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LA FLAUTA MÁGICA

Adaptación libre de Sefa Bernet


Basada en el libreto de Emanuel Schikaneder de la ópera de

Wolfgang Amadeus Mozart

PERSONAJES

TAMINO: RAFA MARCH

DAMA OSCURA: AMPARO CÁCERES

DAMA TENEBROSA: Mª JOSÉ FERNÁNDEZ

PAPAGENO: EMILIO VICENT

REINA DE LA NOCHE: Mª ANGELES SÁNCHEZ

SARASTRO: ANDRÉS ABRIL

SACERDOTISA: ROSARIO GÓNZALEZ

MONOSTATOS: ANGELS ORDUÑA

PAMINA: ELENA MARQUINA

PAPAGENA: ISABEL MORA

DUENDE: ISABEL MORA

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ACTO PRIMERO
ESCENA I:

OBERTURA DE LA OBRA. Nada más termina se abre el telón. Tamino entra por el
fondo la sala corriendo y gritando. Una enorme serpiente roja lo persigue. Sube al
escenario (parte derecha) mientras dice su texto.

TAMINO
¡Socorro!
¡Auxilio!
¡Estoy perdido!
Esta serpiente me quiere como víctima.
¡Que alguien me ayude!
¡Que alguien me salve!
¡Que alguien me proteja!
¡No puedo más!

Tamino cae desvanecido en el escenario. Las damas negras matan a la serpiente con
sus pistolas laser.

DAMA OSCURA
¡Muere, monstruo, por la fuerza de nuestro poder!
DAMA TENEBROSA
Muere monstruo infame, somos más poderosas que tú
DAMA OSCURA
Somos heroínas fuertes y osadas
DAMA TENEBROSA
Somos el terror de todos los monstruos
DAMA OSCURA
¡Triunfo! ¡Triunfo! ¡Hemos consumado la heroica obra!
DAMA TENEBROSA
Y hemos liberado a este hombre de su pesadilla.
(Selfie. Apartan la serpiente a un rincón)

DAMA OSCURA
(contemplándolo)
Míralo es bastante bien parecido.
DAMA TENEBROSA
Está más bueno que el pan
DAMA OSCURA
¡Sí, sí! Me gustaría…. pintarlo
DAMA TENEBROSA
¿Pintarlo?
(ríen)
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DAMA OSCURA
Quiero decir que le haría ahora mismo un favor
DAMA TENEBROSA
Parece bien dotado. Si estuviera de humor de amar, no le haría ascos.
(ríen obscenas)
DAMA OSCURA
Vayamos junto a nuestra reina, contémosle tan buena nueva.
DAMA TENEBROSA
Sí, tienes razón, ve, ve.
DAMA OSCURA
Ve tú a decírselo y yo me quedaré aquí.
DAMA TENEBROSA
¡No, no, ve tú que yo aquí velaré por él!
DAMA OSCURA
¡No, no, Yo sola lo protegeré!
DAMA TENEBROSA
¡Pues yo aquí me quedo!
DAMA OSCURA
¡Pues yo aquí lo velo!
DAMA TENEBROSA
¡Pues yo lo protegeré!
DAMA OSCURA
¡Yo me quedo!
DAMA TENEBROSA
¡Yo lo protegeré!
LAS DAMAS NEGRAS
¡Yo, yo, yo!
(Cada una para sí misma, en canon)
¿Irme yo? ¡Ay, eso faltaría! ¡Ya le gustaría a ella quedarse solas con él! ¡No, no, eso no
ha de ser! ¡Qué no daría yo por conocer a fondo a ese hombre!
(Se miran) ¡No se va, esto no puede ser!
Mejor será ahora que me vaya yo. Noooo, que nos vayamos
DAMA OSCURA
¿Nos vamos las dos?
DAMA TENEBROSA
¡Nos vamos las dos!
(Salen las damas. Tamino se despierta y observa asustado a su alrededor)

TAMINO
¿Dónde estoy? ¿Sigo vivo?
(Se levanta y mira alrededor suyo)
¿Cómo? ¿La temible serpiente está muerta? ¿Quién la habrá matado?
(Se escucha a lo lejos la flauta de Papageno)
Alguien se acerca. ¿Será acaso quien me ha salvado la vida? Me quedaré observando.
(Se esconde)
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ESCENA II:

Música: ARIA DE PAPAGENO Papageno aparece por la izquierda, a la espalda carga


una enorme jaula donde lleva algunos pájaros. Es un personaje muy alegre. Coloca la
trampa, echa el cebo se pone al acecho.

PAPAGENO
Buenas, por si no lo saben, yo soy el pajarero. Todo el mundo, tanto los viejos como
los jóvenes, me conoce como tal. Vaya por dios. Me gusta reír y me gusta la compañía
de los pájaros. (Toca su flauta. Se acerca el pájaro y él lo sigue) Soy el mejor
poniendo trampas. Soy bastante feliz, o muy feliz, caramba. Todos los pájaros quieren
venir conmigo. (Lo caza)
(Mientras lo coloca en su jaula) Ojalá tuviera una red para cazar chicas. ¡Las
cazaría… por docenas! Las metería en la jaula y todas serían mías. Entonces las
cambiaría por… azúcar. Y a la que más me gustara le daría entonces todo el azúcar. Y
entonces ella me daría unos besos muy dulces. Nos casaríamos. Dormiríamos juntos y
yo la acunaría como a una niña.

TAMINO
¡Eh, tú!
PAPAGENO
¿Qué pasa?
TAMINO
Di, amigo, ¿quién eres?
PAPAGENO
¿Que quién soy (para sí) ¡Qué estúpida pregunta!
(alto) Un hombre, como tú. ¿Y si yo te preguntara quién eres?
TAMINO
Te respondería, en pocas palabras, que soy de sangre azul.
PAPAGENO
¿Qué? ¡Tienes que explicarte mejor, si pretendes que te entienda!
TAMINO
Mi padre es Rey y tiene bajo su mando muchos países y muchas gentes; por ello,
debes llamarme Príncipe.
PAPAGENO
¿Países? ¿Gentes? ¿Príncipe?
TAMINO
¡Por eso mismo quiero preguntarte...
PAPAGENO
¡Con calma! Deja que pregunte yo primero. Aparte de este bosque, ¿existen otras
tierras y otras gentes?
TAMINO
Miles

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PAPAGENO
Pues si es así podría hacer más negocios con mis pájaros. Cientos de gentes, miles de
pájaros.
TAMINO
Ahora, dime ¿en qué lugar nos hallamos?
PAPAGENO
¿En qué lugar? (mira alrededor) Aquí
TAMINO
Pero, ¿cómo se llama este lugar? ¿Quién reina en él?
PAPAGENO
Eso es algo que no puedo responderte, pues no sé ni siquiera cómo vine al mundo.
TAMINO
(ríe)
¿Cómo? ¿No sabes dónde has nacido, ni quiénes son tus progenitores?
PAPAGENO
Ni la más remota idea, Sé, ni más ni menos, que un hombre anciano, pero muy
divertido, me alimentó y me educó cuando era niño.
TAMINO ¿No sería ése tu padre?
PAPAGENO Eso no lo sé.
TAMINO ¿Es que no has conocido a tu madre?
PAPAGENO No la he conocido. En una ocasión me contaron que mi madre había
servido a la Reina de la Noche. No sé si aún vive, ni sé qué habrá sido de ella.
Todo lo que sé es que cerca de aquí tengo mi hogar: mi choza de techo de paja que me
protege de la lluvia y el frío.
TAMINO
Pero, ¿cómo puedes sobrevivir?
PAPAGENO
Como y bebo, como cualquier persona
TAMINO
Y, ¿cómo lo consigues?
PAPAGENO
Del trueque. Cazos pájaros para la Reina de la Noche y sus damas. A cambio, me dan
comida y bebida.
TAMINO
(Para sí mismo)
¡La poderosa Señora de la Noche!
Y dime, amigo, ¿La has visto alguna vez?
PAPAGENO
¿Verla? ¿Qué mortal podría jactarse de haberla visto jamás? ¿Qué ojo humano
sería capaz de traspasar su velo negro?
TAMINO
(Para sí mismo)
¡Ya está claro! Es la misma reina nocturna de la que mi padre me hablaba a menudo.
Pero no puedo entender cómo he llegado hasta aquí. ¿No será este hombre un
ser diabólico? ...quizá sea un espíritu a su servicio.
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PAPAGENO
(para sí mismo)
¿Por qué me mira fijamente? Me acabará dando un poco de miedo.
¿Por qué me observas con tanta curiosidad y sospecha?
TAMINO
Porque dudo que seas un hombre.
PAPAGENO
¿Y eso por qué?
TAMINO
Por las plumas que te cubren, más pareces un...
(Va hacia él)
PAPAGENO
¿Un pájaro? ¡No te acerques y no te fíes de mí, pues tengo la fuerza de un gigante!
(Para sí)
Si no se asusta pronto me iré corriendo.
TAMINO
¿Fuerza de gigante?
(Mira la serpiente)
Entonces, ¿eres tú quien me ha salvado matando a esta maléfica serpiente
PAPAGENO
¿Serpiente?
(Mira alrededor y, casi temblando, retrocede unos pasos)
¿Está muerta, o aún vive?
TAMINO
Qué modestia la tuya. Te estaré por siempre agradecido por tu noble acto
PAPAGENO
No hablemos más del tema. Por suerte todo ha ido bien.
TAMINO
Pero, ¿cómo has podido vencer a ese monstruo? ¡Y sin armas!
PAPAGENO
¡No me hacen falta! Un apretón de mis manos puede más que cualquier arma.
TAMINO
¿La has estrangulado?
PAPAGENO
¡Estrangulada! (para sí) Nunca en mi vida he sido más fuerte que hoy.

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ESCENA III:

Las damas oscuras, los anteriores


LAS DAMAS NEGRAS
(Autoritarias)
¡Papageno!
PAPAGENO
¡Ah, me llaman!
TAMINO
¿Quiénes son esas damas?
PAPAGENO
Quienes son en verdad no lo sé. Sólo sé que cada día se llevan mis pájaros. En trueque
me traen vino, pan de azúcar e higos dulces.
LAS DAMAS NEGRAS
(amenazadoras)
¡Papageno!
PAPAGENO
¡Tranquilo! Cuando vean mis pájaros serán más amables.
LAS DAMAS
(Cabreadas)
¡Papageno!
PAPAGENO
¿Qué delito habré cometido hoy, para que estén tan enfadadas conmigo?
Hermosas, aquí tenéis mis pájaros.
DAMA OSCURA
(Le da una botella de agua)
Hoy, nuestra soberana en vez de vino te manda agua pura y clara.
DAMA TENEBROSA
Y en vez de pan de azúcar, una piedra. Espero que te sea de provecho.
PAPAGENO
¿Cómo? ¿Tendré que comer piedras?
DAMA OSCURA
Y en vez de higos dulces, tengo el honor de cerrarte la boca con este candado de oro.
(Le pone el candado y Papageno muestra su dolor con gestos)
DAMA TENEBROSA
Sin duda querrás saber por qué la soberana te castiga hoy de modo tan extraño...
(Papageno dice que sí con la cabeza)
DAMA OSCURA
¡Para que de ahora en adelante no vuelvas a mentir a los extraños!
DAMA TENEBROSA
Y no vuelvas a jactarte de las hazañas ajenas.
DAMA OSCURA
Dime ahora, ¿has vencido tú a la serpiente?
(Papageno niega con la cabeza)

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DAMA TENEBROSA
¿Quién ha sido entonces?
(Papageno parece decir con la cabeza que no lo sabe)
Fuimos nosotras
DAMA OSCURA
(A Tamino) No temas; te aguardan enormes alegrías. Nuestra reina te envía el retrato
de su hija, y te pide que la encuentres.
(Le pasa el retrato de Pamina. Tamino queda obnubilado)
Música: ARIA DE TAMINO
¡Adiós!
(Se va)
DAMA TENEBROSA
¡Adieu, Monsieur Papageno!
¡No bebas demasiado deprisa!
(Sale riéndose)
Papageno no ha dejado de hacer gestos callado. Tamino se ha quedado atónito al
recibir el retrato, nace su amor, pero ha permanecido sordo a la conversación.

ESCENA IV:
Tamino, Papageno

TAMINO
Este retrato es de una belleza arrebatadora, nunca ojo humano vio otro igual.
Al verlo se colma mi pecho de emoción. No sé dar nombre a esto que siento arder en
mi pecho. ¿Será amor este arrebato? ¡Sí! ¡No es más que amor! ¡Ay, si al menos
pudiera encontrarla! ¡Ay, si la tuviera ya ante mí! Haría... Haría... cálido y puro... ¿Qué
haría yo? La estrecharía embelesado y la haría mía para siempre.

ESCENA V:
Las damas negras, los anteriores.

DAMA OSCURA
¡Ármate de coraje y constancia, la reina ...me ha ordenado decirte… que el camino que
te llevará a la dicha ya se ha abierto ante ti!
DAMA TENEBROSA
Ha escuchado una por una tus palabras, ha leído...cada uno de los rasgos de tu cara y
su corazón de madre… se ha resuelto a colmarte de honor.
DAMA OSCURA
Ha dicho textualmente: "Si ese hombre tiene tanto valor y arrojo como ternura, mi
hija, Pamina, está salvada".
TAMINO
¿Salvada? ¡Dioses eternos! ¿Qué le ocurre?
DAMA TENEBROSA
Un diablo poderoso y malvado la arrebató a su madre

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TAMINO
¿Arrebatado? Decidme cómo ocurrió
DAMA OSCURA
Estaba ella sola un precioso día de mayo en el bosquecillo de cipreses, que siempre ha
sido su lugar preferido,
DAMA TENEBROSA
El pérfido entró sin ser visto...La espió y…

DAMA OSCURA
Su corazón es malvado y además tiene el poder de adoptar cualquier aspecto
imaginable; así fue cómo Pamina…
DAMA TENEBROSA
Ése es el nombre de la hija de la Reina que adoramos.
TAMINO
¡Oh, Pamina! ¡Te han apartado de mí! ¡Tú, en manos de un despreciable demonio!
Decidme, ¿dónde está la morada del tirano?
DAMA OSCURA
Vive muy cerca, en el valle contiguo
TAMINO
¡Guiadme! ¡Pamina será salvada! El malvado caerá bajo mi brazo, lo juro por mi amor,
por mi corazón.
MUSICA: Se oye retumbar un acorde violento y espeluznante)
¡Oh dioses, qué es esto!
LAS DAMAS
¡Tranquilo!
DAMA TENEBROSA
Sólo anuncia la llegada de nuestra soberana. (ESTRUENDO MÁS FUERTE)
LAS DAMAS
¡Ya llega! (ESTRUENDO AUN MÁS FUERTE)
¡Ya llega! (ESTRUENDO ESTRUENDOSO)
¡Ya llega!

ESCENA VI:
Entrada impresionante de la Reina. Cubierta de estrellas. Baja lentamente el
estruendo.

LA REINA DE LA NOCHE
¡No temas, hijo! Eres inocente, sabio y piadoso. Vas a consolar el acongojado corazón
de una madre. Al sufrimiento he sido condenada, pues mi hija me falta; perdiéndola a
ella perdí toda mi dicha: un malhechor me la arrebató.

Aún puedo verla trémula, atemorizada y convulsa, temblorosa de angustia.


Tuve que ver cómo me la arrebataban:
"¡Ah, socorro!".
Eso fue todo lo que dijo; más su ruego fue en vano, y mi fuerza fue demasiado débil.
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Tú, tú marcharás a liberarla, tú serás el salvador de mi hija. Y si te viera regresar con
ella victorioso, tuya sería para siempre.
(Desaparece junto con las damas)

ESCENA VII:
Tamino, Papageno.

TAMINO
(Tras una breve pausa)
¿Es realidad lo que he visto? ¿O mis sentidos me han engañado?
He de rescatar a la princesa Pamina
(Se dispone a salir, pero Papageno aparece en el camino)
PAPAGENO
(Entristecido y con el candado en la boca)
¡Hm, hm, hm, hm, hm, hm, hm, hm!
TAMINO
Bien puede decir que lo han castigado, pues ha perdido el habla.
PAPAGENO
¡Hm, hm, hm, hm, hm, hm, hm, hm!
TAMINO
(Intenta ayudarle dos veces, a cada vez Papageno se queja y el para)
Te compadezco, pero no puedo ayudarte.

ESCENA VIII:
Las dos damas, los anteriores.

DAMA OSCURA
La Reina te perdona (le quita el candado de la boca de golpe)

PAPAGENO
¡¡¡Ay!!! ¡De nuevo puede hablar Papageno!
DAMA TENEBROSA
Sí, habla, ¡más, no vuelvas a mentir!
PAPAGENO
Nunca volveré a mentir. ¡No! ¡No!
DAMA OSCURA
Si a todos los embusteros les pusieran un candado en la boca….

DAMA TENEBROSA
¡Príncipe, acepta de mí este regalo! Lo envía para ti nuestra soberana.
(Dándole a Tamino una flauta de oro)
La flauta mágica te protegerá y ayudará en las peores desgracias.
DAMA OSCURA
Con ella podrás cambiar las pasiones humanas, al triste volverás alegre, tierno al
colérico. Una flauta así es mejor que todo el oro del mundo

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PAPAGENO
Y ahora, bellas damas, si me lo permitís, me despido de vosotras.
(Las damas corren a impedir que se vaya)
DAMA TENEBROSA
No te despidas tan deprisa. La soberana te ordena que te vayas con el Príncipe al valle
de Sarastro.
PAPAGENO
¡No! ¡Os lo agradezco de corazón! Pero me asegurasteis vosotras mismas que el tal
Sarastro es feroz como un tigre. No tendría compasión. Me descuartizaría, me asaría y
me entregaría a sus perros.

DAMA OSCURA
¡El Príncipe te protegerá, confía en él! A cambio, tú le ayudarás
PAPAGENO
(Para sí mismo)
¡No se llevase el diablo al dichoso Príncipe! Amo mucho mi vida.
DAMA TENEBROSA
(Le da a Papageno una caja con un carillón)
Toma, aquí tienes este tesoro, es tuyo.
PAPAGENO
¡Eh, eh! ¿Qué hay dentro?
DAMA TENEBROSA
Unas campanillas.
PAPAGENO
¿Podré hacerlas sonar cuando quiera?
DAMA TENEBROSA
Claro que sí. Las necesitarás como protección,
DAMA OSCURA
Ahora adiós, nos marchamos.
LAS DAMAS
Adiós. ¡Hasta pronto!
TAMINO
Pero, hermosas damas, decidme…
PAPAGENO
¿Cómo podremos encontrar el camino?
DAMA TENEBROSA
Un duende os acompañará en vuestro viaje
(Sale el duende. Lo acarician como a un gatito)
Él os guiará.
(solo gestual de duende)
DAMA OSCURA
Es muy sabio,
(solo gestual de duende)
Así que seguid siempre sus consejos.

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LAS DAMAS
Nosotras nos vamos. Adiós, adiós.
(Todos salen)

ESCENA IX:

Música: ARIA MONOSTATOS (Transformación del espacio. COJINES).


(El moro Monostatos y Pamina. El la acosa, y la encadena)
MONOSTATOS
Te crees muy lista, cervatilla, corriste hasta el canal, cogiste la góndola, gritaste
llamando a Sarastro
PAMINA
Sólo quería ir a ver a mi madre
MONOSTATOS
Ahora te pondré los grilletes para que no puedas escaparte más.
(Le pone los grilletes, la manosea)
Palomita, dulce palomita
PAMINA
Déjame en paz ¡Oh, qué tortura! ¡Qué tormento!
MONOSTATOS
Te mataré si no me amas
PAMINA
La muerte no me asusta; sólo me duele pensar en el dolor de mi madre.
MONOSTATOS
Si no te portas bien… acabarás muy mal
PAMINA
¡Mejor dame la muerte, si nada, bárbaro, puede conmoverte!
(Se desmaya sobre los cojines)
(El moro, viéndola desmayada le levanta as faldas y mira)

ESCENA X:
Papageno, los anteriores.

PAPAGENO
(Desde fuera, sin que le vean)
¿Dónde estoy? ¿Dónde diablos estaré? ¡Ajá, ahí veo gente! Ánimo, que voy a entrar.
(Entra)

MONOSTATOS, PAPAGENO
(Monostatos y Papageno se ven y se asustan el uno del otro)
¡Uh!
¡Ése es el diablo, sin duda!
¡Ten piedad! ¡Perdóname!
¡Uh! ¡Uh! ¡Uh!
(los dos salen huyendo)

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ESCENA XI:
Pamina sola. Entra Papageno

PAMINA
(Hablando en sueños)
¡Madre... Madre... Madre...!
PAPAGENO
¿Seré tan tonto como para asustarme? Si hay pájaros negros, también ha de haber
hombres negros… Nunca había visto ninguno.
Escucha, hija de la Reina nocturna...

PAMINA
(Despierta) ¿Reina nocturna? ¿Quién eres?
PAPAGENO
Un enviado de la Reina de la Noche
PAMINA
¿De mi madre? ¡Qué alegría! ¿Cómo te llamas?
PAPAGENO
Papageno.
PAMINA
¿Papageno? Papageno… Recuerdo tu nombre, pero nunca te había visto.
Entonces, ¿conoces a mi madre?
PAPAGENO
Si tú eres la hija de la Reina nocturna, sí.
PAMINA
Lo soy, es bien cierto.
PAPAGENO
Esto tenemos que aclararlo.
(Contempla el retrato que le dio el Príncipe. Lo compara con el original)
Ojos verdes... sí, verdes. Labios rojos... sí, rojos. Cabello rubio... sí, rubio.
Todo cuadra, menos las manos y los pies… Aquí no se te ven ni manos ni pies.
No deberías tener pies ni manos, porque aquí no sé ve nada de eso.
PAMINA
¿Me permites? Sí, soy yo. ¿Cómo ha llegado a tus manos?
PAPAGENO
Casi por arte de magia… Lo he cazado.
PAMINA ¿Cazado?
PAPAGENO Debo contártelo con más detalles. Esta mañana me encaminé como
siempre al palacio de tu madre con mi mercancía...
PAMINA
¿Mercancía?
PAPAGENO
Sí, proveo a tu madre y a sus damas desde hace muchos años de pájaros para su
palacio. Pues bien, cuando casi iba a entregarles mis pájaros, un hombre apareció ante
mí que se hacía llamar Príncipe, y a ese Príncipe tu madre ha entregado este retrato y

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le ha pedido que te libere. El príncipe, al verlo, ha sido sumido en un profundo amor
por ti.
PAMINA
¿Me ama?
PAPAGENO

PAMINA
(alegre)
¿Me ama dices? Dímelo una vez más, es hermoso escuchar la palabra amor.
PAPAGENO
Eso lo creo, no hace falta que lo jures. ¿Por dónde iba?
PAMINA
Por el amor.
PAPAGENO
Cierto, por el amor, A eso lo llamo yo buena memoria,
El príncipe te amó nada más ver tu retrato, y nos pusimos en marcha hacia aquí.
Quiere decirte mil cosas bonitas, abrazarte muy fuerte y llevarte al palacio de tu
madre.
PAMINA
Pero, amigo mío, si ese príncipe desconocido me ama, ¿Por qué tarda tanto
en liberarme de mis grilletes?
PAPAGENO
Un duende nos guiaba, pero en el camino se perdió. Lo encontramos, pero entonces
fue el príncipe quien se perdió, embelesado mirando tu retrato. Cuando lo encontramos
me dio tu retrato por si volvía a ocurrirle, y me dijo que, si llegara antes, te anunciara
su llegada. ¡Luego me perdí yo…y parece ser que he llegado el primero!
PAMINA
¡Amigo, mucho has osado! Si Sarastro te ve por aquí...
PAPAGENO
Me evitaría el viaje de vuelta, puedo imaginarlo.
PAMINA
¿Cómo de alto está el sol?
PAPAGENO
Está al caer el mediodía.
PAMINA
Pues, no tenemos ni un minuto que perder. Sarastro regresa a esta hora de su
meditación en el río.
PAPAGENO
¿Sarastro no está? ¡Bah! ¡Hemos ganado el juego! Ven, preciosa, te enamorarás
Nada más veas al príncipe Tamino.
PAMINA
¡Vamos entonces, cuanto antes mejor!
(Ambos salen)

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ESCENA XII:
BREVE MOMENTO MUSICAL OBERTURA ACTO 2. DELANTE DEL TEMPLO DEL
AMOR Y LA SABIDURÍA.
Tamino y el duende en espacio central.

EL DUENDE
Por este camino se llega al lugar que ansías. Allí no será fácil. Pero tú, debes vencer.
Así que, escucha mi enseñanza: Sé fuerte y paciente
TAMINO
Dime, ¿podré salvar a Pamina?

EL DUENDE
No me compete a mí revelártelo. Pero recuerda mis consejos. Y piensa sobre todo que
no es oro todo lo que reluce, ni estrella todo lo que purpurina es. Tendrás que dilucidar
por ti mismo lo que es verdadero, lo que es falso. En este mundo las grandes mentiras
se venden como verdades, y las sencillas verdades son interpretadas como pérfidas
mentiras.
Solo si eres capaz de discernir, sin influencias externas lo cierto de lo falso podrás
vencer.
(Sale el duende)
TAMINO
(Queda delante del patio del templo bien iluminado)
Que el consejo de este duende quede grabado en mi corazón
¿Dónde estoy, pues? ¿Es esto un templo? ¿Es esta morada de dioses o de tiranos?
Me acercaré mi intención es noble y pura.
(Va a entrar en el templo, pero tropieza con un muro de cristal. EN TODA ESTA
ESCENA INTENTARÁ, EN VANO, ENTRAR. Imagen superdimensionada de la
sacerdotisa)

VOZ GRABADA
¿A dónde quieres ir?, ¿Qué buscas aquí, en este Santuario?
TAMINO
Busco el Amor y la Sabiduría.
VOZ GRABADA
Palabras elevadas son esas… pero sé que ni Amor ni Sabiduría te mueven. Te anima la
muerte y la venganza.
TAMINO
¡Venganza, sí, pero contra el malvado!
VOZ GRABADA
A ese no lo encontrarás entre nosotros.
TAMINO
¿No mora Sarastro aquí?
VOZ GRABADA
¡Sí, Sarastro aquí vive!

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TAMINO
¿En el Templo de la Sabiduría?
VOZ GRABADA
Aquí, en el Templo de la Sabiduría.
TAMINO
¡Entonces, es una sabiduría de chicha y nabo!
(Se dispone a irse)
VOZ GRABADA
¿Tan pronto quieres irte?
TAMINO
Sí, quiero irme, ¡no quiero nada de vuestra “sabiduría”!
VOZ GRABADA
Habla con palabras más claras, la confusión te engaña. ¿Acaso odias a Sarastro?
TAMINO
¡Le odio con saña eterna! ¡Sí!
VOZ GRABADA
Dime la causa de tu odio.
TAMINO
¡Es un monstruo, un tirano!
VOZ GRABADA
Eso que dices, ¿lo puedes demostrar?
TAMINO
Si, lo demuestra una mujer afligida por la pena y el dolor de haber perdido a su hija.
VOZ GRABADA
Igual te ha engañado esa mujer ¿crees lo que ella te ha dicho? El mismo Sarastro te
puede explicar las razones de su acto.
TAMINO
¡Su propósito está bien claro y es malvado!
¿Dónde está Pamina?
VOZ GRABADA
Te lo diré cuando la mano de la Amistad te introduzca en el Santuario, y te ligue a él.
(Tamino, desencantado, se aleja de la entrada del templo)
TAMINO
(solo. En el centro)
¡Oh, noche eterna!, ¿cuándo te disiparás? ¿Cuándo encontrarán mis ojos la luz?
DUENDE
¡Pronto, pronto, o nunca!
TAMINO
¿Pronto, dices, o nunca? Oh, dime, ¿vive aún Pamina?
DUENDE
Pamina aún vive.
TAMINO
(contento)
¡Ella vive! Gracias.

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DUENDE
Te regalaron una flauta, ¿no? Pues el momento de hacerla sonar
TAMINO
(toca)
Qué poder tiene tu mágico sonido
¡Pero Pamina no aparece!
(toca)
¡Pamina!
(toca)
¡Pamina! ¡Escucha, escúchame!
(toca)
¡Es inútil!
(toca)
¿Dónde?
(toca)
¿Dónde, dónde te encontraré?
(toca su flauta. Papageno responde desde dentro con la suya)
¡Ah, ése es Papageno!
(toca; Papageno responde)
Tal vez él ya haya visto a Pamina, ¡quizá ella venga con él!
(sale deprisa)

ESCENA XIII:
Papageno. Pamina

PAMINA
¡Dios quiera que encontremos a Tamino,
o ellos al final nos atraparán!
PAPAGENO
Tamino, nuestro amigo, ya nos escucha. Hasta aquí llega el sonido de su flauta.
¡Rápido, deprisa! ¡Rápido, deprisa!

ESCENA XIV:
Los anteriores, Monostatos.

MONOSTATOS
(burlándose de ellos)
¡Rápido, deprisa! ¡Rápido, deprisa!
Ah, ¡os he atrapado Yo os enseñaré modales… ¡Engañar a Monostatos!
Os esperan cuerdas y cadenas.
PAMINA
¡Ah, ahora sí que estamos perdidos!
PAPAGENO
¡Quien mucho se moja, mucha pesca! Venid, campanitas, que tenemos ganas de cantar
(toca el carillón)

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MONOSTATOS,
que estaba amenazándolos, al oír la música se pone a cantar y bailar
¡Qué sonido tan maravilloso!, ¡Qué sonido tan delicioso! ¡Larala la la larala la la
larala! ¡Nunca había oído cosa igual!
¡Larala la la larala la la larala!
(sale, en baile)
PAMINA
(riéndose)
Si cada persona tuviera unas campanitas como éstas, todos los enemigos
desaparecerían sin esfuerzo, y viviríamos en la más dulce Armonía.

(Se oye un impresionante gong)


PAPAGENO
¿Qué será eso?
PAMINA
Anuncia la llegada de Sarastro.
PAPAGENO
¡Oh, si fuera un ratón, qué a gusto me escondería! ¡Si fuera un pequeño caracol,
en mi concha me metería! Y ahora... ¿qué diremos?
PAMINA
¡La verdad, la verdad! Siempre digo la verdad.

ESCENA XV:
Entra Sarastro, sencillamente vestido con túnica azafrán
PAMINA
Señor, soy culpable, quise escapar de tu poder. Pero no es sólo mía la culpa: el infame
Monostatos mi amor reclamaba; por ello tuve que huir.
SARASTRO
Cuando mires al lado oscuro, cuidado debes tener… ya que el lado oscuro te mira
también. Tranquila. En tu corazón veo. pero dejarte libre imposible es.
PAMINA
Pero quiero ver a mi madre
SARASTRO
Tu felicidad perderías si entre sus manos te dejase
PAMINA
Pero la quiero. Ella es...
SARASTRO
(muy triste)
Mucho que aprender todavía tienes Tu madre sólo el poder absoluto ansía. Por eso
conmigo has de estar. Al poder con más poder responder no se debe. Hay que enfrentar
la verdad y elegir. Entre la luz o la oscuridad, una vela o la noche ser.

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ESCENA XVI:
Entran Monostatos, Tamino. (lo lleva prisionero)

MONOSTATOS
¡Ahora, ven aquí! Éste es Sarastro.
PAMINA
¡Es él!
TAMINO
¡Es ella!
PAMINA
¡No puedo creerlo!
TAMINO
¡Es ella!
PAMINA
¡Es él!
TAMINO
¡No es un sueño!
PAMINA
Mis brazos te han de estrechar
TAMINO
Mis brazos te han de estrechar
(se abrazan)
MONOSTATOS
¿Qué significa esto? ¡Qué insolencia! ¡Separaos de inmediato! ¡Es demasiado!
(los separa y se arrodilla luego ante Sarastro)
¡Castiga esa osadía temeraria! ¡Mira cuán atrevido es! Ese pájaro extraño quería
con su astucia arrebatarte a Pamina. ¡Mas yo solo conseguí descubrirlo! ¡Tú me
conoces! Mi vigilancia...
SARASTRO
La capacidad de hablar, inteligente no te hace. Y si eres necio hablar no deberías.
Derrota la rabia que en tu enemigo hay, así tu enemigo no lo será más. La ira el
verdadero enemigo es. Busca tu fuerza.
Ooooooooooooom
MONOSTATOS
ummmmmm
SARASTRO
ooooooooooooom
MONOSTATOS
Ejem, ooo, mmm, rrr grrr
(no consigue hacer el oooom Monostatos queda en evidencia)
Pamina, Tamino y Papageno hacen el ommm de armónica manera
SARASTRO
Vosotros venid conmigo, Entrad en nuestro templo

Dejan a Monostatos repitiendo su falso ommmm. Oscuro


19
ACTO SEGUNDO
Música Obertura 2º acto. Se colocan los objetos necesarios. Performance de Amparo
Todavía con la música entra la sacerdotisa, se sienta y comienza a tocar el cuenco
tibetano. Luego entra Sarastro y comienza el Saludo al sol

ESCENA I:

SARASTRO
Sacerdotisa blanca, consultar tu opinión quiero. Tamino, iniciado en el camino de la
sabiduría anhela ser.
Ofrecerle nuestra mano y cuidar su sendero de perfección nuestro deber es.
SACERDOTISA
¿Es humilde?
SARASTRO
Humilde
SACERDOTISA
¿Y paciente?
SARASTRO
¡Paciente!
SACERDOTISA
¿Es bondadoso?
SARASTRO
¡Bondadoso!
SACERDOTISA
Si lo consideras un ser digno, comenzaremos su iniciación.
(Sarastro deja sus movimientos, se ocupa de las plantas)

SARASTRO
Si el príncipe Tamino la meta de nuestro difícil arte alcanza, el camino de la verdad
con rapidez por el mundo se extenderá. Del lado oscuro el velo ha caído. La guerra ha
comenzado. Nosotros, menos en número somos, pero más grandes en mente.
Por esa razón de su madre a Pamina arranqué. La reina de la noche, llena de orgullo y
sedienta de poder, al mundo con mentiras y superstición engaña.
Su marido el rey del sol en el testamento claro lo dejó: ella, al círculo de la luz, acceso
no debe tener. La ambiciosa reina nocturna ese poder quiere sólo para destruir.
Tragarse al sol quiere, para que sólo la noche en el universo se imponga… Y eso el fin
de la vida de humanos, animales, y plantas sería.
Por eso a mí el poder del círculo solar me dio.
Desde entonces sólo destruirnos ansía, pero no lo conseguirá, pues Tamino más fuerte
junto a nosotros lo hará
SACERDOTISA
¡Sarastro!, reconozco que tus palabras rezuman sabiduría, pero ¿Estará Tamino a la
altura de las circunstancias? Me da miedo que su vida entre algodones, tal hijo de un
rey no le haya permitido encontrar la dureza de carácter necesaria. ¡Es un Príncipe!
20
SARASTRO
Si, pero profundamente a Pamina ama. Lo necesario hará. En la pureza de su amor
creo.
SACERDOTISA
Si es así, de acuerdo. Comencemos.
SARASTRO
Que Tamino junto a su compañero de viaje entre
(entran Tamino y Papageno)

ESCENA II:

SARASTRO
El espíritu de la sabiduría a estos dos postulantes otorgad.
(como maestro)
Sólo encontrarás lo que en ti vive. Reconocerás lo bueno de lo malo cuando estés en
paz y tranquilo. Las armas no ganan batallas. Tu mente poderosa ella es.
(Les muestra los movimientos del samurái. Tamino lo intenta con ahincó. Papageno
menos)
SACERDOTISA
Tamino, ¿qué buscas?
TAMINO
El Amor y la Sabiduría
SACERDOTISA
¿Estás dispuesto a luchar por ello?
TAMINO
¡Sí!
Que encontrar la Sabiduría sea mi triunfo, y el consumado amor por Pamina, sea mi
recompensa.
SACERDOTISA
¿Te someterías a cualquier prueba para conseguirlo?
TAMINO
A cualquiera.
SACERDOTISA
(A Papageno)
y tú, ¿Lucharás tú también por amor a la Sabiduría?
PAPAGENO
La lucha no es lo mío. En realidad, tampoco aspiro a eso de la Sabiduría.
Yo soy gente sencilla, me basta con dormir, comer y beber, y si pudiera obtener las
caricias de una hermosa mujer…
SACERDOTISA
Jamás la conseguirás si no entras en nuestro sendero
PAPAGENO
¿Qué sendero es ese?
SACERDOTISA
(la sacerdotisa le muestra los ejercicios)
21
PAPAGENO
Pues me quedo soltero.
SACERDOTISA
Mas, ¿y si encontraras a una bonita mujer?
PAPAGENO
¡Que me quedo soltero!
SACERDOTISA
¿Y si Sarastro te hubiera buscado una mujer que fuera semejante a ti?
PAPAGENO
¿Como yo...? ¿Es guapa?
SACERDOTISA
Joven y bella.
PAPAGENO
¿Y cómo se llama?
SACERDOTISA
Papagena.
PAPAGENO
¿Cómo... Pa...?
SACERDOTISA
Papagena.
PAPAGENO
¿Papagena? Ya me gustaría a mí verla, sólo por curiosidad. Probaré
(Papageno intenta el ejercicio)
SARASTRO
Vuestras pruebas comienzan. La primera: el silencio. Entre vosotros hablar podréis,
pero nunca a una mujer, si no vuestra desgracia acontecerá.
(Salen Sarastro y la sacerdotisa)

ESCENA III:
Tamino, Papageno.

PAPAGENO
Pero qué oscuro está esto… cuando se van se llevan las lámparas
TAMINO
Sopórtalo con paciencia, Papageno

Las dos damas surgen de repente. Los anteriores.


DAMA OSCURA
¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Vosotros en este lugar de horror?
DAMA TENEBROSA
¡Nunca, nunca, nunca saldréis con bien de él!
DAMA OSCURA
¡Tamino, tu muerte es segura!
DAMA TENEBROSA
¡Papageno, estás perdido!
22
PAPAGENO
¡No! ¡Sería demasiado!
TAMINO
Papageno, ¡cállate ya! ¿Quebrantarás tu voto de no hablar con mujeres?
PAPAGENO
Ya lo has oído, estamos perdidos.
TAMINO
¡Silencio, te digo! ¡Cállate!
PAPAGENO
¡Siempre silencio y nada más que silencio!
DAMA OSCURA
¡Cerca de aquí está la Reina de la Noche!
DAMA TENEBROSA
Ha entrado, furtiva, en el Templo.
PAPAGENO
¿Cómo? ¿Qué? ¿Está en el Templo?
TAMINO
¡Silencio, te digo! ¡Cállate ya! ¿Cómo te atreves a olvidar nuestra promesa?
DAMA OSCURA
¡Tamino, escucha! ¡Estás perdido! ¡Piensa en la Reina! Ella confió en ti. Te hizo el
encargo de salvar a su hija. No puedes traicionarla.
DAMA TENEBROSA
Todo el mundo lo dice: estos sacerdotes son unos estafadores. ¡Engañabobos! Y tú no
eres bobo ¿o sí?
TAMINO
(para sí)
Un sabio observa y no hace caso de habladurías.
DAMA OSCURA
Se cuenta que quien por juramento a ellos se une va al infierno en cuerpo y alma.
PAPAGENO
¡Por el diablo, que eso sería inaudito! Dime, Tamino, ¿es verdad eso?
TAMINO
Palabrería predicada por hipócritas.
PAPAGENO
Pero también la Reina lo dice.
TAMINO
Tranquilo, mi palabra te baste: piensa en tu deber, obra sabiamente.
DAMA TENEBROSA
(a Tamino)
¿Por qué estás tan esquivo con nosotras? ¿Qué te pasa?
(Tamino les dice por señas que no puede hablar)
DAMA OSCURA
También Papageno calla... ¡Habla ya!
PAPAGENO
(a las damas) Me gustaría... pero...
23
TAMINO
¡Silencio!
PAPAGENO
¡Como veis, no debo!
TAMINO
¡Calla!
PAPAGENO
¡Que yo no pueda dejar de cacarear es una verdadera vergüenza para mí!
TAMINO
¡Que no puedas dejar de cacarear es una verdadera vergüenza para ti!

ESCENA IV:
(Entra Sarastro y la Sacerdotisa)

SARASTRO
¡Este sagrado lugar ha sido profanado! ¡Que esas mujeres desaparezcan!
(Entran los sacerdotes. SARASTRO proyecta sobre ellas las manos DE FUEGO)
LAS DOS DAMAS
¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
(las damas desaparecen entre atroces dolores)
PAPAGENO
(acurrucado)
¡Ay de mí!

ESCENA V:
Tamino, Papageno, Sarastro, Sacerdotisa

SARASTRO
Tamino, tu firme conducta ha vencido.
Aún caminos duros deberás recorrer. Con la ayuda de tu fuerza, lo lograrás.
Partir, partir, partir a lo alto. Partir a lo más alto. Despertar. Así sea.
(le cubre la cabeza y se va con él)
SACERDOTISA
Partir, partir, partir a lo alto. Partir a lo más alto. Despertar. Así sea.
¿Qué veo? ¡Levántate amigo! ¿Cómo estás?
PAPAGENO
¡Estoy desmayado!
SACERDOTISA
¡Levántate!
PAPAGENO
(se pone en pie)
¿Por qué tengo que soportar tantos tormentos y sobresaltos? Si me está destinada una
Papagena, ¿por qué tengo que ganármela con tanto riesgo?

24
SACERDOTISA
Esa pregunta tan curiosa debe respondértela tu razón. Ven, mi deber es seguir
cuidándote.
(le cubre la cabeza)
PAPAGENO
Con semejante peregrinar se le muere el amor al más pintado.
(salen)

Música: ARIA MONOSTATOS. Entran los cojines. duerme Pamina.

ESCENA VI:
Monotastos aparece y se sienta tras una breve pausa
MONOSTATOS
Ahí está la hermosa esquiva… ¿Cuál es mi delito? ¿Qué hombre permanecería frío e
insensible al verla? ¡Por todas las estrellas!, Esa mujer hará que pierda la cabeza. El
fuego que arde en mí ha de consumirme.
(mira a todas partes)
Si supiera que estoy solo y que nadie me ve, me atrevería una vez más. Un besito
solo un besito.
(en voz baja y con cuidado)
MONOSTATOS
Todos los seres vivos sienten las alegrías del amor, se hacen carantoñas, juguetean, se
abrazan y besan; y yo tengo que evitar el amor por ser negro y feo. ¿Acaso no tengo
un corazón? ¿Acaso no soy de carne y sangre? ¡Quiero jugar, besar y ser cariñoso!
Querida, bondadosa Luna, perdona, esta mujer tan blanca me ha cautivado.
¡Lo blanco es bello! He de besarla. ¡Luna, escóndete ya!
¡Si tanto te molesta… entonces cierra los ojos!

ESCENA VII:
Los anteriores. La Reina de la Noche entra por el centro de la escena

LA REINA DE LA NOCHE
¡Atrás!
PAMINA
(se despierta)
¡Dioses!
MONOSTATOS
(que retrocede sobresaltado)
¡Ay de mí! Ésa es... si no me equivoco, la Reina de la Noche.
Música: ARIA DE LA REINA DE LA NOCHE
PAMINA
¡Madre! ¡Madre! ¡Madre mía!
(se arroja en sus brazos)

25
LA REINA DE LA NOCHE
Pamina, ¿Dónde está el hombre que envié en tu busca?
PAMINA
Está realizando su iniciación, con Sarastro y la Sacerdotisa
LA REINA DE LA NOCHE
¿Iniciación? ¡Infeliz!, Ahora ya me has sido arrebatada para siempre...
PAMINA
¿Arrebatada? Escapemos, madre…
Con tu protección desafiaré a cualquier peligro.
LA REINA DE LA NOCHE
¿Protección? Ay, hija tu madre ya no puede protegerte...Con la muerte de tu padre,
mi poder se fue a la tumba.
PAMINA
Mi padre...
LA REINA DE LA NOCHE
Entregó el Séptimo Círculo Solar a los iniciados y ese poderoso Círculo Solar
lo tiene ahora Sarastro. Tu padre, al sentir que moría me dejó todos los tesoros a mí…
y cuando le pregunté por el círculo solar me dijo con ceño fruncido que no me lo daría
jamás. Que estaba destinado a los sabios. “Solo ellos sabrán gobernar ese poder como
yo he hecho hasta ahora. Tú y tu hija debéis obedecer a Sarastro, el hombre sabio”
¡¡¡Obedecer!!!! ¡¡¡ Yo!!!!
Todo ha terminado para nosotras.
PAMINA
Madre, entonces ¿ya no volveré a ver a Tamino?
LA REINA DE LA NOCHE
Si consigues que abandone su sometimiento a los iniciados será para ti
PAMINA
Pero mi padre estaba unido a ese sabio. Hablaba siempre de él con cariño.
Admiraba su bondad, su comprensión y su virtud
LA REINA DE LA NOCHE
¿Qué escucho? Tú, mi hija, ¿defiendes la horrible causa de esos bárbaros?
¿Respetas a un hombre que es mi enemigo mortal, que busca sin cesa mi ruina?
¿Ves esta daga? La he afilado sólo para Sarastro. ¡Tú lo matarás y me entregarás el
poderoso círculo solar!
PAMINA
¡Pero, madre!
LA REINA DE LA NOCHE
¡Ni una palabra más!
¡La venganza hierve en mi corazón, Si Sarastro no muere de tu mano ya nunca jamás
serás hija mía! Te repudiaré te abandonaré por toda la eternidad, los lazos que nos
unen se romperán para siempre.
¡Escuchad, Dioses de la venganza! ¡Escuchad el juramento de una madre!
(desaparece)

26
ESCENA VIII:
Pamina con el puñal en la mano.

PAMINA
¿Debo entonces matar? ¡No puedo! ¡No puedo! ¿Qué haré?
(pensativa)

ESCENA IX:
La de antes, Monostatos.
MONOSTATOS (viene rápido, silencioso y contento) ¿El círculo solar de Sarastro
contiene también su poder? ¿Para hacerse con él, Pamina ha de matarlo? ¡Es justo lo
que necesito!
PAMINA
Mi madre ha jurado repudiarme si no uso esta daga contra Sarastro
¿Qué hago?
MONOSTATOS
¡Confiarte a mí!
(Le arrebata la daga. Pamina grita sobresaltada)
¡Ah!
MONOSTATOS
¿Por qué tiemblas? ¿Por el crimen que planeas?
PAMINA
(tímida)
¿Lo sabes, entonces?
MONOSTATOS
Lo sé todo, sé incluso que además de tu vida, la vida de tu madre está en mis manos.
Si le digo a Sarastro media palabra, eliminará a tu madre.
Así que, nada más que tienes un posible camino para salvarte, y salvarla
PAMINA
¿Y el camino es...?
MONOSTATOS
¡Amarme!
PAMINA
(temblorosa)
¡Dioses!
MONOSTATOS
(alegre)
El joven arbolillo se dobla de mi lado en la tormenta. Vamos. ¿Sí o no?
PAMINA
(decidida)
¡No!
MONOSTATOS
(colérico)
¿No? ¿Y por qué? ¿Porque soy negro? ¿No? ¡Entonces morirás!

27
PAMINA
Monostatos, te lo ruego… ¡No me mates!
MONOSTATOS
¡Ama o muere! ¡Habla! Tu vida pende de un hilo.
PAMINA
Amo a otro hombre
MONOSTATOS
No supliques ¡Habla!
PAMINA
(decidida)
¡Jamás!

ESCENA X:
Los anteriores, Sarastro.

MONOSTATOS
¡Entonces muere!
(Sarastro le detiene rápidamente)
Señor, mi acto no es digno de castigo, soy inocente. Han jurado tu muerte,
por eso quería vengarte.
SARASTRO
Ahora que tu alma pertenece al lado oscuro sé. Tus negras obras
con la mayor dureza castigaría. Pero sé que víctima de la mujer malvada que ha
forjado esa daga eres.
Vete de aquí, y no vuelvas más
MONOSTATOS
(Sale muy humilde, como avergonzado, pero, mientras sale)
Me iré en busca de la madre, ya que no he tenido suerte con la hija.

ESCENA XI:
Los anteriores, sin Monostatos.
PAMINA
Señor, no dañes a mi madre, ha sufrido tanto por mi ausencia….

SARASTRO
Tu madre. Desde hace mucho arrebatarme el poder quiere, venganzas contra la
Humanidad idea.
El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo conduce a la ira, la ira condice al odio.
El odio conduce al sufrimiento. Percibo en ella mucho miedo.
Mi poder para para la venganza utilizar no quiero. Este, un lugar de amor, de
solidaridad y de perdón es.

(Sarastro y Pamina salen)

Música: ARIA SARASTRO. El teatro se transforma

28
ESCENA XII:
Tamino y Papageno, con el rostro cubierto, entran conducidos por los sacerdotes. Los
descubren

SARASTRO
En este laberinto, solos vais a estar. Encontrar la salida, y siempre en silencio, vuestra
meta es.
Tamino: Elegir tú debes, Pero recuerda: el futuro siempre en movimiento está y
muchos futuros posibles suceder pueden. Entrénate para dejar ir todo lo que temes
perder.
(sale)
SACERDOTISA
Papageno… si no crees, seguro que fallarás… y, ten mucho cuidado, al que rompe el
silencio en estos lugares los Dioses le castigan con gran estruendo ¡Adiós!
(sale)

ESCENA XIII:
Tamino, Papageno.

PAPAGENO
(tras breve pausa)
¡Tamino!

TAMINO
(le reprende)
¡Pst!

PAPAGENO
¡Qué asco de vida! Si estuviera al menos en mi choza, o en medio del bosque,
escucharía de vez en cuando el canto de algún pájaro.

TAMINO
(otra vez le reprende)
¡Pst!

PAPAGENO
Hablaré conmigo mismo, los dos podremos hacerlo, a fin de cuentas, somos los dos
hombres.
TAMINO
(reprendiéndolo)
¡Pst!

PAPAGENO
(cantando)
¡La la la la la la! Esos no nos dan ni una gota de agua… menos aún nos darán otra
cosa.
29
ESCENA XIV:
Los de antes. Una mujer vieja y fea aparece. Lleva un vaso enorme de agua.

PAPAGENO
(la mira un buen rato)
¿Es eso para mí?
ANCIANA
Sí, mi amor.
PAPAGENO
(la mira de nuevo y bebe)
¡Agua...! ¡Nada más y nada menos que agua! ¡Dime, bella desconocida! ¿se atiende a
todos los extranjeros de la misma manera?
ANCIANA
¡Claro, mi amor!
PAPAGENO
¡Ya, ya! De ese modo, creo que no vendrán muchos extranjeros.
ANCIANA
Muy pocos.
PAPAGENO
Me lo puedo imaginar. Ven, vieja, siéntate a mi lado, el día se me hace muy largo.
Dime, ¿cuántos años tienes?
ANCIANA
¿Cuántos años?
PAPAGENO
Sí.
ANCIANA
Dieciocho años, 15 días, 3 horas y dos minutos
PAPAGENO
¿Dieciocho años, 15 días, 3 horas y dos minutos?
ANCIANA
¡Sí!
PAPAGENO
¡Jajaja! ¡Qué angelito! Supongo que tendrás algún novio...

ANCIANA
¡Desde luego, mi amor!
PAPAGENO
¿Es tan joven como tú?
ANCIANA
No tanto... tiene unos cuantos años más.
PAPAGENO
¿Cómo, unos años mayor que tú? ¡Será un gran amor el vuestro, sin duda!
¿Cómo se llama ese amante tuyo?
ANCIANA
Papageno.
30
PAPAGENO
(se sobresalta, pausa)
¿Papageno? ¿Y dónde dices que está ese Papageno?
ANCIANA
Sentado ahí enfrente, mi amor.
PAPAGENO
¿Soy yo ese enamorado tuyo?
ANCIANA
¡Desde luego, mi amor!
PAPAGENO
(le toma rápidamente el agua y se moja con ella la cara)
Dime, ¿tú cómo te llamas?
ANCIANA
Me llamo ...
(un gran trueno y la anciana sale corriendo y cojeando)
PAPAGENO
¡Ay!
(Tamino se levanta y le amenaza con el dedo)
¡No diré ni media palabra más!
(Tamino toca la flauta)

ESCENA XV:

PAMINA
(que entra alegre)
¿Tú aquí? ¡Buenos Dioses! Os agradezco que me llevarais por este camino.
He oído tu flauta y he corrido veloz hacia tu música… Pero, ¿estás triste? ¿No tienes
nada que decirle a tu Pamina?
TAMINO
(suspira)
¡Ah! (le dice por gestos que se marche)
PAMINA
¿Cómo, te he ofendido?
¿Ya no me amas?
TAMINO
(suspira) ¡Ah! (le hace gestos para que se vaya)
PAMINA
¿He de irme sin saber el motivo?
Tamino, ¿acaso te he molestado?
Oh, no apenes más mi corazón.
Busco en ti consuelo ¿y puedes afligir todavía más a mi amoroso corazón?
¿Ya no me amas? (Tamino suspira)
Papageno, dímelo tú, ¿qué ocurre, amigo mío?
(Papageno, le dice por gestos que se marche)
¿Cómo? ¿También tú? Explícame, al menos, la razón de vuestro silencio.
31
PAPAGENO
¡Pst!
(le dice con gestos que se marche)

PAMINA
¡Oh, eso es más que una ofensa...! ¡Es peor que la muerte!
(pausa)
¡Te amo Tamino!
¡Ay, ya lo siento, se ha acabado para siempre la dicha del amor! ¡Nunca más volveréis,
horas de delicia, a mi corazón!
Mira... Tamino, estas lágrimas manan, amado, sólo por ti. Si tú no sientes añoranza del
amor, ¡sólo hallaré descanso en la muerte!
(sale) (Tamino va tras ella y encuentra la salida del laberinto)

ESCENA XVI:

PAPAGENO
¿Ves, Tamino, que sé callar cuando hace falta? Sí, en un momento así, sé portarme
como un hombre.
¿Tamino? ¿Tamino?
¡Tamino! ¡Tamino! ¿Acaso me has abandonado?
(buscando el camino)
¡Si al menos supiese dónde estoy! Tamino... Tamino, mientras viva no iba a separar de
ti, pero no abandones a tu viejo compañero de viaje.
(llora)
Me lo merezco... ¡Por qué habré venido
(Llora como un pájaro)

ESCENA XVII:

SACERDOTISA,
Papageno. Merecerías vagar para siempre por los negros abismos terrenales,
Te perdonamos, pero jamás sentirás los placeres celestiales de los Iniciados.
PAPAGENO
Pues bueno, Hay otros que son como yo. Ahora mismo, un buen vaso de vino
sería para mí el mayor de los placeres.
SACERDOTISA
¿Y no albergas otro deseo en este mundo?
PAPAGENO
Siento algo extraño en mi corazón...
Desearía... Quisiera... ¿Qué?
Una mujer es lo que quiero Entonces me sabría mejor la comida y la bebida,
y competiría entonces con los príncipes, gozaría la vida como un sabio.
¿No tendré nunca una chica que me borre las penas, que me sane con sus besos?
(La sacerdotisa se queda al fondo del laberinto)
32
ESCENA XVIII:
De su mano entra la anciana, bailando y apoyándose en el bastón.

ANCIANA
¡Ya estoy aquí, mi amor!
PAPAGENO
¿Has tenido piedad de mí?
ANCIANA
¡Sí, mi amor!
PAPAGENO
¡Menuda suerte!
ANCIANA
Y si me prometes fidelidad eterna, ya verás el cariño con que te amará tu mujer.
PAPAGENO
¡Tontita bonita!
ANCIANA
Cómo te abrazaré, té acariciaré y te estrecharé en mi corazón.
PAPAGENO
¿También en tu corazón?
ANCIANA
Ven, dame la mano en prueba de compromiso.
PAPAGENO
¡No tan rápido, angelito! Un compromiso de esos requiere mucha reflexión.
ANCIANA
Papageno, te aconsejo que no lo dudes. Dame la mano o te quedarás preso en este
laberinto para siempre.
PAPAGENO
¿Preso?
ANCIANA
A pan y agua, viviendo sin amigos ni amigas, renunciando al mundo para siempre.
PAPAGENO
¿Bebiendo agua? ¿Renunciar al mundo? Antes me quedo con una vieja que quedarme
sin nadie. Está bien, toma mi mano y prometo serte fiel por siempre...
(para sí)
Mientras no encuentre a otra más guapa.
ANCIANA
¿Lo juras?
PAPAGENO
¡Lo juro!
La anciana se transforma en muchacha, vestida como Papageno.
PAPAGENO
¡Pa... Pa... Papagena! (Quiere abrazarla)

33
ESCENA XIX:
La sacerdotisa viene a proscenio

SACERDOTISA
(toma a Papagena de la mano)
Aléjate, mujer, él no es digno de ti.
(se la lleva y Papageno quiere seguirlas)
¡Atrás, te digo!

PAPAGENO
(Queda paralizado)

ESCENA XX:
Música: ARIA PAMINA
(Pamina, fuera de sí, con un puñal en la mano)

PAMINA
Tú eras mi prometido, el que iba a poner fin a todas mis penas… el que iba a salvarme
de esta ansia….
Quería casarme contigo, ser contigo una… pero me lo has impedido, así que no me
queda más remedio que…
Deseo morir, pues ese hombre, al que nunca podré odiar me ha abandonado.
(señalando el puñal)
Esto me lo dio mi madre. Aunque todos los dioses me castiguen por suicidio, mejor
morir con esta daga que sucumbir a las penas del amor. Madre, tu maldición me
persigue. ¡La medida de mi dolor está colmada! ¡Tamino, adiós! Mira, Pamina muere
por ti: este hierro dará cuenta de mí.
(alarga la mano para clavarse la daga)
Pero ¿qué estoy diciendo? Mis palabras son oscuras. Más negras que la noche. Parezco
una loca….
Si Tamino me viera así igual moriría de dolor…. Igual no puedo hablarme por algún
motivo que desconozco. Igual me sigue amando… igual corresponde a mi amor y por
alguna razón me ha ocultado sus inclinaciones. No, no voy a esperar que venga a
salvarme. Voy a salvarme yo misma. Yo siento que me ama, aunque no me lo diga. A
dos corazones que arden de amor ninguna flaqueza humana puede separarlos. Los
mismos dioses los protegen.
Quiero verlo de nuevo, quiero descubrir la verdad en sus ojos. Allá voy.
(Sale)

34
ESCENA XXI:
Música. El teatro se transforma. Un jardín vertical a modo de paraban.

SARASTRO
Tu última prueba comienza. Despojarte de tu ego debes. La fuerza tu aliada debe ser.
La energía de la vida a todos a todos nos une. Luminosos seres somos. Sentir la fuerza
a tu alrededor debes. La fuerza, aquí, entre tú y yo, entre la planta y la roca, entre la
tierra y el cielo.
TAMINO
Estoy listo
PAMINA
(desde lejos)
¡Tamino, detente! He de verte.
TAMINO
¿Qué escucho? ¿La voz de Pamina?
SARASTRO
Sí, sí, es la voz de Pamina.
TAMINO
¿Me está permitido hablar con ella?
SARASTRO
¡Hablar con ella permitido está!
PAMINA
Qué felicidad, volver a vernos.
(se abrazan)

SARASTRO
Pamina tan digna como tú de ser una Iniciada ha demostrado ser. Juntos el camino de
despojamiento haréis.
PAMINA
¡Tamino mío! ¡Qué felicidad!
TAMINO
¡Pamina mía! ¡Qué felicidad! Este es el camino que tendremos que recorrer, un camino
de desprendimiento.
PAMINA
En todas partes a tu lado estaré. El amor nos conducirá
(la pareja se mete tras el muro de jardín vertical. Durante el monólogo de Sarastro
irán sacando su vestuario principesco, que saldrá volando)

SARASTRO
Id, hombre, mujer juntos a despojaros. El mundo en hombres o mujeres, negros,
amarillos o blancos dividir no podemos, ni queremos.
En los tiempos oscuros el rencor y el odio de las diferencias se ha cultivado.
En los tiempos oscuros la codicia y la sed de poder de las vidas se adueñó.
Es tiempo ahora de los tiempos oscuros revertir
Para eso ahora viviendo esta última prueba aquí estáis.
35
Estáis aquí ahora para decir que el tiempo, que en el fondo la vida es, para tener cosas
materiales no habéis de gastarlo. Comprar no se puede, la vida. Miserable es consumir
la vida para la libertad perder.
Igual que un escarabajo, una hormiga o una planta vivir podríamos, pero la naturaleza
animales conscientes nos hizo.
Ser autores de vuestra vida en vuestra mano está. Y dar contenido a vuestro camino
vuestra responsabilidad es.
De aquí saldréis pronto, pero no esperéis aplausos: Fuera, un Arco del Triunfo no hay,
ni Paraíso os va a recibir.
Solo la hermosura de la vida vivida intensamente os esperará. Aprender a amar la vida
en cualquier circunstancia, por ella luchar.

(Sale la pareja con túnica azafrán y blanca, con la cabeza rapada)

SARASTRO
Vuestra fortaleza interior, la lucha por la felicidad y por el Amor ha triunfado. En esa
idea y ese sentimiento firmemente habéis creído.
Ahora conservarla y transmitirla vuestro deber es.
El mundo futuro será, el que lograr seamos capaces.

(salen todos)

ESCENA XXII:
Papageno. después, Papagena.

PAPAGENO
¡Papagena, Papagena, Papagena! ¡Mujercita, palomita, hermosa mía!
¡Es inútil! ¡Ay, la he perdido! Yo he nacido para ser desgraciado. He hablado y eso no
está bien. ¡Me lo tengo bien merecido! Desde que vi a esa hermosa mujer mi corazón
arde en lo más íntimo, me da punzadas a este lado y me da punzadas al otro.
¡Papagena, mujercita de mi corazón!
¡Papagena, palomita querida!
¡Es inútil, de nada sirve!
¡Estoy harto de mi vida!
La muerte pondrá fin al amor, si mi pecho sigue ardiéndome así.
(coge una cuerda que lleva a la cintura)
Adornaré este árbol, y me colgaré del cuello, porque la vida me desagrada; buenas
noches, mundo cruel, ¡qué mal me tratas!, que no quieres darme una bella niña.
Todo ha acabado, voy a morir. Pensad en mí, hermosas muchachas. Si alguna quiere,
antes de que me ahorque, compadecerse de este desgraciado, ¡me lo pensaría por esta
vez!
Gritad sólo: ¡sí o no!
¡Ninguna me escucha, todo está en silencio!
¿Es ésa vuestra voluntad?
¡Papageno, ánimo! Pon fin al curso de tu vida.
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(mira alrededor)
Bueno, esperaré, pero un poco, sólo hasta que cuente uno, dos y tres.
(silba)
¡Uno...!
(mira alrededor y silba de nuevo)
¡Dos...!
(mira alrededor y silba de nuevo)
¡Tres!
(mira alrededor)
¡Pues, lo dicho, adelante!
Ya que nadie me detiene, ¡buenas noches, pérfido mundo!
(se dispone a colgarse)

PAPAGENO
¡Tonto de mí, me olvidé de mis campanillas! ¡Ese cacharro mágico!
Suena, campanita, suena, Trae a mi mujer aquí.

(se tapa los ojos mientras llega Papagena. Papageno mira alrededor suyo, encuentra
a Papagena y ambos interpretan una pantomima)

PAPAGENO
¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papagena!
PAPAGENA
¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papageno!

PAPAGENO
¿Ahora eres mía?
PAPAGENA
¡Ahora soy tuya!
PAPAGENO
¡Bien, entonces sé mi mujercita!
PAPAGENA
¡Bien, entonces sé mi palomito!
PAPAGENO, PAPAGENA
¡Qué alegría tendremos si los dioses colman de hijos nuestro amor!
¡niñitos queridos, pequeñitos!
PAPAGENO
¡Primero, un pequeño Papageno!
PAPAGENA
¡Luego, una pequeña Papagena!
PAPAGENO
¡Luego, otro Papageno!
PAPAGENA
¡Y luego otra Papagena!
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PAPAGENO,
¡Papageno!
PAPAGENA
¡Papagena!
PAPAGENO,
¡Papageno!
PAPAGENA
¡Papagena!
PAPAGENO,
¡Papageno!
PAPAGENA
¡Papagena!

PAPAGENA
Qué hermosos será el mundo cuando esté poblado por miles de Papagenos.
(salen los dos)

ESCENA XXIII: DUELO DEL BIEN Y DEL MAL


Monostatos, la Reina de la Noche y sus damas. Llevan antorchas negras. Las damas
sus pistolas laser. A medida que avanzan se va apoderando la oscuridad del escenario.
Cuando aparezcan los “luminosos” y vayan avanzando el escenario se inundará de
luz.

REINA DE LA NOCHE
Sale olfateando.
Puaggh Huele a placer aquí, puagg a bienestar… ¡Cuánta asquerosa felicidad humana
ha de soportar una!
Pero ahora vengo yo para poner en orden las cosas. Para dejar cada cosa en su sitio.
Para dejar claro de una vez que cada ser podrá existir solo renunciando a su arte más
genuina y codiciada: al placer, al ser, a la conversación, a la risa, a la felicidad…. ¡Se
acabó esa perversión de la “felicidad”!
Aquí vengo yo, … yo, para hacer posible el necesario cambio cosmológico.
A partir de ahora será noche en todo el mundo
A partir de ahora el pensamiento estará prohibido, y el deseo, y la mirada y todo. Todo
lo estará.
A partir de ahora yo seré la reina. La reina absoluta. Y todos los seres estarán a mis
pies. Y podrán respirar sólo cuando mi talón, bondadosamente, se lo permita.

(Entran Monostatos y las damas, haciendo de guardaespaldas con sus armas)


MONOSTATOS
¡Silencio, silencio! Estamos en el Templo.
DAMA OSCURA
Vamos a pillarlos por sorpresa

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DAMA TENEBROSA
Seguro que no nos esperan
LA REINA DE LA NOCHE
Los destruiremos a todos. Absolutamente a todos.
MONOSTATOS
Reina ¡mantén tu palabra! No puedes destruir a tu hija, ella ha de ser mi esposa.
LA REINA DE LA NOCHE
Mantengo mi palabra: Mi hija será tu mujer.
Aunque bien merecería la muerte más espantosa por haberme desobedecido.
Vamos a extirpar de la tierra a esos santurrones.
DAMA OSCURA
Sí, vamos a vengarnos de esas almas purísimas
DAMA TENEBROSA
Nuestras espadas los callarán para siempre.
LA REINA DE LA NOCHE
Les enviaré granizo y fuego mezclados con sangre, morirán quemados los árboles y la
hierba verde. Precipitaré al mar montañas ardiendo y el mar se transformará en lodo.
Morirán los peces y todos los seres de los océanos. Caerán las estrellas ardiendo como
antorchas sobre las fuentes y los ríos, y su agua se hará amarga. Ya no habrá día. Todo
será Noche
(Aparecen, por el otro lado del escenario, rutilantes, Sarastro, Tamino, Pamina, la
Sacerdotisa. Extienden sus manos hacia “Los malos” y crece la luz. Avanzan mientras
los otros retroceden)

(MUSICA DEL CORO FINAL)

SARASTRO
Los rayos del Sol a la Noche expulsan. El falso poder de los hipócritas, de los egoístas,
de los malvados aniquilado queda.
LOS OSCUROS (en coro)
Destruido está nuestro poder,
nos precipitamos en la noche eterna.
(desaparecen)

(Los buenos celebran su victoria y comienzan el mantra)

SARASTRO
Gracias, iniciados, nuestro poder con vosotros se ha multiplicado infinitamente.
El amor y la sabiduría han triunfado.
Así como el bienestar de todos los seres del planeta.

FIN
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