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Tela de fina urdimbre:

análisis lingüístico de “La tela de Penélope”,


de Augusto Monterroso

Obsidiana Granados Herrera


INTRODUCCIÓN

En el presente escrito analizo el cuento breve de Augusto Monterroso "La tela de Penélope, o
quién engaña a quién", incluido en Obras completas y otros cuentos (Monterroso, 1986).
Lo que me mueve a revisar este relato es la sorpresa y la sonrisa que suscitan las tanto breves
como agudas ficciones del escritor guatemalteco, las cuales, en un primer acercamiento, si bien
parecen de fácil factura y comprensión, revelan, si se miran más de cerca, un concienzudo y más
complejo proceso creativo.
No obstante la gran cantidad de estudios acerca de la narrativa de Monterroso, aquí intento
distinguir los mecanismos empleados por el autor en el cuento elegido para construir la atmósfera
humorística, de ironía y, especialmente, de parodia que predomina no sólo en esta pieza, sino en
muchos de sus escritos.
Para comenzar hablo someramente sobre Monterroso, su concepto sobre el relato breve y la
obra de la que extraigo el texto por analizar. Prosigo con el análisis lingüístico del cuento, el cual
comprende los aspectos sintáctico, semántico y pragmático. Para este último me apoyo en el
estudio sobre ironía, sátira y parodia, de Linda Hutcheon para explicar someramente los
elementos empleados por el autor en su construcción parodiante, así como en la manera en que
el lector decodifica tal género. Por último, planteo mis conclusiones.

1
AUTOR, OBRA Y RELATO

Monterroso y el cuento breve


Nacido en Guatemala en 1921 y exiliado en México donde vivió hasta su muerte (2013), Augusto
Monterroso era consciente de su papel en la transformación del relato breve, al trasgredir "las
reglas del juego literario" y al buscar "en la literatura universal [...] otra forma de tratar las cosas".
Su incursión en el cuento comenzó por la dificultad de publicar en editoriales, así que, "el cuento
se practicó porque podía refugiarse en revistas y periódicos. […] Por una necesidad real, el escritor
latinoamericano escoge el cuento".
Él cuenta que se formó de manera autodidacta y comenzó a estudiar, "desde muy joven
literatura universal. […] Por obligación leí […] clásicos. Eso me llevó a estudios más antiguos: a la
literatura latina y a la griega, a las cuales me aficioné enormemente. Desde [ellos) la brevedad fue
muy apreciada. Especialmente en la literatura latina se recomendaba la concisión y, sobre todo,
el trabajo artístico".
Para el escritor guatemalteco "la dificultad del cuento reside en la sencillez, en tratar un sólo
tema. Se tiene que llegar al fondo de las cosas; al fondo de las personas y lograr que lo que se
cuente sea verdaderamente el reflejo de un problema humano. […] El cuento debe ser denso,
intenso, desde la primera hasta la última línea. No importa el final ni importa la historia. Importa
la historia por la forma en que esté contada".1

El libro
Publicados primero por separado la Oveja negra (1969) y Obras completas (1971), en 1986 ambas
fueron reunidas en la colección Lecturas Mexicanas bajo el título Obras completas (y otros
relatos). Se trata de un compendio de relatos breves, los cuales recuperan "los géneros cuento,

1
Entrevista realizada por Pablo Gámez y publicada originalmente en la revista Archivos del Sur [Versión electrónica:
Revistaarchivosdelsur-entrevistas.blogspot.mx/2010/09/entrevista-augusto-monterroso-por-pablo.html].

2
fábula, epigramas, [parodia], reseñas, crónicas, diarios, novela, crítica, todo ello bajo el signo
inherente de un sensible y delicado humor y una afable e irónica sonrisa."2

El relato
"La tela de Penélope, o quién engaña a quién", retoma de la Odisea, de Homero, la historia de
Ulises y Penélope, quien espera durante veinte años a su esposo, tejiendo un sudario por las
mañanas y destejiéndolo por las noches, rodeada de pretendientes, quienes desean lo acabe,
pues es la señal de que ha aceptado la muerte del héroe —de la que ellos están ciertos— para
que al fin se despose con alguno. Ulises, tras pelear en la guerra de Troya y vivir innumerables
aventuras, logra regresar a Ítaca, su hogar, revela su identidad, mata a los pretendientes y se
reúne con su familia. Monterroso desde una perspectiva de narrador extradiegético y
omnisciente, juega con la intertextualidad (alusión a otras obras literarias) y modifica (reformula)
la historia, al presentar a unos protagonistas con motivaciones muy distintas de las de los
personajes de la historia en la que se basa. Incluye, además, a Homero, el escritor, quien tampoco
se salva de ser parodiado.

2
"Los pasos diminutos de Augusto Monterroso", por M. Ángeles Vázquez
[http://cvc.cervantes.es/actcult/monterroso/acerca/vazquez.htm].

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ANÁLISIS LINGÜÍSTICO

Nivel sintáctico
Escrito en un léxico conciso y accesible en general, el texto está integrado por tres párrafos. El
primero de ellos tiene una oración compuesta; el segundo también. En el tercero continúa la
subordinación del segundo párrafo, lo cual implica que ambos párrafos comparten la misma
oración principal como se aprecia en la siguiente tabla:

Oraciones principales
Párrafo 1 Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises
Párrafo 2 Dice la leyenda
Párrafo 3 Dice la leyenda

El primer párrafo tiene varias oraciones subordinadas. La primera es "quien a pesar de ser
bastante sabio era muy astuto"; la segunda es "casado con Penélope", a la cual sigue una
función adjetiva coordinada: "mujer bella y singularmente dotada". Luego viene otra
subordinada ("cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer"), de la que su antecedente
es "Penélope" de la segunda subordinada. El último periodo oracional está subordinado a su vez
al antecedente "tejer", "costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas".
En el segundo párrafo, tras la oración principal viene la subordinada "que en cada ocasión en
que Ulises con su astucia observaba"; la siguiente subordinada a ésta es "que a pesar de sus
prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos". A
continuación aparece “se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una
buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo",
relacionada directamente con la primera subordinada.
En el tercer y último párrafo continúa la subordinación con "De esta manera ella conseguía
mantenerlo alejado", "mientras coqueteaba con sus pretendientes", "haciéndoles creer que tejía
mientras Ulises viajaba" "y no que Ulises viajaba mientras ella tejía" (subordinadas al mismo

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nivel); "como pudo haber imaginado Homero", "que, como se sabe, a veces dormía y (Homero)
no se daba cuenta de nada". (Dos oraciones coordinadas dentro de una subordinada).
Por lo que respecta al verbo en su forma conjugada, predomina el uso del pretérito imperfecto
(copretérito) en modo indicativo (vivía, era, observaba, disponía, conseguía, coqueteaba, tejía,
viajaba, dormía, daba). Asimismo se encuentran perífrasis verbales en infinitivo (pudo pasar,
pudo haber, podía ver, ir a recorrer, ir a buscarse); en gerundio (haciéndoles creer). También hay
formas no personales del verbo: infinitivos (ser, tejer, iniciar, decir, buscar, mantener); participios
(con función adjetiva principalmente) y gerundios (preparando).

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Nivel semántico

Relación entre oraciones a partir de los nexos

Primer párrafo
en indica lugar, en este caso, Grecia.
quien continúa la subordinación, pues se sigue hablando del sujeto de la oración principal,
en este caso Ulises.
a pesar de señala objeción, oposición entre los adjetivos "sabio" y "astuto".
y coordina palabras al mismo nivel, en este caso, los adjetivos "bella", "dotada".
cuyo significa posesión y su antecedente es Penélope, continúa hablando de ella, de su
"único defecto".
gracias a expresa causa del antecedente al que se subordina, en este caso, a la costumbre de
tejer que le permite estar sola, lo cual implica un beneficio.
la cual denota un antecedente, en este caso "costumbre", que a su vez se refiere a "tejer".

Segundo párrafo
que indica subordinación, pues comienza a plantear lo que "Dice la leyenda" sobre las salidas de
Ulises.
en denota temporalidad, se refiere a ocasión y se refuerza al repetirse más adelante.
cada... que indica en todos los casos en que Ulises veía tejer a Penélope.
con se refiere al modo o instrumento con el que Ulises observa, en este caso "su astucia".
que otro nexo subordinante, cuyo antecedente es "observaba".
a pesar de expresa objeción, oposición entre las prohibiciones de Ulises hacia Penélope y lo que ella
realizaba.
una vez implica la realización periódica de una acción, en este caso "iniciar uno de sus interminables
más tejidos".
de señala propiedad, posesión o pertenencia, en este caso se refiere a "uno de [los] interminables
tejidos" de Penélope.
por duración de una actividad, en este caso, "las noches" en las cuales Ulises prepara sus botas y su
barca.
a la preposición "a" se refiere a un modo de realizar alguna cosa, forma una locución adverbial
hurtadillas que indica la manera furtiva en la que Ulises se preparaba para "recorrer el mundo" y "buscarse
a sí mismo".
y nexo usado para coordinar los sustantivos "botas", "barca"
hasta que límite o término de una acción ("preparar sus botas y una buena barca") para iniciar otras ("se
iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo").
a Móvil de una acción: "recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo".
y Coordina las oraciones del mismo nivel "recorrer el mundo"; "buscarse a sí mismo".

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Tercer párrafo
De esta manera denota modo y subordinación a la oración principal del párrafo anterior, cuando alude a
que ella "se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos".
mientras este conector indica simultaneidad de situaciones, es decir, durante el tiempo en que
Penélope mantenía alejado a Ulises, coqueteaba con sus pretendientes.
con señala que Penélope estaba acompañada por sus pretendientes y les coqueteaba.
que subordina "tejía" a "haciéndoles creer" (a los pretendientes).
mientras indica simultaneidad de acciones, es decir, durante el tiempo en que Ulises viajaba
Penélope tejía.
y coordina "tejía mientras Ulises viajaba" "Ulises viajaba mientras ella tejía", subordinadas a
"haciéndoles creer".
no señala contraste entre "tejía mientras Ulises viajaba" "Ulises viajaba mientras ella tejía".
que subordina "Ulises viajaba" a "haciéndoles creer" (a los pretendientes).
mientras aparece nuevamente para mostrar simultaneidad de acciones, es decir, durante el tiempo
en que Penélope tejía, Ulises viajaba.
como significa "del modo que" y une las oraciones previas a "pudo haber imaginado Homero".
que este relativo indica que se continuará refiriendo a Homero.
como a diferencia del anterior significa "conforme a", e introduce la opinión de alguien
expresada en "se sabe".
a veces señala alternancia de acciones, en este caso de "dormía".
y coordina "dormía" con "no se daba cuenta de nada".
no indica la negación de "se daba cuenta".
de se refiere a algún asunto, en este caso a "nada".

Expresiones y palabras relacionadas semánticamente con la palabra engaño

engaño
astuto
astucia
observar
noches
a hurtadillas
sin decir nada
hacer creer
no se daba cuenta

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Proposiciones
La tela de Penélope, o quién engaña a quién

Proposición global del texto


Ulises engaña a Penélope y ella a él, sin que Homero se dé cuenta de lo sucedido.

Primer párrafo [Presentación de cualidades y defectos de Ulises y Penélope]

Hace muchos años vivía un hombre llamado Ulises


Ulises vivía en Grecia
Ulises era bastante sabio
Ulises era muy astuto
Ulises estaba casado con Penélope
Penélope era una mujer bella
Penélope era singularmente dotada
Penélope tenía como único defecto su desmedida afición a tejer
Penélope pasó sola largas temporadas por la costumbre de tejer

Segundo párrafo [El astuto engaño de Ulises]

La leyenda dice
Ulises con su astucia observaba
Ulises observaba a pesar de sus prohibiciones
Ulises observaba a Penélope
Penélope se disponía a iniciar uno de sus interminables tejidos
A Ulises se le podía ver por las noches preparando sus botas.
A Ulises se le podía ver por las noches preparando una buena barca.
Ulises se iba a recorrer el mundo sin decir nada a Penélope
Ulises iba a buscarse a sí mismo sin decir nada a Penélope.

Tercer párrafo [El engaño de Penélope y el autoengaño de Homero]

Penélope conseguía mantener alejado a Ulises


Penélope coqueteaba con sus pretendientes
Penélope hacía creer a sus pretendientes que tejía
Penélope hacía creer a sus pretendientes que Ulises viajaba

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Penélope no hacía creer a sus pretendientes que Ulises viajaba
Penélope no hacía creer a sus pretendientes que Penélope tejía
Homero pudo haber imaginado que Ulises viajaba
Homero pudo haber imaginado que Penélope tejía
Se sabe que Homero dormía
Se sabe que Homero no se daba cuenta de nada

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Nivel pragmático

En la siguiente tabla se ve cómo, por medio de distintas marcas lingüísticas, Monterroso logra
varios efectos en su narración:

Marcas lingüísticas Efectos narrativos


• Profusión de oraciones subordinadas Mucha información adicional del texto parodiante (remas) a la
historia ya conocida del texto parodiado (tema).
• Abundante uso de conectores
• Deixis expresadas en abundancia de Correferencialidad; se mantiene el foco en una misma persona
anáforas y catáforas (Ulises, Penélope, los pretendientes, Homero).
• Empleo de participios (función adjetiva)
• Utilización constante de infinitivos
• Copretérito o pretérito imperfecto Duración de acciones en el pasado.
• Perífrasis infinitivo Carácter progresivo orientado hacia el futuro
• Perífrasis gerundio Acción durativa
• Adjetivación (calificativos) Atributos, características de los personajes
• Utilización infinitivos (forma no personal) Objetividad del narrador, más impersonal, corresponde a su
• Uso de la tercera persona (Marcas omnisciencia.
modales: "Dice la leyenda", se sabe")

Por tratarse de una obra literaria, al inicio se creería que el único referente es el cuento mismo;
sin embargo, éste es un texto construido a partir de otra historia: la Odisea, de Homero, a la cual
da un giro más humorístico, irónico. Esta intertextualidad hace pensar en la parodia, género en el
que se produce una superposición de textos, es decir, ocurre la "incorporación un texto parodiado
(de segundo plano) en otro parodiante, un engarce de lo viejo con lo nuevo." (Hutcheon, 1992:
177). Según esta autora, "la parodia no puede tener como 'blanco' más que un texto [y] resalta la
semejanza de los textos superpuestos" (Hutcheon, 1992: 178). Esto ocurre claramente en "La tela
de Penélope".
El primer párrafo comienza hablando de los personajes principales, Ulises y Penélope, así como
de sus cualidades y defectos. El narrador, siempre omnisciente, comienza el relato de manera
tradicional: "Hace muchos años", con lo que establece el contexto temporal (el pasado, la
antigüedad) y después plantea dónde viven los personajes (Grecia). Al inicio se refiere a Ulises, a
quien le atribuye un primer adjetivo, "sabio", virtud que opone a "astuto", y considera defecto al
introducir "a pesar". A continuación habla de Penélope a quien también califica como "bella y
singularmente dotada", cuyo único defecto es "su desmedida afición a tejer", aunque esto resulta
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más benéfico que perjudicial, pues tiene tiempo para ella sola por largas temporadas. Aquí hay
un primer indicio de las verdaderas intenciones de la afanosa mujer. Es posible hallar cierta ironía
con base en lo planteado por Hutcheon: "La burla irónica se presenta [...] bajo la forma de
expresiones elogiosas que implican, al contrario, un juicio negativo. En el plano semántico, una
forma laudatoria [...] sirve para disimular una censura burlona, una reprobación latente."
(Hutcheon, 1992: 176-177).
El segundo párrafo —en el que el narrador se limita a plantear lo que "dice la leyenda" sobre
Ulises y Penélope— trata del engaño de Ulises, hombre astuto y observador. Él "héroe", a
sabiendas de que, cada determinado tiempo, su esposa lo “desobedecerá” y emprenderá uno de
"sus interminables tejidos", subrepticiamente, en un espacio nocturno que oculta sus acciones,
prepara sus cosas y escapa sin decir nada. La afición de Penélope es el mejor pretexto para que
él lleve a cabo sus objetivos: "recorrer el mundo y buscarse a sí mismo".
En el tercer y último párrafo, el narrador plantea el engaño de Penélope y el "autoengaño" de
Homero, el autor de la Odisea. Aunque el narrador sigue relatando de lo que habla la leyenda,
introduce "De esta manera", que alude al párrafo anterior, para revelar que el engaño de Ulises,
en realidad está contemplado dentro del engaño de Penélope, quien con más astucia que su
esposo, teje para alejar a Ulises y coquetear con los pretendientes sin verse comprometida, pues
ante ellos juega el papel de esposa que teje mientras aguarda fielmente el regreso de su esposo.
Homero, el autor de la Odisea, al quedarse a ratos dormido no descubre la treta de Penélope y
también cae en ella. Como puede verse, Penélope urde un engaño tan grande como la tela que
teje. Semejante a una telaraña, todos caen en ella, hasta el propio Homero, quien registra la
"fidelidad" de Penélope a Ulises en su obra épica.
Dice Hutcheon que "la parodia apunta a indicar una diferencia entre dos textos. Este acto de
separación, de desfase, se instaura paradójicamente por medio de una superposición o una
incorporación textual". (Hutcheon, 1992: 182). Esto se hace evidente al comparar personajes y
situaciones entre el texto parodiado (Odisea) y el texto parodiante ("La tela de Penélope").

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Odisea “La tela de Penélope”
Ulises es un rey, un guerrero, un héroe, que Ulises es un hombre sabio y astuto que espera
desea volver a su hogar, junto a su esposa la mejor oportunidad para viajar, buscarse a sí
Penélope y su hijo Telémaco. mismo y alejarse de Penélope.
Penélope espera fielmente y por muchos Penélope usa el tejido para alejar a Ulises,
años a Ulises; finge tejer una tela que mantener cerca a sus pretendientes y
desteje en las noches para mantener coquetear con ellos, mientras finge fidelidad a
alejados a sus molestos pretendientes. su esposo.
Los pretendientes no dejan de acosar a Los pretendientes son engañados por
Penélope, mientras esperan que elija a Penélope. Creen que teje en espera del
alguno de ellos para casarse. regreso de su esposo.
Los dioses tienen gran influencia en el Penélope, y Ulises un poco menos, mueven a
destino de Ulises y Penélope. conveniencia los hilos de su vida.

Mención aparte requiere el autor de la Odisea, a quien Monterroso, jugando con la metalepsis,
lo hace un personaje más de su cuento y lo vuelve objeto de parodia, se burla de él y lo pone a
dormir, como Ulises hace con Polifemo cuando lo emborracha y lo deja ciego, como se dice que
era Homero. En esta ridiculización, el autor va más allá al otorgarle mayor omnisciencia a su
narrador que al poeta griego, como se contrasta a continuación.

Homero Narrador "La tela de Penélope"


Por quedarse a veces dormido no se da En su omnisciencia, incluso burlonamente y
cuenta tanto del pequeño engaño de Ulises con superioridad, evidencia la ignorancia
como de la gran y hábil treta de Penélope. (otra clase de ceguera) de Homero quien, de
Carece de cabal conocimiento de los haber estado al tanto de lo ocurrido, habría
sucesos en la historia de esta pareja. escrito una historia de Ulises y Penélope muy
diferente.

Como se aprecia, Monterroso es implacable con la historia de Penélope y Ulises e, incluso, con
su autor. Construye dos seres egoístas cuyas motivaciones están muy lejos de ser nobles y
heroicas. Y Homero queda reducido a un pelele. Al respecto, Hutcheon dice:

En el caso de la parodia es […] posible hablar de una posición potencialmente sádica del autor frente
al texto parodiado, que no puede más que permanecer [...] impotente [...] contra las violaciones
intratextuales que aporta el codificador paródico. [...] Pero en un contexto pragmático [...] la
seducción es más bien [...] una demanda de complicidad [...] del lector. (Hutcheon, 1992: 189)

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En la parodia, esta complicidad a la que se refiere la autora se trata de un intercambio
necesario entre escritor y lector. A este último le corresponde descifrar lo implícito en el texto,
valiéndose de sus conocimientos literarios y extraliterarios, además de otras habilidades para
decodificar lo que quiso decir el autor, hacer sus reflexiones y resoluciones con respecto a lo leído.

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CONCLUSIONES

"La tela de Penélope" en su extensión breve y lenguaje accesible, encierra una gran complejidad,
por lo que retomo lo que el mismo Monterroso se exige como narrador: "El cuento debe ser
denso, intenso, desde la primera hasta la última línea". La misma intensidad ha requerido este
análisis: consultas, lecturas, relecturas y búsquedas sobre la mejor manera de abordar el texto
estudiado, el cual merece diversas aproximaciones.
En esta parodia, Monterroso evidencia su formación en los textos clásicos al superponer, a la
original, una nueva historia de Ulises y Penélope. No conforme con eso, de la intertextualidad
pasa al nivel de metalepsis al parodiar al autor de la Odisea. Monterroso sabe usar muy bien el
lenguaje y distintos elementos narrativos para generar una nueva y coherente ficción en un texto
tan breve. De esta manera propicia un acercamiento con el lector que, en este caso, sí debería
conocer al menos un poco de la historia parodiada y poseer información básica sobre su autor
para que se vea cumplida esa complicidad entre ambos. No obstante, considero que esta historia
también puede ser recibida muy bien por un lector sin tales referencias, y aunque no se cumpliera
esa connivencia, el relato puede servir como puente a otras literaturas.
Éste ha sido un intento de comprender cómo, al igual que su Penélope, Monterroso teje un
entramado narrativo tan perfecto al combinar con maestría de artífice los hilos que configuran su
relato.

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BIBLIOGRAFÍA

Hutcheon, L. (1992). "Ironía, sátira y parodia. Una aproximación pragmática a la ironía", en De la


ironía a lo grotesco. Ed. Hernán Silva. México, UAM Iztapalapa, pp. 173-193.

Monterroso, A. (1986). Obras completas (y otros cuentos). La oveja negra. México, FCE, (Lecturas
Mexicanas 32, Segunda Serie).

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La tela de Penélope, o quién engaña a quién

Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio
era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto
era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.
Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus
prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía
ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle
nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.
De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes,
haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía,
como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de
nada.

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