponde a la protoconcha del ano
Clio pyramidata Linnaeus, 1767 terior. Gran parte del carbonato de calcio fue
Fig. 190-4A, B (C. p. f. pyramidata); 190-4C, disuelto en el líquido preservador de tal manera
O (C. p. f. /anceo/ata); 190-4E, F (C. p. que las ilustraciones presentadas fueron hechas
f. convexa); 190-4G. H (e. P. f. su/cata);
sobre la base del material orgánico remanente.
190-4 1, J rc. p. f. excisa); 190-4K, L rc. p.
Se ha conservado, sin embargo, la forma redon-
f. antarctica). deada de la protoconcha; encima de ésta aparece
una conspicua constricción con una saliencia ha-
Todas las formas, menos una, están representa-
cia anterior. Esta saliencia probablemente inte-
das en figuras independientes. En todas la pro-
grara parte del anillo embrionario antes de solu-
toconcha es ahusada y de extremo posterior
bilizarse. El tipo de material no permite precisar
agudo; el límite de la primera con la teloconcha los tamaños en cuestión.
es indefinido y sólo está marcado por una leve
constricción. Ambas superficies son lisas de ma-
nera que tampoco la escultura constituye un Clio palita (Pelseneer, 1888)
carácter discriminatorio utilizable. Fig. 190-8.

Clio cuspjdata Bosc, 1802 En mi opinión esta especie es sinónimo de Clio


Fig. 190-5A (sección óptica longitudinal); andreae; sin embargo, dado que el estado del
190-5-B, C (protoconchas desgastadas). ejemplar de la última es tal que no permite una
conclusión definitiva, se la trata independiente-
El extremo posterior presenta una espina agu- mente. La fig. 190-8 ilustra la protoconcha y el
da que sólo se conserva intacta en los individuos espesor de las paredes. La primera es perfecta-
jóvenes; en los adultos ésta generalmente está mente esférica y está separada de la teloconcha
parcialmente desgastada. Sin embargo, en estos por un grueso anillo transversal. La superficie
últimos normalmente se conserva el pequeño de la concha embrionaria es totalmente lisa y,
tubérculo donde la espina estaba asentada. La en el ejemplar estudiado, su pared era suma-
protoconcha misma es casi esférica y su límite mente delgada.
con la teloconcha está definido por una pro-
funda constricción. Ambas superficies son li- Cijo recurva (Childern, 1823)
sas. Fig. 190-9 A, B.

Clio chap"tali Gray, 1850 La protoconcha de esta especie es de pared re-


Fig.190-6. lativamente gruesa, tiene aspecto ahusado y un
extremo posterior romo que sugiere haber lle-
La figura 190-6 corresponde a un ejemplar pre- vado una espina como la de C/io cuspidata,
servado durante mucho tiempo, consecuente- que se f?erdió por rotura o desgaste.

526
Pteropoda

Clio campylura (Tesch, 1948) La protoconcha (fig. 190-12A-C) es redonda y


Fig. 190-10. - con superficie lisa. El límite entre ésta y la par-
te anterior, semejante a Creseis, es normalmente
En esta especie la superficie de la protoconcha muy débil (fig. 190-12B) pero, a veces, hay una
difiere notablemente de aquélla de la telocon- serie de anillos (fig. 190-12A), o una constric
cha, característica excepcional en· el género ción (fig. 190-12C) entre ambas. La concha ju-
C/io. La primera es triangular-ahusada, con un venil es notablemente diferente a la adulta.
tubérculo posterior romo, y de superficie lisa. La Los ejemplares jóvenes son deprimidos dorso-
teloconcha es imbricada de manera que el co- ventralmente, elongados y con costillas latera-
mienzo de este tipo de escultura marca el I í- les engrosadas (fig. 190-120); en su parte supe-
mite entre ambas. rior presentan débiles líneas de crecimiento. La
apertura tiene forma de rendija y sus márgenes
dorsal y ventral tienen forma de hoz.
Cuvierina columnella (Rang, 1827)
Fig. 190-11A, O. Diacria major (Boas, 1886)
Fig. 190-13.
Los juveniles de esta especie fueron descriptos
como Creseiscaliciformisy Sty/io/a sinecosta.
La concha embrionaria de esta especie sólo di-
La protoconcha es ovalado-ahusada y con su- fiere de la anterior por su esfericidad menos per-
perficie lisa. Entre aquélla y la teloconcha exis- fecta y por el extremo posterior algo más romo.
te una débil constricción a cuyo nivel la pared Las conchas juveniles son idénticas a las de D.
se engrosa levemente. Algunos ejemplares pre- trispinosa. La sección óptica de la fig. 190-13
sentan uno o dos anillos suaves (fig. 190-110). ilustra una protoconcha relativamente delgada,
Unas veces las paredes laterales de la protocon- pero ello es debido a las gruesas costillas latera-
cha son rectas en más o menos 1/2 de su exten- les; C/io polita y Cuvierina co/umne/la son las
sión, pero otras enteramente convexas. Las me- especies que poseen protoconchas verdadera-
didas de la última en la forma urceo/aris son mente delgadas.
0,36 mm de largo y 0,16 de ancho. Los juveni-
les se asemejan a Creseis (fig. 190-11 A). Los Diacria quadridentata (De Blainville, 1886)
más pequeños tienen lados rectos, divergentes, Fig. 190-14 A, B (D.q. f. danae); 190-14 C-E
y los de mayor tamaño exhiben un rápido ensan- (D.q. f. costata).
chamiento anterior de tal manera que los lados
se vuelven cóncavos. En los juveniles menores Las diferencias entre las formas que integran
el músculo retractor está inserto en la protocon- esta especie son pequeñas y no se ponen de
cha y, con el crecimiento, esta unión pasa a la manifiesto en los juveniles. La protoconcha es
pared lateral de la concha juvenil. Este fenó- marcadamente más larga que ancha de tal mane-
meno hace que el proceso de matamorfosis des- ra que toma un aspecto ovalado, y no redondo
cripto por Van der Spoel (1967) sea mucho más como en D. major. La concha juvenil es, en su
complejo ya que, obviamente, el músculo en sección anterior, relativamente más ancha y
cuestión ejecuta dos cambios en vez de uno solo. de menor longitud que en D. trispinosa, pero en
los demás caracteres es idéntica a aquélla. El
La ausencia de límites conspicuos no permite la
comienzo de las costillas dorsales longitudinales
separación de las protoconchas I y 11.
es más marcado en D. quadridentata que en los
juveniles de las dos especies precedentes, pero
Diacria trispinosa (De Blainville, 1821) este fenómeno es variable.
Fig, 190-12 Aa O.
Cavolinia
Recientemente, Panhorst y Van der Spoel
(1974) probaron que la forma major constituye Este género está caracterizado por la marcada
una especie independiente; en consecuencia diferencia entre protoconcha I y 11 y la telocon-
aquélla será tratada separadamente. chao Más aún, la protoconcha no es ahusada sino

527
Pteropoda

cónica y curvada hacia dorsal, rasgo único en su estas últimas son visibles desde temprano. Tal
tipo. Otro ejemplo de diferencia conspicua entre fenómeno no ocurre en C. longirostris y C.
las tres partes antes mencionadas se encuentra en inflexa. La longitud de la protoconcha I es li-
las especies ovoviv íparas como Limaeina hefieoi- geramente diferente en las distintas formas pero
des. este carácter no parece tener valor discrimina-
torio. Su superficie es estriada con líneas mucho
Cavolinia longirostris (De Blainville, 1821) más separadas que en las demás especies y en la
Fig. 190-15A-C (C. l. f. 10ngirostrisJ. transición de la protoconcha I a 11 las variacio-
nes en estriación son irregulares, igual que en
Las diferencias entre formas son demasiado pe- C. inflexa. No hay anillos embrionarios ni cons-
queñas como para servir para los fines de la iden- tricciones.
tificación, en consecuencia se omiten en las con-
sideraciones subsiguientes. Cavolinia gibbosa (MS, Ray) (d'Orbigny, 1836)
Fig. 190-17 A, C.
La protoconcha 1 de C. l. forma longirostris
presenta estr ías transversales cuya separación es
Los juveniles de esta especie se asemejan, princi-
menos de la mitad que la distancia entre las es-
palmente, a los de C. globulosa, aunque, en esta
trías de la protoconcha 11. Entre esta última y la
última la concha es algo más redondeada. In-
teloconcha se observan algunas fisuras. No hay
mediatamente delante del lugar donde la proto-
anillos ni constricciones embrionarias, hecho que
concha se desprende la concha es lisa con excep-
imposibilita detallar el tamaño exacto de la
ción de algunas estrías transversales (fig. 190-
protoconcha. El extremo posterior es redondea-
17C). La protoconcha (fig. 190-17 A, B) es de
do y carece de tubérculos. En las muestras de
paredes relativamente gruesas y la separación de
plancton con altas cantidades de juveniles es
las estrías en sus secciones 1 y I1 es, aproxima-
común encontrar protoconchas desprendidas de
damente, igual, de manera que el límite entre
la concha en crecimiento.
ambas no está marcado.

Cavolinia tridentata (MS, Forskal) (Niebuhr,


Cavolinia globulosa (MS, Ray) (Gray, 1850)
1775)
Fig. 190-18.

El material en mi poder no contuvo juveniles de


Los juveniles son sumamente característicos ya
esta especie y tampoco pude encontrar descrip-
que poseen 4 cortas costillas callosas externas
ciones bibliográficas que indudablemente per-
inmediatamente delante del lugar donde se des-
tenecieran a la misma. Las descripciones de
prende la protoconcha. Su forma es notablemen-
d'Orbigny (1836) y de Boas (1886) de ejempla-
te regular, redondeada. Jamás se encontraron
res adultos con sus protoconchas intactas indi-
juveniles ni adultos con las protoconchas in-
can que se trata de estructuras semejantes a las
tactas, hecho que imposibilita la descripción de
conchas embrionarias de, por ejemplo, Cavo- las mismas.
finia uneinata.
Cavolinia inflexa (Lesueur, 1813)
Cavolinia uncinata (Rang, 1829)
Fig. 190-19A, B (C. i. f. inflexa).
Fig. 190-16A (C. u. u. f. pulsata); 190-16B, C
(C. u. u. f. uneinata). Los juveniles de esta especie difieren de los de
C. longirostris por la relación de tamaños (fig.
Los juveniles son fácilmente ,reconocibles por su 190-19B) y por la posición de los apéndices del
protoconcha fuertemente proyectada hacia pos- manto que son anteriores en ésta, pero posterio-
terior, hecho que les da un aspecto frágil y del- res en C. longirostris (ef. Troost y Van der
gado en comparación con, por ejemplo, C. Spoel, 1972). Tal como se ilustra en lafig.190-19
gibbosa y C. globulosa. Por otro lado, ésta es la A las estriaciones de las protoconchas I y 1I va-
única especie en cuyos estadios juveniles el an- rían gradualmente en densidad. El extremo pos-
cho máximo de la concha ocurre a nivel de las terior es redondeado y carece de tubérculo o
espinas laterales; los lugares de nacimiento de cúspide.

528
Pteropoda

J'

'.."'.
Fig. 190.
Conchas embrionarias
1( de Euthecosomata. Ca-
voliniidae.

20 (Ver referencias en p.
531).
l'
lA

1.

529
Pteropoda

Fig. 190. mbrionarias


de Euthecoe somata, Ca-
Conchas
voliniidae.

(Ver referencias en p.
531).

530
Pteropoda

Fig. 190. Conchas embrionarias de Euthecosomata, Cavoliniidae.


1) Creseis acicula forma acicula, protoconchas (Pacífico oeste); A: sección óptica, B: aspecto externo. 2) Cre-
seis virgula (Pacífico oeste); A-C: C. v. f. virgula, D-E: C. v. f. conica; A-D: sección óptica de la protoconcha, B,
E: aspecto externo de la protoconcha, C: juvenil 3) Styliola subula, protoconchas (Pacífico oeste); A. B: aspecto
externo, C: sección óptica. 4) Clio pyramidata; A. B: C. p. f. pyramidata (Atlántico norte), C, D: C.p. f.lanceola-
ta (Atlántico tropical), E, F: C. p. f. convexa (archipiélago Indo-Malayo), G, H: C. p. f. sulcata (Atlántico sur), 1,
J: C. p. f. excisa (Atlántico sur), K, L: C. p. f. antarctica(Pacífico sur); A-D, F-I, K, L: aspecto externo, E, J: seccio-
nes ópticas. 5) Clio cuspidata, protoconchas (Pacífico oeste); A: sección óptica, B, C: protoconchas desgasta-
das. 6) Clio chaptali, protoconcha (cerca del Cabo de Buena Esperanza). 7) Clio andreae, (33º30'S, 11 ºE); A:
holotipo, ejemplar completo, B: protoconcha. 8) Clio polita, protoconcha (Atlántico norte). 9) Clio recurva,
protoconchas (Atlántico norte); A: aspecto externo, B: sección óptica. 10) Clio campylura, protoconcha
(Indico). 11) Cuvierina columnella forma columnella, (Pacífico); A: juvenil, B: parte anterior de un juvenil. C:
juvenil. luego de la primera traslación del músculo columelar, D: protoconcha. 12) Diacria trispinosa: A: proto-
concha (Atlántico norte), B: protoconcha (archipiélago Indo-Malayo), C: protoconcha en vista lateral (archipié-
lago Indo-Malayo), D: juvenil (archipiélago Indo-Malayo). 13) Diacria major, protoconcha en sección óptica
(Atlántico). 14) Diacria· quadridentata, (Pacífico oeste): A, B: D. q. f. danae, C. E: D. q. f. costata, A: juvenil en
vista ventral. B: juvenil en vista lateral, C: protoconcha, D: teloconcha con un animal en "estado diminuto
(minute stage), E: juvenil. 15) Cavolinia longirostris forma IQngirostris; A: concha juvenil (Pacífico oeste), B:
protoconcha desprendida de un juvenil en crecimiento (Atlántico), C: juvenil (Atlántico). 16) Cavolinia uncina-
ta uncinata, (Atlántico\; A: C. u. u. f.lJulsata, aspecto externo y sección óptica de la protoconcha (Indico), B, C:
C. u. u. f. uncinata, B: aspecto externo de la protoconcha (Atlántico), C: juvenil (Atlántico). 17) Cavolinia .qib-
bosa; A, B: protoconcha, aspecto externo y sección óptica (Atlántico). C: juvenil (Pacífico oeste). 18) Cavo/mla
globulosa, juvenil (Pacífico oeste). 19) Cavolinia inflexa, forma inflexa. (Atlántico); A: protoconcha, B: juvenil.
Escalas: línea simple - 0.1 mm, línea doble - 1 mm.
(Original).

531
CLADOCI;RA
FERNANDO C. RAMIREZ

En otros casos, como en la familia Polyphemi-


Morfología, caracteres de dae, el caparazón se reduce a una bolsa dorsal o
valor taxonómico cámara incubatriz (figs. 191 a, b). En la cabeza
hay un ojo naupliar pequeño y simple (género
Morfología Penilia: fig. 191c), o grande, compuesto, forma-
El cuerpo de los cladóceros se halla parcial o do por ommatidias que pueden alcanzar un alto
totalmente cubierto por un caparazón bivalvo número, como en el género Podan, que llegan a
sin articulación dorsal que deja libre, en todos 80 (fig. 191b). Hay un par de anténulas reduci-
los casos, la porción cefálica, y que por transpa- das, de inserción ventral y provistas de sedas sen-
rencia deja ver la coloración de la hemoglobina sitivas apicales, y un par de antenas birramosas
o las gotas de aceite del mixocel, así como la muy desarrolladas, móviles y con largas sedas
acumulación de carotenos rojos y reservas azu- plumosas de función natatoria. La boca, situada
les. Cuando la cobertura es total, incluye el tron- en el fondo de un seno ventral, está provista
co con sus 5 Ó 6 pares de patas y el abdomen de apéndices masticatorios (mand íbulas y ma-
(fig. 191cl, como sucede en la familia Sididae. xilas) y marca la separación de la cabeza con el
cuerpo acentuada en algunos grupos por un si·
nus cervical profundo (fig. 191 b). Las patas
torácicas son de forma y número variables: en la
superfamilia Sidoidea hay 6 pares foliáceos (fig.
191al, mientras que la superfamilia Polyphe-
moidea posee 4 pares cil índricos y articulados,
con exopoditos reducidos (figs. 191 a, bl. El ab-
domen, sin apéndices y curvado ventralmente,
posee en las hembras una cámara incubatriz si-
tuada entre el dorso del cuerpo y el caparazón.

Caracteres de valor taxonómico


En comparación con los c1adóceros dulceacu í-
colas, que ascienden a unas 400 especies, muchas
de éstas con variaciones de valor subespec í-
fico, los marinos se hallan reducidos a 9 especies,
con pocas dificultades para su clasificación. Los
caracteres específicos más seguros debido a su
alto grado de constancia se basan en la setosidad
de los exopoditos de las patas. El número, la
longitud y disposición de dichas sedas constitu-
Fig. 191 a-c. Detalles morfológicos de utilidad diagnóstica. yen caracteres muy estables a temperaturas y
a) Evadne nordmanm;· b) Podon intermedius; c) salinidades extremas, sea en aguas oceánicas o
Penilia avirostris. costeras y bajo diferentes variables ambientales
bm) Bandas musculares; d) Caparazón; cc) Cá-
mara de cría; el-e.) Exopodios de patas 1 a 4; o) (Baker, 1938). La consideraci ón de otros carac-
Ojo; p) patas foliáceas; sc) Sinus cervical. teres ligados a razones circunstanciales como la
(De Ramírez y De Vreese. 1974). edad, procedencia geográfica, forma temporal,

533
Cladocera

d d

Fig. 191 d-h. Especies de Cladocera.


d) Evadne tergestina; e) Evadne spinifera; t) Podon polyphemoides; g) Podon leudarti; h)8os-
mma coregoni maritima. 1 a 4) Primero a cuarto pares de patas.
(d-g: de Mordukhai-Boltovskoi. 1969; h: de Ramner. 1939).

534
Cladocera

etc. de los especímenes llevó primitivamente a la desarrollo, los embriones presentan evidencias de
creación errónea de nuevos tipos. Muchos auto- fertilidad (neotenia). En Evadne nordmanni
res han señalado la existencia de cambios intra- (Kuttner, 1911) los huevos de la tercera gene-
específicos. a través de diferentes áreas geográ- ración maduran y pasan del ovario al saco de in-
ficas, tales como tamaño, forma, proporciones cubación cuando sus progenitores (segunda ge-
de la bolsa incubatriz, número de huevos (Baker, neración) han alcanzado un grado avanzado de
1938), o grado de corpulencia, afinamiento del desarrollo y presentan pigmentación ocular. En
útero, número de embriones (Ramner, 1934). el momento en que Jos embriones son liberados
Lilljeborg (1900), hab ía observado que la bolsa de la cámara materna, sus huevos se hallan en
incubatriz de Evadne nordmanni variaba entre estado de blástula.
un extremo agudamente anguloso a regular-
El potencial biótico de las hembras varía intra
mente redondeado en ejemplares del Mar Báltico
o interespecíficamente. En Peni/ia avirostris,
y Mar del Norte, respectivamente. Dicha dife-
por ejemplo, hay variaciones geográficas: en 3
rencia, atribu ída por el autor a variedades geo-
localidades de Italia presenta de 2,1 a 2,8 em-
gráficas, fue corroborada por Jórgensen (1933), briones por hembra (Della Croce, 1964a); en Na-
quien la adjudicó a la actividad reproductiva. Las
rragansett (América del Norte) 9,3 embriones
disimilitudes halladas por Ramner (1934) entre
ropo cit.); en el golfo de Lyon 3,9 embriones
poblaciones de Cladocera de la costa de Africa
máximo 12 (Thiriot, 1972); en Sebastopol
y Sudamérica llevó a dicho autor a considerar la
(Pavlova, 1959) de 6 a 8 embriones. Ramner ha-
existencia de ecotipos o simples modificaciones
lló en Evadne tergestina una mayor fertilidad
locales, entidades subespecíficas que no cuentan
frente a Guayanas (5 embriones) que frente a
con la aprobación de todos los autores.
Río Grande do Sul (3 a 4 embriones). Igualmen-
te halló diferencias de potencial genético en el
Biología golfo de Guinea, con relación a la distancia de la
costa. Algunos autores han intentado correlacio-
Reproducción nar la producción de huevos con la talla de las
hembras, tal como fue demostrado en el agua
Los cladóceros poseen reproducción partenoge- dulce (Green, 1954, 1956). Bainbridge (1958)
nética y gametogenética. En el primer caso hay señala que en Evadne nordmanni los individuos
una intensa producción de hembras cuyas ge- más grandes tienden a producir una progenie
neraciones se suceden por viviparidad y, general- numerosa. Igual correlación fue señalada por
mente, con intenso ritmo. En determinado Thiriot (1972) en poblaciones de Evadne spi-
momento, y siempre mediante partenogénesis, nifera y E. nordmanni del Mediterráneo occi-
las hembras producen crías de ambos sexos; dental.
la fecundación de éstas da por resultado hembras
con huevos de resistencia que descienden al
fondo del mar, donde permanecen hasta que las Reproducción sexual
condiciones se tornan favorables para la inicia-
o gametogenética
ción de una nueva etapa partenogenética.
El paso a esta forma va precedido por una
"etapa depresiva" de la hembra, traducida en
Reproducción partenogenética una reducción del número de embriones. Aun·
que no está precisado a través de qué procesos
Los huevos maduran en la cámara incubatriz, ali- metabólicos actúan, se señala que las condicio-
mentados por su propia reserva o mediante el nes de temperatura y salinidad son los factores
aporte de células grandulares que se hallan en las inductivos de este cambio. Muchos autores
paredes de la bolsa ("útero"). Por acumulación (Bainbridge, 1958; Dakin y Colefax, 1933;
y aumento del tamaño de huevos y embriones Lohmann, 1908) han correlacionado los picos
la cámara de cría es presionada, pudiendo reproductivos de los c1adóceros con la alta
alterar la forma de la parte abdominal del capa- producción primaria, asignándole una impor-
razón. Al alcanzar un determinado grado de tancia decisiva a la disponibilidad alimenticia. Es

535
Cladocera

evidente que la alta densidad numérica del fi- puede ·fi Itrar part ículas inferiores a los 10 mi-
toplancton puede actuar sobre los niveles de crones de diámetro (Pavlova, 1959), lo cual ase-
concentración de ox ígeno y anh ídrido carbó- gura una alta eficiencia de filtración, acorde con
nico manteniendo un equilibrio favorable a las su alta tasa metabólica. Contrariamente, los poli-
exigencias fisiológicas de estos organismos. La fémidos poseen un caparazón reducido, y las en-
ruptura de dicho equilibrio, al final del perío- ditas de las patas son cil índricas y provistas de
do estival, induciría a las hembras a la produc- garras rígidas de tipo raptorial. El grado de tri-
ción de machos y huevos fecundados. Estos son turación que el alimento sufre previamente a su
de mayor tamaño que los partenogenéticos, ingreso al estómago hace imposible establecer
presentan paredes más gruesas y abundantes su composición. Algunos autores analizaron las
esférulas de vitelo. Su producción no pasa, en la presas retenidas por las enditas de las patas 2°
mayoría de los casos, de 1 por hembra, si bien y 3° , o bien presionadas entre el labrum y la bo-
no es rara la presencia de 2, en cuyo caso pueden ca, hallándose representantes de' dinoflagelados
diferir en volumen (Cheng, 1947; Jo~gensen, y diatomeas, y huevos de copépodos (Bainbrid-
1933; Lilljeborg, 1900). Durante su desarrollo ge,1958).
ha sido descripta, en algunas especies, la presen-
cia de una masa compacta de células nodrizas
que rodean al huevo, desapareciendo con la Distribución
constitución de una envoltura compacta (Jor-
gensen 1933). Una vez formado el huevo, rom- Distribución geográfica mundial
pe la cámara incubatriz y se aloja en la cavidad
del caparazón; su ca ída al fondo está relacionada
con la ecdisis de la hembra, o bien con su muer- La deriva de los c1adóderos por las corrientes
te y descenso. Su período de latencia se prolon- marinas está generalmente acompañada por len-
ga hasta que las condiciones favorezcan su eclo- tos gradientes termohalinos que posibilitan
sión, siendo la temperatura el factor decisivo. su habituamiento temporal, tornando impreci-
Ensayos experimentales señalan distintos rangos sos los límites regionales. Por otra parte, su esta-
térmicos de tolerancia \ para las especies, así do de latencia bajo la forma de huevos de re-
como condiciones óptimas de eclosión y desarro- sistencia suele dar datos negativos en muchas
llo embrionario. Onbé et al. (1977) hallaron, localidades donde su ausencia es solamente
para huevos de resistencia de Podon polyphe- circunstancial. Si bien estos hechos hacen impo-
moides, valores extremos entre 13° y 20°C, con sible toda simplificación, es dable señalar los ras-
un óptimo de 17°C. Wickstead (1963) señala que gos generales de su distribución en los diferentes
el "umbral térmico"que precede a la eclosión de océanos.
Penilia avirostris en el Indico es de 28°C. En esta Penilia avirostris. Es una especie cosmopolita,
especie la tolerancia salina durante la etapa de propia de sectores neríticos y marcadamente
resistencia va desde 7,3 hasta 31,3%0 (Onbé eurihalina. Ha sido reiteradamente citada para la
et al., 1977). desembocadura de ríos: Danubio (Margineanu,
1963), Omonimo (Bainbridge, 1960), Delaware
Alimentación y nicho trófico (Cronin et al., 1962; Deevey, 1960), Ebro (Vi-
ves, 1965), etc. Su presencia en el Mediterrá-
La alimentación puede consistir en una filtración neo ha sido señalada con relación a la pene-
indiscriminada de organismos suspendidos (mi- tración de aguas atlánticas (Steuer, 1933a) o
crofagia), o en la captura selectiva de presas provenientes de. ríos y estanques litorales (Ca-
(macrofagia). El primer caso corresponde a sanova, 1968). Es conocida en aguas tropicales
Penilia avirostris, único representante de los sí- y templadas del Pacífico: Onbé (1973, 1974), y
didos del plancton marino, quien posee un Onbé et al. (1977) la menciona en el sector
caparazón que al abrirse actúa como una cámara occidental y Della Croce (1964b) frente a Perú,
de succión. Las patas, del tipo foliáceo, están muy alejada de las áreas conocidas de distribu-
provistas de sedas plumosas que retienen las par- ción. En el Atlántico sur fué señalada por Ram-
tículas y organismos suspendidos. Dicha especie ner (1934) para costas de Africa y América.

536
Cladocera

Evadne nordmanni. Criófila cosmopolita, esta es- latitudes altas del Atlántico, por lo que es consi-
pecie es el c1adócero más común del Mar del derada una especia bipolar.
Norte, costas de Gran Bretaña, aguas danesas y
Podon polyphemoides. Es una especie cosmopo-
Mar Báltico. Fue hallada hasta 7f)° N frente a
lita y eurihalina, mencionada para ambientes con
Noruega (Wiborg, 1940, 1944, 1954) donde
alto grado de dilución, como lagunas salobres
llega, posiblemente, por deriva de la Corriente
(Cannici, 1958), mares internos con influencia
del Golfo (Jorgensen, 1933). Es el Cladócero
continental como el Mar Negro (Dolgopolskaja,
más importante del norte del Báltico. donde es
hallada con salinidades de 5 a 7% o (Ackefors, 1958), Mar Báltico (Ackefors, 1969), Mar Cas-
1969; Lindquist, 1959). Son numerosas las men- pio (Rivier y Mordukhai-Boltovskoi, 1966), sec-
tores interiores de puertos (San Feliú, 1962).
ciones para diferentes sectores del Mediterráneo, Fue hallada en sectores neríticos del Mediterrá-
al que ingresa posiblemente por deriva atlánti-
neo (Thiriot, 1972; Vives, 1966), y Ramner
ca: Adriático (Kajdiz, 1912), Liguria(Della Cro-
(1934) la menciona para la costa de Sudáfrica
ce, 1952), Argel (Rose, 1927), Villefranche sur
con influencia del agua fría de Benguela.
Mer (Trégouboff, 1963), Alboran (Casanova,
1968). Fue citada para el Atlántico Sur por Podon intermedius. Constituye una especie de
Ramner (1934) frente a las costas de Africa menor importancia que las precedentes, y dado
y Sudamérica, proveniente de la deriva de aguas el escaso número de menciones no es relacio-
frías de origen subantártico. nable a una característica general de distri-
bución. En el Mar Báltico hace su aparición en
Evadne tergestina. Es hallada frecuentemente
asociada a Penilia avirostris en aguas cálidas, verano (Ackefors, 1969; Lindquist, 1959) yen
sin sobrepasar en ambos hemisferios los 400$. el Mediterráneo presenta un pico de abundancia
Fue hallada en el Océano Indico (Foxon, 1932) en primavera (Ravera, 1967; Thiriot, 1972;
y en diversos sectores del Mediterráneo (Ravera, Trégouboff, 1963; Vives, 1966), disminuyendo
1967; Th iriot, 1972; Vives, 1966; etc.). Fue sensiblemente en los meses subsiguientes.
hallada en latitudes ecuatoriales del sector orien-
tal del Atlántico por Ramner (1934) con tem-
peraturas superficiales superiores a 2rC.
Distribución horizontal

Evadne spinifera. Si bien no es una especie Aunque predominantemente son integrantes del
estrictamente termófila, predomina en zonas de plancton de aguas costeras, los c1adóceros están
rangos térmicos elevados. Son numerosas las relacionados, en algunos casos, con corrientes
menciones para latitudes medias: aguas centrales oceánicas, por las que llegan a ocupar posiciones
del Océano Indico (Apstein, 1901), inmediacio- intercontinentales. Evadne spinifera, considerada
nes de Australia (Gibitz, 1922; Ramner, 1931), la menos nerítica' de las especies del Medite-
costas de Japón (Ramner, 1931), Mediterráneo rráneo (Furnestin, 1960), fue citada para aguas
(Ravera, 1967; Thiriot, 1972; Trégouboff, 1963; centrales del Atlántico Norte entre Islas del
Vives, 1966). Ello no excluye menciones para Cabo Verde y Bermudas. Los estudios de Long-
sectores de altas latitudes: Mar Báltico; Kat- hurst y Selbert (1972), en aguas centrales del
tegat, Skagerrak y Mar del Norte hasta las Pacífico norte y sur, evidencian la amplia dis-
islas Faroe (Gibitz, 1922). tribución oceánica de Evadne tergestina y E.
spinifera: ambas fueron halladas en los niveles
Podon leuckarti. Es una especie criófila, de altas epipelágicos, la primera de ellas en la región de
latitudes, que en el hemisferio norte incluyen las corrientes girales del centro, y la segunda en
el Canal de la Mancha, Mar del Norte y Mar de aguascálidas de la zona tropical.
Groenlandia (Wimpenny, 1966) con temperatu-
riS inferiores a 18°C, hasta el punto de congela- Distribución vertical
ción (Ramner, 1930). Fue también hallada en el
Mar Báltico (Ackefors, 1969; Lindquist, 1959; Los c1adóceros son componentes normales del
Lilljeborg, 1900; Nordqvist, 1890). En el he- epiplancton, habiendo advertido algunos auto-
misferio sur fue hallada por Ramner (1934) en res una microdistribución vertical para los pri-

537

\
Cladocera

meros centímetros de profundidad (Cham- rriente subantártica. Su distribución fue poste-


palbert, 1968; Della Croce y Sertorio, 1959; Ghi- riormente ampliada para diferentes sectores de
rardelli, 1966; Specchi, 1968; etc.). Ello no ex- la plataforma argentina (Olivier, 1954; Ramí-
cluye su presencia en niveles profundos, como rez y De Vreese, 1974) hasta latitudes del Río
ha sido demostrado para Evadne spinifera y E. de la Plata. Podon leuckarti, más estenoica, fue
tergestina, cuyas poblaciones tienden a disper- mencionada solamente por Rammer (1934) para
sarse hacia los 400 Ó 600m. de profundidad en inmediaciones del canal de Beagle. Tanto esta es-
condiciones de mar calmo, alcanzando los 2000 pecie como Podon polyphemoides alcanzan,
m con mar agitado (Trégouboff, 1963). Peni- frente al Africa, latitudes más septentrionales
lía avirostris fue hallada a 600 m de profundi- que frente a Argentina debido a las diferentes
dad (Ravera, 1967), registro ampliado posterior- caracter ísticas de la corriente de Benguela con
mente a niveles entre 2000 y 2800 m (Casanova, respecto a la malvinense.
1968).
El, segundo grupo de especies, representado por
Migraciones nictimerales Penilia avirostris, Evadne spinifera y E. tergesti-
na, se halla relacionado con la influencia del
A semejanza de muchos otros componentes del agua cálida. Penilia avirostris fue mencionada
zooplancton, los cladóceros efectúan despla- para Brasil por Ramner, 1934 (como Penilía
zamientos verticales, principalmente bajo influjo schmackeri), Almeida Prado (1963) y Teixeira
del estímlJlo luminoso. Otros factores que inter- et al. (1965), estos últimos para aguas de
vienen en dicho proceso son el estado de §lgita- manglares. En Argentina aparece en aguas cos-
ción del mar, la estructura térmica de las capas teras, hasta 400S aproximadamente, en los meses
del agua, composición del plancton y estado on· cálidos. Evadne tergestina no fue hallada al sur
togenético de los animales (Thiriot, 1972). de 350S (Ramírez y De Vreese, 1974), siendo
Numerosos trabajos del Mediterráneo señalan Evadne spinifera más estenoica, dado su ausen-
el carácter inverso de los desplazamientos verti- cia en aguas del sur de Brasfl. Podon interme-
cales, con tendencia a agruparse en los niveles dius, cosmopolita de aguas templadas, no reú-
entre O y 50 m en las horas de mayor luminosi- ne suficientes datos para su caracterización re-
dad (Barnes, 1953b;Champalbert,1968; Ghirar- gional. Fue hallada en plataforma de Argentina,
delli, 1966; Hansen, 1951; Specchi, 1968; Uruguay y sur de Brasil (Ramírez y De Vreese,
Thiriot, 1972). Igualmente en aguas japonesas 1974) y en forma escasa en el golfo San Matías
Evadne tergestina y Podon polyphemoides (Ramírez, en prensa).
tienden a desplazarse hacia niveles profundos
en las horas nocturnas (Onbé, 1974). En secto-
res costeros de Argentina Podon polyphemoi-
des y Evadne normanni alcanzan su mayor con- Variaciones estaciona les
centración en los niveles superiores durante las
horas diurnas (Ramírez y De Vreese, 1974). Un perfil entre la costa y el talud a 330S permite
apreciar un abrupto aumento en primavera, al-
Distribución geográfica en el canzando su máximo en octubre (fig. 192). El
Atlántico Sudoccidental desplazamiento de los picos de abundancia desde
sectores costeros a oceánicos varía para cada es-
De acuerdo con el esquema hidrográfico regio- pecie: Podon polyphemoides, que inicia la apa-
nal, los c1adóceros pueden agruparse en especies rición de los c1adóceros, alcanza valores signi-
criófilas relacionadas con la influencia de la Co- ficativos en aguas costeras al comienzo de la
rriente de Malvinas, y especies termófilas prove- primavera, con una temperatura superficial de,
nientes del dominio subtropical, prolongado aproximadamente, 10°C. En los meses subsi-
hacia el sur por la Corriente de Brasil. Al primer guientes se desplaza hacia sectores centrales de
grupo pertenecen las especies Evadne nordmanni, plataforma, donde se establece una termoclina
Podon polyphemoides y Podo/? leuckarti. Las con valores de aproximadamente 20°C en los ni-
2 primeras fueron mencionadas por Ramner veles superiores. Penilia avirostris y Evadne spi-
(1934), quien las consideró derivadas por la co- nifera son de menor importancia numérica y más

538
Cladocera

1000
E.l .1
E.2 E.3 E.4 E.S J 1I E.6
L.."

TR. 1
500
.•.•UNIO
72

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10III~II500J MEDIU&
50
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5001
NDROMAHHI ~ TERlGEST1NA AVIROBTRlS

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TR. ,":
TR.2 , ,IQ,
(1
1 11III

POOON POOON l--L-a


EVAONE EVAONE PENILIA

Fig. 192. Distribución espacio-temporal de los cladóceros en 5 transectas (TR. 1 a 5) aproximadamente


perpendiculares a la costa de la Provincia de Buenos Aires (Argentina) con 6 estaciones cada
una (E1 a E6). Las estaciones 1 ubicadas frente a Mar del Plata (aproximadamente 38°5, 57°W),
y las estaciones 6 entre 38°02'5 y 36°04'5, 54°28'Wy 53°1 O'W. Los barridos fueron verticales,
desde 50 m o menos, hasta la superficie. Los círculos indican la ausencia de muestra en la es-
tación correspondiente.
(De Ramírez y De Vreese, 1974).

539
Cladocera

características de aguas del centro de plataforma, ción de los músculos antena les y el extremo
donde alcanzan su máximo en verano. Termófilas furcal; en Podon entre el borde anterior cefáli-
en grado más estricto, ambas especies fueron co y el punto de inserción de las sedas furcales
halladas con 15°C en todos los niveles barridos. (Baker, 1938; Ramner, 1931), o bien el extremo
furcal (Onbé, 1974); enPenilia entre el bordean-
Podon intermedius y Evadne nordmanni, de
terior cefálico y la inserción de la seda furca!.
mayor importancia numérica que las 2 anterio-
res, presentan rasgos intermedios. Considerado a
escala regional, las especiesPodon polyphemoides Lista sistemática de los
. y Evadne nordmanni presentan variaciones espa-
cio-temporales notorias, con máxima abundancia cladóceros marinos y
durante primavera en plataformas de Uruguay especies registradas en el
y norte de Argentina. Los valores numéricos al- Atlántico Sudoccidental
canzados por Podon polyphemoides son notoria-
mente inferiores en a~uas del golfo San Mat ías, La sistemática adoptada corresponde a la de
donde las temperaturas de superficie varían es- Brooks (1959). Están excluidas las formas re-
tacionalmente entre 11 y 18°C. Iictas, en especial las de la cuenca Pontoaralcas-
piana, que reune nuevos géneros y especies de
organización aberrante (para mayor detalle ver
Mordukhai-Boltovskoi, 1964, 1967, 1968b). Pa-
Métodos de estudio ra aquellas especies que fueron registradas en
el Atlántico Sudoccidental la información inclui-
da, separada por medio de barras (/), es : 1)
Técnicas para la identificación Nombre completo del taxón; 2) Ubicación de la
ilustración correspondiente; 3) Referencias bi-
Los c1adóceros pueden ser conservados con al- bliográficas para la identificación y distribución
cohol o formaldehido, éste último al 5% de con- conocida de la especie; 4) Areas del Atlántico
centración (ver p. 117). La observación general Sudoccidental donde fue hallada (ver fig. 142);
de la forma del cuerpo puede efectuarse bajo la y 5) Un breve comentario referente a su disper-
lupa con 50 aumentos, pero el análisis de ciertas sión geográfica mundial. La presencia de un
estructuras finas exige su disección y montaje doble guión (- -) indica la omisión de la infor-
para el análisis microscópico. El recuento de las
mación correspondiente.
sedas expodiales de las patas torácicas puede ser
efectuado en un vidrio excavado y sin previa di- Suborden EUCLADOCERA Eriksson, 1934
sección. Cuando se desea información acerca de Usualmente todos, o por lo menos los 2 últimos
los huevos o embriones alojados en la cámara de pares de patas son foliáceos. El caparazón cu-
cría puede recurrirse al ácido láctico para trans- bre, por lo general, todo el cuerpo, o se halla re-
parentar el caparazón, haciendo posible la apre- ducido a un saco dorsal.
ciación de su grado de desarrollo. En los casos en Superfamilia SI DOIDEA Brooks, 1959 (Cte-
que se desea estudiar el potencial biótico de las nópoda: Sars)
hembras deben desalojarse las crías con agujas de Posee 6 pares de patas foliáceas, de los cuales
disección, siempre que un número elevado de los 5 primeros pares son iguales y provistos de
embriones no posibilite su recuento por trans- sedas plumosas en sus enditas.
parencia. Cuando se desea medir la talla de los Familia SIDIDAE Baird, 1850
ejemplares debe controlarse su correcta posición El caparazón está provisto de un manto ge-
en el vidrio excavado. Puede utilizarse también latinoso que rodea todo el cuerpo, cu-
un vidrio común al que se le aplique un cubre- briendo igualmente las patas.
objetos, pero evitando que éste apoye sobre el Género Penilia Dana, 1849
espécimen. El largo total de Evadne, Podon y Penilia avirostris Dana, 1849 (único género y es-
Penilia media entre el borde inferior cefálico y pecie) 1191cl Della Croce, 1964a; Tré-
posterior del caparazón. El largo morfológico gouboff y Rose, 1957/5; 6; 7; 81 Tropi-
en Evadne se proyecta entre el punto de inser- cal, subtropical.

540
Cladocera

Superfamilia CHYDOROIDEA Brooks, 1959 domen reducido. Cabeza grande, globosa,


(Anomopoda: Sars) el ojo ocupa casi toda su superficie. Labro
Los 5 ó 6 pares de patas presentes son muy di- grande.
ferentes entre sí, siendo el primer y segundo
Género Evadne (Loven, 1835)
pares delgados y cil índricos.
Cabeza fija, no separada del cuerpo por
Familia DAPHNIDAE Strauss, 1829
Exclusivamente dulceacu ícolas. un sinus. Cámara de cría alargada dorsal-
mente, triangular, subtriangular u oval.
Familia BOSMINI DAE Sars, 1865
Largo del protopodito antenal aproxi-
Las anténulas de la hembra son grandes y
madamente 2-3 veces su ancho. Uña cau-
probosciformes, y se hallan desprovistas de dal de tamaño constante.
movilidad.
Evadne nordmanni Loven, 1835/191a/Baker,
Género Bosmina Baird, 1850.
Las anténulas de la hembra se hallan fi- 1938; Olivier, 1962; Ramner, 1939;
Trégouboff y Rose, 1957 / 1, 1a; 4; 5,
jadas a la cabeza y son inmóviles. En los
5d; 6, 7/Biantitropical.
machos son grandes y libres. Angulo
Evadne tergestina (Claus,· 1862/191 d/Baker,
inferoposterior del caparazón con una es-
1938, Trégouboff y Rose, 1957/ 6; 8;
pina o mucrón.
12/ Tropical, subtropical.
Bosmina coregoni maritima Müller/ 191 h /
Ackefors 1969; Ramner, 1939/ - - / Endé- Evadne spinifera Müller, 1868/ 191e/ Baker,
mica del Báltico. 1938; Ramner, 1939; Trégouboff y Rose,
Familia MACROTHRICIDAE Norman y 1957/8/ Termófi la cosmopolita.
Brady,1867 Género Podon (Li IIjeborg, 1853)
Exclusivamente dulceacu ícolas. Cabeza móvil, separada del cuerpo por
Familia CHYDORIDAE, Stebbing un profundo sinus cervical. Cámara de
Exclusivamente dulceacu ícolas. cría oval o subcircular, Protopodito an-
tenal de largo variable.
Podon polyphemoides (Leuckart, 1859) / 191f/
Baker, 1938; Olivier, 1962; Ramner,
Superfamilia POL YPHEMOIDEA Brooks, 1939; Trégouboff y Rose, 1957/ 4; 5;
1959 (Onychopoda: Sars) 6/ Cosmopolita.
Posee 4 pares de patas delgadas. Caparazón Podon leuckarti (Sars, 1861) / 1919/ Olivier,
reducido a un manto dorsal (cámara de
1962; Ramner, 1939; Trégouboff' y
cría). Ojo naupliar ausente; ojo grande, com- Rose, 1957/1/ Subpolar.
puesto. Cabeza corta. Podon intermedius Li IIjeborg, 1901/ 191 b/
Familia POL YPHEMIDAE Baird, 1850 Ramner, 1939; Trégouboff y Rose,
Cuerpo más bien corto y ancho. Cámara de
rráneo.
,
1957 / 4; 5, 5d; 6/ Subpolar; Medite-
incubación grande y sacciforme. Postab-

Clave para la determinación específica

1) EI caparazón, que es bivalvo y transparente, envuelve el cuerpo y las patas fol iáceas (fig.
191c). Ojo pequeño, de tipo naupliar: Penilia avirostris (fig. 191c).
1A) El cuerpo y los miembros no están protegidos totalmente por el caparazón, que sólo cu-
bre la porción abdominal (fig. 191a, b); cuerpo corto y ancho, cabeza grande y globosa
donde el ojo ocupa casi toda la superficie. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2
2) Cabeza fija, cuyo contorno se continúa dorsalmente con el cuerpo (fig. 191a) . . . . . . . . . .. (3
2A) Cabeza móvil, delimitada por un sinus cervical profundo (fig. 191 b). . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5

541
Cladocera

3) Los músculos elevadores del segundo par de antenas están separados , (4


3A) Músculos contactados lateralmente (fig. 19,1a) : Evadne nordmanni (fig. 191 a).
4) Borde posterior del abdomen no aguzado. Exopodios de las patas I a IV con 2, 3,3 y 1
sedas, respectivamente: Evadne tergestina (fig. 191d).
4A) Abdomen terminado en un extremo aguzado, espiniforme. Exopodios de las patas I a IV
con 2,2,2 Y 1 sedas, respectivamente.: Evadne spinifera (fig. 191e).
5) Exopodios de las patas I a IV con 2, 1, 1 Y 2 sedas, respectivamente: Podon intermedius
(fig.191b).
5A) Exopodios de las patas I a IV con 3,3,3 Y 2 sedas, respectivamente: Podon polyphemoi-
des (fig. 191f).
5B) Exopodios de las patas I a IV con 1, 1, 1 Y 2 sedas, respectivamente: Podon leuckarti (fig.
1919).

542
OSTRACODA
MARTlN V. ANGEL

Introducción dental es muy pobre. La mayoría de las principa-


les expediciones que aportaron considerables
Todos los ostrácodos planctónicos, oceanlcos, colecciones de ostrácodos muestrearon el Atlán-
pertenecen al orden Myodocopida. La superfa- tico Sudoriental. En consecuencia, mucha de la
milia Halocypridacea (= Halocypriformes) inclu- información presentada en este cap ítulo está
ye la mayoría, mientras que la superfamilia Cy- basada más sobre inferencias, que sobre datos
pridinacea (= Cypridiniformes) está representada reales.
sólo por Macrocypridina castanea y por el gé-
Agradezco sinceramente a la Sra. Celia Ellis,
nero Gigantocypris. En la plataforma continen-
quien preparó las disecciones y realizó los dibu-
tal, enaguas someras cerca de la costa se pueden
jos iniciales de todas las figuras originales de este
encontrar otros géneros de Myodocopida, estas
trabajo; a la Sra. Christine Darter, quien preparó
especies han sido poco estudiadas y no serán
la figura 193, y no menos a la Lic. Alicia Mogui-
inclu idas en este cap ítu lo; la mejor fuente de
levsky por todo el cuidado y preocupación
información al respecto es, probablemente, el
puestos por ella en la traducción de mi texto
monumental trabajo de Kornicker (1975). al castellano.
Los ostrácodos planctónicos son sorprendente-
mente numerosos, aunque no muy bien conoci- Caracteres morfológicos
dos. Esto puede deberse, en parte, a su relati- de importancia sistemática
va escasez en las capas de la columna de agua
mezcladas por el viento, en latitudes medias y
en halocípridos
altas. A todas profundidades en los trópicos, y El mejor estudio general de la morfolog ía de los
también por debajo de los 100 m en latitudes halocípridos fue el realizado por Iles (1961), Y
altas son, frecuentemente, el segundo grupo más de Gigantocypris, por Cannon (1940a). El
abundante,. después de los copépodos. También cuerpo está totalmente incluido dentro de un
se los ha encontrado comúnmente en los son- caparazón bivalvo que se articula por medio de
deos de 4000 m, cerca del fondo. Con todo, su una charnela a lo largo de la línea media dorsal.
tamaño pequeño hace que su contribución a la El caparazón está desprovisto de calcificación,
biomasa o "standing cr~" sea relativamente o está sólo débilmente calcificado, por lo que el
poco considerable. Muchas de las especies pre- registro fósil es muy pobre. Anteriormente el
sentan extensas distribuciones zoogeográficas. caparazón se extiende en un rostro debajo del
Hay varios complejos de especies en los cuales cual se encuentra la incisura rostral o muesca an-
existen vicariantes en cada vórtice anticicló- tenal, por la que el animal extiende los segmen-
nico central. Los criterios taxonómicos usados tos exopodiales de la antena que son utilizados
para separar estas especies son, frecuentemente, en la locomoción. Los segmentos dista les, y
tan triviales que ponen en tela de juicio la especialmente las sedas de las anténulas, que en
validez de las especies actuales, que tal vez deban el macho son mucho más largas que en las hem-
ser consideradas como subespecies o razas de bras, también se proyectan hacia adelante duran-
una especie central. Por otro lado, el estudio ta- te la locomoción. El caparazón puede presentar
xonómico más cuidadoso de algunas de las espe- espinas o tubérculos, ya sea en el ángulo pós-
cies ubicuas podría demostrar que se trata de terodorsal o, menos frecuentemente, en el
complejos de especies. El conocimiento de los posteroventral. La porción del caparazón que se
ostrácodos planctónicos del Atlántico Sudocci- extiende por encima del poderoso segmento pro-

543
Ostracoda

topodial de la antena es, frecuentemente, abo- está armada con hileras de espinas o pelos o
vedado tomando la forma de "hombros" bul- ventosas; las otras dos cerdas presentan, en al-
bosos, o incluso de "alas", en algunas especies. gunas especies, estructuras similares. El órgano
La superficie de las valvas puede estar orna- frontal u órgano de Bellonci es un carácter útil
mentada, en parte o totalmente, con estrías o desde el punto taxonómico, a pesar de ser se-
poi ígonos; en algunas especies presentan una or- xualmente dimórfico. La segunda antena o an-
namentación de espinas. Los bordes ventrales del tena posee un' protopodito grande y muscular
caparazón están cubiertos por glándu las pro- que ocupa casi la mitad del largo del caparazón y
ductoras de mucus; otras glándulas que retie- que genera la fuerza de propulsión de los seg-
nen o liberan una secreción bioluminescente mentos exopodiales y sus cerdas largas y plumo-
pueden encontrarse en varios puntos: debajo de sas. El endopodito presenta dimorfismo sexual.
la incisura rostral, en un punto medio a lo largo En las hembras es una estructura relativamente
del margen posterior y en las puntas de las espi- simple. El primer segmento posee, generalmente,
nas o tubérculos del caparazón. La posición de una protuberancia anterior, el processus mammi-
las grandes glándulas asimétricas es un criterio de lIaris, Y.distalmente dos cerdas cortas y robustas
mucha importancia sistemática para la mayoría (cerdas "a" y "b"). El segundo segmento lleva
de los génefos de halocípridos. Aunque típi- cinco cerdas largas; la cerda "f" es la más larga;
camente la glándula de la valva derecha desem- la cerda "g" algo más corta que la anterior,
boca en el ángulo póstero-ventral y la de la y las cerdas "h", "i" y "j" más finas y frecuente-
valva izquierda cerca del ángulo póstero-dorsal, mente subiguales. En la base de la cerda "f" sue-
las glándulas y sus aberturas pueden encontrarse le encontrarse una espina pequeña a la que se
en diferentes posiciones en el caparazón; su fun- denomina cerda "e". Las cerdas "c" y "d"
ción es desconocida. Para la mayoría de las espe- se encuentran sólo en el macho. El primer seg-
cies el estudio de los caracteres externos del mento, en los machos, es similar al de las hem-
caparazón, tales como tamaño, forma, tipo de bras. Las cerdas del segundo segmento son más
ornamentación, espinas y la posición de las glán- largas y, frecuentemente, aplanadas distal-
dulas asimétricas, es suficiente para que un in- mente. En la base de las cerdas "h"-"j" se en-
vestigador con experiencia logre una identifi- cuentra el órgano en forma de gancho u órgano
cación precisa y correcta. La mayoría de dichos de prehensión, que representa el tercer seg-
caracteres presenta dimorfismo sexual, por lo mento modificado. Este órgano es más grande y
que no resultan muy útiles en la elaboración de complicado en el lado derecho que en el izquier-
claves de indentificación para ser utilizadas por do.
un investigador con menos experiencia.
La mandíbula es una estructura más o menos
Los ostrácodos planctónicos poseen siete pares uniforme en todas las especies, exceptuando la
de apéndices. Anteriormente, el primer par de morfología de sus hileras de dientes y el número
antenas o anténu/as, sexualmente dimórficas. y longitud relativa de las cerdas del primer seg-
En las hembras la segmentación de este apéndice mento endopodial. Poulsen (1973) ha revisado
es frecuentemente difícil de distinguir; terminal- recientemente la taxonom ía del género Con-
mente lleva una larga cerda (cerda "e") y cuatro choecia basándose en la estructura de la hi lera
cerdas sensoriales finas y :subiguales; (cerdas "a- de dientes. Este criterio no ha sido adoptado en
d"). En algunos casos puede haber también una este capítulo ya que dichos caracteres son muy
cerda dorsal. Durante la locomoción estas difíciles de utilizar en identificaciones de rutina
cerdas terminales se proyectan hacia adelante por encontrarse en el límite de resoluci~n del
manteniéndose entrelazadas (Angel, 1970a). En microscopio óptico. Los agrupamientos de Poul-
los machos la segmentación es conspicua. El se- sen ,son heterogéneos, de modo que se consideró
gundo podómero está firmemente unido al tron- más adecuado, desde un punto de vista práctico,
co o tallo del órgano frontal por medio de la mantener monol íticamente el género Conchoe-
cerda dorsal que se enrosca a su alrededor. Tam- cia, aunque sea extenso e incómodo.
bién lleva 5 cerdas terminales. Las cerdas "a" y
"c" son delgadas y, frecuentemente, cortas. Las La maxila y el quinto apéndice tienen poco va-
cerdas "b", "d" y "e" son largas. La cerda "e" lor en identificaciones de rutina. El sexto

544
Ostracoda

"

A a-d e

Fig. 193-1. Diagrama de la disposición general de los apéndices de Conchoecia antipoda. Al Estructura de
la anténula de la hembra; B) Anténula del macho; e) Antena de la hembra; D) Endopodito de la
antena masculina.
(Modificado de lIes, 1961).

545
Ostracoda

-------------1
I
I
I
I
I

Fig. 193-il. Diagrama de la interrelación de los apéndices de los halocípridos. Al Mandíbula; B) Maxila; e)
Quinto apéndice torácico. D) Sexto apéndice torácico del macho. E) Sexto apéndice torácico de
la hembra. .
(Modificado de lIes. 1961).

par de apéndices presenta dimorfismo sexual en largas. Dichas cerdas son plumosas, se arquean
las especies del género Conchoecía, y, por lo tan- dentro de la parte posterior del caparazón
to, es útil en la determinación del sexo en ejem- proyectándose hacia afuera por debajo del án-
plares adultos. En los machos es grande y gulo póstero-dorsal. En este ángulo desembo-
bien desarrollado, con cerdas terminales bien can glándulas del caparazón (sólo en los machos)

546
Ostracoda

que, probablemente, liberan secreciones sobre dad de captura y ubicación geográfica. Hay evi-
las largas cerdas del sexto apéndice. Es pro- dencias de que ciertas especies presentan varia-
bable que dichas secreciones jueguen cierto ciones estacionales. En Conchoecia el número
rol durante el acoplamiento. En las hembras el de huevos var ía entre 30 y 100, y es probable
apéndice sexto termina en cerdas unguiformes, que una hembra realice más de una postu-
relativamente cortas, que son utilizadas en la ra. Generalmente los halocípridos liberan los
manipulación de grandes partículas de ali- huevos directamente en el agua. Estos flotan y,
mento., En la base de los apéndices quinto y en algunas especies, son muy pegajosos. Los
sexto se encuentran láminas vibratorias cuyo huevos de Conchoecia elegans, de aguas norue-
movimiento contínuo conduce la corriente gas, eclosionan en seis días. Generalmente exis-
respiratoria dentro del caparazón (Angel,1970a). ten seis estadios juveniles seguidos por una muda
final de maduración. Las especies de latitudes
El apéndiée séptimo es reducido en los halocí-
medias y altas son de presencia estacional,
pridos. En los ciprid ínidos es muy largo y com-
lo que sugiere un período de descanso, aunque
plejo, cubierto de cerdas y terminando en una
esta hipótesis necesita confirmación. La relación
estructura denticulada elaborada. En especí-
menes vivos se lo puede observar moviéndose entre los sexos (9 : o) es, por lo general, cer-
cana a 1-2: 1, cuando el muestreo cubre la tota-
contínuamente dentro del caparazón. Es pro-
lidad del rango vertical de una especie. En algu-
bable que su función principal sea la de limpiar
nas especies, sin embargo, esta relación se desvía
el interior del caparazón y los huevos dentro de
la cámara de incubación. La estructura de este considerablemente en favor de las hembras, es-
apéndice es útil en la taxonom ía de Giganto- pecialmente en ciertas estaciones del año; es po-
cypris. La furca caudal de los halocípridos adul- sible que los sexos presenten distintas longevi-
dades. La distribución vertical de los sexos
tos está provista, típicamente, de 8 pares de cer-
das en forma de gancho. Los estadios juveniles puede variar considerablemente, por ejemplo:
recién eclosionados poseen sólo 2 pares, agre- las hembras de Halocypria globosa se encuentran
gando un nuevo par en cada muda. Algunas mayormente en los primeros 200 m, mientras
especies del género Archiconchoecia poseen un que los machos son capturados únicamente
número menor de pares de ganchos, lo que a profundidades mayores de 600 m, y más fre-
puede indicar neotenia. En los halocípridos el cuentemente entre los 800 y 900 m (Angel,
1979).
órgano copulatorio es impar y está ubicado a
la izquierda de la base de la furca. En los ci- Si bien la incubación de los huevos es un fenó-
prid ínidos es par y se encuentra en la base de la meno común entre los miodocópidos neríticos
furca. y bentónicos, es rara entre las especies que viven
a profundidades intermedias. Tanto Macrocy-
Biología pridina castanea, como las especies del género
Gigantocypris, incuban los huevos; de los halo-
Reproducción y ciclos de vida cípridos, sólo las especies del género Euconcho-
ecia lo hacen. En Euconchoecia el proceso de
Nunca se observó copulación en ostrácodos producción de los huevos es completamente
planctónicos. No obstante, todas las hembras diferente: una hembra adulta lleva, en todo
capturadas estaban ya fecundadas ya que el es- momento, unos cinco huevos, todos en diferente
perma es acumulado en la base del oviducto. estado de desarrollo. O ía por medio se forma un
Aún después de que un grupo de huevos es li- nuevo huevo, al mismo tiempo que el juvenil
berado, hay ,suficiente esperma como para fer- más avanzado es liberado de la cámara incuba-
tilizar grupos subsiguientes, de modo que es dora (Tseng, 1975).
posible que sólo ocurra copulación una única
vez. Angel (1979) estudió las cantidades de Crecimiento
huevos presentes en algunas especies; éstas están
relacionadas con el tamaño de la especie y su No hay datQs sobre la frecuencia de mudas en
rango de distribución vertical, pero son indepen- ostrácodos planctónicos. Fowler (1909) sugiere
dientes de la temperatura del agua, profundi- que los halocípridos, igual que cualquier otro

547
Ostracoda

crustáceo, duplican su volumen en cada muda, tales como Atolla spp. El contenido estomacal
de modo que su talla lineal se incrementa por un, de Macrocypridina castanea es generalmente
factor de 3..[2 Ó 1,26, si no hay crecimiento rico en restos de crustáceos (Kornicker et al.,
halométrico. Sólo en especies globosas (e.g. Ha- 1976). Ostrácodos halocípridos han sido encon-
locypria globosa) este factor se acerca a 1,26. trados en el estómago de crustáceos decápodos
Los haloc ípridos no mudan más una vez que lle- (Foxton y Roe, 1974), y en el de varios peces
gan a adultos; Poulsen (1962) considera, sin (Merrett y Roe, 1974). El "pez hacha" (hat-
embargo, que la gran diferencia en tamaño entre chet fish), Argyropelecus aculeatus, se alimen-
los adultos de las especies de Gigantocypris es ta selectivamente de ostrácodos y, en particular,
una indicación de la existencia de una muda de C. curta. Moguilevsky y Angel (1975) ob-
post-madu ración. servaron que los ostrácodos se encuentran en
abundancia en los estómagos de Trachurus
picturatus y de Macrorhamphosus sp. captura-
dos a 100 m, cerca de Madeira. Hartman (1970)
encontró que los ostrácodos constituían un com-
Alimentación y relaciones tróficas ponente importante de la dieta de los estadios
larvales de Scomberox saurus.
La gran semejanza en la morfología de las partes
bucales de los ostrácodos planctónicos sugiere
poca especialización en el modo de alimentación.
Los ostrácodos planctónicos no poseen adapta-
Locomoción y velocidad
ciones morfológicas que indiquen alimentación
de hundimiento
por filtrado. Los apéndices son eficaces para asir
Los ostrácodos planctónicos nadan mediante
y manipular. Se han observado ejemplares vi-
movimientos de remo de los exopoditos de las
vos, en muestras de plancton, Imasticando que-
antenas y utilizando las incisuras rostrales como
tognatos , así como también firmemente aferra-
toletes o escálamos. Especímenes de Conchoe-
dos y alimentándose de organismos gelatinosos.
cia en cautividad fueron observados ejecutando
También parecen aceptar una variedad de alimen-
rápidos movimientos en espiral; estos organismos
tos, como carne de pescado y heces. Todo ello
rotaban de 5 a 10 veces por segundo, descri-
sugiere que son consumidores oportunistas. Sin
biendo un círculo cuyo diámetro era hasta 5
embargo, el análisis de su contenido estomacal
veces el largo del cuerpo~ Este movimiento en
y de las heces indica cierto grado de especializa-
espiral se interrumpe repentinamente y el ani-
ción (Angel 1972b). El contenido estomacal de mal se lanza a toda velocidad nadando en cual-
ciertas especies consiste sólo en membranas ple-
quier dirección, o de pronto detiene todo movi-
gadas y fragmentos de caparazones de crustáceos,
miento y se deja hundir. Una vez que los anima-
sugiriendo que podrían ser predadores. Cuando
les se asientan, pasan gran parte de su período
especímenes de una de estas especies (Conchoe-
activo oscilando hacia arriba y abajo a velocidad
cia rhynchena) fueron mantenidos vivos en el la-
de crucero; la amplitud vertical de estas osci-
boratorio se observó que, aunque no se alimenta-
laciones, en condiciones naturales, no es conoci-
ban de presas vivas, sí aceptaban ávidamente or- da.
ganismos muertos. El hallazgo de grandes canti-
dades de fitoplancton en el contenido estomacal Angel (1970a) observó que la velocidad de hun-
de especies de ostrácodos que viven a profundida- dimiento de especímenes vivos de Conchoecia
des mayores de 1000 m ha sido interpretado co- spinirostris era de, aproximadamente, 1 cm/seg.
mo indicación de que se alimentaban de heces pro- Gooday y Moguilevsky (1975) extendieron
venientes de organismos tales como salpas, que dichas observaciones a un mayor número de
viven en la superficie (Angel, 1972b). Un recien- especies y determinaron velocidades de hundi-
te estudio del contenido estomacal de Giganto- miento de 1-2 cm/seg., que resultaron indepen-
cypris muelleri del Atlántico NE (Moguilevsky dientes de la orientación de los animales y del
y Gooday, 1977) ha mostrado que esta especie uso de anestésicos tales como uretano al 1%.
es un predador activo que se alimenta de quetog- Los mismos autores pudieron confirmar que, tal
natos, m ísidos y medusas de aguas profundas como Angel lo había observado previamente,

548
Ostracoda

C. spinirostris puede regular su flotación e inclu- frecuentemente órganos luminosos asociados a


so reducir su velocidad de hundimiento en, por ellos. Conchoecia daphnoides posee - órganos
lo menos, un grado de magnitud. Observaron luminosos en la punta de los procesos rostrales
también un' comportamiento similar en otras es- y en las largas extensiones de los ángulos póstero-
pecies. Es posible que el comportamiento nor- dorsales del caparazón. En C. imbricata los ór-
mal, sin perturbaciones externas, de los halocí- ganos luminosos están ubicados en los tubércu-
pridos consista en períodos de actividad durante los póstero-ventrales, as í como también en las
los cuales efectúan oscilaciones verticales, y puntas de las espinas póstero-dorsales, mientras
otros períodos más largos nadando en migracio- que en C. spinifera la luminiscencia se presenta
nes verticales. Los períodos de actividad se alter- a lo largo del borde ventral del caparazón y los
nan con per.íodos de quietud durante los que bordes filosos de los hombros.
permanecen suspendidos cabeza abajo en el agua.
En un trabajo reciente, Zaikin y Rudjakov (1977) Parásitos
describieron una técnica fotográfica que permite
medir la velocidad de natación de los halocípri- No hay datos publicados acerca de los parasl-
dos. Estos autores encontraron que ostrácodos tos de los haloc ípridos. Un nematode grande fue
tales como Conchoecia atlantica y C. concentri- encontrado enroscado en el estómago de Con-
ea nadan efectuando 8 a 44 golpes de antena por choecia spinirostris, y también en Archiconcho-
segundo. Cada uno de estos golpes propulsa al ecia sp. cf. A. ventricosa. Pequeños organismos
animal una distancia que equivale a, aproximada- redondos, posiblemente protozoos suctorios, se
mente, 0,7 del largo del cuerpo. De este modo, encuentran 'ocasionalmente en una gran varie-
para un animal de 2 mm de largo un ritmo máximo dad de especies; generalmente concentrados en
de natación de 90 a 100 golpes por segundo resul- la parte posterior del animal, cerca de la incisu-
ta equivalente a velocidades de 10-15 cm/seg. ra rostra!. Hasta 14 especímenes de Acantoce-
phala (?) han sido observados en el estómago
Bioluminiscencia de Gigantocypris muelleri (Moguilevsky, comu-
nicación personal).
Este fenómeno es bien conocido y fue detalla-
damente estudiado en el miodocópido Vargula Distribución
(= Cypridina hilgendorfi) (ver Herring, 1978).Es-
ta y otras especies de Cypridina son abundantes Zoogeografía
en aguas neríticas y del talud Indo-Pacífico. (Distribución horizontal)
La bioluminiscencia en halocípridos ha sido
observada por Rudjakov (1967) y por Angel En un estudio de los ostrácodos de la reglon
(1968a, 1972b). Rudjakov notó que la estimu- antártica del Pac ífico, Deevey (1978c) encon-
lación eléctrica' producía complejos pulsos de tró sólo 9 especies al sur de los 68°5: Con-
luz, pero fue incapaz de discernir diferencias choecia antipoda, C. brachyaskos, C. elegans,
consistentes relacionadas con el sexo o con el C. majar, C. skogsbergi, C. symmetrica, C.
estadio de desarrollo de las especies estudiadas. serrulata, C. hettacra y C. isocheira. De estas
Angel (1968a) observó que en la corriente respira- nueve, las últimas cuatro son endémicas de las
toria inhalante de algunas especies se liberaban aguas antárticas. Hay, por lo menos, otras
secreciones luminosas provenientes de glándulas dos especies endémicas que pueden ser halla-
situadas por debajo de la incisura rostra!. Como re- das en el océano Antártico, en el sector del
sultado de esta secreción el animal queda todo ilu- Atlántico 5udoccidental: C. chuni y C. belgicae.
minado por un instante, luego del cual la man- Conchoecia antipoda está estrechamente rela-
cha brillante queda atrás en la corriente exha- cionada (y hasta es probable que se trate simple-
lante. En otras especies la luminiscencia es mente de una subespecie) con' C. borealis, que
liberada directamente en la corriente exhalante es una especie de las latitudes altas del Hemis-
por glándulas situadas en el margen posterior ferio norte. La distribución de C. borealis,
del caparazón. Muchas de las especies que po- así como la de C. obtusata, puede ser consi-
seen procesos elaborados en el caparazón tienen, derada como bipolar. Pero a diferencia de

549
Ostracoda

C. obtusata, cuyo rango de distribución verti- aguas frías, por ejemplo: Conchoecia chuni,
cal no varía con la latitud, C. borealis sufre una, C. serrulata, C. acuticosta, C. obtusata y, po-
inmersión, pasando de mesopelágica en las al- siblemente, C. elegans. La presencia de especies
tas latitudes, a batipelágica en las bajas (ver fig. de aguas cálidas: C. parthenoda, C. echinulata,
248). Es posible que las comunidades polares C. curta, C. spinirostris, C. secernenda, Halocy-
estén conectadas entre s í por medio de una po- pris inflata y Halocypria globosa indica cierto
blación de aguas de profundidad. C. brachyas- grado de mezcla de las faunas. La Convergencia
kos y C. major son componentes comunes de co- Subtropical es el límite norte de las especies
munidades batipelágicas en todo el Atlántico. La de aguas fr ías superficiales. La Convergencia
primera de ellas se encuentra a profundidades se encuentra, aproximadamente, a lo largo de los
de alrededor de 1000 m, mientras que la última 40"5, excepto donde es desplazada hacia el norte
habita por debajo de los 2000 m. Las dos espe- por la Corriente de Malvinas (ver fig. 131).
cies restantes presentan problemas considera- La Convergencia define el límite de la distri-
bles, tanto para el taxónomo como para el ecó- bución de todas las especies epipelágicas y meso-
logo. Las dos se presentan como formas grandes pelágicas su perficiales asociadas con las aguas
en las latitudes altas de ambos hemisferios. cálidas. Las Aguas Centrales del Atlántico Sur,
Hay una sucesión de poblaciones de tallas varia- formadas en la Convergencia, se extienden hasta
das que ocupan prácticamente el mismo rango los 450 m de profundidad y sobre ellas se extien-
vertical y que decrecen progresivamente en de una capa delgada de aguas cálidas, en los
tamaño hacia el ecuador. Las poblaciones de trópicos. Las Aguas Centrales del Atlántico
C. skogsbergi presentan superposición de sus ran- Sur fluyen en sentido contrario a las agujas del
gos geográficos pero con cierto grado de segre- reloj en un gran vórtice formando la Corriente
gación vertical, aunque hay poca evidencia de del Atlántico Sur, al norte de la Convergencia
cruzamiento. Es evidente que no~hay barrera y transformándose en la Corriente de Bengue-
alguna para el cruzamiento de C. elegans del la que fluye a lo largo de la costa africana. La
Atlántico norte (Angel, 1977a). Corriente de Benguela se aleja de la costa origi-
nando la Corriente Sudecuatorial que avanza,
Es probable que en el Atlántico sur las especies en parte cruzando el ecuador hacia el Atlánti-
euribáticas (y, por cierto, muchas de las especies co Norte, y en parte la Corriente cálida de Bra-
de altas latitudes presentan un rango vertical sil que fluye al sur a lo largo de la costa de Sud-
más amplio que las especies de baj~s latitudes) américa (ver fig. 137). De esta manera es proba-
sean transportadas hacia el norte, ya sea en las blE~ que muchas de las especies mesopelágicas
Aguas Intermedias Antárticas, que forman la _~uperficiales sean cosmopolitas en todo el
Convergencia Antártica, o en el flujo hacia el Atlántico Sur, y que además tengan conexiones
norte de las Aguas de Fondo Antárticas que se con el Atlántico Norte. Fasham y Angel (1975)
forman en el margen continental antártico identificaron, en la parte sur de su transecta en
(ver fig. 132). El Agua Intermedia Antártica el Atlántico Noreste, un conjunto de especies
puede ser detectada hidrográficamente a, aproxi- que corroboraron este esquema.
madamente, 1000 m de profundidad en el Atlán- Finalmente, hay una fauna epipelágica termófila
tico Sudoccidental y en el Caribe; por lo tanto, asociada con las aguas calientes que habita a
es probable que las especies que viven a profun- latitudes menores que 20°. La alta velocidad de
didades de alrededor de los 1000 m se distribuyan la Corriente Ecuatorial y de la Contracorriente
a través de todo el Atlántico Sudoccidental, Ecuatorial aseguran que no haya diferencias
así como también que se conecten con la fauna longitudinales en esta fauna, y la elevada produc-
batipelágica superficial del Atlántico norte. tividad debida a los afloramientos ecuatoriales
Las especies de aguas superficiales también son hace que esta sea una comunidad rica en espe-
transportadas hacia el norte por la Corriente de cies. Las especies que podrían estar restringi-
Malvinas, cerca del Continente Sudamericano, das a esta zona son: Conchoecia atlantica, C.
llegando hasta los 300N (ver figs. 131 y 137). allotherium, C. concentrica, C. acuminata, C.
Es por esto que varios de los registros de Ram í- echinata, C. macroprocera y C. microprocera.
rez y Mogu ilevsky (1971) son de especies de Sobre la base de datos del Atlántico Norte

550
Ostra coda

podría suponerse que otras especies como Fellia especies o la abundancia total. Ello sugiere que
cornuta, Conchoecia kyrtophora y C. naso- a profundidades mayores de 700 m los ostráco-
tuberculata también estuvieran restringidas a dos no realizan migraciones diurnas, conclusión
esta zona, sin embargo, Deevey (1974) compro- que se confirma al analizar los datos más deta-
bó que estas especies se internan profundamente lladamente. Angel usó los datos de distribu-
dentro del Atlántico Sur. ción vertical de las 43 especies más abundantes
en un análisis factorial para identificar los mode-
Distribución vertical los de distribución vertical, obteniendo seis pa-
trones principales: 1) Organismos no migrantes,
epipelágicos a mesopelágicos superficiales; 2)
Los ostrácodos planctónicos habitan todas las
profundidades del océano, aunque numérica- Mesopelágicos superficiales migrando a la epi-
mente son menos importantes en las capas de pelagial; 3) Migrantes, mesopelágicos; 4) No mi-
agua mezcladas por el viento en las latitudes grantes, mesopelágicos inferiores; 5) No mi-
grantes, mesopelágicos inferiores a batipelá-
altas y medias. Moguilevsky y Angel encontraron
gicos; y 6) No migrantes, batipelágicos. Un
halocípridos en el neuston entre el ecuador y la
patrón de zonación vertical similar fue descripto
convergencia subtropical. Ocasionalmente se ob-
por Angel y Fasham (1975) sobre la base del
servaron grandes acumulaciones de machos de
estudio de seis estaciones a lo largo del meri-
Conchoecia spinirostris en latitudes de aproxi-
madamente 30°. Las únicas otras especies que diano 200W en el Atlántico NW. Fasham y An-
gel (op. cil.) relacionaron, en el modelo de
aparecieron en abundancia fueron Halocypris
brevirostris (= Halocypris inflata) y Conchoecia zonación, las variaciones zoogeográficas con va-
curta, a pesar de que en total fueron 21 las es- riables hidrológicas. Ciertas características hidro-
pecies que se registraron en aquellas muestras gráficas importantes tales como la presencia de
de neuston. Angel (1979) elaboró la descripción aguas mediterráneas no parecen tener influencia
en la zonación. En las latitudes altas los dos
más completa de la distribución vertical de los
ostrácodos planctónicos presentes en dos esta- tipos superficiales desaparecen; cerca del ecua-
ciones a los 300N en el Atlántico. En este estudio dor la zonación es mucho más definida con poca
él usó los datos obtenidos en barridos horizonta- o ninguna migración vertical. El régimen hidro-
les (con redes de apertura y cierre), muestreando lógico del Atlántico Sur, al ser más simple,
día y noche los ostrácodos desde O a 100, Y des- ofrece un medio ideal para extender este tipo de
estudios verificando las conclusiones de Fasham
de 100 hasta 1000 m de profundidad cada 100
m, y en intervalos más amplios desde 1000 hasta y Angel.
2000 m. Pocas especies se encontraron durante
el día en los primeros 100 m, y la abundancia en Migraciones verticales diarias
los primeros 50 m fue menor de 0,1 ostrácodos
por m3• A mayor profundidad hubo un mar- Motoda y Anraku (1954) fueron los primeros en
cado incremento, tanto en el número de especies describir extensas migraciones diarias en halocí-
captu radas, como en la abundancia total de los pridos. Investigaciones realizadas en el Instituto
pláncteres. Los valores máximos (4-6 individuos de Ciencias Oceanográficas (lOS, Inglaterra)
por m3) se observaron entre 100 y 300 m. La ampliaron los estudios de Motoda y Anraku,
abundancia total decreció sostenidamente con (Angel, 1968b, Angel y Fasham, 1975; Fasham
la profundidad, hasta llegar a menos de 0,1 por y Angel, 1975; Angel, 1979; Roe, 1974). Las mi-
m3 por debajo de los 1500 m, aunque la mayor graciones están sincronizadas con el ciclo de luz.
variedad de especies se dio entre los 800 y 1500 El rango vertical var ía con las especies, la locali-
m. En las dos estaciones estudiadas se observó dad y con el estado de desarrollo. Angel y Fa-
un considerable movimiento de ostrácodos sham (1975) observaron que casi no hay migra-
hacia los primeros 100 m, durante la noche. ciones verticales en 10,5°N, 200W y, además,
Entre los 10 Y los 50 m se observaron abundan- se notaron evidencias de que algunas especies
cias de 7-8 individuos por m3. Por debajo de presentan migraciones inversas alejándose de los
los 700 m las muestras diurnas y nocturnas mos- primeros 25 m. A los 300N las migraciones eran
traron poca diferencia en cuanto a la riqueza de considerables: hasta 300-400 m en Conchoecia

551
Ostracoda

secernenda y C. imbricata. Especies de mayor ta- descender a aguas profundas en el invierno.


maño tienden a migrar a lo largo de rangos ver- También Deevey (1968) llevó a cabo un extenso
ticales más extensos que las especies de talla' muestreo estacional en las cercan ías de Bermu-
más pequeña. En especies migratorias existe un da detectando sólo pequeñas variaciones en los
desarrollo ontogenético del comportamiento modelos de distribución vertical en las mues-
migratorio. Los primeros estadios juveniles tras coleccionadas en febrero, junio y octubre.
no migran, pero a medida que avanza el desa-
rrollo la extensión de las migraciones diarias
aumenta gradualmente, siendo los adultos los Migraciones ontogenéticas
que realizan las migraciones más extensas. Hay
cierta evidencia de que, en latitudes altas, la Angel (1970a) observó que los ejemplares juveni-
ampl itud de las migraciones verticales es reduci- les de algunas especies se encuentran a profun-
da y casi no ocurren en los meses de invierno. didas diferentes que los adultos correspondien-
Este cese de las migraciones verticales podría tes. Conchoecia /oricata experimenta un ascenso
estar asociado con migraciones estacionales hacia ontogenético, mientras que C. secernenda des-
aguas profundas. No está bien entendida aún ciende durante el desarrollo. En algunas especies
la respuesta de los ostrácodos migratorios a las las hembras adu Itas se encuentran, frecuente-
discontinuidades marcadas. Angel (1968b) abor- mente, a profundidades mayores que el resto de
dó el estudio del efecto de la termoclina esta- la población. La hembras de C. curta evidencian
cional como límite ecológico en aguas de la cos- esos picos profundos en su distribución vertical.
ta de Marruecos, observando que, aunque la La razón de este descenso hacia aguas profundas
mayor parte de la población se deten ía antes no es conocida, pero es probable que esté rela-
o en la termoclina, algunos individuos la atra- cionada con la reproducción. Los machos de
vesaban. Varias especies mostraban una tenden- Ha/ocypria globosa pueden ser capturados úni-
cia a evadir la zona de más marcado cambio de camente por debajo de los 800 m, mientras que
temperatura. Estudios preliminares, en el labo- todos los estadios juveniles y la mayoría de las
ratorio, utilizando columnas de 1 m de alto, evi- hembras adultas se encuentran en los primeros
denciaron que la mayoría de las especies investi- 200 m. Hembras con ovarios bien desarrollados
gadas nadaban sin titubeos a través de gra- se encuentran sólo en aguas profundas (más de
dientes de temperatura y salinidad de 10°C / 100 m). La presencia de esta especie en las cer-
cm y 1%. cm, respectivamente. Otras oscilaban can ías de Bermudas es particularmente estacio-
rápidamente, como si estuvieran atrapadas fi- nal; probablemente esto sea evidencia de una mi-
siológicamente dentro del gradiente, mientras gración de reproducción hacia las aguas profun-
que las terceras permanecían quietas y flotaban das donde los adultos o los huevos pasan por un
en el gradiente. En resumen, se requieren estudios período de reposo. Moguilevsky y Gooday
más cuidadosos y detallados para discutir el rol (1977) proveen buena evidencia de que este tipo
de la termoclina y otros gradientes en la ecolo- de migración ontogenética se da también en Gi-
logía de estos animales, y es probable que estos gantocypris muelleri en el Atlántico Noreste.
fenómenos abióticos tengan gran importancia en
la ecolog ía de los ostrácodos.

Migraciones estacionales
Datos no publicados aún, obtenidos por el "Dis- Métodos de estudio
covery" en 44°N 13"W, sugieren la existencia de
una marcada migración hacia la superficie de Los halocípridos son capturados, generalmente,
varias especies de halocípridos durante el perío- con redes de plancton en barridos verticales,
do de floración de primavera. Esta es seguida oblicuos u horizontales (ver p. 15), a una velo-
por un movimiento descendente hacia aguas cidad de, aproximadamente, 1 m/seg. Angel
más profundas, durante el verano. Algunas, aun- (1977b) en base a datos obtenidos en una serie de
que no todas, las especies migran hacia la super- muestras múltiples coleccionadas con un
ficie nuevamente durante el otoño y vuelven a . "Longhurst-Hardy Plankton Recorder" (ver fig.

552
Ostracoda

30), llegó a la conclusión de que por lo menos el muchas de sus descripciones son inadecuadas
80%de las especies presentes en un horizonte de para el nivel actual. G. W. Müller produjo una
muestreo serían capturadas con barrido de una serie de trabajos muy importantes que consti-
hora con una red de 1 m2 de boca. Deevey tuyen la piedra fundamental de la taxonom ía
(1968) comparó la eficiencia de captura de tres de los haloc ípridos, comenzando con el volu-
men de ostrácodos en la "Fauna und Flora des
redes con malla de 0,366 mm, 0,203 mm y
0,076 mm, obteniendo una estimación de la Golfes von Neapel", en 1894 y siguiendo con sus
abundancia equivalente a aproximadamente, informes de las expediciones: "Tiefsee" (1906a),
1:4: 1O, respectivamente (barrido vertical de "Bélgica" (1906b), "Siboga" (1908) y finalmen-
500-0 m). No obstante, el incremento en captu- te, la clave para la identificación de los ostráco-
ra de las mallas más finas estaba constituido dos en el "Das Tierreich" (1912). Sin duda al-
por estadios larvales I y 11, no identificables; guna, el más importante de dichos trabajos es el
el número de individuos identificables casi no informe de la "Tiefsee Expedition"; en este tra-
varió en los tres casos. Para la mayoría de las bajo Müller incluye una clave, la única disponi-
especies cuyos adultos miden entre 1,5 y 2,5 ble hasta que Poulsen (1973) elaboró otra publi-
cada en el "Dana Reports". El siguiente traba-
mm, los juveniles en estadio IV son los más
jóvenes que quedan retenidos en la red de 0,3 jo en importancia es el de Skogsberg (1920),
mm. Estos son los primeros estadios juveniles quien dio una descripción completa de la mor-
que pueden ser identificados con cierto grado folog ía de los apéndices basada, principalmente,
de seguridad, y aun as í sólo si el observador es en Conchoecia symmetrica, además de estable-
considerablemente experimentado. Las redes de cer la terminología utilizada en la identificación
de las distintas cerdas o sedas.. Desde entonces
malla fina se colmatan más facilmente y es difícil
con ellas mantener una eficiencia de filtración por varias décadas no se publicó prácticamente
nada sobre los ostrácodos planctónicos. En
alta (ver p. 67); por ello su uso no es aconseja-
ble. 1953, Iles elaboró un reporte preliminar sobre
los ostrácodos de la corriente de Senguela. En
Inicialmente, es mejor fijar las muestras con los años sesenta hubo un renacimiento del inte-
una solución de formaldehido al 5% en agua de rés, con importantes trabajos de Poulsen (1962,
mar (neutralizado con 6 gr/I de bórax). No 1969a, 1969b, 1973) y Deevey (1968), y el pri-
se necesita narcotización. Las muestras se pue- mer intento de describir en detalle la distribu-
den guardar por largo tiempo en esta solución, ción vertical (Angel, 1969a). En todos estos
siempre que la relación del volumen de la solu- trabajos el Atlántico Sudoccidental ha sido com-
ción VS. volumen de la muestra ;;ea alta, i. e., pletamente dejado de lado; sólo tres examinan
alrededor de 10: 1 (ver p. 117); en caso contra- los ostrácodos de dicha región: 1) Ram írez y
rio, las muestras que se pretenden guardar por Moguilevsky (1971) identificaron once especies
mucho tiempo es preferible conservarlas en una en muestras provenientes de barridos horizon-
solución de alcohol etílico al 80%, o en I íqui- tales y verticales de hasta 200 m de profundi-
do de preservación de Steedman (1 mi de for- dad obtenidas a lo largo de dos transectas a, apro-
maldehido 40%, 0,5 mi de 3-fenoxi-propanol y ximadamente, 36°S y 38°S, frente a la Provincia
88,5 mi de agua destilada). Este líquido tiene la de Buenos Aires; 2) Moguilevsky y Angel (1975)
ventaja de no evaporarse rápidamente en climas examinaron una serie de muestras neustónicas
cálidos, además de no producir vapores desa- e identificaron 21 especies, de las cuales sólo 9
gradables para trabajar (ver p. 128). ocurren en el Atlántico Sudoccidental; 3) Dee-
vey (1974) analizó las especies coleccionadas du-
Resumen histórico rante la expedición "Hudson-70" durante la
cual se realizaron barridos verticales entre 200 y
J.D. Dana fue el primero en reparar en los halo- O m, y algunos muestreos de hasta 400 m de
cípridos. La mayor ía de los primeros trabajos profundidad. Las estaciones estaban situadas a lo
taxonómicos fueron llevados acabo por Claus, largo de dos transectas: una extendiéndose des-
quien describió muchas de las especies más fre- de el ecuador hasta los 550$, a lo largo del meri-
cuentes. Sus trabajos son de difícil acceso y diano de 30° W, y la otra, desde los 52° S hasta los

553
Ostra coda

41 "S, a lo largo, principalmente, del meridiano La mayoría de los géneros holoplanctónicos per-
de 40'W. En estas muestras Deevey identificó 70 tenecen a la superfamilia Halocypridacea. Esta
especies de ostrácodos. Con tan pocos datos de'l incluye cuatro familias: 1) Archiconchoecidae,
Atlántico Sudoccidental es imposible ofrecer con un solo género, Archiconchoecia, y 17 espe-
una lista de especies totalmente exhaustiva. Es cies conocidas, muchas de las cuales han sido
por esto que la lista que se da a continuación ha descriptas recientemente: 2) Euconchoecidae,
sido suplementada con especies que ocurren en con dos géneros, Euconchoecia (7 especies, to-
el Atlántico oriental y tropical (Poulsen, 1969b; das planctónicas pero mayormente neríticas) y
A.ngel, datos no publicados). Bathyconchoecia (15 especies descriptas, la ma-
yoría epibénticas, aunque algunas pueden ser
capturadas regularmente a media agua a grandes
profundidades) ;3) Halocyprididae, con tres géne-
Clasificación de Ostracoda y ros, Halocypris (monoespecífico), Halocypria
(monoespecífico) y Fellia (2 especies); y, fi-
especies presentes en el nalmente 4) Conchoecidae, I con un solo género:
Atlántico Sudoccidental Conchoecia, y 107 especies conocidas y posi-
blemente otras 15-20 a describir. Müller (1906a)
Clasificación dividió el género en grupos de especies simila-
res. Poulsen (1973) dividió este género grande e
Los Ostracoda son una subclase de la clase Crus- incómodo en 17 géneros, basándose, en parte, en
ta~ea. Se conocen más de 2000 especies vivientes los grupos establecidos por Müller, y también
y muchas más aún fósiles. La subclase abarca en géneros descriptos por Claus en trabajos pre-
cinco órdenes, sólo dos de los cuales incluyen vios. Los géneros establecidos por Poulsen, aun-
especies vivientes, y sólo uno, el orden Myodo- que se incluyeron en la lista de especies, no son
copida, con especies planctónicas. Los Myodo- utilizados en este capítulo ya que a) No existen
copida consisten en dos subórdenes, Myodoco- descripciones adecuadas de los mismos; b)
pina y Cladocopina. El suborden Myodocopina, Varios de ellos son una mezcla de los grupos de
el único con representantes planctónicos, está Müller; y c) Su uso, por ahora, no facilita la
subdividido en dos grupos de superfamilias: uno, identificación ni ayuda en el entendimiento de
en el que la incisura rostral está bien desarrollada sus relaciones sistemáticas.
(incluyendo Cypridinacea y Halocypridacea), y
el otro con incisura rostral no muy bien desarro- Subclase OSTRACODA
llada (Entomozoacea, Entomoconchacea y Thau- Orden ARCHAEOCOPIDA Sylvester Bradley,
matocypridacea). La mayoría de las formas con 1961
incisura rostral pobremente desarrollada sólo po- Orden LEPERDITICOPIDA Scott, 1961
seen representantes fósiles. Sólo los Thaumato- Orden PALAEOCOPIDA Henningsmoen, 1953
cypridacea incluyen algunas especies actuales, la Suborden BEYRICHICOPINA Scott, 1961
mayor parte de las cuales son epibénticas y sólo Suborden KLOEDENELLOCOPINA Scott
Thaumatocypris echinata es reconocida como es- 1961 '
pecie planctónica. La superfamilia Cypridinacea Orden PODOCOPIDA Sars, 1866
está dividida en cuatro familias de las cuales só-
. Suborden PODOCOPINA Sars, 1866
lo Cypridinidae incluye 2 géneros planctónicos, Suborden METACOPINA Sylvester Bradley,
oceánicos: Gigantocypris y Macrocypridina. 1961
También incluye un cierto número de géneros Suborden PLATYCOPINA Sars, 1866
planctónicos o hemiplanctónicos de aguas neríti- Orden MYODOCOPIDA Sars, 1866
cas tales como Vargula, Cypridina, Codonocera Suborden CLADOCOPINA Sars, 1866
y Philomedes. Varios de los otros géneros son Suborden MYODOCOPINA Sars, 1866
epibentónicos y pueden encontrarse en muestras
Superfamilia ENTOMOZOACEA Pribyl,
coleccionadas cerca del fondo marino o, a veces, 1951
pueden realizar incursiones ocasionales en la co- Superfamilia ENTOMOCONCHACEA
lumna de agua suprayacente. Brady,1858

554
Ostra coda

Superfamilia THAUMATOCYPRIDA- ticos, poco conocidos; ver "Introducción"). Al-


CEA Müller, 1906a gunas de éstas fueron, efectivamente, encontra-
Familia THAUMATOCYPRIDAE Mü- das en la zona de interés (marcadas con un aste-
lIer, 1906a risco), mientras que la presencia de otras es infe-
Género planctónico Thaumatocy- rida sobre la base de su dispersión en otras áreas
pris Müller, 1906a. del Oceáno Mundial. Para cada una de las espe-
Superfamilia CYPRIDINACEA Baird, cies se incluye la siguiente información: 1) Nom-
1850 bre específico completo; 2) Ubicación de la ilus-
Familia ASTEROPIDAE Claus, 1876 tración correspondiente; 3) Referencia(s) a tra-
Familia RUTIDERMATIDAE Brady y bajo(s) donde el taxón es discutido en detalle; y
Norman, 1896 4) Una observación acerca de su distribución
Familia SARSIELLI DAE Brady y geográfica horizontal-vertical. Cada uno de los
Norman, 1896 tópicos mencionados está limitado por barras (/).
Familia CIPRIDINIDAE Baird, 1850
Géneros planctónicos Gigantocy-
pris Müller, 1895; Macrocypridina Subclase OSTRACODA
Skogsberg, 1920 Orden MYODOCOPIDA Sars, 1866
Superfamilia HALOCYPRIDACEA Dana, Suborden MYODOCOPINA Sars, 1866
1852 Superfamilia CYPRIDINACEA Baird,
Fami li a ARCHICONCHOECIDAE 1850.
Poulsen, 1969 Familia CYPRIDINIDAE Baird, 1850
Género planctónico Archiconchoe- Géneros planctónicos: Gigantocy-
cia Müller, 1894 pris Müller , 1895 y Macrocypridina
Familia EUCONCHOECIDAE Poulsen, Skogsberg, 1920
1969 Gigantocypris dracontovalis Cannon, 1940 (= G.
Géneros planctónicos Euconchoecia muelleri, varo minor Skogsberg, 1920)/
Müller, 1890 Bathyconchoecia 194-1/ Cannon, 1940a, Poulsen, 1962/
Deevey, 1968. : Batipelágico profundo, probablemente
Familia HALOCYPRIDIDAE Claus, cosmopolita.
1891 * Gigantocypris muelleri Skogsberg, 1920 / 194-
Géneros planctónicos Halocypris 2 / Skogsberg, 1920; Poulsen, 1962;
Dana, 1852; Halocypria Claus, 1874; Kornicker et al., 1976 / Batipelágico
Fellia PouIsen, 1968 superior, en el Atlántico desde 600N
Familia CONCHOECIDAE Dana, hasta 53°S.
1894
*Macrocypridina castanea (Brady, 1897) / 194-3
Género planctónico Conchoecia Da- / Skogsberg, 1920; Poulsen, 1962 / Ju-
na,1894 veniles mesopelágicos superiores; adultos
mesopelágicos profundos; desde 56°N
Nota: El género Conchoecia fue dividido por hasta 500S en todos los océanos.
Poulsen (1973) ~n los siguientes géneros: Con-
choecia, Paraconchoecia, Conchoecetta, Mikro-
Superfamilia HALOCYPRIDACEA Dana, 1852
conchoecia, Orthonconchoecia, Gaussicia, Platy-
Familia ARCHICONCHOECI DAE Poulsen,
conchoecia, Spinoecia, Loricoecia, Pseudocon- 1969
choecia, Mollicia, Boroecia, Paramollicia, Con-
Género planctónico: Archiconchoecia Mü-
choecissa, Alacia y Conchoecilla.
Iler, 1894
*Archiconchoecia cucullata (Brady, 1902)/194-
Lista de especies 4/Müller, 1906 a; Poulsen, 1969a/ Meso-
pelágica inferior, transoceánico1, en el
En el listado que sigue se incluyen todas las es- Atlántico desde 52° N hasta 50° S.
peciesplanctónicas que habitan el Atlántico Sud-
occidental (excepto algunos miodocópidos nerí- 1 Presente en todos los océanos.

555
Ostracoda

* Archiconchoecia n. sp. Deevey, en prensa /194-5 *Halocypria globosa Claus, 1874/ 194-11 / Poul-
/Deevey, en prensa/ Mesopelágico ¡nfe-. sen, 1969a; Deevey, 1968; Ramírez y
rior; descripto para el Antártico, pero Moguilevsky, 1971 / Hembras y juveni-
también presente en el Atlántico ecuato- les epipelágicos, machos mesopelágicos
rial. inferiores: transoceánicos; en el Atlán-
*Archiconchoecia striata Müller, 1894 /194-6 tico desde 64°N hasta 45°5.
Müller', 1906a; Deevey, 1968/ Epipelá- Fellia bicornis (Müller, 1906) / 194-12/ Mü-
gico a mesopelágico superior, transoceá- lIer, 1906a; Poulsen, 1969a; Deevey,
nico, en el Atlántico desde 36°N hasta 1970 / Mesopelágico, transoceánico,
42"5. ecuatorial en el Atlántico.
* Archiconchoecia ventricosa Müller, 1906/ *Fellia cornuta (Müller, 1906) / 194-13 /
194-7/ Pou Isen, 1969a; Deevey, 1978a; Poulsen, 1969a; Deevey, 1974, 1978c /
Deevey, 1978b (como A. poulseni)/ Mesopelágico, transoceánico, en el Atlán-
Reconocida actualmente como un com- tico desde 100N hasta 45°5.
plejo de especies; no se sabe cuáles ha-
bitan el Atlántico 5udoccidental (ver
Deevey, 1978b). Familia CONCHOECIDAE Dana, 1894
Archiconchoecia versicula Deevey, 1978 /194-8/ Género planctónico: Conchoecia Dana, 1894
Deevey, 1978c / Batipelágico inferior; *Conchoecia acuminata (Claus, 1890) /194-14/
sector Pacífico del Antártico, Atlántico Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
Norte y Ecuatorial desde 0° hasta 42°N. 1969b; Poulsen, 1973 (como Conchoet-
ta acuminata)/ Epipelágico a mesope-
lágico, transoceánico, .en el Atlántico
desde 38°N hasta 32"5.
*Conchoecia acuticosta M ü lIer, 1906/ 194-15/
Familia EUCONCHOECIDAE Poulsen, 1969 Müller, 1906a; Ram írez y Moguilevsky,
Géneros planctónicos: Euconchoecia Müller, 1971 / Mesopelágico? transoyeánico, más
frecuente en latitudes altas, en el Atlán-
1890 ; y Bathyconchoecia Deevey, 1968
tico desde 600N hasta 45°5.
* Euconchoecia chierchiae Müller, 1891 /194-9/
*Conchoecia aequiseta Müller, 1906 /194-16/
5kogsberg, 1920; Pou Isen, 1969a; Dee-
Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
vey, 1968 / Epipelágico, frecuentemente
nerítico, transoceánico; en el Atlántico 1973 (como Paraconchoecia aequiseta)/
desde 42°N hasta 38"5. Mesopelágico, en el Indico y Atlántico,
en este último desde 400N hasta 31°5.
*Conchoecia alata alata Mü lIer, 1906 / 194-17/
Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (comoA/a-
cia alata); Deevey, 1978c/ Mesopelá-
gico transoceánico, en el Atlántico desde
Familia HALOCYPRIDIDAE Claus, 1891 32° N hasta 24°5.
Géneros planctónicos: Halocypris Dana, 1852; *Conchoecia allotherium Müller, 1906 /194-18/
Halocypria Claus, 1874 y Fellia Poulsen, Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como Pa-
1968 raconchoecia allotherium): Deevey, 1974
*Halocypris inflata (Dana, 1852) /194-10/ / Mesopelágico superior, Indico y Atlán-
5kogsberg, 1920; Poulsen, 1969; Deevey, tico, en este último desde 18°N hasta
1968; Ramírez y Moguilevsky, 1971 35°5.
(en todos los casos como H. breviros- *Conchoecia amblypostha Müller, 1906/194-19
tris) / Epipelágico, transoceánico, en el /Müller. 1906a; Poulsen, 1973 (como
Atlántico desde 600N hasta 49"5. Exis- Mol/icia amblypostha); Deevey, 1974 /
ten dos formas de diferente talla que ne- Mesopelágico inferior, en latitudes austra-
cesitan investigación taxonómica adicio- les en todos los océanos. en el Atlánti-
nal. co desde 1"5 hasta 37,5"5.

556
Ostracoda

*Conchoecia ametra Müller, 1906 /194-20/ Conchoecia cophopyga Müller, 1906 /194-29/
Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen, Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como
1973 (como Conchoecissa ametra) /Me- Paraconchoecia cophopyga) / Batipelági-
sopel'ágico inferior, transoceánico, desde co, en el Indico y Atlántico ecuatorial.
62°N hasta 44°S en el Atlántico. *Conchoecia ctenophora Müller, 1906/194-30/
*Conchoecia antipoda Müller, 1906 /194-21/ Müller, 1906a; Poulsen, 1973(como Lo-
Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como ricoecia ctenophora) / Mesopelágico,
Boroecia antipoda); Deevey, 1974 / Me- transoceánico, en el Atlántico desde 18°
sopelágico, en todos los océanos en la- N hasta 35OS.
titudes australes, en el Atlántico desde *Conchoecia curta Lubbock, 1860 /194-31/
1°S hasta 65°S. Müller, 1906a; Deevey, 1968; Ramírez
Conchoecia arcuata Deevey, 1978 /194-22/ y Moguilevsky, 1971; Poulsen, 1973
Deevey, 1978c/ Batipelágico, sector Pa- (como Microconchoecia curta) / Epipe-
cífico del Antártico, en el Atlántico lágico a mesopelágico, las hembras ex-
desde 0° hasta 53°N. tienden su rango hasta las capas mesope-
*Conchoecia atlantica (Lubbock, 1856) /194-23 lágicas inferiores, transoceánico, en el
/Müller, 1906a; Poulsen 1973 (como Atlántico desde 48°N hasta 37OS.De apa-
Orthoconchoecia atlantica ) / Mesopelá- rición estacional a latitudes superiores
gico, transoceánico, en el Atlántico des- a 40°.
de 3JONhasta 38°S. *Conchoecia daphnoides (Claus, 1890) /194-32/
*Conchoecia belgicae Müller, 1906 /194-24/ Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
Müller, 1906b; Skogsberg, 1920; Deevey, 1973 (como Conchoecilla daphnoides)
1974/ Mesopelágico? en todo el Océa- /Epipelágico a mesopelágico inferior,
no Austral al sur de 50OS,aproximada- transoceánico, en el Atlántico desde
mente. 600N hasta 42OS.
*Conchoecia bispinosa Claus, 1890 /194-25/ Conchoecia dasyophthalma Müller, 1906/194-33
Müller, 1906a; Skogsberg, 1920; Deevey, /Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como Pa-
1968; Angel, 1970b / Mesopelágico, pro- raconchoecia dasyophthalma) / Batipelá-
bablemente transoceánico pero frecuen- gico inferior, probablemente transoceáni-
temente sinonimizado con C. secernenda co, en el Atlántico desde 0° hasta 53°N.
(e.g.,Poulsen, 1973), en el Atlántico des- *Conchoecia dentata Müller, 1906 /194-34/ Mü-
de 400N hasta 40OS. Iler, 1906a; Poulsen, 1973 (como Para-
conchoecia dentata) / Mesopelágico pro-
*Conchoecia brachyaskos Müller, 1906/194-26
fUndo a batipelágico, transoceánico, en
/Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poul- el Atlántico desde 300N hasta 37°S.
sen, 1973 (como Paraconchoecia bra-
*Conchoecia dichotoma Müller, 1906 /194-35/
chyaskos) / Mesopelágico inferior a ba-
Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
tipelágico, transoceánico, en el Atlán- 1973 (como Paramollicia dichotoma) /
tico desde 44° N hasta 56,5°S.
Batipelágico, transoceánico, en el Atlán-
*Conchoecia chuni Müller, 1906 /194-27/ tico desde 600N hasta 42,5OS.
Müller, 1906a; Ramírez y Moguilevs- Conchoecia discophora Müller, 1906/ 194-36/
kV, 1971; Poulsen, 1973 (como Con- Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
choecilla chuni) / Mesopelágico, en la 1973 (como Paraconchoecia discophora)
parte austral de todos los océanos, en el / Mesopelágico inferior, transoceánico,
Atlántico desde 26°S hasta 55°S. en el Atlántico desde 0° hasta 32°N.
*Conchoecia concentrica Müller, 1906 /194- "Conchoecia dorsotuberculata Müller, 1906
28/ Müller, 1906c; Deevey, 1968; Poul- /194-37/ Müller, 1906a; Poulsen, 1973
sen, 1973 (como Paraconchoecia concen- (como Paraconchoecia dorsotuberculata)
trica) / Epipelágico, en el Indico y Atlán- / Batipelágico, en el Indico y el Atlán-
tico, en este último desde 38°N hasta tico, en este último desde 53°N hasta
3°S. 26OS.

557
Ostracoda

*Conchoecia echinata Müller, 1906/ 194-38/ raconchoecia hirsuta; Deevey, 1978c /


Müller, 1906a; Deevey, 1970; Poulsen, Mesopelágico, transoceánico, en el Atlán-
1973 (como Paraconchoecia echinata) / tico desde 29°N hasta 35"5.
Mesopelágico superior, transoceánico, en *Conchoecia hyalophyllum Claus, 1890/194-48
en Atlántico desde 37°N hasta 29"5., / Müller, 1906a; Angel, 1969b; Poulsen,
*Conchoecia echinulata (Claus, 1891) /194-39/ 1973 / Mesopelágico, transoceánico, en
Müller, 1906a; Remírez y Moguilevsky, el Atlántico desde 600N hasta 48"5.
1971; Poulsen, 1973 (como Microcon- *Conchoecia imbricata (Brady, 1880) /194-49/
choecia echinulata) / Mesopelágico supe- Müller, 1906a; Deevey,1968; Poulsen,
rior, en el Indico y Atlántico, en este 1973 (como Conchoecissa imbricata) /
último desde 34°N hasta 3]OS. Mesopelágico, transoceánico, en el Atlán-
*Conchoecia edentata Müller, 1906 /194-40/ tico desde 63°N hasta 55°S.
Müller, 1906a; Deevey, 1978c/ Meso- *Conchoecia incisa MülIer, 1906 /194-50/
pelágico inferior, transoceánico, en el Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como
Atlántico hasta 56"5. Una especie si- Gaussicia incisa); Gooday, 1976 / Me-
milar, C. aff. edentata, fue descripta por sopelágico, transoceánico, en el Atlán-
Gooday (1976) en el Atlántico norte. tico desde 29°N hasta 40"5.
*Conchoecia elegans Sars, 1866 /194-41/ Mü- *Conchoecia inermis Claus, 1890 /194-51/
lIer, 1906a; Skogsberg, 1920; Deevey, Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como
1968; Ramírez y Moguilevsky, 1971; Paraconchoecia inermis) / Mesopelágico,
PouIsen 1973 (como Paraconchoecia ele- transoceanlco, en el Atlántico desde
gans) / Mesopelágico, transoceánico, en 53°N hasta 13,5"5.
el Atlántico desde 800N hasta 55°S. *Conchoecia isocheira MülIer, 1906 / 194-52/
*Conchoecia gaussae Müller, 1908 /194-42/ Müller, 1906a; Skogsberg, 1920; Deevey,
Müller, 1908; Skogsberg, 1920; Poulsen, 1974 / Mesopelágico superior, en lati-
1973 (como Gaussicia gaussi) Gooday, tudes australes de todos los océanos,
1976 / Batipelágico, Pacífico y Atlán- en el Atlántico desde 49"5 hasta 71°S.
tico, en este último desde 60° N hasta *Conchoecia kyrtophora Müller, 1906 /194-53/
51,5°S. Müller, 1906a (non pl. 17, fig. 2); Dee-
*Conchoecia giesbrechti Müller, 1906 /194-43/ vey, 1974 / Mesopelágico superior, en
Müller, 1906a; Poulsen, 1969b; Poulsen, el Indico y Atlántico, en este último
1973 (como Conchoecilla gaussi) / Me- desde 18°N hasta 35"5.
sopelágico, transoceánico, en el Atlán- *Conchoecia lophura Mü lIer, 1906 /194-54/ Mü-
tico desde 18°N hasta 20"5.
Iler, 1906a; Skogsberg, 1920; Deevey,
*Conchoecia glandulosa Müller, 1906 /194-44 1968; Poulsen, 1973 / Mesopelágico
/ Müller, 1906a; Devey, 1974 / Batipe- transoceánico, en el Atlántico desde
lágico inferior, transoceánico, en el 60° N hasta 48° S.
Atlántico desde 49° N hasta 64° S. *Conchoecia loricata Claus, 1894 /194-55/ Mü-
*Conchoecia haddoni Brady y Norman, 1896 lIer, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen, 1973
/194-45/ MülIer, 1906a; Skogsberg, 1920; (como Loricoecia loricata) / Mesopelá-
Angel, 1970b; Poulsen, 1973 (como Or- gico, transoceánico, en el Atlántico
thoconchoecia haddoni) / Mesopelágico, desde 600N hasta 37"5.
transoceánico, en el Atlántico desde *Conchoecia macrocheira Müller, 1906/194-56/
600N hasta 51"5. Müller, 1906a; Poulsen, 1973 ( Mesope-
*Conchoecia hettacra Müller, 1906 /194-46/ lágico, transoceánico, en el Atlántico
Müller, 1906a; Skogsberg, 1920; Deevey, desde 600N hasta 34"5.
1974 / Mesopelágico, transoceánico, en *Conchoecia macromma Müller, 1906 /194-57/
latitudes australes, en el Atlántico desde Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como
4r
N hasta5r S. Metaconchoecia macromma) / Mesopelá-
*Conchoecia hirsuta Müller, 1906 /194-47/ gico inferior, transoceánico, en el Atlán-
Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como Pa- tico desde 300N hasta 44°S.

558
Ostracoda

Conchoecia macroprocera Angel, 1971/194-58/ *Conchoecia parvidentata Müller, 1906/194-70/


Angel, 1971; Deevey, 1978c/ Mesope- Müller, 1906a; Deevey, 1970; Poulsen,
lágico superior, Pacífico y Atlántico, 1973 / Mesopelágico? Indico y Atlánti-
en este último desde 0° hasta 300N. co, en este último desde 31°N hasta 48OS.
*Conchoecia magna Claus, 1874 /194-59/ Mü- *Conchoecia plactolycos Müller, 1906/194-71
lIer, 1906a; Angel, 1969b; Poulsen, 1973 /Müller, 1906a (como Conehoeeia p/ac-
/ Mesopelágico, transoceánico, en el to/yeos typiea); Poulsen, 1973 (como
Atlántico desde 53°N hasta 55OS. Paramollicia p/acto/yeos) / Batipelágica,
*Conchoecia major Mü lIer, 1906 /194-60/ Indico y Atlántico, en este último
Müller, 1906a (como Conehoeeia p/ae- desde 42°N hasta 44OS.
to/yeos major); Deevey, 1974, 1978c/ *Conchoecia plinthina Müller, 1906 /194-72/
Batipelágico, Indico y Atlántico, en este Müller:, 1906a; Poulsen, 1973 (como
último desde 200N hasta 56°5. Conchoeeissa p/inthina) / Batipelágico,
*Conchoecia mamillata Müller, 1906 /194-61 y transoceánico, en el Atlántico entre
62/Müller, 1906a;Deevey, 1968;Poulsen, 48°N y 31OS.
1973 (como Paraeonchoecia mamillata) / *Conchoecia porrecta Claus, 1890 /194-73/
Mesopelágico inferior a batipelágico, Angel, 1969c; Poulsen, 1973 (como
transoceánico, en el Atlántico desde Spinoecia porreeta) / Mesopelágico supe-
48°N hasta 56OS. rior, transoceánico, en el Atlántico
*Conchoecia microprocera Angel, 1971 /194-63 desde 41°N hasta 37,5OS.
/ Angel, 1971; Deevey, 197& / Mesope- *Conchoecia procera Müller, 1890 /194-74/
lágico superior, Pacífico y Atlántico, en Müller, 1906a; Angel, 1971 / Mesope-
este último desde 32° N hasta 25°5. lágico superior, transoceánico, en el
*Conchoecia mollis Müller, 1906 /194-64/ Mü- Atlántico desde 53°N hasta 40°5.
lIer, 1906a; Poulsen, 1973 (como Mo- *Conchoecia pseudoparthenoda Angel, 1972/
llieia mollis) / Mesopelágico inferior, 194-75/ Angel, 1972b / Mesopelágico
ecuatorial en todos los oceános, en el superior, Pacífico y Atlántico, en este
Atlántico desde 18°N hasta 15OS. último desde 32°N hasta 30OS.
*Conchoecia nasotuberculata Müller, 1906/194- *Conchoecia pusilla Müller, 1906 /194-76/
65/ Müller, 1906a; Deevey, 1974/ Meso- Müller, 1906a/ Mesopelágico inferior,
pelágico superior, transoceánico, en el Pacífico y Atlántico, en este último
desde 600N hasta 62OS.
Atlántico desde 32°N hasta 42,5°5.
*Conchoecia oblonga (Claus, 1890) /194-66 y Conchoecia reticulata Müller, 1906 / 194-77/
67/ MülIer, 1906a; 5kogsberg, 1920; Müller, 1906a; Deevey, 1968; Poulsen,
Deevey, 1968; Poulsen, 1973 (como 1973 (como Paraeonchoeeia retieu/ata)
Paraeonehoecia oblonga) / Mesopelá- / Batipelágica, Indico y Atlántico, en
este último desde 1°N hasta 32°N.
gico superior, transoceánico, en el Atlán-
tico desde 48°N hasta 4~5. Conchoecia sp. aff. C. reticulata (fig. 194-
*Conchoecia .obtusata Sars, 1866, antarctica 78). Especie mesopelágica inferior no
Müller, 1906 /194-68/ Müller, 1906a; descripta, relativamente abundante en el
Ramírez y Moguilevsky, 1971; Deevey, Atlántico norte desde 0° hasta 400N.
1974 / Mesopelágico superior a epipe- *Conchoecia rhynchena Müller, 1906 /194-79/
lágico, en latitudes australes en todos Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como Pa-
los océanos, en el Atlántico desde 230S ramollieia rhynehena) / Mesopelágico,
hasta 68OS. transoceánico, en el Atlántico desde
·Conchoecia parthenoda Müller, 1906 /194-69/ 600N hasta 35° 5.
Müller, 1906a; Deevey, 1968; Angel, *Conchoecia rotundata MülIer, 1890 /194-80 a
1969b; Poulsen, 1973 (como Spinoeeia 85/ Deevey, 1968 / Se trata, en este
parthenoda) / Mesopelágico superior, caso, de un complejo de especies actual-
transoceánico, en el Atlántico desde mente en revisión por parte de Gooday.
53°N hasta 300s. Angel y Fasham (1975) observaron un

559
Ostracoda

rango de formas de aspectos modoló-, *Conchoecia spinirostris Claus, 1874 /194-90/


gicos levemente diferentes y distribu- Skogsberg, 1920; Oeevey, 1968; Angel,
ciones verticales claramente distintas. La 1969c; Poulsen, 1973 (como Spinoecia
descripción de Oeevey (1968) correspn- spinirostris) / Mesopelágico superior
de a la forma que Gooday (en p.repa- a epipelágico, transoceánico, en el Atlán-
ración) designa como C. rotundata. tico desde 49°N hasta 420 S.
*Conchoecia secernenda Vavra, 1906 /194-86/ *Conchoecia stigmatica Müller, 1906 /194-92/
Oeevey, 1968; Angel, 1970b; Ramírez Müller, 1906a; Poulsen, 1973 (como
y Moguilevsky, 1971 (Iám. 10; lám. 9: Microconchoecia stigmatica) / Mesopelá-
C. haddoni) / Mesopelágico, probable- gico a batipelágico, transoceánico, en el
mente transoceánico, en el Atlántico Atlántico desde 600N hasta 31"5.
desde 37°N hasta 38"5. *Conchoecia subarcuata Claus, 1890 /194-93/
*Conchoecia serrulata serrulata Claus, 1874, Müller, 1906a; Oeevey, 1968; Poulsen,
/194-87/ Müller, 1906a; Skogsberg, 1973 / Mesopelágico superior a inferior,
1920; Ramírez y Moguilevsky, 1971; transoceánico, en el Atlántico desde
Poulsen, 1973 (como Pseudoconchoecia 59°N hasta 56"5.
serrulata)/ Mesopelágico superior, en la- Conchoecia subedentata Gooday, 1976 / 194-
titudes australes en todos los océanos, en 94/ Gooday, 1976 / Mesopelágico,
el Atlántico desde 100 S hasta 580 S. Pacífico y Atlántico, en este último
desde 18°N hasta 600N.
*Conchoecia skogsbergi !les, 1953 /194-88/
*Conchoecia symmetrica Müller, 1906 /194-
Skogsberg, 1920 (como Conchoecia ro-
95/ Müller, 1906a; Skogsberg, 1920;
tundata); Oeevey, 1968. !les (1953) uti-
Pouisen, 1973 (como Conchoecissa sym-
lizó la descripción de Skogsberg de C:
metrica) / En todos los oceános al sur de
rotundata como descripción tipo para 23"5.
esta especie, pero no designó ejemplar
*Conchoecia teretivalvata !les, 1953 /194-96/
ni localidad tipo. La taxonom ía de esta
lIes, 1953; Oeevey, 1974 / Mesopelá-
especie, inclu ída en el "grupo rotundata"
gico superior, Pacífico y Atlántico, en
será clarificada por la revisión de Gooday
este último desde 600N hasta 29°S.
(en preparación).
*Conchoecia valdiviae Müller, 1906 /194-97/
*Conchoecia spinifera (Claus, 1890) /194-89/ Müller, 1906a; Skogsberg, 1920; Poulsen
Müller, 1906a; Oeevey, 1968; Poulsen. 1973 (como Alacia valdiviae); Oeevey,
1973 (como Paraconchoecia spinifera) 1978c / Mesopelágico inferior a batipelá-
/ Mesopelágico, transoceánico, en el gico, transoceánico, en el Atlántico
Atlántico desde 600N hasta 42"5. desde 28°N hasta 470 S.

Clave de identificación
Esta clave es para especímenes adultos únicamente. Ha sido basada, en la medida de lo posible, en aque-
llos caracteres que requieren un mínimo de disección. Antes de intentar la identificación de un ejem-
plar se deben medir el largo, ancho y altura del caparazón; bosquejar el contorno en vista lateral y
ventral; y separar la anténula junto con el órgano frontal y la antena derecha.
I

A continuación se da una lista de las abreviaturas utilizadas en esta clave, conjuntamente con un resu-
men de la terminología de los apéndices y partes del caparazón adoptada en este trabajo y sus equiva-
lencias de acuerdo a diferentes autores.

Incisura o insición rostral: muesca antenal, rostral incisure, antennal notch.


APO: ángulo póstero-dorsal; posterior dorsal comer (PDC).
APV: ángulo póstero-ventral; posterior ventral comer (PVC).
GAO: glándula asimétrica derecha; right assymetrical gland (RAG).

560


Ostracoda

GAI: glándula asimétrica izquierda; left assymetrical gland (LAG).


GL: glándulas laterales; lateral comer glands; Eckdrüse.
GM: glánJ1ulas mediales; medial glands.
H. hembra.
M: macho.
Ar:Jténula; primera antena; antena 1, Al .
Antena; segunda antena; antena 2, A2•
Organo de prehensión; clasping organ; Greifhakenorgan.

1) Especies sin receptores luminosos conspicuos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4


1A) Especies con grandes ojos naupliares u ojos compuestos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2
2) Especies con un par de ojos compuestos situados aproximadamente a la mitad del largo
del caparazón. Especímenes adultos de color marrón chocolate: Macrocypridina castanea
(fig. 194-3). H: 4,6 -7,6 mm; M: 4,8 - 6,4 mm.
2A) Animales globosos, grandes, de aguas profundas. Ojos naupliares grandes, como reflecto-
res altamente especializados: Gigantocypris spp. (3
3)
14 espinas "c" (fig 194-20). Apéndice r
Caparazón globular. Región anterior del caparazón con más de 70 espinas "a" y más de
(órgano limpiador) con más de 100 cerdas y más
de 50 dientes en el peine distal: Gigantocypris muelleri, (fig. 194-2). H: 14 - 20 mm;
M: 12 - 15 mm.
3A)
espinas "c". Apéndice
Gigantocypris dracontovalis,
r
Caparazón oval. Región anterior del caparazón con menos de 70 espinas "a" y menos de 6
con menos de 80 cerdas y menos de 30 dientes en el peine distal:
(fig. 194-1). H: 8 - 10 mm; M: 7 - 9 mm.
4) Anténula terminada en 5 cerdas largas o medianamente largas (siempre de diferente lon-
gitud) (10
4A) Anténula terminada en 6 o más cerdas largas o medianas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
5) Anténulas terminadas en 6 cerdas delgadas de igual longitud: subfamilia ARCHICON-
CHOECINAE* .. . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (6
5A) Anténula terminada en 20-200 cerdas largas, la mayoría delgadas, algunas más gruesas:
subfamilia EUCONCHOECINAE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
6) Caparazón ornamentado con fuertes carenas, rostro alargado; espina póstero-dorsal de la
valva derecha larga; márgenes ventral y posterior bordeados con espinas: Archiconchoecia
cucullata, (fig. 194-4). "Forma" pequeña, H: 1,58 - 1,8 mm; M: 1,62 - 1,82 mm; "forma"
grande, H: 1,85 - 2,2 mm; M: 1,8 - 2,2 mm (Una nueva especie, sin rostro alargado, fue
capturada en muestras de gran profundidad en el Atlántico Noreste).
6A) Caparazón sin ornamentación prominente, sin rostro alargado y sin espina en el ángulo
póstero-dorsal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
7) En vista lateral el caparazón parece no tener incisura rostral: Archiconchoecia n. sp., (fig.
194-5). H: 1,3 mm. (Esta especie fue coleccionada en muestras tomadas por el "Oiscovery"
en aguas muy profundas del Atlántico Noreste. Oeevey se enc;:uentra actualmente estudian-
do especímenes colectados en el sector Pacífico del Antártico).
7A) Caparazón con incisura rostral conspicua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
8) Caparazón, en vista lateral, con una muesca en el margen dorsal. Especie muy pequeña,
frecuentemente con estriaciones concéntricas: Archiconchoecia striata, (fig. 194-6). H y
M: 0,5 - 0,6 mm.
8A) Margen dorsal del caparazón recto, casi paralelo al margen ventral. El órgano frontal se
proyecta más allá del último podómero de la anténula. Caparazón con estrías paralelas al

• Un gran número de especies de Archiconchoecia han sido recientemente descriptas para el Mar de los Sargazos (Deevey. 1978b); casi
con seguridad. varias de estas especies extenderán su distribución hacia el Atlántico Sudoccidental.

561
Ostracoda

margen ventral: Archiconchoecia versicula, (fig. 194-8). H Y M: 0,8 - 0,9 mm.


88) Margen dorsal del caparazón, convexo; margen ventral cóncavo. El órgano frontal apenas
se extiende más allá del último podómero de la anténula: Archiconchoecia ventricosa,
(fig. 194-7). H: 1 mm; M: 0,8 - 0,85 mm.
9) Caparazón delicado, no calcificado.y sin ornamentación conspicua. Organo frontal pre-
sente. Anténula con 20 - 30 cerdas sensoriales. Las hembras adultas incuban a los embrio-
nes en la región póstero-dorsal del caparazón. Especies neríticas o epipelágicas: Eucon-
choecia chierchiae, (fig. 194-9). H: 1;1 -1,4 mm; M: 1 -1,3 mm.
9A) Caparazón robusto, frecuentemente bien calcificado y con marcada ornamentación. Or-
gano frontal ausente (con una excepción en el Artico). Anténula con más de 100 cerdas.
Las hembras no incuban a los embriones. Especiesepibénticas de pequeña a gran talla: Ba-
thyconchoecia spp. (Este género sólo recientemente descubierto, no es conocido para el
Atlántico Sudoccidental. La mayoría de las especies fueron halladas a profundidades de
más de 1000 m, aunque algunas se registraron sobre las plataformas continentales. Los
especímenes fueron capturados a media agua, especialmente a profundidades de más.de
3000 m).
10) Especies globosas, endopodito de la antena sin processus mamillaris (fig. 194-1OH): Fa-
milia HALOCYPRIDAE (11
10A) Especies cilíndricas, o pequeñas y globulares, endopodito de la antena con processus ma-
millaris (fig. 194-141): Conchoecia (14
11) Región anterior del caparazón desarrollada en forma de "hombros" abovedados con espi-
nas o procesos redondeados: Fellia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (12
11A) Región anterior del caparazón suavemente redondeada, sin "hombros" evidentes. . . . . . .. (13
12) "Hombros" redondeados; en los adultos se prolongan en una espina roma. Región ántero-
ventral del caparazón suavemente curvada : Fellia cornuta, (fig. 194-13). H: 3 - 3,8 mm;
M: 3 - 3,4 mm.
12A) "Hombros" con espinas más grandes y que apuntan, claramente, hacia atrás. El caparazón,
en vista ventral, muestra un tubérculo ventral en cada valva, al mismo nivel que el borde
posterior de las espinas de los "hombros": Fellia bicornis, (fig. 194-12). H: 1,7 - 1,9 mm;
M: 1,5 - 1,8 mm.
13) Rostro presente sólo como un proceso bajo y deprimido de modo que no hay incisura ros-
tral evidente: Halocypris inflata, (fig. 194-10). "Forma" mayor, H: 1,52 - 1,8 mm; M:
1,32 - 1,58 mm; "forma" menor, H: 1,16 - 1,38 mm; M: 1,04 - 1,26 mm. (En el Atlánti-
co Noreste la "forma" mayor es más neustónica y más ecuatorial. Ambas "formas" ocu-
rren en el ecuador a los 20"W, aunque están casi completamente segregadasverticalmente.
Su situación taxonómica necesita investigación, especialmente en vista de que fue separa-
da dos veces por investigadores del siglo XIX en especiesgrandes y pequeñas, y subsecuen-
temente sinonimizada).
13A) Rostro bien desarrollado, incisura rostral bien definida: Halocypria globosa, (fig. 194-11).
H: 2 - 2,43 mm; M: 1,94 - 2,18 mm. ("Formas" grandes de esta especie han sido registra-
das por Poulsen, 1969a, en el Atlántico Norte y en el sur del Indico y Pacífico, en altas la-
titudes).
14) Glándula asimétrica derecha (GAD) desembocando en la mitad anterior del caparazón .,. (15
14A) La GAD desemboca en la mitad posterior del caparazón (16
15) Procesos póstero-dorsales anchos, por lo menos 1/5 del largo total del caparazón: Con-
choecia daphnoides, (fig. 194-32). Con dos "formas" de diferente talla, talla mayor, H:
5,2 - 5,9 mm; M: 3 - 3,25 mm; talla menor H: 4,2 - 4,9 mm; M: 2,25 - 2,45 mm.
15A) Procesos póstero-dorsales angostos, aproximadamente 1/10 del largo total del caparazón:
Conchoecia chuni, (fig. 194-27). H: 2 - 2,4 mm; M: 1,4 -1,55 mm.
16) La glándula asimétrica izquierda (GAI) desemboca en los 3/4 anteriores del caparazón, o

en el rostro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... (17

562
Ostra coda

16A) La GAI desemboca en el 1/4 posterior del caparazón (33


17) La GAO desemboca cercadel ángulo póstero-ventral (APV): Conchoecia dorsotuberculata,
(fig. 194-37). H: 2,48 - 2,72 mm; M: 2,4 mm.
17A) La GAO desemboca más cerca del ángulo póstero-dorsal (APO) que del APV: "complejo"
rotu ndata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (18
18)' La GAI desemboca por detrás del rostro, más allá que el 20% del largo del caparazón (figs.
194-44 y 194-57) , . , , , . (19
18A) La GAI desemboca por detrás del rostro, a menor distancia que el 20% del largo del capa-
razón (fig. 194-88) , , , (20
19) Longitud del caparazón menor que 1,25 mm: Conchecia macromma, (fig. 194-57). H: 1 -
l,07mm;M:O,9-1 mm.
19A) Longitud del caparazón mayor que 1,25 mm: Conchoecia glandulosa, (fig. 194-44); H:
1,9 mm; M: 1,95 mm.
20) Longitud del caparazón mayor que 1,3 mm: Conchoecia skogsbergi, (fig. 194-88), Formas
criófilas.
20A) Longitud del caparazón menor de 1,3 mm , , , " (21
21) Caparazón corto y redondeado en vista lateral, la altura es el 60% de la longitud (22
21A) Caparazón más cil índrico, la altura es menor que el 50% de la longitud. . . . . . . . . . . . . .. (24
22) Lados del caparazón suavemente curvados en vista lateral: Conchoecia teretivalvata, (fig.
194-96). H y M: 0,8 - 0,9 mm.
22A) Los lados del caparazón, en vista lateral, muestran una constricción por detrás de la inser-
ción de las antenas (fig. 194-65) , , (23
23) Caparazón con tubérculos laterales (fig. 194-658) cerca del APO (no fácil de ver en los
machos). La GAI desemboca en el rostro, cerca de la charnela. Espinas de la cerca "e" de
la anténula del macho orientadas hacia la base de la cerda, casi paralelas a la misma (fig.
194-65H): Conchoecia nasotuberculata, (fig. 194-65). H y M: 0,8 - 0,9 mm.
23A) Caparazón sin tubérculos laterales. La GAI desemboca detrás de la charnela, las espinas de
la cerca "e" en la anténula del macho se proyectan a ángulos rectos (fig. 194-53H): Con-
choecia kyrtophora, (fig. 194-53). H y M: 0,8 - 0,9 mm.
24) La GAO desemboca en posición ventral al APO, al final de un proceso que establece un
ángulo marcado en el margen posterior del caparazón (fig. 194-52A) . . . . . . . . . . . . . . . .. (25
24A) La GAO desemboca cerca delfAPO, no en un proceso, de modo que el margen posterior
del caparazón es suavemente curvado (fig. 194-80A) (26
25) La altura del caparazón alcanza el 50% de su largo. La altura máxima está en la mitad del
largo (en hembras), o más anteriormente (en machos). Margen ventral arqueado, casi se-
micircular en hembras (fig. 194-52A). Cerda "e" en la anténula del macho con una sola
hilera de 8-9 espinas (fig. 194-52H): Conchoecia isocheira, (fig. 194-52). H: 1,07 mm;
M: 0,9 mm.
25A) La altl,lra del caparazón es menor o igual al 50% del largo. Altura máxima en la mitad pos-
terior. Margen ventral sólo ligeramente curvado (fig. 194-76A). Cerda "e" en la anténula
del macho con doble hilera de espinas (fig. 194-76H): Conchoecia pusilla, (fig. 194-76).
Talla mayor, H: 0,90 - 0,98 mm; M: 0,85 - 0,95 mm; talla menor, H: 0,7 - 0,85 mm; M:
0,75 - 0,80 mm.
26) La GAI desemboca por detrás del rostro, a más del 15% del largo del caparazón (27
26A) La GAI desemboca por detrás del rostro, a menos del 15% del largo del caparazón. Mar-
gen ventral ligeramente curvado, caparazón aguzado anteriormente (fig. 194-80). Incisión
rostral poco profunda. Ancho del caparazón mayor que el 40% del largo. Cerdas "i" y "j"
en la antena del macho simples. Cerdas "b" y "d" en la anténula mucho más cortas que la
cerda "e". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (28
27) Margen ventral casi recto. En vista ventral el caparazón es angosto (ancho menor que el
40% del largo.) En la anténula del macho las cerdas "b" y "d" son apenas más cortas que

563
Ostracoda

la cerda "e": Conchoecia rotundata, "forma" 6, (fig. 194-84). H: 0,95 - 1,18mm; M:


0,97 - 1,14 mm. (Gooday, en prensa, está actualmente completando la revisión de C. ro-
tundata; todas las "formas" citadas en este cap ítu lo tendrán categor ía de especie).
27 A) Margen ventral arqueado; altura máxima cerca del medio del cuerpo. Incisión rostral pro-
funda y curvada (fig. 194-22A). Antena del macho con cerdas "i" y "j" bífidas (fig.
194-221): Conchoecia arcuata, (fig. "94-22). H: 0,92 - 1,13 mm; M: 0,95 -1,12 mm.
28) La GAI desemboca en el primer 12-15% del largo del caparazón por detrás del extremo
del rostro. Largo del caparazón, 1,06 mm: Conchoecia skogsbergi, "formas" termófi las.
28A) La GAI desemboca en o cerca del rostro. Largo del caparazón: 1,20 mm (29
29) Caparazón no muy aguzado anteriormente; márgenes ventral y dorsal casi paralelos. Re-
gión del caparazón por debajo del rostro curvada en vista ventral. Contorno ventral sin
concavidad marcada (fig. 194-83): Conchoecia rotundata, "forma" 2, (fig. 194-81). H:
0,9 - 1,06 mm; M: 0,9 - 1 mm.
29A) Caparazón fuertemente aguzado anteriormente. Región del caparazón por debajo del ros-
tro aguzada en vista ventral. Contorno ventral marcadamente cóncavo (fig. 194-83) (30
30) En vista ventral el ancho del caparazón es mayor que el 50% de su longitud: Conchoecia
rotundata, "forma" 8 (fig. 194-85). H: 0,96 -1,16; M: 0,98 -1,16 mm.
30A) Caparazón relativamente delgado, en machos menor del 50% y en hembras menor del
44% de la longitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (31
31) Especies pequeñas; hembras menores o iguales a 0,87 mm, machos de, aproximadamente,
0,83 mm: Conchoecia rotundata s.s. (fig. 194-80).
31 A) Especies grandes; hembras mayores que 0,87 mm, machos mayores de 0,83 mm . . . . . . .. (32
32) En la antena del macho la cerda "f" excede el 40% del largo del caparazón, la cerda "g"
es mayor que el 43% . La cerda natatoria más larga (en hembras) excede el 41 % del largo
del caparazón; cerdas "f" - "j" mayores que el 20% : Conchoecia rotundata, "forma" 3,
(fig. 194-82). H: 0,94 - 1,2 mm; M: 0,94 - 1,18 mm.
32A) Cerda "f" en la antena del macho menor del 38% del largo del caparazón, cerda "g" me-
nor del 42% . La cerda natatoria más larga (en hembras) es menor que el 41 % del largo del
caparazón, cerdas "f" - "j" menores que el 20% : Conchoecia rotundata, "forma" 4, (fig.
194-83). H: 0,85 - 0,99 mm; M: 0,81 - 1 mm.
33) Especies pequeñas (menores de 1,25 mm), globulares; alto del caparazón ligeramente me-
nor que el largo. Frecuentemente la superficie del caparazón con escultura evidente. Anté-
nula en ambos sexos con cerda sensorial b ífida (fig. 194-92C) (34
33A) Mayormente especies grandes; alto del caparazón menor del 60-70% de su largo. Anténula
con cerda sensorial simple (37
34) La GAO desemboca en la mitad del margen posterior del caparazón: Conchoecia stigmati-
ea, (fig. 194-92). H: 0,92 - 1,06 mm; M: 1,08 -1,2 mm.
34A) La GAO desemboca en o cerca del APV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (35
35) Largo del caparazón mayor que 1 mm: Conchoecia acuticosta, (fig. 194-15). H: 1,2 -
1,26 mm; M: 1,2 mm.
35A) Largo del caparazón menor que 1 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (36
36) Capitulum del órgano frontal del~ado y largo (más que la mitad del tronco); la GAO de-
semboca en APV: Conchoecia curta, (fig. 194-31). H: 0,8 - 0,95 mm; M: 0,75 - 0,95 mm.
36A) Capitulum ancho y corto (menos de la mitad del tronco); la GAO desemboca apenas por
encima del APV: Conchoecia echinulata, (fig. 194-39). H: 0,75 - 0,8 mm; M: 0,7 -0,8 mm.
37) Margen posterior del caparazón recto, formando un ángulo agudo en el APO (figs. 194-14
y 194-23) _ (38
37 A) Margen posterior curvado, o si recto, forma un ángulo de 900 en el APO (fig. 194-59) (40
38) Especies grandes con caparazón bien calcificado. En ambos sexos el alto es mayor o igual
al 45% de la longitud. En la antena del macho la cerda "c" del endopodito es más larga
que el segundo segmento del mismo. En hembras la cerda "c" también es larga: Conchoe-

564
Ostracoda

cia atlantica, (fig. 194-23). H: 3,5 - 4 mm; -M: 3,5 - 3,8 mm.
38A) Especies pequeñas con caparazón liviano, apenas calcificado. En ambos sexos el alto es
menor que el 45% del largo. La cerda "c" del endopodito de la antena, si presente, es cor-
ta " (39
39) Hembras con rostro alargado formando un proceso aguzado en vista ventral. Caparazón,
largo:ancho:alto = 100:28:33. En ambos sexos la cerda "h" del endopodito de la antena
no está ensanchada en la base. Caparazón macho, largo:ancho:alto = 100:40:34. La cer-
da "e" de la anténula lleva 23-29 pares de espinas: Conchoecia acuminata, (fig. 194-14).
H: 3 - 3,7 mm; M: 2,1 - 2,6 mm.
39A) Hembras: rostro no alargado, redondeado en vista ventral. Caparazón, largo:ancho:alto =
100:38:42. Endopodito de la antena con cerda "h" ligeramente ensanchada en la base.
Caparazón macho, largo :ancho: alto = 100:48 :40. Anténula, armadura de la cerda "e" con
38 pares de espinas. Antena, cerda "h" del endopodito ensanchada en la base, especial-
mente en la antena derecha: Conchoecia giesbrechti, (fig. 194-43). H: 2,3 - 2,6 mm; M:
1,9 - 2,2 mm.
40) Caparazón con "hombros" de márgene; agudos, más notable en vista anterior. (Los juve-
niles de C. concentrica poseen una serie de espinas romas en los "hombros", que desapare-
cen en el adulto) (41
40A) Caparazón con "hombros" redondeados (44
41) "Hombros" extendidos formando procesos alares: Conchoecia alata alata, (fig. 194-17).
H: 2,1 - 2,4; M: 1,8 - 2,05 mm.
41A) "Hombros" sin procesos alares. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (42
42) APO sin espinas. La GAI desemboca en posición anterior al APV. Especie de aguas pro-
fundas: Conchoecia dasyophthalma, (fig. 194-33). H: 3,15 - 3,35 mm; M: 2,76-2,92 mm.
42A) APO con espinas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (43
43) Caparazón apenas aguzado anteriormente, margen ventral casI paralelo al dorsal. La GAO
desemboca en el APV: Conchoecia spinifera, (fig. 194-89). H: 1,86 - 2,2 mm; M: 1,6 -
1,84 mm.
43A) Caparazón marcadamente aguzado anteriormente. El margen posterior se curva suavemen-
te hacia el margen ventral. La GAO desemboca en posición ligeramente dorsal al APV:
Conchoecia antipoda, (fig. 194-21). H: 3,2 - 3,3 mm; M: 2,8 - 3,0 mm.
44) El margen posterior presenta un tubérculo por debajo del APO: Conchoecia mamillata,
(figs. 194-61 y 194-62). "Forma" mayor, H: 1,86 - 2,2 mm; M: 1,92 mm; "forma" menor,
H: 1,64 - 1,8 mm; M: 1,66 - 1,72 mm. (Oeevey, en prensa, separa estas dos "formas" en
especies. La "forma" menor es una especie mesopelágica profunda en el Atlántico Norte,
mientras que la "forma" mayor es una especie batipelágica).
44A) Margen posterior sin tubérculo (45
45) Caparazón con tubérculos cerca del APV. Todas las especies presentan una llamativa orna-
mentación, poseen espinas en el APO (46
45A) APV sin tubérculos; la mayoría de las especies no son ornamentadas; varias especies sin es-
pinas en el APO (49
46) Procesos rostrales muy asimétricos, el izquierdo mucho más largo que el derecho: Con-
choecia ametra, (fig. 194-20). H: 3,3 - 4,4 mm; M: 3,2 - 4,2 mm.
46A) Procesos rostrales más o menos simétricos (47
47) APV con procesos largos. Margen ventral del caparazón bordeado con fuertes espinas có-
nicas. Procesos rostrales largos y delgados. Especies muy pequeñas: Conchoecia imbricata,
(fig. 194-49). H: 2,6 - 3,2 mm; M: 2,28 - 2,64 mm.
47A) APV con procesos pequeños. Procesos rostrales cortos. Especies muy grandes (48
48) Procesos en el APV iguales en las 2 valvas. "Hombros" del caparazón bien desarrollados.
Superficie ventral ligeramente cóncava. Anténula del macho: la armadura de la cerda "e"

565
Ostracoda

consiste en 17-18 pares de espinas cónicas implantadas a ángulos casi rectos: Conchoecia
symmetrica, (fig. 194-95). H: 4, - 4,7 mm;,M: 3,7 - 4,25 mm.
48A) APV con procesos más pequeños y subiguales. "Hombros" no muy bien desarrollados, su-
perficie ventral recta o ligeramente convexa. Anténula del macho: la armadura de la cerda
"e" consiste en 40 pares de espinas "aladas", inclinadas hacia la base: Conchoecia plinthi-
na, (fig. 194-72). H: 5 - 5,9 mm; M: 4,8 - 5,2 mm.
49) El margen ventral de la valva izquierda presenta, cerca del APV, una definida hilera de cé-
lulas glandulares estrechamente agrupadas: Conchoecia lophura, (fig. 194-54). H: 2,28 -
2,68 mm; M: 2,16 - 2,52 mm.
49A) Sin glándulas en dicha posición (50
50) Una glándula medial (GM) grande (no GAD) desemboca en un punto medio a lo largo del
margen ventral de ambas valvas (51
50A) Sin aquella GM (53
51) La GM desemboca en la mitad posterior del margen ventral. Márgenes ventral y dorsal casi
paralelos. Especies de gran tamaño: Conchoecia gaussae, (fig. 194-42). H: 3,37 - 3,56 mm;
M: 2,95 - 3,3 mm.
51 A) La GM desemboca en el punto medio del margen ventral. Caparazón fuertemente aguzado
anteriormente: Conchoecia incisa, (fig. 194-50). H: 2,46 - 2,86 mm; M: 1,82 -1,92 mm.
51 B) La GM desemboca en el punto medio del margen ventral, el cual es suavemente curvado;
sin aguzamiento anterior. El apéndice sexto, en hembras, presenta una cerda terminal ex-
tremadamente larga, dándole aspecto de macho a primera vista (52
52) Especies de talla grande: Conchoecia edentata, (fig. 194-40). H: 1,58 -1,74 mm; M: 1,4-
1,52 mm.
52A) Especies de talla menor: Conchoecia subedentata, (fig. 194-94). H: 1,26 - 1,44 mm; M:
1,12 - 1,28 mm.
53) La GAD desemboca por delante del APV (54
53A) La GAD desemboca en o dorsalmente al APV (59
54) Con una espina en el APD de la valva derecha (esta espina puede ser muy pequeña) (55
54A) APD, en ambas valvas, desprovistos de espinas. Largo del caparazón mayor que 2 mm
("hombros" del caparazón con márgenes agudos, detalle que puede pasar inadvertido en
esta frágil especie de aguas profundas): Conchoecia dasyophthalma (ver 42).
54B) APD, en ambas valvas, desprovisto de espinas. Largo del caparazón menor que 2 mm:
Conchoecia macroprocera, (fig. 194-58). H: 1,26 - 1,36 mm; M: 1,1 - 1,23 mm.
55) Largo mayor de 1,35 mm: Conchoecia oblonga, "forma" B, (fig. 194-67). H: 1,26 -
1,36 mm; M: 1,1 - 1,23 mm.
55A) Largo menor de 1,35 mm (56
56) Hembras (57
56A) Machos (58
57) La"rgo: 0,92.~ 1,06 mm. Alto = 42% del largo. Protopodito de la antena = 45% del largo del
caparazón: Conchoecia microprocera, (fig. 194-63), (ver 58).
57 A) Largo: 1,12 - 1,24 mm. Alto = 44% del largo. Protopodito de la antena = 41,5% del largo
del caparazón: Conchoecia procera, (fig. 194-74), (ver 58A).
58) Largo: 0,82 - 0,92 mm. Anténula: la armadura de la cerda "e" consiste en 16-18 pares de
espinas: Conchoecia microprocera, (fig. 194-63), (ver 57).
58A) Largo: 0,98 - 1,06 mm. Anténula: la armadura de la cerda "e" consiste en 11-13 pares de
espinas: Conchoecia procera, (fig. 194-74), (ver 57A).
59) APD del caparazón con espinas grandes o pequeñas en una o ambas valvas (60
59A) APD en ángulo recto o suavemente curvado, desprovisto de espinas en ambas valvas (77
60) Ambas valvas con espinas en el APD. Endopodito de la antena, en hembras: espina "c"
presente; en machos: espinas "c" muy larga (61
6OA) Sólo una valva provista de espina en el APD (generalmente la derecha) (62

566
Ostracoda

61) Especies grandes; caparazón fuertemente calcificado y con estrías bien marcadas. Los es-
pecímenes vivos son opacos y bien pigmentados. "Hombros" del caparazón fuertemente
desarrollados (carácter notable en los juveniles). Anténula macho: la armadura de la cerda
"e" consiste en 44-48 pares de espinas: Conchoecia secernenda, (fig. 194-86). H: 2,4 - 2,7
mm; M: 2,2 - 2,45 mm.
61A) Especies pequeñas; caparazón ligeramente calcificado; estrías, cuando presentes, apenas
notables. Los especímenes vivos son delicadamente pigmentados, translúcidos cuando pre-
servados. "Hombros" débilmente desarrollados. Anténula macho: la armadura de la.cerda
"e" consiste en 27-30 pares de espinas: Conchoecia bispinosa, Hig. 194-25). H: 1,8 - 2,1
mm; M: 1,65 - 1,9 mm.
62) Escultura del caparazón formando un claro patrón rectangular (63
62A) Escultura, cuando presente, no formada por rectángulos (64
63) "Hombros" del caparazón ornamentados con hileras de espinas que se extienden a la re-
gión póstero-dorsal: Conchoecia sp. aft. C. reticulata, (fig. 194-78). H: 3,48 - 3,8 mm; M:
3 - 3,32 mm.
63A) Caparazón sin espinas: Conchoecia reticulata, (fig. 194-77). H: 4,3 mm; M: 3,96 mm.
64) La GAD desemboca en el margen posterior del caparazón, bien por encima del APV (fig.
194-47) (65
64A) La GAD desemboca en o muy cerca del APV (fig. 194-41) (68
65) La GAI desemboca en el 15-20% anterior del largo del caparazón, por delante de la char-
nela del APD. Las estrías del caparazón, cuando presentes, son débiles (66
65A) La GAI desemboca muy cerca de la charnela del APD. Estrías marcadas a lo largo del mar-
gen ántero-ventral del caparazón (67
66) Machos: la cerda "b" en el endopodito de la antena con pelos largos; hembras: la cerda
dorsal de la anténula se extiende más allá de la mitad del capitulum del órgano frontal; el
largo de esta seta equivale al 19-25% del largo del caparazón: Conchoecia hirsuta, (fig.
194-47). H: 2,4 - 2,8 mm; M: 2,6 - 3,3 mm.*
66A) Machos: la cerda "b" en el endopodito de la antena es desnuda; hembras: la cerda dorsal
de la anténula se extiende sólo hasta la mitad del capitulum del órgano frontal; el largo de
esta seta equivale al 13-15% del largo del caparazón: Conchoecia aequiseta, (fig. 194-16).
H: 2,4 mm; M: 2,6 - 3,3 mm. *
67) Longitud del caparazón mayor que 2,5 mm; con 5-10 estrías ventrales: Conchoecia co-
phopyga, (fig. 194-29). H y M: 2,9 mm.
67A) Longitud del caparazón menor que 2,5 mm; con 3-4 estrías ventrales: Conchoecia dentata,
. (fig. 194-34). H: 1,9 - 2 mm; M: 1,6 -1,9 mm.
68) Machos (69
68A) Hembras (73
69) Armadura de la cerda "e" de la anténula del macho: disco oval de pelos (70
69A) Armadura de la cerda "e" de la anténula del macho: hilera de espinas apareadas (71
70) Machos, anténula: cerda "b" subigual a cerdas "e" y "d"; basesde las cerdas del endopo-
dito de la antena bulbosas. El capitulum del órgano frontal se extiende más allá del último
podómero de la anténula: Conchoecia discophora (fig. 194-36). M: 1,1 - 1,2 mm (ver 74).
70A) Macho. anténula: cerda "b" sólo 2/3 - 2/4 del largo de las cerdas "e " y "d"; basesde las
cerdas del endopodito de la antena no bulbosas. La punta del capitulum a aproximada-
mente la misma altura que el último podómero de la anténula: Conchoecia elegans, (fig.
194-41). M: 1 - 2,1 mm.
71) Anténula del macho: la armadura de la cerda "e" consiste en 15-17 espinas romas, la cer-
da "b" lleva un grupo oval de 10-12 espinas; cerdas "b" y "d" aproximadamente 5/6 del
largo de la cerda "e". El margen posterior del caparazón forma un ángulo de 90° con el
margen ventral: Conchoecia echinata, (fig. 194-38). M: 1,5 - 1,8 mm (ver 75) .
• El status taxonómico de C. hirsuta V C. aequiseta es dudoso V necesita revisión; no existen caracteres adecuados que permitan dife-
renciar las hembras.

567
Ostracoda

71 A) Armadura de la cerda "e" con más de 20 pares de espinas agudas. Sin grupo oval de espi-
nas en la cerda "b". El margen posterior del caparazón forma un ángulo de 75° con el
margen ventral. (72
72) Caparazón: la altura equivale al 40% del largo, ancho 35% del largo; márgenes ventral y
dorsal casi paralelos: Conchoecia allotherium, (fig. 194-18). M: 1,4 - 1,5 mm.
72A) Caparazón: altura 43% del largo, ancho 42% del largo; aguzado anteriormente: Conchoe-
cia oblonga, "forma" A, (fig. 194-66). M: 1,4 - 1,5 mm.
73) Hembra: órgano frontal recto, sin clara división entre tronco y capitulum (fig. 194-43C) .. (74
73A) Hembra: órgano frontal claramente dividido en tronco y capitulum; éste último curvado
hacia abajo (75
74) El órgano frontal se extiende más allá del último podómero de la anténula. Margen poste-
rior bulboso ventralmente: Conchoecia discophora, (fig. 194-36). H: 1,25 - 1,5 mm (ver
70).
74A) El órgano frontal apenas se proyecta más allá del último podómero de la anténula. El mar-
gen posterior se curva suavemente hacia el margen ventral: Conchoecia elegans, (fig.
194-41). H: 1,0 - 2 mm (ver 70A). (La ausencia de una cerda dorsal en la anténula de C.
e/egans, carácter utilizado tanto por Müller (1912) como por Poulsen (1973) para separar
estas dos especies, es inválido. C. e/egans presenta varias "formas" de diferentes tallas que
tienden a diferir también en el aspecto del caparazón, pero que se cruzan libremente. Las
"formas" de latitudes bajas son pequeñas, las de latitudes altas son de mayor talla).
75) El margen posterior del caparazón forma un ángulo de 90° con el margen ventral. Anténu-
la: cerda dorsal más corta que el segundo podómero. El tronco del órgano frontal es dos
veces más largo que todos los podómeros juntos. Punta del capitulum redondeada: Con-
choecia echinata, (fig. 194-38). H: 1,7 - 2,1 mm (ver 71).
75A) El margen posterior del caparazón forma un ángulo de 75° con el margen ventral. Tronco
del órgano frontal 1,5 veces más largo que todos los podómeros juntos. Capitulum termi-
nado en punta (76
76) Caparazón en vista ventral con lados casi paralelos; margen ventral paralelo al dorsal. Altu-
ra menor que el 40% del largo: Conchoe"cia allotherium, (fig. 194-18). H: 1,56 - 1,92 mm
(ver 72).
76A) El caparazón, en vista ventral, es más curvado como resultado de un mayor desarrollo de
los "hombros"; en vista lateral es aguzado anteriormente. Altura mayor que el 43% del
largo: Conchoecia oblonga, "forma" A, (fig. 194-66). H: 1,52 - 1,94 mm (ver 72A).
77) Las glándulas laterales (GL), desembocan en el APV de la valva izquierda (78
77A) APV de la valva izquierda sin glándulas grandes de ningún tipo (90
78) Altura del caparazón mayor que el 60% del largo (79
78A) Altura del caparazón menor que el 60% del largo (80
79) Caparazón con marcada ornamentación longitudinal: Conchoecia serrulata serrulata, (fig.
194-87). H: 1,2 -1,7 mm; M: 1,05 - 1,4 mm.
79A) Caparazón sin ornamentación longitudinal: Conchoecia serrulata laevis. H: 1,2 - 1,7 mm;
M: 1,05 - 1,4 mm.
80) Altura máxima del caparazón en la región posterior; fuertemente aguzado anteriormente. (81
80A) Altura máxima del caparazón en el centro; margen ventral simétricamente curvado o casi
paralelo al dorsal, de modo que presenta una forma casi rectangular (87
81) Estrías longitudinales bien diferenciadas, corren paralelas al margen ventral, parücular-
mente en la mitad anterior del caparazón. Anténula macho: la cerda "e" lleva 50-60 pares
de espinas con escalón: el ancho del capitulum se reduce notablemente cerca de la punta:
Conchoecia rhynchena, (fig. 194-79). H: 2,3 - 2,9 mm; M: 2,2 - 2,6 mm.
81A) Estrías, cuando presentes, intersectan el margen ántero-ventral formando un ángu lo (fig.
194- 71 A) (82
82) Caparazón mayor que 4 mm. Especímenes vivos o recién fijados, de color rojo: Conchoe-

568
Ostracoda

cia valdiviae, (fig. 194-97). H: 5,1 - 7 mm; M: 4,7 - 6,4 mm.


82A) Caparazón menor que 4 mm (83
83) Un grupo de G L se abren en el margen posterior de la valva derecha dorsal a la GAO (84
83A) Las G r. se abren lateralmente a la GAO (86
84) Caparazón mayor que 2,8 mm: Conchoecia major, (fig. 194-60). H: 3,3 - 3,6 mm; M:
3,1 - 3,2 mm.
84A). Caparazón menor que 2,8 mm (85
85) Las GM, en el APO, de dos tamaños diferentes, algunas bien alargadas. El margen poste-
rior del caparazón se arquea posteriormente a partir del APO. Machos: órgano frontal agu-
zado; anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por espinas en escalón. Hembras, an-
ténula: cerda "e" terminada en forma de espada (en el Pacífico, Poulsen, 1973): Con-
choecia plactolycos, (fig. 194-71). H: 2,3 - 2,5 mm; M: 2,3 - 2,5 mm.
85A) Las GM, en el APO, de un único tamaño. El margen posterior del caparazón no se extien-
de por detrás del APO. Machos: órgano frontal romo; anténula: la armadura de la cerda
"e" consiste en pequeñas espinas cónicas (no escalonadas): Conchoecia dichotoma, (fig.
194-35). H: 2,25 - 2,35 mm; M: 1,85 mm. (Estas son las dimensiones de los especímenes
originales de Müller. Trabajos posteriores (Oeevey, 1968; Poulsen, 1973) consignan tallas
mayores, más comparables con aquellas de C. plactolycos. Es posible que más de una es-
pecie esté involucrada).
86) Caparazón mayor que 2,2 mm: Conchoecia ctenophora, (fig. 194-30). H: 2,3 - 2,9 mm;
M: 2,2 - 2,6 mm.
86A) Caparazón menor que 2,2 mm: Conchoecia loricata, (fig. 194-55). H: 1,8 - 2,1 mm; M:
1,6 - 1,9 mm. (Müller, 1906a, describe una forma minar para el Atlántico Sur y Central
que no ha sido encontrada nuevamente. Sus dimensiones son: H: 1,6 - 1,7 mm; M: 1,55
mm). .
87) Caparazón con escultura marcada: estrías que intersectan el margen ántero-ventral for-
mando un ángulo oblicuo (fig. 194-64A). (88
87 A) Caparazón no ornamentado, o sólo con estrías con céntricas débi les (89
88) Macho: cerda "e" de la anténula con más de 45 pares de espinas. Organo copulatorio re-
dondeado terminalmente. Antena: cerda "bi' del endopodito desnuda. Hembras: anténula:
cerda dorsal y cerdas "a" - "d" aproximadamente 85% y 65% más cortas que el apéndice,
respectivamente; mientras que la cerda "e" es 230% (más de 2 veces) más larga que el mis-
mo: Conchoecia mollis, (fig. 194-64). H: 3,1 - 3,6 mm; M: 2,8 - 3,1 mm.
88A) Machos: la cerda "e" de la anténula con menos de 40 pares de espinas. Organo copulato-
río cuadrangular terminalmente. Antena: cerda "b" del endopodito pilosa. Hembras: an-
ténula con cerda dorsal y cerdas "a" - "d" de largo subigual al del apéndice, mientras que
la cerda "e" es 310% (más de 3 veces) más larga que el mismo: Conchoecia amblypostha,
(fig. 194-19)). H: 3,3 - 3,8 mm; M: 3,2 - 3,5 mm.
89) Caparazón mayor o igual que 2,4 mm. Más de 2 glándulas en el APV de la valva izquierda.
Organo frontal, en ambos sexos, terminado en punta. Antena: cerda "b" del endopodito
delicadamente pilosa en ambos sexos. Machos: anténula con armadura de la cerda "e"
consistente en 26-30 pares desiguales de espinas truncadas, formando ángulos rectos en
su implantación: Conchoecia belgicae, (fig.194-24). H: 2,4 - 3 mm; M: 2,4 - 2,8 mm.
89A) Caparazón menor que 2,4 mm. Sólo 2 glándulas laterales en el APV de la valva izquierda.
Organo frontal redondeado. Antena: cerda "b" del endopodito desnuda. Anténula mascu-
lina: armadura de la cerda "e" consistente en 5 ó 6 espinas truncadas, dispuestas irregular-
mente e implantadas a ángulos rectos: Conchoecia hettacra, (fig. 194-46). H: 2 - 2,3 mm;
M: 1,8 - 1,9 mm.
90) Caparazón de hembras mayor que 3,3 mm, de machos mayor que 2,9 mm: Conchoecia
macrocheira, (fig. 194-56). H: 3,45 - 3,65 mm; M: 3 - 3,2 mm.
90A) Caparazón de hembras menor que 3,3 mm, de machos menor que 2,9 mm (91

569
Ostracoda

91 ) El APD forma un ángulo, generalmente de 90° . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . .. (92


91A) APD redondeado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (105
92) Altura del caparazón mayor que la mitad del largo. "Hombros" bien desarrollados y re-
dondeados. Caparazón ornamentado con llamativa escultura longitudinal: Conchoecia
concentrica, (fig. 194-28). H: 1,5 - 1,8 mm; M: 1,4 - 1,55 mm.
92A) Altura del caparazón menor o igual que la mitad del largo. "Hombros" no muy bien desa-
rrollados, no visibles en vista ventral. Caparazón sin ornamentación longitudinal; escultura,
cuando presente, en forma concéntrica (93
93) El endopodito de la antena, en hembras, lleva una cerda "c"; en machos con cerda "c"
larga (mayor que el podómero donde se inserta). Considerable diferencia de tamaño entre
M y H: Conchoecia haddoni, (fig. 194-45). H: 2,7 - 3,2 mm; M: 2,2 - 2,6 mm. (Angel,
1970b, describió una "forma" de talla pequeña de la región de las Islas Canarias (H: 2,1 -
2,5 mm; M: 1,75 - 2 mm); es posible que la misma ocurra en las latitudes bajas en el
Atlánti.co Sur).
93A) En hembras el endopodito de la antena no lleva cerdas "c" ni "d"; y las cerdas "c" y "d"
en el macho son más cortas qu~ el segundo segmento (94
94) Hembras (95
94A) Machos (1 00
95) Organo frontal recto; no es clara la división entre tronco y capitulum. Margen anterior de
la cerda "e" de la anténula con pelos largos (96
95A) Capitulum del órgano frontal doblado hacia abajo. Margen anterior de la cerda "e" de la
anténula sin pelos (97
96) Especies pequeñas. El largo del órgano frontal alcanza el 27% del caparazón. Altura del ca-
parazón = 48% del largo: Conchoecia spinirostris, (fig. 194-90). H: 1 -1,3 mm (ver 103).
96A) Especies grandes. Largo del órgano frontal 33% del largo del caparazón. Altura del capara-
zón 44% de su largo: Conchoecia porrecta, (fig. 194-73). H: 1,45 - 1,75 mm (ver 103A).
97) Las células de la glándula lateral desembocan apenas por encima de la GAD. (Esta identi-
ficación es difícil, particularmente en el caso de C. hyalphyllum, aunque las especies se
pueden separar en base al tamaño. Además, en vista ventral C. hyalophyllum presenta es-
trías longitudinales alrededor del margen ventral del caparazón) (98
97A) Valva derecha sin GL (99
98) Largo del caparazón mayor que 2 mm. Generalmente el caparazón presenta claras estria-
ciones concéntricas: Conchoecia parvidentata, (fig. 194-70). H: 2,4 - 3,1 mm (ver 101A).
98A) Largo del caparazón menor que 2 mm: Conchoecia hyalophyllum, (fig. 194-48). H: 1,55
- 1,80 mm (ver 104).
99) Margen posterior del caparazón marcadamente curvado posteriormente. Especie delgada:
ancho menos de 2,5 veces el largo. GAD grande: Conchoecia subarcuata, (fig. 194-93).
H: 1,95 - 2,35 mm (ver 101).
99A) Margen posterior casi recto. Especies más anchas: ancho más de 2,5 veces el largo. GAD
J

pequeña: Conchoecia magna, (fig. 194-59). "Forma" pequeña, H: 1,7 - 2,1 mm; "forma"
grande, H: 2,15 - 2,45 mm (ver 104Al.
100) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta de un tipo de espinas: largas, dispuestas
en pares y a espacios regulares (101
100A) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta de dos tipos de espinas: cortas y anchas
y regularmente apareadas en la región distal; finas e irregularmente distribuidas en la re-
gión proximal (102
101) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta de 20-23 pares de espinas. Especies pe-
queñas sin GL por encima de la GAD: Conchoecia subarcuata, (fig. 194-93). M: 1,8 - 2
mm (ver 99).
101A) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por 50-70 pares de espinas. Especies
grandes con G L que desembocan dorsalmente a la GAD. Caparazón cubierto, general-

570
Ostracoda

mente, con estriaciones concéntricas: Conchoecia parvidentata (fig. 194-70). M: 2 - 2,6


mm (ver 98).
102) Largo del caparazón menor que 1,5 mm (103
102A) Largo del caparazón mayor que 1,5 mm (104
103) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por 7-8 pares de espinas en escalón (dis-
talmente), y otras 17-20 espinas delgadas e irregularmente distribuidas cerca de la base.
Especies pequeñas: Conchoecia spinirostris, (fig. 194-90). M: 0,95 - 1,2 mm (ver 96).
103A) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por 14-15 pares de espinas en escalón
(distalmentel, y otras 27-30 espinas delgadas e irregularmente distribuidas cerca de la ba-
se. Especies grandes: Conchoecia porrecta, (fig. 194-73). M: 1,28 - 1,48 mm (ver 96A).
104) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por 24-25 pares de espinas robustas (dis-
talmente), y otras 26-27 espinas delgadas irregularmente distribuidas cerca de la base. La
GL desemboca dorsalmente a la GAD. Especie pequeña: Conchoecia hyalophyllum, (fig.
194-48). M: 1,5 - 1,65 mm (ver 98A).
104A) Anténula: armadura de la cerda "e" compuesta por 13-16 espinas robustas (distalmentel,
y otras 14-17 espinas delgadas irregularmente distribuidas cerca de la base. Sin G L. Es-
pecie grande: Conchoecia magna, (fig. 194-59). "Forma" grande, M: 2 - 2,1 mm;
"forma" pequeña, M: 1,55 - 1,9 mm (ver 99A).
105) La GAI desemboca por detrás de la charnela en el APD. Caparazón alargado; altura igual
al 40-44% del largo: Conchoecia inermis, (fig. 194-51). H: 2 - 2,2 mm; M: 1,88 - 2,02 mm.
105A) La GAI desemboca por delante de la charnela en el APD. Caparazón menos alargado .... (106
106) La GAI desemboca muy cerca de la charnela posterior (aproximadamente 0,04 mm ade-
lante). Machos: órgano de prehensión del endopodito de la antena derecha muygrande,
mientras que en la antena izquierda está reducido a un proceso recto. Organo copulato-
rio grande. En hembras el capitulum del órgano frontal terminado en punta aguda y lige-
ramente doblado hacia abajo. Todo el órgano frontal es menos de 2 veces el largo de la
anténula: Conchoecia obtusata, (fig. 194-68). H: 1,3 - 1,85 mm; M: 1,2 - 1,35 mm.
106A) La GAI desemboca por delante de la charnela posterior. En machos el órgano de prehen-
sión del endopodito de las antenas derecha e izquierda está doblado formando un ángulo
recto u obtuso. En hembras el capitulum del órgano frontal está doblado hacia abajo.
Todo el órgano frontal es más que 2 veces el largo de la anténula (107
107) Machos, anténula: largo de las cerdas "b" y "d" menos que la mitad del largo de la cerda
"e". Hembras: órgano frontal excepcionalmente largo y ligeramente doblado hacia abajo
distalmente; anténula: largo de las cerdas "a" y "d" aproximadamente la mitad del largo
de la cerda "e": Conchoecia brachyaskos, (fig. 194-26). (En el Atlántico ecuatorial el
rango de tallas de los especímenes capturados por encima de los 900 m era: H: 1,2 - 1,44
mm; M: 1,06 - 1,28 mm, y por debajo de 900 m: H: 1,34 - 1,52 mm; M: 1,24 - 1,38 mrn.
Estas "formas" de diferentes tallas requieren investigación).
107A) Machos, anténula: cerdas "b" y "d" apenas más cortas que la cerda "e"; hembras: órga-
no frontal recto, menos que 2 veces el largo de la anténula. Anténula: cerdas "a" y "d"
aproximadamente 1/3 del largo de la cerda "e" (108
108) La GAI desemboca más de 0,4 mm por delante de la charnela posterior. El margen pos-
terior del caparazón está marcadamente extendido posteriormente en las hembras. Ar-
madura de la cerda "e" de la anténula del macho compuesta por 9-10 pares de espinas
seguidas proximalmente por unas 22-26 espinas alternad~s: Conchoecia pseudoparthe-
noda, (fig. 194-75). H: 1,72 -1,9 mm; M: 1,52 -1,72 mm.
108A) La GAI desemboca más o menos 0,25 mm por delante de la charnela posterior. Margen
posterior del caparazón casi semicircular. Machos: armadura de la cerda "e" de la anté-
nula compuesta por 9-10 pares de espinas seguidas por 15 - 18 espinas alternadas: Con-
choecia parthenoda, (fig. 194-69). H: 1,5 - 1,86 mm; M: 1,4 - 1,78 mm.

571
Ostracoda

Fig. 194.
Ostracoda.
(Ver referencias
en p 585).

572
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Fig.194.
Ostracoda.

(Ver rete
rencias
en p. 585).

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584
Ostracoda

Fig. 194. Especies de Ostracoda.

1) Gigantocypris dracontovalis, A: caparazón de hembra en vista lateral, B: idem, vista ventral. C: caparazón
de macho en vista lateral, O: idem. vista ventral, E: detalle de las espinas de la incisura rostral; 2) Gigantocy-
pris muelleri, A: caparazón de mache->en vista lateral, B: idem, hembra, C: caparazón de hembra en vista ven-
tral. O: detalle de las espinas de la incisura rostral; 3) Macrocypridina castanea, A: caparazln de hembra en
vista lateral. B: idem. ventral. C: caparazón de macho en vista lateral, O: idem, ventral; 4) Archiconchoecia
cucullata. "forma" mayor, A: caparazón de hembra en vista lateral, B: idem, ventral. C: órgano frontal yanté-
nula (hembra). O: endopodito de la antena (hembra), E: caparazón de macho en vista lateral, F: idem, ventral,
G: órgano frontal y anténula (macho). H: endopodito de la antena derecha (macho); 5) Archiconchoecia n. sp.
(ver Deevey. en prensa). A-H: como' en 194-4; 6) Archiconchoecia striata, A-H: como en 194-4; 7) Archicon-
choecia ventricosa, A-H: como en 194-4; 8) A rchiconchoecia versicula, A-H: como en 194-4; 9) Euconchoecia
chierchiae, A-H: como en 194-4; 10) Halocypris inflata (=Halocypris brevirostris), "forma" menor. A-H: como
en 194-4; 11) Halocypria globosa, A-H: como en 194-4; 12) Fellia bicornis, A: caparazón hembra en vista
lateral. B: idem. ventral, C: endopodito de la antena (hembra). o: órgano frontal y anténula (hembra), E: endo-
podito de la antena derecha (macho); 13)Fellia cornuta, A-H: como en 194-4; 14) Conchoecia acuminata, A-G:
como en 194-4. H: anténula, armadura de la cerda "e" (macho). 1: endopodito de la antena derecha (macho);
15) Conchoecia acuticosta, A-I: como en 194-14; 16) Conchoecia aequiseta, A-I: como en 194-14; 17)
Conchoecia alata alata, A-I: como en 194-14; 18) Conchoecia allotherium, A-I: como en 194-14; 19)
Conchoecia amblypostha, A-G. 1: como en 194-14, H: armadura de las cerdas "b", "d" Y "e" de la anténula del
macho; 20) Conchoecia ametra, A-I: como en 194-14; 21) Conchoecia antipoda, A-G, 1: como en 194-14, H:
armadura de las cerdas "b" y "e" de Ia-anténula del macho; 22) Conchoecia arcuata, A-I: como en 194-14; 23)
Conchoecia atlantica, A-G. 1:como en 194-14, H: armadura de las cerdas "b" y "e" de la anténula del macho;
24) Conchoecia belgicae, A-I: como en 194-14; 25) Conchoecia bispinosa, A-G,I: como en 194-14. H: como en
194-21; 26) Conchoecia brachyaskos, A-I: como en 194-14; 27) Conchoecia chuni. A-I: como en 194-14; 28)
Conchoecia concentrica, A-G. 1:como en 194-14. H: armadura de la cerda "b" (almohadilla)y cerdas "d"y "e"
de la anténula del macho; 29) Conchoecia cophopyga, A-I: como en 194-14; 30) Conchoecia ctenophora, A-I:
como en 194-14; 31) Conchoecia curta, A-I: como en 194-14; 32) Conchoecia daphnoides, A-I: como en 194-
14; 33) Conchoecia dasyophtalma, A-G, 1:como en 194-14, H: como en 194-21; 34)Conchoeciadentata, A-l:
como en 194-14; 35) Conchoecia dichotoma, A-G. 1:como en 194-14. H: como en 194-21; 36) Conchoecia
discophora, A-G: como en 194-14; 37) Conchoecia dorsotuberculata, A-I: como en 194-14; 38) Conchoecia
echinata, A-G. 1: como en 194-14, H: como en 194-21; 39) Conchoecia echinulata, A-I, como en 194-14; 40)
Conchoecia edentata, A-G, 1:como en 194-14. H: como en 194-21; 41) Conchoecia elegans ("forma del Océa-
no Austral"), A-I: como en 194-14; 42) Conchoecia gaussae, A-G. 1:como en 194-14, H: como en 194-21; 43)
Conchoecia giesbrechti, A-G. 1:como en 194-14, H: armadura de las cerdas "d" y "e" de la anténula del ma-
cho; 44) Conchoecia glandulosa, A-I: como en 194-14; 45) Conchoecia haddoni, A-I: como en 194-14; 46)
Conchoecia hettacra, A-G. 1:como en 194-14, H: como en 194-21; 47) Conchoecia hirsuta, A-I: como en 194-
14; 48) Conchoeciahyalophyllum, A-I: comoen 194-14; 49) Conchoecia imbricata, A-G,I:como en 194-14, H:
como en 194-21; 50) Conchoeciaincisa. A-G.I: comoen 194-14, H: como en 194-21; 51) Conchoeciainermis,
A-I: coa en 194-14; 52) Conchoecia isocheira, A-I: como en 194-14; 53) Conchoecia kyrtophora, A-G.I: como
en 194-14, H: armadura de las cerdas "b", "d" Y "e" de la anténula del macho; 54) Conchoecia lophura, A-I:
como en 194-14; 55) Conchoecia loricata, A-I: como en 194-14; 56) Conchoecia macrocheira, A-I: como en
194-14; 57) Conchoecia macromma, A-G. 1:como en 194-14; 58) Conchoecia macroprocera, A-G.I: como en
194-14, H: como en 194-53; 59) Conchoecia magna, A-I: como en 194-14; 60) Conchoecia major, A-G, 1:
como en 194-14; H. como en 194-53; 61) Conchoecia mamillata, "forma" mayor, A-G. I:'como en 194-14, H:
como en 194-53; 62) Conchoecia mamillata, "forma" menor, A-I: como en 194-14; 63) Conchoecia
microprocera, A-I: como en 194-14; 64) Conchoecia mollis, A-G. 1:como en 194-'-4, H: como en 194-53; 65)
Conchoecia nasotuberculata, A-G. 1:como en 194-14. H: como en 194-21; 66) Conchoecia oblonga, "forma"
A. A-G, 1: como en 194-14. H: como en 194- 21; 67) Conchoecia oblonga, "forma" B. A-I: como en 194-14;
68) Conchoecia obtusata antarctica, A-I: como en 194-14; 69) Conchoecia parthenoda. A-I: como en 194-14;
70) Conchoecia parvidentata, A: caparazón de hembra en vista lateral. B: idem. ventral, C: órgano frontal y an-
ténula (hembra). o: endopodito de la antena (hembra). E: endopodito de la antena del macho; 71) Conchoecia
plactolycos, A: caparazón de hembra en vista lateral. B: idem, ventral. C: órgano frontal y anténula (hembra).
o: glándula del caparazón en el ángulo póstero-dorsa! (hembra). E: caparazón macho en vista lateral, F: órga-
no frontal y anténula (macho), G: armadura de la cerda "e" de la anté,lula (macho), H: endopodito de la antena
(macho); 72) Conchoecia plinthina. A-G, 1:como en 194-14, H: como en 194-53; 73) Conchoeciaporrecta, A-I:
como en 194-14; 74) Conchoecia procera, A-I: como en 194-14; 75) Conchoecia pseudo'larthenoda, A-G. 1:
como en 194-14. H: como en 194-53; 76) Conchoecia pusilla, A-G, 1:como en 194-14, H: como en 194-53;
77z0 Conchoecia reticulata, A-G. 1:como en 194-14, H: como en 194-21; 78) Conchoecia sp. aft. C. reticulata,
A-G.l: como en 194-14, H: como en 194-21; 79) Conchoecia rhynchena, A-G, 1:como en 194-14. H: como en
194-53; 80) Conchoecia rotundata sensu stricto. A-I: como en 194-14; 81) Conchoecia rotundata, "forma 2".
A-I: como en 194-14; 82) Conchoecia rotundata, "forma 3". A-I: como en 194-14; 83) Conchoeciarotundata,
"forma 4". A-I: como en 194-14; 84) Conchoeciarotundata, "forma 6".A-I:comoen 194-14; 85) Conchoecia
rotundata, "forma 8", A-I: como en 194-14; 86) Conchoecia secernenda, A-G, 1:como en 194-14, H: como en
194-53; 87) Conchoecia serrulata serrulata, A-I: como en 194-14; 88) Conchoecia skogsbergi, A-G. 1:como en
194-14, H: como en 194-53; 89) Conchoeci,!spinifera, A-G, 1:como en 194-14, H: armadura de las cerdas "d"
y "e" de la anténula del macho; 90) Conchoecia spinirostris, A-I: como en 194-14; 91) Conchoecia squamosa,
A-I: como en 194-14; 92) Conchoecia stigmatica. A-I: como en 194-14; 93) Conchoecia subarcuata, A-I: como
en 194-14; 94) Conchoecia subedentata, A-G, 1: como en 194-14, H: como en 194-21; 95) Conchoecia
symmetrica, A-I: como en 194-14; 96) Conchoecia teretivalvata, A-G. 1:como en 194-14. H: como en 194-53;
97) Conchoecia valdiviae, A-I: como en 194-14.
Todas las escalas están dadas en milímetros.
(1 y 2: según Skogsberg. 1920; 3-11, 13-69y 72-97: original; 12. 70y 71 C: según Müller, 1906a; 71A. B, E-H:
según Deevey. 1974; 710: según Poulsen. 1973).

585
COPEPODA
TAGEA K. S. BJORNBERG

Introducción .cuentran 5 pares de apéndices torácicos. En


la región anterior de la cabeza puede haber
Con más de 5000 especies descriptas constitu- lentes oculares dorsales y ventrales (fig. 222).
ye la subclase más numerosa de Crustacea in- una cresta (fig. 213) y un rostro (fig. 195-2,R).
feriores. La mayoría de los copépodos son ma- Los 6 pares de apéndices cefálicos son: las anté-
rinos, pero también los hay de agua dulce, nulas (unirramosas) (fig. 195-1); las antenas, ra-
"terrestres" de suelos húmedos, parásitos y mificadas en un exo y un endopodito; las man-
comensalesde otros animales. Aqu í sólo se con- díbulas, provistas de una gnatobase y palpos bi-
siderarán los copépodos marinos planctónicos rramosos (fig. 195-3); las maxílulas o primer
del Atlántico Sudoccidental, principalmente de par de maxilas (fig. 195-5); las maxilas propia-
los 200 m superficiales, mayormente de los ór- mente dichas o segundo par de maxilas y, de
denesCalanoida, Cyclopoida y Harpacticoida. acuerdo a Giesbrecht (1892) y Rose (1933),
Por el hecho de constituir el integrante más el primer par de maxil ípedos, siempre unirra-
numeroso del plancton de red, los copépodos mosos (fig. 195-6). Los maxil ípedos o segundos
maxilípedos (Giesbrecht, 1892) son también
fueron y son estudiados muy activamente,
unirramosos (fig. 19.5-7) y aun cuando funcio-
habiendo monografías enteras dedicadas a una
nan como elementos auxiliares para la cap-
s'ola especie como, por ejemplo, el trabajo de
Marshall y Orr (1972) sobre Calanus finmarehi- tura del.alimento, son considerados como el pri-
cus, alimento principal del arenque en el Atlán- mer par de patas torácicas por algunos autores
(Lang, 1948). La abertura bucal, situada entre
tico Norte. En el Atlántico Sur hay otras espe-
cies sumamente importantes' como alimento los puntos de inserción de las mandíbulas, está
de los peces planctófagos, que se verán más ade- cubierta é\flteriormente con un labro y, poste-
riormente, posee una elevación cuticular o labio
lante. Esta importancia, debida a su numerosi-
dad, hace que los copépodos Seanun permanen- inferior (fig. 195-2). El tórax o metasoma está
integrado, originalmente, 'por 6 segmentos, el
te objeto de estudios físicos, qu ímicos, bioló-
gicos,geográficos, ecológicos y otros. primero de los cuales se funde con la cabeza para
constituir el cefalosoma. Cada uno de los restan-
tes o torácicos lleva un par de apéndices birramo-
sos, esencialmente constituidos por un coxópodo,
Morfología. Caractere.s de un coxopodito o base 1, un basípodo, un basipo-
importancia sistemática dito, o base 2, un exópodo y un endópodo (fig.
195-9). El quinto par, el último en la mayoría de
Morfología externa (fig. 195) los copépodos aqu í considerados, y que puede
La clasificación de los copépodos está basada sufrir reducciones' considerables y hasta desapa-
sobre su anatom ía externa. El cuerpo está, usual- recer totalmente (fig. 195-1, P5) o hipertrofiar-
mente', integrado por tres regiones: la cabeza se (fig. 213), es utilizado sistemáticamente para
o céfalo, con 6 segmentos fusionados; el tó- diferenciar los sexos. Los calánidos machos uti-
rax y el abdomen, este último desprovisto de lizan este par para transferir el espermatóforo,
apéndicesHig. 195-1). La cabeza y el tórax cons- durante la cópula, ~I segmento genital de la hem-
tituyen la parte anterior denominada cefalotórax bra; de all í que cuando existe la hipertrofia men-
(Giesbrecht, 1892) o cefalosoma (ef. Owre y cionada, ésta sólo se observa en los machos. En
Foyo, 1967). en cuya superficie ventral se en- las hembras, por el contrario, estos apéndices

587
Copepoda

Fig. 195. Anatomía externa e interna de un copépodo planctónico tipo.


1) Hembra de Calanoida en vista de perfil. con detalle de los órganos internos vistos por transparencia (es!lue-
mático); 2) Parte anterior de la misma, con los apéndices eliminados para mostrar la boca, el labro y el labio;
3) Aspecto de una antena;4) Mandíbula; 5) Maxílula; 6) Maxila; 7) Maxilípedo; 8) Urosoma de hembra de Cala-
noída, vista ventral; 9) Segunda pata izquierda en vista ventral.
a) Ano; A,) Anténula; A2) Antena; B,) Primer basípodo o coxópodo; B2) Segundo basípodo; c) Corazón; Ce) Cé-
falo; d) Diente; du) Oviducto; e) Esófago; en) Endópodo o endopodito; ex) Exópodo o exopodito; f) Faringe;
G) Segmento genital; gn) Gnatópodo con lámina masticatoria; i) Intestino; Lb) Labio; Lbr) Labro; Md) Mandíbu-
la; mu) Musculatura; Mx,) Maxílula; MX2) Maxila; Mxp) Maxilípedo; o) Ojo; P, - P5) Primera'a Quinta patas; R)
Rostro; so) Gota oleosa; T 1 - T 5) Segmentos torácicos primero al q.uinto; U) Urosoma o abdomen.
(Original).

588
Copepoda

son reducidos, atrofiados y hasta ausentes. Los especiales (Bradford, 1977; Ferrari, 1977;
ciclopoideos y harpacticoideos tienen, a veces, Fleminger, 1973; Mauchline, 1977; Sewell,
un sexto par de patas muy reducido, y la articu- 1947).
lación móvil principal del cuerpo está ubicada
entre el cuarto y quinto somitos o segmentos to- Organización interna
rácicos (fig. 226, 228).EI término "urosoma"
(cuerpo posterior) se utiliza para designar, en es- Es relativamente sencilla (fig. 195-1). La muscu-
tos dos órder-tes, los dos últimos segmentos torá- latura es estriada y está inclu ída dentro del en-
cicos más los abdominales. En Calanoida la arti- doesqueleto. Este último consiste en dos endoes-
culación somática móvil principal está ubicada ternitos ventrales tendinosos en la región ante-
entre el quinto segmento torácico y el primero rier, a los cuales se fijan los músculos de las
abdominal separando, de esta manera, la parte antenas y piezas bucales, y en numerosas protu-
. anterior más ancha---del cuerpo de la posterior, berancias quitinosas internas que sirven de so-
más estrecha (fig. 195-1). El primer somito ab- porte a los músculos de los apéndices. De la
dominal es el genital en las hembras (también superficie ventral se proyectan dos delgadas
considerado, por algunos autores, como el sexto barras quitinosas que atraviesan los músculos ven-
segmento torácico, y por otros como los dos pri- trales y longitudinales y soportan los ductos ge-
meros abdominales fusionados) y lleva los gono- nitales. Los músculos longitudinales son flexores
poros en el ventro, en Calanoida y Harpacticoida, del cuerpo, y los transversales y oblicuos movili-
y en el dorso, en Cyclopoida. En los dos prime- zan los apéndices bucales y las patas. Hay ade-
ros los poros genitales están cubiertos por una más, músculos menores que sustentan el corazón
placa quitinosa: el opérculo antral o placa genital. y ·contraen y distienden el pericardio (Lang,
1948; Marshall y Orr, 1972).
El último segmento abdominal o telson es el anal
y termina en 2 ramas caudales o furca (fig. 195-8) El tubo digestivo cuenta con un esófago (es-
paralelas, o más o menos divergentes y articula- tomodeo) musculoso, un estómago, y un intes-
das con el segmento caudal. tino recto (proctodeo) que recorre todo el
urosoma y desemboca en el ano. La forma del
Tal como se destacara más arriba, son los carac- estómago puede ser utilizada para distinción
teres externos de los copépodos los que se uti- de las especies de Eucalanus (Sewell, 1947).
lizan en sistemática: el tipo de cerdas o espinas Una vesícula de aceite de reserva se ubica dor-
que ornamentan los artejos de los apéndices; la salmente al tubo digestivo. Hay un corazón dor-
forma de la cabeza en vista dorsal y/o lateral sal medio, que a veces puede faltar. No hay va-
(redondeada, ovalada, ahusada, etc.); el sector sos sangu íneos.
posterior de los márgenes laterales del último El sistema excretor consta de las glándulas maxi-
segmento torácico (simétricos o asimétricos, pro- lares y dermales.
yectados envolviendo el segmento genital o no,
terminados en punta o redondeados, denticulados Los elementos del sistema nervioso son un par
o con espinas, etc.); la relación de longitud de ganglios cerebrales, un anillo periesofágico
entre el cefalotórax y el abdomen y entre el y una cadena ganglionar ventral. Además, exis-
ancho y la longitud de la rama caudal; la estruc- ten fibras nerviosas gigantes que inervan los mús-
tura de la placa genital; la longitud de los dife- culos de las anténulas y de las patas, permitiendo
rentes apéndices y cerdas en relación con la talla movimientos de evasión rápidos. Los órganos de
total o la de determinadas partes del cuerpo; etc. los sentidos están representados por los ojos,
Ultimamente, para la diferenciación entre cerdas sensoriales y órganos frontales. Los ojos,
especies suele tomarse en consideración la dis- cuando existen, pueden estar representados por
tribución de los órganos intersegmentarios, uno solo (mediano), dos (dorsales), o tres
i.e., las microcerdas y microfosetas de los ór- (dos dorsales y uno ventral). Su forma es am-
ganos sensoriales o sensilas y de los poros pliamente variable; a veces son muy grandes
glandulares visibles con el microscopio electró- y conspicuos extendiéndose sobre todo el meta-
nico de barrido (MEB) o con el uso de técnicas soma y provistos de lentes cuticulares, como,

589
Copepoda

por ejemplo, en Corycaeus (fig. 227-1 ,D), pero dos entre s í por una sustancia gelatinosa,
también pueden ser reducidos, como en Calanus. formando una o dos estructuras semejantes a
racimos de uvas adheridas al segmento genital
Los sexos son separados. La hembra tiene u~
ovario central dorsal con dos oviductos latera- (son los llamados sacos ov ígerosu ovisacos).
les que desembocan en los gonoporos. En Luego de un determinado lapso, que puede va-
riar de horas a días, las larvas nauplius eclosionan;
los machos suele observarse la desaparición de
uno de los conductos deferentes de manera que éstas tienen 3 pares de apéndices funcionales y
son totalmente diferentes a los adultos. Nor-
el aparato reproductor se torna asimétrico. Los
espermatozoides maduros son almacenados malmente la metamorfosis ti.ene lugar después
dentro de los espermatóforos secretados por las de 5 mudas y aparece el primer copepodito:
vías genitales. Durante el acoplamiento el copépodo juvenil parecido al adulto. El ciclo
macho, generalmente por medio de su quinta completo está integrado por 6 estad íos nauplia·
pata (Calanoida), los fija sobre o en la vecindad res, 5 copepoditos y, finalmente, uno adulto
de los gonoporos de la hembra. A cada lado de (fig. 196). Las dos primeras nauplii se denomi-
éstos últimos hay una espermateca donde se nan ortonauplius y carecen de segmentación;
depositan los espermatozoides; la inclinación las demás (metanauplius) ya tienen segmen-
tación y más de tres pares de apéndices. Fre·
de estas espermatecas (también llamadas recep-
cuentemente se observa la reducción de la can-
táculos seminales) en relación al eje mayor del
cuerpo constituye un importante carácter sis- tidad de estad íos naupliares: Pseudodiaptomus
tiene 5, y algunas especies criófilas como, por
temático en varios géneros. Ambos sexos pueden
ser parecidos o puede también haber un conside- ejemplo, Chíridíus armatus, solamente 4 (Mat·
rable dimorfismo sexual. Para la clasificación thews, 1964). La duración del ciclo completo
varía de una especie a otra y puede abarcar
de Copepoda el urosoma es de importancia; desde una semana hasta más de un año. La can-
si el primer segmento es mayor y evidencia
tidad de generaciones por año depende del há-
estructuras internas y externas el ejemplar es una
bitat de la especie (Andrews 1966· Conover
hembra adulta. En caso contrario, deben buscar-
1956; Fish, 1936). En aguas tropicaíes oceáni~
se los espermatóforos. En los machos de Calanoi-
cas la reproducción es continua durante prácti-
da éstos se ubican en el cefalotórax, y en Cyclo-
camente todo el año, mientras que en las inte-
poida en un segmento del urusoma. Los copé-
riores como, por ejemplo, los manglares, especies
podos jóvenes, carentes de estas estructuras son
difíciles de clasificar. ' tales como Paracalanus crassírostrís pueden re-
producirse durante una parte del año y dejar de
hacerlo en otra (Matsumura - Tundisi, 1972).
En las regiones subantárticas y antárticas hay co-
Biología pépodos, como Rhíncalanus gígas, con 2 genera-
ciones anuales y otros, como Calanoídes acutus,
con solamente un máximo de hembras oví-
Reproducción y desarrollo
geras por año (Andrews, 1966; Voronina , 1970).
La fecundación es cruzada y, probablemente,
también ocurra partenogénesis. Durante la có- Motilidad y nutrición
pula el macho asegura a la hembra inmovili-
zándola por medio de sus antenas geniculadas, Los movimientos de Copepoda están relaciona-
piezas bucales o patas modificadas, aun con una dos con tres tipos de actividades básicas: nutri-
de las del 5° par, y transfiere el espermatófo- ción, locomoción y migración. Aquéllos, a su
ro con la otra 5a. pata o flexionando su urosoma vez, están en función del medio que habitan y
sobre el de la hembra. Los espermatozoides. del modo de vida. Los calánidos planctónicos,
almacenados en los receptáculos seminales herv íboros u omn ívoros, pastorean filtrando el
femeninos, van fecundando los óvulos a medida alimento que aportan los remolinos provocados
que éstos descienden por los oviductos y salen por el movimiento de las cerdas de las piezas
por el gonoporo. Los huevos pueden ser libera- bucales; éstas producen de 600 a 2640 vibracio-
dos uno por uno o, en otros casos, quedan pega- nes por minuto, de manera tal que el animal se

590
Copepoda

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Fig. 196. Fases de desarrollo de un copépodo de vida libre.


1 a 6) Fases naupliares de Euterpina acutifrons; 7 a
12) Fases c'opepodiformes (Copepoditos v adultol de
la misma especie. (Escalas: 0,1 mm).
(Original).

traslada lentamente hacia adelante con el cuerpo ción se efectúa por medio de sucesivos impül-
casi vertical, o levemente inclinado (Gauld, 1966). sos hacia adelante batiendo todas las patas hacia
De esta manera las partículas alimenticias son atrás. Entre los calánidos y ciclópidos también
acumuladas por las cerdas alrededor de la boca. hay formas carn ívoras predadoras. Los maxil í-
Los hipoplanctónicos como, por ejemplo, Pseu- pedos de Euchaeta y las maxilas de Candacia
dodiaptomus, fijan las anténulas al sustrato por están armados con sendos ganchos que utili-
medio de cerdas glandulares y hacen vibrar los zan a modo de pinzas (Gauld, 1966) para atra-
palpas generando remolinos de agua que acumu- par a sus presas, frecuentemente hasta 4 veces
lan el alimento en la micromembrana formada más grandes que el copépodo mismo. Numerosas
por las cerdas y cérdulas de los apéndices buca- especies de Harpacticoida, Cyclopoida y Cala-
les (Bjornberg, 1972). El alimento así colectado noida son raspadoras del fondo o comedoras·
es triturado por las gnatobases de las m~ndí- de detritos y, según algunos autores (Harding,
bulas y forzado dentro de la boca por las cérdas 1974) las de grandes profundidades y de aguas
masticatorias de las maxílulas. Los géneros frías se alimentan, principalmente, de partí-
Oithona y Acartia se alimentan asiendo partí- culas orgánicas en suspensión.
culas de plancton por medio de las largas cerdas
de las maxilas y maxilípedos que funcionan co- De todo lo expuesto se evidencia que existe una
mo espumaderas (Gauld, 1966). Estos organis- correlación entre la forma de las piezas bucales
mos no generan remolinos de agua; la locomo- y el tipo de alimentación (Anraku y Omori,

591
Copepoda

1963), principalmente con el tamaño de las par- ton pueden ser diarias, estaciona les u ontogené·
tículas ingeridas (Frost, 1977). Sin embargo, es- ticas (Banse, 1964). El ascenso es activo y se
ta correlación no es rígida; estudios experimen- realiza gracias al movimiento de las patas, y el
tales (Anraku, 1963; Gauld, 1966) demostraron descenso, según algunos autores (Rudyakov,
que especies típicamente herbívoras pueden, a 1972) es pasivo, gravitacional.
falta de alimento vegetal, substituirlo por ali-
Por último existe, en los copépodos pelágicos,
mento de origen animal, como por ejemplo, nau-
un tipo de movimiento especial que difiere de
plii de otros crustáceos.
los demás porque, en vez de consistir en el batir
de las patas, es una serie de flexiones del abdo·
Ensayos in vitro evidenciaron que la tasa de pas-
toreo (grazing rate) es inversamente proporcio- men hacia abajo y arriba. Este fenómeno fue ob·
servado en Corycaeidae por Barth (1963). Es
nal a la concentración del fitoplancton, la dura-
ción del experimento y la edad de los cultivos de notablemente más lento que el de los otros copé·
podos y, probablemente por este motivo, los
fitoplancton utilizados; y que tambien existen
diferencias sensibles entre la cantidad de comida Corycaeus, animales predadores, frecuentemente
se observan cabalgando sobre sus víctimas, que
ingerida por los diferentes estad íos de desarro-
generalmente son mucho mayores que ellos
llo intra e interespecíficamente (Mullin, 1963).
mismos e.g., medusas, apendicularias, ql:l€togna·
Cada especie está, además, adaptada a un tipo de
nutrición determinado (Wickstead, 1962): en tos). De esta manera las presas no sólo les sir·
líneas generales, las de aguas más ricas consu- ven de alimento, sino también de transporte.
men diatomeas (Marshall y Orr, 1972), y las de
las más pobres, dinoflagelados.
Respiración
Algunos Harpacticoida bentónicos e hiperbén-
ticos raspan la comida del fondo y, esporádica- Es de tipo difuso, y su evaluación, que puede
mente, pueden integrar el plancton. También realizarse de diferentes maneras (e.g" midiendo
las fases de vida libre de las especies parásitas el ox ígeno consumido por el método de Winck·
pueden constituir elementos meroplanctónicos. ler: Marshall y Orr, 1972; y otros sistemas:
Los adultos de Monstrilloidea, por ejemplo, no Vernberg y Moreira, 1974; Rakusa-Suszczewski
poseen boca ni piezas bucales, sus adultos no se et al., 1976; etc.), es sumamente importante pa-
alimentan en absoluto y su permanencia en el ra la correcta interpretación de la relevancia
plancton es apenas suficiente como para fecun- energética de Copepoda en las tramas tróficas.
dar y poner los huevos, muriendo luego de la Los valores obtenidos varían de acuerdo a la es-
eclosión de los nauplii. pecie: su estado de desarrollo, estación del año,
La locomoción en Calanoida ocurre como resul- las características físicas y qu ¡micas del medio,
tado del batir metacrónico (i. e., primero una y etc. (Anraku, 1964; Berner, 1962; Conover y
luego la otra), hacia atrás de las patas a modo de Corner, 1968; Marshall y Orr, 1972; Moreira y
remos; ello provoca un fuerte impulso hacia ade- Vernberg, 1968). Euterpina acutifrons consume
lante. Durante ~I desplazamiento las anténulas 1,65 a 9,7 mi de O2 por hora por mg de peso se-
se doblan haci~ I atrás, a lo largo del cuerpo. co (entre 15 y 25°C); y Rhincalanus nasutus (a
Algunos copépodos como Macrosetel/a (Harpac- 6,5°C),O,65ml (Rakusa-Suszczewskietal., 1976).
ticoida) utilizan filamentos del alga Trichodes·
mium (Oscillatoria) al cual se fijan con sus apén-
dices bucales y, batiendo las patas contra el fila-
Composición química y excreción
mento, provocan chorros de agua hacia atrás
impulsándose hacia adelante. Al observarlos se Debido a la descollante importancia de los co-
pépodos en las redes tróficas marinas se han rea-
crea la impresión de una bruja cabalgando so-
lizado numerosos estudios de índole fisioló-
bre una escoba (Bjornberg, 1965b).
gica y qu ímica sobre ellos. Principalmente en
Los copépodos planctónicos tienen, además de el Mar Mediterráneo y Atlántico Norte, donde
movimientos locomotrices y de nutrición, otros la planctología está más avanzada, algunos de
migratorios. Las migraciones verticales del planc- los temas analizados fueron las necesidades ali-

592
Copepoda

mentarias, respiración y excreción, calorimetría, ;ambién constituyen adaptaciones etológicas. El


contenido de grasas, I ípidos, ácidos grasos, color también suele exhibir características adap-
aminoácidos, prote ínas, etc., etc" (Anraku, tativas. Muchos copépodos epipelágicos son
1964; Benson y Lee, 1975; Bamstedt, 1975; transparentes (e. g., Copi/ia), o levemente lilas
Boucher et al., 1976; Comita et al., 1966; Co- (C/ausoca/anus), o sólo poseen unas pocas man-
nover y Comer, 1968; Lee et al., 1970, 1971; chas oscuras (azul oscuro en Oithona ova/is, o
Marshall y Orr, 1972; etc.). rojo, en Paraca/anus y Ca/oca/anus). Las espe-
cies profunda les, de estratos sin luz, son fuerte-
Se observaron importantes variaciones ontogené-
mente coloridas, generalmente con tonos rojos
ticas y estacionales de los contenidos lipídicos, (Euchirel/a, Euchaetidae, etc.). Las formas
proteicos y de agua, y ajustadas corresponden- neustónicas (Macrosete//a, los pontélidos adultos
cias entre los compuestos grasos de Copepoda y larvales) exhiben pigmentaciones azules y vio-
y aquéllos de sus predadores, los peces planctó- láceas fuertes, al igual que la mayoría de los
fagos. demás habitantes de la pel ícula superficial.
Los productos de excreción consisten en amon ía- Sapphirina tiene reflejos tornasolados y metá-
co y fósforo inorgánico (Takahashi e Ikeda, 1975). licos. Aparentemente, todas estas colo raciones
Es interesante destacar que, al menos en algunas tienen carácter adaptativo en relación con la eva-
especies (Metridia pac/fica), la excreción depen- sión de sus predadores. Los órganos luminosos
de de la concentración del fitoplancton; las de Metridia, Pleuromamma, Heterorhabdus, Lu-
excretas del zooplancton en general (amino- cicutia y otros géneros profundales también
ácidos y otros compuestos) constituyen una parecerían desempeñar ciertas funciones adap-
importante fuente de productos aprovechables tativas, aunque la índole de éstas no es clara to-
en el mar (Johannes y Webb, 1965), hasta el davía (Burkenroad, 1943; Clarke y Hubbard,
punto que, a veces, existe una verdadera asocia- 1959; Clarke eta/., 1962; etc.).
ción donde las algas (e.g., diatomeas pennadas:
Lycmophora, Navicula, Synedra) reciben los Distribución
nutrientes excretados por los zoopláncteres
(Calanusp/umchrus) (Ikeda, 1977).
Distribución horizontal
Adaptaciones a la
vida planctónica Los trabajos de F. Dahl' (1894b, 1923), y de
Steuer (1933b) fueron los pri meros ensayos zoo-
Para aumentar la flotabilidad de su pesado exo- geográficos planctónicos en los que, tomando a
esqueleto y hacer menos onerosa energética- los copépodos como base, se analizó la distribu-
mente la suspensión en el agua, los copépodos ción de la fauna pelagial en función de la geogra-
cue¡::¡tan con las siguientes adaptaciones: fía de los océanos. Sewell (1948) y Brodskii
1) En Calanoida hay una vesícula de aceite ubi- (1957) demostraron la importancia de las corrien-
cada dorsalmente, que disminuye el peso es- tes marinas sobre la distribución de los copépo-
pecífico del animal. dos al sumarizar numerosos trabajos de levanta-
2) La mayoría de las especies son pequeñas, de mientos faun ísticos. Entre estos últimos destaca-
alrededor de 1 mm de longitud; las mayores remos, como los más importantes para la zoogeo-
no llegan a más de 1,5 cm. grafía de los copépodos del Atlántico Sur, a los
3) La suspensión en el agua es incrementada siguientes: Brady (1883), Giesbrecht (1892,
por la forma achatada, foliácea del cuerpo, 1902), Cleve (1904), Wolfenden (1911). Schmaus
como en Sapphirinidae, por la presencia de (1917), Lehnhofer (1926, 1929), Farran (1929),
cerdas plumosas: Ca/ocalanus pavo, Ha/opti- Ottestad (1932), Steuer (1907,1929,1932).
/us, Ariete/lus, Augapti/us, etc., y por el ca-
En la segunda mitad de este siglo comenzaron
parazón formado tan solo por quitina y to-
a efectuarse grandes expediciones oceanográ-
talmente desprovisto de caliza.
ficas internacionales en todos los océanos,
Además, la alimentación por filtración (ver más orientadas no solamente hacia levantamientos
arriba) y la presencia de migraciones verticales puramente faun ísticos, sino también a estudios

593
Copepoda

principalmente ecológicos. Los trabajos de la ma de lo inmóvil en lo móvil". Consecuentemen·


expedición "Meteor" (Hentschel, 1936) fueron te, la biogeograf ía de los copépodos y de la
los precursores de estos viajes de investigación' mayor ía de los zoopláncteres esel de la distribu-
modernos y sus resultados sirvieron de base para ción de las masas de aguas y corrientes oceáni-
las s íntesis recientes como, por ejemplo, la de cas que los transportan, y no un problema de la-
Beklemishev' (1969): "Ecología y biogeografía titudes y longitudes. La figura 197 resume el
de la pelagial", y la de Vinogradov (1968): trabajo de Beklemishev para el océano Atlánti-
"Distribución vertical del zooplancton oceáni- co basado en los resultados de Hentschel (1933).
co". Beklemishev (1969) intentó organizar, Los trabajos de Bowman (1971), Weickert
desde el punto de vista ecológico y zoogeográ- (1976), Brodskii (1975), y Heinrich (1974)
fico, la extensa bibliografía sobre la distribución confirmaron estas subdivisiones.
del plancton que fue incrementándose desde el
La comunidad tropical superficial del Atlánti-
comienzo del siglo. Beklemishev profundizó
co Sur está integrada por numerosas especies de
el concepto que "la movilidad de los biotopos
hábitos herb ívoros: Paracalanus aculeatus, P.
de las comunidades pelágicas genera el proble-
campaneri, P. nanus, Clausocalanus furcatus,
Undinula vulgaris, Acrocalanus longicornis, Cala·
nus minor, Calocalanus pavo, Scolecithrix
danae, y un gran número de predadores: Farra-
nulla gracilis, Corycaeus speciosus, Oncaea me·
dia, Oithona plumifera u O. setigera, Euchaeta
marina (Evañs, 1961; Kanaeva, 1960; Bjornberg,
1963). Estas mismas especies viven a lo largo de
las costas septentrionales brasileñas en la divi-
sión Orinoco-Amazonense de la Provincia Ecua-
torial (d. Hentschel, 1933 y Beklemishev,
1969). Las aguas antárticas son dominadas por
los grandes herb ívoros como, por ejemplo,
Calanoides acutus, Calanus propinquus, que se
encuentran all í en mayor abundancia, seguidos
por Rhincalanus gigas, Metridia gerlachei y las
pequeñas Scolecithricella glacialis y Oithona
frigida (Andriashev et al., 1973; Brodskii, 1962;
Vervoort, 1965). Las comunidades neríticas
del Atlántico Suroccidental están representadas
por sus elementos más abundantes y/o frecuen-
tes en las figs. 198, 199 y 200.
En las corrientes de Brasil y de Malvinas hay una
sucesión de especies (Bjornberg, 1963; Ramí-
rez, 1966a y b, 1969, 1970) que es continua en
los varios componentes del sistema de corrientes
del Atlántico Sur (Corrientes de Brasil, Circum-
Fig. 197. Esquema biogeográfico del Océano Atlántico. ilus-
trando las dos Provincias Centrales (PC; sur y norte).
polar Antártica, de Benguela y Sud Ecuatorial).
separadas por la Provincia Ecuatorial (PE), conte- Lo mismo sucede en el Atlántico Norte y en los
niendo las comunidades oceánicas primarias y se-
cundarias de transición. SAA: Sector Atlántico del océanos Pacífico e Indico. La fig. 201 ilustra la
Antártico. sucesión de especies de Eucalanus en el sistema
1) Sectores de zonación nerítica extendida; 2) Secto- de corrientes girales del Pacífico Norte (eC
res de la zona de transición con zonación de tipo
oceánico; 3) Idem anterior, con el tipo nerítico exten- Johnson, 1940 y Fleminger y Hülsemann, 1973).
dido; 4) Sectores con zonación de tipo oceánico; 5)
Límites biogeográficos; 6) Límites de los sectores; 7)
Idem anterior, insuficientemente estudiados. Según Flemínger (1975) a ambos lados de Amé-
(Redibujado de Beklemishev, 1969). rica existe una coocurrencia de pares de especies

594
Copepoda

SIMBOLO YOLlKN DE

EN Flgs.
MASA DE AGUA 199 y 200 ("C)
TEMPERATURA I (0/00)
SALINIDAD I (mi/m' "gua)
PLANCTON ESPECIES DE COPEPODA CARACTERISTICAS

Farranula graci'Lis, Nannocal.anus minar, Oncaea venwsta .• COl'Jfcaeus


Tropical oce- 0.035 a 8pecioBu8 .• Centropages l1ioZaceus.• Neoca"Lanusrobustior .• Oithona
ániea (Corrien- >20 >36
0.25 plwrrifem .• Scolecith.riz dana.•.• Undinula vulgaris .• ClCD.tsooal.aJ1us
te de Brasil) fur'ca't;¡,js .• PleuJ"'Or7Dmla
abdominalis, Cal.ocalanus pavo .• Lu.cicutia
flavicornis, Ewehaeta nrzrina.• 14acrosetella graci.lis.

Corycaeus giesbrechti. .• Paraoalanus acul.eatus .• P. quasimodo .• Temo-


Costera
=18 a 28 18 a 34 0.09 a 8.9 ra 8'tJJUfera, Acartia LilZjeborgi. .• Euterpina. acu.tifrons .• Oncaea
c~lida media .• OitJuma oval.is .• Ewcal.anue pileatu8, Paracalanus cr08siros-
tria~ Psewdodiaptcmus QC1,ltus~ Labidoce.ra flu.1Jic.tilis.

Agua de pla- Temol"Qstlllifel"Q~ Centropages 1Jelificatus~ Ct1Z1IOOIUS giesbrecnti~


taforma de su- Oncaea medU:z~Calanopia americana~ Paracalanus aculeatus~ C'Lauso-
=20 a 29 34.8 a 0.09 a 4.5
perficie .(d- 35.9
cal.anus fkrcatus~ Copilic. mirabilis~ Oithona plwrtifel"Q~ Eucalanus
lida) pileatus~ Nannocalanus minor~ Undinula 1JU'Lgaris~Ponte'Ll.opsis bre-
1Jis~ Macrosete'Lla gra.cilis.

Costera fría Acartia t0t18a~ Centropages brachiatus~ EuCerpina acutifrons~ Cte-


(S de Brasil 14 a 17 18 a 34 0.7 noca 'LanuBV<:mUS~ Pal"acalanus quasimodo~ Euca'Lanu8monacnu8~ Qr¡-
y Uruguay) caea media~ Catanoides carinatu.B.

Agua de plata- Ctenooa'l.arzus1JamtS~ Ca'Lanoides carinatus~ COZ1lCae:UB gie8brechti~


forma de fondo C. amaaOt1iCUB~Oncaea media~ Centropages 1Jelificatus~ Temera stll-
y de surgenc a i =15 a 20 34.1 a 0.03 a 4.0 lifera, Oithona pl ••••ifera, furaoaZanu<. qu<UliModo, ClausocaZanus furoatwl,
(a 10 largo de 35.9 Eucalanus pileatu8~ Farl"'l:17tUla gracilis~ Necynocera c1.ausi~ Ca'La-
Brasil) ru.lS tenuicornis~ Paracalanus aculeatus~ Oithcma nana.
Agua subtropi- U11lieuchaetamajor~ NeocaLanus gracilis~ N. 1'Obustior~ Ctenocalanus
ea 1 de profun- vanus~ Euaetideua giesbrechti~ Scolecithricella dentata~ Centro-
didad (l00 a lO a 20 35.0 a
pages 1JioZaceus~ EUca1.anuasewe'Lli~ EuchirelZa. brevis~ E. rO:;Jtra-
200 m: Con- 36 ta~ Calanoides carinatus~ Ha'Loptilu.s epp. ~ Scaphocal.anus curtue~
tracorriente Pl~ app. ~ Hete1'Ol"habdu.sspp. ~ Rhincalanus cOM1Utus~ Teme-
de Brasil) rorfia "t2ywnba:ensis~ Lophothriz latipes~ é'uaugaptilus hecticus.
Agua subtropi-
ea 1 de super- C'Lausocalanus parapergens~ Cor¡,caeus otIalis~ NeCJInoceraClau8i~
ficie (fin de 17 a 23 35.9 a 0.03 a 0.16 Acartic. danae~ A. negligens~ Candacia. aethiopica~ FarranuZa 1'0-
la C. de Bra- 36.9 etrata~ Oithcma setigem.
sil )

Convergencia =24 >36 AOCJ1'Otia


danae~ Oithona plwrri.fera~ o. temtis~ o"caea 1Je7JLI8ta~
subtropica 1 Farl"'an&4:la
gra.cilis~ Delius 8eL.1e'Lli~Paraoolanus nank8.

Aguas nerHi-
cas templado Paraca'lanus par11I48~ Oithona nana:~ Calanus australia~ Calanoides
frtas a 10 >10 <34 carinatu8~ Labidocera fw:viatiLis~ remera stylifel"Q~ Centropa-
largo de Ar- ges 1Jelificatu8~ C011looeus ana.a,,"icus~ Euterpina acutif'ttcms.
gentina

Aguas céntrales Cala:nus propinquus~ Oithcma atl.antica~ Rhincalanus nasutus~ Eu-


de plataf. a 10 lO 4 a lO =33 a
34 caZanus /.cngicepe.
largo de Arg.

Aguas nertticas Ctenooalanus 1JGrnUs~


Clausocalanus b.,.evipes~ Orepanopus forcipa-
fdas a lo lar- lJ 5 a ID =28 a 34
tus~ Acartia tonsa~ Calanus australis~ Calancides carinatu8~
go de Arg. Oithona similis.

Aguas de talud Aetideus anrt2:tus~ Rhinoalanus gigas~ Clausocalanus z.aticeps~ Ha-


(eje de la C. 12 4.15 a 15 33.7 a topti'Lu8 o:rycephalus~ Euchire'Lla 1'Ostrata~ HeterorhabduB au-
de Malvinas) 34
8tr-inu8~ Eucalanus longiceps~ Pleurom::znornarobu8ta~ P. gracilis.
Aguas antárti- 13 -1.8 a 34.0 a CaZa110ides acutu8~ Ca'Lanuspropinquus~ Rhincalanus gigas~ Ne-
cas de superf. 1 34.7 tridea ger'Lachei~ Scolecithricel1.a gZacial.is~ Oithona frigida~
Heterorhabdus austrinu8~ Halopti'Lws ocellatus~ Gaidius tenui-
8pinws~ Oncaea curoota~ Oncaea conifera, Oncaea 11Otopus~ Cte-
nocalanus vanu8~ Paraeuchaeta anta:rctica.l Drepanopus pectina-
tus~ Hetridea. lu.cens.
Agua intermedia Clausacal.anus pawlUZ.U8~ Spi-nocalanue sp. ~ Heterorhabdus com-
anUrtica (600 14 3 a 6 34.0 a
pactus~ Oncaea dentipes~' Conaea atlantica~ C. l"'ap2Z~ Normoni-
a 1000 m de Ha phasma~ Scaphocalanus ,"ediws~ Ekawgaptilus affiniB~ Rnin-
34.4
profundidad) ca~us na8wtus~ Pl~ abdominal.i8~ Metridia princeps~
Aett.deus armatu8~ Aeghistu.s spp. ~ Metridia brevicauda~ On-
caea 6pp.

Fig. 198. Distribución horizontal, por masas de agua, de los copépodos más frecuentes y abundantes (indicadores hi-
drológicos) en el Atlántico Sudoccidental.
(Compilado por F.C. Ramírez y T.S.K. Bjórnberg).

595
Copepoda

SO·
s
25


1-10
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I-/Ie 0.125

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20· m

o 30 60 90 millas
náut icas

o la altura de 25° Lat. S


30· ..........
1: .

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125

Fig. 199. 150 '::::::::. ':::::6:::::: :::::::::


................
Carta biogeográfica y de la distribución de las masas m
de agua a lo largo de las costas atlánticas sudamerI- O 60 120 millas
canas. náuticas
Para las tres principales masas de agua se detallan
datos de temperatura, salinidad y biomasa medIa Fig. 200. Distribución de las aguas y de las asociaciones de
anual (esta última basada sobre Bogorov et al., Cope poda en la región nerítica.
1968). Los cortes 1, 11 Y 111 corresponden a los perfi-
Los perfiles 1,11 Y 111 corresponden a los cortes indica-
les ilustrados en la fig. 200. Los números (1 a 12) se
dos en la carta de la fig. 199, e ilustran la distribución
refieren a los tipos de asociaciones de Copepoda, se-
vertical de las asociaciones cuyas especies caracte-
gún lo detallado en la tabla de la fig. 198.
rísticas se detallan en la tabla de la fig. 198.
AA) Agua Antártica; AC) Agua Central; ASA) Agua A) Aguas costera s cálidas; B)Aguas costeras frías; C)
Subantártica. a) Principales comentes marinas; b) Aguas de plataforma superficiales, cálidas; D)Aguas
Contracorriente de aguas subtropicales subsuperfl-
tropicales de la Corriente de Brasil; E) Aguas subtro·
ciales; c) Límite de la plataforma continental;, d)Cor- picales de profundidad de la Contracorriente de Bra-
vergencia Subtropical; e) ConvergencIa Antartlca;
sil; F) Aguas de plataforma frías (de fondo); G) Aguas
Aguas neríticas templado-frías. subtropicales de superficie de la Convergencia Sub-
(Basado sobre D. Boltovskoy, 1978c; E. Boltovskoy, tropical y de afloramiento; H) Aguas estuarino-Iagu.
nares.
1968b, Emilsson, 1961; Semenov y Berman, 1977 y
Sverdrup et al., 1942). 1 a 7) Comunidades detalladas en la tabla de la fi9.
198.
(Basado sobre Bjornberg, 1963 y Emilsson. 1961).

596
Copepoda

1975); ésta es provocada, principalmente, por


presiones de competición, de las condiciones hi-
drodinámicas del medio ambiente y por el ré-
gimen alimentario, confirmando nuevamente los
conocimientos sobre la influencia del incremen-
to de la temperatura. Este factor provoca un
desarrollo más rápido, una reproducción más
rápida, ciclos de vida más cortos y, por lo tanto,
una mayor tasa de especiación. Esto se debe a
que los copépodos, pequeños, habitantes de
~ N o ,.e e ~t 0-;-; a J
aguas cálidas, prácticamente incapaces de loco-
moción propia, no realizan migraciones vertica-
les diarias o estacionales de magnitud hacia
Fig. 201. Sucesión de especies de Eucalanus en el sistema de otras aguas más profundas que los llevar ían a
corrientes que componen el Vórtice Giral del Pacífi-
co Norte. áreas distintas, de tal manera que viven aislados
1) Eucalanus bungii bungii; 2) Eucalanus bungii cali-
dentro de las aguas superficiales cálidas donde
fornicus; 3) Eucalanus hyalinus sensu stricto; 4) Eu- eclosionaron. En las aguas fr ías se observa un
calanus inermis; 5) Eucalanus elongatus sensu
stricto. fenómeno diferente; el desarrollo all í es más
(Basado sobre Johnson, 1940, con datos de Flemin- lento, la reproducción tiene lugar unas pocas
ger y Hülsemann, 1973). veces al año y la tasa de especiación es menor
debido a las grandes migraciones verticales ha-
cia otros tipos de agua, manteniéndose así un
elevado flujo génico entre las poblaciones y di-
caracterizadas por muy pequeñas diferencias en ficultándose la especiación. El comportamiento
sus apéndices bucales y natatorios, pero con del plancton, desde el punto de vista ecológico,
grandes diferencias en lo que respecta a las diverge de aquél de las comunidades terrestres,
estructuras sexuales. Las diferencias en los ca- a tal punto que Hutchinson (según Pianka, 1978)
racteres de las poblaciones lim ítrofes de estas lo llama "paradójico".
especies son mayores aún, demostrando así
D. Boltovskoy (1978c) resumió los estudios
que en éstas las barreras para 'Ia hibridización
y conclusiones sobre las características biogeo-
son mayores.
gráficas del Atlántico Sudoeste relacionadas
Fleminger y Hülsemann (1973), comparando con el plancton, definiendo algunos de los pro-
especies de distribución circumglobal, concluye- blemas a investigar en esta vasta área (ver tam-
ron que los copépodos tropicales (ecuatoriales) bién páginas 227 y 239 en este tratado).
tienden a restringirse: habitan, ya sea en el océa-
ano Atlántico y el Indico, o la parte occidental
o más regiones del Pacífico, o la región ecuato- Distribución vertical
rial del Océano Pacífico. Esta distribución, tam-
bién observada en peces batipelágicos y eufau- La distribución vertical de las comunidades pe-
siáceos, permitió a los autores citados establecer
lágicas no es homogénea y en cada estrato la
dos leyes biogeográficas generales: 1) las especies
comunidad habita su propia sección del biotopo
de agua cálida que se reproducen regularmente
hasta las latitudes medias tienden a ser circum- (Vinogradov, 1968). Las capas isotérmicas su-
perficiales son, probablemente, hábitats homó-
globales en su distribución; y 2) Las especies
logos en todos los océanos, así como las aguas
de agua cálida que se reproducen regularmente
profundas térmicamente uniformes. Existen
solamente en las latitudes bajas son provin-
también otros tipos de agua que pueden ser com-
ciales y tendrán una o más especies vicariantes
parados en los trópicos y en las regiones
en los otros océanos.
subpolares. Los copépodos que viven en ellas
Hay mayor especiación en las especies de aguas constituyen grupos en los cuales algunas especies
cálidas, por ejemplo las de Calanidae (Brodskii, son muy numerosas, otras son apenas frecuentes,

597
Copepoda

algunas sólo ocasionalmente numerosas, y final- El nivel que habitan estas categorías depende
mente, otras raras o poco frecuentes. Estos de la región; en las áreas de divergencias ocupan
grupos se encuentran en hábitats homólogos y estratos más superficiales, y en aguas centrales
están representados por especies vicariantes. viven en niveles más profundos. En lugares
Banse (1964) resumió el conocimiento de la dis· donde hay surgencias pronunciadas éstas deter-
tribución vertical del plancton mundial. Vi· minan migraciones más conspicuas en las mismas
nogradov (1968) amplió la información con especies. En las áreas tropicales las especies
datos, principalmente, acerca de la distribución prácticamente no migran estacionalmente en el
sentido vertical.
vertical en el Pac ífico, en las regiones polares y
en las subantárticas. Las comunidades tropica- En las regiones polares y de transición, en las
les son más estratificadas que aquéllas de las re· cuales ocurren grandes concentraciones superfi-
giones polares y subpolares. Vinogradov (op. ciales de fitoplancton en ciertas épocas del año
cit.) reconoció varios grupos de animales pelági- (primavera y verano), se observan acentuadas
cos tropicales conforme a su esquema de la dis· migraciones estacionales verticales; los copépo-
tribución vertical: dos pastorean al máximo en la época de flore·
cimiento del fitoplancton y, posteriormente,
munidos de grandes reservas de grasa migran
1) Especies superficiales (que ocupan unos pocos
a los estratos más profundos donde permacecen
cm de espesor, directamente por debajo de la
en un estado de anabiosis, con ritmo respira·
pel ícula superficial) por ejemplo los pontéli·
torio disminuido; o se reproducen y esperan, en
dos componentes del neuston. Esta comunidad
fase de copepodito, la primavera siguiente para
fue detalladamente estudiada por Zaitsev (1970),
volver a los ricos mares antárticos transportadas
Heinrich (1960,1961 Y 1974), Voronina (1962a,
por las masas de agua. Rhincalanus gigas (Ya·
1964), Fleminger (1975); 2) Especies que viven
manaka, 1976) y Calanoides acutus (Andrews,
en la capa superficial (O - 200 m) y concentradas
1966) constituyen ejemplos típicos de copé·
en los estratos superiores de esta zona (Undinula
podos antárticos; y Calanoides carinatus, a lo
vulgaris, Eucalanus pileatus, Calocalanus pavo,
largo de Africa (Petit y Courties, 1976), es un
Acrocalanus gracilis, A. longicornis, Clausocala-
ejemplo de aguas de transición. La fase de cope·
nus furcatus, Acartia danae, Pontellina plumata,
podito 5 de esta especie constituye un estad ío
Microsetella rosea, Copilia mirabilis y otras). Al-
de reserva que habita las aguas profundas en las
gunas de estas especies se concentran entre O y
cuales pasa el invierno, para volver a la super·
25 m, otras entre 25 y 50 m, y otras entre 50 y
ficie en primavera.
100 m, durante el día; 3) Especies de aguas su-
perficiales y estratos inferiores concentradas, ge- En las regiones polares el largo día polar o la
neralmente, a nivel de los 200 m (Neocalanus proximidad de las capas de aguas intermedias
gracilis, Nannocalanus minor, Mecynocera clau- frías pueden reducir considerablemente las mi·
si, Lucicutia ovalis, Heterorhabdus papilliger, graciones verticales. Calanus simil/imus y C.
etc.); 4) Especies interzonales que viven en los propinquus que, normalmente, son notables
estratos más profundos, subiendo a los 100m migradores diarios de O a 200 m, pueden dejar
superficiales solamente durante la noche (Seo- de trasladarse verticalmente debido a los factores
lecithricella den tata, Temeropia mayumbaen- mencionados, y hacerlo solamente entre O y
sis, Phyllopus helgae, Pleuromamma spp., y 100 m. Un resumen de los estudios realizados
otras). Hay también especies que no eviden- sobre las causas' de las migraciones verticales
cian variación diaria alguna en su distribu- (Forward, 1976) evidencia que los animales
ción vertical (Rhincalanus cornutus, Euaetideus planctónicos cambian de fototrópicos positivos a
acutus, Gaetanus miles, Haloptilus longicornis) negativos de acuerdo al estado de polarización
(cf. Vinogradov, op. cit.). Estas observaciones de la luz. y a la presencia de otros factores tales
sin embargo, son variables, nosotros mismos como la presión, la presencia de alimentos (por
tuvimos ocasión de observar a lo largo de Curac;ao ejemplo, fitoplancton), salinidad y temperatura.
(Caribe) y de Brasil migraciones nictimerales en En consecuencia, el organismo asciende o des·
estas especies. ciende en la columna de agua hasta encontrar su

598
Copepoda

200,-____....--.....
",

600

aoo,-,
~

1000

'- ./
La t 60'S 40' 30' 20' 10' 01000

Fig. 202. Distribución de las aguas y de las asociaciones de Copepoda en la región oceánica.
Diagrama tridimensional del Atlántico Sudoccidental indicando esquemáticamente la distribu-
ción de la salinidad y temperatura, así como los movimientos de las diferentes masas de agua.
A.lA) Agua Intermedia Antártica; A.S.T.) Agua Subtropical; A.T.) Agua Tropical; CA)
Convergencia Antártica; C.S.T.) Convergencia Subtropical. Línea cortada gruesa: capa de tenor
mínimo de oxígeno disuelto; Líneas continuas: isohalinas; Líneas de puntos: lugares de corrien-
te mínima; Flechas: dirección del movimiento.
1 a 14) Tipos de asociaciones de Copepoda según lo detallado en la tabla de la fig. 198.
(Basado sobre Emilsson, 1959).

óptimo ambiental. En los copépodos de aguas la llamada migración de media luz (ver Vernberg
profundas la presión y los factores endógenos y Vernberg, 1972; Forward, 1976) como, por
deben ser los más importantes. Estos animales ejemplo, Oncaea media (Zalkina, 1970), Euchae-
migran de acuerdo a su estado de desarrollo, el ta marina (Heinrich, 1961). En la migración noc-
sexo, el estado alimenticio y los ritmos circadia- turna hay solamente un ascenso y un descenso
nos (ritmos internos de un día de duración). La por día observados por ejemplo, en copépodos
migración vertical diaria en el epiplancton nor- de profundidad como Pleuromamma abdomina-
malmente se caracteriza por 2 ascensosa la su- lis (Hure y Di Carlo, 1974). También existen mi-
perficie, al atardecer y al anochecer y dos des- graciones inversas cuando los copépodos suben a
censos, uno a medianoche y el otro durante el la superficie durante el día y descienden a las
día, en las horas de iluminación más intensa; es profundidades máximas durante la noche, como

599
Copepoda

en el caso de los machos de Calanus australis los estad íos naupliares, del fitoplancton para su
(Bradford, 1970), que es fototrópico positivo supervivencia y por eso viven en las aguas super-
durante el día. Un ejemplo típico de migraciones ficiales más ricas. El tipo de distribución expues-
bajo la influencia de la luz está dado por Calano- to fue confirmado por estudios en aguas profun-
pia americana; esta especie vive en el lodo del das en otras regiones con el mismo tipo de bio-
fondo durante el día, a la tarde y a la noche su- topo (Boxshall, 1974;Zalkina, 1970; Owre y Fo-
be a los estratos superficiales de la columna/de yo, 1964; Hure y Di Carlo ,1969; Roe, 1972).
agua (Bjornberg y Wilbur, 1968). Paracalanus
crassirostris, costero, cuenta con alimento en to- Varios estudios planctónicos y planctobénticos
da la columna de agua desde la superficie hasta (Bossanyi, 1957; Boysen, 1975; Campaner, 1977
el fondo, consecuentemente permanece disperso a; Bjornberg, Campaner y Noguti, 1977) revela-
y no migra (Bjornberg y Wilbur, 1968; Millstein, ron que hay una concentración de copépodos
1978). Hay especies que viven en 2 niveles de encima del fondo de la plataforma continental;
profundidad en un mismo lugar y presentan este fenómeno fue confirmado para la costa
migraciones verticales diferentes en cada nivel sur de Brasil. Aqu í Eucalanus pileatus y Cala-
(Hure y Di Carlo, 1974). noides carinatus tienen una distribución verti-
cal influenciada por la presencia de la termocli-
En las regiones oceánicas tropicales la distribu- na que impide la migración hasta la superficie
ción de los copépodos es estratificada en capas de Calanus carinatus y causa un acúmulo de
horizontales superpuestas: la superior de la capa Eucalanus pileatus en la región de discontinui-
superficial, la inferior de la misma capa, la bati- dad térmica. Voronina (1968) demostró que las
pelágica, y la abisal (Heinrich, 1961). En los di- regiones de convergencias y divergencias también
ferentes estratos de aguas oceánicas a lo largo de son causales de acumulaciones de zooplancton
Brasil se observó (Bjornberg, 1965a): 1) De O y, consecuentemente, también de copépodos.
a 100 m, en aguas tropicales, con volúmenes de Este fenómeno se verifica también en la región
plancton de 0,07 ml/m3, muchos Paracalanidae de la Convergencia Subtropical en el Atlántico
y Calanidae pequeños, Clausocalanus furcatus, Sudoccidental (ver. fig. 199).
Farranu/la gracilis, Corycaeus speciosus, Euchae-
ta marina y Calocalanus styliremis; 2) De 100 a Distribución en el pasado
300 m (con volúmenes de plancton de 0,03 mil
Los copépodos son fósiles sumamente raros. Al-
m3 ),gran abundancia de Haloptilus longicornis,
Farranulla rostrata, Calocalanus tenuis, muchas gunos ejemplares fosilizados, representantes de
formas de vida libre fueron encontrados en el
nauplii y Oithona spp.; frecuentes Neocalanus gra-
cilis y Oncaea spp.; 3) En las aguas antárticas Mioceno medio y superior (10 a '20 millones
intermedias, de 500 a 1000 m, muy pobres, con de años atrás). El fósil de Copepoda más anti-
guo fue encontrado en las branquias de un pez:
volúmenes de plancton de 0,005 ml/m3, canti-
Cladocyclus gardneri Agassiz, en la Formación
dades reducidas o nulas de Calanidae y Paracala-
Santana, de la Serra de Araripe, Ceará, Brasil.
nidae y una alta frecuencia y hasta abundancia
El pez en cuestión es un teleósteo primitivo del
de 'Conaea rapax, Mormoni/la phasma y Spino-
Cretácico Inferior. El copépodo parásito, Diche-
calanus spp., Oncaeidae constituirían aqu í
el 10% o más del total de los copépodos; además lesthium oblongum Cressey y Patterson, 1973,
sugiere la existencia de copépodos de vida libre
hay también ejemplares grandes de Metridinidae
en épocas anteriores.
y Aetideidae.

Debajo de los 300 m el número de nauplii Utilidad e importancia


lecitotróficos es muy numeroso, y en vista de
que viven de sus reservas vitelinas no necesitan
alimentarse; las familias a que pertenecen (Eu-
Situación en las redes tróficas
chaetidae, Aetideidae y Phaennidae, cf. Matthews
1964) están mejor representadas en este estra- Los copépodos son los consumidores primarios
to. Paracalanidae y Calanidae dependen, desde más numerosos de prácticamente todos los

600
• Copepoda

mares y océanos (Raymont, 1963). También T puede ser medido por medio de la respiración
consumen detritos orgánicos (Harding, 1974) y del organismo (e.g., mi 02/animal / hora) y el
hasta el petróleo derramado, constituyendo valor e>< será una función de las unidades
así un importante factor de limpieza en ge- utilizadas para expresar el peso del mismo (se-
neral y de las contaminaciones de este tipo en co o húmedo) y de los factores ambientales
particular. Temora longicornis, por ejemplo, corno, por ejemplo, la temperatura; y es más o
defeca los restos de hidrocarburos ingeridos en menos constante dependiendo de la tasa metábo-
forma de partículas diminutas que se depositan Iica característica de cada especie.
en el fondo (Conover, 1971). A su vez constitu-
yen el alimento primordial de numerosos peces Indicadores biológicos
planctófagos como, por ejemplo, el arenque (Lu-
cas, 1936), la anchoíta (Ramírez, 1969), el pez- Los copépodos y, especialmente, los grupos de
rey, la sardina, la cor\iina (Bjornberg, 1963; especies abundantes, sirven para caracterizar las
Paiva-Carvalho, inédito), y otros. También son masas de agua (ver Sverdrup et al., 1942). En
consumidos por innumerables alevinos, y una aguas marinas argentinas (Ram írez, 1966a y b,
gran cantidad de invertebrados, tanto planctó- 1969, 1970, 1971b) y brasileñas (Bjornberg,
nicos como bentónicos. 1963; Fonseca, 1976; Meneghetti, 1975; Valen-
tin, 1977) se realizaron estudios de especies y
Desde el punto de vista energético los copé po-
grupos de é~tas para tipificar las masas de
dos, como herbívoros y detritívoros, desempe-
agua principales. También se han utilizado los
ñan papeles primordiales en los diferentes nive-
copépodos como indicadores de áreas de aflora-
les del océano· que habitan. En los estuarios,
mientos (Monteiro-Ribas et al., 1977; Mureb
donde predomina una especie como, por ejem-
plo, Acartia tonsa, ésta consume al menos la
et al., 1976; Timonin, 1969; Valentin et al.,
mitad de la producción primaria disponible
1976); Calanoides carinatus, por ejemplo, evi-
dencia la presencia de surgencias en la región
produciendo, a su vez, 2,51 a 2.77 mg de peso
subtropical de Cabo Frío, Brasil.
seco por m3 por hora (Heinle, 1966). Las aguas
más profundas se caracterizan por una mayor El incremento de las densidades de algunas espe-
abundancia de carn ívoros (Euchaetidae, Mega- cies, como por ejemplo, Acartia clausi y Euter-
calanidae) y de detritívoros. pina acutifrons, significa la eutroficación de las
aguas correspondientes (Crisafi y Crescenti,
Parsons y Takahashi (1973) resumieron los es-
1975).
tudios acerca de la distribución del plancton y
de los nutrientes, as í como de los procesos auto
y heterotróficos, los de alimentación y de las Previsión de la pesca
relaciones trofodinámicas que afectan a las
En más de una oportunidad se ha sugerido y/o
comunidades planctónicas, la producción pelági-
probado la existencia de relaciones estrechas
ca y los ciclos biológicos marinos. Citando los
entre ciertas asociaciones de Copepoda con la de
trabajos de Petipa en el Mar Negro, exponen la
cardúmenes de peces de interés comercial. Este
importancia de los estad íos preimaginales de Co-
fenómeno fue bien documentado y hasta apro-
pepoda como integrantes del segundo nivel tró-
vechado regu larmente por los pescadores de
fico en el mar. Los juveniles avanzados y los
adultos, generalmente omn ívoros, constituirían arenque en el Mar del Norte. Hardy (1936c) y
otras publicaciones describen el método utiliza-
el tercer nivel trófico (Acartia, Oithona, Centro-
do: antes de comenzar el lance de red se realiza
pages).
un breve muestreo con el "Plankton Indicator"
El alimento utilizado por un animal (T) para su (p. 37 , fig. 27), si el disco de malla aparece col-
metabolismo puede ser expresado como fun- mado de Calanus (alimento preferencial del pez),
ción del peso de aquel (W) por medio de la ecua- de color rojizo, hay buenas posibilidades de que
ción: exista arenque en el área; si, por el contrario, el
plancton dominante es vegetal (verde) u otros, no
T = Q . WY, Ó conviene invertir tiempo y esfuerzo en lanzar la
lag T = lag Q + Y lag W red porque las chances de una pesca fructífera

601
Copepoda

son bajas. Este tipo de pronóstico sencillo ha Su estudio comienza con el dibujo del aspecto
contribuido sensiblemente a economizar dinero, dorsal, ventral y lateral, tomando medidas de
traducido en tiempo, trabajo, combustible, etc., la longitud total y aquéllas del cefalotórax y
en las pesquerías mencionadas. abdomen. Todo ello se realiza con la ayuda de
un microscopio estereoscópico, cámara clara y
Maricultura dispositivos para micrometría. Luego el ejemplar
entero, o sus partes disecadas con agujas de
En los lugares donde se practica la maricultura disección y pinzas de relojería, son montados en
como, por ejemplo, en el nordesde de Brasil glicerina entre porta y cubreobjetos. La glicerina
(cultivos de lisa en Pernambuco, en el labora- aclara las cubiertas del animal de tal manera que
torio de Ciencia Marina, en Itamaracá l. se cul- la combinación de diferentes posiciones del es-
tiva fitoplancton mediante el enriquecimiento pejo y condensador permiten la ilustración de
artificial del agua en pequeñas reservas para au- todos los detalles morfológicos necesarios. El
mentar el crecimiento zooplanctónico, princi- ácido láctico también puede dar buenos resul-
palmente de copépodos. Estos últimos sirven de tados como agente transparentador, y los I í-
alimento a las larvas de peces que, al alcanzar el mites entre artejos pueden ser destacados con
tamaño adecuado, son liberadas en el mar tinta común o rosa de Bengala muy diluidos.
abierto.
Para el estudio de los estad íos naupliares al de
copepodito· se recomienda recurrir a las exuvias.
Métodos de estudio Los recuentos pueden realizarse en algunas de
las cámaras que se describen en la p. 156 y, en el
La colección de los copépodos puede realizarse caso de las muestras demasiado densas el mate-
por medio de redes (p. 15), botellas (p. 53), rial se submuestrea y diluye de acuerdo a los
o bombas de succión (p. 43). En el caso de las procedimientos explicados en la p. 143.
redes se utilizan mallas de 0,2 mm para obtener
los adultos de las especies de mayor talla; para El estudio de los órganos intergumentarios
las especies más chicas y para algunos juveniles ( sensilas y poros). utilizado modernamente
mallas de 0,1 mm y finalmente, telas de hasta para la distinción entre especies, puede realizar-
se tratando a los animales con una solución de
0,07 - 0,06 mm y menos o botellas para las for-
mas menores y para los estados naupliares y de potasa en agua al 10%, ealen tando a 80- 1 oooe
copepodito de las demás. De acuerdo a los re- durante 24 hS.,lavando con agua destilada, pa-
querimientos del estudio, pueden usarse redes de sando por alcohol (10 minI y coloreando (1 minI
en una solución de clorazol "black E" al 1% en
cierre (p. 21) para análisis de la distribución
vertical, migraciones nictimerales, etc.; o redes alcohol 70 % (Mauchline y Nemoto, 1977).
de media agua como la U/K MT'r (P. 20; fig El conocimiento del lugar de' origen de la mues-
11). Las formas hipersuperficiales como, por tra facilita notablemente el estudio de los copé-
ejemplo, los pontélidos, son colectadas con re· podos (ver demás datos que deben acompañar a
des neustónicas (p. 20, fig. 12); y las que ha- cada frasco en la_p. 129). En efecto, aquella in-
bitan la capa adyacente al fondo, con las hiper- formación limita notablementé el rango de posi-
bénticas (p. 33, fig. 25). También pueden uti- bilidades. Una vez circunscripto a la serie de
lizarse muestreadores continuos y de alta velo- nombres que efectivamente habitan en el área
cidad (p. 37, fig. 25); el UHardy Continuous y/o las condiciones ecológicas definidas, se pro-
P/ankton Recorder" se ha utilizado regularmente cede a la comparación del animal con su defini-
durante muchos años en el Atlántico Norte para ción bibliográfica o características listadas en
descifrar la distribución y numerosidad de Ca/a- forma de clave.
nus finmarchicus con miras a pronosticar la pes-
ca (ver más arriba). Reseña histórica y estado
actual del conocimiento de
La fijación se realiza con formalina al 4% o al-
cohol al 70%. El tratado de Steedman (1976a 'Copepoda
y las páginas 117 a 128 dan más detalles sobre la Brisson (1756) fue el primero en definir la uni-
fijación y conservación. dad Crustacea y Claus (1863) a Entomostraca

602 •
Copepoda

V, dentro de éstos, a los copépodos. Dana (1848, calanus Schmaus, 1917), Acartia (Steuer, 1915),
• 1852c) estableció las familias Cyclopidae, Har- Eucalanus (Fleminger, 1973), Euaugaptilus (Mat-
pactidae, Calanidae, Corycaeidae y Miracidae thews, 1972), Oithona (Rosendorn, 1917 y
sobre la base del estudio de los órganos visuales, Wellershaus, 1970), Clausocalanus (Frost y Fle-
palpos mandibulares y maxilares, primer par de minger, 1968), Labidocera (Fleminger, 1975),
patas y cantidad de sacos ovígeros. Más tarde el Lucicutia (Hülsemann, 1966), Pleuromamma
mismo Daña (1852a), Thorell (1859), Claus (Steuer, 1932), Acartiura (Bradford, 1976), y
(1863) y Canu (1892) introdujeron modificacio- muchos otros más.
nes a aquel esquema. El primer sistema de
amplia aceptación hasta la actualidad fue el de- Actualmente Brodskii (1975) y Frost y Flemin-
ger (1968) tienden al' uso del complejo genital
sarro}lado por Giesbrecht (1892); donde se divi-
de el orden en Gymnoplea (abdomen o urosoma femenino, entre otros caracteres, para la caracte-
sin patas o "desnudo") y Podoplea (abdomen rización específica. Fleminger (1973) y Mat-
tews (1972) aplicaron técnicas de taxonom ía
con 1 par de patas rudimentarias, el quinto par
no interviene en la cópula). Gymnoplea, a su vez, numérica para los estudios de nivel genérico y
se divide en las tribus Amphaskandria y Hete- espec ífico. Fleminger (1973) también resucitó
rarthandria (con machos con anténulas iguales el estudio de los poros y sensilas cuticulares para
o diferentes, respectivamente); y Podoplea en sistemática específica, seguido por Bradford
(1977), Ferrari (1977) y Mauchline (1977).
las tribus Ampharthrandria e Isokerandria (ma-
chos con anténulas geniculadas y gonoporo fe- Lamentablemente, el uso de los estadios nauplia-
menino ventral, en los primeros, y machos con res para la dilucidación de relaciones de paren-
anténulas indiferenciadas -la hembra sujetada tesco familiar, genérico y específico, probable-
con los maxil ípedos masculinos durante la có- mente debido a las numerosas dificultades que
pula- y gonoporo femenino dorsal, en los segun- presenta el cultivo de pláncteres marinos (ver
dos). La tribu Ampharthrandria (Giesbrecht, p. 189), aún no fue empleado en Copepoda.
1899) incluye los Misophriidae, Harpacticidae y, Las convergencias en copépodos de géneros y
emparentados con aquéllos, los Cyclopidae, familias diferentes, y las divergencias observadas
Monstrillidae, Ascidicolidae, Asterocheridae y en las formas adultas pertenecientes a los mis-
Dichelestidae. En Isokerandria: Clausidiidae, mos géneros llevaron, en otros grupos, a resul-
Corycaeidae, Oncaeidae, Lichomolgidae, Ergasi- tados taxonómicos insatisfactorios. En Arthro-
lidae, Bomolochidae, Clausiidae. Otra tentati- poda la larva es un indicador de parentesco mu-
va de sistematizar a los copépodos es la pertene- cho más seguro que el adulto (Bjornberg, 1972).
ciente a Sars (1903-1921), quien los subdividió Hasta tanto no se realicen adecuados y sufi-
en 7 subórdenes (actualmente órdenes): Cala- cientes reconocimientos de los estadios larva-
noida, Cyclopoida, Harpacticoida; Monstrilloida, les de adultos conocidos debería evitarse la crea-
Notodelphyoida, Caligoida y Lernaeoida. Los ción de taxones basados sobre divergencias entre
Cyclopoida, a su vez, los subdividió en 3 seccio- Imagos.
nes de acuerdo a las piezas bucales: Gnathosto-
ma, Siphonostoma y Poecilostoma.

La tendencia actual consiste en utilizar partes de


una y de otra clasificación ya que ninguna de Clasificación de las especies
ellas por sí sola es satisfactoria.
presentes en el
Brodskii (1975) efectuó una revisión de la fami-
Atlántico Sudoccidental
TAGEA s. K. BJORNBERG. F. CAMPANER
lia Calanidae; Lang (1948), de Harpacticoida; y S. S. JANKILEVICH
Bradford (1973), de Phaennidae y Scolecithri-
cidae; y Bernard (1960), de Calocalanidae. Por razones de espacio se omiten los numerosos
Varios géneros y subgéneros también fueron sinónimos de cada una de las especies tratadas;
revisados: Corycaeus (Dahl, 1912 y Klevenhu- solamente se mencionan aquéllos que resultaron
sen, 1933), Candacia (Grice, 1963), Copilia y de la identificación de material incompleto y,
Sapphirina (Lehnhofer, 1926 y 1929), Rhin- por consiguiente, mal clasificado, de errores

603
Copepoda

de interpretación y/o de ejemplares descriptos quasimodo Bowman, 1971 (= Para-


como especies nuevas en material colectado en el ca/anus parvus Claus, 1863, pars); Para-
Atlántico Sur. En los dos primeros casos el trabajo calanus indicus Wolfenden, 1905 (=
correspondiente está indicado por el nombre del Paraca/anus parvus Claus, 1863, pars);
autor separado del nombre específico por una Paracalanus campaneri Bjornberg, 1979
coma, y en caso de "especies nuevas" el autor (=P. acu/eatus Giesbrecht, 1888, pars);
figura a continuación de la especie, sin coma Paracalanus crassirostris F. Da h 1, 1894;
entre ambos. Existen casos de divergencias Delius sewelli Bjornberg, 1979; Acro-
entre investigadores acerca de qué nombre calanus longicornis Giesbrecht, 1888;
debe ser considerado sinónimo, en éstos casos Acrocalanus gracilis Giesbrecht, 1888.
inmediatamente luego del nombre del sinónimo
se agrega el del investigador de referencia.
Familia CALOCALAN IDAE M. Bernard,
Clase CRUSTACEA Brisson, 1756 1958
Orden COPEPODA Milne-Edwards, 1834
Calocalanus pavo (Dana, 1849); Calocalanus
Suborden CALANOIDA G.O. Sars, 1903 pavoninus Farran, 1936; Calocalanus
Familia CALAN IDAE Dana, 1849 ./ styliremis Giesbrecht, 1888; Calocalanus
Calanus australis Brodskii, 1959; Nannocalanus contractus Farran, 1926; Ischnocalanus
minor (Claus, 1863) (= C. va/gus Brady); plumulosus Claus, 1863); Dolichocerea
Calanus propinquus Brady, 1883; Calanus tenu is (Farran, 1926); Mecynocera clausi
simillimus Giesbrecht, 1902; Calanus J.C. Thompson, 1888.
tonsus Brady, 1883; Calanus tenuicor-
nis (Dana, 1849); Calanoides acutus Familia PSEUDOCALANIDAE G. O.
Giesbrecht, 1902; Calanoides carinatus Sars, 1900
Kr~yer, 1848; Calanoides patogoniensis Microcalanus pygmaeus G. O. Sars, 1903; Clau-
Brady, 1883; Neocalanus gracilis (Dana, socalanus furcatus (Brady, 1883); ClausQ-
1849); Neocalanus robustior Giesbrecht, calanus arcuicornis (Dana, 1849); Clau-
1888' Undinula darwini (Lubbock, socalanus mastigophorus (Claus, 1863);
1860í; (Calanus flaviceps Dana - ;ncert; Clausocalanus brevipes Frost y Fleminger,
gener; seg. Giesbrecht y Schmeil, 1965). 1968; Clausocalanus laticeps Farran,
1929; Clausocalanus parapergens Frost y
Familia EUCALAN IDAE Giesbrecht,
Fleminger, 1968; Clausocalanus ingens
1892 Frost y Fleminger, 1968; Clausocalanus
Eucalanus hyalinus (Claus, 1866); Eucalanus paululus Farran, 1926; Clausocalanus per-
sewelli Fleminger, 1973 (= Euca/anus gens Farran, 1926; Ctenocalanus vanU$
a ttenua tus, Bjornberg 1963, Ram írez, Giesbrecht, 1888; Ctenocalanus citer He-
1969); Eucalanus monachus Giesbrecht, ron y Bowman, 1971; Drepanopus forci·
1888; Eucalanus pileatus Giesbrecht, patus Giesbrecht, 1888 (= D. pect;natus,
1888 (= E. saravatae Oliveira, 1945); Ram írez, 1966); Drepanppus pectinatus
Eucalanus subcrassus Giesbrecht, 1888; Brady, 1883.
Eucalanus crassus Giesbrecht, 1888; Eu-
calanus subtenuis Giesbrecht, 1888; Eu- Familia SPINOCALANIDA
calanus longiceps Matthews, 1925 (= E. 1951
acus Farran, 1929); Rhincalanus gigas Mimocalanus cultrifer Farran, 1908.
Brady, 1883; Rhincalanus nasutus Gies-
brecht, 1888; Rhincalanus cornutus
(Dana, 1849). Familia AETIDEIDAE Giesbrecht, 1892
Familia PARACALANIDAE Giesbrecht, Aetideus armatus (Boeck, 1872); Euaetideus
1892 giesbrechti (Cleve, 1904); Euaetideus
Paracalanus aculeatus Giesbrecht, 1888; Paracala- acutus (Farran, 1929); Euaetideus bradyi
nus nanus G. O. Sars, 1907; Paracala- (A. Scott, 1909) ; Chiridius poppei Gies-
nus parvus (Claus, 1863); Paracalanus brecht, 1892; Chiridius gracilis Farran,

604
Copepoda

1908; Aetideopsis minor (Wolfenden, brecht, 1888); Scolecithricella subden-


1911) (=Faroella minar Wolfenden, 1911; tata (Esterly, 1905); Seoleeithrieella gla-
Chiridius minar Farran, 1929); Gai- eialis (Giesbrecht, 1902); Seoleeithriee-
dius tenuispinus (G.O. Sars" 1900); lIa minor Brady, 1883; Seoleeithriee-
Gaetanus minor Farran, 1905; Gaeta- lIa ovata (Farran, 1905); Seoleeithri·
nus antaretieus (Wolfenden, 1905); Eu- cella vittata (G iesbrech t, 1892); Scapho-
ehirella amoena Giesbrecht, 1888 (= calanus echinatus (Farrán, 1905); Sea-
Euchirella brevis Bjornberg, 1963); phoealanus eurtus (Farran, 1926); Sea-
Euehirella pulehra (Lubbock, 1856); Eu- phocalanus medius G.O. Sars, 1907;
ehirella rostrata Claus, 1866; Euehirella Seaphocalanus impar (Wolfenden, 1911);
intermedia With, 1915; Euehirella messi- Seaphoealanus brevieornis (G.O Sars,
nensis Claus, 1863; Euehirella rostro- 1903); Scaphoealanus magnus (T. Scott,
magna Wolfenden, 1911; Undeuehaeta 1894); Seaphoealanus subbrevicornis
major Giesbrecht, 1892; Undeuehaeta (Wolfenden, 1911); Seoleeithrix danae
plumosa Lubbock, 1856; Bradyidius plini- (Lubbock,1856).
oi Campaner, 1978; Paracomantena
minor Campaner, 1978; Paraeomantena Familia TEMORIDAE Giesbrecht, 1892
magalyae Campaner, 1978; Paivella ina- Temora stylifera (Dana, 1848); Temoropia ma-
eiae Vervoort, 1965 (= Aetideid sp. 1, yumbaensis T. Scott, 1893.
Aetideid sp. 2 en Bjornberg, 1963).
Familia METRIDINIDAE Dunn y Hül·
Familia EUCHAETI DAE Giesbrecht, semann, 1979 (=Metridiidae G.O. Sars,
1892 1902)
Euehaeta marina (Prestrandrea, 1833); Euchaeta Metridia brevicauda G iesbrecht, 1889; Metridia
media Giesbrecht, 1888, Euehaeta aeuta gerlachei Giesbrecht, 1902; Metridia lu-
Giesbrecht, 1888; Euchaeta spinosa Gies- eens Boeck, 1864; Metridia prineeps
Giesbrecht, 1892; Pleuromamma abdo-
brecht, 1892; Paraeuehaeta sarsi Farran,
1908; Paraeuehaeta biloba Farran, 1929; minalis (Lubbock, 1856); Pleuromamma
Paraeuehaeta antaretica Giesbrecht, borealis Dahl, 1893; Pleuromamma gra-
1902; Paraeuehaeta scotti Farran, 1909; eilis Claus, 1863; Pleuromamma piseki
Paraeuehaeta barbata Brady, 1883. Farran, 1929; Pleuromamma xiphias
Giesbrecht, 1889; Pleuromamma qua-
Familia PHAENNIDAE G. O. Sars, 1903 drungulata (Dahl, 1893); Pleuromam;ria
Phaenna spinifera Claus, 1863; Xanthocalanus robusta Dahl, 1893. ~
marlyae Campaner, 1978; Xanthocalanus
Familia CENTROPAGIDAE Giesbrecht,
minor Giesbrecht, 1892; Xanthoealanus
1892
agilis Giesbrecht, 1892; Braehyealanus
Centropages velifieatus (de Oliveira, 1947) (=
bjornbergae Campaner, 1978; Braehy-
calanus atlantieus (Wolfenden, 1904); Centropages furcatus, Bjornberg, 1963;
Onehocalanus eristatus (Wolfenden, 1972; Gaudy, 1963; Ramírez, 1966,
1904). 1971; Paiva-Carvalho, 1945, 1952); Cen-
tropages violaeeus (Claus, 1863); Centro~
pages brachiatus (Dana, 1849); Centro-
Familia SCOLECITHRICIDAE Gies- pages bradyi Wheeler, 1899; Centropages
brecht, 1892 calaninus (Dana, 1849); Centropages gra-
eilis (Dana, 1849).
Seottoealanus seeurifrons (J. Scott, 1894); Lo-
phothrix frontalis Giesbrecht, 1895; Lo-
phothrix latipes (T. Scott, 1893); Raco- Familia PSEUDODIAPTOMIDAE G. O.
vitzanus antarctieus Giesbreeht, 1902; Sars,1903.
Seoleeithricella dentata (G iesbrecht, Pseudodiaptomus acutus (F. Dahl, 1894) (=
1892); Scoleeithrieella bradyi (Gies- Weissmanella acuta Dah 1); Pseudodiapto-

605
Copepoda

mu richardi F. Dahl, 1894) (= Weiss- Familia CANDACIIDAE Giesbrecht,


manel a 'chardi Dahl; = Pseudodiapto- 1892
mus cristoba 's Paiv -Carvalho, 1952); Candacia ethiopica (Dana, 1848); Candacia
Peseudodiaptomus marshi Wright, 1936; bipinnata (Giesbrecht, 1888); Canda·
Paseudodiaptomus gracilis (F. Dahl, cia curta (Dana, 1849); Candacia chei-
1894) (= Weissmane//a gracilis Dahl). rura Cleve, 1904; Candacia longimana
Claus, 1863; Candacia maxima Vervoort ,
Familia LUCICUTIIDAE G. O. Sars, 1903 1957; Candacia pachydactyla (Dana,
1848); Candacia elongata (Boeck, 1873);
Lucicutia flavicornis (Claus, 1863); Lucicutia gau- Candacia varicans Giesbrecht, 1892;
ssae Grice, 1963 (= Lucir;utia ovalis Paracandacia simplex (Giesbrecht, 1892);
Wolfenden, 1906); Lucicutia clausi Gies- Paracandacia bispinosa (Claus, 1863).
brecht, 1889; Lucicutia gemina Farran,
1926; Lucicutiawolfendeni Sewell, 1932; Familia PONTELLlDAE Dana, 1852
Lucicutia ovalis (Giesbrecht, 1889) (=
Isochaeta ovalis Giesbrecht; non Luci- Pontella atlantica (Milne·Edwards, 1840); Ponte-
cutia ovalis Wolfenden, 1906); Luci- lIa marplatensis Ramírez, 1966; Ponte-
cutia longicornis (Giesbrecht, 1889). lIa securifer Brady, 1883; Pontella
Familia HETERORHABDIDAE G.O. spiniceps (Giesbrecht, 1889) solamente
Sars,1903 resgistrada en el Océano Indico, pro-
bablemente se trate de P. atlantica; Pon-
Heterorhabdus austrinus Giesbrecht, 1902; Hete-
tella patagoniensis (Lubbock, 1853), fue.
rorhabdus compactus G.O. Sars, 1900;
resgistrada a 38° en el Atlántico frente a
Heterorhabdus papilliger(Claus, 1863);
Sudamérica, pero este hallazgo jamás
Heterorhabdus spinifrons (Claus, 1863); fue confirmado; Labidocera detruncata
Heterostylites major (Dahl, 1894).
(Dana, 18491, de acuerdo a Weickert
Familia AUGAPTI LI DAE G.O. Sars, (1976) solamente ocurre en el Atlánti-
1905 co a lo largo de Sudáfrica; Labidocera
Augaptilus megalurus Giesbrecht, 1892; Halop- acutifrons (Dana, 1849) ; Labidocera
tilus longicornis (Claus, 1863); Halop- darwini Lubbock, 1853 (= L. aestiva,
tilus mucronatus (Claus, 1863); Halop- Paiva-Carvalho, 1945, 1952); Labidocera
tilus ornatus (Giesbrecht, 1892); Halop- fluviatilis F. DahI 1894 (= L. brasilien-
tilus ocellatus Wolfenden, 1908; Ha- sis Farran, 1936; = L. pestiva, de Olivei-
loptilus spiniceps (Giesbrecht, 1892); ra, 1947); Labidocera nerii (Kr0yer,
Haloptilus austini Grice, 1961; Halop- 1848) (= L. detruncata T. Scott, 1894);
tilus fertilis (Giesbrecht, 1892); Halop- Pontellopsis brevis (Giesbrecht, 1889);
tilus fons Farran, 1908; Haloptilus Pontellopsis perspicax (Dana, 1849);
oxycephalus (Giesbrecht, 1889); Ha- Pontellopsis regalis (Dana, 1849); Pon-
loptilus acutifrons (Giesbrecht, 1892); tellopsis villosa Brady, 1883; Ponte-
Euaugaptilus hecticus (Giesbrecht, 1889); IIina plumata (Dana, 1849); Pontellina
Euaugaptilus filiger (Claus, 1863); Euau- platychela Fleminger y- Hülsemann,
gaptilus humilis Farran, 1926. 1974; Calanopia americana F. Dahl,
1894.
Familia AR I ETE LLI DAE G. O. Sars,
1903 Familia ACARTIIDAE G. O. Sars, 1900
Arietellus setosus Giesbrecht, 1892; Parapseu- Acartia clausi Giesbrecht, 1889 (non Acartía
docyclops giselae Campaner, 1977. c/ausi, Bjornberg, 1963 = copepodito de
Acartia); Acartia danae Giesbrecht, 1889;
Familia PHYLLOPIDAE Campaner, Acartia Iilljeborgi Giesbrecht, 1892;
1977 (=Phyllopinae ~rodskii, 1950) Acartia giesbrechti F. Dah 1, 1889 (=
Phyllopus helgae Farran, 1908. A. tonsa?); Acartia tonsa Dana, 1848;

606
Copepoda

Acartia longiremis (Li IIjeborg, 1853); Claus, 1863 - sinuicauda Bradv. 1883
Acartia neligens (Dana, 1848), Acartia (= S. vorax Giesbrecht, 1891); Sapphiri-
denticornis Brady, 1883, único registro na gastrica Giesbrecht, 1891; sappahiri-
conocido (=A. Iilljeborgi?) na intestinata Giesbrecht, 1891 (= S. in-
Suborden CYCLOPOIDA Bürmeister, 1843 testinalis Wolfenden, 1911); Sapphrina
Familia OITHONIDAE Dana, 1853 lactens Giesbrecht, 1892; Sapphirina ma-
culosa Giesbrecht, 1892; sapphirina me-
Oithona atlantica Farran, 1908; Oithona frigida
tallina Dana, 1849; Sapphirina nigroma-
Giesbrecht, 1902; Oithona pseudofrigida
culata Claus, 1863 - scarlata Giesbrecht,
Rosendorn, 1917; Oithona similis Claus,
1891; sapphirina opalina Dana, 1849,
1863 (=Oithona helgolandica Claus, 1863
- darwini Haeckel, 1864 (= ?Sapphirina
seg. Sars, 1918; Wellershaus, 1970); Oi-
versicolor Dana, 1849); sapphirina ova-
thona nana Giesbrecht, 1892; Oithona
tolanceolata Dana, 1849- gemma Dana,
ovalis Herbst, 1955 (= Oithona minuta
1849; Sapphirina reticulata Brady, 1883,
Bjornberg, 1963; = O. brevicornis, Gaudy,
species dubia seg. Lehnhofer, 1929; Sa-
1963; = lO. oraemaris Oliveira, 1947; =
pphirina iris Dana, 1849 (= Sapphirina
lO. oswaldocruzi Oliveira, 1945); Oitho-
salpae Claus, 1859); Sapphirina stellata
na oligohalina Fonseca y Bjornberg,
Giesbrecht, 1891 (= S. ovalis M. Dana,
1976 (= O. hebes, Santos, 1973; = lO.
in Brady, 1883); Corina granulosa Gies-
oraemaris Oliveira, 1947; = lO. oswal-
brecht, 1891; ? Copilia hendorffi (Dahl,
docruzi Oliveira, 1945); Oithona plumi-
fera Baird, 1843 (= O. challengeri Brady,
1892); Copilia lata Giesbrecht, 1892; Co-
pilia mediterranea (Claus, 1863); Copilia
1900, seg. Rosendorn, 1917); Oithona
mirabilis Dana, 1849; Copilia quadrata
robusta Giesbrecht, 1892; Oithona seti-
Dana, 1842; Copilia vitrea Haeckel, 1864.
gera (Dana, 1849) (= O. linearis, seg. Ro-
sendorn, 1917); Oithona similis Claus, Familia CORYCAEIDAE Dana, 1849
1863 (= O. spinirostris Giesbrecht, 1882, Corycaeus (Corycaeus) speciosus Dana, 1849;
seg. Wellersháus, 1970; = O. spinifrons Corycaeus (Corycaeus) clausi F. Dahl,
Boeck, 1864; = O. helgolandica Claus, 1894; Corycaeus (Corycaeus) crassiuscu-
1863); Oithona tenuis Rosendorn, 1917; lus Dana, 1849; Corycaeus (Agetus)
Oithona simplex Farran, 1913; Oithona limbatus Brady, 1888; Corycaeus (Age-
oculata ,Farran, 1913. tus) typicus (Kr0yer, 1849); Coryca-
eus (Agetus) flaccus Giesbrecht, 1891;
Familia ONCAEI DAE Giesbrecht, 1892 Corycaeus (Onychocorycaeus) giesbrechti
Oncaeaconifera Giesbrecht, 1891; Oncaea curta F. Dahl, 1894 (=C. venus tus Giesbrecht,
G. O. Sars, 1916; Oncaea dentipes 1891); Corycaeus (Onychocorycaeus)
Giesbrecht, 1891; Oncaea media Gies- ovalis Claus, 1863 (=C. obtusus Gies-
brecht, 1891; Oncaea mediterranea brecht, 1891); Corycaeus (Onychocory-
(Claus, 1863); Oncaea minuta Gies- caeus) latus (Dana, 1849); Corycaeus
brecht, 1892; Oncaea notopus Gies- (O itrichocorycaeus) amazonicus F. Dahl,
brecht, 1891; Oncaea obscura Farran, 1894; Corycaeus (Oitrichocorycaeus)
1908; Oncaea subtilis Giesbrecht, 1892; africanus F. Dahl, 1894; Corycaeus (Oi-
Oncaea venusta Philippi, 1843; Oncaea trichocorycaeus) minimus F. Dahl, 1894;
curvata Giesbrecht, 1902; Conaea rapax Corycaeus (Urocorycaeus) lautus Dana,
Giesbrecht, 1891; Lubbockia squillimana 1852; Corycaeus (Urocorycaeus) fur-
Claus, 1863; Lubbockia aculeata Gies- cifer Claus, 1863; Corycaeus (Urocory-
brecht, 1892; Pachos punctatum (Claus, caeus) dubius Farran, 1911; Farranulla
1863). gracilis (Dana, 1853) (=Corycella graci-
lis, Bjornberg, 1963); Farranulla rostrata
Familia SAPPHIRINIDAE Thorell, 1859 (Claus, 1863) (=Corycella rostrata Bjorn-
Sapphrina angusta Dana, 1849 (= S. opaca berg, 1963); ?Farranulla carinata (Gies-
Lubbock, 1856); Sapphirina auronitens brecht, 1891).
607
Copepoda

Familia ClAUSIDIIDAE Embleton, 1901 nas y dientes en la familia Aetideidae


Hemicyclops thalassius Vervoort y Ram írez, 2° basípodo; basípodo de Ps en la fami·
1966.
Iia lucicutiidae
Be: basiendopodito
Suborden HARPACTICOIDA G. O. Sars, c: cerda
1903 C: céfalo; parte anterior del céfalo
Familia ECTINOSOMIDAE Oloffson, ca: cerda aguzada
1917 CA: cuerpo anterior
Microsetella rosea (Dana, 1848); Microsetella cac: cérdulas aciculares
norvegica (Boeck, 1864). CD: céfalo en vista dorsal
cde: cerda dentada
Familia MIRACIDAE Dana, 1846 cerda digitiforme
cdig:
Miracia efferata (Dana, 1852); Macrosetella grao ce: cerda externa; cerda especial del maxi-
cilis (Dana, 1848); Oculosetella gracilis Iipedio en la familia Pseudodiaptomidae
(Dana, 1852). ces: cerdas espinosas
cf: cerda foliácea
Familia TACHYDIIDAE Sars, 1909
cg: cerda en guadaña
Euterpina acutifrons (Dana, 1852). ch: cerda en chicote
ci: cerda interna
Familia PSEUDOPEl TIIDAE Poppe, Cl: céfalo en vista lateral
1891 (=Clytemnestridae S. Scott, 1909) cp: cérdulas en peine
Clytemnestra scutellatta Dana, 1848; Clytem- CPI: células pigmentarias
nestra rostrata Brady, 1883. cr: cristalino
cs: cerda simple
Familia AEGISTH IDAE Giesbrecht, ct: cerda terminal
1892 ctr: cono transparente
Aegisthus mucronatus Giesbrecht, 1891. CV~ céfalo en vista ventral
d: detalle; detalle de la Ps en las familias
Acartiidae, Euchaetidae y Calanidae
D: dorsal
Claves de identificación de: derecho
dig: prolongación digitiforme
y distribución de las especies e: espina(s); espina interna del 2° artejo
exopodial en la familia lucicutiidae
las abreviaturas utilizadas en las figuras corres- e, -e3: primera a cuarta espinas del 3° artejo de
pondientes a las claves que siguen, significan: la antena.
el: espinas laterales
a: ancho de la rama caudal ele: espinas laterales externas
A: segmento anal en: endópodo
a, : artejos terminales de la anténula es: espermatóforo
A, : anténula est: estetos
a2: artejo terminal de la antena et: espina terminal; espina terminal o en
A2: antena gancho en la familia Oithonidae
am: margen posterior del segmento anal, ex, exp: exopodito
margen dentado del segmento anal g: gancho; garra interna en la familia Acar-
an: opérculo antral tiidae
,/
Arc: segmento anal y rama caudal G: segmento genital
b: largo; longitud de la rama caudal en la gd: giba dorsal
familia lucicutiidae gl: gancho lateral
B: boca Gl: segmento genital de perfil; segmento ge-
B, : 1° basípodo; basípodo de la P4 con espi- nital femenino de perfil en las familias

608
Copepoda

Aetideidae, Euchaetidae, lucicutiidae y q: quilla


Metridinidae Ql: quela, pinza
r: rostro
gn: lámina mandibular (con parte cortante
rc: rama caudal
o -dentada); margen dentado de la lá-
mina mandibular re3: último artejo del exópodo de la Ps en el
GV: macho
segmento genital (ventral)
h: espacio distal Re¡ ...
h': Re3 : 1° a 3° artejos exopodiales
espacio proximal
H: femenino, hembra Ri¡ ...
i: indentación Ri3 : 10 a 3° artejos del endópodo
iz: izquierda rs: receptáculo seminal
L: lateral s: espina en gancho en la familia Sapphi-
Lbr: labro rinidae
Id: lóbulo dorsal del receptáculo seminal sov: saco ov ígero
Li2 : 20 lóbulo interno de la max ílula t: mechón de espinas; mechón de espí-
Li3 : 3° lóbulo interno de la maxílula nulas en la familia Euchaetidae
lo: lente ocular t, ...ts: segmentos torácicos, de perfil, en la fa-
loa: lente ocular anterior milia Metridinidae
lod: lente ocular dorsal T: tórax
lor: lente ocular rostral TG l: tórax posterior y segmentos genitales
Is: lamela; lámina aserrada en la familia vistos de perfil
Euchaetidae Tl: tórax en vista lateral
m: margen frontal del céfalo TU: tórax y urosoma; último(s) segmento(s)
M: macho, masculino torácico(s) y urosoma; margen del úl-
md: mandíbula timo segmento torácico y del urosoma
me: margen externo en la familia lucicutiidae
mg: margen genital; borde genital o hialino TUL: tórax posterior y urosoma en vista late-
mi: margen interno ral
Mx, : maxílula TUV: tórax posterior y urosoma, en vista ven-
MX2 : maxila tra 1.
mxp: maxilípedo u: uña de la Ps
o: ojo ventral U: Urosoma, en la familia Corycaeidae fre-
ov: ocelo ventral cuentemente acompañado por los 2 úl-
p: protuberancia; protuberancia dorsal en timos segmentos torácicos
las familias Oncaeidae y Paracalanidae; v: variedad
protuberancia interna en las familias V: ventral
Acartiidae y Centropagidae vd: vista dorsal de la cresta
P¡ ... Ps: patas 1 a 5 x: característica importante
pl: cerda plumosa 1 - 5: 10 al 50 artejos de la anténula

Clave para las familias de Copepoda planctónicos


En este trabajo la clasificación en familias se ha basado sobre las tallas totales, las proporciones entre
cefalotórax y abdomen, la longitud relativa de las patas y de los apéndices bucales (maxil ípedos y ma-
xilas, principalmente), y algunos otros caracteres destacables y generales de los miembros de cada
familia.

A) Sin piezas bucales entre las anténulas y las patas natatorias (fig. 203 - 2): Monstrillidae .
B) Con aquéllas (fig. 203-1) (1

609
Copepoda

1) El copépodo adu Ito, en vista lateral izquierda, presenta los 5 pares de patas semejantes
y aproximadamente de igual longitud, excepto el 1° Y el último pares que pueden ser li-
geramente más cortos que los demás (fig. 205-1 L) " (2
1A) En vista lateral sólo 4 pares de patas son semejantes (el 1° es ligeramente más corto que
los demás). El 5° par está ausente, es reducido o conspicuamente diferente a los demás
(fig. 209-1 H Y M) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
2) El cefalotórax con 6 segmentos libres o incompletamente separados (fig. 215-1,3).... (3
2A) El cefalotórax con 5 segmentos libres (fig. 206-40) (4
3) En las hembras, los maxil ípedos (cerdas inclu ídas) son, aproximadamente, 2 veces mayo-
res que las maxilas. Maxilas con cerdas plumosas cortas (alcanzando la boca del animal)
(fig. 203-9). Exópodos de las P2 a P4 con 2 espinas laterales externas (fig. 203-6). Machos
con 2 anténulas iguales, no geniculadas ffjg. 205): Calanidae (p. 616).
3A) Las hembras presentan maxil ípedos (las cerdas inclu ídas) más cortos que las maxilas. Ma-
xilas con cerdas filiformes o espinosas sobrepasando la boca del animal (fig. 203-1). Exó-
podos de las P2 a P4 con 3 espi nas laterales externas (fig. 203-4). Machos con una de las
anténulas geniculadas y sin maxilas grandes: Centropagidae (p. 642).
4) Re3 de las P2 a P4 con 3 espinas laterales externas (fig. 203-4). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (6
4A) Re3 de las P2 a P4 con 2 espinas laterales externas (fig. 203-5). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
5) Con ramas caudales estrechas, más o menos la longitud igual a la de los 3 últimos segmen-
tos abdominales sumados. La Ps de la hembra diverge de las otras patas por el 2° artejo
exopodial, munido de una gran espina interna, más gruesa que las cerdas plumosas del úl-
timo artejo del mismo exópodo (fig. 217-2Ps, H). El endópodo no llega a la articulación
entre los artejos 2° y 3° del exópodo. En el macho la Ps derecha con 2 artejos en el exópo-
do y 1 a 3 en el endópodo, la Ps izquierda con 3 artejos en cada rama (fig. 217-3Ps, M).
Al geniculada de un lado y común del otro: Lucicutiidae (p. 646).
5A) Ramas caudales cortas, iguales o levemente mayores que el segmento anal. Los 5 pares de
patas de las hembras son semejantes (fig. 205-1 L); el 2° artejo del exópodo de la Ps con
una gran y fina cerda interna (fig. 205-1Ps, H); el endópodo alcanza, en longitud, la arti-
culación entre los artejos 2° y 3° del exópodo. Ps izquierda y derecha del macho con 3
artejos exopodiales y endopodiales, aunque sean diferentes entre sí (fig. 205-1 Ps, M a 13
Ps, M). Sin A, geniculada en el macho: Calanidae (p. 616).
6) Ramas caudales asimétricas, una de ellas munida de una cerda mucho mayor que las de-
más. Maxil ípedos con cerdas cortas mqdificadas en guadaña o no, con cerdillas. Ps de la
hembra con el 2° artejo exopodial munido de una !=jran espina interna, diferente de las
cerdas internas de los otros artejos (fig. 218-4Ps H). Ps del macho, generalmente con el
último artejo exopodial muy grande y aguzado en el extremo (fig. 218-5Ps, M): He-
terorhabdidae (p. 648).
6A) Ramas caudales simétricas sin una cerda excepcional menté grande; maxil ípedo con cerdas
dista les muy desarrolladas, munidas de cérdulas o esp ínulos, frecuentemente en. botón, es-
cudo, etc. (fig. 219-1,11). La Ps de la hembra con el 2° artejo exopodial armado de una
espina interna, casi tan grande como las cerdas plumosas internas del último artejo y pa-
recido a ellas, más glabro. Ps del macho raramente con los últimos artejos exopodiales
de extremo aguzado (fig. 220-1): Augaptilidae (p. 650).
7) Con el límite entre el cuerpo anterior (o cefalotórax) y posterior (o abdomen, o urosoma)
poco aparente en vista dorsal (fig. 228). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
7 A) Cuerpo anterior y posterior conspicuamente separados (fig. 209,222) (11
8) Con Ps achatada en forma de hoja o chapa, con o sin articulación; cuerpo relativamente
rollizo en vista lateral (fig. 228-3). (33
8A) Con Ps bi o uniarticulada y munida de cerdas simples o foliáceas; cuerpo achatado, al
menos anteriormente (fig. 226 y 228-1) . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
9) Con Ps biarticulada (fig. 228-5,8, 10) " (10

610
Copepoda

9A) Ps uniarticulada en bastón con 2 cerdas (fig. 203-14); A2 prensiles terminadas en gancho
(fig. 226, A'J.). Cuerpo con brillo metálico cuando vivo o recién fijado. Ramas caudales
achatadas en hoja y con 5 cerdas. Lentes oculares en la región anterior de la cabeza:
Sapphirinidae (p. 668), (Sapphirina M y H; Copilia M).
10) Con 6 cerdas en las Ps. Sin P6• Machos con Al prensiles (fig. 228-5): Pseudopeltidae
(p. 677).
lOA) Con espinas foliáceas en Ps. P6 uniarticulada en hembras. Machos con Al no prensiles
(fig. 228-1): Aeghistidae (p. 677).
11) Cefalotórax, en las hembras, 5 o más veces mayor que el urosoma (fig. 206 Y 208). En
los machos el cefalotórax es 3,5 a 5 veces mayor que el urosoma. Ps del macho reducida
al ó 2 hileras de artejos (fig. 206-3Ps) (12
11A) Tanto en las hembras como en los machos el cefalotórax es menos de 5 veces mayor que
el abdomen. Ps del macho desde simples hasta muy complicadas (fig. 207, 209, 210) . . .. (13
12) Menor de 1,5 mm. En las hembras, Ps atrofiada y terminada en 1 a 5 cerdas mayores. Re3
de P2 a P4, en machos y hembras, con una hilera de cérdulas en peine (fig. 203-6). Ab-
domen de las hembras con 2 a 3 segmentos, en el macho con 4 ó 5 Ps del macho y de la
hembra como en la fig. 208: Calocalanidae (p. 624).
12A) Longitud total más de 1,5 mm. Hembras sin Ps. Re3 de P2 a P4 con 3 espinas externas,
tanto en el macho como en la hembra (fig. 203-10). Urosoma con 3 Ó 4 segmentos en la
hembra, con 5 segmentos en el macho y ramas caudales parcialmente fundidas con el seg-
mento anal. Ps en el macho de 3 tipos (fig. 206-1 Ps, 6Ps, 8Ps): Eucalanidae (p. 619).
13) Cefalotórax de machos y hembras corto: 0,5 a 2 (máximo 3) veces mayor que el abdomen
(fig. 209, 211, 224, 225). (14
13A) Cefalotórax de machos y hembras de 2 a 4, 5 o más veces mayor que el abdomen (fig.
207,223) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (20
14) Maxil ípedos con cerdas grandes y fuertes armadas con robustas espinas o cerdas acicula-
res espaciadas (fig. 203-13) o con un gancho terminal (fig. 225-6 mxp); frecuentemente
también las anténulas y las antenas terminadas en gancho. Ps reducidas a 2 cerdas y un ar-
tejo o una saliencia minúscula, armada de 2 cerdas, iguales en machos y hembras (15
14A) Maxilípedo armado de muchas cerdas finas y plumosas (fig. 203-15pl), o con cerdas en
peine (fig. 216-4mxp, 4d) o en guadaña (fig. 203-7cg). Anténulas y antenas con cerdas
finas, sin ganchos, y frecuentemente con estetos (fig. 203-3est). Ps bien desarroladas y
asimétricas en el macho y con espinas o protuberancias aguzadas (fig. 211-4Ps)' . . . . . . .. (18
15) Maxil ípedos con cérdulas aciculares espaciadas en las cerdas, estas últimas muy grandes
(fig. 203-13). Anténulas con cerdas finas; geniculadas en los machos y sobrepasando el cé-
falo (fig. 224-20). Ps representadas por 2 cerdas o filamentos. Rostro cuadrado o aguza-
do (en vista lateral) en las hembras: Oithonidae (p. 663),
15A) Maxilípedo terminado en gancho (fig. 225-6 Mxp y 14 Mxp), al menos en el M. Anténu-
las más cortas que el céfalo, excepto en Lubbockia (fig. 225-140). Ps generalmente forma-
das por un artejo o un botón con dos o más cerdas, una protuberancia con cerdas, o sim-
plemente cerdas. Rostro ¡nconspicuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (16
16) Sin lentes oculares. A2 terminadas en mechones de cerdas más o menos del mismo tama-
ño. Maxil ípedo dilatado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (35
16A) Con lentes oculares muy evidentes en la región anterior del céfalo. A2 terminadas en un
gancho o una cerda mayor y cérdulas (fig. 226-2A2, 6A2, l1A2, 16A2, 18A2 ) • • • • • • • •• (17
17) Con antenas generalmente grandes, armadas con espinas o cerdas. Cabeza dilatada casi
cuadrada (fig. 226-150). Los segmentos torácicos carecen de prolongaciones laterales ag'u-
zadas: Sapphirinidae (P. 668), (Copilia H.)
17 A) Antenas muy conspicuas, anchas y terminadas en ganchos grandes. Segmentos torácicos
terminados en prolongaciones laterales aguzadas: Corycaeidae (p. 673).

611
Copepoda

18) Con cefalotórax corto en forma característica de escudo (fig. 213-21), sin rostro conspi-
cuo. Con o sin puntas terminales en el tórax. Ramas caudales grandes con longitud igual
a la del urosoma restante. Una de las anténulas del M geniculada. La Ps del M no sobre-
pasa las ramas caudales. Ps de la H reducida: Temoridae (p. 640), (Ternora H y M).
18A) La longitud del cefalotórax sobrepasa su ancho. Rostro con 1 ó 2 puntas. En los machos
las Ps sobrepasan la longitud del urosoma. Ramas caudales cortas. Hembras con pro-
tuberancias genitales muy salientes (fig. 211-1 L, 4U) (19
19) Con rostro aguzado; una punta prolongada hacia adelante con .una prominencia aguda
encima. Sin lentes oculares visibles en el macho. Maxil ípedo grande con cerdas muy desa-
rrolladas y ausencia de Ps en la hembra. En el macho las anténulas son iguales, no genicu-
ladas: Euchaetidae (p. 632).
19A) Sin rostro aguzado, formado por 2 puntas. Maxilípedos grandes con cerdas plumosas y
finas. Ps presentes en la hembra, cortas y birramosas, con endópodo reducido: Temoridae
(p. 640), (Temeropia H).
20) Cefalotórax más o menos rollizo, entre 3 y 2,2 veces mayor que el urosoma, con región
anterior y posterior estrechadas y el ancho mayor en la región media del cuerpo ante-
rior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (21
20A) Cefalotórax 3 veces mayor que el urosoma o, cuando es más corto, con prolongaciones
aguzadas de las márgenes del último segmento torácico o con la región frontal en punta.
Mayor ancho del cuerpo generalmente en la región posterior del cefalotórax. Frecuente-
mente el céfalo es más angosto anteriormente, de contorno cuadrado o triangular, o casi
tan ancho como el cefalotórax restante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (25
21) El último artejo del exópodo de la P4 (y de las P2 y P3) de forma rectangular (fig.207
-1 y 9P 4) Y con una hilera de cérdulas en su margen, parecido a un peine pequeño; además
con 2 espinas laterales: Paracalanidae (p. 621).
21 A) El último artejo exopodial de las P2 a P4 ornamentado con espínulas en vez de cérdulas
(fig. 209-3P 4 Y 5P 4) • . • . . . • • • • . . • . • • . . . . . . . . . • . • . . . . . . . . • . . . . • . . . • . • . . • • .. (22
22) Espinas terminales exopodiales de P2 a P4 fuertemente espinosas (fig. 203-12) . . . . . . . .. (24
22A) Espinas terminales exopodiales de P2 a P4 con borde aserrado (fig. 209-3P 4)' • • . • • . . . •• (23
23) Maxila con cerdas grandes. Maxilípedos con cerdas proximales grandes y cerdosas y con
espinas distales cortas (fig. 203-16). Ojos sin lentes, pequeños. Margen de la espina ter-
minal de los exópodos de las P2 a P4 finamente aserrado: Acartiidae (p. 661).
23A) Maxila con cerdas cortas, plumosas o en gancho. Maxil ípedo con cerdas plumosas o fi-
liformes. Ojos no siempre visibles dorsalmente. Márgen de la espina terminal de los
exópodos de las P2 a P4 muy desarrollado en algunos géneros (fig. 209-3P 4) Y delicado
a fuertemente aserrado en otros. Ps de M y H muy reducidas: Pseudocalanidae (p. 626).
24) Cefalotórax terminado en 2 puntas posteriores o, cuando sin aquéllas, con la coxa de la
P4 armada con 1 a muchos dientes; cefalotórax 3 veces mayor que el urosoma. Frecuente-
mente la frente (con cresta) y el rostro están muy quitinizados. H sin Ps. Ps de los M des-
de 2 simples ramas hasta complicadas (fig. 210-2Ps a 18Ps). Los maxil ípedos sobrepasan
las maxilas con la punta volcada hacia abajo y la coxa de P4, frecuentemente tiene pro-
tuberancias características (fig. 210-15L, 1181): Aetideidae (p. 629).
24A) Cefalotórax prolongado a ambos lados del urosoma o no, segmento final del tórax con
protuberancias. Urosoma corto. Frecuentemente frente quitinizada en cresta. En las H Ps
reducida a 1 ó 3 artejos, o ausente; generalmente terminada en 1 a 3 o más espinas. En
el M Ps asimétricas, con tendencia a formar 1 pinza en una de las patas; simples o compli-
cadas. Maxila muy corta con cerdas terminadas en ramilletes de cérdulas (fig. 212-5Mx2,
5en) o filiformes. Maxil ípedos con cerdas comunes o ganchos en los artejos terminales (fig.
212-5mxp) : , (27
25) Con lentes oculares dorsales y/o ventrales. Con o sin asimetrías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (29

612
COIH'pooa

25A) Sin lentes oculares. Asimétricos o no r ••••••••••••••••••••• " (26


26) Cabeza de contorno cuadrado, rostro reducido. Maxila muy grande, robusta y con grandes
ganchos. Maxilípedo muy reducido (fig. 221, Ll. Frecuentemente con manchas de color
castaño: Candaciidae (p. 655).
26A) Cabeza aguzada o redondeada. Maxila menor o casi de igual tamaño que el maxil ípedo.
Manchas de color castaño, cuando presentes, con forma de botón lateral. . . . . . . . . . . . .. (30
27) Maxil ípedo con una cerda en ramillete en el margen del coxópodo. Cuerpo generalmente
con 5 o 6 segmentos libres en el cefalotórax. M con P5 formadas por ramas simples y
endópodos casi totalmente atrofiados (fig. 212-5mxp, 1Ps): Phaennidae (p. 635).
27A) Maxilípedo sin cerda en ramillete en el coxópodo, excepto en Scottocalanus. Cuerpo con
4 Ó 5 segmentos libres en el cefalotórax . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (28
28) Cabeza y tórax unidos. Rostro generalmente presente. Exópodo de A2 más corto que el
endópodo. P5 del M unirramosa de un lado y birramosa del otro, o birramosa de ambos
lados, pero asimétrica (fig. 213-2 y 5Ps). Ps de las H reducida (fig. 213-1 Ps a 18Ps, H);
ausente en Scolecithrix: Scolecithricidae (p. 637).
28A) Cabeza y tórax parcialmente separados. H sin rostro y sin P5. Exópodo de A2 mayor que
el endópodo: Spinocalanidae (p. 626).
29) Talla superior a 1 mm. Tórax prolongado a ambos lados del urosoma. Con ojo ventral
muy desarrollado en la base del rostro. Rostro conspicuo, con 2 puntas muy quitinizadas.
Frecuentemente con 2 lentes dorsales. Notablemente asimétricos, principalmente en el
urosoma. En los M P5 formando una pinza en uno de los lados (fig. 222-1 CD, 3CL, 1
o 2P5): Pontellidae (p. 657).
29A) Talla 1 mm o menos. Sin prolongaciones torácicas a los lados del urosoma. Sin ojo ventral
y lentes dorsales poco desarrolladas en el M. Asimetría restringida a las P5. P5 con pinzas
modificadas (fig. 213-20, M): Temoridae (p. 640), (Temeropia M).
30) Maxila poco menor que el maxilípedo (31
30A) Maxil ípedo 2 ó 2,5 veces mayor que la maxila. Primer artejo endopodial de P2 con una
fuerte concavidad basal portando ganchos o espinas. (Las Pleuromamma con un botón
castaño lateral en el cefalotórax) (fig. 214 - 4 P2): Metridinidae (p. 640).
31) Cabeza con punta anterior y 2 filómentos rostrales. Maxila y maxil ípedo con cerdas gran-
des y cortas, filamentosas, plumosas o guarnecidas de escamas o puntas (fig. 220 - 4 MX2
y 4 mxp). Cerdas caudales grandes y plumosas. Tórax con protuberancias laterales poste-
riores (aguzadas o no): Arietellidae (p. 650).
31 A) Cabeza sin punta anterior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (32
32) Labro poco protuberante. Con cerdas especiales (fig. 216 - ce en 4mxp) en los maxil ípe-
dos. En los M las Ps son pequeñas, no sobrepasan el urosoma; endópodo de una Ps redu-
cido a una espina grande. Ps de H con 4 artejos y un filamento grande terminal (fig.
216-1 y 2Ps): Pseudodiaptomidae (p. 644).
32A) Labro muy protuberante (fig. 203 - 8). Maxilas mucho más fuertes (gruesas) que los maxi-
lípedos, con grandes cerdas en guadaña (fig. 203 - 11). M con P5 con una pinza dilatada
de un lado y un endópodo dilatado del otro. H con P5 con 4 artejos (fig. 220 - 5P5) Y 2
cerdas grandes: Phyllopidae (p. 650).
33) Con ramas caudales mayores o casi iguales que el segmento anal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (34
33A) Con ramas caudales más cortas que el segmento anal: Ectinosomidae (p. 677), Microse-
tella.
34) Con frente protuberante aguzada en vista lateral: Tachydiidae (p. 677), Euterpina.
34A) Frente sin protuberancia aguzada en vista lateral: Miracidae (p. 677).
35) En el M y la H segmento genital muy desarrollado. Maxil ípedo del M y de la H dilatado
terminado en un gancho grande. El último artejo del endópodo de la P4 sobrepasa en lon-

613


Copepoda

614

Copepoda

Fig. 203. Características de importancia sistemática para la identificación de las familias de Copepoda .
1) Centropages velificatus, céfalo en vista lateral con cerdas espinosas de la maxila sobrepasan-
do la boca (B). Presencia de piezas bucales entre las anténulas y el primer par de patas (P,); ces:
cerdas espinosas, MX2: maxila, o: ojo ventral.
2) Monstrílido en vista lateral. Sin piezas bucales entre las anténulas (A,) y el primer par de pa-
tas (P,); P, a p.: primero a cuarto partes de patas. 3) Anténula (A,) de Pseudodiaptomus con cer-
das y estetos (est.). 4) Segunda Pata (P2)de A ugaptilus con 3 espinas laterales externas (ele) en el
tercer artejo exopodial (Re)). 5) Segunda pata de Lucicutia con 2 espinas laterales externas en el
tercer artejo exopodial (Re)). 6) Tercera pata de Calocalanus con borde externo del Re)
exopodial recto armado de cérdulas en peine (cp), y 2 espinas laterales (el). 7) Maxilípedo de
Euchaeta marina con cerdas grandes en guadaña (cg). 8) Labro (Lbr) protuberante de Phyllopus,
de perfil. 9) Labro (Lbr) "normal" de Calanoides carinatus; B: boca, MX2: maxila, Mxp: Maxilípe-
do (apéndices cefálicos anterior~s eliminados). 10) Segunda pata de Eucalanus pileatus. 11)
Maxila de Phyllopus con cerdas en guadaña (cgl. 121 Re) de la p. de Euchirella amoena con
espina terminal fuertemente espinosa. 13) Maxilípedo de Oithona con cerdas grandes armadas
de cérdulas aciculares (cac) espaciadas. 14) Quinta pata de Sapphirina. 15) Maxilípedo de
Temora stylifera con cerdas finas y plumosas (pll. 16) Maxilípedo de Acartia lilljeborgi (cope-
podito).

(Original).

gitud a la suma de los dos artejos precedentes. Ps reducidas; una cerda de cada lado o un
botón con una o dos cerdas terminales simples o foliáceas. Numerosas en aguas oceánicas
y neríticas de alta salinidad: Oncaeidae (p. 665).
35A) En el M y la H segmento genital poco más desarrollado que los otros segmentos del uro-
soma. Maxil ípedo del M terminado en un gancho grande, y el de la H con dos cerdas gran-
des y tres pequeñas. Ultimo artejo del endópodo de la P4 de longitud más o menos igual a
la suma de los dos artejos precedentes. Ps del M y de la H con un artejo provisto de cuatro
cerdas distales. Numerosa en a~uas costeras: Clausidiidae (Hemi cyclops thalassius, único
representante de la familia con ciclo vital holoplanctónico; H: 0,81 - 0,937 mm; M: 0,74
- 0,82 mm; (fig. 204).

Fig. 204. Hemicyclops thalassius.


(Basado sobre Vervoort y Ramírez, 1966, yobserva-
ciones originales). .

615
Copepoda

Claves genéricas y específicas

Calanidae (fig. 205)

De acuerdo a Brodskii (1975) los caracteres relevantes para la separación específica, entre otros, son:
la estructura de la Ps en los M, y en las H el aspecto o contorno anterior del céfalo, de los márgenes
posteriores del tórax, el perfil y la vista ventral del segmento genital de H, el tamaño y aspecto de los re-
ceptáculos seminales y del opérculo antral o esterno genital. Los criterios de Bradford y Jillett (1974) Y de
Brodskii (1975) son conflictivos en lo que concierne al número de géneros y subgéneros. Además de
no concordar entre sí, sus conclusiones no parecen resolver satisfactoriamente el problema de qué can·
tidad de géneros deben incluirse en la familia Calanidae, como tampoco qué especies deben pertenecer
a aquéllos. Consecuentemente, hemos preferido mantener los géneros propuestos por Vervoort (1949,
1951, 1957), Y la distribución de especies entre los géneros, de acuerdo a este autor y a Brodskii (1961).
En esta familia faltan estudios sobre los nauplii de muchas especies; los ya realizados indican un paren-
tezco notable entre las especies de la familia, e inclusive entre las familias Calanidae, Paracalanidae y
Pseudocalanidae (Bjornberg, 1972). Generalmente, en las muestras el número de hembras de Calanidae
supera ampliamente aquél de machos; por ello esta clave está basada, principalmente, sobre las prime-
ras. Los machos registrados pueden ser clasificados directamente comparando sus Ps con los dibujos de
la figura 205.
La clave está basada sobre los trabajos de Giesbrecht (1S92 y 1902) Y de Brodskii (1975). La figura
205 incluye también ilustraciones originales.
Las estructuras genitales fueron copiadas de Brodskii (1975).

1) Cabeza redondeada o no (fig. 205 - 1C, 4C, SC, 12C), pero no aguzad~ . . . . . . . . . . . . . .. (2
1A) Cabeza aguzada (fig. 205 - 2C, 10C) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (12
2) Márgenes laterales del tórax de las H no aguzados (fig. 205 - 1Tg, 6Tg, 10Tg). . . . . . . . . .. (3
2A) Márgenes laterales del tórax de las H aguzados (fig. 205 - 7Tg, 13Tg) . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
3) Longitud total mayor de 2 mm .. r . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
3A) Longitud total 2 mm o menos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
4) Cuerpo anterior corto, compacto oval y opaco cuando fijado. Las H con esterno u opércu-
lo antral (fig. 205 - 1an, 1G) grande, cubriendo totalmente el receptáculo seminal (rs).
Ps del M con coxópodo aserrado y exópodo terminado, de un lado, en un artejo cónico
con una espina aguzada (fig. 205-1 Ps), y con la espina externa del segundo artejo exopo-
dial (Rez) sobrepasando la punta terminal: Nannocalanus minor, (fig. 205 - 1). H: 1,26 -
1,S mm; M: 1,17 - 1,7 mm. Muy numeroso y Jrecuente en aguas tropicales, subtropicales,
centrales y de plataforma calientes, superficiales.
4A) Cuerpo anterior grande, transpéln~nte cuando fijado; opérculo antral en el segmp,nto ge-
nital (fig. 205 - 6G) de la H muy pequeño, cubriendo apenas los ductos de los receptácu-
los seminales (rs). Ps de los M con márgenes coxopodiales internos lisos y los endópodos
de ambas patas sobrepasando en longitud la articulación entre el 2° y 3° artejos de los
respectivos exópodos: Calanus tenuicornis, (fig. 205 -6). H: 1,51 - 2 mm; M: 1,6 - 1,S5
mm. Muy frecuente en aguas de transición, subtropicales, y de plataforma más profun-
das.
5) Con el segmento genital muy protuberante ventralmente, y el receptáculo seminal (rs) rnul-
tilobulado (fig. 205 - 5G, 5Tg). Una de las Ps del M con el endópodo atrofiado, y el
exópodo sobrepasando en un artejo y medio el exópodo de la otra Ps (fig. 205 - 5Ps):
Neocalanus robustior, (fig. 205 - 5). H: 3,55 - 3,S mm; M: 3 mm. Frecuente en aguas
tropicales de la Corriente de Brasil.

616
Copepoda

Fig. 205. Copepoda: Calanidae.


1) Nannocalanus minor; 2) Calanoides carinatus; 3) Calanus australis; 4) Neocalanus gracilis; 5) Neo-
calanus robustior; 6) Calanus tenuicornis; 7) Calanus propinquus; 8) Calanus simillimus; 9) Calanus
tonsus; 10) Calanoides acutus; 11) Undinula darwini; 12) Undinula vulgaris~'13) Calanoides patago-
niensis.
(Basado sobre observaciones originales y Brodskii, 1975).

617
Copepoda

5A) Segmento genital menos protuberante y receptáculo seminal más simple. . . . . . . . . . . . .. (6


6) En vista de perfil el segmento genital de la H presenta una indentación (i); opérculo an-
tral grande cubriendo los receptáculos seminales casi totalmente. P5 del M con los artejos
Re¡ y Re2 grandes y estrechados en los exópodos de ambos lados, y con los endópodos
de ambos lados muy atrofiados (fig. 205 - 13Ps): Calanoides patagoniensis, (fig. 205 - 13).
H: 2,58 mm; M: 2,14 mm. En aguas subantárticas costeras, Estrecho de Magallanes.
6A) En vista de perfil el segmento genital femenino carece de indentación ventral; opérculo
antral pequeño, no cubriendo los receptáculos seminales. P5 del M con el exópodo de
uno de los lados semejante a los exópodos de las otras patas, el del otro lado está poco
diferenciado; los endópodos de ambos lados prácticamente sin atrofia, bien desarrollados
y triarticulados (fig. 205 - 4P5) . • . • • • . . . . . . . . . • • . • • • . . . . • . . . • • . . • • • . . • • . • • . .. (7
7) H con receptáculo seminal en forma de saco simple; M con las P5 de tamaño diferente,
pero con forma y cerdas en los exópodos y endópodos muy semejantes. . . . . . . . . . . . . .. (8
7A) Receptáculo seminal de H en forma de "S" (fig. 205 - 9Tg). M con las Ps difiriendo poco
en tamaño y forma; basípodo de la primera pata sin estructura en espina, sólo con una
cerda grande: Calanus tonsus, (fig. 205-9). H: 3,69-4,05 mm; M: 3,7-3,75 mm. Numero-
so en aguas antárticas, frecuente en subantárticas.
8) El margen distal del segundo artejo del endópodo del primer par de patas es en gancho
(fig. 205-4P¡): Neocalanus gracilis, (fig. 205-4). H: 2,43-3,45 mm; M: 2,3-2,75 mm. En
general, poco numeroso y frecuente en las aguas cálidas de las provincias ecuatoriales y
centrales, y en las aguas subtropicales.
8A) Margen distal del segundo artejo endopodial de la p¡ terminado en una espina de punta
recta (no en gancho): Calanus australis (fig. 205-3). H: 2,5-3,4 mm; M: 2,7-3,3 mm. Uno
de los Calanus más numeroso en las aguas subantárticas argentinas de plataforma.
9) Con más de 3 mm. Ps del M sin estructura en pinza (fig. 205-7Ps, 8Ps)' (10
9A) Con menos de 3 mm. Ps del M con estructura en pinza (fig. 205-12Ps, 11Ps, d) (11
10) Longitud total mayor de 4 mm. Receptáculos seminales estrechos y ligeramente curvados
hacia arriba o hacia la región anterior (H). P5 del M de un lado dos veces mayor que del otro:
Calanus propinquus, (fig. 205-7). H: 4,95-6 mm; M: 4,75-5,3 mm. En aguas antárticas su-
perficiales.
10A) Longitud total menor de 4 mm. Receptácu los sem inales cortos y dirigidos hacia la región
posterior. La Ps del M de un lado alcanza la mitad del segundo artejo exopodial de la
otra pata: Calanus simillimus, (fig. 205-8). H: 3,1-3,65 mm; M: 3,42 mm. De aguas oceá-
nicas antárticas y subantárticas.
11) Patas del segundo parcon una indentación (i) en el segundo artejo exopodial (fig. 205-
12P2). Márgenes laterales del tórax de la H terminados en puntas curvas, y márgenes pos-
teriores de los segmentos del urosoma lisos. Una de las Ps del M terminada en pinza con
artejos aguzados distalmente, con basípodo y coxópodo estrechos, lisos en el margen
interno y mayores cada uno de ellos que la totalidad de la otra Ps, atrofiada: Undinula
vulgaris, (fig. 205-12). H: 2,25-2,83 mm; M: 2,08-2,5 mm. Muy numerosa y frecuente en
aguas cálidas de plataforma y de la Corriente de Brasil.
11 A) Segundas patas sin indentación en el exópodo. Márgenes laterales del tórax de la H fuerte-
mente protuberantes, aguzados o no, asimétricos o no; márgenes posteriores de los seg-
mentos del urosoma con cerdas o espinillas. Ps del M reducida de un lado e hipertrofia-
da del otro; en este último terminada en pinza grande, coxópodos de ambas con margen
interno denticulado y cada artejo de la pata mayor (excepto la pinza) de menor tamaño
o igual a la total idad de la otra Ps: Undinula darwini, (fig. 205-11). H: 1,8-2,05 mm;
M: 1,5-1,8 mm. Numerosa en aguas calientes.
12) Longitud total mayor de 4 mm. Receptáculos seminales cortos, dirigidos hacia la parte
anterior y en ángulo recto con el eje longitudinal del animal. Ps del M de un lado con el
endópodo atrofiado, y la pata sobrepasando en longitud a la del otro lado: Calanoides

618
Copepoda

acutus, (fig. 205-10). H: 4,4,-6,27 mm; M: 4,02-4,65 mm. Aguas antárticas su perf iciales.
12A) Longitud total menor de 3 mm. Receptáculos seminales de la H estrechos, grandes, lige-
ramente curvados hacia la región posterior del animal. Ps del M asimétricas, pero de igual
tamaño: endópodo de un lado atrofiado, y del otro triarticulado: Calanoides carinatus,
(fig. 205-2). H: 1,6-3,15 mm; M: 1,5-2,5 mm. En aguas subantárticasydeafloramiento;
numeroso en aguas argentinas.

Eucalanidae (fig. 206)

La familia Eucalanidae engloba, artificialmente, dos géneros: Euca/anus y Rhinca/anus. Las hembras
se diferencian de los machos por poseer un urosoma integrado por 3 ó 4 segmentos con las ramas cau-
dales soldadas al segmento anal, y por la ausencia de Ps en el género Euca/anus. Los machos tienen un
urosoma de 5 segmentos, el céfalo más achatado anteriormente, y las anténulas ambas iguales en los
adultos, mucho más fuertes y munidas de más estetos que las hembras. Tienen Ps éisimétrica o cons-
tituida por una pata unirramosa solamente. En Rhinca/anus macho la pata izquierda es birramosa y
la derecha unirramosa. Euca/anus macho tiene Ps asimétrica y unirramosa a ambos lados, o solamente
la pata izquierda. En esta familia las hembras son mucho más numerosas que los machos y, en conse-
cuencia, la clave incluida está basada sobre las primeras. Las diferencias entre los machos se estudian
sobre la base de las Ps, del tamaño y por la maxílula, cuya cerdulación es igual a ia de las hembras.

Los dibujos de Euca/anus pi/eatus, Euca/anus hya/inus y Rhinca/anus son originales: los demás, así
como la clave, están basados sobre las publicaciones de Fleminger (1973) y de Giesbrecht (1892).

1) Sin espinas laterales en el penú Itimo segmento torácico (fig. 206-1 D) (2


1A) Con espinas laterales en el penúltimo segmento torácico (fig. 206-9D) . . . . . . . . . . . . . . .. (9
2) Con espinas laterales en el último segmento torácico (fig. 206-4L). Relación entre exten-
sión de los segmentos torácicos libres sumados y la longitud del céfalo más el 1er. seg-
mento torácico (soldados entre sí): 2,5. Con 2 segmentos abdominales entre el genital
y el anal. Cuatro cerdas en el tercer lóbulo interno (Li3) de la max nula, y cinco en el
segundo basípodo (B2). Segundo lóbulo interno de la maxílula presente (Li2), ver fig.
206-1 MXJ : Eucalanus hyalinus, (fig. 206-4). H: 6,3-8 mm; M: 4,1-4,15 mm. Tropical,
subtropical; epiplanctónica profunda o mesoplanctónica superior.
2A) Sin espinas laterales en el último segmento torácico, márgenes redondeados (3
3) Con el segundo lóbulo interno de la maxílula presente (fig. 206-1 Mx¡). Relación entre
la longitud de los segmentos torácicos libres sumados y del céfalo más el primer segmen-
to torácico (soldados entre sí): 2,5 a 3. Con un segmento abdominal entre el genital y el
anal. Li 3 con 4 y B2 con 5 cerdas en la max í1ula (fig. 206-1 Mx¡). Ps del M como en fig.
206-2Ps: Eucalanussewelli (= Euca/anus attenuatus Dana, 1849, pars), (fig. 206-1).
H: 3,55-5,8 mm; M: 3 mm. De aguas tropicales y subtropicales eutróficas, convergencia
subtropical, oceánica.
3A) Segundo lóbulo interno de la maxílula ausente (fig. 206-3Mx¡); con 3 segmentos abdomi-
nales (fig. 206-2V y 6D) " . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
4) Con el céfalo prolongado anteriormente en una nariz; longitud total, aproximadamente,
5 mm: Eucalanus longiceps, (fig. 206-5). H: 4,3-4,8 mm; M: 3,25 mm. En la zona de
transición del Océano Austral, Corriente Circumpolar Antártica, aguas antárticas y suban-
tárticas oceánicas.
4A) Céfalo achatado anteriormente o triangular, no prolongado en nariz. tamaño total menor
de 4 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5

619
Copepoda

10
C
8C lOC
L l L

Fig. 206. Copepoda: Eucalanidae.


1 ) Eucalanus sewelli; 2) Eucalanus pileatus; 3) Eucalanus subtenuis; 4) Eucalanus hyalinus; 5) Eucala-
nus longiceps; 6) Eucalanus crassus; 7) Eucalanus monachus; 8) Rhincalan'us gigas; 9) Rhincalanus
cornutus; 10) Rhincalanus nasutus.
(2, 4, 8 Y 10: originales, los demás basados sobre Fleminger, 1973 y Giesbrecht, 1892).

620
Copepoda

5) Maxílula: Li) con 4 cerdas o. •••• ••••••••••••• ••••• •••••• (6


5A) Maxílula: LiJ con 3 cerdas y B2 con 4 cerdas (fig. 206-7Mx¡)... (8
6) Max ílu la; B2 con 5 cerdas (7
6A) Maxílula: B2 con 4 cerdas (fig. 206-3Mx¡): Eucalanussubtenuis, (fig. 206-3). H; 1,8-
3,3 mm; M: 2,75-2,95 mm. Aguas tropicales eutróficas, oceánicas.
7) H: 2,13-2,55 mm; M: 2,08-2,45 mm: Eucalanus subcrassus. Se diferencia de la especie
siguiente por la disposición de los poros y sensilas cuticulares. De aguas neríticas calientes
(según Fleminger, 1973, exclusiva del Indopacíficol..
7A) H: 1,96-2,25 mm; M: 1,7-2,03 mm: Eucalanus pileatus (fig. 206-2). Es la especie de
Eucalanus más numerosa en aguas costeras y de plataforma calientes de las regiones tro-
pical y subtropical del Atlántico Sudoccidental.
8) Céfalo achatado anteriormente y el segmento genital dilatado en forma de cebolla (fig.
206-60). Ps del M ver fig. 206-6Ps: Eucalanus crassus, (fig. 206-6). H: 2,65-3,85 mm;
M: 2,88-3,25 mm. En aguas subtropicales oceánicas y neríticas.
8A) Con el céfalo protuberante en forma de capucha d~ monje; el segmento genital casi tan
ancho como los demás segmentos abdominales (fig. 206-70). Ps del M como en la fig.
206-7Ps: Eucalanus monachus, (fig. 206-7). H: 2,13-2,35 mm; M: 2,2 mm. De aguas
tropicales, subtropicales neríticas y oceánicas; epiplanctónico (pero no superficial).
9) Con el céfalo prolongado anteriormente en una estructura en forma de ancla. Con espinas
dorso-laterales y marginales en los tres últimos segmentos torácicos. Ps del M y de la H
como en fig. 206-9Ps, M Y 9Ps, H: Rhincalanuscornutus, (fig. 206-9). H: 3,6 mm; M;
2,7 mm. Tropical, oceánico de aguas calientes, epiplanctónico.
9A) Con el céfalo en punta anterior simple (en vista dorsal) y 2 filamentos rostrales ventrales
cortos; con espinas dorso-laterales y/o laterales cortas en los dos últimos segmentos torá-
cicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (10
10) Con espinas dorsales en el segmento genital de la H (fig. 206-10UL) y la Ps sin espina
marginal en el último artejo (fig. 206-10Ps, H). Ps del M con exópodo birramoso, menor
que el endópodo: Rhincalanus nasutus, (fig. 206-10). H: 3,9-5,1 mm; M: 2,7-3,85 mm.
En aguas subantárticas o en subtropicales oceánicas profundas.
lOA) Sin espinas dorsales en el segmento genital de la H (fig. 206-8UL); Ps de la H con una
espina marginal en el último artejo. Ps birramosa del M con el endópodo casi igual en ta-
maño al exópodo: Rhincalanus gigas, (fig. 206-8). H: 7,5-9,2 mm; M: 6,9-7,2 mm. En
aguas antárticas y subantárticas y en aguas subtropicales profundas.

Paracalanidae (fig. 207)

En esta familia constituyen características importantes la distribución de las cérdulasy espinas en


las P4, tanto en los márgenes de los artejos como en sus caras. La clasificación específica también es
facilitada por la observación de las estructuras del segmento genital, la longitud de las anténu las y la
forma y número de las Ps. Si bien Andronov (1970) separa el género Parvocalanus de Paracalanus para
incluir en él a la especie P. crassirostris, no aceptaremos aqu í esta división ya que los nauplii de P.
crassirostris, P. aculeatus y de P. parvus sólo difieren en tamaño, pero no en el tipo de cerdas, forma,
etc. (Bjórnberg, 1972), demostrando estar estrechamente emparentados. Del género Delius (Andronov,
1972) incluimos aqu í a la especie D. sewelli, cuyos nauplii son desconocidos hasta el momento.

Las ilustraciones (fig. 207) son originales en su mayoría. La clave identificatoria está basada sobre los
trabajos de Bowman (1971), Andronov (1972) y Bornberg (en prensa).

621
Copepoda

1) Margen externo del tercer artejo exopodial (fig. 207-9P 4, Re3) de las P4 con el espacio
marginal distal (h) después de la espina aproximadamente igual al espacio marginal pro-
ximal (h'). H sin Ps (9
1A) Margen externo del tercer artejo exopodial (fig. 207-1 P4, Re3) de las P4 con el espacio
marginal distal después de la espina reducido a 1/3 del espacio marginal proximal. H
con Ps (2
2) Con espinillas grandes (e), aproximadamente la mitad del tamaño del artejo, en la cara
del segundo artejo endopodial (Ri2) de P4 (fig. 207-1 P4)' Tamaño total del animal gene-
ralmente mayor de 1 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
2A) Con espinillas más cortas en la cara del segundo artejo endopodial de P4 (fig. 207-8en),
o sin espinillas en esa cara. Generalmente el animal mide menos de 1 mm (excepto para
Calanus parvus, que puede llegar al, 1 mm de talla) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
3) En vista lateral el receptácu lo seminal de la H (fig. 207-1 G, rs) carece de bifurcación y la
P4 tiene dos hileras de espinillas en la cara de Ri3 (fig. 207-1P4); la Ps de la H tiene una
espina lateral dos veces mayor que la otra espina terminal minúscula. En el M, una de las
Ps es aproximadamente dos veces mayor que la otra: Paracalanus aculeatus, (fig. 207-1).
H: 1,02-1,2 mm; M: 0,92-1,05 mm. En aguas de plataforma y oceánicas cálidas.
3A) En vista lateral el receptáculo seminal de la H (fig. 207-2G, rs) está bifurcado en su ex-
tremo; Ri3 de la P4 tiene una hilera de espinillas en la cara del artejo (fig. 207-2P4l. y la
Ps de la H tiene dos espinas terminales mayores y dos minúsculas: Paracalanus campa-
neri, (fig. 207-2). H: 1,05-1,03 mm. En aguas neríticas del sur de Brasil.
4) H con dos Ps '.' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
4A) H con una sola Ps. Con dos espinillas en la cara de Ri 3 de la P4 de la H. Ps mayor del M
terminada en un artejo alargado con una corta espina terminal. M sin protuberancia dor-
sal: Delius sewelli, (fig. 207-4). H: 0,55-0,56 mm; M: 0,43 mm. En aguas transicionales,
subtropicales y templadas, en la zona de la Convergencia Subtropical.
5) Ps de la H con dos espinas terminales cortas y robustas (fig. 207-3Ps)' M sin protuberan-
cia dorsal y con la Ps mayor sobrepasando el urosoma y terminada en un artejo fino y
aguzado, carente de espina terminal. H con receptáculos seminales y estructuras anexas,
conforme a lo ilustrado en la fig. 207-3U (semejante, en líneas generales, al aspecto de
las estructuras de Delius, pero con diferencias conspicuas, como se observa comparando
las figs. 207-3U y 207-4U). Anténulas más cortas que el cuerpo: Paracalanus crassirostris,
(fig. 207-3). H: 0,47-0,5 mm; M: 0,35-0,37 mm. Presente en aguas costeras salobres de
estuarios y manglares.
5A) Con dos espinas desiguales, delgadas y terminales en las Ps de las H. Las Ps del M no so-
brepasan en longitud a las ramas caudales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
6) Talla total menor de 0,7 mm. Región cefálica anterior conspicuamente encorvada (fig.
207-5L). Segundo artejo de la Ps de la H menor que el primero, este último muy inflado.
M con cabeza muy encorvada y casi recta anteriormente, en vista lateral. Ultimo segmen-
to torácico con los márgenes protuberantes en el primer segmento abdominal, y casi agu-
zado: Paracalanus nanus, (fig. 207-5).\ H: 0,56-0,64 mm; M: 0,64 mm. Subtropical,
oceánico.
6A) Región cefálica poco encorvada, último segmento torácico del M redondeado y, cuando
protuberante, sin formar una punta; talla total 0,7 mm o más ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
7) Coxópodo de P4 glabro, sin cérdulas en la cara (fig. 207-6P4): Paracalanus parvus, (fig.
207-6). H: 0,85-0,9 mm; M: 0,9-1 mm. Costera y de plataforma; de la región subtropical,
templada.
7 A) Coxópodo de la P4 espinoso o con cérdulas finas (fig. 207-7P4) .•••.••..••••..•••.• (8
8) Segundo artejo del exópodo (Re2) de las P4 de la H (fig. 207-7P 4) con el margen externo
espinoso; M con el segmento genital munido de un minúsculo manojo de cerdas a cada
lado (fig. 207-7G): P~lracalanusquasimodo, (fig. 207-7). Medidas correspondientes a ejem-

622
Copepoda

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Fig. 207. Copepoda: Paracalanidae.


1) Paracalanus aculeatus; 2) Paracalanus campaneri; 3) Paracalanus crassirostris; 4) Delius sewelli; 5)
Paracalanus nanus; 6) Paracalanus parvus; 7) Paracalanus quasimodo; 8) Paracalanus indicus; 9)
Acrocalanus longicornis; 10) Acrocalanus gracilis.
(Original).

623
Copepoda

plares sudamericanos: H: 0,75-0,82 mm; M: 0,82 mm. Nerítico y costero, termófilo,


epiplanctónico.
8A) En las H, el segundo artejo del exópodo de la P4 (fig. 207-8ex) tiene el margen externo
liso; M sin manojos de cerdas a los lados del segmento genital: Paracalanus indicus, (fig.
207-8). Medidas correspondientes a ejemplares sudamericanos: H: 0,75-0,78 mm; M:
0,8 mm. Costero y de plataforma.
9) H con una conspicua giba dorsal (fig. 207-9L); las anténulas sobrepasan los extremos cau-
dales en 5 artejos. Con espinillas en la cara de Ri3 de la P4 (fig. 207-9P4): Acrocalanus
longicornis, (fig. 207-9). H: 1,1-1,18 mm. En aguas calientes oceánicas y neríticas.
9A) H sin giba dorsal (fig. 207-1 Ol); las anténulas sobrepasan el extremo caudal en 1-2 artejos.
Sin espinillas en la cara de Ri3 de la P4 (fig. 207-10P4): Acrocalanusgracilis, (fig. 207-
10). H: 1 mm. Poco abundante y frecuente.

Calocalanidae (fig. 208)

Recientemente se efectuaron varias revisiones de esta familia (Bernard, 1960; Corral Estrada, 1972;
Andronov, 1970), las dos primeras separándola, y la última reuniéndola con 19 familia Paracalanidae.
Debido a los estados naupliares de los Ca/oca/anus pavo y C. sty/iremis (cuya forma y espinas de !a
armadura caudal difieren de los nauplii de Paraca/anus conocidos) Bjórnberg (1972) consideró más
correcto tratar a ésta como familia independiente de Paracalanidae. Para la clasificación específica
deben tomarse en cuenta la segmentación del urosoma y del cuerpo anterior, el aspecto y las cerdas de
las Ps, Y la longitud de los últimos artejos de las anténu las. A pesar de ser numerosos y frecuentes, los
calocalánidos normalmente no son colectados por las redes zooplanctónicas usuales debido a su redu-
cido tamaño.

la información para la clave e ilustraciones correspondientes proviene de Corral Estrada (1972);


Bernard (1960) y de observaciones originales. Recientemente, Andronov (1973) y Schmeleva (1978)
describieron calocalánidos nuevos para el Atlántico oriental.

Clave de identificación para hembras (muy numerosas)

1) H con urosoma corto, segmento genital en forma de cebolla (fig. 208-1 H y 2H) (2
1A) H con urosoma estrecho, segmento genital de ancho y longitudes iguales, con tres segmen-
tos bien visibles (fig. 208-6TU y 7TU) (6
2) Urosoma con dos o tres segmentos, pero sólo dos son bien visibles (fig. 208-3TU y 4TU). . (3
2A) Urosoma con tres segmentos bien visibles, H con anténulas dos veces más extensas que
el cuerpo, y su último artejo es dos veces mayor que el penúltimo; con cuatro cerdas
grandes en cada rama caudal; las Ps de la H simétricas y con cinco cerdas terminales y una
lateral; en M las Ps con cinco artejos cada una y asimétricas, con una cerda terminal y
cérdulas: Mecynoceraclausi, (fig. 208-1). (Incluida por Andronov, 1970, en Paracalani-
dae). H: 0,92-1,1 mm; M: 0,94-1,05 mm. Enaguastropicalesysubtropicalesoceánicasy
de plataforma, yaguas de transición con salinidad superior a 36% ° y temperatura de 15 a
220C.
3) Artejo terminal de la anténula 5 veces más extenso que el precedente (fig. 208-2a1 ) . . . .. (4
3A) Artejo terminal de la anténula aproximadamente 2 veces más extenso que el precedente
(fig.208-4al y 5al) '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5

624
Copepoda

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Fig. 208. Copepoda: Calocalanidae:
1) Mecynocera clausi; 2) Calocalanus pavo; 3) Calocalanus pavoninus; 4) Calocalanus styliremis; 5)
Calocalanus contractus; 6) Ischnocalanus plumulosus; 7) Dolichocerea tenuis.
(Basado sobre observaciones originales, Corral; 1972 y Bernard, 1960).

625
Copepoda

4) Con cuatro cerdas en cada rama caudal y la Ps con cuatro cerdas terminales y una espí-
nula. Las anténulas de la H son menos de dos veces más extensas que el cuerpo; las del M
miden igual que el cuerpo. M con Ps asimétricas: una es tres veces mayor que la otra,
ambas terminadas en dos espinillas iguales: Calocalanus pavo,(fig. 208-2). H: 0,88-1,22
mm; M: 0,91-1,01 mm. En aguas tropicales calientes oceánicas, de alta salinidad.
4A) Con dos cerdas en cada rama caudal (fig. 208-3TU); Ps terminadas en un estilete rodeado
de cérdulas en la base. Ps del M asimétricas, una cuatro veces mayor que la otra y termi-
nadas en espínulas diferentes: Calocalanuspavoninus, (fig. 208-3). H: 0,64-0,72 mm; M:
0,48mm. En aguas calientes de alta salinidad.
5) Artejo antenular terminal ligeramente mayor que el doble del precedente. Ps de H termi-
nada en dos cerdas mayores y una o más espinillas. Ps del M asimétricas, una dos veces
mayor que la otra, terminadas en dos cerdas mayores y cérdulas: Calocalanus contractus,
(fig. 208-5), H: 0,68-0,78 mm; M: 0,48 mm. En aguas transicionales, tropicales y tem-
pladas.
6) Ps de la H estrecha, con cuatro artejos, siendo el último igual en talla que los tres prece-
dentes juntos, terminada en una espina, dos cerdas plumosas, una espínula lateral exter-
na y cérdulas diminutas, subterminales y laterales en los dos últimos artejos. Ps del M
una con cuatro artejos y terminada en tres cerdas y una ..espínula, la otra con tres artejos y
terminada en dos cerdas y una espínula; desprovistas de endópodos. Anténula de apro-
ximadamente igual talla que el cuerpo; ramas caudales con tres cerdas plumosas cortas,
y en la rama izquierda una cerda tres veces mayor que el cuerpo total de la H: Ischnocala-
nus plumulosus, (fig. 208-6). H: 0,9-1,2 mm. En aguas oceánicas y de plataforma, tropica-
les y subtropicales calientes.
6A) Ps de la H achatada, con cuatro artejos, el último de éstos extenso, pero más corto que
los tres anteriores juntos (fig. 208-7 Ps, H), terminada en una espina mayor, dos cerdas
plumosas algo mayores que la espina y numerosas espínulas dispuestas en la base de la inser-
ción de la espina y las cerdas. Ps del M con cinco artejos cada una, terminadas en varias
cerdas grandes y con un endópodo rudimentario cada una. Céfalo protuberante anterior-
mente confiriendo al animal el aspecto de un pequeño Eucalanus: Dolichocerea tenuis,
(fig. 208-7). H: 1-2 mm. De aguas subtropicales y templadas.

Pseudocalanidae y Spinocalanidae (fig. 209)

La familia Pseudocalanidae incluye los importantes géneros Clausocalanus, Ctenocalanus y Drepanopus


que alojan especies de las más abundantes en los mares tropicales, subtropicales, subantárticos yantár-
ticos. La clasificación de estas especies está basada principalmente en el aspecto de la Ps, del rostro,
de los receptáculos seminales, en el tipo de espinas que ornamentan las patas del tercer y cuarto par.
El único spinocalánido encontrado en aguas superficiales a lo largo de América del Sur es Mimocala-
nus cultrifer, y por ser el único, fue inclu ído en la clave de Pseudocalanidae. En las colectas se hallan
en mayor número los representantes del sexo femenino, por ello la clave está hecha, principalmente,
para las hembras. Pseudocalanus minutus, señalado en aguas argentinas, parece ser de identificación
dudosa, según información personal de Corkett, especialista en el género (Corkett y McLaren, 1978).
La clave y los dibujos están basados sobre obras de Frost y F1.eminger (1968), Giesbrecht (1892,
1902), Farran (1908), Heron y Bowman (1971), y en dibujos originales.
1) H sin Ps, en los M las Ps son asimétricas, formadas por 2 ramas simples, una mayor que
la otra " (2
1A) H con Ps (fig. 209-1) ,............... (3

626
Copepoda

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Fig. 209. Copepoda: Pseudocalanidae y Spinocalanidae.
1) Ctenocalanus vanus; 2) Ctenocalanus citer; 3) Microcalanuspygmaeus;4) Mimocalanus cultrifer; 5)
Clausocalanus furcatus; 6) Drepanopus forcipatus; 7) Clausocalanus arcuicornis; 8) Clausocalanus la-
ticeps; 9) Clausocalanus ingens; 10) Clausocalanus mastigophorus; 11) Clausocalanus brevipes; 12)
Clausocalanus parapergens; 13) Clausocalanus pergens; 14) Clausocalanus paululus.
Nota: sólo se destacan los caracteres masculinos con el signo correspondiente, los restantes corres-
ponden a hembras.
Basado sobre Farran. 1908; Frost y Fleminger, 1968; Giesbrecht, 1892, 1902; Heron y Bowman, 1971
y observaciones 01 ginales). .

627
Copepoda

2) Con rostro. En la H las anténulas llegan hasta el extremo de las ramas caudales; cabeza
abovedada; 3 segmentos torácicos libres; Ps del M 2 veces más grande de un lado que del
otro (fig. 209-3Ps): Microcalanuspygmaeus, (fig. 209-3). H: 0,7-0,88 mm; M: 0,8 mm.
En aguas frías, antárticas y subantárticas.
2A) Sin rostro; la anténula de la H sobrepasa ampliamente las ramas caudales; con 5 segmentos
torácicos; cabeza achatada anteriormente: Microcalanus cultrifer, (fig. 209-4). H: 1,6-
1,7 mm. En aguas antárticas y subantárticas.
3) H con 2 Ps (fig. 209-5P s ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
3A) Con las Ps reducidas a una sola rama atrofiada de un lado (fig. 209-1 Ps) . . . . . . . . . . . . .. (14
4) H con rostro formado por 2 filamentos cortos (fig. 209-6) Y Ps prolongadas en 2 apéndi-
ces filamentosos plumosos (fig. 209-6Ps, H); Ps del M: una 2/3 del tamaño de la otra
(fig. 209-6Ps' M) (5
4A) H con Ps cortas y bifurcadas distalmente (fig. 209-5Ps, H) Y rostro con 2 puntas; Ps en
el M muy diferentes en tamaño: una reducida a 3 ó 2 artejos pequeños y la otra con 4 ar-
tejos bien desarrollados, siendo ésta 2 o más veces mayor que la reducida; anténulas, en
ambos sexos, más cortas que el cuerpo (fig. 209-5M) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
5) H con Ps terminadas en apéndices filamentosos curvos: Drepanopus pectinatus. H: 1,8-
2,7 mm; M: 1,58-1,8 mm. En aguas antárticas y subantárticas. De acuerdo a Ramírez
(1969) D. pectinatus no se halla a lo largo de la Argentina.
5A) Ps de la H terminada en apéndices filamentosos levemente curvos distalmente (fig. 209-
6Ps): Drepanopusforcipatus, (fig. 209-6). H: 1,5-1,9 mm; M: 1,22-1,49 mm. En aguas
antárticas y subantárticas.
6) Cabeza no abultada (fig. 209-10 C) en la H; lóbulo dorsal del receptáculo seminal (fig.
209-10rs, Id) estrecho y volcado hacia arriba en vista lateral. En el M el espermatóforo
se extiende desde la articu lación con el abdomen hasta el 1er. segmento torácico libre (fig.
209-1 OTU). La parte más ancha del cuerpo del M está a la altura de la articu lación del
2do. con el 3er. segmentos torácicos: Clausocalanus mastigophorus, (fig. 209-10). H:
1,23-1,84 mm; M: 1,05-1,45 mm. En aguas tropicales de la Corriente del Brasil (con alta
salinidad y alta temperatura).
6A) Cabeza abultada en la H (fig. 209-5, 7 Y 11) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
- 7) Segmento genital femenino más corto o igual en longitud al segmento siguiente. En el M
la Ps sobrepasa las ramas caudales; el espermatóforo se extiende desde la articulación
del cefalotórax con el urosoma hasta más allá de la articulación entre el 1er. y 2do. seg-
mentos torácicos libres (fig. 209-5M): Clausocalanus furcatus, (fig. 209-5). H: 0,8-1,75
mm; M: 0,7-0,97 mm. En aguas cálidas de plataforma y oceánicas de alta salinidad (por
encima de 35% o), en región tropical y subtropical.
7A) Segmento genital en la H más extenso que el siguiente (fig. 209-8U) (8
8) Con cabeza muy dilatada dorsal mente (fig. 209-8 Y 9) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
8A) Con la cabeza poco dilatada dorsalmente (fig. 209-7,11 Y 12) no
9) H con rostro corto y grueso (fig. 209-8C); Ps del M sobrepasa las ramas caudales y el es-
permatóforo (fig. 209-8TU) se extiende desde el 3er. segmento torácico libre hasta
el límite entre el cefalotórax y el primer segmento torácico libre: Clausocalanus laticeps,
(fig. 209-8). H: 1,25-1,67 mm; M: 1,01-1,1 mm. En aguas antárticas y subantárticéls muy
frías.
9A) H con rostro fino mayor y más curvo (fig. 209-9C); lóbulo dorsal del receptácu lo seminal
muy desarrollado y oblicuo (fig. 209-9U); M con Ps de igual longitud que el urosoma, el
espermatóforo se extiende desde el 3er. segmento torácico libre hasta la mitad del 1er.
segmento torácico libre: Clausocalanusingens, (fig. 209-9). H: 1,44-1,9 mm; M: 0,99-
1,08 mm. En aguas subtropicales y en la convergencia subtropical.
10) Con más de 1 mm de longitud (11
10A) Con menos de 1 mm de longitud. H con receptáculo seminal trilobulado (fig. 209-14rs)

628
Copepoda

y con una tuerte depresión ventral en el segmento genital; M con espermatóforo muy
grande, sobrepasando el límite entre el cefalotórax y el 1er. segmento torácico libre (fig.
209-14TU): Clausocalanuspaululus, (fig. 209-14). H: 0,66-0,8 mm; M: 0,47-0,56 mm.
En aguas subtropicales.
11 ) H con rostro fuerte, recto o casi recto (fig. 209-7C) . (12
11 A) H con rostro fino y curvado (fig. 209-13C); lóbulo dorsal del receptáculo seminal (fig.
209-13rs)corto y recto, no volcado hacia arriba ni para abajo en vista lateral. Tercer ar-
tejo del exópodo (Re3) de la P4 de la H con cerda foliácea terminal aproximadamente
de la extensión del artejo; Ps del M sobrepasando el urosoma en 1 artejo; el espermató-
foro (fig. 209-13TU) llega al límite entre el1er. segmento torácico libre y el cefalotórax:
Clausocalanuspergens, (fig. 209-13). H: 0,7-1,1 mm; M: 0,52-0,67 mm. En aguas suban-
tárticas, de transición y templadas.
12) En vista de perfil, el lóbulo dorsal del receptáculo seminal no aparece volcado hacia abajo
e (fig. 209-11U y 12Ul. . (13
12A) En vista de perfil, el lóbulo dorsal del receptáculo seminal está volcado hacia abajo (fig.
209-7rs), rostro casi formando ángulo recto con el contorno dorsal de la cabeza de la H.
Espermatóforo del M extendiéndose desde la mitad del último segmento torácico libre
hasta más allá del límite entre el 1er. segmento torácico libre y el cefalotórax (fig. 209-
7TU), Ps sobrepasando las ramas caudales en 1 artejo: Clausocalanusarcuicornis, (fig.
209-7). H: 1,15-1,62 mm; M: 0,97-1,17 mm. En aguas de plataforma de fondo yaguas
subtropicales.
13) Lóbulo dorsal del receptáculo seminal 2 veces más extenso que ancho, volcado ligeramen-
te hacia arriba en vista lateral (fig. 209-11 U), M con espermatóforo pequeño; Ps más
corta que el urosoma (fig. 209-11TU) y 2do. segmento urosómico masculino tan grande
como la suma de los otros segmentos del urosoma juntos: Clausocalanus brevipes, (fig.
209-11). H: 1,24-1,62 mm; M: 1,12-1,27 mm. En aguas antárticas y subantárticas de la
Corriente Circumpolar Antártica y ée la convergencia.
13A) Lóbulo dorsal del receptáculo seminal estrechado en la parte basal (fig. 209-12rs). M con
espermatóforo un poco mayor, pero apenas sobrepasando el límite entre el 1er. y 2do.
segmentos torácicos libres (fig. 209-12TU); la Ps sobrepasa el extremo del urosoma en
casi dos artejos: Clausocalanus parapergens,. (fig. 209-12). H: 0,97-1,38 mm; M: 0,97-
1,15 mm. En aguas tropicales y subtropicales.
14) La anténula de la H sobrepasa en extensión la rama cauldal; espinillas de las espinas de
la P4 numerosas Y volcadas hacia afuera (fig. 209-1 P4, detalle); M con la Ps de un lado
con 1 ó 2 artejos y del otro con 5 artejos, siendo·el último aguzado; Ps de la H con 2 ar-
tejos libres: Ctenocalanus vanus, (fig. 209-1). H: 0,99-1,33 mm; M: 1,1-1,25 mm. En
aguas costeras frías (menos de 15° C) y de plataforma de fondo, en aguas costeras an-
tárticas.
14A) H con anténula tan extensa como el cuerpo; espínulas de las espinas escasas y volcadas
hacia adentro (fig. 209-2P4, detalle); Ps del M de un lado con 4 artejos libres y del otro
por lo menos 1 artejo libre; último artejo de la Ps no aguzado: Ctenocalanus citer, (fig.
209-2). H: 0,8-1,41 mm; M: 0,99-1,45 mm. En aguas antárticas y subantárticas, costeras
frías y de surgencias en regiones subtropicales.

Aetideidae (fig. 210)

Los ejemplares de esta familia pueden ser colectados en muestras verticales desde 200 m hasta la
superficie de día o, de noche, en superficie. Algunos pueden hallarse encima de la plataforma conti-
nental.

629
Copepoda

Los dibujos y clave correspondientes están basados sobre los trabajos de Rose (1933), Wolfenden
(1908), Vervoort (1957) y Campaner (1978b). La ilustración de Euaetideus bradyi es original.

1) H con rostro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2
1A) H sin rostro, o con rostro muy reducido y espina en el segmento genital (18
2) H con rostro con dos puntas; tórax terminado posteriormente en dos puntas laterales
(fig. 210-1 r, 2TGL) (3
2A) Rostro, en la H, con una sola punta (fig. 210-8CV) (9
3) Puntas del rostro partiendo directamente de la parte frontal del céfalo (fig. 210-2C) . . . .. (4
3A) Puntas del rostro muy fuertes, partiendo de una placa quitinizada (fig. 210-5CV y 5 L) .. (7
4) Puntas del rostro fuertes (fig. 210-1 C y 1r) (5
4A) Puntas del rostro finas (fig. 210-4CV), conspicua mente quitinizadas; puntas del tórax cor-
tas, llegando hasta la mitad del segmento genital: Paivella inaceae, (fig. 210-4). H: 1,42-
1,46 mm; M: 1,15 mm. A 0-200 m de profundidad, frecuente en aguassobre la plataforma
brasileña.
5) Puntas del rostro paralelas; puntas del tórax poco o nada encorvadas hacia el dorso (fig.
210-1TUL,2TGL) (6
5A) Puntas del rostro divergentes (fig. 210-3r); las puntas del tórax llegan hasta el límite pos-
terior del segmento genital (fig. 210-3TGL), encorvadas hacia el dorso, formando ángulo
con el eje principal del cuerpo: Bradyidiusplinioi, (fig. 210-3). H: 1,85-1,95 mm (minar),
H: 2,45-2,52 mm (pliniai). En aguas sobre la plataforma continental, a 100-150 m de
profundidad (planctobéntico), a lo largo de la costa del sur de Brasil.
6) Puntas del tórax cubriendo apenas 1/3 del segmento genital: Aetideopsis minor, (fig. 210-
1). H: 3,15 mm. En aguas antárticas de superficie y profundidad.
6A) Puntas del tórax alcanzando o casi alcanzando el I imite posterior del segmento genital,
paralelas al eje principal del cuerpo: Aetideus armatus, (fig. 210-2). H: 1,78-1,95 mm;
M: 1,4-1,56 mm. En aguas de O a 500 m, de la región tropical hasta la templada.
7) Sin protuberancias quitinosas entre las puntas del rostro (fig. 210-7r), y sin cresta ce-
fálica pronunciada (fig. 210- 6L): Euaetideusbradyi, (fig. 210-6). H: 1,69-2,07 mm. En
aguas subantárticas, y subsuperficiales de otras regiones.
7A) Con dos protuberancias quitinosas en botón entre las puntas del rostro (fig. 210-5CV);
con cresta cefálica pronunciada (fig. 210-5L) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
8) Puntas del tórax, en la H, terminadas en punta fina (fig. 210-5L): Euaetideusgiesbrechti,
(fig.210-5). H: 1,5-2,04 mm; M: 1,1 mm. En aguassubsuperficiales, tropicales y subtro-
picales.
8A) Puntas del tórax dilatadas en forma de placas triangulares (fig. 210-7TUL): Euaetideus
acutus, (fig. 210-7). H: 1,7-1,8 mm; M: 1,23-1,3 mm. En aguas subsuperficiales.
9) Tórax terminado en dos espinas laterales .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (10
9A) Tórax no terminado en dos espinas laterales " (12
10) Sin espina cefálica (fig. 210-8C), con espinas torácicas laterales tanto en el macho como
en la hembra (fig. 210-8 y 8TU, M): Gaidiustenuispinus, (fig. 210-8). H: 3,5-3,8 mm;
M: 2 mm. De profundidad entre 100 y 1000 m, en regiones tropicales y subtropicales.
lOA) Con espina cefálica anterior (fig. 210-9) (11
11) Talla total menor de 5 mm: Gaetanus minor, (fig. 210-9). H: 2, 1-~,4 mm. En aguas de
las regiones tropicales y templadas a 100-500 m de profundidad, ascendiendo alOa m
de noche.
11A) Talla total mayor de 5 mm: Gaetanus antarcticus, (fig. 210-10). H: 8-8,48 mm. En aguas
antárticas profundas y antárticas intermedias en las latitudes bajas.
12) Tórax sin protuberancias posteriores (fig. 210-11 y 14) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (13
12A) Tórax con protuberancias posteriores, aproximadamente triangular en vista lateral, pero
sin puntas (fig. 210-15 y 16) (18

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Fig.210. Copepoda: Aetideidae.

1) Aetideopsis minor; 2) Aetideus armatus; 3) Bradyidius plinioi; 4) Paivella inaciae; 5) Euaetideus giesbrechti; 6) Euaetideus bradyi; 7) Euaetideus acutus; 8)
Gaidius tenuispinus; 9) Gaetanus minor; 10) Gaidius antarcticus; 11) Euchirella amoena; 12) Euchirella intermedia; 13) Euchirella pulchra; 14) Euchirella ros-
trata; 15) Euchirella rostromagna; 16) Euchirella messinensis; 17) Undeuchaeta major, 18) Undeuchaeta plumosa; 19) Chiridius poppei; 20) Chiridius gracilis;
21 ¡'Paracoman tena magalyae. ()
Nota: en las ilustraciones 1 a 10 todos los caracteres, excepto aquéllos marcados con el signo correspondiente, son femeninos, y en las 11 a 21 sólo las quintas o
'O
(j) patas pertenecen a machos. (l)
'O
W oa.
(Basado sobre Campaner, 1978b; Rose, 1933; Vervoort, 1957 y Wolfenden, 1908. La ilustración de E. bradyi es original). '"
Copepoda

13) Tórax con margen posterior r.ecto (fig. 210-11) (14


13A) Margen posterior del tórax redondeado (fig. 210-16) (16
14) Segmento genital simétrico o casi simétrico (fig. 210-11 Y 12) (15
14A) Segmento genital asimétrico, con una fuerte saliencia hacia la derecha en vista dorsal
(fig. 210-13TU): Euchirellapulchra, (fig. 210-13). H: 3,04-3,92 mm; M: 3-3,16 mm.
A 500-2000 m de profundidad, subiendo a 200 m de noche, donde es la Euchirella más
abu ndante en las regiones tropicales, subtropicales y templadas.
15) Menor de 5 mm: Euchirella amoena, (fig. 210-11). H: 3 mm; M: 2,9 mm. De profundidad
en regiones tropicales y subtropicales, subiendo de noche hasta 0-100 m.
15A) Mayor de 5 mm: Euchirella intermedia, (fig.,210-12). H: 6,2 mm; M: 5,1 mm. De pro-
fundidad, superficial en regiones de surgencia.
16) Segmento genital de H simétrico (17
16A) Segmento genital de H asimétrico: Euchirella messinensis, (fig. 210-16). H: 4,36-5,25
mm; M: 3,12-3,4 mm. De profundidad, subiendo de noche; muy abundante en regiones
subtropicales.
17) En regiones tropicales, subtropicales y subantárticas: Euchirella rostrata, (fig.210-14).
H: 2,96-3,22 mm; M: 2,6-2,12 mm. De profundidad, subiendo de noche a la superficie.
17 A) En aguas antárticas de alguna profund idad: Euchirella rostromagna, (fig. 210-15). H:
5,45-5,99 mm.
18) Sin cresta cefálica, con una espina lateral en el segmento genital: Undeuchaeta plumosa,
(fig. 210-18). H: 3,2-4,5 mm; M: 2,9-3,9 mm. En profundidad de 100-1000 m, más con-
centrada en 200-500 m en regiones tropicales y subtropicales.
18A) Con cresta cefálica y una espina ventral en el segmento genital (de perfil): Undeuchaeta
major, (fig. 210-17). H: 4,5-5,28 mm; M: 4,26-4,92 mm. De profundidad (100-1000 ml,
concentrada en aguas intermedias antárticas en regiones tropicales y subtropicales.
19) La maxila tiene lóbulos con espinas foliáceas y cerdas espinosas: Paracomantena ma-
galyae, (fig. 210-21). H: 1,8-1,9 mm. Planctobéntico en aguas neríticas, a lo largo del sur
de Brasi 1.
19A) La maxila tiene cerdas en los lóbulos, sin espinas foliáceas , (20
20) Cabeza anteriormente .redondeada; longitud del cefalotórax 3 veces mayor que la del
abdomen: Chiridius poppei, (fig. 210-19). H: 1,63-1,88 mm. En capas inferiores de
100 m.
20A) Cabeza anteriormente achatada. longitud del cefalotórax 3,5 veces hasta 4 veces mayor
que la longitud del abdomen: Chiridius gracilis, (fig. 210-20). H: 2,3-2,8 mm. En aguas
superficiales y en aguas de profundidad en regiones tropicales y subtropicales. .

Euchaetidae (fig. 211)

Euchaetidae, los carn ívoros grandes más importantes entre los copépodos, son fácilmente clasificables
por el aspecto del rostro y del perfil, y forma de las estructuras genitales en la hembra (Tanaka y Omo-
ri, 1968; Geptner, 1971; T. S. Park, 1975; y otros); y los machos por la forma de la lamela aserrada
(ls) del segundo artejo (Re2) del exópodo de la quinta pata (Ps) izquierda, del tamaño relativo de
ésta y del proceso digitiforme (dig) del tercer artejo de la misma pata (Re3), así como el aspecto de
este último.

Las claves de clasificación y las figuras en general están basadas sobre los trabajos de los autores cita-
dos arriba y sobre los de Giesbrecht (1902) y Sars (1924). Los dibujos referentes a los detalles de las
Ps fueron tomados, principalmente, de T. S. Park (1975).

632
CopepOda

Clave de identificación para hembras (con Ps ausentes y protuberancias en el segmento genital)

1) Con una saliencia ventral del segmento genital más o menos redondeada en vista lateral, y
en vista ventral o dorsal el segmento genital asimétrico (fig. 211-1 G L, 2G L, 3G L, 4U) ... (2
1A) Con la saliencia ventral del segmento genital no redondeada o, en caso positivo, lobulada
en vista lateral; segmento genital simétrico en vista dorsal (fig. 211-5GL, 6GL Y 9GL) ... (5
2) Con rostro fino y grande (fig. 211-1 r y 3r) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Con rostro corto (fig. 211-2r y 4r) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
3) Con una acentuada protuberancia del lado izquierdo del segmento genital; rostro grande
con prominencia dorsal también grande, pero no formando punta aguda (fig. 211-3r):
Euchaeta spinosa, (fig. 211-3). H: 5,83-6,94 mm. Mesopelágica, hallada desde las regiones
tropicales hasta las templadas, principalmente en colectas nocturnas de superficie.
3A) Con una acentuada protuberancia del lado derecho del segmento genital; rostro grande
con prominencia dorsal también grande y en punta aguda. En vista ventral el segmento
genital presenta, de un lado, una saliencia en forma de botón y una protuberancia redon-
deada del otro (fig. 211-1U): Euchaetamarina, (fig. 211-1). H: 2,84-3,44 mm. Numerosa
y frecuente en aguas cálidas de plataforma y oceánicas, vive concentrada entre los 25 y
100 m de profundidad y sube a la superficie de noche.
4) Segmento genital con saliencias de contorno suave a ambos lados en vista ventral (fig.
211-2GV): Euchaeta media,(fig. 211-2). H: 3,4-4,24 mm. En muestras nocturnas de aguas
superficiales tropicales y subtropicales, concentrada entre 200 y 500 m, pudiendo ascen-
der hasta 100 m.
4A) Segmento genital en vista ventral con saliencias en forma de botón de un lado, en la pro-
ximidad de la articulación del segmento genital con el torácico (fig. 211-4G); de perfil,
la protuberancia genital situada en la región proximal del segmento genital: Euchaeta
acuta, (fig. 211-4). H: 3,85-4,3 mm. Frecuente en aguas de transición en la terminación
de la corriente de Brasil y en aguas subtropicales y templadas (15-18° Cl.
5) Con una protuberancia genital muy grande, situada en la región distal del segmento ge-
nital, en vista lateral (fig. 211-5GL); con rostro muy corto (fig. 211-5r): Paraeuchaeta
antarctica, (fig. 211-5). H: 7,47-9,32 mm. De profundidad en aguas antárticas, ocasional-
mente al norte de la Convergencia Antártica, en Aguas Intermedias Antárticas, apare-
ciendo en colectas nocturnas a 200 m de profundidad.
5A) Con una protuberancia genital situada más o menos en la región media del segmento
genital (fig. 211-6GL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
6) Con protuberancia genital no muy acentuada, formada por dos lóbulos separados por una
concavidad (fig. 211-6GL) en vista lateral: Paraeuchaetabiloba, (fig. 211-6). H: 5,3-5,9
mm. Epiplanctónica subantártica.
6A) El perfil de la protuberancia constituido por una prominencia mayor con lóbulos menores
(fig.211-7GL) (7
7) Con un tubérculo en el lado izquierdo posterior de la prominencia genital, que tiene un
borde hialino muy grande (f): Paraeuchaeta barbata, (fig. 211-7). H: 7,58-8,42 mm. En
regiones tropicales, subtropicales y templadas, a profundidades de hasta 3000 m.
7A) Sin tubérculo lateral en el segmento genital (8
8) Con borde genital (f) tan grande como la protuberancia genital en vista lateral (fig. 211-
8GL): Paraeuchaeta sarsi, (fig. 211-8). H: 8,45-9,68 mm. De profundidad, en regiones
tropicales a templadas, en colectas nocturnas a 200 m de profundidad.
8A) Con borde menor que la protuberancia genital en vista lateral (9GL): Paraeuchaeta scot-
ti, (fig. 211-9). H: 5,91-6,16 mm. De profundidad en regiones templadas y subtropicales,
colectada de noche a 200 m de profundidad.

633
Copepoda

Fig. 211. Copepoda: Euchaetidae.


1) Euchaeta marina; 2) Euchaeta media; 3) Euchaeta spinosa; 4) Euchaeta acuta; 5) Paraeuchaeta an-
tarctica; 6) Paraeuchaeta biloba; 7) Paraeuchaeta barbata; 8) Paraeuchaeta sarsi; 9) Paraeuchaeta
scotti.
(Basado sobre varios autores).

634
Copepoda

Clave de clasificación para machos (con Ps muy desarrolladas, asimétricas, formando una especie de
pinza de un lado, con la cual transfieren el espermatóforo a la hembra; toda la clasificación de los
machos está basada en el aspecto de esta pinza, representada por d en los dibujos).

1) Tercer artejo del exópodo (Re3) de la Ps izquierda prolongado en forma de una espina
grande (fig. 211-1 e, 1 L) (2
1A) Tercer artejo (Re3) del exópodo de la Ps izquierda no prolongado en espina grande (fig.
211-6d, 8d y 9d) (5
2) Re3 de la Ps izquierda aproximadamente del mismo tamaño que el artejo precedente:
Euchaeta spinosa, (fig. 211-3). M: 5,75-6,16 mm.
2A) Re3 de Ps izquierda mayor que el artejo precedente (3
3) La lamela aserrada (ls) de Re2 (segundo artejo del exópodo) sobrepasa el mechón de es-
pinas (t) de Re3 (fig. 211-1 L): Euchaeta marina, (fig. 211-1). M: 2,88-3,4 mm.
3A) Lamela aserrada de Re? más corta, no alcanzando o apenas alcanzando el mechón de es-
pinas de Re3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Lamela aserrada con dos lóbulos: Euchaeta media, (fig. 211-2). M: 3,42-3,74 mm.
4A) Lamela aserrada con un solo lóbulo: Euchaeta acuta, (fig. 211-4). M: 4 mm.
5) lamela aserrada casi alcanzando la mitad de Re3: Paraeuchaeta antarctica, (fig. 211-5).
M: 6,39-7 mm.
5A) Con lamela aserrada mayor, alcanzando el mechón de espinas de Re3 (6
6) Con lamela aserrada terminada en punta aguda: Paraeuchaeta biloba, (fig. 211-6). M:
4,8-4,9 mm.
6A) Con lamela aserrada terminada en punta no aguda, o no terminada en punta. . . . . . . . . .. (7
7) Con proceso digitiforme del extremo redondeado: Paraeuchaeta sarsi, (fig. 211-8). M:
7,31-7,93 mm.
7A) Con proceso digitiforme de Ps izquierda terminado en punta (8
8) Lamela aserrada de contorno distal aproximadamente cuadrado y con dos espinas latera-
les mayores:Paraeuchaeta barbata, (fig. 211-7). M: 6,58-7,25 mm.
8A) Lamela aserrada con extremidad redondeada: Paraeuchaeta scotti, (fig. 211-9). M: 5,33-
5,58 mm.

Phaennidae (fig. 212)

Estas especies suelen encontrarse con frecuencia sólo en sus profundidades de vida óptima; se omite
la clave correspondiente optándose por mencionar las características salientes de cada especie.

Phaenna spinifera, (fig. 212-1). H: 1,8-2,1 mm; M: 1,8 mm. Superficial en regiones tropicales y tem-
pladas.
Xanthocalanus marlyae, (fig. 212-4). H: 3,3-3,75 mm. Planctobéntico, sobre la plataforma a lo largo
de I su r de Brasi 1.
Xanthocalanus minor, (fig. 212-3). H: 2,7 mm. Abdomen desprovisto de cerdas. Profundal en regiones
tropicales y templadas.
Xanthocalanus agilis, (fig. 212-2). H: 2,4 mm. Abdomen cubierto de cerdas. De zonas templadas.
Brachycalanus bjornbergae, (fig. 212-7). H: 1,6-2 mm. Abdomen y Ps cubierto de escamas. Plancto-
béntico, sobre plataforma a lo largo del sur de Brasil.

635
Copepoda

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1T.ru

Fig. 212. Copepoda: Phaennidae.


1) Phaenna spinifera; 2) Xanthocalanus agilis; 3) Xanthocalanus minor; 4) Xanthocalanus marlyae;
5) Xanthocalanus sp.; 6) Onchocalanus cristatus; 7) Brachycalanus bjornbergae; 8) Branchycalanus
atlanticus.
(Bas.ado sobre Campaner, 1978a; Rose, 1933 y Sars, 1924).

636
Copepoda

Brachycalanusatlanticus, (fig. 212-8). H: 2-2,25 mm. Abdomen desprovisto de escamas, con márgenes
posteriores de los segmentos cerdosos. Profundal en las regiones templadas.
Onchocalanus cristatus, (fig. 212-6). H: 5-7,3 mm. Con cresta cefálica anterior. De profundidad en
regiones templadas y polares.

Scolecithricidae (fig. 213)

Son, en general, especies características de aguas oceánicas y de profundidades medias y grandes, pero
también incluyen formas como Racovitzanus antarcticus, muy abundante en el epiplancton antár-
tico. Otras, como Scaphocalanus echinatus, S. curtus, Scolecithrix danae y Scolecithricella bradyi
son bastante frecuentes y a veces muy numerosas en aguas neríticas. Lophothrix y Scottocalanus son
también muy frecuentes en el plancton nocturno en la capa de 100-0 m de regiones tropicales y sub-
tropicales. Características importante's para la taxonomía de las especies son el aspecto de las Ps (cuan-
do presentes), el tipo de cerdas de las maxilas y el aspecto de la región frontal, presencia o no de cres-
tas (elevaciones quitinosas frontales), así como la presencia de un borde hialino (delgada membrana
quitinosa) a lo largo de las anténulas (fig. 213-13A¡, f).

Los trabajos de Rose (1933); Giesbrecht (1892, 1902); Sars (1924); Farran (1926) y Esterly (1905)
fueron utilizados como base para la confección de la clave y las ilustraciones. La clave que se presenta
a continuación se refiere a las hembras de las especies, más abundantes que los machos.

1) H con cresta frontal (fig. 213-1 C) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2


1A) H sin cresta frontal, región anterior de la cabeza redondeada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
2) Ps en la H con una cerda, una espina y una espinilla terminales: Scottocalanus securi-
frons, (fig. 213-1). H: 3,88-4,9 mm. De profundidad y de aguas intermedias en regiones
tropicales a templadas, subiendo a la superficie de noche.
2A) Ps con 3 cerdas terminales, o 2 cerdas y una espina terminal (3
3) Con cerdas cortas terminales en la Ps (fig. 213-3Ps y 2Ps) (4
3A) Con dos cerdas grandes plumosas y una cerda espiniforme en el artejo terminal de la Ps :
Scaphocalanus magnus, (fig. 213-13). H: 3,55-4,97 mm; M: 3,5-4,74 mm. De profundi-
dad desde 0° S hasta 65° S.
4) Mayor de 4 mm: Lophothrix frontalis, (fig. 213-2). H: 5,3-6,25 mm; M: 4,52-5,75 mm.
En profundidades de 200 m a lo largo de Brasil, en aguas subtropicales.
4A) Menor de 4 mm: Lophothrix latipes, (fig. 213-3). H: 2,65-3,2 mm. De O a 4000 m de pro-
fundidad, en regiones templadas a tropicales.
5) Con anténula con borde hialino (fig. 213-13A¡, f) . (6
5A) Sin anténula con borde hialino (fig. 213 -4L) (11
6) La longitud de la Ps de la H es tres o más veces su ancho. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
6A) H sin Ps: Scaphocalanuscurtus, (fig. 213 -15). H: 0,96 -1,76 mm; M: 1,25 -1,35 mm. En
aguas superficiales, intermedias y profundas de regiones tropicales, subtropicales, hasta
templadas.
7) H con 2 cerdas (una aserrada) en la Ps: Scaphocalanus echinatus, (fig. 213 -14). H: 1,84-
2,48 mm; M: 1,26 - 1,34 mm. A 100-300 o más metros de profundidad, en aguas subtro-
picales y antárticas intermedias; en superficie de noche.
7A) H con más de dos cerdas en la Ps, ninguna aserrada (fig. 213 -18Ps) (8
8) H con 3 cerdas en el último artejo de la Ps (fig. 21316Ps y 18Ps) (9
8A) H con cuatro cerdas en el último artejo de la Ps: Scaphocalanus impar, (fig. 213 -19). H:
2,45 mm. De profundidad en regiones subtropicales y antárticas.

637
Copepoda

Fig. 213. Copepoda: Scolecithricidae y Temoridae.


1) Scottocalanus securifrons; 2) Lophothrix frontalis; 3) Lophothrix latipes; 4) Scolecithricella ovata; 5)
Scolecithricella bradyi; 6) Scolecithrix danae; 7) Scolecithricella subdentata; 8) Scolecithricella dimta-
ta; 9) Scolecithricella vittata; 10) Racovitzanus antarcticus; 11) Scolecithricella glacialis; 12) Scoleci-
thricella minor; 13) Scaphocalanus magnus; 14) Scaphocalanus echinatus; 15) Scaphocalanus curtus;
16) Scaphocalanus medius; 17) Scaphocalanus subbrevicornis; 18) Scaphocalanus brevicornis; 19)
Scaphocalanus impar; 20) Temeropia mayumbaensis; 21) Temora stylifera.
Nota: los únicos caracteres masculinos ilustrados están destacados con el símbolo correspondiente,
todos los demás son femeninos.
(Basado sobre Esterly, 1905; Farran, 1926; Giesbrecht, 1892, 1902; Rose, 1933 y Sars, 1924).
638

••
Copepoda

9) Con filamentos rostrales cortos (fig. 213 -18C) (10


9A) Con filamentos rostrales grandes (fig. 213 -16r), los márgenes del último segmento torá-
cico poco protuberantes en la H: Scaphocalanus medius, (fig. 213 -16). H: 2,4 mm. En
regiones templadas.
10) Con la cerda terminal de la P5 de la H poco más corta que la lateral, insertada en el arte-
jo terminal (fig. 213 -18P5): Scaphocalanus brevicornis, (fig. 213 -18). H: 2,3 - 2,84 mm;
M: 2,51 - 2,88 mm. De profundidad en regiones templadas y en superficie en regiones
polares.
lOA) H con cerda terminal de la P5 casi la m.itad del tamaño de la cerda lateral (fig. 213 -17P5,
H): Scaphocalanus subbrevicornis, (fig. 213 -17). H: 1,6 - 2,03 mm; M: 1,94 - 2,19 mm.
De aguas intermedias y profundas, desde 66° S hacia el sur.
11) H con P5 ..........•.•.•...•..........•.................•.••.•......... ( 12
l1A) H sin P5; segmento genital con una protuberancia característica (fig. 213 -6TUL):Scole-
cithrix danae, (fig. 213 -6). H: 1,8 - 2,2 mm; M: 2 - 2,15 mm. Numerosa y frecuente en
regiones tropicales y subtropicales, en aguas subsuperficiales de día y en superficie de
noche, asociada a S. bradvi.
12) Con aspecto de Clausocalanus, pero con rostro muy grande (fig. 213 -10C), maxila con
cerdas sensoriales en el endópodo, tórax terminado en puntas laterales y Ps de la H con
el aspecto ilustrado en la figura 213 -10Ps: Racovitzanus antarcticus, (fig. 213 -10), H:
2,16 - 2,39 mm; M: 2 - 2,3 mm. Del epiplancton antártico, a veces subantártico, en aguas
intermedias antárticas, especie muy abundante.
12A) P5 en la H más simples que las de Racovitzanus (fig. 213 -4P5) ..•....•..•..•....•.. (13
13) H con una sola P5 (fig. 213 -5TUV), márgenes laterales del tórax cubriendo casi total-
mente el abdomen: Scolecithricella bradyi, (fig. 213 -5). H: 1,15 -1,3 mm; M: 1,35 -1,4
mm. De aguas calientes subsuperficiales en región tropical y subtropical, muy abundante
y frecuente en aguas oceánicas.
13A) H con dos P5 ........••••.•••.... .' .••......•.•...•.••.••.•....•...••.•.. (14
14) P5 en la H en forma de raqueta redondeada (fig. 213 -7P5), llevando algunas espinillas
cortas (1 a 3); abdomen bien estrecho y cilíndrico en relación al cuerpo (15
14A) H con P5 en forma de raqueta oval (fig. 213 -12P5) con 2 ó 3 espinillas, dos más o menos
iguales y una por lo menos dos veces más grande que la otra u otras (17
15) Con protuberancia dentiforme en el margen del tórax (fig. 213 -8TU L) . . . . . . . . . . . . . .. (16
15A) Sin aquella protuberancia en el margen del tórax: Scolecithricella ovata, (fig. 213 -4).
H: 1,94 - 2,25 mm. Generalmente a más o menos 100 m de profundidad en el Atlántico,
y de O a 1000 m en el Antártico.
16) Con P5 casi circular (fig. 213 -7P5); la frente muy abultada, y con una cerda marginal
externa en el primer artejo del exópodo de la P, : Scolecithricella subdentata, (fig. 213
-7). H: 1,48 mm. A 200-500 m de profundidad en aguas subtropicales.
16A) Con la P5 variando de elongada (oval) a poligonal, y con 2 ó 3 espinillas en el margen; la
frente menos abultada; sin cerda marginal externa en el primer artejo del exópodo de la
P, : Scolecithricella dentata, (fig. 213 -8). H: 1,6 mm. Hasta 1000 m de profundidad en
regiones tropicales y subtropicales, y en aguas antárticas intermedias.
17) Frente muy abultada (fig. 213 -12C), P5 ovalada, con 3 espinas, una mayor interna, dos
o tres veces más grande que las pequeñas, de las cuales una es terminal y la otra externa,
lateral: Scolecithricella minor, (fig. 213 -12). H: 1,25 -1,4 mm; M: 1,2 -1,4 mm. De pro-
fundidad, subiendo a la superficie de noche.
17A) Frente no muy abultada; P5 estrecha y con 3 espinas , (18
18) Con una espina terminal mayor en la P5 dos veces más grande que la espina media-lateral:
Scolecithricella vittata, (fig. 213 -9). H: 1,65 mm. De profundidad en regiones templadas.
18A) P5 con una espina lateral mayor 5 veces más grande que la espina media-terminal:Sco-
lecithricellaglacialis, (fig. 213 -11). H: 1,34 -1,46 mm; M: 1,35 -1,45 mm. Del epiplanc-
ton antártico o de aguas antárticas intermedias en regiones subantárticas.

639
Copepoda

Temoridae (fig.213)

1) Cuerpo en forma de escudo, ramas caudales de longitud igual al resto del urosoma. H
con segmento genital poco protuberante; M sin lentes oculares: Temora stylifera, (fig.
213 -21). H: 1,05 - 1,9 mm; M: 1,4 - 1,7 mm. Muy abundante y frecuente en aguas ca-
lientes costeras, aguas de plataforma en superficie y en el fondo, y en aguas tropicales.
1A) Cuerpo ovalado, ramas caudales cortas. H con segmento genital muy protuberante ven-
tralmente; M con lentes oculares: Temeropia mayumbaensis, (fig. 213 -20). H: 0,56 -1
mm; M: 0,9 mm. Frecuente en aguas del talud continental a lo largo de Brasil austral, a
50 - 100 m de profundidad, y a veces también en superficie.

Metridinidae (fig. 214)

Esta familia incluye especies muy abundantes en las profundidades grandes y medias de los océanos,
siendo Pleuromamma la más común en colectas nocturnas de superficie, en aguas tropicales y subtropi·
cales, y Metridia en aguas más frías.

La clave e ilustraciones correspondientes están basadas sobre los trabajos de Steuer (1936b) y de Bow-
man (1971) para Pleuromamma, y en Giesbrecht (1892, 1902) para Metridia.

1) Con una verruga marrón en el flanco del cuerpo, generalmente el margen lateral proximal
derecho del primer segmento torácico libre (fig. 214-5x): Género Pleuromamma (5
1A) Sin verruga marrón lateral en el cuerpo; endópodo de la P2 con el primer artejo con gran-
des ganchos internos (fig. 214 -4P2): género Metridia . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) De más de 7 mm; ramas caudales en la H y en el M 2 veces mayores que el segmento anal
y el último artejo de la Ps del M con una fina prolongación digitiforme paralela al artejo
(fig. 214 -4Ps, dig): Metridia princeps, (fig. 214 -4). H: 8,1 mm; M: 7 - 8 mm. Batipelá-
gico y abisal, hallándose ocasionalmente más superficialmente (100-200 m) de noche;
cosmopolita.
2A) De menos de 5 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
3) Tórax terminado posteriormente en puntas laterales (fig. 214 -1 L y 1d): Metridia lucens,
(fig. 214 -1). H: 2,5 - 2,9 mm; M: 2 - 2,3 mm. En regiones templadas frías, a lo largo de la
Patagonia y también más al norte.
3A) Márgenes laterales del tórax no terminados en punta (4
4) Ps de la H con 2 cerdas terminales, segmento genital más corto que la suma de los otros
2 segmentos abdominales: Metridia brevicauda, (fig. 214 -2). H: 1,8 - 2,25 mm; M:
1,5 - 1,65 mm. De aguas profundas e intermedias en regiones templadas.
4A) Ps H con cerdas terminales y una lateral en el último artejo, segmento genital mayor (en
vista dorsal) que los otros 2 segmentos abdominales sumados. A cada lado de los már-
genes laterales del tórax de la H hay 2 pequeñas protuberancias (órganos luminosos), el
céfalo es muy abultado anteriormente (fig. 214 -3L), Ps del M con artejos terminales
muy dilatados: Metridia gerlachei, (fig. 214 -3). H: 3,38 - 4,05 mm; M: 2,16 - 2,61 mm.
Muy abundante y frecuente en aguas antárticas, las hembras concentradas principalmente
a 100 - 500 m y los machos abajo de los 500 m; pudiendo también hallarse al norte de la
Convergencia Antártica.
5) Céfalo anteriormente terminado en punta aguda (fig. 214 -5C): Pleuromamma xiphias
(fig. 214 -5). H: 3,25 - 5,87 mm; M: 3,5 - 6,42 mm. En regiones tropicales y subtropica-

640
Copepoda

Xh

Fig. 214. Cope poda Metridinidae.


1) Metridia lucens; 2) Metridia brevicauda; 3) Metridia gerlachei; 4) Metridia princeps; 5) Pleuro-
mamma xiphias; 6) Pleuromamma gracilis; 7) Pleuromamma piseki; 8) Pleuromamma abdominalis; 9)
Pleuromamma robusta; 10) Pleuromamma quadrungulata; 11) Pleuromamma borealis.
(Basado sobre Bowman, 1971; Giesbrecht. 1892, 1902 Y Steuer, 1933b).

641
Copepoda

les; oceánica, en aguas subsuperficiales, subiendo por la noche a la superficie; muy fre-
cuente.
5A) Céfalo de contorno triangular - redondeado, sin punta anterior (fig. 214-8c) .. . . . . . . . .. (6
6) Menos de 3 mm de longitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
6A) Más de 3 mm de longitud (10
7) H con estructura genital simétrica o casi simétrica (fig. 214-11) " (8
7A) H con estructura genital asimétrica en vista ventral (fig. 214 -7G). Ps de la H terminada
en 3 espinas gruesas (fig. 214 -7Ps,H), una mayor que las otras. M distinguible de P.
gracilis por la posición y tamaño del espermatóforo (comparar fig. 214 -6T y fig. 214 -
7T), Y por otros caracteres (ver Bowman, 1971): Pleuromammapiseki, (fig. 214 -7).
H: 1,7 - 2,27 mm; M: 1,85 - 2 mm. Menos frecuente que P. graci/is, pero de distribución
semejante.
8) Ps de la H con 3 espinas terminales delgadas (fig. 214 -8Ps, H y 11Ps, H) (9
8A) Ps de la H con 3 espinas terminales gruesas y más o menos de igual largo (fig. 214 -6Ps,
H): Pleuromammagracilis, (fig. 214 -6). H: 1,9 - 2 mm; M: 1,8 mm. Subsuperficial (a
profundidades de entre 100 y 300 m), subiendo por la noche a la superficie, muy nume-
rosa en regiones tropical y subtropical, hallándose hasta en la zona de transición para
las aguas antárticas.
9) De las 3 espinas terminales de la Ps de la H, 2 son de igual tamaño y la tercera un poco
más corta (fig. 214 -11 Ps, H): Pleuromamma borealis, (fig. 214 - 11). H: 1,72 - 2,45 mm;
M: 1,47 - 2,13 mm. En aguas subsuperficiales de día, epiplanctónica de noche; de regiones
tropicales hasta antárticas; más numerosa en aguas más frías, oceánica.
9A) Ps de la H con 3 cerdas terminales de las cuales una es 3 a 4 veces mayor que las otras:
Pleuromamma abdominalis, (fig. 214 -8). H: 2,4 - 4,36 mm; M: 2,6 - 4,3 mm. Numerosa
como Pleuromamma gracilis y con distribución semejante, pero hallándose a profundi-
dades de 100 - 500 o más metros, en el hemisferio sur en aguas oceánicas de bajas lati-
tudes.
10) Anténulas de la H con espinas (11
10A) Anténula de la H sin espinas conspicuas, M con abdomen concérdulas en mechones
(fig. 214 -9TU): Pleuromamma robusta, (fig. 214 -9). H: 3,04 - 4,89 mm; M: 2,59 - 3,89
mm. Común en aguas antárticas y subantárticas o, en regiones más cálidas, en aguas de
profundidades por debajo de 400 m.
11) Anténulas de la H con 4 espinas (fig. 214 -10A, ), abdomen de M sin cérdulas (fig. 214
-10U): Pleuromamma quadrungulata, (fig. 214 -10). H; 3,32 - 5 mm M: 3,08 - 4,45 mm.
Generalmente a profundidades mayores a 400 m, pero presente también en colectas
de 100 a 300 m a lo largo del norte del Brasil, donde es numerosa, y también en la co-
rriente Sud-ecuatorial.
11 A) Anténulas de la H generalmente con 2 espinas, pero raramente con una o ninguna (fig.
214 -8C, 8A2), y en este caso distinguible de P. robusta por la estructura del segmento
genital, cuya verruga pigmentada queda situada más o menos en el medio del segmento,
y no desplazada hacia anterior como en P. robusta (fig. 214 -9GL) y en P. quadrungu-
lata (fig. 214 -1 OG L). M diferente de P. xiphias por la mayor asimetría del abdomen y por
tener el céfalo no terminado en punta: Pleuromamma abdominalis, (fig. 214 -8). H:
2,68 - 4,3 mm; M: 2,66-4,36 mm. Concentrada entre 100 y 500 m, de noche asciende a
niveles superficiales, en latitudes bajas.

Centropagidae (fig. 215)

Los centropágidos con caracteres conspicuos son de fáci I clasificación, uti lizando la forma de los
márgenes posteriores del tórax, el aspecto del segmento genital femenino y de las quintas patas del

642
Copepooa

Fig. 215. Copepoda: Centropagidae.


1) Centropages brachiatus; 2) Centropages bradyi; 3) Centropages gracilis; 4) Centropages violaceus; 5)
Centropages velificatus; 6) Centropages calaninus.
(Basado sobre Giesbrecht. 1892; Grice. 1962a. Ramírez. 1969 y observaciones originales de Centro-
pages velificatus).

643
Copepoda

macho y de la hembra, así como también detalles de la armadura de la geniculación de las anténulas
del macho.

Los dibujos de la fig. 215 están basados sobre los trabajos de Giesbrecht (1892); Grice (1962b); Ra-
m írez (1969) Y observaciones originales de C. ve/ificatus.

1) Con espinas en el margen posterior del tórax de M y H (fig. 215 -1 Y 5) . . . . . . . . . . . . . .. (2


1A) Márgenes posteriores del tórax redondeados (fig. 215 -2 Y 3) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
2) Con dos espinas a cada lado del margen posterior del tórax (f'g. 215 -5TU): Centropages
velificatus (= Centropages furcatus Dana, 1852,pars), (fig. 215 -5). H: 1,6 -1,75 mm; M:
1,5 - 1,9 mm. Muy numerosa en aguas cálidas (más de 20° C) y de salinidad entre 32
y 35%0, costero y de plataforma, epiplanctónico.
2A) Con una espina a cada lado del margen posterior del tórax, este último es asimétrico: Cen-
tropages brachiatus, (fig. 215 -1). H: 1,5 - 3 mm; M: 1,35 - 2,9 mm. Muy numeroso en
aguas templadas frías de menos de 15-18° C, de salinidad baja, entre 34 y 32% 0, costero
y de plataforma, a lo largo de la Argentina y del sur de Brasil, en la Corriente Circumpo-
lar Antártica, en aguas antárticas y subantárticas.
3) Con espínulas en el urosoma de H y una protuberancia triangular en el dedo de la quela
de la P5 del M (fig. 215 -3P5, X, M), H con prolongación digitiforme del segundo artejo
del exópodo de la P5 más corto que la cerda terminal del tercer artejo del exóp6do de
la P5 (fig 215 -3P5, H): Centropagesgracilis, (fig. 215-3). H: 1,9 - 2,01 mm; M: 1,84
- 2,04 mm. En aguas tropicales oceánicas.
3A) Sin espínulas en el urosoma (4
4) Segmento genital de la H con una pequeña protuberancia en botón (fig. 215 -6TU) en
vista lateral de la superficie ventral posterior, y la protuberancia digitiforme (dig) del
segundo artejo del exópodo de la P5 en H sobrepasa en extensión al tercer artejo del
mismo exópodo (fig. 215 -6P5, H), la P5 del M termina, del lado izquierdo, en botón;
del otro con mucha distancia entre los d ígitos, siendo liso el margen interno del segundo
artejo del exópodo (fig. 215 -6P5, M): Centropagescalaninus, (fig. 215 -6). H: 1,97-
2,18 mm; M: 1,8 - 2,06 mm. De aguas ecuatoriales.
4A) Sin protuberancia en forma de botón en el segmento genital de la H; pinza de la P5
del M con d ígitos menos distanciados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
5) Ramas caudales de H con protuberancia distal espinosa (fig. 215 -2x) entre las inser-
ciones de las cerdas caudales, presencia de cérdulas en la región dorsal de los segmentos
torácicos; céfalo con protuberancia dorsal marginal posterior, protuberancia digitiforme
del segundo artejo del exópodo de la P5 de la H corta; artejo terminal de la P5 izquierda
del M con 5 cerdas gruesas (fig. 215 -2P5iz, M): Centropages bradyi, (fig. 215 -2). H: 2-
2,5 mm; M: 1,9 - 2,4 mm. De aguas templadas a lo largo de la Argentina.
5A) Ramas caudales de H sin protuberancia espinosa; protuberancia digitiforme del segundo
artejo del exópodo de la P5 de la H mayor que el segundo artejo y más corta que la cerda
terminal del exópodo (fig. 215 -4P5, H); artejo terminal de la P5 izquierda del M con so-
lamente dos cerdas gruesas en el exópodo (fig. 215 -4P5 iz): Centropages violaceus, (fig.
215 -4). H: 1,8 - 2,2 mm; M: 1,8 - 1,7 mm. Muy frecuente en aguas oceánicas cálidas
(Corriente del Brasil).

Pseudodiaptomidae (fig. 216)

Animales típicos de aguas de bahías y golfos, de manglares y de regiones estuariales, donde constitu-
yen frecuentemente la masa principal del zooplancton de red. Generalmente, se distinguen de los

644
Copepoda

Fig. 216. Copepoda: Pseudodiaptomidae.


1) Pseudodiaptonws richardi; 2) Pseudodiaptomus gracilis; 3) Pseudodiaptomus marshi; 4) Pseudo-
diaptomus acutus.
(Basado principalmente sobre Dahl, 1894a yWright. 1936; ilustraciones deP. acutus y Psde P. marshi-
originales).

645
Copepoda

otros Calanoida estuariales y de aguas interiores por la asimetría del segmento genital de la hembra
(más acentuado en las hembras fecundadas varias veces), y por el maxilipedio que porta cerdas carac-
terísticas (fig. 216 -4Mxp). Una estructura típica de las P5 del M y la forma del segmento genital
de la H son caracter ísticas que permiten una rápida identificación de las especies.

Las ilustraciones de la figura 216 y la clave de clasificación están basados, principalmente, en F. Dahl
(1894a) y Wright (1936). Los ejemplares de Pseudodiaptomus acutus son originales, así como la ilus-
tración de las P5 de P. marshi.

1) Márgenes posteriores del tórax redondeados, sin puntas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2


1A) Márgenes posteriores del tórax terminados en puntas: Pseudodiaptomus acutus, (fig.
216 -4). H: 1,1 -1,3 mm; M: 0,85 -1 mm. Muy numerosoenaguasdebahíasymangla-
res, desde la desembocadura del río Amazonas hasta la costa sur del Brasil, inclusive.
2) Con una espina pequeña dirigida hacia posterior, próxima a la inserción de la anténula
en la cabeza de la hembra; P5 del M de uno de los lados dilatada distalmente y en raque-
ta redondeada (fig. 216 -2P5, M): Pseudodiaptomusgracilis, (fig. 216 -2). H: 1 -1,17
mm; M: 0,9 - 1 mm. Numeroso en aguas estuariales en la región de la desembocadura del
río Amazonas.
2A) Cabeza sin espina en la proximidad de la inserción de las anténulas .. . . . . . . . . . . . . . . .. (3
3) Segmento genital femenino con una saliencia en botón, cerdosa, a la derecha; el segmento
subsiguiente del urosoma también es asimétrico en vista dorsal; Ps izquierda del M con
un endópodo {en) sobrepasando los artejos del exópodo (fig. 216 -1Ps, M): Pseudodiap-
tomus richardi, (fig. 216 -1). H: 1,4 mm; M: 1 mm. Muy abundante y frecuente en aguas
de la desembocadura de los ríos, en regiones de manglares desde la desembocadura del
río Amazonas hasta la del Río de la Plata.
3A) Segmento genital femenino con dos protuberancias laterales cerdosas, una a la izquierda
y otra a la derecha del segmento, y éste seguido por un segmento urosómico simétrico
y sin saliencias laterales en vista dorsal o ventral. Ps del M con el endópodo izquierdo
casi alcanzando el extremo distal del exópodo; el último artejo de este último es digiti-
forme, a diferencia de los artejos de las otras especies de Pseudodiaptomus citadas, en las
cuales es de forma ovalada, cuadrada y rectangular: Pseudodiaptomus marshi, (fig. 216
-3). H: 1,3 - 1,53 mm; M: 0,96 - 1,07 mm. Numeroso en aguas de marea baja en estuarios
de ríos del nordeste y norte de Brasil.

Lucicutiidae (fig. 217)

Las Lucicutia son copépodos que se encuentran de día en las capas sub-superficiales o profundas
del océano, y de noche en la superficie.

La clave de identificación y las ilustraciones de la fig. 217 están basados en el trabajo de Hülsemann
(1966), principalmente, y también en Giesbrecht (1892).

1) Con protuberancias laterales en la región cefálica (fig. 217 -2 y 3) . . . . . . . . . .. .. . . . . .. (2


1A) Región cefálica de contorno liso, sin protuberancias laterales (fig. 217 -1 y 4) .. . . . . . . .. (3
2) Con protuberancias aguzadas a cada lado del céfalo: Lucicutia clausi, fig. 217 -2). H:
0,9 - 2,05 mm; M: 1,8 - 1,85 mm. En aguas subtropicales de alta salinidad, entre 100 Y
500 m de profundidad. Es una de las especies más frecuentes.

646
Copepoda

M
\-\ 1,

Fig. 217. Copepoda: Lucicutiidae.


1) Lucicutia flavicomis; 2) Lucicutia clausi; 3) Lucicutia wolfendeni; 4) Lucicutia ovalis; 5) Lucicutia
gaussae; 6) Lucicutia gemina; 7) Lucicutia longicomis.
(Basado principalmente sobre Hülsemann, 1966, y también sobre Giesbrecht, 1B92).

647
Copepoda

2A) Protuberancias poco pronunciadas, sin formar puntas: Lucicutia wolfendeni, (fig. 217
-3). H: 6 - 9,8 mm; M: 6 - 8,3 mm. De 65° N a 33° S en aguas intermedias, profundas y de
fondo.
3) Con cefalotórax de forma oval, urosoma relativamente corto, con longitud más o menos
igual al ancho mayor del cefalotórax (fig. 217 -4) (4
3A) Con cuerpo anterior de forma extendida; el urosoma sobrepasa el ancf:1o mayor del
cefalotórax (fig. 217 -1). (5
4) Ancho de las ramas caudales (a) tres veces menor que la longitud (b) de las mismas (fig.
217 Arel, en la H; protuberancia genital de ésta muy pronunciada en la parte distal
del segmento genital (fig. 217 AG); Ps de la H con espina terminal (et) del tercer arte-
jo del exópodo (Re)) casi igual a la espina lateral interna del segundo artejo del exó-
podo (Re2 -e) (fig. 217 APs, H); Ps del M con saliencias internas en los basípodos (fig.
217 APs, M): Lucicutia ovalis, (fig. 217 A). H: 1,5 -1,8 mm; M: 1,2 -1,5 mm. Desde
53° N, hasta 55° S, entre O y 4000 m.
4A) El ancho de las ramas caudales es 4 veces menor que la longitud de las mismas (fig. 217
-5, H), en la H; protuberancia genital en la H con una saliencia conspicua en la parte pro-
ximal del segmento (fig. 217 -5G); espina terminal (et) de Re) mucho menor que la espi-
a interna de Re2 (fig. 217 -5Ps, H); basípodo derecho de las Ps del M sin saliencia inter-
na: Lucicutiagaussae, (fig. 217 -5). H: 1,3 -1,5 mm; M: 1,2 -1,44 mm. En aguas sub-
tropicales oceánicas
5) Re) de la Ps de la H con margen externo espinoso o aserrado (fig. 217 -1Ps, H) ... . .... (6
5A) Re) de la Ps de la H con margen externo liso; ramas caudales en la H 6 veces más largas
que anchas (fig. 217 -6rc); Re) de la Ps izquierda del M con extremo distal redondeado
y basípodo izquierdo de las Ps con punta interna (fig. 217 -6Ps, iz): Lucicutiagemina,
(fig. 217 -6). H: 1,4 - 1,9 mm; M: 1,3 - 1,7 mm. De la región templada, subsuperficial.
6) Espina terminal de Re) en los exópodos de las Ps de la H grande en una y corta en la
otra (fig. 217 -7ex, iz y 7ex, de); ramas caudales en la H 6 veces más largas que anchas;
Re) de la Ps izquierda del M en punta, y su basípodo con una protuberancia aguzada
(fig. 217 -7Ps , iz): Lucicutia longicornis, (fig. 217 -7). H: 1,52-2 mm; M: 1,4 - 1,8 mm.
Desde 56° N hasta 19° S, entre 100 Y 500 m, a lo largo del Brasi 1.
6A) Ps izquierda y derecha de la H iguales; ramas caudales 4 veces más largas (b) que an-
chas (fig. 217 -1rc); Ps del M con basípodo izquierdo dentado en el margen interno (fig.
217 -1 Ps , M): Lucicutia flavicornis, (fig. 217 -1). H: 1,4 - 1,9 mm; M. 1,35 - 1,7 mm. Pre-
fiere salinidades mayores de 35%0 y temperaturas menores de 21°C; en aguas tropicales
y de plataforma; muy frecuente de día en profundidades de 25 a 50 m.

Heterorhabdidae (fig. 218)

Los Heterorhabdidae son animales de profundidad; algunas especies ascienden al plancton superficial
a la noche.

La clave e ilustraciones correspondientes están basadas en los trabajos de Sars (1925), de Giesbrecnt
(1902) y de Vervoort (1957).

1) Con frente prolongada en una espina (fig. 218 -2C). Al sobrepasan el cuerpo; Ps del
M con una pronunciada saliencia laminar en el basípodo derecho y con una saliencia
bilobulada en el segundo artejo del exópodo derecho (fig. 218 -2Ps, M): Heterorhabdus
spinifrons, (fig. 218 -2). H: 2,5 - 3,15 mm; M: 2,01 - 3,4 mm. En aguas de la corriente
de Brasil y subtropicales de superficie y de profundidad, oceánica, en salinidades de
más de 35%0 y temperaturas de menos de 23°C, frecuente.

648
Copepoda

~C
r:J'

4C

Fig. 218. Copepoda: Heterorhabdidae.


1) Heterorhab,dus austrinus; 2) Heterorhabdus spinifrons; 3) Heterostylites major: 4) Heterorhabdus
compactus; 5) Heterorhabdus papilliger.
(Basado sobre Giesbrecht, 1902; Sars, 1925 y Vervoort, 1957).

649
Copepoda

1A) Con la frente no terminada en espina (fig. 218 -1 Y 5), Y maxilas 2,5 veces más gruesas
que los maxilipedios.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2
2) Anténulas cortas, no sobrepasando el extremo del segmento genital femenino. (3
2A) Las anténulas sobrepasan el segmento genital femenino. . .. .. .. . ... . .. .. .. . .. . .. .. (4
3\ Anténulas muy cortas, no alcanzando el extremo del cefalotórax, cuerpo gordo y fuerte.
Ps derecha del M con el segundo artejo del exópodo con una prolongación en punta
interna; espina terminal del exópodo de la Ps femenina casi igual en tamaño a la espina
interna del segundo artejo del exópodo: Heterorhabdus compactus, (fig. 218 -4). H:
2,23 - 3,35 mm; M: 2,2 mm. Oceánico, de profundidad, en aguas antárticas.
3A) Las anténulas alcanzan el segmento genital; cefalotórax 2,5 veces más largo que ancho.
Maxilipedio de la H con espina distal del coxópodo más o menos 1/8 de la longitud de
la gran cerda mediana del margen interno del mismo (fig. 218 -5mxp); ambas Ps del M
terminadas en procesos alargados en punta, segundo artejo del exópodo derecho con
una fuerte saliencia interna (fig. 218 -5Ps, M); Ps de la H con la espina interna del segun·
do artejo del exópodo casi 3 veces mayor que la espina terminal del exópodo (fig. 218
-5P s, H): Heterorhabdus papilliger, (fig. 218 -5), H: 1,85 - 2,35 mm; M: 1,6 - 2,3 mm.
Oceánica, en superficie de noche, frecuente en aguas subtropicales entre 50 y 500 m de
profundidad.
4) Maxilipedio con un coxópodo armado con una cerda en chicote (ch), casi del mismo ta-
maño que el propio maxilipedio (fig. 218 -1mxp); Ps del M con un gran proceso laminar
(mayor que el artejo al cual pertenece) en el basípodo derecho, espina interna del segun-
do artejo del exópodo de la Ps de la H dos veces mayor que la espina terminal del tercer
artejo: Heterorhabdusaustrinus, (fig. 218 -1). H: 3,06 - 3,65 mm; M: 2,84 - 3,42 mm.
A 100 - 1500 m de profundidad, concentrado, principalmente, entre los 500 y 1000 m
en aguas antárticas o intermedias antárticas al norte de la Convergencia Antártica.
4A) Maxilipedio con cerdas comunes, es decir sin cerdas en chicote; segundo artejo de la Ps
de la H con el borde distal dentado (fig. 218 -3Re2); la anténula sobrepasa las ramas cau-
dales en varios artejos: Heterostylites major, (fig. 218 -3). H: 4,73 - 5,4 mm; M: 4,14 -
5,09 mm. En aguas de la región templada, en el epiplancton durante la noche.

Augapti Iidae, Arietell idae y Phyllopidae (figs. 219 y 220)

Las especies de estas fami lias viven a profundidades oceánicas mayores o menores, pero su frecuente-
mente elevada numerosidad en estos ambientes hace que sirvan como indicadores batimétricos. Ha-
foptifus fongicornis, por ejemplo, caracteriza el horizonte 200-100 m de las regiones tropicales del
Atlántico.
La revisión más reciente de los augaptílidos fue realizada por Matthews (1972). Las ilustraciones de
las figs. 219 y 220 están basadas sobre los trabajos de Giesbrecht (1892) y de Sars (1924); Hafoptifus
austini, sobre Grice (1959); Parapseudocyclops gisellae, sobre Campaner (1977b); y las de Euaugap-
tifus humifis son originales.

1) Con segmento genital femenino largo, de igual longitud que la suma de los restantes seg-
mentos del urosoma incluyendo o no las ramas caudales (fig. 219 -1 Y fig. 220 -1). Cinco
pares de patas desarrolladas, anténula sobrepasando el cuerpo; márgenes posteriores del
tórax sin protuberancias, redondeados (fig. 220 ·2L y fig. 219 -3L): Augaptilidae . . . . . .. (2
1A) Segmento genital de la H corto, menor que la suma de los 2 segmentos urosomales si-
guientes (fig. 220 -4 y 6). Con 4 pares de patas desarrolladas, el quinto reducido (fig.
220 -6L): Arietellidae y Phyllopidae (14
2) Cabeza anteriormente triangular, pero no terminada en punta aguda (fig. 220 -1); uro-
soma muy estrecho y 2,5 veces menor que el cuerpo anterior. Lámina mandibular con

650
Copepoda

3 3

~r,
gn
de

10

Fig. 219 Copepoda' Augaptil,dae.


1) Haloptilus longicomis. 2) Haloptilus austin/; 3) Haloptilus fons; 4) Haloptilus fertilis; 5) Haloptilus or-
natus. 6) Haloptilus ocellatus; 7) Haloptilus spiniceps; 8) Haloptilus mucronatus; 9) Haloptilus acuti-
frons. 101 Haloptilus oxycephalus. 11) Euaugaptilus humilis
Nota: Sólo 3 de las ilustraciones aquí incluidas representan machos (notar los símbolos correspondien-
tes). todas las restantes corresponden a hembras.
(Basado sobre G,esbrecht. 1892 y Sars. 1924. excepto 2 - de Grice. 1959 y 11 - original).

651
Copeplld;¡

Fig. 220. Copepoda: Augaptilidae, Arietellidae y Phyllopidae


1) Augaptilus megalurus; 2) Euaugaptilus filiger; 3) Euaugaptilus hecticus; 4) Arietellus setosus; 5)
Phyllopus helgae; 6) Parapseudocyclops giselae.
Nota: Sólo se destacan los caracteres masculinos con el signo correspondiente, los restantes corres-
ponden a hembras.
(Basado sobre Giesbrecht, 1892 y Sars, 1924).

652
"l

Copepoda

3-4 dientes y un filamento corto; palpo mandibular en forma de bastón corto con 2
artejos y 2 filamentos grandes; segmento genital H de igual longitud que la suma de los
demás segmentos del urosoma y las ramas caudales. La anténula sobrepasa las ramas
caudales en 4 artejos: Augaptilus megalurus, (fig. 220 -1). H: 4,5 - 6,1 mm; M: 4,3 -
5 mm. En profundidades de 100-200 m en aguas subtropicales.
2A) Cabeza redondeada o aguzada, con o sin protuberancia anterior en la H en vista dorsal . .. (3
3) Relación entre la longitud del cuerpo anterior y aquélla del urosoma (en H): 3) a 4 o
más; filamentos rostrales muy delgados, lámina mandibular generalmente con 1 a 3
puntas mayores (4
3A) Relación entre la longitud del cuerpo anterior y aquélla del urosoma (en H): 2. Endópodo
y exópodo de la Ps de la H solamente con dos artejos. Ps derecha del M con saliencia
interna en el segundo artejo del exópodo (fig. 220 -3Ps): Euaugaptilus hecticus, (fig.
220 -3). H: 2,45 - 2,8 mm; M: 2,28 - 2,4 mm. En regiones subtropicales y templadas
por debajo de los 100 m.
4) Relación de las longitudes del cuerpo anterior/urosoma en H: 3). Con 2 filamentos ros-
trales finos y cortos. Las anténulas sobrepasan en 5-6 artejos las ramas caudales. Seg-
mento genital simétrico. Mandíbulas de un lado con lámina mandibular terminada en
3 protuberancias principales y del otro en una principal y, luego de un intervalo grande,
3 dientes aguzados (fig. 219 -llgn). Ciego estomacal redondeado en la región cefálica:
Euaugaptilus humilis, (fig. 219 -11). H: 2,6 mm. En aguas tropicales y subtropicales por
debajo de los 25 m.
4A) Relación de las longitudes del cuerpo anterior/urosoma: más de 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
5) H con 3 segmentos en el urosoma, max ílula con endópodo atrofiado (fig. 220 -2Mxt );
cabeza redondeada anteriormente; la cerda que se inserta en el basípodo sobrepasa en
longitud al artejo distal del exópodo de la Ps : Euaugaptilus filiger, (fig. 220 -2). H: 4,5 -
6,6 mm. De regiones tropicales, subtropicales y templadas; a profundidades de entre 100
y 300 m, a lo largo del sur de Brasi 1.
5A) H con 4 segmentos en el urosoma, max ílula generalmente con endópodo y exópodo pre-
sentes; la cerda que se inserta en el basípodo de la Ps no alcanza el extremo distal del
último artejo exopodial: Haloptilus, (fig. 219 -9).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (6
6) Sin protuberancia cefálica, anteriormente redondeado (fig. 219 -5C) . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
6A) Con protuberancia cefálica, extremo anterior aguzado o no (fig. 219 -2C y 8) . . . . . . . . .. (9
7) H sin filamentos rostrales, las anténulas sobrepasan el cuerpo en 2-3 artejos, maxila con
2 fuertes espinas (e): Haloptilus ornatus, (fig. 219 -5). H: 4,5 - 5 mm; M: 2)5 - 3,05 mm.
En aguas subtropicales a 100-200 m de profundidad, también en la región templada.
7A) H con fi lamentos rostra les (8
8) En las H las anténulas sobrepasan el cuerpo en 9-10 artejos; maxila con 2 cerdas espinosas
delgadas y curvadas; el céfalo de la H con una papila mediana anterior: Haloptilus longi-
cornis, (fig. 219 -1). H: 2,1 - 2,5 mm. Muy numerosa y frecuente en aguas oceánicas sub-
tropicales entre 100 y 300 m.
8A) La anténula sobrepasa el cuerpo en 3-4 artejos. Maxilas sin espinas fuertes; láminas mandi-
bulares con 4 o más dientes separados por pequeños intervalos. Relación cuerpo anterior/
urosoma: 3,5 a 4: Haloptilus fons, (fig. 219 -3). H: 5) - 6,6 mm. A profundidad en las
zonas templadas, en las zonas de surgencias - en superficie.
9) Margen cefálico redondeado, sin punta. Las anténulas sobrepasan el cuerpo en longitud;
con filamentos rostrales; mand íbula con lámina masticatoria con 3 protuberancias princi-
pales separadas por grandes intervalos: Haloptilus austini, (fig~ 219 -2). H: 3,33 - 3,06
mm. En aguas de afloramiento a lo largo de Cabo Frío, Brasil.
9A) Margen cefálico con una punta anterior (fig. 219 -6 y 8) (10
10) Con punta corta (fig. 219 -7 y 8) (11
lOA) Con punta grande (fig. 219-6 y 9) (12

653
Copepoda

11) Relación de longitudes entre el cuerpo anterior y el urosoma: 5,6. Maxila con 2 fuertes
espinas: Haloptilus spiniceps, (fig. 219 -7). H: 3 - 5,45 mm; M: 2,55 - 3 mm. En aguas
subtropicales superficiales, en la Corriente del Brasi 1, adonde asciende desde capas más
profundas.
11 A) Relación de longitudes entre el cuerpo anterior y el urosoma: 7,3. Maxila provista de una
espina curva: Haloptilus mucronatus, (fig. 219 -8). H:3,6 mm; M: 2,17 - 2,28 mm. En
aguas subtropicales a 100-300 m de profundidad.
12) Talla. mayor de 7 mm; con una gran mancha "ocular" en el dorso: Haloptilus ocellatus,
(fig. 219 -6). H: 7,2 - 9 mm. Antártica.
12A) Talla menor de 7 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (13
13) Relación longitud cefalotórax/ancho cefalotórax: 2: Haloptilus acutifrons, (fig. 219 -9).
H: 2,6 - 3,2 mm. En aguas tropicales superficiales y en subtropicales entre 100 y 500 m.
13A) Relación longitud cefalotórax/ancho cefalotórax: 3: Haloptilus oxycephalus, (fig. 219
-10). H: 3,3 - 4,95 mm; M: 2,5 - 2,57 mm" En aguas oceánicas antárticas y subantárticas,
a lo largo de la Argentina, oceánica, entre O y 1000 m.
14) Anténula de igual longitud que el cuerpo anterior; márgenes del tórax terminados en
punta a ambos lados; cerdas caudales plumosas y grandes. Cabeza terminada en punta an-
terior; rostro representado por 2 delgados filamentos: Arietellus setosus, (fig. 220 -4).
H: 4,6 - 4,9 mm. Profundal.
14A) La anténula no llega al margen posterior del tórax (15
15) Tórax terminado en 2 puntas posteriores a ambos lados; cerdas caudales cortas. Rostro
constituido por una estructura triangular en cuyo vértice nace un filamento; basípodo de
la Ps fundido con exópodo y endópodo: Parapseudocyclops giselae, (fig. 220 -6). H:
2,55 - 2,6 mm. Planctobéntica, en aguas, de la plataforma continental.
15A) Tórax con márgenes posteriores redondeados, sin puntas; cerdas caudales cortas, sin
fi lamentos rostrales; Ps reducidas a 5 artejos de cada lado munidos de cerdas y espinas:
Phyllopus helgae, (fig. 220 -5). En aguas antárticas de la Corriente Circumpolar Antár-
tica.

Clave de identificación de los machos de las tres familias

1) Endópodos (en) de las Ps triarticulados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2


1A) Endópodos (en) de las Ps uniarticulados o ausentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
2) Anténula prensil a la derecha. Ultimos artejos de la Ps con cerdas más grandes que el ar-
tejo: Euaugaptilus hecticus, (fig. 220 -3).
2A) Anténula prensil a la izquierda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
3) Segundo artejo exopodial de la P5 (Re2) derecha con saliencias marginales internas aguza-
das " (4
3A) Segundo artejo exopodial de la P5 derecha sin las saliencias mencionadas. . . . . . . . . . . . .. (5
4) Margen interno de la Re2 de la P5 con 2 saliencias aguzadas (fig. 220 -1 P5): Augaptilus
megalurus, (fig. 220-1).
4A) Saliencia interna del margen de Re2 de la Ps derecha con 3 puntas (fig. 220 -2Ps ): Euau-
gaptilus filiger, (fig. 220 -2).
5) Cerda terminal (ct) de la Ps derecha mayor que el artejo (Re3) en que se inserta (fig.
219 -4Ps, M) (6
5A) Cerda terminal (ct) de la Ps derecha menor que el artejo en que se inserta; ambos coxó-
podos de la Ps con espinas internas (fig. 219 -8Re3): Haloptilusmucronatus,(fig. 219 -8).
6) Cerda externa (ce) proximal del último artejo de la Ps derecha igual a la cerda terminal
(ct). Coxópodo izquierdo con espina interna, y el derecho sin espina (fig. 219 -4Ps) . . . .. (7
6A) Cerda externa (ce) proximal del último artejo de la Ps derecha la mitad de la longitud de
la cerda terminal (ct), (fig 219 -5Re3): Haloptilus ornatus.

654
Copepoda

7) Cerdas terminales de ambas P 5 casi iguales en tamaño (fig. 219 -4P s): Haloptilus fertilis,
(fig. 219 -4).
7A) Cerda terminal de la Ps derecha mayor que la cerda terminal de la Ps izquierda: Halopti-
lus spiniceps, (fig. 219 -7).
8) Endópodo de una de las Ps bifurcado, y el de la otra sin bif\-lrcación (fig. 220 -4Ps): Arie-
tellus setosus, (fig. 220 -4).
8A) Endópodo de la Ps izquierda en forma de placa triangular: Phillopus helgae, (fig. 220 -5).

Candaciidae (fig. 221)

La identificación de los candácidos no presenta mayores dificultades ya que los caracteres específi-
cos son muy conspicuos: el aspecto del último segmento torácico y del urosoma en los machos, ade·
más de la forma de las Ps y de la anténula geniculada. En las hembras es importante observar la forma
de las P5 pero, frecuentemente, basta el aspecto del urosoma, sobre todo del segmento genital, para
caracterizar a la especie.
Para confeccionar la clave e ilustraciones correspondientes se uti lizaron las obras de Giesbrecht (1892,
1902), Cleve (1904), Rose (1933), Vervoort (1957) y Grice (1963), y observaciones originales.

1) Ps de la H terminada en un voluminoso proceso digitiforme (fig. 221 -1Ps); Ps derecha


del M terminada en una cerda plumosa grande (fig. 221 -2P s): Paracandacia . . . . . . . . . . . (2
1A) Ps de la H terminadas en espinas, puntas o saliencias diversas; Ps derecha del M terminada
en una quela (fig. 221 -7Ps): Candacia (3
2) El segmento genital de la H con una espina de cada lado (fig. 221 ·1 U); geniculación de la
Al del M con una protuberancia laminar redondeada (fig. 221 -1 Al ): Paracandacia bis-
pinosa, (fig. 221 -1). H: 1)5 - 1,95 mm; M: 1)5 - 1,9 mm. En aguas oceánicas tropicales
a 25-50 m de profundidad, y en aguas subtropicales de superficie a lo largo de Brasil.
2A) Segmento genital de la H convexo de ambos lados y sin protuberancias espinosas (fig.
221 -2TU); geniculación de la Al del M sin lamela redondeada (fig. 221 ·2AI): Paracan-
dacia simplex, (fig. 221 -2). H: 1) - 1,8 mm; M: 1,8 - 2,3 mm. En aguas oceánicas (de
salinidad superior a 36% ° Y temperatura mayor de 22° C).
3) Márgenes del tórax redondeados en la H; en el M el margen izquierdo es redondeado y el
derecho porta una espina bien quitinizada (fig. 221 -3U, M): los dos primeros segmentos
del urosoma tienen una conspicua protuberancia en el lado derecho: Candacia elongata,
(fig. 221 -3). H: 3 - 3,25 mm; M: 3,15 - 3,3 mm. En la región tropical por debajo de los
150 m.
3A) Tanto en H como en M los márgenes del tórax son aguzados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
4) Segmento genital de la H sin protuberancia en punta " (5
4A) Segmento genital de la H con protuberancia en punta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
5) Antártica. Ps de la H con 5 espinas en el último artejo; Ps izquierda del M con dos cerdas
marginales en el último artejo (fig. 221 -5Ps): Candacia maxima, (fig. 221 ·5). H: 3,78-
3,96 mm; M: 3)4 - 3,87 mm.
5A) Tropical, subtropical y templada " (6
6) Ps de la H con 4 espinas en el último artejo; Ps izquierda del M con 4 cerdas marginales
en el último artejo (fig. 221 ·4Ps): Candacia varicans, (fig. 221 ·4). H: 2,25 - 2,5 mm;
M: 2)5 - 2.4 mm. Tropical, subtropical y templada hasta 30° S, a profundidades inter-
medias.
6A) Ps de la H con 3 pequeñas protuberancias digitiformes terminales en el último artejo,
y con una espina lateral; M con protuberancias características en el último segmento to-
rácico y primero del urosoma (fig. 221 -6TU): Candacia longimana, (fig. 221 -6). H: 2,9

655
Copepoda

d
3
U

10

V~
Fig. 221. Copepoda: Candaciidae.
1) Paracandacia bispinosa; 2) Paracandacia simplex; 3) Candacia elongata; 4) Canda(:ia varicans; 5)
Candacia maxima; 6) Candacia longimana; 7) Candacia bipinnata; 8) Candacia pachydactyla; 9) Canda-
cia cheirura; 10) Candacia ethiopica; 11) Candacia curta.
Nota: Los números 17-18 y 19-20 indican los artejos de la anténula genículada del macho en la región
de la geniculaciÓn.
(Basado sobre observaciones originales y Giesbrecht, 1892, 1902; Rose, 1933; Cleve, 1904; Vervoort,
1957 y Grice, 1963).

656
Copepoda

- 3,5 mm; M: 2,4 - 3,15 mm. En aguas oceánicas superficiales o subsuperficiales en las
regiones tropical, subtropical y templada.
7) H con protuberancia ventral en el segundo segmento del urosoma, segmento genital
dilatado (fig. 221 -9TUL). M con saliencia en punta en el lado izquierdo del segmento
genital. Ps de la H terminada en 3 puntas, con 2 espinas laterales externas y sin cerdas
internas en el último artejo: Candacia cheirura, (fig. 221 -9). H: 3 mm; M: 2,03 mm.
En aguas fr ías a lo largo de la Argentina.
7A) H con protuberancia en el segmento genital. M con protuberancia en el lado derecho del
segmento genital. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
8) H con un par de protuberancias laterales en el segmento genital. En los M ambas o una
protuberancia torácica alcanzan o sobrepasan la articulación posterior del segmento ge-
nital (9
8A) H con protuberancias impares o asimétricas en el segmento genital (fig. 221 -10U). M
con protuberancias laterales en el último segmento torácico cortas, no sobrepasando la
articulación posterior del segmento genital (fig. 221 -11) (10
9) H con dos protuberancias laterales aguzadas en el segmento genital (fig. 221 -7TU),
Ps con 4 diminutas espinas laterales externas en el último artejo (fig. 221 -7Ps). M con
las dos protuberancias laterales aguzadas del segmento torácico sobrepasando el segmento
genital, éste último con una pequeña protuberancia en punta, doblada hacia posterior:
Candacia bipinnata, (fig. 221 -7). H: 2,4 - 2,65 mm; M: 2,15 - 2,5 mm. En aguas superfi-
ciales y subsuperficiales de las regiones tropical, subtropical y templada; euritérmica, con
preferencia por las aguas menos calientes.
9A) H con 2 protuberancias digitiformes láteroventrales en el segmento genital (fig. 221 -8U),
y la Ps con 3 puntas terminales, una espina lateral externa y 3 cerdas laterales iguales
internas. M con la punta lateral derecha del último segmento torácico alcanzando la punta
de la robusta protuberancia del segmento genital, ésta última algo doblada hacia poste-
rior: Candacia pachydactyla, (fig. 221 -8). H: 2,3 - 2,9 mm; M: 2,45 - 2,75 mm. A veces
numerosa, la más frecuente de las especies de Candacia en la Corriente de Brasil; superfi-
cial y subsuperficial en las regiones tropical y subtropical, en aguas de más de 21°C y más
de 35% ° de salinidad.
10) Especie fuertemente pigmentada de color marrón oscuro. Segmento genital de la H con
protuberancia marginal ventral, además de una protuberancia en punta del lado izquierdo.
Ps de la H terminada en 3 puntas con una espina lateral externa y 3 cerdas de diferente
tamaño en el lado interno. M con protuberancia torácica izquierda aguzada y derecha ro-
ma; la protuberancia del segmento genital tiene forma de botón: Candacia ethiopica, (fig.
221 -10). H: 2,25 - 3 mm; M: 2,05 - 2,35 mm. Más frecuente en aguas subtropicales super-
ficiales a lo largo de Brasil; presente desde los trópicos hasta las regiones templadas.
10A) Especie poco pigmentada. Una sola protuberancia ventral en punta en el segmento genital
femenino. M semejante a C. pachydacty/a, pero menos pigmentado y con protuberancia
en el segmento genital en punta aguda y en ángulo recto con el segmento: Candacia curta
(fig. 221 -11). H: 1,82 - 2,45 mm; M: 1,9 - 2,2 mm. Tropical y subtropical en aguas de
salinidad superior de 35% ° Y temperatura menor de 22°C.

Pontell idae (fig. 222)

Los integrantes de esta familia son fáciles de identificar por la presencia de los lentes oculares dorsales
y ventrales, por el rostro robusto con 2 puntas, por la forma de la cabeza, del último segmento toráci-
co y del segmento genital generalmente asimétrico; por la forma de las Ps y de la anténula genicu-
lada del M. Viven en el plancton superficial y por eso, generalmente, exhiben una fuerte coloración
azul. La única especie muy numerosa en aguas costeras y de plataforma, superficial de noche, y que

657
Copepoda

Fig. 222. Copepoda: Pontellidae.


1) Pontel/a marplatensis; 2) P. atlantica; 3) P. securifer; 4) P. spiniceps; 5) Pontel/opsis regalis; 6) P. vi-
l/osa; 7) P. brevis; 8) P. perspicax; 9) Pontel/ina plumata; 10) P. platychela; 11 )Labidocera fluviatilis; 12)
L. neri/~· 13) L. darwini; 14) L. acutifrons; 15) L. detruncata; 16) Calanopia americana.
(Basado sobre Fleminger, 1975; Fleminger y Hülsemann, 1973,1974, Giesbrecht, 1892 y Ramírez,
1966a).

658
Copepoda

es difícil de reconocer como perteneciente a esta familia porque no tiene lentes oculares y es de color
pardo oscuro o ceniza-marrón es Ca/anopia americana.
La clave y figuras incluidas se basan en los trabajos de Giesbrecht (1892), de Fleminger (1975) y de
Fleminger y Hülsemann (1973, 1974). El dibujo de Ponte//a marp/atensis está basado en Ramírez
(1966a) .

1) Cabeza sin ganchos laterales (fig. 222 -16D Y 11 D) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) Cabeza con ganchos laterales (fig. 222 -2CD, gl); triangular en M y en H; un par de lentes
oculares dorsales y uno rostral adelante del ojo ventral. Abdomen asimétrico, con 2-3
segmentos en la H. Rostro con lJase dilatada, geniculación antenal del M globosa; maxi-
lipedio con 7 artejos; endópodo de la p¡ con 3 artejos; Ps izquierdo en M sin endópodo:
Pontella " (13
2) Cefalotórax dos veces la longitud del urosoma en la H, y una vez y media en el M " (3
2A) Cefalotórax más de dos veces la longitud del urosoma, tanto en M como en H . . . . . . . . .. (5
3) Sin lentes oculares dorsales y rostrales. Cuerpo sin protuberancias anteriores, oval, estre-
cho, liso e hidrodinámico, aguzado anteriormente. Sin cerdas plumosas grandes; de loco-
moción veloz. Ojo ventral sin protuberancia; abdomen en H simétrico (fig. 222 -16D);
en M poco asimétrico; rostro en forma de dos fuertes espinas; anténula geniculada del M
característica (fig. 222 -16A¡). Ps de la H y del M características (fig. 222 -16Ps, H Y
16Ps, M): Calanopia americana, (fig. 222 -16). H: 1,5 - 1,4 mm; M: 1,4 -1,2 mm. En fon-
dos fangosos de día, enterrada en el lodo; en superficie a la noche. Frecuente y hasta nu-
merosa en aguas costerdS y de plataforma a lo largo de Brasil.
3A) Con lentes oculares dorsales, cuerpo anteriormente prolongado en una saliencia rostral
que soporta dos fuertes espinas ventrales. Cuerpo corto y ancho, con cerdas plumosas
grandes y coloreadas en las extremidades. Ramas caudales: la derecha soldada al segmento
anal, y la izquierda articulada (fig. 222 -10TU): Pontellina (4
4) Puntas torácicas grandes, sobrepasando la mitad del segmento genital femenino (fig. 222
-9D), quela de la Ps del M angosta en vista lateral (fig. 222 -90L): Pontellina plumata,
(fig. 222 -9). H: 1,5 - 1,9 mm; M: 1,8 mm. Prefiere aguas de salinidad superior de 36% ° Y
temperatura mayor de 22° C.
4A) Puntas torácicas cortas, no alcanzando la mitad del segmento genital femenino (fig. 222
-10TU); quela de la Ps del M dilatada en vista lateral (fig. 222 -100L). Más o menos del
mismo tamaño que la especie precedente: Pontellina platychela, (fig. 222 -10). Ecuatorial.
5) Cabeza más angosta que el tórax, redondeada anteriormente; un par de lentes oculares
dorsales, mayores en el M que en la H; ojo ventral piriforme; rostro sin lentes, formado
por dos fuertes espinas; abdomen de la H asimétrico o no, y en el M simétrico. Maxili-
pedio con 6 artejos. Endópodos de la p¡ con 2 artejos. Geniculación no globosa en la
anténula del M. Ps izquierda del M con endópodo: Labidocera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
5A) Cabeza muy ancha; generalmente sin lentes oculares dorsales ni rostrales; ojo ventral acha-
tado o en maza. Tórax comúnmente asimétrico en M; maxilipedio con 5 artejos. Genicu-
lación globosa de la anténula; patas como en Ponte//a en el M: Pontellopsis (10
6) Con punta cefálica anterior en el M y en la H: Labidoceraacutifrons, (fig. 222 -14). H:
3,7 - 4,1 mm; M: 3,8 - 4 mm. Muy frecuente, oceánica, de aguas cálidas.
6A) Cabeza redondeada anteriormente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
7) H con tórax posterior y urosoma casi simétrico (fig. 222 -11 D) .. (8
7A) H con segmento genital asimétrico (fig. 222 -15TU) (9
8) Numeroso y común en aguas costeras y estuariales de la región tropical y subtropical de
la costa este de Sudamérica. Exópodo de la Ps de la H con extremidad bifurcada, endó-
poco cónico, en punta (fig. 222 -11Ps, H); el endópodo (en) en la Ps izquierda del M
no alcanza el último artejo del exópodo de la misma (fig. 222 -11Ps, M): Labidocera flu-
viatilis, (fig. 222 -11). H: 2,5 mm; M: 2,4 - 2,5 mm.

659
Copepoda

8A) Oceánica, poco numerosa en el Atlántico Sur, común en la Corriente Ecuatorial y Mar Ca-
ribe. Ps de la H con exópodo terminado en tres puntas y endópodo redondeado (fig.
222 - 12Ps H); Ps izquierda del M sin endópodo (fig. 222 - 12Ps, M): Labidocera nerii,
(fig. 222 -12). H: 2,85 - 3 mm; M: 2,65 - 2,75 mm.
9) En aguas de plataforma y costeras desde Cabo Frío (Brasil) hasta Mar del Plata (Argenti-
na). Ps de la H bifurcada en el extremo; endópodo de la Ps izquierda del M alcanzando,
en extensión, el último artejo del exópodo de la misma (fig. 222 -13Ps, en): Labidocera
darwini, (fig. 222 -13). H: 2 mm; M: 1,5 - 2 mm.
9A) Rara en el Atlántico Sur (ef. Weikert, 1976), solamente presente a lo largo del sur de Afri-
ca, proveniente del Océano Indico: Labidocera detruncata, (fig. 222 -15).
10) Segmento genital de la H con saliencias aguzadas; punta derecha marginal del tórax del
M alcanzando o casi alcanzando la rama caudal (11
10A) Segmento genital femenino con saliencias redondeadas (fig. 222 -60, H), punta derecha
marginal del tórax del M alcanzando apenas la articulación del 3° con el 4° segmentos to-
rácicos (fig. 222 -6TU, M). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (12
11) Muy frecuente pero en pequeñas cantidades en aguas costeras o de plataforma del lito-
ral sur de Brasil, del Uruguay, inclusive en la desembocadura del Río de La Plata. H con
2 protuberancias digitiformes de un lado del único segmento del urosoma (fig. 222 -70,
H). M sin ésas ni ningún otro tipo de protuberancias laterales en el urosoma (fig. 222
-7TU, M): Pontellopsisbrevis, (fig. 222 -7). H: 2 - 2,58 mm; M: 1,99 - 2,15 mm.
11 A) Oceánica, subtropical y tropical. H con dos segmentos en el urosoma y una protuberancia
a la izquierda y a la derecha del segmento genital (fig. 222 -5TU, H); M con una protube-
rancia mayor a la derecha del tercer segmento del urosoma (fig. 222 -5TU, M): Ponte-
/Iopsis rega/is, (fig. 222 -5). H: 3,75 - 4,4 mm; M: 3,4 - 3,5 mm.
12) Urosoma de la H con un solo segmento; el tórax del M con puntas más o menos iguales
en tamaño. Ps del M con dedo fijo de la quela muy pequeño (fig. 222 -6Ps, M): Ponte-
1I0psis villosa, (fig. 222 -6). H: 2,6 - 3 mm; M: 1,9 - 2,83 mm. Subtropical, oceánica.
12A) Urosoma de la H con 2 segmentos (fig. 222 -8TU, H); M con puntas torácicas desiguales
en tamaño (fig. 222 -8TU, M). Cabeza de la H anteriormente más afi lada que las cabezas
de otras Ponte//opsis (fig. 222 -8CO); urosoma del M con saliencias laterales en el primer
y tercer segmentos (fig. 222 -8TU, M): Pontellopsis perspicax, (fig. 222 -8). H: 1,85 mm;
M; 2,5 mm. En aguas oceánicas pobres, muy salinas (más del 36% o) del vórtice antici-
clónico central del Atlántico Sur, a lo largo del norte de Brasil.
13) Con urosoma trisegmentado en la H (fig. 222 -2TU, H) :. (14
13A) Con urosoma bisegmentado en la H (fig. 222 -3TU, H) (15
14) Oceánica de la región templada. Puntas del tórax en la H no alcanzando las ramas cauda-
les (fig. 222 -2TU); Al geniculada en el M, con aspecto característico (fig. 222 -2C, Al ):
Ps del M (fig. 222 -2Ps, M) con quela muy dilatada: Pontella atlantica, (fig. 222 -2).
H: 5,8 - 5,9 mm; M: 4,3 - 5,7 mm.
14A) En desembocadura del Río de La Plata, y a lo largo de la misma hasta 22° 31 'S a lo largo
del Brasil en colectas superficiales. En la H la punta derecha del tórax alcanza las ramas
caudales (fig. 222 -1TU, H); con exópodo de la Ps con 5 espinas, y el endópodo con una
punta (fig. 222 -1Ps, H); Ps del M con los componentes de la quela (Q) muy delgados,
dispuestos más o menos en círculo (fig. 222 -1 Ps, M), y la otra Ps terminada en 3 espinas,
una de las cuales es curva y larga, y las otras subterminales y cortas: Pontella marpla-
tensis, (fig. 222 -1). H: 2,5 mm; M: 2,7 mm.
15) Con la base del rostro (r) globosa (fig. 222 -3CL). Ps izquierda del M con el endópodo en
forma de espina (e) recta, el artejo terminal con 3 espinas terminales y una lateral, más
cérdulas (fig. 222 -3Ps): Pontella securifer, (fig. 222 -3). H: 3,65 - 4,55 mm; M: 3,42 -
4,20 mm. De aguas cálidas oceánicas, superficiales en región tropical y subtropical.
15A) Con la base del rostro no globosa: Pontella spiniceps, (fig. 222 -4). H: 4,7 mm. Del Océa-
no Indico, señalada en Atlántico tal vez por mala identificación de Ponte/la at/antiea,
a la cual se parece.
660
Copepoda

Nota: Giesbrecht y Schmeil, 1965 (reedición de la obra original publicada en 1898) consideran a Pon-
te/la patagoniensis como una especie dudosa.

Acarti idae (fig. 223)

En esta familia son caracteres importantes para la clasificación la presencia o ausencia de dos fila-
mentos rostrales, de espinas en las anténulas, de puntas laterales o espinas y/o cérdulas en el último
segmento torácico; además del aspecto de las Ps (iguales en la H y desiguales en el M).
La clave y las figuras están basadas, principalmente, en observaciones y dibujos originales (de Acartia
/i//jeborgi; A. giesbrechti y A. tonsa) y dibujos y textos de Giesbrecht (1892), de Rose (1933) y de
E. Dahl (1894a).

1) Con dos filamentos rostrales (fig. 223 -5C, R). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


lA) Sin filamentos rostrales (fig. 223 -lC). Espinas laterales en el margen del tórax redondea-
do, tanto en el M como en la H; Las Ps como en el dibujo (fig. 223 -1 Ps , H Y 1Ps, M):
Acartia longiremis, (fig. 223 -1). H: 1,25 mm; M: 1,1 mm. De región templada, a lo largo
del sur de Brasil, en aguas oceánicas y de plataforma frías (15 - 21°C).
2) Anténulas de la H con varias espinas (e), además de cerdas (fig. 223 -20). Cuerpo robusto,
mr.írgenes laterales del tórax terminados en robustas puntas, tanto en el M como en la H
(fig. 223 -20, H Y 2TU, M); Ps de la H y del M según las respectivas figuras; Acartia liII·
jeborgi, (fig. 223 -2). H: 1,15 - 1,2 mm; M: 1,4 mm. Frecuentemente dominante entre
los copépodos de agua cálida costera y estuariales de salinidad más alta, hallándose tam-
bién en aguas cálidas de plataforma.
2A) Anténulas de la H con una espina como máximo y cerdas, o cerdas solamente. . . . . . . . .. (3
3) Anténulas de la H con una espina (e) próxima a la inserción del apéndice (fig. 223 -3D,
Al)................................................................... (4
3A) Anténula de la H sin espinas (fig. 223 -50) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4) H Y M con segmento torácico terminado en puntas espiniformes bien conspicuas. Ps
de la H (fig. 223 -3Ps) con cerda plumosa (pl), dos veces mayor que la garra interna
(g); Ps del M con protuberancias internas (p) en los primeros artejos de las dos patas, iz-
quierda y derecha: Acartia danae, (fig. 223 -3). H: 1,05 -1,22 mm. M: 1,1 mm. Delgada.
Frecuente en aguas oceánicas de la corriente de Brasil, o de agua subtropical de super-
ficie, de temperaturas de alrededor de 18°C, pudiendo ser numerosa; a lo largo del Río
de la Plata y fuera de la plataforma continental argentina, donde es escasa.
4A) H con el segmento torácico terminado en una pequeña espina a cada lado; segmento to-
rácico del M redondeado, con cerdas marginales; Ps de la H con cerda plumosa (pl) cinco
veces mayor que la garra interna (g); Ps del M con una sola protuberancia interna (p)
presente en el primer artejo de la pata izquierda: Acartia neligens, (fig. 223 -4). H: 1,1
- 1,18 mm; M: 1,01 - 1,12 mm. Oceánica, de aguas templadas, frecuente en zonas de mez-
cla de aguas, o de transición, a lo largo del sur de Brasil y de Uruguay; pudiendo hallarse
más al norte, en aguas de la Corriente de Brasil.
5) Con muchas cérdulas en los segmentos del urosoma del M y de la H. Tórax redondeado
en la H, y en eI M con más cérdu las (fig. 223 -5TU L y 5U): Acartia tonsa, (fig. 223 -5).
H: 0,9 - 1,25 mm; M: 0,75 - 0,9 mm. Reemplaza a A. /i//jeborgi en aguas estuariales y cos-
teras fr ías de la zona templada subantártica del sur de Brasi 1, de Uruguay y de Argentina.
5A) Con cerdosidad fina en los márgenes dorsales posteriores de los segmentos del urosoma,
y sin cerdas o con cerdas raras en el segmento anal (fig. 223 -6TU): Acartia giesbrechti,
(fig. 223 -6). H: 1-1,2 mm; M: 0,86 -1 mm. Posiblemente sinónimo de A. tonsa. En aguas
estuariales de la desembocadura del río Amazonas.

661
Copepoda

Fig. 223. Copepoda: Acartiidae.


1) Acartia /ongiremis; 2) A. /illjeborg¡;· 3) A. danae; 4) A. neg/igens; 5) A. tonsa; 6) A. giesbrechti.
(Basado sobre observaciones originales y sobre los trabajos de Dahl, 1894a; Giesbrechl, 1892 y Rose,
1933).

662
Copepoda

Oithonidae (fig. 224)


Los siguientes caracteres son los utilizados para identificar las especies del género Oithona: Presencia
o ausencia de pico (rostro aguzado) en la región frontal del cerebro; tipo y número de cerdas ter-
minales del basípodo y del endópodo de la mandíbula; fórmula de las patas, calculada contando el
número de cerdas del margen externo del primero al tercero artejos de los exópodos de la primera a
la cuarta patas (Rosendorn, 1917; Wellershaus, 1970). Por ejemplo: Oithona ova/is (representada por
80 en la fig. 224) no tiene pico o rostro aguzado (como el ilustrado en la fig. 8 L ); la fórmula de las
patas es: 113, 113, 113, 112 (fig. 224 -12P¡ a 12P4), es decir, la primera, segunda y tercera patas
tienen una cerda o espina externa en el primer artejo exopodial, una cerda o espina en el margen ex-
terno del segundo artejo, y tres cerdas o espinas externas laterales en el tercer artejo del exópodo;
la cuarta pata (P4) tiene una espina externa en el primero y segundo artejos, y dos en el tercer artejo
del exópodo. En Oithona frigida la fórmula de la tercera pata (fig. 224 -6P3) es 101, porque el segundo
artejo del exópodo no tiene cerdas externas; y la cuarta pata es 001, porque no tiene cerdas en el pri-
mero y segundo artejos del exópodo (fig. 224 -6P4).
La clave que sigue, as í como las ilustraciones correspondientes, están basados sobre trabajos de Rosen-
dorn (1917), Wellershaus (1970), 80wman (1975) y Fonseca y Bjornberg(1976).

1) Con rostro aguzado (fig. 224 -9r, 1Or). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2


1A) Sin rostro aguzado (fig. 224 -8r) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (11
2) Extremo del rostrovisibledorsalmente (fig.224-1D) (3
2A) Extremo del rostro dirigido hacia ventral, visible de perfil (fig. 224 -10D) . . . . . . . . .. (6
3) Con cerdas grandes (c) en las bases de las patas (fig. 224 -1 D, 1P4), rojas en material fres-
co. Fórmula: 112,102,101,001. Mandíbula con dos ganc~os-espinas terminales y tres
cerdas en el endópodo: Oithona plumifera, (fig. 224 -1). H: 1,5 -1,15 mm. En aguas cá-
lidas de regiones tropicales y subtropicales, neríticas y oceánicas.
3A) Sin cerdas grandes en el margen externo de las bases de p¡ a P4 . • • • • • . • . • • . • . . . • . • •. (4
4) Fórmula de P2: 112. Mand íbula con dos ganchos terminales y endópodos con 4 cerdas;
fórmula: 113, 112, 101, 001: Oithona frigida, (fig. 224 -6). H: 1,2 mm. En aguas antár-
ticas, subantárticas. En aguas subtropicales toma una forma un poco diferente rOithona
pseudofrigida, fig. 224 -7P4).
4A) P2 con fórmula 102. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
5) P¡ con fórmu la 113. Cuerpo delgado, cerdas en remo (ver ca en fig. 224 -12P 4 ) en las ba-
ses de las patas; mand íbula con dos ganchos terminales grandes y espina proxima! robus-
ta y corta (fig. 224 -11md) y 4 cerdas enel endópodo(una plumosa). Fórmula: 113,102,
101, 001:0ithonasetigera, (fig. 224 -11). H: 1,57 mm. De aguas templadas y subtropica-
les.
5A) p¡ con fórmula 112. Mandíbula con dos ganchos terminales cortos y robustos, cerda pro-
ximal tan grande como los ganchos, y más delgada; endópodo con 4 cerdas (una plumo-
sal. Fórmula: 112,102,101,001: Oithona at/antica, (fig. 224 -9). H: 0,65 - 1,1 mm.
En aguas templadas y subtropicales.
6) Con fórmula de p¡ - P4: 112,103,103,002. . .. (7
6A) Con fórmula diferente a la anterior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
7) Endópodos de la mandíbula con 3 cerdas:Oithona plumifera. M: 0,7 mm.
7A) Endópodo de la mand íbula con 4 cerdas: Oithona atlantica. (M).
8) Exópodo de la P¡ con fórmu la: 112 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
8A) Exópodo de la p¡ con fórmula: 113 (10
9) Con dos cerdas en el endópodo de la mand íbula, y ésta con dos ganchos terminales:
Oithona tenuis, (fig. 224 -5). H: 1,07 mm. De aguas subsuperficiales, subtropicales.
9A) Mand íbula con tres cerdas en el endópodo y dos ganchos terminales: Oithona similis,
(fig. 224 -10). Aguas subantárticas y de transición a lo largo de la Argentina y del sur
del Brasil.
663
Copepoda

Fig. 224. Copepoda: Oithonidae.


1) Oithona plumifera; 2) O. nana; 3) o. oculata; 4) o. simplex; 5) O. tenuis; 6) o. frigida; 7) o.
pseudofrigida; 8) O. ovalis; 9) O. atlantica; 10) O. similis; 11) o. setigera; 12) O. oligohalina; 13) O. ro-
busta.
(Basado sobre Rosendorn, 1917, Fonseca y Bjéirnberg, 1976).

664
Copepoda

10) Mand íbula con 4 cerdas en el endópodo; rostro poco aguzado: Oithona setigera, (fig.
224 -11). M: 0,9 mm.
lOA) Mandíbula con 5 cerdas en el endópodo, según Rosendorn (1917), y con 4 cerdas en el
endópodo, según Wellershaus (1970). Rostro muy grande, de punta muy aguda: Oithona
robusta, (fig. 224 -13). H: 1,55 mm. En aguas oceánicas cálidas.
11) Fórmula de la P4: 113; mand íbula con 4 cerdas en el endópodo y un gancho y una cerda
fina terminales en el basípodo: Oithonasimplex, (fig. 224 -4). H: 0,4 mm. En aguas de
plataforma y coste ras.
l1A) Con fórmula de la P4: 112 (12
12) Con fórmula de la p) : 113 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (13
12M Fórmula de la p) - P4: 112,112,112,112. Mandíbula con 3 cerdas en el endópodo y dos
ganchos en el basípodo: Oithona similis. M: 0,7 mm.
13) Con dos lentes oculares en la región dorsal-anterior de la cabeza; mand íbula con dos gan-
chos terminales cortos, y 5 cerdas en el endópodo: Oithona oculata, (fig. 224 -3). H: 0,8
mm. Común y numerosa en colectas nocturnas de superficie, costera (litoral sur de Bra-
si 1).
13A) Sin lentes oculares dorsales anteriores (14
14) Con dos ganchos aguzados en el extremo de la mandíbula (15
14A) Con un solo gancho aguzado en el extremo de la mand íbula, o dos prolongaciones digiti-
formes (dig) terminales (ver en fig. 224 -2md y 8 md). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (16
15) Con 4 cerdas en el endópodo de la ,mand íbula. Cerda terminal y lateral del último artejo
del exópodo de la P4 mucho mayor que el exópoc!o restante: Oithonafrigida, (fig. 224
-6). M: 0,3 mm. De aguas antárticas y en otras aguas más cálidas bajo una forma ligera-
mente modificada (O. pseudofrigida, comparar fig. 224 -6P4 y fig. 224 -7P4).
15A) Con 5 cerdas en el endópodo de la mandíbula; cerda terminal del exópodo de la P4
más o menos de igual tamaño que el resto del exópodo: Oithona robusta, (fig. 224 -13).
M: 0,36 mm.
16) Con prolongaciones digitiformes en el basípodo de la mandíbula (fig. 224 -8md, 12md);
en la H perfi I de la parte anterior de la cabeza cuadrado (fig. 224 -8r) ... . . . . . . . . . . . . .. (17
16A) Con un gancho espinoso y una cerda fina en el basípodo de la mandíbula y 4 cerdas
en el endópodo: Oithona nana, (fig. 224 -2). H: 0,53 mm; M: 0,44 mm. De aguas costeras
más salinas yaguas de plataforma.
17) Con 4 cerdas en el endópodo de la mand íbula: Oithona ovalis (fig. 224 -8). H: 0,6 mm;
M: 0,55 mm. Típica y numerosa en aguas de manglares y costeras cálidas desde el norte
hasta el sur de Brasil.
17A) Con 5 cerdas en la mandíbula: Oithonaoligohalina,(fig. 224 -12). H: 0,58 - 0,64 mm;
M: 0,58 - 0,6 mm. Típica de estuarios o ríos que desembocan en manglares, donde puede
ser el copépodo dominante; en menor número en aguas de manglar de baja salinidad, des-
de el norte hasta el sur de Brasil. .

Nota: F. D. Ferrari y T. E. Bowman ("Pelagic copepods of the family Oithonidae, Cyc/opoida, from
the east coast of Central and South America", Smithsonian Contrib. Zool., 512) describen 3 nuevas
especies más de Oithonidae para el Atlántico Sudoccidental. La información correspondiente no se
pudo incluir debido a su tard ía aparición.

Oncaeidae (fig. 225)

Oncaeidae se clasifican, principalmente, por el tamaño relativo de los segmentos del urosoma y por la
relación longitud-ancho de las ramas caudales; por la forma del cefalotórax, por las cerdas del endópo-
do de las P4 y Ps, Y del maxilipedio.

665
Copepoda

Fig. 225. Copepoda: Oncaeidae


1) Oncaea conifera; 2) O. media; 3) o. mediterranea; 4) O. minuta; 5) O. venusta; 6) o. dentipes; 7) o.
notopus; 8) O. curta; 9) o. obscura; 10) O. subtilis; 11) o. curvata; 12) Pachos punctatum; 13) Conaea
rapax; 14) Lubbockia squillimana; 15) L. aculeata; 16) Conaea atlantica.
(Basado sobre notas originales y sobre los trabajos de Ferrari, 1975; Giesbrecht, 1892, 1902; Rose,
1933 y Schmeleva, 1967).

666
Copepoda

La información para la clave incluida y para la fig. 225 fueron extra ídas de Giesbreeht (1892, 1902),
Rase (1933), Schmeleva (1967), Ferrari (1975) y notas originales.

1) Con A2 formada por 3 artejos más o menos elongados y curvos, portando distalmente
cerdas grandes en gancho. Ps en bastón, con una o dos cerdas terminales, o formada por
una sola cerda (fig. 225 -c en 13U).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (2
1A) Con A2 formada por 3 ó 4 artejos con cerdas cortas en gancho, o sin cerdas en gancho.
Ps en forma de bastón con cerdas foliáceas (cf), o en forma de punta setígera (e) (13
2) Ps formada por una sola cerda(c), endópodo de la P4 constituido por tres artejos más o
·menos del mismo tamaño (fig. 225 - 16P 4) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (15
2A) Ps en bastón, con una o dos cerdas terminales (fig. 225 -7Ps); endópodo de la P4 con el
tercer artejo mucho mayor que los otros dos (fig. 225 -7P4). • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •• (3
3) De perfil con una protuberancia toráciea dorsal (fig. 225 -1 L, p). H con dos segmentos
entre el genital y el anal. M con tres segmentos muy cortos entre el genital y el anal, y
con márgenes genitales (mg) salientes y grandes. P4 terminada en dos cerdas foliáeeas cor-
tas (fig. 225 -1 P4) Y una punta cónica. Ramas caudales más cortas que el segmento anal:
Oncaea conifera, (fig. 225 -1). H: 0,75 - 1,25 mm; M: 0,6 - 0,8 mm. En aguas frías de pla-
taforma a lo largo de Brasil, y en aguas argentinas.
3A) De perfil, sin protuberancia torácica dorsal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
4) En H, segmento lJenital notablemente más corto que el resto del urosoma (fig. 225 -10U). (5
4A) Segmento genital, en H, igualo mayor que el resto del urosoma (fig. 225 -6U). . . . . . . . .. (6
5) Cuerpo angosto, tres veces más largo que ancho: Oncaea subtilis, (fig. 225 -10). H:
0,48 - 0,5 mm; M: 0,4 mm. En aguas de alta salinidad, en temperaturas inferiores a 22° C,
numerosa en aguas eosteras de fondo y en aguas de plataforma.
5A) Cuerpo oval, casi dos veces más largo que ancho: Oncaea curvata, (fig. 225 -11). H: 0,7
mm. Aguas antárticas.
6) Longitud mayor de 0,8 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
6A) Longitud máxima: 0,8 mm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
7) Con ramas caudales mucho mayores que el segmento anal en H, mayor ancho del cuerpo
anterior en el límite entre el céfalo y el primer segmento torácico; amarilla con extremi-
dades rojizas: Oncaea venusta, (fig. 225 -5). H: 1,01 - 1,4 mm; M: 0,7 - 1 mm. Típica de
aguas tropicales y subtropicales de superficie, oeeánica.
7A) Con ramas caudales casi del mismo tamaño que el segmento anal de la H. Ancho máximo
del cuerpo en el límite entre el céfalo y el primer segmento torácico . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
8) Cuarto segmento torácico estrechado posteriormente, color lila-azulado cuando el espe-
cimen es colectado en aguas oceánicas; amarillento cuando es costero: Oncaea media, (fig.
225 -2). H: 0,85 - 0,95 mm; M: 0,7 mm. Más numerosa en aguas costeras y superficiales
de plataforma, entre 15 y 21°C y en salinidades de 35°/00' aproximadamente. Ocurre tam-
bién en aguas tropicales oceánicas yaguas subtropicales.
8A) Cuarto segmento torácico dilatado posteriormente, amarillo-anaranjado o beige: Oncaea
mediterranea, (fig. 225 -3). H: 1,07 - 1,37 mm; M: 0,76 - 1,12 mm. Ocurre a 100-500
m, en aguas subtropicales y antárticas intermedias a lo largo de Brasil, o en aguas al sur
en temperaturas de 7 a 13° C.
9) La cerda terminal mayor de la Ps de la H sobrepasa la mitad del segmento genital. Seg-
mento anal mucho más grande (más de 1/3 del segmento genital): Oncaea notopus, (fig.
225 -7). H: 0,6 - 0,95 mm. Aguas antárticas, en regiones tropicales entre 100 y 1000 m.
9A) La Ps de la H llega, como máximo, al primer quinto del segmento genital (10
10) Segmento genital del M más ancho posterior que anteriormente, rectangular;y segmento
anal grande, aproximadamente la mitad del genital: Oncaeaobscura, (fig. 225 -9). H y M:
0,5 mm. De 100 a 200 m en aguas subtropicales.

667
Copepoda

10A) Segmento genital lateralmente dilatado, más ancho anterior que posteriormente, en
forma de pera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (11
11) Ramascaudales más cortas que el segmento anal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (12
11A) Ramas caudales mayores que el segmento anal: Oncaea curta, (fig. 225 -8). H: 0,66 mm;
M: 0,48 mm. En aguas costeras, de plataforma y subtropicales, a lo largo de Santos (Sra-
si 1), y de 100 a 200 m en la región tropical.
12) Segmento genital muy dilatado lateralmente, 5° segmento torácico aguzado lateralmen-
te: Oncaea dentipes, (fig. 225 -6). H: 0,52 mm. En aguas subtropicales y antárticas in:
termedias a 0-1000 m.
12A) Segmento genital menos dilatado. Quinto segmento torácico sin puntas laterales: Oncaea
minuta, (fig. 225 -4).
13) Cuerpo globoso con la frente prolongada en una cresta redondeada; cuarto segmento to-
rácico terminado en puntas laterales; Ps de la H reducida a una punta con 4 cerdas:
Pachos punctatum, (fig. 225 -12). H: 1,9 - 2,2 mm; M: 1,87 - 2 mm. Profundal.
13A) Cuerpo estrecho. Ps con dos cerdas foliáceas (14
14) La Ps de la H alcanza, con una cerda foliácea, el límite posterior del segmento genital;
sin punta cefálica anterior. M con segmento anal de márgenes laterales cóncavos: Lubbo-
ckia squillimana, (fig. 225 -14). H: 1,45 - 1,6 mm; M: 1,8 - 2,1 mm. A 0-1000 m de pro-
fundidad, en aguas subtropicales subsuperficiales.
14A) Ps de la H con cerdas que no alcanzan el límite posterior del segmento genital. H con
punta cefálica anterior y segmento torácico posteriormente di latado en puntas latera-
les. En el M el segmento anal no posee constricción: Lubbockia aculeta, (fig. 225 -15).
H: 2,35 mm. Profundal.
15) Los segmentos del urosoma, excepto el genital, son aproximadamente iguales en tamaño.
Segmento genital con dos orificios dorsales en la H, y dos espermatóforos (es) en el M,
como en Oncaea: Conaea rapax, (fig. 225 -13). H: 1 - 1,15 mm; M: 0,8 - 0,9 mm. Profun-
dal.
15A) Segmentos del urosoma de diferentes tamaños, el genital mayor que los otros juntos, el
anal igual que la suma de los dos precedentes, en la H, y la suma de los tres precedentes,
en el M: Conaea atlantica, (fig. 225 -16). H: 0,26 mm; M: 0,24 mm. A profundidades de
entre 100 y 200 m, en aguas centrales del Atlántico Sur.

Nota: La especie descripta por Schmeleva (1967) como Oncaea atlantica fue pasada aquí al género
Conaea porque posee los caracteres típicos de este género, e.g., A2 con artejo final largo, con grandes
cerdas en gancho; endópodo de la P4 no más largo que el exópodo; tercer artejo de la P4 no más
largo que el primero y el segundo; Ps reducida a una cerda plumosa de cada lado.

Sapphirinidae (fig.226)
Son características específicas de los miembros de esta familia el aspecto de las ramas caudales, de las
anténulas, de las antenas, del último artejo del endópodo de las P2 y los tamaños relativos entre endó-
podas y exópodos de las P4 en Sapphirina; y el urosoma, las antenas, los maxilipedios y las P4 en Ve-
ttoria y Copilia. Los principales miembros de la familia están representados por formas achatadas
(Copilia y Sapphrina) con aspecto foliáceo, tanto en M como en H (Sapphirina), o los M sQ1amente
(Copilia). Las hembras en este último género tienen el urosoma más estrecho, y ambos sexos sOIÍ~muy
transparentes cuando están vivos. Los individuos del género Sapphirina, como indica su nombre, pare-
cen joyas cuando están vivos porque, frecuentemente, presentan un brillo metálico o iridiscente. Los
miembros de esta familia poseen dos lentes oculares frontales (Sapphirina y Vettoria) en ambos sexos,
y en Copilia las hembras solamente.
Los dibujos y la clave están basados, principalmente, en los trabajos de Lehnhofer (1926, 1929) y de
Giesbrecht (1892).

668
Copepoda

Fig. 226. Copepoda: Sapphirinidae.


1) Sapphirina angusta; 2) S. intestinata; 3) S. lactens; 4) S. maculosa; 5) S. gastrica; 6) S. metallina; 7)
S. opalina darwini; 8) S. auronitens-sinuicauda; 9) S. nigromaculata; 10) S. scarlata; 11) S. ovatolan-
ceolata-gemma; 12) S. stellata; 13) S. iris; 14) Vettoria granulosa.

669
Copepoda

am
V

18
(¡:(o
O
~

Fig. 226. Copepoda: Sapphirinidae.


15) Copilia mirabilis; 16) C. vitrea; 17) C. mediterranea; 18) C. quadrata; 19) C. lata; 20) C. hendorfi;
Nota: Líneas de puntos - líneas medias.
(Basado, principalmente, sobre Giesbrecht. 1892 y Lenhofer, 1926, 1929).

670
Copepoda

1) Con aspecto foliáceo, más o menos oval y achatado, sin separación nítida entre el cuerpo
antenor . y eI postenor
. . (2
1A) Con el cuerpo anterior más dilatado, nítidamente separado del cuerpo posterior o uroso-
ma más estrecho. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (3
2) Co~ las ramas caudales achatadas, foliáceas; ·el cuerpo anterior con 5 segmentos y el pos-
terior con 5 ó 6 (según sea H o M):Sapphirina,fig. 226 -130 (4
2A) Con ramas caudales grandes y estrechas; el cuerpo anterior con 4 segmentos y el posterior
con 6: Copilia (macho), (fig. 226 -15M) , (16
3) Cuerpo anterior y posterior con 4 segmentos; con 2 lentes oculares bien separadas en la
región frontal del céfalo; ramas caudales muy grandes y estrechas (fig. 226 -15 a 20H, O):
Copilia (hembra) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (21
3A) Cuerpo anterior' con 5 segmentos; con 2 lentes oculares contiguas en la región frontal del
céfalo; ramas caudales cortas, no foliáceas (fig. 226 -140): Vettoria (= Corina). H con 3
segmentos en el urosoma y M con 4; P4 compuesta por un endópodo biarticulado y un
exópodo triarticulado: Vettoria granulosa, (fig. 226 -14). H: 0,68 - 0,85 mm; M: 0,58
- 0,68 mm. En aguasde la región tropical entre 100 y 300 m, a lo largo del Brasil.
4) Rama caudal con margen posterior cóncavo o recto en la línea media (fig. 226 -1rc y
6rc) " (5
4A) Rama caudal con margen posterior sobresaliente en la línea media (fig. 226 -9rc y 5rc) . .. (6
5) Rama caudal (fig. 226 -6rc) con dos cerdas foliáceas (d) y 3 cerdas simples (cs); antena
con borde hialino (f) en el margen interno del segundo artejo; espina terminal (et) fusio-
nada al cuarto artejo (fig. 226 -6Az ); P4 con lasdos ramas triarticuladas e igl,lalesen ancho
y longitud: Sapphirina metallina, (fig. 226 -6). H: 1,68 - 2,25 mm; M: 1,61 - 2,58 mm. En
aguas tropicales.
5A) Rama caudal (fig. 226 -1rc) con el margen interno en ángulo con respecto al margen pos-
terior, formando una punta en gancho, sin cerdas foliáceas y con 3 cerdas terminales
simples; Az sin borde hialino en los artejos y con la espina terminal separada del último
artejo (fig. 226 -1Az): Sapphirina angusta, (fig. 226 -1). H: 3,07 - 5 mm; M: 3 - 6,95 mm.
En aguas tropicales, subtropicales y subantárticas.
6) Rama caudal sin saliencia marginal en forma de espina (fig. 226 -3rc y 13 re). . . . . . . . . . . (7
6A) Rama caudal con saliencia marginal en forma de espina (fig. 226 -9rc) . . . . . . . . . . . . . . .. (8
7) Margen externo (me) de la rama caudal casi recto; margen interno (mi) convexo; cerda
interna (ci) de la rama caudal inserta entre la cerda lateral externa (ce) y las tres cerdas
terminales (ct): Saphhirina iris, (fig. 226 -13). H: 5,2 - 7,4 mm; M: 5,9 -7,5 mm. Princi-
palmente en aguas subtropicales y de la Convergencia Subtropical, oceánica.
7A) Márgenes externo e interno de la rama caudal convexos; cerda interna (ci) de la última
inserta un poco más abajo o a la misma altura que la cerda lateral externa (ce) proximal;
con dos cerdas laterales externas y dos terminales: Sapphirina lactens, (fig. 226 -3). H:
1,39 - 1,58 mm; M: 1,52 - 1,62 mm. A lo largo de Mar del Plata (Argentina).
8) Rama caudal con saliencia espinosa ubicada en el mismo nivelo posterior al punto de
inserción de las cerdas terminales (fig. 226 - 7rc y 10rc) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
8A) Rama caudal con saliencia espinosa subterminal; anténulas pentaarticuladas. . . . . . . . . . .. (10
9) Lentes oculares separados en el margen anterior del cuerpo; anténulas triarticuladas, con
las dos cerdas terminales soldadas en la base (fig. 226 -7Al): Sapphirina opalina darwini
(fig. 226 -7). H: 2,13 - 4,17 mm; M: 2,42 - 4,36 mm. En aguas subtropicales oceánicas
y neríticas.
9A) Lentes oculares juntos en el margen anterior del cuerpo; anténulas pentaarticuladas (fig.
226 - 10AI): Sapphirina scarlata, (fig. 226 -10). H: 3,32 - 4,62 mm; M: 3,4 - 4,85 mm. En
aguas subtropicales y ecuatoriales.
10) Anténula con el tercer y cuarto artejos con espinas (e) (fig. 226 -12AI ): Sapphirina ste-
lIata (= S. ovalis Oana, macho, en Brady, 1883), (fig. 226 -12). H: 2 - 2,75 mm; M: 1,97 -

671
Copepoda

2,68 mm. En aguassubtropicales y, principalmente, tropicales.


lOA) Anténulas sin cerdas en gancho en el tercer y cuarto artejos (11
11) Con endópodo y exópodo de la cuarta pata del mismo tamaño (fig. 226 -11P4 ); con una
pequeña saliencia en forma de espina en la rama caudal (fig. 226 -11rc). Rama caudal dos
veces más larga que ancha. Cerda interna (ci) de la rama caudal ubicada entre las inser-
ciones de las dos cerdas laterales externas (ce): Sapphirina ovatolanceolata-gemma, (fig.
226 -11). H: 1,9 - 3,65 mm; M: 2,15 - 4,52 mm. En aguassubtropicales, centrales y tro-
picales.
11A) Con el endópodo de la P4 un poco más corto que el exópodo (fig. 226 -8P4 ) • • • • • • • • • •• (12
12) Con el endópodo de la P4 mucho más estrecho que el exópodcr (fig. 226 -4P4) ... . . . . .. (13
12A) Con el endópodo de la P4 un poco más estrecho que el exópodo (fig. 226 -8P4) •.•••••• (15
13) Con una cerda terminal en el tercer artejo del endópodo de la P4 (fig. 226 -4P4) . . . . . . .. (14
13A) Con dos cerdas terminales en el tercer artejo del endópodo de la P4 (ver fig. 226 -8P4):
Sapphirina nigromaculata, (fig. 226 -9). H: 1,55 - 2,81 mm; M: 1,71 - 3,04 mm. Es la es-
pecie más frecuente del género en aguas oceánicas y de plataforma subtropicales y sub-
antárticas; tambiél'l presente en aguastropicales.
14) Cerda interna de la rama caudal ubicada anteriormente al punto de inserción de la cerda
.lateral (fig. 226 -2rc); tercer artejo del endópodo de la P2 , en el M, con 2 cerdas foliáceas
terminales (fig. 226 -2P2): Sapphirina intestinata, (fig. 226 -2). H; 1,62 - 2,78 mm; M:
1,65 - 2,87 mm. En aguascentrales y subtropicales.
14A) Cerda interna de la rama caudal inserta un poco posteriormente al punto de inserción
de la cerda lateral; tercer artejo del endópodo de la P2, en el M, con una cerda foliácea
terminal (fig. 226 -4P2): Sapphirina maculosa, (fig. 226 -4). H: 1,81 - 2,13 mm; M: 2,65
- 2,71 mm. En aguas oceánicas cálidas.
15) Rama caudal 2,5 veces más larga que ancha (fig. 226 -5rc); cerda interna inserta posterior-
mente a la inserción de la cerda lateral; tercer artejo del endópodo de la P2, en el M, con
tres cerdas foliáceas (fig. 226 -5P2): Sapphirina gastrica,(fig. 226 -5). H: 2,33 - 2,68 mm;
M: 2,2 - 2,65 mm. En aguassubtropicales.
15A) Rama caudal (fig. 226 - 8rc) hasta 1,5 veces más larga que ancha; cerda interna (ci) inserta
posteriormente a la inserción de la cerda externa (ee); tercer artejo del endópodo de la
P2, en el M, con una o dos cerdas foliáceas y una o dos cerdas modificadas (fig. 226 -8P2).
Cuerpo total o parcialmente (ramas caudales) iridiscente: Sapphirina auronitens sinui-
cauda, (fig. 226 -8). H: 1,42 - 2,81 mm; M: 1,85 - 2,75 mm. En aguas oceánicas cálidas
a lo largo del Brasil.
16) Maxilipedios con una protuberancia pronunciada en el segundo artejo (fig. 226 -15 y
16 mxp, p) ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (17
16A) Maxilipedios sin protuberancia pronunciada en el segundo artejo (fig. 226 -18 mxp):
Copilia quadrata, (fig. 226 -18). M: 3,5 - 5,7 mm.
17) Protuberancia (p) del segundo artejo del maxilipedio (fig. 226 -17 mxp) distal en vez
de proximal. El cuarto artejo de la,segunda antena más corto que el primero (fig. 226
-17, 20A2 ). • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •• (18
17A) Protuberancia (p) del segundo artejo del maxilipedio más proximal que distal (fig. 226
-16 mxp). El primer artejo de la segundaantena mucho más corto que el cuarto (fig. 226
-16A2): Copilia vitrea, (fig. 226 -16). M: 5,5 - 9 mm.
18) La protuberancia es en forma de botón (fig. 226 -15mxp y 20 mxp) (19
18A) La protuberancia sin forma definida, con los bordes cayendo suavemente hacia ambos
lados (fig. 226 -17mxp, 19mxp) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (20
19) Con una protuberancia en el margen distal del segundo artejo del maxilipedio (fig. 226
-15mxp); antena con el tercer artejo 1,5 veces más corto que el cuarto artejo (fig. 226
-15A2 ): Copilia mirabilis, (fig. 226 -15). M: 3,2 - 6,1 mm.

672
Copepoda

19A) La protuberancia del segundo artejo del maxilipedio está situada más hacia el medio del
artejo (fig. 226 -20mxp). El cuarto artejo de la antena más corto que el tercero (fig. 226
-20A2): Copilia hendorffi, (fig. 226 -20). M: 5,5 - 8,3 mm.
20) Gancho terminal y cuarto artejo de la antena (fig. 226 -17 A2 , M) casi del mismo tamaño:
Copiliamediteminea, (fig. 226 -17). M: 4,1 - 6,1 mm.
20A) Gancho terminal de la antena menos de la mitad del tamaño del cuarto artejo de la misma
(fig. 226 -19A2, M): Copilia lata, (fig. 226 ·19). M: 4,5 - 7 mm.
21) Lentes oculares próximos, la distancia entre uno y otro es menor que un diámetro de los
mismos (fig. 226 -16D): Copiliavitrea, (fig. 226 -16). H: 3,2·5,4 mm. En Corriente Nor
y Surecuatorial; a lo largo de la costa norte de Brasil, en aguas centrales y ecuatoriales.
21A) Lentes oculares distantes uno de otro (por lo menos 1,5 veces el diámetro de cada uno)
en el margen frontal del céfalo y, en consecuencia, el cuerpo anterior con contorno casi
cuadrado (fig. 226 -15 Y 17) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (22
22) El primer artejo de la segunda antena con espinas espinosas (fig. 226 -15A2): Copilia mi-
rabilis, (fig. 226 -15). H: 2,2 - 4,1 mm. Es la especie de Copilia más frecuente y numerosa
en aguas cálidas de plataforma a lo largo de Brasil, presentándose también en aguas tropi-
cales y subtropicales, pudiendo encontrarse a lo largo de la Argentina.
22A) Artejo de la antena segunda sin espinas espinosas (fig. 226 -20A2 ) • • • • • • • • • • • • • • • • • •• (23
23) Segmento anal con margen dentado (fig. 226 -20am); espinas (el -e4) de la segunda antena
casi iguales en tamañ'o (fig. 226 -20A2 ); endópodo de la P4 casi del mismo tamaño que el
pri mer artejo del exópodo (fig. 226 -20P4 ): Copilia hendorffi, (fig. 226 -20). H: 3,9 -
5,1 mm. En aguassubtropicales o más frías.
23A) Segmento anal sin margen dentado; espinas (el -e4) del tercer artejo de la antena de tama-
ños diferentes; P4 con endópodo uniarticulado, menor que el primer artejo del exópodo
(fig. 226 ·17P4) '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (24
24) Con dos minúsculas saliencias en forma de botón en el margen anterior del céfalo, en vista
dorsal, correspondiendo a los lugares donde terminan los nervios (fig. 226 -19m). Largos
de las espinas del tercer artejo de la segunda antena todos diferentes, disminuyendo en el
orden e3 a el; segmento anal con espinas (fig. 226 -19am): Copilia lata, (fig. 226 -19).
H: 3,2 - 5,4 mm. En aguasecuatoriales y subtropicales. .
24A) Sin las dos minúsculas saliencias en forma de botón en el margen frontal del Céfalo (fig.
226 -18D); margen liso (25
25) En' vista dorsal, márgenes laterales del céfalo paralelos (fig. 226 -18D). Espinas laterales
(el -e2 ) del tercer artejo de la antena un tercio del largo de la espina distal mayor (e3) Y
separadas una de la otra (fig. 226 -18A2): Copilia,quadrata, (fig. 226 -18). H: 2,2 - 4,4
mm. En aguas subtropicales y tropicales.
25A) En vista dorsal, los márgenes laterales del céfalo son ligeramente convergentes hacia la
región anterior (fig. 226 -17 D). Espinas laterales (el -e2 ) y distal (e3) del tercer artejo de
la antena grandes en relación a la espina e4, Y todas dispuestas muy juntas (fig. 226
-17 A2): Copilia medj.terranea, (fig. 226 -17). H: 3,2 - 4,4 mm. En aguas superficiales
de salinidad alta y de temperatura alrededor de 210 C o menos.

Corycaeidae (fig. 227)

Los integrantes de la familia Corycaeidae se clasifican por el número de segmentos del urosoma (uno
o dos), presencia o ausencia de gancho ventral (protuberancia aguzada) en el segmento genital, y por
la forma y tamaño de este último, aspecto de la antena, número de cerdas en el basípodo de la P4, longi-
tu<;:lrelativa de las ramas caudales y de los segmentos genhal y anal. Son también buenos caracteres dis-
tintivos el aspecto y posición de los lentes oculares anteriores, la distancia entre aquéllos, y la protube-
rancia ventral que aloja los conos de las células pigmentadas del ojo. En muestras recién fijadas la ~'V"
673
Copepoda

Fig. 227. Copepoda: Corycaeidae.


1) Corycaeus speciosus; 2) C. clllusi; 3) C. furcifer; 4) C. crassiusculus; 5) C. lautus; 6) C. limbatus; 7) C.
typicus; 8) C. flllccus; 9) C. minimus; 10) C. IIfricllnus; 11) C. IIImIlZon;CUS; 12) C. dubius; 13) C. gies-
brechti; 14) C. oval;s; 15) C. latus; 16) Farranulla gracilis; 17) F. rostratll.
(Basado sobre M. Dahl, 1912, reeditado en 1971).

674
Copepoda

formada por los dos conos de células pigmentadas (fig. 227 -1D, M) presenta colores característicos;
por ejemplo en Corycaeus giesbrechti y C. amazonicus es verdosa; en Farranulla gracilis, azulada.
La clave y las figuras correspondientes fueron basadasen el trabajo fundamental de M. Dahl (1912,
reeditado en 1971) Y en dibujos orignales.

1) Urosoma del M y de la H unisegmentados (fig. 227 -16L). Cerdas del basípodo de la ante-
na (A2) con cérdulas (fig. 227 -17 A2 ). Las hembras con una gran quilla ventral en gancho
(fig. 227 -16L Y 17L): Farranulla (= Corycella). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (14
1A) Urosoma generalmente bisegmentado (fig. 227 -1Dl, a veces unisegmentado (fig. 227
-8D). Antena (A2) con las cerdas del basípodo lisas o finamente plumosas (fig. 227 -2A2
y 7A2). En las H quilla ventral redondeada (fig. 227 -11L): Corycaeus (2
2) Ramas caudales mayores que el resto del urosoma. Tamaño total casi igualo mayor que
2 mm , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Ramas caudales iguales o menores que el resto del urosoma. Tamaño total menor a
2 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
3) Ramas caudales en H dos veces mayores que el resto del urosoma (fig. 227 -3D, H):Cory-
caeus (Urocorycaeus) furcifer, (fig: 227 -3). H: 1,96 - 2,02 mm; M: 1,27 - 1,28 mm. En
aguas oceánicas tropicales a lo largo de la isla Fernando de Noronha.
3A) Ramascaudales en H poco mayores o iguales que el resto del urosoma. . . . . . . . . . . . . . .. (4
4) Ramas caudales en la H y en el M poce mayores que el resto del urosoma (fig. 227 -5UL):
Corycaeus(Urocorycaeus) lautus, (fig. 227 -5). H: 2,7 mm; M: 2,09 - 2,36 mm. En aguas
oceánicas cálidas.

4A) Ramas caudales en H aproximadamente del mismo tamaño o un poco mayores que el uro-
soma restante (siempre divergentes) (fig. 227 -1D); en M del mismo tamaño que el resto
del urosoma: Corycaeus (Corycaeus) speciosus, (fig. 227 -1). H: 2 - 2,5 mm; M: 1,7 - 1,95
mm. Frecuente y abundante en aguas oceánicas con temperatura superior a 26° C; típico
de aguas más cálidas de la Corriente de Brasil.
5) Urosoma de la H unisegmentado (fig. 227 -6D); las dos cerdas del coxópodo de la A2 de
la misma casi iguales en tamaño (fig. 227 -7A2, H) y presencia de dos procesos aguzados
en el margen distal del basípodo. Basípodo de A2 del M con una serie de pequeños dien-
tes y margen distal redondeado (fig. 227 -7 A2, M) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (6
5A) Urosoma de la H bisegmentado (fig. 227 ·9D). Antena, en ambos sexos, con procesos
en punta en el margen distal del basípodo; coxópodo, en la H, con dos cerdas grandes de
tamaño diferente (fig. 227 -4A2). Sin series de dientecillos en el basípodo de la antena del
M ...............................................•..................... (8
6) Longitud de la H menor a 1,4 mm, y del M menor a 1,2 mm (fig. 227 -6D). Lentes ocu-
lares del M contiguos, y separados en H. Longitud de las ramas caudales y del segmento
anal (M) iguales. Segmento genital en ambos sexos mayor que el resto del urosoma: Cory-
caeus (Agetus) limbatus), (fig. 227 -6). H: 1,35 mm; M: 1,147 - 1,161 mm. En aguasoceá-
nicas, tropicales y subtropicales.
6A) H mayores de 1,4 mm, y M mayores de 1,25 mm de longitud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
7) La H, en vista lateral, presenta el 4° segmento torácico levantado dorsalmente, en forma
de joroba (fig. 227 -7L), Y el margen externo del basípodo de la antena es aserrado (fig.
227 -7 A2). M con lentes oculares separados, ramas caudales dos veces mayores que el
segmento anal: Corycaeus (Agetus) typicus. (fig. 227 -7). H: 1,62 - 1,65 mm; M: 1,42 -
1,62 mm. En aguas oceánicas cálidas.
7A) La H, en vista lateral, no presenta el 4° segmento torácico levantado en el dorso, en joro-
ba; con una saliencia en botón en el dorso del segmento genital (fig. 227 -8ULl, M con
lentes oculares separados (fig. 227 -8D), ramas caudales una vez y media mayores que el
segmento anal (fig. 227 -8D): Corycaeus (Agetus) flaccus, (fig. 227 -8). H: 1,48 - 1,56

675
Copepoda

mm; M: 1,28 - 1,52 mm. Numeroso en aguas de la Convergencia Subtropical y en aguas


oceánicas cálidas.
8) Urosoma de la H de tamaño igual a la mitad del cuerpo anterior (fig. 227 -9D), y el del
M una vez y media menor: Corycaeus (Ditrichocorycaeus) minimus, (fig. 227 -9). H:
0,77 mm; M: 0,65 mm. Aguas atlánticas centrales y a lo largo del norte de Brasil.
8A) Urosoma de la H una vez y media menor que el cuerpo anterior (fig. 227 -10 y 11D). . . .. (9
9) Segmento genital, en la H, anguloso (fig. 227 -11 L). Cuarta pata, tanto en el M como en
la H, con 3 cerdas en el basípodo (fig. 227 -12P4). , (10
9A) Segmento genital, en la H, grande, sin angulosidades, piriforme o elongado Hig. 227
-13D); basípodo de la P4 con 2 cerdas (fig. 227 -13P4). M con protuberancia ventral en
forma de espina en el segmento genital (fig. 227 -13U l), Y con el gancho mayor de la
antena sobrepasando los dos artejos basales (fig.227 -14A2 ) ••••• '. • • • • • • • • • • • • • • • • •• (12
10) Con ramas caudales, en ambos sexos (fig. 227 -1Ol), dos o más veces mayores que el seg-
mento anal: Corycaeus (Ditrichocorycaeus) africanus, (fig. 227 -10). H: 1,01 - 1,2 mm;
M: 0,87 - 0,95 mm. Numeroso a lo largo del norte de Brasil, en aguas costeras.
lOA) Con ramas caudales más cortas (fig. 227 -13D). Extremadamente frecuente y abundante
en aguas a lo largo del sur de Brasil y de Argentina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (11
11) Con el segmento genital (G), en la H, más o menos rectangular (en vista dorsal) o cua-
drado (en vista lateral), más corto que el anal. En el M, ramas caudales mayores que el
segmento anal, y el gancho mayor de la antena no es más largo que el artejo basaI : Cory-
caeus (Ditrichocorycaeus)amazonicus, (fig. 227 -11). H: 0,9 - 1,04 mm; M: 0,82 - 0,73
mm. Muy frecuente en aguas de plataforma de salinidad entre 34 y 35%0 y temperaturas
entre 15 y 18° C.
11A) El segmento genital, en la H, casi del mismo tamaño que el anal. De perfil el segménto
genital tiene forma de cono truncado con una protuberancia ventral, y en vista dorsal
es dilatado lateralmente: Corycaeus (Ditrichocorycaeus) dubius, (fig. 227 -12). H: 0,95
mm; M: 0,73 mm. Característico de aguassubantárticas a lo largo de América del Sur ..
12) Segmento genital, en la H, muy dilatado, tres veces mayor que el segmento anal. Segmen-
to genital del M con espina ventral (13
12A) Segmento genital de la H estrecho, dos veces mayor que el segmento anal. Coloración
verdosa (principalmente en la "V" constituida por las células pigmentarias del ojo, en vis-
ta dorsal). Ramas caudales del M y de la H del mismo tamaño que el segmento anal: Co-
rycaeus (Onychocorycaeus )giesbrechti, (fig. 227 -13). H: 0,9 - 1 mm; M: 0,77 - 1,1 mm.
Es el copépodo más nltmeroso en aguasde plataforma y costeras con salinidades entre 30
y 35 % ° y temperaturas mayores de 15° C.
13) El segmento genital en la H, 2,7 veces mayor que la rama caudal. El segmento genital, en
ambos sexos, prácticamente igual en longitud al resto del urosoma, ramas caudales inclui-
das. Estas últimas, en el M, 2 veces mayores que el segmento anal. Segmento genital del M
2,6 veces más dilatado que el anal: Corycaeus (Onychocorycaeus) ovalis, (fig. 227 -14).
H: 1,01 mm; M: 0,88 mm. Según Dahl (1912), típico del Mediterráneo, pero registrado
también a los 300S a lo largo de América (Giesbrecht, 1892; Farran, 1929; Gaudy, 1963;
Cleve, 1904) a 0-100 m, en aguasde plataforma y oceánicas.
13A) El segmento genital de la H es 1,8 veces mayor que las ramas caudales. El segmento geni-
. tal del M es de igual longitud que el resto del urosoma, incluyendo las ramas caudales.
Estas últimas, lev.emente mayores que el segmento anal del M. El segmento genital del M
es 3,3 veces más dilatado que el anal: Corycaeus (Onychocorycaeus) latus, (fig. 227 -15).
H: 1,12 mm; M: 1,15 mm. De superficie, oceánico, más numeroso en aguas tropicales
de la región ecuatorial y de la Corriente de Brasil, frecuentemente en aguas subtropicales
del extremo sur de la Corriente de Brasil, y en aguas superficiales de plataforma.
14) las ramas caudales, en la H, de longitud aproximadamente igual a la mitad del segmento
genital y en el M son de igual longitud (fig. 227 -16D): Farranullagracilis (fig. 227 -16).

676
Copepoda

H: 0,93 - 1,1 mm; M: 0,8 - 1 mm. Azulado luego de fijado. Es la especie más abundante
y frecuente en aguas tropicales oceánicas, presentándose en número elevado también en
aguas cálidas de plataforma; rarísimo en aguas costeras.
14A) Con las ramas caudales en forma de bastoncitos cortos (fig. 227 -17 D): Farranulla ros-
trata, (fig. 227 -17). H: 0,75 - 0,9 mm; M: 0,7 - 0,88 mm. Vicariante de F. graci/is en
aguas subtropicales (de menos de 21°C de temperatura y más de 35% ° de salinidad).

Harpacticoida (fig. 228)

De este importante orden de Copepoda sólo se consideran las especies planctónicas de aguas costeras
y oceánicas. las especies bentónicas que pueden encontrarse en forma temporaria en el plancton de
aguas interiores (salobres) y en aguas costeras de poca profundidad son numerosas, pero éstas no son
incluidas en la clave de clasificación.

La clave está basada sobre los esquemas de Rose (1933) Y de Lang (1948). los dibujos de la fig. 228
también fueron reproducidos de las obras mencionadas. .
1) Cuerpo más o menos fusiforme, tanto en la parte anterior como en la posterior. . . . . . . .. (2
1A) Cuerpo fusiforme solamente en su parte posterior. Cefalo en forma de escudo, con una
punta mediana anterior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (7
2) Con anténula corta, que no sobrepasa el primer segmento libre del cuerpo anterior, rama
caudal más corta que el segmento anal (fig. 228 -2L): Microsetella . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Con anténul~ sobrepasando el primer segmento libre del cuerpo anterior, rama caudal
mayor que el segmento anal (fig. 228 -1al) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (4
3) Mayores de 0,6 mm, de color rosa; cerda mayor de la rama caudal dos veces la longitud
del cuerpo; con 4 cerdas grandes en las Ps, las dos del basiendopodito (Be) de igual tama-
ño: Microsetella rosea, (fig. 228 -3). H: 0,6 - 0,85 mm. En aguas costeras y oceiÍnicas
tropicales, subtropicales y de plataforma, en general con distribución irregular, "manchi-
forme".
3A) De 0,5 mm o menos; la cerda mayor de cada rama caudal de la H, del tamaño del cuerpo;
la P5 de la H con 7 cerdas, de las cuales 3 son grandes y 4 pequeñas; y las dos del basien-
dopodito (Be) de tamaño bien diferente. la P5 del M con 4 cerdas mayores: Microsetella
norvegica, (fig. 228 -2). H: 0,35 - 0,53 mm; M: 0,33 - 0,42 mm. Eurihalina yeuritérmica;
se halla en todas las aguas, principalmente neríticas.
4) Con lentes cuticulares anteriores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (5
4A) Sin lentes cuticulares anteriores y antena sin exopodito (de color azul y naranja): Macro-
setella gracilis, (fig. 228 -7). H: 1,8 mm; M: 1,25 mm. Los sexos se diferencian por las
Ps (fig. 228 -7Ps, H Y M). Especie muy frecuente y numerosa en aguas tropicales y sub-
tropicales, más oceánica que costera, asociada a una cianofícea planctónica, Tric/}odes-
mium, de la cual se alimenta.
5) Antena (fig. 228 -8A2 ) con exopodito y cerdas caudales más cortas que el urosoma. . . . .. (6
5A) Antena sin exopodito (fig. 228 -7A2) y cerdas caudales mayores que el urosoma: Oculo-
setella gracilis, (fig. 228 -10). H: 1,2 mm; M: 1,15 mm. Aguas subtropicales oceánicas.
6} lentes ocu lares enla región anterior del céfalo agrupados (fig. 228 -8D). Cerdas de la P5
de la H más cortas que los artejos donde están insertadas (fig. 228 -8Ps ), coloración azul-
verdosa oscura: Miracia efferata, (fig. 228 -8). H: 1,45 -2 mm; M: 1,4 -1,6 mm. De aguas
oceánicas tropicales, principalmente en las corrientes ecuatoriales.
6A} lentes ocu lares en la regiórí anterior del. céfalo separados (fig. 228 -9D). Cerdas de la P5
de la H mayores que los artejos donde se insertan (fig. 228 -9Ps): Miracia minor, (fig.
228 -9). H: 0,85 mm; M: 0,77 mm. En aguassubtropicales.
7} Con las ramas caudales parcialmente unidas (fig. 228 -1rc) con el segmento anal y con cer-
das caudales 'dos veces la longitud del cuerpo. P6 bastante desarrolladas en ambos sexos:

677
Copepoda

'"'
I

~
"

, \\ I
7'
Ps 8A2 ~
f..

Fig. 228. Copepoda: Harpacti,coida.


1) Aegisthus mucronatus; 2) Microsetella norvegica; 3) Microsetella rosea; 4) Euferpina acutifrons;
5) Clytemnestra scutellata; 6) Clytemnestra rostrata; 7) Macrosetella gracilis; 8) Miracia efferata; 9)
Miracia minor; 10) Oculosetella gracilis.
(Tomado de Lang, 1948 y Rose, 1933).

678
Copepoda

Aegisthus mucronatus, (fig. 228 -1). H: 2 - 2,55 mm; M: 1,1 - 1,7 mm. De aguas pro-
fundas.
7A) Con las ramas caudales articuladas al segmento anal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (8
8) Ramas caudales dos veces más largas que anchas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (9
8A) Ramas caudales tan largas como anchas: Clytemnestra rostrata~ (fig. 228 -6). H: 0,61 -
1,2 mm; M: 0,85 mm. De salinidad baja (aproximadamente 33% o), en aguas con tempe-
ratura entre 16 y 20° C, y en la Convergencia Subtropical.
9) Con la región cefálica anterior prolongada en una aguda punta; muy numerosa y frecuente
en aguas costeras e interiores, hallándose también en aguas de plataforma: Euterpina acu-
tifrons, (fig. 228 -4). H: 0,5 - 0,85 mm; M pequeño: 0,52 - 0,6 mm, M grande: 0,65 -
0,7 mm. Con dimorfismo sexual, dos tipos de machos, que no sólo se diferencian por su
tamaño, sino también porlascerdasdelosapéndices (ver Haq, 1965). El M de tamaño
pequeño parece ser más frecuente en aguas brasileñas, y el de tamaño grande en aguas
argentinas.
9A) Con la región cefálica prolongada anteriormente en punta romboidal; las Ps grandes y
estrechas, terminadas en 2 cerdas grandes: Clytemnestra scutellata, (fig. 228 -5). H: 1,05 -
1,2 mm; M: 1,05 - 1,3 mm. Frecuente pero poco numerosa, principalmente en aguasde
plataforma.

679
EUPHAUSIACEA
TARSICIO ANTEZANA Y EDWARD BRIN TON

Introducción cos, y la presencia de larva nauplius, los ase-


mejaba a los Sergestidae (ver p. 727); Mauch-
line y Fisher resumieron estos argumentos en
El orden Euphausiacea está integrado por ca-
maroncillos nadadores exclusivamente mari- 1969, mientras Brinton (1966) teorizó que tal
similitud de eufáusidos con sergéstidos era
nos y planctónicos, distribuidos en aguas
consecuencia de adaptaciones independien-
oceánicas y neríticas de todos los mares del
mundo. tes a hábitos pelágicos similares.

La mayoría de las especies son oceánicas, y Los eufáusidos constituyen importantes esla-
entre éstas hay epipelágicas (0-400 m de bones de la trama alimentaria en sus niveles
profundidad, aprox.), mesopelágicas (200- primarios. Muchas especies, preferentemen-
700 m, aprox.) y batipelágicas (700-2000 m, te herbívoras, forman concentraciones de tal
aprox.). Por el pequeño tamaño de la mayoría magnitud que sólo se comparan en número y
de las especies (10-30 mm de longitud) se biomasa con las de copépodos, e incluso
considera a los eufáusidos parte del plancton; superan a las de éstos en ciertas épocas del
sin embargo, algunas especies pelágicas y las año y/o en determinadas regiones, llegando a
batipelágicas alcanzan tamaños de hasta 150 ser particularmente vulnerables a la preda-
mm y se las considera como parte del ción de peces, mamíferos, aves, otros orga-
micronecton. nismos marinos, y también del hombre en
forma directa. Sin embargo, además del fito-
Elorden Euphausiacea, junto con el orden De-
plancton, su fuente alimentaria se encuentra
capoda, integra la subclase Eucarida, cuyas
en el zooplancton pequeño (Lasker, 1966;
característieas son: caparazón fusionado con
Weigmann, 1970; Roger, 1973) y materia or-
todos los somitos torácicos, corazón pequeño
gánica particulada (Wickstead, 1961), y no se
en el tórax, órgano digestivo grande y ramifi-
descarta la alimentación microbiana y el cani-
cado: el hepatopáncreas, hembras carentes
balismo. Al igual que la mayoría de los taxo-
de oostegitos (láminas ventrales que forman
nes de invertebrados planctónicos, los eufáu-
la bolsa incubatriz). Los Euphausiacea tienen sidos realizan movimientos verticales cíclicos
podobranquias no cubiertas por el caparazón, de día y de noche (Banse, 1964). Durante la
exopodito maxilar pequeño y fotóforos móvi-
noche la población se estratifica cerca de la
les en abdomen, tórax y pedúnculos oculares;
superficie, alimentándose de microplancton;
su tipo de desarrollo larval es distintivo.
durante el día los diversos componentes de la
Antiguamente Euphausiacea y Mysidacea se población realizan movimientos de descenso
confundían en el suborden Schizopoda; más hacia la profundidad y se concentran a niveles
recientemente algunos carcinólogos, como y por períodos que posiblemente responden,
Calman (1905), Kemp (no publicado), Gurney en cada especie, a la cantidad de luz y a las ca-
(1942) y Gordon (1955), justificaron la inclu- racterísticas físicas, alimentarias y profundi-
sión de los eufáusidos entre los decápodos dad de la columna de agua. En profundidad
másprimitivos. Ellos notaron que la presencia tienen acceso e ingieren materia orgánica
de fotóforos, reducción de patas torácicas particulada proveniente de la capa de mezcla
posteriores acompañada de la compresión (Antezana, 1978). Varios autores (Hersey y
axial o reducción de estos segmentos toráci- Moore, 1948; Moore, 1950; Saito y Mishima,

681
Euphausiacea

1952; Boden, 1962; Boden y Kampa, 1965) rostro más o menos prolongado y sobre ella
señalaron que los eufáusidos contribuyen se levanta, en ciertas especies, una quilla
efectivamente al efecto conocido como capas media. En cada borde inferior del caparazón o
difusoras profundas (Deep Scattering Layers) cerca del mismo pueden existir uno o dos
dentículos laterales.
las que han podido seguirse por espacio de
varios días (Kalinowski, 1978) (ver p. 10). El cefalotórax está provisto de ojos yapéndi-
ces, que expresan exteriormente su metame-
rismo. Los ojos son compuestos y peduncula-
dos.
Morfología y desarrollo larval
Los apéndices cefálicos del extremo anterior
Morfología de los adultos son: los dos pares de antenas y los apéndices
bucales. Las primeras antenas o anténulas
están compuestas de un pedúnculo triarticu-
Los crustáceos eufáusidos conservan mu-
lado provisto de lóbulos, quillas y espinas, yde
chas características de la forma caridoide. Su
un par de flagelos multiarticulados; las se-
cuerpo está diferenciado en dos partes,. una gundas antenas o antenas están compuestas
anterior o cefalotórax y una posterior o abdo- de un basicerito, provisto de una espina
men (fig. 229). lateral más o menos prolongada o estiloceri-
El cefalotórax está cubierto, en toda su ex- to, y de una escama antenal y un flagelo mul-
tensión, por una delgada cubierta quitinosa o tiarticulado que nacen en el basicerito. Los
caparazón, cuya parte anterior de forma trian- apéndices siguientes constituyen la armadu-
gular recibe el nombre de placa frontal, la ra bucal que, con los apéndices torácicos, for-
cual puede estar limitada posteriormente por man un "canastillo" para filtrar el alimento.
una hendidura o surco cervical. La placa Constituyen la armadura bucal: ellabrum, un
frontal se proyecta hacia adelante en un par de mandíbulas provistas de un palpo,

Fig. 229. Características morfológicas generales de un eufáu-


sido tipo.
A) Morfología externa; B) Anatomía interna.
(Original).

682
Euphausiacea

labio o paragnato, un par de maxílulas o estructuras son criterios específicos en la


primeras maxilas y un par de maxilas o mayoría de los géneros.
segundas maxilas.
El petasma de los machos es el carácter diag-
Los apéndices torácicos, cormopoditos o nóstico más confiable en la determinación de
patas torácicas son seis a ocho pares y su especies, excepto en Stylocheiron, donde es
desarrollo es diferente en cada género; cada minúsculo y muy difícil de examinar en una
uno está compuesto por un coxopodito provis- posición adecuada.
to de e"ipoditos (podobranquias), un basipo-
A continuación se señalan los caracter~s ta-
dito, un exo y un endopodito que se asientan
en el basipodito. xonómicos considerados de primera o segun-
da importancia según su utilidad para deter-
El abdomen es más delgado que el cefalotó- minar la especie.
rax y está compuesto por seis segmentos y el
telson el cual está provisto, a su vez, de dos Thysanopoda
pares de urópodos con los cuales forma el Primario: pedúnculo de la primera ante-
abanico caudal. Los somitos abdominales na (excepto en especies gemelas: acuti-
frons - orientalis - microphthalma, y ae-
presentan espinas y quillas dorsales. pleuras
muy desarrolladas, y apéndices birramosos o qua lis - astylata); petasma; rostro-placa
frontal.
pleópodos (en los cinco primeros). Los endo-
Secundario: rostro; armadura abdominal;
poditos de los primeros pares de pleópodos,
en los machos adultos, están transformados tamaño y pigmentación del ojo.
en órganos copuladores o petasmas (con
excepción del género Bentheuphausia); los Euphausia
endopoditos del primer par están compuestos Primario: pedúnculo de la antena (excep-
de varios lóbulos y procesos cuyas formas y to en el grupo E. gibba); petasma.
estructuras tienen fundamental importancia Secundario: rostro; quilla dorsal del capa-
para la diagnosis específica. razón; tamaño y pigmentación del ojo.
Existen órganos luminosos o fotóforos (con
Nematoscelis
excepción del género Bentheuphausia) en los
Primario: rostro; quilla dorsal del capara-
pedúnculos oculares. sobre el segundo y
zón; petasma.
séptimo apéndice torácico y entre los pleópo-
dos; su número y desarrollo no es uniforme en Secundario: tamaño y forma del ojo; parte
todos los géneros. distal de la 1a. pata torácica; tamaño y pro-
porciones del cuerpo.

Caracteres taxonómicos Nematobrachion


Primario: armadura abdominal; pedúncu-
La utilidad de un carácter taxonómico depen- lo antenular; placa frontal; petasma.
de de cuan conspicuo y/o consistente sea.
Aunque la forma general del cuerpo y el des-
arrollo de los apéndices torácicos tienen im- Stylocheiron
portancia genérica. no se usan comúnmente Primario: forma y estructura del ojo; pro-
para la determinación de eufáusidos, ya que: porciones del cuerpo.
1) Las patas torácicas. modificadas yelonga- Secundario: petasma; espinas de la elon-
das, se quiebran o desprenden del cuerpo fá- gada 3a. pata torácica (ambos confiables
cilmente, y el examen de las patas posteriores entre grupos de especies solamente).
rudimentarias. aunque presentes, es dificul-
toso; 2) El grupo genérico o subgenérico es Thysanoessa
identificable, usualmente, sobre la base de Primario: forma y tamaño del ojo; pe-
caracteres especializados más obvios. como dúnculo antenular; armadura abdominal;
la forma del ojo, pedúnculo, anténulas, rostro petasma.
y quilla del caparazón. Los detalles de tales Secundario: proporciones del cuerpo.

683
Euphausiacea

Desarrollo larval de furcilia, antes de alcanzar la fase juvenil.


En la tabla de la fig. 230 se preSenta una breve
El mecanismo de la cópula en eufáusidos pa- caracterización de los estadios y fases del
rece consistir, fundamentalmente, en la desarrollo de los eufáusidos. Mientras que
transferencia de los espermatóforos median- existe una 'secuencia directa de estadios en
te los órganos copuladores del macho a la las tres primeras fases, el patrón de desarrollo
espermateca de la hembra (formación ventral en la fase furcilia puede ser muy complejo y
del cefalotórax), siendo la fertilización externa variable entre especies y especímenes. Cada
(Bargmann, 1937). estadio de esta fase, en una cierta especie,
está representado, comúnmente, por un con-
La nomenclatura del desarrollo de los eufáu- junto de formas cuya frecuencia es variable
sidos ha sido discutida por Mauchline y Fisher d.e una a otra localidad. Especies tales como
(1969) y por Gopalakrishnan (1973a); las ca- Nematoscelis difficilis, Euphausia sanzoi, E.
racterísticas de las fases larvarias fueron re- gibboides y E. fallax tienen, sin embargo, un
sumidas por Brinton (1975), Knight (1975, desarrollo de pleópodos claro e invariable, al
1976), Sars (1885), Einarsson (1945), y Gopa- contrario de lo que sucede en especies coste-
lakrishnan (1973a). Hay consistencia en la li~ ras tales como Nyctiphanes, Thysanoessa,
teratura en el sentido que los eufáusidos pa- Meganyctiphanes, Euphausia pacifica, E. mu-
san a través de dos estadios de nauplius, un cronata (Gopalakrishnan, 1973a; Knight,
estadio de metanauplius, tres estadios de 1975, 1976; Boden, 1950; Einarsson, 1945;
caliptopis y un número variable de estadios Antezana, 1978).

(71 al).
METANAUPLIUS
brotes.
NAUPLlUS
Ausentes.
,2 Ausentes.
No A,
último Más
y3 de Similar
FURCILlA
CALYPTOPIS
Otros
diferenciado.
terminales
Ausentes.
las 2como
espinas
previo
JUVENIL
Diferenciándose.
orooorciones
último
V
previo
ariable
en yestadio del, ycubiertos
yaldesarrollo
al
disminución
definitivas.
FASES A, No
Md,
unirramosa, A2estadio
V
funcionales.
ariable
Similar
caparazón.
compuestos.
ysegmentado.
Mx Compuestos
desarrollados
Apareciendo
Segmentado:
proyectados
Cefalotórax,
como
MX2 cambios.
sin al
Diferenciándose,
A,Mxp
escama
desarrollados.
Número
telson
Más
sin último
desarrollados,
previo.
Una
terminal,2
ycambios;
yurópodoen
más
deflagelo
yespinas
póstero-
birramosa,
Mxp espina alcefalotórax
abdom~n,
espinas
Md,
sin Md,
Mx,estadio
allá
con
6cambios.
A2 -7
A2alcanzan
Mx,
espinas
MX2
con y
Mxp
terminales. progresivamente
previo. setosos.
es.
es. laterales.
DIOS
previo.

Fig. 230. Características morfológicas de las fases·del desarrollo larval en Euphausiidae.


(Original).

684
Euphausiacea

La descripción de las secuencias de estadios Distribuci(>n y


larvales se ha dado en la literatura para notas históricas
muchas especies, y fue resumida por Máuch-
line y Fisher (1969) y Brinton (1975). En la p. Durante la expedición del "H.M.S. Challen-
687 et seq. se incluyen citas de las descripcio- ger" (1873-1876) se realizaron las primeras
nes de las especies que ocurren en el Atlánti- colecciones de eufáusidos del Atlántico Sud-
co Sudoccidental. occidental citándose, entre otros, Thysanopo-
da tricuspidata, Nematoscelis megalops y
Stylocheiron carinatum. Luego se efectuaron
las colecciones de Ortmann (1893) durante la
"Plankton Expedition". Durante las 3 prime-
10
ras décadas del siglo veinte, especialmente, y
20
22
30
19,37
9,
29,30
5
2,9,16,32
5,
5,21,27,31,35
2,4
6,25,33
5
20,32
5,32
3,5,25
4,11,13,14,33
5,14
6,9,15,25
6,16,23,24,25
6,25,26
25,26
5,6,7,14
6,9,16,24,25,26
1,8,
,9,17
,16,25
,32,34
,18,25,26,28,33
12
18,10
20,29 19
6,9,11,16,24,25,26
Bentheuphausia hasta mediados de la década del setenta, gran
N.
T.
S. acutifrons
brevis
atlantica
abbreviatum
E. amblyops
B. gregaria
parte de las colecciones y resultados de la dis-
tribución de eufáusidos se obtuvieron en la
Antártica y región de la Corriente de las Malvi-
nas (Stebbing, 1900; Tattersall, 1913, 1924;
Zimmer, 1914; Rustad, 1930; John, 1936;
Mackintosh, 1934; Baker, 1954; Ramírez,
1971 a, 1973; Montu, 1977).
Lomakina (1964), Ramírez (1971 a, 1973) y
Gopalakrishnan (1974) extienden las obser-
vaciones fuera y sobre la plataforma conti-
nental de Argentina y Brasil. Es preciso notar
que los registros publicados sobre Stylochei-
ron (excepto S. carinatum, S. abbreviatum, y
(5. maximum) se consideran no confiables
debido a confusiones que existían entre 5.
suhmii, S. affine y S. longicorne. La única
forma de S. affine que ha sido observada en el
Pacífico Sudoccidental es la forma central
(según criterio de Brinton, 1962a). También
los registros de Nematoscelis, en esta región,
previos a Gopalakrishnan (1974), pueden ser
poco confiables (excepto N. tenella y N.
megalops).

Fig. 231. Descripciones de los estadios larva les de las espe-


cies de Euphausiacea presentes en el Atlántico Sud-
occidental.
1) Bary. 1956; 2) Boden, 1950; 3) Boden et al., 1955;
4) Brinton, 1975; 5) Casanova, 1974; 6) Casanova y
Soulier, 1968; 7) Dzik y Jazkzewski, 1978; 8) Einars-
son, 1945; 9) Fraser, 1936; 10) Frost, 1935; 11)
Frost, 1939; 12) Gopalakrishnan, 1973a; 13) Gopa-
lakrishnan, 1973b; 14) Gurney, 1942; 15) Gurney,
1947; 16) Hansen, 1910; 17) Hansen, 1912; 18)
IIling, 1930; 19) John, 1936; 20) Knight, 1973; 21)
Knight, 1975; 22) Lebour, 1926a; 23) Lebour, 1926b;
24) Lebour, 1950; 25) Lewis, 1955; 26) Pillai, 1957;
27) Ponomareva, 1969; 28) Rustad, 1930; 29) Rus-
tad, 1934; 30) Sars, 1885; 31) Sheard. 1953; 32)
Soulier, 1965; 33) Talbot, 1974; 34) Tattersall, 1912;
35) Tattersall, 1926.
(Tomado de Mauchline y Fisher, 1969, y Brinton,
1975).

685
Euphausiacea

Los resúmenes e ilustraciones de la distribu- Según los datos de distribución obtenidos en


ción geográfica de los eufáusidos incluida en las expediciones "Cato", "Piquero" e "Indo-
la monografía de Mauchline y Fisher (1969), med", junto con los registros de la literatura,
y su más reciente revisión (Brinton, 1975), la mayoría de las especies de eufáusidos del
serán ampliados en este trabajo con los resul- Pacífico Sudoccidental pueden agruparse de
tados del estudio de las colecciones de las acuerdo a provincias reconocidas sobre la
expediciones "Piquero" (B/I T. Washington, base de climas pelágicos, como sigue:
enero/febo 1969), "Cato" (B/I Melville, nov.l
dic. 1972) e "Indomed" (R.v. Melville, nov.l Tropical: Euphausia brevis, E. hemigibba, Ne-
dic. 1978), todas de la Scripps Institution of matobrachion f1exipes, N. sexspinosus,
Nematosce/is at/antica, N. microps, N.
Oceanography que cubrieron, respectiva-
tenella, Sty/ocheiron abbreviatum, S. al-
mente, el Pasaje Drake, aguas oceánicas y
fine, forma centra 1, S. carinatum, S. suh-
costeras frente a Argentina y Brasil, y el área
situada entre Islas Malvinas y las cercanías de mii, Thysanopoda aequa/is, T. monacan-
Georgias del Sur. Estas colecciones se hicie- tha, T. obtusifrons, T. orienta/is, T.pectina-
ron con una red de 1 m de diámetro de boca ta (esperada).
que se arrastró oblicuamente desde 200 m Transición Subtropical-Subantártica (entre
hasta la superficie, o desde profundidades convergencias Tropical y Subtropical): Eu-
menores en las estaciones localizadas sobre phausia simi/is, Nematosce/is megalops,
la plataforma continental. Thysanoessa gregaria.

60· 40·

80· 60· 40· 20· 80· 60· 40·

Fig. 232. Corrientes oceánicas e isotermas (según datos de la expedición "Cato", 1972) (A), Y zonas
biogeográficas y especies de eufáusidos que las caracterizan (B), en el Atlántico Sudocci-
dental.
(Original). ,
686

,
Euphausiacea

Subantártica: Euphausia lucens, E. similis \ (1977), Dzik y Jazdzewski (1978), e investiga-


(forma armata y sin espina), E. spinifera, E. ciones inéditas de material recolectado du-
triacantha, Thysanopoda acutifrons. rante las expediciones "Piquero", "Cato" e
"Indomed".
Antártica: Euphausia crystallorophias,E. fri-
gida, E. superba, Thysanoessa macrura, T.
vlcma.

Profundal-Cosmopolita: Bentheuphausia
amblyops, Nematobrachion boopis, Stylo-
cheiron maximum, Thysaf}opoda cornuta, Orden EUPHAUSIACEA
T. egregia, T. spinicauda.·· Familia BENTHEUPHAUSIIDAE Colosi,
1917
En la fig. 232 se indican, sobre las isotermas Género Bentheuphausia G.O. Sars,
superficiales de la expedición "Cato", las 1885
principales corrientes del Atlántico Sudocci- Único género en la familia
dental y la distribución de grupos faunísticos y
algunos indicadores (ver también figs. 131 y
137). Bentheuphausia amblyops (G.O. Sars,
1883) / 233-1 / G.O. Sars, 1883 (como
Clasificación de Thysanopoda (?) amblyops), 1885; Einars-
son, 1942; Boden et al., 1955; Brin-
Euphausiacea y distribución ton, 1975 / - - / Batipelágica cosmopo-
de las especies en el lita.
Atlántico Sudoccidental
Familia EUPHAUSIIDAE Holt y Tattersall,
1905
Esta lista incluye todas las especies de Género Euphausia Dana, 1852
Euphausiacea citadas para el Atlántico Sud-
Euphausia americana Hansen, 1911 /233-
occidental, así como 5 especies que, por sus
hábitos de distribución, se espera encontrar 2 / Hansen, 1911 / 6e; 7, 7e-g; 8f-h;
(Bentheuphausia amblyops, Thysanopoda 9h; 10g; 11i; 12i / Epipelágica tropical y
endémica del Atlántico.
pectinata, T. cornuta, T. egregia y T. spini-
cauda). Euphausia brevis Hansen, 1905/ 233-3 /
Ortmann, 1893 (como E. pellucida); Han-
Para cada especie se indica: 1) Nombre espe-·
sen, 1905b, 1912; Boden et al., 1955
cífico completo, con autor y año de descrip-
ción del taxón; 2) Ubicación de la(s) ilustra- / 4i; 5i; 6e, 6g-i; 7f, 7g; 8f, 8g; 9h; 10g,
ción(es) corresondiente(s); 3) Referencias bi- 10h / Epipelágica biantitropical en el Pa-
bliográficas que incluyen descripciones y si- cífico y Atlántico y subtropical-tropical en
el "Indico. .
nonimias; 4) Zonas de hallazgo en el Atlánti-
co Sudoccidental (ver fig. 142); y 5) Una refe- Euphausia frigida Hansen, 1911 /233-4/
rencia correspondiente a la distribución geo- Calman, 1901 (como E. splendens); Tat-
gráfica global de la especie. Los respectivos tersall, 1908 (como Euphausia sp.); Han-
ítems están separados por barras (1), y la sen, 1911; Dzik y Jazdzewski, 1978/1 b-
omisión de alguno de ellos se indica con un i; 2d-i; 3g / Epipelágica antártica entre
doble guión (- -l. Convergencia y borde del hielo compac-
La información referente al punto (4) (zonas to (pack-ice).
de hallazgo en el Atlántico Sudoccidental) ha Euphausia gibboides Ortmann, 1893 /
sido sintetizada sobre la base de los siguien- 233-5 / Ortmann, 1893; Esterly, 1914
tes trabajos: Sars (1885), Ortmann (1893), (como E. gibba); Torelli, 1934 (como E.
Tattersall (1924), Rustad (1930), Mackintosh sanzoi) / 6e, 6g, 6h; 7f, 7g; 8f; 10g /
(1934), John (1936), Lomakina (1964), Se- Epipelágica subtropical-tropical. No inva-
guin (1965), Ramírez (1971 a y 1973), Montu de la costa en el Pacífico.

687
Euphausiacea

Euphausia hemigibba Hansen, 1910 /233- Euphausia triacantha Holt y Tattersall,


6 / Hansen, 1910; Boden et al., 1955 / 1906 / 233-15 / Holt y Tattersall, 1906;
6e, 6g-i; 7f, 7g; 8f, 8g; 9h; 10g / Epi- Tattersall, 1908; Hansen,. 1913; Dzik y
pelágica subtropical. Jazdzewski, 1978 / 1b-e, 1g-i; 2c-i; 3c,
3d, 3f-h / Epipelágica subantártica del
Euphausia longirostris Hansen, 1908 / frente polar.
233-7 / Hansen, 1908b, 1913; Zimmer,
1914/ 2d, 2e; 3d, 3f, 3h; 4f; 5d, 5e, 5g; 6e Euphausia vallentini Stebbing, 1900/233-
/ Epipelágica subantártica. 16 / G.O. Sars, 1885 (como E. splen-
dens) (partím); Stebbing, 1900; Colosi,
Euphausia lucens Hansen, 1905 / 233-8/ 1917 (como E. patachoníca) / 1b-e; 2,
G.O. Sars, 1885 (como E. splendens) 2b-h; 3, 3c-f, 3h; 4, 4c, 4f; 5d, 5e; 6e /
(partím); Hansen, 1905b, 1911; Colosi, Epipelágica subantártica. Al N de 40°5 se
1917 (como E. uncínata) / 1b; 2, 2b-e, 2i; observó sólo la forma sin espina.
3, 3c-d, 3f, 3g; 4, 4c, 4e-g; 5, 5d-e, 5g,
5h; 6, 6e / Epipelágica subantártica.
Género Nematobrachion Calman, 1896
Euphausia pseudogibba Ortmann, 1893 /
233-9 / Ortmann, 1893; Hansen, 1910; Nematobrachion boopis Calman, 1905 /
Boden et al., 1955 / 7i / Epipelágica tro- 233-17 / Calman, 1896 (como Nemato-
pical. dactylus boopís), 1905; Brinton, 1975
/ - - / Mesopelágica cosmopolita.
Euphausia recurva Hansen, 1905/233-10
/ Hansen, 1905b, 1912; Brinton, 1975/ Nematobrachion flexipes (Ortmann, 1893)/
3d; 4e; 5d, 5e; 6, 6e-f, 6h; 7f, 7g; 8f, 8g / 233-18 / Ortmann, 1893 (como Stylo-
Epipelágica subtropical; alejada de la cheíron flexípes); Calman, 1896 (como
Nematodactylus flexípes), 1905; Brin-
costa en el Pacífico y en el Atlántico.
ton, 1975/ 5d, 5i; 6e, 6h; 7f, 7g; 8f / Epi-
pelágica subtropical-tropical.
Euphausia similis G.O. Sars, 1883 / 233-
11 / G.O. Sars, 1883, 1885/1 b; 2d, 2e, Nematobrachion sexspinosum Hansen,
2h; 3c, 3e, 3f; 4f; 5, 5d, 5g, 5h; 6, 6e; 7e; 1911/233-19/ Hansen, 1911,1912;
8f / Epipelágica de transición subantárti- Tattersall, 1927; Boden et al., 1955/ 6e;
ca-subtropical. Alejada de la costa de 8f / Mesopelágica subtropical-tropical.
Sudamérica. Entre 23° y 35°S, en las cer-
canías del talud, habita una forma coste- Género Nematoscelis G.O. Sars, 1883
ra con una conspicua espina post-ocular.
Nematoscelis atlantica Hansen, 1910 /
Euphausia spinifera G.O. Sars, 1883/233- 233-20 / Hansen, 1910; Brinton, 1975;
'12 / G.O. Sars, 1883, 1885; Ortmann, Gopalakrishnan, 1974 / 5d, 5e; 6g-i; 7f,
1893 (como E. schottí) / 5d-f, 5i; 6e / 7g; 8f / Epipelágica subtropical-tropical
Epipelágica subantártica templada. en el Atlántico y subtropical en el Pacífico
e 'Indico.
Euphausia superba Dana, 1850/233-13/ Nematoscelis megalops G.O. Sars, 1883/
G.O. Sars, 1883 (como E. antarctíca y E. 233-21 / G.O. Sars, 1883, 1885 / 2b;
murrayí), 1885 (como E. superba y E. an- 3, 3c-d, 3f; 4c, 4f; 5, 5d, 5f-i; 6e, 6i /
tarctíca); Dana, 1850, 1852a; Hodgson, Epipelágica de transición subtropical-
1902 (como E. glacíalís y E. australís); subantártica.
Antezana et al., 1976; Dzik y Jazdzewski,
1978 / 1b-i; 2d-i / Epipelágica antártica. Nematoscelis microps G.O. Sars, 1883 /
233-22 / G.O. Sars, 1883 (como N. mí-
Euphausia tenera Hansen, 1905/233-14/ crops y N. rostrata), 1885; Hansen,
G.O. Sars, 1885 (como E. gracílís); Han- 1910, 1912; Boden et al., 1955; Gopala-
sen, 1905a, 1910 / 4i; 5i; 6i; 7g, 7i; 8f; krishnan, 1974 / 5g, 5i; 6e, ~-i; 7f, 7g,
10g, 10h; 11h / Epipelágica tropical. 7i; 8f / Epipelágica subtropical-tropical.

688
Euphausiacea

Nematoscelis tenella G.O. Sars, 1883 / c; 3, 3c-d, 3f; 4, 4c, 4f; 5, 5d-g; 6e, 6g-
233-23 / G.O. Sars, 1883, 1885; Chun, i; 7g / Epipelágica de transición subtropi-
1&96 (como N. mantis); Brinton, 1975 / cal-subantártica.
6e; 6g-i; 7f, 7g; 8f; 10g / Mesopelágica Thysanoessa macrura G.O. Sars, 1883 /
subtropica I-tropica l. 233-32 / G.O. Sars, 1883; Dzik y Jazd-
zewski, 1978 / 1b, 1g, 1i; 2g; 3g; 7; 8g /
Género Stylocheiron G.O. Sars, 1883 Epipelágica antártica.
Stylocheiron abbreviatum G.O. Sars, 1883 Thysanoessa vicina Hansen, 1911 / 233-
/233-24/ G.O. Sars, 1883, 1885; Chun, 33 / Hansen, 1911; Dzik y Jazdzewski,
1896 (como S. chelifer); Brinton, 1975 / 1978 / 2c, 2d, 2i; 3c, 3f-h; 4e; 5e; 6f /
5e, 5f; 6e, 6g-i; 71, 7g; 8f; 10g / Epipe- Epipelágica antártica del frente polar.
lágica subtropical-tropical.
Stylocheiron affine Hansen, 1910, forma Género Thysanopoda Milne-Edwards,
central / 233-25 / Hansen, 1910; Brin- 1830
ton, 1962a, 1975/ 5d, 5e; 6, 6e, 6g-i; 7f,
7g; 8f; 10g / Epipelágica subtropical. Thysanopoda acutifrons Holt y Tattersall,
1905 / 233-34/ Holt y Tattersall, 1905;
Stylocheiron carinatum G.O. Sars, 1883 / Hansen, 1905a (como T. pectinata);
233-26 / G.O. Sars, 1883, 1885; Brin- Sheard, 1942 (como T. johnstoni); Ban-
ton, 1975 / 5e, 5f; 6e, 6g; 7f, 7g, 7i; ner, 1950 (como T. dubia); Brinton, 1975
8f, 8g; 9h; 10g, 10h / Epipelágica tropi- / 5g / Mesopelágica de transición sub-
cal-subtropical. tropica I-subantártica.
Stylocheiron elongatum G.O. Sars, 1883/ Thysanopoda aequalis Hansen, 1905 /
233-27 / G.O. Sars, 1883, 1885; Brin- 233-35/ Lo Bianco, 1901 (como T. obtu-
ton, 1975 / 6e; 8f / Mesopelágica tropi- sifro n s), 1903 (como T. microphtalma);
cal-subtropical. No encontrada en el Pa- Hansen, 1905b, 1910; Colosi, 1916 (co-
cífico Ecuatorial Oriental y Mediterráneo. mo T. aequalis varolatifrons); Boden et al.,
Stylocheiron longicorne G.O. Sars, 1883, 1955 / 6e, 6g-i; 7f, 7g; 8f, 8g; 10g / Epi-
forma larga / 233-28/ G.O. Sars, 1883, pelágica subtropical-tropical. No encon-
trada en el Pacífico Ecuatorial Oriental.
1885; Chun, 1887 (como S. mastigo-
phorum) (partim); Briton, 1962, 1975 /
Thysanopoda cornuta IIlig, 1905/ 233-36
5d-g, 5i; 6, 6e, 6g-i; 7f, 7g, 7i; 8f; 10g; 12 / IIlig, 1905; Hansen, 1905a (como T. in-
/ Epipelágica subtropical-tropical. signis); Boden et al., 1955; Brinton, 1975
Stylocheiron maximum Hansen, 1908 / / - - / Batipelágica cosmopolita.
233-29/ Hansen, 1908a, 1910; Brinton, Thysanopoda cristata G.O. Sars, 1883 /
1975 / 2d; 3c-f; 4f; 5f, 5g; 6e, 6i; 7g; 8f / 233-37 / G.O. Sars, 1883, 1885; Ort-
Mesopelágica cosmopolita excepto en re- mann, 1893 (como T. biproducta); Bo-
giones polares. den et al., 1955/ 5d / Mesopelágica tro-
Stylocheiron suhmii G.O. Sars, 1883 / pical-subtropical. No encontrada en el
233-30 / G.O. Sars, 1883, 1885; Chun, Pacífico Oriental.
1896 (como S. mastigophorum) (par- Thysanopoda egregia Hansen, 1905/233-
tim); Hansen, 1912; Boden et al., 1955/
38 / Hansen, 1905a; IlIig, 1908 (como T.
5f; 6e, 6g-i; 7f, 7g; 8f; 10g; 12 / Epi- megalops); Brinton, 1953, 1975; Boden
pelágica subtropical-tropical. et al., 1955/ - - / Batipelágica cosmopo-
lita.
Género Thysanoessa Brandt, 1851 Thysanopoda monacantha Ortmann,
Thysanoessa gregaria G.O. Sars, 1883 / 1893 / 233-39 / Ortmann, 1893, 1894
233-31 / G.E>.Sars, 1883, 1885/2, 2b- (como T. agassizi); Hansen, 1905a (co-

689
Euphausiacea

mo T. lateralis); IlIig, 1908 (como T. cte- Thysanopoda pectinata Ortmann, 1893 /


nophora); Marukawa, 1928 (como T. 233-42/ Ortmann, 1893; IlIig, 1909 (co-
mansUl); Briton, 1975 / 6e; 7g; 8f / Me- mo Parathysanopoda foliifera); Hansen,
sopelágica subtropical-tropical. No en- 1905b, 1912/ - - / Mesopelágica subtro-
contrada en el Pacífico Nor y Sudoriental. pical-tropical. No encontrada en el Pacífi-
co Oriental.
Thysanopóda obtusifrons G.O. Sars, 1883
/233-40/ G.O. Sars, 1883, 1885; Han- Thysanopoda spinicauda Brinton, 1953 /
sen, 1905a (como T. vulgaris y T. distin- 233-43 / Brinton, 1953, 1962a, 1975/
guenda); Brinton, 1975 / 6e, 6h, 6i; 7f, - - / Batipelágica, posiblemente cosmo-
7g; 8f, 10g / Epipelágica subtropical-tro- polita.
pical. No encontrada en el Pacífico Ecua-
torial y Oriental. Thysanopoda tricuspidata Milne-Edwards,
1830 / 233-44 / Milne-Edwards, 1830
Thysanopoda orientalis Hansen, 1910 / (como T. tricuspide), 1837 (como T. tri-
233-41 / Hansen, 1910; Brinton, 1975/ cuspida); Dana, 1852a (como Cyrtopia
6e, 6h; 7g; 8f / Mesopelágica subtropi- rostrata); G.O. Sars, 1885; Hansen, 1910,
cal-tropical. No encontrada en la Corrien- 1912; Boden et al., 1955 / 7g; 8f, 8g;
te de California y Chile-Perú y Atlántico 9h; 1Og; 11 i / Epipelágica tropical. No en-
Ecuatorial y Norte. contrada en el Pacífico Oriental.

Claves de identificación
Clave de identificación de familias del Orden Euphausiacea

1) Los endopoditos del primero y segundo par de pleópodos del macho no están modifi-
cados como órganos copuladores, aunque el basipodito del primer par presenta de 1
a 6 espinas. La maxílula (1 a. 'maxila) posee el encfopodito bisegmentado y la maxila
(2a. maxila) es trisegmentada. Las láminas externas de los urópodos tienen cada una
suturas transversales situadas en el punto cercano al cuarto terminal. Carecen de fo-
tóforos. Los ojos están imperfectamente desarrollados: Bentheuphausiidae Colosi,
1917; Bentheuphausia G.O. Sars, 1885 (único género); B. amblyops G.O. Sars,
1885 (única especie) (fig. 233-1).
2) Los endopoditos del primero y segundo par de pleópodos del macho están modifica-
dos como órganos copuladores, y el basipodito del primer par no presenta espinas. La
maxílula y la maxila poseen endopoditos unisegmentados. Las láminas externas de
los urópodos no tienen suturas transversales. Fotóforos presentes. Ojos bien desa-
rrollados. El octavo, o el séptimo y octavo pares de patas torácicas son rudimentarias:
Euphausiidae Holt y Tattersall, 1904.

Clave de identificación de géneros de la familia Euphausiidae*


1) Los cinco primeros pares de apéndices torácicos (al menos) de tamaño uniforme.
Ojos esféricos u ovoides . (2

* No representados en la región estudiada: Meganyctiphanes. Pseudeuphausia. Tessarabrachion. Nyctiphanes.

690
Euphausiacea

1A) Segundo o tercer par de apéndices torácicos más desarrollados que los otros. Ojos
más altos Que anchos; con lóbulo superior e inferior diferenciados. ............ (3
2) Séptimo par de endopoditos desarrollados y número normal de segmentos en ambos
sexos. Octava pata con endopodito rudimentario: Thysanopoda.
2A) Séptimo y octavo par de endopoditos rudimentarios: Euphausia.
3) Segundo par de endopoditos notablemente alargado.. ........................ (4
3A) Tercer par de endopoditos notablemente alargado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4) Segundo par de endopoditos robusto. Los dos segmentos terminales están provistos
de setas en los bordes interno y externo: Thysanoessa.
4A) Segundo par de endopoditos delgado; el último y, a veces, el penúltimo segmento
están provistos de setas apicales a modo de penacho: Nematoscelis.
5) Sólo los segmentos apicales del tercer par de endopoditos llevan setas que están dis-
puestas a modo de penacho: Nematobrachion.
5A) Los dos segmentos terminales del tercer par de endopoditos llevan setas, que están
dispuestas como una quela: 5tylocheiron.

Claves específicas

Género EUPHAUSIA
Aunque el uso múltiple de caracteres tales como color y tamaño del ojo, forma y largo del rostroy
otros permite una clasificación más natural de las especies del Género Euphausia (Brinton,
1975) que la presentada por Hansen (1911), se ha preferido usar otros caracteres más claros y
evidentes para quienes se inician en la determinación de especies de Euphausiacea, y usuarios
más probables de este Atlas. La clave que a continuación se presenta se considera, pues, más
artificial que la que resultaría de la agrupación y clasificación de Brinton (1975).

1) Dos dentículos laterales en cada borde inferior del caparazón. . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) U n dentículo lateral en cada borde inferior del caparazón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
2) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular pectinado: Euphausia america-
na (fig. 233-2).
2A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular no pectinado y bifurcado (excep-
to en machos de Euphausia recurva). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
3) Lóbulo en forma de hojuela cóncava dirigida hacia arriba y algo hacia atrás: Euphau-
sia recurva (fig. 233-10).
3A) Lóbulo lanceolado dirigido hacia adelante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Segundo segmento del pedúnculo antenular con una conspicua espina aguda o sub-
aguda. Pleurón del quinto segmento abdominal terminado en un agudo ángulo pos-
terior: Euphausia brevis (fig. 233-3).
4A) Segundo segmento del pedúnculo antenular sin espinas. Pleurón del quinto seg-
mento abdominal con margen posterior romo o redondeado: Euphausia mutica.
5) Proyección espiniforme medio-dorsal sobre el tercero o tercero al quinto segmentos
abdominales. .............................................................. (6
5A) Segmentos abdominales sin proyecciones espiniformes (14
6) Espinas medio-dorsales en el tercero al quinto segmentos abdominales (7

691
Euphausiacea

. 6A) Espinas medio-dorsales en el tercer segmento abdominal solamente . (9


7) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular bífido; sin espinas postoculares:
Euphausia triacantha (fig. 233-15).
7A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular con 3 o más dentículos; con espi-
nas postoculares . (8
8) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo entenular trifurcado. Caparazón desprovis-
to de una espina hepática: Euphausia longirostris (fig. 233-7).
8A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular multidigitado. Caparazón provis-
to de una espina hepática: Euphausia spinifera (fig. 233-12).
9) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular bifurcado. Tercer segmento ab-
dominal proyectado en una espina trunca y lobular: Euphausia similis armata.
9A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular laminar o truncado pero no bifur-
cado. Tercer segmento abdominal con espina aguda y conspicua . (10
10) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular laminar y redondeado:Euphau-
sia vallentini (ver 17) (fig. 233-16).
10A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular denticuliforme . (11
11 ) Segundo segmento antenular con un lóbulo distal conspicuo. Tercer segmento ante-
nular con una alta quilla aguzada. Ojos grandes: Euphausia gibboides (fig. 233-5).
11A) Segundo segmento antenular sin lóbulos distales. Tercer segmento antenular con
quilla gibosa baja y redondeada. Ojos pequeños . (12
12) Petasma con proceso terminal corto, robusto y simple, proceso proximal extendido
más allá del lóbulo medio y proceso lateral hasta casi el borde distal del lóbulo medio:
Euphausia gibba.
12A) Petasma con los procesos proximal y terminal delgados; el terminal dividido distal-
mente en dos dientecillos o ganchos; el lóbulo medio se extiende más allá del proceso
lateral . (13
13) Extremo del proceso proximal encorvado como gancho. Quilla del tercer segmento
antenular cae abruptamente en su parte posterior: Euphausia pseudogibba (fig.
233-9).
13A) Extremo del proceso proximal extendido en forma laminar, no encorvado: Euphausia
hemigibba (fig. 233-6).
14) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular bifurcado en 2 espinas o den-.
tículos. Segundo segmento antenular con 2 dentículos en margen dorso distal: Eu-
phausia similis (fig. 233-11).
14A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular no bifurcado en espinas o den-
tículos. Segundo segmento antenular sin proyecciones denticuliformes . (15
15) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular truncado y redondeado (o ape-
nas angular en machos). Tercer segmento abdominal con una extensión posterodor-
sal corta y algo convexa sobre el margen anterior del cuarto segmento: Euphausia
tenera (fig. 233-14).
15A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular triangular o redondeado. Tercer
segmento abdominal sin extensión póst~ro-dorsal (excepto en Euphausia vallentini
con espina) . (16
, 16) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular con el margen distal cóncavo a
bilobulado. Lóbulo del segundo segmento antenular conspicuo y proyectado hacia
afuera: Euphausia superba (fig. 233-13).
16A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular redondeado otriangular. Segun-
do segmento antenular sin lóbulos . (17
17) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular grande proyectado en forma de
lámina redondeada: Euphausia vallentini (ver 10) (fig. 233-16).
17A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular pequeño y triangular (18

692
Euphausiacea

18) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular obtuso. Sexto segmento abdo-
minal casi el doble de largo que el quinto. Ojos grandes: Euphausia frigida (fig.
233-4).
18A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular agudo. Sexto segmento abdomi-
nal algo más largo que el quinto. Ojos de tamaño medio: Euphausia lucens (fig.
233-8).

Género NEMATOBRACHION
,
1) Placa frontal corta, obtusa y sin proyecciones rostrales. Abdomen sin espinas: Ne-
matobrachion boopis (fig. 233-17).
1A) Placa frontal proyectada en un rostro agudo. Abdomen con espinas en el tercero o
cuarto y quinto segmentos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Abdomen solamente con 1 espina medio-dorsal en el tercer segmento: Nematobra-
chion flexipes (fig. 233-18).
2A) Abdomen con espinas laterales y medio-dorsales en el cuarto y quinto segmentos:
Nematobrachion sexspinosus (fig. 233-19).

Género NEMATOSCELlS
1) Segmento basal del pedúnculo antenular con espina ventrolat,eral muy proyectada.
Segundo endopodito torácico con un penacho apical de setas proveniente de los 2
segmentos distales (dactilus y propodus). Propodus del primer endopodito torácico
con 3 hileras de setas. Los adultos sobrepasan los 20 mm: Nematoscelis megalops
(fig. 233-21).
1A) Propodus del primer endopodito torácico con 1 o 2 hileras de setas. Segundo endopo-
dito torácico con un penacho apical de setas provenientes del último segmento (dac-
tilus). Segmento basal del pedúnculo antenular con una corta espina ventro-Iateral.
Generalmente los adultos miden 10-20 mm . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Propodus del primer e'ndopodito torácico con 2 hileras de setas. Proceso lateral del
petasma mucho más largo que los procesos terminal y espiniforme . . . . . . . . . . . . (3
2A) Propodus del primer endopodito torácico comprimido y con 1 hilera de setas. Proceso
lateral del petasma más corto que los procesos terminal y espiniforme .. . . . . . . . (4
3) Lóbulo inferior del ojo más pequeño que el superior. Dactilus del primer endopodito
torácico con una larga seta sobre su superficie dorsal: Nematoscelis ten ella (fig.
233-23).
3A) Lóbulo inferior del ojo tan grande como el superior. Dactilus del primer endopodito
to'rácico sin setas: Nematoscelis gracilis.
4) Lóbulo inferior del ojo algo más ancho que el superior. Propodus del primer endopodi-
to torácico con el margen setoso apenas convexo y con 5-6 setas: Nematoscelis
atlantica (fig. 233-20).
4A) Lóbulo inferior del ojo tan ancho como el superior. Propodus del primer endopodito
torácico con el margen setoso muy convexo y con 8-9 setas: Nematoscelis microps
(fig. 233-22).

Género STYLOCHEIRON
1) Penúltimo segmento del tercer endopodito (propodus) con varias setas distalmente
curvadas que, junto con setas similares del dactilus, forman un órgano prensil (fal-
sa quela) ~ '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2

693
Euphausiacea

1A) Penúltimo segmento del tercer endopodito con una larga, fuerte y curvada espina
que, como dedo inmóvil, forma con el elongado y distalmente aserrado dactilus una
quela verdadera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
2) Setas del propodus simples más bien laterales que terminales, de igual longitud. Re-
gión gástrica apenas solevantada, per0 con quilla corta y alta. Cefalotórax delgado y
más largo que en 2A: Stylocheiron carinatum (fig. 233-26).
2A) Setas del propodus finamente aserradas, dirigidas paralelamente al eje del endopo-
dito, desiguales en longitud. Región gástrica gibosa con quilla extendida y baja. Cefa-
lotórax corto y algo más alto que en 2 (3
3) Lóbulo inferior del ojo claramente más grande que el superior. . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3A) Lóbulo inferior del ojo tan grande como el superior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4) Lóbulo superior con 3 conos cristalinos en hileras transversas distales: Stylochei-
ron suhmii (fig. 233-30).
4A) Lóbulo superior con 4 a 8 conos cristalinos en hileras transversas distales: Stylo
cheiron affine (fig. 233-25).
5) Sexto segmento abdominal más de cuatro veces más largo que alto: Stylocheiron
elongatum (fig. 233-27).
5A) Sexto segmento abdominal 1,6-2,4 veces más largo que alto: Stylocheiron longi-
come (fig. 233-28).
6) Lóbulo superior del ojo casi del mismo tamaño que el inferior. Sexto segmento abdo-
minal más de 2,3 veces más largo que alto. Cuarto y quinto segmentos sin quillas me-
dio-dorsales: Stylocheiron maximum (fig. 233-29).
6A) Lóbulo superior del ojo más pequeño que el inferior. Sexto segmento abdominal me-
nos de 2,1 veces más largo que el quinto. Cuarto y quinto segmentos con quillas me-
dio-dorsales: Stylocheiron abbreviatum (fig. 233-24). .

Género THYSANOESSA
1) Sexto segmento abdominal algo o mucho más corto que la suma del cuarto y quinto.
Cefalotórax más corto y alto que en 1A. Proceso terminal del petasma terminado en
un borde tan ancho comoy a la misma altura del proceso proximal:Thysanoessa gre-
garia (fig. 233-31).
1A) Sexto segmento abdominal tan largo como la suma del cuarto y quinto. Cefalotórax
más largo y bajo que en 1. Proceso terminal más ancho que, y de altura diferente al
proceso proximal (2
2) Flagelo superior de la anténula algo más largo que la suma de los dos segmentos dis-
tales del pedúnculo. Proceso proximal laminar en toda su extensión; proceso termi-
nal de borde aserrado y más alto que el proximal: Thysanoessa vicina (fig. 233-33).
2A) Flagelo superior de la anténula algo o mucho más corto que la suma de los dos seg-
mentos del pedúnculo. Proceso proximal con extremo agudo y encorvado. Proceso
terminal de borde liso y más bajo que el proximal: Thysanoessa macrura (fig.
233-32).

Género THYSANOPODA
1) Caparazón con 2 dentículos laterales en cada margen inferior y con una larga espina
medio dorsal que nace de la región gástrica: Thysanopoda tricuspidata (fig. 233-44).
1A) Caparazón con uno o ningún dentículo en cada margen inferior, y sin espinas en la
región gástrica • (2
2) Abdomen con espinas medio-dorsales en uno o más segmentos. . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Abdomen sin espinas medio-dorsales. ....................................... (4

694
Euphausiacea

3) Espinas en el cuarto y quinto segmentos abdominales. Borde distal del segundo seg-
mento del pedúnculo antenular sin diente dorsal: Thysanopoda cristata (fig. 233-
37).
3A) Espina en el tercer segmento abdominal, y a veces espinillas en el cuarto y quinto
segmentos. Borde distal del segundo segmento del pedúnculo antenular con un ro-
busto diente dorsal: Thysanopoda monacantha (fig. 233-39).·
4) Caparazón sin dentículos laterales. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (5
4A) Caparazón con un dentículo en cada borde inferior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
5) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular pectinado: Thysanopoda pecti-
nata (fig. 233-42).
5A) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular no pectinado y agudo en vista
lateral (6
6) El proceso terminal del petasma casi alcanza el extremo del proceso proximal: Thysa-
no poda orientalis (fig. 233-41).
6A) Proceso terminal del petasma casi la mitad del proceso proximal, y no alcanza el bor-
de aserrado de éste: Thysanopoda acutifrons (fig. 233-34).
7) Lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular proyectado hacia el lado y afuera
del segundo segmento, sobrepasando su punto medio: Thysanopoda aequalis (fi9:-
233-35).
7A) El lóbulo del segmento basal del pedúnculo antenular no se extiende hasta el punto
medio de la longitud del segundo segmento:Thysanopoda obtusifrons (fig. 233-40).

695
696
t\ 27
Euphausiacea.
(Ver referencias
Fig233.
698)
en p

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~~~~n 697
Euphausiacea

Fig. 233. Figuras del extremo anterior, detalle del abdomen y petasma de las especies de Euphausiacea presentes en el Atlántico
Sudoccidental.
1) 8entheuphausia amblyops; 2) Euphausia americana; 3) Euphausia brevis;4)Euphausia frigida, (la: lóbulo adicional,li
lóbulo interno, 1m : lóbulo medio, Is : lóbulo setífero, pl : proceso lateral, pp : proceso proximal, pt : proceso terminal); 51
Euphausia gibboides; 6) Euphausia hemigibba; 7) Euphausia longirostris; 8) Euphausia lucens; 9) Euphausia pseudogibba;
10) Euphausia recurva; 11) Euphausia similis (la ilustración del extremo anterior corresponde a Euphausia similis, forma
costera); 12) Euphausia spinifera; 13) Euphausia superba; 14) Euphausia tenera; 15) Euphausia triacantha; 16) Euphausia
val/entim;' 17) Nematobrachion boopis; 18) Nematobrachion flexipes; 19) Nematobrachion sexspinosus; 20) Nematoscelis
atlantica; 21) Nematoscelis megalops; 22) Nematoscelis microps; 23) Nematoscelis tenel/a; 24) Stvlocheiron abbreviatum;
25) Stylocheiron affine; 26) Stylocheiron carinatum; 27) Stylocheiron elongatum; 28) Stylocheiron longicorne; 29) Stylo-
cheiron maximum; 30) Stylocheiron suhmii; 31) Thysanoessa gregaria; 32) Thysanoessa macrura; 33) Thysanoessa vicina;
34) Thysanopoda acutifrons; 35) Thysanopoda aequalis; 36) Thysanopoda cornuta; 37) Thysanopoda cristata; 38)
Thysanopoda egregia; 39) Thysanopoda monacantha; 40) Thysanopoda obtusifrons; 41) Thysanopoda orienta lis; 42)
Thysanopoda pectinata; 43) Thysanopoda spinicauda; 44) Thysanopoda tricuspidata.
(2: según Ramírez, 1971 a; 7 y 12: según John, 1936; todas las demás son originales o según Brinton. 1975).

698
LARVAS DE CRUSTACEA DECAPODA*
ENRIQUE E. BOSCHI

Introducción El reconocimiento específico de las larvas de


los crustáceos decápodos presenta ciertas di-
ficultades. En muchos casos es imposible
Los crustáceos decápodos están bien repre- saber a qué taxón pertenecen hasta tanto no
sentados en las comunidades marinas. Algu- . se siga el desarrollo larval en el laboratorio.
nas especies son típicamente pelágicas y vi- Ello se ve complicado en los casos de
ven permanentemente flotando en el océano,
existencia de varias especies de igual género
otras, en cambio, desarrollan su vida juvenil
en una misma región. Por otra parte, las dife-
y de adulto sobre el fondo del mar. A pesar de rencias larvales entre especies afines a veces
estas características y de los modos de vida
sólo se manifiestan por algunas sedas, o por
distintos, en la mayoría de las especies existe
la distribución y tipos de cromatóforos. Es por
una fase larval que determina su presencia ello que los estudios del desarrollo larval, a
ineludible en el plancton.
partir de hembras ovígeras, son tan valiosos
La ubicación de los decápodos en los distintos y necesarios.
ambientes marinos surge, naturalmente, de
las características de la especie, grado de Debido a la complejidad del desarrollo larval
desarrollo y adaptación a los mismos, com- de los crustáceos decápodos con distintos es-
portamiento en relación con la nutrición, re- tadios y subestadios en los diferentes grupos,
producción, desplazamientos, relación con el así como la diversa nomenclatura, se creyó
sustrato, etc. La vida larval de estos inverte- adecuado dar las características morfológicas
brados tiene que ver también con esa adapta- básicas que definen a cada estadio, la nomen-
ción morfológica y de comportamiento, así clatura utilizada en cada grupo y la corres-
como con el grado de evolución filogenética pondiente equivalencia (fig. 234). Se reco-
de las distintas estirpes. Algunos grupos, mienda al lector no muy familiarizado con la
como pené idos, tienen un desarrollo larval morfología de las larvas de estos invertebra-
complejo, con un número grande de estadios dos leer la sección "El desarrollo larval de los
larvales, comenzando con el nauplius; mien- crustáceos decápodos" (p. 700) donde se des-
tras que en Brachyura y Caridea la fase larval criben los distintos tipos larvales.
se inicia con la zoea, o aun con otra forma más
adelantada. En cuanto a la región considerada en esta
contribución, que corresponde al litoral, cen-
Los huevos, larvas y postlarvas de los crustá-
tro y sur del Brasil, Uruguay y Argentina, y
ceos superiores sorl muy comunes en el debido al reducido número de especies del
plancton nerítico, y no es difícil advertir que área cuyo desarrollo larval es conocido, se ha
en ciertas épocas del año son los organismos
debido dar, en algunos casos, las característi-
predominantes, situación coincidente con la
cas de las principales familias y géneros. Las
reproducción de las especies. Estos pequeños
publicaciones relativas al desarrollo de espe-
animales sirven -ya veces son la base- de
cies del área han sido tomadas como base pa-
la alimentación de peces e invertebrados ma-
rinos. ra las descripciones que figuran en el texto.
Ciertas familias presentes en el área quedan
sin mencionar por falta de estudios particula-
• Contribución del Instituto Nacional de Investigación y Desa- res, y es por ello que muchas larvas, que con-
rrollo Pesquero (INIDEP) N2 378. tinuamente llegan al laboratorio en muestras

699
Larvas de Crustacea Decapoda

de plancton, no pueden ser identificadas. En nografía Biológica, y al Consejo Nacional de


varias ocasiones se presentan dibujos de Investigaciones Científicas y Técnicas; todas
especies no presentes en esta región, pero estas Instituciones de una forma u otra han
por ser afines a las del área se incluyen comd apoyado estos trabajos. La Srta. M. 1.lorio se
guía tentativa para el reconocimiento de gé- encargó de los dibujos y me brindó múltiple y
neros y especies, aunque es posible que en eficiente colaboración, 'por lo que dejo cons-
algunos casos las diferencias entre unas y tancia de mi agradecimiento.
otras sean considerables.
La realidad es que, si en este trabajo se hubie- El desarrollo larval de los
sen comentado o analizado solamente las
especies cuyo desarrollo se conoce, su alcan- crustáceos decápodos
ce sería muy limitado. Tampoco fue posible,
en el plazo disponible para su preparación, En el ciclo vital de la mayor parte de los decá-
analizar directamente material del área no es- podos marinos está presente una fase larva!.
tudiado hasta el presente. De todo ello surge Esto significa que, desde el nacimiento del or-
una vez más la imperiosa necesidad de ganismo de un huevo planctónico o transpor-
intensificar los estudios larvales de los decá- tado en el abdomen de la hembra, se suceden
podos. Aun así, creemos que este trabajo pue- una serie de cambios metamórficos hasta lo-
de servir como orientación básica en el reco- grar un aspecto semejante al adulto. La fase
nocimiento de las larvas de los grandes gru- larval de estos invertebrados es muy variable
pos de estos organismos, y en los casos en y se manifiesta más compleja en los grupos
que existen estudios se podrá llegar a una de- filogenéticamente más antiguos y primitivos.
terminación más precisa. Los Stomatopoda se Por ejemplo, los camarones penéidos nacen
mencionan, aunque están fuera de los Deca- como una larva elemental del tipo nauplius,
poda, para que no queden excluidos del At- luego de 4 a 7 mudas surge el estadio de
las. protozoea, que posee normalmente tres sub-
estadios, para dar lugar posteriormente a la
La bibliografía utilizada no es toda la existente etapa de mysis, con 3 04 subestadios. Con la
en este tema. Muchos trabajos no han sidofá- mysis finaliza la etapa larval y surge la post-
cilmente accesibles por no existir en institu- larva de aspecto parecido al adulto.
ciones del país y aunque, naturalmente, se
En los cangrejos, que son decápodos más evo-
han pedido al exterior, todo demanda mucho
lucionados que los pené idos, el desarrollo
tiempo y esfuerzo. No obstante, se han con-
larval está más condensado y simplificado.
sultado más de 200 publicaciones, varias de
Por lo general, la primera larva es una zoea,
las cuales no han sido citadas específicamen-
te en el texto. estadio equivalente al de mysis de aquéllos,
por lo que no existe el naupJius ni la proto-
Deseo agradecer, finalmente, a todos mis co- zoea. El número de zoeas puede variar consi-
laboradores en los trabajos sobre desarrollo derablemente entre dos y hasta doce.
larval de los decápodos del Mar Argentino; los Aparte de los penéidos y sergéstidos, inte-
del comienzo, varios de los cuales están ahora grantes del infraorden Penaeidea, el nauplius
en otras instituciones, y a los actuales, sin y la protozoea han sido eliminados del des-
cuyo esfuerzo hubiese sido imposible llevar a arrollo larval de los restantes Decapoda. En la
cabo esta tarea. Ellos son: Lic. Marcelo A. mayor parte de los demás grupos la larva nace
Scelzo, Lic. Silvina Menú-Marque, Lic. Bea- como una zoea y, en algunos casos, aún
triz Goldstein, Líc: Mónica Müller, Srta. María puede estar ausente, reduciéndose el des-
Inés lorio y Lic. Karin Fischbach, así como arrollo larval o desapareciendo totalmente
numerosos estudiantes. Al ex-Instituto de (fig. 234).
Biología Marina, donde comenzó este trabajo, Cada estadio larval tiene una estructura típica
y al actual Instituto Nacional de Investigación que lo caracteriza, condicionada por sus há-
y Desarrollo Pesquero; a la Facultad de Cien- bitos alimentarios y comportamiento ante los
cias Exactas y Naturales de la Universidad de distintos estímulos ambientales, modo de na-
Buenos Aires, de la que soy profesor de Ocea- tación, etc.

700
Larvas de Crustacea Decapoda

1angosta
cangrejo
21
cangr.
1CCMJN
bogavante
cangrejo
--- ---
42635variab
camarón
c; 110
I5VALESl
centolla
camarón huevos
ESTADIOS
NlJ>1ERO
angostalOOp
fito
lOOp
1huevos
los
aaalos
variable
nches loea ihuevos
huevos
5loea
leea
zoea
loea
iinvertebrados
nvertebrado
demersal
protozoea
mysis
acanthosoma
NUTRICION
zooplancton
ap.
naupl
looplaneton
1os
elaphoearis
puerul
glaueothoe
phyll
ap.
postl
mega
bre
P1e
de
37planetónieo/
invertebrados
detr; VALES 4huevos
huevos
zoea2
zeea
a postlarva
aphyllosoma
los
LES
7ap.
1"000
121DE
postlarva to-i
1IIermi
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Ppleópodos
de sujetos
sujetos
sujetos
arena
1eópodos
sujetos
arena
barro
Pp1eópodos
Y LOS
torácicos sieos
sujetos
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sujetos
1eópodos
DE
LAR-
POSTlJIR-
NATACION
HUEVOS
abdominales
cefál
torác
torácicos
erf!1itaño
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ypleópodos
p~
ancton iustaño
SUB-
abdominales
ton
abdomi
abdomi
abdominales
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zooplaneton
(Pore.)
1opa
(Gal.)
torácicos ieas
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PRINCIPAL
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a aaa a
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(OS a yancton
looplancton
zoopl
propias
propi¿s
zooplancton
loopl
1es
fitoplaneton
zooplaneton
looplaneton
loopl
fito reservas
aneton
zooplaneton
ESTADIOS LAA:VA-
I:IPPIDAE
PARAPAGUR1OAE
flACRURA
GALATHEOIDEA huevos sujetos a
Todas 1as superfam.EJEMPyO (p.o.m¡¡E
PAGUROIOEA
SCYLlARIDAE

Fig. 234. Estadios y subestadios larvales y postlarvales de los crustáceos decápodos con indicación del tipo de nutrición y modo de
natación.
1) Se indican algunos como ejemplo; 2) Varias especies de Caridea tienen un desarrollo abreviado, con un número reducido
de zoeas o con desarrollo directo sin estadios larvales (consultar sobre las especies en Dobkin, 1969); 3) En Lucifer la hem-
bra lleva los huevos en los pleópodos; 4) En muchas especies las larvas nacen en el estadio de prezoea. Este estadio suele
durar desde unas pocas hasta 12 horas. 5) En algunos trabajos figura el nombre de megalopa para el estadio postlarval. Asi-
mismo, se mencionan como grimotea losestadiospostlarvales y juvenilesde Munida de vida pelágica; 6) En algunas fami-
lias, como Hymenosomatidae, no parece existir el estadio de megalopa.
(Original).

Características morfológicas tamaño que varía entre 0,15 Y 0,6 mm,


y biológicas del huevo, tienden a ir al fondo y quedan sobre el
sustrato o, al existir agitación del agua, flotan.
de las larvas y de la postlarva En los desoves en tanques o acuarios se reco-
nocen perfectamente los conjuntos de hue-
Huevo (fig. 241-1 ) vos sobre el fondo. En el caso de especies que
no tienen -los huevos libres, la hembra los
De acuerdo con las características del ciclo transporta hasta la eclosión de los mismos. El
vital de los distintos infraórdenes de los decá- tamaño puede variar desde menos de 0,3 a
podas, el huevo puede ser libre o estar sujeto 0,4 mm hasta 3-4 mm; este último tamaño
a las patas de la hembra. En el caso de penéi- especialmente en especies que tienen un
dos y sergéstidos los huevos son abandona- desarrollo larval abreviado y el embrión nece-
dos en el agua (salvo en Lucifer) y tienen un sita de mayores reservas.

701
Larvas de Crustacea Decapoda

Nauplius(fig. 241-7, 8,13,17,27) protozoea tercera es similar al subestadio an-


Es característico de los Penaeidea. Tiene for- terior, de mayor tamaño; los urópodos están
ma oval o piriforme, con el extremo anterior presentes con exo y endopoditos; el maxilípe-
mayor que el posterior, que finaliza en una do tercero y los pereiópodos son aún rudimen-
furca caudal. Dorsalmente se puede ver a tarios. El tipo y distribución de cromatóforos y
través de la cutícula un ojo mediano impar. la coloración general de la larva son muy im-
Posee tres pares de apéndices: las anténulas, portantes y a veces específicos, pero este ca-
antenas y mandíbulas, que se insertan ven- rácter desaparece o se reduce mucho en ma-
tralmente. Las anténulas son unirramosas y terial fijado. Lo mismo ocurre en otros esta-
las antenas y mandíbulas son birramosas dios larva les.
constituidas por el endopodito y el exopodito: La protozoea nada con la región cefálica hacia
Los nauplii de los penéidos se nutren de sus adelante, impulsada básicamente por el movi-
propias reservas, no dependiendo del medio miento de las anténulas y antenas. La nata-
externo. En razón de las reservas de vitelo, en ción se realiza de esta manera mediante los
los primeros estadios, son amarillos y opacos apéndices cefálicos. Tiene también un foto-
pero, a medida que se suceden las mudas, la tactismo positivo. Se alimenta de algas unice-
larva, aparte de cambiar su forma, se hace lulares, especialmente cadenas de Skeleto-
más transparente. Tienen un marcado foto- nema y otras similares.
tactismo positivo, por lo que son atraídos por En algunos trabajos se suele designar con el
la luz. La natación se lleva a cabo mediante los nombre de zoea al estadio siguiente al de nau-
apéndices cefálicos. plius, lo que no es correcto, pues la zoea tiene
Cada subestadio de nauplius se reconoce por características morfológicas y de comporta-
el tamaño, espinas de la furca caudal, seg- miento distintas. El estadio siguiente al nau-
mentación del cuerpo y forma y setación de plius de los pené idos debe denominarse, por
los apéndices. El desarrollo y las mudas de los lo tanto, protozoea, o sus equivalentes según
distintos subestadios del nauplius son muy los grupos. Tamaño: 0,6-2,8 mm.
frecuentes, dependiendo, naturalmente, de
las especies y de la temperatura del agua (fig. Mysis (fig. 235; 241-3, 10, 15, 19, 22, 29)
234). Todo el proceso puede tardar de uno a 3- El tercer estadio larval de los penéidos es la
4 días. Los números de subestadios de
mysis. El aspecto general de este pequeño or-
nauplius oscilan, en los pené idos, entre 4 y 6. ganismo se acerca más al de un camarón. Se
Tamaño: 0,2 a 0,6 mm. presentan entre 3 y 4 subestadios. El carácter
más sobresaliente de la mysis es la presencia
Protozoea (fig. 235; 241-2, 9, 14, 18, 21,28) de exopoditos setosos y nadadores en los ma-
xilípedos y pereiópodos y la presencia de pleó-
Este estadio larval, como se ha mencionado,
podos en el abdomen en distinto grado de
presente en los penéidos, manifiesta cambios desarrollo a partir del segundo subestadio,
morfológicos importantes con respecto al pero sin sedas y no funcionales. El cuerpo de
nauplius. La parte anterior del cuerpo lleva los la mysis tiene un cefalopereion definido y el
apéndices del céfalo (cabeza) y está cubierta abdomen.- El primero está cubierto por el ca-
por un caparazón muy característico. La parazón con un rostro agudo; el segundo está
posterior es delgada y está formada por el
netamente segmentado. Los distintos subes-
pereion (tórax).y el pleon (abdomen). Existen 3
tadios se caracterizan por la forma y espinas
subestadios de protozoea fácilmente indivi-
del telson, abdomen y caparazón y la crecien-
dualizables. La primera protozoea tiene un ca- te talla. Su alimentación es carnívora nutrién-
parazón ligeramente hexagonal: los ojos en
desarrollo están ocultos en el caparazón; el dose de microzooplancton aunque, a veces,
pereion está netamente segmentado, no así el en los primeros subestadios ingieren también
pleon; el telson es·bifurcado. La protozoea se- fitoplancton. El uso del nombre schizopodo en
lugar de mysis ha sido abandonado.
gunda tiene los ojos pedunculados, con un
rostro agudo; el primer y segundo maxilípedos La mysis tiene una natación torácica, es decir,
son funcionales y el pleon es segmentado. La los exopoditos de los apéndices torácicos son

702
Larvas de Crustacea Decapoda

rostro

espina
abdomineu dorsal lateral

espina rostral MyS S i espina abdominal


dorsal
rostro pina .supraorh·t
/ espina abdominal
\es' ---- lateral
,~ f "p,n.o h'p,rt'¡,!',l
antenula ~ ~ telson

~ .",~:1.-,

abdominal ,
escama de / .,
211maxillpedo ~ \ \,'\' pleópodo
I 61!somito uropodo
la antena 3~ maxillpedo pereiopodo quelado
con exopodilo

Fig. 235. Protozea y mysis de Penaeidae. con indicación de las estructuras más
características.
(Original).

los responsables del desplazamiento de la lar- Zoea (ver zoe'as en fig. 241 )
va. Nada con la cabeza hacia abajo y los apén-
dices para arriba, y con el telson hacia adelan- El estadio larval de la mayoría de los palemó-
te. También puede nadar, aunque con menor nidos marinos, el de los cangrejos (Brachyu-
frecuencia en posición normal, con la cabeza ra), los cangrejos ermitaños y otros anomu-
para adelante y el dorso hacia arriba. Tamaño: ros,' se denomina zoea. En algunas especies
2,8-5,2 mm. puede existir un estadio previo más o menos
fugaz, denominado prezoea. La zoea se puede
Prezoea asimilar a la mysis de los penéidos, pero con
algunas diferencias morfológicas corrio, por
Estadio de corta duración (minutos a algunas ejemplo, que los pereiópodos no están pre-
horas) que suele presentarse en Brachyura, sentes en los primeros subestadios y la larva
Porcellanidae y otros grupos. En esta etapa la nada impulsada por los exopoditos de los ma-
larva está cubierta por una fina cutícula, con xilípedos. Tiene un caparazón cefalotorácicoy
las espinas dorsal, rostral y laterales replega- un abdomen segmentado. El telson difiere del
das. En general, tiene movimientos lentos. Se de la mysis, pues en el primer subestadio es
halla, frecuentemente, en cultivos de labora- espatulado y subtriangular y no se observan
torio y también en la naturaleza. los urópodos. Los pleópodos aparecen en los

703
Larvas de Crustacea Decapoda

Antena
liza mediante los pleópodos segmentados del
t'sptno
abdomen y, en ese sentido, es drásticamente
dorsal
)Q Zoea de diferente a la mysis. Los exopoditos de los pe..
Brachyura reiópodos se reducen considerablemente y no
proceso --
cromQtóforo espinoso cumplen, como en la mysis, la función de ser
el principal medio de natación. El comporta-
espino • / moxll ¡pedo 10 endopodllo

~ ~ rudimentos
miento de la postlarva es distinto a los esta-
mo, JOy Mandíbula dios larvales anteriores, tiende a ser bentóni-
perelopodos

J"j ca y tiene fototactismo negativo. La alimenta-

r
I<Jterai ~ mO)(Illpedo 2° E'llopodlto

ción es fundamentalmente animal.


segmentos
~bdom
¡:roceso
Maxílula
~proceso molar
InCISIVO Un caso diferente es el de varios grupos de
esplno_
roslral
Caridea pelágicos donde los exopoditos de los
apéndices torácicos sufren poca reducción y
las postlarvas permanecen planctónicas.

Es difícil definir la finalización de la etapa de


endito basol ,l.
1<[ Maxilípedo
bllobulado postlarva. Varias mudas siguientes van trans-
tndlto COllol- formando a la postlarva en juvenil. En el caso
't. bllobulado \
de Artemesia longinaris se ha determinado
Telson Telson que el camaroncito mayor de 12 mm de largo
Porcellanldae Brachyura
. total es un juvenil, basándose en la presencia
/-elfopOdIIO de caracteres sexuales secundarios de los
f1bOSIPOdltO escofognallloÁ
pleópodos (Boschi y Scelzo, 1977).

~. endopoddo Megalopa (ver mega lopas en fig. 241)


lelson
procesos O'I(\
proyecc lonlOS Es el estadio de transición entre las larvas y el
furcales _
juvenil en la mayoría de los Brachyura y
algunos Anomura. Al finalizar la fase larval de
Flg. 236. Zoea y apéndices de Brachyura y Porcellanidae. zoea se produce una nueva muda y aparece la
(Original). megalopa. Su aspecto general es como un
cangrejito juvenil, pero con pleópodos en el
abdomen que le permiten nadar, aunque su
subestadios más avanzados y presentan se- tendencia es más bien bentónica-demersal
das. En cuanto a la forma de nadar mediante durante el día, mientras que en horas de la no-
los apéndices torácicos, es igual a la de mysis, che se los puede capturar cerca de la superfi-
y también se alimentan básicamente de cie del mar. Los exopoditos de los maxilípedos
pequeños organismos del zooplancton. El ali- se pierden. Entonces la megalopa es la post-
mento en trabajos de laboratorio consiste en larva de los grupos de crustáceos menciona-
nauplii de Artemia salina y rotíferos o larvas dos, con la diferencia de que existe un solo
de moluscos. Tamaño: primeros subestadios- estadio en esas condiciones. Los siguientes
0,5 mm; últimos - pueden superar los 15 mm son juveniles. Tamaño: de 1,5 a 10 mm.
(e.g., en Caridea).
Phyllosoma (fig. 241-80, 81)
Postlarva (ver postlarvas en fig. 241)
Es el estadio larval de palinúridos y scyláridos
La finalización de la etapa larval en los equivalente al de zoea. De aspecto inconfun-
pené idos y carídeos, y algún otro grupo, se dible, aplanado y con largos apéndices. No es
denomina postlarva. Este estadio es igual al un organismo muy adaptado para nadar ve-
del animal juvenil y adulto, con algunas dife- lozmente, pero es fácilmente arrastrado a
rencias de longitud y número de dientes del grandes distancias por las corrientes. Los pri-
rostro, proporciones del cuerpo y caracteres meros estadios miden cerca de 1,5 mm de lar-
menores de los apéndices. La natación se rea- go y los más avanzados llegan a 30-60 mm.

704
Larvas de Crustacea Decapoda

Puerulus El cuerpo de un crustáceo está compuesto por


el céfalon (cabeza). el pereion (tórax) y el pleon
La postlarva de los palinúridos (langostas) se
denomina puerulus. No difiere grandemente (abdomen). El primero lleva los apéndices ce-
en su aspecto del adulto; tiene hábitos pelá- fálicos: anténulas, antenas, mandíbulas, ma-
gicos y puede nadar velozmente mediante su xílula o 1º maxila y maxila o 2º maxila; el
abdomen. Talla: 15 a 25 mm. segundo lleva los tres pares de maxilípedos y
los 5 pares de pereiópodos que son las verda-
Glaucothoe (fig. 241-50, 61, 75) deras patas, y el último tiene los 5 pares de
pleópodos y los urópodos. Con el telson
Luego de los estadios de zoeas, en los cangre- finaliza el cuerpo del crustáceo.
jos ermitaños aparece en la mud'a siguiente la
postlarva denominada glaucothoe. Tiene el
aspecto del adulto, con el caparazón cefaloto-
rácico bien definido, el 4º y 5º pereiópodos
Importancia de los estudios
reducidos, el abdomen segmentado y simé- de las larvas de los
trico.
crustáceos decápodos
Elaphocaris (fig. 241 -24, 31)
Las investigaciones sobre las larvas de los
Es el estadio de sergéstido equivalente a pro- crustáceos tienen una real trascendencia,
tozoea de los pené idos. Se observa, en gene- tanto por el aporte al mejor conocimiento del
ral, un caparazón con espinas más desarro- ciclo vital de las especies, como por la infor-
lladas, al igual que el telson. mación que surge sobre crustáceos de interés
pesquero. Los aspectos más importantes Ide
Acanthosoma (fig. 241 -26)
estos inéluyen: identificación de las especies
En los sergéstidos el estadio de zoea se desig- en los estadios larvales y postlarvales, distri-
na como acanthosoma. Funcionalmente es bución, delimitación de zonas de reproduc-
igual a la mysis de penéido pero, normalmen- ción, abundancia y la predicción de la abun-
te, con espinas en el caparazón y abdomen. dancia, y las relaciones filogenéticas entre las
distintas estirpes.
Mastigopus (fig. 241 -25)
Corresponde al estadio de postlarva en ser-
géstidos. El 4º Y 5º par de pereiópodos está re- Identificación de los estadios
ducido o ausente. Caparazón y abdomen, larvales y postlarvales
generalmente, con grandes espinas.
Se ha mencionado anteriormente que no es
fácil identificar a qué especie pertenecen las
Términos utilizados larvas, salvo en regiones de un buen conoci-
miento taxonómico de los adultos o cuando el
En las figuras 235 y 236 se dan algunos dibu- número de especies en el área en estudio es
jos básicos de larvas y estructuras utilizadas bajo. Naturalmente, la experiencia del inves-
en las descripciones de las mismas, lo cual fa- tigador y el conocimiento de la morfología de
cilitará el entendimiento de la morfología de los distintos grupos facilitan la identificación.
estos organismos. En los trabajos carcinológi- En este sentido, los trabajos del desarrollo
cos se usan, indistintamente, por ejemplo, larval en el laboratorio permiten una correcta
coxa, coxopodito o coxópodo, para designar el identificación de las larvas en todos sus esta-
segmento de un apéndice. En la maxila, el dios, lo cual facilita sustancialmente los tra-
endito basal bilobulado se puede llamar lóbu- bajos de identificación en el plancton.
lo proximal; el escafognatito es, en realidad, el
exopodito. En este texto se usa el término se-
da, pero también se puede emplear el de seta
Distribución de las especies
o cerda. Para los plurales de zoea y megalopa Muchas especies de Brachyura, Anomura y
se usan los términos castellanizados. Macrura tienen relativamente cortos despla-

705
Larvas de Crustacea Decapoda

zamientos cuando son adultos, en cambio en Importancia y significado de las


los estadios larvales y postlarvales, con defi-
larvas en el plancton marino
nida tendencia a ser planctónicos, las posibi-
lidades de transporte merced a las mismas
masas de aguas son notorias. Esta es, en rea- En el plancton nerítico, uno de los grupos de
lidad, una de las formas más eficientes de organismos mejor representado son las lar-
conquistar o colonizar nuevas áreas de distri- vas de los crustáceos decápodos. Ello es fácil
bución. Entonces, en muchas ocasiones, lle- de comprender si se tiene en cuenta que estos
gan primero las larvas que darán, posterior- invertebrados, en estado adulto, están pre-
mente, lugar a los adultos. Si se logran mues- sentes en casi todas las comunidades mari-
tras de plancton con larvas conocidas es posi- nas del medio, infra y circalitoral. En la época
ble establecer la presencia de las especies de reproducción, especialmente, se halla la
correspondientes en la región. mayor abundancia de las larvas que en su
fase planctónica están presentes en grandes
concentraciones en los mares costeros.
Delimitación de las regiones
de reproducción En razón de la compleja vida larval de algunos
grupos de crustáceos más primitivos, como
Otro aspecto interesante es que la presencia los Penaeidea, la larva emerge como un
de larvas de identidad conocida, en una deter- nauplius en una región distinta a la que
minada época del año, permite conocer la habitará en los siguientes estadios larva les de
época y región de reproducción. Por otra par- protozoea, mysis y postlarva. Los requeri-
te, la abundancia de las larvas proporciona mientos ambientales y de alimentación y su
una información indirecta del número de re- comportamiento ante estímulos luminosos
productores. hacen que estos pequeños organismos deban
cambiar de hábitat durante todo el desarrollo,
y aún durante el día y la noche, realizando
Predicción de las capturas desplazamientos verticales. Debe agregarse
que los huevos libres de los pené idos integran
Conociendo la abundancia inicial de larvas y el plancton, aunque a veces se hunden y
estimándose la supervivencia y mortalidad en quedan sobre el fondo, pudiéndose hallar en
cada uno de los estadios y subestadios larva- grandes cantidades, durante su fugaz exis-
les, postlarvales y juveniles, se podrá predecir tencia, en la región de reproducción, hasta
la abundancia del camarón adulto en una de- que nacen los nauplii.
terminada área. Naturalmente que esto es
muy complejo, especialmente para las prime- Para las especies de vida sedentaria y poco
ras etapas del desarrollo larval, donde la mor- móviles las larvas son única vía de poblamien-
talidad es muy alta y se debe a causas diver- to y colonización de nuevas áreas, constitu-
sas. Los cálculos sobre la base de la supervi- yéndose, por ello, en un eficiente vehículo de
vencia de postlarvas y juveniles parecen ser distribución. Según el grado de estenoicidad o
más factibles (Baxter, 1962, y otros). eurioicidad la larva está limitada en la posibili-
dad de conquistar nuevas regiones y fran-
quear barreras ambientales, dependiendo
Relaciones filogenéticas también del tiempo que la misma integra el
meroplancton, es decir, de la mayor o menor
El estudio del desarrollo larval, el número de duración de la vida larval. Para aquellas espe-
estadios y subestadios larva les, la morfología cies que tienen sólo dos o tres estadios
de la larva y el mismo comportamiento, brin- larvales, este lapso puede reducirse a tres o
dan valiosa información que permite vincular cuatro días, como en los Brachyura Majidae
o deducir relaciones filogenéticas entre los tropica~es; mientras que en otros grupos,
distintos grupos, aspectos que, a veces, no como en los Macrura Palinuridae del género
quedan suficientemente aclarados con el es- Panulirus, la vida larval se puede prolongar
tudio de los adultos (MacDonald et al., 1957; entre cinco y siete meses, con cerca de once
M. de Saint-Laurent Dechancé, 1964). subestadios larvales que son arrastrados por

706
Larvas de Crustacea Decapoda

las corrientes marinas a grandes distancias pletarlos a través de varios muestreos, en dis-
del lugar de nacimiento. tintas épocas y regiones. El problema más
Por otra parte, la temperatura del mar es otro complejo es lograr la correcta determinación
taxonómica de esas larvas. Cuando se conoce
factor que influye sensiblemente sobre la du-
ración de los estadios larva les. Los camaro- la fauna de decápodos de la región es factible
identificarlas, pero en regiones de alta diver-
nes pené idos del género'Penaeus del trópico sidad o de escaso conocimiento faunístico ello
cumplen con esa fase de la vida en 8 a 10 días,
es más dificultoso.
en aguas con temperaturas de 28°C, mientras
que en los de aguas templadas puede prolon- El desarrollo larval en el laboratorio, indica-
garse más de 30 días, como es el caso de do como segundo método, exige una cierta
Pleoticus muelleri del litoral argentino, en técnica y un equipo que, si bien no es sofisti-
aguas con temperatura entre 17 y 200C cado, al menos requiere disponer de agua de
(Scelzo y Boschi, 1975). mar, temperatura adecuada, parecida a la del
ambiente donde se colectó el animal, reci-
De todo ello surge que la producción secunda-
ria de los mares costeros se ve enriquecida pientes y alimento para las larvas en sus dis-
por el aporte de las larvas de los crustáceos tintos estadios o subestadios y, naturalmente,
decápodos, que están ubicadas en las tramas las hembras ovígeras con el fin de lograr las
larvas en el laboratorio.
trófícas del mar en el segundo y tercer nivel.
Para llevar a cabo el desarrollo larval se re-
Muchas de estas larvas se nutren de fito-
quiere disponer de un acuario con circuito de
plancton, otras tienen una dieta mixta de ori-
filtro cerrado yagua bien aireada para alojar a
gen animal y vegetal, según sus tallas y
las hembras individualmente, ovígeras o ma-
desarrollo, y gran parte son zoófagas. Es
duras. Los acuarios pueden ser de40 x 20 x 20
menester destacar, por otro lado, que las lar-
cm, aproximadamente. Es recomendable ele-
vas y postlarvas de los crustáceos decápodos
son el alimento básico de peces zooplanctófa- gir, si es posible, hembras con los huevitos en
avanzado estado de maduración. Esto es fácil
gas y filtradores, los cuales diezman las con-
de determinar, pues cuando el huevo recién
centraciones de larvas de manera tal que son
comienza su desarrollo, en los pleópodos de la
uno de los principales causantes de su morta-
lidad natural. En el litoral argentino el peque- hembra, es opaco y amarillo-anaranjado, por
su vitelo; luego se va transparentando, s~ ven
ño sergéstico Peisos petrunkevitch/~ de no
más de 5 cm de largo total, es la base de la ali- las estructuras internas y, finalmente, se
observan los ojos, lo cual indica que el mo-
mentación de muchos peces y crustáceos
costeros. mento de la eclosión está próximo

"S=: ,~
Métodos de estudio ~'''"
""." '.
- '-.... .•...... '

Los métodos empleados para el estudio de las


larvas de los crustáceos Decápodos son, fun-
damentalmente, dos: 1) Aquéllos basados en
material colectado en el plancton; y 2) Los que
se llevan a cabo mediante el desarrollo larval
en el laboratorio:'
==H ~
En el primer método, en muchas ocasiones se
puede disponer, en una sola estación de co- ~
lecta, de todos los estadios larvales del
desarrollo de una especie, o es posible com- Equipo simple de laboratorio para el estudio del desarrollo larval
de los crustáceos decápodos. Caja de plástico con divisiones y re-
cipiimte de vidrio con tapa; pipeta de vidrio para extraer las lar-
• Ver sección "Cultivos de zooplancton marino", (p. 189). vas, aguja enmangada para disecciones y pinza. (Original) .

707
Larvas de Crustacea Decapoda

A pesar de que es más cómodo y fácil hacer cas, enmangadas en varillas de vidrio delga-
estos estudios en laboratorios costeros, por el das. Se pueden utilizar también las mudas de
acceso al agua de mar y a los organismos, en la larva para estos dibujos. Los apéndices
muchos laboratorios que disponen de ªpoyo pueden teñirse con fucsina ácida al 1% o
en las costas es posible recibir el agua de mar también con azul de toluidina. Todos los dibu-
de la región de estudio o fabricarla sintética- jos, tanto del espécimen entero como los de
mente y obtener, por vía aérea, los crustáceos los apéndices, se hacen con cámara clara
vivos que se desea estudiar. Ello es también para mantener las escalas. Siempre que sea
practicable cuando se requieren animales de posible se describirá el tipo de cromatóforos
otras áreas para trabajos comparativos. en los apéndices y cuerpo, pues es un carácter
Cuando se observa el nacimiento de las lar- de mucho valor. Para estos trabajos se em-
vas, en el caso de camarones carideos, can- plea un buen microscopio compuesto y un mi-
croscopio estereoscópico. Para una mayor in-
grejos, cangrejos ermitaños, etc., éstas se formación sobre los métodos de estudio de las
reúnen en los lugares iluminados del acuario
larvas y postlarvas de crustáceos decápodos
y son extraídas con una pipeta o gotero y alo-
se recomienda consultar el trabajo de Dobkin
jadas en recipientes individuales, como cajas
(1970) que trata el tema extensamente.
de plástico divididas o pequeños recipientes
de vidrio o plástico, como los usados para pos-
tres, tapados con cápsulas de Petri. Cada
compartimiento o recipiente debe tener entre
4 y 6 larvas, a las que se alimenta diariamen- Estudios realizados sobre
te, cambiando el agua de marfiltrada cada día
larvas de crustáceos
El control de la muda se efectúa con lupa bino- decápodos
cular, anotándose las mudas, muertes y su-
pervivencia en cada recipiente en planillas
especialmente preparadas. A las larvas en es- Los primeros estudios de las larvas de los
tadio de mysis y zoea se las alimenta con nau- crustáceos decápodos se han realizado utili-
plii de Artemia recién nacidas. En muchos ca- zando material proveniente de muestreos de
sos la dieta se alterna con cultivos de diato- plancton. Los trabajos pioneros de R. Gurney,
meas, como Skeletonema u otras. M.V. Lebour, S. Lo Sianco, E. Sallaud, G.O.
Sars, entre otros, iniciados a principios de si-
En el caso de pené idos o sergéstidos, cuyas glo, han abierto el camino para este tipo de in-
hembras dejan los huevos libres, el cultivo es vestigación. Luego comenzaron los trabajos
algo más complicado. Los huevos, normal- de laboratorio, tendientes a lograr el desarro-
mente, se depositan en el fondo del acuario. llo larval en condiciones artificiales, lo cual
Dentro del día nace la naupliusque no necesi- permitió un gran avance en la identificación
ta alimentación; luego de varias mudas apa- correcta de las larvas. Las dos obras clásicas
rece la protozoea a la que hay que suministrar de R. Gurney "Sibliography of the Larvae of
cultivos de fitoplancton (Skeletonema, Tha- Decapod Crustacea", The Ray Society, 1939,
lassiosira y otras), y luego la mysis ya comien- y "Larvae of Decapod Crustacea", The Ray
za a comer alimento animal, como nauplii de Society, 1942, ambas reimpresas en 1960 (a y
Artemia, rotíferos, etc. (ver 'fig. 126). b), han permitido el acceso fácil a una amplia
bibliografía de muy diverso origen y, funda-
De cada estadio larval se fijan varios ejempla-
mentalmente, han establecido las bases en
res en formaldehido al 4% neutralizado, para
los estudios de la morfología de las larvas de
su disección y estudio de los apéndices. Los
los decápodos que hasta el presente se siguen
dibujos del animal entero conviene que se ha- adoptando.
gan con ejemplares recién fijados o aneste-
siados. Para dibujar y conocer las caracterís- El material de larvas provenientes de mues-
ticas de los apéndices se deben hacer disec- tras de plancton puede ofrecer dificultades
ciones de las larvas con agujas muy finas y para su determinación a nivel específico,
agudas, del tipo de las minucias entomológi- particularmente en áreas donde existe una

708

/
Larvas de Crustacea Decapoda

gran diversidad de especies cuya taxonomía a las larvas de Decapoda, tratando este tema
no está resuelta totalmente. Es por ello que en de una manera general. En Chile se han lleva-
la última década se han desarrollado técnicas do a cabo un buen número de contribuciones,
para el cultivo de larvas en laboratorio a partir especialmente sobre los Brachyura (E. Fagetti
de hembras ovígeras o de desove en cautivi- y colaboradores), y en el Instituto de Biología
dad. Estos trabajos han tenido mucho éxito, Marina de Mar del Plata, hoy Instituto Nacio-
apareciendo gran número de contribuciones nal de Investigación y Desarrollo Pesquero, se
sobre esos aspectos de la biología de los decá- han realizado, desde 1966, estudios sobre el
podos. La revista Crustaceana, que se edita en desarrollo larval y cultivo de las principales
Leiden y es el más importante medio de especies de decápodos costeros del Atlántico
difusión sobre los estudios no aplicados de Sudoeste (E. Boschi, M. Scelzo y colaborado-
crustáceos, a nivel internacional, ha publica- res). Otros países, como México, Venezuela,
do un número especial (Supplement Nº 2, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, etc., también
1968, 270 pp.) dedicado·a los trabajos sobre han contribuido en forma interrumpida.
larvas. El "Conseil International pour l'Explo-
ration de la Mer" ha publicado una valiosa Se debe destacar la orientación que han
serie de guías (Sheets) sobre zooplancton tomado a nivel mundial estas investigaciones
europeo, que incluye las larvas de Decapoda, que, al comienzo, tenían como único objetivo
a cargo especialmente de D.1.Williamson. Va- ampliar el conocimiento del ciclo vital de las
rias instituciones de la India y, especialmente, principales especies de decápodos. Desde los
el "National Institute of Oceanography", edi- trabajos de Fujinaga en Japón, comenzados
taron interesantes trabajos sobre larvas de en 1935, se consolidó una línea muy promiso-
decápodos de la región. También se deben ria, que es el cultivo de los crustáceos de inte-
destacar las contribuciones de la "Station rés comercial, especialmente penéidos y
Marine d'Endoume", Francia, efectuadas por carídeos. El referido investigador japonés, en
L. Bourdillon Casanova. 1967, obtuvo producción industrial de la
especie Penaeus japonicus, criados artificial-
El "Marine Laboratory" de la Universidad de
mente en tanques experimentales. Desde ese
Duke, North Carolina, USA, que dirige J.D. momento se inició una verdadera carrera en
Costlow, ha producido una serie de trabajos
la producción de crustáceos en plantas piloto,
experimentales en una línea que se refiere a
mediante distintos métodos de cultivo de
los efectos de la temperatura, salinidad, ciclos
de luz y otros factores ambientales sobre las larvas y postlarvas. En los países de regiones
larvas de Decapoda. Asimismo, un número tropicales y subtropicales de Asia, África y
América Latina se realiza un semicultivo de
considerable de Instituciones en Estados Uni-
dos han desarrollado estos .estudios. Es los camarones penéidos a partir de las post-
larvas, con un gran interés económico (Pillay,
menester destacar, en ese sentido, al "Insti-
1972, Hanson y Goodwin, 1977). En los
tute of Marine and Atmospheric Sciences" de
Estados Unidos, especialmente en el Labora-
la Universidad de Miami (A. Provenzano, jr. y
torio de Galveston ("Gulf Costal Fisheries
colab., S. Dobkin; hoy en otras instituciones).
Por otra parte, H. Kurata, de Japón y A.L. Rice Center", "National Marine Fisheries Servi-
de Inglaterra, han realizado importantes con- ce") se han perfeccionado las técnicas en la
tribuciones sobre estudios de larvas de Deca- producción de larvas y postlarvas y se han
poda. En la Unión Soviética R.R. Makarov preparado dietas adecuadas para optimizar el
efectuó destacados trabajos sobre Caridea. crecimiento.

En América Latina no se ha contribuido mu- En todos los trabajos evidentemente el país


cho al estudio de las larvas de decápodos. Se pionero y que va a la cabeza es Japón, donde
debe destacar el "Catalogue of Marine Lar- la producción de postlarvas en cautividad lle-
vae" que iniciara M. Vanucci cuando se ga a cifras de cientos de millones por año. Ello
desempeñaba en el Instituto Ocenográfico de ha permitido incrementar la producción natu-
la Universidad de San Pablo, Brasil. En esa ral en ambientes protegidos, como golfos y
serie sólo apareció la primera entrega relativa ensenadas, y asegurar una producción artifi-

709
Larvas de Crustacea Decapoda

cial mediante cultivos intensivos de Penaeus Posteriormente a la clasificación de Water-


japonicus (Shigeno, 1975). man y Chace apareció el trabajo de Glaessner
(op. cit.) en el que se introducen una serie de
Aparte de los Estados Unidos, donde más de cambios. Se elevan a infraórdenes a las sec-
70 instituciones se dedican intensamente a
ciones y los Macrura quedan separados en
estos trabajos, se deben mencionar las inves-
Astacidea y Palinura. A la superfamilia Tha-
tigaciones realizadas por el CNEXO de Francia lassinoidea se ia ubica en el infraorden
en..el cultivo de penéidos, donde se logró, por
Anomura, opinión aceptada por algunos zoó-
primera vez, el ciclo completo en cautividad,
logos. Por otra parte, la formación de nombres
no dependiendo, por lo tanto, de las hembras
y la ortografía empleada son aún confusos y
maduradas en la naturaleza. En Inglaterra, la necesitan revisión.
estación de Conway ha desarrollado impor-
tantes trabajos en cultivos experimentales
(J.F. Wickins y colab.). Estando en prensa este Atlas se recibieron
dos excelentes trabajos sobre los Brachyura.
En general, se puede decir que en todos los Uno de Guinot (1979) que hace un estudio
laboratorios marinos del mundo se llevan a exhaustivo de algunos aspectos de la mor-
cabo estudios sobre larvas de decápodos y su fología (región gástrica, esternal torácica,
cultivo, tanto sea en trabajos de identifica- cavidad esternal abdominal, posición de los
ción, experimentales o con la finalidad de lo- orificios genitales, pleópodos de los machos,
grar su producción en escala industrial. etc.), proponiendo una nueva clasificación del
grupo; y el de Rice (1980), que investiga ras
características de las larvas zoea de las
familias de los Brachyura llegando a una
Clasificación, descripciones nueva ordenación de las mayores divisiones y
y distribución de las larvas la evolución de los mismos.

de los crustáceos decápodos


A continuación se ofrece un cuadro general
Para la ordenación sistemática de los crustá- de la clasificación de los grupos tratados en el
ceos decápodos se ha seguido a Balss (1957), orden Decapoda (más algunos géneros de los
Glaessner (1969) y Waterman y Chace Stomatopoda), incluyendo todas las especies
(1960). En particular para los Penaeidea y Ca- que se mencionan en el texto. Las referencias
ridea se adoptaron los criterios de Pérez-Far- a páginas y figuras corresponden a aquéllas
fante (1977) y de Holthuis (1980). donde se trata el taxón o se hace referencia al
mismo. En algunos casos se da la descripción,
Es evidente que aún no está definitivamente en otros se refiere a especies afines por falta
resuelta la cuestión de la clasificación de los
de trabajos específicos y, finalmente, en algu-
Decapoda y, por lo tanto, no existe un criterio nos sólo se menciona su presencia en el área
unánimemente aceptado en este sentido. en estudio.

Clasificación

Orden DECAPODA (p. 718)


Suborden NATANTIA (p. 718)
Infraorden PENAEIDEA (p. 718)
Superfamilia PENAEIOIDEA (p. 718)
. Familia SOLENOCERIDAE (p. 720)
Género Pleoticus
Pleoticus muelleri (p. 720; fig. 241-1 a 5)

710
Larvas de Crustacea Decapoda

Familia PENAEIDAE (p. 720)


Género Artemesia
Artemesia longinaris (p. 720; fig. 241-6 a 12) /
Género Penaeus (fig. 237 a 240, 241-27 a 29)
Penaeus (Farfantepenaeus) notialis (p. 720; fig. 237 a 240)
Penaeus (Farfantepenaeus) duorarum (fig. 237 a 240, 241-17 a 20)
Penaeus (Farfantepenaeus) brasiliensis (p. 721; fig. 237 a 240)
Penaeus (Farfantepenaeus) subtilis (p. 721; fig. 237 a 240)
Penaeus (Farfantepenaeus) paulensis (p. 721; fig. 237 a 240, 241-27 a 29)
Penaeus (Litopenaeus) schmitti (p. 721; fig. 237 a 240).
Género Metapenaeopsis
Metapenaeopsis goodei
Género Xiphopenaeus (fig. 241-15, 16)
Xiphopenaeus kroyeri (p. 721; fig. 241-13, 14)
Familia SICYONIIDAE (p. 725)
Género Sicyonia (p. 725; fig. 241-21 a 23)
Sicyonia typica (p. 726) .
Sicyonia burkenroadi (p. 726)
Sicyonia dorsalis (p. 726)
Sicyonia parri (p. 726)

Superfamilia SERGESTOIDEA (p. 726)


Familia SERGESTIDAE (p. 727; fig. 241-23 a 26,30,31)
Género Peisos
Peisos petrunkevitchi (p. 727; fig. 241-24 a 26)
Género Sergestes
Sergestes arcticus (p. 727; fig. 241-31)
Género Sergia
Sergia lucens
Género Acetes
Acetes americanus americanus (p. 727)
Familia LUCIFERIDAE (p. 727)
Género Lucifer
Lucifer faxoni (p. 727; fig. 241-30)
Lucifer typus (p. 727)

Infraorden CARIDEA (p. 728; fig. 241-32 a 45)


Superfamilia OPLOPHOROIDEA (p. 729)
Familia OPLOPHORIDAE (p. 729)
Género Acanthephyra (p. 729; fig. 241-37)
Acanthephyra pelagica (p. 729)

Superfamilia PASIPHAEOIDEA (p. 729)


Familia PASIPHAEIDAE (p. 729) .
Género Pasiphaea
Pasiphaea acutifrons (p. 729)
Pasiphaea sivado (p. 729; fig. 241-35)
Género Leptochela (p. 729)
Leptochela bermudensis (p. 729)

711
Larvas de Crustacea Decapoda

Superfamilia PALAEMONOIDEA (p. 729)


Familia CAMPYLONOTIDAE (p. 729)
Género Campy/onotus
Campy/onotus capensis (p. 729)
Campy/onotus rathbunae (p. 729; fig. 241-38)
Campy/onotus semistriatus (p. 729)
Campy/onotus vagans (p. 729)

Superfamilia ALPHEOIDEA (p. 730)


Familia ALPHEIDAE (p. 730)
Género Betaeus
Betaeus /i/ianae (p. 730; fig. 241-41. 42)
Género A/pheus (p. 730)
A/pheus armi//atus (p. 730; fig. 241-39. 40)
A/pheus heterochae/is (p. 730; fig. 241-36)
A/pheus nutting (p. 730)
Género Syna/pheus (p. 730)
Género A/pheopsis (p. 730)
Género Athanas (p. 730)
Género Amphibetaeus (p. 730)
Género Automate (p. 730)
Género Lepta/pheus (p. 730)
Género Sa/moneus (p. 730)
Familia HIPPOLYTIDAE (p. 730)
Género Chorismus
Chorismus antarcticus (p. 730; fig. 241-43 a 45)
Género Exhippo/ysmata
Exhippo/ysmata op/ophoroides (p. 730)

Superfamilia PANDALOIDEA (p. 730)


Familia PANDALlDAE (p. 730)
Género Panda/opsis
Panda/opsis amp/a (p. 730)
Panda/opsis dispar (p. 730; fig. 241-32. 33)
Género Panda/us (p. 730)

Superfamilia CRANGONOIDEA (p. 731)


Familia GLYPHOCRANGONIDAE (p. 731)
Género G/yphocrangon
G/yphocrangon spinicauda (p. 731; fig. 241-34)
G/yphocrangon acu/eata (p. 731)
Familia CRANGONIDAE (p. 731)
Género Notocrangon
Notocrangon antarcticus (p. 731)

Suborden REPTANTIA (p. 731)


Infraorden MACRURA (p. 731)
Superfamilia PALlNUROIDEA (p. 732)
Familia SCYLLARIDAE (p. 732)
Género Scy//arus (p. 732)

712
Larvas de Crustacea Decapoda

Seyllarus amerieanus (p. 731; fig. 241-80)


Género Seyllarides (p. 732)
Seyllarides deeeptor (p. 732)
Seyllarides aequinoetialis (p. 732;fig. 241-81)
Seyllarides astori (p. 732)
Seyllarides nodifer (p. 732)
Seyllarides latus (p. 732)
Seyllarides herklotsii (p. 732)
Seyllarides delfosi (p. 732)
Familia PALlNURIDAE (p. 732)
Género Panulirus (p. 732)
Superfamilia NEPHROPOIDEA (p. 732)
Familia NEPHROPIDAE (p. 732)
Género Metanephrops
Metanephrops rubellus (p. 733)
Metanephrops ehallengeri (p. 733; fig. 241-7Ta 79)
Género Thymops
Thymops birsteini (p. 733)

Superfamilia THALLASSINOIDEA (p. 733)


Familia CALLlANASSIDAE (p. 733)
Género Anaealliax
Anaealliax argentinensis (p. 733)
Género Callianassa (p. 733; fig. 241-76, 82 a 84)
Callianassa braehyophtalma (p. 733)
Género Ctenoeheles (p. 733)
Género Calliehirus
Calliehirus mirim (p. 733)
Calliehirus major (p. 733; fig. 241-82, 83)
Familia UPOGEBIIDAE (p. 733)
Género Upogebia (p. 733)

Infraorden ANOMURA (p. 733)


Superfamilia GALATHEOIDEA (p. 734)
Familia PORCELLANIDAE (p. 734)
Género Paehyeheles (p. 735)
Paehyeheles haigae (p. 735; fig. 241 -46, 47)
Paehyeheles ehubutensis (p. 735)
Paehyeheles monilifer (p. 735)
Paehyeheles riisei (p. 735)
Paehyeheles aekleianus (p. 735)
Paehyeheles greeleyi (p. 735)
Género Poreellana (p. 735)
Poreellana sigsbeiana (p. 735; fig. 241-55. 56)
Poreellana sayana (p. 735)
Género Petrolisthes (p. 735)
Petrolisthes amoenus (p. 735)
Petrolisthes armatus (p. 735)
Petrolisthes galathinus (p. 735)

713
Larvas de Crustacea Decapoda

Petrolisthes elongatus (p. 735; fig. 241-58)


Género Polyonyx (p. 735)
Polyonyx gibbesi (p. 735)
Polyonyx quadriungulatus (p. 735; fig. 241-52)
Género Pisidia (p. 735)
Género Megalobrachium (p. 735)
Megalobrachium soriatum (p. 736)
Megalobrachium roseum (p. 736)
Megalobrachium mortenseni (p. 736)
Megalobrachium poeyi (p. 736; fig. 241-53)
Género Myniocerus (p. 734)
Familia GALATHEIDAE (p. 736)
Género Munida (p. 736)
Munida subrugosa (p. 736; fig. 241-63 a 66)
Munida gregaria (p. 736)
Género Galathea (p. 736)
Género Galathodes -

Superfamilia PAGUROIDEA (p. 737)


Familia PAGURIDAE (p. 737)
Género Pagurus (p. 737)
Pagurus exilis (p. 737; fig. 241-48 a 50)
Familia L1THODIDAE (p. 737)
Género Lithodes (p. 737)
Lithodes antarcticus (p. 737; fig. 241-74, 75)
Género Paralomis
Paralomis granulosa (p. 737)
Paralomis formosa (p. 737)
Familia PARAPAGURIDAE (p. 738)
Género Parapagurus (p. 738)
Parapagurus diogenes (p. 738; fig. 241-62)
Parapagurus dimorphus (p. 738)
Parapagurus gracilis (p. 738)
Superfamilia COENOBITOIDEA (p. 738)
Familia DIOGENIDAE (p. 738)
Género Loxopagurus (p. 738)
Loxopagurus loxochelis (p. 738; fig. 241-51)
Género Paguristes (p. 738)
Paguristes robustus (p. 738)
Paguristes foresti (p. 738)
Paguristes sericeus (p. 739; fig. 241- 59 a 61)
Género Dardanus (p. 739)
Dardanus arrosor (p. 739; fig. 241-67. 68)
Dardanus arrosor arrosor (p. 739)
Dardanus arrosor insignis (p. 739)
Género Diogenes (p. 738)
Superfamilia HIPPOIDEA (p. 739)
Familia ALBUNEIDAE (p. 739)
Género Blepharipoda (p. 739)
Blepharipoda doelloi (p. 739; fig. 241-69 a 71)
Género Lepidopa(p. 739)

714
Larvas de" Crustacea Decapoda

Lepidopa myops (fig. 241-54)


Género Albunea (p. 740; fig. 241-57)
Albunea gibbesi (p. 740)
Albunea pareti (p. 740)
Familia HIPPIDAE (p. 740)
Género Emerita
Emerita brasiliensis (p. 740)
Emerita analoga (p. 740)
_Emerita rathbunae (p. 740; fig. 241-72, 73)
Género Hippa
Hippa testudinaria (p. 740)

Infraorden BRACHYURA (p. 740)


Sección BRACHYRHYNCHA (p. 741)
Superfamilia XANTHOIDEA (p. 741)
Familia PINNOTHERIDAE (p. 741)
Género Pinnotheres
Pinnotheres maculatus (p. 741; fig. 241-90, 91)
Género Pinnixa
Pinnixa patagoniensis (p. 741; fig. 241-115)
Familia XANTHIDAE (p. 742)
Género Platyxanthus
Platyxanthus crenulatus (p. 742; fig. 241-94, 95)
Platyxanthus patagonicus (p. 742)
Género Panopeus (p. 742)
Panopeus herbsti (p. 742; fig. 241-98, 99)
Género Homalaspis
Homalaspis plana (p. 742)
Género Ozius
Ozius truncatus (p. 742)
Género Heterozius
Heterozius rotundifrons (p. 742)
Familia GRAPSIDAE (p. 743)
Género Cyrtograpsus
Cyrtograpsus altimanus (p. 743; fig. 241-92. 93)
Cyrtograpsus angulatus (p. 744; fig. 241-100, 101)
Género Chasmagnathus
Chasmagnathus granulata (p. 744; fig. 241-85 a 87)
Género Cyclograpsus
Cyclograpsus cinereus (p. 744; fig. 241-121)
Cyclograpsus punctatus (p. 744)
Cyclograpsus lavauxi (p. 744)
Cyclograpsus insularum (p. 744)
Cyclograpsus integer (p. 744)
Género Metasesarma
Metasesarma rubripes (p. 744; fig. 241-88, 89)
Género Sesarma
Sesarma (Holometopus) ricordi (p. 745; fig. 241-120)
Género Plagusia (p. 745)

715
Larvas de Crustacea Decapoda

Plagusia ehabrus (p. 745; fig. 241-119)


Plagusia depressa (p. 745)
Género Geograpsus (p. 743)
Género Planes (p. 743)
Género Goniopsis (p. 743)
Género Paehygrapsus (p. 743)
Género Aratus (p. 743)
Género Perenon (p. 743)

Superfamilia PORTUNOIDEA (p. 745)


Familia PORTUNIDAE (p. 745)
Género Callineetes
Callineetes sapidus (p. 746; fig. 241-103, 104)
Género Ovalipes
Ovalipes trimaeulatus (p. 746; fig. 241-102)
Género Coenophtalmus
Coenophtalmus tridentatus (p. 746; fig. 241-122)
Género Portunus (p. 746)
Portunus tritubereulatus (p. 746; fig. 241-123)
Género Careinus (p. 745)
Género Arenaeus (p. 745)

Superfamilia OCYPODOIDEA (p. 746)


Familia OCYPODIDAE (p. 746)
Género Oeypode (p. 746)
Oeypode quadrata (p. 747; fig. 241-96, 97)
Género Vea (p. 747)
Vea uruguayensis (p. 747; fig. 241-116)
Género Vcides (p. 746)
Género Dotilla (p. 747)

Sección CANCRIDEA (p. 747)


Familia ATELECYCLlDAE (p. 747)
Género Corystoides
Corystoides ehilensis (p. 748; fig. 241-113, 114)
Género Aeanthoeyclus (p. 748)
Aeanthoeyelus gayi (p. 748; fig. 241-109, 110)
Aeanthoeyelus albatrosis (p. 748)
Género Erimaerus (p. 747)
Género Telmessus (p. 747)
Género Peltarion
Peltarion spinosulum (p. 747)

Sección OXYRHYNCHA (p. 748)


Familia HYMENOSOMATIDAE (p. 748)

716
Larva5 de Crustacea Decapoda

Género Halicarcinus
Halicarcinus planatus (p. 748; fig. 241-105, 106)
Familia MAJIDAE (p. 748)
Género Eurypodius
Eurypodius latreillei (p. 749; fig. 241-117, 118)
Género Libinia
Libinia spinosa (p. 749; fig. 241-111, 112)
Género Libidoclaea
Libidoclaea granaria (p. 749; fig. 241-107, 108)
Género Mithrax (p. 749)
Mithrax spinosissimus (p. 750; fig. 241-124)
f

Orden STOMATOPODA (p. 753; fig. 241-125 a 127)


Género Gonodactylus
Gonodactylus oerstedii (p. 753; fig. 241-125 a 127)
Género Squilla (p. 753)
Squilla brasiliensis (p. 753)
Género Hemisquilla (p. 753)
Género Parasquilla (p. 753)
Género Pseudosquilla (p. 753)
Género Eurysquilla (p. 753)
Género Coronis (p. 753)
Género Lysiosquilla (p. 753)
Género Alima (p. 753)
Género Meiosquilla (p. 753)
Género Cloridopsis (p. 753)
Género Heterosquilla (p. 753)
Heterosquilla (Heterosquilla) platensis (p. 753)
Heterosquilla (Heterosquilla) polydactyla (p. 753)
Género Pterygosquilla (p. 753)
Pterysgosquilla armata armata (p. 753)

717
Larvas de Crustacea Decapoda

Descripciones y distribución mar, aunque se manifiesta una neta migra-


ción entre las aguas someras y las de mayor
profundidad, donde se produce el desove de
Orden DECAPODA los adultos. Aparte de las especies mencio-
Suborden NATANTIA nadas, que tienen hábitos bentónicos-de-
Infraorden PENAEIDEA
mersales, existen en la región otros penéi-
Los crustáceos decápodos Penaeidea están dos pelágicos menos conocidos y menos
integrados por dos superfamilias: Serges- frecuentes en las capturas, que también
toidea y Penaeoidea. Esta última agrupa a tienen estadios larvales que pueden hallar-
los camarones comerciales de mucha im- se presentes en el plancton.
portancia en las pesquerías de las regiones En cuanto a los sergéstidos de esta región
tropicales y subtropicales del mundo. El nú- en estudio, se hallan varias especies de
mero de especies es elevado, pero ha todas Sergestes, camarones rojos pelágicos de
tienen valor comercial; algunas llegan a so- aguas oceánicas. El pequeño Lucifer (L.
brepasar los 20 cm de largo total y son de typus y L. faxoni) con especies de escasa-
crecimiento muy rápido; en estado adulto mente 1 cm. El extraño sergéstido Peisos
viven sobre fondo blando (limo, arcilla, are- petrunkevitchi, endémico para las aguas
na). Los Sergestoidea son especies típica- costeras marinas del sur del Brasil, Uru-
mente pelágicas que tienen menor impor- guay y Argentina hasta Rawson (43°S), y
tancia comercial y, por lo general, son más Acetes americanus, para las costas del Bra-
pequeños que los pené idos, aunque algu- sil. Tanto pené idos como sergéstidos co-
nos pueden llegar a los 6 a 8 cm. mienzan su vida libre con un huevo planctó-
La mayor diversidad de especies de penéi- nico-demersal. Luego nace una larva nau-
dos se halla en las áreas de menor latitud, plius simple, a partir de lo cual continúa la
disminuyendo en número hacia las regio- metamorfosis. Con los estadios de nauplii
nes templadas y frías. En el Atlántico Sud- es dificultoso reconocer las especies, salvo
oeste, en el sector comprendido en este tra- en áreas bien conocidas. A partir de la
bajo (litoral sur del Brasil, Uruguayy Argen- protozoea es posible la identificación del
tina) se hallan las siguientes especies de- taxón, especialmente si se dispone de estu-
mersales más importantes: Brasil: Xhipho- dios larvales previos.
penaeus kroyeri, Sicyonia typica, Sicyonia
pam~ Penaeus (F) brasiliensis, Penaeus (F)
notialis, Penaeus (F) subtilis, Artemesia Superfamilia PENAEOIDEA
longinaris, Pleoticus muelleri, Penaeus (F) Huevo: La vida planctónica se inicia con el
paulensis, Metapenaeopsis goodei y Pe- huevo, que es esférico, de un tamaño que
naeus (L). schmittl~· Uruguay: Artemesia varía entre 0,2 y 0,5 mm; la división es to-
longinaris, Penaeus (F) paulensis, Pleoti- tal y es posible identificar losdistintosesta-
cus muelleri; Argentina: Pleoticus muelleri, dios de desarrollo.
Artemesia longinaris (raramente Penaeus
(F) paulensis). Nauplius: El nauplius es piriforme, con la
región anterior más ensanchada que la pos-
terior, con tres pares de apéndices (anténu-
Las especies de Penaeus, por lo general, las, antenas y mandíbulas); existe también
penetran en las aguas salobres, en lagunas un ojo naupliar. Posteriormente el cuerpo
y esteras litorales, en estadio de postlarvas termina en las espinas furcales. En los pri-
para crecer, y es por ello que se capturan en meros estadios el nauplius es opaco; luego,
esos ambientes los juveniles y preadultos, en las sucesivas mudas (IV a VI), consume
como ocurre con P. (F) paulensis en las sus propias reservas y s~ hace más trans-
lagunas costeras de Uruguay y Brasil. P. parente, al mismo tiempo que aparecen los
muelleri y A. longinaris no tienen hábitos rudimentos de otros apéndices y mayor nú-
de penetración en ambientes salobres y su mero de espinas en la furca (fig. 241-7,8,
ciclo vital se cumple enteramente en el 13,17,27).

718
Larvas de Crustacea Decapoda

Protozoea: Caparazón grande, con pocas dimentarios se observan a partir de la se-


espinas en las familias Penaeidae, Aristei- gunda mysis. De 3 a 4 subestadios de my-
dae y Sicyoniidae, y con numerosas en So- SIS.
lenoceridae; caparazón redondeado ante-
riormente o en forma más o menos hexago- Mysis-postlarva: Es un estadio de transi-
nal en el estadio 1,seguido de un tórax seg- ción que suele hallarse en algunas .espe-
mentado y un abdomen que puede estar cies de penéidos. Tien.e el aspecto de un ca-
segmentado. Apéndices anteriores (anté- maroncito. En Artemesia longinaris se
nulas y. antenas, mandíbulas, maxílulas, presenta con un largo rostro y los pereiópo-
maxilas y maxilípedos 1º Y 2º funcionales); dos mantienen largos exopoditos setosos y
los ojos sésiles. Telson bilobulado, con pro- nadadores; también se observan los pleó-
cesos furcales. A partir de la protozoea 11 podos setosos.
aparece el rostro y otras espinas del capa- Postlarva: Es el fin de la fase larval, muy
razón, los maxilípedos 3 y pereiópodos rudi- semejante a un juvenil. En Artemesia el
mentarios. La armadura del abdomen y uró- rostro es romo, no así en Penaeus, donde es
podo s se observa en la protozoea 111. Va au- largo y sin espinas dorsales en las primeras
mentando de talla en cada muda de 0,6 a mudas. Los exopoditos de los pereiópodos
2,8 mm. Tres subestadios de protozoea. están ausentes o son muy pequeños y pier-
Mysis: Cuerpo parecido a un camaroncito. den su capacidad nadadora. Todos los
Cefalopereion con un rostro agudo y nu- apéndices son funcionales, así como los
merosas espinas en la familia Solenoceri- tres pares de quelasde los primeros pereió-
dae; con pocas en Aristeidae, Penaeidae y podos. Telson y urópodos normales.
Sycioniidae. 13 pares de apéndices funcio- Las características más importantes de los
nales (anténulas, antenas, mandíbulas, nauplii, zoeas, mysis y postlarvas de las es-
maxílulas, maxilas, maxilípedos 1, 2 y 3, pecies de Penaeus mencionadas para el
pereiópodos 1 al 5). Los pereiópodos 1 al3 área figuran en las tablas de las figuras
con quela rudimentaria. Los pleópodos ru- 237, 238, 239 y 240.

Clave para reconocer los estadios larva les y postlarvales de Penaeoidea

1) Cuerpo piriforme u oval sin segmentación, furca caudal con un par de espinas largas.
Tres pares de apéndices funcionales, anténulas unirramosas, antenas y mandíbulas
birramosas, mancha ocular simple (fig. 241-7, 13, 117): Nauplius 1-111.
1A) Idem anterior, pero con mayor tamaño y cuerpo más alargado, mayor segmentación
de apéndices y nuevos somitos distinguibles por el esbozO de apéndices. En el último
subestadio con el telson escotado con dos lóbulos bien evidentes (fig. 241 -8, 27):
Nauplius IV-VI.
1B) Diferente a lo indicado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Caparazón grande de forma ligeramente hexagonal, tórax segmentado y abdomen
entero en el primer estadio y con 5 a 6 segmentos en los dos restantes. Anténulas,
antenas, mandíbulas, maxílulas, maxila, maxilípedos 1º y 2º. El maxilípedo 3º y los 5
pares de pereiópodos están presentes rudimentariamente en la 11y 111, y con los ojos
pedunculados (fig. 241-2, 9, 14, 18, 21, 28): Protozoea.
2A) Diferente a lo indicado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
3) Cuerpo alargado, más parecido a un camarón. Rostro aguzado, extendiéndose entre
los ojos pedunculados. Cinco pares de pereiópodos birramosos. Abdomen segmen-
tado, telson y urópodos presentes. Primer estadio sin pleópodos, rudimentos en e12º
y articulados en el 3º o 4º, según las especies; sin sedas (fig. 241-3,10,15, 19,22,
29): Mysis.
3A) Aspecto de un pequeño camarón, rostro romo en algunas especies en los primeros
estadios, pereiópodos bien desarrollados, pleópodos bien formados, funcionales y
con sedas. Urópodos y telson presentes (fig. 241-4, 11, 16, 20, 23): Postlarva.
719
Larvas de Crustacea Decapoda

Familia SOLENOCERIDAE espinas laterales entre el 5º y 6º segmen-


tos de la protozoea 111, y una espina dorsal
Pleoticus muelleri Bate (fig. 241-1 a 5) media en los segmentos 2, 3, 4 y 5, que au-
Los huevos son esféricos, libres, de unos mentan de tamaño de adelante hacia atrás.
0,2 mm de diámetro interno, con una mem-
Las mysis se presentan en tres subesta-
brana coriónica de 0,5 mm. Seis subesta-
dios. Los bordes anterolaterales del capara-
dios de nauplii con la típica forma ovoidal,
zón con una serie de 5 a 7 espinitas. Sin
tres pares de apéndices funcionales como
espinas hepáticas a partir de la segunda
es usual: anténula (unirramosa), antena y
mysis. En los somitos 5º y 6º existe una
mandíbula (birramosas). En las sucesivas
espina en el borde posterior. Los segmen-
mudas va apareciendo en el nauplius el es-
tos 3, 4, 5 y 6 tienen, en la línea media dor-
bozo de mayor número de apéndices. El
sal y posterior, una espina que puede variar
estadio de protozoea (con 3 subestadios)
en tamaño y en algunos ejemplares estar
tiene las características típicas, con un ca-
ausente. Los pereiópodos 1, 2 y 3 son que-
parazón provisto de espinas dorsales y late-
lado.s, y los pleópodos aparecen desde la
rales y que no cubre el pereion totalmente.
mysis 11.
En el primer subestadio los ojos son sésiles.
El abdomen con espinas también dorsales y En esta especie se ha observado, en condi-
laterales. Los urópodos aparecen en el últi- ciones de laboratorio y naturales, un esta-
mo subestadio. La mysis de esta especie (3-
dio de mysis-postlarva, para luego pasar a
4 subestadios) tiene un rostro muy prolon- la postlarva. Es un verdadero camaroncito,
gado, caparazón con espinas dorsales y la- notándose en el primer estadio los exopodi-
terales. Como es usual, los cinco pares de
tos largos y nadadores y el rostro largo,
pereiópodos con exopodito bien desarrolla-
mientras que en la postlarva los expoditos
do (los tres primeros quelados). La postlar- están más reducidos y el rostro es romo
va sin espinas laterales en el caparazón. (Boschi y Scelzo, 1977).
Antena birramosa con flagelo largo, pereió-
podos con exopoditos muy reducidos. Unas Distribución: Sur del Brasil (Santa Catari-
ocho espinas rostrales presentes (Boschi y na), Uruguay, Argentina hasta Rawson,
Scelzo, 1969a). Chubut (43°S).
Distribución: Aguas costeras desde Río de
Janeiro (Brasil, 23°5) hasta Puerto Desea-
do (Argentina, 48°5). En la Patagonia Penaeus (Farfantepenaeus) notialis Pérez
Argentina se halló hasta 90 m de profundi- Farfante
dad.
Los estudios del desarrollo de larvas se han
realizado en P. (F.) duorarum (fig. 241-17 a
20) (Dobkin, 1961). El huevo planctónico de
esta especie es esférico con un diá metro de
0,32 mm. El estadio de nauplius se presen-
Familia PENAEIDAE ta con 5 subestadios con la típica forma
ovoidal y los tres primeros pares de apéndi-
Artemesia longinaris Bate (fig. 241, 6 a 12) ces funcionales: anténulas, antenas y man-
Los huevos son esféricos, de un diámetro díbulas. En las sucesivas mudas van apa-
medio interno de 0,23 mm y externo de reciendo rudimentos de otros apéndices.
0,35 mm. Los seis subestadios de nauplius Las espinas de la furca caudal son dos en el
tienen forma ovoidal. Aparte de la anténula, primer subestadio, aumentando a siete en
antena y mandíbula, aparecen esbozos de el V. La superficie dorsal del caparazón de la
otros apéndices en las diferentes mudas. La protozoea es liso; el largo de las anténu-
protozoea se presenta con tres subestadios. las y antenas aproximadamente el mismo;
Borde posterior del caparazón y del pleon el endopodito de la antena tiene cuatro se-
sin espinas. En el abdomen se observan 2 das laterales (1 + 1 + 2). En la mysis el

720
Larvas de Crustacea Decapoda

caparazón es liso y sólo se observa una es- Penaeus (Farfantepenaeus) paulensis


pina hepática y otra subraorbital (caracte- Pérez Farfante (fig. 241-27 a 29)
res del género Penaeus). Los exopoditos es-
tán presentes en los pereiópodos de los El desarrollo larval de esta especie ha sido
cuales, los tres primeros, terminan en una estudiado por Iwai (1978) (las característi-
quela rudimentaria. Los esbozos de los cas larvales y postlarvales se dan en las
pleópodos aparecen en la mysis 11. El tablas de las figuras 237 a 240).
abdomen tie,ne el 3º, 4º, 5º y 6º segmentos Distribución: Sur de Brasil, Uruguay, rara-
con una espina dorsal, el 5º segmento tiene mente Argentina (Prov. de Buenos Aires).
un par de espinas posterolaterales y el 6º
lleva dos pares de espinas posterolaterales,
un par de espinas posteroventrales y una
espina medioventral. La mayor diferencia
en los siguientes subestadios es la presen- Penaeus (Litopenaeus) schmitti Burkenroad
cia de los pleópodos, modificaciones del tel- El estadio de nauplius se presenta con
son y, naturalmente, el aumento de tamaño cinco subestadios. Las protozoeas se pre-
(ver fig. 237). Es un pequeño camaroncito sentan con tres subestadios y la mysis
de cerca de 5,0 mm de largo, sin exopoditos también con tres. Las características gene-
en los pereiópodos; pleópodos bien forma- rales de estas larvas son las propias de to-
dos y setosos. das las especies de Penaeus (consultar
Distribución: Centro América, Brasil (Cabo para mayores detalles García Pinto y Ewald,
Frío). 1974) (ver fig. 237).
Distribución: Centro América hasta Santa
Catarina, Laguna (Brasil).
Penaeus (Farfantepenaeus) brasiliensis
Latreille
En esta especie se hallaron 5 nauplii, cuyas Xiphopenaeus kroyeri (Heller) (fig. 241-13 a
características son las usuales en este es- 16)
tadio. Las espinas furcales están presentes
en dos pares en el nauplius 1,tres pares en De esta especie se conoce la descripción de
el 11,cuatro en el 111,cinco en el IV, más los los estadios de nauplius y la primer proto-
procesos furcales. La protozoea se presen- zoea, la mysis I y la postlarva. El nauplius
ta con tres subestadios, con las característi- tiene las características normales de este
cas propias. El siguiente estadio de mysis estadio en los penéidos, con tres pares de
se lleva a cabo en tres subestadios, y final- apéndices y el cuerpo piriforme. La proto-
mente aparece la postlarva (ver fig. 237). zoea tiene el aspecto clásico sin espinas
sobre el caparazón, con cuatro sedas largas
Distribución: Esta especie se conoce desde y una corta terminales en el endopodito del
Cabo Hatteras (USA) hasta Río Grande segundo apéndice (antena). La mysis tiene
(Brasil, 32°S). los somitos 4 y 5 con una espina dorsal me-
diana y sin espina lateral en e15º somito ab-
dominal. Rostro tan largo o más corto que
los ojos. La característica más sobresalien-
Penaeus (Farfantepenaeus) subtilis te de la postlarva son sus dos últimos pe-
Pérez Farfante reiópodos muy largos. El rostro es más
largo que el ojo. La espina antenal es muy
El desarrollo larval se estudió con la notable y el caparazón tiene un surco bran-
- subespecie del Golfo de México. Se halla- quiocardíaco (Renfro y Cook, 1962).
ron 5 nauplius, 3 protozoeas y 3 mysis.
Distribución: Desde Carolina del Norte
Distribución: Caribe, norte de Sudamérica (USA) hasta los 26°S, costas del Brasil (Ca-
hasta Brasil (Cabo Frío). nanéia, Paranagua).

721
Larvas de Crustacea Decapoda

+1 31
(F.)
(L.) del 64531
duo:ra:rwr,
4brosiZiensis
6subtiZis
sehmi 15+apéndice
1P.
51
ttiapénd. 78
651
------
---
99++1P.
158697del
35467810
88 48
35910 3 7 6 P. 5671 + 37 +
(lde
sedas
76
espinas
sedas
de sedas
44
5apéndice
(F.)r.)del
+ del
2°apénd.

espi Ó del + del
+ler.
pauZensis
exop.
apénd.
espinas
nas 2°
del caudales

endop.apénd.
exop. 5caudales
NAUPLIUS
P. 63+del
del + 55
+

ZO 65739+ apénd. 65

Fig. 237. Números de sedas de los dos primeros apéndices (1 º Y 2º) Y de las espinas caudales en los subestadios de nauplii de 5
especies del género Penaeus.
Datos de las primeras tres especies que figuran en el cuadro: de Iwai (1978), de la cuarta: de Cook y Murphy (1971), y de la
última: de Dobkin (1961).
1 r) Una rudimentaria.
(De Iwai, 1978).

722
Larvas de Crustacea Decapoda

artejos4+(l 0,98-1,14
7/?7-8
5/8ausente
?2
37/11
13/9
=19/9/11
6/7
- 4/9
P.
2,40
0,89
0,40
0,72 23
4/=11
35/7
4/9
P.
6/6/10-11
=17/7/11-20
5/=20
5/11
7/13
E/10
7/6
7/4 5/9
4/44/9 ---
(F.)
5/25-28
6-7/7
6/6/11
13/9
1-P.
4/10/11
/11 5/9/11
6/7/11
5/25
5/7/11
7/9
4/9
6/10
presente
10/9/11
(f'.)
(F.)
2,20
0,40
=17/7/11-12
5/=23
5/11 6/9
0,97
0,38
4/15
0,92
6/12
6/10 19/7
protopodito
5/9
6/6/10-11
1,28
5/9 5/24
7/13
17-20/7/10
6-8/7
5/8
5-7/6/11
13/9
4/10
6-7/4
4/9
1,68
5/9
13/9
6/6/10
5/9
1,5
1,68
0,69 7/6
5/25-27
5/17
7/4
6-7/7/11
r)/=264/19
4/?10
presente0,93 2,01
17-20/9/12
5/28-30
2,11
0,57 8/8
17-20/7
2,64
0,40 1,40
1,02
2,59
0,49
-1,21
16/7/11
0,83
0,87
19/9fl2
(capturado)
?-(L.)
bl'Q8i
/12- sehmi
subtiZis
2,70
0,49
0,42
1,26
1,02
/11-14
2,10
/10
3,00
2,84
0,50
0,68
1,91,91
0,89 Ziensis
-duol'QT'Um
1,19
0,99 tti
20,71
(S/r) 7/7
18-20/7
18-20/7 6/9
/10
6/6/11
5/22-255/9
13/9
5/22-23
-7-8/1
5/24-26
4/9
presente
0,98
0,39 7/9
4/9
13/9
7/11
6/6/11
1,85
18-20/8/12
0,55 7-8/8
1,99 0,71
0,90 2-/12
2--/10 0,42
1,08
1,98
2,80
(S/r) ,
to/exopod
subtermina
protopod
di to/exopodi
subtermi
to/exopodi ito/endopodi
i to1es/tota
to/endopodi i to to P. 7-8/7
(F.) pauZensis
protopodi
Sedas
podi -exopodi
protopodito na1es/tota
to/endopodito
to/endopod 1
exopodito/endopodito
O,86-1,QL(criado)_ to/endopodi
Lar90 total (mm) (11111)

Fig. 238. Protozoea. Principales características morfolégicas diferenciales entre especies de Penaeus. Datos de las primeras dos
especies que figuran en el cuadro: de Iwai (1978), de la tercera: de García Pinto y Ewald (1974), de la cuarta: de Cooky Mur-
phy (1971), Y de la última: de Dobkin (1961).
1 r) Una rudimentaria; Sir.) Rostro excluido.
(De Iwai, 1978).

723
Larvas de Crustacea Decapoda

- (F.)
(L.)
9/10
6/11
5/10 total
127
(Ir)/26
(F.) 2duorarum
1-12brosi
sclnitti
subtiU.
71-sedas
2sedas
5/8
pauLensis
sedas
0,88
(1lII1) (Liensis
-127/11
-7/13
12(1lII1) P.
- P.
5/19
4SIr
(1lII1) 46/15
~6/~5 16
2~13
?52,9
16/11
13
exopodíto
-sedas
0,93 3,3
1,13
5/11
O
exopodi
- 0,96
0,87 P.
16/11
5/12
6/9
4/119/11
14/11
8/9
5/14
9/13
4,50
+exopodito
10/11
2/63,7
61?
2/5
5/7
2/3
12/4
2/2
15/0
4/1719
81/5
32
97
+ ---
29
34/4
~19
~17
~21
5/15
3,47
3/6
5/~23 71/6
10/15
18/118/1
5/6
l/S74,05
12/6
2/6
4/44/15
27/9
6/132/5
2/6
10/14
1/6
15/9
5/~27
13/9
8/6 274/5
11/13
10/9
5/17
6/11 5/10
18/9
44/5
l/S
11/9
5/16
6/13
exópodo/endópodo
(S/r)
(lr)/~24 1730
3/14
19/9
6/13
10/15
3,43
4,02
2/5 21
24
3,2
18
2/6
1/5
6/9
5/26
-1,3
17-21
7/11
7121
12/14
1,1
3,3
1,2
3,9
-4,4
6/10
15/9
12/3
10/14
6/25
7/8 -6/17
85/11
-5/25
4/17
9/14
10/9
2/6
-1,29
17/2
protopodito
protopodi 0,93
1,35
protopodi
(1lII1) 1,12 --0,92
9/10
3,4
3,9816
4/17
8to
1,30
4,50 62/6
1,21
1,15 38.21
- 5-4,8034
2/6
4/4-3,5
5/7
4,25
-3,7029
19
-1,50
4,40
-4,2
1,3
1,4
4,7
1,5
1/4 4,05
4,52
3,55
4,00
1,16
to, - - -23
(S/r)
1,20
1,35
1,45
to4,93 - 4,95
12/3
(S/r) 20 77 5/26
(S/r)
4,43
3,80 -28
19
5/26 27- - 32
2818/9
¡;
3/5
11/14
6/13
6/11
5/13
10/14
16/2
6/10
5/11
8/14
12/9
9/10
6/7
15/9 -392328-28 12
P.
lóbuloartej9s/sedas
lóbulo proximal/distal proximal/distal -
artejos/sedas
Lar90 Lar90 total

Fig. 239. Mysis. Principales características morfológicas diferenciales entre las especies de Penaeus. Fuente: igual que en lig. 238.
1 r) Una rudimentaria; S/r.) Rostro excluido.
(De Iwai, 1978).

724
Larvas de Crustacea Decaponil

-
4,7 ---
perdido
6/9
ausente
21
23 P.
---
2/ausente
16
---
---
ausente
7/12
131
4/12
3/2
3/0 -4/12
11/2
perdido/,24 O ---
---
7---
24,82 ---
6,6
(F.)
8endopodito
P.20 27
-28 ---
21 -(F.)
(F.)
1P.
31 ---
- -------
---
subtilis
(L.) ---
brasiLiensis
duorarum
-31
24 schmitti 17 28 24
-4/9
degenerado
4/'12
2/0
0/160/3
31,4
perdido4/0
? degenerado/15
5-6/,13
l/O
-2/7
3/5
2/5
l3/presente
4,5
3,8
1/1
/O
1-2/presente
6/11
perdido/15
perdido/,18
presente P. 4/16
0/6
+1/2
82/8
1/13
3/8
2/2
5/13
4/8
2/74/20
4/8
6/21
2/6
2/1
1/1 34/7
presente
3/9
5,25
2/9
4/14
4/4
5/10 0/19
r6/11
2/8-10
3/6
ausente
4/8
18
7/13
29/312/8
2/7
3/10
l/O
1/32/4
2/preser,te
1,19
1,24 r/28
o4,8
5,0
1,6
10/12
-g/10
l/presente
4,90
1,35
presente 4/16
ausente
5,27
-(r)22-22
-16 -o14
5,89
-12
22
1,25
1,36 30
4/9
12
14 (S/r)
5,30
1,55
aus.
(r) 1,22
1,28845,05
4/16
7presente
presente
P.
6/19
4/11
-3/10
2/9-11
20
4/18
5,30+ 2/6--522
3/8
lr/19
6/13
6/10
24/265/11
2/9
9/10
3/7
g/10
2/presente
5/26
3/presente
(F.) 3/9
1,28
1,38 30
- 5,35
20
22 -21
-5,95
28
-paulensis
(r) 12- 11
(r) 1223
(S/r)
(S/r 2/7
artejos/sedas
exopodi
exopod to/endopod
to/endopodi
1es/supraorbi
exopodito
imaito/endopodi
proximal/distal
prox l/di stataexopodito
11 i to to
Largo total
Lar90 (ntn)

Fig. 240. Primeras postlarvas (P. y P2). Principales características morfológicas diferenciales entre las especies de Penaeus. Fuente:
igual que en fig. 238
1 r) Una rudimentaria; Sir.) Rostro excluido.
(De Iwai, 1978).

Familia SYCIONIIDAE presenta con las anténulas mucho más


largas que las antenas. El número de sedas
Género Sicyonia (fig, 241 -21 a 23) del endopodito de la antena es de 1 + 2 + 3.

Los nauplii de las especies del género Si- En la mysis el caparazón y el abdomen no
cyonia tienen las características comunes tienen espinas ni tampoco están presentes
de todos los pené idos. La protozoea se las espinas medias dorsales en los prime-

725
Larvas de Crustacea Decapoda

ros cinco somitos. La postlarva tiene el ca- cierto período antes del nacimiento de las
parazón y el abdomen lisos, sin espinas ter- larvas. Tamaño de los huevos: entre 0,175
minales en el telson. y 0,265 mm.
Distribución: En el litoral del Brasil, inclui- Nauplius: Según Omori (1969), el nauplius
do en este trabajo, se citan Sicyonia de Sergia lucens tiene aspecto ovalado, es-
burkenroadi, S. dorsalis, S. parri, S. typica pecialmente en el primer estadio, con la
(Coelho y Araujo Ramos, 1972), de las que furca caudal algo corta y los tres primeros
no se dispone de estudios larvales. pares de apéndices funcionales. En el
segundo estadio el cuerpo se presenta más
alargado y las espinas furcales más largas.
Superfamilia SERGESTOIDEA Es posible que este aspecto de la larva se
De las especies de esta superfamilia más presente igual en otras especies de Serges-
frecuentes en las aguas costeras del área tes. Se establecen dos estadios de nau-
investigada se pueden mencionar Lucifer plius.
(L. faxoni y L. typus) en el litoral del Brasil; Elaphocaris: Este estadio larval se caracte-
Acetes americanus, también en el litoral de riza en Sergestes por poseer el caparazón y
Brasil, hasta Río Grande desde el Mar Cari- el telson con procesos espinosos muy lar-
be; Peisos petrunkevitchi, presente en el gos y en varias direcciones, muy típicos de
Sur de Brasil, costas de Uruguay y Argenti- la especie (fig. 241-31). Ojos pedunculados
na, hasta Rawson, Chubut. Estas tres espe- en los subestadios 2 y 3. En Peisos petrun-
cies de sergéstidos, por su pequeño tama- kevitchi, en cambio, sólo aparecen proyec-
ño, aparecen frecuentemente en las mues- ciones espinosas en el margen posterior del
tras de plancton, tanto los ejemplares total- caparazón y en la parte anterior de la región
mente desarrollados, como los juveniles o rostra!. El abdomen y telson tienen espinas
adultos y, naturalmente, los estadios lar- cortas (fig. 241 -24). Los apéndices funcio-
vales y postlarvales. nales son anténulas, antenas, mandíbulas,
Los estudios sobre las larvas de estas maxilípedos 1º y 2º. Existen tres subesta-
especies no son muy abundantes. Se dispo- dios de elaphocaris.
ne del trabajo de Brooks (1882b) relativo a Acanthosoma: En Sergestes este estadio
Lucifer faxoni. Boschi y Scelzo (1969a) dan se presenta con aspecto de un camarón,
dibujos y claves para los principales esta- con caparazón, pereion ytelson con grandes
dios de Peisos petrunkevitchi. En cuanto a proyecciones espinosas. Cuerpo algo pen-
Acetes, se han llevado a cabo estudios de tagonal, ojos con un largo pedúnculo.
varias especies del género. De la especie Rostro muy largo, abdomen dividido en seis
costera de esta región, Acetes americanus segmentos. El tercer par de maxilípedos y
americanus, existen pocos datos sobre las los cinco pares de pereiópodos están bien
larvas. Las larvas de los sergéstidos típica- desarrollados. También existen los pleópo-
mente oceánicos, como las del género Ser- dos rudimentarios. En Peisos no existen es-
gestes, han sido relativamente bien estu- pinas sobre el caparazón, salvo las de la
diadas. En este trabajo se presentan algu- región anterior y la rostral; abdomen con
nos estadios de S. arcticus. espinas laterales en cinco segmentos (fig.
241-26).
En los sergéstidos la nomenclatura larval
es la siguiente: nauplius, elaphocaris (que Mastigopus: Tienen el aspecto de un
equivale a la protozoea), acanthosoma (que camaroncito. Caparazón alargado y sin es-
corresponde a la mysis) y mastigopus (que pinas dorsales. En Sergestes los pereiópo-
equivale a la postlarva) (fig. 234). dos 1 al 3 son muy largos y sin quelas, 4 y 5
Huevo: La mayor parte de estas especies rudimentarios y sin exopoditos; pleópodos
tienen los huevos libres. Sólo se menciona largos y setosos. Abdomen con espinas ..En
a Lucifer que lleva un número reducido de Peisos los pereiópodos 1 al3 con quela bien
huevos en el último par de patas durante desarrollada, sin exopoditos, el4 y 5 reduci-

726
Larvas de Crustacea Decapoda

dos; caparazón con espinas en el borde de acanthosoma tiene una larga espina
anterior. Pleópodos largos y setosos, va- basal en el rostro. Caparazón con espinas.
riando en el número según el estadio de Espinas dorsales en los somitos 1º y 2º del
desarrollo. abdomen más cortas que las deI3º, 4º y 5º.
Pereiópodos bien desarrollados; ojos cerca
de un cuarto del largo del caparazón. Pleó-
podos 2 a 5 con rudimentos de endópodos;
telson terminado en dos espinas furcales.
Mastigopus con una pequeña espina sub-
orbital y una larga espina hepática.
Distribución: Atlántico Norte y Sur, Pacífi-
Familia SERGESTIDAE co Sur, Nueva Zelandia, Australia.
Peisos petrunkevitchi Burkenroad
(fig. 241 -24 a 26)
Acetes americanus americanus Ortmann
El desarrollo larval de esta especie sólo se
conoce parcialmente. El huevo es esférico y Pequeño camaroncito de 10 a 25 mm de
libre. Hay 4 estadios naupliares. El esta- largo. Frecuente en el plancton en el sur de
dio elaphocaris es muy característico, con Brasil (D. Calazans, comun. personal). Ros-
fuertes espinas laterales en el rostro y tres tro corto con un solo diente posterior; ojos
espinas en el borde posterior del caparazón. con pedúnculo largo. Estatocisto bien visi-
Pleon con un par de espinas laterales por ble por transparencia en la base de la anté-
segmento. Acanthosoma también con un nula. Pereiópodos 1 a 3 con quela pequeña
rostro prolongado y dos espinitas ante- pero bien desarrollada, 4 y 5 ausentes. Ab-
riores. Pleon con un parde espinasdorsola- domen con los segmentos 4 y 5 con una es-
terales. La postlarva o mastigopus es-muy pina central en el borde pósterosuperior;
típica y característica, con los primeros tres pleópodos bien desarrollados. No hay estu-
pares de pereiópodos bien desarrollados y dios sobre las larvas.
quelados, el cuarto y quinto muy reducidos. Distribución: Región del Caribe; Brasil,
Anténula larga. Espinas rostral y laterales costas norte y sur, hasta Río Grande.
presentes y segmentos abdominales con
espinas laterales; pleópodos variables se-
gún el desarrollo de la postlarva.
Distribución: Desde Santa Catarina (Bra- Familia LUCIFERIDAE
sil) hasta Rawson (Argentina). Muy fre-
cuente en el plancton costero y en captu- Lucifer faxoni Borradaile (Fig. 241-30) y L. ty-
ras costeras con red camaronera comer- pus, H. Milne Edwards
cial en el litoral de la Provincia de Buenos
Aires. Las especies de Lucifer son muy caracterís-
ticas y fáciles de reconocer. Los especíme-
nes adultos se distinguen por un largo seg-
Sergestes arcticus Kroyer (fig. 241-31)
mento prebucal, ojos con el pedúnculo muy
Gurney y Lebour (1940) describen algunos desarrollado; cuatro pares de apéndices
estadios de esta especie. El estadio de torácicos bien visibles y cinco pares de
elaphocaris se presenta con el rostro con pleópodos con el telson y urópodos. El
tres pares de espinas laterales y con una cuarto y quinto par de periópodos están au-
serie de sedas en sus extremos. El capara- sentes. Se mencionan dos especies en las
zón lleva también procesos laterales, con aguas del Atlántico sudoeste hasta Monte-
sedas en sus extremos; estos procesos tie- video. Ambos sergéstidos, tanto en estado
nen ocho espinas, los procesos posteriores adulto, como larval, se hallan en el plancton
con tres espinas. Úrgano dorsal presente. costero en el litoral de Brasil. Largo del
Ojos pequeños en forma de pera. El estadio adulto: 10-12 mm.

727
Larvas de Crustacea Decapoda

Lucifer faxoni es una especie más costera, Por lo general, los carídeos nacen en forma
mientras que L. typus es una especie de zoea, es decir que su desarrollo larval es
oceánica. Ambas especies se pueden reco- más abreviado que en los pené idos. En al-
nocer en razón de que L. faxoni tiene el gunos no existen estadios larvales y el naci-
pedúnculo ocular más corto que L. typus. miento es directo. En muchas especies no
Además, la forma de los procesos poste- se conocen las larvas, o sólo el primer esta-
riores del sexto somito abdominal del dio larval.
macho es diferente en ambas especies,
siendo más curvado en L. typus (Bowman y Las zoeas de los Caridea tienen aspecto de
McCain, 1967). un camaroncito, nadan velozmente en el
plancton con el cuerpo invertido, es decir
Las especies de Lucifer se presentan con con el telson y la parte dorsal hacia adelan-
dos nauplii, tres estadios de elaphocaris y te. De igual forma que las zoeas de los
dos de acanthosoma de típico aspecto de la Brachyura, tienen los apéndices funciona-
larva de sergéstido. Brooks (1882b) estudió les hasta el segundo maxilípedo. Luego de
el desarrollo larval de L. faxoni. No se halla- sucesivas mudas se incorpora el resto de
ron trabajos más recientes sobre el des- los apéndices torácicos. El telson es cha-
arrollo larval de Lucifer. to y espatulado, unido a los urópodos en la
Distribución: Estas especies tienen una primera zoea, pero en tas siguientes mudas
amplia distribución. En Estados Unidos, se separan los urópodos. Los pereiópodos
desde la costa de Nueva Escocia hasta aparecen más tarde, al igual que las quelas
Louisiana, Centro América hasta el sur de del primero y segundo pares. Todos los ma-
Brasil y, posiblemente, hasta Montevideo xilípedos y pereiópodos mantienen los exo-
(L. faxom). poditos funcionales en las zoeas, median-
te los que se desplazan. La primera postlar-
va es un verdadero camarón de unos 5 mm
de largo total.
Las especies de Caridea del área en estudio
cuyas larvas han sido descriptas son real-
Infraorden CARIDEA mente muy pocas y en ningún caso se
Los carídeos son un grupo muy bien repre- conocen todos los estadios y las postlarvas.
sentado de camarones marinos. Algunas Se citan cerca de 14 familias, pero se men-
especies son típicamente costeras o medio cionan, en este trabajo, unos diez géneros
litorales, como los Alpheidae: Betaeus, AI- que no corresponden en todos los casos a
pheus, etc. Otros habitan la pelagial oceá- especies del área, pues las larvas no han si-
nica y son eminentemente pelágicos, como do estudiadas. Es de suponer que las espe-
los Oplophoridae; y algunos se los halla a cies del mismo género tendrán larvas simi-
grandes profundidades oceánicas, como lares, con lo cual será posible reconocerlas
especies de Campylonotidae (Campylono- en el plancton. Los géneros que se incluyen
tus semiestriatus y C. capensis) y de son Campylonotus, Pasiphaea, Betaeus,
Pandalidae (Pandalopsis ampla). Pan dalop sis, Acanthephyra, Glyphocran-
gon, Alpheus, Pandalus, Chorismus, Noto-
En estas especies los huevos son llevados crangon.
por la hembra en la "cámara incubadora"
del abdomen y sujetos a los pleópodos por Zoea: Caparazón alargado, sin espinasdor-
las sedas ovígeras. En algunos grupos los sales ni laterales prominentes, pereion y
huevos son muy grandes, entre 3 y4 mm de pleon bien desarrollados, liso o con algunas
diámetro mayor, como ocurre en Pandali- espinas laterales, por lo general con rostro
dae y Oplophoridae. En otras especies son agudo. La escama antenal usualmente es
pequeños y numerosos, de menosde 1 mm, segmentada en el o los primeros estadios.
tal es el caso de Alpheidae y ciertos Palae- Tres pares de maxilípedos funcionales en el
monidae. primer estadio, con exopoditos largos yfun-

728
Larvas de Crustacea Decapoda

cionales. Pleópodos en distinto grado de se presenta una gota de aceite (P. sivado)
desarrollo a partir del segundo subestadio. (fig. 241-35). El margen posterior del tel-
Telson espatulado en la primera zoea y con son, en el primer estadio, es redondeado y
urópodos en distinto grado de desarrollo en levemente cóncavo en el centro; existen
los siguientes subestadios. Tamaño: 2 a 5 entre 9 y 10 sedas marginales. Los ojos son
mm. libres, aun en la primera zoea (Williamson,
1960a).
1 ra. postlarva: Aspecto de un camarón, de
pequeño tamaño, por lo general de 5 a 7 Distribución: Pasiphaea acutrifons se men-
mm. Todos los apéndices funcionales. Pe- ciona para la región magallánica y fuegui-
reiópodos terceros sin quelas, el cuarto y na. Existe otro Pasiphaea indeterm inado en
quinto normales, escama antenal larga y el área, en aguas profundas, y llega hasta el
setosa. norte de la Prov. de Buenos Aires, entre 100
Y 1000 m.

Leptochela sp.
Una especie de este género parece abun-
dar en el sur de Brasil (Río Grande), y
Superfamilia OPLOPHOROIDEA también se han hallado larvas de aspecto
Familia OPLOPHORIDAE
típico de Caridea con el telson de la zoea I
Especies de carídeos pelá9icos. Existe poca redondeado y con una hendidura central.
información en la región sobre los estadios El caparzón es liso con rostro agudo y el bor-
larvales. Se ha descripto la larva de Acan- de anteroinferior aserrado (comunicación
thephyra (fig. 241-37). Para la región aus- personal de D. Calazans, Brasil). La larva
tral se menciona la especie A. pelagica; la señalada tiene igual aspecto que la dada
larva es delgada, sin espinas en el capara- por Gurney (1942, p. 205) para la especie
zón ni en el abdomen, excepto en el somito Leptochela bermudensis.
5, pero con un largo rostro. El somito 3 del
abdomen tiene una proyección dorsal en
forma de joroba muy pronunciada. Los
pereiópodos tienen el expodito bien des-
arrollado.
Distribución: Acanthephyra pelagica es una Superfamilia PALAEMONOIDEA
especie de amplia distribución: océanos Familia CAMPYLONOTlDAE
Atlántico y Pacífico, Mediterráneo; en el
Atlántico Sudoccidental-41 °13' a 54°56'S. Las especies presentes en la región son
Cflmpylonotus vagans, C. semistriatus y C.
capensis, de las que se carece de estudios
larvales. Se dan datos de la zoea I de C.
rathbunae de Nueva Zelandia (fig. 241-38):
rostro largo y liso; sin espinas en el dorso
del caparazón, pero con espinitas en el bor-
Superfamilia PASIPHAEOIDEA de anterior; superficie finamente granula-
Familia PASIPHAEIDAE da. Abdomen con los somitos 2 al 5 con el
margen dorsal expandido; márgenes pos-
Especies pelágicas de amplia distribución. terior y ventral con espinitas. Una espina
No se conocen las larvas de las especies de lateral en cada costado del 5º somito. Tel-
la región austral. Se menciona Pasiphaea son ancho, con setación marginal (Pike y
acutifrons. Las características dadas para Williamson, 1966).
las larvas de algunas especies de Pasi-
phaea son las siguientes: caparazón sin es- Distribución: Campylonotus vagans y C.
pi nas. Rostro ag udo y m uy corto. En el tórax semistriatus: Atlántico Sur (Argentina) y

729
Larvas de Crustacea Decapoda

Pacífico Sur (Chile). C. capensis: Atlántico comunes a todas ellas (Gurney, 1942). Se-
Sur, entre 41 y 54°S, 770-1250 m. gún este autor, las larvas del género Cho-
rismus (fig. 241-43 a 45), presente en la
región, se caracterizan por: rostro largo y
más bien ancho; caparazón sin espina
supraorbital, margen liso; somitos abdomi-
nales sin espinas, telson ancho, con 20 es-
pinas en la zoea 1; espina anal presente;
Superfamilia ALPHEOIDEA escama antenal segmentada, maxílula sin
Familia ALPHEIDAE seda externa, exopodito del 3º maxilípedo
con tres sedas apicales en el estadio 1,
Esta familia comprende numerosas espe-
exopoditos en los pereiópodos 1º al 3º.
cies que habitan las regiones costera s, me- Desarrollo abreviado.
dio e infralitoral. De varias se ha estudiado
el desarrollo larval. Muchas de éstas tienen
desarrollo abreviado, como varios Synal- Distribución: Chorismus antarcticus (figs.
pheus, o tienen un nacimiento directo. Se 241-43 a 45) es una especie circumpolar:
conoce el desarrollo larval de especies de región magallánica, Georgias del Sur.
Alpheopsis, Athanas, Alpheus, Amphibe-
taeus, A utomate, Betaeus, Leptalpheus,
Salmoneus (Knowlton, 1973). Exhippolysmata oplophoroides (Holthuis)
En general, se observan en estas especies Especie de importancia comercial en el Bra-
características similares en las larvas sil pero, lamentablemente, no se dispone
zoeas. El caparazón es liso, sin espinas, sal- de datos sobre sus larvas y postlarvas (Pé-
vo la rostral y, a veces, la supraorbital. El rez Farfante, 1970).
abdomen también desprovisto de espinas;
escama antenal segmentada. Telson espa-
tulado en el primer estadio, luego se sepa-
ran los urópodos; el primero y segundo pe-
reiópodos pueden presentarse con quelas.
En Alpheus el 3º maxilípedo y el 5º pereió-
podo, especialmente en los estadios avan-
zados, el dactilópido es muy largo. El Superfamilia PANDALOIDEA
número de zoeas varía entre 3 y 10 (San- Familia PANDALlDAE
tos, 1974).
Las larvas de esta familia tienen el típico
Distribución: Betaeus lilianae Boschi (fig. aspecto de las zoeas de los Caridea. Rostro
241-41,42) se encuentra en la provincia de agudo con dientes en el margen superior,
Buenos Aires, Golfo San Matías, aguas sin espinas en la superficie del caparazón ni
costeras. Alphaeus armillatus Milne Ed- tampoco en el abdomen; ojos alargados, en
wards (fig. 241-39,40) Y Alphaeus nutting forma de pera. En Pandalus sin exopoditos
Schmitt, en San Sebastián (Brasil). La fig. en los pereiópodos 4 y 5. Primer par de pe-
241-36 corresponde a A. heterochaelis. reiópodos simple o con quela rudimentaria;
quela en los estadios avanzados en el pe-
reiópodo segundo. En Pandalopsis la larva
no presenta exopoditos en los pereiópodos
3 a 5. Sin estudios larva les. La fig. 241-32,
33 corresponde a P. dispar de Canadá.
Familia HIPPOLYTIDAE
Incluye varios géneros de larvas conoci- Distribución: Pandalopsis ampla se halla en
das pero es un grupo muy heterogóneo, he- el Atlántico sudoeste, aguas profundas,
cho que hace imposible dar características entre 35 y 54°46'S.

730
Larvas de Crustacea Decapoda

Superfamilia CRANGONOIDEA de las costas de Brasil (de Almeida Rodri-


Familia GLYPHOCRANGONIDAE gues, 1971). Lamentablemente, de muy po-
cas se conoce el desarrollo larval, por lo que
Kurata (1964b) da las siguientes caracterís- nos debemos limitar a reproducir larvas y
ticas generales para la familia: rostro agu-
postlarvas de especies de los mismos géne-
zado y liso, presente desde la primera zoea.
ros que habitan la región, presuponiendo
Ojos ensanchados en la base y juntos; ca- que las larvas deberán tener características
parazón sin espinas supraorbitales ydorsa- afines, o al menos lo suficientemente
les; margen ventral produciendo ante-
parecidas como para poder ubicarlos en el
riormente una aguda espina, con 1 a 3 pe-
grupo.
queñas espínulas detrás; segmento ab-
dominal 5º con un par de espinas laterales
o dorsolaterales. Espina anal en el último Los Scyllaridae y Palinuridae tienen una
estadio larval; tres pares de maxilípedos larva muy típica e inconfundible denomina-
funcionales desde el estadio 1; exopodito da phyllosoma, con un c~lerpo chato y
con tres sedas en el estadio I y 4 en el transparente y con los pereiópodos muy lar-
segundo y siguientes. Sin exopoditos en las gos. Los ojos están bien desarrollados, y en
patas 2 a 5. En los últimos estadios el perió- los estadios avanzados tienen pedúnculos.
podo 1º con típica subquela y e12º quelado. Existen, naturalmente, diferencias entre
El pleópodo 1 no es más pequeño que el las phyllosoma de los distintos géneros de
pleópodo 2. El dibujo de la larva correspon- langostas y formas afines. En las larvas de
de aG.' spinicauda (fig. 241-34) (Dobkin, Panu/irus el tercer maxilípedo tiene un exo-
1965). podito con sedas; la antena tiene un
Distribución: G. acu/eata se halla entre pedúnculo basal cilíndrico y el flagelo lar-
Cabo Hatteras (USA) y Santos (Brasil). go; mientras que en Scy//arides y Scy//arus
el 3er maxilípedo no tiene el exopodito con
sedas y el pedúnculo de la antena es chato y
ancho en su base (fig. 241-80, 81).

Familia CRANGONIDAE
En cuanto al desarrollo larval de los Scylla-
Makarov (1973) describe las larvas de ridae, consiste en 6 07 subestadios de phy-
Notocrangon antarcticus, especie de aguas Ilosoma, al menos para Scy//arus america-
profundas de las Georgias del Sur y región nus (Robertson, 1968), de una duración
Antártica, no hallándose al norte de los total de entre 32 y 40 días, que es breve si
54° S (Zarenkov, 1970; Maxwell, 1977). se tiene en cuenta que la vida larval de los
Panu/irus puede durar entre 5 y 7 meses,
con 11 subestadios, y el largo de la larva
puede sobrepasar los 50 mm al final del
desarrollo. Otros Scyllaridae tienen un
desarrollo más prolongado, hasta 9 meses.
Suborden REPTANTIA El largo de estas larvas de Scy//arus oscila
Infraorden MACRURA entre 1,5 mm en el primer subestadio,
hasta unos 10 mm en el último estadio.
Los crustáceos macruros comprenden las Debido a la solamente ocasional presencia
langostas (Panu/irus, Metanephrops, Thy- de Scy//arides deceptor en las costas de Ar-
mops, etc.); las cigarras, langostas de barro gentina, no se han hallado, hasta el mo-
o langostas de arena (Scy//arides, Scy//a- mento, larvas phyllosoma de esta especie y
rus, etc.); las Callianassidae y los Eryonidea de grupos afines en la región sur del área en
(Po/yche/es). En el área en estudio existen estudio. En los Palinuridae el primer es-
varias especies de Callianassidae, así como tadio postlarval se denomina puerulus ytie-
de Scyllaridae, particularmente en la región ne aspecto de una pequeña langosta.

731
Larvas de Crustacea Decapoda

Superfamilia PALlNUROIDEA la; exopodito disminuyendo progresiva-


Famma SCYLLARIDAE mente, permaneciendo vestigial hasta que
Géll3ro Scyllarus el proceso lateral se diferencia. Antena, en
el último estadio, ancha; bordes enteros.
De acuerdo con Robertson (1969) las carac- Maxila, en los primeros estadios, con 4-5
terísticas del género Scyllarus son las si- sedas apicales, y sin ellas en los siguientes.
guientes: escudo cefálico mucho ~ás an- Maxilípedo no presente en los primeros es-
cho que el tórax de contorno subclrcular, tadios. Maxilípedos 2-3, en los últimos es-
subcuadrado o trapezoidal. Abdomen, en tadios, con rudimentos de exopoditos. Pe-
los últimos estadios, ancho en la base, con- reiópodo 3, en estadio 1, alrededor de 1,3
tinuando al tórax en forma directa yafinada. veces más largo que el pereiópodo 2. Dacti-
Antena, en los primeros estadios, unirra- lopodito alargado luego de los primeros
mosa, mucho más corta que la anténula; en estadios. Pereiópodo 5, en algunas espe-
los siguientes estadios ancha con procesos cies (S. aequinoctialis, S. astori), bien
laterales; bordes no claramente aserrados. desarrollado, con exopodito setoso ya en los
Maxila 2 en los primeros estadios con 3-5 primeros estadios; en otras, (S. nodifer, S.
sedas apicales;'en los siguientes sin sedas. latus, S. herklotsii, S. delfos/~ S. deceptor)
Maxilípedo 2 con exopodito rudimentario permanece rudimentario a lo largo del des-
en el último estadio. Maxilípedo 3 sin rudi- arrollo. En los siguientes estadios pereió-
mento de 'exopodito diferenciable. Pereió- podos sin espina coxal y telson sin espinas.
podo 3 en el estadio I no mucho más largo Urópodos ovales. Pleópodos foliáceos en el
que el pereiópodo 2. Pereiópodo 4 en el último estadio; apendix interna como un
estadio I con un minúsculo rudimento en la
proceso corto y libre. Rudimentos branquia-
base del abdomen. El pereiópodo 5 perma- les presentes solamente en el último esta-
nece con un corto rudimento, sin exopodi- dio; maxilípedo 2 con epipodito largo en el
to. Todos los pereiópodos con espinas co- último estadio. Entre 36 y 51 mm (fig. 241-
xales y dactilopoditos cortos y con forma de 81 ).
gancho. Pleópodos, en el último estadio, bi-
rramosos y angostos. Apendix interna pre-
sente, pero no como proceso libre. Urópo-
dos redondeados, ovales o aguzados. Tel- Familia PALlNURIDAE
son con espinas posterolaterales largas, Género Panulirus
cortas o sin ellas. Rudimentos branquiales
presentes sólo en el último estadio; maxilí- Parte anterior del cuerpo de la larva phyllo-
soma en forma de pera, en algunos casos
pedo 2 sin epipodito. El largo, en el últi.mo
estadio, varía en las distintas espeCies, muy estrecho. Parte posterior más ancha,
aproximadamente entre 9 y 28 mm (fig. en algunas especies mucho más ancha que
241-80). la parte anterior del cuerpo; generalmente
cóncavo detrás. Abdomen pequeño yestre-
Género Scyllarides cho en los primeros estadios. Antena del-
gada. Maxilípedos 2 y 3 con exopoditos en
De acuerdo con Robertson (1969) las carac- los últimos estadios (Gurney, 1936; Lewis,
terísticas larvales del género Scyllarides 1951). Esta larva tiene aspecto similar a la
son las siguientes: escudo cefálico pirifor- de Scyllarides.
me en los primeros estadios; luego oval o de
·contorno subelíptico, algo más ancho que el
tórax. Abdomen ubicado, luego de los
primeros estadios, en la emarginación del Superfamilia NEPHROPOIDEA
tórax; en los últimos estadios no marcada- Familia NEPHROPIDAE
mente ensanchado en la base; con un pro-
Géneros Metanephrops y Thymops
ceso espiniforme dorsal en la línea media
de los segmentos 4-5. Antena en el est?dio Existen dos especies de Nephropidae men-
I birramosa, algo más corta que la antenu- cionadas para el Atlántico sudoeste: Meta-

732
Larvas de Crustacea Decapoda

nephrops rubellus y Thymops birsteini. La dirigida hacia atrás; somitos 3, 4 y 5 con es-
primera está confinada a las aguas templa- pinas dorsales, disminuyendo en orden,
das deJ sur de Brasil y Uruguay, yocasional- según las especies. Telson con el borde
mente se halla en el Mar Argentino. La ma- posterior convexo y con una espina media-
yoría de los casos de hallazgo de esta espe- na lisa bien desarrollada; espina 2 reducida
cie se deben a capturas de barcos de pesca a una seda. Pleópodos ausentes en los so-
al norte del Río de la Plata. mitos 1 y 2. Desarrollo larval con 2-5 esta-
dios de zoea.
Thymops birsteini es una especie de agua
profunda del Atlántico Sur. De estas dos es- Distribución: Para el litoral de Argentina se
pecies no se conocen las larvas; por ello se describió Anacalliax argentinensis (Biffar,
ha dibujado la zoea y postlarva de Metane- 1971). pero restan algunas especies muy
phrops challengeri, descripto por Wear mal conocidas. Para el litoral de Brasil,
(1976) (fig. 241-77 a 79). cuya larva, segu- comprendido en este estudio, se mencio-
ramente, es semejante a la de M. rubellus. nan más de 15 especies de los géneros
Para la especie de Nueva Zelandia la dura- Callianassa, Ctenocheles y Upogebia (A.
ción larval en laboratorio es sólo de 3 04 Coelho y de A. Ramos, 1972; Rodrigues,
días. 1971). Ferrari (trabajo en prensa) cita para
el litoral argentino a Callichirus mirim
(Prov. de Buenos Aires). Callianassa bra-
chyophthalma (Deseado y Golfo San José) y
Anacalliax argentinensis (San Bias a Puer-
to Deseado, ya conocida).
Superfamilia THALLASSINOIDEA
Familia CALLlANASSIDAE
Los Thallassinoidea están en continua revi-
sión sistemática y la antigua familia Callia-
nassidae, con el género Callianassa, ha Familia UPOGEBIIDAE
sido subdividida y se ha dado una nueva Género Upogebia
definición de las familias Callianassidae y No existen datos del desarrollo larval de las
Upogebiidae (Saint Laurent-Dechancé, 6 o 7 especies de Upogebia mencionadas
1973). para el sur de Brasil. De acuerdo con las
En cuanto a los estudios sobre las larvas de publicaciones de otras especies las larvas
estos interesantes crustáceos, existe poca de estos crustáceos tienen el segundo pro-
información disponible. Rodrigues, de Bra- ceso del telson en forma de una muy peque-
sil (1966, trabajo inédito), trata sobre el ña seda; caparazón liso con rostro agudo y
desarrollo de Callichirus major (Say), y recto; apéndices torácicos muy fuertes en
Scelzo (1976) da el dibujo de una zoea de los estadios avanzados. 3 04 zoeas. Por la
Callianassa, s./. de las costas argentinas gran diferencia con Callianassa quizá se
(fig. 241-76, 82-84). En consecuencia, no justifique mantener estos géneros en fami-
existen suficientes datos como para dar las lias separadas de acuerdo con Gurney
características de este conjunto de espe- (1960b, p. 246) y Saint Laurent-Dechan-
cies, sumamente heterogéneas y poco co- cé (1973).
nocidas. Sobre la base de los trabajos de
Gurney y autores posteriores se resumen
los más relevantes rasgos de Callianassa
en sentido amplio: caparazón algo extendi-
do, con un rostro largo, aguzado ycon dien- Infraorden ANOMURA
tes en el borde inferior o sin ellos; ojos ova-
les; somito 2 del abdomen con una proyec- Son escasos los estudios accesibles sobre
ción espinosa dorsal muy desarrollada y las larvas y postlarvas de los crustáceos

733
Larvas de Crustacea Decapoda

anomuros en la región considerada. Exis- En las páginas subsiguientes se dan las


ten algunos trabajos sobre Paguridae, Dio- características de familia de las larvas de
genidae, Porcellanidae, Galatheidae, Litho- los Anomura conocidos en la región. Tam-
didae, Albuneidae e Hippidae. Las mencio- bién se trata de ofrecer los caracteres más
nes sobre Parapaguridae aquí incluidas son importantes de los géneros representados
sobre especies de otras regiones en razón en el área y en algunos casos se dan refe-
de no existir información sobre los taxones rencias de descripciones específicas para
locales. facilitar la consulta del lector interesado.
Las zoeas conocidas de los Anomura de las
familias enumeradas tienen los siguientes
caracteres comunes (ef. Pike y Williamson,
1960 y Scelzo y Boschi, 1969): en la zoea I
el telson se halla unido al 6º somito abdo- Superfamilia GALATHEOIDEA
Familia PORCELLANIDAE
minal. El segundo proceso o espina del tel-
son se presenta como una fina seda o Las larvas de los porcelánidos tienen carac-
desaparece como en los Hippidae (Emeri- terísticas inconfundibles. Se las reconoce
ta) (fig. 241-72, 73). En todos los estudios por su extremadamente larga espina ros-
larvales el endopodito del 1º maxilípedo tral y las dos espinas posteriores del capa-
tiene 5 segmentos; el del 2º tiene 4 razón. El resto del caparazón es liso. El tel-
segmentos y el exopodito de estos apéndi- son tiene forma triangular, con el margen
ces es setoso. El 3º maxilípedo es rudimen- posterior convexo y con varios procesos.
tario en el I estadio larval. En el estadio Las espinas marginales, una de cada lado,
larval 11el exopodito es setoso y el endopo- son cortas y lisas; el resto, largas sedas
dito se presenta como un pequeño muñón setosas. En la zoea 11 aparece una espina en
ubicado en la mitad proximal del basipodito, la protuberancia central del telson en algu-
con la excepción observada en algunos Hip- nos géneros. 3 o 4 pares de pleópodos en el
pidae. Los pereiópodos no tienen exopodi- último estadio larval.
tos. Los rudimentos de los pleópodos no
Lamentablemente, son pocas las especies
aparecen hasta el último estadio, con ex-
estudiadas, pero existen trabajos que per-
cepción de algunos de desarrollo abrevia-
miten la caracterización a nivel de género y
do como Paguristes, Galathodes y Lithodi-
esto es bastante útil. Las especies cuyo
dae (precisamente en Lithodes antaretieus
desarrollo larval es conocido son Paehyehe-
surgen en la zoea 1). Los urópodos están
presentes a partir de la zoea 111. les haigae, P. monilifer y Poreellana saya-
nao El desarrollo larval de estas especies se
Las larvas de Anomura, al igual que los cumple con dos estadios de zoea, pero se
adultos, son distintas en sus aspectos. Es han hallado subestadios en algunas espe-
un grupo de crustáceos muy interesante y cies, tanto en laboratorio como en material
heterogéneo que va desde los cangrejos er- proveniente del plancton (Boschi, Scelzo y
mitaños hasta las "chinches" de la arena, Goldstein, 1967).
como son las especies de Blepharipoda y
En las páginas subsiguientes se dan los
Emerita, presentes en las costas de Argen-
lineamientos generales para el reconoci-
tina, las centollas (Lithodes), etc.
miento de las zoeas de los géneros de
Los Anomura son crustáceos que también porcelánidos presentes en el área de inte-
llevan los huevos sujetos a los pleópodos rés (ef. Roberts, 1968).
hasta el nacimiento de las larvas. Éstas na-
cen co'110 una zoea o como prezoea, con un
aspecto distinto según cada familia. No Distribución: Para la región en estudio se
obstante ello, los apéndices funcionales en mencionan cerca de 17 especies de porce-
la zoea I de todo el grupo son las antenas, lánidos de los géneros Paehyeheles, Petro-
anténulas, mandíbulas, maxilas y 1º Y 2º listhes, Polyonyx, Minyoeerus, Pisidia, Me-
par de maxilípedos. galobraehium y Poreel/ana.

734
Larvas de Crustacea Decapoda

Género Pachycheles Género Petrolisthes


Rostro cubierto con sedas o con dos hileras Rostro cubierto de sedas o con sólo dos
ventrales de sedas. Telson de la zoea I con hileras ventrales de ellas. Zoea I con el
un par de sedas sobre la prominencia cen- telson llevando un par de sedas en la pro-
tra\. Antena con el exopodito igual a la an- minencia central. Zoea 11con una espina
ténula. En la zoea 11el telson lleva una espi- mediana simple en la prominencia central
na mediana sobre la prominencia central. del telson. Antena con el endopodito mayor
La antena tiene el endopodito más largo que el exopodito e igual que la anténula.
que el exopodito e igual a la anténula. Somitos 2 al 5 con pleópodos rudimenta-
Somitos 2 al 5 con pleópodos rudimenta- rios. De las especies Petrolisthes amoenus,
rios. P. armatus y P. galathinus, citadas para
Brasil, no existen trabajos sobre las larvas.
Pachycheles haigae Rodrigues da Costa (fig. Se dan dibujos de Petrolisthes elongatus
241-46, 47) (Wear, 1964) (fig. 241-58).
Las características específicas fueron ana-
lizadas por Boschi, Scelzo y Goldstein, Género Polyonyx
(1967) (P. chubutensis se cita sólo para Rostro cubierto de sedas. Primera zoea sin
Argentina). sedas en la prominencia central del telson.
Distribución: Pernambuco, Sur de Brasil, Exopodito de la antena igual al doble de la
Uruguay y Prov. de Buenos Aires (Argenti- longitud de la anténula. Zoea 11con un par
na); costero. de largas sedas en la prominencia central
del telson. Exopodito de la antena mayor
Pachycheles monilifer (Dana) que el endopodito y éste mayor o igual a la
anténula. Segmentos abdominales 2 a 5
Gore (1973) da descripciones de las larvas. con pleópodos rudimentarios.
Distribución: Florida (USA), México, Sud- Distribución: La especie citada para el área
américa hasta Sao Paulo (Brasil). es Polyonyx gibbes/~ de Uruguay y Brasil, de
De las especies P. riisei, P. ackleianus, P. la Que no existen estudios larva les disponi-
greeleY/~P. chubutensis no se dispone de bles. Se incluye el dibujo de otra especie:
trabajos sobre larvas. P. quadriungulatus (fig. 241-52).

Género Porcellana Género Pisidia


Rostro cubierto de sedas. Zoea I con el Rostro cubierto de sedas. Zoea I sin sedas
telson sin prominencia central. Exopodito en la prominencia central del telson. Ante-
de la antena menor que la anténula. Zoea 11 na con el exopodito más largo que las anté-
con un par de sedas sobre la prominen- nulas. Zoea 11con un par de largas sedas
cia central del telson. Exopodito igual a la sobre la prominencia central del telson.
mitad de la antena. Endopodito de la antena Exopodito y endopodito de la anténula igual
igual a las anténulas. Somitos abdomina- en largo a las anténulas. Exopodito de la
les 2º al 5º con pleópodos rudimentarios. antena igual a la mitad del largo de la anté-
Se dan dibujos de P. sigsbeiana (Gore, nula. Segmentos abdominales 2º al 4º con
1971 b) (fig. 241-55, 56). pleópodos rudimentarios.
Distribución: se menciona la presencia del
Porcellana sayana (Leach) género en Pernambuco y Ceará (Brasil).
Los caracteres específicos de esta especie
fueron tratados por Gore (1971 b).
Género Megalobrachium
Distribución: Costa este de Estados Unidos,
Golfo de México, América Central hasta Rostro con hilera ventral de sedas y curva-
Brasil, Rio Grande do Su\. do hacia arriba. El telson de la zoea I sin se-

735
Larvas de Crustacea Decapoda

das en la prominencia central. Exopoditode últimos estadios; la furca del telson fre-
la antena más largo que el endopodito. Zoea cuentemente espinosa. La fórmula de los
11con el telson provisto de una espina cen- procesos del telson es: I + ii + 3- 7 u 8 en los
tral simple. Exopodito más largo que el en- estadios I y 11y I + ii + 3 + IV + 5-9, 5-10,5-11
dopodito, y éste más largo que la anténula o 12 en los estadios III-V, respectivamente.
(Gore, 1971 a). Se dan dibujos de M. poeyi 4 o 5 estadios larvales con pleópodos
(fig. 241 -53). presentes en el último estadio. Megalopa
(Gore, 1979). En la región en estudio se
Distribución: Se mencionan para el litoral
mencionan cerca de 11 especies de Muni-
de Brasil Megalobrachium soriatum, M. ro-
da, conociéndose los estadios larvales de
seum y M. mortensem: sin datos sobre los
estadios larvales. M. subrugosa y M. gregaria.
Distribución: Nueva Zelandia, islas sud-
atlánticas, Chiloé (Chile); por la región ma-
gallánica hasta Montevideo (Uruguay); cos-
tero hasta 1000 m.

Familia GALATHEIDAE
Munida subrugosa (White) (fig. 241-64 a 66)
Zoea semejante a la de Paguridae. El
caparazón tiende a ser alargado y, en algu- Las larvas de esta especie, obtenidas en
nas especies, algo expandido lateralmente cultivo a partir de hembras ovígeras, fueron
y con espinas posteriores. El rostro es descriptas por Roberts (1973). dando deta-
siempre muy ancho en su base, terminado lles de su morfología. Rayner (1935) tam-
en forma aguda y no aserrado. Los segmen- bién describe cinco zoeas de Munida de
tos del abdomen 4º, 5º o el 6º tienen espi- material de plancton donde existían adultos
nas laterales y, generalmente, llevan espi- de M. subrugosa y M. gregaria, y ha sido
nitas en el margen posterior de los somitos. imposible diferenciar las larvas de cada es-
pecie, por lo que en esa descripción es
El telson tiene el 2º proceso reducido. El posible se haya empleado material de am-
número de procesos del telson es 7 + 7 en el bos crustáceos, o que pertenezcan a M.
estadio I y 8 + 8 en los siguientes, salvo gregaria, como lo destaca Roberts (op. cit.).
algunas excepciones.

Género Munida Munida gregaria (Fabricius)


Rostro alargado en forma de aguja, margen Existe muy poca i'nformación sobre los
disto-lateral espinoso, también en punta en estadios larvales (Rayner, 1935; Roberts,
las primeras zoeas, pero puede ser iner- 1973). Roberts (1973) da una serie de ca-
me en la última. Caparazón con el margen racterísticas diferenciales entre M. subru-
posterolateral aserrado, con unas promi- gosa y, posiblemente, M. gregaria: rostro
nentes espinas posteriores, extendiéndose con espinas en la zoea IV, los exopoditos de
sobre el 4º somito abdominal. Escafognati- la antena llevan más sedas en todos los es-
to antenal alargado, fino o aciculado, fre- tadios, pleópodos algunas veces presentes
cuentemente espinoso; segmento basal en la zoea IV; los procesos del telson en la
con una espina ventral simple en la zoea I y zoea 11están mucho más unidos y la hendi-
2 en los otros estadios. Somitos abdomina- dura posterior no es tan profunda. En la
les 2 a 5 con 2 o más espinas o espínulas de zoea 111el cuarto proceso es dos veces el
ubicación dorsal; margen del somito 6 con largo de los procesos externos (todos estos
una espina mediana simple y mayor a partir caracteres corresponden a M. subrugosa).
del estadio 111.Telson profundamente bifur-
cado en los primeros estadios de desarrollo, Distribución: Nueva Zelandia, Chile, Pacífi-
tomando aspecto más triangular en los últi- co, Atlántico, hasta Prov. de Buenos Aires
mos, pareciéndose más a Galathea en los (Argentina).

736
Larvas de Crustacea Decapoda

Superfamilia PAGUROIDEA Distribución: Desde Río de Janeiro (Brasil)


Familia PAGURIDAE hasta Mar del Plata (Argentina).· Costera
hasta 50 m.
Caparazón alargado y con un par de espinas
posteriores. Rostro liso y terminando en
una punta aguda; ojos grandes; entre 4 y 6
espinas en el borde posterosuperior de los
segmentos abdominales. Sexto segmento Familia L1THODIDAE
abdominal' no separado del telson en la
zoea 1;3a. espina del telson (cuarto proceso) La zoea de los Lithodidae tiene un capara-
alargada y fusionada con el telson, al me- zón alargado, terminado posteriormente en
nos en los últimos estadios. Un mayor dos proyecciones espinosas, con o sin
números de sedas en la extremidad del carena dorsal y lateral (carácter no presen-
endopodito de la anténula en la zoea 1. te en Lithodes). Rostro agudo y liso. Seg-
Número de zoeas: 4. En la glaucothoe el mentos 2º a 5º del abdomen generalmente
quelípedo derecho es más grande que el iz- con el borde posterodorsal con una serie de
quierdo. espinas en número par, y una mayor latero-
posterior. Margen del telson cóncavo; pro-
cesos espinosos con excepción del 2º. E14º
Género Pagurus más largo que los restantes, nunca está fu-
Margen posterior del 5º somito abdominal sionado al telson y carece de espina media-
con un par de espinas largas o moderada- na. Glaucothoe con el caparazón yapéndi-
mente largas. Última zoea yglaucothoe con ces cubiertos de espinitas. Estructura ros-
pleópodos en los somitos abdominales 2 al tral compleja, con prominencias en algunas
5. Para la región en estudio se mencionan especies. Una espina rostral central. Telson
cerca de una docena de especies. Se cono- sin urópodos y 5º par de pereiópodos redu-
cen larvas de P. exilis. cidos, 3 o 4 zoeas.
Distribución: Las especies conocidas para
esta región son Lithodes antarcticus, Para-
Pagurus exilis (Benedict) (fig. 241-48 a 50) lomis granulosa, Paralomis formosa, aparte
Caparazón con una espina rostral y un par de otras no identificadas.
de espinas posteriores. Endopodito de las
zoeas I y 11con dos sedas terminales de dis- Lithodes antarcticus Jacquinot (fig. 241-74,
tinto tamaño. Exopoditos 1 y 2 de los maxilí- 75)
pedos con 4, 7,8 Y 8 sedas plumosas en las Zoea típica, con dos espinas posterolatera-
zoeas I a IV, respectivamente. Abdomen les en el caparazón. Abdomen con los seg-
con un número par de espinas en el mar- mentos 2 a 5 con una serie de 4 espinas en
gen posterior de los somitos 2 a 5, y con un el borde dorsal y con espinas laterales.
par de espinas posterolaterales en el 5º Además, se observan pequeñas sedas en la
somito; estas espinas están bien desarro- superficie de los segmentos. Margen del
lladas. Telson con borde recto o ligeramen- telson cóncavo con 10 + 10 procesos en
te curvo, con 7 pares de procesos en la zoea todos los estadios larva les. Tres estadios de
I y 8 en las siguientes; el 4º proceso del zoea. Glaucothoe con estructura con espi-
telson (espina 3) articulado en la I y 11zoea, nas laterales y rostro aguzado prominente.
se fusiona totalmente en la 111y IV zoea.
Glaucothoe con el quelípedo derecho un Distribución: Chiloé (Chile), toda la región
poco más grande que el izquierdo. Urópo- fueguina y magallánica, inmediaciones de
dos subiguales, más grande el izquierdo. El las Islas Malvinas, litoral patagónico ~r-
pedúnculo de la antena no sobrepasa los gentino hasta aguas profundas de la Prov.
ojos y el flagelo antenal con 14 artejos. de Buenos Aires (Argentina). Costero has-
Mandíbula con palpo mandibular (Scelzo y ta 600 m. Siempre en aguas frías o templa-
Boschi, 1969). do-frías.

737
Larvas de Crustacea Decapoda

Familia PARAPAGURIDAE Superfamilia COENOBITOIDEA


Familia DIOGENIDAE
La zoea de los representantes de esta
Caparazón alargado, con borde posterior
familia tiene el aspecto general de las
redondeado y, generalmente, con espinas.
larvas de Paguridae, donde figuraban has- Rostro tendiendo a ser ancho en su base.
ta que Saint Laurent-Dechancé (1972) Segmentos abdominales sin espinas o con
reestableció la familia Parapaguridae. El un máximode tres. Segmento abdominal6º
mayor carácter diferencial reside en el ab- de la zoea I más o menos separado del
domen, que es mucho más largo que lo nor- telson. Tercera espina (cuarto proceso) del
mal y puede ser dos o tres veces el largo del telson no agrandada ni fusionada al telson.
caparazón. En algunas especies el capara- Tres sedas en la extremidad del endopodi-
zón tiene una carena que se extiende hasta to antenal en la zoea 1. De 2 a 5 estadios lar-
el rostro, con algunos surcos y aristasycon vales. Glaucothoe con los quelípedos igua-
espinitas en su superficie. Posiblemente les y sin escama ocular (estos caracteres
entre 4 y 6 estadios larvales. El rostro es an- son comunes a todos los géneros excepto
cho, con los márgenes paralelos. Los somi- Diogenes).
tos 2 a 5 del abdomen pueden tener espinas
posterolaterales. El endopodito de los uró- Loxopagurus loxochelis (Moreira) (fig. 241-
podos es largo y funcional como parte de la 51 ).
nadadera caudal. El margen posterior del
telson es cóncavo. Palpo de la maxila triseg- Se conocen sólo algunos estadios larvales
mentado. .de esta especie de típico aspecto de Dioge-
nidae. Abdomen con los segmentos 2 al 5
con espinas dorsales; 5º segmento con un
par de espinas posterolaterales bien des-
Género Parapagurus arrolladas. Telson de la zoea I con el borde
Rostro largo y de base ensanchada. Capa- ligeramente cóncavo, con una muesca cen-
razón corto, con una ligera carena dorsal, tral (Scelzo, 1976).
con un par de espinas anteriores de distin- Distribución: Bahía (Brasil) hasta Mar del
to desarrollo según las especies. Abdomen Plata (Argentina); costera.
más largo que lo normal, en algunas espe-
cies muy largo. Los segmentos abdomina- Género Paguristes
les tienen un par de espinas pleurales. En-
dopodito de las antenas con tres sedas La zoea tiene un caparazón alargado, con el
largas en zoea 1; en el estadio 11 con 2, y una margen posterior redondeado y sin espi-
en las siguientes. Palpo maxilular con tres nas. Existe una espina ,anterolateral en el
artejos. El desarrollo de las especies cono- caparazón. También en el 5º somito abdo-
cidas de este género com¡:>rende 5 zoeas. minal se observa un par de espinas poste-
Como no se dispone de la descripción larval rolaterales, una a cada lado. Rice y Proven-
de las especies citadas para la región, se da zano, jr. (1965) dan descripciones de tres
el dibujo de la zoea I de Parapagurus dioge- especies de Paguristes y resumen los ca-
nes (fig. 241-62, 63), de Australia. En la racteres genéricos. Estas especies tienen
estación 1029 de las campañas del "Walter un desarrollo abreviado de sólo 2 zoeas y la
Herwig" (54°40'5, 63°02'W) se hallaron glaucothoe con un diente en el pedúnculo
larvas de Parapagurus. basal de la antena; la anténula tiene reduci-
do número de artejos.
Distribución: En general, las especies de
Distribución: Las especies señaladas para Paguristes se mencionan para los mares
esta área son Parapagurus dimorphus (Ar- tropicales y subtropicales. En el área en
gentina) y Parapagurus gracilis (sudeste de estudio, no obstante, se han hallado Pagu-
Brasil). ristes robustus y P. foresti. En razón de no

738
Larvas de Crustacea Decapoda

existir investigaciones sobre los estadios te largo, como en el caso de Blepharipoda.


larvales de estas especies se dan algunas El rostro es liso y también muy largo, yen
ilustraciones de P. sericeus (fig. 241-59 a algunos géneros sobrepasa el largo del ca-
61) del Caribe, según Rice y Provenzano, jr. parazón, como en Lepidopa. En este género
(1965). y en Albunea existen un par de espinas pos-
Género Dardanus terolaterales en el caparazón. En Blephari-
poda el borde posterior del caparazón es re-
Rostro grande y afinado en su extremidad, dondeado, y el telson es angosto y alargado,
sobrepasando las antenas y anténulas y mientras que en Lepidopa y Albunea es an-
con una profunda carena en su base. Capa- cho con espinas posterolaterales y latera-
razón corto, nunca cubriendo totalmente el les. Las postlarvas de los géneros mencio-
primer segmento abdominal y sin espinas nados tienen el aspecto del animal juvenil,
posterolaterales. Los segmentos del abdo- sin rostro y con una serie de espinas en el
men bien individualizables, el 5º con una borde anterior, con las anténulas yantenas
espina lateral en cada' lado; borde del telson bien desarrolladas. Urópodos con exo y en-
convexo, con una hendidura mediana y dopoditos.
siete pares de procesos. La superficie de la
cutícula del cuerpo no es lisa y en algunas
Blepharipoda doelloi Schmitt (fig. 241-69,70,
especies se presenta con una estructura 71 ).
semejante a escamas. El endopodito de la
anténula está presente como una larga Especie con 5 zoeas. Largo entre 7,0 y 12,0
seda plumosa y el endopodito de la antena mm, y la megalopa de 2,6 mm de largo de
termina en tres sedas, 2 largas, plumosas, y caparazón. Zoea I sin espinas laterales al
una más pequeña, subterminal (Dechancé, rostro; zoeas 11a V con espinas laterales al
1962a). rostro. En todas ojos pedunculados y móvi-
Para la especie Dardanus arrosor las espi- les. Zoeas I y 11con el telson fusionado al 6º
nas laterales en el 5º segmento abdominal somito y sin urópodos. A partir de la zoea 111
son subterminales. La cara dorsal del se diferencian los urópodos. En la zoea V se
telson, en su parte mediana, tiene dos observan rudimentos de pleópodos en los
aristas que lo atraviesan longitudinalmen- segmentos 3 y 4. El telson y el 6º somito se
mantienen unidos.
te. El palpo de la maxílula es unisegmen-
tado, no tiene espina terminal en la escama
de la antena. Se dan dibujos de la zoea I y de Distribución: Río de Janeiro (Brasil) hasta
la megalopa de Dardanus arrosor (fig. 241 - Golfo San Matías (Argentina). Mediolitoral
67,68), según Kurata (1968c), en razón de yaguas costeras en sustrato blando.
no existir estudios para la especie de esta
área.
Género Lepidopa
Distribución: Forest y Saint Laurent (1967)
llevan a la categoría de subespecie al taxón Caparazón liso con un rostro largo e inerme
presente en esta región, crea ndo D. arrosor y un par de espinas posterolaterales y con
arrosor y D. arrosor insignis. Esta última dos leves protuberancias, una sobre los
subespecie se extiende desde Cabo Hatte- ojos y otra cerca del margen posterior. Ab-
ras (USA) hasta Chubut (Argentina, 43°S). domen con 5 segmentos libres y e16º fusio-
En aguas costeras y hasta 500 m. nado al telson. El segmento 5 con un parde
espinas laterales largas y el 4 también con
un par de espinas de menor tamaño. El
telson es ancho con el margen posterior
Superfamilia HIPPOIDEA más o menos recto, con un par de proce-
Familia ALBUNEIDAE sos laterales muy desarrollados y una serie
de procesos pequeños internos; también
Las zoeas de esta familia poseen, en gene- existen un par de procesos subterminales
ral, un abdomen delgado y extremadamen- (fig. 241-54).
739
Larvas de Crustacea Decapoda

De ninguna de las especies de la región (li- frecuente en la Prov. de Buenos Aires (Scel-
toral de Brasil) han sido estudiadas las zo y Boschi, 1973).
larvas.
Emerita analoga (Stimpson)
Género Albunea
Distribución: Costas del Pacífico, desde
Existen pocos datos de las especies de este Canadá hasta Chile. Región Magallánica.
género. El aspecto del caparazón es similar Se la menciona para la costa este de Tierra
al de Lepidopa, aunque el rostro es más del Fuego (Efford, 1976).
corto, así como las espinas laterales. Según
los trabajos de Gurney (1942), existen
bastantes diferencias entre las especies en
relación con las espinas del caparazón y del
abdomen (fig. 241-57). Infraorden BRACHYURA
Distribución: Se mencionan para Brasil Los crustáceos decápodos Brachyura son
Albunea gibbessi y A. pareti. los denominados "cangrejos". De muchas
especies se tiene un buen conocimiento en
razón de habitar una franja del mar muy ac-
cesible, el medio-litoral. La presencia de
estos crustáceos es frecuente con la baja
marea en las playas de sustrato rocoso y
Familia HIPPIDAE arenoso, lo cual naturalmente facilita su
Las larvas de esta familia son muy caracte- recolección y observación.
rísticas. Caparazón redondeado, con una En época de reproducción las hembras apa-
fuerte espina rostral. A partir de la zoea el 11
recen con los huevos en el abdomen en
rostro aumenta de tamaño considerable-
forma de verdaderos racimos. Luego del
mente y aparecen las espinas laterales muy período que requiere el desarrollo embrio-
desarrolladas, dirigidas hacia abajo. El ab- nario, protegidas por las hembras, nacen
domen tiene espinas laterales y el telson es las larvas zoeas. En algunos casos, aparece
ancho, con el borde convexo y con numero- una prezoea de duración más o menos
sas espinitas marginales y una espina corta.
mayor en cada unode los ángulos externos.
Mandíbulas sin palpos en todos los esta- Las larvas zoeas de los Brachyura tienen el
dios. Los urópodos unirramosos aparecen caparazón globoso o redondeado, que, por
en el tercer estadio, mientras que son lo general, lleva una espina dorsal y una
birramosos en el último estadio. La megalo- rostral y también suele hallarse una espina
pa es incolora y de aspecto parecido al juve- lateral a cada lado. Se hallan presentes las
nil: cuerpo ovoide y liso, con ojos peduncu- anténulas, antenas, mandíbulas, maxílulas
lados y dirigidos hacia adelante; pleópodos y maxilas, así como el 1º y 2º par de maxilí-
con sedas. Se conoce el desarrollo larval de pedos que les sirven para la natación; el ter-
Emerita rathbunae (fig. 241-72, 73). cer par de maxilípedos aparece rudimenta-
Distribución: Las especies mencionadas rio en la primera zoea. El abdomen tiene los
para la región en estudio son Emerita brasi- segmentos bien formados y, en general, los
últimos tres suelen tener una espina late-
liensis, Emerita analoga e Hippa testudina-
ral. El telson está unido a los urópodos en la
ria, esta última para Brasil solamente.
primera zoea, y puede ser aplanado o estre-
Emerita brasiliensis (Schmitt) cho, con o sin espinas terminales. General-
mente finaliza en la furca con dos grandes
Sin estudios sobre el desarrollo larval. proyecciones espinosas.
Distribución: Desde América Central, Sud- En las sucesivas mudas, hasta llegar a la
américa hasta Brasil, Uruguay y muy poco megalopa, existen importantes cambios

740
Larvas de Crustacea Decapoda

morfol6gicos. Los Majidae tienen sólo 2 Pinnotheres maculatus Say (fig. 241-90, 91)
zoeas, los Grapsidae 4-5 zoeas, los Xanthi- .
dae 4, los Portunidae hasta 8, los Hymeno-
Esta especie tiene, en estudios de laborato-
sGmatidae 3, los Pinnotheridae 5, los Ocy-
rio, 5 zoeas y una megalopa. La zoea se pre-
podidae 5, y los Atelecyclidae 4 zoeas. La
senta con una espina dorsal y rostral, y una
larva zoea de los Brachyura es la larva más
lateral a ambos lados del cuerpo, que son de
típica de los Decapoda en el meroplancton
tamaño grande y curvadas ventralmente. El
marino costero y nerítico.
abdomen tiene, en los segmentos 2 y 3, pe-
La primera zoea típica, como se ha dicho, queñas espinas laterales, y el telson tiene
nace con los 7 primeros pares de apéndi- las furcas bien desarrolladas y tres pares de
ces, pero a medida que se suceden las mu- espinas internas. Los exopoditos del primer
das, los apéndices se van desarrollando y par de maxilípedos llevan 4,6,8,9 y 9 sedas
aumentando en número. Los ojos son y los del segundo 4,6,8, 10 y 10 sedas. La
sésiles en la primera zoea pero luego se megalopa tiene características muy parti-
transforman en pedunculados. Las sedas culares: el rostro termina como dos proyec-
de los exopoditos aumentan, en muchas es- ciones redondeadas y una mediana mayor.
pecies se agregan dos por cada muda y en el Un par de espinas anteriores y una poste-
abdomen aparecen los pleópodos rudimen- rior existen en el caparazón.
tarios. En la última muda de la fase larval
Distribución: La especie se menciona desde
aparece, en la mayoría de los casos, la Massachusetts (USA) hasta las costas de
megalopa, que es un estadio de transición Argentina (Mar del Plata, Necochea, San
entre la larva y el primer cangrejo. Es muy Matías).
similar a este último, tiene pleópodos en el
abdomen, es nadadora, aunque también
puede estar sobre-el fondo. Los pereiópodos Pinnixa patagoniensis Rathbun (fig. 241-115)
están bien desarrollados y sin exopoditos.
Según datos inéditos de Dóbalo, Menghi y
Müller (MS) esta especie tiene 5 zoeas y
una megalopa. La zoea tiene una forma
típica y es muy frecuente en el plancton de
Mar del Plata. Caparazón globoso, con una
Sección BRACHYRHYNCHA espina dorsal y una rostrallarga y levemen-
Superfamilia XANTHOIDEA te curvada hacia adelante y dos espinas
Familia PINNOTHERIDAE posterolaterales, muy prominentes ycarac-
terísticas de esta especie. Abdomen con
Larva pequeña y muy variable, con espinas
proyecciones espinosas laterales en cada
del caparazón presentes o ausentes. En el
lado de los segmel,1tos 2 y 3, y el último
caso de Pinnotheres maculatus las espinas segmento muy expandido lateralmente. El
dorsal, rostral y laterales relativamente
telson también es muy típico; posee una
bien desarrolladas y armadura del abdo-
prominencia central bordeada por dos pro-
men de tipo normal. En Pinnixapatagonien-
cesos que no son agudos y terminan en tres
sis existen espin{Js laterales del caparazón espinas cada uno. Toda esta estructura está
dirigidas hacia atrás. El último segmento
ubicada en una pieza expandida que la bor-
del abdomen y el telson también son muy
dea anteriormente. La megalopa tiene un
variables con tendencia a expandirse late-
caparazón rectangular, con dos protube-
ralmente, y el último trilobulado; mientras
rancias romas laterales y una región rostral
que en otros pinotéridos la forma de la fur-
con dos protuberancias cortas. El desarrollo
ca es normal. Es necesaria mayor investi-
completo de esta especie aún no ha sido
gación en los representantes de esta fami- estudiado.
lia. Parece clara la necesidad de agrupar las
larvas en subfamilias y géneros afines, por Distribución: Desde Río de Janeiro (Brasil)
la gran variación dentro de la familia. hasta Golfo de San Matías (Argentina).

741
Larvas de Crustacea Decapoda

Familia XANTHIDAE 3. En las zoeas 111y IV aparecen dos centra-


El conocimiento de las fases larvales de les más pequeñas. Las sedas de los exopo-
ditos del 1 º maxilípedo en la zoea IV co-
estos cangrejos es muy deficiente y son po- mienzan con 4 y siguen 6, 8 y 10. En el
cos los casos er'l que se han llevado a cabo segundo maxilípedo con 4, 7, 9 y 11. Los
estudios completos. De los trabajos exis- pleópodos aparecen desde la zoea 111.La
tentes sobre larvas de Xanthidae se deduce
megalopa tiene un caparazón cuadrangu-
que todas las especies conocidas poseen lar, de 2,1 mm de largo. Los quelípedos tie-
largas espinas dorsal y rostral y relativa- nen los dedos de las quelas entrecruzados
mente cortas espinas laterales, con excep- cuando están cerrados. Telson con cuatro
ción de Homalaspis plana y Ozius trunca- espinas setosas en su margen posterior y
tus. El proceso espinoso de la antena es dos pares de espinas setosas más peque-
variable y hay especies que lo tienen ñas en la cara inferior. Una especie muy
extremadamente largo, como Heterozius próxima a ésta es P. patagonicus, cuyas lar-
rotundifrons; en otras es corto. La armadu- vas no se conocen.
ra del abdomen también varía. En las men-
cionadas especies las proyecciones están Distribución: Litoral de Uruguay y Argen-
tina.
presentes en el 2º y 3º segmento. En cuan-
to a los márgenes posteriores de los seg-
mentos 3º y 5º, en algunas especies se Panopeus sp.
transforman en procesos espinosos agu- La zoea de este pequeño Xanthidae tiene
dos. El telson tiene la furca ahorquillada en cuatro subestadios larvales. Estos son de
algunas especies como Panopeus herbsti, cuerpo redondeado, con una espina rostral
con una fuerte espina externa en cada lado. y lateral bien desarrollada y una espina
Las sedas en el margen interno están lateral de cada lado. El abdomen tiene en
presentes en tres pares, con algunas más los segmentos 2 y 3 una prótuberancia es-
centrales en los estadios avanzados. De 2 a
pinosa en cada costado. El margen postero-
6 estadios de zoeas. Debido a la heteroge-
lateral de los segm~ntos 3 al 5 tiene tam-
neidad de las larvas de estas familias de-
bién una larga espina. Cada segmento ab-
berán hac~rse estudios por subfamilias, dominal está provisto de un par de peque-
dentro de las cuales seguramente habrá ñas sedas. El telson tiene las furcas bien
más afinidad.
desarrolladas y lleva una pequeña espina
Distribución: Esta familia está bien repre- dorsal, dos espinas laterales y tres pares de
sentada en las costas de Brasil, mencio- espinas internas. Un carácter importante
es el largo proceso que tiene la antena,
nándose más de 35 especies para la región
casi del mismo tamaño que la espina ros-
en estudio. Para el Mar Argentino se
tral. El número de sedas en el exopodito
mencionan cerca de media docena de espe-
del 1 º maxilípedo en la zoea IV varía en 4,
cies.
6, 8 y 10; en el 2º maxilípedo se encuen-
tran 4, 7, 9 y 11. La megalopa tiene un
Platyxanthus crenulatus Milne Edwards (fig. cuerpo muy característico, achatado en la
241-94,95) parte posterior y redondeado en la anterior.
Las zoeas se caracterizan por tener un El rostro es muy típico, con un proceso me-
caparazón globoso, de un largo entre 0,65 y diano y dos procesos laterales, todos diri-
1,38 mm, con el margen posterior redon- gidos hacia adelante.
deado. Espinas dorsal y rostral extrema-
damente largas. Espinas laterales menos Distribución: La especie Panopeus herbsti
desarrolladas. Segmentos 2º y 3º del abdo- tiene una amplia distribución conocida
men con procesos espinosos laterales en desde el este de los Estados Unidos (Mas-
cada lado. Los procesos furcales del telson sachusetts) hasta Brasil (Santa Catarina).
bien desarrollados, con una pequeña espi- Es muy posible que se halle en las costas de
na en la cara dorsal; las espinas internas 3 + Uruguay hasta Argentina (prov. de Buenos

742
,
Larvas de Crustacea Decapoda

Aires). En esta última región se ha hallado arrolladas que las sedas y espinas internas.
un Panopeus que, posiblemente, sea esta El segundo segmento del abdomen o e12º y
especie (fig. 241 -98, 99). 3º con proyecciones espinosas laterales.
En Plagusia existen proyecciones en los
segmentos 2º al 5º. Desarrollo con 4-5
zoeas.
Familia GRAPSIDAE Para el área en estudio, se mencionan los
siguientes géneros de esta familia: Sesar-
La zoea es pequeña, de cuerpo redondeado
ma, Geograpsus, Planes, Goniopsis, Pachy-
y tiene el aspecto típico de las larvas de grapsus, Aratus, Cyclograpsus, Metasesar-
Brachyura. Espinas rostral y dorsal presen-
ma, Plagusia, Percnon. Chasmagnathus y
tes, de largo variable en los distintos géne- Cyrtograpsus, la mayoría para el litoral del
ros, en algunos muy cortas, en otras más Brasil. De todas ellas, sólo en pocas espe-
largas, pero nunca más de 1,5 veces el cies ha sido estudiado el desarrollo larval.
ancho del caparazón. Las espinas laterales
pueden estar presentes o ausentes. Telson Se dan datos de Cyrtograpsus, Metasesar-
formando una fuerte furca, con las dos ma, Chasmagnathus, Sesarma, Cyclograp-
proyecciones laterales mucho más des- sus y Plagusia.

Clave para el reconocimiento de las zoeas de los géneros de grápsidos de la región


(Modificado de Wear. 1970)

1) Espinas laterales ausentes; espina dorsal del caparazón corta y fuerte


a) Proceso espinoso antenal robusto; exopodito rudimentario o menor que la mitad
del largo del proceso espinoso; segmentos abdominales 3º a 5º con cresta poste-
rolateral; telson aproximadamente rectangular. con los procesos externos cortos
y robustos. normalmente con 1 o 2 sedas laterales cortas: Planes. Pachygrapsus.
b) Proceso espionoso antenal pequeño, exopodito cerca de la mitad del largo del pro-
ceso espinoso, segmentos abdominales 3º al 5º sin cresta posterolateral; telson
en forma de horquilla con los procesos laterales largos y finos. sedas laterales del
telson ausentes: Metasesarma y Sesarma.

2) Espinas laterales del caparzón presentes; espina dorsal del caparazón generalmente
larga y fina
a) Espinas laterales del caparazón pronunciada mente dobladas. sin sedas o tu-
bérculos; espina dorsal del caparazón curvada; exopodito antenal cerca de la mi-
tad del proceso espinoso: Cyrtograpsus. Chasmagnathus. Cyclograpsus. (Nota:
sin espinas laterales en la zoea I de C. cinereus (Costlow y Fagetti. 1967).
b) Espinas laterales del caparazón rectas o ligeramente inclinadas posteriormente.
sin sedas o tubérculos; espina dorsal del caparazón recta; exopodito antenal me-
nos que un cuarto del largo del proceso espinoso: Percnon. Plagusia.

Cyrtograpsus altimanus Rathbun (fig. 241- par de sedas dorsales en el caparazón yel
92.93) margen posterior también bordeado de se-
Caparazón más o menos esférico. con espi- das finas y cortas. Espinas furcales del tel-
nas rostral y dorsal relativamente largas. son bien desarrolladas. borde distal interno
Las espinas laterales cortas. Se observa un con una hilera de pequeñas sedas; 6 pares

743
Larvas de Crustacea Decapoda

de sedas internas del telson; a partir de la ción bilobul-ªda, con dos cromatóforos en
zoea 11,_4pares de sedas. Exopoditos de los os pedúnculos oculares y uno mediano en
maxilípedos 1 y 2 con 4,6,8, 10 y 12 sedas la parte anterior del caparazón. Telson con
en los distintos estadios de zoea. Rudimen- sedas terminales. Desarrollo con 4 zoeas.
tos de pleópodos a partir de la IV zoea. Cinco
estadios larvales. Megalopa con el capara- Distribución: Desde Río de Janeiro (Brasil)
zón cuadrangular y una región rostral an- hasta Golfo San Matías (Argentina). Típica
cha terminando en una punta dirigida hacia de los cangrejales de la región costera
bonaerense.
abajo y bordeada por dos proyecciones ro-
mas; abdomen con el telson redondeado y
Género Cyclograpsus
desprovisto de espinas (Scelzo y Lichts-
chein de Bastida, 1979). Las larvas de las especies de Cyclograpsus
conocidas no pertenecen a la fauna de la
Distribución: Desde Brasil (Río Grande),
región, por ello se dan algunas característi-
Uruguay, Argentina hasta Golfo San Ma-
tías. cas de C. cinereus y C. punctatus de las
costas de Chile y Perú (Costlow y Fagetti,
1967 y Fagetti y Campodónico, 1971 b, res-
Cyrtograpsus angulatus Dana (fig. 241-100,
pectivamente) y de C. lavauxi y C. insula-
101 )
La zoea es muy similar a C. altimanus. Las
rum de Nueva Zelandia (Wear, 1970). El
caparazón tiene una espina dorsal muy de-
mayores diferencias surgen, aparentemen- sarrollada; en el caso de la zoea I de C.
te, por la distribución de los cromatóforos, cinereus (fig. 241-121) la espina dorsal tie-
pero para su estudio es necesario observar
ne una protuberancia en forma de giba y no
animales vivos o al menos recientemente
tiene espinas laterales. El abdomen posee
fijados, aparte de detalles de setación. La
protuberancias espinosas en e12º segmen-
megalopa tiene un caparazón cuadrangu- to en esta última especie, mientras que en
lar con una región rostral ancha y curvada C. lavauxi y C. insularum se presentan los
hacia abajo. Cinco zoeas.
segmentos 2 y 3 con espinas. El telson es
Distribución: Desde Brasil (Río de Janeiro), de tipo ahorquillado: con las furcas provis-
Uruguay hasta Rawson, Chubut (Argenti- tas de una serie de pequeñas espinitas en
na). En el Pacífico, costas de Chile y Perú. ambos márgenes y con tres pares de sedas
internas; a partir de la zoea 111
el telson lleva
Chasmagnathus granulata Dana (fig. 241 -85 4 pares de espinas internas. Tienen 5 zoeas
a 87) y 1 megalopa. Cyclograpsus integer (H.
Caparazón de la zoea aproximadamente Milne Edwards) se menciona para Brasil
esférico, con espina dorsal larga curvada (Pernambuco).
hacia atrás, una rostral y dos pequeñas la-
terales. El segundo segmento del abdomen
Metasesarma rubripes (Rathbun) (fig. 241-
88,89).
con una proyección espinosa de cada lado,
dirigida hacia adelante; el tercer segmento Caparazón globoso, con una corta espiná
también con una proyección espinosa a ca- dorsal curvada caudalmente. La espina
da lado, algo más pequeña, dirigida hacia rostral de un largo igual a la antena. El 2º
atrás. Telson con los procesos furcales segmento del abdomen tiene una pequeña
fuertemente desarrollados y con 3 pares de proyección espinosa de cada lado y el 3
sedas internas en la I y 11zoeas; en la zoea 11 también con un par de espinas laterales.
4 pares, y en la IV se le agregan dos peque- Margen posterolateral de los segmentos 2
-ñas espinas centrales. Los exopoditos del al 5 con una corta protuberancia. Telson
1º y 2º maxilípedo con 4,6,8 y 10 sedas en con dos largos procesos que llevan 3 pares
los distintos estadios de zoea. Megalopa de espinas en el borde interno. Los
con caparazón cuadrangular, borde poste- exopoditos del1 º y 2º maxilípedos terminan
rior redondeado y con pequeñísimas sedas; en 4, 6, 8 y 10 sedas en las respectivas
región rostral terminando en una prolonga- zoeas. Megalopa con caparazón cuadrado,

744
Larvas de Crustacea Decapoda

con ondulaciones y procesos en las Distribución: P. depressa se halla desde Ca-


regiones branquiales. La región rostral es rolina del Norte (USA), hasta Pernambuco
ancha y curvada hacia abajo; telson con (Brasil); Atlántico oriental, Angola y Sene-
bCrde redondeado y una simple seda plu- gal.
mosa en el centro y dos laterales. Cuatro
zoeas.

Distribución: Desde Nicaragua hasta Uru-


guay. Su presencia en el Río de la Plata ha
sido señalada imprecisamente, aunque es
muy probable que se halle en las costas ar- Superfamilia PORTUNOIDEA
Familia PORTUNIDAE
gentinas.
Larvas pequeñas, de cuerpo globoso y con
Sesarma (Holometopus) ríeordí H. Milne Ed- largas espinas rostral y dorsal. Las espinas
'wards (fig. 241-120) laterales pueden estar presentes o ,wsen-
tes como en Careínus. Ésta es una familia
Caparazón más o menos esférico, con una
corta espina dorsal y sin espinas laterales; de Brachyura muydiversificada, con un ele-
2º y 3º segmentos del abdomen con un par vado número de especies, con estadios lar-
vales de difícil reconocimiento. De acuer-
de proyecciones laterales. Segmentos ab-
dominales 2 al 5 con una proyección dorsal do con Rice e Ingle (1975b) las zoeas de la
que cubre el siguiente. Telson bifurcado en subfamilia Polybiinae (Macropipinae) se ca-
dos largos procesos que llevan tres espinas racterizan por tener bien desarrolladas las
en el borde terminal. Tamaño algo mayor espinas laterales del caparazón, proyeccio-
que M . .fubrípes. Megalopa más rectangu- nes espinosas laterales en los somitos 2 y
lar, bordes laterales con las áreas gástricas 3, por lo menos en los primeros estadios;
y epigástricas bien definidas. Telson con procesos posterolaterales en los somitos 3
tres pares de espinitas en el borde poste- y 4 generalmente menos que la mitad del
rior, además de dos espinitas laterales. largo del siguiente somito, en los estadios
Cuatro zoeas. larvales avanzados; horquilla del telson con
2 espinas como mínimo, en todos los esta-
Distribución: Florida (USA) hasta Río de Ja- dios; margen posterior del telson con un par
neiro (Brasil). de sedas también en todos los estadios.
Zoea I con el segmento medio del endopo-
dito del primer maxilípedo armado.
Género Plagusía
Caparazón pequeño, con un tubérculo fron- Para la subfamilia Portuninae, los mismos
tal antes de la espina. Espina rostral y dor-
autores dan las siguientes características:
sal largas, 1 a 1/2 veces el ancho del capa-
espinas laterales bien desarrolladas; pro-
razón, la primera con tubérculos pequeños yecciones espinosas sobre los somitos 2 al
sobre la superficie. Espinas laterales pre- 3 en todos los estadios. Procesos postero-
sentes. Segmentos 2 al 5 del abdomen con
laterales en los somitos 3 y 4 más que la
proyecciones espinosas laterales. Telson
mitad del largo del segmento siguieme, en
triangular con los procesos laterales muy los últimos estadios larvales. Furcas del
desarrollados con 3 pares de sedas internas
telson con dos espinas como mínimo en to-
en la zoea 1.
dos los estadios. Margen posterior del tel-
son por lo menos con 5 pares de sedas en
Para la región en estudio se menciona los últimos estadios. Segmento medio del
Plagusía depressa, de la cual no se dispone endopodito del primer maxilípedo desarma-
de estudios larva les, por lo que se brindan do en la zoea 1. Géneros señalados para la
algunos caracteres de la zoea I de Plagu- región: Ovalípes, Portunus, Callíneetes,
sía ehabrus, según Wear, 1970 (fig. 241- Coenophthalmus, Arenaeus, Croníus, con
119). 4 a 7 zoeas.

745
Larvas de Crustacea Decapoda

Callineetes sapidus Rathbun (fig. 241-103, ternas; margen posterior del telson con 3
104) pares de sedas plumosas.
Larva pequeña, con espina dorsal larga y Distribución: Costas de Uruguay y Argenti-
curvada hacia atrás, con cortas espinas la- na hasta 46°S.
terales; 2º y 3º segmentos del abdomen con
proyecciones espinosas laterales. Segmen- Género Portunus
tos 3, 4 Y 5 con procesos espinosos en el
De acuerdo con Kurata (1975) los subesta-
borde posterolateral que cubren parte del dios varían entre 4, 5 o más zoeas. Las
siguiente segmento. Telson ahorquillado,
con los procesos bien desarrollados; una larvas tienen poco color, con pigmentos
amarillos y negros en los cromatóforos. El
espina externa en las espinas furcales y 3
caparazón tiene una espina rostral casi rec-
pares de espinas largas internas margina-
les en el telson. Siete estadios larvales más ta, una espina dorsal curvada posterior-
mente, con o sin un gancho terminal. Las
una megalopa.
espinas laterales son cortas. El margen
Distribución: Este de Estados Unidos, Gol- ventral del caparazón algunas veces irre-
fo de México, Centro América, Brasil, Uru- gularmente denticulado, y en los últimos
guay. Se ha hallado, muy ocasionalmente, estadios con algunas sedas. Los ojos son
Callineetes sp. en las costas de la Prov. muy largos, existe un pequeño montículo
de Buenos Aires (Argentina). dorsal en el caparazón a la altura del estó-
mago. El abdomen tiene 5 somitos en los
Ovalipes trimaeulatus (de Haan) (fig. 241- subestadios I y y 6 somitos más el telson,
11

102) en los siguientes. Los somitos abdominales


Se conoce el primer estadio larval. De 2 y 3 con proyecciones espinosas laterales.
Los somitos 3 al 5 con procesos espinosos
pequeño tamaño, con las espinas rostral y
posterolaterales. El telson tiene la típica
dorsal bien desarrolladas; espinas laterales
forma de los Brachyura con 1 o 2 espinas
presentes y relativamente largas. Abdomen
externas, siempre con una espina interna
con los segmentos 2 y 3 con proyecciones
de la furca y tres grandes pares de sedas
espinosas. Laterales 3, 4 y 5 con procesos
internas y algunas menores entre éstas, en
espinosos en el borde laterodistal. Telson los estadios avanzados. Se citan unas sie-
ahorquillado. con una espina bien desarro-
te especies de Portunus para Brasil. Como
llada externa de cada lado. una espina so-
referencia se da el dibujo de la zoea I de
bre cada proceso furcal y 3 pares de sedas
plumosas internas.
Portunus tritubereulatus (fig. 241 -123).
Distribución: Pacífico Sur, Océano "Indico
Atlántico sur: Uruguay, costas de Chubut,
Golfo Nuevo, Prov. de BuenosAires (Argen-
tina).
Superfamilia OCYPODOIDEA
Familia OCYPODIDAE
Coenophthalmus tridentatus Milne Edwards Según Wear (1968b) hasta ese año fueron
(fig 241 -122)
descriptas las larvas de 14 especies de la
Se conoce solamente la zoea 1. Larva pe- familia Ocypodidae, incluyendo tres sub-
queña, con una gran espina dorsal muy familias: Ocypodinae, Scopimerinae y Ma-
poco curvada, espina rostrallarga y dos es- crophthalminae. Las larvas de Oeypode y
pinas laterales de largo medio. El abdomen Vea, que pertenecen a la subfamilia Ocypo-
tiene dos proyecciones espinosas en los so- dinae, tienen características relativamente
mitos 2 y 3 y procesos espinosos en el mar- similares: el caparazón es globoso, la espi-
gen posterolateral de los somitos 3, 4 y 5. na dorsal corta y la rostral mediana. En
Telson ahorquillado; furcas Irtrgas con una Oeypode existe la espina lateral, mientras
espina en la parte media y sin espinas ex- que en Vea no. Las larvas de Veides no se

746

,..
Larvas de Crustacea Decapoda

conocen,....que es otro género mencionado rrollada y el margen interno con 3 pares de


para las costas de Brasil. Otro carácter de sedas; sin espinas externas ni expansio-
e;;tas larvas es que el cuarto somito del nes.
abdomen puede estar expandido, como ocu-
rre en Oeypode quadrata. Algunas especies Distribución: Brasil (desde Río de Janeiro),
de Vea tienen el exopodito antenal reduci- Uruguay, Argentina (Prov. de Buenos Aires,
hasta Mar Chiquita y Queuqén, en el me-
do, otras no. En Dotilla el 5º segmento ab-
diolitoral).
dominal también está expandido. Para la
región en estudio se mencionan Vea, Vei-
des y Oeypode.

Ocypode quadrata (Fabricius)(fig. 241-96,97)


Sección CANCRIDEA
Esta especie tiene 5 zoeas. El caparazón es Familia ATELECYCLlDAE
globoso con una espina dorsal, otra rostral y
dos más pequeñas, laterales. Luego de la Las larvas son de pequeño tamaño. Espinas
zoea se observan, en el caparazón, depre-
11
dorsal y rostrallargas o muy largas. Esta úl-
siones y protuberancias bien manifiestas. tima, en algunas especies, con espinitas en
El 2º Y 3º segmentos tienen un par de espi- la superficie. Las espinas laterales pueden
nas laterales. El 4º segmento está más ex- estar presentes o ausentes. Lo más carac-
terístico de las larvas conocidas de esta fa-
pandido lateralmente, carácter este que se
acentúa en la 11, 111 Y V zoea. Las proyeccio- milia (Kurata, 1963a; Boschi y Scelzo,
nes'del margen posterior de los somitos 2 a 1970; Fagetti y Campodónico, 1970) es el
5 se hacen más evidentes a partir de la zoea gran desarrollo de la antena, como un pro-
111. El telson no está expandido lateralmente
ceso espinoso, que en el caso de Corystoi-
y posee las furcas con el margen interno des chilensis y Aeanthoeyclus gayi (subfa-
con sedas 3 + 3 que llegan a 7 + 7 en la zoea milia Acanthocyclinae) es de igual largo
V. Las sedas terminales de los exopoditos que la espina rostral. En cambio, para
de los maxilípedos 1º al 5º están en núme- Erimacrus y Telmessus (subfamilia Atele-
ro de 4, 6, 8, 10 y 12. La megalopa tiene un cyclinae) la proyección de la antena no es
caparazón aproximadamente oval, dorsal- tan larga y también la armadura del ab-
domen y el telson y sus procesos son dis-
mente redondeado, y tiene algunas depre-
siones y prominencias; el rostro es ancho y tintos. En éstos, los segmentos 2 y 3 tienen
dirigido hacia abajo. El telson lleva, en su proyecciones espinosas laterales y el bor-
margen posterior, 15 sedas plumosas. de posterior de los segmentos 3, 4 y 5
tienen expandidos procesos espinosos. El
Distribución: Este de los Estados Unidos, telson tiene espinas externas de cada lado,
Golfo de México, Caribe hasta Brasil (Santa la anterior muy larga. El margen interno
Catarina). con tres pares de sedas. En Corystoides y
Acanthoeyelus el segundo segmento abdo-
minal tiene una proyección espinosa de ca-
Vea uruguayensis Nobili (fig. 241-116)
da lado, y también el tercer segmento de A.
gayi. El telson de estos dos géneros es muy
Se tiene muy poca información del desarro- ahorquillado, con una espina sobre los pro-
llo larval de esta especie. Se da el dibujo de cesos furcales y 3 pares de sedas internas
la zoea 1: la larva posee una espina rostral y largas y plumosas. Es necesaria, natural-
otra dorsal. Sin espinas laterales. Seg- mente, mayor información para definir las
mentos 2 y 3 del abdomen con proyeccio- características de las larvas zoea de la fa-
nes espinosas, mayor la del 2º y dirigida ha- milia. No hay datos sobre las larvas de Pel-
cia arriba. Sin procesos laterales en los tarion spinosulum, frecuentre en el mar pa-
somitos. El telson tiene la furca bien desa- tagónico.

747
Larvas de Crustacea Decapoda

Corystoides chilensis Milne-Edwards y Lucas con los segmentos sin procesos espinosos,
(fig. 241-113,114) en algunas especies el segundo segmento
Caparazón globoso, espina dorsal larga, lo con un par de procesos espinosos laterales.
mismo que la rostral, que está a su vez cu- Telson de forma trapezoidal, más ancho an-
bierta de espinas distanciadas. Sin espinas ~eriormente, con la furca recta, margen
laterales. Proceso espinoso de la antena Interno con tres pares de sedas, sin espinas
casi del mismo largo que el rostro. Abdo- externas. Antena corta y simple; maxila con
men con un par de proyecciones espinosas los enditos coxal y basal simples. El endito
coxal transformado como una simple seda.
en el segundo segmento. Telson muy ahor-
Sin pleópodos y, aparentemente, sin esta-
quillado con un par de espinas en la furca y
en el margen interno; tres pares de sedas dio de típica megalopa (Aikawa, 1929; Gur-
plumosas y, en los últimos estadios, con pe- ney, 1938; Boschi, Scelzo y Goldstein,
queñas sedas cerca de la muesca del 1969; Lucas, 1971). Tres estadios de zoea.
telson. Cuatro estadios de zoea más una Se menciona una sola especie para la
región.
megalopa.
Distribución: Costas de Chile en aguas de Halicarcinus plana tus (Fabricius) (fig. 241-
Valparaíso, Talcahuano. En el Atlántico 105,106)
Sudoccidental, costas de Uruguay y Argen-
tina (Prov. de Buenos Aires). Caparazón típicamente globoso y sin espi-
nas dorsal ni laterales; espina rostral recta
Género Acanthocyclus y gruesa. Abdomen con los segmentos sin
proyecciones espinosas; el segundo seg-
Se dan datos de A. gayi (fig. 241 -109, 110) mento con proceso espinoso de cada lado;
de Chile (Fagetti y Campodónico, 1970): sin pleópodos. Telson con la base más an-
cuerpo pequeño y esférico, cubierto de cha, procesos furcales agudos y rectos con
sedas. Espinas rostral y dorsal muy largas, sedas en el margen interno; tres pares de
también cubiertas de sedas. Proceso espi-
sedas internas, las segundas más largas;
noso de la antena muy largo, igual que el sin espinas externas' en el telson. Tres
rostro, y con espinitas. Abdomen con pro- zoeas. Aparentemente, sin estadio-de me-
yecciones espinosas en el segundo seg- galopa con características típicas.
mento. El 3º, 4º Y 5º segmentos con proce-
sos espinosos en el margen posterior. Distribución: Costa pacífica de Chile, desde
Telson ahorquillado, con un par de espinas los 35°5. Atlántico sur, región magalláni-
en los procesos furcales y espinitas en los ca, Mar Argentino hasta Mar del Plata
extremos de los mismos. Tres pares de (38°5). Larvas frecuentes en plancton de
sedas en el margen interno. 4 zoeas y una invierno en la región norte de su distribu-
megalopa. De A. albatrosis no existen da- ción.
tos disponibles sobre los estadios larva les;
esta especie se halla en la región fueguina,
de Malvinas y magallánica.

Familia MAJIDAE
Las zoeas de esta familia, por lo general,
Sección OXYRHYNCHA tienen un cuerpo más o menos esférico; la
Familia HYMENOSOMATIDAE espina dorsal, curvada en su extremo, sue-
le estar presente y ser larga. La espina ros-
Larva pequeña, generalmente sin espina tral es de tamaño normal. Las espinas late-
dorsal ni laterales; espina rostral de largo rales pueden estar ausentes o presentes y.
moderado; caparazón esférico. Abdomen en algunas especies, son muy desarrolla-

748
Larvas de Crustacea Decapoda

das. Usualmente se observa una protube- cie del caparazón con pequeñas sedas. Dos
rancia anterior a la espina dorsal y otra, estadios de zoea
más pequeña, posterior. Los segmentos 3 a Distribución: Se halla en el Pacífico sur
5 del abdomen tienen espinas laterales,
desde Perú y Chile por toda la región maga-
que pueden ser largas en algunas especies
lIánica. Muy abundante en toda la platafor-
y cortas en otras. Las protuberancias espi-
ma argentina hasta Mar del Plata (38°S).
nosas de los segmentos del abdomen se ob-
servan en el 2º o en el 2º y 3º segmentos. Libinia spinosa H. Milne-Edwards (fig. 241-
Telson ahorquillado, con 1, 2 o 3 espinas 111, 112)
externas. Las internas generalmente son 3
Cuerpo globoso, con largas espinas dorsal y
en la zoea 1. Los rudimentos de pleópodos
rostral que exceden levemente la anténula.
pueden estar presentes o ausentes en el
Sin espinas laterales. Antenas con el pro-
primer estadio. Dos estadios de zoea. Las
ceso espinoso del mismo largo. Segundo
megalopas pueden tener muchos procesos
segmento del abdomen con una proyección
y espinas en el caparazón, y en algunas es-
espinosa de cada lado. 3º, 4º y 5º segmen-
pecies existe una larga espina dorsal.
tos del abdomen con proyecciones en su
Los májidos son los Brachyura denomina- margen anterior. La primera zoea sin rudi-
dos, comúnmente, "arañas de mar". Son mentos de pleópodos, pero existen en la se-
muy curiosos en su aspecto pero, a excep- gunda. Megalopa con un largo rostro y una
ción de algunas especies, tienen poca uti- espin'a dorsal muy desarrollada. Dos esta- .
lidad económica. En la región de estudio se dios de zoea.
citan cerca de 40 géneros distintos, la Distribución: Desde Brasil (Río de Janeiro)
mayoría para Brasil. Para el litoral de la Ar-
hasta Argentina (Tierra del Fuego), con
gentin"a están mencionados 8 géneros con
mayor abundancia en el litoral bonaerense.
una especie cada uno.
Libidoclaea granaria H. Milne-Edwards y Lu-
Eurypodius latreillei Guerin (fig. 241-117, cas (fig. 241-107, 108)
118)
Caparazón redondeado, con larga espina
Caparazón con largas espinas dorsal y ros- dorsal dirigida hacia atrás y una rostral más
tral. Espinas laterales de regular tamaño. corta. Sin espinas laterales. Existe una leve
Existe una gran prominencia postrostral y protuberancia anterior a la espina dorsal.
supraocular; la región marginal ventral del Bordes ventrales del caparazón con 5 sedas
caparazón lleva 4 cortas sedas plumosas. El plumosas. Segundo segmento abdominal
abdomen tiene los segmentos 2 y 3 con pro- con una proyección en cada lado. Los seg-
yecciones laterales. Además, los segmen- mentos 2 y 5 con un borde posterior con
tos 3 y 4 llevan una prominente espina late- una larga espina de cada costado. Furca del
roposterior. Todos los segmentos del abdo- telson con una espina externa y 3 pares in-
men llevan dorsal mente un par de sedas. ternos. Las ramas furcales con espinitas.
Complementariamente, los segmentos 2 a En la zoea el caparazón lleva 7 sedas en
11

5 están provistos en el borde ántero-supe- los bordes ventrales. Megalopa cuadrangu-


rior de una espina que se introduce en el lar, rostro agudo con algunas protuberan-
segmento precedente. El telson en la zoea 1, cias dorsales.
de forma ahorquillada, tiene dos espinas Distribución: Pacífico sudamericano. Chi-
externas de cada lado y tres pares internos. le hasta Argentina. Especialmente se halla
En la zoea existen 4 pares de sedas inter-
11
en aguas profundas yfrías del litoral bonae-
nas. La megalopa tiene un caparazón cua- rense.
drangular, con dos proyecciones media-
nas no muy desarrolladas en el caparazón, Género Mithrax
y en la región rostral con tres proyecciones
aproximadamente de igual tamaño, estan- Se mencionan cerca de 8 especies para la
do la mediana curvada hacia abajo; superfi- región de Brasil, pero de ninguna de ellas se

749
Larvas de Crustacea Decapoda

conocen los estadios larvales. Se dan algu- rales. Abdomen con el segundo segmento
nas características de las zoeas de otras es- con proyecciones laterales; borde posterior
pecies de Míthrax con el fin de facilitar su de los somitos 3 a 5 con prominente espi-
reconocimiento, suponiendo cierta simili- na posterolateral en cada costado. Te/son
tud de las especies del género. en forma ahorquillada, con dos espinas
externas y 3 pares de espinas internas.
Míthrax spínosíssímus (Lamarck) Fuerte muesca mediana en la furca. Mega-
(fig. 241 -124) lopa con caparazón cuadrangular. Superfi-
Es una especie del Caribe. Posee una larva cie con varios tubérculos; región rostral an-
con caparazón globoso, con una espina cha con un proceso central terminado en
punta.
dorsal corta y curvada en la región distal
hacia atrás. Rostro corto, sin espinas late- Distribución: Carolina (USA), Caribe (Cuba).

Clave de reconocimiento de familias de Brachyura, basada en las carácterísticas


de la larva zoea (según Rice, 1980)

La siguiente clave de reconocimiento de las larvas zoea de Brachyura ha sido tomada del reciente
trabajo de Rice (1980) Y corresponde a familias existentes de estos crustáceos, por lo que se creyó
oportuna su inclusión en el presente trabajo. Para el empleo de la misma, como bien destaca el
autor, es necesaria la observación de los apéndices y sus sedas, lo cual exige en muchos casos
efectuar disecciones. La utilidad de la clave, de por sí complicada, se demostrará en la práctica.
De todos modos. es una valiosa contribución presentar, por primera vez, un trabajo de esta natu-
raleza. Se observará que algunos términos morfológlcos de esta clave no coinciden totalmente
con los del resto del texto.

1) Exopodito antenal chato y en forma de escama; como mínimo 6 sedas plumosas mar-
ginales, restringidas al margen medio y disto-lateral en el primer estadio, pero ex-
tendido sobre la parte proximal del margen lateral en los estadios posteriores. Urópo-
dos setosos desarrollados a partir del tercer estadio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
1A) Exopodito antenal en forma de bastón, reducido o ausente, pero nunca una escama
aplanada y nunca con más de 3 sedas. Urópodos setosos nunca desarrollados en al-
gún estadio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2) Telson en forma de T invertida o aproximadamente triangular; margen posterior más
o menos recto, nunca profundamente hendido o en forma de V. Márgenes ántero-Ia-
terales del telson sin espinas. pero frecuentemente con una o más espinas submar-
ginales en la superficie dorsal. Primer estadio con, al menos, 5 + 5 procesos posterio-
res del telson. Caparazón en lOSprimeros estadios con crestas denticuladas, más tar-
de reemplazadas por un número de espinas sobre las expansiones alares. Espina ros-
tral dirigida hacia adelante. Superficie del caparazón no cubierta con espinas o se-
das: familia HOMOLlDAE.
2A) Telson en forma de furca, con el margen posterior marcadamente cóncavo o hendi-
do. Márgenes anterolaterales del telson con una serie de espinas agudas. Primeros
estadios (1 a 111) con sólo 3 segmentos en el endopodito del segundo maxilípedo. Esta-
dio I con 3 + 3 procesos posteriores del telson. Caparazón en todos los estadios nor-
malmente con espinas dorsal y laterales, un rostro dirigido ventral mente y usual-
mente cubierto con pequeñas espinas o sedas: familia RANINIDAE.

750
Larvas de Crustacea Decapoda

3) Dos estadios de zoea; por lo tanto nunca con más de 6 sedas natatorias sobre los exo-
.poditos de los maxilípedos. En el estadio I (con 4 sedas rudimentarias) el escafognati-
to tiene como mínim09 sedas marginales. En el estadio 11(con 6 sedas natatorias) hay
pleópodos bien desarrollados en los somitos abdominales 2 a15, al menos tan largos
como los respectivos somitos. Segmento basal (isquiopodito) del endopodito del pri-
mer maxilípedo siempre con 2 sedas en la zona media: familia MAJIDAE.
3A) Casi siempre con más de 2 estadios de zoea, de manera que pueden hallarse 8 o más
sedas natatorias. En el estadio 1,el escafognatito casi siempre tiene menos de 9 se-
das (usualmente 3 o 4); si hay más de 9 sedas marginales en el estadio I (como en los
Atelecyclinae, ver más adelante), el segmento basal del primer maxilípedo lleva 3 se-
das en la zona media. Pleópodos nunca bien desarrollados en zoeas con 6 sedas nata-
torias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
4) Endopodito de la maxila con 6 sedas como mínimo (5
4A) Endopodito de la maxila con 5 o menos sedas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (20
5) Segmento basal del endopodito del primer maxilípedo con 3 sedas en la zona media (6
5A) Segmento basal del endopodito del primer maxilípedo con 2 sedas en la zona media (13
6) Proceso espinoso antenallargo, frecuentemente más largo que el caparazón; exopo-
dito menor que 1/4 del proceso espinoso o rudimentario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
6A) Proceso espinoso antenal más corto que el caparazón; exopodito siempre mayor que
1/4 del proceso espi noso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
7) Tercer somito a·bdominal sin proyecciones dorso-laterales: familia ATELECYClI-
DAE (ACANTHOCYCLlNAE).
7A) Tercer somito abdominal siempre con proyecciones dorso-laterales: familia XANTHI-
DAE (XANTHINAE).
8) Exopodito antenal como una espina fuerte, cónica, ahusada con 1 o 2 espinas cortas
o sedas en el medio: familias XANTHIDAE (PILUMNINAEl, GONEPLACIDAE.
8A) Exopodito anténal no como una espina ahusada y armada con 2 o 3 sedas terminales,
usualmente muy desiguales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (9
9) Segmento distal del endopodito de la maxílula con 4 sedas: familia XANTHIDAE (gé- .
neros Menippae y Sphaerozius).
9A) Segmento distal del endopodito de la maxílula con 5 o 6 sedas. . . . . . . . . .. . . . . . (10
10) Exopodito antenal con 3 sedas terminales muy desiguales: familia XANTHIDAE (gé-
neros Homolaspis, Ozius y Eriphia).
10A) Exopodito antenal con dos sedas terminales. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (11
11) Tercer somito abdominal siempre con proyecciones dorso-laterales: familia CALAP-
PIDAE (excluyendo Orithyia y Matuta).
11 A) Tercer somito abdominal sin proyecciones dorso-laterales. .................... (12
12) Espinas dorsal y rostral mucho más largas que el caparazón. Proceso espinoso ante-
nal meNor que 1/4 del largo del rostro; exopodito mayor que 1/2 del proceso espino-
so: familia CORYSTIDAE.
12A) Espinas dorsal y rostral no significativamente más largas que el caparazón. Proceso
espinoso antenal mayor que 1/2 del rostro; exopodito menor que 1/2 del proceso es-
pinoso: familia CANCRIDAE (en parte).
13) Segmento distal del endopodito de la maxílula con 5 sedas.................... (14
13A) Segmento distal del endopodito de la maxílula con 6 sedas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (15
14) Segmento proximal del endopodito del segundo maxilípedo armado con una única
seda; basipodito con 4 sedas en la zona media: familia CANCRIDAE (en parte).
14A) Segmento proximal del endopodito del segundq maxilípedo no armado; basipodito
con 3 sedas de ubicación media: familia CALAPPIDAE (ORITHYIINAE).
15) Segmento proximal del endopodito de la maxílula no armado; basipodito del primer
maxilípedo con 8 sedas en la zona media: familia PARTHENOPIDAE.
15A) Segmento proximal del endopodito de la maxílula con una única seda, basipodito del
primer maxilípedo con más de 8 sedas en la zona media. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (16

751
Larvas de Crustacea Decapoda

16) Espinas laterales del caparazón ausentes: familia PORTUNIDAE (CARCININAE).


16A) Espinas laterales del caparazón presentes . o..... ooooooo. ooo. ooooooo. oooo. oooo (17
17) Endopodito de la maxila con 2 + 4 sedas: familia PORTUNIDAE (PORTUNINAE).
17 A) Endopodito de la maxila con 3 + 5 sedas. o. oo. o.. o. ooo... o... ooooooooooooo. ooo (18
18) Cuarto somito abdominal con proyecciones dorso-laterales: familia GERYONIDAEo
18A) Cuarto somito abdominal sin proyecciones dorso-laterales ooooo. o. ooooooo. ooooo (19
19) Carpopodito y meropodito del primer maxilípedo sin sedas laterales: familia PORTU-
NIDAE (pOLYBIINAE).
19A) Carpopodito y meropodito del primer maxilípedo, ambos con una larga seda lateral:
familia ATELECYCLlDAE (ATELECYCLlNAE).
20) Segmento proximal del endopodito del primer maxilípedo con 3 sedas en la zona me-
dia ooo' ooooo oo' ooo" oooo" ooo o' o" oooooooo ooooooo' o o" (21
20A) Segmento proximal del endopodito del primer maxilípedo con 1 o 2 sedas en la zona
media . o ooooooooooooooooooooo. o ooooooo ooooo. o o. . . . . . (23
21) Segmentos basales de los endopoditos de la maxílula y del segundo maxilípedo, no
armados: familia DORIPPIDAEo
21 A) Segmentos basa les de los endopoditos de la maxílula y del segundo maxilípedo, ar-
mados con una única seda o. o oo o ooo ooo (22
22) Tercer somito abdominal con proyecciones dorso-laterales. Endito coxal de la maxí-
lula bilobado y llevando varias sedas: familia CALAPPIDAE (género Matuta)o
22A) Tercer somito abdominal sin proyecciones dorso-laterales. Endito coxal de la maxílu-
la vestigial y llevando una única seda: familia HYMENOSOMATIDAE.
23) Endopodito de la maxila con 4 o 5 sedas. o' o. o..... o' . o... o oooo. . . . . . . . . (24
23A) Endopodito de la maxila con 3 sedas ooo.. oo.. ooo. oooo.. ooo o. (32
24) Segmento basal del endopodito de la maxílula armado con una única seda oooo. (25
24A) Segmento basal del endopodito de la maxílula no armado .. oooo. . . . . . . . . . . . . . . (31
25) Exopodito antenal menor que 1/3 del proceso espinoso o rudimentario: familia
GRAPSIDAE (GRAPSINAE).
25A) Exopodito antenal mayor que 1/2 del proceso espinoso .. o oo'.o.. o. . . . . . . . . . (26
26) Caparazón sin espinas laterales o oo. oo o. o.. o '.' . . (27
26A) Caparazón con espinas laterales oooooooooooooo o.. oo ooooo (28
27) Endopodito de la maxílula con 5 sedas: familia GRAPSIDAE (géneros Acmaeopleu-
ra. Gaetice, Sesarma, Metasesarma, Aratus y Chiromantes)o
27 A) Endopodito de la maxílula con 4 sedas: familia OCYPODIDAE (MACROPHTHALMI-
NAE) (La mayoría).
28) Segmento basal del endopodito del segundo maxilípedo armado. oooooo. .. . . . . . (29
28A) Segmento basal del endopodito del segundo maxilípedo no armado o o (30
29) Tercer somito abdominal sin proyecciones dorso-laterales: familia GRAP$IDAE
(VARUNINAE) (en parte: Hemigrapsus crenulatus y H. edwardsi).
29A) Tercer somito abdominal con proyecciones dorso-laterales: familia GECARCINI-
DAE.
30) Furcas del telson con 2 espinas laterales: familia OCYPODIDAE (MACROPH-
THALMINAE) (en parte: Macrophthalmus crinitus).
30A) Furcas del telson sin espinas laterales: familia OCYPODIDAE (MACROPHTHALMI-
NAE) (en parte: Cyclograpsus, Chasmagnathus y Helice).
31) Basipodito del primer maxilípedo con 8 sedas en la zona media. Cuarto y quinto somi-
tos abdominales con proyecciones dorso-laterales: familia GRAPSIDAE (PLAGUSI-
NAE).
31 A) Basipodito del primer maxilípedo con 10 sedas en la zona media. Cuarto y quinto so-
mitos abdominales sin proyecciones dorso-laterales: familia OCYPODIDAE (SCO-
PIMERINAE).
32) Endopodito del segundo maxilípedo trisegmentado: familia OCYPODIDAE (OCYPO-
DINAE).
752
Larvas de Crustacea Decapoda

32A) Endopodito del segundo maxilípedo bisegmentado: familia PINNOTHERIDAE.


32B) Endopodito del segundo maxilípedo no segmentado: familia LEUCOSIIDAE.

Orden STOMATOPODA tienen piezas bucales funcionales y subsis-


ten a expensas de sus propias reservas. En
Se incluyen, en este trabajo, algunas refe- los primeros estadios la larva tiene pocos
rencias a las larvas de Stomatopoda, aun- apéndices funcionales, y recién en el esta-
que, naturalmente, están fuera de los dio 111 el caparazón tiene forma algo alarga-
Decapoda. La permanente presencia de lar- da. A partir del IV estadio tiene el aspecto
vas de estos interesantes crustáceos en el clásico de una larva de estomatópodo que,
plancton nerítico ha sido la razón de dar, al frecuentemente, aparece en el plancton. El
menos, las características básicas del or- caparazón es alargado, el segundo maxilí-
den. Está de más decir que no se conocen pedo muy desarrollado y el abdomen largo y
trabajos relativos al desarrollo de las espe- segmentado, y se observan el telson y los
cies de la región, ni de estudios realizados urópodos (fig. 241 -125 a 127). Los autores
con material planctónico. mencionados dan una lista completa de las
especies de estomatópodos cuyas larvas
La nomenclatura de los estadiGs larvales y
han sido identificadas así como el lugar
la postlarva de los estomatópodos son algo donde han sido estudiadas. En cuanto a los
complejos. Las larvas pueden nacer como
una antizoea o pseudozoea, pasan al esta- estomatópodos adultos de esta región, en el
dio de erichthw~, luego a synzoea y, final- litoral de Brasil se mencionan 26 especies
mente, a postlarva. de los géneros Squilla, Hemisquilla, Paras-
quilla, Pseudosquilla, Eurysquilla, Coronis,
Últimamente, los autores designan como Gonodactylus, Lysiosquilla, Alima, Meios-
estadios propelágicos y pelágicos las dis- quilla y Cloridopsis; para Uruguay se cita
tintas etapas del desarrollo larval de estos Squilla brasiliensis, aunque seguramente
crustáceos. Provenzano, jr. y Manning deben existir otras especies. Para Argenti-
(1978) lograron el desarrollo de Gonodacty- na se mencionan Heterosquilla (Heteros-
lus oerstedii de Florida (USA) describiendo quilla) platensis, H. (H.) polydactyla y Pte-
VII estadios (tres propelágicos y cuatro rygosquilla armata armata (Manning,
pelágicos). Los estadios propelágicos no 1966b).

753
Larvas de e ru stacea Decapoda

(~
Flg.
.
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241y Huevos. rar-I
capoda \S]).r'~
_,~~.

(Ver
758).
vas y referencias en p.
po Stomatopoda. (í /
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f¡1t~'<:

754
Larvas de Crustacea Decapoda

Fig. 241. Huevos. lar-


vas y post larvas de De-
capoda y Stomatopoda.

(Ver referencias en p.
758).

--
---

58

755
Larvas de Crustacea Decapoda

Fig. 241. Huevos. lar-


vas y post larvas de De-
capoda y Sto mato poda.

(Ver referencias en p.
758)

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756
Larvas de Crustacea Decapoda

Fig. 241. Huevos. lar-


vas y postlarvas de De-
capoda y Stomatopoda.

(Ver referencias en p.
758)

127

757
Larvas de Crustacea Decapoda

Fig. 241. Huevos. larvas y post larvas de Decapoda y Stomatopoda.


Pleoticus muelleri: 1) Huevos en distintos estadios de desarrollo. 2) Protozoea 111. 3) Mysis 11.4) Postlarva (dor-
sal), 5) Postlarva (lateral); Artemesia longinaris; 6) Huevos, 7) Nauplius l. 8) Nauplius V. 9) Protozoea 11.10) My-
sis 11.11) Postlarva (lateral). 12) Postlarva (dorsal); Xiphopenaeus kroyeri: 13) Nauplius 111.14) Protozoea 1;Xi-
phopenaeus sp.: 15) Mysis l. 16) Postlarva; Penaeus (F.)duorarum; 17) Nauplius 11.18) Protozoea 111.19) Mysis
l. 20) Post larva 11;Sicyionia: 21) Protozoea l. 22) Mysis 1,23) Post larva; Peisos petrunkevitchi: 24) Elaphocaris
111,25} Mastigopus. 26) Acanthosoma; Penaeus (F.) paulensis: 27) Nauplius VI. 28) Protozoea 111,29) Mysis 111;
30) Lucifer faxom; adulto; 31 ) Sergestes arcticus. elaphocaris; Pandaiopsis dispar: 32) Zoea l. 33) Zoea V: 34)
Glyphocrangon spinicauda. zoea 1;35) Pasiphaea sivado. zoea 1;36)Alpheus heterochaelis. zoea 111; 37)Acan-
thephyra sp .. zoea; 38) Campylonotus rathbunae. zoea 1;Alpheus armilla tus: 39) Zoea l. 40)Zoea 11;lJ.etaeus li-
lianae: 41) Zoea l. 42) Zoea más avanzada; Chorismus antarcticus: 43) Zoea 1.44) Zoea 111.45)Postlarva; Pa-
chycheles haigae: 46) Zoea 11,47) Megalopa; Pagurus exilis:. 48) Zoea 1.49) Zoea 111. 50) G laucothoe; 51 ) Loxo-
pagurus loxoche7is. zoea; 52) Polyonyx quadriungulatus. zoea 11;53) Megalobrachium poeyi. zoea 11;54) Lepi-
dopa myops. zoea IV; Porcellana sigsbeiana: 55) Zoea 11.56) Megalopa; 57) Albunea. zoea 11;58) Petrolisthes
elongatus. zoea 11;Paguristes seriCeJJ~9) Zoea l. 60) Zoea 11.61) Glaucothoe; Parapagurus diogenes: 62)
Zoea 1(dorsal). 63) zoearnateral); Munida subrugosa: 64) Zoea l. 65)Zoea V. 66) Megalopa; Dardanus arrosor:
67) Zoea 1, 68) Megalopa; Blepharipoda doelloi: 69) Zoea 11.70) Zoea IV. 71) Megalopa; Emerita rathbunae:
72) Zoea 11.73) Megalopa; Lithodes antarcticus: 74) Zoea l. 75) Glaucothoe; 76) Callianassa sp .. última zoea;
Metanephrops challengeri: 77) Zoea (lateral). 78) Zoea (dorsal). 79) Postlarva; 80) Scyllarus americanus. phy-
1I0soma, estadio VII; 81) Scyllarides aequinoctialis. phyllosoma. estadio VIII; Callichirus major: 82) Prezoea.
83) Zoea 11;84) Callianass.a sp., zoea; Chasmagnathus granul,!ta: 85) Zoea 11.86) Zoea IV. 87) Megalopa;
Metasesarma rubripes: 88) Zoea 111. 89) Megalopa; Pinnotheres maculatus: 90) Zoea 111.91)Megalopa; C rto-
grapsus altiman..Qs: 92) Zoea 11.93) Zoea 111; Platyxanthus crenulaty§: 94)Zoea 11.95) Megalopa; Ocypo .e qua-
drata: 96) Zoea 1,97) Megalopa; Panopeus nerbst;· 98) Zoea 11.99) Megalopa; Cyrtograpsus angulatus: 100)
Zoea V. 101) Megalopa; 102) Ovalipes trimaculatus. zoea; Callinectes sapidus: 103)Zoea VII. 104) Megalopa;
Halicarcinus planatus: 105) Zoea l. 106) Primer cangrejo; Libidoclaea gran aria: 107) Zoea l. 108) Megalopa;
Acanthocyclus gayi: 109) Zoea 111.110) Megalopa; Libinia spinosa: 111) Zoea 11.112) Megalopa; Corystoides
chilensis; 1-1]) Zoea 11,114) ~egalopa; 115) Pinnixía patagoniensis. zoea 11; 116) Vca uruguayensis. zoea l.;
Eurypodius latreillei; 117) Zoea 11,118) Megalopa; 119) Plagusla chabrus. zoea 1; 120) Sesarma (H.) ncordl.
zoea IV; 121) Cyclograpsus cinereus. zoea 11;122) Coenophtalmus tndentatus. zoea 1;123) Portunus tntuber-
culatus. zoea 1; 124) Mithrax spinosissimus. zoea 1;Gonodactylus oersted¡';- 125) Estadio larvall. 126) Estadio
larval VI. 127) Postlarva.
Escalas: 0,5 mm. excepto cuando se indica lo contrario.

(1-5 Y 24-26: según Boschi y Scelzo. 1969a; 6-12: según Boschi y Scelzo, 1977; 13-16: según Renfro y Cook.
1962; 17-20: según Dobkin. 1961; 21-23: según Cook. 1966; 27-29: según Iwai. 1978; 30: según Williams.
1965; 31, según Gurney y Lebour. 1940; 32 y 33: según Berkeley. 1930; 34: según Dobkin. 1965; 35: según
Williamson. 1960a; 36: según Knowlton. 1973; 37 (parcialmente): según Gurney. 1924; 37 (parcialmente).
41.42, 100-102 Y 122: original; 38: según Pike y Williamson. 1966; 39 Y 40: según Santos. 1974; 43-45: se·
gún Gurney. 1937; 46. 47 Y 85-87: según Boschi. Scelzo y Goldstein. 1967; 48-50: segtJn Scelzo y Boschi.
1969; 51 Y 84: según Scelzo. 1976; 52: según Knight. 1966; 53. 55 Y 56: según Gore. 1971 a y b; 54: según
Knight. 1970: 57: según Gurney. 1960b; 58: según Wear. 1964; 59 Y 61: según Rice y Provenzano. 1965;
62: según Williamson y von Levetzow. 1967; 63-66: según Roberts, 1973; 67 Y 68: según Kurata. 1968c; 69-
71. según Boschi. Goldstein y Scelzo, 1968; 72 Y 73: según Knight. 1967; 74y 75: según Campodónico. 1971;
76: según Williamson. 1967; 77-79: según Wear. 1976; 80: según Robertson. 1968; 81: según Robertson.
1969; 82 y 83: según Rodrigues. 1966; 88. 89 Y 120: según Díaz y Ewald. 1968; 90 y 91: según Costlow y
Bookhout. 1966b; 92 Y 93: según Scelzo y Lichtschein de Bastida. 1979; 94y 95: según Menú-Marque. 1970;
96 y 97: según Diaz y Costlow. 1972; 98 Y 99: según Costlow y Bookhout. 1961; 103 Y 104: según Costlow y
Bookhout. 1959; 105 Y 106: según Boschi. Scelzo y Goldstein. 1969; 107 Y 108: según Fagetti. 1969; 109 Y
110: seg ún Fagetti y Campodón ico, 1970; 111 y 112: seg ún Boschi y Scelzo. 1968; 113 y 114: según Boschi y
Scelzo. 1970; 115 Y 116: según M üller et al.. comunico pers.; 117 y 118: según Campodónico y Guzmán.
1972; 119 seQún Wear. 1970; 121: según Costlow y Fagetti, 1967; 123: según Kurata. 1975; 124: según
Provenzano y Brownell (1977); 125: según Manning y Provenzano (1963); 126 y 127: según Provenzano y
Manning (1978).

758
.(; "

CHAETOGNATHA
DEMETRIO BOL TOVSKOY

liada ,-una estructura de función probablemente


Morfología. Caracteres sensorial o excretora y aspecto de surco ciliado
de importancia sistemática de contorno más o menos ovalado y extensión
variable.
El segundo segmento es el tronco, separado del
Los quetognatos son animales pequeños, de unos
anterior por un septo ubicado en el comienzo de
12 mm de longitud total, transparentes, de sime-
la región estrangulada o cuello. En su superficie
tría bilateral, enterocelomados, carentes de sis-
ventral se destaca una pequeña mancha opaca, li-
temas circu latorio, excretor y respiratorio.
geramente prominente y de contorno sub-rectan-
Constituyen un grupo reducido con un total de
gu lar- el gangl io ventral. En muchos casos la re-
alrededor de 60 especies, evolutiva mente diver-
gión del cuello y parte del tronco, y a veces toda
gentes y de afinidades filéticas inciertas. Son
la superficie del animal, están cubiertos por un
exclusivamente marinos y, con excepción de
epitelio estratificado de células hialinas y refrin-
unas pocas especies del género Spedette, todos
gentes denominado collarete. El celoma del tron-
holoplanctónicos. Una de las reseñas más com-
co está enteramente surcado por el tubo digesti-
pletas acerca de su morfolog ía es la efectuada por
vo recto que desemboca a la altura del septo
Hyman (1959); en el presente capítulo ésta sólo
tronco-caudal, y cuya parte anterior, en la región
se evaluará superficialmente y desde el punto de
vista de su importancia para la identificación del cuello, puede presentar un par de conductos
laterales ciegos o divert ículos intestinales. Estas
de las especies.
estructuras pueden tener diferente aspecto y es-
tar formadas por células de varios tipos (Dallot, '
El cuerpo alargado de los quetognatos o gusanos 1970; Kassatkina, 1973a). Generalmente la parte
saeta (fig. 242) está dividido en 3 segmentos posterior, y a veces todo el tronco, a ambos la-
por 2 tabiques internos. El segmento anterior o dos del intestino, está ocupado por los ovarios
cefálico, representado por la cabeza del animal con óvu los dentro de ellos. Sobre el borde exter-
(figs. 243 y 244), de forma sub-triangular o tra- no de los últimos corren los oviductos que
pezoidal, contiene un ganglio nervioso y en su desembocan lateralmente, en la vecindad del sep-
superficie ventral se abre la boca. Esta última to posterior. Sobre este segmento se implanta el
está rodeada por una sola hilera de dientes (co- primer par de aletas laterales y la parte anterior
mo en los géneros Bathybelos, Eukrohnia, Kro- del segundo par (géneros Bethvbelos y Sagitta,
hnítta y Spadella), o por dos de ellas, u na ante- Hg. 252 a y h}, o el extremo proximal del único
rior y otra posterior (Heterokrohnia, Pterosa- par de aletas laterales (todos los demás géneros
sirte y Sagitta). Los géneros Bathyspadella y excepto Pterosagitta; fig. 252 a-f.h.i). El segmen-
Krohnitella carecen de dientes. Lateralmente se to caudal soporta la totalidad del único par de
proyectan los ganchos, estructuras quitinoides, aletas laterales en el género Pterosagitta (fig.
alargadas ligeramente curvadas, con borde inter- 252g), o parte de éste y del segundo par en los
no liso o aserrado. En la superficie dorsal de la demás géneros. Su celoma está dividido por un
cabeza (fig. 244) se ubican los "ojos" cuya parte septo longitudinal en mitades que constituyen
central, normalmente, está munida de material los dos testículos cuyos productos sexuales ma-
Pigmentario distribu ido más o menos caracter ís- duros migran a las vesículas seminales implanta-
ticamente (con excepción de algunas especies das lateralmente, delante de la aleta caudal. Esta
"ciegas"); frecuentemente, una serie de manchas última es terminal y de contorno más o menos
Pigmentarias y pliegues cutáneos; y la corona ci- espatulado.

759
Chaetognatha

Fig. 242. Esquema gener?!izado de u.n Chae!oli/natha (Sagitta


sp.) con indicación de las caracterlsticas morfológi_
cas utilizadas para la identificación.
1) Cabeza; 2) Tronco; 3) Cola; 4) Ganchos o garfios'
5) Ojos; 6) Septo anterior;:?) Cuello; 8) Divertículo~
intestinales; 9) Corona ciliada: 10) Intestino; 11)
Ganglio ventral; 12) Aleta anterior totalmente cu-
bierta de radios; 13) Aleta anterior parcialmente cu-
bierta de radios; 14) Ovario; 15) Oviducto; 16) Septo
posterior 1=tronco-caudal); 17) Gonoooro femenino'
18) Aleta posterior; 19) Ano; 20) Testículo; 21) Vesí:
cula seminal; 22) Aleta caudal.
(Original).

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3 _L...!.._~--------12

1------21

1 .;;..;...--22
Fig. 243. Cabeza de Sagitta
mático.
sp. en vista ventral;

1) Dientes anteriores; 2) Ganglio nervioso cefálico;


semiesque-

3) Dientes posteriores; 4) Vestíbulo bucal; 5) Gan-


chos o garfios; 6) Boca; 7) Caperuza; 8) Un,ea de cor-
te de la caperuza eliminada; 9) Bulbo fanngeo; 10)
Divertículos intestinales; 11) Manchas plgmenta-
rias; 12) Intestino anterior.
(Modificado de Ritter-Zahóny, 1911 l.

760
Chaetognatha

~t---------------------1
~ __~ ----------2 La variabilidad intraespecífica es especialmente
pronunciada en Chaetognatha. En algunos casos
~-------------3
:!:- 4 ésta no está ligada a ninguna causa externa apa-
rente y, probablemente, se debe a la existencia
de alelos múltiples en sus poblaciones (D. 801-
tovskoy, 1973b).
------5 En el transcurso de su crecimiento, además del
largo total, los quetognatos sufren numerosas
modificaciones. Tal es así que muchas de las ca-
racterísticas diagnósticas como, por ejemplo, el
aspecto de los ovarios y vesículas seminales, es-
tán ausentes o son atípicas en los ejemplares in-
maduros, mientras que otras ie.q.; el número de .¡

,dientes y de ganchos) cambian con la edad. Es-


\i, ,
.~------------------8 tas variaciones intraespec íficas han llevado a mu-
. ~ \: chos investigadores a crear, erróneamente, espe-

.~t
r:'. ',
,...-------9
cies y/o variedades nuevas. Por ello, la identifi-
cación de los individuos juveniles que, harto fre-
cuentemente, constituyen la amplia mayoría de
los quetognatos obten idos en las muestras de'
'plancton, debe realizarse con suma cautela y,
aún así, muchos ejemplares tienen que descar-
Fig. 244. Cabeza de Sagitta sp. en vista dorsal. tarse de los cómputos específicos totales. La ma-
1) Dientes anteriores; 2) Pliegues cutáneos; 3) Dien- yoría de los autores, frecuentemente, detalla no
tes posteriores; 4) Ganchos de borde aserrado; 5) sólo la composición específica de sus colectas,
Caperuza; 6) Corona ciliada; 7) Cuello; 8) Colla rete;
9) Cerdas sensoriales. sino también la edad relativa de los individuos
A, B Y C) Distintos tipos de pigmentación ocular; A) registrados, definiendo los llamados "estados de
Ojo sin pigmento; b) Pigmento estrellado; C) PIgmen-
-_1
to 'distribuido en tres ramas. madurez sexual" (p. 765; fig. 245). Sin embargo,
--2
--3
(Modificado de D. Boltovskoy, 1975b), nuestra experiencia ha demostrado que, en innu-
merables casos, los estados primero, segundo e,
--~ inclusive, a veces, hasta el tercero, son insuficien-
temente reveladores como" para llegar al nivel es-
--5 Se utilizará esta breve reseña general para anali- pecífico con seguridad.
.; --1 zar en mayor detalle aquellas estructuras que se
consideran importantes para la clasificación de Los denominados "pares de especies" son for-
--7 Chaetognatha. Sin embargo, antes de entrar de mas especialmente similares entre sí y cuya dis-
---8 lleno en el tema, son necesarias algunas aclara- tinción suele presentar numerosos problemas.
---9 ciones. Frecuentemente, sus integrantes no sólo com-
parten numerosas caracter ísticas morfológicas,
_10 Si bien el phylum Chaetognatha es relativamente sino que sus áreas de distribución están super-
pequeño, existe ya en su sistemática una buena puestas de tal manera que, muy probablemente,
_11 dosis de confusiones y problemas. Ello se debe representen los individuos marginales de especies
__ 12 a varios factores. En primer lugar, como bien lo sumamente polimórficas. En los últimos años
señalara Van der Spoel (1971 a) los pláncteres de han surgido una serie de trabajos tendientes a
Cuerpo blando, sin estructuras esqueletarias, son sinonimizar varios de estos taxones (ver más ade-
riesq los de más problemática clasificación ya que sus lante).
caracteres merfsticos son más diffclles de reqis-
i)f~~ trar, A ello se añade la circunstancia que varios Otro fenómeno que debe ser tenido en cuenta es
I de cof de los reactivos qu ímicos que se utilizan en el tra- que los quetognatos presentan formas, clines
~~~ni bajo con Chaetognatha pueden actuar modifi- geográficos o aspectos morfológicos diferentes
cando ciertas características de los mismos (ver de acuerdo a las 'condiciones ecológicas del me-
P.777). dio en que se han desarrollado (Furnestin, 1957;

761
Chaetognatha

Kado, 1953, 1954; Murakami, 1959). Tokioka Largo total. La longitud total (generalmente ex- bl
(1974a), por ejemplo, halló que las generaciones cluyendo la aleta caudal) del organismo en cada' to
estival e invernal de Sagitta crassa (= Aidanosa- uno de los diferentes estados de madurez. Debe Cé
____gitta crassa) ten ían diferentes cantidades de tenerse en cuenta que, al igual que en otros BI
dientes, garfios. longitudes de las aletas anterio- pláncteres, este parámetro puede variar conside- te
res, grado de desarrollo del collarete, etc., y su rablemente dentro de una misma especie. Nor- al
girió (Tokioka, 1974b) que un fenómeno seme- malmente, los individuos provenientes de aguas rr
jante a la ciclomorfosis en plancton dulceacu íco- más frías alcanzan longitudes totales mayores al
la pod ía tener lugar. Si bien esto fue observado que aquéllos que se desarrollaron en aguas más te
en una albúfera, donde los cambios estacionales cálidas; en éstas últimas la madurez sexual
M
en las características físico-qu ímicas son suma- ocurre más temprano en la vida del individuo. la
mente notorios, el mismo autor destaca que va- Por otro lado, en algu noas especies (viz.: Sagitta
iQ
riaciones semejantes podrían ser comunes en las enflata, S. Iyra) existen varios ciclos de madura- a¡
áreas de mezcla de aguas con diferentes tempera- ción gonadal sucesivos que se correlacionan con id
tura y salinidad. Es interesante destacar que gran largos totales diferentes (Alvariño, 1963; Fa-
parte del Atlántico Sudeste es, precisamente, getti, 1968; Furnestin y Balance, 1968; ver tam- O
una zona de esta índole ya que en él se produce bién p. 764 y fig. 249 en este tratado). ra
la Convergencia Subtropical-Subantártica (p. te
239; ver también E. Boltovskoy, 1970). Más aún, Relación entre la longitud total y aquélla del seg- la
el mismo autor (Tokioka, 1974b) concluye que, mento caudal. Generalmente se expresa como te
en varios casos, las formas nerítica externa y de porcentaje de la última con respecto a la prime- m
aguas litorales más o menos encerradas (bah ías, ra. Según Owre (1973) esta razón puede variar te
con el tiempo de preservación (p. 117) y, en d
golfos cerrados, albúferas, etc.). y los ecotipos
de la misma especie desarrollados en aguas más líneas generales, es mayor cuanto más joven el tal
cálidas y más frías fueron frecuente (y errónea- ejemplar. es
mente) interpretados como especies diferentes. Aletas laterales. Debe tenerse en cuenta que las Dj
Como ejemplos de casos de este tipo Tokioka aletas son uno de los caracteres diagnósticos más de
(op. cit.t, menciona (y sinonimiza) a Sagitta te- importantes en Chaetognatha y, al mismo tiem- de
nuis y S. friderici (la primera sería de aguas lito- po, una de las estructuras más delicadas y de más re
rales encerradas y cálidas, y la segunda -nerítica fácil deterioro. Lugar del comienzo del primer
externa y más criófila), incluyendo en la misma par, normalmente en relación a la ubicación del el
sinonimia a S. popovicii, S. euneritica y S. peru- gangl io ventral. Extensión de las a letas en fun- In'
viana. Estos resu Itados de Tokioka, principal- ción del largo total y su forma. Lugar de naci- te!
mente en lo que a Sagitta tenuis y S. friderici se miento y de terminación del segundo par (en re- re(
refiere, fueron confirmados por las observacio- lación a las aletas anteriores y a las vesículas se- _. eS1
nes de Bieri, 1957; D. Boltovskoy, 1975a; Grant, minales, respectivamente); proporción de éstas _ de
1963a; Pierce, 1951, y otros, quienes encontra- sobre el tronco y sobre la cola. Presencia/ausen- rie
ron serias dificu Itades para separar a ambas "es- cia y distribución de los radios sobre ambos pa- eSI
pecies". Otros casos son los del conjunto bedoti res de aletas. Según Tokioka (1974b) el largo re- qu
(Sagitta bedoti = S. nagae y S. bruuni, cf. To- lativo de las aletas anteriores es un carácter suje- ;; tel
kioka, 1974b); Sagitta /yra y S. gaze//ae; S. ze- to a variaciones ecológicas; y D. Boltovskoy , eSI
tesios y S. p/anctonis (sinonimizadas por Pierrot- (1973b) observó que la distribución de los radios de
Bults, 1975a); S. setosa y S. elegans; Eukrohnia también es variable intraespec íficamente. . y
hamata y E. bathypelagica; etc. Zé
Aleta caudal. Forma (presencia o ausencia de
Al seguir las descripciones que se detallan a con- una hendidura media); lugar de nacimiento co~
tinuación es conveniente referirse a las figuras respecto a la ubicación de las vesículas semr-
242, 243, 244 y 252. nales.
Collarete. Presencia/ausencia, extensión, gros,o~'1
Aspecto general del cuerpo. Fláccido o rígido, También es una estructura delicada y de facl
transparente u opaco, delgado o grueso, etc. destrucción. Frecuentemente no constituye un

762
Chaetognatha

buen carácter diagnóstico ya que varía tanto on- de los óvulos en los mismos; en 1, 2 o más hile-
togenéticamente como entre indiviuos (e.g., el ras, lateral o dorsoventralmente. Según D. Bol-
casa de Sagítta serratodentata tratado por D. tovskoy (1973b, 1974a) la distribución de los
Boltovskoy, 1973b; de S. tasmanica - D. Bol- óvulos no es específicamente constante. Tokioka
(Ovskoy, 1974a; S. crassa - Tokioka, 1974a). En (1974b) observó que la longitud total de los ova-
algunas especies (víz.; Sagítta crassa, cf. Mu raka- rios maduros de las especies de ovario largo es
mi, 1957, 1966; Tokioka, 1974a) su presencial mucho más variable que la misma en las de ova-
ausencia y grado de desarrollo parecen estar de- rio corto. En aquellas especies que cumplen más
terminados por las condiciones ambientales. de un solo ciclo de maduración sexual (e.g., Se-
gítta enf/ata, S. /yra; ver p. 764; fig. 249) el largo
Manchas pigmentarias cutáneas y sedas táctiles total de los ovarios es diferente en los distintos
laterales. A'pesar de ser un carácter muy variable ciclos.
intraespec íficamente, la alta frecuencia de su
.;
aparición en algunas especies' puede ayudar a la Vesículas seminales. Forma y tamaño en los di-
identificación. ferentes estados de madurez. Presencia de acce-
sorios tales como apéndices (fig. 256-34c), dis-
Dientes y ganchos. Presencia de una o dos hile-
cos adhesivos, bordes dentados (fig. 256-35b,d),
ras de los primeros y cantidad, en los diferen-
etc. Ubicación con respecto a las aletas laterales
tes estados de madurez, de ambos. La validez de posteriores (o al único par de aquéllas) y de la
las cantidades de dientes y ganchos como carác-
caudal. Este carácter es sumamente variable in-
ter diagnóstico es sumamente dudosa, no sola- traespecíficamente; D. Boltovskoy (1973b,
mente porque aquéllas var ían ontogenéticamen- 1974a), Grassi (1883), Hertwig (1880), Pierrot-
te (normalmente, con la edad el número de gan- Bults (1975b, 1976b), brindan detalladas des-
chos disminuye y el de dientes aumenta), sino
cripciones de estos órganos en diferentes espe-
también porque la superposición interespecífica cies y discuten su importancia para la clasifi-
es mayor que las diferencias (ver fig. 255).
cación.
Ojos. Presencia/ausencia, distribución y forma Sistema. nervioso. Disposición de los conectivos
de las áreas pigmentadas en los mismos. Carácter entre ganglios. Carácter de difícil observación y
de difícil observación, sobre todo en los ejempla- sólo utilizado ocasionalmente por unos pocos in-
res largamente conservados en líquidos fijadores. vestigadores.
Cuello. Grado de estrechamiento. Lógicamente, al igual que en los demás plánc-
Intestino. Presencia/ausencia de divertículos in- teres, la distribución geográfica conocida de las
testinales anteriores y tipo de células de su pa- especies y la procedencia de las muestras en estu-
red (vacuolizadas o no). Dallot (1970) discute dio también pueden brindar sugerencias útiles
este tema detalladamente y asegura que el tipo . para la clasificación. .
de pared intestinal constituye un excelente crite- Ninguna de las caracter ísticas mencionadas cons-
rio para identificar los estados juveniles de las tituye un rasgo identificatorio suficiente por sí
especies del género Sagítta. Hay observaciones solo y sólo la combinación de muchas de ellas
que sostienen que los divert ícu los son u n carác- debe usarse para este 'fin.' Por otro lado, no to-
ter inconstante y, consecuentemente, inválido
das tienen igual importancia. Algunas como, por
específicamente (e.g., el caso de los ejemplares
ejemplo, la cantidad de aletas laterales y de hile-
de Sagítta serratodentata analizados por Vanucci
ras de dientes son consideradas de nivel genérico
y Hosoe, 1952; de S. bípunctata, por Ritter-
(ver p. 785). Dentro de las específicas, a su vez,
Zahony,1916).
también hay gradientes de importancia: la pre-
Corona ciliada. Presencia/ausencia, forma, ubica- sencia/ausencia y conformación del pigmento
ción, extensión. En ejemplares conservados en ocular o los divertículos intestinales son- priori-
soluciones de formaldehido durante largos perío- tarias sobre, por ejemplo, el grado de desarrollo
dosesta estructura desaparece por completo. del collarete o la cantidad de ganchos y dientes.
Ovarios.Extensión y grosor en los diferentes es- Como ya se destacara, los quetognatos son orga-
tados de madurez sexual. Tamaño y disposición nismos altamente polimórficos, por ello las pe-

763
Chaetognatha

queñas desviaciones de un diagnóstico rígido se- r~fe~encias en Reeve y Lester, 1974). En Sagitta
rán un fenómeno normal en cualquier colección. hispide los huevos maduros migran del ovario al
oviducto directamente a través del epitelio ger-
Algunos biólogos (e.g.lbánez et et., 1974; Grant,
1967) han ensayado el uso de técnicas biomé- . minal que separa a ambos; all í son fecundados
tricas más o menos complicadas para diferenciar por el esperma almacenado y luego extruidos al
especies vecinas, asegurando haber obtenido me- exterior en forma de dos hileras dobles que, en
este caso particular (Sa'!Jittahispida es una espe-
jores resultados que con los métodos tradiciona-
les. Estos estudios pueden ser sumamente inte- cie litoral) se adhieren a alguna superficie dura
resantes como ensayos metodológicos pero, lógi- en cúmulos de 50-100 huevos, que eclosionan a
camente, debido a su complejidad no pueden los 2 días (Reeve y Léster, 1974; Reeve y Wal-
reemplazar al método clásico .. ter, 1972a). En las especies oceánicas son expul-
sados al agua (Elian, 1960), a veces en forma
agregada y unidos por. medio de una sustancia
gelatinosa (Sanzo, 1937), donde flotan hasta
Biología que de ellos emerge una nueva generación. En el
género Eukrohnia existen sacos de incubación
laterales adheridos a los gonoporos femeninos en
La presente sección solamente constituye un es- los cuales se depositan y eclosionan los huevos
quema general informativo acerca del tema; para fecundados (MacGinitie, 1955; Alvariño, 1968c;
un panorama más amplio el lector interesado de- ver fig. 256-15b).
berá recurrir a los trabajos de Alvariño (1965a), Generatmente, luego de desovar los progenitores
Burfield (1927), de Beauchamp (1960), Ghirar- mueren. En algunos casos, sin embargo, se ha su-
delli (1968), Hertwig (1880), Hyman (1959), gerido la existencia de varios ciclos o, al menos,
Kühl (1938), y los numerosos trabajos recientes oviposiciones en el mismo individuo (Figueira,
de Reeve y colaboradores (Cosper, Walter y Les- 1972; Furnestin, 1962a; Ghirardelli, 1962;
ter; ver "Bibliografía"). Owre, 1960; Reeve, 1970a; Thomson, 1947; ver
fig. 249). Tal es el caso de, por ejemplo, Sagitta
enflata que cumple 4 ciclos de maduración con-
secutivos correlacionados con tamaños diferen-
Reproducción y desarrollo* tes (Furnestin y Balance. 1968) ó 3 -en cuyo
caso los individuos en cuestión fueron divididos
en tres formas: de ovario corto, de ovario largo Y •
Si bien Spadella cepha/optera (quetognato ben- gardineri (Alvariño, 1963; Fagetti, 1968).
tónico) logró cultivarse hace ya muchos años
(ver Ghirardelli, 1968), sobre las especies planc- Los recién nacidos difieren de los adultos por
tónicas se realizaron observaciones más esporá- tener un solo par de aletas laterales (las posteriO-
dicas (Dallot, 1968; David, 1958b; Jáqersten, res) y segmentos torácico y caudal de longitudes
1940; Murakami, 1959) hasta que, recientemen- semejantes; algo más tarde aparece el par de ale-
te, M. R. Reeve y sus colaboradores lograron cul- tas restantes y el crecimiento del cuerpo llevaal
tivar (ver p. 204) y efectuar numerosas obser- animal a adqu irir las proporciones típicas del
vaciones sobre Sagitta hispida. La fecundación adulto (Reeve y Cosper, 1975).
es, casi siempre, cruzada y se verifica mediante la El proceso del crecimiento de los quetognatos
transferencia de un espermatóforo (Reeve y fue, frecuentemente, inferido sobre la base de.la
Walter, 1972b). La postura de huevos fecun- interpretación de la composición de las poblacIo-
dados fue observada por varios investigadores en nes en las muestras de plancton; pero las prime-
Sagitta bipunctata, S. e/egans, S. enflata, S. he- ras evidencias directas sólo se obtuvieron con el
xaptera, S. se tosa y Spedette cephetopters (ver cultivo ininterrumpido. en laboratorio, de $a-
gitta hispida (Reeve, 1970b; Reeve Y ~alterT
1972a). Reeve y Walter (op. CIt.), en experimen-
* Una revisióri muy completa, detallada y actualizada de este tos realizados entre 17 y 31 DC, comprobaron
tema puede consultarse en Reeve y Cosper (1975). que la velocid~d de crecimiento de los animales

764
Chaetognatha

:agítta i"- Autor COLMAN (1959) THOMSON GHIRARDELLI PIERCE REEVE (1970a) PIERROT-BUL TS
(1947) (1961a y b) (1951) (1974:1975b)*
3rio al Estado,

o ger. Testículos y Células sexua- Testículos, vesículas


dadOs O ovarios rio visi- les germinales
bles con aumen- sin indicación
seminales y ovarios
totalmente ausentes.
..
dos al Ó
tos de hasta de desarrollo
.re, en juvenil 100x. alguno.
I esps Testículos [Ovarios for- Inicios de apari- Sin elemen- Algunas masas de es Organos sexuales
visibles pero sin mados. ción de los testícu- tos libres en perma en el celoma difícilmente visi-
! dura elementos libres los pero sin ele- el celoma te s- caudal. Las vesícu- bles; la tinción
rian a en el celoma. mentos libres en ticular.Ova- las seminales visibles con Azul de Meti-
Ovarios pe- el celoma. Es- rios peque- como engrosa- leno suele ser
I Wal. queños. permatogon ias ños. mientos de la pared necesaria para
~xpul· I en multiplicación. caudal. Ovarios coro ponerlos en evi-
forma Ovarios represen- tos y angostos, sin dencia.
tados por delgados huevos.
tancia tubos llenos de
hasta ovogonias peque-
ñas en multipli-
En el cación.
lación Testículos lle- Con ova- Espermatogonias Masas de es- Los testículos ocu- Testículos parcial-
lOS en nos de esperma- rios peque- en multiplicación. perma en la pan al menos el mente plenos. Ve-
tozoides.Ovulos ños. Masas de esper- cavidad ce- 50 % del celoma sículas seminales
uevos
968c; 11
pequeños. matocitos de
2· orden visibles
'0 y lómica caudal.
Ovarios en
caudal. Vesículas
seminales pequeñas
indistinguibles
o en desarrollo.
en el celoma cau- crecimiento y vacías. Ovarios Ovarios delgados.
dal, Ovocitos en pero aún ea- cortos y con huevos
1a, 2a y 3a fases rentes de óvu- pequeños.
itores de crecimiento. los grandes.
la su Segmento cau- Algunos ovu- Testículos con Ovarios y Celoma caudal Cola llena de mate- .
enos, dal vacío (el es- los grandes masas móviles de algunos de los lleno de material rial espermático.
perma ha en los ovarios. espermatogonias óvulos de testicular. Vesículas Vesículas semlnales
.reira migrado a las y espermatozoides tamaño seminales grandes y, llenas o ya rotas,
1962; vesículas maduros.Ovo- máximo. eventualmente, claramente visibles.
sem inales). citos mayores con algunos Ovarios más gruesos,
7; ver 11I Ovarios ya con ubicados central- espermatóforos. en desarrollo o
19itta algunos de sus mente y los meno- Ovarios alargados maduros.
con óvulos de res rodeándolos. y con huevos de
tamaño máximo. Accesorios de fe- diferente tamaño.
eren cundación desa-
cuyo rrollados.
íidor Segmento caudal Todos los óvu- Testículos llenos de Vesículas seminales Testículos vacíos y
vacío. Todos los los maduros. espermatozoides grandes, totalmente restos de vesículas
-90 y óvulos comple- móviles y vesí- llenas. Ovarios seminales. Ovarios
tamente de- culas seminales grandes, con todos largQs, gruesos y
sarrollados. totalmente sus huevos maduros. con huevos grandes.
por IV maduras. Con (Estado raramente
ovocitos grandes registrado en el
erio· en la 3a fase de grupo serrato-
u des crecimiento. Es- dentata).
perma llenando el
!ale- receptáculo
va al seminal.
del Estado pos- Sólo para S. plane-
reproductivo: tonis (histológica-
vesículas semi- mente): ovarios de
nales vacías estructura desor-
atas y ovarios ves- denada, con algunos
V tigiales (válido
fe la ovocitos pequeños
solamente para exclusivamente, más
ciD" aquellas especies cortos y menos acti-
me- que no mueren vos que en el estado
n el después de anterior.
desovar) .
Sa·
ter,
¡en·
Fig 245. Estados de madurez sexual en Chaetognatha. de acuerdo a las diferentes clasificaciones propuestas.
ron • Para el grupo serratodentata y S. planetonis.
:1les (Original, parcialmente modificado de Alvariño, 1965a).

765
Chaetognatha

y la talla máxima alcanzada son dependientes di- 1958a; Furnestin, 1962a~'Kramp, 1917;etc.;ver
rectamente de la temperatura, y que el tiempo fig. 249). La longevidad jndividual también está
de maduración varía entre 19 y 45 días. relacionada con la latitud, llegando a dos años en
los polos (Bogorov, 1940; Dunbar, 1962) y sólo
En este sentido deben anal izarse, con algo más
3 meses en los trópicos (Murakami, 1959).
de detalle, los cambios morfológicos que ocurren Reeve y Walter (1972a) observaron que Sagitta
en los individuos durante el crecimiento. Como hispida completaba un ciclo de vida completo
ya se mencionara anteriormente, las colecciones
en, solamente, 18 días (en laboratorio).
planctónicas suelen incluir muchos más quetog-
natos jóvenes, inmadu ros, que adultos. En vista
de que algunos de los caracteres identificatorios
más importantes están representados por, preci- Alimentación
samente, esas estructuras sexuales ausentes en
los juveniles, fue una preocupación constante de Los quetognatos son animales sumamente acti-
los investigadores el correlacionar los adultos vos, móviles y voraces. Existen varias observa-
reconocibles con sus respectivos estados preima- ciones acerca de su alimentación (Bigelow, 1926;
ginales de difícil identificación espec ífica. Para Cosper, 1973; David, 1955; Furnestin, 1957;
ello se han establecido, arbitrariamente (ya que Grey 1930; Parry, 1944; etc.). El animal se acer-
el cambio de un estado de madurez a otro no es ca a su presa con veloces "saltos" o proyecciones
un fenómeno repentino sino un proceso gra- repentinas hacia adelante asiéndola con los gan-
dual), una serie de fases de crecimiento o "esta- chos, y la engulle entera. Los mecanismos de ea- -
dos de madurez sexual" para cada una de las es- za y alimentación son mucho más activos en con-
pecies conocidas. Distintos especialistas adopta- diciones de obscuridad f1ue a la luz (Pearre, jr.,
ron diferentes cantidades de los últimos, desde 1973; Parry, 1944; Reeve, 1964). Reeve (1966)
3 hasta 6 (ver fig. 245). Sin embargo, debe te- demostró que Sagitta hispida prácticamente se
nerse en cuenta que las condiciones ambientales alimenta exclusivamente de presas móviles
pueden provocar fuertes modificaciones de tal (vivas) y, según observaciones de Reeve y Walter
manera que el grado de protandria, la correla- (1972a) y de Pearre, jr. (1974), el tamaño de las
ción entre la madurez y el largo total, etc., sean presas de los quetoqnatos adu Itos es proporcio-
muy diferentes en las distintas regiones oceáni- nal al ancho de su cabeza, pero la mayor elastici-
cas (Owre, 1960; Reeve, 1970a). Por otro lado, dad de los tejidos de los juveniles les permite
las variaciones entre especies y la presencia de alimentarse de partículas proporcionalmente rna-
varios y no un solo ciclo de maduración (ver más yores. A su vez, la selectividad es diferente en las
arriba) complican aún más la definición de distinta especies : es mayor en Sagitta minima
acuerdo a los esquemas general izados. Además que en S. friderici, y en esta última que en S.
de los aspectos sexuales mencionados, con la enttete (Pearre, jr., 1976a). La digestión es rápi-
edad también varían otros parámetros como, por da (ver p. 767); en algunos de los casos observa-
ejemplo, la cantidad de ganchos y dientes (ver dos organismos enteros eran ingeridos, digeridoS
p.763). y egestados en menos de 1 hora (David, 1955;
Grey, 1930); en otros -en 3 a 4 horas (Cosper
La cantidad de generaciones anuales en Chaetog- y Reeve, 1975). Ello constituye uno de los mo-
natha disminuye desde el ecuador hacia los polos tivos por los cuales en las muestras de plancton
(Owre, 1960, Weinstein, 1973). En las latitudes los quetognatos con sus intestinos llenos son tan
bajas la reproducción puede ocurrir más o me- poco frecuentes (ver p. 767),
nos continuamente, durante todo el año sin in-
terrupciones (e.g., Almeida Prado, 1968), mien- Reeve, Cosper y Walter (1975) realizaron una se-
tras que en los polos suele haber un solo per iodo rie de observaciones muy interesantes sobre.la
reproductivo anual (David, 1955; Dunbar, 1941, alimentación de Sagitta h ispida. Cuando se Jn-
1962; Kramp, 1939; etc.), y la puesta de huevos, giere un copépodo el bolo alimenticio así ,for-
frecuentemente, está acompañada por marcados mado es empujado en el intestino hacia abalo Y,
descensos de los individuos en la columna de arriba varias veces; al cabo de 2 Ó 3 horas est~
agua (Alvariño, 1962, 1964a, 1965a; David, material algo compactado se ubica al lado de

766
Chaetognatha

ano y la presa sólo conserva el exoesqueleto cia adelante y arriba. Luego de cada salto hay
prácticamente intacto, mientras que los tejidos un breve período de avance por inercia y el ani-
internos están ya totalmente digeridos. Las heces mal vuelve a descender pasivamente. Estos movi-
se expulsan compactadas y rodeadas de una mientos son sumamente veloces y deben ser teni-
membrana mucosa. dos en consideración al interpretar los resultados
de programas de muestreo ya que permiten a los
3 Sibien es general mente considerado que los que-
)
animales evadir las redes de plancton y otros
tognatos son exclusivamente carn ívoros, las nu- aparatos colectores (vér p. 81).
merosas observaciones de fitoplancton en sus
intestinQs (Alvariño, 1965a; Burfield, 1927;
Wimpenny, 1936; observaciones personales) po-
drían deberse a una alimentación activa y no a
Adaptaciones a la
su ingestión involuntaria: Pearre, jr., (1974) con- vida planctónica
cluyó que Sagitta enf/ata se alimenta regular-
i- mente de varios dinoflagelados, especialmente de Una de las más obvias es su transparencia; en
,- Ceratium spp. Numerosos autores (Almeida Pra- efecto, prácticamente todos los tejidos del ani-
¡., mal son hialinos con excepción de algunas pocas
do, 1968; Bigelow, 1926; Boltovskoy y Mostajo,
l.
1974; Burfield, 1927; Della Croce, 1963; David, estructuras pigmentadas como los ojos, y, en la
'-
1955; Furnestin, 1957; Kühl, 1938; Lebour, época de madurez, las glándulas sexuales. Obvia-
s 1922, 1923; Murakami, 1957, 1959; Pearre, jr., mente, esta situación responde a la necesidad de
1-
1974, 1976a; Suárez-Caabro, 1955; Thomson, ser difícilmente visibles para sus predadores. La
1- digestión y egestión rápidas también contribu-
1947; Wimpenny, 1936; etc.) mencionaron dife-
1-
rentes organismos consumidos por los quetog- yen en este sentido ya que evitan la detección
natos, entre ellos: diatomeas, dinoflagelados, fo- del animal por medio del contenldo opaco de su
raminíferos, tintínidos, medusas, anfípodos, cla- intestino.
dóceros, eufáusidos, larvas de decápodos, poli- La flotación es ayudada por su peso específico
s quetos, quetognatos, salpas, apendicularias, lar- bajo; el contenido total de agua en Chaetognatha
r
vas de peces, etc. En algunas áreas y épocas del puede llegar al 94 por ciento (Parsons y Ta-
s año suelen predar muy activamente sobre las kahashi, 1973). La existencia de migraciones
).

,- poblaciones de peces juveniles (huevos yalevi- verticales sumamente pronunciadas en sus po-
nos: Lebour, 1923) pero, generalmente; su dieta blaciones, tanto diarias como ontogenéticas
e
l-
fundamental la constituyen los copépodos. (p. 772), también constituye una adaptación a la
pelagial. Vinogradov (1968) discute detallada-
IS
La eficiencia ecológica del alimento consumido mente los significados biológicos de tales movi-
'1 fue investigada por Reeve (1970a), quién llegó mientos para el zooplancton en general,. y D.
a la conclusión que oscilaba alrededor de un Boltovskov (1978b) ha sugerido que, en Chae-
35 por ciento, es decir semejante a aquélla de los tognatha, las migraciones verticales ontogenéti-
copépodos heebfvoros y de los eufáusidos; y la cas pueden tener por motivo adicional el mante-
eficiencia d:::i;:"tiva -aproximadamente 80 por ner separadas a las poblaciones juveniles de las
ciento (para Sagitta hispida alimentada con co- adultas disminuyendo, de esta manera, las posi-
pépodos; Cosper y Reeve, 1975). bilidades de predación intraespecífica.

Motilidad Regeneración

Es relativamente alta para pláncteres de su tama- Evidencias de esta' capacidad en Chaetognatha,


ño. Puede observarse con mucha facilidad depo- inclusive en adultos decapitados, fueron obser-
sitando una muestra recién tomada y di luida en vadas en varias especies por Almeida Prado
Un vaso de precipitado: los quetognatos flotan (1968), Alvariño (1965a), Ghirardelli (1959),
inmóviles descendiendo lentamente y, a interva- Pierce (1951) y el presente autor (datos iné-
los irregulares, efectúan repentinos "saltos" ha- ditos) .

767
Chaetognatha

Parasitismo ticas, raramente presentes --en la pelagial; con


otras oceánicas y, además,.con varias formas co-
mo, por ejemplo, Sagitta enflata, que pueden ha-
Es un fenómeno relativamente común en Chae- bitar ambos biotopos indiferentemente (fig.
tognatha, sobre todo en las poblaciones ner íti- 246). Al igual que la mayoría de los demás
caso La proporción de animales parasitados en pláncteres sus representantes son de distribución
una especie dada puede variar desde menos del más o menos amplia, frecuentemente en los tres
1 por ciento (Thomson, 1947), hasta el 90 por oceános mayores, y solamente para algunas áreas
ciento (Dollfus et et., 1955). Las áreas parasi- del Indopacífico se han mencionado unas pocas
tadas que se han registrado fueron la superficie especies clásicamente endémicas (ver, por ejem-
del cuerpo, el tracto digestivo, el célornacaudal plo, Tokioka, 1965b). Las especies totalmente
y del tronco, las paredes del intestino y del cosmopol itas son escasas y están representadas
cuerpo, y los ovarios. Los taxones parásitos in- por las formas bati y, parcialmente, las mesope-
cluyen protozoos, trematodes, cesto des y copé- lágicas como, por ejemplo, Eukrohnia hamata,
podos; constituyendo los quetognatos, ya sea E. fowleri y el "grupo plarictonis", en cuyo caso
sus hospedadores definitivos o, a veces, interme- se ha descripto una variación clinal geográfica
diarios (ver p. 776). En la mayoría de los casos (Pierrot-Bults, 1975a); es interesante destacar
no existe información alguna sobre los efectos que estas especies de distribución cosmopolita
patológicos del parásito, pero en algunos se ha viven cerca de la superficie en los polos- y se su-
observado o sugerido un desarrollo anormal de mergen a profundidades mayeres en los trópicos
las estructuras parasitadas (ovarios: l3aldasseroni, (fig. 248; ver "Distribución vertical"). tE
1914; Furnestin, 1957; y testículos: Grey, 2
1930). Pearre, jr. (1976b) realizó un detallado La distribución mundial cualitativa está, par- tr
estudio de - poblaciones de Sagitta enflata, S. cialmente, determinada por la temperatura y, "
friderici y S. minima parasitadas por trematodes principalmente, por el movimiento de las aguas:
concluyendo que la infestación provocaba el D. Boltovskoy (1975a) determinó correlaciones L
gigantismo, una castración parcial, un aumento positivas relativamente bajas entre la tempera- ni
de la longevidad y el cambio de las preferencias _ tura del agua y las poblaciones planctónicas (in- tr
alimentarias de los animales parasitados. cluidos los quetognatos) correspondientes (ver te
también Lacroix y Morisset: 1962). Sin embar- y
En el Atlántico Sudoccidental se han observado go, la concordancia entre la fauna y la hidrolo- SE
individuos aislados de Sagitta enflata y S. tenuis gía del área del estudio (Atlántico Sudocciden- C(
(= S. friderici) parasitados con Trematoda (AI- tal) era muy alta. La relación entre las abundan- U
meida Prado, 1968; Caval ieri, 1963 y observa- cias de las diferentes especies y los parámetros m
ciones personales), y de Pterosagitta draco -con físicos y qu ímicos usualmente medidos parece fil
Cestoda (Vanucci y Hosoe, 1952). ser aún menos estrecha (Fager y McGowan, ra
1963). No obstante, en las áreas neríticas donde m
Alvariño (1965a) y Weinstein (1973) presentan
la temperatura suele variar notablemente llegan- ru
buenas revisiones del tema esbozado.
do a valores extremos, puede constituir un fac- L
tor liniitante de primera importancia (Reeve Y er
Walter, 1972a). Otro factor decisivo para la dis- gi
tribución es la productividad general del área y, fe
consecuentemente, la disponibilidad de alimento. va
Distribución En el Atlántico Sudoccidental se observa una re-

lación prácticamente directa entre la riqueza ge-
neral de cada muestra obtenida y su contenido gr,
Distribución horizontal en Chaetognatha (Thiel, 1938c, y observaciones án
personales).
ric
su
Como ya se destacara anteriormente, los quetog- Pierrot-Bults (1976a) definió varios modelos 19
natos son organismos exclusivamente marinos. zoogeográficos de distribución oceánica car~c- ha
El grupo cuenta con especies típicamente nerí- ter ísticos en Chaetognatha, que pueden ser sin po

768
Chaelognatha

on ~ Area ANTARTlCO
::0- geográfica
<..,
INDO-PACIFICO ATLANTICO SUBANTARTlCO ARTICO-SUBARTlCO
Habitat Cantidad Canto de spp. Canto Canto spp. Canto Canto spp. Canto Cant.spp.
ha-
ESPECIES total exclusivas total exclusiv. total exclusiv. total exClusiv.
·Ig. (cantidades de esta área
lás (aproximadas)

ón Litorales 6 4 4 2 - - - -
* Batipelágicas 7 2 4 - 6 2 -6 -
res
!as
Neríticas 17 14 8 5 - - - -
De masas de agua
:as especiales 4 2 2 - - - - -
m- Oceánicas, epi y
ite rnesopeláqicas 21 9 13 1 5 2 2 2
las TOTAL 55 31 31 8 11 4 8 2
re-
ta, Fig. 246. Agrupamiento zoogeográfico y ecológico de las especies de Chaetognatha.
ISO
• En las áreas polares suelen habitar la epi y mesopelagial.
ca (De acuerdo a datos de Tokioka, 1965b, ampliado y modificado).
.ar
ita
,u-
;05
tetizados en los 4 siguientes: 1) Cosmopolitas; bathypelagica, E. towteri, E. hamata (muy fre-
2) Tropicales circumoceánicas; 3) Tropicales res- cuente), Heterokrohnia mirabi/is, Sagitta ga-
ar- tringidas al Atlántico o al Indopacífico; y 4) ze//ae (probablemente endémica), S. macroce-
y, "Biantitropicales" (= bipolares o bisubpolares). pha/a, S. marri (probablemente endémica), S.
as: maxima, S. planctonis y S. tasmanica. El límite
les Los océanos Pacífico e Indico cuentan con fau- boreal de la distribución de todas estas especies
ra- nas de Chaetognatha bastante similares, mien- lo constituye la zona de convergencia subtropi-
in- tras que la del Atlántico es algo diferente, sobre cal-subantártica (D. Boltovskoy, 1975a; David,
ler todo en lo que a especies termófilas concierne, 1962; ver fig.251).
ar- y cualitativamente algo menos rica. En efecto,
La fauna de los trópicos y subtrópicos limitada,
lo- según Tokioka (1965b) el Indo-Pacífico cuenta
a grosso modo, por los paralelos 40° N y 40° S,
!n- con 55 especies y el Atlántico con 31 (fig, 246).
está integrada por la mayor cantidad de especies
In- Una de las probables explicaciones de este fenó-
(fig. 246). Este amplio conjunto puede, a su vez,
'05 meno puede ser que el área ecuatorial del Pací-
dividirse en dos grupos: uno de especies relativa-
ce fico ha mantenido suscondiciones tropicales du-
mente estenoicas-termófilas' que, al no lograr
In, rante las glaciaciones, mientras que el resto del
vencer latitudes tan altas como el extremo sur
de mundo sufrió fluctuaciones térmicas más pro-
de Africa (Cabo de Buena Esperanza) presentan
In- nunciadas (Ekman, 1953).
formas afines, vicariantes, en el Atlántico y el
lC-
Las aguas árticas-subárticas son las más pobres Indopacífico (e.g., Sagitta bierii y S. scrippsae
y
en especies en el mundo entero (fig. 246); Se- en el Pacífico; S. bedoti, S. pacifica en el Indopa-
IS-
gitta elegans, circumpolar y exclusiva del hemis- cífico; y S. he/enae, S. hispida en el Atlántico).
y,
ferio boreal, suele ser dominante en el área (AI- El segundo grupo está integrado por especies al-
O.
variño, 1965a; Tchindonova, 1955). go más eurioicas, presentes. en los tres océanos
-e-
mayores, como, por ejemplo, Krohnitta pacifica
Je- La zona Antártica-Subantártica, probablemente
y K. subtilis, Pteroseqitte draco, Sagitta bipunc-
)0 gracias a su ampl io frente de contacto con las
tata, S. decipiens, S. enf/ata, S. hexaptera, S.
es áreassubtropicales, es cualitativamente algo más
minima, y muchas otras más (ver fig. 246).
rica que la boreal. Además de las especies que
suelen invadirla desde el norte (ver Alvariño, Es precisamente en las áreas templadas y cál idas
os
e- 1969a; D. Boltovskoy, 1975a; David, 1964) está donde se presentan los casos más típicos de espe-
n- habitada por alrededor de 10 especies circum- cies estrictamente neríticas (22 en total de
Polares, viz.: Eukrohnia bathyantarctica, E. acuerdo a Tokioka, '1965b; fig. 246; aunque po-

769
Chaetognatha

drían ser menos si varias de ellas prueban ser si- tiene lugar la converqepcia subtropical-subantj-.
nónimos, ver p. 762). Algunas de ellas son nota- tica (p. 227)- coexisten muchas especies termó.
blemente eurioicas, circunstancia que se explica filas y criófilas. Desde 0° a 200S, región eminen-
por el hecho de habitar zonas cuyas caracterís- temente tropical, se registra un 70 por ciento de
ticas abióticas, tales como la salinidad, suelen va- . aquel total. En parte de esta área se han inves-
riar notable y frecuentemente (e.g., Sagitta en- tigado las asociaciones ecológicas existentes en-
f/ata, S. crassa, S. tenuis, etc., cf. datos de Clar- tre los quetognatos entre s í, y entre éstos y otros
ke, Pierce y Bumpus, 1943; Tokioka, 1959, zoopláncteres (D. Boltovskov, 1975a). Los re-
1974a; S. hispida que, según Reeve y Walter, sultados obtenidos permitieron precisar las rela-
1972a, sobrevive salinidades de 20 a 45 por mil ciones de algunas formas (fig. 251).
y temperaturas de 15 a 33,5°C; etc.). Es in-
Alvariño (1965a) presenta una buena compila-
teresante destacar aqu í la existencia de varias
ción acerca de la distribución mundial registrada
formas ner íticas de especies pelágicas; tal es el
y de los factores ·limitantes considerados para to-
caso de Sagitta bedoti forma littoralis, descripto
das las especies de Chaetognatha reconocidas por
por Tokioka y Pathansali (1965). Al mismo
ella hasta la fecha.
tiempo, muchos de los quetognatos tropicales-
subtropicales oceánicos, de distribucióri mun-
dial, son estrictamente monomórficos (e.g.,Sa-
gitta enflata, S. minima, Pterosagitta draco,
Krohnitta subtilis, etc.)
Distribución vertical
La distribución cuantitativa de Chaetognatha es
un renglón mucho menos conocido que la cuali- En términos generales, de acuerdo a su distribu-
tativa. Según datos de Reeve (1970a) estos orga- ción vertical, todas las especies de Chaetognatha
nismos son, en líneas generales, segundos en im- pueden dividirse en 3 grupos principales (Vino-
portancia (luego de Copepoda) en el zooplanc- gradov, 1968): .
ton (ver p.J774). Normalmente, las mayores con-
centraciones están asociadas a las áreas de más 1) Epiperágicas (fig .. 247). Integrado por el grue-
alta productividad, tales como divergencias y so de las formas ner iticas y pelágicas subtropi-
afloramientos. Los estratos más ricos son los su- cales y tropicales -la amplia mayoría dentro del
perficiales, donde se han hallado hasta más de phylum. Habitan, principalmente, la capa de O a
100 individuos por m3 de agua (Reeve, 1966; 200 m, y las máxir;:nas concentraciones general-
Park, 1970); y las áreas neríticas suelen ser de mente ocurren no en la superficie misma, sino a
3 a 5 veces más ricas que las oceánicas (Pierce y cierta distancia de aquélla: 20-40 m. Debajo de
Wass, 1962). En los trópicos y subtrópicos Se- los 100-150 m la densidad y diversidad decrecen
gitta enflata es, casi universalmente, la especie drásticamente (Burfield y Harvey, 1926; Hida·y
más común, mientras que S. elegans lo es en las King, 1955; Thiel, 1938c; Thomson, 1947; Vi-
latitudes altas del hemisferio norte y Eukrohnia nogradov, 1968).
hamata, del sur. Empero, dado que la diversidad 2) Euribáticas, (fig. 251). Integrado por una se-
específica de las regiones templadas y cálidas es rie de especies, muchas de ellas criófilas, que ha-
mucho más alta que la de los polos, S. enflata no bitan desde la superficie hasta más de 6000 m de
suele conformar más del 40 ó 50 por ciento de
profundidad (e.g., Eukrohnia hamata, Sagitta ga·
las pescas totales de Chaetognatha, pero E. ha-
zellae, S. decipiens, S. marri, etc.).
mata, por ejemplo, puede llegar a representar
hasta el 85 por ciento del total de los quetogna- 3) Batipelágicas, (fig. 251). Unas pocas especies
. tos australes (David, 1963). normalmente presentes en bajas cantidades a
profundidades desde 500-1000 hasta más d.e
En el Atlántico Sudoccidental habitan unas 25 7000 m (e.g., Eukrohnia spp., Heterokrohma
especies (fig. 251). Un, aproximadamente, mirabilis y algunas más).
40 por ciento de esta cifra lo hace entre 50 y
600S; desde all í hasta 200S el guarismo sube al Sin embargo, este panorama, tan sencillo a pri-
90 por ciento ya que en este intervalo -donde mera vista, es notablemente modificado por-una

770
-- -,

Criaetoqnatha

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AREA Pacífico e Indico' AtlánticQ e Indico :oe:
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E. bathyantarctíca S S/M S S
E. bathypelagíca S M M S
E. fawlerí S S/M M S S S S S S
E. hamata S S/M M E/M E/M Eu S Mhi E/M S
H mirabilis S S S
K. pacifica E E E E/SN
K. subtilis E E E Mhi M M? Mhs Mhi
P. draca E E E Mhs E T Mhs
S. bipunctata E E E E E E
S. decipiens M M/E M M
S. enflata E E E E E/SN E
S.gazellae E E E
S. helenee E
S. hexaptera E E E Mhi M Mhi Mhi
S. hispida - N
s.Ivre E E M P Mhi Mhi
S. macrocephala M M/S M M S S S S S
S. marri M ~ M B
S. maxima M M/S E P M
S. minima E E E E T Mhs
S. planctanis M E Mhi Eu S Mhi Mhi
S. serratadentata E E Mhs E E Mhs Mhs
S. tasmanica E E Mhs
S. tenuis E/N E N
S. zeteslos M M/S M S Mhi Mhi S

Fig. 247. Distribución vertical de las especies de Chaetognatha encontradas en el Atlántico Sudoccidental. en las dife·
rentes regiones oceánicas-
B) Batipelágica. aprox. más de 1000· 1500 m. (estas especies pueden ser epipelógicas en las latitudes altas);
E) Epipelágica. aprox. de O a 150·200 m (algunas de estas especies pueden ser batipelágicas en las latitudes
bajas); Eu) Euribática; hi) Horizonte inferior; hs) Horizonte superior; M) Mesopelógica. aprox. de 150·200 a
1000· 1500 m; N) Nerítica; P) Profundal (profundidad no especificada); SN) Seminerítica; T) Del talud conti-
nental.
Áreas de los estudios: Alvariño (1 964a) -.: Indico y Pacífico; Alvariño (1967a) - Costas de California; Fagetti
(19721 - Pacífico Sudeste: Fraser (19521 - Atlántico Norte; Furnestin (1966) . Cestas atlánticas de Afr i-
ca tropical; Furnestin (1 970a) - Atlántico Norte; Furnestin y Codaccioni (1968) -Inoico.Kotosova (1972) - Pa-
cífico Tropical; Kotor i (1972) - Pacífico Norte; Tchindonova (1955) - Pacífico Norte: Timonin (1968)· Atlántico e
Indico Sur; Tokioka (1 965b) - Mundial.

(Original).

771
Chaetognatha

serie de factores que influencian la repartición aquélla en superficie (Vinogradov, 1968); pero
. vertical de Chaetognatha; ellos son: 1) Latitud; en las áreas polares y subpolares los máximos
2) Características hidrológicas locales; 3) Migra- descienden hasta los .150-200 m y están dados
ciones diarias o nictimerales; 4) Migraciones esta- por unas pocas especies rneso y batipelágicas
cionales; y 5) Migraciones ontogenéticas. criófilas. En el Atlántico Sur éstas son, princi-
palmente, Eukrohnia bathyantarctica y Sagitta
Latitud. Normalmente la profundidad ocupada
marri (Alvariño, 1965a;.pinofrio, 1973); y en el
por el máximo poblacional es independiente del
.hemisferio norte Sagitta elegans (Vinogradov
área geográfica, pero algunas especies euribáti- .. 1968). '
cas cosmopolitas varían su nivel en las diferentes
áreas. Ejemplos típicos de variación batimétrica
Características hidrológicas locales. Los aflora-
latitudinal los constituyen las dispersiones de
mientos ecuatoriales parecen ser los responsa-
varias especies del género Eukrohnia, Sagitta
bles del ascenso local que se verifica en algunás
maxima, S. planctonis, S. zetesios (Alvariño,
especies normalmente batipelágicas en las bajas
1964a; Pierrot-Bu Its, 1976a). Todos' estos orga-
latitudes como, por ejemplo, Eukrohnia hamata
nismos habitan los estratos superficiales en las
(Alvariño, 1964a). La misma autora (Alvariño
latitudes altas, pero descienden en los trópicos a
1963, 1964b) observó una estricta correspon:
profundidades que oscilan alrededor de los 800-
dencia entre la distribución de Sagitta decipiens
1000 m (fig. 248). Por otro lado, en los trópicos
y la del ox ígeno disuelto en las aguas corres-
y subtrópicos las densidades máximas de Chae-
pondientes.
tognatha ocurren en los 50 a 100 m superficiales
y debajo de los 200 m la diversidad específica Migraciones diarias o nictimerales. Consisten en
disminuye a, solamente, el 20 por ciento de el mecanismo común a la mayoría de los zoo-

latitud
soN 40 20 o 20 40 Sso
I
i i i i i i

0Fl::',,/,~n;:======================~

Fig. 248. Distribución batimétrica de algunos quetognatos.


1) Sagitta planctonis, f. planctonis (Atlántico); 2) S. plenctonis. f. zetesios(Atlántico); 3) Eukrohnia hamata (Pacífico); 4) lndi-
viduos intermedios entre S. p.. f. planctonis y S. p.. f. zetesios (Atlántico)
(Modificado de Alvariño, 1965a y Pierrot-Bults. 1974).

772
Chaetognatha

sro pláncteres: ascenso de noche y descenso de día, de las mismas especies son prácticamente idén-
las y fueron comprobadas en numerosas oportuni- ticas en las diferentes áreas oceánicas, a pesar de
Jos dades, principalmente en los complejos tropica- que éstas últimas tienen importantes diferencias
cas les y subtropicales. Para una evaluación adecua- térm icas entre sí.
Ici- da y completa de estos desplazamientos deben
El método generalmente utilizado para el estu-
"tta tomarse en consideración' varios factores, a sa-
dio de este fenómeno es la obtención, en el mis-
I el
ber: la distribución batimétrica de las fracciones
mo lugar, de series de muestras sucesivas a dife-
ov, porcentuales de la población a las diferentes
rentes profundidades (ver p. 21); sin embargo
horas del día, la amplitud total de la columna de
Pearre, jr., (1973) partiendo de evaluaciones del
agua afectada por los movimientos, la distancia
mecanismo de alimentación de Sagitta e/egans,
>ra- total en que se distribuye la población de noche
concluye que el tiempo que esta especie pasa en
Isa- y de día, el porcentaje de los animales que efec-
la superficie es tan bajo que la importancia de las
nas tivamente migran, etc. Vinogradov (1968)
migraciones verticales, estimada por medio de
1 ias efectúa un detallado análisis de estos factores y
aquel método, es seriamente subestimada.
ata desarrolla el cálculo del coeficiente de migración
ño, (K , donde L es la profundidad máxima consi-
Migraciones estacionales. Las migraciones dia-
on- de~ada) que expresa la intensidad y amplitud de
rias, típicas para las áreas cálidas y de transición,
ens estos desplazamientos. Esta última varía de
no se verifican o, al menos, son de menor ampli-
"es- acuerdo a la especie, su estado de madurez, la
tud y regularidad en las zonas más frías. En efec-
época del año y el área geográfica.
to, durante el verano (d ía) polar Sagitta e/egans
en no sufre migraciones verticales diarias en el he-
Kolosova (1972) estudió las migraciones vertica-
misferio norte (Bogorov, 1938, 1946), y S. ga-
00- les diarias de varios quetognatos en el Pac ífico
Tropical concluyendo que, en todas ellas, el as- zellae tampoco las efectúa en el Pasaje Drake
censo a la superficie comienza entre las 02:00 y (Mackintosh, 1937; David, 1955). Sin embargo,
las 06:00 hs., y el descenso entre las 14:00 y las en estas zonas es donde más pronunciadas son
18:00 hs. La amplitud de las traslaciones (es de- las migraciones verticales estacionaies. Según
cir, las profundidades máxima y m ínima de ubi- observaciones de Bogorov (1940), David (1955 ).,
cación del 25 por ciento de la población) varía Timonin (1968) y otros, los quetognatos polares
entre casi 40 (Sagitta pacifica) y sólo 2 m (Ptero- y subpolares habitan cerca de la superficie du-
sagitta draca). rante el verano pero descienden a profundidades
de 500 o más m en el otoño e invierno; y aparen-
D. Boltovskoy (1975a) sugirió que, en el Atlán- temente los ejemplares de mayor tamaño des-
tico Sudoccidental, las migraciones verticales cienden más profundamente que los menores.
diarias de las especies analizadas afectan, princi-
palmente, las aguas de más de 50 m de profun- Es interesante destacar que David (1958a) y
didad. Tchindonova (1955) notaron que los máximos
poblacionales de las diferentes especies no se su-
Existen varias hipótesis tendientes a explicar tal perponen espacial mente, Este fenómeno de eva-
tipo de comportamiento en los organismos sión de una competencia interespec ífica exce-
zooplanctónicos (ver Vinogradov, 1968). Entre siva parece estar, a veces, reforzado por el hechc
las más difundidas figuran la ubicación en una que el estado de madurez dominante en las po
zona de intensidad de iluminación ideal (Russell, blaciones que coexisten espacialmente es dife
1933; Michael, 1911), o esta fototaxis combi- rentes en cada especie (Timonin, 1968).
nada con respuestas geotáxicas y otras derivadas
del estado de repleción del intestino de los ani- Migraciones ontogenéticas (fig. 249). Son las res-
males (pearre, jr., 1973). David (1961) propuso ponsables de una mayor concentración de ani-
males jóvenes en las capas superiores; los adultos
que las migraciones responden a la necesidad de
normalmente migran a estratos más profundos
mantener una comunicación genética entre las
(Alvariño, 1964a; Bigelow, 1926; David, 1955,
diferentes poblaciones de la misma especie.
1958a; Furuhashi, 1953; Huntsman, 1919;
Resulta interesante mencionar que Kolosqva Huntsman y Reid, 1921; Kramp, 1917; Russell,
(1972) encontró que las migraciones verticales 1927, 1931a; Tchindonova, 1955; Weinstein,

773
Chaetognatha

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~, e
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G

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1 A···'
~I --=--B ... T200m,

Fig. 249. M igraciones verticales ontogenéticas de Sagttla Iyra en


el Mar Mediterráneo, con dos ciclos de maduración
sexual.

A) Primer ciclo; B) Segundo ciclo (ver texto para explica-


ción detallada).
(De Furnestin, 1962a, levemente modificado).

1973; etc.). Existen también unos pocos datos fehacientemente demostrada por Reeve (1970a)
referentes a la existencia de situaciones inversas , comparando los hallazgos de numerosas colectas
es decir que los animales jóvenes habitan más de plancton. Este autor estableció que en 5 estu-
profundamente que los adultos de la misma es- dios (de un total de 11) los quetognatos demos-
pecie (viz.: el caso de Sagitta serratodentata en traron ser segundos en importancia luego de Co-
el Mediterráneo, cf. Furnestin, 1957). pepoda; así y todo estos valores son muy subes-
timativos si no se descartan las floraciones loca-
les y esporádicas de ciertos grupos zooplanctó-
nicos, y si no se evalúan las biomasas, sino las
cantidades de individuos. En términos de peso
Chaetognatha llega a constituir más del 40 por
ciento del plancton total (Kotori, 1972).
Utilidad e importancia
Su trascendencia radica, principalmente, en ser
, Situación en las redes tróficas activos consumidores, tanto de Copepoda y de
otros zoopláncteres que constituyen el alimento
de numerosos peces de importancia comercial,
La importancia de Chaetognatha en las redes como de los peces mismos en sus estados larvales
tróficas pelágicas es tal que solamente los copé- (Lebour, 1922, 1923). La predación sobre Co-
podos pueden considerarse más significativos pepoda comienza al poco tiempo de eclosiona-
que ellos. En efecto, su altísima abundancia fue dos del huevo (Reeve y Walter, 1972a). El efec-

774
-------
--'- ---------------------!

Cháetoqnatha

to nocivo, en este sentido, está representado por quetognatos-indicadores (ver E. Boltovskoy,


la competencia trófica que crean y, además, 1967) pero, por otro lado, precisamente gracias
porque lógicamente un alto porcentaje del tejido a que cuentan con aquéllas especies de profun-
animal consumido se pierde en la transformación didad es que pueden ser exitosamente utilizados
energética de biomasa de Copepoda a biornasa como marcadores de movimientos de agua ver-
de Chaetognatha. ticales como, por ejemplo, afloramientos. Sund
(1964) encontró que Eukrohnia fowleri, E. ha-
Su capacidad de predar sobre alevinos y huevos
mata, Krohnitta subtilis, Sagitta hexaptera, S.
de peces comercialmente explotables fue desta-
minima y otras, eran sumamente útiles en este
cada ya. hace más de 50 años (Bigelow, 1926;
sentido en el Pacífico frente a Perú.
Lebour, 1923; etc.). El ejemplo clásico es aquél
que involucra el impacto de Sagitta elegans so- Tokioka (1974al, estudiando las variaciones
bre las poblaciones juveniles de Ctupee harengus morfológicas intraespecíficas inducidas ecológi-
en el Mar del Norte. Algunos investigadores (Bi- camente (ver p. 762), sugirió que estos cambios
gelow, 1926; Lebour, 1923) han concluido que pueden resultar sumamente útiles como clave
este efecto puede ser tan notable que llega a dis- adicional (y más precisa) para descifrar numero-
minuir sensiblemente el standing crop del aren- sos fenómenos hidrológicos oceánicos; (E. Bol-
que. Según observaciones de Reeve y Walter tovskoy, 1970, efectivamente puso en práctica
(1972a) los individuos jóvenes de Sagitta hispida esta posibilidad en sus estudios de Foraminifera
llegan a consumir su propio peso en comida dia- planctónicos en el Atlántico Sudoccidental).
riamente.
Trabajando con material del Pac ífico Ecuatorial,
Por otro lado, los quetognatos constituyen parte -Sund (1961) clasificó a las especies locales en
de la dieta de numerosas especies de peces: tres grupos ecológicos: Grupo A: integrado por
Pearre, jr., (MS) menciona más de 30 especies de especies confinadas a una misma masa de agua
éstos y unas 15 de invertebrados cuyas dietas pero tolerantes a amplias variaciones-de los fac-
incluyen a estos organismos (ver también Hev- tores físico-qu ímicos medidos (temperatura, sa-
dorn, 1959; Reeve, 1966). linidad y ox ígeno disuelto). Desde el punto de
vista hidroJógico éstas son las que constituyen el
mejor indicador (ver E. Boltovskoy, 1967).
Indicadores hidrológicos Grupo B: éspecies de distribución controlada
por factores abióticos aislados más que por ma-
Uno de los primeros en sugerir la utilidad de los
sas de agua determinadas. Grupo C: formas su-
quetognatos para descifrar fenómenos hidroló-
mamente eurioicas e inservibles como indica-
gicos fue Bigelow (19261. Desde entonces nume-
dores.
rosos investigadores trabajaron en el tema obte-
niendo diferente grado de éxito (Bieri, 1959; D. A diferencia de muchos otros grupos de holo-
Boltovskoy, 1975a y b; Boltovskoy y Mostajo, pláncteres, los quetognatos cuentan con numero-
1974; Fagetti, 1968; Fraser, 1952; Furnestin, sas especies típicamente neríticas (fig. 246) que
1953; Pierce, 1953; Thojnson, 1947; y muchos pueden ser exitosamente utilizadas como indica-
otros más). Los métodos uti lizados fueron, tanto doras de la presencia de aguas costeras.
el clásico, sobre la base de las especies registra-
das, como variaciones de aquél, viz. : analizando Es interesante destacar algunas de las ventajas
la estructura de edades de las poblaciones de di- que los especialistas enChaetognatha han encon-
ferente procedencia (Rakusa-Suszcewski, 1967); trado en el uso de los pláncteres, sobre el de las
.Y las conclusiones obtenidas, tanto sobre fenó- mediciones f ísico-qu ímicas, para los estudios
menos hidrológicos recientes, como acerca de hidrológicos. Fraser (1952) detalla las siguientes:
cambios ocurridos en los últimos 50 años 1) La posibilidad de lograr información instan-
(Southward, 1962). tánea e in situ; 2) La obtención de elementos de
juicio adicionales para aquellos casos cuando las
El hecho de poseer migraciones verticales y es- evidencias físico-qu ímicas están abiertas a varias
pecies meso y batipelágicas podría, eventual- expl icaciones; 3) La detección de corrientes dé-
mente, complicar el proceso del trabajo con los biles que no pueden ser puestas en evidencia por

775
Chaetognatha

ernt
medios clásicos; 4) La detección de aguas alotó- matodes (Contracaecum sp.), cuyo hospedador
bue
picas, demasiado diluidas como para ser recono- intermediario es Sagitta euxina. Hyman (1959)
mal
cidas por medio del análisis de su temperatura asegura que hay muchas especies de trematodes
liza'
y salinidad. cuya metacercaria parásita a los quetognatos,
siendo los peces sus hospedadores definitivos' El t
ejemplos de este tipo de relación los constituye~ con
los trematodes de peces Derogenes varicus y D.
Indicadores pesqueros Pharyngora bacillaris que cumplen parte. de su 109
ciclo de vida en Sagitta (Lebour, 1916). pos
cas
En varias oportunidades se ha destacado que los Por otro lado, Chaetognatha también pueden prit
quetognatos pueden constituir buenos indicado- actuar como transportadores o vectores de cier-
tos parásitos. Tal es el caso del hemiúrido He- AI~
res de las posibilidades y perspectivas pesqueras.
miurus levinseni, normalmente asociado a Co- det
Park (1970) analizó y confirmó la utilidad de
Sagitta bedoti, S. crassa y S. enflata para prede- pepoda, pero que suele encontrarse en Sagitta su
eteqens que se alimentan del copépodo hos- en
cir la pesca del escombro en las aguas coreanas.
Le Brasseur (1959) demostró claramente una re- pedador.
Fu
lación inversa entre la abundancia de Sagitta Iyra cio
y la magnitud de las pescas de salmón (On- arn
corhynchus spp.) en el Pacífico Noroeste. Es in- biÉ
teresante mencionar que en este último caso no Métodos de estudio tal
pudo detectarse correlación alguna entre los pa-
rámetros físicos y qu ímicos y la presencia del El
pez. Fives (1971) destacó una estrecha relación Debido al tamaño y caracterjsticas generales de qu
entre las frecuencias de Sagitta elegans, S. setosa los quetognatos, prácticamente el único instru- ev
y varias especies de peces de importancia econó- mento de muestreo utilizable para su recolección luc
mica como, por ejemplo, Sardina pi/chardus, en son las redes. Tanto las botellas (p. 53) como las a
aguas del Atlántico Norte. bombas de succión (p. 43) deben ser descartadas (F
para esté fin. La notable motilidad de estos orqa-. fa
Estos ejemplos demuestran la utilidad de los nismos hace que las botellas y las bombas sean sir
estudios de Chaetognatha para una más efec- ineficaces en este sentido y, aún con las redes, dr
tiva comprensión de los factores hidrológicos e deben tomarse las' rnavores precauciones para re
interacciones biológicas que condicionan la minimizar las posibilidades de evasión (ver p. 81; cc
abundancia y distribución de las poblaciones ver también Alvariño, 1966; Pearre, jr., 1974). re
ictícolas. Una desventaja adicional de las bombas consiste bl
en que pueden destruir el cuerpo frágil de los di
quetognatos; por ello los lances de red deben ser es
tan breves como sea razonable y la presión de fil- fe
Parasitismo tración (p. 101) baja, de lo contrario el material
puede macerarse excesivamente.

En este sentido los quetognatos pueden ser im- El tamaño de poro de la malla a utilizar depen-
portantes como hospedadores intermediarios de de, principalmente, del área y objetivos de la
parásitos cuyo huésped definitivo es una especie colección. El Atlántico Sur, en líneas generales,
útil económicame'nte. Si bien no existen inves- carece de las especies más pequeñas (e.g.: Sa-
tigaciones detalladas en este sentido, hay nume- gitta regularis, S. oceania, S. septata, Y otras), ir
rosas observaciones que corroboran la existen- pero los juveniles de las formas presentes pueden z.
y
cia de fenómenos de este tipo. Hovasse (1924) ser igual o aun menores que aquéllas. Básica- b
sugirió que el flagelado Trypanosoma sagittae, mente, una abertura de poro de 0,15 a 0,20 mrn e
SI
encontrado en Chaetognatha, es huésped defini- suele ser suficientemente pequeña como para n
tivo del pez Box salpa. Elian (1960) hipotetizó obtener una buena colección representativa de
que el pez Caspia/osa sp. es parasitado por ne- los adultos y de los juveniles de mayor talla. Sin

776
Chaetognatha

embargo, para series más completas y con una fijadores de ácido ósmico agregados en bajas
buena cobertura de todos los rangos de tamaño, cantidades a la muestra fresca; cuando los que-
mallas de 0,1 mm o menos aún deben ser uti- tognatos se vuelven marrones se lavan, deshidra-
lizadas. tan y transfieren a salicilato de metilo para la
observación y posterior almacenamiento. Según
El tamaño muestral depende, lógicamente, de la
varios investigadores (e.g., Furnestin,· 1976) el
concentración de las poblaciones a muestrear.
alcohol no es recomendable como fijador va-que
D. Boltovskoy (1975a) concluyó que para Chae-
produce importantes cambios morfológicos en
tognatha éste debe ser mayor que para otros gru-
pos zoplanctónicos (i.e.: Foraminifera y The- los ejemplares (ver p. 117).
cosomata); es probable que la evasión sea el El estudio de Chaetognatha se realiza bajo lupa
principal responsable del fenómeno. binocular, con aumentos de 30x o más, con los
Algunas de las precauciones útiles para evitar el ejemplares extendidos en una cápsula de- Petri
deterioro de los animales entre el momento de parcialmente llena de líquido fijador o preserva-
sucolección y el de su estudio son las expuestas dor. Frecuentemente, los juegos de luz que se
en 'a página 129. obtienen moviendo el objeto, el espejo y la luz
incidente desde arriba brindan contrastes ade-
Furnestin (1976) recomienda realizar observa- cuados para la buena visual ización de la mayor ía
ciones en vivo, ya sea a bordo o en laboratorio, de las características anatómicas. Las aletas, ea-
antes de fijar las muestras; en estos casos tam- ráctersumarnente importante y de difícil obser-
bién pueden usarse colorantes vitales inocuos . vación, suelen destacarse perfectamente en cam-
talescomo rojo neutro, azul de metileno, etc. po oscuro contra un fondo negro.
El pequeño grado de contracción que sufren los La utilización de colorantes-tales como azul de
quetognatos al ser muertos con el fijador puede metileno, rojo neutro, rojo de Bengala, carm ín
evitarse anestesiándolos previamente con una so- alumé o Grenacher, carmín clorhidrico, verde de
lución de MgCI2 al 7 por ciento, que se agrega metilo, etc., si bien expresamente no recomen-
a 2·3 partes de agua de mar con los animales dada por algunos investigadores (e.g., Alvariño,
(Furnestin, 1976). La fijación se realiza con como pers.) ya que pueden alterar las dimensio-
formaldehido al 4 por ciento, preferiblemente nes, proporciones, detalles visibles, etc., de los,
sin neutralizar. Debe evitarse el agregado de la organismos (Grant, 1967), puede resultar suma-
droga pura (formaldehido al 40 por ciento) di- mente útil para la puesta en evidencia de ciertas
rectamente al líquido de la muestra; la solución estructuras especialmente inconspicuas como,
concentrada "quema" y deteriora a los ejempla- por ejemplo, las aletas, la corona ciliada, y otras.
res con que entra' en contacto antes de distri- Kassatkina (1973a) recomienda ubicar al animal
buirse homogénea mente en el frasco y bajar a la en una cápsula de tal manera que su superficie
dilución requerida*. Luego de algún tiempo en dorsal esté fuera del líquido; el azul de metileno
esta solución fuerte, los animales pueden trans- se extiende sobre la cabeza y el cuello del quetog-
ferirse a otra más débil (formaldehido al 2 por nato con un pincel y la corona ciliada se destaca
ciento) para su almacenamiento. Trégouboff y claramente du rante los pocos segundos que
Rose (1957) obtuvieron buenos resultados con transcurren entre el momento en que ésta absor-
be el colorante y se tiñe el resto del tegumento.
Con el fin de facilitar el manipuleo de los ejem-
plares y, al mismo tiempo, evitar su deterioro,
éstos pueden montarse in toto. Pierrot-Bults
• Es interesante destacar que la preservación en formaldehido (1974) recomienda dos coloraciones totales pre-
incide sobre el volumen y, consecuentemente, el tamaño de los
lOopláncteres (ver, por ejemplo, Ahlstrom y Thrailkill, 1963; vias al montaje. Una de ellas ayuda a diferenciar
y p. 117 en este tratado). Este efecto puede no ser uniforme so-
los tejidos sexuales de los somáticos; el coloran-
bre todo el cuerpo de los animales de tal manera que, en el caso
específico de Chaetognatha, actúe diferencial mente sobre el te correspondiente se obtiene disolviendo 1 g
segmento caudal y el torácico modificando sus proporciones de carm ín "Nacarath" C.M. V. en ácido láctico
reales. Según Owre (1973) este fenómeno es uno de los respon-
sables de las diferencias observadas entre Krohnitta pacifica al 30 por ciento, en ebullición. La segunda, espe-
IA,¡la) y K. mutabbii Alvariño. cífica para pláncteres, tiñe los apéndices de azul,

777
Chaetognatha

los múscu los y los tejidos sexuales de rojizo, y to de los dientes,el área bucal debe ser disecada fl
los garfios y dientes de amarillo. El proceso co- y montada en preparados. Para visual izar los di- á
rrespondiente es: vertículos intestinales, el órgano vestibular, etc. n
puede recurrirse a la transparentación del animaí té
1) Del preservador (formaldehido al 4 por ciento
con glicerina o con "Turtox CMC-1 O'~, y su SE
o alcohol al 70 por ciento) los animales se trans-
observación bajo microscopio. Según Kassatkina
fieren a agua destilada por 2 minutos;
(1973a) desde el exterior es imposible distinqulr
2) Siete mino en KOH - "Alisarine Red S" (35 g los divertículos intestinales falsos (ilusión crea- F
de KOH y 0,3 g de "Alisarine Red S" en 200 mi da porque la sección cefál ica del intestino encaja
de agua destilada); dentro de la subsiguiente) de los verdaderos.
Esta autora describe detalladamente un método e
3) Un mino en agua destilada;
de disección de la región del cuello deChaetog-
4) Un mino en ácido fosfomol íbdico (al 2 por natha utilizando dos agujas entomológicas con L
ciento en agua); las puntas dobladas y los bordes afilados, que n
permite observar la característica mencionada a:
5) Un mino en agua destilada;
directamente. a
6) Tres mino en ácido láctico - "Alisarine Red S" d
(0,3 g del segundo y 20 mi del primero en Para los estudios de tipo histológico se utilizan ..,.
200 mi de agua destilada); las técnicas generales de aplicación común en b
7) Un mino en agua destilada;
invertebrados (ver, por ejemplo, Romeis, 1948). e
Algunos aspectos de la biología, ecología, mor- t
8) Diez mino en violeta de cresil (0,3 g de violeta a
folog ía, sistemática, etc., de los quetognatos son
de cresil -CI7H14CIN30- en 500 mi de agua e
mejor analizados por medio de cultivos. Hasta el
común. La solución se prepara inmediatamente momento actual ésto no se ha logrado con nin- e
antes de ser utilizada y se filtra); guna' especie pelágica, pero con Spadella (ben- r
tónico) se han obtenido resultados positivos ya r
9) Transferir a alcohol 50 por ciento;
hace muchos años (ver, por ejemplo, Ghirardelli, e
10) A alcohol 70 por ciento; 1968) y, más recientemente, Murakami (1966) s
11) A alcohol 96 por ciento; y Reeve (1970b y trabajos subsiguientes) consi- .~

12) Cinco mino en una mezcla de toluol (60 por


guieron mantener y cultivar a las especies ner í-
•r
ticas Sagítta crasa y S. híspída (para más de-
ciento) y aceite de clavo (40 por ciento). (
talles acerca de estos experimentos véase la sec-
ción "Cultivos de Zooplancton", p. 189).
Fagetti (1958) propone otro procedimiento que,
según ella, brinda un excelente contraste entre Las ilustraciones se efectúan con la ayuda de una
las aletas (que se tiñen de amarillo) y el cuerpo cámara clara para los contornos generales, y a
(de verde). Los animales se depositan por unos' mano alzada los detalles. Dado que las medidas
minutos en una solución fijadora y colorante de las diferentes partes del cuerpo son un carác-
(agua - 55 cc; alcohol 90 por ciento - 20 cc; gli- ter de mucho valor sistemático debe prestarse
cerina - 20 cc; formaldehido 40 por ciento - sumo cuidado a la reproducción fiel de las imá-
5 cc; vesuvina - 0,05 cgr; y verde de malaquita - genes observadas. En aquellos casos en que no se
0,10 cgr) y se transfiere a la conservadora (agua - cuente con una cámara clara, o se desee prescin-
50 cc; alcohol - 20 cc; glicerina - 30 cc), dir de ella, todos los parámetros deben ser cui-
dadosamente medidos sobre el ejemplar y trans-
Los 'detalles morfológicos menores tales como
feridos a escala sobre la ilustración. Las fotogra-
los ojos, garfios, dientes, etc., deben ser obser-
fías ópticas pueden ser útiles en algunos casos
vados bajo microscopio, situando los ejempla-
pero, generalmente, la nitidez obtenida es muy
res en vidrios portaobjetos y cubriéndolos con
pobre.
un menisco de líquido. Frecuentemente, la
ubicación de un cubreobjetos aplastando suave- Tanto las ilustraciones como las listas sinoními-
mente el área observada ayuda a su visualización. cas correspondientes son sumamente recomenda-
En algunos casos, para la observación y recuen- bles para muchas de las especies de rasgos con-

778
,

Chaetognatha

ada fundibles o difícilmente identificables; en el caso gos japoneses (Tokioka, Murakami, Nagasawa,
di· de otras cuya morfología las hace de fácil deter- Kitou, Kuroda) completan la lista de países con
te., minación (e.g., Pterasagitta dreco, Sagitta enf/a- más o menos numerosos equipos de investiga-
TIal ta, Krahnitta subti/is) aquel requisito puede no dores. Los demás especialistas están repartidos
su serindispensable. en el resto de Europa (Inglaterra, Holanda, Po-
Ina lonia, Rumania, U RSS), Asia (principalmente,'
luir India), Canadá y Sudamérica.
ea· Reseña histórica V estado El Atlántico Sudoccidental fue estudiado por la
aja actual del conocimiento expedición alemana "Meteor" (Thiel, 1938c) y,
os.
do de Chaetognatha parcialmente, por investigadores radicados en
Sudamérica (M. S. Almeida Prado, D. Boltovs-
)9'
koy, E. Dinofrio, E. Mostajo). Sin embargó. el
on La primera mención de estos organismos perte-
trabajo más completo acerca de la distribución
ue nece a Slabber (1769), y a fines del siglo XIX el
de las especies en el Atlántico, incluyendo su
da apreciable caudal de conocimientos acerca de su
sección sudoccidental, es el de Alvariño (1969a).
anatomía y embriología acumulado fue adecua-
damente expuesto en las monografías de Hert-
3n wig (1880) y Grassi (1883). En 1938 Kühl pu-
en blicó UJ'1 extenso trabajo en el "Klassen und Clasificación de
). Ordnungen des Tierreichs" que sigue siendo, has- C haetog natha
ir- ta la actualidad, una de las obras más completas
m acerca de los quetognatos. Muchas de las grandes Desde su descubrimiento y hasta 1938 la afini-
el expediciones oceanográfics que realizaron colec- dad incierta de Chaetognatha hizo que se los ubi-
n· ciones de material planctónico publ icaron los cara en 9 taxones diferentes, por lo general aso-

resultados de las investigaciones de Chaetog- ciados al caduco grupo "Vermes" (Kühl, 1938).
'a natha, principalmente en lo que a su distribu- Actualmente, la tendencia universal es incluirlos
1,
ción y sistemática se refiere. En los últimos años en un phylum independiente: Chaetognathi o,
i) se han pu bl icado al gunas excel entes revisiones más comúnmente, Chaetognatha. Con excepción
l· generales del grupo como, por ejemplo, la de de algunos ensayos preliminares (Tokioka y Pa- ,
Hyman (1959), con especial hincapié en los as- thansal i, 1963) que culminaron con la proposi-
pectos morfológicos del phylum; la de Alvariño ción, por parte de Tokioka (1965a y b), de divi-
(1965a), brindando un buen panorama de la dir el phylum en 6 familias y 18 géneros (fig.
sistemática y distribución de las especies; de Ghi- 250), la mayoría de los autores, tanto anterio-
rardelli (1968): biología y reproducción; de res como posteriores, no reconocen la necesidad
Reeve y Cosper (1975): reproducción; y otras de categor ías supragenéricas en absoluto y tra-
menores. bajan con géneros exclusivamente. Cuatro de
Actualmente hay alrededor de 60 investigadores estos últimos son monoespecíficos (Heterokrah-
en el mundo entero dedicados, más o menos in- nia, Bathyspadella, Pterosagitta, y Bathybe/as),
tensamente, al estudio de los quetognatos. Esta- uno bentónico (Spadella), y otros tres (Eukroh-
dos Un idos de Norteamérica, con unos 15 espe- nia, Krahnitta y Krohnitella) contienen unas
cialistas, ha contribuido notablemente al cono- pocas especies cada uno. El género restan-
cimiento de la sistemática, distribución y eco- te: Sagitta, que incluye alrededor del 70 por
logía (trabajos de Alvariño, Bieri, Hida, Sund, ciento de todas las especies de Chaetoqnatha, es
y otros) y, últimamente, M. R. Reéve y sus co- el más diversificado y exitoso del phylum. Se-
laboradores produjeron interesantes trabajos gltta generalmente se divide en los llamados
acerca de la biología, embriología, relaciones "grupos de especies", categoría sin valor siste-
energéticas, etc., de estos animales. La escuela mático y fundamentada sobre afinidades morfo-
francesa, encabezada por la sumamente prol ífica lógicas y, frecuentemente, distributivas (figs.
Mme. M.-L. Furnestin, también ha efectuado nu- 250 y 255). Además, dentro de muchos de estos
merosos aportes al conocimiento de la distribu- grupos de especies existen los llamados "pares de
ción y ecolog ía de Chaetognatha, y los planctólo- especies", integrados por formas especialmente

779
ee

Chaetognatha

Cantidad Grupos (s) de especies


Clase Orden Suborden Familia Género
de spp, correspondiente (s)

Arch isaggittoidea * Amiskwiidae A miskwia 1


Spadellidae Spedette 8 Gro.Spadefla
Eukrohnia 4
Heterokrohnia 1
Phraqmophora
Eukrohniidae 8athyspadella 1
Krohnitella 2
Zahonya 1
ro
Q)
Sagitta 7 bipunctata yeüneritica**
"O Zonosagitta 3 sin grupo
o
.•... Se!
.•... Serratosagitta 5 serratedentata
en Parasagitta 7 hispida** fat
ro Sagittidae
(J) Aidanosagitta 12 neglecta** tic:
Ctenodontina
Aphragmo- Mesosagitta 3 elegans** un
phora So/idosagitta 3 planctonis la i
Caecosagitta 1 bipunctata**
del
F/accisagitta 7 maxirna y hexaptera
pre
Pterosaqittidae Pterosagitta 1 G ro. Pteroseqitts tha
Flabello- Krohnitti- Krohnitta Gro. Krohnitta los
2
dontina dae
de!
ma
Ha
Fig. 250. Clasificación del phylum Chaetognatha de acuerdo a la clasificación propuesta por Tokioka (1965a). y los co- hal
rrespondientes "grupos de especies" definidos, principalmente, por Alvariño (varios trabajos).
rec
* Basada en el hallazgo de Walcott (1911) de una impronta vermiforme de dudosa identidad y atribuida por
aquél al phylum Chaetognatha. Posteriormente Owre y Bayer (1962) y Conway Morris (1977) reanalrzaron el (A
hallazgo concluyendo que no se trata de un quetognato. D.
** Coincidencia parcial. ta]
(Original). ge1
19
191
gra
cin
191
- to
semejantes y, frecuentemente, de difícil separa- . sive todos aquéllos que trabajaron en el Atlánti- seg
ción. Es interesante mencionar que Tokioka co Sudoccidental, han preferido manténer la tes
(1974a) sugiere que, al menos en algunos casos, nomenclatura tradicional. Creemos que esta últi- . de:
la separación entre los integrantes de estos pares ma es más natural, cómoda, sencilla y lógica que
de especies está basada, no sobre caracteres vá- la nueva. Los grupos de especies adoptados son,
lidos y constantes, sino sobre variaciones esta- principalmente, aquéllos que detallan Alvariño
cionales y/o ambientales inducidas sobre una (1969a y otros trabajos) y Tokioka (1965a).
misma especie (ver p. 762).
En su revisión del año 1965, Tokioka (1965a)
En la presente" revisión adoptaremos la clasifi- reconoció un total de 65 especies de Chaetog-
cación tradicional y no la propuesta por Tokio- natha, y Alvariño, en el mismo año, un total de
ka. Tal elección responde a varias circunstancias. alrededor de 50. En los 8 años subsiguientes se
En primer lugar, no creemos que las diferencias describieron 27 especies más (Kassatkina,
morfológicas dentro del phylum justifiquen la 1973b) pero, al mismo tiempo, muchas fueron
creación de categorías tan altas como clase, or- transferidas a sinonimia y, por otro lado, varias
den o familia. Por otro lado, la clasificación de de las descriptas son de dudosa val idez. por esa
Tokioka sólo fue adoptada por contados inves- el número actual de especies no es 92 (65 + 27)
tigadores, mientras que la gran mayoría, inclu- sino, seguramente, menor.

780
Chaetognatha

Distribución de las especies Phylum CHAETOGNATHA Leuckart, 1894

en el Atlántico Sudoccidental Género EUKROHNIA Ritter-Zahóny, 1909


Un par de aletas laterales y una hilera de
OEMETRIO BOL TOVSKOY y SIL VIA S. JANKILEVICH dientes. Especies criófilas y profundales. ,
Eukrohnia bathyantarctica David, 1958/256-
1/David, 1958b; Alvariño, 1969a/4c/Proba-'
blemente cosmopolita, epipelágica en el
¡ 'Antártico y batipelágica en los trópicos.
¡ Seguidamente se incluye una lista, por orden al-
! fabético, de las especies registradas en el Atlán- Eukrohnia bathypelagica Alvariño, 1962/256-
tico Sudoccidental. La misma fue realizada con 2/ Alvariño, 1962; Dinofrio, 1973; Ducret,

I un enfoque crítico, eliminando y/o corrigiendo


lainformación desactualizada, y se basó en alre-
1965/1, 1a, 1b, 19, 1h; 2g, 2h; 3c, 3g, 3h;
4c; 5d/Cosmopolita, epipeláqica en los' po-

I dedor de 30 publicaciones que incluyen datos


precisos de hallazgos de especies de Chaetogna-
thaen el área del estudio. Estos trabajos abarcan
los y batipelágica en los trópicos.

Eukrohnia fowleri Ritter-Zahóny, 1909/256-


losestudios del material colectado por las gran- 3/Alvariño, 1969a; Ducret, 1965/1h; 2h;
desexpediciones europeas (Burfield, 1930; Col- 3g, 3h; 4c/Cosmopolita, epipelágica en los
man, 1959; David, 1955, 1958a; Fowler, 1907; polos y batipelágica en los trópicos.
Hardy y Gunther, 1935; Jameson, 1914; Stein-
haus, 1896, 1900; Thiel, 1938c); trabajos más * Eukrohnia hamata (Mobius. 1875)/256-4/
Ducret, 1965; Fagetti, 1958/1, 1a-h; 2, 2b,
recientes de varios investigadores sudamericanos
2c, 2e-h; 3, 3c, 3g-i; 4, 4c, 4d, 4h, 4i; 5, 5d,
(Almeida-Prado, 1960, 1961a y b, 1963, 1968;
5h, 5i; 6,6f, 6i; 10g/Cosmopolita, epipe-
D. Boltovskoy, 1975a y b; Boltovskoy y Mos-
lágica solamente en los polos.
tajo, 1974; Cavalieri, 1963; Dinofrio, 1973; Fa-
getti, 1959a; Ferreira da Costa 1970' Hosoe
1956; Mostajo, 1973, 1976; Nog~eira pa'ranagua:
1963b; Vanucci y Hosoe, 1952), la gran mono-
grafía de Alvariño (1969a) y alguna información
circunstancial más (Pierr ot-Bults, 1974; Seguin, Género H ETE ROK ROHN lA Ritter-Zahóny
1965). En vista de que el grado de conocimien- 1911
to del área es aceptablemente bueno, esta lista, Un par de aletas laterales y 2 hileras de '
seguramente, incluye todas las ~ecies existen- dientes. Género monoespecífico batipe-
tes (aunque, lógicamente, no todas las localida- lágico. "
desdonde éstas habitan). Heterokrohnia mirabilis Ritter-Zahóny, 1911/
252d/Ritter-Zahóny, 1911/- - / Probable-
mente batipelágica-cosmopolita.

A continuación de cada nombre específico figu-


ra: 1) la ubicación de la ilustración correspon-
?iente; 2) la(s) referencia(s) con la descripción e
Género KROHNITTA Ritter-Zahóny, 1910
Ilustración completas de la especie; 3) las áreas
Un par de aletas laterales y una hilera de
del Atlántico Sudoccidental donde fue hallada
dientes. Con dos especies termófilas,
(fig. 142); y 4) una observación acerca de la dis-
superficiales o subsuperficiales.
tribución mundial de la especie. Los ítems men-
cionados están divididos por barras (/) y la pre- Krohnitta pacifica (Aida, 1897) (= K. mu-
senciade un doble guión (- -) indica la ausencia tabbii Alvariño, 1969a)/256-5/D. Boltovs-
de la información correspondiente. Las especies kov, 1975b; Suárez-Caabro, 1955/6, 6f;
marcadascon un asterisco (*) son las más abu n- 7; 8, 8f, 8h; 10h; 11, 11h; 12g, 12h/Tropi-
dantesen sus respectivas áreas de distribución. cal-subtropical, transoceánica.

781
---~--~------"-------------IIIII!

Chaetognatha

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Fig. 251. Distribución latitudinal aproximada de Chaetognatha en el Atlántico Sudoccidental.


Referencias: a) Abundante, epipelágica; b) Escasa, epip.; c) Rara, epip.; d) Abundante, mesa o batipelágica; e)
Escasa, mesa o batip.; f) Rara, mesa o batip.; g) Oceánica; h) Nerítica; i) Seminerítica.
1) K. pacifica; 2) K. subtilis; 3) P. draco;4) S. bipunctata; 5) S. decipiens; 6) S. enflata; 7) S. helenae; 8) S. hexep-
tera; 9) S. hisoide; 10) S. Iyra; 1 1 ) S. macrocephala; 12) S. minima.· 13) S. serratodentata; 14) S. tenuis; 15) E.
bathyantarctica. E. bathypelagica y E. fowleri; 16) E. hamata; 17) S. gazellae; 18) S. marri; 19) S. mextme: 20)
S. planctonis; 21) S. tasmanica.
* Probablemente mesopelágica en algunas áreas.
H Las poblaciones australes corresonden a "S. triderici".
(Original)

782
Chaetognatha

Krohnitta subtilis (Grassi, 1881 )/256-6/ Alva- llegar hasta aproximadamente, 30° S (en
riño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b; Va- profundidad.
nucci y Hosoe, 1952/4c, 4h; 5d; 6, 6e; 7,
7e; 8, 8g-i; 9, 9g-i; lO, 10g; 11, llh, lli, Sagitta helenae Ritter-Zahóny, 1910/256-11/
12g,· 12h/Tropical-subtropical, transoceá- Alvariño, 1969a/6, 8/Atlántico endémica,
nica .. tropical-subtropical, nerítica.

Sagitta hexaptera d'Orbiqnv, 1843/256-12/


. Género PTEROSAGITTA Costa, 1869
Alvariño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b;
Un par de aletas laterales, 2 hileras de dien-
Vanucci y Hosoe, 1952/4c-e, 4g, 4i; 5d; 6,
tes, collarete muy desarrollado. Género
6e-g; 7, 7e-i; 8, 8f-i; 9h; lbh; llh, lli;
mónoespecífico.
12f-i/De distribución semejante a S. entte-
* Pterosagitta draco (Krohn, 1853) (= P. bes- ta, aunque menos nerítica y más profundal.
nardi Vanucci y Hosoe, 1952)/252g/ Alva-
riño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b; Suá- Sagitta hispida Conant, 1895/256-13/ Alva-
rez-Caabro, 1955/4d, 4e, 4g, 4h; 5, 5d; riño, 1969a; Almeida-Prado, 1961 a(5d; 6,
6, 6e-g; 7, 7e, 7f, 7h, 7i, 8, 8f-i; 9, 9g, 6e, 6f; 7, 7e, 7f; 8, 8f; 8g, 8i; 9h;11i/
9h, 10g, 10h; 11, llh, lli; 12g-i/Tropical- Atlántica endémica, tropical-subtropical,
subtropical, transoceánica, a veces semine- abundante en el área nerítica.
rítica.
Sagitta Iyra Krohn, 1853/256-14/ Alvariño,
Género SAGITTA Quoy y Gaimard, 1827 1969a/3c; 4, 4c-e; 5d; 6, 6e: 8, 8i; 9h; 11h;
Dos pares de aletas laterales, dos hileras de 12f-h/En el Atlántico desde 50° N hasta
50° S, subsuperficial.
,dientes.
Sagitta bipunctata Quoy y Gaimard, 1827/ Sagitta macrocephala Fowler, 1905/256-15/
256-7/Alvariño, 1969a, D. Boltovskoy, Alvariño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b;
1975b; Vanucci y Hosoe, 1952/4d; 5d; 6, Casanova y Ducret, 1970/2g; 3g, 3h; 6; 7;
6e, 6f; 7, 7e, 7f; 8, 8f, 8g, 8i; 9, 9h; 10g, 8; 10g; 11 h; 12h/Meso y batipelágica desde
10h; 11, llh, lli; 12f-i/Tropical-subtro- 60° N hasta 55° S.
pical, pelágica.
'* Sagitta marri David, 1956/256-16/ Alvariño,
s Saqitta decipiens Fowler, 1905/256-8/ Alva- 1969a; Dinofrio, 1973/1, la-e, lf-h; 2g, 2h;
riño, 1969a; Dallot y Ducret, 1968/7g; 3g, 3h/Subantártica, mesa y batiplanctó-
8f; 11 h / Tropical-subtropical, transoceá- nica.
nica, mesoplanctónica.
Sagitta maxima (Conant, 1896) /256-17/ Alva-
* Sagitta enflata Grassi, 1881/256-9/ Alvari- riño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b; Dino-
ño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b/4d, 4e; 5, frio, 1973/1, la, lb, 19, lh; 2, 2b, 2g, 2h;
5d; 6, 6e; 6f; 7, 7e, 7f, 7i; 8, 8f-i; 9, 9g, 9h; 3, 3g, 3h; 4, 4c; 5d; 6e/Criófila, meso y
JOg-i; llh, lli; 12, 12f-i/Tropical-subtro- batipelágica entre 70° N Y 60° S en el
pical, transoceánica, seminerítica. Numéri- Atlántico.
camente dominante.
'* Sagitta minima Grassi, 1881/256-18/ Alva-
"Sagitta friderici" Ritter-Zahóny, 1911: ver
riño, 1969a; Almeida-Prado, 1961a; D.
Sagitta tenuis Conant, 1896.
Boltovskoy, 1975b/4d, 4e; 5, 5d; 6, 6e, 6f;
* Sagitta gazellae Ritter-Zahóny, 1909/256- 7, 7e, 7f; 8, 8f; 9i; 12g/Nerítica y seminerí-
10/Alvariño, 1969a; Dinofrio, 1973/1, la-i; tica, hasta 45° S en el Atlántico.
2, 2b-i; 3, 3c, 3d, 3g-i; 4, 4c-e, 4h; 5, 5d,
5h, 5i; 6i; 7h; 8h/ Antártica-subantártica, Sagitta planctonis Steinhaus, 1896/256-19/
circumpolar; en el Atlántico Sur puede Alvariño, 1969a; D. Boltovskoy, 1975b;

783
Chaetognatha

(ver también Pierrot-Bults, 1970, 1975a)/ 5h, 5i; 6, 6e, 6i/Subártica-subantártica, (


2g, 2h; 5d; 6, 6e/Circumsubantártica, superficial.
subsuperficial, hasta 35° N en el Atlántico
Oeste. * Sagitta tenuis Conant, 1896 (= S. friderici
Ritter-Zahóny, 1911)/256-22/S. tenuis v g
* Sagitta serratodentata Krohn, 1853/256- friderici en: Alvariño, 1969a; Almeida-Pra-
20/D. Boltovskoy, 1973a, 1975b; Grant, do, 1961a; D. Boltovskoy, 1975b; Cavalie-
1967/4c-e; 5, 5d, 5e; 6, 6e-f; 7, 7e; 7f; 8, ri, 1963 (como S. friderici)/3, 3;; 4, 4d, 4h;
8f, 8g, 8i; 9h; 10h, 10i; 11, 11h, 11i; 12f-i/ 5, 5d, 5e, 5h; 6, 6e; 7,7e, 7f; 8, 8f-i/Tropi-
Tropical-subtropical, epipelágica estenoha- cal a subantártica, nerítica.
lina.
Sagitta zetesios Fowler, ~1905/256-23/ Alva-
* Sagitta tasmanica Thomson, 1947/256- riño, 1969a (ver· también Pierrot-Bults,
2l/D. Boltovskoy 1974a; Grant, 1967/1a; 1970, 1975a)/8i/Batiplanctónica, en el
2, 2b; 3, 3c, 3d, 39, 3h; 4, 4c-e, 4h; 5, 5d, Atlántico desde 60° N hasta 30° S (?).

~ig. 252. Esquema comparativo de los diferentes géneros de Chaetognatha.


a) Bathybelos tvphlops Owre, 1973; b) Bathyspadella edentata Tokioka, 1939; e) Eukrohnia sp.; d) Hetero-
krohnia mirabilis Ritter-Zahóny, 1911; e) Krohnitella tokiokai Bieri, 1974; f) Krohnitta subtilis (Grassi. 1881);
g) Pterosagitta draco (Krohn, 1853); h) Sagitta sp.; i) Spadella pulchella Owre, 1963.
Escalas en mm.
(a: redibujado de Owre, 1973; b: redibujado de Tokioka, 1939; c, f. 9 Y h: original; d: redibujado de Hyman,
1959; e: redibujado de Bieri, 1974a; i: redibujado de Alvariño, 1970a).

784
Chaetognatha

a, Clave para la identificación de los géneros de Chaetoqnatha.


Determinación de las especies presentes
-::i en el Atlántico Sudoccidentaf
S'.

2- • La clave genérica abarca los quetognatos del mundo entero. Los caracteres diag-
nósticos específicos han preferido presentarse en forma de' cuadroscomparati-
,- vos (figs. 253, 254, 255) Y no en clave. Ello se debe a la ya destacada variabilidad
f

intraespecífica y al alto grado de polimorfismo en Chaetognatha, muy difíciles


de contemplar bajo. la rigidez de un tratamiento dicotórnico.
3-
s,
?I
1) Con dos pares de aletas laterales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (8
1A) Con un par de aletas laterales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2
2) Sin dientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (3
2A) Con Una hilera de dientes ~. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
28) Con dos hileras de dientes '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (7
3) Las raletas laterales llegan hasta las vesículas seminales. Musculatura transv.ersal bien
desarrollada. Con collarete : género Bathyspadella (fig. 252b).
Observaciones: Una sola especie: B. edentata Tokioka, 1939, de dudosa validez (Alva-
riño, 1965a).
3A) Aletas laterales separadas de las vesículas seminales. Musculatura poco desarrollada. Sin
colla rete : género Krohnitella (fig. 252e). .
Observaciones: Género establecido por Germain y Joubin en 1912 (K. boureei) basado
en dos ejemplares, y confirmado por Bieri (1974a: K. tokiokeii, sobre un ejemplar. Los
hallazgos provienen de 4000 y 2090 m, respectivamente, y es probable que se trate de
formas bentónicas (Bieri, 1974a). La validez de este género es dudosa.
4) Planctónicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (6
4A) Bentónicos............................................................. (5
5) Pequeños. Con corona ciliada ovalada y de eje mayor perpendicular al eje longitudinal
del animal. Con musculatura ventral transversal: género Spadella (Fig.252i).
Observaciones: Género exclusivamente bentónico con varias especies:
S. angu/ata Tokioka, 1951; S. bradshawi Bieri, 1974b; S. cepha/optera Busch, 1851; S.
humme/ínckí Alvariño, 1970; S. johnstoni Mawson, 1944; S. moretonensis Johnston y
Taylor, 1919; S. nana Owre, 1963; S. pu/chella Owre, 1963 y S. sheardi Mawson, 1944.
6) Con dientes anteriores solamente (sin dientes posteriores). Aletas laterales anchas, de con-
torno sub-semicircular y de extremo superior alejado del ganglio ventral: género Kroh-
nitta (figs. 252f, 254, 256-5 y 6).
6A) Con dientes posteriores solamente (sin dientes anteriores). El único par de aletas laterales
nace a la altura del ganglio ventral y su extremo anterior carece de radios. Especies criófi-
las y de profundidad: género Eukrohnia (figs. 252c, 253, 256-1 a 4).
Observaciones: Actualmente, dentro de este género se incluyen Eukrohnia bathyantarc-
tíca David, 1958; E. bathypelagíca Alvariño, 1962; E. fow/eri Ritter-Zahóny, 1909; E.
hamata (Móbius, 1875) y E. proboscidea Furnestin y Ducret, 1965.
7) Aletas laterales confinadas al segmento caudal. Con col/arete muy desarrollado desde la
cabeza hasta las aletas laterales o hasta la cola. Ojos con pigmento; género Pterosagitta
(fig. 252g).
Observaciones; Género monoespec ífico, P. draco (= P. besnardí Vanucci y Hosoe, 1952).
7 A) Las aletas laterales se extienden desde el ganglio ventral hasta la mitad del segmento cau-

785
Chaetognatha

da. Ojos sin pigmento: género Heterokrohnia (fig. 252d).


Observaciones: Género monoespec ífico: H. mírabilís, batipelágico y registrado solamente
en unas pocas oportunidades.
8) Sin dientes anteriores (con dientes posteriores solamente). Aletas laterales sin radios. Ca-
beza muy alargada. Ganchos largos y de color marrón: género Bathybelos (fig. 252a).
Observaciones: Género monoespecífico: B. typhlops Owre, 1973, hallado en un único
ejemplar a 2500 m en el Golfo de México. No se excluye la posibilidad de que sea un
ejemplar deteriorado de alguna especie de Sagitta.
8A) Con dos hileras de dientes: género Sagitta (figs. 252h, 255, 256-7 a 23).

~~Cjes E. bathyantarctica E. bathypelagica (41 E. fowleri E. hamata (41


Caracteres
Con zona pig- Sin pigmento,
Sin pigmento y sin mentada con ommatidios
Ojos ommatidios refringen- pequeña y de más refringen-
Sin pigmento
tes centrales. contorno tes centrales.
trianaular.
Ganchos (1 2) 11-14 7-10 10-14 7-11
Dientes (2) 3-16 10-22 10-30 6-26
Circunda el Sin el; con
cuerpo a la collarete sólo
Desde el ganglio altura del gangl. en la base de la
ventral hasta las ventr. y lateral- aleta caudal; o
No. mente desciende
Collarete vesículas serninales, con collarete
continuo o no hasta el septo completo, desde
caudal. el cuello hasta
las vesíc. sem.
Nacen delante del Extremo posterior Semejante a Semejante a
Aletas laterales (3)
ganglio ventral. colgante, aguzado E. bathyantarc- E. bathypela-
y separado del cuerpo. tica. aice.
Muy cortos y Algo más cortos
Largos, hasta 35 % de con pocos óvulos ycon óv. más
Ovarios maduros Muy cortos.
. '
. la long. tot. grandes. peq. que en E.
Ibathypelaoica.
Vesículas seminales Ovoides, elonga-
maduras Alargadas, das. Frecuentem.
Ovoides. Alargadas, chatas chatas. de extremo ant.
.renleuado.
% segmento caudal
19-25 23-34 22-25 19-28
(2)
longitud máxima
32 25 40 43
(mm) (2)
Gonoporos fem.
munidos de una
estruct. mem- Tubo digestivo
Cuello muy marcado. Cuerpo fláccido y branosa campa- ¡generalm. con
Otros caracteres Cuerpo fláccido y transparente. Cuello nuliforme. Tubo glóbulos de
transparente. muy marcado. digestivo frecuen- aceite incoloros,
temente lleno de
glóbulos de aceite
roiizos.
Figura 256-1 256-2 256-3 256-4

Fig. 253. Cuadro comparativo para la identificación de las especies del género Eukrohnia.
, ) Los ganchos pueden ser aserrados en los individuos juveniles; 2) Valores aproximados; 3) El área ántero-
interna carece de radios; 4) Según Tokioka (' 974b) E. bathyantarctica y E. hamata podrían ser sinónimos.
(Original).

786
¡.---

Chaetognatha

I
~es K. pacifica t= K. mutabbii)* K. subtilis
Caracteres

Ojos Pigmento dispuesto en 3 ramas Pigmento de contorno subcircular


Ganchos ~8 a 11 ~6 a 10
Dientes ~12a16 "'-"9 a 13. Proyectados lateralmente.

Ovaladas. Zonas interna, y Más redondeadas. Radios poco


. Aletas eventualmente, anterior sin radios. densos, cortos y delicados,
Posteriormente tocan la caudal. solamente en la periferia.

Pueden llegar hasta el ganglio


ventral pero, generalmente, son Cortos, con pocos huevos grandes.
Ovarios maduros
más cortos; óvulos relativamente
grandes.
~-

De forma variable: alargadas y


Vesículas seminales Tocando las aletas laterales y la chatas u ovaladas y prominentes.
caudal. Ovaladas a quasi esféricas. Tocando las aletas laterales y la
maduras
caudal.

% segmento 26 a 40
.-v """3D a 38
caudal

Longitud . "'"'8 "'"'16


máxima (mm)
Figura 256-5 252 f, 256-6

Fig. 254. Cuadro comparativo para la identificación de las especies del género Krohnitta.

* La sinonimia con K. mutabbii Alvariño, 1969a cf. D. Boltovskoy (1975b) y Owre


( 19731.

(Original).

787
n
-...J
co I "'"'
o~
~
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co -n
cO' ts::RACTERES
CARACTERISTICAS DIENTES
§~
txt; % LONGIT.
g
~
OEl GRUPO Y/O GAN- A: anter. ~~ ALETAS ALETAS OVARIOS MADUROS SEGM. HAXIHA (l)
N GRUPO, GENERO 1 ESPECIE GENERO 1 OJOS 2 CHOS 3 P: post 3 COLLARHE ;;:!: ANTERIORES POSTERIORES (EXTENSIOH) VESICULAS SEMIHALES HAOURAS CAUOAL3 (""') 3 FIGURA S-
m m
Ol bipunctata y S. biptmcta.ta Sin divert. tnt.. 3 8-10 A:4-8 Desde el cue- No Totalmente cu- Idem anteriores Hasta la mitad de las Grandes. p+r t fcrmes , tocando la ale- 22-29 19 256-7
~ o.. Cll3 (J) ~ n euner+t tce . Forma cuerpo se- P:7-16 110 hasta la b1ertas de re- aletas anteriores ta caudal
O <.O CD _. _. ñ'- e Gra. Sagitta mejante. 'Corona c~~a (cont. o dios.
c5' -...J 3 ~.~
(]1 CD~
s:~
c.::J e
Q)
Q- s. IleZqnas
c~!~~d:l;~!se~~~-
ferales totalm. 5 B A:17
no
Desde la cabo No Totalmente cu- IIQem anteriores
.
IHasta el ganglio ven- lo~aladas. tocando las aletas poste- I 24 I 22 1256-11
::J ~:J'- OJ CL"O O radiadas P:13 hasta el bter te s de re- tral r ror-es Y la caudal
QJ O c.o V> CD O gangl. ventr. dios
V> 01 8 V> -V> S. t6rtUts Recen- 5-9 A:3-10 En cuello
g.:-J g..~.CD 3 (-s. frideri- deado P:5-20 (cuando existe) No Totalmente cu- Idem anteriores Hasta el extremo pos- IOvaladas. tocando las aletas poste-
CD .., <C "O V> ai l biertas de re- ter tor de las aletas riores y la caudal 118-32 1 18 1256-22
~?) ~ ~ O; ~. dios anteriores
3~ Q,) ::J ~ ~ elegans. S. dBcipiens Corona ciliada e- 3 5-8 A:7-10 Gralm. no, o St Totalmente cu- Sin radios a la al Hasta la mitad de las IPirifor~s, se abren longitudinalmen-IZO-29 1 16 1256-8
O CD;;;r
3
01

CL OJ ~
<: O'"
Q)
g g-
Q. O
"O
Gro. Hesosagitta

S. minVna
l cnqede . Con div.
lntest.
i
ves tc ,
em. tl~jadaS tde 3 6-9
P: 12-22

A:3-6
5610 en el
cuello
No Si
biertas
'dios
de r-e-

Co~ radios ccr-


tura del gonoporo alet. ant. Ovulos gran-
femenino
Idem anteriores
des, en una fila
Cortos, con 3-4 6vulos
te, cont teue s a la aleta caudal

IAlargadas. tocando la aleta caudal 116-23 I 10 1256-18


CD ..., CL e V> Q) as a e . pos . P:6-14 tos. espaciados grandes
W Cü' CD 0)"0 00 y delic. 5610
= cr O ,.....•O en el margen
QJ(i)O'" .., ID .
...•a. V> ~ J> hexaptera. S .Óe n{tata Cuerpo fUccido. 5 8-10 A:4-'Z Generalmente No Zona interna Zonas ant. e Inler Hasta extr. ant. aletas Es tér tces , alejadas de las aletas 114-21 1 26· IZ56-9
O ('O CD CD < Ci Gro. Flaccisogitta Corona c l tede í P:4-20 no sin radios. Cor na sin radios. Cor post. Ovulos relati- laterales posteriores, cerca de
@' Q) :;: QJ ::J CD (en parte) corta. Sin dtv . taso redcndee-" tas, sUbtriangul.- 'llamente grandes la caudal
,~(') Q) •.•• .., :J Intest. Talla das ,
-..J e ~.(1):;; ~ S. hs:rapttlra. grande. /let~~ con 3 7-10 A:2-4 No No Parecidas a S. Alargadas, subtri- Pueden llegar hasta el Redondeadas. algo más alejadas de la 117-22 1 40 1256-12
-~ O V> O ñ' zonas s n ra os p:2-6 s"flata, pro- angulares; lonas ganglio ventral. üvu- cola que en s. s"flata
~ a. ~ .., -::;, el) por-c tone lm. mé s ant . e interna los pequeños, en varias
1:) O V> QJ <.O Q. pequeñas sin radios hileras
-m1:J 3 al o' f---
QJ-.., Q) c.o::J maxima
~ Q. O ~ Q) a. Gro. Flacoisagitta S. gaullas Semejant. al gru- 3 7-11 A:2-7 No No Alargadas, sups, Subtrlangulares, IHasta el ganglio vent- 10valadas. equtdf s tantes de las aletas 1 <15 1 82 1256-10
...•.Q..~. (11-< CD (en parte) po hexeptera . A- P: 1-11 ant. e interna sups. ant. e in- ralo Ovulos pequeños posteriores y de la caudal
O O Q,) '. O l et . lato ant. y sin radios terna s1n radios
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ti) -c ~ ~
V> ro ~ ~ S. ll/ra ~!\a~~~d~~/~~.
S Ha /5
3 7-11 A:3-7
P:5-11 Con o s1n No Con radios s610 Semejantes a las Haste extr . ant. alet. Ovaladas. más cerca de las aletas 1 >15 1 40 IZ56-14
-e (3 g. (b....
"'C

m l~r!a~:n h:ndld~- en el tercio de S. gaalll.loB ant. Ovulos más grandes posteriores que de la caudal
~ a. a. = 00 "O ra media en aleta p6stero-externo que en S. gazBLlas
I\l e Q,) Q) cr CD ma.rimo. caudal. Talla 3 5-11 A:1-6 No No Semejantes a Semejantes a Pueden sobrepasar el Ovaladas, más cerca de la aleta ceu- 119-26 1 90 1256-17
(t) n .-+ g- Q,) 9.
S.
grande P:O-lO S. tyra S. ga/Ulllas ganglio ventral· dal que de las posteriores
<b~'O,
¡§ V>
ti) (t)

V>
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(/) hf sptde . S. hiapida Corona c il tede e- Circular 5-8 A:5-10 Desde la cabo S1 La lona énterc- Más largas que las Pueden llegar hasta Ovaladas, piriformes, grandes 1123-341 19 1256-13
O'" S!.::J::-:'" CL Gro. Parasal1itta longada. Con di- P:7-20 hasta gangl. Interna puede ant. La zona énte- el ganglio ventral.
ti)O> O'" (") <C CD (en parte) vert1culos intest. ventr . Frec. carecer de re- ro-int. puede ea- Ovulos relativamente
_ - =::;' CD~ - con botones y dios recer de radios grandes
e "0 (")::J <C cerdas táctiles
<l>ro<CO<l> <1>,
(3 o OJ~.., (3::J planctonis.
:::J e ~ QJ V> ~ Gro. Solidosagitta S. trKU'J'i Con dlvert. intest Circular 7-11 A:0-8 Bien desarrollo 51 Cortas. total- Cortas. redondea- ISObrepasando las ale- [Pequeñes , céntce s 120-z8 1 29 1256-16
V> CD (') 3 a. O Collarete muy de- P:O-17 en todo el mente radiadas das. Sin radios a tas anteriores
_.;a. O Q,) CD (,... sarroll. Alet. l e t, cuerpo la altura del go-
5 CD~ ..~ Q) ~J COn áreas sin r-e- noporo femenino
::J 3 ~ w g te:) S. plancco"i8 ~~osp IPlg~~ o~u- 3 8-11 A:5-9 Bien desarroll. 51 Alargadas. sin Subtr tenquleres , ücas tcne Imente pueden IPequeñas , ovaladas· 119-26 I 37 1256-19

CD~ - CO ~. r rf ei~~
Mes~:r- P:8-14 en el cuello; radios en las sin radios en el llegar hasta el gan-
_.~
3 ~ <...... QJ ~anci6ni~as puede llegar áreas anterior sree interna gllo ventral. Ovulos
~ CD :p ~ g- . 7 hasta la cola e interna pequeños
0.3 CD ~ Q) S. asCIl8ioe 3 8-11 A:7-12 Notable. puede St De cente-no se- 5ubtriangulares, Casi hasta el cuello [P'i rt tormes , ovaladas 120-26 1 43 1256-23
Q,) CD -t Q,) O P:14-24 llegar hasta mej. s s. pkvt- sin radios en el
V> -< (t) V> O la cola ctonis, totalm. área éntero-f n-
"'C O.. Q,)" 7 radiadas terna
O'" '-"0 _.
.., ~ <.O O ~ serratodentata. S.eerrato- Superficie Utero- 3 5-10 A:3-11 'Con o sin No Alarg., con fo!, Alarg .• totalmente Pueden llegar hasta Polim6rficas. Generalm. con dos apén-!22-30 I 17 1256-20
::9..- 01)( Q) Gro.Serratosa- dBntaCa interna de los ga!!. P:5-20 ma de guitarra. rad1adas Q sin re- el qanql toventre l dices digitiformes y cerca de las
(t)01.:-:' 3'- gitta chos aserrada. Co- Extr. ant. s1n dios en la lona aletas laterales ccster+cres
:::~ -i el) (!; .
r~~:. c~~~a~~v:~~~: rad\os Antero-interna . # •

S ct> O CL O> S. taemam.ca ~ulOS intestinales 3 5-9 A:2-9 En el cuello y No Con una banda Generalm. unidas a Llegan has tee l qan- Muy pol teór-f tces , a l arqades . La parte 120-30 I 33(1) 1256-21
I :J ~ O Ul P:3-19 en el rea de
é fnterna s1n ra- las ant. por una g110 ventral antenor separada del cuerpo. A ve-
OJ CD O ~ W las ves tc . sem. dios, o totalm. banda longitud. ces con pepí Ie s en la calota supe-
e _." ,p. ~ y aleto post. redí ede s 5ubtriang. Con una rior (f1g. 256-21b, d)
~ CD .f» _ N A-veces reduc . banda Antero-int.
_ 3 .- 00- o ausente sin radios
~~w-'9
C,OQ) Olg U'J bipunctata S. maCl'Oce- Ojos sin pigmento S1n 10-13 A:6-10 No No Pequeñas , ova11l 5ubtrlang. Con unalHasta
'el ganglio ven- lovaladas. má.s cerca de las aletas 129~34 1 22 IZ56-15
...J'" ,p.:l"'C (en parte). phaZa P:15-38 das. con una banda Antero-ext. tral posteriores que de la caudal
O CD e- _. O Gro. Caecoeag1.tta banda fnt. stn sin radios. Gralm.
, . V> ,. I , radios, o total unidas a las ant.
mente radiadas

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Chaetognatha

Fig. 256.
Chaetognatha

(Ver referencias en p
791). .

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2
Chaetognatha

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Fig 256. Especies de Chaetognatha presentes en el Atlántico Sudoccidental.


1) Eukrohnia bathyantarctica, a) Ejemplar entero, b) Bolsas de incubación rotas; 2) Eukrohnia batypelagica:
3) Eukrohnia towteri. a) Ej. entero, b) Detalle de la serrulación de un gancho; 4) Eukrohnia hamata: 5) Krohnitta
pacifica, a) Ej. entero, b) Cabeza en vista dorsal; 6) Krohnitta subtitis. cabeza; 7) Sagitta bipunctete. a) Ej ente-
ro, b) Cabeza; 8) Sagitta decipiens. a) Ej. entero, b) Cabeza; 9) Sagitta entlete. a) Ej. entero, by c) Cabeza ilus-
trando las diferentes configuraciones de la corona ciliada; 10) Sagitta gazellae: 11) Sagitta helenae: 12) Se-
gitta hexeptere. a) Ej. entero, b) Cabeza; 13) Sagitta hispide: 14) Sagitta Iyra, a) Ej. entero, b) Cabeza, c)
Vesícula seminal derecha madura en vista dorsal; 15) Sagitta mecrocephele. a) Ej. entero, b) Ojo derecho; 16)
Sagitta merri, 17) Sagitta maxima: 18) Sagitta minime, a) Ej. entero, b) Ovarios maduros en vista ventral; 19)
Sagitta plenct onis. a) Ej. entero, b) Cabeza y parte anterior del tronco; 20) Sagitta serratodentata, a) Ej. en-
tero, b) Cabeza y parte anterior del tronco, c) Diferentes aspectos de las vesículas seminales en vista dorsal;
21) Sagitta tasmanica, a) Ej entero, b-d) Diferentes aspectos de las vesículas seminales; 22) Sagitta tenuis
(= S. tridericii. a) Ej. entero, b) Vesícula seminal madura; 23) Sagitta zetesios.
Todas las figuras son en vista dorsal (a menos que se indique lo contrario). Escalas en mm.
(1 modif. de Alvariño, 1968b; 2, 3a y 5b modif. de Alvariño, 1967b; 3b: modif. de Furnestin, 1965a; 4, 6, 7,10,
13, 14a y 22a original; 5a, 9, 12, 18, 19, 20b Y22b: de D. Boltovskoy, 1975b; Ba. 11,15, 16, 17 Y 23: modif. de
Alvariño, 1969a; 8b: modif. de Fraser, 1957; 14b modif. de Park, 1970; 14c y 21 d: modif. de Tokioka, 1959;
20a y c. de D. Boltovskoy, 1973a; 21 a y e de D. Boltovskoy, 1974a).

791
THALIACEA: SALPIDAE
GRACIELA 8. ESNAL

Morfología. Caracteres de por el sifón cloacal, también provisto de dos


importancia sistemática labios con velo. Las cavidades faríngea y cloacal
se superponen según un plano inclinado desde
la región ántero-dorsal a la póstero-ventral. El
contacto de ambas cavidades en este plano obli-
Descripciones morfológicas detalladas de sal pas cuo determina un tabique branquial doble. Este
pueden encontrarse en los tratados clásicos de tabique presenta dos grandes orificios laterales,
zoología tales como 8ronns, Grassé o Kükenthal de modo que la faringe y la cloaca se comunican
y Krumbach, por lo que el tema se tratará aqu í ampliamente, no pudiéndose establecer un límite
en forma abreviada. entre ellas. Lo único que subsiste del tabique
branqu ial es una barra situada en el plano sagital.
Son tunicados pelágicos que presentan dos tipos
de individuos en el ciclo de vida: los oozooides
y los blastozooides. Los primeros son formas so-
mo oy 9 o
litarias, que producen por brotación a los segun-
dos, unidos en cadenas. Estos se reproducirán
sexualmente, cerrando el ciclo.

Anatomía del Oozooide (fig. 257a)

El cuerpo, cuyo tamaño oscila entre 1 y 10 cm, so e


es aproximadamente cil índrico y está cubierto
por la túnica transparente que suele presentar oya el
prolongaciones laterales o caudales, surcos, cres-
tas y protuberancias espinosas de posición va-
riada, útiles en la identificación de las especies.
En el extremo anterior se abre el sifón inhalante
(o bucal), y en el posterior el exhalante (o c1oa-
cal), cuyos orificios se encuentran, en general,
desplazados hacia la región dorsal.

El sifón bucal, o boca, es una hendidura trans- ap e b e


versal con dos labios (dorsal y ventral), cada u no
de los cuales presenta un repliegue interno trans- Fig. 257. Esquema de la anatomía de una salpa.
versal o velo. El labio inferior está, generalmente, a) Oozooide; b) Blastozooide; ap) Arcos pericorona-
les; b) Branquia; e) Corazón; el) Cloaca; e) Endostilo;
más desarrollado que el superior. La boca comu- ef) Esófago; es) Estolón; est) Estómago; f) Faringe; g)
nica con una amplia cavidad faríngea que ocupa Ganglio; i) Intestino; me) Músculos del cuerpo; mcl)
Músculos cloacales; mo) Músculos orales; o) Ojo; ov)
la mitad anterior y ventral del cuerpo del animal. Úrgano vibrátil; oval Ovario; scl) Sifón cloacal; so)
La mitad posterior, y dorsal, corresponde a la Sifón oral; t) Testículo; v) Velo.
cloaca, o cavidad atrial, que se abre al exterior (Según Ihle. 1935).

793
Thaliacea Salpidae

Longitudinalmente, en el piso de la faringe, broide se encuentran una o dos glándulas neura-


corre el endostilo, constituyendo un surco pro- les que se abren en la faringe (se forman por in-
fundo que termina ciego en ambos extremos. flexión del epitelio faríngeo).Su función tam-
Desde el extremo anterior del endostilo parten, bién se desconoce.
con dirección dorso-lateral, por las paredes de
En la pared del cuerpo, aplicadas contra la cara
la faringe, dos hileras de células glandulares que interna de la epidermis, se destacan las bandas
constituyen los arcos pericoronales, que se musculares transversales estriadas, cuyo número,
reúnen dorsal mente en la proximidad del extre- forma, disposición y cantidad de fibras por ban-
mo anterior de la barra branquia!. da varían según la especie, y en las dos formas
Desde la extremidad posterior del endostilo (oozooides y blastozooides) de la misma especie,
parte una cresta ciliada que sigue por la línea constituyendo los caracteres morfológicos fun-
medio-sagital hasta la desembocadura del esófa- damentales en la taxonom ía. Las bandas mus-
go, situada a la derecha del ángulo formado por culares pueden formar anillos completos o, co-
la base de la barra branquia!. El asa digestiva mo ocurre en la mayoría de los casos, estar in-
comprende el esófago, el estómago y el intesti- terrumpidas en la región ventral. Excepcional-
no, que desemboca dorsalmente en la pared mente, la interrupción ocurre también en el dor-
cloaca!. El estómago está más o menos dilatado so, de modo que constituyen arcos laterales. En
y presenta dos ciegos simples o digitados. En la general, las bandas se fusionan parcialmente, por
base del ciego izquierdo o ventral desembocan grupos. Existe, además, una musculatura propia
dos glándulas pilóricas que se ramif.ican en la su- de los sifones, de disposición más compleja, cu-
perficie del intestino. Exceptuando el género yas caracter ísticas tienen importancia sistemáti-
Cyc/osa/pa, en el cual el tubo digestivo es recto o ca. Se acostumbra designar a las bandas muscula-
sólo curvado, en el resto de las salpas forma, ge- res del cuerpo con números romanos, pero la
neralmente, una masa compacta, globulosa, lla- distinción entre éstas y los músculos sifonales no
mada núcleo, que contiene, además, al corazón y es fácil, ya que se pasa gradualmente de unos a
al estolón que por brotación originará los blasto- otros. Convencionalmente se considera músculo
zooides. El corazón es una vesícula abierta en I (M 1) al que sigue al llamado "músculo interme-
los dos extremos, de modo que la .sangre circula diario", banda arqueada que pertenece al sistema
por cavidades o senos. El sentido de la circu- bucal. El último músculo del cuerpo sería el que
lación es reversible. pasa al nivel del núcleo (o del estómago).
El sistema nervioso comprende un ganglio oere-
broide, situado en la región dorsal, por delante Las salpas presentan órganos .Iuminiscentes si-
de la unión de los dos arcos pericoronales, del tuados, en algunos casos, en el núcleo abdomi-
cual parten muchos nervios periféricos (16 a 75, nal, y en otros (Cyc/osa/pa) dorsalmente a lo
según las especies) dirigidos, por grupos, a los largo del cuerpo. Su morfología y posición se
diferentes órganos del cuerpo. Los órganos de utilizan en la sistemática. Probablemente se tra-
los sentidos están representados por un ojo, in- te de órganos hematopoyéticos. La luminiscencia
corporado al ganglio cerebroide, y un órgano se debe a la presencia de bacterias fosfores-
vibrátil. El ojo es un engrosamiento de la pared centes.
dorsa( del ganglio, en forma de herradura con la
No se habían mencionado órganos particulares
concavidad dirigida hacia adelante. Su función
de excreción en salpas, hasta que Heron (19761
es incierta, pudiéndose tratar de un órgano de
describió un conducto que conecta el sistema
equilibrio. Este ojo principal puede estar acom-
circulatorio con el exterior, por el que se elimi-
pañado de otros más rudimentarios. El órgano
narían unas células especiales cargadas con cris-
vibrátil, o foseta ciliada, se forma a partir del
tales, probablemente de ácido úrico (ver p. 7961.
esbozo neural que origina al cerebro, pero se
encuentra separado de éste en el adulto, situán- Eloozooide se reproduce asexual mente, formán-
dose más adelante y abriéndose en la faringe. dose los nuevos individuos (blastozooides) por
Su función se desconoce, probablemente sea brotación a partir de un estolón blastógenético.
quimio-sensorial. Por debajo del ganglio cere- Este aparece en forma d~ una hernia en la re-

794
Thaliacea: Salpidae

gión ventral de la faringe, por encima del núcleo, Este individuo produce un estolón blastogené-
y crece ya sea en línea recta o rodeando en espi- tico que sufre estrobilación formándose los
ral al núcleo, dentro de una cavidad de la túnica, blastozooides en hileras y por grupos, siendo el
saliendo al exterior por un orificio. grupo más viejo el situado en el extremo dista!.
Cada grupo o generación comprende un número
de blastozooides variable según las especies
(40-65 en Thalía democratíca, 200-250 en
Anatomía del blastozooide Weelía cylíndríca). Cuando en la extremidad
(fig. 257b) distal del estolón los blastozooides de una misma
generación llegan a su desarrollo completo, el
Los blastozooides tienen la estructura general de grupo se desprende, pero los individuos que lo
los oozooides, aunque más simplificada. Son, en componen permanecen unidos en cadena, flo-
general, más pequeños, con forma ovoide o tando en la superficie y desplazándose por la
fusiforme. Generalmente son asimétricos. La actividad de cada uno de ellos. En el género
túnica presenta papilas que mantienen unidos Cyclosalpa las cadenas también comienzan sien-
entre sí a los individuos de una misma cadena. do lineales, pero luego un pequeño grupo de
La disposición de tales pedúnculos de unión blastozooides (no más de 14), se reúnen forman-
tiene importancia sistemática. El número de do un círculo, unidos en el centro del mismo
bandas musculares es menor que en los oozooi- por prolongaciones de sus túnicas que se dis-
des correspondientes. El endostilo y la barra ponen como los rayos de una rueda.
branquial son más cortos. El sistema nervioso
Los blastozooides son sexuados, hermafroditas.
está más reducido pero, por el contrario, los ojos
Generalmente son protoginos, formándose los
son más complejos. La estructura de los mismos
espermatozoides posteriormente a la maduración
ha sido estudiada detalladamente por Metcalf
del huevo y siendo evacuados cuando el embrión
(1918).
se encuentra ya en estado avanzado. El huevo
La diferencia fundamental con respecto a los es fecundado en el ovario, o sea dentro del cuer-
oozooides está dada por la ausencia del estolón po del blastozooide. Según las observaciones de
blastogenético y la presencia, en cambio, de Leloup (1929) sobre Salpa fusíformís, esta fe-
órganos genitales y de embriones vivíparos. Son cundación se produce apenas la joven cadena de
hermafroditas. Poseen un testículo, a menudo blastozooides es liberada, proveniendo los esper-
bilobulado o digitado, que se ubica contra el asa matozoides de otra cadena.
digestiva. El canal deferente desemboca en el
El desarrollo embrionario es complejo; el huevo
piso de la cloaca, cerca del ano. El ovario, tam-
evoluciona en el mismo lugar dando un oozooi-
bién único, se sitúa sobre la pared de la cloaca,
de, el cual, una vez liberado, recomenzará el
entre el núcleo y el sifón cloaca!. Contiene, en ciclo.
general, un solo oocito, pero puede haber más
(de 3 a 7). Su estructura es complicada (ver El lector interesado en conocer más detalles so-
Brien,1948a). bre la blastogénesis y el desarrollo embrionario
puede consultar a Brien, 1948a.

Biología Alimentación: mecanismos

Reproducción y desarrollo La actividad de las bandas musculares es respon-


sable del mantenimiento de una corriente de
agua, portadora de alimento, que penetra por la
Presentan alternancia de generaciones. La gene- boca y sale por el sifón cloaca!. La salida del
ración asexual está representada por el oozooide, agua provoca, al mismo tiempo, un efecto de
solitario, que se origina a partir de la cigota. ~ retropropulsión y el animal avanza. La contrac-

795
Thalíacea: Salpidae

ción de los músculos, que comprime la faringe gracias a la transparencia del cuerpo. Las partí-
y el atrio impulsando al agua hacia afuera, es culas eran filtradas, marcando la red mucosa
antagonizada por la túnica, restaurándose la for- .•. que, de otro modo, resultaba invisible. En el
ma cil índrica con la consiguiente entrada de transcurso de estos experimentos no se observó
agua en el cuerpo. O sea que, a diferencia del una sele<;ción cualitativa de las partículas. En
resto de los taliáceos (pirosómidos y doliólidos) algunos casos las de mayor tamaño (~ 1 mm)
y de las ascidias, que utilizan la acción de cilias no penetraban en la abertura inhalante debido
para movilizar el agua, las salpas nadan y se ali- a la turbulencia creada por los labios, pero en
mentan simultáneamente usando bombeo mus- otras ocasiones lo hacían normalmente. Aparen-
cular. Carlisle (1950) y Fedele (1933a, b) obser- temente, la única restricción está dada por el
varon la existencia de dos tipos distintos de diámetro de la abertura esofágica. El examen de
ritmo de alimentación, "lento" y "rápido", de- la materia fecal confirma esta falta de selectivi-
pendiendo del grado de contracción de los dad, encontrándose partículas de tamaño va-
músculos. Como resultado, la alimentación de riable entre menos de 0,001 y 1 mm.
tipo lento estaría acompañada de un desplaza-
miento lento del animal. En este caso sólo una
pequeña porción del agua contenida dentro de Excreción
la faringe y el atrio se descargaría en cada con-
tracción. Este tipo de alimentación estaría aso-
ciado con la escasez de partículas de alimento Heron (1976) llamó la atención, por primera
en el cuerpo de agua. En cambio, si el alimento vez, sobre la presencia en las salpas de órganos
es abundante, las contracciones serían más com- que evacúan productos de excreción cristalinos,
pletas y se pasaría a un ritmo rápido de alimen- probablemente ácido úrico. Depósitos de ácido
tación, con una mayor circulación de agua den- úrico aparecen también en los tunicados sésiles,
tro del cuerpo y un desplazamiento más veloz pero no son evacuados. La presencia de este pro-
del animal (Barrington, 1965). Como se ha visto ducto de excreción no parece conferir ninguna
anteriormente, las hendiduras branqu iales están ventaja fisiológica ni ecológica ya que los tuni-
reducidas a un par de grandes aberturas, una a cados, como la mayoría de los invertebrados ma-
cada lado de la barra branquial mediana, de rinos, siendo isotónicos con respecto al agua de
modo que no puede existir una acción de filtro mar, no tienen problemas osmóticos, yexcretan
por parte de la pared far íngea, como ocurre en libremente aman íaco por difusión (Goodbody,
otros tunicados. La secreción producida por las 1957). Heron (loc. cit.) supone que la aparición
células del endostilo pasa hacia adelante, hacia de ácido úrico como producto del metabolismo
los arcos pericoronales, desde los cuales es ba- de los ácidos nucleicos se debe a una deficiencia
rrida hacia atrás formando una red cónica de enzimática, y el hecho de que sea evacuado en
cordones mucosos que atrapan las partículas de los tunicados pelágicos, a diferencia de los sési-
alimento. Este material es dirigido hacia el esó- les en que forma depósitos, se habría seleccio-
fago por la acción de cilias que se encuentran nado debido al efecto luminoso de estos crista-
a ambos lados de la barra branquial. Carlisle les que confieren colores brillantes por reflexión
(1950) observó que esta red mucosa sólo se for- de la luz. Este efecto visual sería una desventaja
ma si el ritmo de alimentación es "rápido", no para un animal planctónico del tamaño de una
así cuando el ritmo es "lento" en que sólo apare- salpa, ya que lo haría más vulnerable a preda-
cen unas bandas de mucus aisladas. Madin (1974) dores que localizan visual mente a su presa, como
realizó observaciones en el mar, buceando, y peces, decápodos, y otros.
llegó a la conclusión de que tal ritmo "lento"
sería un artefacto debido al confinamiento en un
acuario y al procedimiento de marcado, no exis~ Distribución
tiendo en condiciones naturales. Madin, utili-
zando un pomo plástico, dispersó una suspen-
sión de carm ín frente a las salpas en movimien- Las salpas son organismos típicamente' pelágicos
to, observando su pasaje dentro de la faringe que presentan una distribución horizontal muy

796
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.•.. .••. (1) punctatapolae Thalia democratica
Salpa --l
.••.
.•..
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Q) lasis Salpa
-:r .....•..
Q) zonaria
.,
Ritleriella Ihlea magalhanica
retractafusitormis
Traustedtia
Salpa maxima
Cyclosalpa Q)
a:
Thetys vaginamultitentaculata
., , ,
Thalia orientalis
,., . ,-
.... Salpa Tha
Cyclosalpa
aspera
Cyclosalpa
IPegea cica rbakeri
affinis
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(O
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Thalíacea: Salpidae

amplia. Se las encuentra en todos los oceános Soest (1975b) menciona un grupo de 15 espe-
pero no llegan al Artico. La distribución vertical cies que clasifica como euritérmicas de amplia
parece estar restringida principalmente a la capa distribución en los tres océanos (desde 60° N a
eufótica. La mayor parte de las especies ha sido 500S). De estas especies, 13 han sido citadas
citada en los tres océanos, pero existen grupos en el Atlántico Sudoccidental y de ellas, de
con distribución más restringida. Uno de estos acuerdo a los datos disponibles, sólo lasis zo-
grupos comprende especies que podr ían clasifi- naria tendr ía tan ampl ia distribución en el área
carse como estenotérminas termófilas, ya que (Esnal, 1976, 1978a). Brooksia rostrata, Salpa
estarían limitadas a las áreas tropicales de los fusiformis y Thalia democratica parecerían estar
océanos Indico y Pélcífico (Soest, 1975b). Exis- limitadas en su expansión hacia el sur por la
ten casos de distribución aún más restringida, convergencia subtropical-subantártica. El resto,
como el de Cyc/osalpa strongylenteron, que sólo en general, no aparece al sur de la convergencia,
ha sido citada en dos oportunidades en el Pací- pero los datos disponibles son muy escasos.
fico oriental tropical (Berner 1955, Esnal 1976). Ihlea punctata es poco frecuente, y Cyclosalpa
polae, C. bakeri, Pegea confoederata, Ritteriella
Unas pocas especies son claramente criófilas. retracta, Salpa aspera, S. maxima, Thalia oríen-
Entre éstas, sólo dos son exclusivamente antár- talis y Thetys vagina son raras. Soest (1975b)
ticas: Ihlea racovitzai, que presenta una distri- considera otro grupo de 10 especies también
bución circumpolar (Foxton, 1971), y Salpa distribuidas en los tres océanos, pero con una
gerlachei, que estaría restringida al sector An- euritermia más restringida (limitadas entre 40-
tártico Pacífico (Foxton, 1961). Salpa thomp- 45°N y 35°S). De éstas sólo cuatro han sido
soni, muy común en los mares antárticos y con citadas en el Atlántico Sudoccidental, dos de
una distribución circumpolar, presenta una ma- ellas en una sola ocasión: Cyclosalpa affinis
yor tolerancia al ascenso de la temperatura (Amor, 1966a) y Traustedtia multitentaculata
extendiéndose hacia el norte, hacia aguas suban- (Apstein, 1894a). De las otras dos Weelia cylin-
tárticas, siendo el límite de su distribución la drica es muy frecuente en las áreas tropicales
convergencia subtropical (Foxton, 1961). Ih/ea y subtropicales, extendiéndose hasta la zona de
magalhanica sería una especie euritérmica crió- convergencia, y Thalia cicar ha sido encontrada
fila circumpolar que, según Foxton (1971), se recientemente, por primera vez, a lo largo de las
encontraría limitada a una zona que abarca costas de Brasil hasta las proximidades del Río
unos 10° a 12° de latitud atravesando la con- de La Plata (Esnal, 1978a). Esta especie ha sido
vergencia subtropical-subantártica. Por lo tanto, creada recientemente por Soest (1973a), dife-
se hallaría en las aguas subtropicales situadas renciándola de Thalia democratica, y es muy
más hacia el sur y, en consecuencia, más frías, frecuente y abundante en el Caribe y Golfo de
y en las subantárticas de más bajas latitudes y, México (Esnal, 1978b).
por lo tanto, más cálidas. Resta mencionar en
este grupo a Thalia longicauda, caracter ística
de aguas subantárticas, pero hasta el momento
sólo citada en el Atlántico y en el Indico. Según
Soest (1975b) existiría una barrera faunística al
sur de Australia que impide su expansión hacia Utilidad e importancia
el Pac ífico.
Situación en las redes tróficas
En la figura 258 se muestra la distribución de las
especies citadas en el Atlántico Sudoccidental. La importancia de las salpas en la ecología tró-
Este esquema es provisorio ya que algunas espe- fica del plancton ha sido, en general, desesti-
cies no están aún bien estudiadas, y de otras sólo mada, concentrándose la atención principalmen-
existen unas pocas citas. Además, en las pp. 802- te en los crustáceos del zooplancton. Sin embar-
803 se hace un detalle de las áreas en que fue- go, recientes trabajos (Harbison y Gilmer, 1976;
ron halladas. Heron, 1972a, b; Madin, 1974) muestran que

798
Thalíacea: Salpidae

esta posición debe ser seriamente reconsiderada. su densidad sólo en presencia de altas concen-
El alto ritmo de filtración que presentan, com- traciones de fitoplancton o en ausencia de com-
binado con su capacidad de retener partículas petidores.
extremadamente pequeñas que los organismos
Fraser (1962) señaló el efecto devastador que
que se alimentan con la ayuda de apéndices se-
pueden ejercer las salpas consumiendo todo el
tosos como los copépodos serían incapaces de
fitoplancton disponible, privando así a otros her-
retener (Jórgensen, 1966), sugiere que las salpas
b ívoros. El material que ingieren sólo es parcial-
se encuentran entre los más importantes consu-
mente digerido. Madin (1974) mencionó que es
midores de nanoplancton en el ambiente pelá- común encontrar en la materia fecal células con
gico. La dieta incluye, principalmente, cocoli-
los cloroplastos intactos, apoyando la sugerencia
tofóridos, diatomeas, radiolarios, foraminíferos,
de Fedele (1933b) en el sentido de que esta aglu-
tintínidos y flagelados.
tinación en partículas fecales de la materia inge-
Harbison y Gilmer (1976) midieron el ritmo de rida aceleraría la sedimentación del fitoplancton
filtración de varias especies de salpas y calcu- y del microzooplancton. Estas aglutinaciones
laron que un blastozooide de Pegea confoede- pueden también ser explotadas como fuente de
rata de 50 mm de longitud representa un im- alimento concentrado por organismos bentó-
pacto sobre el fitoplancton equivalente al de, nicos o pelágicos (Alldredge, 1972).
por lo menos, 450 copépodos calanoideos de
gran tamaño. Señalaron que tal impacto puede Con respecto a la relación con niveles tróficos
ser muy importante, inclusive en áreas donde superiores, las salpas sufren predación por parte
las salpas no parecen ser abundantes. Se basan de varios invertebrados, p~ces, y aves. Entre los
sobre el hecho de que la distribución en cadenas primeros se pueden mencionar hidromedusas del
aisladas (que pueden contener más de 200 indi- género Aequorea y ctenóforos del género Lam-
viduos), hace que la probabilidad de colectar una petia (Hamner et. al., 1976). Copépodos juve-
de estas cadenas, o una porción de ella, en una niles del género Sapphirina penetran en la cavi-
muestra de plancton, sea mucho menor que si la dad faríngea de las salpas y comen, desde el
distribución fuera al azar. Piensan que los interior, los tejidos del cuerpo (Heron, 1969).
muestreos que permiten obtener una cantidad Entre los peces, se ha citado la presencia de sal-
representativa de copépodos no son suficientes pas en el contenido intestinal del bacalao, la sar-
para obtener una muestra representativa de sal- dina y el atún, pero sólo en algunos casos consti-
pas, por lo que es necesario mejorar las estrate- tuirían la dieta principal del tlpez volador ti en
gias de recolección. Barbados (Hall, 1955), tlpez de arenatl (sable-
físh) al sur de California (Farris y Ford, 1967)
y dos especies del tlsmelt" (género Osmerus)
La abunqancia de las salpas y sus tlfloracionestl (Cailliet, 1972). Foxton (1966) ha destacado la
son bien conocidas. Berner (1967a), menciona gran importancia de las salpas en la diet~ del
una floración de Thalia democratica al sur de albatros en los mares antárticos.
California, en 1950, que cubría 3500 millas
cuadradas con una densidad promedio de 275
individuos/m3 hasta 70 m de profundidad.
Observaciones semejantes con respecto a esta
especie fueron hechas por Thompson (1948) y Indicadores hidrológicos
Sheard (1965), en Australia. Este fenómeno
pudo ser correlacionado con floraciones de algas
(Humphrey, 1963). Heron (1972a, b) ha mos- Existen muchas citas en la bibliografía sobre el
trado que Thalia democratia tiene uno de los empleo de salpas como indicadores de masas de
más altos ritmos de crecimiento individual y agua en diferentes regiones del océano. Limitán-
poblacional conocido entre los metazoos, cata- donos al Atlántico Sudoccidental, se pueden
logándola como una especie colonizadora. Silver mencionar los trabajos de Foxton (1961,1971),
(1975) las consideró un ejemplo de organismos Amor (1966a, b, 1969), Esnal (1968, 1970a, c,
oportunistas, capaces de aumentar grandemente 1972b,1978a).

799
Thaliacea: Salpidae

Métodos de estudio hasta llenar la cavidad, de modo de restaurar la


forma que el cuerpo tiene en vida, cuando dicha
cavidad se llena de agua. El ejemplar debe vol-
La gran mayoría de los estudios realizados sobre verse a colocar en formaldehido para su pre-
sálpidos se han hecho sobre material colectado servación y para evitar la proliferación de bacte-
con redes de zooplancton standard, manejadas rias en el agar. Este tratamiento facilita el mani-
también en forma standard. Sin embargo, si se puleo y el estudio de la disposición de los
quieren evitar al máximo los riesgos de rotura múscúlos, convirtiendo a las salpas en un mejor
de los ejemplares, en general frági les, es conve- objeto fotográfico. El método presenta algunas
niente regular la velocidad de arrastre de las re- desventajas tales como que el colorante acuoso
des (ver p. 101). El mejor fijador es una solu- no es permanente y el color de la musculatura
ción de formaldehido al 4 por ciento en agua de se pierde luego de dos o tres meses. Foxton men-
mar. En cuanto a la conservación, Foxton ciona haber intentado usar colorantes alcohó-
(1961) menciona que ejemplares del grupo Salpa licos sin éxito, debido al efecto de deshidrata-
fusíformis observados en vivo y pocos minutos ción. Por otro lado, el agar no puede ser ex-
después de la fijación con formaldehido fueron tra ído del cuerpo sin que éste sea considerable-
mantenidos en ese medio y reexaminados 8 años mente dañado.
después, sin observarse mayores alteraciones. Sin Un microscopio estereoscópico de bajo poder es,
embargo, Tokioka (1976), recomienda preser- en general, suficiente para el estudio de los ejem-
var el material (previa fijación en formaldehido) plares, siendo incluso posible (salvo en indivi-
en una solución de etanol al 70 por ciento, que duos muy pequeños) contar el número de fibras
evita que los tejidos se ablanden, permitiendo musculares por banda. El panorama puede mejo-
su estudio aún después de 40 años de conser- rarse, sobre todo las fotografías, utilizando el
vación.
condensador de campo oscuro diseñado por
Heron (1969).
El examen detallado de los ejemplares puede fa-
cilitarse con la ayuda de colorantes acuosos tales Braconnot (1973) ha puesto a punto técnicas
como el rosa de Bengala (Berner, 1954) que tiñe fotográficas que le han permitido obtener exce-
lentes resultados con material in vivo.
los músculos; el azul de toluidina (Yount,
1954) que c~lorea la túnica en rosa y los teji- Madin (1974) ha realizado interesantes obser-
dos del cuerpo en varios tonos de azul; el azul de vaciones sobre individuos vivos, en el mar,
metileno (Foxton, 1961) que destaca las escul- buceando (ver p. 11 l. Una forma de asegurar la
turas de la túnica; o el reactivo de Flemming obtención de animales intactos, con el fin de
(Braconnot, 1973). Foxton (1965) propone un real izar experiencias de fisiolog ía en cu Itivo,
método para facilitar el estudio de aquellas espe- es capturarlos bajo el agua, individualmente, con
cies von una túnica muy blanda, cuyo aspecto recipientes apropiados (Harbison y Gilmer,
achatado y deforme luego de la fijación hace 1976; Madin y Harbison, 1976; ver p. 11).
muy difícil la observación detallada de la muscu-
latura, sobre todo la de los sifones. Consiste en
la introducción de una solución 0,1 por ciento Reseña histórica y estado
de rosa de Bengala en la cavidad del cuerpo, por actual del conocimiento
la abertura oral, utilizando una pipeta, hasta
que la musculatura se tiña fuertemente de rosa. de los sálpidos
Luego el ejemplar debe transferirse con una cu-
chara perforada (elemento que se aconseja usar La primera descripción de una salpa data de
siempre para manipular las salpas) a un recipien- 1756 (Browne), existiendo 25 citas anteriores a
te con agua, para lavar el exceso de colorante. 1850 (ef. Braconnot, 1973). Estas citas están
Seguidamente se inyecta nuevamente por el ligadas, principalmente, a los nombres de Cuvier,
sifón bucal agar fundido, el cual solidifica en Chamisso, Fors~1 y Krohn. ~ntonces se con-
contacto con el agua fría, obstruyendo la aber- sideraba a las salpas, así como al resto de los tu-
tura atrial. Gradualmente se introduce más agar nicados, emparentadas con los moluscos, y entre

800
Thaliacea: Salpidae

éstos se las clasificaba. Le cupo al ilustre embrió- Con respecto a estudios de tipo fisiológico, ya se
lago ruso Kowalevsky (1867, 1871) el mérito ha hecho referencia a las contribuciones sobre
de aclarar la posición de los tunicados en el con- la fisiología de la nutrición (p. 795) que traen
junto,de los metazoos, con la demostración sor- aparejadas un replanteamiento sobre la impor-
prendente de que se trataba de cordados. Las in- tancia ecológica de los sálpidos.
vestigaciones de Kowalevsky fueron efectuadas
Las últimas aportaciones a la taxonomía del
sobre ascidias, y sus descubrimientos causaron
grupo se deben a Foxton, Kashkina y Soest.
una revolución entre los zoólogos, suscitando
búsquedas embriológicas entusiastas y fecundas. En cuanto al Atlántico Sudoccidental, además
De esta época datan los trabajos que sentaron las de los trabajos realizados sobre material de algu-
bases de los estudios embriológicos en salpas. nas de las expediciones ya mencionadas. se pue-
Pueden mencionarse los nombres de Brooks, den agregar los de Amor, Caldwell, Esnal, Krü-
Korotneff, Salensky y, ya en este siglo, Berrill ger y Tavares.
V Brien.

Durante la segunda mitad del siglo pasado y los Clasificación de Salpidae.


comienzos del presente se escribieron, además,
obras fundamentales sobre morfología y taxo- Distribución de las especies
nomía ligadas a los nombres de Apstein, Herd- en el AtláQtico Sudoccidental
man, Huxley, Ihle, Metcalf, Ritter, Sewell,
Stiasny, Streiff, Traustedt, y Vogt. Se pueden La denominación de Thaliacea para la clase que
agregar, ya al promediar el siglo, los trabajos de agrupa a sálpidos, doliólidos y pirosómidos se
Berner, Fraser, Thompson, Tokioka y Yount. debe a van der Hoeven (1850). Uljanin (1884)
En estas obras puede encontrarse, además de definió la subclase Desmomyaria que comprende
descripciones anatómicas detalladas, informa- a la familia Salpidae (Traustedt, 1885).
ción sobre la distribución, ya que muchas de
La sistemática de este grupo fue muy confusa
ellas están basadas sobre materia I proveniente
en sus comienzos. Sucedió, con alta frecuencia,
de las grandes expediciones como la del "Cha-
que se dieran diferentes nombres específicos a la
Ilenger" (Herdman, 1888a); la "Plankton-Expe-
forma solitaria y agregada de un mismo ciclo
dition" (Apstein, 1894a); la "Tiefsee-Expedi-
de vida. Por ejemplo, Cuvier (1804b) llamó
tion", a bordo del "Valdivia" (Apstein, 1906a);
Salpa fusiformís al blastozooide de esta especie,
la "Südpolar-Expedition" (Apstein, 1906b); y
mientras que Chamisso (1819) llamó S. runeí-
la "Siboga-Expedition" (Ihle, 1910).
nata al oozooide. Fue justamente el trabajo de
Entre las aportaciones más recientes al conoci- Chamisso el que permitió comprender que las
miento del ciclo de vida de algunas especies, se dos formas eran distintos estados en el ciclo de
encuentran las de Braconnot (1963) en Thalia vida de una misma especie (ef. Foxton, 1961).
democratica; Foxton (1966) en Salpa thomp- Esto dio lugar a una nomenclatura binomial, ya
soni y S. gerlachei; Sawicki (1966) en S. fusi- que los dos nombres se unieron por un guión:
formis y S. aspera; y, en los últimos años, los Salpa runcinata-fusifomis Chamisso-Cuvier, dan-
importantes trabajos de Heron (1972a y b) sobre do prioridad al correspondiente al oozooide
crecimiento individual y dinámica de poblacio- (Herdman, 1888b; Krohn, 1846; Traustedt,
nes en Thalia democratíea. 1885). Con buen criterio, Ritter (1905) consi-
deró que el primer nombre cronológico debía
Los primeros trabajos en que se estudió la rela-
ser el que ten ía prioridad, y el nombre especí-
ción entre la biología de los sálpidos y los pará-
fico pasó a ser en el caso de este ejemplo, S.
metros ambientales se deben a Michael (1918)
fusiformis-runcinata Cuvier~Chamisso. La no-
V, muchos años después, Yount (1958). A par-
menclatura moderna obvió el segundo nombre V
tir de entonces, los diferentes investigadores vie-
la especie pasó a llamarse S. fusiformis Cuvier.
nen encarando, de una u otra forma, estos pro-
blemas. Entre los autores que abordaron aspec- Metcalf (1918), en su importante estudio taxo-
tos ecológicos puede destacarse a Bary y a nómico sobre la familia Salpidae, consideró un
Fraser. solo género: Salpa Forskal, 1775, subdividido

801
Thaliacea: Salpidae

en 10 subgéneros, de cuyos nombres. 6 prove- Los individuos se unen entre sí por


n ían de autores precedentes (Cyclosalpa, lasís, un pedúnculo único.
Pegea. Salpa, Thalia y Thetys), y el resto eran
nuevos (Apsteinia, Brooksia, Rittería y Traus- Cyclosalpa affinis (Chamisso, 1819)/ 259-1/
tedtia). En 1919, por razones de prioridad, Yount, 1954/5e/Termófila cosmopolita.
reemplazó el nombre de Rítteria por Rítteriella
y Apsteínía por Ihlea. Cyclosalpa bakeri R¡tter, 1905/ 259-2/ Esnal,
1970c/5d-f/Euritérmica? cosmopolita.
Ihle e Ihle-Landenberg (1933) elevaron estos
subgéneros a nivel genérico, agregando el géne-
Cyclosalpa polae Sigl, 1912/259-3/Soest,
ro Metcalfina para la especie Salpa hexagona 1974a/7e 8, 8f/Euritérmica? cosmopo-
Quoy y Gaimard, 1824. lita.
Yount (1954) creó las subfamilias Cyclosalpi-
nae y Salpinae. Agregó, además, los géneros Subfamilia SALPINAE Yount, 1954
Helicosalpa Todaro, 1902, para Cyclosalpa vir- El intestino, en ambas formas, es más
gula Vogt, 1854 y C. komaii Ihle e Ihle-Lan- o menos compacto, formando un
denberg, 1936; y Weelia gen. nov. para Salpa núcleo. No hay órganos luminosos.
cylindrica Cuvier, 1804. A partir de aqu í que- En el blastozooide hay dos o más
daron sentadas las basesfundamentales de la cla- pedúnculos de unión en cada indi-
sificación úsada en el presente, agregándose viduo.
luego algunas especies (Berner, 1955; Foxton, Brooksia rostrata (Traustedt, 1893)/259-4/
1961, 1971; Soest, 1973a y b, 1974a y b, Soest, 1975a/5d-f; 6, 6e; 7, 7e-f; 8, 8f;
1975a). 11h; 12, 12g/Euritérmica? cosmopolita.
A continuación se detallan, por orden alfabético,
las especies citadas en el Atlántico Sudocciden- lasis zonaria (Pailas, 1774)/259-5/Esnal,
tal, agrupadas en las respectivas subfamilias que 1976/1; 3f-h; 4d; 5, 5d-e. 5h; 12g/Euritér-
son caracterizadas brevemente siguiendo a mica cosmopolita.
Yount, 1954. Luego de cada nombre específico
se indica: 1) La ilustración correspondiente; 2) Ihlea magalhanica (Apstein, 1894)/259-6/
Referencias bibliográficas con descripciones y/o Foxton, 1971/2, 2b-c, 2g-h; 3, 3c; 5d; 6e/
ilustraciones de la especie; 3) Las áreas del Criófila subantártica.
Atlántico Sudoccidental donde fue hallada
(fig. 142); y 4) Una observación general acerca Ihleapunctata (Forskal, 1775)/259-7/Yount,
de la distribución mundial conocida o supuesta. 1954/5d-e; 6e; 7e-f/Euritérmica? cosmo-
Todas las especies se incluyen en la clave de de- polita.
terminación (p. 803).
Pegea confoederata (Forskal, 1775)/259-8/
Soest, 1974b/3d; 4d;.6f; 6i; 10g/Euritér-
Phylum CHORDATA mica? cosmopolita.
Clase Thaliacea van der Hoeven, 1850
Subclase DESMOMYARIA Uljanin, 1884 Ritteriella retracta (Ritter, 1906)/259-9/
Familia SALPIDAE Traustedt, 1885 Soest, 1974b/6e/Euritérmica? cosmopolita.
Subfamilia CYCLOSALPINAE Yount,
1954 Salpa aspera Chamisso, 1819/259-10/Foxton,
En el oozoide el intestino acompaña a 1961/5d; 6, 6e 7h; 12h/Euritérmica? cos-
la barra branqu ial en la mayor parte mopolita.
de su recorrido. Presencia de órga-
nos luminosos. En el blastozooide Salpa fusiformis Cuvier, 1804/259-11/Fox-
el intestino nunca forma un núcleo ton, 1961 / 5, 5d-f, 5h; 6, 6e, g-h; 7e-g; 8,
compacto, puede ser alargado como 8f; 9g; 10g; 11h; 12h/Euritérmica? cosmo-
en el oozooide, o formar un lazo. polita.

802
Thaliacea: Salpidae

Salpa maxima Forskal, 1775/259-12/Soest, 259-16/Godeaux, 1967/2; 3c; 4d-e; 5d-f;


1974b/8; 11i/Euritérmica? cosmopolita. 6, 6e-f/Criófila subantártica.
Salpa thompsoni Foxton, 1961/259-13/Fox- Thalia orientalis Tokioka, 1937/259-17 /Soest
ton, 1961/1, 1a-i; 2, 2b-h, 3c-f; 4c-g; 5d-e; 1973a/6g-h/Euritérmica? cosmopolita. '
6/Criófila subantártica.
Thetys vagina Ti lesius, 1802/259-18/Yount,
Thalia cicar van Soest, 1973/259-14/Soest, 1954/12i/Euritérmica? cosmopolita.
1973a/6, 6e, 7, 7e, 7f; 8/Termófila cosmo-
polita. Traustedtia multitentaculata (Quoy y Gai-
mard, 1824)/259-19/Yount, 1954/12g/Ter-
Thalia democratica (Forskal, 1775)/259-15/ mófila? cosmopolita.
Soest, 1973a/ 5d-f; 6, 6e, 6h; 7, 7e-f; 8,
.8f-g; 9g; 10g; 11h; 12g-h/Euritérmica? Weelia cylindrica (Cuvier, 1804)/259-20/
cosmopolita. Yount, 1954/5, 5d-e, 6, 6e, 6h; 7, 7e-f;
8f-g; 9, 9g; 10g-h; 12, 12h-i/Termófila
Thalia longicauda (Quoy y Gaimard, 1824)/ cosmopolita.

Clave de determinación

1) Con gónadas, estolón ausente, huevos y embriones generalmente presentes, uno o más pe-
dúnculos de unión (forma agregada o blastozooide) . (21
lA) Sin gónadas, estolón generalmente presente, pedúnculos de unión ausentes (forma soli-
taria u oozooide) . (2
2) Intestino acompaña a la branquia en la mayor parte de su recorrido, no hay músculos
longitudinales ventrales . (3
2A) Intestino no acompaña la branquia . (5
3) Músculos longitudinales dorsales ausentes, sin órganos luminosos: Cyclosalpa affinis
(fig. 259-1 ).
3A) Músculos longitudinales dorsales presentes . (4
4) Sólo un músculo longitudinal dorsal originado por fusión completa del músculo VI; 5 pa-
res de órganos luminosos situados entre MI-VII :Cyclosalpa polae (fig. 259-3).
4Ai Dos músculos longitudinales dorsales, 6 pares de órganos luminosos: Cyclosalpa bakeri
(fig. 259-2).
5) Presencia de una proyección anterior a la boca, con aspecto de trompa, que lleva 2 pares
de músculos longitudinales: Brooksia rostrata (fig. 259-4).
5A) Sin tal proyección . (6
6) Músculos del cuerpo interrumpidos dorsalmente . (7
6A) Músculos del cuerpo continuos dorsalmente . (8
7) Con dos largas proyecciones póstero-Iaterales; superficie de la túnica espinosa: Thetys
vagina (fig. 259-18).
7A) Sin tales proyecciones; superficia lisa: lasis zonaria (fig. 259-5).
8) Algunos de los músculos del cuerpo forman anillos completos . (9
8A) Todos los músculos del cuerpo interrumpidos ventral mente . (14
9) Presencia de músculos longitudinales laterales localizados internamente con respecto al
resto de los músculos del cuerpo: Ihlea punctata (fig. 259-7).
9A) Sin esascaracterísticas . (10
10) Con dos proyecciones posteriores largas a cada lado del cuerpo . ( 11
lOA) Sin tales proyecciones: Ihlea magalhanica (fig. 259-6).
11) Músculos del cuerpo fusionados en dos grupos (1-111 y IV-V) dorsalmente; presencia de
palpos atriales y proyecciones medio-ventrales . (12

803
Thaliacea: Salpidae

11 A) Músculos del cuerpo paralelos dorsalmente; sin palpos atriales ni proyecciones medio-
ventrales: Thalia longicauda (fig. 259-16).
12) Palpos atriales simples y rectos; superficie de la túnica lisa (excepto las prolongaciones
y bordes de los sifones): Thalia democratica (fig. 259-15).
12A) Palpos atriales bifurcados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (13
13) Superficie de la túnica con espinas muy delicadas; sin proyecciones laterales: Thalia
·orientalis (fig. 259-17).
13A) Superficie de la túnica lisa; con proyecciones laterales: Thalia cicar (fig. 259-14).
14) Intestino no forma un núcleo sino que se extiende hacia la región posterior en línea recta.
Asociado con el intestino, a su izquierda, hay un órgano hematopoyético: Ritteriella
retracta (fig. 259-9).
14A) Intestino enroscado, formando un núcleo (15
15) Proyecciones de la túnica en forma de tentáculos. Cinco músculos en el cuerpo: Traus-
tedtia multitentaculata (fig. 259-19).
15A) Sin tales proyecciones (16
16) Sólo 4 músculos en el cuerpo: Pegea confoederata (fig. 259-8).
16A) Más de 4 músculos en el cuerpo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (17
17) Todos los músculos del cuerpo paralelos dorsalmente: Salpa maxima (fig. 259-12).
17 A) Algunos músculos con disposición no paralela (18
18) M I-IV convergiendo formando un grupo: Weelia cylindrica (fig. 259-20).
18A) M 1-111 agrupados dorsalmente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (19
19) M VIII-IX fusionados en la región media dorsal. .. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (20
19A) M VIII-IX aproximados pero no fusionados en la región media dorsal: Salpa aspera
(fig. 259-10).
20) Superficie de la túnica espinosa: Salpa thompsoni (fig. 259-13).
20A) Superficie lisa: Salpa fusiformis (fig. 259-11 ).
21) Sólo un pedúnculo de unión en el que se continúan los músculos del cuerpo. . . . . . . . . .. (22
21 A) Presencia de dos o más pedúnculos de unión, no musculares. El intestino enroscado for-
mando un núcleo : (24
22) Músculos del cuerpo con disposición simétrica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (23
22A) Músculos del cuerpo con disposición asimétrica; presencia de dos proyecciones poste-
riores conteniendo el testículo y un ciego: Cyclosalpa bakeri (fig. 259-2).
23) Un par de órganos luminosos laterales entre M 11-111; Mili-IV fusionados en la línea me-
dia dorsal: Cyclosalpa polae (fig. 259-3).
23A) Sin órganos luminosos. Todos los músculos están separados dorsalmente: Cyclosalpa
affinis (fig. 259-1).
24) Músculos del cuerpo asimétricos, algunos forman anillos completos. . . . . . . . . . . . . . . . .. (25
24A) Ninguno de los músculos del cuerpo forma anillos completos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. (26
25) Músculos del cuerpo fusionados formando un único grupo tanto dorsal como ventral-
mente: Brooksia rostrata (fig. 259-4).
25A) Los músculos del cuerpo no forman una sola unidad ni dorsal ni ventralmente. M 1-111
fusionados en la línea media dorsal; M V bifurcado: Ihlea magalhanica (fig. 259-6).
26) Todos los músculos del cuerpo interrumpidos dorsalmente: Thetys vagina (fig. 259-18). •
26A) Algunos o todos los músculos del cuerpo continuos dorsalmente , (27
27) M I interrumpido dorsalmente: lasis zonaria (fig. 259-5).
27 A) M I continuo dorsalmente (28
28) Cuatro pedúnculos de unión ubicados simétricamente: Pegea confoederata (fig. 259-8).
28A) Pedúnculos de unión asimétricos o no se proyectan fuera de los límites de la túnica ..... (29
29) Presencia de un par de tentáculos largos pósterolaterales: Traustedtia multitentaculata
(fig. 259-19).
29A) Sin tales tentáculos. . .. .. ... .. .. .. ... .. ... .. .. . ... .. .. . ... .. . .. .. .. . ... .. . (30

804
Thaliacea: Salpidae

30) Las barras transversales de la branql.Jia están juntas dorsal mente, pero se reducen en an-
cho, aguzándose, hacia la región ventral donde están, en consecuencia, separadas: Weelia
cY,lindrica (fig. 259-20).
30A) La branquia no presenta estas características . (31
31) Músculos del cuerpo asimétricos. M 11 se extiende ventral mente sobrepasando el en dos-
tilo, para terminar entre M V Y VI del lado opuesto: Ihlea punctata (fig. 259-7).
31 A) Músculos del cuerpo con disposición aproximadamente simétrica . (32
32) Presencia de una proyección aguzada en ambos extremos del cuerpo, lo que motiva un
aspecto general fusiforme. Seis músculos en el cuerpo arreglados en dos grupos (I-IV
y V-VI) que se tocan o fusionan en la región media dorsal . (33
32A) Forma general ovalada, puede aguzarse en la región posterior. Cinco músculos en el
cuerpo . (37
33) Proyección posterior del cuerpo más larga que la anterior. La fusión de los M 1 Y 11 se
extiende desde la parte media dorsal hacia las áreas laterales: Ritteriella retracta (fig.
259-9).
33A) Ambas proyecciones del cuerpo de tamaño equivalente. M I Y 11 fusionados en la parte
media dorsal solamente . (34
34) M IV Y V se acercan lateralmente sin tocarse . (35
34A) M IV Y V fusionados lateralmente . (36
35) M I-IV fuertemente fusionados en la línea media dorsal. Proyecciones anterior y poste-
rior del cuerpo espinosas: Salpa aspera (fig. 259-10).
35A) M 1I Y III sólo se tocan en la línea media dorsal (M I Y 11 se fusionan al igual que M II1 Y
IV). Superficie de la túnica lisa: Salpa maxima (fig. 259-12).
36) Superficie de la túnica espinosa: Salpa thompsonl (fig. 259-13).
36A) Superficie de la túnica lisa: Salpa fusiformis (fig. 259-11).
37) Número de fibras musculares en MI-V: 29-38: Thalia longicauda (fig. 259-16).
37A) Número de fibras musculares en M I-V: 15-17 . (38
38) Parte posterior del cuerpo redondeada: Thalia cicar* (fig. 259-14).
38A) Parte posterior aguzada . (39
39) Los pedúnculos de unión anteriores no sobresalen del límite de la túnica: Thalia demo-
cratica* (fig. 259-15).
39A) Los pedúnculos de unión anteriores sobresalen del límite de la túnica: Thalia orientalis*
(fig. 259-17).

* Las característitas mencionadas para la diferenciación son las


utilizadas por van Soest (1973a), pero es necesario aclarar que
la distinción entre blastozooides de estas tres especies es muy
dificultosa.

805
Thaliacea: Salpidae

Fig. 259
Thaliacea: Salpidae.

(Ver referencias en p.
808).

806
L08
(808
"d ua se!:>uaJalaJ Jal\)
"aep1dles
" :ea:>e!le641
69<: l:l
Thaliaeea: Salpidae

Fig. 259. Thaliaeea: Salpidae.·


1) Cyclosalpa affinis, a: oozoide, b: blastozooide sin la túnica; 2) Cyclosalpa bakeri. a: esquema del oozoide.
vista dorsal. b: blastozooide sin la túnica, e: detalle del postabdomen (a: ano, e: eieQo, d: conducto deferente, e
esófago, g: conducto de la glándula intestinal, i: intestino, M: unión de los músculos IVb (Metealf), Mvd:
músculo visceral ventral derecho, Mvi: músculo visceral ventral izquierdo, t: testículo); 3) Cyclosalpapolae, a:
oozooide, b: blastozooide; 4) Brooksia rostrata, a: oozooide sin la túnica, en vista dorsal, b: idem, ventral, e:
blastozooide en vista dorsal, d: idem, ventral; 5) lasis zonaria, a: oozooide, b: aspecto lateral del oozooide, e:
corte transversal de la túnica del blastozooide, d: blastozooide, 6} Ihlea magalhanica, a: oozooide, b:
blastozooide, 7) Ihlea punctata, a: oozooide sin la túnica, b y e: blastozooide sin la túnica en vista dorsal (b) y
ventral (e); 8) Pegea confoederata, a: oozooide, b: blastozooide; 9) Ritteriella retracta, a: oozooide, b:
blastozooide, sin la túnica; 10) Salpa aspera, a: oozooide, b: blastozooide; 11) Salpa fusiformis, a: oozooide. b:
blastozooide; 12) Salpa maxima, a: oozooide embrionario, b: vista lateral del órgano vibrátil; c: blastozooide;
13) Salpa thompsom; a: oozooide, b: blastozooide; 14) Thalia cicar, a: oozooide, b: blastozooide; 15) Thalia
democratica, a: oozooide, b: blastozooide; 16) Thalia longicauda, a: oozoide, b: blastozooide; 17) Thalia
orienta lis, a: oozooide, b: blastozooide; 18) Thetys vagina, a: oozooide, esquematizado, b: blastozoide; 19)
Traustedtia multitentaculata, a: oozooide, b: detalle de una espina, c: blastozooide; 20) Weelia cylindrica, a:
oozooide. b: blastozooide, e: detalle de la branquia.
Todas las escalas corresponden a 3 mm, a menos que se indique lo contrario.
(1 a: modificado de Metcalf, 1918; 1b, 2b, e, 3a, b, 4a, d, 5a, d, 7a-c, 8a, b, 9a, b, 1 1a, b, 12a-e, 14a, b, 1 5a, b,
1 7a, b, 19a-c y 20a-c: original; 2a: según Amor, 1969; 10a, by 13a, b: según Foxton; 1961; 16a, b: según
Amor, 1966b; 18a, b: según Yount, 1954).

808
APPENDICULARIA
GRACIELA B. ESNAL

Morfología. Características exteriormente en dos aberturas redondeadas,


ciliadas: los espiráculos. La boca se mantiene
de importancia sistemática siempre abierta, es inmóvil y posee un labio infe-
rior prominente.
Se hará aqu í sólo una breve referencia morfoló-
En la región anterior del piso de la faringe se en-
gica ya que una descripción exhaustiva puede
cuentra el endostilo. En algunas especies se
encontrarse en tratados clásicos de zoología (ver
8rien, 1948b; Fenaux, 1967). observan dos agrupaciones de célu las glandu la-
res, una a cada lado del endostilo, llamadas
Las apendicularias son tunicados pelágicos ca- glándulas prebucales. Su presencia y morfología
racterizados por la conservación de la notocuer- son caracteres usados en la sistemática del gru-
da en el estado adulto y la carencia de cavidad po. Del extremo anterior del endostilo parten,
atrial y de cloaca. El cuerpo consta, básicamen- con dirección dorsolateral, dos bandas ciliadas,
te, de un tronco, cuya longitud sobrepasa excep- los arcos pericoronales, que se reúnen en la línea
cionalmente los 5 mm, y una cola, generalmente media dorsal en la proximidad de la entrada del
varias veces más larga que el tronco, que con- esófago. Del extremo posterior del endosti lo
tiene la notocuerda. parte otra banda ciliada que se prolonga por la
línea medio-ventral de la faringe hasta la entrada
del esófago. Este último se curva y desemboca
en la parte superior del estómago.
Anatomía del tronco La forma del estómago es importante en la siste-
mática. Varía en los diferentes géneros, pasando
desde ser una simple dilatación del tubo diges-
Una observación superficial llevaría a pensar que tivo, hasta la aparición de un ciego netamente
su organización estructural se aparta totalmente diferenciado, o la subdivisión en dos lóbulos, de-
del tipo básico de los tunicados. Sin embargo, recho e izquierdo. Este último es el caso del gé-
aparece la disposición en tres regiones caracte- nero Oikop/eura, las apendicularias más comunes
rísticas de estos organismos: a) región faringo- del Atlántico sur. En la región superior del lóbu-
branquial; b) región conteniendo el asa del tubo lo izquierdo desemboca el esófago. A su vez, este
digestivo y el corazón; y c) región genital. lóbulo puede presentar o no un ciego post-car-
dia!' Este carácter fue utilizado por Lohmann
La anatom ía de estas regiones var ía en las 3 fa-
(1933) con valor subgenérico.
milias que comprende la clase por lo que se las
considerará separadamente. El intestino se continúa a partir del lóbulo de-
recho del estómago y se dirige hacia la región
anterior, encontrándose el ano entre los dos es-
piráculos o desplazado un poco hacia adelante.
Familia OIKOPLEURIDAE (fig.260)
El corazón se sitúa bajo el lóbulo izquierdo del
estómago, tiene el aspecto de una vesícula e im-
pu lsa la sangre por u n sistema de senos y la-
El tronco es aproximadamente ovoide. La cavi-
gunas.
dad faríngea se comunica al exterior, hacia ade-
lante, por la boca, y láteroventralmente por dos La región genital se ubica en la parte posterior
conductos, los tubos branquiales, que terminan del tronco. A excepción de Oikop/eura dioica,

809
Appendicularia

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Fig. 260. Familia Oikopleuridae: Oikopleura albicans.


A) Tronco en vista lateral izquierda; B) Tronco en vista dorsal; C) Aspecto general.
a) Ano; ap) Arcos pericoronales; b) Boca; c) Corazón; ci) Ciego; cs) Células subcordiales; e) Esófago; en) Endos-
tilo; es) Espiráculos; f) Faringe; g) Glándulas prebucales; i) Intestino; Id) Lóbulo derecho del estómago; Li)
Lóbulo izquierdo del estómago; m) Musculatura de la cola; n) Notocorda; 00) Ovario; t) Testículos.
Escalas: 1 mm.
(Según Fenaux, 1967).

todas las apendicularias son hermafroditas. Las Familia FRITILLARIDAE {fig. 262)
gónadas se desarrollan a partir de una glándula
impar que se diferencia en un ovario, ubicado
en la línea media V, en general, dos testículos, El tronco es alargado V, en general, más com
situados uno a cada lado del ovario, existiendo primido dorsoventralmente. La región faringo-
diferencias de disposición en los distintos géne- branqu ial no presenta diferencias importantes
ros (fig. 261). con respecto a Oikopleuridae. La boca se pro-
longa en un número variado de lóbulos; los tu-
El sistema nervioso comprende un ganglio cere- bos branquiales son más cortos, V los espiráculos
broide, situado en el tronco, V un cordón dorsal pueden ser redondeados, ovalados, o en forma
que se continúa en la cola. Acompañando al de hendiduras.
ganglio cerebroide se encuentra un estatocisto V El esófago es horizontal. El resto del tubo diges-
un órgano vibrátil de naturaleza sensorial. tivo presenta un aspecto más compacto, el estó-

810
Appendicularia

mago es globoso al igual que el intestino, que se


sitúa lateralmente al estómago, desembocando
generalmente

a la derecha .

El corazón se ubica transversalmente por delante


del estómago y por debajo del esófago.

La disposición de las gónadas es más variada que


en Oikopleuridae y es una característica impor-
tante en la identificación de las especies de Fri-
tillaria (ver fig. 261).
Cabe mencionar el caso excepcional del género
Tectil/aria, en el qu e aparecen dos ovarios u bi-
cados en la región faringo-branquial, por encima
de los espirá..culos (fig. 269-17).

El sistema nervioso presenta las mismas carac-


ter ísticas que en Oi kopleu ridae.
Fig. 262. Familia Fritillaridae: Fritillaria pellucida. A) Tronco en
Oíkopleuridae Frltlllerlda. vista lateral izquierda; BI Tronco en vista dorsal; C) Aspecto ge_
neral. a) Ano; cl Corazón cal Células anficordales; cg) Células
glandulares; coi) Capa oicoplástica inferior;cosl Capa oicoplástica
o superior; el Estómago; en) Endostilo; es) Espiráculos; gt) Glán-
-----------
I GA\) ~
.
u
...
dula far(ngea; i) Intestino; J) Labio superior; o) Ovario; p) Pro-
longaciones cuticulares; tl Testrculo. Escalas: 0,25 mm. (Según
Fenaux,1967) .
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Frltilla'¡a

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I~ I ti nti
TI '1" ,....
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In"'"''''
es
Flg. 261 Esquema ,It, I••~ diferentes disposiciones de las gó- e
nadas en Appendicularia. (Cortes longltudinales
frontales, la boca se sitúa hacia arriba).
Género Fritillaria: A) F. pellucida; B) F. aberrans, F.
borea/is, F. formica, F. hap/ostoma, F. megachi/e y F.
tenella; Cl F. aequatoria/is; D) F. graci/is; E) F. cha-
rybdae.
(Modificado de Fenaux, 1963b).

Familia KOWALEVSKIIDAE (fig. 263)

Fig. 263. Familia Kowalevskiidae: Kowa/evskia tenuis. A) Tron-


El tronco está comprimido dorso-ventral mente co en vista lateral derecha; B) Tronco en vista ventral; C) Aspec-
en la región anterior, y es globuloso en la pos- to general. a) An'o; b) Boca; COS) Capa oicoplástica superior; e)
Esófago; es) Estómago; h) Hendidura branquial; i) Intestino; o)
terior. Ovario; tI Testrculo. Escala 0,25 mm. (Según Fenaux. 1967).

81 ·1
Appendicularia

Las principales diferencias con respecto a los tiene, fundamentalmente, la notocuerda, la mus-
otros dos géneros se encuentran en la región culatura caudal y el cordón nervioso. Durante el
faringo-branquial. La cavidad faríngea es alar- desarrollo ha sufrido una torsión de 90· hacia
gada y carece de endostilo y de arcos pericoro- la izquierda, de modo que el plano sagital de la
nales. Está dividida longitudinalmente en tres cola es coincidente con el plano frontal del tron-
partes por hileras de peines ciliados (fig. 264). co. Por tal razón el cordón nervioso se encuentra
La boca no posee labios y, en lugar de espirácu- situado a la izquierda de la notocuerda. La cu-
los, se encuentran dos hendiduras branquia les bierta cuticular de la cola se extiende en los bor-
alargadas. El esófago es corto y el estómago glo- des constituyendo una especie de aleta. En la
buloso. El intestino es ovoide y el ano se abre a familia Oikopleuridae (fig. 260c) esta aleta ter-
la derecha del tronco. mina en forma aguzada o redondeada, nunca
presenta una escotadura como ocurre frecuente-
mente en Fritillaridae (fig. 262c). Además, en
algunas especies de Oikopleuridae puede obser-
varse, en la musculatura del lado derecho, las
llamadas células subcordales, cuya presencia,
número y forma se utilizan en la identificación
de las especies (fig. 260c). En Fritillaridae apare-
cen, en algunas especies, uno o dos pares de cé-
lulas situadas simétricamente a ambos lados de
la notocuerda (fig. 262c) llamadas células anfi-
cordales. Tienen aspecto de células. secreto ras pe-
ro su función se desconoce. La cola en la fami-
lia Kowalevskiidae presenta una forma lanceola·
da con extremo acuminado (fig. 263c).

cf
Fig. 264. Corte transversal de la faringe en Kowalevskia. Biología
cf) Cavidad faríngea; h) Hendidura branquial; o) Capa
oicoplástica; p) Peine faríngeo.
(Según Fenaux, 1967).

Reproducción y desarrollo
No hay corazón, siendo la sangre propulsada por
los movimientos de la cola (estos movimientos
Las apendicularias son hermafroditas, salvo
también influyen en la circulación sangu ínea en Oikopleura dioica. La morfología de las gónadas
las otras familias de apendicularias). ya ha sido brevemente descripta. Los lectores
En la región genital se encuentran un ovario y interesados en los aspectos histológicos de las
uno o dos testículos redondeados. mismas pueden consultar las obras de Fenaux
(1963b, 1967).
El sistema nervioso conserva las características
ya mencionadas. Presentan protandria. La fecundación es externa,
siendo los espermatozoides evacuados al exte-
rior por un espermiducto que suele ser bien visi-
ble en algunas especies de Oikopleuridae. Des-
Anatomía de la cola pués de la emisión de los espermatozoiqes los
oocitos continúan su desarrollo y acaban por
ocupar casi totalmente la región genital. La eva-
El plan de organización de la cola no difiere fun- cuación al exterior de los oocitos se hace por ro-
damentalmente en las tres familias. Se encuentra tura de la pared del cuerpo, lo que determina la
insertada en la región ventral del tronco y con- muerte del animal. Los h.uevos, fecundados en el

812
Appendicularia

agua de mar, se rodean de una cubierta protec- esta capa, así como de la compleja arquitectura
tora. A la segmentación total sigue una estereo- de la cápsula, puede encontrarse en la literatura
blástula y una gastrulación por epibolia. Los mencionada anteriormente. Tal arquitectura
territorios presuntivos son iguales a los de las comprende un intrincado sistema de cámaras y
ascidias. Para una descripción detallada del desa- filtros, constituyendo una de las más elaboradas
rrollo embrionario ver Brien (1948b); Fenaux estructu'ras externas fabricadas por cualqu ier
(1967). Recientemente Fenaux (1976a) ha podi- animal.
do seguir el desarrollo completo en cultivos de
Oikop/eura dioica, observando que el ciclo vital La complejidad de las cápsulas varía en las tres
es corto, variando de 3 a 12 días dependiendo de familias. Las más elaboradas y mejor conocinas
la temperatura. Menciona que un aumento de son las de la familia Oikopleuridae, en las que el
SoC puede provocar una reducción de la dura- animal se encuentra alojado en el interior de la
ción de una generación a la mitad o la tercera estructura (fig. 265). En Kowalevskiidae el élni-
parte, lo que explica las floraciones en las pobla- mal también se encuentra rodeado totalmente
ciones de esta especie, como la mencionada por por la cápsula, pero no existe un sistema de fil-
Seki (1973) 'en Saanich Inlet, donde la "marea tros equivalente al de Oikopleuridae (fig. 267).
roja" de O. dioica se extendía por algunos kiló-
metros y varios metros de espesor, con una den- En Fritillaridae el animal no se aloja en el inte-
sidad de población mayor que 10000 individuos rior, sino que está unido a la cápsula, que en este
por m3• caso es más simple, sólo por la boca (fig. 266).
El funcionamiento de la cápsula se conoce mejor
en el género Oikop/eura. El agua entra por un
par de aberturas incurrentes cubiertas por un
Alimentación: mecanismos
tamiz de malla gruesa donde se realiza una pri-
mera selección por tamaño de las partículas,
descartándose las células más grandes del fito-
Hasta aqu í se han descripto las apendicu larias tal plancton. El flujo de agua en el interior es im-
como aparecen en las pescas planctónicas, inclu- pulsado por los movimientos de la cola del ani-
yendo en la descripción los elementos morfológi- mal, siguiendo un intrincado camino a través de
cos suficientes para la identificación de las espe-
una compleja estructura de filtración. Final-
cies. Sin embargo, falta la mención de una es-
mente quedan retenidos los microorganismos del
tructura fundamental para la vida de estos orga- nanoplancton que son aspirados por la boca.
nismos, la casa o cápsula, a la cual el animal está
unido o alojado en su interior. De aqu í en más el mecanismo de alimentación
sigue las pautas comunes a todos los tunicados.
Se trata de un aparato especializado, y único en
La dirección del flujo de agua dentro de la fa-
el mundo animal, de captura de alimento. La
ringe, desde la boca hacia el exterior a través de
cápsula es descartada periódicamente, secretán-
los espiráculos, está determinada por la ciliatura
dose una nueva. Es una estructura sumamente
delicada, que el animal abandona al sufrir per-
turbaciones mecánicas, lo que determina su ge-
neral ausencia en las muestras de plancton. Su
naturaleza es mucosa y es secretada por células
glandulares epidérm icas que constituyen la lla-
mada capa oicoplástica, por lo general fácil de
observar en la superficie de una porción del tron-
co. La disposición de estas células varía en las
diferentes familias y determina la estructura de
la cápsu la. La capa oicoplástica puede ser subdi-
vidida en regiones según la morfología de las Fig. 265. Cápsula de Oikopleura albicans. Las flechas indican
células y la porción de la cápsula que ellas fabri- el sentido de la corriente de agua.
can. Una descripción histológica detallada de (Según Lohmann y Bückmann. 1926).

813
Appendicularia

Distribución

Las apendicularias son unos de los miembros


más conspicuos del zooplancton, encontrándose
ampliamente distribuidas en todos los océanos.

Se encuentran en mar abierto pero son más abun-


dantes en las aguas de. plataforma y en la capa
de O a 100 m de prfundidad, no presentando,
aparentemente, migraciones verticales de impor-
tancia.

La gran mayoría de las especies parece preferir


las aguas cál idas, pero existen muchos problemas
en la distribución aún por resolver. Ejemplos de
Fig. 266. Cápsula de Fritillaridae. tales problemas son los casos de Oikopleura
(Según Alldredge. 1976a). longicauda, la especie en general más común en
aguas cálidas y templadas, y de O. fusiformis,
de los mismos. Las partículas son retenidas por otra especie ampl iamente distribu ida.
el mucus producido por el endostilo y movili- En el Atlántico, el límite sur de la distribución
zadas por la ciliatura de los arcos pericoronales, de O. longicauda estar ía dado por la isoterma de
formándose un cordón que pasa al esófago. De 15°C (Lohmann y Hentschel, 1939) mientras
esta manera una gran cantidad de nanoplancton que O. fusiformis se extendería a lo largo de la
puede ser procesada en el tubo digestivo de las plataforma continental argentina hasta 61°5
apendicularias en muy poco tiempo. Los dese- (Udvardy, 1958). Las observaciones de Bück-
chos, a veces no digeridos o sólo parcialmente, mann (1974) y de Esnal (1972a, 1973b) corro-
son expulsados por el ano, acabando por tapar boran esta distribución. Sin embargo, en el ma-
los filtros de la cápsula lo que provoca que ésta terial del Océano Antártico estudiado por Loh-
sea abandonada por el animal. La secreción de mann (1928), aparece o. longicauda, y no O.
una nueva cápsula puede tomar, aproximada- fusiformis.
mente, desde cinco minutos a cuatro horas, se-
Unas pocas especies, pertenecientes a tres géne-
gún las especies.
ros, pueden considerarse endémicas del Antár-
tico. En el género Oikopleura éstas son: O.
gaussica, O. valdiviae, O. drygalski y O. weddeli.
Sin embargo, Tokioka (1964) plantea dudas so-
bre la validez de las tres últimas mencionadas,
que podrían ser meras variaciones de la primera.
Lohmann y Hentschel (1939) citaron otras 7 es-
pecies de este género en el Antártico: O. falklan-
dica, O. frigida, O. magelhanica, O. meteori, O.
oblonga, O. rigata y O. simplex, pero no inclu-
yeron ninguna descripción por lo que corres-
ponde considerarlas como nomina nuda (Tokio-
ka, 1964). Fritillaria antarctica sería la única
especie de este género endémica en el Antártico.
pero también en este caso Tokioka (Ioc. cit.)
duda sobre su validez taxonómica, ya que su afi-
nidad con F. fraudax, especie termófila, es muy
Fig. 267. Cápsula de Kowalevskia tenuis. Las flechas indican
el sentido de la corriente de agua. marcada. El material disponible pot Tokioka no
(Según Fol. 1872). le permitió dar una opinión definitiva. Estos

814
Appendicularia

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PRESENCIA

_ abundante
frecuente

esca sa

rara o muy rara

Fig. 268. Distribución latitudinal de las especies de Appendicularia citadas en el Atlántico Sudoccidental. Se excep-
túan las especies de las que se conoce una sola cita.
(De Esnal. 1978a).

815
Appendicularia

ejemplos ilustran los problemas taxonómicos Friti/laria borealis, forma typica ya ha sido cita-
aún sin resolver existentes en el grupo. da como ejemplo de distribución bipolar. Puede
El otro género con especies restringidas al Antár- considerársela una forma criófila euritérmica ya
t¡co es Pelagopleura, y las especies son: P. magna que se extiende mucho hacia el norte llegando
y P. australis. hasta los 410 S en los bordes de la plataforma
continental argentina (Bückman, 1974). La
Además de las formas endémicas ya menciona- forma intermedia representaría, para Tokioka
das, varias especies termófilas han sido citadas (1960b), una población de la forma typica ca-
en el Antártico. Lohmann (1928) las llamó "visi- racterística de aguas cálidas y de mezcla. La for-
tantes tropicales", suponiendo que se encontra- ma sargassi sería termófila, estando limitada en
ban en las capas inferiores donde la temperatu- su distribución hacia el sur por la Convergencia
ra era más elevada. Tokioka (1964) desestima tal Subtropical (Lohmann y Hentschel, 1939).
posibilidad sobre la base de la escasa variación
de las características físico-qu ímicas, desde los La plataforma patagónica presenta, en general,
200-400 m de profundidad a la superficie, en los una fauna de aguas cálidas empobrecida, pu-
mares antárticos. diéndose encontrar, generalmente sobre el talud,
especies antárticas transportadas por la corriente
En el Artico una sola especie, Fritillaria polaris, de Malvinas. Lohmann y Hentschel (/oc. cit.)
parece ser endémica, si bien se encuentra acom- mencionaron un área de abundancia de apendi-
pañada por otras tres especies criófilas cuya dis- cularias, que llamaron "área del Plata", exten-
tribución se extiende mucho más hacia el sur. diéndose desde Río de Janeiro hasta el golfo San
Estas son: Oikopleura labradoriensis, o. van- Matías, con un núcleo al sur de la desemboca-
hoeffeni y Friti/laria borealis, forma typica (Fe- du ra del Río de la Plata. Al sur de esta área
naux,1967). existiría una zona decididamente pobre, encon-
trándose otro foco de abundancia circundando
En las apendicularias, como en muchos otros
el cabo de Hornos y las islas Malvinas. Las obser-
grupos planctónicos, se encuentran ejemplos de
vaciones de Bückmann (1974) y de Esnal
distribución bipolar, pero son muy escasos. Fri-
(1972a, 1973b) parecen confirmar este pano-
ti/laria borealis, f. typica es uno de ellos, y otro, rama.
más dudoso, el de Oikopleura gaussica del An-
tártico que pertenecería al grupo labradoriensis .Más adelante (p. 820) se detallarán todas las es-
del Artico (Tokioka, 1961). pecies citadas en el Atlántico Sudoccidental, in-
Con respecto al área de interés de esta obra, el dicándose las áreas en que fueron halladas.
Atlántico Sudoccidental, en la fig. 268 se mues-
tra un esquema provisorio de la distribución de
la mayoría de las especies all í citadas. La mayor Utilidad e importancia
diversidad se encuentra en aguas cálidas, a lo lar-
go de las costas de Brasil, donde Oikopleura lon-
gicauda es la especie dominant~, seguida por O.
fusiformis. Ya se han hecho algunas referencias Situación en las redes tróficas
sobre las características de la distribución hacia
el sur de estas dos especies. Oikopleura dioica
muestra marcada preferencia por las aguas cos-
teras, siendo particularmente abundante en las Las apendicularias se alimentan de pequeños or-
proximidades de la desembocadura del Río de ganismos del plancton tales como cocolitofóri-
la Plata (Esnal, 1972a). En cuanto a las especies dos, pequeñas diatomeas, dinoflagelados y otros
de la familia Fritillaridae, Friti/laria borealis, F. flagelados desnudos que atrapan con su sistema
pellucida y F. formica son las más frecuentes en de filtración altamente eficiente. Tomando en
aguas cálidas. La primera de ellas muestra una consideración la clasificación de los organismos
amplia distribución, pero la existencia de dife- planctónicos realizada sobre la base de su tama-
rentes "formas" dentro de la especie hace pen- ño, la dieta de las apendicularias incluye, funda-
sar que sea necesaria una revisión taxonómica. mentalmente, nanoplancton. Son muy pocos los

816
Appendicularia

organismos del zooplancton, aparte de las apen- con los peces que predan sobre cápsulas ocupa-
dicularias, que poseen un .sistema de filtración das. En síntesis, la particular estructura de fil·
adaptado para la captura del abundante nano- tración de las apendicularias constituye una
plancton del océano; ésto las coloca en una si- fuente de energía concentrada; no tenida en
tuación clave en las tramas tróficas del ecosis- cuenta hasta el presente en los estudios ecológi-
tema marino. Paffenhofer (1973,1975; ver tam- cos, que permite acceder al consumo de fito-
bién p. 189) ha logrado mantener cultivos de plancton a muchos organismos para los cuales de
Oikopleura dioica a través de 19 generaciones, otra ma.nera no estaría disponible.
observando el alto ritmo de filtración de esta
Por otra parte, también se destaca en los traba-
pequeña especie. Menciona que los ejemplares
jos de Alldredge, las cápsulas descartadas alteran
mayores pueden filtrar 300 mi de agua por día, la estructura del ambiente planctónico, que clá-
extrayendo todo el fitoplancton presente, lo sicamente se ha considerado físicamente homo-
que significa una cantidad del orden de las
géneo y carente de sustratos sól idos que sirvan
250.000 células. Alldredge (1976a) ha calculado
de apoyo a los organismos. Observaciones reali-
velocidades de filtración mucho más altas, de zadas in situ mediante buceo o veh ícu los sumer-
varios cientos de mi de agua por hora, en las es- gibles (ver p. 11) han mostrado gran abundancia
pecies más grandes como Megalocercus huxleyi
de agregados orgánicos macroscópicos (pueden
y Stegosoma magnum. Tal acción no es desde-
alcanzar varios centímetros de diámetro) forma-
ñable si consideramos que en muchos cuerpos de
dos por material que se ha depositado sobre
agua las apendicularias son tan abundantes que
pequeñas part ícu las mediante diferentes proce-
ocupan el segundo lugar después de los copé-
sos, que incluyen acción bacteriana. Muchos or-
podos.
ganismos del zooplancton, principalmente tuni-
Entre los predadores de las apendicularias han cados (taliáceos y apendicularias) y pteró-
sido citados muchos peces, algunos de importan- podos, producen restos mucosos que originan
cia económica como el arenque del Atlántico estos agregados. Sobre ellos algunos organismos
norte y la sardina del Pacífico (Tokioka y Suárez planctónicos pueden apoyarse y comer, y otros,
Caabro,1956). Alldredge (1976b) destaca que como bacterias y protozoos, habitar permanen-
las apendicularias serían tragadas junto con sus temente, constituyendo un microhábitat muy
cápsulas, dado que éstas, con los filtros cubiertos poco explorado en el océano.
por partículas, son fácilmente visibles por aque-
llos animales que detectan visualmente sus pre-
sas. Esta autora llama la atención sobre el hecho
de que las cápsulas descartadas pueden tener I.ma Indicadores hidrológicos
Importancia muy grande en la ecología planc-
tónica (Alldredge, 1972, 1976a y b). Cada apen-
dicularia puede llegar a fabricar seis cápsulas por Son escasas las menciones que se encuentran en
día, de modo que en áreas donde estos animales la literatura sobre el empleo de las apendicularias
son abundantes se alcanzan densidades de varios como indicadores hidrológicos. Tokioka y Suá-
cientos de cápsulas descartadas por m3• Señala rez Caabro (1956) citan la utilización de las es-
que siendo las cápsulas un agregado de fitoplanc- pecies Oikopleura labradoriensis yO. vanhóeffe-
ton, mucus y detritos, constituyen una rica fuen- ni en la diferenciación de masas de agua en al
te de alimento en un ambiente donde éste se en- Atlántico Norte. Otro ejemplo es el de Oik,J-
cuentra muy disperso. Se han observado muchos pleura dioica utilizada comúnmente como indi-
organismos del zooplancton, entre los que se in- cadora de aguas costeras. Esna I y Castro (1977)
cluyen varias especies de copépodos y larvas de observaron diferencias morfológicas entre los
eufausiáceos, apoyados sobre ellas comiendo las ejemplares costeros y pelágicos de Oikopleura
partículas atrapadas en el mucus. Los apéndices longicauda en las costas de Brasil. Podría conti-
bucales de estos organismos no están adaptados nuarse agregando otros ejemplos, pero obvi'Ol-
para la incorporación de partículas en suspen- mente es necesario resolver los problemas taXII-
'sión, del tamaño del nanoplancton, pero de esta nómicos y de distribución ya mencionados, an-
forma tienen acceso a ellas, ocurriendo lo mismo tes de su empleo en este sentido.

817
Appendicularia

Métodos de estudio determina que el epitelio oicoplástico se vuelva


opaco y granuloso. La red no sólo rompe las
cápsulas de las apendicularias sino que las per-
Las apendicularias son organismos muy frágiles turbaciones mecánicas recibidas por los ejempla-
que a menudo se encuentran en malas condicio- res durante la recolección hacen Que, en la
nes de preservación en las muestras de plancton, mayoría de los casos, no puedan sobrevivir mu-
lo que hace su identificación sistemática difícil cho tiempo. Aparentemente, la capa epitelial
y a veces imposible. Es este el motivo que desa- oicoplástica resulta dañada, en consecuencia el
lienta frecuentemente a los principiantes en el animal, mantenido en un acuario, muy excep-
estudio del grupo. cionalmente puede fabricar una cápsula com-
pleta. Una excepción la proporciona Oikopleura
Fenaux (1976c), sintetiza sus conclusiones, fru-
dioica que ha sido cultivada con gran éxito por
to de una larga experiencia en el grupo, sobre
Paffenhofer (1973, 1975; ver p. 204) y también
las técnicas de recolección y conservación más
por Fenaux (1976b).
adecuadas. Destaca la importancia fundamental
de la velocidad de arrastre de las redes (ver Excelentes resultados se han obtenido de la ob-
p. 101), que no debe ser superior a 0,50 m/seg. servación de organismos in situ mediante buceo
Velocidades de 2 m/seg provocan una propor- y la colección a mano con recipientes apropiados
ción muy alta de individuos dañados. El uso de (Alldredge 1972, 1976a y b; ver p. 11).
un colector con el filtro en su extremo inferior
En cuanto a las técnicas de conservación, una so-
(ver p. 18) es particularmente desaconsejable ya
lución del 2 al 4 por ciento de formaldehido en
que el plancton secomprime formando un disco
en contacto con el aire al sacar la red. Esta com- agua de mar da muy buenos resultados. El pH de
la solución no afecta la conservación de los
presión provoca rotura de los troncos de las
ejemplares. De todos modos, es preferible reali-
apendicularias. Por lo tanto, es recomendable co-
zar el estudio de las apendicularias lo más pronto
locar los elementos filtradores en la porción posible después de la fijación (p. 117).
superior y lateral del copo, con un depósito en
la parte inferior (fig. 9). Es recomendable almacenar las muestras en la
En cuanto al tamaño de la malla, en general se oscuridad y a temperaturas bajas ti moderadas,
utilizan las redes standard en la recolección de evitando absolutamente agitar los recipientes.
fitoplancton. Los ejemplares extra ídos de las muestras para
La muestra debe ser fijada lo más rápidamente ser estudiados no deben ser transferidos a agua
posible, sobre todo en climas cálidos y cuando o a una solución diluida del fijador. Sí se en~
contiene una alta densidad de organismos. Fe- cuentran bien conservados no hay problemas
naux comenta que en el caso de muy alta con- para realizar la determinación sin necesidad de
centración de copépodos el problema se agrava, coloraciones ni ningún otro tratamiento adicio-
ya que es prácticamente imposible encontrar un nal. En casos en que la transparencia no seasufi-
solo ejemplar de apendicularia en buen estado, ciente, ya sea por problemas de conservación o
aunque se haya tomado el máximo de precau- porque las gónadas muy desarrolladas ocultan
ciones. Cuando la densidad de organismos es ba- gran parte del tubo digestivo, se puede mejorar
ja la muestra puede concentrarse antes de la mediante coloración con carm ín borácico y pos-
fijación utilizando un sifón filtrador, lo que faci- terior deshidratación seguida por transparenta-
lita el subsiguiente manipuleo. ción en salicilato de metilo. Fenaux (1971) ha
puesto a punto una técnica de gran aplicabilidad
No deben realizarse mediciones volumétricas an-
en el estudio de la disposición de las células, ya
tes de la fijación, o por lo menos no con la mis- sea de la capa oicoplástica o de los diferentes
ma parte de la muestra que será destinada a órganos: fijado el animal en formaldehido al
estudios taxonómicos.
2 Ofo en agua de mar o en líquido de Carnoy, se
En el caso de las apendicularias no es recomen- trata in tato según el método Feulgen. Se deshi-
dable usar anestésicos ya que provocan rápida- drata y se lo transfiere y conserva en salicilato de
mente la muerte, antes de la fijación, lo que metilo. Los tejidos se endurecen suficientemente

818
Appendicularia

como para permitir realizar una disección fina expedición del "Meteor". Cabe mencionar que
de determinadas áreas o células usando agujas Bückmann continúa trabajando en la actualidad,
de tungsteno. Estas partes pueden ser montadas habiendo realizado recientemente (1974) un es-
transfiriéndolas directamente desde el salicilato tudio del material colectado por el buque
de metilo al bálsamo de Canadá. Walther Herwig en las costas argentinas en sep-
tiembre de 1971.
Otro colorante que puede utilizarse, sobre todo
si se quiere mejorar el contraste en fotografías
en blanco y negro, o inclusive si se quieren to- En la primera mitad de este siglo las apendicula-
mar fotografías en color, es verde jano en solu- rias han sido objeto de muchos estudios, princi-
ción de 1: 10.000. El ejemplar fijado en formal-
palmente taxonómicos y de distribución, como
dehido se transfiere directamente al colorante,
por ejemplo el de Garstang y Georgeson (1936)
dejándolo en él algunos minutos. La clitícula se
sobre material de la expedición "Terra-Nova",
tiñe de verde azulado, mientras que los órganos que incluyó el Atlántico Sudoccidental.
internos y la musculatura se tiñen de rojo.

Desde poco antes de promediar este siglo y hasta


el presente, Tokioka, en Japón, viene realizando
Reseña histórica y estado importantes aportaciones al conocimiento del
actual del conocimiento de grupo, así como también, ya en la segunda mitad
Appendicularia del siglo, Fenaux, en Francia.

En 1821 Chamisso y Eysenhart mencionaron por Con referencia al Atlántico Sudoccidental, en


primera vez a una apendicularia proveniente del lo que va de esta segunda mitad del siglo se han
océano Pacífico, ubicándola taxonómicamente realizado algunos estudios tales como los de
entre los celenterados (ef. Fenaux, 1967). En los Bjornberg y Forneris (1955, 1956a y b); el ya
mencionado de Bückmann (1974); Esnal
años subsiguientes la mención de apendicularias
(1972a, 1973b); Esnal y Castro (1977); Fenaux
está ligada con los hombres de Mertens, Quoy y
(1967); y Forneris (1965).
Gaimard, y Müller que las consideraron respecti-
vamente como pterópodos, salpas y larvas de as-
cidias. Huxley (1851a) las reconoció como ani- En lo que respecta a estudios sobre la biología
males adultos y los ubicó entre los tunicados, pe- de las apendicularias, las primeras observaciones
ro no tuvo mucho eco entre sus contemporáneos sobre el desarrollo se deben a Kowalevsky
(Krohn, Vogt) quienes las continuaron conside- (1867), Fol (1872) y Goldschmidt (1903), pero
rando estados larvales de adultos desconocidos. las descripciones más detalladas fueron efectua-
En 1866 Haeckel usó el término Copelata para das por Delsman (1911, 1912) sobre la especie
mencionar a las apendicularias y en 1881, Bal- Oikopleura dioiea. Luego de este importante
four, el de Perennichordata para diferenciarlas trabajo no hubo otros de gran envergadura hasta
del resto de los tunicados, a los que llamó Cadu- la presente década en la que debemos mencionar
cichordata. En 1890 Lahille las llamó Appendi- los nombres de Fenaux, en Francia, Galt, en
cularia, siendo ésta la denominación de la clase Estados Unidos de Norteamérica, y Paffenhofer
que ha sido consagrada por el uso. En los años en Alemania Federal. Sus estudios incluyen cría
subsiguientes Lohmann comenzó a publicar los de estos organismos en el laboratorio.
primeros de una larga producción de trabajos re-
ferentes a la morfolog ía, taxonom ía y distribu- Debe agregarse en esta reseña el nombre de Bo-
ción del grupo. Entre otros, los resultados de su ne, que en Gran Bretaña realiza interesantes
estudio del material de la "Plankton-Expedition" estudios sobre la fisiolog ía de las apendicu larias.
(1896) y de la "Tiefsee- Expedition" a bordo del
"Valdivia" (1931). En 1926 dio a conocer, en También en los últimos años Alldredge, en los
colaboración con Bückman, el análisis de las Estados Unidos de Norteamérica, ha realizado
apendicularias de la "Deutsche Südpolar Expedi- novedosos aportes a la ecología de estos tunica-
tion", y en 1939, esta vez con Hentschel, el de la dos pelágicos.

819
Appendicularia

Clasificación de mundial conocida o supuesta. Las especiesse in-


cluyen en la clave de determinación, a excep-
Appendicularia. Distribución ción de las indicadas con un asterisco. de las cua-
de las especies en el les sólo se conoce la cita de Lohmann y Hents-
Atlántico Sudoccidental chel, 1939 (expedición "Meteor"). Estos auto-
res mencionaron, además, en esta área, varias
GRACIELA B. ESNAL y SIL VIA S. JANKILEVICH especies nuevas: Oikopleura falklandica, O. fri-
gida, O. magelhanlca, O. meteori, O. oblonga,
O. rigata y O. simplex, cuyos dibujos y descrip-
El primer ensayo de clasificación de Appendicu- ciones se perdieron en la segunda guerra mun-
laria pertenece a Fol (1872), quien consideró dial. La especie Kowalevskia mossi Lohmann,
al grupo una familia subdividida en dos subfami- 1899, citada en el área en la misma oportunidad
Iias sobre la base de poseer o no corazón y en- en una sola estación de posición 10h (fig. 142)
dostilo. Separaba así, por un lado, a los géneros es considerada de validez dudosa por Bückmann
Oikopleura y Fritillaria que sí los poseen, y por y Kapp (1975), por lo que no se incluye en la
otro al género Kowalevskia, que carece de estas lista.
estructuras.
En cambio, se optó por incluir a las especies
Lohmann (1896), presentó otro esquema de cla- Oikopleura drygalskii Lohmann, 1926; O. valdi-
sificación que modificó en 1933, siendo este úl- víae Lohmann, 1905 y O. weddeli Lohmann,
timo el queJa mayoría de los autores han adop- 1928 (que también fueron citadas en el material
tado. Dividió a la clase Copelata en dos familias: del "Meteor"), pero haciendo la salvedad de que
Fritillaridae, que agrupa los géneros Fritillaria, puede tratarse de meras variaciones de la espe-
Tectillaría, Appendicularia y Kowalevskia; y cie antártica O. gaussica (Tokioka, 1964). Oíko-
Oikopleuridae, a su vez subdividida en dos sub- pleura valdiviae fue citada previamente por
familias: Oikopleurinae, con los géneros Altho- Lohmann (1931) y posteriormente por Udvardy
ffia, Chunupleura, Folía, Megalocercus, Oíkopleu- (1958), por lo que también se la incluye en la
ra, Pelagopleura, Sinísteroffia y Stegosoma; y clave, pero ante la duda sobre la validez de estas
Bathochordeinae con el género Bathochordaeux. tres especiesse prefirió no reproducir dibujos.
Fenaux (1967) adoptó un criterio ligeramente
diferente considerando al género Kowalevskia
en una familia aparte: Kowalevskiidae, y es esta
Phylum CHORDATA
clasificación la que se sigue en la presente obra.
Clase COPELATA Haeckel, 1866, o APPEN-
DICULARIA Lahille, 1890.
Familia FRITILLARIDAE Seeliger, 1895
Tronco deprimido dorsoventralmente, en-
A continuación se hace un listado de las especies dostilo con extremidades dobladas hacia
citadas en el Atlántico Sudoccidental, agrupadas
arriba. Espiráculos en la región anterior
alfabéticamente dentro de cada familia y subfa-
de la cavidad faríngea. Cola ensanchada,
milia, las cuales se caracterizan brevemente si- frecuentemente con una escotadura en
guiendo las pautas de Fenaux (1967). La subfa-
milia Bathochordeinae no ha sido citada hasta el su extremo dista!. Capa oicoplástica re-
ducida a una pequeña área ventral ante-
presente en el área, así como tampoco los géne- rior.
ros Chunupleura y Sinisteroffia de la subfamilia
Oi kopleu ri nae.
Appendicularia sicula Fol, 1874/269-1/Fe-
Luego de cada nombre específico se indica: 1) naux, 1967/1a; 3c; 5, 5d; 6, 6e-f; 7, 7e-f,
La ilustración correspondiente; 2) Referencias 7i; 8; 12h/Termófila cosmopolita.
bibliográficas con descripciones y/o ilustraciones
de la especie; 3) Las áreas del Atlántico sudocci- * Fritillaria aberrans Lohmann, 1896/269-2/
dental donde fue hallada (fig. 142); y 4) Una Bückmann y ~app, 1975/4c; 5d; 6, 6e; 8,
observación general acerca de la distribución 8g; 11h/Termófila (?) Atlántico y Pacífico.

820
Appendicularia

Fritillaria aequatorialis Lohmann, 1896/269- Fritillaria tenella Lohmann, 1896/269-15/


3/Fenaux, 1967/6e; 7f; 8i/Termófila, Atlán- Fenaux, 1967/3c; 5, 5d; 6e; 7f-g; 8; 10g;
tico y Mediterráneo. 12i/Euritérmica cosmopolita.

* Fritillaria antarctica Lohmann, 1905/269- * Fritillaria venusta Lohmann, 1896/269-16/


4/Bückmann y Kapp, 1975/1a, ld; 4c-d; Fenaux, 1967/7e-f; 8g; 9h-i/Euritérmica
7f/Criófila antártica. cosmopolita.

Fritillaria borealis Lohmann, 1896/269-5, 6/ Tectillaria fertilis (Lohmann, 1896/269-17/


Esnal, 1972a; Fenaux, 1967/1a, ld, lh; 2, Fenaux, 1967/2g; 6; 7, 7f; 8/Termófila
2b, 2d, 2f; 3c-e, 3g; 4, 4c-d, 4f; 5, 5d, 5g-h; cosmopolita.
6, 6e-f, 6h; 7, 7e-i; 8, 8f-i; 9g-i; 10, 10g-h;
11, 11h-i; 12, 12g-i/Euritérmica (?) cosmo-
Familia KOWALEVSKIIDAE Lahille, 1888
polita.
Tronco corto, sin endostilo ni espiráculos.
* Fritillaria charybdae Lohmann, 1899/269- Con hendiduras branquiales. Cola lanceo-
7/Fenaux, 1967/1 a; 3c; 7e-f/ ? Atlántico, lada. Capa oicoplástica reducida a una
Pacífico, Mediterráneo. zona circular por encima y por debajo
de la faringe. No hay corazón.
Fritillaria formica Fol, 1872/269-8/Fenaux,
Kowalevskia tenuis (Fol, 1872)/263, 264,
1967/2g; 3c; 4c-d; 5d; 6, 6e-f; 7, 7e-f; 8,
267/Fenaux, 1967/7, 7e/Termófila cosmo-
8f-i; 9, 9h-i; 10, 10h, 10g; 11, lli; 12, 12h-i
/Termófila cosmopolita. polita (?).

Fritillaria fraudax Lohmann, 1896/269-9/ Familia OIKOPLEURIDAE Lahille, 1887


Fenaux, 1967/4; 6e; 7f; 12/Termófila cos- Tronco ovoidal, endostilo recto. Espirácu-
mopolita. los situados en la región rectal. Cola
estrecha y larga con extremo distal no
Fritillaria gracilis Lohmann, 1896/269-10/ escotado.
Fenaux, 1967/5d; 7, 7e-g; 8/Termófila cos- Subfamilia OIKOPLEURINAE Loh-
mopolita. mann, 1933
Fritillaria haplostoma Fol, 1872/269-11 / Fe- La capa oicoplástica ventral se extiende
naux, 1967/2g; 3c; 5d-e; 6, 6e-f; 7, 7e-f; hasta el ano. Los espiráculos comu-
8, 8f-i; 9g-i; 10, 10g; 12h/Termófila cos- nican con la cavidad faríngea por
medio de un conducto ci Iíndrico. Ex-
mopolita.
tremo distal de la cola aguzado.
* Fritillaria helenae Bückmann, 1923/269-
12/Bückmann y Kapp, 1975/12h/Termó- * Althoffia tumida Lohmann, 1896/269-18/
fila (?) Atlántico sur. Fenaux, 1967/7f; 9i; llh/Termófila cos-
mopolita (?) (no en Mediterráneo).
Fritillaria megachile Fol, 1872/269-13/Fe-
naux, 1967/1a; 3c; 5d; 6, 6e; 7, 7e-f; 8i; Folia gracilis Lohmann, 1892/269-19/Fenaux,
10g; 12h/Termófila cosmopolita. 1967/4; 6e-f; 7, 7e-f, 7h-i; 8, 8g-i; 9g-i;
10h 11, 11h-i; 12g-i/Termófi la cosmopo-
Fritillaria messanensis Lohmann, 1899/269- lita.
14/Fenaux, 1967/ 6e; 7e-f, 7i; 8g, 8i; 9i;
10h; 11h/Termófila cosmopolita. * Folía mediterranea (Lohmann, 1899)/269-
20/Bückmann y Kapp, 1975/6e, 7f/(?).
Fritillaria pellucida (Busch, 1851 )/262/Esl1al,
1973b; Fenaux, 1967/3c; 4d; 5d; 6, 6e; Megalocercus _abyssorum Chun, 1888/269-
7, 7e-h; 8, 8f-i; 9g-i; 10, 10h; 11, llh; 21/Esnal y Castro, 1977; Fenaux, 1967/
12g-h/Termófila cosmopolita. 7f/Termófila, Atlántico y Mediterráneo.

821
Appendicularia

Oikopleura albicans (Leuckart, 1854)/260, 4d; 5, 5d, 5h; 6, 6e, 6g-i; 7, 7e-i; 8, 8f-g,
265/Esnal, 1972a; Fenaux, 1967/4, 4d-e; 8i;~, 9g-i; 10, 10g-h; 11, 11h-i; 12, 12g-i/
5, 5d-e, 5h; 6, 6e-h; 7, 7e-f; 8/Termófila Termófila cosmopolita.
cosmopolita.
Oikopleura parva Lohmann, 1896/269-28/
Oikopleura cophocerca (Gegenbaur, 1855)/ Fenaux, 1967/1a; 2f-g; 3c-d; 4c-d; 5, 5d;
269-22/Esnal, 1972a; Fenaux, 1967/3c; 6, 6e; 7, 7e-f; 8, 8g-i; 9h-i; 11h; 12, 12g-i/
4c; 5, 5d; 6, 6e, 6g-h; 7, 7e-i; 8, 8h-i; Termófila cosmopolita.
9h-i; 10g-h; 11, 11h-i; 12, 12g-i/Termó-
fila cosmopolita. Oikopleura rufescens Fol, 1872/269-29/Fe-
naux, 1967/4, 4d; 5, 5d; 6, 6e, 6i; 7, 7e-f,
Oikopleura dioica Fol, 1872/269-23/Esnal, 7h-i; 8, 8f-g; 8i; 9, 9h-i; 10, 10h, 10g; 11,
1972a; Fenaux, 1967/2; 2f; 3; 4; 5, 5d; 11h-i; 12g-i/Termófila cosmopolita.
6,6e 7, 7e-f; 8, 8h; 10; 11i, 12, 12g-iI
Euritérmica cosmopolita, nerítica. Oikopleura valdiviae Lohmann, 1905/ - - /
Bückmann y Kapp, 1975; Tokioka. 1964/
* Oikopleura drygalskii Lohmann, 1926/ - - / 1a, 1c-d, 1h; 2, 2e-g; 3e-f; 4c/Criófila
Bückmann y Kapp, 1975; Tokioka, 1964/ antártica.
2g; 3c; 4d; 6e/Criófila antártica.
* Oikopleura weddeli Lohmann, 1928/ - - /
Oikopleura fusiformis Fol, 1872/269-24/Es- Lohmann, 1928; Tokioka, 1964/1a, 1c, 1d;
nal, 1972a; Fenaux, 1967/1b; 2, 2b-f; 3, 4c, 4d/Criófila antártica.
3c-h; 4, 4c-d, 4f-g; 5, 5d-e; 6, 6e, 6h-i; 7,
7e-h; 8, 8f-i; 9, 9g-i; 10, 10h; 11, 11h-i; * Pelagopleura australis (Bückmann, 1923)/
12, 12g-i/Termófila cosmopolita. 269-30/Bückmann y Kapp, 1975/1 a/Crió-
fila antártica.
Oikopleura graciHs Lohmann, 1896/269-25/
Bückmann y Kapp, 1975/5d; 6, 6e, 6g; 7f,
7h; 8, 8h-i; 9h; 11, 11i/Termófila cosmo-
* Pelagopleura oppressa (Lohmann, 1914)/
269-31/Bückmann y Kapp, 1975/7f/Ter-
polita. mófila (?) atlántica.
Oikopleura intermedia Lohmann, 1896/269-
Stegosoma magnum (Langerhans, 1880)/269-
. 26/Fenaux, 1967/7, 7e-f, 7h-i; 8, 8h-i; 11;
32/Esnal; 1972a; Fenaux, 1967/4d; 5d, 5h;
12, 12g/Termófila cosmopolita.
6, 6e, 6g-i; 7, 7e-f, 7h-i; 8, 8f-g, 8i; 9h-i;
Oikopleura longicauda (Vogt, 1854) /269-27/ 10, 10g; 11, 11h-i; 12, 12h-i/Termófilacos-
Esnal, 1972a; Fenaux, 1967/2g; 3; 4, 4c, mopolita.

Clave de determinación
(Modificada de Fenaux, 1967)

1) Oikopleuridae. Oikopleurinae (p. 809) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (2


1A) Fritillaridae (p. 810) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. (12
1B) Kowalevskiidae (p. 811): Kowalevskia tenuis (fig. 263,264,267).
2) El tubo digestivo forma un asa simple. El estómago está precedido por un ciego volumi-
noso, suspendido ventralmente del asa: Stegosoma magnum (fig. 269-32).
2A) El tubo digestivo con un estómago que presenta el lóbulo izquierdo muy desarrollado. . . . (3
2B) El tubo digestivo con un estómago que presenta los lóbulos derecho e izquierdo bien
desarrollados: género Oikopleura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (4
3) Espiráculos con cilias situadas únicamente sobre el arco anterior: Megalocercus abysso-
rum (fig. 269-21).

822
Appendicularia

3A) Espiráculos con un anillo ciliado completo: Folia gracilis (fig. 269-19).
4) Glándulas prebucalesy células subcordales presentes. Boca terminal: subgénero Vexi-
I .
aria . . (5
4A) Glándulas prebucales y células subcordales ausentes. Boca desplazada dorsalmente: sub-
género Coecaria . (9
5) Células subcordáles numerosas, en forma de vesículas, situadas en dos hileras: Oikopleura
albicans (fig. 260,265).
5A) Células subcordales poco numerosas, situadas en una sola hilera . (6
6) Lóbulo izquierdo del estómago sin ciego post-cardial . (7'
6A) Lóbulo izquierdo del estómago con un ciego post-cardial pequeño . (8
7) Con célula subcordal fusiforme: Oikopleura rufescens (fig. 269-29).
7A) Con dos células subcordales fusiformes: Oikopleura dioica (fig. 269-23).
7B) Con aproximadamente 8 células subcordales globulosas próximas al extremo de la cola:
Oikopleura valdiviae.
8) Con 4 células subcordales fusiformes: Oikopleura parva (fig. 269-28).
8A) Con aproximadamente 8 células subcordales globulosas, a menudo formando dos grupos:
Oikopleura cophocerca (fig. 269-22).
9) Con un capuchón bien desarrollado: Oikopleura longicauda (fig. 269-27).
9A) Capuchón ausente . (10
10) Lóbulo izquierdo del estómago desarrollado formando un ciego dirigido dorsal mente ha-
cia atrás . (11
10A) Lóbulo izquierdo redondeado, sin ciego: Oikopleura gracilis (fig. 269-25).
11) Ciego corto, separado del cardias por un asa redondeada: Oikopleura intermedia (fig.
269-26).
11 A) Ciego largo, dirigido obl ícuamente hacia arriba: Oikopleura fusiformis (fig. 269-24).
12) Boca simple, sin lóbulos. Tronco semejante al de los Oikopleurinae. Cola con una esco-
tadura en la parte distal, las aletas se reducen progresivamente hacia la extremidad proxi-
mal: Appendicularia sicula (fig. 269-1).
12A) Boca con lóbulos extensibles. Aletas caudales ensanchadas que se reducen bruscamente
antes del extremo proximal . (13
13) Dos ovarios desplazados hacia la cavidad faríngea, situándose por encima de los espi-
ráculos: Tectillaria fertilis (fig. 269-17).
13A) Organos genitales situados en la parte posterior al tubo digestivo: género FritiHaria . (14
14) Espiráculos redondeados . (15
14A) Espiráculos ovalados . (20
15) Extremo distal de la cola ancho y escotado . (16
15A) Extremo distal de la cola aguzado . (19
16) Cola sin células anficordales . (17
16A) Cola con una célula anficordal de forma característica a cada lado de la notocuerda:
Fritillaria tenella (fig. 269-15).
16B) Cola con un par de células anficordales a cada lado de la notocuerda . (18
17) Presencia de tres células en el piso de la faringe, entre los espiráculos: Fritillaria borealis
(fig. 269-6).
17A) Presencia de una célula ovalada en el borde posterior de cada espiráculo: Fritillaria mana-
nensis (fig. 269-14).
18) Las células anficordales de cada lado bien separadas, con canales secreto res bien visibles:
Fritillaria pellucida (fig. 262).
18A) Las células anficordales de cada lado contiguas, no se observan canales secretores: Friti-
lIaria megachile (fig. 269-13).
19) Tronco alargado, formando un ángulo con aspecto de joroba dorsal, en cuyo vértice se
encuentra el estómago: Fritillaria formica (fig. 269-8).

823
Appendicularia •

19A) Cuerpo ovalado y aplanado dorsoventralmente. Testículo en forma de herradura con la


concavidad hacia adelante. Dos ovarios situados uno en cada extremo de los brazos de la
herradura: Fritillaria gracilis (fig. 269-10).
20) Tronco alargado y estrecho . (21
20A) Tronco aproximadamente ovalado. Ovario arrosariado rodeando un testículo aplanado y
cóncavo: Fritillaria fraudax (fig. 269-9).
21) Ovario esférico seguido de un testrculo cil índrico, ambos alineados en la línea media:
Fritillaria haplostoma (fig. 269-11).
21A) Ovario en rosario rodeando a un test ículo ci I índrico: Fritillaria aequatorialis (fig. 269-3).

824
Appendicularia

Fig. 269. Appendicularia.


(Ver referencias en p
827).

"

825
Appendicularia

Fig. 269. Appendicularia.

(Ver referencias en P
827).

23b

29b

28b

31 b

826
Appendicularia

Fig. 269. Appendicularia.


1) Appendicularia sicula, a: tronco en vista lateral izquierda, b: tronco en vista ventral, c: aspecto general;
2) Friril/aria aberrans, a: tronco en vista ventral, b; cola; 3) Fritil/aria aequatorialis, a: tronco en vista dorsal, b:
cola; 4) Fritil/aria antarctica, tronco en vista dorsal; 5) Fritil/aria borealis, a: tronco de la forma typica en vista
dorsal, b: tronco de la forma intermedia en vista ventral, c: tronco de la·forma sargassien vista ventral; 6) Friti-
l/aria borealis, a: cola de la forma typica, b: cola de la forma intermedia, c cola de la forma sargassi; 7) Fritil/aria
charybdae, a: tronco en vista lateral derecha; b: tronco en vista ventral, c: cola; 8) Fritil/aria formica, 1: forma
tuberculata, 11: forma digirata, a: tronco en vista lateral izquierda, b: gónadas maduras, c: detalle de la región
oral; 9) Fritil/aria fraudax, a: tronco en vista lateral derecha, b; tronco en vista dorsal; 10) Fritil/aria gracilis, a:
tronco en vista lateral derecha, b: tronco en vista ventral, c: aspecto general; 11 ) Fritil/aria haplostoma, a: tron-
co en vista lateral derecha, b: aspecto general; 12) Fritil/aria helenae, a: vista ventral de la parte anterior del
tronco, b: cavidad genital; 13) Fritil/aria megachile, a: tronco en vista ventral, b: cola; 14) Friril/aria messanen-
sis, tronco en vista ventral; 15) Fritil/aria tenel/a, a: tronco en vista dorsal, b: aspecto general; 16)Fritil/aria ve-
nusta, a: tronco en vista dorsal, b: aspecto general; 17) Tectil/aria fertilis, a: tronco en vista lateral derecha,
b: cola; 18) Althoffia tumida, a: tronco en vista dorsal, b: extremo de la cola; 19) Folia gracilis, tronco en vista
dorsal; 20) Folia mediterranea, a: tronco en vista lateral izquierda, b: tronco en vista dorsal; 21 ) Megalocercus
abyssorum, tronco en vista lateral izquierda; 22) Oikopleura cophocerca, a: tronco en vista lateral izquierda, b:
aspecto general; 23) Oikopleura dioica, a: tronco de una hembra en vista lateral izquierda, b: extremo de la co-
la; 24) Oikopleura fusiformis, a: tronco en vista lateral izquierda, b: extremo de la cola; 25) Oikopleura gracilis,
a: tronco en vista lateral izquierda, b: cola; 26) Oikopleura intermedia, a: tronco en vista lateral izquierda, b:
tronco en vista ventral, c; aspecto general; 27) Oikopleura longicauda, a: tronco en vista lateral izquierda, b:
tronco en vista dorsal, c; aspecto general; 28) Oikopleura parva, a: tronco en vista lateral izquierda, b: aspecto
general; 29) Oikopleura rufescens, a: tronco en vista lateral izquierda, b: aspecto general; 30) Pelagopleura
australis, a: tronco en vista lateral izquierda; b: extremo de la cola; 31 )Pelagopleura oppressa, a: tronco en vis-
ta lateral izquierda, b: extremo de la cola; 32) Stegosoma magnum, a: tronco en vista lateral izquierda, b: ex-
tremo de la cola. Todas las escalas representan 0,25 mm.
(1, 2, 7, 8, 10, 11, 14, 16, 19, 20, 22, 29: según Fenaux, 1967; 3: según Tokioka, 1-964; 4, 12, 30: según Loh-
mann y 8ückmann, 1926: 5, 6, 9, 13 según Lohmann, 1896; 21· según Fenaux, 1964: 23, 24, 32: original;
31: según Lohmann, 1931).

• 827
ICTIOPLANCTON *
JUANA D. DE CIECHOMSKI

Introducción Morfología. Caracteres de


importancia sistémática
El ictioplancton, es decir los huevos, larvas, post-
larvas y, en cierta medida, los juveniles de peces, En este capítulo se tratará de indicar los más
constituye un componente de gran importancia importantes caracteres morfológicos de los
dentro de las comunidades planctónicas y, espe- huevos, larvas (prelarvas o larvas vitelinas) y <-

cialmente, meroplanctónicas. Esto es debido al postlarvas de peces que hay que tener en cuenta
hecho que la gran mayoría de los peces teleós- en la determinación de familias, géneros y
teos posee huevos planctónicos, y que estas espe- especies.
cies se caracterizan por una fecundidad muy ele-
vada. Además, las larvas y post larvas de las espe-
cies que tienen huevos demersales pegados al
substrato, o semidemersales, llevan una vida pe- Huevos
lágica, integrándose a la comunidad planctónica.
La aparición de los huevos y larvas de distintas
Forma del huevo. El huevo planctónico es, en
especies de peces en el mar está íntimamente re-
lacionada con el ciclo anual de la maduración la mayoría de los casos, esférico; en algunas fa-
milias es ovalado, con diferentes proporciones
sexual de los adultos. Por lo tanto, la composi-
de los ejes, según la especie (p. ej., Engraulidae),
ción cualitativa y cuantitativa del ictioplancton es o fusiformes.
muy variable a lo largo de todo el año y está su-
jeta a los distintos procesos fisiológicos de los Diámetro del huevo. Se pueden distinguir huevos
adultos de diferentes especies. pequeños, entre 0,6 y 1,2 mm, y huevos grandes,
El propósito de este capítulo no es la repetición entre 1,2 y 5,5 mm, p. ej., Exocoetidae. La ma-
de la información o recomendaciones que se yoría de las especies posee huevos pequeños, de
puedan hallar en publicaciones de algunos auto- alrededor de 1 mm. Analizando este carácter hay
res como, por ej., Hempel (1973), Smith y Ri- que tener en cuenta las variaciones estacionales
chardson (1977) y otras parecidas, de tipo ma- en el tamaño de los huevos. En muchas especies,
nual. Es una evaluación general de este compo- a medida que avanza la época de desove, dismi-
nente del plancton en esta área y una llamada nuye el tamaño de los huevos. Este fenómeno
de atención sobre las más prominentes caracte- puede deberse al aumento de temperatura, al
rísticas de la biología de los peces en los esta- ingreso a la reproducción de individuos más pe~
dios más tempranos de su vida. También preten- queños, que producen ovocitos de menor tama-
de incluir las más importantes indicaciones para ño, o a algún otro factor.
la metodología de su estudio. Estructura de la membrana externa del huevo.
Esta puede ser de espesor variable; puede presen-
tar, sobre su superficie, diversos tipos de orna-
mentaciones, filamentos, p. ej., Exocoetidae, o
pequeños apéndices romos, p. ej., algunos Myc-
• 'Contribución del Instituto Nacional de Investigación y Desa- tophidae. Puede también estar rodeada por una
rrollo Pesquero (INIDEP) N° 365. capa de un mosaico' de facetas hexagonales con

829
Ictioplancton

ángulos agudos, p. ej., Maurolicus (ver fig. Distancia preanal. Es decir, distancia entre el ho-
270-6). cico y el ano. AI.gunas familias se caracterizan
por una distancia p. a. muy grande, como, p. ej.,
Presencia o ausencia de la o las gotas oleosas.
Clupeidae y Engraulidae.
El papel de éstas es, fundamentalmente, contri-
buir a la flotabilidad del huevo. Forma del saco vitelino. Puede ser ovoide (fig.
Característica de la o las gotas oleosas. Su diá- 270-12), piriforme (fig. 270-16), esférico, etc.
metro, color y ubicación dentro del vitelo.
Ubicación de la o las gotas oleosas, o ausencia
Característica del vitelo. Su estructura y canti- de las mismas. La gota oleosa no está ubicada
dad (relación entre el tamaño del blastodisco y en el vitelo al azar, sino que su posición es carac-
el vitelo). Puede ser homogéneo, segmentado terística para la especie. En algunas se halla ubi-
o vesiculado como, p. ej., en Engraulidae o Clu- cada en la parte anterior del vitelo, en otras en
peidae. la parte posterior (fig. 270-12), o bien puede
ocupar la parte media del mismo (fig. 270-54).
Dimensiones del espacio perivitelino. Este puede
ser muy reducido o muy amplio como, p. ej., Forma y largo del tracto digestivo. Su largo de-
en algunos Clupeidae. pende de la distancia preanal. Muy importante
es la forma de su parte más posterior. Puede for-
Características morfológicas del embrión. En mar con el ano un ángulo casi recto (fig. 270-
especial en lo referente a su ancho, ubicación 34), terminar en el mismo como un tubo casi
del ano, número de miómeros, etc. (Comparar completamente recto, o bien presentar formas
con la característica de larvas). intermedias.
Características de la pigmentación del embrión. Morfología de la vesícula urinaria.
Tipo y forma de las células pigmentarias, su dis-
tribución 'sobre el cuerpo del embrión y, even- Característica y distribución del pigmento. Color
tualmente, sobre el vitelo. y tipo de las células pigmentarias. En general,
prevalecen los melanóforos de color negro en
forma de puntos pequeños, más grandes, estre-
llas o manchas. Muy importante es la caracterís-
Larvas (larvas vitelinas) tica de la distribución del pigmento sobre el
cuerpo, sobre el vitelo o, inclusive, a veces sobre
la aleta embrionaria. Las células pigmentarias
Grado de desarrollo morfológico al nacer. Pue- pueden estar agru padas en bandas sobre el cuer-
den nacer todav ía muy poco evolucionadas po; en este caso interesa el número de las
como, p. ej., Clupeidae, o ya bastante desarro- mismas.
lladas, inclusive con algunos rayos en las aletas.
Las larvas de huevos demersales generalmente Presencia o ausencia de la aleta pectoral en el
nacen más desarrolladas. momento de nacer. Su dimensión.

Forma del cuerpo. Puede ser muy largo (varios


Apodes), bastante alargado (Clupeidae, Engrau- Número de miómeros. Hay larvas con pocos
li-dae), robustp (Pleuronectiformes, Carangidae). miómeros, alrededor de 25, p. ej., en Carangidae,
varios peces de aguas más cálidas, etc.; con nú-
Largo de la larva al nacer., Como larvas chicas se mero intermedio, unos 40-60, p. ej., en la mayo-
consideran, generalmente, las de 1,5 - 3,0 mm; ría de los Clupeidae; y con gran número, como
como medianas las de 3-5 mm, y como grandes en Anguilliformes.
las de más de 5 mm.
Presencia o ausencia de apéndices sobre el
Forma de la cabeza. Puede ser pequeña o alta y cuerpo.
ancha, como, p. ej., en los lenguados.
Estructura del aparato circulatorio. En larvas
Forma de la aleta embrionari~. Puede ser angosta vivas que nacen más avanzadas en su desarrollo,
(ver fig. 270-13) o ancha (ver fig. 270-16). especialmente de los huevos demersales o semi-

830
Ictioplancton

demersales, se observa el movimiento de la san- Eventual esbozo de la futura línea lateral. En


gre dentro de determinados y bien formados va- general, en forma de poros en la piel.
sos sangu íneos. En otras, y éste es el caso de
Características V distribución del pigmento so-
muchas larvas nacidas de huevos pelágicos, me-
bre el cuerpo V la cabeza. Pueden ser células
nos desarrolladas, se observan contracciones del
pigmentarias aisladas de varias formas, como
corazón que bombea la sangre, los vasos sangu í-
neos no se ven todav ía formados. . puntos o estrelladas, manchas, franjas, etc.
•..

Presencia o ausencia de apéndices larvales. Espi-


nas, filamentos (fig. 270-58), púas (figs. 270-31,
59), crestas (fig. 270-37, 38), etc.
Postlarvas
Forma de la aleta embrionaria o, en post larvas
más crecidas, de las aletas dorsal V anal.
Forma del cuerpo. Alargado, robusto, cintifor-
me, etc. Ubicación de la aleta dorsal en relación con la
anal. Es un criterio muy útil, p. ej., para la sepa-
Largo del cuerpo. ración de los engráulidos, de los clupéidos, o en
Forma de la cabeza. Redonda, ovalada, compri- la determinación de las especies de estas familias.
mida, etc. Presencia de una eventual armadura.
Ubicación, forma V dimensión de las aletas pec-
(fig. 270-31,37,38).
torales.
Morfología del aparato opercular. Presencia o
ausencia de dientes sobre el preopércu lo, etc. Ubicación V forma de las aletas ventrales.

Proporciones del cuerpo. Hay que tener en cuen- Presencia o ausencia de la aleta adiposa. (fig.
ta que éstas cambian a medida que la postlarva 270-22).
se desarrolla, debido a su crecimiento alomé-
trico. En postlarvas más desarrolladas, el número de
radios en las aletas.
Distancia preanal. Esta es una de las caracte-
Características de la formación de la aleta cau-
rísticas más importantes. También con el creci-
dal. Tipo de su osificación, forma del urostilo,
miento de la postlarva su proporción con respec-
número y forma de los hipurales y epurales, nú-
to al resto del cuerpo sufre cambios dentro de
mero de los radios en la aleta en relación con los
sus límites específicos.
hipurales y epurales, etc.
Características del tracto digestivo. Puede ser
tubular, encorvado, con pliegues, etc. Forma de Aceleración en el desarrollo de algunas aletas de
su parte posterior en relación con el ano; termi- dimensión típica para la especie. (Ver la aleta
na en forma recta (figs. 270-13, 17), formando pectoral en fig. 270-34).
un ángulo (fig. 270-38), etc. Presencia o ausencia de órganos luminosos. (fig.
Morfología de la vesícula urinaria. 270-18). Su forma.

Presencia o ausencia de la vejiga natatoria V su Número de los miómeros abdominales y cau-


desarrollo. dales.

Forma de la boca V morfología de las mandíbu- En postlarvas más crecidas, el número de vérte-
las. Presencia o ausencia de dientes sobre las bras abdominales V caudales. Tipo de su osifi-
mismas. cación.

Dimensión V forma de los ojos. Pueden ser más Número V morfología de los ptervgióforos en re-
o menos esféricos (la mayoría), ovalados (fig. lación con las espinas neurales V hemales.
270-19); sobresal ¡entes, peduncu lados, (como en Número de los radios branquiostegos V, en post-
muchas especies de la fam. Myctophidae, y espe- larvas más crecidas, número V características de
cialmente, en /diacanthus) (fig. 270-20). las branquispinas.

831
Ictioplancton

Estructura y tipo de osificación de las cinturas Larva. Es el embrión ya eclosionado que com-
escapulares. prende individuos con el saco vitelino todavía
no reabsorbido. Algunos autores la denominan
Por supuesto, todas las características señaladas prelarva, larva vitelina o cría.
para los huevos, larvas y postlarvas son valiosas,
especialmente en la identificación de grupos ta- Postlarva. Larva con el saco vitelino completa-
xonómicos mayores. Muy a menudo, una vez mente reabsorbido. Conserva todavía tQdas o
determinada la familia o el género, hay que re- algunas características larva les propias de la es-
currir a las características taxonómicas específi- pecie. Algunos autores hacen dentro de este esta-
dio subdivisiones.
cas que se encontrarán más bien en los trabajos
más especia Iizados. Juvenil. Es el individuo que ha perdido todas las
caracter ísticas larvales y se asemeja a un adulto.
La flotabilidad de los huevos en el plancton está
Biología asegurada, en primer lugar, por su peso especí-
fico, ·que es menor o casi igual al del agua, y por
la presencia, en la mayoría de los casos, en el
vitelo, de una o más gotas oleosas que contri-
Características del desarrollo buyen a la disminución de su peso.
embrionario y larval
Los huevos pelágicos de peces marinos son poli-
lecíticos y, por lo tanto, la segmentación es me-
El pez, en el principio de su desarrollo ontoge- roblástica. No entraremos en detalles del desa-
nético, pasa por estadios embrionarios y larva les.
rrollo embrionario y, por consiguiente, se toma-
En este capítulo tomamos en cuenta solamente
rán en cuenta solamente los estadios importan-
los huevos y larvas de peces teleósteos, dejando
tes para la comprensión de algunos fenómenos
de lado los peces cartilaginosos cuyos huevos o
biológicos.
primeros estadios juveniles pueden aparecer en
el plancton muy ocasionalmente. Después de la fecundación, sobre el polo vegeta-
tivo aparecen los primeros blastómeros que, a
En todo estudio del ictioplancton es muy im-
medida que transcurre el tiempo, se dividen dan-
portante ponerse de acuerdo en lo relativo a la
do lugar a la formación de la blástula, cuya for-
nomenclatura de los estadios de desarrollo, tanto
ma (más chata o más prominente) depende de la
en el período embrionario- como postembriona-
cantidad del vitelo. En lo sucesivo, en el blasto-
rio. Varios autores han propuesto diferentes de-
disco acontecen cambios muy complicados, mi-
nominaciones de los respectivos estadios de
graciones de las células, etc., que llevan a la for-
desarrollo, que tienen, en todos los casos, su
mación de la gástrula y de las hojas embriona-
justificación. En esta presentación nos atenemos rias- ecto, endo y mesodermo. Más tarde tiene
a la siguiente nomenclatura: lugar la formación del eje del embrión y este
Embrión. Comprende diferentes estadios del estadio se suele Ilamar-néurula. Al mismo tiempo
desarrollo dentro del huevo. Se distinguen 5 fa- prosigue el crecimiento del tejido embrionario
ses principales de desarrollo embrionario: a) Des- que paulatinamente avanza hacia el polo vegeta-
de la fecundación hasta el comienzo de la gas- tivo envolviendo el vitelo hasta su cierre total,
trulación; b) Desde el comienzo de la envoltura formando el blastoporo. Mientras tanto, en el
del vitelo hasta que el anillo embrionario alcan- embrión siguen los procesos de crecimiento y
za el ecuador del vitelo; c) Desde la posición diferenciación. Aparecen las vesículas óticas y
ecuatorial del anillo hasta la envoltura total del ópticas, los primeros miómeros, etc. En un de-
vitelo (cierre del blastoporo); d) Desde el cierre terminado estadio la parte caudal empieza a cre-
del blastoporo hasta el momento en el cual el cer en forma independiente del vitelo. Al final,
extremo caudal del embrión empieza a despren- el embrión llega a la eclosión. Esta se produce en
derse del vitelo; e) Desde el momento del des- gran medida debido, además del factor mecáni-
prendimiento del extremo caudal hasta la eclo- co (movimiento que efectúa el embrión dentro
sión del embrión. de la membrana del huevo), a la acción de las

832
Ictioplancton

enzi mas proteol íticas producidas por glándu las Estos cambios se realizan en dos niveles: por un
especiales de eclosión ubicadas sobre la cabeza y lado se produce la regresión de los caracteres
en la dermis, en la parte anterior del embrión. larvales y, por el otro, se desarrollan los carac-
Esta descripción somera del desarrollo embriona- teres típicos del adulto. En casos extremos pue-
rio de peces teleósteos marinos sirve solamente de tener lugar una verdadera metamorfosis con
total reestructuración del cuerpo o de varios
para dar una idea general acerca de sus más im-
portantes características morfológicas, y para órganos como, p. ej., en Apodes y, en cierta
ayudar a una rápida evaluación del estado de medida, en los peces asimétricos (lenguados).
desarrollo del embrión. Cuando las postlarvas llegan a transformarse en
La velocidad del desarrollo embrionario, es de- juveniles, las pertenecientes a las especies pelá-
cir el lapso entre la fecundación y la eclosión, es gicas siguen su vida en diferentes capas de agua,
característica para cada especie, pero también más cerca de la superficie, mientras que las per-
depende de la temperatura ambiental. Cuanto tenecientes a las semidemersales y demersales
más elevada es Ip temperatura, más rápido trans- migran cada vez más hacia el fondo en busca de
su hábitat definitivo.
curre el desarrollo. Puede durar muy pocos días,
como varias semanas. El conocimiento de este
lapso para diferentes temperaturas es muy impor-
tante, especialmente en los estudios de la mor-
talidad, en los cálculos de los efectivos pesque-
Alimentación
ros desovantes y para la cría artificial.
La fase embrionaria es seguida por la fase lar-
La larva, al nacer, está provista de un saco vite-
val. La larva que en nada se asemeja a un adulto
lino que constituye su primera fuente de ali-
posee varios caracteres larvales, como, p. ej., la
mento. Mientras sigue la reabsorción del vitelo
aleta embrionaria que rodea todo el cuerpo, el
la boca todavía no es funcional y las mand íbu-
saco vitelino, la boca todavía no funcional, no-
las están unidas por una especie de velo. Cuando
tocordo bien visible, con sus células muy carac-
la absorción es casi total, las mand íbulas se tor-
terísticas, a veces apéndices larvales muy promi-
nan funcionales, se intensifica la pigmentación
nentes, etc. En algunos casos pueden observarse,
de los ojos, se agudiza la vista y las larvas pasan
en larvas recién nacidas, protuberancias o apén- a alimentarse en forma activa.
dices sensoriales a lo largo de la futura línea
lateral. Sin embargo, en tiempos pasados se ha desarro-
Muchos de estos caracteres morfológicos consti- llado la teoría de Pütter, que postula que las
tuyen, en gran medida, una adaptación para la postlarvas de peces pueden absorber la materia
vida planctónica. Las larvas no poseen todavía orgánica disuelta en el agua mediante toda la
branquias y la respiración se realiza, en gran me- su perficie del cuerpo. Esta teor ía se basaba,
dida, a través de toda la superficie del cuerpo, fundamentalmente, en la observación de los lep-
como así también mediante adaptaciones respi- tocéfalos (larvas de Apodes) y, en especial, de
ratorias larvales, en general, en forma de bien la anguila, que no ingieren, o que ingieren dema-
desarrolladas redes de vasos sangu íneos que pue- siado poco alimento para satisfacer sus necesi-
den recubrir el vitelo, penetrar en la aleta em- dades vitales. Hubo adeptos y enemigos de esta
brionaria, etc., en las cuales se lleva a cabo el teoría, lo cierto es que hoy día de nuevo se ha-
intercambio de gases. Las larvas poseen una pig- bla de ella cada vez más. El tema es demasiado
mentación que es característica de la especie, o amplio para desarrollarlo en estas páginas.
carecen de la misma. En general, son bastante
transparentes, lo que las hace, en gran medida, El primer alimento de las postlarvas de peces lo
invisibles para los predatores. constituyen, fundamentalmente, los huevos y
las larvas de invertebrados marinos, en primer
La larva, después de la reabsorción del vitelo, pa- lugar de los crustáceos y, muy especialmente,
sa a la fase de postlarva. Esta a medida que se de los Copepoda. Las diatomeas y el fitoplanc-
desarrolla, sufre una serie de cámbios morfoló- ton en general no son aceptados por las post-
gicos que la llevan a transformarse en un juvenil. larvas, en la gran mayor ía de los casos, debido

833
IClIoplancton

a sus duros apéndices y filamentos. El factor de fundamental importancia. Estos son: dispo-
más importante en la selección de los organis- nibilidad del alimento en el ambiente, selecti-
mos alimentarios, además de una posible selec- vidad alimentaria intra e interespecífica, compe-
tividad voluntaria, son las dimensiones de la tencia alimentaria entre las postlarvas, relación
boca que limitan la ingestión de las presas más predador-presa, exigencias alimentarias diarias,
grandes. Primero la postlarva caza su presa en etc.
formó activa y la ingiere por la boca. A medida
que crece, especialmente en las especies zoo y
fitop lanctófagas, se forman y se desarrollan las Crecimiento
branquispinas que, con el tiempo, llegan a cons-
titu ir u n aparato fi Itrador. De esta manera, la
postlarva puede alimentarse de las dos formas, El crecim iento de las postlarvas depende, funda-
y, en el caso de los peces planctófagos, lo hace mentalmente, de la especie, de la temperatura
casi por completo por filtración. En los peces ambiental y del alimento disponible. En gene-
fitoplanctófagos el desarrollo de las branquis- ral, el crecimiento en esta época de la vida tiene
pinas es más acelerado y notorio. En relación un ritmo acelerado y se caracteriza por una alo-
con la aparición de una red filtradora disminuye metría, a veces bastante notoria. Debido a este
el tamaño de la presa. Para analizar más este te- crecimiento alométrico cambian las proporcio-
ma se puede consultar el trabajo de Ciechomski nes del cuerpo, hecho que hay que tener muy
(1967c) donde se trata la alimentación de las en cuenta en los estudios taxonómicos.
postlarvas de la anchoíta argentina, Engraulis
El ritmo de crecimiento de la postlarva, además
anchoita, y la anchoveta peruana Engraulis
de otros aspectos, tiene incidencia en la super-
ringens.
vivencia. Cuanto más rápido la postlarva llega
Como se ve, los hábitos alimentarios de las post- a dimensiones mayores y más rápido se trans-
larvas de peces están relacionados, en gran me- forma en un juvenil, más posibilidad tiene de
dida, con los caracteres morfológicos de las mis- sobrevivir. El análisis detallado del crecimiento
mas. Al igual que la dimensión de la boca y el de larvas y postlarvas de peces en determinadas
desarrollo de las branquispinas, tiene gran im- temperaturas, información sumamente útil para
portancia en la alimentación la morfología del otros estudios, puede ser debidamente efectuado
tracto digestivo y los cambios que sufre el mis- sobre la base de crías experimentales en acua-
mo a medida que el individuo crece. Este hecho rios. De esta manera se puede calcular la tasa de
debe ser tenido muy en cuenta en los estudios crecimiento diario.
de la alimentación de postlarvas de peces en el
ambiente natural. Por lo que se pudo observar,
la estructura del tracto digestivo incide en gran
medida en el porcentaje de individuos encontra-
dos con los intestinos vac íos. Tal es, p. ej., el
Mortalidad
caso de varios clupéidos o engráulidos cuyas
postlarvas poseen el tracto digestivo recto y
tubular, que favorece la regurgitación y evacua- Los primeros estadios de desarrollo de los peces
ción del al imento ingerido. marinos son considerados, por \'arios autores,
como los más críticos en la vida de los indivi-
La característica de la alimentación y los compo- duos y, por lo tanto, decisivos en la abundancia
nentes alimentarios cambian a medida que la
de los adultos. Se puede decir que uno de los
postlarva crece. También existen diferencias de factores principales determinantes de la abun-
acuerdo con la época del año y la disponibilidad dancia de una determinada clase anual de una
del alimento. A partir de un determinado mo- especie de peces es la tasa de mortal idad en los
mento del desarrollo la larva pasa a alimentarse estadios embrionarios y larvales. El conocimien-
en forma ya más caracter ística para la especie. to de la magnitud de la mortalidad en esta época
El aspecto alimentario de los peces en esta épo- de vida tiene tanto mayor importancia en cuanto
ca de su vida está ligado con algunos problemas se trata de las especies de interés comercial.

834
Ictioplancton

Ya en el año 1914, Hjort consideró que, en los de huevos opacos (muertos) que no necesaria-
peces, las fluctuaciones de una determinada cla- mente representan el verdadero estado de cosas
se de edad dependen de las condiciones en las en el ambiente. Esta gran mortandad puede ser
cuales se desarrollaron los respectivos individu os instantánea y puede ser producida por la presión
en su fase embrionaria y larva!. La mortalidad en que ejerce el agua dentro de la red, durante el
estas fases de vida es de gran magnitud y se cal- rastreo u otros manipuleos bruscos. A menudo
cula, generalmente, que la supervivencia se pue- se puede observar que la mayoría de los embrio-
de estimar no en por cientos, sino en por miles. nes muertos pertenecen a los estadios tempranas
de desarrollo, especialmente al estadio de gás-
Las causas de la mortalidad son múltiples y se trula.
las puede agru par en: a} Factores abióticos, y
b} Factores bióticos.
.. Factores bióticos. Entre éstos, los más importan-
Factores abióticos. Entre éstos, los más impor- tes son los relacionados con la disponibilidad del
tantes serían los cambios pronunciados de la alimento y la depredación.
temperatura del agua y el factor mecánico. Pe-
ro, en el caso de los huevos, la influencia de La falta de alimento adecuado puede afectar a
los factores adversos del ambiente no se mani- las postlarvas de peces desde el momento en que
fiesta siempre de la misma manera, sino que de- éstas pasan a nutrirse en forma activa. Este pre-
pende en gran medida del estadio de desarrollo ciso momento es considerado como uno de los
en el cual se encuentra el embrión en este mo- más críticos en la vida del individuo. En este
mento. Durante el desarrollo embrionario exis- estadio puede producirse una mortandad, a veces
ten "períodos críticos" en los cuales la suscep- masiva. Aparte de los problemas fisiológicos que
tibilidad del organismo a los factores adversos atañen a la postlarva, los factores más importan-
se manifiesta con gran intensidad. En general, el tes que influyen en estos momentos sobre su
embrión demuestra más sensibilidad en los esta- sobrevivencia son la distribución, accesibilidad y
dios de diferenciación que en los de crecimiento. disponibilidad de los organismos que entren en
En la mayoría de los casos, el estadio de desa- su régimen alimentario, sus aptitudes en la bús-
rrollo durante el cual el embrión se caracteriza queda del alimento, competencia inter e intra-
por una mayor sensibilidad es la gastrulación. espec ífica, etc. Por consiguiente, larvas más gran-
Por esta razón se supone que los grandes oleajes des, más fuertes, con mayor capacidad de nata-
durante los temporales y tormentas pueden afec- ción y con mejor vista, tienen más posibilidad
tar la supervivencia de los embriones que, en este de sobrevivencia. A veces, puede también darse
momento, se encuentren en los estadios cr íticos el hecho de que los huevos en desarrollo, larvas y
de su desarrollo. Esto fue comprobado por mu- postlarvas sean arrastrados por las corrientes ma-
chos autores en el caso de varias especies, espe- rinas y llevados fuera del área adecuada para su
cialmente europeas. En el área de nuestro inte- crecimiento hasta zonas donde podría haber
rés, el problema de la mortalidad de embriones escasez de los organismos que les sirven de ali-
de ancho ítas fue tratado por Ciechomski mento. En estos casos, las postlarvas estarían
(1967a,1973b). predestinadas a una muerte segura por inanición.
Para los que deseen emprender estudios sobre La depredación es otro de los factores de gran
la mortalidad de embriones, podría resultar de importancia en el problema de la supervivencia
interés la siguiente observación. Si este tipo de de peces en la época temprana de su vida. Tanto
estudio se basara sobre la cantidad de huevos los huevos, como las larvas y postlarvas de peces,
muertos encontrados en el plancton, los resul- entran en el régimen alimentario de varios inver-
tados obtenidos podrían verse afectados por un tebrados, como así también de sus propios con-
error originado en el hecho mismo de la gran géneres. Entre los organismos depredadores
susceptibilidad del embrión frente al factor me- figuran, en primer lugar, peces adultos y juveni-
cánico. Puede suceder que recolectando el mate- les, quetognatos, medusas, algunos dinoflagela-
rial con una red de plancton, y especialmente en dos como, p. ej., Noctiluca, etc. En lo referente
caso de utilizar una que trabaja a gran velocidad, a la depredación, se puede mencionar que un
podemos encontramos con una gran cantidad factor muy importante en este aspecto puede

835
Ictioplancton

ser la aparición sucesiva de desoves de distintas limitadas en sus mOVimientos, el ictioplancton


especies de peces en áreas determinadas. Tales está sujeto a las corrientes marinas que lo lIe-'
son, p. ej., los casos anchoíta-caballa, anchoíta- van, a veces, a zonas muy distantes. Por lo tanto,
merluza, y tantos otros. en los estudios de la-distribución, hay que tener
en cuenta también las características hidrológi-
cas de la zona bajo análisis.

Distribución En general, el área más rica en ictioplancton,


tanto en el sentido cuantitativo, como cualita-
tivo, es la de la plataforma continental. Hay
numerosas especies de peces que habitan las
Distribución horizontal aguas de la plataforma y también hay muchas,
tanto pelágicas, como demersales o semidemer-
sales, que normalmente viven en aguas más pro-
Hablando de la distribución horizontal del ictio- fundas, cerca del talud, pero para su reproduc-
plancton tenemos que referimos, por fuerza, a ción se aproximan a la costa. En la amplia plata-
la distribución geográfica de los peces adultos. forma continental del Atlántico Sudoccidental
Sería imposible, por lo tanto, abordar aqu í este el ictioplancton abunda notablemente.
tópico con más detalle por falta de espacio; el
Hay que subrayar que en la distribución del
interesado en el tema tiene que recurrir a la in-
formación respectiva sobre los adultos. ictioplancton los factores físico-qu ímicos dei
ambiente y, en especial, la temperatura y la sali-
Al encarar este problema, hay que tener en cuen- nidad, son los que en gran medida definen su
ta que los peces pertenecientes a las especies cuadro cuali y cuantitativo. La aparición de hue-
migratorias o semimigratorias efectúan desplaza- vos y larvas de unas especies se relacionan con
mientos hacia determinadas áreas donde se re- temperaturas más bajas, y las otras con más ele-
producen y donde, por lo tanto, aparecerán sus vadas. Además, a veces, se puede encontrar una
huevos y larvas. En la zona de nuestro interés, p. estrecha superposición de áreas de desove rela-
ej., algunas especies de la familia Sciaenidae bus- tivamente limitadas de varias especies de peces,
can para su desove áreas de menor salinidad lo que indicaría que existirían definidas condi-
bien costeras. Este ser ía el caso también de algu~ ciones ambientales favorables para la reproduc-
nos engráulidos, pejerreyes y varios otros. En ción. La presente autora, en varias ocasiones ha
casos extremos, existen peces catadromos que llamado la atención sobre este fenómeno. Es
efectúan sus migraciones reproductoras hacia muy difícil determinar cuales son las condicio-
aguas completamente dulces, buscando aguas nes ambientales que determinan esta distribu-
más frías y más oxigenadas (salmónidos); y pe- ción. Lo cierto es que, en estos casos, la tempe-
ces anadromos que viven en aguas dulces y mi- ratura y la salinidad no son factores decisivos.
gran hacia el mar para desovar en determinadas
áreas, a veces muy alejadas de las costas. El típi-
co ejemplo de éstos últimos es la anguila euro- Distribución vertical
pea, Anguilla anguilla que, al acercarse su madu-
rez sexual, deja los ríos de Europa, en los cuales
vive, y migra hacia el Mar de los Sargazos, a la
Los huevos, larvas y postlarvas de pec;s se ha-
vecindad de las Bermudas, para reproducirse allá
llan distribuidos, preferentemente, en las aguas
a grañdes profundidades. Sus larvas leptocéfalos
más superficiales. En los lugares donde la pro-
son llevadas por las corrientes marinas hacia
fundidad es menor pueden hallarse en toda la
Europa, en una travesía que dura alrededor de
columna de agua; mientras que en lugares más
2 años y medio y, ya cerca de su destino, que
profundos se considera que la gran mayoría del
son los ríos europeos, empiezan a sufrir la me-
tamorfosis. ictioplancton se encuentra en la capa de 200-0
m. Ello explica que las recolecciones corrientes
Como los huevos no poseen movilidad propia y de ictioplancton generalmente no se efectúen
las larvas y postlarvas son, en cierta medida, por debajo de esta profundidad.

836
Ictioplancton

Cada especie, en la distribución de sus huevos más intensiva. Hay también peces que se repro-
y larvas, tiene características específicas. Una ducen en forma más continua, como es el caso
incidencia muy grande en esta distribución tiene de muchas especies tropicales.
la ubicación de la termoclina que, a veces, cons-
Como es obvio, esta característica fisiológica de
tituye una verdadera barrera para la presencia
los peces adultos determina la presencia, en el
de determinados huevos y larvas. En la mayoría
plancton, de los individuos en estadios más tem-
de los casos los huevos, larvas y postlarvas de
pranas de su desarrollo. En líneas generales se
peces se hallan distribuidos en la columna de
puede afirmar que las épocas de mayor abundan-
agua casi exclusivamente por arriba de la termo-
cia de ictioplancton coinciden con la primavera
clina, como, p. ej., las anchoítas, sardinas, caba- y principio del verano, especialmente en las
lla, surel y otros. Los pertenecientes, p. ej., a las
aguas templadas y las templado-frías.
mer~uzas, pueden hallarse en mayor abundancia
por encima del nivel de la termoclina, y hay
otros casos, aunque mucho más raros, en que la
mayoría de los huevos y larvas de una determi- Importancia de los estudios
nada especie se encuentran por debajo de la
termoclina. sobre ictioplancton
En las capas de agua muy superficiales (neuston) La importancia de los estudios sobre ictioplanc-
también se pueden encontrar numerosas larvas ton es muy grande y debe ser considerada bajo
y prelarvas de peces. Tal es el caso de varios es- dos aspectos: uno de valor científico más puro,
cómbridos, túnidos, istiofóridos, etc. y otro más aplicado a los fines comerciales de la
En estudios sobre la distribución vertical hay pesca. Al primero pertenecen los estudios que
llevan al conocimiento de la biología de peces
que tener en cuenta que las larvas y, especial-
en los estadios más tempranas de su desarrollo,
mente, postlarvas de peces, efectúan migracio-
nes verticales nictimerales. Estas siguen, en ge- en relación con las condiciones ambientales;
neral, los movimientos del zooplancton y, en los estudios ecológicos que permiten ubicar a
los peces, en esta época de su vida, en el ecosis-
consecuencia, durante las horas del día las larvas
se encuentran a mayores profundidaces, y du- tema marino; y los referentes a la morfología
rante las horas de oscuridad se concentran más y taxonomía que sirven, en gran medida, a la
cerca de la superficie. clarificación de algunos problemas sistemáticos
de los adultos. Estos últimos tienen mucho que
ver con la recapitulación, durante el desarrollo
larval, de algunos caracteres estructurales presen-
Distribución estacional tes en el pasado, ("Ia ontogenia repite la filoge-
nia"). En la mayoría de los casos esto se refiere
a la característica de la osificación de algunas
partes del esqueleto y, muy especialmente, de la
Como se trata de huevos y larvas, la aparición
parte caudal, como así también de los pterigio-
de los mismos en el plancton está íntimamente
foros relacionados con las aletas dorsal y anal,
ligada con el ciclo vital de los adultos. Entre las
de algunos huesos de la cabeza, etc. La impor-
numerosas especies de peces que viven en el mar,
tancia de utilizar los caracteres postlarvales en
algunas se reproducen durante todo o casi todo
los estudios sistemáticos de los peces, fue seña-
el año, mientras que otras tienen una época de
lada por algunos autores como, p. ej., Moser y
desove muy limitada. En la mayoría de los casos,
Ahlstrom (1972) para la familia Myctophidae,
los peces maduran al principio de la primavera y
Bertelsen, Krefft y Marshall (1976) para la fami-
principio del verano, y durante el resto del año
lia Notosudidae, y varios otros.
sus gónadas están en reposo. En muchos, con
una época de reproducción más prolongada, la Los esflldios biológic'bs de los embriones. larvas
primavera representa la época de desove más y postlarvas referentes a las característicos del
intensivo. A veces puede darse el hecho que exis- desarrollo, crecimiento, alimentación, compor-
tan dos o tres épocas en el año de reproducción tamiento, mortalidad, distribución, etc., en rela-

837
Ictioplancton

ción con las condiciones ambientales, son de currido el desarrollo embrionario y larval res-
gran interés, tanto para el conocimiento de la pectivo.
biología de la especie en sí, como para su utili- Las observaciones sistemáticas de la abundancia
zación para fines más aplicados, en este caso re-
de huevos y larvas de peces aportan, de esta
lacionadQs con la pesca. El conocimiento de es-
manera, una información de sumo interés que
tos parámetros biológicos es de suma importan-
es la relación entre el stock de la especie explo-
cia en los cálculos de los recursos pesqueros.
tada y los reclutas, es decir los individuos jóve-
nes que se incorporan al efectivo pesquero.
Detección de los recursos latentes. En este caso,
Los estudios sobre el ictioplancton en su aspecto la presencia y abundancia de huevos y larvas de
aplicado pueden servir a los siguientes fines: determinadas especies puede indicar la existen-
cia de nuevos recursos pesqueros todavía no
explotados.
Detección de áreas de concentración de los adul·
tos. Como es obvio, en la época de reproducción Estudios poblacionales. Las diferencias en la
la presencia y abundancia de huevos y larvas característica de desarrollo embrionario y larval
de peces en una determinada área están relacio- o en ciertos caracteres morfológicos puede, a
nadas con la presencia y densidad de los cardú- veces, ser útil en los estudios que llevan a la dis-
menes de adu Itos. criminación de diferentes poblaciones en la espe-
cie explotada.
Cálculos de los efectivos pesqueros desovantes.
Ya en el siglo pasado, Hensen y Apstein (1897) Cría artificial de peces marinos. En lo referente
pensaron utilizar el recuento de huevos de una a la acuacultura, los conocimientos biológicos de
especie de lenguado en el plancton del Mar del embriones, prelarvas y larvas de peces en el am-
Norte para calcular la abundancia de los adultos. biente natural puede aportar datos muy valiosos
Desde entonces muchos investigadores han abor- para la organización de crías artificiales.
dado este tema, expresando muchas opiniones
al respecto, a veces escépticas debido a la com-
plejidad del problema, especialmente en lo refe-
rente al cálculo del número de huevos en el La importancia de los estudios sobre ictioplanc-
plancton. Pero el método fue generalmente acep- ton es tan grande que movió a los especialistas
tado, e inclusive muy apreciado por varios cien- de todo el mundo, y a varias organizaciones in-
tíficos de renombre como Ahlstrom, Simpson, ternacionales como FAO, UNESCO, ICES,
Beverton, Holt, Smith y otros que estiman que ICNAF, IABO, SCOR y otras a organizar reunio-
es uno de los mejores para la evaluación de las nes, seminarios y simposios para discutir temas
cantidades de los adu Itos. Esto es cierto espe- respectivos y para estandarizar la metodología
cialmente cuando se trata de las especies poco de la investigación.
o nada explotadas.

Estimación de la abundancia de las futuras cla- Métodos de estudio


ses anuales. Para efectuar este cálculo es indis-
pensable el conocimiento de la mortalidad de
los individuos en las diferentes fases de su desa- El primer paso de mayor importancia en el estu-
rrollo. Como ya fue mencionado, los estadios dio del ictioplancton es la recolección del mate-
tempranos de desarrollo (embriones, larvas) son rial. En la correcta planificación de una campa-
los más críticos en el sentido de la mortalidad y, ña oceanográfica, durante la cual se recogerán
por lo tanto, los que definen, en gran medida, muestras, hay que tener muy en cuenta el hecho
la riqueza de la respectiva clase anual. Por eso, de que las concentraciones de huevos, prelarvas
en muchos casos, la fluctuaciones en la abun- y larvas de peces marinos, al igual que en otros
dancia de determinadas clases anuales tienen sus organismos planctónicos, están sujetas a grandes
causas en las condiciones en las cuales ha trans- variaciones, tanto en el tiempo como en el espa-

838
Ictioplancton

cio. Por eso surge la necesidad de elaborar un ten varias maneras de calcular la profundidad del
correcto diseño de la grilla de estaciones (ver barrido (ver p. 95).
p. 103) en el cual serán contempladas todas las La velocidad de arrastre, es decir del buque, más
variables que entran en juego; en primer lugar las satisfactoria es de 2 nudos; la velocidad reco-
relativas al objeto del estudio (una o más espe- mendada para el arriado es de 50 m/min y de
cies de importancia comercial determinada, o cobrado de 2 m/min. Utilizando velocidades de
la totalidad de las especies). Hoy día, en países arrastre mayores de 2 nudos se corre el riesgo
avanzados en estos aspectos, se uti Iizan para ello de deteriorar demasiado los ejemplares (ver
métodos más sofisticados con simulaciones por p. 101), mientras que las velocidades menores
computadora, etc. Hay que prever también la pueden incidir en la evasión de postlarvas más
frecuencia del muestreo y lo conveniente es ha- crecidas (ver p. 81). Después de cada muestreo
cerlo por lo menos cuatro veces durante el año, la red tiene que ser lavada cuidadosamente con
una en cada estación. el fin de evitar la contaminación por parte de
El tamaño de la malla de la red recomendado organismos de estaciones precedentes.
para la recolección del ictioplancton es de Además de las redes mencionadas más arriba,
0,330 mm ó 0,505 mm. La ventaja de la primera se utilizan varios otros modelos, cada uno con
es que el riesgo de extrusión a través de la malla sus ventajas y desventajas como, p. ej., todos los
de las larvas de pocos días de vida (muy delga- muestreadores que trabajan a alta velocidad
das) es m ínimo (ver p. 73), y que se cuenta con
(p. 37 et seq.), como la Gulf 111 y todas sus mo-
mayor cantidad de otros organismos planctóni- dificaciones (fig. 28), redes utilizadas en Lowes-
cos que pueden ser de interés; y de la segunda, toft o las alemanas "Nackthai". Se utilizan tam-
que se puede filtrar con ella un gran volumen de
bién redes con cierres especiales, que permiten
agua sin el inconveniente de la colmatación (ver obtener muestras estratificadas a diferentes
p. 73). Las redes utilizadas son de diferentes
profundidades. Es conveniente disponer de
tipos y es difícil analizar aqu í todas las existen- muestras diurnas y nocturnas.
tes. La más recomendada internacionalmente es
la red "Bongo" (fig. 17, p. 27), con la cual se Más detalles sobre los distintos tipos de redes,
efectúan rastreos oblicuos, aconsejándose siem- su utilización, sus características, etc., se pueden
pre filtrar 100 m3 de agua como mínimo. encontrar en publicaciones como, p. ej., la de
Hempel (1973), Smith y Richardson (1977) y
Entre otros tipos de redes recomendadas, pue-
otras, así como en la Parte I del presente ma-
den mencionarse la red de CaICOFI de 1 m de nual.
diámetro, la red de Hensen y las redes de neus-
ton (figs. 12, 14), estas últimas muy eficaces Las muestras deben ser fijadas con formaldehido
para algunos grupos como, por ej., los escóm- neutralizado para evitar el proceso de acidifica-
bridos e istiofóridos. La red de Hensen trabaja ción (ver p. 117), en frascos llenos de líquido
verticalmente y cuenta con la ventaja de que el casi hasta el tope. La neutral ización se puede
material se obtiene menos deteriorado que con lograr, p. ej., agregando 50 mi de solución satu-
otras redes y, por lo tanto, más apto para los rada de borato de potasio a 1 litro de formal-
estudios morfológicos y de identificación. Ade- dehido comercial "puro" (formaldehido gaseoso
más, la numerosidad de los organismos captu- al 40 % en solución acuosa). La solución final
rados puede ser calculada directamente por m2 de fijador en el frasco tiene que ser al 5 % pero
de superficie marina. en temperaturas más altas puede ser ligeramente
superior. Conviene revisar periódicamente el pH
Es muy conveniente utilizar, junto con la red, de la muestra y, en caso necesario, agregar más
un registrador de tiempo o batiquimógrafo solución de borato de potasio (ver detalles en
(Time-Depth Recorder o TDR) y profundidad p. 117).
para registrar la profundidad durante la trayec-
toria de la red (fig. 69). La profundidad reco- En el laboratorio, el primer trabajo a realizar
mendada es desde 200 m, en lúgares de mayor es la separación del ictioplancton de los otros
profundidad, y desde casi el fondo (5 m), en organismos presentes en la muestra (sorting). Si
aguas menos profundas, hasta la superficie: exis- la 'densidad de huevos y larvas de peces es muy

839
Ictioplancton

alta, se puede extraer una submuestra mediante, planificación espacial y temporal de la campa-
p. ej., el fraccionador de Folsom (ver p. 143), ña, con la suficiente densidad de estaciones,
cúmúnmente utilizado en los estudios de planc- con una buena red de recolección y su ade-
ton. Para facilitar la separación se puede utilizar cuado manejo, se puede llegar a reducir el
un colorante proteínico vital, como el rosa de error a niveles aceptables. Los conocimientos
Bengala, que tiñe los huevos y las larvas de color biológicos necesarios son: la fecundidad de las
rosa claro. Esta coloración es reversible por hembras y el carácter de su desove (total o par-
transferencia a formaldehido limpio, obteniendo cial), la estructura poblacional de adultos por
la decoloración completa al cabo de unos meses. tallas, para discriminar la fecundidad de acuerdo
Este método también es útil para facilitar el re- con las tallas de hembra, relación numérica en-
cuento de los miómeros. Ultimamente, Nichols tre ambos sexos, velocidad del desarrollo em-
y Wood (1978) propusieron la fijación de mues- brionario y, eventualmente, la mortalidad de los
tras de plancton utilizando formaldehido con embriones, para hacer el cálculo de la abundan-
eosina y propileno. También sugirieron utilizar cia de huevos en el plancton correspondiente a
luz polarizada para el recuento de los miómeros. un día. En caso de hacer el cálculo del efectivo
Este método es especialmente eficaz en el caso de adu Itos en desove sobre la base del recuento
de los clupéidos. de larvas o postlarvas, no se necesita el conoci-
miento de la fecundidad de las hembras, ni de
En la identificación de los huevos, larvas y pre-
la estructura poblacional, ni la relación numérica
larvas de peces en el mar, de gran ayuda es la
entre sexos, sino que es necesaria la información
información sobre la presencia de determinadas sobre la mortalidad de larvas en las diferentes
especies en la zona y sobre el grado de su ma-
etapas de su desarrollo.
durez sexual. Por eso la recolección de mues-
tras de plancton en las estaciones junto con pes-
ca exploratoria resulta de gran utilidad. Otro
Breve reseña histórica y
requisito de gran importancia es disponer, en
estado actual del
todas las estaciones, de información oceanográ- conocimiento del
fica, sobre todo de temperatura y salinidad.
ictioplancton
El método de la evaluación de los efectivos deso-
vantes y, consecuentemente, del stock, en for- Los estudios sobre embriones, larvas y prelar-
ma muy simplificada puede ser descripto de la vas de peces marinos empezaron a desarrollarse
en el mundo a partir de mediados del siglo pa-
siguiente manera: el número de huevos calcu-
lado en una determinada área para una determi- sado. Al principio se limitaban. fundamental-
nada época del año se divide por el valor corres- mente a la parte morfológica y taxonómica. La
pondiente a la fecundidad de las hembras de la cuna de estas investigaciones fue Europa, prin-
especie en cuestión (número de ovocitos en los cipalmente Italia, Alemania, Inglaterra, Dina-
ovarios de la hembra Iiber¡jdos en la época de marca, etc. De los autores de fines del siglo pa-
desove), obteniendo, de esta manera, el número sado, se puede citar, entre otros, a: Belloti,
de hembras que han intervenido en el desove. Cunningham, Ehrenbaum, Facciola, Grassi,
La cifra calculada se multiplica por 2 (relación Holt, Lo Bianco, Petersen, Raffaele, Wencke-
je sexos 1: 1 y por el valor que corresponde al bach, Agassiz, etc.
peso de un individuo, llegando, de esta forma, a A fines del siglo pasado (Hensen y Apsteinl, y
la estimación del efectivo de los adultos pre- principios del presente, estos estudios considera-
sentes en la zona de desove. ron la aplicabilidad para la pesca. Desde aquellos
Este método presenta ciertos inconvenientes y, tiempos las investigaciones sobre ictioplancton
además, requiere una serie de conocimientos se desarrollaron cada vez más, con mayor inten-
biológicos previos. La mayor dificultad reside en sidad, y adquirieron gran importancia en el ám-
el cálculo del número de huevos en el tiempo y bito de la biología marina y pesquera. Han abar-
el espacio, y esta parte del cálculo es la que in- cado también varias disciplinas biológicas, como
volucra más error. Es difícil en estas páginas dis- la taxonomía, fisiología, ecología, zoogeografía,
cutir el problema, lo cierto es que con una buena genética, bioqu ímica, comportamiento, etc.

840
Ictloplancton

También han entrado en el ámbito de los cálcu- (cada tópico está limitado por barras (/): nom-
los estad ísticos y matemáticos, cada vez más so- bre completo del taxón, incluyendo el autor
fisticados. original y, donde corresponde, a aquél que rede-
Se crearon centros de investigación muy impor- finió su ubicación sistemática; la ubicación de la
tantes, especialmente en Europa y América del ilustración correspondiente; referencias a los
Norte. En América Latina es cada vez mayor trabajos que comunican los hallazgos del taxón
el número de pa íses don8e estas investigaciones en cuestión en el área de interés (frecuentemente
se hallan incorporadas a las líneas de estudios en éstos también puede encontrarse un trata-
prioritarias.

En lo que se refiere a la zona del Atlántico


Sudoccidental, los estudios sobre huevos, larvas
y postlarvas de peces, empezaron a desarrollarse
relativamente tarde, desde hace unos 20 años

<,--
en la Argentina, Brasil y, recientemente, en Uru-
guay. En la Argentina hay un centro importante
que se ocupa de estos temas, y en Brasil varios.

~~"IIII
Existe también cierta información sobre la pre- 6i
4i
8i
3i
2i
9i
7i
Si
10i
12i
11i
10°
20°
40°
30°
50° 0°
I
sencia de larvas de peces en esta zona, prove- 12h
IOh
I
6h
8h llh
niente de algunas expediciones extranjeras. 4h 9h
7h
3h
2h Sh

Clasificación y distribución
de los huevos y larvas
de peces teleósteos en el
Atlántico Sudoccidental
La clasificación aqu í adoptada corresponde,
básicamente, a la propuesta pot Greenwood 7e 7f
et al. (1966). con algunos pequeños cambios y
actual izaciones.

Obviamente, no se incluye la totalidad de la


fauna ictícola existente en el Atlántico Sudocci-
dental; la exigüidad de los estudios realizados
hasta el momento no permite elaborar un listado
más exhaustivo. En los últimos años se ha inten-
sificado el estudio de los recursos vivos de las
aguas próximas a la Antártida; sin embargo,
lamentablemente, la mayoría de estos trabajos
de investigadores de diferentes países del mundo
aún no recibieron divulgación suficiente.
A diferencia de lo que ocurre con la gran mayo-
ría de los grupos zooplanctónicos, en el caso de
los huevos y larvas de peces los trabajos publica- la lb le Id 1. 11 19 lh H
dos frecuentemente mencionan sólo el taxón 60°

supraespecífico (género o familia), al que perte- 70° 60° 50° 40a 30°
necen los organismos registrados. Estos casos se
han incluido en los lugares correspondientes.
Nomenclatura adoptada para identificar las áreas del Atlántico
La información presentada para los taxones in- Sudoccidental mencionadas en la distribucIón del ictio-
cluidos está ordenada de la siguiente manera plancton.

841
IClioplanClon

miento detallado del organismo mencionado); Paraxenomystax bidentatus Reid, 1940/Cas-


la distribución geográfica detallada (las siglas tle, 1970/10i.
utilizadas se refieren a las zonas indicadas en la
carta de la página 841 ); y, cuando corresponde, la Pseudoxenomystax sp.lCastle, 1970/12i.
página donde el taxón es caracterizado morfo-
lógicamente. En numerosos casos uno o más Serrivomer beani Gill y Ryder, 1883/Castle,
de los tópicos mencionados se omiten por falta 1970/9i.
de información adecuada. A veces se agrega, en-
tre paréntesis, el nombre vernáculo del grupo. Taenioconger longissimus (Günther, 1870/
Finalmente, la importancia económica de los pe- Castle, 1970/8h.
ces tratados está indicada con asteriscos: un aste-
risco: importante, dos asteriscos: muy impor-
tante.
Superorden CLUPEOMORPHA
Orden CLUPEIFORMES
División I Suborden CLUPEOIDEI
Superorden E LOPOMO RPHA Familia CLUPEIDAE (p. 850)
Orden ANGUILLlFORMES (fig. 270-1)
Referencias: Aboussouan, 1969; Matsuu- Brevoortia spp.lMatsuura, 1977c/7e; 8e, 8f.
ra, 1971b, 1977b; Phonlor, 1973,
1975; Tommasi, 1960. Brevoortia aurea (Agassiz, 1829) Hildebrand,
Hallazgos: 4c; 5c, 5d; 6d, 6e; 7e; 8e; 9g; 1948/270-1,12/Ciechomski, 1968b/5c. (La-
11 h. cha o saraca) (p. 850).
Suborden ANGU I LLOIDE I
Familia CONG R IDAE (Congrios) Brevoortia pectinata Jenyns, 1842/Phon lor,
(ver p. 850) 1975; Weiss, Souza y Santos, 1976; Weiss y
Krug, 1977/6d, 6e; 7e; Lag. Los Patos.(La-
Ariosoma balearicum (De La Roche, 1809)/ cha o saraca).
Castle, 1970/5d; 7g; 8f; 10i; 12i.
Chiricentrodon bleekerianus Poey, 1952/
Ariosoma humile (Stromman, 1896)/Castle, Matsuura, 1974/7e; 8f (p. 850).
1970/10i; 11i; 12i.
Harengula spp.lMatsuura, 1977b, e/8e, 8f.
Bathymyrus sp.lCastle, 1970/9i.
Harengula pensacolae Goode y Bean, 1879/
Caecula cephalopeltis (Bleeker, 1862)/Castle, Matsuura, 1971b, 1975a/8f (p. 850) ..
1970/7e-g.
Pellona harroweri (Fowler, 1917)/270-15/
Congrina sp.lCastle, 1970/11 i. Matsuura, 1974/7e; 8f (p. 850).

Gnathopsis mystax (De la Roche, 1809)/Cas- Sardinella pseudohispanica Poey/ Aboussouan,


tle, 1970/6f. 1969/7e; 8f; 9g.

Leptocephalus stylurus Lea, 1913/Castle,


** Sardinella brasiliensis (Steindachner,
1970/6e; 7f. 1879)/270-2, 13/Matsuura, 1971a, 1975b/
7e; 8f. (Sardina) (p. 850).
Leptocephalus tiluropsis D' Ancona, 1928/
Castle, 1970/6e. * Sprattus fuegensis (Jenyns, 1842) Whi-
tehead, 1964/270-3, 14/Ciechomski, Weiss
Nemichthys scolopaceus Richardson, 1848/ y Cassia, 1975/2a-c; 3a-c. (Sardina fuegui-
Castle, 1970/6e; 7g; 8h. na) (p. 850).

842
.
Ictioplancton

Familia ENG RAU LI DAE (p. 851) Familia STOMIATIDAE (p. 851)
Referencias: Aboussouan, 1969; Referencias: Phonlor, 1973; John,
Matsuura, 1977b. 1975b; Weiss, Souza y Santos,
Hallazgos: 7e; 8e, 8f. 1976.
Hallazgos: 6d; 7f.
Anchoa marinii Hildebrand, 1943/270-4, 16/
Ciechomski, 1968b; Matsuura, 1971 b;
liVeiss, Souza y Santos, 1976, Weiss y Sou- Familia IDIACANTHIDAE (p. 851)
za, 1977/5c; 6d; 7e. (Anchoa) (p. 851). Referencias: Phonlor, 1973.
Hallazgos: 6d.
** Engraulis anchoita Hubbs y Marini, 1935/
270-5,17/Ciechomski (trabajos varios); Idiacanthus atlanticus Brauer, 1906/270-20/
Matsuura, 1971b; Phonlor, 1973, 1975; Ciechomski, 1969a; Ciechomski, Weiss y
Weiss, 1972; Weiss, Souza y Santos, 1976; Cassia, 1975/2b; 4d; 5d (p. 851).
Weiss y Souza, 1977/3a, 3b; 4b, 4c; 5b-d;
6d, 6e; 7c, 7e. (Anchoita) (p. 851).

Lycengraulis olidus (Günther, 1874) Hilde-


brand, 1943/Matsuura, 1971b; Phonlor, Suborden MYCTOPHOIDEI
1975; Weiss, Souza y Santos, 1976; Weiss Familia SYNODONTIDAE
y Krug, 1977/6d, 6e; 7e; Lag. Los Patos. Referencias: Matsuura, 1971 b;
Phonlor, 1973; Weiss, Souza y
Santos, 1976; Matsuura, 1977b.
Hallazgos: 6d; 7e; 8e, 8f.

Familia PARALEPIDIDAE
División II1 Referencias: Phonlor, 1973.
Superorden PROTACANTHOPTE RYG 1I Hallazgos: 6d.
Orden SALMON I FORMES
Suborden STOMIATOIDEI Prymnothonus sp. /270-21/ Abou ssou a n,
Familia GONOSTOMATIDAE (p. 1969/9g.
851 )
Referencias: John, 1975b; Mat-
suura, 1977b; Matsuura et al.,
1978. Familia MYCTOPH IDAE (fig. 270-
Hallazgos: 5d; 7e; 8e; 9i; 10i. 22) (p. 851)
Referencias: Aboussouan, 1969;
Cyclotone sp.lJohn, 1975bl7f, 7i; 8h. Phonlor, 1973;Ciechomski, Weiss
y Cassia, 1975; Weiss, Souza y
Maurolicus sp.lPhonlor, 1973/6d. Santos, 1976.
Hallazgos: 2a-d; 3a-c; 4c; 5c; 6d;
Maurolicus muelleri (Gmelin, 1789) Kroyer, 9g.
1853/270-6, 18/Ciechomski, 1971d; Weiss,
Souza y Santos, 1976/5c; 6d. (Yoalaakaci- Centrobranchus nigroocellatus (G ü n t h e r,
nombre fueguino) (p. 851). 1873)/John, 1975b/9i.

Vinciguerria sp.l270-19/ Aboussouan, 1969/ Gonychthys barnesi Whitley, 1943/John,


7e,9g. 1975b/5d, 5f-h; 6e.

843
Ictioplancton

Gonychthys coccoi (Coceo, 1892)/John, Familia GADIDAE


1975bl7f; 8h.
Urophysis sp.lPhonlor, 1973; Weiss, Souza y
Lampadena sp.lJohn, 1976, 1977a y b/5d. Santos, 1976/6d.

Myctophum nitidulum Garman, 1889/John, * Urophysis brasiliensis (Kaup, 1858)/Phon-


1975b/6e; 7f; 9i. lor, 1973; John, 1975b/5c; 6d. (Brótola).

Symbolophorus veranyi/boops (Moreau, 1888) * Micromesistius australis Norman, 1973/


Richardson, 1884/John, 1975b/5f, 5g. 270-25/Weiss, 1974; Ciechomski et al., en
prensa/2b, 2c; 3b, 3c. (Polaca) (p. 852).

Familia MERLUCCIIDAE (Merlu-


Superorden OSTARIOPHYSI zas) (p. 852)
Orden SILURIFORMES
Familia SI LUR IDAE (Bagres) ** Merluccius hubbsi Marini, 1933/270-7,26/
Referencias: Castello (coord.), Ciechomski y Weiss, 1974b/3a, 3b; 4b, 4c;
1976a. 5c, 5d; 6d. (Merluza) (p. 852).
Hallazgos: 6d (Lag. Los Patos).
* Merluccius polylepis Ginsburg, 1954/Cie-
chomski y Weiss, 1974e/2a, 2b. (Merluza
austral) (p. 852).
Superorden PARACANTHOPTE RYG 11
Orden LOPH 11 FORMES
Suborden LOPHIODEI
Familia LOPHIIDAE Suborden OPHIDIOIDEI
Referencias: Matsuura, 1977b. Familia OPHIDIIDAE
Hallazgos: 8f. Referencias: Matsuura, 1977b.
Hallazgos: 8e, 8f.

Orden GADIFORMES
Suborden GADOIDEI Suborden ZOARCOIDEI
Familia MORIDAE Familia ZOARCIDAE (fig. 270-27)
(p. 852).
* Salilota australis (Günther, 1878), Gün- Referencias: Ciechomski, Weiss y
ther, 1887/270-23/Ciechomski, Weissy Ca- Cassia, 1975.
ssia, 1975; Weiss, 1975/2a-c. (Bacalao crio- Hallazgos: 2b, 2c.
llo o brótola austral) (p. 852).

Suborden MACROUROIDEI
Familia MACROURIDAE
Referencias: Phonlor, 1973.
Familia BREGMACEROTIDAE Hallazgos: 6d.
Referencias: Matsuura, 1977b.
Hallazgos: Be, 8f.
* Macruronus magellanicus Lonnberg, 1907/
Bregmaceros sp.l270-24/Phon lor, 1973; Weiss, Ciechomski, Weiss y Cassia, 1975/2b, 2c.
Souza y Santos, 1976/6d. (Merluza de cola).

844
Ictioplancton

* Macrour~s whitsoni (Regan, 1913)/Cie- * Scomberesox saurus (Walbaum, 1792)/


chomski et al., en prensa/2b, 2c; 3b, 3c. John, 1975b/5d-i; 6e.
(Granadero).

* Coelorhynchus fasciatus (Günther, 1878)/ Suborden ATHERINOIDEI


Ciechomski et al., en prensa/2b, 2c; 3b, Familia ATHERINIDAE (Pejerrev-
3c. (Granadero). ves)
Referencias: Phonlor, 1973; John,
1975b; Ciechomski, Weiss V
Cassia, 1975; Castello (coord.),
Superorden ATHERINOMQRPHA 1976a, b.
Orden ATHERINIFORMES Hallazgos: 4a; 5c; 6d.
Suborden EXOCOETOIDEI
Familia EXOCOETIDAE (Peces vo- Austroatherina incisa (Jenvns, 1942) Marrero,
ladores) (p. 852). 1950/270-30/Ciechomski, 1972/5c. (Cor-
Referencias: Phonlor, 1973; Mat- nalito) (p. 853).
suura, 1977b.
Hallazgos: 6d; 8e. Odonthestes sp.lPhonlor, 1975/6d, 6e; 7e.

Cypselurus spp.l270-28/John, 1975b/5d; 6e;


9i; 10i; lli; 12i.
Superorden ACANTHOPTE RYG II
Danichtys rondeletti (Cuvier y Valenciennes, Orden BERYCIFORMES
1846)/John, 1975b/7f; 8h; 9i. Suborden BERYCOIDEI
Familia HOLOCENTRIDAE (p.
Exocoetus volitans Linné, 1758/270-29/ 853)
John, 1975b/6e; 7e-g; 8h, 8i; 9i; 10i;11i; Holocentrus sp.l270-31 / Aboussouan, 1969/
12i. 9g.

Exocoetus obtusirostris Günter, 1866/John,


1975b/6e; 7f, 7g. Orden ZEIFORMES
Familia CAPROIDAE
Hirundichthys spp. /John, 1975b/5e, 5f; 9i. Referencias: Phon lor, 1973.
Hallazgos: 6d.
Hyporhamphus kronei Castello (coord.),
Antigonia capros Lowe, 1843/Phonlor, 1973/
1976b, c/6d. 6d.

Prognichthys gibbifrons (Cuvier V Valen-


ciennes, 1846)/John, 1975b/8h.
Orden GASTEROSTEIFORMES
Suborden AULOSTOMOIDEI
Familia BELONIDAE Familia MACRORHAMPHOSIDAE
Referencias: Phon lor, 1973. Referencias: Phon lor, 1973.
Hallazgos: 6d .. Hallazgos: 6d.

Suborden SYNGNATHOIDEI
Familia SCOMBERESOCIDAE (Pe- Familia SYNGNATHIDAE (p. 853)
ces aguja) Referencias: Ciechornski, Weiss V
Cassia, 1975; Matsuura, 1971b.
Scomberesox sp.lJohn, 1975b/7g; 8h. Hallazgos: 4b; 6d; 7e.

845
Ictioplancton

Hippocampus sp.l270-32/ Aboussouan, 1969; Orden DACTYLOPTERIFORMES


Phonlor, 1973/6d. (Caballito de mar). "Familia DACTYLOPTERIDAE

Dactylopterus volitans (Linné, 1758)/270-37/


Syngnathus sp.l270-33/Aboussouan, 1969; Aboussouan, 1969; John, 1975b, 1976/8f;
Phonlor, 1973; Castello (coord.), 1976a/ 12i. (Pez volador).
Lag. Los Patos; 7e; 9g. (Aguja de mar).

Orden PE RCI FORMES


Orden SCORPAENIFORMES Suborden PERCOIDEI
Suborden SCORPAENOIDEI Familia SERRANIDAE
Familia SCORPAEN IDAE (fig.270- Referencias: Phonlor, 1973; Mat-
35) (p. 853) suura, 1977b.
Referencias: Aboussouan, 1969. Hallazgos: 6d; 8e, 8f.
Hallazgos: 9g.
* Epinephelus niveatus (Valenciennes, 1828)/
* Helicolenus sp.lCiechomski, Weiss y Cassia, Weiss, Souza y Santos, 1976/6d.
1975/2a, 2b; 3b. (Rubio, rouget).
* Acanthistius brasilianus (Valenciennes
* Sebastodes sp.lCiechomski, Weiss y Cassia, 1828) Jordan y Eigenmann, 1890/Cie-
1975/2a, 2b; 3b. (Cabrilla). chomski et al., en prensa/3b; 4b. (Mero).

Familia PR IACANTH IDAE (fig.


Suborden CONGIOPODOIDEI 270-38)
Familia CONGIOPODIDAE Referencias: Aboussouan, 1~69.
Congiopodus peruvianus (Cuvier, 1829) Nor- Hallazgos: 9g.
man, 1973/Ciechomski et al., en prensa/
3b; 4b. (Chanchito).

Familia APOGONIDAE (fig. 270-


39)
Familia TRIGLlDAE Referencias: Aboussouan, 1969.
Referencias: Phonlor, 1973; Mat- Hallazgos: 9g.
suura, 1977b.
Hallazgos: 6d, 8e, 8f.

Prionotus nudigula Ginsburg, 1950/270-


8,34/Ciechomski, 1968b/5c. (Testolín) (p. Familia CARANGIDAE (p. 853)
853). Referencias: Aboussouan, 1969;
Matsuura, 1971b, 1977b; Phon-
" lor, 1975.
Hallazgos: 6d; 7e; 8c; 9g.
Suborden COTTOIDEI
Familia AGON IDAE Chloroscbmbrus chrysurus (Linné, 1766) Gill,
1862/270-40/Phonlor, 1975; Weiss, Souza
Agonopsis chiloensis (Jenyns, 1842) Jordan y y Santos, 1976/6d, 6e; 7e (p. 854).
Evermann, 1898/270-36/Ciechomski,
1975a/2a, 2b; 3b; 4a, 4b. (Acorazado) * Parona signata (Jenyns, 1842) Berg, 1895/
(p. 853). Phonlor, 1975/6d, 6e; 7e. (Palometa).

846
l'
Ictioplancton

* Trachurus picturatusaustralis Nani, 1950/ * Macrodon ancylodon (Bloch, 1901)/270-


270-41/Ciechomski y Weiss, 1973b/ 5c. 66/Sinque, 1977 /8e, Sf (Reg. Lag. Cana-
(Surel o jurel) (p. 854). néia). (pescadilla real).

Naucrates ductor (Linné, 1758)/John, 1975b/ Isopisthus parvipinnis (Cuvier, 1830)/270-67/


5d; 6e; 7f; 11 i. (Pez piloto) (p. 854). Sinque, 1977/8e, 8f (Reg. Lag. Cananéia).

Familia CHEILODACTYLlDAE
Familia CORYPHAENIDAE
* Cheilodactylus bergi Norman, 1937/John,
Coryphaena sp.l270-42/ Aboussouan, 1969/ 1975b/5f. (Castañeta, papamoscas).
9g.

Coryphaena equiselis Linné, 1758/John,


1975b. Suborden MUGILOIDEI
* Familia MUGILlDAE (p. 854)
Referencias: Matsuura, 1971 b,
Familia GERRIDAE 1977b; John, 1975b.
Referencias: Matsuura, 1977b. Hallazgos: 5d, 5e, 6d, 6e; 7e; 8e,
Hallazgos: 8e, 8f. 8f.

Mugil sp.l270-44/Phonlor, 1973/6d. (Lisa).


Familia SPARIDAE (p. 854)
Referencias: John, 1975b. Mugil cephalus Linné, 1758/Phonlor, 1973/
Hallazgos: 6e. 6d. (Lisa).

* Pagrus pagrus (Linné, 1758) Jordan y Ever- Mugil curema Valenciennes, 1836/Phonlor,
mann, 1898/270-10, 43/Ciechomski y 1973/6d. (Lisa).
Weiss, 1973a/5c. (Besugo) (p. 854).

Familia SCIAENIDAE (p. 854) Suborden SPHYRAENOIDEI


Referencias: Phonlor, 1973. Familia SPHYRAENIDAE
Hallazgos: 6d. Referencias: Phonlor, 1973; Mat-
suura, 1977b.
* Micropogon furnieri (Desmarest, 1823) Hallazgos: 6d; 8e.
Roux, 1973/270-63, 64/Castello (coord.),
1976a, b, c, 1977a, b; Sinque, 1976d
(Lag. Los Patos). (Corvina rubia o blanca). Suborden TRACHINOIDEI
Familia PERCOPHIDIDAE
* Cynoscion leiarchus (Cuvier, 1830)/270-
61/Sinque, 1977 /8e, 8f (Reg. Lag. Cana- * Percophis brasiliensis Quoy y Gaimard,
néia). 1824/Lasta, MS/4b. (Pez palo).

Menticirrhus americanus (Linné, 1758)/270-


62/Sinque, 1977 /Se, 8f (Reg. Lag. Cana-
néia). (Burriqueta). Familia MUGILOIDIDAE

Stellifer rastrifer (Jordan y Eigenmann, * Pinguipes somnambula Berg, 1895/Cie-


·1889)/270-65/Sinque, 1977/8e, 8f (Reg. chomski et al.,
en prensa/4b. (Salmón de
Lag. Cananéia). mar).

847
Ictioplancton

Suborden LABROIDEI . Familia CLlNIDAE (p. 855)


Familia SCAR IDAE Referencias: Ciechomski, MS.
Hallazgos: 5c.
Cryptotomus ustus 270-45/ Aboussouan,
1969/9g.

Suborden GOBIOIDEI
Suborden NOTOTHENIOIDEI
Familia NOTOTHENIDAE (p. 854) Familia GOBIIDAE (fig. 270-50)
(p. 855).
Notothenia spp.l270-48/Ciechomski, Weiss y Referencias: Phonlor, 1973; Mat-
Cassia, 1975/2a-c; 3a, 3b; 4b, 4c; 5c. (No- suura, 1971b, 1977b.
totenia) (p. 855). Hallazgos: 6d; 7e; 8e, 8f.

Notothenia gibberifrons/Pommeranz, 1978/


2g.
Suborden SCOMBROIDEI
Artedidraco mirus/Pommeranz, 1978/2g. Familia GEMPYLlDAE
Gempylus serpens Cuvier y Valenciennes,
* Eleginops maclovinus (Valenciennes, 1830) 1846/John, 1975b/9i.
Dollo, 1904/270-46/Ciechomski, Weiss y
Cassia, 1975/2a. (Róbalo) (p. 855).
Familia TRICHIURIDAE (p. 855)
* Dissostichus eleginoides Smitt, 1899/270-
Referencias: Matsuura, 1971b;
47/Ciechomski, Weiss y Cassia, 1975/2a-c.
John, 1975b.
(Merluza negra) (p. 855).
Hallazgos: 6d, 6e; 7e, 7f.

Lepidopus caudatus (Euphrasen, 1788) White,


Familia BATHYDRACONIDAE 1851/270-51IWeiss, 1975; Ciechomski,
Weiss y Cassia, 1975/2e (p. 856).
Psilodraco breviceps/Pommeranz, 1978/2g.
Trichiurus lepturus Linné, 1758/270-52/
Phonlor, 1973; Weiss, Souza y Santos,
Familia CHAENNICHTYIDAE 1975/6d. (Pez sable).

Pseudochaenichtys georgianus Hermmingsen y


Douglas, 1969/Pommeranz, 1978/2g.
* Familia SCOMBRIDAE (fig. 270-
53) (p. 856)
Suborden BLENNIOIDEI Referencias: Aboussouan, 1969;
Familia BLENNIIDAE Phonlor, 1973; Weiss, Souza y
Referencias: Ciechomski, MS; Santos, 1975; Matsuura, 1977b.
Phonlor, 1973, 1975; John, Hallazgos: 6d; 8e; 8f; 9g.
1975b.
Hallazgos: 5c; 6d; 6e; 7e. Auxis spp.lMatsuura y Sato, 197817e; 8f.

Auxis thazard (Lacepéde, 1802) Jordan y


Familia TRIPTERYGIIDAE Gilbert, 1883/John, 1975b/6e. (Melba).

Tripterygion cunninghami Smitt, 1896/270- Euthynnus alleteratus (Rafinesque, 1810)/


49/Ciechomski, 1975a/4a, 4b. (Trambo- Matsuura, 1977b; Matsuura y Sato, 1978/
lIito de tres aletas) (p. 855). 7e;8f. (Letrado).

848
Ictioplancton

Scomber japonicus marplatensis (López, Suborden PLEURONECTOIDEI


1955) /270-54/Ciechomski, 1969b/5c. (Ca- * Fami lia BOTH IDAE (Lenguados)
balla) (p. 856). (p. 856)
Referencias: Ciechomski, MS.
Scomber japonicus (Houttyn, 1782)/Matsuura Hallazgos: 5c.
y Sato, 197817e; 8f. (Caballa). Syacium micrurum Rawzani/270-58/ Abou-
ssouan, 1969/9g.
Thunnus sp.lJohn, 1975b, Matsuura y Sato,
1978/6e; 7e; 8f. (Atún). Achirus garmani Jordan y Goss, 1889/Castello
(coord.), 1976b, c/6d (Lag. Los Patos).
Katsuwonus pelamis (Linné, 1758) Kishi-
nouye, 1915/Matsuura y Sato, 1978/
8f.
Suborden SOLEOIDEI (Lengüitas)
Familia CYNOGLOSCIDAE (p.
Familia ISTIOPHORIDAE (p. 856)
857)
Referencias: Ciechomski, MS.
Istiophorus americanus (Cuvier, 1831 )/270-
Hallazgos: 5c.
55/ Aboussouan, 1969/8f.

Macaira nigricans Lacepéde, 1802/John,


1975b/9i; 10i.
Orden TETRAODONTI FORMES
Suborden BALISTOIDEI
Suborden STROMATOIDEI Familia BALlSTIDAE (p. 857)
Referencias: Matsuura, 1977b.
Familia CENTROLOPHIDAE (fig.
Hallazgos: 8e.
270-56) (p. 856)
Referencias: Ciechomski, Weiss y Monocanthus sp.l270-59/ Aboussouan, 1969/
Cassia, 1975. 7e; 9g.
Hallazgos: 2a, 2b; 3a; 4a, 4b.
Stephanolepis hispidus (Linné, 1766)/Phon-
lor, 1973/6d.
Familia NOMEIDAE
Nomeus gronovii (Gmelin, 1788)/John,
1975b/7g.

Suborden TETRAODONTOIDEI
Familia DIODONTIDAE
Familia STROMATEIDAE (p. 856)
Diodon sp.lJohn, 1975b/l Oi.
Cubiceps gracilis (Lowe, 1843)/John, 1975b/
7f.

Peprilus paru (Linné, 1758) Evermann y


Marsh, 1900/270-57/Phonlor, 1975/6d, 6e; Familia MOLlDAE (p. 857)
7e.
Mola mola (Linné, 1758) Jordan y Evermann,
Orden PLEURONECTIFORMES 1898/270-60/ Aboussouan, 1969/8f. (Pez
Referencias: Matsuura, 1971b, luna).
1977b; Phonlor, 1973; Castello
(coord.), 1976b, c. Ranzania laevis (Pennant, 1776)/John, 1975b/
Hallazgos: 6d; 7e; 8e, 8f. 8g; 10i.

849
Ictioplancton

Descripción de los huevos, mente con una gota oleosa de 0,14 mm (0,09-
0,18). Las membranas sin estructuras en la su-
larvas y postlarvas de los perficie. En postlarva el número de radios en
taxones más importantes la aleta anal mayor de 13. Número total de
miómeros: 45-47; número de miómeros post-
citados para el dorsal-preanal: 4-7.
Atlántico Sudoccidental
Brevoortia aurea (figs. 270-1 y 270-12)
Las abreviaturas utilizadas en las descripciones
Diámetro del huevo esférico entre 1,40 y
que siguen son las siguientes: L. t.: largo total;
1,70 mm. El espacio perivitel ino grande. El
1. st.: largo standard; p. an.: distancia preanal; y
a: aleta. huevo es transparente. Una gota oleosa de
0,14 a 0,17 mm. En larvas recién nacidas la
gota oleosa está ubicada en la parte media in-
ferior del saco vitelino. Número total de mió-
meros: 45-47; número de miómeros postdor-
Familia CONGRIDAE (fig. 270-11) sal-preanal: 3-4.

Larvas tipo leptocéfalo. Cuerpo muy comprimi-


do lateralmente, a veces muy largas, transparen-
Pellona ha~roweri (fig. 270-15)
tes. Las mand íbu las provistas de dientes. Orga-
nos nasales y oculares bien desarrollados. Los En postlarva la aleta anal es larga, con 37-42
miómeros son superficiales, casi siempre superan radios. Número de miómeros: 38-40.
el centenar. Ausencia de aletas ventrales. La dor-
sal y anal angostas, con bases largas, confluyen
con la caudal. Chiricentrodon b/eekerianus

En postlarvas la aleta anal es larga. El cuerpo


es más angosto y. más alargado que de P.
Familia CLUPEIDAE harrowef"i. Hasta 15 mm de largo total, el as-
pecto de la postlarva se parece mucho a la
Huevo esférico, vitelo segmentado, con una gota especie mencionada.
oleosa o sin ella. Espacio perivitelino más bien
grande. Embrión no pigmentado. Larva alargada.
Aleta embrionaria más bien angosta. P. ano muy Harengu/a pensaco/ae
grande (más del 80 %del L. t.). Tubo digestivo
recto, su parte posterior engrosada, de aparien- Huevo esférico, parecido al de Sardinella bra-
cia estriada. Pigmentación más bien escasa. En si/iensis, de 1,48 a 1,72 mm de diámetro, con
general, una hilera de melanóforos en la parte gran espacio perivitelino y una pequeña gota
ventral. En postlarvas más crecidas el extremo oleosa de 0,089 mm en promedio (0,071-
anterior de la aleta anal es posterior a la vertical' 0,101 mm). En la larva recién nacida la gota
que pasa por el extremo posterior de la aleta oleosa está ubicada en el medio del vitelo.
dorsal, con excepción de Pristigasterinae (Pello-
na harroweri y Chiricentrodon b/eekerianus).
Sprattus fuegensis (figs. 270-3 y 270-14)

Sardinella brasi/iensis (figs. 270-2 y 270-13) Huevo esférico de 1,035 a 1,170 mm de diá-
metro, sin gota oleosa. El espacio perivitelino
Diámetro del huevo esférico entre 1,00 y 1,40 es pequeño. La p. ano constituye alrededor
mm. El espacio perivitelino mediano, general- del 80 % del L. t.

850
Ictioplancton

Familia ENG RAU LI DAE fotóforos en la parte inferior del cuerpo y


de la cabeza.
Huevos de forma elipsoide. Sin gota oleosa. El
vitelo está dividido en numerosos alvéolos que
se acentúan al fijar la muestra. El espacio perivi-
(telino es pequeño. El embrión carece de pig-
mento. La postlarva se parece mucho a la de Familia STOMIATIDAE
Clupeidae, es alargada, con pigmentación escasa,
con una hilera de melanóforos en la parte ven- Huevos generalmente esféricos, transparentes,
tral. A diferencia de las postlarvas de Clupeidae con gran espacio perivitelino. El embrión ca-
la p. ano es, generalmente, un poco menor que rece de pigmento. Las larvas y postlarvas muy
en aquéllas, y el extremo anterior de la aleta alargadas, con pigmento escaso y el tracto di-
anal es anterior a la vertical que pasa por el ex- gestivo recto, que puede prolongarse fuera del
tremo posterior de la aleta dorsal. cuerpo.

Engraulis anchoita (figs. 270-5 y 270-17)

Huevos de 1,15-1,53 mm x 0,66-0,78 mm, la


relación entre ambos diámetros oscila, gene- Familia IDIACANTHIDAE
ralmente, entre 1: 1,63 a 1 :2,04. En la larva
recién nacida, que carece de pigmento, el vi-
telo es piriforme. Número total de miómeros: Idiacanthus atlanticus (fig. 270-20)
45-48. La p. ano constituye cerca del 70% del
L.t. Larva muy característica, de cuerpo muy alar-
gado, en la parte caudal bastante aguzado. Ca-
beza grande, ancha y bastante chata, casi
Anchoa marinii (figs. 270-4 y 270-16) transparente; boca grande. Los ojos se hallan
ubicados sobre largos pedúnculos.
Huevos de 0,94-1,06 x 0,75-0,83 mm; rela-
ción usual entre ejes: 1: 1,14 a 1: 1,34. La lar-
va recién nacida tiene saco vitelino piriforme
y la p. ano igual al 71-72% del L.t. Número
total de miómeros: 41-43.
Familia MYCTOPHIDAE (fig. 270-22)

Larvas y postlarvas de cuerpo medianamente


alargado, a veces bastante robustas. Las aletas
pectorales generalmente con base pedunculada.
Familia GONOSTOMATIDAE La p.an. puede ser ligeramente menor, igual o
ligeramente mayor que la postanal. El tubo diges-
tivo, casi recto o ligeramente curvado, termina
Maurolicusmuelleri (figs. 270-6 y 270-18) en ángulo abierto o, a veces, en ángulo casi recto.
Las postlarvas conocidas para la zona poseen
Huevo esférico de 1,0-1,2 mm de diámetro, ojos ovalados verticalmente que, a medida que el
rodeado con una capa semigelatinosa, trans- individuo crece, se tornan circulares (hay tam-
parente, con aspecto de un mosaico de facetas bién, en esta familia, varios géneros con ojos cir-
'hexagonales con ángulos aguzados; diámetro culares). A menudo los ojos son ligeramente pe-
resultante - alrededor de 2 mm. Con una gota dunculados. En postlarvas un poco más avanza-
oleosa. La larva recién nacida posee la gota das se observa la formación de la aleta adiposa
oleosa en la parte media inferior del saco vite- y de los fotóforos. Con muchos géneros y espe-
lino. En postlarvas más crecidas se observan cies.

851
Ictioplancton

Familia MORIDAE Mer/uccius hubbsi (figs. 270-7 y 270-26)

Huevos de 0,80-0,91 mm de diámetro con


Sa/i/ota austra/is (fig. 270-23) gota oleosa de 0,21-0,25 mm. Larva y post-
larva de cuerpo más bien robusto. La p.an.
Postlarvas robustas; altura del cuerpo alrede- constituye alrededor del40 % del L.t. En post-
dor de 30 %del L.t. Cabeza y quijada grandes. larvas la cabeza es grande (20 % del L.t.), boca
Distancia preanal igual al 40 % del L.t. En ancha, tracto digestivo grueso, formando plie-
post larvas más jóvenes ambos extremos del gues y terminando en ángulo pronunciado. En
cuerpo bastante aguzados. Número total de la parte occipital un gran manchón de pigmen-
miómeros, alrededor de 55 (10 preanales y to negro estrellado. Hay u na concentración
45 postanales). Los melanóÍoros dispersos, de melanóforos en la parte abdominal. En
especialmente en la parte posterior de la ca- postlarvas de 6 mm en adelante se concentra
beza, parte superior del tracto digestivo y en también el pigmento en el medio de la parte
la parte media del cuerpo. postanal del cuerpo. Número total de mióme-
ros, alrededor de 51.

Familia GADIDAE Merluccius po/y/epis

Postlarvas muy parecidas a las de M. hubbsi.


La diferencia más llamativa en la pigmentación
Micromesistius austra/is (fig. 270-25)
se nota en individuos de 4-6 mm en la parte
Postlarvas bastante robustas. La p.an. repre- cefálica (más dispersa). La p.an. constituye
senta entre 43 y 46 % del L.t. El tracto diges- 37-39%del L.t. Número total de miómeros -
tivo algo encorvado, termina en ángulo bas- alrededor de 56. Hay diferencias en la osifica-
tante pronunciado. Hay un grupo relativamen- ción de la parte caudal.
te compacto de melanófotos en la parte occi-
pital, en la cavidad abdominal y la parte su-
perior del tracto digestivo. En la región post-
anal los melanóforos tienden a alinearse dor- Familia ZOARCIDAE (fig. 270-27)
sal y ventral mente, dejando el extremo caudal
sin pigmentación. En postlarvas de 10 mm ya Postlarvas de cuerpo muy alargado, parte caudal
se observa la formación de 3 aletas dorsales aguzada. La p.an. muy pequeña. Pigmentación
y 2 anales. concentrada en la zona abdominal y en 3 bandas
equidistantes sobre la parte postanal del cuerpo.

Familia MERLUCCIDAE
Familia EXOCOETIDAE (figs. 270-28 y 270-29)

Huevos esféricos con una gota oleosa. Espacio Huevos esféricos más bien grandes, más de 1 mm
perivitelino pequeño. Hay pigmento en el em- de diámetro, provistos generalmente de filamen-
brión y algunos melanóforos sobre el vitelo y tos cuyo número y largo dependen de la especie.
gota oleosa. En la larva recién nacida la gota Vitelo homogéneo. Las larvas nacen ya bien
oleosa está ubicada en la parte posterior del sa- desarrolladas. La p. ano constituye alrededor del
co vitelino, que tiene forma ovoide. El pigmento 50 % del L.t. Pigmentación más bien pronun-
tiende a agruparse en la parte occipital de la ca- ciada. En postlarvas las pectorales largas, suelen
beza en tenues franjas sobre el cuerpo, sobre el pasar la altura del ano. En postlarvas más creci-
vitelo y en la parte abdominal. La p.an. menor das de algunas especies el lóbulo inferior de la
que la mitad del cuerpo. aleta caudal es más largo que el superior.

852
Ictioplancton

Familia ATHERINIDAE Familia TRIGLIDAE

Austroatherina incisa (fig. 270-30) Prionotus nudigu/a (figs. 270-8 y 270-34)

Huevos demersales grandes, esféricos, 1,7-2,2 Huevo esférico, de 0,95-1,15 mm de diáme-


mm, provistos de largos filamentos, general- tro, con muchas gotas oleosas, generalmente
mente entrelazados entre sí. Postlarvas re- cerca de 20. El espacio perivitelino pequeño.
cién nacidas bien desarrolladas, de al rededor Vitelo homogéneo. En el embrión ya se obser-
de 7 mm. La p.an. constituye alrededor del van las aletas pectorales; es pigmentado. La
30 % del L.t. El saco vitelino es ovoide. En larva es robusta, la p.an. constituye el 45 % del
larvas y postlarvas los melanóforos forman L.t. El tracto digestivo forma, con el ano, un
una hilera bien visible en la parte dorsal del ángulo casi recto. En larvas vivas prevalece el
cuerpo y, además, se concentran sobre la ca- pigmento de color anaranjado y marrón. En
beza y la cavidad abdominal. Los ojos son postlarvas la p.an. ya es igual al 40 % del L. t.
bien negros. A medida que el individuo crece, Las aletas pectorales son grandes, pueden lle-
aumenta el número de células pigmentarias. gar o sobrepasar el ano, y son bastante pig-
mentadas.

Familia HOLOCENTRIDAE (fig. 270-31)


Familia AGONIDAE
Postlarvas de cuerpo muy robusto. Escaso nú-
mero de miÓmeros. Cabeza, en su parte anterior
occipital y en la zona de los opérculos provistc. Agonopsis chi/oensis (fig. 270-36)
de prominentes púas en forma de serrucho.
Postlarvas de cuerpo medianamente robusto,
más de 37 miómeros. La p.an. representa el
42-44 % del L.t. Bastante pigmentadas. A par-
tir de unos 8 mm empiezan a adqu irir ciertos
Familia SYNGNATHIDAE (figs. 270-32 y caracteres de adu Ito. Sobre el cuerpo se for-
270-33) man las placas óseas. La pigmentación se hace
pronunciada, especialmente en la parte post-
Los huevos son incubados en la bolsa incubatriz
anal del cuerpo. La aleta pectoral es larga,
del macho. Las larvas nacen bien desarrolladas,
llegando a la altura del ano.
con aspecto de adultos. Cuerpo muy alargado o
típico del caballito de mar. Hocico prolonga-
do, tubuliforme, con la boca en el extremo.
Carecen de aleta ventral. Muy fáciles de reco-
nocer. Familia CARANGIDAE

Huevos esféricos, vitelo segmentado, con una


gota oleosa de tamaño mediano que, general-
mente, en larvas recién nacidas se ubica en la
Familia SCORPAENIDAE (fig. 270-35)
parte anterior del saco vitelino. Las postlarvas
Generalmente ovovivíparos. Postlarvas de cuerpo de 3 mm aprox. son medianamente robustas o
robusto. Aletas pectorales grandes, sobrepasando alargadas, con amplia aleta embrionaria, con tu-
el ano. En postlarvas más crecidas cabeza con bo digestivo más bien recto, terminando en la
placas óseas espinosas con una púa prominente parte posterior bajo un ángulo a veces muy pro-
en la parte occipital. Pigmentación intensa en la nunciado. La p.an., generalmente, es más o me-
parte superior de la cabeza y en la región abdo- nos igual a la mitad del L.t. La vesícula urinaria
minal. y la vejiga natatoria bien visibles. Hay pigmen-

853
Ictioplancton

taci6n también sobre los márgenes ventral y dor- no es visible. La pigmentación, a veces, bastante
sal de la aleta embrionaria. Preopérculo provisto pronunciada: hay pigmento amarillo.
de espinas, cuya forma y número es importante
en la determinación de las especies. A partir de
4-5 mm de largo se encuentran dos tipos de post-
larvas: 1) Alargada, no muy robusta (fig. 270- Familia SPARIDAE
41) con o sin cresta sagital, altura máx. del cuer-
po igualo menor al 25-30 % del l. stJTraehurus,
Huevos esféricos, con una gota oleosa. Vitelo
Nauerates); 2) Robusta (fig. 270-40), siempre
homogéneo. Espacio perivitelino pequeño. Post-
con cresta sagital, altura del cuerpo mayor al
larvas medianamente robustas. La vejiga natato-
30-35 % del!' sto (Chloroseombrus).
ría visible. El tracto digestivo anchó, dilatado en
su parte anterior, termina en ángulo casi recto.
En postlarvas la p.an. representa el 25-40 % del
Trachurus pieturatus australis (figs. 270-9 y L.t.
270-41 )

Huevo de 0,77-0,82 mm de diámetro; una


Pagrus pagrus (figs. 270-10 y 270-43)
gota oleosa de 0,19-0,22 mm. Espacio peri-
vitelino pequeño. Larvas recién nacidas con el
Huevos esféricos de 0,80-0,90 mm, con una
saco vitel ¡no muy proyectado hacia adelante.
gota oleosa de 0,17-0,20 mm que, en la larva
En postlarvas hay bastante pigmento "amari-
recién nacida, se ubica en la parte posterior
llo, especialmente en las vecindades del ano,
del saco vitelino. Hay pigmento negro yama-
sobre la cabeza y bordes de la aleta embrio-
rillo distribuido en 5 franjas (2 principales
naria; con cresta sagital pequeña y baja.
y 3 menos pronunciadas). Los melanóforos
se agrupan en las vecindades del tracto diges-
tivo.
Naucrates duetor

Medianamente robusta. Cresta superorbital


bien desarrollada con 2-3 puntas prominentes.
Menos de 4 espinas preoperculares. Número Familia MUGI L1DAE (fig 270-44)
total de miómeros, alrededor de 25. "
Huevos esféricos, con una gota oleosa. Vitelo
homogéneo, espacio perivitelino pequeño. La
gota oleosa, durante el desarrollo embrionario,
Chloroseombrus ehrysurus (fig. 270-40)
con muchos melanóforos estrellados. Larvas y
postlarvas medianamente robustas, muy pigmen-
Postlarva robusta, con cresta sagital bien desa- tadas. El tracto digestivo termina, generalmente,
rrollada y denticulada. Más de 5 espinas en ángulo recto. La p.an. igualo mayor a la mi-
preopercu lares. tad del L.t.

Familia SCIAENI DAE Familia NOTOTHENIIDAE

Huevos esféricos, con una gota oleosa que se Postlarvas generalmente de cuerpo alargado. En
ubica, en la larva recién nacida, generalmente total 42-54 miómeros, según la especie. La p.an.
en la parte posterior. Vitelo homogéneo, casi más bien corta, representando el 33-48 % del
incoloro. Larvas y postlarvas más bien robustas. L.t. En muchas especies la cabeza es chata, an-
La p.an. representa alrededor de la mitad del L.t. cha, con boca grande. La pigmentación var ía se-
El tracto digestivo es ancho. La vejiga natatoria gún la especie; en general se concentra en la

854
Ictioplancton

parte abdominal y los melanóforos, en forma de Familia TRIPTERYGII DAE


puntos negros, forman hileras ventral y dorsal a
lo largo del cuerpo.
Tripterygion cunninghami (fig. 270-49)

Postlarvas medianamente robustas. La p.an.,


corta, representa al rededor del 30-32 % del
Eleginops maclovinus (fig. 270-46) L.t. Número demiómeros:40-41 (10-11 pre-
anales + 30-31 postanales). El pigmento negro
Postlarvas medianamente robustas. Cabeza concentrado en la región de la cavidad abdo-
más bien alta, 42-43 miómeros (12 preana- minal. En la parte ventral una hilera de pun-
les + 30-31 postanales). La p.an. igual al 36- tos negros. La a. pectoral, en postlarvas más
40 % del L.t. Mayores concentraciones de me- crecidas, mayores de 18 mm, sobrepasa la
lanóforos sobre la cabeza en la parte occipi- altura del ano. En éstas el pigmento se con-
tal, cavidad abdominal y tracto digestivo. En centra también sobre la parte superior de la
la parte dorsal y ventral del cuerpo hileras cabeza. A los 19-20 mm empiezan a aparecer
de melanóforos. En postlarvas más crecidas los radios de la primera de las 3 a. dorsales y
la aleta pectoral sobrepasa la altura del ano; la hilera dorsal de melanóforos.
en su base una franja de célu las negras.

Familia CLlNIDAE

Postlarvas muy parecidas a las de Tripterygiidae.


Dissostichus eleginoides (fig. 270-47) Hay diferencias en la osificación de la parte
caudal. Se forman solamente 2 a. dorsales.
Postlarvas de cuerpo alargado. Cabeza ancha
y chata, las mandíbulas más largas que las
maxilas. En total, 52 miómeros (17-18 pre-
anales + 35-36 postanales). La p.an. igualo Familia GOBIIDAE (fig. 270-50)
alrededor del 42-43 % del L.t. El pigmento
se concentra en la región abdominal y en la Los huevos alargados, que no son pelágicos, tie-
parte caudal, en forma de un gran manchón nen un disco para adherirse al substrato. El vite-
negro. El tracto digestivo es ancho y, en post- lo es esférico. Larvas y postlarvas planctónicas,
larvas más jóvenes, termina en ángulo recto. alargadas o medianamente robustas. La p.an.
generalmente es casi igual a la mitad del L.t.
Tracto digestivo más bien recto. Vejiga natato-
ria bien visible. Algunas especies son bastante
Notothenia spp. (fig. 270-48) pigmentadas, con mayores concentraciones de
melanóforos en la parte dorsal y ventral. En
Postlarvas de cuerpo alargado o medianamen- postlarvas más crecidas empieza a formarse la
te robusto. Cabeza más o menos achatada. La a. ventral en forma de una ventosa.
p.an. menor que la mitad del L. t. Concentra-
ción de pigmento negro en la región abdomi-
nal, una mancha ovalada "en la base de la a.
pectoral y una franja de melanóforos en la Familia TRICHIURIDAE (figs. 270-51 y
base de la a. caudal. Hileras de melanóforos 270-52)
esféricos a lo largo del cuerpo, en general
correspondiendo cada uno de ellos a un mió- Huevos esféricos, espacio perivitel ino pequeño.
mero. Hay hileras laterales de melanóforos en Vitelo homogéneo, una gota oleosa. Postlarvas
forma más es.trellada. Número de miómeros: alargadas, ligeramente comprimidas lateralmente
46-54, según la especie. (de all i el nombre "pez sable"). Cabeza grande y

855
IClloplanClon

larga, hocico prominente. Hay un gran número go del cuerpo, sobre el vitelo y sobre la gota
de miómeros. En individuos más jóvenes la p.an. oleosa. La p.an. menor de la mitad del L.t.
igualo menor que la postanal. En postlarvas más Preopérculo liso.
crecidas puede haber púas en forma de serrucho
al principio de la a. dorsal y en el lugar de las a.
ventrales. El preopércu lo puede ser con pronun-
ciados dientes (Trichiurus).
Familia ISTIOPHORIDAE (fig. 270-55)

Postlarvas robustas. Cabeza grande, alta, con


Lepidopus caudatus (fig. 270-51) fuerte armadura (púas y crestas). Boca muy
grande y con fuertes dientes.
Postlarva de 18 mm con cuerpo comprimido
lateralmente, con sus extremos aguzados. La
p.an. representa alrededor del 32-35 % Y la
altura el 16 % del L.t. Aleta dorsal precedida
por una púa espinosa. En lugar de las a. ven- Familia CENTROLOPHIDAE
trales hay largas púas en forma de serrucho.
Los melanóforos se distribuyen en forma ali- Postlarvas medianamente .robustas o robustas.
neada en la parte dorsal y ventral del cuerpo, Las primeras muy pigmentadas, solamente con
en la cabeza, el hocico y alrededor del ojo. el extremo posterior del cuerpo libre de pigmen-
En postlarvas más crecidas el cuerpo se alarga to, alrededor de 40-41 miómeros, tracto diges-
notablemente, especialmente en la parte tivo más bien recto, ensanchado, la p.an. igual a
preanal. La p.an. representa más del 60 % del la mitad del I.st. (fig. 270-56). Las segundas con
L.t., y la altura es de 8%. cabeza grande y alta, mucho menos pigmenta-
das. En postlarvas de 10-12 mm el pigmento se
concentra, principalmente, en la cabeza, en la
región de la cavidad abdominal y en una franja
Familia SCOMBRIDAE ancha en la mitad postanal del cuerpo. La p.an.
mayor que la mitad del L.t.
Huevos esféricos, espacio perivitelino pequeño.
Vitelo homogéneo, con una gota oleosa, que en
larvas recién nacidas se ubica en la parte poste-
rior del vitelo. Larvas y postlarvas más bien ro- Familia STROMATEIDAE (fig. 270-57)
o bustas, con menos miómeros (alrededor de 31)
en Scombridae propiamente dichos, y con más Postlarvas muy robustas, la altura mayor que la
miómeros (hasta 54) en Thunniidae (actualmen- mitad del L.t., boca chica, ojos grandes, preo-
te considerados como Scombridae). El preo- pérculo provisto, generalmente, de espinas. El
pérculo es liso en postlarvas de Scombridae, y tracto digestivo ensanchado en su parte anterior;
provisto de espinas, a veces muy prominentes en la p.an. aproximadamente igual a la mitad del
Thunniidae (fig. 270-53). En estos últimos ca- L.t. Hay pigmento principalmente en la parte
beza muy ancha, alta, quijadas grandes provistas dorsal de la cabeza y del cuerpo y en la región
de dientes largos y agudos. abdominal.

Scomber japonicus marplatensis (fig. 270-54)


Familia BOTH IDAE (fig. 270-58)
Huevos esféricos de 1,08-1,30 mm de diáme-
tro, con gota oleosa de 0,24-0,30 mm. Larva
más bien robusta al nacer, con el saco vitel ino Postlarvas de pocos mil ímetros con aleta em-
ovoide y gota oleosa ubicada atrás. Los mela- brionaria ancha. El tracto digestivo con muchos
nóforos diseminados sobre la cabeza, a lo lar- pliegues, la p.an. representa un 30-40 % del L.t.

856
Ictloplancton

Postlarvas mayores muy robustas, con cavidad espina dorsal y, en algunas especies, también
abdominal prominente, con cabeza pequeña de ventral. Boca muy pequeña. Tracto digestivo
perfil redondeado, boca muy chica. Presencia ensanchado, especialmente en su parte anterior.
de uno o más apéndices cefálicos. Generalmente, La p.an. generalmente representa alrededor de
a partir de 20-30 mm de largo empieza la meta- la mitad del L.t.
morfosis; a veces empieza más tarde.

Familia CYNOGLOSSEIDAE

Postlarvas parecidas a las anteriores. Sin apén- Familia MOLlDAE (fig. 270-60)
dices cefálicos. La cavidad abdominal es muy
amplia y prominente, formando, a veces, un ver- Postlarvas muy características, de cuerpo casi
dadero saco. Generalmente hay papilas rectales. redondo, especialmente en individuos un poco
más crecidos que sufren la reducción de la parte
caudal. Aletas pectorales bien desarrolladas.
Familia BALlSTIDAE (ex fam. Monacanthidae) Boca muy pequeña. Tracto digestivo muy en-
(fig. 270-59) sanchado en su parte anterior. El cuerpo pri-
mero 'es liso pero, a medida que el individuo
Postlarvas muy robustas. A partir de 2-4 mm de crece, aparecen sobre él numerosas púas denti-
largo ya tienen algunas aletas f6rmadas. Fuerte cu Iadas y esp inas.

857
Ictioplancton

. 270 . Huevos. Y lar-


Flg.
vas de peces.
ncias en p.
(Ver refere
860).

858
/
Ictioplancton

Fig, 270, Huevos y lar-


vas de peces,
(Ver referencias en p
860),

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859
Ictioplancton

Fig. 270. Huevos y larvas de peces.


1) Brevoortia aurea; 2f Sardinella brasiliensis; 3) Sprartus fueguensis; 4) Anchoa marinii; 5) Engraulis an-
cho/ra; 6) Maurol/cus muellen; 7) MerlucclUS hubbs/; 8) Pnonorus nudigula; 9) Trachurus picruratus
ausrralis; 10) Pagrus pagrus; 11 )Anguiliformes; 12) Brevoortia aurea; 13) Sardinella brasiliensis; 14)
Sprattus fuegensis; 15) Pellona harroliveri; 16) Anchoa marinii; 17) Engraulis anchoita; 18) Maurolicus
muelleri; 19) Vinciguerria sp.; 20) Idiacanthus atlanticus; 21) Prymnothonus sp.; 22) Myctophidae; 23)
Salilots australis; 24) Bregmaceros sp.; 25) Micromesistius australis; 26) Merluccius hubbsi; 27) Zoarci-
dae; 28) Cypselurus sp.; 29) Exocoetus volitans; 30)A ustroatherina incisa; 31 ) Holocentrus sp.; 32) Hippo-
campus sp.; 33) Syngnathus sp.; 34) Prionotus nudigula; 35) Scorpaenidae; 36) Agonopsis chiloensis; 37)
Dactylopterus
picturatus volitans;
australis; 42)38) Priacanthidae;
Coryphaena 39) Apogonidae;
sp.; 43) Chloroscombrus
40) 44)
Pagrus pagrus; Mugil sp.; 45).chrysurus; 41) Trachurus
Cryptotomus ustus;.46)
Eleginops maclovinus; 47) Dissostichus eleginoides; 48) Notothenia sp.;49) Tripterygion cunningham/;' 50)
Gobiidae; 51) Lepidopus caudatus; 52) Trichiurus lepturus; 53) Scombridae (Thunnidae); 54) Scomber
japonicus marplatensis; 55) Istiophorus americanus; 56) Centrolophídae; 57) Peprilus paru; 58) Syacium
micrurum; 59) Monocanthus sp.; 60) Mola mola; 61) Cynoscion leiarchus; 62) Menticirrhus americanus;
63) y 64) Micropogon furnieri; 65) Stellifer rastrifer; 66) Macrodon ancylodon; 67) Isopisrhus parvipinnis.
Escalas: figuras 1 a 10: 0,5 mm, todas las demás: 2 mm, excepto donde se indica lo contrario.
(1,4,8, 16 Y 34: según Ciechomski, 1968b; 2. 13 Y 15: según Matsuura, 1974; 3, 6, 14y 18: según Ciechoms-
ki. 1971 d; 5 Y 17: según Ciechomski, 1965a; 7 y 26: segúh Ciechomski y Weiss, 1974c; 9 y 41: según Cíe-
chomski y Weiss, 1973b; 10 y 43:según Cíechomskí y Weiss, 1973a; 11.27.35 Y 56: original; 12: según Cie-
chomski, 1~68a; 19,21,22,31-33.37-39,42,45.53.55 Y 58-60: según Aboussouan, 1969; 20: según
Ciect-/omski. 1969a: 23 y 51: según Weiss, 1975; 24,44,50 Y 52: según Phonlor, 1973; 25: según Weiss.
1974; 28 Y 29: según John, 1976; 30: según Ciechomski, 1972; 36 y 49: según Ciechomski, 1975a: 40 y 57:
según Phonlor, 1975; 46-48: según Ciechomski y Weiss, 1976; 54: según Ciechomski, 1971 b; 61-67: según
Sinque, 1977). .

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